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UNIVERSIDAD CES
DERECHO
2019-2
En nuestro trabajo trataremos el tema de trabajo decente en Colombia iniciando con
una mención sobre cómo ha sido tratado este tema anteriormente, la historia y sus
antecedentes, junto con su normatividad, además añadiendo posturas y argumentos de
diferentes fuentes, centrándonos posteriormente en las políticas públicas, el cumplimiento
real o no de ellas, las condiciones de empleo y centrándonos en la problemática
colombiana.
ORIGEN Y CONCEPTO
La OIT considera que el trabajo decente busca expresar lo que debería ser, en el mundo
globalizado, un buen trabajo o un empleo digno. La Organización Internacional del
trabajo ha definido el trabajo decente de la siguiente manera: El trabajo decente significa
la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la
seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para las familias, mejores
perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos
expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas,
y la igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres. Es decir, además
de ser un derecho humano, el trabajo decente es aquel que se desarrolla en el marco del
respeto por los principios y derechos fundamentales del trabajo.
La expresión “trabajo decente” comenzó a ser usada por la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) en 1999, acuñada por Juan Somavia. En la década de los 90, con la
aparición de las nuevas tecnologías de información, se produjo una considerable
reestructuración en la economía Este como consecuencia del proceso de globalización y
la necesidad de atender la dimensión social de la globalización. Teniendo en cuenta lo
anterior, la OIT replanteó sus objetivos y orientación para adaptarse a estos nuevos
escenarios y disminuir las consecuencias relacionadas con esto mediante la
implementación de un trabajo decente. Juan Somavia presentó su memoria “trabajo
decente” en el que introduce el concepto caracterizado por cuatro objetivos
estratégicos. los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección
social y el diálogo social
El ideal del Trabajo Decente es entonces hacer un llamado a los Estados para la
creación de políticas públicas orientadas al incremento de empleos formales en
condiciones dignas, y para que sea garante de los derechos de los trabajadores.
Con la aparición de la globalización mundial se produjo un impactado que afectó en
gran manera en todas las esferas del individuo, sin que el trabajo sea una excepción en lo
que respecta a las condiciones y derechos de los trabajadores; haciendo que
inevitablemente haya tensión en los actores que construyen el derecho del trabajo. De esta
manera se observan tendencias y perspectivas tales como: altas tasas de desempleo,
incremento de la informalidad laboral, disminución de ingresos para los trabajadores e
incapacidad del Estado de cumplir eficazmente con la administración de recursos,
desatendiendo el llamado realizado por la OIT para implementar ciertas políticas públicas
de trabajo decente
DIFERENCIA ENTRE TRABAJO DIGNO Y DECENTE
Es necesario, para proseguir con el trabajo, hacer una diferenciación entre el trabajo
digno y trabajo decente, ya que se les suele considerar como sinónimos, pero la realidad
es que no se refieren a lo mismo. para entender esta distinción se debe recurrir al
desarrollo constitucional del concepto trabajo digno, en particular lo que instituyen los
Artículos 25 y 53 de la Constitución Política de 1991.
Artículo 25: El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus
modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un
trabajo en condiciones dignas y justas. Las condiciones señaladas se garantizan a partir
de los principios fundamentales expresamente reconocidos en el
Artículo 53: El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente
tendrá en cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos fundamentales:
Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima vital y móvil,
proporcional a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad en el empleo;
irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en normas laborales; facultades
para transigir y conciliar sobre derechos inciertos y discutibles; situación más favorable
al trabajador en caso de duda en la aplicación e interpretación de las fuentes formales
de derecho; primacía de la realidad sobre formalidades establecidas por los sujetos de
las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la capacitación, el
adiestramiento y el descanso necesario; protección especial a la mujer, a la maternidad
y al trabajador menor de edad.
Este tema es revisado por la Procuraduría General de la Nación con la colaboración de
algunas organizaciones, en una investigación en la que se identifica, por un lado, que
algunos prefieren el término de trabajo digno, entre otras razones, debido a que representa
una reivindicación de derechos y no un término “globalizado y neoliberal”, como
califican el concepto de trabajo decente y porque el trabajo digno consagra mayores
protecciones; por otro lado, otros prefieren el término trabajo decente porque forma parte
de un proceso actual que recoge consenso entre trabajadores, empresas y Estados y
encierra el concepto mismo de trabajo digno.
El concepto de trabajo decente ha adquirido mucho protagonismo desde su aparición
en 1999, pero no tiene mucha regulación normativa en el país. Este concepto de trabajo
decente ha sido desarrollado más ampliamente en ámbitos doctrinales.