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Nombre del estudiante:

Flavio Daniel Morales Hernández

Nombre del trabajo: Ensayo

Fecha de entrega: 23/09/19

Nombre de la materia: intervención profesional supervisada


Campus: Tuxtla, Gtz.

Carrera: Psicología

Nombre del maestro: Juan Carlos López


A lo largo del tiempo las funciones de los psicólogos se han ido ampliando, y esto
se debe que la psicología se ha dio desarrollando y mejorando, ampliando sus
marcos teóricos, por ejemplo la psicología se enfocaba en la conducta humana por
medio de investigaciones utilizando como método la observación y la
experimentación, posteriormente con los descubrimientos de Sigmund Freud y el
psicoanálisis dieron paso a una nueva concepción del ser humano, la investigación
científica promovida por el conductismo llevo a cabo la aparición del psicología
cognitiva y por último representado por Carl Rogers se da a conocer la nueva
corriente, la psicología humanista.

Actualmente la psicológica ha ido abarcando cada vez más áreas, desde la clínica,
educativa, salud, deporte, jurídico, organizacional, etc. Prácticamente se puede
decir que mientras donde haya seres humanos, la psicología puede aportar algo.

El presente trabajo tiene como objetivo establecer las funciones que puede realizar
el psicólogo en el área educativa sobre la violencia familiar. Además, abordaremos
las consecuencias que presentan los alumnos relacionado con la violencia familiar,
así como las posibles soluciones que podrían realizarse.

Para comenzar es importante definir la violencia, para la OMS la define como: “EL
uso deliberado de la fuerza física o el poder, en forma de amenaza o efectivo, ya
sea contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad, que cause o tenga
muchas posibilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones.”

Adecuado a un contexto familiar, la violencia significa, como todo aquel


comportamiento de violencia física, sexual o psicológica que sella a poner en una
situación de peligro la seguridad o el bienestar de una persona del grupo familiar,
en el comportamiento de las personas que recurren tanto a la fuerza física como al
chantaje emocional, las amenazas que dan lugar al recurso a la fuerza física, entre
las que se incluyen la violencia sexual, tanto en la familia como en el hogar. Junto
a este concepto se pueden incluir: el maltrato infantil, incesto, el maltrato a las
mujeres y los abusos sexuales o de otro tipo contra cualquier persona que conviva
en el mismo hogar.

Según datos de la ENIM (2015), al examinar diversas maneras de cuidado en el


hogar, los datos sugieren que 5 .1% de las niñas y nino ̃ s menores de 5 anõ s fueron
dejados con cuidados inadecuados, es decir, estuvieron solos o al cuidado de otro
niño o niña menor de 10 años durante la semana anterior al levantamiento de la
información . Adicionalmente, 63% de las niñas y niños de entre 1 y 14 años han
experimentado al menos una forma de disciplina violenta durante el último mes. Las
prácticas más comunes suelen ser agresiones psicológicas seguidas por otro tipo
de castigos fiś icos y, en último lugar, castigos fiś icos severos (palizas o golpes con
objetos) . Este último método fue experimentado por al menos 6% de las niñas y
niños del paiś . Regularmente, las nina ̃ s sufren relativamente más agresiones
psicológicas que los niños; en cambio, los niños suelen ser disciplinados con
cualquier tipo de castigos fiś icos o con formas más severas . Con respecto a la
edad, las niñas y niños entre los 3 y 9 años suelen ser los más afectados por las
agresiones psicológicas o por cualquier otro tipo de castigo fiś ico.

Esto trae consigo muchas consecuencias, esto según de acuerdo a la edad por
ejmeplo:

 Niños en edad preescolar. Los niños pequeños que son testigos de la


violencia de pareja pueden comenzar a hacer cosas que solían hacer cuando
eran más pequeños, como mojar la cama, chuparse el dedo, llorar con más
frecuencia y gimotear. Es posible que desarrollen problemas para dormir o
quedarse dormidos, muestren signos de terror, como tartamudear u
ocultarse, y muestren signos de ansiedad severa de separación.
 Niños en edad escolar. Los niños en este rango de edad pueden sentirse
culpables por el abuso y culparse a sí mismos. La violencia doméstica y el
abuso hiere el autoestima de los niños. Es posible que no participen en las
actividades escolares u obtengan malas calificaciones, tengan menos
amigos y se metan en problemas con más frecuencia. También pueden sufrir
más dolores de cabeza y estómago.
 Adolescentes. Los adolescentes que son testigos de abuso pueden actuar
de maneras negativas, como pelear con los familiares o faltar a la escuela.
Es posible que se involucren en comportamientos riesgosos, como mantener
relaciones sexuales sin protección o ingerir drogas o alcohol. Es posible que
tengan baja autoestima y no puedan hacer amigos con facilidad.
Posiblemente comiencen peleas o acosen a otros, y son más propensos a
meterse en problemas. Este tipo de comportamiento es más común en chicos
adolescentes que fueron víctimas de abuso en la niñez que en chicas
adolescentes. Las chicas son más propensas que los chicos a excluirse y
experimentar depresión.

Todo esto trae consigo en el área educativa un bajo rendimiento y sobre todo
problemas de conductas, por lo cual los padres llegan a instituciones como USAER,
que se encarga de fortalecer las necesidades educativas, y es donde el rol del
psicológo entra en función, primero porque es un experto en la conducta humana, y
sabe que toda conducta no es por casualidad, si no que existe un trasfondo, en la
cual la familia es responsable, por lo tanto el psicológo debe sensibilizar a los padres
para hacerse responsable de sus propias conductas que influyen de forma negativa
del niño, como violencia en el hogar, falta de afecto, comunicación, etc. Dichas
conductas tienen como consecuencia en el niño, que deserte, que trabaje a
temprana edad, problemas de coducta, baja motivación, bajo rendimiento, poca
integración con sus compañeros, etc. El psicológo debe de fortalecer en el paciente
herramientas que puedan sobrellevar los problemas y las consecuencias de estos
tanto anivel educativo como personal.
Bibliografía:

 UNICEF (2019) Panorama estadístico de la violencia contra niñas. Niños y


adolescentes en México.
 Arruabarrena, M. (2011). Maltrato psicológico a los niños, niñas y
adolescentes en la familia: definición y valoración de su gravedad.
Psychosocial Intervention.
 OMS (2012) Campaña mundial de prevención de la violencia.

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