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La Revolución Industrial del siglo XIX

En la segunda mitad del siglo XIX se inicia en Inglaterra una profunda


transformación de la estructura económica que trajo aparejada la
trasformación de la estructura social y política del país, extendiéndose
luego a varios países de Europa. Estamos hablando ni más ni menos que
de la Revolución Industrial, proceso que se apoyó en tres grandes
acontecimientos: crecimiento de la población, incorporación de materias
primas en la producción y el descubrimiento de nuevas fuentes de energía
que facilitaban la elaboración de dichas materias primas.

A estos acontecimientos se le suman otras cuestiones relevantes para la


revolución: Crecimiento y desarrollo de las técnicas, acumulación de
capital para invertir, aplicación de nuevas técnicas agrarias, crecimiento
de las inversiones, aparición de nuevos sistemas de cultivo, nueva
maquinaria agraria como la sembradora mecánica y nuevas técnicas
químicas para mejorar la composición del suelo. Además crece el
comercio interior y exterior: los propietarios agrícolas comienzan a
proyectar sus ventas hacia otras regiones y países,
los empresarios ingleses se encontraban muy entusiasmados por los
avances y comenzaron a invertir cada vez más, y la aparición de
nuevas fuentes de energía hicieron que la revolución sea inminente.

Uno de los historiadores marxistas más importantes del siglo XX, Eric
Hosbawm, afirmaba en su libro “La era de las Revoluciones” que el
motor inmediato de la Revolución Industrial había sido la industria del
algodón. Este sector, junto con el siderúrgico, fue uno de los primeros en
revolución su tecnología a finales del siglo XVIII. Los grandes cambios en
la industria algodonera suponían abundante materia prima, que a su vez
era más que barata y también la renovación de las técnicas que permitían
una mayor concentración industrial. Por ello se consideró que el algodón
fue la primera materia prima de Inglaterra.
En lo que al transporte respectaba, hubo innovaciones por demás. Se
crean nuevas vías para el ferrocarril, aparece el carruaje a vapor y el
primer tren de pasajeros en el año 1830, que recorría Manchester hasta
Liverpool. En transporte fluvial también tuvo sus avances, construyéndose
una nueva red de canales por casi todo el país.

La Revolución, como te comentábamos al principio, modificó todo el


sistema social de Inglaterra. Cambiaron los estamentos: aparece la
sociedad de clases, cuya cúspide la ocuparan los ricos: los burgueses y
las populares estarán dominadas por los obreros, cuyas condiciones
laborales eran deplorables. Este último punto fue propedéutico para que la
Revolución alcanzara su etapa más ferviente, loó que provocó revueltas y
protestas, huelgas y desorden en las calles, sin embargo eso no bastó ara
que años más tarde se constituyera el capitalismo monopolista, que,
formado por grandes empresarios, comenzaron a dominar la economía no
solo inglesa, sino europea.

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