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EXPOSICIÓN HOMENAJE “HILARIO MENDÍVIL, 40 AÑOS DESPUÉS…”

El Museo de Artes y tradiciones Populares del Instituto Riva Agüero de la Pontificia


Universidad Católica del Perú, inauguró el 29 de noviembre pasado, una exposición de la
obra del maestro Hilarión Mendívil Velasco con motivo de cumplirse este año cuatro
décadas de su fallecimiento. Mendívil es considerado, por la originalidad de sus figuras y
el esmero puesto en cada imagen, uno de los más significativos artistas de la imaginería
andina tradicional.
La muestra “Homenaje a Hilario Mendívil, 40 años después…” es un reconocimiento a lo
perdurable de su arte y con ella se busca, además de mantener vivo su recuerdo y
difundir el aporte de este gran maestro de la tradición patrimonial del Perú, resaltar el
hecho de que aproximándose al medio siglo de su desaparición, su obra sigue
sorprendiendo a los conocedores, así como al público en general, tanto local como
foráneo, por su originalidad y belleza.
La inauguración de la muestra se realizó al medio día, en el primer patio de la caso Riva
Agüero, sede del instituto. Tras las palabras del doctor Luis Repetto Málaga, director del
Museo de Artes y Tradiciones Populares, habló en nombre de la familia, la señora Juanita
Mendívil, hija del maestro, quien agradeció esta demostración de cariño hacia el recuerdo
de la obra de su padre y resaltó algunos aspectos de la vida familiar de éste.
A renglón seguido, la distinguida antropóloga Alfonsina Barrionuevo, amiga personal de la
familia Mendivil desde su juventud en el Cusco, hizo una detallada semblanza de la vida
del artista y de su familia, recordando los enormes esfuerzos que le tocó hacer a Hilario
desde los inicios de su carrera, cuando no encontraba aceptación a su creación, hasta su
triunfo definitivo y reconocimiento por el púbico y el Estado peruano. Mencionó los
aspectos originales de su trabajo y como los fue desarrollando, así como la importancia
que significó el apoyo que recibió de conocedores sensibles, que de inmediato notaron la
genialidad, pero básicamente de gente buena que reconocieron el talento y estuvieron
dispuestas a darle la mano. De algunas de estas personas tan importantes para su
desarrollo artístico, se hablará más adelante.
Tocó también Alfonsina, una serie de aspectos menos conocido de la vida del maestro;
desde el hecho de que, por haber nacido a los seis y medio meses de embarazo de su
madre, era tan pequeñito que debía ser bañado con algodones; o de su interés temprano
por el arte inspirado de alguna manera por un tío artista que no sólo se negó a aceptar el
talento de su sobrino, sino que llegó a acusarlo de estar copiándolo e incluso llegó a
romperle las imágenes que Hilario había hecho. También contó doña Alfonsina de los
constantes y denodados esfuerzos del artista por tratar de reunir a todos los artesanos
del barrio de San Blas, buscando el beneficio de todos aun cuando algunos no lo
comprendían. Las palabras de la doctora Barrionuevo fueron un excepcional testimonio
que ojalá sea publicado en algún momento.
Siguió en el podio el doctor Armando Guevara Gil, director del Instituto Riva Agüero,
quien luego de hacer una breve mención a los recuerdos que tenía del barrio de San Blas
en su niñez, agradeció a las personas que lo habían precedido y a todos los presentes

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tras lo cual dio por inaugurada la exposición e invitó a pasar al segundo piso para recorrer
las salas.

Sala principal de la muestra con foto del maestro


Imagen: Eduardo Dargent Chamot, 2017

Hilario Mendivil nació en el Cusco en 1927 y desarrolló un estilo de imaginería original,


inspirándose en el entorno, tomando como modelos a personajes religiosos, en particular
de la tradición católica campesina como son las Vírgenes, la Sagrada Familia, los Reyes
Magos, Santiago Apóstol y San Isidro Labrador, entre otros. Utilizó como materia prima
yeso artesanal, mezclado con harina de trigo y cola natural hecha de patas de vacunos.
Tanto él como su hija, han insistido siempre en que para ese trabajo no se debe usar cola
sintética, sino natural. Desde el comienzo de su carrera, Mendívil dio a sus personajes
unos cuellos largos muy particulares, que recuerdan aquellos de los camélidos andinos y
que la tradición ha llamado “kunkay” o Llama Kunka, del quechua kunka, cuello.
Para acompañar la muestra, el museo ha elaborado un tríptico ilustrado con imágenes de
Mendívil y con un breve, pero preciso, resumen de la vida y obra del artista. Es de allí
que se toma un párrafo en el que se explica paso a paso, cual es la técnica utilizada por
el artista y su familia para la creación de sus imágenes:
El proceso comienza con la colocación de un alargado armazón de maguey,
madera resistente al embate de los insectos y del tiempo, el cual era cubierto con
capas de pasta y papel encolado, luego se añade el cuerpo de la imagen que se
quiere representar y se moldean los rostros, manos y aditamentos (sombreros,
coronas, cabellos) del personaje. Finalmente se añade el vestido, el cual se
elabora con tela encolada, que es colocada de acuerdo a la imaginación del
artista, para otorgar movimiento a la imagen, mediante vuelos y vaporosas caídas.
Luego se pinta la imagen con vivos y hermosos colores que le otorgan a la pieza
el característico sello de la familia Mendívil.

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Si bien inicialmente incomprendido, Mendívil insistió en su arte y tuvo la fortuna de contar
con el reconocimiento y apoyo de personas de gran valía, como José María Arguedas,
quien lo conoció a él y su arte durante una de sus visitas al Cusco dando inicio a lo que
sería una larga amistad. La señora Alicia Bustamante, quien en un viaje al Cusco por
motivos familiares, encontró unas piezas de Mendívil en una tienda y que de inmediato
movieron su refinada sensibilidad. Ante la negativa la dueña de la tienda, quien no pudo o
no quiso decirle quién era el artista o donde encontrarlo, la señora Bustamante lo buscó
hasta que lo pudo contactar en San Blas y que luego de hacerle unos encargos para
confirmar que era efectivamente al autor de las piezas que la habían impresionado
inicialmente, le ofreció a Hilario y a su esposa Georgina su casa en Lima.
Las hermanas Alicia y Celia Bustamante tenían una peña llamada “Pancho Fierro” en la
plazuela de San Agustín, en la que se reunían los artistas e intelectuales de la época y
donde muchas veces se exhibían las obras de estos y otros artistas. Desde la peña y
con el concurso de los asiduos a las tertulias, la obra de Mendívil fue haciéndose
conocida en Lima y otros lugares.
Otra persona que jugó un importante papel en el conocimiento de la obra de Mendívil fue
la señora Doris Gibson. La señora Gibson se enamoró de la obra de Hilario y fue
adquiriendo piezas hasta formar una importante colección de personajes, así como de
conjuntos procesionales a lo largo de los años. Esta colección fue posteriormente
donada al Instituto Riva Agüero y hoy conforma la parte central del Museo de Artes y
Tradiciones Populares y de la muestra que ahora se presenta.

El proceso de creación, paso a paso. Imagen: Eduardo Dargent Chamot, 2017

La exposición está distribuida en las seis bien iluminadas salas del segundo piso de la
casa Riva Agüero, que es en sí un monumento de la arquitectura virreinal peruana. Esta
casa perteneció en 1823, a la familia del prócer de la Independencia y presidente el Perú,
don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, y fue donada a la Pontificia Universidad

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Católica del Perú como parte del legado de su descendiente don José de la Riva Agüero
y Osma.
Antes de entrar a la primera sala una imagen de la Virgen da la bienvenida a los
visitantes. En la segunda sala a la derecha, acompañando a santos y vírgenes hay una
vitrina muy didáctica en la que se puede apreciar el proceso de creación de las figuras,
hasta el momento antes de la pintura final. Esta vitrina es de especial valor para quienes
se interesan en el proceso mismo de la creación y conjuga muy bien con un vídeo, que se
proyecta en forma continua, en la primera sala de la izquierda. El vídeo muestra el mismo
proceso de creación, adicionando la forma en la que las manos del artista trabajan, desde
la preparación de la maza y el maguey, hasta la colocación de las telas que van formando
los vestidos.
Además de las numerosas obras del maestro, están presentes de manera intercalada a lo
largo de la muestra, una serie de imágenes construidas por su hija Juanita. Entre éstas
se halla justamente la figura de gran tamaño que recibe a los visitantes a la entrada.
También hay otras piezas que son obra de la esposa de Hilario, la señora Georgina
Dueñas de Mendívil.
La muestra permanecerá abierta desde el día de su inauguración, el 29 de noviembre de
2017, hasta finales del mes de mayo de 2018, con un receso entre el 15 de diciembre y
15 de enero por vacaciones institucionales.

Arcángel. Imagen: Eduardo Dargent Chamot, 2017

Eduardo Dargent Chamot


Instituto de Investigación del Patrimonio Cultural
Enero, 2018

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