Desde el punto de vista de la neurofisiología, es sabido que el hemisferio
derecho maneja los movimientos del hemicuerpo izquierdo, en tanto que el
hemisferio izquierdo del cerebro, ¿coordina IO? movimientos del hemicuerpo derecho. Existe entonces, una inervación fundamentalmente cruzada, ya que algunas fibras de la vía motora, (llamadas vía piramidal directa) son ipsilaterales, cursando directamente. En el caso de la percusión, el asunto es bastante complejo, ya que por ejemplo el baterista, puede tocar con la mano derecha un ritmo y llevar con la mano izquierda otro, en tanto con el pie derecho e izquierdo, también lleva otros ritmos diferentes. Aquí el problema desde el punto de vista neurofisiológico es complejo, ya que con un mismo hemisferio y con la zona motora del hemisferio izquierdo, por ejemplo, el músico baterista da golpes arrítmicos con la mano derecha sobre el tambor, en tanto que con el pie y también del lado derecho, percute el bombo a un ritmo y tiempo fijos, diferente. Esto ocurre porque el cerebro es capaz de fijar, es decir memorizar en la red y en un determinado grupo neuronal, un ritmo fijo, que después lo expresa automáticamente. En este sentido la práctica repetitiva es fundamental en la formación del "engrama motor" práxico del ejecutante. Existe por otra parte, un mecanismo de retroalimentación, por el cual el ejecutante se escucha, analiza y está así en condiciones de corregir defectos, ya que su memoria en el lóbulo temporal, le permite recordar el tipo de ritmo que tendría que haber tocado. El percusionista va leyendo en la pauta musical el complicado código de señales que llegando por la vía óptica van a ser conducidos en forma de impulsos nerviosos hasta la corteza occipital ubicada en la parte posterior del su cerebro. En este punto los impulsos son percibidos, luego reconocidos y más tarde interpretados, dándoles el valor rítmico preciso. Esto se realiza en las áreas del cerebro N O 17 18 19 respectivamente según los esquemas topográficos de BRODMAN. De acuerdo con USTVEDT (1917) las funciones musicales son un complejo de funciones que integran un todo neuropsicológico. Se precisarían 3 funciones y habilidades: 1) el sentido del ritmo de origen biológico probable; 2) el sentido del sonido que precisa las cualidades de: intensidad, duración, timbre y tonalidad. Muchos músicos distinguen una diferencia inferior a un semitono. Se recuerda que existen músicos con "oído absoluto", condición que no es por completo necesaria para una buena expresión musical; 3) Ia aptitud de convertir las percepciones musicales en una decodificación emocional e intelectual válido e importante para los compositores e intérpretes musicales. El ejecutante adiestrado es capaz de adquirir una especial habilidad práxica adecuando y sumando la expresión de las tres funciones anteriormente señaladas En el momento de la lectura musical el lector ejecutante fija la mirada en el pentagrama y cuando efectúa movimientos rápidos hacia la derecha éstos los realiza con el lóbulo frontal izquierdo, en tanto que los movimientos rápidos de la mirada