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Universidad de Baja California

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

ENSAYO SOBRE LA LECTURA


Diez puntos para entender el gasto educativo en
México

ASIGNATURA
Economía de la Educación

NOMBRE DEL ALUMNO


Sulma Milena Urbina Duarte

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO


Dr. Nelson Barrios Jara

El Colegio, Colombia; noviembre 14 de 2018


LOS MECANISMOS DE FINANCIACIÓN DE LA EDUCACIÓN EN MEXICO.

Introducción

La financiación de la educación es una prioridad de todos los gobiernos, pues la


educación ha sido de vital importancia para el desarrollo de las sociedades en todo
el mundo. En la educación hay muchos factores que inciden para que en unos
países se desarrolle más y sea de mejor calidad que en otros, uno de estos factores
es la inversión que se destina a este rubro.

En México el financiamiento de la educación ha sufrido muchos cambios y ajustes


según la política del gobierno en turno, sin embargo, el financiamiento de la
educación básica es la inversión o el gasto que realiza el gobierno federal, estatal y
municipal.

En el siguiente texto, se presenta una descripción de los mecanismos de


financiamiento de la educación en México y una exploración sobre los criterios de
calidad, eficiencia y eficacia en un sistema educativo.

1. Mecanismo de financiación de la Educación México

La ley General de Educación de México establece que el gobierno será el


responsable de la educación pública y de los servicios educativos. De igual manera
establece que el gasto en educación pública no podrá ser menos al 8% del PIB del
país. Según la OCDE (2007; citado por México Evalúa, 2011) México es uno de los
países de la OCDE que destina mayor proporción de su gasto programable en
educación, 23%.

Gráfica 1. Gasto público en educación 2000 - 2007

FUENTE: Education database, OCDE; Citado por México Evalúa, 2011


Sin embargo, la educación en México tiene muchas deficiencias, pues la inversión
en gasto absoluto es muy baja comparada con países de primer mundo. Por ejemplo
encontramos que México por alumno gasta 1.650 dólares, en cambio Chile gasta
2.732 dólares pero países desarrollados gastan 5 veces más que México, Reino
Unido invierte por alumno 5.972 dólares, el país que más invierte en sus alumnos
es Estados Unidos con 10.871 dólares. La diferencia es muy grande, lo que significa
que México requiere, aún, de mayor inversión en el sector educativo.

El financiamiento público de la educación básica se divide en tres tipos: federal,


estatal y municipal. La mayor aportación es del gobierno federal, muy por debajo de
éste se encuentra la contribución estatal y, muy marginalmente, el gasto municipal,
casi inexistente; pocos ayuntamientos tienen la capacidad de invertir dinero en
educación.

El grueso de los recursos financieros para la educación básica se transfiere a los


estados —y municipios— por medio del Fondo de Aportaciones para la Educación
Básica y Normal (FAEB), el Fondo de Aportaciones Múltiples, en su vertiente
destinada a la Infraestructura para Educación Básica (FAM-IEB) y el Fondo de
Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos, en su vertiente destinada
a educación para adultos (FAETA-EA).

El FAEB es un fondo que prácticamente en su totalidad se destina a gasto corriente,


es decir, al pago de nómina de los trabajadores de la educación (docentes,
directores, supervisores, administrativos, técnicos y demás); sus prestaciones
laborales, la adquisición de algunos bienes y servicios, y otros gastos de consumo
necesarios para las funciones educativas; el FAM-IEB es un fondo cuyos recursos
se invierten en la construcción o compra de bienes inmuebles, el mantenimiento y
equipamiento de los centros educativos (preescolar, primaria y secundaria) y
algunas otras inversiones, conocidos como gasto en capital, y el FAETA-EA es un
fondo para atender el rezago educativo en educación básica y analfabetismo en la
población que normativamente ya no puede cursarlos de forma escolarizada.

Entonces, uno de los principales problemas con el financiamiento actual, es que se


dispone de pocos recursos para atender los aspectos no salariales, tal como lo
afirma México Evalúa (2010):

“Un gasto creciente y ampliado en educación tiene pocas posibilidades de generar


un efecto favorable en la calidad educativa si la mayor parte del mismo se destina a gasto
administrativo (por ejemplo, 82.6% a sueldos y salarios, en 2010), y sólo 4.8% se canaliza a
infraestructura y equipamiento escolar (gasto de inversión, 2.2%, y gasto de operación,
2.6%)”

Retos en calidad y equidad.

Este aspecto está relacionado con la igualdad en la calidad de la educación que se


reciben en los establecimientos educativos sin importar el nivel socioeconómico y
se evidencia con los resultados de pruebas de conocimiento que buscan identificar
los aprendizajes y su nivel de desempeño en situaciones de la cotidianeidad.

Los bajos desempeños en los estudiantes de pocos recursos económicos


comparados con los buenos y excelentes resultados de los estudiantes de niveles
socioeconómicos superiores muestran que el acceso al conocimiento es desigual.
A menudo se utilizan los resultados escolares basados en áreas (Matemáticas,
Lengua y en algunos casos Ciencias) como indicador de los resultados del
aprendizaje de los niños y jóvenes a lo largo de la escolarización evidenciando una
desigualdad en el acceso al conocimiento manifestando que el problema radica en
lo que se enseña y aprende en cada nivel que conforma el sistema educativo de un
país. Esto significa, que en promedio, la mayoría de los estudiantes no desarrollan
las habilidades mínimas en matemáticas, lectura y ciencias, son muy pocos los que
alcanzan un desempeño excelente. En este sentido, la Fundación México Evalúa
(2010) afirma que:

“El desempeño del sistema educativo en México parece ser insuficiente para que los
estudiantes adquieran las competencias requeridas para competir en un contexto cada vez
más demandante. Por ejemplo, la mitad de los estudiantes mexicanos de 15 años está por
debajo del nivel mínimo de desempeño que establece el Programa para la Evaluación
Internacional de Estudiantes. Asimismo, la prueba Enlace de 2010 indica que la mayoría
de los alumnos de primaria tienen desempeño elemental o insuficiente en español (63%),
matemáticas (66%) e historia (79%).”

A pesar de existir la obligatoriedad de la educación básica, algunos estudiantes de


bajos recursos económicos no completan este ciclo de formación básica, es decir,
existe abandono, interrupción o desvinculación del sistema escolar por parte de los
estudiantes. Como resultado de la baja cobertura y de la deserción, existe una gran
tasa de analfabetismo. Aún en esta época, encontramos una gran cantidad de
jóvenes y adultos analfabetas absolutos y de analfabetas funcionales lo que a la
larga se convierte en un ciclo pues serán padres de familia sin las capacidades para
realizar acompañamiento pedagógico de sus hijos en casa. Además, se genera
también una mayor dificultad para que puedan obtener una vinculación laboral que
representen mayor estabilidad e ingresos

Desconexión entre los niveles de financiamiento y los resultados educativos

Se logra evidenciar que la mayor parte del presupuesto de la Educación está


destinado a atender los aspectos salariales descuidando la inversión educativa. Un
aspecto importante es el aumento salarial a los docentes y directores de planteles
educativos que no se encuentra sujeto al desempeño, pues no existen mecanismos
de seguimiento y de evaluación de resultados que pueda comprobar la eficiencia
del docente. Resulta entonces, según México Evalúa (2001), casi imposible
detectar, sancionar o despedir a un maestro incompetente.

A pesar que existe la descentralización educativa, el sistema sigue siendo


financiado por la Federación, con poca inversión de recursos propios de los Estados
y Municipios. Los recursos que se destinan a la educación se administran a través
de la Secretaria de Educación Pública ésta a su vez divide el gasto en tres grandes
ramos el 11, 25 y 33:
 El ramo 11 Educación pública, abarca los capítulos de gasto ejercidos por la
Secretaría de Educación Pública (SEP) que le permiten brindar los servicios
educativos y cumplir con las funciones operativas, normativas y compensatorias
propias de la autoridad educativa federal.
 El ramo 25, Previsiones y aportaciones para los sistemas de educación básica,
normal, tecnológica y de adultos, es el gasto asociado a la prestación de servicios
de educación básica en el Distrito Federal
 El ramo 33, Aportaciones federales para entidades federativas y municipios, se
distribuye mediante criterios, fórmulas y reglas de operación específicas, de
acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal. Este ramo canaliza recursos para
educación a través de tres fondos: FAEB, FAM y FAETA)

Un problema que se suma al ya bajo presupuesto es que no a todos los estados se


les proporciona la misma cantidad ya que para la distribución de los recursos sólo
se considera la oferta educativa. Esto es, la fórmula que determina el monto sólo
considera al número de docentes y planteles educativos. Así pues, existen escuelas
de la básica sin sala de cómputo ni biblioteca adecuada, y en la secundaria,
adicionalmente faltan laboratorios de física, química y biología, dotación de libros
adecuados, condiciones de enseñanza (estrategias didácticas, organización de la
clase, forma de evaluación, etc.)

Sin embargo, durante los últimos años, la política de mejoramiento de la calidad y


eficiencia de la educación, se dirigió a mejorar la infraestructura de las escuelas,
construcción de nueva escuelas, adecuación de muebles y equipos y a la
capacitación docente, lo que puede generar conflicto pues ocurre el fenómeno de
distribución de los recursos de tal manera que se disminuyan en los sectores más
privilegiados.

No hay funciones claras en la organización del sistema educativo.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) firmó en 1992 el


Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) con el
objetivo de descentralizar los servicios educativos lo que implica que el gobierno
federal entregara la administración de la educación a los estados pero no se
establecieron responsabilidades claras en cuanto a financiación y manejo eficiente
de los recursos, generando que no exista una comunicación adecuada entre los
funcionarios concibiendo una política educativa fragmentada.

Con el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB)


surgió la Carrera Magisterial (CM) como un sistema de promoción horizontal para
los maestro ofreciendo estímulos salariales a los docentes para actualizarse y
mejorar su práctica profesional. Hay cinco niveles en el sistema, los maestros
ingresan al nivel A. Un docente incorporado al nivel A puede recibir hasta 20% más
de su salario base, mientras que un maestro que ha alcanzado el máximo nivel (el
E) recibe más de 200% de su salario base y mantienen el nivel de estímulo obtenido
y éste no se pierde hasta su jubilación o baja del servicio. Sin embargo, la CM no
influye en el logro académico de los alumnos teniendo como base los resultados de
las pruebas Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares
(ENLACE)

Esto conlleva a que los gobiernos ni las escuelas no están sujetos a procesos de
rendición de cuentas sobre las funciones y desempeños. Desde las entidades
federativas, es ilógico que no se tenga conocimiento exacto del número de planteles
y matrícula existente. Por consiguiente, no se pude controlar el desempeño ni la
eficiencia si no se tiene información confiable y sistematizada sobre la realidad
educativa. Este es un requisito fundamental para la gestión.

A este problema se une, que la educación pública no es totalmente gratuita, pues


los hogares mexicanos pagan un costo pos la educación, o que se conoce como
gasto privado, en contraste con la educación pública de países industrializados,
quienes cubren totalmente el calor de la educación tales como inscripciones,
colegiaturas, textos, computadoras, calculadoras, derechos a examen, transporte
escolar, imprevistos, entre otros.

Calidad, eficiencia y eficacia de un sistema educativo.

Antes de llegar a definir calidad de la educación, se hace necesario echar un vistazo


a dos conceptos: calidad y educación.

La palabra calidad se desarrolla de la actividad empresarial, como un modelo


calidad de resultados y de productor final, basado en un modelo de eficiencia
económica; lo que en educación sería eficiencia social, es decir, la calidad es
eficiencia y la eficiencia es el rendimiento escolar.

Dentro el ámbito empresarial, se pueden revisar diferentes conceptos de calidad,


entre ellos, uno de los más aceptados es el de Crosby, citado por Ortega (1983),
quien señala que la calidad de un bien o servicio no es otra cosa que la conformidad
del mismo con los requerimientos de los clientes. Lo que hace pensar que lo que
calidad para uno, puede no serlo para otro, pues depende de las expectativas de
los clientes y del nivel de excelencia que ellos esperan de un producto según sus
necesidades y estándares.

Entre tanto, la calidad de la educación es un motivo de estudio y preocupación por


parte de los actores de la educación, pues cada uno (docente de aula, directivos de
las instituciones educativas, supervisores y funcionarios) toma, día a día, decisiones
que afectan de manera positiva o negativa al sistema educativo.
La evaluación de la calidad, permite reorientar los procesos y definir los pasos a
seguir en el sistema educativo. Sin embargo, muchas concepciones de evaluación
apuntan a la cantidad de información que el estudiante tiene cuando llega a una
edad determinada, o cuando termina un ciclo o nivel. Para Delgado (1996),

“elevar la calidad de la educación implica transformarla, cambiarla sustancialmente,


no solo en su aspectos cuantitativos sino cualitativos, es transformar los fines, los
medios en el proceso mismo y logros de un sistema educativo. Una educación de
calidad es aquella cuyas características hacen posible satisfacer las necesidades”

Para elevar la calidad de la educación, los países de América Latina han hecho
grandes esfuerzos. En 1979 en reunión convocada por la UNESCO, se firmó el
Proyecto Principal de América Latina y el Caribe, cuyo principal objetivo es el
mejoramiento de la calidad en la educación.

Desde ese momento, los países inician el diseño de Planes de Acción en la


Educación y se invierten mayores recursos en infraestructura y personal docente,
buscando aumentar la matricula, logrando mayor acceso a la escuela. Durante
todos esos años, se han venido teniendo como referencias los Sistemas Educativos
de otros países como Estados Unidos y España; y las sugerencias de instituciones
como la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) para
mejorar diversos componentes de la calidad tales como, el currículo, la gestión
escolar, la evaluación y la supervisión para hacer que la educación responda a las
necesidades sociales de cada región de América Latina.

Otros aspectos de gran importancia son la eficacia y la eficiencia. La eficacia no es


más que la medida y proporción en que son logrados los objetivos de la educación,
establecidos y garantizados en un enfoque de derechos; es decir, respecto de la
equidad en la distribución de los aprendizajes, su relevancia y pertinencia. La
eficacia debe dar cuenta sobre en qué medida los niños logran acceder y
permanecer en la escuela; si son atendidas las necesidades educativas de todos,
incluidos los adultos; del egreso oportuno de los estudiantes y de si éstos concluyen
la educación obligatoria. Así mismo, del logro de los aprendizajes correspondientes
en cada etapa educativa y de que los recursos y procesos educativos están
asignados y organizados de manera en que sean favorecidos aprendizajes
relevantes y pertinentes; entre ellos, que los estudiantes participen, se apropien,
experimenten y promuevan valores y derechos fundamentales. En conclusión, da
cuenta de si las metas educativas son alcanzadas por todos y no reproducen
diferencias sociales de partida, traducidas en una inequitativa distribución de
oportunidades y capacidades.

Por otro lado, la eficiencia se cuestiona por el costo con que dichos objetivos son
alcanzados. Por lo tanto, es definida con relación al financiamiento destinado a la
educación, la responsabilidad en el uso de éste, los modelos de gestión institucional
y de uso de los recursos. Compromete un atributo central de la acción pública: que
se ejecute honrando los recursos que la sociedad destina para tal fin, por lo que la
obligación de ser eficiente toca a la garantía de un derecho ciudadano clave. Desde
esta perspectiva, la eficiencia no es un imperativo economicista, sino una obligación
derivada del respeto a la condición y derechos ciudadanos de todas las personas.

Entonces, la concepción de la eficacia considera que la educación es siempre


medible, a través de métodos y técnicas estandarizadas y reproducibles a gran
escala. Esta concepción exige la comparación de resultados pedagógicos. Éstos
resultados cuantificados se presentan como un criterio de calidad indispensable de
las diferentes instituciones educativas. Por consiguiente, la preocupación básica por
la calidad de la educación se reorienta hacia el rendimiento escolar; reducido a los
resultados académicos de los estudiantes, lo cual implica elevar las normas de dicho
rendimiento y que se instituyan continuos sistemas de evaluación para determinar
tal rendimiento.

Conclusiones

Para mejorar la gestión institucional se requiere que se profesionalicen los


empleados de las entidades federales y estatales encargadas de la educación, para
que se tenga información confiable y sistematizada sobre las instituciones, las
matrículas y las fuentes de financiamiento (federal, estatal, municipal, padres de
familia), se evalúen los procesos y se utilicen criterios para asignar recursos
humanos, de infraestructura y de materiales de apoyo; y poder así realizar
presupuestos y el cálculo de los indicadores de uso de los recursos.

Con respecto al mejoramiento de la infraestructura, los directores d escuela se


dirigen a diferentes instancias como gobierno municipal o estatal o con los padres
de familia para financiar algunas necesidades urgentes de infraestructura. Esto se
debe a la falta de coordinación y planeación que conlleva a la no ejecución de obras
o a realización de obras fuera de tiempo.

La calidad en la educación es un aspecto importante para disminuir las brechas


sociales y económicas entre la población de América Latina. Pero la calidad en la
educación, no puede ser tomada únicamente como infraestructura, pupitres y
computadores, va más allá. Se requiere que cada uno de los actores (maestros,
directivos y funcionarios) conozcan los objetivos, planes y programas del Gobierno
para lograr su completa implementación.

Creer que la eficacia y la calidad de la educación es representable mediante


estándares medibles por test o evaluaciones constituye una visión reduccionista y
cuantitativista- heredara de la cultura de la eficiencia y la competitividad
empresarial- que no toma en cuenta que ninguna medida o cuantificación exacta
puede reflejar procesos sociales o individuales complejos como el aprendizaje.

Bibliografía
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educativo en México. Recuperado en
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ORTEGA, J. G. (1983) Calidad de la Educación. Universidad de Carabobo.


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