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1 Tipos de esfuerzos
Un cuerpo sufre esfuerzos de torsión cuando existen fuerzas que tienden a retorcerlo. Es un
esfuerzo producido por retorcer o girar un material sobre sí mismo, ejerciéndose en sus dos
pares de giro en sentido contrario.
Cuando colocamos un tornillo, lo estamos sometiendo a un esfuerzo de torsión. Por una parte,
experimenta la fuerza del destornillador que la gira en sentido horario. Por la otra, el material
donde estamos introduciendo ejerce una fuerza de resistencia de sentido antihorario. El
resultado es que el tornillo tiende a retorcerse (Tijskens y Schijvens, 1987).
Las herramientas de corte manual que funcionen por la acción de dos hojas de metal afilado:
tijeras, guillotinas para papel, cizallas para metal, etc. El material (tela papel, meta…) recibe
un esfuerzo de cizalladura que no puede soportar, por lo que se produce el corte.
El troquelado se usa para recortar piezas de una lámina de material delgado, normalmente
metal, plástico, cartón o cuero. El corte se hace de golpe, presionando fuertemente el material
a cortar entre dos herramientas, el punzón y la matriz, que tienen la forma que se desea
obtener. El contorno de la pieza cortada experimenta un esfuerzo de cizalladura (Tijskens y
Schijvens, 1987)
Un elemento estará sometido a flexión cuando actúen sobre él cargas que tiendan a doblarlo.
En un esfuerzo de flexión se dan los esfuerzos de tracción y compresión a la vez, pues cuando
el cuerpo se hunde, una parte sube hacia fuera (tracción), mientras que otra se hunde hacia
dentro (compresión) (Wilkinson, 1981).
Algunas propiedades físicas de los alimentos, tales como la forma y el color, no permanecen
constantes, debido fundamentalmente a los cambios en el contenido de agua y al
envejecimiento. Las frutas y hortalizas frescas, también pierden consistencia a medida que
las paredes celulares se rompen y las células pierden agua, lo que se conoce como pérdida de
turgencia o tumescencia. A medida que el agua desaparece del fruto, éste se seca y endurece,
lo que es deseable en algunos productos tales como; ciruelas desecadas, pasas, entre otros,
en cambio en productos como el pan la pérdida de agua durante el envejecimiento es un signo
de merma de calidad (Potter Y Hotchkiss, 1999). Además de las modificaciones de la textura
de los alimentos sin procesar es importante ver cómo evoluciona la textura durante un
tratamiento térmico, el cual dependerá en primer lugar del medio en que se produzca la
cocción sea o no húmedo.
Una de las características más importantes en frutas y vegetales es la textura de los tejidos.
El mantenimiento de la integridad estructural, después de la cosecha es importante para
retener las propiedades físicas que crean las sensaciones texturales, particularmente el de
firmeza y el de crujiente en la boca (Bowers, 1992). La textura es una de las tres propiedades
sensoriales primarias de los alimentos que relacionan el sentido del tacto y, sin embargo, es
potencialmente capaz de medirse objetivamente por medios mecánicos en unidades de masa
o fuerza (Bourne, 2002). El rango de texturas de los alimentos es muy grande y una
desviación de lo esperado, constituye un defecto de calidad (Potter y Hotchkiss, 1999).
Cuando a un cuerpo se le aplica una fuerza, la respuesta que presenta es distinta según sea el
material. Por ejemplo, cuando la fuerza se aplica a un sólido elástico, se deforma, pero cuando
deja de actuar dicha fuerza, el sólido recupera su forma inicial (Ibarz y Barbosa, 1999). El
esfuerzo (s) aplicado al material se define como la fuerza (F) por unidad de área (A). Todo
esfuerzo aplicado a un material produce una deformación. Las deformaciones pueden ser
angulares o longitudinales, según sea el tipo de esfuerzo aplicado. Este puede ser normal o
tangencial. Los esfuerzos tangenciales producen deformaciones angulares, por ejemplo, la
cizalla. Los esfuerzos normales producen deformaciones longitudinales, que pueden ser
alargamientos o acortamientos, dependiendo si el esfuerzo es de tensión o compresión (Ibarz
y Barbosa, 1999). Dentro de los esfuerzos normales cabe distinguir la tracción o tensión y la
compresión, los cuales no son sinónimos. Los esfuerzos normales de tensión son positivos,
mientras que los de compresión son negativos. El esfuerzo es siempre una medición de
fuerza, en una compresión uniaxial simple el esfuerzo es la fuerza por unidad de área con la
unidad de N/m2 en el sistema SI (Bourne, 2002).
El diagrama es la curva resultante graficada con los valores del esfuerzo y la correspondiente
deformación unitaria en el espécimen calculado a partir de los datos de un ensayo de tensión
o de compresión.
Figura X: Diagrama de esfuerzo y deformación
Donde:
a) Zona elástica
La zona elástica es la parte donde al retirar la carga el material regresa a su forma y tamaño
inicial, en casi toda la zona se presenta una relación lineal entre la tensión y la deformación
y tiene aplicación la ley de Hooke. La pendiente en este tramo es el módulo de Young del
material. El punto donde la relación deja de ser lineal se llama límite proporcional. El valor
de la tensión en donde termina la zona elástica, se llama límite elástico, y a menudo coincide
con el límite proporcional en el caso del acero (Bourne, 2002).
b) Meseta de fluencia
Zona en donde el material retoma tensión para seguir deformándose; va hasta el punto de
tensión máxima, llamado por alguna tensión o resistencia última por ser el último punto útil
del gráfico.
En este último tramo el material se va poniendo menos tenso hasta el momento de la fractura.
La tensión de fractura es llamada también tensión última por ser la última tensión que soportó
el material (Bourne, 2002).
Cuando se tiene un cuerpo que presenta una de sus dimensiones espaciales de mayor longitud
que las otras dos, como por ejemplo un cable, un hilo o el tallo de un vegetal, y le aplicamos
una fuerza de tensión en dirección de esta misma dimensión, la deformación que se produce
es un alargamiento del cuerpo. En caso contrario, si la fuerza aplicada es de compresión, el
cuerpo se acorta.
Según la Ley de Hooke, la fuerza aplicada debe ser proporcional a la deformación producida
y la constante de proporcionalidad es K, la cual es específica para cada resorte. Esta constante
dependerá no sólo del tipo de material del que está hecho el resorte (acero, aluminio, hierro,
etc.) sino del diámetro del alambre e incluso de la distancia entre dos vueltas consecutivas de
la hélice que forma el resorte y el diámetro de la misma. La Ley de Hooke viene dada por la
siguiente expresión:
Donde:
F es la fuerza (N)
X es el espesor (m)
Se entiende por falla aquella situación en que un elemento mecánico ya no puede cumplir de
manera satisfactoria con la función para la cual fue creado, ya sea porque se ha deformado
plásticamente, se nos ha desgastado o se nos ha fracturado. Las teorías de falla tratan de
describir las condiciones bajo las cuales puede fallar un elemento mecánico. Por lo tanto, la
falla de una pieza, implica estados de esfuerzos en un punto que superan la capacidad
inherente del material de soportar dichas cargas, así la suposición básica que constituye el
marco de referencia para todas las teorías de falla es esto se producirá cuando el esfuerzo
principal máximo o el esfuerzo cortante máximo, alcance o supere el valor del mismo
parámetro obtenido en una prueba de tensión simple (Valero y Ruiz, 2000).
BIBLIOGRAFIA
Bourne, M. L. (2002). Food Texture and Viscosity. Concept and Measurement. 2nd
Ed. Editorial Academic Press, New York.
Bowers, J. P. (1992). Food Theory and Applications. Ediciones Maxwell Macmillan
International, New York.
Ibarz, A. y Barbosa-Canovas, G. (1999). Operaciones Unitarias en la Ingeniería de
Alimentos. Technomic Publishing Company. U.S.A.
Potter, N. y HotchkisS, J. (1999). Ciencia de los Alimentos. Editorial Acribia,
Zaragoza España.
Sharma, S., Mulvaney, S. y Rizvi, S. 2000. Food Process Engineering Theory and
Laboratory Experiments. Editorial Wiley Interscience. U. S. A.
Tijskens, L. y Schijvens, E. 1987. Preservation criteria based on texture kinetics. En:
Influence of HTST Treatments on Product Quality and Nutritive Value of Food and
Feed. Editorial K. O. Paulus
Valero, C. y Ruiz, M. 2000. Técnicas de medida de la calidad de frutas. At:
http://138.100.116.103/pdf/2000%20ctmcs.PDF. Accessed: 20 de diciembre del
2003.
Wilkinson, S., Earle, M. y Cleland, A. 1981. Effects of food composition, pH and
copper on the degradation of vitamin A in beef live purée. J. Food Sci. 46: 844-848.