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Jacob tuvo doce hijos. Seis hijos y una hija de su primera esposa Lea: 1. Rubén, 2. Simeón, Leví, 3. Judá, 4.

Isacar y 5. Zabulón. Y su única hija Dina.

Tras su regreso de Egipto. Josué repartió la Tierra Prometida en Canaán entre los doce hijos de Jacob: 1.
Rubén, 2. Simeón, Leví, 3. Judá, 4. Isacar, 5. Zabulón, 6. Gad, 7. Aser, 8. Dan, 9. Neftalí, 10. José y 11.
Benjamín. La tribu de Leví se dedicó al sacerdocio, por lo que no se le asignó tierra. Como José estaba
muerto, su parte en el reparto se la dio a sus dos hijos 10. Efraín y 10. Manasés.

El periodo de los Jueces:

•Comprendió desde la muerte de Josué hasta la monarquía, tiempo durante el cual el pueblo de Israel
vivió en Canaán. Transcurrió entre la llegada de las tribus hebreas a Canaán y la instauración de la
monarquía, es decir, entre los años 1200 y 1020 a. C.

•Durante este tiempo ningún juez llegó a ser jefe supremo porque su función no era lograr la unidad de
las tribus sino solventar problemaspuntuales.

El cargo de juez era idéntico con el de gobernador o rey, pues en todo el Antiguo Testamento juzgar fue
sinónimo de reinar. Los jueces fueron en realidad los caudillos del pueblo de Israel en aquel periodo.

Los Jueces que gobernaron Israel son:


•Otoniel: (Jue 3:7-11)
•Aod: (Jue 3:15)
•Samgar: (Jue 3:31)
•Débora (Y Barac): (Jue 4-5)
•Gedeón: (Jue 6-8)
•Abimelec: (Jue 9:1)
•Tola: (Jue 10:1)
•Jair: (Jue 10:3)
•Jefté: (Jue 10:6-12:7)
•Ibzán: (Jue 12:8)
•Elón: (Jue 12:11)
•Abdón: (Jue 12:13)
•Sansón: (Jue 13-16)
•Samuel: (1Sam 7:15)
Ehud o Aod
Aod significa fuerte. Después de otra opresión de 18 años de los israelitas por el rey Eglón de Moab o de los
moabitas, fueron liberados por Aod.

Aod, fue el segundo juez de Israel, después de Otoniel, segundo hijo de Gera de la tribu de Benjamín.
Gobernó a Israel por 80 años.

El rey Eglón reunió consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y derrotó a Israel. Y los hijos de Israel
sirvieron a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.

Los hijos de Israel enviaron con Ehud un presente a Eglón, quien se ciñó debajo de su ropa, sobre su muslo
derecho un puñal de doble filo. Entregó el presente a Eglón, un hombre muy obeso, y le dijo: Oh rey, tengo
un mensaje secreto para ti. Entonces él dijo: ¡Calla! Luego salieron de su presencia todos los que estaban
con él. Ehud se Acercó a Eglón, quien estaba sentado y se levantó de su silla. Ehud extendió su mano
izquierda, tomó el puñal de su muslo derecho y se lo hundió en el vientre. El mango entró tras la hoja, y la
gordura cubrió la hoja, que le salió por detrás.

Luego Ehud Salió al Pórtico, Cerró tras sí las puertas de la sala de verano y puso el cerrojo. Cuando los
siervos del rey lo vieron salir fueron y miraron. Las puertas de la sala estaban cerradas con cerrojo. Ellos
dijeron: Está haciendo sus necesidades en el interior de la sala de verano. Esperaron hasta quedar
desconcertados. Tomaron la llave y abrieron. Su señor estaba caído sobre el suelo, muerto. Mientras ellos
esperaban Ehud Escapó hacia Seirat.

Cuando Llegó, tocó la corneta en la Región montañosa de Efraín. Entonces los hijos de Israel descendieron
con él de los montes, y él iba delante de ellos.

Después él les dijo: ¡Seguidme, porque Jehovah ha entregado a vuestras manos a nuestros enemigos, los
moabitas! Ellos fueron tras él, tomaron los vados del Jordán que conducen a Moab y no dejaron pasar a
nadie. Mataron como a 10.000 hombres de los moabitas, todos hombres robustos y valientes. No Escapó
ninguno.
Débora única mujer juez de Israel
La única mujer Juez o mandataria y profetisa de Israel. Débora significa abeja, avispa. Fue la esposa de
Lapidot.

Después de la muerte de Ehud, los hijos de Israel fueron sometidos por Jabín, rey de Canaán, que reinaba
en Hazor. El jefe de su ejército era Sísara, y habitaba en Haroset-Goím. Tenía 900 carros de hierro y había
oprimido con crueldad a los hijos de Israel durante veinte años.

En aquel tiempo gobernaba a Israel Débora, profetisa, esposa de Lapidot. Ella Solía sentarse debajo de una
palmera, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín. Y los hijos de Israel Acudían a ella para
juicios.

Mandó llamar a Barac hijo de Abinoam, y le dijo: Vé, toma contigo a 10.000 hombres de los hijos de Neftalí
y de los hijos de Zabulón, y reúnelos en el monte Tabor. Yo atraeré hacia ti, a Sísara al arroyo de Quisón,
con sus carros y sus escuadrones, y se lo entregaré.

Barac Convocó a Zabulón y a Neftalí en Quedes, y le siguieron 10.000 hombres. Y Débora fue con él.

Cuando comunicaron a Sísara que Barac había subido al monte Tabor, reunió todos sus 900 carros de
hierro, y todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-Goím hasta el arroyo de Quisón.

Barac Descendió del monte Tabor con los 10.000 hombres Detrás de él y desbarató a filo de espada a Sísara
con todos sus carros y todo su ejército. Sísara mismo se bajó del carro y huyó a pie. Barac Persiguió los
carros y al ejército hasta Haroset-Goím. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar
ninguno.

Sísara Huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo. Jael Salió recibió a Sísara y le dijo: ¡Ven,
señor Mío! Ven a Mí, no tengas temor. El entró en la tienda con ella, y ella lo cubrió con una manta. Y él le
dijo: Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed. Ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y lo
volvió a cubrir. Entonces él le dijo: Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta: ¿Hay
alguno Aquí?, responderás que no.

Mientras Sísara estaba profundamente dormido y agotado, Jael, mujer de Heber, tomó una estaca y un
mazo en su mano, fue a él silenciosamente y le metió la estaca por las sienes, clavándola en la tierra.
Cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael Salió a su encuentro y le dijo: Ven, y te mostraré al hombre
que buscas. El entró con ella, y Sísara yacía muerto con la estaca clavada a través de sus sienes.

Así Sometió Yahvé aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel.

Abimelec
Hijo de Gedeón con una concubina en Shechem. Reinó durante tres años 1151-1149 a. C.. Abimelec
significa: Padre del Rey. Este Abimelec no fue el rey de Gerar.

Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a ver a los hermanos de su madre, habló con ellos, con toda la
familia de su madre y todos los señores de Siquem y les preguntó: ¿Qué es mejor para vosotros: que todos
los setenta hijos de Jerobaal, mis hermanos, os gobiernen, o que solo yo os gobierne? Acordaos de que yo
soy de los vuestros.

El corazón de ellos se Inclinó a favor de Abimelec, y decían: Es nuestro hermano.

Le dieron 70 piezas de plata del templo de Baal-berit, con ellas Abimelec contrató a hombres sicarios que le
siguieron a la casa de su padre en Ofra y mató a sus 70 hombres hermanos, hijos de Jerobaal, sobre una
misma piedra. Pero quedó Jotam, el hijo menor de Jerobaal, porque se escondió.

Entonces se reunieron todos los señores de Siquem con todos los de Bet-milo y proclamaron a Abimelec
como rey, junto a la encina que está al lado de la piedra ritual en Siquem.

Jotam, fue a la cumbre del monte Gerizim. Y alzando su voz gritó diciéndoles: ¡Escuchadme, oh señores de
Siquem!:

Los árboles del bosque querían elegir un rey y dijeron al olivo: ¡Reina sobre nosotros! . Pero el olivo
respondió: ¡No renunciaré a mi aceite con el cual son honrados Dios y los hombres, para ir a colocarme por
encima de los árboles!

Luego dijeron los árboles a la higuera: ¡Ven Tú, y reina sobre nosotros!. Pero la higuera respondió: ¡No
renunciaré a la dulzura de mi buen fruto, para ir a colocarme por encima de los árboles! Luego dijeron los
árboles a la vid: ¡Ven Tú, y reina sobre nosotros!. Pero la vid respondió: ¡No renunciaré a mi vino que alegra
a Dios y a los hombres, para ir a colocarme por encima de los árboles! Entonces todos los árboles dijeron a
la zarza: ¡Ven Tú, y reina sobre nosotros!.
La zarza respondió a los árboles: ¡Si me ungís como reina, venid y refugiaos a mi sombra para que no salga
fuego de ella y os devore!. Jotám continuó:

¿Habéis procedido de buena fe y con integridad al proclamar como rey a Abimelec?.¿ Habéis actuado
correctamente con Jerobaal y con sus hijos?. ¿Le habéis recompensado conforme a sus merecimientos,
pues mi padre luchó por vosotros, arriesgando su vida, para libraros de la opresión de Madián.

¡Pero vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre, habéis matado a sus hijos, a setenta
hombres sobre una misma piedra, y habéis puesto por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, el hijo
de su criada, porque él es vuestro hermano!.

¡Si habéis procedido de buna fe y con integridad con Jerobaal y con su casa, entonces gozad de Abimelec, y
que él también goce de vosotros!. Y si no, ¡que salga fuego de Abimelec, y consuma a los señores de Siquem
y a Bet-milo! ¡Y que salga fuego de los señores de Siquem y de Bet-milo, y consuma a Abimelec!

Jotam huyó, a Beer, donde continuó viviendo. Abimelec gobernó a Israel tres años, Jehovah envió un mal
espíritu y los señores de Siquem traicionaron a Abimelec, los señores de Siquem sin dar aviso a Abimelec,
colocaron en las cumbres de los montes, hombres al acecho, para que despojaran a todos los que pasaban
junto a ellos por aquel camino.

Gaal hijo de Ebed con sus hermanos se pasaron a los señores de Siquem, quienes pusieron su confianza en
él. Salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron vino. Luego entraron en el templo de
sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.

Gaal hijo de Ebed les dijo:¿Quién es Abimelec para que nosotros le sirvamos? ¡El hijo de Jerobaal y Zebul,
su oficial, deberían servir a los hombres de Hamor, padre de Siquem! ¿Por qué, pues, hemos de servirle
nosotros a él?

¡Si este pueblo se pusiera bajo mi mando, yo echaría a Abimelec! Le diría a Abimelec: ¡Reúne tu ejército y
sal de aquí!

Cuando Zebul, alcalde de la ciudad, oyó las palabras de Gaal, se encendió en ira y envió astutamente
mensajeros a Abimelec para decirle: Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y están
sublevando la ciudad contra ti. Por tanto, ven de noche con la gente que está contigo, y pon emboscadas en
el campo. Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la ciudad. Cuando Gaal y la gente que está con él
salgan contra ti, tú actuarás según se te ofrezcan.

Abimelec y toda la gente que estaba con él se levantaron de noche y montaron una emboscada contra
Siquem con cuatro escuadrones.

Gaal salió y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad. Entonces Abimelec y toda la gente que estaba
con él salieron de la emboscada. Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: ¡He Allí gente que desciende de las
cumbres de las montañas por Tabur-Haárets y un escuadrón que viene por el camino de la encina de los
Adivinos.

Entonces Zebul le Respondió: ¿Dónde Está aquel hablar tuyo, cuando decías: "¿Quién es Abimelec, para
que le sirvamos?" ¿No es ésa la gente que tenías en poco? ¡Sal, pues, ahora y lucha contra él! Gaal Salió al
frente de los señores de Siquem y luchó contra Abimelec. Pero Abimelec lo venció y persiguió hasta la
entrada a la ciudad. Y muchos cayeron muertos.

Abimelec se quedó en Aruma, y Zebul echó fuera de Siquem a Gaal y a sus hermanos.

Al día siguiente Abimelec repartió en tres escuadrones a su gente y puso emboscadas en el campo. Cuando
vio que la gente salía de la ciudad los Atacó. Abimelec y el escuadrón que iba con él acometieron con ímpetu
y tomaron posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad. Los otros dos escuadrones acometieron contra
todos los que estaban en el campo y los mataron. Abimelec combatió todo aquel día, tomó la ciudad y mató
a la gente que estaba en ella. Demolió la ciudad y la cubrió de sal.

Los señores que estaban en la torre de Siquem, entraron en la fortaleza del templo del dios Berit.

Entonces subió Abimelec al monte Salmón con toda su gente y ordenó que cada uno cortase una rama seca
de los árboles y le siguieran.

Las pusieron junto a la fortaleza y les prendieron fuego. Murieron todos los que estaban en la torre de
Siquem, como unos mil hombres y sus mujeres.

Después Abimelec fue a Tebes y la tomó. En medio de aquella ciudad había una torre fortificada en la cual
se refugiaron todos los hombres y mujeres de la ciudad. Cerraron tras de sí las puertas, y subieron a la
azotea de la torre.

Abimelec fue a la torre, se acercó a la puerta para prenderle fuego, pero una mujer dejó caer una piedra de
molino sobre su cabeza y se la destrozó.

Llamó apresuradamente a su joven escudero, y le dijo: Saca tu espada y Mátame, para que no se diga que
una mujer me mató. Su escudero lo atravesó, y Abimelec murió.

Así Jehovah castigó todo el mal que Abimelec había hecho al matar a sus setenta hermanos.

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