Vous êtes sur la page 1sur 28

quienes tenía gran confianza, los hada sabedores

de ello. Ellos le decían:


-"Se sabe el lugar de loo muertos,, la Casa del
Sol, y la Tierra de Tláloc, y la Casa de Cintli.
Allá habrá que ir. En donde sea tu buena vo-
luntad."
lli
Por su parte él tenía su deseo: deseaba ir a la
lil
Casa de Cintli (templo de la diosa del maíz) .
' ¡ Así se pudo saber, así se divulgó entre la gente.
' Pero esto no lo pudo. No pudo ocultarse, no
pudo esconderse. Ya no estaba válido, ya no estaba
ardoroso; ya nada se pudo hacer.
V
La palabra de los encantadores con que habían
., trastornado su corazón, con que se lo habían des- LOS ESPAÑOLES SE PONEN EN MARCHA:
;¡,
garrado, se lo habían hecho estar como girando, LLEGADA A TLAXCALA Y CHOLULA
se lo habían dejado lacio y decaído, lo tenía total-
mente incierto e inseguro por saber (si podría l ntt oduccion
ocultarse) allá donde se ha mencionado. No obstante los esfuerzos de los mensajeros de Mote-
No hizo más que esperarlos. No hizo más que cuhzorria con el fin de impedir que los españoles trataran
resolverlo en su corazón, no hizo más que resig- de acercarse a México-Tenochtitlan, la gente de Cortés
narse; dominó finalmente su corazón, se recomió decidió ponersr en marcha. Los dos textos indígenas
en su interior, lo dejó en disposición de ver y de que se transcriben en este capítulo, el primero de los
1,: admirar lo que habría de suceder. 1 infonnantes indígenas de Sahagún y el segundo de la
Historia de T'laxcala de Muñoz Camargo, nos relatan
ll!i la llegada de los españoles a Tlaxcala y Cholula.
,11
La sección de los informantes indígenas da cuenta
"'' del primer combate tenido por los españoles con un
111
grupo de ororrues procedentes de Tecoac. Se refiere en
¡1,1 seguida cómo decidieron los tlaxca]tecas recibir en son
¡,¡
de paz a los extran jcros. Llegados ya los españoles, muy
pronto empezaron los tlaxcaltecas a intrigar en contra
de la gente ele Cholula y de los mexicas.
Es interesante ver la doble versión que acerca de los
motivos de la matanza perpetrada por los españoles en
Cholula nos dan. por una parte los informantes de
Sahagún y por otra el autor de la Historia de Tlaxcala.
1 Informantes de Sahagún: Códice Florentino, lib. XII, Según los primeros. todo se debió a intrigas de los tlax-
caps. vnr y 1x. (Versión de Angel Ma. Garibay K.). caltecas "cuya alma ardía contra los de Chol ula". La

38 S:i¡

L
versión de la Historia de Tlaxcala es en cambio distinta: juntaron. Unos a otros se decían el hecho, y dije-
se dice que los cholultecas dieron ocasión a su propia ron:
destrucción, al no haberse sometido a los españoles y -"¿Cómo seremos? ¿Iremos a su encuentro? ¡ Muy
al asesinar traidoramente a Patlahuatzin, embajador macho y muy guerrero es el otomí: en nada lo
tlaxcalteca, que incitaba a los cholultecas a aliarse con tuvieron, como nada lo miraron! ... "
los españoles. Esta versión, inventada tal vez por los ¡Todo con una mirada, todo con un volver de
,¡¡
tlaxcaltecas, para excusar su participación en la matanza ojos acabaron con el infeliz macehuall ...
¡¡ij de Cholula, no encuentra corroboración, ni en la H is- Pues ahora, entremos a su lado; hagámonos sus
lli!
11
toria de Bernal Díaz del Castillo, ni en las Cartas de amigos, seamos amigos suyos. ¡Los de abajo están
11 relación de Cortés. arruinados! ...
,:
Los españoles se ponen en marcha Llegada a Tlaxcala
Pues al fin vienen, los españoles ya se pusieron en Pues en seguida van a darles encuentro, los señores
marcha hacia acá. de Tlaxcala. Llevaron consigo comida: gallinas de
!11,
Un hombre de Cempoalla, llamado el Tlacoch- la tierra, huevos, tortillas blancas, tortillas finas.
cákatl, también primero lo habían hallado cuando Les dijeron:
vinieron a ver tierras y ciudades, también venía -Os habéis fatigado, señores nuestros.
hablando náhuatl. Éste les viene preparando el Respondieron ellos:
camino, éste les viene haciendo cortar caminos, éste -¿Dónde es su casa? ¿De dónde han venido?
les viene dando el verdadero camino. Los guiaba, Dijeron:
los traía, viniendo por delante. -Somos de Tlaxcala. Os habéis fatigado; habéis
Y cuando a Tecoac llegaron, fue en tierra de llegado y habéis entrado a vuestra tierra: es vuestra
1
tlaxcaltecas, en donde estaban poblando sus oto- casa Tlaxcala. Es vuestra casa la Ciudal del Águila,
"" míes. Pues esos otomíes les salieron al encuentro Tlaxcala.
,111 en son de guerra; con escudos les dieron la bien- Pues allá en la antigüedad se llamaba Texcala:
11 venida. sus habitantes se designaban texcaltecas. 1
ni-.
Pero a los otomíes de Tecoac muy bien los arrui- Los condujeron, los llevaron, los fueron guiando.
naron, totalmente los vencieron. Los dividieron en Los fueron a dejar, los hicieron entrar a su casa
11
bandas, hubo división de grupos. Los cañonearon, real.
"'"
"'"
11111
los asediaron con la espada, los flecharon con sus Mucho los honraron, les proporcionaron todo lo
arcos. Y no unos pocos sólo, sino todos perecieron. que les era menester, con ellos estuvieron en unión
Y cuando Tecoac fue derrotado, los tlaxcaltecas y luego les dieron sus hijas.
lo oyeron, lo supieron: se les dijo. Mucho se ame- Luego ellos preguntaron:
drentaron, sintieron ansias de muerte. Les sobre- -¿Dónde es México? ¿Qué tan lejos es?
vino gran miedo, y de temor se llenaron. 1 Texcala: "En los peñascos." Tal es la interpretación
Entonces se congregaron, en asamblea se reunie- dada por los mexicas al origen de la palabra Tlaxcala, que
ron. Se reunieron los caudillos, los capitanes se para los tlaxcaltecas significaba: "En el lugar de las tortillas
de maíz."

40 41
Les respondieron:
-Ya no es lejos. Tal vez en tres días se llegará. Y en tanto que todo esto se hacía, todo se le
Es muy buen lugar. Y muy valientes, muy guerre- hacía llegar, se le decía, se le hacía oír a Mote-
ros, conquistadores. Por todo lugar andan conquis- cuhzoma.
tando. En cuanto a los enviados, vienen hasta acá, y se
Intrigas contra los de Cholula van; están dando vueltas de allá a acá. Ya no
como quiera se oye, se percibe el relato.
:
¡11¡1.
~: Pero los de Tlaxcala ha tiempo están en guena, Por su parte, la gente humilde no más está llena
h ven con enojo, ven con mala alma, están en dis- de espanto. No hace más que sentirse azorada. Es
~1;: gusto, se les arde el alma contra los de Cholula. como si la tierra temblara, como si la tierra girara
t"'
r!! . Esta fue la razón ele que le dieran hablillas (al en torno de los ojos. Tal como si le diera vueltas
conquistador) para que acabara con ellos.
!r, a uno cuando hace ruedos. Todo era una admi-

Le dijeron: ración.
¡ -Es un gran perverso nuestro enemigo el de Y después de sucedidas las matanzas de Cholula,
1
~' ,. Cholula. Tan valiente como el mexicano. Es amigo ya se pusieron en marcha, ya van hacia México.
del mexicano. Van en círculo, van en son de conquista. Van al-
Pues cuando esto oyeron los españoles, luego se
zando en torbellino el polvo de los caminos. Sus
fueron a Cholula. Los fueron llevando los de T'lax-
lanzas, sus astiles, que murciélagos semejan, van
cala, y los de Cernpoala. Estaban todos en son de
como resplandenciendo. Así hacen también estruen-
guena.
; do. Sus cotas de malla, sus cascos de hierro; ha-
('N'
La matanza de Cholula ciendo van estruendo.
Cuando se hubo llegado, se dieron gritos, se hizo Algunos van llevando puesto hierro, van atavía-
pregón: los guías, y también los hombres del <los de hierro, van relumbrando. Por esto se les vio
pueblo. con gran temor, van infundiendo espanto en todo:
i:¡ ¡
Hubo reuruon en el atrio del dios. son muy espantosos, san horrendos.
li Y sus perros van por delante, los van precedien-
11
Pues cuando todos se hubieron reunido, luego se
cerraron las entradas: por todos los sitios donde do; llevan sus narices en alto, llevan tendidas sus
~11 había entrada. narices: van de carrera: les va cayendo la saliva. 2
,,,
(,,,
1
En el momento hav acuchillamicnto, hay muer-
L'I' tes, hav zolpes. ¡Nada en su corazón temían los La ucrsion tlaxcalteca de la matanza de Cholula
(' de Cholulal (Texto original en castellano)
No con espadas, no con escudos hicieron frente
a los españoles.
No más con perfidia fueron muertos, no más .
De manera aue desde allí en adelante no se trataba
de otra cosa (entre los españoles) que de hacer
como ciegos murieron, no más sin saberlo murieron.
No fue más que con insidias se les echaron en- 2 Informantes de Sahagún: Codice Florentino, lib. xn,
cima los de Tlaxcala. cap- x. (Versión de Angel Ma. Garibay K-)

42
43
gente contra los Culhuas Mexicanos, lo cual den-
tro de muy breve tiempo se hizo por no dar lugar
a que éstos se confederasen con los tlaxcaltecas.
Y por evitar malos pensamientos y otras nuevas
"i
ocasiones y propósitos, procuró Cortés de no de-
i!i jar de la mano a sus nuevos amigos y confede-
'li rados, usando como siempre de sus astucias como
1t!: astuto capitán de la buena ocasión que presente
lll 1
tenía.
Hecha su gente comenzaron a marchar y mover
sus ejérc:itos españoles y tlaxcaltecas con mucho
1 ~i! orden de su milicia, número y copia de gentes y
bastimentas bastantes para tan grande empresa,
con muy principales y famosos capitanes ejerci-
tados en la guerra según su uso y manera antigua.
Fueron por capitanes Piltecuhtli, Acxoxécatl, Tec-
panécatl, Cahuecahua, Cocomitecuhtli, Quauhto-
tohua, Textlipitl, y otros muchos que por ser tantos
y tanta la variedad de sus nombres, no se p<>nen,
sino los más señalados que siempre tuvieron fide-
lidad con Cortés hasta el cabo de su conquista.
La primera entrada que se hizo fue por la parte
de Cholula, donde gobernaban y reinaban dos Se-
ñores que se llamaban Tlaquiach y Tlalchiac, que
111: siempre los que en este mando sucedían eran lla-
11:
i,,r mados de este nombre, que quiere decir el mayor
de lo alto y el mayor de lo bajo del suelo.
lli Entrados pues por la provincia de Cholula, en
,,,
ti!
muy breve tiempo fue destruida por muy grandes
,1,, ocasiones que para ello dieron y causaron los na-
"' turales de aquella ciudad. La cual destruida y
muerta en esta entrada gran muchedumbre de cho-
lultecas, corrió la fama por toda la tierra hasta ~
México, donde puso horrible espanto, y más en
ver y entender que los tlaxcaltecas se habían con- La matanza de Cholula (Lienzo de Tlaxcala)
federado con los "dioses", que así generalmente
eran llamados los nuestros (los españoles) en toda

44 45
castigo sobre vosotros que hace nuestro dios Que-
la tierra de este Nuevo Mundo, sin poderles dar
tzakohuatl.
otro nombre.
Éstas y otras cosas semejantes decían, porque
Tenían tanta confianza los cholultecas en su
tenían entendido que en efecto se habían de abra-
ídolo Quetzalcohuatl, que entendieron que no ha-
sar con rayos de fuego que del cielo habían de caer
bía poder humano que los pudiese conquista: ni
sobre ellos, y que de los mismos templos de sus
1lii ofender, antes acabar a los nuestros en breve tiem-
ídolos habían de salir y manar ríos caudalosos de
~lli
l:1111::
po, lo uno porque eran pocos, y lo otro porque
agua para los anegar, así a los de Tlaxcala como
f,,,1111 los ti axcaltecas los habían traído allí por engaño
fll'I' a los nuestros, que no poco temor y espanto
~!Y
1;,1
a que ellos los acabaran, pues confiaban tanto en
su ídolo, que creían que con rayo y fuego del cielo
causaban a los amigos t1axcaltecas creyendo que
sucediese así como decían los cholultecas. Decían,
los habían de consumir y acabar y anegar con
1!!1 especialmente los pregoneros del templo de Que-
1m1¡: aguas.
tzalcohuatl, todo esto que así lo publicaban.
Decíanlo así, y lo publicaban a grandes voces
diciendo: dejad llegar a estos advenedizos extran- Mas, visto por nuestros tlaxcaltccas que nuestros
Mlt
jeros, veamos qué poder es el suyo, porque nuestro españoles apellidaban a Santiago, v comenzaban a
dios Quetzalcohuatl está aquí con nosotros, que en quemar los españoles los templos de los ídolos v a
un improviso los ha de acabar; dejadlos, lleguen derriharlos por los suelos, profanándolos con gran
esos miserables, veámoslos ahora, gocemos de sus determinación, y corno no veían que hacían nada,
devaneos v engaños que traen, son locos de quienes ni caían ravos, ni salían ríos de agua. entendieron
se fían aquellos sométicos (sodomitas) mujeriles, la burlería v caveron en la cuenta de cómo era todo
; /

que no son más que mujeres bardajas de sus hom- Falsedad y mentira.
bres barbudos, que se han rendido a ellos de miedo. Tornaron así cobrando tanto ánimo, que como
Dejadlos lleguen a los alquilados, que bien les han dejamos referido hubo en esta ciudad tan gran
11 ~··
pagado la vida a los miserables. Mirad a los ruines matanza y estrago, que no se puede imaginar; de
11 ~:: tlaxcaltecas, cobardes, merecedores de castigo: co- donde nuestros amigos quedaron muy enterados
,ii,:: del valor de nuestros español-es, y desde allí en ade-
¡pli mo se ven vencidos de los mexicanos, andan a bus-
car gentes advenedizas para su defensa. ¿Cómo os lante no estimaban acometer mayores crímenes,
111: habéis trocado en tan breve tiempo, y os habéis todo guiado por orden divina, que era Nuestro
li
tfri
i;d sometido a gente tan bárbara y advenediza, ex- Señor servido que esta tierra se ganase y rescatase
llljl'
tranjera y en el mundo no conocida? Decidnos de y saliese del poder del demonio.
dónde los habéis traído alquilados para vuestra Antes que esta guerra se comenzara, fueron en-
venganza. ¡Oh miserables de vosotros que habéis viados mensajeros y embajadores de la ciudad de
perdido la fama inmortal que teníais de vuestros Tlaxcala a los cholultecas, a rogarles y requerirlos
varones ascendientes de la muy clara sangre de los por la paz. enviándoles a decir que no venían a
antiguos teochichimecas, pobladores de estas tierras buscar a ellos, sino a los de Culhua, culhuacanenses
inhabitables! ¿Qué ha de ser de vosotros gente mexicanos, que como está dicho, éste era el nom-
perdida? Mas aguardad que muy presto veréis el bre y apellido Culhuao ue porgue habían venido

46 4i
de las partes de Culhuacan de hacia la parte del nos, que se las desollaron hasta los codos, y cor-
poniente, y mexicanos porque así se llamaba la tadas las manos por las muñecas, que las llevaba
ciudad de México donde estaban poblados con su- colgando. Y le enviaron de esta manera con gran
premo poder: fueles enviado decir por los de Tlax- crueldad, diciéndole así: andad y volved y decid
lli cala que se vinieran y de parte de Cortés, que se a los de Tlaxcala y a esos otros andrajosos hom-
,H!
viniesen y diesen de paz, y no tuviesen temor que bres, o dioses o lo que fuesen, que son esos que
1111:
los hombres blancos y barbudos les hiciesen daño, decís que vienen, que eso les damos por respuesta.
' 'llii:
111::: porque era muy principal gente y muy noble, que Y así se vino el pobre embajador con harta lás-
j1¡r;·
1 querían su amistad, y así les rogaban como amigos tima y dolor, el cual puso terrible espanto y pena
111!!
1,,,,111
1,,;1¡ los recibiesen de paz, pues haciéndolo así serían en la república, siendo uno de los gentiles y her-
bien tratados de ellos y que no les harían ningún mosos hombres de esta Señoría, dispuesto y bien
,1111
1111!!
mal tratamiento, porque de otra manera si los agestado; y visto tan gran atrevimiento y vil trata-
enojaban era gente muy feroz, atrevida y valiente, miento, de que murió Patlahuatzin en servicio de
que traían armas aventajadas y muy fuertes de su patria y república, donde dejó eterna fama en-
hierro blanco. tre los suyos como lo refieren en sus enigmas y
Decían esto a causa de que entre ellos no había cantares. Fueron indignados los tlaxcaltecas, pues
hierro sino cobre, y que traían tiros de fuego y recibieron por grande afrenta una cosa que jamás
,,,, había pasado en el mundo; que los semejantes em-
[!.,,
animales fieros que los traían de trailla atados con
cordeles de hierro, y calzaban y vestían hierro, bajadores eran tenidos en mu cho y honrados de
y de cómo traían ballestas fortísimas, y leones, y los reyes y señores extraños que con ellos comuni-
'~ · caban las paces, guerras y otros acontecimientos
onzas muy bravas que se comían las gentes, lo cual
decían por los perros lebreles y alanos muy bravos que entre las provincias y reinos suelen suceder.
f~•I¡
que en efecto traían los nuestros, que fueron de Y así con esta indignación dijeron a Cortés: "Se-
mucho efecto, y que con estas cosas no se podían ñor muy valeroso, en venganza de tan gran des-
1111::: escapar ni tener reparo, si los "dioses" se enojaban vergüenza, maldad y atrevimiento, queremos ir
1,:1.
1,1\I
y no se entregaban de paz, lo cual les parecía a contigo a asolar y destruir aquella nación y su
ellos muy bien por excusar mayores daños. Y que provincia, y que no quede a vida gente tan perni-
tlh! les aconsejaban como amigos lo hiciesen así. ciosa, obstinada y endurecida en su maldad y tira-
:::11
nía, que aunque no fuera par otra cosa más de por
1111, Muerte del enviado tlaxcalteca ésta, merecen castigo eterno, pues que en lugar de
lf•la

damos gracias por nuestro buen comedimiento,


Mas sin hacer caso de estas cosas no quisieron sino
nos han querido menospreciar y tener en tan poco
seguir su parecer de no darse, sino morir antes, y
por amor de ti."
en lugar de este buen consejo y buena respuesta
El valeroso Cortés les respondió con rostro severo
a los de Tlaxcala, desollaron vivo la cara a Pa-
diciéndoles de esta manera: "Que no tuviesen pena,
tlahuatzin su embajador, persona de mucha estima
que él les prometía la Yenganza de ello", como en
y principal valor. Y lo mismo hicieron de sus ma-
efecto lo hizo así, por esto como por otras trai
48 49
cienes, se puso en ejecución darles guerra muy por blasón de morir muerte contraria de las otras
cruel, donde murieron grandes muchedumbres de naciones y morir de cabeza.
ellos como se verá por la crónica que, de la Con- Finalmente, los más de ellos en esta guerra mo-
quista de esta tierra está hecha. rían desesperados matándose ellos propios. Acabada
11¡:

!1¡
Decían los cholultecas que los habían de anegar la guerra de Cholula entendieron y conocieron
1111:: en virtud de su ídolo Quetzalcohuatl, que era el los cholultecas que era de más virtud el Dios de los
ídolo más frecuentado de todos los que se tenían hombres blancos y sus hijos más poderosos. los
en esta tierra, y así el templo de Cholula lo tenían tlaxcaltecas nuestros amigos, viéndose en el mayor
por relicario de los dioses. Y decían que cuando se aprieto de la guerra y matanza llamaban y apelli-
descostraba alguna costra de lo encalado en tiempo daban al Apóstol Santiago, diciendo a grandes vo-
i!III:
de su gentilidad, por allí manaba agua. Y porque ces: ¡Santiago!; y de allí les quedó que hoy en día
no se anegasen mataban niños de dos o tres años, hallándose en algún trabajo los de Tlaxcala, lla-
v de la sangre de éstos mezclada con la cal, hacían man al Señor Santiago.
~ manera de zulaque" y tapaban con ella los ma- Usaron los de T'laxcala de un aviso rnuv bueno
nantiales y fuentes que así manaban. que les hizo Cortés, para que fueran conocidos y
Y ateniéndose a esto decían los cholultecas que no morir entre los enemigos por yerro. Porque sus.
cuando algún trabajo les sucediese en 1a guerra de armas y divisas eran casi de una manera y habían
los dioses blancos y tlaxcal tecas, descostrarían y en ellas poca diferencia, que como era tan gran
despostíllarían todo lo encalado, por donde ma- multitud de gente la una y la otra, así fue me-
, , ~11,;
narían fuentes de agua en que los anegasen, lo nester, porque si esto no fuera, en tal aprieto se
cual hicieron, pusieron por obra, cuando se vieron mataran unos a otros sin conocerse. Y así se pusie-
en tan grande aprieto como en el que se vieron. ron en las cabezas unas guirnaldas de esparto a
/ ~'Ít
manera de torzales, y con esto eran conocidos los
11;::,
La ruina de Cholula de nuestra parcialidad que no fue pequeño aviso.
11::: Destruida en esta primera parte y entrada que
,id!·'11 Lo cual aunque lo hicieron, no les aprovechó cosa se hizo en Cholula, y muerta tanta muchedumbre
alguna, de que quedaron muy burlados, y como
1111!lt11
de gente, saqueada y robada, pasaron luego nuestros
hombres desesperados los más de ellos que mm ie- ejércitos adelante, poniendo grande temor y es-
::111 ron en aquella guerra de Cholu la, se despeñaban panto por donde quiera gue pasaban, hasta que la
¡1111
ellos propios y se echaban a despeñar de cabeza
;•11,
nueva de tal destrucción llegó a toda la tierra, y
arrojándose del Cu de Quetzalcohuatl abajo, por- las gentes, admiradas de oír cosas tan nuevas, y de
que así lo tenían por costumbre muy antigua desde cómo los cholultecas eran vencidos y perdidos, los
su origen y principio, por ser rebeldes y contumaces más de ellos muertos y destruidos en tan breve
como gente indómita y dura de cerviz, y que tenían tiempo, y de cómo su ídolo Quetzalcohuatl no les·
3 Zulaque: palabra derivada del árabe zulaca: betún, a había ayudado en cosa alguna ... 4
propósito para tapar las junturas en los caños de agua.
4 Historia de Tlaxcala, por Diego Muñoz Camargo, lib.
u cap. v.
!íO 51
enviados. Son más hechiceros que pretenden impedir
la marcha de los conquistadores. Pero éstos, no se de-
tienen.
La presencia misteriosa de un fingido borracho que
i sale al paso de los hechiceros prediciendo la ruina de
1 México y realizando portentos, hace que los magos se
~ retiren. Éstos piensan que Tezcatlipoca se les ha apa•
1i( reciclo. De regreso ya en México-Tenochtitlan, narran a
Motecuhzoma lo que han visto. El gran tlahtoani mexica
r!
-
~
se abatió todavía más. Fatalmente aceptó lo que habría
de venir.

~ La reaccion de los conquistadores


~
al recibir el oro
1 Y Motecuhzoma luego envía, presenta a varios prin-
~ VI
cipales. Los encabeza Tzihuacpopocatzin, y otros
muy numerosos representantes suyos. Fueron a en-
NUEVO ENVlO DE PRESENTES Y LA APARICiúN
DE TEZCA TLIPOCA EN LAS CERCAN1AS contrar (a los españoles), en la inmediación del
,,11:¡
111111
DEL POPOCATÉPETL Popocatépetl, del Iztactépetl, allí en el "Tajón
del Águila".
!~•lln
In traducción Les dieron a los españoles banderas de oro, ban-
deras de pluma de quetzal, y collares de oro. Y
El siguiente texto de los informantes indígenas de Saha- cuando les hubieron dado esto, se les puso risueña
('ª gún, preservado en el Códice Florentino, relata dos la cara, se alegraron mucho (los españoles), esta-
' anécdotas de especial interés. Los conquistadores, des- ban deleitándose. Como si fueran monos levanta-
~1m
~llif
1t11 pués de la matanza de Cholula, continúan su marcha han el oro, como que se sentaban en ademán de
f!!i¡ en compañía de los tlaxcaltecas hacia el Valle de México.
tiiil gusto, como que se les renovaba y se les iluminaba
¡ Estando ya en las inmediaciones de los volcanes, en el corazón.
el llamado por los mexicas "Tajón del águila", nuevos
111
Como que cierto es que eso anhelan con gran
enviados de Motecuhzorna, encabezados por Tzihuacpo-
lll sed. Se les ensancha el cuerpo por eso, tienen ham-
pocatzin, les salen al paso. Al entregar a los españoles
!i11

numerosos objetos de oro, los mexicas se complacen en


bre furiosa de eso. Como unos puercos hambrientos
ansían el oro. 1
pintarnos cuál fue la reacción de los forasteros: "se les
puso risueña la cara . . . como si fueran monos levan- Y las banderas de oro las arrebatan ansiosos, las
taban el oro como unos puercos hambrientos ansia- agitan a un lado y a otro, las ven de una parte y
ban el oro " de otra. Están como quien habla lengua salvaje: •
A continuación se relata el engaño de Tzihuacpopo• todo lo que dicen, en lengua salvaje es. ·
catzin, que trató de hacerse pasar por Motecuhzoma. 1 Puercos: el texto náhuatl dice pitzome, "puercos de
Fracasado su intento, nos encontramos con otra serie de la tierra".

52 53
Tzihuacpopoca finge ser M otecuhxoma
No más así lo desdeñaron, en nada lo reputaron.
Pues cuando vieron a Tzihuacpopoca. <lijeron: Y de una vez quedó fallida otra vez esta donación
-¿Acaso ése es Motecuhzoma? de bienvenida, esta embajada de saludo.
,¡ Les dijeron los que andan con ellos, sus agrega- Por esto desde ese momento se dirigieron por
it dos, lambiscones de Tlaxcala y de Cempoala, que recto camino.
¡¡1111( astuta y mañosamente los van acompañando. Les
'li.1i.:
tllf dijeron: M otecuhxoma envía más hechiceros
111:::
-No es él, señores nuestros. Ese es Tzihuacpo- Pues otra serie de enviados: eran estos hechiceros,
'ili il poca: está en representación de Motecuhzoma.
l!:::1 magos, y aun sacerdotes. También iban, también
:::::t Le dijeron: fueron para darles el encuentro. Pero también nada
-¿Acaso tú eres Motecuhzoma?
,111f pudieron hacer allí, no pudieron hacer daño de
1
" 1!t Dijo él:
ojos, no pudieron dominarlos; de hecho no los
-Sí; yo soy tu servidor. Yo soy Motecuhzoma.
dominaron. Ni siquiera allá llegaron.
Pero ellos le dijeron:
No más fue que cierto borracho con ellos tropezó
-¡Fuera de aquí!... ¿Por qué nos engañas?
en el camino. Vino a salir a su encuentro, con él
¿Quién crees que somos?
de repente dieron. La forma en que lo vieron: como
,.,.
'Tú nos nos engañarás, no te burlarás de nosotros.
un hombre de Chalco era como estaba revestido:
ii ¡1't
¡111 Tú no nos amedrentarás, no nos cegarás los ojos.
un chale a en el aderezo, un' ch alca en la ficción.
Tú no nos harás mal de ojo, no nos torcerás el
Estaba como borracho, se fingía ebrio, simulaba ser
rostro.
Tú no nos hechizarás los ojos, no los torcerás un beo<lo. Tenía el pecho atado con ocho cuerdas
tampoco. de grama.
111·111
Tú no nos amortecerás los ojos. no nos los atro- La aparición de Tezcatlipoca
fiarás.
11::: Tú no echarás lodo a los ojos, no los llenarás De repente les salió al paso cuando estaban frente
11:;·
,,;11 de fango. a los españoles, cuando estaban a punto de unirse
Tú no eres ... ¡Allá está Motecuhzoma! No se a ellos. Y no hizo más que lanzarse hacia los me-
WI podrá ocultar, no podrá esconderse de nosotros. xicanos y les dijo:
;:n ¿A dónde podrá ir? -"¿Por qué, por vuestro motivo, venís vosotros
1j11fl
¿Será ave y volará? ~O en la tierra pondrá su acá? ¿Qué cosa es la que queréis? ¿Qué es lo que
rpilf,'

carmno.. ) hacer procura Motecuhzoma? ¿Es que aun ahora


~Acaso en lugar alzuno ha ele perforar un cerro no ha recobrado el seso? ¿Es que aun ahora es un
para meterse en su interior? infeliz miedoso?
Nosotros hemos de verlo. No habrá mo<lo de no "Ha cometido errores: ha llevado allá lejos a sus.
ver su rostro. vasallos, ha destruido a las personas.
Nosotros oiremos su palabra, de sus labios la "Unos con otros se golpean; unos con otros se
oiremos. amortajan.

51 55
"Unos con otros se revuelven, unos de otros se A batimiento de M otecuhzoma
burlan."
Y cuando tales cosas oyeron; cuando su discurso Y cuando estos enviados llegaron, narraron a Mo-
escucharon, aun a él en vano fueron a acercarse. tecuhzoma cómo pasó, cómo lo vieron. Y cuando
,t : Se pusieron a impetrado, prepararon para él pre-
~:IC, surosos un altarcillo, un adoratorio y un asentadero
lo oyó Motecuhzoma, no hizo más que abatir la
,, , frente, quedó con la cabeza inclinada. Ya no habló
'j j de grama. Pero entonces ... ya no lo vieron.
1,,, palabra. Dejó de hablar solamente. Largo tiempo
Aunque en vano le disponen, aunque allí en vano
ii así estuvo cabizbajo. Todo lo que dijo y todo con
lr !:11
1
le hacen su adoratorio, ya no más de su boca se
meten en el oráculo. Allí los espanta, los reprende
con dureza, como si de lejos les hablara. Les dijo:
lo que respondió fue esto:
-"¿Qué remedio, mis fuertes? [Pues con esto ya
i::f -"¿Por qué en vano habéis venido a pararos fuimos aquí l . . . ¡ Con esto ya se nos dio lo mere-

r'
11 11
i11
aquí? ¡Ya México no existirá másl ¡Con esto, se
le acabó para siempre!"
-"¡Largo de aquí: aquí ya no! ... [Volved allá,
cido! ... ¿Acaso hay algún monte donde subamos?
¿O acaso hemos de huir? Somos mexicanos: ¿acaso
en verdad se dará gloria a la nación mexicana?
1 :. Dignos de compasión son el pobre viejo, la pobre
',, por favor! ... ¡Dirigid la vista a México. Lo que
i i sucedió, ya sucedió!" vieja, y los niñitos que aún no razonan. ¿En dónde
•·~nll Luego vinieron a ver, vinieron a fijar los ojos podrán ser puestos en salvo? Pero ... no hay re-
,1111
con presura. Ardiendo están los templos todos, y medio ... ¿Qué hacer? ... '¿Nada resta? ¿Cómo ha-
;f'J!t las casas comunales, y los colegios sacerdotales. y cer y en dónde? ... Ya se nos dio el merecido .
todas las casas en México. Y todo era como si hu- Como quiera que sea y lo que quiera que sea .
biera batalla. ya tendremos que verlo con asombro ... " 2
11;i
Y cuando los hechiceros todo esto vieron, como
que se les fue el corazón quién sabe a dónde. Ya
111
tt:11¡ no hablaron claramente. Como si algo hubieran
11,:
tragado. Dijeron:
-"No tocaba a nosotros ver esto: al que le tocaba
1111 verlo era a Motecuhzoma: ¡ todo esto que hemos
visto! ...
:111
il~ l

,1,1
"No era un cualquiera ése ... [ése era el joven
Tezcatlipocal ... "
De improviso desapareció; ya no lo vieron más.
Y los enviados ya no fueron a dar el encuentro,
ya no caminaron hacia ellos. Sino que de allí re
gresaron hechiceros y sacerdotes y fueron a con-
tarlo a Motecuhzoma. Vinieron juntos con los que
2 Informantes de Sahagún: Códice Florentino lib. xn,
habían ido primero, con los de Tzioacpopoca. fap. xm. (Versión del náhuatl por Angel Ma. Garibay K.)

56 57
los demás señores hadan señas que aprobaban este
último parecer, Motecuhzoma se resolvió en que
los quería recibir, hospedar y regalar, y que Cacama
su sobrino los fuese a recibir y Cuitlahuacatzin su
,, hermano se fuese a lztapalapan y los aguardase en
sus palacios. 2

-i§.
"'li
''111,
;¡; ~

i"''
~ 1 11

:~;,,,;
"1~ . r-'-~
. •·. ..•
;.,;_f;,~.;,,::,. -~
,,

VIII
- ~~
<.(

11; LLEGADA DE LOS ESPAFJOLES


¡
,: ~ A MÉXICO-TENOCHTITLAN
'lit

Introducción

Contando con el auxilio de toda la gente, que traían


de la región de Tlaxcala, los españoles se encaminaron
derecho hacia México. Los textos de los informantes
de Sahagún (Códice Florentino) que a continuación se
111
transcriben, comienzan por describir el orden como
hicieron su aparición los diversos cuerpos del ejército de
·¡¡ los conquistadores.
,, Acercándose a México por el sur, por el rumbo de
Iztapalapa. llegaron hasta Xoloco, lugar que como dice
'11 don Fernando de Alva Ixtlilxóchitl se llamó después
~I '
~' ' San Antón y se encuentra por la llamada actualmente
Calzada de San Antonio Abad. El mencionado Ixtlil-
xóchitl en su XIII relación, indica la fecha precisa en
que esto tuvo lugar: el 8 ele noviembre de 1519.
Frente a frente, Motecuhzoma y Cortés, sostuvieron un
diálogo que nos conservan puntualmente los informan-
tes de Sahagún. Motecuhzoma llegó a exclamar entonces:
2 Códice Ramlrez (Relación del origen de los indios que
"No, no es sueño, no me levanto del sueño adormi-
habitan esta Nueva España según sus Historias) fragmentos
3 y 4. lado, no lo veo en sueños, no estoy soñando ... es que

65
64
ya te he visto, es que ya he puesto mis OJOS en tus
ojos ... " zarse el pecho, les pone en la cabeza guirnaldas
F.1 texto que aquí se transcribe se refiere luego a la de flores.
estancia misma de los conquistadores en la gran capital Pone en seguida delante los collares de oro, todo
y a sus intrigas y empeños por adueñare del oro guar- género de dones, de obsequios de bienvenida.
,, dado en la casa del tesoro.
1,,lil,.
I"
Al final de este capítulo se ofrecen las breves palabras Diálogo de Motecuhzoma y Cortés
de la ya aludida décima tercera relación "de la venida
¡,,, de los españoles", escrita por Fernando de Alva Ixtlil-
Cuando él hubo terminado de dar collares a cada
1"'
ff xóchitl, que confirma en resumen las palabras de los
uno, dijo Cortés a Motecuhzoma:
11:1
,,.
informantes indígenas de Sahagún. -¿Acaso eres tú? ¿Es que ya tú eres? ¿Es verdad
,.,
,,.
ti: que eres tú Motecuhzoma?
Motecuhzoma sale al encuentro de Cortés Le dijo Motecuhzoma.
1:: -Sí, yo soy.
1::;: Así las cosas, llegaron (los españoles) hasta Xolo-
'
'"'
r,1 ~ co, 1 Allí llegan a su término, allí está la meta. Inmediatamente se pone en pie, se para para
recibirlo, se acerca a él y se indina, cuanto puede
En este tiempo se adereza, se engalana Motecuh-
1¡¡¡ dobla la cabeza; así lo arenga, le dijo:
,, zoma para ir a darles el encuentro, También los
demás grandes príncipes, los nobles, sus magnates, -"Señor nuestro: te has fatigado, te has dado
sus caballeros. Ya van todos a dar el encuentro a cansancio: ya a la tierra tú has llegado. Has arri-
los que llegan. bado a tu ciudad: México. Aquí has venido a
sentarte en tu solio, en tu trono. Oh, por tiempo
En grandes bateas han colocado flores de las
breve te lo reservaron, te lo conservaron, los que
finas: la flor del escudo, la del corazón: en medio
!1:1 ya se fueron, tus sustitutos.
se yergue la flor de buen aroma, y la amarilla fra-
Los señores reyes, Itzcoatzin, Motecuhzomatzin el
gante, la valiosa. Son guirnaldas, con travesaños
':¡¡ para el pecho. Viejo, Axayácatl, Tízoc. Ahuítzotl. Oh, que breve
1111 tiempo tan sólo guardaron para ti, dominaron la
También van portando collares de oro, collares oiudad de México. Bajo su espalda, bajo su abrigo
!11 de cuentas colgantes gruesas, collares de tejido de
¡,,,
i1
,,
,, petatillo.
estaba metido el pueblo hajo.
¿Han de ver ellos y sabrán acaso de los que
r,, Pues allí en Huitzillan les sale a1 encuentro dejaron, de sus pósteros?
Motecuhzoma. Luego hace dones al capitán, al que ¡ Ojalá uno de ellos estuviera viendo, viera con
rige la gente, y a los que vienen a guerrear. Los asombro lo que yo ahora veo venir en mí!
regala con dones, les pone flores en el cuello, les Lo que yo veo ahora: yo el residuo, el supervi-
da collares de flores y sartales de flores para cru- viente de nuestros señores.
No, no es que yo sueño, no me levan.to del sueño
1 Xoloco: "en la bifurcación". Sitio donde se bifurcaba
la calzada que conducía a México. adormilado: no lo veo en sueños, no estoy so-
ñando ...
66
67
¡Es que ya te he visto, es que ya he puesto mis Actitud de los españoles y de los otros
. '
OJOS en tu rostro. . . . , señores indígenas
Ha cinco, ha diez días yo estaba angustiado: En cuanto a los españoles, lo ven, ven cosa por
,l¡r tenía fija la mirada en la Región del Misterio. cosa. Apean del caballo, suben de nuevo, bajan
l'I

¡1"
Y tú has venido entre nubes, entre nieblas. otra vez, al ir viendo aquello.
il Como que esto era lo que nos habían dejado Y éstos son todos los magnates que se hallaron
r•''
:::;:: dicho los reyes, los que rigieron, los q.ue gobernaron a su lado:
ifi
tu ciudad: El primero, Cacarnatzin, rey de Tetzcuco.
["p
lh1r' Que habrías de instalarte en tu asiento, en tu El segundo, Tetlepanquetzaltzin, rey de Tla-
sitial, que habrías de venir acá ... copan.
;: f El tercero, Itzcuauhtzin, el Tlacochcálcatl, rey
Pues ahora, se ha realizado: ya tú llegaste, con
de Tlatilulco.
¡i' ~' gran fatiga, con afán viniste.
1' ~,
¡1i_
El cuarto, Topantemoctzin, tesorero que era de
l~I
,,
f•
~'
Llega a la tierra: ven y descansa; toma posesión Motecuhzoma en Tlatilulco.
11;11 de tus casas reales; da refrigerio a tu ruerpo. Estos estuvieron allí en hilera.
,1,.'i ¡Llegad a vuestra tierra, señores nuestros!"
H Y éstos son los demás príncipes de Tenochtitlan:
¡¡t '
Cuando hubo terminado la arenga de Motecuh- Atlixcatzin, Tlacatécatl. 2
zoma: la oyó el Marqués, se la tradujo Malintzin, Tepeoatzin, Tlacochcálcatl. 3
se la dio a entender. Quetzalaztatzin, Tizacahuácatl. •
Y cuando hubo percibido el sentido del discurso Totomotzin.
de Motecuhzoma, luego le dio respuesta por boca de Hecatempatitzin.
¡11 Malintzin. Le dijo en lengua extraña; le dijo en Cuappiatzin.
lengua salvaje: [Cuando fue preso Motecuhzoma, no más se es-
iií1 -Tenga confianza Motecuhzoma, que nada condieron, se ocultaron, lo dejaron C!l1 abandono
~!1' tema. Nosotros mucho lo amamos. Bien satisfecho con toda perfidia 1 •••
está hoy nuestro corazón. Le vemos la cara, lo
lili oímos. Hace ya mucho tiempo que deseábamos
,11 1
Entrada de los españoles a México-Tenochtitlan
11,1 verlo.
u r
Y cuando hubieron llegado y entrado a la Casa
Y dijo esto más:
Real, Juego lo tuvieron en guardia, lo mantuvieron
-Ya vimos, ya llegamos a su casa en México; en vigilancia. No fue exclusivo de él, también a
<le este modo, pues, ya podrá oír nuestras palabras,
con toda calma. 2 Tlacatécatl: "el que acomoda a los hombres". Título.
Luego lo cogieron de la mano, con lo que lo militar, propio de quien había hecho cuatro cautivos.
8 Véase nota 3 del capítulo 11.
fueron acompañando. Le dan palmadas al dorso, 4 T'izacahuácatl: "el que tiene la tiza o greda": funcio-
con que le manifiestan su cariño. nario de Tenochtitlan.

68 69
Itzcuauhtzin juntamente. En cuanto a los demás,
Y Moctecuhzoma luego los va guiando. Lo rodea-
salieron fuera.
ban, se apretaban a él. Él iba en medio, iba delante
Y así las cosas, luego se disparó un ~ñón: corno de ellos. Lo van apretando, lo van llevando en
que se confundió todo. Se corría sin rumbo, se cerco.
.,.,,
dispersaba la gente sin ton ni son, se desbandaban, Y cuando hubieron llegado a la casa del tesoro,
'",.,. corno si los persiguieran de prisa. llamada Teucalco, luego se sacan afuera todos los
11•VI
,,,¡,
Todo esto era así como si todos hubieran comido artefactos tejidos de pluma, tales como travesaños
¡¡¡, hongos estupefacientes, como si hubieran visto algo de pluma de quetzal, escudos finos, discos de oro,
I'.'1' espantoso. Dominaba en todos el terror, como si los collares de los dioses, las lunetas de la nariz,
todo el mundo estuviera descorazonado, Y cuando hechas de oro, las grebas de oro, las ajorcas de oro,
!I' anochecía, era grande el espanto, el pavor se tendía las diademas de oro.
sobre todos, el miedo dominaba a todos, se les iba
,, Inmediatamente fue desprendido de todos los
"'r!
el sueño, por el temor.
escudos el oro lo mismo que de todas las insignias.
1 ~I'
1, ~!·

i:;
Cuando hubo amanecido, luego se dio pregón de Y lruego hicieron una gran bola de oro, y dieron
,,,
;;,:, todo Jo que se necesitaba para ellos: tortillas blan- fuego, encendieron, prendieron llama a todo lo
ilb cas, gallinas de la tierra fritas, huevos de gallina, que restaba, por valioso que fuera: con lo cual
,,
agua limpia, leña, leña rajada, carbón. Cazoletas todo ardió.
anchas, tersas y pulidas, jarritos, cántaros, tacitas,
y en suma, todo artefacto de cerámica. Esto era lo Y en cuanto al oro, los españoles lo redujeron a
que había mandado Motecuhzoma. barras, y de los chalchihuites, todos los que vieron
hermosos los tomaron; pero las demás de estas
Pero los principales a quienes mandaba esto, ya piedras se las apropiaron los tlaxcaltecas.
·11,, no le hadan caso, sino que estaban airados, ya no
le tenían acatamiento, ya no estaban de su parte. Y anduvieron por todas partes, anduvieron hur-
.,. Ya no era obedecido. gando, rebuscaron la casa del tesoro, los almacenes,
llfo
111' Y, sin embargo, llevaban en bateas, daban todo y se adueñaron de todo lo que vieron, de todo lo
que les pareció hermoso.
aquello que se requería. Cosas de comer, cosas de.
beber y agua y pastura para los caballos.
Los españoles se apoderan de las riquezas
Los conquistadores muestran su interés de Motecuhzoma
por el oro Van ya en seguida a la casa de almacenamiento
Cuando los españoles se hubieron instalado, luego de Motecuhzoma. Allí se guardaba lo que era pro-
interrogaron a Motecuhzoma tocante a los recursos pio de Motecuhzoma, en el sitio de nombre Toto- .
y reservas de la ciudad: las insignias guerreras, los calco.5 Tal como si unidos perseveraran allí,
escudos; mucho le rebuscaban y mucho le requerían
el oro. 5 Totocalco: "En el lugar de la ·casa de las aves." Nom-
bre del jardín zoológico de Tenochtitlan.

70
71
como si fueran bestezuelas, unos a otros se daban
· palmadas: tan alegre estaba su corazón.
Y cuando llegaron, cuando entraron a la estancia
de los tesoros, era como si hubieran llegado al
extremo. Por todas partes se metían, todo codicia-
i[" ban para sí, estaban dominados por la avidez.
.• , En seguida fueron sacadas todas las cosas que
1'!;•
11::: eran de su propiedad exclusiva; lo que a él le per-
l•"i
JI! tenecía, su lote propio; toda cosa de valor y estima:
collares de piedras gruesas, ajorcas de galana
.,,,
li? contextura, pulseras de oro, y bandas para la mu-
ñeca, anillos con cascabeles de oro para atar al
~· -1
,¡: :u
tobillo, y coronas reales, cosa propia del rey, y
solamente a él reservada. Y todo lo demás que eran
sus alhajas, sin número.
Todo lo cogieron, de todo se adueñaron, todo lo
arrebataron como suyo, todo se apropiaron como
si fuera su suerte. Y después que le fueron quitando
a todo el oro, cuando se lo hubieron quitado, todo
lo demás lo juntaron, lo acumularon en la media-
nía del patio, a medio patio: todo era pluma fina.
Pues cuando de este modo se hubo recolectado
,llk todo el oro, luego vino a llamar, vino a estar con-
vocando a todos los nobles Malintzin. Se subió a
iifüi la azotea, a la orilla de la pared se puso y dijo:
11 ,~,
-Mexicanos, venid acá: ya los españoles están
atribulados. Tomad el alimento, el agua limpia:
l!ii
¡¡j!11
todo cuanto es menester. Que ya están abatidos, ya
11,1;,

ft!IH
están agotados, ya están por desmayar. ¿Por qué
\11 111
no queréis venir? Parece como que estáis enojados.
Pero los mexicanos absolutamente ya no se atre-
vieron a ir allá. Estaban muy temerosos, el miedo
los avasallaba, estaban miedosos, una gran admira- .
ción estaba sobre ellos, se había difundido sobre
ellos. Ya nadie se atrevía a venir por allí: como si
Los españoles funden los presentes de oro estuviera allí una fiera, como si fuera el peso de
(Códice Florentino) la noche.

72 7'!,
Pero no obstante esto, no los dejaban, no eran
abandonados. Les entregaban· cuanto había menes-
ter, aunque ron miedo lo entregaban. No más
: ~¡ 1
venían temerosos, se llegaban llenos de miedo y
,,,:¡
entregaban las cosas. Y cuando se habían acercado,
1 ,,~

1( .. no más se volvían atrás, se escabullían de prisa, se


,f ••
,,,,
..
~,,,,
iban temblando. 8
11::::
,,¡: El testimonio de Alva Ixtlilxóchitl
I ~,,
Y así otro día (8 de noviembre de 1519) salió
'U:'1•,1. Motecuhzoma con su sobrino Cacama y su her-
mano Cuitlahua, y toda su corte a recibir a Cortés,
r''"
'*!if'
,,11, que ya a esta ocasión estaba en donde es ahora San
::l!f; Antón, que después de haberlo recibido lo llevó IX
11:;i;
1¡¡:i'I:: a su casa, y lo hospedó en las casas de su padre el
t .. LA MATANZA DEL TEMPLO MAYOR
11
H. rey Axayaca, y le hizo muchas mercedes, y se ofre- EN LA FIESTA DE TóXCATL 1
,,1,1•
,,i.
ció de ser amigo del emperador, y recibir la ley
evangélica, y para el servicio de los españoles pu- Introducción
sieron mucha gente de Tetzcoco, México y Tlaco-
!1 1 ,·¡

,.,, ••• 1
pan. Y después de cuatro días los españoles estaban Establecidos ya los españoles en México-Tenochtítlan
en México muy contentos, servidos y regalados ... 7 Motecuhzoma se convirtió prácticamente en prisionero
11. de Cortés. Varios textos indígenas como el Códice Ra-
mlrez; la XIII relación de Ixtlilxóchitl, el Códice Aubin,
etcétera, se refieren de manera directa a la matanza
¡¡ preparada por don Pedro de Alvarado, durante la fiesta
,,
·1 , ~i de Tóxcatl, celebrada por los nahuas en honor de Hui-
tzilopochtli.
lffl! Hernán Cortés se había ausentado de la ciudad para
,11"'
11111,
ir a combatir a Pánfilo de Narváez, quien había venido
u 11•~
a aprehender al conquistador por orden de Diego Ve-
lázquez, gobernador de Cuba. Alvarado "el Sol", como
lo llamaban los mexicas, alevosamente llevó al cabo la
matanza, cuando la fiesta alcanzaba su mayor esplendor.

1 La fiesta de Tóxcatl. Dice Sahagún: "Esta fiesta era


6 Informantes de Sahagún: Códice Florentino, lib. xn, la principal de todas las fiestas: era como pascua y caía
caps. xvr y xvn. (Versión de Ángel Ma. Garibay K.) cerca de la pascua de Resurrección, pocos días después ... "
7 Alva Ixtlilxóchitl, Fernando, XIII relación: "De la (Op. cit., t. 1. P· l 14.)
venida de los españoles y principio de la ley evangélica."

74 75
Aquí se ofrecen dos testimonios, conservados en náhuatl durante el año, y eso lo hacen allá en el patio del
y que pintan con un realismo comparable al de los
templo.
grandes poemas épicos de la antigüedad clásica, los más Salieron los españoles, mucho se juntaron con
dramáticos detalles de la traición urdida por Alvarado.
sus armas de guerra. Estaban aderezados, estaban
,1.il
Primeramente oiremos el testimonio de los informan-
::1;:
tes indígenas de Sahagún, que nos narran los prepara-
armados. Pasan entre ellas, se ponen junto a ellas,
,r,,~: las rodean, las están viendo una por una, les ven
~.,I tivos de la fiesta, el modo como hadan los mexicas con
~,, masa de bledos la figura de Huitzilopochtlí y por fin, la cara a las que están moliendo. Y después que
;; :~ ¡ cómo en medio de la fiesta, de pronto los españoles las vieron, luego se metieron a la gran Casa Real:
,~1'
111,I atacaron a traición a los mexicas. Los informantes nos como se supo luego dizque ya en este tiempo tenían
,¡:,11!
hablan en seguida de la reacción de los nativos, del sitio la intención de matar a la gente, si salían por allí
que pusieron a los españoles refugiados en las casas los varones.
l!! ~ reales de Motecuhzoma. El cuadro se cierra, cuando
,tltol llega la noticia de que vuelve Cortés. Los mexicas "se Hacen la figura de Huitzilopochtli
:mi pusieron de acuerdo en que no se dejarían ver, que
:•/:NI
permanecerían ocultos, estarían escondidos . . . como si Y cuando hubo llegado la fiesta de Tóxcatl, al
'h '
)11 reinara la profunda noche ... " caer la tarde, comenzaron a dar cuerpo, a hacer
t,1,1
¡, .. ,
1,1,1
Después de transcribir el texto de los informantes de en forma humana el cuerpo de Huitzilopochtli, con
,1,.1
Sahagún, se ofrecerá también en este capítulo la breve su semblante humano, con toda la apariencia de
pintura que de la misma matanza de la fiesta de Tóxcatl
hombre.
nos da el autor indígena del Códice Aubin, Se trata de
Y esto lo hacían en forma de cuerpo humano
un pequeño cuadro acerca del cual Garibay ha escrito:
1,,,1

"Literariamente hablando, a ninguna literatura le viene


solamente con semilla de bledos: con semilla de
mal tal forma de narración, en que vemos, viviendo y bledos de chicalote. Lo ponían sobre un armazón
,k , padeciendo, al pueblo de Tenochtitlan ante la acometida de varas y lo fijaban con espinas, le daban sus
del Tonatiuh (Alvarado) , tan bello como malvado". puntas para afirmarlo.
:ij Cuando ya estaba formado en esta figura, luego
·t~d
Los prefJar"ativos de la fiesta de Tóxcatl lo emplumaban y le hacían en la cara su propio
embijamiento, es decir, rayas que atravesaban su
mi Luego pidieron (los mexicas) la fiesta de Hui- rostro por cerca de los ojos. Le ponían sus orejas
' "'
,,11~ tzilopochtli. Y quiso ver el español cómo era la de mosaico de turquesa, en figura de serpientes,
¡1,1
·Jllf
fiesta, quiso admirar y ver en qué forma se fes- y de sus orejeras de turquesa está pendiente el anillo
tejaba.' de espinas. Es de oro, tiene forma de dedos del pie,
Luego dio orden Motecuhzoma: unos entraron está elaborado como dedos del pie.
a la casa del jefe, fueron a dejarle la petición. La insignia de la nariz hecha de oro, con piedras
Y cuando vino la licencia a donde estaba Mote- engastadas; a manera de flecha de oro incrustada
cuhzoma encerrado, luego ya se ponen a moler la de piedras finas. También de esta nariguera col-
semilla de chicalote, 2 las mujeres que ayunaban
gaba un anillo de espinas, de rayas transversales
2 Chicalote: hierba medicinal y comestible iargemone en el rostro. Este aderezo facial de rayas transver-
mexicana).

76 77
sales era de color azul y de color amarillo. Sobre A la espalda lleva colocada como una carga su
la cabeza, le ponían el tocado mágico de plumas bandera color de sangre. Esta bandera color de
de colibrí. También luego le ponían' el llamado sangre es de puro papel. Está teñida de rojo, como
anecúyotl, 3 Es de plumas finas, de forma cilín-
teñida de sangre. Tiene un pedernal de sacrificio
drica, pero hacia la parte del remate es aguzado, como coronamiento, y ése es solamente de hechura
de forma cónica.
re,,;,~ de papel. Igualmente está rayado con rojo color
Luego le ponían al cuello un aderezo de pl urnas de sangre.
de papagayo amarillo, del cual está pendiente un
Porta su escudo: es de hechura de bambú, hecho
fleco escalonado de semejanza de los mechones de
de bambú. Por cuatro partes está adornado con un
cabello que traen los muchachos. También su man-
mechón de plwnas finas de águila: está salpicado
1
: Ji1~
ta de forma de hojas de ortiga, con tintura negra: de plumas finas; se le denomina tehuehuelli. Y la
,_,,,
tiene en cinco lugares mechones de pluma fina de
águila. banderola del escudo igualmente está pintada de
,;1,,I'
,::!' color de sangre, como la bandera de la espalda.
Lo envuelven todo él también con su manto de
' ::i~: abajo, que tiene pintadas calaveras y huesos. Y
Tenía cuatro flechas unidas al escudo.
,.,IW,t arriba le visten su chalequillo, y éste está pintado Su banda a manera de pulsera está en su brazo;
1,:, bandas de piel de coyote y de éstas penden papeles
i!l•,I con miembros humanos despedazados: todo él está
IM
1t,<

pintado de cráneos, orejas, corazones, intestinos, cortados en tiras cortas.


tóraces, teas, manos, pies. '
El principio de la fiesta
También su maxtle. 4 Este maxtle es muy pre-
••·f
, .. ¡
cioso y su adorno también es de miembros rotos, Pues cuando hubo amanecido, ya en su fiesta, muy
y su fleco es de puro papel es decir, de papel de de mañana, le descubrieron la cara los que habían
I~¡, amate, de ancho una cuarta, de largo veinte. Su hecho voto de hacerlo. Se colocaron en fila delante
Jr
i
pintura es de rayas verticales de color azul claro. del dios, lo comenzaron a incensar, y ante él colo-
i'i~! 3 A necúyotl: Insignia de Huitzilopochtli especie de "ce- caron todo género de ofrendas: comida de ayuno
,~J, ñidero".
1
1
(o acaso comida de carne humana) y rodajas de se-
4 Maxtle: propiamente máxtlatl era la prenda de vestir milla de bledos apelmazada.
1rl masculina que cubría las partes pudendas. Ja,cques Soustelle
en La Vie Quotidiene des Aztéques, Hacheite, París, 1955, Y estando así las C05as, ya no lo subieron, ya no
111/'
111/
1
describe así el máxtlatl: "Era un paño que daba vuelta al- lo Jlevaron a su pirámide.
l'<f
,,.¡1 rededor de la cintura, pasando entre las piernas y se anu- Y todos los hombres, los guerreros jóvenes, esta-
daba al frente, dejando caer por delante y por atrás sus dos ban como dispuestos totalmente, con todo su co-
extremos adornados con frecuencia con bordados y franjas.
Bien sea en una forma muy sencilla, una banda de tejidos razón iban a celebrar la fiesta, a conmemorar la
sin adornos, o en formas muy elaboradas, el máxtlatl apa- fiesta, para con ella mostrar y hacer ver y admirar
reció desde los tiempos más antiguos entre los olmecas y los a los españoles y ponerles las cosas delante. .
mayas. En el siglo xvt todos los pueblos civilizados de México
lo usaban con excepción de los tarascos al oeste y los huas-
Se emprende la marcha, es la carrera: todos van
tecos al noroeste, lo que no dejaba de escandalizar un poco en dirección del patio del templo para allí bailar
a los mexicanos del centro." el baile del culebreo. Y cuando todo el mundo es-

78 79
tuvo reunido, se dio principio, se comenzó el canto, Los españoles atacan a los mextcas
y la danza del culebreo.
Pues así las cosas mientras se está gozando de la
Y los que habían ayunado una vei~tena y los
fiesta, ya es el baile, ya es el can to, ya se enlaza un
que habían ayunado un año, andaban al frente de
j'
canto con otro, y los cantos son como un estruendo
t: la gente: mantenían en fila a la gente con su bastón
de olas, en ese preciso momento los españoles to-
ii de pino. Al que quisiera salir lo amenazaban con
,, su bastón de pino. man la determinación de matar a la gente. Luego
,,¡''
,11' vienen hacia acá, todos vienen en armas de guerra.
1;f; Y si alguno deseaba orinar, deponía su ropa de Vienen a cerrar las salidas, los pasos, las entra-
-•¡
la cadera y su penacho partido de plumas de garza.
das: la Entrada del Águila, en el palacio menor;
Pero al que no más se mostraba desobediente, la de Acatl iyacapan (Punta de la Caña) , la de
~;: al que no seguía a la gente en su debido orden, y T'ezcacoac (Serpiente de espejos). Y luego que hu-
1
,,J
veía como quiera las cosas, luego por ello lo gol- bieron cerrado, en todas ellas se apostaron: ya na-
¡,. peaban en la cadera, lo golpeaban en la pierna, lo
lt:I 1

golpeaban en el hombro. Fuera del recinto lo arro-


die pudo salir.
,, Dispuestas así las cosas, inmediatamente entran
jaban, violentamente lo echaban, le daban tales al Patio Sagrado para matar a la gente. Van a pie,
~
1,1
11" empellones que caía de bruces, iba a dar con la llevan sus escudos de madera, y algunos los llevan
,,, ,
k... ,
cara en tierra, le tiraban con fuerza de las orejas:
.,! de metal y sus espadas.
nadie en mano ajena chistaba palabra. Inmediatamente cercan a los que bailan, se lan-
¡;, Eran muy dignos de veneración aquellos que por zan al lugar de los atabales: dieron un tajo al que
i
¡,, un año habían ayunado; se les temía; por título estaba tañendo: le cortaron ambos brazos. Luego
V propio y exclusivo tenían el de "hermanos de Hui- lo decapitaron: lejos fue a caer su cabeza cercenada.
tzilopochtli",
Al momento todos acuchillan, alancean a la gente

¡1,1
Ahora bien, iban al frente de la danza guiando y les dan tajos, con las espadas los hieren. A algunos
a la gente los grandes capitanes, los grandes valien- les acometieron por detrás; inmediatamente cayeron
~¡ tes. Pasaban en seguida los ya jovenzuelos, aunque por tierra dispersas sus entrañas. A otros les des-
H·! sin pegarse a aquéllos. Los que tienen el mechón garraron la cabeza: les rebanaron la cabeza, ente-
que caracteriza a los que no han hecho cautivo, ramente hecha trizas quedó su cabeza.
r
,ji
los mechudos, y los que llevaban el tocado como
un cántaro: los que han hecho prisioneros con
Pero a otros les dieron tajos en los hombros:
hechos grietas, desgarrados quedaron sus cuerpos.
1
ayuda ajena. A aquéllos hieren en los muslos, a éstos en las
Los bisoños, los que se llamaban guerreros jóve- pantorrillas, a los de más allá en pleno abdomen.
nes, los que ya hicieron un cautivo, los que ya co- Todas las entrañas cayeron por tierra. Y había
gieron a uno o dos cautivos, también los iban cer- algunos que aún en vano corrían: iban arrastrando •
cando. A ellos les decían: los intestinos y parecían enredarse los pies en ellos.
-¡Fuera allá, amigotes, mostradlo a la gente Anhelosos de ponerse en salvo, no hallaban a donde
(vuestro valor), en vosotros se ve! dirigirse.
80 81
Pues algunos intentaban salir: allí en la entrada
los herían, los apuñalaban. Otros escalaban los
muros; pero no pudieron salvarse. Otros se metie-
ron en la casa común: allí sí se pusieron en salvo.
r.: Otros se entremetieron entre los muertos, se Iingie-
,j;,1
i,:: ron muertos para escapar. Aparentando ser muer-
...
¡'

¡:'
tos, se salvaron. Pero si entonces alguno se ponía
t
:.11: en pie, lo veían y lo acuchillaban.
Ji!i
La sangre de los guerreros cual si fuera agua
corría: como agua que se ha encharcado y el hedor
1,1,;
de la sangre se alzaba al aire, y de las entrañas que
¡i,1'
ll' parecían arrastrarse.
Y los españoles andaban por doquiera en busca
;~~ de las casas de la comunidad: por doquiera lanza-
,¡11:
('
ban estocadas, buscaban cosas: por si alguno estaba
j!I; oculto allí; por doquiera anduvieron, todo lo es-
l
i'
J','
cudriñaron. En las casas comunales por todas partes
' rebuscaron.

1V La reacción de los mexicas


{
Y cuando se supo fuera, empezó una gritería:
-Capitanes, mexicanos ... venid acá. ¡Qué todos
armados vengan: sus insignias, escudos, dardos! ...
¡ Venid acá de prisa, corred: muertos son los ca-
pitanes, han muerto nuestros guerreros! . . . Han
sido aniquilados, oh capitanes mexicanos.
Entonces se oyó el estruendo, se alzaron gritos,
y el ulular de la gente que se golpeaba los labios.
~¡ Al momento fue el agruparse, todos los capitanes,
cual si hubieran sido citados: traen sus dardos,
sus escudos.
Entonces la batalla empieza: <lardean con vena-
blos, con saetas y aun con jabalinas, con harpones
La matanza del Templo Mayor (Códice de Durdn) de cazar aves. Y sus jabalinas furiosos y apresurados
lanzan. Cual si fuera capa amarilla, las cañas sobre
los españoles se tienden.

82 83

L ~ - .A
Los españoles se refugian en las casas reales ponerse en pie, los que andan a gatas. Los que
Por su parte los españoles inmediatamente se están en la cuna y en su camita de palo: los
acuartelaron. Y ellos también comenzaron a flechar que aún de nada se dan cuenta.
a los mexicanos, con sus dardos de hierro. Y dis- Por esta razón dice vuetro rey:
,i:::
if:1i pararon el cañón y el arcabuz. -"Pues no somos competentes para hacerles fren-
.j::!
Inmediatamente echaron grillos a Motecuhzoma. te, que se deje de luchar." A él lo han cargado de
i'¡+I
l'"i
Por su parte, los capitanes mexicanos fueron sa- hierros, le han puesto grillos a los pies.
r;:·
,;¡;: cados uno en pos de otro, de los que habían su- Cuando hubo acabado de hablar Itzcuauhtz:in le
1t'I
il1
'
;¡,¡
cumbido en la matanza. Eran llevados, eran saca- hicieron una gran grita, le dijeron oprobios,
dos, se hadan pesquisas para reconocer quién era Se enojaron en extremo los mexicanos, rabiosos se
1,11
··::r: cada uno. llenaron de cólera y le dijeron:
,¡,•' -¿Qué es lo que dice ese ruin de Motecuhzoma?
El llanto por los muertos ¡Ya no somos sus vasallos!
r
Luego se alzó el estruedo de guerra, fue cre-
Y los padres y las madres de familia alzaban el ciendo rápidamente el clamor guerrero. Y también
11anto. Fueron llorados, se hizo la lamentación de inmediatamente cayeron flechas en la azotea. Al
los muertos. A cada uno lo llevan a su casa, pero momento los españoles cubrieron con sus escudos
después los trajeron al Patio Sagrado: allí reunie- a Motecuhzoma y a Itzcuauhtzin, no fuera a ser
1
l. ron a los muertos; allí a todos juntos los quemaron, que dieran contra ellos las flechas de los mexicanos.
en un sitio definido, el que. se nombra Cuauhxi- La razón de haberse irritado tanto los mexicanos
calco (Urna del Águila). Pero a otros los quema-
f il,1'
ron sólo en la Casa de los Jóvenes.
fue el que hubieran matado a los guerreros, sin
que ellos siquiera se dieran cuenta del ataque, el
haber matado alevosamente a sus capitanes. No
El mensaje de Motecuhzoma
se iban, ni desistían.
Y cuando el Sol iba a ocultarse, cuando apenas
había un poco de sol, vino a dar pregón Itzcuauh- Los mexicas sitian a los españoles
tzin, desde la azotea gritó y dijo:
-Mexicanos, tenochas, tlatelolcas: os habla el rey Estaban sitiando la casa real; mantenían vigilancia,
vuestro, el señor, Motecuhzoma: os manda decir: no fuera a ser que alguien entrara a hurtadillas y
que lo oigan los mexicanos: en secreto les llevara alimentos. También desde
-Pues no somos competentes para igualarlos, que luego terminó todo aportamiento de víveres: nada
en absoluto se les entregaba, como para que los
no luchen los mexicanos. Que se deje en paz el mataran de hambre.
escudo y la flecha.
Los que sufren son los viejos, las viejas, dignas Pero aquéllos que aún en vano trataban de co-
municarse con ellos, les daban algún aviso; inten-
de lástima. Y el pueblo de clase humilde. Y los que
no tienen discreción aún: los que apenas intentan taban congraciarse con ellos dando en secreto al-
gunos alimentos, si eran vistos, si se les descubría,
84
85
allí mismo los mataban, allí acababan con ellos. a las personas los mexicanos. Y a muchos por fin-
O ya les quebraban la oerviz, o a pedradas los gido delito los ajusticiaron, alevosamente los ma-
mataban.
taren: pagaron un crimen que no habían cometido.
! Cierta vez fueron vistos unos mexicanos que in-
1
! I'
'
trodudan pieles de conejo. Ellos dejaron escaparse Pero los demás trabajadores se escondieron, se
f' r·
ocultaron. Ya no se daban a ver a la gente, ya no
ií;'.:: la palabra de q,ue con ellos entraban otros a escon-
¡
~r;
.~;'''
i.
/'JI

,·::::;:
1
' didas. Por esto se dio estricta orden de que se vi-
gilara, se cuidara con esmero por todos los caminos
se presentaban ante la gente, ya no iban a casa de
nadie: estaban muy temerosos, miedo y vergüenza
fif:111
.,,,: y por todas las acequias. Había grande vigilancia, los dominaba y no querían caer en manos de los
~j,,,>l·¡r
rl'!
había guardas cuidadosos. otros.
,,',

1,,,
Ahora bien, los que introducían pieles de conejo Cuando hubieron acorralado a los españoles en
11,,¡11'
f·''.
eran trabajadores enviados de los mayordomos de las casas reales, p()r espacio de siete días les estu-
los de Ayotzíntepec y Chinantlan. Allí no más rin- vieron dando batalla. Y los tuvieron en jaque
¡,:: ' dieron el aliento, allí se acabó su oficio: en una durante veintitrés días.
l!~n ,
ili, acequia los acogotaron con horquillas de palo. Aún Durante estos días las acequias fueron desenzol-
,¡¡"
contra sí mismos se lanzaron los tenochcas: sin vadas: se abrieron, se ensancharon, se les puso ma-
razón alguna aprisionaban a los trabajadores. De- deros, ahondaron sus ca vida des. Y se hizo difícil el
¡'.~:; '
,, cían: -"¡Éste es!" Y luego lo mataban. Y si por paso por todas partes, se pusieron obstáculos dentro
1.,
1 ventura veían a alguno que llevara su bezote de de las acequias.
l.
1
cristal, luego lo atrapaban rápidamente y lo ma-
taban. Decían:
Y en cuanto a los caminos, se les pusieron cercos,
,,11 se puso pared de impedimento, se cerraron los
-Éste es el que anda entrando, el que le está
1
i,i
caminos. Todos los caminos y calles fueron obs-
llevando de comer a Motecuhzoma,
truccionados. 5
Y si veían a alguno cubierto con el ayate propio
de los trabajadores, también lo cogían rápidamente.
Decían: La versión de la matanza según el Códice Aubin
-También éste es un desgraciado, que trae no-
En Tóxcatl subían arriba al dios. Mataron a los
ticias infaustas: entra a ver a Motecuhzoma.
¡1 111
cantores cuando comenzaba el baile. No más lo
Y el que en vano pretendía salvarse, les supli-
vio Motecuhzorna y dijo a Malintzin:
¡¡¡ caba diciendo:
-Favor de que oiga el dios: ha llegado la fiesta
-¿Qué es lo que hacéis, mexicanos? ¡Yo no soy!
de nuestro dios: es de ahora a diez días. Pues a ver
Le dedan ellos:
si lo subimos. Harán incensaciones v solamente
-¡Sí, tú, infeliz!. .. ¿No eres acaso un criado? /

bailaremos cuando se suban los panes de bledos.


Inmediatamente allí lo mataban.
Aunque haya un poco de ruido, eso será todo.
De este modo estaban fiscalizando a las perso-
nas, andaban cuidadosos de todos: no más exami-
5 Informantes de Sahagún: Códice Florentino, lib. XII,
naban su cara, su oficio: no más estaban vigilando caps XIX., xx y xxr, (Versión de Angel Ma Garibay K.)

86 87

L__
Dijo entonces el capitán: de cuatro en cuatro fueron a apostarse en las en-
-Está bien. Que lo hagan. Ya lo oí. tradas.
Luego partieron, fueron a encontrar a otros es- Entonces van a dar un golpe al que está guiando
pañoles que llegaban. Sólo El Sol se quedó aquí. la danza. Uno de los españoles le da un golpe en la
Y cuando llegó la hora en la cuenta de los días, nariz a la imagen del dios. Entonces abofetean a los
luego dijo Mot.ecuhzoma a éste: que estaban tañendo los atabales. Dos tocaban el
-Favor de oír: aquí estáis vosotros. Pronto es tamboril, y uno de Aternpan tañía el atabal. Enton-
la fiesta del dios; se ha aproximado la fiesta en que ces fue el al boro to general, con lo cual sobrevino
debemos festejar a nuestro dios. completa ruina.
Dijo aquél: En este momento un sacerdote de Acatl iyaca-
-¡Qué lo hagan: de algún modo ahora estaremos! pan 6 vino a dar gritos apresurado; decía a grandes
U:,1 voces:
Luego dijeron los capitanes:
-Favor de llamar a nuestros hermanos mayores. -Mexicanos, ¿no que no en guerra? [Quién tiene
!~
Y hablaron los hermanos mayores: confianza! [Quién en su mano tiene escudos de
:¡ los cautivos!
Cuando éstos hubieron venido, luego les dan ór-
denes; les dicen: Entonces atacan solamente con palos de abeto.
Pero cuando ven, ya están hechos trizas por las
-Mucho en esto se ponga empeño para que se
espadas.
haga bien.
Entonces los españoles se acogieron a las casas en
Y dijeron los hermanos mayores:
donde están alojados. 7
-Que con fuerte impulso se haga.
Entonces dijo Tocatzin, el jefe de la armería:
-Favor de hacerlo saber al señor que está ante
nosotros. ¡Así se hizo en Cholula: no más los ence-
rraron en una casa! También ahora a nosotros se
nos han puesto difíciles las cosas. ¡ Qué en cada
pared estén escondidos nuestros escudos!
Dijo entonces Motecuhzoma:
il
''•
¿Es que estamos acaso en guerra? ¡Haya con-
fianza!
1!
Luego dijo el jefe de armas:
-Está bien.
Luego comienza el canto y el baile. Va guiando
a la gente un joven capitán; tiene su bezote ya 6 Acatl iyacapan: "En la punta del cañaveral." Sitio den-
puesto: su nombre, Cuatlázol, de Tolnáhuac. Ape- tro del Templo Mayor.
nas ha comenzado el canto, uno a uno van saliendo 7 Códice Aubin, Edic. de A. Peñafiel, p. 84 y ss. (Ver-
los cristianos; van pasando entre la gente, y luego sión de Angel Ma. Garibay K.)

88 89
Calendario prehispánico
lógico, para determinar el carácter fasto o nefasto
En el mundo mexica al igual que entre otros pue- de los diversos días.
blos como los mayas y mixtecas, existían dos formas
principales de calendario. Uno era el xíhuitl o Literatura indígena
"cuenta del año". Este calendario estaba formado
por dieciocho grupos de 20 días que daban un Los pobladores del México antiguo, entre sus di-
total de 360, a los que se añadían cinco más, con- versas creaciones culturales, dejaron un rico legado
¡
siderados como nefastos. Durante cada grupo de de carácter literario. Como se ha dicho, los mayas,
20 días, bajo el patrocinio de diversos dioses, se los mexicas y otros varios pueblos más, poseyeron
iban combinando los 20 signos del calendario con un sistema de representación de tipo pictórico,
1 sus respectivos numerales del I al 13, dieciocho ideográfico y parcialmente fonético. Aún se con-
¡ veces consecutivas hasta completar los 360 días. servan algunos de sus códices o libros de pinturas
1 Como, a pesar de los cinco días que se añadían de procedencia claramente prehispánica. Por otra
I!!
11!, al fin, el calendario se iba adelantando en relación parte, en sus antiguos centros de educación, o sea,
!J con el año trópico, los sabios indígenas, según el en los calmécac y telpochcalli, se transmitían y
testimonio de algunos cronistas, añadieron un día fijaban en la memoria desde tiempos inmemoriales,
más cada cuatro años, al modo como se hace en el los cantares divinos, los mitos, las narraciones épicas
calendario de tipo occidental en los años bisiestos. y otras formas de composición literaria. Los con-
En el presente libro, con frecuencia aparecen fe- quistadores españoles destruyeron durante el siglo
chas en función de este calendario, indicándose xvt esos antiguos sistemas educativos y redujeron
unas veces el nombre del grupo de veinte días y a cenizas la mayor parte de los códices y antiguos
otras el signo calendárico precedido de un numeral. libros de pinturas.
Para su comprensión, en nota se indica siempre Pero, en contraste con esta actitud destructora,
el equivalente de dichas fechas en el calendario algunos misioneros como fray Andrés de Olmos,
de tipo occidental. Bernardino de Sahagún, Diego Durán y otros
La segunda forma de calendario existente en el varios, se empeñaron en recoger de los indígenas,
México antiguo, era el tonalpohualli, o "cuenta de tanto sus antiguos libros de pinturas, como las tra-
los días". Estaba formado por veinte grupos de 13 diciones y cantares que en lengua indígena habían
días que daban un total de 260 y que al relacionarse memorizado en la época prehispánica. Reduciendo
con el año de 365 días, no coincidían en una mis- al alfabeto castellano los antiguos textos, recibidos
ma fecha idéntica, sino hasta al cerrarse "un ciclo de labios de los nativos allegaron un caudal muy
indígena", formado por un periodo de 52 años. La grande de esas producciones, consideradas con ra-
finalidad principal del tonalpohualli era servir zón como literarias.
como una especie de almanaque o calendario astro- El sentido crítico que mostraron los recopiladores
de los textos indígenas, principalmente en el
196
197
templaron con sus propios ojos la Conquista y la
caso de Sahagún, así como el mismo contenido de
destrucción de su propia cu! tura.
1
los textos, son la mejor prueba de su genuino ca-
No siendo posible en este breve estudio, referir-
Ir.¡ rácter prehispánico. Además de ese grupo de mi-
nos a otras muchas instituciones culturales prehis-
sioneros humanistas, empeñados en conocer la
l
t~
l, antigua cultura, hubo también indígenas, tanto
pánicas, entre las que pueden mencionarse la orga-
l nización sacerdotal, el culto a los dioses, las diversas
! entre los mayas de Yucatán, como entre los nahuas formas de sacrificios, las varias técnicas de los artis-
de la región central, que habiendo aprendido el tas, el modo cómo se llevaba a cabo el comercio, lo
uso del alfabeto europeo, se valieron de él para tocante a su alimentación, vestido, etcétera, referi-
ti· ¡
transcribir en idioma indígena sus tradiciones, poe.
(i' mos al lector a la bibliografía final, donde se men-
mas, historias y mitos antiguos. cionan algunas obras que tratan de estos puntos.
Hoy día se conservan en bibliotecas de Europa La visión aquí expuesta acerca de la vida, el
y América no pocos de esos manuscritos. Por lo pensamiento y la evolución cultural del México
que se refiere a la literatura náhuatl, el doctor antiguo, muestra al .menos algunos de los aspectos
Angel Ma, Garibay K., moderno iniciador de estos fundamentales de ese pueblo que experimentó en
estudios, ha mostrado la existencia de más de cua- carne propia la tragedia de la Conquista. Mientras
renta manuscritos en dicho idioma en los que puede el mundo mexica parecía llegar a lo más alto de su
estudiarse la producción poética de tipo religioso, desarrollo, las expediciones de Francisco Hernán-
lírico, épico, dramático, así como la prosa, los dis- dez de Córdova y de Juan de Grijalva merodeaban
cursos didácticos, leyendas, historias, etcétera, de los ya por las costas del Golfo. El jueves santo de 1519
antiguos mexicanos. Entre los manuscritos que con- Hernán Cortés ponía pie en tierra firme unos cuan-
tienen textos literarios del México antiguo ocupan tos kilómetros al norte de lo que hoy es la moderna
~ lugar principal: los Textos de los informantes indí- ciudad de Veracruz. Las noticias recibidas por
genas de Sahagún (Códices Matritenses y Floren- Cortés acerca de la grandeza mexica lo movieron
~ ¡
tino), la Colección de cantares mexicanos de la a ponerse en marcha para realizar la conquista de
11 i Biblioteca Nacional de México, los varios Hue- lo que consideró ser un imperio fabuloso, en el
huehtlahtolli o pláticas de los viejos, varios de que el oro y las piedras preciosas existían en abun-
ellos en la Biblioteca Nacional de París, los A na- dancia.
'
1 ! es de Cuauhtitlan, la Historia tolteca chichimeca,
!'
'· 1
la Colección de cantares que se conserva en la La ruta de los conquistadores
li Universidad de Texas, etcétera.
11

Continuando esa tradición prehispánica de ca- El 18 de febrero de 1519, Hemán Cortés partió de
la isla de Cuba al frente de u~a armada integrada
rácter literario e histórico, algunos de los sabios
por I O naves. Traía consigo l 00 marineros, 508
sobrevivientes a la Conquista redactaron precisa-
soldados, 16 caballos, 32 ballestas, I O cañones de
mente los textos cuya versión se ofrece en este libro.
bronce y algunas otras piezas de artillería de corto
En ellos se conserva el testimonio de quienes con-
199
198
calibre. Venían con él varios hombres que llegarían
~,~\"
gente de Cempoala en la costa del Golfo, los cro-
a ser famosos en la conquista de México. Entre nistas indígenas tratan de los mensajes enviados a
ellos estaba Pedro de Alvarado, a quien los mexicas Motecuhzoma, informándole de la llegada de esos
habían de apodar Tonatiuh, "el Sol", por su ex- hombres blancos que venían en unas barcas grandes
traordinaria prestancia y el color rubio de su cabe-
llera. Venía también Francisco de Montejo que como montes.
Unos y otros coinciden en lo que se refiere al
posteriormente conquistaría a los mayas de Yucatán; envío de presentes por parte de Motecuhzorna a
Berna! Díaz del Castillo y otros varios que consig- Hernán Cortés, tratando de persuadirlo de que se
narían por escrito la historia de esa serie de expe- alejara de esas tierras. Precisamente algunos de
diciones.
esos presentes, en particular dos grandes discos, uno
Al pasar por la isla de Cozumel, situada frente de oro y otro de plata artísticamente grabados,
a la península de Yucatán, Hernán Cortés recogió iban a ser enviados a España por Hernán Cortés
a Jerónimo de Aguilar que, como resultado de un aún antes de la caída de México-Tenochtitlan,
naufragio, había quedado allí, junto con otro es- como an testimonio de su lealtad a Carlos V. El
pañol desde 1511 y había aprendido la lengua maya célebre pintor alemán Albrecht Dürer (Durero),
con bastante fluidez. tuvo ocasión de contemplar dichos objetos dejando
Más adelante, frente a la desembocadura del Gri- consignado en su diario que "nunca había visto
jalva, tuvo lugar el primer encuentro bélico entre trabajos tan maravillosos, que tanto llenaran de
los españoles y los indígenas. Hecha la paz, en- satisfacción a su propio corazón".
tre otros presentes les fueron ofrecidas veinte escla. El 16 de agosto de 1519 Hernán Cortés, quien
vas indias; una de las cuales, Malintzin (la ya se había ganado la alianza de la gente de Cem-
Malinche), había de desempeñar un papel de poala. se puso en marcha rumbo a Tlaxcala y a
suma importancia. Esta mujer hablaba la lengua México-Tenochtitlan. Detrás de sí dejaba un Ayun-
maya y la náhuatl, Gracias a la presencia simultá- tamiento, en la que había bautizado como Villa
nea de Jerónimo de Aguilar y de la Malinche, Rica de la Vera Cruz. Cortés llevaba consigo 400
Hernán Cortés iba a contar desde un principio peones, 15 jinetes y 6 piezas de artillería, algunos
con un sistema perfecto para darse a entender con centenares de soldados e incontables cargadores i~
los mexicas. Él hablaría en español a Jerónimo de dígenas que llevaban los alimentos y la impedi-
Aguilar, éste a su vez traduciría lo dicho hablando menta.
en maya con la Malinche, y ella por fin se dirigía
Los textos indígenas hablan de la astucia de los
directamente en la lengua náhuatl a los enviados
tlaxcaltecas quienes, valiéndose de un grupo otomí
y emisarios de Motecuhzoma, desde sus primeros
sometido a ellos, quisieron poner a prueba la fuerza
encuentros en las cercanías de la actual Veracruz,
militar de Ios españoles. Al ver cómo éstos eran
En tanto que los cronistas españoles de la Con- fácilmente vencidos por los castellanos, quedaron
quista se refieren a sus primeros contactos con la
convencidos los tlaxcaltecas de que esos hombres
!I
1! 200 201
111
1
l•

it ;
blancos poseían armas su peri ores. Decidieron en- que se celebró en fecha cercana a la fiesta de Pas-
tonces aliarse con ellos, con la secreta esperanza de cua de Resurrección del año de 1520. Los textos
ver derrotados a sus antiguos enemigos los pode- indígenas que aquí se publican relatan este epi-
rosos mexicas. Así, el 23 de septiembre de 1519, los sodio con tal fuerza de expresión que bien parece
españoles entraban en Ocotelolco, quedando desde un poema épico, especie de Ilíada indígena.
ese momento convertidos en aliados de los tlaxcal- Cuando los españoles, en compañía de Hernán
tecas. Cortés, que había regresado, decidieron escapar de
El 14 de octubre del mismo año de 1519 tuvo la ciudad, perdieron más de la mitad de sus hom-
1 ugar otro hecho importan te, acerca del cual di- bres, así como todos los tesoros de que se habían
fieren las versiones indígenas y las de los propios apoderado. Esta derrota sufrida por los conquista-
conquistadores. Se trata de la matanza perpetrada dores que trataban de huir de la ciudad por el
en Cholula por orden de Cortés, que había llegado rumbo del poniente, por la calzada de Tacuba, se
a esa ciudad sometida al poderío mexica en com- conoce con el nombre de "la noche triste", del 30
pañía de sus aliados tlaxcaltecas. Las crónicas espa- de junio de 1520.
ñolas afirman que Cortés había descubierto una Los españoles fueron en busca del auxilio de sus
traición por parte de la gente de Cholula. Según aliados tlaxcaltecas y no fue sino hasta casi un año
los indígenas, en realidad la traición fue perpe- después, o sea el 30 de mayo de 1521, cuando
trada por los españoles y por sus aliados tlaxcal- pudieron dar principio a un asedio formal de
tecas. Méxcío-Tenochtitlan. Para esto concentró Hernán
Por fin, el 8 de noviembre de 1519, después de Cortés más de 80 000 soldados tlaxcaltecas y reforzó
atravesar los volcanes, Hernán Cortés y su gente sus propias tropas españolas con la llegada de va-
hicieron su primera entrada en México-Tenochti- rias otras expediciones a Veracruz. Además, desde
tlan, llegando por la calzada de Iztapalapa que el 28 de abril de ese mismo año había botado al
unía a la ciudad con la ribera del lago por el sur. agua 13 bergantines que jugarían un papel muy
Los textos indígenas son en extremo expresivos al importante en el asedio de la isla.
pintar el encuentro de Motecuhzoma con Cortés Las crónicas indígenas hablan de la forma en
en dicha calzada, convertida hoy en día en moderno que los españoles comenzaron a atacar la ciudad
viaducto en la actual ciudad de México. Alojados a partir del 30 de mayo de 1521. Refieren las diver-
los españoles en los palacios reales de la ciudad, sas incursiones de esos hombres que en un prin-
pudieron percatarse plenamente de la grandeza y cipio habían sido tenidos por dioses, pero a los
poderío _de ésta. que al fin se les llamó "popolocas", palabra
Su permanencia en la capital mexica tuvo un con que designaban los nahuas a los bárbaros.
final trágico, debido al ataque por traición perpe- Debido a que algunos de esos documentos indígenas
trado por Pedro de Alvarado, estando ausente fueron escritos por historiadores nativos de la sec-
Hernán Cortés, durante la gran fiesta de Tóxcatl, ción norte de la ciudad, o sea del antiguo Tlate-

202 203
sitio preciso en que actualmente se conservan. La
lolco, con frecuencia se pondera en ellos el valor traducción de los mismos, procurando ser lo más
de los tlatelolcas por encima del de los mismos fiel posible, ha buscado también conservar su fuer-
mexica-tenochcas, 1 za de expresión y su hondo dramatismo. Además
En las crónicas se habla también de la elección del valor histórico de estas crónicas indígenas, se
il : del joven Cuauhtémoc, que había sido escogido pretende poner de manifiesto su valor como obra
como gobernante supremo, ya que muerto Mote- literaria, capaz de transmitir un mensaje de pro-
i
¡ cuhzoma, su sucesor el príncipe Cuitláhuac había fundo sentido humano y universal.
l también fallecido víctima de la epidemia de viruela
¡ que traída por los españoles causó tantas bajas
w,:! entre los indígenas. Durante el reinado de Cuauh-
j~
l~ témoc los hechos de armas se suceden unos tras
1~ otros y no puede negarse que hubo actos de hero-
l.J
!11
ísmo por ambas partes. U na vez más las crónicas
indígenas vuelven a hablar con la elocuencia de un
maravilloso poema épico. Por fin, casi después de
80 días de sitio, en una fecha 1-Serpiente, del año
3-Casa, que corresponde al 13 de agosto de 152 l
cayó la ciudad de México- Tenochtitlan, y fue hecho

1 prisionero el joven Cuauhtémoc, Lo que siguió a
1 la Conquista lo relatan también las crónicas indí-
genas. Los "cantos tristes" que aquí se publican
muestran el trauma que dejó en el alma mexica
il 1 la destrucción de su ciudad y su cultura.
Tal es en breve síntesis la secuencia de los hechos
que en este libro se presentan, desde el punto de
vista de los vencidos. El estudio de las relaciones
indígenas de la Conquista abre las puertas a posi-
bles investigaciones de hondo interés histórico. Esta
antología pretende ofrecer al lector contemporáneo
uno de los más valiosos testimonios dejado por un
pueblo que tuvo conciencia de la historia y del
valor de sus propias creaciones culturales.
En la introducción general a esta obra se ofrece
una breve descripción del origen de los documentos
indígenas que aquí se publican, indicándose el
205
204

ií., _

Vous aimerez peut-être aussi