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AUNOUE TENGA

MIEDO
HAGALO IGUAL

M AS D0Ł D S M I LLEO N S D E EJ M PE R S U E N0DID S


Titulo original: Perf f/ie bear and la it Anyway

& 5usan Jeffers


Publisched by agreement with Lennart Sane Agency AB

O 2007, SWING

DiSeñD de cubierta: Opal Works


Producción y compaginación: MC producció editorial
ISBN: 978-84-96746-06-0
Depósito legal: B-55—2007
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grafía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de la misma
mediante alquiler o préstamo públicos.
lndice

Reeonocimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

lntroducóón. Abriendo ta puerta . . . . . . . . . . . . . . ., . . . .

1. tA quó le tenie usted... y por quó7 . . . . . . . . . . . . . . .

2. tNo puede usted enfrentarse a eÉol . . . . . . . . . . . . . .

3. Del dolor al pode,r . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

4. Lo quiera usted o no... es suyo . . . . . . . . . . . . . . . . . .

S. PoPyanna vuelve a cabalgar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

6. Cuando •ellos» no quieren que usted crezca . . . . . . .

7. Cómo tomar la decisión de no perder

8. Hasta quó punto es todo «toda su vidaa .................. ,

9. Mueva simplemente la cabeza pua decir ¡sí! . . . . . .

10. EŃgiendo amor y conńanza

11.Llenando el vaóo interior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

t2. Hay tiempo de sobra


Reconocimientos

n de amigos que nos alien-


e, y los que forman el mío a-on sensacionales: Marta
Lawrence, mi querida editora, dueña de un
talento; un ser humano luminoso cuya fe y confianza en mi
libro llenan mi corazón y me elevan; Dominick Abel, mi
agente, que se preocupa fic todo, es optimista, alentador y
siempre ha estado a mi disposición; Ellen Carr, mi Ánánlica
y consagrada «socia», que colaboró en mi primera aventura
literaria... y fue la prccursora de mi trabajo en el tema del
nliedo; Ruth van Doren y los e.•tudiante« de la Ncw srltool
for Social Research, dc Nues'a York, que me proporcionaron
un entorno receptivo para empezar a dictar mis c•nseñanz.a “
sobre el micdoj Kathryn Wc•lds, en el Anexo de la Ucla, çuc
acogió con calor mi labor en California y la sigue difundien-
do; Nancy Evans y Sandra Cartcr, mis amigas y « mentoras »,
que creen en mi talento de escritora J' aplauden todos los
pasos que doy; Diana y Paul von Welanetz y los miembros
del Límite Inferior, que hasta se suben a las sillas y vitorcan
todos los éxitos; Roslyn Rayes, mi maestra, quien, hace ya
muchos años, me alcntó a que fuera hasta donde mc• rc-
sultara posible; Sallç Lefkowitz, que inc sigue cnscñando
cuál es el rostro del indomable corajej Marcia Golov, mi
maravillosa hermana y una fie mis mejores alniÇas; y la
multitud de maes-tros y alumnos que he tenido a lo largo de
los años y que me ha inculcado una alegre sensación de buen
hacer. El cielo me ha bendecido también con dos hermosos
hijos: Leslie y Gerry, quienes me recuerdan sin cesar lo
importante qite soy para ellos; dos bellos hijastros, Guy y
SUSAM )EFFERS

Alice, que me han abierto tan afectuosamente sus corazones;


y mi amado esposo, Mark Shelmerdine, un hombre que es
toda tina alhaja, aplaude mi labor y me colma incesantemcn-
te de amor. Nada tiene he asombroso que, con tan afectuosa
energía tras de mí, la elaboración de este libro huya fluido
armoniosamente y me haya colmado de alegría.
Introducción. Abriendo la puerta

iQuí es p.rru usted?


' . i El miedo a...

hablar cn público
atirmarsc• a sí mismo
tomar ôezisiune:
la intimidad
c°antbiur dc c-mplco
estar xolo
cnvc•jc-ccr
condticir tln coche
pcrdcr a un ser querido
poner térnainD a una relarión ?›.

Suede ser alÇo ăe Ío expreïadci, tocto lo c•xpre:sado, o qtiizás


usted poilría .ayregar alşunos conceptos mís a la lista. No
intporta... ¡ Únasc a la naultitud! Łl naledu parecc ser epidé-
mico en nucstrz socicdad. Tcmc•mos los comienzos, tememos
los Íînales. Tenenaos miedo de cainhiar, tencmos miedo dc
'‹atasearnos›'. Temenaos cl ć•xito, tc•mcmos el íracaso. Tene-
mos micdo dc vivir, tencmos miedo de icorir.
Sea cual tuere el tipo de miedo, este libro le proporcicna-
ră los conocimientos y las hcrramientas necesarias para
mejorar sit capacidad de controlar cualqtlier situación
creta. Pasaremos del dolor, de ls parálisis y de la depresión
(sentimientos que acotnpañail a inenudo al lniedo) a una
sensaciün de pofic•r, eners' • y cxc-itucićn.
S U S A N ] E F FE &S

Quizás le sorprenda y estimule enterarse de que, aunque


la incapaÂdad de enfrentarse con el miedo pueda parecer y
sentirse como un problema psicolóğco, en la mayońa de los
casos no es así Creo que se trata, sencillamente, de un pro-
blema educacional y que, al reeducar la mente, uno puede
aceptar el miedo como un simple hecho de la vida, más que
como un obstáculo para el éxito. (Esto puede constituir un
alivio para todos los que se han estado preguntando: •t@ué
me pasal».)
Mi convicción de que el miedo puede ser atrontado con
éxito mediante la reeducación, proviene de mis propias
experiencias. Cuando yo era más joven, me gobernaba siem-
pre el miedo, de modo que no debe sorprender el hecho de
que, durmte años, me haya aferrado a muchas cosas de mi
vida que, a todas luces, no me favorecían.
En parte, mi problema era la incesante voceŃta que, den-
tro de mi cabeza, seguía dińéndome: •Será mejor que no
cambies la situación. Eso no es para ti. Nunca lo harás por Â
misma». Usted sabe de qué estoy hablando... de la voz que le
recuerda sin cesar: •No corras riesgos. Podńas cometer un
error... ¡Lo lamentarăs! ».
Mi miedo parecía no menguar nunca y no tenía un solo
instante de paz. Hasta mi doctorado en psicología no pareYa
hacerme mucho bien. Luego, un día, cuando me estaba vis-
Ùendo para ir a trabajar, llegué a la encrucijada, Me miré
casu€mente en el espejo y vi una imagen harto familiar...
Unos ojos enrojecidoa e hinchados por lágximas de autocon-
miseración. De pronto, la ira se adueñó de mí y comencé a
gritarle a mi reflejo: «¡Basta... basta... basta I». Grité hasta
que no me quedó măs energía (o voz).
Cuando me callé, expeńmenté una sensación extraña y
maravillosa de aûvio y serenidad que nunca había senčdo.
Sin que lo comprenÖera entonces, había establecido tontac-
to con una parte muy p&erosa de rní misma cuya existencia
ignoraba hasta entonces. Me volví a mirar largamente en el
espejo y sonreí mientras asenŃa.
A U N QUE TE NGA M I E DO . H ÅGA L O IGU A L

La vieja y (amiûar voz de pasividad y ruina se vio ahoga-


da por el momento, a1 menos, y apareció en primer plano
una nueva voz... una voz que hablaba de la Ğena, del amor
y todas las sensaciones positivas. En ese momento, compren-
dí que no me dejaría dominar por el miedo. Encontrańa
alguna manera de liberarme de la negatividad que dominaba
«da. Así comenzó mi odisea. Un sabio de la antigüedad
dijo, en ciena ocasión: «Cuando el alumno estź preparado,
aparece el maestro». El alumno lo estaba... y los maestros
surgieron de todas partes. Comencé a leer, a asistir a talleres
de trabajo y a hablar con todos los que queńan escucharme.
Siguiendo cuidadosamente todas las sugestiones y guías,
desaprendí el pensamiento que me había tenido prisionera
de mis propias inseguńdades. Comencé a ver el mundo
como un lugar menos amenazador y más alegre, y experi-
menté el senÙmiento del amor por primera vez en mi vida.
A estas alturas, comencé a conocer a mucha gente que
luchaba contra los mismos obstáculos que yo había aprendi-
do finalmente a franquear... el principal de los cuales era el
miedo. ¿Cómo p&ía yo ayudar?
ComprenÓendo que los procesos que habían trasforma-
do mi vida eran de tipo educacional, llegué a la convicción de
que los métodos que yo había usado podían ser enseñados a
cualquiera, con independencia de su edad, sexo o pasado.
Decidí poner aprueba mi teońa en el mundo real imparêen-
do un curso en la New 5chool for 5œial Research de Nueva
York, cuyo título era: «Sienta el miedo... y hágalo igual». Se
desarrollaba así:

Siempre que cortemos tin ri#sgo y entramos en un


rerriroñ» poco /amiJior o nos ro/ocaitios en el mundo en
uøu farma nueva, expeñmentamos miedo. /rlxy a me-
nudo, ese miedo impide qite progresemos en riuesfros
aidas. El secreto consiste en sentir eI miedo y hacerlo de
todos modos. Juntos examinarenos los obsrócuJos que
nos impiden expcrimentar In oida tal romo queremos
SUSAN )EFFERS

vivirla. Partiendo del hecho de que muchos dninos un


rodeo eli endo e! camino más cómodo; con lecturas,
disrxsioces en cíesr e inferesenfes ejerririos apYendere-
tisos o identificar nxrsfras excusas para «sfescamos» y
a desarrollar técnicas para contralar nuestras uidas.

Mi experimento de sacar el concepto de «miedo» del


dominio de la terapia y de ubicarlo en el área de la educación
tuvo mucho éxito. Mis dumnos se asombraron de cómo el
cambio de su mentalidad remodelaba mágicamente sus
«das. Esos conceptos funcionaban pam ellos como habían
funcionado para mí. Y, cosa sorprendente, mis dumnos se
convirtieron también en mis maestros. Reafirmaron concep-
tos y agregaron otros a mi acopio de conocimientos mientras
yo escuchaba cuidadosamente sus enseñanzas.
Todos los que están leyendo este libro saben que, estén
donde estén en este momento, no se encuentran en el lugar
exacto donde quieren estar. Siempre hay algo que tiene que
cambiar y sean cuales fueren las Árcunstancias de cada uno,
úene que estar siempre dispuesto a tomar las rien&s de su

No prometo que el cambio sea fácil. Hace falta valor para


modelar la vida tal como uno la desea. Se interponen en el
camino toda clase de obstéculos reales e imaginarios. Esos
obstáculos no deben disuaÁmos de emprender el camino.
En su viaje a través de este libro usted se familiarizará con
muchos conceptos, ejercicios y otros recursos que le permiú-
rán liberarse de las complejidades del miedo... y le ayudarán
así a vencerlo.

Usted aprenderá:

• Cómo evitar cometer un error o tomar una decisión erró-


nea
• Cómo se puede liberar de una programación negativa.
• Cómo lograr que no le engañen nunca.
A U N QU Ł T E N GA M
0 IE D . H A G A LO I GU A L

• Cómo dccirlc t‹sí» .i to2as las circtinstanciafi dc str viòa.


• Cólnc elevitr .«u nivel ile autoestiina.
• Cúm‹a t'olverse mźs afirmativo.
• Cómn c‹inectar con su ftierza interior
• Cúmo ribtcner mfis amor, conÍianza y satisfacciin.
• Cónto vencer l.a oposicićn ăe otras personas Ùc >u entorno
ctlan3o u3ted asulne el contr‹al de 3u vida.
• Cúnlo experirnelltar ivźs placer
• Cúlvo loçrar quc sus suc•ños se conviertan en realidad.
• Có›no ver en sí misrrio a un ser cun intención y sc•i1tido.

AI l»•c=r subrayt" í)S Ę2rtes del libro que le «digan algo»,


de modo que despućs pueda c•ncontrar făcilmente pasajcs
críticos que le ayuden a aÎrontar nuevas situaciones en la
sńda Hacen falta muchos esfucrzos para incorporar nuex'os
ConCc-ptos a 3u col› uCta, de mt› o qtic° u•n1püž<•»“t k*lã cjerCi-
tarse. La mejora que ustc•d llegue a expcrimentar hependeră
prupurcitinalrræntc de . u nivel dc participaciún actis•a. Asi-
misivlo, ctiant‹i mź› cnmprotnctido estć, màs se divertirá. Se
scntirá sorprendido y coinplacido ante la cantidad de satis-
facciún que lagrară al dar cada peçtieńo paso adelantc
Sea cual Íiicrc cl gradti de inscguridad que tistcd sientc,
una parte de su 3er .sabe çtie hay en tistefl mucha '• suïtancia»
y shorn cs el lvloinonto perfecto para abrirlc• la puerta al
pudcr y anger que cuntienc.
1. ¿A qué le teme usted. .. y por qué?

Me dispongD a dictar otra cÍase sobre el miedo. El aula estfi


desierta. Espero que aparezca mi nuevo grupo de alumnos. Mi
nerviosismo al dictar esas clases hu desaparecido ya hace
mucho tiempo. No sólo porque lo he hecho ya muchas veces,
sino ambién porque conozco a mis alumnos de antemano. Son
como o›dns nosotros: tratan de hacer lo mejor que pueden y
están inseguros acero de si son suficientemente buenos. Eso
B

Cuando 1s alitmnos entran en la clase adivino la tensión


existen te. Se sientan guardando Ía mayor distancia posible
entre ellos, hasta el punto que los asientos sobrantes deben ser
llenados por falta de espacio. No se hablan, sólo están sentados
con aire expectante. Les quiero por su coraje al reconocer que
sus vidas no funcionan como querrían. Y su presencia en clase
significa que están dispuestos a hacer algo al respecto.
Comienzo por recorrer el aula y por pedirle a cada alum-
no que nos cuente qué le cuesta afrontar en la vida. Sus rela-
tos se desarrollan así:

• Don quiere cambiar su antiguo trabajo y consagrarse a su


sueño de ser artista.
• Mary Allen es una actriz que quiere descubrir por qué en-
cuentra toda clase de excusas para no asistir a las audi-
ciones de prueba.
• Sara quiere abandonar un matrimonio de quince adios y
no sabe cómo hacerIo.
* Teddy quiere vencer su temor a envejecer. Sólo tiene
treinta y dos años.
S U S A N ) E F F K RS

• Jean es una perscina mayor que ticne mfiedo a enfrentarse


con sti médico; éste la trata como a una niña y nunca le da
ninguna resptiesta ăirecta.
• Patti quiere ainpliar su coæercio, pero no puede dar el
salto reqtierido
• Rebeca quiere enİrentar a str marido con co.sa.s que la han
estado molest.andf».
• Kevin quierc vrncer un temor d rechazo que le hace muy
difícil pedirle tina cìta a una mujer.
• Laurie quiere saber por qué es desdichada teniendo
tiene todo lo que se puede desear en la vióa.
• Richard cstà jubilado y se siente inútil. Teme que su vida
haya pasado.

Y así uno per ìino, hasta oír la historia de tohos.


Me fascina lo que sucede con el carrusel. A medida que
cada uno dcsahoga en corazún, la atm‹ísfera empieza a cam-
biar. La tensiùn se esŃmz rśpidamente y todos los rostros
revelan un gran alivio
En pÙmer lugar, mis alumnos comienzan a comprender
çue no son los únicos scres òel munăo que tienen miedo. En
segundo término, comienzan a notar lo atrayente que se
vuelve la gente cuando abre su c(irazún y comparte sus sen-
timicntos. Muchti ante.s de que huya hablado el íiltimo una
atmósfc•ra dc• cordialidad y camaradería invade el aula. Mis
alumnos ya nt› son extraños eÎ uno al olro.
Aunque el pasado y 12 situación personal de mis alum-
nos ÃÍíeren mucho, 1as capas »uperficiales de sus historias
privada-s no tarÓan en desaparecer, abriéndole el camino a
cada uno para que alcance un nivel muy h umano. El común
denominadrir es el hecho ăe que el mieăo le» impide a todos
ellos expcrimentar la vida como rc•almcnte lo desean
Esta esccna ser rc•pitc en cada clas-e que imparto. .Ł estãs
alturas, unci podría preguntarse cóino un curso puede dar
cabida o toilos lc›s ńivt-rsos iniedoc cxprc-sados por los miem-
bros de la clase.. . ¡.Sus necesida fies parccen tan variadas! Esto
A M N QU E T E N G A M I E D0 . H Ä G A L O I G U A L

es cierto. Lo parecer hasta que uno prrafundiza un poco rnăs


y estuhia la ratisz subyacente ôe ïodos esos miedos . y de
tcdos los deinźs.
El mieflo puede divifiirs-e en tres niveles.
El primera es la historia superficial, como las ya descri-
tas. Es-te nis'cl del inieÙo puede »-c•r dit-'idido cn ăos tipos: el
que «sucede» y el quü exişe accićn. He aquí una lista parcial
de lo» tipos de miedo del nivel 1:

Los miedos del nivel 1

ùas que «suc‹•deii» Los que exigen acción


Envejccimic•ntc› Volx'er a estudiar
Incapacid.ad Toma de decisioncs
Jubilación Cambic de profesión
SoledaJ Hacer amistades
Los- hijo.x abundnnan Cnmienzo o fìnal de una
c1 hoqar rclaciún
Catístrt»fes naturalcs Uso del telúfono
Pérdida de seguridad .4f*irinación de uno ivlisivlo
económicta Pćrdida dc- peso
El cambio Ser entrevistado
La muerte Conducir un cothe
Lø gtierra Hablar cn público
Una rn(ermedad Cæneier un error
l’erder a tin ser çttcrido J”ener rel:re-iones íntimas
Los accidentes
Una x'io1aci‹ín

Y se podrían i3 Łl2gar algiinos rnăs a 1.a lista.


Una de las cualidadcs l nsidiosas del inic•do e»- que tiende
a imprcgnar muchos sectores de nuestra vida. Por ejemplo,
si uno tìene miedo dc- hacc•r nuevas anlistadcs, es lógico que
también pueda tc•naer ir a İies-tas, tener ielacioncs íntimas,
solicitar empleO, etcćtc•ra. Esto resitlta rnăs claro »i se mira el
se¡,•undo nivel del tnic•do, que- proporciona trna sensación
S U S A N ] E F F E R5

muy distinta de la del Nivel 1. Los temores del Nivel 2 no


están orientados hacia la situación, involucran directamente
o la integridad del yo.

Los miedos del nivel 2

Rechazo Senúrse engañado


Éxito Impotencia
fracaso Desaprobación
Vulnerabilidad Pérdida de imagen

Los miedos del segundo nivel están relacionados con los


estndos ititeriores de lu rir›tt# más que con las situaciones
exteriores. Reflejan su sentidn del yo y su capacidad de
enfrentarse a este mundo. Esto explica por qué sobreviene
en ese nivel un miedo generalizado Sj usted teme verse
rechazado, ese miedo puede afcctar casi todas las facetas de
su vida, sus amigos, sus relacion es íntimas, sus entrevistas
para solicitar un empleo, et cétera. El rechaz‹› es el mismo...
dondequiera que se encuentre. De modo que usted empieza
por protegerse a sí mismo y, como resultado, se limita enor-
memente. Acaba por cerrar y excluir al munfio que le rofiea.
Vuelva a leer la lista del segundo nivel y verá cúrno cual-
quiera de esos- temores puede influir sobre muchas facetas
de su vida.
El nivel 3 llega a la médula del asunto: es el más grande
de los miedos... el que logra inmovilizar a cualquiera. ¿ Está
usted preparado?

Miedo del nivel 3

¡No puedo manejarlo!

i Es eso? i Es eso lo realmcntc• importante 7, podría


preguntarse usted. Sé que está decepcionado y que qui.siera
algo mucho más espectacular. Pero la verdad es ésta:
AU N QU E T £ N G A F/t I E DO . H MG ALO IGU A L

En el [ondo de cada uno de sus miedos


esic sinpfeitienle el miedo
le no poder afrontar
lo que pueda depararle la vida

Pongamos a prueba esta aÑrmación. Los miedos del pri-


mer nivel se traducen en:

• No puedo afrontar una enfermedad.


• No puedo afrontar el hecho de cometer un error,
• No puedo afrontar el hecho de perder mi empleo.
• No puedo afrontar el hecho de envejecer.
• No puedo afrontar la soledad.
• No puedo afrontar el hecho de pasar por tonto.
• No puedo afrontar el hecho de perderle/perderla.
• No puedo afrontar el hecho de perder mi dinero.

Los miedos del segundo nivel de traducen en:

• No puedo afrontar las responsabiÉdades del éxito.


• No puedo afrontar el fracaso.
• No puedo afrontar el rechazo...

De ahí que el tercer nivel se reduzca simplemente a...


a ¡No puedo aírontarlo!».

Lo cierto es:

Sí usted supiera que pliedr a/rontar cualquier cosa


que se interponga en su camino...
j @uó frisdría ql‹e femer?

La respuesta evidentementc es: «¡Nada ! ».

Sé que, probablemente, usted no habrá saltado de degría


al ver esto, pero créame si le digo que acabo de darle una gran
S U S A N ] E F FE R S

noticia. Lo çtic acabo de decirle signiİica que puede enfren-


tarse a todøs sus miedos sin tener que controlar nada del
mundo exterior. Esto sería un enorme alivio. Usted no ten-
dría que contrnlar 1o que hace su compañera, lo que hacen
sus amigos, lo que hacen sus hijos- o lo que hac-e su jefe. No
tiene que controlar lo que ssiceôc en una entrevista, en su
cmplc•o, cn ïu nueva carrera, lo que sucede con su Ãnerc o
en la bolsa.

¡Lo útI ice çtic iistc•d dt•be fincer yara dísnlinuir sii tniedo
es 6łł»ìr›tfflr xł‹ rr›łfidtJzft #›ł sx rdpncidad
dP o/ronffir ft›do In çiïc sr cri‹cc es e/ camino!

Mc• estoy alargando »obrc este- punto porque es muy crí-


tico. A partir de este momento, cada vez que uated s-ienta
miedo, recuerfie que ello sólo se debe a que no se siente bien
con respecto a su propia persona Por tanto, proceda a poner
cn marcha una o varia« de las herramientas indicadas en este
libro para ctnntribtiir a fortalecerbe. Usted tieite claramente
delineada sit tarea. No hay mońvo para incurrir en confu-
siún.

Me han pedidti a naenudo que explique por qué tenemos


tan poca confianza en nos:otros mismos. Realmente, no sé
que contestar a esto Sé que al bums miedos son instintivos
j• sanos y nos nlantienen en guaròia ante cualquier posible
dificultad. E) resto —la parte gut- rctrasa nuestro desarrollo
personal— es negativo y destructivo y probablemente es el
culpable de muchas de nuestras limitaciones.
En toda mi t'ida j.amă» escuché que una madre dijera a su
hijo cuando se va a la escuela: ‹'Corre muchos riesgos hoy,
querido». Lo mź.s probable es que le diga: ‹.Ten c-uidado, hijo
mío». Este «ten cuidado» t-on tiene un doble mensaje: «El
mundo es realmente peligroso » y... «no podrăs afrontarlo».
Lo que dice inamź, en re-alidiid, es: «Si te sucede algo, yo no
podré afrontarlo». Como usted comprenderă, la madre sólo
se rcflcrc ú su falta dc cnnfi‹tn en .m capacidad para .iírcntar
In que se l« crucc «n cl camins.
Re uerdu que 'c qu«ría descsperacÏamente una bicicleta 'v mi
inaürc se ncgaha a c‹›n prïïrmcla. Su respu«stn u mil xúpiicas «ra
sicn›prc I« misma: «Te quicrn dc‹nasiadn. No dcscn que te g‹ se
naJa». H« tr«IuciJu «ho asf: «No era I‹› bastanic «apaz de ma-
ncjar unn bicic l«tu••. Ah‹›ra qu« muy mayur y cun prcnJu màx
«›sas. snspcchn qu«, en rc;Tli .f C) la qu«ría Jecir: «Si le pasn
algo. stifrirc hnrrorcs».
En unu o«sión. mi madrc, una mujer cxccsivamcntc prntcc-
cura. s« «n«›ntrah:I «n cuiduJ‹›x tras una grave ‹›peru-
«ión, cntubuJ:t en I« narix y •n I:i garganta. Cuandn me dtjcrnn
que era hnr.t ‹le quc nt« múr«lzara. Ic murmurc al nídn —ein saher
si me tiiría— que la quería y que volvería más tarde. Cuandti me
en«aminabn hu«ia la pu«rt.›, ‹›i tina débil vt›ccci‹a qu« mc decí‹t.
“Ten cuidado”. Hasta en el sopor de su anestesia. mi madre me enviaba
advertencias de peligro y más peligro. Y sé que ella representa a la
gran mayoria de las madres.
Si se tiene en cuenta cuantas veces nos han bombardeado nuestros
padres con las palabras “Ten cuidado '... ¡resulta asombroso el que
podamos caminar hasta la puerta de la calle!
Aparte de esas relaciones aparentemente evidentes, la causa de
nuestro temor reside muy posiblemente en eso. Pero... ¿Importa
realmente de donde provienen nuestras dudas? Creo que no. No me
corresponde analizar los porqués de las zonas conflictivas de la
mente. A menudo, resulta imposible calcular cuales son las verdaderas
causas de las pautas negativas, aunque las sepamos, el hecho de
conocerlas no las cambia necesariamente. Creo que, si algo lo
preocupa, usted debe partir simplemente del punto en que está y hacer
lo necesario para cambiarlo.
En este caso, sabe que no le gusta el hecfio de que la falta de confianza
en sí mismo le impida conseguir lo que quiere de la vida. El saberlo
crea un ángulo de enfoque muy nítido, como visto con láser, de lo que
quiere ver cambiado. Usted no tiene necesidad de dispersar su energia
preguntándose los porqués. Tanto da. Lo que importa, es que
comience ahora a desarrollar su fe en sí mismo hasta llegar a un punto
en que pueda decir.
SIJ S A N ] E F FE US

Me parece oír por ahí a algunos escépticos diciendo:


«Oh, vamos... jCómo se puede afrontar una parálisis, la
muerte de un hijo o un céncer?». Comprendo su escepticis-
mo. Recuerdo que, en otros tiempos, yo misma fui una
escéptica. Me bastaba con leer y hojear el libro. Con darme a
mí misma una oportunidad favorable usando las herramien-
tas proporcionadas por ese libro. Al h«terlo, uno se acerca
cada vez més a un nivel tan alto de fe en sí mismo que termi-
nará por comprender que puede afrontar cualquier casa que
se le interponga en el mmino. No nlvidR janifis estas tres
palabritas... quizá las tres palabras més importantes que oigo
jamás:

, lo puedo afrontarlo !
2. i No puede usted
enfrentarse a ello?
$anet espera que su miedo se disipe. Proyectab.1 siempre
volver a la universidad cuanăo sus hijos asistieran a la escue-
la, pero ahora advierte que han transcurrido cuatro afios
desde que el menor empezó la primaria. Desde entonces han
surgído nuevas excusas: «@uiero estar aquí cuando los niños
s'uelven de la escuela». «En rcalidad, no necc.citamos csc•
dinero.» «Mi marido se sentiría abandtinado.»
Aunque es cierto que habría que elaborar determinada
logística, éste no es el lnotivo òe su s'acilaüón; en realidafi, su
mariflo estś dispuesto a ayudarla de tofia« las formas pesi-
bles. Le preocupa la inquietud de su e.opcasa y la alienta a
menudo a que realice rl sueño de toda str vida de a-c•r diseña-
dora de modas.
Cada vez que Janet piensa en telefonear a la universidad
local para cDncertar una entrevista, algo la detie11c•. «CuanJo
no esté tan asustada, llamaré.» ‹' Cuando me sienta algo
mejor, telefonearé.,.› Lo màs probable e:s que tenga que espe-
rar mucho tiempu.
El problema reside en que su mente estă mily confttsa
La lóÇica que usa automăticamente la programa para el fra-
caso Nunca quebrará la barrera del miedo hasta que tenga
conciencía de su defectuoso razonamiento: siicplernente, no
'«ve» lo que es evidente para los demśs.
Eso tzmpoco me sucediú a mí hasta que me \'i forxada a
ello. Antes de mi divorci‹i, parecía rnăs bien una niña; dejaba
que mi marido asuiniera todos los aspectos prícticos de mi
vida. Después de mi divorcio, no tuve otra altern2tiva que
haccr las cosas por mi cuenta. Peqtleñcces tales como rcparar
S M 5 A N ] E F F E RS

yo misma la aspiradora me causaban una enorme satisfac-


ción. La primera noche que invité gente a cenar a casa fue
algo así como un salto ivlonuiuc-ntal. El día que comprú bille-
tes para mi primer viaje sin un hombre fue una ocasi‹ín
memorable
Cuando empc•cü a Jidrcr cosas por mi cuenta, empecú
también a saborear la delicia que implicaba una naciente
confianza en mí misma. Aquello no era del todo cómodo... en
realidad, muchas de esas cosas eran muy incómodas. Me
sentí como se siente un niño cuando empieza a caminar y se
cae a menudo. Pero, con cada paso, me sentía un poco más
segura de mi capacid.ad de controlar mi vida.
Cuando creciñ mi confianza en mí misma, esperc• que el
micdo desapareciera Pero, cada vez que me arriesgaba a aven-
turarme en un territorio nuevo, me sentía asustada e inse-
gura dc• mí mi»ma «Bueno —me dij>-. Simplemente quédate
donde está.s. Sefu rn ni‹•iit‹• el miedo desaparecerá.» ¡Pero no
desapareció! Un día se encendiú una luz en mi cerebro cuan-
do dcscuhrí de pronto la «verdad» siguiente:

Verdad 1

El utirdo t1i‹r1cn dr3np«recrrú


ni ientrns ya sign rreci’r›1do

Mientras yo siguiera internándonae en cl mundo,


poniendo en tensión mis facultades, corriendo nuevos Úes-
gt›s aÍ realizar mis sueños, cxperimentaría miedo.
revelación! Como Janet, tantas lectoras de este libro,
0

yo había crecido esperando que el miedo de.sapareciera antes


de correr ningún riesgo. «Citando yo no sienta ningún
miedo .. ¡entonces!» Durante la mayor parte de mi vida, yo
había jugado al «entonces/cuando». Y ese juego nunca ‹lio
resultado.
Tampoco en este punto es probable que usted salte dc
alegría. Sé que esta revelación no es precisamente la que
A u N pu c T E NGA ‹vt E DO .G á A Lo i o u a z

usted querría oír. Si sus reacciones son similares alas de mis


alumnos, confiaba seguramente en que mis palabms de sabi-
duría disiparían milagrosamente sus temores. Lamento
decir que esto no funciono así. Pero, antes de sentirse decep-
cionado, considere un alivio el hecho de que un haga fila
trabajar tanto para liberarse del miedo. ¡No desaparecerá!
No se preocupe. Cuento usted fortalezca su confianza en sí
mismo con los ejercicios aquí sugeridos, su relación con el
miedo se modificará de forma espectacular.
Poco dcspués de haber descubierto la primera verdad,
hice otro importante descubrimiento que contribuyó
muchísimo o mi crecimiento.

Verdad]

Lu iím’cn manera de libera rse def miedo a hacer


algo es hacerla

Esto parece contradecir a la primera verdad, pero no es


asf. El miedo a situaciones especiales desapareció cuando las
afronté finalmente. El «hacerlo» viene entes de que desapa-
rezca el miedo.
Puedo ilustrar esto narrando mi primera experiencia,
cuando estudiaba para si doctorado. Mi edad no era mucho
mayor que la de mis actuales alumnos y enseñaba una asig-
natura en la que mi experiencia era dudosa: la psicología del
envejecimiento. Esperé el primer período lectivo con un
temDr enorme. Durante los tres dias anteriores a la clase, mi
estómago parecía estar sobre una montaña rusa. Me había
preparado durante ocho horas para una sola hora de clase.
Tenía escrito a mann suficiente material para once diserfa-
ciones. Nada de esto disipaba mi miedo. Cuando llegó final-
mente el primer día de clase, tuve una sensación tan horrible
como si me mandaran a la guillotina. Cuando me encontré
ante mis alumnos, sentí que mi corazón martilleaba y me
temblaban las rodillas. No sé cómo, conseguí pasar ese perín-
S M 5 A N ] £ FFERS

do de clases.., esperando intranquíla que llegase el segundo y


la semana siguiente.
A Dios gracias, las cotas marcharon mejor la vez si-
guiente. (De lo contrario, D habría »b donado la enseñan-
za para siempre.) Empecé a familiarizarse con los rostros del
aula y relacioné algunos de los nombres con los rostros.
La tercera clase fue mejor que la segunda, ya entonces empe-
cé a relajarme y a entrar en la corrienie de los alumnos, En
nuestra sexta sesión yo esperaba con impaciencia el momen-
to de enfrentarme con mi curso. La interacción con mis
alumnos era estimulante y excitante. Un dia, cuando me
acercaba al aula antes tan temida, me di cuenta de que ya no
tenía miedo. Mi miedo se había convertido en una grata
expectativa.
Tuve que imparüi muchas clases distintas antes de sen-
tirme cómoda al entrar a mi curso sin voluminosas nDtas.
Pero Negó un día en que sólo disponía de un esbozo de una
página de lo que me proponía abarcar en ese período. Com-
prmdí hasta dónde había llegado. Sentí el miedo... y lu hice a
pesar de todo. La consecuencia es que me libré del miedo a
enseñar. Pero cuando Ílevé mi enseñanza al sector de la TV,
volví a sentir miedo, hasta que mi «hfigalo de tDdos modus»
fue lo bastante habitual para eliminar mi temor a aparecer
en televisión. Así fueron las cosas.
Además, otro aspecto del juego •entonces/cuando» que
yo acostumbraba jugar tenía que ver con la autoestima.
«Cuando inc sienta mejor conmigo misma, lu haré.» Ésta es
ntra perogrM du YD pensaba sin cesar que, si podía mejorar
de alguna forma la imagen de mí misma, el miedo desapare-
cería y podría empezar a realizar cosas. Pero no sabía con
exactitud rórno mejorar mi imagen de mí misma. Quisfi
fuera sólo un problema de experiencia, de aprendizaje o,
simplemente, de esperar un milagro que me hiciera sentir
maravillosamente. En realidad, hasta me compré un cintu-
rón con la leyenda «Soy sensacional» confiando en que, por
ósmosis, recibirla el mensaje.
A U NQU E TE NGA M I EDO . H A GAL 0 I GU A L

todas esas œsa9 ayudamn un poœ. Pero to que sig-


nificó realmente una difètenóa fue la sensación de realización
que experimenté al veneer el miedo y al hacer œsas por mi
cuenta y bajo mi responsabilidad. Finalmente, se hizo clara la:

Vezdad 3

La ñoirn mpnera de sentirse mei•• ••


hacerlo

El «hacerlo» aparece antes de que uno se sienta mejor.


Cuando se ponen los medios para que suceda algo, no sólo se
disipa el miedo sino que se obtiene un gran premio por ańa-
didura: se progresa mucho en el camino de la fe en uno
mismo. Cabe predecir, sin embargo, que cuando uno ha
dominado finalmente algo y se ha liberado del micdo, se
siente tan bien que decide que quiere realizar algo rnăs y...
¡Adivinen qué pada ! El micdo reaparete cuando uno se dis-
pone a afrontar el nuevo desafío.
Durance los talleres y seminarios a que asistí en las pri-
meras etapas de mi enfreotamiento con el miedo, me alivió
descubrir algo que me hizo sentir infinitamente mejnr.

Verdad 4

N o sdfo yo stemto m reds cua ndo piss terret to descoiiocido,


lo mismo les ocurre n todos fos demăs

Me dije: • ¿Quieres da rnte a entend er ąue


personas a fas cueles Ans estado enaidiando porque na te-
nían miedo a emprer›der n/,go han tenido en renlidad miedo?
/¿PoF qué no me la dijo alęuieti?!».
Creo que nunca me lo pregunté. Estaba segura de ser la
única persona que se sentía tan mat. ¡Aliviaba tanto adverńr
que yo no era la única que sufría! A partir de ese momento
el resto del mundo me hncía compańía.
Renierdo un ardculo Penodisuco que leí hace años r que se refería a
Ed ltocb, el aParentonenz innéPido alcalde de Nuca York. Ese
ardculo contaba que Roch había tenido que
sencillo baile con una coai9aáía que realizaba un she en 8roadwav
para una grabación de pubiicidad. ¡Costaba crterloi Un hooibrc que
habla enfrentado a menudo a miltimdes, que había tomado decisiones
dificiles que influian sofie millones de vidas, que se había presentado
en público en su carrera para llegar a alcaide... ¡Teala miedo a
aprender un simple baile "
Si uno aene concienaa áe las verdades del nnedo, no le pueae
sorprenaer el mieao ael alcalde. n ese era una acGvidaa que le poaia
a pmeba dtsae un senGao nuevo y, desde luego, se sintió asustado.
Cuando Practicó y dooóoó su confianza en si cosmo...Podia Poner otra
pluma en su sombrero, por así decirlo. Tal es. simplemente, la forma
en que eso funciona...gra rodos nnsotms Dado que todos somos
seres humanos. compartimos los mismos sentimientos. £1 miedo no ts
una excepción.
Huthas historias an’ao¢as a las del alcalde itoca aparecer en los
periódicos, las revistas, los libros y la Rlevisión. Hasta que usted este
en contacto con las verdades dd miedo, oirá de esas histmias
ç las leerá ¿ verá v no advtrtirá los principios subyacentes que oPeran.
Usted hasta pued¢ relacionar las experiencias de otros, sobre todo de
las celebriaades, con su vida. Hasta podrá creer que tienen suerte
porque no tomen siniarsc ahi: ,No Ley enf ¢on'Han inaido que vencer
una enorme cantidad de miedo para llegar a donde tsián hoy. y
si¢utn eai9uiando.
Los que hai afrontado con txito el miedo dwante toda su vida,
parecen hatnr sabiao, consiente o intonstieniemente, el nitns§e ac
este libro. Usted debe sentir miedo...v hacerlo de todos modos. Un
ann¢o aáo de oncho éxito, un hombre de los que se hacen a sí mismo
que no pwmitió que nada se interpusiera ar su camino. mediió sobre
el dtulo de mi curso, asintió v dilo: <<Sí, así es como he vivido siempre
mi vida, sin adverdr constieaiemmte que eso ts lo que he estado
latiendo. No recuerdo no haber ienido miedo. pero oanca 9eriniti
el miedo me in idiera correr los riesgos necesarios para conseguir to
que quería. Simelonenz, seguí addante e hice lo que teaía que hactr
para que mis idms se materializaran..a pesar del miedo>>
A U NQU E TE N G A M I E D O . t3 1G0A L IG M AL

Si usted no ha tenido éxito al afrontar el miedo, es pro-


bable que nunca haya comprendido las verdadm de) miedo y
que haya interpretado el temor como una señal para retroce-
der mfis que como una luz verde para avanzar. Ha tenido
tendencia a jugar esos juegos de •cuando/entonces» que ya
he mencionado. Lo único que uno debe hacer para hallar una
salida de la cárcel que se ha impuesto a st mismo es reeducar
sus pensamientos.
Un primer paso en ese readiestramiento es decir las ver-
dades del miedo por lo menos diez veces diarias durante el
mes siguiente Como usted no tardaré en descubrir, RSe
nuevo adiesnamiento exige una repetición constante. No
basta con conocer las verdades del miedo; hay que seguir
cultivándolas hasta que se convierten en una parte de nues-
tro ser... hasta que se invierta su conducta y avance bacta los
objetivos deseados, en vez de reírme. Por ahora, confíe
simplemente en sí mismo y repita las verdades deÍ miedo
muchas vLces.
Con todo, antes de que usted empiece, me gustaría que
agregara una verdad del miedo muy importante a la listo.
Usted puede haberse estado preguntando: •¿Por qué de de
pasar por todas las incomodidades que implica correr esns
riesgos? ¿Por qué no he de seguir viviendo simplemente mi
vida como haStB flhomi•. Mi respuesta a esa pregunta quizá
le parezca sorprendente.
SU 5 A N ]E F FE RS

Ve d5

Venter el miedo osusto menos


que conni»ir con el miedo subconsciente
que provien e de un sentimiento de impotencia

Vuelva a leer esto. Sé que, de entrada, cuesta comprender-


lo. Significa que, por seguro que uno se sienta en el pequeño
capullo que se ha construido, vive, consciente o inconsciente-
fflRnte, con el miedo de que llegará eventualmente el día del
ajuste de cuentas.
Cuanto més impotentes nos sentimos, más fuerte es la
corriente subterránea de temor que proviene del hecho de
saber que hay en la vida situaciones sobre las cuales uno no
tiene control... como la muerte de una esposa o la pérdida de
un empleo. Nos obsesionan las catástrofes posibles. •iy qué
pasaría si...?» El miedn impregna nuestras vidas. Tal es la
inferencia irónica de la quinta verdad del miedo: la gente que
se niega acorrer riesgos vive con una sensación de temor
mucho más seria que la que cxperimentaría si afrontara los
riesgos necesarios para hacerla menos impotente... ¡sólo que
no lo sabe!
Puedo dar un ejemplo de lo antedicho con el de ja-
nice, un ama de casa de edad madura que «planificó» su vida
en forma tal que pudiera evitar la mayor parte de los riesgos.
Janice se casó con un empresario de éxito que controló las
vidas de ambos. Ella dejó que persistiera esa situación por-
que le resultaba más cómodo no hacerlo ella misma. Pero el
rehán dice: «¡la vida es lo que nos sucede cuando hemos
helo otros planes! ». A los cincuenta y tres años de edad su
marido, Dick, tuvo un ataque que le dejó parcialmente inca-
pacitado. Antes se ocxpa6an totalmente de ella y ahora era
ella quien iento que cuidar de alguien.
La transición no era fficil. Después de haber luchado con
la ira que le causó pensar: «¿Por quó me ha sucedido esto a
mí?», estaba ahora a cargo de proveer lo qae hacía falta para
A U N QU L TE NG A M I ED0.c H A acL o i u a c

que ella y su esposo sobrevivieran. Casi mecánicamente hizo


lo necesario pam aprender a manejar los negoÓos de su
marido, tomando decisiones con respecto a su salud y des-
pertando por las maiianas con In certeza de que todo estaba
en sus manos. Poco después aquel envaramiento la abando-
nó, la niebla se disipó y descubrió un profundo sentimiento
de paz que nunca antes había experimentado. Empezó a
comprender Rl pesado precio que había pagado para que cui-
daran de ella.
Antes del ataque de su marido, el cerebro de Janice había
estado impregnado con la frase «quó pasaría si...». Siempre
le preocupaba el futuro, nunca le inquietaba su presente.
Había vivido con un permanente temor subyacente: •Dios
mío... /Y si le sucediera algo a él?». A menudo, les había
hecho notar a sus amigos: •Espero morir antes que él. No
podná vivir sin él». Y pensaba que no podría... lo cual es una
manera muy poco satisfactoria de caminar por la vida. Todo
esto cambió cuando halló las fuerzas necesarias, que no creía
tener. Ahora, sabe cuál es la respuesta a su pregunta «qué
pasaría si...•. Esa respuesta es «¡ Lo afrontarfi l».
Janice nunca se había dado cuenta de que vivía con un
constante terror y ahom ese terror ya no existía. Los nuevos
miedos nada eran comparados con los antiguos que afecta-
ban a la supervivencia de ambos. Ahora su marido se había
repuesto lo suficiente para que ambos llevaran una vida
satisfactoria. También él se ha enfrentado a uno de sus más
grandes miedos... el temor a quedar inválido. Obtuvo lu res-
puesta a su pregunta, «qaé pasan’a si...», la cual era también
«Puedo afrontar1o•. Ambos la afrontaron muy bien. En rea-
lidad, ‹on esa expRriencia descubrieron el verdadero signifi-
cado del amor.
A estas alturas, usted tiene ya todos los datos. No pode-
mos eludir el miedo. Sólo podemos convertirlo en un com-
pañero que nos acompaña en todas nuestras emocionantes
aventuras; no es un ancla que nos tiene sujetos en un lugar.
Algunas personas me han dicho que nunca han sentido mie-
3. Del dolor al poder

Si fOdO5 trfleMOr fu Ír‹fO


cuando nos Rcercatnos G af$o Nota Jlnente nueao etc la EidR,
somos tantos los que • lo hacemos» n pesn r def ne iedo
que debemos llegar s lo tontJasión
de qxe el niieáo no es el nerdaáero yr0blenia

Evidentemente, el verdadero problema nada tiene que ver


con el miedo en sí, sino, más bieR, COII CÓITio dol77ftinmos el
miedo. Para algunos, el miedo carece totalmente de impor-
tancia. Para otros, crea un estado de parálisis. Los primeros
dominan su miedo desde una posición de poder (elección,
energía y acción) y los últimos, desde una pDSición de dolor
(impotencia, depresión y parálisis). El diagrama de la página
siguiente ilustra este concepto.
De ello se puede deducir que el secreto para dominar el
miedo es trasladarse de una posición de dolor a otra de poder.
Por eso, el hecho de que usted tenga miedo pierde toda
importancia.
Hablemos de la palabra «poder». Algunos dicen que no
les gusta el concepto de poder y no quieren participar en él.
Es cierto que, en nuestro mundo actual, la palabra «poder»
tiene algunas connotaciones negativas. A menudo implica
control sobre los demás y, por desgracia, muy a menudo se
abusa de él.
La clase de poder de que hablo es totalmente distinta. En
realidad, sirve menos para controlar a los que nos rodean y
nos ayuda a sentir más afecto por ellos. Hablo del poder den-
tro del yo. Esto implica poder sobre las percepciones de1
S US A N ] EF F E RS

Dotar Poder

Impo)encia . . . . . .. . . . . . . .. . . . . . .. El iDn
Depresión ........................................................... Excltación
Parálisis . . . . . . . . . . . . . . ... .. Acción

mundo, pnder snbre cóu«› se reacciona ante la* *ituacinnes


fie la vida, poder para haccr lo que sea necesario para el creci-
miento. poder para crear alegría v satisfacciones, poder para
obrsr y para amar.
Esta clase de poder nada tiene que ver con ninguna otra
Rosa. No se ttata de egolatría, sino de un sano egoísmo. Eu rea-
lidad, los ególatras no tienen absolutamente ninguna sensa-
ción de poder: de ahí su compulsiva necesidad de controlar a
los que los rodean. Su carencia de poder los sitúa perpetua-
OtRntR en nua condición de miedo y, pnr esn, su superviveucia
depende del mundo exterior Madre es menos afectuoso que
una persona que no tiene su propio poder y constantemente
trata de obtenerlo de los demás. Esa necesidad patológica pro-
voca tnda clase de conductas manipuladoras.
El poder de que estoy hablando da una absoluta libertad,
ya que no depende del resto del mundo para satisfacerlo. No
se trata de la capacidad de conseguir que alguien haga lo que
uno quiere. Es la capacidad de lograr haccr lo que se desea. Si
usted no tiene esa clase de pDdep pierde su sensación de paz
y se encuentra en una situación muy vulnerable.
He descubierto que las mujeres repudian más que los
hombres el concepto de pDder por razones nbvias. Los horn-
bres han sido condicionados para creer que ser poderoso es
algo bueno. Las mujeres, para creer que ser poderoso es poCD
femenino y nada atrayente. Por mi experiencia puedo asegu-
rar que nada podría estar mâs lejos de la verdad.
]uS*N )EFFER$

Una mujer que confía en si misma y controla su viJa arrae


como un imún. Esté tan cargada d« energía pcsiriva que todo.
quieren estar a su lado. Sin embargo, s6lo serví verdaderamente
poderosa cuando esa energía proceda de sí misma y pueda con-
vertirse en amDF hacia quienes la rodean. Lu verdhd es que el
nraor )' el yoder van de In mnnn. Con el poder, uno puede real
mente empezar a abrir su comzón.
Sin él, el Para 1s mujeres que lean
esie libro, un buen antídoto de todo conflicto fntimo entre poder
y feminidad es repetirse a si mismas, por lo menos veinticinco
veces cada mañana, iarde y noche:

Sav podemsa y ama

Una variante que proporciona energía es:

Diga esas tres frases en voz alta ahora mismo. Sienta la ener-
gía que transmiten. Esa incesante repetición le ayudará a hacer
que IDs conceptos de poder y amor scan más compatibles y.
ciertamente. m‹ts. cómodos.
Una vez aclarado el concepto de poder. exploremos cómo se
debe usar el concepto del «dolor al podeo• en la vida cotidiana.
El primer paso consiste en haccr un diagrama en la forma si-
goie«te-

OlAGzzMx DEL 0OLOe AL PODE›t

ÓOOI" iei«

Cuando exarni9amns la línea que vx del dnlor al pudcr, la


mayoría de nosotros podemos ubicarnos en el centro del diagra-
ma. No criamos totalmente incapacitados por nuestros miedos,
pero no ezperimeniamns una gmn sensación de pader y excita-
ción. ni avanzamos rápidamente hncin nuestros objetivos. Nos
parece que cruzamos la contaria por la nita nifis fatigosa Ele-
vando dos pesadas maletas en vez de volar em las alas del águi-
la. Un antiguo .sabio dijo, en cierta ocasiõn: «El camino es 11a-
no. ¿Por qué vas tirado piedrzs a tu paso?».
Usando el diagrama del dolor al puder como un marco de re-
terenciz usted puede ernpezar a despejar de piednis el caminn.
pasos siguientes le ayudnrfin en el proceso:

1. Haga una ampliación del dingrnmn dcl dolor al poder y cuél-


guelo de la pared de su habitación. El simple acto de hacer la
ampliación le hará sentirse un poco mss poderoso. ¡Usted ya
ha iniciado la acci‹in! Recuerde que gran parte del secreto de
pesar del dolor al poder es recurrir a la acéión. ¡ ka acción es
muy poderosa! Cuando eI diagrama esté sobre su pared ser-
virá par» mcordarle sin cesar dónde quiere ir cu la vida... del
dDlOF 81 HÓCf. El £’onociiniriao es media batalla gnnadn. El
hNho de tener el dingrainn físicamente presdnte te . uyudnr$
también a motivarse para avanzar en la dirección conecta.

2. Nada mts que pam no tomarse a si mismo demasiado en se-


rio, usted podcia querer escribir en su diagmma: «Los Pape-
les vnelan porque »c ven u sf mismos.como algo liviano». Of
e.so hace mucho tiempn y todavia me hace snnrefr. Me re-
cuerda sin cesar que uno puede abandonar gran parte del exce-
so de.equipaje si aprende a jugar con la vida en vez de luchar
cnntra ella.

3. Ponga una chincheta en el punto del diagrama donde se ve


situado en ese momento de su vi¢la. ¿,Está usted en et cen-
tro, donde .suele sentirse deprimido y paralizaüo, y en utras
ocasione.s con mayor control? ¿O se encuentra definitiva-
mente en el extremo más lejano, donde puede hacer poco
para salirse de la senda? ,O tal vex está ya en el lado co-
rrecto, donde siente que estfi progresando realmente en su
vida. con sólo unas pocas 'arena sobre lris cuales necesita
trabajar? Dudo que quienquiera que lea este libro al-
canzado su objetivo de lograr un control ab.soluto sobre su
yn, ¡ Hasta Buda tenía svis dias malos! Siempre hay nuevas
experiencias que ponen en jaque uno sensaciün de pndcr
A U N QU E TE NGA M I E DO . )•I t GA S O I G LI A L

4. Cada día, mire el diagrama y pregtintese. •¿Estoy en el


mismo sitio o me he movidos». Mueva la chincheta de
acuerdo con esas sensacinnes.
s. Si es consciente de la dirección que quiere seguir, le será
más fácil tomar decisiones sobre lo que debe hacer en su
vida. Antes de emprender nlgo, pregúntese: •i Me lleva
esta acción n un lugar mfis poderoso?». Si no es así, debe
dos veces antes de llevarla a cabo. Una aduer-
fencin: si avanza en cualquier sentido, sabiendo que ese
acto le llevaré a una posición de dolor, no se irrite contra
Sí mismo por haberlo hecho. En la siguiente ocasión
podrá tomar una decisión distinta. Use sus «errores»
como experiencias del aprendizaje. Recuerde que cada vez
que la emprende contra sí mismo por nlgo que ha hecho
se mantiene en el camino del dolor.
6. Use el diagrama como un juego. El hecho de considerarlo
así le ayudará a no atribuirle demasiada seriedad a la
situación. Si tiene hijos, puede proponerlw hacer sus pro-
pios diagramas y de esta manera havmt un juego familiar
con la experiencia del crecimiento.
7. Es una buena idea hacer distintos diagramas para las
diferentes facetas de su vidn. Pam sentirse realmente
poderoso, necesita estar a cargo de todos los aspectos de
la existencia: el trabajo, la familia, el medio ambiente, la
salud, etcétera. Muchas personas conwolan perfectamen-
te algunas facetas de sus vidas, mientras otras permane-
cen en un lamentable olvido. Yo, por ejemplo, ay muy
cuidadosa en todo lo que se rehere al trabajo, pero necesi-
to trabajar mfis el área deÍ ejercicio físico.
5 M S A N ] £ F FE IIS

Observe que su movimiento en el diagrama sólo estfi


determina.do por su propio sentimiento intuitivo de

B
hasta dónde progresa para almnzar més dominio de su vida.
Ningún ot:ro puede juzgar eso, por més que se esfuerce.
Aunque pueda parecerte que ni vida es indisociable del
mundo exterior, es su propio sentimiento de paz interna y
crecimiento el qHe determina dónde esté en el diagrama. Es
5Dlamente un sentimiento íntimo.
Mno puede preguniarse si necesita realmente llegar tan
lejos para ponerse en marcha. Confíe en mí... ¡Lo hará! Al
principio, usted necesitará apelar a todos lris ardides posibles
para recordarse a sí mismo dónde quiere ir. No se hará más
Irene sin concentrarse en el poder. Como había imaginado
ya, el simple hecho de saber qué se debe hacer no implica
que uno lo haga, ni siquiera que lo recuerde. Para ayudarse
en su camino del dolor al pnder, conviene que empiece a des-
arrollar un del dolor al pnder>. La manem en
que utilice las palabras tendrá un enorme impacto sobre la
calidad de su vida. Elija, para fabrimrse un •vocabulario del
dolor al poder» la fórmula del cuadro de la pagina siguiente.
«No puedo» significa que usted no controla su vida,
mientras que «No lo haré• plantea una situación en el domi-
nio de la elección. Desde este momento, elimine «no puedo»
de su vocabNario. Cuando usted le entrega a su subcons-
ciente el mensaje •no puedo», su subconsciente cree real-
mente lo que le envía y lo registra en su ordenador: Débú...
Débil... Débil... Su subconsciente cree sólo en lo que oye, no
en lo que es cierto. Usted podría estar diciendo «no puedo»
simplemente pare librarse de una invitación a cenar... Como,
por ejemplo' «No puedo ir a cenar esta noche. Tengo que
prepararme para la reunión de mañana». Pezo su subcons-
ciente mgistra: •¡Él es débil!». En realidad, su «no puedo ir a
cenar» no es cierto, La verdad es que: «puedo ir a cenar, pero
optO pOr hacer algo que tiene prioridad en ese momento».
Pero el subconsciente no puede distinguir la diferencia y
registra a pesar de todo la palabra «debil•.
A U NQM 6 TE NG Tt I E DO. rl A cA LO z G UA L

Yocabulario del dolor al poder

Dolor Poder

No puedo - -- -- --• -• - • -• --• -• -• -• --• • -- No lo haré


Yo dab0Fi£t- -• - - - - - -- - - - - -- - - - - • ----------- Yo podrfa
No es culpa mfa- - -- -- - - - - - Soy totalmente responsablB
Es un pfobtema- • - - - - - • ••- -•-- -• Es una oportunidad
Nun¢a estoy satisfecho- • - • -• - Qu1ero aprender a crecer
La vida es una lucha- - - - - - -- - - La vida es una a¥entura
Yo espero • --- -- ---• -• -- -• ---• • • -• - • - -----• Yo sé
¡ tan [o w .. . . w . w . . . . . . . . . . . . . .... @ róx /@/
¿Oué haré? - -------• - • - - - - • - Sá quE› puedo afrontarlo
Es una experiencia

Por más que unu quiera mostrarse más delicado con el


que le invita que con la frase expresada, puede no usar los
palabras «No puedo›, cambifiodolas por: «Me gustaría ir a
cenar, pero tengo mañana una cita que es importante para
mí. Me sentiría mejor si fuera a ella totalmente preparado.
De modo que prefiero no ir esta noche y conÍíD en que me
invitarfis en otra ocasión›. Esta frase tiene autenticidad,
integridad y fuerza, El subconsciente le oye exponer sus
priorid»de con claridad y preferir el resultado que le sirve
meJor a su crecimiento personal. Esa opción no le deja ser la
imporente víctima 6e su lta
«Yo debería» es otra manera de perder. También eso
implica que uno no tiene opciones en la vida. «Yo podría» es
más vigoroso. «Yo podria hacerle una visita a mi madre, pero
prefiero ir hoy al cine.» Esta otra manera de hablar sitúa las
cosas en el dominio de la elección en vez del de la obligación,
•Puedo visitar a mi madre o ir al cine. Creo que optaré hoy
por mi madre.» Los •debería» suscitan culpa y desconcier-
ro... sentimientos totalmente negativos.
su sox i E Frres

A usted le arrebatan su fuerza cada vez que prnn cia


las palabras «Yo debería».
•No es culpa mía• es otro ejemplo. Nuevamente, uno
parece desamparado. Es mejor asumir la responsabilidad
por lo que le suceda a uno en la vida que ser siempre la vícti-
ma. •No es culpa mía si estoy enfermo», «no es culpa mía si
he perdido mi empleo». Si usted estíí dispuesto a asumir la
responsabilidad, podrá ver qué es lo que puede cambiar en
el futuro. Con respecto a la enfermedad, diga: «Soy total-
mente responsable de mi enfermedad. Veamos qué puedo
hacer para impedir que vuelva a ocurrir. Puedo cambiar mi
dieta. Puefio disminuir mi tensión. Puedo dejar de fumar.
Puedo dormir lo suficiente». Y así sucesivamente. ¡Veo
cufin poderoso puede ser! Lo mismo sucede cDn la pérdida
del empleo. Si usted es responsable, puede estar mejor pre-
parado la vez siguiente, puede descubrir por qué las cosas
pasaron así. Tiene el control de la situación. Cada vez que
usted logra un mejor con,trol de su vida, avanza hacia una
posición de poder, lo que, en última instanóa, disminuirá su
nivel de miedo.
«Eso es un problemas es otra frase mortíÍera. Es densa y
negativa. «Eso es una oporfuoidod• le abre la puerta al cre-
ciiiento. Cada vez que usted ve el premio que le ofrecen los
obstáculos de la vida, puede manejar las situaciones difícilm
en una forma compensatoria. Cada vez que tiene la oporm-
nidad fie ensancliar su capacidad de controlar el mundo, su
poder aumenta.
•Confio• es otra palabra propia de una víctima. •Sfi•
tiene mucho más poder.

Confi“o en canseguir un empleo.


SE Luc fonsegxirú un empleo.

¡Quó diferencia! La primera de esas frases le llevara por


un camino de noches inquieras e insomnes. La segunda con-
tiene paz y serenidad.
a u N qu z TE NGA u i EDO , HAGA LO I G U A L

«Si tan sólo» es algo aburrido. Usted notará el Timoteo que


hay detrás de eso. •ún próxinsn nez• implica que ha aprendido
de la situación y usarfi lo aprendido en próximas ocasiones. Por
ejemplo: •Si tan sólo no le hubiese dicho eso a Tom» puede ser
expresado en otra forma! «Ahora só que Tom se restante al
tocar ese asunto. La próxima vez fei7dfñ mós tacto».
•¿Qué haré?» También aquí usted puede adivinar el
lloriqueo y el miedo implícitos en esas palabras. Usted, como
todDs los demfis, tiene en su interior fuentes increíbles de
poder que no ha usado nunca. «Sé que puedo aftnntarln. Nu
tengo motivo para preocuparme.» En vez de: eHe perdido mi
empleo. ¿Qué haré?», pruebe «He perdido mi empleo. Sé
que puedo afrontarlo».
«Es algo terrible» suele proferirse en las circunstancias
más inadecuadas. Por ejemplo: •He perdido mi cartera. ¡Ver-
dad que en terrible?». ¿Quó tiene de terrible haber perdido
una mnem? Es, ciertamente, una incomodidad, pero difícil-
mente se podrín definir como algo terrible. «He engordado un
kilo. ¿Verdad que es terrible?». DiScilmente se podría llamar
terrible al hecho de haber engordado un kilo. Así es como nos
referimos a las cosas triviales de nuestra vida. Y nuestro
subconsciente está registrando: •Desastre... Desastre... Desas-
tre...». Sustituya «es terrible» por • E5 24ffn txpetieRÉá ú
npreudiznJr•.
Aunque uno podría sentirse más justificado al decir «Es
algo terrible» si un ser amado padece céncer, recuerde que
esa actitud le resta a usted la fuerza para afrootaT esa situa-
ción. Hay muchos que han aprendido cosas importantes de
la experiencia. Lo sé, porque soy uno de ellos.
Mi experiencia sobre el cáncer me ha enseñado muchas
cosas maravillosas sobre mí misma y la gente que me rodea.
Y lo que es más importante, he descubierto lo mucho que me
querían. Vi algo tierno en mi novio, hoy mi marido; algo que
no había visto nunca antes y que hizo que nuestro amor se
intensificara incoomensurablRmente. AsimiSiTlD, he modifi-
cado mi vida en muchas formas positivas.
Al comer, lo hago con mucho múe cuidado. He aprendido
cómo puedo eliminar la ira, el resentimiento y la tensión que
formaron parte de mi vida cotidiana antes de mi enfermedad.
Mi experiencia con el cáncer nos ha dado a mi marido y a mf
una nportunidad de contribuir con algo a este mundo. Escribí
un artículo muy importante sobre mi mastectomfa, que, lo sé.
ha sido muy valioso para muchos hombres y mujeres. Mi ma-
rido y yo nDs presentado juntos en televisión para na-
rrar nuestro cnso, apouúndoles nuevas experiencias a los ie-
levidenies. De modo que para mf está claro 9ue el cáncer pue-
de ser una gran experiencia de aprendizaje y una oportunidad de
dnr.
Empiece por cambiar «terribles», lDS «no puedo», IDS
problemas. las luchas, etcétera. de su vocabulario. Quizás esas
diferencias semániicas parezcan triviales, pero le aseguro que
no lo son. No sól‹i cambia usted de uná manera muy positiva
con un vocabulario muy vigoroso, sino que To mismó sucede con
su presencia en el mundn. La gente que exhibe fuerza interior
es tratada de una manera distinta que la que aparenta ser dé-
bil. Cuanto mayor es el vigor con que usted habla. más se
cun v icrte en una íucrz.a a tener en cuenta en c\ circun-
dante.
Cuando usied comienza a controlar su vocabul:mio. puede
traerle ut›nbién más poner a su vida uiiiti iiian‹tu su ,•oii‹i de c'o
ntur/i‹/rim. ¿Quú significa eso?
mayoría do nosotros operamos denirn de una rona que
nos parece adecuada, íiiera de la cunl nos sentimos incómodos.
Por ejemplo. podemos gaslar diez mil pcsetas en un par de za-
patos, pero cincuenta mil ins pondrías nerviosos. Podríamos
.cstar dispuesms a tmhar amistad con gente dc la cficina de Iz
mismu categon’». laboral, pero seria incdmodc› hacerlo con algu-
no de los superiores. Podrían os ir a un establecimiento familiar
pam cOFr›cr fiOi£›s, pero rtos sertti Ft’2I3 Os rea) mente inCoTYj‹›£)t› si
hiciémmos In mismo en un restaurante lujosn. Podríamos pedir
un aumente del siete por «ientu, perU f)Ds acobardaria pedirlo
4«T vcinti«iricn. Podcmo.s «ubrar do* init pesetas lu h‹›ra pur
nuestros xervicsos. pero no creemDs que valgan cincu mil. Y así
sucesivamente.
A U N QU £ T E N G A ht I E DO . H A G
0A L IG U AL

Para cada uno de nosotros, esa zona de comodidad es


distinto, pero, lo sepamos o no, todos, ricos o pobres, humil-
des o encumbrados, hombres o mujeres, tomamos decisiones
basadas en los límites de ese espacio.
Sugiero que cada día haga algo que le ensanche ese espa-
cio. Háblale por teléfono a alguien a quien le intinude a
usted hacerlo, cómprese un par de zapatos carísimos, pida
algo que necesite y que haya temido pedir antes. Corra un
riesgo cada día.,. dé algún paso pequeño o audaz que le haga
sentir mfis grande después de haberlo dado. No se quede
sentado... impotente. Observe lo que empieza a suceder
cuando aumenta su zona de comodidad.
Como muestra el grfifico de la página siguiente, con cada
riesgo que usted corre, sale de lo que parece mfis cómodo, y se
hace més fuerte. Toda su vida se ensancha para abarcar más de
lo que hay en este mundo de experiencia. Al crecer su poder,
aumenta su confianza, de modo que el ensanche de su zona de
comodidad se hace cada vez mfis fácil, a pesar del temor que
pueda experimentar. La magnitud de los riesgos que affonta
también aumenta. Al principio, usted puede apuntarse para
un curso nocturno después de haber abandonado la escuela
antes. Finalmente, podrfi inscribirse para obtener
su graduación universitaria. Usted crecerá... cobrará espacio...
se hará más grande..., pero todo con su prupio ritmo. Mientras
corre esos riesgos —por pequeños que sean- avanza hacia la
derecha en su diagrama del dolor a) peder.
Todas las noches, antes de acostarse, planee el riesgo que
correrá al dia siguiente. Cierre los ojos y, mentalmente,
practíquelo. Visualícelo de la forma más clara posible. Asi-
mismo, durante el día, observe dónde vacila mfis y comience
a planear sus riesgos futuros basándose en esas observacio-
nes. Si logra dominar la vacilación en el primer momento,
mejor que mejor. Recuerde que, cuanto mfis ensanche su
zona de comodidad, más fuerte seré.
SU S AN } E FFE RS

Nueva zona @ winbdd&

Riesgo cuato

Rkaij)(s tre9

Riesgo dos

Z. on. ae
+ . . ,
de
comodidad

Rles$o cuato

Nue«awnademmodQad

Por favoq adviena que: £ns riesgos qxe corro no incluyen


ncfos]isicammte peligrosos, tales como ncelerar descoTiHoIa-
&mmte un automáál o ingeñr drogas. Tnittpoco inr/xyen
ñesgos que imptiqum oiolar Íos dererhos de otras personas,
fo/es como hacerle insínicaciones a la novia de oro persona o
maltar un hanzo. Usfed no sálo podría hacerse impopulan
moñr o acabar m la cárcel, sino que además podría despla-
:zarse ñacÁ la ízqNíerdo del diagrama del dolor al podee, Eso
cÍase de actos no dan más poder; ya que no conñmm mtere-
za o amor, ni para uno mismo ni para los demás. Sin esos
íngredimteç es imposible fonalecer el sensrnietifo del propio
nales Así, fo capacidad qxe ñene i!sted de dominar el miedo
se oens mxy disrnixxide.
De modo que, cada día, corra solamente los riesgos que
fonalezcan su sentimiento del propio v&er. Ésos son los ries-
A U N QU E T E N G A hń I E D O , H Ä G A L O I G U A L

gos que acrecientan su capacidad de afrontar sus miedos. ¡Au-


mente sus límites! ¡Aumente ! ¡Aumente!

Tanto si lo siente como si no, ya tiene rnăs poder del que


habría imaginado nunca. Todos lo tenemos. Cuando hablo de
ir del dolor al poder, no hablo de extraer la fuerza de ninguna
fuente externa. Dentro de usted, esperando sinlplemente el
momento de emerger, hay una increi5ale fuente de energía,
m3s que suficiente para formar una vida placentera y satis-
Íactoria. Se trata «ó1o de un proceso extracción de la energía
que ya estă ahí, aunque usted no lo sepa.
Los ejercicios contenidos en (este libro están destinados
a guiarle haõa esa gran fuente de energía. Saber si usted lo
hace o no, es una bLlena cJsvc para dilucidar si estă Ãspuesto
en esta ocasión a aceptar todo lo que lleva dentro. Si no lo
está, no se lo reproche. Comprométase sólti a seguir traba-
jando para lograrlo. Una mancra de hacerlo es leer y releer
este libro y otros de desarrollo personal hasta liberarse de los
sistemas de creencias negativos que le mantienen en su im-
potencia. La mayoría de nosotros estamos pletórico> de vie-
jos condicionamiento.s que nos mantienen dćbiles. S”c requie-
re una constante repetición pars que prefiominen pautas rnăs
nuevas y mśs sanas.
Usted estă destinado, de forma innata, a usar su podcr
personal Cuando no lo hace, experimenta impotencia... pa-
rülisis y depresión... lo c uoal cs us csíntunaa true mrs ‹idvici’tc
que algo no funciona como debiera. Usted, como todos no-
sotros, merece todo let que es maravi)loso y emocionante en
la vida. Yesos sentimientos brotan solamente cuando se pone
en contacto con su podc•roso yo
4. Lo quiera usted o no... es suyo

Es muy difícil saber si e actúa como una víctima o se asu-


me la responsabilidad de la vida. ¡Somos tantos los que cree-
mos que asumimos la responsabilidad de nuestras vidas cuan-
do, simplemente, oo es así...! La mentalidad de «víctima» es
muy suul y asume machas formas. Cuando usted examine
los conceptos contenidos en este capítulo, comprenderá me-
joría dinámica de afrontar el miedo.
La idea de asumir la responsabilidad de su vida,
probablemente no sea del todo nueva para usted. Durante
años, le han estado bombardeando con este mensaje: asuma
la responsabilidad de su propia vida.
Pero yo estoy convencido de que fu mnyonn de uosofrps
no comprendemos realmente qué signifiza esto.
Para la moyorín de los que somos «independientes», sig-
nifica que debemos conseguir un empleo, ganar suficiente
dinero para mantenernos y no depender de otra persona
para sobrevivir. Ello podrfi o no ser una de las facetas de ese
toma (conozca a mucha genre •dependiente» que com-
prende el secreto de asumir Ía responsabilidad de su expe-
riencia vital), pero ciertamente no enfoca el níicleo del pro-
blema, que es mucho més profundo, pero al mismo tiempo
más difícil de detectar Veamos unos pocos ejemplos. Eduar-
do es un ejecutivo muy rico y poderoso que vive en un cons-
tante estado de ansiedad. Cuando le insinué que consiguiera
alguna ayuda profesional me respondió que, si la gente que
figura en su vida cambiaba, tDdo estaría muy bien. Si su
esposa fuese m3s cariñosa, si su patrón no se apoyada siem-
pre en él y si su hijo dejara de drogarse... él esraría perfecta-
mente. Está convencido de que no hay ningún motivo para
5 U 5 AN ]E FFEIt5

que le ayuden... La culpa es exdusivainente de los otros.


¡Asume ese hombre la responsabilidad de su propia vidad
¡No, de ningún modos
Mara, objetivamente, esrfi sentada sobre In cumbre del
mundo. Tiene un empleo magnífico, vive en un hermoso
departamento, tiene muchos amigos y amantes. Su consmn-
ie motivo de queja es su ex marido: siempre la hace sufrir, le
ha sido siempre infiel, no paga los gastes de manutención
de su hijo. Además, su hijo se vuelve contra ella y la abusa de
ser egoísta... etcétera. ¿Asume Mara la responsabilidad de su
vida? ¡De ningún modo!
Conocen a muchos solteros o divorciados que se quejan
sin cesnr de su s en cód yuges, He sus j ejes, de su soledad, etcé-
tera; a muchos casados que se quejan sin cesar de sus hijos,
de le escasez de dinero, de su falta de comunicación con sus
cónyuges o de cualquier otra cosa. ¿Asume en realidad algu-
no de ellos la responsabilidad de su experiencia de la vidad
¡Nada de eso!
Todos ellos, en cierto modo, desempeñan el papel de
víctima. de han cedido su poder a otro. Renierde que, cuando
usted cede su poder, se desplaza cada vez mfis hacia la iz-
quierda en el diagrama del dolor al poder y la consecuencia
es que queda paralizado en sus tentativas de habérselas con
el miedo.
En un nivel más obviD, si usted tiene un empleo que
detesta, si es soltero y quiere casarse, si tiene relaciones poco
agradables con una mujer y quiere librarse de ella, si su hija
le saca cenas antes de tiempo y si, en términos generales,
nada parece marchar como desea, usied desempeiia también
el papel de víctima. Nada tiene de asombroso que tenga
miedo... ¡Las víctimas son impotentes!
La verdad es que en realidad usted estfi dominado... bajo
un control rotal. Por algún motivo, consciente o incons-
cientemente, opta por desempeiiar ese repulsivo empleo,
opta por seguir manteniendo una relación amorosa destruc-
tiva, opta por dejar que su hija le vuelva loco, opra por sabo-
x u N pu E T c N G A M I E DO, G H A A L O IG M A L

tear todo lo buenD que hay en su vida... o lo que pudiera


haber. Sé que resulta difícil aceptar el hecho de que usted es
la causa de los sentimientos que le restan alegría de vivir.
Contraria mucho vernos como nuestro peor enemigo. En
cambio, estu comprensión será su tobla de salanción. Si
comprende que usted mismo puede crear su propio dolor, es
lógico que pueda también crear su propia alegn’a.
Pero •cómo asumir la rRsponSabilidad de su experiencia
de la vidas es un concepto huidizo, y conviene aclarar cuáles
son los componentes para lograr un modo més poderoso de
vivir. Advierta que he cuidado de no pedirle que crea que
usted es el responsable de todas sus experiencias en la vida
(aunque algunos asegurarían que lo es). Mas bien le pido
que crea que usted es la causa de todas sus experiencias de la
vida, lo cual significa que es la causa de todas sus rrnrciones
ante cualquier cosa que le suteda. Ampliará este concepto en
los capítulos cinco y nueve.
Cuando lea las siete definiciones siguientes sobre lo que
es asumir la responsabilidad, recuerde que siempre que no la
asume, se coloca en una posición de dolor y, por lo tanto, dis-
minuye su capacidad de afrontar el miRdo de su vida.

1. Asumir fa responsahilidad siynifica tio ca lpar nuntn


n nadie por lo qiu uno «s, linch, tiene o siente.

¿Nunca? —dirá usted—. Pero esta vez es realmente culpa suya


(o del jefe o de mi hijo o de la Rconomía o de mi madre o de
mi padre o de mis amigos). « ¡ Realmente, nsí es!» Si usted ha
echado de menos algo o a alguien, agréguelo simplemente a
la lista. Mientras no comprenda plenamente que usted, y
control de su vida. He aquí unos pocos argumentos que he
oído en mis clases y las preguntas que esas personas tuvie-
ron que formularse antes de lograr trasladarse a una zona de
mayor poder.
s u s a N EF FE RS

MndcÍine

• ¡Ciertamente, ha sido por culpa de mi marido que estos úl-


timos veinticiTiCO 2íins de mi vida hayan sido tan lamenta-
bles!»

Por qué optó usted por aguantar? Por qué no pudo


O CPp t t2Y ÓI Qui n rt $ de IC 5 (1it q y y6 HCR:US .C S II .iTi Drt NO en paz*
JC CCÍifírJe S clllpff de fOdO) ¿POY Qltt? 8sÍfÍ Íftl2 DrÍOSO ritúN•
do sa be que entonces n Cl le, r‹•siiltará imposible comunicar-
se chu usted!

«Beeno. Ciertamente, es por culpa de mi hijo que estoy ca-


noso; un ha dejado de darme preocupaciones.»

¿Por Qué Ilo pCttsó Ç tt e él debía hnllar su propio camino?


Par qué tenía que salvarle siempre I Por qxe tenía que con-
sideTarle hastn t‹i l punto unn profnngación de sí ittismo que
espP'ruba delttusiado d€ UÍ (Por QIfÉ no plldo dP']y r(i? SOY
quien es!

«Bueno. La verdad es que, si no progreso en un trabajo, es


por culpa de mis hijos. »

¿Por Ntre no se ha pjado iisted en que otros que tienen


hijos han progresado en su frodo/o y sMS /ii/os están /zie›‹ ?
g Po r quC no hai aceptado la oferta de sti marido de cypdarla
con los nietos si quiere tr tbaja rt ¿Por qu,é. no ha Íierfin nin-
quii es)ue.reo pnra desnrrollar nf itios. h.ahilidades que la
ayuden realmente a conse ir xn empleo qtte le guste l
T E NGA MJ EJ9O G
. HA ALo i c u L

«Bueno. Ciertamente, si estoy desempeñando este asquero-


so empleo es por culpa del mercado de trabajo.••

ámo no I2dt/iertP tlsted qIle olrUs llutJ llGllnlldU etII/lCos

«Bueno. Si estoy deprimida, no es por culpa mía. iPor qufi


tenía que tocarme padecer un cáncer?»

Por qué ha comida usted siempre nÍí.mentos fsu yvca sa-


nos! Ppr qi‹c se dejo bevom r siempre ¡for ffi ira y ml resciití-
minutol Por que estd sieinyre• tnn tensa! Pa r ¡ai[nnn tnnta»
cigarrillos! iI’o, q•; •o adote te que bnp otros que hnii con-
vertido slí liichR cotltrn el ffÍllrer Un fffJn P.TÇrri€ntWa)1osIflr6Í

Si a usted le duele ídenfihcarse con alguno de los relatos


expresados, es buena señal. Eso demarca una zona en la cual
debe trabajar. LI punto que conviene recordar es que, cuando
usted cuÍpa a una fuerza exterior de alguna experiencia de su
vida, renuncia literalmente a todo su podcr y provoca así
dolor, parálisis y depresión.

2.

Se que esto parece contradictorio, pero no lo es. Cualquier


rosn que le quita a usted su poder o su placer le convierte en
S U 5 A N ] E F FE RS

víctima, ¡No haga una víctima de sí mismo! Para algunos,


esto es más difícil que no culpar a otros. Cuando usted se
haya dado cuenta de que ha provocado una buena parte de su
desdicha, tendrfi tendencia a castigarse a sí mismo y a abatir-
se. «Estoy haciendo de nuevo un embrollo de mi vida.
¡Cuando aprenderé de una vezl» Esto tampoco significa
asumir la responsabilidad por su experiencia de la vida.
Importa comprender que uno ha hecho siempre lo mejor
que podía, teniendD en cuenta la persona que era en ese
mDmento determmado. Ahora que está aprendiendo una
nueva forma de pensar, puede empezar apercibir las cosas de
una manera distinta y posiblemente a mmbiar muchos de sus
amos. No hay la menor nwesidad de que usted se sienta con-
trariado por su conducta pasada, presente o futura. Todo
forma parte, simplemente, del proceso de aprendizaje,.. el
proceso de avanzar del dolor al poder. Yeso requiere tiempo.
Usted debe tener paciencia consigo mismo. No hay ninguna
necesidad de que se humille. Nada ha ocurrido por sti
«tulpa». Sí, usted causa su desdicha, pero eso no es motivo
para culpaoe. Usted está simplemente en el camino hacia
una mayor realización de si mismo y se trata de un largo
proceso de adiestramiento y error

3. Asumir la responsabilidad implica saber dónde y cuándo


no se ba asumido la responsabilidad para zambiat.

Se necesitaron años para que yo comprendieia que el lugar


en que desempeñaba el papel de víctima más a menudo era
con los hombres de mi vida. Recuerdo muchas veladas en
que me quejaba durante innumerables horas con mis amigas
del dolor que me estaban causando los hombres. Esas «sacu-
didas», cnrno yo las definir austeramente, contribuían siem-
pre a arrebatarme si felicidad. Uno de ellos llegaba siempre
tarde, otro era increíblemente tacaño, otro no ganaba sufi-
ciente dinero, a otro le gustaba demasiado jugar al golfi otro
A u N qu E T E N G A M I E D O, H A G A L O J GUA L

no quer ía obtener el divorcio Y •í sucesivamente. Me causaban


a menudo una ira y un resentimiento increíbles. Horas, Y •
horas pegada al teléfono oyendo cosas tales como. <<¿Podrías
creerte que él está...?>>. Naturalmente, mis leales amigas
compartían mi drama mientras yo compartía sus
contrariedades con sus hombres. Aquello era una especie de
Sociedad de Gemidos y MaldiciDnes. Nunca parecíamos
cansarnos de nuestras historias mutuas. ¡Ahora comprendo que
ahondar en nuestro martirio nos proporcionaba un evidente
placer! ¡Siempre teníamos razón! El resultado era que teníamos
que preparas nuestra propia felicidad...Podíamos simplemente
culpar a los hombres de no habernos hecho felices.
Duranic esc tiempo, yo cstat›a segura de asumir la rcsponsa-
bilidad de mi propia vida. Como mi amiga Mara. vivía esplén-
didamente. Teníu un hermoso departanieniu y era totalmente
«independiente». Pero en realidad o‹ astimía la rcsponsahilidad
de mi propia vida. Esperaba aún que los hombres de mi vida
«me hicieran fclir› . ¡Finalmente, descubrí que sólo hay una
perstina en el mundo que me puede hacer feb ir y esa persona my
yo misma! Por una increíble iron ía dcJ deslino, sólo al com-
prenderlo he podidn, por primera vez. tener una retaci‹in reci
procamente positiva. Ahora sé que. cuantio estoy entijada ctin
mi marido, simplemente debo preguntarme: «j Qué es lo que no
hago en mi vida de lo cual podn’a cuJparie a El de no hacerlo por
mí?». (¡Len esto de nuevo!) Ahora, puedo ponerme rápidamen-
ie a tono con lo que sea. O me obsesiona el dihero, o me siento
insegura, n fiD Cstoy generando suficicntc acti vidad, o espern
que El ‹mejorará» algo que yo oo controlo bien. o lo que sea.
Cuando comprenda lo que estoy haciendo, podre' abordar la
tarea de corregirlo. Cuando corrito lo que debe ser afroniado en
mi vida. toda mi ira frente a los demás desaparece. Mi hija [les-
lie comentd hace noso lo faotásticti que es mi matrimonio.
-Si - dije ¡Es asombroso lo perfecto que se vuelve Mark cuando
ya no espero que maneje mi vida!
S U 5 A N ] E F FE RS

Esto no implica que uno no tenga derecho a que su com-


pañero satisfaga sus necesidades básicas —la necesidad de
verse apoyada en su desarrollo personal, la de ser respaldada
a veces, la 3e saber que hay afecto en el cónyuge-, pero,
cuando una no controla su vida, no hay afecto ni respaldo
suficientes. Una se convierte en un poEO iRsolldable. Nues-
tro compañero podría hacer el pino para satisfacernos, cnmo
algunos de los hombres de mi vida han procuradD hacer,
pero nunca basta con eso.
Yo podría agregar que si alguien no provee a sus necesi-
dades básicas de ser respaldado y amado, lo mejor que puede
hacer es marcharse Pero antes debe preguntarse: •¿Es e1 (o
ella) tan terrible o simplemente sucede que yo no asumo la
responsahilidad de mi experiencia de la vida?». 81 usted está
convencido de que, simplemente, no está dispuesto a pasar l«
vida con esa persona, eso implica que hay que asumir tam-
bién la responsabilidad de abandonarle cnn el pnipósito de
hallar un compañero con el cual uno sea más compatible.
Una clave que nos demuestra cuándo uno ha asumido
realmente la responsabilidad es cuando siente muy poca o
ninguna ira contra esa persona. Uno advierte que ha optado
por quedarse con ella en el pasado y en cambio que opta
ahora por abandonarlo. El otro no tiene la culpa en ningún
sentido. El (o ella) ha hecho todo lo que estaba en su mano
teniendo en cuenta su nivel de desorollo personal. La ira es
la clave que evidencia cómo usted no ha asumido su respon-
sabilidad.
La relación con otra persona sólo es una faceta en la que
uno puede renunciar a su poder. Impou a mirar también
todas las demfis, para decidir dónde no se asume la responsa-
bilidad.
Su cÍave puede ser cualquiera de los signos siguientes:

Im Impaciencia
Contrsriedad Falta de alegría
Culpar a los demfis F-atiga
A U N QU E T E N G A M0IE D , H Â G A LO I G U A L

Dolor Intimidación
Venganza Intento de controlar a los demăs
Falta de objetivas Obsesión
Autocompasión Propensiones
EnviÃa El propio criterio
Impotenc-ia Dccepcič›n
Sensación de c2utiverio Celcs

No se trata de una lista completa, pero da una idea apro-


ximada. Cuando aprrcie alguna fle esas .sen.saciones, debe
determinar qué es lo que ›‹sfrd no estź haciendo en su vida
que está causando cl signo i evelador. Le sorprenderź ver lo
făcil que restilta identificar en qué punro tino ha rentinciado
a la rcsponsabilidad.

3. Asicniir In respo›lïabiłíútid sigrii[icn acnllnr

Nos refcrimos a csa vocccita interior, a esa voz que trata de


enloquecerno«... ¡y que tan a menudo lo consigue! Apuesto
a que algunos de ustedes ni siquicra saben que estź ahí (yo
misma me sentí impresionada cuando la dcscubri3, pc•ro le
aseguro que contiene la clave de todos sus miedo». Es la voz
que presagia ruina, abandono y pćrdida. Estamos tan laabi-
tuados a su presencia que, a menudo, ni siquicra notamtis
que nos estă hablando. Si usted nn tiene conciencía de cómo
actúa su Charlatana, le damos un ejemplo:

Si lz• llntno çor fcléfotio çxizńs ćÍ t›ïr consíJcrr demnsin-


do agresíva, prro, sí tio íe I/nttlo, pxeJe supotïrr çuc tto
inc interesa. Antique.,. »i le llanlo iJ nic rcsyondt• str con-
frsfnJor nxfupi jfirn, n¡p prr;șt‹titurč ifóndr rsfŃ y echa-
ré u çet“der toda la noch‹• porque sosprrÍinrè ç!‹r Jiñ snli-
do con otrn mu]er; De todos tRodos, st Ro le llnttlo, ttie
qffPdnrf cØri In dt‹f$fl. @ríizšs yO l2o /P fI sflJir ćsffl no-
5 U S A N ] E F FERS

che. El podría telefonearme y entonces pensará que


Zsfoy CoR otro y creerá que tanto me da. Sin embargo, si
le telefoneo snfirñ realmente que tengo interés y es pro-
bable çue empiece a alejarse de mí. Me pregunto por
qué no me habrú llamado. Tal iiez yo fue haya mastrado
demasiado /río esta tnrde cuando nos encon frnnfos para
almorzar Juntos. Quizá debí ser más afectuosa. Parecía
tan gorda CoR esa ropa... y mi maquillaje era horrihÍe. Él
parecía algo frío. Me pregunto si será porque se enterá
de que salí coti Allen la otra noche. Bueno. La verdad es
que él no debería presumir que me quedo en caso todas
Ins nochrs espernn,do su llamada. Es muy presuntuoso
si suçone eso. La pró.vfinn uez que le uea, le preguntaré
por qué no me telefoneó. Se suponía que Usamos o ir al
cine juntos esta semana y él ni siqxiero se ha ncordado.
Voy a hacerle ver su dejadez. No quiero prejuzgar,- pero
ciertamente ie diró Io que sienfo.

O esto:

reunión. Q lf izás (o me dedique a partir de ahora a hoI-


gazanear y veremos si eso le gusta más. Realm.ente, no
da resultado entregarse por fompJefo en el trabajo. Uno
nunca se ne recompensado por todo lo que entrega. Sólo
da resultado el ser un gran manipulador; como todos los
denós. Un honrado empleado de los que trabajan de
/irme ye no es apreciado. Pero yo se lo haré vez Buscaré
otro empleo. El problema es que el mercado de trabajo
estú tan mal en estos momentos... segxro que no
encuentro nada. Ojalá hubiese acabado la csrrern...
Entonces,. tendría mejores posíhiíidodes. Estoy realmen-
te efosrado... Nudie contrata ya a gente de más de cua-
A U N QU E T E N G A M I K DO , H Á G A L O I G U A L

rP›7ŻC ttrî‹›> bf rrf î1 /*u‹ rF6 /î‹z'ifrf?›î ¢ îrfźt”Û y‹› ”łÖ ?f’íi
podï 0 ŻrćtÊBrt›« rOr? ,yPftÉć ‹)6 ridrtU rt/iPt'û. 6r‹7l7›‹ćrzÉr,
i'llJ sÍeH(o ›ffl'/iñat$O. L pllrr o Trec r çl‹P r›1r /1‹ìya›J
P.Yrl2íi/o Jr $J r‹'tI›li€í›?.

Nada tiene de asoiubrtiso que a la maytiría dc ntis‹›trt›s


nos desagrade estar stãlos y no podamos estar en una hahita-
ción sin encendc•› la laûio u el telcvisor para tenc•r coitlpañía.
¡Cualquier cosa con ta1 dc htiir dc• esa locura! Tença la scguri-
dad de que esa '‹locura» cs en realidad \ina ctapa inevitable en
el proceso ăel crecimicnto personal. Todos somos víctinlas dc
nuestras Charlatanas cn cieitos monlentos de la vida.
Ahora que usted sabü que cxiste, norară también que no
puede rechazarla... por lu menos, todavía. La buena noticia es
que hay maneros mriy eficace« òe librarse ăe esta clase ăe
ncgatixńdad, quc seră estudiada en otros capítulos. Por ahoru,
anote simplementc que su Charlatana hace de usted una víc-
tima, y comprométase a sustituirla per una s-oz aíectuosa.
No tiene por quíï açuantar a sus cnemigos, aunque estćn
dentro de sí mismo. Por lo dcmăs, cttando se libre 3e la nega-
Ńvidad que implica su Charlatan.a, cinpezară a alegrarse dc
estar solo de vez c•n cuando.

û. Asta›iir In rvsyottsabiíìd‹itl sï,ç›ii/icti rsiur ti / mint:i iíć


to» re» ultndo» que 10 fii‹iti ti‹•ii‹'ii i iiiio •• nt‹1•¢udo›..

Los resultadns explican por qué optamos por perpetuar lo


que nu queremos en nuestra vida. Cuandc› ccmprenda lo.s
resultados, su conducta mucho ivla)'oi- sc-ntido para
usted. Perlnítanle quc• lc• dé algunos ejeiuplos.

Jean se scntía horribleinente aiascada en su cinpleD y quería


dcsesperadainente al›ai1donarlo. Se cunsideiaba una víctinla.
s u s a N ] E FFERS

¡Pobre Jean! Su Charlatana se consagiaba sin cesar al juego


de •si tan sólo•. Si tan sólo el mercado de Oabajo estuviera
algo mejor, no tendría ese problema. Si tan sólo ella fuese
algo mfis hábiÍ, tendría mayores opnrturiidades. ¿Qué la
reunía, en realidad, en su empleo? ¿Cuáles eran los resulta-
do /
Al seguir siendo una víctima, Jean, en verdad, se sentía
muy a sus anchas. No tenía que afronrar un pnsib’le rechazo
en la bíisqueda de un nuevo empleo. Aunque detestaba su
trabajo, era fficil para ella. Sabía que podía desempeiíarie
bien, no tenia que poner en duda su competenÓa. Le dedica-
ba sus horas y no necesitaba gastar energía adicional. Ade-
mfis era relativamente seguro.
Cuando Jean examinaba sus resultados, tenía por lo
menos tres alternativas. la primera era quedarse donde esta-
ba y seguir siendo desdichada. La segunda, quedarse donde
estaba y optar por sentirse satisfecha de su empleo. La terce-
ra era decidirse a buscar algo más satisfactorio.
¿Qué hacía ella, en íiltima instancia ? Después de com-
probar cómo eran los resultados, podía marcharse y busrar
nuevo empleo. Mientras estaba en el plano de víctima,
podía no funcionar. Apenas comprendía que optaba por que-
darse a causa de los resultados, y no a causa de sus «tan
só)oa, podía emprender otro camino.

Kevin había estado separado de su esposa durante cinco años.


Aunque había encontrado a otra mujer cnn quien quería
casarse, no podia decirles a su esposa y a sus hijos que quería
divorciarse. Cuando la nueva mujer amenazó con irse, Kevin
buscó ayuda profesional. La opción de «víctimas que le suge-
ría la Charlatana era que su esposa se suicidaría, que sus hijos
no volverían a dirigirle la palabra y que sus padres le deshere-
darían. ¡Pobre Kevin ! Realmente, creía en todo esto en
nivel consciente y estaba paralizado por la culp».
a u N pu z TE NCA MI E DO . 1GAsL o i uxL

Con la ayuda de un terapeuta, no tardó en descubrir que


el verdadero problema era su propio miedo a desligarse.
Aunque ya no amaba a su esposa, ella representaba incons-
cientemente para fil desde el punto de vista psicológico «un
lugar al cual volver» y tenía miedo de cortar el vínculo en
forma permanente. Ese fue su resultado por haberse queda-
do atascado.
Apenas Kevin supo que era su propio irrazonable temor
lo que le detenía, inició inmediatamente los trámites del
divorcio. Naturalmente, su esposa —no se suicidó, sus hijos
nunca dejaron de hablarle y sus padres no le desheredaron.
¡Sólo se preguntaron por qué había dejado pasar tanto tiem-
po! El secreto estaba en que cuando por fin supo cuáles eran
los motivos por los cuales optaba por seguir casado, su sen-
sación de culpa desapareció y pudo hacer lo que deseaba.

Tenía

Tania siempre estaba enferma, lo cual diÍicultaba muchas de


las cosas que quería hacer. Súlo se ‹xinsideraba una «pobreci-
to» dotada de un cuerpo enfermizD. ¡Una víctima perfecta,
por cierto! En uno de mis talleres, le pedi al grupo que men-
nonara los resultadDs de haberse quedado «atascado» y la
molestia que los mismos ocasionaba. Tania no pudo hallar
resultados que justificaran ci estar siempre enferma... hasta
que el grupo la ayudó a descubrir unos cuantos.
Le hicieron notar que su enfermedad atraía sobre ella
mucha atención y qne eso le evitaba la necesidad de salir por
ahí y correr cualquier riesgo. Lo negó al principio, pero,
finalmente, pudo reconocer que había algo de verdad en lo
que decían.
Tania nunca entendió su falta de salud como una manio-
bra, aunque su inconsciente sabía exactamente qué e5t6ba
haciendo. Cuando niiia, la enfermedad era el único recurso
que le deparaba cierta atención. Su conciencia de los resultar
dos era el impulso que necesitaba para poner en marcha su
S USA N } £ F FERS

vida. Comprendiendo que, posiblemente, provocada su mala


salud, hizo muchos cambios en ella.
En primer lugar, varió por mrnpletn su dieta e ingresó en
una asmación que se ocupaba de su problema especifico. Y, lo
que es más importante,1es pidió a tndes lris que s chan algo
ell Sl2 VÍdH qUe la ilyEfd8T'HR ep£eIT1ÍÍÍIjdO18h SOl8ZRefIte CtI8RdO 9R
sentía bien y haciendo caso omiso de eus achaques cuando esta-
ba enferma. Obtuvo buenns resultados después de cierta prácti-
ca.Tania comenzó a establecer objetivos de trabajo y a esforzarse
en al los Insta cuando estaba enférma. Comenzó a llevar a
la práctica muchos de Ins ejercicios positivos de este libro... como
las ahrmaciones y grabaciones para motivan
Cuando comprendió plenamente los resultados a que le
había conduddo estar enferma, Tania puóo elegir. ¿Quería lla-
mar la atención por haberse pardo la vida enferma o hallar
forma más satisfactoria de vinculane a la gente y a los
objetivos de su vidad ¿Quería ser siempre una observadora de
lavi& o participar plenamente de ellas Optó por esto último...
y la enfermedad no es ya para ella un problema.
Si examinamos estos casos, se puede ver el poder que
tienen en nuestras vidas los resultados ocultos. No resulta
difícil descubrirlos cuando se advierte que existen. Se trata,
simplemente, de sentarse con un lépiz y un papel y de hacer
una lista con ellos. A veces, son evidentes para los demas,
pero pemianecen oculto9 para nosotros. Si no puede desve-
larlos, pídale ayuda a un amigo. Le sorprendería descubrir
que sus amigos conocen sus móviles mejor que usted.

6. Asxmir ie responsabilidad significa imoginorse ta que


quiere uno en fa sido y o6ror de acuerdo con elfo.

Fije sus objetivos. Luego, trabaje para lograrlos.


Calcule en qué entozzio le gustaría vivir... y luego, fór-
No hace falta mucho dinero para crearse un hogar
apacible y donde reine el afetto.
A U N QU E GT E N A M0i ED ,GkJ Á 0 A LG I U AL

Mire a su alrededor y vea a quién le gustaría incluir en


su círculo de amigos... Luego, tome el teléfono y trace planes
para reunirse con ellos. No se quede sentado esperando que
ellos le llamen.
Examine su propio cuerpo. D ecida qué es lo que tiene
que hacer para tener buen aspecto y buena salud,.. y, luego,
póngalo en marcha,
La mayoría de nosotros no «esculpimos» nuestras vidas.
Aceptamos lo que se nos presenta en el camino... y nos
aferramos a eso. Muchos nos p,zsamos la vida esperando...
esperando a la compañera perfecta, esperando el empleo per-
fecto, esperando que aparezcan los amigos perfectos. No hay
necesidad de esperar a que alguien le dé a uno algo en la
vida. Uno tiene el poder de hacer lo que necesita. Duda itna
decisión de hacerlo. unos objetivos claros y la acción impres-
cindible, se trata sólo de una cuestión de tiempo.

7. Asuní ir la respondatilidaé ii›ipfÍfo tener conciencia


de ins ux iiterosns alternativns qu e nno tiene en utia

Uno de rriis alumnos lo expresó así: «Desde que suena mi


despertadnr, tengo una hora y media para estar solo y com-
prendo que depende de mí cómo empezaré el día. Depende
de mí decidir si voy a descnrrer las cortinas y dejar entrar la
luz o caminar a Sientas por Ía oscuridad. Depende de mí oír
algo de música y bailar un poco por el apartamento en vez de
confiar en lo negativo de los noticíarios o escuchar a mi
negativa Charlatana. Depende de mí decidir si mi cuerpo
estd o no en buenas condiciones de sa)ud o si me diré a mí
mismo que estoy en camino de formar un gran cuerpo.
¡Tengo todo el día para mí! •.
Cuando usted vive cada día, importa notar que, en cada
momento, puede elegir la forma como se siente Cuando
aparece en su vida una situación difícil, es posible analizarla
s u s a N J E F FE RS

mentalmente y decir: «Bueno, í a elegir! ». E s e hará usted des-


dichada o contental ¿Verá la escasez o la abundancial iSe
reprochará a sí misma el haberse enojado con su marido o
simplemente notsrfi lo insegura que se siente si discute el
asunto con élI La elección está definitivamente a su cargo.
Elija lo que contribuya más a su vitalidad y crecimiento.
He aquí otras disyuntivas que pueden darse en la vida:

• Su amiga decide no acompañarle en el viaje que habían


planeado juntos. Usted se siente realmente disgustado... o
bien...
• Usted comprende que ella tiene sus razones y en‹xinrrará
a otra persona con quien compartir el viaje o se irá s bai-
lar! Su marido es alcohólico, Usted se pasa la vida tratan-
do de hacerle cambiar o regañándole...o bien...
• Usted asiste a las reuniones de Alcohólicos Anónimos y
aprende a modificarse a sí misma.
• Su gripe le ha impedido ir a la gran reunión a la cual debía
asistir. Usted estfi segurD de que eso pone fin a todas sus
aspiraciones profesionales... o bien...
• Advierte que tiene Dtras muchas opciones para llevar a
término una carrera profesional con éxito.
^ Su visita a la soleada California se llena de torrentes de
lluvia Usted lamenta su mala suene en tndo el viaje... o
bien...
• Usted descubre nuevas maneras de pasar unas vacaciones
espléndidas de todos modos.

A estas alturas, usted ya debería saber que la elección de-


pende de usted. Mientras sigue leyendo, puede acrecentar su
capacidad de ubicarse en el lado más ventajoso de cualquier
situación dada. Recuerde que ese modo de pensar no excusa
una conducta inadecuada de los demfis hacia su vida.
5implemente, le permite a usted Ílerar va vida más satis-
factoria. Asumir plenamente la responsabilidad de su expe-
riencia es un largo proceso que exige muchs práctica. Estoy
AU KQU E 7 EN GA M I EDO , HAGA LO I G LI A L

trabajando aún en él todos los dias después de muchos aíios.


El secreto consiste simplemente en comenzar. Usted empe-
zará a sentirse mejor de inmediato.
Los seis ejercicios siguientes le ayudarán a sentirse
visiblemente más preparado frente a sus miedos:

1. Enumere todos los resultados que le produce atascarse en


algún aspecto de su vida. ¿Quó es lo que no tiene que
afrontar? ¿Qué es lo que no tiene que hacer í ¿Qué con-
suelo logra ? ¿Qué imagen obtiene para aferrarse í Sea lo
más sincero posiblR consigo mismo. Cuando tRnga la con-
ciencia de lo que está haciendo, desecharfi automática-
mente una buena parte de su conducta mecánica viciada.
Usted se guiarfi a sí mismo en vez de ser guiado.
2. Tenga concieoÓa de todas las alternativas que se le pre-
sentan a lo largo de un día. Cuando se vea enfrentado con
una situación difícil, siéntese y escriba en una libreta
todas sus maneras posibles de obrar y de sentir a1 respec-
to. Cierre los ojos e imagínese feliz con esa opción...luego
triste... luego, agraviado... luego, jovial... luego, oprimi-
do... Iuego, despreocupado... etcétera. Usted empezaré a
ver cómo puede cambiar su punto de vista —y, por tanto,
sus senfiinientos— a partir de su voluntad. Cada vez que
esté contrariado, tenga conciencia de las alternativas que
se le ofrecen. Vuelva a encararlas como un juego. De nin-
gún modo debe repmcharse la circunstancia de estar con-
trariado. Es una gran clave para llegar adónde necesita
para empezar a asumir la responsabilidad.
Comience a fijarse en lo que dice en las conversaciones
con sus amigos. Vea si incluye muchas quejas sobre otis
personas, tales como: •¿Puedes creer que Jill llegó tarde a
la cena de nuevo ? Tuvimos una riña en pleno restauran-
te». Si esto le suena familiar, vea si puede invertir la
situación de modo tal que le ayude a aprender algo sobre
sí mismo. Por ejemplo: «Me he dado cuenta de que cuan-
do Jill llega tarde comienzo a sentirme realmente enfada-
S US A N } E F FE &5

do. Me pregunto por qué me siento así. Creo que eso se


debe a que ella no siente el menor respeto pur mí tiempo.
En cambio, a una parte de mí mismo le gusta esa situa-
ción. El hecho de tener algo de qué quejarme me hace
sentir superior».
4. Apunte en una libreta las muchas opciones disponibles
para usted que pueden cambiar prontamente las expe-
riencias desagradabl es por otras positivas. Usando el
ejemplo del retraso de Jill. ¿Qufi otras opciones tiene ?
Pndría dejar de citarse con ella; llegar más tarde, sabiendo
que también ella se retrasará; Ílevar alguna lectura inte-
resante; relajarse. 5i es esencial que ie encuentren a la
hora convenida, puede decirle simplemente que, si ella un
llega puntual, usted no la esperaré. No hay motivo para
sentirse irritado. El secreto consiste en no culpar a los
demfis de su irritación. Esio no significa disculpar la con-
ducta de los demás, sino, simplemente, no permitir que
esa conducta sea la causa de su cDntrariedad. En toda si-
tuación, hay por In menos treinta m.aneras de variar su
punto de vista. Haga de esto un juego... un juego que se
podría llamar •Cambie su punto de vista». Juéguelo con
un amigo; tener un •compañero de crecimiento» es algo
muy eririquecedor.
5. Comience a examinar lo que le ha aportado de bueno eso
que usted ha considerado siempre una «maÍa» situación.
Por ejemplo: si afín le duele su divorcio, comience a des-
velar las cosas buenas que le resultarán del divorcio, tales
como los amigos nuevos, las nuevas maneras de tratar el
dinero, la liberrad, una menor dependencia.
6. i* sio es realmente difícil! Veo si puede pasarse una sema-
na sin criticar a alguien o quejarse de algo. Le sorprenderá
lo complicado que resulta. También le sorprenderá descu-
brir cuántas quejas y críticas puede llegar a formular. Por
lo demfis, cuando usted finalmente deje de culpar a otros
de su vida, le podrfi parecer que no le queda nada de qufi
hablar con sus amigos. Quejarse es una costumbre y esa
necesita ser sustituido por algo más positivo. Esto insuine
mucho tiempo e ingenio, pero será mucho más satisfactorio y
alegre.

Siete maneras de rcivindicar su poder

1. Eviie culpar a cualquier l’uerza externa de 1t›s malos senti-


micoios que tc iospim la vida. No existe moda. fuera dc sí
mismo. que puedd controlar su pensamiento y sus actos.
2. Evite culparte u sí mismo de no tener et control. Usted hace
In múx que puedc y cstú en c:tmi no ‹te rcivinJicar su pDdcr.
3. Tenga cnncicncia de cuúndn y dúndc estú desempeñando cl
papel de víctima. Aprenda las «laves que le dirún que usteJ
nu ce rcspnnsablc de lu que ce, Ic lu que tiertc, de le quc
hacc o dc lo quc siente.
4. Familiarizarse con su mayor enemigo. su Charlatán. Use los
ejercicios de este libro para sustituirlo por un amigo interno
afectuoso.
5. Imagínese los resultados que lo dejan “atascado”.
Paradójicamente, cuando los descubre, usted podrá
probablemente “destacarse” pronto.
6. Decida lo que quiere en la vida y obre de acuerdo con ello.
Deje de esperar que alguien se lo dé. Tendrá que esperar mucho
tiempo.
7. Tenga conciencia de las muchas alter nativas que se le
ofrecen - tanto en materia de actos como de sentimientos - en
cualquier situación que se le presente. Elija el camino que
contribuya a su crecimiento y lo haga sentir en paz consigo
mismo y con los demás.
POLLYANNA VUELVE A CABALGAR
eguro que usted habrá oído la expresión: «¡No scas como
Pollyanna!•' cuando se qvicrc sermonear a vn optimista
convencido. Durante muchos 2ños, nunca pensé §üC SCF
como Pollyanna fuera algo malo. Esto penetraba incons-
cientemcnte en mi cabeza.
Cuando cenaba con una amiga un2 nochc, trztc fcworosamcn-
te dc hzccrlc vcr tl Iado positivo de lar cojas que elb considc-
roba negativas. De pronto, ella observó desdei\osanente: «Estás
empezando a hablar como una Pollyanna». Con gran sorprcsa
suya y icia. fc contcstú bruscamcnte: «¿Quc tienc dc tcrriblc ser
aca Pollyaooa, desçuéi fie ioóo? ¿9oé tiene óe malo conside-
rar h vida como algo barrio a pesar de los obstáculos qac se nós
ioiepooeo e» cl camino? ¿Qué tiene de malo ver lo bueno en
todo? ¡Eso flaJo iiene dt mato! -Afioné- E« realidad -agregaé,
con tono incródulo—, ¿por qac ha6ría de resistirse alguien a n-

;Y en realidad, nos resistimos! Lz mancra de pensar positiva


c unodc los«onccpusmásdiNci1cpaacomunc*mc la
gcnle. Cuando presento mfis ideas sobre el ¡nnsainie«to posiu-
vo en mis talleres y cI2SCs, mis alumnos responden inmediata-
mcnte: «¡Oh! ¡Eso, no es nada realista!».

I. N, de la A. «Polly‹rr›a» es un delicioso evento sobre una muchacha que


su buujccda de valgo 8c gel csw contcntx• en todo lo nc-
çzivo que se In aparece en Iz vida. D«ruitc adios, cs‹z mzncra de pensar •PoIIy-
anna• ha Pide ccn;urzda come ingenua y pncn realista.
Cuando les pregunto por quc, por qué la manera de pen-
sar acuat i va <•s más realista. no saben c,ud c o,otes tarrne . ic
supone, autorná licarnente, que lo ncgativu es realista y lo
pos‹tivo no lo es. S i se e. umina bien el asun te, SC áCÍYIEW.C
o, ue es mera locura.
Se ace informa que, aproxi madamen ie, cl nov•u ra y‹ir
cien to de las cosas que nos preucuoan nunca suceden. Eso,
si gn:fica que nuestras preocupaciones negativas t.cue n,
aproxi madamen te, una probabilidad de J diez por cier.io de
ser exactas. Si es así. . . ¿ no rcsultará al fin que ser pos't I vo
es mas realista que ser negativo? Piense en su propia vi da.
Yo apostaria a que la mayoria de las cosas que lo preocupan
a us'ed nunca suceden. En ionces. . . ¿es usted rea lista si está
siempre preocupado?
¡.No.
Si lo piensa, lo importante no es saber cu3l de ambos
conccptos es mas realista, sino, más bien, pensar. . . (lar çi‹é
ser áichada cuando se pucáe ser /eIiz? Si el ser una POll-
Hanna crea un mundo más feliz para usted y lOs que lo
rodean. . . ¿ Por qué vacilar un solo momeo to?
fiearnDs un ejemplo de ambas actitucles. Tanro Joan como
.Vary eran unas dueiias de casa de unos cuareo ta y cinco
anos cuando sus maridos murieron repentinamen te. Joan,
de inmediato, se puso el rnaflto’de la tragedia. Durante años,
les pidió solidaridad a todos, hasta llegar a tal pun:o quc
na‹iie queria estar en su compañía. Entonces, tuvo la ‘prue-
ba” de que a las mujeres que están solas nunca las in vitan a
ninguna parte. Se con ve.nció a s.i misma de que nunca vol ve-
ría a encDntrar a alguien que la amara de nu•vo y, natural-
mente, esto cra lo que creaban para ella su acti tud y su
conducta. Como su marido sólo le habia dejado dinero sufi-
ciente para sobrevivir, Joan lleeó a la concl ión de que
tendria que viv ir con esa suma, ya quR nadie, a su edad,
eG0D£ltraría un ernp leo- Fue a unas pocas entrcvis tas, pero,
dada su falta de entusi asmo, no consiguió niogÚo trabajo.
Su oegatividad le deparó una vida “realista‘ de dot or.

mio de esos seres que creen realmente que se puede crear


a) go bueno con nada. Tambien ella se habia quedado sin
£ÍCíTtú5 — súpao lo los esccpticos-, enmyü cota »xPc-
rioocia cuJIiÜt) qu SRbi a qua decia el vo)un tario. SaÍi de la
clase y los alurrinos decidieron si la atirmaci‹in debia ser
positiv a o ncgatix'a. Tanto da. 1-as palabras débiles signifi-
can un brazo dü6il, las fuertes, un brazo fuerte.
Esto es una demostrac ión asombrosa del poder de las
palabras que décimos. Os positívas ncs hacen fisicamente
Caes, las negativas, fisicamente debi les. El aspecto asom-
b€OsO de t•se experimento es que no importa si creemos en c-
ñá3 paÍ adras o no. El solo heCho de dccirJas hace que
unes:ro y.› interior crea en ellas. Mc diria que ese yo no sube
quC es lo verdadero y qué es lo falso. ho juzga. Sdlo reaccio-
na ante lo que le dan. Cando pronuncia las palabras “Soy
dübi(”, el yo interior le da esta instrucción al resin de nues-
tra persona: ”El quiere ser débil hoy‘. Cuando aparecen la
palabras Soy fuerte", la instrucción impartida a su cuerpo
es "El quierc ser fuerte hoy".
¿Que nos dice todo eso? DEJE DE .6LI.SENTARSE CON
PENSAMIEGTOS ,UEGATA’()S. Esos pcnsarriicntos le qui-
tan su poder. . . y, por io tanto, lo paralizan de micdo.
Corno ust ci’ sal, el per sa mienro posi i i x o no es un con-
cepto nuevo. A parte de Polljanna, forman Vincent Peale,
Napoleón Hi11. Ma xwel! .Valtz y otus popularizaron ese
concepto hace mo chos adios- Esns li bros cstúrt a nuestro
alcance todax'ia. Siendo asi. . . ¿por iqué no piensa Ía gente
más posifiunmeuie?
Mi conjetura, es que la gen te no sabe lo que Wquiere un
pensador posi ii vo. Le hace tal ta una decisión cspecial y
mucha prúctim. Y cuando las tiene, es de igor un programa
de mantenimiento. .Uo sai de alglen que haya po‹lidu hacer
“pedí tiva" una manera permanente de pensar sin práctica.
Esa gente podrá existir. Simplementc, no me he encontrarlo
colt eÍ]a. Oe aCuerdd LOR rfli eXQerÍenCid, SÍ ttr¡o fyp (jra tjca,
pierde su destreza. Ese es el punto que la mayoria de las
personas no parece comprender.
S‹i q ue no parece justo el que uno se vuel va automat i-
camente nep•ati vo c mando deja de practicar lo posi t ivo .
Asemejo eso a un ejercicio. (uando uno s ma tiene su
cuerpo en condiciones, oo puede dejar de hacerlo.
A l poco tiempo, los músculos e rnpiezan * perder su
ton ici da d y, si uno pod ía lava nta¢ S 6 Cincuep ta veces ,
ahora gÎ múximo es veinte. Usted debe insisiir en eso.
I-u ittteligencia obi a <•n la misJna forma. Cuando forman
pane de nuestra vida cotiÓana la solución de problemas,
las discusiones ezti mulantcs o la lectum, su mc•nte se man-
lÌCRe iÌgil. Despućs de dos semanas de vacnciones que sc ha
pasudQ holgazaneando en la plaș'u, uno sc sientc pesado. Le
haCC rï falta unos dias para s'olver a poner en condiciones el
ccrebro.
Eviõentemente, ciertos aspectos de nosotros mismoa exi-
b'c un incesan te refucrzo y nun acliiLld mental positiva es
precisamcnte uno de ellos. Hace poco, ingresé a un grupo
llnmado El Bordc Interior, lndado por Diana y Paul von
Welanctz y formado por Io que considero gente de éxito v
pOsitiva. En cada reunión, un mienibro del grupo o una
persona del exterior da una charla inspiradora que nos
mantiene a todos motivados y con energía. Todos los intc-
grantes del grupo considemn nilcstm necesidad no sölo dc
pcnsar de una manera positiva, sino también de estzr con
gente positiva.
Es significativo el hecho de que en ese grupo hașu muchos
nutores de òerr sHlers ûe In esfein de la ayuda a st mismo.
Conocen la mayoría de las téenicas disponibles de autoayu-
da y se reúnen semanalmente —yo podria aíiadìr a las 6.15
dc la mañana— a fin de oÕecerse ayuda mutua. Cada uno de
ellos practiea a díario algün gćnero de pensamiento positi-
vo. Saben que, si dejan pasar un dia sin hacerlo, qucüan un
poco “a1 margeo".
Sé que mucfia gente se opone al hecho dc que sc requie-
ra una prãctica constante, o todos seriamos pensadores
positivos. Convendría recordar que nuestra ducha, nues-
tro maquillaje o el hecho de afeitarse tampoco duran. Sin
embargo uno no tiene inconveniente en ducharse, afeitar-
se o ponerse un maquillaje nuevo al comenzar cada dia.
Estas son actividades refrescantcs. ș' lo mismo sucedc•
con el pensamiento positivo. ¡En realidad, uno se siente
maravillosamente!

De modo que estamos hechos una pila de negatìt'čdad.


¿Cùmo empieza usted a gírar en torno de esus lamentablcs
pensaœientos que le arrebatan su poder? Empieza por ha-
cer la misma cosa que har‹a si su euerpo no estuvieru en
Aunque tenga miedo hágclo igtml
forma, Cra un programa ‹ic cjcrcicio. . . en este caso, pam
›'oI›'cr a cntrcnar su mente.
Para hacerlo, debe apelar a la acción.
Antes de darle un plan de accióE sugerido, recomiendo
seis herramientas para que su rutina diaria sea más eficaz y,
ciertamente, más agraciable.

1. Un pequeño pasa-casetes portáiil. Si usted nu t iene uno


en su auto, puede uszr también el portátil.

2. ”Tapes“ inspirativos. Cuando advierte los beneficios out


recibirá de esos mensajes grabados eri “tapes”, le alegrará
formar una umplia colección de grabaciones.

3. Libros inspiradores. Los libros de biblioteca no son reco


mandados, ya que uno querrá escribir en ellos y leerlos
repetidas ›-cces. Usted querrá "poseer‘ esos li bros en todos
los sents‹ios de la palabra. Mi propia biolioteca está crecien-
do tan rápidamente que me veo obligada a aíiadir nuevas
estanterías. Pero. . . ¡qué increible sistema de apovo hay que
tener listo en todo momento! Usted podría creer que com
prar esas cósas y otras resultará costi›so. . . s' tendrá razón.
Pero no se me ocurre usa inversión mejor. Si el dinero es un
problema, empiece lentamente. Tengo amigos que permu-
tan “tapes’ y libros para abaratar los cOSiQ5. ¡Lo importante
es EMPEZAR!

4.- Tarjetas para archivos.

S.- Citas positivas. Encuentre citas que lo conmuc• an en


alguna forma. Algunas que me parecen inuy eficaces son:

”Los buques que están en el puerto son seguros. pero


no es para eso para lo que se constniyen los buques.”
JOHN SHEDD.
“La mejor solución es sic mpre inducir a! tra tos."

“No soy un fracaso si no o hago. . Suv un éxiiu


porque lo he io ientad‹a. DFL AUTOR DESCONOCIDO,
”¡Si sc ticne en cue eta to Jicli¡*rtipi

Y qué mc dice usted be:

Escriba cada un a de esas c i tae en una 1 it r ju ta d‹: it i c! i -


vo. Luc to, espárTal as por todas part cs: sołi re sti • ••*r --
,os, soõ re su cscritor in. sobre la pucria dc la ìiu!udu r•i ,
ea su automtiviÍ, en en diario, c tic t era. ü* led P<‹‘‹ '-
pøner asi u na Vita que real ment c ’lc ha o!c•” en reu‹- ü as
d0 las tarjetas, de moöo que, adondcq uiera sc vucl vu.
haya uri4 para recordar!c.
Si usted tiene tendencies art ísiimi. haya un cartel dcCO-
rativo con sus c•tas •' cućlguelo de la pared. O Comprc uriu
dc‘ CMOS iIiaras’İll0SOS CarteleS COn (IiChOS İ:lsp ira t i vOS y ùsc-
los para aćiornar su pared.
USted descubrirú oue sus citas cambian a mcnucío a inc di-
da que avanza en la vida. Las ióeas aćquioren dístin ia
Signi(icaciún en distintas ocasioncs. Simplemeare, cainöi«
las Citas. Sea crca*.ivo: trate de aporiar cicrra frescura a esa
tarea. Como dijo el humorista Jan Slarschall: ‘¡ho cxiste ni
una (rizaa be prueöa de 9ue lo vida wa a'go trio!”. fixcc-
dase y muéstrese desafomdo hasta que sus aœi sos le pre-
gunten qu‹i pasa. to, realmente, to divertirú.

6. .4firmacioncs. lJna aflrmacióo es la cxpresióo d • uaa


persona que quiere convencerse a sí mrs ma en su Lor rría m:1s
clcvada. ¿Recuerda ct poder de lø autmoøvicciõn en el
experimento del brazo? Las afirTflaCiones son su mayor hc-
rramienta y la más fácil y barata.
,i ś es T IDa afirEOacitíD, OXOClfllTlW U7 Ç ¡ly pfjp¡y;j jĞfl t•
una declaracidn positive dc que algo aid sucediendo va. ÿv
sucederà maùana ni en el futuro, sino ahora mismo. c aquí
algunos afirrnaciones:

Estoy creando la relación perfecta,


Estoy halÍando el omo lf•r' perfecto Dara in¡,
Domino ahora todos mis miedos.
No hay nada que tenner.
Estoy creando todo lo que quiero, fàcilmente y sin esfuerzo.
• Mi mundo estă lleno de abundanöa.
• Ahorø, estoy formando un cuerpo radiante de saíud.
• Estoy llenando mi vida de paz y alegríă.
• Dejo que mi mente se relaje y se distienda.

Son algunos ejemplos que le ayudarän a ponerse en


marcha. Hay varias cosas que recordar sobre las afirma-
ciones.

Haga siempre )as afirmaciones en tiempo presente.


Erróneo: dominaré mrs miedos.
Correcto: domino mis miedos.
Digs siempre las afirmaciones en forma positiva y no
en negativa.
Erráneo: Ya no me hago reproches.
Corre¢ta.- Siento más confianza wda dia.
Elija nfirmaciones que le pamzcan correctas en un
momento dado. Lo que parece adecuado en una determi-
nndn situación, varia øl cømbiar su entorno y su estado de
ánimo.

Ahora que ya cuenta con todo lo ne‹:esario ¿Qué puede


haccr usted con todas esas herramientas? DarG ejemplos
recorriendo un dia Òpico y usando todo eÎ instrumental del
pensamiento posińvo. La esencia total del programa puede
resumirse en tres palabras: Supere su negatividad•. Y,
como usted seguramente ya sabe, esto supone un importan-
ce desafio.
Nuestra insistence Charlatana tiene un vitalidad increí-
ble. Se resistirí en todas łas formas posibles parø mantener
su poder sobre usted. Cuando tenga bajo control esa voceÖta
interior... asunto arreglado. A partir de ese momento el pen-
samiento positivo se hară rnăs automătico, de modo que bas-
tard con unas pocas repetiöones dramas para mantener en
forma su estado de ănimo. Pero, a1 principio, tendrá que lu-
char con todas sus fuerza. De medo que empieœ su pnmera
)atal1a controlando a su Charlatana.
Lá actitud Intensa de pensamiento p
ositivo del p¡•j¡j¢jq iat ¡g,
1. Cuando usted comienza a d
espertarse, hága funCionar
noche anterior. La mayoría del “tape ” que ha elegido la
dHPa de 20 a de los mensajes de inspiración
s0 minutos. Tirodase con los ojos cerrados V
tlejme ir pregoar de mensajes traoquilizadOrcs y afeci uo-
SOS. Lsteü recunocerú que esto cierlamcn le supera cl nacer
ahi sin ganas de 1«antome y de afrontar tudas las cosas
repelentes" q ue uno tiene que haccr durante todo el dia.

2. Cuando se íe›'anta de la cama, prestele atención a las


Ctt8s positivas de que está rodeado. . . a las inscripciones
que ticne sobre la pared, soDrC su mesa de nochc, sobre su
CS ejo, etcétera. tfsted querrá reirse un poco de lo que
necesita la especie humana para scntirsc bien.

3. Ponga alguna música tranqui lizadora en su grabadora.

1. Cuando se vistc, con musica de fondo, comience a


repet ir las afirmaciones que ha elegido para esc día. Uno de
los mejores lugares para hacerlo es frente al espejo. Repita
su afirmación o sus afirmaciones por lo menos durante diez
minutos. Míeo trus se RsU vistiendo, su voz ncgaciva trutarú
de iniciar su charla de rutina. Hace falta vigilancia pam
notar su presencia, ya que penetra en forma muy furtiva y -
silenciosa. Apenas la advierta, comience por sustituir esa
neyo ¡i vidad con sus afirmaciones, Mo permi ta que la voceci-
ta domine. ¡SU PERE A SU CHARJ-ATAN!
Çe prometo quc, con la práctica, la voz negativa scrú lo
raro y la positiva la nurnia. Crea, tan sólo, que una repeti-
ción constan te hará su efecto eventualmente.

N OTA: Al principio, importa que usted no haga funcio-


nar e( telev isor o la pdÍO y escuche el Doticiario, si acos-
t umbra a hacerlo. La presentación de las noticias es ncga-
t i va en grado a brurnador. Por el momento, deje que la voz
pos i ti va etc g id a Sea la ú nicn not icia que us red eve mien-
tras se prepar a para los sucesos dcl dia. Si acostumbra a
leer el peptódico mientras se desayuna, evita las crón icas
de horror de primera plana y concéntrese en lot articulos
alcoiadorcs o leo nou de rus i i brus d•- ajuda a si mi s mc
Mientras dama un a v 1uscc sour cl tiiicdo cii h neva \’ork
cuir caràcter cxpcri mcnia1, lt•s tli insi ruccioncs a in is alu m
rus ‹le que se rnontuvieran tt›tai men ic alciados de los n‹ii i -
c:iarios. Los surprcndiò la Mite rencia posíti va que cso causa-
ha en sus v idv. En vcz de ha biar con los ami cos soÓrc lo
lanicnmblc que cra tu si t uu ci‹!3n muiidi al, cumeo za ron a
compartir los idms posit uvas aprLuú icio cu luz li b rDs de
aqxií a x Í mis trto y stis c‹a n vere.nc;onrs xc h IC uTon va-s

tructívo ‹ie los medios c cii1’usi‹in, viendo cu las ” malos noti-


cias- oportunidad de «:npczar n asurrúr su rcs{x› DiliEÚ
por si mismo y por su ct›niiinidad. Lc acomcio sin embmyo.
rm comenzar el día escuchancio los noticiarios. Bus taru cor
alnuna que otro noticia sue lm cuaniio tenida ticrnp›n de sue-
los sentimientos negati› ox que aparecido.

ú- Si hacn ejercicios a ci iario, lo oportunidad ex prupici a


pam ira pu lsar su perisa nii cu to posi tivo. AfiriTiacio nes ta tes
como ‘Sicoio la energia que nte rccurre cl cue rpo” v "Cada
dia. me siento más luc me” haran mv eficaces Sus c)crctc mi

6. Usted se ha desavunadu ya y es hura de pone rse :i


trafi;ijar. Si guía su i:c›chc, tic nc suc rte . Vivu en Lo.S A ij clcs
y oigo a mcnuclo que la gente se qucja de tener que ter-ru-
char tanto tiempo con su autom‹Jv il. ¡ \’o, su! He hee tiu Me mi
autn mi ”tenp1 o de sadie)uria ° y nu veo l a from de su b i r a éj_
A¡›e as ponlo en marcha el motor, cscuc ho a 1 gina Mc mis
grubacionm. Oip‹i mensajes q ue mc inspiran y rnoti ran
u una rrwisica cxci tacote, u oi ' lu pie rii turu un seis l d c ” J ‹›-
tuitlmn Li viogst ori Sea¡iti 11”. c) c ‘ R skY " u ‹lc * c“a iu i ira S fie
-vtny•o”. M ucha p cii te crcc ‹) uc csto cs pcrdcr c1 i iei o . .4 ni i
rne parcce al ‹› enurvnc mea ie pm›ciuLti›’u Sun rni ›a:i ‹' co
Rutu. Jiur)u rd uCh u : ) c U3 QU Pt* cSfiuCb.:l .
Aunque algunas personas que cami van pan trabajar usan
un Ú* in ii, on lo suyicI-u. pu qtic el nivel dcv sii x'oÍornen
debe ser aumentado a buena alt una para compensar el estr‹i-
pito del transito. i Eso no es bueno para su oido! Pero si
cantina por calles si lcnciosas no consi i iuye un problema,
sino una oportun› dad dD ÍEyect ar buc nos F ensa mientos en
vez de pcnsamieo tos dcstrucioi-•s,
Si trabaja en su casa rienc suerte, porque puede haccr
funcionar durante todu el dia sus mensajes posit i vos mien-
tras hace sus quehaceres duniéit icos y cumpía sus encar_•os.
Y si tiene chiquillos n casa. pieosc• en el impacto positivo
que causaron nos ta pcs ' subre sus man tes jóvenes e impre-
sionables.

7. Cuando entra a su ohcinu, rcnga en cuenta los mensajes


posiiix'os que ha depositado ya alli. Además, ria pam sí.
¡A¡'uda a tomarlo todo en forma li›'iana!

8. Abra su diario y escriba sus a(irrnaciooes cotidianas.


Cada ›'ez que se refierc a ellas en su diario, repí talas varias
veces. Acaso quiera escribirlas también en tarjetas. para
ponerlas soore su escritorio o cu su cartera o en alan otro
lugar ciuode tenga que verlas forzosamente.

9. A menos que usted sea un tnasoquista total, querrá


conservar la Eran energia y el estado de intrepidez en que se
ha sumergido con su ritual matutíno. Cuando comienzan a
penetrar las presiones dudas cotidianas, d‹se a si mismo
una “inmovilización‘ dc enerc ia positiva. L« bus:ará con
repetir reiteradas veces sus ahrmaciones hasta sentir que
•ueÍven Sus fuerzas y su optimismo. Su Charlatán querré
también penetrar en su conciencia durante tod o el díai no se
ol v tele de superarlo. Mantenga esas in movilízaciones positi-
vas de dia y de noche.

10. Antes de dormir, ponga un ”tape" de relajamiento en


su badoPa v Rscuche mensajes calman tes. Hay tapes "
que lo guian a uno a traviis de una visualiza ción que iros
ayuda a tomar conciencia de todas las cosas maravillosas
hechas durante el dia y nos hace sentir que si uno no b»
hecho tokio lo que se proponía haC6r, no importa. Es esplén-
Side irse a dorniir satisfecho de uiio irtiSfnO• Esos ta ES”
caecter afectuoso nos sun mucho útiles que e1 C hanc-
tan. 3ue procure convenperlo a uno de qUc* es irD tfi
i3ui rtnase como un bienavcnturadn •ii*>* suena su gra-
badors. I-a mayoria de las grabadora=s sc i e M fl
iiiaticamcntc cuando concluvø el tape’.

Por favor, créзrne st le ‹liyo que, st se prom*t* a sí <'


ci out.zr semcjante prograrzzn, todo su mundo cambż^ró. E!
'isaniiento positive In cambia tudo cn su Vidä . II II
Charlaaìn ncgativo, le cxtrañará haber tenido tanto miedo
úe üivcrsas c-osas an tcs. Tendr trna energia que nunca le
nar•uit Bible. Reir* mucho y amar5 mucho mâs. Atraerà
cada vcz a más gente a su vida. Serù fisicainentc mäs sano.
Lo hard feliz cl estar vivo.
fin bw-e ticrnpo (usted sabrà cuando está pronto), podrá
•e!a]ame un pc›co e iniciar un programa de mantenimiento.
Conc‹idase a st mismo, sin embargo. por to menus un mcs,
antes de inierrumpirlo. Si, algunos dias, usted no fuera tan
labørioso como le habría gustado serlo, nn perinİta que su
Charlatan lo req=añe. Me parece oirle decir: *Mire, usted no
puede siqyera cumplir un programa sencilÍo como éste.
Nunn en scntirá bien. No tiene remedio". J'4o olvide, simple-
mentc, que es sólo su Charlatán quien habla y que puede
superarlo con decir simpleme‘ nte. ¡Hago todo eso per(ecta-
mente!‘ Es una afirmación maravillosa para cuando su
Charlatún procure decirle que estã cometiendo un error.

*o no podria subrajar lo suficiente que el pensamiento


osiilvo requiere una prãctica diaria. Lo he estado practi-
candu durante anos y todavia rue paso algún tiempo cada
‹iia encarando la eliminaciön de la negatividad de mis pen-
sarnicntos. Si dejo por completo de hacerlo, como me ocurre
ocasionalmeme, sé que mis buenos sentimientos disminui-
run poco a poco. GfT‹tCiaS a Dios, resulta (ácil recuperar su
impulso con e1 simple acto de seguir el programa. Siempre,
we dijo, Entonces: "¿Por qué dejo de lado algo que hace que
,me siente. tan .bien?". . .
Un pensamiento mãs sobre el pensar positivo. Resulta
importante que no no lo use koffto pfietexto para una nega-
tiva. Empezamos a sentirnos tan bìen que nos vemos tenia-
Hn; m.uches jro!o{cmzs quc dchen cr a:-umauos. .ïc_ r

-ni ns•aiicius exiceos. Lo que hace ct pensamicn io positiv’o,


es oÜ=•cer un impuiso de podcr adecuado para a›mc1arlo u
UnO a af On tar 1 O Of i-re Ic dC la V i da . S US ”OC as i O rı as dv ća vOm-
6 lms “ r1O dO ml i nan SU V i da ; S tl ifa d O rna b Íc fucr-z:l , st . )" ‹)O
no stem re sea indomab ìc lerza, puede afrontar cualquiera
ue sus miedos õesde una sición de p, oder. la c9mïc dc
cover q ue puede haccr realmente que sucede lv cops.
6
CUAND O “ ELLOS ” NO Q UIERE
N
QUE USTED CR EZCA
La oscuridad y la niebla es:an empezando a disíparse. L•
:—a pzrece mucho rr.is facil ‹ie afrOntar ahora que usred ha
adoptado la actitud “Pol1; anna”. Al comenzar a aplicar su
z znte concepto positivo y hacer algunos cambios desea- dos
desde hace tiempo, usted descubre de pronto que alec m•
oniza en la gente que hay en su vida. Tanto en su casa
corno fuera de ella. empieza a notar que al gunas de las penas
significativas de su vida no parecen gustas de los sabios
ppemdos en usted. . . ¡aunque su antiguo vu Java
sido un perfecto desastre! ¿Oué suc•de?
Lo que sucede es que los demás se han habitado a inte-
e'n nz con usted en cierta forma y, cuando se ro lTiQ t2 S£t
que de interacción, g.ay usualmente contrariedades de
grado s’arIable. Hasta que usted lo comprende, esa contra-
s:tad stlRlH ser muy molesta. Usted no sóln tiene miedo de z
unzzr sino que teme también aiiora pcrder sus relaciones.
,Ko el preciso momento en que necesita un pelotón que lo
súinr•-, se ve enfrentado con tropas enemigas!
.*mtez cie estudiar la manera de manejar a los miembros
ú- la familia que pasan malos ratos con su crecimiento,
mire bien a la gente que figura en an Vid el general.
Respalda esa q=ente su crecimiento o procura hundirlo? ¿Se
s‹eo•e uste / bien con su p ox›rnidad o “cOn r m‹n ado" por su
nezatividad? ¿Est3 excitada esa genie por el nuevo no que
está wrgiendo o preferiría la compañía del an tiguo vo qt¡e
usted está superando? Si la última parte de esas tres pre-
ú’iaú U v*rciadera, es hora de pensar en hacer algunos
cambios.
R uwde que su objetivo es pasar del dolor al poder on S0
maaede do núnar su miedo v recuerde extn:
os y de pe midos , n•o se afii a . Loiiipr•’*'fi’r esMc hee ñu ce II
° i a ’e de la su luc ión La rnavoria ‹je uosot n›s !3r› sabe m(is
G.ue pei’tencccrnos al 3rupo de pc•iiie que ioco hits a quc deja-
mos de eemir › quejarnos. Cuando io compr-nu°e mus, las
cojas, auioiná ticameo ie. ernpiezau a coitÍor de sí mismas.
¿Ct›in a? Esto es muy sencillo. Cuando t2slCd €lTlpi€Cü R
crecer, nuiará o ue ¡a no ctuiere est ar cerca de gen r d pu -
vida. La ncgaii vidad es coriaxiosa J' usted se a lejará coR
una sensación •3e malestar dcspu‹is de haber pasado alyún

‹jad es tarns iéa con rabiosa y pasar el tiempo cDn una perso-
na posiii› a le proporciona a uno Io scns ción de que le
brutan alas v quiere volar. Pronto, fred se volverá sugaz.

tor, ”siente" si una persuna es positiva o negativa . . . v se


vcró atraido autoniá timmentc por Io posiii iu. La gente que
figura en su vida es un buen indice de que uno está actuando
co un vive l emoti•o. Les que ae parecen se atraen cnire si.
Cuando uno empieza a cambiar, atraerá y se verá atruido
automáticamente por una clase distinta de pcmuna.
Cuandu se estudia esto en mis clases, el interrogar re que
surge sien pre es “dio esonell ru uy bien, pero. . . ¿ q ué
hugo con los viejos amigos a los cuales he superado?” Mu-
chos de mis alo mnus se han manifcsmdo culpables ante la
iclea de abandonar a viejos amigos. Gto es comprensible,
pcro totalmente injustificado. En primer lugar, suponen que
sus v iejos ami gos no son lo basiau te fuertes para seguir
adeiante sin ellos. Esto e» «n pro pr<suntuuso y disminuye
basta n te a sus ami gos. Puedo garanti que , eua ndo ustcd
se a)e je de sus rios, ellos hallarán nuevus amigos a quienes
tratar. La Sociedad de los Oueiosos asi art cerca Fuente
muchos años y sus* amigos hallTr n siempre alli un hug*r
dondu ier3n bisn vertidos.
H°5' otra posibil idad: su Ram ante energia puede desp•er•
tal el sus amigus nuez u• posibiliWdes y cilos qoí zü nc ie
la es la cl:rse de apesto a n,ue me refiero, en vez de ¿ lo
está usted corriencÍo un Lmu ric sco? Ali i hay rr;ucha compe-
tencia, nunca la i’enceru. ¿ Por qué no de)a simplemente .as
c(›sas como están? " Cuando ust cd cita hablar así, scr3 hora
de ir cu la d irccci‹in contraria
En tre los oucx'os a rt ilos oue se forma. incluva a los que
están más adelantados en su v iajc que usted, en esn momcr.-
to. Como dice .Voriljm Fcrpmson cii su me=niÍi ao li bro ‘T.de
,tendrían Conspirucy”:
' S i hcmcs de hallar nuestro camino en las oevue t tas
a_was, num veremos mcjor scrvidos por los que han construi-
do puentes. que han avanzado más allá de Ía desesperación
v la inercia.”
.Aunc¡ue es una grata sensación la de poder guiar a ía
_=en te a un luq=ar mejor, es tambien un alivio ser conducido
por otrox que pueden mostrarnos el camino. La vida se
x uelx'e más di vení da v recuerda menos una lucha cuando
uno no necesita ser un pionero por su cuenta. Hay cierta
li gere ea lu puente positi va. Esta hs aprendido a no tomar-
se a si misma tan en serio y resulta una alegria estar con
el la. Con esto, no queremos decir one los que piensan positi-
s'amentc son superficiales. El Borde Interior, el grupo que
he mencionado en el rt ltimo capitulo, no sólo apoja at
pensamiento positivo, sino que también a3mda a la gcn te
ensanchaado su vipión del mundo para cr-•ar un planeta
mas sano. Cuan‹io nos preocupa algo tnás_°t n‹ie <.*< noso-
troñs, ou srros miedos se ven muy disminuidon. .Nos parece
quc intcgramos un odo más grandc.. n° esta os soos T'
acaso por primera vez, recemos conciencia de
A U N Q U E T E N G A M I L D 0 . H Å GA L O I G U A L

màs fàiil para mí con el tiempo )' ho)' tengti la suerte de con-
tar con un círculo de a›nigas inagníficas
El secreto rcsific• en çric ustccl llaga el esfuerzo. Hay
tanta gente que espera en su casa que »uene el teléfono y que
sc prcgunta p‹ r gut estfi siempre tan sofa... Hay que salir y
desarrollar cl tipø de sistema de apoyo que se necesita.
¡Aunque parczca difícil, /iríynlo dc fcJos itiudo.*! Aunque
coseche algunos rcchazus, siga marcando números. Si obtie-
ne una Sheila respticsta sobrc flicz cs rln buen porcentaje
Recuerde quü la Çente se scntirá fcliz por su interés, aunque
tenga sus razones [aara rechazar su invitación. Usted le»
Ha rà prr›ptlrci‹›nadt3 una .el2si3Citin 3 radablc por el snlo
hecho de tc•lefoncarles Per‹i, »eleccione su» llamadas. Elija a
algliien que le parezca que cstź tin(›s pasos por delante de
usted en el crerímiento pcrs‹insl .S\i conÍianza c•n s-í lTlÌSlTlO
se scntirá nluy hala$•ad.a cuando descubra evrntualmentc
que- le at'entaja en mtlchas zonas. Tenemos tendcncia a
subcstimarnos demasiadn.
Los lugares aòccuados para enct›ntr•ar.se con gente de
ese tipo son 1as clo3es dc• mețora de la autoestima, talleres o
seminario», Ahi”, usted enccintrarü a gentr que estă ya en el
camino del crecimiento personal Tendrà mucho en común
con cllit y lo inüs prolaablc- cs que c•nc‹ic•titrc rnăs sincc•ridad
cn c•sas pcr«inas Ocasionalincnte, 1ae hecho amistad con las
maestras de los iallere.• a los cuales he a»istido. Simplemen-
tc, i+le esíorcć en i elaciollarnae cc›n cllas v itae correspondie-
ron. En la mismit forIn.a, algunos de na is alumnos «e han
hecho amigo.s míos: sitnțnlemente, /se e»Íorzaron en trabar
amistad conmiĘo y lc-s c‹i7rc•sponhí. El sc•creto conslste en
correr el rie«șo Lo peor que puede succdcr es que a uno le
rechacen. ¿ y quú ? Silnplemente, un‹l 2certarś la vez si-
guiente. T:srde o temprano, cncontrarś a un valioso amigo
nucv‹›.
Ahora qtie usted tiene ntiet'os amigos, la prńxinla pre-
șunta que puede ft›rmularse podría .ser: ‹./ (3i‹č Jidrč .•i ›tií
5 US A N } E F FE RS

Se trata de una pregunta importante. A menudo, es


nuestro compañero quien se resiste rnăs que nadie a nueswo
crecimiento. Aunque nos resulte sorprendente su falu de
apoyo, esto no es, en redi&d, tan extraño. Nuestros amigos
advierten repetidamente que tienen mucho que perder
cuando empezarnos a cambiar. @uizás tarden un poco en
darse cuenta de que ganarían mucho rnăs con nuestro crerí-
miento. Los dos relatos siguientes son ejemplos extremos de
lo difiĞl que resulta para un amigo aceptar un cambio... aun-
que ese cambio signifique pasør de la enfemedad a la sdud.

Doris era una de mrs primeras alumnas. Vivía en Garden


City, Long Island, y durante dieciocho ańos había tenido
miedo de aventurarse lejos de aŃ. En realidad, durante los
pocos años que preceôeron a la asistenńa a mis clases, casi
no había salido de su casa. PadeÙa, como usted puede imagi-
narse, de agorafobia. En realidad, mi enseñanza se ńñe a los
miedos de todos los Òas, algo totalmente Ãferente a las
fobias. Pero algo la impulsó a asisńr a mi curso.
Para llegar hasta allí, su marido, Ted, tenía que llevarla
en coche hasta Nueva York, conducirla a mi aula del pńmer
piso y esperarla en la planta baja. Estaba demasiado asustada
para estar sola. Cuando le tocaba hablar, yo advertía angustia
en su rostro. Tenía miedo de sufrir un ataque de pánico.
Utihcé con Doris la técnica de la ••intención paradójica»,
que, para decirlo en términos simples, consiste en hacer
precisamente lo que rnăs se teme. Lo que rechazamos, persis-
te. De modo que le dije que se resisŃera y nos mostrara el
aspecto que tenía un ataque de pánico.
De acuerdo con mi preÄcción, empezó a recobrar la sdud.
PoÁa realizar toŁs las tareas de la casa y, d poco ńempo, era
capaz de conducir, haÙa la compra y hasta iba en metro. Todos
los alumnos y yo observăbamos cómo se transformaba DoÔs
ante nuestros ojos.
A U N QU E T E N G A M I E DO H Ä G A L0 IG U A L

Cierto día, entri en c1a:se un poco trastornafia Nos dijo:


‹.A medida que ttae sientc nlejar, x'oy conlprendiendo que mi
marido trata ilc- saboteur me. Cada vcz que salşo de casa, pro-
cure inĞndirrnc tod.a clasc dc tctuorc.s. Cuando s'uclvo, cxci-
rada por algo nuevo que he logrado, .se muc-stra rc•celoso y...
¡Estoy tan c•nfadada can ćl! ¡ No coivlprendo quć 1c pasa!
i Por quú mc• hac-e eş-to?».
Para todos los que henlos ta›nlaiado en forma cspec-
tabular nuestras pautas òe rel:3ciún con la gente que nos
importa, la rc•/spue.sta es ohs'ia Ted hacía aquello por
mucha.s razones. En primer lrtgar, lo» t-ambios de su esposa
le aincnazaban. Antcs de que ella tomara el caiviino del rcs-
rablecimiento, tetlía tlna espin«a çtle siempre- le estaba espe-
rando en casa. Nunca le asaltaban sospechas acerca de quc•
podía estar laaciend‹’i en c•l naundu c-xtcrioi‘. E.so le diaba una
enormc seguridad, aunque lit t'ida de amlx‹as ftiese tan Íimi -
(iãdi) ã Causa de 1as fobias dc• ella.
En segundo lugar, la.nbía probüblenleiltc una atiténtica
inquietud. Durante años, clla Jaal›ía sido albo así coino un
pajarito cnjaulaòo. Era dttdoso que pudiera sufrir algún daño
dcntfo de l‹as líit1ite/s de sit casa, pero ahora que hal›ía salido
a1 mundo, viajand‹› por las calles de Nueva York, ş' ól tenía
sin duda miedo de que »ufric-ra algún daño. Así como nos
preocupan nuestros hijtis cuando cruzan la ta I łe p‹ir țnrimera
vez, ül se preocupaba por sli .•iaiña›' que, en ntuchc» sentìdos,
c-ruzaba la callc por primera x'ez,
Fin2lmente, la indepenúenci.o fle su mujer le inquietaba
Durante tantos años, Dot is había nt•cc•sitado tart dese.spera-
damente çue ć1 funcionara para ella... Ahora que funcionmba
por cuenta propia... ¿ segtiiría nccc•sitśndolo?
Teniendo en cuenta los pcnsamientos que asediaban la
mente dc Tc•d, >-c explicit qur le resultara di(ícil apoyc a Dori»
en su crecimientn persrinal. Cuanăo empezamos a hablar
sobre los presunros sentimiento.s de sil marido, ella comenzó a
comprender que, en realidad, era üÍ qtiien la necesitaba. Y
admitió quc•, como estaba tan cnÍadada con ć=l, lc castaba darlc
SUS A N {EF FE RS

el apoyo que tanto necesitaba. Ella lo expresaba así: •¿Cómo


puede tranquilizas tino a alguien a quien tiene ganas de darle
un sopapo?».
Fue un proceso lento, pero, suerte para Doris y TRd,
lograron superar los cambios operados para que su matri-
monío funóonara sobre una base más sana. Lo que ayuda-
ba, era el hecho de que Doris estaba segura de que nunca
volvería a ser la patética «reduida» de antes. ¡Si ello le signi-
ficaba perder a su marido, estaba dispuesta a pasar por ello!
Se sentía con derecho a la salud después de todos aquellos
años de sufrimiento. Por eso, a Ted le resultaba evidente que
sus maniobras no darían resultado. O se adaptaba o perdía a
su esposa. Su yo era lo bastante iene para superar su sen-
sación de amenaza y acabó siendo el más firme sostén para
Doris.

La historia de Rona y Bill es similar. Rona es ahora una bella


mujer que parece surgida de una revista de modas. Hace tres
años pesaba 125 kilos. Su médico le previno de que, si no
adelgazaba, su salud se deterioraría sensiblemente. Con una
increíble fuerza de vol untad, perdió peso y mantuvo la
esbeltez de su figura. Al perder peso, apareció una nueva
mujer.
Como eB el caso de Doris, las relaciones de Rona con su
marido sufrieron muchos cambios antes de que é) fuera
capaz de aceptar el hecho de que tenía una esposa muy bella
que llamaba la atención de los hombres en todas partes.
Sutilmente, trató de socavarle el terreno a su flamante espo-
sa, acusándola de flirtear, de negar sa sexo, de comprar de-
masiada comida para que engordase y de usar otras tretas
semejantes.
Bill es, esencialmente, una buena persona, de modo que
le chocó sentirse amenazado por e) hec)io de que su esposa
era cada vez más sana. Cuando advirtió lo destructora que
A U N QU E TEH G A M IED0, H A G A LO IGU A L

era su propia inseguridad con respecto a sí mismo y a Rona,


solicitó ayuda profesional.Ahora, su matrimonio prospera.
No todas las relaciones son tan sanas como las de Doris
y Rona y el cambio operado en el contrato tficito de la rela-
ción matrimonial suele set muy impresionante; ¡en reali-
dad, no sé de andie que haya elegido el miriino del creci-
miento superando esa elección!
He aquí dos ejemplos:

Richard había optado usualmente por el camino más seguro.


Era un contable que vivía de un modesto salario con su espo-
sa y sus dos hijos. Cuando tenía treinta y tantos años, llegó a
la conclusión de que la vida debía de ser algo más. Una de las
compañías para las cuales había trabajado a menudo estaba
en venta. Em una pequeiia empresa de informática muy pro-
metedora. Cuando discutió la idea de conseguir e) capita)
necesario y dR comprarla, su mujer no pudo soportar esa
idea; su seguridad económica se veía amenazada. Evidente-
mente, un confiaba en que su marido fuese de llevar
o
R

adelante ese negocio.


Richard llegó a la confusión de que, por su propia salud
mental, debia intentarlo. Podía fracasar, pero, si no salío del
paso, se pasaría el resto de su vida haciendo trabajos que no le
a¡›on iban nada. A pesar de la desaprobación de su esposa,
compró la empresa en cuanto pudo reunir el capital necesario.
Mientes tanto, su situación familiar cambió drástica-
mente. Como es lógico, las etapas iniciales del funcionamiento
de una empresa nueva reqiiirieron mutho tiempo. Cuando lle-
gaba a casa sólo sentía resentimiento en su esposa, que no le
ayudaba ni le estimulaba. Cuando le pidió que colaborase con
él en los asuntos de su compañía, alegando que los hijos podí-
an cuidar de sí mismos, ella se negó.
El hogar se convirtió en un campo de batalla y, como Ri-
chard se sentía feliz al irse por la mañana y desdichado al
susxN ] rFFERs

volver de noche, llegó a la conclusión de que era hora de po-


ner término a aquella relación. Hasta huy, su mujer le sigue
considerando un egoísta despreocupado, simplemente por-
que ólno quiso jugar la partida de acuerdo con sus reglas.
Finalmente, Richard obtuvo el divorcio y tuvo un gran
éxito con su empresa. Se realizó personalmente, pero su
mujer no pudo seguirle. Richard se estremem aún al pensar
en lo que habría sucedido si no hubiese aprovechado la opor-
tunidad que se le presentaba. Su autoestima había cambiado
drásticamente para bien. Había tenido miedo... y lo había
hecho de todos modos, aunque significaba la ruptura de su
matrimonio. Ahora ha vuelto a casarse con una mujer que le
alienta en su crecimiento personal, así como el la alienta a
ella en el suvo. Crecen iuntos.

También Sheila optó por el crecimiento personal superando


una relación poco sana. se había cnsado cuando era muy
joven y había tenido dos hijas en los cuawo primeros años de
matrimonio. No tardó en sentirse insatisfecha y, con la
ayuda de su marido Roger, vnlvió a estudiar para completar
su educación. Al principio tuvo miedo de haber perdido su
capacidad de aprender después de cinco años de ausencia,
pero se convirtió en la estrella de su clase y se graduó con
sobresalientes en todas las materias. Ese éxito la alcntó a
obtener el título el posgrado y, finalmente, el doctorado.
Mientras estudiaba, las ‹xisas parecían marchar bien con
Roger. Estaba orgulloso de su •pequeña estudiante» y, real-
mente, la ayudaba muchísimo con los niños. Cuando ella
colgó finalmente de la pared su título de doctora, después de
muchos aiios de esfuerzo, sus relaciones cnn su marido pare-
cieron cambiar. Ya no era su pequeña estudiante. Era una
profesional cabal, con un título avanzado... mas avanzado
que el suyo. A partir de ese momento, comenzaron Ías hu-
millaciones y sobrevino la falta de comunicación; su marido
brÍP Sl2 Qpopia capacidad. Nunca lamcot ñ su decisíóu de

Sus hijas, deseonceriadas al principio, se scntian ahora


uy orgullosas de su grun dx i io. Shci ra les sirve de excelcu-
* Oa0lo. Hace pr o ha vuelto a casarse con un hom6re a
quien le encanta cl hec.ao ‹ie ouc e))a prospere “ tanto. La
! t2gria de víx•ir ‹J Sh iJü I)U fTIÍnZ la vida de ambos v cl la
8W11 OfiQue as una "persona interesan ic”. Ev í den tomen te.
no se siente amenazado por el incesante de Su
t-"fl OSR..
S‹i que la relación de una mujer con su compaiiero no
debe ser tomania a la ligeru y, a menudo, se requiere mucho
valor pam orrer e! riesgo de hacer zozobrar el bote- PRFO
COMO que vale la pena intentarlo. Cuando una mujer opta por
seguir “A tascada" simplemente porque no quiere contrastar
ALI GÓ£1Wg_= se siente resentido por el hecho de no haber
tenido oponuoidad de crecer. En definitiva, las relaciones
tntle ambos se vo)weroo muy tensas y ya no neria de extra-
ñar una ruptura, de todos nindos.
Lo que su@ero es:

CREA ONE SL COMPAÑERO OUiERE LO ONE £.S


ME.fOR PARA USTED, Y QUE, Ff NAL tEHTE, LE
GUSTAVO LOS CAMBIOS POSITIVOS OCU RRIDOS
EH USTED.
rrias Proca ble, es que su compaiiero se sienta ali viado
por su flamante poder. . . que le resta parte de su responsa-
sili‹iad. .A la mayoria Óe nosotros nns gustaria saber que la
gente que figura en nuestra vida es fucrte. sana y afectuosa,
en vez cie ser débil, necesitada de ayuda e impotente. Piense
esto: si su compañero —o compañera resulta ser alguien
que prefiere en real idad que usted necesite ayuda, sea débil
e impoiente• . ¿Quiere os red realmente estar ahi?
dio sólo los cónvuees se ven en apuros cuando uno adqJe-
re posi bilidades. TafTl bién les sucede eso a omos mü*mb
(os pa‹íces
2tj••¡3j•2g pg iados. TafÓbién allos suelen estar habitM‹ios
a gg¡pg¡ con nosotros de determinada manera y se
oponen a nuestro ClmbÍ O.
Los maestros de la manipulación son los niiros y créanme

‘‹iuíce”, corro, por ejemplo. "Orerido. . y E•*es


crue puedes hacerlo ? N una ha :eni‹io m ..•.
•cx’i io aanóo se trataba de hacer las cosas a tu
.Sabo?”. O bien: ”Quert da, más valc Gue vuk-:x a• a user
•_o de! divorcio. .fiadie quiere a una inuier a• rr. de
umiom icas, so'ore todo con dos niiios(. 0 bien : ";En en:o•
ül:mes tiempos. estás obrando de una manera :an ez•>i•ta
.St•- reconocerse “.
Slu•• a rr.•nudo. los padres no corr.preceden gu•_ es• • -
s ’ando la confianza en si ruismos de s'as hijos y. marte
s- !ohacen nomr. cesan en sus criticas. Una vez. le dij•. a
m. que ella, evicientemeute, no me tenia coníía. . •v
qo• estaba siempre preocupada por mi. ble reswn‹iiü c-ce
apuelk› era ridícuJo, ya que me consideraba Ja mujer
;_q•e gwLe y capaz que conocía. Lc dijc crue mi era j- ong- *u
-o.sanación no se justificaba. Pareció sorprendida y
genera vez comprendió que su forma de hai›larme w rs-
contaba a cuando yo tenia dos años y no te : iía relaciÓr. cc -
la realiiiad actuaL .1 partir de esta conversación, año
a legro . 511 madre se ha convertido en uno de mis <onsuuo-
tores de confianza más grandes. ”Tú puedes hacer! - , U••-
les •hacer cualquier cosa que te propongas!” Si. .Ui o mmo
mc table ella ahora, realmente.
AM NQU E TE N G A MI E DO , H 1GA LO IGM A L

Algunos podrán tener la suerte de tentar con una fami-


lia que les apoye en todo lo que hacen, pero esto no sucede
siempre. A menudo, los miembros de la familia son muy
posesivos y, en ls relación entta en juego una enorme canti-
dad de conductas manipuladoras. Es importante que apren-
damos técnicas para establecer una situación positiva para
todos los interesados. Esto, en realidad, es mas fácil de decir
que de hacer. El cambio de dirección resulta ya bastante difí-
cil sin tener que lidiar además con la conducta •1oca» de
nuestros allegados.
Hablo por experiencia. Cuando vo)ví a la universidad,
me pareció aue todos estaban contrariados: mi madre, mi
marido, mis hijos y mis amigo5. 1 triadre no lograba com-
prender cómo podia • abandonar » a mis hijas; a mi marido le
causaba resentimiento el que yo tuviese una vida indepen-
diente de la suya; mis hijas me hacían parecer culpable cuan-
do yo no estaba allí para proveer a todas sus necesidades y
mis amigas, todas ellas amas de casa y madres, hacían causa
comón con ellas!
Si yo dijera que esto me hacía sentirme insegura de mi
decisión, me quedaría cosa. Mi reacción consistía en fusti-
gar a todos los que me causaban alguna difimltad. Fue un
periodo de gran agitación. En aquel entonces, yo no era lo
bastante madura para comprender por qué se sentían con-
trariados todos ellos y para reaccionar en forma adecuada.
In realidad, mi inadecuación era exagerada. A menudo, me
sentía realmente detestable. Representaba lo que llamé mfis
tarde el •Síndrome del péndulo», que se ilustra más abajo.
Cuando tendemos a una sana afirmatividad en la vida,
excedemos el blanco al principio y pasamos a oscilan entre la
pasividad y la agresión muchos veces antes de estabilizarnos
en lo sano. Más exactamente, esa oscilación podría llamarse
• Síndrome de lo pasivo a lo detestable a lo sano». La etapa
detestable podría reconocerse en los diálogos siguientes, que
son versiones bastante suaves de lo que salió dc mi boca
cuando estaba arormentada por el «Síndrome del péndulo».
S USA N ] E 7 F E RS

CONDUCTA Oirnvo Afñi•o


DE ENTRADA DE PRUEBA

Inadecuado Adecuado Inadecuado


pasividad sana agresión
afirmaüvidad

"-?

-¿Cómo te atreves ?
—¡Me importa un bledo lo que piensesl ¡Hago lo que se
me antoja!
-No te necesito. ¡Nun‹a te necesitél
- Me llamas egoístas ¿ Y qué me dices de ti?
Aunque la mayoría de nosotros no nos gustamos a nos-
otros mismos cuando nos fustigafflos así haC rlo resultB
mejor que ser el «ótere» pasivo que éramos antes. Se trata, a
menudo, de una parte comprensible del proceso de cambio.
Todavía no estamos seguros de nmotros mismos y nuestra
reacción es defendernos con todo nuestro poder.
Esta oscilación hacia la agresión se opem cuando vamos
hacia nuestra nueva conducta para proteger nuestra vida,
teniendo volver a la pasividad una vez mfis. Pero de vez en
cuan;1o nos sentimos asustados y volvemos a oscilan hacia
un lugar seguro. Por eso, el péndulo oscila cuando aprende-
AU NQU E TE NG A M I E DO . H A GA LO I GU A L

mos el lenguaje nuevo de la •Afirmarividad sana». Pasamos


de la pasividad a la agresión muchas veces antes de estabili-
zamos en forma adecuada. Pero, al principio, el •Sindrome
del pénduÍo» es una realidad y catisa mucha confusión y
desconcierto, no sólo a nnsotros sino también a todos cuan-
tos nos rodean.
Aunque nuestro conducta resulte a menudo inadecuada,
conviene que no nos castiguemos por ella. Sabemos que lo
adecuado es que dejemos a los niños la libertad que necesi-
tan para ensayar nuevas maneras de relacionarse con el
murido, pero Tlos fflosFramOS duros con noyotros mismos
cuando pasamos por el mismo proceso. En realidad, durante
toda nuestra vida pasamos por nuevas conductas temerosas
y, al tras)adarlas a lo acción, vamos siempre dando tumbos,
hasta que aprendemos a hacerlo bien.
Nuevamente, la comprensión es la clave. Es importante
saber que, con toda probabilidad, cuando se empieza a correr
riesgos y a crecer, se hallará resistencia en la gente que nos
importa. Es algo positivo. Si no es su cónyuge, serán sus
padres o sus hijos o sus amigos. Cuando usted hace que las
cosas cambien, alguien le dirfi cómo se siente. Uno no tiene
por qué mostrarse escandalizado o sorprendido. Es su mane-
ra de defender su seguridad. A menudo, ni siquiera sabe que
lo está haciendo. A ellos, esas reconvenciones y observacio-
nes les parecen totalmente justificadas y las íiacen •por su
propio bien». lo que importa es que usted sepa qué es lu que
está sucediendo.
También resultará útil que usted les haga nntar a lo
demás cuándo le están apoyando. Haga que se sientan bien
cuando obran en la forma adecuada. Mándeles una cane
afectuosa expresándoles su gratitud, o flores, o un globo, o lo
que sea, algo que pueda hacerlos felices. Esto reforzará las
reacciones que busca en ellos y le ayudaré e comprender lo
que va bien más que su negativíóad.
Su conocimiento del «Síndrome del péndulo» debe per-
mitirle esquivar mejor algunas situaciones y afrontar más
SUS A N ) EFFERS

adecuadamente las humillaciones. Hay formas apropiadas de


parar reacciones negativas de los demés. Los libros sobre
«actitudes positivas» que se venden ofrecen valiosos conse-
jos sobre el diálogo a seguir. Le aconsejo encarecidamente
que lea algunos de ellos. Puede aprender a responder a las
personas que realmente le imponen en forma tal que no la
cause dolor. He aquí algunos ejemplos:

Mamá.- «Num podrás sa)ir del mal paso sin ayuda».


Pierde-pierde: • Métete en tus asuntos! ¡ Haré lo que se
me antoje! ».
Cosa-Gnnc: •Gracias por tu preo¢iipación, mamá, pero
confío en mí misma... Sé que podré afrontar cualquier reto
que se me presente. Me gustaría que Iii también nivieras
más fe en mí. Eco, realmente, me ayudarííi mucho•.

la respuesta correcta es evidente. Revela su confianza


en sí mismo (actúe •como sin aunque no esté muy seguro
e que podró conseguirlo) y hfigale saber qué querría usted de
ella.

El mnrido: •Mírate a ti misma. Te has vuelto tan egoísta


desde que empezaste a uabajar en ese empleo... ¿Te gus-
tas realmente a ti misma así?•.
Pirrde-pierdes •ui •me egoísta si quieres. Pero ¿Quién
ctees que ha estado cuidando de ti durante todos estos
añosf Ahora, me toca a mi•.
Gana-Gnna.- •Comprendo por quó me consideras egoís-
ta. No estoy tan disponible como antes. Tedo este cam-
bio es también difícil para mí, pero tengo que hacerlo
para sentirme mejor. Si no lo hago, sé que sentiría
mucho resentimiento contra mí misma y contru ti. En
realidad, me gustaría contar con tu apoyo. Sé que ahora
te sientes un poco abandonado y eso es natural. Quiero
que sepas que te quiero mucho. jQué podríamos hacer
para mejorar la situación í».
A U N QU Ł T E NG A M I E D 0 , H Á G A L 0 I GU A L

£os ›tiíìos: «Ya no te prec›cupas de no»utros...».


Picrde-picrde' «Vo3otros no qucrúis- entenderme LIe
sido vuestra esclas'a desăe que nacisteis. .hhora, hașo
aÎgo por mi misma ș' o» quejăis».
Go›ia-Gnriu: ''Sú que os parccc que la situación cs dis-
tinta porque no estoy junto a vosotros siempre. Pero, en
realidad, conÍío en quc podrćis hallar alguna Ïorm.a dc
estar ain mí durante esas pocas horas. Ltas padres tam-
bićn somos personas Y es importante para mi paz inte-
rior que pueda trabajar».

El diźlogo no siempre termìnarź ahí, pero esa es en eseil-


cìa una conversación con una interacción gana gana Un
libro excelente sobre el tcma de la defensa propia no agreaiva
Giritig in to Crr 3oxr Nny, he Terry Dobson y Victor
Miller. SH idea central es que «la mejor victoria e3 açuella en
la que todos ganan». Describe una manera amable de ganar
y menciona mucho» diălogos- cjc-mplificadore»- y las razisncs
por las cuales dan mejores resultados.
Le sugiero que aprenda tambićn alÇunas tćcnicas
centralizadoras, para que, cuando se sienta arrastrado h.ucia
las actitudes extremas, pued2 vOlx'er a un luşar de equilibrin
y armonía. Las cintas o grabaciones de relajaciún y autosu-
gestión, meÃtaciún y autoconvicción descritas en el últitno
capítulo son algunas maneras de obtencr el control s‹ibrv sí
mismo, modos de loşrar un e.spacio rnăs relajado. L‹is capíru-
los siguientes le ofrecerăn rnăs hcrramientas para d‹›minar-
se, a fin de conseguir lo que desee sin nccesidad ûe herir a
nadie.
Ayudară mucho a su comprensiin saber que uila de la»-
razones por las cuales reaccionamos con tanta hostilidad
cuando nofi llevan la contraria es nuestra ›icccsídn‹( dr cJ›ro-
bacíón Siempre que nos contrarían lc›/s comentarios ăe
nuestros seres queridos, la clave reside en que aún c.stanaos
obrando c‹›mo niños. La culpa es otra clave. La culpa y la
hostilidad ocultan a mt•nudo nuestra ira ct›ntra ncisotrc›s mis-
S U S A N ) E F F E RS

inos y los demăs por no poder romper los vínculos poco


sanos con los seres queridos Los latigazos que provienen del
«Síndrome del pćndulo» se deben a este apego poco sano.
Cuando nos hacemos más lúcidos y adultos en relación a
lo que es necesario para nuestro crecimiento, los seres queri-
dos podrăn decir lo que se les ocurra y no nos sentireinos
afectados por ello. Podremos simplementc darles un gran
y deÔrles: «Te quiero, tengo que vivir mi propia
vida» Será el fin de la historia. Nada de gemìdos ni gruñi-
dos. Nada de histeria sobre lo ma1 que le estăn tratando. En
cierto moăo, su excesiva necesidad de gustar le demuestra en
qué tendră que trabajar para abandonar el papel del niño y
pasar al del adultn. Por difícil que le resulte cortor las relacio-
nes infantiles con los demăs y sustituirlas por otras más res-
pon-sables, ello le permitirú reaccionar mucho más afectuo-
samente con las personas de su entorno. Esto es una
paradoja. Guanto menos necesita la aprobacińn de alguien,
mźs capaz serź de anaarle.
Considere su relaciún con sus seres queridos como una
.‹prźctica» La manera como reacciona usted ante ellos le
pc•rnaitiră rer qué faccta tiene que trabajar. Por intermedio
de ellos, uno puede practicar la liberaõón de reacciones
inadccuadas y la formación de modos de conduna rnăs res-
ponsables. Por eso, en vez de querer estrangular a uno de sus
seres queridos cuando le hace pasar un mal rato, es preferi-
ble considerarle un espejo en el que ver algo sobre lo cual
usted tendría que trabajar en cuanto se refiere a su
miento personal.
Si usted no puede sus seres queridos de su
conducta destructora hacia usted, es preferible que interpon-
ga una cierta distancia hasta que aprenda a funcionar en un
nivel más adulto. El de una de mis- alumnas-, Carlota,
acostumbraba a decirle a quemarropa que era una incompe-
tente. ¡Nada de andarse por las ramas! EventuÙmente, pudo
decirle: «Sabes, papă, te quiero mucho, pero hasta que no
empieces a respetar lo que soy, me mantendré apartada de ti.
».u squr z uc x u i r oo. A c x co icu xr

En estos precisos inonaentos, necesito a gente que me apoye


y me ame y no detects que esos sentimientos s'engan de ti»
Carlota se mantuvo alejada de él, hacìéndole súlc de vez en
cuando visitas puramente formales los días festivos y cuan-
do se .«entía lo bas-tante fuerte para a(rontar sus recrimina-
ciunes. Esto no era fàcil. Decirle adiós a la antigua relaciún
con un padre exige usualmente que pasemos por una etapa
de dolor hasta quę la vieja puerta quede cerrada y se abra la
nueva. En realidad, deploramos el fin de una época sin s.iber
que la ćpoca naciente aporta mayores sati>-facciones. Con
gran .sorpresa de Carlota, cuando finalmente reanudó sus
relaciones con su padre las recriminacione.s cesaron.
Revisando los hechos, antes de su Ńamznte nueva
personalidad, Carlota le presentaba a su padre un cuadro
total de incompetencia. Cuando eso cambió, también cambiú
la reacciún de str progenitor hacia ella. Por lo general, la
Îuerza in terior es respetaha.. recibimos lo que hemos daăo.
Lo más importante es que ustcd mismo sea su mejor
amigo. Haga l‹› que haga... no s-e deprima. Poco a poco,
einpiecc• a descubrir cuźl es, para usted, el camino del cor.u-
zún. i Q ué sendero de la vida le hace crecer? Ése e» el camino
a tomar. Usted se sentiría sorprendido al ver cńmo sus scre»-
queridos terminarían por comprenderle y respetarle. De lo
contrario, sti nueva fuerza le permitlría romper vínculos
poco ahecuados y establecc•r otros rnăs sanos.
r.' *°•' * d•l °•••'o, desde iuego, es que, al n o eleyir.
¡q c•< d« !» tn¢Ía una fies•a deliciosa.
p blema consiste en que nos lan easeiiacio ” *•»
ruidsóo! ¡Podrías tomar una decisión e ea!‘ ¡dea ócci-
Siütt cTTúúed' El sólo oír esto puede infundirle el terror
nuestro corazón. Tememos que esa decisión nos prive de
algo. . . de dinero, amigos, amantes, de nuestra condicion
social o de cualquier otra cosa que pueda apostamos pre-
sumer:e la decision correcta.
Estrechamente ligado a esto, se halla nuestro panico a
*”Ol eter itTorcs. POr algúR mOtiVO, sefitiflios qiJe deHvof
ser perfectos y olvidar ql4e aprendemos con nuestros errores.
>utf6 flWeSfdad de ser perfectos y de controlar cl desen!z
te de los F.echos obra en conjunto para manienernos peuifi-
en hacer un careb›o o en intentar
*fl nuevo desafio.

alternati-
vida.

*Acepto de él. E) concepto obra


realidad, usted puede cambiar de yodo de peB-
II toma de una decisión errónea
xn emar sea
la dd is ión.
SupongamoS oque e e $ a lla en un Punto de Elección
de su $’iÔa. fi es C° " ' O ã mayoría :íc n rvsotros, le han
+f›SCÔàdO a usar el Model o-Viu
-Gana r cuando picnse en la
elección a torna•
El modelo es, poco mas o menos, éste:
MODELO Ç&GANAR

Su corazón sê sient• opriirrído ante la elección que debe


hacer. Esiã algo paralizado cuando piensa en las consecuen-
cias en términos de vida o muerte.- Usted está parado en el
umbral de la decisión, laizientándose y obsesionado. “¿Debo
hacer esto o aquello? ¿Oué pasará si torno este camino? ¿Y
si eso no da el’ resultado en la forma que he planeado? ¿Y
qu3 sí. ?” Los “y qué" claman con todãs 5L1s fuerzas. El
CharJatáa vuelve a la acción. Usted mira lo desconocido y
procwa predeclir el turo. trata fie controlar lerzas exter-
nas. A esta altwa, acaso sienta que se está enloquecíendo.
Después de lomada la decisión, el Modelo-No-Ga nar le hace
revalorizar sin cesar la situación, confiando en Cl_ue no
cometerá un error. Volverá los ojos hacia atrás sin cesar y se
sermonearã a si mismo con las palabras “Si yo hubiera”.
DerrocFa una energía valiosa y se hace al propio tiempo
desdichaáo.
Usreá se siente aliviado si el desenlace es t a l como lo
esperaba. . . pero sólo tem por ariamente. Con un suspiro de
alivio, lo preocupa ya la idea de que la sl tuació n pueda
icvertirse y que ezo ctemostraría er. fie/inifivo 9ue la decisión
fuc t:rr‹íl1ca Adc•>as, izstcd teme ya la nue«a decisïún c_ue

çz _ . ¿vcrdad? Clarament e, sc trata de una xït i:aciún de ."šn-


Gan:tr. Per hav ‹›tra manera: el M»dq=lc-."ïo-Rxder.
Rctroccda s púrcse de nuevo en el Punro d•. ăliicción-
Esta vcz, la situación tendrá este m•j›ecto:

MODCLO HO•P RDCR

ßíótese que lo que hay por delante son sírnplemeote


‹::aminos —A y y. . . ¿t2izziï 9e amòcs es ct corrects? Caôn
camino tiene søìamente ‘bondades”. El uno
temente una situación de nœperder. . . ¿Y rcźles sun esas
bondades? Son oporlunidades para exy‹>ńxx»•utar la vićz ez
izna forma nueva, de aprendcr ÿ crecer, ‹że desæubríx lo cu•
i«io es y Io que querria realmente ser en esu *•ï‹ia. .Axn@x
cnminos están sombradoz de oportæmičad‹x. . . a xesar d•!
rcsultadO. ¡CñmD! ¿A pesar del resufraÃo? Hasta aq uï. usted
quizĂs haya querido acompaõœ«me. ¡xro es-œz tres »aiańrag
le inspiran aÍguzias du‹ías, sino una fïxnca resistencia. ”¿T
qu e , si. . .? rea parece en sus pewcsamientœ- Permiia .e coo-
testar aI ¿Y qué, si. . .? con e)•emolo.
J¡-z z_sí.nese c•oe e nf°cn N la OÇCiÔ dz «ue^m•s•-
emnleo actual o toniar uqo nuevo cue se !e Ł.a presexu‹io.
= Ę¡ s pila en el Ptinto de
¿ąn vu elve a a par --c er y
”Si me quedo aquí, qu s se pierda una buena oportuni-
avanzar. Pero si sigo, Q uizás no pueda afrontar iTtÍS
aucvas uportun id3dCS. J/ si me canso de mi nuevo em pico y
mxc qucdo sin nadi3) En realidad, esto mfi gtista. En fui
nuexo empleo. i•»go mas oportunidades de progresar. Oui-
rJs mc 83CÍ8ndan y gane más dinero. Pero. . . ¿y si lamerite
ahandunarlo? qué, si. . Oh. ¡lo sé qué hacer! ¡Yo estropea-
ria toaa mi vida Si tomara la decisión errónea!"

Si ustCd St° p3ffl Cn el Punto de Elección de lo-Pcrdcr, su y’‹•


"iztrcpido” se sobrepone.

” i \’erdad q « es han iastico ? Me han ofrccido un nuevo cir.-


pico. Si lo acepto, tendrc la oportunidad de conoc•r a gcIi:r
nueva, de aprender nuevas maneras de hacer cOsas, de expe-
rimentar una atmósfera Pie trabajo totalmente dist inta v de
•nsanchar la base de mi Rzperienci•. Si sucede algo i ese no
rnarcíha sL que podré afrontarlo. Hasra en el caso de o,ric rl
mercado de empleos se muestre difícil, ahora sé que, de
z‹g n modo, hallaré uHo nuevo si !o oec•siio. Hasta eso será
una expeoencia ioteresan:e, ya quc aprenderé a afrontar la
p‹irdida de un empleo y a solucionar los probiemas qu•-
brian sobreveotr s• carezco de é . Si me quedo, tengo una
o rtuniüad de profundizar los contactos que me he creacío
aquí. kn realidad, me siento mejor porque me han ofrecido
tin nuevo empleo, de modo que, si fue quedo, tal vee pida u«
ascenso. Si, por algún motivo, esto no marcha, quizás tenea
otras oportunLdades que buscar. Todo eso es una avenmra.
c Uniera que sea el camino que siga.

la realidad, conozco a .eente que piensa asi. . . •,' su ento-


qu.• de la vida es una alegría de estar en todas papa. s- •’i’.
realmente, en un mundo de no-perder.
álc. es un ejemplo perfecto. Ahora es un psicólop i Í i í i
cante de Lus Angeles y al principio ae proponía seguir los
zz sos ac su padre y ser abogado. Sus clasificaciones de la
niversiÓad eran excelentes y no le cosió mucho iftgM>> >
:0 sE‹ consideraba ned .excelenie escuela de derecho.
ioóio de irme y cursó muy bien los dos primeros añOS pero
el tiempo pasado lejos de su casa comenzó a pro* °'
jj.-r Ci2 en s«s prioridades personales. Lleso a cO P*°*
corto la l fumaba , r¡uc ‹:xi t*ia el hcL!•.o de
:›CraÓogado. Oueria
i’ llegar a la Conclusión do Q tte (a psicu í‹igío clínica esiaba
mucho más tono con su personalidad. Tam bien compren-
ió que, de parte: su decisión de ser a bnyado se iicbí a a su
'icsco de 0Orriplaccr a su podre. Pero ahura est ala m ucho
más ’* co°*t>cto con la persona que habia en ü1 y ;omó la

-° *6 de psicología. Su padre le dio su crinlurmi dad. pero


- ><>°ú a 6eg,tiir pagando lus gastos que te dctnaoc-Plan s'd*
audios , aumentando asi la dificul tal ir su ucc:sión. Sin
-ibargo, A!ex confi aba en su in tu iciiin y aD8fldonu uña
’ • ttiaCión que no corrvenía a sus necesi doles.
Alp°unas personas incl uycndo a su padre, consi dejaron
: os dOs Unos pasados en la escucla de derecho como una
ürdida de tiempo , pero AleK nunca lo COIls i‹ieYú -ii. Des-
;ouús de probar ese camino, lle5ó a la tor.clu.siün de nene o!
scr a bocado no era para él . Descu brir )o quo a tibio no ie
q•tisia, es paradójicamente, go tan valioso corro encon trar
lo que le gusta. Asimismo, durante su permanencia en la
escuela Óe derecho, .4lex se gonÓ -muchos buenos amigos ,
que lo siguen siendo hasta hoy. Y la informar› ón que obtuvo
durante esos dos primeros años, lo ha ayudado desate enton-
ces en muchas situaciones personales y profes tomates.
Para Alex, los beneficios logrados oo concluyen ahi. mac-
do su padre dejó de costearle los estudios, ruvo que trabajar
dos adios a fin de reunir suficiente óinero para inici ar la
carrera de psicología. ¿Fueron esos dos años perdidos ?
Na‹ia de eso. Su empleo en una empresa de construcciones
le deparó adios doblemente eoriquece‹iores: tuvo que eoca
rar un gcnero de vida disrintq y, por in termediO de uno de
sus compañeros de trabajo, conoció £t la lunjer que fue su
esposa. Finalmente, gracias a una beca y a sus dos em pleos
p8 -!' E. CCX lo c gfÓ ompletar su c m era dc psicología.
le Este conjunto de hechos fue inestimable en razón de que
ensenó a w umir le responsabilidad P== u propia vida.
quizás ri é! ni su pa‹ire lo
pero su progenitor le hizo en realidad un fav p¢ obl irán olo
a v al•-rse por ii mismo. Alex
aprcndió que, si uno qU!CrC
alqO CON su ficiente em
lugrano 1’
que, si Obra una manera, El la encon traría. Sabia de algiin
nodu i)U0, 3) flo hubiese podi du conseguir unx beca, encon-
ti’aria otra media de salir del paso. En consecuencia, encarò
las decisiones futuras con un sernimiento de poder, energia
s’ excitación . Recuerd e usted que. debajo de tudos nuestros
* C ^ tan ya en nosoirp s mísinos. Coda
El resultado, hasta cuando
implicaba una púrdiWá XC Oyo económico y una demora
en su educa uiÓn , le deparasa una opoounidad de aprender
a confiar

l3Rut f lFCHf18 IRflCla in teresan te el que , cuando


1 es presen L a iTii5 a ÍuITtnos un modelo fi o-Perder, la resis-
tencia qu • encuentro al principio es muy alta. “Oh, vamos,
ustcd no es rMista.”
Como ya lo dije, nos han suscitado a creer que lo negativo
equivale a lo rea lista y lo posi tiv o a lo no realista. Cuando
me aumento con mis alumnos, et los no oueden creer más en
c-i htodelo che lo-Ganar que en el Modelo de No-Perder, pero
este Ultimo puede hacernos pasar de una posición de dolor a
otra de poder, que es, en definitiva, nuestro objetivo cuando
aprenficmus a afrontar el miedo. Otro punto a considerar es

resistirse a venir de una posición de no-perder? ¿Por qué


seguir s.niiendo dolor, parálisis v deprmión? Sin embargo,
lo ses • ' s haciendo hasta incorporar a nuestro ser otra
msn=•ra de ver el fnundo. Entonces. poderrios transform ar
poco a poco el pensamiento de nq-ganar que ha hecho d8
T›USOrJ•OS Stzs vi‹:ti‹T›Bs.
Un iactor crí tico en su aCfl9t£tC)Ófl del Modelo de No-
en los resultados y las
Perder es la forma en Que sc piensa aceptar el hech D de
oportunidades. Po¢lria resultarle difíc il
que perder un erripleo es uhh stiuacióo * vida se consi-
0iOna!rnenre, las opurtuni dades quetaofre conce laón
dici
ac•ran r elacionadas con el dinero, gna oportu-
SÍ flO3 v isi bles del “éxit D”. Le p jdO
duc piense en
distí nta. finatJd2d dC
e"sie liÓra es dudarlo a afrontar el s en lk VldÜ C
objeti S’OS a(rontarlo’. S°
q ue uno encuentra ateo q u e lO bliga >
*'›n si‹3ura hicmentc. Lsted aprende a
i. •. ra:ul a l o que e nec da . Y, en esa
rninu yen chu nua matei a incDnmensu-

EL SABER Q U E U 5’£CD P i! E DU A FK OYI TS.F C UALOL IER


COSA OUE SE INTERPO PGA E.U 5 U CAMINO, ES LA
CI-AVE Q UN LE P EWVITIRA CORRER RIESGOS.

Volv ieudo a m,i cjern pío anterior, si el resultado de Su


elección de un nuevo empleo es para usted perder ese em-
pleo a los pocr›s meses, notará ahora la oportunidad de
reforçar su autoestima cnfrentando la to enta, reagrupan-
dO Sus fuerzas interiores con el fin de alcanzar una posición
nueva, acaso mâs satisfactoria. Mientras tanto, usted habrã
conocido a gente nueva y ensanchado su mundo. Visto bajo
esa luz, el perder su empleo se convierte en una situación de
no-perder.
Les he dicho a menudo a mis alumnos que quizás los
“afortunados” en la vida son los que se han visto formados a
afrontar cosas que todos confiamos en no afrontar nunca.
tales como' la pérdida de un empleo, la muerte de un ser
querido, un divorcio, wa quiebra, una eriferinedad. Cuando
urio ha afrontado alguna de esas situaciones, emerge de ella
convertido en una persona mucho rãs fuerte. Conosco a
poca gente que haya experimentado iina pérdida y no se
haya enorgullecido de sí misma al encontrar una manera de
que su vida fuocionara a pesar de su infortunio. Ha descu-
bierto que fo s#guridad no es tener cosas, es nJonrer far cosas.
Por eso, cuando uno le puede contestar a su ”y qué, si" con
un ”Puedo afrontarlo”, podrá encarar todas las cosas con
una garantía de no-perder y el miedo desaparecerá.
Ahora que usted ha descubierto que Bo hay, en realidad,
decisiones correctas o erróneas cuando se usa el Modelo No-
Perder, puede dar pasos para aumentar su conocimiento de
las alternativas que se le presenten. El saberlo rnejorarã
más las probabilidades de que el desenlace se realice confor-
me a-sus deseos y le dará una gran paz espiritual. Sugiero
que se den los pasos siguientes cuando une enfrenta una
decisiõn importante y después de haberla *err.:iú-°
A U N QU E T L N G A M I E D 0 . H Á0G A L I GU A L

Antes de tomar una decisión

1 E›t/taçtie í›r»ir/íni‹it›trrifr rt «%odrÍo tic ›ie [›rt der».

Ase@rese a sí mismo: '‹No puedo perder... sea cual fuere el


resultado de la fiec-isiún qtlE tome. El ivtundo es un lugar ade-
cuado para diversas oportunidades y yi› espero laü ocasiones
de aprendc•r y crecer que nte brinda tal o cual camino». Recha-
ce los pensamientos de li› que puede perder y pemítase sülo
pensamiento» de lo que puede ganar. Use los ejercicios contc•-
nihos en este capítulo sobre el pensamiento positivo.

2. Hc/n st‹.* ilcbcrrs.

Hay mucho que aprender sobre las posib)es alternativas. Es


muy útil hablarle a toda la gente que quiera escucharlo. No
tenga micdo de consultar a pi’ofcsionalcs con respecto a la
decisión a tomar. Algunos podrán rcltuirlo, pci o la mayoría
se mostrará ansiosa de ayudarlo. En realidad, t•llos se senti-
rán halagados por el hecho de que se les haya consultado.
Busque material en otras lentes tambien. Hable con
gente en fiestas, en la peluquería o en el instituto de belleza,
en el consultorio o c•n cualquier otro lugar. La gente con
çuien se encuentre en lugares casualeü puecle proporcionarle
una c-onexiJn *'aliosa cn tina forma qtle usted nunca habría
imaginado o le darú un punto dc• vista diferente, surgido de
su.s propias exFeriencia5.
Es importante que usted se comunique con la gente
«adecuada». Pcrmítame deíinir)e cuúl es en mi opinión la
gente adecuada. E.s la que apoya su aprendizajc• y crecimien-
to. Si habla con Çente que rechaza sin ce:•ar las posibilidades
que lc• ofrecen, no snn las per.conas adecu2das para usted.
Dúlc•s cortü.smcnte las gracias y retuirra a otros
Un maravilloso maestro mío me uyudti mucho cuando
tia<• cnseño esta Ira-e: «La primera vez, la c-ulpa c•s tuya. La
,\ tico de ni is a1‹u uiiios Mc rriolcs ía ha que lo llenar:ir.
" cii:i rt iit.in ' c n ‹'oz de ” rea liz.ador” si pa rt í a temas. act as
‹ Ce•s co f:l!so . La sa fija en falso no cx st• si une se .io r-
oinpmmctido scria mL nte a ave usar. Si primera expericn- ci:i
en cl mundo ne la iiuÚlici tal es un buen eje pp lo.
fi•icc afios, dcci‹ií publicca r i i ibru de poerrias q ue hab ía
c scrito. Como no sa bia na‹ia sobre el íTlundo editor:al, cm
peLü a consultar con mucha ament c acerca de lo o ue creó io
hacer. Sede i un curso sobrv• la for-rm de hacerse pub l ic:tr sin
libro. Les pregun tc a ex traídos nene trabajaban en divcrsa s
rái formlos y me sorpi eudjñ el q ue se musiraran mun ansi‹a-
sus de avudarme: somcti mi libro al juicio Óc unos veioie
c iturcs y ob t u 'e un res.lazo tras otru. l'cro secura ha bla ojo
" ' carrera corto escri iora. Es roy sedura de que al senos
ÜCCÍUn: "¿ 1 quiüe quiere engañar? Uso no suceúerü “. C r d:’.i.
***P<° * almuerzo, Ellen Carr, una editors as‹xí:i la ›
ac1s lmeo te
esc ribír
Preo up*0a cl eran número Üc mo]cr:s ü-

ru ptid tillj )j as ta trat ar


P°°* ° ía hab)ar%¿ u
resultaba inestima Dle para apoyamos en nuestro p
Y llegó el día feliz en qae nOS entregai‘on nuesti‘D5
Podría creerte que hubo muchos pasos en falso en fTii vida
de escritora.. ¡No h ubo tal! Cad a paso por ese camino rm
preparaba cada vez más para entrar a ese campo, aunque et
resultado oo fuera en la forma prirni ti vamente concebida.
¡Y yo, ciertamente, aprendí a .sufrir el rccha zo! El volcar
nuestras ideas en el mundo hablandO Sin cesar de ellas
podra creat algunos cscépticos, pero el haslar no sóio pro-
porciona una valiosa información, sino que ,’Jc/ure nuestra
int0RüióR de haCer que e.•o sacada.* (a intenci.ón es una herra-
mienta poderosa para crear a!q•o que se quiere cn la •'i da.

3. EStablep=ca sus prioridades. Esto exigirá algunos sondeos


en el alma. De téngase por un momento a pensar en lo que
quicre conseguir en la vila. Esto es aigo muy difíci l de
destubÚr para la rnavoría de nosotros, ¡v que riOS han
adiestrado a edad temprana para hacer lo nue otrps quieren
que hagamos. ho tenemos contacto con las cosas que real-
mente brindan satisfacción. Para mayor faciIidad, preguo ce-
se a si mismo qué camino está más en armonía con sus
objetivos generóes en la vidá. . . en la actualidsd.
Importa recordar que los objeti vos carn bian sin cesar a
medida que se avanza por la vida y que uno debe seguir
revaluándolos. La decisión que uno toma hov podria oo ser
la misma que toiriaría dentro de cinco aiios. Si le da trabajo
aclarar sus objetivos generales, no se aflija por esO. Ouizá le
requiera tomar muchas decisIones más y hacer muchos
otros experimentos con distintas situaciones para descubrjr
la mejor manera de poner en orden nuestras prioridades.
Por Io menos, usted empieza a prestarle atención a Qui‹in es.
Déjese confundir por cl proceso de búsqueda. Stediante la
confusión, usted llegará finalmente a la claridad.

4, foo(fe en sus impulsos. Aunque usted pueda tener


dificultad en llevar hasta "la persona quc tiene dentro‘
mediante e! procesp indagador del altaa, su cuerpo suele
darle algunas buenas pista’s sobre cl camino a erfipreBder.
Hasta después que haya hecho sus tareas, haya hablado con
mucha gente v Ob tenido una elección lógica, es posible que
su impulso le diga que haga la elección contraria. .No tema
4: caÜ Mc uncs zn sos, si amigo ronunciÜ v Inc nc:/nnra
Üircwtmra e_ecu•iv'a. En mí plan, no figura ba en nin tu na
pan e que i c !ley-ria a ser adrninistradura. A ntcs, xc habia
=vuside.m.Óu ua tesider, riO urt jefe . Ell Ci c rtO fTlodo, rri i
su cUoscteatc sat ia que yo pocila . rnanejar aquel i o v frP•_

trabajo año ir.istrati v o ›', en real idad, llegué a kC F m u4


comp•eientc en ese sector. A d•rnás, cl Hospi tal Flotante xc
brindó extcr:cncias cara v illosas, extra vagan rcs, di v_•r:¡-
las. punza-.ies y excitantes y me pl anieó desafíos que nunca
habria creiste visibles. Pero mi subconscic nte sabía. Hab ía
desplazado a mi inen te conscicnte, lógica, q ue ha b ía dicho :
‘.4o ie éiesries Mc t u pJa n" v ”Ho puedes desernpenar ese
empleo".
Debe aclarar, de acuerdo ccc cl concepto de auc no e. iste
una denisiór que se pueda llamar errónu»a, que, si hubiese
optado pur sc_u ir smude tera pen ta dc la cl iniCa de cnferme-
dades ruen tales, esu elecció n me haL•ria bri i ida‹1O /nmbiéi7
ricgs oporruiy‹dedes cfe nxperipiei¡inr si vtdn cii situ orma

Ü ' de Í A. Ü! Host' ta J F!‹1\an(c c? un su rar end c n te cen tru de sa I ud quu est á


a r cjO de' una navc. O/rc¢;u üi aun us t icu, prev enciÓn, F EB L aUt UD tU }' S<*M'+-
cios educacion a les a tus pobms ne Ñ tieva York. Durunic el *8runo 8^’* *
SQj y-Personas c:ar.as en un crucero de 3«lud alrcd«dui d« M:tnhai ian v
In \ icmo, pcgC›ujc una I-\ iCiiJS de mael)c a Éünt« d* !wc!8s ! 8^ cd^d^-S
lo existen la decisión correcta ni la cwóoea, $JÍO hay
dccis:oocS distintas.

J . .4 lívtese, V ivirnos en un mundo donde la mayoría de 'a


gente se tnrna a sí misma v a sus decisiones muy en scrlO.
Tengo noticias para usted. tada es inn im port RRte. } Pala-
bra! Si, a consecuencia de una decisión que us red '-oía.
pierdc algún dinero, no hay problema. . . apren‹ie a apror tar
la pérdida de dinero. Si pierde a un amante, no ha;’ prof le

pYoblema. . . Aprender ñ a s'i vir por su cuan ra. Sí decirte


casarse, ne hay prot lema: ay›rendc a a tre n tar una nueva
mancra de compartir.
Ernpiccc a Pensar en si tu isto cornu un estudiar te ñe
toda la vida en una gran universidad. $u currículum -•s su
relación total con el mundo en que vive, desde op ue nace
hasta que muere. Cada experiencia es una lección va lios a
quc debe aprendcrse. Si usted opta por c! Camino á, apren-
derá un conjunto de lecciones. Si opta por el B, anrencterá
un grupo de lecciones di$tinto. Gcologia o georn-iría. . Sc
tota, simplemente, de un maestro distinto y Mc li bros dife-
rentes que leer, de deberes distio tos que hacer en casa. de
exámenes distintos que rendir. fim/mm/e, 'uuin da. Si ustcd
opta por el Camino A, Ilegará a probar las fresas. Si opta por
el B. probará las .rnoras. Si detesta tanto las fresas como las
moras, podrá encontrar otro carn(no. El secrc io consiste
simplemente en hacer del lugar donde está su estrado edu-
cacional y en anrcndcr todo Jo posible sobre si myismo el
mundo que lo rodea. De modo que. . . ¡Aliviese. ¡Suceda lo
que suceda como consecuencia de su decisión, wted po‹iró

Después de tomar una decisión

I . Tire su imagen. Todos creamos esperanza sobre lo que


querríamos que sucediera una vez tomad a una decisión. La
i ma cen que usted tiene cn su rm n te puede hacer desempe-
ñado una función valiosa ”para ayudarlo a tomar null dccl •
sión. Pero, una vez tomada, abandóneía. Asi como usted
puede controlar el futuro, la imagen puede crear desdicha si
no se cumple. El desencanto puede hacerle perder lo bueno
de una decision en eicrt a fui-ma , aument art la pri›b nb i I i da‹l
de que se pierdan utras ‹›¡» t unid•i des. PorO I lls u/fdp¡//j
de imprevistas pnedcn crt‹:m mííx c ti sas de valím quc ¢q

presume es”, podria pcrdcr la oportunidad de disfr’u'ar de tt›


que es en realidad o de que sea mara v ili‹»so en forma rural.
mente distinta de lo ‹¡ue input inaba.

2. Acepte la responsabilidad miel por sw decisiones. ; -


difícil! Todos tencmos tendencia a buscar a alguien a nues-
tro alrededor para cm parto si las KO Rs no result an a nuestro
gusto. Yo ediaba realmen ie a mi corredor de bolsa cuandfi
las acciones que me recomendaba bajaban en vez de subir.
Se requería mucha fortaleza para reconocer: ‘He tornado la
decisiÓn de comprar. Nadie me ha obligado”. Lo Jamcnté
hasta one creé una ”oportunictad de mi mala xenturada
decisÍ • ‹i * é aprendi? ¡Muchisimo! Aprendí que debía
saber al go m;Ys sobre el mermdo de acciones, en vez de
confiar totalmente en la opinión ‹ie mi corredor. Apmndi
que estaba muy insegura en cuestión de dLnero y tuve que
trabajar sobre eso. Aprendi que podia perder dinero en la
Bolsa y, con todo. la vida seguia su curso como antes.
Aprendi 9ue, si en el hiiuro yo perdía dinero en la Bolsa. eso
no serfa algo tan dramático y las acciones podían volrer a
subir, como antes- Cuando la miraba desde esa óptica, la
decisión no habia sido tan mala después de iodo. Cuando
usted puede hallar la aporfunicÍad en cada decisión. es mu
cho más fácil aceptar la responsabilidad de tomaría.
¡I2uando usted asume la responsabilidad por sus decisio-
nes, se siente tin poco menos irritado contra el mundo \, lo
que es mucho más importante, mucho menos irri lado CUn-
tra si mismo!

3. NO pTOf D, COfTÍ¡a. Es muy importante confiar en CURÍ-


quíer decisión que uno tome y darle todo lo que tiftO t 8 •
Pero si no resulta. . . icúmbiel : Muchos estamos tan * >***
grados a tomar una decisión "correcta " que, aunque dCSt-U’
bramos que no nos gusta el camino q ue hemos elegido, nus
atenemos a él a toda costa. A mi en tender , se trata * C * ^‘
de lo iocura. Tiene un valor enormc aprender que a uno oo
c¡iITlbIar SU CafTll U.O.
Si. Hay algunos que sal tim siii Cc.1RF d« un lado a otro,
usando lo de "c3m bit°lO“ •‹› • n pretexto para no cumplir.
Mo hablo de eso v ustcd conocerá la diferencia íntimamente.
Si está comprnnlctfdo realmente a algo, déle todo lo que
tiene y luego, si llega a la conclusión dc quc no c•s para
usted, pase a otra cosa.
Cuando se decida a cambiar de rumbo Sen críticado a
menudo por los que lo rodean. ” ; O uú quiere decir usted
cuando afirma que querria cambiar de carrera? jHa inverti-
do cinco años cu la formacitin de su clientela como dentista!
¡Todo ese tiempo y dinero! " Explique que nada de eso se ha
derrochado. En otro tiern. po, aqucfln era lo que usted debía
hacer. Aprendió muchd y ganó mucho en materia de expc-
rieltCia . S ilflp ícfTiefl fiC , C5O DO p a recC ya lO CorrCCtO: Cs hora
de cambiar. Sü de mucha gente que queda trabada en situ
ciones pa:o satisfactorias que no obran ya en su favor por-
que han invem ido mucho en ello y seria una lástima no
COntlnuar. ¡Qué ilógico! ¿Por qué invertir rnás, si eso ya no
rinde? Recuúrdelo. . ¡ La calidad de vida está en juego!
En su Libro “Actualizaciones", S tewaM Krriery preseu ta un
excelente modelo para cambiar de dirección en la vida.
Emety aprendió, mientras estaba sentado en un avión en viaje
a Honolulu. Notó una consola, que fue identificada por el
piloto como el sistema de guía de inercia. La finalidad de ese
sistema era colocar al avión a tnil metros de la pisar de
despegue en Hawai dentro de los cinco minutos de la hora
de llegada calculada. Cada vez que el avión se dcsviaba de
su curso, El sistema lo corregia.
El piloto explicó que llegarían a Hawai a pesar de ‘Ante
estado en error durante el 9D por ciento del tiempo“. Ernerr
parte de aquí, manifestando: “De modo que el camino de
aquí hacia donde queremos ir empieza con on error, que
corregimos, lo cual se convierte en el error siguiente, lo cual
eorregirnos y que se convierte en el error siguiente, que
corregimos. De modo que la única vez que estamos realmen-
te en la run m el momento d •l zigzag en que c mos
realrnen te el verdadero camino”.
La comparación nos periTiite ver que, cu R vida, el secrcto
no es preocupame por haber tOmado una decision caca:
dclo es Esio:

MODELO FUERA D? CURSO

de Panda

Üa¡- rnuc *os clan es , n ic as quc ayudan 6 saber °° ° °


es hcra de- comc z r. L .ás evidentes son la confusión e
insa.s mcci ór. .1 Óas, casa i rsníca, se corsi‹ieran negati-
vas, en vez de O5J'i»as. dé crue cu•sta aceptarlo, pcFO *fN
cor’rar/ew.yo en la >.úu ü-• w‹cú O uHtíc•c o, ¡za que le
indica que se ha dcs iado en c.erta forma y necesita rRen-
onirer ar rezreso a su camino de claridad. Su conÑsión e
ínSatí5iaccion le dicen Gue se ha desviado de su ruta y, como
se lo sueiriú en cícr:a ocasi ón un amigo, ’Si usted no
c.ambia de dirección, le srooasic es que concluya por llegar
aúonÓe va’".
El dolor físico aparecc faci1m.•ute cp o beneficioso, aun-
que pueda ser mcv moles:D. Es un síntoma e 'idente de jue
sucede algo de maÍo en su cuerpO- L n dOlDF del lado derecho
poórJa sa lvarle la vida indicando un ataque dc apendicitis.
Si usted no le presa a a encióy pOdría morirse. El dolor
mental es igualrnen r-- una " bendición " soruue le indica que
le pesa algo de malo con la vifia que lleva. Es una señal de
que elgo necesita ser corregido Lrú tac de lo que piensa
mted sobre el mundo o de lo crue está haciendo en el mun-
do o de ambas cosas. Ese dolor, simplernen ie. dice: "¡Eh,
no es eso!”
La manera cie calcular cómo volver al curso correct o es
mediante el proc•so dc exploración ir.vestigwdo en los li-
bros ‹ie ayud a a Si mismo, en los talleres, los ami gos, los
_=wuoos de aoovo, la ie ran a o lo Que !e parezca adecuado
cuaa‹io busca ayuda. Mientras Usted Até pronto a buscarla,
la ayuda estará ahi. R•cuérdelo: “Cuando el alumno está
preparado, el rriaestro anare-cerá". Usted nunca estar3 pron-
to si se halla atareado protegiendo el camino que se hz
elegido. Estará siempre al margen del curso correcto y nun-
ca {legarú a destino. Cua/IÜO Haiñ Si n cesar )as o)at cs qu¢
indican "es hora de corregir", terminar á siem¡ire en el l ugar
adecuado. , . o, por lo menos, en su vecindad.
Como un repaso disponible, he aqui un sumario de los
pasos del proceso de tomar una decisión. Aplicáiidolos, us-
ted respiran con cierto alivio ut hacer elecciones a io largo
de su vida:

PROCESO DE TOMAR UNA DECISION DE NO-PER DER


ANTES DE TOMAR UNA DECISION

1. Enfoque el Stodelo lo-Perder.


2. Haga sus deberes.
3. Establezca sus prioridades.
4. Confíe en sus irnpo)sos.
5. Aliviese.

DESPUES DE TOMAR UNA DECISION

1. Titn su imagen.
2. Acepte )a responsabilidad total.
3. Mo proteja, corrija.

Si le parece que lo expresado no tiene una lógica absoluta,


permitarne resumir los pasos que damos usualmente al usar
ed Woôelo No-Ganar.

PROCESO PARA TOMAR UNA DECISION DE NO GANAR


ANTES DE TOMAR UNA DECISION.

I Enfoque el Modelo No-Ganar.


2. Escuchar su cerebro lo vuelve loco.
3. Paralícese a si mismo de ansiedad tratando de predecir el
futuro.
4. ho confie en sus impulsos: mcache lo que piensan-todos
los demás.
s. S tenia io peaado crue es tomar una dxci sión.
DESPUES DE TORIA R t h.1 DECISfOh

1. Crear ansiedad porque se procura contrnlar cl resu í tado


+- u par a otro si eso no da eJ rr•suJ todo previsto.
3. Si da resultado, seguir preguntándose si habr í:i sido me
jor hacerlo del otro mo‹io.
4. Ho corrija si la decision es "crrunca ”. tistcd tia invcrii‹ío
demasiado.

( S i2etta a algo penosamente Çs cómicarncn te) fa mil tar esta


ú)tixna síntesis? Si. Cierta ven tc, sabemos cu2l es la nte jem
mz era de ealoquccernos.

Ahom que he demostrado cómo el 4o-Ganar ¿ cl Nn


Perder corresponden a la toma de decisiones, confio en que
usted [›ucÍrá ver cómo es imposible cometer un errur. Así
como cada decisión es una oportuniciad de aprender, cada
”error” es tarnb icn una ooot-unidad de aprender, hacicnd‹a
imposible que se corricra un error, ,A un gran iuvestipadrir
Ouc había ‘fracasado” ooscien tas veces an tes de hallar lu
respuesm a una de sus candcntes cuestiones, le prcgun ia-
ron:
(ho le molesra haberse equi vocado tantas veces?
Su respuesta fue:
¡Nunca me equi voqu •!. ¡ Descubrí doscientas veces cómo
oo hacer algo!
Después de pensarlo mucho, he llegado a la cuuclmióu’de
que, si usted no ha cometido errores últimamente, debe de
estar haciendo algu equi›'mado. ¡Nririca llegara a Hawai!
,No ha abandonado aún cl aeropuemo! ¡ Ni siquiera ha le-
vantado vuelo! No corre ñcsp•os. . . ni dashtz óe las ‘bendi-
ciones" que puRde ofrecer la vida. ¡Ciuc derro‹:he!
Recuerdo que en un tiempo, yo me asustaba de tudo.
te.mia fracasar en todas mis tentati 'as de realizar mis sue-
ños. De modo que, simplementc, me quedaba en casa, era
urza v‹ctimo de todas mis inseguridades. Mc gustaría infor
rec un x icjo ma -siro Z•n cien me despertó al
cor•ocimienio Pero no diie asi. En realidad. (nc un a 'ión de
la Eastern .4 rlincs cue ostentaba cl hocan “Entra a este
mundo”. Cuando vi cl aviso, comprendí repentinamente que
yo habia dejado de parücipar en el mundo. Con esta ” ilus
tración’, empecé a zafarme de nuevo. Comprendí que ‹lcbta
pasar dcl miedo a cometer un error al miedo de un con ict ‹-i-
nn error, Si no cometo errores, puedo tener In cuuvicciún de
que no estoy aprendiendo y creciendo.
Cuando uno piensa que los errores forman una pa oe
integml de la vida, resulta asombroso comprobar cóniu •
nos enscna a pensar que debemos ser perfecros. Este ‘rrr‹›r”
en nuestra manera de pensar ha creado muchos miedos de
ser arriesgado y de ensayar territorios nuevos. Toiiiemos tim
ejemplo de un pasatiempo nacional favorito, el béisbol. l',
muy raro que itn jMgador de béisbol alcance un promedio de
400. Traducido, esto significa haber hecho impacto cuair‹i
veces sobre cien con el bate, . . .cuatro e.hitos sobre diez
tentativas. Esa es la “performance’ de un campeón. , , ¡y lu
mayoria de nosotros somos unos simples principiantes!
Uno no triuntará en todp lo que intente en la vida, Eso se
puede garantizar. En reali‹1ad, cuanto más se hace, más
probabilidades hay de no obtener ‹éxito en algunas cosas.
¡Vea lo rica que puede ser sú vida, sin embargo, con sus

Usando el Modelo Correcto yara el Fuera dcl Curso, se


puede tener ahora una nueva libertad para volar.
Aunque’ usted sabe ahora cómo ¡restarles importancia a
los miedos quR le inspira la toma de una decisión y la
comisión de lun error, podrá noiar que adoptar los conceptos
pre5cntados es más dificil de lo que parece. Vuelvo a recor-
darle el largo precio involucrado en el cambio de conduc-
W. ¡’6impfemexre, etripime/ Insista en ello. Rcfueree la nueva
manera de pensar presentada a‹juí usando los ejercicios qu«
se indican a continuación para que le ayuden a vencer
miedos a tomar decisiones o cometer errores.
;Gomete tisted errores últiITiarrtente ? ¡COEfiO en que xi!

EJERCICIOS

1. Usando el Modelo N o-Perder, mcdi te sobre algunas


decisiones que enfrenta ahora. Anote todas las cosas positi-
V£tS Que pueden suceder usmodo otro camino. . . aunque ¢J
resultado no sea el que se ünagioa.

2 Aprenda el concepto ”EN REALIDA D, ESO NO


IMPOR-
oíicir a, note que, en realidad, tanto

aplicar este concepto a Dec'siones

para recorfiársclo a sí misrrio cuando se sien t3 O D5CSi On él


do sin necesidad.

3. Asi mismo, cuelwc •n su casa y cu S12 Oficina carrete.s one


digan:
¿Y’ OU c? ¡PM EDO AFR O. TJRLO!
Si !as cosas no resultar. iales como m.ed lo (’v
ouü? Esos. le a mdar a tomar la vida sin darle exap=erada
:mpurtancia, ya que habrá aprendi do a afron:ar cualouic.
cosa crue suceda después de 'weber . tomado su decision.

4. Mire las cl aves de su ‹'id a que le suLic ron que se ha


desviado de su rumbo v conni once a ‹r F Dlanes para
cDrrceir la s, tración.
”TOD,A SU VIID.4"
” Í :. l i › s' i Ie i . i :. l . ' 1.1 ’.i i i .l i i i i . ¡ l i : i tritlii in i x’idii ! ”, 1.in i rse ' r. i
tii l : t ‹ la i i i i ', .i 1 t i i i ii . ’. , ‹ i i \" i l ir.i t i t lii ii t:a (aa tia de tai vu re í:i t se ‹ lt!
‹ 11.i ‹1‹ '. ›i i‹.'. ‹ 1‹ ‹ i i i › .i i i‹». ‹ )c io;it i-init›riio. Louise no i» o-
[ ] it‘:i l › . i t t i . i t i i l i i ‹ 1 i ‹ i ‹ ] i i‹’ ,1 i i ij ‹. t-•i 1 otj .l su x’ i cia , pt)r ¡ tic t' r‘:i

‹'x.ii i:i ii ii i i 1 ‹• -:.‹ i l‹ › ¡ i i‹• )i.i b i:i llt•c ho c tía de th . Nada o n:il io
iiii’i'. i ‹ i i ra i i o.i v• i ), ir 1‹ i: i !›i ('ri il icación .
1..:.t ‹i, i l‹ •.t l‹• li ii ¡'i i , ‹:x ¡ l i‹::i i:i dcvastaciún ble Lou i se y J:*
d s‹'s{i‹-i i‹ 1. i '.‹u i•..t‹’i‹o i ‹l‹: vuk io t¡iiu rx yuri ven Ió cu.incíu ü1
si: í t i‹ . l-. i i l‹ ¡›t'i it li i u i:i de u ca relación, como lo hab ni
¡ ‹»1w1ti c.x ¡›t i’i ii ii-ii t ,i i ire i ctl en su pi’op ia vi da, crea efectos
iicL t:s ›i u is i ii ii v p‹ ›‹:o ii i i.ryu o tc3 —im, celos, rcscmikicn l'*.

cuit cllt›. 1*.'.t iis ‹’i ia l i tl:it1cs cunira pruduccntes son el resul t0-
b o Îlc ’ tÎÂ : ’: '. Â Ă d ic or dc pcrdcr lo que consideramos la
:ist• de l ‹rita unes t i:i itlua t idad
i3‹ili, xliI cjv’iiiitt Va :1 c.i r O de las relaciones piíb liCaS, Optó
r• ci c:i i’ sii ir1‹•iii idad en el :irca del trabajo. Para El, sólo
c.xisti:i sii ‹:.in c•.: n‹i im Cortaba ninguna otra cosa. Como
cu cl c:ist› ‹fc I_t›ii .sc , t:fcctos accesorios negati vos acompatia-
biin sti dcpciidcoci•i cm‹›tiva. En cl trabajo, era protector en
ver. ‹ic exp:iii•›ivti y d:idor: usurpaba el crédito por todo,
haciundt› c:iht› ‹›rniso ‹)ul aporte de aquellos con quienes
trübiijiib. i y en .sii i iiccs:inte tentativa dc obtener la aproba-
citiii de sus .sii¡ici iot’es. nunca corría un riesgo. Por ello, su
ci’u:itiv idad ‹: v‹'i:i mu y dis minuida .
Cu:iiicdti r i clii* su cmp ico a causa de una sucesión de
<**n 1l”d t iclll p' s, t:x pcri riicntti como cm prev isible, un ef,_cto

todo cllo J7rovocatio por aja


v¡v¡do todus sus años de vidii a viii 11ii i:iiitit ivii ti im lt- l ii.i 4'›'•
a su irabajn se sen tlan 4 menu iti c‹iino l‹:' i iii :i'r.i l'°'• cu•iii-
do se veían obligados a ju bi iai’!,c. 1’.tree lo t¡oc i i v iü.i h:i iiiii
terminado. , . cri i•calidad, niic)io:, iii‹x í.i n ¡ioco de'.piiüs 4‹'
haberse jubilado. ¡Quü la me0lubl r' ci*l I]tlt? ref) )3t2d if' [’.’. n
disfrutar de lo que constit mii polciiciiilii ici i te l.i Jr:i rte m• s
agradable y creadora de su vida !
Jeanne, una dueiia de casa , htm in t xt- Sff J /í /f7S l tu)’3 'il.i Vi Ü•l .
dra los que no comprendían, pai’ccía y crei:i ›•»i‘lo— una
“buena’ madre. Estaba siempre en casa cuuiulu los ninos
vi:1vian de la escuela, provcía a todas strs naci:!ii dudes y se
en0rgullecia dcl hecho de que sus hijos ust u Vicscu p.ira el la
en prirñer término.
Si Jeanne hu biese si do más si nc ura co nsi lo m isma, se
habria dado cuenta de quL estaba usuodo a sus b.i jos para
crear su propia razón de cx istir. Los q ue la cr›no- cían
realmente, sab ian los inev.itab)cs efectos acces-. .rios una
neccsidad de dominar, una ‹up«rpro tccciC›o, un
sentimiento de austeri dad, y la crcaci ún de co.n t.dades
masivas de cul.pa en sus h.ijos—. Nunca les dejaba. ol v i-
dar hasta qué punto se entrega ba. Cuando crecieron y
eventua lmente se fueron de casa para vivi r su propia
vida, Jeanne afrontó lo. que le parecia una casa total-
mente desierta. . . a pesar de que ella y su marido vivían
aún alli. Eso reflejaba e l vacio total que sen tf a. Ouedar-
se en casa con los hijós de una no es esencial mente malo.
Sin embargo, cuando los padres dependen de los hijos
para su propia supervivencia emotiva, ello es a todas
luces perjudicial. ho sólo. es poco sano para el progeni-
tor: también 1.o es para los hijos. iLa supervivencia de un
padre es una pesadit Carga para un hijo!
La sensación subyacen te que compartían Louise, Bob
y Jeanne era de extrema necesidad. Cuando perdieron
las cosas a que estaban ernotivamente liga dos, esa sen-
sación qued6 al descubierto. A postaría a qu•- 1.a ma; orta
de ustedes, .en algún ’momento, ha expe rt sentado ía
misma clase de necesidad.
De ser asi, con vendrán en que se tra ta tie u:no de los
sen t imien tos más pe nosos que puede a .expcrimen*a r. \’,
para col mo de males, cuando uur> es yrcsa Üe ía Ücsc spara-
CiÓn, parece c¡ tic p ouÜ•q ha cc r ¡qc>c ra a fe sc*n li iba :*? c] or .
Esto p lantea un interrogar. i«: , Se puede hacer a1 zo para
aliviar la presión cie esta in tcnsa necesidad ’qu• nos hace
sentir íntcgros a pesar de la Ver su fri do unamseran iró da en
nuestra v i da? S: lo hay. i rnagíncse lo r;;ucho que se podria
disminuir nuestra s r.saciün ‹ic pl rdi ‹ra. ¡La respuesta a esa
pregunta es, inne3a bdemente, SI! Esto debiera ser un aJi V ID.
En realidad, el proceso de ca mbío puede scr delineada cla-
ramen tc a nuestra vio ta.
Aunque a uno le cauce éx iasís la i dea de oue el alivio es
posiÓ le, resu 1 ta importante recordar que, como todo lo de
más relacionado con eÍ corn bio, hace falta mucho conoci-
miento, paciencia y pcrseve rancia para quebrar pautas fir-
me men t e apova das por I a emoc i ú n . Esto, no de be
inquietarlo. Aunque parczca una tarea cíesa gradab le , cu
realidad no lo ••s, si uno lo toma en pasos Del uenos y
maneja bles y se concede tiern po para disfrutar realmente
del proceso.
Por eso, l o i nv ito a que ens aJ'e una manera alternati va
de af ron tear su v i da ; va enca mina da a ay udarle a liberar
la desesperac i ón , el vacio y el m i edo que puedan estar
ligados a al g unos de sus aspectos. SÍ, por prop ía expe
rienci a, que esa li beración es posible.
Este cap itulo menciona los pasos necesarios pa ra cl
camb io.
Le proine to q ue esos p asos ofrecerán algunas pe reep-
ci ones interesan tes . Pero só l o median te l a acción y la
en tre ya pueden c on ver tirse en herramientas poderOsas
que e ambien absol u tamente la ca lidad de su vida .

Será útil que mted comprenda antes con mayor claridad


lo que considero la causa del vucio que uno siente cuando su
vida ha perdido su equilibrio. Usando la RELACION omo
ejemplo, el cuadro siguiente ilustra el aspecto que toma
Toda su Vida cuerdo usted la enfoca emoiivamen m ep
solo sector.
TODA LA <&>

¡No es tle cxtrufi:ii ••i quc uii‹› sc sienta v:icio! ¡ No es dc


«L 1«iJr «{ yii« «ic»ta «I imgi1l:a J« x\‹.1tit«ir łzi›a r«Iaciź«

.No ticne p‹x- quć• :«?r a«i. Vii e la Viila F.nt urz siguicnic-,
:"%an Esc= Luc rur.*z csr á Mac.
TODA LA VIO A C ON RELACIOH

' -''. ’ '


.„ ,. ,
T’ ’’ '’’ '’
-- ’’’ )
. -t . ’
’,:::
:’’.-.
RempO t SON.

.Á t•£ ía a! tura, L n u U@ de mis f , una a ÍunlGa ÜU lUVGtltt*


y dijo qu-• mm ó ien ella tenía muchas ¢23a3 c11 su x'tÜii.
farni lia, hijos, crnpleo, amigos. . . pro lo único que si ;›ii/í‹ -
lo algo para ella era la reIación. Lu hice notar que :i1ii :s
donde en tran en juego of conoci micntn, la pcrsci’ci ancia y la
paciencia. . . cara acrecen'ar ei com miso, la en t rcpa. que
e!Ia tienc en todos los sectores de su viÚu.
E-1 compromiso tal comu uso e' term.inn, siin il ica ct»s-
cia=.temen te darle el l 00% —todo lo que uno tic ue a cil ^ ”c-
*il lero" de la rejilla. Por ejemplo, mundo uno está traia -
)anÓo, debe trabajar a fooco sin reten.er nada: cuando c› °
CGR SU fam ili a deDC •s tar co nscien:cmcn te c o› i c //u, c n *
”c: cuaado está con ami_=os , debe es:ar a l í un I t O" ’•
a.sí s uccli va ven te
hora de abandonarlo. Por lo tanto. ¿C óloo pociiJ CDm urc-
meterse a estar allí un 100. u? Expliqué cine un cum pre m 'so
no implica que eso deba durar siempre, pero que mienti-as
uno estc núf debe estar un l00Üo. Al hacerlo, la calidad de su
Vfda mejorará un 100Po.
Le di una herramienta para usarla en su empleo a fin de
aumentar e) concepto del compromiso. Esa herramienta es
“obrar como si a uno aquello le importara renlmenfe ”. ¿Qué
aspecto tendría eso entonces? ¿Oué estaría haciendo ella si
supiera quc eso realmente importaba? Algunas posibilida-
des con que se veía erifrentada la clase eran: crear objetivos
diarios y procurar que se cumplieron, interactuando con
otros miembros del grupo en forma tal que ello le alegrará
más la vida, creando una atmósfera en la que resultara
gruto trabajar. Sandy aeregó: ”Yo llegaria tambien alli a
_tipo”. Prometió intentarlo cuando le aseguró o.ue corn-
prometerle no sisnihcaría proponerte
siempre eD él.
Sandy volvió a clase en la semana siguiente muy exc'iada
con lo que habia resultado. Nos impresionó a todcs el nivel
acrecentado de su encrgía. Informó que estaba haciendo un
pequeño trabajo suplementario, lo cual le dio color de inme-
diato a su pequeñín sector. Se mostraba cordial y solicita con
la gente que la rodeaba y todas las noches, antes de abando-
nar la oficina, creaba objetivos a cumplir al dia siguiente. .A
rriedida que avanzaba cada dia, se concentraba en sus obje-
tivos y le asombraba descubrir que había hecho el doble que
antes. Se acostumbró a verificar sus objetivos. . . Aquello le
resultaba tan agradable. . . Cuando, rara vez, no conseguía
realizar algo que figuraba en su lista, lo trasladaba simple
mRnte al día siguiente.
A Sandy, le asombró la respuesta obtenida . En realidad,
una de sus compaíieras de trabajo le preguntó qué estaba
haciendo y le dijo.
j5ea lo que fuere, sigue haciéndolo!
Penn el resultado mágico fue que ella empe•pd a disfrutar
pico. La participación en un 100Wo elimina
Sandy superó el declarado que aquello le
ca usaba
sens y optó por entregarse en un 1 DOT», resultó una
ación de
Satisfacción v vitalÍd£td. El obrar ‘como si
Cáfld o t0mbi én OtrOs beneficios: un aumento
tiRal menie a otro
puede salir ganando. Esto, desde lucro ,
JD t4 ben te q=« se sientc i mantente.
dra que €l compromiso sea un conccp£ti menos pesado,
recuerde que, contrariamente a lo que nt;is han cnsniia do ,
NO implica por fuerza que sca para siempre-
POr ejCmplo, mi trabajo conto directora cjemitiva dcl Has
vital FlJtante me deDaró muCha alegria y satisfacción. pt•FO
des.°uüs de ochu años empecé a scntirme preparada pza
* Ue de desafío. tomo mc sen t ia totalmes te compro-
metida con el Hospital Flotante, estaba r tielta a que fun-
iitoC3ru tan bien cuando yo abandonar mi cargo cono
SUS. Comencé a preparar a o.uicn me susti iuycm . Y a
delegar cada veZ más mis funciones. Gr adualmente, familia
ricé a la junta de fideicorni arios con la nueva persona Que
yo consideraba perfcc ra para ese caryo. Prepare a todos
para mi retiro. De modo que, como puede verse. aunque mc
dispotúa a irme, estaba conn prometida en mi empleo en un
100Üo.
Al tiempo, nic sentia totalmente compromeú‹iu
cnn la idea de que mi vida funcionara bieri codo vo
abandonar mi empleo. Comencé a enseFiar, a escribir y a
aumentar mi clientela pri vada de psicoterapia. En el termi-
no de dos años, habia echado los cimientos tanto para el
Hospital Flotante como para mi nueva mrrcra.
El mismo principio funciona eH el sector de la relación.
hadie sabe realmente cuánto tiempo del una relacion
dada. Pero hasta que uno sp decida a abandonarlo, multa
importante que le dú a su cofno¡iñero y ay sí mismo todo cl
respeto y dignidad que ambos se mc•recen compmmctiún‹im
se a estar allí en un 1009c. Si algún dia se pmseuta •l
momento en que uno xabe quc v•s horn de como esa ala
ción, sabré que lc ha dadti toto lo que tenía. Y si. por tal o
cual moiivo, su compañero decide cortar la rnlaciori_ uste‹i

rcji1!a a su v’iÓa. la pérdida no sam enorme. va q nc tic


’mntas otras zonas de riuiric:un lu su viüa.
Una zona de la rejilla exige cierta caplicación: la dc•l
APORTE. Se trata de la zona que le pe:si te a ustcci aprsr'ar
su diferencia especial al mundo. El aporte es analizado en
un capítulo ulterior: por ahora, nótese s‹mp temen te que ce
de la zona del Aporte de donde pueúÍe proa cnir yrun parte de
su autoestima 3' satisfacción de vivir. El saber que uno
puede sie-nificar algo en la vida, signiLca gene ro es impoten-
te, que constituye en el mundo una fuerza sip•nificati 'a.
importa que uno no piense sobre el aporte en terminos
tao majestuosos como los de Gandhi, Martin Luther King o
albert Einstein. O aporte, en el sentido en que estoy usancío
el término, significa empezar exactamente don(ie uno es tú,
mirando a su alrededor, viendo lo que hay que hac•r y
haciéndolo. Eso podría relacionarse con su familia, sus
amiq=os, su pueblo, su país, el mundo. Ho existe un ser
viviente que no resulte capaz de aportar mucho al bienestar
de este planeta. Con sólo cambiar de actitud, usted puede
influir sobre el rriundo que lo rodea.

Ahora que usted comprende El cnDcepto de la rejilla y


advierte su import.ancia disminuyendo muchos de sus mie-
dos con respecto a la relación, al empleo, a los hijos, etcéte-
ra, usted esta pronto a dar pasos a fin de incorporar esa
podemsa herramienta a su vida cotidiana. He aqu los pa -

I . Comprenda, simplemente, que puede verse atrapado .u


un circulo vicioso- Si mira con cuidado su pasado, notará
probablemente que cada vez que aparecen sentimientos
negativos vinculados a la perdida, uno emprende el mismo
camino para tratar de aliviar el desconsuelo. Así ha tratado
de recrear lo perdido.
Por ejemplo. . . ¿qué es lo primero que hacemos muchos
Ríe nosotros cuando nos afliq•e la pérdida de un ser querido?
Simplemente, sustituinios las cabezas. Y cuando se va el
amor siyuieD te ’de nuestra vida, experimentamos la misma
sensación de pena llo cual es ásorn broso, ya que soio nemos
CGrloCido a ese airían te durante tres semanas). Entonces. . .
(qué hacemos 3 No cuesta mucho irna¡;inar1o. ¡Salimos a
buscar a otro ‘írremplazable”, sin el cual, simplemente, nos
VIDA EHTERA PEFtSOHAL
mQccto que le gustaria que- tu viera esa part c de »’a ’. :• .•-
AOué harÍa usted? ¿Cómn interactuaria cnn la gen re uu•
POdea? ¿Oué sensación le causaría eso ? Recuerfie l os dos
ingredicntes claves: el 1O0Wo de compromiso (en rre=•J •
obrar como si ellu significar a algo.
L laménioxJos EL D UO MA GfCD, porque es Prcc1sz er.te
eso to que uno crea en su vida: mafia,

4. Cuando consiga una imagen clara. tome una hcja de


papel en blanco y comience a acertar lo que la creado su
mente para ustcd, prestando atención a ic›tior los detalles.
ESio lu ayudará cnn cl Paso i.

S. Enumera las muchas cosas que habría qu•- haccr para


que su imag•en se conv irticra en i calidad. De nuevo, tómese
su iiempo para meditar en todo eso cuidadosamente. *ü no
podrfa repetir esto con toda la f'vcucncia nec-•saoa.

I-A ACCtO N ES LX CL.EVE DE SU EXITO

Usted tcqtiria que hacer algo para que su vida real esni-
viera a la altura de su imagen. De modo que sus acciones
son críticas.

Veamos cómo podria funcionar esto en la realidad. Si


usted hubiese elegido el sector C R£CfMJENTO PERSON. L,
podría verse a sí mismo tomando clases y siguiendo *alleres,
leyendo libros y asistiendo a conferencias. En su imagen, el
Duo Mágico le asegura que usted se acermrá a todo eso con
una voluntad que lo mantenga concentrado v asegure tam-
bién su participación activa en todo momento.
Si usted estó en un tal lcr, puede verse a si mismo interac-
tuando con los demá4 alumnas, haciendo todo el trabajo
que le encarguen para la casa, sea que se trate de uD curso
valiom o no, previendo con satis(accidn la clase siguiente y
sinüéndose realmente feliz de que lo hayan clegido para
está allf.
Por lo demãs, cuando unn ll**8 8£te Co o cepto al mundo
real, emergerãn las viejas costu n b •S. . i Eso, se sobreen-
tiende! Por eso, cuando UflO 8Sl á realmente en un taller.
puede sentirse repentina me »i• • bruIT1ã do por el deseo de
, \’ ‹'ı ı ‹ :: u ı u . i .,«r toı- A laf FGUü? ¿Que aspecto rcn ‹Jrr' 3
\ i ı ı ı ıS ı ‹• 1 ¡›o•1ı-.ı vcmc a .St misrrı‹ı in vl tândr›Ios a ccnar,
ı ' f t:.11 I ] ı ) t I f 1: f \’ ı * ilk)‹ t I TI il fH Y1)) ONU , OSCU b tÜD CAO)(^S CI İt IIS C U
' i il f i I t1‹) . f I 'i İ f I i { I C11 I t i t I ti ) il 132 •l Ii YO) OS CI U t L) ALOHO V Û 1 Lil €•12 -
tJ ‹ › I ‹: 'i ‹] 1ı L i ı •ı ‹'s t i ı‹I ‹ › ¡3‹* n s: ı ıj d o ‹? n c.•i los . E n el rrı un ü o re a I,
: ı ı.ı ı ıtl o ‹'s ı it r on sos ;ını i los , ust ud o_uerr;i estar pro6aDlc-
ı ı ter ı tı: ce ı mı t\ tı ı c‹ . Es r:ı es lo lıtıru ele uwc›car el Ders :¥lûyico.
t. ı ›ıu i‹:o ı.:ı: }ııır en u.u :rr nı cornprornlso dc ser un ami yo ma-
r.ıvı hem “eti r»o ı it)‹› ce onu s i ustcd sıgniilcara ma I me n te
u u a uil'cı cnci:ı cm so s s'icI:ı.s. Desde ese sî tio mental, ısı cd
clI2{3uJ¿l 1"ii a U:111 LI I’ 13a ucljt) pl aCur y con tent¿ımien to.
Ce:inde y‹a cra un:ı jos'enci ta, rnis amigns y yo ten iamos

‹ le t r:ıı.ına s et n ta n p›ocu ruspcto. U rı in tcresan ıc- c•fcct o


.ı ç ¿qşor i‹J el gri vtj ele t hechu de que la poblaci(ın rrıaSLu I I na
dc ¡o tlc ce ne tel : rurluc candiciata pam ımıa cita de ıı1 time
üficultad aanóo ustcú zclaja cor u c.»n u r ›..

* . Dü la pasos 3, 4 y ü pam cada siete r d• su rcji11:i . í . :


usornl›rarú Jn herrnosa quc empezaré a raso1 tar 1:i 'id:i
ricu , p1et‹ rica, arnantc y pro iga. In pum tener cu cii‹:i i ta
que t edu lo que uno crea en su rejilla psede con vcrt ii*,c c*
una reaJi‹1acÍ. . - s: :sc corrlpromei e= z !uz n la u cc it rt n nen

dos los mwilleros ‹ie su reji f)a. Si ustcd cu ›u un asidut›


creador de objetí› os cotitiianos, notará proba teme:its que

se mrumenie, el TR.4B‹WO. Fijúndose objctivos r irni toitis


tus casill •ns de su rcj i lla, su vida w harü equili br-adn ,
Credo uno se acerque a ca‹1a objetivo, ÓeÓe rccortlar q.ic

ayudar a cOf'lCeo tra rse y a lograr una sensación tic plcoi-

priori dad.
usted asimile todo eso . Del misrr›u rnoóO ,
° W nte puede ex igir su al•nción
ycnie durante algún tiempo. Lts qie uslctl l›o+ ‹i ¡., „,., ,¡
meHte, es un equil ib,rio total,

es que dedique tiempo a establecer la cst iaiv i›‹» l›.».›‹.t .í‹-


su vida, a fin de poder seguir vivícndti 1ue¡ j‹› =i› ii i•› l ›i o .
que apuurale su crecimiento y su satisface ii"'- "• '= •'i •
só ceUet-amen te Jane t, una de- tnis al uní uiis: ”.hi ii i«› lviii t•
siempre lo que ha hecho siempre, cunscguirü >iciiipr‹- h› ‹p«
ha tenido siempre." ¡ Este pensa rr¡ Í ctito SirV ifi ciri i.titi‹•il i‹:
para poner en marcha a Janet!
Si a .usted le resulta difJCil rnotiva rse, no se
do. Busque a un grupo de ..ayuda a sl rriisrnu. a
corto catalizador. Sí nO .puc"de hallar un gtxq›u tlc .a¡u›xu,
encuentre lu que yo liarno “tifi mf»Pa tlL L x iii it-nia”
Usted y su compañero pueden ayudar mutuaua:iiie n•iiiiniii
doce t2na vez por seiTl;Hia y trabajando .siibru la ej ilLi, situ c
sus objetivos, sobre su plan de acción, o lo que sea. M heidi
de comp.someterse a hacer cierto trab«io 'm :i ii 1 •
.Kada reunióC, lo invita a uno a menudo a la acrióo. la cl:ive es
tomar en serio sri compromiso con su comparten y ulx•ir ‹ic
una maneta responsable dumnte la semana ucodu ttatti lt›
que •wo se ha comprometido a haccr.
Si uno no puede hallar un grupo de ayuila a si iuisiiiu
quiere rebajar con .un r0mpaiicm de crccimi< uu.
hallar un grupo dirigido por un profesional. Yti niant’j‹.›
grupos.cUya finalidad principal es alCRtar a los pitrtie i]›itt
tes a definir lo que quieren en .1a vida y a cjwmLar lurpi› l•›*
actos necesarios. para apo r esos objetivos. Es • › n!› ^•*
Ía rapidez con qué se concretan los resultadns cti.andtl tllttJ
sabe lo que quiere y esta resuelto a conseguirlo. La u ›p• •'
de las. personas nunca se toman el ticmpo ncmesan• l'-' "
concentrarse en lo que quieren. . . y, luego Ica extwaiiii '
Se siempce vacías.
Pregüntcse sin casar .a si mismo “¿hast:i qiit• )tlfltO 8* •
completa mi vida?“. Si ga creando. para sl iaiii. rL¡‹•**- 'l"*
nada pueda quitarle su sentidn iciiio básica de t t;tr iii *0 •*
(he imagina lo poco que tcntl ;i qiu turner i:iit‹› °**
MUEVA SI 111'l.l *All . N’l l'.
LA CABKZ,t 11 i ‹ iA '¡ íS1! '
1.! tI:1 He litfi 1ciC íntima JTlúS valiosas pa_ra aprender a d.sai-
unir’ 1 miv ‹l‹›. csiá materializado en la frase DIGALE SI .4
SJ UNlV L kSO. Est as palabras fueron proferidas en c.era a
ocasiuo ¡rtir J iitict Zuckerman. una maravillosa maestra m.iz y
se las ‹fijo a al b•uien quc se quejaba con amargura de cierro
hecho rte su vida. Le pregunté a Janet qué quería significar
cxact amerite cnn esa (rase y me contestó:

en la vtda, haya si mplemente un gesto de asentimieoto con


la cabczn, moviúndola de abajo para arriba y no hacia el
costado. Dim simplemente ef en vez de m.
Cnn Ius altos. he incorporado esa í:rnse a mi vida con
rcsultados mágicos.
I-a palabra univcrso‘ se refiere al plan de vida que parece
i mpunerse a pesar dc todo lo que tengamos en la mente,
obrando como una ”fuerza ", aparentemente por su cuen ra,
que interfiere a menudo con nuestra imagen de cómo quisié-
ramos que fuesen las cosas. Se refiere a cierto fluir en
nuestras vidas y las vidas de otros sobre los cuales tenemos
poco o ningiin control. A menudo, cuando estamos dispues-
tos a movernos en una dirección específica, un hecho inespe-
rado lo cambia todo. Esos hechos imprevistos o aun la
posibilidad de lo inesperado nos dispone para una gran
cae tídad de m iedo. Prevemos lo peor. Importa recordar:

EL EL DECIR "SI" ESTA TODO EL ANTÍDOT O


" DE h UESTRO MIEDO

La druse “diga sí" significa “estar dO £tCLlC rdo con’ las cosas
que la vida nos ofrece. Decir ef significa abandonar 1. <- › -
Jccir no implica ser una. vIciL”m^ • jCórrio pudri‘a suCu“ucrrnc

oportuntdaü«s de
sión, agotamiento, derroche de cner¡¡ ias , un .catac li*rno
gr, apatía. "No puedo habürrnclax
con eso. lo puedo seguir adelao.te.
ciego del asunto es que d jr st es nuestra íifl iCíl CSQüF CiZit.
Mo sólo el decir si es nuesl ro al t ídoto. para afron tar tus
des«nca»tus cotidianos, Ius rechazos y las: oportuni dades
,perdidas (la gripe, un tccbo que sc e*rumba, unembotella-
miento de tránsito, uR re• en ióo de neumáti:co, tina cita
desagnidable, etcétera); ademán, es Jr hen amient ta milagrosa
para a[mmar nuestros foledos más profundos y sombríos.
Permitame que le hable de Charles, cuya presencia en mi vida
confirmó la capacidn‹J de dccirlc st al universo. Charles creció
en la pobreza de up ghettó oeoyorquino. Su imagen de
"hnmbre hierte” le resultó muy úril hasta .que quedó
seriamente lesionado por una herida camada por un dispa-
m de.revólver en una riña callejera. Se .le fracturó .la colum-
na vertebral y quedó paralizado. de. cintura para abajo.
Cuando conucí a Charles, ‹iste acababa de completar su
adiestramiento en un centro de rehab ílitación y buscaba un
empleo en el Hnspital Flotante..Charlcs queria tener oportu-
mod de enseúzrles a l‹n niños la manera ñe no verse en
dificultades como él. Integró mi personal y fue .una inspira-
CiÓn para todos los que io rocicaban.
Cierto día. entré en una de mis clases y encontró a Charles
sentado cñ el cnntro de uH grupo de dinos. Estaba coñtcstan-
.do a iodas las pre untas mndentes.que tiene a flor de labios
la genin menuda cuando se enfrenta cnn un lisiado. "(QuC se
siente cuando uno no.puede mminar?”, ‘¿Quc debo decirle a
una persona sentada en un sillón :ie ruedas?”, “¿Cómo iría
usted a! oaño?” fin cierto momento, Charles le prczim iómí
QO QLté flS8b£tJl QttC t•ffl tTiás necesario para una perso-
na lisiada. Un chiquillo contesti mpidamcnte: “ A igos!”
¡Exacto!” —replicó ChúPÍc5 y todos los niiios se levanrarun
't ' * ‹ i i i ¡»i i sii s i El r n de i-ucl us a 1 cc nt ni ‹ic l .sñ r°° \
'”.' l "-.’ ' .i " li.i i l •i r” coo la ru Es i ca . "’v’amus, ve r tu n t‹it os

lu or.aciüa‹iücc.lnman› mucho:naSpcrd«r nto Gnmlnio


t!c• S tl \ t*J i ;)u‘ S' quS In te•i l i nos.“ Lo cCi nc*C t íñron crs n u rl (í x(icl c n-
te cca t rt› de dch•ibil' tación. pcru se ncg‹ú a rcci bi r aida. El
c rt i ro se cii sp•›iriu a r«--ox’iarlo a su casa pam hacerio ltsgar
:i ni rt› qtic est u i’icru dispucs to a ccc ptar la resp‹snsas i ! ici ad
‹ie su prt›pia vitla . dea !ue la encruci jad a. Charles sabin que.
ii liz en s' i aIran a sti caxa. nO tcnclrfa ni n¿mna pos i si l iuad.’
.4‹¡ucl cra su momento para ciccirle si o no a Su u nivcI-so.
Ksta con ien to etc ha ber opiadu por d-cir ii
V’ ra -•’c z hecha la eíccciiin, sus proorusos Íucrun noia’o1cx.
Sc fc ofrecieron oport unicia des en q ue nunca hnbiu pensado
a n:es. L le go a ía conc1usi‹in de q ue su vi da podia t ener una
(i cal:dad de a vudar a or ros en su J ueha , jem cual fuera esa
lucha. Sem a u n moe io, diria: "Si vo puedo hacerio, ram-
b i ü rt p Ut?t)c5 Iene crl O t ii . ” Charles mc confcso O ue, por iTt.i,
cx t murio que c!lo pareciera. esta ba aprad c du ahora por su
inca¡:acidad lisica, a O tde le pCrrn s t í ;i »a bcr con c ua n t ‹i

q un su v i da tcn in un s i ni fi cado. .6 hora , p i c nsa q uc ci t a.


ba m:is i rica pac í tado a nt es del acci d en ic: solo a part i r de
mutconcc.x exti.iji› .satisf.iccióri de la vida.

í?::.met*› ț'iv.st•iiić el c‹inct:pro de DIGALE SI A SU UNI-

rrrÿ'ai::a intri t•».ıitic: ‘si tislc•‹4 le dice siempre sï a su uni-


t ••rsc. . . , in› sri-tit r:ip.ir. de cvitar la sensación de cualquier

no rucc!c cvit.it , ¡tern se le puede decir st al dolor, consi-


**==*•' • i•= » t‹• •'(rante de la vida. Entonces, uno no se
s:er.tc sactiitta. ïal›c que puede afrontar el dolor, así como la
ïir<acloił çuc lo c:iusa. No lo consider algo sin remcdio. .4

decir que estă el dolor del sf

Esto era. prcvi.s.amente, 1o que yo quería decir.


Cuznüo la cl:i»c e.saminö mus el asunto, œis alumnos
puüïe--x•n hallar ejemplos de cuando le habian dicho st al
ü •' r <•ri su vida sin advertir que lo estaban haciendo. Ñadi-
ac recordo un dia de la scmana anterior en que había
pensaüo en su ma‹1re, que acababa de morir. De pronto, la
zșobio el dolor de la pürdida. Se sentó y lloró, pensando en
can extmńamente ugradable era recordar los momentos
ÿmtos que habia pasado con su madre. Y, mientras lloraba,
seatia el impuÍso de decir: ”gracias” repetidas veces.
*<n medio de su dolor, sabia que la vida le ofrece a uno
mum v bendicionc. . . pero asi es la vida. Sin embargo, s-
era la difercncia e.vistente entre considerar la mueme de un
ser querido una eatáswofe (diciendo no) y recordar la suerte
oue haõia tenido al contar con una penona en su vida
(‹diciendo ai3. Eso cs ver la muerte como una parte de la vida
—un proceso natuml—, como algo opuesto a considem rlo
una horrible privaciùn y un fenúmeno injusto.
&tsy, otra alumna. nos habló de la duÙura del dolor que
scntla Õ darle a su hijo’ un beso de despedida cuando sc iba
a la unis'ersidad. Con lúgrimas en los ojos. lo mim ba ir
hacia su flamante automóvil, sabiendo que sólo volveńa
como s'isitante. Ahom, habia llegado la horn dc dejarlo ir.
Dijo çue hzbia pensado st, la vida es asi. . . siempre cam-
biante. Ls cosas no dumn eŁemamente. Betsy lloró un rato,
D€"O pmnto se recobró y decidió prepamr una cena a la 1uz
åc las veİas. Dæpućs de todo, ella y su marido estarian solos
por primera en muchos años. de modo que estaba re-
suolt•a a que aquello fuera ya luna de miel.
Comparcmos esto con un progenitor que teme que sus
hijos abandonen el hogar y, cuando esto sucede finalmente,
sólo puede ver el vacio de la casa y la inuttlidad de SU VÍda.
Una persona asi, al resistirse al cambio, pierde los nuevos
caminos que se le ofrecen. La h’isiOria de BRisy demuestra
de una man •ru rriuy hErmoSa la capacidad de sentir dolor
cuando a1q=o termina, pero seguir luego adelante v cons-
truirsc nuevas esperanzas y suenos. Hay algo enriquec•dor
ea el hcchu de dejar una bella exper'encia en nuestra vida y
de esperar otrue.
Atarte comparta con la cfase el dolor que sim tió al morir
su madjc. Si. Echaba de rnenOs z zu esposo y el calor vital y
la carnaradei-ía que le habia dado, pero también co.mpren-
cita cómo se había transformado de persona dependiente en
persona inde pendien r - cuando habia quedado librada a sus
propios recursos. Su sec rimiento de autoestima había au-
rricn IadO i22uChisimo a medida que aprendía pro a poco a
correr riesgos oue nunca había afrootado. capaz dc
decirle si a la s iba v de crearse tndo nuevo ruedo.
Níarge po‹iia haber reaccionado costo un amigo mio. tte
se negó a recoger los pedazos de su vida al morir su esposa.
Cinco anos ‹icspuús, lloraba ann por teléfono, pre ntando-
”¿Por out tenia one morir?" Le ha dicho tio a -su univcmo.
Por desgracia, no ve que él uni verso no está Mriendo, sólo
sufre éJ y qJzás laspocas personas que todavia .&blan con
El por ieléfnno. Se ha negado a ver las bendi ones de su vida
v son nunca olas oportunidades que hay a su
alrededor de conocer a gente nueva y de ensayar nuevas
experiencias. El dolor del le deja una sensación de Impo-
tencia. '
En úl*ima instancia, se puede decir que la capacidad de
uno de afrontar con eficacia el mundo que lo ro‹lea corres-
ponde a su ca p00idad de decirle sí a su uiii verso, incluyendo
el dolor: Recuerde:

EL RECO.KOCL NTO DEL DOLOR ES*MUY ‹MPOR-


LA.CTE: NEGARLO ES MORTÍFERO.

Sandy es una persona que evi ró su dolor. Cuando su hijo


fTtt-t SU cn un acctÚCnte £tlJtf3jTj OV3 f.6$1›ZO }Ta _= ayjos, $j\jyj-
a‹coto el impacto total de la ¡>irdida. Sus amigos hic:e-
ron nutar tu bien que hahfa soporradn Ía muerte de su hijo.
Tel años después apareció en ella una epilepsia. que no
Socio relacionada con la pérdida sufrida. Durante nueve
ano , tuvo ataques que le impidieron trabajar. Además , sus
Mutaciones con su marido y ot ros niiios se habían ido iieier'o-
rando lentamente.
Pue fin. Sandy apelú a un grupo de apojo para lograr
ajuda en la perturbación que la epilepsia estaba creando en
>m familia. Durante la primera sesión, el gruQo lLder pregun
'R St Cola il2bi2 ;StjfFidO algufíd YeZ gUAO pérdida. DijO
e.u-• si, pero explicó que no había sucedido haoíá LA
üernpo que ya no era un factor en su vil El liz del grupo
saÓia muy bien lo ocurrido y con gran habIli‹Iad logró
hacerla volver a la experiencia de la muerte de su hijo. Fue
m tores cuando ella dejó allorar finalmente su dolor.
Cada vez que el grupo se reunía, Sandy seguía a‹+ootando
su ‹iolor. Casi “milagrosamente‘, sus síntomas de epilepsia
desaparecieron al cabo de cinco semanas. Interrumpió su
meücación, encontró buen empleo y comenzó a reparar
el daúo causado en su hogar por su enfermedad. El dolor
sue!e ser increiblemente destructor si ne lo mantiene oculto.
.Aunque Sandy es un ejemplo dramático. el dolor no admiti-
do destruye vadhnente vida dR mucha gente.
Todos conocemos a alguien que no está consciente de su
dolor. . . jue Se ha negado a dejarse sentir su sentimiento.
Cuando no reconwemos nuestro dolor. se trasladará a un
síntoma ásico, a la ira o algo igualmente destructor. Decir ef
sj=nificn dejar que el dolor obt con toda su fuerza. sabien-
do que uno no sólo 1lep•ará al otro lado de él, amo que
además ganará algo fixralmente. . . si lo busca.

Al Cofl tirltl8f las £ÍiScuSiOrtes en Clase. lys aJçl2 ttOS y yO


llegamos a concebir un pensamiento interesante: mianto
más rims eran nuestras vidas, más probable era que experi-
_meniáramos el.dolo.r de la pérdida. .Si tenemg mo muçhe-
dumsre de amigos, tendremos que ha nslas con más
despedidas. Cuanfio 2OáS podemos salir a) mundo, mayores
probabilidades habrá de que experimonmmos un ‘fracaso
o rechazo. Pero los que viven vidag ricas no las cambiarían
ni pDr un momento. Lm encanta la oportunidad de saóo r
'oñe lo c.ue pie ofren=r la vic a. . . lo bueno * <-
Mz›cconSd umbfinqucquonus (cvzn Vid ÜLz&I’
bcn por i m tioi o el secreto pie decirle xz al unirerso. Los que
ÜÍCCfcj f2p • n forma hab,i i se retiran de la0 súd , ODII Ft HO
Siinbc!iminmie por N bajo 1a5 íT6zadm. p O biar
C! cor›'erii rse en vi, cti. transforrr dose por uria circu ne-
tancia irúnim- cu victimas completas Mc sus orupios micJos.
Ep¿on tró e! eicm plo m c.x nem o v conmovcclor cia decir

. ccc' or c.
44e para 'inDO 'e o.nc leas este libm.
Ste cont.m"-i› eoterne do que cl libro se reíoría e !a
>P r'ancia ci< Frankl en un campo de ur

0
carripo de comería ación como la c-x erie ncia ¡nós tremendo
que podia so¡aortar un ser humano. . . Genere el onu o Pie
vista montar. ílsico y espiritual. E, rá iciaú, jo no o.ucla
leer ao,uel libro y me ci n1a a abandonarlo cuar‹io recar-
d% las path de amiga: ‘.\4e -parece im ma-te que
leas este film.”
Evidentemente, fui amiga sabía algo que yo i_•oorui›a, üe
modo que cíex-i‹i descubrir a qué se refería.
Penosarneoie. recorrí pAgina tras página de descripciones
que desafiabao a la comprensión htirnana. lo pude reDri -
ruir las lagrimas. Pera, mientras Seeuía leyendo, mi corazón
erripezó a senur poco z. poco un mafca‹io clixio. .Fr;irpkl ›
otros no solo habían m=Írenrado la vida en un grupo de
concentración, sino que, de acue do con la dehnici ir u
dada. ¡IIaó dicho, realidcd, st a tu u vaso! HaÓian
podido crear unas Eficacia posiliva y un crecimiento. .
v una manera de ver el xuundo que comunicada x'alor con su
experiencia. Cumo escribia Frankl:
vestip•io de independencia mental, úaffd en GOndiciones
icn terribles de lensidn psíquica ica. Los que hemos
vivido en campos de concentra‹ndn, podemos recordar a
los ’nombres que han recorrido pabellones cansolando a
otros. dándoles su úkimo pedazo de yam hu ido hayan
s“do 'oco numerosos, pero o[recen una pueha suf!cien!e
de qi‹e d un hombre se ie puede quitar todo, salvo una
cosa: el resto de las libertades humano. [a de efegír la
propia ecfffud en cunfquier ro uufo dudo de circuns-
•'ancias, la de elegir su propio camino- La Í 9*
ac-•pia un hombre su destino y todo el su[rimiento qu
compowa, la ¡"orma cómo carga con su , le da una
ampiia oportunidad -hasta en la circunstancias mds
di[iciles— para agrep«arle un seriiídó más pro ttdÓ H se

Cuando terminé la última página, comprendí que en mí se


había operado w cambio dramático. Nunca expe estaría
ja .ouevamente el miedo con la misma intensidad con que lo
experimentara antes de leer aquel libro. Comprendí que si
Frankl habia podido crear alec positivo con su experiencia,
la peor one ani mente podía imaginar, yo —y cualquier
otro podíamos crear valor con cualqNer cosa que la vida
nos ofreciera. Tenemos opción sobre el hecho de mantener-
nos conscientes.
T. sioy segura de que, dada la elección, Frankl habría pre-
ferido oo pasar por aquella experiencia. pero el campo de
concentración era lo que la vida le ofrecia. Le
unes, a él crear su reacción ante aquella situación. No pode-
mos controlar el mundo, pero sí nuestras reacciones ante él.
Creo que ahora se advierte cómo puede actuar e) DECIR SÍ
AL UDIVERSO DE UHO, no sólo para disminuir el miedo
sino también para crear un sentido en la vida.

En otca clase, uzto de mis alumnos azguyó que, si ]e


decimos si a todo, lo aceptamos todo. Si aceptamos todo. no
obrareriios para cambiar las cosas que son iojustas en este
mundo. I-e expliqué que debr ef implica una acción positix a
y decir no significa rendirse. Sólo cuando vemos la posibili-
dad de un cambio, podemos obrar para IO no. Podemos
decirle no a la situ£tClÓn tal como es, pero sf a la_posibilidad
de crecimicnto <•ue ofrece. Si uno cree o,ue una situación de

de' cae 1o• ümma s a


Er. -o ui•’el global. si us red cree que no hay csperanzas de
de-er.=r ía heca tomoe nuclear. ro aceptará apfi'ar las solu-
cion z °ci r cas cara tos sroé temas ciel mundo. Si sabe que
.- si -üüi r- no es desesperada, !e ‹rice si a la oportunidad dc
pan.c:por e-. e! Froceso Me hacer dei nuestro un planeta
üav co. como lo esi3 haciendo tanta gwen ie en todo el mun-
fio. a cer.:e no está paralizada por el miedo, porque ic
vice -. a la* JDomuEi dades propias de esa situación.
D°c"r a: ro sizni(ica ren dit'se.

DECIR 31 SIG.N IFIC.4 OB R4 R DE ACUERDO COh LA


CREE.NC1 . DE ONE UÜ 0 PUED E CRE.W SENTIDO Y
FIN.4 iD 4D EN TODO LO QUE LE OFRECE Ú\ VIDA.

Lehi'ca Ezra-izar recursos para hallar maneras consume-


*ives ›’ san°s de liz ar con las s. tuaciones ad versas. Si gnifica
oorar con la iíierza, no con la debilidad. Significa tener la
ííex ‹br llüad r.ecesaria para examinar muchas alternativas y
elep=tr )as s_ue aumerten el crecimiento. lo signihca verse
desmuicio, simon ifica revis’ir ante la posibilidad.
Si bien el concepto de lo nene significa decirle oz al unit'er-
. o de uno es aasrant• fác:l de cantar, el aprendizaje de decir
í requiere mucfia conciencia del miSlTlO. Parecería que te-
nernos mu reflejo automático une empuja el botñn del no. lo
-s tan fáci! comnrenC(er cómo ‹iecir ef cuando un niño está
nfe.no de eravedad. cuando uno queda fisicamente inca-
vaciado. pierÓe su empico o muere su esposa. Recuerde:

EL UL EDO EST.4 LLE.NO DE GENTE A LA QUE LE HAN


OFRECIDO LO ” PEOR" OLE PUEDE OK-RECER LA VIDA Y
Q UE H.4 SALIDO VENCEDO R DEL TRAHCE!

Todos somos encedores cuando decirnos sí v vale la pena


hacer cualquier esfu-•rze para aprender cómo. Los pasos
í=uieniÁs a ndarán: * ”

1. Crear e!’ coooczmimfo de que uno dice oo. Ayuda el


ruóearse de recordativos. Ponga signos sobre su escritorio,
su*rc su mesa ‹1- nate, sobre sus espejos, en su calcndaoo,
u en eua lquier un ro lugar donut puede verlus, Algunps stg-
flD6 C,uc tne han ayu‹iado fueron : DIGA LE si A SU UMIVER-
50 Jun signo evidente;; EN c UEfiTRO VALOR EM TODO
OLE ?•IE SUCEDE; DE EMOSLO ASI. Ali hija me dio
an aravil!oSO car'el ouc dccia: Sl LA VIDA TE DA MMO-
ME S. HAZ t.f:Á1OMA LA. Pt:Vdc crear sus propios dichc›s,
.á9tle!1uS que funcionen mejor para u ted. gI objeto es man-
Urb.me conecte» ie. Esiaircs dormidos sobre este punto y
ha Cc fat ta que, sin cesar, nos lo recuerdan.

un= idea crue avuda a scar acco tación. Trare de asentir con
la cabeza ahora mismo. h'otará algo de positivo en la sensa-
c:ón de asen(.ir fisicameme. El simple gesto li da la sensa-
ción ‹ie q ue t udo irá muy bien. . , porque usteú en encargará
de hacer one marche muy bien.

3. Pisando -•1 mismo princi pio, relaje su cuerpo, desde la


cabeza hasta la punta de los pies- .Uute cuándo está tenso y
concéntresce en onseguir que la i-•nsión desaparezca. Nue-
vamente, el cuerno puede tomar la delantera en la crmción
‹ie sentimientos positivos. Esto se anahza más adelante.

4. Busoue maneras de crear valor con cualquier experien-


cia. Formíilese a si mismo estas preguntas: ¿Out puedo
aprender de la ex ocriencia ? ¿Cómo puedo usarla para obte-
ner una vemaje posi ti va? ¿Cómo puedo aprender a mejorar-
se a mi corno resultado de esa experiencia? Sinple-
0

mente. tener la intención de crear algo positivo asegura


automaticamente que sucederá amo pOSÍ tivo. Como se ha
es:udiado en cl Capitulo 7, parta de la imagen de )o que
”debiera ” ser el resultado para abrirles el cammo a postbili-
dades que su men te es incanaz de predecir.

i. Sen paciente consieo mismo. NO DE DIGA NO .4 ü


DIFICULTA D DE DECIR S f. Este es no de esos conceptos
o,uc parecen fáciles, penn su aplicación requiere esfue, . Es
fácil sentirse frustrado cuancio la tristeza v la secisa‹;:ión de
ruina lo dominan. Simplemente, fíjese en esto. Confíe en
estar deprimido o
de los arenas

oec:r s‹ !o aandará a usted a hallar su caminu con una


WU!Édz mucho rria¡ or, mejorando asi muCho la cali‹iad de

COP.w' i _u -O piicde asen tir, rela jar SH Cuerpo y cmpeza r 3


Nm= su *z x periencia i’cr. tajosa ment e. Puede usar ese ticrn po
San aprender u- nuevo lengua je con su grabadora o escu-
-h.ar alLunas de las _•randes p=rabaciones “inspiracionalcs"

y úisfru 'e de la e.xperi<•ncia-


Si o preocupa el hecho de que está hacienno espcUr a
:-acuerde que no puede haccr nada para evitarlo, cIc
raodo que rr-i s vale que lo disfrute. Es una oport unidad
peNecta para apren‹ier que. en el futuru. usted tendrá que
cor.c•derle más tiempo a las demoras imprevistas.
Si esta e.a el otro pe.xirenio. esperando, murmurando "¡ Se
la demorado de nuevo!”, concéntrese en decirle el al hecho
de que usted tiene ahora una oportunidad de observar la
_=ente quc lo rodea o medi tar sobre las acti› idaties dcl dia.
N•. s prácticas me conceden una rara oportunidad de oo
hacer aacia sin seniirme culpable!
La vida ofrece rnttchan oportunidades de practicar el cíe-
c.r1c sf al uni v erso de uno. M criatura de pechu derrama la
leche por el suero, su secreMaria pierdC II Cierta o,ue usted le
ha dictado, la aspiradora le estropea el vestido. , Lo ve ?
Siempre que 'mted ad vierta que se resiste a lo que sucede en
ese momento, recuerde la frase DIGALE SI A SU UKI¥’ER-
SO. ¥’erá que su vida se hac• cada vel mets agradable . Sus
relaciones con el mundo entero mejorarán drami iica mente.
Cuando usted domina el concepto en un nivel de dla a día,
estará preparado para manejar los puntos más serios que
enfren te. Notará une su nivel de miedo comienza a bajar
.eocs a o cu*ndo es sustituido por un mayor sentimiento
de O *mza -•n stu capacidad de afrontar su mundo. Apenas
empiece a er las po ibikdades de lo tmpasible, ezapezará a
advevúr oue el mundo funciona “perfectamente”. Puede ha-
°r >* * n *’ Coz1idad en todo. . . si le abre su mente a eso.
La unicz vez e usted sentirá algo es cuando dice oo v se
r* •° * uni verso. Quizás haya oido la expresión "Déjese
!le’’J DOr !a corr:ente". Esto, ’significa aceptar consciente-
RTilt* IO .CiU2 ocurre en su vida. Una vez, oi decir que la
clave de la vi‹ia no es imaginar lo que uno puede correr ‹:ie
la conecte, -JLo, más bien, imaginarse cómo ‹errar ex la
col ente. 0. como lo ha dicho Barry Stmens al titular su
linro “ Npo em uie el rio’ (Ouye por sí solo): ”deje de luchar
COTI Slj \fida. Déjese llevar y permita que el rio lo lieve‘. Deje
‹ie luchar con la ›•iúia. Déjese llevar y permita que la i•i‹ia lo
lleve a una nuev a aventura por )a formn en crue la ex rt-
venia. En esa Jorma —v sólo en es mioosible
perder.

RESUAIEN
.
»8os r4n4 DEclR sI
1. CreR el conocimiento de que puede optar entre decir si o

2. Haq•a un cesto de asentimiento. diga W


3. Relaje su cuerpo.
4. Adonte una actitud de “Veamos qué bien deriva de esta
. ..
szmac on .
i. Sea paciente consi go mismo. Se requiere tiempo para
adoptar un enfoque de ‘sí“ a la vida. ¡DígaSe N a sí mismo!
ELIGIEH DO AHOR Y CO."śG ùÑŻÀ
¿Se considera usted a sï mismo una persona que da?
Piünselo por un momento.
Una mañana, les hice esta pregunta a algunos de mis
alumnos, la mayoria de los cuales eran casados y todos
asintieron. Por lo tanto, estaban desconcertados por sus
propias reacciories ante los deberes que yo les había encar-
gaăo para hacer en su casa, que se reducían simp)emente a
esto: *Vúșanse a casa y díganles gracias a sus.esposo>-”. En
la habitación, flotaba una clara sensación de malestar. ¡Pa-
recia qøe ,yo lcs habia recomendado que volvieran a sus
casas ș les pegaran a sus hijos! Fiùalmente. Lottie, quien
estaba casada desde hacïa veinticinco años, dijo, con su
vocecita aflautada:
—¿Por qué he dc decirle gmcias a mi maÚdo? ¡El debc•ria
senúrse contento de que yo esté allí!
—Lottie —le pregunté—. ¿Por qué øs/de alß?
Su ræpucsta Łe más bien evasiva. Fue algo en el sentido
de que ‘%i marido se hańa un lio sin mí, y adcmás, sería
demasiado problema marcharse‘.
Después de mucha insistencia mía y del resto de la clase,
Lottie pudo por fin reconœer que su marido le proporciona-
ba mucìias s•entajas: camamdeńa, seguÚdad económica ÿ el
sentimiento de que ella no estaba sola. Dije:
—Bueno. Ahom , vete a casa y dale US gracias por eso.
En la sesión siguiente, los alumnos vinieron a clase con
aire de constemación. No podian creer lo difícil que les
habíă resuJta‘ dè’ ădmi‘t iJ ese apone de sus cónyuges. Algu-
nos, pudieron reconocerlo, aunque **n °*'erzo: otros, sim-
plemente. no lograron hacerlo. Algunos informaron que
también wataron de darles las gracİas a sw hijœ y a sw
• d• q•• ca bría eso fue dificil. Por primera vez, tuvie-
° fi** P==W*tarse hasta qué punto daban.
Gto nO significaba que no contribuyeron a otros scctor«s
de sus relaciones. Por lo general, manejaban los detalles del
hogar , estaban a sus hi jos y curnplian con las tareas obliga-
6 tori S del rnd tri m onio. Penn. . . ¿daÓan rcalmcii ie ? ¿Sab ía»

88 UC ’YO haré esto por ti ?


Dt• T2jÁS 0Stá decir que mis alumnos r•staban harto cons tor-
nados por to que habian descubicrtn sobre s mismos en esta
scncillá fdCO 1t• nfiación. Les aseguró que la mayoria de no-
sotros, en nuestra socicdaci, no sabemos i ealmen te cúmo
‹iar. La mayoria operarnoscon un sistema ocu)o dcpernnu-
*°- o dan realmente algo sin esperar algo a cambio. . .
dinero, estima, arrior o lo que sea.
Usted podrin decir: ”¿Quü ‘t Iene de malo vol ver?" Mi
respuesta es: “tada ". Sin embargo.

SI TODO SE ‘DAR" SE REFIERE A ”RECIBIR‘,


PIENSE EN LO COBARDE 9C'E SE VOLVERAS

-s más que probable quc• la pregunta pronto sc• convicrta


en: “¢ ReCibo 6osrnufé a carnb io?”. Esta mancra de pcnsar
responde a una increible necesidad de controlar a los de-
más, ‹ie tai mío que usted no sienta que ha perdido en cl
cambio, destruye su paz esptritual y provoca ira y rmenii-
miento.
Ahora, usted puede ver qué: tiene de malo el ”recibir",
siendo ésta la motivación más irnp.ortante dcl dar".

UV AUTENTICO DPR NO SOLO ES ALTRUISTA,


SMO OUE TAMBIEM HACE OUE NOS SIhTAMOS YIE-
JOR.

2Por qué nos resulta tan dificil dar7 Mi teoria tiene dos
ingredientes. En pümor lugar, exige a un adulto maduro
para dar y la mayoria de nosotros no hemos crecido real-
mente. En segundo lugar, dar escuna habilidad adquirida
pocos dominamos. los inp•redicntcs están ligados y se
requiere mucha práctica para lograrlos. La razón de que la
de nosotros nunca hayamos practicado esas habili-
nus cs1 arms com port ando como azulros o o ue no Ú •a ›fQ
dantío. I oconsci cclemente , nos úcrliras

rt cncias.
Una dc las lecciones más i ne por antes '*.uc u^ r* '"

uprc r;s Ouc nos 1cvantcn.

ninu es un ‹iador. . . ¡cc ro dudo Mc o nc se hav’a sasod L !a


noche ¡oc osan lo. ”Si v ida es olctor:ca. Tc ngo tanto crue Car
que cree it ue rccompcns arü a mis . dad res con un• _=ran
sranmsa ma rana por la mu R ona“. fio u ’don ” es rá más Dicfi
en un nivel print i ii vo q ue reHc x i vo. Er. rea licia d, u n es toma-
!•o ha mil.en io por la manana sól o prouuci rá sOnoros zr1 tos
de i rripac. cncí a .
Cnn los an‹is, funciona cios como seres cada v el mas inüe-
peod ic.n tes, ca,cae•s de cuidar de si mis mos. . . o lo aarece , a.
ITIU ItO S . *N US V t.°S 1 i IT1 OK 3O OS , flCiS 0 ) Í ITi C II II IT1 O S gH)OS , SUS ga-
namos el si:st un io. Pero parece cxissir una pase de nosotros
abue nunca sroyresa mucho mas allá de la cuna .\4e tafórica-
mente . supimos teniendo micdo de cue oo ven_•a r.a‹ia a
al. viar nucs t ra ha abre. . . hambre de alimento, dincru,
amor, alabanza, etcc tera . Tndo socorro en pun to a “ali men-
to” es s‹ilo icniporario: sabemos que cl hambre volverá.
Ima=ioese us red IO (] ble nOS Dlantea este diiema en et
sector de unesf ra v ida cotici iana. dio podemos dar. lo poúe-
:yi os am ar. :4os 'ni ve rn os . co nscienI CiTic nte o n u, niani pu la-
t o red , Forq ue =5 lii Cn j oC q=O fl uestra sUpcrv iVa rlC i a. N O po de -
ru os man ie n er e l b i en es tar de Dtra pe rSOC £t SÍ StiS
nec-•sidades entran en conflicto de algiin modo con las nues-
tras. ¿ Y ctimo nos sen iimos cuando operamos desde el nivel
de nuestro corra(ito? Importantes. xtrflpsdos, irrita dos,
frustrados, insatisf8ChOS, no rcalizados y, lo que es más,
ni ied oos.
¿Qué puede haber de más o lerrodor 9ue depenóer ñr otfD
para la propia supervivencia? Cuando somos unos adultos
miedosos, formulamos las ru ismas prcp=untas que furmula-
barnfis cuando niños. ¿ Sc irán ellos? ¿ Dejarán de u uercrrne *
¢(iuidaran de mi? ¿3 e entermarán y morirán? Cuando m-
mus adm tos, esas preguu tas cun rcspccto a
nucslr‹ss cumpa ñeros y, a menudo. a nuestros amigos, pa-
trones. padrLs y aun hijos.
g-nte q ue tiene miedo no pued • verdaderamente dar.
Stá im pre•nada de un arraipadu Senti mLe nto de escase z en
cl mundo, como si no hubiese bastante para tíos. Insufi
ciente amor, insuficiente d:nero. . . simplemeo ie. insuI’ici0<-
te. Por ifÇ S¢q¢ ¢q] q{ jcdo cn un sec ror de nues ira s’itia se
generai iza ¡' nos vu1 venos ren-a‹dos y pruiec:ores de noso-
tros no›mos en sue hox sectores ‹ic nucstra ›’i‹ia. La Sente
ru iodvu z puede imam= inarse agaza¡iada v escogida . Sí b‹on
estu imagen regresen ta el estado interior de toda la gcn.c
axust ada, las maní festaciooes externas pueden asumir mu-
chas formas:

Hombres da negocios de ‹ixito que necesitan la apro-


bación de su jefa.
Ducnas de casa que culpan a sus maridos o a sus
hijos por el hecho de oue nunca han vivido sus propias
vidas.
Mujeres ‹ie carrera independiente quR les e.rigen
tanto a sus hombres que están a menudo solas.
Hombres que r.o pueden tolerar la independencia dc

Ejecutivos de empresas que toman decisiones perju-


diciales e irresponsabfes.

Todos, en cierto modo. operan movidos por un sentimien-


to de miedo por su propia supervi Vencia realidad, e4uin
CftcugidoS s‹ibre si mismos, concentrados.
SÍ tisted se rcconoce a si mismo en esa descrioci‹in, únase
á IOS detn3s. Hay poca gente de nuestra sociedad a la cual le
han insertado realnientr Joa secretos de crecer r de dar. .hos
CVAIDO DIAíOS DESDE Lh LLG8R DE **flJ R.

3 i estamos c•soe rando sin cesar, pasara iTlOS ttfla ji’3II 8rte
de nuesta vida decepc ionadus poi‘que el murdo n‹› n•u
i rate con justicia.
.Uo encontré la salida de este penoso esta‹uo de cosas has ra
los. 'treinta y ra= tos anos , hasta que cumprend i final mente
que, por mas oue tuviera en mi vida. . tito reto soflLie .-
ie/ Cuan ro mas tu*-íera, más querria. . . más amor, m*s
ñinero, .más elo
, gios. . ¡ mas, mU, más! Evidentcmcnte, ateo
que yo hacia o no hacia me irnpcdia estar satisfecho jamás.
Y, lo que es peor, me mantenía en on estado dc constanie
miedo de que todo lo.que hiciera úcsapareceria finalmente v
no quedaría nada. Eiia en todo el provcrt› tal iilti mo. tr-uno
de agua en el desierto. y me afe.nba a ú! como mi afirma
esperanza.
Era hora de ensayar otra forma de ser. ya q ue la antigua.
DO fue SRM’"a defiqidamenic.a mí, ni a ningún otro ser .dú mi
vida. Como w lo dije, busqué muchos maestros v obtuve.
m uchas respuestas. Aprendi que, para liberarme del mie‹io

habia estado haciendo ha5ta 00tooce s. En vez .dc aferrarme


D fO£ÍO ]3afiá Sá)Vá@Tle, terlCÍfid Q ue crei Pe*ar a liberarme , a
solt.-arm,e, a-. cí.ar.me. ¡ Si a uslcÓ le pfiecc ‹iific; l ale,una titra
cosa Mc este l.i bro, espere hasta i picnt*r ésta. Se tra:a, mal
mente, de un ‘Atrapa 22”. Es fácil dar cuando ttRo .se sien ie
abundantemente dorado, pero siente eso solamente cuanclo.
da. . . ¡no antes! De modu q e. . . ;A UNOUE SiEJiTA MIE.
DO, HAG.LLO DE TODOS .N1ODOS!
tando es un pr‹veso de todo la ›’irla ‹‘o *' °°° "no Ftic °
empezar a trabajar hov mism‹ i. ’Üf ltlii k Íil r888 * i rt
rnáglCit . Es asorribrosu dusLu lari r l‹i m ucho ‹¡nc uno tarda en
*>n*ertirse cu un adul te cobiií. )-ii rc^ lict ad, * P>
COnSí derar una tarea para lada l a v’L 1a . he csi ado tri2 ba jan-
do en cho desde hace años )’ aun mc faita. La buc na noticia,
Con todo. es que mi scIisaciJn de poner personal y mi capa-
cidad de amar )' de confiar han aunen f2dO pOf lo menos un
mil por ciento desde que he estad o ensaV2ndo dar por nada.
SlUChos rriiedos de los seco eres •st ud i adus más abajo han
desaparecido totalmente para mi. ¡Las i ecornpensas son
monu meniales! ¡ Lo prometo!

Regular gmtitud

Empiece por oensar en la gente que está ahora en su vida


y en las personas significativas de su pasado. .4note sus
nombres en una hoja de apR1. Lueyo, enumera lo que ha
aportado cada uno de ellos a la vid2 de ustcd a su manera. Hasta
si le ha traido dolor y ustcd siente por ellos una gran
antipatia, enumere el aporte que hicieron a su vida. Como en
el caso de Lottie ya mencionado, a pesar de lo que sentia con
respecto a su marido, El le habia proporcionado mucho.
Asimismo, es posible hacer un don hasta con lo negativo.
En cierta ocasiÓn, me exKusé ante mi hijo por el hecho de que,
en la época en que xc divorcié, no estaba a su lado
desde el punro de vista emotivo cuando él podia necesitar-
me. Me sentia harto envuelta en mi propio doIDr para ayu-
darán con el suyo. Su respuesta fue:
Ho te preocupes, mamá. Eso sucedió en el período de ani
vida en que aprendi a ser independiente. Fue una lección
valiosa.
¡Mi hijo podía agradecerme mi necesidad! En punto a
salud mental, estaba mucho mejor que si hubiese sentido
resentimiento durante todos esos aiius. Por eso, hasta si nota
que alguien ha abusado ‹ie usted.’ . . descubre Ía lección que
ello le ha aportado y mencione eÍ aporte en su lista.
Cuando haya enumerudo todo lo que le han dado diversas
personas que han figurado en su vida. visite las sis temá tica-
mente para darles las p•racias. Si se trata de alguien a quien
tio cant:i si ru plc rnen te para agradec(-•rle lo que lu ha oç •.in’o -

3’ dar.i al haccr io.


UOfl rcp Vcc IO a a lW las personas de Sti vi da, tir les coni‹
uH: ex esposa . ex ami los o ex jefes, esto puede ser puri ien-
las ment c dificil. Para liberarse del reece t irnicnlo y la i ru
que sien ie ahora, sruebe un ejercicio que aprendi cu un
tal te r hace mucho tiempo.
Desaue una habitación vacta y desconecte a l!i cl rclüfon‹i.
Ponp=a a fauna rniisica sedante. . . Siéntese en un sill‹in ct›niti-
no S’ Cierre los ojos. Imaeinese a a)euien que le traiga muchos
enojo o dolor. Irnagínelo frente a usted. Al principio. rodcu lo
de ravos de sedante luz blanca y dígale ql2c le d osea toda
clase de cosas buenas. . . todo lo que podria acaso querer en
su vida. Agradézcale todo lo que le haya ¢Íado. Siga hacicn-
dO esto .hasta que sus senii mien‹os nepati vos dcsaparezc.an.

Decir que esto oo es fácil es proferir la mayor subestima-


cion del mundo.
( Desearte n ella toda clase de cosas buenas? ( Es tú usted
loco? ¡Quiero verla sufrir por lo que me ha hecho!
La primera vez que hiCe esc ejercicio, Rl£•gÍ a al quien que
hab ia trabajado ya para mí v que me había causado mucha
afi icción y dolor. Yo había confiado en él y, en realidad, me
había traicionado. ¡Note la mentalidad de v íctima en todo
su esplendor ! Evidentertiente, no asumo la responsabilidad
por mi experiencia de la vida en esa época. Cuando hice el
ejercicio, experimentó una increíble serie de emociones.
En primer luq•ar, me irritaron la ira y el resentimiento que
sendía. Me resultó casi imposible, hasta mcv mlmenie, de-
searle algun bien. La ira inicial que me respiraba era monu-
mental. Cuando me desenojaba poco a poco, entré en con-
tacto con el dolor que sentia. Este se convirtió en im contra
reí m•sma por haber permitdo lo suced ido y por haber
seguido irritada durante tanto tiempo. W t•o, sc trocó en
perdón a mí misma y a él. Pude ver en ambos, siyrnple¡ cnte,
a personas que habian hecho todo lo posible en esa -ép >
Pude, entonces, rodearnos a ambos de sedante luz blanca.
El pr‹x:eso demoró alrededor de Una hora. Cuando ernp<-
c i. penst o,ue no sucede ria ymu ci›$ a ; Wsi‹a ent on ‹:i r ›i '
Llor , fi> *ú. O‹iiú, perdones, amé, senti p.iz. Sc¡*i i h:«: ico‹Jo
ese ejercicio a diario hasta que no se ni i xa nací a ti t:g:1 t l set)
conira él 'v pude desearte libre vent e t‹›tla suerte me co›..is
buenas.
i°e ese ejercicio para toda la den ic de mi vida por qiocii
sentia algo negativo, fuera grande o pequeño. L nia du cs•is
personas era. fui ex marido. Cuando leeré l l<• ar ’al phin to de
rri visualización en que sólo le deseaba bien, fc iríi•liiriuc y
10 ín›’itú a al morzar. .Sirnplemen te, le dije Luc uurica ic
habia dicho ciertas cosas y que queria decfrsclas ahora. Sc
sintió complaci do y al mórzamos juntos.
LA dije todas las cosas que realmente le habia visto cuan-
cio estabamos casados y las cualidades que admiro en El. h1 i
franqueza invitaba a franqueza de su parte y c‹)mpari io
cónmigo cosas ag radablcs. Cuando nos separamos despues
‹tel almuerzo ese dia, sentl que habia completado al so. hasta
emouces incompleto. . y la scnsac. ún fue mami illosa.
Si us‹c4 no puede enconwrse en persona.con la gente quc
figura en su )ista, ha3•alo mentalmente. l4aslelc coniu si
encuviera senmda frente a usted y digale lo que quien
decirle. Cure la relación existente en usted mismo. Kn
de salud fisica y mental, esto es tan bueno como si
ellos estuvieran sentados ante us red.
Tenemos que librarnos del dplor y la ira antes de podcr
traer el amor. Cuando alber amos sentimientos negativos
con respecto a. la gente dñ nuestro pasado, trñsladamos csox
sea mientos hacta tos de nuestro rescr›te. No sólo eso, sinu
que pt›demos sentirnos físicamente enfermos, como algunos
de mis lectores acaso lo hayan experimentado. Un libro
excelente sobre el tema de la .curación.del cuerpo y el alma
es el de Louise Hay: Usted puede curar su vida”. Luuisc
Hay tiene ahi muchos ejercicios que lo ayudarán a usted a
desahogar la ira, el dolor y cl resentimiento que acaso •sté
llevando a todas partes. Recomien do con empeíio ese libru.
¡Hay tanta genie que no da las gracias porque no com-
ponde lo importante. que puede resultar su expresión de
gratitud! Recuérdelo: ustcd de grati•
bud cuenta. No deje pasar una <POrti.midad sin darle lax
gracias a alguien que le haya dado algo. , . lo
Si esto le .parecc difícil ahora, empiece con
ocosie)ales. tales *qpio tíccirle u alguien durante )as horas
de trabajo: "Gracias pdf '-S< O “ A p rcC iO eSO” O ”Gra CÍa S pOI•
ha hecho feliz". Gracias , gra-
cias gracias. Em piece por infiltrar esos palabras en su con-
ciencia con respecto k t os lus quc to rodean. Etn piccc por
re‹q_•alarlas en vez de esperar quc• vengan a usted. Eno resul ta
difícil al principio, pero se vuelve más fáciL Dar las gracias
es como un músculo que debe ser usado. Cuando lo flexiooa-
rrios, se vuel •c más fuerte. Sulo requiere ejercicio.

Regalo Información

Hay tan tas cusas ç ue aprendemos en la s'ida tj ktC flOS


llegan con gran úific•u1iad. . , Y, por aigún motivo, tencmos
rcndencia a querer ver luchar a los demás como lo hemos
hecho nosotros. Profcsior.al mente, esio puede resultar muy
Recuerdu opori unidades en que mc tenti amenazada
pur aquel los a quíenes consideraba mis ”cortipetJdores° y mi
tendencia em ocultarlcs informació n que les habría ayudé-
do mucho en su iraó••jo.
Gracius a Dios, yo sentia el miedo. . . 3 lo hacia de todos
modos. Algunas de ins personas a quienes he ayudado llega-
ron a ser buenos amigos mios y parte integrante de mi
sistema de apoyo. También aquí el dar debe hacerse sin
esperanza de dexo1ucióD. probable es que la devoJu-
ción sea enorme. Uno de mis alumnos me preguntó qué
habria sucedido si uno de ellos se hubiera vuelto realmente
contm m3 y usado mi informacidu en forma competitiva. Mi
respuesta fue, y es aün, que si tengo su ciente confianza en
mi misma, "lo hará‘ con prRscindenciá de lo que haga cual-
quiera. ¿ Oué hay que temer* Se trata de desarrollar con-
fianza en si mismo y en el ttniverso de tiRo. Por algtin
motivo, cuando usted se conviene en apoyo de los demás. se
vuelve más grande de lo que es. Sin. embarro, cuando la
gente usa lo aprendido de usted, el efecto que usted causa
SDbre el mundo se ve muy aumentado.

Regalar eloq•1ns
Para muchos de flOSOtfOS. la agente a la cual nos cuesta
nés elogiar con los seres más próximos a nosotros: nuestros
conipañcms, nuesuns hijos, nuestros padres y a veces unes
tms a migos. E» gruo parte, la diftcultad proviene de la ira )
"I r¢'serll imicnto, b” in emb2rgn, «Us4 cxt¢2‹iü, Lu*ndu +!*g!*

*idad y le abrinius la puerta o una sens°ci' n °fccto P*

Son demasiadas las pcrsu«as entre nuestras relacione'


que •c centran sobre lo nc¡;atix'u y nO tienen dificultad cr
recordarles a los dv mas que v•stan obrando lTlRl. Cada ticnc
de asombroso cl que tao pocas relaciones m.archcn bien.
Ouercmos que nuestros scres qucridos sean afirmali vo
nos apojzn. tmpuria roJearsc de Personas pu‹ *cn am*n Y
nutrao. Esto, implica el ’c*rso d • ía moneda:

UgTED DEBK VOLVERSE LO OUE OUIER E ATRAER.


3EA UNit PERSOh.4 DE ESAS DE OUIEHES OUER RII
Rt3DE.4R£E.

Una de las cscúpticas de mi clase mc preguntó qué sucede


si uno da y tia y no recibe tiada en cambio. Le pedi un
ejemplo. DLjo .quu•..c1la daba y daba v daba a un hombre con
quien trataba ike restablecer una relacitin y que El se negaba
a volver a ella. Creo que esa alumna erró el blanco. En
primer lugar, oo se podia decir quu diera sin esperanzas.
¡Esperaba mucho! Pm propia confesión. consideraba que, si
seguia dando, II veris lo quc• tal daba y volveria finalmente a

Lc hice notar que aquello pxrccia un engaiio calculado,


mes bien que un acto de amor. Sugerí que ella debía dejarlo
en libertad v pasar a alguien que diera mayor satisfacción a
sus necesidad=•s. Lc recordó qu=• dar no ticne cada de malo,
pero. si nuestms necesidades no son satisfechas en una
ilación. es hora de cerrar esa puerta, roo olor y de pasar a
otro. Dar no significa convertirse en un fclpudo. Tt.nexos
derecho a que nuestras necesidades seno satisfechas. Sin
<mborgo, de nada nos sine eoojarnos si alguien no las

El tiempo es algo que nunca parece suficiL•nie, de ahi q ue


su
Dav iú, u no ue
cias re golandu

ataque, se sintió Denúcci oo › colrnaúo ci Dia de \cc ion de


Gracias. Se bfreció, a cesar de se 3i'li›n de metas, a a v.da r
a coc inar )a cena en un res'm ura!iie mug ser'ia ct»r i alas
g•ratui tas a los fresa mia rados. Le resul:a ron muy .'raios
todus aquellos momcotos. Saée crue es una pcrsun:i que:
cuenta, hasta después d • su 3taO, ue.
El trabajo como i olun'eri o s i amb ión una mancra miii a-
vi[]Osa de pasar ,as x'a caciones Ocri IOS ru pios lii Jos dc u no.
Una de m is aru iras se sin i iú csnan tada cnn nulo st! f il.
después cia haber abi•-io cincuenta v los re3alus. cl l8.

hi ja. .8horo , carta aro cita 3' su h ia fosa Ir parte dci pros cc-

Quicru '*oc.r a.:u aohrc c! 'iakajo cu! ""luz:*::o "”


•uncrai. Duaam mis año- •n Ho*F^a t"** '”
' d* mil. de dos clases: lc'S 0. nc s:t bin n ‹i ne ryu t ii lan n v l res
«ue o o habia°- ¡Y v:** a la dil’ercnc.a que habia entre unu'.
y Otros'
Estos úí ti ¢g ayudab0n nO movidos por' no scntiiriciitii
de dar, sigo i pulsados pur una lcnsacion du deter. Dubu

Volutlt arios corno uma manera de etc mostrarlcs a


qué “buena” gente eran. Esto, no implica que

vamente, nn lo eran! Siempre se interponía .su wi. Eran lm.e

Ü) O EãDIÚ g]J@ @g In qtic a limcntaba a su vti. De ahi que. o


menud o, se couvirtinran mas en un presteza que en uaa
** da para el personal, je q ue resul baba peor, extraian

experiencia.
Los que zs b i n que ceni» ban eran de una especie iotal
mente ciístinta. Eataóan ahi, silenciosos pero.seyuros, ftes
ndfan a nuestras oecesidñdes casi antes de q ue se lo
pidieron. Eran dillatentes en materia de tiempu v nunca
dejaban de aparecer cuando los esperaban. Hacían todo lo
jue se les pedía, por bajo que pudiera parecer. Lo hacían
con alegría, sabiendo que ent i útiles. Para vez hablaban de
lo que hacían. . . Simplemente, lo hacían. Y eran muy queri-
dos por su aportes
La difn•encia entre la manera como obrarnos en este muo•
do cuando sabemos que con vamos Y cuando no lo sabemos,
es abrumadora. Si uno no ha notadu aún que .cuenta en este
mundo, debe obrar simplemente “conto si“ lo supiera. “Si vo
contara realmente. . . (qué estaría haciendo en esta situa-
ción? Cõmo estaria obraDdQ?“ Eso, realmente, fwciooa.
Dc moõo que, sabiendo que cuenta a bien obrando “corno
si” lo supiera, regale su tiempo. ¡Q•ué. regalo increible!

El dinero es uno enorme confrontación para la mayoría de


nosotros. Por más éxito que yoo hava teniño, tengo momen-
tos en que me veo a la edad de whcora v dos años, parada
en la esquina, mendigando. He descubierto que muchos
tienen esa imagen d¢ sí mismos. Me tengo la menor idea
acerca de a qu‹i se debe esto. Nunca he FiCC8si tado algo
rcalfrtentn en tu‹ia mi vida. Y, por una ironía del destino,
cuando estaba librado a mi misma, pa» b« ús dinero que
cUan‹fo aJguíeH cui daba de mí. S in embargo, ef mj»du Per

J E) t2do por cl dinero perdura a menudo, por más rico


que uno sea. Hace poco. lei una in formación periodistieo
Sobre un humbrc inmensamcn ic rico que, con todo, tiene
»ún pcsadil las en que se ve perúiúndolo tío. Para cl, lo
sufÍci <oie nunca c.s suficiente. Hace aries, mí un gra n pc-nsa-
mienlo co una pe tim la dü Ckise B: ” La seguridad no consis-
te en tener dinero, sino en saber que uno puede prcscinÓ ir
de el". Ei hechc de que muchos d« nosotros no haj ama ›s
carec ido alguna vez de dinero podria ser et problema. He
aqui otro ejemplo en que la falta de algo podría ha bcr
proporcionado una lección mu› valiosa.
La respuesta a una obsesión pur el dif¡ero radica en rela
jarse y ticjar es tar. Dentro de lo razonable, empieces a ”rcza-
lai‘lo", creyendo que usted hallará sico.ore la mancra de
tener lo que necesite. Una amiga mio escribe “gracias " cu
los cheques con que pago sus cuentas. En •sa actitud, radica
la liÓei-dad. . . la libertad de disfrutar, ‹le ic verti.- en uno
mismo y en los demás y en ser una. pase .creativa de la
corriente. Regalar dinem es algo que puede rendic enorme-
mente en dólares, pero, lo que es Tnas importante, en par
espiritual.
Como lo dice Jerry G illies, la madre de ”Moncvlove”: “El
rico gasta el dinero, c1 pobre lo guarda en el banco”. Ustcd
podrá tener millones de dólares, pero si su única premupa-
ción es depositarios en el banco, tiene evidentemente la
menMlidad de un pobre. Esto no significa que uno deba
derrochar su dincrn. . . El equilibrio es la clave. Algunos
excelentes libros y grabaciones proporcionan conceptos so-
bre nuestra relaCión COn el dineru.

Regalar amor

Por lo que a mí se refiere, todos‘ lus regale ” menciunados


se refieren a regalar amor. Pero en cl amor hay otros inerc-
dientes. Por ejemplo. cuando dejamos que alguien sea comu
es sin tratar de cambiarlo, esto es regalar amor. Cuando
COBiiamos en que alguien puetie .mane]ar su freír a vida
Obrar de acuerdo con e.lo, eso es m a!ar amor. Cuando
Vejamos que or rns aprendan ›' crezcan jin sen : i r conc niics-

te relaciones conoce usicÚ que :engan m‹e asrc c' 0 *


NO que parece a menuau zmor no es ahi: s .LcLS.Ü2Ü.
Como lo expresa Rollo .1tas• en " La susçucúa fbi úoabre
para si mismo”:
E) amor se confunde por lo eenerzl cun ía cc ndLn :a;
pero, en realidad, usre‹i sólo puede an•.ar •n Crcoorc:en a su
C3)2áCldad de independencia."
Amar es ser capaz ‹ie ‹tar. 1 a horn, es hora de corr.v•r.rar.
He hablado de regalar gratitud. informac.úr.. aíahanzas,
tiempo y, ahora. amor. Wio;• se_=ura ¢:e o,ue a us:ed sc• In
ocurrirán otras cosas que aeregar a la lista. Con:prcn =•fi
ahora que dar es prodidarse. tmplica aúanüonar ía acto tuk
encogida y rctraida y tender los brazos. Cuando -.xpertmeo-
tamos reaímen re eta sensación de abundancia. compren he-
mos el dicho: ‘,'vIi con a cesborda‘.
Dar desde la posición de ”)Ó cuento” aumenta unesfia
capacidad de dar. Peru, como cualquier otru ha6il'‹ia‹i, m-
quiere práctica.
Sea que usted lo crea ahora o no, su ›'i‹ia está ya pletü:•;ca.
Usted, simplemente, no lo ha notado. Antes de que pue‹ia
acepiár la abundancia en su vida, debe notaria.
Una manera de uumcntar su conocimiento es e‹iianíC !Ó
que vo llamo El Libro de la Abundancia. Cómprese un 1 info
cuaderno. el más costoso que pueda permit' . Empiece a
llenarlo enumerando todas las cosas pos‹tivas ae su viaa
pasada y presente— que se le ocurran. 4o se de:en5a hasta
llegar a 150. Algunos, encontrarán mas. Cuando ust<fi sienta
que no se le pueden ocurrir más, en reaiiüa‹i suedc. Siga
concentrándose simplemente en tod-s las Mediciones de su
vida. Por pequeiias que parezcan. inclüjulas en su
libro.
Cada día, haga anotaciones en él. En v•z d<• un diario
tradicional —que, pam muchos, se compone de sistema *’
lobreguez, de desear y necesitar— haea este libro, que, =n
realidad, expresa simplemente ”¡ Lo te‘ ngo! .W=•te ca+•
cosa positiva, grande o pequeno. que suceda: el cum=p1ido de
un amigo, el saludo cordial dcl cartero, un cie!o hermosa.
una oporcunirtad d« contribuir, un corte de cabello, un traje
nuevo. un alimento nuiri tivo. ‹tnorc todo lo maravilloso que
[« succua.
Use cosas que lo mantengan concentrado “eri el buñuetp,
no en el agujero“. Busque bendiciones y las notará en todos
panes. Lo rodearón. Hay tunt as .que usted no notará su
presencia. No hay necesidad de sentir .escaxez cuandn hay
tanta abundancia.
S i sigue estas instrucciones, sospecho que pronto tendrá
un estante abarrotado de libros de esa clase. R«fiñrase a
ellos a menudo . - sobre todo, cuando experimema una sen-
sación de carencia. La carencia súlo está en su meme. A lgu•
nos de los mayores dadores que he conocido fueron los
pobres a quienes encontré en el Hospital Flotante. Los ob-
servé 3' observé su sentimiento de aporte a la gente de su
comunidad y fue algo alegre. La carencia no es de dinero o
de cosas, es de amor. Y el amor siempre le permite crczr
cuando usted está consciente de que

SU VIDA ES ABUNDANTE Y USTED CUENTA.’

Además de su Libro de la Abundancia, siga leyendo libros


positivos. esciichundo grabaciones motivacionales e inspira-
tivas y creando aleaciones. La afirmación: ABANDOHO
HI MIEDO A L4 CARENCIA Y ACEPTO LA ABUNDANCIA
Y LA PR OSPERIDAD DEL UhlV£RSO está en mi procesa-
dor de palabras y siempre que siento miedo con relación al
dinero, o a alguna otra cosa por lo demás, lo repito. Me
brinda paz. Asimismo, me recuerda la abundancia que exis-
te en ml vida en un momy.nto dado.
Siga recordando que se propone ir al grano cuando es el
dador. Cuando tiene conciencia del hecho de que ‘ustcd
tiene", puede dar. Cuando es un dador, no tiene nada que
temer. Es poderoso y afectuoso. El secreto de la vida no es
imaginar lo que uno puede conseguir, sino lo que puede dar.
En. esta clase de pensamientos hay tanto poder que eso da
vértigos.
Piense en esto: si ve que su finali‹iad en la vida es dar.
resulta cáái impósible que a‘ uno lo engañ3n.Si alguien
toma, está llenando simplemente *1 propósito de su vida y
merece su gratitud. Coando usted pone en práctica el hábito
de dar, sus miedos disminuyen. . usted comprendc que su
finalidad eS ser usado.
George Bernard Shaw lo resumir todo héi mosamentc en
las frases que cit os a continuación. Leer todos los días
estas palabras lo a darú a usted mucho a darle perspectiva
le proporcionará el valor necesario para avafl-
zar más allá de su miedo, nara poder scr muy’ útil en el
mundo.

‘La gran alegria de la vida es el ser usado con una


finalidad reconocida por uno mismo corno poderosa,
el ser una fuerza de la na,turaleza.en vez de un per.ucño
ierrón febril y ego.isla de:achaques y lamentos que se
queja de que el fnuodo no se consagra a hacerlo feliz.
Opino que mi vida le p nece a toda la comunidad v,
mientras viva, mi privilegio es hacer por ella todo lo
que puedo. Quiero estar consumido acabafiarneEte
cuando me muera, pórque cuanto más. trabajo más

.Yte regc›cijo con la vida por la vida misma. La vida no


es para mi una vela fugaz- Es una suene. de antorcha
espléCñida quc debo enarbolar por el momento y qiie-
ro hacerla arder en la forma más luminosa que sea
posible antes de pasarla a ya:nos de las generaciones
futuras.”
He hablado de muchos lici’i un› jL n iris p‹›Ú c r’ ‹›s•'. í•i h \f i i
rnaciones, cl Decirle .Sí .al Uiii ‹’t!rso tic L n‹a, cl P‹'risiiiii»:ii i•›
Positivo, el Asumir la Rcsnun.su bil idocí, las Dcci'›ooc'. •.‹'
No-Perdc•r, Elegir el Ainur y la Confia nz.a. Aprender .i Du r ’›
otras La i azón de que snan hcrruin › ntas poderosas ». qu»
nos dan acceso a an lugar iD tcrior, que, cua nde g3 p2 T y(-g
dO, nos pcrmita sentirnos ” real ixados ”.
A esc lugar interior sc l • han dado muchos n t›«-•.
algunos de los cuales son: el Yo Superior, el Yo Inicrior, el
Su perconscieo te, el Consciente Superior y el propiu Dio.s.
Me gusta la expresión “Yo Superior” simultáneameo te por-
que implica una trascendencia de la pase de nosotros que
mora en las cosas insignificantes que causan miedo, odio.
escasez y las demás formas de la negativiÓad. Evoca un
nuevo plano de la existencia que tiene poco que •ver con los
contratiempos y las luchas cotidianos.
Hay un cuerpo de psicólogos que rree en la existencia dcl
Yo Superior y en la influencia que puede ejercer sobre cl
individuo. Algunos se refieren a su trabajo con el Yo Supe-
rior con el nombre de ”Psicología de la Cumbre". Otros, lo
llaman ‘Psicología TrunspersonÁ”. Hay también muchos
educadores y metafísicos cuya labor abarca el dominio de
Yo Superior.
Estos han, propuesto que el Yo Superior sea capaz de un
alto grado de sensibilidad y de concordancia con un fluir
armonioso del universo. Es el envase de muchas virtudes
sublirnes: la creatividad, la intuición, la fe, el amor, la
alegria, la inspiración, la aspiración, el preocuparse, el dar
—todo io que nosotros, en lo más hondo de nuestros corazo-
nes, querriarrios experimentar.
°°aúo tan aciccaaearnen:c ” D!s ina Nos:ala:o ” Cue cc° <<<

que vue!van a hm r i‹3s hemos seu:i.mieatcs.


üsiect pi;›ciria pre intarse: "Donde se ha es tato ocu1taod•:
cl Yo S uperiur duran ic roda mi › ida?" .4 menudo, olmos !as
cxprcsioncs ‘cuc , me nte y espio tu ‘. Se usa n para üefin i r
tío nuestro ser. la sociedad moderna se ha preocupado cu pri
mer término dcl cuerpu y de la nenic. La ¡sarte dei
espiritu. que aDan el Yo S upcrior, se ha per‹iido no se sai›s
Cómo co el en trevcro. Por ahora, existen relati va ment e ;›o-
cos lugares que susciten a)r;o snbre el Yo 5uperior. Por eso, no
debe sorprender el q ue nos ha vemos concentrado casi
Moralmente sobre los partes intelectuales y fisicas de noso-
tros mismos. En real idad, muchos de nosotros ni siquiera
nos hemos dado cuen tu de n,ue tencmos una parte cspimtual.
Agréguese a esto el hecho de o,ue a mucha gente ni siquie- ra
le gusta la palabra ”mpiri tual". Se desvia de ello amas
se lo mencionan. La razón es que confunde ‘espiritual‘ con
la religion y con Dios. Pam los quc no son religiosos, la
palabra ‘espiritual" es un atajo.
La forma en que usamos esta palabra resultará aceptable
para usted sean religioso o arco. Cuido hablo de lo espiri-
tual. me refiero al Yo Superior, el siiio inicrior que es
afectuoso. bueno, pletórico, alegre y todas las demás cuali-
dades que he mencionado ya. Créame si le di co que, a
menos que ustcd abra consciente o inconscienl-mente esa
part<• espiritual in terior, gpf}t j t’jj tj ¡y pp2•(¡iC (l3O d D Mi8Jfll9ft l O.
veces desde la parte espiri tual de .$f
¿ Le ha dado usted alt;o a alguie= y ** ha sentido tan bien
Gene ello le ha hecho asomar lágrim** a los ojos2 ¿Sc ha
sentido alguna vez t«o abonado p‹ar la belleza de aigo, cfe
un crepúsculo o de una fJor,quc ello )O há colmado de una
sensación de abundancia ? ¢ Ha mirado al guna vez más allá
de la fea conducta de alguien y ha sentido sólu amor por El
al ver su clolor? (l-ía derramado alguna vez lágrimas de
• • s ria al ver una pelicula en que uno de los oersonajes
supera un grave obstáw lo? Si ha hecho alguna de esas
cosas, se podía decir que ha estado operando desde el Yo
Superior. Usted ha trasccndido el mundo de palabras insig-
nificantes como: Ella ni siquiera dio las gracias", ”El nunca
recoge sus medias sucias‘. ”¿Por qué no telefonez El*” y
tocado un mundo de bellem que hay más allá.
Lsted experimenta una inér•iÓ le sensación Pie cleo ación
«uanéo su Yo Superior Personal ocnetra en su J”o So pcl or
de Grupo. Si su corazón se ha ensanchado en las ceremonias
de clausur;i de las olimpiadas —<n que ha tenido la sensa-
ción de lo maenifíco que seria el mundo de si todos obrara-
mos a una por el bien de tndo ha experimentado la
sensación del Yo Superior de Grupo. El pader y el amor que
puede en8endrar son fenomenales.
Gomo el lector lo sabe indudablemente, el poder y hasta el
sentido de algo elevado pueden ser engen‹irados también
por e) mal. La diferencia es la casi bienaventurada sensa-
ción que uno obtiene de todas las coxas engendradas por el
h’o Superior que es, en si, un espacio afectuoso. El poder
desde un mear negativo no alivia nucswa Divina Nostalgia.
0e hecho, nos lleva lejos, lejos dcl hogar. POr eso, cuando el
sentido temporario del poder su desvanece. uno se siente
perdido, solitario y asustado. Cuando opera desde el Yo
Superior, se siente centrado y pietómco. . . en realidad. des-
bordante. Cuando experimenta esa aburi‹lancia, sus miedos
desaparecen automáticamente-
El Yo Superior está también en funciones cuando uno
crea ‘milagros" en su vida: el podcr Pie levamar •»i» si
un ser querido se ve apresado debajo de él o el de zjm»u r
una tarea monumental que todos han casado de ”imposi-
ble’. Le he oido decir a menudo a • s» nic: "¡ lo sü c‹imo lo

Ahora que le he presentado a su Yo Superior. peru í ante


que 1« m e5tre un modelo ultrasimpÍe de 3cr. el modelo que
se muestra a continuación no es ampí:o. no incluye a
ChaS partes de nuestros mundos interno v ex temo. Pero
SÍPVe pam recordamos que poíícmns eleeir nues:ras expe-
riencias de la vida.
El Charlatán, como lo recoriiaru ci leciur. »S la parte
nuestm sCr q.ue trata de enioquecernos. Es el depósi te de
tódos nues•mos aportes negati› f3s, desde que nacimos hasta
ahora. Contiene nuestro yo infantii que mquier« cons.ante
atención y no sabe cómo dar. La Atente Consciente le envie a
II SUbcnosciente óréienes basadas en la informacion cÍc lo
que recibe del Yo Superior o dcl Chariatin. Podemos adiea-
trarla para eleeir lo uno o lo otro.
LA Mente Subconsciente es depósito de una enormc canti
dad de información. También tiene acceso a la En0t’QLD
Universal’. Obra ’a la maners de una computadora, clasifi-
cando y hallando. Por ejemplo, si uno no puede recordar un
nombre y, de pronto, cuando menos se lo esp era. salta dude
no se sabe dÓnde. Su Mente Subconsciente ha estado traba-
jando. Recibe sus órdenes.de la Consciente. No cuestiona ni
juzga. No sabe distinguir lo justo de lo injusto o lo sano de lo
enfermizo. Recuerde el experimento con el buzo del Capi-
tulo 5. Cuando a la Mente Subconsciente le dicen "Soy una
persona fuerte y meritoria”, el bruzo se siente fortalecido.
Cuando se le dice ‘Soy una persona dfibil y sin méritos‘, es
muy fácil bajar el brazo. La . lente Subconsciente cree en lo
que dice la Consciente. sea o no cierto y aun en el caso de .
que uno lo crea o no.
Como lo sugiere el modelo, su mente puede optar por
escuchar a su Charlatán cuando derroeha toda clase de
oegatividad derrotista, o bien optar por escuchar a su Yo
Superior, que se afín a st mismo, es afectuoso, dador y
p1etórico.Todos los ejercicios y conceptos sugeridos en este
libro tienden a loerar que la Mente Consciente le abra su
puerta a la abundancia del Yo Superior como algo opuesto a’
la escasez del Charlatán.
La Mente Consciente, a menudo, no sabe que ta rige cl
Charlatán. Y hasta cuando lo sabe, está tan habituada a
S US A N ¡ E F F E RS

El yo superior es La Charlatana es
una fuente de una fuente de
pesamientos positivos pensamientos y
y ener9ía positiva energías negativas

La mente consciente elige su fuente


da información y de energía y manda
esa información a la subconsciente

La mente subconsciente escucha


a la consciente y ejecuta las
instrucciones que le da

El cuemo interno,
Flujo universal
los sentimientos y
externo de energía
la inteligencia
lo r«cucrdun sim cesar. Aqui es donde atum iitil‹-e k.
Iibn›s, los el scnsafr i•-ntu positivo, las b i ri . l‹›:
d lhos y las de más hcrramientas, quc usted bc
" P*ra reco rdarle o su Stenic Conscicnte que nu debe
0'TIO *Il °l *•iso del Yo Superior, el Charlatún ha estad‹.
siempre chi v siam siempre. ¡Es ioútil lazncsrar cl hcchc
°9u°ap^cczcod• vcs en cuando! Garaniim gun aparecerá .
Ustcd debe comprender que tiene dentro a un Charlaián: y
tieite ÍRáS a•rt, iCcluyendo al Yo superior. Nin;;uno de lcs
J Ínjmtn• Cada cual. simplementc. le propormo-
na a uno une experiencia distinta de la vida.
Si Usted csCtiChil al C harlatàn su experiencia de la vida
causa micdo y usted deja de expandirse. 5i escucha al Yo
Su FI@g, c sa experiencia será alegre v abundante y libre de
miedo. Usted. comu cualquier otro, es un experto cxtandu se
tt'3c6 dü cscuchar a su Yu Sup•zrior. Eatonccs. seró j•asibtc
nua verdaderu elección.
¿ Sr qué suCcdert tantas cosas positivas cuando R Mente
Consciente opta por obrar desde eq Yo Superior y ’a la
inversa cuando cscuclia al Charlatán? Rarccc ser que u-
do la Mente Subconsciente recibe órdencs du la Cooscímte,
procum ejccutarlas cnnectándosn íóteriorioentn con ul ‹;xier-
po, la inteligência y los sentimientos. Por esc. cuando eye
decir ‘Soy una persona dúbil y sin méritos” su ‹xmecta con
su cuerpo N )o vuelve a uno fisicamente débil. se ‹xin
sus sentimientos y lo vuelve deprimido e imp te te. se
conceda con su inteligencia y lo hacn pensar cstúpidaznentc.
Adcmás, lo llena a uno de energia negaüva- Ciwndo op
dccir ’Soy una persona fucnc y dc tcs’.sc col
su cuerpo y lo hace a uno fuerte. Sc conecta con sus d-
mientos y lo hace confiado en sí mismo y vital, se
con su inteligencia y le hacn pensar con claridad_
llma de cnergia positiva.
Lo que es más, fuewde usted hay uaa £netgp ¡j
sin la cual el lutando no existiria. Al ejex;titar ¡q

gIa Universal, que logra devõlver exac te lo que


tos , eJ universo obliga a la Mcnte SubconscicB ic y cm Set',
tqd,i clase t)e cusa5 negra t í vas. La gui te IO pl su leu u uri‹i. U o‹
nunea logra lo que quiere. Todo se le interpone en cl carne n‹
y unu se siente impotente para apartar nada.
Cuando uno dice ‘Sov una persona fuerte y de rnüri ros ", e
universo obliga a la Mente Subconsciente y entrega tt›d.
suerte de cosas positivas. La gente respeta su fuerza v le
trata con justicia. Uno curisieue ioda clase tic cosas cara› i-
llosas. Nada se le intcrponc en el camino cuando rial1a lo
medios de eliminar obstáculos. La clave, aq ni, es que, como
su Mente Subconsciente no juega, tampoco lo hace la Ener-
gía U niversal.
Los metafisicos hablan de leves de Energia L ni versa!.
Una de ellas es la Ley de Atracción. Usted puede reconoccrla
Como lo semejante arrae a lo semejante“. Cuando emite
cñergia negati va. . . ¿que atrae? Energia negativa. Cuando
c(riite energia positiva. . . ¿qué atraerá ? Energía posi tiva .
Ouizás esto explique con más claridad el por qué resulta
imperativo adiestrar nuestra mente para que sólo emi ra
pensamientos positivos.
A algunos, les costará aceptar la idea de la Encrgía Uni-
versal. Unó no necesita creer en este concepto para penetrar
en su Yo Superior. Sin embargo, cuando logra verse conec-
tadc con algo más grande que une mismo, no siente ya que
debe hacerlo todo solo. Su sentimiento de poder aumenta
grandemcnte y sos miedos disminuven mucho. Esto, se rela-
ciona con el Miedo del Mivel 3: ”Temo no poder afrontarlo’.
Ahora, usted puede ver que, con la Energía Uni versaJ de su
parte, puede aprender a confiar no sólo en si mismo sino
también en cl universo. Esta dobie confianxa seíiala en
última instancia el fin del miedo.

Unas de las herraffiientas que usa la .Viente Subconsciente


para conectarlo a usted con lo que busca es su iiifuicida. Los
extraiios mensajes que usted recibe son los de la Mente
Subconsciente que dice: "¡Lti he encontrado!” Todo aquel
que lta experiment ado el poder de’ la intuición no puede
negar que algo está obrando en nuestro favor. Al aprender a
confiar en nuestra intuición, parecen ocurrir ”fTiilagros".
Nuestra intuicidn está Obrando siempre para nosotros.
pero, habitualmente. no nOS basamos en ella al obrar. Cuan-
me ocur-ren, que se
U5‹tS * Ol I )Cl¢ififj-

*ud tado de nui intuición gq 8 H E f3Cá, )’O como un re-


de que q uerla dar un cursu ten ia
*••^* in‹J•fir i‹Ja, sobre Edo porq uc estaba Lo pos crgué en
pada con o tras cosas para trazar J a ‹iescri dcmasizdo ocu-
pcion del curso y
y para hallar iuego una
tÍÍC tifia. Eso parece representar rnuCho trabajo.
Ciertu dia, cuando yu estaba sentada ante mi escritorio
me ocurrió un mensa je vigoroso. Esc mensaje
decia: ”Ve a la E5C12L Ía h ucva ". año imaginó por qué se me
habia ocUr ridu . Yo nunca habia asistido a la ‹Nucva Escuela
de In vcstigaci ó» social. ho COnocía a nadie alli. En rcali-
dad, ni siquiera sabia dónde estaba. Por ctlriosidad, decidi
ir allí. Le dije a mi secretaria que iba a la Escuela ueva v
mc preguntó por qué. Le conteste: “jNo lo si!" J\le miró cnn
e.xtrañem cuando yo Sal ía.
Tome un taxi, que me dejÓ cu la porta de la Escuela
l'4ueva. Cuando entró al vestibulo, mc pre n rá: ”¿Clué debo
hacer ahora?" Mirfi una guia con indicaciones y los diversos
departamentos enumerados. Mis ojos se detuvieron donde
se hablaba de Relaciones Humanas. “Aquí es adonde debo
ir, presuntamente.’ Ali mente razon6 que yo habia sido
”enviada " probablemente a lli para coniratarme para
gran ialler que ofrecían. En aquellos tiempos, jo era una
fanática de los talleres. La idea de dictar cursos en la Escue-
la hueca no se me ocurrió. Encontré la puerra sobre la cual
decia Departamento de Relaciones Humanas y entre. ho
habia nadie en 1 a mesa de Entradas. Miré a mi derecha y vi a
una mujer sentada ante su escritos o. Me preguntó: ¿ En qud
puedo serle útil?“ Intuitivamente, sin pensar cu ello, me
sorprendi a mi misma diciendo: " Efitov aqui para.dictar un
curso sobre la manera de vencer el miedo.’ Sín saberln. yo
hablaba con la directora de) departamen to, una mujer ma-
ravillosa llamada Ruth Y'an Doren. Me rúiró coH asombro y
finaWencc dijo. .
—¡Nu pucdu creerlo! he estadn
a aÍgujCn que pudiera dictar un curso sobre el miedo y no he
podido hallarJo Y hov, es cl N limo día q ue inc hab i2 fi)ado
pam mi búsqueda.
cha dc cllas. Í-I-IC ÇO, the dijo que dtbia correr a tomar un
autobus y tue PI iú qtic esc ri biera rãpiJamcnic una descrip-
cion dcl curso. Lu hice. 1te ‹J«›D en manos de su secretaria y
corri6 haC32 R @ttPPt3 , danc!omc
Cuando en luc.
flo habla
un cura •
ardua que insum ›•» ce5Cs, mc ü«moró exactamentc d‹›cc
mioUÍos! Ruth Van DfiiQrpp q QÇia algo, je queria algo v cl
Universo nos habia munido. rso sü cÓmo funciona eso. Sim-
plementc, se que funciona. Lo asombrosu, era que vo hubie-
se pensado en foTTMR COnsciente en aquello. Yo nunca me
habría acertado a la Escuela Nueva. Habría ido e la Escuela
Superior Hunier, donde había asistido « los cursos de gra
duación. o a la Uu ivc•rsidad de Columbia. dendc habia obte-
nido Uti g¢SJu*ción sup¢riur. Conocía a muchísima gente en
ambas instituciones. La Escuela Mueva no se le había ocu
rrido a mi mente racional.
VaÍe la pena de haccr notar que diciar esc curso luc nua
eocruciioa de mi vida. M¡ expert.meio luc ian positiva v
‹laba nua sensación tal de al¡;o ”como es debido" que decidi
abandonar mi empleo de dte* lhos y hacerme educadorq y
ritora.
Estoy segura de que el lcctor habrá oidu hablar de ejem-
plos más cmpuctaciilares del funcionamiemo de la intuicióp:
do vil salvadas, de geatr 9ue se vuc1v¢ a envoritmr a
pesar de enormes dificttÍtadcm, y otan sucesos sorprender-
tes. El secreto del asunto es que todos tencmos acccso a esc
po‹ler iutuiiivo por cl simple hecho de esCuchar los mensa-
quc nos env]2 ja MgnLc ÚubcOnscicftl€• SuSpCcho quc
funciona basãnd‹nc em las instrucciones que x hemos dado ”
cuando no hablamos que lo estábamos haciendo. Podiamos -
haberlo olvidado, pere el subconsciente nun=•a olvida. En
realidad, funciona mejor cuando apammos a nuestra Herí-
ie Conciente de su curso y la dejamos obrar sin ninguna
intmmisióu. As) <s có,mo obicncmon algunas de nuestros
ideas mas inspiradas, cuando rstamoi dewanmnda o ha-
las instruccirmes y pron io
***Y *n cl pun’ u doncic cki”o sul›re la
tran concxiuBcs que se han
da la mente intuitiva y

9ttC, Ctlandu ¡ne pie upa a!go, dijo simplementc: ‘Lc pido

nti”. En ioncrs. dejo ‹ie preocuparme y de pensar en eso. De


<fl fi1H0 u etc, fúcilmen te y sin esfuerzo. la solución apare-
CP. un a manera particularmente eficaz de hacerlo es cuando
°°o m duerme de eric. SiniplemcBic, relájese rolonces y
piénselo.. Es probable que duerma mucho mejor cumo con-

Cuando se siente contrariaJo, no deje penetrar en forma


abundaoie <l lú Superior. Si está alineado. o "centrado”
como se muestra aqui, lo sentirá fluir armorriosamerire.
Cando uno se mantiene .ccntrado, nu hay nada que te-
rnera Usted da salida a la fuente ..de poder y todo va bien.
Pero... ¿cómo puede centrarse, sobre iedo cuándo se siente
coutraríado.?

Si uno está particularmente afectado por algo —digamos


por lz necesidad de conse ir ufl emp Je» que le hace falta
d para ent comienza a crecer la ansiedad. Sc em-
P °*> > »< °ii? que, si no le ofrecen esc cmplcu, se d•'rrurnb;›-

**río, *on*c°*iü3dulu de que es ‹•iú n it u cmpicu cx isiciite i’


< q°». si11 él, no sobrevivirá. El Chartatati )o csi3 dcsccn-

ublÍcadas en este J i brri.


E picce a repetir sus. afirmaciones, Cornicncc por usar su

s'u. Ejecute alguna hermosa musica sede te o una grable.ón


de meditación guiada.. Haga surgir su fuente de puder... ci

vu. Rccucrde sict cesar que ce pocu más u »cnns ran realista

también el experimento d •1 brazu. Hablarse a si mismo


P°sit*vamflnte da rmtlitado hasta Si tlr¡o no crue en ello al
pnncpo.

”Este empleo no es mi vida. Si no lo consigo, es


porque no. es pam mi mayor biCn. Si me proponeG
tenerlo, será mio. Ahura puedo relajarme y entregarlo
a mi Mente Subconsciente j‘ a la energia universal.
Todas las respuestas .que neccsi to est n dentrp du• mi.
Todo suceñe perfec tamente. h.o hay nada que temer.”

Mientras ustcd se dice esas verdades, trabaje en el relaja-


miento de su cuerpo. Si sigue proporcionúndose esas pala-
bras alternativas durante suficiente tiempo, no*ará n_ue des-
ciende sobre su cuerpo y xu mente una tibia calma y se.
SCOtf JZ NVO. C2da a/irmacido posJtJva lo a cae coroo un
imán. más cerca de. su fuente. Usted ha llegado al sitio
donde todo es seguro. Ha salido del paso y no hav nada que
terrier.
Al principio, puede demorar un yo el retroceso al centro.
M modo que biisquese un lugar tmnq.ü1o y quédese senmdo
que haya falta para que ne sienta mejor. La
lo ayudará realmente a ponerse en
ínea con nmyor rapidez. Mo sólo fija el estado de ánimo y
lii»iiw todo mido extmiio, sino que tambi‹in lo condiciona a
no para relajarse y snntir su pocícr apenas la oiga.
SiTlo su relación ?

”E3ta mujer fu hombre) oo es mi i ida. .Si hcrn‹*•,


nacido para estar junto , lo siare riius . Dc lu contrari• ,
que >* sea. Confio en que mi .X4cntc Su bcoascicnie •.’ la
energia universal estan crr ando ra rclac ion yz nc -p i u
P^** mí. Puebio segui r confiandn -n u ue todo sc ‹i.:a-
rrO)la rfecta menlc. Mi vida es:a colmada. .V i s ida es
ACN. NO hay nada que temer."

Recien temen te, mi marido y j o cTlCDntrarnos u.a casa


perfecta para nosotros. Era m3s de lo que estábamos dis-
puestos a pasar; cDn todo, hicimos una oíer:a. Em peck a
sen tim e obsesionada por la posesión óe esa ceso. E) Charla -
tán empezó:

“Nunca encontrarás el dinero necesario para el pago


al COotado. Si vendes tus activos, no tenA-ás en qué
apoyarse. ¿Y si necesitas dinem? Si pierdes esa casa,
no liallarás orra tan hermosa. Pero... (cómo haremos
para reunir ese dinero?"

Rápi‹lamente, me senté y empecé a decirme las coszs


positi vas que zr/e harían volver aT centro coa›o si rsze esiu-
viera imantado.

Esta casa no es mi vida. Sí estoy predestinada a


tenerla será mia, y el dinero veo@rá a nuestras manns
fácilmente y sin esfíierzo. Si ao la de ser nuestrá.
encontraremos otra igualmente hermosa, quizás m*s
attn. Confío en qué mi Mente Subconsciente me dará
todas las respuestas que necesito sabRfi. TOdo se desa-
rrolla perfectamente. )io hay cada que temer.”

Toda mi sensación ÓbsesiV8 usó y me invadió una tibia


alma. Cada vez qué escucho al Charlatán, ‹uelvo a ese
lugar de seguridad V dB }2a2• La casa estaba predesiinada a
ser nuestra. porque el dinero afluyh a nuestras manos con
facil idad y sin esfuerzo. Confiando en cl universo, siento que
a traigo hacia mi todo lo que necesito para afron rar cómntia-
Hace fslta prev tica. Cuando la gente habla de "estar en !
Cit IrliilO’ O d‹? ( ’ida como un viaje”, se refiere a la i.ncesuo-
^’ ii °°***°ria para adieswar a la diente Corscien:c e.
fin de que escuche las Secciones del. Ser Superior que, dat•
lo Intromisión del Charlatán. las rehuye a veces.
Volvamns )' veamos cómo usar su rejilla puede. proporcio-
narle la pr c:ica que us ted necesita. Sugiero que uno de los
casilleros permanentes de esa rejilla sea el Yo Sup •rior.
usando las distinm herramientas sugeridas, las ahrmacio-
nes, las gradaciones inspiratfvas, la meditación o lo one
obra sobre usted. La mejor hoc para hacerlo es por .la
mañana, porque eso da ¢1 tono parz todo el dia- Enfoque me
casillero arites de irse a dormir... dándole quizás ins:ruccio-
nes a su Yo Superior para hallar la respuesta a.algiin
blema con el cual ustcd tropiece.
el casillem dcl Yn Su¡›erior es disiinto ñe todes los demás
.porque es el sector de la rejilla que influye positii ente
sobre todos los demás de nuestra vÍda. Es des R 5ttÍO
elc•vado. por encima de lo insignificante, donde imo puede
crear valor a dondequiera S aja y haga In que haga. l'inien-
do asi desde un luz esp jpttual, risled aumenta la calidad
de su relación con el res:tO del mundo: la familia..el trabajo.
el aporie, los amigo5, el cr¢cjrnÍcnto personal. etcétera. Re-
cordando esto, :su Casillero se parecería al que vemos en la
La cnergia positiva. afectuosa, que íluye desde una espiri-
t»a1iMd «crecentada, se derramani sobre todos los sectones
de su x ida. Los que han ñescub terto va su vo espiritual
úóniprendcn ‹ie qufi les hablo. T para todos los
hecho, les espera tlft Verdadero deleite.
El cuadro del Aporie puede servir parz mentcocrto a
usted en línea. Cuando uno se ve envuelto en uua energia
JTtayor

tOl-lCho que dar, a und nc n,›


CO fTTO SÍ " a"2gn g ,

LA REJI LLA DE VIOA CUN EM°IHIT UAL in r›

Afic:eri

- . ’ '”

' - ilia¡ '

I_a finalidad de este libro no es explicar el mundo de lu


espiritual. Lo que confio cu haccr, em emb.trgo. c.s o¡,uzar su
apeti io, a fin de que usted) este ansioso de a pmndcr mas. Lo
ineito a mirar las leyes del uni ’crso rales conto 1us han
pos:u1ado los metafísicos. Le doy solo una, hay muchas
otras. Fío permita que la palabra ”metafísica " lo cm iruvic.
Simplemente. significa el esiu‹'iu de lu que esra mas allí de
lo físico.
Lab leyes MetaflstcaS sOn asumbrosa Men te sÍMples tte
comprender s' pued-n ac!ar*r muc::as confusionei soúrc lu

una confianza mucho mayer en nosotros mismus y fe en el


universo... lo cual, desde 1uep=o, es el antidoio dr1 miudo.
Estas leyes exigen una práctica de loda una vida, como lo
demas de este libro, pero nos darún una seosacion de l.L
*'re°°-ú'n en que v'amcs. En !c•s qae son rc1'3iosos * o cr"'"
*° Dio*, usted •'erá como se pueden incorporar esa* i°'cas °
sus cre•ncias. Y. como va lo di ie, si ust ed oo cree en Díus,
e¡'es se aplican iamb ión.
Tarnhi‹in lo exhorto a estudiar la idms de* C.C. Jal 5’ de
Roberto .4ssae.oli, ambos mandes pensador en el scCtor etc
.a ps*coio?ia transpersonzl. .4ssaeioíi es el fíindador d* !a
JSiCOsii.tesis, un modclp ash;-nbroso de autoirHcpmación y au-
'Orreal.mCisn. La ps'ccsint Isis usa muchas rúcoi que m•ul-
iic•m pm 1. berar-ao• de los condicionamientos dcl
.Dasado. soiuc:ona.odo con0ic'os io ternos (tales ccmo ”Ouiero
que cui-den 4 mL" con era “ On.ero ser totalmente indc¡›endien-

l-ina de las hcrrzrr.IRA tas poderosas usadas por los pructi-


-o res d• la ss.cosiniesis v Otras dLsCiplinas es la
c:lo quinn . Esta puede ser una Óe las maneras mas eficaces d-
• tocar rapidamente el Yo Su rior. S=• han escrito rr.ucúo› l i
bms mara vil losos sobre el tema v vuel vo a sueerirle que los
lea. Pero, para conocer realmente el poder de la visuali- zación
guiada, usted éícbc experimentar una. Por eso, lo exhorto a
se¡iuir un taller de visualización guiada o a com- prar
grabaciones donde figure uno. La lectura le proporcio- na una
comprensión, pero el seguir el tallcr proporciona la
experiencia... una diferRncia dramática, por cierto.
En suma, una visualización guiada requiere que uno cie-
rre los ojos, relaje 5u cueryo y escuche a la persona que le da
instrucciones. Usa el poder dc su imaginación para vcr la
vida como se la vería si uno escuchara solamente a su Yo
Superior. Por lo general. su imaginación está enganchado
en el Chwlatán y a menudo las únicas cosas que puede
evocar non horriÓles. En el caso de las visualizaciones guia-
dos, usted puede aprender a apartar por un momento al
Charlatán y experimentar sus sentimientos y ver cua‹iros
mentales que nunca ha sentido o visto aún. Esos cuadros
son a menudo tan hermosos que uno se ve invitado a derra-
mar lágrimas de alegría. Hasta los cuadros negativos que
aparec_•n son valiosos; con frecuencia, revelan percepciones
que usted se ha estado ocultando si mismo.
Hay personas a quienes les cuesra crear cuadros visuales y
para ellos las visualizaciones guiadas no son eficaces. .Si
usted es una de esas personas, nu se aflija. Simplemente. use
las olras herramientas, tales como las afirmaciones. para

ro que ensaye las ›'isua!izacion^s.


Puede resultarle muy eficaz que lea en voz lta Ian visuaJi-
zaciuncs dadas crt los "tapc5" de su grabadora, usando la voz
más sedante que sca capaz de preferir. Escuchando lm
$robaciones de v isual izaci‹in de or ros, usr ed obt0ftdf3 Ufia
sensación d• la sincronización requ cr-ida entre las frases
para producir el efecto total.
A con iinuacion , damos una vcmión abreviada de u na vi-
suaJizaci‹in guiada one uso en rrtis clases v en mi grabaci n
“El Arte de Conjurar cl M iedo”.

i Tlun, d• espalda recto,


sueíc› v moÓam
relajados sobre r•t regxzu. L”stcd no tiene que hacer
nada znás que escuchar mis ins.rucc›ones y 6ejar que
a0ore lo une se )e m:urra- luto hav una manera correcta
o incorrecta 4e haccr una visualización. Acepte sizn-
plemen ¢e Jo que se lo oNezca.
Cierre los ojos... y triantengalos cerrados durante
toda la visualización. Respire hondo... aspire reda la
energia afectiva del universo... y expire tc«la su energía
afectiva hacia él... Una vez más... adentro... y afuera. Y
Otra vez... aden tro... y afuera. Sienta lo agradable que
es empezar a reJajarse totalmente. Empiece por la
pazYe superior de su cabeza y siga hasta sus pies...
Relájese. mel te sus músculos... entre los ojos... en sus
mejilJas... su boca... su cuello... sus hombros... su es-
palda... sus brnzos... su pecho... su vientre... sus nal-
gas... sus piernas.-. sus pies.
Abandónese totalmente, eso es todo... veribcando
cualquier parte de su cuerpo que pueda contener atún
ocasión... y suéltela.
Ahora, quiero que piense en un objeúvo que
la vida.., un ooJeti vO específicos. . hacia el que no quie-
re a›eozar a casa del miedo.
q que quiero que haga es imaginarse a t
<is<o acer dose a ese obj-•tÍvO com‹ si” no iuvieo
miedo.
Ouiero que se vea a sí misi2io acercá ndose a
objetivo con un sentimiento de poder y confianza
mismo... con ianza en que toJo ir bien...
miedo?
miedo?
Mire a la.gente que lo rodea... ¿Como está relacíoná-
do con el1u... ,sin miedo?
¿Como est*n rel acionatlos ellos con ust«CÍ
Di.sfrute simplemente de ese sentimiento de poder y
note su capacidad de amar... y de contribuir...
Y sepa que ese sentimiento está .sicm.pre dentro cie
usted... es siempre una parte de usted.
Y que us!tcd puede avanzar en la vida .con ese podcr
v esa .confianzu.
Véase a si mismo... actualizando su objetivo... con su
poder... con su confianza... con su amor... v coa su
aporte.
Y, l’cncarticnte... empiece a llevarse a si. rnismu de
regreso a este. cuarto... sabiendo que dispone de esc
poder. Apenas empiece a obrar... el poder se presenta-

Siéntese en su siJlón... esié presente en este cuarto...


escuche los sonidos .quc hay a 3u alrededor... v »uando
esté pronto. abra los ojos... no hay necesidad de aarse
prisa. Cuandp esiü promo. abra !os ojos.
Oesperécese y sienta lo delicioso que es. su poder.
sta ahi, .a su a1canee”.
Lc sugiero que usted o un amigo. con una voz calma,
¢eproduzca esta visualización én una grabadora, dejando
amp.lio espacio entre instrucción e inscruC«i ü n, .para pormj-

Para los alumnos que concucrden en una v‹»tia!iza ción.


Muchos han informado que, la püme-
pudieron ver el aspecto que ’tiene c mundo cuando
se lo mira sin A eparon que. cuando a leja ron.• l
micdo les¢ uedÓ abu ndante amor. Lus as ombro! lo bello que
cuánto querían darle a la gcnty qtjq ]¢tq
acaba. Si concepto de le bello que pq¢dp
parecer el mundosin * *. es cJiflcll suł›ci i¡rø' liii•.‹ .i.
Cuando sc le revela
Camino. Usted sabe uándo esI ú a tono non c1 Y‹ i 'i o p‹ i i‹ii ş'
cuándo no lo estú.
US YİSlaalizaciones pucden ser usad-Ğï (‹ł III ›l‹'II lxl ril 1•1
lìæ respuestas a ° P°*Pntfis sobre el sentido * lil lïli:illrJ:id
de su vida o aclarar los objc t ivos d< la misma ‹› rcs'clai‘ 1.i'.
Vcrüades impor.antes que ustcd se uculla a si iaiirirliti. ’Fi‹•
nen muchisimas *h '£2Ci*nes y ufrcccn perccpcioncs lnzrri
bles... a ul punto que constituyen herramientas vallu'..i•.
l3Sãdas pur educadores y tcrapeutas.
Le he presentado un c-úmulo õc idc•as s' dc herramicnt-u».
perO para hacerlas lncionar con eficacia sc requicre .su
confianza. A menudo, mc han pcdido que prucbe que todo 1u
que enseño es cierto. Sólo puedo contcsrar que ciertas cosas
no pueden probarse... al menos, por ahora.
Xo puedo probar que cxiste un Yo SupeÛor. h'o pucdu
proÔar que estamos conecudos con una mara villusa tente
de cnergia nuvitiva, curativa. Ko puedo probar que la Men-
te Subconsciente puede crear “ milașros‘ tanto en el mundo
inteńor como en el exleńor. Ho puedo pwbar que todas læ
herramientas que he dado Łncionan. Pero sč que cuando
uso esos conceptos como modelo pam mi vida, mis c•.vpe-
ńencias se ven transformadas y me siento completamente
enamorada de la vida y de todo to que abarca... de todo. .Uo
puedo probar que tengo rxzõn... ni puede p.•r1bar nudie qux
asioy equirocada. Como lo ha expresado Hugo Prather en su
libro “Hay un Lugar Donde Usted no está solo”:

¿POR OUE OPTAR POR ESTAR EH LO CIERTO EN VEZ


DE SEK FELIZ CUAHD0 HO HAY UNA MANERA DE
ESTAR EN LO CIERTO?

Habiendo expeÛmen tado la vida desde los puntos cardi-


nales que son el Charlatán y el Yo Supeńor, elijo este
úźtimo. Haré todo lo que sea necc•sańo pwa abń rme cada
vez más a una mente y un corazón llenos de amor, alcg« a,
cr æ tividad, satisfacciön y paz. Ese esaoi objetivo y, usando
las tćcnicas menciona das en ese libro, he viajad o muchos
kilómetros hacia ese obječvo. Espero muchos mżs a los
cuales me proğongo llegar. Confio en q ue nos encontmre-
mos en e[ cafn)no... si es que rio nus heh S °* *° ^•dO ya

\’O SOY QUIE N Tf E‹N E Ci LE EL EGf R

CUNADO ESTOY
SINTONIZADO SI!$’TOL’IZA DO
CON MI CHARLOT.K¥ CON .vI 1’O $UPER IOR

Trato de controlar
Ho noto mis bendiciones A prc•cio
Necesito .lrno
Soy insensible Xfe preocupo
Estoy en torbellioo Estcv en paz
Estoy blo qu m‹io Estoy creaJor
No sé que cuer.te Cuen to
Rechazo
Tomo Dov v reciÓo
Estoy aburrido Estos’ involucrado
Ptos’ col-ado
Estny lleno de dudas
sobre mí mismo Confio
Estoy insatisfecho Estoy satisfecho
Tengo una visión de túnel
Espero y espero Vivo ahora
Estoy imponente v se.wicial
Nunca disfruto Mtoy alegre
Siempre estoy
desencantado Acepto 1as COsif S CO ITiO SO r1
Siento resentimiento Percíono
Estoy tenso Mtoy relajado
Soy un roboi Estoy vivo
Pasan de largo junto a mí Me gusta envejecer
Soy poderoso
Sov vulnerable Mtov pmtegído
Estoy desviado de mi curso Otoy en el camino
Trato de controlar Dejo ir
Soy pobre Tengo tanto
SON saliMario Estoy conectado
Tenía m”ieáo
12. Hay tiempo de sobra

2( rhi estź usted sentado... con toda la información nec-esaria


sobre la manera en que puede hacc•rse fuerte frente a todos
sus miedos. ¿y ahora, quć? ¿ś3ué puedo decirle para ayudarlc
a mantener3e en su curso y continuar con el tramo siguiente
de su viaje? En primer lugar, el estímulo y la motivación que
usted ha recibido de este libro estarăn siempre aquí cuando
los necesite Cuando note que se hesvía de su curso o se sien-
te golpeado por fuerzaa externa», vuelva y relea las partes
que le hacen sentirse bien... de manera que una siæple mira-
da a su biblioteca le recuerde la gran variedad de posibilida-
des disponiblc•s para aytiitarle en su viajc•.
La mayor parte de las trampas que se preïeiltan cuando
usted atravìesa por la vida scn debidas a la impaciencia.
Recuerde que ebtar iicpaciente es, siivtpleitiente, una manera
de castigarse a sí mismo. Crea tensińn, insatisfaccićn y mied‹i.
Siempre que su Charlatana le hitga sentirse impacic•ntc•, pre-
gúntele: ‹•¡A qtié v'iene tanta prisa ? Todo va per(ectamente.
Tranquila. Cuando estć listo para at'anzar, avanzaié. Mientras
tanto, asimilo todo li› que hago y v‹»y aprendiendo»
Cuando despertamos al poder interior potencial, nuestro
impulso es aferrarlo «con rapificz». Cuanto itaäs aferramos,
lvlás parece clildirnos. No hay prisa. Hay rápido.« —y maras•i-
llosos seminarioü, talleres, libro» y grabaciones que le prti-
porcionan a uno herramientas, pero no son herramientas
răpidas. Estăn preparadas para ser usadas a 1o largo de toda
trna vida.
Gomparo nuc-stra impaciencia con uia incidcntc ocnir«do
con mi hijo cuando era muy pequeño. Le mostrü cćmo sc• po-
S M S A N ] E F FE RS

día planter una -semilla en una maceta y 1e expliqtié que


pronto surğría de allí una hermosa flor. Le dejé con su tiesto
y me fui a hacer otras cosas Mucho después, volví al cuarto
de mi hijo y vi que había pliesto una silla delante de la macetn
y estaba sentado mirźndo1.o. Le pregunté qué estaba hacien-
do y me dijo: «Espero a que aparezca esa flor». Comprendí
que ÿ'o había olvidado darle albunos detalles en nai explica-
ción. Dt• modo que no permits que le hagan lo mismo.
A menuòo, cuando estamos dece@onados pensando que
no aprendemos nada de nuestros esfuerzos, en realidad estźn
ocurriendo cambios en nosotros. Los advertimos mucho des-
pués de su aparicićn. Finalmente, mi hiju tuvo su Ńor Un
buen dia, se desper tń y la łãor estaba ahí. Aunque no parecía
que hubiera estado suceôendo algo, sí pasaba. y lo mismo le
pasa a usred.
Un día, eché un leñ‹› sobre las brasas de un fuego que se
estaba apagando y volví al libro que leía. De vez en cuando,
miraba el Ğego y notaba que aún no había llama. Ni siquie-
ra había aparecido el humo que a menudo indica que se acer-
ca el fuego. Luego, mientras yo miraba fijamente el fuego
aparentemcnte apagado, las llamas cstaİlaron repcntina-
mente olrededor del leño. La paciencia significa saber que
algo sucederò... y dar tiempo para que suceda.
Tambiún requiere confianza en que todo se desarrolÍe
perfectamente. i @ué qu iero dar a entender con la palabra
«perfectamente.» ? He terminado por creer que .sólo hay do»
clases de experiencia en la vida: las que provienen de nuestro
yo superior y las que tienen algo que enseñarnos. Reconoce-
mo.s en las primeras unñ pllra alegría y en las segunfia.s trna
lucha. Pero ambas son perfenas. Cada vez que enfrentamos
una graia dificultad, sabemos que hay algo que no hemos
aprendido aún y que el universo nos da entonces l‹a cportu-
nidad de aprc•ndei: Si vivitvlo>- la experiencìa recordando
esto, todo el victimismo pierde su sentido y n‹›s permitimo5
decir sí. Per eso, suceda 1o que suceda en determinaòo mo-
mento de su vida, recuerde que todo es perfeno.
x u qu E T E NG A MI E D 0. H A GA LO IGUA L

Mientras usted pueda recordar que la vida es un proceso


permanente de aprendizaje, no experimentan la desagrada-
ble sensación de que no ha conseguido algo aún. Mi expe-
riencia de estos íiltimos arroz me ha demostrado que gran
parte de la alegría de la vida es el desafío de imaginárselo
tndo. Nada es tan satisfactorio como los momentos de irrup-
ción en que Huo descubre algo sobte sí mismo y el universo
que agrega una pieza más al rompecabezas de la vida. La ale-
gría del descubrimiento es deliciosa. No se de ningún explo-
rador que, una vez logrado su objetivo, no haya querido ir
más allá y explorar más.
El desafío consiste en permanecer en el camino del yo
superior. Se trata de un viaje mucho mfis agradable que cual-
quier otro que uno haya optado por seguir. Usted sabrá que
está en el buen camino por su manera de sentir. Confíe en
sus sentimientos. Si el camino qtie usted sigue no le brinda
alegría, satisfacción, creatividad, amor y serenidad, no es e)
verdadero. Dígase a sí mismo: «Bueno, ya he intentado éste y
no es el que debo seguir. / Qué otro puedo intentar?». No se
deje engañar por la ióco de que, cambiando lo externo, lo
interno cambiará. El proceso es a la inversa.
E) camino que requiere cambio es el que tenemos en la
mente. Esto no significa que, cuando se haya encontrado
finalmente con e) yo superior, no quiera cambiar también
aspectos en su mundo físico, pero donde han de cambiarse
antes es en su mente... Entonces, vendrá todo lo que deba ser.
El camino es como la experiencia de trepar a una monta-
ña. La ascensión es difícil. Pero cada vez quc• uno se detiene
para mirar a su alrededor, el paisaje se vuelve más espectacu-
lar. Uno ve una gran extensión, v los detalles del mundo, allá
abajo, desaparecen a medida que se percibe cada vez mfis el
conjunto. Cuando se sigue ascendiendo, uno se libera de la
sensación de gravedad. Se siente mfis leve, más libre, y es im-
pulsado mfis arriba por la creciente belleza de lo que ve.
Desde este purrto estratégico, uno se vuelve tams.en .m
curnpasi 'o. Pueden desagradarle intensamente atraes :o-
dividuos por su cruel conducta. Esos individuos son Inc
ni.Es que su conducta ”con lunares*. Tambidn e!los :iemo ar.
magnificu lugar interior, que no han descusiemo as. De
a)i1 que uDt3 et lpiecC por Sentir TO tristCza *’ no Scr

El via ie hacir a rri ba no es siempre una ascensión


incesant e, Uno puede sub i r, detenerse y desronsar. repo-
ner fuerzas . Lo m o < ° e ** *'°i P'-°
veces, puede parecer que uno ha dejado de crecer. lo
hay tal cosa.
Algo de lo que uno ap retlde consolida su información.
puede requerir que abandone
creencias y la conducta que han formado parte de su ser
desde que nació. A veces, exper im entará un ‘¡ajá!” y la
transformación parecerá inmediata. Tampoco es asi. las
L flfttÍRá5 erCepciones son el resultado de todo lo sucedido
antes. Su M •ntc Subconscien te, como la computadora, bus-
dentro de sus conocimientos v, cuando uno
menos lo espera, vuelve con la respuesta. Esas percepciones
a paewen más a menudo, con todo, cuan:o más adelantado
mil uno en el viaje. La Munte Subconsciente renuncia a su
resistencia a las nuevas manera de pensar. Desarrollo más
confianza. Las etapas iniciales son las más difíciles y exigen
la máxima concentración.
A veces, cuando uno cree que, finalmente, ‘lo tiene‘, el
Universo interviene para mostrar que no es asi. He adopta-
do una frase de Lena Hortle, que mc conserva humilde. . .
’He llegado desde lejcs. . . ¡quizás!” He aprendido que siem-
pre hay algo más que aprender. Y la experiencia es nuestro
mayor maestro.
Por esn, •-stoy tan enamorada del proceso de envejecer. La
juventud rara vez comprende lo que la edad nos permite
conocer. Necesitamos pasar por muchas experiencias de la
v.da antes de que su poder interior aparezca en iodo su
esplendor. Y mientras nns veafoDs Como seres que se van
desarrollando, no hay deseos de volver atrás un solo dia. . . y
la edad se convierte en algo hermoso.
AUNQUE TEWGA MIEDO. HAGALO IGUAL

Uno de mis relatos favoritos, que re€eja el sufrimiento y


el éxtasis de nuestro viaje, es The Velveteen Rabbit de Mar-
gery WiÑams. En ese relato, dos juguetes, el Caballo y el
Conejo, hablan de la posibilidad de convertirse en verdade-
ros seres reales:

—jDuele eso? -preguntó el Conejo.


—A ueces -dijo el Caballo, porque siempre dvcía la
vtrdad-. Citnndo t‹no es real, no le importa que Ie /osfi-
ineri.
—j Sucede eso de golpe, corno cuando a uno le dan
cuerda? —preguntó el Conejo-¿O poco a poco?
-No sucede de golpe -dijo cl Caballa-. Huo se vciel-
ve así. Sc rarJo basfarfe. Por ese xofiro, eso no le sice-
de a nletiiido a ins que se rompen con facilidad o que
tiene hilos que se puedeil cortnr y que deben ser fuida-
dos en extremo. Por lo general, tuando uno es renl, le
han arrancado ln mayor parfi• del cabello jJ se le caen
los ojos y se le nflojan los urfícxÍccioises. Pero esas cosas
no tieneti tlitlguiia imporfnncio, porqxe cuando uno es
Real no puede ser feo, soluo pcrn In genfe çue no COITO -
prende.

Uno ticne tantaa posibilidades y tantos retos ante sí... A


veces, experimenta la agradable sensación de estar en la
corriente. Otras, la tortura de estar íuera de curso. Recuerde
que usted no está solo. Éste es un mundo lleno de sistemas
de apoyo que están a nuestro alcance para que los utilicemos
cuando nos sentimos afectados por las experiencias de la
vida. Uno de mis alumnos me dijo: «¡Leo y releo y supongo
que algún dia: uno de esos Ébros prenderá en mí! s. «Nada de
eso —le expliqué— ¡ Nada prenderá si tú no te implican!
i ToH)ft O!0
Y lo mismo sucede con este libro y todas las fuenres que
hay al alcance de usted. ¡No espere que eso prenda en usted!
¡Empréndalo! Úselo, vívalo. Asimílelo. Si no usa el músculo
que le eleva hasta su yo superior, se debilitan... como se
debilita su cuerpo cuando no es utilizado. Si cree que necesi-
ta ayuda adicional apele a un profesional. Apele a )a acción.
Nada trabajaré por usted si usted no trabaja por ello.
Dígale sí a la vida. Participe. Muévase. Obre. Escriba.
Lea. Firme. Tome posiciones. O haga lo que deba. Como lo
expresó Rollo May en su libro Man’s Search for Himself.
«Todo organismo tiene una y sólo una necesidad central en
la vida: la de llenar sus propias potencialidades».
Rollo May asegura también que la alegría es el resultado
de usar las facultades de uno al máximo y por esa razón, la
alegría y no la felicidad es el objetivo de la vida.
Y qué es la alegría? Es algo que expresa la efeo•esccncia
de la parte espiritual de nuestro ser. Se caracteriza por su
levedad, su humor, su risa y su regocijo. Hágase más liviano.
Si ha estado cerca de una persona centrada y vital, le habrá
impresionado su humor y su capacidad de reírse de sí
misma. Toda la fragilidad ha desapareÓdo y sólo queda )a
fluidez.

Me tomé tiempo cuando estaba redactando este capítulo


para juntar las manos sobre todos los hechos de América.
Mientras todos estábamos cantando la canÓón tema, •Junte
las manos sobre —América», observé los rostros que me
rodeaban. A pesar de los pocos instantes transcurridos, todos
los participantes salten que ya eran algo distinto. Aquello se
reflejaba en sus semblantes. Muchos lloraban de alegría. ¡ Es
tan agradable formar fila con otros con una finalidad eleva-
da! forofurrarsr es disminuir nuestro miedo. Nos volvemos
más grandes, nos alejarnos •de este íebril, egoísta y pequeño
terrón de achaques y dolores que se queja de que el mundo
no se consagre a hacerle feliz». Penetramos en un verdadero
sfofus de adulto, donde tenemos tanto que darle al mundo.
¡k“ornprómCtase, mes! Comgrornéiase a dejar atrus «•1
miedo y a convemirsc en algo más de lo que es •n .este
momento. El ser humano que poclria ser resultaría absolu-
tamente colosal. Usted no necesita cambiar lo que está
haciendo.’Simplemente, comprornétase a aprender a llevar
a toño lo que haga en .la vida la afectuosa v poderosa energia
.dc su Yo 5uperior. Si usted es cajero de banco, o si es una
dueña de casa, o ejecutivo de una sociedad an‹inima, o
estudiante, o barrendcro, o maestro, o productor cinemato-
gráfico, o vendedor, o abogado, o lo que.sea. . . lo mismo le
corresponde dar. Cuando vive de esa mar.era, momento por
momento, dta tms dia. en un tiempo perfecto, usted verá
que se acerca cada vez más al Hogar. La paradoja eonsistc•
en que, cuando está cerca del Hngar, puede hacer lo que
quiera e ir adondequiera sin miedo. La Divina Nostalgia
desaparece cuando encuentra el lugar donde toaos estamos
conectados como afeCtUOTos seres humanos. Cueste lo que
cueste llegar allí, A U hQUE SANTA MIEDO, H.4G.4LO DE
TODOSMODOS.
I iî 1i ‹ › •‹ › i\ . i ï it ‹ i I t i r ,i• jc” i” i :i i11i c n I .1• rlc I.i c ï I :I {aI ic .ic i‹ › i1
\ ‹ I¢ ü i’.Ii1 ¢’ I i v'.t L' i. I 1.II”.I .

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