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CURSO: TESIS II
PRESENTADO POR:
HUANCAYO-2019
ÍNDICE
1. Introducción ...................................................................................................... 3
2. Objetivos: .......................................................................................................... 4
2.1. Objetivo General: ....................................................................................... 4
2.2. Objetivos Especifico: .................................................................................. 4
3. Marco Teórico: .................................................................................................. 4
3.1. Origen de la Ciencia, Tecnología e Ingeniería: .......................................... 4
3.2. Relación de Ciencia, Tecnología e Ingeniería ............................................ 5
4. Conclusiones: ................................................................................................. 18
5. Recomendaciones: ............................................Error! Bookmark not defined.
6. Bibliografía: ..................................................................................................... 19
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1. Introducción
Desde sus inicios, el hombre se ha interesado por saber o conocer el porqué del
funcionamiento de las cosas y para qué sirve, ya que segados por el hambre y
sus deseos de exploración, nuestro homínidos salieron de sus cavernas a
conocer el mundo que habitaban, dando a pie a la adquisición de nuevo
conocimiento, el cual está en cierta medida determinado por lo que significa e
implica adquirirlo.
Debido a ello, se dio el inicio a las teorías científicas, las cuales se derivan, de
algún modo, de los hechos de la experiencia adquiridos mediante la observación
e interpretación detallada de todas las cosas o fenómenos naturales y a la
experimentación del por qué sucedían.
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2. Objetivos:
2.1. Objetivo General:
Conocer el Origen y Relación de la Ciencia, Tecnología e Ingeniería.
2.2. Objetivos Especifico:
Conocer la definición de Ciencia, Tecnología e Ingeniería
Determinar a través de investigaciones si existe relación entre Ciencia,
Tecnología e Ingeniería.
Conocer la actualidad de los estudiantes de Posgrado en relación a la
ciencia y tecnología.
3. Marco Teórico:
3.1. Origen de la Ciencia, Tecnología e Ingeniería:
Según las investigaciones, el Homo Habilis (2.5 hasta 1.4 millones de años a.C.),
fue el primer fabricante de herramientas de piedra1, suceso que da inicio a la
Ingeniería y a la Tecnología como tal, ya que podía manipular y fabricar los
primeros utensilios de piedra de nuestra era; el Homo Erectus (1.8 millones de
años hasta 300.000 años a.C.), famoso por descubrir y domesticar el fuego2,
debido a que lo capturó, conservó y reprodujo, hecho histórico base de los
comienzos de la Ciencia, porqué se funda el conocimiento a partir de la
observación, interpretación y verificación de los fenómenos naturales; y el Homo
Neanderthalensis (230.000 hasta 29.000 años a.C.), adaptado a climas
extremadamente fríos, hábil en la confección de sus ropas de pieles de animales
y primero del que se le conoce un lenguaje3, por lo que debía de existir una forma
de enseñanza o de transmitir sus conocimientos adquiridos, hoy día Ciencia.
A partir del Homo Sapiens (12.000 años a.C.)4, el desarrollo cultural se hizo más
complejo, debido a que fue la especie que invadió todos los continentes y la que
organizó su vida en variadas estructuras sociales, económicas y políticas. Con
la revolución agrícola (año 8000 a.C.)5, cuando los hombres dejaron de ser
nómadas, y vivieron en un lugar fijo para poder cultivar sus productos y criar
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animales comestibles, la Ingeniería y la Tecnología dan un salto enorme. Con
los asentamientos alrededor de los ríos Nilo y Éufrates, se centralizó la población
y se inició la civilización con escritura y gobierno. Con el tiempo en esta
civilización aparecería la Ciencia.
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A continuación se presenta un cuadro comparativo sobre las 3 definiciones:
Según los gráficos adjuntos nos indican que la ingeniería está estrechamente
relacionada tanto a la ciencia como a la tecnología.
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Según Jorge Dettmer 2003, nos indica que, Desde la segunda mitad del siglo
XIX, la Ingeniería y los ingenieros han desempeñado un papel fundamental en la
configuración de las sociedades industriales modernas. La creciente vinculación
de la tecnología con la ciencia y el reconocimiento de los ingenieros como uno
de los grupos profesionales más extensos, cuyos servicios resultan
indispensables para el desarrollo industrial, han elevado considerablemente el
carácter científico y el prestigio social de la Ingeniería a lo largo del siglo XX,
pero también, han suscitado importantes interrogantes relacionadas con la
identidad de los ingenieros, el reclutamiento de nuevos miembros, la educación
y la formación profesional de los mismos, la diversificación de sus opciones de
trabajo, la función de sus asociaciones profesionales y la responsabilidad ética y
social que deben asumir frente a los impactos sociales y ambientales provocados
por la tecnología.
De este amplio espectro de problemáticas, una que ha atraído la atención en
los últimos años es aquella que tiene que ver con la casi simbiótica relación que
se ha establecido entre la ciencia, la tecnología y la Ingeniería. El análisis de esta
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relación es importante porque si bien, a partir de la formulación del Informe
Grinter (Grinter Report) a finales de los años cincuenta, la educación en
Ingeniería adquirió una orientación cada vez más científica (o académica) y
menos pragmática; hoy día parece haber una tendencia contraria.
En las páginas que siguen, discuto las interrelaciones entre los tres campos
de conocimiento mencionados, tratando de aclarar en qué consiste la
especificidad de la Ingeniería y sus implicaciones para una mejor comprensión
del ser y el qué hacer de los ingenieros.
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De acuerdo con su etimología es el estudio de los conocimientos incorporados
en los objetos,
Ingeniería es la profesión que se fundamenta en los conocimientos de las
ciencias naturales y matemáticas, en la conceptualización, diseño,
experimentación y práctica de las ciencias propias de cada especialidad,
buscando la optimización de los materiales y recursos, para el crecimiento,
desarrollo sostenible y bienestar de la humanidad.
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En nuestros tiempos, la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la innovación juegan
un papel fundamental en la creación de riqueza, el crecimiento económico y en
el mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos de los países de
las Américas. Estas áreas son motores del desarrollo integral. Generan empleo,
bienestar a través de innovaciones y de la comercialización de nuevos productos
y servicios; ayudan a reducir la pobreza, a mejorar la educación, la salud, la
alimentación y el comercio; y son indispensables para la construcción de nuevas
capacidades esenciales en el siglo XXI.
Mediante el Proceso de Cumbres nuestros Jefes de Estado y de Gobierno han
promovido y estimulado el desarrollo de la ciencia y tecnología y su incorporación
como dimensión transversal en las estrategias de desarrollo en los países del
Hemisferio. Como Secretaría Técnica de gran cantidad de estos proyectos
sectoriales y en el marco del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral
(CIDI), la Organización de los Estados Americanos (OEA) organiza la Primera
Reunión de Ministros de Ciencia y Tecnología el próximo mes de noviembre en
Lima, Perú.
Desde la última reunión de altas autoridades de ciencia y tecnología que se
realizó hace más de ocho años, con el apoyo de los Estados Miembros y de la
Comisión Interamericana de Ciencia y Tecnología (COMCYT),
la Oficina de Educación, Ciencia y Tecnología (OECT) de la OEA ha realizado
una serie de talleres técnicos para identificar y analizar los temas prioritarios de
la agenda hemisférica en esta materia. El producto de este trabajo ha sido
recopilado en esta publicación, la cual pongo a disposición de los Estados
Miembros con la esperanza que constituya una contribución útil para el diseño y
formulación de nuevas políticas científicas y tecnológicas.
La OEA ha cumplido un ciclo histórico en el apoyo a los distintos esfuerzos
sectoriales que están promoviendo un amplio proceso de integración en el
Hemisferio. El espíritu humano que caracteriza nuestra región no puede limitarse
a esfuerzos específicos. Esperamos que esta publicación represente un insumo
valioso y sirva como catalizador para nuevas iniciativas en ciencia, tecnología,
ingeniería e innovación.
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La historia científica iberoamericana indica que nuestros países han producido
menos premios Nobel en ciencias que varias de las universidades más
prestigiosas del mundo desarrollado, y que nuestros escasos premios Nobel se
concentran en pocos países; más aún, en algunas de esas universidades
trabajan actualmente más laureados con el Premio Nobel que la totalidad de los
que produjo Iberoamérica. Análogamente, la historia tecnológica indica que
algunas grandes empresas han registrado muchas más patentes en las oficinas
de Estados Unidos o de Europa que el total de las empresas de Iberoamérica en
su conjunto; patentes cuyo desarrollo, valga la ironía, en algunos casos
provienen de investigaciones realizadas en Iberoamérica. Es preciso reconocer
que no disponemos hoy de la ciencia y la tecnología que nos sirvan como
herramienta indispensable para el desarrollo. Para contar con ellas deberíamos
adoptar políticas adecuadas a corto, mediano y largo plazo, que deberán además
aprovechar la rica experiencia adquirida por los países iberoamericanos a lo
largo de su historia. Si bien la palabra “desarrollo” puede ser considerada como
un tanto vaga, en el sentido de no tener un significado único y una definición
completamente clara, así y todo permite plantear los desafíos que se le
presentan a Iberoamérica. Necesitamos alcanzar un desarrollo productivo con
mayor valor agregado y lograr una mayor equidad distributiva, así como un
aumento significativo de la cohesión social y de la inclusión ciudadana. Es
preciso garantizar el acceso igualitario a una educación de calidad,
disminuyendo desequilibrios, superando los problemas de deserción y exclusión,
mejorando la enseñanza de la ciencia y favoreciendo las vocaciones científicas.
Debemos disponer de un número más amplio de profesionales altamente
capacitados; científicos y tecnólogos en condiciones de crear nuevo
conocimiento a través de la I+D y de obtenerlo también de fuentes externas. En
ambos casos, se trata de apropiarlo, adaptarlo y transferirlo a los actores de las
tramas productivas y sociales. Es importante señalar que una cultura científica y
tecnológica ampliamente extendida en la población es también una condición
necesaria para dar impulso a la vinculación entre quienes producen, identifican,
adaptan y aplican los conocimientos. Una sociedad innovadora es aquella en la
cual la búsqueda de nuevas soluciones más eficientes comienza en la base
misma de la organización social. Para poder llevar a cabo todo esto es preciso
estimar los recursos científicos y tecnológicos con los que cuentan los países de
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Iberoamérica. ¿Cuál es el panorama en ciencias básicas, en ciencias sociales,
en tecnología? El sostenido crecimiento económico de los últimos años ha
permitido devolver cierto auge a las políticas de ciencia y tecnología, al tiempo
que se incorporaba a la agenda el tema de la innovación. Los resultados, sin
embargo, más parecen haber consolidado las capacidades científicas
tradicionales, que generado un impulso determinante para la modernización del
sistema productivo. Pese a la tendencia al crecimiento, un rasgo común a la
mayor parte de los países iberoamericanos es que los recursos asignados la
ciencia y a la tecnología son todavía escasos. La inversión en I+D es claramente
inferior a la de los países más desarrollados. Sobre todo en ciertas disciplinas,
la menor cantidad de recursos afecta necesariamente el grado de novedad de la
I+D que se realiza en la región, muchas veces asociada a la disponibilidad de
equipamientos de alto costo. Al mismo tiempo, si se forman nuevos
investigadores pero no se incrementa el nivel de gasto por investigador, la
atracción de los países de mayor desarrollo haría que la fuga de cerebros
continúe –pudiendo incrementarse– amenazando seriamente la evolución del
sistema de ciencia y tecnología.
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ciencia y la tecnología en Iberoamérica supone abordar también la cuestión del
papel de la universidad; potenciar las capacidades en I+D de los centros
universitarios de excelencia con los que cuenta la región y pensar estrategias
para ampliar las oportunidades educativas de calidad para todos los sectores de
la población. Para esto se requieren políticas específicas para cada uno de los
distintos tipos de universidad. La heterogeneidad del panorama universitario
iberoamericano demanda estrategias diferenciadas que contemplen
potencialidades y limitaciones de las distintas realidades que configuran a la
región. No hay que olvidar, además, que las universidades iberoamericanas han
cumplido –y deben seguir haciéndolo– un papel fundamental en la ampliación de
los derechos de ciudadanía a partir de la extensión del acceso a la educación.
Es importante también analizar el concepto de innovación, lo que significa que
no hay que adoptar acríticamente dicho concepto, sino adaptarlo a nuestras
realidades y nuestras culturas, reconociendo los patrones de innovación de las
empresas no basados en la I+D. Se debe evitar el seguidismo marcado a lo que
se hace en los países más avanzados y vincular los agentes de los sistemas de
innovación. A partir de todo ello, es necesario entonces definir objetivos,
estrategias y propuestas de acción para lograr estimular la innovación y el
desarrollo tecnológico; orientar la investigación con criterios de excelencia y
relevancia; mejorar la calidad educativa y fomentar la cultura científica; aumentar
la inversión en I+D y el número de investigares y tecnólogos; en suma, integrar
el Espacio Iberoamericano del Conocimiento. Este documento sugiere algunas
acciones concretas para transitar ese camino.
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3.2.2. Modelos sobre las Relaciones entre Ciencia y Tecnología
El análisis de las relaciones entre la ciencia y la tecnología puede hacerse con
detalle a partir de cinco modelos propuestos por Niiniluoto (1997). Los dos
primeros sostienen posiciones ontológicas dualistas (independencia de la ciencia
y la tecnología), mientras que los tres siguientes son monistas (véase la figura).
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3.2.3. Relación de la Ciencia y Tecnología con los ingenieros.
Si tenemos en cuenta tanto las características personales como el perfil del ingeniero del siglo
XXI y nos proponemos reflexionar en torno a los contenidos que deberían recibir en su formación,
consideramos pertinente destacar la importancia del lugar que se otorgue en ellos al campo
disciplinar de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología o estudios CTS.
López Cerezo y Valenti afirman que la tecnología no es una colección de ideas o de máquinas
sujetas a una evolución propia, que se exprese en los términos objetivos del incremento de
eficiencia. Toda tecnología es lo que es en virtud de un contexto social definitorio. En ese
contexto se define lo eficiente o ineficiente en virtud de unos objetivos que, en última instancia,
responden a valores no técnicos.
La importante dimensión social de la tecnología no puede ser descuidada en la organización de
los diseños curriculares
Según Winner, “Los ingenieros han demostrado poco interés en llenar este vacío (dar respuestas
acerca de cuestiones relacionadas con la filosofía de la ciencia y la tecnología). Con excepción
de frívolas declaraciones en ocasión de los discursos anuales en diferentes Sociedades de
Ingeniería, típicamente las que celebran la contribución de cierta vocación técnica, en particular
para un mejoramiento de la raza humana, los Ingenieros no parecen estar conscientes de las
cuestiones filosóficas a que pueden dedicarse en su trabajo”.
La Ingeniería es vista hoy en día casi exclusivamente como la aplicación de principios científicos
para fines prácticos. La preocupación por las ciencias humanas y sociales es, en general, déficit
sensible en la formación de profesionales del área.
Los nuevos enfoques académicos, sobre todo desde los estudios CTS, critican la
conceptualización de la tecnología como ciencia aplicada. Estos estudios intentan mostrar el
carácter social de la tecnología y el carácter tecnológico de la sociedad, generando un nivel de
análisis complejo: lo 'socio-técnico'.
Dice Pacey que en la comprensión de la dimensión cultural de la tecnología, es preciso reconocer
los ideales, los valores y la visión que alimentan cualquier innovación e investigación.
Según Nemesio Espinoza Herrera ; La formación de investigadores por parte de los programas
de postgrado constituye una falencia. Los encargados de dirigir esta enseñanza carecen, en la
mayoría de los casos, de la experiencia para hacerlo. Los estudios de postgrado en el Perú
conservarán sus debilidades estructurales mientras los titulares de la docencia no incursionen
ellos mismos en la construcción de conocimiento que derive en la producción de ciencia,
tecnología e innovación.
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Mientras que otros países inician la formación de investigadores desde una etapa temprana,
y en buena medida sus escuelas, colegios y universidades (pregrado) se convierten en
incubadoras de científicos, en el Perú no ocurre así. Los estudios universitarios de pregrado
no cuentan con estrategias pedagógicas y curriculares para la formación de científicos, son
–al igual que los postgrados–, en términos netos, profesionalizantes; nótese, por ejemplo, el
hecho de que los egresados de las universidades pueden graduarse sin la obligatoriedad de
una tesis o trabajo de investigación (bachillerato automático). El Estado, por otro lado, que
debía jugar un papel protagónico en el ámbito científico y tecnológico, no lo incluye como
parte prioritaria de la política nacional de desarrollo. Aun cuando se encuentra vigente el Plan
nacional de ciencia y tecnología e innovación para la competitividad y el desarrollo humano
2006-2021 –cuya ejecución está a cargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONCYTEC), y existe también el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
Tecnológica (SINACYT), del que las universidades forman parte–, el tema del desarrollo
científico y tecnológico en el Perú es un asunto de atención marginal, a cuya consecuencia
no hay, entre otras cosas, inversiones activas en la materia. La actual situación de las
universidades peruanas y de los programas de postgrado, no permite que ofrezcan
soluciones a los grandes problemas nacionales, pero sí agrava el desempleo profesional. No
se genera en ellos ciencia y tecnología, y más grave, no parece haber la voluntad política
gubernamental por corregir las cosas. Resulta una imperativa necesidad nacional, la
reestructuración de los estudios de postgrado de las universidades del Perú como parte de
una reestructuración más amplia del sistema universitario en su integridad. Esta
transformación de las universidades peruanas debe partir de la reivindicación de la
primigenia naturaleza de las universidades expresada en su misión fundamental y prioritaria
de formar no sólo profesionales sino también científicos. De esta manera, se avanzaría en
asentar bases firmes para el despegue científico y tecnológico, con potencial de incidir
favorablemente en el desarrollo económico y social del país en el contexto de un nuevo siglo
y milenio. Hacer de los programas de postgrado, centros de formación de científicos y, ante
todo, convertirlos en institutos de producción de la ciencia, tecnología e innovación, es, al fin
y al cabo, el propósito principal del necesario proceso de reconversión de la universidad
peruana. El Estado debe asumir este quehacer también como suyo, en la medida en que ello
fortalece la soberanía.
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4. Conclusiones:
5. Recomendación:
Según la información y bibliografía revisada nos dice que la Ingeniería desarrolla la
Tecnología a partir de la ciencia se sugiere implementar transformación de nuestra
prestigiosa Universidad, expresada en su misión fundamental y prioritaria de formar no
sólo profesionales sino también científicos al servicio de la comunidad tratando asi de
solucionar los problemas en la sociedad actual.
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6. Bibliografía:
Jorge Dettmer –Articulo Ciencia, Tecnología e Ingeniería, Octubre -Diciembre de
2003
Asdrubal Valencia Giraldo “La relación entre la Ingenieria y la ciencia” 14 de
Diciembre 2003.
Ruth Connolly, María Celina Conte, Oscar Harasic, Héctor Herrera, Gala
Redington, Daniel Vilariño “Ciencia, Tecnologia, Ingenieria e Innovacion para el
Desarrollo”2005.
Luigi R. Einaudi “Ciencia, tecnología, ingeniería e innovación para el desarrollo
“Organización de los Estados Americanos-Washington, D.C., 18 de octubre de
2004
Nemesio Espinoza Herrera 2009“Los estudios de postgrado y la producción de
la ciencia y tecnología en el Perú”
Rama Claudio 2007 “Los postgrados y la investigación universitaria”.
Conferencia dictada en la Dirección de Postgrado de la Universidad Nacional de
Cajamarca, Lima, 14 de agosto.
Casasola R., Wílmer. Guía básica para elaborar un ensayo académico. Instituto
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https://prezi.com/m4hsw5ll0o-e/ingenieria-ciencia-y-tecnologia/
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