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GUÍA DE INTRODUCCIÓN AL SISTEMA DE CASOS

Borrador. Material elaborado para uso exclusivo de


los estudiantes del curso de Razonamiento Jurídico en la Universidad Adolfo Ibáñez

I. EL MÉTODO DE SOLUCIÓN DE CASOS Y SU RELEVANCIA EN LA CARRERA


DE DERECHO

1) La estructuración de la carrera de derecho en torno a la adquisición de capacidades


de razonamiento jurídico

El estudio de la carrera de derecho se orienta a la adquisición de competencias en el


razonamiento jurídico. Aquello que define a un buen estudiante de derecho es su capacidad
de razonar jurídicamente de forma correcta, esto es, su capacidad de resolver problemas
jurídicos reales aplicando las normas del ordenamiento jurídico. El método de casos es la
orientación que asume la universidad para la evaluación de capacidades de razonamiento
jurídico de los estudiantes. Con ello, se trata de un tipo de competencia que acompaña a
los estudiantes durante toda su carrera: en muchos ramos, los conocimientos que adquieran
deben poder expresarse mediante una correcta resolución de casos para que el estudiante
sea bien evaluado.

Pese a lo anterior, los cursos de derecho se orientan en general a la transmisión de


conocimientos sobre el contenido de distintas ramas del ordenamiento jurídico: se trata de
conocer por ejemplo el sistema de formas de cumplimiento de los contratos del derecho
chileno, o los presupuestos generales bajo los cuales una persona puede ser castigada
penalmente. Todo ello exige una gran cantidad de conocimientos abstractos que deben ser
correlacionados formando un sistema, y esa es la razón por lo que buena parte de la
orientación de la enseñanza del derecho debe ser “teórica” o “abstracta”. Y, sin embargo,
aquello que se exige de los estudiantes no es sólo que puedan reproducir ese conocimiento,
sino que sean capaces de aplicarlo: demostrar que pueden resolver casos que expresan
problemas jurídicos relacionados a las materias estudiadas.

Lo anterior puede ser percibido como una tensión: la enseñanza del derecho es en buena
parte teórica, más allá de que los profesores ejemplifiquen o problematicen con casos, ya
que el conocimiento del sistema de normas que constituye a las distintas ramas del
ordenamiento jurídico parece exigir ese acercamiento abstracto. Pero, por otra parte, buena
parte de las evaluaciones (“de casos”) exigen que el estudiante no sólo conozca esas
materias, sino que pueda aplicarlas a casos concretos. La solución de esa tensión se
encuentra en el desarrollo de un método que permita mediar entre ambas cosas, esto es,
que permita que los estudiantes puedan fácilmente correlacionar el conocimiento abstracto
adquirido con la aplicación a casos exigida en las evaluaciones.

Este es el objeto del método de casos. Como las evaluaciones controlan la adquisición de
competencias de aplicación de derecho, éste pretende servir como forma de expresión por
parte del estudiante de que es capaz de aplicar correctamente el derecho y que es capaz de
proveer razones para demostrar que la solución entregada es aquella que corresponde a una
correcta aplicación del derecho, es decir, que ha adquirido las competencias exigidas por
un curso determinado o, al rendir el examen de grado, por la carrera en general. Desde el
punto de vista de la universidad, el método de casos sirve como criterio de reconocimiento
de que un estudiante tiene competencias y conocimientos adecuados, esto es, que puede
aplicar el derecho de forma correcta y argumentativamente convincente. El método de
casos estandariza, por ello, al buen estudiante de derecho en quien es capaz de aplicarlo
correcta, completa y ordenadamente.

La asunción de que el buen estudiante de derecho es aquel que puede aplicarlo correcta,
completa y ordenadamente no es una decisión obvia en el contexto de la enseñanza del
derecho en Chile. Tradicionalmente, se ha estandarizado al buen estudiante de derecho a
partir de la pura capacidad de reproducir conocimiento acerca de las normas vigentes en el
ordenamiento jurídico. Ello no necesariamente implicaba que se tratara de una labor
sencilla, ya que el derecho exige ser entendido como sistema, lo que hace que una gran
cantidad de información sea correlacionada. Pero las competencias de aplicación de ese
conocimiento no tendían a ser exigidas en los momentos que caracterizaban las
evaluaciones de la carrera de derecho: los exámenes finales y el examen de grado
típicamente se estructuraban en torno a preguntas abstractas de retransmisión de contenido.
Incorrectamente entendido, el paso del buen conocedor al buen aplicador puede ser
asumido como un mero reemplazo de una habilidad que exige dedicación y mucho estudio
por otra que es más laxa. Esto es falso. Uno puede expresar la mayor completitud que tiene
la exigencia de la adquisición de una capacidad de aplicar correcta, completa y
ordenadamente el derecho teniendo en cuenta el tipo de competencias involucradas. La
aplicación del derecho exige, en primer lugar, conocimiento completo del ámbito del
derecho respecto al cual puede recaer la aplicación. Quien no conoce las reglas ni siquiera
puede formarse un prejuicio respecto del tratamiento de un caso por parte del derecho. De
esta forma, la competencia tradicional de “conocer” también es exigida bajo el modelo del
buen aplicador del derecho; el estudio intenso de las normas del sistema jurídico
ciertamente se mantiene como una condición necesaria de éxito en la carrera.

Pero la capacidad de aplicar el derecho supone que el conocimiento sea adquirido con
consciencia del tipo de situaciones a los que las normas en cuestión pueden aplicarse. No
basta en sentido alguno, por ello, con memorizar ciertos artículos y ni siquiera con
aprenderse interpretaciones de éstos. El buen estudiante de derecho tiene que poder
reconocer rápidamente situaciones a las que se aplican las normas conocidas por éste.

La aplicación correcta y ordenada supone, finalmente, un tercer tipo de competencia: la


capacidad de demostrar que la aplicación es correcta. Para el buen estudiante del derecho
no basta sólo con conocer en abstracto las normas del sistema y luego poder decir a qué
tipo de situaciones se aplican. Enfrentado a un caso, debe poder demostrar
estructuradamente que éste se resuelve aplicando ciertas normas.

Esta distinción entre tres clases de competencias (conocer, aplicar, demostrar) puede tal
vez ilustrarse haciendo referencia a las matemáticas. La solución de un problema
matemático complejo tiende a exigir conocimiento de fórmulas de razonamiento
estándares. Su aplicación es aquello que permite llegar al resultado correcto, generalmente
expresado en un simple número. El estudiante que sabe llegar al resultado correcto maneja
por lo tanto dos de las competencias requeridas: conocimiento y capacidad de aplicación.
Pero típicamente se exige, además, que se demuestre la corrección del resultado
explicitando de forma completa el razonamiento que permite llegar a él. Este es el tercer
tipo de competencia requerida.

La decisión de estandarizar a partir del acto de aplicación de las normas, y no sólo en


relación a la capacidad de reproducir el contenido de las normas, es de esta forma, desde
el punto de vista de la tradición de enseñanza del derecho chileno, ambiciosa: implica
asumir no sólo que los estudiantes deben tener conocimiento del contenido del
ordenamiento jurídico como tradicionalmente ha tenido lugar, sino que ante todo deben
saber aplicar ese conocimiento ordenadamente a hechos y, en caso de existir problemas
argumentativos, poder entregar razones a favor de una solución determinada.

Esta decisión encuentra su fundamento no sólo en la mayor eficacia pedagógica general


que la aplicación de conocimiento tiene frente a su pura retención – esto es, se aprende más
al saber hacer algo con el conocimiento que sólo memorizándolo –, sino también en una
representación general de aquello que define a buen actor en el mundo jurídico-profesional.
Así, la estandarización del buen estudiante en el correcto aplicador del derecho a partir de
un método de casos tiene una explicación relativa al tipo de competencias que éste necesita
en su vida profesional futura. En ésta, quien ha estudiado derecho se enfrenta
constantemente a la necesidad de aplicar el derecho, con relativa independencia de los
distintos roles profesionales que deba desempeñar en el futuro. Los casos más evidentes de
esta necesidad de aplicación constante son probablemente los más importantes a nivel
profesional: los roles de abogado (asesor o litigante) y de juez. Tanto el abogado como el
juez deben poder determinar la condición jurídica de alguien en relación a un determinado
supuesto de hecho.

En el caso del abogado, típicamente se trata de la determinación de la posición jurídica de


su cliente potencial o actual: ¿qué tratamiento tienen en el derecho vigente los hechos
respecto a los cuales se plantea un posible conflicto? ¿Qué consejo y eventual asesoría debo
prestar? Todas estas preguntas no pueden responderse sin aplicar correctamente el derecho
a un determinado supuesto de hecho. En todos estos casos, la orientación del abogado es
ciertamente ante todo estratégica, esto es, debe poder determinar cuál de los cursos de
acción que resultan conformes al ordenamiento jurídico es aquel que favorece la posición
de su cliente. Esa orientación estratégica no implica, sin embargo, que deje de necesitar de
aplicar constantemente el derecho. Al contrario: la eficacia de la orientación estratégica se
encuentra condicionada al reconocimiento de la posición jurídica que ocupa su cliente; sin
poder llevar a cabo ese acto de aplicación inicial, ni siquiera es posible determinar a qué
tiene encaminarse la estrategia. Al mismo tiempo, el abogado litigante debe asumir
hipotéticamente la posición del juez; debe poder juzgar qué tipo de argumentos éste
considerará correctos al elaborar su estrategia de defensa y ello sólo puede hacerse
aplicando correctamente el derecho. Aunque la distorsione, la retórica presupone a la
lógica; no puede prescindir de ella.

En el caso del juez, la cuestión es más sencilla: éste debe determinar siempre cuál es la
solución jurídica correcta frente a un supuesto de hecho determinado. Su completa
imparcialidad implica que no hay favorecimiento estratégico respecto de una parte:
simplemente debe determinar qué es lo que el derecho responde a la situación que se le
plantea. La posición del juez es de esta forma la del puro aplicador de derecho.

En principio, la posición del estudiante de derecho es ésta: no se le pide en general que


haga el ejercicio estratégico del abogado, sino más bien que determine la solución correcta,
imparcialmente determinada, al caso. El método de casos formaliza la reproducción de esta
posición: el estudiante debe adoptar la posición pragmática del juez, en el sentido de
orientarse a encontrar la respuesta correcta al caso, pero la exposición es la de un
razonamiento completo y formalizado.

También otros roles profesionales implican necesidad de aplicar constantemente el


derecho. El funcionario público debe determinar cuáles son sus posibilidades de acción
conforme al ordenamiento jurídico frente a una situación particular; el funcionario de una
empresa que ejerza algún rol jurídico asume a su vez el tipo de orientación que tiene un
abogado asesor. De esta forma, el ejercicio del derecho es, en general, aplicación constante
del derecho.

El método de casos adapta el hecho fundamental de que la aplicación del derecho es el acto
crucial en el ejercicio profesional, y en general en la interpretación del mundo conforme a
las normas del sistema jurídico, a la enseñanza del derecho. Al hacer depender buena parte
de las evaluaciones de la correcta aplicación del derecho a partir del método de casos, éste
orienta a los estudiantes a que su estudio se concentre en poder aplicar aquello que están
aprendiendo.

2) Metodología como estandarización de las competencias en razonamiento jurídico

Un método tiene siempre una estructura instrumental: se trata de un medio estandarizado


para alcanzar un fin determinado. En el caso del método de solución de casos, sabemos que
el fin del método se relaciona con las capacidades de aplicación del derecho. Este fin puede
ser precisado en el sentido de que éste debe servir a los estudiantes para expresar fácilmente
sus competencias de aplicación del derecho; permitiendo correlativamente que los
profesores y correctores puedan reconocer de forma imparcial y objetiva estas
competencias en evaluaciones.

Una condición necesaria de la eficacia del método es que sea idóneo a la consecución del
fin en cuestión; esto es, debe facilitar y clarificar la expresión y reconocimiento de las
competencias requeridas. Se trataría de un mal método si, por ejemplo, hiciera más difícil
la expresión de las capacidades de aplicación del derecho por parte de los estudiantes, o su
reconocimiento por parte de los profesores fuera más difícil o discrecional. Esto puede ser
mal entendido por los estudiantes al enfrentarse por primera vez al método, ya que en un
primer momento manejar el método de resolución de casos es una carga. El método
reemplaza el acercamiento no estructurado a la resolución de casos por un tratamiento más
rígido, por lo que exige de los estudiantes un esfuerzo inicial insustituible consistente en
que puedan manejarlo de forma prácticamente automática. Ese primer paso puede ser
difícil, pero una vez efectuado, el reemplazo de la falta de estructura por una estructura
determinada hace que la expresión de las capacidades de aplicación del derecho sea mucho
más sencilla y mucho más clara.

Desde el punto de vista del profesor y de la universidad, el método permite reconocer de


forma estandarizada e imparcial esas capacidades objetivamente expresadas en la solución
del caso. El método es de esta forma una simplificación del reconocimiento de las
capacidades de aplicación del derecho correlativa a la simplificación en la expresión de
esas capacidades por parte del estudiante.

Desde ambos puntos de vista, el objeto del método es la expresión de determinadas


capacidades, a saber: aplicar el derecho. Por ello, el método se estructura en torno a esta
competencia que los enseñantes del derecho asumen como central. El concepto de
“capacidades de aplicación del derecho” puede ser, sin embargo, demasiado vago para
expresar claramente qué es lo que el método permite expresar y reconocer. Para que la
cuestión sea más precisa, uno puede subdividir la capacidad de aplicación del derecho en
tres categorías. Éstas son: a) capacidad de subsunción; b) capacidad de expresión de un
razonamiento jurídico formalizado; c) capacidad de argumentación en problemas
complejos.

a) La capacidad de subsunción y el método de resolución de casos

Capacidad de subsumir no es más que la expresión general de la capacidad de interpretar


hechos del mundo conforme a las categorías normativas del derecho. Ante la presentación
de un supuesto de hecho, el agente jurídico que subsume correlaciona esos hechos con los
supuestos de aplicación de normas que conoce y a partir de ello determina las
consecuencias jurídicas que se siguen. Ejemplo: una forma de subsunción básica se realiza
en la interpretación de una determinada operación ante un notario como la celebración de
un contrato de compraventa de un inmueble. El hecho de que dos personas hayan firmado
un papel con un contenido determinado en presencia de un tercero, quien firma el mismo
documento y le pone distintos timbres, como “celebración de un contrato de compraventa
por escritura pública” implica que se entiende que los hechos pueden relacionarse con los
supuestos del contrato de compraventa y las exigencias especiales en casos de
compraventas de inmuebles.

Las competencias de subsunción son ciertamente más complejas de lo que expresa este
ejemplo trivial. Pero éste permite reconocer su estructura básica. Quien puede subsumir un
hecho bajo normas jurídicas: (i) conoce la norma en cuestión; (ii) puede determinar los
presupuestos de aplicación de la norma; y (iii) es capaz de correlacionar los hechos del
caso con los presupuestos de aplicación de la norma, entendiendo que esos hechos cuentan
como realización del supuesto de hecho de ésta (“subsunción en sentido estricto”). Como
veremos más adelante, estos distintos estadios son reconocidos por el método de resolución
de casos, el que exige explicitar la operación por medio de la distinción entre (i)
reconocimiento de fuente normativa; (ii) definición de presupuestos de aplicación de la
norma; y (iii) subsunción en sentido estricto.

La operación general de subsunción puede tener lugar de dos formas: como subsunción
intuitiva y como subsunción problematizada. Subsume intuitivamente quien simplemente
se da cuenta de que una norma determinada puede ser aplicable a un caso determinado.
Subsume de forma problematizada quien asume esa subsunción intuitiva como hipótesis y
luego controla pormenorizadamente si efectivamente la norma es aplicable al caso. El
método de casos controla explícitamente el segundo tipo de habilidad, pero ésta tiene como
condición de posibilidad a la primera: la capacidad de determinar rápidamente qué norma
puede venir en consideración es necesaria para saber qué es lo que hay que controlar si
resulta aplicable. La resolución correcta de un caso necesita siempre que el estudiante se
plantee a sí mismos hipótesis de aplicabilidad, esto es, que haga subsunciones intuitivas.
Aquellas hipótesis que parezcan mínimamente plausibles deben ser planteadas y sometidas
al método de resolución de casos como control pormenorizado de la corrección de esa
hipótesis. A veces, se denomina a esta capacidad de subsunción intuitiva “criterio jurídico”,
aunque el concepto de criterio jurídico tiene una extensión mayor.
En los cursos de la carrera de derecho, estas capacidades se ponen en relación de una forma
más compleja de lo que el ejemplo trivial del contrato de compraventa de inmueble permite
reconocer. La subsunción intuitiva puede ser mucho más difícil que en el caso obvio del
tratamiento de la firma en notaría del papel en cuestión como celebración de un contrato
de compraventa sobre inmueble. Ella exige además muchos más conocimientos jurídicos
que las reglas sobre contratos de compraventa sobre inmuebles. Pero su estructura es la
misma: el estudiante debe tener buen criterio para detectar rápidamente que normas pueden
venir en consideración, juzgar cuáles son mínimamente plausibles, y someter las hipótesis
plausibles a control completo utilizando el método.

b) La formalización del razonamiento completo en el método de resolución de casos

Una segunda capacidad crucial en la carrera de derecho es la capacidad de expresar de


forma completa un razonamiento jurídico. El curso de razonamiento jurídico presenta
distintas formas en que este juicio puede ser reconstruido (modelo del silogismo; distinción
entre justificación interna y externa, etc.). Para los efectos de la resolución del caso, el
razonamiento que se exige formalizar es el de la comprobación del cumplimiento de las
condiciones de aplicación de una norma por los hechos del caso, esto es, la determinación
detallada, paso a paso, de la corrección de las hipótesis constituidas por subsunciones
intuitivas.

En el caso anterior, la determinación de que los hechos que dieron lugar a la celebración
de un contrato de compraventa sobre inmueble exige reconocer (a) las normas que
determinan cómo se celebra un contrato de compraventa sobre inmuebles y sus efectos; (b)
una definición detallada de las condiciones de aplicación de las normas sobre celebración
de contratos de compraventa sobre inmuebles y (c) verificar si los hechos del caso implican
realización de esas condiciones de aplicación.

(a) Las disposiciones que definen un contrato de compraventa se encuentran en los artículos
1793 y 1801 del Código Civil, los que deben ser puestos en relación con las condiciones
generales de validez de actos jurídicos, contenidas en los artículos 1445 y siguientes CC.
En el caso de la compraventa sobre inmuebles, el artículo 1801 inciso segundo CC exige
que la celebración tenga lugar por escritura pública. A su vez, el artículo 1699 CC define
la escritura pública y sus condiciones de otorgamiento.

(b) Un contrato de compraventa sobre inmuebles requiere: (i) cumplimiento de las


condiciones generales de validez de un contrato conforme al artículo 1445 CC, esto es,
capacidad de las partes, consentimiento eficaz sobre los elementos esenciales del contrato,
y causa y objeto lícito; (ii) tratándose de un contrato de compraventa, los elementos
esenciales sobre los que debe recaer el consentimiento son el precio y la cosa de acuerdo
al artículo 1793 CC; (iii) al tratarse de una compraventa de inmueble, el artículo 1801
inciso segundo CC exige el cumplimiento de ciertas solemnidades, en este caso,
celebración por escritura pública. La celebración de un contrato por escritura pública
requiere el cumplimiento de varias formalidades de forma tal que un papel pueda ser
reconocido como “escritura pública”. Éstas se encuentran en general en el artículo 1699
CC.

(c) Un razonamiento formalizado completo exige demostrar que los hechos pueden ser
vistos como cumplimiento de esas condiciones antes definidas (subsunción en sentido
estricto). Por ello, incluso este ejercicio trivial tiene una estructura que presentada de forma
completa sería más bien compleja. El método de resolución de casos ordena, en cada
materia, estos razonamientos completos, de forma tal que los estudiantes puedan expresar
esa competencia sin perderse por falta de tiempo.

c) La capacidad de argumentación jurídica en problemas complejos en el método de


casos

Un caso como el tratado en los ejemplos no tiene problemas argumentativos complejos.


Pero en la aplicación del derecho, muchas veces ésta depende de la solución de problemas
que no son tan sencillos como identificar condiciones de aplicación relativamente claras y
su realización no problemática en los hechos.
Muchas veces, no es claro si las condiciones de aplicación se extienden a un determinado
tipo de supuestos de hechos. Por ejemplo: conforme al artículo 432 del Código Penal, el
delito de hurto exige apropiarse de una cosa mueble ajena. Quien se “cuelga” al sistema de
distribución de energía de forma tal de no pagar por ella, en algún sentido se apropia de
algo ajeno, ya que no ha pagado por el uso de la energía en su casa. ¿Pero es la energía una
“cosa mueble”? El problema plantea una dificultad interpretativa, a saber, la determinación
de si un concepto determinado (“cosa mueble”) se extiende a la energía. La solución de
este tipo de casos requiere que el estudiante argumente convincentemente a favor de una
de las soluciones posibles (sí o no). Ello implica poder justificar la atribución de sentido a
la expresión “cosa mueble” como incluyendo, o no, a la energía. Ello requiere de
competencias argumentativas.

En muchos casos, los problemas jurídicos complejos que plantean los casos han sido
tematizados por la literatura académica o por la jurisprudencia, existiendo distintas
opiniones al respecto. Buena parte del estudio de la carrera de derecho consiste en la
comprensión de problemas interpretativos complejos de esta clase. Un buen estudiante
debe conocer las opiniones y poder entregar razones convincentes a favor de una de ellas,
de forma de poder justificar la solución al caso como la solución correcta. Eso no quiere
decir que la solución del caso asuma que sólo una de las opiniones en disputas sea
realmente correcta, sino más bien que la correcta evaluación implica conocer las distintas
opiniones y poder entregar convincentemente razones a favor de una de ellas.

Pese a que al introducir el método sea importante que los estudiantes adquieran en primer
lugar la capacidad de expresar ordenadamente el razonamiento jurídico, durante el curso
de la carrera, las competencias argumentativas son centrales: buena parte de la evaluación
se juega en ella.

3) La guía

En lo que sigue, la guía pretende familiarizar a los estudiantes con la estructura básica del
método de resolución de casos. La pretensión de la Facultad de Derecho es adaptar el
método a las distintas ramas del derecho: su forma varía significativamente, por ejemplo,
en la resolución de un caso civil y de un caso penal, e incluso al interior del derecho civil
la estructura de la resolución de casos va variando. La adquisición de la capacidad de hacer
uso de esas estructuras especiales es un problema de guías y entrenamientos especiales
correspondientes a los cursos sustantivos. Aquí sólo nos interesa la estructura básica, pero
su manejo es crucial en el éxito del estudiante durante toda la carrera de derecho.

La guía presenta en primer lugar una pequeña explicación de la estructura y pretensiones


de casos en el estudio y evaluación del derecho. En su parte final, la guía presenta la
estructura general del método de resolución de casos.

II. EL CASO

1) El caso: razonamiento jurídico como subsunción y expresión de problemas


jurídicos

El método de solución de casos tiene como objeto de referencia, como resuelta obvio a
partir de su nombre, a un “caso”. Aunque uno puede tener una idea más o menos vaga y
más o menos correcta de lo que es un caso jurídico, puede ser útil dar una descripción algo
más detallada de éste en el contexto de la carrera de derecho, ya que éste resulta muy
distinto de los “casos” en otras ramas de estudios.

El caso en la carrera de derecho es siempre la expresión de un supuesto de hecho. El


supuesto de hecho descrito en el caso nunca es elegido aleatoriamente, sino que se trata de
hechos respecto a los cuales se plantea una pregunta jurídica. Típicamente la pregunta es
explicitada, en términos muy generales, por el propio enunciado del caso. En un caso penal,
por ejemplo, aquello que debe ser determinado por el estudiante es el título de punibilidad
de uno o más intervinientes en los hechos descritos en el enunciado. Esto se plantea con
fórmulas tales como: ¿cómo pueden ser castigados los intervinientes del caso? ¿Qué título
de punibilidad es aplicable a Juan? En un caso civil, el tipo de consecuencias jurídicas que
deben ser determinadas son más amplias; el derecho penal conoce sólo una forma de acción
que nos interese aquí, mientras que el derecho civil conoce varias. Pese a eso, el tipo de
problemas jurídicos planteados por un caso civil tiende a reducirse a la estructura de
determinación de la procedencia de una acción: ¿qué acción tiene A contra B? es la forma
general, aunque no exclusiva, de la pregunta de un caso en materia civil.

En las evaluaciones que tienen lugar durante la carrera de derecho, la solución de estas
preguntas tiende a depender, a su vez, de problemas jurídicos. No se trata en general de
cuestiones triviales, como reconocer un contrato de compraventa sobre inmuebles en el
punto anterior. Precisamente por ello es que la subsunción intuitiva debe ser
problematizada: como siempre se está en presencia de problemas jurídicos, siempre es
necesario demostrar que la forma en que éste se soluciona corresponde a la solución
adoptada por el estudiante. Los problemas jurídicos pueden tener distintas formas: puede
tratarse de aspectos en que pese a haber una respuesta más o menos incontestable, el
volumen de normas que debe manejarse para llegar a la solución correcta amerite incluirlo
en una evaluación. Pero también puede ser (de hecho, es sumamente común), que se plantee
un tipo de situación cuyo tratamiento jurídico es complejo y discutido. Los estudiantes de
derecho deben desarrollar un buen criterio para identificar rápidamente los problemas
jurídicos contenidos en un caso, de forma tal de poder reconocer hipótesis a controlar y
dónde se deben concentrar sus esfuerzos argumentativos.

Frente a los hechos, el estudiante tiene que poder responder la pregunta, demostrando que
la solución a la que llegue es correcta. Esa demostración tiene, como veremos, varios
componentes. El mero hecho de poder dar cuenta de todos los pasos necesarios para llegar
a la solución ya es un aspecto sometido a evaluación, aunque se trate de pasos más o menos
triviales o cuya resolución sea clara.

2) Caso real y caso en cursos sustantivos: exclusión general de la prueba

Un último aspecto que puede ser importante clarificar antes de exponer la estructura
general del método de resolución de casos se refiere al status de los hechos. Salvo
excepciones, los hechos que aparecen en un enunciado de un caso deben ser asumidos
como verdaderos, y la “verdad” del caso debe entenderse limitada a esos hechos. El
planteamiento de hipótesis alternativas no contenidas en el enunciado debe ser descartado.
Eso no quiere decir que los casos entreguen necesariamente toda la información que pueda
ser relevante en el tratamiento de éste. Por ejemplo, muchas veces el enunciado del caso
va a decir que las partes celebraron un contrato, sin especificar que eran legalmente
capaces, o que no eran dementes, etc. Pero uno puede colegir de la expresión “celebrar un
contrato” que, en principio, era válido. Trazar la línea entre qué constituye “asumir hechos
que no están en el caso”, lo que constituye un error, y simplemente presuponer aspectos
auxiliares no especificados por el caso, puede no ser siempre claro, pero un poco de sentido
común permite hacerlo.

La asunción de que todos los hechos contenidos en el enunciado son verdaderos es también
expresiva de un aspecto central del ejercicio del derecho que, en general, es dejado de lado
por este tipo de evaluaciones: la prueba. En el mundo jurídico real, la determinación de los
hechos del caso y la justificación de que la reconstrucción del juez es la correcta es un
aspecto crucial. Buena parte de la litigación de los abogados se juega en este punto, y buena
parte del trabajo del juez consiste en valorar la prueba para determinar los hechos que debe
tomar como base para emitir su resolución. Durante la carrera de derecho, sin embargo, ese
tipo de problemas son más bien dejados de lado o son tratados en cursos de derecho
procesal y de litigación. Por ello, salvo excepciones específicas no es necesario preguntarse
si determinado hecho ha sido probado. Si aparece en el enunciado, debe ser asumido que
sí.

III. LA ESTRUCTURA DE LA RESOLUCIÓN DEL CASO

1) Pretensión general de la resolución estructurada

Como hemos visto, el método de resolución de casos tiene por pretensión central demostrar
de forma completa, convincente y ordenada que la respuesta entregada por el estudiante a
una determinada pregunta jurídica es la correcta. El tratamiento de la pregunta debe ser, de
esta forma, completo, convincente y ordenado.
Sin embargo, intentar llevar a cabo lo anterior de forma no estructurada en un tiempo
limitado puede ser sumamente difícil. ¿Cómo empiezo a responder la pregunta? ¿Qué pasos
son necesarios para que la respuesta sea completa? ¿Cómo puedo estructurar un
razonamiento lógico completo en tan poco tiempo? El método entrega una estructura
general que permite solucionar todos estos problemas de forma sencilla y, en muchos casos,
casi mecánica. Se trata de esta forma de una herramienta para lograr un objetivo que sin
éste sería mucho más difícil de conseguir.

Lo anterior no quiere decir que no existan formas alternativas de tratamiento de casos que
puedan permitir llegar a los mismos resultados. Pero como los correctores deben utilizar
criterios objetivos de evaluación, los métodos alternativos posibles son eliminados al
adoptar un método estándar. Ello implica que los estudiantes deben siempre abordar la
resolución de casos adoptando la estructura fija del método de resolución de casos. La no
utilización del método, aunque se llegue a un resultado correcto mediante un razonamiento
más bien ordenado, cuenta como una respuesta incorrecta.

2) Momentos lógicos en la estructura

La estructura de resolución del caso contiene cuatro momentos lógicos. Éstos son: (a)
planteamiento de una hipótesis de trabajo; (b) definición de las condiciones de realización
de esa hipótesis; (c) subsunción; y (d) planteamiento de una conclusión (parcial o
definitiva). Estos momentos, así como la forma en que se tematizan, serán explicados a
continuación.

a) La hipótesis de trabajo

El primer momento lógico de toda resolución de un caso es el planteamiento de una


hipótesis de solución del caso. De acuerdo a las categorías que vimos más arriba, el
planteamiento de una hipótesis responde a un acto de subsunción intuitiva. Frente a un
supuesto de hecho, el estudiante debe reconocer el conjunto de soluciones plausibles que
podrían venir en consideración y (siguiendo un orden muchas veces especificado por los
esquemas particulares de las distintas materias) plantear esas hipótesis para ser revisadas.
En el caso del sujeto que se cuelga a la energía, una hipótesis de tratamiento penal del caso
es considerar que se trata de un caso de hurto.

La hipótesis de trabajo controla todo el trabajo posterior. En ella se plantea una subsunción
intuitiva a partir de una norma identificada en la hipótesis misma y las condiciones bajo las
cuales esa subsunción tendría lugar, siendo correcta la hipótesis. Uno puede denominar a
esto “condiciones de realización de la hipótesis”. Veamos el ejemplo de la sustracción de
energía por parte del colgado. Una hipótesis de trabajo tendría la siguiente estructura:

El sujeto podría ser castigado como autor del delito de hurto del artículo 432 del
Código Penal, al haber sustraído energía sin consentimiento del distribuidor.
Conforme a dicho artículo, la punibilidad por hurto requiere que el autor ‘se apropie’,
‘sin voluntad del dueño’, de una ‘cosa mueble ajena’.

A partir del ejemplo uno puede identificar varios elementos que debe contener una
hipótesis de trabajo correcta: (i) planteamiento de la hipótesis propiamente tal; (ii)
especificación de la fuente normativa de ésta; (iii) descripción general de los hechos del
caso que la realizarían; y (iv) determinación de las condiciones de realización de la
hipótesis.

i) Planteamiento de la hipótesis propiamente tal

La hipótesis propiamente tal es una respuesta posible a la pregunta jurídica (o a una parte
de ella, si ésta es compleja) planteada por el caso. En general, ella especifica explícita o
implícitamente una acción que podría ser aplicable respecto del supuesto y el título bajo el
cual ella sería procedente. Como se trata de una hipótesis cuya realización es asumida como
condicional, no afirmándose su corrección, el modo verbal utilizado debe ser el
condicional.
En el ejemplo entregado, la hipótesis consiste en la procedencia de una acción penal (o, lo
que es lo mismo, en la “punibilidad”) del sujeto a título de hurto. En materia penal, la
hipótesis tiende a ser más o menos similar a esto, ya que la acción es siempre la misma. La
hipótesis puede variar levemente en casos civiles o de derecho público. Su especificación
es tarea de los cursos respectivos. Uno puede decir, sin embargo, que en general en materia
civil la hipótesis requiere la especificación de la procedencia de una determinada acción de
un sujeto activo determinado respecto de otro sujeto determinado por un título normativo.

ii) Especificación de la fuente normativa

La hipótesis de trabajo debe, a su vez, especificar la fuente normativa (“el artículo” o el


conjunto de artículos) bajo la cual es procedente la solución que ésta asume. En el ejemplo,
la invocación al artículo 432 CP cumple ese rol. La especificación de la fuente normativa
es importante no sólo por razones formales, sino también porque ella permite identificar
con relativa rapidez las condiciones de realización de la hipótesis y, de esta forma, ordena
el trabajo posterior.

iii) Descripción general de los hechos relevantes

La hipótesis debe señalar de forma general qué hechos de aquellos que aparecen descritos
en un caso son aquellos que permiten la subsunción bajo el título normativo indicado. En
el ejemplo, esta descripción general es efectuada con la fórmula “al sustraer energía sin
consentimiento del distribuidor”. No es necesario ser demasiado preciso aquí; muchas
veces la subsunción no es posible por ciertos detalles no especificados en esta descripción
general, todo lo cual constituye algo a ser tematizado en la subsunción propiamente tal. El
rol de la descripción general es simplemente de orientación.

iv) Determinación de las condiciones de realización de la hipótesis


Probablemente la parte más relevante de la hipótesis de trabajo es la especificación de las
condiciones de realización de ésta. En ella, el estudiante define cuáles son todas las
condiciones que deben darse para que la hipótesis planteada pueda ser asumida como
correcta, solucionando total o parcialmente el caso. Esas condiciones son después
tematizadas en abstracto en la segunda etapa “la definición”, para ser controlada en la
tercera etapa “la subsunción”. Con ello, el planteamiento anuncia y controla todo el trabajo
posterior, el que constituye el núcleo de las respuestas.

b) La definición

Tras plantear la hipótesis de trabajo y definir las condiciones de su realización, el método


de casos exige que el estudiante explique en abstracto en qué consisten esas condiciones.
Este es el momento en que el conocimiento adquirido debe ser reproducido sin demasiada
consideración de los hechos del caso.

La entrega de las definiciones de las distintas condiciones de aplicación de normas muchas


veces es más bien automática, especialmente de parte de los estudiantes que han llevado a
cabo un estudio profundo. Este es el caso además que tiende a darse respecto de normas
básicas del derecho, como en nuestro ejemplo el hurto. De acuerdo al planteamiento de las
condiciones de realización que hicimos más arriba, aquello que debe ser definido es lo
siguiente:

i) Apropiarse sin voluntad del dueño

Una definición de este concepto complejo del derecho penal puede ser entregada de la
siguiente forma:

La apropiación en el delito de hurto consiste en la sustracción de una cosa con


rompimiento de custodia, bajo constitución de custodia nueva, con ánimo de
expropiación. Una respuesta completa exigiría, a continuación, definir los conceptos
jurídicos entregados por esta definición particular, a saber, los conceptos de custodia,
constitución y ruptura de custodia, y ánimo de expropiación.
La entrega de definiciones cada vez más detallada debe ser hecha, sin embargo, observando
su relevancia. No es necesario definir siempre todo. Mientras más especifica la cuestión,
la necesidad de entregar una definición se juega dependiendo de su relevancia en relación
con el caso. Por ello, pese a que la subsunción propiamente tal sea producida por el
estudiante más adelante, el momento de la definición debe al menos tener en mente los
problemas de subsunción que plantea el caso.

ii) Cosa mueble

El concepto de cosa mueble tiene una definición legal. Se trata, por ello, de una definición
que debe ser producida en relación a la disposición en cuestión. En este caso, el artículo
567 CC define a las cosas muebles como una especie de cosas corporales, cuya definición
se encuentra a su vez en el artículo 565 CC.

Hacer referencia pormenorizada a estas definiciones es crucial en nuestro ejemplo. De


acuerdo al artículo 565 inciso segundo CC, una cosa corporal “tiene un ser real y puede ser
percibida por los sentidos.” El problema del hurto de energía se juega a este respecto, por
lo que una respuesta correcta debiera entregar de forma íntegra estas definiciones.

iii) Ajena

Una cosa ajena es aquella que se encuentra bajo dominio de otro, esto es, se trata de un
concepto negativo que excluye las cosas que son de propiedad del autor.

c) Subsunción

Como hemos visto, el ejercicio central en la aplicación del derecho es la subsunción: la


prueba y demostración de que un determinado hecho debe ser visto como realización del
supuesto de hecho de una cosa.
El método de casos permite realizar el momento de la subsunción en dos instancias, a
elección del estudiante. Algunos estudiantes pueden preferir comprobar la realización de
un determinado requisito definido inmediatamente después de definirlo. Otros estudiantes
pueden preferir definir todos los elementos y luego, uno a uno, controlar la subsunción
respecto de estos elementos. Ambas opciones son válidas. Es importante tener en cuenta,
sin embargo, que aun en el primer caso hay un momento lógico independiente de
subsunción que debe quedar claramente expresado.

En nuestro caso, una respuesta correcta debiera permitir llegar a la conclusión que no hay
hurto por no ser la energía una cosa corporal. Ello exige llevar a cabo una argumentación:
demostrar en qué sentido la energía “no tiene un ser real perceptible con los sentidos”. Se
trata de un problema interpretativo que no es de resolución obvia. Por ello, una correcta
resolución pondría su acento en ese momento, e intentaría demostrar con argumentos
lingüísticos, sistemáticos y teleológicos que la energía no puede ser considerada, en el
contexto del delito de hurto, una cosa corporal.

La etapa de subsunción puede completarse con uno de dos resultados: ésta tiene lugar (lo
que quiere decir: se cumplen las condiciones de realización de la hipótesis) o ésta no tiene
lugar (alguna de ellas no se cumple). El primer tipo de resultado exige en general el
cumplimiento de todas las condiciones, por lo que la etapa de subsunción debe ser realizada
de forma completa. El segundo tipo de resultado, en cambio, se produce en general por el
mero hecho de no cumplirse una de las condiciones. Con ello, la etapa de subsunción puede
ser interrumpida en el momento mismo que se detecta que una de las condiciones no se
cumple.

d) La conclusión (parcial)

La conclusión es la explicitación del resultado obtenido en la etapa de subsunción. Si se


cumplen todos los requisitos, la conclusión debe afirmar la hipótesis de trabajo: “el sujeto
debe ser castigado como autor del delito de hurto”. Si no se cumplen todos los requisitos,
la conclusión debe negar la hipótesis de trabajo “el sujeto no se ha hecho punible como
autor del delito de hurto”.

e) Nuevas hipótesis y conclusión final

El planteamiento de una conclusión a una hipótesis de trabajo no implica que la resolución


del caso esté completa. Pueden existir otras hipótesis plausibles que revisar, o el tipo de
interrupción de la subsunción que se produjo puede en algunos casos llevar a la
formulación de una hipótesis alternativa. Por ejemplo, la negación del dolo en la realización
de un delito penal lleva en algunos casos a la necesidad de plantear una nueva hipótesis de
realización de un delito imprudente.

Una conclusión final sólo puede obtenerse una vez que se ha planteado una conclusión
parcial a todas las hipótesis plausibles que admite el caso. Recién allí puede plantearse una
respuesta final, cuyo objeto de referencia dejan de ser hipótesis particulares, y pasa a ser la
pregunta misma planteada en el enunciado del caso: “El sujeto no se ha hecho punible bajo
ningún título”; “A tiene sólo una acción de cumplimiento contra B”, etc.

IV. UN EJEMPLO

La comprensión de un método puede ser difícil a partir de una pura explicación de su forma
de funcionamiento. Por ello, es útil considerar la forma que puede tener la solución de un
caso más o menos sencillo. Asumiendo que al momento de enfrentarse por primera vez al
método de resolución de casos, en el segundo semestre, el curso sustantivo que les puede
resultar más familiar es el de persona y negocio jurídico. Por ello, el ejemplo ha sido
producido en relación a ese ámbito.

1) Caso
“Roberto Guerrero vendió su BMW del año 2008 a Luis García en febrero de 2012. El
automóvil fue adquirido por Luis luego de enterarse por el diario de la venta a un precio
que le parecía conveniente: 15 millones de pesos “conversables”. Al concurrir a comprar
el automóvil, Luís le preguntó a Roberto por posibles defectos mecánicos o choques que
hubiera tenido el automóvil, a lo que Roberto respondió que sólo había tenido un problema
en la cadena que había sido reparado por expertos venidos especialmente de Alemania y
que había quedado «como nuevo». Pese a ello, advirtiendo la cara de preocupación de Luís,
Roberto accedió a bajar el precio a 13 millones de pesos.

Un automóvil de ese modelo, kilometraje y año habría tenido sin daños un precio de no
menos de 18 millones de pesos. El vehículo había sufrido, sin embargo, un problema grave
en el sistema de frenos, que Roberto había reparado con un mecánico conocido de la forma
más económica que encontró. Según el propio mecánico le dijo, la reparación era más
económica porque no tenía como reparar el sistema guiado de freno, el que sin embargo
sólo funcionaba en caso de frenos muy bruscos y espontáneos. Como el precio de una
reparación de ese tipo era muy caro, Roberto tampoco quiso revelarlo a Luís.

Las partes firmaron un contrato de compraventa el 15 de febrero de 2012. El contenido del


contrato lo obtuvieron tras elegir el formulario que les pareció «más completo» después de
revisar varias sitios webs con formularios de compraventa de automóviles. El contrato, en
su cláusula novena, contenía una disposición de acuerdo a la cual «El automóvil se entrega
al vendedor en el estado actual, el cuál es perfectamente conocido por éste, quedando libre
el vendedor de toda obligación de garantía por defectos materiales de éste.» Dos años
después, en enero de 2014, al llevar su BMW a revisión técnica, ésta le fue denegada a
Luís por los defectos en los frenos. La autorización de circulación no le sería dada a menos
que reparara el sistema de freno, lo que en ese momento tendría un costo cercano a los 6
millones de pesos. Enfurecido, Luis le exigió a Roberto la devolución de su dinero, tomar
su “porquería” de vuelta y una indemnización de perjuicios. ¿Correctamente?”
2) Análisis preliminar que debe hacer un estudiante
Al preguntarse por la forma en que debe ser tematizado un caso, es útil tener en cuenta en
primer lugar qué es lo que debe ser determinado. Como hemos visto, eso puede ser
relativamente sencillo en materia penal, porque se trata siempre de la punibilidad de uno o
varios actores. Pero en materia civil o de derecho público en tipo de acciones a revisar
puede ser más variado. En general, en materia civil ello depende del interés de una parte.
En este caso, el interés que el caso explicita como relevante es “devolución del dinero”,
devolución del auto “indemnización de perjuicios” de Luis respecto a Roberto. Es decir, el
caso exige identificar las acciones procedentes de Luis contra Roberto que permiten
satisfacer los intereses mencionados.

Sin embargo, la satisfacción de estos intereses puede tener lugar a partir de varias acciones
y títulos distintos. Esto es algo que típicamente tiene lugar en materia civil. El estudiante
debe plantearse qué acción es la más adecuada para satisfacer el interés en cuestión. En
nuestro caso, el interés en obtener la restitución del dinero puede plantearse a partir de una
acción redhibitoria conforme a los artículos 1857, 1858, 1860, 1866 y 1868 CC. Además,
uno debe preguntarse por la procedencia de una indemnización de perjuicios. Por razones
de orden, es preferible analizar ambas cuestiones por separado y, por ello, iniciar el análisis
intentando verificar la procedencia de la acción redhibitoria.

3) Planteamiento de la solución en la evaluación

En lo que sigue, nos interesa revisar cómo se desarrollaría de forma completa la solución
al caso planteado. Para que los estudiantes puedan seguir las razones por las que ella es
planteada de una forma determinada, la guía comenta paso a paso la forma en que ello va
teniendo lugar. Es posible diferenciar fácilmente aquellos aspectos que son constitutivos
de la solución al caso y aquellos aspectos que son comentarios a partir del estilo en que son
expuestos: cuando aparecen con una fuente más pequeña y márgenes más estrechos, se
trata del planteamiento de la solución. Cuando la fuente es la misma que la de este párrafo
y tiene márgenes normales, se trata de un comentario.
Luís podría solicitar la rescisión del contrato de compraventa y la restitución de las
cosas por parte de Roberto de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1857, al haber
adquirido un automóvil sin conocimiento del defecto importante que tenía en los
frenos. Para ello, Luís y Roberto tienen que (i) haber celebrado un contrato de
compraventa de conformidad con el artículo 1793 CC, (ii) el automóvil debe tener
vicios redhibitorios de acuerdo al artículo 1858, y (iii) tienen que cumplirse las
condiciones de procedencia de la acción dispuestas en los artículos 1860 y 1866 CC.

Como puede verse, la primera hipótesis de trabajo especifica el sujeto activo de la acción
(Luís), la acción en consideración (rescisión como parte de la acción redhibitoria), el sujeto
pasivo (Roberto), y la fuente norma de la acción (artículos que regulan la acción
redhibitoria). Asimismo, la hipótesis de trabajo específica de forma general los hechos por
los cuales la acción es procedente. Por último, se definen mediante tres numerales las
condiciones generales de realización de la hipótesis. El estudiante tiene que pasar, por ello,
al analizado pormenorizada de cada una de estas condiciones.

i) Las partes deben haber celebrado, en primer lugar, un contrato válido de


compraventa. La validez de un contrato requiere del cumplimiento de los requisitos
establecidos en el artículo 1445 CC respecto de los actos jurídicos, a saber, capacidad
legal de las partes, consentimiento válido, objeto lícito y causa lícita.

En el caso de un contrato de compraventa, su validez presupone consentimiento en


los elementos esenciales de un contrato de este tipo conforme al artículo 1793 CC,
esto es, consentimiento respecto a la cosa vendida y al precio.

En el caso, se especifica que las partes firmaron un contrato de compraventa el 15


de febrero de 2012. No hay indicaciones de que las partes hayan sido incapaces y
hubo consentimiento respecto al precio (13 millones de pesos) y respecto a la cosa
(el automóvil BMW del año 2008 de Roberto). Con ello, este requisito se cumple de
forma indubitable.

De la respuesta magistral en este punto pueden extraerse dos conclusiones importantes. La


primera se refiere al tratamiento de condiciones de realización más o menos triviales. En
nuestro ejemplo, no es problemática la determinación de si se celebró un contrato válido
de compraventa. En casos triviales, las definiciones y subsunciones pueden ser efectuadas
de forma más o menos sintética. Aquí, por ejemplo, no tiene sentido preguntarse por los
conceptos de objeto ilícito y causa ilícita, ya que no vienen en ningún en consideración.
Una segunda cuestión que permite mostrar esta forma de tratamiento es que muchas veces,
el planteamiento conjunto de definición y subsunción – esto es, definiendo una de las
condiciones y luego realizando inmediatamente la subsunción – es más conveniente por
permitir generar más orden.

ii) La procedencia de la acción redhibitoria presupone, en segundo lugar, que la cosa


adolezca de vicios que tenga la calidad de redhibitorios. El artículo 1857 CC define
los vicios redhibitorios como “vicios ocultos de la cosa vendida”, lo que es
complementado por el artículo 1858 CC. De acuerdo a éste, los vicios redhibitorios
tienen que reunir tres calidades:

En primer lugar, los vicios reclamados tienen que haber existido al tiempo de la
venta. Ello se cumple de forma no problemática en el caso.

En segundo lugar, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1858 número 2 CC, los


vicios tienen que impedir que la cosa sirva para su uso natural o sirva sólo
imperfectamente, de manera que sea de presumir que conociéndolos el comprador
no hubiera comprado la cosa o a menor precio.

A diferencia del primer requisito, cuya subsunción uno puede simplemente anunciar que
se da, este segundo requisito no es claro que se dé en el caso. Se trata aquí de un primer
problema que requiere consideración pormenorizada en su subsunción. El estudiante debe
revisar si se cumple o no la condición por medio de argumentación.

En una primera hipótesis, el artículo 1858 N° 2 CC le atribuye la calidad de


redhibitorio a un vicio que impida que una cosa sirva para su uso natural. En el caso,
la cosa a considerar es un automóvil. El uso natural de un automóvil es servir para
desplazarse a velocidades adecuadas a las condiciones de transporte actuales. El
vicio que sufre el BMW, en este caso, se manifiesta sólo en ciertas ocasiones. Con
ello, uno puede sostener convincentemente que la cosa sí sirve para su uso natural:
en la mayor parte de los casos permite transportarse en condiciones adecuadas.

El artículo 1858 N°2 CC considera, sin embargo, una segunda hipótesis de vicio
redhibitorio: también le atribuye esta calidad a aquellos vicios que causen que la cosa
sirva sólo imperfectamente para su uso natural. Este es evidentemente el caso: los
defectos de freno no sólo implican mayores riesgos, sino que uno puede asumir
además que un usuario lo manejará sólo a velocidades medios para evitar que se
gatillen los problemas de freno.

Sin embargo, para atribuir el carácter vicio redhibitorio en esta segunda hipótesis, el
artículo 1858 N°2 CC exige realizar un test adicional, a saber, determinar si uno
puede presumir que de conocer el vicio, el comprador lo habría comprado a un precio
mucho menor.

En este punto, la revisión deviene no sólo problemática, sino que discutible. El correcto
debe considerar que aquí es plausible llegar a cualquiera de las dos conclusiones. Del
estudiante sólo se exige que dé cuenta del problema y que entregue una respuesta
internamente consistente sobre el cumplimiento de este requisito. De demostrar
convincentemente que no se cumple el requisito en cuestión, el estudiante debe dar por
terminado el chequeo y plantear una conclusión parcial que excluya la hipótesis de trabajo
en cuestión. De demostrar, en cambio, que se cumple la condición en cuestión, el estudiante
debe seguir posteriormente con la revisión del cumplimiento de los requisitos. En nuestro
caso, vamos a seguir con esa opción.

En este caso, la condición en cuestión se cumple. Luís había adquirido un automóvil


deportivo respecto del cual uno puede presumir parte del valor se relacionaba con la
posibilidad de andar a velocidades superiores a los 60 km/h. Por lo demás, teniendo
en cuenta que el valor de un automóvil del año en cuestión era 18 millones de pesos,
pero que era necesario incurrir en gastos por 6 millones de pesos, el precio se
encuentra en cualquier caso sobre el precio de mercado. Con ello, se trata de vicios
que hacen que a la cosa sólo pueda darse un uso imperfecto y uno puede presumir
que el comprador no habría adquirido la cosa o lo habría hecho a un precio menor.

Por último, de acuerdo al artículo 1857 y 1858 N° 3 CC, los vicios deben haber sido
ocultos y no manifestados por el vendedor al comprador. Que sean vicios ocultos
quiere decir que no hayan sido reconocibles por parte del comprador, esto es, haya
podido ignorarlos sin grave negligencia de su parte. Ello se cumple de forma no
problemática en el caso.

iii) Por último, deben cumplirse las condiciones de procedencia de la acción de


rescisión por vicios redhibitorios.

En el caso, un problema jurídico crucial que debe ser advertido por el estudiante se
relaciona con la procedencia de la acción redhibitoria dada la exclusión de obligaciones de
garantía pactada en el contrato. Este tipo de problemas deben ser advertidos para obtener
una evaluación destacada o incluso suficiente, pero puede ser fácil pasar por alto porque
no se trata del tipo de condiciones de procedencia explicitados en el Código Civil. Por ello,
es importante conservar las subsunciones intuitivas que uno haga al acercarse al caso. Un
buen estudiante inmediatamente asociaría la cláusula en cuestión a un problema jurídico.
Su tratamiento debe ser introducido en una instancia adecuada, pero precisamente ese
espacio de tiempo entre reconocimiento de un problema y oportunidad de plantearlo en el
esquema de solución de casos hace que sea crucial tener un mapa general previo de cómo
va a estructurarse la respuesta que incluya todos los problemas advertidos inicialmente.

El problema puede ser planteado aquí de la siguiente forma:

Un primer problema que se plantea a este respecto es la posibilidad de que la acción


haya sido excluida por los contratantes. En el artículo noveno del contrato que
firmaron se estipuló que el vendedor quedaba libre de toda obligación de garantía
por defectos de la cosa. La obligación de sanear los vicios redhibitorios, de la que se
derivan las acciones redhibitorias, es una obligación de garantía y por ello parece
haber sido excluida. Tratándose de elementos de la naturaleza del contrato de
compraventa, estas obligaciones pueden ser libremente excluidas por las partes. No
constituye un argumento admisible contra esta conclusión el hecho de que
simplemente hayan tomado un contrato e incluida la fórmula sin pensarlo. La
autonomía de la voluntad exige tomarse las cláusulas de un contrato en serio. Pese a
ello, conforme al artículo 1859 CC, la exclusión de la obligación de sanear los vicios
redhibitorios no tiene efectos si el vendedor los conocía y no dio noticia al
comprador. En los hechos, este es claramente el caso. Con ello, la acción no ha sido
válidamente excluida por parte de los contratantes.

En lo demás, las condiciones de procedencia de la acción de rescisión son más bien


generales: ejercicio de ésta y falta de prescripción.

Además, la acción de rescisión debe ser ejercida explícitamente por el comprador.


Como aquí se trata de determinar si ella podría proceder, podemos dar por realizado
este requisito. La acción debe ser ejercida, conforme al artículo 1866 CC, antes de
que ésta prescriba. En el caso de cosas muebles, el plazo de prescripción de la acción
redhibitoria es de 6 meses desde la entrega de la cosa. Del enunciado del caso puede
colegirse que el automóvil fue entregado materialmente en febrero de 2012 y que los
vicios fueron advertidos recién dos años después. La acción redhibitoria se
encontraría, por ello, prescrita y no puede ser interpuesta.

Esta conclusión que se obtiene a partir de la aplicación forma de las reglas del sistema
puede ser problematizada: ¿se cuenta el plazo desde la entrega de la cosa si los vicios
permanecen ocultos y no se manifiestan hasta un tiempo después? Una buena respuesta
debiera hacerse cargo de un problema de esta clase, aunque termine por desecharlo.

Es posible pensar, sin embargo, que una interpretación adecuada del artículo 1866
CC exige considerar que el criterio de la entrega real se aplica sólo si los vicios se
han manifestado en el tiempo en cuestión. De otra forma, es muy probable que el
comprador simplemente no pueda ejercer las acciones por desconocimiento de su
procedencia. Pese a ello, el carácter estricto de una acción de nulidad impide llegar
a esa conclusión. La existencia de plazos tan cortos de prescripción y el hecho de
que por definición los vicios redhibitorias deban ser ocultos, muestran que el sistema
anticipa que se puede dar la situación de imposibilidad fáctica de solicitar la nulidad,
y pese a ello asume un criterio de inicio del cómputo estricto. Por ello, uno debe
concluir que la acción está prescrita.

Al concluir que una condición necesaria de procedencia de una acción no se cumple, la


consecuencia automática es que debe formularse una conclusión parcial descartando la
procedencia de la acción de la que trata la hipótesis de trabajo.

Por ello, Luís no tiene acción redhibitoria para exigir la rescisión del contrato y la
restitución de la cosa.

Con esto todavía no ha terminado el ejercicio que exige el tratamiento del caso. Luís exigió
además indemnización de perjuicios y el sistema de obligaciones de garantía por vicios
redhibitorios también se extiende a esta consecuencia. Para estructura de forma adecuada
el trabajo, es útil anunciar de inmediato que la consecuencia parcial negativa no afecta ese
punto, pasando a una nueva hipótesis de trabajo. La conclusión parcial completa debiera
tener, por ello, la siguiente estructura.

Por ello, Luís no tiene acción redhibitoria para exigir la rescisión del contrato y la
restitución de la cosa. Sin embargo, de acuerdo al artículo 1867 CC, la acción de
rebaja del precio e indemnización de perjuicios subsiste pese a la prescripción de
acuerdo al artículo 1866 CC.

Este anuncio permite pasar a formular una nueva hipótesis de trabajo, referida ahora a la
indemnización de perjuicios.

Luís podría tener acción de rebaja del precio e indemnización de perjuicios en contra
de Roberto de conformidad con el artículo 1861 CC, al haber comprado un automóvil
que tenía defectos relevantes desconocidos. Para ello, debe (i) haber un contrato de
compraventa entre las partes de conformidad al artículo 1793 CC, (ii) la cosa vendida
debe tener vicios redhibitorios de conformidad al artículo 1857 y 1858 CC, (iii)
deben cumplirse las condiciones de procedencia especial de la acción de
indemnización de perjuicios del artículo 1861 CC, y (iv) deben cumplirse las demás
condiciones de procedencia establecidas en los artículos 1869 CC.

Como debiera poder advertirse de inmediato, parte de las condiciones de realización de


esta hipótesis ya han sido tratadas a propósito de la acción redhibitoria. Por ello, debe ser
simplemente explicitado que el punto ya se trató y que la condición se cumple.

De acuerdo a lo ya expuesto, las condiciones (i) y (ii) se cumplen en el caso. Es


necesario, sin embargo, revisar la realización de las condiciones especiales de esta
acción correspondiente a los numerales (iii) y (iv).

(iii) De conformidad con el artículo 1861 CC, los vicios deben haber sido conocidos
por el vendedor o deben tener una entidad tal que el vendedor haya debido conocerlos
para que sea procedente la acción de indemnización de perjuicios. En el caso esto se
cumple de forma no problemática: el vendedor conocía los defectos del automóvil.

(iv) Por último, la acción de rebaja del precio e indemnización de perjuicios debe ser
ejercida antes de que ésta prescriba. De conformidad con el artículo 1869 CC, la
acción de rebaja del precio prescribe en el plazo de un año tratándose de cosas
muebles. No hay indicación expresa, en cambio, respecto del plazo de prescripción
de la acción de indemnización de perjuicios.

En el caso, podría plantearse el problema de que la acción de rebaja del precio haya
prescrito: ha transcurrido más de un año desde la celebración del contrato y entrega
de la cosa. De aplicarse el criterio de cómputo del artículo 1866 frase final CC,
debiera considerarse que la acción prescribió.

En este punto, la solución vuelve a ser conflictiva. Como el Código Civil no establece un
criterio de cómputo del plazo de la acción de rebaja del precio, es necesario determinar
interpretativamente desde cuándo se cuenta el plazo. Una posibilidad es considerar que se
trata del mismo criterio que en la acción redhibitoria, es decir, desde la entrega de la cosa.
Pero otra opción es considerar que el criterio es distinto. El estudiante debe nuevamente
mostrar conciencia del problema y entregar una solución argumentada.
Sin embargo, el artículo 1869 CC no establece un criterio explícito de inicio del
cómputo del plazo. La determinación de ese criterio debe hacerse por vía
interpretativa. Sistemáticamente, al tratarse de una hipótesis alternativa de la acción
redhibitoria, uno debe considerar que el criterio es el mismo. Con ello, la acción de
rebaja del precio se encuentra prescrita.

Sería un error concluir a partir de esto, sin embargo, que Luís no tiene acción alguna. La
acción de indemnización de perjuicios no se encuentra regulada en su plazo de prescripción
en este título, por lo que se plantea la duda sobre su tratamiento. Mostrar conciencia y un
buen tratamiento de este problema sistemático es crucial en un caso como éste.

Pese a lo anterior, el artículo 1869 CC no tematiza el plazo de prescripción de la


acción de indemnización de perjuicios: se refiere literalmente sólo a la acción para
pedir rebaja del precio. Ello implica un nuevo problema argumentativo. A falta de
regla especial, la prescripción tiene lugar conforme a las reglas generales. Tratándose
de una acción ordinaria, el plazo de prescripción es de 5 años de acuerdo al artículo
2515 CC. Por ello, con independencia del momento del que se cuenta, la acción no
ha prescrito. Cumpliéndose las demás condiciones del artículo 1861 CC, Luís puede
exigir de Roberto una indemnización de perjuicios.

Una respuesta completa determinaría, por último, cuáles son los perjuicios indemnizables.
Tras ello, es importante tener en cuenta la necesidad de responder la pregunta del caso y
plantear una respuesta general:

En conclusión, Luís no tiene acción para rescindir el contrato de compraventa,


exigiendo la devolución de su dinero, pero sí puede solicitar una indemnización de
perjuicios conforme al artículo 1861 CC.
V. ESQUEMA GENERAL

A modo de referencia, a continuación se presenta un esquema general de la estructura


básica del método de resolución de casos.

a) Planteamiento de hipótesis de trabajo: La hipótesis de trabajo constituye un


enunciado condicional con una posible respuesta a la pregunta jurídica
planteada por el caso. Su estructura contiene siempre los elementos que siguen:

i) Planteamiento de la hipótesis misma: Enunciado sobre una posible


solución al caso. En materia civil, la hipótesis misma debe especificar
la acción que tiene un sujeto activo contra un sujeto pasivo, el título
normativo de procedencia de la acción y los hechos con los que se
correlaciona. En materia penal, la hipótesis anuncia un posible título de
punibilidad de un interviniente.

ii) Determinación de las condiciones de realización de la hipótesis:


Especificación del supuesto de hecho de la norma que permite
solucionar el caso, dando cuenta de los requisitos que deben cumplirse
para que pueda aplicarse la norma en cuestión.

b) Definición de condiciones de realización de la hipótesis: Especificación


abstracta del sentido de las condiciones de aplicación de una norma. La
subsunción estricta puede hacerse de inmediato después de definir cada
requisito.

c) Subsunción en sentido estricto: Verificación de la correlación entre hechos


descritos en el caso y condiciones de realización de la hipótesis ya definida. Es
parcial si se trata de la pura verificación del cumplimiento de una condición
necesaria pero no suficiente de procedencia. Es total si se revisa la procedencia
de las condiciones necesarias que en conjunto son suficiente para la realización
de la hipótesis. Ambas formas de tratamiento son posibles.

d) Conclusión parcial: Expresión del resultado del razonamiento respecto a una


hipótesis de trabajo, especificando de si ella se realiza o no y qué implica que
se realice.

e) Reformulaciones y planteamientos de otras hipótesis: Un caso puede requerir


verificar si proceden otras acciones. Ello puede tener lugar de forma
complementaria a la hipótesis ya revisada o como consecuencia del rechazo de
la hipótesis anterior. Tratamiento de cada hipótesis nueva mediante ii, iii y iv.

f) Conclusión final: Respuesta explícita a la pregunta jurídica planteada por el


caso, con expresión de los resultados obtenidos a lo largo de la resolución del
caso.

VI. GLOSARIO

La guía introductoria del método de casos utiliza conceptos establecidos por ella misma
como técnicos. Para ayudar a su seguimiento y estudio, a continuación se presenta un
glosario con estos conceptos. Todos estos conceptos deben ser conocidos perfectamente
por los estudiantes para manejar adecuadamente el método.

Aplicación correcta, ordenada y completa: Competencia central que se exige de los


estudiantes de la carrera de derecho. Ella consiste en poder determinar las reglas y
consecuencias aplicables a un supuesto de hecho, demostrando de forma completa,
convincente y ordenada que la solución obtenida es la correcta.

Caso: Enunciado de hecho respecto del cual se plantea una pregunta jurídica que exige
resolución conforme al método de resolución de casos.
Capacidad de subsunción: Parte de las competencias de razonamiento jurídico exigidas a
los estudiantes de la carrera de derecho. Ella consiste en la capacidad de poder vincular
hechos con normas, en el sentido de que los hechos realizan el supuesto de hecho de una
norma y por ello ésta debe ser aplicada a ellos.

Capacidad de demostración de un razonamiento jurídico completo: Parte de las


competencias de razonamiento jurídico exigidas a los estudiantes de la carrera de derecho.
Ella consiste en la capacidad de demostrar paso a paso de forma lógica que la solución
planteada respecto de una pregunta jurídica en un caso es la correcta. Puede relacionarse
con el concepto de (capacidad de producir una) justificación interna completa.

Capacidad de argumentación: Parte de las competencias de razonamiento jurídicos


exigidas a los estudiantes de la carrera de derecho. Ella consiste en la capacidad de
demostrar de forma convincente que una solución a un problema jurídico que no se
soluciona mediante lógica formal es la correcta. Puede relacionarse con el concepto de
(capacidad de producir una) justificación externa.

Competencias de razonamiento jurídico o de aplicación del derecho: Conjunto de


capacidades centrales exigidas a los estudiantes de derecho, conformada por las
capacidades de subsunción, realización de un razonamiento jurídico completo y de
argumentación.

Conclusión parcial: Momento lógico del método de resolución de casos en el que se afirma
la realización de una hipótesis de trabajo o se niega su procedencia.

Conclusión definitiva: Momento lógico del método de resolución de casos en el que se


responde de forma completa la pregunta jurídica que plantea el caso.

Condiciones de realización de la hipótesis: Parte lógica de una hipótesis de trabajo que


define los requisitos que deben cumplirse para que pueda afirmarse que ella tiene lugar.
Definición: Momento lógico del método de resolución de casos en el que se especifica el
contenido abstracto de condiciones de realización de una hipótesis. Es lógicamente previo
a la subsunción.

Hipótesis de trabajo: Momento lógico del método de resolución de casos en el que se


plantea condicionalmente una solución plausible a la pregunta jurídica del caso y se
determinan las condiciones en las que ella debe afirmarse.

Hipótesis alternativa: Hipótesis de trabajo que puede tener lugar al negarse la procedencia
de una hipótesis anterior. Ejemplo: la punibilidad por imprudencia es alternativa y
subsidiaria a la punibilidad a título de dolo.

Pregunta jurídica: Consecuencia jurídica de cuya determinación trata un caso.

Problema jurídico: Aspectos del razonamiento jurídico que no pueden ser solucionados
con mera lógica formal. Es a su respecto que se plantean las competencias de
argumentación.

Reformulación: Paso de una hipótesis a otra cuando una de ellas es alternativa o subsidiaria.

Subsunción: Operación de correlación entre hechos y normas, en el sentido de que una


norma se aplica a ciertos hechos y, correlativamente, que los hechos realizan el supuesto
de hecho de una norma o (de ser parcial) una condición particular de procedencia.

Subsunción en sentido estricto: En el método de casos, momento lógico de comprobación


si uno o más condiciones de realización de una hipótesis, definidas con anterioridad, se
realiza.

Subsunción intuitiva: Operación de correlación de hechos con normas, en el sentido que


éstos se subsumen en ellas (ver subsunción). Toda subsunción intuitiva plausible y que
todavía sea procedente (por ejemplo porque la pregunta jurídica no haya sido ya
solucionada mediante la procedencia de otra acción) debe ser planteada como hipótesis de
trabajo.

Subsunción problematizada: Operación de demostración pormenorizada que una norma se


aplica a ciertos hechos o, lo que es lo mismo, que un caso se soluciona aplican una norma
determinada. El método de solución de casos constituye en general una subsunción
problematizada.

Supuesto de hecho: En lógica de las normas, constituye el conjunto de condiciones que


hechos determinados deben cumplir para que una norma sea aplicable a su respecto. En el
método de resolución de casos, equivalente a “condiciones de realización de la hipótesis”
o “condiciones de aplicación de una norma”.

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