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220 CIUDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

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, Ciudadanos nzediáticos. La construcción de lo público ; La construcción sociocultural de las ciudades fronterizas se
en la radio, Gedisa, Buenos Aires, 2002. ha realizado a través de complejos procesos que incorporan
elementos de carácter regional, nacional, transfronterizo y
global.
Las ciudades fronterizas del norte mexicano son poblamien-
i os jóvenes; algunas de ellas surgieron con la delimitación
Fronteriza de mediados del siglo xix derivada de la derrota
mexicana durante la invasión estadunidense. Varias ciudades
Fronterizas cumplieron recientemente los 100 años de existen-
cia y, en ocasiones, sus relaciones económicas y comerciales
uvieron mayores vínculos con las ciudades estadunidenses
con las que colindan que con el centro del país, siendo su con-
dición transfronteriza uno de los rasgos definitorios de sus
procesos económicos, sociales y culturales.
Las ciudades de la frontera norte son heterogéneas. Sin em-
bargo, la mayoría de ellas ha sido impactada (aunque sea de
manera desigual) por la colindancia con los Estados Unidos, y
no puede entenderse adecuadamente esta condición regional
sin identificar algunos de los procesos que marcan la vida fron-
teriza, entre los cuales se encuentra el acceso a productos estadu-
nidenses libres de aranceles, a través de diversos mecanismos
legales o ilegales. Entre los primeros destacan los programas
* Con la colaboración de Nancy Gabriela Utley.

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de zonas y perímetros libres, que, con diversas modalidades y e) Junto con el proceso migratorio, un rasgo importante de las
ritmos, comenzaron a funcionar desde finales del siglo xoc, ciudades fronterizas es el peso de la población inmigrante de
mientras que los segundos se refieren a múltiples formas de otras localidades del país, por lo cual muchas de estas ciuda-
contrabando que han sido inherentes a las relaciones trans- des se conformaron con pedacitos de patria que llegan de
fronterizas. otras regiones, de ahí que aun hoy, en Tijuana, por ejemplo,
Un segundo elemento se refiere al crecimiento poblacional casi la mitad de sus habitantes nació fuera de la ciudad.
de la frontera derivado de la atracción-expulsión de trabajado- f) Su perfil definido por más de siglo y medio como sitio de
res mexicanos de diversas partes del país (en función de las paso para millones de personas que han emprendido el viaje a
necesidades laborales estadunidenses), quienes se han queda- los Estados Unidos. El paso incluye productos y mercancías
do en las ciudades norteñas mexicanas. Otros han emigrado al legales o ilegales que imprimen rasgos peculiares a los espa-
norte para trabajar en la industria, debido al crecimiento cios de la frontera.
rnaquilador vinculado a las necesidades de la economía de los g) La colindancia o vecindad con los Estados Unidos, que
Estados Unidos; por ello, la industria maquiladora de expor- acentúa los contrastes y evidencia desigualdades importantes
tación también ha sido un importante factor de atracción de en los campos económico, social y cultural.
trabajadores y trabajadoras de otros estados del país. 11) La colindancia con lo estadunidense ha sido una base de
Un tercer elemento se refiere al perfil terciario y de servicios oportunidad para los grandes capitales en términos de poder
de diversas ciudades de la frontera, las cuales orientaron su trasladar diversas fases del proceso de producción al lado
oferta de bienes y servicios en concordancia con las necesida- mexicano, utilizando fuerza de trabajo, recursos y facilidades
des de la población estadunidense. Esta disposición ha marca- que les permiten reducir significativamente sus costos de pro-
do sus espacios y sus rutinas sociales, conformando ámbitos ducción, además de que han generado una importante oferta
transfronterizos de servicios compartidos. de empleos del lado mexicano, mientras que los comerciantes
Junto con los procesos señalados en la conformación de los han aprovechado el mercado transfronterizo.
rasgos de las ciudades fronterizas del norte mexicano, se pre- Recientemente, la construcción sociocultural de los espa-
senta el impacto de procesos mundializados o globalizaclos que cios urbanos fronterizos y sus representaciones ha cobrado
marcan los espacios y las rutinas fronterizas. importancia para los estudiosos de las ciencias sociales. Como
A partir de los elementos arriba señalados podemos plantear trataremos de mostrar en este trabajo, este acercamiento in-
que las ciudades fronterizas se conforman desde articulacio- terpretativo se ha realizado desde diversas perspectivas y des-
nes complejas en las que participan los siguientes elementos: de miradas transdisciplinarias, donde han participado antro-
a) Su internacionalidad, pues la colindancia con los Estados pólogos, sociólogos, comunicólogos, historiadores y literatos,
Unidos implica diversos procesos sociales, urbanos o ecológi- así como investigadores que han analizado los procesos cultu-
cos que, a diferencia de lo que ocurre en otros estados del rales fronterizos desde perspectivas no disciplinarias o trans-
país, implican una dimensión internacional. disciplinarias.
14 Su dinámico crecimiento urbano y poblacional.
c) El peso del proceso migratorio como elemento importante LA FRONTERA NORTE
en su crecimiento.
el) La definición de su "vocación" económica a partir de la En los estados de la frontera norte mexicana radican cerca de
oferta y la demanda de bienes, productos y servicios del lado 16 millones de personas, de las cuales más de cuatro quintas
estadunidense. Este elemento ha marcado de manera impor- partes viven en espacios urbanos, por lo cual hablamos de una
tante sus espacios y sus procesos culturales. población principalmente urbana, aunque muchos de sus ha-
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bitantes sean inmigrantes de zonas rurales. Esta condición t'ion mexicana a los Estados Unidos, país en el que para 1926
marca una diferencia importante con otros estados del país había 890 746 inmigrantes mexicanos (Manuel Gamio, 1971).
donde existen poblaciones con mayores índices de ruralidad. l Minio incursionó en el análisis de las implicaciones del pro-
Una parte significativa de la composición sociodemográfica ceso migratorio destacando sus rasgos, factores económico-la-
de la frontera la constituye su población indígena, la cual se borales, relaciones interraciales e interculturales, así como lo
compone de aproximadamente 200 000 personas. En la frontera !pie para él era una forma especial de nacionalidad de las per-
viven 120 000 indígenas nativos de los pueblos cohimí, cucapá, sonas de origen mexicano en los Estados Unidos, quienes
kiliwa, k'miai y pai-pai en Baja California, rarámuris en Chi- encontraban entre los chicanos mediaciones culturales que les
huahua, kikapúes en Coahuila y guarijios, pápagos, pimas, evitaban la confrontación con el prejuicio anglosajón. Por ello,
seris y yaquis en Sonora, además de cerca de 40 000 mayos señaló la especial relación de la cultura mexicana de los inmi-
que residen en Sonora y Sinaloa. En esta region también radi- grantes con cultura "semimexicana" de los estadunidenses de
can cerca de 80 000 indígenas migrantes del sur del país, prin- origen mexicano.
cipalmente mixtecos, zapotecos, mixes, triquis y mazahuas. Además del trabajo de Gamio, merece especial atención la
Se calcula que en la region fronteriza de Baja California vi- obra del estudioso chicano Américo Paredes, quien abordó de
ven aproximadamente 50 000 indígenas originarios de Oaxaca, manera particular aspectos de la cultura popular de la fronte-
sobre todo mixtecos, zapotecos, mixes, triquis, estimándose ra y formó a otros estudiosos chicanos que continuaron la
que 10 000 viven en California, en los Estados Unidos, mien- investigación sobre las culturas de la frontera entre México y
tras que, en el lado mexicano, 30 000 indígenas provenientes los Estados Unidos (Paredes, 1958, 1993, 1976).
de Oaxaca viven en San Quintín y 10 000 en Tijuana. De igual Otro de los pioneros en los estudios urbanos fronterizos es
manera, los indígenas migrantes han transformado algunos Rodolfo Stavenhagen, quien en 1958 realizó una investigación
escenarios urbanos en Nogales, Sonora y Chihuahua, Chihua- sobre la ciudad de Tijuana. Reconociendo lo incipiente de los
hua, adonde llegan los grupos rarámuris locales, así como estudios sobre los problemas urbanos en México, Stavenhagen
mazahuas del Estado de México que viven en Ciudad Juárez, consignaba la ausencia de trabajos de investigación urbanos
Chihuahua (Pérez Ruiz, 1993), o los otomíes, mayas y totona- solventes al afirmar que no existía en México ningún análisis
cas en Matamoros, Tamaulipas. Algunos grupos indígenas han integral de sociología urbana. Sin embargo, reconocía la reali-
logrado conformar importantes organizaciones, entre las cua- zación de algunos estudios centrados en la planificacion de la
les destaca el Frente Indígena Oaxaquerio Binacional (nog). vivienda populai; el cambio sociocultural en el medio urbano
y la dicotomía fol-urbano.
Considerando la condición incipiente de los trabajos antropo-
Los estudios urbanos y los nuevos actores fronterizos lógicos en los contextos urbanos, Stavenhagen reconoció que
el antropólogo tenía que recurrir a técnicas desarrolladas y
Además de las crónicas, ensayos, documentos oficiales o epis- empleadas en otras ciencias sociales, especialmente en la so-
tolares y obras literarias que registran la vida de la frontera, ciología, y de manera temprana anticipó la necesidad de tras-
desde las primeras décadas del siglo xx se comenzaron a reali- pasar las fronteras disciplinarias en los estudios sobre la vida
zar algunos trabajos de investigación que podemos considerar urbana exponiendo que tanto la sociología como la antropolo-
como pioneros en los estudios urbanos fronterizos, entre los gía se enriquecerían con la "invasión" mutua de sus campos.
cuales destaca la obra de Manuel Gamio, quien durante la Stavenhagen estudió las condiciones socioeconómicas de la
segunda mitad de la década de los arios veinte (1926 y1927) población trabajadora de Tijuana, Baja California, utilizando
realizó un importante trabajo de investigación sobre la migra- diversos acercamientos, como la aplicación de cuestionarios
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en colonias populares y en escuelas, entrevistas no estandari- zas a lo largo del siglo xx y apunta a continuar durante este
zadas (individuales y colectivas) en colonias proletarias y a nuevo siglo.
funcionarios municipales, educativos, sanitarios y de trabajo, Además de la importancia de la migración en los procesos
además de estudiar las características de la población traba- sociodemográficos de la frontera norte, ésta también ha teni-
jadora de Tijuana, la vivienda, las organizaciones familiares, do una fuerte relevancia en su configuración cultural; no obs-
la economía, la educación, la atención médica y la delincuen- tante, aún carecemos de trabajos solventes que den cuenta de
cia; también analizó diversos aspectos culturales de la ciudad, estos procesos, aunque contamos con algunos estudios signifi-
incluyendo los procesos de "transculturación" y la leyenda ne- cativos.
gra de Tijuana: "la ciudad maldita". Aunque existen importantes trabajos de investigación sobre
Durante la década de los arios setenta se conformaron nue- el proceso migratorio internacional, los estudios específicos
vos actores sociales en las ciudades fronterizas. junto con el en el campo cultural han tenido un peso menor frente a las
importante crecimiento de su población y el incremento de la perspectivas cuantificadoras de los fenómenos migratorios.
demanda de vivienda y servicios urbanos, adquirieron especial No obstante, pueden destacarse algunos esfuerzos de inves-
importancia diversos procesos sociales, entre los cuales desta- tigación como el de Jorge A. Bustamante (1986), o los traba-
caron el fenómeno migratorio, los movimientos urbano-popu- jos de Jorge Durand (1994), Gustavo López Castro y Ofelia
lares, la irrupción masificada de culturas populares juveniles, Woo (1995).
el incremento de trabajadores y trabajadoras en la industria Una de las líneas sugerentes de los recientes estudios sobre
maquiladora y de sus problemas (acrecentados con la recesión cultura y migración es la que trabaja la migración indígena. El
estadunidense y el inicio de la disminución del salario real), estudio de la dimension étnica del fenómeno migratorio ofre-
quienes participaron en la conformación de nuevos escenarios ce algunos trabajos que analizan la complejidad del proceso
de disputa social. Esta condición atrajo la atención de los migratorio, rompiendo con las perspectivas lineales de la asi-
cientistas sociales, quienes realizan diversos trabajos de inves- milación o la aculturación, replanteando el debate sobre la
tigación sobre estos escenarios y sus actores. recreación cultural, los procesos de transnacionalización cul-
tural y la discusión sobre la conformación de comunidades
transnacionales. Entre dichos trabajos es importante destacar
Migración los realizados por Michael Kearney (1995, 1996, 1998, 1999),
Steffano Varese (1994), Laura Matilde Velasco (1999) y Federi-
La inquietud por comprender los efectos económicos, sociales co Besserer (1999).
y culturales de la migración en nuestro país es un asunto an-
tiguo. Desde finales del siglo xix algunas personas se preo-
cuparon por estudiar la población mexicana que cruzaba la Movimiento urbano popular
frontera, y durante la primera parte del siglo xx la migración
de mexicanos a los Estados Unidos fue un asunto de interés El recorrido proxémico de la ciudad ha tenido múltiples acer-
para investigadores como Manuel Gamio e intelectuales camientos. Marx vinculó el análisis de la ciudad a la división
como José Vasconcelos y Salvador Novo. Los estudios sobre social del trabajo, Weber consideró la ciudad como asenta-
migración al norte mexicano han enfatizado el papel de la miento de mercado de productores o de consumidores, John-
migración internacional, descuidándose el estado de la migra- son enfatizó su dimensión como asentamiento concentrado,
ción interna, aunque ésta ha participado de manera relevante mientras que Singer la definió desde la lógica de aglomera-
en el alto nivel de crecimiento de muchas ciudades fronteri- ción humana que deriva de la búsqueda de economías a esca-
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la. Sin embargo, durante los años sesenta se produjo una pro- Irrupción de diversos conflictos vinculados a la disputa por
lífica reflexión sobre la ciudad que no redujo su interpretación ' la tierra, la depauperación de muchos mexicanos, la vivienda
a los elementos económicos o geográficos, sino que puso espe- ‘i los servicios en la frontera norte de México obedeció a los
cial atención a la discusión sobre la construcción social de los ¡tilos niveles de inmigración de personas pobres que llegaron a
espacios y de las ciudades. Desde esta perspectiva, se conside- his ciudades fronterizas sin recursos para comprar terrenos o
raron las relaciones de producción, las relaciones entre tecno- para comprar viviendas y se involucraron en diversos movi-
logía y naturaleza, las tradiciones culturales, las redes de lentos de toma de tierras. Estos procesos llamaron la aten-
poder, la historia social y las prácticas cotidianas. De manera v ión de investigadores sociales, quienes realizaron diversos
importante, se debe destacar el incremento de la participación estudios sobre algunos de los movimientos sociales urbanos
de las mujeres en los movimientos sociales urbanos, ya que inás importantes.
han actuado de manera destacada en esos y en otros movimien- El desarrollo del MUP en el norte mexicano se conformó con
tos sociales de la frontera (Valenzuela, 1991). la acción de organizaciones que adquirieron fuerza y visibili-
La comprensión del espacio requiere analizar sus articulacio- dad a partir de la segunda mitad de la década de los años se-
nes con el contexto social más amplio. La ciudad expresa un l enta. Entre estas organizaciones se encuentran la Colonia
conjunto de relaciones sociales y simbólicas conformadas Francisco Villa en Torreón, Coahuila; el Frente Popular Tierra
dentro de múltiples sistemas de relaciones de poder, donde, y Libertad en Monterrey, Nuevo León; el Comité Unión de
como ha afirmado Lefebvre, el espacio se encuentra poblado Colonos Urbanos de Tijuana (cuctrukc); los Comités de Defensa
de signos y señales. Por ello, la ciudad es un espacio socialmen- Popular en Chihuahua, así como otras organizaciones nor-
te construido, conformado por relaciones sociales, de produc- teñas, como la Colonia Emiliano Zapata, San Pedro en La La-
ción y simbólicas en las que coinciden temporalidades diacró- guna y 16 de Septiembre en Durango. De la misma forma,
nicas y espacialidades diferenciadas. como producto de "invasiones", se formaron las siguientes
Los movimientos sociales urbanos asumen diversas racio- colonias de Chihuahua, Chihuahua: Francisco Villa, Tierra y
nalidades, por lo cual rechazamos la dimensión de irracionali- Libertad, Arturo Gámiz, Rubén Jaramillo, 24 de Junio, Juan
dad que plantea el enfoque desintegracionista, o las teorías Güereca, División del Norte, 2 de Octubre, Las Malvinas, Mé-
funcionalistas de la desviación social donde el movimiento xico 1968, Pablo Gómez, Hidalgo, CDP, Revolución, Diego Lu-
asume connotaciones anómalas e irracionales. Tampoco coin- . cero, Nuevo Triunfo, Genaro Vázquez e Insurgentes... (Martí-
cidimos con el rational choice en su énfasis en los rasgos ins- nez, 1998, p. 59).
trumentales de la acción. Consideramos que, como se destaca Algunos de los trabajos relevantes sobre la cuestión urbana
desde el paradigma de la acción orientada a la identidad, los Fueron los estudios sobre el movimiento urbano en Monterrey
movimientos sociales urbanos aluden a diversas formas de so- (Villarreal, 1986), el proceso de construcción de vivienda en
lidaridad derivadas de lógicas e intereses comunes que se ex- Tijuana (Hiernaux, 1986), la construcción sociocultural del
presan en contextos específicos atravesados por actores con espacio urbano bajacaliforniano y la conformación de nuevos
intereses contrapuestos identificados como adversarios y en i actores sociales a partir de la disputa por el suelo, la vivienda
contextos de conflicto. y los servicios (Valenzuela, 1991), o los trabajos sobre migra-
Uno de los ejes que definieron los estudios sobre la confor- ción y fuerza de trabajo en los asentamientos humanos irregu-
mación de los procesos urbanos en la frontera fue el de los lares (Fuentes, 1984).
movimientos urbano-populares (mup), los cuales adquirieron Los paradigmas predominantes en los estudios urbanos de
centralidad como elementos constitutivos de la acción social los años setenta adoptaron diversos enfoques marxistas o fun-
durante la década de los años setenta. Parte importante de la cionalistas. En años posteriores los estudios fueron enrique-
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ciéndose con perspectivas que integraban elementos de la teo- trueda de grandes ganancias que, para la década de los años
ría social marxista, especialmente las aportaciones de la nueva ochenta, dejaban a 80% de la población fuera de las posibili-
sociología urbana, con Henry Lefebvre (1969, 1978) y Manuel dades de adquirir una vivienda en el mercado inmobiliario
Castells (1986, 1987), además de los trabajos de Topalov privado. Esta situación se agravó con la disminución de los
(1979) y David Harvey (1985). También se recuperaron los en- :poyos estatales en materia de asistencia social, la pérdida de
foques sobre cultura popular de Gramsci y sus seguidores, es- prestaciones para los trabajadores y la disminución de acceso
pecialmente Alberto Ciresse (1981) y Luigi Lombardi Satrian- a vivienda de interés social, además de la falta de control
ni (1978). sobre el alquiler de las viviendas (agravada por su cobro en
Al mismo tiempo, los estudios en América Latina dejaban su dólares), los altos costos de las obras y servicios, además de la
impronta mediante trabajos como los de Roberto Segre (1981), insuficiente generación de empleos dignos y bien remunera-
algunos estudios influidos por las teorías de la marginalidad y dos que permitan a los jóvenes obtener su propia casa (Valen-
los que destacaron los mecanismos de sobrevivencia de la zuela, 1991).
población depauperada, entre los que tuvo especial impacto el Los nuevos debates sobre las ciudades globales definidos por
trabajo de Larissa Lomnitz (1975). Junto a ellos, se llevaron a I3orja y Castells (1997), Sassen (1999), García Canclini (1998)
cabo diversos estudios de reconstruccion histórica de la lucha y otros han enfatizado aspectos importantes como la alta par-
urbana y la conformación de procesos sociales de resistencia y icipación de las empresas transnacionales, la mezcla multi-
de redes urbanas, donde se ubican los trabajos de Jorge Alon- cultural de pobladores nacionales y extranjeros, la presencia
so (1980), Juan Manuel Ramírez Sáinz (1986), Manuel Perló de élites políticas y científicas, y un alto turismo internacional
(1979) y Patricia Sara (1989), entre otros. De especial relevan- (García Canclini, 1999); entre las ciudades portadoras de estos
cia fue la realizacion de algunas investigaciones con perspecti- atributos destacan Nueva York, Los Ángeles, Londres, París,
vas de género como los de Teresita de Barbieri (1987), Alejan- Berlín, Francfort, Tokio y Hong Kong, además de algunas
dra Massolo (1983, 1987, 1988), Orlandina de Oliveira, Vania otras consideradas centros regionales emergentes, como Bar-
Salles y Florinda Riquer (1989). celona, Sáo Paulo, México, Chicago, Taipei y Moscú, ciudades
Junto con estas perspectivas, se amplió la influencia de los donde, de acuerdo con García Canclini: "La formación de
debates teóricos sobre la acción social, donde los paradigmas nudos de gestión de servicios globalizados coexiste con secto-
de rational choice o de la obtención de recursos tuvieron poca res tradicionales, actividades económicas informales o margi-
relevancia frente a la posición de la acción social orientada a nales, deficientes servicios urbanos, pobreza, desempleo, inse-
la identidad mediante autores como Alain Touraine (1986, guridad"» Además de advertir sobre los riesgos de una cierta
1987, 1988), Melucci (1979) y Alberoni (1988). dualización entre las ciudades globales y las ciudades locales,
La lucha por la tierra, vivienda y servicios sigue siendo uno marcados por la desintegración y la desigualdad, considero
de los principales elementos de conflicto de las ciudades fron- importante repensar estos elementos desde la perspectiva de las
terizas, las cuales se encuentran entre las de mayores niveles ciudades fronterizas. En primer término, podemos destacar la
de bienestar en todo el país, pero poseen pobreza e importan- propia dualización interna, tanto de las ciudades globales
tes rezagos en el área de servicios y equipamiento urbano. como de las que no se corresponden con esa característica.
Los elementos detonadores del movimiento urbano popular Las ciudades globales contienen amplios sectores tradiciona-
se encuentran en las condiciones de pobreza de amplios secto-
] Nestor García Canclini, "Políticas culturales para el nuevo espacio público
res de la población, los acelerados procesos migratorios y la y comunieacional en la ciudad cle México", ponencia presentada en el semina-
necesidad de encontrar espacios para vivir en los lugares de rio Cultura Urbana v Comunicación Masiva, eAm-Iztapalapa, Bogotá-México,
destino, la alta valorización del capital inmobiliario y la bús- 3 y 4 de diciembre je 1998, p. 20.
232 LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) 233

les, como ocurre en Los Ángeles, así como una importante materiales contaminantes producidos por empresas estadu-
participación de actividades informales, pobreza e inseguri- nidenses en Tijuana como para que no olvidemos la interde-
dad. Por otro lado, diversos elementos definidos para las ciu- pendencia que implica la colindancia.
dades globales pueden ubicarse en poblaciones fronterizas A diferencia de la posición que asigna a la industria el papel
como Tijuana o Ciudad Juárez, las cuales cuentan (desde hace central en el crecimiento de las ciudades, el crecimiento de
casi cuatro décadas) con una alta participación de empresas muchas ciudades fronterizas estuvo definido por el sector ser-
transnacionales, entre las cuales destaca la presencia de 2 277 vicios y por una importante participación de la construcción
empresas maquiladoras donde laboran 743 415 trabajadores; popular de vivienda debido a la depauperación social y al alto
además, poseen altos niveles de vinculación transnacional y nivel de inmigración; sin embargo, desde mediados de los años
altos cruces fronterizos que poseen variados sentidos, entre sesenta, con la aplicación del Programa de Industrialización
los cuales se encuentra un turismo sui generis caracterizado Fronteriza y el crecimiento de las plantas maquiladoras, se
por estancias cortas y acceso a espacios definidos desde la ads- incrementó el rol de la industria en la definición del rostro
cripción étnico-cultural de los visitantes. Prueba de ello es que urbano.
en 1999 Tijuana recibió 86.6 millones de visitantes extranjeros El crecimiento de la industria en las ciudades fronterizas se
y hubo 111.8 millones de cruces del lado mexicano a los Esta- aceleró a partir de la segunda mitad de la década de los años
dos Unidos2 (Bringas, 2001). sesenta con la instalación de plantas maquiladoras. Más allá
de los aspectos específicamente laborales, la instalación de
plantas maquiladoras ha tenido diversas repercusiones sobre
Magulla el espacio urbano, tanto en lo referente a la reorientación de
los usos del suelo como a las dinámicas sociales, especialmen-
Más allá de la posibilidad de encontrar elementos comunes en te por su amplia utilización de fuerza de trabajo femenina
nuestras ciudades, importa destacar los cambios que éstos im- sujeta a condiciones de trabajo intenso y en condiciones de
primen en las dinámicas regionales. Las maquiladoras genera- alta vulnerabilidad laboral.
ron empleos, pero también participaron en la introducción de La industria maquiladora en México expresa nuevas condicio-
una importante desregulación de las condiciones laborales, nes en los procesos de acumulación económica, definidos por
pérdida de poder de las organizaciones sindicales, concesio- una internacionalización de capitales y del proceso producti-
nes extraordinarias para los empresarios extranjeros, abati- vo, y un atractivo paquete de facilidades para los empresarios
miento de los salarios e incremento de la vulnerabilidad de los por parte del gobierno mexicano, entre los cuales destacan
y las trabajadoras. Al mismo tiempo, pudieron evadir los nive- exenciones de impuestos, bajos salarios e infraestructura, ba-
les de control sobre los desechos industriales al trasladar estos jos costos de producción, bajos controles por contaminación y
procesos a nuestro país, con costos menores y sin los niveles de seguridad, escasa presión sindical, colaboracionismo de los
de control existentes en los Estados Unidos. Al mismo tiempo, sindicatos charros y de los sindicatos blancos, mínimo costo
estas empresas participan en la definición de la asignación de de transporte, amplia capacidad para cerrar o moverse a otro
usos del suelo y de diversos elementos comunes, como son las lugar sin cumplir con los compromisos en el pago de sueldos y
afectaciones por la contaminación de aire, suelo y agua, don- de prestaciones laborales.
de en ocasiones la lluvia regresa a los Estados Unidos diversos La maquila prefigura muchos de los rasgos de la demanda
de flexibilidad laboral, ampliando el margen empresarial para
2 Estas cifras se refieren a cruces, lo cual implica que una misma persona fijar estándares de calidad, definir las cargas de trabajo, des-
puede estar registrada en más de una ocasión. pidos y desregulaciones. En muchos sentidos, los gobernantes
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de la frontera también se anticiparon al gobierno federal al tal, así como en la refuncionalización de las relaciones de sub-
promover esta zona como tierra de bussines y de oportuni- ordinación (De la O, 1992).
dades. Lo anterior expresa no sólo nuevas formas de definición de
Al mismo tiempo que generó empleos, la magulla incremen- las rutinas de la ciudad caracterizadas por el papel de la in-
tó la vulnerabilidad laboral, abatió los sueldos, aumentó las istria en los usos del suelo y en los entramados que articulan
condiciones de indefensión de los trabajadores y propició di- relaciones intra y extralaborales, o los efectos contaminantes
versas enfermedades laborales. de algunas empresas maquiladoras; también implica la redefi-
Entender las dinámicas de las ciudades fronterizas desde la nición de los ámbitos familiares, y en algunos casos, como en
lógica de su gente y sus relaciones laborales fue uno de los ejes Ciudad Juárez, han evidenciado las condiciones de vulnerabi-
a partir de los cuales se desarrolló una importante reflexión lidad social de las trabajadoras, quienes han sido objeto de
académica en la que se estudiaron los procesos de trabajo y las una ola de asesinatos en los que las víctimas son particular-
relaciones implantadas después de la instalación de la maquí- mente jóvenes trabajadoras.
la. Aunque se desarrollaron diversos estudios sobre la maquila
desde sus principales indicadores socioeconómicos y estudios
etnográficos, algunos investigadores pusieron especial aten- Culturas juveniles
ción en la condición de vulnerabilidad que éstas generan, con-
siderando especialmente la subordinación laboral y la condi- Nuevos actores y organizaciones participan en la definición de
ción de género. Entre estos trabajos destacan los de Patricia las ciudades de la frontera, como son los sectores exluidos del
Fernández Kelly (1983), Mónica Gambrill (1980), Sandra Are- mercado privado inmobiliario y organizaciones no guberna-
nal (1986) y Norma Iglesias (1985). También se realizaron mentales. También se reproducen nuevas disputas simbólicas
importantes aportaciones a la comprensión de estos procesoS por los sentidos de las ciudades, entre las cuales participan los
de trabajo y se elaboraron investigaciones pioneras que recu- grupos juveniles.
rrieron a la etnografía y analizaron las repercusiones sociales Junto a los participantes del movimiento urbano popular, a
de la maquila, las cuales, junto con los trabajos de investiga- partir de la década de los arios setenta los estudios urbanos
dores como Jorge Carrillo y Alberto Hernández (1985), pro- identificaron nuevos actores sociales; así, dedicaron especial
porcionaron elementos para una comprensión más compleja de atención a los movimientos y culturas juveniles que cobraron
la industria maquiladora. Recientemente se han desarrollado presencia conspicua en la frontera y que, en casos como el de
otras investigaciones que interpretan las fuertes transforma- los cholos, se conformaron como intensos movimientos trans-
ciones que ha tenido la magulla, entre las que se encuentran fronterizos, no obstante las importantes diferencias entre los
las de Cirila Quintero (Quintero, 1992) sobre la reestructura- cholos de México y de los Estados Unidos, derivadas de su
ción sindical en las magullas, y de María Eugenia de la 0 articulación en contextos sociales diferenciados (Valenzuela,
sobre las nuevas formas de regulación laboral en las empresas 1988). Al lado de las investigaciones sobre el cholismo, se han
maquiladoras, la flexibilidad laboral y la era posfordista; tam- realizado algunos trabajos sobre las culturas juveniles en el
bién se ha avanzado en el estudio de la construcción de las norte, los cuales, salvo excepciones, se han caracterizado por
identidades profesionales de mujeres que trabajan en la indus- visiones impresionistas y poco rigurosas. Sin embargo, la pro-
tria maquiladora, enfatizando sus trayectorias y representa- liferación de estas expresiones culturales se ha desplegado de
ciones (Hualde, 2001). Además, se pone especial atención en manera intensa con toda una gama de manifestaciones juveni-
los cambios normativos, la conformación de identificaciones les, aunque muchas de ellas no son exclusivas de la región
corporativas y nuevas políticas de compromiso-control labo- fronteriza, como han sido las culturas de los pachucos, rebel-
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des, punks, surfos metaleros, skatos, góticos, vaqueros, hip liudaron (bajo la atenta vigilancia estadunidense), y en 1881
hop, taggers o electrónicos. Al mismo tiempo, surgen nuevas México apostó un millar de soldados en la frontera con Guate-
formas de expresión juvenil, como el movimiento nortec, que mala, país que mantenía el reclamo de Chiapas y el Soconus-
incorpora de forma explícita elementos culturales provenien- o. Finalmente, el 27 de septiembre de 1882 el presidente gua-
tes de tiempos y espacios diferenciados, como son la música cmalteco Justo Rufino Barrios, considerando que la situación
popular (norteña y de banda) y la electrónica, la apropiación tesultaba amenazante para la estabilidad de su país, firmó el
de códigos locales desde perspectivas globales, la recreación atado de Límites, con el cual Guatemala abandonó su reclamo
de elementos proscritos de la cultura oficial (como ocurre con sobre Chiapas y el Soconusco y México se apropió de 27 949
la simbología del narcotráfico) y una propuesta estética expre- kilómetros cuadrados ricos en minerales, café, cacao y pláta-
sada en diseños y estampas. Sin lugar a dudas, las culturas no (Toussaint, 1997; Pohlenz, 1997).
juveniles conforman uno de los más importantes movimientos Las fronteras norte y sur se han pensado como dos realidades
sociales de la frontera y son uno de los más intensos actores separadas con dinámicas propias y problemas específicos. En
de los escenarios urbanos del norte mexicano. algunos casos se han destacado procesos que transitan por las
fronteras como la migración, donde el norte aparece como un
obstáculo más en el camino de los migrantes centroamerica-
LA OTRA FRONTERA nos hacia los Estados Unidos.
La interpretación de los cambios insertos por la globaliza-
Al igual que el resto de América Latina, los países centroame- ción fragmentada y excluyente que vivimos requiere de nuevos
ricanos se sobrepusieron a los antiguos límites de los pueblos acercamientos, donde las fronteras norte y sur conforman un
indios, mediante la colonización, y quedaron sujetos a la codi- campo estratégico del nuevo escenario económico, geopolítico
cia imperial y expansionista no sólo de los poderosos países de seguridad nacional estadunidense. Algunos de los aspec-
europeos y de los Estados Unidos, sino también de su vecino tos que aquí se presentan muestran condiciones que rebasan
mexicano. Durante el siglo xix, el paso transoceánico fue un las focalizaciones locales, regionales o incluso nacionales, que
anhelo de Alemania, los Estados Unidos e Inglaterra, y los deben ser consideradas en los escenarios (re)definidos por la
ricos territorios centroamericanos no escaparon a la codicia globalización. Así, migración, maquila, políticas migratorias y
de los países poderosos. de control fronterizo son parte de estos escenarios globales
México perdió más de la mitad de su territorio como pro- que imprimen nuevos rasgos a los procesos de frontera.
ducto de una guerra cruel e injusta propiciada por los Estados Sin la atención convocada por la frontera norte, la fi-ontera
Unidos, pero también actuó con voracidad expansionista con sur estuvo olvidada, invisibilizada. La atención que los Esta-
sus vecinos centroamericanos, especialmente con Guatemala, dos Unidos suscita ayudaba a empequeñecer los problemas y
país con el cual mantuvo una importante disputa por los terri- avatares de la frontera sur, excepto cuando éstos adquirían
torios limítrofes. Como parte de esta posición, se dio una bre- proporciones tales que devenían amenazantes para los intere-
ve anexión de las provincias centroamericanas al México im- ses de los grupos poderosos, como ocurrió durante los movi-
perial de Iturbide (entre 1821 y 1823). Con la derrota de los mientos armados en Centroamérica y, de manera más recien-
autonomistas guatemaltecos que defendieron el "Plan de Chia- te, con el levantamiento zapatista. La ampliación de los
pa Libre", por el gobierno mexicano y los coletos, Chiapas se campos globalizados y la redefinición de la estrategia estadu-
incorporó a México el 14 de septiembre de 1824 (Vázquez, nidense de incorporar la frontera sur mexicana como parte de
1997). No obstante, los conflictos limítrofes no concluyeron y su estrategia de seguridad nacional ha propiciado la conjun-
al inicio del último cuarto del siglo xix las hostilidades se rea- ción de procesos que ocurren en ambas fronteras y que hasta
238 LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) 239

hace poco aparecían fragmentados o desvinculados. Parece pira firmaron las líneas estratégicas del Plan, donde se destaca
inevitable asumir que la migración de Centro y Sudamérica a In interconexión energética, la integración de servicios de
los Estados Unidos debe ser considerada corno parte de un ielecomunicación, un corredor vial e intercambio comercial
mismo proceso, dadas las intensas articulaciones con lo que (luan Manuel Venegas, La Jornada, 16 de junio de 2001). De
ocurre en la frontera norte. Prueba de esto es lo que sucede esta manera se comprometen recursos naturales y energéticos
con la migración internacional, la internacionalización del I especialmente petróleo y electricidad) y se define un proyecto
trabajo, su definición amenazante para la seguridad nacional acorde con las necesidades de los grupos económicos "globa-
estadunidense y las redes sociales y culturales compartidas, al les"; d) las aprehensiones suscitadas con el movimiento zapa-
mismo tiempo que diversas formas de expresión sociocultural, r isla y las movilizaciones indígenas de la zona, que plantean
corno las maras, se expanden desde los barrios mexicanos y ima importante redefinición de las formas de relación subordi-
chicanos en los Estados Unidos para insertarse y recrearse en nada que definió el trato a los pueblos indios y el desarrollo de
Centroamérica. De igual manera, la internacionalización de la lucha zapatista, el movimiento indígena más importante
los procesos productivos o de globalización económica, las rIc las ultimas décadas (el cual mantiene la demanda de una
maquiladoras en el norte mexicano y en las regiones centroa- reforma constitucional que garantice la autonomía de los pue-
mericanas y los conflictos étnicos adquieren presencia consi- blos indios); e) la frontera sur posee un papel estratégico como
derable, cuya atención rebasa por mucho los límites regionales. espacio de control de la migración centroamericana y sud-
Frente a esta situación, México asume de manera creciente americana, bajo la condición de que México asume el papel de
el papel de contenedor de la migración y, frecuentemente rea- contenedor de los migrantes. Aun cuando esta línea fronteriza
liza el trabajo sucio que los Estados Unidos requieren. Por posee un limitado desarrollo urbano, considero pertinente dis-
ello, considero importante presentar algunos elementos que cutir algunos de los aspectos socioculturales que definen los
ubican a ambas fronteras como parte de un solo proceso dis- procesos que articulan a las dos fronteras mexicanas.
continuo e intermitente, cuya comprensión obliga a ubicarlos Con una extensión mayor a la tercera parte de la que com-
en esquemas heurísticos más amplios que la similitud deriva- parten México y los Estados Unidos, las fronteras del sur com-
da de la mera colindancia fronteriza. prenden 1 139 kilómetros compartidos con nuestros vecinos
La frontera sur dejó de ser el rincón olvidado para reposi- centroamericanos, de los cuales 963 (casi cuatro quintas par-
cionarse desde una nueva centralidad geopolítica, proceso defi- les) son frontera con Guatemala y los restantes 176 con Belice.
nido por: a) sus importantes recursos naturales, especialmente Del lado mexicano existen cuatro estados y 21 municipios
el petróleo y los minerales; b) su posición bisagra del proyecto fronterizos, de los cuales 16 se encuentran en Chiapas (dos en
estadunidense para la cración de un Área de Libre Comercio Campeche, dos en Tabasco y uno en Quintana Roo), donde
de las Américas (m.cA) que pretende la integración de los re- también viven más de dos terceras partes (61.3%) de los
cursos naturales de la región para el año 2005 (García Cancli- I 336 312 residentes fronterizos (Fábregas, 1997).
ni, 1999); c) el Plan Puebla Panamá (ppp), mediante el cual se Diversos autores han destacado la visibilidad de la frontera
define un "desarrollo" para la región y con el cual, según su sur como parte de los nuevos escenarios de la globalización.
coordinador, Florencio Salazar Adame, los Estados Unidos Esta región se ha convertido en la frontera de los Estados Uni-
pretenden influir para evitar los flujos migratorios y disminuir dos con América Latina en la medida en que se conforma
la presión de la migración centroamericana en la frontera nor- como un dique para frenar a los transmigrantes de Centroamé-
te (Andrea Becerril, La Jornada, 18 de julio de 2001). Por otro rica, Sudamérica y Asia (Arriola, 1997). Para otros, más que
lado, los países involucrados en el PPP: México, El Salvador, una, frontera constituye una gran línea de contenido histórico-
Costa Rica, Honduras, Guatemala, Panamá, Belice y Nicara- cultural cohesionada por la cultura maya y caracterizada por
240 LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) 241

una tradición de libre tránsito y comercio México-Centroamé- y mam, pero también en tzotzil, tzel tal, tojolabal (Her-
rica (Pohlenz, 1997). Sin embargo, como cualquier frontera, winclez, 2001) y en castellano, pero en la frontera con Belice
se encuentra conformada por procesos intensos de transcultu. también se habla inglés e incluso una vertiente del chino y del
ración, préstamos y recreaciones culturales, pero también flamenco (Fábregas, 1997).
diferenciaciones, resistencias y disputas. I.as campañas de castellanización en la zona, además de sus
Las fronteras son espacios de encuentro y desencuentro, cle asgos impositivos sobre las culturas indígenas, tuvieron fuer-
expansión del nosotros en los otros y de autoafirmación frente tes connotaciones antiguatemaltecas (Hernández) y algunos
a la heteronomía y la heterorrepresentación. Para continuar pueblos indios como los mames fueron separados por la fronte-
con nuestra consideración de la frontera desde una perspecti- ra, al igual que ocurrió con los pueblos indios que vivían en los
va inter(trans)fronteriza, presentaremos cuatro ejes de articu- actuales territorios del norte de México y sur de los Estados
lación de los mundos fronterizos a través de los autores que Unidos. De la misma manera, las estrategias para la integra-
ban construido estos puentes: destacando la condición misma Lion de los indígenas mediante las campañas de asimilación,
del cruce de fronteras, la migración, la maquila y las expresio- que tuvieron especial crudeza durante los años treinta con el
nes juveniles. objetivo de hacer prevalecer la "identidad" mexicana en los
En su trabajo La otra frontera, Rosalba Aída Hernández teje fronterizos sureños, mediante la prohibición de sus prácticas
algunas articulaciones entre las fronteras norte y sur, desta- culturales, se asemeja a lo que ocurría en los Estados Unidos,
cando que "la historia de los abusos de los agentes de migra- cuando se pretendía asimilar a la población mexicana al
ción, el racismo, el abuso de los 'coyotes', la falta de derechos supuesto vigor superior de la cultura anglosajona y el racismo
en la 'tierra de nadie', que se cuenta en la frontera norte no es definía las relaciones sociales, de modo que la población mexi-
muy diferente de la realidad que encuentran los campesinos cana y la afroamericana sufrían desigualdad económica, subor-
guatemaltecos en 'la otra frontera— (Hernández, 2001, p. 24). dinación social, discriminación cultural y segregacion espacial.
Hernández ilustra esta condición al señalar que, tras cinco En la frontera sur se concentra una desigualdad conforma-
generaciones, muchos campesinos de la frontera sur aún sien- da por la pobreza de los campesinos y trabajadores, las condi-
ten temor de expresarse en su idioma indígena "guatemalteco" ciones de exclusión y humillaciones a los pueblos indios y la
o de reivindicar sus derechos por el miedo de ser deportados o subordinación de las mujeres.
despojados de sus derechos ejidales. Recuperando las perspec- El cruce transfi-onterizo y la migración han sido importantes
tivas sobre la frontera como espacio cultural de la hibridación en la dinámica regional desde la instalación de la frontera sur,
(Anzaldúa y Rosaldo), Hernández analiza los cruces culturales caracterizada por intensas relaciones transfi-onterizas. Estos
a través de los campesinos mames que han cruzado las fronte- procesos han incluido migraciones estacionales de trabajado-
ras nacionales entre Guatemala y Chiapas o las geográficas res guatemaltecos que laboran en las plantaciones de Chiapas.
(mediante el tránsito de la sierra a la selva), las religiosas y las ,Los cruces humanos, comercio y migraciones transfronteri-
culturales. Sin embargo, los tránsitos culturales no siempre zas, así como el aprovechamiento de la fuerza de trabajo gua-
resultan amables y en ocasiones adquieren tonos dramáticos, temalteca, o salvadoreña, han sido parte central de los rasgos
excluyentes o vejatorios, como las políticas de mexicanización definitorios de la vida en la frontera sur; sin embargo, su im-
con las cuales se pretendió "desinclianizar a los indios", despo- portancia geopolítica creció de manera considerable a partir de
jarlos de sus marcas culturales para, como destaca Hernán- los años setenta, con el incremento de la migración política
dez, demarcar los límites nacionales. En la frontera entre de los refugiados centroamericanos que huían del terror, la
Guatemala y México prevalecen muchos de los idiomas origi- represión y la violencia. Estos escenarios fueron definidos por
nales y ahí se habla en maya, chuj, kanjo bal, jacalteco, cak- imPortantes movimientos e insurrecciones sociales y una fe-
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roz represión gubernamental que intentó anular el movimien- Muchos de los migrantes centroamericanos se han quedado
to sandinista, el incremento de la lucha armada salvadoreña y vil Mexico, pero muchos más lo hacen en los Estados Unidos,
guatemalteca y las prácticas genocidas de tierra arrasada im- is al cual llegan buscando mejorar sus condiciones de vida"'
pulsadas por el gobierno guatemalteco contra las poblaciones empresa en la que pueden sufrir múltiples penalidades, como
indígenas y campesinas. accidentes, fatiga, hambre, deshidratación, hipotermia, extor-
La condición de los refugiados y los campamentos donde se ..iones, agresiones físicas y, en no pocas ocasiones, la muerte.
ubicaron llamaron la atención de diversos organismos inter- Ji vulnerabilidad es la palabra que define las condiciones del
nacionales y de la sociedad civil, pero también indignaron a ¡Musito de los indocumentados frente a las autoridades, los
los gobiernos genocidas de la región, tolerados por los Estados polleros o, los delincuentes, por ello resulta de especial re-
Unidos, país que consideró la situación política de la región levancia la investigación de Olivia Ruiz, sobre el riesgo como
centroamericana como un problema de seguridad nacional. elemento inherente a la migración centroamericana. Ruiz
Los refugiados comenzaron a llegar a Chiapas en los albores analiza la relación entre migración, riesgo y frontera a partir
de la década de los años ochenta y su número creció rapida- de la experiencia de los migrantes indocumentados centroa-
mente hasta llegar a 46000 refugiados (Kauffer, 1997). inericanos que viajan a los Estados Unidos por el territorio
De acuerdo con Juan Manuel Sandoval, la reconsideración inexicano, estudiando los condicionantes de ese riesgo en las
de la frontera sur como área estratégica obedece a cuatro fac- Hilas migratorias (Ruiz, 2001).
tores: a) los yacimientos petroleros en el sur y sureste mexica- Otro de los elementos que redefinen el papel de la frontera
no y el proyecto del Istmo de Tehuantepec; b) los guatemalte- stir obedece a las nuevas condiciones asociadas a los campos
cos refugiados en México y la insurrección de la URNG; e) la económicos globalizados y la internacionalización de proce-
determinación de Centroamérica como zona geopolítica de sos productivos y de trabajo, a raíz de los cuales ha crecido la
importancia en la seguridad nacional y, cl) la rebelión indígena industria maquiladora en la región. La industria maquiladora
en Chiapas (Sandoval, 1997). se inserta en el tejido social centroamericano y redefine aspec-
Muchos de los migrantes centroamericanos que cruzaron la los importantes de las relaciones laborales. En una investiga-
frontera no se detuvieron en el sur mexicano, sino que conti- ción donde se analizan de manera comparativa las condiciones
nuaron su camino hacia los Estados Unidos con el objetivo de socioculturales de la maquila en la frontera México-Estados
escapar de la represión y de buscar mejores opciones de vida Unidos (Ciudad Juárez) y la frontera sur (Guatemala), Luis
(Aguayo, 1985) Iteygadas estudia la relación entre trabajo y cultura en la
El fin de los movimientos armados no detuvo la migración industria maquiladora como parte del proceso productivo,
centroamericana hacia el norte. Andrés Fábregas describe esta enfatizando la eficiencia laboral de la cultura y la eficiencia
condición al señalar: simbólica del trabajo, así como los procesos de interculturali-
dad y la inserción de las magullas y sus trabajadores en la
En Tecán-Ciudad Hidalgo, se juntan las fronteras norte y sur de
México. Aquí comienza el largo peregrinar para llegar a Tijuana y división internacional del trabajo y en los procesos de globali-
tratar de traspasar el terrible bordo y las bardas norteamericanas, zacións (1998).
pat-a desafiar después a los terribles y temidos agentes de migración. [ecos o por los chiapanecos. El río está congestionado por este tráfico de neu-
En Teclin Umán, Latinoamérica se junta para buscar el paraíso.3 máticos en un movimiento que nunca cesa" (Fábregas, 1997).
4 Olivia Ruiz, citando datos publicados en La Jornada, consigna que las re-
3 Asimismo, Fábregas clestaca la intensidad del cruce fronterizo: "Es tan mesas de los salvadoreños que vivían en los Estados Unidos durante la guerra
intenso el paso por esta frontera que quienes lo controlan y conducen los neu- civil, sostuvieron al país durante ese periodo y que en 1995 estas remesas fue-
máticos por el río están sindicalizados. Incluso están pactados los días de la ron de 1100 millones de dólares (Ruiz, 2001).
semana en que los neumáticos son conducidos por los operadores guatemal- S'En este trabajo, Reygadas propone el concepto de cultura del trabajo, deli-
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Las diversas formas de articulación de las fronteras norte y exploratorio de Levenson se incorpora un glosario del caló de
sur incluyen complejos procesos socioculturales, algunos de his maras (considerados como su lenguaje propio), pero resulta
los cuales han adquirido conspicua presencia durante los últi- imeresante destacar que de las 69 palabras incluidas, 39 for-
mos años, como ocurrió con las maras, grupos juveniles que iinin parte del caló del cholismo ya consignado en otros traba-
incorporan en su expresión conductual, organizativa, verbal, jos(' (Valenzuela, 1988).
bicultural y gestual diversos elementos provenientes del cho-
lismo. Las maras son agrupamientos al estilo de las pandillas
conformados por jóvenes pobres, y su nombre (asignado por la DESAFÍOS EN LOS ESTUDIOS SOCIOANTROPOLÓGICOS
policía) proviene de marabunta (con lo cual se alude a la con-
dición depredadora de las hormigas que arrasan cuanto en- Al igual que en el resto del país, la antropología urbana en la
cuentran a su paso) y fue recuperado de una película de los Frontera se desarrolló de manera tardía e insuficiente (lo cual
años sesenta (Levenson, 1996). no significa la ausencia de importantes trabajos realizados en
En Guatemala, las maras crecieron en contextos sociales de- este campo). Diversos antropólogos han estudiado las culturas
finidos por conflictos profundos y pocas expectativas para el urbanas de la frontera norte mexicana, pero los estudios etno-
desarrollo juvenil, así como por fuertes problemas urbanos, gráficos y la investigación sobre las culturas urbanas no han
desempleo, explotación del trabajo infantil y violencia urbana. sido asunto exclusivo de los antropólogos, pues en esta empre-
En Guatemala, la mitad de la población es de jóvenes menores sa han participado investigadores de varias disciplinas, quie-
de 20 años y cuenta (tan sólo en la capital) con más de 60 nes también han recurrido al trabajo de campo intenso como
maras, las cuales tienen un promedio de 40 o 50 integrantes, recurso metodológico.
aunque otras estimaciones hablan de 28 000 mareros (Leven- Resulta pertinente recuperar el punto de vista de Rodolfo Sta-
son, 1996); se considera entre los potenciales integrantes de venhagen, quien en los años cincuenta consideraba la necesidad
las maras a los jóvenes que componen los 100 000 huérfanos de unificar la antropología social y la sociología como paso ló-
de la guerra civil o las víctimas de la represión de los años gico del desarrollo de las ciencias sociales en México:
ochenta.
A mediados de la década de los arios ochenta, las maras No existe nada en la preparación de los antropólogos o de los so-
expresaron la metamorfosis de las pandillas, integrando a ciólogos que les impida emplear con éxito los métodos y técnicas
jóvenes pobres y recuperando diversos símbolos y elementos
derivados del cholismo, situación en la cual pudo haber influi- 1} Bajar (robar, quitar), bien (muy), brincon (pendenciero), bronca (pelea,
lio), bronquear (pelear), caco (ladrón), caer (robar, quitar, conseguir), cacho
do la experiencia de los migrantes a los Estados Unidos, que (un poco), carnales (socios, amigos), chance (empleo, trabajo), chavo (tipo,
se familiarizaron con las rutinas de vida, simbología, lenguaje, ven), cholero (perteneciente a la clase baja, vulgar), clavo (problema, un he-
vestuario y códigos estéticos de los barrios chicanos y mexica- cho que hace quedar en ridículo), cotorreo (platica amena), cuate (amigo,
tipo), delinquir (delincuente), ducho (listo), Ii-ajos (cigarrillos), fut (futbol),
nos. Asimismo, la deportación de los pintos (presos) de las grueso (grave, conflictivo), gil isa (muchacha, novia), heavy (muy bueno), Ile-
cárceles estadunidenses permitió que muchos jóvenes se que- ale a uno (gustarle), macizo (descarado, impertérrito), mandarse (abusar),
daran en sus lugares de origen, en contextos permeados por la Ii asacre (fuerte, tremendo), mate (dar-matar, terminar, hacer-amenazar, dis-
cutir, hacer escenas), nais (bueno, bonito), onda (comportamiento, forma cle ser;
violencia y la circulación de armas de fuego y de drogas, y re- buena o mala onda: ser algo bueno o malo, ser una persona simpática ono,
crearan aspectos importantes del cholismo. En el trabajo etc.; en onda: distraído, bajo efecto cle alguna droga), oreja (policía infiltrado,
espía), ponerle (a algo o alguien, robar), resto (mucho, un montón), rollo (tó-
nido como el "proceso de generación, actualización y transformación de for- pico, asunto), rlICO (persona mayor), seno (señora o señorita), tira (policía),
mas simbólicas en la actividad laboral", como mi concepto alternativo al de loque (fiesta; dar un toque: inhalar de un cigarrillo de marihuana), mansar (ne-
cultura obrera y cultura corporativa (Reygadas, 1998). gociar, cambiar), vacilar (vagabundear, divertirse) (Levenson , 1996, pp. 65, 67).
246 LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) 247

utilizadas por el otro o avocarse al estudio de los fenómenos que se miento de las perspectivas teóricas y la investigación realizada
consideraban corno campo único de uno u otro. Al contrario, tanto desde otros campos.
la sociología cuanto la antropología se han enriquecido mutua- Las perspectivas polarizantes de la actividad académica
mente al "invadir" sus respectivos campos. La constitución de una también enfrentan problemas derivados de sus simplificacio-
disciplina social única (que incluya la antropología social y la nes binarias poco respetuosas de los posicionamientos dife-
sociología) debe ser el próximo paso lógico, particularmente en
rentes, propiciándose dos sesgos complementarios: el de las
México, donde los antropólogos han hecho "sociología", y donde la
sociología apenas está comenzando a constituirse en una ciencia perspectivas colonizantes que se acercan a los grupos investi-
de la investigación científica (Stavenhagen, 1958, p. 2). gados desde una posición de superioridad, o la perspectiva
vergonzante que recurre a la sobresimplificación o caricaturi-
Los antropólogos no se han limitado al acercamiento de la zación de los rasgos culturales propios.
"residencia in situ", sino que han incorporado recursos teórico- Lo anterior no es un asunto exclusivo de la antropología,
metodológicos complementarios de otras disciplinas y llevado son sólo ejemplos útiles para enfatizar la necesidad de abrir
a cabo acercamientos transdiciplinarios, como los realizados diálogos interculturales e interdisciplinarios. El debate abierto
desde los estudios culturales. Algunos ejemplos de los trabajos en las ciencias sociales requiere incorporar algunas de las dis-
antropológicos que incorporan diversos recursos de investiga- cusiones que replantean rumbos posibles a la investigación
ción son los estudios pioneros de Manuel Gamio y Rodolfo social. Algunos de éstos han sido puestos en el centro de la dis-
Stavenhagen, así como los de Alicia Castellanos (1981), Juan cusión por Clifford Geertz, especialmente lo referente a la
Luis Sariego (1996), Maya Lorena Pérez Ruiz (1991), Alejan- redefinición del argumento de la interpenetración cultural pri-
dro Figueroa (1994), Luis Reygadas (1992), Olivia Ruiz (1984), vilegiada expresada en el "estar allí", como elemento exclusivo
Everardo Garduño (1989, 2001), Germán Vega (1999 y 2000), de validación del discurso científico (Geertz, 1997). Uno de los
Pablo Vila (1994) y Eduardo Barrera (en prensa), por citar a ejes de esta crisis se refiere a la discusión sobre las posibilidades
algunos antropólogos que han llegado hasta la frontera y recu- de exotizar al otro y el achicamiento del mundo y sus redes de
rrido a la construcción de información complementaria al relaciones. Ésta es una de las principales dificultades que en-
"trabajo de campo in situ", y también han avanzado en la in- frentan los estudios de antropología urbana, donde los contac-
vestigación sobre la cultura urbana a partir de perspectivas tos e interrelaciones con los otros son más densos y el estar allí
dialógicas con otras disciplinas. También se han realizado pierde parte de su aura exótica. Esta idea también es destaca-
algunos trabajos sobre representaciones sociales desde un en- da por Geertz cuando afirma que: "La antropología, inevita-
foque cultural, como fue el estudio pionero Tijuana. La casa de blemente, implica un encuentro con el Otro. Con excesiva fre-
toda la gente, de Néstor García Canclini y Patricia Safa (1989), cuencia, sin embargo, la distancia etnográfica que separa al
o algunos trabajos sobre representaciones, identidades, cul- lector de los textos antropológicos y al antropólogo mismo del
tura urbana, arte y sociedad en la frontera (Iglesias, 1991; Vila, Otro, se mantiene de manera rígida, y aun se la exagera de for-
1993; Barrera, en prensa; Karp, 1991; Valenzuela, 1988, 1997, ma artificial" (Geertz, 1997, p. 24).
1998; y García Canclini y Valenzuela, 2000). Paradójicamente, con los estudios urbanos las posibilidades
Además de las perspectivas de colaboración transdisciplina- cle hacer etnografía "desde el punto de vista del nativo" se en-
ria existen posiciones atrincheradas en las disciplinas a partir cuentran más cercanas, en la medida en que se atenúan las
de perspectivas poco informadas sobre los trabajos que se rea- posibilidades de exotizar a los otros y, frecuentemente, el pro-
lizan desde otros acercamientos disciplinarios o transdiscipli- pio investigador proviene del mundo cultural del "nativo". Por
narios. Como ejemplo de estas posiciones, podemos ubicar una ello, el "estar aquí" de Geertz representa mucho más de lo que
cierta deificación disciplinaria abonada por un desconoci- el autor considera al circunscribirlo al circuito universitario y
248 LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) 249

académico. Estar aquí implica resolver la relación sujeto-suje- 11 etnógrafo, como sujeto ubicado, comprende ciertos fenómenos
to fuera de la forma colonial y asimétrica de alguna antropolo- Immanos mejor que otros. Él o ella ocupa un puesto o lugar estruc-
gía tradicional (incluidas algunas perspectivas indigenistas). tural y observa desde un ángulo particular. Hay que considerar, por
Esta situación incluye el hecho de que, de manera creciente, ejemplo, que la edad, género, su condición de extraño y la asocia-
ción con el régimen neocolonial influyen lo que el etnógrafo apren-
muchos de los "nativos" poseen su propia voz y cuentan con
de... (Rosaldo, 1991, p. 30).
sus propios "intelectuales orgánicos". Sin embargo, los proble-
mas se mantienen y deben ser discutidos de manera amplia, Rosaldo replantea el problema de la verdad y la objetividad
especialmente la etnografía como descripción en la que preva-
tras el desgaste de las verdades universales y recupera el papel
lecen algunos de los sesgos identificados por Geertz: la ventri-
activo de los sujetos "analizados", quienes también son "suje-
loquia etnográfica, el positivismo textual, la autoría difusa tos analizantes" que interrogan a los etnógrafos. También
(o discurso heteroglósico) y el confesionalismo.
iestiona el credo monumentalista y la supuesta perdurabili-
El camino hacia la conformación de discursos inteligibles
dad de la etnografía frente a la evanescencia de las teorías:
que incorporen la diversidad cultural planteada por Geertz no
es asunto exclusivo de la antropología, pues permea la discu- Los practicantes los reinterpretan [los trabajos etnográficos canó-
sión de las ciencias sociales contemporáneas, donde algunos nicos] a la luz de proyectos teóricos cambiantes y los vuelven a
autores que trabajan desde las perspectivas de los estudios cul- analizar con reciente evidencia disponible. Desde el punto de vista
turales, las perspectivas poscoloniales y las multiculturalistas de su recibimiento, los artificios culturales a que llamamos etno-
han puesto el acento en la culturalización de la investigación grafías, cambian constantemente a pesar del hecho de que se
social, así como en la importancia de las perspectivas trans- hallan fijas, como textos verbales que son (Rosaldo, 1991, p. 42).
disciplinarias.
El debate en torno a la alterología y la reflexividad en el La etnografía como recurso metodológico no es asunto ex-
campo antropológico se encuentra vinculado a otro de los clusivo de la antropología, al igual que la necesidad de histori-
debates de las ciencias sociales planteado por el interaccionis- zar los procesos sociales no es coto propio de los historiadores,
mo simbólico, la fenomenología y el construccionismo, que o la utilización de información derivada de encuestas y entre-
destacan la doble hermenéutica, o también el hecho de que la vistas no corresponde sólo a los sociólogos. Las disciplinas
ciencia construye conocimiento a partir de otras interpreta- sociales enfrentan retos teórico-interpretativos comunes; por
ciones o desde preconstruidos teóricos, o incluso que las inter- ejemplo, las discusiones sobre la articulación de los procesos
pretaciones científicas pueden influir (y son influidas) en los globales y los aspectos nacionales, regionales y locales es una
grupos que interpreta. Por ello, Giddens destaca que la ciencia preocupación del conjunto de las ciencias sociales, así como la
es una empresa interpretativa en donde las teorías implican interpretación de los sentidos de los proyectos civilizatorios
marcos de significado, además de que es una actividad depen- que definen al mundo contemporáneo.
diente del sentido común. Las diferentes tradiciones de pensamiento organizadas des-
El desdibujamiento de algunas de las fronteras demarcantes de los campos disciplinarios enfrentan nuevos retos que re-
del adentro y el afuera que privilegiaron la posición del antro- quieren acercamientos transdisciplinarios en diálogo con las
pólogo requiere ubicar y comprender la constitución de los perspectivas que se mantienen en los umbrales de las discipli-
nuevos umbrales. Por ello, Renato Rosaldo ha enfatizado la nas y permiten entender de mejor manera la articulación de
necesidad de considerar la posición del sujeto dentro del área procesos socioculturales "híbridos" o de reorganización de las
de relaciones sociales y ubicar el ángulo de observación del formas de relación entre lo moderno y lo tradicional, lo oficial
etnógrafo: y lo popular, o lo global y lo local. Por ello, al destacar la re-
250 LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) LA ANTROPOLOGÍA URBANA EN LA(S) FRONTERA(S) 251

creación de algunos procesos tradicionales como los neotriba- 1110 medio propagandizador global por parte del Ejército Zapa-
lismos, los neofundamentalismos, la reorganización religiosa lista de Liberación Nacional (Ezti.1) y, de manera ejemplar,
la recentralización de la disputa étnica entre otros, Giddens ron la toma del recinto legislativo de la nación cuando, el 28
considerara que antropólogos y sociólogos "deben centrarse It marzo de 2001, los indígenas tomaron la tribuna para
en áreas comunes de interés" (Giddens, 2000). la aprobación de la ley indígena propuesta por la Comisión
Algunos conceptos claves de la antropología son revisitados de Concordancia y Pacificación (Cocopa) emanada de los
por los propios antropólogos, como hace James Clifford en Iti- acuerdos de San Andrés firmados por el gobierno mexicano y
nerarios Ira nsculturales al contraponer la residencia en viaje a representantes de la mayoría de los pueblos indios de México.
la residencia intensiva de Malinowski y Mead, y a las perspec- in aspecto memorable ocurrió cuando María de Jesús Patri-
tivas que consideran al trabajo de campo como laboratorio de cio, integrante del Consejo Nacional Indígena, al responder a
observación y experimentación. Clifford revisa la cultura a lits críticas sobre usos y costumbres, reconoció los problemas
partir de los conceptos de escritura (interactiva, abierta y pro- que enfrentan las mujeres indígenas, pero también cuestionó
cesal) y collage (como modo de abrir espacios a la heterogenei- el machismo y el sexismo que prevalecen en el resto de la
dad, y a las yuxtaposiciones históricas, políticas y estéticas). sociedad. Así, el otro exótico cuestionó las interpretaciones
Así, a diferencia de la condición insular de la cultura del infor- externas desde su propia reflexividad.
mante, Clifford destaca los viajes etnográficos del propio in- La idea misma del adentro y el afuera merece ser discutida
formante. Con ello, pone en evidencia la porosidad de la carpa de manera más amplia por la porosidad de las fronteras inter-
del etnógrafo y las limitaciones de la residencia localizada, culturales, donde se escenifica la confrontación de los discur-
preguntándose: ¿quién, exactamente, es el observado? ¿Quién sos en los ámbitos urbanos. Así, vemos más trabajos escritos
está localizado cuando se permite que la carpa del etnógrafo por los propios miembros de los grupos indígenas, o perspec-
se ubique en el centro de la aldea? tivas de los jóvenes enfrentando las interpretaciones de los
Como ejemplo de este trastocamiento de la relación investi- adultos, o los accesos de elementos de la cultura popular en
gador-informante o de adentro-afuera quisiera recurrir a mi los campos masificados.
propia experiencia de investigación. La discusión del adentro y el afuera cobra especial contraste
Cuando realicé trabajo de campo con chavos banda en el cuando pensamos en las y los trabajadores de la magulla que
Distrito Federal, conocí y conversé largamente con uno de los laboran en empresas modernas, y pasan más de ocho horas
más activos participantes de los Punk Not Dead (phio), quien dentro de un mundo fabril de alta tecnología, con servicios efi-
posteriormente emigró a los Estados Unidos y se incorporó a cientes y tiempos "modernos", para después regresar a sus
un movimiento artístico y años después pude ver su obra plás- ámbitos cotidianos precarios con sus casas paupérrimas, donde
tica en uno de los espacios legitimados como parte de un carecen de servicios adecuados y poseen deficiente infraes-
colectivo de artistas de Los Ángeles. El "informante" participa tructura urbana. De igual manera podemos ubicar a los com-
ahora en otros circuitos del arte y la cultura diferentes de los muters o tarjetas verdes, quienes diariamente viven la con-
espacios proscritos del ex chavo banda. frontación del mundo estadunidense y mexicano, pues cruzan
La misma situación se manifiesta en la activa participación de la frontera para trabajar en el otro lado y regresan por las tar-
los indígenas, quienes han logrado ganar terreno para presen- des o noches a su otra realidad cotidiana del lado mexicano.
tar sus puntos de vista dentro de muchos de los espacios legiti- La investigación desde la frontera obliga a repensar diversos
mados, enfrentando las perspectivas racistas que prevalecen en aspectos de la relación adentro-afuera, pues muchos de los pro-
nuestro país. Esto es lo que ocurre con la nueva visibilidad de la cesos culturales que en ella ocurren aluden a condiciones inters-
escritura en lengua indígena o la utlilización de la internet co- ticiales y a un "más allá" que forma parte del "estar aquí". Esta
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condición, atinada a los desniveles de desarrollo entre México y Aunque la mayoría de las tipificaciones metropolitanas continúa
los Estados Unidos, así como el papel de la industria y el comer- suprimiendo las zonas fronterizas, las culturas humanas no son por
cio estadunidense en la vida fronteriza, conlleva la experiencia necesidades coherentes, ni tampoco son siempre homogéneas. Con
más frecuencia de la que creemos, nuestras vidas cotidianas Sc en-
cotidiana de la confrontación entre diversas formas de moderni-
trecruzan por las zonas fronterizas, grupos aislados o erupciones
dad, de tradicionalismo y de repertorios identitarios múltiples de todo tipo. Muy a menudo las fronteras sociales son prominentes
donde se conforma la condición relacional de las identidades, en líneas como orientación sexual, género, clase, raza, grupo étnico,
como se presenta entre las comunidades indígenas oaxaqueñas nacionalidad, edad, política, vestido, comida o gusto. Junto con nues-
que viven en la frontera norte mexicana y en los Estados Unidos. tras identidades culturales en apariencia transparentes, esas fron-
Además de la heterogeneidad de lo mexicano y lo estaduni- teras no deben considerarse como zonas transicionales de análisis
dense, en la frontera la problematización del adentro-afuera vacío, sino como sitio de producción cultural creativa que requiere
se toma más compleja, dada la heterogeneidad sociocultural de investigación (Rosaldo, 1991, pp. 190-191).
de la población fronteriza donde la migración plurirregional
ha sido parte importante de su crecimiento. De la misma ma- Éstos son sólo algunos de los retos que debe enfrentar la
nera, las relaciones interétnicas rebasan la discusión moder- investigación social y antropológica sobre las culturas urba-
no-tradicional o adentro-afuera, pues además de los pueblos nas de la frontera. Sin ser abundantes, existen estudios rele-
indios originales de la región fronteriza y transfronteriza en- vantes que han avanzado en estas discusiones desde diversas
contramos una importante presencia de grupos indígenas mi- perspectivas sociológicas, antropológicas y transdisciplina-
grantes (mixtecos, zapotecos, mixes, triquis, mazahuas), que rias. Estos trabajos constituyen una base importante para
juegan un papel importante en los espacios urbanos fronteri- avanzar en la discusión que enfrentan los estudios culturales
zos, y muchos de ellos, como los grupos de origen oaxaqueño, urbanos, las culturas de frontera y las ciencias socioantropoló-
participan en redes y organizaciones transnacionales, corno el gicas contemporáneas.
Frente Indígena Oaxaqueño Binacional.
Un ejemplo adicional a esta condición de los pueblos indios
de la frontera, fue la realización del Primer Encuentro Indíge- BIBLIOGRAFÍA
na de la Frontera México-Estados Unidos realizado en la ciu-
dad de Tecate, Baja California, en 1994, con la participación de Aguayo, Sergio, El éxodo centroamericano. Consecuencias de
más de 50 representantes de pueblos indios de ambos lados un conflicto, SEP, México, 1985.
de la frontera, donde propusieron una mesa especial para dis- Alarcón Cantú, Eduardo, Interpretación de la estructura urba-
cutir temas que les son comunes por su condición fronteriza, na de Laredo y Nuevo Laredo, El Colegio de la Frontera Nor-
como son la presencia del narcotráfico en las comunidades o te, México, 1997.
la necesidad de redefinir las políticas nacionales sobre las Alberoni, Francesco, Movimiento e institución: teoría general,
fronteras y la migración, pues ellos se ven afectados por una Editora Nacional, Madrid, 1984.
demarcación nacional que los divide y que en ocasiones los , Público y privado, Ediciones Dolce Vita, Barcelona,
separa de sus sitios sagrados cuando éstos se encuentran del 1998.
otro lado de la frontera. Alegría, Tito, "La ciudad y los procesos transfronterizos entre
En la discusión sobre los nuevos objetos de estudio, algunos México y Estados Unidos", Frontera Norte, vol. 1, núm. 2,
autores, entre quienes se encuentra Rosaldo, han ponderado julio-diciembre, El Colef, 1989, pp. 55-90.
la importancia de las zonas fronterizas como sitio de produc- Alonso, Jorge, et al., Lucha urbana y acumulación de capital,
ción cultural creativa: Ediciones de La Casa Chata, México, 1980.

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