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Salmos 147:1-20

Vers. 3. El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Los reyes de la tierra creen que son
grandes a causa de su encumbramiento; pero Jehová es grande a causa de su condescendencia. ¡Mirad, el
Altísimo tiene que ver con los enfermos y los tristes, con los desgraciados y los heridos! ¡El va por los
hospitales como el buen Médico! Su profunda simpatía con los que lloran es una marca especial de su
hondad. El Señor siempre está sanando y vendando; esta tarea no es nueva para El. Lo ha hecho desde
antiguo; y no es una cosa del pasado de la cual ahora ya está cansado, porque todavía está sanando y
vendando, como hacía al principio. ¡Venid, corazones quebrantados, venid al Médico que nunca se can sa
de curar; mostradle vuestras heridas para que las vende! C. H. S.

Como el hombre que tiene una flecha clavada en su costado, y aunque la flecha sea arrancada, la herida no
cura al instante, así el pecado puede ser arrancado del corazón, pero la cicatriz hecha al arrancarlo no está
curada todavía. Las heridas que están bajo cura son llagas y perturbaciones de la conciencia, suspiros y
gemidos del alma hambrienta en busca de gracia, el veneno clavado por el colmillo de la serpiente y que se
queda allí; éstas son las heridas.

Ahora bien, el corazón es quebrantado en tres formas: Primero, por la ley; como aturde al ladrón el oír la
sentencia del juez por la cual ha de ser ahorcado por su crimen, así quebranta el corazón del alma el
entender la sentencia de la ley: «No peques; si lo haces, serás condenado.»

Si el corazón se da cuenta de esta sentencia: «Tú eres un reo condenado», es imposible resistirse, sino que
ha de ser quebrantado. «¿No es mi palabra como un martillo, que desmenuza la roca?» (Jeremías 23:29).
¿Puede algún corazón de roca resistir sin quebrarse ante los golpes de este martillo? Ciertamente, puede
ser quebrantado hasta cierto punto y, con todo, seguir siendo un réprobo; porque todos serán
quebrantados así en el infierno, y, por tanto, este quebrantamiento no es suficiente.

Segundo, por el evangelio; porque si el corazón se da cuenta del amor del evangelio, se quebranta en
pedazos: «Rasgad vuestro corazón, porque Jehová es clemente, compasivo...» (Joel 2:13>. Cuando llegan
las sacudidas de la misericordia de Dios, todos gritan: «Rasgad». Realmente el corazón no puede resistirías
si las ha sentido una vez. Golpea tu alma sobre el evangelio; si en alguna forma bajo el cielo puede ser
quebrantado, ésta es la manera.

Tercero, el corazón puede ser quebrantado por la experiencia del ministro en el manejo de estos dos: la ley
y el evangelio; Dios le da la gracia para hacer comprender la ley, y entendimiento de cómo presentar el
evangelio, y por este medio Dios quebranta el corazón; porque aunque la ley sea un buen martillo y el
evangelio un buen yunque, si el ministro no pone el alma sobre él el corazón no será quebrantado; ha de
conseguir un buen golpe con la ley, y ha de poner el pleno poder del evangelio debajo del alma, o el
corazón no será quebrantado.

Porque Cristo ha emprendido la tarea de hacerlo. Cuando un médico hábil ha emprendido una cura, lo
natural es que la consiga; es verdad, algunas veces un buen médico puede fallar, como le ocurrió al médico
de Trajano, pues éste murió en sus manos; y en su tumba escribieron: «Aquí yace Trajano el emperador,
que puede dar gracias a su médico por haber muerto.» Pero si Cristo emprende la cura, puedes estar
seguro de ella; porque El te dice a ti que estás quebrantado de corazón, que El la ha emprendido; El te ha
tomado el pulso ya. No debes tener miedo, diciendo: «¿Va uno a curar a sus enemigos? Yo he sido un
enemigo de la gloria de Dios, y ¿El va a curarme?» Sí, dice Cristo; si estás quebrantado de corazón, yo te
vendaré. William Fenner

Para curar un corazón quebrantado, Dios, además, ha designado a un Médico cuya ciencia es infalible, cuya
bondad y cuidado son iguales a su ciencia. Este médico no es otro que el Hijo de Dios. En este carácter nos
ha sido dado a conocer. «Quién tiene necesidad de médico sino el que está enfermo.» El profeta Isaías
presenta su advenimiento en el lenguaje más sublime: «El me ha enviado a vendar a los quebrantados de
corazón, proclamar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.» Thomas Blackley

SALMOS 146-150. EL ALELUYA SIN FIN

El libro de los Sal. empezó (1:1) con: Bienaventurado el hombre; termina con
el equivalente sostenido, de cinco partes de: "Bienaventurado sea el Señor."
En estos Salmos no hay ninguna referencia a una necesidad personal, ninguna
petición, poco que pudiera llamarse una referencia histórica; todo enfoca a
Dios; todo es alabanza. Pero hay una progresión paso a paso en esta alabanza.
Empieza con lo individual (146:1), incluye a la comunidad (147:1, 12), se
extiende a los cielos y la tierra (148:1, 7). Pero si todo el mundo ha de alabar
al Señor por lo que ha hecho en favor de Israel (148:13, 14) se hace necesaria
la alabanza de un pueblo consagrado a su misión (149) hasta que todo lo que
respira alabe al Señor (150:6).

Salmo 147. Alabanza en comunidad

La estructura del Salmo se caracteriza por llamados a la alabanza en los vv. 1,


7, 12. Cada sección hace referencia al Señor como Creador: 1–6 Notan su
conocimiento detallado del universo y lo coloca dentro de un paréntesis que
demuestra su interés por los necesitados entre su pueblo y el discernimiento
moral que fundamenta toda su acción. 7–11 Destacan su generosidad al
proveer lo que la vida terrenal necesita, pero insisten en que en el caso del
pueblo actúa sobre una base moral, buscando una reacción reverente y
esperanzada. 12–20 Enseñan que su palabra es el factor controlador en el
orden creado y es también la característica distintiva de su pueblo.

1 Es agradable o “porque él es deleitoso. La alabanza es algo hermoso”. 2


Explica cuán agradable es: por su interés en la estabilidad y las circunstancias
de su pueblo como un todo y por las necesidades interiores y exteriores (3) de
cada individuo. Dispersados, no necesariamente los exiliados a Babilonia, sino
cualquier “dispersión”; hasta pudiera ser un significado más amplio de
“hostigado”. 4 (Cf. Isa. 40:26). En el AT el Creador no sólo origina todo sino
que también mantiene, controla y guía todo hacia el destino que le fijara. 5
También el orden creado revela su poder y entendimiento. 6 Humildes, los que
viven en el nivel más bajo de la vida. 8, 9 El Creador también opera los
procesos de los cambios climáticos, de crecimiento y providencia. Estos no son
automáticos o autodeterminados sino manifestaciones del quehacer y vida de
Dios en el orden creado.

10, 11 Fuerza es, típicamente, hazaña, poder militar. Caballos y músculos


sugieren la caballería y la infantería, las cosas que las naciones aplauden
creyendo que les dan fuerza y posición. Pero el más grande de los “batallones
grandes” para tener a nuestro lado es el Señor mismo y (11) él busca las
cualidades espirituales de reverencia y esperanza: seguros, confiados
esperando que actúe su amor inmutable. 12–20 Al igual que 7–11 basados en
1–6 al aclarar las condiciones de la bendición divina (cf. 10, 11 con 6), los vv.
12–20 se basan en 7–11: la reverencia y confianza paciente del 11 necesita de
la palabra revelada (19, 20) como su base. Esta es la base segura para la vida
porque (15–18) la palabra de Dios es el agente eficaz por medio del cual
maneja el mundo, ya sea con severidad (16, 17) o suavemente (18). Los vv.
15–18 están entre el paréntesis de 13, 14 y 19, 20 y nos deja que lleguemos a
nuestras propias conclusiones: el Señor es toda la seguridad y riqueza (13, 14)
que su pueblo necesita; el hecho de que posea la palabra (19) lo convierte en
un pueblo singular (20; Deut. 4:5–8).

Salmos 147:1-20

SALMO 147 : HIMNO A DIOS PROVIDENTE

Se cree que este bello himno fue cantado en la dedicación de los muros en el
tiempo de Nehemías; los vv. 2, 12 y 13 sugieren lo mismo. Tres veces el
salmista hace un llamado a la adoración: vv. 1, 7 y 12. En la LXX los vv. 1-11
son el Salmo 146 y los vv. 12-20 son del 147. Así, aunque los Salmos 9 y 10
están unidos en la LXX y desde el 10 hasta el 146 difiere la enumeración,
ahora de Salmos 148 a 150 los números concuerdan de nuevo.

1. La alabanza es bella, v. 1

Dios se deleita en la alabanza de su pueblo porque en ella se cumple la


comunión con él; también la alabanza es “buena” y agradable a los
adoradores. Debe ser el deleite del creyente. Algunos piensan que los adjetivos
bueno y agradable más bien se refieren a Dios, lo que es posible; pero la
traducción de RVA es más acertada. El salmista quiere destacar lo bello que es
alabar a Dios con su pueblo. Alguien ha dicho que toda música adora a alguien
o algo. Hay otras maneras de adorar a Dios, pero normalmente cuando
pensamos en adoración, pensamos en música. Dios nos hizo para tener
comunión con él. ¿Será por eso que la música es tan placentera para el ser
humano?

2. Dios es infinito, vv. 2-6

Si este himno fue escrito en tiempo de Esdras y Nehemías podemos entender


la alabanza de los judíos por la restauración de su pueblo y de Jerusalén. El
versículo también tiene significado figurativo para la iglesia. Es Dios quien une
a los cristianos y edifica su iglesia.

Cuando Dios obra en la iglesia, haciéndola crecer, lo hace sanando vidas (v.
3). A través del Salmo se destacan la misericordia, el poder y la santidad de
Dios. Si Dios quiere sanar a los quebrantados de corazón sus siervos deben
tener las mismas prioridades.

Uno podría preguntar cómo el v. 4 se relaciona con el v. 3. Es la misma


combinación de ideas que en Isaías 40; si Dios se interesa en los detalles de
todos los millones de estrellas, puede también interesarse en la salud espiritual
y física de cada ser humano. Su poder y entendimiento para hacerlo son
infinitos (v. 5).

Jehová ayuda a los humildes (v. 6) es un tema prominente en toda la Biblia.


Dios resiste a los soberbios, los “tira abajo”, pero levanta a los que se humillan
delante de él.

3. Dios provee a todos, vv. 7-9

El salmista prorrumpe en alabanza por todo lo que Dios ha hecho y todas sus
provisiones, que va a mencionar ahora. Con acción de gracias es todah
H8426, que es alabanza que conlleva actitud de gratitud. Inmediatamente esta
actitud de alabanza invoca la música para ayudar a expresarla.

Algunos piensan que Dios hizo el universo y las leyes naturales para que éste
siga funcionando por sí mismo. Sin embargo, el salmista explica que Dios está
activo en todo momento en lo que sucede. Es por el amor de Dios que la tierra
produce alimento. Dios aun se da cuenta de los gritos de las crías de los
cuervos, y contesta; cuánto más escuchará al clamor de sus hijos.

4. Lo que agrada a Dios, vv. 10, 11

Esta misma enseñanza se repite a través de la Biblia. A veces los creyentes


caen en un tipo de legalismo y activismo, olvidando que lo que más agrada a
Dios es que le conozcan y confíen en él. El temor de Jehová implica un estilo
de vida y obediencia. Dios no busca la forma física más bonita y poderosa,
como hacen los hombres. Músculos (v. 10, shoq), es la pierna desde la rodilla
hasta el pie.

5. Dios es protector, vv. 12-14


Aquí empieza el Salmo 147 en la LXX. La mención de Jerusalén y cerrojo de
tus puertas (vv. 12, 13) sugiere el tiempo de Nehemías. Lo que se destaca es
que Dios protege a su pueblo e incluye con su protección bendiciones
materiales, crecimiento, paz y abundantes alimentos.

6. Dios hace cumplir su mandato, vv. 15-18

El salmista sigue alabando a Dios por lo que hace; Dios manda y se cumple su
mandato inmediatamente. Dios está activo aun en la nevada y la provisión de
agua en los ciclos de la naturaleza.

El que hace que las colinas produzcan hierba (147:8)

7. Dios se revela a su pueblo, vv. 19, 20

La mención de mensaje y palabra (v. 15) dirige al salmista a otro gran motivo
de alabanza: la Palabra que Dios ha dado a su pueblo. Aquí se refiere a las
Escrituras, pues habla de leyes y decretos. ¡Qué bueno que Dios no solamente
nos “programa” sino que nos “habla”, busca relación personal con los seres
humanos!

Otras naciones reciben igual la revelación de Dios a través de sus provisiones


de lluvia y alimento; pero sólo confió sus palabras a Israel. No hay otra
revelación semejante. Dios escogió un pueblo para ser su instrumento en
proveer para todos su salvación y sus instrucciones sobre la vida. El salmista
no está despreciando a las otras naciones; está alabando a Dios por este gran
privilegio. Con el salmista alabamos a Dios y exclamamos: ¡Aleluya!

Salmos 147: 1-20

Los tres llamados a alabar a Jehová (Psa_147: 1, Psa_147: 7, Psa_147: 12) dividen este salmo en tres partes,
las dos primeras están estrechamente conectadas, ya que la primera parte se dedica principalmente a
celebrar la misericordia de Dios con los restaurados Israel, y el segundo adopta una perspectiva más
amplia, abrazando su beneficencia a todos los seres vivos. Ambos puntos de vista se repiten en el mismo
orden en la tercera parte (Sal.147: 12-20), que la LXX hace un salmo separado. Las alusiones a Jerusalén
como reconstruidas, a la reunión de los israelitas dispersos y a las fortificaciones de la ciudad apuntan
naturalmente a la época de la Restauración, ya sea que, con Delitzsch y otros, supongamos que el salmo se
cantó en la fiesta de la dedicación de los nuevos muros. En cualquier caso, es un himno de las personas
restauradas, que parte de la misericordia especial que se les muestra, y se regocija en el pensamiento de
que "Nuestro Dios" llena la tierra de bien y reina para bendecir, en el ámbito de la Naturaleza como en el
de la revelación especial. El énfasis puesto en la obra de Dios en la naturaleza, en este y otros de estos
salmos finales, es probablemente en parte una polémica contra la idolatría que Israel había aprendido a
aborrecer, al enfrentarse a ella en Babilonia, y en parte como resultado de la ampliación de las
concepciones en cuanto a su relación con el mundo fuera de Israel que el exilio también había efectuado.
Las dos verdades de su relación especial con su pueblo y de su misericordia universal a menudo se han
divorciado, tanto de su pueblo como de sus enemigos. Este salmo enseña una manera más excelente.
El tema principal de Psa_147: 1-6 es la manifestación de Dios del poder trascendente y la sabiduría
incalculable, así como de la bondad infinita, en la construcción de la Jerusalén en ruinas y la recolección en
una banda feliz de ciudadanos de los vagabundos solitarios de Israel. Por tales bendiciones se deben alabar,
y el salmo convoca a todos los que las comparten para que hinchen la canción. Psa_147: 1 es interpretado
de manera algo diferente por algunos, ya que Hupfeld, que cambiaría una letra de la palabra que se
menciona arriba como "arpa" y, haciéndola un imperativo, se referiría "bien" y "agradable" a Dios,
haciendo así que todo para leer: "Alabado sea Jehová, porque Él es bueno; arpa a nuestro Dios, porque Él
es agradable: la alabanza es hermosa". Este cambio simplifica algunos puntos de construcción, pero trabaja
bajo la objeción de que es contrario al uso aplicar el adjetivo "agradable" a Dios; y la representación
habitual es bastante inteligible y apropiada. La razón de la idoneidad y el deleite de la alabanza es la gran
misericordia mostrada a Israel en la Restauración, cuya misericordia está en los pensamientos del salmista
a lo largo de esta parte. Él tiene la misma afición por usar participios que el autor del salmo anterior, y
comienza Psa_147: 2, Psa_147: 3, Psa_147: 4 y Psa_147: 6 con ellos. Posiblemente su uso tenga la intención
de implicar que los actos descritos por ellos se consideran continuos, no simplemente realizados de una vez
por todas. Jehová siempre está edificando Jerusalén y, de la misma manera, energizando
ininterrumpidamente la providencia y la naturaleza. La colocación de los actos Divinos en Psa_147: 2 tiene
que ver con el gran tema que llena el corazón y los labios del cantante. Son los marginados de Israel en
quienes piensa, mientras canta atando a los quebrantados de corazón. Son ellos los "afligidos", ayudados
por ese fuerte y gentil cierre; mientras que sus opresores son los malvados, arrojados por el viento de la
mano de Dios. La bella y profunda yuxtaposición de la sana curación y la omnipotencia en Sal.114: 3-4, está
destinada a señalar el trabajo de restaurar a Israel como no menos maravilloso que el de organizar las
estrellas, y alentar la fe prometiendo ese poder incalculable para perfeccionar su restauración. trabajo. El
que está de pie junto a la cama enferma de los quebrantados de corazón, como un médico amable, con
bálsamo y vendaje, y coloca una mano tierna sobre sus heridas, es Él quien coloca las estrellas en sus
lugares y les dice como pastor su rebaño o un comandante su ejercito El salmista toma prestado de Isa_40:
26-29, donde aparecen varias de sus expresiones. "Contar un número para las estrellas" es apenas
equivalente a numerarlas a medida que brillan. Más bien significa determinar cuántos de ellos habrá.
Llamarlos a todos por sus nombres (literalmente, los llama a todos) no es darles designaciones, sino
convocarlos como un capitán que lee el rollo de reunión de su banda. También puede implicar el pleno
conocimiento de cada individuo en sus innumerables hosts. Psa_147: 5 se toma del pasaje en Isaías ya
mencionado, con el cambio de "sin número" por "sin búsqueda", un cambio que se sugiere en la referencia
anterior al número de estrellas. Estos tienen un número, aunque supera la aritmética humana; pero su
sabiduría no tiene medida. Y toda esta magnificencia de poder, este minucioso conocimiento
particularizador, este abismo de sabiduría, son garantías para la curación de los corazones rotos. La idea va
más allá de la liberación de Israel de la esclavitud. Tiene una voz fuerte de alegría para todos los corazones
tristes, que lo dejarán sondear

. Su relación con su iglesia. “Jehová edifica Jerusalén; Él reúne a los marginados de Israel ”. Aquí se hace
referencia a la reconstrucción de los muros y la ciudad de Jerusalén después del cautiverio, y a la
restauración del pueblo exiliado en su propia tierra. (Comp. Isa_11: 12; Isa_56: 8.) El Señor es el constructor
de Su Iglesia. "Sobre esta roca edificaré Mi Iglesia". "Ustedes son las edificaciones de Dios". Él corta las
piedras de las canteras de la naturaleza, las corta en forma, las trabaja en el glorioso edificio y las talla en
gracia y belleza. "El Señor añadía a la Iglesia todos los días, como deberían ser salvos". Llevará adelante el
edificio a una espléndida integridad. Y cuando su pueblo ha sido dispersado por la persecución, el hambre o
la lucha, los vuelve a unir. "Como un pastor busca su rebaño en el día en que está entre sus ovejas
dispersas, buscaré a Mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde han sido esparcidas en el día
nublado y oscuro". 2. Su relación con las almas atribuladas. "Él sana a los quebrantados de corazón y cura
sus heridas". Hay mucha tristeza de corazón en el mundo. Es probable que los corazones rotos sean más
frecuentes entre los hombres de lo que generalmente se supone. Los corazones rotos no desfilan; están
ocultos con bastante cuidado. Los corazones están rotos por la pena por el pecado, por decepciones
dolorosas, por calumnias malvadas, por aflicciones angustiantes, por graves aflicciones, por grandes
pérdidas. El Señor es el consolador y el sanador de tales almas sufrientes. Él cura al penitente con
problemas con su perdón de pecado; para los decepcionados, presenta esperanzas nuevas, más brillantes y
bien aseguradas; a los calumniados les da la seguridad de una espléndida reivindicación (Sal. 37: 5-6); ante
el afligido, ofrece la posibilidad de un reencuentro eterno y gozoso con el amado que se fue en la casa de
nuestro Padre; Transforma las aflicciones en ángeles cargados de bendiciones; y de las pérdidas temporales
Él desarrolla ganancias eternas. "Él sana a los quebrantados de corazón", & c. Es su "consolar a todos los
que lloran, nombrar a los que lloran en Sión", y c. (Isa_61: 2-3). "Como alguien a quien su madre consuela,
yo también te consolaré", & c. 3. Su relación con las huestes celestiales. “Él cuenta el número de las
estrellas; Los llama a todos por sus nombres ", & c. (Psa_147: 4; Psa_147: 6). "Esto es aducido", dice
Perowne, "como una prueba de la omnisciencia y omnipotencia de Dios, y por lo tanto como un motivo de
consuelo para su pueblo, sin embargo, pueden haber sido dispersados y haber sido oprimidos.
Seguramente debe saber, debe ser capaz de socorrer, ay de los humanos, para quienes es fácil contar esas
estrellas que están más allá de la aritmética del hombre (Gen_15: 5).

Salmos 147:1-20

Salmo 147 Este es un himno de alabanza al Señor que sana al quebrantado


de corazón (vers. 3), transforma la sequía y tierra seca en nubes de lluvia y
montes verdes (vers. 8, 9), y la nieve y la escarcha en corrientes de agua
(vers. 15-18). El es el Dios de Israel que confirma su palabra a Jacob (vers.
19, 20), reconstruyó a Sion y congregó a los dispersos de Israel (vers 2). El
Salmo se divide en tres estrofas (vers. 1-6, 7-11, 12-20). Cada una empieza
con un llamamiento a la alabanza (vers. 1, 7, 12) seguido de la esencia de la
misma. Cada estrofa enfoca el tema del gran poder de Dios en la creación y en
el de sus benevolencias del pacto (cp. Sal 33,145). La mención de Israel (vers.
2, 19) forma una inclusión alrededor del Salmo y las referencias a Jerusalén
(vers. 2 y 12) vinculan la primera y la tercera sección. El Salmo está unido por
el desarrollo progresivo del poder de Dios en la naturaleza: desde el control de
las estrellas (vers. 4) al control de las nubes de lluvia (vers. 8) a la provisión
de alimento para bestias y aves (vers. 9) y cosechas para su pueblo (vers.
14b-18).

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