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Edgar Martínez Hernández. David Abril Hervás. (2014). Ciudadanía activa y educación.

En
Aprendizaje de la educación y participación (5-8). México:
Traficante de Sueños.
Relaciones internacionales.
Sustentabilidad, género y ciudadanía.
Semestre: 3.

Vivir en masas siempre ha sido un reto en una realidad que se encuentra en complejidad y
dinamismo constante, es por eso por lo que el humano ha desarrollado herramientas de organización
política-social que logren apaciguar al ser con impulsos y deseos que interactúa con los otros y para
eso necesitamos normas, reglas, leyes que se amolden a un sistema que tenga bases teóricas,
instrumentales, etc. Esto no es reciente, desde los griegos la educación y ciudadanía (concepto
contemporáneo) han sido vitales para dar justicia en la estructura social, es este caso un primigenio
sistema de democracia (real) en el que a pesar de sus contradicciones funcionaba para dar poder al
pueblo en las decisiones directas de las polis.

Entonces ciudadanía y educación van de la mano, entendiendo que ambos no son perpetuos y tiende
a cambiar de acuerdo a la región geográfica, ya que ambos son construidos social y culturalmente y
que además no son ajenos a las lógicas de poder imperantes y las dinámicas históricas de inclusión
y exclusión. (Hervás, 2014). Desde una visión europea se necesitan grandes bloques de
conocimiento que guíen la construcción de ciudadanía, empezando por una alfabetización política;
un desarrollo de pensamiento crítico y valores en consonancia y por último la participación activa.

En una concepción de nuevo occidental de ciudadanía, todos aspiramos a ser ciudadanos


cumpliendo con parámetros legales (residencia, años de vida, etc.) y que de serlo conllevará un
poder o más bien el ejercicio de este y que acarrea compromisos y “obligaciones” que no siempre
asimilamos, debemos involucrarnos en la vida política, pero antes de eso me temo, debemos
estudiar e informarnos y esto sólo se aprende desde la experiencia de la participación y el diálogo,
es decir, que son disposiciones prácticas que no pueden transmitirse únicamente mediante la
enseñanza escolar y que como cualquier otro conocimiento requiere de una interacción con los otros
y con nuestro entorno. Pero, hablamos desde Latinoamérica estos bloques de conocimiento
europeos a menudo generan más caos y desinterés en los habitantes, ya que la ciudadanía significa
el medio para nuestra formación como sujetos políticos y que nos conviertes en sujetos con
capacidad de acción dentro de nuestro entorno.

El autor nos da pistas para para una educación alternativa que no se sumerja en un bucle de
contradicciones entre lo que es y lo que debería de ser y sobre todo entender las dinámicas
Edgar Martínez Hernández. David Abril Hervás. (2014). Ciudadanía activa y educación. En
Aprendizaje de la educación y participación (5-8). México:
Traficante de Sueños.
Relaciones internacionales.
Sustentabilidad, género y ciudadanía.
Semestre: 3.
económicas y globalización que damos acentuadas como la realidad inmutable, que poco han
transformado la “realidad concreta” y lo más preocupante la manera en que la percibimos
convirtiendo la inmersión a este sistema el medio, el método y el fin de todo comportamiento
humano inteligente y racional. Así que, de acuerdo a Hervás, necesitamos replantearnos la forma en
que abordamos el conocimiento de esta realidad, donde a menudo lo local y lo global se funden y se
confunden; así que se requiere una nueva alfabetización social y política y que se debe articular a la
educación con relación a un contexto complejo y diverso como el actual, donde los valores contra
hegemónicos junto con la ciudadanía activa jugarán un papel clave.

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