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Tema:
Análisis literario de la poesía de Gonzalo de Berceo
Elaborado por:
Vilma Arely López de Vindel
La poesía medieval en España se produjo a través de todas las lenguas romances que
fueron surgiendo a partir del tronco común latino: castellano, gallego-portugués y catalán. Todas
fueron utilizadas por los poetas como vehículo de sus sentimientos. Junto a los cristianos hay que
Gonzalo de Berceo (1180-1246), quien quería hacer una prosa en lengua vulgar, inteligible. Más
tarde las de Alfonso X, que también transpiran fervor religioso. La lengua castellana estaba ya
madura literariamente.
Ya en el siglo XIV surge una gran figura de la poesía castellana, Juan Ruiz, Arcipreste de
Hita. Con su obra, Libro de Buen Amor, redactada por primera vez en 1330, es una de las cimas
Sin embargo en esta investigación se manifestará la trayectoria poética y análisis literario del
principal poeta del Mester de Clerecía durante el siglo XIII, Gonzalo de Berceo. Este nació hacia
finales del siglo XII en un pueblo denominado Berceo, como su nombre indica. Fue el primero de
(La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos), donde posteriormente ejerció como sacerdote
(existen algunas escrituras que lo confirman). La fecha de su defunción no se sabe con exactitud.
Gonzalo de Berceo era un poeta culto que perseguía la finalidad de poner al alcance de la gente,
en castellano, los relatos inaccesibles de los textos latinos. Se caracterizó por ser un hombre
sencillo en su trato, en su amistad, era conformista y obedecía las reglas de castidad, de pobreza y
de trabajo.
Obras doctrinales: El Sacrificio de la Misa y Los signos que aparecerán antes del
Juicio.
De todas, la más importante es “Los Milagros de Nuestra Señora”. Trata de un texto en verso
con las características típicas del mester de clerecía del siglo XIII y una de las más importantes de
la lírica culta, además en ella domina el uso de la cuaderna vía. Cada cuaderna vía forma una unidad
sintáctica compuesta de cuatro versos de catorce sílabas, llamados alejandrinos, con pausa central
o cesura, y rima consonante continua y distinta en cada una de las cuadernas. Ejemplo:
La cuadernavía antes presentad, muestra versos alejandrinos, cesura, y rima consonante, en este
literaria de su obra maestra: Los Milagros de Nuestra Señora: "El ladrón devoto".
Si observamos la muestra se justifica que cada cuadernavía posee una rima consonante y
Era un ladrón malo que prefería robar, Le metió bajo los pies mientras estaba colgado,
a ir a la iglesia o ponerse a trabajar: las sus manos preciosas: lo sostuvo aliviado,
sabía malamente su casa gobernar, no se sintió de cosa ninguna embargado,
cogió mala costumbre y no la podía dejar. nunca se sintió más dichoso ni más agradado.
Entre sus obras malas tenía una bondad Por fin, al día tercero vinieron sus parientes,
que al final le libró y le dio salvedad vinieron sus amigos y los sus conscientes,
creía en la Gloriosa con toda su voluntad venían a descolgarlo apenados y dolientes;
se inclinaba siempre ante su majestad. salió mejor la cosa de lo que tenían en mente.
Como quien en mal anda en mal ha de caer Lo encontraron con vida alegre y sin daño;
consiguieron en un hurto a este ladrón prender no estaría más dichoso ni tomando un baño;
no encontró ninguna excusa con que se defender dijo que bajo sus pies tenía tal escaño,
juzgaron que lo fuesen en la horca a poner. que no sentiría mal alguno aunque colgase un año.
Lo alzaron de tierra cuanto alzarlo quisieron, Fueron a degollarlo, los mancebos más livianos,
cuantos cerca estaban por muerto lo tuvieron: con buenas cuchillos grandes y afilados:
si hubieran sabido antes lo que después supieron, metió Santa María entre medio las manos,
no le hubieran hecho eso que le hicieron. su cuello salió completamente sano.
El texto es una narración que cuenta los sucesos acaecidos a un personaje en un determinado
espacio y tiempo. En este caso se trata de un ladrón que cuenta con una única virtud: ser devoto de
la Virgen. Por sus fechorías es detenido y condenado a la horca. Cuando va a ser ajusticiado, se
produce el milagro: la Virgen pone sus manos bajo los pies del ladrón e impide su muerte. Se
decide repetir la ejecución, esta vez degollándolo y la Virgen vuelve al salvarlo. Acá el autor
muestra como el amor y el poder de Nuestra Señora hace el milagro al ladrón y el propósito es
cambiar la conducta. Como nos damos cuenta la parte didáctica está presente en todas las
narraciones.
También la obra de Berceo tiende a utilizar el método de interpretación, donde la escolástica se
evidencia en toda la producción del autor. La dialéctica entre la razón y la fe es una de las
características totalmente definidas. Gonzalo de Berceo era un religioso, un teólogo que defendía
los principios de la fe cristiana. Asimismo exploraba la realidad de ese momento y aplicó un método
escolástico, un método de enseñanza que presidió la edad media y que caracterizó a esta doctrina
filosófica en sus textos narrativos. Y fue durante el siglo XIII que tuvo su mayor apogeo gracias a
Aristóteles.
Ahora bien si nos enfocamos en el tema central es la mediación de la Virgen para salvar a un
devoto ladrón del castigo de la justicia, con ello Gonzalo de Berceo quiere mostrar la bondad
infinita de la Virgen para aquellos que son sus servidores. En todos los textos se evidencia el amor,
la fe, la generosidad, ese acto de bondad hacia el prójimo. Demuestra que el ser humano es
imperfecto y que gracias a la virgen se sanaban los enfermos, se corregían los débiles de corazón;
el ser humano al ver el milagro de la virgen cambiaba sus actitudes negativas por positivas. La
En cuanto a la estructura claramente en esta narración son diez cuadernavías y en todas podemos
identificar un inicio, un nudo y una conclusión. Estoy segura que si se realiza un análisis profundo
lo encontramos en todas las producciones de Berceo. En este caso se viene trabajando con “El
ladrón devoto”.
obra mal, pero que es devoto de la Virgen. En este caso, en las cuatro primeras estrofas,
presenta al personaje principal (el ladrón), sus malas acciones (los robos) y su devoción a
la Virgen.
2 ° (Nudo) En esta parte Berceo narra la intervención de la Virgen. Ocupa las ocho
Virgen sostiene los pies del ladrón para que no muera) y el segundo (la Virgen coloca las
manos sobre el cuello del ladrón para que no puedan cortárselo). El ladrón logra sobrevivir.
animándolos a que rindan culto a la Virgen. Esta parte ocupa las dos últimas estrofas.
Este milagro, como todos los otros de la colección, hay que entenderla dentro de un
legado de la cultura recaía sobre la Iglesia y estaba en sus manos la tarea de enseñar al
El autor, Gonzalo de Berceo, se puede enmarcar dentro de la corriente poética del Mester
de Clerecía que buscaban siempre un propósito didáctico en sus obras. Berceo se dirige a un público
amplio, en su mayor parte iletrado, a quien pretende mostrar una enseñanza moral y suscitar en sus
de la primera persona narrativa, en este caso en una primera del plural (“debemos bendecirla”), que
incluye a los oyentes o lectores a los que dirige el relato, lo que refuerza la función apelativa.
Consciente de que su público no es culto, Berceo va a emplear un registro coloquial, con un
léxico sencillo (justicia, horca) y recurre a refranes (“quien mal anda, mal ha de caer”) para
acercarse al lenguaje popular de sus oyentes y favorecer así la comprensión del texto. Destacarán
en este sentido las figuras de repetición como el paralelismo (“Decía Ave María y más de la
escritura” o “no se sintió por cosa ninguna embarazado/ no estuvo más vicioso nunca, ni más
apagado”). También repite varias veces la misma idea (“y siempre saludaba hacia su majestad, se
inclinaba siempre delante de su figura”) y emplea continuamente diferentes términos para referirse
a la Virgen (“Gloriosa, Santa María, Madre…). Por medio de estas repeticiones, Berceo se asegura
Berceo intenta influir en la opinión del receptor y convencerlo para que rece a la Virgen, por
a la Virgen siempre destaca la devoción que siente por ella (“Madre gloriosa, Madre tan piadosa”),
Por esta misma razón, los valores poéticos siempre estarán presentes, pues, Berceo emplea la
figura literaria de la hipérbole para describir el estado de placidez en el que se encuentra el ladrón
cuando la Virgen impide el ahorcamiento (“no estaría tan vicioso si yaciera en un baño”) y así
narrador señala:
Pero la abadesa cadió una vegada,
fizo una locura que es mucho vedada,
pisó por su ventura yerba fuert enconada,
cuando bien se catido fallóse embargada.
Perfectamente se evidencia en esta muestra el uso de las lenguas romances. Pues el autor era un
hombre preparado, culto. En síntesis la narración la virgen María intercede para librar de un
embarazo no deseado a la superiora de un convento, pues aunque los chismes no son vanos, ella
suplica a la Virgen María y le hace el milagrito y la perdona. Así como esta historia hay muchas
Por tanto la obra inicia con un prólogo alegórico, pues él cuenta que está en un prado verde,
maravilloso, rodeado de árboles con el aroma de las flores, con agua corriente, con trinos de pájaros
y que está en una perfecta calma. Este prado te presenta a la virgen María como lugar de reposo
para los cristianos y después de esto comienza a contar las veinticinco historias.
Veinticinco milagros distintos y aún así, tienen todos una estructura muy parecida, siempre pasa
más o menos lo mismo, hay un personaje que es muy devoto de la virgen, que le reza muchos
avemarías, muchos rosarios, pero como es un ser humano siempre está rodeado de problemas y es
La alegoría como dice Agustín del Campo «las cosas tienen dos caras, la divinidad se humaniza
el papel del autor ante la virgen, «Madre de Dios y madre nuestra» que simboliza el camino terrenal
y el camino celestial. Y el final feliz con el que concluye cada historia. Indudablemente la alegoría
se observa en todo el preámbulo de la obra que es uno de los paisajes más poéticos. Su rasgo
estilístico fundamental es el tono simbólico-alegórico que prevalece a lo largo de todas sus
habilidad del autor para escribir y cómo el protagonismo de la Virgen María, va más allá del papel
Referencias bibliográficas
Berceo, G. d. (2011). Los Milagros de Nuestra Señora. En G. d. Berceo, Los Milagros de Nuestra
riarte, D. T. (1778). El Arte Poética de Horacio o Epístola a los Pizones. Madrid: Real de la
Gazeta .