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YOSUO HANAKAMA

Era el principal operador de cobre de Sumitomo Corporation, una de las


mayores empresas comerciales en Japón. Se le conocía como "Mr. Cobre "
debido a su estilo de negociación agresiva , y como "Mr. cinco por ciento "
porque esa es la cantidad de la oferta anual del mundo que él controla . [ 1 ]

El 13 de junio de 1996, Sumitomo Corporation reportó una pérdida de US $ 1.8


mil millones en el comercio de cobre no autorizado por parte de Hamanaka en
la Bolsa de Metales de Londres.

En septiembre de 1996 , Sumitomo reveló que las pérdidas financieras de la


compañía fueron muy superiores a $ 2.6 mil millones ( 285 billón yenes) .

Hamanaka fue condenado a ocho años de prisión en 1998 y fue lanzado en julio
de 2005 , un año antes .

Sumitomo Corporation (住友 商 事 株式会社 Sumitomo Shōji Kabushiki -


gaisha ? ) Es una de las mayores empresas de comercio general en todo el
mundo Sogo shosha , y es una empresa diversificada . La empresa se constituyó
en 1919 y es una empresa miembro del Grupo Sumitomo .

Se enumera en las cuatro bolsas japonesas ( Tokio , Osaka , Nagoya y Fukuoka


) y es un componente de los índices de valores TOPIX 225 y Nikkei . [ 4 ] [ 5 ]
Hoy en día , la empresa es una de las tres primeras empresas Shosha Sogo en el
mundo .

Historia

El Grupo Sumitomo, de los cuales Sumitomo Corporation es un miembro clave,


se remonta a la creación del siglo 17 de una tienda de libros y de la medicina en
Kyoto por Masatomo Sumitomo. de Sumitomo hermano-en-ley Riemon Soga
desarrollado una tecnología para extraer la plata de cobre, y el hijo de Soga (que
se casó con la hija de Sumitomo) Tomomochi Sumitomo amplió este sector de
la fundición a Osaka. A partir de este principio, la familia Sumitomo amplió su
negocio en la minería del cobre (la mina de cobre Besshi), seguido de los
textiles, el azúcar y la medicina de comercio. [6]

La familia Sumitomo estaba cerca del shogunato Tokugawa durante todo el


período Edo. Durante la década de 1860, esta relación se convirtió en un pasivo
para la empresa como el clan Tokugawa se mezclaba con sus rivales en el oeste
de Japón. Tras la derrota de los Tokugawa ', Sumitomo estaba casi en ruinas y
bajo presión para vender la mina Besshi, que en ese momento era casi
impracticable. Sin embargo, Sumitomo mantiene la mina y mejoró su salida a
través de la adopción de nuevas técnicas occidentales. [7] Durante la rápida
occidentalización de Japón en las décadas siguientes, Sumitomo inició varias
nuevas empresas comerciales, industriales y financieras, convirtiéndose en uno
de los principales zaibatsu de principios del siglo 20 de Japón. [6]

Sumitomo Corporation fue incorporada en diciembre de 1919 como el de Osaka


North Harbour Co., Ltd. para participar en la gestión de bienes raíces, la
recuperación de tierras, nivelación de terrenos, construcción de reparación
puerto y trabajos conexos en la región norte del puerto de Osaka. En 1944, la
compañía se fusionó con Sumitomo Construcción Co., Ltd. (establecido de
agosto de 1923. capital social 6.5 millones de yenes) para formar Sumitomo
Construcción y Real Estate Co., Ltd. [8]

Segunda Guerra Mundial destruyó la mayor parte de la infraestructura industrial


de Sumitomo en Japón, y la ocupación aliada subsiguiente llevó a la ruptura
forzada de las mayores empresas japonesas, incluyendo Sumitomo. [7]
Sumitomo Building transición a comercio en general, en busca de manejar
productos de grandes empresas manufactureras de Japón en diversas industrias,
y cambió su nombre por el de Nippon Engineering Co., Ltd. (Nihon Sangyo
Kaisha Kensetsu), a partir de una nueva existencia como una empresa de
comercio general con una el personal de ventas de tan sólo 32 personas. La
firma colocó sus acciones en las Osaka, Tokio y Nagoya Bolsas de Valores en
1949. [6] [8]
A medida que las regulaciones sobre las grandes empresas se relajaron en la
década de 1950, Nippon Ingeniería reanudó las relaciones más estrechas con
otras sociedades del Grupo Sumitomo a través del "Club de agua blanca"
(Hakusui-kai), una reunión de coordinación de los presidentes de empresas. [7]
La compañía comenzó a crecer en el extranjero en la década de 1950, a partir
de negocios en Mumbai en 1950 y en Nueva York en 1952. Cambió su nombre
por el de Sumitomo Shoji Kaisha, Ltd. en 1952. En la década de 1960 Sumitomo
destinadas oficialmente a ser uno de los " Tres grandes empresas "generales de
comercio, junto con Mitsubishi y Mitsui. En 1970, Sumitomo estableció una
segunda oficina central en Tokio y se fusionó con Sogo Boeki Co., Ltd
Sumitomo adoptó su actual nombre de Inglés, Sumitomo Corporation, en 1978.
[8] el volumen de transacciones de la compañía se incrementó por un factor de
diez 1955-1965, y otra vez por un factor de diez entre 1965 y 1975. Al igual
que su zaibatsu cohortes Mitsubishi y Mitsui, Sumitomo estableció un grupo
empresarial keiretsu centrado en sí mismo y Sumitomo Bank. [7 ]

La estrategia de Sumitomo se centró en los recursos naturales a través de 2014,


cuando la empresa reservó cientos de miles de millones de yenes en pérdidas en
el aceite de esquisto y otras inversiones relacionadas con la energía. presidente
de la compañía, Kuniharu Nakamura, atribuyó estas pérdidas a los factores
adversos del mercado y la relativa inexperiencia de Sumitomo en el campo.
Como resultado de estos contratiempos, Sumitomo fue superado por Itochu
como compañía de comercio general tercio más grande de Japón. Sumitomo
anunció en 2015 que iba a reorientar su negocio en las industrias automotriz y
de infraestructura y otros negocios no recursos. [9]

El gurú del mercado mundial del cobre deja un 'agujero' de 235.000 millones en

Sumitomo ( el país)diario español

Los mercados financieros, especialemente el de metales, reaccionaron


con nerviosismo ante el anuncio de que una de las principales firmas de
intermediación de Japón, Sumitomo, ha descubierto un agujero de al
menos 1.800 millones de dólares (unos 235.000 millones de pesetas)
en sus operaciones de compra-venta de cobre. Éste es el mayor
quebranto registrado en un mercado financiero. Al igual que en los
recientes escándalos del banco nipón Daiwa y del británico Barings,
detrás de estas pérdidas monumentales hay un solo responsable, el
anterior jefe de compras de cobre de Sumitomo, Yasuo Hamanaka, el
gurú del mercado mundial de este metal. Hamanaka ocultó las pérdidas
resultantes de sus operaciones irregulares durante años. El precio del
cobre cayó en picado por temor a que la compañía liquide posiciones.

Yasuo Hamanaka, de 48 años, era conocido como el Señor del 5% por


controlar ese porcentaje del mercado mundial de cobre. Falsificó la
contabilidad de la compañía durante 10 años para ocultar las pérdidas
multimillonarias. que había acumulado por sus agresivas compras de
contratos de futuros. La evolución del precio del cobre en el sentido
contrario a las posiciones tomadas por Hamanaka le hacían incurrir en
importantes quebrantos una vez vencían los citados contratos.Pero no
fue hasta el pasado 5 de junio, cuando la compañía descubrió un
sospechoso deposito bancario, que Hamanaka confesó haber
escondido este agujero. Fue inmediatamente despedido. y las
autoridades de los mercados de metales de Londres y Nueva York
puestas al corriente de la situación. Los rumores sobre su destitución
provocaron una caída del 15% en el precio del cobre el pasado día 6.
La revelación (de las pérdidas en Nueva York, en la no che del jueves,
arrastró el precio al mínimo de los últimos dos años (1.860 dólares cada
tonelada), aunque ayer, en medio de una fuerte volatilidad, se recuperó
a 2.050 dólares.
Los cálculos iniciales de Sumitomo, que es la tercera firma de
intermediación de Japón, situaban el agujero en 1.800 millones de
dólares, pero la fuerte caída del precio del cobre amenaza con
incrementar las pérdidas. Varios analistas estiman que éstas podrían
llegar a los 2.500 millones de dólares si la firma abandona las posiciones
más arriesgadas que aún mantiene en el mercado de cobre para
enjugar las pérdidas. El presidente de Sumitomo Corporation, Tomiichi
Akiyama, intentó ayer convencer a los mercados de que la compañía no
tiene intención de liquidar estas posiciones. Akiyama no cree que la
compañía tenga problemas de absorber las pérdidas dada su elevada
solvencia. Su facturación anual es de 152.000 millones de dólares.
Con todo, el quebranto de Sumitomo es el mayor registrado hasta la
fecha en un mercado financiero. Los dos casos similares ocurridos en
el último año y medio -Barings y Daiwa-, que desembocaron en la
quiebra del primero y la venta del segundo, supusieron unas pérdidas
de 1.200 y 1.100 millones de dólares, respectivamente. En total,
Hamanaka y los dos operadores responsables de sendos agujeros en
el Barings y en el Daiwa, Nick Leeson, de 28 años, y Toshide Iguchi, de
44 años, han provocado un quebranto de 4.000 millones de dólares.
Hamanaka especuló en cobre, Leeson en la Bolsa de Tokio e Iguchi en
el mercado de deuda estadounidense.

El Gobierno expreso su preocupación por la acumulación de


escándalos, un fenómeno que pone en evidencia, dijo, la decadencia de
la ética empresarial en Japón. Tras la cadena de quiebras de pequeños
bancos, pocos esperaban que una de las firmas de mayor tradición,
fundada hace 400 años, tuviera estos problemas.
LA DETENCIÓN DE HAMANAKA ABRE UN NUEVO CAPÍTULO EN EL
ESCÁNDALO DE COBRE DE SUMITOMO
(el tiempo)
Las autoridades japonesas arrestaron ayer a Yasuo Hamanaka, el personaje
central en el escándalo de negociación de cobre de Sumitomo Corp., bajo
acusaciones de falsificación de documentos en operaciones con Merrill Lynch
Co. y otras firmas de corretaje de metales de Estados Unidos y Gran Bretaña.
(VER GRAFICA: CONTRATOS DE COBRE PARA DICIEMBRE, EN
DOLARES POR LIBRA)
Por: NORIHIKO SHIROUZU
23 de octubre de 1996
La detención se produce meses después de que Sumitomo diera a conocer el 14
de junio las presuntas transacciones no autorizadas de Hamanaka, que
ascendieron a unos US$2.600 millones.

Un funcionario de la fiscalía de Tokio dijo que Hamanaka podría ser condenado


a una pena de prisión de entre tres meses y cinco años si lo hallan culpable de
falsificar documentos.

Sin embargo, es posible que sea objeto de nuevas acusaciones, según sea el
resultado de la investigación, agregó el funcionario, quien declinó revelar dónde
fue arrestado Hamanaka. La televisión mostró al corredor cuando la policía lo
trasladaba de la fiscalía al Centro de Detención de Tokio.

Mientras tanto, Naoki Kuroda, uno de los directores de Sumitomo, expresó en


una conferencia de prensa que la compañía había presentado una demanda
contra Hamanaka en la Fiscalía Pública de Tokio y que se preparaba para
acusarlo de abusar de la confianza de la empresa. Hamanaka fue despedido de
Sumitomo en junio.

Kuroda reiteró la posición de Sumitomo en el sentido de que la empresa opina


que ningún otro ejecutivo participó en las presuntas transacciones ilícitas de
Hamanaka.

Kuroda afirmó que Sumitomo no tiene planes inmediatos de demandar a nadie


más. Pero dejó abierta la puerta para tomar medidas legales contra cualquier
otra persona, así como contra corredores de metales, firmas de corretaje y
bancos de Estados Unidos y el Reino Unido que hicieron negocios con
Hamanaka y Sumitomo durante los últimos años.

Responsabilidades Aunque muchas de estas firmas insisten en que todas las


transacciones con Hamanaka fueron debidamente autorizadas, Sumitomo ha
indicado que podría pedir responsabilidades a varias firmas de corretaje,
incluida Merrill Lynch & Co., por cuentas de corretaje abiertas a nombre de
Sumitomo y que posteriormente se determinó que carecían de la autorización
debida de los superiores de Hamanaka. Por otra parte, se cree que las
acusaciones de falsificación por parte de la fiscalía de Tokio ofrecen munición
a Sumitomo en caso que decida demandar a esas firmas.

La noticia se produce tras la presentación de varias demandas de Codelco, el


gigante estatal chileno, contra casas de metales, situación que ha inquietado a
muchos agentes del mercado.

Kuroda aseveró que Sumitomo esperará a que concluya la investigación de la


fiscalía _y la suya propia_ antes de tomar una decisión sobre cualquier demanda
adicional. Si se hallan nuevos elementos que justifiquen una demanda,
actuaremos , dijo.

Según las acusaciones de la fiscalía, se sospecha que Hamanaka falsificó por lo


menos dos cartas dirigidas a un corredor de Londres.

Las misivas presuntamente aseguran al corredor que la cúpula de Sumitomo le


había otorgado a Hamanaka un amplio margen de autonomía en las
transacciones de cobre de la empresa.

Los ejecutivos de Sumitomo alegan que el corredor en cuestión creyó en lo que


le decía Hamanaka, lo que según los ejecutivos le facilitó realizar transacciones
no autorizadas y ocultar las pérdidas.

Kuroda afirmó que la primera carta, enviada en enero de 1994 a un corredor de


bienes básicos en Londres, contenía las firmas falsificadas de dos superiores de
Hamanaka: Akio Imamura, director de Sumitomo cuyo nombre salió a relucir
en los medios de comunicación en calidad de posible cómplice de Hamanaka,
y Fumiyuki Takahashi. Kuroda dijo que la carta expresaba que Hamanaka
estaba autorizado a tomar cualquier decisión sobre la naturaleza de las
transacciones de cobre con el corredor londinense.
Red de involucrados La fiscalía de Tokio expresó que la carta se envió a Merrill
Lynch, Pierce, Fenner & Smith (Brokers and Dealers) Ltd. en Londres, y que la
misiva se refería a las transacciones de Hamanaka a través de otra compañía de
Merrill Lynch: Merrill Lynch Commodity Financing Inc.

La fiscalía informó que Hamanaka envió una segunda carta a la misma filial de
Merrill Lynch en septiembre de 1994 con una firma falsificada. En esta misiva,
según la fiscalía, Hamanaka trató de parecer que estaba autorizado a depositar
y retirar fondos de las cuentas de Sumitomo con las compañías de Merrill Lynch
y a especificar los destinatarios de tales fondos.

Las presuntas falsificaciones de documentos de Hamanaka no se limitaron a las


dos cartas, expresó Sumitomo.

El corredor de cobre falsificaba cada mes cientos de declaraciones de posiciones


de corredores de otros países _desde por lo menos 1993_ antes de entregarlas a
las oficinas administrativas de Sumitomo, afirmó Kuroda.
Yasuo Hamanaka, junio de 1996
Sumitomo Corp, una empresa japonesa de inversión, sufrió una
pérdida
de 2.600 millones de dólares durante un periodo de 10 años por transacciones
de cobre no autorizadas realizadas principalmente por este hombre,
su
principal corredor. Simutomo fue apodado "El señor cinco por ciento" porque
se
consideraba que su equipo de corretaje controlaba el cinco por ciento de las
operaciones mundiales de cobre. Fue condenado a ocho años de prisión.
A finales de 1994, la Bolsa de Metales de Londres (LME) tomó una decisión:
abrir almacenes en Long Beach, California, donde sus clientes podrían guardar
cobre. Pero esa simple decisión provocó una reacción en cadena que obligó al
gigante japonés Sumitomo Corp. a revelar la semana pasada que
había
perdido US$1.800 millones en los últimos 10 años, a raíz de negociaciones no
autorizadas de su poderoso jefe de corredores de cobre, Yasuo Hamanaka.
La inesperada noticia reveló la asombrosa falta de control en una de las casas
de corretaje más grandes y respetadas de Japón.
También propinó otro golpe a la LME, que ya ha tenido otros escándalos de
corretaje menos espectaculares y desde hace más de cuatro años
recibe
advertencias de que alguien podría estar manipulando el mercado de cobre
Yasuo Hamanaka, junio de 1996
Sumitomo Corp, una empresa japonesa de inversión, sufrió una
pérdida
de 2.600 millones de dólares durante un periodo de 10 años por transacciones
de cobre no autorizadas realizadas principalmente por este hombre,
su
principal corredor. Simutomo fue apodado "El señor cinco por ciento" porque
se
consideraba que su equipo de corretaje controlaba el cinco por ciento de las
operaciones mundiales de cobre. Fue condenado a ocho años de prisión.
A finales de 1994, la Bolsa de Metales de Londres (LME) tomó una decisión:
abrir almacenes en Long Beach, California, donde sus clientes podrían guardar
cobre. Pero esa simple decisión provocó una reacción en cadena que obligó al
gigante japonés Sumitomo Corp. a revelar la semana pasada que
había
perdido US$1.800 millones en los últimos 10 años, a raíz de negociaciones no
autorizadas de su poderoso jefe de corredores de cobre, Yasuo Hamanaka.
La inesperada noticia reveló la asombrosa falta de control en una de las casas
de corretaje más grandes y respetadas de Japón.
También propinó otro golpe a la LME, que ya ha tenido otros escándalos de
corretaje menos espectaculares y desde hace más de cuatro años
recibe
advertencias de que alguien podría estar manipulando el mercado de cobre
Yasuo Hamanaka, junio de 1996
Sumitomo Corp, una empresa japonesa de inversión, sufrió una
pérdida
de 2.600 millones de dólares durante un periodo de 10 años por transacciones
de cobre no autorizadas realizadas principalmente por este hombre,
su
principal corredor. Simutomo fue apodado "El señor cinco por ciento" porque
se
consideraba que su equipo de corretaje controlaba el cinco por ciento de las
operaciones mundiales de cobre. Fue condenado a ocho años de prisión.
A finales de 1994, la Bolsa de Metales de Londres (LME) tomó una decisión:
abrir almacenes en Long Beach, California, donde sus clientes podrían guardar
cobre. Pero esa simple decisión provocó una reacción en cadena que obligó al
gigante japonés Sumitomo Corp. a revelar la semana pasada que
había
perdido US$1.800 millones en los últimos 10 años, a raíz de negociaciones no
autorizadas de su poderoso jefe de corredores de cobre, Yasuo Hamanaka.
La inesperada noticia reveló la asombrosa falta de control en una de las casas
de corretaje más grandes y respetadas de Japón.
También propinó otro golpe a la LME, que ya ha tenido otros escándalos de
corretaje menos espectaculares y desde hace más de cuatro años
recibe
advertencias de que alguien podría estar manipulando el mercado de cobre
UN SECRETO DEL CASO SUMITOMO: JAPÓN NO CREE EN LA
INFORMÁTICA
Los sistemas informáticos de control de Sumitomo Corp. no se dieron por
enterados de las operaciones presuntamente no autorizadas de Yasuo
Hamanaka, un escándalo que puede acabar costándole a la compañía por lo
menos US$1.800 millones. (VER GRAFICA: PORCENTAJE DE
EMPLEADOS DE COMPAÑIAS DE JAPON Y EE.UU QUE UTILIZAN PC)
Por: DAVID P. HAMILTON
27 de junio de 1996
No es que el corredor de cobre fuese muy hábil a la hora de evadir estos
controles. Al parecer, no existen. Un grupo de investigadores de EE.UU. y Gran
Bretaña se reunirán con autoridades japonesas para continuar la investigación.

Los supervisores de Hamanaka _al igual que ocurre en otras importantes firmas
financieras de Japón_ no suelen contar con una herramienta fundamental para
asegurarse de la integridad de las operaciones: un sistema informático que vea
las operaciones y que le siga la pista a los documentos.

Si bien Sumitomo ha optado por no hacer declaraciones sobre sus sistemas de


operaciones y sus normas, un ejecutivo de la compañía que trabajó con
Hamanaka, señala que el sistema de negociación de Sumitomo no usa
computadoras, al menos para algunas de las tareas más importantes. Y
Hamanaka no sabía cómo usar una PC, declara el mismo ejecutivo.

Culturas distintas En Occidente, los sistemas informáticos de contabilidad son,


sobre el papel, más exigentes y reducen las posibilidades de que algún empleado
de la compañía cometa cualquier tipo de fraude.

De hecho, en algunas empresas, los altos ejecutivos pueden revisar las


operaciones con sólo tocar una tecla. Los departamentos de auditoría confían en
la informática para identificar cualquier transacción sospechosa que sería
imposible revisando las boletas de negociación.

En cambio, en Japón, la información de las operaciones de negociación no


circula libremente, en parte debido a que éstas no se realizan con computadoras.
Muchos ejecutivos japoneses todavía ven a las computadoras como máquinas
para secretaria y se resisten a usarlas.

En muchos países del mundo existe un problema de analfabetismo informático


entre muchos ejecutivos. Sin embargo, es peor en el caso de Japón: el sistema
gerencial basado en la confianza ha dejado a muchos ejecutivos _muchos de
ellos del sector financiero_ poco convencidos de la necesidad de utilizar
sistemas informáticos.

Existe la posibilidad de encontrarse con pérdidas y deudas , declara Douglas


Shinsato, asesor de sistemas de información de A.T.

Kearney, en Tokio. Si bien un puñado de grandes bancos de Japón ha mejorado


sus sistemas de administración de riesgo, la mayoría de las compañías que
tienen negocios en los mercados financieros no lo ha hecho, declara Shinsato.

Con todo, la carencia de supervisión informática fue sólo uno más de los errores
que han hecho posible casos como el de Hamanaka.

Aún persisten sospechas de que varios altos ejecutivos de Sumitomo podrían


haber autorizado las operaciones de Hamanaka, aunque Sumitomo lo niega con
firmeza. La empresa tampoco contaba con una oficina de respaldo
administrativo que llevara el control de las operaciones de manera
independiente, declara el ejecutivo de Sumitomo. La empresa declinó responder
a cualquier tipo de pregunta al respecto.

Además, las propias computadoras tampoco son infalibles. El operador de


derivados Nick Leeson se las arregló para manipular el software de Barings
PLC y ocultar US$1.300 millones en operaciones de futuros no autorizadas.

Sumitomo ha declinado pronunciarse sobre la forma en que se usan las


computadoras en las negociaciones de bienes básicos, si es que se utilizan. Esto
a pesar de un compromiso previo para divulgar dicha información.

Desconfianza Sin embargo, para hacerse una idea de la forma en que opera
Sumitomo, se puede echar un vistazo a las negociaciones de Itochu, una de sus
principales rivales en Japón. Debido a una aparente desconfianza de los
sistemas informáticos, la negociación de azúcar en Itochu se realiza en gran
parte mediante una avalancha de faxes, telegramas e impresos entre Japón,
Nueva York y Londres. Los agentes japoneses de cobre y otros ejecutivos de
casas de bolsa dicen que las operaciones de Sumitomo se llevan a cabo de
manera similar.

En el noveno piso de las oficinas centrales de Sumitomo en Tokio hay un cuarto


del tamaño de medio campo de fútbol donde se distribuyen dos docenas de filas
de escritorios. Cada producto básico se negocia en un sector determinado de la
sala, desde el cacao, el café y el azúcar hasta el maíz y el trigo. Las
computadoras portátiles y de escritorio están en cada escritorio. Enormes
impresoras hacen ruido a la distancia.

Sin embargo, si bien las PC en las oficinas están conectadas a redes locales,
ninguna está vinculada con las oficinas internacionales de Itochu, lo que obliga
a realizar el proceso de verificación y análisis mediante cartas y documentos
impresos. Es muy primitivo , dice uno de los corredores de azúcar de Itochu,
que pidió no ser identificado.

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