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Escribir emociones como Murakami

por Jaume | Feb 27, 2017 | Blog | 11 Comentarios

La semana pasada te hablé sobre el storytelling, ¿te acuerdas? Te dije que


es la forma de seducir a tus lectores con las palabras. Se trata de
enganchar y de atraer, algo que nos va de maravilla para vendernos como
escritores. En el artículo te hablé sobre el Círculo Dorado y cómo contar tu
historia de dentro a fuera. Siguiendo con el storytelling, hoy toca hablar
de las emociones.
Y no me refiero a ponerte una canción de Roxette y llorar bajo la lluvia.
Para que el storytelling funcione y enganches a tus lectores, tienes que
apelar a los sentimientos. Las historias sentimentales son las que mejor
funcionan. Tu lector te recordará si eres capaz de apelar a sus emociones
más íntimas. Tu historia tiene que provocar algún tipo se sensación en él,
no importa cual. Puedes hacer que se ría, que se enfade, que se enamore o
que te odie. Lo importante es que sienta algo.
Básicamente tienes que conseguir tocarle la patata.
Las emociones a los Haruki Murakami
Las emociones y los sentimientos son la piedra angular de cualquier texto.
Si no eres capaz de conmover al lector, este no conectará con tu obra y por
tanto, no te leerá. El éxito de un texto —a parte de la calidad literaria del
mismo— radica en las emociones, en cómo haces sentir al lector.
Un repaso a la obra de Murakami

Si quieres escribir una novela que haga sentir a los lectores melancolía o
tristeza, entonces tienes que leer y aprender de Murakami —sí, el tipo más
sieso de la historia de la literatura—. Otra cosa no, pero en cuanto a
hacerte sentir, el tío tiene mano.
Murakami desarrolla esas emociones mediante sus personajes,
sus ambientes y las tramas. También sabe escoger como nadie el
lenguaje, haciendo que cada palabra resuene con la emoción que pretende
trasladar a sus lectores.
Por ejemplo, Toru el protagonista de Crónica del pájaro que da cuerda al
mundo, pierde su trabajo y a su gato. Desde entonces es un personaje
pasivo, completamente desconectado de todo, incluso de su esposa. Solo
es capaz de conectar emocionalmente con otras personas que van a la
deriva como él, como la estudiante May. El narrador de Sputnik, mi amor,
es un joven enamorado de una mujer que no le corresponde.
Si te fijas en su patrón, Murakami mediante sus personajes, ha sentir al
lector profundamente solo y, en algunos casos, incluso deprimido. Ese es
su súperpoder.
Las emociones en el argumento
Las tramas y los argumentos de Murakami también nos van trasladando
ciertas emociones —normalmente las mismas que sus personajes; tristeza,
soledad, abandono…—. Murakami, además, es un maestro del realismo
mágico, sus historias siempre cuentan acontecimientos extraños y
aparentemente sin conexión, en Kafka en la orilla, por ejemplo nos habla
de un señor que puede hablar con los gatos.

Un paseo por el interior de la mente de Murakami

Esa magia, ese sentido onírico de su obra, transmite sensaciones y


emociones al lector.
Para que nuestro storytelling atrape al lector hemos de ser capaces de
transmitir a nivel emocional. Tienes que llegar hasta él, causarle algún
tipo de sensación. Tampoco deberías pasarte, no puedes sobre-escribir o
resultar empalagoso. Tienes que encontrar el término medio y de ahí tirar
del lector hasta que lo hayas metido de lleno en la historia.
Murakami logra que cada pieza de la narración trabaje en un solo
sentido: hacer que el lector sienta lo que sienten sus personajes.
Él traslada las emociones hasta el lector de forma natural.
Incluso sus finales, que son ambiguos y abiertos, nos dejan en un estado
de desasosiego, de perdida… Exactamente el mismo en el que quedan sus
personajes.
El lenguaje de las emociones
Murakami —aunque es complicado de explicar a causa de las
traducciones— se supone que utiliza un lenguaje fluido. No se parece en
nada al lenguaje que suelen usar los novelistas japoneses. Usa un
lenguaje casual que ayuda a conectar con el lector. Este tipo de
lenguaje, casual y fluido, nos ayuda a conectar con las emociones
de sus protagonistas.
Si quieres que tu storytelling sea efectivo no puedes usar grandes
palabros. No te deberías perder en el diccionario. Si tu lector, al que ya
casi has enganchado y que está a punto de comprar tu libro, tiene que
abandonar la pantalla de compra para buscar en el diccionario qué
cojones significa una palabreja, lo habrás perdido para siempre.
Usa siempre un lenguaje fluido, sencillo y sin demasiadas florituras.
Cuidado con los adjetivos: uno está bien, dos pueden pasar, pero tres son
demasiados. Siempre.
Juega con los verbos, ahí es donde reside tu poder como narrador. El
verbo reclama la atención, te obliga a hacer algo. No tengas miedo de usar
verbos de acción, arrastra a tu lector, cógelo de las orejas y llévalo por
todo el texto hasta el último párrafo. Cuando llegues ahí, ponle un
buen Call To Action. Pincha aquí, suscríbete…
Cómo escribir emociones
Seguro que todo el rollo de Murakami está muy bien, pero te estás
preguntando cómo demonios trabaja uno con las emociones. Bueno, a ver,
seguro que has leído algún relato de terror en tu vida, seguro que te ha
hecho sentir algo —Poe, por ejemplo, es un maestro de las emociones—.
La emoción suele pasar desapercibida en las clases de escritura. Sí, nos
centramos mucho en temas como la estructura y el lenguaje, pero
pasamos por alto algo tan importante como esto. Solo mediante las
emociones podrás conectar con tu lector. Hoy no me cansaré de repetirlo,
lo siento.
Arranca respuestas emocionales a tus lectores,
aunque sea a golpes
Lo suyo sería conseguir que tu lector entre en el mismo estado emocional
que tratas de trasladar en tu texto. Si es una historia triste, tus lectores
deberían sentirse así; si fuera una historia de terror, deberían asustarse y
si eres Terry Pratchet, deberían partirse de risa.
Tienes que ser conscientes de que la misma secuencia de acontecimientos
puede tener efectos diferentes en tu lector, según tus intenciones. Un
personaje que cae rodando por las escaleras puede ser trágico, dramático
o cómico.
El editor de Murakami trabajando en su próxima obra

Lo primero que tienes que hacer es saber qué quieres trasladar al lector.
Qué quieres que sienta cuando te lee. No es lo mismo vender romance
paranormal que una novela de terror. Un vampiro en una novela de terror
tiene que dar miedo o parecer poderoso, en una romántica te basta con
que tenga tableta y pelazo.
Mientras escribes piensa en la emoción que pretendes trasladar al lector y
en cómo puedes jugar con ella, aumentando o rebajando la tensión. Los
contrastes son una de las mejores formas de enganchar a tu lector, pasar
de la luz a las sombras puede atrapar al lector y mantenerlo atento a ver
qué será lo siguiente.
Los elementos de tu narración
Cómo has podido ver crear emociones no es tan sencillo como parece. De
entrada ten en cuenta que no se trata de ser lacrimógeno, esto no va de
perritos huérfanos. Es necesario que todas las piezas de tu historia
trabajen juntas para crear esas emociones que, al final, atraparán y
atraerán la atención de tu lector.
Cada parte de tu narración interactuará con las demás, creando el
ambiente adecuado para que las emociones lleguen a tu lector. No puedes
prescindir de ninguna de esas partes y ninguna trabajará en solitario.
Tienes que olvidarte de los solos, necesitas un coro.

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