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VIERNES, 6 DE ABRIL DE 1973 LA VANGUARDIA ESPAÑOLA

(Viene de la página anterior)


Aproximadamente, estos coches cuestan unas 750,000
pesetas en la versión de Serra, lo que equivale aproxima-
damente, a 300.000 más que si fuesen de serie, tal y como
salen de fábrica. Pero ese trabajo de alta artesanía, el lujo
de pretender un modelo de características únicas, bien va-
len tan grande diferencia.

Original forma de trabajo


Como es sabido, la mayoría de los carroceros diseñan
una y otra vez sus modelos, los hacen construir luego en
madera para apreciar su estampa y aún los retocan una y
otra vez antes de realizarlos en plancha, l e pregunto a
Pedro Serra si él también lo hace así, con el secreto desig-
nio de pedirle a renglón seguido algunos de sus dibujos para
ilustrar este trabajó, pero ante mi sorpresa responde:
—No, de ninguna manera, dirijo el trabajo sobre la mis-
ma plancha, imaginando el efecto de bajar un poco más el
capó del coche, o de modificar sus guardabarros, o de va-
riar totalmente la parte posterior del vehículo.
—En suma, lo lleva usted dibujado en la mente.
—Quizá sí; quizá he imaginado algo o voy improvisando
sobre la marcha.
—Algo así —le digo buscando un símil— como el modis-
ta que echa una tela sobre la modelo en paños menores y
va señalando dónde hay que efectuar un corte, dónde hacer
un pliegue, en qué lugar colocar un adorno...
—En efecto, así mismo.
Y esa forma de hacer, ajena a toda planificación, creo
yo que es la propia de un gran artista que, lo mismo que
crea carrocerías, sería capaz de realizar en plancha de
acero cualquier otra gran obra.

Posibilidades de la actividad en España


Hablamos del auge de los carroceros de automóviles de
turismo en el extranjero y sobre las posibilidades que tiene
tal industria en nuestro país. Pedro Serra no se muestra
muy optimista al respecto y asevera que los carroceros del
resto de Europa trabajan con mecánicas más deportivas y
con una numerosísima gama de automóviles a su disposi-
ción.
—¿No podría construirse una carrocería especial para
coches medios y aún para vehículos baratos?
—Por supuesto, podría hacerse, pero no resultaría eco-
nómicamente. """
-—Sin embargo —le recuerdo—, por ejemplo, Bertone
presentó en el Salón del Automóvil del pasado año un mo-
delo sobre mecánica del «Citroen GS».
—Tiene usted razón, pero no acabo de comprender tal
proceder, y lo único que se me ocurre es imaginar que lo
hizo como promoción. Lo que sí se podría llevar a cabo
—como hacen la mayoría de los carroceros— es preparar
una corrocería para construirla, por lo menos, en series de
un millar de ejemplares.
—-¿Por qué no acomete usted tal empresa?
—Se precisarían cuantiosas inversiones, nuevos locales,
y yo tengo ya otros intereses y otras actividades además
de ésta. En realidad sigo aquí —dice señalando al l o c a l -
como una especie de «hobby», y ahora no construyo más
de cuatro unidades al mes, con la idea de llegar quizás a
diez.
l o cierto es que Pedro Serra, luchando con dificultades
de personal, con la escasez de especialistas y con otros
innumerables inconvenientes, no trabaja por «hobby», sino
por auténtica vocación. — C. M.

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