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3 dientes de ajo
3 zanahorias
200 g. de langostinos
Cómo preparar unas verdinas con langostinos. Después de caer durante un tiempo en el
olvido las legumbres vuelven a estar de moda. Las recetas de legumbres incluso se han
convertido en el plato estrella de menús especiales o de celebración.
Estas fabes variedad verdina (Phaseolus vulgaris) que os presento hoy, son un tipo de alubia
verde muy mantecosa y tierna típica de Asturias. Perfecta para acompañar con cualquier
marisco como estos langostinos y su caldo. Para los que nos gusta el cuchareo a tope, y más las
alubias, os aseguro que puede ser una de legumbres más ricas que hayáis probado. Su tamaño
es más pequeño que las típicas fabes asturianas con las que se suele hacer la fabada asturiana.
Y poseen un color verde y un sabor suave que hacen de ellas un ingrediente muy codiciado.
En este caso las he preparado con unos langostinos y su caldo. Pero le podéis añadir gambas,
gambones, unos carabineros, el pixín asturiano (rape o peixe-sapo) y las famosas verdinas con
almejas asturianas que prepararé próximamente. Espero que os animéis con ellas, buen
provecho.
Antes de cocinar las verdinas
Casi todas las verdinas que he visto vienen en formato de legumbres secas, en este caso incluso
venían envasadas al vacío, con lo que su conservación es perfecta.
Son fáciles de almacenar aunque como os dije difíciles de conseguir. Lo más importante en el
tema de la calidad, sean verdinas o legumbres de otra clase. Es fundamental es que compréis
siempre la mejor que podáis dentro de vuestras posibilidades, legumbres nuevas y de buena
calidad.
1. El día anterior las ponemos en agua templada con un puñado de sal. Las dejamos en
remojo unas 10-12 horas durante la noche.
2. No las debemos de tener más de 12 horas, ya que pasado este tiempo la legumbre
pierde cualidades.
3. Es importante que además de hidratar, las lavemos después para quitar posibles
impurezas y que no se cuele ninguna judía estropeada que te puede fastidiar un
diente, lo digo por experiencia.
5. Si tenéis la suerte de encontrarlas frescas, sólo necesitas dejarlas en reposo una hora
en un poco de agua caliente.
6. Así ayudaremos a que se cocinen más rápidamente. Una vez pasado ese tiempo sólo
tenemos que lavarlas y añadirlas a la cazuela con el resto de las verduras.
7. El tiempo de cocción es relativo, pues la verdad es que nunca una legumbre es igual
que otra, unas veces están mas tiernas. Otras son más viejas, otras tienen la piel más
gruesa, otras si te pasas de tiempo se deshacen.
8. Con lo que deberéis ir probando al final del tiempo aproximado que os doy hasta que
estén en su punto.
1. Picamos las cebollas, el pimiento rojo y los dientes de ajo en trozos pequeñitos para
que se vayan deshaciendo en la cocción. Al final casi no notaremos textura de ninguno
de los ingredientes pero sí su sabor.
2. Como a muchas personas no les gusta encontrar ajo en el plato podéis echarlo entero y
retirarlo a mitad de la cocción. Machacarlo con un tritura ajos o picarlo muy finito.
3. Lavamos y pelamos las zanahorias, cortamos en rodajas finas, cuanto más finas más
rápido van a cocer.
4. Aquí tenéis un pequeño truco que es trocearlas muy pequeñitas en la picadora. Así se
harán antes, se notará su sabor pero casi no se verán en la salsa de las fabes.
5. En una cazuela grande, si es una cocotte mucho mejor, echamos un buen chorro de
aove, las cebollas, el pimiento rojo, las zanahorias y los dientes de ajo.
6. Sofreímos todo durante 10 minutos para que se mezclen bien los sabores. Añadimos
una cucharada de pimentón y las hebras de azafrán, removemos mezclando todos los
sabores durante un minuto.
8. Sofreímos también durante 2-3 minutos removiendo con una cuchara de madera
rápidamente y juntamos todo bien (3 minutos).
1. Cubrimos con el caldo de los langostinos (importante que esté frío para que comience
a hervir lentamente) hasta que queden las verdinas totalmente cubiertas de líquido. Si
necesitase más agua en el proceso de cocción siempre debe añadirse fría.
2. El agua tiene que cubrirlas y llegar un centímetro por encima de ellas. Cuando empiece
a hervir bajamos el fuego para que vaya más lento y no se rompan las legumbres.
3. Cuando lleve 1/2 hora cociendo le añadimos sal al gusto. Recordad que al caldo no le
hemos añadido nada de sal.
4. Quitamos la espuma que se forma en la parte superior con una espumadera. Retiramos
el exceso de aceites e impurezas.
10. Echamos las verdinas en un plato hondo con las judías en el medio y los langostinos en
el centro. ¡Así de fácil!
Esta variedad de judías se recolecta de forma temprana y de ahí su color verde. Son
las más delicadas que podéis probar. De textura fina, suaves y versátiles en la cocina. Se
destinan generalmente a guisos con ingredientes menos contundentes en sabor. Así
que casan mejor con el pescado y el marisco.
Esta legumbre también se conoce como verdina de Llanes, que precisamente es donde
la compré este verano. Aviso que no es nada barata pues no hay mucha producción, y
como siempre pasa hay mucha demanda y poca oferta.