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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA DE COLOMBIA

SEDE PALMIRA
FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS

YO, EXTENSIONISTA
El campo colombiano es uno de los sectores más importantes de nuestro país, no solo por su
riqueza natural, sino porque dentro de él existe un gran potencial para mejorar la economía;
aun así, con el paso de los años el valor de este sector se ha ido perdiendo y hoy en día son
más las familias campesinas que presentan problemas para mejorar sus condiciones de vida.
El reto de los técnicos, ingenieros y sobre todo el de los extensionistas está en no solo ser
facilitadores de herramientas, en tecnificar, sino en saber llegar a los agricultores y ser unos
verdaderos generadores de cambio, pero, ¿Cómo lograrlo?
Empezare diciendo que somos un poco de todo, que hay que reconocer que, aunque en la
universidad te entregan un título que dice profesional (sea cual sea tu carrera) eres más que
eso y el caso del extensionista no es la excepción.
El extensionista es administrador, porque se encarga de gerenciar proyectos y metas, sabe
organizar y comunicar sus ideas, es como un coach motivacional, que aprecia los
conocimientos de los agricultores y los impulsa, reconociendo que ellos son los conocedores
del campo y son los que mejor pueden realizar las tareas. En su labor de facilitar el desarrollo,
se asegura de que el agricultor aprenda haciendo; las cosas cuando se hablan se olvidan en
poco tiempo, pero cuando se enseñan practicando, se quedan. El extensionista debe tener
buena actitud y contagiar a los demás de ella, amar su trabajo y aprender cada día de las cosas
que pasan, esforzándose por ser mejor; es vendedor de ideas y busca la manera más creativa
de abordar al agricultor, no llegando a recomendar como factor principal, sino dialogando y
escuchando lo que el agricultor requiere y presentando opciones para que él mismo decida,
recordando que “El fin de la capacitación no es el conocimiento sino la acción”. Pero sobre
todo el extensionista es líder, porque no solo aprovecha los recursos y destrezas de las
personas, sino que las reta a lograr lo que se propongan y a que sientan satisfacción de lo que
hacen, ayudando a los agricultores a no temer al cambio, dándoles la seguridad y
motivándolos cada día con algo que los impulse, como el hecho de brindarles más
oportunidades a su familia; demostrándoles que la unión hace la fuerza y que trabajar en
conjunto es fundamental para obtener buenos resultados.
El extensionista debe recordar que por más títulos y experiencia que posea, su labor es
bidireccional, por lo que debe estar abierto a la opinión del agricultor, la cual tiene igual o
más peso que la suya; que la seguridad y confianza que le demuestre influirá en las decisiones
que este tome en su finca, y que sobre todo, el amor y la motivación son dos pilares que abren
muchas puertas y que pueden lograr de la mano del agricultor y de su familia, lo que necesita
el campo Colombiano para llegar a ser mejor de lo que era antes.

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