Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
CAPITULO 1
Introducción
Pablo escribió esta carta alrededor del año 56 D.C. cuando estaba en la ciudad de
Corinto. Pablo no había visitado aún la Iglesia de Roma. El deseaba ir allá y oraba que
Dios hiciera posible esta visita (Romanos 1:10-12; 15:23-24). Esto hace que la carta a
los Romanos sea especial. La mayoría de las otras cartas fueron escritas a iglesias a
las cuales él había ministrado personalmente. Pero aquí había una iglesia (la iglesia de
Roma) donde Pablo no había estado y donde Pablo no había enseñado. Podríamos
hacer esta pregunta: ¿Qué enseñará Pablo cuando llegue a Roma? En este libro de
Romanos, Pablo da una presentación preliminar del contenido de su ministerio de
enseñanza. Lo que Pablo expone en estos 16 capítulos es nada menos que una obra
doctrinal maestra. ¿De qué se trata el cristianismo? ¿Cuál es su mensaje central? ¿Cuál
es el verdadero evangelio de Dios? ¿Cuáles son realmente las buenas nuevas de
salvación? ¿Qué clase de mensaje predicaba el más grande de todos los apóstoles de
la iglesia dondequiera que fuera? Para encontrar la respuesta a todas estas preguntas
debemos volver al libro doctrinal más importante del Nuevo Testamento—la epístola de
Pablo a los Romanos.
Romanos 1:1
Observa la primera frase (¿dónde encuentras el primer punto?). Tiene 124 palabras en
la versión Reina Valera 1960. Este es el estilo característico de Pablo (ver Efesios 1:3-
14). El Apóstol Juan tenía un estilo diferente (frases cortas y sencillas, sin embargo
profundas) –ver Juan 4:8, 19 etc. La doctrina correcta en cuanto a la inspiración de las
Escrituras va más allá de la idea de un dictado mecánico. Las diferentes personalidades
y estilos de los escritores humanos son claramente observables y, sin embargo, lo que
escribieron está sin error y es exactamente lo que Dios quería decir —ver 2 Pedro
1:20-21 y 2 Timoteo 3:16. Cada escritor bíblico tenía su propio estilo y característica,
sin embargo Dios los usó como Sus escribientes para anotar exactamente lo que el
Señor quería que fuese incluido en Su Palabra.
De acuerdo al Nuevo Testamento, ¿qué sucedió para causar tal cambio? ¿Qué causó la
conversión de Saulo de Tarso? Ver 1 Corintios 9:1 --“¿No he VISTO a Jesús, el Señor
nuestro?” y compare con Hechos 9:3-6 y 1 Corintios 15:8. Críticos hostiles del
cristianismo tienen que dar una explicación satisfactoria para la conversión de Pablo.
George Lyttelton (1709-1773) estudió la conversión de Pablo con la intención de
desaprobar el cristianismo. Como resultado de su investigación, él se convirtió. En su
notable escrito, “Observaciones sobre la conversión de Pablo”, expone cuatro
proposiciones que parecen agotar todas las posibilidades del caso:
Pablo fue un impostor que dijo algo que él sabía que era falso, con la intención
de engañar (él en realidad no vio al Cristo resucitado, pero dijo que lo vio).
El fue engañado por el fraude de otros (de alguna manera otros lo hicieron
pensar que había visto al Cristo resucitado).
Dios tenía un ministerio único y especial para Pablo y los demás apóstoles. ¿HAY AÚN
APÓSTOLES EN LA IGLESIA HOY?
Hoy en día nadie satisface los requisitos de un apóstol, porque un apóstol tenía que
haber VISTO al CRISTO RESUCITADO (1 Corintios 9:1; 15:8-9 y Hechos 1:22— cuando
buscaban un reemplazante para Judas). Cristo no se aparece a los hombres hoy (1
Pedro 1:8; Juan 16:10).
Aplicación: ver Hechos 2:42. Hoy día no tenemos apóstoles, pero tenemos la
DOCTRINA o la ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES. Hoy no tenemos al Apóstol Pablo,
pero tenemos la DOCTRINA DEL APÓSTOL PABLO, es decir el LIBRO DE ROMANOS (y
sus otros escritos que ahora forman parte de las Escrituras).
Hay un aspecto negativo en la separación (separación del pecado, de las cosas del
mundo, etc.), pero este versículo enfatiza uno de los aspectos positivos (no
SEPARACIÓN DE sino SEPARACIÓN PARA). La dedicación y devoción de Pablo hacia
el evangelio de Dios se ve en Romanos 1:16; 1 Corintios 1:17-18; 2:1-2; 9:16; 15:1-
4; Efesios 6:19-20; Hechos 20:21, 24.
Frase clave en el libro de Romanos = EL EVANGELIO DE DIOS (de esto se trata el libro de
Romanos)
En ningún lugar de la Biblia las buenas nuevas de salvación son expuestas con más
claridad que en el Libro de Romanos. Pablo presenta el evangelio de Dios hábil y
sistemáticamente en esta epístola. Hoy en día hay mucha confusión en cuanto a lo que
es realmente el evangelio y cómo ha de ser presentado. Estudiemos con cuidado como
Pablo define y explica y presenta el evangelio y no olvidemos quién fue el que enseñó
a Pablo el evangelio (ver Gálatas 1:11-12). Debemos estar también en alerta frente a
los EVANGELIOS FALSOS (ver Gálatas 1:6-9).
Romanos 1:2
Romanos 1:2
“Las Santas Escrituras” – compare lo que está escrito en la tapa de la mayoría de las
Biblias (SANTA BIBLIA). Santo = apartado. La Biblia es puesta aparte y es diferente de
todos los demás libros. Es único en su clase. Es un libro absolutamente único. Es el
único libro inspirado por Dios (2 Timoteo 3:16). Como alguien ha dicho, “Yo creo en la
Biblia de tapa a tapa y creo hasta en la tapa (SANTA BIBLIA)”. Tratemos a la Biblia
siempre con respeto, sabiendo que es la Santa Palabra de Dios.
Romanos 1:3-4
2. Su deidad (Romanos 1:4 y ver también Juan 1:1, 20:28; Tito 2:13; 1 Juan
5:20, etc.) ÉL se hizo hombre, pero ÉL nunca dejó de ser Dios. El término “Hijo
de Dios” indica la completa deidad de Cristo. Así es como los judíos del primer
siglo entendieron el término (ver Juan 5:17-18).
Nota: Leer Mateo 22:41-46. Los judíos sabían que el Mesías tenía que venir del linaje
de David (Mateo 22:42). Los judíos también entendían que el Salmo 110:1 se refería
al Mesías: “Jehová(aludiendo a Dios el Padre) dijo a mi (el pronombre “mi” se refiere
a David, el autor del Salmo) Señor (“Adonai”, que significa “Señor” o “Maestro”, y aquí
se refiere al Mesías o a Cristo). Los judíos quedaron confundidos con la pregunta de
nuestro Señor (Mateo 22:45-46) que simplemente era esta: ¿CÓMO PUEDE EL HIJO DE
DAVID SER TAMBIÉN EL SEÑOR DE DAVID? Pablo responde esta pregunta en Romanos
1:3-4.
Compare Romanos 1:3-4 con Romanos 9:5 (¿ves el énfasis tanto en Su humanidad
como también en Su deidad?).
Jesucristo resucitó de los muertos o bien no resucitó. Explique los problemas y las
deficiencias de las siguientes teorías falsas:
“Con poder” –En el Antiguo Testamento, cuando Dios quería resaltar Su gran poder,
Él señalaba el milagro del cruce del Mar Rojo (Deuteronomio 26:8; Éxodo 32:11;
Deuteronomio 4:37; 2 Reyes 17:36, etc.). No encontramos ésto en el Nuevo
Testamento. Hoy día, cuando Dios quiere resaltar Su gran poder, ÉL llama nuestra
atención hacia ¿qué evento (Efesios 1:19-20; Filipenses 3:10)?Cuando Dios quiere que
veamos Su amor, ÉL nos señala la cruz (Juan 3:16; Romanos 5:8; 1 Juan 4:10);
cuando Dios quiere que veamos Su poder, ÉL nos señala la tumba vacía.
Romanos 1:5
Romanos 1:6
Hoy en día Dios está visitando a los gentiles (naciones) y está tomando de ellos pueblo
para Su Nombre (Hechos 15:14). Cristo está edificando Su Iglesia (Mateo 16:18). El
término “iglesia” (griego-ekklesia), se refiere a la asamblea de los ‘llamados-fuera’ por
Dios. Dios está llamando a personas para que tengan comunión con ÉL (1 Corintios
1:9). ¿Dios te ha llamado a ti de las tinieblas a Su luz admirable (1 Pedro 2:9)?
Romanos 1:7
1. Ellos eran “amados de Dios”. Eran muy amados por Dios. Aprenderemos más
sobre el gran y asombroso amor de Dios en Romanos 5.
2. Ellos eran “llamados a ser santos”. Un santo es alguien que “ha sido apartado,
una persona que ha sido separada del pecado y separada para el servicio de
Cristo”. Cada creyente es un santo, pero a menudo los creyentes no viven muy
santamente. Aprenderemos como vivir santamente en Romanos capítulo 6 y
siguientes.
Romanos 1:8-13
Hay al menos ocho cosas sobre la oración que podemos aprender de estos versículos:
Pablo daba gracias a Dios por los cristianos que vivían en Roma, y estaba
especialmente agradecido por su FE. Esta gente era FAMOSA POR SU FE. Su fe les
había ganado una reputación mundial (compare 1 Tesalonicenses 1:8 donde
aprendemos que los cristianos tesalonicenses también eran conocidos por su fe). ¿Qué
es la FE? En la Biblia hay dos definiciones sencillas de la fe que se encuentran en
Romanos 4:21 y Hechos 27:25. (Compare la Iglesia de Roma del primer siglo, a la cual
Pablo escribió, con la Iglesia de Roma de hoy. La Iglesia de Roma actual también es
famosa – famosa por sus tradiciones, sus sacramentos, sus rituales, el liderazgo del
papa, etc. – pero no es famosa por su fe en Dios y en Su Palabra). Pablo estaba
agradecido de que en la capital pagana del Imperio Romano hubiese personas que
adoraban y creían en el verdadero Dios vivo.
No podemos acercarnos a Dios por otro camino (Juan 14;6). ÉL es nuestro gran
MEDIADOR (1 Timoteo 2:5) y aparte de ÉL, la oración sería imposible. Por eso oramos
“en el Nombre de Jesús”.
Pablo oraba por los romanos “sin cesar” (versículo 9 y comparar con 1 Tesalonicenses
5:17). Esta misma expresión se usa para describir la TOS PERSISTENTE (toser sin
cesar). Tal como la tos persistente permanece con una persona durante el día, así la
preocupación de Pablo por los creyentes romanos lo acompañaba de continuo.
Dios era el testigo de Pablo. Dios sabía como era realmente la vida de oración de
Pablo. Otras personas no pueden ser testigos de tu vida de oración; sólo Dios puede
serlo. Pablo no solo pretendía ser un hombre de oración. Pablo sabía que su vida de
oración era genuina y él sabía que Dios sabía.
Pablo hizo en su oración una petición específica. El oró por un “próspero viaje”. No hay
detalle en tu vida que sea tan trivial que no lo puedas hacer materia de oración. Si
Dios está preocupado de alimentar a las aves y de vestir a los lirios, él ciertamente
estará preocupado por el viaje de Pablo a Roma. ¿Vive el hombre desprovisto de paz,
gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.
¿Tenía Pablo buenas razones para pedir un “próspero viaje” a Roma? ¿Por qué deseaba
Pablo ir a Roma? 1) El quería hacer la voluntad de Dios (versículo 10); 2) El quería
confirmar (fortalecer) a los creyentes romanos en la Roca, Cristo Jesús (versículo 11);
3) El quería confortar y animar a estos creyentes (como también ser confortado y
animado por ellos)— (versículo 12). Las razones de Pablo eran buenas razones. El
estaba preocupado por la gloria de Dios y por el bien de otros.
¿Contestó Dios la oración de Pablo? ¿Llegó Pablo finalmente a Roma? Sí, pero de una
manera muy inusual. Dios no contesta siempre nuestras oraciones como nosotros
pensamos. El próspero viajede Pablo (ver Romanos 1:10) resultó ser uno de los más
ingratos y peligrosos viajes a través del Mar Mediterráneo que puedas imaginarte
(descrito con detalle en Hechos capítulo 27). El viaje no fue ciertamente como Pablo lo
había esperado. Pablo también llegó a Roma bajo circunstancias muy inusuales. EL FUE
LLEVADO ALLÁ COMO PRISIONERO. La oración de Pablo fue contestada, pero de una
forma muy inusual. Como dice el autor del himno:
Romanos 1:14
“Deudor” = yo debo algo. Tengo una obligación. Tengo la tarea del evangelio.
Compare 1 Corintios 9:16. “Griegos y no griegos” son dos clases de gentiles. Los
griegos eran los que estaban bajo la influencia de la cultura y del lenguaje griegos (el
lenguaje griego era el lenguaje universal y común del Imperio Romano y la carta de
Pablo a los Romanos fue escrita griego, no en latín ni en hebreo). Los no griegos eran
extranjeros, los que no estaban bajo la directa influencia de la cultura griega (ver
Hechos 28:2, 4).
Romanos 1:15
“pronto estoy” = listo, dispuesto, deseoso (compare Hechos 17:11 –“con toda
solicitud”).
Romanos 1:16
“todo aquel” –El evangelio de Dios no es para un grupo selecto, sino para todos.
“que cree” – el evangelio tiene que ser creído (responsabilidad humana). Dios salva,
pero el hombre tiene que creer. La fe es la mano del corazón que se extiende y recibe
el don de la salvación de Dios (Romanos 6:23).
“salvación” –todo aquel que cree el evangelio es salvo (comparar Hechos 16:30-31; 1
Corintios 1:21; 1 Corintios 15:1-2; Lucas 8:12; Juan 6:47; etc.)
Al Judío Primeramente
Pablo usó aquí palabras muy firmes: “ERA NECESARIO”. Era absolutamente esencial
que el evangelio llegase primero a los judíos. Aquí hay varias razones por las cuales la
Palabra de Dios debía ser predicada primero a los judíos:
2. El evangelio debía llegar primero a los judíos porque Cristo vino al mundo con el
propósito de salvar a “Su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). “Su pueblo” es
una clara referencia al pueblo de Israel (comparar Mateo 2:6 y Hechos 10:42,
donde “al pueblo” se refiere más probablemente a los judíos). Correspondía
entonces que el mensaje y las bendiciones de salvación llegaran primero a
Israel (compare Hechos 3:26).
3. El evangelio tenía que llegar primero a los judíos, porque a los judíos fueron
dadas las Escrituras hebreas (los 39 libros). Ver Romanos 3:1-2 y 9:4. Ellos,
antes que cualquier otro pueblo, deberían haber reconocido al Salvador
prometido y deberían haberle aceptado como al Cristo, el Mesías de Israel. No
es extraño, entonces, que fuera la costumbre de Pablo ir a la sinagoga de los
judíos el día sábado y que argumentara con ellos desde las Escrituras,
demostrándoles claramente que Jesús de Nazaret era el Mesías prometido. Dios
envió el evangelio primero a los judíos, porque ellos deberían haber sido los
PRIMEROS en reconocer al Cristo del evangelio como Aquel que fue prometido
antes en la ley y en los profetas.
4. El evangelio tenía que llegar primero a los judíos porque Dios quería mostrar
que Él es un Dios misericordioso. ¿Merecían los judíos ser LOS PRIMEROS en
escuchar el evangelio? Ellos fueron los que rechazaron y crucificaron a su
Mesías (ver Mateo 27:22; Hechos 2:23; 2:36; 3:14-15; 5:30; 7:52; 10:39;
13:27-28; 1 Corintios 2:8; Zacarías 12:10; 1 Tesalonicenses 2:14-16). Ellos
deberían haber sido los últimos en escuchar. De hecho, ellos no merecían
siquiera escuchar. Ellos han rechazado a su Salvador, pero Dios no los ha
rechazado a ellos. Cuán benevolente es Dios para alcanzar primero y
principalmente al pueblo judío, que no lo merecía. Cuando el pecado de Israel
fue grande, la gracia de Dios fue aún mayor (compare Romanos 5:20).
C. H. Mackintosh explica bellamente el benevolente trato de Dios para con los judíos:
ÉL les dice “comenzando desde Jerusalén”. Sí, Jerusalén, donde nuestro
Señor fue crucificado; donde toda indignidad que la enemistad humana podía
inventar fue descargada sobre Su divina Persona; donde asesinos y ladrones
fueron preferidos antes que “Dios manifestado en carne”; donde la iniquidad
humana hubo alcanzado su punto culminante al clavar al Hijo de Dios a una
cruz destinada a malhechores—allí debían comenzar los mensajeros su
bendita obra; ése debía ser el centro de sus beneficiosas operaciones; y desde
allí debían viajar hasta los últimos confines de la tierra habitada. Ellos debían
empezar con los “pecadores de Jerusalén” – con los asesinos del Hijo de Dios,
y luego salir y publicar en todo lugar las gloriosas noticias, para que todos
conocieran la preciosa gracia de Dios, que fue suficiente para responder a la
infame culpabilidad de Jerusalén misma.
¡Cuán glorioso es todo ésto! Los culpables asesinos del Hijo de Dios fueron los
primeros en recibir el dulce relato del amor perdonador, para que todos los
hombres pudieran ver en ellos un ejemplo de lo que la gracia de Dios y la
sangre de Cristo pueden hacer. Ciertamente, la gracia que puede perdonar a
los pecadores de Jerusalén, puede perdonar a cualquiera; la sangre que puede
limpiar a los traidores y asesinos del Cristo de Dios, puede limpiar a cualquier
pecador que está afuera de los recintos del infierno. Mientras estos
mensajeros de salvación recorrían nación tras nación, podían decir a sus
oyentes de dónde venían; podían hablar de la superabundante gracia de Dios
que había comenzado a operar en el lugar más culpable de la faz de la tierra,
y que era ampliamente suficiente para encontrar al más vil de los hijos de
Adán”.
Romanos 1:17
“por fe” – El hombre tiene que recibir y apropiarse esta justicia POR FE. Dios usó este
versículo (Romanos 1:17) para abrir los ojos de Martín Lutero. Mientras meditaba en
este versículo, repentinamente comenzó a comprender que la justificación es POR FE,
no por esfuerzo humano, no por buenas obras, no por sacramentos, no por rituales o
por cualquiera de esas cosas, sino por fe en Jesucristo. Lutero mismo dijo, “Porque
Dios no quiere salvarnos por nuestra propia (justicia) sino por una justicia ajena, una
que no tiene su origen en nosotros mismos, sino que nos viene de afuera, que no
procede de la tierra, sino que viene del cielo (Comentarios de Romanos). Esta doctrina
de la JUSTIFICACIÓN POR FE llegó a ser uno de los tres grandes pilares de la Reforma
(los otros dos fueron LA AUTORIDAD SUPREMA DE LA BIBLIA y EL SACERDOCIO
UNIVERSAL DE LOS CREYENTES).
Romanos 1:18
Dios tiene que juzgar y tiene que derramar su ira sobre todo lo que no alcance Su
norma de justicia. ¿Logras tú alcanzar la norma de la perfecta justicia de Dios? 1)
¿Alcanzas la norma comparándote con Jesucristo, el único hombre realmente justo? 2)
¿Alcanzas la norma enfrentado a la justa ley de Dios (especialmente a los 10
Mandamientos)? ¿Has guardado fielmente todos estos mandamientos? Si somos
honestos ante Dios y ante nosotros, ¿a qué conclusión debemos llegar (Romanos
3:10)?
Hoy en día, el evangelio se presenta a menudo sobre la base del beneficio personal.
Aquí hay un ejemplo de tal presentación sacado de un tratado del evangelio:
Debemos admitir que estas cosas son ciertas. Satisfacción, felicidad, libertad y muchos
otros beneficios se encuentran en Cristo Jesús y la vida cristiana es la única vida que
vale la pena ser vivida. Pero, ¿debemos presentar el evangelio sobre esta base? ¿Era
éste el acercamiento de Pablo? Hay muchas, muchas personas inconversas que
piensan que son muy felices. Están relativamente satisfechas con la vida, las cosas van
bien con ellos y disfrutan lo que están haciendo. Están satisfechas con su estilo de vida
y no ven ninguna razón apremiante para hacerse cristianos. “El cristianismo está bien
para ti si te hace feliz”, dicen, “pero yo me siento contento y feliz con la manera en
que estoy viviendo ahora”. Ellos no ven su NECESIDAD de Cristo.
La gente tiene que ver cuan NECESITADA está. La gente tiene que ver
cuanto necesitan la salvación que se les ofrece en Cristo. Después de leer los primeros
tres capítulos de Romanos, te darás cuenta que tienes un cáncer mortal en tu alma (el
pecado) y que nada puedes hacer para sanarte a ti mismo. El único remedio se
encuentra en Cristo (“La vida es corta, la muerte es segura; el pecado es la causa,
Cristo es la cura”).
Otro pensamiento más: Si la gente viene a Cristo por causa de los beneficios
personales, puede estar viniendo por las razones equivocadas. Jesús vino para
salvarnos de nuestros ___________________ (Mateo 1:21), no de nuestra infelicidad
o de la soledad o de nuestra fracasada manera de vivir. Estas cosas son síntomas
superficiales de un problema mucho más serio y fundamental: el hombre no está en la
relación correcta con su Creador por causa del PECADO. Cuando este problema
fundamental es resuelto, los problemas superficiales menores también quedarán
corregidos. Tristemente, la mayoría de la gente ignora cual es en verdad el gran
problema. La cosa que menos les preocupa, es lo que debería preocuparles más: EL
PROBLEMA DEL PECADO.
Ruego notar que esta gente no ignoraba la verdad y ellos no carecían de conocimiento
de la verdad. Ellos tenían la verdad, pero la suprimieron. Ignoran la verdad,
pretendiendo que no existe. Esto es lo que la gente hace con la verdad de Dios.
Romanos 1:19
Nota: Los tres primeros capítulos de Romanos tratan básicamente con una sencilla
pregunta: ¿Está todo el mundo condenado ante un Dios santo? ¿Está perdido todo el
mundo? Cuando la humanidad comparece ante Dios, el Juez justo, el veredicto es
¿CULPABLE o NO CULPABLE? Como un anticipo de la respuesta ver Romanos 3:9, 19,
23. En el Capítulo 1 Pablo prueba que el hombre incrédulo está perdido y sin excusa.
En la primera parte del capítulo 2, él prueba que el hombre moral está perdido y sin
excusa. En la última parte del capítulo 2 y en el capítulo 3, él prueba que el hombre
religioso (los judíos) está perdido y sin excusa.
Romanos 1:20
Recuerda el contexto del versículo 19. Los hombres tienen conocimiento de Dios. Dios
Mismo se ha dado a conocer a ellos. ¿Cómo ha hecho Dios ésto? El versículo 20 lo
explica.
“de ÉL” = Dios. Note la paradoja: los hombres ven claramente las cosas invisibles de
Dios. El Dios invisible quiere que los hombres lo vean. Dios es invisible, pero ÉL es
visto con claridad.
Ilustración: Considere el Monte Rushmore en Dakota del Sur, donde hay una gran
escultura con las cabezas de cuatro presidentes (Washington, Jefferson, Lincoln y
Roosevelt). Cada cabeza tiene 60 pies de alto. Alrededor de 3 millones de personas
visitan al año este interesante monumento nacional. Supongamos que el señor Sam
Smith visitara esta montaña por primera vez y nadie le dijera cómo habían sido
formadas estas cabezas. ¿Qué pensaría Sam?
2) Estos hombres tienen que haber tenido SABIDURÍA para poder ejecutar ese
gran proyecto. En realidad, tomó más de seis años completarlo.
3) Estos hombres tienen que haber tenido PODER para ser capaces de cincelar
el duro granito (usando dinamita, etc.)
1) EL SENTIDO DEL ORDEN DE DIOS (ÉL es un Dios de ley y orden) —la ley de la
gravedad y todas las demás leyes inalterables de la naturaleza;
7) LA CREATIVIDAD DE DIOS (Su ilimitada habilidad para crear y diseñar con una
asombrosa variedad y originalidad) – todo copo de nieve es un cristal hexagonal,
sin embargo no hay dos iguales; no hay dos personas que sean iguales y aún hay
diferencias entre gemelos idénticos.
¿Cómo se ha revelado el Creador a Sí Mismo para que le conozcamos? Por cuanto Dios
quiere darse a conocer a Sí Mismo y quiere revelarse a Sí Mismo, Él ha escrito DOS
LIBROS. Estos DOS LIBROS nos hablan del Creador. Dios quiere que los hombres lean
AMBOS libros para que le conozcan.
(Salmo 19:1-6)
(Salmo 19:7-11)
Todos los hombres leen el LIBRO 1, pero muy pocos leen realmente el LIBRO 2. El
LIBRO 1 son las OBRAS DEL CREADOR (LA CREACIÓN) y están descritas en el Salmo
19:1-6. El LIBRO 2 son las PALABRAS DEL CREADOR (LA BIBLIA) y se describen en el
Salmo 19:7-11. Ilustración: Piensa en un libro infantil. Algunos contienen palabras,
pero otros solo tienen láminas. El LIBRO 1 es un LIBRO DE LÁMINAS. No tiene
palabras. El hombre solo necesita MIRAR y VER (Romanos 1:20 – el poder y la Deidad
de Dios “se hacen claramente VISIBLES”). Un bebé empieza a leer el LIBRO 1 cuando
abre sus ojos por primera vez para explorar y descubrir el mundo que lo rodea.
¿Cuál es el libro que puede ser leído y entendido aún por los que son
ILETRADOS (ver Salmo 19:2-4)? _________________________
¿Cuál libro nos enseña cómo llegar al cielo (Juan 14:6)? _______________
¿Cuál libro puede hacer sabia a una persona en cuanto al poder y la grandeza y
la gloria de Dios (Romanos 1:20)? ________________
¿Cuál libro da a una persona sabiduría para salvación (ver 2 Timoteo 3:15)?
___________
¿Cuál libro puede ayudarnos a saber sobre Dios y cuál libro puede ayudarnos a
CONOCER REALMENTE A DIOS DE UNA MANERA PERSONAL? ______________
¿Qué de los GENTILES? ¿Qué de los que viven en medio de la jungla? ¿Qué de aquellos
que no saben y que nunca han escuchado? La sorprendente respuesta de Dios es esta:
ELLOS SABEN (Romanos 1:19-21) y ELLOS HAN OIDO (Romanos 10:13-18). Observa
el argumento de Pablo en Romanos 10:13-18. Los hombres necesitan escuchar
(vers.14); el evangelio tiene que ser predicado (vers.15); el evangelio necesita ser
creído (vers. 16-17); pero luego el versículo 18 enfatiza que todos han oído. Dios ha
alcanzado a todos al menos con el Libro 1. El Libro 1 no es suficiente para traer
salvación al hombre, (para ello necesitamos el Libro 2), pero el Libro 1 es suficiente
para dejar a todos SIN EXCUSA (compare Romanos 1:20). Si el hombre rechaza el
mensaje del Libro 1 (ver Romanos 1:21), ¿está obligado Dios a dar al hombre el Libro
2? (No obstante haber dicho esto, debemos recordar Romanos 1:14 – “deudor”. Todo
cristiano debería sentir la obligación de llevar el evangelio a toda criatura). Una
ilustración terrenal: Un hombre rico ve a un hombre pobre necesitado de alimento para
él y su familia. Por compasión, él da al hombre 20 dólares. Tiene la intención de darle
más, pero sólo le da 20 dólares para ver lo que hará con ello. El hombre pobre gasta
inmediatamente los 20 dólares en alcohol y drogas. Sabiendo ésto, ¿estará dispuesto
el hombre rico a darle 100 dólares? Si no sabemos manejar correctamente lo que
tenemos, no se nos dará más.
Romanos 1:21
“HABIENDO CONOCIDO A DIOS” – pero, ¿qué hicieron con este conocimiento? Dios
se dio a conocer a Sí Mismo (versículos 19-20), pero ellos rechazaron obstinadamente
esta revelación. Recuerda, de acuerdo con la historia bíblica, la humanidad comenzó
con el conocimiento del único Dios verdadero: ADÁN tuvo el conocimiento del único
Dios verdadero. Noé y su familia tuvieron conocimiento del único Dios verdadero. Pero
con el correr del tiempo este conocimiento se corrompió, tal como está descrito en
este versículo. Ellos rechazaron la luz que tenían y el resultado fue que “su necio
corazón fue _______________________”.
“ni le dieron gracias” - fallaron en darle gracias por lo que ÉL había hecho. No
lo honraron como al Creador y no le dieron gracias como al Sustentador de la vida
(Hechos 17:28). Comieron todos los días de la benevolente mano de su Creador, pero
ellos se rehusaron a darle las gracias (comparar con la gente de hoy).
“Entenebrecido”—Ellos tenían luz, pero rechazaron la luz que tenían, de modo que
sólo les quedó la oscuridad.
Romanos 1:22
Romanos 1:23
Compare Romanos 1:23 con el Salmo 106:20 y Jeremías 2:11 (no es extraño que diga
que “se hicieron necios” –versículo 22).
El hombre no lo hizo muy bien con este “cambio”. El hombre dejó la gloria del Dios
incorruptible y terminó con algo totalmente inservible (un ídolo indefenso y desvalido).
Note que esto no es evolución, es INVOLUCIÓN (evolución invertida, degeneración). El
hombre no está progresando, está degenerando. El hombre está retrocediendo, no
está avanzando. Este no es un hombre que se está superando, sino un hombre que
está descendiendo. No es un hombre que está mejorando, sino el hombre está
empeorando. No es el hombre alcanzando las alturas, es el hombre cayendo en las
profundidades. El capítulo 1 de Romanos es contrario a “la evolución de la religión”
como se enseña comúnmente. El hombre no alcanzó gradualmente las alturas del
monoteísmo. El hombre comenzó allí y desde allí cayó.
Considera Oseas 4:1. ¿Por qué está la gente sin conocimiento del verdadero Dios?
¿Nunca tuvieron este conocimiento o lo tuvieron y lo rechazaron? Oseas 4:6 contesta
ésto con claridad (esto fue así en cuanto a la nación de Israel, pero el mismo principio
es obvio en Romanos capítulo 1).
En la siguiente sección leemos tres veces que “DIOS LOS ENTREGÓ” (ver Romanos
1:24, 26, 28). Es cada vez la misma palabra griega y significa “dejar, despedir,
desprender, desistir, abandonar, desentenderse de una persona”. Se usa de Judas que
entregó o traicionó a Jesús (Mateo 26:21, 23, 24; 27:23; etc.) Aquí se usa de Dios
abandonando al hombre a sus propios deseos. Compare Salmo 81:12 – “Los dejé, por
tanto, a la dureza de su propio corazón; caminaron en sus propios consejos”. Dios se
retira en juicio y los abandona a sus propios caminos pecaminosos. Ellos abandonaron
a Dios y ÉL los abandonó a ellos. En juicio, Dios se desiste, los cede a sus propios
deseos (deseos pecaminosos), quita todo freno (como un perro es librado de su
correa) y permite que el hombre pecador tenga y haga lo que quiere.
Romanos 1:24
“Por lo cual” –esto señala a los versículos previos (21-23). ¿Por qué los entregó Dios?
Porque ellos entregaron a Dios y cambiaron Su gloria por un ídolo mudo. Ver Salmo
115 que ilustra la insensatez de la idolatría. Los que fabrican los ídolos son tan tontos
como los ídolos.
Romanos 1:25
Compare la enseñanza de los Testigos de Jehová. Ellos enseñan que Jesús es una mera
CRIATURA (un ángel exaltado que Dios creó originalmente y luego enseñan que, por
medio de este ángel, Dios creó todo lo demás]. Los Testigos de Jehová enfrentan un
serio problema. Si Cristo es una CRIATURA (como ellos enseñan), y si la ADORACIÓN
DE CRIATURAS es condenada por Dios (Romanos 1:25 y muchos otros pasajes de la
Biblia), entonces, ¿por qué es aceptada y aún demandada la ADORACIÓN DE CRISTO?
Considere lo siguiente:
2. Sin embargo esta misma Biblia enseña que Cristo debe ser adorado como
Dios:
c. El Padre manda que Cristo sea adorado (Hebreos 1:6). Compare también
Salmo 2:12 (“besar”= adorar, rendir culto).
Nota adicional en Romanos 1:25: Hay otro pasaje en el Nuevo Testamento que
menciona específicamente “LA MENTIRA”. Se encuentra en 2 Tesalonicenses 2:11. En
el contexto vemos nuevamente que “la mentira” es la misma que en Romanos 1:25. La
mentira de que la criatura es digna de adoración. Note que la adoración de la criatura
es descrita en el versículo 4. El hombre de pecado (un mero hombre) se pondrá a sí
mismo en el lugar de Dios y se presentará a sí mismo como objeto de adoración (para
ahondar esta profecía, ver Apocalipsis capítulo 13). De hecho, exigirá tal adoración y
castigará a quienes rehúsen hacerlo.
Romanos 1:26
Esta gente rechazó LA VERDAD y aceptó LA MENTIRA. Dejaron la verdad y por eso
Dios los dejó a ellos. Ellos abandonaron a Dios y Dios los abandonó a ellos (los entregó
a sus propios deseos y pasiones).
“pasiones” =impulsos
“cambiaron” = permuta (hicieron una mal canje, intercambiando el uso que Dios dio
a sus cuerpos, por uno que es pervertido y “contra naturaleza”)
Romanos 1:27
“ni los que se echan con varones”—un homosexual macho, uno que
practica el coito anal, un sodomita. Literalmente esta palabra griega
(arsenokoitoi) consiste de dos partes 1) macho; 2) cama (eufemismo que
indica relación sexual). De modo que el término indica a alguien que se
acuesta con un hombre. Lleva la idea de un hombre yaciendo con un
hombre como lo haría con una mujer (compare Levítico 18:22 y 20:13). Este
es un homosexual activo.
Hay una gran bendición para quienes viven dentro de los parámetros de las
pautas y de las normas de Dios (Hebreos 13:4 y compare Proverbios 5:18-
19). Hay infelicidad y finalmente el juicio de Dios para quienes hacen caso
omiso de las normas de Dios y violan las leyes sexuales que Dios ha
establecido (Hebreos 13:4 y compare con Proverbios 5:20 y el Séptimo
Mandamiento dado en Éxodo 20:14).
Romanos 1:28
Romanos 1:29-31
Pablo nos da ahora (en los vs. 29-31) una de las listas de vicios más terribles y
severas de toda la Biblia. El nos da un espantoso compendio de los delitos de esta
gente. Lo que tenemos realmente aquí son los “RAYOS-X DE DIOS del corazón
humano” (compare Jeremías 17:9 y las palabras de Jesús en Marcos 7:21-23). Al
examinar esta lista, escudriña tu propio corazón. Después de leer cada descripción,
pregunta, “Señor, ¿soy yo? ¿Soy yo culpable de ésto? ¿Esto me describe a mí?”
ATESTADOS DE TODA INJUSTICIA – una palabra general (ver vers. 18) que
incluye toda clase de pensar, hablar, actuar y vivir mal.
INJURIOSOS – violentos, alguien que daña, ultraja, insulta ofende (1 Tim. 1:13)
INVENTORES DE MALES – urden y traman y planean las cosas malas que pueden
hacer
SIN AFECTO NATURAL – poco amables, sin corazón, faltos del amor natural que
los padres deben tener hacia sus hijos, los hermanos por las hermanas, etc.
IMPLACABLES – no perdonan
El fallecido Dr. R.H.Graves de Cantón, China, dijo que un chino que leyó estos
versículos le dijo que Pablo no pudo haber escrito esto, sino solo un moderno
misionero que hubiera estado en China. Era una perfecta descripción de los chinos.
Romanos 1:32
“son dignos” = (piensa en los platillos de una balanza equilibrada). La sanción tiene
que equiparar la culpa. El castigo tiene que tener igual peso que el crimen.
La PRUEBA de que los gentiles CONOCEN MUY BIEN el juicio de Dios se encuentra en
Hechos 28:1-4. Estos bárbaros sabían que los asesinos merecían la muerte (aunque en
este caso estaban equivocados en cuanto a Pablo).
Note el final del versículo 32. Ellos mismos practican estos crímenes (aunque saben
que les acarreará la pena de muerte) y “tienen placer” o aplauden o felicitan a quienes
hacen estas cosas. Ellos disfrutan del pecado y disfrutan de la compañía de los
pecadores.
El hombre carece de la justicia necesaria para ser aceptable ante un Dios santo
y justo.
Introducción
Hay una PALABRA CLAVE que se encuentra en los primeros 16 versículos del capítulo
2. Es la palabra “JUZGAR” o “JUICIO” (ver versículos 1, 2, 3, 5, 12, 16). En el versículo
1 vemos al hombre juzgando, pero al empezar el versículo 2, tenemos a Dios en el
trono del juicio, lo cual es justo y apropiado. Dios es el JUEZ justo y perfecto y en
estos primeros 16 versículos encontraremos varios PRINCIPIOS DE JUSTICIA. Estos
importantes principios nos ayudarán a entender qué clase de Juez es Dios y cómo ÉL
ejerce y lleva adelante Su juicio.
Romanos 2:1
Inexcusable significa “sin defensa alguna” (comparar Romanos 1:20). No tiene nada
que decir, se le tapa la boca (comparar Romanos 3:19); es culpable y lo sabe.
Este versículo está hablando de la persona que está juzgando a otra, condenando las
acciones de otra. Por lo tanto, está hablando de la persona moral (la persona con
discernimiento moral, la persona que emite un juicio moral sobre alguien). Hay una
diferencia entre el hombre moral y el hombre impío. En Romanos 1:32 el hombre
impío APRUEBA y APLAUDE la conducta pecaminosa, pero en Romanos 2:1, el hombre
moral DESAPRUEBA y JUZGA la conducta pecaminosa.
El hombre moral condena al otro por su conducta pecaminosa, pero puesto que él es
culpable de la misma cosa, él está, en efecto, condenándose a sí mismo. Este principio
puede ilustrarse de tres maneras:
1. Judá (Génesis 38:12-26). ¿Judá pronunció un juicio sobre alguien (v.24)? ¿Era Judá
culpable de lo mismo? ¿Judá quedó silenciado, sin excusa y sin nada que decir
(v.26)? Al condenarla a ella, ¿se condenó a sí mismo?
3. Juan 8:1-11. Estos judíos emitieron un juicio sobre una mujer culpable, pero luego
se dieron cuenta que ella no era la única culpable. Estos hombres religiosos y
morales tuvieron que retirarse sin decir palabra. EL PRINCIPIO: la razón por la cual
reconocemos tan fácilmente el pecado en otros es porque lo vemos tanto en
nosotros mismos. Cuando levantamos nuestro dedo acusador sobre alguien, hay
tres dedos que señalan hacia el acusador.
Romanos 2:2
Romanos 2:3
Romanos 2:4
Paciencia = retener. Dios retiene Su Juicio; Dios retarda Sus castigos; ÉL no juzga de
inmediato el pecado.
Longanimidad = toma tiempo en enojarse, lento para la ira. Esto no significa que
Dios nunca se enoja, pero significa que ÉL es lento para enojarse. Su longanimidad no
durará para siempre.
El hecho de que Dios sea bueno y paciente y sufrido debería llevar al hombre al
arrepentimiento. Los hombres deben apresurarse en venir a Dios en busca de Su
misericordia. En lugar de ello, los hombres desprecian a Dios, endurecen su corazón y
se niegan a arrepentirse. Hoy en día, durante la edad de la gracia, la benignidad y la
gracia y la misericordia de Dios abundan hacia todos los hombres, pero aún así, el
hombre no quiere arrepentirse. Durante el período de la tribulación, la severidad y el
juicio y las plagas de Dios abundarán sobre todos los hombres, pero aún así, los
hombres se negarán a arrepentirse (ver Apocalipsis 9:20-21). Sin embargo, cuando un
pecador se arrepiente, sea ahora o entonces, hay gran alegría en el cielo (Lucas 15:7,
10).
Romanos 2:5
Este día de juicio es descrito como “el día de la ira y de la revelación de los justos
juicios de Dios”. Este día del juicio final para los impíos también se describe en 2 Pedro
3:7 (“el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”) y en Apocalipsis 20:11-
15.
Dureza: los corazones de los hombres se endurecen más y más cuando se niegan a
responder a la benignidad y paciencia y longanimidad de Dios.
Atesoras para ti mismo ira = atesorar ira, amasar ira. En vez de acumular tesoros
en el cielo (Mateo 6:19-20), ellos estaban atesorando ira desde el cielo
(almacenándolo para aquel día final).
Es llamado “el justo juicio de Dios”. Dios, el Juez justo, no comete errores. Ver Génesis
18:25 y Romanos 9:14. Cuando el Juez divino llega a una resolución, tiene que ser
JUSTA. El castigo (la pena) también tiene que ser justo. Dios no comete errores. El
Juez de toda la tierra hará lo que es justo. Él no puede hacer mal. Todo ocupante del
infierno lo merecerá totalmente.
Romanos 2:6
“Dios pagará (devolverá) a cada uno (cada hombre) conforme (de acuerdo) a sus
obras”. Aquí tenemos la realización de una justicia perfecta. Dios evalúa las obras de
un hombre y juzga de acuerdo a ellas. El castigo será equivalente al delito. Todo
hombre recibirá su debida recompensa, sea buena o mala.
Esta misma enseñanza se encuentra en los siguientes pasajes: Mateo 12:36-37 (los
hombres serán juzgados de acuerdo con sus palabras); Mateo 16:27 (todo hombre
será recompensado según sus obras); Romanos 12:19 (Dios pagará a los hombres por
el mal que han hecho); 2 Timoteo 4:14 (Dios pagará a este hombre malo conforme a
sus obras); Apocalipsis 18:4-6; Jueces 1:7 (“Como yo hice, así me ha pagado Dios”);
2 Samuel 3:39; Salmo 28:4; Salmo 62:12; Salmo 94:1-2; Proverbios 22:12;
Lamentaciones 3:64 y Jeremías 17:10.
Felizmente, Dios no es solo un Dios de JUSTICIA, sino ÉL es también un Dios de
GRACIA. De acuerdo con la JUSTICIA, el pecado tiene que ser juzgado y castigado. De
acuerdo con la GRACIA, el pecado puede ser perdonado y remitido (ver Salmo 103:3 y
Efesios 1:7). Dios es un Dios de juicio, pero ÉL también es un Dios de gracia (Salmo
103:8). Salmo 103:10 es verdad sólo por la GRACIA DE DIOS. La maravillosa verdad
del evangelio es que Dios puede ser misericordioso con el hombre pecador SIN
COMPROMETER SU JUSTICIA. El Señor Jesús murió por nuestros pecados, de modo
que Dios trató con Cristo de acuerdo con nuestros pecados y Dios ha pagado a Cristo
según nuestras iniquidades (compare Salmo 103:10). Dios permanece JUSTO (porque
ÉL ha derramado Su juicio y Su ira sobre Cristo) y al mismo tiempo ÉL
puede JUSTIFICAR benignamente al pecador que confía en Su Hijo (Romanos 3:26;
4:5). ¡Alabado sea Dios!
Romanos 2:7-10
“Pagará” (v.6) = devolver, retribuir, recompensar (dar a una persona justo lo que se
ha ganado)
“Al judío primeramente” (v.9) – ¿Por qué los judíos son los primeros en el juicio?
Porque de acuerdo con Lucas 12:48, “a todo aquel a quien se haya dado mucho,
mucho se le demandará”. A los judíos se les había dado mucho (ver Romanos 3:1-2 y
Romanos 9:1-5). A quienes se ha dado más, son más responsables. No es irracional
que el Juez pregunte, “¿Qué has hecho con toda la luz y la verdad que te he
dado?” Ejemplo: Una persona inconversa que vive cerca de una iglesia que predica la
Biblia en América, es mucho más responsable que una persona inconversa que vive en
una tribu de la jungla donde no hay testimonio del evangelio. Esto no significa que ese
habitante de la jungla no sea juzgado, pero el juicio de Dios será más severo hacia la
persona que ha tenido tal privilegio y oportunidad.
Problema Teológico
Podría parecer que Pablo estuviera diciendo que una PERSONA SE GANA la vida
eterna HACIENDO BIEN. “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” A
primera vista pareciera que la respuesta de Pablo fuera, “Para heredar la vida
eterna tienes que continuar pacientemente en hacer bien” (v.7) o “para ganar la
vida eterna tienes que hacer el bien” (v.10). Para resolver este problema
teológico, consideremos los siguientes puntos:
1. De acuerdo con las Escrituras, ¿qué tiene que hacer una persona para
tener vida eterna (Juan 3:16; 3:36; 6:47; 5:24; 11:25-26; Hechos 16:30-
31; etc.)?
2. De acuerdo con las Escrituras, ¿la vida eterna es algo que una persona
tiene que ganarse haciendo buenas obras o es la vida eterna una DON
GRATUITO que todo pecador puede recibir por fe (Romanos 6:23; 5:16-18;
Efesios 2:8-9)?
4. Una idea equivocada muy común que tiene la gente es que LA GENTE
BUENA VA AL CIELO, PERO QUE LA GENTE MALA SE VA AL
INFIERNO. Pero considere lo siguiente:
CLASE # 1 CLASE # 2
Los que obedecen la verdad (por Los que “no obedecen la verdad” (v.
implicación) 8)
Los que no hacen lo malo (por Los que “hacen lo malo” (v. 9)
implicación)
Los que “hacen lo bueno” (v. 10) Los que no hacen lo bueno (por
implicación)
Comparar Juan 5:29, que también expone dos grupos: 1) los que hicieron lo
bueno (VIDA); 2) los que hicieron lo malo (CONDENACIÓN).
1. Juan 3:19-21 imparte más luz a nuestro problema. Aquí se nos dice que los
que hacen lo malo son los que odian la luz (Jesucristo) y que se niegan
venir a la luz (Jesucristo). En otras palabras, los que hacen lo malo son
incrédulos. A LOS OJOS DE DIOS, la persona que hace lo bueno o “hace
verdad” es la persona que VIENE A LA LUZ (Jesucristo).
CONCLUSIÓN: Pablo está exponiendo el sencillo principio del juicio que Dios
recompensa lo bueno y castiga lo malo. Pablo está indicando aquí como la gente
es juzgada, no como la gente es salva. En Romanos capítulos 3 y 4 Pablo
presentará las buenas nuevas de que Dios puede salvar a gente mala por Su
gracia. Entonces aprenderemos como son salvos los hombres.
Romanos 2:11
Romanos 2:12
Los que están “sin ley” (ver Romanos 2:14) son los gentiles. Los que tienen la ley
(compare Romanos 2:17-20) son los judíos. Dios nunca dio la ley a las otras naciones
(como Egipto, Asiria, etc.) La ley fue dada exclusivamente a la nación de Israel (ver
Éxodo 19:3-5; 20:2; 34:27 y comparar Deuteronomio 4:1-8 y Romanos 9:4).
De acuerdo con la primera parte del versículo 12, ¿qué sucederá a los gentiles (gente
pagana) que han pecado sin ley? (Esto da luz a la pregunta, “¿Están perdidos los
paganos?”) De acuerdo con la última parte del versículo 12, ¿qué sucederá con los
judíos que pecaron, aunque ellos tenían la ley? Note la expresión “porque todos los
que han pecado”. ¿Cuántos han pecado (ver Romanos 3:23 y 3:9)?
A quien se haya dado mucho, mucho se le demandará (Lucas 12:48). A los judíos se
les había dado mucha luz. Los judíos tenían la ley de Dios en forma escrita (los Diez
Mandamientos, etc.). El judío será juzgado por la ley que tiene. El gentil, que no tiene
la ley, no será juzgado por esa ley. El no será responsabilizado por lo que no tiene.
Pero el gentil tiene algo. A él fue dada alguna luz y él será juzgado de acuerdo a la luz
que tiene. Los gentiles no tienen la ley de Moisés, pero hay otra ley que ellos sí tienen
(como veremos en le versículo 15).
Los versículos 13-15 son un paréntesis (para ver esto, lea el versículo 12 y luego vaya
directamente al versículo 16). La estructura aquí es un paralelismo invertido, y puede
ser explicado como sigue:
A.1 Versículo 12a --se refiere a los gentiles (que no tienen la ley)
Versículo 13 – este versículo se refiere a los judíos que tienen la ley y que
escucharon la ley. No es suficiente tener la ley. No es suficiente escuchar solamente la
ley. Una persona tiene queHACER (guardar, obedecer) la ley. El argumento de Pablo
es muy simple: los judíos tenían la ley (ellos la poseían), ellos escucharon la ley, pero
ellos no hacían la ley, y en consecuencia, los judíos están condenados.
A) En Romanos 10:5 leemos que la persona que hace las cosas contenidas
en la ley, vivirá por ellas (compare Levítico 18:5).
B) En Mateo 19:16-19 el Señor Jesús enseñó que para tener vida eterna
tienes que cumplir los mandamientos. En Lucas 10:25-28 tenemos un
mensaje similar: Cumple los mandamientos y tendrás vida eterna.
Romanos 2:14-15
Los gentiles no tienen la ley escrita de Dios. Ellos no tienen la ley de Moisés. Pero de
acuerdo con estos versículos, ellos tienen la ley de Dios EN ELLOS, “escrita en sus
corazones”. Aunque ellos nunca han visto una copia de los Diez Mandamientos, ellos
saben que está mal matar, robar, mentir, etc. Y sus conciencias los condenan cuando
hacen esas cosas. Aquí hay dos ejemplos: 1) Hechos 28:3-4. Estos bárbaros nunca
habían visto los Diez Mandamientos, pero de algún modo sabían que el asesinato era
malo y que era castigado con la pena de muerte. 2) Génesis 26:6-11. Este rey pagano
nunca había visto los Diez Mandamientos, sin embargo sabía que el adulterio era malo.
De modo que los judíos pecaron al fallar en hacer lo que la ley de Moisés les mandaba
hacer. El gentil pecaba al fallar en hacer lo que su conciencia le indicaba hacer. Tanto
el judío como el gentil fallaron en vivir de acuerdo con la luz que Dios les había dado.
Ambos están condenados ante Dios.
Romanos 2:16
Compare Hebreos 4:12-13 y Mateo 10:26. En Apocalipsis 20:12 leemos que los libros
serán abiertos y que todos los secretos serán revelados. Dios guarda un fiel registro de
todo lo que hemos pensado o dicho o hecho.
“Por Jesucristo” = el Juez de todos los hombres no será otro sino Jesucristo Mismo
(ver Juan 5:22, 27). Dios el Padre ha entregado todo el juicio a Su Hijo.
Romanos 2:17
Romanos 2:18
“Conoces Su voluntad” – Los judíos tenían la Palabra de Dios, por lo cual conocían
Su voluntad (comparar Lucas 8:21 con Mateo 12:50 donde vemos que hacer la Palabra
de Dios es equivalente a hacer la voluntad de Dios). Una cosa es CONOCER la voluntad
de Dios, pero otra cosa es HACER la voluntad de Dios.
Romanos 2:19-20
“Confías” – nota las palabras que Pablo ha estado usando para describir a esta gente:
descansando confortablemente, ufanos, confiando, etc. Pablo tenía que humillar a esta
gente, perturbar su descanso, abatirlos (comparar Lucas 18:14). Es muy difícil
demoler el orgullo religioso. La gente religiosa confía en sí misma y no en Cristo. Se
sienten demasiado seguros.
“Confías” = convencido, persuadido. Estos dos versículos pintan un cuadro del judío
sintiéndose muy superior a los demás. Ellos estaban seguros que su perspectiva era
correcta. Si sus corazones hubiesen estado bien con el Señor, entonces habrían sido
fieles testigos del Señor (Isaías 43:10-12 y ver Deuteronomio 4:6-9), y a pesar de que
no eran superiores a otros, habrían sido de gran ayuda para ellos en estas cosas:
Pablo los está preparando para un gran porrazo. Los tiene que derrumbar.
Romanos 2:21-22
Pablo está listo ahora a quitar los soportes de debajo de estos judíos religiosos. Esta
gente tenía la ley de Dios y había escuchado la ley de Dios, pero ellos no hacían la
ley de Dios (versículo 13), de modo que serían juzgados por la ley de Dios (v.12). En
vez de guardar la ley, ellos quebrantaban la ley (v. 23, 25).
Romanos 2:23
Los judíos pensaban que ellos eran excelentes testigos del Señor (ver v. 19), pero en
verdad eran testigos desastrosos. Ellos DESHONRABAN a Dios (v. 23) al quebrantar la
santa ley de Dios. Esto se explica luego en el versículo 24.
Romanos 2:24
“Porque como está escrito” – Pablo estaba pensando en pasajes del Antiguo
Testamento que decían lo mismo. Considere los dos siguientes: 1) Isaías 52:5;
Ezequiel 36:21 (y leer también los versículo 22-23). Dios se preocupaba mucho por Su
Nombre (Su reputación, Su gloria) y cuando los judíos no vivían rectamente, eso daba
mala fama a Dios delante de las naciones. Si las naciones veían a Israel como gente
pecadora, ¿cómo podrían pensar que Jehová fuera un Dios santo? El pueblo de Dios
siempre hará recaer prestigio o deshonra en Dios. UN TESTIGO ES ALGUIEN QUE
PROVOCA A OTROS, POR SU VIDA O POR SUS HECHOS, A PENSAR BIEN DE DIOS.
Romanos 2:25
Romanos 2:26-27
Romanos 2:28-29
Favor notar: En el versículo 28, Pablo está hablando de un judío (no de un gentil) que
es judío exteriormente. El ha sido circuncidado y es descendiente de Abraham, pero él
no es creyente (su corazón no está bien con Dios). El es judío exterior y físicamente,
pero interior y espiritualmente no es judío. En el versículo 29, Pablo está hablando de
un judío (no de un gentil) que es un judío interiormente. Ser judío interiormente es ser
un judío que cree en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. No es solo un hijo de
Abraham, sino es un hijo de Dios. En el versículo 29 Pablo no está diciendo que los
gentiles sean judíos interiormente. Los gentiles salvos nunca son llamados judíos y
nunca son nombrados “Israel”.
CAPÍTULO 3
Introducción
En el capítulo 2 Pablo demostró hábilmente que el judío está sin excusa y que está
bajo la condenación y el juicio de Dios. Ahora, en el capítulo 3, el judío agota su último
recurso –TRATARÁ DE ARGUMENTAR UNA SALIDA DEL JUICIO. Encontramos lo mismo
hoy día. Cuando presentamos el evangelio a otros y les mostramos claramente su
pecaminosidad y su necesidad de Cristo, a menudo ellos comienzan a levantar
objeciones y enarbolan argumentos tratando de eludir el juicio de Dios (por ejemplo:
“¿Qué de los paganos?” “¿Cómo puede un Dios de amor enviar a alguien al infierno?”
etc.).
Romanos 3:1
“Pues” = por lo tanto. Esta palabra nos remite al capítulo 2, donde vimos que los
judíos descansaban cómodamente en tres cosas:
Con estas cosas en mente, es natural que el judío haga las preguntas que se
encuentran en Romanos 3:1 – “¿Qué ventaja tiene el judío?” etc. ¿Qué aprovecha? Si
vamos a ser condenados con el resto del mundo, ¿qué provecho hay en ser judío? Si
estamos bajo el juicio de Dios igual que los gentiles, ¿qué ventaja tiene ser judío?
¿Cuál es el beneficio? ¿Qué tiene de bueno? Si tener la ley y estar circuncidado y ser
hijo de Abraham no me aprovecha, ¿qué privilegio hay en ser judío?
Romanos 3:2
“Mucho, en todas maneras” – Los judíos tienen muchas ventajas. Los judíos tienen
ventajas y beneficios que ninguna de las demás naciones tienen. Pablo enumera varias
de estas ventajas en Romanos 9:4-5, pero aquí nombra solamente la ventaja principal
(la primera y más importante ventaja que tenían): A ELLOS (LOS JUDÍOS) LES HA
SIDO CONFIADA LA PALABRA DE DIOS.
Los judíos estaban encargados de la Palabra de Dios. Ellos debían ser los custodios de
la Palabra de Dios (ver Deuteronomio 4:7-8 y Salmo 147:19-20).
Romanos 3:3
Los judíos estaban aparentemente acusando a Dios de ser infiel: “Señor, Tú nos has
dado Tu Palabra y Tú nos has dado muchas promesas como nación, ¿por qué ahora
eres infiel con nosotros?” Ellos estaban acusando a Dios de ser infiel: “Dios nos ha
escogido y ahora ÉL nos está condenando”. Pero en el versículo 3 Pablo muestra quién
es realmente infiel.
“¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?” ¡NO! ¿La infidelidad del
hombre anulará la fidelidad de Dios? ¡NO! Dios les dio Su Palabra y ellos fueron los
infieles. Dios no falló. La Biblia no falla. Ellos fueron los que fallaron. Puedes echar
perlas delante de los cerdos y ellos pueden pisotearlas en el barro, pero eso no cambia
el hecho de que siguen siendo perlas. Del mismo modo, los judíos pueden pisotear la
Palabra de Dios, pero eso no cambia la Palabra de Dios y eso no altera Sus promesas y
no afecta Su fidelidad (ver 2 Timoteo 2:13).
Romanos 3:4
Romanos 3:4
Los hombres pueden ser mentirosos, pero eso no hace a Dios un mentiroso. Los
hombres pueden ser infieles, pero eso no hace a Dios infiel. Aunque todos los hombres
sobre la faz de la tierra creyeran en la teoría de la evolución, esto no la haría
verdadera. Dios y Su Palabra (especialmente Génesis 1-2) son verdad y todo hombre
sería un mentiroso.
En este versículo Pablo cita del Salmo 51:4 (la gran oración de confesión de David que
siguió a su pecado de adulterio):
“Para que seas justificado en tus palabras”. Señor, todo lo que Tu dices es recto.
Pablo fue muy sabio al citar estas palabras de la oración de confesión de David.
Difícilmente había alguien a quien los judíos estimaran más que a David, el piadoso rey
de Israel, que escribió muchos de los Salmos. Pablo les está recordando que aún David
fue infiel. Hasta David fue un adúltero y un asesino. El cometió adulterio con Betsabé y
fue el causante de la muerte de su marido en el campo de batalla. David estaba
diciendo en su oración: “Señor, Tú tienes la razón y yo estoy mal”. David sabía que era
CULPABLE y que necesitaba la misericordia de Dios. Si David era culpable y estaba
reprobado, este hecho condenaría a todo judío. ¿Qué judío osaría decir que era mejor
que David? (Nota: cuando lleguemos al Capítulo 4, Pablo nos dirá como fue salvo
David).
Romanos 3:5
Los judíos no solo estaban acusando a Dios de ser infiel (versículo 3), sino aquí, en el
versículo 5, vemos que también estaban acusando a Dios de ser INJUSTO (arbitrario,
parcial). “Señor, eres injusto al juzgarnos”. (¿La gente de hoy dice tales cosas?).
De modo que el argumento es éste: “Si yo, por mi injusticia, he magnificado la justicia
de Dios, ¿cómo puede Dios castigarme? Si mis pecados hacen que Dios aparezca más
justo, ¿cómo puede Dios castigarme por mis pecados? Mi pecado beneficia a Dios. Dios
se beneficia por mi injusticia. Mi pecado hace que Dios se vea bueno. Mi injusticia hace
que Dios aparezca justo. Mi infidelidad hace resaltar la fidelidad de Dios. Por lo cual
estoy haciendo un gran favor a Dios al realzar y magnificar Su carácter justo. Por lo
tanto, si mi pecado está beneficiando tanto a Dios, ¿cómo puede Dios castigarme por
mi pecado? En consecuencia, si Dios me castiga por hacerle un favor, ÉL tiene que ser
injusto”.
Romanos 3:6
Los judíos sabían que Dios juzgaría al mundo y que ÉL era justo al hacerlo así. El
argumento es éste: “Si yo soy justo al juzgar al mundo, entonces soy justo al juzgarte
a ti (porque tú eres parte del mundo)”.
El mundo podría usar el mismo argumento tonto que estaban usando los judíos:
considera Juan 3:16: “De tal manera amó Dios al mundo”. Los hombres malvados
podrían decir: “Dios, mientras más malvados seamos, más engrandecido será tu amor,
¿cómo, entonces, puedes juzgarnos? Nuestra iniquidad realza Tu amor”. Tal
pensamiento distorsionado y pervertido se parece a la siguiente etiqueta blasfema:
“Cristo murió por nuestros pecados. . . No lo decepcionemos”.
Romanos 3:7
Es cierto que Dios puede usar el pecado y la maldad y la ira del hombre para traer
GLORIA a Su Nombre (Salmo 76:10). Aún un malvado Faraón puede traer gloria a Dios
con la dureza de su corazón (ver Romanos 9:17, 18, 21, 22, 23). Siguiendo la misma
lógica pervertida, el Faraón podría decir: “Señor, ¿qué derecho tienes Tú para
juzgarme? Yo te he hecho un servicio. He ayudado a traer gloria a Tu nombre. He
hecho ver a todos lo paciente que has sido conmigo y cómo se manifestó Tú poder. Si
yo no me hubiera resistido a Tí, Tú no podrías haber hecho todos esos poderosos
milagros y esas señales sobre la tierra de Egipto”. El pecado del hombre puede traer
gloria a Dios, pero ciertamente eso no exime del juicio al hombre.
Nota: ¿Por qué permitió Dios que el pecado y la maldad entraran en Su universo? La
respuesta a esta pregunta nunca será completamente entendida por el hombre mortal.
Una razón puede ser ésta: Dios está interesado en darse a conocer, (revelar cuán
grande y glorioso Él es en verdad). Hay ciertos aspectos del asombroso carácter de
Dios que nunca podrían conocerse aparte del pecado: Su misericordia, Su amor, Su
paciencia, Su gracia, Su juicio, etc.) Por ejemplo, ¿cómo podría Dios mostrar cuán
misericordioso Él es en perdonar a pecadores si no hubiera pecado y no hubiera
pecadores a quienes perdonar?
Romanos 3:8
“Hagamos males para que vengan bienes” – Pablo fue acusado falsamente de enseñar
ésto. ¿Por qué? Porque Pablo enseñaba que la salvación es por gracia y no por
obras. El enseñaba que el más malvado de los pecadores podía ser salvo aparte de
cualquier obra (ver Romanos 3:28; 4:1-5). Puedes ver cómo las enseñanzas de Pablo
pueden pervertirse fácilmente: “Vivamos como nos plazca y hagamos mal, porque la
salvación es por gracia. Mientras más pequemos, más brillará Su gracia. Pequemos
más, porque eso solo magnificará más la gracia”. Pero recuerda: PABLO NO ENSEÑÓ
ESTO (ver Romanos 6:1-2). Esto es una malvada distorsión de la doctrina de la
salvación por gracia. En realidad, la gracia salvadora de Dios nos enseña todo lo
contrario (ver TITO 2:11-12).
4. ROBO – “Robaré este pan para poder alimentar a mi familia hambrienta y para
poder así mantenerla con vida”. El acercamiento cristiano: “Señor, no tengo
que hacer lo que está mal a Tus ojos y no tengo que quebrantar los Diez
Mandamientos. Me niego a robar porque Tú has dicho, “NO HURTARÁS”.
Confiaré en que Tú cuidarás de alguna manera de mi familia hambrienta, y yo
haré todo de mi parte para usar toda vía legítima para ayudarles (toda
vía legal)”.
RECUERDA ESTO:
NUNCA ES CORRECTO HACER MAL PARA HACER BIEN
Nuestra actitud debe ser ésta: “Señor, haré lo correcto, no importa lo difícil que sea y
dejaré los resultados en Tus manos. Tú tendrás que resolver el problema”. HAZ EL
BIEN Y CONFÍA EL RESULTADO A DIOS.
“Pues” = por lo tanto, y señala nuevamente al versículo 2. La gran ventaja que tienen
los judíos (Romanos 3:2), ¿los hace ser mejores que los gentiles? No.
“Nosotros” – Pablo se incluye junto con los judíos y se identifica humildemente con
los “todos” que están bajo pecado.
“Ya hemos acusado antes” – En Romanos capítulos 1-2 Pablo ya había acusado y
demostrado que tanto los judíos como los gentiles están condenados delante de un
Dios santo.
Romanos 3:10
“Como está escrito” – compare Gálatas 3:22. Desde el versículo 10 al 18 Pablo está
citando de
las Escrituras del Antiguo Testamento. Aquí hay una lista de los pasajes del Antiguo
Testamento a los que Pablo se está refiriendo:
Romanos 3:11
“No hay quien entienda” – esto describa la ceguera espiritual del hombre. Cuando se
trata de las cosas de Dios y de la verdad de Dios, no hay entendimiento (comparar 1
Corintios 2:14).
“No hay quien busque (diligentemente) a Dios” – ¿Pero no contradice ésto Hechos
15:17 y Hebreos 11:6 que enseñan que el hombre busca a Dios? El punto principal de
Romanos 3:11 es éste: El hombre, dejado a su propia naturaleza depravada, se aleja
de Dios en vez de acercarse a Dios. El hombre, por naturaleza, ¿anda por los caminos
de Dios o anda por sus propios caminos (Isaías 53:6)? Por naturaleza, ¿los hombres
aman la luz y vienen a la luz (Juan 3:19-20)? ¿Buscó Dios al Adán perdido o buscó el
Adán perdido a Dios (Génesis 3:6-10)? ¿Los hombres perdidos andan en busca del
Salvador o es el Salvador quien busca de los hombres perdidos (Lucas 19:10)? Por
analogía con 1 Juan 4:19 podríamos decir, “Nosotros lo buscamos a ÉL, porque ÉL nos
buscó primero”. Por analogía con 1 Juan 4:10 podríamos decir, “En esto consiste el
amor de Dios que busca y salva, no en que nosotros hayamos buscado a Dios, sino en
que ÉL nos buscó a nosotros”. Por analogía con Juan 15:16, “Ustedes no me buscaron
a Mí, sino Yo los busqué a ustedes”. Todo creyente debería dar gracias a Dios por la
misericordiosa obra que ÉL está dispuesto a hacer y que ÉL hace en el corazón humano
(ver Hechos 16:14; Juan 6:44-45, 65). Dios es el gran Iniciador. Como dice el himno:
“Perdido en la oscuridad tropezaba solo yo, lejos de la luz del día. Jesús entonces me
encontró y disipó la oscuridad. Antes que yo le amara a Él, Él me amo a mí. Antes que
yo le encontrara a ÉL, ÉL me encontró a mí. Antes que yo le buscara a ÉL, Él me buscó
a mí. Sí, Jesús cuida de mí” (Ron Hamilton). Dios nos buscó cuando éramos Sus
enemigos (Romanos 5:6-10) y cuando aún estábamos muertos en pecado (Efesios
2:1-5). Antes que Adán aún pensara en volver a Dios, Dios se volvió y lo llamó,
“¿Dónde estás tú?” (Génesis 3:9). DIOS ES EL GRAN Y BENIGNO BUSCADOR. ¿Has
sido tú encontrado por ÉL?
Romanos 3:12
“No hay quien haga lo bueno (bondad)” – esta palabra “bueno” o “bondad” se
encuentra en Efesios 2:7 y Tito 3:4 (Dios fue muy bondadoso con los desagradables).
Dios fue muy bondadoso con los que no merecían bondad alguna. Hombres
depravados carecen de toda bondad y caridad.
¿Hay alguna excepción a lo que Pablo está diciendo en Romanos 3:10-12? Note el
énfasis: no. . ni uno. . no. . ni aún uno. . no hay . . no hay. . ni aún uno,
ninguno.
Romanos 3:13
“Sepulcro” = sepultura, tumba. Dios mira la garganta del hombre y ¿qué es lo que
ve? Compare Mateo 23:27.
“Engañan” – Desde el punto de vista de Dios, todos los hombres son engañadores y
mentirosos.
Romanos 3:14
Comparar Mateo 12:34-35. Cuando una persona blasfema y maldice podemos decir,
“Caballero, excúseme, pero su corazón se está revelando”. Los labios del creyente
deben estar continuamente llenos de bendiciones (hablando bien de Dios). Ver Salmo
103:1-2.
Romanos 3:15
Romanos 3:16
“Quebranto” = ruina
Romanos 3:17
Ellos no han conocido el camino de paz. Observe la terrible historia de guerras en cada
edad y en cada generación (comenzando con el día en que Caín mató a Abel). La
Sociedad de la Ley Internacional de Londres ha entregado estadísticas declarando que
por los últimos 4000 años de historia humana, no ha habido más de 286 años de paz a
pesar de los más de 8000 tratados de paz. Durante los últimos 300 años ha habido
más de 286 guerras mayores y menores en Europa. La historia del hombre ha sido una
historia de guerras y las condiciones no están mejorando. ¿Qué guerras y conflictos
están teniendo lugar ahora en el mundo? Cuando el hombre no está en paz con Dios
(compare Romanos 5:1), entonces está en guerra con su prójimo.
Romanos 3:18
Aquí está la raíz del problema. No hay reverencia ni respeto hacia Dios. Los hombres
pueden temer a la policía o al juez, pero no tienen temor del Juez de toda la tierra. La
persona que tiene un sano temor de Dios es la persona que TEME (tener miedo) hacer
algo que pueda desagradar al Señor. Ver Proverbios 1:7 y 9:10 (el temor de Jehová es
el “comienzo”. Sin eso, no puedes siquiera pasar por la puerta para entrar en la casa
de la sabiduría del Señor). El temor de Dios debe ser la marca y la característica de
todo verdadero hijo de Dios (Filipenses 2:12; 1 Pedro 1:17).
Romanos 3:19
“Toda boca se cierre” – he aquí la defensa del hombre. ¡No tiene nada que decir! El
hombre sabe que es culpable de la acusación. Dios, el Juez justo, SABE TODO y VE
TODO y es TESTIGO de todo pecado y delito que hayamos cometido. ¿Qué podemos
decir?
Romanos 3:20
Hay algunas cosas que la ley NO PUEDE HACER y hay ciertas cosas que la ley SÍ
PUEDE HACER. De acuerdo con este versículo, ¿qué es incapaz de hacer la ley? Es
incapaz de justificar al hombre pecador. Pero este mismo versículo enseña que la ley
puede dar al hombre el conocimiento del pecado. Puede mostrar al hombre su total
pecaminosidad. El propósito de la ley puede ilustrarse con un ESPEJO. Al realizar las
actividades del día, de alguna manera mi rostro se ha ensuciado sin yo darme cuenta.
El espejo sirve para mostrarme que mi cara está sucia. Me muestra que tengo un
problema. Pero el espejo no puede lavar la suciedad. Del mismo modo, la santa ley de
Dios me muestra que soy un pecador culpable (incapaz de cumplir los santos
mandamientos de Dios), pero no me puede salvar. Sólo me puede condenar y me
muestra que necesito un Salvador. Tal como el espejo te debe dirigir al jabón y al
agua, así la LEY debe dirigirte al CORDERO de Dios que puede salvarte y que puede
quitar tus pecados.
Romanos 3:21
“Pero ahora” – estas palabras indican un cambio crucial. Todo lo que Pablo ha dicho
hasta ahora han sido “malas noticias”. El ha mostrado claramente la culpabilidad y la
condenación del hombre. Pablo ha mostrado que todo hombre es un pecador perdido y
sentenciado, “culpable ante Dios” (Romanos 3:19). PERO AHORA Pablo comienza a
compartir la “BUENAS NUEVAS”. La buena noticia es que Dios tiene un maravilloso
plan de salvación (“justificación”) por el cual el hombre puede ser declarado justo ante
un Dios santo. “Pero ahora” – estas palabras indican un cambio drástico en la
orientación de esta carta (compare la misma expresión en Efesios 2:11-13 y 1
Corintios 15:16-20).
Los próximos seis versículos son de fundamental importancia. El Dr. Alva J.
McClain ha dicho lo siguiente sobre Romanos 3:21-26:
Esta sección es el corazón mismo del libro de Romanos. Por esta razón todos los
cristianos deberían memorizar los versículos 21-26. Si alguien me preguntara,
“Hermano McClain, si usted pudiera elegir sólo seis versículos de la Biblia, y se
le quitaran todos los demás, ¿cuáles escogería?” Yo seleccionaría estos seis
versículos. En ellos se presenta todo el evangelio de Dios (Buenas Nuevas), y
de una manera tal, como no se encuentra en ninguna otra parte de la Palabra
de Dios. (El Evangelio de la Gracia de Dios).
Empezando por el versículo 21 y continuando hasta el final del capítulo, hay una
PALABRA CLAVE que se encuentra repetidas veces. Es la palabra “JUSTICIA”
(JUSTIFICAR).
v. 21 – justicia
v. 22 – justicia
v. 24 – justificar
v. 25 – justicia
v. 26 – justicia, justo, justificar
En las Escrituras del Antiguo Testamento podemos leer acerca de la justicia de Dios
que es aparte de la ley (comparar Romanos 1:2), siendo testificada . . .
1. . . . por la ley (ver Génesis 15:6 y Génesis 7:1 con Hebreos 11:7)
2. . . . por los profetas (ver Isaías 53:11; Jeremías 23:6).
Romanos 3:22
“Para todos los que creen” – comparar Romanos 1:16. Todos necesitan esta
justicia (Romanos 3:23) y todos los que creen reciben esta justicia. En ninguna parte
la Biblia enseña el UNIVERSALISMO (que finalmente todos los hombres serán salvos).
La Biblia enseña una salvación que es ofrecida y es asequible a todos, pero beneficia
solamente a los que creen (compare 1 Timoteo 4:10). Dios limita los beneficios de Su
salvación solo a aquellos que se la apropian por fe.
Romanos 3:23
¿Y el Señor Jesús? ¿Pecó ÉL alguna vez? Ver 1 Pedro 1:19; 1 Pedro 3:18; 1 Pedro
2:22; Hechos 3:14; 1 Juan 3:5; Mateo 27:4; Mateo 27:24; Juan 19:4; Mateo 27:19;
Lucas 23:41; Mateo 27:44; Mateo 27:54; Lucas 4:33-34; Juan 8:46; Juan 8:29; Mateo
3:17; Isaías 53:9; 2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; Hebreos 7:26; Lucas 1:35 etc. La
impecabilidad de Cristo es una doctrina muy importante.
¿Qué de la virgen María? ¿Era ella una excepción de Romanos 3:23? Ver Lucas 1:47 y
compare con Lucas 5:30-32. ¿Qué clase de personas necesitan un Salvador? ¿Qué
clase de persona era María? La primera mención que ha sido registrada de gente
tratando de adorar a María se encuentra en Lucas 11:27. ¿El Señor alentó o desalentó
semejantes alabanzas a María? María era una joven mujer piadosa a la cual Dios usó
de una manera muy especial, pero guárdate de la Mariolatría.
“TODOS PECARON” – esta es una verdad bíblica vital. Veamos otros lugares de la
Biblia en donde esto es enseñado claramente:
La palabra hebrea por pecado es usada de una manera interesante en Jueces 20:16.
Los hijos de Benjamín eran muy diestros en usar la honda. Estos hombres eran zurdos
y podían tirar una piedra con una honda a un cabello y no erraban. Esta palabra
“errar” es la palabra “pecado”. Un pecador es uno que YERRA. Un pecador es alguien
que no alcanza el objetivo (el objetivo de Dios). ¿Cuál es el objetivo de Dios? Se
encuentra en Mateo 22:37, 39. ¿Has logrado este objetivo perfectamente o lo has
errado?
ETC.
Romanos 3:24
“Justificar” no significa “hacer justo”. Ver Romanos 3:4 (una persona no puede hacer
justo a Dios, solo puede decir que ÉL es justo y declararlo justo). El Antiguo
Testamento dice, “nunca justifiques al impío” (ver Proverbios 17:15). En otras
palabras, nunca digas a un delincuente, “Tú no eres culpable, eres inocente”. Al decir
eso, no lo estás haciendo justo (él es tan criminal como siempre lo ha sido) pero tú
estas (equivocadamente) declarándolo justo o inocente. El Dr. Alva McClain explica la
justificación como sigue:
“Por Su gracia” = GRACIA significa “el favor inmerecido, bondad infundada”. Aquí
hay dos definiciones bíblicas de GRACIA:
Por causa del Salvador, Dios puede manifestar Su amor y bondad hacia el
hombre, aún hacia el hombre descrito en Tito 3:3 (insensato, rebelde,
extraviado, esclavo de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en
malicia y envidia, aborrecible y aborreciéndose unos a otros). Este hombre
no merece nada sino la ira de Dios, y sin embargo, por causa de Cristo, él
puede conocer la bondad y el amor de Dios. “Asombrosa gracia que salvó a
un miserable como yo”.
De modo que la gracia de Dios es Su bondad y amor hacia hombres que no merecen
una gota de ello.
Romanos 3:25
“A quien” –se refiere a “Jesucristo” (final del v. 24). La redención acaba de ser
mencionada (v.24) y la redención siempre debe hacernos recordar la obra de Cristo
en la cruz, que es el tema del versículo 25.
“Propiciación” = esta es una de las expresiones clave para describir la obra de Cristo
en la cruz, que enfatiza el aspecto de nuestra salvación en cuanto a Dios se refiere.
Ver 1 Juan 4:10. La palabra “PROPICIACIÓN” se usa en el Antiguo Testamento y allí es
traducida como “TRONO DE GRACIA” (propiciatorio). El propiciatorio era la tapa que
cubría el arca que estaba ubicada en el Lugar Santísimo del tabernáculo. La tapa
estaba hecha de oro puro (Éxodo 25:17) y en cada extremo había labrado un querubín
o ángel (Éxodo 25:18). Dentro del arca estaba la ley de Dios, los Diez Mandamientos
(ÉXODO 25:21). En Romanos 7:12 la ley es descrita como SANTA, JUSTA y BUENA.
¿Es posible que un hombre pecador pueda cumplir perfectamente la ley de Dios
(Gálatas 3:10; Romanos 3:20; Santiago 2:10)? De ninguna manera. Por lo cual, la ley
dentro del arca proclamaba este mensaje:
Dios nunca podrá estar satisfecho hasta que el pecado haya sido castigado y la pena
haya sido pagada. Cuando Jesús murió en la cruz, el pecado del hombre fue castigado
y la pena del pecado fue totalmente pagada (Juan 19:30; 1 Juan 2:2).
Dios está completamente satisfecho y complacido con la obra que Jesús cumplió en la
cruz. ¿LO ESTÁS TÚ? La fe dice, “Dios está satisfecho y yo también lo estoy (Romanos
3:25) – es suficiente que Jesús muriera y que ÉL muriera por mí”.
Por cuanto la santidad y la justicia de Dios han sido SATISFECHAS, Dios ahora es libre
para tratar con nosotros según Su gracia (Romanos 3:24). Por lo cual podemos
acercarnos confiadamente al trono de la gracia, en vez de venir temerosos al trono de
juicio y de ira (Hebreos 4:16; 10:19-22). Alabemos a Dios por lo que fue realizado en
la cruz.
Romanos 3:25
Este es el gran problema que Dios enfrentó y que solo puede ser resuelto en el
evangelio: ¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO JUSTIFICAR
(DECLARAR JUSTO) A UN PECADOR IMPÍO Y MISERABLE? Dios es justo al condenar el
pecado, pero, ¿como puede Dios ser justo al justificar al pecador? Este problema
puede contestarse solamente con la cruz de Cristo y con la doctrina de la muerte
vicaria de Cristo. En la cruz Dios preparó un plan mediante el cual Él podía justificar al
pecador SIN COMPROMETER EN ABSOLUTO SU CARÁCTER SANTO Y JUSTO. Hoy en
día, muchos liberales modernos quieren que Dios comprometa Su carácter tolerando el
pecado u olvidando el pecado, etc. Dios nunca puede hacer esto. ÉL no puede quedar
conforme hasta que el pecado haya sido juzgado.
Note en este versículo que, aunque Dios ha provisto justificación para todos los
hombres, Dios justifica solamente “a los que creen en Jesús”. El don bondadoso de la
justificación es ofrecido a todos, pero tiene que ser recibido personalmente por fe (ver
Romanos 5:17).
Romanos 3:27
La ley por obras dice, “Haz y tendrás vida”; pero tienes que hacer todo perfectamente
y guardar la ley perfectamente, porque Dios demanda nada menos que la perfección.
La ley de fe dice, “Cree y vivirás” (Juan 6:47; 5:24; etc.). Cree en la obra perfecta que
Cristo hizo en la cruz.
Romanos 3:28
“Sin” = totalmente aparte de (cf. Hebreos 4:15 “sin pecado”; Romanos 3:21; etc.). La
conclusión de Pablo aparentemente está en conflicto con Santiago 2:24 – “Veis pues
que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. Esta aparente
contradicción se resuelve cuando entendemos que Santiago y Pablo estaban viendo la
salvación del hombre desde perspectivas diferentes.
Pablo y Santiago no se contradecían mutuamente; más bien, se complementaban
mutuamente. Lo que ambos hombres escribieron estaba inspirado por Dios (2 Timoteo
3:16) y es verdad. Pablo estaba enfocado en el hombre inconverso y como podía llegar
a estar bien con Dios. El enfoque de Santiago era en la persona salva y como podía
mostrar su fe y demostrar la realidad de su fe.
No puedes ser salvo por obras (Efesios No puedes demostrar que eres salvo sin
2:8-9) obras (Santiago 2:14, 18)
¿Cómo puede ser salva una persona? ¿Cómo puede una persona demostrar
que es salva? ¿Cómo puede “mostrar su
Sólo por fe (Romanos 3:28) fe”?
Fe sin obras salva (Romanos 3:28) Fe sin obras no salva (Santiago 2:14)
Esta es una fe viva (fe que salva) Esta es una fe muerta (Santiago 2:18)
Una persona no es salva por obras. (Las Una persona salva hará buenas
“obras” son rechazadas por Pablo obras.(Santiago entiende que las “obras”
comomedio de salvación: es errado son elresultado de la salvación: una
decir que una persona tiene que hacer persona hace buenas obras porque es
buenas obras para ser salva). salva).
Estas son obras meritorias, es decir, Estas son obras de fe, es decir, obras
obras que se hacen con el fin de merecer que nacen de una fe viva y real.
o ganar la salvación.
Pablo está de acuerdo con Santiago. Santiago está de acuerdo con Pablo.
El enseñó que las buenas obras El enseñó que una persona hereda el
acompañan a la fe que salva (Ef. 2:10; reino solo por fe (Santiago 2:5) y que
Tito 3:8; Gá. 5:6; Fil. 2:11-12). Abraham fue justificado por fe (2:23).
Romanos 3:29-30
El glorioso evangelio de Dios no se limita a una nación. Dios creó a todos los hombres
y Dios murió por todos los hombres, de modo que el evangelio es ofrecido a todos los
hombres. Esto se enseña en Romanos 10:12 – “porque no hay diferencia entre judío y
griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le
invocan”. El evangelio no es solo para los judíos; es para “TODO AQUEL” (ver Romanos
10:13).
“Circuncisión” = judíos
“Incircunsición” = gentiles
En los primeros capítulos de Romanos Pablo probó hábilmente que tanto judíos como
gentiles están perdidos en pecado y bajo la condenación de Dios (Romanos 3:10).
Estas eran las malas noticias. Ahora Pablo comparte la buena noticia de que la
justificación es ofrecida a TODOS LOS HOMBRES, tanto judíos como gentiles. Y ambos
grupos la reciben de una sola manera: POR FE o POR MEDIO DE LA FE. La pregunta
importante no es si eres judío o gentil. La pregunta importante es si eres o no eres
JUSTIFICADO (si eres o no eres un creyente en el Crucificado y Resucitado).
Romanos 3:31
La ley es confirmada cuando cumple el propósito por el cual fue dada (ver Romanos
3:20). La ley puede hacer algunas cosas (Romanos 3:20; 7:7-14) y hay otras cosas
que la ley no puede hacer (Romanos 8.3; Gálatas 2:16; Romanos 3:20; etc.).
El cristianismo bíblico no es legalista ni tampoco sin ley. El legalismo no confirma la
ley, sino la anula. La salvación por gracia (el verdadero evangelio) confirma la ley.
CAPÍTULO 4
Introducción
Las PALABRAS CLAVE de Romanos capítulo 4 son “creer” y “fe”. Estas palabras clave
se encuentran en Romanos 4, versículos 3, 5, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20 y 24. La
justificación es por fe y no por obras. ¿Cómo sabemos ésto? El Antiguo Testamento lo
pone de manifiesto (como se demuestra por Abraham y David).
Romanos 4:1
¿Cómo fue justificado Abraham? ¿Cómo fue salvo? ¿Cómo obtuvo Abraham la justicia
de Dios? ¿Cuál fue la verdad en su caso? ¿Qué encontró Abraham? ¿Qué
descubrimiento hizo Abraham?Aplicación: ¿Has descubierto tú la justicia de Dios? ¿Has
encontrado tú el camino de salvación de Dios? Tristemente, la mayoría de las personas
nunca hacen este descubrimiento.
Romanos 4:2
Para esclarecer el tema, Pablo asume algo que no es cierto. “Supongamos que
Abraham fue justificado por obras. Si esto fuera cierto, él tendría motivos para
vanagloriarse”. Para ver como la vanagloria (alardear, alabarse, jactarse,
enorgullecerse, presumir, creer en sus propios méritos, etc.) está totalmente excluida
de la salvación genuina, ver Romanos 3:27 y Efesios 2:8-9. Hay una sola clase de
gloriarse que es aceptable a Dios: GLORIARSE EN EL SEÑOR (1 Corintios 1:29, 31), es
decir, dar todo el reconocimiento y toda la alabanza a Dios por lo que ÉL HA HECHO
(enorgullecernos de nuestro SALVADOR).
Es obvio que ningún pecador se jactará jamás delante de Dios (ver 1 Corintios 1:29 y
las últimas cuatro palabras de Romanos 4:2), de modo que es evidente que Abraham
no puede haber sido justificado por obras.
Nota: ¿Cómo podemos saber si una persona se está vanagloriando en sí misma o en el
Señor? ¿Cómo podemos saber si una persona está confiando en sí misma o en Cristo?
A veces una pregunta cómo ésta puede ser reveladora: “SI ESTUVIERAS ANTE EL
DIOS VIVO, QUE ES EXELSO EN SANTIDAD, Y ÉL TE DIJERA, ‘¿QUÉ DERECHO TIENES
DE ESTAR EN MI SANTA PRESENCIA?' ¿QUÉ LE DIRÍAS?” Escucha la respuesta con
atención y ve si la persona está confiando en SÍ MISMA o si está confiando en
JESUCRISTO.
Romanos 4:3
¿Abraham fue salvo (justificado) por obras o por fe? Esta pregunta es crucial. Todas
las religiones del mundo (incluyendo los cultos e ismos) enseñan algún tipo de
SALVACIÓN POR OBRAS – que el hombre tiene que hacer ciertas cosas y que el
hombre tiene que cumplir ciertos requisitos para ser salvo y ganarse el favor de Dios.
El camino de salvación de Dios es totalmente diferente. El hombre ha fallado
completamente en alcanzar los justos requisitos de Dios (Romanos 1-3), pero Dios,
por medio de Cristo, ha hecho posible que el hombre pecador sea salvo y sea
justificado.
¿Por qué escogió Pablo a Abraham como el primordial ejemplo de cómo una persona es
salva? Abraham es estimado grandemente por millones de personas en el mundo
entero. Para los judíos, él es su más notable y distinguido patriarca, el padre de la
nación judía. Para los musulmanes, él es igualmente apreciado, porque Abraham es el
padre de Ismael quien es el padre de los árabes. Quizás podríamos usar ésto como un
medio para testificar a judíos y musulmanes. “¿Alguien ha compartido con usted
alguna vez cómo Abraham llegó a ser un hombre justo?”
¿Cómo fue justificado Abraham? La Biblia responde a ésto con mucha claridad. Pablo
cita Génesis 15:6. Esta Escritura enseña claramente que Abraham fue justificado POR
FE. “El creyó a Dios” y así fue justificado. Este versículo no dice absolutamente nada
sobre obras. ¿Cómo es salva una persona hoy? Ver Efesios 2:8-9 (igual como
Abraham). Todos los hombres en todos los tiempos siempre han sido salvos de una
sola manera: “POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE.” Sin embargo, el contenido de la fe
no ha sido siempre el mismo. Por ejemplo, ¿qué tenía que creer Abraham para ser
salvo (ver Génesis 15:5 y compare con Génesis 12:1-3)? ¿Qué tienen que creer las
personas hoy para ser salvas (ver Gálatas 2:20; Romanos 10:9; 1 Corintios 15:1-4,
etc.)?
¿QUÉ TIENE QUE HACER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto ha sido
lomismo en todo tiempo. Tienes que creer a Dios y tienes que tomar a Dios por Su
Palabra. Tienes que confiar en un Dios fiel. La salvación es por fe. La salvación está
basada siempre y para siempre en la sangre derramada de Cristo.
¿QUÉ TIENE QUE CREER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto no ha
sidosiempre lo mismo en todo tiempo, porque Dios no ha revelado la misma verdad
a cada generación. Toda persona es responsable por la revelación que Dios le ha dado.
A quién mucho ha sido dado, mucho se le pedirá.
Piensa en una página de contabilidad. Dios exige que en esta página se encuentre una
justicia perfecta. Pero cuando miro mi hoja, me doy cuenta que no tengo ninguna
justicia (Romanos 3:10; Isaías 64:6). Pero habiendo sido colmado con las buenas
nuevas del evangelio, yo escribo las siguientes palabras en mi hoja: “Yo creo en el
Señor Jesucristo con todo mi corazón. ÉL ha muerto y ha resucitado por mí.” Dios
toma en cuenta lo que he escrito y dice, “Cuento esto como justicia.” Y solamente
sobre esta base yo puedo ser justificado.
Romanos 4:4
Este versículo describe a la persona que obra. El versículo siguiente (v.5) describe a la
persona que no obra (el creyente). La persona que obra (v.4) espera una recompensa
para su obra. El cree que con sus buenas obras puede ganar la salvación y el favor de
Dios. Note el contraste en estos versículos:
Si Dios nos diera lo que merecemos, ¿qué sería eso (Romanos 6:23; 1:29-32; etc.)?
Dios no nos debe la salvación, pero ÉL nos da la salvación por Su gracia por medio de
Cristo. Por sus obras el hombre pecador solo se ha ganado condenación y castigo y
muerte eterna.
Romanos 4:5
La mayoría de la gente hoy cree que la manera de salvarse es “SER BUENA”. Ellos
creen y enseñan que la salvación se gana siendo buenos (de acuerdo a cualquier
concepto de “bueno” que tengan). Romanos 4:5 enseña que el camino para ser
salvo no es ser bueno, sino es creer. Nadie de nosotros es lo “suficientemente bueno”
como para alcanzar el nivel de santidad y perfecta bondad que Dios requiere.
“Señor, yo no soy bueno. No soy recto. No soy santo. No soy justo. Soy un
pecador culpable, sin defensa y sin esperanza. Mi única esperanza es venir ante
un Dios bondadoso y misericordioso. Yo creo en tu Hijo, el Señor Jesucristo y
creo que ÉL derramó Su sangre por mí y que pagó totalmente la pena del
pecado. Confío en Ti para salvarme y para hacer de mí la persona que debo ser.
Puedo ser bueno, pero sólo por Tu gracia salvadora”.
“Mas al que no obra” – Cuando una persona no está obrando, está descansando. La
salvación (justificación) no es obrar, sino es DESCANSAR sobre la obra de Otro (la obra
consumada por Cristo en la cruz – Juan 19:30). La fe en Cristo del creyente le es
contada por justicia (tal como en el caso de Abraham –versículo 3).
Muchas personas no son salvas porque no se ven a sí mismas como IMPÍAS, y así ellos
no ven la necesidad de ser salvos. Necesitamos vernos tal como Dios nos ve. ¿Cómo te
describe Dios en Romanos 5:6? ¿En Romanos 5:8? ¿En Romanos 5:10?
De manera que en Romanos 4:4-5 hay un gran contraste entre quienes OBRAN y
quienes NO OBRAN (creyentes). Hay una diferencia cielo/infierno entre los dos grupos.
Toda la gente religiosa del mundo (incluidos todos los cultos e “ismos”) pueden ser
descritos por la palabra “HACER”. Esta sola palabra resume su religión de obras. Ellos
están tratando de hacer ésto y aquello para ganarse la aceptación de Dios. El
cristianismo bíblico (el camino de salvación de Dios) puede resumirse en una palabra
“HECHO”. “Mi alma descansa completamente sobre lo que Cristo ha HECHO en la cruz
por mí”. ¿Cuál palabra te describe a ti? ¿Estás ocupado HACIENDO o estás
descansando en la obra acabada de Jesucristo que ya ha sido HECHA?
Los dos primeros son hechos. El tercero llega a ser verdad sólo por
fe (ver Romanos 5:17).
David vivió bajo la economía Mosaica (la dispensación de la ley). ¿Cómo fue salvo?
¿Por guardar la ley de Dios? ¡NO! En realidad David fue un quebrantador de la ley (ver
2 Samuel 11 — un adúltero). David fue salvo igual como Abraham fue salvo y de la
misma manera en que la gente es salva hoy en día: POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE
(Efesios 2:8-9). Estos versículos muestran que David fue justificado (la justicia de Dios
le fue imputada) igual que Abraham. David fue justificado “sin (totalmente aparte de)
obras” (v.6). La expresión idéntica, “sin obras” se encuentra en Romanos 3:28.
Una vez más, Pablo recurre a las Escrituras para probar su punto. El cita el Salmo
32:1-2 que fue escrito por David. Note que la maravillosa doctrina de la justificación
incluye también la gloriosa verdad del PERDÓN. El perdón es descrito aquí de tres
maneras:
¿Alguna vez has considerado la plenitud y la maravilla del perdón de Dios hecho
posible solamente por la cruz de Cristo? Considera los pasajes siguientes:
1. Miqueas 7:19 – Mis pecados se han ido para siempre. Nunca más volverán a
aparecer.
2. Jeremías 50:20 – Mis pecados nunca serán hallados.
3. Salmos 103:10-12 - ¿Cuánto hizo alejar Dios mis rebeliones? (Nota: la
distancia de sur a norte es finita, pero la distancia de este a oeste es infinita.
Puedes caminar hacia el oeste por siempre, pero no puedes caminar por
siempre hacia el norte).
4. Isaías 38:17 – Mis pecados están completamente fuera de vista.
5. Isaías 44:22 – Mis pecados han sido deshechos.
6. Isaías 1:18 – Mis pecados han sido blanqueados [rojo+rojo=blanco]
7. Hebreos 10:16 -(doble negación en griego). Mis pecados nunca serán
recordados por Dios
8. Levítico 16:20-22 – El mensaje del macho cabrío: PIÉRDETE.
9. Juan 1:29 – “quitado”. Mis pecados fueron totalmente quitados (lanzados al
espacio).
10. Hebreos 9:26 – “quitar” = apartar. ¿Cómo? Por el sacrificio por el pecado.
Dios no puede ignorar el pecado o pasarlo por alto. ÉL tiene que tratar con él
y juzgarlo. ÉL hizo ésto enla Persona de nuestro bendito Sustituto, el Señor
Jesucristo.
¿Dónde estaríamos si no hubiera tal cosa como el perdón divino? ¡Cuán maldito es el
hombre a quien el Señor inculpa de pecado (compare Romanos 4:8)! ¡Cuán terrible es
el pensamiento de una persona muriendo EN SUS PECADOS (ver Juan 8:21, 24)! ¿Qué
sucedería contigo si Dios tratara contigo según tus pecados, es decir, te diera el
castigo que tus pecados merecen (Salmo 103:10)? ¿Qué te sucedería si Dios te
recompensara de acuerdo a tus iniquidades (Salmo 103:10)? ¿No es mejor dejar que
Dios trate contigo según SU gracia y misericordia (Salmo 103:8)? Si el Señor mirare a
los pecados, ¿quién podrá mantenerse (Salmo 130:3)? Si se hiciera estricta justicia y
Dios escrutara tu vida y recordara cada pecado y te procesara, ¿cómo te las verías?
¿Estás agradecido por el Salmo 130:4? ¿Has experimentado tú personalmente el
perdón de Dios? ¿Conoces la bienaventuranza del hombre a quién el Señor nunca
inculpará de pecado?
Hay una lápida que tiene una sola palabra en ella: PERDONADO. Esa palabra es lo más
importante que pueda decirse de la persona. El perdón solo se encuentra en Jesucristo
(Efesios 1:7).
Romanos 4:9
Romanos 4:9b-10
Una vez más Pablo se refiere a Génesis 15:6, el pasaje clave que muestra que
Abraham fue justificado por fe. Basándose en este pasaje, Pablo hace una pregunta
importante en el versículo 10: Cuando Abraham fue justificado (en Génesis 15:6), ¿él
era un judío o un gentil? ¿El estaba circuncidado o incircuncidado? Qué fue primero,
¿su salvación o su circuncisión? La respuesta es muy obvia. Abraham fue salvo
(Génesis 15) mucho antes de ser circuncidado (Génesis 17:24). De hecho, después
que Abraham fuera salvo nació su hijo Ismael (Génesis 16:11) y este niño tenía 13
años de edad cuando Abraham fue circuncidado (Génesis 17:25). De modo que
Abraham fue justificado y luego, más de 13 años después, él fue circuncidado. Como
Stifler dijo en su comentario de Romanos: “Pablo puso de cabeza la jactancia de los
judíos. No es el gentil el que tiene que adoptar la circuncisión de los judíos para ser
salvo; es el judío el que tiene que venir a la fe gentil, esa fe que tenía Abraham mucho
antes de ser circuncidado”.
Romanos 4:11-12
La circuncisión significa dos cosas: 1) UNA SEÑAL – las señales están para indicar
algo, y en este caso, la circuncisión indicaba hacia la fe que Abraham tenía y hacia la
justicia que se le acreditaba; 2) UN SELLO—los sellos se utilizaban en el mundo
antiguo para demostrar que un documento era auténtico (si recibías una carta del rey
y ésta traía el sello del rey, sabrías que era un documento genuino y que no era una
carta falsificada). La circuncisión de Abraham indicaba la autenticidad y realidad de su
fe. Abraham no fue justificado porque fue circuncidado; él fue circuncidado porque
había sido justificado. Lo mismo es válido hoy en día con el bautismo en agua. Un
hombre no es salvo porque ha sido bautizado en agua; él es bautizado en agua porque
ha sido salvo. No es el rito el que hace justo a un hombre ante los ojos de Dios.
Primero tienes que estar bien ante los ojos de Dios (por fe) y luego, lo apropiado es el
bautismo.
Abraham es el padre de TODOS LOS QUE CREEN (Romanos 4:11). El es el padre de los
fieles. Todo verdadero creyente puede decir, “Abraham es mi padre y yo soy su hijo”.
Todo creyente gentil puede decir ésto (Romanos 4:11) y todo creyente judío puede
decir ésto (Romanos 4:12). Los judíos incrédulos pueden alegar una descendencia
física, pero cuando se trata de la fe, ellos no llevan la marca de la familia (ver Mateo
3:7-10 y Juan 8:33, 37, 38, 39-44). Los hijos deberían parecerse a sus padres, y los
incrédulos no se asemejan espiritualmente a Abraham, que era un creyente.
Los otros pasajes que enseñan que Abraham es el padre espiritual de los creyentes son
Romanos 4:16 y Gálatas 3:7, 8, 9, 14, 26-29 (los que pertenecen a Cristo por fe son la
simiente de Abraham) y compare Lucas 19:9. El relato de Lucas 16:19-31 es muy
interesante a la luz de lo que acabamos de aprender. ¿Quién es el “Padre” (Lucas
16:24) que es visto en el paraíso? De hecho, el nombre mismo de ese lugar es llamado
“el seno de Abraham” (v. 22). Ese es el lugar al cual van los creyentes y Abraham es el
padre de los creyentes. La tragedia es que el hombre rico nunca conoció a Abraham
como a su padre espiritual (v. 24). El era rico, pero no era rico en fe (comparar
Santiago 2:5).
Físicamente, Abraham no era solamente el padre de los judíos (los que vienen de Isaac
y Jacob), sino también era el padre de los que vienen de Ismael (los árabes) y de los
que vienen de Esaú (los edomitas). Espiritualmente, Abraham es el padre de todos los
que creen, tanto judíos como gentiles. Génesis 22:17 quizás sea una referencia tanto a
su descendencia terrenal o física (“arena”) como a su simiente celestial o espiritual
(“estrellas”). O también puede ser dos maneras distintas de decir la misma cosa – que
la descendencia de Abraham sería innumerable.
Romanos 4:13
Recuerda el contexto. La palabra clave del capítulo es “fe” (“creer”). Hijos de Abraham
son “todos aquellos que creen” (v.11). Necesitamos tener el parecido familiar.
Tenemos que seguir las pisadas de la fe de Abraham (v. 12). Debemos creer como él
creía. Necesitamos tomar a Dios por Su Palabra tal como lo hizo Abraham (v.3).
Heredero = poseedor
Note que esta promesa no es sólo para Abraham, sino también para toda su
descendencia (ver v. 13 y v. 16 – “para toda su descendencia”). De modo que la
promesa es para Abraham y para todos sus hijos espirituales (“todos los creyentes” –
v.11). La promesa es que Abraham y todos los creyentes serán herederos del mundo y
que poseerán la tierra.
Ver Mateo 5:5 – “los mansos heredarán la tierra” (“manso” no significa débil; se refiere
a una persona que ha sido quebrantada y que se ha sometido a la voluntad de Dios).
Ver Mateo 25:34—cuando Cristo regrese a la tierra, algunos heredarán el reino. Lo
poseerán y lo disfrutarán. Otros estarán excluidos (ver v. 41).
Ver Lucas 13:27-29. Algunos están en el reino (incluidos) y otros estarán fuera
(excluidos). Abraham y otros creyentes están incluidos. Ellos poseerán el mundo y
disfrutarán el reino. Los que no son de la simiente de Abraham (los incrédulos) no
serán herederos (ellos serán excluidos del reino).
Romanos 4:14
A modo de argumento, Pablo asume algo que no es verdad. Aquí hay grandes
contrastes: la ley o la gracia; las obras o la fe; el sistema de méritos o la dádiva y el
inmerecido favor de Dios; cumplir la ley de Dios o creer en la promesas de Dios. La ley
requiere obediencia perfecta; la salvación requiere de la gracia y de la misericordia de
Dios. El camino de la ley está basado en los mejores esfuerzos del hombre, que nunca
son suficientes; el camino de la fe se basa en la obra acabada de Cristo en la cruz
(Juan 19:30), que es totalmente suficiente. La ley de Dios condena absolutamente al
mejor hombre; la asombrosa gracia de Dios justifica gratuitamente al peor de los
hombres. Por la ley el pecador está condenado y bajo la ira de Dios, por la gracia, el
pecador es salvo y está bajo las alas de Dios. La ley y la gracia siempre son principios
opuestos (ver Romanos 11:6).
Si los que son de la ley son los herederos, entonces no es mi fe lo que cuenta, sino lo
que cuenta son mis obras. Tengo que ganarme el camino al reino por mis obras y por
mi obediencia a la ley. Por supuesto, llegar a ser salvo por la ley es totalmente
imposible (ver Lucas 10:25-28—“haz esto y vivirás”, pero ningún pecador es capaz de
hacer jamás estas cosas). De modo que la promesa quedaría sin efecto. Nadie podría
ser heredero y nadie podría entrar en el reino. Todos los injustos violadores de la ley
quedarían excluidos (comparar 1 Cor. 6:9-10 y Efesios 5:5).
Romanos 4:15
La ley solo produce ira. La ley solo puede acarrear una maldición, no una bendición
(Gálatas 3:10). ¿Por qué? Por mi condición de pecador. Un pecador no puede cumplir
la santa ley de Dios, por lo cual soy un violador de la ley. La ira de Dios tiene que caer
sobre mí. Los quebrantadores de la ley merecen la muerte. Los que guardan la ley,
merecen la vida, pero ¿cuántos de nosotros hemos realmente guardado la santa ley de
Dios, perfectamente, todos los días de nuestra vida?
La ley no trae justicia ni bendición ni herencia, sino sólo trae la ira de Dios. Si el
hombre pudiera guardar la santa y perfecta ley de Dios, entonces la ley traería vida y
bendición (Lucas 10:28). La ley produce ira, porque el hombre pecador quebranta la
ley. Donde hay ley, hay trasgresión, y donde hay trasgresión, tiene que venir la ira de
Dios. La ley produce ira, condenación y muerte (comparar 2 Corintios 3:7, 9). Cuán
torpes son aquellos que quieren ponerse bajo las imponentes demandas de la santa ley
de Dios. Pablo dice que ni siquiera esas personas guardan la ley (Gálatas 6:13). Pedro
está de acuerdo con Pablo (Hechos 15:9-11). El Señor Jesús dijo, “Ninguno de
vosotros cumple la ley” (Juan 7:19).
Romanos 4:16
La primera parte de este versículo puede parafrasearse como sigue: “Por cuanto la ley
no puede producir otra cosa sino ira, es (la herencia prometida) por fe, para que sea
por gracia (la dádiva gratuita de Dios para los pecadores que creen)”.
La justificación por las obras de la ley depende del hombre y tiene que fallar, porque el
hombre es un pecador. La justificación por gracia depende sólo de Dios y de la obra
acabada de Cristo. Y no puede fallar, porque Dios no puede fallar.
“Sea firme” – Es una cosa segura. La promesa es SEGURA para todo creyente, sea
judío o gentil (4:11; 4:16). Bendita seguridad. Todo creyente debería poder decir,
“estoy seguro que la herencia prometida es mía. Estoy seguro de ser un heredero (ver
el análisis bajo Romanos 4:13).
Abraham es el padre de todo aquel que cree (4:11), sea judío o gentil (4:11; 4:16). El
es el “padre de muchas gentes” (4:17). El es el padre espiritual de aquellos que creen
de todo linaje y lengua y pueblo y nación (cf. Apocalipsis 5:9).
Si la promesa fuera por la ley, estaría limitada a los judíos, porque a ellos fue dada la
ley (ver Romanos 9:4). Pero la promesa fue por gracia, para que todos los creyentes
(sean judíos o gentiles) pudieran poseer y disfrutar la promesa.
Romanos 4:17
Note que la primera parte de este versículo es un paréntesis. De modo que la última
parte del versículo 16 debería conectarse a lo que sigue al paréntesis: “. . .Abraham,
quien es padre de todos nosotros delante (a los ojos de) Dios, a quien (Abraham)
creyó, el cual (Dios) da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si
fuesen”.
La cita que está entre paréntesis se encuentra en Génesis 17:5. Esta asombrosa
declaración se encuentra en tiempo pretérito (no “te pondré” sino “te he puesto”). Dios
lo dice como si fuera un hecho consumado. En la mente de Dios ya ha sido hecho.
Históricamente, Isaac aún no existía cuando Dios dijo estas palabras. En Romanos
8:30 hay un ejemplo similar –“a éstos también glorificó”. En la mente y en el propósito
de Dios ya es un hecho.
1. QUE DA VIDA A LOS MUERTOS. Dios puede hacer vivir a los que están
muertos. Abraham y Sara estaban muertos en el sentido de que ellos no podían
dar vida (ver Romanos 4:19 y Hebreos 11:11-12). De la estéril matriz de Sara
Dios trajo vida. Luego, cuando a Abraham se le dijo que matara a su único hijo
Isaac, él sabía que Dios volvería a dar vida a su hijo muerto, porque sabía que
Dios tiene que cumplir Su promesa (Hebreos 11:17-19 y compare con Génesis
22:5). Isaac llegó a ser así un tipo de Cristo que fue ofrecido a la muerte y que
fue devuelto a la vida (cf. Hebreos 11:19 y Romanos 4:24-25). Hoy en día, Dios
aún está ocupado en dar vida a los que están muertos (Efesios 2:1, 5; Juan
5:24; 6:47; 1 Juan 5:11-12; etc.).
2. QUE LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN. (ÉL da existencia
a cosas que no son). Esto se refiere a las cosas que Dios ha determinado que
sucedan, pero que todavía no se han cumplido. Dios nos dijo todo sobre Isaac
antes de que él existiera históricamente. Dios anuncia lo por venir desde el
principio (Isaías 46:9-11). Por medio de Isaías, Dios nos puede decir todo sobre
un rey persa (Ciro), años antes de que él exista y años antes de que él aún
tuviera un nombre (ver Isaías 45:1).
Romanos 4:18
Romanos 4:19
“Muerto” = no estaba capacitado para dar vida (ver Hebreos 11:11-12). Desde el
punto de vista físico, era imposible para ellos tener hijos. Estaban demasiado viejos
(para ver su edad, ver Génesis 17:17).
Romanos 4:20
Romanos 4:21
Aquí hay una definición bíblica de la fe (comparar también Hechos 27:25). La persona
que cree a Dios es la persona que está persuadida y convencida que Dios hará
exactamente lo que ha prometido. DIOS PUEDE. (OMNIPOTENTE).
Romanos 4:22
“Su fe” (ver Romanos 4:3, 5). Abraham fue justificado por fe. El recibió su justificación
por fe (4:3), su herencia por fe (4:13) y su posteridad por fe (4:17-19). El no recibió
nada por esfuerzo humano.
Romanos 4:23-24
Ahora Pablo presenta la aplicación. ¿Qué tienen que ver Abraham y su fe con la gente
que vive hoy? El mismo Dios que salvó a Abraham es el mismo Dios que salva a los
hombres hoy y ellos son salvos de la misma manera – “por gracia por medio de la fe”
(Efesios 2:8-9). En todos los tiempos, Dios tiene una manera para salvar a los
hombres. Yo debo ser justificado de la misma manera en que Abraham fue justificado.
Su justificación debía ser el modelo para mi justificación. Tal como él creyó a Dios,
debo hacerlo yo. Tal como él creyó que Dios puede sacar vida de la muerte, también
debo hacerlo yo (v.24).
Hay algunas diferencias que debemos considerar. Abraham miraba hacia delante;
nosotros debemos mirar hacia atrás. A Abraham se le dio una promesa incumplida;
nosotros somos obsequiados con una obra acabada. Note el énfasis futuro de Romanos
4:18 –“ASÍ SERÁ” y contrástelo con el énfasis pasado de Romanos 4:25 – “EL CUAL
FUE”. Lo primero indica hacia lo que Dios hará y lo otro señala hacia lo que Dios ha
hecho.
Si NOSOTROS creemos en el Dios que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos,
entonces nuestra fe nos es contada por justicia. [Usualmente, Cristo es presentado
como el objeto de la fe salvadora, pero aquí lo es Dios el Padre. Para entender ésto,
ver Juan 5:23-24 y Juan 12:44). El mismo Dios que sacó a Isaac de la muerte
(primero en su concepción y luego, en figura, cuando fue ofrecido sobre el altar), es el
mismo Dios que levantó a Jesucristo de la muerte. Isaac es un tipo de Cristo (Hebreos
11:19).
Romanos 4:25
Aquí tenemos una completa presentación del evangelio (el evangelio en pocas
palabras). Note que los dos grandes hechos del evangelio son la muerte y la
resurrección de Cristo (comparar 1 Corintios 15:1-4). Cristo fue dado y entregado por
Dios el Padre (cf. Romanos 8:32) y ÉL fue resucitado otra vez por Dios el Padre (v.24).
Las palabras “por” o “para” significan “por causa de” o “a cuenta de”. ¿POR QUÉ FUE
ENTREGADO CRISTO? Por causa de nuestras ofensas (para expiar mis ofensas). ¿POR
QUÉ FUE RESUCITADO CRISTO? A favor de nuestra justificación (para justificarme).
Hay un lado negativo: Cristo fue entregado para llevar nuestro pecado con toda su
culpa y su castigo. Hay un lado positivo: Cristo fue resucitado para proveer al
creyente un nuevo lugar y una nueva posición “en Cristo Jesús”, y sin esa nueva
posición no podríamos tener ninguna rectitud y ninguna justicia.
¿Qué es la Justificación?
4. Justificar o declarar justo, es, como consecuencia, el acto por el cual Dios
imputa al pecador creyente todo el valor de la infinita obra de Cristo en la
cruz; además, es el acto por el cual une a este pecador creyente con el
Cristo resucitado en gloria, dándole la misma aceptación que Cristo tiene
delante de ÉL: de modo que el creyente ya es “la justicia de Dios en ÉL”
(Cristo).
1) La Necesidad de la Justificación
Romanos 3:10 – Nos falta la justicia que necesitamos.
Isaías 64:6 – La justicia que tenemos es inútil, no sirve.
1 Corintios 6:9-10 – Los injustos no heredarán el reino de Dios.
2) El Significado de la Justificación
“Justificar” – piensa en la palabra “recto”.
“Justificación” – piensa en la palabra “rectitud”.
“JUSTIFICAR” significa “declarar o pronunciar recto”. Es un término judicial
(ver Deuteronomio 25:1).
“Justificar” no significa “hacer recto” (ver Lucas 7:29—la gente no “hizo” recto
a Dios, ellos afirmaron que ÉL era recto).
Lo contrario de Justificación es CONDENACIÓN (Deuteronomio 25:1; Romanos
5:16-19).
3) El Problema de la Justificación
Romanos 3:26 -- ¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO
JUSTIFICAR AL PECADOR CREYENTE? ¿Cómo puede un Dios justo justificar a
una persona culpable e impía (Romanos 4:5)? Sin la cruz del Calvario no puede
haber solución.
4) La Base de la Justificación
“Justificado por Su sangre” (Romanos 5:9).
La muerte sustitutiva de Cristo es la única base de la justificación de hombres
pecadores (1 Pedro 3:18; 2 Corintios 5:21; Isaías 53:6).
5) La Fuente de la Justificación
“Justificados gratuitamente por Su gracia” (Romanos 3:24).
Todo es de Dios y todo es por gracia. No merecemos en absoluto el don de Dios
de la justificación (comparar Romanos 5:15-16). El publicano no la merecía
(Lucas 18:13-14) y los “impíos” no la merecen (Romanos 4:5).
Dios, en Su gracia, la proveyó, la ofrece a todos y la da a todo aquel que cree.
6) La Vía de la Justificación
“Justificado por fe” (Romanos 3:28; 5:1)
¿Cómo adquiere el pecador esta perfecta justicia? Se recibe “por fe”.
La base de la justificación del pecador es la muerte de Cristo y se la
apropia por medio de la fe. El don gratuito de la justificación de Dios debe ser
“recibido” personalmente (Romanos 5:17)
7) El Ejemplo de la Justificación
ABRAHAM es el principal ejemplo usado tanto por Pablo como por Santiago
(Génesis 15:6; Romanos 4; Santiago 2).
8) El Resultado de la Justificación
La perfecta justicia de Dios es puesta en mi cuenta (Romanos 4:3-5) de modo
que yo soy perfectamente justo, no en mí mismo (aún soy un pecador), sino
“EN CRISTO JESÚS” (2 Corintios 5:21; 1 Corintios 1:30). Dios me ve ahora tan
justo como Jesucristo (1 Juan 3:7), como si nunca hubiera pecado y como si
siempre hubiera cumplido perfectamente la santa ley de Dios. Habiendo sido
justificado, ahora tengo PAZ PARA CON DIOS (Romanos 5:1) y NINGUNA
CONDENACIÓN (Romanos 8:1; Juan 3:18; 5:24). Ver también el estudio
titulado: 215 Cosas que son Ciertas en Cuanto a Mí Ahora que soy Salvo.
9) La Evidencia de la Justificación
Santiago dice que Abraham fue “justificado por obras” (Santiago 2:14-22). Así
es como “mostramos nuestra fe” y así es como probamos a los hombres la
realidad de nuestra justificación. Ver también 1 Juan 2:29; 3:7; 3:10.
CAPÍTULO 5
Romanos 5:1
Note como la última palabra de Romanos 4:25 (“justificación”) se enlaza con el primer
versículo del capítulo 5 (“habiendo sido justificados” - traducción literal del griego). La
palabra “pues” señala hacia lo que se había dicho antes. Hasta ahora en el libro
de Romanos, Pablo nos ha mostrado. . .
Con el capítulo 5 comienza una nueva sección. Pablo nos hace saber ahora algunos de
los BENEFICIOS de la justificación (Romanos 5:1-11). La justificación es la dádiva
gratuita de Dios (Romanos 5:18) y viene en un paquete que es recibido por el creyente
en el momento de la salvación. En Romanos capítulo 5 Pablo quiere que abramos este
paquete y que veamos algunos de los beneficios y de las bendiciones que hay adentro.
Aquí van algunos ejemplos . . .
Por causa de todas estas bendiciones y beneficios, tenemos motivos para regocijarnos
con confianza: Romanos 5:2 – “nos gloriamos”; Romanos 5:3 – “nos
gloriamos”; Romanos 5:11 – “nos gloriamos”. Este verbo significa “regocijarse,
alborozarse, gozarse mucho”. Cuán satisfechos deberíamos estar de las ricas
bendiciones de Dios que nos pertenecen por Su gracia. Nos gloriamos y contentamos
en un gran Dios.
Hay algunos que hablan de la necesidad de recibir “la segunda bendición” o “una
segunda obra de gracia”. Se refieren a una experiencia después de la salvación
(usualmente hablar en lenguas, que llaman el “bautismo del Espíritu”). Los siguientes
puntos aclaran esto:
1. Los beneficios de la justificación son para todos los que han sido
justificados por fe (Romanos 5:1).
Si tenemos a Cristo y todas las bendiciones espirituales en ÉL, ¿qué nos falta?
Por cuanto has sido justificado por fe, ahora tienes paz con Dios. Paz con Dios es algo
que todo creyente tiene. La hostilidad que había en un tiempo entre mí y Dios, se ha
ido para siempre. La guerra ha terminado. Estoy en paz con mi Creador y soy
totalmente aceptado por ÉL. Mi aceptación nada tiene que ver con quien yo soy o con
lo que yo he hecho. Tiene todo que ver con Quién es Jesucristo y con lo que ÉL ha
hecho (comparar Efesios 1:6-7). Dios está complacido con Su amado Hijo (Mateo
3:17) y Dios está complacido conmigo porque yo estoy en Su amado Hijo (Efesios 1:6
– “aceptado” significa “altamente favorecido”). Lamentablemente, la mayoría de los
creyentes no toman a Dios por Su Palabra cuando se trata de la aceptación. Cuando
todo va bien y parece que Dios los bendice, entonces sienten que ÉL los ama y los
acepta. Pero cuando están tropezando, y todo parece duro y difícil, entonces sienten
como que ÉL no los ama y no los acepta. ¿Cómo puede ser ésto? Nada hay en nosotros
que nos pueda recomendar con Dios. Nuestra aceptación es en Cristo Jesús y no en
nosotros mismos. Dios nos ha aceptado en Su Hijo solo por gracia y debemos basar
nuestra fe sobre este hecho.
Que nunca olvide la enemistad que en un tiempo existía entre mí y Dios. Considera
cuidadosamente los siguientes versículos moderadores:
Sí, yo era un ENEMIGO de Dios (Romanos 5:10) por mis malas obras (Colosenses
1:21). No hay paz para lo impíos (Isaías 48:22; 57:20-21).
La paz con Dios fue posible de una sola manera – POR LA CRUZ (ver Col. 1:20-21 y Ef.
2:13-18).
¡Cuán agradecido debo estar que el Dios que en un tiempo estaba CONTRA MÍ
(Romanos 1:18; 2:2) ya NO ESTÁ EN CONTRA DE MÍ (Romanos 8:31)! ¡ÉL está POR
MÍ (cf. Salmo 118:6)!
Romanos 5:2
“Por quien” = por medio de quien. Por medio de Cristo tenemos PAZ (v.1) y por
medio de Cristo tenemos ENTRADA (v.2). La palabra griega por “entrada” significa
literalmente “guiar o llevar a la presencia de”. Dios nos guía y nos trae a Su presencia.
Cristo ha hecho posible ésto (Efesios 2:13-18; Hebreos 10:19-20) y es solamente por
Él que podemos venir (Juan 14:6). Dios manda al creyente a ACERCARSE
CONFIADAMENTE a Su presencia (Hebreos 4:16; 10:19, 22).
Dos ilustraciones del Antiguo Testamento nos muestran cuán privilegiados somos y
cuán bienaventurado es este acceso que tenemos: 1) LOS HIJOS DE ISRAEL EN EL
MONTE SINAÍ – Cuando el Dios Santo dio Su Santa Ley en el Monte Sinaí, la
gente no tenía acceso. Se les dijo que se alejaran y que permanecieran lejos y se les
advirtió que no se acercaran (ver Éxodo 19:12-13, 16, 18, 21-24); 2) LOS HIJOS DE
ISRAEL EN EL TABERNÁCULO – Dios manifestó Su gloria y Su presencia de una
manera especial sobre el propiciatorio en el Lugar Santísimo (el lugar más recóndito
del tabernáculo, detrás del velo). ¿Qué clase de acceso tenían los hijos de Israel? Su
acceso era extremadamente limitado. Sólo un hombre podía entrar a este lugar y él
podía entrar solamente una vez al año (ver Hebreos 9:7). ¡Cuán diferente es hoy en
día! Por causa de la obra acabada de Cristo, el velo se rasgó (Mateo 27:51) y los
creyentes pueden entrar en el Lugar Santísimo (Hebreos 10:19). Tenemos acceso
ilimitado (Hebreos 4:16; 10:19-20). ¿Estamos aprovechando ésto?
“Esperanza” – esta palabra incluye algo futuro, una expectativa futura (ver Romanos
8:24). La palabra “esperar” muchas veces expresa la idea de incertidumbre (“espero
recibir una carta hoy día”; “espero que no llueva el día de nuestro paseo” etc.) En el
Nuevo Testamento la palabra “esperanza” lleva la idea de certeza, porque cuando Dios
dice que algo sucederá en el futuro, podemos esperar que sin duda sucederá. Un
ejemplo de ésto se encuentra en Tito 2:13—“la bienaventurada esperanza” (la feliz
expectativa). No hay incertidumbre en cuanto a la venida de Cristo (Juan 14:2-3),
excepto que no conocemos el día. Tenemos la certeza de que ÉL regresará, pero no
tenemos certeza de cuándo tendrá lugar este magnífico suceso.
“La gloria de Dios” – ésto involucra algo que el creyente está esperando en el futuro.
El creyente tiene un glorioso futuro trazado y preparado por Dios (cf. 1 Co. 2:9-10). La
glorificación del creyente se ve en los siguientes pasajes: Romanos 8:18; 8:30 (es tan
seguro, que desde el punto de vista de Dios, ya es un hecho); 2 Corintios 4:17; 1
Pedro 1:11; 4:13; 5:10; 1 Juan 3:1-2; etc.
Romanos 5:3
No nos regocijamos solamente por nuestra futura esperanza (v.2), sino también nos
regocijamos en la presente seguridad de que nuestras tribulaciones producirán
paciencia (V.3). El sufrimiento no es algo anormal, sino está más bien en el amante
plan de Dios para Sus creyentes.
Romanos 5:4
“Prueba” –esto viene de una palabra que significa “probar”. ¿Por qué Dios nos envía
tribulaciones? ÉL nos está probando. ¿Por qué dijo Dios a Abraham que sacrificara a su
hijo (Génesis 22)? ÉL estaba probando su fe. La prueba de nuestra fe es algo muy
precioso (1 Pedro 1:7). Toda prueba y dificultad es una oportunidad única para confiar
en el Señor y descubrir que ÉL es fiel y suficiente. La palabra “prueba” contiene la idea
de “aprobación”. El pensamiento es éste: nosotros no somos solamente probados (por
las tribulaciones que Dios permite), pero PASAMOS LA PRUEBA (como hizo Abraham en
Génesis 22). De modo que la palabra “prueba” contiene la idea de “carácter probado” o
“la calidad de haber sido aprobado” o “carácter aprobado”. Se refiere a una persona
que ha pasado exitosamente el duro examen. Ha aprendido que, por la gracia de Dios,
él puede resistir. “He confiado en Dios en medio de la tribulación y he visto que Dios es
fiel”.
Romanos 5:5
“Esperanza” = futura expectativa (v.2 y ver los comentarios allí). Mi futura salvación
y glorificación están garantizadas. Los que esperan en Cristo nunca deben estar
avergonzados o desilusionados. Recuerda que la salvación es en tres tiempos –
pasado, presente y futuro (comparar 2 Corintios 1:10 donde vemos que la gloriosa
LIBERACIÓN de Dios es en tres tiempos).
La palabra “esperanza” nos señala el aspecto futuro de la salvación (ver Romanos 5:9-
10 donde es enfatizado este aspecto futuro: “seremos salvos”). Como creyente, puedo
saber en mi corazón que mi futura salvación es segura y que el Dios que comenzó Su
obra salvadora en mí, la perfeccionará (Filipenses 1:6). ÉL termina lo que comienza
(Romanos 8:29-30). ¿Cómo puede un creyente tener tal seguridad y tal esperanza?
“PORQUE el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Romanos 5:5).
“Ha sido derramado” = ha sido vertido
“El Espíritu Santo que nos FUE DADO”. El Espíritu Santo es el don de Dios para todo
creyente (ver Juan 7:39; Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19). Uno de los beneficios de la
justificación es la presencia de Dios el Espíritu Santo que mora en el creyente. Uno de
Sus ministerios es señalarnos el amor de nuestro Salvador como se demuestra en la
cruz y derramar este amor en nuestros corazones (Romanos 5:5-10). Los siguientes
versículos nos señalarán hacia la CRUZ DEL CALVARIO y nos explicarán el amor de
Dios y lo que el amor de Dios significa en cuanto a nuestra futura y total salvación.
Romanos 5:6
“Impíos” – ver Romanos 4:5. Impíos son los que no tienen temor de Dios, no tienen
respeto a Dios y no reverencian a Dios (ver Romanos 3:18). Cristo murió por esa clase
de personas.
Romanos 5:7
Este versículo proporciona más explicaciones por vía de contraste. El amor más grande
que un hombre pueda tener queda corto frente al amor de Dios. Un hombre podría dar
su vida por su amigo (aunque esto puede suceder a veces, no sucede a menudo), pero
el DIOS-HOMBRE puso Su vida por Sus enemigos.
“Justo” – ésto implica, por vía de contraste, que Cristo murió por hombres injustos
(ver 1 Pedro 3:18)
“Mas” – Note el contraste. Dios hizo mucho más de lo que los hombres jamás se
atreverían a hacer. ÉL dio Su vida por Sus enemigos.
“Pecadores” = Los que han errado el blanco, los que han quedado cortos ante los
justos requerimientos de Dios (todos nosotros hemos pecado contra el Dios
Todopoderoso. Ver Romanos 3:23).
¿Cómo muestra Dios Su amor? ¿Dónde debemos mirar para ver el amor de Dios?
Muchas veces la gente acusa a Dios de no tener amor. “¿Cómo puede un Dios de amor
permitir que millones de personas mueran de hambre en la India o en África?” “¿Cómo
puede un Dios de amor permitir que un terremoto arrase con miles de vidas?” etc.
Pero para ver el amor de Dios tienes que mirar al lugar correcto. La más grande
demostración del amor de Dios tuvo lugar en la cruz del Calvario. Ver también Juan
3:16; 1 Juan 3:16; 4:9-10. (Ver el estudio: El Nuevo Mandamiento).
Romanos 5:9-10
Romanos 5:9
Si Dios nos ha justificado por Su sangre, cuánto más seremos salvos de la ira por
medio de Jesucristo. En otras palabras, si Cristo murió para salvarte cuando eras
injusto, con mayor razón ÉL te salvará ahora que eres justo (en ÉL) y que has sido
justificado. Si ÉL murió por ti cuando tú eras Su enemigo, cuánto más hará ÉL por ti
ahora que eres Su amigo. Si Dios me amó cuando yo era un pecador (v.8), cuánto más
derramará Su amor sobre mí ahora que soy Su hijo.
Romanos 5:10
Este versículo amplía la explicación del versículo 9 (“porque”). Si Dios nos reconcilió
Consigo Mismo cuando aún éramos Sus enemigos, cuánto más hará por nosotros
ahora que hemos entrado en una preciosa relación con ÉL.
“Reconciliado” = Dios y el hombre han sido reunidos en armonía, en paz (v.1), toda
hostilidad ha sido removida y todas las barreras para tener compañerismo han sido
quitadas. El profundo abismo que separaba a un Dios santo de un hombre pecador ha
sido subsanado y superado. Hemos sido reconciliados, no porque Dios comprometiera
Su santidad (“permitiré que el hombre se acerque a mí, pasando por alto su pecado y
comprometiendo Mi santidad” –perezca ese pensamiento), sino porque Dios sacrificó a
Su Hijo.
“Salvos por Su vida” –ver Hebreos 7:25, que constituye un comentario perfecto
para estas cuatro palabras. Mi eterna seguridad está atada a Su vida. Para que yo
pudiera perder mi salvación, el Señor Jesús resucitado tendría que morir (pero vea
Romanos 6:9-10 y Apocalipsis 1:18). ÉL murió UNA VEZ, pero nunca más. ÉL vive
siempre para interceder por nosotros. ÉL murió para salvarme; ÉL vive para
mantenerme salvo.
Romanos 5:11
9. Que nunca olvidemos el precio que fue pagado por nuestra redención (1
Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18-19). ¡Que la sangre de Cristo siempre sea
preciosa para nosotros!
Redime al creyente.
“Rescatados. . . con la sangre preciosa de Cristo”. 1 Pedro 1:18-19
Justifica al creyente.
“Estando ya justificados en Su sangre”. Romanos 5:9
Note los DOS ACTOS: El acto de desobediencia de Adán al comer el fruto prohibido
(Génesis 3:6); el acto de obediencia de Cristo cuando murió en la cruz (Filipenses
2:8). Ver Romanos 5:18-19.
Note los DOS RESULTADOS: Por lo que hizo Adán: MUERTE, JUICIO y
CONDENACIÓN. Por lo que hizo Cristo: VIDA y JUSTICIA y GRACIA.
Note que Adán y Cristo son hombres representativos. Ellos actuaron en nombre del
hombre (tal como nuestros representantes elegidos en el Congreso votan por
nosotros). Adán pecó por nosotros y Cristo murió por nosotros.
Es muy importante ver NUESTRA HISTORIA EN ADÁN y ver NUESTRA HISTORIA
EN CRISTO. Es importante darse cuenta que cuando Adán pecó en el jardín del Edén,
TÚ ESTABAS ALLÍ. En Adán tú pecaste y tú moriste. Del mismo modo, es vital darse
cuenta que cuando Cristo murió en la cruz, TÚ ESTABAS ALLÍ. “¿Estabas allí cuando
crucificaron a mi Señor?” – ¡SÍ!
El punto principal de esta sección es el triunfo de la gracia de Dios sobre el pecado (ver
Romanos 5:20-21). La frase clave es “MUCHO MÁS” (Romanos 5:15, 17, 20). Si
piensas que lo que hizo Adán fue significativo (y lo fue), CUÁNTO MÁS significativo y
grande e importante es lo que hizo Cristo. Lo que Cristo hizo superó y sobrepasó en
mucho lo que hizo Adán.
Considera la historicidad de Adán. ¿Fue Adán una persona real e histórica que vivió
verdaderamente en esta tierra como el progenitor de la raza humana? Nadie niega la
historicidad de Jesucristo, que Él fue una Persona histórica real que vivió en la tierra.
Sin embargo, muchos niegan la historicidad de Adán. Esto se debe a la incredulidad del
hombre y a la popular teoría de la evolución que rechaza los primeros 11 capítulos de
Génesis y que alega que estos capítulos están desprovistos de toda veracidad histórica.
Los patrocinadores de este punto de vista dicen muchas veces que las cosas que
sucedieron en esos primeros capítulos de Génesis son sólo historias interesantes (pero
falsas) que contienen ciertas lecciones morales para nosotros. Pero en Romanos 5:12 y
siguientes, Pablo asume que Adán fue una persona histórica real, tan histórica como
Moisés (Romanos 5:14) y Cristo (Romanos 5:15). Ver también 1 Corintios 15:22, 45,
47; 2 Corintios 11:3 (si Eva desaparece, también tiene que desaparecer el diablo); 1
Corintios 11:8-9; 1 Timoteo 2:13-14; etc. Ver también la genealogía de Lucas capítulo
3 que comienza con Adán y termina con Cristo (en orden inverso). Si Cristo fue una
Persona histórica pero no así Adán (como les gustaría a los incrédulos que
pensáramos), entonces ¿en qué momento de la genealogía pasamos de la ficción a lo
histórico o de lo mitológico a lo histórico?
Romanos 5:12
“Un hombre” = Adán. El pecado entró al mundo por Adán. Y siempre que aparece el
pecado, trae consigo a su estrecho compañero: LA MUERTE. El pecado y la muerte son
una pareja, siempre andan juntos. El pecado da a luz la muerte (Santiago 1:5).
“y por el pecado la muerte” = esta es una frase incompleta. Esto es lo que significa
la frase cuando es completada:
Las palabras “a todos los hombres” (en la mitad de Romanos 5:12) están enfatizadas
en el griego. La muerte pasó a ¿quién? A TODOS LOS HOMBRES. ¿Por qué pasó la
muerte a TODOS LOS HOMBRES? ¿Por qué fue infectada toda la humanidad con esta
horrible enfermedad de pecado y muerte? ¿Por qué todos los hombres? ¿Por qué no
sólo Adán? Si él es el que pecó, entonces él y solamente él es el que debería morir.
¿Por qué la muerte pasó a todos los hombres? He aquí la respuesta de Dios: CUANDO
ADÁN PECÓ, TODOS NOSOTROS PECAMOS. Cuando Adán cayó, caímos todos nosotros.
¿Por qué pasó la muerte a todos los hombres? “Porque todos pecaron” (Romanos 5:12,
ver el final del versículo). ¿Cuándo pecaron todos los hombres? Cuando Adán pecó.
En Adán todos pecaron. También es cierto que en Adán todos fueron creados.
Hablando en forma precisa, la gente que vive hoy no fue creada. Nosotros hemos
llegado al mundo por procreación, no por creación. Las únicas personas que fueron
creadas son Adán y Eva. Sin embargo, en cierto sentido es correcto decir que yo fui
creado en Adán. Sin Adán, yo no tendría existencia. Cuando Adán fue creado, yo
estaba en los “lomos” de Adán (cf. Hebreos 7:10). Yo formaba parte de “su simiente”.
(Del mismo modo podemos decir que toda la nación de Israel estaba en Abraham,
Isaac y Jacob).
¿Por qué es cierto que YO PEQUÉ EN ADÁN, YO MORÍ EN ADÁN Y ESTOY CONDENADO
EN ADÁN? Yo no estaba allí cuando sucedió, ¿o sí lo estaba? Considere lo siguiente:
2. Cuando Adán pecó, en cierto sentido yo estaba allí. Yo estaba en los lomos de
mi padre Adán (yo estaba en su simiente). Para ilustrar esto ver Génesis 14:18-
20. Note que Abraham pagó diezmos a Melquisedec. De Abraham vinieron Isaac
y luego Jacob. Jacob (Israel) tenía 12 hijos, uno de los cuales era Leví. De Leví
vinieron Aarón y sus hijos que eran los sacerdotes. Con estos hechos en mente,
vea Hebreos 7:4-10. Si el escritor de Hebreos podía decir que Leví pagó
diezmos a Melquisedec porque estaba en los lomos de Abraham, aunque
sabemos que en realidad fue Abraham quien lo hizo y que Leví aún no había
nacido, entonces de la misma manera puedo decir esto: “Yo también pequé en
Adán, porque yo aún estaba en los lomos de mi padre Adán cuando Adán pecó”.
De modo que, cuando Adán pecó, en cierto sentido yo estaba allí. (Esto es
similar a alguien que tiene ancestros que cruzaron el océano en el Mayflower y
dice, “Yo vine aquí en el Mayflower”.)
3. Adán actuó por mí como mi representante. Adán fue la cabeza de nuestra raza
y él representó la raza. Es interesante notar que la caída del hombre se vincula
con la desobediencia de Adán no con la desobediencia de Eva, aunque Eva
desobedeció primero. Pero Eva no era la cabeza de la raza. Lo determinante fue
cuando Adán comió. Fue entonces cuando la raza cayó. Un representante es
alguien que actúa en lugar de otro. Adán estaba allí en el jardín del Edén
actuando por ti y representándote a ti. Hoy en día elegimos hombres al
Congreso llamados “representantes”. Ellos están allí para votar por mí. Yo no
puedo votar, pero ellos pueden y ellos votan por mí. Cuando Adán estaba en el
jardín del Edén, como mi representante, él tenía que hacer un voto. El tenía
que votar a favor de Dios o en contra de Dios. El tenía que escoger obedecer a
Dios o desobedecer a Dios. El escogió desobedecer. Hay un sentido en que su
voto llegó a ser mi voto.
Entender este principio hará que la Biblia cobre vida para ti. Cuando leas el relato de la
caída de Adán en Génesis 3, te darás cuenta que esto no es una narración remota que
nada tiene que ver contigo, sino que tu estabas allí en un sentido real. Por cuanto
Adán era tu representante, tú participaste de lo que Adán hizo. En la caída de Adán
todos pecamos.
Del mismo modo, cuando leas la historia de la crucifixión, recordarás que tú estabas
allí en un sentido muy real. Su muerte llegó a ser tu muerte. SU historia llegó a ser tu
historia (tal como veremos en Romanos 6). Cuando leo acerca de Cristo siendo
crucificado, esto llega a ser muy personal, porque yo también fui crucificado allí
(Gálatas 2:20), y, alabado sea Dios, yo también salí de aquella tumba con ÉL.
Romanos 5:12 también dice algo que se relaciona con la ciencia y en particular con el
debate creación/evolución. Este versículo enseña que la muerte fue el resultado del
pecado de Adán. La caída del hombre también afectó al reino animal y como veremos
en Romanos 8:19-22, los animales gimen, esperando ser liberados de la esclavitud en
que se encuentran por el pecado del hombre. Antes de la caída de Adán, la muerte no
era una realidad en el reino animal, por lo cual no puede haber fósiles anteriores a la
caída del hombre (contrariamente a lo que dice la teoría de la evolución). Los
creacionistas creen que la vasta mayoría de los fósiles se formaron en el tiempo del
diluvio universal en los días de Noé.
Romanos 5:13-14
El punto principal de Pablo en estos dos versículos es que la muerte pasó a todos los
hombres (v.12), no porque ellos pecaron, sino porque Adán pecó. Fue el pecado de
Adán lo que trajo la muerte sobre la humanidad. La gente desde Adán hasta Moisés no
pecaron como Adán (el pecado de Adán fue una violación voluntaria de un
mandamiento directo de Dios). Sin embargo, la muerte reinó sobre ellos, no por causa
de sus acciones, sino por causa del acto de Adán. Hoy podríamos usar la ilustración de
niños que mueren. Estos bebés nada saben acerca del bien y del mal, pero ellos
mueren. Esto debe recordarnos del efecto universal del pecado de Adán. Por causa de
su trasgresión, la sentencia de muerte pasó a todos los hombres.
Adán es una “figura” o TIPO de Aquél que había de venir, es decir, Jesucristo
(Romanos 5:14). Adán es un tipo de Cristo. En 1 Corintios 15:45 Jesucristo es llamado
“Adán” (“el postrer Adán”) y Cristo también es llamado el “segundo hombre” en
contraste al primer hombre, Adán (1 Corintios 15:47). Si comparamos a estos dos
hombres. Encontraremos similaridades y diferencias entre ellos:
ADÁN JESUCRISTO
El primer hombre Adán (1 Co. 15:45) El postrer Adán (1 Co. 15:45)
“Fue hecho un alma viviente” (1 Co. “Fue hecho espíritu vivificante” (1 Co.
15:45)(a Adán le fue dada vida – Génesis 15:45). Cristo da vida – Juan 5:21, 25;
2:7) 6:33; etc.).
El hombre refleja a Adán (1 Co. 15:49 y El hombre salvo puede y debe reflejar a
ver Génesis 5:3) Cristo (1 Co. 15:49 y ver Col. 3:10; Ef.
4:24; Rom. 8:29; 2 Co. 3:18; 1 Juan
3:2; etc.)
Adán realizó un acto que tuvo tremendas Cristo realizó un acto que tuvo
consecuencias consecuencias aún mayores
El acto de Adán fue un acto pecaminoso El acto de Cristo fue un acto justo
(Rom. 5:12, 15, 16, 17, 18) (Rom. 5:18—“la justicia”)
Romanos 5:15
Note el “mucho más” en este versículo (la expresión “mucho más” se encuentra 4
veces en Romanos 5. ¿Puedes encontrarlos? Versículos ____ ____ ____ ____).
Adán hizo “MUCHO” (para mal), pero Cristo hizo “MUCHO MÁS” para el beneficio y la
bendición del hombre. Por la ofensa de Adán MUCHOS MURIERON. En la caída de
Adán todos pecamos y en la muerte de Adán todos morimos.
Romanos 5:16
En este versículo hay un contraste entre “un pecado para condenación” y “muchas
transgresiones para justificación”. Por una ofensa de Adán vino el juicio. El remedio
exigió que MUCHAS OFENSAS fuesen puestas sobre Cristo cuando ÉL murió en la cruz.
Una sola ofensa de Adán trajo juicio y condenación sobre la humanidad. Lo que Cristo
hizo es mucho más grande, porque Él proveyó un camino para que MUCHAS OFENSAS
pudieran ser borradas. Alva McClain da esta ilustración: Un hombre va al bosque y
toma un fósforo y pone fuego a un árbol. Esta es una acción pequeña que cualquiera
puede realizar. Pronto todo el bosque podría estar incendiándose. Supongamos que
alguien viene y apaga todo. ¿La segunda acción no sería bastante mayor “mucho más”
que la primera? Por una acción de Adán cayó todo el “bosque” de la humanidad. Por el
acto justo de Cristo millones y millones de ofensas fueron pagadas y fue posible
borrarlas. Cristo hizo MUCHO MÁS.
Romanos 5:17
Los que “reciben” esta abundancia de gracia, con ella tienen el don de
justicia. ¡Qué don! ¡Aparte de las obras, aparte de la Ley, aparte de las
ordenanzas, aparte de la dignidad personal, un don de justicia sin
reserva de parte de Dios! Muchas veces, al enseñar este pasaje a clases
bíblicas las he aconsejado repetir tres veces cada una de estas
expresiones: “La abundancia de la gracia”, “el don de la justicia”. Te
recomendamos sinceramente que hagas lo mismo, querido lector.
Pruébalo. (WilliamNewell, Romanos).
Por causa de Adán ha reinado la muerte (los numerosos cementerios dan testimonio de
ésto). Por causa de Cristo, los creyentes reinan (literalmente ellos “reinan como
reyes”).
Romanos 5:18
El don gratuito vino para todos los hombres (la obra de Cristo en la cruz fue hecha a
favor de toda la raza humana), pero, lamentablemente, no todos los hombres la
reciben (v.17). Calvino lo dijo de esta manera: “ÉL (Dios) da Su favor a todos, porque
es asequible para todos, y no porque sea en realidad extendido a todos (es decir, en
su experiencia); porque aunque Cristo sufrió por los pecados de todo el mundo y es
ofrecido, por la benignidad de Dios, indiscriminadamente a todos, no todos lo reciben”.
(Nota: Calvino parece enseñar aquí que Cristo murió por todos los hombres. Para una
mayor discusión sobre el punto de vista de Calvino sobre la expiación ver ¿Por
Quiénes Murió Cristo?
Romanos 5:19
“Fueron constituidos” = llegaron a ser, fueron hechos. Todos los que están en Adán
son pecadores; todos los que están en Cristo son justos. Por nuestro nacimiento físico
estamos en Adán; por el nuevo nacimiento estamos en Cristo.
En primer lugar, reconocemos que el Señor Jesucristo vivió una vida perfecta y
sin pecado y que ÉL obedeció perfectamente los mandamientos de Dios y que
siempre hizo aquellas cosas que agradaban al Padre. Él era el inmaculado e
impecable Cordero de Dios. Sin embargo, la justicia con la cual somos
justificados no proviene del Jesús terrenal; llega a ser nuestra por causa del Hijo
de Dios resucitado y glorificado y por nuestra unión con ÉL. Rogamos notar
que Romanos 4:25 no dice: “que fue entregado por nuestras transgresiones y
que obedeció la ley para nuestra justificación”. La teología reformada, como
sucede a menudo, tiene a Cristo en el lado equivocado de la cruz. No
encontramos nuestra justicia en la ley ni tampoco en Cristo guardando la ley,
sino encontramos nuestra justicia solo EN ÉL, el Cristo resucitado (2 Corintios
5:21). Nuestra posición justificada en Cristo se debe al hecho de que hemos sido
UNIDOS al Cristo resucitado y ÉL ha llegado a ser nuestra justicia (1 Corintios
1:30).
Romanos 5:20
“Se introdujo” = se añadió. ¿Por qué se añadió la ley? ¿Por qué se agregó la ley
(comparar Gálatas 3:19)? “Para que el pecado ABUNDASE”. La ley hace que el
pecado se vea peor. La ley da al pecado el carácter adicional de trasgresión y hace
aparecer el pecado aún más pecaminoso (cf. Romanos 7:13). Piensa en un lente de
aumento y sustituye la palabra “abundar” por “aumentar”: “Pero la ley se introdujo
para que el pecado aumentase. Mas cuando el pecado aumentó, la gracia aumentó
mucho más”. La ley aumenta el pecado. El pecado aumenta la gracia. La gracia de
Dios brilla con mayor fulgor frente al negro telón del pecado. “Admirable gracia, cuán
dulce canto, que salva a un miserable como yo”. ¿Por qué permitió Dios que el pecado
entrara en Su universo? Una razón (entre otras) es para que ÉL pudiera mostrar
MUCHO MÁS de Su gracia. DONDE EL PECADO ABUNDÓ, SOBREABUNDÓ LA GRACIA.
Donde el pecado abundó, la gracia se desbordó completamente.
Romanos 5:21
CAPÍTULO 6
Introducción
Los primeros cinco capítulos de Romanos han tratado con la JUSTIFICACÓN. Romanos
capítulo 6 trata con la SANTIFICACIÓN. La palabra “santificación” significa
“consagración” (ser apartado para el servicio de Dios). Esta palabra se encuentra en
Romanos 6:19, 22.
Dios me está salvando del PODER del pecado – ésto es la SANTIFICACIÓN (Romanos 6-8).
Dios me salvará de la PRESENCIA del pecado cuando mi salvación sea completada – ésto es la
GLORIFICACIÓN (Romanos 8).
De manera que Romanos 6 trata con estas preguntas importantes: ¿Cómo debo vivir la
vida cristiana? ¿Cómo puedo tener victoria y dominio sobre el pecado? ¿Cómo puedo
vivir una vida consagrada al servicio del Señor Jesucristo? ¿Cómo puedo ser libre de la
esclavitud del pecado? ¿Qué tengo que hacer para vivir una vida que agrade a Dios?
Ver estudio La Vida Cristiana.
Si alguien preguntara, “¿Qué debo hacer para ser salvo?” o “¿Qué debo hacer para ser
justificado?” ciertamente querríamos dar a esa persona la respuesta que Dios tiene en
la Biblia (comparar Hechos 16:30-31). De igual manera, si un creyente preguntara,
“¿Qué tengo que hacer para vivir la vida cristiana?” o “¿Qué tengo que hacer para
andar en novedad de vida?” deberíamos poder dar claras respuestas de la Palabra de
Dios. Las respuestas se encuentran en Romanos capítulo 6. La tragedia es que tantos
cristianos no entienden los principios de Dios de victoria y santidad. En vez de seguir
los principios de Dios, ellos siguen varios programas carnales y métodos carnales. Ellos
intentan técnicas de auto perfeccionamiento. Ellos intentan con técnicas de auto
disciplina. Ellos intentan con la confesión de pecados (lo que está bien y es correcto,
ver 1 Juan 1:8-10), pero la confesión no parece impedir el pecar y caen en un ciclo de
pecar-confesar-pecar-confesar-pecar-confesar (confesando constantemente sus
pecados, sin ser capaces de abandonar sus pecados). Se esfuerzan, trabajan, luchan
para hacerlo mejor, etc. pero siempre es la misma vieja historia – DERROTA. Pablo lo
describe bien en Romanos 7:14-18: Las cosas que quiero hacer, no las hago y las
cosas que detesto, esas cosas hago. Deseo hacer la voluntad de Dios, pero no puedo
hacer lo que es recto. Mientras más asiduamente trato, tanto más parezco fracasar.
Sí, estos versículos hablan de la vida cristiana, de nuestra relación con el pecado, de
cómo tener victoria, etc.
¿Qué debo hacer para vivir una vida santa? Escudriñemos Romanos 6 para buscar
mandamientos. Es interesante que el primer verdadero mandamiento no se encuentra
sino hasta el versículo 11 –“CONSIDERAOS”. En estos versículos el énfasis no está
sobre HACER, sino sobre SABER (ver Romanos 6:3, 6, 9, 16; 7:1). Para tener victoria,
debo SABER ciertas cosas. No es que yo necesite HACER ALGO, sino que yo necesito
SABER ALGO.
Las tres palabras clave de Romanos 6 son éstas: 1) SABER (v. 3, 6, 9);
2) CONSIDERAR (v.11); 3) PRESENTAR (v.13). Primero, el creyente tiene
que SABER LOS HECHOS. Estos hechos están centralizados en la muerte y
resurrección de Cristo (los hechos de la justificación también se centralizaban en los
mismos hechos del evangelio – Romanos 4:25). Estos hechos se centran en lo que
Cristo ya ha realizado por Su muerte y resurrección (SU OBRA TERMINADA). El énfasis
no está en lo que yo hago, sino en lo que Cristo ya ha hecho. Segundo, el creyente
tiene que CONSIDERARo CONTAR CON ESOS HECHOS (considerar que son verdad).
Le fe es la clave. La fe fija la mirada en los hechos de la Palabra de Dios y los
considera ser la verdad. La fe dice “Amén” a los hechos de la Palabra de Dios. La fe
dice, “Sí, es cierto. Yo estoy muerto al pecado y vivo para Dios. Me gozo en ese hecho”
(comparar versículo 11). Tercero, el creyente en Cristo debe PRESENTAR o someter
sus miembros a Dios como alguien que está VIVO DE ENTRE LOS MUERTOS (v.13).
Como una nueva criatura en Cristo, él se da cuenta de que debe presentar para el
servicio del Rey de Reyes todo lo que tiene.
Es necesario observar los tiempos de los verbos en Romanos 6:1-14. No dice que
somos (presente) o que seremos (futuro) o que deberíamos (indicando que es algo
que debemos hacer nosotros), sino que hemos muerto (pasado) al pecado.
Romanos 6:1-14
2. En ninguna manera (Dios no lo permita). Porque los que hemos muerto (tiempo pasado)
al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3. ¿O no sabéis (ignoráis este hecho) que todos los que hemos sido bautizados
(sumergidos) en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte?
4. Porque somos sepultados juntamente con ÉL para muerte por el bautismo (inmersión), a
fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.
6. sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado (tiempo pasado) juntamente
con ÉL, para que el cuerpo del pecado sea destruido (sea incapacitado), a fin de que no
sirvamos más al pecado.
10. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para
Dios vive.
11. Así también vosotros consideraos (contar con ello como verdad) muertos al pecado, pero
vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
12. No reine (gobierne como rey), pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias (pasiones, malos deseos);
14. Porque el pecado no se enseñoreará (no tendrá dominio) de vosotros; pues no estáis
bajo la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 6:1
“Pues” = por lo tanto. Esta palabra nos enlaza con el final del capítulo 5 (ver
especialmente 5:20, que habla de la gracia que sobreabunda al pecado).
Así es como el hombre natural (1 Corintios 2:14) vuelve la gracia de Dios en lascivia
(una conducta vergonzosa, un desenfrenado libertinaje –Judas 4): “Si, como ustedes
los cristianos dicen, una persona es salva por gracia y no por alguna obra (no por lo
bueno que pueda ser) y si la persona salva es salva para siempre, entonces me parece
que una vez que la persona es salva, puede vivir como quiera. Si una persona no es
salva por cuán buena sea, y una persona salva no se pierde por cuán mala sea, ¿qué le
impedirá ser mala? ¿Por qué no puede continuar en pecado para mostrar a todos cuán
benevolente y perdonador Dios puede ser con Su malvado hijo?”
Todo verdadero creyente que conoce la gracia de Dios, debería responder a ésto de
una sola manera: ¡QUE ESTO NUNCA SEA ASÍ! ¡DIOS NO LO PERMITA! ¡PEREZCA ESE
PENSAMIENTO!
Los que conocen verdaderamente la gracia de Dios, no la usan como licencia para
pecar. La gracia de Dios nos enseña lo contrario (ver Tito 2:11-12). Las profundidades
que ya han alcanzado nuestra maldad y miseria son ciertamente lo suficiente como
para magnificar a nuestro bondadoso Dios y no hay necesidad de agregar pecado
sobre pecado. Ya hemos pecado lo suficiente (ver 1 Pedro 4:3). Ya hemos explorado
las profundidades de la depravación y no necesitamos penetrar más profundamente en
la inmundicia y en el fango del pecado. Por lo demás, el libro de 1 Juan enseña que
aquellos que continuamente practican el pecado, nunca han nacido de Dios (ver 1 Juan
3:6, 8, 9; 5:18). El verdadero hijo de Dios odia el pecado y desea ser libre de su
terrible esclavitud. Ciertamente no desea continuar en ello.
Romanos 6:2
Note que este versículo no es un mandamiento. Pablo no está diciendo, “Tienes que
morir al pecado”. Este versículo es la declaración de UN HECHO: El hecho es éste: Yo,
(coloca tu propio nombre si eres un creyente), MORÍ AL PECADO”. Nota también que
esto no es algo que sucederá, sino es algo que ya sucedió (tiempo pasado). Ya está
hecho. Ya se ha efectuado. Yo morí al pecado. Ten cuidado de andar por el HECHO y
no por la EXPERIENCIA. Nuestra experiencia personal a menudo parece contradecir
este hecho. Mi experiencia (la manera en que vivo) muchas veces me dice que estoy
muy vivo al pecado, pero Dios dice que yo morí a él. La persona no salva está muerta
para Dios (Efesios 2:1—no hay vínculo, no hay contacto vital) y vive para el pecado. La
persona salva está muerta al pecado y vive para Dios (comparar versículo 11). El
pecado ya no tiene derechos sobre su vida. Dios tiene todos los derechos sobre su
vida, de hecho, DIOS ES SU VIDA. (Ver Colosenses 3:3-4).
La muerte del creyente al pecado incluye nuestra UNIÓN con Jesucristo, como se
explicará en los versículos siguientes. Hemos sido identificados de tal manera con
Jesucristo, que SU muerte al pecado (v.10) ha llegado a ser nuestra muerte al pecado.
Nosotros morimos al pecado en ÉL.
Romanos 6:3
Note la palabra clava “SABER”. Pablo está comunicando un hecho que el creyente
necesita saber y que debe tomar en cuenta. No ignores este hecho. Créelo.
“Todos los” = todos nosotros. Esto ha sucedido a todo aquel que es un verdadero
creyente en Cristo. Los únicos que no han sido bautizados en Jesucristo son aquellos
que no son salvos.
Hay dos grandes verdades que se repiten una y otra vez en el Nuevo Testamento: 1)
BAUTISMO 2) MORADOR. El bautismo me pone en Dios y el morar pone a Dios en mí.
El Señor predijo esta relación en Juan 14:20 – “vosotros en MÍ” (BAUTISMO) y “YO
en vosotros” (MORAR)” y ver también Juan 17:21, 23, 26.
2. Por cuanto estoy EN CRISTO, yo soy una nueva criatura (2 Corintios 5:14-17), de modo
que el bautismo en agua es una figura del hecho de que yo tengo una nueva vida y un
nuevo andar (Efesios 2:10 y Romanos 6:4).
4. Por cuanto estoy EN CRISTO, yo tengo perdón de pecados (Efesios 1:7), de modo que el
bautismo es una figura simbólica de que mis pecados han sido lavados (comparar Hechos
2:38; 22:16).
5. Por cuanto estoy EN CRISTO, yo ya no estoy bajo condenación (Romanos 8:1), de modo
que el bautismo da testimonio del hecho de que yo estoy libre de culpa y que tengo una
buena conciencia hacia Dios (1 Pedro 3:21).
Romanos 6:4
De modo que, cuando pienses en la sepultura de Cristo, recuerda siempre ésto: 1) que
ese cuerpo en el sepulcro estaba realmente muerto; 2) tres días después, ese cuerpo
en el sepulcro se había ido realmente. Cristo había resucitado y estaba vivo para
siempre.
Romanos 6:4b-5
No hemos sido identificados con Cristo solamente en Su muerte, sino también en Su
resurrección. Cristo murió y, en ÉL, yo también morí. Cristo fue resucitado de los
muertos (Romanos 6:4) y en Cristo yo también fui resucitado. Esta idea se repite en el
versículo 5: “plantados juntamente” = unidos. Mi andar (Romanos 6:4b) debe
corresponder a mi posición en Cristo (Romanos 6:5). En Cristo tengo una NUEVA VIDA
y debo andar a la luz de ESTE HECHO. Debemos apropiarnos Su Vida por fe (comparar
v.11 –considerar”).
Romanos 6:6
“Sabiendo esto” –Esto introduce un hecho clave que debe ser creído. ¿Qué es el
“viejo hombre” (Romanos 6:6; Efesios 4:22; Colosenses 3:9) y qué es el “nuevo
hombre” (Colosenses 3:10; Efesios 4:24)? El viejo hombre se refiere a todo lo que soy
y a todo lo que tengo en Adán; el nuevo hombre se refiere a todo lo que soy y a todo
lo que tengo en Cristo. El viejo hombre es mi vieja vida en Adán; el nuevo hombre es
mi nueva vida en Cristo. Lo primero se refiere a la VIDA PROPIA; lo segundo a la VIDA
EN CRISTO. Lo primero tiene que ver con el HOMBRE CAÍDO; lo segundo con el
HOMBRE REDIMIDO o REGENERADO. El viejo hombre es el viejo yo; el nuevo hombre
es el nuevo yo, la nueva criatura en Cristo. El viejo hombre se caracteriza por esa
naturaleza pecaminosa y caída recibida de Adán; el nuevo hombre se caracteriza por
esa naturaleza divina y santa recibida de Dios en el momento del nuevo nacimiento. El
viejo hombre es nacido de la carne; el nuevo hombre es nacido de Dios. El viejo
hombre vino por nacimiento natural; el nuevo hombre viene por el nuevo nacimiento.
El viejo hombre está “VICIADO conforme a los deseos engañosos” (Efesios 4:22; y
comparar Romanos 7:24); el nuevo hombre es “creado según Dios (de acuerdo a Dios,
modelado según Dios, un reflejo de Dios, etc.) en la justicia y santidad de la verdad”
(Efesios 4:24). El nuevo hombre es una cosa nueva, que no existía previamente, pero
que fue creada (Efesios 4:24; 2 Corintios 5:17). Cinco años antes de que fueras salvo,
el nuevo hombre no existía en absoluto, pero existía el viejo hombre.
El viejo hombre es descrito por sus obras (sus hechos) en Efesios 4:25-31: es un
infame mentiroso (v.25), tiene un genio detestable (v.26), es un malvado ladrón
(v.28), tiene una boca corrupta de la cual sale basura (v.29) y se caracteriza por
amargura, ira, enojo, gritería, maledicencia y un espíritu vengativo (v.31-32). El nuevo
hombre, por el contrario, habla verdad (v.25), se enoja de manera recta, cuando
corresponde (v.26), trabaja duro y sabe dar (v.28), habla lo que es bueno y lo que
edifica (v.29), y se caracteriza por amabilidad, bondad y un espíritu perdonador. El
nuevo hombre es un reflejo de Dios, de Aquel que lo ha creado.
¿Cómo trata Dios entonces con el viejo hombre? Dios no cambia al viejo hombre. Dios
no transforma al viejo hombre. ¿Qué hizo Dios con tu viejo yo? ¿Qué hizo Dios con
todo lo que eres y con todo lo que tienes en Adán? Romanos 6:6 responde esto: “TU
VIEJO HOMBRE FUE (tiempo pasado) CRUCIFICADO CON ÉL”. Dios condenó al viejo
hombre, lo juzgó y derramó Su ira sobre él cuando nuestro bendito Salvador murió en
la cruz. Mi viejo hombre fue crucificado.
En Romanos 6:6 necesitamos hacer una diferencia entre nuestra posición y nuestra
experiencia. Este versículo no se refiere a la experiencia de un cristiano, como
aseguran muchos hombres Reformados. “Nuestro viejo hombre fue crucificado” es
un hecho relacionado con nuestra posición en Cristo. En nuestra experiencia, nuestro
viejo hombre parece estar muy bien y muy vivo, pero no debemos guiarnos por
nuestra experiencia. Debemos guiarnos por lo que Dios ha dicho (los HECHOS). El
hecho de tu posición es que tu viejo hombre fue crucificado con Cristo. Afirma por fe
ese hecho, a pesar de que parezca lo contrario. Cuenta con que es así. Mientras más
nos apoyamos en este hecho por fe, tanto más se hará realidad en nuestra
experiencia. Mientras más consideramos nuestra posición, tanto más Dios el Espíritu
Santo la hará realidad en nuestra condición. La clave es la fe.
Considera ahora el lenguaje de Efesios 4:22, 24. Aquí se nos dice que hagamos algo.
Despojaos y vestíos. Estos son mandamientos. Pero, ¿no decía Colosenses capítulo 3
que eso ya había sido hecho? Observa la diferencia:
Considera Gálatas 2:20—“Con Cristo yo (el viejo hombre en Adán) estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo (el viejo hombre en Adán), mas vive Cristo en mí (la nueva
criatura en Cristo); y lo que ahora yo (el nuevo hombre) vivo en la carne, yo (el nuevo
hombre) lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por
mí”.
La fe tiene que creer los hechos de Dios y contar con que son verdad.
“El cuerpo del pecado” (comparar Romanos 7:24) – esta expresión se refiere a mi
cuerpo no redimido, que el pecado usa como su instrumento. En el capítulo 8 leeremos
que la esperanza futura del creyente es que su cuerpo será redimido (8:23) y entonces
nunca más volveremos a pecar. Sin embargo, hoy poseemos un cuerpo no redimido
que aún está sujeto al deterioro, a la corrupción, al pecado, a la enfermedad y,
finalmente, a la muerte física. El PECADO aún está presente en nuestros miembros
(ver Romanos 6:12; 6:16; 6:19; 7:5; 7:13; 7:17; 7:20 – el pecado que mora en mí;
7:23; 7:25).
1. Por las simples declaraciones de las Escrituras—1 Juan 1:8, 10; 2:1-2.
2. Por el hecho obvio de que mientras está en este cuerpo, el creyente puede
pecar y de hecho, peca (si mi pecado hubiese sido erradicado, me sería
IMPOSIBLE pecar).
Las palabras “ya no más” en Romanos 6:6 significan “desde ahora en adelante, en el
futuro”. Considera los siguientes pasajes “YA NO”:
Romanos 6:7
Este versículo explica por qué (“porque”) el creyente ya no tiene que ser esclavo del
pecado: “el que ha muerto, ha sido justificado (libertado) del pecado”. Ver también
Romanos 6:18, 22—“libertado del pecado”. Cuando Abraham Lincoln y el gobierno de
los Estados Unidos libertaron a los esclavos, ellos tuvieron que hacer cinco cosas para
beneficiarse de su libertad: 1) conocer la proclamación; 2) creer que era verdad
(considerar, contar con ella); 3) reclamar su libertad: empacar sus bolsos, etc. 4)
negarse a ser un esclavo –vivir como una persona libre; 5) contar con que todo el
poder de la legislatura de los Estados Unidos los apoyaban. Del mismo modo, el
creyente en Cristo necesita “estar firme en la libertad con que Cristo nos hizo libres
(Gálatas 5:1) y necesita contar con todo el poder de Dios el Espíritu Santo (Romanos
8), que es el Único que puede hacer que esta libertad sea una realidad en la
experiencia diaria.
Romanos 6:8
Si morimos con Cristo (y lo hemos hecho), creemos que también viviremos con ÉL. La
clave es la fe. Debemos creer los hechos de Dios. “El método de Dios no
es comportarse, sino creer; el comportamiento viene después del creer”
(Newell, pág.183). Dios ha revelado los hechos de nuestra identificación con Cristo y
nuestra posición EN ÉL. La fe debe descansar sobre estos hechos. No solo
CRUCIFICADO JUNTAMENTE, sino también RESUCITADO JUNTAMENTE. Yo participo en
SU muerte y también participo en SU vida.
Romanos 6:9
¿De qué clase de vida participo? De vida eterna, vida sin fin. La muerte ya no tiene
dominio sobre Cristo y ya no tiene dominio sobre mí. Ver Apocalipsis 1:18. La muerte
ya no es amo o señor sobre Cristo. ÉL la conquistó. SU muerte ha quedado para
siempre en el pasado. La resurrección de Cristo fue muy diferente de la resurrección
de Lázaro. Lázaro solo fue resucitado para morir otra vez. Cristo fue resucitado para no
morir nunca más. En la vida de Cristo, yo vivo. En Su muerte, yo morí. “Fui
crucificado. . . sin embargo, yo vivo” (Gálatas 2:20). Por causa de mi unión con Cristo,
yo comparto Su vida interminable. En realidad, ÉL es mi vida (Colosenses 3:3-4).
Romanos 6:10
Pablo explica ahora (“porque”) que la muerte de Cristo sucedió una vez y que nunca se
repetirá. “Una vez” =una vez para siempre. Esta doctrina de Cristo muriendo UNA
VEZ es importante y es enfatizada en los siguientes pasajes: Hebreos 9:26, 28; 10:10-
14; 1 Pedro 3:18. Si Cristo tuviera que morir otra vez, esto significaría que Su muerte
no fue suficiente y que Su obra en la cruz no fue terminada (ver Juan 19:30 y 17:4).
Compara la clara enseñanza de la Biblia sobre la obra de Cristo terminada una vez
para siempre en la cruz con la falsa enseñanza católica de la MISA. La cita siguiente ha
sido sacada del Catecismo Oficial de Baltimore:
Note que el versículo 10 dice que Cristo “murió al pecado”. No dice que “murió a
los pecados”. Romanos 6 trata con “el pecado” (la raíz), no con “los pecados” (el fruto
corrupto). Trata con la liberación del poder del pecado, no de la pena (castigo) por los
pecados. Éste es el énfasis de los capítulos 6-8.
Es importante también entender que Romanos 6:10 no habla de Cristo muriendo “por
nuestros pecados”, es decir, para librarnos de la pena (castigo) por los pecados, para
procurar el perdón por nuestros pecados. La muerte de Cristo por nuestros pecados
fue el énfasis de los capítulos 3 y 4 de Romanos (y note el plural “iniquidades”,
“pecados”, “ofensas” en Romanos 4:7, 25).
En Romanos 6:10 se dice que Cristo murió una vez por todas “al pecado”, no “por los
pecados”. Y puesto que los creyentes están identificados con ÉL, yo puedo decir, “Yo
morí una vez por todas al pecado (en ÉL)”. En virtud de nuestra posición en y nuestra
unión con Cristo por el bautismo del Espíritu (Romanos 6:3-4), lo que sucedió a Cristo
en Su muerte, sepultura, resurrección y ascensión, nos sucedió a nosotros también.
Romanos 6:10 debería conectarse a Romanos 8:3, donde se dice que la muerte de
Cristo “condenó al pecado en la carne”. “Los pecados”, el fruto, son perdonados (note
el plural “pecados” en Hechos 10:43; 2:38; 3:19; Lucas 24:47; etc.), pero la
naturaleza “pecaminosa” es condenada (no perdonada). Dios no perdona nuestra
naturaleza pecaminosa (la fuente del pecado), sino la condenó en el Calvario
(Romanos 8:3).
“Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó
al pecado en la carne (la naturaleza pecaminosa)” (Romanos 8:3).
Cristo “murió al pecado una vez” (Romanos 6:10). En la Biblia, la muerte a menudo se
refiere a separación. Posicionalmente, yo he sido separado de la fuente del pecado (el
viejo hombre, la naturaleza pecaminosa, etc.). Posicionalmente ya no estoy en la vieja
carne adánica (ver Romanos 8:9), aunque experimentalmente aún está en mí.
Por causa de nuestra identificación con Cristo, tenemos una posición enteramente
nueva en ÉL. Ya no estamos en el primer Adán, la cabeza de la vieja creación a la cual
pertenecimos una vez, sino estamos en el Postrer Adán, la Cabeza de la Nueva
Creación. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
¿No podía Cristo, el Inocente, llevar la culpa de nuestros pecados y nada más?
De ninguna manera, pues que estábamos federalmente relacionados con el
primer Adán, con una raza probada como completamente injusta y mala. Y para
que fuésemos relevados de ese estado de Adán, no sólo debían ser llevados
nuestros pecados, sino que teníamos que ser librados de la antigua potestad de
Adán.
Ahora, el plan de Dios no era “cambiar” al viejo hombre, sino enviarlo a la cruz,
a la muerte, y libertarnos de él. ¡Nadie que permanezca en la raza de Adán será
salvo! “Tenéis que renacer” es el toque de alarma, más aún, de terror, para
cada uno de los que aún no están en Cristo. Porque el método de Dios consistió
en proponer a un Segundo Hombre, un último Adán, a Cristo. Nuestro viejo
hombre, pues, tenía que ser crucificado con Cristo, para que toda la maldad del
viejo hombre, así como todas sus responsabilidades fueran completamente
anuladas delante de Dios, en favor de todos los creyentes. Porque tenían que
ser justamente libertados de Adán, antes de ser creados en Cristo, el otro Adán.
Y esto tenía que ser por la muerte. (Romanos, páginas 173-174).
El creyente no necesita morir al pecado cada día. Cristo murió al pecado UNA VEZ. El
creyente murió al pecado UNA VEZ (hace como 2000 años). Yo no necesito estar
muriendo. . .YO MORÍ. Cuando Cristo murió, ¡yo morí! Pero hay algo que debo hacer
cada día. Esto nos lleva al versículo 11—CONSIDERAR.
Romanos 6:11
Romanos 3:28—La salvación es por fe y no por obras, y con este hecho debe contar toda
persona que realmente es justificada.
2 Corintios 10:10-11 (“tener en cuenta”) —así como somos en la palabra por carta, lo
seremos en los hechos, y PUEDEN CONTAR CON ELLO.
Hebreos 11:19—“pensando” (calculando) es una palabra de fe. Abraham tuvo que hacer una
evaluación. Tenía estos hechos con los cuales trabajar: 1) El mandamiento de Dios:
sacrifica a tu hijo; 2) La promesa de Dios: Tu hijo tendrá descendencia. Por fe él sumó
estos hechos y llegó a esta conclusión: UN HIJO MUERTO NO PUEDE TENER HIJOS, DE
MODO QUE DIOS TENDRÁ QUE LEVANTARLO DE LOS MUERTOS.
En Romanos 6:11 debemos contar con los hechos gemelos de que 1) yo morí en
Cristo; 2) yo estoy vivo en Cristo.
“Muertos al pecado” -- ¿Por qué estoy muerto? Porque morí (v.2). ¡EN CRISTO YO
MORÍ y EN CRISTO YO VIVO! Yo estoy EN CRISTO (Romanos 6:3) de modo que estoy
IDENTIFICADO con ÉL en SU muerte y resurrección. Había un tiempo en que yo estaba
FUERA DE CRISTO (ver Colosenses 4:5; 1 Timoteo 3:7; etc.) y en ese tiempo yo
estaba VIVO AL PECADO (el pecado tenía poder y derechos sobre mi vida) y MUERTO
PARA DIOS (por causa del pecado yo estaba separado de Dios y no tenía una relación
vital con ÉL—Efesios 2:1; 4:18). Pero ahora, las demandas que el pecado tenía sobre
mí han sido canceladas en la cruz y ahora estoy unido a un Salvador vivo (Romanos
7:4). Nuestro gloriamos es en Cristo y en Su cruz (1 Corintios 1:29-31; Gálatas 6:14).
Dios no nos pide que “consideremos” algo como verdadero para que llegue a ser
verdadero, sino que lo consideremos así, porque es así (posicionalmente, en ÉL). Los
hechos son hechos, los consideremos verdaderos o no, creamos o no creamos los
hechos. Pero no nos beneficiaremos de los hechos a menos que los reclamemos por fe.
Romanos 6:12
Aquí tenemos otro mandamiento: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo
mortal”. Es posible que un creyente permita que esto suceda (de otro modo el
mandamiento no tendría sentido). Cuando los creyentes fallan en andar por fe y fallan
en contar con los hechos de Dios (v.11), entonces reinará el pecado. No permitas que
el pecado sea el soberano en tu vida.
Romanos 6:13
En este versículo tenemos la tercera palabra clave en este versículo que se relaciona
con la responsabilidad del creyente: 1) SABER (v. 3, 6, 9); 2) CONSIDERAR (v.11);
3) PRESENTAR o
Señor, te doy gracias de que en Cristo las cosas viejas pasaron y que todas las
cosas han llegado a ser nuevas. Como una nueva criatura (creación) en Cristo,
me presento a mí mismo a TÍ, esperando que TÚ hagas en mí aquellas buenas
obras que has preparado de antemano para que ande en ellas (Efesios 2:10).
Me presento ante TÍ como alguien que está muerto al pecado, pero vivo para
Dios.
Esta es la clase de consagración que agrada a Dios. Para Su santo servicio, Dios usa
solamente lo que somos en Cristo, no lo que somos en Adán. Lo que somos en Adán
ha sido rechazado y condenado en la cruz.
Romanos 6:14
“Se enseñoreará” viene de la palabra griega “kurios” que significa “Señor” o “Amo”.
El pecado no debe ser nuestro amo o señor. Si el pecado fuese tu amo y señor,
entonces serías un ESCLAVO del pecado. De modo que Pablo está diciendo, “No serás
un esclavo del pecado. El pecado no será tu amo”. ¿Por qué no se enseñoreará el
pecado sobre nosotros? “Porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia”. No
estamos bajo un sistema legal; estamos bajo el sistema de la gracia. No estamos bajo
el régimen de la ley, estamos en el reino de la gracia. La ley no tiene soberanía sobre
nosotros. La gracia es soberana sobre nosotros (ver Romanos 5:21—la gracia reina).
No estoy bajo la ley como regla de vida, sino bajo la gracia.
Hay muchos hoy en día que tratan de poner al creyente cristiano bajo la ley. Este es
un error peligroso y tiene como resultado poner al creyente bajo el dominio del
pecado. Alva McClain en su libro Ley y Gracia hace estos valiosos comentarios respecto
a la relación del creyente con la ley:
La Biblia establece muy claramente que una persona no está bajo la ley como camino
de salvación. La ley (tratar de guardar la ley) nunca puede justificar (ver Romanos
3:20; Gálatas 2:16; Hechos 15:7-11; Hechos 13:38-39, Romanos 3:27-28). Un
hombre es salvo por gracia mediante la fe sin las obras de la ley.
La Biblia también establece claramente que una persona no está bajo la ley como regla
de vida. La ley (tratar de guardar la ley) nunca puede santificar (producir santidad).
La ley es santa (Romanos 7:12), pero no nos puede hacer santos. Romanos capítulo 6
pone en claro que la santificación no es por las obras de la ley. Esto también es la
enseñanza del libro de Gálatas (ver especialmente Gálatas 3:2-3). En realidad,
Romanos 7 (como veremos más adelante) nos muestra la tremenda frustración de un
hombre que trata de ser santo cumpliendo la ley.
Cuando Pablo dice en Romanos 6:14 que el creyente no está “bajo la ley sino bajo la
gracia”, se está refiriendo a la santificación (el progreso en santidad del creyente) no
a la justificación (la justa posición del creyente ante Dios en Cristo). Anteriormente
en esta epístola, Pablo había puesto en claro que ninguna persona es justificada por las
obras de la ley (Romanos 3:20, 3:28). El tema del capítulo 6 es la santificación
(santidad—v. 19, 22), no la justificación (con la cual se trató en los capítulos 3-5).
Romanos 6:14 deja en claro que Pablo está hablando de ser libre del dominio y del
poder y de la autoridad del pecado, y de ésto se trata la santificación.
Estar “bajo la ley” es estar bajo el dominio de la ley (Romanos 7:1) y estar sujeto a
ella (Romanos 7:6). Cuando una persona está “bajo la ley”, está “bajo el dominio del
pecado” (ver Romanos 6:14). Ambos van juntos. Estar bajo la ley es estar bajo la
esclavitud y el dominio del pecado. Esto es así porque la LEY DEMANDA, pero no da
poder para hacer (comparar Romanos 7:18). Juan Bunyan escribió acerca del
contraste entre la ley y la gracia de esta manera:
La ley solo lleva a la persona a la esclavitud (como veremos en Romanos 7). Sólo la
gracia de Dios y el Dios de toda gracia trae liberación. El problema no está en la ley
(Romanos 7:12); el problema está en el hombre que es un pecador (Romanos 7:14).
La ley confronta al hombre con los impresionantes y santos requerimientos de Dios. El
hombre está desvalido y sin esperanza y es incapaz de cumplir las demandas de Dios
(Romanos 7:15-24).
Para un estudio detallado que demuestra que le creyente no está bajo la ley como
regla de vida, ver ¿Cuál es la Regla de Vida del Creyente?
El siguiente diagrama es de ayuda para mostrar la diferencia entre la ley y la gracia:
LEY GRACIA
Ley es lo que el hombre tiene que Gracia es lo que Dios ha hecho
hacer
Tratar y esforzarse por alcanzar las Dios me eleva a Sus normas (lo
normas de Dios (lo que el hombre que Dios por Su gracia ha hecho
pecador nunca puede lograr) en Cristo).
Para un admirable tratado sobre la relación del creyente con la ley, ver C.H.
Mackintosh, Estudios sobre el Pentateuco, sus comentarios en Éxodo 20.
Romanos 6:15
El hombre natural falla totalmente en entender la gracia de Dios. Cree que estar bajo
la gracia es una licencia para pecar. La gracia no es LICENCIA (libertad para pecar)
sino es LIBERACIÓN (libertad para no pecar). ¿Enseña la gracia de Dios al creyente a
vivir inicuamente y a continuar en el pecado (ver Tito 2:11-12)? Piensa en una persona
que lleva una terrible y pesada carga de pecados en su espalda. Cuando viene al
Monte Sinaí, ¿qué sucede? Siente que su carga se vuelve más y más pesada (Romanos
7:13). Cuando viene al Monte Calvario, ¿qué sucede? La carga cae a los pies de la
cruz. El Monte Sinaí nunca puede quebrantar el poder del pecado, sólo la gracia puede
hacer eso. El Monte Sinaí nunca puede libertar a un alma cargada de pecado, pero el
Monte Calvario puede hacerlo. La ley nunca puede romper el poder del pecado. La
Biblia nos dice lo que la ley hace con el pecado -- ¡LE DA PODER! (1 Corintios 15:56) y
por la ley el pecado llega a ser SOBREMANERA PECAMINOSO (Romanos 7:13).
Romanos 6:16
En este versículo Pablo recuerda a sus lectores un principio muy sencillo. ERES UN
ESCLAVO DE QUIENQUIERA TU OBEDEZCAS. Eres un siervo de quienquiera tu sirvas.
Si tú sirvieras a Hank, entonces serías un siervo de Hank. Si sirves a Dios, eres un
siervo de Dios. Si sirves al pecado, entonces eres un siervo del pecado. Hay otro
principio obvio implicado en este versículo: “Ninguno puede servir a dos señores”
(Mateo 6:24). No puedes servir a Dios y al pecado. Tienes que servir a uno o al otro
(ver también Juan 8:34).
Romanos 6:17-18
Los creyentes siempre necesitan recordar lo que ERAN (v.17) y lo que SON ahora
(v.18), por causa de la gracia de Dios. Ver el estudio: Las Riquezas de Su Gracia—215
Cosas que Me Sucedieron en el Momento en que fui Salvo.
Pablo comienza estos versículos con GRATITUD a Dios. Dar gracias es en realidad un
acto de fe y un acto de consideración (comparar v.11). Pablo estaba diciendo, “Gracias
Señor, que aunque antes yo era un esclavo del pecado, ahora soy un siervo de la
justicia”. En otras palabras, él estaba diciendo, “Señor, yo creo que antes era un
esclavo del pecado, pero ahora soy un siervo de la justicia”. La acción de gracias es un
excelente medio ordenado por Dios por el cual el creyente puede expresar su fe en los
hechos que Dios ha realizado. Verdadera gratitud es consideración en acción: “Gracias
Señor que yo morí al pecado y que estoy vivo para Dios en Cristo Jesús, mi Señor”
(ver Romanos 6:11).
¿De qué se trata la libertad? ¿Es una licencia para hacer lo que yo quiera? ¿Es libertad
para pecar? ¡Dios no lo permita! Estos versículos nos muestran que la verdadera
libertad cristiana es libertad para servir a Dios. El creyente sigue siendo un esclavo. La
diferencia está en que ha cambiado a de amo.
Un Esclavo
Yo soy un hombre marcado, marcado con las marcas del Maestro. Soy un esclavo—
un esclavo de la justicia, no del pecado; un esclavo de la honestidad, y no del
engaño; un esclavo de la pureza, y no del vicio; un esclavo de la libertad, y no de la
licencia; un esclavo del reino, y no de la multitud; un esclavo de la fe, y no del
temor; y, lo mejor de todo, un esclavo del Maestro, y no de Mamón. Como esclavo
debo darme prisa y estar en los negocios de mi Maestro.
Wesley G. Huber
Romanos 6:19
Aquí Pablo está hablando en términos humanos usando una ilustración común de las
relaciones humanas, la relación de esclavo-amo.
“Debilidad” = flaqueza
“Iniquidad” = ilegalidad
“Siervos = esclavos
Como creyentes comprados con sangre, debemos dejar muy en claro que ahora
tenemos un nuevo Amo.
Romanos 6:20
Esto es una descripción de mi vida cuando no era salvo. Yo estaba libre respecto a la
justicia. Yo estaba libre de vivir justamente y de pensar rectamente. Era un esclavo de
la injusticia. No podía hacer nada para agradar a Dios (Romanos 8:8). Era un esclavo
del pecado. Pero, gracias sean a Dios, he sido redimido.
Romanos 6:21
Cuando miramos hacia atrás, hacia nuestra vida cuando no éramos salvos, no hay cosa
alguna que podamos reclamar como fruto. Yo era libre (de la justicia) y sin fruto. Ver
Mateo 7:17-18 (un árbol malo no puede llevar buen fruto). Al mirar mi vida anterior
desde el punto de vista de Dios, me siento avergonzado. No puedo estar orgulloso de
la vida que viví en la carne, separado de Dios y separado de SU vida. El fin de una vida
no salva es la MUERTE. Una vida no salva puede describirse como sigue: sin fruto, sin
fruto, sin fruto. . . MUERTE.
Romanos 6:22
¡Qué contraste! ¡Qué diferencia ha hecho la gracia de Dios! La vida de una persona
salva puede describirse de esta manera: fruto, fruto, fruto. . . ¡VIDA ETERNA! El
creyente está libre del pecado, un siervo de Dios, viviendo una vida que está separada
del pecado y separada PARA DIOS (santificación) y el fin es la vida eterna (una
relación eterna con Dios – ver Juan 17:3).
Como hijos del Dios vivo, que nuestras vidas estén marcadas por Su fruto (Gálatas
5:22-23). Que llevemos mucho fruto (Juan 15) para la alabanza de la gloria de Su
gracia.
Romanos 6:23
Este versículo está dividido en dos partes. La primera parte muestra lo que el hombre
merece; la segunda parte muestra lo que Dios da. El versículo 23 es, en realidad, un
resumen de los versículos 21 y 22. La primera parte del versículo 23 resume el
versículo 21 y la segunda parte del versículo 23 resume el versículo 22.
“¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis?
Porque el fin de ellas es muerte. . . Porque la paga del pecado es muerte” (v.
21, 23 a)
“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. . . Mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (v. 22, 23 b).
“La paga” = salario, lo que nos hemos ganado, lo que merecemos, porque hemos
trabajado por ello. ¡Qué sueldo tan infernal! El pecado es un pagador terrible. ¡Qué
empleador tan repugnante! Por una vida de malas obras me he ganado la muerte. Eso
es lo que mi vida de pecado me ha ganado. Yo no estaría esperanzado por recibir el
sueldo que me he ganado por la manera en que he vivido.
EN UN VERSÍCULO
GÁLATAS 2:20
NO YA YO MAS CRISTO
En mí (esto es en mi carne) no mora el bien… La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me
ha librado de la ley del pecado y de la muerte
¡Miserable de mí! (Romanos 7:18,24).
(Romanos 8:2).
Todas mis justicias son como trapo de Estoy en Cristo Jesús quien me ha sido hecho
inmundicias (Isaías 64:6). sabiduría y justificación (1 Corintios 1:30).
Yo vivo para mí (2 Corintios 5:15). Vivo para Aquel que murió y resucitó por mí (2
Corintios 5:15).
Las obras de la carne son adulterio, El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz….
fornicación, inmundicia…. (Gálatas 5:19). (Gálatas 5:22-23).
Los que viven según la carne, no pueden No estoy en la carne, sino en el Espíritu. El
agradar a Dios (Romanos 8:8). Espíritu de Dios mora en mí (Romanos 8:9).
Me he despojado del viejo hombre con sus Me he revestido del nuevo hombre, que es
hechos (Colosenses 3:9). renovado a la imagen del que lo creó
(Colosenses 3:10).
Mi viejo hombre está viciado conforme a los Mi nuevo hombre ha sido creado en la justicia
deseos engañosos (Efesios 4:22). y santidad de la verdad (Efesios 4:24).
Mi viejo hombre fue crucificado con Él Mi vida está escondida con Cristo en Dios
(Romanos 6:6). (Colosenses 3:3).
He muerto con Cristo (Colosenses 2:20). He resucitado con Cristo (Colosenses 3:1).
He sido crucificado con Cristo (Gálatas 2:20) Sin embargo vivo…y la vida que ahora vivo, la
vivo en la fe del Hijo de Dios (Gálatas 2:20).
Las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5:17) Todas las cosas han llegado a ser nuevas. Soy
una nueva criatura en Cristo (2 Corintios
5:17).
Estoy muerto al pecado (Romanos 6:11). Estoy vivo para Dios (Romanos 6:11).
Antes era un esclavo del pecado (Romanos He sido libertado del pecado y soy siervo de
6:17, 20). Dios (Romanos 6:18, 22).
CAPÍTULO 7
La Relación del Creyente con la Ley
Los dos temas de Romanos capitulo 7 son 1) la relación del creyente con la ley y
2) la absoluta incapacidad de la ley para santificar. Comparemos Romanos
capítulo 7 con Romanos capítulo 6:
Romanos 6 Romanos 7
Palabra Clave del PECADO (ver versículos 1, LEY (ver versículos 1-14, 16,
Capítulo 2, 6, 7, 10-23) 11 veces 22, 25) 18 veces
Para tener victoria en la vida cristiana, el creyente tiene que SABER, CONSIDERAR y
PRESENTAR (ver apuntes de Romanos 6). La fe en la obra terminada de Cristo es
clave. La tendencia humana es tratar de vivir la vida cristiana en la carne, por obras,
por nuestro propio esfuerzo humano, por nuestro afán y desvelo, por nuestras luchas y
contiendas, haciendo resoluciones, tratando de seguir reglas, normas y programas,
etc. Mientras más tratamos, tanto más fallamos. El tema de Romanos capítulo 7 es
que la santificación (santidad) por medio de la ley no da resultado. Ver Gálatas 3:1-5.
Debemos recordar la afirmación que Pablo hace en Romanos 6:14 –“Porque el pecado
no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. Esto
implica que si estuviéramos bajo la ley, el pecado tendría dominio sobre nosotros.
¿Qué significa GRACIA y qué significa LEY? Considere las palabras de Watchman Nee:
Gracia significa que Dios hace algo por mí; ley significa que yo hago algo por
Dios. Dios pone sobre mí ciertas demandas santas y rectas: eso es ley. Ahora,
si ley significa que Dios requiere de mí que yo cumpla algo, entonces liberación
de la ley significa que ÉL ya no requiere eso de mí, SINO QUE ÉL MISMO LO
PROVEE. La ley implica que Dios requiere que yo haga algo para ÉL; liberación
de la ley implica que ÉL me exime de hacer aquello, y que en gracia, ÉL Mismo
lo hace. . . El problema de Romanos 7 es que el hombre en la carne trató de
hacer algo para Dios. Tan pronto como tú tratas de agradar a Dios de esa
manera, te pones bajo la ley, y la experiencia de Romanos 7 empieza a
ser tuya. (La Vida Cristiana Normal. El uso citas de Watchman Nee en este
capítulo no significa que estemos de acuerdo con todo lo que él escribe).
Romanos 7:1
“Dominio” significa estar bajo el señorío de. La ley es señor sobre el hombre
(gobierna al hombre), de modo que el hombre está sometido a la ley mientras vive. EL
ESTÁ BAJO LA LEY MIENTRAS VIVE. Hay una sola cosa que puede romper la relación
del hombre con la ley: MUERTE.
“Mujer casada” – tiene un marido y está sujeta a él. “Está sujeta” significa “unidos”
(cuando dos personas se casan, ellos están unidos de por vida; están unidos el uno al
otro hasta que la muerte los separe – ver Mateo 19:5-6). El matrimonio es un
COMPROMISO hasta que una de las dos personas muere (ver 1 Corintios 7:39). Nadie
puede ser libertado de la ley del matrimonio hasta que ocurre esta muerte.
Romanos 7:4
Estoy atado por la ley. La ley tiene dominio sobre mí (v.1). ¿Cómo puedo ser rescatado
y puesto en libertad? (cf. v.6). En la muerte de Cristo, YO MORÍ: Yo morí a la ley. La
ley no puede morir, pero yo morí. Mi muerte hace posible una nueva relación con un
nuevo marido: “Para que seáis de Otro, del que resucitó de los muertos” (v.4). Por
cuanto yo morí con Cristo, yo estoy LIBRE DE LA LEY. Por cuanto estoy vivo en Cristo,
puedo ser UNIDO A ÉL EN UNA MARAVILLOSA RELACIÓN. Dios ha hecho posible (por
SU gracia) que fuéramos desatados de la ley y fuéramos juntados a Jesucristo (en
UNIÓN con ÉL). Ahora Cristo tiene dominio sobre mí, no la ley. La ley es un marido
terrible –estricto, inflexible, severo, rígido, exigente e inconmovible. El Señor es un
marido maravilloso—misericordioso, bondadoso y ÉL, por Su poder y por Su vida, me
CAPACITA para agradarle. Tal como una relación matrimonial produce FRUTO (hijos),
así mi matrimonio con Cristo produce fruto (ver Romanos 6:22; Gálatas 5:22-23). Ver
también Juan 15:1-7; “fruto” “más fruto” “mucho fruto”.
Note que hay una sola mujer, en tanto que hay dos maridos. La mujer está en
una posición muy difícil, porque ella solo puede ser la esposa de uno de los dos
y, desafortunadamente, ella está casada con el menos deseable. El hombre con
el cual está casada es un buen hombre; pero el problema está en que el marido
y la mujer son totalmente inadecuados el uno para el otro. El es un hombre
muy meticuloso, sumamente preciso; ella, por otra parte, es muy
despreocupada. Con él todo es preciso y exacto; con ella todo es informal e
improvisado. El quiere que todas las cosas sean metódicas, mientras que ella
toma las cosas como vienen. ¿Cómo puede haber felicidad en un hogar como
ese?
Pero si yo estoy muerto, ¿cómo me puedo casar con otro? En la muerte de Cristo, yo
morí y en la resurrección de Cristo, yo VIVO. De modo que puedo unirme en
matrimonio a Cristo.
Muchos en nuestros días han perdido la visión de esta verdad. Para muchos la vida
Cristiana ha degenerado en otro sistema religioso legal. Es común que la gente se vea
envuelta en reglamentos y regulaciones y requerimientos y obligaciones. Es fácil que
uno piense que la vida Cristiana consiste en leer la Biblia y en orar y en testificar y en
memorizar y en hacer ciertas cosas y en dejar de hacer ciertas cosas. Sabemos como
debería vivir un Cristiano, sabemos como debería actuar un Cristiano, sabemos como
debería hablar un Cristiano, sabemos como debería pensar un Cristiano, sabemos la
clase de cosas que un Cristiano debería hacer y sabemos la clase de cosas que un
Cristiano no debería hacer, Y SIN DARNOS CUENTA, LA VIDA CRISTIANA HA PERDIDO
EXACTAMENTE LO QUE LA DIFERENCIA DE CUALQUIER OTRA RELIGIÓN. No hemos
comprendido el verdadero sentido.
Filipenses 3:8 – Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia
de tratar de cuidar mi lengua, tratar de vencer mis malos hábitos y
tratar de tener mis devocionales diarios.
¿De qué se trata entonces la vida cristiana? La Vida Cristiana simplemente es conocer
a una Persona, amarlo a ÉL, buscar agradarle a ÉL, andar con ÉL, honrarle a ÉL,
obedecerle a ÉL, agradecerle a ÉL, gozarse en ÉL, deleitarse en ÉL, confiar en ÉL,
crecer en ÉL, hablar con ÉL, hablar a otros acerca de ÉL, permanecer en ÉL, aprender
de ÉL, aprender acerca de ÉL, estar a Sus pies y disfrutar de Su presencia. Note el
énfasis en ÉL (en una PERSONA).
Al vivir cada día, ¿estamos andando con una Persona y disfrutando SU presencia o
estamos siguiendo una rutina religiosa legal? Si tenemos realmente esa relación de
amor íntima y única con el Señor Jesucristo, ésto cambiará entonces todo lo que
hagamos. Esto cambiará la ORACIÓN (orar es hablar a la Persona que amo). Esto
cambiará nuestro ESTUDIO DE LA BIBLIA (deseo conocer mejor a esta Persona). Esto
cambiará el TESTIFICAR (deseo que otros conozcan a esta Persona maravillosa. Deseo
que otros conozcan al Cristo que yo conozco y amo). Compare Apocalipsis 2:2-4.
¿Estamos caminando con una Persona o estamos ocupados con una religión? A la luz
de Juan 17:3, ¿podemos decir de corazón: “YO CONOZCO A ESTA PERSONA COMO A
MI SALVADOR, MI SEÑOR, MI AMIGO, MI SOBERANO MAESTRO, MI AYUDADOR, MI
PASTOR, MI COMPAÑERO SIEMPRE-PRESENTE… (y tantas cosas más que podrían
decirse)”?
Romanos 7:5
El versículo 4 habla sobre el fruto de la nueva relación; el versículo 5 mira el fruto que
se producía bajo la antigua relación. En unión con Cristo y permaneciendo en ÉL,
puedo llevar fruto para Dios (v.4). En la carne (ver Romanos 8:8-9), las pasiones
pecaminosas que eran (excitadas) por la ley, obraban en nuestros miembros llevando
fruto para muerte (v.5). Comparar también Romanos 6:21 (el fruto de la vida vieja) y
Romanos 6:22 (el fruto de la vida nueva). La ley nunca podrá vencer mis pasiones.
Solo puede excitar mis pasiones. Note las palabras que están unidas en este versículo:
LEY— PECADO —MUERTE y compare luego con Romanos 8:2.
Romanos 7:6
“Pero ahora (ahora que somos salvos y que estamos EN CRISTO), hemos sido (tiempo
pasado) librados (soltados, relevados, compare 7:2 y 7:3 “libre”) de la ley por haber
muerto para aquella en que estábamos sujetos (atados), de modo que sirvamos (como
esclavos de Dios—Romanos 6:22) bajo el régimen nuevo del Espíritu (compare
Romanos 8:2) y no bajo el régimen viejo de la letra (una referencia a la ley)”. La ley
nunca puede libertar a una persona. Necesitamos el Espíritu de Dios y la vida de Dios.
El creyente puede decir, “Yo morí a la ley por la muerte de Cristo y yo vivo para servir
a Dios por la resurrección de Cristo”. Pablo lo dijo de esta manera, “Porque yo por la
ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios” (Gálatas 2:19 y ver también
Gálatas 2:20). ¿Has descubierto el maravilloso hecho de que como creyente en Cristo
tú has MUERTO a la ley y que VIVES para Dios?
Romanos 7:7
Note lo que se nos ha dicho hasta ahora acerca de la ley en este capítulo:
La ley suena como algo horrible. Cuán terrible debe ser la ley que yo necesite ser
librado de ella y necesite ser rescatado de ella. Me tiene sujeto y atado. Excita mis
pasiones pecaminosas.
La ley parece ser algo muy malo, pero no lo es, y Pablo corrige esta idea equivocada:
“¿LA LEY ES PECADO?” ¿La ley es algo malo, pecaminoso, malvado? ¡DIOS NO LO
PERMITA! ¡Que perezca tal pensamiento! ¡Que no sea así! El verdadero problema no es
con la ley. ¡No culpes a la ley! (La pregunta es contestada en realidad en Romanos
7:12. La ley es, en efecto, lo opuesto al pecado).
Ver la ilustración del espejo bajo Romanos 3:20 de estos apuntes. El propósito del
espejo es mostrar a la persona que su cara está sucia. El problema no es el espejo,
sino la cara de la persona. El espejo no está sucio en absoluto. Pero el espejo revela la
suciedad que hay en la cara. No puedes culpar al espejo por la cara sucia. “Pero”,
significa “por el contrario”. La ley no es pecado, pero revela el pecado (Romanos
3:20). El espejo no está sucio, pero revela la suciedad. “No conocí el pecado”. Pablo
ignoraba su propio pecado. (Antes de que apareciera el espejo, la persona pensaba
que tenía una cara limpia). Tal como el espejo muestra la suciedad, así la ley muestra
(y convence de) el pecado.
Romanos 7:8
Romanos 7:9
“En un tiempo” se refiere al tiempo antes de que Pablo fuese confrontado con la ley
de Dios, al tiempo antes de que viniera la ley. “Vivía” conlleva el significado de
inalterado, despreocupado, no darse cuenta de la grave sentencia de muerte que
pendía sobre él. Todo parecía en orden (como la persona con la cara sucia que aún no
se había mirado en el espejo. Todo parecía bien, pero no estaba bien. El problema
está, aún cuando yo todavía no me doy cuenta). “El pecado revivió” significa “el
pecado volvió a la vida, volvió a vivir” (es una palabra que se usa para la
resurrección). El mandamiento hace revivir el pecado y resucita el pecado (tal como la
serpiente que repentinamente volvió a la vida). “Yo morí” –de improviso me di cuenta
que soy un trasgresor de la ley y los trasgresores de la ley merecen la muerte. Por lo
cual la ley es llamada “el ministerio de muerte” y “el ministerio de condenación” (2
Corintios 3:7,9). La santa ley de Dios convence y “mata” al pecador.
Romanos 7:10
“Era para vida” – Esta expresión es explicada en Mateo 19:16-17 y en Lucas 10:25-
28. Todo lo que una persona necesita hacer para VIVIR y para heredar la vida eterna
es guardar la ley. Pero tiene que guardarla perfecta y completamente y tiene que
hacerlo así durante toda su vida. El problema es que ninguna persona jamás ha hecho
ésto y ningún pecador jamás hará esto. Los que tienen sus caras limpias, no tienen
que temer al espejo. El problema es que ninguno de nosotros tenemos una cara limpia.
Todos somos pecadores, de modo que la ley nos condena a todos. “A mí me resultó
para muerte”—Cuando fui confrontado con la ley, me di cuenta de mi pecaminosa
desobediencia a la ley y tuve que enfrentar el horrible castigo de una ley quebrantada,
que es la muerte.
Romanos 7:11
Romanos 7:12
Romanos 7:13
Pero el pecado usa lo que es bueno (la ley). “Sobremanera pecaminoso” significa
“extremadamente pecaminoso”. La ley aumenta el pecado (la suciedad estaba allí todo
el tiempo, pero yo no pensaba que tenía un problema hasta que me miré al espejo, y
entonces pareció extremadamente sucio). Cuando quiera que nos miremos al lado de
algo SANTO, nos veremos a nosotros mismos como absolutamente pecaminosos
(comparar Isaías 6:1-5). Al lado de la SANTA LEY de Dios (v.12), nosotros aparecemos
como totalmente impíos.
Romanos 7:14
Ante todo debemos reconocer que hay un sentido en el cual el verdadero creyente no
es carnal. Romanos 8:9 dice “no vivís según la carne, sino según el Espíritu”. Pablo se
refiere a su vida no salva como el tiempo en que estaba “en la carne” (ver Romanos
7:5). En otras palabras, hablando posicionalmente, un verdadero creyente (una
persona salva) ya no está en el reino de la carne, sino en el reino del Espíritu
(Romanos 8:9): El está en Cristo y Cristo está en él. Posicionalmente así mismo, la
persona salva ya no es esclava del pecado, como hemos visto en Romanos 6:17-18;
6:22. Sin embargo, en Romanos 7:14 Pablo no se está refiriendo a su
gloriosa posición, sino a su condición presente. Se está refiriendo a su experiencia
actual al vivir la vida cristiana. Y es posible que un verdadero cristiano tenga un
ANDAR carnal (comparar 1 Corintios 3:1-4). Esto no significa que la vida cristiana de
Pablo estuviera marcada y caracterizada por la carnalidad. Esto se contradice con todo
lo que sabemos sobre el apóstol. Pero debemos decir que Romanos 7:15-24 fue la
experiencia muy real del apóstol y todo creyente honesto debe confesar que de un
modo u otro, él también ha tenido las mismas experiencias y que ha pasado por las
mismas luchas que el apóstol describe aquí.
Romanos 7:15
“Porque” –esto explica la expresión “vendido al pecado” (esclavo del pecado) del
v.14. ¿Qué es un esclavo? Un esclavo es una persona que está bajo el dominio de otro,
y por ésto no puede hacer, lo que quiere hacer; y tiene que hacer, lo que no quiere
hacer, incluso, lo que odia hacer. Un ejemplo de ésto serían los hijos de Israel que
sufrían bajo la esclavitud en Egipto. El esclavo israelita estaba obligado a hacer
ladrillos. El no quería hacer esto, pero tenía que hacerlo. El quería hacer otras cosas,
pero no podía hacer lo que quería. Del mismo modo, la persona que es esclava del
pecado está en una lucha desconcertante (“no entiendo”, “no comprendo, estoy
perplejo”). Lo que él quiere hacer, no lo hace. Lo que detesta hacer, eso hace. No
puedo hacer, lo que quiero hacer; y tengo que hacer, lo que odio hacer.
Romanos 7:16
“Apruebo” =estar de acuerdo. Esta persona está de acuerdo con la ley. Ejemplo: “No
codiciarás”. “Estoy de acuerdo. Esta es una buena ley. El mandamiento de Dios contra
la codicia es santo y recto y bueno. Digo ¡AMEN! a ello. No quiero codiciar. Yo se que
codiciar es malo. Odio la codicia, ¡PERO NO PUEDO HACER OTRA COSA QUE
CODICIAR! Soy un esclavo de este pecado”.
Romanos 7:17
Aquí tenemos el problema del pecado que mora en mí, un gran problema que enfrenta
todo creyente. Es interesante cómo Pablo hace una diferencia entre él y el pecado que
mora en él: “NO YO. . . SINO EL PECADO”. Esto indica que Pablo está escribiendo
desde la perspectiva de una persona salva. El yo pecaminoso no es su verdadero yo.
Pablo era un hombre nuevo en Cristo, pero el viejo Pablo era responsable del pecado.
Pablo no está tratando de desligarse de su responsabilidad por sus acciones, sino está
distinguiendo entre las dos naturalezas, como también lo hace en el v.20.
Romanos 7:17 – “ya no soy yo, sino el pecado”. Esto es ¡EL GRITO DE DERROTA!
Gálatas 2:20 – “ya no yo, sino Cristo”. Esto es ¡EL GRITO DE VICTORIA!
Romanos 7:18
Literalmente podría traducirse: “Ninguna cosa buena mora en mí”. Esta es una
frase dura, pero todo creyente necesita ver ésto y creerlo. ¿Por qué tenemos el
paréntesis que contiene las palabras, “esto es, en mi carne”? Esto es otro indicio de
que Pablo estaba escribiendo desde la perspectiva de una persona salva, no de una
persona no regenerada. Pablo tenía que hacer esta aclaración entre paréntesis, porque
él sabía que, además de su carne pecaminosa, algo (Alguien) muy bueno moraba en él
(ver Romanos 8:9). “Querer” significa “desear, tener la voluntad de”. Yo quiero hacer
el bien, yo quiero tener victoria sobre el pecado, yo quiero guardar la santa ley de Dios
y obedecer la Palabra de Dios, pero yo NO TENGO PODER para hacerlo. Soy inhábil.
Soy impotente. No puedo hacerlo. ¡Soy absolutamente INCAPAZ de vivir la vida
cristiana! ¿Has hecho este descubrimiento? La nueva criatura en Cristo tiene la
voluntad de hacer lo que es bueno y justo (vs. 18, 19, 21), pero no tiene poder. El
poder no está en nosotros mismos, sino se encuentra solo en Dios el Espíritu Santo
(Romanos capítulo 8 y comparar con Filipenses 2:13).
Romanos 7:19
Romanos 7:20
El pensamiento es paralelo al v.17. Soy incapaz de quebrar el poder del pecado que
mora en mí. No puedo hacerlo. De igual manera, nada podían hacer los israelitas para
romper el poder que los egipcios tenían sobre ellos. ¿Qué es lo que necesitaban? UN
LIBERTADOR. Alguien que pudiera rescatarlos de la esclavitud por SU PODER.
Romanos 7:21
Esta ley es la “ley del pecado y de la muerte” que también es mencionada en 7:23;
7:25 y 8:2. Yo no quiero codiciar; yo quiero contentarme, pero ese pecado de codicia
está en mí (en mi corazón) y como soy esclavo de ese pecado, tengo que codiciar. Yo
no quiero, pero lo hago.
Romanos 7:22
Romanos 7:23
Note la gran batalla y conflicto y lucha que está teniendo lugar (comparar Gálatas
5:17). Note quién está luchando en esta contienda:
El que está de acuerdo con la ley de Dios El pecado morador (v.17, 20)
y se deleita en ella (v.16,22)
La “mente” renovada (v.23, 25) La carne que está bajo la ley del pecado
y la muerte (v. 23, 25).
¿Quién está ganando esta guerra? El versículo 23 dice que yo ya he perdido. Soy un
prisionero de guerra. Un cautivo. ¡Estoy vencido!
Romanos 7:24
“¿Quién me librará?” En este clamor por un LIBERTADOR, note que él no dice: ¿QUÉ
DEBO HACER? o ¿CÓMO ME LIBERTO A MÍ MISMO? No, esta persona ha llegado al final
de sí misma. La dependencia de sí MISMO lo ha llevado solo al fracaso y a la derrota.
Ha descubierto que por sí mismo es totalmente incapaz, impotente y sin esperanza, y
finalmente clama por liberación fuera de sí mismo. La ley no le puede ayudar. La ley
no puede hacerlo santo. La ley no lo puede santificar. El clama por el SEÑOR, no por la
ley. La ley no es cumplida por nosotros; es cumplida EN NOSOTROS (como veremos en
Romanos 8:4) por el poder del Espíritu Santo, cuyo fruto es AMOR, que es el
cumplimiento de la ley (Gálatas 5:22; Romanos 13:8-10).
Romanos 7:25
La última parte del versículo 25 concluye y resume los versículos 15-24 (“así que”).
Con la mente sirvo a la ley de Dios (ver v.22), mas con la carne a la ley del pecado
(ver v.23).
Hay dos grandes lecciones que toda persona necesita aprender. La primera lección se
relaciona con la salvación; la segunda lección se relaciona con el vivir la vida cristiana:
Lección # 1— YO NO PUEDO SALVARME A MÍ MISMO (necesito un Libertador,
Alguien que pueda salvarme). Ver Tito 3:5; Efesios 2:8-9; Jeremías 13:23; etc.
En mi vida debo llegar al punto en que reconozca que soy un pecador y que estoy
desvalido y sin esperanza (Romanos 5:6 “sin poder”). El Señor tiene que hacerlo todo.
Debo dejar de tratar y debo empezar a confiar. Yo tengo que creer; Dios tiene que
salvar.
a) El tiempo presente del versículo 14 (“yo soy”) indica que Pablo ha hecho una
transición desde su experiencia como no regenerado de los versículos 7-13, hasta su
experiencia presente como creyente.
b) Este hombre “según el hombre interior, se deleita en la ley de Dios” (v.22), en tanto
que la mente carnal del hombre no salvo es enemistad contra Dios y no se sujeta a la
ley de Dios, ni tampoco puede (Romanos 8:7). Enemistad es lo contrario de deleitarse,
de modo que el hombre de 7:22 no “está en la carne” y su mente, no es “la mente de
la carne”.
c) En 7:25 dice, “con MI MENTE sirvo a la ley de Dios”, lo cual, ciertamente, no es una
descripción de la mente de la carne descrita en Romanos 8:5-7.
d) La persona descrita en 7:14-25 es una persona que quiere hacer el bien (v.15, 18,
19, 21), y el mal que hace, lo hace en contra de su deseo y voluntad (v. 16, 19, 20).
Ciertamente que ésto no se corresponde con el hombre no salvo descrito en Romanos
8:5-8.
e) Todo verdadero creyente conoce demasiado bien la lucha con el pecado que mora
en él y puede identificarse muy bien con el hombre descrito en Romanos 7:14-25. El
hombre no regenerado, que solo posee la naturaleza de Adán, no tiene esta clase de
lucha. La contradicción existe solo en el creyente. La persona no salva no tiene este
conflicto entre las dos naturalezas, porque tiene solamente una naturaleza (para
pelear, son necesarios dos).
f) El clamor de 7:24 no es el clamor de una persona no salva que quiere ser salva de la
pena del pecado; es el clamor de una persona salva que quiere ser salva del PODER
pecado que mora en ella.
(Ver Romanos de John Murray, que explica estos argumentos con mayor claridad y con
más detalles).
De acuerdo a este punto de vista, los cristianos no deben abandonar Romanos 7 para
entrar en Romanos 8, sino que los cristianos deben permanecer durante toda su
experiencia cristiana en Romanos 7. Estos versículos describen simplemente el
conflicto entre las dos naturalezas en el hijo de Dios. De modo que ellos dirían que
Romanos 7:14-25 describe la experiencia normal, propuesta por Dios, de la persona
salva mientras esté en este cuerpo. “No hay liberación presente de la naturaleza carnal
por el poder del Espíritu Santo” (como A.W. Pink dice en su folleto titulado, El Cristiano
en Romanos 7).
Ante todo, debemos decir que hay mucha verdad en esta opinión. Es cierto que el
creyente tendrá un conflicto entre las dos naturalezas mientras viva en este cuerpo. La
naturaleza pecaminosa nunca será erradicada o desarraigada. Hay ciertas cosas en
este pasaje de Romanos 7, que siempre deben ser ciertas en cuanto al creyente.
Mientras más maduramos en la fe, tanto más conscientes deberíamos estar de nuestra
propia miseria y pecaminosidad (v.24). Mientras más crecemos en el Señor, tanto más
conoceremos la plaga de nuestro propio corazón (1 Reyes 8:38) y nuestra propia
perversidad. También deberíamos tener conciencia siempre de nuestra total
incapacidad de hacer lo justo en y por nosotros mismos. No tenemos el poder para
realizar lo que es bueno (v.18). Sin Cristo, nada podemos hacer (Juan 15:5), y esto
siempre será así. De modo que estamos de acuerdo con estos hombres Reformados en
que siempre debemos permanecer en Romanos 7, en el sentido de reconocer nuestra
pecaminosidad e incapacidad y nuestra necesidad, momento tras momento, de un
Libertador, que es Cristo Jesús.
Pero por otra parte, tenemos que estar en desacuerdo con estos hombres de la
Reforma por las siguientes razones. Romanos 7 describe a un hombre que, en contra
de su voluntad, FALLA EN HACER LO BUENO Y, EN CAMBIO, HACE LO MALO (Romanos
7:19). Esta puede ser la experiencia común de los cristianos, pero sería absurdo decir
que ésta es la experiencia que Dios tiene para una persona salva. Esto sería contrario
a todas las Escrituras que enseñan que el creyente es responsable no solo de querer la
voluntad de Dios, sino también de hacerla (Filipenses 2:13; Santiago 1:22, etc.).
Ciertamente, la vida cristiana normal que Dios quiere para nosotros, no es una de
fracasos y de derrotas y de total frustración. No es el deseo de Dios que nosotros
fallemos en hacer el bien que queremos hacer, y no es la voluntad de Dios que
hagamos el mal que detestamos hacer. Romanos 7 nos lleva al punto en que
clamamos “YO NO PUEDO”, pero Romanos 8 nos da la respuesta, “DIOS PUEDE”. Yo no
puedo cumplir la ley (Romanos 7:22-24), pero la ley puede ser cumplida EN MÍ por el
poder de Dios (Romanos 8:4). Así, técnicamente, no es que el creyente deja Romanos
7 para ir a Romanos 8, sino quizás sea mejor decir que Romanos 7 nos lleva a
Romanos 8. Romanos 7 nos enseña lecciones valiosas acerca de nosotros mismos—
acerca de nuestra impotencia y pecaminosidad e incapacidad de agradar a Dios por
nosotros mismos. Que nunca olvidemos estas lecciones.
A.W. Pink enseñaba que el tiempo futuro en Romanos 7:24 (quién me librará) indica
que al presente no hay “liberación” de la naturaleza carnal por el poder del Espíritu
Santo. Los cristianos no serán liberados de “este cuerpo de muerte” hasta la futura
venida de Cristo, enseñaba. Esta enseñanza, de que al presente no hay liberación del
poder del pecado, ciertamente es contraria a muchos pasajes de las Escrituras. De
hecho, Pablo mismo, tres versículos más adelante escribe, “Porque la ley del Espíritu
de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2). Pink dice
que tal liberación es futura, pero Pablo dice que ya ha sido efectuada. Los creyentes
deben reclamarla por fe. Es cierto que la redención final de nuestro cuerpo es aún
futura (como veremos en nuestro estudio de Romanos 8:23) y que vivimos en cuerpos
no redimidos, que aún están muy subyugados al pecado y a la muerte. Pero tenemos
que hacer una diferencia entre la liberación de la PENA DEL PECADO (Dios me ha
liberado de ésto), liberación del PODER DEL PECADO (Dios me está liberando de ésto
a medida de que yo, por fe, acepto la obra terminada de Cristo – ver Romanos capítulo
6) y liberación de la misma PRESENCIA DEL PECADO (Dios hará ésto, cuando yo sea
llevado a Su presencia).
La vida cristiana que Dios tiene para sus creyentes, no es una vida de hacer el mal que
odio y fallar en hacer el bien que quiero (Romanos 7:19). El propósito de Dios para la
vida cristiana no es una vida de cautividad y esclavitud al pecado (Romanos 7:23).
Cristo vino para darnos libertad (Juan 8:31-36). No es el deseo de Dios que vivamos
en perpetua derrota y fracaso y frustración, por días sin fin. No, el propósito de Dios
para la vida cristiana se despliega en muchos pasajes, incluyendo los siguientes:
Colosenses 1:10-12; 1 Juan 3:18, 22; Efesios 4:1-3; Filipenses 4:1-9; 1 Corintios
15:10; Gálatas 2:20; 5:22-23; etc. ¡Que vivamos y andemos así!
Demasiados creyentes están tratando de correr sin pies y sin manos. ¡Que por el poder
y la gracia de Dios podamos remontarnos!
CAPÍTULO 8
Romanos 8:1
La persona que está “EN CRISTO JESÚS” está salva y segura para siempre (v.1).
Romanos capítulo 8 es uno de los capítulos clave de la Biblia, que expone muy
claramente la doctrina de la seguridad eterna.
Por una parte se nos dice que el creyente no vendrá a condenación (Juan 5:24 y
Romanos 8:1) y por otra parte se nos dice que todo creyente estará ante el Tribunal
de Cristo (Romanos 14:10). ¿Cómo pueden entenderse estos dos hechos
aparentemente contradictorios? 1) El creyente nunca estará ante Dios como JUEZ para
ser condenado por sus pecados y para ser castigado por sus pecados. Esta
condenación y este castigo ya han caído sobre Cristo, nuestro Sustituto (Romanos 8:3
y ver el párrafo anterior). Recuerda, si el creyente tuviera que ser condenado por un
solo pecado, eso sería suficiente como para condenarlo para siempre al lago de fuego.
2) El creyente estará ante el BEMA o el Tribunal de Cristo para dar cuenta sobre qué
tan fielmente ha vivido la Vida Cristiana desde el día en que fue salvo. El asunto no
será condenación o no condenación, sino el asunto será recompensas o pérdida de
recompensas (1 Corintios 3:12-15). La pérdida de recompensas no significa pérdida de
la salvación. Aún el cristiano más infiel “será salvo” y no condenado ante el tribunal de
Cristo (1 Corintios 3:15).
“En Cristo Jesús” – todas las cosas maravillosas acerca de las cuales nos hablará
Pablo en Romanos 8 se aplican solamente a los que están en Cristo Jesús. Todo
verdadero creyente está “en Cristo” (ver Gálatas 3:26-28: “bautizados en Cristo” por
fe). La última vez que nos encontramos con esta expresión “en Cristo Jesús” fue en
Romanos 6:23. En Cristo tenemos vida eterna (Rom. 6:23). En Cristo no hay
condenación (Rom. 8:1). En Cristo somos realmente bendecidos (Efesios 1:3).
“Los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Hay alguna
duda si acaso estas palabras pertenecen al texto inspirado de las Escrituras. Los que
estudian los manuscritos griegos nos dicen que algunos manuscritos griegos contienen
estas palabras y que otros manuscritos griegos no contienen estas palabras. Ver por
ejemplo las traducciones del Nuevo Testamento de John Darby y William Kelly de
Romanos 8:1: “Ahora pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo
Jesús”. (Comparar también otras traducciones). Deberíamos notar también que estas
mismas palabras se encuentran al final del versículo 4 (donde los manuscritos griegos
coinciden), y es posible que un escriba tomara estas palabras del versículo 4 y
equivocadamente las añadiera al versículo 1.
La mayoría de las variaciones textuales del Nuevo Testamento griego son de tan poca
importancia, que no afectan en ninguna manera el sentido del texto y normalmente no
vale la pena mencionarlos, pero la variación textual aquí en Romanos 8:1, tiene algún
significado doctrinal. La pregunta clave es ésta: ¿Nuestro bendito estado de “ninguna
condenación” depende de nuestra posición “en Cristo Jesús” o depende también de la
manera en que andamos y vivimos la vida cristiana? ¿Depende de Cristo y Su obra
consumada o depende también de nuestro ANDAR?
Para un mayor estudio sobre esta materia textual, ver Estudios sobre el Libro del
Deuteronomio de C.H.Mackintosh (su disertación sobre Deuteronomio capítulo 4).
Mackintosh diserta largamente sobre Romanos 8:1 y del motivo por el cual la última
cláusula no pertenece al texto inspirado por Dios de las Escrituras (pero pertenece
ciertamente al versículo 4).
Romanos 8:2
Romanos 8:3
Hay ciertas cosas que la ley no puede hacer. La ley es justa, pero no puede justificar
(Rom. 7:12; 3:20). La ley es santa, pero no puede santificar (Rom. 7:12). La ley me
puede decir que soy un pecador, pero no puede hacerme santo. (El espejo puede
mostrarme mi suciedad, pero no puede limpiarme). Lo que la ley no pudo hacer, DIOS
LO HIZO. Lo que LA LEY no pudo hacer, ELCORDERO sí lo pudo hacer.
¿Por qué era débil la ley? El problema no era con la ley, sino conmigo. Era “débil por la
carne” (comparar 7:14). En realidad, la ley es muy poderosa. La ley puede DAR VIDA
si una persona CUMPLE TODOS LOS MANDAMIENTOS TODO EL TIEMPO (Lucas 10:25-
28; Mateo 19:16-17), pero nadie de nosotros ha hecho ésto o podría hacer ésto, de
modo que la ley no puede dar vida. No puede traer bendición, sólo maldición (Gálatas
3:10-11). Pero la debilidad es nuestra y no de la ley. Ilustración: Piensa en un ancla
resistente. ¿El ancla es capaz de sujetar? SÍ. Pero si echas el ancla en el fango blando
no sujetará. “Lo que el ancla no pudo hacer porque era débil por el fango”. El problema
no es la santa ley de Dios, sino nuestra carne pecaminosa.
Note como se expone el evangelio en Romanos 8:3. En esencia está diciendo que Dios
envió a Su Hijo único e impecable (literalmente “Hijo de ÉL Mismo”) para ser
condenado en nuestro lugar y para morir por nuestros pecados. ¿Por qué hizo ésto?
Para que podamos vivir a la justicia (v.4 comparar 1 Pedro 2:24).
Note con cuanto cuidado Pablo dice estas cosas. Si lo hubiese dicho de una manera
ligeramente diferente, habría sido una herejía (una enseñanza falsa acerca de la
persona de Cristo). El no dijo “en semejanza de carne”, porque esto sería decir que
Cristo no era realmente un hombre. Cristo vino en carne y fue un verdadero Hombre
(1 Juan 4:2-3). Pablo no dijo “en carne de pecado”, porque eso habría hecho de Cristo
un pecador. ¿Qué estaba diciendo Pablo? El está diciendo que Cristo era
verdaderamente un hombre, pero que no era un hombre pecador.
Romanos 8:4
“Justicia” significa “justas demandas”. La ley tiene ciertas demandas justas. La ley
demanda y requiere que una persona viva una vida justa, amando a Dios
(perfectamente) y amando al prójimo (perfectamente). ¿Cómo puedo cumplir lo que la
ley requiere? ¿Cómo puedo guardar la ley? La Persona y el Poder del Espíritu Santo
lo hace posible. Observe con cuidado que el versículo no dice“por nosotros”, dice “en
nosotros”. Esto es algo que Dios hace EN MÍ por Su poder y por Su operación y por
Su Espíritu. “La carne” es lo que yo hago en y por mí mismo (lo que yo produzco). “El
Espíritu” se refiere a lo que Dios hace en mí por la Persona del Espíritu Santo que mora
en mí. La ley requiere que YO AME A DIOS y QUE AME A MI PRÓJIMO (Mateo 22:36-
40). Estos dos mandamientos no solo resumen los Diez Mandamientos, sino todos los
mandamientos de Dios. Yo no puedo cumplir la ley tratando de cumplir la ley. Un
pecador no puede guardar la santa ley de Dios; es imposible. Aún un “pecador
renovado” no puede hacer ésto. Como vimos en Romanos 7:14-25, la persona salva
quiere, pero no puede: “El querer el bien (cumplir la ley de Dios) está en mí, pero no
el hacerlo” (Rom. 7:18). La clave para cumplir la ley es AMOR (Rom. 13:8-10 y Gál.
5:14). La clave para tener AMOR es un andar conforme al Espíritu (Gál.5:13-23 y Rom.
8:4). Es el Espíritu de Dios entonces el que produce en mi este AMOR (Gálatas 5: 22).
Yo no puedo, pero ÉL puede. Si una persona está andando conforme al Espíritu,
entonces Dios está obrando en ella produciendo esa vida justa. Somos hechura Suya
(Efesios 2:10). Es imposible para mí, esto es en mi carne, cumplir la ley de Dios. Es
imposible para Dios en mí, (cuando le permito hacer Su obra) no cumplir la ley. Lo que
la carne nunca podría hacer, Dios puede hacer (comparar versículo 3).
Considere el siguiente diagrama que muestra el contraste entre la persona dominada
por la carne y la persona dominada por el Espíritu. Este diagrama trata con los
primeros 14 versículos deRomanos capítulo 8:
Romanos 8:1-14
Dos Categorías
LA PERSONA LA PERSONA
DOMINADA POR LA CARNE DOMINADA POR EL ESPÍRITU
“los que son de la carne” (v.5) “los que son del Espíritu” (v.5)
Dos Reinos
Dos Nacimientos
Dos Propósitos
Piensa en las cosas de la carne (vs.5-7) Piensa en las cosas del Espíritu
(v.5 y ver Col.3:1-2; Mat. 16:23)
Condición Presente
Condición Futura
Posesión Presente
Guía
La Obligación de la Persona
Está obligado a vivir según la carne Está obligado a mortificar (hacer morir)
(v.12). las obras de la carne (v.13).
POSICIONALMENTE ésto ya ha sido
No puede vivir de otra manera. “Lo que hecho (Gál. 5:24), pero
es nacido de la carne, carne es” (Juan EXPERIMENTALMENTE esto necesita ser
3:6). La persona que está “en la carne” realizado por fe (Col. 3:5; Rom.6:11 en
tiene que vivir en ese reino. Está vista de Rom. 6:6; etc.). Por fe tengo
dominado por su naturaleza que considerar lo que ya ha sido hecho
pecaminosa heredada de Adán. por Cristo.
OBSERVACIONES: hay una sola manera en que puede vivir un hombre no salvo. El
está “en la carne” y tiene que vivir y andar “conforme a la carne” (Romanos 8:8 y
compare v.4). No puede hacer otra cosa sino cumplir los deseos de la carne. Está
totalmente esclavizado por el pecado que mora en él. Este andar conforme a la carne
se describe en Efesios 2:1-3 y Efesios 4:17-19.
La persona salva es descrita como estando “en el Espíritu” (Romanos 8:9) y ya no está
en el reino de la carne (Romanos 8:9). El santo Espíritu de Dios mora en él. Su vida
está dominada por la Persona y la Presencia de Dios el Espíritu Santo y aún cuando no
ande rectamente, el Espíritu hará notar Su presencia contristada (Efesios 4:30).
Considerando la vida de una persona salva en su totalidad, no puede decirse que esté
dominada por la carne. Podrá caer en pecado, pero no persistirá en el pecado (1 Juan
capítulo 3). Por laconvicción del Espíritu, por confesión y, si es necesario,
por disciplina (1 Co. 11:31-32) él es llevado de vuelta al camino de la obediencia. El
creyente puede manifestar en cualquier momento cualquiera de las obras de la carne
(Gálatas 5:19-21), pero su vida no estará dominada por las obras de la carne, porque
los que “practican tales cosas (tiempo presente—siguen haciendo; los que persisten en
estas cosas) no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:21 y comparar 1 Corintios 6:9-
11 y Efesios 5:5).
Al mismo tiempo, la Biblia pone en claro que el creyente puede estar controlado por la
carne. Romanos capítulo 8 no trata con ésto, sino Romanos 13:12-14. Ver también 1
Corintios 3:1-3 y Gálatas 5:16-25. Es una anormalidad terrible que un creyente que
está “en el Espíritu” ande como el hombre que está “en la carne”, y que una nueva
criatura en Cristo, ande como un mero hombre no regenerado (1 Co. 3:3), pero,
lamentablemente, sucede.
Romanos 8:5-6
“Pensar”= poner la mira (esta expresión es usada en Mateo 16:23 y Col. 3:2). “En
las cosas de la carne”—se refiere a quienes están dominados por su naturaleza
adánica pecaminosa (ver diagrama anterior). El versículo 6 debería traducirse “porque
la mente de la carne es muerte; pero la mente del Espíritu es vida y paz” (comparar
Romanos 6:21-23).
Romanos 8:7
“Por cuanto los designios de la carne (la mente de la carne) son enemistad
contra Dios”. La carne siempre está contra Dios. La carne es enemiga de Dios. “Se
sujeta” = somete. La carne no es sumisa. En cambio, se rebela contra Dios. Se
subleva contra Dios y contra la ley de Dios. Una ilustración de esto se encuentra en
Números 14:9-10, 27-29; 40-44 (Si Dios viene con nosotros, no iremos. Si Dios no va
con nosotros, iremos. Cualquier cosa que Dios diga, ellos harán lo contrario). “Ni
tampoco pueden” – la carne es incapaz de someterse. Es imposible que la carne se
someta a Dios. La carne pecaminosa del hombre (la naturaleza pecaminosa del
hombre) es rebelde (no se somete).
Todo hijo de Dios puede regocijarse en este hecho: “Pero los que son de Cristo (los
que pertenecen a Cristo) han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas
5:24).
Romanos 8:8
Por cuanto estas cosas, respecto a la carne, son así (v.7), los que están EN LA CARNE
(los que no son salvos) NO PUEDEN agradar a Dios (es imposible para ellos agradar
a Dios). Comparar Hebreos 11:6 (los que están en la carne, son los que están sin fe).
Para un comentario del Antiguo Testamento sobre Romanos 8:8 ver Proverbios 15:8,
9, 26. La carne nunca jamás podrá agradar a Dios. Para la mayoría de las personas es
muy, muy difícil aceptar la verdad de este versículo. Está diciendo que todo lo que hice
en mi vida (antes de venir a Cristo) era inaceptable para Dios y no le agradaba.
Nosotros podemos haber considerado muchas cosas como buenas y rectas y dignas de
alabanza, pero Dios no estaba complacido. La única manera en que podemos agradar a
Dios es “POR JESUCRISTO” (Hebreos 13:21).
¿Qué sugieren los versículos 7 y 8 acerca de la persona que tiene la mente del
Espíritu? (Ocuparse del Espíritu es tener la mente del Espíritu o tener una mente
espiritual). Veamos lo opuesto: La mente espiritual (la mente del Espíritu) es un amigo
de Dios (está en paz con Dios, no hay guerra, no hay hostilidad), porque es sumisa a
la ley de Dios (Rom. 8:4) y siempre lo será. De modo que los que viven según el
Espíritu PUEDEN agradar a Dios. El versículo siguiente habla de los que están en el
Espíritu:
Romanos 8:9
“Mas vosotros” (en contraste con los que están en la carne). Vosotros no estáis en la
carne. Ustedes pueden agradar a Dios. Toda persona salva está “EN EL ESPÍRITU” y
toda persona no salva está “EN LA CARNE”. Todo creyente es “espiritual” en el sentido
que TIENE el Espíritu (ver Judas 19). “Mora” = tiene su hogar en ti. Tu cuerpo es la
casa del Espíritu o su morada o su templo santo (1 Corintios 6:19-20).
Pablo está diciendo aquí que TÚ ESTÁS EN EL ESPÍRITU, SI EL ESPÍRITU ESTÁ EN TÍ.
Si el Espíritu no está en ti, entonces estás en la carne (no eres salvo). “Alguno” =
alguien. “No es de ÉL” = él (esta persona, que no tiene el Espíritu) no es “de ÉL”, es
decir, no pertenece a Cristo, no es de ÉL, no es un cristiano, de modo que no es salvo.
Por inferencia, este versículo nos enseña claramente que en todo verdadero cristiano
mora el Espíritu Santo. Si una persona es salva, el Espíritu Santo MORA (habita) en
ella, y ella está en (la esfera del) el Espíritu. Cada creyente en Cristo recibe el Espíritu
Santo con la única condición de su fe en Cristo (Juan 7:37-39). No hay tal cosa como
un verdadero creyente que no tiene el Espíritu Santo. El verdadero cristiano ya no está
“en la carne” (en la esfera de la carne). El no está en la carne, pero la carne está en él
(Romanos 7:18). Observe como es designado el Espíritu Santo: “Espíritu”, “Espíritu de
Dios”, “Espíritu de Cristo”.
Romanos 8:10
Compare con Romanos 8:1 – Cristo está en mí (v.10) y yo estoy en Cristo (v.1).
Romanos 8:9 enseña que yo estoy en el Espíritu y que el Espíritu está en mí. ¡Benditas
relaciones! En Romanos 7:18 Pablo dice, “yo sé que en mí no mora el bien”, pero el
creyente también puede decir, “yo sé que en mí mora el Dios vivo”. Si una persona es
realmente salva, entonces Jesucristo está EN esa persona (ver 2 Corintios 13:5). De
modo que lo que Pablo dice en el v.10 se aplica al verdadero creyente. Si tú eres
realmente salvo, entonces esto es cierto: el cuerpo está muerto a causa del
pecado. ¿En qué sentido está muerto? Tú aún no estás físicamente muerto. Pablo dice
“muerto” en el sentido de “mortal” (ver v.11), lo que significa sujeto a muerte y
decadencia y enfermedad a causa del pecado. El cuerpo del creyente aún no ha sido
redimido (pero lo será en el futuro—Romanos 8:23). El cuerpo del creyente aún no ha
sido renovado o vigorizado o vivificado, pero lo será en el futuro (Romanos 8:11).
“El espíritu vive a causa de la justicia”. Este versículo hace un contraste entre el
cuerpo del creyente y el espíritu del creyente. El espíritu no está muerto, es VIDA.
Hemos sido vivificados o avivados (se nos dio vida) espiritualmente (Efesios 2:1,5). Mi
espíritu fue vivificado o reavivado en el momento en que fui justificado. La vivificación
de mi espíritu ya tuvo lugar en el momento de mi salvación (Romanos 8:10); la
vivificación de mi cuerpo tendrá lugar en el futuro, en el día de la resurrección
(Romanos 8:23).
Romanos 8:11
“El que levantó de los muertos a Cristo Jesús” se refiere a Dios el Padre. Si el
Espíritu de Dios mora en ti (y esto es así, si eres salvo—Rom.8:9), entonces Dios
vivificará (dará vida en el futuro) tu cuerpo mortal (tu cuerpo que todavía no ha sido
redimido y que está sujeto a enfermedad, deterioro y muerte). Si el Dios Omnipotente
pudo levantar a Jesús de los muertos, ciertamente también podrá cuidar de nuestros
cuerpos. Esta es una maravillosa promesa de la futura resurrección de los creyentes.
La presencia del Espíritu en tí ahora, es la garantía de tu futura resurrección (Efesios
1:13-14; 4:30).
Romanos 8:12
Romanos 8:13
Notemos primeramente que debemos mortificar (hacer morir) “por el Espíritu”. Esto es
algo que se hace por el poder del Espíritu, no por nuestro propio poder. Hay dos
aspectos de la mortificación del creyente que deben ser considerados:
Romanos 8:14
Romanos 8:15
Romanos 8:16
Romanos 8:17
No somos sólo hijos de Dios, también somos herederos. Tenemos una espléndida
herencia. Somos millonarios espirituales (Efesios 1:3). Ver también 1 Pedro 1:3-4. El
Espíritu Santo ha venido a nuestros corazones 1) para decirnos y asegurarnos de que
ahora somos hijos de Dios (Romanos 8:15-16); 2) para garantizar de que más
adelante recibiremos nuestra herencia (Efesios 1:13-14). No somos sólo HEREDEROS
DE DIOS, somos también COHEREDEROS con Cristo. Lo que le pertenece a ÉL, nos
pertenece a nosotros. Lo que es de ÉL, es mío. Yo participo de todas las riquezas de
Cristo. ¿Cuán rico es Cristo? Ver Hebreos 1:2—heredero de TODAS LAS COSAS y ver
también 1 Corintios 3:21-23. De ésto se trata la ADOPCIÓN. Dios me ha puesto en la
posición de un hijo, con todos los derechos y privilegios y beneficios y bendiciones y
herencia que un hijo de Dios debe tener. Con Cristo yo recibo gustoso TODAS LAS
COSAS (Romanos 8:32), aún cuando yo sé que no merezco ninguna de ellas.
Compartiremos con Cristo entonces, pero también compartimos con Cristo ahora.
Participaremos de Sus riquezas y de Su gloria, pero también participaremos de Sus
sufrimientos: “si es que padecemos juntamente con ÉL”. El creyente debe esperar
SUFRIMIENTO PRESENTE Y GLORIA FUTURA. Cuando el Señor Jesús estaba en el
mundo, ÉL fue tratado de cierta manera y cada creyente participa de ello. Cuando el
Señor Jesús regresó a Su Padre, ÉL fue tratado de cierta manera y nosotros también
participaremos de ello.
Debe esperarse el sufrimiento presente (ver Juan 15:18-21; 16:1-3; 16:33; 17:14; 1
Tesalonicenses 3:3; 2 Timoteo 3:12; 1 Juan 3:13). El sufrimiento presente es
un privilegio dado por Dios(Filipenses 1:29; Hechos 5:41).
Hay algunos que enseñan que todo creyente es un “heredero de Dios”, pero que no
todo creyente es “coheredero con Cristo”. Ellos entienden que ser “coherederos” es ser
una clase especial de creyentes que son victoriosos y que perseveran hasta el fin, aún
cuando hacer ésto, signifique dificultades y sufrimiento. Esta enseñanza refleja un
serio error de comprensión de este versículo. Pablo no está hablando de una clase
especial de creyentes vencedores, que califican como coherederos de Cristo y que
reinarán con ÉL en el reino, en contraste con creyentes mundanos que no sufren y que
serán excluidos del reino milenial y que serán castigados en las tinieblas de afuera con
lloro y crujir de dientes durante mil años. Aunque es cierto que algunos creyentes
sufren más que otros, también es cierto que todos los creyentes participan de los
sufrimientos de Cristo (2 Corintios 1:5; Juan 15:18-21; 16:33, etc.). Todo creyente es
un coheredero con Cristo y participa de su gloria. Todos los creyentes reinarán con
Cristo en Su reino (Mateo 13:40-43).
Si es que padecemos juntamente con ÉL, para que juntamente con ÉL seamos
glorificados—De aquí se separan dos escuelas de interpretación. La una sostiene
osadamente que todos los santos están designados y que todos reinarán con Cristo. La
otra dice que para reinar con Cristo se necesita escoger voluntariamente el camino del
sufrimiento con ÉL. Bien, la palabra griega eiper, que se traduce “si es que”, soporta
ambas interpretaciones.
Zane Hodges está entre quienes enseñan que sólo un grupo élite de creyentes reinará con
Cristo, dividiendo así el cuerpo de Cristo durante el milenio y entregando, durante mil años, a
los creyentes infieles, que no han sufrido, a las tinieblas de afuera donde habrá lloro y crujir
de dientes. Hodges enseña que todos los creyentes son “herederos de Dios”, pero que sólo los
creyentes victoriosos y vencedores y que sufren, son “coherederos con Cristo”. Pero ésto no
es lo que el texto de Romanos 8:16-17 dice realmente. Romanos 8:16 enseña que nosotros
somos los hijos (tekna) de Dios (y ciertamente, esto es verdad en cuanto a todos los
creyentes—Juan 1:12). Romanos 8:17 enseña que si somos hijos (y lo somos), entonces
también somos herederos. Como hijos de Dios, ¿qué clase de herederos somos? Somos
herederos de dos maneras: 1) Somos herederos de Dios; 2) somos coherederos con
Cristo (ver Hebreos 1:2 donde leemos que Cristo es el gran Heredero).
En su excelente Gramática Griega, Daniel B. Wallace traduce Romanos 8:17 como sigue:
“Ahora, si somos hijos, también (somos) herederos; por una parte, herederos de Dios, por
otra parte, herederos compañeros con Cristo”.
“Si es que” (eiper) es usado seis veces en el Nuevo Testamento. Es usado por Pablo en
Romanos sólo en un lugar más, en este mismo capítulo. Romanos 8:9—“Mas vosotros no
vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.”
Pablo está haciendo una declaración que es cierta en cuanto a cada creyente (“no estáis en la
carne sino en el Espíritu”) y luego prosigue con otra afirmación, que es cierta en cuanto a
cada creyente (“el Espíritu de Dios mora en vosotros”). Pablo estaba diciendo algo como ésto:
“Eres un verdadero cristiano (no en la carne sino en el Espíritu) porque estoy asumiendo que
el Espíritu de Dios mora en ti”.
Sigamos el mismo modelo en Romanos 8:17. Pablo está haciendo una afirmación que es
cierta en cuanto a cada creyente (“sois herederos—herederos de Dios y coherederos con
Cristo”) y luego prosigue con otra afirmación que es verdadera en cuanto a cada creyente (un
verdadero creyente sufre con Cristo—Juan 15:18-21; 1 Pedro 5:10; Filipenses 1:29, etc.).
Pablo estaba diciendo algo como ésto: “Vosotros sois verdaderos cristianos (herederos de
Dios y coherederos con Cristo) porque estoy asumiendo que ÉL está EN VOSOTROS, y si ÉL
está en vosotros, entonces el mundo que lo odió a ÉL, os odiará a vosotros, porque os habéis
identificado con ÉL (Col. 1:24; Juan 16:33). Por lo tanto, todo verdadero creyente sufre con
ÉL. Es decir, los que comparten Su gloria entonces, son los que comparten
Sussufrimientos ahora (ver 1 Pedro 5:10, donde Pedro no da ninguna indicación de
que estuviera hablando de un grupo de élite de creyentes que sufren, como opuesto a
creyentes carnales que no sufren; tampoco lo hace Pablo en Filipenses 1:29).
Otro ejemplo similar de “si es que” se encuentra en 1 Pedro 2:2-3. Aquí encontramos un
modelo parecido. Pedro da un mandamiento a todo niño en Cristo recién nacido: “Desead la
leche espiritual de la palabra”. El sigue con otra declaración que es verdad en cuanto a cada
creyente: “Habéis gustado la benignidad del Señor.” Pedro estaba diciendo algo como ésto:
“Ustedes son verdaderos cristianos (verdaderos niños en Cristo) y deberían desear la leche
pura de la Palabra, porque estoy asumiendo que han gustado que el Señor es benigno (y todo
creyente lo ha gustado). Si realmente has gustado la gracia del Señor, entonces desearás
más y más y más.
Cuando Cristo estaba en el mundo, Él estaba bajo el constante ataque del mundo y del diablo.
Hoy Cristo está en Sus creyentes que están en el mundo, y Él, en ellos, continúa estando bajo
continuo ataque. El resultado de ésto, es que nosotros participamos de los sufrimientos de
Cristo. Pablo, escribiendo a los Corintios que a menudo eran muy carnales, les dijo, “Porque
como los sufrimientos de Cristo abundan en nosotros” (2 Corintios 1:5 y comprar 2 Corintios
4:16-18). En Romanos 8:18 Pablo habla de “las aflicciones del tiempo presente” y ¿qué
creyente, en el cual mora el Espíritu, está exento de eso?
Finalmente, Pedro les dice a todos los creyentes que esperen “fuegos de pruebas” y difíciles
tribulaciones y que se gocen en ello, “por cuanto sois participantes de los padecimientos de
Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 Pedro
4:12-13). No hay aquí ni el más leve indicio que Pedro esté dirigiendo sus palabras a algún
grupo élite de creyentes sufrientes, en contraste a otros creyentes, que no están dispuestos a
sufrir por Cristo. Pedro estaba hablando sobre los sufrimientos que todos los creyentes
comparten y participan.
Es ciertamente verdad que unos creyentes sufren más que otros. De igual manera, algunos
creyentes son más fieles en su servicio al Señor que otros. Algunos creyentes son más
efectivos para compartir el evangelio que otros. Algunos creyentes andan más en el Espíritu
que otros. Nadie duda que los hijos de Dios exhiben diferentes niveles de fidelidad y que
muchos sufrirán pérdida en el Tribunal de Cristo. Sin embargo, no podemos decir que algunos
creyentes están exentos de los sufrimientos de Cristo, de los cuales todos participamos. Cristo
anduvo por el camino del sufrimiento y nosotros, que lo seguimos, debemos hacer lo mismo.
El sufrimiento no es opcional en este mundo que odia a Cristo y que rechaza a Cristo. En este
mundo, los hijos de Dios están marcados por el sufrimiento (comparar Hebreos 11:36-38,
donde este mismo principio está ilustrado por los santos del Antiguo Testamento).
“Está la circunstancia de sufrir con ÉL para que seamos juntamente glorificados; pero
ésto será favorable para todos los que le pertenecen a ÉL. . Todos los que tienen la
naturaleza divina, incluso a ÉL mismo como su vida, sufren en un mundo malo, que
constantemente hiere y pone a prueba a quienes tienen esa naturaleza. . . Este
sufrimiento (en conjunto) se debe a tener vida en ÉL, mientras se vive en un ambiente
en que todo se opone a ÉL. . . Por lo cual, si este sufrimiento en un mundo tal como
es ahora, es una consecuencia necesaria de la vida divina, rodeada de todo lo que está
resultando en miseria y alejamiento y rebelión contra ÉL, es un gran privilegio sufrir
con Cristo, gozándose, mientras tanto, en la esperanza de compartir Su gloria.”
(William Kelly, Epístola a los Romanos).
Tal como enseña el escritor de Hebreos, que los que están sin disciplina son bastardos (hijos
ilegítimos) y no hijos (Hebreos 12:8), así Pedro (1 Pedro 4:12-13) y Pablo (Romanos 8:16-
18; 2 Corintios 1:5; Filipenses 1:29) dirían lo mismo: Pero si estáis sin sufrimiento, de lo
cual todos participan (1 Pedro 4:13; 2 Corintios 1:5), entonces sois bastardos y no
hijos. Pero regocijaos puesto que ustedes son hijos y son herederos de Dios y son
coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17). Ustedes comparten Su cruz y ustedes
compartirán Su corona.
Pablo está hablando aquí de los sufrimientos presentes que experimentan los
creyentes a través del tiempo, y los hace contrastar con la gloria que los creyentes
experimentarán en el futuro, cuando estén con el Señor. “Tengo por cierto” –
“calculo, cuento con que este hecho es cierto, sé que es un hecho”. Dios quiere que
creamos este hecho y que contemos con él, estando convencidos de que es verdad.
Los sufrimientos del tiempo “ahora” no son comparables a la gloria que será revelada
en nosotros. Cuando algo es comparable (digno) a otra cosa, significa que son iguales.
Aquí se nos dice que los sufrimientos NO SON COMPARABLES a la gloria, es decir,
tenemos una situación desequilibrada. La gloria es muy superior a los sufrimientos.
Puedes decirlo de esta manera: a un lado de la balanza tienes una insignificante
partícula de polvo, que representa los sufrimientos del tiempo presente. En el otro lado
de la balanza tienes una gran pieza de oro que pesa diez toneladas, que representa la
gloria futura. ¡No hay comparación! En 2 Corintios 4:17 tenemos la misma verdad. Los
sufrimientos y aflicciones presentes son muy “leves” y “temporales”. La gloria es muy
PESADA y ETERNA. Desde luego, cuando personalmente pasamos por tiempos de
sufrimiento y pruebas, nos parecen muy, muy pesados y muy, muy largos, (como si no
fueran a terminar nunca). Pero esto nos parece así desde nuestro muy limitado punto
de vista. Desde el punto de vista de la eternidad, los sufrimientos y aflicciones que
soportamos en esta vida son muy leves.
¿Sabía Pablo lo que era el sufrimiento? En Romanos 8:18 y en 2 Corintios 4:17 Pablo
nos dice que sus sufrimientos presentes son “leves” comparados con su gloria futura.
Nos asombramos cuando leemos acerca de los sufrimientos que Pablo experimentó
realmente en 2 Corintios 11:23-28 (y compare Hechos 9:16). En realidad, la mayoría
de nosotros diríamos ésto: “Mis sufrimientos no son dignos de ser comparados con
los del apóstol Pablo”. Pero Pablo sabía que aún sus sufrimientos no eran dignos de
compararse con la gloria futura que le pertenecerá como coheredero con Cristo.
Romanos 8:19
Romanos 8:20
“No por su propia voluntad”—la naturaleza no escogió estar bajo esta maldición.
Los animales no sostuvieron una convención en la cual todos decidieron
voluntariamente ponerse bajo la maldición divina. Fue Adán quien hizo la elección y
fue Dios quien trajo la maldición. “Del que” se refiere a Dios que pronunció la
maldición y sojuzgó la tierra. No se refiere a Adán. Pero aunque toda la naturaleza ha
sido llevada a este estado de vanidad, hay esperanza. El futuro contiene una promesa
de esperanza. La maldición no durará para siempre.
Romanos 8:21
Romanos 8:22
“Toda la creación”= toda la naturaleza. “Gime” = proferir un intenso lamento que
indica dolor y sufrimiento. Una vez más, la naturaleza es personificada. Aquí es
representada como una madre que está sufriendo dolores de parto. Una madre con
dolores de parto tiene esperanza. Ella sabe que habrá un nacimiento y que el
sufrimiento no durará para siempre. Después del dolor y la aflicción viene la alegría de
una nueva existencia. Así también el mundo de la naturaleza tiene la promesa de
libertad y de una existencia nueva que se cumplirá en el reino milenial de Cristo y,
finalmente, en los nuevos cielos y la nueva tierra.
Romanos 8:23
La creación de Dios (la naturaleza) no es la única que está gimiendo. Los creyentes
también están gimiendo. Nosotros también estamos esperando ansiosamente un
evento futuro. Este evento es llamado “la adopción” y se refiere a una adopción futura,
cuando nuestra condición de hijos se materialice plenamente. La “adopción” se
describe aquí como la “redención de nuestro cuerpo”. Esta es la futura y final
redención que se cumplirá cuando Cristo venga por Su iglesia. Hay un aspecto
presente de la redención mencionado en versículos como Efesios 1:7; Colosenses
1:14; 1 Corintios 1:30; 1 Pedro 1:18-19, pero también hay un aspecto futuro de la
redención (cuando nuestra salvación sea acabada) como se expone en Efesios 1:14 y
4:30 y también aquí en Romanos 8:23. Del mismo modo, hay un aspecto de la
adopción que es realidad para los creyentes ahora (Romanos 8:15), y también hay un
aspecto futuro de adopción, que espera un cumplimiento futuro (Romanos 8:23). Las
“primicias” es la prenda o garantía de que nuestra salvación será completada, y aquí
las “primicias” es nada menos que la Persona y la Presencia de Dios el Espíritu Santo
en la vida del creyente. ¿Qué significan las primicias? Cuando cosechas los primeros
tomates de tu huerto, ésto indica que habrá muchos más. Vendrán muchos tomates
más. Se disfrutarán muchas más bendiciones del huerto. En el momento en que una
persona confía en Cristo, ella recibe el Espíritu Santo que es, ÉL Mismo, las ARRAS (el
anticipo, garantía—Efesios 1:13-14) de que mucho más seguirá (un cuerpo nuevo, una
herencia eterna, un hogar en el cielo, glorificación futura- v.18, etc.).
Romanos 8:24-25
Nota: El rapto es una revelación (1 Corintios 1:7; 1 Pedro 1:7; 1:13; 4:13), pero no
son los hijos los que son revelados al mundo, sino más bien es Cristo, en toda Su
gloria, quien es revelado a los hijos.
Romanos 8:26-27
Dios el Espíritu Santo toma nuestras débiles y defectuosas y vacilantes peticiones y las
lleva ante Dios el Padre, traduciéndolas a lo que es aceptable a Dios y en armonía con
la voluntad de Dios. Aquí se nos dice que hay una admirable comunicación entre Dios
el Espíritu Santo y Dios el Padre y de la cual poco entendemos (pero cuán agradecidos
debemos estar por ella). No sabemos cómo orar. . .de modo que ÉL ora por nosotros.
ÉL SABE COMO ORAR.
La intercesión del Espíritu Santo es una obra de Dios poco conocida y poco apreciada.
Note que en este mismo capítulo se hace mención de la intercesión del Hijo de Dios
(v.34). El Espíritu intercede por los santos (v.27) y así hace Cristo (v.34). Ambos oran
y ruegan a nuestro favor, pero de maneras diferentes. Ambos ruegan a Dios el Padre
por nosotros. Ambos ministerios son esenciales.
Los “gemidos que no pueden expresarse (gemidos indecibles)” es una referencia a esa
bendita comunicación entre Dios el Espíritu y Dios el Padre. Esto no es una referencia
al don de lenguas (el don de lenguas solo se menciona en una de las epístolas de
Pablo, 1 Corintios, y aún allí es tratado por constituir un problema). Las razones por
las cuales no se refiere al don de lenguas son las siguientes:
3. El don de lenguas era algo que se podía oír (aunque no entender) por los
hombres. Estos gemidos solo Dios el Padre los puede oír.
4. El don de lenguas era un don de gracia (“charisma” en griego) que era dado
sólo a algunos creyentes, no a todos (1 Corintios 12:29-30). El ministerio de
intercesión del Espíritu, por el contrario, es a favor de todos los santos.
Romanos 8:28
Note el contraste consolador: v.26—“no sabemos”; v.28—“sabemos”. No sabemos
cómo orar como deberíamos, pero nuestro Dios sabe lo que ÉL está haciendo y
nosotros confiamos en que ÉL hará que todas las cosas sean para Su gloria y para el
bien de Sus hijos. El versículo 28 es uno de los versículos más consoladores de la
Biblia para la persona que ama a Dios (el verdadero creyente). La animadora verdad
de este versículo se basa especialmente en un atributo de Dios—SU SOBERANÍA. Si
todas las cosas ayudan a bien (todos los sucesos, todas las circunstancias, todas las
pruebas, todos los acontecimientos, etc.), se desprende que Dios está por encima y
que ÉL tiene que controlar todas las cosas. Esto no es un fatalismo y determinismo
sobrecogedor. Esto es el maravilloso hecho que un DIOS JUSTO y SABIO Y AMANTE
está en completo control se todas las cosas.
Palabra (Juan 14:21-24), y los que se niegan a guardar Sus mandamientos son
mentirosos si aseguran conocer a Cristo (1 Juan 2:3-5 y comparar Juan 17:3). Como
hijos de Dios, nuestra vida debe estar caracterizada por la obediencia (1 Pedro 1:14).
Obedecemos, porque amamos a nuestro Padre Celestial. ¿Cómo podríamos hacer algo
menos?
Los que no lo aman a ÉL, no son salvos y están bajo la maldición de Dios (1 Corintios
16:22). Si una persona dice, “yo no amo a Cristo, no, de ningún modo”, ¿cómo podría
entonces esa persona asegurar que cree en ÉL? Por otra parte, hay quienes aseguran
amar a Dios, pero con sus hechos prueban que ellos no lo aman realmente (1 Juan
4:20). En Romanos 8:28 Pablo no está hablando de un grupo especial de cristianos
que aman a Dios en contraste con otra gente salva que no ama a Dios. Los que aman
a Dios (v.28) son identificados como los llamados (v.28), y los que son LLAMADOS,
son identificados como los que antes conoció, los predestinados, justificados y
glorificados (v.29-30). Estos son hechos que son verdad en cuanto a cada y todo
creyente. Es impensable que hubiera algunos creyentes que no hubiesen sido
conocidos antes, que no hubiesen sido predestinados, llamados, justificados y
glorificados.
Este versículo no dice que “todas las cosas son buenas” sino que “todas las cosas
ayudan a bien”. Ilustración del pastel: Para hacer un pastel se necesitan varios
ingredientes y varios de estos ingredientes, por sí solos, no tienen buen sabor (pocos
se deleitan comiendo huevos crudos, o harina o manteca, etc.), pero si juntamos todos
estos ingredientes, todos ellos ayudan para hacer un exquisito pastel (producto final).
Así Dios toma lo amargo y lo dulce, lo difícil y lo fácil, lo malo y lo bueno y hace que
todo ello resulte en algo bueno.
La verdad de Romanos 8:28 es tan importante que Dios ha apartado 9 capítulos del
libro de Génesis (la historia de José) para ilustrarla. A José le sucedieron algunas cosas
muy malas y terribles – sus hermanos lo odiaban, trataron de matarlo, lo vendieron
como esclavo, etc. (Génesis 37) y luego José fue acusado falsamente por una mala
mujer y fue echado en prisión (Génesis 39). Pero Dios tenía un plan y un propósito
para José, un hombre que amaba a Dios. El padre de José no entendió la verdad de
Romanos 8:28 (ver Génesis 42:36—“contra mí son todas estas cosas”), pero José sí
las entendió (ver Génesis 50:20 y ver también Génesis 45:5,7 “Dios me envió”). Las
cosas terribles que le sucedieron a José fueron en realidad usados por Dios como los
medios por los cuales salvaría a los hijos de Israel del hambre y de la muerte.
Nótese que en estos versículos el énfasis está puesto sobre la obra de Dios—“ÉL
conoció de antemano, ÉL predestinó, etc.”. Todo esto es obra de Dios, no del hombre.
Dios conoció al creyente de antemano, Dios lo predestinó, Dios lo llamó, Dios lo
justificó y Dios lo glorificó. Esto es lo que Dios hizo. La salvación es del Señor
(comparar Jonás 2:9). La salvación empieza y termina con Dios. Dios recibe todo el
mérito y toda la gloria por nuestra salvación (1 Corintios 1:29, 31). El hombre no
puede jactarse (Efesios 2:8-9) y decir, “Mira, lo que yo he hecho”. No, la salvación es
“DE DIOS” (1 Corintios 1:30; Juan 1:13). Nosotros no nos damos gracias a nosotros
mismos, sino decimos, “GRACIAS SEAN A TI SEÑOR, POR SALVAR MI ALMA”.
Las palabras “A LOS QUE” se refieren al mismo grupo mencionado en el versículo 28—
“a los que aman a Dios, a los que conforme a Su propósito son llamados”. Se está
refiriendo a verdaderos creyentes. Es este grupo al que Dios conoció de antemano. En
la eternidad pasada, antes de que el mundo fuese creado, Dios conocía a Sus
verdaderos creyentes (comparar 2 Timoteo 2:19—“conoce el Señor a los que son
Suyos”).
Otros pasajes de la Biblia dan luz sobre la presciencia (Su conocer de antemano) de
Dios. Considera Amos 3:2—“A vosotros (los hijos de Israel) solamente he conocido de
todas las familias de la tierra”. ¿Qué significa ésto? Ciertamente Dios conocía también
todo sobre los egipcios y las otras naciones. Tiene que significar más que simplemente
saber acerca de ellos. Dios sabía todo acerca de cada nación y cada persona sobre la
tierra. Pero Dios entró en una relación especial con Israel, y no así con las otras
naciones: “Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos
los pueblos que están sobre la tierra. . . os ha querido Jehová” (Deuteronomio 7:6-7).
Ron Hamilton
En Romanos 8:28 la palabra “primogénito” se refiere a Cristo y significa “el más alto
en rango y posición”. Cristo es el Hijo Supremo, el Preeminente (comparar Juan 3:16—
“el Hijo unigénito” o el ÚNICO, único en su clase, HIJO). Cristo está como Cabeza y
Principal entre y sobre esas incontables multitudes que por medio de ÉL son hechos
hijos de Dios. Cristo es EL HIJO, pero “llevará muchos hijos a la gloria” (Hebreos
2:10).
El próximo eslabón en la cadena del propósito eterno de Dios: LLAMADO. Vimos ésto
en el versículo 28— “los que conforme a Su propósito son llamados”. ¿Quiénes son
LOS LLAMADOS? No todos los hombres, porque en el versículo 28 se dice que ellos son
los que “aman a Dios” (creyentes verdaderos, los que pertenecen a Dios, los que
fueron conocidos de antemano, etc.). Por cierto, hay un sentido general en que TODOS
LOS HOMBRES son llamados para salvación y todos los hombres son invitados a venir
a Cristo. Este llamado o invitación general y universal a la salvación se ve en pasajes
como Romanos 10:9-13; Mateo 11:28; Juan 3:16; Juan 7:37-38; Apocalipsis 22:17;
etc. Pero hay un sentido especial en el cual Dios llama solamente a aquellos que
responden verdaderamente al llamado general del evangelio (los que vienen a Cristo y
realmente le pertenecen). Así, en un pasaje como 1 Corintios 1:24-27 la expresión “los
llamados” se refiere a los escogidos de Dios, los que realmente son salvos. No son
muchos los llamados (1 Corintios 1:26), pero algunos lo son. Ver 2 Timoteo 1:9; 1
Pedro 1:15; 2:9; 5:10; 2 Pedro 1:3; 1:10; Apocalipsis 17:14 “llamados y elegidos y
fieles”. Note que todos estos versículos están hablando acerca de verdaderos
creyentes, no de todos los hombres en general. Dios nos ha llamado a Sí Mismo (1
Corintios 1:9) para que le pertenezcamos a ÉL. Como dice un himno: “ÉL me llamó
mucho antes de que yo escuchara, antes de que mi corazón pecaminoso fuera turbado.
Pero cuando creí en Su Palabra, me levantó perdonado”.
Deberíamos notar que estas cinco cosas son ciertas en cuanto a todo creyente. Tú no
puedes tener solo una de estas cinco cosas. Es imposible que una persona sea antes
conocida y no sea justificada. Es imposible que una persona sea justificada y no sea
glorificada (por tanto, es imposible que una persona pierda su salvación). Es imposible
que una persona sea llamada y no sea justificada: “a los que llamó, a estos también
justificó”. ¿Pueden ser ciertas de una persona sólo tres de las cinco cosas? No, todas
ellas tienen que ser verdad. Es todo o nada. Una persona es salva o no lo es, y si es
salva, entonces estas cinco cosas son verdad. Deberíamos notar también que
NINGUNA DE ESTAS COSAS es verdad de los que nunca llegan a ser creyentes. Judas
nunca fue conocido, predestinado, llamado, justificado o glorificado.
Nota: Debemos ser muy cuidadosos con un tratado evangelístico muy popular que
comienza:”Dios te ama y tiene un maravilloso plan para tu vida”. Lo que Dios tiene
para aquellos que rechazan a Su Hijo no es maravilloso (ver Juan 3:18; 3:36; 2
Tesalonicenses 1:8-9, etc.). El maravilloso plan de Dios es para los que aman a Dios,
para los que conforme a Su propósito son llamados (Romanos 8:28). Una vez que una
persona da buena evidencia de tener una fe salvadora, podemos animarla a reclamar
las maravillosas verdades que se encuentran en Romanos 8:28-30, pero nunca
debemos aplicar descuidadamente estos pasajes a quienes no son salvos en absoluto.
De hecho, todas las grandes verdades de Romanos capítulo 8 son solamente para los
que de veras están “EN CRISTO” (Romanos 8:1). Por otra parte, no olvidemos que
Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad
(1 Timoteo 3:3-4).
Romanos 8:31
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios ha hecho todo esto (Romanos 8:28-30), ¿qué
podemos decir entonces? Empecemos por decir simplemente y sin cesar, “GRACIAS
SEÑOR”. Si Dios es por nosotros (está a nuestro lado), ¿quién puede estar contra de
nosotros? La respuesta obvia: NADIE. Muchas personas pueden estar en contra
nuestra y los creyentes pueden tener muchos enemigos, pero si Dios está por
nosotros, no importa quién esté en contra nuestra. Es Dios y yo contra cualquiera.
Dios con el creyente es mayoría siempre, y en cualquier lugar. Ver Salmo 118:6 y
Hebreos 13:6. Los versículos siguientes muestran cómo Dios está POR NOSOTROS. En
el versículo 32 vemos como ÉL murió POR NOSOTROS y en el versículo 34 vemos
como ÉL vive POR NOSOTROS.
Romanos 8:32
¿Quién fue realmente culpable de poner a Cristo en la cruz? Note la palabra “entregó”
en Romanos 8:32 que a veces se traduce como “traicionar”. Note los siguientes usos
de esa palabra:
¿Quién entonces fue responsable de poner a Cristo en la cruz? Judas lo traicionó. Los
líderes judíos lo condenaron y lo entregaron a los romanos. Pilato lo entregó a los
soldados romanos. Los soldados romanos lo clavaron a la cruz. TODOS ELLOS
TUVIERON PARTE, pero en última instancia fue DIOS MISMO quien lo entregó. Fue
Dios quien “LO ENTREGÓ POR TODOS NOSOTROS” (Romanos 8:32). Fue Dios
quien “DIO A SU HIJO UNIGÉNITO” (Juan 3:16) para morir en la cruz. “Dios quiso
QUEBRANTARLO” (Isaías 53:10). ¿Por qué Dios hizo esto? FUE POR NOSOTROS. Fue
por nuestros pecados que ÉL sufrió y sangró y murió. ÉL “FUE ENTREGADO POR
NUESTRAS TRANSGRESIONES” (Romanos 4:25). Cada uno de nosotros era
responsable por la muerte de Cristo, porque ÉL murió en nuestro lugar como nuestro
Sustituto. A ÉL se le dio el pago que nosotros merecíamos (Romanos 6:23). Él murió la
muerte que nos correspondía a nosotros.
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Los escogidos de Dios son los que están
descritos en Romanos 8:29-30. Ellos son los escogidos de Dios, los que conforme al
propósito de Dios son llamados en Cristo. Dios te ha justificado. Tú has comparecido
ante la corte más alta del universo y has sido encontrado NO CULPABLE. Tu caso ha
sido sellado en la corte suprema del universo, y no hay otra corte más alta que pueda
condenarte. Si Dios, el Juez justo, te ha justificado, ¿qué juez más alto te puede
condenar? Si el Juez de toda la tierra está DE NUESTRO LADO, no tenemos
absolutamente nada que temer.
Romanos 8:34
¿Quién me condenará? Cristo ciertamente no, porque ÉL murió por mí. Mi condenación
cayó sobre ÉL (Romanos 8:3). ÉL no solo murió por mí, sino vive por mí. Satanás me
podrá acusar y sus acusaciones en mi contra aún pueden ser ciertas, pero el Señor
Jesucristo vive para interceder por mí (rogar y orar por mí). Ver estos importantes
pasajes: 1 Juan 2:1-2; Hebreos 7:25; 9:24.
Romanos 8:35
“El amor de Cristo” se refiere al amor que Cristo tiene por nosotros. Nadie (v.35) y
nada (v.39) podrá separarnos de ese amor. Estamos salvos y seguros para siempre en
el amor de Cristo. Consideremos algunas de las palabras que se usan en este
versículo:
PERSECUCIÓN = acoso a los creyentes para dañar y herir (ver 2 Timoteo 3:12; 2
Corintios 4:9)
HAMBRE = los creyentes del primer siglo sabían lo que era el hambre (ver Hechos 11:28);
ni siquiera los desastres naturales nos podrán separar del amor de Cristo
ESPADA = muerte por la espada (ver Hechos 12:2—Santiago, el hermano de Juan estaba
seguramente agradecido por la verdad de Romanos 8:35)
Romanos 8:36
“Muertos”. Está en tiempo presente: “Estamos siendo constantemente inmolados
todo el día”. La expresión es una hipérbole (una exageración para causar efecto) que
significa que estamos constantemente en peligro de muerte (1 Corintios 15:30). Note
el trato al pueblo de Dios descrito en Hebreos 11:36-28.
Romanos 8:37
“Somos” (v.37) — esto es cierto ahora mismo. “En todas estas cosas” –en medio
de todas las dificultades, nosotros triunfamos. “Más que vencedores” = hiper-
vencedores, súper-vencedores, súper-victoriosos, súper-triunfadores. Se refiere a
alguien que gana una victoria arrolladora y aplastante, alguien que gana la más
brillante victoria. No somos sólo vencedores, somos más que vencedores. No somos
sólo triunfadores, somos más que triunfadores.
¿Quién es Aquel que nos amó? Ver Romanos 8:35—Cristo Mismo. Por medio de Cristo
somos más que vencedores. Comparar 2 Corintios 2:14 (en nosotros mismos fallamos,
pero en Cristo triunfamos).
Romanos 8:38-39
En estos gloriosos versículos Pablo está explorando el universo entero para ver si hay
algo que pudiera separarnos del amor de Cristo. La muerte se menciona primero,
porque es el mayor temor del hombre (Hebreos 2:15—la muerte es “el rey de los
temores”). Dios no está diciendo que ÉL librará al creyente de la muerte física, sino
dice que la muerte física nunca nos separará de ÉL. De hecho, para el creyente en
Cristo la muerte es en realidad la entrada a la presencia misma de Dios, donde
conoceremos más y más Su amor:
Dios no elimina la muerte física (con la excepción de aquellos que estén vivos cuando
Cristo venga por Su iglesia—1 Corintios 15:51-52), sino elimina el aguijón de la
muerte (1 Corintios 15:55). La muerte sin su aguijón no es de temer (tal como una
abeja, sin su aguijón, no es más que una inofensiva bola de pelusas).
“Ni lo alto, ni lo profundo” (v.39) –por muy alto que subas o por mucho que
desciendas, en el valle más profundo o en la montaña más alta, nunca encontrarás
algo o alguien que te separe del amor de Cristo.
“Ni ninguna otra cosa creada” = nada en toda la creación. Pablo agrega ésto, para
asegurarse de no haber olvidado algo. Pablo nos asegura, con las palabras más
vehementes, nuestra total seguridad en el amor de Dios que se encuentra SOLAMENTE
EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
Hay muchas personas que toman estos dos últimos versículos de este capítulo y lo
aplican indiscriminadamente a todas las personas, sin considerar si la persona es
realmente salva o no. Estos versículos sólo son aplicables a los que están “EN CRISTO
JESÚS” (Romanos 8:1) y que “aman a Dios y que conforme a Su propósito son
llamados” (Romanos 8:28). Nadie más tiene derecho a estos versículos. Los incrédulos
estarán separados del amor de Cristo, y esta separación durará por toda la eternidad
(ver 2 Tesalonicenses 1:8-9; Mateo 25:41, 46; 7:21-23; etc.)
CAPÍTULO 9
Introducción
Los capítulos 9 al 11 de Romanos forman una unidad. El tema de los tres capítulos es
la nación de Israel (ver 9:3-4; 10:1, 21; 11:1-2, 26, 28). En cierto sentido, estos
capítulos son un paréntesis. La corriente del pensamiento de Pablo podría haber
seguido del capítulo 8 directo al capítulo 12. En los primeros 8 capítulos, Pablo ha
expuesto el Evangelio de Dios, es decir, las buenas nuevas de
la JUSTIFICACIÓN (Romanos 1-5), SANTIFICACIÓN (Romanos 6-8)
y GLORIFICACIÓN (Romanos 8). En el capítulo 12, él trata con las implicaciones
prácticas del evangelio (cómo la verdad del evangelio debe afectar nuestro diario vivir
en cuanto a Dios y a nuestro prójimo). De modo que el capítulo 8 debería desembocar
naturalmente en el capítulo 12, pero en vez de hacer eso, Pablo nos da un paréntesis
de tres capítulos en los cuales nos ayuda a entender donde cabe la nación de Israel en
los planes y propósitos de Dios.
Esta sección comienza con una GRAN TRISTEZA (9:1-3) y termina con una GRAN
DOXOLOGÍA a Dios (11:33-36). Una manera sencilla de ver estos tres capítulos es
como sigue:
Para entender esta sección, tratemos de ponernos en los zapatos de los que vivieron
en el primer siglo y tratemos de entender el PROBLEMA JUDÍO.
Ponte en el lugar de un judío del primer siglo. El evangelio que predicaba Pablo era
cierto o era falso. Jesucristo, a quien Pablo predicaba, era el verdadero Mesías o no lo
era. De modo que tenemos dos alternativas: 1) El evangelio que predicaba Pablo no es
cierto y, por lo tanto, Jesucristo no es el verdadero Mesías y entonces tenemos que
seguir esperando la venida del verdadero Mesías. Si esto es así, la razón por la cual el
Reino no ha llegado aún, es porque el verdadero Mesías aún no ha venido. 2) El
evangelio que predicaba Pablo es verdadero, por lo cual Jesucristo es el verdadero
Mesías. Si esto es así, ¿por qué no hay un reino? ¿Por qué sigue sufriendo en este
mundo el pueblo judío? ¿Por qué no se han cumplido las promesas, en cuanto al reino,
del Antiguo Testamento? ¿Ha desechado Dios a Su pueblo? DIOS NOS HA DADO
LOS CAPÍTULOS 9-11 DE ROMANOS PARA RESPONDER ESTAS PREGUNTAS.
Estas cuestiones son muy relevantes también en nuestros días. Hoy en día hay
numerosos cristianos profesantes, especialmente aquellos bajo la influencia de
la Teología Reformada/del Pacto, que niegan que la nación de Israel tenga
alguna esperanza de un futuro reino en la tierra bajo su Mesías, tal como ha
sido predicho en cientos de profecías del Antiguo Testamento. Algunos
enseñan que la IGLESIA ha heredado las promesas que fueron hechas a
ISRAEL. Otros enseñan que el reino ya está aquí y que Cristo está reinando
espiritualmente en los corazones de Sus creyentes. Aunque hay un sentido en
que esto es cierto, esto no resuelve el problema de que hay cientos de
promesas y predicciones referentes al reino que aún no se han cumplido.
¿Quiso Dios realmente decir lo que dijo acerca del reino y de la venida del
Mesías o no? De modo que los capítulos 9-11 de Romanos son capítulos de
vital importancia para entender correctamente el lugar de Israel en el
programa de Dios.
¿Qué está haciendo Dios con la nación de Israel? La respuesta es básicamente doble:
1. Dios tiene para el judío HOY un maravilloso plan y propósito, pero este plan y
propósito no puede cumplirse hasta que la persona judía crea en el Señor
Jesucristo (ver Romanos 10:9-13; 11:1-5).
2. Dios tiene un maravilloso plan y propósito para el judío MAÑANA, pero este
plan y propósito no puede cumplirse hasta que el verdadero Mesías de los
judíos venga a la tierra por segunda vez. Ver Romanos 11:25-28. La presente
incredulidad de Israel y su rechazo del evangelio no impedirán que Dios cumpla
para con Israel cada una de Sus promesas referentes al reino.
Deberíamos notar que en esta presente era de la iglesia (que ha durado como 2000
años) no fue revelada en el Antiguo Testamento. El judío del Antiguo Testamento
miraba hacia el futuro distante y veía la cima de una montaña que era la venida del
Mesías y la gran edad el reino. No se daba cuenta que lo que estaba viendo era en
realidad dos cimas de montañas con un valle entremedio:
1) ISAÍAS 9:6-7
2) MIQUEAS 5:2
El Mesías tenía que nacer en Belén y ÉL tiene que gobernar en Israel. Sólo se
cumplió lo primero en Su primera venida.
El Señor Jesús sabía donde detener la lectura, porque Él sabía cual parte de
este pasaje se cumpliría en Su primera venida. El día del juicio espera Su
segunda venida.
4) ZACARÍAS 9:9-10
5) LUCAS 1:31-33
Esta profecía del Nuevo Testamento es similar a las profecías del Antiguo
Testamento ya mencionadas, en la parte relativa a Su primera venida y una
parte tiene que esperar un cumplimiento futuro en Su segunda venida.
Cuando el judío del Antiguo Testamento leía su Biblia, él sólo podía ver una venida.
Hoy estamos viviendo en el período entre las dos venidas de Cristo, durante el cual ÉL
está edificando SU IGLESIA (Mateo 16:18) y tomando de entre las naciones pueblo
para Su Nombre (Hechos 15:14). Cuando leemos nuestra Biblia hoy, tenemos la
ventaja de estar más capacitados para poder ver mejor dos venidas distintas de Cristo
–una ya es historia y la otra aún es profecía (ÉL ha venido y ÉL volverá
nuevamente).
Romanos 9:1
Romanos 9:2
“Tristeza” = pena, congoja, aflicción. Pablo estaba muy apenado y con gran dolor.
“Continuo” =sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17), constante, incesante. “Dolor”=
sufrimiento, angustia (1 Timoteo 6:10). Si aquí vemos solamente la pesadumbre de
Pablo, no estamos divisando todo el cuadro. Debemos ver más allá del pesar de Pablo
y ver al Señor Mismo llorando y apenado y lamentando sobre Israel, Su pueblo
escogido (tal como Jeremías, el profeta llorón, es un cuadro del afligido corazón de
Jehová Mismo). Este versículo puede parecer sorprendente a algunos en vista de las
duras declaraciones de Pablo en Romanos 11:28 respecto a los judíos (“enemigos”) y
especialmente 1 Tesalonicenses 2:15, pero Pablo, tal como su Señor, podía odiar el
pecado pero aún así, amar al pecador.
Romanos 9:3
Sabemos que Pablo no pudo cumplir su deseo, aunque fue dicho con toda sinceridad y
verdad. ¿Por qué no? 1) Romanos 8:38-39: Si nada podía separarlo del amor de Dios,
entonces era imposible que fuera maldecido; 2) No había necesidad de ello, porque
Cristo ya lo ha hecho. En vez de ello, Pablo dedicó su vida a predicar el evangelio
acerca de un Salvador que pasó por juicios y fuegos infernales para salvar a los
pecadores y Pablo dijo que si alguien no predicaba este evangelio, que fuera ANATEMA
(Gálatas 1:8-9). ¿Cómo puede una persona no amar a este Cristo, quien hizo ésto por
nosotros? (Comparar 1 Corintios 16:22). (Moisés estaba lleno del amor de Dios y de
profundo pesar y preocupación por su pueblo—Éxodo 32:32; y compare Judá en
Génesis 44:33 y el pesar de David en 2 Samuel 18:33).
Romanos 9:4
Pablo identifica a sus hermanos y parientes según la carne como “Israelitas”, aquellos
que descienden de Jacob cuyo otro nombre era Israel (Génesis 32:38). Por definición,
un judío de raza es uno que puede decir, “Mis padres antiguos son Abraham, Isaac y
Jacob”. Los que no pueden decir ésto, son gentiles. Los judíos y gentiles que han
creído en Cristo durante la presente edad son miembros de un organismo único de
Dios, LA IGLESIA (ver 1 Corintios 10:32 y 12:12-13).
“De los cuales son” –Pablo quería que los judíos supieran lo que les pertenecía.
¡Dios les había dado tanto! Ellos eran una nación especial, bendecida por Dios de una
manera singular (Deuteronomio 7:6-8). A este pueblo escogido pertenecían numerosos
beneficios y bendiciones y privilegios y ventajas. A ninguna otra nación bajo el cielo
fue dado tanto por la mano de Dios.
Uno de los beneficios y ventajas dados a Israel ya fue mencionado por Pablo en
Romanos 3:1-2: Dios encomendó y confió Su Palabra a este pueblo. Los judíos eran
los custodios de la Palabra de Dios. Dios usó a ciertos judíos como Sus escritores (2
Pedro 1:21) y Dios usó a muchos otros judíos para copiar y transmitir Su Palabra, y
ellos realizaron un trabajo muy cuidadoso y notable. En Romanos capítulo 9 Pablo da
una lista adicional de ocho beneficios y ventajas que pertenecían a Israel.
La nación de Israel tenía una relación única con Dios. Se les había dado el privilegio de
la FILIACIÓN. Ninguna otra nación sobre la tierra ha sido llamada por Dios como “MI
HIJO”. Note en Éxodo 4:22-23, “Israel es mi HIJO, mi PRIMOGÉNITO. Ya te he dicho
(Faraón) que dejes ir a mi HIJO, para que me sirva”. Tal como el hijo primogénito
disfruta de privilegios, rango y posición especiales, así Israel disfrutaba de una posición
privilegiada entre las naciones. Tenga presente que cuando Dios habló estas palabras
registradas en Éxodo 4:22-23, Israel no era más que un puñado de esclavos en un
país extranjero. Ver también Oseas 11:1. Dios llamó a Su hijo Israel fuera de Egipto en
el tiempo del Éxodo y cientos de años después Dios llamó a Su único Hijo fuera de
Egipto luego de la muerte de Herodes el Grande—Mateo 2:15. Ver también Malaquías
1:6 (note la relación Padre-Hijo; el problema era que Israel no honraba a su Padre).
[Favor notar que Romanos 9:4 se refiere a la adopción nacional, que es diferente a la
adopción individual mencionada en Romanos 8:15, 23].
Dios nunca dio a conocer Su presencia de una manera tan singular a ninguna otra
nación. “Porque ¿qué nación grande hay que tenga A DIOS TAN CERCANO A ELLOS?”
(Deuteronomio 4:7).
Note el plural. A las otras naciones pertenecía solo un pacto—el pacto Noético (Génesis
9:8-17). Este pacto fue hecho entre Dios y todos los que descienden de Noé y sus
hijos, que incluye a gente de todas las naciones (Génesis 9:15) y ÉL prometió la
perpetuidad del ciclo del día y la noche, de las estaciones, etc. (Génesis 8:21-22).
Todos los demás pactos pertenecen a Israel y pueden ser enumerados como sigue:
EL PACTO ABRAHÁMICO (Génesis 15:7-21; 17:1-14)
Dios prometió que de Abraham procedería una gran nación que poseería
la tierra prometida con ciertos límites definidos.
Ninguna otra nación recibió la ley. Los Mandamientos no fueron dados a los egipcios o
a los babilonios o a los persas o a los romanos. Israel tuvo el privilegio de conocer la
impresionante santidad de Dios como se revela en Su santa ley: “¿Qué nación grande
hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley? (Deuteronomio 4:8).
Romanos 9:5
Esto se refiere en particular a Abraham, Isaac y Jacob, que eran los patriarcas de la
nación. El Dios de Israel se identificaba a menudo con estos tres hombres (ver Éxodo
3:6, 15).
El beneficio más grande es guardado para el final. La Persona más importante que
jamás ha nacido, nació judío, “hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1:1). ÉL es el
“León de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5:5). La salvación viene de los judíos (Juan
4:22), porque el Salvador viene de los judíos, y fuera de ÉL no hay salvación (Hechos
4:12). En cuanto a Su HUMANIDAD, ÉL es un israelita según la carne; en cuanto a Su
DEIDAD, ÉL es “DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS (totalmente soberano), BENDITO
POR LOS SIGLOS” (Romanos 9:5).
¿Qué hizo Israel con todos estos beneficios? ¿Tomaron ventaja de sus ventajas?
¿Fueron bendecidos por sus bendiciones? ¿Se beneficiaron de todos sus beneficios?
Aquí está la tragedia. Aunque había piadosas excepciones (José, Moisés, Josué, Caleb,
David, Daniel, Jeremías, etc.), la nación, en su mayoría, no aprovechó lo que tenía. En
cambio, ellos (1) deshonraron y menospreciaron a Dios como su Padre (Malaquías
1:6); (2) ellos no dieron importancia a la presencia de Dios en medio de ellos; (3)
perdieron de vista los compromisos del pacto de Dios; (4) quebrantaron la ley de Dios
(Jeremías 31:32); (5) su adoración perdió su significado y se volvió un ritual vacío; (6)
las grandes promesas no estaban acompañadas por fe (Hebreos 3:18-4:2); (7) ellos
no siguieron en las pisadas del fiel Abraham que creyó a Dios (Romanos 4:11-12); y
por último, y lo más significativo, (8) ellos crucificaron a su propio Mesías (Mateo
27:22; Juan 19:15-16; 1 Tesalonicenses 2:14-15).
Principio espiritual: “Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, más se le
demandará” (Lucas 12:47-48). A los israelitas se les dio mucho, por lo cual mucho se
les demandará. Este principio también se ve en Mateo 11:20-24 y 12:38-42. A los que
se les ha dado más, serán juzgados más severamente. El juicio será proporcional a la
luz recibida.
Aplicación espiritual: ¿Qué nos ha dado Dios? ¿Qué ventajas y beneficios tenemos?
¿Qué estamos haciendo con lo que nos ha sido dado? ¿Tenemos una Biblia? (No
solamente el Antiguo Testamento, sino la Biblia completa, 66 Libros). ¿Qué estamos
haciendo con la Biblia que tenemos? ¿Nos ha dado Dios el privilegio de ser Sus hijos
(Juan 1:12)? ¿Nos ha dado mandamientos que cumplir y promesas que creer? ¿Nos ha
dado ejemplos de hombres y mujeres piadosos del pasado para que los sigamos? ¿Nos
ha sido dada una iglesia local donde se adora verdaderamente a Dios? ¿Qué estamos
haciendo con Su Iglesia? ¿Qué estamos haciendo con Su Palabra? ¿Qué estamos
haciendo con el Señor Jesucristo? Debemos tomar ventaja de todos nuestros
beneficios. Si lo hacemos, ¡cuán bendecidos seremos! Si no lo hacemos, ¡pobre de
nosotros!
Nunca lo hagamos menos que Dios, como lo hacen los Testigos de Jehová y otros
cultos falsos. El liberalismo religioso también ha negado la deidad de Cristo,
enfatizando Su humanidad como nuestro “gran maestro” “ejemplo perfecto” “profeta
importante” etc.
Romanos 9:5 es una de las afirmaciones más perentorias sobre la deidad de Cristo que
se encuentran en la Biblia. Pablo declara en los términos más precisos que Cristo,
quien según la carne vino de Israel, es nada menos que Aquel que es SOBRE TODAS
LAS COSAS, DIOS BENDITO POR LOS SIGLOS.
Sin embargo, la erudición moderna ha realizado todo esfuerzo por evitar las
implicaciones obvias de tal afirmación, y con ese objeto han estado jugando un
ingenioso juego de repuntuación. Ellos han puesto mañosamente un punto después de
“Cristo” (… Cristo. Dios, el cual es sobre todas las cosas sea bendito por los siglos) o
después de “sobre todas las cosas” (…Cristo, que es sobre todas las cosas. Dios sea
bendito por los siglos), pero en todos los casos hacen que la doxología no se refiera a
Cristo, sino a Dios el Padre. Si permitimos una puntuación semejante, el versículo se
vuelve dudoso y Romanos 9:5 no puede usarse como prueba de la deidad de Cristo.
¿La puntuación de este versículo depende del capricho del traductor? ¿Hay alguna
manera segura de saber cuál versión es correcta? En verdad, cuando Romanos 9:5 se
examina objetivamente a la luz de las reglas del contexto, lenguaje, uso y gramática,
el traductor reverente puede llegar con seguridad a una sola conclusión. Considera los
siguientes hechos:
1) Como todo Testamento griego interlinear revela, el texto griego puede traducirse
como sigue: “de los cuales vino Cristo según la carne el cual es sobre todas las cosas
Dios bendito por los siglos Amén”. ¿Cómo puntuarías esta frase? (He omitido
deliberadamente toda puntuación).
2) De acuerdo con un pasaje paralelo en Romanos 1:3-4, esperaríamos que Pablo
dijera algo sobre la deidad de Cristo en Romanos 9:5. En Romanos 1:3-4 Pablo dijo
(permítame parafrasear), “en cuanto a Su Humanidad, Él es del linaje de David; pero
en cuanto a Su deidad, ÉL es el Hijo único de Dios”. De igual modo en Romanos 9:5,
“en cuanto a Su humanidad, ÉL vino de Israel, pero en cuanto a Su deidad, ÉL es
sobre todo, Dios bendito por los siglos”. O como Hodge ha escrito, “Cristo, según la
carne era un israelita, pero según Su naturaleza superior, era el Dios supremo”.
Esperaríamos esa antítesis.
3) Hay otros dos lugares en que Pablo usa la expresión “bendito por los siglos”:
ii. 2 Corintios 11:31: “El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es
bendito por los siglos”.
Romanos 9:5: “. . .Cristo, quien es sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos.
¿Quién es “Dios bendito por los siglos”? CRISTO QUIEN ES SOBRE TODAS LAS COSAS.
5) La interpretación que hace que el pasaje se refiera a Cristo calza con la estructura
de la frase, en cambio la interpretación que toma las palabras como una doxología
dirigida en forma independiente al Padre, es amañada y no es natural. A.T.Robertson,
el distinguido gramático, agrega: “Comenzar una nueva frase para la doxología es
abrupto e inconveniente”.
6) Los padres de la Iglesia entendían en forma casi unánime que el pasaje se refiere a
Cristo.
En conclusión, permítame citar las palabras de Charles Hodge y Henry Alford quienes
afirman que la expresión “Dios bendito” sólo puede referirse a Cristo: “Considerando
las mínimas reglas de redacción, este importante pasaje se puede interpretar de una
sola manera”. La versión dada más arriba (que señala la deidad de Cristo) no es
entonces solo la más compatible con los usos del Apóstol, sino que es la única
admisible según las reglas de la gramática y redacción”.
Estoy tratando de prevenir que alguien diga esa cosa tonta que la gente a
menudo dice sobre ÉL: “Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran
maestro de moral, pero no acepto Su afirmación de que es Dios”. Eso es algo
que no podemos decir. Un hombre que es solamente un hombre y dice esa
clase de cosas que Jesús dijo, no podría ser un gran maestro de moral. ÉL sería
un lunático—al nivel de alguien que dice que es un huevo escalfado – o sería el
diablo del mismo infierno. Tienes que escoger. Este hombre era y es el Hijo de
Dios o es un malvado o algo peor. Puedes hacerlo callar por necio, puedes
escupirle y matarle como a un demonio; o puedes caer a Sus pies y llamarle
Señor y Dios. Pero no vengamos con el condescendiente disparate de que ÉL es
un gran maestro humano. Él no nos ha dejado esa opción y no era esa tampoco
su intención.
(Mero Cristianismo, libro 2, final
capítulo 3)
(Nota: Compartimos la cita anterior porque el autor hace una excelente observación y
lo dice muy bien. El uso de esta cita no intenta ser una aprobación de C.S.Lewis o de
alguna de sus enseñanzas).
Romanos 9:6
El Problema: Cuando Pablo escribió a los Romanos, la mayoría de los judíos estaba
rechazando a Cristo y rechazando el evangelio. El evangelio que Pablo predicaba
dejaba muy en claro que los que rechazaban a Cristo estaban condenados y perdidos
por la eternidad, y esto incluye a los judíos incrédulos. El evangelio estaba llegando a
más y más naciones gentiles. Cuando comenzó la iglesia, ésta estaba compuesta por
creyentes judíos (Hechos 2), pero al paso del tiempo, más y más gentiles eran salvos y
llegaban a formar parte del cuerpo de Cristo. De modo que tenemos un problema:
¿Qué de los judíos que rechazan creer en Cristo? ¿Qué de los muchos judíos que
enfrentarán la ira de Dios por rechazar a Cristo y que nunca participarán en el reino
prometido? SI DIOS HA PROMETIDO A LOS ISRAELITAS TODAS ESTAS COSAS, ¿POR
QUÉ MUCHOS ISRAELITAS NUNCA VERÁN EL CUMPLIMIENTO DE ESTAS PROMESAS?
¿Ha fallado Dios en guardar Su Palabra?
Romanos 9:7
Pablo comienza ahora a ilustrar el principio de que puedes descender de alguien muy
importante y, sin embargo, no ser bendecido por Dios y no ser un receptor de las
promesas de Dios. Es interesante notar que Pablo se dirige primero al libro de Génesis,
ilustrando este punto por las vidas de Abraham, Isaac, Jacob, etc. El espera que el
lector esté muy familiarizado con el libro de Génesis. Más adelante en el capítulo, él
usará el ejemplo del Faraón, asumiendo así que el lector domina el contenido del
Éxodo. Luego en el capítulo, él citará a Oseas e Isaías y él asume que el lector está
familiarizado con estos libros. Recuerda, en el libro de Romanos Pablo cita del Antiguo
Testamento como 60 veces. Es muy trágico que con todas las Biblias que circulan hoy
en América, la mayoría de las personas sean tan ignorantes de la Biblia. Para la
mayoría de las personas (aún para la gente que asiste a la iglesia), la mayoría de las
páginas de las Escrituras son territorio desconocido. Cuando abres tu Biblia, ¿te
encuentras ante un territorio inexplorado y extraño o te encuentras en un lugar que te
es familiar y bien conocido? Que Dios nos ayude a estar cada día más en casa en Su
Palabra.
Considera el versículo 7 –Isaac no era el único hijo de Abraham. Ismael era el hijo
primogénito de Abraham e Isaac nació varios años después. De modo que Abraham
tuvo dos hijos (dos que eran de la simiente de Abraham), pero solo uno de esos hijos
pudo decir realmente, “Soy un verdadero hijo de Abraham”. Ambos eran físicamente
hijos de Abraham, pero en la esfera espiritual, Dios escogió solo a uno de esos hijos
para ser el que recibiría las bendiciones y las promesas (ver Génesis 17:19-21;
21:12).
En los días de Cristo, los judíos se enorgullecían de ser hijos de Abraham (ver Mateo
3:9; Juan 8:33, 37, 39, 44). Los judíos pensaban que todos los que procedían de
Abraham eran bendecidos y eran recipientes de las promesas. Ellos pensaban
equivocadamente que todos los que descendían de Israel eran el verdadero Israel.
Ellos fallaron en darse cuenta de que un verdadero judío debía tener cuatro PADRES—
Abraham, Isaac, Jacob y DIOS. Compare a los ismaelitas (los árabes de hoy) que
pueden reclamar a Abraham como su padre. Compare los descendientes de Esaú
(edomitas) que pueden reclamar a ambos, Abraham e Isaac. Comparar los incrédulos
judíos de los días de Cristo que reclamaban a Abraham, Isaac y Jacob (los tres) como
sus padres, pero el problema es que Dios no era su padre (Juan 8:42). Necesitas a los
cuatro para calificar como verdadero judío: Abraham, Isaac, Jacob y DIOS. Una
persona llega a estar relacionada correctamente con Dios sólo por fe personal.
Romanos 9:8-9
Ismael era un hijo de la carne; Isaac era el hijo de la promesa (ver Gálatas 4:22-23,
28). El nacimiento de Ismael fue natural (Génesis 16). No sucedió porque Abraham
escuchara a Dios, sino porque escuchó a su esposa. Fue el intento carnal de ayudar a
Dios a cumplir Su promesa. El resultado fue Ismael, el hijo de la carne. El nacimiento
de Isaac fue sobrenatural (Génesis 18:14). Fue un nacimiento milagroso— ¡Dios lo
hizo! Dios cumplió Su promesa de una manera notable. Isaac fue el hijo de la
promesa. El punto que Pablo estaba haciendo es éste: Abraham tuvo dos hijos, pero
sólo uno de estos hijos participó de las promesas del pacto y llegó a formar parte del
linaje escogido que llegaría a ser una gran nación y de la cual vendría el Mesías. Isaac
fue incluido; Ismael quedó excluido.
Romanos 9:10
Aquí hay otro ejemplo que es aún más asombroso. En el caso de los hijos de Abraham
las madres eran diferentes y los nacimientos fueron diferentes. En el caso de los hijos
de Isaac, tenemos a la misma madre y al mismo padre (“concibió de uno, de Isaac
nuestro padre”) y un mismo nacimiento. Era un nacimiento y dos hijos (mellizos). El
primogénito fue rechazado y el que nació segundo, fue escogido (v. 12-13). Si los
hombres escogieran, el escogido sería Esaú, porque usualmente el hijo primogénito era
el hijo preferido, y Esaú fue ciertamente el hijo favorecido por su padre (ver Génesis
25:28). Pero la elección pertenecía a Dios y no al hombre.
Romanos 9:11-12
Ver Génesis 25:23. Cuando los dos hijos estaban aún en su vientre y aún no habían
nacido, Dios habló a Rebeca y dijo, “El mayor (el primogénito Esaú) servirá al menor
(Jacob)”. Dios escogió al menor y no escogió al mayor y con esa elección, ÉL hizo
mayor al menor. Esta elección fue hecha antes de que los hijos hubieran nacido y
antes de que hubieran hecho bien o mal. El propósito de Dios, de acuerdo a Su
elección, debe permanecer (perdurar sin cambios). ¿Cuál es la base de la elección de
Dios? No es “por obras”. La elección no es por obras, no es por méritos, no es por
virtudes (tú no eres escogido porque merezcas ser escogido). No está basada en
obras. La elección de Dios es “por el que llama”. Está basada en Dios Mismo. La razón
de la elección se encuentra en el que escoge y no en el escogido. Así, Isaac tuvo dos
hijos, pero solamente uno de ellos pudo decir realmente, “Soy un verdadero hijo de
Abraham e Isaac”. Físicamente, ambos eran hijos, pero en la esfera espiritual, Dios
escogió solamente a uno para recibir las bendiciones y las promesas.
Romanos 9:13
Encontramos esta cita en Malaquías 1:2-3. Es Dios el que está hablando y esta es una
aseveración muy fuerte. Una mujer dijo una vez al Sr. Spurgeon, “No puedo entender
por qué Dios dijo que ÉL aborrecía a Esaú”. Spurgeon contestó, “Eso no me causa
problema, señora. Mi problema es que no entiendo cómo Dios pudo amar a Jacob”. En
verdad, Jacob era todo un bribón. Todos los hombres lo son. Lo asombroso no es que
los hombres estén perdidos y estén destinados al infierno, porque eso es lo que todos
merecemos. Lo asombroso es que alguien sea salvo y esté destinado al cielo. El juicio
de Dios no es asombroso, porque eso es exactamente lo que nos hemos ganado. Lo
que es asombroso, es la gracia de Dios. Ver Salmo 5:5 y compare el v.4 (es
asombroso que a alguien le sea permitido entrar a la presencia de Dios). ¿Cómo
podemos entender la palabra “aborrecer” en Malaquías 1:2-3? Comparar Lucas 14:26
con Mateo 10:37 (nuestro amor por el Señor tiene que ser tan grande que, en
comparación, nuestro amor por cualquier otro parece odio). Otro pasaje instructivo es
Génesis 29:16-18, 30, 33. Jacob escogió a Raquel. El la escogió para que fuera su
cónyuge. El escogió amarla. Lea fue aborrecida en el sentido de que ella no fue
escogida. El asunto en Romanos capítulo 9 es este: ¿A QUIÉN HA ESCOGIDO DIOS? El
punto principal de Pablo es: No todos los que descienden de Israel son israelitas.
Dentro de Israel hay un grupo especial conocido como el Israel escogido (el verdadero
Israel, el Israel creyente). El asunto que aquí se trata es la ELECCIÓN. De modo que
cuando Dios dice “a Esaú aborrecí”, significa “No he escogido a Esaú”. Cuando dice
“Amo a Jacob”, significa “he escogido a Jacob y mis promesas y bendiciones se
cumplirán en él y en su simiente después de él”.
Romanos 9:14
Pablo anticipa una objeción: “¿Cómo puede Dios escoger a una persona y no escoger a
otra persona? Eso no es justo”. Esto lleva a una pregunta importante: “¿Qué hay
injusticia en Dios?” (En el griego, esta pregunta exige una respuesta negativa).
“Injusticia” = maldad, arbitrariedad, mala acción o mala decisión, parcialidad,
atropello. ¿Hay injusticia (incorrección) en Dios? ¡Perezca ese pensamiento! (¡Dios no
lo permita!). Dios es perfectamente justo, correcto y honesto en todo lo que hace. Hay
injusticia en Esaú y en Jacob y en cada uno de nosotros, pero no en Dios. La
INJUSTICIA está en el hombre, pero no en Dios (ver Romanos 1:18, 29; 2:8; 3:5;
6:13 donde se encuentra esta misma palabra “injusticia”; comparar también Romanos
3:10). Clarifiquemos de una vez por todas: EL JUEZ DE TODA LA TIERRA HARÁ LO
QUE ES JUSTO (ver Génesis 18:25). Si Dios fuera injusto, dejaría de ser Dios. ¡El Dios
Justo no puede hacer mal!
Si Dios operara en base a las obras de los hombres o del mérito humano o de la
calidad humana (lo que el hombre merece recibir de Dios), o si Dios operara en base a
la absoluta justicia, ENTONCES NINGUNO DE NOSOTROS LO LOGRARÍA. Todos
nosotros merecemos la ira y el juicio de Dios. Todos merecemos el infierno de Dios. Si
Dios enviara a CADA UNO DE NOSOTROS al lago de fuego para siempre, ÉL SERÍA
PERFECTAMENTE JUSTO Y CORRECTO, porque esto es lo que cada uno de nosotros
merecemos (Romanos 6:23a; Romanos 1:32; 1:18). Lo asombroso no es que Dios
salve a unos pocos, sino que Dios sea misericordioso con alguien. Lo asombroso
no es que muchos sean juzgados, sino que alguien sea justificado. Lo asombroso no es
que Dios aborreciera a Esaú, sino que Dios amara a Jacob. Los que meditan sobre los
misterios de la elección de Dios, nunca deberían dejar de maravillarse y de estar
agradecidos de que Dios, en Su infinita gracia y misericordia, haya escogido a algunos:
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios OS HAYA ESCOGIDO desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad” (2
Tesalonicenses 2:13).
Romanos 9:15
Pablo está citando Éxodo 33:19 y es importante entender el contexto del pasaje. En
Éxodo capítulo 32 los hijos de Israel se habían apartado rápida y perversamente del
camino que Dios les había ordenado (v.8) y habían hecho un becerro de oro, violando
el segundo mandamiento. El pueblo era culpable y todos ellos merecían ser juzgados y
destruidos (ver Éxodo 32:10—Dios podría, con toda justicia, haberlos destruido a
todos). Es asombroso que sólo murieran 3000 (Éxodo 32:28). Comparar la
preocupación de Moisés por su pueblo (Éxodo 32:32) con la preocupación de Pablo por
los judíos (Romanos 9:1-3). Que nunca dejemos de maravillarnos por la gran
misericordia de nuestro Dios (Éxodo 34:5-7) y que, como Moisés, inclinemos nuestras
cabezas y lo adoremos (Éxodo 34:8), diciendo, “Señor, no hay injusticia en TI”.
Romanos 9:16
Este versículo está hablando de la misericordia que Dios concede: “. . .Dios tiene
misericordia”. ¿Sobre qué base concede Dios Su misericordia? Note lo que dice el
versículo, “No depende del que . . .ni del que. . .SINO DE DIOS”. No depende del
hombre, sino de Dios. Comparar Juan 1:13.
“No depende del que quiere” =no depende del deseo o de la voluntad o del querer
del hombre; “Ni del que corre” = no depende de los esfuerzos del hombre (tenaz
afán y desvelo).
No depende del esfuerzo ni de la voluntad humana que Dios otorgue Su misericordia.
Depende de Dios, de Aquel que dijo, “Tendré misericordia del que yo tenga
misericordia”. Recuerda, nadie merece la misericordia. Nosotros merecemos ira
(Efesios 2:3-5). Pero Dios es RICO en misericordia (comparar Romanos 10:12).
Dios pudo darse a conocer de una manera maravillosa por medio de Faraón. Faraón
era un gobernante muy poderoso y su reputación se extendía a lo largo y ancho del
mundo. En muchos aspectos, el imperio egipcio no tenía rivales.
“Anunciado por” = declarar por, proclamar a lo largo y ancho. Por causa del trato de
Dios con Faraón, los gentiles llegarían a saber algo del poder del Dios de Israel (ver
Josué 2:9-10; 1 Samuel 4:7-8).
Romanos 9:18
“De modo que ÉL tiene misericordia de quien ÉL quiere y endurece a quien Él quiere”.
Es Dios quien muestra misericordia; es Dios quien endurece el corazón (el verbo
significa “hacer duro o seco”). El mismo sol que derrite la mantequilla, también
endurece la arcilla. “El que es perdonado, no puede decir que lo fue por ser mejor que
otros; mientras que el que es condenado, tiene que reconocer que recibe nada más
que la justa recompensa por sus pecados” (Hodge). Los que se pierden sólo pueden
culparse a sí mismos; los que son salvos, se lo agradecen solo a Dios. El hombre
recibe toda la culpa (y la merece); Dios recibe todo el mérito (y ÉL lo merece). Dios
recibe toda la gloria (1 Corintios 1:29-31).
1) Dios no fue injusto con Faraón, porque Dios nunca es injusto (Romanos
9:14).
Romanos 9:19
Pablo anticipa otra objeción: “¿Por qué entonces Dios nos censura y nos culpa? Porque,
¿quién puede resistir Su voluntad?” Si Dios nos endurece, ¿por qué nos culpa por ser
duros? “Resistir” = oponerse, estar en contra. Podemos imaginarnos a Faraón
diciendo, “¿Cómo puede Dios culparme? Yo solo estoy haciendo la voluntad de Dios y
estoy dando gloria a Dios”.
Romanos 9:20
Es interesante que Pablo en realidad no conteste la objeción, sino que nos muestra
cuál debería ser la actitud de nuestro corazón delante del Señor. En Romanos capítulo
9 Pablo está tratando con doctrinas que son muy difíciles de entender (el propósito de
Dios conforme a la elección-v.11; Dios otorgando soberanamente misericordia- v.15-
16; Dios mostrando misericordia a algunos y endureciendo a otros—v.18; etc.). Hay
una sola manera de entender estas cosas. Debemos ponernos en el lugar apropiado
delante de Dios (comparar Éxodo 34:8—Moisés inclinó su cabeza y adoró). Debemos
darnos cuenta de quienes somos. No solo somos frágiles criaturas hechos de polvo,
sino también somos criaturas caídas y depravadas. Solo cuando inclinamos nuestras
cabezas y nos humillamos ante nuestro Hacedor, estaremos preparados para aprender
el trato soberano de Dios hacia hombres pecadores que sólo merecen la ira y el juicio
de Dios.
¿Qué derecho tiene el hombre de debatir con Dios? ¿El hombre sabe más que su
Hacedor? ¿Es la criatura más sabia que el Creador? ¿Quiénes somos nosotros para
cuestionar la justicia de lo que Dios hace? ¿Quiénes somos nosotros para poner en
duda Su rectitud? El alfarero tiene todo derecho de tomar un trozo de arcilla y
transformarlo en el vaso que quiera y el vaso no tiene derecho de reclamar.
Ver Isaías 29:16 donde el profeta muestra lo absurdo que es que la vasija niegue que
ha sido hecha (“ÉL no me hizo”) o que neciamente diga que el alfarero no tiene
entendimiento (“No sabe nada”). Ver Isaías 45:9 donde el profeta muestra cuan necio
sería que el tiesto altercara o discutiera con su hacedor. Comparar Jeremías 18:1-6.
Romanos 9:21
“Vaso” = pieza de alfarería, jarro, plato, etc. Comparar 2 Timoteo 2:20 que también
habla de vasos de honra y vasos de deshonra. En el palacio de un rey puede haber un
vaso o vasija para poner bellas flores y otra vasija para colocar basura infestada de
gusanos. Otra vasija puede usarse para acarrear agua y otra para sacar residuos o
desperdicios. El alfarero tiene todo el derecho de hacer diferentes tipos de utensilios
para diferentes propósitos.
Romanos 9:22
¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que estas personas están “preparadas para
destrucción”? Esto está ilustrado en el caso de Faraón.
Dios no lo hizo malvado y obstinado; pero como castigo por su pecado, ÉL trató
con él de tal modo que la MALDAD DE SU NATURALEZA se reveló en una forma
y bajo circunstancias tales, que lo hizo un objeto preparado para la justicia
punitiva de Dios (Hodge).
Piense de esta manera: ¿Cómo puede ser hecho malo un hombre? No es necesario
hacer nada. Ya es malo y si es dejado a su propio arbitrio, con el tiempo revelará
totalmente la pecaminosidad de su corazón y lo merecedor que es del juicio de Dios.
¿Cómo puede ser hecho bueno el hombre y ser preparado para el cielo? Esto es
imposible aparte de la gracia de Dios y el Dios de gracia. El hombre no necesita de
Dios para ser malo. El hombre necesita de Dios para ser bueno. El hombre nunca
puede ser bueno sin Dios. Había una vez un tratado evangelístico que tenía estas
palabras en su cubierta: “¿QUÉ TENGO QUE HACER PARA PERDERME?” Cuando se
abría, el interior estaba en blanco.
Romanos 9:23
Este versículo deja muy en claro que es DIOS quien ha preparado de antemano los
vasos para gloria (en contraste con el v.22 que no dice que Dios preparó los vasos de
ira o destrucción).
Debemos ser muy cuidadosos de no adoptar una enseñanza sólo porque parezca tener
sentido o porque sea razonable o lógica. La única prueba segura de cualquier doctrina
es ésta: “¿QUÉ DICEN LAS ESCRITURAS?” (Romanos 4:3). Si es conforme a la Biblia,
somos responsables de creerlo, tenga o no tenga sentido, lo entendamos o no, parezca
ser razonable o no. La Biblia hace muy claro que LOS QUE SON SALVOS Y VAN AL
CIELO, PUEDEN DAR SÓLO GRACIAS A DIOS y que LOS QUE ESTÁN PERDIDOS Y
CONDENADOS, PUEDEN CULPARSE SÓLO A SÍ MISMOS.
Los que son salvos, sólo a Dios pueden dar gracias por ello: Ver 1 Corintios 1:29-31
(Dios debe recibir todo el reconocimiento); Efesios 2:8-9 (no hay motivo para
jactarse); Mateo 16:16-17 (Pedro no se abrió sus propios ojos); Juan 6:44-45, 65
(nadie puede venir al Salvador sin ser sobrenaturalmente capacitado para ello). Los
que están perdidos, sólo pueden culparse a sí mismos: 1 Timoteo 2:4 (Dios quiere que
todos los hombres sean salvos); Romanos 10:12-13 (Dios es rico para con todos los
que lo invocan); Mateo 23:37 (Dios estaba dispuesto, pero el hombre no quería); Juan
5:40 (la razón por al cual el hombre no tiene vida eterna es por su porfiada NEGATIVA
a venir al único Salvador); 2 Tesalonicenses 1:8-9 (los que sufren el eterno castigo son
los que DESOBEDECIERON las buenas nuevas del evangelio). El hombre tiene que
asumir toda la responsabilidad y culpa por su destino eterno.
La persona salva dirá con gratitud, “ESTOY EN EL CIELO GRACIAS A DIOS”. La persona
perdida tendrá que decir con verdad, “YO ESTOY EN EL INFIERNO POR CULPA MÍA”.
Los que están condenados nunca podrán culpar a Dios o decir, “Estoy condenado
porque DIOS NO ME ESCOGIÓ”. Su condenación no se debe a que Dios los rechazara a
ellos, sino porque ELLOS RECHAZARON A DIOS: “El que no creyere, será condenado”
(Marcos 16:16). “El que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
Nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18). “De pecado, por cuanto no creen en
Mí” (Juan 16:9). “Y no queréis venir a Mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
El hombre no contribuye a su propia salvación. Es la obra de Dios, “no por obras, para
que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Dios no contribuye a la incredulidad del hombre.
Esa es obra del hombre. Solamente Dios puede llevar a cabo la salvación. El hombre
tiene que creer. Dios debe recibir toda la gloria y todo el mérito. El hombre incrédulo
tiene que asumir la culpa. “A Dios sea la gloria, grandes cosas HA HECHO ÉL”. “Soy un
gran deudor de la gracia”.
Romanos 9:24
¿Quiénes son estos vasos de misericordia? “ESTO ES, NOSOTROS”. Los vasos de
misericordia son los que Dios ha llamado (ver Romanos 8:28, 30). La IGLESIA es la
ASAMBLEA LLAMADA POR Dios (ekklesia) compuesta de judíos y gentiles (comparar
Romanos 3:29).
Recuerda el trasfondo histórico. El libro de Romanos fue escrito por Pablo alrededor del
año 56 D.C., esto es, 25 años después de la muerte y resurrección de Cristo. La
mayoría de los judíos no estaba respondiendo al evangelio (Rom. 11:28). Una muy
pequeña minoría de judíos había puesto su fe en Jesús como su Mesías, incluyendo a
Pablo. Cuando recién comenzó la iglesia, la membresía era totalmente judía (Hechos
2). En Hechos capítulo 10 fueron salvos los primeros gentiles y fueron añadidos a la
iglesia. Al paso del tiempo, más y más gentiles vinieron a Cristo y antes de mucho, la
mayoría de cristianos eran gentiles. Pronto los judíos salvos llegaron a ser una minoría
en las iglesias. Hoy en día, un creyente judío es una rareza. En los días en que Pablo
escribió a los Romanos, esto constituía todo un problema: Si los judíos son el pueblo
escogido de Dios (Rom. 9:1-5), ¿entonces por qué tan pocos judíos son salvos? “¿Ha
desechado Dios a Su pueblo?” (Ver Rom.11:1). En Romanos 9:24 Pablo está ayudando
a entender que en esta presente edad el pueblo escogido de Dios son aquellos que ÉL
ha llamado “no sólo de los judíos, sino también de los gentiles”.
Hay algunos que creen que la iglesia es el “VERDADERO ISRAEL”. Sin embargo, nótese
que Pablo no dice, “A los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros los
VERDADEROS JUDÍOS, el VERDADERO ISRAEL, compuesto de judíos salvos y de
gentiles salvos”. No, en la Iglesia de Dios no hay judío ni gentil (ver Colosenses 3:10-
11; Gálatas 6:15).
¿Qué derecho tienen los gentiles de ser el pueblo de Dios? ¿Por qué deberían ser
incluidos en aquella especial asamblea llamada por Dios, la iglesia? En el pasado, los
gentiles no habían sido el pueblo de Dios. Los judíos habían sido el pueblo de Dios.
¿Cómo puede Dios dejar que un pueblo llegue a ser Su pueblo, si previamente no
habían tenido en absoluto una real y recta relación con Dios?
Pablo responde a esto citando dos pasajes del libro de Oseas. Ver Oseas 2:23
(Rom.9:25) y Oseas 1:9-10 (Rom.9:26). El profeta Oseas se refiere a Israel, las diez
tribus del norte, que se habían apartado del Señor y que se habían vuelto a la
idolatría. Por su infidelidad, Dios los deshereda y los llama “LOAMMI” (Oseas 1:9), una
expresión hebrea que significa “no Mi pueblo”. “Porque vosotros no sois mi pueblo, ni
yo seré vuestro Dios” (Oseas 1:9). Sin embargo, nos asombra leer que en el futuro
Israel será restaurado nuevamente en el favor de Dios y que Dios los reclamará como
propios: “les será dicho: Sois hijos del Dios viviente” (Oseas 1:10 y ver 2:23). Estos
judíos se apartaron de Dios y se volvieron a un estado apóstata y pagano, pero Dios
promete que un día estos israelitas serán restaurados a Su favor. Aunque Oseas se
estaba refiriendo a los israelitas, el principio se aplica a los gentiles. El principio es
éste: Dios, en Su misericordia, traerá a un pueblo, previamente rechazado, a
una relación con ÉL. Pablo aplica este principio a los gentiles: ellos no eran el pueblo
de Dios, pero ahora lo son. Lo que se enfatiza en esta cita de Oseas es la soberana y
compasiva gracia de Dios mostrada hacia aquellos que (sean judíos o gentiles) carecen
del derecho de considerarse a sí mismos pueblo de Dios (ver 1 Pedro 2:9-10).
“Bien, dejaremos que los gentiles sean parte del pueblo de Dios, pero, ¿qué de los
judíos? ¿No son los judíos el pueblo de Dios? ¿Por qué no pueden todos los judíos ser
el pueblo de Dios? ¿Por qué se opone al evangelio la vasta mayoría de los judíos y son
enemigos de la cruz (11:28)? ¿Por qué son tan pocos los judíos que han reconocido a
Cristo como Salvador y lo han recibido por fe?”
“Clama” = llamar, exclamar (indica el urgente discurso del profeta). “Como la arena
del mar” = un número incontable (tantos, que no los puedes
contar). “Remanente” = parte pequeña, pequeño grupo sobreviviente. De los
millones y millones de judíos, sólo un pequeño número (un remanente) será salvo. El
resto perecerá. Comparar Romanos 9:6—Dentro de la nación de Israel (los judíos) hay
un grupo mucho más pequeño conocido como el verdadero Israel o el Israel elegido o
el remanente piadoso (ver Romanos 11:5—“un remanente escogido por gracia”).
Romanos 9:28 habla del juicio de Dios. Dios podará y recortará a la nación de modo
que quedará sólo un remanente. Cuando Dios juzga, es poco lo que queda.
(“Ejecutará Su sentencia” llevará a su fin, completará Su resolución). La mayoría de
los judíos serán “enjuiciados” (cortados), pero un remanente será salvo. Compare “el
tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7) cuando dos tercios de la nación serán
cortados de ella y se perderán (Zacarías 13:8).
Romanos 9:29 parece responder a una objeción: “No es justo que sólo unos pocos (un
pequeño remanente) sea salvo. ¿Por qué no puede ser salva la mayoría de los judíos?
¿Por qué habrá solo unos pocos sobrevivientes?” Paro al leer el versículo, debemos
estar agradecidos de que habrá ALGUNOS SOBREVIVIENTES. Gracias a Dios que
algunos serán salvos. No hubo sobrevivientes en Sodoma. Ningún habitante de
Sodoma escapó (Lot no era sodomita, aunque él vivía allí). Fue una DESTRUCCIÓN
TOTAL. Ellos fueron TOTALMENTE destruidos. “Señor de los ejércitos” = “Señor de
las huestes” (Señor del Universo, Soberano, Comandante y Jefe). “Descendencia”—
esta palabra debería relacionarse con la palabra “remanente” del v. 27.
Romanos 9:30-31
“Iban tras” = seguían, perseguían, lograr alcanzar algo. Los gentiles no iban en busca
de la justicia de Dios, pero terminaron recibiéndola, poniendo simplemente su fe en
Jesucristo (Romanos 3:22-24; 4:5; 5:1). Los judíos buscaban la ley de la justicia y
trataban diligentemente de guardar la ley, pero nunca obtuvieron la justicia de Dios,
porque la justicia de Dios no se consigue por las obras de la ley (Rom.3:20; 10:3-4;
Gálatas 2:16). Para alcanzar y obtener la justicia por la ley, una persona tendría que
cumplir perfectamente la ley en cada momento de su vida. Ningún judío (o gentil)
pecador ha hecho esto jamás y jamás podría hacerlo (Gálatas 3:10-11). Los gentiles
no buscaban la justicia de Dios, pero escucharon el evangelio, confiaron en Cristo y
fueron justificados total y gratuitamente (multitudes de gentiles habían abrazado el
Cristianismo cuando el libro de Romanos fue escrito). Los judíos estaban a la siga de la
justicia de Dios, pero trataban de conseguirla de manera equivocada, dependiendo de
ELLOS MISMOS en vez de depender del SALVADOR (Rom.10:3). Ellos no lograron ni
alcanzaron la justicia que buscaban y necesitaban desesperadamente. Los judíos
buscaron, pero no encontraron. Los gentiles no buscaron, pero encontraron. (Como un
hombre que ha estado buscando oro durante toda su vida sin encontrarlo; otro hombre
que no está buscando oro, excava un fundamento para su casa y se encuentra con una
gran veta de oro. Otro ejemplo: un cazador persigue a una liebre durante todo el día
sin lograr alcanzarla. Otro hombre que no estaba cazando, va caminando en el
momento preciso y en el lugar preciso y sucede que una liebre salta a sus brazos).
Otra ilustración: Imagínate a mucha gente que está en el muelle del puerto de Nueva
York tratando de dar un salto para llegar a Londres. Esto es una absoluta imposibilidad
(tal como es absolutamente imposible que hombres pecadores guarden la santa ley de
Dios). Ninguno de los saltadores lo logra, aunque algunos logran saltar más lejos que
otros. Pero todos quedan muy lejos de la distante costa de Londres. Otra persona no
está tratando de saltar. Está allí parado observando a todos esos necios saltadores.
Sucede que se sube a un barco que está junto al muelle para poder observar mejor y,
repentinamente, el barco abandona el muelle y lo lleva a Londres. Los saltadores que
estaban tratando de lograrlo por sí mismos, no lo consiguieron y no alcanzaron su
meta. El espectador logró llegar a Londres (aunque no estaba tratando de llegar allá)
en virtud del barco que hizo todo el trabajo. Comparar 1 Pedro 3:18.
Romanos 9:32-33
¿Por qué Israel no alcanzó la justicia de Dios? Porque trataron de lograrla de una
manera equivocada. Y rechazaron a Cristo mismo, cuya muerte en la cruz habría hecho
posible que fueran justificados. Pablo cita nuevamente del Antiguo Testamento (ver
Isaías 8:14 y 28:16). Piensa otra vez en la ilustración del barco. El pueblo judío está
tratando (con sus propias fuerzas) de saltar a Londres y ninguno lo está logrando.
Llega un barco (que representa a Cristo que los puede llevar a donde necesitan estar –
1 Pedro 3:18). Ellos resienten esto y están ofendidos (“Saquen este barco de nuestro
camino. Estamos tratando de saltar”). Todo lo que ellos necesitaban hacer era subirse
al barco y dejar que hiciera todo el trabajo para llevarlos a Londres (el barco
representa a Cristo; subirse al barco representa la fe; saltar representa tratar de
llegar a Dios por las obras de la ley o por los propios esfuerzos religiosos del hombre).
Comparar Mateo 21:42-44. ¿Cuál es tu relación con la Piedra, Cristo Jesús? Tres
alternativas:
1) Puedes tropezar sobre la piedra y ser quebrantado (1 Pedro 2:8); 2) Puedes dejar
que la piedra caiga sobre ti y te pulverice. 3) Puedes pararte firme sobre la piedra y
estar salvo y seguro (un cuadro de la fe). Apliquemos estas tres alternativas a la
ilustración del barco: 1) tropezar con el barco y ser herido; 2) saltar al agua y tener al
barco atropellándote; 3) subir al barco y dejar que te lleve a Londres.
CAPÍTULO 10
“Anhelo” significa “deseo, añorar” (el verbo significa “estar complacido”; por lo tanto,
Pablo estaba diciendo, “Estoy anhelando su salvación, y su salvación traería mucha
alegría y regocijo a mi corazón”). La palabra “oración” no es la palabra que se usa
comúnmente en el Nuevo Testamento para oración, sino es una palabra que indica un
pedido específico en vista de una necesidad. Era una oración específica para una
necesidad específica: que ellos fueran salvos. En el futuro, Israel, como nación, será
salva (ver Romanos 11:26). En el presente, Pablo estaba orando para que judíos
individuales creyeran en Cristo y fueran salvos. Pablo mismo era un judío que confió
en Cristo para salvación (Hechos capítulo 9). Nosotros, tal como Pablo, debemos tener
la compasión de Cristo por los que están perdidos (Mateo 9:36-38).
Hay una enseñanza extrema y errónea que dice que la soberanía de Dios contradice la
responsabilidad humana. Dice algo como esto: “¿Por qué habría de molestarme en
orar? Una persona ha sido elegida o no ha sido elegida. Dios la salvará o no la salvará.
Si Dios ha determinado que esa persona sea salva, entonces ella será salva, tanto si
yo oro, como si no. Así, ¿por qué habría yo de orar?” Pablo oraba. La doctrina de la
soberanía de Dios, si es entendida correctamente, nunca es un obstáculo para la
oración. La soberanía de Dios debería ser un gran incentivo y aliciente para la oración.
El Dios a quien oramos es el Dios que controla todas las cosas y que hace “todas las
cosas según el designio de Su voluntad” (Efesios 1:11). La oración nos pone a nosotros
a tono y en armonía con la mente y el corazón y la voluntad de nuestro Dios soberano,
de modo que ÉL pueda obrar más efectivamente en y por medio de nosotros para
llevar a cabo Su propósito (Filipenses 2:13).
Cuando una persona es realmente salva, tendrá una preocupación y deseo y carga por
la salvación de otros. El verá a otros como hombres y mujeres perdidos que necesitan
desesperadamente a Cristo. El comparte el deseo de su Dios y Salvador (ver 1 Timoteo
2:3-4).
Romanos 10:2
Aquí, Pablo está diciendo: “Yo soy un testigo. Yo se todo acerca de su celo (su afán, su
desvelo), porque yo soy judío y yo era igual (ver Gálatas 1:14; Filipenses 3:6 celo sin
conocimiento; 3:9-10 celo con conocimiento). Un celo que es sin conocimiento es
como un jugador de fútbol que toma la pelota y corre con todas sus fuerzas, pero que
corre hacia el lado equivocado. “Celo de Dios” significa celo por Dios (Dios es el
objeto de mi celo). Algunos tienen celo sin conocimiento; otros tienen conocimiento sin
celo (una ortodoxia muerta).
Romanos 10:3
La palabra “ignorante” se conecta con la frase “no conforme a ciencia” del v.2. Ellos
ignoraban por completo el método de justificación de Dios basado en la gracia y
estaban intentando su propio método de justificación basado en las obras/ley/carne. El
énfasis está sobre las palabras “SU PROPIO”. La frase “procurando” significa
“buscando”. Esta es la elección: ¿Debería tratar de obtener la justicia por mis propios
esfuerzos o por la gracia de Dios? ¿Debo establecer mi propia justicia o debo
sujetarme a Su justicia? ¿Soy YO LLEVÁNDOME A DIOS o es CRISTO LLEVÁNDOME A
DIOS (1 Pedro 3:18)? ¿Encuentro la justicia en el Monte Sinaí (tratando de guardar la
ley) o encuentro la justicia en el Monte Calvario (confiando en el Salvador que fue
crucificado por mí)?
Ilustración: Los que buscan establecer su propia justicia cumpliendo la ley son como
la gente que trata de nadar de Nueva York a Londres por sus propios esfuerzos. Es
imposible. Algunos lo harán mejor que otros. Algunos incluso podrán nadar varias
millas. Pero todos se ahogarán y perecerán en el océano. Nadie lo logrará. “Los que
“se sujetan” son como los que sencillamente se suben al barco y dejan que el barco los
lleve de Nueva York a Londres. El barco hace todo el trabajo. No son ellos mismos los
que se llevan allá, es el barco el que los lleva. Cristo es Aquel que nos lleva a Dios (1
Pedro 3:18; Juan 14:6). Nuestras propias obras y nuestros propios esfuerzos, no
importa cuán diligentes y sinceros seamos, nunca nos llevarán a Dios (ver Efesios 2:8-
9; Tito 3:5).
Romanos 10:4
Cuando vengo a Cristo por salvación, esto pone fin a mi búsqueda de encontrar y
obtener justicia por medio de guardar la ley. Toda la justicia que necesito se encuentra
en Jesucristo. La ley puede mostrarme mi INJUSTICIA, pero no puede darme justicia:
“pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo” (Gálatas 2:21).
La justicia de Dios se obtiene en el Monte Calvario, no en el Monte Sinaí. Usando
nuevamente la ilustración del barco: subir al barco representa la fe en Cristo (“todo
aquel que cree”). Todo aquel que ha abordado el barco puede decir: “Ya no necesito
nadar. He encontrado una vía mejor. Estoy confiando en que este barco me llevará al
lugar que yo nunca podría alcanzar nadando. Mis días de natación han llegado a su fin,
porque ahora estoy en el barco”. ¡Mis días tratando de obtener justicia por la ley han
terminado!
Como Pablo escribió en otro lugar, “Y ser hallado en ÉL, no teniendo MI PROPIA
justicia, que es por la ley, sino la (justicia) que es por la fe de Cristo (aquella fe que
tiene a Cristo como objeto), la justicia que es de Dios (literalmente, “la justicia que
viene de Dios”, lo que significa que mi justicia viene de Dios, ÉL es la fuente de ella)
por la fe” (Filipenses 3:9). Los judíos incrédulos estaban bajo la ira de Dios, porque
ellos no podían vivir conforme a Su ley y no querían someterse a Su gracia.
Nótese que se ha agregado un requisito: “a todo aquel que cree”. Este requisito
implica que solamente para el creyente, Cristo es el fin de la ley para
justicia. [Los incrédulos, según se ve en el v.3, todavía están muy ocupados
siguiendo la ley para justicia, a pesar de que este método nunca funcionará. La
ley no ha terminado para ellos, porque todavía están confiando en ella para su
justificación]. Pablo dice que es para todo aquel que cree, que Cristo es el fin de
la ley, y toda su declaración es simplemente en el sentido de que todo
creyente ha acabado con la ley como método para lograr justicia [el material
entre paréntesis y enfatizado ha sido agregado] — (Epístola a los Romanos).
La ley demanda justicia perfecta la cual yo nunca podré lograr ni obtener por mí
mismo. Cuando recibí al Señor Jesucristo como a mi Salvador, en Cristo me fue dada
toda la justicia que Dios jamás requerirá de mí. He encontrado lo que necesitaba, no
por la ley, sino en Jesucristo. ÉL es mi justicia.
Romanos 10:5
Esta cita es de Levítico 18:5 y el énfasis está sobre la palabra “HACER”. Literalmente,
“el hombre que haya hecho estas cosas, vivirá”. Si una persona ha guardado la ley,
entonces vivirá. Este es el “evangelio” según la ley, pero realmente no son buenas
nuevas cuando nos damos cuenta de que lo contrario también es cierto: “Si has fallado
en guardar la ley, morirás”. El castigo por una ley quebrantada es la muerte. Pero si
un hombre cumple la ley, vivirá.
Romanos 10:6-7
El lenguaje que Pablo utiliza aquí fue tomado de Deuteronomio 30:11-14. ¿Quién hará
bajar a Cristo del cielo? ¿Quién hará subir a Cristo de los muertos? “El hombre no
podía hacer ninguna de las dos cosas, pero Dios, por gracia, va al encuentro del
hombre. Fue el Padre quien envió a Su Hijo al mundo. Fue por la gloria del Padre que
ÉL fue levantado de los muertos. ‘De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su
Hijo unigénito' y ‘Dios le levantó de los muertos'” (William Kelly). No necesitas hacer
bajar a Cristo del cielo. El Padre envió al Hijo. ÉL ya vino. Ya ha sucedido. “Cristo Jesús
vino al mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15). Es un glorioso hecho
consumado (que debe ser creído).
Cristo no necesita ser resucitado de los muertos. Eso ya fue hecho. Es un hecho que
tiene que ser creído (v.9). No hay nada que el hombre necesite hacer. Dios, no el
hombre, llevó a cabo la encarnación y Dios, no el hombre, llevó a cabo la resurrección.
Cristo Jesús realizó todo lo que era necesario para la salvación del hombre. ÉL
descendió a la tierra, murió en la cruz y resucitó de los muertos. Estos grandes hechos
tienen que ser predicados y creídos.
Hay una enorme diferencia entre el verdadero Cristianismo y todas las demás
religiones del mundo. Las religiones del mundo pueden resumirse en tres letras: HAZ,
el verdadero Cristianismo en cambio, se puede resumir en cuatro letras: HECHO.
¿Quién puede decir del alivio que experimenta un corazón agobiado cuando descubre
que todo está hecho y que todo fue realizado por Otro (Juan 19:30)? (Quién puede
decir del alivio del nadador cuando se da cuenta de que no necesita nadar hasta
Londres, sino que puede simplemente subir al barco y dejar que el barco haga todo el
trabajo).
Romanos 10:8-9
“Cristo ha sido dado y es predicado. Es del hombre confesarlo con su boca y creerlo
con el corazón” (William Kelly). El glorioso anuncio acerca de Cristo está CERCA. No
está lejos. Es asequible a todos y está disponible para todos. Las buenas nuevas de
salvación están al alcance de todos. (Ilustración nadar/barco: el barco está allí. Sólo
necesitas subir a él). ¿Cuán cerca está? En tu boca y en tu corazón. Pero necesitas
hacer algo con ello. Con tu corazón créelo. Con tu boca, confiésalo. (Está cerca y
próximo a la gente en América hoy, está tan cerca, que está en sus bocas—usan el
Nombre del Señor todo el tiempo, pero de mala manera, no para confesar, sino para
blasfemar).
Los versículos 8-9 pueden ser ilustrados por el ladrón en la cruz (ver Marcos 15:32 y
Lucas 23:39-43). El Cristo crucificado estaba muy cerca de él. La palabra estaba en la
boca del ladrón, pero de manera equivocada (él primero lo insultó). Pero este hombre
se arrepintió y creyó en su corazón que Dios le levantaría de los muertos (Lucas
23:42) y con su boca él confesó a Cristo como Señor y Rey (Lucas 23:42). ¡Que
creamos y confesemos como lo hizo este hombre!
Confesar que Jesús es el Cristo significa que una persona está de acuerdo de que Jesús
es en verdad el Mesías (Juan 1:41; 4:25-26, 42). Según las Escrituras del Antiguo
Testamento, el Mesías era retratado como 1) el Dios-Hombre (Isaías 7:14); 2) el Dios
fuerte (Isaías 9:6); 3) el Sustituto y Salvador del pecador (Isaías 53:4); 4) el Rey
eterno (Miqueas 5:2) y 5) EL SEÑOR (JEHOVÁ) JUSTICIA NUESTRA (Jeremías 23:5-6).
Confesar que Jesús es el Mesías tiene un costo (Juan 9:22) y por causa de este costo,
muchos no lo confiesan (Juan 12:42). Pero los que confiesan a Jesús delante de los
hombres, tienen la promesa de Cristo mismo de que ÉL los confesará a ellos ante los
ángeles y ante Su Padre celestial (Mateo 10:32; Lucas 12:8).
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor”—el énfasis está sobre la palabra
“Señor”. La construcción de la frase es similar a Filipenses 2:11 (“Todo lengua confiese
que Jesucristo es el Señor”). ¡Jesús es Señor! Esta es la verdad que debe se
confesada por la boca del creyente. La PALABRA “Señor” es la palabra griega “kurios”,
que es la palabra que es usada consistentemente en el Antiguo Testamento para
JEHOVÁ (en la Septuaginta). Debemos confesar que Jesús es JEHOVÁ, lo cual significa
que ÉL es DIOS (el único Salvador y el único Dios—ver Isaías 43:11; 44:6, 8; 45:21-
22 donde JEHOVÁ declara que ÉL es el único Dios y el único Salvador. No hay otro).
Jesucristo es Dios. ÉL es el soberano Señor. ÉL es Jehová Jesús. Los creyentes
confiesan ahora gustosamente esta verdad (Romanos 10:9). Todos los hombres
confesarán algún día esta verdad (Filipenses 2:11). Durante los primeros siglos los
cristianos se negaron a inclinarse ante César y se negaron a llamarlo Señor. En vez de
ello confesaron que Jesús era Señor.
Hoy en día hay un gran debate en cuanto al Señorío de Cristo. A menudo se hace la
pregunta, “¿Puede una persona recibir a Cristo como Salvador, y no como Señor?” En
un extremo están quienes enseñan que 1) la gente puede recibir a Cristo como
Salvador pero rechazar Su Señorío, de modo que pueden vivir como les plazca; 2) los
creyentes irán al cielo porque son salvos, pero muchos de ellos vivirán vidas inmorales
e inicuas mientras estén en la tierra, de modo que no podrás siquiera distinguirlos de
los inconversos; sin embargo, estos carnales no recibirán ninguna recompensa; 3) los
creyentes pueden vivir en total rebeldía contra la autoridad de Cristo sobre sus vidas y
aún así ser salvos. En el otro extremo están aquellos que enseñan que toda persona
salva se inclinará inevitablemente ante la autoridad de Cristo y se someterá totalmente
a Su Señorío en cada área de su vida y que será Su fiel discípulo. Ellos dicen que no
hay tal cosa como un cristiano carnal y que cualquier evidencia significativa de
carnalidad indicaría que esa persona no es salva. Como sucede a menudo, la
enseñanza de la Biblia al respecto se encuentra entre estos dos extremos. La verdad
de Dios debe mantenerse siempre en un cuidadoso equilibrio. “El péndulo oscila a
extremos ridículos, pasando por alto la verdad que está en el medio”. Considere lo
siguiente:
1. El término “Señor” (kurios) se usa para un amo que es señor sobre su esclavo o
esclavos (Colosenses 3:22). El creyente puede decir, “Jesucristo es mi Dueño y
yo soy Su esclavo por amor”.
2. El término “Señor” se usa para un emperador o rey, que es señor sobre sus
súbditos. Se usaba para el emperador romano: “César es Señor”. Comparar
Hechos 25:26; Mateo 27:63 (Pilato) y Apocalipsis 17:14. El creyente puede
decir, “Jesucristo es mi Rey y yo soy Su súbdito”.
4. El término se usa para un empleador que es señor sobre sus empleados (Lucas
16:3, 5). El creyente puede decir, “El Señor Jesús es mi Amo y mi Jefe”.
5. El término se usa para un padre que es señor sobre su hijo (Mateo 21:30). El
creyente se somete a Dios como su Padre celestial.
6. Para los judíos el término “kurios” era una palabra griega que se usaba para
traducir dos nombres importantes de Dios: 1) Adonai (que significa Amo y
Señor y Soberano; y 2) Jehová (el Nombre más sagrado para Dios en lo que
concierne a los judíos; se refería a la deidad absoluta). Ver Salmo 110:1—“El
Señor (Jehová) dijo a mi Señor (Adonai)”. En la traducción griega ambos
Nombres fueron traducidos como KURIOS (Señor).
7. Cuando Tomás vio al Señor resucitado él dijo, “Mi Señor y mi Dios” (Juan
20:28) y esto incluía significados tales como “mi Señor, mi Amo, mi Soberano,
mi Dueño, mi Autoridad, etc.
9. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador, también lo recibe como
Señor, porque eso es exactamente lo que Él es. Note con cuidado Colosenses
2:6—“De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo”. ¿Quién es este
Salvador en quién he creído? Ver Lucas 2:11—“Un Salvador, que es Cristo el
Señor”. Nunca debemos divorciar el Señorío de Cristo de Su calidad de Salvador
(o viceversa). Una persona no puede decir, “Yo recibo a Jesús como Salvador,
pero lo rechazo como Señor”. Esto es imposible porque la Persona que has
recibido (si es que lo has recibido realmente) es Señor de todos (Hechos
10:36). ÉL es el Señor Jesucristo y ÉL es Señor de todo. Precisamente ahora ÉL
es Señor, lo creas o no lo creas, te guste o no te guste, lo reconozcas o no lo
reconozcas, tanto si te sometes a Él como si no. ÉL es todo lo que ÉL es y ÉL es
todo lo que Dios dice que es. Cuando una persona recibe al Señor, lo recibe
como todo lo que ÉL es.
10. Ver Hechos 9:6 y Hechos 22:10. El apóstol Pablo se rindió al Señorío de Cristo
desde un comienzo. Que el clamor del corazón de todo verdadero creyente sea,
“Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (comparar Isaías 6:8—heme aquí, Señor).
11. Ver Hechos 16:31. Aquel en quien hemos de creer es SEÑOR. cf. Juan 9:38.
12. ¿ES JESUCRISTO TU SEÑOR? Todo verdadero creyente debería decir sin
vacilación “SÍ” Y “AMÉN”. Si una persona no puede decir eso, deberíamos dudar
si acaso esta persona es realmente salva (1 Corintios 12:3).
Romanos 10:10
LA CONFESIÓN ES FE HECHA AUDIBLE (tal como las buenas obras son fe hecha
visible –ver Santiago 2:14-26). ¿Cómo puedo saber si eres realmente salvo antes de
que lo confieses? “Se confiesa para salvación”. Esto no significa que la confesión
sea una condición para la salvación (tienes que confesar a Cristo para ser salvo), sino
que significa que la confesión es el resultado o evidencia de la salvación (tu confiesas a
Cristo para mostrar que eres salvo). La confesión no es algo que la persona hace para
ser salva; la confesión es algo que hace la persona salva. La fe tiene que ser
expresada EXTERIOR y PÚBLICAMENTE. La fe es la raíz; la confesión es el fruto. Todo
aquel que realmente cree, confesará a Cristo (Mateo 10:32; Romanos 10:9 y cf.
Apocalipsis 3:5). Sin embargo, no todo el que confiesa a Cristo es un verdadero
creyente (ver Mateo 7:23; Tito 1:16 y 2 Timoteo 2:19). En el ejército de Dios no hay
lugar para “creyentes secretos”. Que nunca nos avergoncemos de nuestro Comandante
en Jefe (2 Timoteo 2:3-4).
Tal como la etiqueta en un envase proclama su contenido, así también por la confesión
el creyente proclama quién mora en él (2 Corintios 13:5 “. . Jesucristo está en
vosotros”).
Romanos 10:11
Romanos 10:12
Romanos 10:13
En la Biblia hay dos ejemplos muy claros de hombres que invocaron el Nombre del
Señor: 1) El publicano o cobrador de impuestos de Lucas 18:10-14—“DIOS, SÉ
PROPICIO A MÍ, PECADOR”. 2)El malhechor en la cruz de Lucas 23:39-43 “SEÑOR,
ACUÉRDATE DE MÍ CUANDO VENGAS EN TU REINO”. Conociendo su desesperada
necesidad, ellos clamaron con fe al Único que podía hacer frente a su necesidad. El
publicano fue “justificado” y el malhechor estaría pronto en el “paraíso”. El Fariseo y el
otro malhechor se negaron a invocar al Señor y ambos desecharon clamar por
salvación, y ambos permanecieron en sus pecados. Ellos enfrentarán una eternidad sin
Cristo en el infierno.
Romanos 10:14-15
Estos son grandes versículos misioneros que muestran la importancia de predicar el
evangelio a quienes no han escuchado. Pablo da el ORDEN exactamente al revés del
orden cronológico: Invocar, Creer, Oír el evangelio, Predicar el evangelio, Ser enviado.
El orden cronológico es lo contrario: primero Dios envía al predicador que predica el
evangelio, el pecador oye, cree en su corazón e invoca el Nombre del Señor. Los que
somos salvos, podemos dar gracias a Dios por enviar a alguien con el mensaje de
buenas nuevas por nuestro camino. Los que somos salvos, “debemos” el evangelio a
otros que no han oído (ver Romanos 1:15-16, donde leemos que Pablo era un deudor).
Antes de que una persona pueda invocar a Cristo, primero tiene que creer de corazón
en Cristo. Antes de que el malhechor clamara, “Señor, acuérdate de mí” él primero
creyó en su corazón. Sus palabras solamente expresaron la fe que ya tenía. Antes de
que una persona crea en Cristo, tiene que OÍR (comparar Juan 9:35-38). Una persona
no puede creer en Cristo si nunca ha escuchado de Cristo. La fe se radica sobre los
hechos respecto a QUIÉN ES CRISTO y LO QUE ÉL HA HECHO. Los hechos se
encuentran en la Palabra de Dios y esos hechos tienen que ser OÍDOS (comparar
Romanos 10:17).
Antes de que una persona pueda oír, el evangelio tiene que serle predicado (o que se
le entregue el evangelio de alguna manera, como con un tratado o un Evangelio de
Juan, etc.). Sin predicador no hay mensaje del evangelio y así no puede haber fe ni
salvación. Por eso los creyentes tienen una tremenda responsabilidad en esto, porque
NOSOTROS SOMOS LOS PREDICADORES QUE DIOS USA (no ángeles o algún otro ser).
Antes de que una persona pueda predicar (v.15), tiene que ser ENVIADA (POR DIOS).
Dios es el que envía. Dios, no el hombre, envía a Sus siervos y a Sus misioneros.
Nosotros hacemos el PEDIDO (Mateo 9:38) y Dios hará el ENVÍO. Cuán hermosos son
los pies de aquellos que Dios ha enviado y que proclaman fielmente las buenas
nuevas. Cuán feos son los pies de aquellos que han salido predicando un mensaje
falso, no habiendo sido enviados nunca por Dios (ver Jeremías 14:14, 15; 23:21, 32 y
también Gálatas 1:8-9).
Sería maravilloso si todos los que oyen las buenas nuevas, creyeran las buenas nuevas
y fueran salvos. La tragedia es que la gran mayoría de los que oyen el evangelio lo
rechazan, y ésto nos lleva al versículo 16.
Romanos 10:16
¡Qué trágico! Dios tiene buenas noticias y el hombre no las quiere. Ellos rechazan la
oferta de paz de Dios (v.15). Rechazan la invitación de Dios de ser salvos (v.13). Ellos
rechazan las riquezas de Dios (v.12). Ellos rechazan la salvación tan grande de Dios
(v.9). Ellos rechazan la justicia de Dios (v.3). ¡Es la tragedia de la insensata
incredulidad humana! No todos obedecieron al evangelio. En verdad, la gran mayoría
de la gente ha DESOBEDECIDO el evangelio. ¿Cómo desobedece una persona el
evangelio? Al negarse a creerlo. El mandamiento de Dios se ve claramente en 1 Juan
3:23 (la primera parte del versículo), y los que desobedecen este mandamiento son
desobedientes al evangelio. Isaías, el profeta, anticipó esta terrible incredulidad en el
primer versículo de ese importante capítulo 53, que habla del Mesías muriendo por
nuestros pecados. “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?” ¡No muchos! Qué triste que
la gran mayoría de los judíos rechazan el gran mensaje de Isaías 53 aún hasta el día
de hoy (y también la mayoría de los gentiles). “¿Y sobre quién se ha manifestado
(descubierto, revelado) el brazo (símbolo de fuerza y poder) de Jehová?” El evangelio
está encubierto a los que se pierden (2 Corintios 4:3) y el mensaje de la cruz es
“locura” para ellos (1 Corintios 1:18), pero para nosotros que somos salvos, es el
PODER de Dios (1 Corintios 1:18, 24; Romanos 1:16). Isaías 53:1 encontró su
cumplimiento en Juan 12:37-38, y sigue cumpliéndose hoy cuando hombres y mujeres
rechazan el evangelio de la gracia de Dios y se niegan a confiar en el Hijo de Dios, el
único Salvador.
Romanos 10:17
La palabra “el oír” (dos veces en el v.17) es la misma palabra griega como la palabra
“anuncio” del v.16. Para que una persona sea salva tiene que haber un anuncio y un
mensaje que es oído y este anuncio o mensaje tiene que ser creído. ¿Cómo puedo
obtener una fe que salva? ¿Cómo me puede venir una fe salvadora? Tengo que
escuchar el mensaje de la Palabra de Dios y responder a él de una manera positiva. La
Palabra de Dios es PODEROSA (Hebreo 4:12). La Palabra de Dios es EFICAZ (1
Tesalonicenses 2:13). La Palabra de Dios es VIVA (Juan 6:63, 68; Hebreos 4:12). La
Palabra de Dios es PENETRANTE (Hebreos 4:12; Efesios 6:17). La Palabra de Dios
puede hacer SABIA PARA LA SALVACIÓN a una persona (2 Timoteo 3:15). La fe del
hombre debe radicarse sobre los hechos de Dios y los hechos de Dios se encuentran en
la Palabra de Dios. Esto no significa que todo el que oye los hechos del evangelio de la
Biblia será salvo (como hemos visto en Romanos 10:16). Pero significa que nadie será
salvo sin oír los hechos del evangelio de la Biblia.
Romanos 10:18
¿Por qué la gente no obedece el evangelio (v.16)? ¿Por qué la gente no llega a tener fe
en Cristo (v.17)? ¿Por qué tantos judíos han fallado en obedecer el evangelio y en
venir a Cristo con fe? ¿ES PORQUE NO HAN OÍDO? No, ellos han oído. Ellos recibieron
el mensaje. Ellos escucharon el mensaje. El problema es que ellos no respondieron con
fe al mensaje. Dios no tiene problemas en hacer llegar Su mensaje a los hombres.
Pablo cita del Salmo 19:4, un pasaje que expresa la verdad de que el conocimiento de
Dios y la gloria de Dios han sido dados a conocer a todos los hombres, en todos los
lugares de la tierra, por vía de la CREACIÓN. Estudiamos esto en detalle en el Capítulo
1. Como resultado, todos los hombres están SIN EXCUSA, porque Dios se ha dado a
conocer a Sí Mismo. La gente pregunta a menudo, “¿Y qué de la gente de países
lejanos que nunca han oído el evangelio?” Por una parte es cierto que ellos no pueden
oír el mensaje del evangelio (de Cristo y la cruz) sin un predicador (Romanos 10:14), y
a la iglesia de Jesucristo ha sido dada la responsabilidad y el mandamiento de predicar
el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15) y de hacer discípulos a todas las naciones
(Mateo 28:19-20). Debemos notar también que es Dios quien ENVÍA PREDICADORES
(Romanos 10:15 y Mateo 9:38) y en Su sabiduría Dios envía la persona precisa, al
lugar preciso, en el momento preciso, con el mensaje preciso. Por otra parte, es cierto
que todos los hombres sobre la faz de la tierra han OÍDO el mensaje de Dios como es
revelado en la CREACIÓN. Por causa del pecado los hombres rechazaron, suprimieron
y desecharon el conocimiento de Dios que tenían (Romanos capítulo 1, ver
especialmente versículos 21-23, 28).
Los hombres no sólo han oído la revelación de Dios en la naturaleza, sino hay otro
mensaje que es proclamado durante esta era de la iglesia a través de todo el mundo,
es decir, el mensaje del evangelio:
Romanos 10:19
¿Sabía Israel acerca del mensaje de Dios que iría a todo el mundo, hasta los fines de la
tierra habitada, incluso hasta donde los despreciados gentiles? Ellos deberían haberlo
sabido, porque sus propias Escrituras lo indicaban así. Pablo cita primero a Moisés (ver
Deut. 32:21 y nótese que la Biblia enseña claramente que Moisés es el autor humano
de Deuteronomio, un hecho que es negado por los incrédulos hoy). En Deuteronomio
32:21 la gente provocó a Dios a celos con lo que no es Dios, y así Dios los provocaría a
celo a ellos con aquellos que “no eran pueblo”. ¡Ellos escogieron otro dios; Él escogería
otro pueblo! “Insensato” significa sin entendimiento. Aquí hay un pueblo sin
entendimiento (ver Tito 3:3), y, sin embargo, ellos creen el evangelio. Los judíos, que
tenían las Escrituras y que deberían haber tenido entendimiento, rechazan a Cristo y
Su evangelio. Ver Romanos 11:11.
Romanos 10:20-21
La segunda cita de Pablo es de Isaías 65:1-2. “Me manifesté” significa “me revelé”. Los
gentiles no buscaron a Dios (Romanos 9:30), pero Dios los buscó y los encontró a ellos
(cf. Lucas 19:10). Dios es quien busca y ÉL está buscando ahora “a los que no
preguntaban por Mí” y ÉL ha sido hallado por los que “No lo buscaban”. Ellos
escucharon simplemente las buenas nuevas y creyeron. ¡Que alabemos Su
incomparable gracia!
Nótese el versículo 21. ¡Qué anhelo, qué amor, qué súplica! “Contradictor” significa “en
oposición a Dios, rebelde, negarse a tener algo que ver con Dios”. Qué palabras
podrían expresar mejor la tierna invitación de Dios al hombre pecador cuando ÉL
extiende Sus manos (comparar Prov. 1:24; Isaías 65:2). “Las manos extendidas todo
el día, son un símbolo del amor que suplica incesantemente y que Israel ha
despreciado consistentemente durante toda su historia”
(Expositor's Greek New Testament). Ver Mateo 23:37. ¡Dios estaba tan dispuesto! ¡El
hombre era tan rebelde! Los que se pierden sólo pueden culparse a sí mismos.
Rechazar el remedio que Dios ha provisto y ofrecido con tanta bondad, es no tener
remedio.
CAPÍTULO 11
En este capítulo Pablo mira tanto el presente como el futuro. Cuando él mira el
presente, él ve a un remanente de judíos que son salvos (un número pequeño
comparado con el número total). Cuando mira el futuro, él ve a todo Israel siendo
salvo. Nótense las palabras que enfatizan el tiempo:
Pablo se ofrece a sí mismo como el ejemplo número uno de que Dios no ha desechado
a Su pueblo: “Porque también yo soy israelita (y Dios no me ha repudiado)”. Pablo era
un judío salvo que había venido a Cristo y que nunca sería echado fuera (Juan 6:37).
Nótese que el final del versículo define específicamente a un israelita. Un israelita es
alguien que desciende física y literalmente de Abraham, Isaac y Jacob y que ha salido
de una de las doce tribus (en el caso de Pablo, de la tribu de Benjamín, comparar
Filipenses 3:5). Esto es importante, porque hoy en día hay aquellos que enseñan
falsamente que cualquiera que es salvo y pertenece a la iglesia de Dios es un
verdadero israelita (aún los gentiles salvos). Esto no es cierto. Dios no ha cambiado Su
definición de lo que es un verdadero israelita. Un israelita, al creer en Cristo, puede
llegar a ser miembro de la Iglesia, pero llegar a ser miembro de la Iglesia no hace que
una persona sea un israelita. Una persona nace como israelita; una persona llega a
pertenecer a la Iglesia por el nuevo nacimiento.
Cualquier judío que estuviera familiarizado con el Antiguo Testamento debería haber
sabido que Dios había hecho un compromiso definitivo con la nación de Israel y que ÉL
nunca ABANDONARÍA o DESECHARÍA esta nación: ver Jeremías 31:35-37 y Jeremías
33:25-26. Los que han creído en Cristo hoy, pueden regocijarse en la verdad de que
Dios se haya comprometido con nosotros de una manera maravillosa, con el resultado
de que estamos SALVOS y SEGUROS en Cristo para siempre (Juan 6:37-40; 10:27-30;
Hebreos 13:5; etc.). Cuando pecamos, el Espíritu de Dios esCONTRISTADO, pero ÉL
no nos ABANDONA (Efesios 4:30). Cuando pecamos, somos CASTIGADOS, pero
nunca seremos CONDENADOS (1 Corintios 11:31-32).
Romanos 11:2-3
Romanos 11:4
La respuesta de Dios a Elías se encuentra aquí y en 1 Reyes 19:18. “Me he
reservado” = he dejado/guardado para Mí. Dios tenía un remanente de israelitas,
siete mil, que no habían doblado sus rodillas a Baal, sino que habían permanecido
fieles a Jehová. La gran mayoría de los israelitas se habían alejado del Señor y habían
seguido al dios de Jezabel, pero había una minoría de 7000 que no había hecho ésto.
Aparentemente era una “minoría silenciosa”, porque Elías no sabía de su existencia,
pero Dios sabía quiénes eran, dónde estaban y cuántos eran. “Conoce el Señor a los
que son Suyos” (2 Timoteo 2:19).
Romanos 11:5
Lo que era cierto en los días de Elías, también era cierto en los días del apóstol Pablo.
En los días de Elías había 7000 israelitas que no habían rechazado a Jehová. En los
días de Pablo también había miles de israelitas que no habían rechazado al Señor
Jesucristo, sino que habían creído en ÉL. Dios no nos ha dicho cuantos, pero es seguro
decir que probablemente había más de 7000 judíos que habían creído en Cristo en el
tiempo en que Pablo escribió estas palabras a los Romanos (ver Hechos 2:41 y 4:4).
La mayoría de los judíos no creyeron en Cristo, pero había una minoría (un remanente)
que creyó, y el Apóstol Pablo formaba parte de este remanente creyente (Rom. 11:1),
como también Juan, Pedro, Mateo y miles de otros judíos que habían confiado en
Cristo. Este remanente es llamado “un remanente escogido por gracia”. Estos judíos
habían creído en Cristo (el lado humano) y había sido escogido por Dios (el lado
divino), “no conforme a (sus) obras, sino según el propósito Suyo y la GRACIA” (1
Timoteo 1:9). Siempre ha habido y siempre continuará habiendo un remanente
escogido por gracia. En los días de Pablo, no todos los judíos eran salvos. ¡Lejos de
ello! Sólo un remanente (ver Romanos 9:27). Gracias a Dios por el remanente
creyente. Demos gracias a Dios por Su bondadoso trato con los judíos aun después
que ellos crucificaran a Su Hijo. Demos gracias a Dios por Su bondadoso trato con
Saulo de Tarso, aún después que él persiguiera ferozmente a la iglesia de Dios. En vez
de desechar a Su pueblo, Dios extendió bondadosamente Sus manos y salvó un
remanente. “Para alabanza de la gloria de Su gracia” (Efesios 1:6). Dios, en Su gracia,
se aseguró incluso de que el evangelio llegara “al judío primeramente” (Romanos
1:16).
Nótese con atención la expresión “en este tiempo”. Es muy importante que
entendamos el propósito y programa que Dios tiene ahora, “en este tiempo”. Muchas
personas ponen sus ojos en lo que está sucediendo en el mundo hoy y se sienten
frustrados y confundidos y hasta atemorizados porque no entienden el programa y
propósito de Dios para el tiempo presente.
3) 1 Corintios 12:13 (este versículo explica cómo la gente llega a ser miembro de la
iglesia, que es el cuerpo de Cristo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está
bautizando (poniendo) a personas (creyentes) en el cuerpo de Cristo, haciéndolos así
miembros del organismo especial y único de Dios.
5) Romanos 11:25 (que se discutirá con más detalle cuando lleguemos a este
versículo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está haciendo una obra
especial entre los gentiles hasta que el número total haya entrado. Dios está
añadiendo diariamente más y más personas a Su iglesia (Hechos 2:47) a medida de
que la iglesia está siendo edificada (Mateo 16:18). Llegará el día en que el edificio
estará terminado y en que el último individuo estará salvado y haya sido hecho
miembro del cuerpo de Cristo. En ese momento, Cristo regresará para tomar a Sus
creyentes a Sí Mismo, un evento conocido como el rapto (Juan 14:2-3; 1
Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-52; Tito 2:13; Fil. 3:20-21; etc.).
Romanos 11:6
Gracia y obras son dos principios totalmente opuestos. Son contrarios el uno al otro.
Si tienes gracia, no puedes tener obras. Si tienes obras, no puedes tener gracia. La
salvación no puede ser el resultado de gracia más obras. Tiene que ser enteramente
por obras (algo que el hombre se ha ganado por la manera en que ha vivido) o tiene
que ser enteramente por gracia (algo que Dios da y que el hombre no merece en
manera alguna).
GRACIA se refiere a lo que Dios da al pecador creyente como don gratuito y que él no
merece y que él no se ha ganado. Se basa en la obra de Dios en la cruz (Rom.
3:24). OBRAS se refiere a aquellas cosas que el hombre hace para ganarse la
aprobación de Dios y el favor de Dios. Se basa en los esfuerzos del hombre, en los
inútiles intentos del hombre de tratar de abrirse el camino al cielo. Comparar Romanos
4:4-5 y Gálatas 2:16. Rom. 4:4 habla de OBRAS que implica una recompensa (pago,
salario) que se debe a la persona que obra. Hombres pecadores no tienen nada que
esperar en el día en que reciban su “cheque” por la manera en que han vivido y
obrado, porque la única cosa que se han ganado es la MUERTE (Rom. 6:23). Rom.4:5
habla de “gracia” e implica una justicia perfecta que es otorgada GRATUITAMENTE
basada en la obra realizada por Cristo en la cruz.
Pablo lo resumió de esta manera: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy” (1
Corintios 15:10).
La gracia de Dios incluye todo lo que Dios nos ha dado y que nosotros en manera
alguna merecemos. La misericordia de Dios incluye todo lo que Dios no nos ha dado
y que nosotros sí merecemos por causa de nuestros pecados. ¡Demos gracias a Dios
todos los días por Su gracia y misericordia!
Romanos 11:7
Israel (la gran mayoría de la nación) no ha obtenido lo que buscaba con tanto ahínco,
pero los escogidos (el pequeño remanente de judíos creyentes) lo obtuvieron. “Los
escogidos” del v.7 es equivalente al “remanente” del v.5. Estas expresiones se refieren
a aquellos judíos que han puesto su confianza en Cristo durante la presente edad de la
iglesia. “Los demás” se refiere al resto de los israelitas que no pertenecen al
remanente creyente. En el v.7 encontramos las expresiones “los demás” e “Israel”
que se refieren ambas a la gran mayoría de los israelitas que no creyeron en Cristo.
Ver Rom.9:31 y 10:3. Los judíos estaban tratando de obtener la justicia de Dios, pero
ellos estaban tratando de obtenerlo por la vía equivocada, por las “obras de la ley”
(Rom.9:32). El remanente la obtuvo poniendo simplemente su fe en Cristo, quien es el
fin de la ley para justicia a todo aquel que cree (Rom. 9:32; 10:4). Estos judíos fueron
salvos, pero el resto de los judíos que no creyeron en Cristo fueron ENDURECIDOS (o
ENCEGUECIDOS), que es la misma palabra usada en Romanos 11:25 (no todos los
judíos están endurecidos o ciegos, pero la mayoría de ellos lo están). El
endurecimiento de Israel se explica en 2 Corintios 3:14-16 y ver también 2 Corintios
4:3-4 y 1 Corintios 1:18, 23-24).
Romanos 11:8-10
Romanos 11:11
Tres veces habla Pablo del propósito de Dios de provocar a celos a los judíos por
medio de los gentiles (ver Romanos 10:19; 11:11 y 11:14, y comparar Deuteronomio
32:21). Cuando una persona está celosa o envidiosa está diciendo, “Tú tienes algo que
yo quiero. Tú tienes algo muy bueno que yo no tengo”. Consideremos ahora algunas
de las cosas, que tienen ahora los gentiles salvos, que deberían provocar a celos a los
judíos. Estas son bendiciones que deberían poseer los judíos, pero ellos se perdieron
estas cosas por causa de su incredulidad. Estas son bendiciones que ahora la iglesia
(compuesta mayormente por gentiles) posee y disfruta en Cristo. Considere lo
siguiente:
EL REINO “He aquí que vienen días, “El cual nos ha librado de
dice Jehová, en que la potestad de las tinieblas,
levantaré a David renuevo y trasladado al reino de su
justo, y reinará como amado Hijo” (Colosenses
Rey, el cual será dichoso. 1:13).
. .En Sus días será salvo
Judá e Israel habitará “Porque el reino de Dios no
confiado (Jeremías 23:5- es comida ni bebida, sino
6; cf. Lucas 1:32-33). justicia , paz y gozo en el
Espíritu Santo”(Romanos
14:17).
Romanos 11:12
Romanos 11:13-14
Pablo era el “apóstol a los gentiles”. Ver Romanos 15:16; Hechos 9:15 y Gálatas
2:7-8. “Ministerio” =servicio, cago, ocupación; “honro”= reconocer, apreciar,
ensalzar. La obra de amor de Pablo entre los gentiles no era hecha sin preocupación
por los judíos. Muy por el contrario. Pablo tenía la esperanza de que la gran obra de
salvación de Dios entre los gentiles provocara a celos a los judíos, resultando en la
salvación de algunos de ellos. La preocupación de Pablo por la salvación de sus
hermanos, los judíos, se encuentra a lo largo de estos capítulos (ver 9:1-4; 10:1).
Romanos 11:15
Romanos 11:16
Romanos 11:17
Dios tiene que tener ramas que estén en armonía con las raíces. Los judíos incrédulos
no tienen ninguna semejanza con el padre Abraham que “creyó a Dios” (Génesis
15:6). Las ramas naturales se refieren a Israel. Las ramas silvestres se refieren a los
gentiles. El olivo cultivado se refiere al lugar de bendición de Dios. El olivo silvestre no
es el lugar de bendición (cf. Efesios 2:22-13), pero las ramas del olivo silvestre fueron
injertadas en el olivo cultivado y pueden participar así de la raíz y de la rica savia del
olivo (Rom. 11:17). Algunas de las ramas naturales fueron “desgajadas”,y el v.20 da
la razón de ello (“por su incredulidad”). Ramas silvestres fueron “injertadas en lugar
de ellas” por su fe en Cristo—comparar Rom. 9:30-32—y así están en el lugar de
bendición. Gentiles creyentes pueden disfrutar de la salvación de Dios y de la justicia
de Dios y del Espíritu de Dios—ver Gálatas 3:14 – para que la bendición de Abraham
alcanzara a los gentiles por medio de Jesucristo, para que recibiésemos el Espíritu por
fe.
Romanos 11:18
“No te jactes contra las ramas (naturales)”. Pablo se está dirigiendo a los gentiles
con una fuerte advertencia. Ellos no sustentan a la raíz, sino la raíz los sustenta a
ellos, y ellos deben darse cuenta de ello. Ellos están en el lugar en que están, no por
algún mérito o bondad de su parte, sino sólo debido a su fe en el Dios de Abraham
(Rom.4:12,16).
Romanos 11:19-20
Las palabras de Murray caben aquí: “La jactancia que se condena es la arrogante y
presuntuosa confianza de la cual son capaces los gentiles cuando consideran el lugar
de privilegio y honor que ellos ocupan por el desplazamiento de Israel. . . .La persona
que es llamada a ocupar el lugar dejado vacante por otro, por haberse ejercido
disciplina, está expuesta a sentir un placer de auto-justicia por este ascenso, y a mirar
al caído con desdén”.
Los gentiles dicen, “Las ramas fueron desgajadas, para yo fuese injertado”. Pablo dice,
“Bien dicho. Tienes razón” (v.20). Es cierto que la salvación alcanzó a los gentiles por
la transgresión de Israel (v.11), pero los gentiles deben entender por qué esto es
cierto. Israel cayó por su incredulidad y fue por su incredulidad que las ramas
naturales fueron desgajadas. Es por fe que los gentiles están en pie. Por ello la
advertencia: “No te ensoberbezcas, sino teme”. No pienses que no puedas también
caer. Si los judíos rechazaron a Cristo por incredulidad, ¿pueden los gentiles hacer ésto
también? Esta advertencia ha sido pasada por alto durante estos 2000 años de la
historia de la iglesia. Hemos visto como los gentiles han creído que pueden
permanecer en el lugar de bendición sin fe genuina en Cristo (sustituyendo la fe por
ritualismo, religión, racionalismo, etc.).
Romanos 11:21
Si Dios quitó las ramas naturales (por causa de la incredulidad) que deberían haber
sido parte del árbol, ¿cuánto más quitará Dios a las ramas silvestres que realmente
no estarían allí, si no fuera por la bondad y la misericordia de Dios? Si Dios no perdonó
a los judíos, ¿por qué habría de perdonar a los gentiles? Si Dios juzgó la incredulidad
en Israel, ¿no juzgará la incredulidad entre los gentiles? Si el pueblo escogido de Dios
cayó en incredulidad, ¿no deberían prestar atención los gentiles para cuidarse de caer
en lo mismo?
Romanos 11:22
Pablo, el apóstol a los gentiles (v.13), quiere que los gentiles consideren atentamente
tanto la bondad (gentileza) como la severidad (firmeza) de Dios. La severidad de Dios
se ve en Su trato con el incrédulo Israel. Ellos han sido cortados del lugar de
bendición. La bondad de Dios se ve en Su trato amable con los gentiles creyentes que
han participado en las bendiciones de la salvación. “Si permaneces en esa
bondad”. La palabra “permanecer” se emplea también en el v.23. Israel no
permanecerá para siempre en la incredulidad (v.23), pero sería conveniente que los
gentiles se aseguraran de permanecer en la fe, para así continuar en la bondad de
Dios, de otra manera serán cortados.
Nota: Este pasaje no debe ser usado como argumento en contra de la sólida doctrina
de la seguridad eterna del creyente. Pablo está considerando a judíos y gentiles, pero
no está considerando a individuos. Su punto es simplemente el siguiente: Tal como los
judíos fueron removidos del lugar de bendición cuando rechazaron a Cristo, los gentiles
también serán removidos del lugar de bendición si rechazan a Cristo. Pablo no está
hablando de un creyente individual que cree en Cristo y es salvo, y que luego, más
tarde en su vida rechaza a Jesucristo como Salvador y pierde su salvación y se va al
infierno. Esto es una imposibilidad bíblica. Los que el Padre ha dado a Cristo
(verdaderos creyentes) nunca se perderán (Juan 6:37-40; 10:27-30). Dios no
solamente nos salva, sino también nos mantiene salvos. El verdadero creyente nunca
se apartará final y fatalmente de la fe (aunque pueda tener serios lapsos de fe). Esto
está muy bien ilustrado en Lucas 22:31-32. Pedro tuvo un serio lapso de fe y aún negó
a su Señor, pero gracias a la intercesión de Cristo, su fe no faltó. Aunque hay
tiempos de debilidad y tentación y fracaso, Dios obra en nuestros corazones para que
continuemos creyendo: “Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para
alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”
(1 Pedro 1:5). Esto está bien ilustrado en Hechos 27:22-31. La salvación y seguridad
de estos hombres estaba predicha y prometida y garantizada por Dios (Hechos 27:22,
24, 25), sin embargo, la manera en que Dios los mantendría salvos era que
permanecieran en el barco (v.31). La seguridad de aquellos que están en el “barco de
la fe” (verdaderos creyentes) ha sido prometida y garantizada por Dios (Juan 10:27-
30), la manera, sin embargo, en que Dios nos mantiene salvos es dándonos repetidas
advertencias sobre el peligro de abandonar el barco (apartarnos de la fe). Tales
advertencias (como en Colosenses 1:23; Hechos 13:43; Hechos 14:22) son usadas por
Dios como medio para mantener al creyente salvo y seguro en Cristo para siempre. Un
verdadero creyente permanece siempre en el barco de la fe. Puede caer seriamente en
la cubierta del barco (como hizo Pedro), pero nunca caerá fuera de borda.
Romanos 11:23-24
Romanos 11:25
Pablo no quería que los creyentes romanos fuesen ignorantes en cuanto al misterio del
endurecimiento en parte de Israel durante la presente edad. En el Nuevo Testamento,
un misterio es algo que había estado escondido, algo que permanecía en secreto, algo
que no se había dado a conocer previamente a los hombres, pero que ahora se
manifestaba y se daba a conocer y se revelaba en la presente edad por los apóstoles y
profetas del Nuevo Testamento (ver Efesios 3:4-5; 3:9; Col.1:26; Rom. 16:26). Pablo
quería que los creyentes romanos supieran algo que los creyentes de otras edades
ignoraban. Moisés, David e Isaías nada sabían de lo que Pablo estaba hablando ahora.
Pablo está hablando de una obra especial que Dios está haciendo entre los gentiles
durante el tiempo presente (comparar Hechos 15:14). Entre las dos venidas de Cristo
y durante este tiempo, Israel está CIEGO. En cuanto a la ceguera de Israel ver 2
Corintios 3:14-16. La ceguera puede ser quitada hoy de un judío individual cuando se
vuelve al Señor Jesús; la ceguera será quitada de la nación en la segunda venida,
cuando la nación se vuelva al Señor (comparar 2 Corintios 3:16 y Romanos 11:26).
Pablo no quería que los gentiles se hincharan de orgullo (“para que no seáis
arrogantes en cuanto a vosotros mismos”), y para prevenir ésto, los creyentes
gentiles necesitan entender el programa presente y futuro de Dios para Israel. Pablo
resalta dos cosas en cuanto al endurecimiento de Israel: 1) Su endurecimiento es
parcial, no es total. Aunque hoy la mayoría de los judíos están ciegos, no todos los
judíos lo están. Hay algunos judíos que pueden ver muy bien, porque han recibido a
Cristo como su Mesías y Salvador; 2) Su endurecimiento es temporal, no es
permanente. Durará “hasta que haya entrada la plenitud de los
gentiles” (v.25). La restauración de Israel (v.12) tendrá lugar después que haya
entrado la plenitud de los gentiles. Cristo está edificando hoy Su Iglesia que se
compone principalmente de gentiles. Dios está visitando las naciones del mundo para
tomar pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). En algún momento en el futuro (un
momento sólo conocido por Dios) habrá entrado el número total de gentiles (es decir,
todos aquellos a quienes Dios tenía el propósito de incluir en Su Iglesia, serán salvos y
habrán entrado).
No confundir “la plenitud de los gentiles” (Rom.11:25) con “los tiempos de los gentiles”
(Lucas 21:24).
2) LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES implica la relación de los gentiles con la nación
de Israel. Tal como dice en Lucas 21:24—“Jerusalén será hollada por los gentiles,
hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”. Scofield define este tiempo
como sigue: Los tiempos de los gentiles son aquel largo período que comienza con la
cautividad babilónica de Judá bajo Nabucodonosor y que llegará a su término con la
destrucción del poder mundial gentil por la ‘piedra cortada no con mano' (Daniel 2:34,
35, 44), es decir, con la venida del Señor en gloria (Ap. 19:11, 21). Hastaentonce,
Jerusalén estará sometida al gobierno gentil” (Lucas 21:24).
En cuanto a “la plenitud de los gentiles”, son los gentiles quienes están siendo salvos y
que son añadidos a la iglesia hasta que el cuerpo de creyentes esté completo. En
cuanto a “los tiempos de los gentiles” son los gentiles los que están gobernando sobre
Jerusalén y controlándola hasta la segunda venida de Cristo. Aunque estas dos frases
se parecen, deben ser distinguidas (a menudo Rom. 11:25 se asocia erróneamente con
Lucas 21:24 en referencias cruzadas en los márgenes de las Biblias, etc.). Debemos
diferenciar las cosas que son distintas.
Romanos 11:26
Después que haya entrado la plenitud de los gentiles (v.25), vendrá la restauración de
Israel (v.12; v.26 “todo Israel será salvo”). Este versículo predice claramente la futura
salvación de la nación de Israel. También nos dice el tiempo en que sucederá esto:
cuando el gran LIBERTADOR venga a Sion (una clara referencia a Jesucristo en Su
segunda venida—comparar Isaías 59:20). Israel tiene un brillante futuro. Debe notarse
que hoy la nación de Israel no es una nación PIADOSA. Es una nación incrédula y en
su mayor parte, es una nación que rechaza a Dios (los que no honran la Hijo, no
honran al Padre—Juan 5:23, y los que niegan al Hijo, no tienen al Padre –1 Juan
2:23). Pero llegará el día en que Cristo, el Libertador, quitará la impiedad de esta
nación e Israel será una nación temerosa de Dios y una nación que honrará a Dios.
Romanos 11:27
La salvación nacional de Israel (v.26) fue garantizada por un pacto especial que Dios
hizo con esta nación. Un compromiso de este pacto era que los pecados de Israel
serían quitados. ¿Qué pacto era éste? Esto es claramente una referencia al NUEVO
PACTO del cual leemos en Jeremías 31:31-34 (nótese al final del versículo 34 la
notable promesa, “Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado”). En el v.27 las palabras “ellos” y “sus” se refieren a “Israel” y a “Jacob” del
v.26. Jeremías 31:31 indica claramente que el nuevo pacto se hizo con la casa de
Israel y con la casa de Judá (de modo que incluye a toda la nación). Este versículo
entrega en el Nuevo Testamento la prueba de que Dios cumplirá Su promesa del nuevo
pacto a la nación de Israel en el futuro.
Nota: Hay muchos que enseñan que Dios ha terminado con la nación de Israel y que
Dios no cumplirá Sus promesas del nuevo pacto con esta nación. Ellos enseñan que la
iglesia es el “verdadero Israel de Dios” y que las promesas del nuevo pacto se están
cumpliendo en la iglesia basados en pasajes tales como Mateo 26:28; 2 Corintios 3:1-
8 y Hebreos 8:6-13; 10:16-17. Aunque es cierto que los creyentes de este tiempo
participan de las bendiciones del Nuevo Pacto (ver los pasajes recién citados) para
provocar a celo a Israel (ver comentarios bajo Romanos 11:11), también es cierto que
Israel recibirá todas las bendiciones del Nuevo Pacto prometidas cuando regrese
Cristo, como se enseña en Rom. 11:26-27. En verdad, los versículos 28-29 muestran
la imposibilidad de que Dios falle en guardar estas promesas a Israel. Considere
atentamente lo que Dios dijo por medio de Jeremías respecto a lo que tendría que
suceder para que Israel ya no fuera una nación delante de Dios—Jer. 31:35-37 y Jer.
33:19-26. Esto es todo un desafío para todos los que son antisemitas. ¡Esto es todo un
desafío dado por Dios a quienes desean destruir a Israel!
Romanos 11:28
En cuanto al evangelio, los judíos son enemigos; en cuanto a la elección, los judíos son
elegidos por Dios y son objeto de Sus inalterables promesas que ÉL hizo a Abraham,
Isaac y Jacob. En los primeros días de la iglesia (como se ve en el libro de los Hechos)
la mayor oposición a la predicación del evangelio vino de los judíos incrédulos. Esto se
ve quizás más claramente en 1 Tesalonicenses 2:14-16 (estas son palabras muy
fuertes, pero recuerde que fueron escritas por el mismo Apóstol que escribió Romanos
9:1-4 y 10:1). La incredulidad y hostilidad de ciertos judíos no alteran las promesas de
Dios para con la nación que Él ha escogido (ver Deuteronomio 7:6-8 y Deut. 10:15).
Romanos 11:28 es de gran ayuda para mostrar la actitud que debemos demostrar hoy
hacia el pueblo judío. Por una parte no debemos excusar o minimizar el mal que están
haciendo. No deseamos llegar a ser tan “pro-Israel” que pretendamos que ellos no
pueden hacer ningún mal. Dios aún no ha quitado la impiedad de esta nación (ver
v.26) y hay bastantes acciones impías cometidas por el pueblo judío. Por otra parte, no
deseamos olvidar el lugar muy especial que esta nación tiene en el plan y programa de
Dios y esperamos con emoción el cumplimiento de todas las promesas de Dios a esta
nación. En los días de Moisés y Balaam se hizo un esfuerzo por parte de los paganos
de MALDECIR a la nación de Israel, pero lo que Dios ha bendecido, el hombre no lo
podrá maldecir (ver Números 23:20), porque Dios llevará a cabo todo lo que Él ha
dicho y todo lo que ÉL ha prometido (ver Números 23:19).
Romanos 11:29
Aquí está la razón por la cual Israel sigue siendo una nación amada delante de
Dios. “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Dios no
cambiará de parecer y no alterará Su futuro plan y programa para Israel. El
compromiso de Dios para con esta nación es IRREVOCABLE (algo que Dios no
modificará). Dios no cambiará de opinión. Dios no alterará Su Palabra o Sus promesas
hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Dios ha hecho un compromiso con este pueblo y ÉL
no lo quebrantará.
Romanos 11:30-32
Este versículo está hablando de los gentiles (“vosotros” =los gentiles) y el versículo
siguiente habla de los judíos (“éstos” y “ellos” (v.31)= los judíos). Como ha dicho
Newell, “nuestra historia gentil se resume en las palabras “desobedientes a Dios”,
nuestra posición presente en las palabras, “habéis obtenido misericordia por la
desobediencia de ellos (de Israel)”. Dios se deleita en ser misericordioso para con los
miserables, para con los que no lo merecen. En el v.31 leemos que hoy en día los
judíos son desobedientes e incrédulos, pero ellos también obtendrán misericordia en el
futuro. Por la incredulidad de Israel, los gentiles reciben ahora misericordia (v.30); por
la misericordia de Dios mostrada a los gentiles, Israel obtendrá misericordia algún día
(v.31). Ver también Romanos 11:11 donde encontramos la misma verdad (Israel cayó,
para que la salvación pudiera llegar a los gentiles; los gentiles provocan a celos a
Israel, para que Israel pueda llegar a ser salvo). La misericordia de Dios se derrama
sobre aquellos que no merecen otra cosa sino Su ira (v.32).
Romanos 11:33-36
Pablo termina esta sección con una gloriosa doxología, rebosando en alabanza por la
inescrutable sabiduría de Dios. Las palabras de Pablo están en agudo contraste con la
persona mencionada en Rom. 9:19-20 que estaba alegando contra Dios. Con humildad
de corazón, Pablo adora a Dios, confesando que hay mucho en cuanto a Dios y en
cuanto a los caminos de Dios que él no entiende, sin embargo sabe con toda confianza
que Dios hace solamente lo que es perfectamente sabio y mejor. Dios no necesita
consejeros humanos. Antes bien, nosotros necesitamos inclinarnos ante ÉL y
someternos a Su consejo. Dios es el gran Maestro. Nosotros no le enseñamos a ÉL,
sino ÉL nos enseña a nosotros (v.34). Dios es el gran Dador (v.35). ¿Qué tenemos
nosotros que no hayamos recibido de ÉL? (Comparar 1 Corintios 4:7). Dios nada nos
debe, nosotros le debemos a ÉL.
“POR ÉL”—todo pasa por Dios. ÉL es el canal de todo. ÉL está totalmente involucrado
en todo. Nada puede quedar fuera de Su plan y propósito. Todo tiene que fluir a través
de ÉL y nada puede suceder sin ÉL.
“PARA ÉL”—ÉL es la meta de todas las cosas. Todo tiene que terminar en Dios. ÉL es
el propósito y la meta final de todas las cosas. ÉL no es solamente el Alfa, ÉL también
es el Omega; ÉL no es solamente el comienzo, ÉL también es el final. ÉL no es
solamente el Primero, ÉL también es el Último. Qué podemos decir, sino, “¡A ÉL SEA
LA GLORIA POR LOS SIGLOS! ¡AMÉN!”
CAPÍTULO 12
Introducción
Con este capítulo comienza la sección práctica del libro. Hasta aquí, en el libro de
Romanos, hemos encontrado muy pocos mandamientos (con la excepción de ciertos
mandamientos en el capítulo 6 – “saber”, “considerar”, “presentar”, etc.). En los
primeros capítulos, el énfasis no está en lo que nosotros debemos hacer, sino en lo
que Dios ha hecho. Un modelo similar se encuentra en el libro de Efesios. Los primeros
tres capítulos enfatizan lo que Dios ha hecho por GRACIA y no se encuentran
mandamientos. Los últimos tres capítulos son prácticos y en ellos se encuentran varios
mandamientos. Lo que Dios ha hecho por GRACIA es siempre la base de toda conducta
y comportamiento cristiano.
Romanos 12:1
“Así que”—esto apunta a todo lo que Pablo ha expuesto en los primeros 11 capítulos
(todo lo que Dios ha hecho por pecadores impíos y culpables).
“Vivo”—en contraste con los sacrificios de animales del Antiguo Testamento que eran
inmolados y terminaban muertos. James Ventilato ha agregado los siguientes
comentarios que son útiles para entender mejor por qué es un sacrificio vivo:
“Un atento estudio de todas las Epístolas de Pablo demostrará que fueron
escritas basadas en la Cruz expuesta en Romanos 6—el hecho de que Dios ha
entregado la vieja vida adánica caída a la cruz y que no tiene nada que decirle.
Dios trata con todos los creyentes sobre una base—“han muerto en Cristo”
(Miles Stanford).
“Racional” – la palabra “lógico” viene de esa palabra griega. A la luz de lo que Cristo
ha hecho por nosotros, darnos enteramente a ÉL mediante un acto de total
consagración, es la única cosa RACIONAL Y LÓGICA que podemos hacer. Ninguna otra
cosa tiene sentido para el verdadero creyente. Es hacer lo que es lógico. Así es como
los creyentes ADORAN A DIOS (es un “servicio”), dándose a sí mismos enteramente a
ÉL para Su servicio.
Una persona que está viviendo en pecado, que sabe que está viviendo en
pecado, que disfruta vivir de esa manera, que tiene la intención
de continuar viviendo esa vida de pecado—esa persona no tiene al
Espíritu Santo morando en ella. El hecho mismo de que se sienta
“confortable” con su pecado es prueba de que el Espíritu está ausente.
Sus signos vitales espirituales registran, “no hay vida”.
Un creyente nuevo tampoco entiende de una vez todo lo que implica la gracia
salvadora de Cristo. El está aprendiendo lo que significa ser salvo por gracia y
este aprendizaje dura toda una vida. Juan 3:16 debería significar más para un
creyente ahora, que hace un año y debería significar más para él dentro de un
año, de lo que significa ahora. Así es también con el discipulado y con el
Señorío. Hay involucrado un proceso de aprendizaje. El hecho del Señorío de
Cristo debe ser para mí ahora más precioso que hace un año. A medida que
crezco en Cristo (2 Pedro 3:18), entenderé gradualmente mejor lo que significa
someterme a Cristo como a mi Señor.
Que Romanos 12:1 sea un recordatorio constante para cada creyente de que no nos
pertenecemos a nosotros mismos, porque hemos sido comprados por precio (1
Corintios 6:19-20). No tenemos el derecho de usar nuestro cuerpo como nos guste;
como siervos amantes de Jesucristo tenemos el deber de usar nuestro cuerpo como ÉL
quiere. Hemos sido comprados con sangre y estamos ligados por amor. Hemos de
presentarnos a nosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos (Rom. 6:13).
A la luz de la misericordia y de la gracia de Dios demostrada en el Calvario, ¿cómo
podríamos hacer menos?
Romanos 12:2
Nótese que en este versículo hay dos mandamientos, el primero es negativo (lo que no
debemos hacer) y el segundo es positivo (lo que debemos hacer).
“Este mundo” = esta edad. En 2 Corintios 4:4 leemos que Satanás es el “dios de este
siglo (edad)”. Cristo se dio a Sí Mismo por nuestros pecados para librarnos del
presente siglo (edad) malo –Gálatas 1:4. Cuando no éramos salvos, éramos parte de
este siglo (edad) malo y satánico, pero Dios nos ha librado de él. Demas, que era
considerado un creyente leal en Colosenses 4:14, fue descrito más adelante por Pablo
con estas tristes palabras, “porque Demas me ha desamparado, amando este mundo”
(2 Tim. 4:10 – “este” indica que ahora está aquí, pero que no durará mucho; es
pasajero). Finalmente en Tito 2:12, los creyentes son enseñados por gracia a vivir
piadosamente en este siglo. Estamos en este mundo, pero no hemos de vivir como los
que son de “este mundo” y que forman parte de este sistema mundial que está en
oposición al verdadero Dios vivo.
“No os conforméis”—el verbo significa “ser formado como, ser conformado a, ser
modelado por, amoldar o adaptar una cosa a otra”. Pablo está diciendo, “No permitas
que el mundo te presione dentro de su molde”. No seas moldeado por las poses,
conversaciones, expresiones, estilos y hábitos de este mundo. Kenneth Wuest ha
parafraseado este versículo como sigue: “deja de adoptar una expresión exterior que
está moldeada por este mundo, una expresión que no viene de y que no representa lo
que tú eres en tu interior como un hijo de Dios regenerado”.
Romanos 12:3
En el versículo dos leímos que debemos dejar que el Espíritu de Dios nos transforme a
la imagen y semejanza de Cristo (comparar 2 Corintios 3:18). Si hemos ser como
Cristo, entonces debemos ser HUMILDES (comparar Filipenses 2:5-8) y a ésto apunta
Pablo en el versículo 3. “Digo”—esta es la manera de Pablo de dar una instrucción
sencilla y sobria. “Por la gracia que me es dada”—Pablo había recibido gracia (el
inmerecido favor de Dios) para ser un apóstol (Rom. 1:5), y como apóstol, está
escribiendo ahora a estos creyentes romanos dándoles con cordialidad y con cariño un
mandamiento en cuanto a la humildad.
“No tenga más alto concepto de sí que el que debe tener” – tenemos que pensar
con sobriedad en cuanto a nosotros mismos y no inflarnos con una idea irreal y
exagerada respecto a nuestra importancia y superioridad. No debemos tener un
concepto elevado, altivo, excelso de nosotros mismos, sino que debemos vernos como
Dios nos ve. “Cordura”—tener un juicio justo y acertado, pensar sobria y
sensatamente acerca de sí mismo, verse a sí mismo como Dios nos ve.
Considere Gálatas 6:3. Pensamos ser algo; Dios dice que somos nada.
Pensamos ser algo importante, pero sin Dios somos realmente igual a cero.
Pero no debemos desanimarnos por nuestra propia insignificancia y falta de
importancia. La buena noticia es que Dios en Su gracia, puede hacer algo de
nada. Martín Lutero dijo, “Dios creó el mundo de la nada (Génesis 1:1; Hebreos
11:3) y mientras seamos nada, Dios puede hacer algo con nosotros”. Considera
también la humillante verdad de 1 Corintios 4:7-- ¿Qué tienes que no hayas
recibido?
Ilustraciones: Aquí hay algo para quien se considera un V.I.P. (Very Important
People –Persona Muy Importante):
Un pequeño árbol, chico pero presumido, echó una mirada alrededor del suelo y
luego alzó su cabeza y clamó, “Miren, que grande soy, cuán encima de la
tierra”. Y jactándose así, se balanceaba en desdeñosa hilaridad. El pino más alto
del bosque levantó su cabeza al cielo y suspiraba mientras lo contemplaba,
“Ved, cuán pequeño soy y cuán lejos estoy del cielo. Cuántos años de espacio
hay entre mi y las estrellas”. Nuestra grandeza depende con qué nos
medimos—si sobre la tierra, o debajo del cielo.
El creyente que tiene un concepto muy elevado de sí mismo, se compara con otros y
se exalta por encima de otros, creyéndose más importante que otros. En Romanos
12:3 Pablo quiere que los Romanos entiendan que cada creyente tiene un lugar
especial en el cuerpo de Cristo y que tiene un don especial dado por Dios para el
beneficio de todo el cuerpo.
“La medida de la fe”—comparar con el v.6. Pablo no está hablando aquí de la fe que
salva (la fe por medio de la cual somos salvos—Ef.2:8), sino está hablando de diversos
y particulares dones que Dios ha dado a los creyentes y de la fe necesaria para ejercer
esos dones. Los dones no pueden ejercerse apropiadamente sin fe y confianza en el
Salvador.
Romanos 12:4-5
Tal como es en el cuerpo humano, así es en el cuerpo de Cristo. Hay un cuerpo, pero
muchos miembros y los miembros tienen diferentes funciones, pero todos ellos son
miembros del mismo cuerpo y todos ellos tienen una función importante. Todos tienen
una función, todos son importantes, todos tienen una parte, pero las funciones son
diferentes. En un aspecto somos muchos (muchos miembros); pero en otro aspecto
somos uno (un cuerpo). Somos miembros del mismo cuerpo, compartiendo la misma
vida. La verdad de estos versículos se explica ampliamente en 1 Corintios 12:12-31.
Cuando el cuerpo local de creyentes es robusto, la vida de Cristo se manifestará, los
incrédulos serán convictos y Dios será glorificado.
Romanos 12:6
Pablo está considerando ahora los dones espirituales (otros capítulos del Nuevo
Testamento que tratan con los dones espirituales son 1 Corintios 12-14, Efesios 4 y 1
Pedro 4). La palabra “don” es la palabra griega “charisma” (de la cual derivamos la
palabra “carismático”, un término que ahora se usa para un movimiento religioso
moderno, que lamentablemente exagera los dones espirituales). “Charis” es la palabra
griega para GRACIA, por lo cual estos son “dones de gracia”. Dios, en su bondad, ha
dado estos dones a Su cuerpo, de modo que ningún miembro del cuerpo carece de un
don, y los dones son para el beneficio de todo el cuerpo.
“Diferentes dones”—todos los miembros tienen diferentes (no los mismos) dones y
diferentes habilidades que se complementan unos con otros. Esto es ilustrado por los
miembros del cuerpo humano que tienen diferentes funciones (ver 1 Corintios capítulo
12). “A la medida de la fe”- esta es una expresión interesante de la cual derivamos
el término teológico “analogía (similitud, parecido, semejanza) de la fe” (la cual a
veces es referida como “analogía de la Escritura”). “Analogía de la fe” significa que la
Escritura debe interpretarse a la luz de la Escritura y de acuerdo con la Escritura. La
regla infalible para la interpretación de la Escritura, es la Escritura misma. Todo
versículo debe entenderse a la luz de la enseñanza general de la Biblia y no puede
contradecir lo que la Biblia enseña claramente en otra parte. La Biblia no puede
contradecirse a sí misma. Ejemplo: A primera vista parece que Hebreos 10:26-30
enseñara que un verdadero creyente puede perder su salvación, pero por analogía de
la Escritura sabemos que eso no puede ser (Juan 10:27-30; Juan 6:37-40; etc.). Este
es un principio fidedigno de interpretación de la Biblia, pero esto no es exactamente lo
que la expresión “medida de la fe” significa en este versículo. Los que tienen el don de
profecía deben profetizar en proporción a su fe. Todos los dones espirituales deben ser
ejercidos por fe, mirando a Dios, examinando Su Palabra, buscando mantener una
recta relación con Cristo.
1) EL DON PROFECÍA—Es muy importante entender lo que involucra el don de
profecía. Algunas definiciones incorrectas de este don son: “la habilidad de entender y
exponer la Palabra de Dios” (Billy Graham, El Espíritu Santo). “El don de profecía era
en verdad la habilidad de hablar ante la gente, de proclamar la Palabra de Dios, a
veces con un elemento de predicción” (John MacArthur Jr., Los Carismáticos). De
acuerdo con estas definiciones, cualquier maestro o predicador dotado de la Biblia
tendría el don de profecía. Sin embargo, Romanos 12:6-7 hace una clara distinción
entre el don de profecía y el don de maestro.
Para una definición bíblica de lo que es el don de profecía ver Éxodo 4:15-16; 7:1-2 y
2 Pedro 1:21 (un profeta era el vocero o portavoz de Dios, y lo que decía como profeta
era un discurso inspirado; era la Palabra de Dios). Los profetas eran “hombres que
hablaban bajo la directa influencia del Espíritu de Dios y entregaban una comunicación
divina respecto a verdades doctrinales, obligaciones presentes, eventos futuros, como
fuera el caso” (Hodge). En la iglesia primitiva había una gran necesidad de profecía,
porque la iglesia no tenía el Nuevo Testamento completo (tomó algunas décadas para
que estos libros fueran escritos). ¿Cómo puede funcionar una iglesia sin la verdad del
Nuevo Testamento? No puede. Aunque la iglesia primitiva carecía de los libros del
Nuevo Testamento, Dios se aseguró de que no le faltara la verdad del Nuevo
Testamento. ÉL proveyó ésto a través de los profetas del Nuevo Testamento, que
proporcionaron a las iglesias la revelación necesaria (revelación respecto a la verdad
sobre la iglesia, respecto al divorcio, en cuanto a los líderes de la iglesia, en cuanto a
la disciplina en la iglesia, en cuanto a eventos proféticos y en cuanto a varias otras
materias importantes que ahora se tratan en los libros del Nuevo Testamento,
especialmente en las epístolas). Que el don de profecía sería un don temporáneo se
sugiere en Efesios 2:20 (un fundamento se coloca una sola vez). Si hoy fuese
entregada profecía, eso significaría que la Biblia no estaría completa y que no es
suficiente para la iglesia. Significaría que necesitamos revelación adicional y que no es
suficiente lo que tenemos en nuestra Biblia. ¡Perezca ese pensamiento! La Palabra de
Dios es totalmente suficiente para la iglesia de hoy.
Romanos 12:7
El maestro debe saturar al pueblo con la doctrina y la verdad. Todos los creyentes
deberían, en cierta medida, poder enseñar y compartir la verdad; pero hay algunos
creyentes que están especialmente dotados para ésto. La diferencia entre un maestro
y un profeta es ésta: Un profeta recibe su mensaje directamente de Dios, por lo cual
su discurso es inspirado: “Así dice el Señor”. Un maestro obtiene su mensaje
estudiando diligentemente la Palabra de Dios, dependiendo en oración del ministerio
iluminador del Espíritu Santo. El profeta transmite la Palabra de Dios. El maestro
explica y anuncia la Palabra de Dios (pero no bajo directa inspiración). Las
explicaciones de la Palabra de Dios del maestro pueden ser discutibles. El tiene que
apoyarse mucho en el Señor para entenderla, pidiendo al Señor que lo guíe a una
correcta interpretación de las Escrituras y que lo guarde del error.
Romanos 12:8
5) EL DON DE DAR – la palabra significa “dar una parte de, repartir, contribuir,
compartir, contribuir a las necesidades de otros (en ayuda material o financiera)”.
“Liberalidad”—generosamente, con desprendimiento. Todos debemos ser DADORES
(Ef. 4:28), pero algunos creyentes tienen un don especial para ésto.
Pablo menciona en estos tres versículos (6-8) siete distintos y diferentes dones. Esta
es sólo una muestra de los dones y la lista ciertamente no es exhaustiva. Uno de estos
dones, el de profecía, era un don temporáneo que ahora “ha acabado” (1 Corintios
13:8), pero los demás dones aún son necesarios en las iglesias locales hoy día.
Es de vital importancia reconocer que las Escrituras enfatizan el mayor de todos los
dones: el don de la vida de Dios, que es la posesión presente de todo creyente (1
Juan 5:11-12: Rom. 6:23; Juan 6:47). Ningún creyente carece de este don. Es nuestra
primera y primordial responsabilidad procurar manifestar la vida resucitada de nuestro
Señor Jesucristo (2 Corintios 4:10-11; Gálatas 2:20; 4:19; 5:22-23) por el poder del
Espíritu Santo morador. Cada miembro del cuerpo de Cristo necesita mantenerse en
una vital y debida relación con el Señor Jesucristo, permaneciendo en ÉL como la Vid
Verdadera (Juan 15:1-5). ÉL es nuestra vida. (Colosenses 3:4). Mientras nos
mantenemos en una vital relación con Cristo, Dios desarrollará nuestro don o dones
para Su gloria y para el beneficio de la asamblea local de la cual formamos parte.
Romanos 12:9
“Aborrecer” = odiar, rehuir de algo con horror, tal como rehuirías la muerte misma
(de una raíz griega stug de la cual viene la palabra griega Styx que era el río del
Hades, el río de la muerte).Lo malo = vil, malvado. “Los que amáis al Señor,
ABORRECED EL MAL” (Salmo 97:10 y ver Proverbios 8:13; Amos 5:15). Los cristianos
deberían ser reconocidos por su amor (Juan 13:35) y también deberían ser
reconocidos por su odio. Debemos odiar las cosas que nuestro Dios odia. “Seguid” =
asirse (firmemente) a algo, estar aferrado y dedicado a lo que es bueno, estar atado a
lo que es bueno.
Nota: La idea de un amor sincero ocupa el resto del capítulo 12. En cierto sentido es
otro “capítulo de amor” como 1 Corintios capítulo 13. Ciertamente, el amor de Dios es
un tema importante en el capítulo 12 de Romanos.
Romanos 12:10
“Amaos los unos a los otros” = tener afecto, ser leales unos con otros, amar con
ternura. Se refiere al amor y afecto que debería encontrarse en las relaciones
familiares –afecto familiar, lealtad y preocupación. Se refiere al amor de relaciones
cercanas, atados por lazos familiares. Los creyentes están unidos en la familia de Dios
y deberían tener ese afecto y ese amor los unos por los otros (1 Juan 3:14). “Amor
fraternal” = esta es la palabra griega “Philadelphia” que significa “amor por los
hermanos”. Se refiere a aquel amor por nuestros hermanos y hermanas en Cristo. “En
cuanto a honra” –debemos honrar y valorarnos unos a otros; debemos ver el valor
de la otra persona y debemos darle el debido honor y respeto. No trates a la persona
como si no valiera nada. Si Cristo mora en esa persona, esa persona es valiosa.
“Prefiriéndoos los unos a los otros” – con una disposición humilde debería
considerar a los hermanos creyentes como mejores que yo (ver Fil. 2:3). Otras
versiones dicen: previniéndoos con honra unos a otros (Reina Valera 1909); “dando
preferencia los unos a los otros” (Reina Valera 1977); “Dándose preferencia y
respetándose mutuamente (Dios Habla Hoy). Cuán enceguecida por el orgullo está la
persona que siempre se ve a sí misma como mejor y superior a los demás.
Romanos 12:11
Romanos 12:12
Romanos 12:13
Romanos 12:14
“Bendecir” =hablar bien de (lo opuesto a “maldecir”, como vemos en este mismo
versículo). “Persiguen” –es la misma palabra que se encuentra en el v.13 (“seguir la
hospitalidad”). Aquí se refiere a quienes acosan y asedian a los creyentes con el
propósito hostil de dañar y herir. Pablo nos está instruyendo a no pronunciar juicio
sobre tales personas. No te desquites (él dirá más sobre esto al final del capítulo). En
verdad, Pablo está repitiendo aquí las enseñanzas de Cristo Mismo (ver Mateo 5:44).
“Maldecir”—ésta es la reacción normal hacia nuestros enemigos, pero no es la
reacción cristiana. La última parte del capítulo 12 nos dirá cómo hemos de reaccionar y
responder cuando la gente nos maltrata.
Romanos 12:15
Somos miembros de un mismo cuerpo. Dios nos ha unido unos con otros de una
manera maravillosa. “Los miembros deben tener la misma solicitud unos por otros. Si
un miembro sufre, todos los miembros sufren; si un miembro es honrado, todos los
miembros se regocijan con él” (1 Corintios 12:25-26). Debemos sentir los unos por los
otros, participar de sus alegrías y de sus penas. Por cuanto soy un miembro del mismo
cuerpo del cual también tú eres miembro, tus alegrías son mis alegrías y tus lágrimas
son mis lágrimas. No soy independiente, sino que más bien estoy conectado con todos
los demás miembros del cuerpo. Yo los necesito a ellos y ellos me necesitan a
mí. Nota: a veces es más difícil regocijarse con una persona que llorar con ella. Esto es
así por causa de orgullo, celos, envidia, etc.
Romanos 12:16
Romanos 12:17
“Mal por mal” = devolver mal por mal. “Paguéis” = recompensar, retornar, pagar,
retribuir a alguien el mal que ha hecho (alguien te da un puñetazo en la nariz y tu le
devuelves el mismo trato). Esta actitud se expresa de esta manera: “Te pagaré con la
misma moneda. ¡Me desquitaré! ¡Me la pagarás! ¡No te saldrás con la tuya!” En vez de
la regla de oro, tenemos una regla sucia:¡HAZ A OTROS COMO TE HAN HECHO A TI
O AÚN PEOR! Para otros pasajes del Nuevo Testamento que enseñan el mismo asunto
ver 1 Tes. 5:15 y 1 Pedro 3:9. No des a la persona lo que se merece. Cuán
agradecidos debemos estar de que Dios no nos da lo que merecemos (Salmo 103:10;
Sal. 130:3-4).
¿Qué de la enseñanza del Antiguo Testamento de “ojo por ojo, diente por diente”
(Éxodo 21:24)? Esto significa que el castigo debe ser equivalente al crimen, y esto es
un principio de justicia válido y verdadero. Una persona debe recibir exactamente lo
que merece. Ver por ejemplo Génesis 9:6 (vida por vida). ¿Es cierto que el Antiguo
Testamento enseña una doctrina de retribución en tanto que el Nuevo Testamento
enseña la doctrina de no-retribución? Proverbios 20:22 y Proverbios 25:21-22
pertenecen al Antiguo Testamento y ambos enseñan la no-retribución. Romanos 13:1-
4 pertenece al Nuevo Testamento y este pasaje enseña claramente que los
malhechores deben ser castigados y que Dios hace ésto por medio de los gobiernos,
etc. En Romanos 12, Pablo no está diciendo que los malos hombres no deben ser
castigados. Su punto principal, como veremos, es que el creyente debe dejar que Dios,
el Juez Perfecto, se haga cargo del mal y de las injusticias a Su manera y en Su tiempo
(ver v.19 por ejemplo).
“Procurad” –esta palabra se usa en 1 Timoteo 5:8 (proveer para su propia casa). La
palabra aquí significa “pensar en, tomar en consideración”. “Lo bueno” = honesto,
moral, bueno y bello, noble, loable. Este versículo es una cita de Proverbios 3:4 en la
Septuaginta y comparar con 2 Corintios 8:21. “Sean diligentes en hacer lo que es
bueno y recto a la vista de todos”. Tenemos un testimonio. La gente está mirando y
observando. Ellos saben cómo debería actuar un cristiano. Ellos observarán y verán
acaso nosotros retribuimos como lo hace el mundo, acaso nos desquitaremos o no. Un
versículo importante que da mucha luz sobre Romanos 12:17 es 1 Tesalonicenses
5:15.
Hoy estamos viviendo en una sociedad hinchada de pleitos cuyo lema parece ser
“DEMANDAR O SER DEMANDADO”. El énfasis está sobre cuánto puedo obtener de la
otra persona para mi beneficio personal. Esto es lo contrario del principio del amor
como se expone en este capítulo. El amor siempre pregunta, “¿Cuánto puedo dar a
esta persona aunque me signifique pérdida y sacrificio personal?” En una sociedad tan
confundida, los creyentes, cuyos corazones están llenos del amor de Cristo, deberían
alumbrar brillantemente. No es nuestra tarea usar y abusar de otros para nuestra
ganancia personal.
Romanos 12:18
Hay cuatro pasajes en el Nuevo Testamento que indican al creyente que SIGA LA PAZ
(la persiga, ir tras la paz): Romanos 14:19; 2 Timoteo 2:22; Hebreos 12:14 y 1 Pedro
3:11.
Romanos 12:19
Romanos 12:20
Aquí tenemos reseñado el amor a nuestro enemigo en forma práctica (comparar Mateo
5:44). Ver Prov. 25:21,22. El verdadero amor hacia el enemigo implica escoger DAR a
esa persona lo que necesita a pesar de lo que sintamos hacia esa persona. Por
naturaleza, una persona no tiene ganas de amar a su enemigo. Siente deseos de
pegarle en la nariz o perforar los neumáticos de su automóvil, etc., pero no siente
deseos de alimentarlo y darle de beber. Amamos a nuestros enemigos, porque Dios
nos lo ha mandado (Mateo 5:44), no porque deseamos hacerlo. Si vas a esperar a
tener ganas de hacerlo, nunca sucederá. Ver 2 Reyes 6:20-23 como un ejemplo de
cómo Eliseo trató a sus enemigos.
Romanos 12:21
Aquí tenemos la forma activa y pasiva del mismo verbo. “No seas vencido” =pasivo;
“vence” = activo. No permitas que el mal te conquiste (que tenga victoria sobre ti),
sino vence el mal con el bien. Ahoga el mal en el bien. Yo conozco a un creyente
dedicado, Paul McMillan, era mi compañero de estudios en el seminario. Era su deseo
dar su vida como misionero a la misma gente que había asesinado a su padre en el
campo misionero hacía muchos años. Este es un hermoso ejemplo de vencer el mal
con el bien: desear entregar el evangelio de Cristo a las mismas personas que habían
asesinado a su padre. En el corazón de este hombre no hubo lugar para la venganza,
pero hubo lugar para el amor de Cristo. El resultado fue que Paul fue guiado por el
Señor a otro campo misionero. Dios escogió no enviarlo al mismo lugar donde su padre
había trabajado, pero Paul había estado dispuesto ir allí o dondequiera que el Señor
quisiera enviarlo.
Esto concluye nuestro estudio de Romanos capítulo 12. Hay una conexión entre el
capítulo 12 y el capítulo 13. Hemos aprendido que no es tarea del creyente castigar a
los malhechores. Esta es tarea de Dios. ÉL es el vengador de ira. La venganza
pertenece a ÉL. ÉL pagará a Su modo y en Su tiempo. El capítulo 13 nos habla de que
una de las maneras en que Dios castiga a los malhechores es por medio del gobierno
humano que ÉL ha ordenado y establecido (comparar 13:4).
CAPÍTULO 13
El Gobierno Humano
Y
El Llamado de Alerta de Dios
Una de las maneras que Dios tiene para ejecutar Su ira y juicio y venganza sobre los
malhechores es por medio del gobierno humano (así tenemos la conexión entre la
última parte del capítulo 12 de Romanos y la primera parte del capítulo 13). Dios
delegó autoridad al gobierno humano después del Diluvio del Génesis. Esto se ve
especialmente en que Dios otorgó al hombre el derecho de castigar a los malhechores,
especialmente a los asesinos (Génesis 9:6). Esta misma verdad es presentada aquí
en Romanos capítulo 13.
Romanos 13:1
“Sométase” –este es un término militar que significa “estar bajo jerarquía, tomar su
propio lugar bajo quienes están en autoridad, estar en sujeción, rendirse, ser
obediente”. Comparar con el mandamiento dado en Tito 3:1. “Autoridades
superiores” = autoridades, autoridades gobernantes, definidos en el versículo 3 como
dirigentes, autoridades civiles, magistrados. El gobierno humano fue instituido por Dios
después del Diluvio del Génesis. El versículo clave es Génesis 9:6 que dice que la
persona que derrama la sangre de un hombre (asesinato violento), por el hombresu
sangre será derramada. Dios Mismo podría haber decidido castigar directamente a los
asesinos, pero ÉL escogió delegar esta responsabilidad en el hombre. El gobierno
humano fue instituido y ordenado por Dios, y sean salvos o no salvos, todos los
hombres se benefician del gobierno y todos los hombres deberían temer al gobierno
cuando desobedecen sus leyes y se rebelan contra su autoridad.
“Porque no hay autoridad sino de parte de Dios” –Dios es la máxima y más alta
Autoridad. ÉL está por sobre todo gobernante. El Señor Jesús lo dijo claramente en
Juan 19:11. Comparar también Daniel 4:17, 25, 32; 2 Crónicas 20:6 y Salmo 75:7.
“Establecidas” =ordenadas, designadas, puestas en su lugar. Ningún hombre o mujer
podría estar en alguna posición de autoridad sin la voluntad y el permiso del Soberano
Dios del cielo.
Romanos 13:2
Por cuanto las autoridades civiles han sido ordenadas por Dios, ¡no las resistas! No es
sabio luchar contra lo que Dios ha establecido. “Resiste” = estar en contra, oponerse
(lo contrario de “someterse”). “Condenación” =juicio o castigo. Desobedecer a las
autoridades es desobedecer a Dios (ver 1 Pedro 2:13-17).
Romanos 13:3
“Temor” = miedo, objeto de terror. Los gobernantes deben premiar las buenas obras
y castigar las malas obras. Como regla general, los gobiernos recompensan lo bueno y
castigan lo malo. Usualmente, si uno obedece las leyes y es un ciudadano observante
de la ley, nada tiene que temer. El libro de 1 Pedro hace una clara distinción entre
quienes sufren como resultado del mal que han hecho y quienes sufren como resultado
de su testimonio cristiano (ver 1 Pedro 2:14, 19-20; 3:13-14; 4:14-16).
Romanos 13:4
El mandatario (la autoridad gubernamental) es siervo de Dios. Esto sería aplicable hoy
al presidente, los congresistas, gobernadores, policías, etc. Aunque la mayoría de estos
hombres no son salvos, con todo, ellos son siervos de Dios en el sentido de que están
cumpliendo con la voluntad de Dios castigando a los que hacen mal. Dios ha puesto a
estos hombres en posiciones de autoridad para nuestro bien. Los que quebrantan las
leyes y hacen mal tienen motivo para temer, porque si son capturados, tienen que
padecer el castigo que las autoridades han determinado. Dios podría castigar
directamente a los malhechores, pero ÉL ha escogido usar al gobierno humano para
ejecutar el rigor en la persona que hace mal. Por esto los gobernantes son para bien y
para nuestra conveniencia. El gobierno nos protege castigando a los delincuentes y
disuadiendo y desalentando a potenciales trasgresores de la ley. Es poco probable que
cometan crímenes los que temen el castigo y que piensan que pueden ser apresados.
La venganza pertenece Dios (Rom. 12:19), y el Dios de la venganza ha permitido a
Sus siervos gobernantes que ejecuten juicio sobre los que hacen mal (Rom. 13:4).
Es importante estudiar bien lo que la Biblia enseña acerca del importante tema de la
pena capital.
La pena capital fue instituida por Dios Mismo después del diluvio universal. Leemos
de ésto en Génesis 9:6—“El que derramare sangre de hombre, por el hombre su
sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”. Este
versículo está hablando acerca de un asesino, alguien que a sabiendas y con
violencia derrama la sangre de un hombre ocasionando su muerte. Aquí Dios da al
hombre la autoridad y el derecho y la obligación de ejecutar al asesino: “por el
hombre su sangre será derramada”. La razón dada para ésto está basada en el
valor y el carácter sagrado de la vida humana: “porque a imagen de Dios fue hecho
el hombre”. En este caso la justicia se lleva a cabo según la regla: “vida por vida,
ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:23-24). El castigo tiene que ser
equivalente al crimen. El crimen en este caso es el asesinato y el castigo era la
muerte. Nótese que Génesis 9:6 fue dado al hombre antes de que fuera dada la ley
de Moisés.
2. “¿No Matarás?”
La pena capital no es una violación del sexto mandamiento que dice, “No matarás”
(Éxodo 20:13). La traducción correcta de este verbo es, “No asesinarás”. Todo
asesinato es matar, pero no todo matar es asesinato. Algunos ejemplos de matar
que no se consideran asesinato son los siguientes: a) matar al enemigo en la
guerra (ejemplos bíblicos: David matando a Goliat, Josué y los israelitas cuando
conquistaron la tierra); b) un esposo que descubre que un hombre está a punto de
matar a su esposa y/o sus hijos, protege y defiende a su familia matando al
atacante; c) un policía que mata en el cumplimiento de su deber, para proteger
vida inocente; d) la persona que ejecuta la pena capital, como el hombre que
conecta el interruptor de la silla eléctrica; e) matar por accidente, cuando el
homicida no intentaba quitar la vida a alguien. Debemos notar también que el
Señor Jesucristo Mismo “juzgará y hará guerra” en Su segunda venida, lo que
resultará en una innumerable cantidad de muertes (Ap. 19:11-20).
En los tiempos del Nuevo Testamento aún se practicaba la pena capital. Romanos
13:4 dice que Dios ha dado al gobierno humano la autoridad de ejecutar severidad
sobre los malhechores por medio de la espada (un instrumento común de pena
capital en los días del Nuevo Testamento). El Apóstol Pablo vivía en un tiempo en
que la pena capital se practicaba comúnmente en el Imperio Romano (no como en
nuestros días), sin embargo él no condenó esa práctica. Por el contrario, él
describió a la persona que lleva la espada como siervo de Dios. De modo que el que
castiga al malhechor, lo hace ejerciendo la autoridad delegada de Dios.
6. ¿Cruel e Inhumano?
¿La pena capital es cruel e inhumana? Por lo general no es agradable ser testigo de
la muerte y los que tienen la responsabilidad de ejecutar a un criminal, ciertamente
no tienen una tarea envidiable. Sin embargo, debemos cuidarnos de concentrarnos
en el criminal y olvidarnos de la víctima del crimen. El asesinato a sangre fría es
muy cruel e inhumano. Una violación forzosa es muy cruel e inhumana. Secuestrar
un avión poniendo en peligro la vida de muchas personas es muy cruel e inhumano.
Promover drogas destructivas es muy cruel e inhumano. En nuestro celo por
proteger al criminal podemos perder de vista la atrocidad del crimen. A pesar de la
posición que una persona tenga en cuanto a la pena capital, todos tendrán que
estar de acuerdo en que si un asesino es ejecutado, nunca volverá a asesinar. Es
notable que las personas que condenan la pena capital como un método cruel e
inhumano de destruir la vida de una persona, sean a menudo las mismas personas
que están a favor del derecho al aborto. ¿Por qué tiene mayor derecho a la vida un
asesino culpable que un niño no nacido?
7. El Testimonio de Pablo
¿Qué pensaba el Apóstol Pablo de la pena capital? ¿La consideraba injusta y cruel e
inhumana? Ya hemos considerado la enseñanza de Pablo en Romanos 13, pero
debemos notar también lo que el Apóstol dijo en Hechos 25:11: “Porque si algún
agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no rehúso morir”. Pablo sabía
que había ciertos crímenes que eran dignos de muerte, y sabía que los culpables de
dichos delitos debían ser ejecutados. Si él era culpable de alguno, él no se negaría
a morir. El se sometería a la pena capital si hubiera hecho algo que lo mereciera.
Desde luego, Pablo era inocente de cualquiera de esos delitos, y sin embargo él fue
finalmente ejecutado bajo Nerón. ¿Por cuál delito? Por predicar el evangelio de la
gracia de Dios.
8. Bárbaros Perspicaces
Aún hombres sin cultura saben en lo profundo de su corazón que ciertos delitos
demandan la pena de muerte. Esto está ilustrado en Hechos 28 cuando Pablo
naufragó en la isla de Malta donde se encontró con un grupo de naturales amables
(v.1-2). Mientras Pablo echaba unas ramas al fuego, una víbora venenosa le mordió
la mano. Normalmente una mordedura así resulta fatal en un par de minutos.
Cuando los nativos vieron ésto, ellos dijeron, “Ciertamente este hombre es
homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir” (v.4). Estos nativos
vieron lo que ellos pensaban era el castigo (muerte) y así asumieron un crimen (él
tiene que ser un homicida). Pronto se dieron cuenta que estaban equivocados, pero
el punto es que estos naturales tenían un sentido de justicia formado y sabían que
los asesinos deben pagar con su vida por su crimen.
9. El Testimonio de un Ladrón (Bandido)
Si se practica la pena capital, ¿no puede suceder que un hombre inocente sea
declarado culpable y sea ejecutado? Sí, lamentablemente esto es cierto. Nuestro
sistema judicial está lejos de ser perfecto y a veces el culpable es justificado y el
inocente es condenado (comparar Deut. 25:1). Aún sin la pena capital, es cierto
que a veces algunos hombres inocentes son enviados a la cárcel, aún de por vida.
Debemos recordar que en el cielo hay un Juez recto y justo que ve todo y que sabe
todo y que algún día rectificará todo lo que está mal y que enderezará todo lo que
está torcido. En la eternidad todo será corregido (ver Lucas 16:25 como ejemplo de
ésto). El ejemplo más grande de un hombre inocente que fue ejecutado es el del
Señor Jesús Mismo, “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1
Pedro 2:22). El único Hombre sin pecado que jamás haya vivido fue condenado a
muerte por crucifixión. Al meditar sobre la muerte de Cristo, debemos recordar que
fue por nuestros pecados que ÉL sufrió y sangró y murió (1 Co.15:3; Rom.5:8).
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los
injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18). Nosotros somos los culpables que
merecíamos la pena de muerte (Rom.6:23), pero Jesús lo pagó todo. ÉL murió para
que nosotros podamos vivir (Juan 5:24).
Romanos 13:5
Otros pasajes que se refieren a la responsabilidad del creyente frente a las autoridades
civiles son: 1 Pedro 2:13-17; 3:13-14; 3:16-17.
Romanos 13:6
Romanos 13:7
“Pagad a todos lo que debéis” = devuelve lo que debes, retorna lo que les
pertenece. Nosotros le debemos algo a nuestra sociedad. Debemos cumplir con
nuestra obligación para con todos los hombres. Hay cuatro cosas que debemos rendir:
tributo, impuesto, respeto, honra. “Tributos” = impuestos, impuestos gravados sobre
personas y propiedades, especialmente para César (a Roma); “impuestos” =
derechos de aduana sobre bienes importados o exportados, peaje, tarifa. Hay quienes
merecen nuestro temor, nuestro respeto. Hay otros que merecen
nuestro honor.Hombres como oficiales de policía, jueces, hombres en funciones de
gobierno merecen nuestro respeto y honor. En 1 Pedro 2:17 dice que “honremos a
todos”. Recordemos lo que nuestro Señor enseñó acerca de tributos e impuestos:
Mateo 17:24-27 y Lucas 20:21-26.
Romanos 13:8
“No debáis a nadie nada” = No debas nada a nadie. Esta frase importante ha sido
entendida de dos maneras: 1) Yo no debo nada a nadie porque nunca he incurrido en
deudas. Me niego a pedir prestado dinero. Me niego a usar tarjetas de crédito. Me
niego a comprar algo a menos que tenga el dinero en la mano. No quiero deber nunca
nada a nadie. Nunca pediré prestada cosa alguna, por lo cual nunca deberé nada a
nadie. 2) Yo no debo nada a nadie porque he pagado todas mis deudas. He cumplido
con todas mis obligaciones como es debido. Yo estaba en deuda con ciertas personas,
pero he pagado esas deudas a tiempo y he cumplido con mis obligaciones. No tengo
ninguna deuda pendiente (sin pagar).
La primera interpretación de la frase no puede ser correcta por varias razones. Esta
interpretación dice, “No debo nada a nadie porque nunca he contraído una deuda”.
Esto contradice al versículo anterior (v.7) que dice que debemos pagar a todos lo que
les debemos (es decir, estamos en deuda con las personas de nuestra sociedad y
debemos pagar lo que les corresponde). De modo que el énfasis del v.7 no es que no
tengamos deudas, sino que nos hagamos cargo de estas deudas y que devolvamos
(paguemos) lo que debemos. De modo que debemos entender el v.8 como sigue: “no
debo nada a nadie porque he pagado mis deudas y he rendido a todo hombre lo que le
debía”. De modo que rechazamos el punto de vista que dice que el v.8 significa
“NUNCA CONTRAIGAS DEUDAS”. Debe entenderse que significa: “PAGA TUS DEUDAS
(paga lo que debes) PARA QUE NO DEBAS NADA A NADIE”.
“El hombre de bien tiene misericordia y PRESTA; gobierna sus asuntos con juicio”
(Salmo 112:5). Un hombre bueno es el que PRESTA.
“El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da” (Salmo
37:21). Nótese la primera parte de este versículo. ¿Por qué es considerado IMPÍO este
hombre? No es porque pidiera prestado, sino porque no devuelve lo que pidió
prestado. No devolver lo que has pedido prestado es en verdad una manera de robar.
Es quedarte con algo por demasiado tiempo y usarlo como si fuera tuyo, cuando debió
haber sido devuelto a su legítimo dueño. ¿Qué si robaras el rastrillo de tu vecino y lo
dejaras en tu cochera? ¿Qué si pidieras prestado el rastrillo de tu vecino y meses más
tarde aún estuviera en tu cochera? En ambos casos estas quedándote malamente con
lo que pertenece a tu vecino y que debería estar en la cochera de tu vecino. No
deberías actuar como si lo poseyeras, porque no es tuyo. Debemos respetar la
propiedad de los demás. La diferencia entre estos dos ejemplos está en primer
lugar en la manera en que el rastrillo llegó a tu cochera. En el primer ejemplo llegó allí
por el pecado de hurto. En el segundo ejemplo llegó allí porque lo pediste prestado con
el permiso de tu vecino. El dijo que podías usarlo. Pero él no te dijo que podías usarlo
y guardarlo durante meses.
El resto del versículo da claridad de que éste es el verdadero significado: “No debáis a
nadie a nada, SINO EL AMAROS UNOS A OTROS; porque el que ama al prójimo, ha
cumplido la ley” (Rom.13:8). El punto de vista que dice que nunca debemos contraer
una deuda, está enseñando que nunca debemos tener obligación alguna. Romanos
13:8 no enseña que nunca debemos tener obligación alguna, sino que debemos
cumplir con nuestras obligaciones pagando nuestras deudas. Sin embargo, hay una
obligación que tendremos siempre. Hay una deuda que nunca podremos pagar, y esa
es la DEUDA DEL AMOR. Mientras más pagas esa deuda, más debes.
Supongamos que tú debes a alguien $10.00. Una semana más tarde, tú devuelves a
esa persona toda la cantidad. Entonces puedes decir: “He cumplido con mi obligación y
con mi responsabilidad. Ya no estoy en deuda. He terminado con esto. Ya no tengo que
pagar más”. Mas, por el contrario, cuando tú demuestras amor hacia alguien y te das a
ti mismo por el bien de otra persona, entonces no puedes decir, “He cumplido con mi
responsabilidad. He amado a esa persona y ya no tengo obligaciones. Nunca más
necesitaré amar otra vez a esa persona”. No, el amor es una obligación constante y
debemos seguir cumpliéndola.
Aplicación a la salvación: Por causa de nuestro pecado, teníamos una gran deuda
para con Dios. Cristo vino a pagar una deuda que no era Suya, porque nosotros
teníamos una deuda que no podíamos pagar. “La paga del pecado es MUERTE” y la
única manera en que podríamos pagar esa deuda, sería sufriendo la eterna separación
(MUERTE) de Dios en el lago de fuego. Cuando el Señor Jesús tomó nuestro lugar en la
cruz, ÉL murió como nuestro SUSTITUTO y ÉL pagó totalmente la deuda que nosotros
teníamos. El pecador podría preguntar, “Pero, Dios, ¿no estoy obligado a pasar la
eternidad en el lago de fuego por causa de mi pecado?” Dios podría responder, “Estoy
completamente satisfecho de que la deuda ha sido pagada. Mi amado Hijo la pagó por
completo”. Como dice el himno, “Cantaré de mi Redentor y de Su maravilloso amor por
mí; ÉL sufrió en la cruenta cruz para librarme de la maldición. Canta, canta de mi
Redentor, con Su sangre me compró, en la cruz selló mi perdón, ÉL PAGÓ LA DEUDA y
me libertó”.
Romanos 13:9-10
En este versículo Pablo cita de la segunda tabla de la ley que trata de nuestras
responsabilidades hacia el hombre, nuestras obligaciones hacia nuestro prójimo. El cita
el 6º, 7º, 8º, 9º y 10º mandamiento (ver Éxodo 20:13-17) y luego da el mandamiento
resumen, que se encuentra en Levítico 19:18, amarás a tu prójimo como a ti
mismo, que el Señor Jesús llamó el segundo gran mandamiento (Mateo 22:38-39). Si
realmente AMAMOS al Señor Dios con todo nuestro corazón (el mandamiento más
grande), entonces no nos inclinaremos ante un ídolo, no tomaremos Su Nombre en
vano, etc. “El amor no hace mal al prójimo” (v.10). Si realmente AMAMOS a
nuestro prójimo, entonces no le robaremos, no cometeremos adulterio con su mujer,
no lo asesinaremos, no codiciaremos lo que le pertenece, etc. Por esto el AMOR es el
cumplimiento de la LEY. Si AMAS a Dios y a tu prójimo como corresponde, entonces
has practicado y cumplido las demandas de la LEY. Nota: La palabra “matar” del v.9
debería traducirse “asesinar” (ver Mateo 19:18). Todo asesinato es matar, pero no
todo matar es asesinato (como ya hemos discutido anteriormente en este capítulo, en
la sección de la pena capital). La palabra “se resume” en el v.9 significa “síntesis,
recapitular”. Aquí tenemos toda la LEY condensada en pocas palabras. Los 613
mandamientos de la ley se pueden resumir en los dos mandamientos que se
encuentran en Mateo 22:36-40. Estos dos mandamientos se pueden resumir en una
palabra, “AMOR”.
Pero, ¿cómo podemos AMAR? Por nosotros mismos es imposible. La clave se encuentra
en Gálatas 5:16-22 y Romanos 8:2-4.
Como creyentes en Cristo no debemos estar durmiendo. Debemos estar alerta y muy
despiertos, sirviendo al Señor. Sin embargo, es triste y a menudo cierto, que los
creyentes se encuentran en un estado espiritual de somnolencia y modorra y por ésto
Dios tiene que hacer un llamado a despertar. Hay cuatro pasajes en el Nuevo
Testamento en los que Dios llama a los creyentes a DESPERTAR.
1) Efesios 5:14
2) 1 Corintios 15:32-34
En la iglesia de Corintio había un serio problema doctrinal. Había algunos entre los
corintios que estaban diciendo que no había resurrección de los muertos (1 Co.15:12).
De acuerdo con esta falsa enseñanza, la gente muere, ¡y eso sería! Ellos no
resucitarán.
Negar la sana doctrina es algo muy serio, porque lleva a la decadencia moral. Lo que
una persona CREE afecta a como una persona se COMPORTA. La doctrina falsa afecta
la manera en que la gente vive. Si no creen bien, no vivirán bien.
Si los muertos no resucitan, ¿por qué no ser indulgentes ahora con los deseos de la
carne? Si vas a morir mañana, ¿por qué no pasarlo bien hoy? La filosofía epicúrea era
que la meta del hombre era vivir una vida de placer: “Comamos y bebamos y seamos
felices, porque mañana moriremos”. Comparar 1 Co.15:32. Hay una antigua fábula
acerca de una mosca epicúrea que se estaba ahogando y muriendo en un frasco de
miel. La mosca dice: “He comido y bebido y me he bañado y no me importa nada si
muero”.
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Co.
15:33). “Malas conversaciones” significa “mala compañía, malos compañeros”. No te
asocies con quienes sostienen falsas doctrinas y que se comportan de acuerdo a ellas.
Si lo haces, terminarás corrompiéndote. La mala compañía corrompe la moral (el buen
carácter). Es muy importante andar y asociarse con el tipo de personas apropiado
(Prov. 13:20; Salmo 119:63).
3) 1 Tesalonicenses 5:4-9
Por cuanto la Palabra de Dios es verdad, los creyentes están informados sobre lo que
está sucediendo en el mundo. Los creyentes conocen el programa profético de Dios
que ÉL ha revelado en las Escrituras. Los inconversos se verán totalmente cogidos por
sorpresa por los eventos que han de suceder (1 Tesalonicenses 5:2-3).
Ver los versículos 4-5. Los creyentes no estamos en tinieblas, aunque antes lo
estábamos (1 Pedro 2.9; Col. 1:13). Los creyentes son hijos de luz. Estamos en el
mundo, pero no somos del mundo. Estamos en un mundo de tinieblas, pero no somos
de las tinieblas. Pertenecemos a la luz y al día.
“Por tanto, no durmamos como los demás” (1 Ts. 5:6). Este es un LLAMADO DE
ALERTA diferente. Los otros pasajes decían: “¡DESPIERTA!”. Este pasaje es diferente
porque dice: “¡NO TE DUERMAS!” Los “otros”, a los cuales se refiere este versículo, son
los INCONVERSOS. Los inconversos son “los que duermen”. Los creyentes deben
permanecer despiertos. Los que no conocen al Señor Jesucristo como a su Salvador,
están durmiendo. Sus ojos espirituales están cerrados. Ignoran totalmente lo que está
sucediendo y el peligro en que se encuentran.
Los creyentes son personas del día. Los inconversos son personas de la noche (ver
v.8). Gente del día son los que están despiertos, están sobrios y alerta. Una hermosa
descripción de un creyente sobrio, que está despierto y que está brillando para Cristo,
se encuentra en 1 Ts. 5:16-19.
4) Romanos 13:11-14
Este es el cuarto pasaje del Nuevo Testamento que nos da un LLAMADO DE ALERTA.
Consideremos cada uno de estos versículos separadamente:
Romanos 13:11
El tiempo que tenemos ahora para servir al Señor es limitado. Nuestros días son pocos
en número. Cómo no debemos permanecer despiertos y redimir el tiempo,
aprovechando al máximo cada oportunidad que nuestro Dios nos da, mientras le
servimos en el tiempo. Cuando llegue el día de nuestra final salvación, ya no
proclamaremos el evangelio. Ya no ganaremos almas para Cristo. Hemos de hacer
estas cosas ahora, por causa de Cristo y para la gloria de Dios.
Romanos 13:12
La noche está avanzada (casi ya ha pasado). Aún es de noche, pero la noche casi ha
terminado. Aún no es de día, pero casi. El día está “cerca”. El día se está aproximando
y acercando más y más (comparar Hebreos 10:25). El término “cerca” significa “está a
la mano” (es la misma palabra del v.11—“más cerca”). Es usada para el reino en
Mateo 3:2 (el reino “se ha acercado”) y para la venida del Señor en Santiago 5:8. La
venida del Señor está tan CERCA que casi ya está AQUÍ. Estamos viviendo en este
mundo de tinieblas. Aún es de noche, pero pronto será de día. Como creyentes,
estamos esperando el día. Estamos esperando el día de Cristo, el día del regreso de
Cristo (el día del rapto). “Aguardando la esperanza bienaventurada” (Tito 2:13).
“Esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Co. 1:7 y ver el v.8 donde
Su venida es equivalente al “día de Cristo”). DESECHEMOS” significa “quitar, sacar,
desembarazarse de algo”, como quitarse la ropa. “VISTÁMONOS” tiene el significado
contrario (de modo que significa ponerse la ropa, ataviarse, usar algo). Las “ARMAS”
indican que estamos en una lucha. Aún es de noche. Estamos metidos en una
verdadera batalla. Los soldados no deben encontrarse durmiendo. Debemos estar
despiertos y alerta, para que podamos luchar y vencer. Levántate y brilla y lucha. Usa
las armas de la luz. Ver Efesios 6:10-18 y 1 Tesalonicenses 5:8 para una completa
descripción de la armadura que Dios ha provisto para el creyente. Es interesante que
estos dos pasajes clave, que tratan de la armadura del creyente, están precedidos por
el LLAMADO DE ALERTA de Dios (ver Efesios 5:14 y 1 Tesalonicenses 5:6).
Romanos 13:13
Romanos 13:14
En agudo contraste con las obras de las tinieblas mencionadas en el v.13, los
creyentes han de vestirse con las armas de la luz, AÚN DEL SEÑOR JESUCRISTO,
Aquél que es nuestra VIDA (Col. 3:3-4). El término “provisión” significa “previsión,
cuidado, premeditación”. Por ejemplo, cuando una familia sale de viaje, usualmente
hace provisión para el viaje. Ellos lo planifican, lo ponderan, compran lo que necesitan
para el viaje, se preocupan de que el automóvil esté arreglado, llenan el estanque de
combustible, etc. El pecado hace su obra mortal, porque nosotros lo permitimos.
Hacemos provisión para ello. Lo planificamos y pensamos en ello y proveemos para
ello de mil maneras diferentes. No debemos pensar y discurrir en cómo lo haremos
para gratificar nuestra vieja naturaleza pecaminosa. Recuerda, la carne NO PUEDE ser
reformada, mejorada, transformada, hermoseada o perfeccionada. La Cruz (MUERTE)
es la única solución: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).
A nosotros nos parece una expresión inusual hablar de VESTIRSE DE UNA PERSONA,
pero los griegos entendían que este lenguaje significaba “imitar Su ejemplo, reproducir
Su espíritu, ser como ÉL”. (Ilustración: cuando una persona se pone un disfraz de
gorila, normalmente trata de actuar como un gorila, caminar como un gorila, hacer
ruidos como de gorila, etc.) Debemos vestirnos del carácter amable del Señor
Jesucristo, para que ÉL sea visto. ¡Vístete de Cristo! ¡Identifícate totalmente con ÉL! ÉL
es nuestra VIDA, nuestra VESTIDURA.
Compare este versículo con Gálatas 3:27 que enseña que cada creyente ya está
revestido de Cristo:
Un pasaje dice que lo has hecho; el otro pasaje dice que debes hacerlo. El pasaje de
Gálatas está hablando de la POSICIÓN del creyente; el pasaje de Romanos está
hablando de la CONDICIÓN del creyente. Tenemos una posición perfecta EN CRISTO, y
por eso estamos REVESTIDOS DE CRISTO. Cuando Dios me ve EN CRISTO, yo soy
como Cristo. Tengo Su justicia. Soy perfecto y completo en ÉL. No tengo
imperfecciones de carácter. Pero en cuanto a mi condición (mi andar en el tiempo),
cuando la gente me ve, ¿ellos ven a Cristo? ¿Ven Su carácter? ¿Ven el fruto del
Espíritu (Gá.5:22-23)?
Que por fe nos “consideremos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Rom.6:11).
CAPÍTULO 14
Romanos 14:1
¿Por qué debemos recibir a este creyente débil? La razón se da al final del v.3: “Porque
Dios le ha recibido”. Ver también Romanos 15:7. Si Cristo lo recibió, ¿cómo lo
podemos rechazar? Cuán agradecidos debemos estar de que el Señor nos recibiera:
“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera”
(Juan 6:37). Dios nos ha recibido y nunca nos echará o nos dejará de lado.
Romanos 14:2
El creyente que tiene un conocimiento doctrinal correcto sabe que puede comer todas
las cosas. Bajo la ley, había ciertos alimentos que los judíos podían comer y había
ciertos alimentos que no podían comer (ver Levítico 11). Dios les estaba enseñando a
hacer diferencia entre lo limpio y lo inmundo, entre lo santo y lo profano (Lv. 11:44-
47). Durante la dispensación actual nada de lo que Dios ha creado está prohibido si se
recibe con acción de gracias: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de
desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la
oración es santificado” (1 Ti. 4:4-5). El creyente débil mencionado en Rom.14:2 tenía
el hábito de comer solamente hierbas o vegetales, creyendo que no estaba permitido
comer todas las cosas (creyendo que la carne estaba prohibida).
Romanos 14:3
Este versículo es una advertencia, tanto al creyente fuerte como al débil. La tendencia
del creyente fuerte sería despreciar al débil (desdeñar, desvalorizar). La tendencia del
creyente débil sería juzgar o criticar o condenar al creyente fuerte.
El creyente fuerte podría decir, “Vegetariano necio. ¿Cómo puedes ser doctrinalmente
tan débil? ¿No sabes que como creyentes en Cristo podemos comer todas las cosas?”
(DESPRECIANDO).
El creyente débil podría decir, “No deberías comer carne. No deberías comer cerdo.
Estás mal haciendo eso”. (JUZGANDO).
La última frase del v.3 (“porque Dios le ha recibido”) podría referirse sólo al creyente
fuerte que está siendo juzgado por el creyente débil, pero puede referirse a ambos (“al
que no come” y “al que come”). Aunque se refiera solo “al que come”, permanece
cierto que Dios ha recibido a ambos. Dios ha recibido bondadosamente a cada creyente
(Rom. 15:7) y por ésto debemos recibir a nuestros prójimos creyentes, sean débiles o
fuertes (Rom.14:1 donde a los creyentes se les dice que reciban a los que son
débiles).
Nótese que Dios (por medio de Pablo) menciona al “que es débil” (v.1) pero no se
refiere al creyente fuerte como “fuerte”. Aún el creyente que es maduro y que
entiende los asuntos doctrinales, es muy débil aparte de la gracia de Dios (comparar 2
Timoteo 2:1, “Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”), incluso es propenso a
ciertos pecados, como despreciar a su hermano (Rom. 13:3, 10) y envanecerse en su
conocimiento (1 Co. 8:1). Es en nuestra debilidad que aprendemos del poder de Dios
(2 Co. 12:10).
Romanos 14:4
Este versículo es para la persona que juzga a su prójimo creyente por lo que come. La
palabra “criado” se refiere a un esclavo doméstico. El que está juzgando debe darse
cuenta de que él no es la cabeza del hogar. El no es el amo o señor de este hombre. El
no es más que un consiervo, un colaborador, un creyente compañero. Un siervo es
responsable solamente ante su amo. Es responsable ante su amo y ante nadie más. Su
amo es el único que tiene el derecho de juzgarlo. El Amo del creyente es el SEÑOR
Jesucristo (ver v.9). A ÉL responde y rinde cuenta el creyente. Ante Su tribunal
compareceremos todos (v.10).
Supongamos que dos hombres trabajan en una fábrica y uno le dice al otro, “estás
haciendo un trabajo horrible”. Lo que diga este correligionario, sea verdadero o falso,
realmente no tiene importancia. El no es el jefe. Si el jefe le dice que está haciendo un
trabajo terrible, entonces debe preocuparse.
¿Qué clase de Maestro es nuestro Señor Jesús? Nuestro Señor no quiere que Sus
siervos caigan. ÉL quiere que ellos estén en pie. Dios los sostiene. Dios está por ellos,
no contra ellos (Rom. 8:31). Como dice el himno: “Sustentados por Su bondadosa,
poderosa mano”. Dios puede sostenerlos en pie. Como creyentes, deberíamos imitar a
nuestro Dios en ésto. Nuestro deseo debería ser sostener a nuestros hermanos
creyentes y hacer todo lo posible para ayudarles a estar en pie. No debemos
empujarlos para que caigan, JUZGÁNDOLOS o DESPRECIÁNDOLOS. Que les ayudemos
a levantarse y a alcanzar un lugar más elevado. “Hágase todo para edificación” (1
Corintios 14:26).
Romanos 14:5
Nuestro tema pasa ahora de los alimentos a los días. ¿Debemos considerar un día más
especial o más santo que otro día? Un creyente lo piensa así, pero otro creyente
considera todos los días iguales. En el asunto de los alimentos, Pablo identificó al
creyente débil (v.2). Aquí Pablo no hace tal distinción. Un creyente escoge un día y
dice, “Este día es especial. Este día es santo”. Otro creyente considera santos todos los
días: “El sábado es tan santo como el domingo y el domingo es tan santo como el
lunes”. ¿Cuál creyente tiene la razón? ¿Cuál creyente es el creyente fuerte que tiene el
entendimiento doctrinal correcto en cuanto a los días?
En otro lugar Pablo advierte contra el peligro legalista de observar ciertos días:
“Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya
trabajado en vano con vosotros” (Gálatas 4:10-11). Es cierto que la costumbre de los
creyentes ha sido adorar en el Día del Señor, el primer día de la semana (domingo), el
día en que Cristo resucitó de los muertos. Hebreos 10:25 da una seria advertencia a
quienes pudieran dejar de congregarse con otros creyentes. Sin embargo, nunca
encontramos en el Nuevo Testamento el mandamiento: “GUARDA EL DÍA DEL SEÑOR”.
Para el creyente en Cristo, cada día es “terreno santo” cuando servimos al Salvador y
andamos de una manera digna de nuestro alto, celestial y santo llamamiento (Efesios
4:1). Obviamente, no debemos estar más dedicados a Cristo el día domingo que en
cualquier otro día. Sin embargo, admitimos que en círculos religiosos hay muchos
“cristianos del día domingo”, que hacen una muy buena presentación el domingo en la
mañana y que viven de manera muy diferente el resto de la semana. Hermanos, estas
cosas no deben ser así.
Al final del versículo 5 Pablo dice, “Cada uno esté PLENAMENTE CONVENCIDO
(totalmente persuadido, seguro) en su propia mente”. Estamos viviendo hoy en
tiempos en que la importancia de la doctrina es minimizada y la actitud es a menudo
ésta: “En realidad, no importa lo que lo cristianos creen, especialmente en cuestiones
donde hay diferentes opiniones. Lo importante es que nos amemos unos a otros”. Pero
nótese que Pablo no dice que estas cosas no son importantes. El no dice, “No importa
lo que creas acerca de comer alimentos y observar días”. No, por el contrario, él dice
que cada creyente debe estar persuadido en su propia mente en cuanto a estos
asuntos. Deja que Dios te convenza y persuada de lo que es correcto. Debemos amar
a los que son débiles en la fe (v.1,3) y debemos edificarlos, pero Dios nunca anima al
creyente a ser débil en la fe y débil en la doctrina. Cuando se trata de asuntos
doctrinales y de materias de fe y práctica, los creyentes deben estar “plenamente
persuadidos”. Que Dios nos ayude a estar firmes, a persistir y entender.
Romanos 14:6
El creyente no debe estar solo “plenamente persuadido” (v.5), sino que también debe
hacer lo que hace “para el Señor” (v.6). “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor
recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col. 3:23-
24). El versículo 6 trata de los dos temas discutibles que fueron introducidos: comer
(v.2) y observar los días (v.5). La estructura del versículo es un paralelismo invertido:
Romanos 14:7-9
Romanos 14:10
“Nosotros”—según el contexto, esto se refiere sólo a los creyentes, los que “son del
Señor” (v.8).
“Todos” –es un juicio para todos los creyentes; nadie estará excluido.
¿QUIÉN es el Juez ante el cual comparecerá cada creyente para rendir cuenta? El Juez
es Cristo Mismo. Es el Tribunal de Cristo. Cristo está sentado en este tribunal. Esta es
una clara evidencia de la deidad de Cristo. Se dice aquí que Cristo será el Juez final de
cada creyente, Aquel ante quien daremos cuenta de toda palabra, pensamiento o
hecho. Algunos manuscritos hasta dicen “el tribunal de Dios”, aunque en 2 Corintios
5:10 los manuscritos concuerdan en que es el tribunal de Cristo. Ambos son ciertos,
porque es Cristo el que está sentado como Juez y Cristo es Dios. Dios el Padre ha dado
todo juicio a Dios el Hijo (ver Juan 5:22, 27).
¿Cuál era entonces el punto de Pablo en este versículo? ¿Por qué estás juzgando a tu
hermano? Tú no eres el Juez, Cristo lo es. No solo tu hermano será juzgado, tú
también lo serás. Preocúpate de ti mismo, para que puedas recibir el “BIEN HECHO” de
Cristo y seas recompensado.
Romanos 14:11
En este versículo Pablo cita Isaías 45:23—“Por MI MISMO hice juramento, de MI boca
salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y
jurará toda lengua.” En el contexto de este pasaje de Isaías, el que está hablando es
el SEÑOR (Jehová), el Creador (Isaías 45:18, 21). En el versículo 22 se hace un
llamado a la salvación a todos los hombres en todo lugar: “Mirad a mí, y sed salvos,
todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay más” (Isaías 45:22). En el
v.22 el punto principal de Isaías es este: Hay salvación para todos. En el v.23 el
punto principal de Isaías es este: Todos tendrán que rendir cuenta
personalmente. TODA rodilla se flexionará y se doblará. Los que se niegan a doblar
su rodilla ante el Salvador ahora (v.22) doblarán más adelante su rodilla ante el Juez
(v.23).
Aquí en Romanos 14:11 Pablo toma la verdad de Isaías 45:23 y la aplica a los
creyentes. El énfasis está sobre “todos”. Cada creyente doblará su rodilla ante Cristo
en Su tribunal. Todo creyente confesará y reconocerá Su absoluta autoridad como el
Juez Supremo.
Romanos 14:12
“todos” – v.10
“toda rodilla” –v.11
“toda lengua” –v.11
“cada uno de nosotros” –v.12
SALVACIÓN RECOMPENSAS
Si Dios nos diera exactamente lo que “Vino el primero, diciendo: Señor tu mina
merecemos por la manera en que hemos ha producido diez minas. El le dijo: Está
vivido y por los pecados que hemos bien, buen siervo; por cuanto en lo poco
cometido, ¿qué nos daría? has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez
ciudades” (Lucas 19.16-17). Este hombre
“SEÑOR, si mirares a los pecados, merecía una recompensa porque su mina
¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? produjo diez minas y porque había sido fiel
(Salmo 130:3). en lo poco. (Advertencia: El creyente que
La paga del pecado es MUERTE trabaja fielmente para Cristo nunca debe
(Rom.6:23)Ver también Salmo 130:10. olvidar lo que Pablo dijo en 1 Co. 15:10,
“Por la gracia de Dios soy lo que
soy.. hetrabajado… pero no yo, sino la
gracia de Dios conmigo”. De modo que aun
al ganar recompensas, está en operación la
gracia).
“Quien nos salvó y llamó con “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la
llamamiento santo, NO CONFORME A gloria de Su Padre con Sus ángeles, y
NUESTRAS OBRAS, sino según el entonces pagará a cada uno CONFORME A
propósito Suyo y la gracia (2 Ti.1:9). SUS OBRAS” (Mateo 16:27). “He aquí yo
“Nos salvó, NO POR OBRAS de justicia vengo pronto, y mi galardón conmigo, para
que nosotros hubiéramos hecho, sino recompensar a cada uno SEGÚN SEA SU
por su misericordia” (Tito 3:5). “Como OBRA” (Ap.22:12).
también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien
Dios atribuye justicia SIN OBRAS”
(Rom.4:6).
“De cierto, de cierto os digo: El que oye “Y serás bienaventurado; porque ellos no te
mi palabra, y cree al que me envió, pueden recompensar, pero TE SERÁ
TIENE VIDA ETERNA” (Juan 5:24). “De (futuro) RECOMPENSADO EN LA
cierto, de cierto os digo: el que cree en RESURRECCIÓN DE LOSJUSTOS” (Lucas
mí, TIENE VIDA ETERNA” (Juan 6:47). 14:14). Los creyentes recibirán
“El que tiene al Hijo, TIENE LA VIDA” (1 recompensas en la primera resurrección, y
Juan 5:12). para los creyentes de la edad de la
iglesia ésto tendrá lugar en el rapto.
EL que TIENE AL HIJO tiene la vida; el “¿No sabéis que los que corren en el
que no tiene al Hijo de Dios no tiene la estadio, todos a la verdad corren, pero uno
vida (1 Juan 5:12). solo se lleva EL PREMIO? Corred de tal
manera QUE LO OBTENGÁIS. Todo aquel
que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una CORONA
corruptible, pero nosotros, una
incorruptible” (1 Co. 9:24-25).
8) El pecador que viene a Cristo por 8) El creyente fiel que está recibiendo
salvación escucha estas palabras: recompensa escucha estas palabras:
“HECHO ESTÁ”. “BIEN HECHO”.
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, “Su señor le dijo: BIEN, buen siervo y fiel;
dijo: CONSUMADO ES” Juan 19:30). sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor”
(Mateo 25:23).
“Ellos dijeron: Cree en el Señor “El que es fiel en lo muy poco, también en
Jesucristo, y serás salvo (Hechos lo más es fiel; y el que en lo muy poco es
16:31). Dios se encarga de salvar; injusto, también en lo más es injusto. Pues
nosotros nos encargamos de creer. si en las riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo
ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero?” (Lucas 16:10-12).
16) Todos los creyentes comparten 16) Todos los creyentes no comparten
la misma salvación. las mismas recompensas.
18) La salvación no cuesta nada. 18) Las recompensas cuestan una vida
de servicio.
“A todos los sedientos: venid a las
aguas; y los que no tienen dinero, venid, Servir fielmente a Cristo en un mundo que
comprad y comed. Venid, comprad SIN odia a Cristo puede ser costoso:
DINERO y SIN PRECIO, vino y leche” “Bienaventurados los que padecen
(Isaías 55:1). persecución por causa de la justicia, porque
de ellos es el reino de los cielos….Gozaos y
alegraos, porque VUESTRO GALARDÓN ES
GRANDE en los cielos” (Mateo 5:10,12).
La salvación es algo que recibimos al Las recompensas son algo que recibimos al
comienzo. final.
20) Mostramos nuestra gratitud por 20) Mostramos nuestra gratitud por las
la salvación mediante un servicio recompensas echando nuestras
fiel. coronas delante e nuestro Salvador.
“Así que, hermanos, os ruego por las “Los veinticuatro ancianos se postraron
misericordias de Dios, que presentéis delante del que está sentado en el trono, y
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, adoraron al que vive por los siglos de los
santo, agradable a Dios, que es vuestro siglos, y ECHAN SUS CORONAS DELANTE
culto racional. No os conforméis a este DEL TRONO, diciendo: Señor, digno eres de
siglo, sino transformaos por medio de la recibir la gloria y la honra y el poder;
renovación de vuestro entendimiento, porque tú creaste todas las cosas, y por tu
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad existen y fueron creadas” (Ap.
voluntad de Dios, agradable y perfecta” 4:10-11).
(Rom. 12:1-2).
Pablo reconoció que toda cosa buena que él hizo era atribuible a la gracia de Dios:
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para
conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo” (1 Co. 15:10). Aun cuando se trate de un servicio fiel a Cristo, somos
deudores a la gracia de Dios.
*******
Romanos 14:13
No nos juzguemos más los unos a los otros. Deja el juicio en las manos de Dios (v.10).
Tú no eres el juez de tu hermano, Cristo lo es. En vez de estar juzgando a tu hermano,
debes estar amando a tu hermano. Pablo está presentando en este versículo el
principio del “tropiezo”, al cual muchos se han referido como “la ley del amor”. Nótese
lo que se dice en este versículo: “No juzgues… pero juzga (decide)”. El punto de Pablo
es éste: No juzgues a tu hermano, pero JÚZGATE A TI MISMO y asegúrate de no
poner tropiezo en el camino de tu hermano. Es a nosotros mismos, no a nuestro
hermano, a quien debemos juzgar. Comparemos la expresión que se repite en los
Salmos: “Júzgame, oh Dios”. Asegurémonos de no estar haciendo algo que haga
cometer un desliz o que dañe a nuestro hermano en Cristo. Trata de edificar a tu
hermano, no de causarle una caída. Busca ayudarle, no herirlo. Busca levantar a tu
hermano, no echarlo abajo. Coloca ante el camino de tu hermano un escalón, no un
tropiezo.
Romanos 14:14
Cuando Pablo habla de que nada es inmundo, se está refiriendo, en el contexto, a los
alimentos que se comen (v.2,6,15,17,21,23). El reconocía ciertamente, que había
algunas cosas que eran moralmente INMUNDAS (ver por ejemplo lo que Pablo escribió
en Efesios 5:3-6; Gálatas 5:19-21 y Colosenses 3:5-6). El punto de Pablo en este
versículo es este: “En cuanto a los alimentos que se pueden comer, yo sé y estoy
persuadido de que nada es inmundo en sí mismo”. ¿Quién persuadió a Pablo en cuanto
a esta verdad? El Señor Jesús Mismo (“Confío [he sido persuadido por] en el Señor
Jesús”). Dos veces se menciona la palabra inmundo en este versículo. Es la palabra
griega que significa “común” y sugiere ordinario, vulgar. La palabra se usa en Hechos
10:14—“Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa COMÚN o inmunda he
comido jamás”. Aquí vemos que la palabra es sinónimo de “inmundo”. Pedro, como
buen judío, observaba las distinciones que se encontraban en Levítico entre los
alimentos que eran limpios y los alimentos que eran inmundos. En esta ocasión, la
respuesta de Dios a Pedro fue ésta: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común”
(Hechos 10:15). Las Escrituras enseñan claramente que en la presente edad de la
iglesia, no hay alimentos que deban ser considerados inmundos por los creyentes:
“Prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con
acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la
verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se
toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es
santificado” (1 Timoteo 4:3-5).
Dios dice que el alimento no es inmundo y Pablo está de acuerdo: “nada es inmundo
en sí mismo” (Rom.14:14). Entonces, ¿qué es lo que hace que algo sea
inmundo? Cuando una personaconsidera que algo es inmundo, entonces para él es
inmundo. Considera por ejemplo a un judío creyente que aún piensa que debe seguir
las regulaciones dietéticas que se encuentran en Levítico capítulo 11. “¿Puedo comer
carne de cerdo? El cerdo estaba catalogado como animal inmundo en Levítico 11. De
modo que mi conciencia me dice que no debo comer cerdo y que para mí el cerdo es
inmundo. ¿Qué sucede si como cerdo? Mi conciencia me condena y me dice que hago
mal al comer algo que es común e inmundo” (comparar la experiencia de Pedro en
Hechos 10:14). Si ese creyente comiera carne de cerdo, estaría actuando en contra de
su conciencia y estaría haciendo lo que él considera malo. “Aunque yo sé que está mal
comer cerdo, igual lo haré”. Esto es PECADO (ver Romanos 14:22-23). ¿Por qué es
pecado? ¿Por qué está mal? ¿Porque está mal comer cerdo? ¡No! Ya hemos
demostrado que, en esta presente dispensación, la carne de cerdo puede recibirse con
acción de gracias (1 Timoteo 4:3-5). Es malo para este hombre comer cerdo, porque
se está permitiendo hacer algo que él cree que es malo. Si en mi corazón y conciencia
considero que algo está mal, entonces no debo hacerlo. Con el pasar del tiempo puedo
repasar algunas cosas y volver a evaluar algunas cosas a la luz de la Palabra de Dios y
descubriré que lo que yo pensaba que estaba mal, después de todo, no estaba mal.
Pero en este capítulo Pablo se está refriendo al creyente débil que no entiende estas
cosas en esta etapa de su crecimiento en Cristo.
Romanos 14:15
Si eres un tropiezo para tu hermano por causa de los alimentos que comes, entonces
no estás andando caritativamente. Es decir, no estás andando conforme al amor.
Recuerda, el amor edifica o construye (1 Co. 8:1). El amor quiere lo más elevado y lo
mejor de Dios para el hermano. Ilustración de Romanos 14:15—Tú comes carne de
cerdo y no tienes problema con ello. Tú hermano, que considera que es malo comer
cerdo, te ve haciendo esto y se dice a sí mismo, “Si él lo hace, ¿por qué no puedo
hacerlo yo?” Entonces él va y come carne de cerdo, pero luego se siente culpable y su
conciencia lo condena por hacer algo que él cree que no debe hacer. Tú lo has animado
entonces a hacer algo que él considera malo. Compara el pasaje paralelo que se
encuentra en 1 Corintios 8:10-13.
La palabra “perder” es una palabra muy fuerte. Generalmente se usa para la perdición
eterna de los inconversos. Significa “causar la ruina, hacer sucumbir”. Es la misma
palabra que se usa en Juan 3:16 (“pierda”). Pablo está diciendo, “No arruines a tu
hermano”. En cambio, trata a tu hermano de acuerdo a la ley del amor, ilustrada por
Dios Mismo en Juan 3:16 –“De tal manera amó Dios al mundo”. Dios, en Cristo, amó
tanto a este hermano, que estuvo dispuesto a hacer el sacrificio más grande para que
no se perdiera eternamente. En vista de la cruz del Calvario, ¿no deberíamos estar
dispuestos a hacer un pequeño sacrificio (renunciando a algunas tajadas de jamón) por
el bienestar temporal de nuestro hermano? Cristo lo sacrificó todo para que este
hermano no se perdiera eternamente. ¿No puedo yo sacrificar unas tajadas de cerdo
para que mi hermano no se arruine o pierda en su caminar en el tiempo? Este
versículo nos da algún indicio de cuán importante es para Dios la edificación de los
creyentes. Dios usa un término tan fuerte (“no se pierda”) para describir lo opuesto a
edificar. Esta palabra también se usa en 1 Corintios 8:11 en un contexto similar. No
debemos tomar con liviandad si un hermano no es edificado. Su bienestar temporal es
crucial, no sea que “se pierda” o “arruine”.
Romanos 14:16
Para ti es “bueno” comer. No tiene nada de malo. No hay ningún problema por
ejemplo, en comer cerdo, a menos que cause tropiezo a tu hermano. Estás
persuadido en tu propia mente que todo lo que Dios ha creado es bueno y que ha de
recibirse con acción de gracias. Eres libre de comer, pero no abuses de esta buena
libertad tuya. No eres libre de comportarte de una manera que pueda herir a tu
hermano. Debemos andar de acuerdo al amor. Comparar 1 Corintios 8:1—“En cuanto a
lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento
envanece, pero el amor edifica”. El conocimiento dice, “Sé que soy libre para comer
esta vianda, porque Dios lo dice así en 1 Timoteo 4:3-5”. El amor dice, “Renunciaré mi
derecho de comer esta vianda por el bien de mi hermano más débil. No quiero que mis
actos sean un problema para él”.
Romanos 14:17
Romanos 14:18
¿A qué se refiere la palabra “esto”? Esto nos lleva al versículo anterior y se refiere a la
justicia, la paz y el gozo. ¿Cómo hemos de servir a Cristo? Hemos de servir a Cristo
viviendo para la justicia (1 Pedro 2:24), apropiándonos de la paz de Dios (Juan 14:27)
y experimentando la plenitud del gozo de Dios (Juan 15:11). La palabra “agradable”
significa “satisfactorio”. Dios se deleita y se siente complacido cuando los creyentes
son llenos del Espíritu (Efesios 5:18), manifestando el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-
23). Dios se agrada de esa conducta y también los hombres aprueban esa conducta.
¿Qué otra cosa podrían hacer sino aprobar tal comportamiento? ¿Cómo podrían
desaprobar una vida justa? ¿Cómo podrían hablar en contra de quien está en paz en
medio de las pruebas? ¿Cómo podrían objetar el hecho de que una persona está
gozosa, con un gozo que no depende de las circunstancias?
Romanos 14:19
Romanos 14:20
Romanos 14:21
En este versículo tenemos la conclusión de la materia. Tengo el derecho de comer y
beber, pero renunciaré gustoso a mi derecho por el bien de mi hermano. Me niego a
hacer cosa alguna que pueda hacer tropezar a mi hermano. Edificar a mi hermano es
para mí más importante que comer o beber. Comparar 1 Corintios 8:13. Note las
palabras “nada en que” de Romanos 14:21. Esto nos muestra la aplicación universal
del principio de la piedra de tropiezo. Pablo utilizó el ejemplo de comer y beber, pero
podría ser cualquier cosa. Normalmente, los creyentes de hoy no enfrentan el
problema de las viandas sacrificadas a los ídolos, pero enfrentan el problema de hacer
tropezar al hermano. Ningún sacrificio será demasiado grande, si ayuda al crecimiento
de un hermano creyente y es causa de su fortalecimiento en el Señor.
Romanos 14:22
Este versículo atañe al creyente fuerte. En este contexto, la “fe” se define como la
firme creencia y convicción de que lo que estoy haciendo es correcto. La persona que
tiene fe es contrastada con la que duda (v.23), la que no está segura de que lo que
está haciendo es correcto. El creyente fuerte tiene una convicción fuerte de que tiene
toda la libertad para comer: “Yo sé y estoy persuadido de que puedo comer este
alimento” (comparar v.14). Se le dice al creyente fuerte que no haga alarde de esta
libertad ante otros, sino que la tenga para consigo delante de Dios: “Señor, tú sabes
que soy libre para comer este alimento, pero al comer y beber, quiero hacer todo para
la gloria de Dios (1 Corintios 10:31), no siendo tropiezo para nadie, creyente o
inconverso (1 Corintios 10:32)”. Hendriksen explica la última parte del versículo como
sigue:
Romanos 14:23
Si un hombre está convencido de que algo está mal y lo hace, eso es pecado. Lo
contrario no es verdadero. Si un hombre cree que algo está bien y lo hace, eso no es
necesariamente correcto. Ver Juan 16:2 donde ciertos judíos estaban convencidos que
era bueno matar a los creyentes. Ver también Hechos 26:9 donde Pablo (Saulo) estaba
convencido que era su deber hacer muchas cosas en contra del Nombre de Jesús de
Nazaret.
Pregunta: ¿Cuántas veces hacemos cosas con la certeza absoluta de que lo que
estamos haciendo es correcto y que agrada a Dios?
CAPÍTULO 14
Romanos 14:1
¿Por qué debemos recibir a este creyente débil? La razón se da al final del v.3: “Porque
Dios le ha recibido”. Ver también Romanos 15:7. Si Cristo lo recibió, ¿cómo lo
podemos rechazar? Cuán agradecidos debemos estar de que el Señor nos recibiera:
“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera”
(Juan 6:37). Dios nos ha recibido y nunca nos echará o nos dejará de lado.
Romanos 14:2
El creyente que tiene un conocimiento doctrinal correcto sabe que puede comer todas
las cosas. Bajo la ley, había ciertos alimentos que los judíos podían comer y había
ciertos alimentos que no podían comer (ver Levítico 11). Dios les estaba enseñando a
hacer diferencia entre lo limpio y lo inmundo, entre lo santo y lo profano (Lv. 11:44-
47). Durante la dispensación actual nada de lo que Dios ha creado está prohibido si se
recibe con acción de gracias: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de
desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la
oración es santificado” (1 Ti. 4:4-5). El creyente débil mencionado en Rom.14:2 tenía
el hábito de comer solamente hierbas o vegetales, creyendo que no estaba permitido
comer todas las cosas (creyendo que la carne estaba prohibida).
Romanos 14:3
Este versículo es una advertencia, tanto al creyente fuerte como al débil. La tendencia
del creyente fuerte sería despreciar al débil (desdeñar, desvalorizar). La tendencia del
creyente débil sería juzgar o criticar o condenar al creyente fuerte.
El creyente fuerte podría decir, “Vegetariano necio. ¿Cómo puedes ser doctrinalmente
tan débil? ¿No sabes que como creyentes en Cristo podemos comer todas las cosas?”
(DESPRECIANDO).
El creyente débil podría decir, “No deberías comer carne. No deberías comer cerdo.
Estás mal haciendo eso”. (JUZGANDO).
La última frase del v.3 (“porque Dios le ha recibido”) podría referirse sólo al creyente
fuerte que está siendo juzgado por el creyente débil, pero puede referirse a ambos (“al
que no come” y “al que come”). Aunque se refiera solo “al que come”, permanece
cierto que Dios ha recibido a ambos. Dios ha recibido bondadosamente a cada creyente
(Rom. 15:7) y por ésto debemos recibir a nuestros prójimos creyentes, sean débiles o
fuertes (Rom.14:1 donde a los creyentes se les dice que reciban a los que son
débiles).
Nótese que Dios (por medio de Pablo) menciona al “que es débil” (v.1) pero no se
refiere al creyente fuerte como “fuerte”. Aún el creyente que es maduro y que
entiende los asuntos doctrinales, es muy débil aparte de la gracia de Dios (comparar 2
Timoteo 2:1, “Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”), incluso es propenso a
ciertos pecados, como despreciar a su hermano (Rom. 13:3, 10) y envanecerse en su
conocimiento (1 Co. 8:1). Es en nuestra debilidad que aprendemos del poder de Dios
(2 Co. 12:10).
Romanos 14:4
Este versículo es para la persona que juzga a su prójimo creyente por lo que come. La
palabra “criado” se refiere a un esclavo doméstico. El que está juzgando debe darse
cuenta de que él no es la cabeza del hogar. El no es el amo o señor de este hombre. El
no es más que un consiervo, un colaborador, un creyente compañero. Un siervo es
responsable solamente ante su amo. Es responsable ante su amo y ante nadie más. Su
amo es el único que tiene el derecho de juzgarlo. El Amo del creyente es el SEÑOR
Jesucristo (ver v.9). A ÉL responde y rinde cuenta el creyente. Ante Su tribunal
compareceremos todos (v.10).
Supongamos que dos hombres trabajan en una fábrica y uno le dice al otro, “estás
haciendo un trabajo horrible”. Lo que diga este correligionario, sea verdadero o falso,
realmente no tiene importancia. El no es el jefe. Si el jefe le dice que está haciendo un
trabajo terrible, entonces debe preocuparse.
¿Qué clase de Maestro es nuestro Señor Jesús? Nuestro Señor no quiere que Sus
siervos caigan. ÉL quiere que ellos estén en pie. Dios los sostiene. Dios está por ellos,
no contra ellos (Rom. 8:31). Como dice el himno: “Sustentados por Su bondadosa,
poderosa mano”. Dios puede sostenerlos en pie. Como creyentes, deberíamos imitar a
nuestro Dios en ésto. Nuestro deseo debería ser sostener a nuestros hermanos
creyentes y hacer todo lo posible para ayudarles a estar en pie. No debemos
empujarlos para que caigan, JUZGÁNDOLOS o DESPRECIÁNDOLOS. Que les ayudemos
a levantarse y a alcanzar un lugar más elevado. “Hágase todo para edificación” (1
Corintios 14:26).
Romanos 14:5
Nuestro tema pasa ahora de los alimentos a los días. ¿Debemos considerar un día más
especial o más santo que otro día? Un creyente lo piensa así, pero otro creyente
considera todos los días iguales. En el asunto de los alimentos, Pablo identificó al
creyente débil (v.2). Aquí Pablo no hace tal distinción. Un creyente escoge un día y
dice, “Este día es especial. Este día es santo”. Otro creyente considera santos todos los
días: “El sábado es tan santo como el domingo y el domingo es tan santo como el
lunes”. ¿Cuál creyente tiene la razón? ¿Cuál creyente es el creyente fuerte que tiene el
entendimiento doctrinal correcto en cuanto a los días?
En otro lugar Pablo advierte contra el peligro legalista de observar ciertos días:
“Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya
trabajado en vano con vosotros” (Gálatas 4:10-11). Es cierto que la costumbre de los
creyentes ha sido adorar en el Día del Señor, el primer día de la semana (domingo), el
día en que Cristo resucitó de los muertos. Hebreos 10:25 da una seria advertencia a
quienes pudieran dejar de congregarse con otros creyentes. Sin embargo, nunca
encontramos en el Nuevo Testamento el mandamiento: “GUARDA EL DÍA DEL SEÑOR”.
Para el creyente en Cristo, cada día es “terreno santo” cuando servimos al Salvador y
andamos de una manera digna de nuestro alto, celestial y santo llamamiento (Efesios
4:1). Obviamente, no debemos estar más dedicados a Cristo el día domingo que en
cualquier otro día. Sin embargo, admitimos que en círculos religiosos hay muchos
“cristianos del día domingo”, que hacen una muy buena presentación el domingo en la
mañana y que viven de manera muy diferente el resto de la semana. Hermanos, estas
cosas no deben ser así.
Al final del versículo 5 Pablo dice, “Cada uno esté PLENAMENTE CONVENCIDO
(totalmente persuadido, seguro) en su propia mente”. Estamos viviendo hoy en
tiempos en que la importancia de la doctrina es minimizada y la actitud es a menudo
ésta: “En realidad, no importa lo que lo cristianos creen, especialmente en cuestiones
donde hay diferentes opiniones. Lo importante es que nos amemos unos a otros”. Pero
nótese que Pablo no dice que estas cosas no son importantes. El no dice, “No importa
lo que creas acerca de comer alimentos y observar días”. No, por el contrario, él dice
que cada creyente debe estar persuadido en su propia mente en cuanto a estos
asuntos. Deja que Dios te convenza y persuada de lo que es correcto. Debemos amar
a los que son débiles en la fe (v.1,3) y debemos edificarlos, pero Dios nunca anima al
creyente a ser débil en la fe y débil en la doctrina. Cuando se trata de asuntos
doctrinales y de materias de fe y práctica, los creyentes deben estar “plenamente
persuadidos”. Que Dios nos ayude a estar firmes, a persistir y entender.
Romanos 14:6
El creyente no debe estar solo “plenamente persuadido” (v.5), sino que también debe
hacer lo que hace “para el Señor” (v.6). “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor
recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col. 3:23-
24). El versículo 6 trata de los dos temas discutibles que fueron introducidos: comer
(v.2) y observar los días (v.5). La estructura del versículo es un paralelismo invertido:
Romanos 14:7-9
Romanos 14:10
“Nosotros”—según el contexto, esto se refiere sólo a los creyentes, los que “son del
Señor” (v.8).
“Todos” –es un juicio para todos los creyentes; nadie estará excluido.
¿QUIÉN es el Juez ante el cual comparecerá cada creyente para rendir cuenta? El Juez
es Cristo Mismo. Es el Tribunal de Cristo. Cristo está sentado en este tribunal. Esta es
una clara evidencia de la deidad de Cristo. Se dice aquí que Cristo será el Juez final de
cada creyente, Aquel ante quien daremos cuenta de toda palabra, pensamiento o
hecho. Algunos manuscritos hasta dicen “el tribunal de Dios”, aunque en 2 Corintios
5:10 los manuscritos concuerdan en que es el tribunal de Cristo. Ambos son ciertos,
porque es Cristo el que está sentado como Juez y Cristo es Dios. Dios el Padre ha dado
todo juicio a Dios el Hijo (ver Juan 5:22, 27).
¿Cuál era entonces el punto de Pablo en este versículo? ¿Por qué estás juzgando a tu
hermano? Tú no eres el Juez, Cristo lo es. No solo tu hermano será juzgado, tú
también lo serás. Preocúpate de ti mismo, para que puedas recibir el “BIEN HECHO” de
Cristo y seas recompensado.
Romanos 14:11
En este versículo Pablo cita Isaías 45:23—“Por MI MISMO hice juramento, de MI boca
salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y
jurará toda lengua.” En el contexto de este pasaje de Isaías, el que está hablando es
el SEÑOR (Jehová), el Creador (Isaías 45:18, 21). En el versículo 22 se hace un
llamado a la salvación a todos los hombres en todo lugar: “Mirad a mí, y sed salvos,
todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay más” (Isaías 45:22). En el
v.22 el punto principal de Isaías es este: Hay salvación para todos. En el v.23 el
punto principal de Isaías es este: Todos tendrán que rendir cuenta
personalmente. TODA rodilla se flexionará y se doblará. Los que se niegan a doblar
su rodilla ante el Salvador ahora (v.22) doblarán más adelante su rodilla ante el Juez
(v.23).
Aquí en Romanos 14:11 Pablo toma la verdad de Isaías 45:23 y la aplica a los
creyentes. El énfasis está sobre “todos”. Cada creyente doblará su rodilla ante Cristo
en Su tribunal. Todo creyente confesará y reconocerá Su absoluta autoridad como el
Juez Supremo.
Romanos 14:12
“todos” – v.10
“toda rodilla” –v.11
“toda lengua” –v.11
“cada uno de nosotros” –v.12
SALVACIÓN RECOMPENSAS
Si Dios nos diera exactamente lo que “Vino el primero, diciendo: Señor tu mina
merecemos por la manera en que hemos ha producido diez minas. El le dijo: Está
vivido y por los pecados que hemos bien, buen siervo; por cuanto en lo poco
cometido, ¿qué nos daría? has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez
ciudades” (Lucas 19.16-17). Este hombre
“SEÑOR, si mirares a los pecados, merecía una recompensa porque su mina
¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? produjo diez minas y porque había sido fiel
(Salmo 130:3). en lo poco. (Advertencia: El creyente que
La paga del pecado es MUERTE trabaja fielmente para Cristo nunca debe
(Rom.6:23)Ver también Salmo 130:10. olvidar lo que Pablo dijo en 1 Co. 15:10,
“Por la gracia de Dios soy lo que
soy.. hetrabajado… pero no yo, sino la
gracia de Dios conmigo”. De modo que aun
al ganar recompensas, está en operación la
gracia).
“Quien nos salvó y llamó con “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la
llamamiento santo, NO CONFORME A gloria de Su Padre con Sus ángeles, y
NUESTRAS OBRAS, sino según el entonces pagará a cada uno CONFORME A
propósito Suyo y la gracia (2 Ti.1:9). SUS OBRAS” (Mateo 16:27). “He aquí yo
“Nos salvó, NO POR OBRAS de justicia vengo pronto, y mi galardón conmigo, para
que nosotros hubiéramos hecho, sino recompensar a cada uno SEGÚN SEA SU
por su misericordia” (Tito 3:5). “Como OBRA” (Ap.22:12).
también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien
Dios atribuye justicia SIN OBRAS”
(Rom.4:6).
“De cierto, de cierto os digo: El que oye “Y serás bienaventurado; porque ellos no te
mi palabra, y cree al que me envió, pueden recompensar, pero TE SERÁ
TIENE VIDA ETERNA” (Juan 5:24). “De (futuro) RECOMPENSADO EN LA
cierto, de cierto os digo: el que cree en RESURRECCIÓN DE LOSJUSTOS” (Lucas
mí, TIENE VIDA ETERNA” (Juan 6:47). 14:14). Los creyentes recibirán
“El que tiene al Hijo, TIENE LA VIDA” (1 recompensas en la primera resurrección, y
Juan 5:12). para los creyentes de la edad de la
iglesia ésto tendrá lugar en el rapto.
5) La salvación es algo que nunca se 5) Las recompensas se pueden perder
puede perder.
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las tienes, para que ninguno tome tu corona
conozco, y me siguen, y yo les doy vida (Ap.3:11). “Mirad por vosotros mismos,
eterna; y NO PERECERÁN JAMÁS para que no perdáis el fruto de vuestro
(griego-“ellos nunca jamás perecerán, trabajo, sino que recibáis galardón
nunca jamás”), ni nadie las puede completo” (2 Juan 8). “Y cualquiera que os
arrebatar de mi mano” (Juan 10:27-28). diere un vaso de agua en Mi Nombre,
porque sois de Cristo, de cierto os digo que
no perderá su recompensa” (Marcos 9:41).
EL que TIENE AL HIJO tiene la vida; el “¿No sabéis que los que corren en el
que no tiene al Hijo de Dios no tiene la estadio, todos a la verdad corren, pero uno
vida (1 Juan 5:12). solo se lleva EL PREMIO? Corred de tal
manera QUE LO OBTENGÁIS. Todo aquel
que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una CORONA
corruptible, pero nosotros, una
incorruptible” (1 Co. 9:24-25).
8) El pecador que viene a Cristo por 8) El creyente fiel que está recibiendo
salvación escucha estas palabras: recompensa escucha estas palabras:
“HECHO ESTÁ”. “BIEN HECHO”.
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, “Su señor le dijo: BIEN, buen siervo y fiel;
dijo: CONSUMADO ES” Juan 19:30). sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor”
(Mateo 25:23).
“Ellos dijeron: Cree en el Señor “El que es fiel en lo muy poco, también en
Jesucristo, y serás salvo (Hechos lo más es fiel; y el que en lo muy poco es
16:31). Dios se encarga de salvar; injusto, también en lo más es injusto. Pues
nosotros nos encargamos de creer. si en las riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo
ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero?” (Lucas 16:10-12).
16) Todos los creyentes comparten 16) Todos los creyentes no comparten
la misma salvación. las mismas recompensas.
18) La salvación no cuesta nada. 18) Las recompensas cuestan una vida
de servicio.
“A todos los sedientos: venid a las
aguas; y los que no tienen dinero, venid, Servir fielmente a Cristo en un mundo que
comprad y comed. Venid, comprad SIN odia a Cristo puede ser costoso:
DINERO y SIN PRECIO, vino y leche” “Bienaventurados los que padecen
(Isaías 55:1). persecución por causa de la justicia, porque
de ellos es el reino de los cielos….Gozaos y
alegraos, porque VUESTRO GALARDÓN ES
GRANDE en los cielos” (Mateo 5:10,12).
La salvación es algo que recibimos al Las recompensas son algo que recibimos al
comienzo. final.
20) Mostramos nuestra gratitud por 20) Mostramos nuestra gratitud por las
la salvación mediante un servicio recompensas echando nuestras
fiel. coronas delante e nuestro Salvador.
“Así que, hermanos, os ruego por las “Los veinticuatro ancianos se postraron
misericordias de Dios, que presentéis delante del que está sentado en el trono, y
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, adoraron al que vive por los siglos de los
santo, agradable a Dios, que es vuestro siglos, y ECHAN SUS CORONAS DELANTE
culto racional. No os conforméis a este DEL TRONO, diciendo: Señor, digno eres de
siglo, sino transformaos por medio de la recibir la gloria y la honra y el poder;
renovación de vuestro entendimiento, porque tú creaste todas las cosas, y por tu
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad existen y fueron creadas” (Ap.
voluntad de Dios, agradable y perfecta” 4:10-11).
(Rom. 12:1-2).
Pablo reconoció que toda cosa buena que él hizo era atribuible a la gracia de Dios:
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para
conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo” (1 Co. 15:10). Aun cuando se trate de un servicio fiel a Cristo, somos
deudores a la gracia de Dios.
*******
Romanos 14:13
No nos juzguemos más los unos a los otros. Deja el juicio en las manos de Dios (v.10).
Tú no eres el juez de tu hermano, Cristo lo es. En vez de estar juzgando a tu hermano,
debes estar amando a tu hermano. Pablo está presentando en este versículo el
principio del “tropiezo”, al cual muchos se han referido como “la ley del amor”. Nótese
lo que se dice en este versículo: “No juzgues… pero juzga (decide)”. El punto de Pablo
es éste: No juzgues a tu hermano, pero JÚZGATE A TI MISMO y asegúrate de no
poner tropiezo en el camino de tu hermano. Es a nosotros mismos, no a nuestro
hermano, a quien debemos juzgar. Comparemos la expresión que se repite en los
Salmos: “Júzgame, oh Dios”. Asegurémonos de no estar haciendo algo que haga
cometer un desliz o que dañe a nuestro hermano en Cristo. Trata de edificar a tu
hermano, no de causarle una caída. Busca ayudarle, no herirlo. Busca levantar a tu
hermano, no echarlo abajo. Coloca ante el camino de tu hermano un escalón, no un
tropiezo.
Romanos 14:14
Cuando Pablo habla de que nada es inmundo, se está refiriendo, en el contexto, a los
alimentos que se comen (v.2,6,15,17,21,23). El reconocía ciertamente, que había
algunas cosas que eran moralmente INMUNDAS (ver por ejemplo lo que Pablo escribió
en Efesios 5:3-6; Gálatas 5:19-21 y Colosenses 3:5-6). El punto de Pablo en este
versículo es este: “En cuanto a los alimentos que se pueden comer, yo sé y estoy
persuadido de que nada es inmundo en sí mismo”. ¿Quién persuadió a Pablo en cuanto
a esta verdad? El Señor Jesús Mismo (“Confío [he sido persuadido por] en el Señor
Jesús”). Dos veces se menciona la palabra inmundo en este versículo. Es la palabra
griega que significa “común” y sugiere ordinario, vulgar. La palabra se usa en Hechos
10:14—“Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa COMÚN o inmunda he
comido jamás”. Aquí vemos que la palabra es sinónimo de “inmundo”. Pedro, como
buen judío, observaba las distinciones que se encontraban en Levítico entre los
alimentos que eran limpios y los alimentos que eran inmundos. En esta ocasión, la
respuesta de Dios a Pedro fue ésta: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común”
(Hechos 10:15). Las Escrituras enseñan claramente que en la presente edad de la
iglesia, no hay alimentos que deban ser considerados inmundos por los creyentes:
“Prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con
acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la
verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se
toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es
santificado” (1 Timoteo 4:3-5).
Dios dice que el alimento no es inmundo y Pablo está de acuerdo: “nada es inmundo
en sí mismo” (Rom.14:14). Entonces, ¿qué es lo que hace que algo sea
inmundo? Cuando una personaconsidera que algo es inmundo, entonces para él es
inmundo. Considera por ejemplo a un judío creyente que aún piensa que debe seguir
las regulaciones dietéticas que se encuentran en Levítico capítulo 11. “¿Puedo comer
carne de cerdo? El cerdo estaba catalogado como animal inmundo en Levítico 11. De
modo que mi conciencia me dice que no debo comer cerdo y que para mí el cerdo es
inmundo. ¿Qué sucede si como cerdo? Mi conciencia me condena y me dice que hago
mal al comer algo que es común e inmundo” (comparar la experiencia de Pedro en
Hechos 10:14). Si ese creyente comiera carne de cerdo, estaría actuando en contra de
su conciencia y estaría haciendo lo que él considera malo. “Aunque yo sé que está mal
comer cerdo, igual lo haré”. Esto es PECADO (ver Romanos 14:22-23). ¿Por qué es
pecado? ¿Por qué está mal? ¿Porque está mal comer cerdo? ¡No! Ya hemos
demostrado que, en esta presente dispensación, la carne de cerdo puede recibirse con
acción de gracias (1 Timoteo 4:3-5). Es malo para este hombre comer cerdo, porque
se está permitiendo hacer algo que él cree que es malo. Si en mi corazón y conciencia
considero que algo está mal, entonces no debo hacerlo. Con el pasar del tiempo puedo
repasar algunas cosas y volver a evaluar algunas cosas a la luz de la Palabra de Dios y
descubriré que lo que yo pensaba que estaba mal, después de todo, no estaba mal.
Pero en este capítulo Pablo se está refriendo al creyente débil que no entiende estas
cosas en esta etapa de su crecimiento en Cristo.
Romanos 14:15
Si eres un tropiezo para tu hermano por causa de los alimentos que comes, entonces
no estás andando caritativamente. Es decir, no estás andando conforme al amor.
Recuerda, el amor edifica o construye (1 Co. 8:1). El amor quiere lo más elevado y lo
mejor de Dios para el hermano. Ilustración de Romanos 14:15—Tú comes carne de
cerdo y no tienes problema con ello. Tú hermano, que considera que es malo comer
cerdo, te ve haciendo esto y se dice a sí mismo, “Si él lo hace, ¿por qué no puedo
hacerlo yo?” Entonces él va y come carne de cerdo, pero luego se siente culpable y su
conciencia lo condena por hacer algo que él cree que no debe hacer. Tú lo has animado
entonces a hacer algo que él considera malo. Compara el pasaje paralelo que se
encuentra en 1 Corintios 8:10-13.
La palabra “perder” es una palabra muy fuerte. Generalmente se usa para la perdición
eterna de los inconversos. Significa “causar la ruina, hacer sucumbir”. Es la misma
palabra que se usa en Juan 3:16 (“pierda”). Pablo está diciendo, “No arruines a tu
hermano”. En cambio, trata a tu hermano de acuerdo a la ley del amor, ilustrada por
Dios Mismo en Juan 3:16 –“De tal manera amó Dios al mundo”. Dios, en Cristo, amó
tanto a este hermano, que estuvo dispuesto a hacer el sacrificio más grande para que
no se perdiera eternamente. En vista de la cruz del Calvario, ¿no deberíamos estar
dispuestos a hacer un pequeño sacrificio (renunciando a algunas tajadas de jamón) por
el bienestar temporal de nuestro hermano? Cristo lo sacrificó todo para que este
hermano no se perdiera eternamente. ¿No puedo yo sacrificar unas tajadas de cerdo
para que mi hermano no se arruine o pierda en su caminar en el tiempo? Este
versículo nos da algún indicio de cuán importante es para Dios la edificación de los
creyentes. Dios usa un término tan fuerte (“no se pierda”) para describir lo opuesto a
edificar. Esta palabra también se usa en 1 Corintios 8:11 en un contexto similar. No
debemos tomar con liviandad si un hermano no es edificado. Su bienestar temporal es
crucial, no sea que “se pierda” o “arruine”.
Romanos 14:16
Para ti es “bueno” comer. No tiene nada de malo. No hay ningún problema por
ejemplo, en comer cerdo, a menos que cause tropiezo a tu hermano. Estás
persuadido en tu propia mente que todo lo que Dios ha creado es bueno y que ha de
recibirse con acción de gracias. Eres libre de comer, pero no abuses de esta buena
libertad tuya. No eres libre de comportarte de una manera que pueda herir a tu
hermano. Debemos andar de acuerdo al amor. Comparar 1 Corintios 8:1—“En cuanto a
lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento
envanece, pero el amor edifica”. El conocimiento dice, “Sé que soy libre para comer
esta vianda, porque Dios lo dice así en 1 Timoteo 4:3-5”. El amor dice, “Renunciaré mi
derecho de comer esta vianda por el bien de mi hermano más débil. No quiero que mis
actos sean un problema para él”.
Romanos 14:17
No debemos perder de vista lo que es esencial y lo que es realmente importante. Si un
creyente no come carne de cerdo por amor a otro creyente, no ha perdido ni
sacrificado nada esencial. Si un creyente pierde o sacrifica justicia, esto es un
problema serio. Si comes o no una hamburguesa, no es importante. Sin embargo, si te
estás perdiendo el gozo de Dios o la paz de Dios, esto es preocupante para la persona
a la cual ha sido dado el mandamiento de estar constantemente llena del Espíritu
(Efesios 5:18 y comparar Gálatas 5:22-23). Lo que es realmente importante no es el
ALIMENTO que entra, sino el FRUTO que es producido por Dios.
¿Dónde gobierna Dios hoy? ÉL gobierna en los corazones de los creyentes. Cristo vino
la primera vez para poner orden en los corazones de los hombres. Cristo vendrá por
segunda vez para poner orden en el mundo. La justicia, la paz y el gozo no son
realidades en el mundo hoy, pero pueden ser realidad en nuestras vidas personales
por vía del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23, “amor,gozo, paz”). ¿Es
la justicia fruto del Espíritu? Ver Efesios 5:9 y Filipenses 1:11.
Romanos 14:18
¿A qué se refiere la palabra “esto”? Esto nos lleva al versículo anterior y se refiere a la
justicia, la paz y el gozo. ¿Cómo hemos de servir a Cristo? Hemos de servir a Cristo
viviendo para la justicia (1 Pedro 2:24), apropiándonos de la paz de Dios (Juan 14:27)
y experimentando la plenitud del gozo de Dios (Juan 15:11). La palabra “agradable”
significa “satisfactorio”. Dios se deleita y se siente complacido cuando los creyentes
son llenos del Espíritu (Efesios 5:18), manifestando el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-
23). Dios se agrada de esa conducta y también los hombres aprueban esa conducta.
¿Qué otra cosa podrían hacer sino aprobar tal comportamiento? ¿Cómo podrían
desaprobar una vida justa? ¿Cómo podrían hablar en contra de quien está en paz en
medio de las pruebas? ¿Cómo podrían objetar el hecho de que una persona está
gozosa, con un gozo que no depende de las circunstancias?
Romanos 14:19
Romanos 14:20
Romanos 14:21
Romanos 14:22
Este versículo atañe al creyente fuerte. En este contexto, la “fe” se define como la
firme creencia y convicción de que lo que estoy haciendo es correcto. La persona que
tiene fe es contrastada con la que duda (v.23), la que no está segura de que lo que
está haciendo es correcto. El creyente fuerte tiene una convicción fuerte de que tiene
toda la libertad para comer: “Yo sé y estoy persuadido de que puedo comer este
alimento” (comparar v.14). Se le dice al creyente fuerte que no haga alarde de esta
libertad ante otros, sino que la tenga para consigo delante de Dios: “Señor, tú sabes
que soy libre para comer este alimento, pero al comer y beber, quiero hacer todo para
la gloria de Dios (1 Corintios 10:31), no siendo tropiezo para nadie, creyente o
inconverso (1 Corintios 10:32)”. Hendriksen explica la última parte del versículo como
sigue:
Romanos 14:23
CAPÍTULO 15
Romanos 15:1
Quizás esta sea una desafortunada división de capítulos. (La división en capítulos fue
agregada posteriormente y no forma parte del texto original inspirado por Dios). Pablo
continúa con el tema del capítulo 14, mostrando la responsabilidad del creyente fuerte
hacia su hermano más débil.
Pablo presenta la responsabilidad de aquellos que son fuertes en la fe. “Los que somos
fuertes”—Pablo se incluye entre los fuertes. La palabra “debemos” significa
“necesitamos, estamos obligados”. Es decir, tenemos una obligación moral. Esta
obligación moral es hacia los débiles. Les debemos nuestro amor (Rom.13:8). El
término “flaquezas” significa debilidades, literalmente “falta de fortaleza”. El verbo
“soportar” significa “cargar, sostener como una carga, llevar una carga, respaldar con
paciencia, sustentar”. Considera el ejemplo del Señor Jesús con Sus discípulos. Ellos
eran débiles en muchas maneras, pero ÉL soportó sus flaquezas, era paciente con ellos
y poco a poco los llevó a la madurez.
Romanos 15:2
Romanos 15:3
Cristo nunca “tuvo cuidado de sí mismo”; ¡todo el mundo lo sabe! “Las zorras
tienen sus cuevas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene
donde reclinar Su cabeza”. ¡Antes por toda su vida, desde el amanecer hasta el
anochecer, y a menudo hasta muy de noche, estaba ocupado en ministrar a los
demás! El continuo asedio de que era objeto por parte de las multitudes, a la
que repartía Su tiempo, Su amor, Sus enseñanzas, Sus sanidades, ¡era la
maravillosa prueba de que ellos podían contar con la absoluta ausencia en Él de
agradarse a Sí Mismo! (William Newell).
Para una ulterior ayuda para entender como vivir para no ser tropiezo a un
hermano, ver nuestro estudio titulado, “Guiándome por la Palabra de Dios: 67
Preguntas que puede hacer un Creyente para decidir un Curso de Acción”.
Romanos 15:4
Si el fuerte ha de ser lo que debe ser para el débil (v.1-2), es esencial que tenga la
mente de Cristo (v.3). La única manera de tener la mente de Cristo es mediante el
entendimiento de las Escrituras, las cosas que se “ESCRIBIERON ANTES”.
Cuán agradecidos debemos estar que estas cosas hubiesen sido ESCRITAS para
nosotros:
“Pero éstas se han escrito para que CREÁIS….” (Juan 20:31).
En este versículo aprendemos que hay dos cosas que llegan al corazón creyente por
medio de las Escrituras – paciencia y consolación: “A fin de que por la paciencia y la
consolación de (que viene por) las Escrituras tengamos esperanza”. Las Escrituras son
la FUENTE de la paciencia y de la consolación. PACIENCIA incluye resistencia,
perseverancia en medio de grandes dificultades y pruebas y aflicciones. Literalmente
significa “permanecer bajo”, es decir, permanecer firme bajo las duras pruebas de la
vida. CONSUELO significa aliento. El creyente, cuya mente está saturada con las
Escrituras y cuya mente está sumergida en la Palabra de Dios, encontrará en esta
fuente toda clase de aliento para perseverar y permanecer fiel a Dios aún bajo las
circunstancias más difíciles. ¿Cuál es el resultado? “Para que tengamos ESPERANZA”.
Por medio de las Escrituras somos animados a confiar en Dios y a perseverar durante
las más grandes dificultades con la gran EXPECTATIVA y la certera ESPERANZA que
Dios nos llevará a través de ellas con éxito y que el futuro sólo puede ser brillante.
Ilustración de una carrera: La vida cristiana ha sido comparada con una carrera
(Hebreos 12:1-2; 1 Corintios 9:24; 2 Timoteo 4:7). Cuando corremos una carrera, hay
ciertas dificultades y pruebas y obstáculos que enfrentamos a lo largo del camino, pero
tenemos que seguir corriendo, no importa cuán difícil sea, no importa cuán cansados
estemos, no importa cuánto nos duela el cuerpo. Debemos persistir (PACIENCIA,
comparar Hebreos 12:1) y resistir y perseverar. No debemos abandonar. Tenemos que
acabar la carrera. A lo largo del camino recibimos CONSUELO yALIENTO. Los
espectadores pueden aplaudirnos, nuestras fuerzas son renovadas y, lo más
importante, recordamos a Aquel que ya ha corrido exitosamente la carrera (Hebreos
12:2). Más aún, corremos con la gran ESPERANZA y segura EXPECTATIVA de la
meta, sabiendo de las alegrías y bendiciones que nos esperan allí, anhelando con gran
expectación el “Bien Hecho” que escucharemos al completar la carrera. Para que por
la paciencia y la consolación (ánimo) tengamos esperanza (feliz expectativa).
Romanos 15:5
¿Cómo es posible que los creyentes tengan un mismo sentir? ¿Cómo pueden pensar
igual? ¿Cómo podemos ser unánimes? ¿Cómo podemos estar de acuerdo? La clave se
encuentra al final de Romanos 15:5—“según Cristo Jesús”. Nuestro pensamiento tiene
que estar en línea con Su pensamiento. ÉL es el modelo.
Los creyentes deben estar en la misma página. Debemos ser de un MISMO SENTIR.
Supongamos que todos los creyentes estén reunidos para un servicio de adoración y al
momento de cantar un himno, ningún número de himno es anunciado. Cada creyente
abre el himnario en la página que desea y hasta el pianista y el organista abren la
página que ellos desean. Todos hemos abierto ahora el himnario en páginas diferentes
y el director de coro alza su mano para dar la señal de empezar a cantar. ¿Te puedes
imaginar el caos y la confusión que resulta de este método de canto? Esto sería una
total disonancia. Tenemos que estar todos en la misma página. Todos los creyentes
deben dejarse guiar por Dios y Su Palabra. Dejemos que Dios sea el Director. Todos
estamos en diferentes niveles y etapas. Una persona es un bebé recién nacido en
Cristo y otro es un creyente más maduro que ha sido salvo y ha estado creciendo por
50 años – cualesquiera sea el caso, todos necesitamos enfocarnos en nuestro Señor
vivo y en Su Palabra y recibir de Él nuestra instrucción.
Romanos 15:6
La palabra “unánimes” está en plural. El mensaje de Pablo a los creyentes era éste:
Aunque somos muchos, hemos de ser como UNO. Aunque tengamos diversas
opiniones, debemos tener UNA MISMA MENTE, es decir, la mente de Cristo (Filipenses
2:5; 1 Corintios 2:16). Aunque tenemos muchas bocas, debemos ser como UNA BOCA.
Todos los creyentes están unidos por el deseo de que Dios sea glorificado en todas las
cosas. La frase “unánimes” significa tener un mismo parecer, estar de acuerdo. El
término se usa con frecuencia en el Libro de los Hechos (Hechos 1:14; 2:1, 46; 4:24;
5:12; 15:25) en cuanto a los primeros creyentes que eran “de un corazón y de un
alma” (Hechos 4:32). En los días de la iglesia primitiva, un creyente habría estado
fuera de lugar si no hubiese estado de acuerdo con Cristo y con Su Palabra. En Hechos
7:57 se usa la misma palabra en cuanto a los enemigos de Esteban que
“arremetieron a una contra él”. Estaban unánimes en su oposición al evangelio de
Esteban y a Cristo, a quién él representaba.
En este versículo, la referencia a Dios el Padre se lee literalmente de esta manera: “el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Esta construcción griega ofrece un ejemplo
de lo que se ha llamado la regla de Granville Sharp. Esta regla dice lo siguiente: dos
sustantivos unidos por la conjunción “y” (kai), el primero con el artículo y el segundo
sin artículo, son identificados, por el artículo, como uno y el mismo individuo o clase.
De acuerdo con esta regla el nombre “Dios” tiene que referirse al “Padre” en este
versículo. De modo que está correctamente traducido: “Dios y Padre”. Hay pasajes, en
que los que se encuentra la regla Granville Sharp, que señalan claramente la deidad de
Cristo, como Tito 2:13 y 2 Pedro 1:1. En esos versículos el nombre “Dios” tiene que
referirse a nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
Romanos 15:7
¿Por qué debemos recibir a los hermanos? Porque Cristo nos ha recibido. ¿Cómo debo
de recibir a otro hermano? Tal como Cristo me recibió a mí. Comparar Romanos 14:1,
3. Si Dios me ha dado la bienvenida a Su familia y a Su cuerpo, la Iglesia, ¿cómo
puedo rehusar dar la bienvenida a otro, a quien Cristo ha recibido? ¿Cómo puedo
rechazar a una persona que Cristo ha recibido? El Nuevo Testamento enseña lo
siguiente:
En resumen, “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”
(Fil. 2:5). Si estoy de acuerdo con Cristo, entonces recibiré como Él recibe, amaré
como ÉL ama, perdonaré como ÉL perdona, etc. La palabra “recibir” se usa como para
la clase de recibimiento que tuvo Pablo por los naturales en la isla de Malta (Hechos
28:1-2). También se usa en Filemón 12 y 17, donde Pablo anima a Filemón a recibir de
vuelta a su esclavo fugitivo, que en el intertanto había llegado a ser un hermano en
Cristo.
Romanos 15:8
“No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mateo 15:24).
El ministerio de Cristo a los judíos fue a causa de la verdad de Dios, para confirmar las
promesas hechas a los padres (Abraham, Isaac, Jacob, David, etc.). Las promesas de
Dios son absolutamente fidedignas y Cristo confirmó este hecho. Dios prometió a Su
pueblo un Mesías y Cristo, siendo el cumplimiento de esta promesa, confirmó la
promesa y demostró cuán leal y fiel a Su Palabra es Dios. Dios prometió salvación a Su
pueblo y la veracidad de esta promesa se cumplió cuando ÉL envió al Salvador. Dios
prometió a Su pueblo un reino por boca de todos los profetas, y Dios se mostró a Sí
Mismo fiel a Su promesa, enviando al Rey Mismo que predicó este mensaje: “El reino
de los cielos se ha acercado”. Dios es fiel a Su Palabra, fiel a Sus promesas. Todas las
promesas y pactos incondicionales de Dios son SÍ y AMÉN (2 Corintios 1:20).
Romanos 15:9a
Todas estas promesas, ventiladas en el párrafo anterior, fueron dadas a los judíos, no
a los gentiles. Dios prometió a los judíos que Él enviaría al Mesías, pero los gentiles no
tenían una promesa semejante. El Salvador fue enviado a las ovejas perdidas de la
casa de Israel, no a los gentiles. Las promesas del reino fueron dadas a los Israelitas,
no a las otras naciones. Los pactos (Abrahámico, Davídico, Nuevo, etc.) fueron hechos
con la nación de Israel, no con las otras naciones.
Los judíos podían, pues, apelar a Dios basados en Sus promesas. “Señor, contamos
con que Tú harás exactamente como has prometido. Sé fiel a Tu Palabra. Cumple Tus
promesas. Guarda Tu pacto que hiciste con nuestros padres. Concédenos Tu salvación
de acuerdo con Tu Palabra”. Los gentiles, por otra parte, no podían apelar a Dios sobre
esta base. Ellos no tenían tales promesas para reclamar. Dios no estaba ligado a ellos
por ningún pacto. Dios no había prometido enviarles ningún Mesías. ¿Cuál era
entonces la base para su apelación? Los gentiles sólo podían apelar a Dios basados en
Su MISERICORDIA: “Señor, ¡ten misericordia de nosotros! No nos ha sido prometido
nada y no merecemos nada sino Tu ira. Concédenos Tu salvación basado en el hecho
de que TÚ eres un Dios misericordioso”.
Los judíos podían glorificar a Dios porque Él cumplió fielmente Sus promesas y honró
Sus compromisos pactados. Los gentiles podían glorificar a Dios por Su misericordia:
“Para que los gentiles glorifiquen a Dios por Su misericordia”.
Romanos 15:9b-12
Pablo, quien era ministro de Jesucristo para los gentiles (v.16), cita cuatro pasajes del
Antiguo Testamento que muestran la preciosa misericordia de Dios hacia los gentiles.
Estos son pasajes del Antiguo Testamento que muestran que la misericordia de Dios
alcanza a los gentiles resultando en su salvación. El punto de Pablo es éste: ¿Es Él
solamente el Salvador de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí, también de
los gentiles (comparar Rom.3:29).
Romanos 15:13
Romanos 15:14
La palabra “estoy seguro” (que Pablo usa en Rom.8:38; 14:14; 2 Ti.1:12, etc.)
significa estar persuadido, convencido, confiado. Había tres cosas de las cuales Pablo
estaba persuadido o convencido respecto a sus hermanos (verdaderos creyentes) que
estaban en Roma:
Ellos estaban llenos con el resultado de que continuaban siendo llenados (tiempo
perfecto). Dios había llenado a estos creyentes con el conocimiento de Sí Mismo y de
Su voluntad. Recordamos lo que Pablo dijo de los creyentes corintios: “Gracias doy a
mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús;
porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda
ciencia” (1 Corintios 1:4-5). ¿Por qué está lleno de conocimiento el creyente? Porque
está habitado por Cristo Mismo, “en quien están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2:3). Nunca nos falta conocimiento, porque
tenemos a Cristo. “Tenemos la mente de Cristo” (1 Co.2:16). Debemos aprovechar lo
que tenemos (comparar Fil.2:5—“haya pues en vosotros este sentir…”). Podemos
poseer una gran enciclopedia, pero si no la usamos nunca y nunca nos valemos de
ella, ¿de qué nos sirve todo ese conocimiento?
Pablo estaba totalmente persuadido de que los creyentes romanos eran capaces de
amonestarse unos a otros. Nótese que este es un ministerio que debemos ejercer unos
con otros. El pastor debe hacerlo, pero no solamente el pastor. Ciertamente es algo
que el pastor debe hacer desde el púlpito, pero es algo que todos los creyentes
robustos deberían estar haciendo. Los creyentes romanos no tenían en este tiempo a
ningún apóstol ministrándoles personalmente, y, sin embargo, ellos eran capaces de
amonestarse unos a otros.
1) CAMBIO
Hay necesidad de CAMBIO porque hay un problema. Algo anda mal en la vida de la
persona que es confrontada. Hay algo malo, algún pecado, algún problema, alguna
dificultad, alguna necesidad que tiene que ser reconocida y tratada. La persona
necesita cambiar y rectificar su vida en conformidad a la revelación de Dios (la Palabra
de Dios).
2) CONFRONTACIÓN
La persona que necesita cambiar tiene que ser CONFRONTADA verbalmente. Podemos
ver un ejemplo de esto en la confrontación de David por Natán después de su pecado
con Betsabé o Urías, o Cristo confrontando a Pedro después de la terrible negación de
Pedro (Juan 21). Al confrontar a otra persona estamos diciendo, “Este es el problema y
esto es lo que Dios dice que debe hacerse al respecto”.
3) PREOCUPACIÓN
Romanos 15:15-16
Cuando Pablo ministraba como apóstol de Cristo (enviado por Cristo en una misión
especial), él siempre estaba consciente de que era deudor a la gracia de Dios que le
había sido dada. Los pasajes siguientes destacan la gracia que había sido dada a Pablo
para el ministerio: Rom. 12:3; 1 Co.3:10; Gálatas 2:7-9; 1 Ti.1:12-14 y Efesios 3:6-
12. Quizás está mejor resumida en 1 Co.15:10 – “Pero por al gracia de Dios soy lo que
soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos
ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. Pablo consideraba su ministerio
como un don de la gracia de Dios y estaba agradecido por ello, aunque incluía
sufrimientos más allá de toda medida (Hechos 9:16). Los que hemos sido salvos por
gracia, debemos vivir por gracia y servir por gracia: “tengamos gratitud y mediante
ella sirvamos a Dios agradándole…” (Hebreos 12:28).
Pablo era un ministro de Jesucristo a los gentiles (v.16), y debemos recordar que la
iglesia de Roma era mayormente una iglesia de gentiles. En Romanos 11:13 Pablo
escribió, “porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles”.
En Gálatas 2:6-8 vemos el contraste entre el ministerio de Pedro a los judíos y el
ministerio de Pablo a los gentiles. Esto no significa que Pedro nunca ministrara a los
gentiles (como a la casa de Cornelio en Hechos 10), y tampoco significa que Pablo
nunca ministrara a los judíos (él entraba frecuentemente a la sinagoga de la ciudad en
la cual estaba y predicaba a Cristo a los judíos).
Romanos 15:17-18
Pero él dijo, “Sólo me enorgulleceré de lo que Cristo realizó por medio de mí”.
Aunque Cristo está en el cielo, ÉL está obrando activamente en la tierra (ver Marcos
16:20), por medio de Sus instrumentos escogidos. La obra de Cristo por medio de
Pablo tenía como propósito “la obediencia de los gentiles”. Esto se refiere a la
obediencia al Evangelio. Un gentil obedece el evangelio cuando cree en el Señor
Jesucristo. Rechazar a Cristo y el evangelio significa desobedecer el mandamiento de
Dios para todos los hombres, que se arrepientan (Hechos 17:30) y sean salvos
(Hechos 16:31). Ver 2 Tesalonicenses 1:8-9 para un pasaje muy claro en cuanto a la
desobediencia al evangelio.
Cristo hizo grandes cosas por medio de Pablo “con la palabra y con las obras”. [Nota:
“con la palabra y con las obras” debe conectarse con “hecho por medio de mí” no con
“obediencia”. El no se está refiriendo a cómo obedecieron los gentiles, sino a cómo
Cristo obró por medio de él]. El hecho de que Cristo estaba obrando por medio de
Pablo “con la palabra y con las obras” nos recuerda Hechos 1:1-2. En este pasaje se
nos dice que todo lo que Cristo hizo y enseñó hasta Su ascensión fue sólo el
COMIENZO de Sus hechos y enseñanzas (“todas las cosas que Jesús comenzó a HACER
y ENSEÑAR” –Hechos 1:1). El libro de los Hechos registra la CONTINUACIÓN de Sus
hechos y enseñanzas (Sus palabras y Sus obras). Lo que Cristo comenzó en Su
ministerio terrenal, ÉL lo continúa por medio de Su iglesia. Lo que Cristo comenzó en
la tierra, ÉL lo continúa desde el cielo, obrando por medio de Sus instrumentos
escogidos en la tierra (Pablo y otros creyentes). El glorioso ministerio de Cristo no
terminó en la cruz o en la resurrección o en la ascensión. ¡Continua hoy! (Marcos
16:20).
Romanos 15:19
Este versículo continúa el pensamiento del versículo 18. Cristo estaba obrando y
logrando grandes cosas por medio de Pablo (para la salvación de los gentiles) por
palabras y por obras, “con potencia de señales y prodigios”. Cristo realizó asombrosos
milagros por medio de Pablo. Pablo dijo a los corintios algo muy similar: “Porque en
nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Con todo, las
señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales,
prodigios y milagros” (2 Co. 12:11-12). Nótese que estas eran “las señales de un
apóstol” (comparar también con Hechos 2:43; 5:12). De modo que en la iglesia del
primer siglo eran los apóstoles los que normalmente hacían los milagros. No era algo
que hicieran todos los creyentes. Cuando los apóstoles abandonaron la escena, las
señales de un apóstol abandonaron la escena con ellos. El propósito de estas primeras
señales milagrosas se expone en Hebreos 2:3-4. Los milagros confirmaban y
ratificaban el mensaje de los apóstoles. Los apóstoles, muchos de los cuales eran
“hombres sin letras y del vulgo” (Hechos 4:13), no tenían credenciales propias, por lo
que el Señor les daba credenciales, que eran tan espectaculares y sensacionales, que
ellas indicaban que el mensaje de los apóstoles venía de Dios.
Hoy, en esta era post-apostólica, los milagros de señales ya no son necesarios para
evangelizar. Dios nos ha equipado con Su Palabra completa (los 66 Libros) y con Su
Espíritu poderoso y con toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18). ¿Qué más
necesitamos? Cuídate de aquellos que enseñan que las “señales y milagros” son
necesarios hoy día para evangelizar (a lo cual algunos se refieren como “evangelismo
de poder”). No tenemos apóstoles hoy día, tampoco tenemos las señales de un
apóstol, pero tenemos la DOCTRINA de los apóstoles, que debemos predicar y
proclamar activamente. Dios, con todo el infinito poder del cielo, respaldará y apoyará
Su Palabra cuando es proclamada con el poder del Espíritu.
¿Cuáles fueron algunos de los milagros que hizo Cristo por medio de Pablo?
“Y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús…. Así
crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (Hechos 19:17, 20).
El evangelismo centrado en Dios tiene que llevarse a cabo “en el poder del Espíritu de
Dios”. La obra de Dios tiene que realizarse a la manera de Dios y en el poder de Dios.
“No con ejército, ni con fuerza, sino con MI ESPÍRITU, ha dicho Jehová de los ejércitos”
(Zacarías 4:6). En estos tiempos, Cristo está edificando Su Iglesia (Mateo 16:18), la
cual es Su casa (1 Timoteo 3:15; comparar Hebreos 3:6), y “si Jehová no edificare la
casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1). Que los primeros discípulos
operaban en el poder y bajo la dirección el Espíritu de Dios se deduce de lo siguiente:
Hechos 1:8; 2:15-17; 4:8; 4:31; 6:5; 7:55; 9:17; 13:2,4; 13:52; 15:28; 16:6.
Pablo cumplió con el evangelio. Usa una expresión similar en Colosenses 1:25. Su
ministerio era “anunciar cumplidamente el evangelio, aún el misterio”.
Romanos 15:20-21
La política de Pablo al plantar iglesias era ir a lugares donde el evangelio aun no había
sido predicado. Pablo era un misionero pionero, un precursor, un plantador de iglesias.
Su política también se expone en 2 Corintios 10:14-16. La política de Pablo es violada
repetidamente en nuestros días cuando hombres muy agresivos (mayormente
bautistas) entran en una comunidad para empezar una iglesia, aun cuando en el área
ya existe una sólida iglesia que cree en la Biblia, ya hay una asamblea de creyentes
bien establecida. Esto tiene como resultado una competencia carnal y una confusión
innecesaria y es totalmente contrario al modelo del Nuevo Testamento. Es lamentable
que se introduzcan en territorio que ya ha sido reclamado para Cristo, cuando hay
muchos otros lugares que necesitan desesperadamente del testimonio del evangelio.
En el versículo 21 Pablo cita a Isaías 52:15, un pasaje que precede inmediatamente el
pasaje más importante de la muerte sustitutoria de Cristo en el Antiguo Testamento
(Isaías 53). Por causa del siervo sufriente de Jehová, el mensaje del evangelio puede
llegar a reyes y a gentiles, y esto se cumplió ciertamente en los días de Pablo
(comparar Hechos 9:15). Que el corazón de cada creyente esté inquieto y cargado por
aquellos que nunca han escuchado el Nombre del Salvador. Para Pablo, el privilegio
más grande era predicar entre los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo (Efesios
3:8).
Romanos 15:22-24
Habiendo evangelizado los territorios recorridos durante sus tres viajes misioneros, él
desea ir ahora a Roma para ver a los creyentes allí (v.23). Por muchos años Pablo
tenía este gran deseo de visitar a los santos romanos y él expresó este deseo al
comienzo de su epístola (Rom.1:9-13). El deseaba ser de bendición y estímulo para
ellos (Rom. 1:11) y ellos para él (Rom.1:12). El deseaba estar con sus hermanos y
hermanas en Cristo que habían sido comprados con sangre (Romanos 15:24 y
comparar 1 Juan 3:14).
El objetivo último de Pablo era ir a España, no a Roma. Esto estaba en armonía con su
política de alcanzar un área no evangelizada (v.20). Roma había sido evangelizada y la
iglesia allí estaba bien establecida. Pero al ir a España, Pablo tenía el plan de detenerse
primero en Roma para ayudar a los creyentes de allí y para ser ayudado por ellos. El
esperaba que los santos de Roma lo encaminaran a España (que proveyeran lo
necesario para su viaje). “Así se extendía el evangelio en aquellos días, y no solo en
aquellos días, sino también ahora. Porque vemos compañías de santos quienes, por
medio de la oración y por sus donaciones, envían al predicador a otros campos”
(Newell).
Pablo tenía planes de visitar Roma y luego, de cabeza a España, pero sus planes
estaban sujetos a la revisión de Dios. El itinerario de Pablo no resultó como él lo había
planificado. El llegó a Roma, pero no como un alto en su camino a España, sino como
prisionero después de un naufragio. No resultó como Pablo lo había previsto, pero
ciertamente resultó como lo había previsto su Guía soberano. Así también nosotros
debemos poner siempre nuestros planes y programas en las manos de Dios, para que
ÉL los pueda corregir de acuerdo a Su voluntad o descartarlos totalmente.
¿Llegó Pablo alguna vez a España? La Biblia no nos da respuesta. Hay algunos escritos,
aparte de la Biblia, que pudieran indicar que Pablo llegó a España. “Pablo, habiendo
enseñado justicia a todo el mundo, habiendo llegado a los límites de Oeste…”
(Clemente de Roma, 1 Corintios V.vii). Los “límites de Oeste” probablemente se
refieren a la parte oeste de Europa, que podría muy bien ser una referencia a España.
Romanos 15:25-26
Antes de que Pablo pudiera emprender viaje a España vía Roma, había algo que él
tenía que hacer primero. El tenía que ministrar a los santos judíos en Jerusalén. Pablo
no olvidó lo que le habían dicho Pedro, Jacobo y Juan cuando lo animaron a ir donde
los gentiles, pero que nunca olvidara a los pobres (Gálatas 2:10, probablemente una
referencia a los creyentes pobres de Jerusalén). Estos creyentes eran muy pobres y
necesitaban asistencia y los creyentes de Macedonia y Acaya habían dado
generosamente y con sacrificio para ellos. Lo que Pablo no dijo aquí es que él había
tenido un importante papel en animar a los creyentes de Macedonia y Acaya para dar a
los santos de Jerusalén (estudiar 1 Corintios 16:1-4 y 2 Corintios capítulos 8-9).
Romanos 15:27
Los creyentes gentiles estaban gustosos de dar tal donativo a los judíos que estaban
sufriendo. Lo hicieron voluntariamente. Lo hicieron de buena gana, no por necesidad.
Ellos dieron de acuerdo con el espíritu de 2 Corintios 9:7.
Los gentiles son deudores de los judíos. Nosotros les debemos mucho, porque “la
salvación viene de los judíos” (Juan 4:22). Le debemos tanto porque la Biblia viene de
los judíos. En verdad, aún los autores del Nuevo Testamento eran judíos, siendo Lucas
la única excepción. Somos deudores de los judíos porque su Dios ha llegado a ser
nuestro Dios. Su Mesías ha venido a ser nuestro Salvador. Los gentiles han llegado a
ser participantes de sus bienes espirituales. Corresponde, pues, que los gentiles
ministren a ellos en los bienes carnales (materiales). Grandes bendiciones espirituales
nos han venido por medio de ellos. Es apropiado entonces, que grandes bendiciones
carnales o materiales de nuestra parte les lleguen a ellos. Deberíamos ayudar a
nuestros hermanos judíos lo más que podamos. En cierta forma, también somos
deudores a los judíos incrédulos por causa de su herencia divina, aunque al presente
ellos no representen esa herencia. El creyente en Cristo debería ser el mejor amigo
que el judío tiene en este mundo.
Romanos 15:28-29
El “fruto” del cual Pablo está hablando es la dádiva de amor de los creyentes gentiles
de Macedonia y Acaya, entregado como sacrificio a los santos pobres de Judea
(comparar Filipenses 4:17, donde “fruto” también se usa para la generosa contribución
de santo a santo). Lo que algunos estiman ser un sacrificio inútil, Dios lo considera un
fruto duradero. “Hay quienes reparten y les es añadido más” (Prov.11:24).
El plan de Pablo era ir a España “pasando entre vosotros” (v.28), es decir, por los
Romanos. Los romanos lo enviarían a España con su ayuda y sustento material. Es el
privilegio de las iglesias sostener a los hombres de Dios para la obra de Dios.
Por el Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo (Gálatas 5:22) Pablo solicitaba
a los Romanos que agonizaran y lidiaran con él en oración (v.30). La palabra que se
ha traducida como “ayudéis” significa contender en una prueba atlética, luchar,
forcejear, pelear. Implica un arduo esfuerzo y es una palabra que Pablo usa en otras
partes en cuanto a la oración (ver Col.4:12) y en referencia a pelear la buena batalla
de la fe (1 Ti. 6:12; 2 Ti.4:7). La oración bíblica no es un ejercicio fácil (comparar Col.
2:1). Demanda nuestro máximo por lo superior. Muy pocos santos hoy en día han
experimentado personalmente lidiar y agonizar con Dios en oración. “Señor, enséñanos
a orar”. Ver Lucas 11:1.
[Nota: en el versículo 30 son mencionados los tres miembros de la Trinidad: el Señor
Jesucristo, el Espíritu, Dios. El fruto del Espíritu es mencionado en este pasaje: amor
(v.30), gozo (v.32) y paz (v.33) –comparar Gálatas 5:22].
Cuando Pablo fue a Jerusalén, se metió en gran peligro (Hechos 21:11). Es admirable
que escapara con vida. Pablo se encontró en medio de un tropel de judíos furiosos que
estaban decididos a matarlo. La multitud gritaba “¡Muera!” (Hechos 21:36). “Quiten a
ese individuo de la tierra, porque no conviene que viva” (Hechos 22:22). Para leer de
la asombrosa liberación de Pablo de los incrédulos de Jerusalén, ver Hechos capítulos
21-23. “Los rebeldes” = los que son desobedientes, es decir, desobedientes al
evangelio.
2ª Petición de Oración (v.31) – poder entregar la ofrenda y que ésta sea acepta a los
santos.
“Acepta” significa que sea bien recibida, aceptada. La misma palabra se usó en el v.16.
Pablo deseaba cumplir con su misión de amor para con los empobrecidos santos de
Judea y ver que el donativo era recibido con gratitud. ¿Cómo fue recibido Pablo por
estos judíos? Ver Hechos 21:17. Lo más importante es que estos judíos se dieron
cuenta de que Dios estaba haciendo una gran obra entre los gentiles (Hechos 21:19-
20). Ellos no resintieron la gran obra que Dios estaba haciendo al visitar a las naciones
y tomar pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14).
Pablo llegó a Roma por la voluntad de Dios, pero no como él lo había planificado. El
hombre propone, pero Dios dispone. El llegó en cadenas como un prisionero romano,
pero era en la voluntad de Dios y era para “el progreso del evangelio” (Filipenses
1:12). Pablo llegó a Roma con gozo. El gozo que sintió Pablo cuando primero se
encontró con los hermanos romanos puede verse en Hechos 28:14-15. “”Ser recreado”
significa descansar o refrescar el espíritu (Thayer). El verbo (sin el prefijo) se usa en
Mateo 11:28—“Yo os haré descansar”. Para el significado de “confortar” ver 1
Corintios 16:18; 2 Corintios 7:13; Filemón 7,20. Pablo sería un una bendición
reconfortante para ellos y ellos para él.
Si un hombre está convencido de que algo está mal y lo hace, eso es pecado. Lo
contrario no es verdadero. Si un hombre cree que algo está bien y lo hace, eso no es
necesariamente correcto. Ver Juan 16:2 donde ciertos judíos estaban convencidos que
era bueno matar a los creyentes. Ver también Hechos 26:9 donde Pablo (Saulo) estaba
convencido que era su deber hacer muchas cosas en contra del Nombre de Jesús de
Nazaret.
Pregunta: ¿Cuántas veces hacemos cosas con la certeza absoluta de que lo que
estamos haciendo es correcto y que agrada a Dios?
CAPÍTULO 16
Romanos 16:1
Febe puede haber sido la persona que entregó personalmente la epístola de Pablo a los
Romanos. Ella recibió las sinceras recomendaciones de Pablo. Es interesante que de los
cinco primeros creyentes que Pablo menciona (v.1-6), tres de ellos fueran mujeres.
Cuando del servicio a Cristo y a Su asamblea se trata, las mujeres en ninguna manera
ocupan un lugar secundario al hombre. Ellas son “coherederas de la gracia de la vida”
(1 Pedro 3:7) y su fidelidad será recompensada en el Tribunal de Cristo. Cuando se
trata de trabajar fielmente para el Maestro, no hay varón ni mujer en Cristo. Todos
servimos al mismo Salvador como Sus siervos amantes, aunque con diferentes
capacidades. El Cristianismo Bíblico, a pesar de lo que digan sus críticos, siempre ha
dignificado a la mujer y ha permitido a las mujeres creyentes encontrar plena
satisfacción y gozo en ser la persona que Dios quiere que sean. Es en las sociedades
en las cuales los principios bíblicos no son honrados, que las mujeres son
horriblemente maltratadas y tenidas en baja estima.
Febe era tanto HERMANA como SERVIDORA (v.1). Pablo la reconoció como hermana
en Cristo (un acogedor término familiar) y como una servidora (diakonon) de la
asamblea. Ella servía en la asamblea local que estaba en Cencrea, una ciudad puerto
localizada cerca de Corinto (comparar Hechos 18:18).
Febe era una “servidora” o una “diaconisa” de la iglesia. ¿Esta palabra se usa en un
sentido general, para indicar que ella era una humilde servidora de la asamblea o es
usada en un sentido más técnico, de que ella tenía un cargo en la iglesia? ¿Tenía la
iglesia primitiva un cargo de “diaconisa” (diácono femenino)? No se hace mención de
“diaconisas” en el Nuevo Testamento. Sin embargo, hay un pasaje interesante que se
encuentra en 1 Timoteo capítulo 3, el capítulo que habla de los requisitos para los
ancianos (obispos) y diáconos. A la mitad de la lista de los requisitos para los diáconos,
Pablo agrega esta acotación: “Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras,
sino sobrias, fieles en todo” (1 Ti.3:11). ¿Se refiere a las mujeres de los diáconos o a
otras mujeres en la asamblea (diaconisas)? Si se refiere a las esposas de los diáconos,
¿por qué Pablo no dice nada en este capítulo acerca de los requisitos de las esposas de
los ancianos? ¿Por qué deben cumplir las esposas de los diáconos con ciertas normas,
mientras hay silencio en cuanto a las esposas de los ancianos? Alguien diría que Pablo
no está estableciendo pautas para las esposas de los diáconos, sino para las
diaconisas.
Esta es la función principal de un diácono hoy en día. Debe ser un hombre espiritual,
un servidor humilde y capaz de manejar cosas tales como las finanzas, el cuidado y la
mantención de la propiedad y del edifico, y todo lo que pueda aliviar la carga de los
líderes espirituales de la asamblea, para que puedan dedicarse con persistencia a la
oración y al ministerio de la Palabra. Está demás decir que si un Pastor pasa 25 horas
a la semana pintando y haciendo trabajos de reparación, sacando la nieve con la pala,
limpiando el edificio de la iglesia, etc., entonces su ministerio en el púlpito sufrirá
grandemente. Diáconos fieles y capacitados deberían poder manejar muchos de estos
necesarios quehaceres. Imagina una gran tormenta de nieve que ha cubierto el suelo
con 15 pulgadas de nieve fresca. El Pastor se pone su equipo de nieve y sale a
emprender la tarea. Repentinamente viene el diácono David con su maquinaria, toma
la pala y dice, “Pastor, yo haré esto. Quiero que regrese a su oficina y use el tiempo
para ORAR y PREPARAR la PREDICACIÓN. Los diáconos pueden ocuparse de la nieve,
pero Dios ha dotado a algunos hombres para alimentar a lagrey (Efesios 4:11-12) y no
queremos que usted descuide su tarea principal”.
Romanos 16:2
Pablo exhorta a los creyentes romanos a “recibir” a Febe. Esto significa que la
“recibieran entre ellos, que la admitieran, la recibieran en comunión y compañerismo”
(Thayer). Que le dieran una cordial bienvenida en su medio (esta palabra “recibir” se
usa en cuanto a los creyentes que esperan ansiosamente la venida del Señor—Tito
2:13 –“aguardando”; Judas 21—“esperando”, y comparar Lucas 2:25- “esperaba” y
Lucas 2:38—“esperaban”). Se usa en Filipenses 2:29 de los creyentes filipenses
recibiendo a Epafrodito, el fiel compañero de milicia de Pablo. Se usa del Señor Jesús
que recibía a los pecadores y comía con ellos (Lucas 15:2). Debían recibirla “en el
Señor”, como a una hermana en Cristo, una que disfrutaba la bendita UNIÓN con el
Hijo de Dios. Debían hacerlo como “corresponde a santos”, como es digno de los
santos. Debían recibirla como es apropiado para los santos. Como creyentes debemos
andar como es digno (la misma palabra) de nuestro elevado, santo y celestial
llamamiento (Efesios 4:1), y esto incluye nuestra conducta hacia nuestros compañeros
creyentes. Ser salvo es un tremendo privilegio, pero trae consigo la enorme
responsabilidad de andar y vivir de una manera digna.
Debemos andar como es digno del Señor, agradándole en todo (Col. 1:10)
Debemos andar como es digno de Dios, que nos llamó a su reino y gloria (1
Te. 2:12)
Pablo instruye a los creyentes romanos que “ayuden” a Febe. Lo que significa
“prestarle auxilio” (Thayer), “proveer”, “preparar” (ver Hechos 23:24) cualquier cosa
que necesitara. ¿Por qué debían asistirla? Porque ella ayudaba y asistía a muchos,
incluso a Pablo. Los que ayudan, merecen ser ayudados. Los que asisten a otros,
merecen ser asistidos. Es apropiado y corresponde asistir al que ayuda. No se nos dice
exactamente qué hacía Febe para ayudar a Pablo y a muchos otros. Pero piensa en las
incontables personas que a través de los siglos han sido ayudadas y bendecidas
espiritualmente por la epístola de Pablo a los Romanos. Al entregar esta epístola, Febe,
en verdad, ha “ayudado a muchos”.
Romanos 16:3-4
Es interesante que Priscila, la esposa, es mencionada por Pablo antes que Aquila, su
esposo. Considera la siguiente información que provee el Nuevo Testamento acerca de
este notable equipo marido/esposa:
Ella no era una mujer oprimida. Ella parece haber tenido dones o habilidades
especiales o una devoción a Cristo única que la capacitaban de tal modo para
sobrepasar a su marido en algunas áreas, como para merecer un
reconocimiento especial de Pablo.
Ella era sumisa. En los seis pasajes en que ella es mencionada en el Nuevo
Testamento (por Lucas y Pablo), nunca se implica que ella estuviera de alguna
manera fuera de línea. Ella nunca es censurada, sino recomendada. Siempre se
la menciona en conjunto con su marido. Ella era una mujer sumisa.
10. Ellos fueron consistentes y fieles hasta el final (2 Timoteo 4:19). Esta es la
última carta de Pablo, escrita como 14 años después de que Pablo se
encontrara por primera vez con Aquila y Priscila. Ellos eran creyentes fieles. En
ninguno de los escritos de Pablo o Lucas se dice nada negativo de estos dos
creyentes. Hasta donde indican los registros, entre Pablo y Aquila/Priscila
siempre había armonía. Pablo nunca tuvo que decir de ellos lo que dijo de
Demas (2 Ti.4:10). ¿Qué de ti? ¿En qué condición espiritual estarás en catorce
años más? ¡Que no perdamos nuestro primer amor y que no perdamos el gozo
de nuestra salvación!
Romanos 16:5
Pablo envió saludos a la iglesia que estaba en la casa de Aquila y Priscila. Esto nos
lleva a la interesante cuestión de las “iglesias hogareñas”. En el primer siglo no había
edificios para iglesias como los conocemos hoy. Los creyentes se reunían donde podían
– en hogares, en el campo (comparar Hechos 16:13 donde vemos que los judíos se
reunían junto al río), en las catacumbas, etc. Ellos tenían la promesa de Cristo,
“Porque donde están dos o tres congregados en Mi Nombre, allí estoy yo en medio de
ellos” (Mateo 18:20). El transporte tampoco era tan fácil como hoy en día. Hoy
podemos viajar de un extremo al otro de una gran ciudad sin mayor problema, pero en
el primer siglo, cuando la mayor parte de los viajes se hacían a pie, esto no era tan
fácil.
Cuando Aquila y Priscila vivían en Efeso, se hace mención de “la iglesia que está en su
casa” (1 Corintios 16:19).
En Romanos 16:14 Pablo saluda a varios creyentes y luego hace mención de “los
hermanos que están con ellos”. En Romanos 16:15 Pablo saluda a varios creyentes y
luego menciona a “los santos que están con ellos”. ¿Podría esto indicar dos localidades
adicionales donde acostumbraban reunirse los creyentes?
En Hechos 12:12 leemos que “muchos estaban reunidos orando” en la casa de María,
la madre de Juan Marcos.
La casa de Lidia era usada como un lugar de reuniones para los creyentes (Hechos
16:15, 40).
En Laodicea había una iglesia hogareña cuyo anfitrión era Ninfas (saludos a “la iglesia
que está en su casa”—Colosenses 4:15).
Hoy día, a pesar de tener un sistema de transporte superior, justificamos el tener más
de una iglesia en una ciudad por el tamaño y la población de la ciudad. “Una iglesia no
podría alcanzar a toda esta gente. En esta ciudad hay lugar para varias iglesias”. En
vista de esto, es interesante considerar la población estimada de algunas ciudades que
eran importantes en los tiempos del Nuevo Testamento:
JERUSALÉN
¿Cuántos creyentes había en la iglesia de Jerusalén (ver Hechos 2:41; 4:4; 5:14)?
¿Cuántas iglesias había en Jerusalén (Hechos 15:4)?
ROMA
ALEJANDRÍA
Alejandría era la segunda ciudad más grande del Imperio Romano y contenía tres
grandes grupos: egipcios, judíos y griegos. De acuerdo con la Encyclopedia Schaff-
Herzog, “al comienzo de la era cristiana había 300.000 hombres libres en la ciudad de
Alejandría”. La World Book Encyclopedia dice que, en su momento culmine, esta
ciudad puede haber tenido una población de 1.000.000 de habitantes.
EFESO
Había una sola iglesia en esta gran ciudad (Ap.2:1). Su población era tan grande que
en el segundo siglo rivalizaba con Alejandría en cuanto a la población.
ANTIOQUÍA
¿Cuántas iglesias había en esta ciudad (Hechos 14:26-27)? Esta también era una de
las ciudades más grandes del Imperio. Su población también consistía de una multitud
diversa. De acuerdo con la Schaff-Herzog Encyclopedia su población, en tiempos del
Nuevo Testamento, era de 500.000 (medio millón).
TESALÓNICA
CORINTO
Esta gran ciudad comercial tenía una sola iglesia (1 Co. 1:2). La ciudad era
heterogénea (una mezcla de todo). La gente se atestaba allí para ganar dinero y
gastarlo. Empresas y negocios comunes y libertinaje común eran el único lazo que
mantenía unida a la gente. Era la ciudad de pecado e inmoralidad y su población puede
haber llegado a los 700.000 (la mayoría la estima en medio millón de personas).
La Zondervan Pictorial Encyclopedia dice que había como 200.000 hombres libres y
500.000 esclavos.
Pablo se gozó en una cosecha de almas mientras ministraba en Asia. El primer fruto
de esa cosecha (el primer convertido) fue Epeneto, un creyente que fue cercano al
corazón de Pablo. La Biblia dice “Acaya”, pero el manuscrito griego apoya más bien
que debemos leer “Asia”. Asia se refiere a Asia Menor (la Turquía moderna), el área
donde estaba localizada Efeso (como también las otras ciudades mencionadas en
Apocalipsis 2-3).
Poco se nos dice de María, excepto que ella “trabajó mucho” para Pablo y sus
compañeros (o para la iglesia de Roma, si aceptamos la variante de “vosotros”). El
significado del término griego es que ella trabajó mucho y se afanó diligentemente,
hasta el agotamiento y la extenuación. Muchos creyentes trabajan muy duro por la
causa de Cristo y esto muchas veces pasa inadvertido, desapercibido y es ignorado por
los hombres. Pero Dios ciertamente toma nota (ver Hebreos 6:10). Que nosotros
demos nuestro todo por el Salvador y Su obra: “Levántense, hombres de Dios, olviden
las cosas poco importantes; den su corazón y su alma y su mente y sus fuerzas para
servir al Rey de Reyes”.
María (Miriam) era un nombre muy común en el Nuevo Testamento y varias mujeres
diferentes tenían este nombre:
Romanos 16:7
1. Ellos eran “parientes” de Pablo. Esta palabra se usa a veces para parientes
sanguíneos cercanos, como en Marcos 6:4; Lucas 1:36 (Elisabeth, “parienta de
María”), Lucas 1:58; Lucas 2:44; Lucas 14:12; Lucas 21:16; Juan 18:26 y
Hechos 10:24. En Romanos 9:3 Pablo usa este término en un sentido más
amplio al referirse a todos los israelitas como sus “parientes según la carne”. En
Romanos 16 Pablo usa este término tres veces (ver versículos 7,11,21) y
nombra a seis personas como sus parientes. ¿Significa esto que estas personas
eran israelitas, relacionados unos con otros como lo eran todos los judíos, o
está indicando Pablo un parentesco más cercano? Parece inusual que Pablo
(originalmente de Tarso) tuviera seis parientes cercanos en Roma que fueran
todos creyentes, de modo que es mejor entender este término en un sentido
más amplio. Pablo no saludaba a todos los judíos como sus “parientes”, porque
en el versículo 3, Priscila y Aquila son judíos, pero Pablo no los llama sus
“parientes”. Si el término aquí se refiere al hecho de que esas seis personas son
israelitas, entonces es interesante que cuando Pablo saluda a la iglesia, él hace
mención especial de algunos israelitas que estaban en la iglesia. Esto puede
tener relación con Gálatas 6:16, donde Pablo hace una mención especial de un
grupo que él llama “el Israel de Dios” (el Israel que pertenece a Dios). El “Israel
de Dios” no se refiere a creyentes gentiles (los gentiles nunca son llamados
israelitas en las Escrituras), sino a creyentes judíos que son judíos
“interiormente” (Romanos 1:28-29).
2. Ellos eran “compañeros de prisiones” de Pablo. El libro de Romanos fue escrito
antes del primer y segundo encarcelamiento de Pablo en Roma, pero de
acuerdo con 2 Corintios 6:5 y 11:23, Pablo estuvo a menudo en prisión
y Andrónico y Junia tienen que haber compartido la aflicción de Pablo durante
uno de esos encarcelamientos.
3. Ellos eran “muy estimados entre los apóstoles”. Esto puede entenderse en una
de dos maneras: 1) ellos eran apóstoles de reputación especial, es decir, se
destacaban entre los apóstoles. Si este es el significado de Pablo, entonces está
usando el término “apóstol” en un sentido no técnico, o sea, de cualquiera que
es enviado en una misión; 2) Los apóstoles tomaron nota de ellos. Este es el
significado más probable. Puesto que estos dos creyentes vinieron a Cristo
antes que Pablo (ver punto #4), ellos probablemente eran de la cercanía de
Jerusalén y eran conocidos por los apóstoles y tenían un excelente testimonio
delante de ellos.
4. Ellos fueron “en Cristo” antes que Pablo. Ellos vinieron a Cristo antes que Pablo,
antes de Hechos capítulo 9. En años espirituales, ellos eran mayores que Pablo.
Este interesante punto es significativo para entender cuando comenzó la iglesia.
Si estar “en Cristo” tiene el significado técnico que se encuentra en Gálatas
3:27-28 (estar “en Cristo”= estar en la iglesia), entonces, de acuerdo con
Romanos 16:7, la iglesia tiene que haber comenzado antes de Hechos 9. Esto
también lo sabemos por los versículos que hablan de Pablo persiguiendo a “la
iglesia” (1 Co.15:9; Fil.3:6; Gá.1:13). Esto agrega apoyo al hecho de que la
iglesia empezó en Hechos capítulo 2 (Pentecostés) y niega la noción
ultradispensacionalista de que la iglesia empezó en Hechos 13 (como dicen
algunos) o en Hechos 28 (como dicen otros). Debemos notar también que si
“estar en Cristo” lleva el significado técnico de ser parte de Su iglesia, entonces
1 Tesalonicenses 4:16 (“los muertos en Cristo resucitarán primero”) indica que
la resurrección que tendrá lugar en el rapto sólo incluye a los santos de la era
de la iglesia y no incluye a los santos del Antiguo Testamento (como enseñaban
algunos antiguos dispensacionalistas).
De acuerdo con Hendricksen, el nombre Amplias era un nombre común entre los
esclavos. Amplias era posiblemente un esclavo en la iglesia de Roma, pero era amado
por Pablo. Los creyentes tienen un maravilloso vínculo en Cristo, sin importar su
estado en la vida o su posición social. El evangelio pone a todos los creyentes al mismo
nivel. Todos somos siervos de nuestro Amo, el Señor Jesucristo (Col. 3:23-24).
Amplias puede haber sido un esclavo, pero para Pablo, él era un muy querido hermano
en Cristo. En las iglesias del Nuevo Testamento el énfasis era sobre la espiritualidad
del hombre y su andar con el Señor y no sobre su condición en la vida. Por ejemplo, en
1 Timoteo capítulo 3 un hombre no queda descalificado para ser anciano o diácono por
ser un esclavo (no se menciona nada semejante). Esto abre el camino a la fascinante
posibilidad de que un esclavo pueda ser un oficial en una asamblea local de creyentes
y que su amo creyente tuviera que estar en sumisión a él en la asamblea; en cambio
fuera de la asamblea, el esclavo creyente estaría sometido a su amo creyente. Uno
recuerda los días de William Carey en la India cuando la gente estaba esclavizada por
un estricto sistema de castas, pero cuando esta gente confiaba en Cristo como en su
Salvador e ingresaban en la iglesia del Dios vivo, ellos disfrutaban de igual posición en
Cristo, siendo coherederos de la gracia de la vida. “Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo
Jesús” (Gálatas 3:28).
Ellos eran colaboradores (la misma palabra como en el v.3). Los creyentes trabajan
juntos en el mismo equipo, teniendo la misma ambición (agradar a Cristo –2 Co.5:9) y
teniendo la misma meta (la gloria de Dios –1 Co.10:31). Tal como los miembros de
nuestro cuerpo se ayudan unos a otros, así es en el cuerpo de Cristo (1 Co.12:12, 20-
27). Estaquis era amado por Pablo. Nótese cuán animadores son los saludos de Pablo
en estos versículos. Estos creyentes romanos tenían ciertamente sus debilidades y sus
fallas, pero Pablo los saluda con amor y “el amor es benigno y no hace nada indebido
(1 Co. 13:4-5). Pablo no veía a estos creyentes como eran en sí mismos, sino como
estando “en Cristo” (ver v.3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y note las expresiones “en
Cristo” “en el Señor”).
Romanos 16:10
Algunos (Lightfoot, Hendricksen) han sugerido que Aristóbulo puede haber sido el nieto
de Herodes el Grande (el hermano de Herodes Agripa I), si bien es difícil determinar si
esto es realmente el caso. Si así fuese, Pablo estaría probablemente refiriéndose a
esclavos de su casa que eran creyentes. Nunca debemos ser reticentes de encontrar
creyentes aun en los lugares menos pensados. La familia de Herodes era una de las
familias más impías de la historia de la humanidad, pero Dios puede hacer Su
maravillosa obra de gracia aun dentro de las puertas y los muros de los incrédulos más
infames. Es irónico que aún en nuestros días, la más celebrada y publicitada atea de la
segunda mitad del siglo veinte tuviera un hijo que se hizo cristiano, muy a su pesar y
disgusto.
Herodión era pariente de Pablo, lo cual probablemente indica que era judío (ver
discusión bajo v.7). Debemos recordar también el cercano parentesco que, como
“hermanos”, tienen todos los creyentes. No puede haber un pariente más cercano que
un hermano. El nombre “Herodión” puede indicar alguna relación con la familia de
Herodes. Hendricksen sugiere “asociado con” o “teniendo admiración por” la familia de
Herodes. Murray sugiere que pertenecía a la familia o a la casa de Herodes. Quizás él
también estaba relacionado con la casa de Aristóbulo (v.10).
El nombre “Narciso” nos recuerda a un joven mitológico, que era tan hermoso, que
todas las niñas deseaban pertenecerle, pero él solo las evitaba. No quería a ninguna.
Finalmente, una de las niñas, cuyo corazón él había herido, hizo la siguiente oración a
los dioses, “Que el que no ama a otros, se ame a sí mismo”. La diosa Némesis
concedió su petición. Cuando Narciso se inclinó sobre una límpida poza para beber y
vio su propio reflejo, se enamoró inmediatamente de él. El ardía de amor por sí mismo
y no podía dejar de contemplar su imagen. El permaneció allí, languideciendo
lentamente hasta que murió. De modo que Narciso (narcisismo) ha llegado a ser un
término que se refiere a AMOR A SÍ MISMO, un interés excesivo por la propia
apariencia, bienestar, importancia, habilidades, etc. Lamentablemente, esta es una de
las principales características de los últimos tiempos – “Porque habrá
hombres amadores de sí mismos” (2 Ti.3:2).
Lightfoot sugiere que Narciso puede haber sido un rico y poderoso liberto que tenía
una cercana relación con el Emperador Claudio, sirviendo como su secretario, y que,
más tarde, fue ejecutado poco después que Nerón asumiera el trono. Si Aristóbulo
estaba relacionado con la casa de Herodes (ver v.10), entonces podría haber sido un
cercano aliado de Claudio. Estas dos posibilidades nos pueden ser de alguna ayuda
para entender Filipenses 4:22 (“los santos… de la casa de César”), porque habría
habido al menos dos casas dentro del palacio que tenían creyentes entre ellos.
Estas tres creyentes eran conocidas por su TRABAJO. La palabra significa trabajo
arduo, aun hasta el punto del cansancio y agotamiento. El creyente debe aprender a
DESCANSAR aun en medio del trabajo (Mateo 11:28). Estas tres mujeres trabajaron
“en el Señor” y sabemos que nuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Co. 15:58).
Nuestro trabajo debe ser “en el Señor” y también debe ser por amor a Su gran
Nombre (Ap.2:3), por causa de QUIÉN ES ÉL. AQUEL para quien trabajamos, es digno
de nuestro mayor esfuerzo y energía. ÉL merece nada menos que lo mejor de
nosotros. Si alguien trabajó, ese fue el Apóstol Pablo mismo: “Pero por la gracia de
Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he
TRABAJADO más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1
Co.15:10 y comparar Col.1:29; 2 Co.11:23). Este fue un TRABAJO motivado y
capacitado por la gracia de Dios. Nuestra motivación para trabajar también debería ser
el AMOR—amor por el Salvador y por los creyentes y por todos los hombres. Dios no
es injusto como para olvidar ese trabajo de amor (Hebreos 6:10).
Trifena y Trifosa tenían nombres muy similares y quizás eran hermanas (a veces los
padres dan a sus hijos nombres que suenan parecidos o que en alguna manera son
similares (Ruth y Raquel,Maricarmen y Marisol, etc.). El trabajo de Pérsida es descrito
en tiempo pasado, lo cual es inusual (el trabajo de las primeras dos mujeres es
descrito en tiempo presente). Hendricksen ofrece una posible explicación: “La
distinción en el tiempo del verbo, ¿indicaría que la fragilidad, relacionada con la edad,
había alcanzado a Pérsida, de modo que ya no estaba en condiciones de trabajar tan
diligentemente como antes? Si fuese así, Pablo se preocupa de que su trabajo anterior
no pase al olvido. Es una lección que todos debemos recordar”. Pablo era cuidadoso al
referirse a una santa femenina. En el v.9, él se dirige a Estaquis (un hombre) como
“amado mío”, pero se refiere a Pérsida como “la amada”. Es importante ser cuidadoso
en estas cosas, no sea que un hombre dé la impresión de ser demasiado familiar con
una mujer.
Es posible que aquí Pablo esté enviando saludos al mismo “Rufo” que es mencionado
en Marcos 15:21, el hijo de Simón, el hombre que llevó la cruz de nuestro Señor. El
“Rufo” mencionado en Marcos 15:21 tenía un hermano llamado Alejandro. Pablo
describe a la madre de Rufo como “su madre y la mía”. Había un sentido en que Pablo
llamaba a la madre de Rufo como su madre, recordándonos Marcos 10:29-30. Sin
duda que ella tuvo ocasión de cuidar de Pablo como si fuera su propio hijo. Cuando
somos salvos y llegamos a ser miembros de la familia de Dios (Juan 1:12), pronto
descubrimos que tenemos muchos hermanos y hermanas y madres y padres. Los hijos
de Dios, comprados con sangre, tienen una relación única unos con otros. “Que las
madres cristianas encuentren aquí un campo inmenso para desarrollar ese prodigioso
corazón de instintivo cuidado amoroso dado por Dios a las madres, para que extiendan
su solicitud maternal más allá del círculo de su propia familia, a todos los cristianos y
especialmente a todos los que trabajan por Cristo. ¡El Señor lo tendrá presente en Su
venida! (Newell).
Todos los creyentes son “escogidos en el Señor”. Todos somos los elegidos de Dios
(ver Col.3:12; Rom.8:33; 2 Ti.2:10; 1 Pedro 1:2; 2:9 donde se usa esta misma
palabra). Comparar también Efesios 1:4. Algunos piensan que este término es usado
aquí en un sentido especial, que significa que Rufo era un creyente “selecto” (un
creyente excepcional que tenía alguna eminencia). Thayerdice que puede tener el
significado de “preferente, selecto, es decir, lo mejor de su clase, excelente,
preeminente”. Pero si Rufo era un creyente tan excepcional y preeminente, ¿por qué
es mencionado solamente aquí y en ninguna otra parte de las Escrituras? (Aquila y
Priscila, por ejemplo, son mencionados varias veces en el Nuevo Testamento). De
modo que es posible que Pablo usara la expresión “escogido en el Señor” en su sentido
normal y común. Quizás estaba tratando de animar el corazón de Rufo recordándole el
glorioso hecho de su elección, un hecho que debiera provocar mucha gratitud en el
corazón de todo creyente (2 Ts.2:13). Quizás Rufo llegó a ser salvo de una manera
muy notable, habiendo sido una persona que parecía poco probable que jamás viniera
a Cristo. Todos conocemos personas que, desde un punto de vista humano, parecen
candidatos imposibles para ser salvos: “¡Ese hombre nunca será salvo!” Pero Dios, que
convirtió a Saulo de Tarso, puede sorprendernos maravillosamente. “Rufo, no olvides
nunca la maravillosa obra de Dios de llamarte y escogerte y atraerte a Sí Mismo. ¡Tu
eres un trofeo de la gracia soberana y salvadora de Dios!”
Cinco creyentes son saludados por nombre en el v.14 y se hace mención de los
“hermanos que están con ellos”. Cinco creyentes son mencionados en el v.15 como
también los “santos que están con ellos”. Ver nuestro comentario en cuanto a las
“iglesias hogareñas” bajo Romanos 16:5. Nereo puede haber sido un instrumento en la
salvación de dos Romanos famosos. En el año 95 D.C. Roma estuvo conmocionada
cuando dos distinguidos ciudadanos Romanos fueron condenados a muerte por ser
creyentes cristianos: Flavio Clemente y su esposa Domatilla (ella era la nieta de
Vespasiano, un Emperador anterior y era la sobrina de Domiciano, el Emperador
reinante). Flavio fue ejecutado y su esposa fue exiliada a una isla. Flavio y su mujer
tenían un sirviente doméstico llamado Nereo (ver v.15). Nereo era un nombre común,
pero si el sirviente doméstico de Flavio era el mismo hombre al cual se estaba
refiriendo Pablo, entonces es probable que Nereo tuviera influencia en la salvación de
estas dos personas eminentes.
En la iglesia primitiva había un parentesco único entre los creyentes: “Saludaos los
unos a los otros con ósculo santo (beso santo)”. También había una relación única
entre las asambleas de creyentes: “Las iglesias de Cristo os saludan”. Los creyentes
tenían una relación especial los unos con los otros y las asambleas tenían una relación
especial las unas con las otras, todo por causa de Jesucristo.
Hay ocasiones en que los creyentes tratan de obedecer la “letra de la ley”, y al hacerlo,
desobedecen el “espíritu de la ley”. Esto podría suceder con el “beso santo”. Hay
algunas iglesias en América que tratan de practicar esta costumbre, pensando que es
bíblica. Sin embargo, los que han sido testigos de ésto, informan que tal saludo es
cualquier cosa, menos cálido y afectuoso.
Besar a otros creyentes es tan extraño a nuestras costumbres, que hacemos los gestos
respectivos, pero pierden toda calidez y afecto. De modo que al guardar la letra de la
ley, hemos perdido el espíritu de la ley. Es mucho mejor perder la letra de la ley
reemplazando el beso por un cordial apretón de manos y así cumplir con el espíritu de
la ley (un saludo cálido y afectuoso). Los creyentes que viven en países en los cuales
esta clase de beso se practica, están en mejores condiciones para cumplir tanto con la
letra como con el espíritu de la ley.
“Las iglesias de Cristo” envían sus saludos a la iglesia de Cristo que está en Roma. Las
iglesias del primer siglo tenían un vínculo y una unidad que ya no encontramos entre
las iglesias hoy en día. Esto era así, porque las iglesias del primer siglo tenían en
común lo siguiente:
IGUAL PRÁCTICA “como el Señor llamó a cada uno, así haga; esto ordeno
en todas las iglesias” (1 Co.7:17).
Hoy hay un grupo de Iglesias llamado “LA IGLESIA DE CRISTO” que asegura basar sus
prácticas y su doctrina solamente en la autoridad de las Escrituras del Nuevo
Testamento. Lamentablemente, este grupo de iglesias promueve serios errores en al
menos dos puntos: 1) Ellos enseñan la regeneración bautismal, que una persona no
puede ser salva y que no puede tener sus pecados perdonados hasta que haya sido
bautizada en agua; 2) Ellos enseñan que un creyente en Cristo puede perder su
salvación.
En este punto del texto tenemos un abrupto quiebre en la corriente del pensamiento.
Pablo había estado dando una serie de saludos a los creyentes que vivían en Roma.
Luego, de pronto, él se detiene, como si recordara algo muy urgente que tenía que
compartir con estos creyentes, para su propia seguridad y protección. Nos recuerda a
Judas cuando está escribiendo con toda diligencia sobre la común salvación, pero que
repentinamente cambia de tema, porque de improviso fue empujado a exhortar a la
gente a contender ardientemente por la fe que ha sido dada una vez a los santos y de
guardarse de los falsos maestros (Judas 3 y siguientes).
En estos versículos Pablo expresa una advertencia y exhortación final en cuanto a los
falsos maestros, en los cuales él enuncia dos maneras en que los creyentes pueden
protegerse contra los falsos maestros. La primera es por SEPARACIÓN (v.17) y la
segunda es por PENETRACIÓN (v.18).
La primera manera en que podemos protegernos contra los falsos maestros es por
SEPARACIÓN. Este versículo está estructurado alrededor de dos mandamientos. La
separación bíblica sólo puede llevarse a cabo obedeciendo estos dos mandamientos. El
primer mandamiento es un mandato a identificar: FÍJENSE. Es imposible separarse
de un falso maestro si no sabes quién es. Tiene que ser identificado por lo que
realmente es. Este mandamiento es dado a los “hermanos” de Roma, no solamente a
los ancianos de Roma y no solamente a la directiva de esta asamblea local. Cada
creyente debe tener esta clase de discernimiento. Pablo estaba diciendo, “Asegúrense
de reconocerlos y de identificarlos. Tienen que estar constantemente en guardia contra
aquellos que pueden promover falsas doctrinas” (compare la advertencia que Pablo dio
a los ancianos de Efeso en Hechos 20:29-31).
Luego Pablo da alguna ayuda para identificar a esos falsos maestros, describiéndolos
como aquellos que “causan división y tropiezos”. Los que son fieles a la Palabra de
Dios y en buena manera de “mente estrecha” (la Biblia es un libro muy estrecho,
comparar Mateo 7:13-14), son acusados de ser DIVISIVOS. “Ustedes, los separatistas,
están siempre dividiendo el cuerpo de Cristo. ¿Por qué no son más amorosos y menos
dogmáticos en cuanto a lo que creen?” Etc. Pablo nos recuerda quienes son realmente
los que causan división: los que van en contra de la doctrina que había sido
transmitida. En otras palabras, los que causan división son los que rehúsan
permanecer en obediencia y fidelidad a la Palabra escrita de Dios, desde Génesis hasta
Apocalipsis. Los que se apartan de ese seguro fundamento son los que, desde la
perspectiva de Dios, causan división. Ellos no deberían haberse movido del sólido
fundamento de la roca de la verdad.
Una vez que el falso maestro ha sido observado e identificado, ¿qué viene luego? Esto
nos lleva al segundo mandamiento para la separación: EVÍTALOS. Esto significa
literalmente, “apartarse de ellos”. Nótese que no debemos apartarnos solamente de
sus enseñanzas, sino de ellos. Alva McClain lo dijo de esta manera, “Aléjate lo más
posible de ellos”.
En cuanto a los que enseñan falsa doctrina, nótese lo que el Nuevo Testamento nos
dice en otras partes:
Romanos 16:19
Después de dar una seria advertencia contra los falsos maestros no regenerados, Pablo
amonesta a los romanos en cuanto a su responsabilidad hacia el bien y el mal. El
destaca primero su fidelidad (ellos no habían sucumbido ante la enseñanza falsa):
“vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos”. Ya hemos visto que los romanos
eran famosos por su fe (Romanos 1:8). Donde hay fe, también habrá obediencia: “por
fe Abraham….obedeció” (Hebreos 11:8). El mejor antídoto contra la enseñanza falsa es
obedecer simplemente la Palabra de Dios (comparar Rom.6:17). Su obediencia
causaba que Pablo estuviera contento y se gozara sobre ellos (comparar con el
regocijo del apóstol Juan sobre los creyentes obedientes en 3 Juan 3-4). Los creyentes
Romanos ocupaban un lugar crucial y estratégico en el corazón del imperio y sería
trágico que su fe se corrompiera. Históricamente sabemos que con el tiempo esto
sucedió. El sistema religioso más corrupto e influyente que jamás se desarrollara
desde el cristianismo lleva el nombre “Romano”- la iglesia Católica romana.
El sincero deseo de Pablo para esos creyentes era que ellos fuesen “sabios para el bien
e ingenuos para el mal”. Ser sabio para el bien comprende “el constante estudio de la
Palabra de verdad de Dios, y la cuidadosa observación y valoración de lo que es bueno
en las vidas que nos rodean y en las vidas y obras que leemos. Pablo resume la idea
en Filipenses 4:8” (Newell). Dios quiere que seamos estudiantes esmerados cuando se
trata de lo que es bueno, quién es bueno y cómo ser bueno. Debemos estar
comprobando constantemente cual sea esa buena voluntad de Dios (Rom.12:2),
siguiendo siempre lo bueno (1 Ts.5.15; 1 Pedro 3:13), evitando siempre lo que no es
bueno (1 Pedro 3:11) y abundando siempre en toda buena obra (2 Co. 9:8; Ef.2:10; 2
Ts.2:17; 2 Ti.3:17; Tito 3:1) llevando fruto en toda buena obra (Col.1:10).
Ser “ingenuo para el mal” tiene que significar, en cierto sentido, lo opuesto a “ser
sabio para el bien”. No debemos ser sabios para el mal. Debemos ser ingenuos
(inocentes, ignorantes) para el mal, en un buen sentido. No debemos inspeccionar el
mal, en el sentido de ir y averiguar por experiencia y por investigaciones personales
cuán podrido ha llegado a ser el sistema del mundo. Cuando se trata de conocimiento
y entendimiento, debemos ser maduros y no como niños, pero cuando se trata de la
malicia y maldad, debemos ser muy inmaduros e ignorantes (1 Co. 14:20). Cuando
hay un programa de televisión corrupto, el creyente no necesita verlo para descubrir
por sí mismo lo malo que es, para poder advertir a otros. “Muchos cristianos razonan
que ven películas y programas de televisión degradantes, porque dicen que deben
estar familiarizados con los caminos del mundo para poder analizar mejor la cultura
secular y estar mejor preparados para testificar a los mundanos. Pero no es necesario
escarbar la basura para reconocerla por lo que es, y mientras más andamos alrededor
de ella, tanto más se nos adhiere su hediondez. Mientras más estemos dispuestos a
asociarnos con el mal, tanto más nos rebajará a su nivel” (MacArthur). Debemos
“aborrecer lo malo” (Rom.12:9) y esquivarlo con horror y no tratar de acercarnos lo
suficiente como para investigarlo. Como pecadores salvos por gracia, ya hemos estado
lo suficientemente cerca del pecado. Nuestro objetivo ahora es alejarnos de él no más
posible, “aborreciendo aun la ropa contaminada con su carne” (Judas 23).
Romanos 16:20
En este versículo se da al creyente esa maravillosa promesa de que nuestra lucha con
Satanás llegará pronto a su completo y total final, con Satanás totalmente vencido y
con la gloriosa victoria que comparten los santos de Dios. Dios es el “Dios de paz” en
el sentido de que ÉL solamente puede poner fin a la guerra con Satanás, lo cual
resultará en paz para los santos (“paz” en el sentido de acabar con la guerra, libre de
conflicto). Obviamente, el pueblo de Dios disfruta ahora de la paz de Dios (Juan
14:27), pero a la luz de la promesa de este versículo, Pablo estaba pensando
probablemente en la paz final que el creyente tendrá con la derrota de Satanás.
Esta promesa se refiere directamente a Génesis 3:15, donde se nos dice que la
simiente de la mujer (Cristo) heriría o aplastaría la cabeza de la serpiente (un golpe
fatal), y que Satanás heriría o golpearía el calcañar de Cristo (la cruz del Calvario).
Dios infligirá un aplastante golpe al archienemigo de nuestras almas, y nosotros
participaremos de la victoria de Dios sobre Satanás. Los que son “coherederos”
(Rom.8:17) también son “co-conquistadores”. El será aplastado “bajo vuestros pies”.
Cuando los israelitas conquistaban a reyes enemigos, ellos simbolizaban su gran
victoria poniendo sus pies sobre sus cuellos (Josué 10:24). Dios invita a Sus santos a
celebrar Su victoria sobre Satanás.
¿Cuándo tendrá lugar esta gran derrota de Satanás? Sucederá “en breve, rápido,
repentino, pronto”. Los creyentes son animados por el hecho de que la lucha, aunque
difícil, no será larga. Podemos esperar que sea pronto. El tiempo de Satanás es corto y
su derrota es segura.
Cuando Pablo escribió a los Romanos, Satanás, aunque derrotado en el Calvario, era
aún un enemigo formidable y activo, tal como también lo es hoy (1 Pedro 5:8-9; 1
Juan 4:4). Los creyentes del primer siglo, tal como los creyentes de hoy, están
esperando ansiosamente el inminente regreso de Cristo (Tito 2:13; Rom.13:11; 1
Co.1:7; etc.). Sabemos que una vez que suceda este evento (lo que puede ser en
cualquier momento), la derrota de Satanás seguirá prontamente. Es desde la
perspectiva de la inminencia que podemos hablar de la derrota de Satanás como
“pronto”. Los creyentes de cualquier período de la historia de la iglesia deberían
animarse con el hecho del pronto regreso de Cristo y de la pronta derrota de Satanás.
Esta frase griega “pronto” o “en breve” también se encuentra en Apocalipsis 1:1 y
22:6—“las cosas que deben suceder pronto”. Hay quienes piensan hoy que el período
de la tribulación no esfuturo, sino que ya se ha cumplido en la historia o alrededor
del tiempo de la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C. Ellos creen que la mayor
parte de la profecía, incluso la mayoría de lo que se ha predicho en el libro de
Apocalipsis, se cumplió en ese tiempo. Puesto que dice, “las cosas que han de suceder
pronto”, ellos razonan que todas estas cosas tienen que haber sucedido en el primer
siglo. Pero Romanos 16:20 sirve como argumento en contra de tal pensamiento.
Obviamente, Satanás es un enemigo activo y peligroso en el día de hoy, y que aun no
ha recibido su golpe aplastante y destructivo, aun cuando Pablo prometió hace como
2000 años que esto sucedería pronto. Sin embargo, desde la perspectiva de los
creyentes de entonces y de ahora, puede anticiparse que este evento tendrá lugar “en
breve”.
Nótese que DeMar, al tratar de interpretar “en breve” literalmente, está obligado a
interpretar el versículo en una forma no-literal. El dice que “en breve” significa “en
breve”, pero luego sigue explicando que Satanás realmente no significa Satanás, sino
que es una mera metáfora de los judíos incrédulos que serán aplastados en el año 70
D.C. Esto es típico de la posición preterista. Al insistir en que la mayoría de las
profecías encontraron su cumplimiento en el primer siglo, se ven forzados a entender
la mayoría de las profecías de una manera muy no literal.
Romanos 16:21-24
En la primera parte de este capítulo Pablo envía sus saludos personales a varios santos
en Roma. En esta sección, comenzando con el v.21, Pablo transmite a los romanos los
saludos de sus compañeros que estaban con él en Corinto. El libro de Romanos fue
escrito en Corinto hacia el final del tercer viaje misionero de Pablo.
Gayo (v.23) era conocido por su hospitalidad y no solo hospedaba a Pablo, sino a toda
la asamblea. “Aquí tenemos un hermano cuya hospitalidad recibió con los brazos
abiertos a todos los santos. Hermano, si anhelas ser útil a los santos de Dios, ¡sé un
Gayo! No cuentes las cosas que posees como propias, sino como de la pertenencia de
Cristo, y, por lo tanto, que los que son de Cristo las usen liberalmente” (Newell). El es
probablemente el mismo hombre mencionado en 1 Corintios 1:14, a quien Pablo
bautizó (Pablo escribió Romanos desde Corinto). Algunos lo identifican con Justo de
Hechos 18:7. Se piensa que Gayo era un hombre rico y prominente y como tal él
puede haber tenido una casa espaciosa, apta para reunir a los santos para la
adoración.
Cuarto (v.23) puede no haber sido una persona prominente, pero él era un hermano
amado en Cristo y Pablo envió sinceros saludos de Cuarto a los Romanos. Cuán
agradecidos debemos estar que Cristo no se avergüenza de llamarnos “hermanos”
(Hebreos 2:11). Cuarto fue el último de los compañeros de Pablo que envió saludos.
En el v.24 Pablo da la bendición final, muy similar a lo que está escrito en el v.20.
Algunos manuscritos omiten este versículo. Escribir dos bendiciones seguidas no era
ajeno al estilo de Pablo (ver 2 Tesalonicenses 3:16, 18). El creyente en Cristo no
puede ser recordado demasiadas veces de su necesidad del Dios de gracia y de la
gracia de Dios (comparar 2 Co.9:8; 2 Ti.2:1).
Romanos 16 Romanos 1
“mi evangelio” – v.25 “el evangelio de Dios” –v.1
“no me avergüenzo del evangelio” –v.16
“dar a conocer a todas las gentes” –v.26 “en todas las naciones” –v.5
“La revelación del misterio que se “que ÉL había prometido antes por
ha mantenido oculto desde tiempos Sus profetas en las Santas
eternos, pero que ha sido Escrituras –v.2
manifestado ahora y por las
Escrituras de los profetas” –v.25-26
El Evangelio Antiguo
El mensaje del evangelio se centra alrededor de la Persona y la obra de Cristo,
especialmente Su muerte sustitutiva y Su resurrección corporal de la muerte. Pablo
define más claramente el evangelio en 1 Corintios 15:1-4, donde dice “Cristo murió por
nuestros pecados conforme a las Escrituras….y resucitó al tercer día conforme a
las Escrituras”. La cruz y la tumba vacía no tienen que ser predicadas conforme a
nuestras ideas y opiniones, sino estrictamente en conformidad y en concordancia con
lo que ha sido revelado acerca de estos tremendos eventos en las Escrituras, para ser
exactos, en las Escrituras del Antiguo Testamento. Por ejemplo, la explicación más
descriptiva y la información más detallada de la muerte sustitutiva de Cristo es dada
en Isaías 53, como 700 años antes de que Cristo fuera crucificado. Aún en el Nuevo
Testamento es difícil encontrar la doctrina de la muerte sustitutiva de Cristo tan
minuciosamente presentada como en Isaías 53 (los escritores del Nuevo Testamento
asumen que ya has dominado lo que Dios ha dicho por medio del profeta Isaías). La
prueba de que las grandes verdades de la muerte y resurrección de Cristo fueron
reveladas en el Antiguo Testamento se puede encontrar en las palabras de nuestro
Señor resucitado en Lucas 24:44-46.
Cuando Felipe predicó el evangelio al etíope, el usó Isaías 53 como punto de partida
(Hechos 8:28-35). En Hechos 2:24-32 Pedro predicó la resurrección de Cristo y usó el
Salmo 16 como base de su mensaje. En Hechos 3:18 Pedro predicó el evangelio y
anunció que los sufrimientos de Cristo habían sido predichos por boca de todos los
profetas de Dios. En Hechos 4:10-11 Pedro predicó la muerte y resurrección de Cristo
y la basó en el Salmo 118. En Hechos 10:43 Pedro proclamó que todos los profetas
han señalado hacia Jesucristo y el perdón que se encuentra en ÉL. En Hechos 13:33-37
Pablo predicó el evangelio en una sinagoga y dijo a los judíos que la resurrección de
Cristo era el cumplimiento del Salmo 2 y del Salmo 16.
El evangelio que predicaba Pablo era “conforme a las Escrituras (del Antiguo
Testamento)” (1 Co.15:3-4). Los temas básicos de la cruz y de la tumba vacía y de la
justificación por fe se encuentran en el Antiguo Testamento. No había ningún misterio
en esto.
El Evangelio Nuevo
Hoy hay un aspecto de “misterio” en el evangelio que era desconocido en otras
edades, pero que ahora, en esta edad, forma el verdadero núcleo de la predicación del
evangelio:
En esta edad, por lo tanto, hay un elemento distintivo en el contenido del evangelio
que es llamado “el misterio del evangelio” (ver Efesios 6:19 y comparar Colosenses
1:26-27; 4:3). Esta nueva revelación es que los gentiles son coherederos y co-
miembros del cuerpo y copartícipes de la promesa (Efesios 3:6). Esa igualdad –judíos
y gentiles unidos en un cuerpo- era desconocida anteriormente. El mensaje distintivo
de la iglesia es que tanto judíos como gentiles pueden creer el evangelio y estar unidos
en UN CUERPO (1 Co.12:13) con el propósito de manifestar y dar testimonio de Cristo,
quien es la Cabeza soberana de este organismo vivo y único.
Consideremos algunas de las palabras y frases clave de estos tres versículos finales:
Romanos 16:25
“Para confirmaros” significa hacerte firme y constante, guardarte de caer. Dios tiene
todo el poder y la habilidad para establecer a los creyentes en la verdad, que nuestra
FE esté asentada en los HECHOS de Dios. Los creyentes que no están bien versados en
las verdades expuestas en el libro de Romanos, están en terreno peligroso y son
susceptibles a muchos graves errores. Pero aquellos creyentes que han dominado la
obra doctrinal maestra de Pablo, se han fortalecido en estas grandes verdades
fundamentales y es difícil lograr que se muevan o desvíen del sólido fundamento sobre
el cual se han establecido. Como caso en cuestión, el compañerismo de Iglesias
Bíblicas, del cual yo formaba parte, fue dañado profundamente por una falsa
enseñanza que negaba la Eterna Filiación de Cristo (enseñando, por el contrario, que
Cristo llegó a ser el Hijo de Dios en el momento de la encarnación). Este error es tan
simple y claramente respondido y refutado en Romanos 1:3-4 (en la encarnación,
Aquel que ya era Hijo, llegó a ser hombre “del linaje de David según la carne”, en
tanto que el punto de vista erróneo enseña que en la encarnación el Dios eterno llegó
a ser el Hijo). Esto es solo un ejemplo de cómo un correcto entendimiento de la
enseñanza expuesta en Romanos puede establecer a los creyentes en la verdad y
guardarlos de caer en el error.
¿Qué quería decir Pablo con “mi evangelio”? ¿En qué sentido pertenecía el evangelio a
Pablo? Recuerda, en Romanos 1:1 Pablo había dejado muy en claro que las buenas
nuevas que predicaba eran “el evangelio de Dios”. Eran las buenas nuevas de Dios.
¿En qué sentido eran las buenas nuevas de Pablo? Hay al menos dos razones por las
cuales Pablo personalizaba las buenas nuevas: 1) Era el evangelio de Pablo en el
sentido de que había sido confiado a él: “El glorioso evangelio del Dios bendito,
que a mí me ha sido encomendado” (1 Ti.1:11). “La comisión (dispensación,
mayordomía) del evangelio me ha sido encomendada….porque me fue impuesta
necesidad; ¡y hay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Co.9:17,16). Pablo tomaba
muy en serio su responsabilidad en cuanto al evangelio. 2) Era el evangelio de
Pablo en el sentido de que había sido revelado únicamente a él: “El evangelio
anunciado por mí no es según hombre; pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre
alguno, sino por revelación de Jesucristo” (Gálatas 1:11-12). “Mi evangelio…..según la
revelación del misterio” (Romanos 16:25-26). “Subí según una revelación, y les
expuse el evangelio que predico entre los gentiles” (Gálatas 2:2). “Por revelación me
fue declarado el misterio” (Efesios 3:3 y comparar v.6— “por medio del evangelio”).
Las buenas nuevas de Pablo incluían el misterio: “a fin de que al abrir mi boca me sea
dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” (Efesios 6:19).
En vista de ésto, hay dos errores ultradispensacionalistas que deben evitarse:
1) Pablo fue la única persona que recibió la revelación del misterio. Este error
es corregido por Efesios 3:5 que enseña que el misterio es revelado a los santos
apóstoles y profetas de Dios. Sin duda, Pablo era el principal revelador del misterio,
pero no fue dado exclusivamente a él. El no fue el único administrador de los misterios
de Dios (1 Co.4:1-2). 2) El misterio no fue dado a conocer hasta que Pablo lo
reveló. Los misterios de Dios son revelados en toda la plenitud de su hermosura en
las epístolas de Pablo, pero Pablo no fue el primero en revelar estos secretos.
Debería notarse que el misterio había sido revelado, al menos en forma embrionaria,
por el Revelador principal, nuestro Señor Jesucristo. Esto se ve especialmente en los
misterios de Mateo 13 y en el Discurso del Aposento Alto de Juan 14-17. Aquí hay
algunos ejemplos:
Lewis Sperry Chafer también descubrió una significativa correspondencia entre los
“misterios del reino de los cielos” como están delineados en Mateo 13 y los misterios
revelados por Pablo en las epístolas del Nuevo Testamento:
En Mateo 13 están dadas, por Cristo Mismo y bajo siete parábolas, las
características de la presente edad. En esta Escritura, esta edad misma es
declarada un misterio o un secreto sagrado (Mateo 13:11), y las parábolas
desarrollan la verdad de que hay tres aspectos principales presentes durante
esta edad, es decir, (a) lo que es aceptable – el trigo, la perla, y los peces
buenos; (b) lo que representa a Israel enceguecido (vs.14-15), que es el tesoro
escondido en el campo – el campo es el mundo- y (c) la presencia del mal- la
cizaña, las aves malas, levadura y peces malos. Debería observarse que en el
Nuevo Testamento, cada uno de estos tres factores mismos es declarado ser un
misterio o un secreto sagrado: (a) la Iglesia compuesta de Judíos y Gentiles en
un cuerpo (Ef.3:4-6), (b) Israel enceguecido hasta que la Iglesia haya sido
llamada (Rom. 11:25; cf. Hechos 15:13-18), y (c) la presencia y la
característica del mal en esta edad (2 Ts.2:7). Ver Teología Sistemática, vol.IV.
Ilustremos esto con un ejemplo específico. En 1 Corintios 15:51-52 Pablo dio a conocer
un misterio que había estado escondido en tiempos anteriores. El secreto que él reveló
es que habría toda una generación de creyentes vivos que no gustarían la muerte
física. El Antiguo Testamento no dice nada, en ninguna parte, acerca de un evento tal.
Moisés, Elías, David e Isaías nunca tuvieron la más mínima indicación de que tal cosa
sucedería algún día. Esto estaba totalmente oculto para ellos y no se podía encontrar
en sus santas Escrituras. Dios nunca dijo una palabra de ésto hasta los tiempos del
Nuevo Testamento, cuando fue insinuado por nuestro Señor (Juan 14:1-3) y explicado
totalmente por Pablo (1 Co.15:51-52 y 1 Ts.4:13-18). Este es un verdadero misterio
del Nuevo Testamento.
El misterio del cual Pablo habló en Romanos 16 era que tanto Judíos como Gentiles
eran tratados por Dios sobre la base de total igualdad y que, al creer en Cristo, ellos
serían unidos en un cuerpo con el propósito de mostrar las excelencias de Aquel que
los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. De dos, Dios hizo UN NUEVO HOMBRE
(Efesios 2:11-18) y UN NUEVO REBAÑO (Juan 10:16). Y es nuestro privilegio, en los
días en que vivimos, dar a conocer este misterio, revelar el secreto, descubrir la
revelación que había estado oculta. Este es un caso en que Dios quiere que seamos
buenos para contar secretos (en contraste con Prov.11:13 donde contar secretos es
condenado).
Romanos 16:26
“Pero que se ha dado a conocer ahora por las Escrituras de los profetas”
El misterio que había estado oculto, ahora es dado a conocer. La frase “por las
Escrituras de los profetas” es una traducción pobre. Debería traducirse “por las
escrituras proféticas” (Kelly, Darby). Dios ha dado a conocer este misterio por los
escritos de Sus profetas.
Es difícil entender cómo los intérpretes no-dispensacionalistas pueden pensar que ésto
se refiere a los escritos del Antiguo Testamento, especialmente después que Pablo
acaba de decir que el misterio había estado oculto en épocas anteriores. Pablo tiene
que estar refiriéndose a profetas del Nuevo Testamento. En Efesios 3:5 leemos que el
misterio que no había sido dado a conocer a los hombres en otros tiempos, ahora es
revelado a los santos apóstoles y profetas de Dios. Estos son apóstoles y profetas del
Nuevo Testamento, los mismos hombres a los que se refiere Efesios 2:20 (ver también
1 Co. 12:10, 29; Efesios 4:11). Por cierto que los escritos que exponen más clara y
completamente los misterios son las epístolas de Pablo, siendo Pablo el principal, pero
no el único revelador de los misterios. Cuando se trata de los misterios, los profetas
del Antiguo Testamento estaban en total oscuridad. El Único que conocía estos
misterios durante el período del Antiguo Testamento era Dios Mismo.
Pablo usa esta palabra, con respecto a su misión, solo en otros dos lugares: 1) “Pablo,
apóstol de Jesucristo por mandato (orden) de Dios nuestro Salvador y del Señor
Jesucristo, nuestra esperanza” (1 Ti.1:1). Pablo era un apóstol (un “enviado”) por
orden del Dios vivo, y hay un sentido en al cual esto es cierto en cuanto a todo
creyente: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan
17:18 y ver 20:21). El mandato y orden de Dios es que nosotros debemos
representarlo bien en el mundo y que debemos dar a conocer Su glorioso evangelio a
todas las naciones. 2) “Y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la
predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador” (Tito
1:3). Pablo sabía que tenía una responsabilidad por el evangelio y una responsabilidad
de predicar que le había sido encomendada. El estaba bajo órdenes para dar a conocer
y manifestar la Palabra de Dios por medio de la predicación.
Por cierto que estas afirmaciones están en total armonía con la Gran Comisión que
incluye el mandato de Cristo de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda
criatura (Marcos 16:15), hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19-20),
predicar el arrepentimiento y la remisión de pecados a todas las naciones, empezando
primero por los judíos (Lucas 24:27) y ser testigos de Cristo por todo el mundo,
empezando por Jerusalén (Hechos 1:8; y comparar Romanos 1:16- “al judío
primeramente”). Pero con el paso del tiempo, los primeros discípulos aprendían más y
más acerca de las verdades de la iglesia y del misterio y estas revelaciones adicionales
sirvieron para profundizar y enriquecer su entendimiento del evangelio de la gracia y
del propósito de Dios para la edad presente. Pero ninguna de estas revelaciones
adicionales disminuyó jamás su obligación de predicar a Cristo y Su evangelio de
acuerdo con las órdenes de marcha originales que ellos habían recibido durante los 40
días entre la resurrección y la ascensión.
“Se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe”