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tras lo cual dio por inaugurada la exposición e invitó a pasar al segundo piso para recorrer
las salas.
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Si bien inicialmente incomprendido, Mendívil insistió en su arte y tuvo la fortuna de contar
con el reconocimiento y apoyo de personas de gran valía, como José María Arguedas,
quien lo conoció a él y su arte durante una de sus visitas al Cusco dando inicio a lo que
sería una larga amistad. La señora Alicia Bustamante, quien en un viaje al Cusco por
motivos familiares, encontró unas piezas de Mendívil en una tienda y que de inmediato
movieron su refinada sensibilidad. Ante la negativa la dueña de la tienda, quien no pudo o
no quiso decirle quién era el artista o donde encontrarlo, la señora Bustamante lo buscó
hasta que lo pudo contactar en San Blas y que luego de hacerle unos encargos para
confirmar que era efectivamente al autor de las piezas que la habían impresionado
inicialmente, le ofreció a Hilario y a su esposa Georgina su casa en Lima.
Las hermanas Alicia y Celia Bustamante tenían una peña llamada “Pancho Fierro” en la
plazuela de San Agustín, en la que se reunían los artistas e intelectuales de la época y
donde muchas veces se exhibían las obras de estos y otros artistas. Desde la peña y
con el concurso de los asiduos a las tertulias, la obra de Mendívil fue haciéndose
conocida en Lima y otros lugares.
Otra persona que jugó un importante papel en el conocimiento de la obra de Mendívil fue
la señora Doris Gibson. La señora Gibson se enamoró de la obra de Hilario y fue
adquiriendo piezas hasta formar una importante colección de personajes, así como de
conjuntos procesionales a lo largo de los años. Esta colección fue posteriormente
donada al Instituto Riva Agüero y hoy conforma la parte central del Museo de Artes y
Tradiciones Populares y de la muestra que ahora se presenta.
La exposición está distribuida en las seis bien iluminadas salas del segundo piso de la
casa Riva Agüero, que es en sí un monumento de la arquitectura virreinal peruana. Esta
casa perteneció en 1823, a la familia del prócer de la Independencia y presidente el Perú,
don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, y fue donada a la Pontificia Universidad
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Católica del Perú como parte del legado de su descendiente don José de la Riva Agüero
y Osma.
Antes de entrar a la primera sala una imagen de la Virgen da la bienvenida a los
visitantes. En la segunda sala a la derecha, acompañando a santos y vírgenes hay una
vitrina muy didáctica en la que se puede apreciar el proceso de creación de las figuras,
hasta el momento antes de la pintura final. Esta vitrina es de especial valor para quienes
se interesan en el proceso mismo de la creación y conjuga muy bien con un vídeo, que se
proyecta en forma continua, en la primera sala de la izquierda. El vídeo muestra el mismo
proceso de creación, adicionando la forma en la que las manos del artista trabajan, desde
la preparación de la maza y el maguey, hasta la colocación de las telas que van formando
los vestidos.
Además de las numerosas obras del maestro, están presentes de manera intercalada a lo
largo de la muestra, una serie de imágenes construidas por su hija Juanita. Entre éstas
se halla justamente la figura de gran tamaño que recibe a los visitantes a la entrada.
También hay otras piezas que son obra de la esposa de Hilario, la señora Georgina
Dueñas de Mendívil.
La muestra permanecerá abierta desde el día de su inauguración, el 29 de noviembre de
2017, hasta finales del mes de mayo de 2018, con un receso entre el 15 de diciembre y
15 de enero por vacaciones institucionales.