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Martín Vizcarra: ¿Qué es la

cuestión de confianza y qué


podría pasar?
El presidente pidió cuestión de confianza respecto a la elección de los
miembros del Tribunal Constitucional. El rechazo produce la crisis
total de Gabinete.

El presidente de la República, Martín Vizcarra, presentó una cuestión de confianza


respecto a la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional.
Josefina Miró Quesada
josefina.mq@comercio.com.pe
Actualizado en 30/09/2019 a las 11:52
FUENTE: EL COMERCIO

Tal como lo había anunciado, el presidente Martín


Vizcarrapresentó un pedido de cuestión de confianza al
Congreso de la República en torno a la elección de los miembros
del Tribunal Constitucional. En medio de una accidentada
sesión se espera que hoy se debata este pedido del Ejecutivo.
En medio de una manifestación en las afueras del Congreso y
con un complicado ingreso de Salvador del Solar en el Pleno,
el Legislativo todavía tenía previsto escuchar al primer ministro
por la tarde. Como se recuerda, Del Solar había solicitado a
Pedro Olaechea que se le permitiera plantear la cuestión de
confianza lo antes posible durante la sesión del pleno de hoy,
lunes.
1. ¿Qué es la cuestión de confianza? La cuestión de
confianza es una herramienta política de contrapeso de poderes
regulado en los artículos 130, 131, 132, 133 y 134 de la
Constitución. Fue introducida en la Constitución de 1933 y
reforzada en la de 1979, tras numerosas censuras a ministros en
el primer gobierno de Fernando Belaúnde. Puede plantearla el
primer ministro, en representación del Gabinete o de un
ministro (artículo 86 Reglamento del Congreso). Esta se
presenta en sesión del Pleno del Congreso.
“Artículo 133. El Presidente del Consejo de Ministros puede
plantear ante el Congreso una cuestión de confianza a nombre
del Consejo. Si la confianza le es rehusada, o si es censurado, o
si renuncia o es removido por el Presidente de la República, se
produce la crisis total del gabinete”

La medida puede presentarse de manera obligatoria o


facultativa. Según el artículo 130, la primera se da 30 días
después de haber asumido sus funciones cuando el presidente
va al congreso con los demás ministros a exponer y debatir la
política general del gobierno y las medidas que requiere su
gestión. Pero también está la facultativa, que puede ser
presentada por el premier en cualquier momento sobre una
determinada política estatal (art.133).

La cuestión de confianza es la otra cara de la moción de censura


(rechazo de la confianza): la primera la plantea el Gabinete; la
segunda la vota el Congreso.

2. ¿Sobre qué se presenta? La cuestión de confianza se


presenta sobre una política de Estado. Busca el respaldo del
Legislativo -bajo responsabilidad política de los ministros- de
una política, un programa de gobierno o un proyecto de ley, por
ejemplo. Según el Tribunal Constitucional (TC), la cuestión de
confianza “ha sido regulada en la Constitución de manera
abierta, con la clara finalidad de brindar al Poder Ejecutivo un
amplio campo de posibilidades en busca de respaldo político
por parte del Congreso, para llevar a cabo las políticas que su
gestión requiera.”

En otras palabras, no hay una lista cerrada de aspectos de una


política de Estado sobre los que se puede puede presentar la
cuestión de confianza. Esto fue aclarado en la sentencia de
acción de inconstitucionalidad de setiembre de 2018, ante la
consulta de un grupo de congresistas sobre si podía presentarse
para aprobar una ley o un procedimiento de control político. A
criterio del tribunal, sostener que no procede frente a tales
supuestos es inconstitucional.

Durante su mensaje a la nación, el presidente Martín Vizcarra estuvo acompañado por


sus ministros y por gobernadores regionales (Foto: Piko Tamashiro)

3. ¿Qué pasa si se aprueba? La aprobación de la cuestión de


confianza genera el respaldo del Congreso sobre la política de
Estado en debate. Según el constitucionalista Aníbal Quiroga, si
esto ocurre, el Parlamento no estaría vinculado jurídicamente a
las iniciativas del Ejecutivo. “No hay ninguna norma que lo
asegura. En ese caso, no hay crisis [de Gabinete] y el Congreso
sigue trabajando”, señala.
Agrega que los congresistas podrían decir que están
comprometidos con la reforma política y la lucha
anticorrupción, pero que van a corregir sus propuestas. “No se
van a hacer Harakiri, ellos dirán ‘toma tu confianza’, pero yo soy
el que decido y no pasa absolutamente nada”, sostiene.

La constitucionalista Gabriela Oporto, por su parte, señala que


aprobar la cuestión de confianza exige un compromiso del
Congreso de impulsar las iniciativas de la Reforma Política.
“Puede hacer ajustes o modificaciones, pero no desnaturalizar la
esencia de lo que se plantea; el Parlamento tiene un margen de
actuación con límites”, señala. Agrega que correspondería en
ese caso revaluar las iniciativas del Ejecutivo.

Definir "la esencia" de un proyecto de ley, sin embargo, no es un


análisis objetivo que permita delimitar, sin lugar a
cuestionamientos, cuándo se ha desnaturalizado una iniciativa.
Esto podría estar sujeto a interpretación del Congreso. Si el
Poder Legislativo da la confianza, no hay reglas claras de cómo
medir el compromiso del Congreso.

Según los especialistas consultados, los congresistas podrían


decir que debatirán las iniciativas, sin aprobarlas como dicta el
Ejecutivo, al no estar sujetos a mandato imperativo (están
llamados a pensar en el bienestar colectivo, antes que en
cualquier interés particular o grupal). Eso es para Oporto un
análisis más político que jurídico. Para reducir el margen de
actuación del Parlamento, advierte que el Ejecutivo debería
precisar bien los términos de los proyectos como fijar plazos
para ser aprobados.

En declaraciones a este diario, el congresista Alberto


Quintanilla señaló que ha presentado un recurso de
reconsideración frente al archivo del proyecto de inmunidad
parlamentaria. “Aún no se ha votado, pero en este caso habría
dos opciones: o se vota la reconsideración, o el Ejecutivo
presenta un nuevo proyecto de ley que puede ser discutido en
esta o en otra legislatura”, señala.
El pleno del Congreso aprobó la creación del colegio de politólogos el pasado 15 de
mayo. (Foto: GEC)

4. ¿Qué sucede si se rechaza la cuestión de confianza? El


rechazo de la confianza genera la “crisis total de gabinete”, lo
que implica la renuncia de todos los ministros. Si se trata de la
segunda vez, da al presidente la facultad -puede, no es
obligatorio-, de disolver el Congreso y convocar a nuevas
elecciones dentro de los cuatro meses siguientes (artículo 134).

Durante este período, el presidente legisla mediante decreto de


urgencia, dando cuenta a la Comisión Permanente del Congreso
que se mantiene en funciones. La disolución no procede en el
último año de su mandato.

En este caso, para que se active el supuesto de la disolución, el


Ejecutivo tendría que interpretar que el primer rechazo a la
cuestión de confianza se dio al Gabinete de Fernando Zavala,
pese a que el presidente era Pedro Pablo Kuczynski y no Martín
Vizcarra. Esta postura es defendida por el ex presidente del TC,
César Landa, quien declaró a El Comercio que “la Constitución
no habla del presidente sino del gobierno y los gobiernos duran
cinco años”.

Coincide con esta interpretación Oporto, para quien las reglas


de la Carta Magna rigen dentro de un mismo periodo
presidencial y congresal de cinco años. “No es esta una nueva
elección presidencial, y Vizcarra estaba en la plancha
presidencial”, señala.

Cuando Fernando Zavala estuvo al frente del gabinete también se presentó un pedido de
cuestión de confianza (Foto: GEC)

Por su parte, Quiroga sostiene que el Gabinete Zavala no sería la


primera negativa de confianza. “El presidente puede disolver el
Congreso cuando este le niega la confianza dos veces a los
gabinetes que ha nombrado”, señala.

Considera que el Gabinete, encabezado por Salvador del Solar,


sería el primero nombrado por Vizcarra, cuya confianza ha sido
rechazada (Fernando Zavala fue designado por Kuczynski).

“En los últimos 50 años, solo ha habido dos cierres del


Congreso. Es muy complicado que ocurra, más aún si es en base
a una interpretación que es discutible. Está jugando con fuego el
presidente Vizcarra”, agrega.

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