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Aspectos de la devoción popular a

San Pedro de Verona en el convento


de Santo Domingo de A Coruña

Mercedes LÓPEZ PICHER


A Coruña

I. Introducción.

II. El convento de Santo Domingo de A Coruña.

2.1. Evolución histórica y caracteres artísticos.


2.2. El convento de Santo Domingo como lugar de devoción a San
Pedro Mártir.
2.2.1. Semblanza histórica de San Pedro Mártir.
2.2.2. Las Cofradías de San Pedro Mártir y la Orden Dominica.

III. La devoción popular a San Pedro Mártir.

2.3. Romerías de San Pedro Mártir en Galicia.


2.4. La romería de San Pedro Mártir en A Coruña.

El Patrimonio Inmaterial de la Cultura Cristiana,


San Lorenzo del Escorial 2013, pp. 665-678. ISBN: 978-84-15659-13-6.
I. INTRODUCCIÓN

Como en la mayor parte de los países europeos, la cultura gallega aparece


fuertemente vinculada a la religión cristiana, al menos desde la Edad Media.
Es cierto que esta simbiosis requirió tiempo, pero el ideario de la Iglesia
católica ha llegado a calar aquí de manera profunda1 especialmente en el mundo
rural. Se puede afirmar que la Iglesia católica configura la cultura gallega a
todos los niveles2 contribuyendo a conformar el rico patrimonio inmaterial
del que forman parte manifestaciones tan características de nuestra cultura
tradicional como fiestas y romerías.

En este trabajo nos ocupamos de una de ellas, la romería de San Pedro


Mártir que, quizá ya en trance de desaparición, conserva la vitalidad necesaria
para estar presente cada año en el convento de Santo Domingo de A Coruña.

II. EL CONVENTO DE SANTO DOMINGO DE A CORUÑA

2. l. Evolución histórica y caracteres artísticos

No es fácil establecer con exactitud el origen histórico del primitivo convento


dominico de A Coruña, puesto que gran parte de la documentación desapareció en
sucesivos incendios. Sin embargo, los estudios del P. Aureliano Pardo O.P.
basados en fuentes dominicanas permiten situar su fundación hacia 1273-12803.

Estaba situado en principio fuera de las murallas de la ciudad, en el barrio


de Santo Tomás, próximo a la Puerta de Aires que comunicaba la Ciudad Alta
con el arrabal de la Pescadería4. El edificio sufrió dos importantes incendios. En
el primero, ocurrido en 1548, se quemó el archivo y parte de las dependencias
1
GONZÁLEZ REBOREDO, X. M., y SARAIVAS, C., “Creenzas e Festas”, en
Etnografía, Arte y Cultura de Galicia e Norte de Portugal, Vigo 2006, p.152.
2
VÁZQUEZ VARELA,J. M., “La Iglesia como modeladora de la cultura popular gallega: el caso
de la etnoveterinaria”, en SEMATA, Ciencias Sociais e Humanidades,vol.15 (2003)186.
3
MANSO PORTO, C., “El convento de Santo Domingo de La Coruña”, en Anuario
Brigantino (Betanzos), núm. 13 (1990) 205.
4
PARDO VILLAR, Fray Aa., La Orden Dominicana en La Coruña. La Coruña 1953. p.7.
ASPECTOS DE LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO DE VERONA… 667

conventuales. El segundo, de consecuencias más graves, fue provocado por


el ataque de los ingleses a la ciudad en 1589. En esta ocasión resultó dañada
la totalidad del edificio, obligando a los frailes a residir en casas particulares5. Se
decidió entonces trasladarlo a una zona más segura, protegida por las murallas
urbanas. En efecto, se procedió a levantar el nuevo edificio con su iglesia
que, aunque incompleto, se pudo utilizar hacia 1617. Quizá las obras se
hicieron de manera apresurada y a mediados del siglo XVIII la iglesia ya
amenazaba ruina por lo que en 1762 fue necesario volver a construir la que se
conserva en la actualidad. Posiblemente su autoría se deba al también dominico
fray Manuel de los Mártires, procedente del convento compostelano de Santo
Domingo de Bonaval que había intervenido ya en otras obras en la ciudad de
Santiago, como el convento e iglesia de dominicas de Belvís. La iglesia coruñesa
tiene planta de cruz latina, cabecera recta y brazos laterales más bien cortos,
como es frecuente en iglesias conventuales. En la fachada barroca destaca la torre,
algo desviada con relación a la línea de la misma “como si mirase inclinada en
dirección a otro lugar”. Ella preside la plaza-atrio delantera al final de la calle
llamada de Santo Domingo6.
En el interior, además de la capilla de Nuestra Señora del Rosario hay
que señalar el retablo mayor, de estilo neoclásico realizado por J.M. Estévez
hacia 1803. En él se insertan las figuras de un retablo anterior, del siglo XVII, la
de Santo Domingo de Guzmán, que ocupa el lugar central y la de San Pedro
Mártir situada en una de las calles laterales. Ambas son obra de Mateo de Prado,
destacado escultor de Galicia en el segundo tercio del siglo XVII. Formado
en la escuela castellana se supone que fue discípulo de Gregorio Fernández y
principal intérprete de sus formas en la escultura gallega. Sus obras se caracterizan
por un marcado naturalismo barroco y talla fuerte plena de dinamismo7.
A lo largo del siglo XIX el edificio sufrió nuevas vicisitudes que incidieron en
su deterioro, como la ocupación del convento e iglesia en 1809 por el ejército
inglés. En 1820 el Ayuntamiento de la ciudad toma el acuerdo de expulsar a
los frailes del convento al que no regresarán hasta 1824. Tras la exclaustración de
1835 la iglesia llegará a ser utilizada como caballeriza, aunque en 1851 se
abrirá de nuevo al culto. En 1905 la comunidad de Santo Domingo se instala
otra vez en el convento en el que permanece en la actualidad8.
5
BARREIRO, X. R., Historia de la ciudad de La Coruña. La Coruña 1996, pp. 262-263.
6
VIGO TRASANCOS, A., A Coruña y El Siglo de las Luces. La construcción de una
Ciudad de Comercio (1700-1808). Santiago de Compostela 2007.
7
ORTEGA ROMERO, Mª. del S., “El Barroco”, en Historia del Arte Gallego, de J.M.
VÁZQUEZ VARELA et al. Madrid 1982, pp. 366-367.
8
BARRAL RIVADULLA, M. D., “La aportación de la bibliografía y la archivística al
estudio de los Conventos de la ciudad de La Coruña”, en Monjes y Monasterios Españoles.
Actas del Simposium, San Lorenzo del Escorial 1995, p. 368.
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2.2. El convento de Santo Domingo como lugar de devoción a San Pedro Mártir

2.2.1. Semblanza histórica de San Pedro Mártir

Su nacimiento en Verona a finales del siglo XII se produce en un


ambiente de gran efervescencia religiosa. La doctrina albigense, profesada por
sus propios padres, se encontraba en pleno auge. Recordemos brevemente que
su base teórica se inspiraba en un dualismo de raíces maniqueas que afirmaba la
existencia de dos figuras antagónicas: la de Dios, creador del mundo
espiritual y la de Satanás, autor del mundo material.

Su paso por la Universidad de Bolonia permitió a Pedro de Verona entrar en


contacto con la Orden fundada por Santo Domingo de Guzmán, en la que ingresó
en el año 1219. Escenario de su predicación fue el norte de Italia, especialmente
Milán y Venecia. En 1251 Inocencio IV decide nombrar inquisidores para la
región de Lombardía con objeto de evitar la difusión de aquella doctrina y
nombra a Pedro de Verona inquisidor de Milán y Como de cuyo convento
era por entonces prior. La firme actitud del santo ante la herejía determinó su
muerte que predijo él mismo cuando predicaba en Milán en 1252. El 7 de
abril de dicho año, fue asesinado por dos sicarios pagados por un obispo
albigense, en el transcurso de un viaje de Como a Milán9. El Papa Inocencio IV lo
canonizó al año siguiente.

La Leyenda Dorada relata numerosos milagros realizados por el santo


tanto en vida como después de su muerte. Los más numerosos se refieren a la
curación de diversas enfermedades y expulsión de demonios. Según Jacobo de la
Voràgine “ Este glorioso santo libró de los demonios a multitud de mujeres
posesas, obligando a salir de sus cuerpos a los diablos en forma de vómitos
de sangre”. Después de su muerte y sobre el lugar de su martirio, al decir de
sus contemporáneos, aparecieron fenómenos luminosos de origen celestial,
lo que recuerda las estrellas que, según la tradición, señalaron el sepulcro del
Apóstol Santiago en Compostela. El mismo Voràgine sitúa en 1259 en
Compostela la curación de un hombre enfermo y deformado que queda sano
al encomendarse al santo10.

La devoción a Pedro de Verona se extendió pronto por Italia, Francia,


Flandes, Alemania, España y otros países. Se establecieron cofradías bajo su
advocación y se le dedicaron iglesias y ermitas donde se venera su imagen.

9
GÓMEZ GARCÍA, V. T., O.P., “San Pedro Mártir de Verona presbítero, primer mártir
dominico”, en MARTÍNEZ PUCHE, J. A. (Dir.), Nuevo Año Cristiano, 2005, t. VI, pp.146-147.
10
VORÀGINE, J. de la, La Leyenda Dorada Madrid 1987, pp. 270-276.
ASPECTOS DE LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO DE VERONA… 669

El día de su fiesta se bendice el agua que después se utiliza para pedir curaciones,
así como las palmas y ramos de olivo con que los fieles suplicaban protección al
Señor por intercesión del Santo frente al peligro de las tormentas11. Estos
rituales se mantienen vivos todavía en varios lugares de Galicia vinculados a
la Orden dominicana, como ocurre en el convento coruñés.

2.2.2. Las Cofradías de San Pedro Mártir y la Orden Dominica.


La mayor parte de las cofradías constituidas bajo su advocación se crearon a
comienzos del siglo XVII, vinculadas al Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.
Es entonces cuando se fundaron las Congregaciones de San Pedro Mártir del
Tribunal Inquisitorial de Valencia, de Corte, de Córdoba, Sevilla, Logroño,
Granada, Murcia y otras. Se establecieron únicamente en los conventos de la Orden
de Santo Domingo, bajo el patronazgo del citado santo. Sus miembros, salvo
excepciones, debían pertenecer al Santo Oficio en cualquiera de sus funciones:
inquisidores, calificadores, comisarios, consultores, ministros, familiares, etc.
Cada una de ellas tenía Constituciones propias que regulaban sus actos,
fiestas y reuniones. Celebraban con solemnidad la festividad de San Pedro
Mártir el 29 de abril, con misa, sermones y bendición del agua y los ramos
que servirían después para alejar plagas y tempestades de los campos y
heredades. Las diferentes Congregaciones de San Pedro Mártir quedarán
suprimidas como consecuencia de la extinción del Santo Oficio en 183412.
En Galicia, la implantación del Tribunal del Santo Oficio se produce casi
un siglo más tarde de su establecimiento en Castilla, en 1478 y responde a un
doble motivo. En parte viene determinado por la emigración de judeo-conversos
portugueses que huyendo de la Inquisición de su país se asientan sobre todo,
en el sur de Galicia. Además, en el siglo XVI existía otra razón más poderosa
como era la de poner freno a la difusión del protestantismo. Los puertos gallegos
de Bayona, Vigo y A Coruña ejercían un activo comercio con Inglaterra y
Flandes, lo que implicaba la posibilidad de que la doctrina protestante penetrara en
el país al mismo tiempo que los mercaderes y comerciantes europeos. Esto es lo
que lleva al Consejo de la Suprema a establecer un Tribunal Inquisitorial en
Santiago de Compostela, en 157413. Desde aquí distribuye sus funcionarios de
acuerdo con las necesidades de personal para la defensa de la fe en cada ciudad.

11
GÓMEZ GARCÍA, V. T. ,O.P., “San Pedro Mártir de Verona…”, pp. 148-149.
12
GALENDE DÍAZ, J.C., “La Cofradía de San Pedro Mártir en los Tribunales
Inquisitoriales del Levante español: Valencia y Murcia”, en Religiosidad Popular en España.
Actas del Simposium. San Lorenzo del Escorial 1997, t. I, p.1019.
13
CONTRERAS, J., El Santo Oficio de la Inquisición de Galicia (Poder, sociedad y
cultura), Madrid 1982, pp. 41-44.
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En 1587 se designan para A Coruña un comisario y ocho familiares, lo que


nos permite comprender la importancia que el Santo Oficio concedía a esta
plaza14. Todo ello explica la existencia de una Cofradía de San Pedro Mártir
en la iglesia coruñesa de Santo Domingo. Disponemos de muy pocos datos
para su conocimiento, pero consta que existía en el año 1719 y estaba constituida
por el personal de Santo Oficio. Celebraba su fiesta patronal con misa solemne
con ministros, sermón y procesión por el claustro del convento por lo que
abonaba a la comunidad de dominicos veintidós reales que no incluían la
predicación del panegírico que se pagaba aparte15. Aunque no se cita nada
relativo al ritual de bendición de palmas y ramos el día del santo, hay que
recordar que los dominicos disponen de una liturgia propia que se aplica de
manera uniforme en todos los conventos de la Orden. Por tanto, podemos
afirmar que la fórmula de bendición utilizada aquí era la misma que empleaban
las otras Cofradías que tenían por titular a San Pedro de Verona.

III. LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO MÁRTIR

3.1. Romerías de San Pedro Mártir en Galicia

La devoción a San Pedro Mártir está arraigada en Galicia desde antiguo.


Murguía la señala refiriéndose a las creencias de los campesinos gallegos
que “achacan las enfermedades nerviosas a los diablos que se apoderan de su
cuerpo, y la tisis a las meigas chuchonas; así corren a buscar la protección de
San Pedro Mártir y otros santos que tienen el poder de echar los diablos del
cuerpo16. Como hemos visto, se conmemora su martirio el 29 de abril, día en el
que se celebran romerías en su honor en numerosos lugares, principalmente en
Santiago, A Coruña, Ribadavia, Ortigueira y Tui aunque quizá la más señalada es
precisamente la que tiene lugar en el convento de dominicas de Belvís en Santiago
de Compostela17.

La palabra romería designó en principio la peregrinación a Roma de los


fieles católicos que recibieron por ello el nombre de romeros. Pero el término
acabó por aplicarse de manera general al viaje que se realiza por motivos
religiosos a cualquier santuario del mundo cristiano. En Galicia los santuarios son

14
CONTRERAS, J., El Santo Oficio…, p. 95.
15
PARDO VILLAR, Fray A., O.P., La Orden Dominicana en La Coruña. La Coruña
1953, p. 93.
16
MURGUÍA, M., Historia de Galicia. 2ª ed., t. I. Coruña. Librería de D. Eugenio Carré.
MCMI. C. I. p. 264.
17
FRAGUAS, A., Romarias e santuarios. Vigo 1989, p. 30.
ASPECTOS DE LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO DE VERONA… 671

muy abundantes18 y se dedican a diversas advocaciones sagradas: cristológicas,


marianas o hagiográficas, entendiendo por santuario una iglesia bendecida o
consagrada en la que se veneran la imagen o las reliquias de algún santo y a
la que acuden muchos devotos. En estos santuarios de peregrinación se produce
una estrecha unión entre los aspectos cultos de la promoción de una determinada
imagen y la devoción popular que se dedica a la misma19.

El concepto de romería incluye dos elementos complementarios. Uno


primordial, de carácter religioso que es la propia peregrinación hasta el santuario
con objeto de cumplir una promesa, solicitar un favor o simplemente participar
en esa tradición religiosa. La segunda parte es profana y a veces puede faltar
como ocurre en la romería de San Pedro Mártir tanto de A Coruña como de
Belvís en Santiago, y consiste en continuar la fiesta con comida y baile en la
zona próxima a la iglesia. En Galicia la mayor parte de las romerías tiene
lugar en primavera o verano, cuando se llevan a cabo muchas de las actividades
agrícolas determinantes en gran medida de este tipo de manifestaciones de
religiosidad popular en las comunidades campesinas20.

Las visitas a santuarios y sus correspondientes romerías se integran en


todo un universo simbólico representado por elementos naturales como el agua, la
cera, los frutos o los animales que se ofrecen, que coinciden con diversos
elementos sagrados comunes a todas las culturas arcaicas. Es evidente que en
Galicia existen variantes propias determinadas por las influencias religiosas que
se han sucedido aquí durante siglos, pero puede decirse que no hay una
diferencia significativa con la simbología que se desarrolla en otros países
europeos21 como veremos a continuación.

3.2. La romería de San Pedro Mártir en A Coruña

Como ocurre en muchas manifestaciones de cultura popular, no es posible


establecer con precisión el momento en que comienza a celebrarse esta romería
en A Coruña. Para los campesinos se trata de una fiesta tradicional que se ha ido
transmitiendo a lo largo del tiempo de padres a hijos.

En la prensa local se recoge su celebración a partir de la segunda década


del siglo XX como una fiesta habitual en la ciudad. Así, en 1923, La Voz de

18
FRAGUAS, A., Romarias…, p. 8.
19
MUÑOZ JIMÉNEZ, J.M., Arquitectura, Urbanismo y Paisaje en los santuarios
españoles. Madrid 2010, pp. 24-30.
20
ALONSO ROMERO, F., “As romarías de Galicia”, en Galicia. Antropoloxía, cap.10,
Hércules de Edicions, A Coruña 1997, t. XXVII, p. 378.
21
CEBRIÁN FRANCO. J.J., Santuarios de Galicia. Vigo 1991, p.12.
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Galicia publicaba esta reseña: “En Santo Domingo. Resultó concurridísima


de romeros venidos de las aldeas, siguiendo la tradicional costumbre, la
solemnidad verificada anteayer en la conventual de religiosos dominicos en
honor de San Pedro Mártir. Se bendijeron multitud de objetos piadosos y
gran cantidad de frutos. Desde las seis de la mañana hasta el mediodía, ha
sido un continuo jubileo en dicho templo22.

El Ideal Gallego, el otro periódico coruñés, anunciaba en 1937 su celebración


el mismo día 29 de abril, destacando que en cada una de las misas se bendecirían
los ramos del santo y demás objetos piadosos. Al día siguiente la recogía en
esta forma: “Ayer se celebró en esta capital la tradicional romería en honor
de San Pedro de Verona. Conmemorando la fiesta se celebraron durante la
mañana en la iglesia conventual de los RR.PP. Dominicos misas rezadas de
media en media hora. En ellas se efectuaba la bendición de los frutos del
campo que traían los numerosos romeros venidos a La Coruña desde diversos
puntos de la provincia. La iglesia de Santo Domingo estuvo toda la mañana
concurridísima de fieles, conmemorándose con gran esplendor la festividad
de San Pedro Mártir”23.

En A Coruña, la romería de San Pedro Mártir tiene un carácter exclusivamente


religioso, sin ninguno de los componentes profanos que suelen acompañar a
estas fiestas (comidas, bailes).Los elementos básicos de la ceremonia son la
celebración de la santa misa y la bendición que se imparte a los ramos del
santo, los frutos de la tierra y diversos objetos piadosos.

En el imaginario popular la devoción a San Pedro de Verona lo pone en


estrecha relación con la agricultura, de la que es especial protector. De ahí
que el carácter esencial de la fiesta sea el agrícola y que la mayor parte de sus
devotos sean campesinos. Como señalaba Eugenio Carré, hacia 1922, en esta
festividad “acude en masa la gente campesina a los templos dominicanos donde
se reverencia la imagen de dicho santo para recibir las bendiciones sobre toda
clase de frutos y objetos”24.

Pero no debemos olvidar su condición de sanador de enfermedades


diversas, especialmente mentales. En efecto, la romería de Belvís (Santiago
de Compostela), quizá la de mayor importancia en Galicia junto a la de
Ribadavia (Orense) gozó de gran estima en la curación de depresiones nerviosas,

22
La Voz de Galicia, 1 de mayo; El Ideal Gallego, viernes 30 de abril de 1937. Sección
religiosa, p.3. 1923. Solemnidades religiosas, p. 3.
23
El Ideal Gallego, viernes 30 de abril de 1937. Sección religiosa, p. 3.
24
CARRÉ ALDAO, E., en Geografía General del Reino de Galicia. CARRERAS
CANDI (Dir.) Generalidades, prácticas y costumbres. La Coruña 1980, vol. II, t. 2, p. 728.
ASPECTOS DE LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO DE VERONA… 673

hechizos, mal de ojo y otras enfermedades de similares manifestaciones. Por


eso, en las numerosas tiendas que se establecían en el atrio de la iglesia y en
las calles adyacentes se vendían estampas, escritos, medallas, ajos, y otras
muchas cosas

“que a xente merca e leva á igrexa e agarda a que sexan bendecidas


para poñer nas portas das casas, nas cortes do gando ou para portar no
bolso ou na carteira, porque teñen a misión de defender as persoas mailos
animais, o mesmo que as colleitas e a conservación dos froitos”25.

La mayor parte de los asistentes a la romería coruñesa también procedía


del campo, predominando las mujeres que llevaban los primeros frutos de la
cosecha (maíz, centeno, patatas, etc.), así como ramos de olivo, imágenes,
estampas y rosarios que deberían ser bendecidos lo que tenía lugar al final de
cada una de las misas.

En el momento en que el sacerdote impartía la bendición las mujeres


desenvolvían los paquetes que contenían los productos agrícolas y demás
objetos, a fin de que pudieran recibirla. Lo mismo que en otras localidades
también en A Coruña se establecían delante de la iglesia puestos de venta de
todos estos productos. Cada uno de los tres grupos mencionados tiene una
utilidad particular en la mentalidad tradicional campesina. Los comestibles
(cereales, patatas) son el símbolo de toda la cosecha que la bendición hará
más próspera y abundante. La oliva bendita se emplea en los días de tormenta
para evitar que el rayo afecte a personas, animales o enseres domésticos y con
este fin se queman sus ramas. El mismo resultado se consigue si se hace arder el
laurel del Domingo de Ramos o se enciende un trozo de vela que haya
alumbrado el Monumento el día de Jueves Santo26.

Como ya hemos señalado antes, la función protectora de San Pedro Mártir no


se limita a la agricultura, sino que se extiende a personas y animales frente a
diversas enfermedades, lo que añade un componente simbólico a los objetos
que se bendicen en su festividad, que actúan entonces como agentes curativos.

Unos, como las cosas sagradas (cruz, rosario, medallas, estampas) facilitan la
expulsión del mal y la recuperación de la salud27. El pan, símbolo de Cristo
en la Eucaristía, aparece ya en la época paleocristiana y se convierte en el

25
FRAGUAS, A., Romarias … p. 30.
26
CARRÉ ALDAO, E., Geografía General del Reino de Galicia. Provincia de La
Coruña. Astros y agentes atmosféricos. Coruña, (sin fecha, hacia 1922), t. I, c. II, p.88.
27
MARIÑO FERRO, X. R., La Medicina popular interpretada. Vigo 1985, t. I, pp. 87-119.
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mayor enemigo del Mal y de la enfermedad. También aquellos elementos


dotados de cualidades positivas tienen una función curativa, como el agua,
sobre todo si está bendita, el olivo o las velas, que están presentes en el culto
popular a San Pedro Mártir.

El agua es el símbolo de todo poder purificador, capaz de lavar las impurezas


materiales, el pecado (bautismo) y las enfermedades. Su poder de sanación
se acrecienta todavía más si está bendita.

El olivo, el laurel y la palma son plantas que simbolizan la vida, se bendicen el


Domingo de Ramos y, como vemos, también el día de San Pedro Mártir.

Por último, las velas encendidas simbolizan la luz que prevalece sobre las
tinieblas y, en consecuencia, puede también vencer las sombras de la enfermedad28.
Todos ellos se bendicen en el ritual religioso de este día.

3.2.2. Situación actual de la romería de San Pedro Mártir en A Coruña

Aunque la fiesta se mantiene viva en la actualidad, es evidente que su


fuerza ha ido decayendo con el paso del tiempo. Las causas hay que
buscarlas principalmente en la profunda transformación experimentada por
la ciudad a partir del desarrollo económico de las últimas décadas del siglo
pasado y el consiguiente cambio de mentalidad que trajo consigo. En A
Coruña del siglo XXI apenas tiene cabida una fiesta de profundas raíces
agrarias como es la romería de San Pedro Mártir. Sin embargo, se resiste a
desaparecer y la prueba es la celebración que tuvo lugar este mismo año.

La única convocatoria que hacen los PP. Dominicos en este sentido es un


aviso situado a la entrada del templo en el que se comunica a los fieles que el
día 29 de abril se celebrará la romería de San Pedro Mártir, con bendición de
personas y frutos del campo en las distintas misas que se sucederán cada
hora, desde las ocho de la mañana hasta la una del mediodía. A pesar de tan
escueto anuncio los fieles acuden, si bien la concurrencia no es comparable
en número a la de épocas pasadas.

Desde primera hora de la mañana se situaron en el atrio de la iglesia tres


puntos de venta. En el primero se ofrecían ramos de laurel y de eucalipto debido
a que el olivo no es fácil de encontrar en esta zona. En el segundo se podían
adquirir las rosquillas propias de cualquier romería gallega, junto a unas barras de
pan, cabezas de ajos, velas y exvotos de cera. Estos últimos representaban figuras

28
MARIÑO FERRO, X. R., La Medicina Popular…pp. 98-190.
ASPECTOS DE LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO DE VERONA… 675

masculinas y femeninas de cuerpo entero, con las manos cruzadas delante


del pecho en actitud orante, así como miembros corporales (pies, piernas,
manos y brazos). El otro puesto disponía de cruces, medallas, alguna figura
de la Virgen, estampas, pulseras, colgantes y pendientes, todos ellos con sus
correspondientes cruces. Ofrecía también pequeños rosarios que el vendedor
definió como “rosarios de la suerte”.

En el interior de la iglesia se reunieron unas cincuenta personas a las que


el celebrante saludó como “venidas de fuera”, es decir, en peregrinación o
romería. Después de la homilía el sacerdote procedió a la bendición tanto de
las personas como de los objetos que cada uno guardaba en una bolsa,
rociándolas con agua bendita individualmente. Al finalizar la ceremonia
algunos fieles se acercaron al retablo mayor para poner velas encendidas
delante de la imagen del santo y hacerle su petición.

Como podemos observar, la celebración litúrgica mantiene los actos


tradicionales: la misa y la bendición de personas y objetos. Sin embargo, la
devoción popular presenta algunas variantes. Los protagonistas de la bendición no
parecen ser ya los productos del campo, sino aquellos elementos que en la
mentalidad tradicional están dotados de un cierto poder curativo o profiláctico
frente a la enfermedad. Así vemos el pan que la medicina popular gallega emplea
como un auténtico remedio, siguiendo diferentes rituales de sanación según
la tipología y características de la enfermedad a tratar29. También el ajo se
emplea como defensa simbólica frente a los maleficios que pudieran causar
las “meigas” (brujas). Hasta hace muy pocos años su uso estaba muy extendido
entre los campesinos gallegos que con frecuencia guardaban dientes de ajo en sus
bolsillos, los escondían debajo de la cama, los colgaban del cuello de los
niños o untaban con él a las reses. También los marineros protegían los barcos con
cuernos y ristras de ajos30.

Hemos citado ya el valor simbólico de las velas y objetos sagrados (cruces,


rosarios, medallas, estampas). En cuanto a los exvotos, son frecuentes en
numerosos templos gallegos. En la provincia de A Coruña los encontramos en los
santuarios de San Andrés de Teixido, Nosa Señora da Barca (Muxía) y
Nuestra Señora de Pastoriza, muy cerca de la capital coruñesa. Suponemos que su
presencia en la festividad de San Pedro Mártir se debe exclusivamente al carácter
ambulante de los vendedores, que llevan su mercancía a diferentes romerías
y procuran disponer de aquello que se demanda en cada una de ellas. De
hecho en el interior del templo de Santo Domingo no hemos visto ninguna de esas

29
MARIÑO FERRO, X. R., La Medicina Popular…, pp. 95-98.
30
MARIÑO FERRO, X. R., La brujería en Galicia. Vigo 2006, p. 198.
676 MERCEDES LÓPEZ PICHER

figuras. Lo mismo podemos decir de los “rosarios de la suerte” que parecen


añadir un componente esotérico al puramente religioso.

Todo parece indicar que la transformación de la ciudad, al dejar en un segundo


plano a la agricultura, subraya la función de santo sanador de enfermedades
frente al de protector de las cosechas que San Pedro Mártir tuvo en principio.

En cualquier caso, esta romería nos acerca a una fiesta de carácter campesino
que se mantiene en centro de la ciudad y en la que conviven estrechamente
elementos de pura ortodoxia católica al lado de otros procedentes de la
tradición popular.
ASPECTOS DE LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN PEDRO DE VERONA… 677
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