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TRIBUNAL DE GESTION ASOCIADA-TERCERO

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 240
CUIJ: 13-04405774-8( (012053-302573))
KARZOVNIK ALAN IOAV C/ TUR BUS LTDA P/ DAÑOS
DERIVADOS DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
*104485457*
Mendoza, 18 de Septiembre de 2019.
Y VISTOS:
Los autos precedentemente individualizados, de los que;
RESULTA: se presenta el Dr. Marcos Sebastián Vallone en nombre y
representación del Sr. Alan Ioav Karzovnik y promueve demanda sumaria de daños y
perjuicios contra la empresa Tur bus Ltda. por la suma de pesos veintiséis millones cien
mil ($26.000.100) o la suma mayor o menor que resulte de la prueba a rendirse en autos ,
con más los intereses, costas y costos desde la fecha del hecho y hasta el efectivo pago.
Cita en garantía a HDI seguros.
Relata que el día 18 de de Febrero del año 2017 siendo las 00:15 hs aproximadamente su
representado, viajaba a bordo como pasajero del micrómnibus de la empresa demandada,
dominio CLLZ-38 interno 2267 que se dirigía a Santiago de Chile, conducido en esa
oportunidad por el Sr. Javier Sanhueza. Dice que el colectivo partió a horario de la terminal
y sin inconvenientes, pero cuando el mismo se encontraba transitando la Ruta N° 7 el chofer
comenzó a exceder la velocidad de 100 km/h. En esas circunstancias y cuando el micro-
ómnibus se encontraba sobre el KM 1.223, más precisamente a la altura de la denominada
“Curva del Yeso” debido a la excesiva velocidad a la que viajaba y al tomar la curva,
derrapó y volcó sobre el costado izquierdo arrastrándose varios metros con gran violencia y
ocasionado una gran cantidad de muertos y heridos entre los pasajeros.
Indica que el actor que era pasajero del colectivo y que presentó heridas al
momento del accidente. Refiere residir en Chile junto a su esposa, quien se encontraba
embarazada en aquel entonces. Comenta que vino a Mendoza por el día, por cuestiones
laborales y cuándo se encontraba regresando, ocurrió el accidente.
Afirma que por la temeraria forma de manejo del conductor Sanhueza es que antes
del siniestro empezó a sospechar que algo malo ocurriría. Estaba intranquilo y despertó
debido a la velocidad, vio a uno de los pasajeros que caminaba para reclamar al chofer por
ello, quién luego falleció.
Asevera haber visto cómo el colectivo se ladeaba al tomar la curva y finalmente
volcaba en un lugar desconocido y oscuro, no sabía si los esperaba un abismo o una muralla
o el río. Refiere haber visto piedras del tamaño de una cabeza atropellándolos e indica: “Mi
posición era la misma que antes, al estar agarrado y colgado no quedo de costado sino
como iba respecto de la ruta pero con el bus volcado 90° hacia la izquierda. Mantengo los
pies hacia adelante y veo cómo todo hacia adelante comienza a destruirse, preocupado por
mis pies pero era mi única protección solo tiraba fuerte de la cuerda de la cortina para
quedar lo más arriba posible y no recibir tantas piedras”.
Continúa relatando las circunstancias posteriores al impacto, tales como la muerte de
muchos pasajeros, la oscuridad y cómo lograron obtener ayuda en un lugar inhóspito.
Refiere haber sido trasladado al Hospital de Uspallata y luego a la Clínica de Cuyo
indica que su obra social personal de Chile no brindó cobertura y Tur Bus no apareció.
Atribuye responsabilidad exclusiva a la demandada por el hecho dañoso.
Reclama los rubros de: tratamiento psicológico, incapacidad sobreviniente, daño
moral y psicológico y daño punitivo por la suma de $5.000.00, como así también gastos
médicos y de traslado.
Ofrece prueba y funda en derecho.
II- A fs. 96/110 se presenta el Dr. Alejandro Rodríguez por la Empresa de Trasportes
Rurales Limitada Tur Bus Ltda. Tras las negativas de rigor, reconoce el hecho acontecido
mas objeta los rubros y montos reclamados. Considera que resulta relevante el hecho del
damnificado, que al momento del hecho no llevaba colocado cinturón de seguridad. Cita en
garantía a HDI seguros. Rechaza los rubros reclamados y plantea la inconstitucionalidad del
rubro daño punitivo. Ofrece prueba y funda en derecho.
III.- A fojas 113 se presenta el Dr. Vicente Oscar Ferrara por HDI seguros y declina
citación en garantía, por lo que a fojas 124 se desiste de esa citación efectuándose contra la
empresa HDI SEGUROS cuyo giro comercial está asentado en Chile.
IV.- A fojas 131 se lleva a cabo audiencia inicial. Además de la prueba
oportunamente incorporada se rindió el siguiente material probatorio:
-Pericial médica neurólogica a fojas 156.
-Pericial psicológica a fojas 165.
-Pericial médica traumatológica a fojas 192.
- A fojas 206 se agrega acta de audiencia final en la que concurrieron los peritos a dar
explicaciones y se rindió prueba testimonial. Las partes alegaron oralmente. Se llamó autos
para dictar sentencia.
-A fojas 209/212 se recibe informativa del INTI la que por ser extemporánea fue
desglosada.
A fojas 226 se presentan la Dra. Elena María Ojeda y el Dr. Joaquín R. Pedrichizzi y
asumen representación por la demandada.
CONSIDERANDO:
I.- Derecho aplicable: Teniendo en cuenta la fecha en la que se produjo el accidente,
el 18 de Febrero del año 2017 es de aplicación el Código Civil y Comercial de la Nación
aprobado por Ley n° 26.994 (Art. 7).
II- La presente acción puede ser subsumida dentro de las previsiones de la
Responsabilidad civil, el contrato de transporte y las disposiciones de la tutela del
consumidor.
En el derecho de daños, responder implica asumir las consecuencias nocivas injustas,
que sufren o que pueden sufrir otras personas, con motivo de una actividad, que actual o
potencialmente lesiona sus intereses. Para Mosset Iturraspe: “Es el conjunto de normas que,
como sanción, obligan a reparar las consecuencias dañosas emergentes de un
comportamiento antijurídico, que es imputable física o moralmente a una persona ”. El
derecho ha ido teniendo un constante avance, que tiene su base en una primera etapa en la
culpabilidad del autor del daño, para luego tomar otros factores de atribución como son el
riesgo creado, la garantía, la equidad o el abuso del derecho. En la concepción actual se
pone el acento en la injusticia del daño que es una visión más comprensiva y que tiene
vigencia aunque sea lícita la conducta lesiva.
El deber de reparación integral del daño es un principio general del derecho que tiene,
además, rango constitucional (art. 19 CN).
El artículo 1740 establece que: “La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la
restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el
pago en dinero o en especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que
sea parcial o totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe
fijar en dinero. En el caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la
identidad personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia,
o de sus partes pertinentes, a costa del responsable.”
Para que la responsabilidad tenga lugar deben verificarse los siguientes extremos: la
existencia de un daño subsistente y cierto, relación de causalidad entre el hecho y el daño,
anti juridicidad y un factor de atribución. La demandada, para eximirse de la
responsabilidad, deberá acreditar la causa ajena. Es decir, el caso fortuito o fuerza mayor, el
hecho de la víctima o de un tercero por el cual no debe responder debiendo estas últimas
eximentes reunir los caracteres de ajenidad e imprevisibilidad.
“El Tribunal debe verificar, si se reúnen los requisitos de la responsabilidad por riesgo de
la cosa: existencia de daño, nexo de causalidad, calidad de dueño o guardián del
demandado. Comprobados estos requisitos, resulta necesario reflexionar sobre las causales
de eximición. En suma, lo subjetivo, sólo interesa como eximente de responsabilidad, y no
como factor de atribución”. (Expte.: 43877 - PEÑARANDA, SILVANA SANDRA C/
ROJAS ECHEGARAY, DANIEL ALBERTO Y OTS. P/ DAÑOS Y PERJUICIOS Fecha:
23/05/2013Tribunal: 1° CÁMARA EN LO CIVIL - PRIMERA CIRCUNSCRIPCIÓN LS
184)
En lo particular, son aplicables las previsiones del contrato de transporte de
pasajeros en el que la obligación principal del transportista es la de llevar sano y salvo al
pasajero a su lugar de destino. Dicha obligación se traduce en el deber de seguridad que
debe observar estrictamente el obligado. Es en definitiva una obligación de resultado.
El artículo 1289 del CCCN dispone: Son obligaciones del transportista respecto del
pasajero: a) proveerle el lugar para viajar que se ha convenido o el disponible
reglamentariamente habilitado; b) trasladarlo al lugar convenido; c) garantizar su seguridad;
d) llevar su equipaje.
Por su parte el Art. 1291 establece que: “Además de su responsabilidad por
incumplimiento del contrato o retraso en su ejecución, el transportista responde por los
siniestros que afecten a la persona del pasajero y por la avería o pérdida de sus cosas”.
Las cláusulas que limitan la responsabilidad del transportista de personas por muerte o
daños corporales se tienen por no escritas.(Art. 1292 del CCCN).-
En otro orden, el pasajero se igualmente protegido las normas del derecho del
consumidor, que son aplicables al contrato de transporte celebrado entre un particular y una
empresa transportista (2cc Expte.: 51763 - RAMIREZ, GABRIELA ALEJANDRA C/
TRANSPORTE DE PASAJEROS GENERAL ROCA S.R.L. GRUPO 5 P/ D Y P Fecha:
24/06/2016 - LS144-237).
En efecto, la cuestión debe ser interpretada a la luz de los principios que gobiernan el
derecho consumeril.
La regla in dubio pro consumidor opera como cierre del sistema a falta de toda otra
prueba enervante de la relación de causalidad y de la violación del deber de seguridad del
transportista, al haberse admitido la calidad de pasajera y la relación de consumo.” (3cc
Expte.: 50079 - VALDEZ ELENA GLADYS C/ EL CACIQUE S.A. P/ DAÑOS Y
PERJUICIOS Fecha: 05/02/2015 – SENTENCIA LS153-155).
Precisado el marco legal aplicable al caso cabe verificar las circunstancias concretas
en las que tuvo lugar el lamentable accidente.
III.- Mecánica del accidente- Responsabilidad de la demanda.
En autos no está en discusión que el día 18 de Febrero de 2017 que el hecho tuvo
lugar en circunstancias en las que el colectivo de propiedad de la empresa, TUR BUS, en
ese entonces conducido por el Sr. Javier Sanhueza, se dirigía por la Ruta Nacional N° 7 con
destino a Chile y a la altura de la denominada “Curva de Yeso” volcó abruptamente
provocando la muerte de 19 personas e innumerables pérdidas materiales e inmateriales al
resto de los pasajeros transportados.
El accidente de marras tuvo gran transcendencia social y mediática en razón de la
magnitud de los daños, el número de víctimas, el lugar en el que ocurrió y las
particularidades de su desenlace.
Es así que la ocurrencia del hecho dañoso no está en discusión en el caso ni la
responsabilidad de la demandada quién no dio cumplimiento a la obligación de seguridad
que emerge del contrato de transporte estipulado consistente en trasladar a los pasajeros
sanos y salvos a su lugar de destino.
Entre las obligaciones del transportista se encuentra las de “Realizar el traslado de
las personas, en condiciones de garantizar que llegan sanas y salvas a destino, cumpliendo el
plazo y el itinerario establecido. De cumplir con otorgar al pasajero las comodidades
oportunamente ofrecidas y recibirle su equipaje. Tiene la obligación de emitir el billete de
pasaje conforme a las reglas que fijen las autoridades. Debe finalmente garantizar la
operatividad técnica y administrativa del medio utilizado y permitir el embarque de
personas discapacitadas…. ” (Losada, Francisco, Derecho del Transporte, Astrea, pág. 94).
La demandada debía observar un deber de seguridad con respecto a la salud y seguridad de
los pasajeros transportados, deber que se veía incrementado teniendo en cuenta las
particularidades de la ruta N° 7, su peligrosidad, la cantidad de mendocinos y chilenos que
la transitan diariamente, la existencia de camiones e innumerables infortunios allí
verificados.
Tampoco está en discusión que el actor viajaba a bordo del colectivo, sufriendo lesiones de
consideración.
Como ya se dijo, la obligación de seguridad consistente en la exigencia de llevar a
los pasajeros a su lugar de destino sanos y salvos, lo que en el caso se traduce no sólo en
contar con unidades aptas y debidamente acondicionadas para el traslado, sino también en
la selección adecuada de quiénes materializan el acto de traslación y su supervisión.
En base a todo lo relatado, teniendo en cuenta los principios y normas citadas y
sopesando especialmente la responsabilidad social de la empresa demandada es que resulta
responsable de los daños ocasionados al actor al ser la responsable transportista del contrato
de transporte celebrado.
Esa responsabilidad debe hacerse extensiva a la citada en garantía en los términos del
artículo 118 de la Ley N° 17.418.
IV.- INCIDENTE DE TACHA:
En autos la parte demandada procede a la tacha de la declaración testimonial de del
Sr. Florencio Sebastián Bustos en tanto su declaración se ha visto teñida parcialidad,
aportando datos borrosos sobre la situación caótica vivida por el actor. Manifiesta que la
proximidad familiar, dada por su condición de cuñado del actor hace presumir la falta de
parcialidad en la declaración. Los letrados de la actora solicitan el rechazo de la tacha
efectuada, con el argumento de que el Sr. Busto ha sido un testigo cercano que pudo
apreciar en forma cercana. Entiende que el tiempo transcurrido entre el hecho y la audiencia
final posiblemente repercutió en la memoria del testigo.
Verificando las declaraciones de la testigo estimo que no se advierte parcialidad manifiesta
en sus declaraciones o falsedad palmaria. La circunstancia de ser cuñado del actor no lo
inhabilita a declarar ni permite concluir que sus declaraciones son falsas y tendenciosas. Por
lo demás, la declaración del testigo no ha sido determinante para la suerte de este litigio.
Jurisprudencialmente se ha dicho que “La tacha de un testigo no sólo requiere de una
presunción de amistad o connivencia con alguna de las partes del proceso, sino un acto
positivo en sus declaraciones que amerite silenciar tal prueba, ya porque el testigo lo
admite, o porque sus declaraciones aparecen manifiestamente teñidas de parcialidad o
falsedad.” (2cc Expte.: 50066 - SANTARROSA GLADYS BEATRIZ C/ BUSO NESTOR
MARIO P/ D. Y P. 11/06/2014).
Siendo ello así es que corresponde el rechazo de la incidencia de tacha interpuesta, con
costas a la demandada incidentante.
V.-Daños:
a.- Daño moral y psicológico:
El actor reclama la suma de $7.000.000 en este concepto. Al alegar, se precisó el
rubro en la suma de $3.300.000.
La indemnización por daño moral no se reduce al precio del dolor o a la pérdida de
afecciones, sino que se apunta a toda modificación disvaliosa del espíritu, sea en la
capacidad de sentir, de querer, y de entender. A partir del carácter resarcitorio de tal rubro,
éste desempeña la función de satisfacer perjuicios que no sean mensurables con exactitud,
teniendo en cuenta las condiciones personales de la víctima y la gravedad objetiva del
perjuicio, como así también el resto de las circunstancias del caso. (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala E, 1197/02/27, “Giménez, Pablo M. y otros c/ Schuartz,
Eduardo”, LA LEY, 1997-C, 262 – DJ, 1997-2-656).-
En autos se rindió prueba pericial a fin de acreditar el rubro.
En la pericia psicológica de la Licenciada Melisa Solitro se transcribió lo
manifestado por el actor en sesión. La profesional concluyó que a la fecha presenta
síntomas característicos de un episodio depresivo mayor que repercutió sobre su ánimo y
han incrementado sus sentimientos de frustración e irritabilidad en todos los ámbitos de su
vida. Que ha perdido su capacidad de disfrute y le cuesta conciliar el sueño experimentado
un gran sentimiento de angustia y culpa por no poder salvar personas en el accidente.
Considera que esa circunstancia alteró su potencial laborativo y que en la actualidad
presenta un 32% de incapacidad psíquica permanente estimando que dado el tiempo
transcurrido esas circunstancias ya son irreversibles.
Es en base a ello, contemplando la pericia presentada a la luz de la sana crítica
racional, sumado a que en las audiencias realizadas en la causa se ha podido observar cómo
el accidente repercutió en forma negativa en la subjetividad del actor, es que resulta
indiscutible la circunstancia de que a raíz del hecho el actor ha sufrido una agravio moral.
Es dable destacar que pese a los intentos de la demandada al invocar el hecho de la víctima
y solicitar una concurrencia de culpas o se disminuya el monto de los daños por no llevar
colocado el cinturón de seguridad, debo concluir que esa circunstancia no puede ser
valorada en detrimento del actor ni como un elemento para mitigar la responsabilidad de
la demandada en tanto lo que se reclama en el presente es el daño moral sufrido por el actor
a raíz del accidente. Es así que llevase o no puesto el cinturón de seguridad, el actor
igualmente habría experimentado daño moral en tanto el impacto psicológico del accidente
está dado por lo vivido y sufrido como consecuencia del mismo, lo que vio y sintió en un
suceso del que resultaron 19 víctimas fatales al volcar un colectivo en horas de la noche en
plena cordillera mendocina.
Siendo ello así, de la prueba rendida y las circunstancias relatadas es que nadie
puede dudar de la repercusión negativa que el accidente de marras ha tenido en la
personalidad del accionante.
También es dable recordar que se ha dicho: “No se viola el principio de congruencia
si se estima el monto reclamado por una incapacidad en la demanda, pues son de
aplicación inmediata en materia de cuantificación de daños las disposiciones del Código
Civil y Comercial de la Nación, por lo que hoy no es necesario que resulte carga de la parte
la fijación del monto actualizado al momento de sus alegatos o expresión de agravios, ya
que la norma vigente compele a la determinación actualizada a la fecha de dictar
sentencia, resultando luego ser resorte exclusivo del juzgador fijar el monto de acuerdo al
criterio de la realidad económica.” (3cc Expte.: 51372 - CAMPOS ANIBAL ALBERTO Y
OT. PSHM C/ LEOPOLDO CAPARROS Y OTS. P/ D. Y P.Fecha: 26/07/2016 .).-
En definitiva el rubro prospera por la suma reclamada de pesos tres millones trescientos
mil ($3.300.000) monto que el actor podrá destinar a la adquisición de bienes, como un
automóvil de alta gama, o actividades placenteras para mitigar el dolor padecido y afrontar
asimismo la terapia psicológica recomendada la perito. (Art. 1741 del CCN).
Es dable aclarar que si bien la suma concedida en este concepto resulta ampliamente
superior a la que se ha otorgado en causas conexas a ésta (autos N° 252.623 caratulado
“Mevoicy c/ Tur Bus p/ dyp”, auto N° 252.326 caratulado “Aguilera c/ Tur bus p/ dyp”y
otras causas contra la misma demandada), ello se debe a que el monto en trato, daño moral,
suele ser estimado por el reclamante en función de cómo entiende que el hecho ha
repercutido en su faz interna, en su limitación de querer o sentir, por lo que el magistrado
no puede conceder más de lo solicitado por el rubro aunque sí menos si considera que ello
no es razonable.
b.- Incapacidad sobreviniente:
“No todo ataque contra la integridad corporal o la salud de una persona genera
incapacidad sobreviniente, entendida como aquella disminución en la realización de sus
actividades excluyendo del marco dispositivo aquella minusvalía temporaria, esto es, la
incapacidad que con cierto tiempo de reposo o curación desaparece o es superada por la
misma convalecencia (José Fernando Márquez Director, Responsabilidad civil en el Código
civil y Comercial, Zavalía, pág 327). A tal fin deben existir secuelas que el tratamiento o
asistencia prestados no logran enmendar o no lo consiguen totalmente”.
Los daños físicos y la consiguiente incapacidad deben acreditarse mediante peritaje toda vez
que se trata de una materia técnica en donde es relevante la opinión de expertos.
Cabe recordar que en esta materia el magistrado no posee los conocimientos científicos por
lo que para la determinación del valor probatorio del peritaje debe verificar las conclusiones
del perito mediante un análisis lógico y de sentido común.
Como bien señala la Dra. Zavala de González “importa esencialmente la explicación de
las conclusiones, la exposición de las razones, estudios, reglas científicas, etcétera, es
factor fundamental para que el dictamen adquiera fuerza en la formación del
convencimiento judicial.”… “De tal modo, no bastaría a la luz de la sana crítica una
descripción sintética de la índole o situación lesiva que padecería la víctima, sin mayores
precisiones sobre sus específicas particularidades o las circunstancias que autorizan aquel
diagnóstico. Es deseable un sustento científico serio e integral, por lo que no cabe otorgar
sin más eficacia a opiniones que, por falta de expresión del camino seguido para llegar a
ellas, aparecen ante el juez como dogmáticas con motivo de haberse silenciado el iter que
desemboca en ese resultado…“La sana crítica y una elemental razón de prudencia
aconsejan no apartarse de sus conclusiones si aquél no ha sido impugnado o contradicho
por otros elementos de juicio” (Matilde Zavala de González , “Resarcimiento de Daños”,
vol. 2a, Daños a la persona, Integridad psicofísica, pag. 303 y sig.).
Se reclama la suma de $14.000.000 sobre la base de un 44% de incapacidad y al alegar se
reformuló el rubro por la suma de $ 11.000.000
En autos se ha rendido prueba documental y pericial para acreditar el rubro
pretendido.
De las pruebas del expediente surge que el actor recibió atención médica
inmediatamente de ocurrido del accidente, fue trasladado al Hospital de Uspallata y luego
se trasladó por sus propios medios a la Clínica de Cuyo. En su país continuó recibiendo
atención en otras instituciones.
Las periciales rendidas surge que en la actualidad y desde el punto de vista de las
secuelas físicas que le produjo el accidente, hoy presenta una cervicobraquialgia
postraumática con alteraciones clínicas RX y/o EMG leve a moderadas: 5% asociado a
lumbociatalgia con alteraciones clínicas. El perito neurólogo otorgó por ambos cuadros. En
audiencia el perito esclareció que la cervicobracalgia consisten en el dolor en la región
cervical irradiado a los miembros superiores, mientras que la lumbocitalgia es el dolor en la
región lumbar que se irradia hacia miembros superiores.
El médico traumatólogo relató que como consecuencia del accidente Alan sufrió
politraumatismos, traumatismo cerrado de tórax, traumatismo cerrado de abdomen, de
columna cervical y lumbar, hernia en la mano derecha. Cuando se trasladó a la Clínica de
Cuyo y tras realizársele estudios se descubrió la presencia de un hematoma subcapsular
esplénico. Ya en la República de Chile se le diagnosticó que presentaba fracturas costales.
Tras examinar al actor, concluyó que padece una incapacidad parcial y permanente
del 11% por las afecciones que el accidente ocasionó en su columna cervical y lumbar.
Siendo éste el mayor porcentaje estimado por una misma afección, es el que debe tomarse
para cuantificar el rubro en trato y no el 42% que estima la actora en sus alegatos. El daño
psicológico ha sido ponderado en el rubro daño moral en tanto no se verifica un impacto en
la faz económica sino psíquica del actor. La circunstancia de haber rechazado un importante
puesto laboral en Chile no tiene relación de causalidad con el accidente y no puede ser
ponderada en este rubro.
Así sobre la base de un sueldo en pesos chilenos (el actor reside y trabaja allí
ejerciendo su título de ingeniero) de pesos dos millones doscientos noventa y cuatro mil
seiscientos sesenta y dos que al cambio de hoy equivalen a pesos argentinos 185.867,622
(cambio: 0,081 https://www.google.com/search?q=cambio+peso+chileno&ie=utf-8&o$
e=utf-8&client=firefox-b-ab), las fórmulas matemáticas arrojan el siguiente resultado:
La fórmula Vuotto arroja un resultado de $ 3.782.250,02 contemplando el sueldo
antes indicado y la edad de la víctima al momento del hecho. Por su parte la fórmula
Méndez arroja el monto de $ 10.151.905,72 sobre la base de los mismos parámetros.
Siendo ello así, estimo que el rubro debe prosperar por la suma de $6.967.077,87 que
resulta de promediar las referidas fórmulas y se ajusta al principio de realidad económica y
reparación integral, pero por sobre todo con las circunstancias particulares de la víctima.
c.- Tratamiento psicológico:
Se ha dicho que el “daño sicológico” no es un rubro autónomo y si existe lesión sicológica
de la víctima (art. 1737 CCyC) habrá que determinar en donde repercuten sus consecuencias
dañosas para que sean indemnizables. (2cc N° 252.536/53.361, “SOTO SANDRA Y
GINER NESTOR, AMBOS EN REPRESENTACION DE SU HIJO MENOR MATIAS
EZEQUIEL C/ MUNICIPALIDAD DE GODOY CRUZ P/ DAÑOS Y PERJUICIOS”).
Es así que es dable entender que cuando el tratamiento, oportuno y prestado por un
buen profesional, puede prevenir o mejorar las consecuencias de un hecho ilícito, claro
resulta que el costo de la terapia es un perjuicio indemnizable (cfr. 5° C.C. - LS.002-392).-
(5CC Expte.: 13-02156030-2 - ANDRADA ANA MARIA C/ MUNICIPALIDAD DE
GUAYMALLEN P/ DAÑOS Y PERJUICIOS, LS060-229).
Con respecto al rubro tratamiento psicológico la perito estimó que “sería fundamental que el
actor continué con tratamiento psicológico así como una terapia farmacológica dada por
médico psiquiatra.” Sugiere un año de tratamiento psiquiátrico y un año de tratamiento
psicológico con un costo aproximado de entre $700 y $900 respectivamente.
La actora pretende la suma de $40.000 por este rubro (precisado en los alegatos), suma que
aparece razonable en función de la prueba rendida en autos.
d).Gastos: La jurisprudencia ha señalado que “Los gastos terapéuticos no necesita
prueba fehaciente para que sea reconocido, cuando la naturaleza de las lesiones
producidas a la víctima lo hacen presuponer y de las características del caso resulta
verosímil que se hayan efectuado” ( 4a. C.C., L.S. 141-093) y se ha resuelto que “ las
erogaciones por tales conceptos (gastos médicos y de farmacia) no requieren prueba
específica y, por lo tanto, la determinación de su monto ha de quedar librada al prudente
arbitrio judicial, por aplicación de lo previsto por el art. 90 inciso 7 del C.P.C.” (5a. C. C.,
L.S. 002-392).
El actor reclama la suma de pesos cincuenta mil ($50.000) en tal concepto,
comprendido por los gastos de traslado en avión por su regreso a Chile, gastos médicos y de
farmacia, etcétera. Todas esas erogaciones han sido acreditadas y resultan razonables en
función de la magnitud del hecho.
En efecto, el rubro prospera por la suma reclamada.
d) Daño punitivo:
Se ha peticionado la suma de $5.000.000 por este rubro. Los letrados de la actora, en
la demanda y fundamentalmente en los alegatos, se han esmerado en la fundamentación del
presente rubro el que considero procedente por las razones que a continuación expondré:
El daño punitivo es aquella suma de dinero que un Tribunal manda a pagar a la víctima, la
cual se incorpora a las indemnización que correspondan por otras razones, siendo que en
este caso está destinada a punir graves inconductas del demandado y a prevenir hechos
similares en el futuro” (Pizarro, Ramón D., “Derecho de Daños”, 2° parte, La Roca Buenos
Aires, 1993, pág. 291 y ss.).
Se encuentra regulado en el artículo 52 de la Ley 24.240 siendo un instituto inicialmente
reconocido por la labor jurisprudencial.
Es doble el carácter del daño punitivo, porque su finalidad no es sólo la de castigar a la
demandada por una conducta grave, sino también desalentarla en el futuro, vale decir, que
se trata de una sanción punitiva y preventiva a la vez, pero fundamentalmente disuasiva para
evitar la reiteración de hechos similares. De tal modo, la introducción de los daños punitivos
implica reconocer que la responsabilidad civil, al lado de su función típica que sin dudas
consiste en reparar, también puede y debe cumplir finalidades complementarias a los fines
de la prevención y punición de ciertas conductas.
“El daño punitivo comprende las sumas de dinero que los tribunales mandan pagar a la
víctima de ciertos ilícitos, que se suman a las indemnizaciones por daños experimentados
por el damnificado, destinados a punir graves inconductas del demandado y a prevenir
hechos similares en el futuro, apuntando a que el dañador pague a la víctima cierta suma de
dinero, con el fin de castigar graves inconductas del victimario y evitar el acaecimiento de
hechos semejantes en el futuro”. (Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial F, Lizaga Gustavo Oscar c/ Gilera Motors Argentina S.A. y otro s/ ordinario, 27-
nov-2018).-
La existencia del daño punitivo en casos como el que nos ocupa se verifica cuando la
empresa accionada incurre en una grave inconducta que le reporta beneficios económicos,
toda vez que la finalidad de este tipo de rubro es desbaratar la maliciosa ecuación
económica que realizan algunas empresas de salud al negar la cobertura injustificadamente
obteniendo un rédito por el transcurso del tiempo que le insume al afiliado obtenerla. La
procedencia del rubro dependerá de la prueba concreta de tal circunstancia.
En el sublite convergen ambas finalidades es decir su neto corte sancionatorio como
así también el preventivo para justificar la imposición del rubro.
En primer lugar, es dable advertir que las víctimas, pasajeros del colectivo han
sufrido innumerables daños sin que al momento la demandada haya ofrecido u aportado
algún tipo de reparación económica, un pedido de disculpas o sus condolencias, ni se ha
hecho cargo de los gastos médicos o farmacéuticos erogados por las víctimas. Debido a
la experiencia que expusiera y acreditara en la causa el Sr. Alan Karzovnik, resulta patente
que Tur Bus no tuvo contacto alguno con las víctimas ni sus familias luego del accidente.
De todas las causas contra la demandada que hemos tenido en este Juzgado sólo alguna han
finalizado por transacción, abonando la Compañía aseguradora de Tur bus las sumas
acordadas, cobertura ésta que debo destacar hoy está casi agotada en función de los
referidos arreglos. El resto de los casos han debido llegar a la etapa de sentencia y aún
dictada ésta transcurrió el plazo sin que la demandada haya cumplido con la orden judicial,
sino que es más, ha interpuesto recursos de apelación en todas y cada una de las causas con
una clara intención de dilatar aún más el pago de lo adeudado a las víctimas.
Resulta evidente que la demandada, empresa radicada en Chile, está especulando con
obtener una ventaja económica del contexto inflacionario y la situación económica por la
que atraviesa nuestro país, ante el aumento desmedido del dólar que viene experimentando
nuestra economía.
Asimismo, el diferimiento del pago por parte de la demandada se trasluce con la baja
tasa de interés moratoria que suele fijarse en las sentencias como así también la prohibición
de indexar que aún continua vigente conglobado con la pérdida del valor adquisitivo son
alicientes para demorar el pago oportuno, cuestión que resulta moralmente objetable.
Siguiendo con el argumento sancionador, es dable poner en relevancia a esta altura,
que la demandada, más allá de no querer afrontar voluntariamente el pago, ha vaciado sus
cuentas corrientes, plazos fijos y otros bienes bancarios, no cuenta con bienes susceptibles
de medidas coactivas tendientes a satisfacer la indemnización de las víctimas transformando
las sentencias que he dictado en una especie de decálogo de derechos sin ningún efecto
práctico. Ello se desprende de las constancias de los autos “Morla”, “Aguilera”, “De La
Fuente” entre otras causas en las que se ordenaron embargos preventivos sobre el dinero que
la demandada tuviera en cuentas corrientes, cajas de ahorro o plazos fijos, informando
muchas entidades bancarias acerca de la inexistencia de bienes a nombre de la demandada,
siendo evidente entonces que ésta se ha insolventado.
Se colige entonces que la demandada actúa con un patente desprecio por la vida
humana y ello es así no sólo en razón de no socorrer a ni auxiliar a las víctimas del
accidente del que resulta responsable, sino además del hecho de no capacitar ni controlar a
sus conductores que en forma temeraria provocaron el accidente. Es dable recordar que de
las constancias del expediente penal surge que el Sr. Sanhueza, el conductor del
colectivo, fue requerido por los pasajeros en muchas oportunidades para que disminuyera
la velocidad, lo que no sólo desoyó sino que no le importó. Fue así condenado por delito
doloso.
Es así que si bien en el común de los casos el daño punitivo no procedería en los accidentes
de tránsito los que comúnmente ocurren por negligencia o impericia, en el caso de autos se
comprobó que el accionar de Sanhueza, ha sido doloso, con la intención de causar un daño
y con indiferencia por la vida ajena.
Se advierte una actitud fría y abnegada de la demandada, quién no ha dejado de
operar en la rama del transporte internacional de personas contando con gran cantidad de
material rodante para transportar personas en las Repúblicas de Chile y Argentina,
presentando una importante posición en el mercado, sin que a la fecha hayan tenido algún
tipo de sanción (administrativa, civil o penal) por los daños irrogados y con la impunidad de
ser responsables por los daños ocasionados y no afrontar el pago en tiempo oportuno
(https://blog.recorrido.cl/buses/turbus/).
No cabe duda que los pasajeros, usuarios del servicio de transporte de pasajeros son
consumidores y por tanto es posible aplicar a la demandada la presente multa. La sanción
prevista por el art. 52 bis del estatuto consumeril por cuanto se ha afectado el trato digno
que merece todo consumidor (art. 8 LDC).
En segundo lugar, y ya posicionándonos en la finalidad preventiva del daño punitivo,
es dable destacar la enorme siniestralidad que existe en la Ruta Nacional N° 7 en el tramo
que conecta Mendoza con la República de Chile circunstancia que reviste el carácter de un
hecho notorio que además puede constatarse en el siguiente link:
(https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=sin-una-gran-tragedia-2018-ya-supera-a-
2017-en-muertos-viales).
Si bien esa siniestralidad tiene su origen en múltiples factores, lo que incluye el
propio riesgo de una ruta de montaña, lo cierto es que el factor humano es el más
determinante y todos los involucrados son responsables de los accidentes que allí ocurren.
El Estado que es el encargado de las rutas como así también de su control, los conductores
particulares que llevan a cabo conductas imprudentes (comprende: autos particulares, motos
y camiones) y también las empresas de transporte que día a día trasladan pasajeros lucrando
con esa actividad, asumiendo los riesgos de la misma y garantizando a sus usuarios un
arribo satisfactorio a destino. Tal es el caso de Tur Bus.
Se advierte entonces, la necesidad de poner un coto a la gran cantidad de accidentes y
a la forma imprudente en la que conducen quiénes transitan en ella sobre todo la de quiénes
lucran con la actividad transportando personas por la Ruta N° 7.
Es así que en mérito de todos los argumentos expuestos, que la demandada ha
asumido una conducta particularmente grave, dolosa y con total desprecio de la vida
humana. Por esta razón es que condeno a la demandada a responder por la suma de pesos
cinco millones de pesos ($5.000.000) en concepto de daño punitivo.
Lo dicho anteriormente permite descartar de plano la inconstitucionalidad que la
demandada ha planteado respecto del instituto contemplado en el artículo 52 bis de la Ley
24240, acoplándonos en la jurisprudencia que rechaza la inconstitucionalidad en tanto si
bien los daños punitivos comparten la naturaleza sancionatoria con el derecho penal no
importan en sí mismos una pena, sino una sanción civil de carácter pecuniario (Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de 8a Nominación de Córdoba, ?Atay, Manuel José c.
Embotelladora del Atlántico S.A. s/ordinario- otros?, 08/03/2018, RCyS 2018-VI, 96,
AR/JUR/2336/2018.).
IV.- MONTO POR EL QUE PROSPERA LA DEMANDA: En base a todo lo
expuesto, la demanda prospera por la suma de $15.357.077. Dicha suma devengará los
intereses de la siguiente manera:
Los rubros: incapacidad sobreviniente, daño moral y tratamiento psicológico devengarán
intereses a la tasa pura prevista por la Ley n° 4.087 desde la fecha del hecho hasta el
dictado de la presente resolución, y a partir de allí los intereses que fija la ley 9041.
El rubro gastos tratándose valores cuantificados al día del hecho devengará intereses a la
tasa activa que cobra el Banco Nación Argentina desde el día del hecho y hasta el 29 de
Octubre de 2017, debiendo a partir del 30 de Octubre de 2017 la tasa para la línea de
préstamos personales del Banco Nación Argentina denominada “libre destino a 36 meses
(fallo plenario “Citibank”) hasta el 02/01/2018 fecha a partir de la cuál comenzarán a regir
los intereses previstos en la Ley 9041 hasta su efectivo pago”.
El rubro daño punitivo devengará los intereses previstos en la Ley 9041 a partir del
vencimiento del plazo otorgado en la presente resolución y hasta el efectivo pago.
V.- Costas y honorarios:
Las costas se imponen a la demandada vencida en virtud del principio chiovendano
de la derrota.
Los honorarios de los letrados se regulan de conformidad con lo dispuesto por la ley
N° 9131 y art. 33 ap. 3 del CPCCY y el de los peritos según el artículo 184 del CPCCYT.
Por ello,
RESUELVO:
I- Hacer lugar a la demanda planteada por el Sr. ALAN IOAV
KARZOVNIK contra de EMPRESA DE TRANSPORTES RURALES LTDA en
consecuencia condenar a la demandada para que en el plazo de quince días abone a la actora
la suma de pesos quince millones trescientos cincuenta y siete mil setenta y siete
($15.357.077) con más los intereses establecidos en los considerandos.
II- Imponer las costas a la parte demandada vencida.
III- Regular los honorarios profesionales por la actuación en el principal a los Dres.
Marcos Sebastián Vallone en la suma de pesos seiscientos catorce mil doscientos ochenta y
tres con 08/100 ($614.283,08), Leandro I. Vallone en la suma de pesos dos millones ciento
cuarenta y nueve mil novecientos noventa con 78/100 ($2.149.990,78), Alejandro Rodríguez
en la suma de pesos seiscientos cuarenta y cuatro mil novecientos noventa y siete mil con
23/100 ($644.997,23), María Silvina de la Reta en la suma de pesos un millón doscientos
ochenta y nueve mil novecientos noventa y cuatro con 46/100 ($1.289.994,46)
respectivamente y sin perjuicio de los complementos e IVA que pudieran corresponder.
IV- Regular los honorarios profesionales los peritos Rubén Cornejo, Melissa Solitro,
Julio López Villagrán en la suma de pesos cuatrocientos sesenta mil setecientos doce con
31/100 ($460.712,31) a cada uno de ellos, sin perjuicio de los complementos e IVA que
pudieran corresponder (Art. 184 del CCCYT).
NOTIFÍQUESE. REGÍSTRESE.
NOTIFIQUESE AL MINISTERIO FISCAL CON REMISIÓN DE AUTOS (LEY
24240).

Firmado:

DR. ALFREDO DANTIACQ SANCHEZ


Juez

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