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EL JUICIO ARBITRAL

duda la jurisdicción de los árbitros, éstos no pueden proceder


válidamente.1005 Si según el art. 228 del COT, fuera de los casos de
arbitraje forzoso nadie puede ser obligado a someterse a juicio
arbitral a menos que haya convenido expresamente hacerlo, es
evidente que el arbitraje no puede tener lugar sino cuando esté
establecido, de manera cierta, que la ley lo ordena o que las
partes lo han convenido válida y eficazmente.
Creemos que en este evento, la justicia ordinaria debe pro-
nunciarse sobre la cuestión de jurisdicción con arreglo a las reglas
del juicio sumario, por las mismas razones que nos indujeron a
resolverlo así en el caso en que se promueva como oposición al
nombramiento de compromisarios (Nº 314): es un asunto de lato
conocimiento que no tiene señalado en la ley un procedimiento
especial y que requiere una tramitación rápida para que sea efi-
caz. De otro modo se abriría a las partes una amplia puerta para
entorpecer y burlar el arbitraje, mediante objeciones injustifica-
das a la jurisdicción del compromisario, con las cuales retardarían
indefinidamente la acción de la justicia arbitral.
La cuestión sobre jurisdicción contra el tribunal arbitral pue-
de promoverse, también, una vez concluido el arbitraje, aunque
esté ejecutoriada la sentencia de los compromisarios. En este caso
toma la forma de una acción de nulidad a que nos referiremos
oportunamente.1006

§ 2º. Cuestiones de competencia

384. Concepto. Llamamos cuestión de competencia, tratándose de


los árbitros, a todo problema que se suscite en orden a la extensión
de sus poderes. Cada vez que se ponga en duda, no ya la jurisdic-
ción del tribunal arbitral, sino la medida o amplitud de sus pode-
res, se plantea una cuestión de competencia. Ésta dice relación con

Revista, t. XXXIV, sec. 1ª, p. 24; C. Suprema, Revista, t. XXXII, sec. 1ª, p. 172, y la
C. Iquique lo declara categóricamente al decir que “la cuestión de determinar si
existe vínculo jurídico que obligue a las partes a constituir el arbitraje solicitado
por una y rechazado por la otra es previa” (Gaceta, 1919, t. I, Nº 1142, p. 447).

1005 GLASSON, T ISSIER et MOREL , ob, cit., t. V, Nº 1816; B ERNARD, ob. cit.,

Nº 294; MIRANDA, ob. cit., Nº 78.


1006 Véanse Nos 412 y siguientes.

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JURISDICCIÓN DEL TRIBUNAL ARBITRAL

los que hemos llamado “límites de la competencia arbitral”: sea en


cuanto a la materia a que ella se refiere,1007 sea en cuanto a las
personas a que alcanza; sea en cuanto a las facultades que otorga al
compromisario; sea en cuanto a su duración en el tiempo.

385. Tribunal competente y tramitación. La cuestión de compe-


tencia puede promoverse antes de estar constituido el tribunal
arbitral, como oposición al nombramiento de compromisarios.
En tal caso es competente para conocer de ella el juez ordinario
ante el cual se ha pedido el nombramiento de árbitros, quien
debe someterse para su fallo a las reglas expuestas en los números
313, 314, 315 y 316; nos remitimos a ellas.
La cuestión de competencia puede suscitarse también una vez
constituido el tribunal arbitral. En tal caso constituye un inciden-
te del juicio arbitral; el único tribunal competente para conocer
de ella es el de compromisarios,1008 y su tramitación debe hacerse
conforme a las normas del Título XI del Libro I del CPC (arts.
101 a 112 inclusive), aplicables al arbitraje por ser comunes a
todo procedimiento.
Sea que la cuestión de competencia se funde en que la mate-
ria del juicio no es de las sometidas a arbitraje, o en que la
jurisdicción del compromisario no alcanza a la parte que la in-
terpone, o en que el plazo del nombramiento del árbitro ha
expirado, o en que el tribunal arbitral carece de atribuciones
para actuar en el asunto –como por ejemplo, cuando éste impli-
ca el ejercicio de actos de imperio–, puede promoverse por inhi-
bitoria o por declinatoria (CPC, art. 101) y, mientras se halle
pendiente, suspende el curso de la causa principal (CPC, art. 112).
Se ha fallado, según esto, que el arbitrador a quien se promueve
inhibitoria y que la rechaza, debe abstenerse de seguir tramitan-
do hasta saber si el requirente insiste o no, pues de otro modo
se autoriza para fallar por sí una cuestión de competencia que
debe ser resuelta por el tribunal a quien la ley la encomien-
da.1009 Lo cual no obsta a que los árbitros que conocen de la

1007 La C. Suprema ha fallado que el hecho de extenderse el fallo del árbitro

a cuestiones no sometidas a su decisión, importa un vicio procesal que debe


atacarse por medio del correspondiente recurso de casación en la forma (Revis-
ta, t. XXXIX, sec. 1ª, p. 12).
1008 Rige aquí plenamente el principio de que todo tribunal es juez de su

propia competencia. Véase Nº 356.


1009 C. Suprema, Revista, t. XXX, sec. 1ª, p. 82.

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EL JUICIO ARBITRAL

causa principal puedan librar aquellas providencias que tengan


el carácter de urgentes (CPC, art. 112).
La resolución que falla la cuestión de competencia es senten-
cia interlocutoria, porque resuelve un incidente estableciendo de-
rechos permanentes a favor de las partes.1010
Si la cuestión se promueve por inhibitoria, esa resolución sólo
es apelable en los casos previstos en el art. 107 del CPC. Si se
promueve por declinatoria, es siempre apelable, pero contra la
que desecha la declinatoria sólo procede en el efecto devolutivo
(CPC, art. 112). Se ha resuelto que estas apelaciones proceden
aun cuando los compromisarios hayan sido nombrados para fallar
en única instancia –lo que se entiende si son arbitradores y no se
ha establecido tribunal de apelación–, porque las normas legales
relativas a la competencia de los tribunales son de orden público
y no pueden renunciarse ni ser objeto de convenciones, sino en
los casos expresamente previstos por la ley, solución que corrobo-
ra el art. 190 del COT al tener a la respectiva Corte de Apelacio-
nes como superior de los jueces árbitros de única instancia.1011

§ 3º. Contiendas de competencia

386. Concepto. Se produce una contienda o conflicto de compe-


tencia cuando dos o más tribunales sostienen ser competentes
para conocer de un mismo asunto, pretendiendo excluir a los
demás, y cuando ninguno de ellos acepta ser competente atribu-
yendo su conocimiento al otro, que lo rechaza.
Un tribunal arbitral puede tener contiendas de competencia
con otro de la misma naturaleza, o con un tribunal ordinario o
especial.
Para que exista contienda de competencia entre árbitros es
necesario, en todo caso, que ambos tribunales tengan jurisdicción
simultánea e independiente el uno del otro; los tribunales, decla-
rándolo así, han resuelto que no es contienda de competencia la
promovida entre dos árbitros y en la cual se trata de determinar si
el segundo nombramiento de compromisario se hizo cuando esta-

1010 Se ha fallado, sin embargo, que sería sentencia definitiva, C. Suprema,

Gaceta, 1919, t. II, Nº 84, p. 447.


1011 C. Santiago, Revista, t. XLI, sec. 2ª, p. 49; C. Talca, Revista, t. LIII, sec. 2ª,

p. 101.

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