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CRÉDITOS
Moderadora:
Kath

Traductoras Correctoras

Chivisil Karen’s
Rihano Fatima85
Delilah Kath
Nayelii Clau
Brynn Srta. Ocst
Maridrewfer Desiree
Gigi
Karen’s SOS
Mary_08 Karen’s
Brisamar58 Fatima85
cjuli2516zc Lau_sp_90
Behindbooks
Valen Drtner
Kath

Recopilación y Revisión
Desiree
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Diseño
Lectora
ÍNDICE
Sinopsis Capítulo 16
Capítulo 1 Capítulo 17
Capítulo 2 Capítulo 18
Capítulo 3 Capítulo 19
Capítulo 4 Capítulo 20
Capítulo 5 Capítulo 21
Capítulo 6 Capítulo 22
Capítulo 7 Capítulo 23
Capítulo 8 Capítulo 24
Capítulo 9 Capítulo 25
Capítulo 10 Capítulo 26
Capítulo 11 Capítulo 27
Capítulo 12 Sobre la
Capítulo 13 Autora
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Capítulo 14
Capítulo 15
SINOPSIS

E
l arrogante y mujeriego Kyle Manchester odia las citas a ciegas;
sin embargo, cuando su mejor amigo, Brad, le pide el favor,
insistiéndole a Kyle que lleve en una cita a la hermana de su
novia, Kyle a regañadientes acepta. La apariencia de la abogada Lanie
Carmichael no es sorpresa. Es desaliñada, torpe y se viste con tantas
capas que parece un pastel de bodas, pero no de forma comestible. Su
actitud descarada sin embargo, lo asombra, en especial cando le explica
que no está interesada en el apuesto Kyle. Lanie Carmichael está
enamorada de Brad, y quiere la ayuda de Kyle para ganarse el corazón de
su mejor amigo.
Kyle gradualmente acepta, justificando que el misterio de Lanie ha
despertado su natural sed de curiosidad. Como un ambicioso periodista,
tampoco puede resistirse la primicia merecedora de un Pulitzer que le
ofrece.
Sin embargo, mientras Lanie se deshace de más capas, emocionales y
físicas, Kyle empieza a examinar sus decisiones de vida, y sus verdaderos
sentimientos por esta enigmática chica. Con el apoyo de Kyle, Lanie
empieza a revelar secretos de su pasado, y el profundo dolor que ha
definido prácticamente toda su vida. Mientras aprenden más sobre sí
mismos y el otro, ambos se cuestionan como una relación construida
sobre mentiras fraudulentas entre dos personas rotas podría sobrevivir.
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CAPÍTULO 1

K
yle Manchester se sentó en el bar Duggan's bebiendo lo último
de su whisky de primera calidad y preguntándose dónde
demonios estaba Brad Jansen. Llevaba quince minutos de
retraso. El Boy Scout de Brad probablemente se había detenido para
ayudar a una persona ciega a cruzar la calle o a llevar a una camada de
gatitos abandonados a un refugio. Kyle estaba aprovechando el tiempo
para mirar mujeres.

La atractiva pelirroja en la esquina lo había estado mirando desde que


había entrado por la puerta. Asintió en su dirección. Ella lo recompensó
con una sonrisa sexy. Jugó con su juego favorito para pasar el tiempo,
adivinando si era una 36 D, pero probablemente falsas. Por lo general,
tenía razón en ambos aspectos y podía validar sus estimaciones, ya que
normalmente examinaba los temas de cerca. Estaba orgulloso de su
exactitud en el tamaño, pero disgustado por la cantidad de solución salina
en las mujeres de hoy. Habíatan pocas mujeres reales ahora. Aumentarse
el pecho era tan común como sacarse las cordales1. Sin embargo, no era
un factor determinante. Disfrutaba las mujeres de todas las formas y
tamaños, falsas o reales. Hasta que se aburría, por lo general alrededor de
la tercera vez que se acostaba con ellas. Eso era cuando las chicas
empezaban a hablar de relaciones y esa temida palabra F… futuro. Nunca
fallaba, a pesar de que Kyle siempre era sincero con ellas. No tenía ese gen
de compromiso especial como lo tenía Brad. La ausencia de ese rasgo era
tanto una parte de su constitución genética inherente como lo eran sus
ojos verdes y cabello negro. Kyle hizo un gesto a la atractiva mesera
morena para otra bebida y también pidió uno para la pelirroja.

—Me encanta la forma en que manejas el cuello de la botella —la


felicitó, mostrando una sonrisa astuta que mostraba su diente partido, un
rasgo que muchas mujeres decían que las humedecía en el acto.

—Sé cómo manejar una botella —contestó la mesera con un guiño.

—Difícil de creer. —Kyle sonrió.


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—¿Qué, que sé cómo manejar una botella? —preguntó ella, inclinándose


lo suficiente para mostrar la pendiente de unos prometedores pechos.

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Llamadas también muelas del juicio.
—No, que estéceloso de una botella de whisky —dijo él.

—Lamento llegar tarde, hermano —dijo Brad mientras se sentaba en el


taburete al lado de él. Kyle suspiró, perturbado por la sincronización de
Brad.

—Lamento que hayas aparecido. Estaba a punto de cerrar un trato con


la belleza pechugona en la esquina. —Kyle asomó su barbilla, señalando a
la pelirroja que estaba haciendo cosas malas con su pitillo2.

—¿Y qué? ¿Crees que porque me siente a tu lado va a pensar que eres
gay o algo así?

Kyle puso los ojos en blanco.

—Dos minutos conmigo, y ella sabrá que no soy gay.

—¿Tienes más resistencia estos días? —dijo Brad, seguido de una


carcajada.

—Pon su cerveza en mi cuenta —dijo Kyle a la mesera. Negó con la


cabeza a su amigo de la infancia—. Dos minutos ni siquiera cubren las
atracciones delcomienzo.

—Sabes que la mayoría de las chicas quieren más que sexo casual,
¿verdad? —Habían tenido esta conversación muchas veces. Brad no
aprobaba el estilo de vida de Kyle, pero usualmente bromeaban al
respecto.

—Por suerte, esas chicas te tienen a ti. Al menos, después que termine
con ellas.

—Dios, eres un puto.

—Yo no cobro. Es consensualmente casual. De la forma en que me


gusta. Ni siquiera te cobro a ti.

—¿Cobrarme por qué?

—Por vivir indirectamente a través de mí.

Brad rio entre dientes, pero la declaración no era completamente falsa.


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Brad no hacía lo casual, pero parecía un poco demasiado interesado en las


hazañas de Kyle. Era evidente que había algo de envidia allí. Los ojos de

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Sorbete, pajita o popote
Kyle se mantuvieron fijos en la ardiente seductora que estaba con la boca
abierta hacia él. Estaban teniendo su propia conversación.

—Jesús, ¿puedes mirarme un segundo? Tengo que pedirte un favor.

Kyle se enderezó y se giró hacia Brad.

—¿No querías verme cerrar un trato?

—Tan entretenido como puede ser, tendré que pasar —dijo Brad con
sequedad.

—¿Qué quieres?

—Sabes que he estado viendo a una chica por unos meses.

—Sí, um… ¿Callie? —Kyle raramente tenía la capacidad de recordar los


nombres de las chicas con las que estaba, mucho menos llevar un registro
de las novias de Brad.

—Cassie. —Brad puso sus ojos en blanco.

—Lo siento. Los nombres no son mi fuerte.

—Mentira. Te he visto recordar nombres que ni siquiera puedo deletrear.

—Si pertenecen a una historia. —Kyle saboreó su último trago e hizo un


gesto para otrabebida.

—Bueno, lo que sea. De todos modos, realmente me gusta mucho y…

—No voy a follarla. Hermanos antes que zorras —bromeó Kyle.

—¡Jesús, Kyle! Cassie no es una puta.

—Lo siento. Estoy seguro de que es encantadora. No es que lo sepa, ya


que no nos has presentado.

—Bueno, quiero hacerlo. En realidad, me preguntaba si estarías


interesado en salir con su her…

—No. —La declaración salió con tanta fuerza que las cabezas se giraron,
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las conversaciones se detuvieron, e incluso la mesera llenó de más el vaso


por estarlos mirando.

—Escúchame —dijo Brad.

—No me gustan las citas a ciegas. Tú lo sabes.


—Lanie es muy agradable. También es abogada y trabaja en mi firma.
Es muyexitosa.

—Sí, y apuesto que usa bragas de abuelita.

—Eres repugnante. ¿Sabes lo ofensivo que eres?

—¿Ofensivo? ¿Con las abuelas? —preguntó Kyle con una sonrisa


perversa.

Brad vaciló, abriendo y cerrando la boca, antes de elegir sus palabras.

—Ella no está mal.

—Sí, bueno, “no está mal” no significa atractiva, e incluso si lo es, eso es
muy por debajo de sexy.

—Es una chica agradable, muy inteligente… elocuente… y exitosa.

—Justo la clase de chica que evito. Dime algo, Brad. ¿Tu novia es sexy?

—Cassie es hermosa. —Brad sacó su celular y se desplazó por las fotos.

—Dame eso. —Kyle tomó el celular de Brad y lo dejó sobre el mostrador.

—¿Qué estás…?

—¿Ves lo rápido que respondiste cuando te pregunté si tu novia es sexy?

—Lo es.

—Sí, y la hermana es exitosa, inteligente, ¿y qué era? —Kyle tamborileó


sus dedos en la barra y fingió pensar—. Oh, sí, elocuente.

—Porque no estoy saliendo con ella.

—¿Angelina Jolie es sexy?

—Infiernos sí —respondió Brad sin detenerse.

—¿Ves? Sin dudarlo, y sin embargo no creo que estés saliendo con
Angelina Jolie. Jesús, Brad, eres el abogado, pero me parece que estoy
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haciendo un caso muy sólidopor mi cuenta.

—Mira… es una chica muy agradable.


—Entonces, ¿por qué diablos quieres emparejarla conmigo? —Kyle se
dio la vuelta, apoyó los codos en la barra y sonrió a la pelirroja bien
dotada. Dios, está haciendo cosas deliciosas con ese pitillo.

—Buena pregunta. Me siento mal por ella. Siempre está trabajando. Ella
y Cassie viven juntas. La veo trabajando muy duro en el trabajo, y luego la
veo todas las noches frente a su laptop.

—¿Oh? ¿Mami también vive ahí? Qué divertido.

Brad le dirigió a Kyle una mirada de advertencia.

—No, es solo Lanie y Cassie.

—Lo entiendo. Quieres que haga de niñera. —Incluso mientras lo decía,


Kyle sabía que no era la intención de Brad. Brad era el tipo de hombre con
quien las chicas se desmayaban: el primero en ofrecer un préstamo,
ayudar a un amigo a mudarse o darle un empujón al auto de un
compañero de trabajo en medio del invierno. Era el Sr. Fantástico,
mientras que Kyle era el Sr. Follantástico. Era asombroso que hubieran
permanecido siendo amigos durante todos estos años con sus diferentes
puntos de vista sobre la mayoría de las cosas, especialmente el sexo
opuesto.

Eso fue exceptopor el primer año en Syracuse, cuando la amistad fue


probada, pero fue hace mucho tiempo y es un tema prohibido.

—Ella es una fan, y tiene un enamoramiento contigo.

Por primera vez en la conversación, Brad capturó toda la atención de


Kyle. Enfocó sus pensamientos en la conversación en vez de desnudar
mentalmente a la descarada chupadora de pitillo, quien probablemente iba
a hacerle lo mismo a él.

—Estoy escuchando.

Brad mostró su propia sonrisa arrogante, como si acabara de poner a


Kyle en jaque mate, lo que de alguna manera era exactamente lo que había
hecho.

—Pensé que a ella le gustaría conocerte. Lee todos tus artículos, incluso
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aquellos es los que estuviste en las últimas páginas.

¿Las chicas leían los periódicos? Ciertamente no las chicas con las que
él salía. Por qué molestarse cuando podían obtener las noticias a través de
microbloggins y mensajes de Twitter de celebridades.
—Así que tiene buen gusto. Debería leer mis artículos. Son dignos de
Pulitzer, después de todo.

Kyle no era un hombre humilde, pero su orgullo estaba soportado por


su trabajo estelar.

—Creo que deberías conocerla. No la folles. Solo sé un buen tipo como


sé que puedes ser.

—Suena como una acosadora para mí —dijo Kyle sarcásticamente.

La sonrisa dejó los labios de Brad.

—Se acabó. Me lo debes, y estoy cobrando. ¿Recuerdas cuando le hablé


a mi cliente para que te diera la entrevista a ti en vez de a Thomas
Watkins? —Al oír el nombre del otro periodista, Kyle frunció el ceño.
Thomas Watkins trabajaba para el Times y Kyle trabajaba para el Tribune.
Estaban constantemente compitiendo por las mejores historias. Kyle le
debía a Brad por esa ventaja, aunque solo fuera por la pequeña victoria
sobre Watkins.

Brad tomó su billetera, sacó un billete nuevecito y lo tiró al mostrador.


Kyle movió la mano en señal de objeción, pero Brad la ignoró.

—Esta va por mí, pero es hora de que pagues, hermano.

—Saldré con ella, pero solo una vez. No hago caridad.

—Eso es todo lo que pido, pero sé un buen tipo, ¿está bien? Es muy
tímida y sensible.

—Siempre soy un buen chico. —Brad arqueó una ceja y le dirigió a Kyle
una mirada dudosa—. Bien, fingiré ser tú entonces. —Él comprendía por
qué Brad pensaba que era irrespetuoso con las mujeres, pero en realidad
era todo lo contrario. Kyle respetaba tanto a las mujeres que nunca las
sometería al caos de una relación con él.

—Buena idea —dijo Brad, bajando del taburete.

La atractiva pelirroja se inclinó hacia adelante en su silla, exponiendo


su considerable escote como si estuviera mostrándolo solo para Kyle. Él
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asintió agradecido, sosteniendo su bebida en un brindis simulado, y ella


encorvó su dedo hacia él. Brad rio, recordándole a Kyle que aún estaba
allí.

—¿A dónde vas?


—Me estoy encontrando con Cassie. Te enviaré el número de Lanie para
que puedas llamarla. Aprovecha a la pelirroja antes de que comience a
desnudarse aquí.

Kyle se rio. Era gracioso cómo Brad siempre podía notar lo que estaba
pensando.
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CAPÍTULO 2

L
anie intentó en vano, enderezar las últimas obstinadas hebras
de su rebelde cabello ondulado hasta domarlo. Por quincuagésima
vez ese día, consideró cancelar su cita. Era una idea ridícula,
nacida de los deseos más tontos del corazón y no del juicio de una
menteracional. Brad la había visto leer los artículos de Kyle Manchester y
mencionó que eran mejores amigos. Era una de las pocas conversaciones
que habían tenido que no involucraba el trabajo o a Cassie, así que Lanie
se encontró hablando sobre el ambicioso periodista todo el tiempo. No era
difícil ya que leía todo lo que escribía.

Se había convertido en una verdadera fanática de Kyle después de su


artículo sobre la locutora deportiva humillada por cinco atletas mientras
hacía la entrevista en los vestidores. Los hombres decidieron que la mujer
no tenía nada que hacer en su mundo, así que montaron una especie de
protesta caminando desnudos alrededor de ella. La liga suspendió a los
jugadores, terminando en una gran protesta machista sobre que las
mujeres no pertenecían al periodismo deportivo, pero Kyle Manchester
tenía una opinión diferente. Les pidió a los lectores que imaginaran que la
periodista era su hermana, quien estaba siendo públicamente reprochada
por hacer su trabajo. El artículo fue tan fuerte como para levantar la
opinión pública y dejar en claro que Kyle era un apasionado y talentoso
periodista.

Brad hablaba de él tanto con afecto como con crítica, contándole


historias graciosas sobre su infancia. Sugirió planear un encuentro,
malinterpretando que su interés estaba en la conversación, no en el sujeto
en cuestión. Lanie tuvo dudas al principio, pero mientras más pensaba al
respecto, más segura estaba que pedirle ayuda a Kyle Manchester era lo
correcto.

Como abogada, Lanie sabía que lo que le faltaba en habilidades sociales,


lo compensabaen la investigación y preparación. Esto no era diferente.
Esto no era una cita. Era una negociación. Era imperativo que Lanie
mantuviera la delantera con la ventaja táctica de la sorpresa. Había
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practicado su presentación repetidamente, preparándose para su reunión,


aunque cuando vio el perfil de Kyle en la página web del periódico, perdió
el valor de nuevo. Sabía que era atractivo por la pequeña y granulada foto
a blanco y negro del diario impreso, pero esa foto era una inadecuada
representación comparada a las fotos a color y de gran tamaño suyas. Era
demasiado apuesto, con cabello negro azabache que enmarcaba sus ojos
como llamando la atención del observador hacia sus profundos orbes verde
esmeralda. Tenía una sonrisa entre misteriosa y traviesa, que abarcaba los
rasgos de un hombre peligroso y un travieso niño a la vez. Incluso en su
traje hecho a la medida, parecía musculoso, con un pecho amplio y brazos
fuertes. Podría haber sido modelo. Tenía la clase de rostro que exigía una
simple compensación por solo existir. Sin embargo, no importaba, porque
conocía lo suficiente a Kyle para saber que su integridad periodística no se
extendía a su vida personal. Brad lo describió como un mujeriego sin
dudarlo, lo que según para Lanie, significaba que a Kyle no le importaba el
apodo.

No, Kyle Manchester definitivamente no era el héroe en la historia de


Lanie.

—¿Estás alistándote para tu cita? —preguntó Cassie, entrando al cuarto


de Lanie sin llamar a la puerta, como era costumbre. Lanie sintió una
punzada de culpa con la presencia de su hermana, pero hizo lo mejor para
suprimirla como había hecho toda la semana. En silencio maldijo su
cabello otra vez mientras mechones se escapaban delganchito que había
elegido. Miró el perfecto cabello rubio cenizo de Cassie, liso como seda
planchada, y se preguntó de nuevo cómo es que ella había recibido todos
los genes perfectos de su madre. No solo era el cabello. Cassie tenía
profundos ojos azules, un perfecto vientre plano que no tenía ni una onza
de grasa incluso cuando se pellizcaba, y pómulos que eran tan altos que
parecían suspendidos en perfecta precisión.

—¿Me veo bien? —Tan pronto como preguntó, Lanie quiso golpearse la
frente. Bien podría haber pedido una bofetada en el rostro.

Cassie la rodeó, examinándola como un león a la caza, preparándose


para atacar.

—Creo que estás tan bien como puedes estar.

—Gracias, supongo. —Para Cassie, eso era un halago—. Oye, noté tu


ropa en mi clóset de nuevo. Necesito el espacio, a menos que me lasestés
dando.

Cassie se rio.

—Aparte de mis accesorios para el cabello, dudo que algo mío te sirva.
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—Cassie consideraba el sarcasmo la mejor clase de humor, en especial


cuando se trataba de su hermana. Como siempre, Lanie lo dejó pasar—.
Mis cosas están ahí solo porque no tengo espacio. ¿No podemos cambiar
habitaciones?
Lanie suspiró. Habían tenido esta discusión desde que Cassie había
aparecido en su puerta, en quiebra y sin casa hace seis meses, declarando
que necesitaba espacio para quedarse unas semanas. Lanie intentó
animarla para que fuera a vivir con su madre, quien sin duda estaría
encantada de tener a su hija favorita bajo su techo. Cassie desestimó la
idea de inmediato, declarando que era demasiado mayor para vivir con su
madre. Quéraro,no encontraba nada extraño vivir con su hermana. Lanie
contempló echarla, pero lo encontró difícil. Amaba a su hermana
incondicionalmente, a pesar de susgroserías. Sabía que Cassie también la
amaba, si no incondicionalmente, entonces poco convencional, algo que
Lanie había aceptado hace tiempo.

—Ya hemos hablado de eso. Esta es mi habitación mientras esté


pagandoel alquiler.

—Yo te ayudo —dijo Cassie con su mohín de siempre. Si la mínima


suma que apenas era suficiente para pagar el cable podría considerarse
ayudar, entonces Cassie tenía razón. Aun así, pagaba algo, y no era como
si pudiera pagar mucho más trabajando medio tiempo en una tienda de
maquillaje—.Es injusto que Phillip me echara. Los hombres tienen
estándares muy dobles. No es como si él no fuera infiel.

Lanie se giró hacia su hermana, sorprendida de escuchar una


declaración tan ridícula, incluso para ella.

—Cassie, estaba engañando a su esposa contigo. No es un argumento


válido.

—Ese es mi punto. Estaba engañándola y yo lo engañé. Pensarías que


me perdonaría. Además, sé que todavía se acostaba con ella, así que de
cierta forma también me estaba engañando.

Lanie se encogió de hombros sabiendo que era inútil discutir. El sentido


de derecho de la chica proyectaba una red más amplia que la mayoría de
los contratos blindados de un presidente de empresa. La madre de Lanie
había insistido que su padre les diera a ambas hermanas la misma
cantidad en un fideicomiso, aunque, si la madre de ella se hubiera salido
con la suya, Lanie no habría recibido nada. Lanie usó sus fondos para la
universidad y la escuela de derecho. Cassie gastó su dinero en ropas
lujosas, fiestas extravagantes y viajes costosos. Para cuando Lanie se
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graduó de la escuela de leyes en Harvard, Cassie no tenía dinero.

Ella había pasado los últimos años buscando algo… o mejor dicho,
alguien que reemplazara ese ingreso faltante. Phillip parecía el hombre
perfecto. Era rico, apuesto, y más importante, casado. Como todos sus
otros trabajos, Cassie solo tenía trabajo de medio tiempo. Él la puso en un
espléndido apartamento de Lake Shore Drive y le dio un costoso auto y un
entrenador que iba tres veces por semana para ayudarla a estar en forma.
Desafortunadamente, Phillip decidió pasarse en una de sus sesiones de
entrenamiento, e incluso aunque el entrenador estaba proveyendo un
arduo ejercicio, no estaba relacionado con el Pilates.

—Y mi punto es que necesitas sacar tus cosas de mi clóset esta noche.

Cassie puso los ojos en blanco, pero no replicó.

—¿Cuánto gana Brad?

Ante el sonido del nombre de Brad, Lanie sintió otra puñalada de culpa
penetrar sus entrañas. No por Cassie esta vez, sino por Brad. Le había
dado a Brad pistas casuales sobre el pasado de Cassie, pero era obvio que
estaba demasiado absorto con su buena apariencia para notar otra cosa.
Lanie decidió que lo mejor era dejar que Brad se diera cuenta por sí solo.
Cualquier intromisión más de ellase interpretaría como malicioso y
manipulador. Además, le debía lealtad a su hermana, y Lanie no tenía
razón para creer que Cassie le estaba siendo infiel a él… todavía. No, Lanie
haría lo que mejor hacía. Pasaría a un segundo plano y esperaría.

—No tengo idea. El bufete desaprueba cualquier discusión de salario, no


es que le preguntaría a él.

—Entonces solo dime cuánto ganas. Debe ser similar.

Lanie suspiró.

—Tampoco puedo hacer eso. —Lanie notó su voz tambalear mientras


pensaba en Brad. Era gracioso lo diferente que era de Kyle. Brad era
tradicionalmente apuesto, hermoso incluso, con cabello rubio, brillantes
ojos azules y una sonrisa que podía desarmar al más hostil de los jueces.
No era de extrañar que fuera a convertirse en socio antes del crucial
séptimo año, el año en que la firma por lo general premiaba con esos
honores.

—Te conté cuanto ganaba.

Lanie contuvo la risa. El empleador de su hermana publicaba escala de


pago por hora en la ventana de la tienda. No era exactamente información
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privilegiada.

Cassie se levantó y caminó al vestidor donde la laptop de Lanie estaba


encendida. Lanie la escuchó jadear porque sabía lo que Cassie estaba
mirando.
—¿Este es Kyle Manchester?

—Sí.

—No puedo creer que nunca lo haya conocido. Es sexy.

—Es muy apuesto.

—Quélástima que sea amigo de Brad.

Lanie se giró a mirar a su hermana, quien estaba ocupada estudiando


las fotos del perfil de Kyle.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Nada. Solo digo que no importaría ejercitarme con él —dijo Cassie,


girándose para guiñarle un ojo a Lanie.

—Brad es un buen hombre, Cassie.

La sonrisa desapareció del rostro de Cassie, siendo reemplazada por un


ceño.

—¿Dije que no lo fuera? —espetó.

—Es solo que sigues sacando a relucir otros hombres.

—Solo estoy hablando. Es lo que las chicas hacen, Lanie, no es que lo


sepas. —Cassie estudió la foto de Kyle de nuevo, dándole clic a otros
enlaces en su perfil—. Además, los periodistas no hacen tanto dinero como
los abogados, ¿verdad?

Lanie sabía que este era un intento de Cassie para saber el salario de
Brad otra vez.

—Hay cosas más importantes que el dinero.

—Es fácil para ti decirlo. Ganas un montón. —Cassie actuaba como si a


Lanie le hubieran regalado el trabajo. Era curioso, ya que ambas tuvieron
las mismas oportunidades. De hecho, Cassie tuvo una mejor infancia en
muchas formas. Pero su hermana disfrutaba el papel de víctima. Era uno
que estaba destinada a interpretar.
17

—Suficiente para mantenernos —contestó Lanie en voz baja. El


sarcasmo de la declaración no fue comprendido por Cassie, quien estaba
muy ocupada quejándose.
—Me haces sentir culpable, y vine aquí para ayudarte. —Cassie era
como una granada con un clip de seguridad flojo y muy vulnerable;
siempre lista para explotar. Brad todavía no había visto este lado porque
ella era muy buena ocultándolo, pero aparecería con el tiempo. Ahora,
Lanie necesitaba desactivar el explosivo antes de que detonara.

—Si de verdad quieres ayudarme, ¿puedes peinarme? —preguntó Lanie


con una sonrisa de disculpa.

Cassie caminó al tocador para poner su mano perfectamente arreglada


sobre el hombre de Lanie.

—No tengo tiempo, pero haré algo mejor. Te daré un consejo de


hermana. —Lanie tomó aire, sabiendo lo que venía. Era el mismo consejo
que había escuchado toda su vida de su madre y Cassie—. Eres un dos.

Lanie alzó su cabeza sorprendida. Esa era una nueva táctica.

—¿Un dos?

—Sí, un dos en la escala de la apariencia.

—¿Entonces cómo alguien como yo alcanza un número más grande? —


Lanie sabía a donde iba esto, pero estaba tan acostumbrada que lo tomó
como un chiste. Era muy depresivo defender su apariencia física o
molestarse con Cassie. Su hermana disfrutaba esas respuesta demasiado,
así que era más fácil seguir el juego.

—Ese es el problema, Lanie —dijo Cassie como si Lanie fuera una niñita
incapaz de comprender la diferencia matemática entre diez y dos—. Lo veo
cada día en mi trabajo cuando las mujeres creen que un labial o el polvo
compacto las transformará. El resultado final es que un dos se puede
convertir en un tres, tal vez incluso un cuatro, pero un dos nunca será un
diez.

Lanie alzó sus cejas e inclinó su cabeza en un gesto burlón de


confusión.

—¿Y por qué es eso?

—Porque los diez nacen, no se hacen. Soy un diez, Brad es un diez, y


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este Kyle Manchester es definitivamente un gran diez, pero tú no.

—¿Hay un punto en esto?


—Creo que deberías cancelar esta noche, porque si hay algo que he
aprendido, es que un dos nunca atrapará un diez. No quiero ver que te
lastimen.

Lanie sonrió con la falsa dulzura que aprendió de niña, feliz que el
consejo de Cassie hubiera matado las últimas punzadas de culpa y
renovara su confianza para seguir con la cita.

—Gracias por el consejo. De verdad me ayudó a aclarar mi mente.

Cassie imitó la sonrisa de Lanie, abrazándola.

—¿Para qué son las hermanas?


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CAPÍTULO 3

K
yle se sentó en una mesa en Duggan’s esperando
impacientemente por Lanie Carmichael. Mientras más pronto
llegara, más pronto se acabaría este padecimiento. Kyle temía
estareunión/cita, pero tal vez no sería tan malo. Después de todo, ella era
una fan, y la noche bien podría consistir en ella adulándolo y halagándolo.
Eso al menos lo disfrutaría, y luego se iría a casa de la fogosa pelirroja.
Sarah, Suzie o algo así. Se había sacado el premio gordo con ella. Era una
instructora de yoga súper flexible. Era una pena que tuviera que dejar de
responder sus mensajes de texto pronto. Ya estaba mirándolo con esos
ojos de “acurruquémonos”. Era una lástima, ya que solo se habían
acostado dos veces. Apostaba que Lanie lo miraría con esos ojos a primera
vista.

Hizo una mueca cuando vio la alta y desaliñada mujer mirando


alrededor del lugar. Por favor, no seas Lanie Carmichael. Una rubia alta en
una minifalda chocó con ella y se dirigió hacia él. Gracias a Dios Brad es
un verdadero amigo, pensó Kyle. La rubia le devolvió la sonrisa, pero en
lugar de tomar asiento, pasó de largo. Kyle la siguió con la mirada,
disfrutando de la vista, pero también lamentándose. Se giró de nuevo para
ver a la Alta Desaliñada dando lentos y constantes pasos hacia él y
sonriéndole tontamente. Estaba vestida en un traje holgado de color beige
hecho con tantas capas, que Kyle se preguntó si podría adivinar
correctamente la talla de su sujetador. Probablemente una A o tal vez una
B. Tenía un abrigo azul marino en un corte masculino. Bajo el abrigo,
parecía haber un cuello de tortuga, un chaleco, un blazer, y la falda más
de señoraque había visto en su vida, todo en varios tonos de beige. Sus
tacones incluso parecían ortopédicos, si era eso posible. Estaba de pie
frente a él, extendiendo su mano como un cachorro jadeante esperando ser
acariciado.

—Hola, Kyle. Es un gusto conocerte. Soy Lanie Carmichael. —Estrechó


su mano firmemente. Sus manos eran pequeñas, pero seguro que tenía un
agarre de hombre. Dejó su abrigo azul marino y laenormecartera que era
del tamaño de una maleta pequeña en el asiento frente a él. Luego
20

sorprendió a Kyle deslizándose a su lado en vez de sentarse frente a él. Síp,


definitivamente acosadora, pensó Kyle miserablemente bebiéndose su
whiskey. Kyle empezó a mirarla con incredulidad, pero ella solo siguió
sonriendo como si fuera normal sentarse a su lado.

—¿Qué vas a tomar? —le preguntó al fin.


—Creo que tomaré una piña colada sin alcohol. —Kyle arqueó su ceja
ante su elección de bebida. Esta mujer tenía al menos veintiuno… aunque
podría haber tenido cincuenta con ese atuendo. ¿Por qué estaba pidiendo
una bebida sin alcohol? ¿Era alcohólica? ¿Brad lo había juntado con una
acosadora borracha y desaliñada?

Mientras Kyle pedía su bebida, se preguntó si era grosero pedirle que


ordenaran la comida de una vez. Mientras más pronto comieran, más
pronto él podría probar qué tan atrás podrían ir las piernas de la flexible
instructora de yoga.

—¿Entonces trabajas con Brad? —preguntó Kyle en un patético intento


de conversación.

—Sí. Ambos somos junior en nuestra firma. Me haré socia este año.
Brad probablemente en dos años. —¿Dios, eso es un insulto para Brad?
¿Cómo él podía describir a esta chica como tímida? Era muy egocéntrica.

—Genial. ¿Entonces te gusta? —No sabía por qué, pero su extraño


comportamiento era interesante.

Ella se ajustó la maraña de cabello ondulado que amenazaba con


soltarse del apretado moño sobre su cabeza.

—Soy buena en eso. Es lo que estoy destinada a hacer.

—¿Por qué? ¿Te gusta pelear por los desamparados y conseguir justicia?
—preguntó Kyle un tanto burlón.

Lanie tomó un sorbo de su bebida, seguido de una respiración profunda.

—No, no es mi trabajo conseguir justicia para la gente. Eso es lo que


hace la corte.

—¿Entonces cuál es tu trabajo?

—Ganar.

—¿Y ganas muy seguido, Lanie?

Se encogió y le sonrió de lado, lo cual de hecho suavizó sus rasgos.


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—Más seguido de lo que no. Es por eso que voy en la vía rápida. —
Maldición, tenía una alta opinión de sí misma. Derribar un poco ese
orgullo sería su propia marca de justicia.

—¿Por qué ganas tanto?


—Preparación y trabajo duro… pero más que nada, soy una buena
observadora. —Kyle se mordió el labio, intentando contener la risa—. Es
cierto. Debes conocer a la gente para entender lo quevan o no van a
aceptar. La mayoría de mis casos ni siquiera llegan a la corte. Soy capaz de
resolverlos con una negociación táctica.

—¿Entonces conoces a las personas? —preguntó Kyle, pensando que


sería bueno hacer trastabillarun poco a esta chica.

—Creo que lo hago la mayoría de las veces. Algunos son más fáciles de
leer que otros. —La mesera volvió para obtener sus órdenes. Kyle ordenó
su hamburguesa de siempre, pero se sorprendió de nuevo cuando Lanie
pidió costillas. ¿Qué clase de chica ordenaba la comida más liosa del menú
en una primera cita? Se le ocurrió a Kyle que de lo único que habían
hablado era de ella. Kyle se preguntó si Brad estaba tan enamorado de su
nueva novia que estaba perdiendo la cabeza. ¿En cuál realidad esta chica
tenía un enamoramiento por él? No era solo socialmente torpe. Eso era un
eufemismo. Además, era egocéntrica. ¿Tímida? Esa era una completa
mentira.

—¿Soy fácil de leer, Lanie? —preguntó, esperando ponerla incómoda. Se


giró hacia él, sonriendo y ajustándose sus grandes lentes de marco negro.

—Definitivamente estás en el extremo fácil de la escala de legibilidad.

—Por favor, no me dejes en suspenso. Me encantaría una demostración


de tus habilidades.

—Mira, sé que esta es una cita por lástima. No debes esforzarte tanto
por conversar. —La sonrisa clínica de Kyle desapareció cuando su
mandíbula cayó ante su contundente respuesta. Esta era la cita más rara
que había tenido. Era incluso más extraña que la psíquica que había
insistido en sentir su aura. Al menos eso había terminado en sexo caliente
cuando le había demostrado donde estaba su aura exactamente.

Un repentino pensamiento loco se le ocurrió, y la miró con el ceño


fruncido.

—Espera un minuto. ¿Una cita de lástima para quién? —Con su actitud


altanera, esta chica podría pensar que estaba haciéndole un favor a él.
22

—Oh, no te ofendas. Es bastante obvio que me estás sacando por


lástima.

—Me alegra que tus poderes de observación sean tan astutos como
dices, Lanie —replicó Kyle sin importarle que estuviera insultándola.
—Lo son. Por ejemplo, sabía que no me encontrarías atractiva. Soy
tímida y varonil a la vez. —Él se preguntó cuántas veces sus francas
respuestas lo asombrarían—. Soy completamente realista, y sé cómo luzco.
—Por lo general cuando las chicas soltaban comentarios desdeñosos sobre
su apariencia, esperaban que Kyle las corrigiera con un tranquilizador
“eres preciosa, nena” o “tienes un buen cuerpo”. Lanie no esperaba eso. Su
sencilla declaración la hacía incluso más intrigante.

—¿Cómo sabías eso? Es cierto, por supuesto, pero no creo que te haya
mirado frunciendo el ceño ni nada. —Ella marcaba el paso con su
honestidad, así que siguió el camino.

—Bueno, además del obvio abismo entre nuestras apariencias, es como


te comportas. Me invitaste a salir por mensaje de texto. No me recogiste en
mi casa, sino que me pediste que viniera aquí… —Apuntó alrededor—, un
bar deportivo, por el amor de Dios. —Su comida llegó y Lanie no perdió
tiempo con sus costillas.

—Este es un restaurante. Creo que eso es evidente por el plato de


comida frente a ti —dijo Kyle, apuntando al plato de Lanie.

—Es un restaurante con quince televisores de pantalla plana, cada uno


mostrando un deporte diferente. Sirven bebidas en posavasos de cartón
que presentanbanalidades. Y los camareros usan camisetas de fútbol y
gorras de beisbol. Hasta donde sé, eso es un bar deportivo.

—Eres una loca directa. Si no te gusta mi elección, por favor siéntete


libre de irte.

—Me encanta.

—Bueno entonces, ¿por qué estás tan ofendida?

—¿Quién dijo que estaba ofendida? Solo que es muy obvio que estás
totalmente desalentado por mí en todos los sentidos.

—No en todos los sentidos. Tu apretón es firme. —Ella se echó a reír


ante su comentario, el cual Kyle pretendió fuera insultante—. Muy bien,
observadora, me estoy muriendo por saber… ¿por qué demonios aceptaste
venir a verme si sabías que no me gustarías? No es la clase de impresión
que buscas en una cita, en caso de que no lo sepas. Brad me dijo que eras
23

una fan mía.

—Oh, lo soy. Disfruto tus historias, pero no quería conocerte para


impresionarte, sexualmente o de otra forma. Y es claro que no vine aquí a
halagar tu inflado ego, si eso era lo que estabas pensando —replicó ella,
tomando pausas intermitentes para lamer la salsa de barbacoa de sus
dedos.

—Por favor ilumíname entonces. ¿Por qué estás aquí?

—Te diré cuando me estés prestando atención.

—Te estoy hablando, ¿no?

—Hablando y prestando atención son dos cosas diferentes, pero


sospecho que lo sabes. Tienes un ojo en el partido de fútbol, que los Bears
van a perder, por cierto. Y el otro está en la rubia de piernas largas con la
minifalda blanca en la barra. —Era cierto, pero Kyle estaba tan
sorprendido por su exactitud que ni siquiera se sintió culpable.

—Bueno, es difícil mantener un ojo en ti cuando estás sentada a mi


lado. Y los Bears tienen una buena oportunidad ahí.

—Oh, no estoy insultada. Me senté a tu lado porque también quería ver


el juego. Y los Bears van a perder porque de verdad necesitan una
anotación de campo ahora, pero su pateador sufrió una lesión durante el
último juego de la que no se ha recuperado del todo.

Encontró sus conocimientos sobre fútbol ligeramente desconcertantes.


Quería que le disgustara, pero era difícil cuando tenían algo en común.
Ella limpió su barbilla, quitando el residuo de salsa, y se giró a Kyle. No la
miró a los ojos por miedo de que no pudiera mantener la expresión en
blanco en su rostro.

—No me importa que estés distraído. Estoy segura que también tienes
que hacer varias cosas a la vez en tu trabajo, pero sí pido que mantengas
al menos uno de tus ojos en mí. Así que elige. La rubia de piernas largas o
el partido de fútbol.

Kyle sonrió, preguntándose si era posible hacer sentir incómoda a esta


chica. Se giró hacia ella para darle toda su atención. Estaba complacido de
encontrar que podía mirar a Lanie y aun así ver el glorioso trasero de la
rubia desde esta posición.

—¿Oh, entonces eliges a la rubia? Debe gustarte más el sexo que los
deportes.
24

—El sexo es un deporte. Y ya que estás viendo el juego, puedes decirme


el marcador. Soy mejor delegando que haciendo varias tareas. Así que,
Lanie Carmichael, si no estás aquí para adularme o seducirme, entonces
¿por qué demonios estás aquí, arruinando mi perfecta vista de una rubia
de piernas largas? —Listo, con eso debe bastar. Ahora llorará, y será
divertido de cierta forma. Dios, soy malo. Para su sorpresa, solo sonrió con
su sonrisa ladeada y comió otra costilla.

—Tienes razón, suficiente de charla casual.

Santo Dios, ¿esta es su idea de una charla casual?

—Estoy enamorada de Brad.

Kyle estuvo agradecido de no estar bebiendo whiskey, porque sabía sin


duda que su explosiva confesión lo habría hecho ahogar.

—¿Qué?

—Sí, amo a Brad, y eres el mejor amigo de Brad. O al menos uno


cercano, y pensé que podrías ayudarme.

—¿El manicomio sabe que te escapaste o deberíamos llamarlos?

—Sé que es muy extraño, pero así es la cosa. He trabajado con él


durante casi dos años, y sé que somos compatibles. Como dije, soy una
observadora, y él es la clase de hombre que encaja con mis necesidades.

—Eh, qué mal que esté ocupado encajando con las necesidades de tu
hermana —replicó Kyle con sarcasmo. Era imposible para él apartar la
mirada ahora. Definitivamente se había ganado toda su atención.

—Ésa es la cuestión. No soy una especie de perra roba novios como


estás pensando. Amo a mi hermana, pero he tenido mucho tiempo para
observarla. Sé que Brad no encaja con su criterioideal.

—¿Por qué es eso? ¿Porque él te pertenece? Pensé que eras una


acosadora, y tenía razón. Los periodistas tenemos habilidades de
observación muy buenas también.

—Nada de eso. No estoy obsesionada con él. Lo que estoy proponiendo


es algo arriesgado, pero muchos de los casos que he ganado lo han sido.
Tuve éxito por mi preparación, y esta circunstancia es similar. —Lanie se
mordió su labio inferior, luciendo un poco nerviosa por primera vez—. A
Cassie le gusta Brad por todas las razones que a mí me gusta. Es fuerte,
apuesto, dulce y exitoso.
25

—Claro. ¿Cómo no amarlo? Sé que eres una abogada, pero Jesús, ¿no
tienes escrúpulos? —preguntó Kyle, poniendo sus ojos en blanco para
mostrar su indignación.
—Sí. Amo a mi hermana. No pretendo robarle a Brad. Solo voy a esperar
a que termine con él.

—¿Y si no lo hace? En caso de que no lo supieras, a Brad de verdad le


gusta.

—Oh, sé que sí. Esa es una de las razones por las que me gusta
también. No es del tipo infiel, pero desafortunadamente, Cassie sí.
También se aburre fácilmente. Ustedes se llevarían muy bien, aunque
probablemente rompa contigo más rápido que con Brad.

¿Está hablando en serio? Kyle se preguntó si debería empezar a grabar


esto para que Brad supiera exactamente qué clase de loca era la hermana
de su novia. Mierda, también eran compañeros de trabajo. Kyle hizo una
nota mental para animar a Brad a presentar una queja en recursos
humanos.

—¿Entonces solo sabes que romperá con él?

—No lo sé, pero basada en su historia, mis observaciones, y su lista de


criterios, creo que sí. A Cassie no le gustan los secretos de familia, y creo
que ambos sabemos que Brad tiene algunos.

Kyle se enderezó, preguntándose por primera vez si podría salirse con la


suya abofeteando a una mujer.

—Estás hablando de su papá. Eso no es tu asunto.

—Es de conocimiento público. Su papá fue sentenciado por


malversación, y aunque Brad se ha distanciado, todavía es un estigma. No
creo que mi hermana sepa porque ya habría terminado las cosas a estas
alturas.

—¿Por qué no le dices entonces? Claramente te beneficiaria.

—Como sucintamente declaraste, no es mi asunto. —Miró sus manos,


como si luchara con su propia declaración—. Sé que no entiendes esto,
pero no estoy intentando sabotear su relación. Solo estoy esperando que
suceda lo inevitable, y cuando lo haga, espero que ella me dé su bendición
para ir tras Brad, y que él esté interesado.
26

—¿Cuáles son los otros criterios? ¿Dijiste que esta hermana tuya tiene
una lista?

—Sí, no es una lista de verdad, pero son cosas que ella busca en un
hombre. Cassie ha sido educada para casarse rica, y aunque Brad es
exitoso, nunca será millonario, que es lo que Cassie quiere.
—Pero eso no te importa, ¿verdad? ¿Porque eres la hermana buena? La
que consigue todas las cosas que ella deja. —Lanie hizo una mueca.
Realmente estaba reaccionando adecuadamente por primera vez.

—Tengo un conjuntodiferente de criterios. Como dije, es arriesgado, pero


si incluso tengo una oportunidad, tendré que ser diligente en mi
investigación, y es ahí donde necesito tu ayuda.

—¿Cómo demonios podría ayudarte a seducir a mi amigo, y por qué


querría hacerlo?

Respiró profundamente y sonrió ampliamente. Era muy amplia, como si


pudiera estar más nerviosa de lo que aparentaba.

—Dos preguntas muy buenas, Kyle. Puedo ver por qué eres un excelente
periodista. Bueno, primero que nada, no quiero seducirlo. Quiero que me
ame como yo lo amo. Puedes ayudarme porque sabes cosas de él que no
puedo observar fácilmente.

—Suena jodidamente manipulador, y te garantizo que nunca


funcionará.

Lanie se encogió de hombros, estallando la cereza de su bebida frufrú en


su boca.

—Probablemente no, pero nunca lo sabré si no lo intento. Mi carrera se


trata de jugar limpio y con las reglas, pero ya sabes lo que dicen, “en la
guerra y en el amor todo…”

—Mujer, eres una jodida psicópata. Creo que necesito llamar a Brad y
contarle sobre tu obsesión con él al estilo atracción fatal antes que
empieces a hervir conejos3.

No parecía alterada por las maliciosas palabras de Kyle.

—No soy una psicópata. Confía en mí cuando te digo que esta no es una
situación en la que siento que si no puedo tenerlo, nadie puede. Puede
romper con Cassie mañana y empezar a salir con otra chica al día
siguiente. Es todo un partido, después de todo. —Ella miró a Kyle
fijamente, y sus palabras salieron más fuerte, con más énfasis—. Sin
embargo, si hay alguna posibilidad de que él me ame, entonces quiero
27

estar preparada para eso. Si eliges decirle sobre nuestra conversación,


puedes hacerlo. Supuse que lo harías, y era un riesgo que estuve

3Hace referencia a una escena de la película Atracción Fatal (1987), en la que el personaje de
Glenn Close, hierve el conejo de la familia de su amante.
dispuesta a correr. Antes de que lo hagas, creo que deberías escuchar las
otras razones por la que querrías ayudarme.

—¿Qué te hace pensar que cualquier cosa que digas podría


convencerme?

La mesera llegó y ordenaron más bebidas. Kyle notó que la rubia de


piernas largas estaba todavía en la barra. Desafortunadamente, esta chica
estaba tan locamente interesante que se sentía obligado a oír su estrategia.
Después de todo, como un amigo y periodista, era el deber de Kyle extraer
tanta información como fuera posible. Sería de ayuda cuando estuvieran
en la estación de policía después. Frunció el ceño ante la idea de pasar la
noche en una estación de policía. Oh, rubia y pelirroja atrevida, una de
ustedes la habría pasado tan bien esta noche.

Lanie peinó hacia atrás una hebra de su cabello.

—Hay tres razones en total por las que deberías ayudarme. Primero, mis
intenciones no son maliciosas. Soydirectapero honesta y considerada.

Kyle resopló audiblemente.

—Sé que es difícil que lo veas, pero amo a mi hermana. Nunca haría
nada para poner en peligro su relación. Se destruirá sola en poco tiempo.
Solo quiero estar preparada para empezar mi persecución por Brad
cuando suceda. Segundo, sé que has sido amigo de Brad desde la escuela
primaria. También sé que hay una parte de ti a la que le desagrada.

Kyle entrecerró sus ojos, temiendo lo que Lanie sabía.

—¿Qué te dijo?

—Nada. Brad y yo solo somos amigos y colegas. No hemos tenido


conversaciones personales, pero como dije, soy buena observadora. Brad
se crispaligeramente cuando habla de ti, y tú tiendes a apretar los dientes
cuando hablas de él. No sé por qué tuvieron una discusión. Supongo que
es por una chica, pero de verdad no me importa. El punto es, creo que a
una parte de ti no le cae bien Brad, y eso juega a mi favor.

—Es mi amigo. Soy leal a él, no a ti.


28

—Lo sé, pero no puedes ser tan leal si todavía me estás hablando.
Enfréntalo. Por mucho que odies admitirlo, estás interesado en lo que
tengo para decir.

Maldición, tiene razón.


—Mira, no le desearía tu locura ni a mi peor enemigo, mucho menos a
mi mejor amigo. Esas razones son tonterías.

—La tercera razón es probablemente la que cerrará el trato. Otra cosa


que observo sobre ti, Kyle Manchester, es que estás orgulloso de tu
trabajo, y deseas reconocimiento por este.

—¿No lo quiere todo el mundo?

—No todo el mundo es tan ambicioso como tú. Es cierto que leo tus
artículos, y estoy muy impresionada por la sinceridad de tus historias.
¿Conoces a Melinda Hayes?

Kyle casi resopló de nuevo. ¿Cómo llegó Melinda Hayes a esta


conversación? Las únicas bolas que Lanie sabía lanzarle eran curvas.
Melinda Hayes era un nombre muy conocido, la huraña ex esposa del
Senador Hayes y una de las mujeres más odiadas de América. Había sido
arrestada hacía varios años por manejar uno de los burdeles más grandes
y exitosos del estado, mejor conocido por emplear a menores de edad.

—Por supuesto que sé quién es. ¿Qué pasa con ella?

—Algunas de sus víctimas son mis clientas, y cuentan una historia muy
diferente a la suya. —Melinda Hayes siempre había mantenido su
inocencia, y a pesar de la abrumadora evidencia, nunca fue condenada.
Todo el asunto olía a conspiración del gobierno y burocracia. Habían
pasado cinco años desde el veredicto de inocencia, pero la gente todavía
quería sangre. Las victimas nunca hablaron públicamente, llevando a
salvajes suposiciones de que les pagaron por su silencio.

—¿Y qué tiene eso que ver conmigo?

—Mis clientas están listas para contar su historia. Estoy manejando su


caso civil.

—¿No hay una orden de silencio para evitar que hablen?

—No, nunca lo hubo. Hubo una razón diferente para que permanecieran
anónimas.

—¿Qué?
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Lanie se rio, negando.

—¿De verdad crees que arrojaría mis cartas así?

Kyle suspiró con frustración.


—¿Entonces qué está diciendo, señorita Lanie? ¿Está ofreciéndome una
entrevista a cambio de mi ayuda? ¿Quid pro quo?

Lanie no respondió directamente su pregunta. Como buena abogada,


bordeó el problema, estimulando su interés lo suficiente para que no
insistiera en una respuesta.

—He estado trabajando con ellas un largo tiempo y confían en mí. Hay
ciertas cosas que no puedes preguntar, pero si sigues mis instrucciones,
puedes tener la primicia.

—Es bastante jodido que vendas a tus clientes por una oportunidad de
tal vez aparecer en el radar de algún tipo.

Tomó aire irritada, mostrando que al menos una de las declaraciones de


Kyle había tenido el efecto que quería.

—Primero que nada, Brad no es algún tipo. Es el tipo… al menos para


mí. Segundo, no estoy vendiéndolas en absoluto. Van a hablar en público
de todos modos. Su historia es inspiradora y trágica, y la gente necesita
saberla. Creo que harías un buen trabajo contándola.

—¿Y si no te ayudo?

—Me gusta tu trabajo. Es bueno, pero el trabajo de Thomas Watkins es


igual de impresionante, y estoy segura de que aceptará mis términos. —
Ante la mención de Watkins, Kyle se tomó su segundo trago e hizo señas
para un tercero.

—Oh… ¿entonces Thomas Watkins te ayudará a hundirle las garras a


Brad? No sabía que ellos se conocieran.

—No, no esos términos, pero respetará lo que está fuera de registro.

—No hago las noticias. Solo las reporto.

—Tonterías. Aun puedes informar y respetar a mis clientas a la vez.

—¿Cómo tú? ¿Vendiéndolas para sobornarme?

Lanie de verdad pareció ofendida. Él había insultado su apariencia, su


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estabilidad mental, y su personalidad sin ningún reproche por parte de


ella. Pero mencionaba su integridad y se molestaba. Abogados… quién lo
diría.

—No estoy vendiéndolas. He leído todo lo que has escrito e investigado


demasiado. Barbara Walters quiere esta entrevista y Oprah está dispuesta
a salir de su retiro, pero quiero que tú la cuentes. Y no es solo porque me
ayudarás, sino porque sé qué harás un buen trabajo. Esta historia
requiere la consideración que solo la palabra escrita puede dar y la
integridad que un periodista diligente como tú puede ofrecer. Estoy
haciendo este caso pro bono, y mi objetivo es protegerlas mientras me
aseguro que las partes responsables rindan cuentas. Si fallo en la corte
jurídica, entonces al menos prevaleceremos en la corte de la opinión
pública.

Kyle estuvo impresionado por el discurso de Lanie, aunque intentó no


demostrarlo.

—Buen sermón, pero ambos sabemos que no eres la Madre Teresa.

—No, no ella, pero si hay que hacer una comparación, me asociaría con
Gandhi. —Está vez Kyle sí se ahogó con su bebida. La miró con una
mezcla de diversión y escepticismo—. Después de todo, somos abogados
los dos —dijo ella, sonriendo brillantemente.

Kyle se rio a carcajadas, apreciando su chiste. Era asertiva y tímida,


pero al mismo tiempo, definitivamente tenía sentido del humor. Lanie
Carmichael era una total paradoja en su opinión.

—Lo siento, abogada, tiene un buen argumento, pero no voy a vender a


mi amigo.

—No estarías haciéndolo. Como dije, no voy a hacer nada malicioso. Sé


que te he intrigado lo suficiente para considerarlo.

—¿Por qué lo dices?

Lanie se inclinó más cerca de Kyle, bajando su voz a un susurro.

—Porque esta historia es el camino al Pulitzer, algo que deseas


demasiado. Estoy dispuesta a apostar que solo la idea de esta historia te
está poniendo más duro que la rubia en la barra.

Kyle se removió incómodo, preguntándose si sus poderes de observación


se materializaron en leer mentes. Estaba de verdad pensando en su loca
oferta, y lo hizo sentir culpable. Después de todo, no era un traidor. Era
un adicto al sexo, pero siempre era honesto con las chicas con las que se
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acostaba, y se consideraba un amigo decente. El hecho de que siquiera


hubiera salido con esta chica lo probada de alguna forma.

Se volteó hacia ella, decidiendo que había oído suficiente.


—Escucha, psicópata, no hay forma de que te ayude. De verdad, la cosa
más decente que puedo hacer es romper tu gran burbuja de locura. Deja
de engañarte. Por amable que sea Brad contigo, nunca le gustarás. Le
gustan las mujeres delicadas, curvilíneas, y… bueno, femeninas. Haces
que el look de una bibliotecaria parezca modelo de pasarela. Es una jodida
pena que no seas tan bonita como estoy seguro que lo es tu hermana. Es
peor que ni siquiera hayas sido bendecida con una buena personalidad. —
Ella se mantuvo sin expresión mientras él lo decía, lo cual lo molestó—.
Por cierto, los 80’s llamaron y quieren sus hombreras de regreso. —Kyle
terminó su diatriba dejando su vaso sobre la mesa de un golpe.

Para su decepción, ella ni se estremeció, y su labio inferior no tembló.


Había esperado que estuviera llorando ahora. En cambio, hizo la cosa más
asombrosa de toda la noche. Comenzó a reírse. No una sonrisa sarcástica
o incómoda, sino una profunda y honesta sonrisa como si estuvieran
compartiendo un chiste.

—Bueno, no bromees, Sherlock. ¡Planeo hacerme un cambio de imagen,


tonto! Esa es una de las cosas con la que espero me ayudes. Y confía en
mí, no soy tan agresiva.

—Entonces eres una actriz jodidamente buena —gruñó Kyle irritado.

—Estos son negocios, y soy una profesional. Debo actuar de esta forma.
De lo contrario, nunca me tomarías en serio… —Ella alzó una mano para
callarlo cuando Kyle abrió la boca—… y a pesar de lo que estás por decir,
sé que me estás tomando en serio. Soydirecta y atrevida porque debo serlo
en el trabajo. Desafortunadamente, estoy muy perdida cuando se trata de
cosas personales.

—Qué sorpresa —susurró Kyle, deseando otro trago.

Lanie se levantó, caminó hacia su bolso y sacó un par de billetes de su


cartera.

—Pagaré por tu cena —ofreció Kyle, dándose cuenta que la poca


caballerosidad que tenía estaba asomándose a pesar de su disgusto por
esta chica. Estaba siendo un completo imbécil y se sentía algo arrepentido,
pero le molestaba incluso más que su reacción fuera tan extraña.

—No, pagaré la tuya. Es lo mínimo que puedo hacer después que te


32

distraje de la rubia de piernas largas toda la noche. —Se dio la vuelta y


miró hacia la barra—. Por cierto, los Bears van perdiendo como dije, pero
la rubia sigue ahí. Buena suerte. —Se puso su abrigo y tomó su gran
bolso.
Kyle casi le respondió lo mismo, pero se dio cuenta lo absurdo que
sonaba.

—Le diré a Brad que consiga una orden de restricción contra ti.

Se encogió de hombros.

—Adelante. Soy una abogada muy buena y es tu palabra contra la mía.


Además, sé que he picado tu interés esta noche.

—No has picado nada.

—Sigue diciéndote eso, pero ambos sabemos que no es cierto. Cuando


ella esté gritando tu nombre… —Lanie apuntó a la rubia de piernas
largas—…tú estarás gritando Pulitzer.

Con eso, sonrió dulcemente y se despidió.

—Llámame.

Se alejó, dejando a Kyle sin palabras, removiendo los hielos en su vaso


vacío.
33
CAPÍTULO4

L
anie había contemplado nerviosamente los resultados de su loca
reunión con Kyle Manchester todo el día. Sabía que lo había hecho
sentir incómodo, lo cual no era una pequeña hazaña en vista de su
reputación como periodista sosegado y un suave rompecorazones. Estaba
contenta de haberlo conseguido sin romper a sudar. Lanie le habría dado a
Kyle el artículo no importa qué, pero en cualquier negociación, tenía que
utilizar cualquier herramienta que pudiese. Su plan parecía estar
funcionando cuando Kyle envió un mensaje de texto y le pidió que se
reuniera para el almuerzo. Ella le respondió, diciendo que generalmente
comía en su escritorio, lo que era verdad. Él contestó que si quería su
ayuda, sería mejor que se reuniera con él en Joe's Café en una hora. Lanie
estaba ansiosa por la perspectiva de un segundo encuentro con Kyle.
Estaba teniendo dudas. Ella no jugaba nunca, y no iba a empezar
ahora.Sentía una conexión con Brad que nunca había sentido con nadie.
Se merecía explorar la posibilidad de su primer y único enamoramiento.
Finalmente aceptó reunirse con Kyle. Después de todo, ella ya había
comenzado este loco paseo en montaña rusa. No podía simplemente
terminarlo abruptamente.

Joe's Café estaba cerca de su oficina, y Kyle estaba esperando en una


mesa aislada en la parte de atrás. Lanie se sentó frente a él esta vez,
ajustándose nerviosamente el cabello. La primera vez que se conocieron,
había estado preparada para presentar su caso. Éste era el tiempo del
interrogatorio y no tenía ni idea de qué esperar.

Kyle parecía fresco como una lechuga en su traje oscuro y corbata


púrpura que contrastaba muy bien con sus agradables ojos verdes. Era
una lástima que fuera un mujeriego egoísta. ¿Eran la arrogancia y la buena
apariencia los rasgos de causa y efecto en todas las personas?Era cierto
con su hermana también. Cassie era engreída y egoísta, pero los hombres
luchaban por su atención. Al menos Brad tenía uncarácter dulce. En la
opinión de Lanie, Brad Jansen parecía ser una de las únicas excepciones a
la regla.
34

—Hola, acosadora, es bueno verte otra vez —dijo Kyle, mirando el menú
en vez de a Lanie.

—Por favor no me llames así —pidió Lanie con sinceridad.

—¿No es lo que eres?


—No, no lo soy, ¿te gustaría a ti que te llamara puto?

—Hmm…no me importaría. Me queda bien —respondió Kyle bajando el


menú y dándole a Lanie una mirada divertida.

Después de que Lanie ordenara un daiquiri sin alcohol, preguntó:

—¿Por qué ordenas bebidas sin alcohol?

Lanie se encogió de hombros, aunque ya había respondido a esta


pregunta muchas veces.

—Me gusta el sabor de ellas, y no veo el punto en el alcohol.

Afortunadamente, Kyle no parecía interesado lo suficiente como para


ahondar más.

—Entonces, he estado pensando en tu proposición.

—Supongo que estás interesado.

—No he dicho eso.

—¿Por qué estamos aquí entonces? —preguntó Lanie poniendo su voz de


interrogatorio.

—Touché —dijo Kyle con una sonrisa. Él tenía la sonrisa más sexy que
había visto nunca. Tenía toda la seducción de un hombre poderoso, pero
también había una travesura encantadora y juvenil en ella.

—Sé que es difícil para ti entender esto, pero realmente no tengo


intención de hacerle daño a Brad o a mi hermana. Si Brad corresponde a
mi afecto, tiene que ser un proceso natural.

—No hay nada natural en esto, Lanie. No puedes planificar el amor,


simplemente pasa.

—¿Cómo lo sabrías tú? —preguntó ella.

Kyle parecía pensativo por un momento, como si contemplara


seriamente su pregunta. Lanie se mordió el labio inferior nerviosamente,
esperando que no lo hubiera ofendido. Cuando le sonrió, suspiró aliviada.
35

—No lo sabría. No soy un experto en cosas del corazón.

—Eso no es por lo que he pedido tu ayuda.


—¿Entonces por qué? —La comida llegó y Lanie se metió en su
hamburguesa, feliz de tener algo que la distrajera de los ojos penetrantes
de Kyle y de su sexy sonrisa.

—Conoces a Brad de una manera que yo no. Esperaba que pudieras


arrojar algo de luz sobre sus gustos.

—¿Para que puedas convertirte en la mujer perfecta para él?

—No. Como dije, si se enamora de mí, tiene que ser por mí. La persona
que soy, con peculiaridades locas y todo. Solo quiero saber lo que le
agrada.

Kyle soltó un suspiro sarcástico y comió su sándwich en silencio. Lanie


se preguntó si iba a hablar de nuevo.

—Dame un ejemplo de lo que tienes en mente.

Lanie ya tenía un montón de preguntas, así que no tuvo que pensar


demasiado.

—¿Brad prefiere salchichas o tocino para el desayuno?

Kyle casi se ahogó con su sándwich.

—No tengo ni puta idea. ¿Crees que le llevo el desayuno a la cama?

Ella negó con impaciencia.

—No, pero pensé que podría ser algo que sabrías de tu amigo.

—¿Tu hermana no lo sabe? ¿Él no se queda a dormir?

Al mencionar a su hermana, Lanie se movió incómoda y bajó los ojos.

—Ella no cocina, y Brad siempre sale muy temprano.

Kyle se inclinó en la mesa, arqueando las cejas con una sonrisa


maliciosa.

—¿Quieres llevarleel desayuno a la cama?


36

—No hasta que me lo pida. Solo quiero estar preparada si llega el día.
Nunca he hecho algo como esto. Nunca he sentido algo así. La única forma
en que puedo entenderlo es estando preparada para ello. Tú eres un
periodista, por lo que entiendes la necesidad de una investigación
exhaustiva y la perspectiva.
—¿Realmente no tienes intención de actuar sobre tus locos sentimientos
por Brad?

—Prometo que no lo haré. Solo creo que somos compatibles, y espero


que algún día él lo vea también.

—¿Y si no lo hace?

Lanie estudió las semillas de ajonjolí en su hamburguesa, tratando de


mantener la emoción fuera de su voz.

—Lo dejaré ir.

—Eso es muy admirable por tu parte, pero solo hace que tu plan
suenetodavía más demente.

Se encogió de hombros.

—No estoy buscando tu aprobación, Kyle, solo tu ayuda.

—Una vez más, no tengo ni idea de cómo puedo ayudarte.

—¿Cómo es Brad? ¿Le gustan los masajes?

Kyle se rio burlonamente.

—En primer lugar, si no sé qué diablos le gusta para el desayuno, te


aseguro que no tengo idea de eso. En segundo lugar, es un hombre, no un
maldito perro.

—Deja de burlarte de mí. Puedes ver que tengo muy poca experiencia.
Estaré encantada de admitirlo. No hay razón para que te aproveches. —
Ella no estaba enojada con Kyle. Sabía que la pregunta era tonta, pero no
tenía experiencia de la que sacar información ni amigas para preguntar.
Incluso si Brad no estuviera saliendo con Cassie, no se atrevería a
preguntarle a su hermana a menos que quisiera otra explicación sobre su
“teoría de dos y diez”.

—¿Cuál es la garantía del éxito? Puedo hacer muy poco para ayudarte, y
seguro que no puedo garantizarte que termines con Brad. No suenas muy
segura de ti misma.
37

—Solo necesito un poco de ayuda con esto, eso es todo. No voy a echarte
en cara el éxito o el fracaso.

La miró seriamente por un momento luego cambióa una sonrisa.

—¿Y mi historia?
—¿Qué pasa con eso?

—No puedo ayudarte, mujer. ¿Eso significa que vas a dar mi historia a
ese periodista Watkins?

—Comprendo. Todavía puedes tener la historia. Eres el mejor hombre


para el trabajo

Kyle se enderezó.

—¿Qué es lo que no puedo mencionar en la historia?

—Tienes carta blanca, excepto por mi identidad y relación con estas


chicas.

Kyle entrecerró los ojos con sospecha.

—¿No quieres crédito por lo que estás haciendo? Por mucho que esta
historia vaya a ayudar a mi carrera, seguramente disparará la tuya.

Lanie negó.

—No tomé su caso por notoriedad o ganancia personal. Mi anonimato es


mi única condición. Eso y que las hagas sentir cómodas. El último caso
fue en una cortea puertas cerradas, y sus identidades fueron protegidas
porque eran menores de edad. Esto será diferente, y quiero prepararlas
empezando con esta entrevista.

—No puedes pensar que soy el Sr. Sensible cuando se trata de estas
cosas.

—He leído tu trabajo, y es compasivo y honesto al mismo tiempo. Si


vamos a juicio, van a tener que contar su historia a todo tipo de hombres,
desde abogados hasta jueces y funcionarios del gobierno. Es bueno que
empiecen de una manera imparcial, alguien que esté interesado en los
hechos, no en la fachada.

Le tomó a Lanie un momento para definir la suave sonrisa que él le


ofreció: era una mezcla de gratitud, pero había algo más también... ¿quizás
remordimiento?
38

—Lo aprecio sinceramente, y realmente quiero hacer justicia a esta


historia.

—Estaré en contacto —respondió ella dócilmente, sacando su cartera

—Ésta la pago yo, Lanie.


—Gracias—respondió, recogiendo sus cosas.

—Espera… puede que haya algo más que pueda hacer.

—¿Qué quieres decir?

—Los dos estamos de acuerdo en que eres muy torpe socialmente.


Supongo que fuiste tan asertiva la otra noche porque ensayaste para
nuestra primera reunión. —Fue el turno de Lanie de estar sorprendida.
Kyle era muy perspicaz—. No quiero insultarte, pero no tengo ni idea de
cómo eres abogada y tan... reservada.

Lanie se rio de eso. El hombre era muy insultante y lo sabía, pero no le


importaba. Le gustaba que le dijera cosas a la cara en vez de por la
espalda.

—Te he dicho que la mayoría de mis casos nunca llegan a los tribunales.
Soy bueno en leer a la gente cuando se trata de algo imparcial y
relacionado con los negocios. Soy terrible cuando me involucra y es
emotivo. Aprecio tu franqueza. No soy una chica que se ofenda con la
verdad.

Kyle parecía realmente preocupado, haciendo que el brillo de sus ojos se


disipara. Era la última emoción que Lanie quería evocar de él. Preferiría
tener su desprecio o su ira antes que su compasión.

—No te compadezcas de mí, Kyle. No quiero tu simpatía.

Él miró las manos de ella. Lanie siguió su mirada y vio que estaban
temblando. Las llevó a su regazo.

—¿Brad sabe que estás interesada en él?

—No lo creo, pero nunca se lo diré. Él tiene que dar el primer paso y solo
después de que mi hermana rompa con él.

—Lanie, ¿cómo puedes esperar que él haga movimientos si ni siquiera


sabe lo que está pasando?

Se encogió de hombros.
39

—¿Cómo se supone que debo hacerle saber sin ser manipuladora?

—Tal vez coquetear un poco o algo. —Miró a Kyle con horror—. Nada
escandaloso. No te le lances. Solo déjale saber que si está interesado, tú
estás disponible.
Ella rio cubriéndose la boca.

—No sé cómo hacer eso.

—¿No sabes cómo coquetear?

—¿Me puedes enseñar? —preguntó con ansiedad.

—No es algo que puedas enseñar exactamente.

—Supongo que tienes razón. —Ella asintió y le dedicó una débil sonrisa.

Kyle de repente agarró su mano y la acarició, haciendo que ella


temblara.

—Cuando sonríes, eres hermosa. Me hace preguntar cómo hacerte


sonreír más. Pero por mucho que me guste tu sonrisa, me encantaría
escucharte gemir. —Lanie apartó su mano y se la llevó al rostro,
sorprendida al descubrir lo caliente que estaba. Kyle le dio una sonrisa
arrogante ante su reacción—. Eso es coquetear, cariño.

—Um... eres un buen actor —dijo Lanie, preguntándose si habían


subido la temperatura en el restaurante.

—Lo soy. Mira, tal vez no nos concentremos en Brad. Cambiemos


nuestro enfoque hacia ti y trabajemos para que Lanie sea más deseable
para Brad.

—Gracias, pero no soy buena actriz. No soy buena en ser alguien que no
soy.

—¿Un abogado que no puede mentir? Ahora lo he visto todo. —Kyle


sonrió.

—Brad es abogado, y no miente —respondió Lanie con seriedad.

—Brad es un idiota porque tienes un cuerpo sexy y no lo puede ver. —


Lanie sintió que la temperatura aumentaba gradualmente con las palabras
de Kyle.

—¿Estás fingiendo que tonteas conmigo otra vez?


40

—Eres una chica inteligente. Creo que podemos ser amigos. Nunca he
conocido a una chica con la que pueda ser tan honesto y que no se ofenda.

—No creo que pueda coquetear como tú, sin embargo.

—Inténtalo.
—Tienes ojos bonitos —dijo ella.

—Eso es un poco simple, pero es un buen comienzo. Ayuda que


realmente sientas eso. Es más creíble.

Lanie inclinó la cabeza.

—¿Quién dijo que realmente lo sentí?

—Touché —contestó con una sonrisa torcida, asintiendo


apreciativamente.

Su sonrisa era sincera, bordeando en lo dulce. Era contagiosa, y Lanie


se encontró a la espera de cualquier lección que Kyle quisiera enseñarle.
De hecho, realmente le gustaba hablar con él en general. Tenía la
sensación de que sería un excelente instructor.
41
CAPÍTULO5

S
e reunieron en otro bar deportivo unos pocos días después. Kyle
esperaba en unpuesto donde podía ver fácilmente el juego de
hockey. Lanie estuvo unos minutos retrasada, y otra vez tomó el
asiento a su lado. La primera vez Kyle había pensado que eso era parte de
su descaro. Ahora se daba cuenta que era más fácil para Lanie sentarse a
su lado sin hacer contacto visual. A él no le importaba. Y no sentía ni una
onza de culpa por mirar a todas las chicas deliciosas en la barra. Incluso
había conseguido el número de teléfono de la mesera y Lanie le dio un
asentimiento animándolo cuando lo hizo. ¿Por qué no lo haría? Ella estaba
enamorada de Brad después de todo. Kyle estaba un poco irritado por eso.
Aunque le gustaba la libertad, estaba tan acostumbrado a las chicas
celosas que lo daba por sentado. Obviamente, Lanie no tenía interés en él.

¿Por qué eso lo molestaba?No estaba atraído por ella. Usaba suficientes
ropa para vestir a tres mujeres y su cuerpo era una total columna, no la
forma de reloj de arena que él ansiaba. En realidad, sentía pena por ella.
Brad era un tipo honorable, pero como todos los hombres, quería pasar
sus noches con algo suave y femenino, no rizado y afilado. Ella era realista
sobre su poco atractivo, pero la forma en que se degradó le dio puntos con
Kyle.

Lanie usaba su cabello suelto esta noche, y la hacía más femenina. Su


cabello era por mucho su mejor rasgo. Probablemente su único rasgo. Era
largo, justo pasando sus hombros cayendo en suaves ondas castañas y
reflejos rojizos. No parecía el tipo de chica que se hicierareflejos en su
cabello, así que debían ser naturales. Él quería correr sus dedos por ellos
tanto que de hecho temblaban.

—¿Entonces cuál es el plan de juego? —preguntó Lanie antes de excavar


en su cesta de alitas de pollo. ¿Esta chica incluso sabía cómo ser una
chica?

—¿Intentaste coquetear?
42

—Um... algo así, pero no creo que funcionara.

—¿Y eso por qué?

—Bueno, le dije a Brad que me gustaba su corbata y le pregunté dónde


la compró.
Kyle comenzó a reír.

—Lanie, él va a pensar que estás comprando una corbata para otro


hombre.

—Oh... supongo que tienes razón —respondió ella, incapaz de esconder


la decepción a su primera incursión en el coqueteo.

Kyle se inclinó hacia ella y le susurró al oído.

—Debiste haber dicho: “Me gusta tu corbata y me pregunto cómo se


sentiría envuelta alrededor de mis muñecas”. —Kyle se rio de la expresión
sorprendida de Lanie, pero estaba molesto que se alejara de él,
especialmente cuando una sedosa hebra de su cabello rozó su mejilla.

—¡No puedo decir eso!

—Supongo que no puedes. Descarta el coqueteo por ahora. Tal vez solo
pueda darte algún consejo.

—Estoy dispuesta a escuchar.

—Eres muy severa con tu apariencia. Ambos sabemos que no eres la


chica más bonita, pero deberías al menos jugar con tus rasgos. —Él
acababa de alcanzar un nuevo nivel de idiotez, pero ella no reaccionó a sus
palabras.

—Sin bromear. Dime algo que no sepa.

—Tu cabello luce mejor cuando está suelto. Siempre llévalo suelto.

—Es un montón de trabajo llevarlo suelto. Es más fácil atarlo.

—Jesús, Lanie ¿quieres que Brad te note o no? —preguntó él, bajando
su bebida con demasiada fuerza—. Pensé que eras una trabajadora
dedicada.

—Lo soy —replicó ella, actuando ofendida por primera vez.

—Bueno, entonces aplícate a fondo en esto como si estuvieras en un


caso importante.
43

—Planeo hacer un cambio de imagen, Kyle, pero solo después que mi


hermana termine con Brad.

Kyle suspiró.

—Vamos a decir que ella termina con Brad y él sigue adelante. Brad solo
va a pasar de ti. Te mezclas con el papel tapiz. Apuesto a que eres
empujada un montón.

—¿Por qué dices eso?

—No eres notable. Eres como un camaleón y no en una buena manera.


—Ella mordió su labio inferior, peinando su cabello hacia atrás
nerviosamente—. Solo toma mi consejo. Puedo no saber nada sobre el
amor o las relaciones, pero sé lo que hace a una chica sexy.

—Yo nunca voy a ser sexy, Kyle.

—No, pero talvez serás pasable algún día. —Otra vez, ella no tomó
ningún agravio por sus palabras. Kyle sentía una emoción que raramente
solía mostrar… remordimiento.

—De acuerdo, está bien. ¿Alguna otra sugerencia?

—¿Tienes que usar lentes?

—Estaba pensando en conseguir cirugía láser. Creo que soy una


candidata.

—Bien. Hazlo. Hazlo ahora. Y, por el amor de Dios, deja de usar


cincuenta capas de ropa. Luces como que estás lista para hibernar para el
invierno. —Kyle la miró y trató de imaginar cómo luciría debajo de todas
esas capas. Un pensamiento fugaz pasó por su cabeza, de quitar todas
ellas una por una.

—Tengo que vestir de manera profesional por mi trabajo.

—No estoy diciendo que te vistas como una zorra, Lanie. Solo muestra
un poco de piel de vez en cuando. Luces como un miembro de un jodido
culto mormón o algo. Vivimos en Chicago, no en Bagdad.

—Está bien, lo entiendo. Así que para resumir, menos ropa, no lentes y
cabello suelto.

—Sí, y sonríe más. Luces más accesible cuando sonríes. —Lanie destelló
a Kyle la más grande sonrisa que había visto de ella, y él cambió de
opinión. Su sonrisa era su mejor rasgo. Tenía labios muy suaves y
44

sensuales—. Sí, entonces ahora que he hecho mi buena acción, ¿cuándo


voy a conseguir esa entrevista?

—En dos semanas más o menos. Necesito ese tiempo para prepararlas
—respondió.
—¿Prepararlas? Quiero la historia real aquí, no alguna versión
ensayada.

—No lo será, Kyle, pero mi principal preocupación son mis clientes. Si


las entrevistas ahora, estarán nerviosas y asustadas. No será bueno para
nadie.

—¿Qué va a cambiar en dos semanas?

—Estoy trabajando con ellas. Ya saben que eres el entrevistador, y voy a


conseguir que confíen en ti con su historia.

—¿Confías en mí, Lanie? —Kyle soltó la pregunta, ni siquiera seguro de


dónde salió.

—Lo hago. A pesar de tu reputación, sé que eres un tipo decente.


¿Confías en mí, Kyle?

—El jurado sigue deliberando.

—¿Cómo podemos ser amigos si no confías en mí?

—Buen punto. La cosa es, que estoy algo preocupado que tu loca
fijación con Brad vaya a transferirse a mí.

Lanie se rio de buena gana, para sorpresa de Kyle. La pregunta era solo
la mitad de una broma, y a Kyle no le gustó su respuesta.

—No hay problema ahí. Definitivamente no eres el héroe en mi historia.

Kyle se giró y la miró fijamente hasta que ella encontró su mirada.

—No soy el héroe en la historia de nadie.

—Entonces supongo que tenemos un acuerdo. —La afirmación debería


haberle traído un gran alivio, pero solo hizo lo opuesto, llenándolo con una
sensación de ansiedad, y no sabía por qué.

—Lo tenemos. —Aunque no podía identificar sus sentimientos revueltos,


una cosa era segura. Lanie lo mantenía fuera de balance, pero no de una
manera incómoda. Ella era solo diferente... era especial. Kyle no tenía
deseo de ser el héroe, pero se sintió arrastrado a su historia y tenía una
45

increíble necesidad de ser un personaje de apoyo al menos.

* **
Lanie estaba sorprendida cuando Kyle la llamó al día siguiente al
trabajo. Había pensado que su negocio estaba concluido y nunca tendría
un intercambio personal con él otra vez. Excepto tal vez en su boda con
Brad. Ella sabía que estaba siendo infantilmente dramática, pero no podía
evitarlo. Nunca había imaginado su boda, incluso cuando era una niña
pequeña. Brad sacó el lado soñador de ella, y le gustaba.

—Estarás feliz de saber que tengo una cita mañana para la cirugía láser.
Estoy usando mi cabello suelto y solo tres capas de ropa hoy —dijo ella
brillantemente.

—¿Tres capas? —preguntó Kyle incrédulamente—. No eres un pastel,


por el amor de Dios. Una capa, Lanie.

—¿Qué puedo hacer por ti, Kyle? —Su voz se suavizó a un susurro
apasionado—. ¿O solo llamaste para preguntarme qué estoy usando?

—Oh, ¿está coqueteando conmigo, señorita Lanie? —preguntó él


juguetonamente.

—Tal vez, ¿está funcionando?

Él suspiró pesadamente.

—No, porque estoy imaginándote en tres enormes capas de ropa.

—Supongo que seguiré practicando.

—Sí, eso es por lo que llamé. Estoy curioso. ¿Qué le dijiste a Brad sobre
nuestra cita la otra noche?

—En realidad no hablé mucho sobre eso. Solo le dije que tuve un buen
momento.

—Bien. Eso es similar a lo que dije. ¿Cuándo va a pasarse por tu


apartamento otra vez?

—Viene la mayoría de las noches. Se queda a pasar la noche


muchísimo. —Lanie se encogió ante el pensamiento. Era lo que más
odiaba sobre tener a Cassie viviendo con ella. Amaba a Brad, y era una
tortura tener que verlo con su hermana cada noche, especialmente desde
que Cassie no tenía aversión a manosear al hombre justo en frente de
46

ella—. Estoy cocinándolela cena esta noche.

—¿Estás cocinándole la cena? —preguntó Kyle en una voz casi


acusadora.

—Bueno, en realidad es Cassie, pero hace un enorme desastre, así que


por lo general me encargo yo. Si no lo hago, temo que el inspector de
salubridad podría cerrar nuestra cocina.

—Creo que debería ir también.

Lanie sintió su corazón trastrabillar ante su afirmación, pero lo


descartó. Él estaba tratando solamente de ser agradable. Las mariposas en
su estómago eran solo porque estaban hablando sobre Brad, no por la
sexy voz de Kyle.

—¿Por qué?

—Una manera de conseguir la atención de Brad es hacerlo pensar que


estás tomada. Si él cree que estás conmigo, toda su
bondadosapreocupación estará en alerta.

Ella hizo una pausa, tomando un largo sorbo de su agua. ¿Qué era lo
que estaba sugiriendo Kyle?

—¿Qué quieres decir?

—Brad sabe que no soy el chico ideal en lo que respecta a tratar a una
chica correctamente, y tiene razón en eso. Sentirá una necesidad de
protegerte.

—Eso suena calculador.

—Eso solo te hará más deseable a sus ojos. ¿A qué hora debo estar ahí?

Ella ya lo había dejado libre de responsabilidades... ¿por qué seguía


tratando de ayudarla?

—Kyle, ya no tienes nada más que hacer con esto. Haz hecho suficiente.

—Lanie, también soy un trabajador dedicado, y quiero llevarlo a cabo.

—¿Así que crees que Brad se enamorará de mí?

Él se rio cínicamente.

—Lo dudo, pero creo que no tienes ninguna posibilidad sin mi ayuda.
47

Él tenía razón. Era inepta en todos los sentidos. No tenía amigas, en


realidad, no tenía amigos en absoluto para ayudarla con esto. Kyle no solo
era amigo de Brad, sino que era perspicaz y honesto. Descaradamente
honesto, pero eso era el por qué a Lanie le gustaba. Ella no apreciaba
ninguna mentira, y no tenía tiempo para eso tampoco.
—Te veo a las seis. No llegues tarde. —Tal vez Kyle Manchester no era
un héroe, pero era capaz de ser un amigo, y eso era algo que Lanie
necesitaba mucho.
48
CAPÍTULO6

K
yle no tenía idea de por qué sugirió venir a cenar. Lo achacó a
su curiosidad. Estaba interesado en ver cómo interactuaba Lanie
con Brad. Una vez que su curiosidadera despertada, se convertía
en un hombre con una misión. Siempre había sido inquisitivo, incluso
cuando era un niño. Por eso se hizo periodista. Definitivamente, Lanie
había hecho que su lado curioso saliera y se preguntaba qué tipo de
dinámica se encontraría mientras cenaban. Tenía que ser difícil socializar
con su hermana y el hombreque amaba. Aquel que no la amaba de vuelta.
Sintió lástima por ella, pero no sabía por qué. Era totalmente la clase de
chica que evitaba. Era tímida pero arrogante sobre algunas cosas, como su
trabajo. No le importaba su apariencia,llegando a aceptar que no era
atractiva. Tenía baja autoestima, pero confianza por otra parte. Un aire de
tristeza la rodeaba, pero a pesar de eso, tenía un gran sentido del humor.
Era una paradoja total, un rompecabezas que Kyle quería resolver, o al
menos comprender.
Todas las sospechas de Kyle se confirmaron cuando puso los ojos en
Cassie. La hermana de Lanie era todo lo contrario. Cassie era una
presuntuosa bomba rubia con pechos enormes y una cintura pequeña.
Mostrabatodas sus cualidades a la perfección, como lo demostraba la
minifalda corta de cuero, el top y las botas vaqueras con tachuelas. Junto
a Cassie, Lanie parecía aún más fuera de lugar.
—Kyle, estoy tan contenta de que pudieras venir a nuestro pequeño
lugar. Espero que te guste el pollo. Debería estar listo en solo unos
minutos, ¿verdad, Lanie? —Cassie batió las pestañas hacia Kyle. Esta
chica sabía coquetear. Lanie debería pedirle consejo. Aunque, además del
tema “enamorada de Brad”, averiguórápidamentepor qué no podía hacerlo.
Tomó menos de cinco segundos deducir que Cassie era una completa
perra. No era la clase de chica que ayudaba a otras. Tenía que ser la más
linda de la habitación en todo momento. No podía moverse sin atusarse el
cabello o rozarse contra el brazo de Brad.
—Sí, solo un par de minutos más —dijo Lanie desde la cocina.
Kyle miró alrededor del apartamento. Era evidente que Lanie lo había
decorado. Todo era de muy buen gusto, pero extremadamente soso. Todo
49

era neutral, hasta el punto en que era difícil distinguir el sofá de las
paredes. Se preguntó si Lanie era daltónica.
—Traje vino —dijo él, entregando la botella a Cassie.
—Es muy dulce de tu parte, y es mi favorito —replicó Cassie sin mirar la
botella. Frotó el brazo de Kyle antes de entrar en la cocina. Normalmente
Cassie sería exactamente la clase de chica que recogería en cualquier bar,
pero esto era simplemente extraño. Ella estaba coqueteando con él justo
en frente de su novio, y como de costumbre, Brad era inconsciente de eso.
Lanie y Brad parecían poco observadores cuando se trataba de la vida,
pero tenían ojos de tiburón en el trabajo. Tal vezserían buenos el uno para
el otro.
—Estoy sorprendido de verte aquí —dijo Brad cuando los dos hombres
estuvieron solos.
Kyle se encogió de hombros con indiferencia.
—Lanie y yo estamos saliendo. —Tuvo que ahogar una carcajada
cuando vio la mirada sobresaltada en el rostro de Brad.
—No esperaba que salieras con ella. Solo quería que la sacaras por una
noche.
—Me gusta. —Mientras lo decía, Kyle comprendió que era cierto. A pesar
de las extrañas circunstancias, Lanie era una persona genuina, y
disfrutaba de su compañía. Todavía pensaba que era extraña, pero ¿quién
era él para juzgar? Después de todo, él era un poco extraño también.
—No jodas con ella —respondió Brad, tratando de sonar rudo. Solo
consiguió que Kyle riera.
—Solo para dejarlo claro, ¿no quieres que joda conella o que la joda?
Hay un matiz sutil en la declaración. —Kyle disfrutaba jugando con su
amigo. Brad no mostró la emoción de un hombre que correspondía al
afecto de Lanie, pero usualmente desempeñaba bien el papel de Buen
Samaritano.
—Cualquiera de los dos, imbécil —advirtió Brad, levantándose para
ayudar a Cassie con el plato de pollo.
Durante la cena, Kyle comió en silencio, observando la dinámica. Cassie
continuó hablando sobre su trabajo en una tienda de cosméticos. Estaba
jodidamente aburrido, y pensó que, si hablaba de la diferencia entre mate
y brillo una vez más, Kyle pensó que podría estrangularla. Lanie estaba
muy callada, y Brad solo seguía animando a Cassie a continuar su
diatriba sobre los fabricantes de colorete. Había sufrido a través de
muchas conversaciones mundanas como medio para obtener un fin al
final de la noche. No había recompensa en esto.
—Esto está muy bueno —dijo Brad, tomando una segunda porción de
pollo.
50

—Gracias, Brad. Trabajé duro en esto —respondió Cassie. Kyle miró a


Lanie, pero ella solo sonrió y asintió. Era una sonrisa genuina también, sin
ninguna animosidad.
—Pensé que Lanie había hecho la cena —intervino Kyle. Lanie le dirigió
una mirada amonestadora, pero la ignoró.
Cassie hizo un puchero como si estuviera a punto de lanzar una rabieta,
pero se recuperó rápidamente, mostrando una sonrisa brillante.
—Lanie ayudó, por supuesto. También escogió el postre, lo cual,
lamento decir, no es saludable.
—¿Qué hay de postre, Lanie? —preguntó Kyle.
—Sundae con sirope caliente —respondió Lanie sin levantar la vista del
plato.
—Eso suena bien —dijo Brad, y Kyle asintió.
—Engorda terriblemente, y voy a pasar. Ojalá Lanie comiera más
saludable. Podría tener un cuerpo decente si alguna vez tomara alguno de
mis consejos.
Kyle casi dejó caer su tenedor. Esperaba que su primera impresión fuera
errónea. Sabía que Cassie era engreída, pero esto era simplemente
malintencionado. Había conocido a muchas chicas malas, pero Cassie ni
siquiera intentó esconderse detrás de un velo de decencia.
—Creo que Lanie tiene un gran cuerpo. —Kyle se preguntó por qué
mintió, pero disfrutó del rubor natural que se produjo en el rostro de Lanie
y el ceño que se hizo en el de Cassie. En realidad,Kyle no tenía idea de si
Lanie tenía un gran cuerpo. Llevaba tanta ropa que era imposible decir lo
que había debajo de todo. Hoy llevaba un chaleco y una chaqueta con
pantalones holgados y viriles, pero al menos tenía el cabello suelto.
—Kyle, creo que la estás haciendo sentir incómoda —dijo Brad
suavemente. Kyle quiso darle un puñetazo por corregirlo. Cassie está
haciendo que Lanie se sienta incómoda y tú también, gran idiota.
En su lugar, simplemente dijo:
—Lo siento, pero es verdad.
—Claro, es delgada, pero debería trabajar más el cuerpo. Yo lo hago
como dos horas al día. —Cassie replicó como si Lanie no estuviera en la
habitación.
Kyle esperó a que Lanie respondiera, pero no lo hizo. Brad tampoco, y
en cierto modo parecía cruel. A Kyle no le importaba Laniede una forma
profunda, pero en ese momento, sintió que a nadie le importaba ella.
Necesitaba que alguien luchara por ella. Tenía que intervenir, como lo
haría si un perro fuera maltratado en la calle o un niño corriera frente a
un vehículo en movimiento.
51

—Lanie tiene un trabajo importante que la mantiene bastante ocupada.


Ella no trabaja en un mostrador de maquillaje distribuyendo consejos
sobre la tonalidad correcta de lápiz de labios.
La boca de Cassie se abrió y Brad fue a decir algo, pero Lanie los
interrumpió.
—El trabajo de Cassie es importante. Hace que las mujeres se sientan
bien consigo mismas, y eso no es una tarea fácil.
Genial, Kyle pensó amargamente,finalmente habla y en vez de gritar a su
hermana, me está reprochando.
—Claro, nena, seguro que sí —intervino Brad.
Kyle luchó para no ponerlos ojos en blanco con toda la absurda
situación. Se sentía como si hubiera entrado en la dimensión desconocida.
—Claro, es importante. Es la piedra angular de la paz mundial —
murmuró Kyle entre dientes. Afortunadamente nadie lo oyó debido al
gemido de Cassie. ¿Estaba llorando?
Brad sostuvo su mano, arrullándola sobre lo importante que era su
trabajo mientras miraba mal a Kyle. Se quedó asombrado y se limitó a
mirar a Lanie, la cual estaba haciendo todo lo posible para evitar
encontrarse con su mirada.
En ese momento, tomó una decisión. Iba a hacer lo que fuera necesario
para ayudarla. Claro, Brad probablemente no la consideraría material de
novia ni en un millón de años. Era demasiado sencilla y poco femenina,
pero era una chica agradable. Su apoyo podría darle la confianza en sí
misma que tanto necesitaba. Además, no le gustaba la idea de que Brad
estuviera atrapado con la hermana viciosa de Lanie, que parecía ser una
súcubo moderna. Realmente estaría haciendo un servicio público.
Después de la cena, Lanie limpió los platos. A pesar de susargumentos,
Kyle insistió en ayudar, sobre todo porque nadie más se ofreciócomo
voluntario.
—¿Qué demonios le pasa a tu loca hermana? —preguntóKyle mientras
lavaban los platos.
—Shh, la has molestado bastante, Kyle —contestó Lanie, frotando un
plato con furia que Kyle tuvo miedo de que se rompiera. Uh-oh, pasivo
agresivo, pensó Kyle. ¿Con quién estaba enojada? ¿Con Cassie o él?
—Lo dejaré, pero ¿adivina qué?
—¿Qué?
—Voy a ayudarte en todas las manera que pueda —respondió Kyle,
alejando suavemente el plato de sus manos.
—Has hecho más que suficiente. No creo que haya nada más que
puedas hacer. Voy a seguir tu consejo y luego veremos. El tiempo será el
52

juez.
—Eso es una mierda. ¿Sabes lo que hace el tiempo? Simplemente hace a
las cosas obsoletas. Eso es lo último que quieres.
—Kyle, toda mi idea fue estúpida desde el principio. Tú tenías razón; era
psicótico, y estoy lista para olvidar toda la cosa.
Él juntó las manos de ella y las apretó firmemente. Sus manos eran
delicadas y pequeñas bajo las suyas más grandes. Pensó brevemente que
tal vez sus manos eran su mejor característica. La miró hasta que ella se
encontró con su mirada.
—¿Cuál dijiste que era tu trabajo?
—¿Qué quieres decir?
—Lanie, ¿cuál es tu trabajo?
Ella trató de apartar la mirada, peroél movió su barbilla con el dedo
hasta que lo enfrentó. Su susurro fue casi inaudible:
—Ganar.
—Eso es correcto, bebé. —Él no tenía intención de decir eso. Ni siquiera
llamaba a las chicas con las que salía con otra cosa que no fuera sexy,
pero ella no pareció darse cuenta—. Soy bueno ganando también, así que
voy a hacer todo lo que pueda. ¿Lo entiendes?
Asintió vacilante, pero pudo oír su suspiro de alivio cuando la soltó.
—No entiendo cómo vas a hacer eso.
—Sencillo. No nos vamos a preocupar por agradar a Brad. Simplemente
vamos a hacerte más deseable.
—¿Con un cambio de imagen?
—No, haciendo que estés fuera de su alcance. —Ella le lanzó una
mirada interrogante, entrecerrando los ojos—. Vamos a llevar a cabo esta
farsa de que estamos saliendo, y estoy hablando de llevarlo al máximo. Voy
a venir cada vez que Brad esté aquí. Vamos a jugar a ser una feliz pareja
de enamorados. ¿Lo agarras?
—Eso suena ridículo.
—¿Lo hace? Cuando estás en una negociación, ¿cuál es la única cosa
que siempre inclina la balanza a tu favor?
—Otra oferta —contestó ella de inmediato.
—Exactamente. Estás viendo tu otra oferta. Brad también lo hará.
—No sé nada de eso —replicó Lanie, mordiendo su labio inferior.
—Confía en mí, es una cosa de ego masculino. Cuanto más fuera de su
alcanceestés, más deseable te volverás. Para que esto funcione, sin
embargo, necesitas escuchar todo lo que digo. Solo llámame profesor
53

Higgins, Eliza —dijoKyle con una sonrisa perversa.


Lanie le dio una genuina risa. El sonido fue casi melódico para Kyle.
—Mi Bella Dama es una de mis películas favoritas, pero no soy Audrey
Hepburn.
—No —dijo Kyle con seriedad—. Eres más como Katherine Hepburn,
pero vamos a trabajar en ello. ¿Estás a bordo?
Lanie miró hacia sus manos y de vuelta a él. Su expresión
preocupadaestalló en una hermosa sonrisa.
—Sí, profesor.
54
CAPÍTULO7

K
yle se ajustó su corbata plateada favorita con patrones de
diamante, en el espejo de su auto. Estaba esperando a Lanie, así
podrían comenzar su cita doble con Brad y Cassie. ¿Cita? La idea
de salir con ella era tan extraña. Se preguntó qué pensarían sus amigos o
amantes anteriores. Se morirían de risa y pensarían que Kyle estaba
tomándoles el pelo. Sería difícil convencer a las personas de que eran una
pareja, pero estaba dispuesto a intentarlo.
Se peinó el cabello y se preguntó cómo estaría vestida Lanie. El
pensamiento lo deprimió. Ella estaba totalmente perdida cuando se
trataba de ropa. Bien podría usar una sábana. Su miembro
repentinamente se agitó ante la idea de Lanie en nada más que una
sábana. Necesito echar un polvo, pensó, negando.
El otro pensamiento que lo atormentaba era el beso de despedida de la
otra noche. Había intentado hacer un espectáculo delante de Brad y
Cassie dándole un beso arrebatador, y ella se había alejado de él. Ninguna
chica había rechazado su beso. Era él quien rechazaba los besos e
intentaba mantener a las chicas a distancia. El rechazo, especialmente de
esta tímida chica, picaba un poco. Tendría que hablar con ella sobre esa
noche. Era bastante difícil retratar a una pareja sinella haciéndolo
parecercompletamente falso por rechazarlo. Necesitaban algunas
demostraciones de afecto en público para lograr el efecto deseado. Kyle no
estaba ansioso por hacerlo, pero se había comprometido y, como le había
prometido a Lanie, lo llevaría a cabo.
La mandíbula de Kyle cayó cuando Lanie salió de un convertible
plateado. Nunca había visto su auto, ya que siempre se marchaba antes
que él. Kyle saltó de su todoterreno para examinarlo más de cerca.
—¿Esto es lo que conduces? —preguntó él con incredulidad.
—¿Por qué estás tan sorprendido? —preguntó ella, sonriendo con
audacia.
—Es tan…diferente de lo que pensé que elegirías. —Lanie parecía ser el
tipo de chica que manejaba un sedán mediano, eficiente y de bajo
consumo.
55

Se encogió de hombros.
—Me gustan los autos rápidos.
Kyle caminó alrededor del vehículo,apreciando las líneas artísticas de su
fino acabado. Tampoco era automático. Nunca había conocido a una chica
que pudiera manejar la palanca de cambios.
—¿Puedo dar una vuelta? —preguntó él, tratando de no babear.
—No —respondió ella sin vacilar—. No dejo que nadie conduzca mi auto.
Ni siquiera lo estacionocon el valet. —Kyle estaba perplejo. Justo cuando
pensaba que conocía a esta chica extraña, ella lo dejaba desconcertado.
—Soy un buen conductor. Puedo manejar una palanca de cambios.
—Estoy segura de que lo eres, Kyle, pero no me gusta que nadie
conduzca a mi bebé, sino soy yo. —Lanie habló de su auto como lo haría
un hombre. Se preguntó cuánto sabía ella realmente.
—¿Un motor de tres litros?
—Sí, claro. Intenta cinco. Me gustan los caballos de fuerza—respondió
Lanie con aire de suficiencia.
—¿La potencia de arranque?
—¿Te refieres al de torsión? Trescientos noventa de potencia, pero este
auto no es solo torsión y ninguna acción, Kyle. Es un V-8. Estoy hablando
de tus ojos rodando hasta la parte posterior de tu cabeza. Gira
rápidamente y pasa de cambios suavemente.
Kyle silbó, impresionado por el conocimiento de la chica tanto como el
auto.
Él tomó su brazo y la llevó al restaurante. Hizo una mueca, olvidando su
fijación con su auto cuando miró su ropa.
—¿Qué demonios llevas puesto?
Ella bajó la mirada.
—Es un vestido de suéter —respondió como si fuera obvio. El vestido de
punto negro, de hecho, parecía ser un suéter sin fin. Dios, estaba usando
esos zapatos de nuevo. ¿No le dijo que se deshiciera de ellos?
—Parece un burka4 —murmuró Kyle.
—Bueno, todavía no he tenido tiempo de ir a comprar, Señor
ÚltimaModa —dijo ella secamente—. Pero sí me hicieron la operación,
¿ves?
Él miróa los ojos de Lanie. Había estado demasiado ocupado mirando su
horrible traje y su magnífico auto para notarlos. Ahora que los vio, era
difícil apartar la vista. Incluso bajo la penumbra, pudo ver que tenía unos
ojos cautivadores. Eran de color avellana, pero completamente únicos, con
un color fluctuante que iba entre el color terroso suelo del bosque y el de
56

brillantes estrellas doradas. Se perdió en ellos. Sus ojos eran


definitivamente su mejor característica.

4
Burka: tipo de velo opaco que se ata a la cabeza y cubre el rostro a excepción de una franja
situada a la altura de los ojos.
—Muy bien —replicó él, tragando con dificultad. Solo cuando se dio la
vuelta fue capaz de recuperar la compostura.
Brad y Cassie llegaron entonces, así que su intercambio con Lanie fue
interrumpido. Le molestó a Kyle, pero no tenía idea de por qué, ya que el
punto de la cita era crear una farsa para Brad. Kyle y Brad se sentaron a
un lado de la mesa mientras las chicas se sentaban en el otro. Extrañó la
presencia de Lanie junto a él. Se había acostumbrado a eso.
La mayor parte de la cena transcurrió escuchando hablar a Cassie sobre
los nuevos delineadores y muestras de perfume. Brad y Lanie
ocasionalmente charlaban sobre trabajo, pero Cassie se apresuraba a
interrumpirlos. Kyle había empezado a concentrar su atención en la rubia
fresa en la mesa de al lado cuando Lanie le dio una patada en la espinilla.
Oh sí, se suponía que tenía que mantener los ojos fijos en ella. Cambió su
mirada, notando que el cabello de Lanie era muy suave y brillante. Se
preguntó si se sentiría tan bien como parecía. Se inclinó hacia delante
para apartarlo de su rostro, pero ella se sacudió de su toque con aparente
incomodidad. La reacción lo hizo hacer un gesto de dolor. A pesar de que
tenía ojos soñadores hacia a Brad, al menos podría actuar interesada.
—Realmente me gusta tu corbata, Kyle —dijo Cassie con falsa dulzura,
interrumpiendo sus pensamientos.
—Gracias. Lanie la escogió. —Era una completamentira, pero sirvió a un
propósito: dejar que la otra pareja en la mesa supiera que su relación era
seria.
—¿Lanie escogió eso? —preguntó Cassie, poniendo los ojos en blanco.
Brad dijo:
—¿Es una nueva corbata, Kyle? Pensé que la llevabas...
—Sí, Brad, es nueva. Lanie tiene muy buen gusto —interrumpió Kyle,
esperando que Brad se callara.
—Es terrible que no pueda aplicarlo a su propia vestimenta —dijo
Cassie, una vez más actuando como si Lanie no estuviera presente.
—No es lo que hay en el exterior, Cassie. Lanie está escondiendo
algunos bienes muy valiosos. —Incluso mientras lo decía, Kyle trató duro
de no sonreír. Brad se atragantó con su bebida. Kyle golpeó a su amigo en
la espalda mucho más fuerte de lo necesario.
Cassie entrecerró los ojos a Kyle.
57

—No sé acerca de eso. Ésta es bastante tensa —replicó Cassie, poniendo


su brazo alrededor de Lanie en un gesto de hermano que era más
condescendiente que afectuoso. Lanie estaba tan roja como un tomate y a
punto de desmayarse. Kyle se dio cuenta de que no le hacía ningún favor.
Sin embargo, odiaba la manera burlona en que su hermana le hablaba.
—Prefierotensa a fácil cualquierdía de la semana —respondió Kyle,
observando la reacción de Cassie. Esperaba que no estuviera demasiado
despistadapara comprender su significado.
A juzgar por el rubor natural que enrojeció aún más la tez
artificialmente sonrojada de Cassie, lo consiguió. Sin embargo, a diferencia
de Lanie, Cassie no se sonrojaba porque estaba avergonzada. Ella estaba
enojada. Alisó su cabello rubio, hizo una mueca en sus labios color cereza
y cruzó los brazos.
—Cassie, relájate. Kyle no estaba refiriéndose a ti. —La voz de Lanie
salió fuerte pero reconfortante. Frotó la espalda de su hermana con
compasión—. ¿No es cierto, Kyle? —La mirada de Lanie era casi
suplicante.
—Kyle... —empezó Brad, peroKyle tuvo que parar esto ahora. Su mesa
estaba a punto de estallar en llamas.
—No, mi declaración no fue maliciosa. Lo siento, Cassie. No soy muy
bueno con las palabras.
—Lo que es realmente sorprendente, ya que eres periodista —respondió
Brad con sarcástica animosidad.
Kyle se giró hacia Brad y le dio su mejor mirada de “soy un idiota y lo
sé”. Siempre había funcionado en la universidad, y sabía que Brad seguiría
adelante. Soltó un suspiro de alivio cuando terminó la incómoda cena. Se
despidieron de manera agradable fuera del restaurante. Se paró con Lanie,
observando a Brad y Cassie caminando hacia el auto de Brad.
Lanie cruzó los brazos, mirando a Kylecon aparente agitación. Él hizo
todo lo posible para minimizar su diversión.
—¿Qué demonios te pasa? ¿Estás tratando de hacerme renunciar?
—Cállate, Lanie —dijo Kyle.
—¿Cállate? No me digas que me calle. ¿Quién te crees que eres?
—Solo espera.
—¿Esperar qué, idiota? —preguntó ella, y le dio un puñetazo en el
brazo. Kyle se sorprendió de lo fuerte que era su pequeño puño.
—Por esto. —Él la tomó en sus brazos y la besó profundamente,
balanceándola sobre sus talones. Esperó hasta que el auto de Brad pasó
frente a ellos para asegurar que Cassie y Brad presenciaran el momento
íntimo. Los labios de Lanie eran suaves y llenos, pero estaba perturbado
58

porque, no solo no abrió la boca, ella no hizo ningún movimiento para


devolverle el beso.
Cuando la soltó, lo golpeó aún más fuerte. Luego usó su cartera tamaño
bolso de viaje para golpearlo en el pecho.
Él la agarró del brazo y la arrastró hasta el banco junto a la puerta. La
abrazó fuertemente hasta que dejó de luchar.
—¿Qué demonios te pasa?
—¿A mí? ¿Quéhay de ti? No puedes besar a una chica sin previo aviso.
—¿Previo aviso? ¿Qué carajo quieres? ¿Una solicitud por escrito? Estás
actuando como si nunca te hubieran besado antes.
Todo el color salió de surostroinmediatamente, haciéndola parecer
etérea. Ella miró sus manos fuertemente apretadas, alejándose de Kyle. Él
la soltó.
—Lanie, mírame, por favor —dijo Kyle suavemente.
Ella penas se encontró con su mirada, pero él moviósu barbilla con el
dedo hasta que sus ojos se alinearon.
—¿Ese fue tu primer beso?
Ella no habló, pero asintió en respuesta.
—Lo siento mucho. No tenía idea. —Kyle se sintió como un idiota total.
Deseó desesperadamente poder retroceder unos minutos en el tiempo.
—Está bien. No te sientas culpable por ello. Solo me sorprendió. ¿Te
lastimé?
Kyle se habría reído de su pregunta. Lanie era alta en estatura, pero
suponía que solo tenía la mitad de su peso.
—Estoy bien. ¿Eso significa que eres una... eres una... um...?
Ella puso los ojos en blanco.
—Sí, Kyle, soy una virgen.
—No entiendo. ¿Cuántos años tienes?
—Veintiocho —respondió ella, avergonzada.
—Pero... ¿nunca hubo nadie? ¿Alguien en la escuela secundaria o en la
universidad?
—No, estaba demasiado ocupada estudiando, y luego estaba muy
enfocada en la carrera. Nunca conocí a la persona correctatampoco.
—¿Hasta Brad? —Kyle se sorprendió por la amargura en su voz.
—Supongo que sí —respondió ella.
—¿Te estás guardando para él? —Kyle pensó que sonaba absurdo, pero
59

de nuevo, todo acerca de Lanie era peculiar para él.


—No es nada de eso. Simplemente nunca quise hacerlo antes. Nunca me
atrajo.
Kyle abrió la boca.
—¿El sexo nunca te atrajo? ¿Te estás escuchando, mujer?
—Sé que suena extraño para alguien como tú que necesita sexo como la
mayoría de la gente necesita aire y agua.
—Te garantizo que no soy el único que encontraría tu admisión extraña.
—Kyle, sé que soy una especie de fenómeno, pero me estás mirando
como si perteneciera a un zoológico —replicó Lanie antes de morderse el
labio inferior. Él se maldijo por hacerla sentir peor.
—No eres un fenómeno. No quiero hacerte sentir así. Lamento haberte
jodido el primer beso. —Kyle se sentía muy arrepentido.
—No lo hagas. Si no estuviera tan sorprendida, apuesto a que lo hubiera
disfrutado. —Ella lo miró con esos grandes ojos color avellana y una
sonrisa poco entusiasta. Kyle encontró difícil respirar. Ella olía bien
también, dulce y cítrica. Como a limones y rosas, dos cosas que no
deberían ir juntas, pero en Lanie funcionaban.
—¿Me dejarías hacer otro intento? ¿Por lo menos hacerlo memorable? —
preguntó Kyle con esperanza, acercándose a ella.
Parecía pensativa por un momento, pero luego se encogió de hombros
en esa linda manera de ella y asintió. Él tragó saliva e imaginó dándole el
mejor beso de su vida. Entonces eso es lo que hizo. Se acercó a ella,
deteniéndose a solo un milímetro de su boca y susurró:
—Tienes una boca muy bonita. Déjame probarla esta vez.
Luego presionó sus labios contra los de ella, moviéndolos lentamente
con suave precisión. No puso ninguna presión adicional hasta que ella
devolvió su beso. Él le acarició el cabello, notando que los brillantes
mechonesrojizos eran tan suaves como había imaginado. Le rozaron la
mano como seda hilada. Trazó el contorno de sus labios con su lengua
hasta que se abrió para él. Luego exploró su boca, encontrando su lengua
y acariciándola con la suya. El sabor de Lanie era indescriptible excepto
para decir que era... delicioso. Elpequeño gemido que escapó de ella resonó
entre ambos, y Kyle profundizó el beso. Tenía ganas de llevarla sobre su
regazo y besarla durante horas, pero se contuvo. Solo cuando encontró
que era difícil respirar la liberó. Ambos estaban jadeando. Kyle estaba
aliviado de tener una caja con comida para llevar cubriendo su gran
erección. Lanie se sonrojó, pero sonrió alegremente.
—¿Eso está mejor? —preguntó Kyle, rezando para que le hubiera
gustado.
—Sí, mucho mejor. Qué alivio —dijo ella y exhaló.
60

—¿Alivio?
—He estado leyendo y me he preguntado mucho acerca de besar, y
realmente no me gustó el primero. Pensé que solo era una mala besadora.
—Su sonrisa se volvió juguetona mientras inclinaba la cabeza—. O tal vez
lo fueras tú.
Kyle sonrió burlonamente.
—No lo eres, Lanie.
—Gracias. Tú tampoco eres tan malo.
Kyle sabía que no era un mal besador. Había recibido numerosos
cumplidos de sus labios besables muchas veces, pero en este momento, su
simple declaración lo hizo sentir como un medallista de oro.
Él se levantó y buscó su mano. La acompañó hasta su auto, sintiéndose
increíblemente excitado e insatisfecho al mismo tiempo. Ella abrió la
puerta.
—Adiós, profesor —bromeóella. Kyle capturó otro olor de su aroma
increíble y no pudo resistirse. Cerró de golpe la puerta y la giró para que
estuviera frente a él.
—Uno más para el camino. —Ella lo miró con una expresión perpleja,
pero no retrocedió—. Quiero otra probada —dijo él, sintiendo su corazón
acelerado. La apoyó contra el vehículo y aplastó sus labios contra los
suyos. Esta vez ella pasó los dedos por su cabello, haciéndolo gemir. Él
quería tocar las curvas de su cuerpo a través del grueso tejido de su
vestido, pero se obligó a concentrar todos sus esfuerzos en sus atractivos y
suaveslabios. Cuando la soltó, ambos estaban sin aliento. Los labios de
ella estaban irritados, y esos ojos dorados estaban ardiendo con una
sexualidad carnal. Había tanta electricidad entre ellos que, si se
aprovechaba, podían alimentar a toda la maldita ciudad.
Él le abrió la puerta.
—Buenas noches, Kyle—dijocon voz ronca, subiendo al auto.
Él se inclinó en el vehículo, deseando explorar su boca de nuevo, pero se
conformó con besar su frente.
—Conduce con cuidado.
Le cerró la puerta y la miró alejarse. No había planeado besarla de
nuevo, pero parte de él había pensado que el último beso fue una
casualidad. Había imaginado que no sería tan emocionante una tercera
vez. No fue así. Fue mucho mejor.
61
CAPÍTULO 8

K
yle yacía en su cama, incapaz de dormir, preguntándose si
Lanie estaba pensando en sus besos. Esta extraña chica logró
ocupar todos sus pensamientos. Una de sus polvos regulares le
había enviado un mensaje para venir, pero declinó. Toda la cosa asustó a
Kyle.No había manera que se sintiera atraído por Lanie. Además,
definitivamente no le gustaba la cosa de virgen.Le gustaban las chicas con
experiencia. No era un maestro, y eso no lo excitaba en absoluto.Sin
embargo, no podía sacarla de su mente.Seguía viendo sus profundos ojos
avellana y dedos largos y delgados, recordando cómo sus delicados y
suaves rizos se sentían en sus manos.Recordó la dulce curva de su boca y
la preciosa sonrisa que ella le dio.
—¿Qué carajo está mal conmigo? —dijo en voz alta a la habitación vacía.
Nunca tuvo problemas para dormir y ciertamente menos por una chica.
Después de todo, ellos solo habían compartido unos pocos besos.
Asombrosos, suaves, frenéticos y apasionados besos.De alguna manera, se
sentía como su primer beso.
Se puso un pantalón de chándal y una sudadera de Syracuse,
decidiendo dar un paseo.Siempre caminaba cuando necesitaba pensar en
una gran historia u otros asuntos que le atormentaran la mente.Esta
noche no estaba ayudando en despejar su mente en absoluto. Lanie era
una chica dulce,mal aconsejada, pero dulce. Amaba a Brad, y en una
extraña manera, estarían muy bien juntos. Cassie no era, por supuesto,
buena para Brad… o, para el caso, cualquier tipo. Era caramelo, y como
cualquier caramelo, era adictiva de una manera muy mala.Él
definitivamente no era un santo, pero no era malvado. En todo caso,
estaba defectuoso y podía admitireso sobre él. Quería sentirse como un
extraño, observando esta situación bizarra como un periodista debería.
Pero ahora estaba completamente inmerso en este enredo loco.¿Por qué no
debería? Brad era su amigo más antiguo. Y luego estaba Lanie, a quien
ahora consideraba amiga también.
Mierda, tal vez deberían ir al doctor Phil y obtener alguna resolución.
Imaginó a Cassie arrojándole una silla a Lanie y se echó a reír.Por otra
parte, Lanie probablemente no se atrevería.¿Por qué no lo haría?Había
62

buscado su biografía en el trabajo, y tenía un currículum


impresionante.Era una brillante abogada y trabajaba gratuitamente más
que cualquier otro. Era exitosa y dotada, pero actuaba como una miedosa,
al menos cuando se trataba de su hermana.
Lanie le había parecido impetuosa y audaz la primera vez que la
conoció.Hizo comentarios sexuales sobre la rubia de piernas largas
gritando su nombre. Lanie tenía razón. La rubia, Candace o Connie o
comose llamara, había gritado su nombre una y otra vez cuando sus
piernas estuvieron envueltas alrededor de su cuello más tarde esa
noche.Sin embargo, Kyle no dijo su nombre. No podía recordarlo, ni
siquiera cuando estaban en medio de la pasión.Solo pensaba en el
Pulitzer, el premio más codiciado en el periodismo, y… Lanie. ¿Cómo podía
ser tan perspicaz acerca de él, pero tan estúpida cuando se trataba de su
propia vida?
En este momento, él no estaba pensando en el Pulitzer en
absoluto.Todos sus pensamientos estaban centrados en ella. ¿Ella estaba
pensando en él?Lo dudaba. Estaba ocupada soñando con el bueno de
Brad. Le envió un mensaje, sabiendo que era demasiado tarde para que
respondiera.
Kyle:Oye, ¿estás bien?
Se sorprendió al recibir respuesta.
Lanie:Sí. ¿Por qué?
Kyle:Solo quería asegurarme.
Lanie:¿Se siente culpable, señor?
Kyle se rio.Se sentía culpable.
Kyle:Me atrapaste.
Lanie:No. Fue un primer beso muy agradable. Uno que recordaré.
Kyle:¿Quieres ir a almorzar mañana?
Inhaló esperando su respuesta.
Lanie:Está bien.
Cuando él leyó su respuesta, se preguntó qué estaría haciendo ella tan
tarde, y casi le envió un mensaje para preguntarle, pero decidió no
hacerlo. Le gustaba creer que estaba pensando en él.Después de todo, él
definitivamente estaba pensando en ella. ¿Por qué quería verla? Él no
estaba seguro, simplemente sentía que debía ayudarla más.Ella le estaba
dando una historia digna de un Pulitzer, y él estaba, ¿qué?...¿diciéndole
cómo vestirse? No parecía muy quid pro quo.
¿A quién quería engañar? ¿O estaba mintiéndose a sí mismo? Quería
dormir con ella.Tal vez sentiría un poco de alivio si simplemente actuaba al
respecto. La idea lo hizo sentir como un idiota. ¿Realmente estaba
63

contemplando tomar su virginidad? ¿Qué tipo de cretino hacía eso? Pero al


mismo tiempo, Lanie era una adulta, y sería su decisión. Él no se
aprovecharía.Sería abierto y honesto acerca de sus intenciones, y ella era
la clase de chica que apreciaría eso. Era un buen amante, pero no era
paciente.Se prometió que, si estaba de acuerdo, estaría con ella… para
ella. Además, Brad era un tipo muy moral, pero ciertamente no le
interesaban las vírgenes tampoco, y eso no disuadiría los objetivos de
Lanie de ninguna manera. Realmente, les estaba haciendo un
favor.Incluso si Lanie tenía sexo con Kyle, no la haría menos deseable a los
ojos de Brad.Lanie tampoco estaría buscando un compromiso.Quería al
señor Fantástico, no al señor Follantastico. Era abogada, por lo que
seguramente podrían llegar a algún tipo de contrato verbal. Contrato
verbal… se imaginó esos dulces labios envueltos alrededor de él y su pene
se sacudió dentro de su pantalón.Kyle pateó un cubo de basura antes de
empezar a correr sin parar. El caminar no estaba funcionando.Tal vez
correr sería lo mejor.

Lanie trató de alejar el beso de su mente, pero se encontró pensando en


ello a todas horas del día cuando necesitaba concentrarse en el trabajo.
Esto solo confirmó que había hecho lo correcto al no ceder a ninguna
tentación y concentrarse en la escuela y el trabajo durante todos esos
años.Ella no tenía ningún punto de comparación, pero los besos que
habían compartido agitaron cada molécula en su cuerpo, como si estuviera
despertando de una hibernaciónprofunda. Fueron apasionados y tiernos al
mismo tiempo.Sus ojos eran aún más profundos en ese momento, casi
salvajes, creando sensaciones que ella pensaba que estaban reservadas
para películas y libros románticos.Fue inesperado e innecesario la forma
en que la defendió de Cassie, pero también le pareció adorable. Nadie
había hecho eso por ella, ni una sola vez en su vida. ¿Quién podría haber
imaginado que Kyle Manchester sería esa persona?
Sin embargo, no importaba. Kyle era un buen tipo, pero él solamente era
problema. Su tipo era todo sobre cantidad y variedad, no calidad o
consistencia. Brad era diferente. Él miraba más allá de losdefectos de
Cassie y la apreciaba. De una manera extraña, eso solo hizo que Lanie lo
amara más.
La reunión de la mañana consistió en todos los aprendices repasando
sus casos activos. Lanie recibió más atención de la que estaba
acostumbrada cuando discutió el estado del caso Hayes. Su jefe la animó
una vez más a buscar ayuda con el montón de
trabajoinvolucrado.Necesitaba un abogado adjunto en este caso.Ella sabía
que era una gran abogada, pero no tenía una presencia llamativa en el
tribunal. Este sería el caso más grande de su vida… su punto máximo, que
64

coincidentemente contenía todos los giros y choques de una novela de


John Grisham. Había sido capaz de mantener el caso siendo una asociada
junior porque lo había llevado a la firma, y las chicas insistieron en que
ella fuera su abogada.
Miró a la sala llena de abogados, con muchos de los cuales nunca había
hablado. Especialmente las mujeres, que hablaban de ella en susurros
porque era tan rara.Le costaba mucho conversar con ellas acerca de ropa,
televisión o cualquier cosa remotamente normal.Si no era sobre trabajo,
estaba sin palabras o muda.Eso era, muy probablemente, el por qué no
tenía amigos. Nunca tuvo, ni en la primaria, secundaria o incluso en la
universidad. Era una chica solitaria, y lo prefería de esa forma.
Esa fue la motivación inicial de sus sentimientos por Brad.Se sentía
cómoda conversando con él fuera del trabajo.Qué curioso, lo mismo
ocurrió con Kyle.De hecho, era aún más fácil con Kyle porque no sentía la
necesidad de impresionarlo ni de analizar todo lo que decía.
Finalmente terminó la reunión de personal y salió a encontrarse con
Kyle para almorzar en el mismo café. Él estaba sentado en la misma mesa
en la esquina, trabajando en su laptop.Se levantó y apartó una silla para
ella cuando se acercó.
—Tienes que conseguir zapatos nuevos.¿Le robaste eso a una
enfermera? —preguntó él con una sonrisa arrogante—. Tienes tobillos
sexys.Enséñalos.
Lanie se ruborizó, confundida por el descaro de Kyle, seguido por el
coqueteo. Eso la hizo marear un poco.
—Planeo ir de compras.
Kyle suspiró.
—¿Quieres que vaya contigo?
—¿Quieres ir? —peguntó Lanie esperanzada.
—No, odio comprar, pero iré si quieres.
—Pensé que realmente te gustaba la ropa. Te ves tan metrosexual y
pareces obsesionado con los zapatos de las mujeres. —Era cierto. Siempre
lucía como si hubiera salido de las páginas de GQ,ya que llevaba jeans y
una camiseta o un traje de gabardina.
—Tengo un comprador personal. Deberías conseguir uno. Estoy seguro
de que muchas mujeres de tu empresa los usan.
Lo hacían, pero Lanie no quería que un desconocido comprara por ella.
Quería escoger sus propias cosas.
—Me las arreglaré —respondió y se mordió el labio inferior.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Por supuesto.
65

—¿Quieres tener sexo?


La boca de Lanie se abrió y repitió la pregunta mientras se preguntaba
si lo había oído mal.
Ella no respondió al principio. Intentó en vano concentrarse en bajar el
ritmo en que latía violentamente su corazón, seguro que Kyle podía oírlo
desde donde estaba. Por suerte, la mesera vino a tomar su orden. Lanie
estaba agradecida por la distracción, pero Kyle parecía que quería ahorcar
a la pobre mujer.
—Supongo que sí.Realmente no pienso mucho al respecto.
—¿Nunca te has complacido tu misma?
Lanie sintió que un repentino calor le subía por el cuello. Él la miraba
con ojos entrecerrados y exigentes. Se enderezó y consideró sumergir su
servilleta en agua para pasarla por su rostro. La habitación se sentía muy
caliente de repente.A veces, Kyle era demasiado atrevido; especialmente
ahora, cuando estaban en público.
—No, pero no soy idiota.Sé cómo funciona todo.
—Sabes que Brad va a querer tener sexo, ¿verdad?
—Bueno, me imaginé eso, Kyle —respondió sarcásticamente, rodando
los ojos.
—Tengo una idea, si te animas a hacerlo.
—Estoy escuchando —respondió ella, mirando fijamente un punto en el
mantel.
—Por favor, mírame cuando te esté hablando.Sé que es un tema
incómodo, pero somos amigos, ¿verdad?
Ella trasladó su mirada hacia sus brillantes ojos verdes, admirando su
sonrisa traviesa y la longitud perfecta de su cabello negro. Era lo
suficientemente corto como para ser profesional, pero lo suficiente largo
como para poder agarrarlo perfectamente. ¿Tenía que trabajar para lograr
esa mezcla perfecta de pulcritud desordenada o lo hacía naturalmente?
Hoy llevaba una camiseta polo de manga corta y su brazo se flexionaba
cada vez que tomaba de su vaso.
—Sí, somos amigos.
Kyle tragó como si también estuviera nervioso. Lanie descartó la ridícula
idea.
—¿Considerarías tener sexo conmigo?
Ella casi se ahogó con su daiquiri sin alcohol.
—¿En serio?
—He estado pensando en ello desde tu pequeña revelación la otra
noche.Pensé que, puesto que no te estás guardando para Brad, deberías
66

probar tu equipamiento.
—¿Probar mi equipamiento? —preguntó ella con escepticismo.
—Para asegurarte que todo funciona.Como tu amigo, estoy dispuesto a
hacer el sacrificio y conducir los ensayos iniciales. —Lanie arqueó las
cejas. Notó que sus dedos se acercaban a los de ella sobre la mesa, pero se
detuvo para no tocarla—. Piénsalo.Tal vez eres frígida y no te gusta que te
toquen.
—No creo que sea frígida, Kyle.
—De eso se trata. No lo sabes. Después de todo, te retiraste de nuestro
beso. Lo último que quieres es rechazar a Brad la primera vez que estés
íntima con él. Lo espantará y probablemente nunca querrá tocarte otra vez
por miedo a herirte.
Los ojos de Lanie se agrandaron mientas consideraba la validez de la
declaración de Kyle. En algún nivel sabía que eran tonterías. De cualquier
forma, no sabía si le gustaba el sexo, y eso era algo que necesitaba saber
antes de entrar en una relación seria. Kyle pasó la mano por su cabello,
continuando:
—Puedo ayudarte con esto, Lanie. Si me rechazas no me ofenderé.
Puedes pretender que soy Brad, si quieres. Ni siquiera me importa si gritas
su nombre.
La comida llegó mientras ella formaba una respuesta. Kyle otra vez lucía
como si quisiera estrangular ala mesera.
—No lo sé —dijo ella dubitativamente—. Esto está sonando menos como
Mi bella dama y más como El amante de Lady Chatterly para mí.
Kyle rio.
—Quizá es un poco de ambas.
Su voz fue solemne y sincera cuando finalmente tomó la mano de Lanie.
—Puedo prometerte algunas cosas y podemos establecer algunas reglas
básicas, ¿está bien? Si estás incomoda con algo, no tenemos que hacerlo.
Lanie mordisqueó su labio inferior preguntándose cómo sería ver a Kyle
desnudo. El pensamiento la hizo calentarse, como si un ventilador
estuviera soplando aire caliente y ella fuera el blanco, pero definitivamente
no estaba viniendo del ventilador de techo. Estaba irradiando desde algún
profundo lugar dentro de su cuerpo, y disfrutaba la sensación. Presionó
sus piernas mientras su mente se llenaba de la imagen
delcuerpomusculosode Kyle, resbaladizopor el sudor,meciéndosedentro de
ella. Kyle era un hombre hermoso, uno por el que se sentía atraída, pero la
idea sonaba ridícula, especialmente en vista de sus sentimientos por Brad.
Lo deseo, pensó Lanie. Deseo a Kyle. Amo a Brad. Gran diferencia.
Eso puso todo en perspectiva para ella. La decisión no era difícil bajo
67

esas afirmaciones.
—¿Crees que tengan helado aquí? —preguntó Lanie.
Kyle enarcó las cejas, obviamente sorprendido por la pregunta.
—No tengo idea. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque me gusta el helado cuando estoy estresada —contestó ella,
pensando que no solo estaba estresada. Se estaba incendiando y
necesitaba algo frío.
—No quise causarte ansiedad. No te preocupes. Te conseguiré helado ya
sea que ellos tengan o no, si eso es lo que quieres.
—Vaya, Kyle, esa es la cosa más linda que me has dicho —replicó con
una sonrisa.
Él no estaba sonriendo. Lucía contrito y apenado.
—Soy un idiota total. He sido hostil y cruel contigo. Si no quieres hacer
esto, lo entiendo completamente.
Ella negó.
—Me gusta tu honestidad. Me hace sentir que puedo confiar en ti.
—Entonces, mi honesta opinión es que deberíamos tener sexo.
—¿Cuáles son las estipulaciones para este contrato de coito?
—Sabía que la abogada en ti saldría pronto. —Kyle tomó su mano y besó
las puntas de sus dedos antes de bajarla. Fue un gesto completamente
inesperado. Maldición… él era un excelente negociador.
—Mi única regla es que tienes que ser paciente conmigo. —Ella vio sus
hombros relajarse y él exhaló como si hubiera estado conteniendo el
aliento.
—Te prometo que tú establecerás el ritmo. Mis únicas reglas son que
tengamos sexo seguro, que entiendas que no pasaré la nochey que tendré
sexo con otras mujeres. Oh, y la regla más importante, la regla
fundamental, la única no negociable…
—¿Qué?
—No te enamores de mí —respondió Kyle con completa seriedad. Lanie
no pudo evitar reírse.
—Dios, sí que tienes ego. De verdad crees que soy tan voluble que me
desenamoraré de Brad y me enamoraré de ti. Eres condenadamente
hermoso. Incluso yo puedo ver eso. Eres sexy y me divierto contigo. Estoy
contenta de que seas mi amigo, pero soy una total realista. No deseo
ningún tipo de relación contigo.
Lanie se sintió culpable sobre su exabrupto cuando la expresión
sorprendida de Kyle se transformó en dolor. Nunca se imaginó que se
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molestaría con su comentario. Él alejó la mirada por un momento, como


para componerse. Su voz era baja, casi forzada cuando habló.
—Sé que no piensas eso, pero el sexo cambia a las mujeres. Lo he visto
una y otra vez.
—No soy como la mayoría de las mujeres, Kyle. Sé lo que quiero —
respondió Lanie simplemente.
Él asintió dándole una sonrisa débil.
—Eso es seguro. De hecho, diría que no eres como ninguna otra mujer
que haya conocido, y solo para que quede claro, es un cumplido.
Ella quería que se sintiera cómodo otra vez, así que decidió cambiar la
conversación a un tópico que apreciaría.
—¿Con cuantas chicas has dormido?
—No lo sé… toneladas.
—¿Entonces con más de dos mil? —preguntó Lanie seriamente.
—¿Qué?
—Una tonelada son mil, así que, como dijiste toneladas, literalmente
estarías diciendo al menos dos mil.
—No estaba siendo literal, sabelotodo —replicó Kyle, ahogandosu risa.
Ella empezó a reír también.
—¡Cállate! Sabes el número. Dime. Quiero conocer sus credenciales,
señor.
—¿Qué carajo? ¿Quieres referencias? —preguntó Kyle con una sonrisa
traviesa.
Ella rio otra vez.
—No, tonto. Solo tengo curiosidad. ¿Más de diez?
Kyle se inclinó hacia ella.
—Lanie, dormí con más de diez chicas antes de los dieciséis.
—¿Más de mil?
—Jesús, ¿de dónde sacas esos números? ¿Te das cuenta de que tengo
un empleo que no involucra giras con bandas de rock? —Ella no pudo
evitar reír. Era una risa que venía desde sus entrañas, y él se unió—.
Tienes una hermosa risa. ¿Por qué no la escucho más seguido? —preguntó
con una ternura en su voz que ella encontró desconcertante.
—¿Y siempre utilizas protección? —preguntó Lanie, queriendo cambiar
el tema.
—Siempre uso condón y me examino regularmente, al menos una vez al
69

mes. Bueno, al menos ahoralo hago.


—¿Antes no lo hacías?
—No, hubo unas veces en las que no lo hice —admite Kyle.
—¿Porque estabas en una relación exclusiva?
Kyle suspiró.
—Porque estaba sumamente ansioso y es mejor sin condón. Nunca he
estado en una relación.
Su respuesta no la sorprendió. Era evidente que Kyle tenía aversión por
el compromiso.
—¿Cuántos años tienes?
—Siento que me estás interrogando.
En realidad estaba haciendo eso precisamente. Quería información. Si
tan solo pudiera ser así de segura en la corte.
—Lo siento. Solo quiero todos los hechos antes de tomar mi decisión.
—Tengo veintinueve. La misma edad que Brad. —Tenía sentido desde
que fueron amigos en la niñez, pero en muchos sentidos, Kyle lucía más
joven que Brad, especialmente cuando sonreía con esa engreída y torcida
sonrisa burlona.
—¿Por qué es mejor sin condón?
—Es una barrera necesaria, pero una capa adicional. Y como sabes, no
me gustan las capas. —Su sonrisa se desvaneció mientras miraba por la
ventana—. Pero me arrepiento. Me hice la prueba inmediatamente
después, y gracias a Dios, nadie quedó embarazada, pero puedo decirte
que, las pocas veces que sucedió, estuve muy nervioso hasta que llegaron
los resultados de ambas pruebas. Nunca quiero volver a pasar por eso. —
Él tomó su mano, acariciándola suavemente—. ¿Estás preocupada por
eso? Porque puedo asegurarte que estoy libre de enfermedades y no te
dejaré embarazada.
—Te creo. Solo estaba curiosa sobre el condón.
—¿Alguna otra pregunta, abogada?
—¿Será una cosa de una vez o algo regular?
—Puede ser lo que sea que elijamos. Un contrato de final abierto, si lo
deseas, hasta que alguno decida que es suficiente. —La miró fijamente, y
aunque su expresión era intensa, Lanie no sintió la necesidad de alejar la
mirada. Él sonrió y sus ojos parecían más brillantes—. Esto es tan
extraño. Realmente nunca he tenido una discusión tan franca y abierta
sobre sexo.
—Me siento más cómoda si tengo todos los hechos.
—Puedes preguntarme lo que quieras. Esta es tu elección, pero…
70

necesito que entiendas que quiero esto… Te deseo con desesperación.


Prometo que, si estás de acuerdo, mi experiencia solo te beneficiará. Mi
meta final es darte placer.
—Así que, ¿seremos amantes?
—Prefiero amigos con beneficios, pero estodosemántica.
—Kyle, estoy de acuerdo con todos los términos, pero tengo mi propia
estipulación.
—¿Cuál es, Lanie?
—No hablesde lo que hacemos con Brad, ¿está bien?
—¿Porque pensará menos de ti? ¿Porque estás avergonzada de estar
conmigo? —Él se tensó mientras hacía las preguntas, sorprendiéndola.
—Dudo que Brad piense que soy virgen. Tú también estabas
sorprendido. En realidad, dudo que Brad piense en mí en absoluto. Para
contestar tu otra pregunta, no me avergonzaría en absoluto. De hecho, no
puedo pensar en nadie mejor que tú para desflorarme. No quiero que se lo
menciones a Brad porque probablemente seré horrible en esto, y prefiero
que no lo sepa.
—No sé qué tipo de relación piensas que tenemos, pero Brad y yo no
tenemos ese tipo de discusiones.
—¿No hacen toda esa cosa de charla de chicos?
—Quizás en la preparatoria, pero ahora somos adultos. No beso y
cuento. O hago cualquier otra cosa y digo. Seré discreto, y esto no es de su
incumbencia de todos modos. Aunque sacas a relucir un buen punto.
—¿Cuál?
—Te prometo no decir una palabra, pero tienes que decirle a Cassie que
soy muy bueno en la cama.
—¿Y qué pasa si no lo eres? ¿Quieres que mienta? —Ella sabía que eran
preguntas estúpidas. No tenía duda de que Kyle Manchester sabía cómo
satisfacer a una mujer.
—Jesús, Lanie, tienes una forma de insultarme como nadie más. Soy
muy bueno en esto. —Su voz cayó—. Y seré muy gentil contigo. No diré
una palabra a Brad, pero Cassie lo hará, y solo ayudará en tu caso.
—¿Por qué lo hará Cassie?
—Porque eso es lo que las chicas hacen. Hablan, nunca paran de
hablar, y no pueden mantener secretos.
—Yo no hago eso, Kyle.
Él sonrió, acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja.
—Eso es porque tú no eres como ninguna otra chica, cariño.
71

Mientras compartían una banana Split y hacían planes para iniciar su


contrato, Lanie estaba menos ansiosa y más excitada sobre la perspectiva
de estar íntima con Kyle. Aunque, cuando se levantó, tuvo que estirar sus
músculos tensos. Empezó una lista mental de todas las cosas que
necesitaría para estar lista. La anticipación era tangible, y la sentía en
cada terminación nerviosa de su cuerpo.
72
CAPÍTULO 9

L
a noche del jueves, Kyle estaba acostado en la cama de Lanie,
esperando mientras ella se preparaba en su baño privado. No tenía
idea de qué estaba haciendo, podría haberle sacado fácilmente la
ropa. Kyle decidió ser paciente y darle todo el tiempo que necesitaba.
Cuando finalmente salió, intentó duramente no hacer una mueca o reír.
Usaba un feo y enorme camisón de chiffon blanco con una miríada de
capas y volantes. Conseguía cubrir exitosamente cada centímetro de su
cuerpo.
—Lanie, ¿eres tú debajo de todo eso? —preguntó él.
—¿No te gusta? Pensé que era sexy.
—Uh, no... no es sexy, nena. Realmente estás interpretando toda la cosa
de ser virgen, ¿no es cierto?
Ella miró su camisón, y Kyle rezó para que no comenzara a llorar.
Cuando levantó la mirada hacia él de nuevo, estaba sonriendo como una
colegiala.
—Sí, es bastante feo.
—¿Creíste que eso me excitaría? Luces como un jodido pastel de bodas.
—No lo sé. Cassie dijo que debía conseguirlo. Debería haber sospechado.
Jodida Cassie, pensó Kyle, dándose cuenta de que había saboteado a
propósito a Lanie. Cassie sabía cómo lucir sexy. Diablos, podría impartir
una clase en eso. ¿Por qué no ayudó a su hermana?
—Ven aquí —dijo Kyle, ayudando a Lanie a subir a la cama. El camisón
crujía ruidosamente con cada movimiento.
Lanie se acostó a su lado, y ambos miraron al techo.
Finalmente, Lanie dijo:
—¿Estás esperando que yo haga el primer movimiento?
Kyle se rio.
—Solo me estoy preguntando cómo voy a navegar por todas esas capas.
¿Esa cosa viene con un mapa o algo?
73

Lanie lo golpeó en el brazo.


—Pensé que podrías encontrar el camino en el cuerpo de una mujer.
—Oh, puedo. Solo dame un segundo. —Miró a Lanie y entonces
comenzó a reírse otra vez, notando el encaje que cubría todo su cuello. Ella
estaba riendo también, así que no se sintió tan mal por eso. Entonces los
gemidos comenzaron, fuertes y pulsantes gruñidos seguidos por un sonido
como un cabecero golpeando contra una pared.
—Mierda —dijo Kyle, deseando que los sonidos estuvieran emanando de
esta habitación. Obviamente Brad y Cassie estaban disfrutando de una
intensa sesión de sexo en la habitación de al lado. Cassie comenzó a gritar
el nombre de Brad. Lo dijo más y más fuerte, y por un momento, Kyle casi
pensó que quería que Lanie la escuchara.
—¿Escuchas esto cada noche?
—La mayoría de las noches —respondió ella. La risa se había ido de las
voces de ambos.
—¿Por qué no van a su casa? Brad tiene un bonito apartamento.
—Supongo que Cassie se siente más cómoda aquí.
Cassie prefería aquí porque Lanie podía absorber todo ese sonido. Tenía
que saber que Lanie tenía un enamoramiento por Brad, y la chica hacía lo
posible para hacer sentir incómoda a su hermana.
Kyle se giró hacia Lanie, levantando una ceja.
—¿Quieres darles una cucharada de su propio medicina?
—No en realidad. No me siento muy sexy justo ahora, no es que alguna
vez lo hiciera. Pero este camisón es totalmente ridículo, y no quiero voces
de fondo.
Kyle entendía exactamente lo que quería decir. Él sería capaz de llevarlo
a cabo, pero sería más difícil, como una competición. Definitivamente no
era algo a lo que quería someter a Lanie, especialmente en su primera vez.
Tenía que ser gentil con ella, incluso aunque no era su técnica usual.
Dobló su codo, levantando su cabeza en su mano, y la miró.
—¿Qué quieres hacer?
—Hay algo, pero no sé si es apropiado. —Las orejas de Kyle se
levantaron. ¿Era posible que Lanie fuera un poco pervertida?
—No estés nerviosa. Puedes decirme.
Se inclinó hasta que estuvieron nariz con nariz y susurró suavemente:
—Quiero ver el juego de los Bears. —Kyle sintió su erección crecer
mientras se le escapó una enorme sonrisa.
—Yo también, pero es jueves por la noche, cariño —dijo Kyle.
74

—Juegan la noche del jueves esta semana —respondió dulcemente.


—¿Por qué diablos no dijiste eso en primer lugar, mujer?
Se giraron a la televisión en la habitación de Lanie, y ella fue a
cambiarse. Salió en una camiseta verde de cuello en V y un suave short de
algodón. Nunca la había visto tan... con pocas capas. No podía apartar los
ojos de sus piernas. Teníaunas piernas largas ytorneadas. Quería sentirlas
envueltas alrededor de sus caderas.
Estaba equivocado, pensó. Sus piernas eran definitivamente su mejor
rasgo.
Para ponerse cómodo, Kyle se quitó sus jeans, pero mantuvo sus
calzoncillos y camiseta. Se sentaron en su cama y animaron a los Bears
mientras trataban de ahogar los ruidos de la otra habitación,
ocasionalmente subiendo el volumen de la televisión. Kyle la tiró en sus
brazos. A él le gustaba la sensación de tenerla contra su pecho, y ella no
se alejó. Había algo muy reconfortante en mirar a los Bears con Lanie en
sus brazos, como un pequeño pedazode cielo.
—¿Qué te gustaría que usara, Kyle? —preguntó ella, mirándolo con esos
intensos ojos dorados.
—Nada.
Lo golpeó en el pecho suavemente.
—Vamos, quiero vestirme sexy incluso si no puedo ser sexy. Sé que esa
vestimenta estaba pasada de moda.
—Lanie, eso estaba pasado de moda en el 1800. —Él le alzó la barbilla y
le sonrió—. Eres sexy, cariño. No hay razón para cubrirte. —Tan pronto
como lo dijo, se dio cuenta que sus palabras eran ciertas.
Ella lo estaba excitando ferozmente. No tenía idea de cuándo dejaron de
ver el juego y comenzaron a besarse. Fue algo entre el tercer cuarto y el
bienvenido silencio en la habitación adyacente. Arrastró sus manos por la
longitud de su cuerpo y acarició sus pechos a través de la delgada tela de
su camiseta y la tela más gruesa de su sostén, explorando alrededor de su
carnosidad. Besó su cuello y entonces deslizó su lengua por la V de su
escote. Presionó suaves, húmedos besos alrededor de su barbilla y enredó
sus dedos por su sedoso cabello. Quería estar dentro de ella, sentir su
estrechez alrededor de él, pero sabía que no estaba lista. Necesitaba ser
preparada. Tiró de su camiseta hacia arriba y besó su vientre. Era plano y
firme, y corrió sus manos por su suave y aterciopelada piel, enterrando su
lengua en su ombligo.
Se introdujo en sus shorts, dentro de su ropa interior, e insertó su dedo
dentro de su caliente y húmeda vagina. Ella saltó ante su toque.
—Shh, confías en mí, ¿cierto, Lanie? —susurróél, recalcando cada
palabra con lentos besos a lo largo de su abdomen.
75

No dijo nada, solo asintió, apretando su agarre en las sábanas. Él la


rodeólentamente y entonces embistió su dedo dentro de ella.
—Así es como se sentirá, pero unas cien veces más intenso.
No respondió, pero sus gemidos le dijeron que lo estaba disfrutando. Se
encontró hipnotizado por su excitación. Hacía hermosas muecas cuando
gemía. Su boca se movía en las más seductoras formas, revelando dientes
perfectamente blancos. Se movió hacia ella sin detener el ritmo de sus
embistes. Colocó su boca sobre la suya y tragó sus gemidos, saboreando
cada uno. Entonces se movió hacia su oreja, mordiéndola.
—Estás tan apretada, nena. Vamos a tener que prepararte —susurró.
—¿Prepararme para qué? —jadeó ella.
—Para mí —gruñó. Se movió hacia abajo, bajando sus shorts y ropa
interior, deslizándolos por sus largas piernas. Podía sentir todos sus
músculos apretarse bajo sus dedos—. Relájate. Déjame hacerte sentir
bien. —Ella arqueó su pelvis en respuesta, animándolo. Él deslizó sus
manos arriba y abajo por sus suaves piernas y luego a lo largo del interior
de sus muslos, abriéndolos suavemente. Estaba bien depilada, y se
preguntó por un momento si lo había hecho para él. La idea lo excitó
mientras corría su lengua alrededor de su entrada y luego dentro de ella.
Ella se retorció bajo su toque. Finalmente colocó sus manos firmes a
cada lado de sus muslos, manteniéndolos separados.
—Deja de moverte o tendré que atarte. —Lanie le dio una mirada
suplicante—. ¿O te gustaría eso, chica traviesa?
—No lo sé, pero lo que sea que estés haciendo, ¡por favor no pares! —
susurró.
Él paso su lengua por sus labios, estimulando su clítoris con su pulgar,
antes de devorarla otra vez. Sus gemidos aumentaron. Kyle amó cada uno.
Le gustaba ir abajo, pero él lo veía como un desafío, queriendo ver qué tan
rápido podía hacer a la mujer venirse. Con Lanie era diferente. Quería
tomarse su tiempo. El sabor de ella en su lengua era exquisito. Lo que era
más, disfrutaba dándole placer y escuchando los suaves, sexy tonos de su
voz excitada que se volvió más audible cuando comenzó a empujar su
lengua dentro de su sexo. Entonces un fugaz pensamiento entró en su
mente, realzada por la intensidad del acto. Lo golpeó como una roca de dos
toneladas, causando que se detuviera. ¿Estaba ella, en este momento,
saboreando la divina sensación de la lengua de Kyle explorando sus
pliegues peroimaginándose a Brad? Eso era exactamente lo que Kyle le
había dicho que hiciera, pero lo encontró tan perturbador que retrocedió.
—Por favor, no pares —imploró ella.
—¿Te gusta, nena? —susurró él, soplando el aliento caliente de sus
palabras en su sexo mojado.
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—Sí, me encanta —dijo con una voz distorsionada, deslizándose hacia


él.
—Entonces jodidamente di mi nombre—demandó.
—No te detengas, Kyle. Por favor, no pares.
Él realmente soltó un suspiro de alivio mientras empujó su lengua en
nuevas profundidades, embistiéndola con una penetración rápida y
contundente. Cada vez que ella dijo su nombre, cambió su ritmo,
queriendo mantener a raya su clímax. Pero entonces sintió todos los
músculos de ella apretarse y relajarse una última vez, y gritó su nombre
como si tuviera veinte silabas, y no dos.
Ella todavía estaba jadeando cuando la miró y corrió sus dedos por su
boca.
—Eres deliciosa —susurró contra su oído.
—No esperaba eso —dijo ella, tratando de recuperar el aliento.
Él se levantó para mirarla, esperando no haberla lastimado de algún
modo.
—¿Qué quieres decir, cariño? ¿No te gustó?
—No, solo que sentí esta gran tensión y entonces un... —Movió su mano
como el camino de una montaña rusa—… swoosh.
—¿Swoosh?
—Eso fue un orgasmo obviamente, pero no pensé que se sentiría así.
Kyle pestañeó hacia ella, sin esconder su expresión sorprendida.
—¿Ves lo que te estabas perdiendo?
—¿Vas a hacer la otra cosa? —preguntó ella.
—Creo que fue suficiente para tu primera lección.
Tragó saliva, alcanzando vacilantementeel cabello de él. Kyle inclinó su
cabeza en sus manos, disfrutando la sensación de sus suaves dedos
contra su cuero cabelludo.
—Siento como si no hubiera quid pro quo aquí, Kyle. ¿Qué puedo hacer
por ti?
Él se sentó y sacó su camiseta. Sonrió cuando la escuchó jadear. Ella se
sentó sobre sus rodillas, mirándolo.
—Puedes tocarme, Lanie. —Estaba indecisa, así queél agarró su muñeca
y presionó su palma contra el cuerpo de él. Arrastró sus dedos por su
pecho y sus abdominales, trazando el contorno de su paquete de seis. Él
contuvoel aliento, sabiendo que necesitaba detenerla antes de que fueran
demasiado lejos. Suavemente tomó su mano y besó cada dedo antes de
colocarla a su lado. Se recostó boca abajo al lado de ella—. ¡Dame un
masaje de espalda, mujer! —le ordenó.
77

En realidad, quería pedirle que siguiera arrastrando esos dedos hasta


que alcanzaran su miembro duro como una roca, la cual estaba dolorido
de necesidad por un masaje mucho más que su espalda, pero no podía. No
quería joder su primera experiencia con el sexo como hizo con el beso.
Quería que disfrutara cada momento. Se ocuparía de su erección
palpitante después. Justo ahora estaba solo disfrutando el peso de ella
montando a horcajadas su trasero y la forma en que sus suaves dedos
amasaban sus músculos.
Él no había planeado pasar la noche. Esa era una de sus reglas. Solo
causaba todo tipo de problemas en la mañana, y casi nunca dormía bien
lejos de su propia cama. Pero encontró que no podía dejarla. Sentía cierta
comodidad en tenerla en sus brazos, como si ese fuera su lugar.
78
CAPÍTULO 10

A
la mañana siguiente, Lanie recibió una llamada muy
importante diciendo que las chicas del caso Hayes estaban listas
para su entrevista. Entraron en su oficina, y Kyle se sentó en una
de las sillas giratorias, repasando las notas para su entrevista. Sus
sentidos periodísticos le estaban diciendo que esta historia era más grande
de lo que ella estaba dejando ver, y por primera vez, Kyle estaba nervioso
antes de una entrevista. Lanie le sonrió tranquilizadoramente y le ajustó
su corbata.
—Recuerda lo que dije. No las mires a los ojos, y si no quieren responder
una pregunta, avanza a la siguiente.
Kyle se enojó un poco por su consejo.
—Sé cómo hacer mi trabajo. —Él intentó ocultar la irritación en su voz,
sin embargo, su tono fue cortante.
Se sorprendió cuando ella le contestó igual.
—También yo, y estas son mis clientes. Es mi trabajo protegerlas, así
que necesitas escucharme, Kyle Manchester, y aceptar mis términos o la
entrevista se cancela. Y eso es independientemente de cualquier otra
obligación contractual que tengamos. ¿Entiendes?
—Sí, señora. —Él sonrió, abrazándola—. No te preocupes. Lo tengo.
—Lo sé. Como dije, te habría dado esta entrevista de todos modos. Solo
recuerda que el artículo no puede tener mi nombre.
—En serio, ¿no vas a tomar nada de crédito por este caso? Sabes que es
un asunto de interés público, ¿verdad?
—Entonces deja que el público se entere por su cuenta. No quiero
publicidad. —Ella volvió a su silla, lo cual fue bueno porque Kyle tenía un
impulso de besarla.
Su asistente entró, cargando dos objetos envueltos en papel aluminio.
Lanie se la presentó a Kyle.
—Tu almuerzo —anunció Kathy, arrojando ambos sobreel escritorio de
Lanie.
79

Lanie miró su reloj y de vuelta a Kyle.


—¿Quieres almorzar conmigo? Todavía tenemos algo de tiempo.
—Claro, ¿qué hay en el menú?
La asistente de Lanie respondió, negando.
—Lo que come todos los días… perros calientes.
—¿Comes un perro caliente para el almuerzo todos los días? —preguntó
Kyle, asombrado por los riegos para la salud de tal elección.
En la forma típica de Lanie, se encogió de hombros.
—Sí, ¿por qué? ¿No te gustan los perros calientes?
—No, puedo comerme uno.
—De veras, Lanie, deberías cuidarte mejor —murmuró Kathy,
despejando unos archivos del escritorio de Lanie.
—¿Ya tienes mi calendario de las sesiones en eltribunal, Kathy? —
replicó Lanie.
—No te preocupes. Lo tendrás.
—De verdad apreciaría si pudieras trabajar en eso.
Kathy asintió y salió del cuarto. Kyle se preguntó si Lanie disfrutaba ser
maltratada por otros. Había escuchado de esas mujeres antes, unas a las
que nos les importaba si el mundo las pisoteaba. Aun así, Lanie era
diferente. No encajaba con ese molde. De hecho, Lanie no encajaba con
ningún molde hasta donde Kyle podía ver.
Se sentaron uno frente al otro mientras comían. Lanie dio un par de
mordiscos mientras trabajaba en su computadora y recibía llamadas. Kyle
se dio cuenta que probablemente elegía perros calientes porque eran
fáciles de sostener con una mano. Esta chica sabía cómo realizar varias
tareas. Más aún, era muy asertiva con los otros abogados que se
asomaban a su oficina y las personas al teléfono. Era extraño como esto no
se aplicaba a sus relaciones personales.
Brad asomó su cabeza.
—Hola, Kyle. Hola, Lanie. Ellas están en la sala de conferencias A.
¿Listos para ir?
—Claro. Gracias, Brad —replicó Kyle y botó la mayor parte de su
almuerzo.
Cuando Brad se alejó, Kyle preguntó discretamente.
—¿Por qué Brad está aquí?
—Es mi abogado adjunto —respondió ella.
La idea molestó a Kyle porque pensó que estarían trabajando largas
horas juntosdurante las próximas semanas. Pero no debería. Después de
todo, Lanie conocería mejor a Brad, posiblemente resultando en que su
80

atracción por Brad se volvierarecíproca. Ese era el objetivo. ¿No es así? Él


y Lanie eran amigos participando en una actividad sexual. Ciertamente, si
ella le dijera mañana que estaba con Brad, no le importaría. De hecho,
estaría feliz por ella, pero aún no podía quitarse el amargo sabor de su
boca cuando pensaba al respecto o evitar que sus puños se apretaran
automáticamente.
Siguieron a Brad a la sala de conferencias. Una despampanante mujer
de mediana edad con un estilizado y recortado cabello castaño, usando un
traje rosa pálido los detuvo.
—Lanie y Brad, justo a quienes quería ver.
—Hola, Magda. —Los ojos de Lanie se movieron al techo con obvia
molestia. Magda observó lentamente a Kyle y luego a Lanie, claramente
esperando una presentación—. Este es Kyle Manchester. Está haciendo
una entrevista para mi caso.
Kyle estrechó manos con Magda e intentó evitar sus miradas coquetas y
la forma en que sus dedos frotaron su mano.
—Oh, un periodista, québien.
—¿Necesitas algo, Magda? —preguntó Lanie.
—Necesito saber si vas a traer un invitado a nuestro evento de gala.
Debo tener los números finales, y que me maldigan si no he estado
persiguiendo abogados todo el día.
—Lo siento, no sabía que debías saberlo tan pronto.
—Bueno, hay mucho que organizar, sabes. —Magda parecía ofendida
por la pobre disculpa de Lanie, pero no perdió tiempo en sonreírle
ampliamente a Brad—. Brad, ¿asumo que traes invitada?
—Sí, voy a venir con mi novia, Cassie —respondió él.
—Y Lanie, debería marcar que vienes sola otra vez, ¿verdad? —Magda
parecía complacida por la declaración. Kyle se preguntó cuántas chicas
malas estaban en la vida de Lanie. Su hermana era una completa perra,
su asistente parecía fría, y ahora esta mujer, Magda, estaba disfrutando la
incomodidad de Lanie. Pero cuando se trataba de negocios, Lanie estaba
completamente en control.
—Estaré acompañando a Lanie —respondió Kyle. No estaba seguro de
quién parecía más sorprendida, si Lanie o Magda.
Magda asintió, mirando a Kyle con curiosidad.
—Oh, no sabía que estaban saliendo.
—Debemos irnos. Tengo clientes esperando —contestó Lanie antes de
que Kyle pudiera. No esperó una respuesta, sino que procedió a caminar
rápidamente por el corredor.
La sala de conferencias A, en Whitlow and White, era elegante con una
81

distintiva mesa de caoba y treinta sillas cómodas rodeándola, una pantalla


digital, y los obligatorios adornos florales artificiales. La falda y blusa beige
de Lanie combinaban perfectamente con las paredes. Las tres clientas
fueron traídas. Las tres chicas tenían al menos los dieciocho años, pero a
Kyle le parecieronmucho más jóvenes, y era claro que estaban nerviosas y
asustadas. Después de la devastación por la que habían pasado,
trabajando en un burdel que se especializaba en chicas menores de edad,
Kyle podía entender la razón. Una etérea melancolía las seguía.
Lanie se sentó entre ellas y Kyle mientras Brad se sentaba en el otro
extremo. Kyle encendió su grabadora y se presentó, siguiendo las
instrucciones de Lanie de mantener la voz baja y la cabeza gacha. Al
principio, Kyle se sintió insultado por las miradas veladas que Lanie le
lanzó, pero pronto fue claro que estaba actuando más como protectora que
abogada para estas víctimas. Estas chicas apenas y podían mirarlo o
hablar más que en susurros. Eran muy directas en sus respuestas, pero
cada una era una bomba. Dos de las chicas habían estado bajo el tutelaje
del estado quienes habían sido tomadas por la generosa Melinda Hayes y
su hogar de caridad para jóvenes cuando tenían doce años. La otra había
sido echada de su casa por padres despreocupados cuando tenía quince y
había encontrado su camino hacia las garras de Melinda Hayes.
Sus historias eran tan increíbles que parecían la trama de una película
de terror. Cada respuesta sorprendió a Kyleexponencialmente. Melinda
Hayes era la ex esposa de un senador, y había manejado con éxito un
servicio de damas de compañía para clientes muy notables y adinerados
por varios años, haciéndola extremadamente rica. Esos clientes querían
chicas jóvenes, y Melinda se había quedado corta de prostitutas que
parecieran jóvenes para satisfacer sus necesidades. Comenzó una
organización de caridad como tapadera para enrolar jóvenes menores de
edad para llenar el vacío. Kyle sintió nauseas mientras cada chica
describía con espantoso detalle su horrible experiencia. Todas habían sido
golpeadas, abusadas y violadas por clientes de Hayes. Todas habían
guardado silencio por las amenazas físicas que recibieron. Los clientes
parecían la lista del senador Hayes para las postales navideñas. Había
varios asesores, oficiales del gobierno e incluso el buen senador.
La entrevista duró casi tres horas, y para el final, Kyle había
experimentado un montón de emociones; ninguna buena. Estaba enfermo
de oír los detalles de los crímenes perpetrados a estas chicas. También
sintió una imperiosa necesidad por ayudar a Lanie a buscar justicia para
ellas. Parte de él, sin embargo, experimentó una gran culpa porque estuvo
emocionado ante la idea de esta historia. Este definitivamente era el
camino al Pulitzer. Simplemente no había creído que el camino fuera tan
asquerosamente vil y malvado.
Cuando él terminó, Lanie lo llevó a un rincón.
—Lo hiciste bien. Gracias, Kyle.
82

—¿De verdad vas a demandar al senador? Lo que estás haciendo podría


ser peligroso. ¿Es por eso que quieres que deje tu nombre por fuera?
Ella negó.
—No, para nada. Esperamos no ir a la corte, pero estamos protegidas de
cualquier manera.
—¿Cómo?
—Por tu artículo, tonto. ¿Quién dañaría un cabello de estas chicas, de
Brad o mío una vez expongas el crimen? Estamos usando el poder de la
prensa para salvaguardarlas. También tengo una multitud de medidas
protectoras para garantizar su seguridad.
—¿Cuándo vas a presentar la demanda?
—La próxima semana. Debes esperar para imprimir hasta el domingo —
dijo ella, alisándole la corbata.
—¿Quieres que espere esto por una semana? —preguntó él con
incredulidad.
—Necesitarás una semana para al menos revisar las fuentes, conseguir
la aprobación de tu editor y de los abogados internos, y reunir las
declaraciones del Senador Hayes y los otros clientes.
Ella tenía razón. Todo eso tomaría al menos una semana.
—Bien —dijo él a regañadientes. Brad acompañó a las chicas afuera,
dejándolos solos. Kyle metió un mechón de sucabello tras su oreja—.
Tenías razón. Este es el camino al Pulitzer. Gracias.
—¿Dudabas de mí? —preguntó ella, sonriendo con aire de suficiencia.
Esta vez Kyle se encogió de hombros porque no tenía idea de qué decir.
Quería abrazarla, pero no sería un gesto apropiado en su lugar de trabajo.
Una cosa era segura: no había forma de que pudieran tener sexo esta
noche o pronto. Por primera vez, se sintió asqueado ante la idea de sexo a
la luz de las gráficas descripciones que había oído hoy, y se imaginó que
Lanie se sentía de la misma manera. Además, Kyle debía reunirse con su
editor para revisar la gran primicia que había conseguido.
—¿Qué harás mañana? —preguntó él.
—Debo trabajar.
—Es sábado.
—Lo sé, pero todavía tengo mucho que preparar para el caso.
—Como tu amigo, debo decirte que estás trabajando demasiado duro y
necesitas un descanso. —Ella lo miró con sospecha, lo que lo hizo reír—.
No es lo que crees. Mañana solo saldremos como amigos. Prepárate porque
83

voy a pasar por ti temprano. —Ella asintió, y esta vez Kyle sí plantó un
discreto beso en su frente.
—Podemos hacer algo mañana, pero quería decirte que no necesitabas
llevarme a la fiesta del trabajo. Estoy segura de que te aburrirás hasta la
muerte atrapado en un cuarto con un montón de abogados y sus parejas.
De verdad es solo una excusa para vestirse bien, comer comida costosa, y
quejarse sobre membresías de clubes campestres.
Kyle le sonrió.
—Entonces recordaré traer mi repelente de tiburones. Sé que no
necesito llevarte, pero quiero hacerlo. ¿Me permitirás ser tu acompañante?
—¿Por qué? —preguntó ella y él intentó pensar en una respuesta
rápidamente, pero no estaba seguro de la razón. La idea de una fiesta no le
atraía en absoluto, pero no apreció la suposición que estaba haciendo
Magda de que Lanie no tendría una cita. Al final, dijo la única respuesta
que tendría sentido sin hacerlos sentir incómodos.
—Si Brad lleva a Cassie, entonces debería llevarte.
Ella pareció satisfecha con la respuesta, pero Kyle no lo estaba porque le
faltaba honestidad. Quería llevarla, y la idea lo aterraba. Él no era una
compañía acorde para acompañar a una dama a sus eventos de trabajo.
Más bien, era el hombre correcto para llamar si la dama en cuestión
quería tener sexo después del evento. Estas cosas siempre requerían de
presentaciones, y nunca quería ser presentado como el novio de nadie.
Todavía faltaban unas pocas semanas. Tal vez para entonces podría sacar
una excusa y cancelarlo. Sabía que ella lo entendería porque Lanie, en
todo caso, era una chica comprensiva. Todo el asunto era confuso, pero lo
sacó de su cabeza. Tenía una historia que escribir después de todo.
84
CAPÍTULO 11
—¿ Me vas a decir a dónde vamos? —le preguntó Lanie a
Kyle, bebiendo el expreso que él le había comprado. Le
había dicho que la buscaría temprano, pero ella no había
pensado que quería decir a las ocho de la mañana. Se había quedado
levantada hasta tarde trabajando en su caso y estaba muy cansada.
Habían estado conduciendo por más de una hora. Al menos la camioneta
de Kyle era amplia y cómoda, pensó Lanie mientras se movía en el suave
cuero del asiento del pasajero.
—Te dije que es una sorpresa—replicó y agarró su mano. Él estaba
usando una Henley negra y jeans ajustados que envolvían sus caderas
perfectamente. Su chaqueta de cuero negro y cabello oscuro alborotado, lo
hacían verse increíblemente sexy. Lanie había pasado la mayor parte del
viaje mirando fuera de su ventana, pero su aroma limpio, y masculino,
impregnaba el espacio, haciendo difícil quedarse quieto.
—¿Vas a llevarme a algún lugar apartado para forzarme? —preguntó ella
como un chiste, esperando enmascarar su nerviosismo.
Kyle levantó su ceja con sorpresa.
—¿Es eso lo que quieres? Porque si es así, puedo detenerme a un lado y
curar tu virginidad justo ahora.
—¿Curar? Estás actuando como si fuera una enfermedad, Kyle.
—Es una opción, pero aún estoy asombrado de cómo te las arreglaste
todos estos años. Eres una chica bonita. Pensaría que un tipo te habría
follado para este momento.
—Y tú eres un romántico total, pero gracias, supongo. —Lanie trató de
esconder el rubor subiendo por sus mejillas alejando su cabeza lejos de
él—. En verdad no fue una decisión consciente. Solo estaba demasiado
ocupada.
—Entiendes que el sexo no requiere de un enorme tiempo de
preparación, ¿verdad?
—Cállate. Por supuesto que sé eso. —Ella trató de no poner los ojos en
blanco.
85

—Así que, ¿estamos bien entonces? —Kyle le mostró una sonrisa


traviesa, y ella sintió una emoción profunda en su vientre, causando que
considerara seriamente su oferta.
—Sigue manejando, amigo. Preferiría que mi primera vez fuera en una
cama. No tengo dieciséis, sabes.
—Nena, dudo que los tuvieras alguna vez—replicó Kyle, tomando su
mano y besando cada dedo. Descansó su mano sobre la rodilla de ella,
frotándola lentamente. Lanie estaba disfrutándolo, pero se movió, dándose
cuenta que eso estaba excitándola demasiado.
—Tú tampoco eres un adolescente, Kyle—dijo ella suavemente.
Vio a Kyle tensarse ante sus palabras, y se preguntó si pensaba que iba
a reprenderlo. Ella le mostró una brillante sonrisa, y sus hombros se
relajaron inmediatamente.
—Puedes tener un calambre.
La risa de Kyle resonó a través del auto.
—Eres toda unasabelotodo. No te preocupes por mí, Lanie. Puedo
arreglármelas.
—Ya veremos—respondió ella, sonriendo seductoramente.
—Lo harás. Lo prometo. —Kyle entró en el camino de una impresionante
casa colonial de ladrillo rojo.
Lanie le lanzó una mirada confundida.
Él apagó el motor y se volteó hacia ella.
—Hoy solo somos amigos. Quiero presentarte a alguien muy importante
para mí. —Él salió del auto. Para el momento en que Lanie agarró su
cartera y colocó su café en el portavaso, Kyle había abierto la puerta por
ella.
Unaimpresionantemujer joven con largo cabellonegro y ojos verdes como
los de Kyle los saludó.
—Rachael, esta es mi amiga Lanie. Lanie, conoce a mi hermana,
Rachael.
Lanie extendió su mano, pero Rachael le dio una mirada a esta y negó.
En su lugar, abrazó fuerte a Lanie.
—Lo siento, mi hermana es una abrazadora—explicó Kyle.
Rachael golpeó a Kyle suavemente en el hombro antes de abrazarlo a él
también.
—Tienes suerte de haber traído compañía o en verdad te golpearía —
replicó ella.
—¿Por qué crees que la traje? —dijo Kyle.
86

Lanie miró alrededor de la casa, impresionada por los detalles en las


molduras, techos altos y pisos de madera oscura que la hacían parecer
elegante pero cómoda, al mismo tiempo.
—Tu casa es hermosa, Rachael —dijo Lanie.
—Gracias, Lanie. Creo que vamos a ser muy buenas amigas—replicó
Rachael, pero estaba mirando a Kyle.
Repentinamente dos niños se apresuraron a entrar en la habitación, y
cada uno agarró uno de los brazos de Kyle, gritando:
—Tío Kyle. —Él se las arregló para levantarlos a ambos del piso en un
movimiento rápido.
—Hola, doble problema—los saludó—. Lanie, mis sobrinos, Cosa Uno y
Cosa Dos5.
Los dos niños obviamente eran gemelos y estaban completamente
encantados con su tío.
—Hola, esos no son nuestros nombres—gritaron al unísono.
—¿Oh? Entonces, ¿por qué no se presentan ustedes mismos a la dama?
—Yo soy Jake, y él es Joey—dijo uno de los chicos. Ambos tenían el
mismo cabello negro y unos claros, luminosos y chispeantes ojos azules
que los hacían parecer casi angelicales.
Kyle los bajó, y de inmediato corrieron hacia Lanie.
—¿Quieres venir a ver nuestro acto de magia? —preguntó Jake.
—Me encantaría—replicó Lanie.
—Pueden, pero hagan el acto corto—advirtió Kyle.
—¿Por qué, tío Kyle? Queremos mostrarle todos los trucos que
sabemos—dijo Jake, sin esconder su desilusión. Lanie podía ver que él era
el hablador.
—Porque tu madre y Lanie van a salir por el día—anunció Kyle, y todos
en la habitación parecieron sorprendidos.
—¿Qué te traes, amigo? —preguntó Rachael.
—He hecho citas para ustedes en el nuevo Spa en Sussex—explicó Kyle.
—Oh la la, es muy lujoso—dijo Rachael.
—Sí, no necesitas agradecerme. Está todo pago, así que solo vayan y
hagan lo que las chicas hacen—replicó él.
Rachael de repente pareció consternada.
—No puedo ir. Tim está cazando hoy, y tengo a los chicos.
—Lo supuse, por lo cual voy a cuidarlos—explicó Kyle, guiñándole un
87

ojo a los niños.


Los chicos de inmediato gritaron su aprobación de pasar el día con su
tío Kyle, puntualizando sus opiniones con enérgicos movimientos de baile
lo que causó que todos los adultos rieran.

5
Personajes del libro El gato en el sombrero del Dr. Seuss.
—Bueno, no tienes que pedírmelo dos veces. Vamos, Lanie. Mejor nos
vamos antes de que cambie de opinión.
—No lo sé, Kyle. En verdad no soy una persona de Spa—dijo Lanie. Ella
había estado en un Spauna vez con su madre y Cassie. Había sido una
experiencia terrible durante la cual ellas constantemente la reprendieron
por su apariencia y falta de feminidad.
—Lanie, has estado partiendo el culoen el trabajo, y este es un buen
descanso para ti—dijo Kyle, alborotando su cabello.
—Tío Kyle dijo “culo”—le gritó Jake a su madre, quien le dio una mirada
molesta.
—Vamos, Lanie. Será divertido, y, además, si tú no vas, algo me dice
que no conseguiré ir, y en verdad quiero ir—dijo Rachael implorando, su
boca formando un pequeño puchero. Lanie se encogió de hombros y
asintió en acuerdo.
—Gracias, tío Kyle. —Sonrió Lanie.
—Oh, rayos—dijo Rachael, poniéndosela mano en la cabeza—, mi auto
está en el concesionario.
—Pueden conducir el mío —replicó Kyle.
—No puedo conducir esa enormecosa—dijo Rachael.
Kyle se encogió de hombros, algo que había adquirido de Lanie.
—Lanie puede.
Lanie lo mirócon escepticismo.
—¿Puedo?
—Claro, confío en ti, a menos que quizás estés asustada o algo.
Lanie se rio.
—No estoy asustada.
Rachael aplaudió.
—¡Genial! Todo resuelto.
Los chicos comenzaron a aplaudir también y produjeron un sonido entre
chillando y silbando.
—Vamos, señorita Lanie. Venga a nuestro acto de magia —dijo Joel,
jalando los jeans de Lanie. Ella los dejó llevarla escaleras arriba,
esperando que Kyle estuviera bromeando cuando les dijo que se olvidaran
88

de cortarla por la mitad.

***
Kyle se volteó hacia su hermana, sabiendo que ella esperaba una
explicación. Efectivamente, Rachael estaba parada enfrente de él, los
brazos cruzados y los ojos completamente abiertos.
—Escúpelo, amigo. ¿Cuál es la historia?
—Mira, solo llévala al Spa y tengan un día de chicas. Ve de compras
después y a cualquier otra cosa que quieran hacer. Estoy ofreciéndote mis
servicios de niñera por todo el día.
Rachael no pudo esconder su alegría. Su esposo, Tim, era un gran
sujeto, pero raramente comprendía que su esposa necesitaba un descanso
de sus revoltososhijos de vez en cuando. Kyle a menudo los visitaba y
cenaba con su hermana y su familia. Últimamente las demandas de su
trabajo y la vida social habían hecho más difícil hacer el viaje de hora y
media. Aun así, hacía un esfuerzode sacar a sus sobrinos un sábado al
mes, y este era ese día. Rachael había estado esperándolo, pero le había
metido un cuento chino para traer a Lanie.
Mientras escuchaba esas tremendas historias en la oficina de Lanie, sus
pensamientos habíanregresado a su hermana. Si alguien le hubiera hecho
a Rachael lo que le habían hecho a esas chicas… bueno, Kyle sabía que
habría entrado en la lista de los más buscados. No tenía que preocuparse
porque nunca dejaría que eso pasara. Cuando había recordado que estaba
visitándola hoy, cobró un favor, pidiéndole al editor de estilo en el
periódico que le consiguiera dos reservaciones para el Spa más de moda
cerca de la casa de Rachael. Sería una sorpresa agradable para ambas, y
él necesitaba agradecerle a Lanie por la entrevista.
Juzgando por la mirada inquisitiva de Rachael, era obvio que ella no
estaba satisfecha con la explicación.
—Mira, ella no tiene muchas amigas, y sé que tú eres buena con este
tipo de cosas. —Era verdad. Rachael sabía cómo sacarle provecho a su ya
buena apariencia. Había modelado cuando era más joven, y a pesar de
tener gemelos, había mantenido su figura. Tim se refería amorosamente a
ella como la mamá sexy. Era una Mujer Maravilla, haciendo galletas para
vender en tacones de aguja, participando activamente en la PTA, y
manteniendo un exitoso negocio de diseño de interiores. Kyle amaba a su
hermana, pero también la admiraba porque ella hacía todo eso y lo hacía
parecer fácil.
—¿Estás pidiéndome que la arregle para ti, Kyle? Eso es un poco raro—
dijo, sirviendo dos tazas de té de la tetera sobre la estufa. Kyle odiaba elté,
89

pero Rachael no bebía café, y tampoco dejaba a Tim beberlo. Era una
vergüenza, porque tan bruto como Tim podía ser acerca de las necesidades
de Rachael, ella estaba pendiente de las suyas. Los hombres en su familia
sufrían de enfermedad del corazón, y aunque Tim era tan saludable como
un buey, Rachael nunca pasaba por alto la historia médica de su familia.
También estaba consciente de las necesidades de Kyle, a menudo
actuando como una madre para él, a pesar de ser dos años menor. Lo
regañaba por su comportamiento adolescente y miedo al compromiso.
—No es nada de eso. Solo estoy pidiéndote que salgas con ella por un
día. Sé una amiga para ella. Ayúdala a sentirse hermosa.
—Tengo noticias para ti, amigo. Ella es hermosa—dijo Rachael con
alguna advertencia.
Kyle miró directo a los ojos de su hermana, del mismo color que los
suyos, y dijo en voz baja, casi dolorosamente.
—Sé eso, Rachael, pero ella no.
Rachael estudió el rostro de Kyle con intensidad y entonces saltó
alrededor de la encimera para abrazarlo. Susurró en su oído.
—Me estaba preguntando cuándo ibas a empezar a madurar.

***
Lanie parpadeó ante la magnífica manicure francesa adornando sus
uñas. Se sentía en verdad bien. El Spa fue completamente relajante y
apacible, como Kyle había prometido. Ella había sido mimada con una
manicure, pedicure y un facial. La charla amigable de Rachael había sido
un alivio bienvenido a cualquier inseguridad que tuviera. Rachael era
genuinamente dulce, con un lado ocurrente y sarcástico que era gracioso
sin ser condescendiente. Sin embargo, tan rejuvenecida como Lanie se
sentía del Spa, la perspectiva de ir de compras la aterrorizaba. De nuevo,
Rachael lo hizo fácil para ella, ayudándola a escoger artículos y dándole
sabios consejos sobre emparejar trajes y mezclar estilos. Ella tenía un ojo
para la moda, como evidenciaba su propio traje de blusa bohemia con
estampados de flores y jeans ajustados con tacones de aguja. Una larga
cadena dorada y gorro negro completaban el conjunto y hacían que la
mujer parecierapertenecer a Vogue, sin preocuparsede dos chicos de cinco
años sobre sus caderas.
—¿Qué me dices de este? —preguntó Rachael, levantando un vestido
verde con tiras finas.
—Oh, Rachael, es en verdad lindo, pero no puedo llevar eso.
Rachael chasqueó la lengua, negando.
—Lanie, tienes una gran figura, el tipo de cuerpo que otras mujeres
envidian.
90

Lanie se rio, sintiendo el sonrojo subir y tratando de imaginar a alguien


envidiándola.
—Gracias, pero eso no es así. No puedo usar cosas que sean reveladoras
arriba. —Rachael debe haber sentido la vergüenza de Lanie porque no
ahondó más allá.
En su lugar, solo preguntó:
—¿Qué sobre revelar las piernas entonces? ¿Estás dispuesta a eso? —
Rachael devolvió el vestido y sostuvo en alto una minifalda de cuero negro,
lo suficientemente larga que podría ser usada en la oficina.
—Um, sí, supongo que estaría bien.
—Está bien, entonces prueba con estas —ordenó Rachael, juntando tops
más conservadores de colores variados con varias faldas.
Lanie la miró dudosa, pero llevó todos los artículos al probador. Intentó
el primer conjunto, sin estar segura si debería mirarse al espejo.
—Sal. Quiero ver —dijo Rachael.
Lanie salió, y Rachael realmente silbó, atrayendo miradas de los clientes
cercanos. Lanie se volvió para mirarse al espejo de cuerpo entero fuera del
vestuario y tuvo que mirar dos veces. El atuendo era una sencilla blusa
blanca, lo suficientemente apretada como para mostrar sus pechos, y una
falda lápiz gris que acentuaba su delgada cintura. De verdad se veía
curvilínea con este atuendo y, por primera vez, Lanie sintió una
gratificación en su aspecto. No se sentía hermosa exactamente, pero tal
vez sexy o pasable. ¿Pasablemente bonita, tal vez?
—Me gusta. Puedo usar una chaqueta con esto —dijo Lanie.
Rachael la miró con horror, negando.
—Absolutamente no. Muestra tus atributos, chica. Los tienes, así que
sácales provecho.
Lanie se encogió de hombros y volvió a probarse otro atuendo. Tuvo que
retorcerse para ponérselo. Era un vestido sin mangas con una cintura
imperio. Mostraba sus piernas, pero aun así cubría su cuello y escote.
—¿Qué piensas? —preguntó Rachael.
Lanie se volvió hacia ella, sonriendo como el gato de Cheshire.
—¡Creo que hoy voy a ganar toneladas de millas aéreas con mi tarjeta
American Express!
Pasaron varias horas recorriendo diferentes tiendas. Lanie compró un
guardarropa completamente nuevo, incluyendo zapatos, bolsos y joyas.
Para agradecerle, le compró a Kyle un llavero en una de las tiendas más
modernas que se especializaba en jeans. Mirando las letras decoradas con
diamantes falsos, que deletreaban “jugador”, sabía que era llamativo, pero
91

a él le daría lo mismo. Ella lo añadió al llavero de él, esperando que


demostrara su punto con el otro artículo que estaba colocándole. Que de
alguna manera los dos se contrarrestaban mutuamente, y él no tendría la
impresión equivocada. Lanie sabía que Kyle enloquecería y asumiría lo
peor si no dejaba sus intenciones claras.
Su parada final fue en una tienda de maquillaje donde Rachael le dio a
Lanie una lección sobre cómo maquillarse.
—Ahora, no necesitas mucho. Tienes una tez impecable. Creo que un
lápiz labial y una sombra de ojos con delineador. —Rachael sacó varias
muestras y frotó los colores en la mano de Lanie. Una vez le había pedido a
Cassie su ayuda cuando estaban en la secundaria, y Cassie la había
maquillado tanto que pareció un extra deThe Rocky Horror Picture Show.El
consejo de Rachael era bueno, y Lanie no tenía dudas que se veía bien.
Tanto como podría, de todos modos.
Había logrado reemplazar casi todas las prendas de su clóset en un día,
y nada era simple. Nada beige, aburrido u holgado. Ni tenían múltiples
capas hasta el punto de parecer una alcachofa.
—Entonces, Lanie, ¿cómo conociste a Kyle? —preguntó Rachael,
sacando a Lanie de sus pensamientos.
—En realidad, a través de Brad. Está saliendo con mi hermana. ¿Lo
conoces? —preguntó Lanie, dándose cuenta que había pasado mucho
tiempo desde que había pensado en Brad.
—Lo conozco desde hace mucho tiempo —respondió Rachael, pero no
sonrió. Durante el día, ella había compartido muchas historias divertidas
sobre Kyle y el crecer juntos. A Lanie le hubiera gustado pedir detalles
sobre Brad, pero no lo sentía apropiado—. Me alegra que te haya
presentado a mi hermano. Kyle nunca trae a nadie a casa para que me
conozca. Tengo que decir que estoy gratamente sorprendida. Eres tan
diferente a sus amigas de secundaria.
—Eso es muy dulce, pero Kyle y yo somos solo amigos.
Rachael miró a Lanie con recelo y negó con desaprobación.
—Eso pensé, y es una lástima. —Lanie no estaba segura de cómo
responder, pero Rachael no parecía querer que lo hiciera—. Lanie, llámame
si necesitas ayuda con cualquier cosa, sin importar tu relación con mi
hermano. Realmente me divertí contigo hoy, y me encanta hacer este tipo
de cosas femeninas. Vivir en una casa llena de testosterona es agotador,
así que cuando quieras ir, llámame.
—Gracias, pero necesito mucha ayuda, y no quiero que te molestes con
tu hermano por presentarnos.
92

Rachael le dio unas palmaditas a Lanie en el hombro.


—Eso no es por lo que estaré molesta con él.

***
—Jesús, Lanie, ¿compraste la ciudad entera? —preguntó Kyle, trayendo
la última de las bolsas desde el auto. Había tomado tres viajes y ambos
parallevar todas las cosas. Al menos lo mantuvo distraído de mirarla.
Todavía se sentía tan incómodo como cuando Rachael y Lanie habían
regresado de su excursión de diez horas. Rachael había entrado,
exclamando qué gran día habían tenido, pero Kyle no había prestado
atención a su charla. Estaba jugando Legos con los chicos, sosteniendo su
pieza en el aire, en medio del suelo de la sala. Todo lo que podía hacer era
mirar a Lanie. Estaba usando un jersey negro de cuello alto que mostraba
su figura de reloj de arena con un gran cinturón negro y jeans ajustados.
No los jeans de cintura de abuela que llevaba puestos cuando pasó por
ella. No, señor, eran jeans de cintura baja, abrazados a sus caderas y
revelando sus curvas.
Sus caderas, pensó él, sus caderas son su mejor característica.
Su largo cabello castaño caía en delicados rizos, enmarcando su rostro.
Era más que bonita o hermosa o sexy. Lanie Carmichael era
impresionante.
—Tío Kyle, rompiste nuestraconstrucciónde Lego —gritó Joe con enojo
cuando Kyle logró derribar su impresionante torre.
Ahora, llevándola a su casa, podía ver que había tenido un día ocupado.
Rachael lo había empujado a un lado y le dijo que Lanie era para
conservarla, lo que sea que significara.En primer lugar Lanie no erade él
para quedársela. No, solo era un sustituto, ¿y no era eso lo que quería?
La observó guardar sus compras.
—No la ciudad entera. Aún quedan algunos artículos para las otras
chicas —dijo Lanie con cinismo.
—¿Algo de lencería… como algo de este siglo? —preguntó Kyle.
—Tal vez —replicó ella.
Kyle escaneó las diversas bolsas en su cama.
—Creo que sería esta bolsa —dijo él, agarrando la pequeña bolsa con
rayas rosadas de dos tonos.
93

—Oye, dame eso. Eso no es para ti —dijo ella, tratando de quitársela de


las manos. Él la alejo y se volteó para revisardentro de la bolsa.
—Ah, ¿no? —dijo él, sosteniendo en alto un sedoso sostén de color rosa
pálido.
—No, tú me quieres desnuda, ¿recuerdas? Así que no puedes ver esto.
—Le arrebató la bolsa.
—No me importaría esto.
—¿No? —preguntó ella, llevando la prenda a su pecho.
—No, nena. ¿Lo usarías para mí… por favor?
Le sonrió y le dio un profundo beso, llevando sus manos alrededor de su
cuello.
—Voy a pensarlo —susurró. Él puso sus manos alrededor de su cintura,
profundizando el beso, sintiendo su peneagitarse mientras su boca
exploraba la de ella.
—¿Entonces me vas a explicar mi llavero? ¿Me compraste un llavero que
dice “jugador”? ¿Crees que necesito anunciar ese hecho? —preguntó
cuando se separaron.
Ella se rio contra su cuello.
—No, pero fue para compensar la otra cosa que puse en él.
—Supongo que es la llave de tu apartamento, y pensé que habíamos
hablado de esto. —Si alguna otra chica hubiera hecho esto, probablemente
hubiera sacado la llave delaargolla con sus dientes y la habría arrojado por
la ventana antes de huir por las colinas. Con Lanie, dudaba que significara
lo que pensaba.
—No te asustes, Kyle. En serio, es solo de apariencia.
—¿Entonces es una llave falsa?
—No, la llave es real y funciona, pero no te la he dado como pretexto
para nada. Es solo que Brad tiene una llave, y Cassie me preguntó por qué
no te había dado una llave, si es que íbamos en serio.
—Ah, ya veo, así que, ¿esto es unaccesorio en nuestra falsa relación?
—No exactamente. Eres mi amigo y vamos a tener sexo, pero confía en
mí, no quiero más que eso. No me importaría si la usaras, pero es por eso
que te di el llavero también. Así sabrás que no hay una agenda oculta ni
94

nada. ¿Tiene sentido?


—Sí, la evidencia contradictoria apoya de alguna manera tu caso —
contestó Kyle, levantando la llave en cuestión y el ridículo llavero.
Ella cruzó sus brazos.
—Bien, entonces no es necesario más testimonio.
Kyle le agarró el trasero con ambas manos y la atrajo contra su pecho,
besándole el cuello, inhalando ese olor indescriptible y delicioso que era
únicamente de Lanie. Chupó su labio inferior, sintiendo el suave contorno
de su curva entre sus labios mientras lo manipulaba, saboreando la
dulzura de su brillo de labios cereza. Ella gimió, pasándole las manos por
el cabello. Los ángulos perfectos y suaves de su cuerpo se fundían en los
de él más duros.
—No puedo creer que hayas ido de compras. —La voz aguda de Cassie
atravesó el sonido del corazón latiente de Kyle, haciéndolo gemir
audiblemente. Ella estaba de pie en la puerta con Brad detrás de ella.
Kyle logró maldecir a Cassie de cincuenta maneras en su cabeza antes
de dejar ir a Lanie.
—Fui con la hermana de Kyle —contestó Lanie sin aliento.
—Lo siento por interrumpir —dijo Brad con sinceridad. Kyle negó,
incapaz de aceptar la disculpa.
—Deberías haber esperado. Sabes que mamá y yo vamos el jueves.
Podrías haber ido con nosotras.
Kyle sintió el temblor de Lanie, y era obvio que estaba físicamente con
náuseas ante la idea de ir de compras con Cassie. ¿Quién podría culparla?
Su hermana aprovechaba todas las oportunidades para insultar a Lanie.
De hecho, Kyle tenía la sospecha que Cassie realmente se contenía cuando
él o Brad estaban presentes. Si así se contenía, ¿cómo sería con Lanie a
solas? Se preguntaba cómo era su madre, y si Cassie era menos
humillante con Lanie delante de ella.
—Necesitaba algunas cosas para el trabajo y no podía esperar —
respondió Lanie.
—Entonces, ¿qué están haciendo? ¿Quieren ir al cine con nosotros? —
preguntó Brad.
—Nop, estamos ocupados. Hasta luego —dijo Kyle, cerrando la puerta.
Kyle no pudo evitar su sonrisa arrogante cuando oyó a Cassie gritar:
95

—¡Eso fue grosero!


—¿Por qué hiciste eso? —La voz de Lanie no era hostil. Solo sonaba
curiosa.
—Estamos ocupados, ¿no es así? —Kyle se acercó a ella y arqueó su
ceja.
—Oh… ¿quieres hacer eso?
Kyle se encogió de hombros.
—Parece un buen momento, desde que nuestro habitual acto de
apertura se está yendo, ¿no crees?
Lanie se mordió el labio.
—Ha sido un día largo, y estoy muy cansada. —Kyle tenía que estar de
acuerdo que ella parecía cansada, pero no podía ocultar su decepción de la
misma manera.
—¿Ya juegas esa carta? Después estarás fingiendo un dolor de cabeza —
se quejó. Ella se tensó, aunque él estaba bromeando. Kyle se suavizó,
sonriéndole esperanzadamente—. ¿Tal vez literalmente dormiremos juntos
esta noche?
—¿Una fiesta de pijamas? Eso estaría bien.
—Sí, bueno, no esperes que nos contemos secretos y juguemos verdad o
reto, o algo así.
—Oh, no lo sé, verdad o reto suena divertido.
Kyle arqueó una ceja.
—¿Reto?
—No, no soy una persona de retos, pero pregúntame una verdad.
—¿Cuándo quieres que te folle?
Lanie se volvió del tonó más carmesí que Kyle había visto. Se preguntó
si podía respirar.
—Lo siento, Lanie, solo estoy ansioso. Me estás excitando de maneras
muy locas. —La abrazó y besó su frente—. ¿Sabes qué son las bolas
azules?
—No puedo decir que esté familiarizada con la terminología.
96

—Bueno, tal vez deberías buscarlo en Google. Es una condición médica


seria, y creo que eres la única cura.
Ella susurró cerca de su oreja:
—Ven el jueves por la noche.
—¿Por qué, los Bears van a jugar? —preguntó sarcásticamente, pero
esta vez ella rio.
—No, pero Cassie probablemente va a terminar pasando la noche en la
casa de nuestra mamá después de ir de compras, y Brad va a salir de la
ciudad por una declaración.
—Ah, ahora estás hablando. —Kyle pasó sus manos por su espalda
mientras besaba su cuello.
No había planeado quedarse toda la noche de nuevo, solo hasta que
Lanie se durmiera, lo cual fue bastante pronto después que se acostaron.
Salió silenciosamente de la cama, prometiéndose que le enviaría un
mensaje, pero notó que ella temblaba. No era una pesadilla típica con
gritos, gemidos o golpes. Simplemente temblaba y se retorcía, enredándose
en las sábanas. Regresó a la cama y la rodeó con sus brazos. La meció
suavemente, susurrando dulcemente hasta que despertó.
—Estás bien. Estoy aquí. Estás segura, cariño —lo dijo una y otra vez
como un disco en repetición.
Ella se despertó, dejando escapar un gemido ahogado. No sonaba como
el grito de una mujer adulta, sino más bien el de una niña que estaba muy
triste y desorientada. Dejó de temblar, pero le estrechó la mano con fuerza.
Ella respiraba pesadamente, y la abrazó hasta que se quedó dormida en
sus brazos. Antes de que se durmiera, le dijo a Kyle muy suavemente en
un murmullo, que Kyle casi lo perdía.
—Gracias.
La abrazó toda la noche. Ella parecía dormir más cómoda en sus brazos.
Por alguna extraña razón, él también. Sentía la necesidad de decir más, de
hacer más, de aliviar su dolor, pero sus propios pensamientos horribles
seguían apareciendo. Se preguntó si Lanie sabía que era Kyle el que la
sostenía, o si imaginaba que podría ser Brad. De cualquier manera, Kyle
no la dejaría ir.
97
CAPÍTULO 12

E
l jueves no llegaba lo suficientemente rápido para Kyle. Estaba
ocupado escribiendo su artículo, manteniendo lejos a su editor e
investigando, pero sus pensamientos seguían yendo a Lanie.
Nunca había pasado tanto tiempo sin tener relaciones sexuales, y de
alguna manera, dormir con ella fue una experiencia novedosa para él
también. El miércoles, ya no podía soportarlo. Le envió un mensaje de
texto para ver si tenía planes para cenar. Dijo que estaba trabajando hasta
tarde con Brad. Jodido Brad, pensó Kyle.
Entonces pensó, ¿y si estaba acostándose con Brad? Su mente se fue a
lugares oscuros, pero lo descartó rápidamente. Brad había cometido
errores, pero no era de engañar. Y Lanie tampoco era así. Estaba
satisfecha con su pequeño juego de espera. Aun así, a Kyle no le gustaba
la idea de Lanie a solas con Brad en su gran oficina, con el enorme
escritorio de caoba y las sillas sin brazos. Era demasiado fácil tener sexo
en una silla sin brazos. ¿Lanie intentaría coquetear con Brad? Kyle se rio
ante la perspectiva. La idea de Lanie de coquetear era lo que la gente
llamaría hablar. Era inocente y al mismo tiempo tan condenadamente
sexy.
Después del trabajo, en lugar de ir a casa o a un bar, se detuvo y
consiguió comida china para llevar a la oficina de Lanie. De todos modos,
tenía que hacerle algunas preguntas de seguimiento para su artículo. Solo
preguntas comunes de derecho. Eran tan simples, de hecho, que
probablemente podría haber obtenido las respuestas de la biblioteca de
investigación en el trabajo. Tal vez incluso una simple búsqueda en Google
podría haber satisfecho estas preguntas. Sin embargo, no quería
preguntarle a Google. Quería preguntarle a Lanie.
Ella se sorprendió al verlo, al igual que Brad.
—Te traje la cena—anunció Kyle, dejando las bolsas de papel.
—Mmm, huele delicioso —dijo Lanie al abrir el envase.
—Está delicioso—respondió Kyle, sonriendo ante el sonrojo en las
mejillas de Lanie.
—Gracias, Kyle —dijo Brad agarrando la otra bolsa.
98

Kyle se la quitó, respondiendo rápidamente:


—No la he traído para ti.
Brad pareció herido.
—Tenemos que trabajar, ya lo sabes.
—Dale a la pobre chica un descanso. Ha estado trabajando toda la
semana. Déjala tener una hora para cenar.
Brad miró a Lanie y de nuevo a Kyle. Lanie se encogió de hombros,
sonriéndole, pero no era una sonrisa coqueta, solo una de sus sonrisas
normales.
—Estoy hambrienta. Podría usar un descanso. ¿Te importaría, Brad?
—Te diré qué, Brad. Puedes comer el pollo a la naranja si lo haces en
otro lugar. ¿Trato? —dijo Kyle, empujando el envaseen las manos de Brad.
—Bien, tengo que llamar a Cassie de todos modos—respondióBrad,
mirando a Lanie para algún tipo de confirmación. Kyle se preguntó por qué
hizo eso. Ciertamente no podía estar pensando que Kyle la lastimaría.
Lanie ordenó los papeles mientras Kyle sacaba la comida.
—Gracias por traerme la cena. Es realmente dulce.
—Soy un tipo dulce. Además, tengo que hacerte algunas preguntas de
investigación —dijo, entregándole los palillos.
El piso entero estaba oscuro y vacío, excepto por su oficina. Ella se
acercó y cerró la puerta. Kyle oyó el distintivo chasquido de una cerradura,
y se alegró de que Lanie no pudiera ver la sonrisa arrogante en su rostro.
Él intentó, sin éxito, despegar los ojos de sus increíbles piernas,
hermosamente exhibidas con la falda lápiz gris que llevaba puesta. Tenía
solo una capa, y esa capa estaba haciendo cosas poderosamente mágicas a
su mitad inferior.
—Toma asiento —ofreció ella. Kyle se sentó y casi cayó de la silla
cuandoella se sentó en su regazo, poniendo los brazos alrededor de su
cuello.
—Supongo que no has investigado sobre las bolas azules —dijo un poco
sin aliento. Su embriagante aroma hizo que la boca de Kyle se hiciera
agua. Tal vez era naranjas y rosas. Fuera lo que fuera, lo estaba volviendo
loco. Su suave cabello le rozó la mejilla y sus pechos se presionaron contra
su chaqueta.
—Lo busqué—dijo despreocupadamente.
—¿Entonces me estás atormentando? Eres una mujer cruel, Lanie
Carmichael. —Se pasó los dedos por el cabello.
Ella le metió un pedazo de carne en la boca, llevándola sin esfuerzo con
el palillo. Deseaba que hubiera usado sus dedos.
99

—Simplemente estaba haciendo una investigación por mi cuenta.—Se


movió en su regazo, y él envolvió los brazos alrededor de su cintura.
—Detente, chica traviesa. ¿Tienes alguna maldita idea de lo que me
estás haciendo?—preguntó en un susurro tenso.
Ella rio en su cuello.
—Lo siento, solo sigo pensando en ello.
—¿En qué?
—En tu cabeza entre mis muslos —susurró ella contra su oído.
Él apretó sus manos alrededor de su cintura y empezó a mordisquear el
lóbulo de su oreja. Su pequeño gemido le dijo que lo estaba disfrutando.
—Estas disfrutando con esto, ¿no? ¿Torturándome con tus burlas
despiadadas?
—No tengo ni idea de lo que estoy haciendo —respondió ella con un
suspiro.
—Sabes exactamente lo que estás haciendo. —Arrastró besos por su
mandíbula, saboreando su piel cremosa.
Ella se empujó contra su pecho.
—¿Por qué viniste? ¿No crees que tenga mi propia versión de esta
mierda de bolas azules?
Kyle se echó a reír y la atrajo hacia su pecho de nuevo.
—No es lo mismo.
—Umm, puedo ser virgen, pero sé que hay algo extraño en mi cuerpo,
idiota. Es una agonía para mí también.
—Hay remedios para eso. Puedes... automedicarte —dijo Kyle,
acercándola, rozando sus labios con los de él.
—¿Por qué no lo haces tú?
Kyle tragó saliva.
—Lo estoy haciendo, y a pesar de aumentar mi dosis, no está teniendo el
efecto habitual. Creo que tú eres el único remedio para mi dolencia, Srta.
Lanie.
—Conmigo tampoco está funcionando.
Kyle apretó su mano en la parte baja de su espalda, moviéndola
lentamente por su columna. Ella jugueteó con su corbata con una mano
mientras le frotaba el pecho a través de su camisa.
—¿Qué has hecho?
—¿Qué?
—¿Qué has hecho para aliviarte?
100

—Oh… umm, usé mis dedos, pero no pasó nada. Fue muy poco
satisfactorio —respondió ella mientras el rubor volvía a su rostro.
—¿Usaste alguna... imagen?—preguntó Kyle, imaginando a Lanie
complaciéndose. Su erección creció, y deseó que su mente no hubiera ido
ahí. Ella se rio en su cuello—. Dime.
—¿Sobre qué?
—Qué te enciende.
Podía sentirla encogerse de hombros.
—ViDirty Dancing.
—¿Patrick Swayze? ¿Enserio? —preguntó Kyle antes de chuparle el
lóbulo de la oreja.
—Uh-huh, pero no realmente Patrick Swayze en sí. Más como Johnny
Castle, su personaje—respondió ella sin aliento.
—Mierda. ¿Eso te excita?—preguntó Kyle sofocando su risa.
—Sí, un tipo que puede bailar con una camiseta negra ajustada y jeans.
Oh, y un tipo que lleva trajes grises y corbatas verdes que coinciden con
sus ojos. —Lanie tiró de la corbata de Kyle y puntuó cada palabra con
pequeños besos en su cuello. Por alguna razón, el hecho de que la
estuviera excitando lo hizo relajarse al instante.
—Lanie, creo que estás coqueteando conmigo, pero tengo que decir que
estoy un poco molesto por compartir el espacio en tu cabeza con Johnny
Castle. —Kyle empujó su cabello hacia atrás para chupar la suave piel de
su cuello, y ella se estremeció contra él.
—Ambos eran muy caballerosos al respecto. Hiciste un baile para mí.
Kyle se rio con ganas, imaginando la ridiculez de las fantasías de Lanie.
—¿Qué te enciende a ti, Kyle?
—Vírgenes —bromeó él.
Ella se rio, golpeando su pecho. Siempre captaba sus bromas.
—En serio.
—Chicas con el cabello suave y rizado que se siente como seda, la piel
tan cremosa que deseas lamer, y un cuerpo que es todo curvas.
—Vaya.—Retrocedió, buscando sus ojos. El momento fue demasiado
serio e intenso para Kyle. Había dicho demasiado.
—Sí, siempre he estado enamorado de Julia Roberts.
Lanie negó, riendo en voz alta. Como de costumbre, había utilizado el
humor para desviar la situación, pero tenía que decirle la verdad.
—Honestamente, eres tú. —Kyle se dio cuenta que era verdad cuando lo
101

dijo.
—¿En serio? —La expresión en su rostro le hizo saber que dudaba de él.
—Enserio… tú… oh, y Julia Roberts —dijo él.
Presionó sus labios enlos de ella y se tragó la risa antes que escapara.
Entonces se besaron, y Kyle luchó contra el impulso de quitarle la blusa.
Estaba toda abotonada hasta su cuello y no revelaba nada, lo que de
alguna manera logró encenderlo aún más. En vez de eso, levantó la falda y
deslizó la mano hacia el interior de su muslo.
—¿Qué estás haciendo?
—Tratando de ayudarte. —Apartó hacia un lado sus bragas y empujó
suavemente un dedo dentro de ella. El gemido contra su cuello lo impulsó
a aumentar su ritmo, añadiendo otro dedo—. Dime que pare —insistió él.
—No puedo.
—Bien, porque yo no quiero. —Él puso el pulgar en su clítoris y empujó
sus dedos en su sexo. Sintió el aire caliente contra su cuello mientras sus
respiraciones se aceleraban con cada empuje. Estaba tan apretada que se
preguntó por centésima vez si le haría daño cuando finamente tuvieran
relaciones sexuales—. Vente en mi mano. —La sintió empaparse con las
palabras, alentándolo. No le tomó mucho tiempo conseguirlo. Miró a Kyle,
ruborizada y con los ojos muy abiertos—. ¿Quién está en tu cabeza ahora?
—Tú.
—Mantenlo así. —Eso es lo que quería. Dejar su marca en ella, así
estaría pensando en él mientras trabajaba hasta tarde con Brad. No le
gustaba la idea de compartir el espacio en su cabeza con nadie más.
102
CAPÍTULO 13

E
l jueves por la noche, Kyle apareció en la casa de Lanie,
luciendo una camiseta negra ajustada y jeans.
—Estás bromeando, ¿verdad? —preguntó ella y se llevó la
mano a la boca.
—Es tu primer baile. Puedo al menos hacerlo lo más memorable posible
—dijo él con una sonrisa.
Lanie hizo pasta. Kyle la ayudó, pero casi se cortó los dedos cuando ella
se frotó contra él. Él observó sus labios durante toda la cena. Eran unos
labios hermosos, llenos y sensuales. Esta vez trajo un bolsopara pasar la
noche. Se acabó el masturbarse. Ella fue al baño alegando que necesitaba
cambiarse y ponerse algo más cómodo. Se acostó en su cama rezando para
que no volvieraa salir con una tienda de campaña. Se preguntó si se
pondría esa cosita rosada y con adornos. Por otra parte, tal vez estaba
guardando eso para Brad. Mierda, ¡Brad se parecía a Patrick Swayze, por
el amor de Dios! Que se joda Brad. Kyle intentó sacar el pensamiento de
su cabeza.
Ella salió entonces, mordiéndose nerviosamente el labio inferior, usando
una bata larga de baño. Kyle volteó los ojos, preguntándose qué tipo de
placer sádico le daba al torturarlo manteniendo todos sus encantadores
bienes en secreto. Se acercó a ella y la atrajo contra su pecho, deseando
que todos los pensamientos se aclararan en su cabeza. Quería pensar con
su otra cabeza. La que suele usar en estas situaciones.
La acostó en la cama y buscó el nudo de su bata. Ella negó.
—¿Puedes apagar las luces, por favor?
Él accedió, preguntándose en silencio si ella le estaba pidiendo eso para
poder imaginarse a Brad. ¿O tal vez a Johnny Castle? Quién diablos lo
sabía, pero estaba volviendo loco a Kyle. Se quitó la camisa y los jeans y se
recostó en la cama a su lado. Trató de concentrarse únicamente en su
erección y no en los pensamientos desenfrenados de su cabeza. Lo ayudó
grandemente al montarlo a horcajadas. Se inclinó, besando su cuello,
creando un sendero mientras se movía más bajo.
103

—¿Qué estás haciendo? —preguntó él.


—¿Adivina qué más busqué en Google? —respondió, pasando sus labios
por su pecho.
—Oh Dios, me encanta Internet —susurró Kyle.
—Lo sé... es muy... informativo —contestó Lanie, rozando su barbilla
contra su erección. Kyle gruñó anticipadamente.
Ella bajó su bóxer para revelar la dura y rígida columna dentro. Había la
suficiente luz de luna entrandopor la ventana,que le permitió verla
mirando su erección fijamente, como si estuviera insegura del siguiente
movimiento. Kyle estaba a punto de hacer un comentario cuando ella
deslizó su lengua hacia arriba y abajo de su eje. Tomó su punta en la boca,
y él siseó, tratando desesperadamente de no flexionar sus caderas y
forzarse más profundo. La sintió absorber más de él, luego detenerse,
luego un poco más, luego detenerse. Luego lamió la punta, trazándola con
la lengua. Kyle se preguntó si lo estaría torturando de nuevo. Seguía
haciéndolo, y él quería sentir el calor de su boca entera y esos labios
atractivos en toda su anchura. Esperó, maldiciendo silenciosamente con
cada lento y atormentador movimiento de su lengua.
—Ven aquí —dijo él finalmente, alcanzando sus hombros.
—No he terminado —dijo ella.
—Ya terminaste. —La levantó y luego la giró para quedar encima de ella.
Quería sentirla debajo de él, pero en su lugar solo sintió la suave tela de
su bata. Oh carajo, deja que lo lleve si es eso lo que ella quiere. Presionó
besos en el hueco de su cuello hasta que la oyó gemir. Era hora. Se sentó y
agarró el paquete de papel de aluminio que había colocado en su mesita de
noche.
—Kyle, no tienes que hacer eso —susurró ella, sujetando su brazo.
Se detuvo y la miró.
—¿Porqué?
No podía verla en la oscuridad, pero sabía que, por la vacilación en su
voz, estaba ruborizándose.
—He estado tomando anticonceptivos.
Se dijo a sí mismo no hacer la pregunta, pero como de costumbre no
pudo detenerse.
—¿Has hecho eso por mí?
—Bueno, dijiste que era lo mejor y que tú acababas de chequearte.
Penséque si era mejor, debería estar preparada, ¿no crees?
Deja de pensar, Kyle. Para. Pero no podía.
—¿Por mí? —Su voz tenía un filo agudo, y se odiaba por ello.
—Sí, y ya sabes... en caso... —Oyó la vacilación y las palabras no
104

dichas, y había acabado. Sabía lo que ella estaba pensando. Se puso en


control de natalidad por Brad, y el amargo pensamiento hizo que su furia
surgiera repentinamente. Eso nunca le había pasado. Por un segundo se
sorprendió y se avergonzó, pero luego solo estaba enfadado... con ella.
Salió de la cama y buscó su ropa a tientas.
—Kyle, ¿qué estás haciendo? —preguntó ella, sentándose.
—Yéndome. Diviértete con Johnny Castle —le siseó.
—No entiendo. ¿Qué hice?
Él se puso susjeans, al estilo comando, porque no podía encontrar sus
bóxer. Buscó la pared para encender la luz y la miró. Era una visión de la
belleza sentada en la cama, con sus rizos rojizos que caían a su alrededor,
contra la bata que parecía una nube blanca. Le pareció un ángel. Y estaba
completamente confundida, mordiéndose el labio tan fuertemente que iba
a dejar una marca. Kyle sintió remordimiento, pero el ácido en su corazón
creció, casi relativamente al encogimiento de ese otro miembro de su
cuerpo.
—¿Qué demonios está mal contigo? Estás enamorada de un tipo que
está follando a tu hermana en la habitación de al lado cada noche. Es
enfermo, ¿no crees?
Ella miró sus manos.
—Te dije que no pienso así.
—Seguro lo haces. ¿Tienes problemas paternos o algo así? ¿Es eso?
¿Cassie era la favorita de papi y ahora te sientes inadecuada? ¿Sientes la
necesidad de robarleelnovio para compensarlo? Eso es bastante
repugnante. ¿Y por qué? ¿Por ese lamentableimbécil?
—Kyle, cierra la maldita boca —gritó.
—No es el tipo que crees que es. Lo tienes en un jodido pedestal. Es un
bastardo.
—Para. Deja de hablar. —Las lágrimas corrían por sus mejillas, pero
Kyle no podía detenerse. La ira se había acumulado, y estaba lista para
estallar.
—Tenías razón. Una chica se interpuso entre nosotros. ¿Sabes lo que
hizo tu precioso Brad? ¿Sabes qué clase de hombre es?
—Por favor, detente —susurró ella.
—Dejó a mi hermana embarazada cuando tenía dieciséis años. —La
desconcertada mirada de dolor en su rostro le dijo que sus palabras la
golpearon—. No te preocupes. No hay pequeños Brads corriendo por ahí.
Ella tuvo un aborto. ¿Y sabes quién estaba ahí para ella? ¿Quién la llevó?
¡Yo! Eso mismo. Brad ni siquiera pudo estar allí para ella. Ni siquiera se
presentó. Ese es el hombre del que estás enamorada, Lanie. —Él sabía que
había ido demasiado lejos. Demonios, nunca debió empezar, pero ya era
105

demasiado tarde.
Ella estuvo callada por un largo tiempo. Él encontró su camisa y esperó
a que respondiera. Cuando finalmente lo hizo, su voz era apenas más
fuerte que un susurro.
—Él cometió un error.
—También yo. —Kyle cerró de golpe la puerta de la habitación antes de
salir del apartamento. Una vez que llegó a su auto, se dio cuenta que
había dejado las llaves dentro y su bolso de viaje.
Necesitaba calmarse de todos modos. Empezó a caminar rápidamente
por la calle. Sus pensamientos salían absurdos y confusos. No tenía idea
de lo que estaba haciendo o hacia dónde se dirigía. Estaba cegado por la
ira. ¿Enfadado con Lanie? Tal vez, pero solo porque merecía algo mejor que
Brad. Ella merecía a alguien que la pusiera en un pedestal. ¿Estaba
enojado con Brad? Sí, señor, odiaba a Brad en este momento. Cuanto más
andaba, más se ponía de manifiesto que estaba más enojado consigo
mismo. Y entonces la culpa lo invadió como una marea, amenazando con
ahogarlo. Dios mío, acababa de dejar tirada a Lanie. Ella ya tenía tantas
inseguridades tal y como estaba, y él acaba de agregar más.
Probablemente estaba enloqueciendo en ese apartamento vacío. ¿Cómo
podía ser tan cruel? Todo el mundo la pisoteaba, y ahora Kyle era un
miembro con carnet de ese club. Se odiaba por ello.
Se dio la vuelta y regresó al apartamento de Lanie, practicando su
disculpa. Él la dejaría sola después de esto. Obviamente eran muy malos
el uno para el otro, y tanto como Kyle la quería, no podía estar de forma
casual con ella. Jodía con su mentedemasiado. Dios, había querido tanto
follarla, pero eso no era saludable. Entonces, ¿era saludable dormir con
diferentes mujeres todas las noches? Kyle se detuvo, dándose cuenta que
no había tenido sexo con nadie desde que hicieron su arreglo, lo cual
estaba completamente fuera de su carácter. Había tenido varias
oportunidades, incluyendo tres invitaciones de sus aventuras regulares, y
las ignoró. También tenía algunos númerosnuevos de chicas que conoció
en el bar. No las había llamado. ¿Qué significaba eso?
Significa, idiota, que necesitas dormir con ella. Si duermes con ella, la
sacarás de tu cabeza. Tal vez era la cosa de que era virgen. Una especie de
fantasía secreta y jodida por lo que su subconsciente lo estaba haciendo
sufrir. Dudaba que ella lo quisiera después de esto. Diablos, no podía
culparla. Entonces la culpa volvió, como olas rompiendo contra él. Era un
gran idiota. Ella no merecía esto. Debería dejarla sola. Pero, de nuevo, si
aún lo quería, entonces ¿eso no sería ser cruel también?
Se veía tan hermosa incluso con esa ridículabata. Él quería mirar debajo
de esa bata. Mierda, ahora estaba duro.
—Ahora decides aparecer —reprendió a su parte favorita del cuerpo,
106

ajustándose.
Caminó de regreso apresuradamente, preguntándose cómo Patrick
Swayze se las arreglaba para bailar con una camisa tan apretada. Se
quedó torpemente en el frente de la puerta. Golpeó suavemente la puerta.
Cassie respondió. Simplemente genial. Ella llegó a casa. Por supuesto,
¿de qué otra forma podría ir esta noche?
—Hola —saludó con una voz ronca, haciéndole señas para que entrara.
—Vine a ver a Lanie. —Kyle pasó por delante de ella. Se las arregló para
correr delante de él, bloqueando su entrada al pequeño pasillo que
conducía al dormitorio de Lanie.
—Lanie probablemente ya esté durmiendo —dijo Cassie, lamiéndose el
labio inferior. Kyle se preguntó cuánto más podría manejar esta nochesu
adolorida cabeza. ¿Estaba Cassie realmente insinuándosele?
—Oigo su televisión —respondió Kyle, preguntándose si sería prudente
empujar a Cassie fuera del camino. Nunca había golpeado a una mujer,
¿pero empujar? Empujar estaba permitido, ¿no?
—Se queda dormida así cada noche.
—Supongo que la voy a arropar entonces. —Kyle avanzó, pasando a
Cassie, pero ella se movió, bloqueándolo de nuevo.
—Kyle, eres demasiado atractivo. En realidad, ridículamente guapo sería
una mejor descripción. ¿Estás seriamente interesado en mi hermana?
Él la miró con incredulidad.
—Sí, lo estoy. ¿Cuál es tu punto?
—Supongo que mi punto es que Lanie está durmiendo y Brad está fuera
de la ciudad.
—De nuevo, ¿cuál es tu punto?
—Parece un gran momento, eso es todo. Nadie tendría que saberlo. Soy
buena guardando secretos —dijo ella, pasando el dedo por su camisa.
Kyle le agarró la muñeca, quitó su mano de su cuerpo, y la soltó con
fuerza.
—Me disgustas por completo. Ahora sal jodidamente de mi camino.
Ella se apartó.
—No se lo digas a Brad. —La desesperación se derramó de su voz—. Le
diré que estás mintiendo si lo haces.
Se volvió hacia ella, negando.
—¿Qué hay de Lanie? ¿No debería alguien decírselo a Lanie?
No había culpa en su expresión. Se encogió de hombros. Igual que Lanie
hacía. Eso enfermó a Kyle. No tenía tiempo para esta mierda. Entró en el
dormitorio de Lanie y cerró la puerta detrás de él. Las luces estaban
107

apagadas, pero la televisión estaba encendida. Estaba viendo un


infomercial. Él encendió las luces y ella se sentó en la cama con un vaso
de líquido claro en la mano. Sus hermosos ojos dorados estaban
inyectados en sangre cuando miró a Kyle.
Kyle se deslizó vacilantemente sobre la cama junto a ella.
—Hola —dijo con timidez.
—Hola —respondió ella y tomó un trago de su vaso. Se estremeció ante
el sabor, pero lo tragó. Él lo tomó y sorbió.
—Jesús, ¿estás bebiendo vodka puro?
—Sí —respondió, manteniendo sus ojos en la televisión.
—¿Por qué estás bebiendo? Tú no bebes.
—No me digas lo que no hago, idiota.—Kyle podía decir que quería que
su voz fuera fuerte, pero era ronca y estrangulada, como si hubiera estado
llorando muy fuerte—. Además, nosquedamos sinhelado.
Ella buscó la botella en la mesita de noche para volver a llenar el vaso.
Kyle se la quitó.
—Ya has acabado.
—Oye, eso es mío. No puedes decirme qué hacer en mi propia casa.
—¿Esto es tuyo? —Miró con incredulidad la botella alta y helada de Grey
Goose.
—No, es de Brad. La dejó aquí, pero la posesión es 90 por ciento de la
propiedad. —Se rio cínicamente, tratando de agarrarla de nuevo para
llenar su vaso, pero Kyle mantuvo su agarre firme. Él tomó un trago largo
de la botella, esperando que el valor líquido le tranquilizara los nervios.
Lanie estaba obviamente en un lugar muy oscuro si estaba bebiendo, y él
la había puesto ahí.
—¿Era una botella nueva? —Ella asintió lentamente—. ¿Te has bebido
media botella? Solo me fui por cuarenta minutos. Jesús, Lanie, te vas a
desmayar.
—Es curioso lo rápido que puedes acostumbrarte a algo. —La
melancolía pura en su voz hizo que Kyle se encogiera de hombros.
—¿Por qué estás bebiendo?
Se echó a reír un poco histéricamente.
—Bien, veamos. Me has insultado y me has rechazado.
Kyle negó.
—Lo siento mucho. No debería haber dicho esas cosas. Estaba teniendo
un momento muy jodido en mi cabeza. No te rechacé. No eras tú. Era yo.
—¿En serio me estásdandotoda la mierda de “no eres tú, soy yo”? ¿Crees
108

que soy tan estúpida que no sé qué significa eso?


—Lanie, es verdad. Te deseo tanto, que no tienes idea.
—Entonces, ¿por qué te fuiste?
—Porque soy un idiota.
—Bueno, eso es verdad. —No hablaron por un rato. Lanie seguía
mirando la botella que Kyle tenía en sus manos bajo su vigilante guardia—
. ¿Por qué perdonaste a Brad por lo que le hizo a Rachael?
Kyle tomó otro trago de la botella, preguntándose si debería beber todo
el vodka de Brad. Jodido Brad.
—Lo perdoné porque Rachael lo hizo. Se arrepintió y rogó por su perdón.
A ella le tomó meses aceptar sus disculpas, pero lo hizo. A mí me tomó
años.
Lanie inclinó la cabeza hacia atrás para mirar el techo.
—Le pedí que saliera conmigo primero, sabes. —Kyle se preguntó cuánto
de esto recordaría por la mañana.
—¿Lo hiciste?
—Síp, le pedí que fuéramos a tomar una copa una noche. Creí que lo
habíamos pasado bien, pero no sabía si lo consideraba una cita o no.
Hablamosen su mayoría sobre trabajo, así que probablemente pensó que
solo éramos colegas tomando una copa. Me armé de valor para invitarlo a
venir aquí y hacerle la cena. Cassie no debería haber estado en casa, pero
aquí estaba. Después de eso... bueno, puedes adivinar qué pasó después
de eso. No quiero robárselo, Kyle. Solo creo que podríamos ser buenos
juntos... buenos el uno para el otro. No pienso en él, excepto de manera
abstracta. De la forma en que tú podrías... pensar en Julia Roberts.
—Sí, Julia Roberts no trabaja conmigo ni pasa tiempo en mi
apartamento, Lanie.
—Lo sé, pero imagínate si lo hiciera. Eso es lo que es. No quiero hablar
más de eso. Solo quiero beber y aprender sobre ese cuchillo. Puede cortar
a través de una lata y todo. —Señaló a la televisión donde un pequeño
hombre británico estaba realizando una demostración absurda de una
cuchilla realizando cortes a través de objetos que no tenían sentido.
—Bien, veámoslo.
—Creo que deberías irte. No te quiero aquí.
—Lo siento, no puedo hacer eso.
—¿Por qué?
—Porque vas a necesitar a alguien que te sostenga el cabello —la miró—
o tal vez que te lleve al hospital para que te hagan un lavado de estómago.
109

—No me gustas mucho ahora mismo —replicó ella, cruzando los brazos.
—Eso es muy malo porque me gustas mucho.
—Está bien, ¿quieres tener sexo?
—Absolutamente no. Al menos no ahora.
—¿Por qué no? —preguntó ella, haciendo una mueca.
—Porque estás borracha, y no es una buena idea. Me estaría
aprovechando de ti. Podría estar tomando ventaja de cualquier manera,
pero no lo haré así.
—No estoy borracha —dijo ellaarrastrando las palabras, ignorando o tal
vez no entendiendo su declaración.
—Basta, Lanie. Vamos a ver este jodidocomercial delcuchillo e ir a
dormir, ¿de acuerdo? —Kyle quería sonar convincente, tal vez incluso
como si fuera una orden, pero su voz solo era suplicante.
—¿Por qué necesito a alguien para sostener mi...? —Nunca terminó la
frase. Lanie se levantó de la cama y corrió al baño. Él la siguió y le sujetó
el cabello como le había prometido. Kyle frotó pequeños círculos contra su
espalda y le trajo un paño frío y húmedo para limpiar su rostro. Cuando
terminó de vomitar, le trajo agua y una aspirina. Kyle se paró detrás de
ella, juntando sus caderas, mientras ella se cepillaba los dientes y lavaba
su rostro, dejándola apoyarse en él para sostenerse. Le susurró palabras
de consuelo, pero era incapaz de escucharlas. Se volvió hacia el inodoro de
nuevo, y él la acompañó, pero solo fueron arcadas. Kyle tiró de ella sobre
su regazo, y se sentaron en el suelo del baño hasta que se durmió. Luego
la llevó de vuelta a la cama.
Se acostó con ella en la cama y la observó. Se movió incómoda en su
bata. Kyle la levantó, desató el nudo del cinturón y le quitó la bata. Casi se
quedó sin aliento al ver su cuerpo. No estaba desnuda como él había
sospechado. Se había puesto el sostén rosado para él. La seda y el encaje
abrazaban su cuerpo seductoramente, revelando su piel cremosa y un
gran escoté. Kyle la acomodó cuidadosamente para que estuviera de lado.
Su cuerpo era perfecto, excepto por la cicatriz larga y dentada que corría a
lo largo de su pecho y clavícula. Lo siguió con la yema del dedo. Era una
zona tan extraña para tener una cicatriz. No es el tipo de lugar en el que
un niño normalmente se lastimaría. La línea deformada le dijo que no
podía ser de una cirugía. Cortó profundamente, dividiendo la perfecta piel
lisa como un camino de grava que separa la arena limpia. Kyle se
estremeció, pensando en el dolor físico que una lesión así causaría, y
mucho más en el dolor mental de verla todos los días en el espejo. Tenía
que ser la razón por la que se cubría tanto.
La trazó de nuevo, susurrando suavemente:
—¿Quién te lastimó, Lanie?
Ella gimió y se dio la vuelta. Él estaba tendido al otro lado, mirando su
110

forma de dormir. Parecía hermosa incluso en su estupor borracho.


Disfrutar de la vista de una mujer durmiendo debería haber sido tan
atractivo para Kyle como ver pintura seca. Sin embargo, había algo
fascinante en mirar a Lanie. Se dijo que solo estaba examinándola para
asegurarse de que no se ahogara con su vómito, pero no tenía nada más
en su sistema. La luz de la luna que entraba por la ventana echaba un
suave resplandor en la perfección lechosa de su suave piel, posiblemente
su mejor característica. Era como admirar una obra de arte. Su brillante
cabello caía sobre su rostro. Kyle lo empujó detrás de su oreja, con
cuidado de no molestarla. Sus rosados labios se fruncían cuando
respiraba. Mierda, estoy duro de nuevo, pensó Kyle, negando y dirigiéndose
hacia el baño.

***
A la mañana siguiente, Kyle se despertó solo en la cama.
Inmediatamente sintió frío sin la presencia de Lanie en sus brazos. Ella
salió del baño un minuto después, recién bañada y vestida para trabajar.
Se sentó en el borde de la cama y le alborotóel cabello, lo cual Kyle pensó
que era una buena señal.
—Hola, hermosa —dijo soñoliento.
—Hola. El café está listo.
—¿Cómo te sientes, Lanie?
Bajó la vista con timidez.
—Estoy bien. Gracias por cuidarme. No creo que vuelva a beber así.
Asintió.
—Probablemente sea una buena idea. Está bien tomar algunas copas.
No es una gran idea beber como un marinero de permiso, que es lo que
estabas haciendo. Realmente eres una chica de todo o nada, ¿ah?
—Comprendo la diferencia, Kyle. Solo estaba emocional y pensé que tal
vez apagaría la picadura.
Kyle estuvo inmediatamente contrito. Después de todo, fue él quien
causó la picadura en primer lugar.
—Lo siento.
—Está bien, pero tengo que saberlo. ¿Tuvimos relaciones sexuales
anoche?
Kyle se sentó en la cama, negando.
—No, no lo hicimos.
Ella relajó los hombros y suspiró.
—Oh, eso es un alivio.
111

Kyle hizo todo lo posible por ocultar su decepción.


—¿Por qué? ¿Porque cambiaste de opinión?
Ella le dio una enorme sonrisa.
—No, tonto, porque sería una lástima si no pudiera recordar mi primera
vez. —Esta vez Kyle suspiró, liberando la ansiedad que se había estado
construyendo—. Y estaría muy decepcionada contigo.
—¿Porque me habría aprovechado de ti cuando estabas borracha?
—No, porque significaría que no fuiste memorable —dijo ella y rio.
—Oh, eres unasabelotodo. —La agarró por la cintura y la giró sobre la
cama con él. Protestó, pero sonrió más fuerte.
La acostó y la besó. Las rosas, los limones y las naranjas eran
acompañados por un toque de menta esta mañana, y lo estaba volviendo
loco.
—Para, Kyle. Tengo que ir a trabajar.
Se apartó, incapaz de ocultar su enorme sonrisa, pero con la esperanza
de que estuviera ocultando la otra parte de él que estaba creciendo.
—Lanie, estaba pensando. Te mereces una noche especial para esto.
Solo ocurre una vez. ¿Me darás otra oportunidad?
—¿Qué tenías en mente?
—Bueno, ¿qué tal si te llevo a una buena cena esta noche? Podemos
vestirnos y luego volver a mi casa. Es viernes. Puedes pasar la noche, y no
nos molestarán.
—Eso suena bien.
—Podemos fingir que somos una pareja de verdad, en una relación.
—Kyle, ¿no es eso lo que estamos haciendo?
Él apoyó la cabeza en el cuello de ella.
—Sí, tienes razón, pero me refiero a los demás. Quiero darte una gran
noche. Una experiencia memorable. ¿Me dejarás?
—Me gustaría eso —dijo Lanie.
—Es una cita entonces. —Kyle luchó contra la pequeña voz en su
cabeza, el molesto subconsciente, que decía: Solo te estás engañando a ti
mismo.
112
CAPÍTULO 14

K
yle caminó nerviosamente a la puerta de Lanie esa noche. Su
deseo de hacer placentera su primera experiencia le estaba
haciendo cuestionar sus propias habilidades, las cuales
normalmente daba por sentado. Sabía que era un muy buen amante, pero
a veces podía ser rudo. Le funcionaba porque a las chicas con las que se
asociaba les gustaba eso. Lanie era diferente, y él tendría que atenuar sus
propias necesidades, lo cual sería difícil teniendo en cuenta lo que ella le
hacía.
Además había tenido la experiencia de Cassie en la puerta anoche.
Había pensado mucho sobre contarle a Brad o a Lanie. Lanie había dicho
que Cassie engañaría a Brad tarde o temprano, pero que ella no se lo diría
a Brad. No manipularía. Kyle pensó en decirle a Brad, pero si él terminaba
con Cassie, ¿finalmente notaría a Lanie? Eso era lo último que quería.
Estaba disfrutando el tiempo que pasaba con Lanie. No era todo sexual. Le
gustaba su genuina personalidad y sentido del humor. Al final, Kyle
decidió permanecer en silencio, justificándolo, diciéndose que no le
correspondía a él decirlo. Era culpa de Brad que fuera tan imperceptible
con la chica maliciosa con la que estaba saliendo.
Cassie abrió, dándole lo que solo podía describirse como una mirada de
advertencia. Se sentó en el regazo de Brad en la mesa del comedor y miró a
Kyle con cautela.
—Lanie todavía se está preparando —dijo ella, cruzando sus brazos.
—Entonces, ¿a dónde van esta noche? —preguntó Brad.
—Vamos al Marksman. —Kyle sonrió ante el sorprendido jadeo de
Cassie.
—¿Cómo conseguiste reservación? Pensé que el hotel y el restaurante
estaban llenos durante un mes —dijo Cassie claramente con envidia.
—Pedí un favor. —Kyle había llamado al crítico culinario del periódico,
quien les había dado una crítica brillante, razón por la que el nuevo hotel
estaba experimentando una afluencia de reservas.
—Buena jugada, Manchester. Ahora voy a tener que competir —dijo
113

Brad y besó a Cassie en la mejilla. Eso no hizo nada para aliviar su


puchero. Oh, sí, Brad había elegido a la más exigente que podía conseguir.
Lanie salió entonces, y Kyle ya no pudo concentrarse en el pequeño
drama de Brad y Cassie. Lucía hermosa con un vestido negro sin mangas.
La parte superior cubría completamente su pecho, pero revelaba sus
brazos delgados y curvas voluptuosas. Kyle tragó saliva, notando los sexy
tacones altos que llevaba, culminandoperfectamente sus largas piernas.
—Vaya, Lanie, te ves genial —dijo Brad. Kyle se sintió irritado porque
Brad fuera el primero en felicitarla, pero estaba teniendo dificultades para
encontrar su voz. Estaba absolutamente hermosa, y se preguntó cómo
había estado tan equivocado acerca de su evidente belleza.
—Gracias, Brad —respondió ella, pero mantuvo sus ojos dorados en
Kyle.
Cassie tuvo otra reacción. Ella, de hecho, se rio.
—Lanie, no puedes usar esos zapatos. —Corrió al clóset y salió con los
cómodos zapatos negros que Lanie solía usar—. Lleva estos. Eres tan torpe
que solo estás pidiendo resbalarte y caerte.
Kyle pasó junto a Cassie para ayudar a Lanie con su abrigo.
—Tu preocupación está debidamente anotada, pero no tengo intención
de dejarla caer. —Kyle se pusoel bolso de viaje de Lanie en su hombro y la
guio hacia la puerta con la mano en la parte baja de su espalda antes de
que Cassie pudiera decir algo más.
El restaurante del hotel Marksman era extravagante, con lámparas de
araña de cristal de Murano, camareros con guantes blancos y muchos
candelabros de plata relucientes. Era una reminiscencia de otra era, tal
vez de una cuando la inocencia y elegancia de Lanie serían bienvenidas.
Ella tenía una belleza natural y delicada que era rara en la era actual.
—Kyle, esto es encantador —dijo Lanie, mirando al impresionante
entorno.
—Tú eres encantadora. —Se sonrojó y tomó un sorbo de agua de la copa
de cristal.
—¿Quieres champán esta noche? Uno o dos vasos pueden relajarte.
Se encogió de hombros.
—Claro, ¿por qué no?
Él señaló al camarero y pidió una botella.
—No empieces a beber como un marinero de nuevo, o tendré que
detenerte.
—Sí, sí, señor —dijo Lanie, saludándolo.
114

—Te ves preciosa, Lanie.


—¿Ah? ¿Hoy no luzco como si estuviera usando un burka?
—Definitivamente no. —Él levantó su copa de agua para brindar por
ella.
—La mujer de la mesa de al lado te está haciendo ojitos —dijo Lanie,
susurrando con complicidad.
—¿De verdad? ¿Con qué los está haciendo? ¿Tela? ¿Papel?
—Muy gracioso. Realmente es muy hermosa —contestó Lanie,
frunciendo los labios y agarrando su copa tan fuerte que le tembló en las
manos. ¿Lanie está celosa? Bienvenida a mi mundo, hermana.
—Ya estoy con la mujer más hermosa aquí —dijo él y lo dijo en serio.
Lanie bajó la mirada.
—No tienes que ponerte todo pegajoso, ¿sabes? Voy a dormir contigo.
—No me he puesto pegajoso contigo… todavía. —Pudo notar que ella no
le creyó, así que como de costumbre hizo una broma. Lanie era tal enigma,
una fuerte pero débil, franca pero tímida, segura y critica de sí misma.
El mesero vino con las copas de champán.
—Voy a tener la ternera Oscar y la dama tendrá la ensalada de salmón.
—Kyle nunca ordenaba por sus citas, pero quería ver la reacción de Lanie.
¿La manipulable dentro de ella lo dejaría salirse con la suya?
—La dama definitivamente no —replicócon altivez—. Tendré el pato al
horno con poca salsa picante.
El camarero miró nerviosamente a Kyle. Kyle asintió.
—Acepto la corrección.
Cuando se fue, Lanie se giró hacia Kyle, con las cejas juntas en
irritación.
—¿Por qué ordenaste por mí?
—¿Por qué no me dejaste?
—Porque es grosero y pretencioso, y sé lo que quiero.
—Me preguntaba qué harías.
—¿Me estás probando? ¿Por qué? —Parecía herida, pero Kyle podía ver
algo más en su rígido lenguaje corporal: la ira, una emoción que la hacía
más hermosa según Kyle. Por desgracia, siempre iba dirigida hacia él.
—Me preguntaba si me dejarías mangonearte como todos los demás —
respondió antes de tomar un sorbo de su champán.
—No presumas conocerme. Sé lo que estás tratando de hacer.
115

—¿Qué?
—Estás tratando de descifrarme. ¡Me estás juzgando! No quiero tu
juicio, y sobre todo… no necesito tu lástima.
—No te tengo lástima, Lanie.
—Eso es exactamente lo que estás haciendo. Lo veo en tus ojos. Es más
frecuente cada vez que estamos juntos. No soy manipulable, pero por
favor, ilumíname sobre tu teoría. Dime, Freud. Dado que tienes
habilidades analíticas tan agudas, dame un ejemplo.
—Tienes que admitir que permites que la gente te trate… bueno, de
forma maliciosa.
—¿Maliciosa? ¿De verdad estás usando esa palabra? ¿Como quién,
Kyle? Y no me digas que mi hermana porque esa esuna demasiado fácil.
—Cálmate. Solo olvídalo. —Kyle deseó desesperadamente haber
mantenido la boca cerrada. Lo último que había imaginado era una pelea.
—Estoy calmada, pero no voy a retroceder. Necesitas sustentar.
Sustentar su tesis, señor. Necesito elementos probatorios aquí.
—Bien. Tu asistente, por ejemplo.
—¿Qué pasa con ella?
—Es un poco grosera contigo.
—No hay “un poco de” en ello. Ella es grosera. ¿Sabes qué más? El
señor White, el socio principal de mi empresa, es su padre. No pude
escoger a mi asistente. Si crees que sus comentarios me molestan, ten por
seguro que no lo hacen. Si te molestan, entonces tienes que superarlo.
Tenemos un trato. La tolero y ella hace una cantidad mínima de trabajo
para mí. ¿Y sabes por qué es eso, Kyle Manchester?
Kyle tragó saliva audiblemente. Lanie estaba muy alterada.
—¿Por qué?
—Porque sé cómo jugar el juego.
Se quedaron callados por un momento hasta que llegó la comida. Lanie
cortó su pato en precisos y pequeños pedazos, como si estuviera
proyectando su rabia en eso. Kyle sintió lástima por el pato.
—Lanie, no quería…
—¿No querías qué, Kyle? ¿Defenderme? ¿Juzgarme? No soy una niña en
un parque infantil que está siendo intimidada. No necesitas protegerme.
Soy una mujer inteligente e independiente que entiende cómo se juega el
juego —dijo, agitando su tenedor dramáticamente.
—Sé que eres inteligente.
116

—Dame otro ejemplo.


—No quiero hacer esto.
—Tú empezaste. Vamos a terminarlo.
—Bien. Esa mujer con el asunto de la fiesta en tu oficina.
Lanie rio cínicamente.
—¿Magda? ¿Crees que Magda me está mangoneando? Ella es así con
todas las mujeres de la oficina. Tal vez lo verías si te sacaras la cabeza del
culo. Es porque ella es insegura. ¿Sabes por qué? Porque es la amante del
señor Whitlow. Su trabajo consiste en planear fiestas y salidas de golf, lo
que hace muy bien cuando no está expandiendo sus chismes o sus
piernas. ¿Lo entiendes?
Kyle se ajustó la corbata, preguntándose si la temperatura había subido
en el restaurante.
—Tal vez no deberías beber más, cariño.
—Apenas he tomadoalgo. ¿Sabes por qué tengo el caso Hayes? No es
algo que le dan a un asociado como yo, pero lo tengo. ¿Sabes por qué?
—¿Porque sabes cómo jugar el juego?
Ella asintió, pero su rostro no se suavizó.
—Ahora hablemos del gorila de doscientos kilos en la habitación —dijo,
continuando agitando su tenedor salvajemente.
—Lanie…
—No, no he terminado. Hablemos de mi hermana. ¿Crees que no sé que
mi hermana no me trata bien? Sé eso.
—Entonces, ¿por qué lo toleras?
—Porque es mi familia y ella me necesita. Mira, tienes suerte. Tu
hermana es amable. La mía no. No puedes escoger a tu familia.
—Puedes elegir asociarte con ellos o no. Eres adulta.
—No trabajo de esa manera, Kyle. Nunca la abandonaré. —Lo miró fijo,
negando—. Si piensas que estás haciendo algún trabajo de caridad
conmigo… algo altruista por compadecerte de la pobre Lanie, supéralo
ahora, señor… —Su tenedor voló de su mano, pasando junto al hombro de
Kyle. Permaneció sentada allí por un segundo mirando incrédula su mano
vacía. Entonces entrecerró los ojos a Kyle y le arrebató el tenedor de su
mano y lo usó.
—Ese es mi tenedor, Lanie.
—Jódete6, Kyle —dijo ella y tomó un mordisco de su pato, masticándolo
con deliberada lentitud.
—Jódete tú, Lanie —replicó él, irritado por su discurso.
117

Ella se quedó callada por un momento, tragó saliva y luego dijo apenas
por encima de un susurro:
—Lo intenté, pero no funcionó. Eso es el por qué te tengo a ti.

6 En el original dice Fork (tenedor) you, haciendo un juego de palabras con Fuck you (jódete) de
la misma forma le responde él.
Él la miró con incredulidad y luego se echó a reír. Ella se unió a él.
Pronto ambos estaban riendo como idiotas y atrayendo más atención de
las mesas cercanas. Se inclinó sobre la mesa, tomándole la mano.
—Quiero follarte7 tanto, nena. Confía en mí, es completamente egoísta, y
no hay nada altruista en ello.
—Mantenlo así —dijo ella, recompensándolo con una sexy sonrisa.
Lanie nunca dejaba de sorprenderlo. Su vivacidad era inesperada, pero
completamente excitante. Oh sí, va a ser una noche jodidamente fabulosa,
pensó Kyle.
118

7 Reemplaza la palabra fuck (follar) por fork (tenedor)


CAPÍTULO 15

L
anie miró el arrebatador paisaje de la ciudad desde el balcón del
apartamento de Kyle. Como él, su casa era muy masculina, pero
también cómoda. Las paredes gris claro estaban acentuadas por
estantes de madera con novelas clásicas desde Dickens hasta Vonnegut.
Notó que tenía una copia del Kama Sutra también. Fotos en blanco y negro
de la ciudad colgaban en una ordenada línea en la larga pared. Un
suntuoso sofá de felpa estaba extendido frente a una televisión de plasma.
Su cosa favorita sin embargo era la vista. Había una pequeña parrilla en el
balcón y una maceta con una planta que había visto mejores días.
Él vino tras ella y la besó en el hombro.
—¿Qué estás pensando?
—Tu apartamento es agradable. Es diferente de lo qué pensé que sería.
—¿Y qué pensabas? —preguntó él, rodeándola con sus brazos para
acercarla a su pecho.
—No lo sé… esposas afelpadas, estampado de leopardo, afiches de
chicas en bikini sobre autos deportivos.
Él se rio.
—Sí, eso habría tenido sentido… si tuviera dieciséis y viviera en los
setenta.
—Sí, supongo. Apuesto que a las chicas les gusta.
La hizo girar.
—Un par de chicas han venido aquí, pero nadie ha pasado la noche.
Eres así de especial.
—Bueno, nunca he invitado a nadie ahí —dijo ella, apuntando a su
mitad inferior—, así de especial eres también. —Kyle se rio y la acercó a él,
abrazándola con fuerza.
—Sí, lo soy —dijo él—. ¿Te gusta la vista?
—Es espectacular.
—Lo es ahora que estás aquí. —Gritó sorprendida cuando la levantó
119

como si fuera un bombero y la llevó hasta al dormitorio. La cargó con


facilidad, caminando confiadamente.
La bajó al lado de la cama, mirándola con los ojos entornados.
—¿Todavía estás segura?
Asintió.
—Sí, ¿pero podemos añadir una regla más?
—Claro. Es un contrato abierto.
Suspiró.
—Somos amigos ahora, y de verdad valoro eso. No quiero ponerlo en
peligro por… mmm, joderlo… literalmente. ¿Sabes lo que quiero decir?
Él se rio.
—Sí, sé exactamente lo que quieres decir, y estoy de acuerdo con que no
podemos joder esto. —Se presionó contra ella, dejando besos en su
cuello—. Necesito añadir una regla también. ¿Recuerdas que dije que
puedes pensar en Brad cuando estés conmigo?
—Sí, lo recuerdo. —Ella estaba un poco sin aire. El aliento cálido de
Kyle contra su oreja la hizo mojar.
—Por favor no lo hagas. Está jodiendo demasiado con mi cabeza.
Estuvo sorprendida por su petición, especialmente porque las cosas que
le hacía le dificultaban mucho pensar. Suavemente lo apartó de ella,
parpadeando rápidamente.
—Nunca lo he hecho. Cuando estoy contigo, no pienso en nadie más que
en ti.
Una sonrisa tonta se extendió en el rostro de él.
—¿Ni siquiera en Johnny Castle?
—Nop. ¿Piensas en Julia Roberts?
—Solo pienso en Lanie Carmichael y lo quiero hacer con ella… y a ella.
—Se inclinó y bajó el cierre de su vestido. Ella maldijo su cuerpo por
tensarse, sabiendo que él lo sentía—. ¿Qué pasa? —preguntó él
—¿Puedes apagar las luces?
—Si te sientes más cómoda, lo haré, pero preferiría no hacerlo. Tu
cuerpo es hermoso, Lanie. Y quiero verlo.
Se encogió de hombros y bajó la mirada.
—Supongo que ya has visto lo peor de todos modos.
Él alzó su barbilla para que ella mirara su expresión de perplejidad.
—¿Qué quieres decir?
Ella se quitó el vestido.
120

—Me quitaste la bata esa noche.


Entonces lo entendió.
—¿Estás hablando de esto, cariño? —dijo, trazando su cicatriz, y su
carne se estremeció ante su caricia.
—Sí —replicó con resignación.
Él le sostuvo la mano y dejó que su mirada recorriera su cuerpo. Estaba
usando un sostén y bragas de encaje negro. Su erección alcanzó una
nueva altura.
—Lanie, eres preciosa. Y esto… esto no te hace menos —dijo, mientras
besaba su cicatriz.
—Eres bueno, Kyle. Solo tú podrías hacer que una chica se olvidara de
su deformación.
—Dios, Lanie, no es una deformación. Solo te hace más real. Es obvio
que has pasado por algo, pero no voy a inmiscuirme. No tienes que
contarme al respecto a menos que quieras. Esta noche solo déjame
amarte, ¿está bien?
Ella asintió, sorprendida por la gran habilidad de Kyle para relajarla.
Desabrochó los botones de la camisa de él, disfrutando de revelar cada
músculo. El hombre definitivamente se ejercitaba. Él soltó su sostén y se
lo quitó. Miró sus senos desnudos, lamiéndose los labios. Lanie luchó
contra la urgencia de cruzar sus brazos. Élle pasó los pulgares por sus
pezones, poniéndolos duros con su toque, antes de tomar uno en su boca
y girar su lengua sobre este. Ella le sacó la camisa, y sus uñas rozaron su
espalda. Él le llevó las manos de ella a su cinturón. Lo desabrochó
lentamente, pensando en que desvestirse mutuamente era la definición de
una dulce tortura. El sonido del cierre era como el sexy rasgar de una
guitarra. Kyle la recostó en la cama, mirándola hambriento.
Él agarró la pretina de su ropa interior y la bajó por sus largas piernas.
Luego se quitó su bóxer, casi tropezando con ellos en un movimiento
inusualmente torpe. Se apoyó en sus codos antes de caer sobre ella.
Ambos se rieron hasta que tembló bajo él, y la miró con esos ojos verdes
cristalinos, haciendo girar la habitación. Le aplastó su boca con la suya,
besándola apasionadamente mientras sus lenguas se enredaban. Los ojos
de ella se abrieron cuando sintió su erección crecer contra su vientre.
Kyle se sentó de repente. Negó ligeramente, tomó aire, y luego se apartó
de ella, parándose de nuevo.
—Ya regreso —susurró. Ella miró su esculpido trasero mientras él corría
al baño, dejándola completamente confundida.
—¿Qué estás haciendo, Kyle? —dijo en voz alta.
—Nada, bebé. Solo necesito un minuto.
121

***
Kyle se maldijo, mientras se sentaba en el tocador del baño, acariciando
su duropene. No tenía opción. Tenía que hacerlo. Mirar a Lanie debajo de
él lo hizo perder todo el control. Tenía que masturbarse antes para poder
tomarla, o no sería capaz de ser gentil. Apúrate. Seguía repitiendo como un
estúpido mantra.
—¿Estás rechazándome de nuevo, imbécil?
Kyle dobló sus esfuerzos.
—Nop, definitivamente no estoy rechazándote. —Santo Dios, ¿de verdad
estaba pasando esto? Tengo que venirme, pensó Kyle. Sabía que ella lo
pondría duro de nuevo, eso era si todavía le hablaba. Tengoque correrme
para así poder empujar gentilmente, como olas acariciando la orilla, no
penetrar como un martillo humano. Siguió repitiéndose su nuevo mantra.
Ella entró al baño, usando la camisa de él y luciendo completamente
frustrada. Bajó la miradaa su manoy de vueltaa su rostro.
Era tan cómico, que él sonrió.
—Me has atrapado con los pantalones abajo, pequeña Lanie.
—¿Por qué te estás… estás… auto medicando? —preguntó,cruzándose
de brazos.
Tan ridículo como era el momento, Kyle se encontró riendo. Continuó
acariciándose, observándola. Era la imagen perfecta.
—Ven aquí, nena. —Ella caminó lentamente, como si cada paso fuera
difícil—. ¿Por qué estás actuando tan tímida? Me has visto desnudo.
—No así.
—Bueno, ven a familiarizarte.
Cuando estuvo a su alcance, él agarró su mano, acercándola los últimos
centímetros hasta que pudo presionar su frente con la de ella.
—Te deseo tan malditamente tanto que me temo que voy a lastimarte, y
nunca quiero hacer eso. Necesito encontrar un poco de liberación para
poder controlarme. ¿Entiendes? —Ella le dio una dura mirada. Él se
inclinó contra el frío espejo, cerrando sus ojos, sin querer ver la mirada de
disgusto que estaba seguro aparecería en su hermoso rostro. En cambio,
sintió sus dedos curvarse alrededor de los suyos.
—Déjame ayudarte.
¿Maldición, esta chica era de verdad?
—Eso me gustaría. —Él se ahogó, moviendo su mano y ajustando la de
ella.
Él bajó la mirada, mirando sus delicados y suaves dedos rodear
suduropene como una roca y preguntándose cuándo una masturbada lo
122

excitó tanto.
—Dime qué hacer.
—Acaricia, no jales —dijo él, notando que su voz era incoherente, pero
de alguna forma lo entendió—. Norte y sur, no este y oeste.
—Es enorme.
—No te preocupes. Su ladrido es peor que su mordida.
Ella lo miró, frunciendo sus cejas y sonriendo nerviosamente.
—¿Muerde?
Él nunca se había reído tanto y había estado tan duro a la vez.
—Dame tu otra mano.
La extendió hacia él como si quisiera estrechar su mano. La tomó,
besando las puntas de cada dedo antes de girarla para que su palma
estuvierahacia arriba. Escupió en esta. Ella dejó de acariciarlo, mirando su
mano y de nuevo a él. Kyle hizo una mueca, preguntándose si ahora
recibiría la expresión de disgusto.
—Necesitamos lubricación —explicó él.
Una sonrisa juguetona se formó en sus labios. Colocó su mano debajo
de su propia boca, y añadió su saliva. Los ojos de él se ensancharon ante
el gesto. Fue tan inesperado y… erótico. Cambió manos, agarrándolo
firmemente.
—Mierda, cariño, eso es tan bueno.
—¿Qué más puedo hacer? —Quería mirarla sin el impedimento de las
capas. Sus pechos se habían sentido tan perfectos en sus manos.
Definitivamente eran su mejor rasgo, y quería verlos de nuevo.
—Me gustasenmi camisa, pero quiero que te la quites. —Se mordió el
labio, sin desacelerar sus movimientos, pero pareciendo más insegura de
sí misma. Él se inclinó hacia adelante y la besó suavemente—. Está bien si
quieres dejarla puesta. Solo quiero que sepas que esa nunca sería mi
elección —dijo en un susurro ronco, tirando del cuello.
Ella aceleró elritmo, y Kyle sintió su liberación llegar.
—Quiero que te corras en mi mano —exigió ella. Eso fue justo lo que
Kyle hizo.
—Mierda, ¿qué me estás haciendo, mujer? —gruñó, viniéndose más
duro de lo que esperaba. Agarró la toalla que había dejado en el mostrador
y se limpió. Ella fue al lavamanosalimpiarse. Él fue detrás de ella, pasando
sus manos sobre las suyas en la cálida agua jabonosa—. Entiende que no
te estaba rechazando —dijo él, apretando su erectopene contra ella.
Ella se rio.
—Sí, pero no más segundas oportunidades.
123
—No podría estar más de acuerdo. Ahora solo voy a aprovechar la
oportunidad dehacértelo8. —Cerró la llave del agua, se inclinó, y la cargó
para llevarla ala habitación.

***
Lanie había estado sorprendida cuando vio lo que Kyle estaba haciendo,
pero la había excitado, dándole confianza al saber que podía obtener de él
las mismas respuestas como él las estaba provocando en ella. Era el juego
previoperfecto.
Él la recostó en la cama. La lámpara de su cuarto seguía encendida. No
había reaccionado a su cicatriz como había esperado, pero todavía no le
gustaba la idea de que la mirara.
—¿Kyle?
—Lo sé —dijo, apagando la lámpara y maravillándola con su
perspicacia.
Kyle mantuvo su peso fuera de ella, montándola a horcajadas sobre sus
rodillas mientras ledesabotonaba la camisa. La única cosa que ella sentía
era su erección, tensa, dura y pesada sobre su vientre, provocando que su
recién encontrada confianza disminuyera un poco. Seguramente eso la
partiría.
—Listo, no más capas entre nosotros. —Descartó la camisa, arrojándola
al otro lado dela habitación—. Ahora que hemos acabado con los
preliminares, ¿lista para la atracción principal? —preguntó, inclinándose
para besar su frente.
Golpeó su pecho.
—Eres tan raro.
—Lo dice la virgen de veintiocho años.
Ella apoyó el dorso de su mano en su frente, y su voz tomó un meloso
acento sureño.
—Una aflicción que prometió quitarme, señor.
Él no se echó a reír como había esperado. En cambio, su respiración se
aceleró y sintió su erección crecer más, poniéndola más mojada.
—Con mucho gusto, señorita Lanie.
Entonces sus labios y lengua estuvieron por todas partes, cubriendo
124

cada centímetro del cuerpo de ella, haciéndola temblar. Succionó el lóbulo


de su oreja y pasó sus labios por la línea de su mandíbula hasta su boca.
Ella correspondió colocando sus manos alrededor de su cuello. Kyle
acarició ambos pechos, manipulándolos con su toque y sus labios. Rodeó
8
Juego de palabras entre “Do-Over” y Do you. Siendo el primero segunda oportunidad o rehacer
una acción y el segundo usado como referencia al sexo.
sus pezones con su lengua, cada uno terriblemente lento. Gritó su
nombre, y sus movimientos se hicieron más fervientes cada vez. Le besó el
espacio entre sus pechos y su cicatriz antes de seguir avanzando, dejando
un camino de suaves y mojados besos. Sintió su corazón acelerarse con la
anticipación de hacia dónde él se estabadirigiendo. A pesar de su falta de
experiencia, era evidente que Kyle era un amante generoso.
Él le rodeó el ombligo con su lengua, deslizando sus manos sobre sus
muslos. Los abrió y arrastró su lengua hasta su entrada. Sus piernas
temblaron en respuesta. La besó ahí, y luego pasó su lengua. Finalmente,
la saboreó.
—He estado ansiando tu dulce sabor —murmuró. Comenzó a removerse
a pesar del agarre inmovilizador que tenía sobre ella. Se apoyó sobre sus
codos, mirándolo. Como si la sintiera, se movió hacia arriba. Insertó su
dedo índice en su sexo, imitando los movimientos de su lengua. Sus
espasmos empezaron a aumentar hacia su liberación.
—Sí, Kyle —gritó, frenéticamente jalando su cabello. Llegó al clímax,
soltando una especie de confuso grito sollozado.
Él subió y enterró su rostro en su cuello.
—Deliciosa —susurró.
Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Él se levantó sobre sus
codos, mirándola.
—¿Listo para ir donde ningún hombre ha ido antes? —jadeó ella.
Él se echó a reír.
—¿Estás citando Star Trek? Justo cuando creí que no podías excitarme
más.
—Cierra la boca, capitán Kyle, y házmelo —dijo ella.
—La última frontera, nena.
Abrió sus piernas mientras succionaba su cuello y hombros.
—Debes decirme si te duele, ¿de acuerdo?
Él esperó su respuesta. Ella asintió, incapaz de formar palabras.
Kyle separó sus piernas con su cuerpo y suavemente entró en ella. Fue
doloroso por un momento, y Lanie apretó su cuello como si fuera un
salvavidas, pero mientras se movía dentro de ella, también lo hizo el dolor,
y pronto lo único que sintió fue placer. La miró todo el tiempo, como si
125

buscara en su rostro alguna incomodidad. Sus profundos ojos estaban


penetrándola tanto como su gruesopene. Gimió debajo de él y dijo su
nombre. Aumentó su velocidad, pero solo en pequeño incrementos.
—Mírame.
Ella obedeció al instante, sin poder protestar contra la exigencia
susurrada de su voz.
—Estás tan jodidamente apretada —gruñómientras su rostro cincelado
se contorsionaba sobre el de ella—. Te sientes tan bien.
Ella solo podía responder con gemidos. Envolvió sus piernas alrededor
de sus caderas, vibrando con sus movimientos. Parecía instintivo, y él
gruñó más fuerte, indicando su aprobación. Entró más duro, más rápido,
más fuerte en respuesta. El orgasmo fue poderoso, como un tranquilizador
temblor viajando por cada célula de su cuerpo. Lo miró para ver que la
estaba mirando intensamente. Luego lo sintió empujar salvajemente hasta
que estuvo saturada de su semilla. Cayó sobre ella, cubierto en una
película de sudor. Suspesadas respiraciones cubrían lahabitación. Los
duros ángulos de su cuerpo se sentían como una manta para Lanie. Kyle
besó la punta de su nariz y salió de ella lentamente. Se recostó de espaldas
al lado de ella. Tomó su mano y besó cada dedo. Era un gesto que hacía
muy seguido, y se derretía cada vez que lo hacía.
—Ven aquí —dijo él, tirando de su brazo. Apoyó su cabeza sobre su
pecho, y acarició su cabello, esperando que su respiración volviera a estar
bajo control—. Lanie, mmm… ¿te gustó que tu última frontera fuera
atravesada?
—Oh, sí, capitán Kyle, de verdad le diste al Spock9.
Se rieron juntos.
—Me estás haciendo sentir como un excitado muchacho de diecisiete
años y no por la charla sexy de Star Trek.

** *
Se quedaron dormidos de esa forma, pero Kyle se despertó unas horas
después sintiéndose desorientado. Ella no estaba en la cama. De hecho la
buscó bajo las sábanas en un ridículo frenesí antes de ponerse su bóxer e
ir a la sala de estar.
Lanie estaba sentada en el sofá con su camisa de los Bears, comiendo
frutos secos y mirando un infomercial. La vista le provocó una gran
ansiedad. Se sentó a su lado y se pasó una mano por el cabello.
—¿Qué pasa?
—Nada. Solo no podía dormir. Agarré otra de tus camisas. Espero no te
importe —replicó.
126

9 Juego de palabras, la palabra Spock (personaje de Star Trek) es similar a la palabra


Spot que significa, punto, sitio o lugar.
—Me encantas en mi camisa, pero ¿por qué no puedes dormir? ¿Te
estás arrepintiendo?
—Oh no, para nada, pero debo decir que no podemos hacerlo aquí más.
—Las palabras trajeron alivio y tambiénotras inquietudes.
—¿Y eso por qué?
—No tienes helado. Lo único que tienes es frutos secos, y ni siquiera de
los buenos que traen chocolate, solo nueces.
Kyle se rio.
—No compro mucha comida chatarra.
Ella negó, sonriendo.
—El helado no es comida chatarra, Kyle. Es algo básico como la leche o
los huevos.
Agarró sus dedos, los cuales tenían una nuez del Brasil y los llevó a su
boca. Mordió la nuez y logró chupar sus dedos a la vez.
—Eso no significa que no podamos quedarnos aquí, Lanie. Solo voy a
tener que empezar a comprar helado.
Lo recompensó con una brillante sonrisa.
—¿Segura que no estás triste?
—Sí, fue mucho mejor de lo que creí. Gracias.
—¿Estas agradeciéndome?
—No pudo haber sido muy bueno para ti, estoy segura.
Oh, ella no tenía ni idea, pensó Kyle. Quería decirle la verdad. Fue el
mejor sexo que él había tenido, pero nunca le creería eso.
En cambio, se recostó, acomodándola para quedar acurrucados en el
sofá.
—Fue maravilloso, nena, y de verdad voy a tener que comprar el helado.
—¿Por qué?
—Porque quiero hacerlo una y otra vez contigo. Hay más fronteras,
sabes, en tu sex-ucación.
—Mmmm… sex-ucación con el capitán Kyle. Me gusta.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
127

—Claro —replicó, dándole otra nuez sobre su hombro.


—¿Por qué ves infomerciales? Estabas viendo uno la otra noche
también.
—Vas a pensar que soy una loca si te digo.
—No lo haré. Sin juzgar, Lanie, lo prometo.
Su voz se suavizó.
—Siempre he tenido problemas durmiendo, en especial cuando era niña.
En ese entonces lo único que estaba al aire en las mañanas eran
infomerciales o repeticiones de Star Trek. —Él sonrió, imaginándose a
Lanie como una linda niña, comiendo helado y mirando la TV.
—¿Y ahora? No me digas que eres una adicta a las compras, y que
tienes cada aparato inútil conocido por el hombre.
—No, nunca compro nada. Solo me reconforta. Cuando estás viendo
televisión normal, solo observas escenas como un espectador, pero cuando
ves esto, es como si te hablaran. No estás solo. —Se cubrió el rostro con
las manos—. Oh Dios, soy una completa lunática.
Él apartó sus manos y la miró, negando.
—No, Lanie, no lo eres. Creo que te sientes sola. También me siento solo
a veces.
—¿Sí? ¿Qué haces cuando estás solo? Oh espera, puedo adivinar. —Él
se estremeció, sabiendo lo que estaba pensando, y era cierto. Usaba el
sexo para aliviar la soledad como una medida temporal. Era una droga
para él, y como todas las drogas, se encontró incrementando la dosis para
obtener los mismos resultados.
—Sí, hago eso, pero más que nada salgo a caminar. También me ayuda
a pensar, a resolver los problemas. Eso fue lo que hice la otra noche
después que te dejé.
—¿Necesitabas resolverme?
—Necesitaba resolverme a mí.
—¿Alguna conclusión?
—No mucho. Ninguna gran conclusión. Solo esto; me gusta estar
contigo. Me divierto contigo. Me encanta atravesar tu frontera. Quiero
saber si te sientes igual. —Contuvo el aire, esperando su respuesta. Se
sentía tan en paz con ella que se preguntó si estaba convirtiéndose en su
nueva elección de droga.
—Oh, capitán Kyle, sí, atravesar la frontera contigo… fue genial.
Supongo que somos dos amigos locos que les gusta atravesar la frontera y
decirse referencias pseudosexuales de Star Trek entre ellos.
—Sabes, tenía un enamoramiento por la teniente Uhura —dijo él y le dio
128

un suave beso en la sien.


—Mmm… compré un par de botas hasta el muslo el otro día —contestó
ella adormilada.
—¡Maldición!
—¿Qué?
—Estoy duro de nuevo —dijo él, dejando caer su cabeza contra el brazo
del sofá.
129
CAPÍTULO 16

S
e quedaron dormidos en el sofá viendo algo sobre una olla que
podía hervir la pasta en cinco minutos. Kyle recordó pensar que
era tonto, ya que solo tardaba siete minutos en hervir la pasta de
todos modos. Él la miró, sintiendo cada una de sus respiraciones lentas
contra su pecho. Sus labios hacían los movimientos más magníficos en su
sueño. Se arrastró sobre ella, con cuidado de no despertarla. Colocó la
cafetera y le escribió una nota. Necesitaba salir a correr para despejar la
cabeza.
Se puso un pantalón de chándal y su camiseta de Syracuse y salió. Era
otoño, y la ciudad se sentía fría y fresca para él. No solo parecía tentadora
con el follaje comenzando asomarse en los árboles, sino que olía a
invitación, fresco y limpio. Dobló la esquina pensando en la linda chica
que dormía en su sofá. Había imaginado que dormir con Lanie le haría
superarla, como si fuera un obstáculo para saltar. De hecho, hizo
exactamente lo contrario. Era más atractiva para él, no menos. Era una
locura en el dormitorio, y sabía que solo mejoraría. No era capaz de más
que sexo y amistad, sin embargo, y ella todavía estaba enamorada de otro
hombre. Así que en cierto modo, su relación era casi perfecta. No había
expectativas, ni planes prolongados, ni angustia. En realidad, era una
relación de ensueño, así que Kyle estaba teniendo problemas para
averiguar por qué estaba tan ansioso.
Cuando regresó a casa, se sintió decepcionado al encontrar a Lanie
recién bañada y vestida. ¿Por qué no me esperó? Ella se sentó en su
taburete tomando café con su bolso de viaje a su lado.
—Hola —lo saludó con una sonrisa.
—Buenos días, preciosa. ¿Ya estás vestida?
—Supuse que querrías llevarme a casa —respondió.
Miró de ella a su bolso y de regreso. Su inquietud creció
exponencialmente ante la perspectiva de su partida. Necesitaba más
tiempo con ella. La razón exacta por la que no dejaba que las mujeres
pasaran la noche era evitar esta escena en la mañana. Siempre temía la
idea de echarlas a patadas y sabía que cuanto más tiempo se quedaran,
130

más difícil sería. Ahora, mirando a Lanie, lo último que quería era que se
fuera.
—Quédate el fin de semana.
—Kyle, solo traje un juego de ropa, y además, tengo que trabajar.
Él se pasó las manos por su cabello, esperando no sonar desesperado.
—Iremos a tu casa y recogeremos ropa y tu laptop. Puedes trabajar
aquí, ¿verdad?
Lo miró por un momento y se encogió de hombros.
—Supongo.
Él estalló en una enorme sonrisa.
—Genial, entonces, está resuelto. Tengamos un poco de diversión
también.
—¿Qué tenías en mente, capitán Kyle? —preguntó Lanie, arqueando las
cejas.
—Eres una chica traviesa. Definitivamente vamos a atravesar fronteras,
pero ¿qué quieres hacer? Hoy iremos a donde tú quieras.
Estuvo pensativa por un momento.
—¿Dónde quiera?
—Iré a cualquier parte contigo. —Kyle no había querido que la
declaración saliera con tanta intensidad, pero Lanie no pareció darse
cuenta.
—Umm... hay alguien a quien me gustaría que conocieras —dijo ella,
mordiéndose el labio inferior.
—¿Otro chico?
—Sí, es muy guapo.
—Muy guapo, ¿eh?
—Sí, pero tiene algunos problemas de intimidad —dijo ella, mostrando
su sonrisa juguetona.
—Eso puede ser un oso. Algunos chicos no pueden superar esas cosas.
—Kyle se rio entre dientes.
—En realidad, es un gorila... un gorila de quinientas libras.
Kyle arqueó una ceja.
Una hora más tarde, sostenía la mano de Lanie en el zoológico y miraba
a un gorila de quinientas libras. Así que Lanie había sido totalmente
literal.
—Kyle, éste es mi amigo, el señor Coco.
—Discúlpame si no le estrecho la mano.
131

—Sí, como dije, tiene problemas de intimidad.


El gorila realmente se movió hacia ellos. Kyle pensó que estaba mirando
a Lanie muy intensamente. ¿Era posible que la reconociera?
—¿Vienes a verlo a menudo?
—Por lo general, una vez a la semana. Está solo también,no tiene pareja.
—¿Porque es un mujeriego?
Ella se echó a reír.
—Porque es difícil encontrar compañeras.
—Lanie, creo que el señor Coco me está mirando mal. —Kyle se acercó a
Lanie. Efectivamente, el gorila empujó su cabeza hacia las barras de acero
que los separaban.
—No seas tonto.
—Creo que está celoso.
—No, no tiene un hueso celoso en su cuerpo —replicó ella.
—Oh, creo que sí. Vamos a intentar algo. —Tiró de Lanie cerca de él y la
besó, en realidad inclinándola delante de la jaula. Lanie lo apartó de ella,
incómoda ante la muestra pública de afecto.
—¡Jesús! Kyle, hay niños aquí, por el amor de Dios. —Entonces ella dejó
de hablar. De hecho, todo el mundo se detuvo en seco porque el señor
Coco se balanceaba salvajemente, golpeando sus grandes manos contra el
suelo y corriendo como un loco... bueno, como un gorila.
La boca de Lanie se abrió.
—Nunca había hecho esto.
—Vamos, cariño. Coco y yo no vamos a ser amigos en el futuro. Me temo
que este King Kong podría secuestrarte, y ese es un pensamiento que no
puedo manejar.
Lanie dejó que Kyle la llevara lejos, despidiéndose del señor Coco.
Pasaron la tarde en el zoológico, yendo a cada exhibición, tomándose de
las manos, comiendo perros calientes, y gozando generalmente de la
compañía del otro. En el camino a su apartamento, Kyle se detuvo en el
supermercado. Escogió unas cosas para la cena. Quería cocinar a la
parrilla para Lanie, y también necesitaba comprar helado
Esa noche ella trabajó en su laptop mientras él estaba parado en el
balcón cocinandounas hamburguesas. Ambos se buscaban con la
miradade forma casual, encontrando al otro correspondiendo la mirada.
Kyle dejó un plato frente a ella.
—Suficiente trabajo. Tenemos que comer ahora. Necesitarás tu fuerza
para más tarde.
Comieron y charlaron hasta que estuvieronllenos. Lanie llevaba su
132

camisa de nuevo y un pantalóncorto. Era un atuendo sencillo, pero lo


encendía como si llevara lencería costosa.
—¿Qué puntuación me darías? —preguntó ella.
Él casi se ahogó con su cerveza.
—¿Qué?
—Bueno, has estado con muchas chicas. Sé que no soy genial, pero
como somos amigos primero, siento que me darás una opinión sincera.
—Lanie, no voy a calificarte.
—Vamos, Kyle. Quiero saber, y puedes ser totalmente sincero conmigo.
Sé que ustedes los hombres lo hacen en susconversaciones.
—Debiste haber visto muchas películas de angustia adolescente —dijo
Kyle, recogiendo su plato.
—Supongo que soy partidaria de las películas de John Hughes.
—The Breakfast Club10. Déjame adivinar. Te identificabas con el
personaje de Ally Sheedy, ¿no es así?
—Sí, y tú... tú eras definitivamente Judd Nelson.
—Oh diablos, no. Yo era Emilio Estevez, seguro.
—¿Por qué? ¿Porque eras el deportista?
—Bueno, definitivamente no era el drogadicto.
—Eres Judd Nelson, pero no porque crea que eras un drogadicto. Tú
representas al chico malo. —Kyle no estaba seguro de cómo tomar su
apreciación. Era cierto, pero no le gustaba que ella pensara tanto en eso—.
Ahora deja de evitar mi pregunta, capitán Kyle. Califícame. ¿Cómo voy a
mejorar si no lo sé?
—Bebé, no hay ninguna calificación.
Hizo un mohín, cruzando los brazos.
—Está bien. Entonces al menos dime dónde puedo mejorar.
Negó.
—Esta conversación es un problema. Sé cómo piensan las chicas.
—Pero tú mismo lo dijiste. No soy como otras chicas.
—Sí, no estoy dispuesto a probar eso. —Sacó un helado de paleta doble,
lo rompió por la mitad y le tendió un lado a Lanie.
—Helado de paleta, el helado del pobre—replicó.
Kyle se echó a reír.
—Relájate. También tengo helado normal. ¿Así que realmente quieres
saberlo?
Asintió con ansiedad. Kyle chupó su helado de paleta, evaluando la
133

ansiedad de Lanie, preguntándose si debería decirle que ella era el mejor


sexo que había tenido. Nunca lo creería de todos modos, así que, en su
lugar, le dice donde mejorar como ella había pedido.
—Puedes sobresalir si das una mejor mamada. ¿Me entiendes?

10 The Breakfast Club: película adolescente de 1985, dirigida por John Hughes.
—Ah bien. ¿Qué sugieres?
Él se quedó mirando su boca mientras se movía arriba y abajo por la
golosina congelada.
—¿Quieres practicar?
Le lanzó una mirada cínica.
—En este momento estoy comiendo mi postre.
—Está bien, practica en eso. Ve que tan profundo puedes ir.
Miró el dulce en su mano y de nuevo a él.
—Me ahogaré.
—Sé primeros auxilios. No te preocupes. No lo permitiré. Finge que soy
yo. Podré dirigirte mejor si no soy el sujeto de prueba.
Se encogió de hombros e introdujo la paleta en su boca.
—Espera —dijo él, sacándoselo de la mano.
—¿Por qué has hecho eso?
Él tomó la paletadescartada y corrió a la cocina. Tomó una nueva que
no estaba partida a la mitad.
—Si vas a fingir que soy yo, debemos ser más realistas —dijo,
desenvolviéndolo para ella—. Al menos en términos de circunferencia. La
longitud... bueno, tendrás que usar tu imaginación.
—Um... uva —respondió ella y lamió el borde.
Él se sentó y apoyó la barbilla en las manos para observarla. Lo lamió
unas cuantas veces y luego lo sorprendió al tomar un pequeño mordisco
de la punta. Ella le dio una sonrisa divertida. Kyle negó.
—Eres una mujer cruel, muy cruel.
—¿Entonces todo lo demásestá bien?
—Abso-jodida-mente.
—¿Algúnotro consejo?
—Bueno... ayudará al proceso si tragas las secuelas... pero eso es para
el curso avanzado. En este momento, todavía estamos trabajando en los
prerrequisitos. Ahora date prisa antes de que se derrita.
Se lamió los labios seductoramente, asintiendo. Tomó la paleta en su
boca de nuevo, pero más profundo, dejando que sus labios se envolvieran
134

alrededor de este. Había algo increíblemente erótico al respecto. Lo


introdujo y sacó de su boca, lenta y seductoramente, apoyando la cabeza
en la silla, haciendo que sus rizos cayeran hacia atrás. Él se sintió
endurecer ante la vista. Lo miró fijamente y respondió a su expresión
aumentando sus movimientos. Chupó, y Kyle tuvo que reajustarse. Luego
gimió, y Kyle se movió incómodamente. Ella sostuvo la paleta flotando
fuera de su boca, dejando una pequeña forma de gota. Kyle observó con
aturdida atención mientras rodeaba la longitud de la golosina congelada,
golpeando la punta de su lengua. No pudo soportarlo más. Corrió hacia su
lado en la mesa y le quitó la paleta antes de depositarlo en un vaso vacío.
—Oye, no había terminado. —Él la ignoró, levantándola de la silla en
sus brazos.
—Te traeré otro. Oh, nena, por favor hazme eso ahora, por favor, por
favor, por favor, por favor... no la parte de la mordida, pero sí todo lo
demás, ¿de acuerdo?
Él estaba temblando literalmente cuando la dejó en el suelo. Se
desabrochó el jean. Ella lo ayudó, bajándolos por él y rozando sus labios
por su erección. Luego lo empujó sobre la cama y se subió encima de él.
Ella le quitó su bóxer, dejando salir su erección. Se aferró a esta mientras
tomaba la punta en su boca, saboreándolo. Kyle sintió el calor de su
aliento y la frialdad por el helado. El éxtasisera enloquecedor, y como
Lanie, una completa dualidad. Él le acarició el cabello, mirándola,
completamente encendido. Lo tomó más y más profundo hasta que estuvo
completamente en su boca. Kyle gimió y luchó para no empujar.
—Dios, eres una aprendiz tan rápida —dijo él, con voz ahogada.
Apretó sus labios alrededor de él, moviéndose hacia arriba y hacia
abajo, acelerando la velocidad. Él sabía que no tardaría mucho en llegar.
—Lanie, ven aquí —dijo él, alcanzando sus hombros.
Se encogió de hombros soltándose de su agarre.
—Lanie, si no te detienes, no podré parar. Tienes que detenerte... ahora.
—Salió tan incomprensible y sin aliento que se preguntó si lo entendió.
Apartó la boca de él.
—¡Jesús! Kyle, ¿me dejarás terminar una golosina esta noche?
Él ensanchó sus ojos en estado de sorpresa y luego sonrió asombrado.
—Esa es mi chica traviesa.
Se recostó, permitiéndose disfrutar del placer que Lanie le daba. No
quiso hacerlo, pero se encontró hundiéndose en su boca. Ella en realidad
gimió en respuesta. Sintió las vibraciones y pensó que se volvería loco. Lo
estaba chupando como una estrella porno. Lo hizo de nuevo, y ella no lo
detuvo ni se asustó. De hecho, la hizo ir más rápido. Él sintió su
135

liberación, dura y rápida, y rezó para que ella no comenzara a tener


arcadas. No lastuvo. En lugar de eso, tragó saliva y Kyle pensó que era
posiblemente el sonido más sexy que jamás había oído. Se puso sobre sus
rodillas, sonriéndole y limpiándose la boca antes de derrumbarse sobre el
pecho de él. La abrazó y ella hundió la cabeza en su cuello.
Ella soltó una sola palabra en su oído que hizo que todo su cuerpo se
estremeciera.
—Delicioso.

***
Se despertaron temprano el domingo para conseguir el periódico. Kyle lo
recibía, pero quería obtener las primeras copias en caliente. Tomaron el
desayuno en una cafetería. Se sentaron de nuevo en el mismo lado de la
mesa, pero esta vez Kyle puso su brazo alrededor de Lanie, y leyeron su
artículo juntos.
—Está muy bueno, Kyle. Sabía que darías a esta historia la justicia que
merecía —dijo y lo besó en la mejilla.
—¿Mejor que Thomas Watkins?
—Thomas Watkins no podría escribir un menú comparado contigo —
respondió Lanie, llevando un trozo de tocino a su boca. Kyle movió la
mano de ella a su boca, mordiendo la tira que sostenía.
—Realmente tienes un problema dejándome comer. ¿Está tratando de
decir que quieres que pierda peso o algo, señor?
—Que conste, que me encanta verte comer. Me gusta la forma en que
funciona tu boca. Me enciende.
—Hmm, ¿cuando estoy comiendo helado de paleta?
—Oh, especialmente esos, pero realmente cualquier cosa. —Él negó,
tratando de sacar la imagen de su mente. Habían tenido sexo varias veces,
pero Lanie tenía algún tipo de poder para excitar a Kyle con solo unas
pocas palabras, o un giro de su cabello, el mohín de sus labios, o cualquier
otro gesto delicioso.
—Es un artículo muy perspicaz —dijo ella, recobrando su enfoque.
El corazón de Kyle se llenó de gratitud por la chica en sus brazos. Le dio
un beso en su cabeza.
—Lanie, estoy en deuda contigo. Este un gran momento en mi carrera.
Se encogió de hombros.
—Solo quería asegurarme que mis clientas fueran tratadas con respeto,
y lo hiciste. Así que el senador Hayes rechazó una cita, ¿eh?
—El bastardo ni siquiera devolvió mis llamadas. Su oficina llamó con
136

una declaración de sin-comentarios.


—Ya me lo imaginaba.
—Hablando de llamadas, he conseguido unas pocas pidiéndome
entrevistas. Dado que tus clientas no están dando ninguna, estoy
recibiendo solicitudes de algunos de las principales agencias de noticias.
Mi artículo quiere la publicidad. ¿Cómo te sientes sobre eso?
Ella estuvo callada por un momento, evaluando su pregunta.
—Pienso que deberías hacerlo. La publicidad será buena para el caso,
después de todo. También Brad va a hacer algunas entrevistas.
Kyle entrecerró los ojos.
—¿Por qué Brad? Es tu caso.
—En realidad Brad es el abogado principal ahora —replicó Lanie y se
alejó de él. Apretósu agarre sobre ella—. Razoné con mis clientas que esto
era lo mejor, y finalmente conseguí que estuvieran de acuerdo.
—¿Le diste el caso a él?
Ella suspiró.
—Sí, te lo dije, no quiero crédito por esto. Esto es algo que tengo que
hacer. Brad es mejor en estas cosas que yo. Y por favor no pienses que se
lo di para ganar el favor en otras áreas.
—Sé que no harías eso, pero este es tu caso. Tú eres la que ha dejado
todas las horas y noches de trasnocho.
—Sé que confían en mí, y es por eso que lo estoy haciendo. No quiero
elogios. Solo quiero ganar. ¿Entonces vas ir a estas entrevistas?
—No me siento cómodo actuando como portavoz de ellas. Reporto las
noticias, no las hago.
—Está bien, pero me alegraría si fueras.
—Ya veremos —dijo, tomando su mano y besando las yemas de sus
dedos. Kyle se dio cuenta de que el temor en el fondo de su estómago no
era por la idea de hacer esas entrevistas. Estaba teniendo un momento
difícil con la idea de estar lejos de ella.
137
CAPÍTULO 17

K
yle trajo una pizza y un par de cervezas el lunes por la noche.
Lanie prefirió la soda, alegando que volvía a su sobriedad otra
vez. Brad y Cassie salieron para cenar, así que tenían el lugar
para ellos. La idea hizo a Kyle muy feliz, pero lamentablemente, Lanie tuvo
que trabajar por un rato. Se sentó en la cama junto a ella, reservó sus
pasajes aéreos para las entrevistas que había aceptado y se puso al día
con su correo electrónico. Se sentía muy cómodo compartir una noche
normal con ella. Ahora que ella ya no era virgen, la presión había
desparecido para ambos.
—¿Por qué no bebes?
Se encogió de hombros.
—No me gusta el sabor. —Kyle arqueó una ceja.
—Lo estabas tragando la otra noche —comentó Kyle, apartando su
laptop.
—Puedo beber. Solo opté por no hacerlo.
Kyle decidió que era mejor dejarlo así. Había tanto sobre Lanie que era
un misterio, y ella obviamente no quería hablar de eso.
Se sentaron en su cama y miraron el partido. Kyle estiró su brazo, y
Lanie apoyó la cabeza contra su pecho. Parecía encajar en esa posición tan
perfectamente. Ella le brindó algo de información estadística. Kyle sabía
que era una fan, pero se sorprendió de lo bien informada que estaba.
Había salido con chicas que se autoproclamaban adictas a los deportes
solo para averiguar que no sabían diferenciar entre un receptor y un
mariscal de campo.
—¿Alguna vez has estado en un juego? —le preguntó.
—No, nunca tuve la oportunidad —dijo ella, acurrucándose en sus
brazos.
—Deberíamos ir a uno.
—Eso sería divertido. He amado el fútbol desde que era una niña.
—¿Lo veías con tu papá? —Kyle lamentó la pregunta tan pronto como
138

ella se tensó en sus brazos.


—No —dijo en voz baja, como si tuviera miedo de profundizar. Kyle
quería preguntar más, pero mantuvo su curiosidad bajo control. Un
comercial apareció mostrando parejas bailando swing en una cena de los
años cincuenta—. Desearía poder hacer eso.
Él se dio cuenta de que estaba cambiando de tema, y la dejó.
—¿No sabes bailar?
—No, esa es una de las razones por la que odio esta fiesta del jueves.
Contrataron a una orquesta de jazz y habrá baile.
—¿Y no te gusta?
—Oh no, me encanta la música que tocan. Solo desearía poder
participar.
—Bueno, podemos encargarnos de eso —dijo Kyle, levantándose de la
cama y buscando su mano.
—¿Qué?
—Baila conmigo —dijo, inclinándose y extendiendo su mano.
—¿Ahora?
—No es exactamente algo para lo que necesitemos hacer reservaciones.
Vamos, te enseñaré.
—No lo sé. No tenemos mucho espacio.
Kyle suspiró impaciente.
—Tenemos suficiente. Ahora escoge una canción.
—¿Cualquier canción?
—Sí, haremos un baile lento y uno rápido, así tendrás una perspectiva
de ambos.
Ella sonrió, saltó de su cama, y tomó su iPod. Dos segundos más tarde,
la voz conmovedora de Bill Medley llenó la habitación mientras sonaba
“(I've Had) The Time of My Life”.
—Oh, Dios —gimió Kyle, cayendo de espaldas sobre la cama de Lanie—.
Debería haber sabido que elegirías esta.
Lanie se arrastró encima de él para besarlo.
—Por favor, dijiste cualquier canción. ¿Has visto esa película?
—No en su totalidad, pero conozco cada escena de memoria. —Lanie lo
miró, confundida, esperando una explicación—. Esta película se reprodujo
en mi sala de estar durante todo un verano en repetición continua.
Rachael y mi mamá la vieron tanto que dañaron la cinta.
Lanie se echó a reír, acariciando el cuello de Kyle. Dios, ella sabe
139

exactamente cómo conseguir lo que quiere, pensó él.


—Sabía que sentía afinidad con tu hermana por alguna razón. Vamos,
capitán Kyle. ¿No eres capaz de bailar esto?
Kyle la tomó por su cabello y la acercó a sus labios. La besó suavemente
antes de soltarla.
—No soy Patrick Swayze, pero puedo bailar esto.
—Bueno. Te has demorado tanto que ahora tengo que comenzar la
canciónde nuevo. —Se soltó de sus brazos para ir a reiniciarla.
Kyle tomó sus manos en las de él, y ella gritó cuando la jaló más cerca.
—Solo siéntelo. No pienses demasiado.
Kyle la giró sin esfuerzo, no tan bien como Johnny Castle, por supuesto,
pero nada mal. Lanie trató de mantener el paso, pero siguió riéndose como
una colegiala nerviosa.
—Tienes que tomar esto en serio, o podría dejarte caer al levantarte —le
advirtió Kyle.
Abrió la boca y los ojos.
—No me levantes.
—Esa es la mejor parte —Kyle sonrió traviesamente.
—Kyle, te juro...
La levantó antes que pudiera terminar su frase.
Él se sorprendió de lo firme que estaban sus brazos, pero de nuevo ella
era muy liviana. La miró, sorprendido por lo elegante que lucía, incluso en
su ridículo pijama de franela rosa. Ella mantuvo sus brazos y piernas
abiertas.
—No me siento como Jennifer Grey —dijo ella, mirándolo fijamente.
—¿Cómo te sientes? —Su cabello cayó alrededor de él y sobre sus
brazos, rodeándolo con un dulce y seductor aroma.
—Superman. —Se echó a reír, moviendo sus brazos arriba y abajo.
—Eso no es lo que pareces.
—¿Qué parezco? —preguntó ella. Los brazos de Kyle empezaron a
temblar. Lanie era liviana, pero él no era Patrick Swayze. Miró fijamente
sus ojos dorados y el largo cabello castaño que los rodeaba como una
cortina. Ella era, probablemente, la cosa más hermosa que había visto
nunca.
—Julia Roberts. —En ese momento, todo lo que Kyle podía pensar era
cúanto deseaba a Lanie. Lo deseable que era para él, y la mirada lujuriosa
que ella le dio le hizo saber que los sentimientos eran recíprocos. Cayó de
nuevo en la cama con ella encima de él. La apresurada caída logró mover
140

la cama unos centímetros, justo contra la mesita de noche, haciendo que


una lámpara de vidrio cayera sobre el suelo de madera.
—¿Estás bien? —preguntó Kyle. No respondió. Al parecer, bailar con él
había sido un afrodisíaco. Ella lo obligó a abrir su boca con la lengua y
buscó la de él para otro tipo de baile. Voluntariamente obligado, dejó que
sus manos recorrieran su espalda hasta que se cerraron alrededor de su
trasero firme y carnoso.
Unos fuertes golpes los interrumpieron, y Kyle se preguntó por un
segundo si era el latido de su corazón, pero entonces una voz chillona
llegó. Era alta y clara a pesar de la barrera de la pared.
—¿Qué diablos hacen ahí dentro? Brad tiene que levantarse mañana
temprano —gritó Cassie.
—Dios, tu hermana es una aguafiestas —dijo Kyle con los dientes
apretados.
Lanie se separó de Kyle y le respondió:
—Bienvenido a mi mundo.
Ella volvió sobre Kyle y tiró de su camisa. Él se sentó para quitársela y
rápidamente trabajó en el pantalón de ella.
—Puedes mostrarme el baile lento más tarde. Ahora mismo tenemos
otras cosas que practicar. —Se quitó la blusa del pijama, revelando sus
pechos desnudos. Lanie era tan atrevida y sexualmente agresiva que Kyle
tenía dificultades para recordar que era inexperta. Ella casi le arrancó el
pantalón, sacándolo con fuerza. Él se las arregló para quitarle elpantalón
del pijama con cuidado, pero una vez que vio las delicadas bragas rosadas
y de encajes, no pudo evitarlo. Las destrozó al retirarlas de su cuerpo. Él la
acercó, moviéndose por la cama para que su cabeza estuviera cerca de la
cabecera.
Ella lo acarició con su mano, moviéndola lentamente arriba y abajo por
su eje, hasta que él gimió.
—Dime lo que quieres —exigió él.
—A ti —dijo ella con voz ronca.
—Eso es mutuo. ¿Qué quieres que te haga?
Empujó sus pechos en su dirección, pero él negó.
—No, nena, usa las palabras.
—Chúpalos —dijo ella. Tan pronto como las palabras salieron, setapó la
boca como si hubiera dicho una mala palabra.
Movió la mano de ella de nuevo a su erección. La acercó más y masajeó
sus pechos, manipulándolos en sus manos, pasando sus pulgares sobre
sus pezones antes de llevar uno a su boca. Pasó lentamente la lengua por
141

el endurecido pezón. Gimió suavemente, y Kyle supo que ambos estaban


conteniéndose porque si fueran más ruidosos, el sonido viajaría y haría
incomodar a Lanie. Se tomó su tiempo con cada uno, acariciando,
chupando, y mordisqueando suavemente hasta que ella gritó.
—Por favor. Por favor. Por favor. —Kyle sonrió mientras se daba un
gusto en esos montículos perfectos. Le jaló el cabello, lo que él tomó como
una petición no verbal para que cambiara de posición. Lanie no era capaz
de expresar lo que quería, pero no tenía que hacerlo. Él sabía.
La tomó por las caderas y colocó las piernas alrededor de su cintura
para que estuviera a horcajadas sobre él.
—Quiero que guíes este baile.
Parecía insegura, así que guio sus caderas donde él la necesitaba y la
ajustó sobre su erección, entrando lentamente y luego empujándose
dentro de ella. Gimió más fuerte cuando él la jaló hacia abajo. Ya estaba
resbaladiza de excitación. Kyle se sentó y ahogó los sonidos en su boca.
Ella se movió tentativamente con la ayuda de sus manos.
—Ve tan rápido como quieras. Ahora tienes el control. Hazte venir. Haz
que me corra —susurró Kyleal oído. Ella puso sus dos manos sobre sus
hombros para estabilizarse y moverse a un ritmo. Kyle gimió, y esta vez
puso su boca en la suya, consumiendo sus sonidos. Pasó las manos por su
espalda, dejando que sus uñas rozaran su piel. Él interrumpió sus
movimientos repetitivos empujando en ella. Ella soltó un pequeño chillido
de sorpresa, pero su mirada lujuriosa le dijo que lo disfrutaba. Lo hizo de
nuevo y pronto estuvieron trabajando al unísono. En algún lugar a la
distancia, la melodía de la música y el ruido menos audible del juego se
mezclaron con los sonidos guturales y animales de su mutuo placer. Kyle
se condujo hacia arriba, aumentando su velocidad a través del clímax de
ella. La siguió poco después, jalándola hacia él, sujetándola con fuerza. El
ruido más fuerte en la habitación eran susrespiraciones contenidas.
—¿Kyle? —susurró ella
—¿Sí, Lanie? —Se puso rígido, esperando que no estuviera a punto de
arruinar el momento con algo sentimental. Algo que no podría
corresponder. Le había sucedido tantas veces, especialmente después del
sexo, y en la mente de Kyle, éste fue un sexo muyintenso.
—Eres realmente un buen bailarín —respondió ella, besándole el cuello.
Él se rio entre dientes.
—Eres realmente una buena pareja. —Lanie siempre lo sorprendía.
142
CAPÍTULO 18

K
yle observó a Lanie conversando con algunos compañeros de
trabajo frente ala barra. Una cosa era segura, su bufete sabía dar
una fiesta. Una banda de dieciséis integrantes interpretaba
ungran número de canciones, desde contemporáneas a clásicas. La
habitación estaba adornada con sillas lujosas y manteles festivos
plateados. Todo el mundo había disfrutado de una suntuosa comida de
filete mignon y rollos de langosta. Los participantes estaban devorando las
bebidas como si estuvieran en medio del desierto y no en el salón de baile
de un lujoso hotel. Así era, exceptopor Lanie, que disfrutaba de sus
daiquiris vírgenes. Kyle sonrió con la idea de que esos ya no coincidían con
ella.
Ella lucía encantadora esta noche en un vestido ajustado de color verde
oscuro. Era lo suficientemente corto como para revelar sus hermosas
piernas y su figura de reloj de arena, pero discreto y elegante. El verde era
definitivamente su color, pensó Kyle, fascinado al ver esas piernas,
cruzadas tan seductoramente y cubiertas con sexys tacones. Se sorprendió
de lo mucho que la había extrañado en los últimos días mientras estaba
fuera de la ciudad. La había llamado todas las noches, e incluso había
sugerido que tuvieran sexo por video. Lanie declinó. Seguía siendo tímida
sobre algunas cosas. Kyle había pensado que tendría una aventura en
Nueva York, pero no estaba de humor, a pesar de la invitación que había
recibido de una morenaza en el bar del hotel. Se dedicó a concentrarse en
su misión. Las entrevistas habían tenido mucho éxito y el teléfono de Kyle
seguía sonando.

Se había reunido para beber con un asociado que ahora estaba en el


Times. Le habían ofrecido una posición allí con un sueldo generoso.
Siempre había soñado trabajar en el Times y vivir en Nueva York. Sería el
pináculo de su carrera. Eso era, hasta que anunciaranlos nominadosal
Pulitzer. Ya había rumores sobre eso también. Nueva York y el Pulitzer
solían ser en todo lo que pensaba. Ahora estaba a la deriva. Hace un mes,
si se le hubiera ofrecido una oportunidad tan prestigiosa, no habría
perdido tiempo pensando en ello. Habría aceptado con gusto en el acto y
143

dado su aviso de renuncia. Ahora tenía una lista de razones para


quedarse. Había racionalizado que estaba madurando y pensando en los
inconvenientes de dejar a Rachael y a sus sobrinos. También le gustaba
Chicago y su apartamento. Por otra parte, podría haber mejores ofertas de
trabajo ahora que estaba en camino hacia el Pulitzer.
Parte de eso lo confundía, especialmente cuando miraba a Lanie. Ellos
no tenían futuro. Toda su relación estaba basado en el engaño, y Kyle solo
la heriría al final. A pesar de todo, sintió las punzadas agudas de celos que
lo atravesaban como un millón de puñales cuando dos hombres se
acercaron a ella en el bar. Uno, un hombre alto y de hombros anchos con
el cabello castaño claro, era especialmente agresivo. Se rio en voz alta de
algo que ella estaba diciendo y se acercó más a Lanie. Kyle nunca había
sentido verdaderos celos, hasta ella. Un calor amargo subió desde la boca
de su estómago, y su mandíbula se tensó. Agarró el vaso de vino con tanta
fuerza que pudo romperse. No le gustaban estos sentimientos. No tenía
derecho a tenerlos. Él y Lanie tenían una amistad forjada en algún objetivo
impreciso y equivocado por parte de ella y alguna loca necesidad de ayudar
en la suya.

Kyle logró convencerse de que no eran celos, sino un deseo innato de


proteger a Lanie. Después de todo, ella no tenía idea de lo deseable que
realmente era. Lanie era una fase que necesitaba sacarse del sistema. Se
cansaría de ella eventualmente. Solo estaba tomando más tiempo, mucho
más tiempo en este asunto. Sin embargo, si ese tipo extendía la mano para
acariciar su brazo de nuevo...

—Hola, Manchester. —La cortante voz de Brad interrumpió los


pensamientos de Kyle, irritándolo aún más.

—Jansen, ¿cómo estás? —lo saludó Kyle, aunque no podía importarle


menos cómo estuviera Brad. Su presencia siempre le molestaba en estos
días.

—Bastante bien. ¿Y tú?

—No puedo quejarme.

—Lanie se ve hermosa —dijo Brad, señalando hacia la barra como si


Kyle no la estuviera mirando directamente.

—Lanie siempre se ve hermosa. ¿Cuál es tu punto? —Kyle no le


importaba el cumplido de Brad en absoluto.

—Nada, hombre. Solo digo que se ve diferente. Ha cambiado desde que


comenzaron a salir —respondió Brad, extendiendo sus manos en un gesto
144

para calmar a Kyle. Eso solo sirvió para irritarlo aún más.

—¿Qué quieres?

—Jesús, estás actuando como un imbécil hoy. Solo quería saludar a mi


amigo. El tipo que no ha estado devolviendo mis llamadas. El que canceló
nuestros últimos dos juegos de squash. El tipo al que quería felicitar por
un gran artículo. ¿Lo has visto?

—Gracias, Brad. Mira, lo siento. No te he estado esquivando. He estado


ocupado. —En realidad, había estado ocupado, pero también había estado
evitando a Brad en cualquier oportunidad.

—Sí... ocupado con Lanie.

—Sí. Una vez más, ¿cuál es tu punto?

—Es una buena chica. Rompe con ella ahora antes que se involucre
demasiado. Te has divertido con ella.

Kyle se volvió hacia Brad, preguntándose de repente si debía reírse o


darle un puñetazo en el rostro.

—No voy a lastimarla. —Kyle casi añadió que, si alguien iba a


lastimarla, sería Brad, pero se contuvo.

—Kyle, te conozco. Piensa en ella.

—Quizás yo también soy diferente. —Kyle no tenía idea de dónde había


venido el pensamiento, pero sonaba correcto para él—. Y lo que Lanie y yo
hagamos no es asunto tuyo, así que vete a la mierda.

Brad entrecerró los ojos, dando a Kyle una dura mirada.

—Es mi asunto porque yo te la presenté. Quería que la llevaras a cenar,


no que empezaras una relación retorcida con ella. ¿Te estás olvidando de
quién eres? Eres el tipo que tuvo relaciones sexuales con mi cita de
graduación en el baño de chicos. —Brad se golpeó la cabeza en un gesto
exagerado—. Oh, pero lo olvidé, tu cita de graduación también estaba ahí.
—Extendiósu copa de vinoen un brindis burlón—. Siempre eres un
caballero, ¿no es así?

Kyle se rio, recordando el incidente. Le había tomado a Brad una


semana perdonarlo, pero finalmente lo hizo.

—Lo que recuerdo es que estabas borracho, vomitando en el campo de


fútbol. Estaba siendo un caballero cuidando de tu cita y manteniendo a la
145

mía feliz al mismo tiempo. Deberías darme las gracias. Me aseguré de que
el baile de graduación fuera un gran recuerdo para esas chicas.

—¿Crees que Lanie es la clase de chica que le van esas cosas?


Kyle de repente sintió remordimiento, preocupado por cómo Lanie
reaccionaría ante tal historia, no es que Brad alguna vez vaya a contarle.

—Aprecio tu preocupación, pero no le haré daño.

—Ella necesita a alguien que esté ahí para ella.

El puño de Kyle se cerró cuando su remordimiento catapultó a la ira.

Kyle se volvió hacia Brad, con los ojos en llamas.

—¿Como tú estuviste para Rachael cuando ella te necesitó?

El rostro de Brad palideció. No habían hablado de eso durante años.


Enterrado, pero no olvidado.

—No es justo. Me perdonaste por eso.

—Estoy reconsiderándolo. —Dejó que sus palabras calaran, pero


ninguno de los dos habló por un minuto, ambos optando por limpiar sus
bebidas. Kyle estaba harto de la conversación y se encontró aún más
irritado con Brad por distraerlo de las sanguijuelas sentadas junto a
Lanie—. Tengo que irme. Los buitres están rodeando a mi novia. —La
palabra novia se sentía extraña para Kyle, y debió de haber sonado raro
porque Brad alzó las cejas con sorpresa.

—Son solo tipos con los que trabaja. Probablemente estén hablando de
la oficina.

—Dios, ¿eres realmente tan denso? Ahí está el problema, Jansen. No me


gustan los tipos que se comen con los ojos a Lanie, incluyéndote a ti.
¿Estamos claros?

Brad levantó las manos e incluso se tambaleó hacia atrásante la mirada


acerada de Kyle.

—Wow, ¿te volviste loco de la noche a la mañana? Estoy saliendo con su


hermana. Jamás engañaría a Cassie.

Kyle suspiró antes de darle la sonrisa más forzada.


146

—Sé eso, y ahora mismo es lo único que me gusta de ti.

Se alejó, dejando a Brad sorprendido y sin palabras. Sabía que era un


amigo terrible y, en todo caso, Brad era el inocente en todo este complot.
Lanie ni siquiera era culpable. No se portaba de manera ilícita o
inapropiada en presencia de Brad. Realmente estaba esperando a que el
mundo se pusiera a su favor. De muchas maneras, Kyle se sentía como el
instigador al mal en este loco desastre. El hombre en la barra colocó un
mechón de cabello de Lanie detrás de su oreja. Humo emanó mágicamente
de las orejas de Kyle.

—Bailemos —dijo él, tomando su mano posesivamente.

—Oh, Kyle, este es Adam Stone. Trabajo con él —dijo, señalando al


hombre de cabellorubio. El otro había desaparecido, afortunadamente.
Kyle lo miró con frialdad. Adam sonrió, pero no llegó a sus ojos,
confirmando todas las sospechas de Kyle.

—Adam. —Kyle tomó la mano de Adam, aplastándola en la suya, y


estuvo complacido por la mueca de dolor en la expresión del otro hombre—
. Encantado de conocerte. Discúlpanos por favor. Le prometí a mi novia un
baile esta noche.

Guío a Lanie hacia la pista de baile mientras “You’ve Really Got a Hold
on Me” de los Smokey Robinson y The Miracles comenzaba a sonar. Tomó
a Lanie en sus brazos un poco demasiado fuerte, susurrando en su oído:

—Solo recuerda cómo lo practicamos.

—Kyle, te estás poniendo un poquito pegajoso —respondió Lanie.

—Pensé que solo estaba siendo atento.

—Y así es. Gracias por venir esta noche.

—Te ves hermosa, Lanie. —Apartó la mirada de él como lo hacía a


menudo cuando la halagaba.

—¿Te gusta el vestido? —Hizo la pregunta con aprensión.

Kyle lo miró, dándose cuenta de lo que hacía que Lanie pareciera aún
más tentadora esta noche, una hazaña que no creía posible. El vestido que
llevaba era de corte bajo en el frente. Ella nunca llevaba nada que
mostrara su pecho debido a la cicatriz. Tenía una tira asimétrica que
cubría perfectamente la cicatriz. Qué extraño era que fuera justo en el
lugar correcto.
147

—Me gusta mucho, y me encantaría quitártelo más tarde.

—Tu hermana me ayudó a escogerlo —dijo ella.

Kyle la sintió tensa en sus brazos y supo que era el baile. Le frotó la
espalda hasta que sus músculos se aflojaron.
—¿Cuando fuiste de compras el sábado? —Kyle había visto la mayor
parte de sus compras cuando las estaba metiendo, y definitivamente
habría notado este vestido.

—No, la llamé el otro día. En realidad, hizo que su costurera me


reajustara el tirante —respondió Lanie. Kyle estaba complacido de que
Rachael y Lanie hubieran estrechado lazos. Nunca habría considerado
presentar a su hermana a cualquier otra chica que estuviera viendo por
esa razón. Pero Lanie no era otra chica, y no estaban saliendo... no
técnicamente.

—Lucirías preciosa aunque el tirante no existiera.

—No podía hacer eso. La gente mira y hace preguntas. Es incómodo. —


No podía imaginar cómo Lanie tenía que luchar con tantas alternativas
alrededor de esa cicatriz. Quería preguntarle qué la había causado, pero
era evidente que no estaba lista para hablar de eso.

—¿Rachael te contó lo que su marido hace para ganarse la vida?

Lanie bajó la mirada, pero Kyle movió la mano de su cintura para


levantar su barbilla, así lo estaría mirando.

—Sí, me dijo que es cirujano plástico y que podría hacerla desaparecer.


Estoy pensando en ello.

—Solo lo mencioné porque te afecta demasiado. Creo que te ves increíble


tal como eres.

—Gracias. Aprecio eso. —Podía oír la duda en su voz. No le creía, pero


no sería bueno decir más. Simplemente la haría sentir incómoda.

—¿De qué estaban hablando Adam ytú? Parecía un poco cariñoso


contigo.

—Me estaba preguntaba sobre eso. He trabajado con él por años y no


creí que supiera mi nombre. Creo que estaba coqueteando conmigo. Me
pidió salir a almorzar la próxima semana.

Kyle se esforzó por aclarar su voz, sabiendo que sus manos temblaban
ligeramente.
148

—¿Vas a almorzar con él?

Se encogió de hombros. Kyle tenía un impulso de tomarla por los


hombros y sacudirla.
—No lo sé. Parece agradable, y tal vez debería ampliar mis horizontes. —
El cuerpo de Kyle se tensó tan pronto como dijo eso. Ella también debió
sentirlo porque se apartó y miró su rostro.

—¿Por qué tienes que ampliarlos? —Kyle ni siquiera sabía si se refería a


citas o algo más, pero de cualquier manera lo desaprobaba.

—No hará daño tener más... perspectiva.

—¿No te ofrezco suficiente... perspectiva? Eso me ofende. —Kyle trató de


relajar su rostro en una sonrisa, pero le resultó difícil. En el mejor de los
casos, era una mueca.

—Estás actuando raro. ¿Qué estás tratando de decir?

—No creo que debas ver a nadie más mientras estamos juntos. —La hizo
girar, deseando alejar la mirada sorprendida de su rostro y darse otro
segundo para pensar.

—¿Por qué?

¿Por qué? Como periodista, Kyle se reprendió por no esperar que ella
hiciera la pregunta más obvia. Se preparó para sacar la mentira más
manipuladora que pudiera conjurar.

—Si Brad cree que estamos en una relación seria, ¿qué pensará de ti
engañándome?

La canción cambió. Era un ritmo rápido, “Smooth” de Santana. Lanie


dio un paso atrás, pero él la acercó.

—Kyle, no tenemos que bailar tan cerca.

—No hemos terminado de hablar —dijo con un tono más agudo en su


voz de lo que pretendía.

—¿Qué diferencia hace? Brad no puede pensar que estamos


comprometidos desde que estás viendo a otras mujeres. —Fue curioso lo
fácil que ella aceptó eso. Nunca lo cuestionó. Kyle estaba molesto que ella
no compartiera sus celos. Otras chicas siempre habían abordado este tema
con temor debido a su angustia y preguntas subyacentes, pero con Lanie,
149

no tenía una agenda oculta, solo aceptación total.

—Lanie, no he estado con nadie más desde que tuvimos sexo. —Era
mentira. De hecho, no había estado con nadie desde que habían hecho su
acuerdo, pero no quería contarle eso.
—¿Por qué? —Ahí estaba esa maldita palabra otra vez. La pregunta más
común que se hacía en cada entrevista. ¿Por qué no podía responderla?

—Um, bueno, estoy comprometido con esto. Quiero que Brad nos crea.

—Oh, Kyle, no tienes que hacer tantos sacrificios por mí.

—Sé que no, pero quiero hacerlo. Además, no estamos usando


condones, y aunque los uso con otras chicas, me gustaría volver a
hacerme las pruebas. No quiero arriesgar tu salud. —Kyle quería darse
una palmadita en la espalda por sacar eso.

—¿Quieres que comencemos a usar condones para que puedas salir con
otras chicas?

Suspiró frustrado. Ella estaba realmente desafiando sus habilidades de


engaño.

—No, me gusta de esta manera.

—¿Porque es mucho mejor sexualmente?

Quería agarrarla de los hombros y gritarle: “No, porque es mejor contigo”,


pero simplemente dijo:

—Sí. Entonces, ¿estamos de acuerdo? ¿No necesitas ninguna


perspectiva adicional?

—Sí, creo que has dado buenos argumentos para que nuestra farsa sea
monógama.

—Gracias, abogada. —Exhaló, soltando un suspiro que mostraba que


había estado conteniendo la respiración. Afortunadamente, no lo
cuestionó.

—Te alegrará saber que tienes el fin de semana libre —dijo ella,
moviéndose lejos de él. Él la atrajo de regreso de inmediato.

—¿Por qué? —preguntó, esperando que la alarma no se notara en su


voz.
150

—Brad y Cassie se van, así que no tienes que quedarte conmigo.

Kyle pensó durante un minuto. Había estado deseando pasar el fin de


semana con Lanie todo el tiempo que estuvo en Nueva York.

—Deberíamos irnos también. —Se preguntó de dónde había venido la


idea. Nunca había llevado a una chica a pasar fuera el fin de semana.
—Oh no, no te preocupes por eso.

—Lanie, debemos dar el mismo paso para mostrar nuestro compromiso.

—Simplemente podríamos decir que fuimos a algún lado. Nadie lo


sabría.

Maldita sea, era demasiado inteligente.

—Si quieres hacerlo creíble, debe haber un elemento de verdad en ello.

Lanie sonrió, pero negó.

—Kyle, no quiero que te aburras todo el fin de semana, y además, es el


día de San Valentín parte dos, también conocido como el Día Más Dulce.
¿Dónde vamos a ir con tan poco tiempo de antelación?

Kyle reflexionó un momento y la respuesta fue clara.

—Podemos ir a mi cabaña.

—¿Tienes una cabaña?

—Sí, creo que te va a gustar mucho. Somos amigos ante que nada,
¿verdad? Estás trabajando duro y necesitas descansar. Además, Brad ha
estado en mi cabaña. ¿Qué pasa si te pregunta si caminaste por el sendero
largo o el corto?

—Le diré que por el sendero corto.

—Ves, eso es lo que quiero decir. No hay un sendero corto —respondió


Kyle, haciéndola girar otra vez.

—Brad no me va a engañar así.

—Nunca se sabe. Además, ¿pasar un fin de semana entero en una


cabaña aislada en el bosque,atravesando fronteras con tu amigo el capitán
Kyle, no suena divertido?

Lanie igualó su sonrisa.


151

—Suena tentador.

Él apoyó sus brazos en la parte baja de su espalda y la bajó, aunque no


era apropiado para la canción. Rozó sus labios contra los de ella antes de
enderezarla de nuevo.

—¿Qué fue eso?


—Brad y Cassie nos miraban. Era una buena oportunidad. —Ella
asintió, aceptando su mentira. Kyle no tenía ni idea de dónde estaban
Brad y Cassie, pero Adam Stone los estaba mirando. Más apropiadamente,
estaba mirando lascivamente a Lanie. Kyle entrecerró los ojos y le hizo un
gesto con la cabeza, dándole el código universal no verbal masculino
de:aleja tus manos, MÍA.

Kyle había pensado que Lanie era manipuladora cuando la conoció, pero
él era el único culpable de eso. Todo estaría bien, razonó Kyle. Ambos
estaban esperando en cierto sentido. Lanie estaba esperando a que Brad
se fijara en ella, y Kyle estaba esperando aburrirse de ella.
152
CAPÍTULO 19

K
yle había sugerido que se marcharanespontáneamente durante
el fin de semana, como si fuera una idea natural, pero en
realidad, lo asustó como el infierno. Nunca había salido con una
chica por el fin de semana, nuncaanteshabía llevado a una a su cabaña, y
la idea de llevar a una chica a su cabaña el fin de semana del Día de la
Dulzura11era inconcebible. Ni siquiera tenía citas ese día o en San
Valentín, para evitar que las chicas tuvieran ideas equivocadas. Toda la
idea estaba cargada de grandes implicaciones y expectativas, pero Lanie no
era como las demás. Y eso lo relajaba y preocupaba a la vez.
A Kyle le molestaba que Brad y Cassie aún estuvieran en el apartamento
cuando llegó.
—Lanie, no puedo creer que vayas a pasar el fin de semana en el bosque
con arañas y bichos. Lo siento mucho por ti. Brad y yo estaremos en un
spa de lujo recibiendo masajes, y tú estarás en un pantano montañés en
medio de la nada —declaró Cassie con petulancia.
—De hecho, la cabaña de Kyle está en un precioso lago. A Lanie le
gustará —dijo Brad.
Kyle habría hablado, pero sus ojos estaban pegados a Lanie. Ella se veía
muy triste, aunque intentó ocultarlo bajo una media sonrisa.
Tan pronto como se fueron, Kyle tomó asiento en el sofá y sentó a Lanie
en su regazo.
—¿Qué pasa? —Ella apartó la mirada de él—. Dime.
—Brad le dijo a Cassie que la amaba.
Kyle intentó enfocar sus pensamientos. Iban en un millón de
direcciones. Ella lo dijo rotundamente, como si se diera cuenta que su
sueño estaba acabado. Esto era algo bueno, porque significaba que Lanie
superaría a Brad. Esto era malo, porque quería decir que ya no debían
fingir que estaban en una relación. No tenía ni idea de por qué le
importaba tanto, pero así era. Lo atribuyó a sus ganas de pasar el fin de
semana con Lanie.
—La buena noticia es que ya no tenemos que fingir más. Es hora de
153

superar a Brad, de todos modos. Para empezar toda la idea era estúpida.
Kyle intentó ordenar sus pensamientos en un patrón coherente.
Desafortunadamente, se dio cuenta que la única forma de convencer a

11
Es una fiesta celebrada en ciertas partes de Estados Unidos, vendría a ser el reverso del día
de San Valentín donde son las mujeres quienes deben consentir a sus parejas.
Lanie era usar sus habilidades de manipulación una vez más. Se sentía
culpable por eso, pero de nuevo, era egoísta. Esa parte de su personalidad
se mostraba más agresiva en presencia de Lanie.
Movió su barbilla hacia él para que lo mirara.
—Todavía deberíamos ir.
—¿Por qué? —Esa maldita palabra de nuevo. Deseaba por una vez que
simplemente lo complaciera, pero Lanie era analítica y le gustaba que le
argumentaran todo.
—Has estado trabajando duro, y te prometo que lo pasarás bien, incluso
si no es un spa. Sin embargo, estás poniendo demasiado énfasis en esta
declaración de amor. No significa nada.
—¿Qué quieres decir? ¡Brad le dijo que la amaba!
—Lo sé, pero las palabras son mi vida, y esa es la expresión más usada
e involuntaria en el idioma español. Probablemente ella quería algún tipo
de compromiso por su parte. Algún tipo de seguridad que piden las chicas
a veces.
—Brad no es esa clase de hombre.
—Es un hombre, Lanie. Todos pensamos igual. Sé de lo que estoy
hablando. Decir “te amo” es solo la forma en que un chico tranquiliza a
una chica.
—¿Eso crees?
Kyle pudo ver su sonrisa crecer y se retorció por dentro. Esto estaba
complicándose tanto que ni siquiera podía aclarar lo que estaba haciendo
ni por qué.
—Confía en mí. Deberías venir conmigo. Te haré sentir mejor. Te haré
sentir mucho mejor. —Puntualizó cada declaración con suaves besos en su
cuello con los que ella tenía dificultades para resistirse.
Estuvo en silencio un momento, pero lo sorprendió al abrazarlo con
fuerza.
—Gracias. No te creo, pero creo que tienes razón y deberíamos ir.
Kyle la abrazó, esperando que no notara que estaba cruzando los dedos
tras su espalda mientras, una vez más, se maldecía por ser un completo
imbécil.

** *
154

Kyle siguió a Lanie por el largo sendero, el único en el bosque, cargando


las ramas que habían reunido para hacer un fuego mientras miraba
codiciosamente su trasero. Su trasero definitivamente era su mejor rasgo,
pensó. Se veía especialmente atractivo en los jeans ajustados que estaba
usando.
—¿Kyle, me estás escuchando? —preguntó Lanie, añadiendo otra rama
a la pila en sus brazos.
—Sí, lo siento. Solo admiraba la vista. —Le sonrió lascivamente.
Ella miró alrededor. Su cabello era una brillante imitación del follaje del
otoño. Caía sobre sus hombros en hermosos y ondulados rizos.
—Sí, los bosques son bonitos aquí —dijo ella, haciendo un gesto hacia
los árboles.
—Esa no es la vista a la que me refería.
Lanie se llevó una mano a la boca.
—¿Por qué estás coqueteando conmigo,Kyle? —preguntó ella en ese
azucarado acento sureño que lo excitaba tanto.
—Tienes razón. Eso fue ambiguo. Déjame ser claro con mis intenciones.
Quiero ponerte sobre mi hombro, correr hacia la cabaña, y aprovecharme
de ti.
Ella se sonrojó, pero continuó sonriendo.
—Supongo que tendrás que atraparme primero.
Kyle inclinó su cabeza, fascinado con la idea de perseguir a Lanie,
literalmente rastreándola por los bosques.
—Lanie, no huyas de mí —le advirtió, esperando que hiciera
exactamente eso.
—¿Por qué, Kyle? —preguntó provocativamente, retrocediendo y dándole
una sonrisa rebelde.
—Eres una presa fácil. Corro a diario, y fui capitán del equipo de
atletismo. —Él avanzó, pero Lanie siguió retrocediendo, incrementando la
distancia entre ellos.
—Bueno, capitán Kyle, hay algunas cosas que no sabes de mí.
—¿Como qué?
—Soy buena ocultándome. —Con eso, salió corriendo por el bosque.
Kyle dejó caer todas las ramas que habían recolectado y corrió tras ella.
Ella corrió por el camino abierto y se escondió entre los árboles. Maldita
sea, tenía razón. Era como un camaleón mezclándose con todos los colores
de otoño.
—No quiero que te resbales en las ramas y te lastimes. Sal, Lanie, antes
155

que te hagas daño. Sal ahora —advirtió Kyle, pero en realidad estaba
disfrutando jugando con su presa.
—¿Qué harás si me encuentras?
Kyle siguió la dirección de la voz, pero no pudo ubicarla.
—Cuando te encuentre, voy a hacer que te vengas conmigo… luego voy a
hacerte venir para mí.
Ella corrió tras él, y Kyle salió disparado tras ella. Se escondió bien, y
tan pronto como seacercó, ella logródeslizarse junto él. En un punto,
atrapó la parte de atrás de su camisa de cuadros, perose liberó de su
agarre. La emoción de la persecución lo excitó. Le recordó a los juegos de
captura la bandera que había jugado en estos bosques cuando era niño.
Capturar la bandera nunca fue así de divertido.
Finalmente,salió corriendo de los bosques al claro donde estaba el lago.
—Gran error —dijo Kyle, corriendo tras ella. En la parte abierta no podía
ocultarse, y definitivamente él era más rápido. Corrió a lo largo del muelle
y se detuvo en el borde.
Ella estaba respirando con fuerza, doblándose por la cintura. Kyle
avanzó lentamente, queriendo extender su jueguito.
—Ahora no hay dónde esconderse —dijo Kyle, apuntando al espacio
abierto mientras avanzaba con largos y relajados pasos hacia ella.
—Nop, supongo que ganaste —contestó Lanie, enderezándose.
—¿Qué debería hacer contigo ahora, chica traviesa?
Lanie arqueó una ceja.
—Mmmm, tantas posibilidades.
Kyle asintió y empezó a quitarse los zapatos y medias.
—¿Qué haces?
—Voy a nadar. Y tú también.
Lanie miró el agua y de vuelta a Kyle.
—Mmm, no, no lo haré. —Kyle se desabotonó su camisa lentamente,
disfrutando del pequeño jadeo de Lanie.
—Definitivamente lo harás. Tomé esa decisión tan pronto como corriste
al muelle. Solo hay una decisión que necesitas tomar.
—¿Cuál será? —preguntó nerviosa.
—Con ropa, o sin ella —contestó Kyle, quitándose el pantalón.
Lanie lo miró como si hubiera perdido la cabeza.
—La gente nos verá.
156

—Es un lago privado, solo unas cuantas casas, y están vacías este fin de
semana… creo.
Lanie miró alrededor y se giró hacia Kyle.
—Probablemente el agua esté helada.
—Entonces sugiero que te quites la ropa —dijo Kyle maliciosamente.
Ella estaba sonriendo pero insegura.
—Mmmm, no sé nadar. —La inflexión en su voz lo hizo sonar más como
una pregunta que una declaración.
Él se quitó su bóxer, manteniendo los ojos en ella. Bajó la mirada y sus
ojos se ampliaron.
—No dejaré que te ahogues. Ahora, ¿necesitas ayuda con esa ropa?
Él esperaba que corriera, pero lo sorprendió encogiéndose de hombros.
Se quitó su ropa tentativamente, dejándose el sujetador de puntos rosados
y bragas a juegos. Kyle se lamió sus labios, dándose cuenta que no quería
nada más que lamer cada uno de esos puntos. Ella miró alrededor de
nuevo. Sonrió, mordió su labio inferior, y luego corrió, tratando de pasar a
su lado. Él la agarró por la cintura y saltó al agua fría. Ella gritó,
deslizándose de su agarre. Kyle salió del agua que le llegaba por el pecho,
buscándola, pero no la veía. El agua estaba helada, e inmediatamente se
arrepintió de su espontanea decisión. Se sumergió profundamente
buscándola, maldiciéndose por la estúpida idea. Cuando volvió a salir, la
vio nadando lejos de él hacia el otro lado del muelle.
—Atrápeme ahora, capitán Kyle —le dijo, incrementando la distancia
entre ellos.
—Pensé que no sabías nadar.
—Mentí —gritó ella en respuesta.
—Típico de abogados —murmuró Kyle, nadando tras ella.
Él consiguió acercarse, pero ella logró evadirlo. Salió del agua y escaneó
el lago buscándola. Su corazón empezó a latir, y rezó para que no estuviera
en problemas cuando no pudo encontrar su cabello cobrizo asomándose
en el agua cristalina.
—¿Lanie, dónde estás? —gritó.
Soltó un suspiro de alivio cuando vio que su mano subía por el muelle.
Había llegado a donde habían comenzado. Definitivamente era mejor
nadadora que él. Cuando vio el sujetador y las bragas en su mano, Kyle
dejó salir un gruñido de aprobación y nadó hacia ella a una velocidad
olímpica. La acorraló en el muelle. El agua era menos profunda, solo
cubriendo sus cuerpos desnudos.
—Te atrapé —dijo él, enredando los dedos por su cabello húmedo.
157

—Hola. —Le rodeó el cuello con sus brazos, temblando contra su


cuerpo. Él sintió los escalofríos a medida que emanaban de su piel.
—Tenemos que salir. —La levantó sobreel muelle y salió. Ella se cruzó
de brazos, y él inmediatamente cubrió su cuerpo con el suyo, frotándole
los brazos para generar calor. Luego la besó, incapaz de encontrar más
palabras. Él solo la deseaba. Su cuerpo estaba lleno de una lujuria y deseo
que solo ella podía satisfacer. Sus manos rozaron la piel suave de Lanie.
Ella lo apartó ligeramente, mirando alrededor ansiosamente.
Él suspiró, inclinándose contra ella.
—Te dije que no hay nadie aquí, bebé.
—Es… estamos tentando a la suerte —susurró ella como si no quisiera
hablar en voz alta. La abrazó con más fuerza, esperando que su calor
corporal se transfiriera. Estaba sonriendo, pero claramente tenía frío.
—¿Cómo así?
—Estamos en medio del bosque, desnudos en este muelle, besándonos
como adolescentes.
—Oh, créeme, planeo hacer mucho más que besarte —contestó Kyle y
mordió el lóbulo de su oreja—. Relájate —la persuadió.
—Solo estoy inquieta.
—¿Por el frío?
—No, ¡porque estoy asustada de Jason Voorhees12 y su hacha! Solo
estamos animándolo, ¿sabes?
Kyle se rio a carcajadas, luego tomó su barbilla como si pensara
profundamente.
—Oh sí, conozco a ese tipo. Vive en una de las otras cabañas. Es muy
callado, pero he jugado hockey con él un par de veces.
—¡Basta! —Le dio una suave palmada en el hombro—. Y ahora ya ni
siquiera soy virgen.
Él entrecerró los ojos.
—¿Por qué sería eso un problema?
Ella sonrió.
—Porque la virgen siempre sobrevive.
Él se rio de nuevo, preguntándose cómo tenía la habilidad de hacerlo
reír tanto y estar tan duro a la vez. Él acarició su cuello.
—Lanie, no tienes nada que temer por el hacha de Jason, lo prometo.
—¿Por qué, me va a proteger, capitán Kyle?
—Demonios, no. Te mostraré lo rápido que puedo correr —dijo Kyle.
—Qué lindo. Entonces, ¿por qué no debería preocuparme del hacha de
158

Jason?
—Porque él lleva un machete, bebé.

12Jason Voorhees: es el protagonista multihomicida de la serie de películas de terror "Viernes


13"
Esta vez ambos rieron.

** *
Kyle arrojó más ramas para alimentar el fuego. Miró apreciativamente el
sujetador húmedo de Lanie y las bragas colgando sobre la chimenea y rio.
Se había metido las bragas en susjeans de regreso a la cabaña, pero el
sujetador lo había enganchadoa una presilla del cinturón. La mejor
bandera que he capturado jamás. Su risa rápidamente se convirtió en un
ceño cuando notó a Lanie temblando, abrazándose.
—Tienes frío —dijo, frotando sus brazos.
—U…un po… poco. —Él sabía por la forma en que estaba temblando
que era más que un poco.
Tomó la cobija del sofá y la envolvió a su alrededor, atándola
cómodamente en la parte de atrás.
—El lago fue una mala idea. Lo siento. —El agua no había estaba mal
cuando se sumergieron la primera vez, pero se había puesto más fría al
salir. Kyle le había dado su camisa, pero la capa extra había hecho poco
para darle calor adicional.
—No lo sientas. Fue divertido. ¿Por qué me envuelves como un burrito?
¿Tienes miedo de que corra de nuevo?
Él se echó a reír.
—Tal vez. —La cargó y la llevó al sofá. La recostó y se deslizó tras ella
para acunarla—. Esto era lo que mi mamá hacía por Rachael y por mí
cuando teníamos frío.
—¿Seguro que lo hacía porque tenían frío, o para evitar que se
movieran?
Kyle se rio entre dientes.
—Ambas probablemente.
—Esta era la cabaña de tu familia, ¿verdad?
—Sí, he estado viniendo aquí desde que era pequeño —dijo suavemente.
Se sentaron en silencio, mirando las llamas crepitar. Kyle frotó los
brazos de Lanie y ocasionalmente besó su frente.
—Me divertí hoy. —Él intentó hacer sonar su voz alegre.
159

—También yo. ¿Cuántas chicas has hecho nadar desnudas en ese lago?
Kyle se tensó.
—Nunca he traído a una chica aquí.
—¿Es como tu apartamento? ¿Porque te gusta la privacidad?
—Más o menos. —Podría haber dejado de hablar en ese momento. Ella
no hizo más preguntas. Estuvieron en silencio un rato, pero entonces
empezó a revelar cosas que nunca había compartido con otras personas—.
Esta cabaña representa algunos de mis mejores y peores recuerdos. No
vengo mucho. He traído a algunos amigos como Brad para pescar. Rachael
la usa para su familia. La mayor parte del tiempo está vacía.
—Lo siento, Kyle. Este lugar es hermoso, así que sé que debe haber
pasado algo muy malo para mantenerte alejado de aquí.
Él besó su cabello húmedo.
—Fue en mi décimo cumpleaños. Estaba emocionado por pasar el fin de
semana en la cabaña. Era donde pasábamos la mayoría de los fines de
semana, así que asumí que este no sería diferente. Mi padre llamó a mi
madre y le dijo que debía quedarse en Nueva York por negocios. Cuando
me informó que no podríamos venir, monté una pataleta. La hice sentir
culpable por arruinar mi cumpleaños. Al final, aceptó manejar hasta aquí.
Mi madre odiaba conducir, especialmente cuando era tan lejos. De hecho,
necesitaba repararle los frenos a su auto en aquel momento, así que
tomamos prestado el auto del vecino.
»También me dejó invitar a dos amigos. Rachael estaba dormida para el
momento en que llegamos aquí, gracias a Dios. Vi el auto de mi padre en
la entrada y pensé que había venido a sorprenderme. Prácticamente salté
sobre los escalones de la casa, incluso aunque mi madre me dijo que
esperara. Corrí hacia dentro y lo busqué por todas partes. Finalmente,
subí al dormitorio y abrí la puerta. Entonces me quedé petrificado por
unos segundos. —Kyle se estremeció, pero no fue porque tuviera frío.
Lanie agarró su mano, apretándola—. Tan pronto como comprendí lo que
sucedía, cerré la puerta de golpe. Intenté hacer que mi madre retrocediera
y decirle que debíamos irnos, pero ella estaba decidida a abrir esa puerta.
Mis amigos entraron y les grité que salieran.Rachael, gracias a Dios,
seguía dormida. Para cuando mi madre abrió la puerta, mi padre al menos
tenía el pantalón puestos, pero las dos mujeres con las que estaba todavía
seguían medio desnudas.
—Oh, Kyle, lo siento mucho. —Intentó girarse, pero estaba envuelta
demasiado apretada. Kyle inclinó su cabeza contra la de ella, cómodo por
su calidez.
—Está bien. Creo que fue el peor día de mi vida. Recuerdo estar sentado
en los escalones del frente, escuchando a mis padres y a las dos mujeres
160

pelear. Al final las mujeres salieron, pero no se fueron. —Kyle apretó la


mandíbula, sintiendo la familiar amargura en su garganta—. No podían
porque mi padre las había traído. Se sentaron en los escalones conmigo.
¿Sabes que en realidad intentaron reconfortarme? Todavía puedo recordar
cómo olían. —Él arrugó la nariz ante el recuerdo—. Como a vino barato y
perfume más barato aún. Finalmente, mi papá se fue con ellas, pero
nunca olvidaré la mirada en su rostro. Estaba molesto conmigo. No estaba
arrepentido ni compungido como debió ser. Él negó, me miró y dijo:
“Jodido feliz cumpleaños. ¿Feliz ahora?”. Mi papá nunca me había hablado
de esa forma. Teníamos una muy buena relación hasta ese momento. Mi
mamá nos llevó a casa esa noche. Nunca olvidaré a Rachael despertando y
preguntando qué había pasado. Preguntó durante las dos horas de
regreso, y nunca pude responderle. Mi papá no regresó en una semana.
—¿Pero volvió?
—Mi madre lo aceptó de regreso. Pensé que tal vezse había terminado, y
que él había aprendido la lección. —Kyle se rio con cinismo—. Unos meses
después dijo que estaba en mi partido de futbolito, cuando no lo estaba.
Fue la primera de una larga lista de excusas. Me usó, y algunas veces a
Rachael, para cubrirse. Le hubiese dicho a mi mamá la verdad, pero
después de un tiempo, realmente no importó. Ella siempre lo aceptaba de
regreso. Las pocas veces que sí tuvo la fuerza para confrontarlo, él le
compraba flores y se arrepentía, prometiéndole cambiar. La odié por esa
debilidad. Era una gran mamá, pero se dejaba pisotear como esposa.
Dejaba quese aprovechara de ella.
—Kyle, quéterrible. Debió amarlo mucho para aguantar eso.
Kyle en realidad nunca lo había pensado de esa forma.
—Supongo. Tenía un gran corazón, pero podía ver cómo él lo astillaba
cada vez más con sus promesas vacías.
—¿Cómo está ella ahora?
—Murió cuando yo tenía dieciséis. Tuvo un problema en el corazón, lo
cual fue irónico, porque siempre pensé que había roto su corazón mucho
antes de eso.
—Lo siento. Sigo diciendo eso y sé que no es suficiente, pero de verdad
lo siento. —Podía escuchar la vacilación en la voz de Lanie como si fuera a
llorar.
—Está bien. Fue hace mucho tiempo. Solo quería que supieras por qué
este lugar esagridulce para mí.
—¿Qué hay de tu padre?
—¿Qué sobre él?
—¿Todavía hablas con él?
161

Kyle se rio sarcásticamente y se arrepintió cuando se dio cuenta que


sobresaltó a Lanie.
—No he hablado con él desde que me gradué de la universidad.
Básicamente estuvimos por nuestra cuenta una vez que mi mamá murió.
Nos dio dinero y contrató un ama de llaves, pero yo me encargaba de
Rachael, o viceversa, dependiendo de a quién le preguntes. Rachael aún
habla con él, pero he decidido que estoy mejor sin él en mi vida. Cuando
me gradué me dio las escrituras de este lugar, como una especie de
muestra de su arrepentimiento. Es un poco jodido, ¿no es así?
Lanie estaba envuelta tan apretadamente que no pudo encogerse de
hombros. Pero Kyle sabía, sin duda alguna, que quería hacerlo.
—Dijiste que este lugar también tenía tus mejores recuerdos. Tal vez él
quería que lo tuvieras por esa razón.
—Tal vez. Siempre pensé que lo vendería, pero nunca lo he hecho. La
cosa es que a mi madre le encantaba este sitio. A todos, y él nos quitó eso.
Lo siento. Esto no es exactamente romántico o…
—No hagas eso. No justifiques el por qué me lo estás contando. Me
alegra que lo hagas.
—No quiero tu lástima. Lo superé —dijo más cortante de lo que
pretendía. Ella hizo una mueca en respuesta.
—Entiendo. Me siento mal por el niño, pero me siento peor por el
hombre a mi lado.
—¿Por qué?
—Porque crees que no eres digno de amor, ¿cierto? —El hecho de que
ella lo hubiera definido con tal precisión hizo que Kyle se tensara. Podía
ser tan intuitiva que lo hacía sentir completamente desnudotodo el tiempo.
—No lo soy. Soy egoísta y codicioso.
—No estoy de acuerdo. Veo cómo eres con Rachael y tus sobrinos. Cómo
eres conmigo… gentil y amable, dentro y fuera del dormitorio. —Kyle no
tenía respuesta. Ella tampoco le pidió una—. Creo que deberías hablar con
tu padre.
—Es un adicto al sexo, un mentiroso y un infiel. —Como yo.
—Y tu padre. Solo tienes uno, y seguramente te amó si tienes algunos
recuerdos felices.
Kyle normalmente habría estado furioso por ese comentario, pero
viniendo de Lanie, era tan genuino y puro que no podía enfadarse con ella.
Permanecieron callados durante un rato otra vez, mirandolas llamas.
Colocó sus brazos alrededor de ella e intentó absorber lo último de sus
escalofríos.
—Kyle, ¿puedo preguntarte algo? —dijo ella apenas más alto que un
162

susurro. Su voz estabaronca, y de nuevo Kyle esperó no haberla hecho


enfermar.
—Dispara.
—¿Por qué me trajiste aquí?
Era una pregunta justa, pero Kyle no estaba seguro de la respuesta. Sin
embargo, vinorápidamente, y mientras lo decía, se dio cuenta que era la
cosa más honesta que le había dicho.
—Podría decirte que fue porque quería pasar el fin de semana contigo, y
no pudimos reservar en ninguna otra parte. Eso sería cierto, pero no es
toda la verdad. La verdad es que creí que disfrutarías estar aquí, y también
pensé que podría disfrutarla de nuevo… contigo.
—Tenías razón. Me encanta. Gracias por traerme.
—De nada, Lanie. —Decir la verdad en estas circunstancias lo asustaba.
Tenía que enfrentar la realidad de lo que su farsa era para sí mismo. Tenía
sinceros y profundos sentimientos por la chica temblando en la delgada
manta a su lado. Sentimientos que no tenía derecho a tener. Sentimientos
que ella no correspondía.

** *
—Entonces, ¿por qué un auto deportivo? —preguntó Kyle, admirando el
interior del auto de Lanie. Kyle habría insistido en conducir hacia la
cabaña, pero ella se había ofrecido y no quería dejar pasar la oportunidad
de ver su auto de cerca. Fue un buen paseo.
—Me gusta el poder y el control. Siempre me gustaron los autos rápidos.
—Estaba cómoda conduciéndolo y Kyle encontró que lo excitaba, en
especial la forma en que manejaba la palanca de cambios.
—Parece que no va contigo. Pensé que conducirías un sedán de cuatro
puertas con cincuenta bolsas de aire o algo así.
—Siempre he querido un auto deportivo. Cuando era adolescente,
nuestro vecino estaba arreglando un antiguo auto de carreras que había
comprado de segunda mano. Lo miraba por horas desde la ventana de mi
habitación.
—Déjame adivinar, dieciocho y sin camisa, ¿correcto?
—Sí, es bastante exacto.
—Entonces sí hubo alguien.
—Bueno, supongo que en retrospectiva, puedo decir que tuve un gran
enamoramiento por él, pero amaba más su auto. Lo ayudé al final,
actuando como su ayudante. Le pasaba las herramientas e hice el trabajo
sucio que me confió hasta que estuvo arreglado. Me prometió el primer
163

viaje por todo el trabajo duro.


—¿Conseguiste conducirlo?
Apretó el volante con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
—No, nunca sucedió.
—¿Por qué?
—Decidió darle un paseo a Cassie en cambio, uno de los que no se
requiere que enciendas el motor. Nunca me habló después de eso.
—Oh… ya veo —dijo Kyle, sintiendo compasión por ella. Podía leer entre
líneas, y estaba feliz de ser la primera vezde Lanie, pero podía imaginarse
la escena. Sabía sin duda alguna que Cassie la había saboteado, como lo
había hecho con Brad.
Se encogió de hombros.
—Estaba más interesada en el auto, de todos modos.
—Me alegra que Cassie se te adelantara en eso. Sé que suena egoísta,
pero me gusta ser tu primera vez.
Le sonrió.
—Es mutuo, Kyle. —Él sintió un gran alivió con las palabras. Había
estado preocupado de que se hubiera arrepentido.
Estacionó en una gasolinera. Kyle cargó el combustible mientras Lanie
fue por bocadillos. Ella le arrojó las llaves cuando regresó. Se sorprendió,
pero logró atraparlas.
—¿Qué pasa?
—Pensé que te gustaría conducir.
Kyle salivó ante la idea de conducir estapieza de maquinaria caliente,
pero también estaba conmovido porque Lanie confiara en él. Sin embargo,
no pudo disfrutar la forma de conducir el convertible, debido a su
remordimiento. No se merecía su confianza.
164
CAPÍTULO 20

B
rad y Cassie habían llegado a casa antes que ellos, para
decepción de Kyle. Quería estar más tiempo a solas con Lanie.
Cassie hablaba sin parar sobre su fin de semana de spa. Se
quejaba y elogiaba en las mismas frases, así que era difícilentender si lo
disfrutó. Brad preguntó cómo estuvo su fin de semana, dándole a Kyle una
mirada conocedora. Conocedora porque él había sido uno de los amigos
que Kyle había invitado a la cabaña ese fin de semana fatídico y horrible,
cuando tenía diez años.
—Lo pasamos muy bien. Tomamos elsendero largo —contestó Lanie.
Brad le dio a Kyle una mirada interrogativa, pero Kyle solo sonrió a
Lanie.
—Chiste privado —dijo él.
—Bueno, tengo que irme. Tengo que levantarme temprano mañana. —
Brad besó a Cassie apasionadamente. Kyle esperó por la reacción de Lanie,
pero no los estaba mirando. Estaba sonriéndolea él. Tal vez había
superado a Brad.
Si lo había superado, ¿qué significaría para ellos? Kyle ciertamente no
había tenido tiempo suficiente con Lanie. No se aburría de ella de ninguna
manera. En realidad, estaba asustado de que ella estuviera harta de él.
Nunca había pensado eso con ninguna otra chica.
Brad terminó el beso, sosteniendo los hombros de Cassie. Kyle intentó
no poner los ojos en blanco cuando Cassie batió sus pestañas como loca.
—Nos vemos el martes, nena —dijo Brad, y luego se volvió hacia Lanie—
. Creo que también te veré el martes por la noche, Lanie.
—Estaré allí— replicó ella.
Kyle no tenía idea de lo que estaban hablando. Cuando Cassie salió con
Brad, Kyle prácticamente dio un portazo detrás de ellos.
—¿Qué pasa el martes por la noche?
Lanie lo miró con nerviosismo.
—Cena con mi mamá. Cassie le presentará a Brad.
165

—¿A qué hora debería estar ahí?—La declaración salió de su boca como
si fuera la cosa más natural para decir.
Lanie miró a Kyle con horror y negó.
—Nunca podría someterte a eso. Ni siquiera quiero cenar con mi mamá.
—Lanie, es un paso para ellos. Debemos dar el mismo paso. Quiero
estar allí.—Se dio cuenta que era así. Tal vez fuera su curiosidad de nuevo,
pero parecía mucho más.
—No lo sé —respondió ella.
Él la atrajo en un abrazo apretado.
—No vendré si no quieres, pero si alguna parte de ti me quiere como tu
supuesto novio... o simplemente como tu amigo, dime la hora.

Kyle se detuvo en la elegante área estilo colonial de Lincoln Park. Le


sorprendió que Lanie viniera de dinero. Ella trabajaba tan duro por todo lo
que tenía. Sin embargo, encajaba perfectamente con Cassie.
Lanie lo saludó con un beso en la mejilla. Su madre era una mujer
esbelta que parecía una versión mayor de Cassie en un elegante vestido
rojo. Vaya, la mamá de Lanie es una MQMF13, pensó Kyle. Ella estaba
adulando un ramo de flores que Brad había traído. Claro que Brad
compraría flores. Kyle se frotó la nuca, preguntándose por qué no había
pensado en el gesto. Se le ocurrió de inmediato. Kyle nunca había tenido
ningún interés en conocer a la madre de alguna chica antes. Una vez se
había encontrado en un restaurante con una de las chicas que estaba
viendo. Su madre había aparecido por casualidad en el mismo lugar. Una
vez que fueron presentados, se excusó para ir el baño, se dirigió
directamente hacia la puerta, y nunca devolvió ninguna de sus llamadas.
Ahora, de hecho, se estaba invitando a conocer a la madre de Lanie. ¿Qué
estaba pasando con él?
—Mamá, este es Kyle Manchester —dijo Lanie, señalándolo—. Kyle, mi
madre, Ellen Miller.
La mamá de Lanie debe haberse vuelto a casar, pero entonces Kyle
recordó que Brad había usado el nombre completo de Cassie y su apellido
también era Miller. Las habilidades de Kyle estaban cayendo. Ellas eran de
padres diferentes. Sus diferencias tenían más sentido. Lanie nunca habló
de sus padres en absoluto.
—Kyle, es tan bueno conocerte. Me sorprendiócuando Delaney me dijo
que estaba trayendo a un amigo.—¿Delaney? ¿Cómo no sabía su nombre
completo? No le quedaba bien. Ella era su Lanie.
166

—Soy su novio. Es un placer conocerla —dijo Kyle, extendiendo la


mano. Tenía un deseo urgente de asegurarse que esta mujer entendiera
exactamente lo que significaba su relación, incluso si el mismo Kyle no

13 MQMF: Madre Que Me Follaría.


tenía idea. Ella lo miró con frialdad, pero asintió, presionando su mano
bien arreglada en su cabello peinado en vez de tomar su mano.
—Delaney, por favor, trae bebidas para nuestros huéspedes. La cena
estará lista en unos minutos. Cassie, ven a ayudarme.
Lanie tomó las peticiones de bebida de Kyle y Brad. Kyle miró alrededor
de la suntuosa sala de estar, donde cada pared y mesa estaba llena de
adornos y obras de arte. Brad seguía hablando sobre algunanegociación
que habían hecho los Bears.Kyle le dio las respuestas obligatorias cuando
era necesario para que formara parte de la conversación. Sin embargo,
estaba examinando la habitación. Había toneladas de fotos de Cassie en
todas las etapas de su vida, una bebé Cassie con lazos rosados sin un
diente; La niña Cassie en un recital de danza, llevando una falda blanca de
bailarina; una adolescente Cassie como animadora; Cassie en la
secundaria en el baile de promoción.Había fotos familiares del bebé Cassie
con mamá y papá también. Kyle buscó alrededor en una especie de
búsqueda del tesoro para hallar fotos de Lanie. Solo encontró una en un
pequeño y sencillo marco marrón, en un rincón detrás de un aparador,
empequeñecido contra fotos mucho más grandes de Cassie. La tomó,
mirando fijamente a Lanie con su toga y birretecarmesí de Harvard. Cassie
y Ellen la rodeaban, se veían rígidas y aburridas. Incluso Lanie no parecía
muy feliz. A pesar de eso, Kyle se encontró sonriendo con orgullo. Se había
graduado summa cum laude. Su novia era tan inteligente. ¿Novia?
Ella vino detrás de él con su bebida.
—Lanie, ¿por qué no hay más fotos de ti?
Se encogió de hombros.
—No me gusta que me tomen fotos.
Él aceptó la respuesta pero lo dudó. A las niñas por lo general no les
importaban las fotos.
La cena sesirvió en una gran mesa de caoba en un comedor con un
empapelado de estampado. Siguiendo el ejemplo de Lanie, Kyle raramente
intervino en la conversación. Ellen Miller estaba completamente
embelesada con Brad. Le preguntó acerca de su trabajo, su familia y sus
gustos. Las respuestas de Brad eransimpáticas, pero incluso él se estaba
poniendo incómodo con la forma en que estaba colgándose de cada una de
sus palabras.
—Mamá, ¿adivina qué? ¡Rue Morrow entró en la tienda y la ayudé a
167

elegir el delineador de ojos!


—¿Quién es Rue Morrow?—preguntó Kyle.
Cassie lo miró con incredulidad mientras explicaba que Rue Morrow era
una pseudocelebridad, después de haber estado en un reality show por
unas pocas semanas.
—Eso es maravilloso, Cassie. Es fácil ver por qué te pidió ayuda. Tienes
buen gusto en estas cosas. ¡Imagínate, mi hija ayudando a una celebridad!
—chilló Ellen Miller.
—Investigaciones recientes muestran que actualmente el setenta y cinco
por ciento de las mujeres buscan la ayuda de un profesional como yo, por
sus opciones estéticas —dijo Cassie con una sonrisa orgullosa.
Kyle no pudo contenerse más.
—Eso es realmente interesante porque acabo de leer que dos tercios de
todas las estadísticas son falsas.
Lanie ahogó su risa con su servilleta. Brad no pudo contener su risa a
pesar de que lo intentó. Mamá Miller y Cassie solo fruncieron el ceño a
Kyle. Él no estaba seguro si fue porque captaron el chiste o no. De
cualquier manera, no importaba. Al menos había logrado hacer sonreír a
Lanie. Ella había estado más tensa de lo que la había visto, y eso era
mucho decir.
—Sigue con tu historia, Cassie. Quiero saberlo todo —dijo Ellen Miller,
dándole palmadas en la espalda a su hija.Cassie lo hizo, recitando cada
pequeño detalle y convirtiendo lo que probablemente había sido un
intercambio de diez minutos en una historia de treinta.
—¿Sabes con quién se reunió Lanie la semana pasada? Rahm Emanuel.
Ahora, esa es una celebridad —dijo Kyle finalmente, tan pronto como
Cassie terminó.
—¿Quién es Rahm Emanuel? —preguntó Cassie, mirando a Kyle,
obviamente molesta por desviar su atención.
Kyle parpadeó sorprendido. Sabía que Cassie no era brillante, pero
esperaba que reconociera el nombre.
—Es el alcalde de nuestra ciudad.
Lanie se puso rígida junto a él.
—No es gran cosa. Hay un empleado de la ciudad descontento, y estoy
manejando el caso.
—Es una gran cosa. ¿Cuántos asociados pueden enfrentarse a un caso
así? —preguntó Kyle, apretando la mano de Lanie.
—Lanie es uno de los mejores abogados que tenemos —agregó Brad.
Kyle sintió una mezcla de molestia y gratitud hacia Brad en ese momento.
168

Molestia porque no quería que Brad alabara a Lanie. Ese era su trabajo. Y
gratitud porque disfrutaba de la expresión envidiosa en el rostro de Cassie.
Sin embargo, estaba completamente confundido por la mirada irritada en
el rostro de Ellen Miller.
—Sí, es un cumplido muy generoso, Brad. Cuéntame más sobre lo que
haces en la firma. Debe ser muy interesante.—Se inclinó hacia él,
apoyando la barbilla en las manos dobladas y perfectamente cuidadas.
¿Esto estaba realmente ocurriendo? Ellen Miller era una réplica exacta de
Cassie en todos los sentidos. Kyle sintió un ardiente deseo de gritarles a
todos ellos. La infancia de Lanie debió seruna pesadilla, sometida a estas
dos mujeres vanidosas y egocéntricas.
—Lanie, vas a ir de compras el domingo, ¿verdad?—preguntó Cassie,
una vez que Brad terminó de hablar sobre su trabajo en la firma. Cassie
miró a su madre ya Lanie con una expresión de satisfacción. Era evidente
para Kyle que estaba tratando de crear algún drama.
—Um, no puedo —contestó Lanie y se mordió el labio. Kyle conocía esa
mirada. Estaba mintiendo. No podía culparla por no querer ir con ellas.
Cassie había escogido aquel horrible camisón. No podía imaginar lo
inferior que ellas la harían sentir durante un viaje de compras.
—Estás viniendo, y no uses el trabajo como excusa esta vez. Siempre
tratas de encontrar una manera de salirte de esto. Creo que ese atuendo
no te sienta muy bien, y necesitarás la experiencia de Cassie —dijo Ellen
con altivez.
Lanie lucía hermosa para Kyle, con su vestido camisero de color azul y
botas negras. De hecho, jugueteó con la idea de llevarla al baño para
hacerlo con ella. La razón por la que a Ellen Miller no le gustaba el
atuendo era porque Lanie se veía más elegante que Cassie. De alguna
manera enferma, y retorcida, eso la molestaba.
Kyle se aclaró la garganta.
—Voy a llevar a Lanie al partido de fútbol el domingo.
Las expresiones de todosdecían mucho de la sencilla afirmación. Lanie
estaba confundida, y tendría que haberloestado desde que los Bears no
estaban jugando en casa. Brad parecía listo para corregir a Kyle pero se
detuvo cuando Kyle le lanzó una mirada venenosa. Cassie y Ellen no eran
fans, así que no fingieron expresiones de sospecha, pero parecían
decepcionadas. Kyle sospechaba que no tenía nada que ver con no pasar
tiempo con Lanie. Era algo más...algo amenazador. De hecho, Ellen había
estado bastante fría con Kyle, claramente una extensión de cómo trataba a
su hija.
—¿Fútbol?—preguntó Ellen, como si Kyle le hubiera dicho que iban a
nadar en un lago.
—Sí, mamá, fútbol. Sabes que lo veo —dijo Lanie, captando la cubierta
169

de Kyle. Kyle colocó su mano en la rodilla de ella, que seguía temblando.


—Eso es correcto. Siempre has disfrutado ese estúpido juego...igual que
tu padre.
El cambio en Lanie fue tan intenso que incluso Brad le preguntó si
estaba bien. Se puso completamente recta, apartó la rodilla de Kyle y tomó
un largo y nervioso sorbo de agua. Ser comparada con su padre no era un
cumplido. Kyle quería rodearla con sus brazos y calmarla, pero su postura
estaba tan en guardia que pensó que era mejor mantener sus manos
quietas y su boca cerrada. No quería molestarla más de lo que ya estaba.
Cuando la dolorosa cena terminó, Lanie acompañó a Kyle hasta su auto.
Lo besó en la mejilla, pero él la acercó y la abrazó. Estaba tan rígida que
pensó que podía partirse en dos.
—Ven esta noche—le susurró al oído.
—No esta noche —dijo Lanie, enterrando el rostro en su pecho.
—Quiero verte, cariño. —Él tenía tantas preguntas que le costaba
mucho contenerlas. Quería ayudarla, abrazarla, decirle lo maravillosa que
era. Que era mejor que estas personas.
—Kyle, no creo que sea una buena compañía. Necesito relajarme
después de ver a mi madre—replicódemal humor, alejándose de él.
—Podemos relajarnos juntos. —No quiso que sonara sexual, perosabía
que eso era lo que Lanie estaba pensado por su sonrisa sarcástica. Decidió
sacar la artillería pesada—. Tengo helado —dijo con una voz cantarina.
—¿En serio? —preguntó ella, dándole una sonrisa genuina.
—De tu favorito ytambiénsirope caliente. Tal vez si eres una buena
chica, te dejaré lamerlo de mí. —De acuerdo, eso fue definitivamente
sexual, pero al menos Lanie se echó a reír. Tomó su mano, llevándola a
sus labios y besando cada dedo—. Vamos, Lanie. Quiero estar contigo esta
noche.
—¿Me estás sobornando?
—Cuando mucho es coerción—dijo él, poniendo un mechón de cabello
detrás de la oreja.
—Supongo que entonces estoy coaccionada.

***
Lanie se paró frente a la puerta de Kyle, permitiéndoseun respiro
profundo. Había pensado en cancelar, mortificada por lo que él había
presenciado en la extraña cena. Incluso Brad la apartó a un lado,
preguntándole si estaba bien, y por lo general era ajeno a sus
sentimientos. Por el contrario, Kyle se percatabade todo, y eso preocupaba
a Lanie,perode todos modosquería verlo. Era la única persona que podía
170

hacer que se sintiera mejor.


Él abrió la puerta en susbóxer y sin camisa. Ella miró fijamente su
pecho musculoso, con sus proporciones perfectas y sus abdominales,
sintiendo el ahora familiar rubor que se arrastraba a lo largo de su cuello
en su presencia. Antes de que pudiera formar alguna palabra, él la atrajo y
la abrazó.
—Te ves muy triste —le dijo él. Ella sabía que parecía un desastre, pero
había intentado ocultar sus ojos llenos de lágrimas antes de venir. Él tomó
su bolso de viaje, colocando su otro brazo sobre su hombro, y la guio hasta
el sofá. Ella se sentó en el otro extremo, deseando poder caer en la
hendidura entre el brazo y el cojín. Kyle se sentó en el otro extremo,
esperando pacientemente una explicación.
—¿Qué está pasando? —preguntófinalmente. Era una pregunta cargada,
y ella lo sabía, pero no estaba segura de cómo contestarla. Él ya la había
visto en su peor momento, pero esto seguramente lo alejaría. Ahora
necesitaba tan desesperadamente su amistad que no quería hacer nada
para ponerla en peligro.
—No entiendo tu pregunta.
Suspiró exasperado, pasándose las manos por su grueso cabello negro.
—¿Por qué casi no hay fotos tuyas? ¿Por qué pasamos una hora
hablando de delineador de ojos cuando tú estás a punto de volar el techo
de un caso enorme? ¿Por qué tu madre te trata como una molestia en
lugar de la mujer brillante que eres? Tienes que saber que tu familia no es
normal.
Sus uñas se clavaron en la carne de sus palmas mientras cerraba su
puño.
—¿Tu familia es normal? —Fue una pregunta perversa y ella lo sabía,
pero no quería abrirle el resto de sus cicatrices. Él había aceptado la física,
y eso era suficiente para ella.
—Sabes que no.
—Muy bien, así que estamos un poco jodidos. ¿Podemos dejarlo así? —
Ella no sabía por qué seguía presionándola. Solo quería comer helado de
su cuerpo esculpido e ir a la cama como cualquier chica normal.
Respiró profundamente.
—Nunca le había contado a nadie sobre la cabaña, pero me ayudó
hablar de eso contigo. Déjame ayudarte...por favor. —La miró como lo
había hecho ese día, lleno de ternura y afecto.
—¿Por qué?—preguntó, sintiendo que sus labios temblaban y se
maldecía por ello.
—Porque primero somos amigos, y sé que estás herida. No me gusta
verte sufrir. —Había tal sinceridad en la declaración, que se sentía abierta
171

a la idea de compartir sus secretos por primera vez en su vida.


Agarró un cojín, apretándolo firmemente en su mano y apartando la
mirada de él, porque era más fácil mirar a cualquier otra cosa que
arriesgarse a ver la mirada de horror en sus ojos cuando le contara.
—Cassie y yo tenemos diferentes padres.
—Me lo imaginé por los apellidosdiferentes.
Ella tragó saliva.
—El padre de Cassie aparentemente era un hombre muy trabajador y
cariñoso. Él y mi madre fueron novios en la secundaria, y se amaban
mucho.
—Espera un minuto... ¿Cassie es mayor que tú? —preguntó con
incredulidad. Lanie lo miró, encontrando a su miedo compitiendo con su
temperamento.
—Sí, es dos años mayor que yo, pero intentaré no sentirme ofendida por
tu sorpresa. —Él parecía tan contrito que le dio una pequeña sonrisa.
Él le dio una suya.
—No es que parezcas más vieja, pero definitivamente actúas como tal. —
Se acercó más a ella, colocando su mano cerca de su rodilla pero sin
tocarla. Sabía que él estaba dejando que determinara si quería continuar—
. Lo siento por interrumpir.
Asintió, respirando hondo.
—El padre de Cassie murió en un accidente de auto. Mi madre conoció a
mi padre. Se casó con ella porque estaba embarazada de mí, y estoy
seguraquese casó con él por su dinero. Nunca se amaron. —Su voz estaba
tomando ese sonido ahogado que ella odiaba, el que presagiaba lágrimas.
—¿Quieres un vaso de agua?
Asintió, aliviada por el pequeño respiro al contarle su retorcido relato.
Volvió y colocó el vaso en su mano, que temblaba, casi causando que
algunas gotas se derramaran. Él estabilizó su mano con la suyay la ayudó
a llevar el vaso a sus labios. Se bebió todo, sin darse cuenta de lo sedienta
que estaba.
Se sentó a su lado en silencio, esperando a que continuara.
—Entonces vivíamos en Racine. Mi padre no era un buen hombre...Eso
es un eufemismo. Era pura maldad. Era un alcohólico perezoso y abusivo
que disfrutaba atormentándonos. No recuerdo todos los detalles, pero sé
que nuestras vidas fueron un infierno hasta...hasta que lo arrestaron. Es
curiosa la vida secreta que llevan las personas. Todo el mundo sabía que
mi padre era el imbécil más grande, pero nadie sospechaba que era un
violador.
172

—¿Un violador?—preguntó Kyle. Notó que él apretó sus propias manos,


y la mirada en su rostro registró ira, pero sabía que no estaba dirigida a
ella.
—En realidad, un violador en serie. Lo atraparon, pero fue una gran
vergüenza para mi madre y Cassie. Ella perdonó sus pecados cuando
estabanocultos entre las paredes de nuestra casa, pero cuando se
convirtieron en un espectáculo público, casi la destruyó.
Lanie vio la compresión cuando esta se dibujó por todo su rostro. Sus
ojos se agrandaron mientras que sus puños se tensaron.
—¿Estás tratando de decirme que tu padre era el violador Racine?
¿Deland Carmichael? —Ella asintió, sin sorprenderse de que Kyle
conociera el nombre de su padre. Después de todo, era periodista.
Sintió que sus labios temblaban de nuevo y tragó saliva, tratando de
ahogar el nudo en su garganta.
—Fui nombrada por él. Hubo dieciséis víctimas por lo que sabemos,
algunas de ellas menores de edad. Mi madre nos trasladó aquí después.
Nunca hablamos sobre eso, y cambió su apellido de nuevo al de su primer
marido.
—Lanie, ¿alguna vez él...él...? —Kyle ni siquiera pudo articular la
pregunta, lo que era tan extrañoen él. Sus nudillos ahora estaban blancos,
y se estremeció intentando formar las palabras.
—No lo creo —respondió, así él podría dejar de luchar para preguntarle
si su padre la había violado alguna vez.
—¿Qué quieres decir con que no lo crees?
—Pasaba mucho tiempo a solas con él. Ella se iba con Cassie cuando
las cosas se ponían feas. No lo recuerdo del todo.
—¿No te llevaba?—La pregunta salió tirante, llena de conmoción e
indignación. Ella se preguntó por un momento si su admisión era más
difícil para él de alguna manera. Rechazó el pensamiento. Solo estaba
siendo un buen amigo como siempre había sido.
—Ella dijo que no pudo porque era hija de él, y él lo prohibió. Conozco la
ley ahora y sé que ella tenía opciones, pero supongo que en el momento
estaba tratando de proteger a una de nosotras. —Estaba casi agradecida
que los recuerdos fueran fragmentos. Era la forma en que su mente la
protegía. Mirando fijamente a Kyle, tenía un impulso de consolarlo en este
momento. Sus ojos estaban de un verde resplandeciente, y sus hombros
temblaban, causando que ella se preocupara por su nivel de estrés.
—Eso es pura mierda. Tenía la responsabilidad de ser madre de ambas.
—Ella observó el rápido ascenso y caída de su pecho, como si estuviera
teniendo dificultades para respirar. Lo último que quería era su ira dirigida
173

hacia su madre. La ira era una emoción desperdiciada, y no cambiaría


nada. Estrechó su mano cerrada. Él la giró y apretó la de ella ligeramente.
El gesto era tanto para calmarlo como para consolarla. Se dio cuenta que
funcionó cuando Kyle exhaló profundamente y aflojó el otro puño—. Por
favor, continúa —la animó, con una voz tranquila pero tensa.
Negó, decidiendo que sabía lo suficiente sobre su familia psicópata y su
genética contaminada.
—Kyle…
—Por favor, Lanie, quiero saber —dijo. Era increíble lo perspicaz que él
era.
—Ella siempre se sintió culpable por poner a Cassie en esa situación
porque él no era su padre. Era el mío.
—¿Así que por eso a Cassie no le gustan los secretos de familia?
—Cassie se lo dijo a uno de sus novios cuando estábamos en la escuela
secundaria. Él estaba amargado cuando rompieron, así que le dijo a toda
la escuela. Ella fue humillada y se hizo un punto para asegurarse de que
todo el mundo supiera que era mi padre, no el suyo. Era capaz de lidiar
mejor con el rechazo y enfocarme en la escuela. Estudié tan duro que me
gradué un año antes. Hice lo mismo en la universidad, pero Cassie nunca
se recuperó. Ella enloquecería si Brad le hablara de las actividades ilegales
de su padre. Irónicamente, pensé en ello como un hilo común, algo que
nos uniría. Mi madre y mi hermana no pueden aceptar lo sucedido y
seguir adelante. Reconozco que no me tratan bien, pero sé por qué.—Miró
a Kyle y cobró fuerza de su expresión compasiva—. Mi madre me ve como
la razón por la que se casó con él. Cassie me ve como un recordatorio de
él. Me parezco a él.
—Eso es tan enfermo. —Ella miró hacia otro lado, pero él no la dejaría
esta vez. Movió su barbilla hacia él—. Es enfermo que transfieran su
resentimiento hacia ti.
—Sé eso.
Los ojos de él se movieron hacia su pecho, pero no había nada lujurioso
en su mirada. Tragando con fuerza, miró fijamente el espacio donde estaba
su cicatriz.
—¿Él te hizo eso?
Asintió, dirigiendo su mirada al suelo.
—No recuerdo qué pasó, algo sobre un atizador de chimenea
golpeándome en el pecho. —Kyle miró hacia otro lado, pero no antes de
que ella lo viera hacer una mueca. Los recuerdos de todos sus años en esa
casa estaban fragmentados y desunidos como una colcha de remiendos de
pesadillas que no encajaban.
174

Se inclinó hacia ella y bajó la voz a un susurro calmante.


—Tienes que saber que no eres nada como él, cariño. Eres la persona
más amable que he conocido, y entrevisté al Dalai Lama.—Ella se echó a
reír, sorprendida de cómoél era capaz de conseguir que hiciera eso cuando
estaba a punto de llorar—.Tienes un corazón enorme y una notable
capacidad de perdón. No puedo creer que toleres a tu hermana y tu madre,
y mucho menos que les permitas estar en tu vida. Eres mucho mejor
persona que yo, y nunca dejas de sorprenderme
Su corazón se derritió con sus palabras, pero necesitaba ser fuerte.
Ahora que había empezado, tenía que explicarlo todo.
—Gracias, Kyle, pero necesitas entender que mi elección de tener a mi
familia en mi vida es sencilla para mí. Sientes una extraña compulsión por
defenderme porque piensas que soy una presa fácil, pero no lo soy. Tengo
dos opciones. Puedo aceptarlas con toda la maldad y la fealdad que las
acompaña o dejarlas ir para siempre. Elegí aceptarlas porque lo he
superado pero ellas no lo han hecho. ¿Lo entiendes?
Él asintió, acariciándole la mano con el pulgar.
—¿Es por eso que tomaste el caso de Hayes, y no querías que tu nombre
se mencionara en ninguna parte? —Era tan inteligente, siempre capaz de
captar cualquier pequeño detalle.
—Sí, no quería que mi historia interfiriera con mis clientas. He dedicado
una gran cantidad de tiempo a casos como este, aunque no tan notables.
Ojalá pudiera erradicar los pensamientos de la gente malvada, pero no
puedo. Al menos puedo conseguir justicia para algunas de sus víctimas.
—Tienen suerte de tenerte —dijo él. El orgullo en su voz la sorprendió.
—Estaré de acuerdo contigo cuando ganemos. En cualquier caso, he
trabajado muy duro para escapar de la sombra de mi padre. He vivido mi
vida de tal manera que esos genes malignos no puedan echar raíces. —Ella
había pensado que las semillas de la inmoralidad estaban dentro de ella,
arañando para brotar como la mala hierba en un macizo de flores. Ya no
se sentía así. De hecho, Kyle la había ayudado con eso de alguna manera.
—No hay nada malo en ti, ni ahora ni nunca, pero ¿a qué te refieres
exactamente?
Respiró hondo, preparándose para revelar la letanía de decisiones que
había tomado desde que su madre comparó por primera vez a Lanie con su
padre cuando era niña.
—Mi padre era un niño perezoso con fondos fiduciarios, así que siempre
he trabajado muy duro. Era un criminal, así que me convertí en abogada.
Elijo no beber porque era alcohólico. Era un hombre violento, así que paso
mi tiempo trabajando en casos contra la violencia. Aborrezco la violencia. Y
por supuesto, mi padre fue un violador en serie, así que fui...
175

—Célibe —terminó Kyle por ella.


Ella asintió.
—No tenía nada que ver con salvarme a mí misma. Nunca pensé que era
apta para una relación. Las cosas que otras chicas soñaban no estaban en
mi ADN,hasta que conocí a... Brad. —Ella parpadeó, dándose cuenta de
que la declaración le sonaba extraña. Era cierto, pero no se sentía
exactamentesincero por alguna razón. Pero no importaba. Estaba tan
agotada que ya no pudo reprimir las lágrimas. Fluyeron libremente como
una presa rota.
Kyle la levantó en sus brazos y la abrazó fuertemente. Le acarició el
cabello mientras gotas calientes y gordas rodaban por su rostro haciael
pecho desnudo de él. Ella podía sentir el latido de su corazón contra el
suyo. Estaban sincronizados, latiendo rápidamente en una melodía
desesperada y melancólica. Lo abrazó con fuerza, y él la dejó llorar,
frotándole la espalda y abrazándola. Su cuerpo tembló cuando el violento
llanto tomó el control. No creía que hubiera llorado tanto en su vida. Las
lágrimas le picaban los ojos, y los sollozos eran físicamente dolorosos, pero
estar en sus brazos lo hacía soportable. Finalmente, quedó nada más que
respiraciones superficiales y chillonas.
—Gracias por decírmelo —susurró él mientras tomaba su rostro y le
limpiaba las últimas lágrimas con el pulgar.
Ella se apartó de él, sintiéndose incómoda por los húmedos senderos
que dejó en su pecho.
—Siento haber usado tu cuerpo como un pañuelo. Nunca antes he
contado toda la historia de esa manera. —Trató de sonreír. No podía. Su
rostro dolía demasiado.
—Siempre que quieras usar mi cuerpo, solo di las palabras. —Estaba
tratando de hacerla reír, pero ella estaba teniendo un momento difícil de
digerir todas las emociones desenfrenadas que la atravesaban.
—Kyle, ¿está bien si no tenemos sexo esta noche?—La última cosa que
ella quería era revelarle la fea cicatriz física otra vez después de dejar al
descubiertolas mentales.
—Esto no era una invitación para sexo. —Parecía molesto, casi ofendido,
pero negó y le sonrió suavemente. Tomó su mano y besó cada dedo—.
Señorita Lanie, mi hombro estará siempre a su servicio. Llevo tus lágrimas
como una insignia de honor. —La declaración fue tan genuina y dulce que
casi comenzaba a llorar nuevamente, pero su cuerpo se sentía vaciado de
posibles lágrimas.
—¿Oh sí? ¿Es por eso que te has quitado la camisa, puto? —preguntó
ella, tratando de llevar algo de ligereza a la densamelancolía que
impregnaba la habitación. Tratóde golpearlo con la almohada. Él la atrapó
en su mano y la dejó en el extremo del sofá. Luego la acostó sobre su
176

espalda para que estuviera tumbada sobre el sofá. Levantó suspies, los
puso en su regazo y le quitó los zapatos.
—Siempre ando sin camisa. Deberías saberlo ahora. —Le quitó los
calcetines y le frotó los pies—. Aquí está el plan. Voy a preparar el más
grande sundae con sirope caliente que jamás hayas visto, y entonces voy a
alimentartede cucharada a cucharada.
—Hmm, sigue hablando —dijo, sintiendo las comisuras de su boca
contraerse.
—Entonces voy a darte un masaje de pies mientras miramos la
televisión. ¿Adivina qué? Tengo un canal entero con nada más que
infomerciales en él —Le dirigió una sonrisa pícara, cosquilleando su pie.
Ella se echó a reír, tratando de alejarlo, pero él lo mantuvo firme,
inmediatamente frotándolo con sus fuertes manos. Sintió que empezaba a
relajarse, como si sus manos la curaran.
—No quiero ver infomerciales esta noche —dijo ella, feliz de que su voz
fuera más clara.
—¿Qué quieres ver, cariño?
Pensó por un momento y sonrió con una verdadera sonrisa.
—¿ESPN Clásico?
Él soltó una carcajada, rasgando el silencio.
—Lanie, ¿sabes que eres mi mejor amiga?
¿Sabía él que era el de ella? ¿Que estaba asustada de siquiera pensar en
su padre, y mucho menos contar toda la sórdida historia, hasta que lo
conoció? ¿Qué él le dio valor y fuerza cuando pensó que no tenía ninguna?
¿Que la hizo sentirse completa en lugar de rota? Pero no importaba. Solo
estaba siendo un buen amigo, un mejor amigo, y ella siempre iba a valorar
este tiempo con él.
177
CAPÍTULO 21

K
yle había estado pensando en Lanie todo el día, pasandopor
todos los detalles horribles de su historia. Había intentado
convencerla de que dijera que estaba enferma y pasara el día con
él, pero ella era demasiado dedicada para considerarlo. Kyle hizo una
mueca, recordando lo que le había dicho sobre sus problemas con papi la
noche en que él se fue. Lo único que quería hacer era quitarle su dolor, no
añadir más.
Se dijo que no investigara más, pero su naturaleza inquisitiva,
combinada con su preocupación por Lanie, se impusieron. Cuando llegó al
trabajo, lo primero que hizo fue abrir la base de datos en su computadora.
Pasó horas buscando cualquier artículo que hiciera referencia a Deland
Carmichael. La mayoría de ellos tenía que ver con sus víctimas y crímenes,
pero encontró unos cuantos que mencionaban a su familia, concretamente
a la niña pequeña que se encontraba en su mansión, escondida dentro de
un armario. No hubo pruebas concluyentes de abuso sexual y la pusieron
bajo la custodia de su madre, que estaba visitando a unos familiares en
ese momento. Dicha madre afirmó que no tenía conocimiento del abuso
que su hija menor sufrió a manos de su padre.
Kyle lanzó el brazo por el escritorio, esparciendo bolígrafos en el suelo,
periódicos, libros de investigación e incluso su taza de café. Se estrellaron
y repiquetearon en una sinfonía de caos que imitaba su propio ritmo
interno. Salió furioso de su oficina, sabiendo que tenía que marcharse
antes de que hiciera algún daño permanente.
Tenía un fuerte impulso de conducir hasta la Prisión Estatal de Monton
y matar a ese hombre que había herido a su Lanie. Podía entrar con su
boleto de prensa y usar sus propias manos. Seguramente podría hacerlo
antes que los guardias lo atraparan. Pero primero iría a la casa colonial en
Lincoln Park y encerraría a su madre en un armario oscuro. Nunca se
había considerado un hombre violento, pero pensar en Lanie sola con ese
monstruo lo estaba matando. Su propia mamá estaría revolcándose en su
tumba si supiera lo que estaba pensando, pero los pensamientos seguían
llegando. Lo siguieron todo el camino a casa. ¿Qué clase de mujer le hacía
esto a una niña? ¿Por qué no protegió a su hija? ¿Por qué no cambió el
178

apellido de Lanie? ¿Por qué mimaba a Cassie y trataba a Lanie como


basura?
Sus nudillos dolían de apretar sus puños tan fuertes. Se calmó con
algunas respiraciones profundas y supo que no podría hacer nada de eso.
Lanie nunca lo perdonaría. Ella aborrecía la violencia y él no haría nada
que le causara más sufrimiento. Los pensamientos vengativos no dejarían
su mente, pero Kyle sabía que literalmente podía agotarlos. Se cambió a su
pantalón de chándal y camiseta de Siracusa, eligiendo hacer lo único que
podía para disipar la adrenalina que bombeaba por sus venas. Corrió.
Corrió durante horas, más duro y más rápido que nunca, ni siquiera
cuando estuvo entrenando para un maratón. Corrió tanto que vomitó en
algunos arbustos a lo largo de East Ohio Street y luego corrió un poco
más. Sus pensamientos volvieron hacia Lanie. ¿Cómo era tan estable? Sus
extrañas elecciones tenían mucho más sentido ahora. Llevaba capas como
un mecanismo de protección para mantener a los demás fuera. No bebía ni
tenía sexo porque pensaba que podría haber algún mal acechando dentro
de ella. Estaba equivocada sobre eso. Era la persona más pura que había
conocido. Kyle se obligó a correr más duro, para ahuyentar la vengativa
oscuridad.
Cuando el dolor físico finalmente superó al emocional, se derrumbó
sobreel césped de los jardines formales en Grant Park. Se quedó ahí hasta
que su respiración volvió a la normalidad. Luego sacó su celular y le envió
un mensaje. Necesitaba sostenerla en sus brazos de nuevo.
Kyle:Ven esta noche.
Lanie:No puedo.
A él no le gustó su respuesta.
Kyle:¿Por qué?
Lanie:Enferma.
Kyle:¿De mí?
Aunque acababa de correr treinta y doskilómetros, se encontró
conteniendo la respiración, esperando su respuesta.
Lanie:No, tonto, estoy realmente enferma. Gripe.
La preocupación inundó a Kyle. Tenía que verla. Para hacerla sentir
mejor de cualquier manera que pudiera.
Una hora más tarde, Kyle estaba recién bañado y de pie junto a su
cama.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Lanie con voz ronca. Se veía pálida y su
cabello normalmente luminoso estaba pegajoso y húmedo.
—Pensé que estabas holgazaneandosin mí. —Su pensamiento inicial fue
que estaba tan disgustada por haber sacado su pasado que decidió estar
179

sola, pero estaba claro que estaba realmente enferma. Se alegró de haber
traído provisiones.
—¿Parezco que estoy holgazaneando? —preguntó, señalando la laptop
frente a ella.
—No, para nada, pero ahora necesitas poner eso lejos. Estoy aquí para
cuidarte.
—¿Cómo conseguiste entrar?
—Me diste una llave y me dijiste que la usara.
—Deberías irte. —Tomó su laptop, pero Kyle se la quitó, colocándola en
la cómoda. Ella siempre estaba trabajando.
—Toma un descanso, Lanie. No te pondrás mejor si no descansas.
Tenía varias botellas de medicamento en su mesita de noche junto con
una caja casi vacía de Kleenex. La papelera estaba llena de pañuelos
desechados.
—Aprecio tu buena intención, pero estaré bien —dijo ella.
Él negó.
—Denegado, abogada. Estás atrapada conmigo, bebé. Y por cierto,
cállate. Tu voz también necesita descansar.
Le ajustó la manta, arropándola bien,y se sentó en el borde de su cama.
Él tomó la sopa de pollo con fideos de la bolsa de papel.
—Esta tienda hace la mejor sopa. Abre la boca.
—Kyle, en serio, debes irte. Pareces cansado. —Tomó la cucharada de
sopa que él le ofreció. Solo Lanie podía estar acostada en la cama, enferma
como un perro y preocupada por cómo se veía él.
Él frunció el ceño ante su petición.
—¿Por qué me sigues pidiendo que me vaya?
—Porque voy a hacerte enfermar. Probablemente ya lo hice la otra noche
cuando lloré por todo tu pecho. Tanto es así, que Cassie se está quedando
en casa de Brad para no contagiarse esto.
Kyle se sintió aliviado por eso. No podía soportar ver a Cassie en este
momento. Puso su dedo contra la boca de ella.
—No hay otro lugar en el que preferiría estar que aquí. Basta de hablar.
—Kyle entrecerró los ojos, sabiendo que iba a seguir luchando contra él,
así que hizo un argumento activo para su caso. Volvió a meter la cuchara
en la sopa y justo cuando abrió la boca, se lo llevó y lo tragó él mismo—.
¿Ves? Ahora no puedes argumentar. Lo que sea que tengas, lo tengo.
Como para cimentar el punto, se inclinó y la besó, con cuidado de no
derramar la sopa sobre ella.
—Eres muy terco —dijo Lanie.
180

—Lo mismo digo. También compré paletas.


—Paletas, el helado delos pobres. —Lanie hizo un mohín, cruzando sus
brazos.
—Te ayudarán con tu garganta. Además sabes lo mucho que me gusta
verte chupar una paleta.
—Eres realmente malo, Kyle —dijo ella con una débil sonrisa.
—Supongo que lo sacas a relucir en mí. —Empujó un mechón de cabello
detrás de su oreja—. Déjame cuidarte, ¿de acuerdo? Te daré sopa y
paletas... la variedad congelada. Si quieres trabajar después de comer,
puedes hacerlo por un rato. Mientras prometas descansar y guardar
silencio.
—Eres mandón.
—Eres terca.
Él le dio de comer la sopa, le dio una paleta, encontró otra caja de
Kleenex, y la hizo tomar otra dosis de su medicamento. Le devolvió su
laptop y se acomodó junto a ella en la cama con la laptop de él. Trabajaron
en silencio por un rato. Después de una hora, Kyle la obligó a guardarla de
nuevo.
—¿Adivina qué más traje? —Ella se encogió de hombros, extendiendo
sus manos. Él se echó a reír, feliz de que ella finalmente lo escuchara.
Metió la mano en su bolso de viaje, sacó una película y se la entregó—. Mi
película favorita de Swayze.
Ella le dio la vuelta.
—¿Roadhouse?
—Sí, pensé que podríamos tener un maratón. Veré Dirty Dancing si ves
ésta conmigo. También es una historia de amor... algo así.
—La he visto. Recuerdo muchas peleas de bar.
—Sí, pero tu chico está en ella, ¿no? Además, si estás viendo una
película, no puedes hablar.
Asintió en acuerdo. Lanie no pasó de la primera escena de la película,
quedándose dormida con la cabeza sobre el pecho de Kyle. Él la miró
fijamente, sintiendo una profunda satisfacción en el simple hecho de
sostenerla. Al mismo tiempo, sabía que era un aplazamiento temporal y
como todas las cosas buenas terminaría. Había muchas razones y
complicaciones por las que ellos nunca podrían ser. Lanie no sentía lo
mismo por Kyle. No se le había escapado que había hablado la otra noche
sobre cómo Brad la hacía sentir capaz de una relación. No importaba de
todos modos porque Kyle no era lo suficientemente bueno para Lanie. No
estaba destinado a ser su héroe. Al final, solo la lastimaría. Después de lo
que había atravesado, ya no necesitaba más dolor en su vida. Kyle decidió
181

en ese momento aceptar el trabajo en Nueva York. La distancia y el tiempo


se harían cargo de todas las emociones mezcladas. Ahora mismo solo
quería estar allí para Lanie de cualquier manera posible. Pensó que se
merecía eso.
CAPÍTULO 22

L
anie se preparó para su ducha, contenta finalmente de estar
sintiéndose mejor. Kyle se había quedado con ella durante dos
semanas, prácticamente se mudó. Kyle la había cuidado y luego
ella lo había cuidado cuando se contagió. Aunque para ser justos, él tenía
la culpa. Cassie se quedó con Brad. Aunque Lanie estaba sintiéndose
mejor, no dejó que su hermana lo supiera. Ella estaba atesorandoel tiempo
con Kyle demasiado. Había algo especial en despertar junto a él cada
mañana e ir a dormir en sus brazos. Se había despertado inquieta a veces
por causa de una pesadilla y él siempre estaba ahí, sosteniéndola y
susurrando palabras tranquilizadoras. Le hacía el desayuno, y ella la cena.
Se pasaba por su trabajo a llevarle el almuerzo. Kyle le mostró cuán
flexibles eran sus sillas de oficina, así como el amplio escritorio que
siempre había utilizado con fines prácticos. Ellos se ayudaban
mutuamente a vestirse por las mañanas antes de ir al trabajo. Él cerraría
la cremallera de su vestido y ella ajustaría su corbata. En las noches,
invertían la rutina, desnudándose el uno al otro, a veces lentamente, pero
la mayoría de las veces, Kyle no tenía la paciencia y prefería rasgarle la
ropa. Lanie tenía que comprar más ropa interior, como resultado, pero no
es que le importara.
Lanie escuchó el sonido de un nuevo mensaje. Tomó su teléfono para
leer el texto de Kyle.
Kyle: ¿Qué llevas puesto?
Negó mientras respondía.
Lanie:Nada.
Kyle:¿En serio?
Lanie:Voy a tomar una ducha, te veo en veinte.
Ella esperó con impaciencia para ver cuál era su respuesta.
Kyle:Que sean diez.
Lanie rio y dejó el teléfono. Kyle siempre conseguía hacerla reír. Ella fue
a entrar en la ducha y se dio cuenta que se había quedado sin champú. Se
puso la bata y rebuscó en su gabinete hasta encontrar alguno. Luego miró
182

a sus piernas. Depilarse sería una buena idea. Debía afeitarse un par de
cosas en realidad. Se sonrojó a pesar de que estaba sola.Últimamente
pensaba mucho en Kyle. Él había acaparado su mente de una manera y le
había hecho sentir cosas que nunca pensó que era capaz de sentir.
Al mismo tiempo, las ideas la asustaban. Kyle no estaba buscando nada
más que sexo y amistad. Esta consideración era algo que Lanie tenía
presente en todo momento. Solo tenía que mirar su llavero. Era divertido,
lo había comprado como una broma, pero ahora le servía como un
silencioso recordatorio de que su relación nunca podría llegar a más. Era
el amigo y amante más atento que podía pedir, pero eso era todo lo que
era. Lanie ya no miraba a Brad como si fuera la respuesta a sus
aflicciones. Tampoco miraba a Kyle así. Se contentabacon vivir el momento
y disfrutar de los días que pasaban. Habían sido amigos durante dos
meses, pero era difícil imaginar lo que su vida había sido antes de él, o
peor aún, lo que podría ser sin él. Lanie apartó los pensamientos de su
cabeza. Sabía que Kyle la había ayudado y era hora de que dejara la
muleta que él le había dado.
Un poco triste ante ese pensamiento, se metió en la ducha. Ni siquiera
se había dado cuenta que se estaba tocando a sí misma pensando en él y
su elegante y musculoso cuerpo de corredor debajodel agua caliente y
humeante, hasta que Kyle abrió la cortina de la ducha, y ella gritó de
sorpresa.
Él le dio una sonrisa divertida.
—¿Estaba interrumpiendo algo? —Ella apartó sus manos de su sexo
empapado.
—No te detengas por mí, por favor.
—¿Qué demonios? —Casi tropezó, no solo porque la asustó, sino porque
estaba desnudo. Esa vista hizo cosas en ella.
Él entró en la ducha y la envolvió en un fuerte abrazo.
—Lo siento, solo pensé en darte una sorpresa.
—Kyle, ¿qué demonios está mal contigo? Primero te pones todo Jason
Voorhee conmigo y ahora estás Norman14Bates-zándome ¿Cómo has
entrado?
Kyle rio.
—¿Cómo es que sigues olvidando que me diste tu llave? —La besó en el
cuello—. ¿Sabes cuánto me enciende que uses nombres propios como
verbos? —Le puso sus manos sobre los hombros, juntando sus frentes—.
¿Quieres que te ayude a terminar?
—¡Kyle, en serio! —Se rio y le dio un puñetazo en broma en el pecho,
pero luego se cubrió los pechos con los brazos.
La sonrisa divertida en el rostro de Kyle desapareció. Tomó sus brazos y
183

los acomodó de nuevo a los lados.


—Deja que te mire. —Lanie lo dejó, pero dirigió sus ojos a sus pies para
evitar su mirada penetrante—. ¿Sabes lo hermosa que eres? ¿Lo que me

14 Norman Bates es el protagonista de Psicosis.


haces?
Levantó la mirada y vio a Kyle estudiar su cuerpo como si fuera un
artista preparado para grabar su figura en piedra. Ella movió su mirada
asu erección.
—Tengo alguna idea —dijo ellasecamente.
—No, no solo ahí, sino también aquí—dijo, señalandosu cabeza. Kyle
alcanzó su loción de bañoy procedió a lavarle la espalda y los brazos,
dejando que sus grandes manos se movieran firmes, lentas y precisas. Era
relajante y erótico al mismo tiempo, haciendo que Lanie gimiera en voz
alta.
—¿Me crees cuando te digo que eres hermosa? —preguntó él después de
haber enjabonado y lavado a fondo. Lanie se mordió el labio inferior y
asintió. Él la miró dubitativo—. Imagina, un abogado que no puede mentir.
Debería estar sorprendido, pero contigo se rompen todos los moldes y
nociones preconcebidas que tengo.
Cerró el grifo. Todo el baño estaba cubierto de vapor y convenientemente
caliente. Kyle se secó rápidamente y luego se tomó su tiempo para secarla.
La agarró por sus caderas, posicionándola delante del espejo del baño.
Limpió la capa de vapor, y luego le quitó la toalla. Le tomó sus manos y las
colocó en el tocador.
—Sujétate bien.
—¿Qué estás haciendo?
—Estoy ayudándote a terminar —gruñó él, acariciándole los pechos,
pellizcando los pezones, haciéndolos rodar entre sus dedos—. Mírate,
Lanie. Dilo.
—¿Qué? —dijo con voz ronca.
—Di “Soy una mujer hermosa”. —Lanie no tenía idea de lo que estaba
haciendo Kyle. Él la inclinó, separando sus piernas y entró tan rápido en
ella que Lanie gritó. La repentina penetración fue sorprendente, pero no
desagradable.
—Dilo, cariño —lo susurró, peroaun así era una demanda.
Lanie se miró en el espejo, pero más que nada vio el rostro de Kyle
mientras la besaba y le mordía los hombros suavemente. Su cabello
húmedo, labios suaves y hermoso cuerpo presionado contra ella eran casi
demasiado placer.
184

—Di “Soy una mujer hermosa”, Lanie. —La voz de él era incomprensible
pero más dominante. Sus embestidas eran poderosas, haciéndola olvidar
dónde estaba.
—Kyle es una mujer hermosa —respondió Lanie, apartando la mirada
del espejo.
—Muy divertido, sabelotodo —respondió Kyle. Él le dio una palmada en
el trasero.
—¿Me acabas de dar una nalgada? —Fue brusco e inesperado, pero lo
más sorprendente de todo era que a ella realmente le había gustado.
—Sí, y voy a seguir haciéndolo hasta que lo digas, o peor, voy a parar —
amenazó, embistiéndola más duro y casi saliendo por completo. La
amenaza la asustaba, pero al mismo tiempo, sabía que lo estaba
disfrutando demasiado como para parar.
—No serás capaz de detenerte —dijo Lanie.
Kyle se introdujo de nuevo en ella, mezclando sus gemidos.
—Tan jodidamente inteligente. —Hizo justamente eso, le palmeó el
trasero antes de embestirla. La sensación de picazón con cada nalgada la
encendía, la hacía estar más húmeda. Se encontró reposicionando su
espalda de tal manera que su trasero se encontrara con la palma de la
mano y el empuje del cuerpo de Kyle. Él tenía el control, palmeándole el
trasero en una especie de ritmo extraño así que ella sabía el momento en
que sentiría la palma de su mano contra ella. Sin embargo, había algo
salvaje, casi primitivo en eso, que le dijo que él estaba luchando por la
compostura. ¿Cómo podía hacerla sentir deseable en esta posición
incómoda?
La penetró de nuevo, pero esta vez dijo las palabras que ella no podía.
Salieron sin aliento y jadeantes, en parte gruñidos y en parte suaves
susurros, pero entendió cada uno. Puntualizó cada declaración con una
embestida.
—Lanie. Tú. Eres. Hermosa. Me enciendes tanto, que me vuelves loco,
tienes el cuerpo perfecto. Te deseo. Te anhelo. Te quiero.
En algún lugar entre sus declaraciones, ella miró al espejo y los observó.
Por primera vez, le creyó. Era hermosa. Su orgasmo fue poderoso y no
podía comprender mucho excepto que, cuando levantó la vista de nuevo, él
la estaba observando. Kyle apoyó la cabeza en su espalda y acarició la
zona que había azotado, frotándola en círculos lentos.
—¿Te duele? —preguntó él, saliendo de ella.
—Pica, pero estoy bien.
—¿Dónde está tu loción?
Señaló el clóset. Él la alcanzó y untó un poco con suavidad en la zona.
185

—¿Sabes qué? —dijo ella.


—¿Qué cariño?
—Soy una mujer hermosa.
El rio y la besó.
—Dime algo que no sepa.
186
CAPÍTULO 23

H
abía pasado una semana desde su intensa sesión de sexo en
la ducha. Él no había tenido intención de nalguearla, pero al ver
ese hermoso trasero, su mano solo se movió. Ver que a ella le
gustaba hizo más difícil que parara. Y ver su huella en su trasero lo puso
duro otra vez. Cada vez que estaba con ella, quería más y no solo
sexualmente. Tuvo que irse antes de joder las cosas y lastimarla. En
realidad, irse era la mejor manera de mitigar su propio dolor también.
Kyle se preguntaba cómo soltarle la noticia a Lanie que se estaba yendo
a Nueva York. Él había tomado la decisión, pero el debate seguía en su
cabeza. Los artículos sobre el caso Hayes habían hecho que se ganara la
envidia de sus colegas y fuera el objeto de deseo de los editores. Su jefe,
prácticamente se puso de rodillas, pidiéndole que reconsiderara la
reubicación. Se dijo que por eso le había dado un aviso tan generoso. Pero
sabía que no era la única razón. Todavía tenía dos semanas antes de irse,
pero era obvio, incluso para él, que lo estaba prolongando. Ni siquiera
había comenzado a empacar aún.
Lanie parecía distraída esa noche. Habían hecho el amor y ella pasó el
fin de semana con él, pero su mente estaba en otra parte. Estaban
descansando en su balcón, disfrutando de lo que probablemente era uno
de los últimos días de otoño, bebiendo vino.
—¿Qué pasa, Lanie? —preguntó Kyle, esperando no añadir más peso a
lo que sea quela estaba preocupando.
—Tengo que decirte algo.
—Me puedes decir lo que sea, cariño —dijo él, tomando su mano y
besándole los dedos.
Lanie hizo girar un mechón de cabello. Era un gesto que la había visto
hacer muchas veces cuando estaba nerviosa o triste y en este momento,
Kyle pensó que eran ambas.
—Creo que eres mi mejor amigo... no, disculpa, sé que lo eres. Te amo.
—Kyle casi se atragantó con su bebida, sorprendido de escucharla decir
eso. Ella inmediatamente le dio una mirada de advertencia—. No
enloquezcas. No lo quise decir de esa manera. Te quiero como un amigo.
187

¡Por Dios, Kyle!


—Me siento de la misma manera, así que… ¿qué es lo que pasa?
—Estoy muy contenta de que fueras mi primera vez. Fue perfecto. Tu
amistad me ha hecho una mejor persona en tantas maneras, pero no
puedo tener más sexo contigo.
Esta vez Kyle sí se atragantó y Lanie tuvo que darle una palmadita en la
espalda.
—Demonios, Kyle, soy abogada, no doctora —bromeó Lanie cuando Kyle
se recuperó.
—¿Por qué me estás negando el acceso a tu cuerpo? —Kyle hervía,
preguntándose si Brad tenía algo que ver con esto. Parecía estar en una
relación diferente con Lanie últimamente.
—Superé a Brad. Ya no fantaseo con una relación ahí. Está con mi
hermana y voy a aceptar eso. —Kyle dejó escapar un profundo suspiro sin
darse cuenta que estaba conteniendo la respiración—. Pero quiero una
relación de verdad. Quiero estar con alguien comprometido conmigo y no
fingir más.
Kyle no estaba seguro cómo responder. Esta fue la relación más real que
nunca había tenido.
—¿Así que quieres salir con otras personas?
—Quiero a alguien que quiera un futuro conmigo. Te voy a enseñar algo.
—Lanie dejó su copa de vino, tomó su laptop y lo abrió. Entró en una
página web, de un sitio de citas. Todos los músculos de él se tensaron a la
vez.
—Este es mi perfil. Lo creé esta mañana. ¿Qué opinas?
Kyle tomó la laptop y se desplazó a través de la página. La foto era la
que se habían tomado en el zoológico. Lanie había cortado a Kyle de la
foto. Estaba sonriendo y su cabello castaño rizado se derramaba sobre sus
hombros en suaves ondas. Ella enlistó su carrera, pasatiempos y cosas
que estaba buscando en una pareja. El compromiso estaba en la parte
superior de la lista.
—Lanie, sabes que esto es peligroso, ¿verdad?
Ella negó y le dio a Kyle una media sonrisa.
—No soy idiota. Me reuniré con estos hombres en lugares públicos, y
además, ahora un montón de personas se conocen en línea. No soy una
persona de bares, así que creo que esto va a ser una buena alternativa
para mí.
—¿Has recibido alguna coincidencia? —Su voz vaciló, pero Lanie no
pareció darse cuenta.
188

—No, apenas lo he publicado esta mañana. No creo que deberíamos


tener más sexo, incluso sexo casual. No se siente bien estar buscando algo
permanente y participar en algo pasajero al mismo tiempo. —Respiró
profundo—. Está jugando con mi cabeza. Seguirás siendo mi amigo,
¿verdad? —Lanie le revolvió el cabello.
Él le agarró la muñeca y la frotó suavemente antes de besar la parte
inferior.
—Tu mejor amigo, Lanie.
Esa noche, mientras ella dormía, Kyle se paseaba. No fue suficiente, así
que se fue a correr por un largo rato y volvió sudoroso y cansado pero
todavía sin poder dormir. Se quedó mirando la laptop que estaba abierta
sobre la mesa de la cocina como si se burlara de él. Antes de que tuviera
tiempo de registrar la acción, sacó el sitio de sus favoritos. Por suerte, ella
había configurado que recordara su contraseña. Kyle escaneó el sitio,
encontró veinte coincidencias. Muchos de ellos eran de hombres
profesionales y de éxito. Y ¿por qué no? Lanie era la mujer perfecta en
muchos sentidos. Era dulce y amable, pero fuerte e independiente. Era
inteligente y exitosa. Le encantaba y ansiaba el sexo tanto como él. Ella
sabía cómo complacer a un hombre. Oh, y ella erasexy como el infierno. Le
encantaba el fútbol, por el amor de Dios, y comía costillas. ¿Qué no se
podía amar de ella? ¿Amor? Kyle no podía amar a Lanie. Él no era capaz
de la emoción. Era egoísta. De hecho, era tan egoísta que tampoco quería
que nadie más la amara.
Una oleada de celos atravesó a Kyle tan ferozmente que le dolió
físicamente. ¿Cómo Lanie podía estar con nadie más que él? Ella era su
Lanie. Lógicamente, sabía que eso no tenía ningún sentido, pero las
emociones y la lógica eran enemigos naturales. Las emociones ganaron y,
antes de darse cuenta, Kyle estaba eliminando todas las respuestas de
Lanie. El único pensamiento racional lo golpeó cuando estaba casi
terminando de borrar todos los perfiles que solicitaban una cita con ella. Si
los elimino todos, Lanie podría sospechar. Encontró la respuesta menos
problemática, un hombre corpulento, de mediana edad, calvo y con
credenciales mediocres.
—Te puedes quedar. Eres seguro —susurró a la habitación vacía.
A la mañana siguiente Kyle le hizo el desayuno a Lanie mientras ella
comprobaba el sitio.
—No lo entiendo —dijo Lanie, negando.
—¿Entender qué?
—Solo he recibido una respuesta. ¿Soy realmente tan horrible?
Kyle se acercó a ella y le frotó los hombros. No tenía la intención de
hacerla cuestionar su atractivo, especialmente después que finalmente era
capaz de aceptar sus cumplidos. Era un completo idiota.
189

—Lanie, eres magnífica, preciosa, hermosa, impresionante. Soy un


escritor, y no tengo adjetivos suficientes para describir lo que eres. —Hizo
un gesto hacia la pantalla de su computadora—. Estas cosas toman su
tiempo.
—Al menos voy a tener una cita con este Eddie Bromueller.
Kyle respiró profundo, mirando por encima de su hombro. Nunca esperó
que ella tomara en serio la solicitud.
—Lanie, no puedes salir con él. Es decir, míralo.
—Estás muy criticón hoy. Tal vez sea un gran tipo. Voy a darle una
oportunidad.
—Creo que es un error —dijo Kyle.
—¿Por qué? —Maldita sea, ¿por qué ella siempre le hacía esa pregunta,
y por qué él nunca estaba preparado para responderla?
—Es un trabajador independiente.
—¿Y?
—Esa es otra forma de decir “no tengo ingreso estable”.
Lanie rio.
—Kyle, es dulce que estés siendo protector, como un hermano mayor. —
Hermano mayor era lo último que Kyle pensaba cuando se trataba de
Lanie, pero no respondió—. Nunca se sabe. Este tipo podría ser el próximo
Bill Gates.
—O el próximo Ted Bundy. —Kyle hizo una mueca tan pronto como lo
dijo, dándose cuenta quien era el padre de Lanie—. Lanie, lo lamento.
—Está bien —dijo ella, levantando la mano para descartar su disculpa.
—Hazme un favor. ¿Sí? Solo espera antes de llamar a este tipo. Tengo la
sensación de que es un loco que vive con su madre. Solo espera, ¿de
acuerdo?
—¿Esperar para qué? No quiero postergarlo.
—Postergaste el tener un novio toda tu vida. Puedes esperar unos días
más. Déjame comprobar a ese tipo
—Bien —dijo Lanie, cayendo en su asiento y cruzándose de brazos.
Kyle no tenía idea de por qué le pidió tiempo, excepto que pensaba que
lo ayudaría a pensar. Eso es exactamente lo que hizo durante toda esa
semana. Su mente se perdía a todas horas del día: cuando estaba en
reuniones con su editor, cuando corría cada mañana, e incluso cuando se
estaba preparando para su mudanza. Fue entonces cuando lo golpeó. No
tenía idea de lo que Lanie sentía por él. Eran los mejores amigos y
confiaron entre sí sus miedos más profundos, lo cual era irónico, ya que
190

toda su relación estaba basada en una mentira flagrante. En algún


momento, Kyle había dejado de fingir y ella había llegado a importarle
profundamente. En el mundo real, sin embargo, él podría no ser lo que ella
necesitaba o merecía. Era inevitable. Él podría engañarla y Lanie tenía un
corazón tan grande que muy probablemente lo perdonaría. Había visto a
su padre romper sistemáticamente el corazón de su madre hasta que ella
fue el caparazón de una mujer. No dejaría que Lanie sufriera el mismo
destino en sus manos. Era egoísta, pero no podía hacerle eso a ella. El
Times no mantenía la misma magia para él que tenía unos meses antes,
antes de conocerla, pero él se iría. Sería más fácil para él. No podía verla
seguir adelante. Sería romper sistemáticamente su corazón.
191
CAPÍTULO 24

É
l lo había pospuesto hasta el punto de que solo le quedaban
unos días en Chicago. Juró que se lo diría esta noche. Ella era su
mejor amiga, su confidente, y la única persona que no podía
esperar a ver cada día, pero sabía que no podía continuar la amistad. Sería
demasiado duro para él. El fuerte golpe en su puerta sacudió losmolestos
pensamientos de su mente. Ella estaba allí, con los puños temblorosos, los
hombros encorvados, en una postura que Kyle nunca había visto en ella.
Lanie estaba enojada.
—¿Qué sucede?
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó, pasando por delante de él antes de
dejarse caer en el sofá. Kyle se sentó cautelosamente a su lado.
—Estoy en desventaja aquí. ¿Porque estás tan enojada?
—¿Por qué demonios borraste mis respuestas?
Kyle se quedó inmóvil, sin saber cómo responder. Tragó saliva pero
encontró su boca seca.
—No sé…
—No mientas. Sé que fuiste tú. Llamé al servicio de citas y les dije que
quería cancelar. Trataron de convencerme de no hacerlo. Finalmente les
dije que no estaba recibiendo respuestas favorables. Miraron mi cuenta y
dijeron que había recibido veinticinco. —Se volvió hacia Kyle, cruzando los
brazos y esperando su respuesta. Kyle negó, sin saber qué decir. Su voz se
hizo suave, casi un susurro, y había una nueva emoción en ella que Kyle
no pudo identificar... ¿esperanza?—. Sé que fuiste tú. Eras el único que
tenía los medios y la oportunidad. Lo que quiero saber es... ¿cuál fue tu
motivo?
—Lanie, te dije que es peligroso, y estaba preocupado que conocieras a
hombres extraños. No tienes experiencia, y no me gustaba la idea.
—¿Es ésa tu única razón?
Kyle se aclaró la garganta, apartando la mirada de ella.
—Sí, ¿qué otra razón habría?
192

—Kyle, realmente necesito saber si esa es tu única razón. Necesito que


seas honesto conmigo.
Kyle cerró los ojos y le hizo la pregunta que ella siempre hacía. La que
atrofiaba su capacidad de articular y pensar.
—¿Por qué?
—Necesito saber, porque, si por casualidad, estás sintiendo cualquier
otra cosa, podría tener sentimientos similares. —Su pecho se agitó y cruzó
los brazos como si estuviera reteniendo la emoción. Era una mezcla
palpable de ira, revelación y anticipación que Kyle nunca había
presenciado antes—. ¿Es porque piensas que eres como tu padre? ¿Que no
lo mereces? No lo eres. Eres un hombre muy bueno, Kyle. Yo…
Lo miró con esos ojos suaves y de color miel, y había algo en su
expresión que respondía a todas las preguntas de él. Era una esperanza
optimista de que él dijera lo correcto, hiciera lo correcto. Tenía que matar
eso antes de que los destruyera a ambos, porque Lanie era muy parecida a
su madre y desafortunadamente, él era el hijo de su padre. Tenía que
hacerle daño ahora, así no la lastimaría más tarde. Quería que lo odiara
como él se odiaba en ese momento.
—Lanie, no asumas que me conoces. No sabes nada de mí. Me preocupo
por ti como alguien podría preocuparse por un perro herido.
Las lágrimas comenzaron a fluir por las mejillas de ella.
—Eso no es cierto.
—Soy un buen actor. ¿No es obvio?
—¿Por qué estás siendo tan cruel? —preguntó en un susurro ahogado.
—Esto fue quid pro quo, Lanie. Me diste una ventaja digna del Pulitzer y
te di un muy buen sexo. Digamos que estamos a mano.
—No te creo. Sabes que te habría dado el artículo no importa qué.
Nunca te pedí nada de esto.
—¿No lo hiciste? Porque seguramente tenías tus metas muy definidas.
—Kyle, yo...
—Me estoy mudando a Nueva York. Conseguí un trabajo en el Times. Me
iré en una semana —dijo, sin ninguna emoción, haciendo que su voz
sonara aún más fría.
Lanie tragó saliva y miró fijamente a Kyle. Él mantuvo su rostro como
una estatua, dispuesto a continuar con su mentira.
—Kyle, no hagas esto.
—¿Que no haga qué?
—No me alejes, por favor.
193

Kyle se levantó y agarró su brazo.


—Adiós, Lanie. Tengo que empacar ahora. —La condujo a la puerta y la
hizo salir.
—¡Kyle, eres mi mejor amigo! —gritó Lanie.
Kyle le dio una sonrisa sardónica en respuesta.
—Consíguete un vibrador, cariño. Puede ser tu nuevo mejor amigo. —Le
cerró la puerta en su rostro.
Escuchó su profundo llanto atravesar la puerta cerrada. Se apoyó
contra esta, luchando por no abrirla y empujar a Lanie entre sus brazos.
Sintió la humedad en su rostro y cerró los ojos con fuerza para contener
las lágrimas. No había llorado desde aquel horrible cumpleaños en la
cabaña, cuando había jurado nunca volver a llorar.
Había sido el peor tipo de hombre para Lanie. Ni siquiera un hombre...
un completo cobarde. Tenía que serlo. Si lo odiaba, sería más fácil para
ella. Aunque nunca lo había dicho, tenía la sensación, por su expresión,
que también lo amaba. Al menos en estadespedida, podría estar enojada
con él y llegar a la conclusión de que no era lo suficientemente bueno para
ella. Eso era lo menos que podía hacer por ella.
194
CAPÍTULO 25

K
yle llevaba tres meses en Nueva York. Habían sido los tres
meses más miserables de su existencia. Estaba en la ciudad más
excitante del mundo, trabajando en su empleo soñado, recibiendo
elogios de sus colegas, e incluso se hablaba de una nominación al Pulitzer,
pero todo lo que podía hacer era estar de mal humor. Sus pensamientos se
dirigían a Lanie a toda hora. Comenzó varios mensajes y correos
electrónicos a Brad preguntando por Lanie, pero era incapaz de
terminarlos. Había tomado un trago de despedida con Brad antes de irse y
le dijo que habían roto. Él nunca traicionó su secreto. Brad pareció
aliviado por la noticia, lo que solo irritó más a Kyle. Se preguntaba qué
estaba haciendo Lanie o, más específicamente, con quién estaba
haciéndolo.
Continuó con el caso Hayes, incluso haciendo llamadas diarias al
periodista que se había hecho cargo por él para que pudiera obtener todos
los detalles. Aplaudió a Lanie cuando negociaron un acuerdo histórico.
Brindó de nuevo por ella unos días más tarde, cuando la oficina del fiscal
del distrito emitió un nuevo lote de órdenes para los responsables, lo que
resultó en varias detenciones de alto perfil. Lanie había conseguido justicia
para sus clientas. Esa es mi chica, pensó Kyle, y luego ahogó la melancolía
en esa declaración porque no era suya. Nunca lo había sido.
Recibía numerosos avances de mujeres, pero ya no deseaba sexo
anónimo. Trató de interesarse, pero se encontraba buscando la suave y
clásica belleza de Lanie en los rasgos de esas mujeres. Cuando eso no
funcionaba, buscaría su seco sentido del humor, que siempre lo hacía reír,
o la forma apasionada en que hablaba sobre ayudar a otros. Falló
miserablemente cada vez.
Quería que fuera feliz, pero la idea de ella con otro hombre hacía que su
mandíbula se cerrara automáticamente junto con sus puños. ¿Encontraría
a otro hombre para satisfacer sus necesidades sexuales? Entonces pensó
en lo absurdo que era eso. Lanie no era la clase de mujer que
querríaobtener cualquier disfrute en el sexo anónimo. Amaba con su
cuerpo como lo hacía con su corazón… pura y desinteresadamente. Por
eso encontraría a alguien fácilmente. Ese hombre sería un bastardo
195

afortunado, pensó Kyle tristemente.


Kyle fue al bar con varios colegas, determinado a romper su hechizo de
miseria con sexo. Razonó que incluso si no sentía atracción por la chica, el
acto curaría su corazón roto. Fue entonces cuando vio a la linda rubia
mirándolo fijamente. Le envió un trago. Teníapiernaslargas y bien
torneadas y grandes pechos que amenazaban con caer de su top
demasiado ajustado en cualquier momento. Era la distracción perfecta.
Sonreía apreciativamente a Kyle cada vez que le enviaba una bebida, y él
respondía de la misma manera. No tardó mucho en acercarse.
—Gracias por las bebidas. Soy Missy —dijo ella, acercándose tantoque
sus hombros se tocaban.
—Gracias por las sonrisas, Missy. Soy Kyle —respondió, apenas
mirándola.
Entonces dijo las cinco palabras que eran claras y concisas en
significado. Las palabras que Kyle usualmente decía primero. La frase no
estaba llena de confusión y angustia como esas otras dos palabras: Te
amo. Eran simples y directas.
—¿Tu casa o la mía?
—La tuya —respondió Kyle, terminando su bebida.
Missy se frotó toda sobre Kyle durante el viaje en taxi, pero él siguió
negando, diciéndole que fuera paciente. Nunca había sido tímido con las
exhibiciones públicas, pero de nuevo, había cambiado. Kyle se sentó en su
sofá mientras ella se sentaba a horcajadas sobre él, pasando sus labios
por su cuello. No podía corresponder. Se sentía enfermo. Esta chica olía a
perfume barato y a vino más barato. No olía dulce y deliciosa como lo
hacía Lanie. No era dulce ni deliciosa de ninguna manera. Kyle la empujó
de su regazo.
—¿Qué sucede?
—Lo siento, no lo estoy sintiendo.
Lo fulminó con la mirada.
—¿Estás loco? Sabes que soy modelo, ¿no? —dijo, como si tratara de
convencerlo.
—Puedo ver eso. Lo siento, Misty, pero no puedo hacer esto.
—¡Es Missy, idiota!
—Sí, tienes razón en eso. Soy un idiota. Nos vemos.
Kyle salió de su apartamento, disgustado consigo mismo. Caminó por la
ciudad durante mucho tiempo antes de finalmente decidir llamar al único
número en sus contactos que nunca había usado. El número que
teníasolamente en caso de emergencia. Uno que nunca había esperado
volver a llamar.
196

Un hombre medio dormido respondió.


—¿Hola?
—¿Quieres que nos veamos para tomar untrago?
—¿Kyle? ¿Dónde estás? Estaré ahí.
Kyle se sentó en la mesa del bar, sorbiendo su bebida y preguntándose
si el hombre se vería diferente de la forma en que lo recordaba. Él entró,
quitando copos de nieve de su abrigo azul marino. Parecía como si no
hubiera envejecido excepto por el salpicado de canas contra su cabello
negro.
—Hola, Kyle, cuanto tiempo.
—Hola, papá, ¿cómo estás?
—Estoy bien, pero tú no me pediste venir para ponernos al día, ¿verdad?
Kyle se encogió de hombros y tomó un trago de su whisky.
—¿Por qué no? Estoy aquí en Nueva York, y tú también estás aquí.
Pensé que deberíamos encontrarnos. No parecías sorprendido de que
estuviera aquí.
Rich Manchester sonrió apreciativamente ante la esbeltafigura de la
mesera antes de ordenar su característico martini seco. Kyle puso los ojos
en blanco. Su viejo no había cambiado nada.
—Rachael me contó que te habías mudado aquí. Puede que me hayas
repudiado, hijo, pero ella no lo hizo. Sé que esto no es un encuentro
casual. No te he visto en diez años, y luego me llamas cerca de la
medianoche y me preguntas si quiero acompañarte a tomar algo.
—Quería verte.
—¿Se trata de la chica?
Kyle se quedó mirando atónitoa su padre. ¿Cómo sabía de Lanie? La
respuesta llegó tan rápido como la pregunta.
—Rachael.
—Sí, ella me lo dijo. Dijo que nunca te había visto así con nadie.
—Esto no es sobre Lanie. No me importa lo que Rachael te dijo. Soy una
persona reservada. No tengo necesidad de desfilar mi vida personal como
tú. —Rich se estremeció en reacción a las palabras de Kyle.
El martini llegó, y Rich tomó un largo sorbo. Un poco de líquido se
derramó debido a sus manos temblorosas. Rich estaba nervioso. Kyle
nunca había visto a su padre nervioso.
—Créeme, he sufrido por mis infidelidades. Si pudiera volver atrás, lo
haría.
197

—Rompiste el corazón de mi madre. —Kyle no podía creer la fuerte


emoción en su voz. Realmente nunca había enfrentado a su padre.
—No hay un día que pase que no piense en eso. También me las arreglé
para perderte en el proceso.
—Sé que vas a echarle la culpa a tu enfermedad, pero no quiero oír eso.
—Kyle hizo comillas en el aire alrededor de enfermedad.
—Entonces, ¿qué quieres oír? No me malinterpretes. Estoy muy
contento de que me llamaras, pero ¿por qué estamos aquí, hijo?
Kyle miró a su padre durante un largo tiempo, notando lo similares que
eran sus rasgos. No estaba seguro de por qué lo había llamado, excepto
para tener quizá a alguien con quien compartir su miseria.
—No lo sé.
—Lo sé. Crees que eres como yo. —Kyle negó y comenzó a protestar,
pero Rich alzó su mano para callarlo—. Rachael me dice el tipo de vida que
llevas. Dice que hasta donde sabe, nunca has tenido una sola relación. Me
contó cómo eras con Lanie, y sabe que estás sufriendo.
—No es asunto tuyo.
—Puede que no estés en mi vida por tu elección, pero siempre serás mi
hijo y mi asunto. Sé que eres quien me llamó, pero hay algunas cosas que
necesito decirte. Cosas que debería haber dicho hace mucho tiempo. —
Rich respiró profundo seguido de otro largotrago de su bebida, como si
estuviera tratando de reforzar el valor necesario para sus próximas
palabras—. Amaba a tu madre, y la lastimé una y otra vez. No puedo poner
excusas por eso. Aquí está la buena noticia. Tú no eres yo. Nunca pensé
en las ramificaciones de lo que estaba haciendo hasta que me atraparon.
Ni siquiera podías enfrentarte a que pudieras ser capaz de semejante cosa,
así que lo terminaste y huiste antes de que pudieras herir a esta chica,
¿verdad?
—Estaba evitando lo inevitable, papá. No soy un santo.
—No, no lo eres, pero ¿adivina qué? La idiotez no es un rasgo
hereditario. Puedes tener mis ojos y cabello, y de nada por eso, por cierto.
Es esa buena apariencia la que te hace tener tanto éxito con las mujeres,
pero sé que tienes el corazón de tu madre.
Kyle se rio sarcásticamente.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Fuiste más un padre para Rachael de lo que fui yo. Estabas ahí para
ella cuando te necesitaba y en un momento en que la mayoría de los
chicos de tu edad no tienen la capacidad de pensar en nadie más que en
ellos mismos. Nunca has engañado a Lanie, ¿verdad?
—No, nunca, pero no es así de simple. Nuestra relación se fundó en la
deshonestidad.
198

—¿Deshonestidad el uno con el otro?


—Sí, cuando se trataba de mis sentimientos por ella, fui muy
deshonesto.
—Así que debióser muy fácil para ti engañar. Si ella ni siquiera sabía
cómo te sentías, no podía hacerte rendir cuentas, pero no lo hiciste. Kyle,
no eres como yo. Eres un hombre mucho mejor de lo que yo nunca fui.
—No sé si creerte.
—No tienes que hacerlo, pero la verdad es que serás miserable el resto
de tu vida si dejas que mis errores dicten tus decisiones. ¿Te preocupas
por ella?
—La amo.
—Entonces díselo.
Kyle tragó saliva, sintiendo su corazón martillando en su pecho,
recordando la mirada en su rostro cuando él le cerró la puerta en elrostro.
—La lastimé. No le fui infiel, pero me las arreglé para hacerle daño de
igual manera.
—Entonces, dile que lo sientes y no lo vuelvas a hacer.
—Creo que es demasiado tarde.
—Quizás lo sea. Así que puedes pasar el resto de tu vida preguntándote
si fue demasiado tarde u obtener la respuesta a esa pregunta. Como
periodista, me sorprende que no quieras averiguarlo. Siempre has querido
respuestas.
Kyle se empapó en las palabras. Él, más que nada, quería la respuesta.
Quería abrazar a Lanie de nuevo. Quería ser honesto con ella. Solo quería
hacerla suya en todos los sentidos. En ese momento, Kyle supo con certeza
que no había manera de que le fuera infiel a Lanie. Demonios, había tenido
tantas oportunidades. Ella le había dicho que no necesitaban ser
exclusivos, pero él no podía soportarlo, ni siquiera en ese entonces. Kyle
sabía que si Lanie le daba una oportunidad, la apreciaría como se lo
merecía. La pondría en un pedestal.
—Gracias, papá. —Rich sonrió, asintiendo agradecidamente a Kyle.
Kyle se abalanzó sobre su chaqueta y se dirigió a la puerta.
—Kyle… espera, ¿no te vas a quedar? —preguntó Rich, su sonrisa
vacilante.
—Lo siento. Tengo cosas en las que pensar.
Rich asintió.
199

—Eso suena como una sabiaidea. Buena suerte.


Antes de marcharse, Kyle se detuvo y colocó el brazo sobre el hombro de
su padre. No estaba lo suficientemente cómodo para ofrecerle un abrazo
todavía, pero eso era lo máximo que podía hacer.
—Papá, si quieres llamarme, te prometo que atenderé el teléfono.
—Eso significa mucho para mí, hijo. —La voz de Rich vaciló un poco, y
cubrió la emoción tomando otro trago de su bebida. La rama de olivo había
sido extendida, y el tiempo diría si su relación podría ser reparada. Ahora
mismo, todos los pensamientos de Kyle estaban enfocados en la hermosa
muchacha de cabello castaño oscuro con ojos dorados que no parecía
poseer una característica negativa, física o emocional.
Era tan tarde que no había más vuelos, pero Kyle no podía irse a casa.
Tenía demasiadas emociones atravesándolo, así que caminó, trotó, corrió,
y, sobre todo, razonó. Pensó en todos los momentos preciados que había
compartido con Lanie. Sus bromas, las conversaciones profundas, todos
los actos de intimidad y los secretos que compartieron. Fue entonces
cuando la epifanía llegó a Kyle, súbita e intensa, como una proverbial
bofetada enel rostro
Lanie había hecho todo lo posible para no ser como su padre, mientras
que Kyle había hecho todo lo que estaba a su alcance para ser
exactamente como su padre. Al final, habían permitido que otros
definieran sus vidas. Eran almas gemelas en ese sentido. Compartían esa
horrible conexión que les permitió desnudar sus almas el uno al otro.
Kyle comprobó su reloj, estimando cuánto tiempo le llevaría hasta que
pudiera estar cerca de ella otra vez. Tenía que ver a Lanie lo antes posible.
Necesitaba pedirle perdón y ver si correspondía sus sentimientos.
Demonios, necesitaba comenzar a construir ese pedestal. Solo esperaba
que no fuera demasiado tarde.
200
CAPÍTULO 26

A
la tarde siguiente, Kyle maldijo el tráfico de la hora pico y al
lento conductor del taxi quien se negaba a cambiar de carril,
permaneciendo obstinadamente en el camino más congestionado.
Por lo menos le dio tiempo para confirmar su reservación para una suite
en el Marksman. Llegó al estacionamiento y prácticamente corrió hacia su
auto. Había salido con tanta prisa que nunca lo vendió, eligiendo
guardarlo en su lugar. Ahora mismo, estaba muy agradecido por su
aplazamiento. Sacó las llaves y se quedó mirandoel llavero de joyas que
Lanie le había conseguido. Se dio cuenta que ella siempre lo había
conocido mejor que nadie, pero ahora él había terminado de jugar.
Kyle estacionó frente al apartamento de Lanie y le bajó volumen a la
radio. Lo había subido cuando oyó “Don’t You (Forget About Me)”, la
canción popularizada por la película The Breakfast Club. Había decidido
ignorar la letra ominosa y tomarla como una buena señal. Había querido
traerle algo, un pequeño regalo, una ofrenda de paz, una especie de rama
de olivo. El obvio ramo de flores no parecía correcto para Lanie. Su padre
había traído flores cada vez que lepedía perdón a su madre y Kyle no podía
repetir esas acciones. La inspiración le llegó rápidamente cuando vio
unsupermercado. Había entrado corriendo y compró un tarro de su helado
favorito, esperando que pudieran comerlo juntos para celebrar, o mejor
aún, que lo dejaría alimentarla con este en la cama. Kyle sintió el familiar
movimiento en supantalón, uno que no había sentido durante toda su
estancia en Nueva York.
Kyle se paró fuera de su apartamento, respiró profundo antes de golpear
la puerta. Se movió de un lado para otro nerviosamente, un gesto que le
era ajeno. No hubo respuesta. Golpeó más fuerte con el mismo resultado.
En todos los escenarios que se había imaginado, nunca pensó que Lanie
no estaría en casa. Ya debería haber llegado del trabajo. ¿Estaba en una
cita? Sus músculos se tensaron con una nueva oleada de celos. Kyle miró
fijamente eltarro de helado en su mano, sintiéndose tonto. Quería
escribirle una nota, pero no tenía idea de qué decir. Tampoco podía dejar
el helado en su puerta. Sacó sus llaves para irse y notó las llaves de Lanie
en su llavero.
201

Kyle desbloqueó la puerta antes de que pudiera convencerse de no


hacerlo. Simplemente pondría el helado en su congelador y le escribiría
una nota. No mucho había cambiado en el apartamento desde la última
vez que él había estado ahí excepto que había una nueva pintura colgada
sobre el sofá. Kyle supo sin lugar a dudas que Lanie lo había comprado.
Dudaba que Cassie tuviera algún interés en el arte. El único color y línea
del que ella siempre hablaba era cuando se aplicaba al maquillaje. La
pintura captó la atención de Kyle y se sintió hipnotizado por esta. No había
nada neutral en ella. Llamaba la atención con colores brillantes,
convirtiéndola en un vibrante punto focal en la habitación de tonos
terrosos. Era abstracta, complicada y vivaz… justo como Lanie.
Cuando sintió que el recipiente del helado se ablandaba, se dirigió a la
cocina para colocarlo en el congelador. Cerró la puerta y vio una invitación
para la cena de asociados de Whitlow and White. Irónicamente, se estaba
celebrando en el Hotel Marksman esa noche. ¿Lanie se hizo socia? Kyle
instantáneamente sintió remordimiento. Él sabía cuánto significaba esto
para Lanie y ni siquiera había estado allí para apoyarla. Esto sería un gran
asunto en el que estaría presente todo el bufete de abogados. Los socios
promovidos no solo traían a sus parejas, sino a su familia para compartir
su noche especial. Dudaba mucho que la noche fuera especial para Lanie
con solo Cassie y su madre para apoyarla.
Fue entonces cuando decidió que también estaría presente. Se había
perdido de mucho. Quería estar allí para celebrar sus éxitos. Bajó la
mirada a sus jeans y camiseta, un traje apenas apropiado para una cena
de asociados. No había traído un traje, pero se dirigió hacia al clóset del
vestíbulo donde Brad mantenía la ropa limpia.
Kyle vaciló por un instante. ¿Era correcto presentarse sin avisar? No
podía permanecer lejos. Ahora que estaba aquí, tan cerca de ella, tenía que
verla. Se iría si ella se lo pedía, pero tenía que saber de una manera u otra
si era demasiado tarde. Por un segundo, una punzada ligeramente
pequeña de culpa lo golpeó. ¿Debería tomar prestado el traje de Brad así?
El pensamiento se evaporó tan rápido como se formó… que se joda Brad.
Cuarenta y cinco minutos después, Kyle entregó sus llaves al valet del
Hotel Marksman. Sonrió, recordando la cena especial que él y Lanie
habían compartido aquí en su primera cita.
—Lindo llavero, hombre —dijo el chico del valet, sosteniéndolo en alto.
Kyle se rio del llamativo llavero “Jugador” que Lanie le había conseguido.
—Ya no se aplica —dijo, más para sí mismo que para el chico del valet.
Caminó con confianza, pero esa autoconfianza se desvaneció cuando
estuvo dentro del gran salón de baile, buscando en las mesas a Lanie.
Fácilmente detectó a Cassie, ya que llevaba un vestido plateado brillante
que era demasiado atrevido para un evento como este. Lanie se sentaba a
su lado en la esquina. Kyle contuvo el aliento. Ella llevaba un vestido de
202

coctel negro de buen gusto que se aferraba en los lugares correctos sin ser
demasiado revelador. Su cabello castaño caíapor su espalda en magníficas
cascadas de suaves rizos rojizos.
Era la hora del cóctel y la habitación zumbaba con una multitud de
conversaciones mientras los invitados socializaban. Kyle tuvo un impulso
de caminar hasta Lanie y tomar prestada una línea de su película favorita.
¡Nadie pone a Lanie en un rincón! Luego la tomaría de la mano y la haría
girar en algún posesivo baile. Sin embargo, su cerebro lo pateó. Este no
era el lugar para eso y él no era Patrick Swayze.
Dio largos pasos hacia su mesa, lo que lo hizo parecer más confiado de
lo que estaba. Se sentó en la silla vacía junto a ella. Su boca estaba seca,
así que cuando habló, salió en un susurro gutural:
—Hola, hermosa.
Sus ojos se abrieron y mordió su labio inferior.
—Kyle, ¿qué estás haciendo aquí?
—Vine a verte, bebé. Te hiciste socia. Estoy tan orgulloso de ti.
Lanie miró a Kyle por lo que pareció una eternidad, pero su expresión
no registró alegría o ira. Parecía triste y Kyle quiso patearse en ese
momento. Ella respiraba agitadamente, haciendo que su pecho se elevara
seductoramente con cada respiración. Notó que el vestido revelaba su
escote y estaba desprovisto de una cicatriz. Lentamente, ella negó.
Fue entonces cuando oyó la otra voz. Una familiar que no había oído en
años.
—¿Kyle Manchester? No sabía que ibas a estar aquí. Es muy amable de
tu parte apoyar a Brad.
Parpadeó varias veces para relacionarel rostro con la voz.
—¿Sra. Jansen?
—Es tan bueno verte, Kyle. Felicitaciones por tu nuevo trabajo. Parece
que tanto tú como Brad les está yendo bien estos días.
La comprensiónllegó a Kyle y se sintió como si alguien le hubiera dado
un puñetazo en el estómago. Se volvió hacia Lanie.
—No te hiciste socia. Brad lo hizo.
Lanie asintió.
—Él era el abogado principal en el caso Hayes. Su trabajo fue ejemplar.
—Era tu caso, Lanie.
Ella se encogió de hombros.
—Deberías irte.
203

—Lanie…
Antes de que Kyle pudiera terminar, Cassie susurró tan alto que bien
podría haber estado gritando:
—Lanie, sácalo de aquí. ¿Qué diablos está haciendo? Esta es la noche
de Brad.
Ambos la ignoraron y se miraron el uno al otro. Kyle se contuvo de tocar
su cabello. Cassie debió haber pensado que no la habían escuchado
porque seguió repitiéndose, como un disco molesto que se saltada.
Finalmente, Lanie dijo:
—¿Por qué estás aquí, Kyle?
—Necesito hablar contigo.
—No creo que haya algo que decir.
—Tengo algunas cosas que decir. ¿Podrías, por favor, escuchar?
—Estás en mi silla, Manchester —dijo Brad, de pie junto a Kyle.
—Dame un minuto, Brad.
—¿Ese es mi traje? ¿Qué diablos, Kyle?
—Un minuto, por favor —dijo Kyle, sacudiendo su mano.
—Lanie, sácalo de aquí. Está haciendo una escena —siseó Cassie.
Kyle casi se echó a reír. Nadie los estaba mirando. Toda la intensidad en
este momento se concentraba solo en esta mesa. Ni siquiera la Sra. Jansen
estaba prestando atención al intercambio. Ella estaba hablando
amistosamente con otra mujer en la mesa.
—Ven conmigo —dijo Lanie, levantándose de su silla.
Kyle se levantó para seguirla. Brad tomó el brazo de Lanie cuando se
alejaba. La intimidad del gesto casi hizo que Kyle gruñera.
—Lanie, no tienes que ir con él. Puedo encargarme de esto.
Lanie sonrió de modo tranquilizador.
—Está bien, Brad. Solo voy a hablar con él.
—No quiero que te pierdas mi discurso.
—No lo haré.
Había algo más profundo en la voz de Brad y en la forma en que miraba
a Lanie. Kyle no le gustó para nada y luchó contra el impulso de apartar el
brazo de Brad del de ella.
La voz aguda de Cassie cortó el intenso momento como un aullido de
viento en la atestada sala.
—Déjalos marchar, Brad. Todo esto es sobre ti, no ellos.
Brad hizo una mueca ante la voz de Cassie, pero Lanie asintió.
204

—Cassie tiene razón. Vuelvo enseguida.


Ella se alejó y Kyle la siguió en silencio. Lo sorprendió al salir del hotel,
más allá del valet, a una esquina silenciosa y tenue al lado del edificio. El
frío aire de la noche le dejó claro a Kyle que ella no quería tener una larga
e íntima conversación. Ella se estremeció. Kyle se quitó la chaqueta de
Brad y la colocó alrededor de sus hombros. Deseó que fuera su chaqueta y
no la de Brad, pero de cualquier manera, su objetivo era que Lanie
estuviera cómoda.
Ella se apoyó contra la pared de ladrillo. Kyle se inclinóhacia ella,
colocando un brazo a cada lado de su cuerpo. Quería bloquear el viento,
pero más que nada quería estar cerca de ella. Se cruzó de brazos. No
apartó a Kyle, pero su postura tampoco era alentadora. Su fragancia lo
rodeaba. Todavía no podía identificarla, pero podría nombrarla ahora. Era
el olor de la comodidad, la serenidad y la paz. Era el olor del hogar.
—¿Por qué estás aquí, Kyle?
—Me alegra que te hayas quitado la cicatriz. Luces preciosa. Siempre lo
hiciste, de cualquier manera, pero sé que te hacía insegura. —Él sabía que
estaba evitando su pregunta, pero el ascenso y descenso de su pecho lo
distraía. Quería desesperadamente besarla allí, correr sus manos por todo
su cuerpo. ¿Cómo pudo no haber visto lo impresionante que ella era todo
el tiempo, tanto por dentro como por fuera?
—Tim es un buen cirujano —replicó ella sin mirarlo a los ojos—.
Responde mi pregunta.
—Quería apoyarte. Pensé que te habías hecho socia.
—No. ¿Por qué estás aquí en Chicago?
Kyle tragó saliva, deseando que las palabras que había ensayado cien
veces salieran claramente.
—Lanie, te extrañé. Lo siento tanto, cariño. Estaba tan equivocado ese
día en mi apartamento. Tenías razón acerca de todo. Pensé que no era
capaz de ser lo que necesitabas.
—Y qué… ¿ahora lo eres? ¿Qué creó este repentino cambio de
percepción? ¿Nueva York se está quedando sin chicas para llevarte a la
cama? —La voz de Lanie era mordaz, haciendo que Kyle se estremeciera.
Por supuesto que eso es lo que ella pensaría. No le había permitido creer
otra cosa.
—Lanie, no ha habido nadie más desde ti. No hay nadie más para mí.
Cometí un error. Un terrible error y vine a ver si podía corregirlo. Tengo
una suite aquí. ¿Quieres venir conmigo asípuedo explicártelo todo?
—No, dime lo que tengas que explicar ahora mismo. ¿Qué quieres de
mí? —Su voz era distante. Sonaba muy lejos, pero no titubeaba con las
205

palabras. No revelaba nada.


—No quiero que me perdones, porque no me lo merezco, pero prometo
que si me das otra oportunidad, lo ganaré. Quiero una segunda
oportunidad. ¿Me dejarías tener una? Te prometo que nunca más te haré
daño.
Lanie respiró profundo, pero su postura no se suavizó. No atrajo a Kyle
por un beso. Ni siquiera sonrió. Se veía miserable y Kyle quería más que
nada cambiar eso.
—¿Por qué debería hacer eso?
—Me gustaría tener razones convincentes en mi defensa, pero no las
tengo. Soy un hombre estúpido, egocéntrico, que no se dio cuenta de lo
afortunado que era de tenerte en su vida. Ojalá pudiera retroceder todo,
pero no puedo. Así que te diré lo que estoy sintiendo. Lo que he estado
sintiendo durante mucho tiempo, pero no tuve el valor o la confianza
dedecirte. —Kyle tomó aliento y se inclinó más cerca de Lanie para poder
susurrarle al oído. Quería gritarlo desde la Torre Willis pero necesitaba que
ella escuchara claramente la convicción en su voz—. Te amo, Lanie
Carmichael. Te amo muchísimo.
Kyle se tambaleó cuando Lanie lo empujó. No lo había empujado con
fuerza, pero el acto le hizo tanto daño como si ella le hubiera pegado un
puñetazo en el estómago.
Su risa derramaba hostilidad, pero el dolor en su voz era evidente.
—Kyle, eso es solo algo que un hombre dice para apaciguar a una
mujer. —Giró, y sus tacones chasquearon fuertemente contra el pavimento
mientras se alejaba.
Kyle permaneció allí en un aturdidor silencio al darse cuenta de que
Lanie había usado sus propias palabras contra él. Intentó
desesperadamente controlar el arrepentimiento y remordimiento que fluían
por sus venas. Lanie dobló la esquina. Kyle corrió tras ella.
—¡Lanie, espera!
Ahí fue cuando sintió la mano en su camisa. Estaba oscuro y Brad
había estado tan callado que Kyle se preguntó cuánto tiempo llevaba allí.
¿Estaba espiando?
—Es suficiente, Kyle. Has dicho lo que has venido a decir. Lanie, vuelve
a entrar. Cassie te está esperando.
—Brad, está bien —dijo Lanie.
—Déjame pasar —gruñó Kyle, entrecerrando los ojos. Brad ignoró a
Kyle, manteniendo los ojos en Lanie.
—Lanie, por favor, ve adentro. Kyle y yo necesitamos hablar un minuto.
—Kyle quería golpear a Brad en la mandíbula, pero se controló.
206

—No quiero hablar contigo.


—Ve, Lanie. —Lanie miró a los dos hombres con duda pero asintió. Se
dio la vuelta y caminó hacia la entrada del hotel. Cuando estuvo fuera del
alcance del oído, Brad volvió a mirar a Kyle y dijo—: No me importa un
carajo lo que quieras, imbécil.
Kyle nunca había oído tanta autoridad en la voz de Brad. De hecho, se
preguntaba de dónde provenía.
—Quítate. De. Mi. Camino —dijo Kyle con deliberada lentitud,
apartando la mano de Brad.
—La has herido lo suficiente. Fue un desastre cuando te fuiste. Ahora
necesitas dejarla en paz.
Una puñalada de culpa empujó a la ira, pero no le dio a Brad esa
satisfacción. Esto era entre Lanie y él. No le debía nada a Brad.
—¿Qué sabes sobre eso? No eres exactamente astuto cuando se trata de
Lanie.
—Estuve allí para ella cuando tú no estabas.
Kyle sintió que la sangre se drenaba de su rostro y apretó los dientes
con tanta fuerza que pensó que podría terminar con otro diente astillado.
—¿Qué demonios significa eso?
—Estaba allí para ella como un amigo, imbécil. Necesitaba uno.
—Tomaste su ascenso.
Esta vez Brad pareció culpable.
—No pedí el liderazgo en ese caso. Lanie quería que lo hiciera. No pedí
nada de esto.
—¿Por qué quería que lo hicieras? —preguntó Kyle, aunque ya sabía la
respuesta. Lanie era una abogada jodidamente inteligente, pero tenía
problemas de confianza, incluyendo el miedo a hablar en público, no era
un gran rasgo para una abogada litigante.
—No lo sé, pero planeo preguntarle esta noche. Justo después de decirle
que la amo.
Kyle no supo lo que pasó, pero sintió la aceleración de su corazón, la
fuerte tensión en sus músculos, como si cada uno se flexionara
dolorosamente, y el fuerte golpeteo en su cabeza. Él enloqueció. Su puño
conectó con la mandíbula de Brad antes que su cerebro registrara
plenamente el movimiento. Brad se tambaleó hacia atrás, casi cayendo,
pero se estabilizó.
—¿Qué demonios, Manchester? —preguntó Brad, frotándose la mejilla.
—¡Eres un malditoimbécil! —Kyle agarró la camisa de Brad y lo empujó
contra la pared de ladrillo—. Tuviste tu oportunidad y la desaprovechaste.
207

La lenta sonrisa de Brad tomó a Kyle desprevenido. Fue una reacción


inesperada, pero hizo que Kyle se estremeciera.
—Igual que tú.
—Lo supiste todo el tiempo, ¿verdad?
—Tenía una sensación. Sé que fui un idiota. Lanie es todo lo quiero y
necesito en mi vida.
—¿Qué hay de Cassie? ¿Crees que Cassie te va a desear la mejor de las
suertes? —Kyle no tenía idea de por qué nombraba a Cassie. No le
importaban sus sentimientos en absoluto, pero ella era su última gota de
esperanza y se aferró a ello.
—No, pero me importa una mierda. Estoy rompiendo con ella esta noche
de cualquier manera. Sé que será difícil para Lanie lidiar con eso, pero no
se merece la forma en que Cassie la trata. No siento culpa por ello. Me ha
estado engañando desde hace semanas. —Brad se ajustó su corbata y
pasó una mano por su mandíbula, haciendo una mueca—. No puedes
hacer feliz a Lanie, pero yo sí puedo.
Brad se dirigió hacia la entrada del hotel, pero Kyle aún no había
terminado. Colocó su mano en el hombro de Brad con fuerza para
detenerlo.
—Es su elección, no la tuya.
Brad se quedó rígido.
—Ella hizo su elección. Al menos en lo que a ti concierne.
—No voy a dejarla —respondió Kyle.
Brad se volvió rápidamente, fijando a Kyle a la pared. Sin embargo, Kyle
fue más rápido, y logró esquivar el puño de Brad con el suyo. Lucharon
durante varios minutos, conectando puños a mandíbulas, cuellos y
estómagos. Kyle ensangrentó la nariz de Brad. Brad ennegreció el ojo de
Kyle.
—No me hagas arruinar mi propio traje, imbécil —gritó Brad.
—Solo lo arruinarás con tu propia sangre.
—¡Deténganse! —Ambos hombres se volvieron para ver a Lanie. Kyle se
encogió, preguntándose cuánto había escuchado. Ella tenía su abrigo y su
cartera con la chaqueta de Brad colgando sobre su brazo—. ¿Qué
demonios les pasa a los dos? —Se volvió hacia Kyle, sin ocultar su
decepción. Kyle colocó su mano en la nuca, bajando su cabeza
tímidamente—. Kyle, eres un periodista. Denuncias las noticias, no las
haces. —Se volvió hacia Brad—. Y Brad, eres un abogado. Sabes lo que
significaría si te arrestaran por pelear.
Kyle soltó la camisa de Brad, empujándolo un poco en el proceso. Sin
aliento, se alejaron el uno del otro.
208

—Lanie, ¿a dónde vas? —preguntó Brad.


—Voy a casa, Brad. Deberías entrar. Cassie te está buscando.
—Déjame llevarte. Estás molesta y has estado bebiendo —dijo Brad,
caminando hacia ella.
Kyle soltó una risa sarcástica. Brad se volvió hacia Kyle con veneno su
mirada.
—¿Qué?
—Dile lo que has estado bebiendo, Lanie.
Lanie se dirigió hacia Kyle. Kyle sintió que su corazón se inflaba y luego
inmediatamente se desinfló cuando lo único que hizo fue entregarle la
chaqueta… la chaqueta de Brad.
—Esta noche solo he tomado bebidas sin alcohol. Estoy bien para
conducir.
Ella se giró hacia el estacionamiento.
—Lanie, el valet está por aquí. —Brad señaló hacia el frente del
edificio—. Voy a esperar contigo por tu auto.
—Ella no estaciona con valet. Lanie tiene problemas para confiar su
auto —interrumpió Kyle. Brad no ocultó su molestia y Kyle se sintió algo
justificado al demostrarle a Brad que conocía mejor a Lanie. Ella empezó a
alejarse, pero se detuvo cuando una voz estridente entró en erupción en el
aire frío de la noche, haciendo que todos se pusieran rígidos. Maldito
súcubo, pensó Kyle sombríamente.
—Brad, ¿por qué estás aquí? —jadeóCassie—. ¡Estás sangrando! —Los
brillos en el vestido de Cassie la hacían resplandecer en la oscuridad.
—Cassie, vuelve adentro y espérame —ordenó Brad, pero Cassie se
mantuvo firme, examinando la escena. Cuando vio a Lanie, su confusa
expresión se transformó en un ceño fruncido.
—Esto es tu culpa. Eres tan jodidamente egocéntrica. No se trata de ti,
Lanie. Se trata de Brad. Se lo merece y es obvio que estás celosa como de
costumbre.
La columna de Lanie se puso rígida, e incluso en la oscuridad, Kyle
pudo ver sus ojos avellana ensancharse. Había visto esa expresión antes,
dirigida a él. No era miedo o culpa… Lanie estaba enojada. Kyle sabía que
no debía intervenir. Esta era la pelea de Lanie y se consideraba afortunado
de estar presente.
Brad, por otro lado, no sabía nada.
—Cassie, no le hables como…
—Está bien —interrumpió Lanie, extendiendo la mano para descartar a
Brad. Se acercó a Cassie—. Cassie, tú eres el epitome del egocentrismo.
209

Siempre lo has sido, ¿y sabes qué? He terminado con esto. Te quiero fuera
de mi casa. Te doy veinticuatro horas para empacar tus cosas.
Kyle tuvo ganas de aplaudir, pero se contuvo, eligiendo animarla en
silencio. La expresión de Cassie cambió de ira a conmoción.
—N-no puedes hacer eso —tartamudeó Cassie.
—Como el infierno que puedo. Veinticuatro horas o las pondré
personalmente en la calle. Tú, mejor que nadie, sabes lo que le sucede al
maquillaje cuando está expuesto a los elementos.
—¡No tengo dónde ir! —se lamentó Cassie, volviéndose hacia Brad. Sus
labios temblorosos y ojos suplicantes expresaban claramente su pregunta
no formulada. Brad lentamente negó y alejó la mano de ella. Lágrimas
negras de rímel rodaban por el rostro de Cassie, haciéndola parecer un
payaso de una película de terror.
—Vete a vivir con mamá —dijo Lanie, proporcionando la respuesta. Kyle
estaba orgulloso de que el colapso de Cassie no disuadiera a Lanie. En
realidad, Kyle estaba muy orgulloso de Lanie en general.
—¿Qué? No puedo vivir con mamá. Nos mataríamos la una a la otra.
Kyle casi se echó a reír, pero estaba demasiado hipnotizado por la risa
de Lanie. Ella se llevó la mano a la boca tan pronto como lo hizo, como si
el sonido fuera involuntario pero inevitable. En ese intenso momento,
probablemente lo era.
—Se merecen la una a la otra —dijo Lanie finalmente.
Cassie se enderezó, limpiándose las lágrimas del rostro, logrando hacer
un lío aún más grande.
—No puedes hacer esto. No voy a dejar que te salgas con la tuya. ¡Hay
leyes sobre esto!
Esta vez la risa de Lanie fue completa y no la ocultó.
—Tienes razón. Hay leyes, ¿y adivina qué? ¡Soy una abogada! Y una
malditamente buena también… un jodido diez, y no tengo que decirte la
diferencia entre diez y dos, ¿no es así?
Kyle se preguntó de qué estaba hablando Lanie, pero estaba claro que la
declaración tenía algún significado oculto ente las hermanas.
—Si peleas conmigo, demandaré tutrasero para que devuelvas el alquiler
tan rápido que no podrás encontrar un amante rico para que se encargue
de eso. —Cassie abrió la boca para protestar, pero Lanie la interrumpió—:
Deja de hacer jodidas excusas y preocúpate por contratar una compañía
de mudanzas para conseguir que saquen tu ropa de mi casa. —Cassie le
dio una última mirada de súplica a Lanie, pero Lanie la ignoró. Se giró
sobre sus talones y marchó deliberadamente hacia el estacionamiento.
—Brad, por favor. No puedo vivir con mi madre —gimió Cassie.
210

—Tampoco puedes vivir conmigo. Ve adentro y límpiate.


—Pero Brad…
—¡Ve adentro! —ordenó Brad. Cassie se quedó boquiabierta y persistió
por unos segundos, pero finalmente accedió, caminando hacia la entrada
del hotel con los hombros encorvados.
Kyle casi sintió lástima por ella, pero sabía en qué tipo de juegos
mentales había puesto a Lanie y no pudo invocar una pizca de simpatía.
Kyle esperó unos minutos, viendo cómo el auto de Lanie salía del
estacionamiento. Brad también estaba mirando.
—La amo y no la voy a dejar ir —advirtió Kyle—. Sé que he cometido
errores, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para
enmendarlos.
—Pero, ella me ama, ¿no es así? —preguntó Brad.
—No lo sé —dijo Kyle, sintiendo que sus músculos se tensaban.
—Era una pregunta retórica, idiota.
Ambos se miraron, teniendo una conversación no verbal. Habían sido
amigos durante tanto tiempo que no siempre necesitaban las palabras.
Brad se movió con la rapidez de un rayo, dirigiéndose hacia la entrada del
hotel, pero Kyle dedujo la situación rápidamente. Brad corrió hacia el valet
y llegó primero con su ventaja, pero Kyle era un corredor más rápido y no
estaba mucho más lejos. El valetextendió sus manos y retrocedió al ver a
dos hombres adultos vestido de traje corriendo hacia él como niños. Brad
tendió su ticket de estacionamiento, respirando con dificultad.
—Trae mi auto, rápido.
Kyle no pidió su auto. En vez de eso, miró al tablero con todas las llaves,
reconociendo al instante las suyas, gracias al llamativo llavero. Saltó
detrás del mostrador como si fuera un obstáculo y lo desató.
—Oye, ¡no puede hacer eso! —gritó el chico, pero Kyle ya corría hacia el
estacionamiento. No tenía idea dónde estaba estacionado el auto, pero
presionó el botón de desbloqueo en sus llaves hasta que escuchó el sonido
familiar.
El auto de Kyle chirrió fuera del estacionamiento mientras se dirigía
hacia el apartamento de Lanie. Le diría de nuevo cuánto lo sentía. Le diría
lo mucho que significaba para él. Que ambos estaban defectuosos, pero
que ella era perfecta incluso en sus defectos. Sabía que estaba lejos de eso,
pero haría todo lo posible para hacerla feliz. Kyle vio las luces altas de los
faros de Brad en su espejo retrovisor. Maldijo, dándose cuenta que su
ventaja no era tan grande como pensaba. Pisó el acelerador, sintiendo su
corazón correr tan rápido como el indicador de velocidad. Pensó en lo que
Brad había dicho. Todo este desastre había empezado porque Lanie amaba
a Brad. ¿Aún lo hacía? De repente su misión parecía absurda. Se sentía
211

ridículo. Lanie no era lo suficientemente voluble como para caer en los


brazos del hombre que llegara a ella primero. Kyle redujo la velocidad
hasta que Brad estuvo peligrosamente cerca de su parachoques. Luego se
detuvo bruscamente, con los neumáticos chirriando, hasta que se detuvo
por completo. Brad pasó junto a él, desacelerando lo suficiente para que
Kyle pudiera ver su expresión desconcertada.
Kyle quería hacer feliz a Lanie, y tal vez la mejor forma de hacerlo era
ceder. Irónicamente, todo había salido exactamente como ella había
predicho en ese bar deportivo hace tantos meses. Brad, naturalmente, se
había enamorado de ella. Había visto que Lanie era especial. Era dulce
pero fuerte. Era leal y dedicada. Brad era, en muchos sentidos, perfecto
para ella. Kyle no se interpondría. Ya había dicho su parte y Lanie lo había
rechazado. No la obligaría a hacerlo de nuevo. La amaba tanto que la
dejaría ir.
Kyle hizo un giro ilegal en U y se dirigió de nuevo al Hotel Marksman.
212
CAPÍTULO 27

K
yle pasó por el lobby del hotel. La cena de asociados todavía
estaba en pleno apogeo. Kyle se preguntó si Cassie se enteró que
Brad la había dejado. Tal vez la señora Jansen la llevaría a casa.
Quéescena tan incómoda seria para ella tropezarse con Brad y Lanie. Al
menos ahora,la verdad saldría a la luz. Lanie se había enfrentado a Cassie.
Brad le diría a Lanie que la amaba. Tendrían su final feliz con mínimas
consecuencias.
La suite en el Marksman era lujosa y bien amueblada, como una escena
de una vieja película de Hollywood con colores pálidos, cortinas de
terciopelo, y candelabros de cristal en miniatura. Gritaba opulencia y
romance, y Kyle la odiaba. Consideró irse y alojarse en un motel por la
autopista. No había reservado su vuelo de regreso. Había venido aquí con
una misión, inseguro del final. La misión había fallado miserablemente.
Kyle se revisó en el baño de baldosines de cristal. Su ojo estaba
ligeramente negro por el puño de Brad, y su mandíbula dolía, pero no
había daño permanente. Con cuidado se quitó el traje de Brad. Haría que
el hotel lo lavara y se lo enviara. Se puso su holgadopantalón de correr y
su camiseta favorita de Syracuse.
Abrió el mini bar y agarró todas las pequeñas botellas de licor que tenía,
preparándose para ahogar sus penas. Se sirvió la bebida y se lo tragó
deprisa como medicina, pero no era exactamente lo que ansiaba. Quería
helado. Kyle llamó y ordenó el sundae con sirope caliente. Era el mismo
que él y Lanie habían compartido en la primera cita. ¿Qué cita? Toda su
relación fue una farsa. Kyle le había advertido a Lanie que no se
enamorara de él. Él no había tomado su propio consejo.
Se sentó en el lujoso sofá de terciopelo y cambió de canales hasta que
encontró un infomercial sobre un abridor de latas eléctrico que solo
requería usar una mano. ¿De verdad era tan difícil abrir una lata? Observó
todo el asunto. La lluvia empezó entonces, cayendo en gruesas gotas sobre
el cemento, resonando por las ventanas de triple grosor. Era lo
suficientemente frío como para congelar. El amargo y triste sonido hacía
juego con el estado emocional de Kyle.
213

Kyle estaba por llamar y ver qué pasaba con su sundae cuando escuchó
un toque tentativo.
—Estaba empezando a preg… —Kyle se detuvo en seco, mirando a
Lanie, goteando, temblando y de pie frente a su puerta.
Kyle la atrajo hacia la habitación.
—¿Por qué estás tan mojada? —Él frotó sus manos de arriba abajo por
sus brazos, intentando generar calor.
—Llegué aquí hace veinte minutos, pero debía pensar un poco, y alguien
una vez me dijo que una caminata era una buena forma para pensar, pero
entonces empezó a llover y no había terminado de pensar, así que seguí
caminando.
—¿Estás loca? ¿Estuviste caminando bajo la lluvia a esta hora?
—No empezó a llover hasta el final. —Los labios de Lanie temblaban
mientras hablaba.
—¿En qué estabas pensando?
—Te extrañé. Extrañé a mi amigo. —Entonces lo abrazó, y Kyle envolvió
sus brazos alrededor de ella con fuerza, cerrando sus ojos mientras cada
uno de sus músculos se relajaba. Entonces la sintió estremecerse entreen
brazos.
—Quítate la ropa.
—¿Qué?
—Quítate la ropa. —Lanie lo miró confundida, y se dio cuenta decómo
había sonado. La tomó del codo y la llevó al baño.
—No quiero que te dé una neumonía. Lo que sea que tengas que
decirme puede esperar. Quítate la ropa mojada y toma una ducha caliente.
Estaré esperándote aquí.
Kyle se quedó fuera de la puerta en caso de que Lanie necesitara algo.
Tenía un millón de preguntas para ella, pero no dejaría que su curiosidad
ganara esta vez. Se aseguraría que primero estuviera cálida y cómoda.
—Mmm, Kyle —dijo Lanie a través de la puerta cerrada.
—¿Sí?
—No tengo nada que ponerme.
Kyle no lo pensó. Solo se quitó su camiseta. Abrió la puerta un poco y se
la entregó.
—Usa esto.
—Mis piernas tendrán frío —dijo ella. Se quitó su pantalón de chándal,
entregándosela—. ¿Estás dándome tu ropa? Eso es muy generoso.
—Te daré todo lo que tenga que darte, cualquier cosa que necesites. —
214

Las palabras eran puras y honestas, nacidas del corazón y no sacadasde la


cabeza.
Se le ocurrió que había una bata en el clóset que podría haberle dado.
Justificó eso diciéndose que la ropa ya estaba cálida por su calor corporal.
Escuchó el agua correr. Entonces ella salió, dejando la puerta abierta,
todavía usando su vestido de noche.
—¿Por qué todavía estás vestida? —preguntó.
Ella se giró, levantando su cabello.
—Necesito ayuda. Bájame el cierre. —Él tragó saliva, bajando la
cremallera por el largo del vestido, mirando el sujetador de encaje rojo
debajo de este y el borde de lo que parecía una tanga. Maldición—. Ahora
desabróchame el sujetador. —Sabía cómo funcionaban los sujetadores,
pero sus dedos temblaban mientras lo soltaba. Miró su hermosa espalda
con su perfecta pendiente y no pudo resistirse a pasar su mano por ese
tramo de piel.
Ella se giró hacia él, mirándolo con los ojos entornados, a punto de
hablar, cuando un fuerte golpe la interrumpió.
—Servicio de habitación.
Kyle maldijo.
—Déjelo en la puerta, por favor.
—Señor, es helado. Se derretirá —respondió la anónima voz masculina.
—Entonces lléveselo. No lo quiero.
—¿Kyle, estás rechazando helado? —preguntó Lanie divertida.
Él le sonrió.
—No puedes comerlo de todos modos. No hasta que tu temperatura
corporal se normalice.
—Adiós a darme cualquier cosa que necesite.
—Necesitar es la palabra clave en esa frase. —Fue hacia la puerta, listo
para gritarle a quién sea que estuviera ahí. Tan pronto como la abrió, el
joven trabajador dio un paso atrás, casi dejando caer la bandeja en su
mano. Kyle inmediatamente se dio cuenta por qué. Estaba casi desnudo
con una gran erección que hacía que su bóxer parecieran dos tallas más
pequeñas.
—Solo lléveselo.
—¿No lo quiere?
Kyle suspiró frustrado, tomando su billetera de la mesa adyacente. Sacó
un billete, entregándoselo al hombre.
—Déjelo en espera, por favor.
—Que tenga una buena noche, hombre —dijo el empleado con una
215

sonrisa irónica.
—Eso espero —replicó Kyle después de cerrar la puerta.
Regresó al baño, donde ahora la puerta estaba cerrada, pero el vapor se
escapaba por la estrecharendija, calentando sus pies descalzos. No estaba
seguro de lo que estaba haciendo Lanie, pero si la puerta no tenía seguro,
tenía toda la intención de averiguarlo. Sonrió cuando el pomo giró
fácilmente, y entró con tal fuerza que se golpeó el hombro contra esta.
—¿Lanie?
Estaba parada frente a él usando nada más que esa sexy tanga de
encaje rojo, sus manos en sus caderas, sin intentar cubrirse de ninguna
forma por primera vez. Sus ojos recorrieron esa brillante melena de rizos
cobrizos, deteniéndose apenasen los senos más perfectos que había visto
alguna vez, bajando por su delgada cintura y esas caderas curvilíneas. No
recordaba que sus pies lo llevaran, pero de alguna forma el espacio entre
ellos se había reducido hasta que estuvo tan cerca que podía sentir su
respiración mientras rozaba su piel.
—Casi me atrapaste con las bragas abajo —bromeó ella con una sonrisa
seductora.
—¿Estás intentando torturarme? —Su voz era tensa por la necesidad, y
estaba teniendo problemas para concentrarse.
—¿Puedes ayudarme con la última capa? —preguntó ella, deslizado sus
dedos alrededor de la cinturilla.
—¿No deberíamos hablar primero? —La pequeña parte de su cerebro
que todavía funcionaba lo hizo preguntar. Quiso patearse por la estúpida
pregunta.
Ella pasó los dedos por el pecho de él.
—Creo que puedes decírmelo sin palabras. Te necesito. —Entonces la
acercó a él, sin poder soportar el pequeño espacio entre ellos, y sostuvo su
rostro entre sus manos. Sus besos no fueron suaves y dulces. Estaban
llenos de necesidad, alimentados por su hambre. Había una desesperación
entre ellos por tocar y sentir.
Enganchó sus dedos bajo la delgada cinturilla de su ropa interior.
Pretendía deslizarlas, pero en su urgencia, se las arrancó del cuerpo,
apretándolas en su puño.
No podía soportar más.
—¡A la ducha, ahora! —gruñó, agarrándolapor los hombros y girándola
hacia la ducha encerrada en vidrio.
Ella se echó areír y caminó lentamente hasta esta, moviendo sus
caderas y su voluptuoso trasero con cada paso. Estaba en trance,
mirándola. Curvó un dedo hacia él llamándolo mientras entraba.
216

—¿Vienes?
—No sin ti —replicó él, casi rasgando su propio bóxer mientras se los
sacaba antes de ir tras ella. El agua cálida los golpeó a ambos. Kyle la
puso bajo esta para calentar su piel fría, mirando las gotas bailar sobre su
cuerpo. Estrelló sus labios con los de ella, sintiendo un dulce alivio al
tocarla. Ella se apartó, sin aliento y mirándolo con esos ojos dorados. Él la
acercó de nuevo, chupando su oreja, cuello y hombros con sus labios.
Luego se concentró en sus senos, besando la pequeña línea blanca donde
había estado su cicatriz. Ella se estremeció bajo sus caricias, manteniendo
su cabeza ahí. Finalmente él se puso de rodillas, separó sus muslos, y
deslizó su lengua en sus resbalosos pliegues. Gimió de inmediato,
animándolo a ir más hondo. Él succionó su clítoris, atrayendo su
protuberancia entre sus labios y sintiéndose recompensado cada vez que
gemía su nombre. Lamió su sexo a un ritmo lento, remarcando con
rápidos golpecitos.
—Tan jodidamente deliciosa.
—¡Kyle!
—¿Qué, cariño? —preguntó.
—No puedo seguir de pie —gimió ella.
Sus piernas estaban temblando. Él agarró su cintura y suavemente la
movió contra la pared de azulejos sin perder su ritmo. Se inclinó contra
ella y la mantuvo firme.
—No te dejaré caer. Siempre te sostendré.
Ella dijo su nombre de nuevo, pero en un gemidoexigente y lujurioso
mientras pasaba los dedos por su cabello. Él aceleró su ritmo, sabiendo
que ella necesitaba su liberación. Luego sintió el apretón de sus músculos,
y sus gemidos ansiosos se convirtieron en gritos orgásmicos.
Cuando ella terminó, se levantó, envolvió sus brazos alrededor de su
trasero, y la levantó contra la pared. Besó su cuello y mordisqueó su
lóbulo antes de susurrar.
—Quiero jodidamente atravesar fronteras contigo.
Ella le pasó los brazos por el cuello, acercándolo.
—Necesito ser Kyle Manchester-izada con urgencia.
Entró en ella tan abruptamente, que Lanie gritó.
—¿Estás bien?
Ella pasó sus piernas alrededor de sus caderas y presionó su frente
contra la de él.
—Sí. No vas a lastimarme, Kyle.
217

—Lo sé —jadeó él contra su cuello—. Aférrate a mí.


—Es lo que pienso hacer.
—Eso es bueno, porque nunca te dejaré ir. —No solo estaban hablando
de su posición sexual.
Luego no pudo decir nada más porque sus apretados y mojados pliegues
lo apretaron. Empujó dentro de ella como nunca antes lo hizo, obligándose
a postergar su clímax.
—Te. Sientes. Tan. Bien.
El agua estaba cayendo sobre su espalda y el rostro de ella, lavando el
sudor de sus cuerpos mientras se aferraban el uno al otro, expresando su
necesidad. Apretó las piernas, acercándolo con cada embestida.
—Estoy llegando —susurró ella contra su cuello.
—Gracias Dios —dijo, sintiendo que su propialiberaciónllegaba
rápidamente.
La sostuvo ahí hasta que el cuerpo de ella dejó de estremecerse y su
corazón se calmó. La bajó con suavidad y se retiró.
Él se permitió otra mirada más prolongada y apreciativa sobre el cuerpo
desnudo de ella,colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Eres hermosa.
—Gracias —contestó ella, sonriéndole.
Era la primera vez que había aceptado un halago sin parecer nerviosa o
avergonzada. Ella lo creía.
—Gracias —contestó él.
Él cerró la llave del agua y se tomó su tiempo secándola con la toalla
antes de ayudarla a salir de la ducha.
—Puedes ponerte lo de arriba, y yo lo de abajo —dijo él, dándole su
camiseta.
—¿Cualquier excusa para quitarte la camisa, ah?
Él se encogió de hombros.
—Se ve mejor en ti. —La pasó por su cabeza—. No es que lo prefiera,
pero no me voy arriesgar a que el tipo del servicio de habitacionesvuelva y
te vea desnuda.
Tan pronto como estuvieron vestidos, la cargó, la llevó al sofá, y envolvió
una manta alrededor de ella. Él se sentó en el borde del sofá, y enredó sus
dedos por su suave y húmedo cabello.
—Recuéstate conmigo.
—Déjame prepararte un poco de té primero. ¿De cuál quieres?
218

—Sabor a helado —contestó con un mohín.


Kyle pasó su dedo por su nariz.
—Tan sabelotodo. Earl Greyserá. —Se inclinó y besó su frente.
Él negó, sin poder dejar de sonreír mientras preparaba el té para ella y
su whiskey. Ella no había recibido el cambio de imagen. Él lo tuvo. Todo lo
que ella había hecho fue deshacerse de algunas de sus capas físicas, y en
el proceso, liberó a Kyle de aquellas emocionales. Lo había convertido en
un mejor hombre. Lanie todavía era la misma chica dulce y hermosa que
había conocido en el bar Duggan’s, en esa cita a ciegas hace tantos meses
por la insistencia de Brad. ¡Brad!
Kyle se acercó al sofá y dejó las bebidas rápidamente antes que sus
manos empezaran a temblar. Sintió la sangre abandonar su rostro y toda
su euforia se evaporó como las últimas volutas de vapor saliendo del baño.
¿Ella sabía que tenía otra oferta en la mesa? ¿Una por la que había estado
esperando? Mierda, acababan de tener sexo. Trató de hacer los cálculos en
su cabeza para ver si era posible que ella hubiera tenido tiempo suficiente
para tener esa conversación. Kyle intentó calcular mentalmente la
probabilidad, contando la distancia, su caminata, y su conducción veloz.
Había muchas variables desconocidas. Nunca había sido bueno con
problemas matemáticos. Los malditos profesores de matemáticas siempre
le decían que serían necesarios, y se maldijo por no saber la respuesta.
—¿Qué pasa? —le preguntó ella.
Respiró profundo.
—Lanie, ¿fuiste a tu apartamento antes de venir aquí? —preguntó,
esperando que su voz sonara tranquila. Parte de él no quería saber la
respuesta.
Tomó la taza que él le ofreció y sopló la parte superior. Kyle se dejó caer
en el extremo del sofá, sintiendo su corazón latir en su pecho mientras
esperaba por su respuesta.
—Sí, fui a casa.
Él asintió lentamente.
—¿Y qué pasó cuando llegaste?
Le lanzó una brillante sonrisa, y Kyle rezó para que no fuera la última
que viera.
—Estaba molesta. Necesitaba helado. Sabía que no tenía, pero fui al
congelador de todos modos por costumbre, y ahí estaba, un nuevo tarro de
helado de chocolate doble. —Presionó su piecontra la pierna de él en un
gesto de broma. Unos minutos atrás, Kyle lo habría agarrado y le habría
219

hecho cosquillas en ese punto que tanto la hacía reír. Pero ahora no se
atrevía a tocarla—. Por un minuto me pregunté de donde salió, pero
entonces, por primera vez, recordé que tenías una llave. Por supuesto que
tú lo traerías porque siempre sabes lo que necesito. Ni siquiera comí algo,
así que deberías sentirte culpable por rechazar al servicio de habitación. —
Kyle sí se sentía mal, pero no tenía nada que ver con el helado.
—¿No hablaste con Brad? —preguntó él entre dientes.
Parecía confundida.
—No, pero creo que lo pasé de camino acá, llevando a Cassie a casa. Me
alegra no estar ahí ahora mismo. Me pregunto si se mudará con él. Me
siento un poco mal por él. —Se encogió de hombros—. Pero no es mi
problema.
Kyle ya no estaba escuchando. Sintió su garganta secarse y cada
músculoestremecerse a la vez. Se tomó su trago, deseando que hubiera
sido doble.
—Jodido Brad —murmuró él.
—¿Qué?
Kyle se levantó del sofá. Caminó a lo largo de la habitación con pasos
apresurados. Lo miró, moviendo su cabeza como si estuviera viendo un
partido de tenis.
—Soy un jodido idiota.
—Kyle, cálmate. ¿Cuál es el problema?
Volvió a sentarse en el sofá, sintiéndose completamente derrotado.
Colocó sus codos sobre sus rodillas y descansó su cabeza en sus manos.
No quería ver su expresión cuando le dijera. Si veía la sorpresa, alegría, o
rabia en su rostro, lo heriría completamente.
—No iba con Cassie. Iba a verte.
—¿Por qué?
¿Alguna vez hubo una palabra más horrible en el idioma español que
por qué? Kyle tomó aire de nuevo, atreviéndose a mirarla. Ella ladeó su
cabeza, mirándolo concuriosa preocupación. La expresión decía mucho. No
tenía idea.
—Pensé que sabías o nunca habría… Mierda, vas a odiarme —dijo,
pasándose las manos por el cabello. Kyle sintió su mano en su rodilla,
frotándola. Incluso esa pequeña caricia en este extraño momento le trajo
consuelo.
—Solo dilo —susurró ella.
—Él iba a decirte que te amaba. Está listo para ser tu héroe ahora, y
pueden cabalgar hacia el atardecer para vivir su cuento de hadas. Es todo
lo que siempre quisiste.
220

Ya estaba dicho, y todo su cuerpo estaba tenso mientras esperaba que


ella saliera de su vida. Sintió que salía del sofá, pero en lugar de huir, se
agachó frente a él. Pusosusmanos alrededor de lasmuñecas de él,
apartándolas. Kyle alzó la cabeza y la miró. Parecía un ángel con ese largo
cabello con un color entre fuego y tierra y esos luminosos ojos dorados.
Ella subió a su regazo y lo montó a horcajadas. Él la abrazó con fuerza,
sintiendo cada músculo soltarse con su toque.
—Kyle —le murmuró al oído—. Nunca podría estar con Brad. Es
intolerante a la lactosa. —La situación parecía tan intensa para que Kyle
se riera, pero de nuevo ella siempre lo sorprendía de las formas más
placenteras—. Eres todo lo que quiero y lo has sido desde hace mucho
tiempo.
Él exhaló por tanto tiempo que tuvo que detenerse entre uno y otro.
Luego la tomó por los hombros y la apartó un poco para podermirarla a los
ojos cuando dijo las palabras que había estado pensando desde el día que
se marchó.
—Estaba tan preocupado justificando el por qué no podía ser el hombre
correcto para ti que lo omití por completo.
—¿Qué?
Él tomó su mano, besando cada dedo.
—Señorita Lanie, tú eres la heroína de mi historia. Te amo demasiado.
Ella cerró sus ojos, sonriendo suavemente.
—También te amo, Kyle. —Escucharla decirlo por primera vez creó un
aumento de adrenalina en Kyle similar a la de un atleta, pero mucho más
poderosa. Abrió sus ojos, presionando su frente con la de él—. E incluso
con todas esas otras oportunidades que has tenido, eres mi héroe también.
—Pasó un dedo por su pecho—. Pero no más. Ahora tendremos la nuestra.
—No podría estar más de acuerdo. Estoy tan honrado que me dejaras
ser tu primera vez, pero en realidad quiero ser el último.
Acunó su barbilla sonriendo.
—Eres el único. —Kyle no estaba esperando eso y, como resultado, no
pudo ocultar su gran sonrisa. Se levantó y la cargó al cuarto. Tenían una
cama tamaño King que probar, después de todo. Él quería quitarle su
camisa y hacerle locamente el amor, pero tenía más cosas que decir.
—Voy a mudarme aquí de nuevo, y ahora que no tienes una compañera
de apartamento, me gustaría llenar la vacante, si me lo permites. —Abrió
su boca para hablar, pero Kyle la cubrió con otro beso antes que pudiera
protestar, la dejó en la cama, y se subió sobre ella. Su suave cuerpo bajo el
de él era tan seductor que casi olvidó el resto de su petición—. Soy una
persona muy solicitada en este momento, y puedo recuperar mi antiguo
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trabajo. No puedo pasar ni una sola noche sin ti. —Chupó su cuello,
inhalando su delicioso aroma.
Lanie agarró un puñado de su cabello, levantando su cabeza para que
sus ojos se encontraran.
—No quiero que te mudes conmigo. —Kyle la miró perplejo, pero ella lo
besó antes de que sus músculos se tensaran de nuevo—. Quiero mudarme
contigo… en Nueva York. Puedo conseguir un trabajo allá. Verás, estoy
muy solicitada ahora también.
—¿Dejarás a tu familia? —Kyle las odiaba, pero sabía que Lanie las
amaba, y él no quería hacerla sacrificar nada.
—Eres mi familia.
Kyle tragó con fuerza, preguntándose si alguna vez sería capaz de
construir un pedestal lo suficientemente grande para ella.
—Eres mi familia también, cariño.
Mientras él exploraba cada uno de sus perfectos rasgos, Kyle tuvo un
pensamiento fugaz. Fue rápido, pero lleno de genuina simpatía.
—Pobre Brad.

Fin
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Sobre la Autora

Soy una romántica empedernida en un mundo


irremediablemente pragmático. En el día, uso mi capa
mágica, calculadora (algunas veces un ábaco), y una
variedad de rotuladores para mi trabajo en el mundo de
las finanzas. En la noche, me siento junto al cálido
resplandor del monitor de mi computadora, y evoco a
atractivos y conmovedores héroes y vivaces heroínas que
los aman. Aunque amo escribir, soy una lectora en
primer lugar y no hay nada que disfrute más que
acurrucarme con un buen libro y algún delicioso
italiano (¡La comida, por supuesto!). Espero que
disfruten mis historias y me escriban.

Encuentra más en http://mkschillerauthor.com


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