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ENERGÍAS RENOVABLES
SISTEMAS FOTOVOLTAICOS
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ENERGÍAS RENOVABLES
SISTEMAS FOTOVOLTAICOS
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la trans-
misión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros
métodos, ni su préstamo, alquiler o cualquier forma de cesión de uso del ejemplar, sin el permiso previo y por
escrito de los titulares del Copyright.
Colabora: CIRCE
Coordinación técnica de la serie: Amaya Martínez Gracia y Eva Llera Sastresa
Prensas Universitarias de Zaragoza. Edificio de Ciencias Geológicas, c/ Pedro Cerbuna, 12, 50009
Zaragoza, España. Tel.: 976 761 330. Fax: 976 761 063
puz@unizar.es http://puz.unizar.es
Impreso en España
Imprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de Zaragoza
D.L.: Z-1494/2009
Presentación: Las energías renovables
y tu compromiso con el futuro
La energía solar es la madre de todas las energías renovables. Todos los ciclos
naturales se mueven con ella, y ese movimiento da origen a las diferentes energías
renovables como la energía hidráulica, la eólica, o la biomasa y otras. Aunque mul-
tiplicáramos por mil los consumos humanos actuales, la energía solar disponible
no se agotaría. Es una cuestión de tecnología, economía y voluntad política. Si la
energía solar mantiene la vida en este planeta, ¿por qué no va a poder mantener a
los seres humanos también? El problema es que el ser humano ha hecho trampas con
la naturaleza en el siglo XX y ha preferido quemar los combustibles fósiles que son
energía solar acumulada durante millones de años, en vez de desarrollar tecnológi-
camente las necesidades crecientes de energía conforme se iban necesitando. Hemos
creado un monstruo social que vive de las rentas en vez de vivir de lo que se pro-
duce día a día. Necesitaremos quizás todo el siglo XXI para volver al Sol. Y será
esto o no tendremos futuro como especie en la Tierra. En menos de 50 años habre-
mos agotado todas las reservas o estas estarán en franco declive. La demanda de
energía, agua y materiales no deja de crecer, a pesar de que hoy hemos quemado la
energía fósil que ha sido necesaria para mover todo el siglo XX y la primera década
del XXI. A pesar de la certeza de que queda menos, en vez de moderar el consumo,
lo estamos acelerando. Como no hay agua suficiente, planteamos desalar consu-
miendo más energías fósiles, y la extracción de minerales y combustibles fósiles ne-
cesita cada vez más energía por unidad de material extraído ya que las mejores
minas y pozos se han ido agotando. Y ello solo es una parte del problema; la otra
son los cambios climáticos a los que nos estamos viendo sometidos por esos exce-
sos. Solo volviendo al Sol hay esperanza. Un siglo de excesos en el despilfarro y la
irresponsabilidad energética necesitará quizás más de un siglo de reparaciones. Y no
es seguro que las reparaciones puedan surtir efecto. Algunas pérdidas serán irre-
versibles.
Necesitamos el Sol para reparar el daño, y cuanto antes mejor. Es claro que el
siglo XX nos ha permitido acelerar el desarrollo tecnológico. Muchas cosas, qui-
zás las más básicas como la electricidad o el transporte motorizado, no habrían
sido posibles sin los combustibles fósiles; por ello, un punto de vista conciliador
en la visión del hombre sobre el planeta sería que hemos tomado prestado estas
energías para acelerar el desarrollo, porque, contrariamente a lo que se cree, las
energías renovables, y por ello tradicionales, requieren una tecnología mucho más
8 Antonio Valero
avanzada que las energías convencionales. La oferta energética del Sol es variable,
con la latitud, con la estación, con el día y la noche. Lo mismo pasa con el viento,
la biomasa y todas ellas. Hay que aprender a almacenarla, ya que nuestra demanda
no coincide con la oferta que el Sol directa o indirectamente nos provee. Tenemos
que aprender a integrarlas, a hacer sistemas baratos y ubicuos. Hay que aprender a
mejorar su eficacia. Ello requiere mucha investigación, toda aquella que en el siglo
XX no se ha hecho, y una fabricación masiva que la convierta en económicamente
alcanzable para todo el mundo. Cuanto más tarde se den estas condiciones, más di-
fícil será gestionar los peligros medioambientales y sociales a los que el mundo se
enfrenta en este siglo. Las guerras por los recursos escasos o las catástrofes me-
dioambientales van a ser comunes en este siglo. Aunque parezca poco evidente
hoy invertir masivamente en energías renovables, es la mejor manera de invertir
en la paz y en un futuro sostenible de la humanidad en el largo plazo.
Para ello, es necesario tecnología, economía y liderazgo. Si hay alguna filoso-
fía que subyace más profundamente en el espíritu de las personas que formamos
CIRCE, es la creencia de que podemos contribuir a poner nuestro grano de arena
en crear un mundo más sostenible. Investigamos para mejorar los sistemas energé-
ticos, enseñamos para que el conocimiento se difunda y se multiplique, y contri-
buimos a crear líderes justamente aprendiendo a liderar proyectos, empresas e
iniciativas sociales.
Así que esta colección de libros que tú, lector, tienes en tus manos es producto
de una idea, y es que queremos que seas una pieza clave para cambiar la sociedad
que te ha tocado vivir. Te necesitamos como líder social, como empresario y como
creador. Y estos libros te pasan el testigo.
Antonio VALERO
Director de CIRCE
Prólogo
El Sol nos proporciona una energía sin la cual no sería posible la vida sobre
la Tierra, al menos tal y como la conocemos. Desde siempre hemos aprovechado
su luz y su calor, e incluso ha sido venerado por muchas civilizaciones y religio-
nes. No dejo de asombrarme y admirar la capacidad de científicos y técnicos
cuyos trabajos han contribuido al desarrollo de la energía fotovoltaica, por la cual,
de un elemento estático sometido a la radiación solar, somos capaces de conver-
tir de forma directa la energía del Sol en una fuente de suministro de energía eléc-
trica, esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad.
El objetivo del presente texto docente es servir de introducción al estudio de los
sistemas fotovoltaicos, proporcionando al lector los conocimientos esenciales para
el diseño de instalaciones solares fotovoltaicas aisladas o conectadas a la red eléc-
trica. Se estudian los distintos subsistemas y elementos presentes en una instalación
fotovoltaica, métodos de dimensionamiento y ciertos aspectos legales y administra-
tivos relacionados con la producción de energía eléctrica mediante energía solar fo-
tovoltaica en España. También se expone la situación del sector en el momento de
su publicación, aún a sabiendas de que su rápida evolución va a dejar pequeña, en
pocos años, cualquier indicación de potencia instalada o energía producida.
En la redacción del texto se ha intentado responder, lo más claramente posi-
ble, a las preguntas que formulaban los alumnos, dentro y fuera del aula en los dis-
tintos cursos y máster que se imparten desde el Centro de Investigación en
Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE) de la Universidad de Zaragoza.
Me gustaría dedicar el libro a quienes trabajan en tareas de investigación, fa-
bricación, legislación y administración, promoción, suministro, instalación, forma-
ción y divulgación de la energía solar fotovoltaica y a los que deciden invertir su
dinero en instalaciones fotovoltaicas. En particular a Cristina, Lorena, Silvia, Su-
sana, Luis, Abel, Eva y Amaya, que derrochan día a día esfuerzo en asistir y ayudar
a todo aquel que acude a CIRCE para obtener una formación en energías renovables.
Y por supuesto a ti, que depositas en este libro tu confianza para mejorar tu
formación, en la creencia, que yo comparto, de que un mejor escenario energé-
tico es posible, en el que probablemente la energía fotovoltaica tendrá un papel
muy destacado.
El autor
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1. Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica
1.1. Introducción
El Sol es una fuente de energía formidable. Como todas las estrellas, el Sol es
un gigantesco reactor nuclear (su masa es el orden de 330.000 veces la de la Tie-
rra) en el que la masa se convierte en energía radiante continuamente. Está formada
por diversos elementos en estado gaseoso (hidrógeno, principalmente). Tiene un
diámetro de 1,4 millones de km. En su interior existen elevadas presiones, y tem-
peraturas de varios millones de grados, que hacen que en el seno del Sol se pro-
duzcan, de manera continua, reacciones nucleares mediante las cuales dos átomos
de hidrógeno se fusionan (dando lugar a un átomo de helio) liberando una gran can-
tidad de potencia (del orden de 389 • 1024 W). Este es el origen de la energía solar.
De esta energía, solo una parte llega de manera efectiva a la superficie de la
Tierra en forma de radiación ya que constituye una superficie de captación casi
insignificante, al encontrarse a 150 millones de kilómetros. Aún así, la potencia que
llega es unas 10.000 veces mayor que la que proporcionan todas las fuentes ener-
géticas que el hombre emplea.
No obstante, hemos de tener en cuenta algunas dificultades que se nos presen-
tan a la hora de emplear esta energía. En primer lugar, la energía nos llega a la Tie-
rra de una manera bastante dispersa, y además presenta oscilaciones. Según las
horas del día, las condiciones climatológicas, las coordenadas en que nos encon-
tremos y la estación del año recibiremos cantidades diferentes de radiación solar.
La cantidad de energía solar recibida por unidad de superficie y por unidad de
tiempo (por término medio) sobre una superficie enfrentada al Sol (perpendicular a los
rayos solares), situada en el límite de la atmósfera, a la distancia media entre la Tierra
y el Sol, es de unos 1.353 W/m2, cantidad que se conoce como constante solar. Viene
a indicarnos la energía media que llega a la capa más externa de la atmósfera terrestre.
Esta energía que llega en realidad es una radiación electromagnética (por eso,
la llamamos radiación solar).
Como en la atmósfera se refleja parte de la radiación que llega del sol, y otra
parte se absorbe, a la superficie de la Tierra llega, lógicamente, una cantidad menor
que la que se tiene en el exterior de la atmósfera. Viene a ser de unos 900 W/m2.
Motivados por los problemas ambientales del sector energético, y, concreta-
mente, por los compromisos adquiridos para la reducción de emisiones de CO2, los
gobiernos de la Unión Europea se han lanzado en apoyo decidido de las energías re-
novables. La mayoría de las energías renovables procede de una transformación, di-
recta o indirecta, de la energía solar, como se puede ver en el siguiente esquema.
12 Ángel Antonio Bayod Rújula
El sol
FIGURA 1.1. Esquema de las energías renovables procedentes de la transformación de la energía solar.
FIGURA 1.2. Ejemplos de instalaciones fotovoltaicas, autónoma (izda.) y conectada a red (dcha.).
Al ser una energía fundamentalmente de ámbito local, evita pistas, cables, pos-
tes, no se requieren grandes tendidos eléctricos, y su impacto visual es reducido.
Tampoco tiene unos requerimientos de suelo necesario excesivamente grandes
(1 kWp puede ocupar entre 10 y 15 m2).
Prácticamente se produce la energía con ausencia total de ruidos.
Además, no precisa ningún suministro exterior (combustible) ni presencia re-
levante de otros tipos de recursos (agua, viento).
El Silicio, elemento base para la fabricación de la mayoría de las actuales cé-
lulas fotovoltaicas, es muy abundante, no siendo necesario explotar yacimientos de
forma intensiva.
No obstante, hay que considerar que las células solares requieren bastante
energía para su fabricación (en mayor o menor medida, dependiendo del material
y tecnología utilizados) y que también se producen en esa fase restos de dopan-
tes (P, B, As…), disoluciones de metales, aceites, ácidos y bases de limpieza, di-
solventes, etc.
El Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (RA-
MINP), define las características de una actividad para ser considerada como tal:
! Molesta: La que constituye una incomodidad por los ruidos o vibracio-
nes, humos, gases, olores, nieblas, o que, por cualquier otro motivo, mo-
leste a las personas.
! Insalubre: La que eche o evacue productos que puedan resultar directa o
indirectamente perjudiciales para la persona humana (aguas contaminan-
tes, residuos sólidos, humos, polvo, etc.).
! Nociva: La que pueda causar daños a la riqueza agrícola, forestal, pecua-
ria o piscícola.
! Peligrosa: La que fabrique, manipule, expida o almacene productos sus-
ceptibles de originar riesgos graves de explosiones, combustiones, radia-
ciones u otros de análoga importancia para las personas y sus bienes.
Pues bien, una instalación de generación eléctrica fotovoltaica, produce elec-
tricidad por la simple exposición de una superficie al Sol, sin partes móviles, sin rui-
dos, sin producción de humos, efluentes, etc. Los elementos que acompañan a los
módulos generadores son una electrónica, cables, elementos de protección, etc.,
que igualmente no producen molestia o la producen de forma insignificante (pe-
queño zumbido del inversor audible a solo unos pocos metros). No hay base para
calificarla como actividad molesta.
No desprenden ningún producto salvo la electricidad objeto de su actividad
que evacua por cables. No hay nada que pueda justificar calificar esta actividad
como insalubre.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 17
denominadas SHS, Solar Home Systems, sin olvidar las instalaciones en edificios,
conectadas a las redes públicas de distribución de electricidad.
Añadido a esto, los sistemas FV pueden aportar más cosas además de la pro-
ducción de electricidad, como son la mejora en aspectos estéticos de los edificios,
la posibilidad de reemplazar materiales tradicionales de construcción (existen, por
ejemplo, tejas fotovoltaicas), mejorar la calidad de suministro local, disminuir o re-
tardar las inversiones requeridas para aumentar la red eléctrica, proporcionar pues-
tos de trabajo, etc., lo que constituye un valor añadido.
Incluso, la energía fotovoltaica encaja bien en la tendencia general de pasar de
una red eléctrica centralizada a un sistema más descentralizado, generación distri-
buida. Además, las instalaciones en edificios alcanzan tamaños que antes se consi-
deraban de gran planta FV.
En el caso de generación a mayor escala ya existen en España grandes instala-
ciones (a menudo propiedad de varios propietarios, en los denominados huertos so-
lares), de incluso de más de 20 MW. En Portugal, concretamente en Amaraleja
(Alentejo), se sitúa la planta fotovoltaica por el momento más grande del mundo,
con una potencia de 46 MWp, que ocupa una superficie de 250 hectáreas.
Por otra parte, la electrificación rural convencional en países en vías de des-
arrollo es de poco interés para las compañías eléctricas, debido al alto coste de las
líneas eléctricas junto con las comparativamente bajas cifras de venta de electrici-
dad (aparte de otros inconvenientes, como por ejemplo medioambientales, de im-
pacto en la construcción de líneas, etc.). Aquí la energía FV tiene también fuertes
posibilidades de crecimiento. No obstante, en este sector el crecimiento del mercado
es inferior al esperado, debido a diversos factores que obstaculizan, como son, la po-
sibilidad de financiación, los servicios post venta poco desarrollados en esas zonas,
falta de información, etc.
Sin pretender realizar un análisis exhaustivo, se muestran a continuación al-
gunos datos del sector.
4.000
3.500
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
500
0
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
FIGURA 1.3. Evolución de la producción fotovoltaica en el mundo.
10.000
9.162
9.000
8.000
6.770
7.000
6.000
5.167
MWp
5.000
3.847
4.000
2.769
3.000 2.201
1.762
2.000
669 795 945 1.150 1.428
1.000 580
502
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
FIGURA 1.4. Evolución de la potencia fotovoltaica instalada en el mundo. Fuente: Solar Generation V,
Greenpeace, EPIA.
TABLA 1.2. Lista de la producción de los principales fabricantes de células solares. Fuente: Elaboración
propia a partir de datos de PV News Marzo 2006, Photon, March 2007, y Prometheus Institute, «Asian
Cell Producers Swamping the Boat: A Look at the First Half of 2007», PVNews, vol. 26, n.º 9 (Septem-
ber 2007), EurObserv’ER 2008.
TABLA 1.3. Capacidad instalada, conectada a red y facturando, y número de instalaciones, según datos
de la CNE.
Puede resultar interesante ver los datos de potencia instalada por comunidades
autónomas y la participación de la energía fotovoltaica en la demanda de comuni-
dad, a fecha de diciembre de 2008.
800 7
700 6
600 5
500
4
MW
400
3
300
2
200
100 1
0 0
Madrid
País Vasco
Galicia
Cantabria
Asturias
Ceuta-Melilla
Castilla-La Mancha
Castilla-León
Andalucía
Extremadura
Aragón
La Rioja
Canarias
Baleares
Murcia
Com. Valenciana
Cataluña
Navarra
FIGURA 1.5. Potencia fotovoltaica (MW) instalada en España (barras) y participación de la energía fo-
tovoltaica en la demanda (%), por CC.AA. Elaboración propia, a partir de datos de la Comisión Nacio-
nal de la Energía y REE, diciembre 2008.
24 Ángel Antonio Bayod Rújula
Potencia Participación
Comunidades en la
instalada
autónomas demanda
(MW)
(%)
Castilla-La Mancha 791 4,64
Andalucía 357 0,6
Castilla y León 354 1,61
Extremadura 344 5,23
Murcia 280 2,25
Comunidad Valenciana 215 0,55
Cataluña 158 0,21
Navarra 156 2,28
Aragón 110 0,48
La Rioja 74 1,44
Canarias 48 0,48
Baleares 36 0,29
Madrid 23 0,07
País Vasco 16 0,04
Galicia 7 0,03
Cantabria 1 0,02
Asturias 0 0,00
Ceuta y Melilla 0 0,01
TABLA 1.4. Potencia fotovoltaica (MW) instalada en España y participación de la energía fotovoltaica en
la demanda (%), por CC.AA. Elaboración propia, a partir de datos de la Comisión Nacional de la Ener-
gía, diciembre 2008.
Como se ve, la potencia no guarda relación con los niveles de insolación, ha-
biendo fuertes diferencias entre comunidades autónomas. La participación de la
energía fotovoltaica sobre la demanda eléctrica a nivel nacional es del 0,88%.
El sector industrial fotovoltaico español está presente en el mercado interna-
cional desde los inicios de la industria fotovoltaica en el mundo. Ha contado siem-
pre con una gran proyección internacional con presencia en todos los continentes,
encontrándose entre los primeros fabricantes en el ranking mundial. Es una in-
dustria en pleno proceso de expansión, como demuestra la continua ampliación
de la capacidad productiva de los fabricantes de módulos fotovoltaicos en nuevas
instalaciones, y la incorporación al mercado español de nuevos fabricantes de mó-
dulos que vienen a reforzar el sector con nuevos productos. Durante los últimos
años, la industria fotovoltaica española, acompañada por centros de investigación
y de apoyo, ha realizado un notable esfuerzo de desarrollo tecnológico, empresa-
rial e industrial.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 25
VIIIA
2
IIIA IVA VA VIA VIIA He
4,003
5 6 7 8 9 10
B C N O F Ne
10,811 12,011 14,007 15,999 18,998 20,183
13 14 15 16 17 18
IB IIB Al Si P S Cl Ar
26,982 28,086 30,974 32,064 35,453 39,948
29 30 31 32 33 34 35 36
Cu Zn Ga Ge As Se Br Kr
63,54 65,37 69,72 72,59 74,922 78,96 79,909 83,80
47 48 49 50 51 52 53 54
Ag Cd In Sn Sb Te I Xe
107,870 112,40 114,82 118,75 121,75 127,60 126,904 131,30
79 80 81 82 83 84 85 86
Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn
196,967 200,59 204,37 207,19 208,980 (210) (210) (222)
Otros materiales son el selenio (Se), el germanio (Ge), el telururo de cadmio (Te
Cd), diseleniuro de cobre e indio (denominado habitualmente CIS), antimoniuro de
indio (Sb In), etc. En la tabla periódica (se muestra, a continuación, la parte de in-
terés) se pueden localizar estos elementos y compuestos de interés para la industria
fotovoltaica. El silicio está en la cuarta columna de la tabla periódica, denominada
Grupo IV.
Las propiedades químicas de los elementos están relacionadas en buena medida
con el número de electrones que tienen los materiales en su última capa, y por cuán-
tos electrones faltan para completarla. Un átomo de silicio tiene 14 electrones. En
la última capa (la 3) tiene cuatro electrones, y le faltan otros cuatro para completarla.
Esos cuatro electrones de su última capa (de valencia), están disponibles para aso-
ciarse con otros átomos.
El silicio cristaliza en una red similar a la del diamante. Mediante enlaces co-
valentes, muy estables y fuertes, cada átomo de silicio comparte uno de sus cuatro
electrones de valencia con otros cuatro átomos (quedando así en una estructura es-
table, con su última capa llena, con 8 electrones). Como los electrones tienden a
ocupar los niveles energéticos más bajos, la mayor parte de ellos están enlazados,
y en el cero absoluto de temperatura, la totalidad. A la temperatura ambiente algu-
nos adquieren suficiente energía para escapar del enlace, y pueden entonces des-
plazarse por el material (conducción). Este comportamiento no es exclusivo de los
semiconductores sino que se manifiesta en todos los materiales; lo peculiar es la
cantidad de energía necesaria para liberar un electrón del enlace.
La teoría cuántica describe las diferencias entre conductores (metales) y se-
miconductores usando diagramas de bandas de energía. Los electrones presentes
en un átomo aislado pueden ocupar únicamente unos niveles energéticos permiti-
dos; existen otros niveles que no pueden ser ocupados y que se denominan nive-
les prohibidos. Cuando un átomo aislado pasa a formar parte de una estructura
cristalina determinada, interacciona con otros átomos próximos del cristal y los
niveles energéticos se ven afectados produciéndose un desdoblamiento de los mis-
mos que da origen a bandas de energía. Los electrones tienen energías que se si-
túan en bandas. De la misma forma que los electrones en un átomo no pueden tener
cualquier energía, los electrones en un cristal tampoco pueden tomar cualquier
energía. Y así como los últimos niveles energéticos en un átomo definen las pro-
piedades químicas del átomo, las últimas bandas de energía definen las propieda-
des electrónicas de un cristal.
En la banda energética más externa los electrones se encuentran libres de mo-
verse entre los distintos átomos. Esta banda más energética se denomina banda de
conducción. Los electrones que se encuentran en esta banda de conducción son los
que contribuyen al flujo de corriente. En los metales, esta banda está parcialmente
Células y módulos fotovoltaicos 29
llena, pero, para semiconductores a temperatura del cero absoluto, está totalmente
vacía. A temperatura ambiente, solo uno de cada 1010 electrones se encuentra en la
banda de conducción.
Banda de conducción
Banda de valencia
Los electrones de las capas más externas que intervienen en los enlaces quí-
micos, llamados electrones de valencia, ocupan una banda energética (banda de va-
lencia, la anterior a la de conducción en cuanto a niveles energéticos) que puede
solaparse con la banda de conducción o quedar separada de ella.
Los espacios entre bandas permitidas son bandas prohibidas. La más importante
es la que separa la banda de conducción de la banda más energética totalmente llena.
La energía que un electrón debe adquirir para saltar esa banda prohibida se llama ener-
gía del gap, Eg. La unidad que suele usarse es el electrón-Volt (eV), que es la energía
que adquiere un electrón cuando aumenta su voltaje en 1 Voltio (1eV u 1,6 10i19 J).
En función de la anchura (energética) de la banda del gap (anchura del gap), los
materiales exhiben distinto comportamiento eléctrico, dando lugar a:
! Materiales conductores: la banda permitida se solapa con la banda de con-
ducción.
30 Ángel Antonio Bayod Rújula
Supongamos que sobre la red cristalina incide una radiación luminosa que en
un análisis atómico del comportamiento se caracteriza mediante cuantos de energía:
fotones, en el caso de la luz, con una energía determinada por su longitud de onda.
La radiación solar que alcanza la Tierra, que se distribuye desde un rango de
longitudes de onda que van desde 300 nm a 4 micras, aproximadamente, es par-
cialmente reflejada por la atmósfera y en parte transmitida a la superficie de la
Tierra. Las aplicaciones fotovoltaicas utilizadas en el espacio, en satélites o naves
espaciales, tienen una radiación solar disponible diferente a la de aplicaciones fo-
tovoltaicas terrestres. La radiación fuera de la atmósfera se distribuye a lo largo
de diferentes longitudes de onda de un modo similar a la radiación de un «cuerpo
negro», de acuerdo con la ley de Planck, mientras que en la superficie de la Tie-
rra la atmósfera selectivamente absorbe la radiación de ciertas longitudes de onda.
Se denomina irradiancia espectral a la potencia (lumínica) recibida por un área
de superficie unidad en una longitud de onda diferencia dλ. Las unidades son
W/m2µm (A la integral de la irradiancia espectral a lo largo de todas las longitudes
de onda de interés se le denomina irradiancia).
2,0
1,8
1,6
1,4
Irradiancia (W/m2)
1,2
1,0
0,8
0,6
0,4
0,2
0
0 500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500 4.000
λ(nm)
FIGURA 2.3. Irradiancia frente a longitud de onda (la línea de puntos corresponde a 1.1 eV), Espectro
AM 1.5.
32 Ángel Antonio Bayod Rújula
cuλν
E u h ν u hc/λ
Las probabilidades de que los fotones interactúen con la red cristalina son muy
elevadas, máxime si se considera que una oblea de silicio, una lámina de espesor in-
ferior a las 500 µm, es opaca a la radiación solar. Cuando un fotón interactúa con
un enlace, transfiere su energía a este. Si la cantidad de energía es igual o superior
a la energía del gap, el electrón se libera del enlace y pasa a ser un portador de carga
libre para desplazarse por el cristal.
Haciendo el cálculo simple podemos deducir que la longitud de onda mínima
para que el fotón pueda comunicar energía a un electrón para crear un par electrón
hueco en el silicio (anchura de banda prohibida de 1,1 eV) es de 1,12 10i6 mu1,12 µm
(micrómetros).
Fotones con longitudes de onda superiores no tienen la suficiente energía
para excitar el electrón, creando pares electrón hueco que contribuyan a crear co-
rriente, por lo que toda la energía se pierde. Por otra parte, fotones con longitu-
des de onda inferiores crean el par electrón hueco pero toda la energía en exceso
se pierde en calor.
La tabla 2.1 muestra los valores de anchura de gap para otros materiales.
Otro parámetro de interés, sobre todo para describir el funcionamiento de las
células solares, y que ya hemos mencionado al discutir los mecanismos de gene-
ración-recombinación radiativos, es el coeficiente de absorción (α).
Este parámetro describe con qué facilidad el semiconductor absorbe un fotón
y crea un par electrón hueco, e-h. Depende del valor del semiconductor y de la na-
turaleza, indirecta o directamente del bandgap.
Células y módulos fotovoltaicos 33
TABLA 2.1. Energía del gap de materiales candidatos para células fotovoltaicas.
107
106
Coeficiente de absorción λ(cmi1)
GaAs
105 InP
Germanio
104 Silicio
103
102
101
100
200 400 600 800 1.000 1.200 1.400 1.600 1.800 2.000
Longitud de onda λ (µm)
Este hecho tiene una enorme importancia en el diseño de las células solares
porque los fotones son absorbidos de acuerdo con la ley de Lambert:
Φ(x) u Φ(0)eiαx
siendo Φ(x) el flujo espectral de fotones a una profundidad x , Φ(0) el flujo espec-
tral de fotones en la superficie del emisor.
Si el valor de α es alto, los fotones son absorbidos dentro de una pequeña dis-
tancia desde la superficie, mientras que si el valor de α es pequeño, los fotones pue-
den viajar largas distancias dentro del material. En el caso extremo de que α sea
cero, los fotones pueden atravesar completamente el material, el cual se puede hacer
ahora transparente para ciertas longitudes de onda. Teniendo en cuenta las diferen-
tes formas y valores del coeficiente de absorción, se puede calcular la longitud de
la trayectoria óptica requerida dentro de un material particular para absorber la ma-
yoría de los fotones que forman parte del espectro del Sol, concluyendo que son
Células y módulos fotovoltaicos 35
2.2. Dopado
Para poder construir una célula solar efectiva es necesario impurificar de forma
controlada el cristal de silicio. Se introducen dos tipos de impurezas en muy pe-
queña cantidad, respecto al número total de átomos de silicio, con lo que no modi-
fican sustancialmente la red cristalina.
Cuando en la estructura cristalina de un semiconductor puro (intrínseco) se in-
troducen impurezas de otro elemento con distinto número de electrones de valen-
cia, resulta otro tipo de semiconductor denominado semiconductor extrínseco.
Si añadimos una pequeña cantidad (del orden de una parte por millón) de fós-
foro en el cristal de silicio, de forma que los átomos de fósforo ocupen posición en
la estructura del cristal de silicio, se dice que hemos dopado el cristal con fósforo.
El fósforo es del grupo V del sistema periódico, ya que tiene cinco electrones
de valencia (uno más que el Si). Los núcleos y los electrones interiores de los áto-
mos de P se establecen en las posiciones del cristal, y cuatro de los cinco electro-
nes participan en enlaces covalentes con electrones de los 4 átomos de Si vecinos.
El quinto electrón está muy débilmente unido al átomo de fósforo, tanto que, de
hecho, a temperatura ambiente es excitado térmicamente y liberado.
El dopado con elementos como el fósforo, con un electrón de valencia más que
los átomos del cristal se llama dopado de tipo n (n de negativo), y el dopante se
llama donador porque aporta electrones fácilmente.
Dopando el Si con boro, se consigue exactamente el efecto opuesto. El boro es
del grupo III, es decir, tiene tres electrones de valencia (uno menos que el Si). Se sitúa
en la estructura del cristal de Si (uno por cada 10 millones de átomos de Si) pero solo
tiene electrones para formar tres enlaces covalentes con los átomos vecinos, dejando
un hueco. Este hueco, de forma idéntica al hueco fotogenerado explicado antes, se
mueve por la estructura del cristal fácilmente a la temperatura ambiente.
Para el silicio, el boro es un dopante tipo p (positivo), denominado aceptor por-
que aporta un hueco que captura fácilmente electrones libres.
Los dos elementos que se utilizan para impurificar el silicio tienen 3 y 5 elec-
trones de valencia, respectivamente; es habitual utilizar boro y fósforo para cada
caso porque sus átomos tienen un tamaño similar al del silicio. El procedimiento
de impurificación, denominado dopaje, se realiza sobre un cristal que en su fa-
bricación ya se impurificó con uno de los dos elementos. El otro se añade de
forma que cada lado del cristal en forma de oblea contenga un tipo de impureza,
finalmente.
En la región con fósforo, zona n, abundan los electrones que no están enlaza-
dos y, en consecuencia, los átomos de fósforo se ionizan con facilidad, es decir, los
electrones no enlazados, uno por cada átomo de fósforo, requieren muy poca ener-
Células y módulos fotovoltaicos 37
gía para ser cargas móviles; es suficiente con la temperatura ambiente. En la región
con boro, zona p, lo que faltan son enlaces completos y eso facilita el desplaza-
miento de electrones que ocupan un enlace hacia enlaces no satisfechos. Este com-
portamiento se caracteriza mediante el uso de una partícula ficticia, el hueco, que
tiene carga positiva y permite un análisis físico matemático mucho más sencillo
que el requerido para representar grandes paquetes de electrones en movimiento.
¿Qué es más fácil, analizar el movimiento de una burbuja de aire en un recipiente
con agua o el de las moléculas de agua en torno a la burbuja?
2.3. Diodos
Las células fotovoltaicas son diodos con una gran superficie expuesta al Sol.
Un diodo es una capa tipo n unida a una capa p. El espacio donde se unen las dos
capas se denomina unión. Cada región tiene partículas móviles de distinta carga. En
el instante en que se forma el diodo, los billones de electrones libres cerca de la
unión en el material de tipo n inmediatamente se avalanzan para llenar los huecos
del material tipo p, dejando el lado n (que era electrostáticamente neutro) con una
carga neta positiva. De la misma forma, los huecos del lado p emigran al material
de tipo n, dejando el lado p de la unión con una carga electrostática neta negativa.
Es como si el lado n tuviera una alta presión de electrones y el lado p baja presión
de electrones. Al formarse la unión se abre la válvula para que este gas de electro-
nes fluya de la región de alta a la de baja presión.
Es decir, a medida que los átomos pierden cargas y se ionizan se producen
zonas con cargas que no son móviles. Estas cargas fijas se van a oponer a que sigan
viniendo otras cargas iguales (cargas del mismo signo se repelen; cargas de distinto
signo se atraen).
c i
c i
N P
c i
c i
Este proceso conduce a que haya un equilibrio dinámico entre los movimien-
tos de electrones y huecos y la creación de un dipolo eléctrico, en torno a la zona
de interfase que produce un campo eléctrico en dirección perpendicular a la inter-
fase que desplaza las partículas en sentido inverso. En milisegundos el proceso al-
canza el equilibrio ya que la fuerza estadística que empuja los electrones del lado
n a llenar los huecos del lado p se equilibra con la fuerza del campo eléctrico cre-
ado por los electrones y huecos que se han movido de sus materiales originales.
El campo eléctrico presenta una barrera para que sigan cruzando los portado-
res mayoritarios (electrones en el lado n y huecos en el lado p). Pero la unión no
impide el flujo de portadores minoritarios. Si hay electrones en el lado p (y no
habrá muchos porque hay más huecos ahí) y alcanzan la unión, serán acelerados a
través hacia el lado n. En el lado p junto a la unión no habrá por tanto electrones
(ya que enseguida se llevan hacia el lado n), por lo que vendrán electrones, desde
algo más lejos en la zona p, a cubrir sus huecos. Esta corriente se llama corriente
de difusión. De la misma forma sucede con los huecos, portadores minoritarios en
el lado n.
La descripción anterior explica de forma muy simplista el funcionamiento de
la unión pn, clave para toda la electrónica de estado sólido. Veremos a continuación
que si sobre un dispositivo de esta naturaleza incide una radiación luminosa, las
cargas eléctricas generadas seguirán la dirección impuesta por el campo eléctrico de
tal modo que pueden extraerse por los contactos metálicos del cristal hacia el exte-
rior; este dispositivo electrónico es una célula solar.
El electrón, una vez ha cruzado la unión, quedará en el lado n ya que rara vez
tiene la energía para volver a saltar la barrera hacia el lado p. Tiene poco peligro de
recombinarse con un hueco porque hay pocos huecos en el lado n.
Una situación similar sucede cuando el par electrón-hueco se crea por la luz en
el lado n. En este caso es el hueco el que se difunde en la unión siendo acelerado
hacia el lado p donde hay muy pocos electrones.
El único trabajo realizado por la luz es la separación de electrones y huecos en
un átomo.
El desequilibrio de carga en una célula iluminada (electrones apilados en el
lado n y huecos en el lado p) crea una diferencia de potencial, y si los dos lados se
conectan mediante un cable exterior, fluirá una corriente de electrones desde el lado
n hacia el p (donde hay menos electrones) realizando trabajo en una carga exterior.
Carga
Fotones Flujo de
electrones
Corriente
Flujo de Luz
«huecos»
Silicio
tipo n
Unión
Silicio
tipo p
La célula es una lámina de silicio (oblea), de unos 300 µm de espesor, con una
unión pn muy próxima a la superficie ―el mayor número de generaciones se pro-
duce en las primeras micras por lo que conviene que el campo eléctrico de la unión
pn esté próximo a la superficie para conducir las cargas hacia los contactos metáli-
cos con eficiencia―.
El otro concepto importante en la estructura de una célula solar es el que hace
referencia al diseño de lo que denominamos malla de metalización frontal, los con-
tactos metálicos que se han de realizar para extraer la corriente eléctrica de la cé-
lula. No debe olvidarse que un metal es un material absorbente a la luz. La cara
frontal de la célula, la que recibe la radiación solar, tiene un contacto metálico en
forma de rejilla que al mismo tiempo que colecta las cargas tiene que permitir el
paso de los fotones al interior del cristal.
En consecuencia, al menos el contacto que denominamos frontal, el del lado de
la célula que queda directamente expuesto al Sol, no puede recubrir completamente
la superficie de la célula. El porcentaje de superficie que recubre se denomina fac-
tor de recubrimiento o de sombra, FS.
Puede pensarse entonces que ha de ser lo más pequeño posible pero si se hace
excesivamente pequeño, uno de los parámetros de la célula solar cuya influencia es-
tudiaremos más tarde, la resistencia serie, aumenta y eso significa una pérdida de
eficiencia de la célula. Así pues, hemos de llegar a un compromiso en el valor del
factor de recubrimiento de forma tal que sea lo suficientemente bajo como para per-
mitir el paso de la luz del Sol y lo suficientemente alto como para que la resisten-
cia serie de la célula se mantenga en unos niveles tolerables. El diseño de la rejilla
tiene que compatibilizar estos dos objetivos que son contrapuestos: el factor de re-
cubrimiento, superficie ocupada por el metal respecto al área total de la célula, es
del orden del 4%.
La solución de compromiso que suele adoptarse consiste en utilizar contac-
tos en forma de peine. Por contra, el contacto eléctrico sobre la cara no iluminada
cubre toda el área.
Habitualmente la cara iluminada se cubre con una capa de material antirre-
flectante para aumentar el porcentaje de la energía solar absorbida.
La coloración habitual de las células es azul oscuro mate para evitar que los fo-
tones se reflejen en la superficie. Como las obleas de silicio son bastante especula-
res y de color gris metálico claro es necesario aplicar una capa antirreflexiva o,
también, realizar un ataque químico sobre la superficie que produce una capa com-
puesta por tetraedros microscópicos.
Con la aplicación de cualquiera de estas técnicas, en ocasiones con ambas, se
consigue minimizar las pérdidas por reflexión hasta cifras despreciables. Actual-
mente, se están desarrollando otras coloraciones de células para ampliar el catálogo
42 Ángel Antonio Bayod Rújula
Nc
Ncc
P
Idi
Curva
del diodo
Ui
20 V
0,5 V
IL Udi
Curva de la
célula solar
Ii
I u IL i ID (V)
que es la ecuación característica de la célula solar, válida en todos sus rangos de fun-
cionamiento, incluido cuando el dispositivo actúa como un diodo receptor de ener-
gía porque la recombinación excede a la generación.
El esquema eléctrico equivalente atendiendo a la expresión anterior es el mos-
trado en la figura 2.10.
ID
IL V
5,0 A
4,0 A
3,0 A
Corriente
2,0 A
1,0 A
0A
i100 mV 0V 200 mV 400 mV 600 mV
Tensión
FIGURA 2.11. Curva V-I para una célula fotovoltaica de silicio sometida a una determinada irradiancia.
Cuanto más grande sea la superficie de la célula expuesta al Sol, mayor será la
corriente generada para el mismo valor de irradiancia, como se ve en la figura 2.12.
5,5 A
5,0 A
4,0 A
Corriente
3,0 A
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión
35 mA
3 mA
20 mA
Corriente
10 mA
Célula silicio
Célula GaAs
0A
0V 0,2 V 0,4 V 0,6 V 0,8V 1,0V 1,1V
Tensión
FIGURA 2.13. Curvas V-I para una determinada irradiancia para células de silicio y de arseniuro de galio.
5,5 A
5,0 A
4,0 A
Corriente
3,0 A
Por tanto, dada una célula fotovoltaica, se tendrá una curva V-I para cada valor
de irradiancia a la que se le someta.
Icc u I(Vu0) u IL
(I )
kT IL
Vca u m 1n c1
e o
Además, para tener un modelo más cercano a la realidad que la célula ideal
que hemos analizado hasta este momento habría que incluir dos elementos que son
la resistencia serie y la resistencia paralelo, que afectan a la eficiencia de la célula.
La resistencia serie de la célula, Rs, es una resistencia interna debida a factores
como la resistencia del propio semiconductor con que se fabrica la célula. La co-
rriente generada en las células solares circula hacia los contactos a través del ma-
terial semiconductor resistente, circulando por la región de la base, que no se
encuentra demasiado dopada en general y la región de emisión, la cual, aunque se
encuentra en gran medida dopada, es muy estrecha. Además de lo considerado an-
teriormente, la resistencia de los contactos metálicos con el cristal contribuye a las
pérdidas totales de la resistencia serie, además de la resistencia de la malla de me-
talización. Si el recubrimiento tiende a cero (la malla deja pasar más luz), la resis-
tencia serie aumenta (tiende a infinito). Se asume comúnmente en la práctica que
todas estas pérdidas resistentes pueden ser representadas mediante una resistencia
que se denomina resistencia serie de la célula solar, Rs.
48 Ángel Antonio Bayod Rújula
Rs I
ID
IL Rp V
FIGURA 2.15. Esquema eléctrico simplificado a 4 elementos equivalente de una célula solar fotovoltaica.
4,5 A
4,0 A
3,0 A
Corriente
2,0 A
Rsu0,2 Ω
Rsu0,1 Ω
1,0 A Rsu0,05 Ω
Rsu0,01 Ω
Rsu0,001 Ω
Rsu0,0001 Ω
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión
4,5 A
4,0 A
3,0 A
Corriente
2,0 A Rpu10.000 Ω
Rpu1.000 Ω
Rpu100 Ω
Rpu10 Ω
1,0 A Rpu1 Ω
Rpu0,5 Ω
Rpu0,2 Ω
Rpu0,1 Ω
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión
4,0 A
Ipmp
3,0 A
1,0 W
2,0 A
1,0 A
Vpmp
0A 0W
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión
3,5
3,0 I
cc
Superficie A
Ipmp PMP
2,5
Superficie B
Corriente (A)
2,0
1,5 Superficie B
Factor de forma FF u
Superficie A
1,0
0,5
0
Upmp Uca
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7
Tensión (V)
es siempre menor que la unidad. Este cociente, llamado factor de forma o factor de
llenado (fill factor, en inglés), suele utilizarse como cuantificación de la forma de la
curva característica. El factor de forma es un parámetro de gran utilidad práctica, que
varía poco de unos dispositivos a otros y que toma valores que se sitúan alrededor
de 0,7-0,8 para muchas células de semiconductores cristalinos (Si, GaAs, InP, etc.).
Haciendo uso de la definición del factor de forma, la potencia máxima entre-
gada por la célula puede escribirse como
η u Pmáx/G
EGO
Io (T) u kT3 exp i
kT
EGO kT kT3
Vca (T) u i 1n
e e IL
que predice una disminución de Vca con la temperatura. La importancia de esta va-
riación se aprecia mejor mediante la definición del coeficiente de variación con la
temperatura dado por
dVca 1 EGO
u i Vca (T)
dT T e
Células y módulos fotovoltaicos 53
4,5 A
4,0 A
3,0 A
Corriente
T T u 25 ºC
2,0 A
T u 30 ºC
T u 35 ºC
T u 40 ºC
1,0 A T u 45 ºC
T u 50 ºC
T u 55 ºC
T u 60 ºC
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión
FIGURA 2.20. Efecto de la temperatura en la curva V-I de una célula fotovoltaica sometida a una de-
terminada irradiancia.
2,0 W
1,5 W
Potencia
T T u 25 ºC
1,0 W
T u 30 ºC
T u 35 ºC
T u 40 ºC
0,5 W T u 45 ºC
T u 50 ºC
T u 55 ºC
T u 60 ºC
0W
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión
FIGURA 2.21. Efecto de la temperatura en la potencia de salida de una célula fotovoltaica a una deter-
minada irradiancia.
54 Ángel Antonio Bayod Rújula
FIGURA 2.22. Dos imágenes de células de concentración y lentes de Fresnel para la concentración.
Células y módulos fotovoltaicos 55
IL u X IL1
Se calcula como
AM u P/Po (1/senø)
donde P es la presión del aire local (Pa), Po es 1,013 ! 105 Pa (1,013 bar) y ø es
el ángulo de elevación solar.
El espectro cambia con el AM. El espectro AM 0 es el que se tiene en el exte-
rior de la atmósfera (un rayo de Sol no atraviesa nada de masa de aire de la atmós-
fera). AM es igual a 1 al nivel del mar con un cielo sin nubes cuando el Sol está
directamente encima y la presión del aire local es igual a Po. Está generalmente
aceptado que el espectro terrestre más realista para un uso general está proporcio-
nado por un ángulo de altura solar de 41,81º (el cual equivale a AM u 1,5).
Como se ve, para las condiciones estándar de medida (STC) se considera que sobre
el módulo incide una irradiancia de 1 kW/m2, con una distribución espectral AM 1,5.
Para AM 1,5 el 2% de la energía cae en la porción del ultravioleta, 54% en el
visible y el 44% en el infrarrojo.
él SiHCl3 (triclorosilano) que en una primera fase todavía contendrá un gran nú-
mero de elementos indeseados. Esto se hace porque el SiHCl3 es un compuesto lí-
quido, siendo los líquidos más fáciles de purificar que los sólidos. Después de este
proceso de purificación se obtiene SiHCl3 de alta pureza. A continuación es nece-
sario «recuperar» la forma sólida del silicio. Mezclando el SiHCl3 con H2 y ca-
lentándolo se obtiene polisilicio (sólido) y HCl. Este polisilicio, si bien está muy
purificado, todavía no constituye un monocristal. La obtención final del mono-
cristal se puede realizar mediante el proceso conocido con el nombre de Czoch-
ralski. El resultado final es una barra circular de silicio (ingot, lingote), que puede
medir varios metros y tener un diámetro de varias pulgadas. Esta barra, mediante
un proceso de corte, es de la que finalmente se extraen las obleas con las que se fa-
brican las células solares de silicio monocristalino. Durante los procesos de corte
del silicio se desperdicia una gran cantidad de material (40 – 50%).
Pirámides
invertidas
Dedo de
metalización
Pc Pc
Óxido
n nc
Contacto Óxido
trasero
FIGURA 2.25. Esquema de la estructura de una célula PERL fabricada por la Universidad de Nueva
Gales del Sur.
n n n
FIGURA 2.27. Estructura de doble unión apropiada para la fabricación de células de silicio multicristalino.
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30% 2000
2010
20%
2020
10%
0%
c-Si tf-Si CIS/CdTe DSC
106
105
α (cmi1)
104
103
CIS
CdTe
a-Si
102 x-Si
Se observa que en los materiales con muy altos coeficientes de absorción, como
son el CuInSe2, y el CdTe, se absorbe el 90% de los fotones incidentes en menos de
1 µm. de espesor, mientras que en el caso del Si cristalino, con un coeficiente de ab-
sorción inferior, se necesitan decenas, si no cientos, de micras para alcanzar su fo-
tocorriente máxima. Por tanto, el valor del coeficiente de absorción limita el número
de materiales que pueden actuar como absorbentes válidos en lámina delgada.
Una importante propiedad requerida al absorbente de una célula solar es que los
portadores fotogenerados deben tener tiempos de vida, τ que sean lo bastante lar-
gos para permitir a estos portadores salir desde la región absorbente.
En casi todos estos casos, las láminas delgadas son policristalinas. Los crista-
litos individuales son generalmente de buena calidad, pero están interrumpidos por
Células y módulos fotovoltaicos 63
numerosas fronteras de grano. Las fronteras de grano son regiones de desorden con
grandes densidades de defectos estructurales e impurezas segregadas. Generalmente
son también regiones de alta recombinación. Además, el atrapamiento de carga en
los niveles de energía de las fronteras de grano puede formar barreras de potencial
que dificultan o impiden el transporte de portadores.
En muchos casos las fronteras de grano pueden llegar a dominar el funciona-
miento de la célula solar policristalina, llegando a ser la eficiencia obtenida fuerte-
mente dependiente del tamaño de grano del material implicado.
40 Spectrolab
Japan NREL
36 Energy Spectrolab
NREL
32 Spire NREL NREL/
Spectrolab
28
Stanford UNSW UNSW UNSW
Spire UNSW UNSW
% Eficiencia
24
Georgia
ARCO No. Tech UNSW NREL NREL
20 Univ. Varian Georgia Sharp
Carolina Tech NREL
Westinghouse
Solanex NREL NREL
16 Kodak NREL NREL
Proton Univ. So. Florida
Monosolar Energy Euro-CIS United Solar
12 Matsushita ARCO Boeing Univ.
Boeing Boeing ARCOAMETEK Lausana Groningen
United Solar Siemens
8 Univ. Solanex Univ. Princeton
Maine Boeing Cambridge
RCA Lausana NREL
Kodak
4 RCA RCA Univ. Univ. Linz
RCA RCA
RCA RCA UCSB Linz Linz Berkeley
0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Para otros materiales de gap directo con más alto coeficiente de absorción,
como son el GaAs y el CuInSe2, o CIS, los tamaños de grano pueden ser pequeños
(hasta dos órdenes de magnitud inferiores a los del Si) y aún así producir eficien-
cias muy aceptables, comparables a la del monocristal correspondiente.
64 Ángel Antonio Bayod Rújula
En el silicio amorfo cabría esperar una gran densidad de defectos que impedi-
rían que el material exhibiese unas propiedades mínimas de transporte y de recom-
binación para que fuese factible desde el punto de vista fotovoltaico. Sin embargo,
el hidrógeno tiende a incorporarse a aquellos enlaces de silicio que quedan libres y
que son los principales responsables de las malas propiedades de transporte y de re-
combinación del material, disminuyendo su influencia, hasta el punto que el mate-
rial resulta factible para fabricar células con una eficiencia en torno al 10%.
Del carácter amorfo del material tampoco debería derivarse una estructura de
bandas. Sin embargo, la reducción de defectos debida a la incorporación del hidró-
Células y módulos fotovoltaicos 65
geno nuevamente hace posible una estructura de bandas si bien no tan definida
como en el silicio cristalino y que presenta un gap en torno a 1,7 eV.
Comparado con el material cristalino, el silicio amorfo es mucho más absor-
bente (anchura de gap 1,7 eV, en lugar de 1,1eV) siendo necesarios únicamente es-
pesores inferiores a la micra para absorber la mayor parte de la luz solar. En
consecuencia, estas capas necesitan ser apoyadas en un sustrato mucho más ancho,
transparente y opaco. Las células de silicio amorfo se fabrican depositando el sili-
cio directamente sobre un substrato más barato (vidrio, plástico...) siendo posible
la deposición en grandes superficies, del orden de metros cuadrados. Además su
bajo consumo energético durante el ciclo de producción hace que el tiempo de re-
torno energético sea inferior a un año.
Otra de las ventajas del silicio amorfo es que, aleándolo con nitrógeno o car-
bono se puede aumentar el valor de su gap y, con germanio, disminuirlo lo que hace
posible la fabricación relativamente sencilla de células tándem o multigap. Se ha
calculado que con ello debería ser posible una eficiencia del 24% combinado el si-
licio amorfo con aleaciones de germanio que diesen lugar a un gap aproximado de
1,45 eV y con C o N para obtener un gap de 2,0 eV en una estructura de dos termi-
nales y tres uniones p-n.
FIGURA 2.32. Vista parcial de una planta fotovoltaica de 100kW de TeCd situada en Aragón.
hv hv
Vidrio
SnO2 0,4 µm
CdS 0,25 µm
CdTe 3,0 µm
Grafito 10 µm
Metal 1,5 µm
1,0
0,8
Intensidad relativa
0,6
0,4
0,2
0
300 400 500 600 700 800 900
Longitud de onda en nm
Mientras que las células de un solo gap tienen el potencial de alcanzar efi-
ciencias del 40,7% (suponiendo al Sol como un cuerpo negro a 5.759 K y máxima
concentración), los sistemas de dos gaps tienen un potencial del 55,5% y los de
tresgaps, del 63,4%. El proceso puede continuarse hasta considerar un número
infinito de gaps obteniéndose entonces el límite de la eficiencia de conversión fo-
tovoltaica, 86%.
100
90
86,8%
80
Eficiencia (%)
68,3%
70
63,4%
60
55,5%
50
40,7%
40
30
1 2 3 4
Número de células
a) Sistemas apilados
En estos sistemas, las células se sitúan unas detrás de otras en orden decre-
ciente de su gap. Los fotones que no son absorbidos por las células precedentes
pueden absorberse en las células siguientes. Se dice que el apilamiento es monolí-
tico cuando todas las células se fabrican en la misma oblea y mecánico, cuando las
células se fabrican por separado y después se unen, por ejemplo, utilizando un ad-
hesivo especial.
Uno de los mayores problemas que aparecen asociados a los sistemas mono-
líticos es el de cómo realizar la conexión eléctrica de las células. Para solucio-
narlo, uno de los procedimientos consiste en fabricar un diodo túnel (un diodo
apenas rectificante) entre las dos células (figura 2.36a).
Sin embargo, esta interconexión, a pesar de todo, introduce a menudo un valor
de resistencia serie que resulta excesivo para la operación de la célula en concen-
tración. Otra estrategia consiste en la utilización de una interconexión (figura 2.36b).
70 Ángel Antonio Bayod Rújula
Capa de frenado
de ataque químico
Célula superior
pcc
Célula inferior
ni i Capa conductora
(a) (b)
FIGURA 2.36. Diferentes procedimientos para interconectar las células en un sistema multigap: (a) Dos
terminales mediante diodo túnel, (b) dos o tres terminales mediante interconexión metálica.
Lente
Splitter
Au: 3 µm
Red de metalización frontal
n -GaAs: 0,5 µm
cc
Capa de contacto
n-AlInP: 0,025 µm
n-GaInP: 0,1 µm Capa ventana
Rayo de luz
Reflexión interna
Célula bifacial
Reflector
Trabajo
Corriente
Nanoestructurado
TiO
Solución
de electrolito
r
ola
zs
Lu
Electrodo Electrodo
Negativo Positivo
FIGURA 2.40. Principios de operación de las células solares fotoelectroquímicas basadas en dióxido de
titanio nanoestructurado sensitivizado con colorante.
TABLA 2.2. Valores de eficiencias en células y submódulos para aplicaciones terrestres (no en el es-
pacio), bajo condiciones STC. Fuente: UNWS.
TABLA 2.3. Valores de eficiencias en módulos para aplicaciones terrestres, bajo condiciones STC.
Fuente: UNWS
TABLA 2.4. Valores récord de eficiencia medidos con concentración, Tc u 25 ºC. Fuente: UNWS.
120
100
1 célula
2 células
80
3 células
Corriente I (A)
60
40
20
0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)
FIGURA 2.41. Curva V-I equivalente a la conexión de varias células iguales en serie.
120
100
1 célula
2 células
80
3 células
Corriente I (A)
60
40
20
0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)
FIGURA 2.42. Curva V-I equivalente a la conexión de varias células iguales en paralelo.
78 Ángel Antonio Bayod Rújula
Por el contrario, cuando se conectan varias células en paralelo, todas ellas que-
dan sometidas a la misma tensión, siendo la corriente a la salida del conjunto igual
a la suma de las corrientes generadas por cada una de las células.
Como puede verse, la corriente de cortocircuito y la tensión a circuito abierto
de un módulo se pueden calcular a partir de las expresiones sencillas,
Ns
Np
12
10
36s!1p
8 18s!2p
46 W 13s!3p
Corriente (A)
6
46 W
4
46 W
2
0
0 5 40 15 20 25
Tensión (V)
FIGURA 2.44. Curvas V-I para la conexión de 36 células iguales. s= conectadas en serie; p= conectadas
en paralelo.
Encintado
Cinta de Cu/Sn
Formación de cadenas
Matriz de células
Los detalles del ensamblado mecánico de un panel varían con cada fabricante.
A pesar de ello existen puntos comunes para todas las realizaciones. Para proteger
las células, estas son inmersas en un material encapsulante (habitualmente EVA,
acetato de etilen-vinilo), formando una estructura tipo «sandwich». Tras una fase de
laminado (curado), las células quedan totalmente embebidas en el encapsulante sin
contacto posible con el aire o humedad y sin burbujas de aire.
El frente del panel (zona expuesta a la luz solar), tiene un vidrio templado (re-
sistente al impacto) que protege a las celdas de los agentes meteorológicos (lluvia,
granizo, nieve, polvo) y los golpes. El vidrio usado tiene un bajo contenido de
plomo, para no reducir la transmitividad de la luz a través del mismo.
La parte posterior tiene una capa de material dieléctrico de protección (habi-
tualmente Tedlar) o bien otra lámina de vidrio (en los paneles vidrio-vidrio que se
utilizan en aplicaciones en la edificación).
En los paneles sin vidrio posterior, un marco de aluminio suele servir para dar
rigidez mecánica al conjunto, facilitando a su vez el montaje del panel al soporte.
El marco exterior es de aluminio para evitar su deterioro por oxidación. Varios agu-
jeros, ubicados en distintas partes de su perímetro, hacen innecesario el uso de má-
quinas de perforar, evitando el riesgo de dañar, accidentalmente, el panel FV.
82 Ángel Antonio Bayod Rújula
Perfil de goma
Cristal frontal
Material encapsulante
Célula solar
Lámina posterior
Marco
En la parte trasera del panel se encuentran los contactos eléctricos, con una o
dos cajas de conexiones de plástico, con tapa removible y agujeros laterales para la
entrada y salida de los cables de conexión.
FIGURA 2.49. Ejemplo de caja de conexión que se coloca en la parte de atrás de un módulo fotovol-
taico, con uno de los cables de conexión.
Células y módulos fotovoltaicos 83
Curva V-I
Como sabemos, la característica tensión-corriente nos muestra la corriente de
salida de un generador fotovoltaico como función de la tensión de salida, a una tem-
peratura e irradiancia determinadas, I u f(V).
Algunos fabricantes indican la curva V-I estándar solamente. Otros indican va-
rias entre ellas la de funcionamiento en condiciones de medida de la TONC, mucho
más realista, aunque todavía por encima de sus parámetros reales de trabajo.
Se echa de menos una curva de trabajo en condiciones medias reales aproxi-
madas, o sea, TONC e irradiación media del lugar a comercializar el panel o una fa-
milia de curvas en distintas condiciones de trabajo (TONC y distintas irradiaciones),
que sí estaría cercana a las posibilidades reales de trabajo y permitiría ajustar más
fácilmente el diseño real de potencia de la instalación.
En la figura 2.50 se muestra el resultado de una medida, realizada en los labo-
ratorios del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Zaragoza,
de la curva V-I de un determinado panel fotovoltaico, y la curva V-I extrapolada a
condiciones STC.
También suelen aparecer valores como el Fill factor, relación entre la máxima
potencia de salida del dispositivo al producto de la tensión de circuito abierto y la
corriente de cortocircuito. FF u Pmáx/(VcaIcc), y que se usa a veces para indicar la
calidad, o la resistencia serie es una característica de las células solares, indepen-
diente de las condiciones particulares de operación.
Otro parámetro de relevancia es la eficiencia de conversión, relación (adimen-
sional, habitualmente expresada como porcentaje) entre la potencia eléctrica gene-
rada por un dispositivo a su irradiancia, medida bajo Condiciones de Medida
Standard (STC).
86 Ángel Antonio Bayod Rújula
140
120
Icc
Icc, Vca y Pm normalizados (%)
100
Pm Vca
80
60
40
20
0
i50 i25 0 25 50 75 100
Temperatura de la célula (ºC)
FIGURA 2.51. Variación normalizada de los parámetros de corriente de cortocircuito Icc, tensión a cir-
cuito abierto, Vca y potencia máxima Pm para un determinado módulo.
88 Ángel Antonio Bayod Rújula
Materiales y construcción
No todos los fabricantes especifican los materiales de construcción del panel,
y otros lo hacen de manera exhaustiva.
Garantía
Se distingue dos clases de garantía, la posterior a la instalación, durante un año
normalmente, que cubre los defectos de instalación o materiales defectuosos, y la
que garantiza la producción del módulo en las condiciones especificadas (la poten-
Células y módulos fotovoltaicos 89
cia máxima en condiciones STC), que suele ser entre diez y veinticinco años, según
los fabricantes. Hoy en día es común encontrarse garantías de 25 años. La extensión
de las garantías hasta los 25 años se basa en los excelentes resultados de campo
para módulos con 10 años de garantías y con pruebas de aceleración extensivas.
Las publicaciones sobre fiabilidad de sistemas fotovoltaicos suelen indicar que los
módulos fotovoltaicos son la parte más fiable del sistema. La fiabilidad de los mó-
dulos así como los periodos de garantías de módulos que ofrecen los fabricantes
aumentaron rápidamente en los últimos años ochenta y en la década de los noventa.
Antes del 87, los períodos de garantía de los módulos de silicio cristalino estaban
en 5 años. Se fue ampliando a 10 años (1987-1993), 20 (1993-1999) y, desde en-
tonces, se sitúa en 25 años.
El aumento de los periodos de garantía se basó en los datos que indicaban que
los módulos podían resistir este tiempo. El comportamiento en campo de los mó-
dulos así lo indicaba. No obstante, debido a la larga duración de tiempo implicado,
la mayor parte de los datos vienen de pruebas de aceleración del envejecimiento.
Usos y aplicaciones
Debido a la variedad de aplicaciones de estos elementos, a veces especifican
estas.
β u dVca/dTc
Tc i Ta u C2G
TONC (ºC) i 20
C2 u
80 mW/cm2
TONC i 20
donde Tc es la temperatura de célula, Tc u Tac G, TONC
800
es la temperatura nominal de operación, e s el coeficiente de variación con
la temperatura de la potencia máxima y GSTC es la irradiancia en STC,
1.000 W/m2.
A continuación, se presenta cómo varía la curva V-I en función de la irra-
diancia (manteniendo la temperatura de la célula a 25 grados centígra-
dos). La gráfica ha sido extraída de hojas de catálogo de fabricante.
6 180
1.000 (W/m2)
5 150
800 (W/m2)
4 120
600 (W/m2)
Potencia (W)
Corriente (A)
3 90
2 60
1 30
Corriente vs. Tensión
0 0 Potencia vs. Tensión
i50 i25 0 25 50 75 100
Tensión (V)
7,5
7,0
6,5
6,0
5,5 260 W
5,0 226 W
4,5 200 W
Corriente (A)
4,0 175 W
3,5
3,0
2,2
2,0
1,5 0 ºC
25 ºC
1,0
45 ºC
0,5
60 ºC
0
0 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40 44 48
Tensión (V)
FIGURA 2.53. Variación de la curva V-I de un módulo con la temperatura de la célula, irradiancia
G u 1000 W/m2.
Módulo Cargas
FV CC
i
FIGURA 2.54. Conexión directa de un módulo fotovoltaico a una carga de corriente continua.
13,405 V - 4,4685 A
5
4
Corriente (A)
4 Punto de máxima
potencia del módulo
2
0
0 4 8 12 16 20 22
Tensión (V)
FIGURA 2.55. Curva V-I equivalente a la conexión de varias células iguales en paralelo.
94 Ángel Antonio Bayod Rújula
3,0
2,5
2,0
Corriente (A)
1,5
1,0
0,5
0
0 100 200 300 400 500 600 700 800
Tensión (V)
3,0
2,5
2,0
Corriente (A)
1,5
1,0
0,5
0
0 100 200 300 400 500 600 700 800
Tensión (V)
FIGURA 2.57. Evolución del punto de trabajo para varias cargas resistivas.
B A IccA
VG u VcaA c VcaB
VcaB VcaA
FIGURA 2.58. Curva V-I de la asociación, serie de dos células distintas o sometidas a distinta irradiancia.
I
Vilum
Ru0 VR u 0
Vsombr
FIGURA 2.59. Esquema eléctrico equivalente a dos células fotovoltaicas en serie, una de ellas parcial-
mente sombreada, conectadas a una resistencia de valor cero.
Vsombr u VR i ∑V ilum
ni1
lula. Se crea un daño que, a su vez, produce una pequeña y localizada trayectoria a
través de la cual fluye una gran cantidad de la corriente del módulo. Este efecto de
punto caliente es de vital importancia en módulos fotovoltaicos.
Es posible calcular las condiciones extremas bajo las cuales se produce algún
daño en la célula solar o en el material de aislamiento.
Se ha visto que la célula peor (o peor iluminada) se comporta como carga para
las demás, por lo que se calienta, alcanzando una temperatura, TCP, dada por la ex-
presión:
TCP u Ta c ξm PDIS
donde PDIS representa la potencia que disipa la célula peor y ξm, es una constante que
puede estimarse de forma aproximada como:
TONC (ºC) i 20
ξm (ºC/mW/cm ) u 2
S ! 80 (mW/cm2)
FIGURA 2.60. Imagen termográfica de un módulo fotovoltaico con una célula caliente (hot cell).
100 Ángel Antonio Bayod Rújula
Como se ha indicado, una célula sombreada tiene la curva V-I desplazada hacia
valores inferiores de corriente (respecto de las no sombreadas). En el caso límite (cé-
lula totalmente cubierta) la célula se comporta como un diodo.
Supongamos la asociación en serie de dos células idénticas en la que una de
ellas no recibe nada de luz, y que se encuentran conectadas a una determinada carga
que consideraremos resistiva, R.
Iu0
Vilum
R VR u 0
Vsombr
FIGURA 2.61. Esquema eléctrico equivalente a dos células fotovoltaicas en serie, una de ellas total-
mente tapada, conectadas a una resistencia de valor cero.
VR u Vilum c Vdiodo u 0
tensión a circuito abierto de las 35 células iluminadas, es decir, una tensión inversa
de 35 veces la tensión a circuito abierto, Vca. Si esta tensión es superior a la tensión
de ruptura inversa (Vrup) de la célula, se estropeará. Si por el contrario es menor, una
vez destapada seguirá funcionando sin problemas.
Esto nos da un criterio para determinar el máximo número n de células en serie
que se pueden conectar sin riesgo de ruptura.
|Vrup|
|Vrup| > |(n i 1) Vca|, n< c1
Vca
Por tanto, como resumen, cuando alguna de las células está totalmente tapada
puede deteriorarse por tensión inversa. Cuando alguna célula está sombreada, es
decir, cuando le llega solo parte de la radiación (generalmente solo componente di-
fusa de la radiación), sigue siendo capaz de generar tensión pero la corriente es
mucho menor, y puede sufrir el fenómeno del punto caliente. La ruptura térmica de-
pende de la duración e intensidad, pero el caso de ruptura por tensión inversa es
prácticamente inmediato. Estos problemas pueden reducirse con el empleo de dio-
dos de paso (o de by-pass).
Diodos de
by-pass
IL1 ID1
Diodo Icélula1 u Icélula2
VD1 by-pass
IL2 ID2
VD2 Diodo
by-pass
Diodo
by-pass
12,0
10,0
1 célula
2 células
8,0 3 células
Sombreada con by-pass
Corriente I (A)
6,0
4,0
2,0
0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)
FIGURA 2.63. Esquema de funcionamiento del diodo de paso y Curvas V-I características para cone-
xión de tres células en serie, y con una de ellas totalmente tapada.
Células y módulos fotovoltaicos 103
IL1 ID1
Diodo Icélula1 u Icélula2
VD1 by-pass
IL2 ID2
VD2 Diodo
by-pass
20%
IL3
Diodo
by-pass
12,0
10,0
1 célula
2 células
8,0 3 células
Sombreado con by-pass
Corriente I (A)
4,0
2,0
0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)
FIGURA 2.64. Esquema de funcionamiento del diodo de paso y Curvas V-I características para cone-
xión de tres células en serie, y con una de ellas parcialmente sombreada.
104 Ángel Antonio Bayod Rújula
Los fabricantes dotan a sus módulos de tomas intermedias que permiten la ins-
talación de diodos de paso. Como idea general, estos dispositivos serán siempre ne-
cesarios si la tensión es superior a 24 V. Pero sería excesivamente caro y difícil de
implementar en un módulo el conectar un diodo de paso en paralelo con cada cé-
lula, por lo que habitualmente suelen colocar dos o tres diodos de paso. Como se ha
dicho, un módulo fotovoltaico no es más que un caso particular de la asociación en
serie y/o paralelo de células solares simples.
c i c i
D1 D2
1 18 19 36 1 18 19 36
2 17 20 35 2 17 20 35
3 16 21 34 3 16 21 34
4 15 22 33 4 15 22 33
5 14 23 32 D1 5 14 23 32 D2
6 13 24 31 6 13 24 31
7 12 25 30 7 12 25 30
8 11 26 29 8 11 26 29
9 10 27 28 9 10 27 28
Configuración 1 Configuración 2
FIGURA 2.66. Dos posibles configuraciones para la colocación de dos diodos de by-pass en un módulo
de 36 células en serie.
106 Ángel Antonio Bayod Rújula
c
2
1 8
2 9
D1
D1
10
17
11
18
19
26
20
27
D2
28
35 D2
29
36
i
35
36
Configuración 1 Configuración 2
c c
1 1
2 2
D1 (on) D1 (off)
17 8
18 9
19 10
20 11
D2 (off) 28
35 D2 (on)
35
36
36
i i
Configuración 1
Configuración 1
Al estar la célula 1 tapada, la corriente que circule por las células de la 1 a la
18 será prácticamente cero, al estar limitada por la corriente generada por la célula
menos iluminada. Sin embargo, por la rama que abarca al resto de células (la otra
mitad, de la 19 a la 36), al estar todas completamente iluminadas podrá circular la
corriente máxima generada, gracias a la operación de los diodos de by-pass. En este
caso, el diodo 1 estará conduciendo, permitiendo «salvar» la corriente generada por
la mitad de las células del módulo, mientras que el diodo 2 estará en corte.
Es como si tuviésemos un módulo de 18 células en serie completamente ilu-
minado. Lógicamente la tensión en circuito abierto se ha reducido a la mitad, y lo
mismo ocurre con la potencia máxima.
Algo similar ocurre cuando la célula tapada es, por ejemplo, la 28, pero ahora
el diodo que conduce es D2 y el D1 se comporta como un circuito abierto.
Configuración 2
La célula 1 en la configuración 2 solo está abarcada por el diodo 1, de tal ma-
nera que al sombrearse esta célula, todas las células que abarque este diodo queda-
rán inutilizadas. El diodo 1 estará conduciendo (al ser su tensión de ánodo mayor
que la de cátodo) y el diodo 2 estará en corte (su tensión es negativa).
Por ello, únicamente se podrá obtener del módulo la corriente generada por las cé-
lulas de la 28 a la 36, que se derivará por el diodo 1 hacia la salida positiva del módulo.
Como estas células útiles son solo la cuarta parte de las totales del módulo, la
tensión en circuito abierto también y la potencia disponible será la cuarta parte de
la total del módulo sin sombras. Por tanto, para este caso y atendiendo a la poten-
cia generada, la configuración 1, es mejor que la configuración 2, ya que se obtiene
más potencia. Algo similar sucede si la célula tapada es la número 28.
Pero si la célula tapada es alguna entre la número 10 y la 27, el comportamiento
es diferente. Supongamos que es, por ejemplo, la número 10. Tanto el diodo 1 como
el diodo 2 abarcan a la célula 10, y ambos están conduciendo, al ser la tensión que so-
portan positiva y mayor que la tensión de conducción. El diodo 1 permite la circula-
ción hacia el Terminal positivo del módulo de la corriente generada por las células de
la 28 a la 36 (1/4 del total). El diodo 2 permite la circulación de la corriente generada
por las células de la 1 a la 9 (1/4 del total). De esta forma se consigue recuperar la ener-
gía generada por 2/4 de las células totales del módulo, es decir, la mitad de la poten-
cia que se tendría con el módulo totalmente iluminado. Pero la disposición de los
diodos hace que, en realidad, lo que obtenemos al estar la célula 10 sombreada es un
módulo con dos ramas en paralelo de 9 células en serie cada rama. Luego en este mo-
mento se tiene una corriente de cortocircuito el doble que la que tiene el módulo sin
sombras y una tensión en circuito abierto 1/4 de la del módulo sin sombras.
Células y módulos fotovoltaicos 109
c c c
1 1 1
2 2 2
8 8 8
9 9 9
D1 D1 D1
(on) 10 (on) 10 (on) 10
11 11 11
26 26 26
27 27 27
28 28 28
D2 D2 D2
(off) (off) (off)
29 29 29
35 35 35
36 36 36
i i i
Configuración 2
c c
D1
1 2 47 48 49 50 1 2 47 48 49 50
3 4 45 46 51 52 3 4 45 46 51 52
5 6 43 44 53 54 5 6 43 44 53 54
7 8 41 42 55 56 7 8 41 42 55 56
9 10 39 40 57 58 9 10 39 40 57 58
11 12 37 38 59 60 11 12 37 38 59 60
D1 D3
13 14 35 36 61 62 13 14 35 36 61 62
15 16 33 34 63 64 15 16 33 34 63 64
17 18 31 32 65 66 17 18 31 32 65 66
19 20 29 30 67 68 19 20 29 30 67 68
21 22 27 28 69 70 21 22 27 28 69 70
23 24 25 26 71 72 23 24 25 26 71 72
D2
D2
i i
Configuración 1 Configuración 2
FIGURA 2.70. Dos posibles configuraciones, con dos y tres diodos de by-pass en un tipo de módulo de
72 células.
Células y módulos fotovoltaicos 111
Actualmente, dado que el tamaño de los módulos crece, y los requerimientos ante
efectos de punto caliente se vuelven más exigentes, se comercializan módulos con más
de 2 diodos de by-pass. Por ejemplo, en una configuración de 72 células por módulo,
pueden plantearse diversas posibilidades de unión de las células (asociaciones serie/pa-
ralelo) y de colocación de diodos de by-pass. En la figura se muestran dos de ellas, con
dos y tres diodos, respectivamente, a modo de ejemplo. Se deja al lector que analice la
operación de dichos diodos cuando se encuentran tapadas alguna o varias células.
Corriente
Vca2 Vca1
I1
0 Tensión
I2
FIGURA 2.71. Punto de trabajo de módulos asociados en paralelo con distintas tensiones a circuito
abierto (Vca1>Vca2).
112 Ángel Antonio Bayod Rújula
FIGURA 2.72. Diodos de bloqueo (más oscuros) y diodos de paso en un generador fotovoltaico.
Células y módulos fotovoltaicos 113
Los diodos de bloqueo tienen otra aplicación cuando los generadores están co-
nectados a un sistema de acumulación con baterías. Durante la noche, el generador
fotovoltaico no está iluminado. Su tensión puede ser inferior al de la batería y ello
proporciona una teórica vía de descarga de esta a través de aquel. Una práctica muy
extendida para evitar esta descarga nocturna, consiste en intercalar un diodo de blo-
queo entre generador y batería.
En los sistemas fotovoltaicos las baterías más usadas son las de plomo-ácido
(Pb-ácido); y las de níquel-cadmio (Ni-Cd). En la actualidad son de aplicación ge-
neralizada las de plomo-ácido, debido al precio, varias veces menor. Por otra parte,
las de níquel-cadmio son más fiables y resistentes, además no precisan de regula-
dor, siendo posible que permanezcan durante largos periodos en un bajo estado de
carga, suministrando un valor de tensión bastante estable, y necesitando menos
mantenimiento que las de plomo-ácido.
Entrando en más detalle en su funcionamiento interno, podemos empezar re-
cordando que cualquier reacción química de oxidorreducción es capaz de generar
una corriente eléctrica, siempre que el intercambio de electrones se efectúe por un
circuito exterior al sistema químico
Para conseguir este circuito externo, la reacción de oxidorreducción se des-
compone en dos reacciones parciales separadas en el espacio alrededor de unos
electrodos que se utilizarán como bornes de conexión exterior. En uno de los elec-
118 Ángel Antonio Bayod Rújula
descarga
Pb c SO42i R r PbSO4 c 2ei
carga
descarga
Pb c SO42i c 4Hcc 2ei R r PbSO4 c 2H2O
carga
Carga
c i c i
2e 2e 2e 2e
2H2O SO42i
PbO2 Pb PbSO4 PbSO4
4Hc SO42i
SO42i
Pb2 4Hc
Pb2 Pb2 Pb2
SO42i
2H2O
PbSO4 2H2SO4 PbSO4 PbO2 Pb
Globalmente,
descarga
PbO2 c Pb c 2SO4H2 r 2SO4 c 2H2O
2SO4Pb c 2H2O carga r PbSO4 c Pb c 2SO4H2
Es decir,
descarga
PbO2 c Pb c 2H2SO4 R r 2PbSO4 c 2H2O
carga
120 Ángel Antonio Bayod Rújula
Tapón de Tapón de
ventilación ventilación
Nivel del
Alta electrolito Baja
Densidad Densidad
3.1.1.1. Plomo-antimonio
Los electrodos de la batería se construyen con una aleación de plomo y anti-
monio, este último necesario para dar la adecuada consistencia al material y garan-
tizar la adherencia a la matriz de acero en que se deposita. Ahora bien, este
antimonio es también responsable de las pérdidas de agua, la corrosión de los ter-
minales y pérdidas de capacidad de almacenamiento. Admite descargas moderada-
mente altas, aunque el número de ciclos de carga y descarga y, por lo tanto, la vida
útil será mayor cuanto menor sea la profundidad de descarga a la que se vea regu-
larmente sometido.
Las baterías estacionarias de Pb - Sb suelen suministrarse en celdas o elemen-
tos de un par de voltios de tensión. Uniendo en serie 6 ó 12 de estos elementos, me-
diante atornillado, se consiguen baterías de 12 ó 24 voltios.
3.1.1.2. Plomo-calcio
Semejantes a las anteriores pero sustituyendo el antimonio por calcio. Esta
aleación plomo-calcio permite la fabricación de baterías de plomo herméticas y
sin mantenimiento. Presenta además la ventaja de tener una baja autodescarga,
aunque al ser de ciclo superficial no admite gran número de ciclos por debajo del
15% de la capacidad y en ningún caso aguanta profundidades de descarga supe-
riores al 40%.
Se venden en estructuras compactas tipo «monoblocs» y su reducido tamaño
permite un transporte cómodo lo que, unido a su precio relativamente moderado,
hace que sea bastante utilizada en pequeñas instalaciones.
3.1.2.1. Rejillas
Son los elementos sobre los que se cubre con el material activo (óxido de plomo
en el electrodoc y plomo en el i) construyendo así las placas o electrodos. Están
formadas por una aleación de plomo. El antimonio o el calcio se suelen utilizar
como elementos de aleación para fortalecer la rejilla y definen las diferentes ca-
racterísticas de la batería, como el ciclado y el gaseo. Dependiendo de la forma de
la rejilla se diferencian entre baterías tubulares y planas.
3.1.2.2. Placas o electrodos
Son rejillas con material activo (óxido de plomo en el electrodo c y plomo en
el i). Generalmente, en cada celda hay un número de placas conectadas en paralelo
a un bus situado en la parte superior de las placas, tanto positiva como negativa.
3.1.2.3. Separadores
Son elementos de un material poroso y aislante a la vez, que separa el elec-
trodo positivo del negativo, evitando el cortocircuito, y permite el flujo del elec-
trolito y los iones entre los electrodos. En algunos casos suelen ser envolventes
evitando el cortocircuito debido a la deposición de materia activa en el fondo del
contenedor.
3.1.2.4. Tapones
Durante la carga de la batería se producen gases que salen al exterior por los
tapones. Existen tapones que son autorrecombinantes, disminuyendo la pérdida de
agua en el gaseo.
En la práctica esto no es así, sino que la capacidad de una batería varía según
el régimen de descarga: aumenta a medida que la descarga es más lenta, y dismi-
nuye cuando esta es más rápida.
Por esta razón, el valor de C debe venir referenciado con el tiempo de descarga.
180
160
140
% de capacidad nominal
120
100
80
60
40
20
0
20 40 60 80 100 120
horas
120
110
100
90
% capacidad
80
70
60
50
40
30
i20 i10 0 10 20 30 40 50
Temperatura (ºC)
3.1.3.2. Tensión
Al igual que para módulos solares, puede definirse la tensión de circuito abierto
y la tensión en carga. Las baterías tienen una tensión nominal que suele ser de 2, 6,
12 ó 24 V, aunque siempre varíe durante los distintos procesos de operación. Es im-
portante la tensión de carga, definido por la tensión necesaria para vencer la resis-
tencia que opone el acumulador a ser cargado.
Una batería de 12 V de tensión nominal, en función de su estado de carga,
puede presentar algunos voltios por encima o por debajo de dicho valor (11-14 V).
Al conectar los paneles a la batería, la tensión viene determinada por la batería, por
lo que la curva I-V del panel determinará la corriente. Para cargar correctamente una
batería de 12 V hacen falta unos 14,5 V, por ello, los paneles suelen ser capaces de
proporcionar unos 17 V, así se asegura la carga en un amplio margen de funciona-
miento (margen de seguridad), ya que cuando la temperatura aumenta la tensión en
bornes del panel disminuye, lo cual podría dar lugar a valores inferiores a los pre-
cisos para la carga de las baterías.
i i i
2,1 V 6,3 V
90 Ah 90 Ah
c c c
i i i
2,1 V 2,1 V
90 Ah 270 Ah
c c c
3.1.3.3. Autodescarga
Pérdida de carga de la batería cuando esta permanece en circuito abierto. De-
pende del tipo de batería y muy directamente de la temperatura, aumentando con
esta. Habitualmente se expresa como porcentaje de la capacidad nominal, medida
durante un mes, y a una temperatura de 20 °C.
La autodescarga hay que considerarla como un consumo adicional, que de-
manda un cierto porcentaje de energía almacenada. Su valor es aproximadamente
de un 0,5 a un 1% diario en baterías de Pb-ácido.
Cútil u CB * PDmáx
3.1.3.5. Rendimiento
Es la relación entre la energía suministrada durante la descarga y la que se ne-
cesita para cargar plenamente la batería. Las pérdidas en una batería se deben so-
bretodo a una producción de energía calorífica en los procesos químicos que tienen
lugar durante la carga y descarga.
que si el régimen es de un ciclo al día o incluso más lento (como ocurre en el caso
de iluminación de viviendas con energía solar) la batería puede durar al menos
diez años.
I carga
c
I descarga
Ri
V
Vi
Vbornes u Vi n Ri
I20 tiene menor vida útil que si se descarga a régimen de I100 (los ciclos son cargas
y descargas equivalentes a la capacidad útil).
1,0
0,8
0,6
CB/CBinicial
I100
0,4 I40
I25
0,2
0
0 1.500 3.000 4.500 6.000
Número de ciclos
trabajo disminuye. Una batería solar del tipo Pb-ácido, totalmente descargada, se
congela alrededor de los i10 °C. Si está totalmente cargada, el punto de congela-
ción se alcanza alrededor de los i58 °C. Veamos la siguiente tabla.
Temperatura
Estado carga congelamiento
(%) electrolito
(°C)
100% i58,0
75% i34,4
50% i20,0
25% i15,0
Descargada i10,0
Temperatura Reducción
electrolito vida útil
(ºC) (%)
25 0
30 30
35 50
40 65
45 77
50 87
55 95
3.1.4.5. Gasificación
Cuando una batería de plomo-ácido está próxima a alcanzar el 100% de su
carga, la cantidad de agua en el electrolito ha sido severamente reducida. Los iones
que esta provee se hacen más escasos, disminuyendo la posibilidad para el ion de
hidrógeno (electrodo negativo) y para el ion de oxígeno (electrodo positivo) de re-
accionar químicamente, formando plomo y dióxido de plomo, respectivamente. Si
la corriente de carga continúa al mismo nivel, el exceso de gases escapa del elec-
trolito produciendo un intenso burbujeo, el que se conoce como «gasificación».
Si el proceso de carga no es controlado, el exceso de oxígeno comienza a oxi-
dar los sostenes de plomo de las celdas, pudiendo causar el derrumbe de los mis-
mos. Este fenómeno es conocido como la «muerte súbita» de la batería, ya que
ocurre sin dar aviso previo. Una gasificación excesiva arrastra parte del electrolito,
el que es expulsado fuera de la batería, a través de los tapones de respiración. Este
material contiene ácido sulfúrico, dañando los terminales de salida y disminuyendo
la cantidad de ácido dentro de la batería. El proceso de carga de una batería de Pb-
ácido debe minimizar la gasificación del electrolito. Algo de gasificación es útil,
pues contribuye a homogeneizar la solución electrolítica y ayuda a evitar el fenó-
meno de la estratificación, debida a los continuos ciclos de carga y descarga que
sufre la batería, que produce que el ácido tienda a concentrarse en el fondo, pu-
diéndose corroerse las partes bajas de las rejillas y dañarse la batería. Las burbujas
de la gasificación pueden evitar este fenómeno.
Esta función de gasificación es efectuada por el regulador. Si la batería ha sido
descargada en profundidad y si está activada la función de gasificación, el regula-
dor mantendrá la tensión de gasificación hasta que esta haya sido alcanzada (La
función de gasificación no es recomendable para baterías de electrolito absorbido
o de gel, y por esta razón se la puede desactivar). La tensión de gasificación de-
pende la temperatura externa, el regulador, automáticamente, hace las correcciones
que corresponde.
Para una batería solar de Pb-ácido de 12V nominales, trabajando alrededor de
los 25 °C, una tensión de carga de 14,28V proporciona un nivel tolerable de gasi-
ficación. Una tensión más elevada provoca un nivel de gasificación excesivo.
3.1.4.6. Sulfatación
Hemos visto que la descarga de las baterías de plomo-ácido trae aparejado un
depósito de sulfato de plomo en ambas placas. Normalmente este depósito está
constituido por pequeños cristales, que se descomponen fácilmente durante el pro-
132 Ángel Antonio Bayod Rújula
ceso de carga. Si, por el contrario, la batería ha sido descargada repetidas veces por
debajo del mínimo especificado, es pobremente cargada, o permanece descargada
por largo tiempo, el tamaño de los cristales de sulfato de plomo es grande, lo que
se traduce en una disminución de la superficie activa del electrodo. Debido a su
gran tamaño, buena parte de los cristales ni intervienen ni dejan que los electrodos
intervengan en las reacciones químicas, reduciendo así la materia activa y con ello
la capacidad de la batería, pudiendo dejarla inservible. Este fenómeno se conoce con
el nombre de sulfatación de la batería. En lugares donde los períodos nublados son
de larga duración las baterías pueden permanecer en estado de baja carga, por largo
tiempo, induciendo la sulfatación de las placas. Si la sobredescarga es muy pro-
nunciada se puede llegar a la situación peligrosa de agotamiento pudiéndose dañar
seriamente la batería. Una carga a régimen de corriente elevado puede disolver esta
formación cristalina (proceso de ecualización).
3.1.7. Mantenimiento
El plan de mantenimiento debe contemplar inspecciones periódicas del sis-
tema, así como el registro e historial de algunas de las mediciones hechas en el
mismo. Este plan debe dar prioridad a los componentes más susceptibles de sufrir
deterioro. La frecuencia de las inspecciones estará dictada por las condiciones de
uso, la edad del sistema, los problemas potenciales que se hayan identificado, o por
situaciones fortuitas (tormentas o períodos de baja insolación).
Desde el comienzo del proceso de instalación, y continuando más tarde con el
servicio de mantenimiento, se requiere el uso de instrumentos eléctricos de medida
que nos permitan conocer las tensiones y corrientes en el sistema, o determinar si
una conexión está abierta o cerrada. Estos instrumentos se conocen, respectiva-
mente, con el nombre de voltímetro, amperímetro y medidor de continuidad.
136 Ángel Antonio Bayod Rújula
TABLA 3.4. Relación aproximada entre estado de carga y densidad del electrolito y tensión de salida.
! Voltímetros.
! Amperímetros
! Contadores.
! Alarmas luminosas o sonoras que indican bajo estado de carga, descone-
xión del generador, entre otros.
! Función antidescarga nocturna (descarga de la batería a través del gene-
rador cuando no hay irradiación).
! Conexión con ordenador.
Los métodos usados para controlar la tensión en la batería son el regulador
serie (cortando el suministro mediante circuito abierto) y el regulador paralelo (di-
sipando la corriente generada por el generador mediante un dispositivo electrónico).
Generalmente se usan los reguladores serie por sus ventajas frente a los paralelo, que
solo se usan para sistemas de muy baja potencia.
Tanto en el control paralelo, como en el serie, el máximo valor de la corriente
de carga está determinado por la diferencia entre la tensión de salida de los paneles
y la de baterías.
Carga
algunas veces, incluso inducirían puntos calientes. Este argumento es correcto para
módulos de baja calidad que hayan sido ensamblados con células defectuosas. Ele-
vadas corrientes internas fluyendo a través de los módulos podrían, realmente, so-
brecalentar las células defectuosas y disparar casos de punto caliente. Desde un
punto de vista técnico, no hay argumentos en contra de los reguladores en paralelo,
pero necesitan funcionar con módulos estándar de cierta calidad contrastada.
Carga
Carga
Ii Io
c c
Vi Vo
i i
I (A) 40
35
30
25
20
15
10
5
0
0 6 12 18 24 30 36 42 48 V (V)
5A
4A
Corriente
3A
2A
1A
0A
0V 10 V 20 V 30 V 40 V 45 V
Tensión
8A
A1
B1
6A
G u 1.000 W/m2 C1
Corriente
G u 800 W/m2
4A A2
G u 600 W/m2
B2
C2
2A
0A
0V 10 V 20 V 30 V 40 V 45 V
Tensión
El incremento de energía generada puede llegar al 15% para sistemas con ba-
terías. En sistemas directamente acoplados el incremento puede ser mayor.
Se suelen utilizar con reguladores de carga, con consumos directamente co-
nectados al generador, como bombas de continua, con inversores de frecuencia va-
riable para bombeo o con inversores de sistemas en conexión a red. Algunos
reguladores e inversores lo llevan incorporado.
Los métodos que se utilizan para el seguimiento del punto de máxima poten-
cia pueden clasificarse en directos e indirectos.
Los métodos directos miden la corriente y la tensión de salida del generador y
variando el punto de trabajo del generador (aumentando o disminuyendo la tensión
de la carga) determinan el valor del punto de máxima potencia.
Los métodos indirectos miden una o varias señales externas y con ellas estiman
el punto de potencia máxima. Estas señales suelen ser la irradiancia, la temperatura
del módulo, o el voltaje en circuito abierto de una célula de referencia.
Un método aproximado es fijar la tensión de trabajo del generador al 80% de
la tensión de circuito abierto. De esta forma no se consigue exactamente el punto
de máxima potencia, pero da buenos resultados y es sencillo de implementar.
Los convertidores sinusoidales son aptos para todos los consumos aunque son
más caros e innecesario para muchas aplicaciones (iluminación, ordenadores, equi-
pos de música y televisores, etc,..), bastando utilizar uno de onda cuadrada, que re-
sulta mucho más económico.
154 Ángel Antonio Bayod Rújula
Ii
c
S1 D1 S3 D3
Io
Vi
Vo
S4 D4 S2 D2
Interruptores Tensión de
cerrados salida Vo
S1 y S2 cVi
S3 y S4 iVi
S1 y S3 0
S2 y S4 0
TABLA 3.5. Tensión de salida para diferentes secuencias de estado de los interruptores.
valos en que la salida es cero, así como cVi y iVi. Se puede controlar esta tensión
de salida ajustando el intervalo α a cada lado del pulso donde la salida es cero.
Vo
cVi
α/2 α α
ϖ 2ϖ 3ϖ
iVi
Cerrado
S1 Abierto
S2
S3
S4
Interruptores S2 S1 S1 S3 S2 S1 S1
Cerrados S4 S2 S3 S4 S4 S2 S3
Vo 0 Vi 0 iVi 0 Vi 0
FIGURA 3.21. Forma de onda y señales de control para el inversor con control de fase.
Vo
cVi
iVi
FIGURA 3.22. Señal de la onda de referencia, portadora y tensión de salida con control PWM bipolar.
Ii
c
S1 D1 S3 D3
Io
Vi
Vo
c c
Va
Vb
S4 D4 S2 D2
Va
cVi
Vb
cVi
Vab
cVi
iVi
FIGURA 3.23. Esquema, señales de control y forma de la tensión de salida en el control PWM unipolar.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 161
V1 u maVi
1,5
1,0
0,5
i (pu)
0i
i0,5
i1,0
i1,5
0,0 0,002 0,004 0,006 0,008 0,01 0,012 0,014 0,016 0,018 0,02
t (s)
Histéresis admitida
100%
98%
96%
94%
92%
90%
88%
86%
FIGURA 3.25. Curvas de rendimiento de inversor fotovoltaico para distintos valores de tensión de con-
tinua. Extraído de un fabricante de inversores.
ηEU u 0,03η5%c0,06η10%c0,13η20%c0,10η30%c0,48η50%c0,20η100%
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 165
∑ (V ) n
2
nu2
THDv u
V1
50 Hz n 2%
TABLA 3.6.
3.4.1.2. Características
Deben ser aptas para su colocación a la intemperie, con materiales protegidos
contra fenómenos de corrosión, principalmente. Los materiales más habituales em-
pleados son el acero galvanizado, el acero y el aluminio.
Deben estar bien ancladas para soportar las cargas máximas producidas por el
viento previstas en el lugar.
Las estructuras soporte deberán cumplir las especificaciones de este apartado
y en todos los casos se dará cumplimiento a lo obligado por la NBE y demás nor-
mas aplicables. El instituto de diversificación y ahorro energético recomienda lo
siguiente:
a) La estructura soporte de módulos ha de resistir, con los módulos instala-
dos, las sobrecargas del viento y nieve, de acuerdo con lo indicado en la
normativa básica de la edificación NBE-AE-88.
b) El diseño y la construcción de la estructura y el sistema de fijación de mó-
dulos, permitirá las necesarias dilataciones térmicas, sin transmitir cargas
que puedan afectar a la integridad de los módulos, siguiendo las indica-
ciones del fabricante.
c) Los puntos de sujeción para el módulo fotovoltaico serán suficientes en
número, teniendo en cuenta el área de apoyo y posición relativa, de forma
que no se produzcan flexiones en los módulos superiores a las permitidas
por el fabricante y los métodos homologados para el modelo de módulo.
d) El diseño de la estructura se realizará para la orientación y el ángulo de
inclinación especificado para el generador fotovoltaico, teniendo en
cuenta la facilidad de montaje y desmontaje, y la posible necesidad de
sustituciones de elementos.
e) La estructura se protegerá superficialmente contra la acción de los agen-
tes ambientales. La realización de taladros en la estructura se llevará a
cabo antes de proceder, en su caso, al galvanizado o protección de la es-
tructura.
f) La tornillería será realizada en acero inoxidable, cumpliendo la norma
MV-106. En el caso de ser la estructura galvanizada, se admitirán torni-
llos galvanizados, exceptuando la sujeción de los módulos a la misma,
que serán de acero inoxidable.
g) Los topes de sujeción de módulos y la propia estructura no arrojarán som-
bra sobre los módulos.
172 Ángel Antonio Bayod Rújula
FIGURA 3.28. Fase de montaje de seguidor solar, donde puede verse la parrilla, donde se instalarán
los módulos. Véase también la zapata y las zanjas para el cableado eléctrico.
E N O
En los sistemas con seguimiento solar las pérdidas energéticas son inferiores
que en los sistemas fijos, salvo las originadas por paradas o fallos por tener partes
móviles (que en el mejor de los casos serán equivalentes a las de los sistemas fijos).
Esta reducción comparativa de pérdidas se debe a que las pérdidas por reflectancia
angular son muy inferiores debido a que la incidencia de los rayos solares es nor-
mal al módulo FV, reduciéndose las pérdidas de un 3-4% a un 1%. También las pér-
didas por polvo y suciedad suelen reducirse debido al movimiento de la estructura
de seguimiento solar.
También puede considerarse que las células FV operan a menor temperatura de-
bido a la mayor aireación de los módulos. En un sistema bien dimensionado, los in-
versores trabajan un mayor número de horas en las zonas de mayor rendimiento, por
lo que puede obtenerse un rendimiento ponderado superior al rendimiento europeo
definido para sistemas fijos. Para un mismo inversor las pérdidas pueden reducirse
entre el 1% y el 3%.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 177
FIGURA 3.31. Detalle de un seguidor donde se aprecia una de las denominadas «pirámides», sensor
utilizado para el seguimento solar.
Por otro lado, conviene tener en cuenta que, en general, los generadores foto-
voltaicos implican la existencia de bucles conductores de gran tamaño, por lo que
todos los aspectos relativos a sobretensiones y sobrecorrientes inducidas por des-
cargas atmosféricas deben contemplarse con especial cuidado.
A la recomendación de poner a tierra marcos de módulos y estructuras de so-
porte, hay que añadir la de un generoso empleo de descargadores de sobretensión
(varistores, diodos supresores, etc.), para proteger adecuadamente a los equipos
electrónicos que trabajan asociados al generador. La utilización de pararrayos está,
en general, desaconsejada, en la medida en que significan un elemento de atracción
para los rayos con el consecuente incremento de los problemas de inducción.
En el capítulo 4 se analizan los requerimientos de cableado y protecciones
con mayor amplitud.
4. Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red
4.1. Introducción
Las aplicaciones de la energía solar fotovoltaica son variadas, pudiendo sepa-
rarse, como se indicó en el capítulo 1, en dos grandes grupos:
! Instalaciones aisladas de la red (sistemas autónomos).
! Instalaciones conectadas a la red.
Los sistemas fotovoltaicos conectados a la línea eléctrica, han sido objeto de
un interés creciente durante los últimos años en todos los países industrializados.
Actualmente solo un porcentaje muy pequeño de la electricidad se utiliza en insta-
laciones aisladas de las redes eléctricas.
Un sistema fotovoltaico de conexión a red es un tipo de instalación en la que
intervienen tres elementos: los módulos fotovoltaicos, el inversor y la línea eléctrica.
En este tipo de sistemas, la energía generada por los módulos fotovoltaicos pasa
directamente a un inversor DC/AC que convierte la tensión continua en alterna, in-
yectando la energía producida en la red eléctrica.
Las instalaciones fotovoltaicas son instalaciones eléctricas de baja tensión (que
posteriormente pueden conectarse a sistemas de alta tensión), y por tanto están su-
jetas a lo establecido en el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión. La instruc-
ción técnica complementaria ITC 40 «Instalaciones generadoras de baja tensión» se
aplica a las instalaciones generadoras, entendiendo como tales, las destinadas a
transformar cualquier tipo de energía no eléctrica en energía eléctrica. En dicha ins-
trucción, las Instalaciones Generadoras se clasifican, atendiendo a su funciona-
miento respecto a la Red de Distribución Pública, en:
a) Instalaciones generadoras aisladas: aquellas en las que no puede existir co-
nexión eléctrica alguna con la Red de Distribución Pública.
b) Instalaciones generadoras asistidas: aquellas en las que existe una cone-
xión con la Red de Distribución Pública, pero sin que los generadores
puedan estar trabajando en paralelo con ella. La fuente preferente de su-
ministro podrá ser tanto los grupos generadores como la Red de Distri-
bución Pública, quedando la otra fuente como socorro o apoyo. Para
impedir la conexión simultánea de ambas, se deben instalar los corres-
pondientes sistemas de conmutación. Será posible, no obstante, la reali-
zación de maniobras de transferencia de carga sin corte, siempre que se
cumplan los requisitos técnicos descritos en el apartado 4.2.
182 Ángel Antonio Bayod Rújula
El nuevo régimen económico también pretende reconocer las ventajas que ofre-
cen las instalaciones integradas en edificios, ya sea en fachadas o sobre cubiertas,
por sus ventajas como generación distribuida, porque no aumentan la ocupación de
territorio y por su contribución a la difusión social de las energías renovables.
siendo m, el número de convocatorias por año para los que se establezca la ins-
cripción en el Registro de preasignación de retribución.
Para el tipo II, se establecieron unos cupos de potencia adicional extraordina-
rios para las convocatorias correspondientes a los años 2009 y 2010, de 100/m MW
y 60/m MW, respectivamente por convocatoria, siendo m el número de convocato-
rias anuales que se convoquen.
Las potencias base correspondientes a las convocatorias del segundo año y su-
cesivos se calcularán, tomando como referencia las potencias base, de cada tipo y
subtipo, de las convocatorias correspondientes al año anterior incrementándolas o
reduciéndolas en la misma tasa porcentual acumulada que se reduzca o incremente,
respectivamente, la retribución correspondiente a las convocatorias celebradas du-
rante el año anterior.
Existe un mecanismo de traspaso de potencia adicional a la potencia base para
la convocatoria siguiente, cuando no se cubra alguno o todos los cupos de potencia
de una convocatoria.
La potencia máxima de los proyectos o instalaciones que sean inscritos en el
Registro de preasignación de retribución no podrá superar los 2 MW o los 10 MW
para instalaciones de tipo I o II.
A los efectos de la determinación del régimen económico establecido en el real
decreto, se considerará que pertenecen a una única instalación o un solo proyecto,
según corresponda, cuya potencia será la suma de las potencias de las instalaciones
unitarias de la categoría b.1.1, las instalaciones o proyectos que se encuentren en re-
ferencias catastrales con los catorce primeros dígitos idénticos. A estos efectos, los
titulares de las instalaciones suministrarán la referencia catastral de los inmuebles
en los que se ubiquen las mismas.
Del mismo modo, a los efectos de la inscripción, en una convocatoria, en el Re-
gistro de preasignación de retribución, se considerará que pertenecen a un solo pro-
yecto, cuya potencia será la suma de las potencias de las instalaciones unitarias,
aquellas instalaciones que conecten en un mismo punto de la red de distribución o
transporte, o dispongan de línea de evacuación común.
Se establece por tanto una nueva definición de potencia. Con ello se consigue
mayor precisión en el procedimiento de cómputo de la potencia de cada instalación
fotovoltaica, a efectos de la aplicación de la retribución correspondiente. Se pretende
racionalizar la implantación de grandes instalaciones en suelo pertenecientes a una
multiplicidad de titulares, de tal forma que se evite la parcelación de una única ins-
talación en varias de menor tamaño, con el objetivo de obtener un marco retribu-
tivo más favorable.
190 Ángel Antonio Bayod Rújula
Siendo:
P : La potencia pre-registrada en la convocatoria ni1.
P0 : El cupo de potencia para la convocatoria ni1.
Tni1 : La tarifa para las instalaciones pre-registradas asociadas a la convo-
catoria ni1.
Tn : La tarifa para las instalaciones pre-registradas asociadas a la convo-
catoria n.
A : El factor 0,91/m y m el número de convocatorias anuales.
FIGURA 4.1. Esquema unifilar para instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red de baja tensión como
aparece en el anexo de la resolución de 31 de mayo de 2001, de la Dirección General de Política Ener-
gética y Minas.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 193
A) Inversor monofásico
N L1 L2 L3
p
d
B)
p
d N L1 L2 L3
p
d
p
d
C) Inversor trifásico N L1 L2 L3
p
d
Los módulos deberán llevar los diodos de derivación para evitar las posibles
averías de las células y sus circuitos por sombreados parciales y tendrán un grado
de protección IP65.
Los marcos laterales, si existen, serán de aluminio o acero inoxidable.
Debe rechazarse cualquier módulo que presente defectos de fabricación como
roturas o manchas en cualquiera de sus elementos así como falta de alineación en
las células o burbujas en el encapsulante.
Si se opta por instalación fija, sin seguimiento solar, el ángulo óptimo de in-
clinación del generador fotovoltaico se puede relacionar con la latitud de un deter-
minado lugar, mediante la siguiente ecuación donde ambos ángulos se expresan en
grados y φ es la latitud del lugar:
4.5.2. Inversor
Recordemos que la potencia de los inversores va a definir la potencia nominal
de la instalación fotovoltaica. Teniendo como base la potencia total del campo de
generación fotovoltaica (en base, por ejemplo, a la superficie disponible) y del tipo
de configuración seleccionada, se puede determinar la potencia del inversor. O vi-
ceversa, si se decide en primer lugar la potencia del inversor, se puede determinar
la potencia del campo de generación.
Los valores de potencia del generador FV y del inversor deben corresponder
óptimamente entre sí. Si el campo fotovoltaico es demasiado grande, se perderá
energía debido a la función limitadora de corriente en condiciones de sobrecarga del
inversor. En el caso de sistemas fotovoltaicos fijos orientados no óptimamente o
sistemas con sombreamientos parciales, es recomendable desde el punto de vista
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 197
técnico y económico realizar el dimensionamiento del inversor con una menor po-
tencia. Por el contrario, en sistemas con seguimiento, puede elegirse un inversor de
mayor potencia.
En general, la potencia nominal del inversor puede ser un 20% inferior a la po-
tencia del generador FV bajo STC (Standard Test Conditions), dependiendo de la
clase de inversor, del tipo de módulos, de las características de radiación solar del
lugar y de la disposición del campo de generación (orientación e inclinación de pa-
neles fijos, o sistema de seguimiento). En sistemas con seguimiento y, dependiendo
de la localización, el ratio entre la potencia del campo fotovoltaico fijo y la potencia
del inversor suele descender hasta valores en torno a 1,05 e incluso inferiores. Esto
es debido principalmente a los siguientes aspectos importantes del funcionamiento:
! La potencia pico de un generador se alcanza en ocasiones puntuales, por
lo que normalmente el inversor trabaja en valores de potencia inferior al
70% de su potencia máxima. La utilización de un inversor de hasta un
20% de potencia menor proporciona un ajuste más adecuado de la poten-
cia de funcionamiento real, así como una reducción en el coste del inver-
sor que no representa reducción de potencia obtenida.
! La potencia pico del generador fotovoltaico que proporciona el fabricante
se obtiene a 25 ºC, lo que responde a una situación poco probable en Es-
paña ya que con una radiación solar de 1.000 W/m2, sería necesario estar
a una temperatura ambiente en el exterior entre i10 ºC y 0 ºC para en-
contrar la célula a 25 ºC. La caída de tensión del módulo debido a la tem-
peratura, hace que la potencia de salida sea sensiblemente inferior a la
potencia pico proporcionada por el fabricante.
! Existen pérdidas de potencia por desacoplo de módulos en las series,
caídas de tensión en conductores y otros factores que reducen la potencia
disponible a la entrada del inversor.
! También debe tenerse en cuenta el proceso de degradación que sufren los
módulos con el paso del tiempo. Algunos tipos de módulos pueden pre-
sentar hasta un 15% más de potencia funcionando durante los primeros
meses, después comienzan a sufrir un proceso de «envejecimiento» de-
bido a la exposición solar, alcanzando el valor de potencia nominal des-
pués de dicho proceso.
Si el inversor va a funcionar a la intemperie o en el tejado, se puede presentar
un factor menor debido a la mayor temperatura de operación.
Se debe tener cuidado de no subdimensionar el inversor, ya que sobrecargas
permanentes reducen rápidamente su vida útil. En ningún caso se debe sobrepasar
198 Ángel Antonio Bayod Rújula
Generador FV Generador FV
parte 1 parte 2
p p
d d
p p p p
d d d d
F
F
Conexión por partes Conexión por strings
Esclavo 1 p
d
Generador
fotovoltaico
p
Maestro
d F
Esclavo 2 p
d
La ventaja de esta configuración es que, como ante baja radiación solo trabaja
un inversor (el maestro), se obtiene una eficiencia mayor en comparación a la ob-
tenida al usar un solo inversor central de gran capacidad. Sin embargo, su desven-
taja radica en los mayores costes de inversión comparado con la configuración de
un solo inversor central.
200 Ángel Antonio Bayod Rújula
p p p p p p p p
d d d d d d d d
p p p p p p p p
d d d d d d d d
p p p p p p p p
d d d d d d d d
Conectar un número bajo de módulos en serie, además del trabajo con tensio-
nes moderadas, presenta la ventaja de esta forma de conexión frente a la conexión
de strings más largos, de que los efectos causados por el sombreamiento pueden ser
menores. Cuando un panel entra en sombra, entra la corriente de todos los paneles
de la misma rama. Por tanto, las pérdidas dependen de la cantidad de strings som-
breados y no de la cantidad de módulos. Cuantos menos strings estén sombreados,
menores serán las pérdidas.
Generador
fotovoltaico
p
d
F
Generador
fotovoltaico
p
d F
ser menor que la máxima tensión de entrada DC del inversor, pues con esta medida
se protege el funcionamiento de este equipo. Teniendo en cuenta este aspecto, se
puede determinar la cantidad máxima de módulos en serie a conectarse Ns máx, como
el cociente entre la tensión máxima de entrada del inversor y la tensión de circuito
abierto del módulo a i10 ºC, así:
Debido a las altas temperaturas alcanzadas en un día de verano con alta radia-
ción solar, un módulo FV registra una tensión inferior a la obtenida bajo condicio-
nes STC. Cuando la tensión de trabajo del sistema disminuya por debajo de la
mínima tensión de seguimiento del punto de máxima potencia MPP del inversor,
este no alcanzará a inyectar la máxima cantidad posible de potencia, o incluso, se
llegue a apagar en el peor de los casos. Por esta razón, se debe dimensionar de ma-
nera que la mínima cantidad de módulos conectados en serie en una cadena o string
sea determinada por el cociente entre la tensión mínima de entrada del inversor en
el punto de máxima potencia (PMP) y la tensión generada por el módulo en el punto
de máxima potencia a la temperatura de operación más desfavorable (70 °C por
ejemplo). La siguiente expresión determina el valor mínimo de la cantidad de mó-
dulos FV en serie:
P
Iu
U cos φ
208 Ángel Antonio Bayod Rújula
siendo P la potencia nominal (la del inversor). La tensión U se suele aproximar por
la tensión nominal (230 V). El valor del factor de potencia (cos φ) de la corriente
inyectada por el inversor es aproximadamente la unidad.
En el caso de instalaciones trifásicas, la intensidad máxima transportada estará
dada por la siguiente expresión:
P
Iu
M3U cos φ
L
∆V u ρ I
S
Por ejemplo, para cables de cobre (a 20 ºC) esa expresión se puede reescribir,
L
∆V u I
56 S
M3 L
∆V u I
56 S
p p p
d d d
4.5.6. Protecciones
Para la protección de las personas se toman dos tipos de medidas, contra con-
tactos directos y contra contactos indirectos.
La protección de las personas contra contactos directos queda asegurada me-
diante un aislamiento apropiado de todas las partes activas de la instalación, según
establece el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión de 2002 en la instruc-
ción ITC-BT-24.
Las partes activas están cubiertas de un aislamiento que solo se puede eliminar
destruyéndolo.
En la parte de continua de la instalación se protege a las personas de los con-
tactos indirectos mediante la utilización de módulos con clase de aislamiento II.
La estructura y marco de los módulos fotovoltaicos estarán conectadas a tierra
de acuerdo con el REBT (Instrucción técnica complementaria ITC-BT-40: Apar-
tado 8.2.3).
En la protección contra contactos indirectos en la parte de corriente alterna se
utiliza protección diferencial y puesta a tierra, según la instrucción ITC-BT-24 del
Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión de 2002. Incluirá una combinación
de tres tipos de protecciones: Alejamiento de las partes activas de la instalación
junto con una interposición de obstáculos que impiden todo contacto accidental
con las partes activas y recubrimiento de las partes activas con aislamiento apro-
piado. Los conductores poseerán un aislamiento superior a 1.000 V. Se utilizarán
cajas aislantes e inaccesibles para todos los conexionados. Los conductores están
aislados mediante tubo de cualquier contacto. Las partes metálicas utilizadas para
impedir cualquier contacto accidental con las partes activas están protegidas con-
tra contactos indirectos.
Imáx ≤ Ifusible
Con lo que existe un margen que permite que puedan elegirse de forma que se
eviten fusiones no deseadas.
Contactos directos e indirectos: El generador fotovoltaico puede conectarse en
modo flotante, proporcionando niveles de protección adecuados frente a contacto
directo e indirecto, siempre y cuando la resistencia de aislamiento de la parte de
continua se mantenga por encima de unos niveles de seguridad y no ocurra un pri-
mer defecto a masas o a tierra. En este último caso, se genera una situación de
riesgo, que se soluciona mediante el aislamiento clase II de los módulos fotovol-
taicos, cables y cajas de conexión. Estas últimas contarán además con llave y esta-
rán dotadas de señales de peligro eléctrico y la presencia de un controlador
permanente de aislamiento, integrado en el inversor, que detecte la aparición de un
primer fallo, cuando la resistencia de aislamiento sea inferior al valor que garantice
que la corriente de defecto va a ser inferior a 30 mA, que marca el umbral de riesgo
eléctrico para las personas. El inversor detendrá su funcionamiento y se activará
una alarma visual en el equipo.
Sobretensiones: Sobre el generador fotovoltaico, se pueden originar sobreten-
siones de origen atmosférico de cierta importancia. Por ello, se protegerá la entrada
de corriente continua del inversor mediante dispositivos bipolares de protección
clase II. Estos dispositivos tienen por ejemplo un tiempo de actuación bajo < 25 ns
y una corriente máxima de actuación de 15 kA, con una tensión residual inferior a
214 Ángel Antonio Bayod Rújula
2 kV. El dispositivo tendrá una tensión de operación marcada por el diseño del sis-
tema concreto, rango definido entre la tensión de serie para la menor tensión en el
punto de máxima potencia, y la tensión mayor de circuito abierto para los módulos
elegidos, en ambos casos considerando el efecto de la temperatura. No se hace ne-
cesaria la protección de cables, tubos, contadores, etc., por permitir estos valores
más altos de tensión residual (4-6 kV).
Yf u E / Po
PR u Yf / Yr
Fijo
Móvil
1,0
0,8
PR
0,6
0,4
01-01-2007
05-01-2007
29-01-2007
12-02-2007
26-02-2007
12-03-2007
26-03-2007
09-04-2007
23-04-2007
07-05-2007
21-05-2007
04-06-2007
18-06-2007
02-07-2007
16-07-2007
30-07-2007
13-08-2007
27-08-2007
10-09-2007
24-09-2007
08-10-2007
22-10-2007
05-11-2007
19-11-2007
03-12-2007
17-12-2007
31-12-2007
Días
corrientes en el punto de máxima potencia) de los módulos FV, así como la utiliza-
ción de diodos de bypass.
Las pérdidas energéticas de mismatch suelen estar en el rango del 1% al 4%,
si los módulos FV son preclasificados anteriormente a su instalación.
h
du
tan (61º i latitud)
donde h es la altura que sobre sale del obstáculo sombreador respecto del array
sombreado.
h
d h
d
Para poder evaluar con precisión los diferentes tipos de sombra, y sus efectos
sobre los módulos, se debe realizar un análisis de sombras en el lugar de la insta-
lación.
La toma de datos del sombreamiento en el lugar del montaje se puede realizar
con un analizador de sombras, constituido por una cámara digital especial y el soft-
ware correspondiente, o con sistemas más sencillos basados en un diagrama de
banda solar horaria impresa sobre un folio transparente, un plano del lugar y el
plano del recorrido del Sol.
Las pérdidas energéticas por sombreado son difíciles de calcular. Se trata de
plantear y resolver un problema geométrico (proyección de los rayos solares sobre
superficies arbitrarias), y además se han de considerar otros aspectos tales como
configuración del conexionado serie x paralelo del generador fotovoltaico y ubica-
ción de los diodos de bypass.
Están apareciendo en el mercado programas de ordenador que permiten reali-
zar cálculos detallados de las pérdidas por sombreado.
El programa PVSYST ofrece la posibilidad de dividir la superficie del segui-
dor solar en series de módulos, de modo que cuando la sombra toca uno de los mó-
dulos FV, este módulo lo considera inactivo para generar.
El pliego de condiciones técnicas del IDAE de sistemas de conexión a red des-
cribe un método de cálculo de las pérdidas de radiación solar que experimenta una
230 Ángel Antonio Bayod Rújula
Elevación (º)
80
60
40
20
0
i120 i90 i60 i30 0 30 60 90 120
Acimut (º)
FIGURA 4.12. Diagrama de trayectorias del Sol. Extraído del PCT IDAE.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 231
3. Selección de la tabla de referencia para los cálculos: Cada una de las por-
ciones de la figura representa el recorrido del Sol en un cierto período de
tiempo (una hora a lo largo de varios días) y tiene, por tanto, una determi-
nada contribución a la irradiación solar global anual que incide sobre la su-
perficie de estudio. Así, el hecho de que un obstáculo cubra una de las
porciones supone una cierta pérdida de irradiación, en particular aquella que
resulte interceptada por el obstáculo. Deberá escogerse como referencia para
el cálculo la tabla más adecuada de entre las que se muestran a continuación.
Tabla V-11
TABLA 4.5. Porcentaje de irradiación solar global anual que se perdería si la porción correspondiente
queda cubierta.
234 Ángel Antonio Bayod Rújula
80
60
Elevación (º)
40
20
0
i120 i90 i60 i30 0 30 60 90 120
Acimut (º)
FIGURA 4.13. Perfil de Obstáculos. Extraído del Pliego de Condiciones Técnicas, Sistemas conectados
a la red, IDAE.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 235
u u dW / dq
q u I ∆t
(V1 i V2) u R I
W u R I I ∆t u R I2 ∆t
Q u k R I2 ∆t
siendo k una constante, que vale 0,24 si la cantidad de calor Q viene en calorías y
1 si en Julios, la resistencia en ohmios, la intensidad en Amperios, y el tiempo trans-
currido en segundos.
Estas pérdidas se minimizan dimensionando adecuadamente la sección de los
conductores en función de la corriente que por ellos circula ya que así se reduce la
resistencia eléctrica, ya que la expresión de la resistencia en continua es
L
Ruρ
S
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 237
Siendo ρ la resistividad del material del conductor. Cabe citar también que
dicha resistividad es a su vez función de la temperatura del propio conductor. Se
suele tomar como referencia la temperatura de 20 ºC (en las tablas suelen aparecer
los valores de resistividad a esta temperatura).
En particular, en el caso del cobre (o el aluminio), la variación de la resistivi-
dad con la temperatura es prácticamente lineal, pudiéndose escribir la siguiente ex-
presión que expresa el valor de la resistividad a una temperatura T’.
TONC i 20
donde Tc es la temperatura de célula, Tc u Ta c G, TONC es la
800
temperatura nominal de operación, γ es el coeficiente de variación con la tempera-
tura de la potencia y GSTC es la irradiancia en STC, 1.000 W/m2.
Es necesario resaltar que existe una incertidumbre asociada a la variabilidad de
los datos de radiación solar que se tomen como referencia 36. Existen numerosas
fuentes de datos de radiación solar (METEONORM, NASA, PVGIS, Atlas Euro-
peo de radiación solar, SATEL-LIGHT, ISPRA-GIS, INM, etc.) que no solo varían
en cuanto a la irradiación disponible sobre superficie horizontal, sino también en
cuanto a los resultados de la aplicación de los diferentes métodos de cálculo de la
irradiación disponible sobre superficies inclinadas o con seguimiento solar. En ge-
neral, en el mejor de los casos, los datos de radiación solar disponibles son datos de
irradiancia global horaria sobre superficie horizontal. Para estimar la irradiancia
global sobre superficies inclinadas es necesaria la utilización de modelos matemá-
ticos. En primer lugar es necesario descomponer la irradiancia global horizontal en
sus componentes directa y difusa horizontales. En la literatura se pueden encontrar
numerosos modelos para ello, consistentes básicamente en ajustes polinómicos de
los índices de claridad global y difuso. Los modelos más utilizados son los de Erbs
y Pérez. Una vez que se tienen los datos de irradiancia directa y difusa horizonta-
les, la irradiancia directa sobre superficies inclinadas se puede calcular por geome-
tría. Para ello es necesario conocer con exactitud la hora (solar u oficial), siendo muy
crítica para superficies en seguimiento, especialmente en las horas de salida y puesta
del Sol. La irradiancia difusa inclinada se estima de nuevo utilizando modelos ma-
temáticos, siendo dos de los más referenciados los de Hay y Pérez, ambos aniso-
trópicos. En ocasiones también se utiliza el modelo isotrópico de Liu y Jordan. La
utilización de los diferentes modelos da como resultado ligeras variaciones, que se
ven acentuadas en el caso de superficies con seguimiento solar. La irradiancia re-
flejada se suele obtener aplicando un coeficiente de albedo (habitualmente ρ u 0,2)
a la irradiancia global horizontal. La irradiancia global inclinada se obtiene de la
suma de la directa, difusa y albedo o reflejada.
Una vez obtenida del modo que se ha expuesto, para cada hora, la potencia dis-
ponible a la salida del generador, se multiplican esos valores horarios de potencia
por la irradiancia sobre el plano del generador G en esa hora, para todas las horas
de año, se obtendrá una energía producida anual de referencia.
A la energía anual producida de referencia obtenida se le aplica un porcentaje
general de pérdidas obtenido como el producto de las pérdidas porcentuales que se
tienen debido a los distintos factores de pérdidas. Por ejemplo, si consideramos que
las pérdidas por polvo y suciedad son del 4%, Lps u 4%, (100iLps) u 96%. Es
240 Ángel Antonio Bayod Rújula
decir, debido a este factor, el campo de generación producirá sólo el 96% de lo que
produciría con una superficie totalmente limpia. Se considera la contribución de
todos los factores de pérdidas, resultando unas pérdidas totales
L u 100 i Π (100 i L )
i
i
siendo Li el porcentaje de pérdidas al que dará lugar cada uno de los factores de
pérdidas i; LM, pérdidas por desacoplo de módulos o Mismatch; Lps por la influen-
cia del polvo y suciedad; LAE, Angulares y Espectrales; Ls, sombrado; Lohm, Ohmi-
cas, y potencia nominal, LPN, por seguimiento del punto de máxima potencia en el
inversor, LSPMP y conversión en el inversor, pérdidas en el cableado AC, LOhm,AC, en
el transformador, etc.
Tejado Toldos y
del edificio cortinaje metálico
Cuando los módulos fotovoltaicos cumplen una doble función, energética y ar-
quitectónica (revestimiento, cerramiento o sombreado) y, además, sustituyen a ele-
mentos constructivos convencionales se denomina Integración Arquitectónica. En
este caso, el sistema FV se convierte técnicamente en parte de la edificación, ad-
quiriendo otras funciones a parte de la generación de electricidad, tales como pro-
tección ante las condiciones climáticas, el ruido, generación de sombra, aislante
térmico, o funciones de estilo arquitectónico y de seguridad.
Se habla de revestimiento cuando los módulos fotovoltaicos constituyen parte
de la envolvente de una construcción arquitectónica y de cerramiento, cuando los
módulos constituyen el tejado o la fachada de la construcción arquitectónica, de-
biendo garantizar la debida estanquidad y aislamiento térmico.
Cuando los módulos fotovoltaicos protegen a la construcción arquitectónica
de la sobrecarga térmica causada por los rayos solares, proporcionando sombras en
el tejado o en la fachada del mismo se habla de elementos de sombreado.
Aunque los sistemas integrados son estéticamente más atractivos, son también
más costosos, debido a que los módulos FV y algunos otros componentes del sis-
tema utilizados en este caso son especiales según el tipo de edificación en particu-
lar; además se requiere mayor trabajo en su concepción e instalación. Otra
desventaja de los sistemas integrados es que pueden llegar a ser menos eficientes
que los sistemas aditivos, ya que los módulos pueden trabajar a mayor temperatura
al no contar con ventilación natural.
Aunque existe gran variedad de formas y materiales utilizados en la construc-
ción de tejados, la mayoría de ellos ofrece la posibilidad de soportar la estructura
metálica y los módulos fotovoltaicos.
Existen estructuras metálicas específicamente diseñadas según la forma y ma-
terial de la teja que soportara los módulos. Debido a la variedad, calidad, precio, ser-
vicio, oferta en el mercado y facilidad en montaje.
En el caso de edificios conectados a la red, el tamaño del campo de generación
está limitado por las dimensiones del área susceptible de alojar los módulos solares.
Aunque en muchos casos se siguen empleando módulos convencionales insta-
lados sobre los tejados de los edificios, cada día es más habitual la integración de
los sistemas de captación en el propio edificio, recurriéndose en muchos casos a
módulos de diseño específico y características variables (módulos en forma de tejas
244 Ángel Antonio Bayod Rújula
Para la correcta disposición final de los módulos sobre el tejado, se deben aten-
der a consideraciones como:
! Debe existir una correspondencia entre la longitud y la anchura del tejado con
la de los módulos, determinando así la cantidad final de módulos a montar.
! La distancia entre el borde del tejado y los módulos debe ser tres veces la
distancia vertical que hay entre la superficie de los módulos y el tejado.
! Se debe dejar un espacio entre los módulos de 6 mm a 10 mm.
! Se deben considerar las sombras generadas por elementos ubicados sobre
el tejado, tales como chimeneas, antenas, tubos de ventilación, etc.
! Considerar otros objetos alrededor del tejado que puedan generar sombras.
TABLA 4.7. Tipo de uso y límite de aplicación de edificios sujetos a las exigencias fotovoltaicas del Có-
digo técnico de la edificación.
Cabe destacar que existen casos en los que aunque no se superen estos límites
se deben instalar sistemas de aprovechamiento fotovoltaico, ya que en el caso de dis-
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 247
Tipo de uso A B
Hipermercado 0,001875 i3,13
Multitienda y centros de ocio 0,004688 i7,81
Nave de almacenamiento 0,001406 i7,81
Administrativos 0,001223 1,36
Hoteles y hostales 0,003516 i7,81
Hospitales y clínicas 0,000740 3,29
Pabellones de recintos feriales 0,001406 i7,81
A Coruña Santander
Lugo
Oviedo
I Bilbao
Vitoria
San Sebastián
Pontevedra Orense
León II Burgos
Pamplona
Logroño
Gerona
III Palencia
Soria
Huesca
Lérida
Valladolid Barcelona
Zaragoza
Zamora
Segovia IV Tarragona II
Salamanca Guadalajara
Avila
Madrid II II
Teruel
Castellón
Toledo Cuenca
Cáceres
III IV Valencia Palma de
Mallorca
IV
Badajoz V Ciudad Real
Albacete
V Alicante
Córdoba Murcia
IV
Huelva
Sevilla
V Jaén
Granada
IV
Málaga Almería
Cádiz
Ceuta V
Sta. Cruz V Melilla V
de Tenerife
Las Palmas
En cualquier caso, la potencia pico mínima a instalar será de 6,25 kWp y el in-
versor tendrá una potencia mínima de 5 kW (lo cual cumple el 80% de potencia
nominal en relación con la potencia pico, indicado anteriormente).
La orientación e inclinación del generador fotovoltaico y las posibles sombras
sobre el mismo serán tales que las pérdidas sean inferiores a los límites de la tabla
I. Se considerarán tres casos: general, superposición de módulos e integración ar-
quitectónica. En todos los casos se han de cumplir tres condiciones: pérdidas por
orientación e inclinación, pérdidas por sombreado y pérdidas totales inferiores a
los límites estipulados respecto a los valores óptimos.
Orientación e inclinación (OI) Sombras (S) Total (OIcS)
General 10% 10% 15%
Superposición 20% 15% 30%
Integración arquitectónica 40% 20% 50%
O E
β
α
S
FIGURA 4.21. Definición de los ángulos de inclinación y orientación.
! Si no hay intersección entre ambas, las pérdidas son superiores a las per-
mitidas y la instalación estará fuera de los límites. Si ambas curvas se in-
tersectan, se obtienen los valores para latitud Ф u 41º y se corrigen los
límites de inclinación aceptables en función de la diferencia entre la lati-
tud del lugar en cuestión y la de 41º, de acuerdo a las siguientes fórmulas:
165º N i165º
150º i150º
135º i135º
120º i120º
100%
105º i105º 95% - 100%
90% - 95%
80% - 90%
W E 70% - 80%
10º
60% - 70%
75º 30º 50% - 60%
i75º
50º 40% - 50%
30% - 40%
60º 70º i60º < 30%
90º i45º
45º
30º i30º
15º i15º
Ángulo S
de inclinación (β)
c i
Ángulo de acimut (α)
Teniendo en cuenta que la potencia unitaria es de 130 Wp, sería necesario ins-
talar 88 paneles como mínimo. Por otro lado, atendiendo a la relación exigida entre
la potencia pico y la potencia nominal de la instalación (la del inversor), la potencia
del inversor (o combinación de inversores) debería ascender, al menos, a 9,13 kW.
3) Configuración de la instalación
Como la potencia nominal de la instalación es mayor de 5kW, de acuerdo a lo
especificado en el RD1663/2000, la conexión a la red deberá realizarse en trifásica.
Esto significa que podemos optar por instalar un inversor trifásico (por ejemplo, de
unos 10 kW), o bien instalar tres inversores monofásicos (por ejemplo, de 3,3 kW
cada uno). Una vez seleccionado el modelo del inversor y de acuerdo a sus carac-
terísticas, se decidirá el número exacto de paneles a instalar, así como el modo de
conexión (serie-paralelo) de los paneles entre sí.
256 Ángel Antonio Bayod Rújula
Entrada CC Salida CA
Potencia máxima del generador solar 12.000 Wp Potenc. nominal salida en continuo Pn 10.000 W
Potencia nominal de entrada 11.000 W Potencia pico Pp 10.000 W
Consumo en modo standby 20 W Frecuencia nominal 50 Hz
Consumo nocturno < 0,3 W Tensión de red 400 V
Inyección a red desde 7W Margen de tolerancia tensión de red i20% a c15%
Tensión nominal 400 V Intensidad nominal por fase 14,5 A
Rango de tensión nominal UMPP 350-750 V Intesidad máxima por fase 18,2 A
Tensión de vacío 850 V Factor distorsión con Pn < 3%
Tensión de conexión 420 V Factor potencia inductivo (cos φ) aprox. 1
Tensión de desconexión 340 V Forma de onda Sinusoidal
Intensidad máxima 10 A por cada Control de tensión de red Trifásico según
entrada MPP DIN VDE 0126-1-1
9 A por cada AFI (de corriente
Intensidad nominal entrada MPP Control de defecto de tierra universal) DIN
VDE 0126-1-1
1 por cada
Número de entradas entrada MPP, según
3 en total Cont. aislamiento, frecuencia y corr. cont. DIN VDE 0126-1-1
TABLA 4.14.
Parámetros de entrada
Potencia máxima de CC (PCC, máx.) 3.820 W
Tensión máxima de CC (UCC, máx.) 500 V
Rango de tensión fotovoltaica, MPPT (UMPP) 200 V - 500 V
Máx. corriente de entrada (IFV, máx.) 20 A
Factor de distorsión de CC (USS) < 10%
Número máx. de strings (en paralelo) 3
Dispositivo separador de CC Conector, ESS
Varistores con control térmico Sí
Vigilancia de contacto a tierra Sí
Protección contra polarización inversa Diodo de cortocircuito
Salida
Potencia máxima de CA (PCA, máx.) 3.600 W
Potencia nominal de CA (PCA, máx.) 3.300 W
Coeficiente de distorsión no lineal de corriente de red < 4%
Tensión nominal de CA (UCA, nom.) 220 V - 240 V
Frecuencia nominal de CA (fCA, nom.) 50 Hz / 60 Hz
Factor de potencia (cos φ) 1
Resistencia al cortocircuito Sí, regulación de corriente
Conexión a red Conector de CA
Coeficiente de rendimiento
Coeficiente de rendimiento máximo 95,2%
Rendimiento europeo 94,4%
Grado de protección
Según DIN EN 60529 IP65
Parámetros mecánicos
Ancho/alto/fondo mm 450/352/236
Peso 41 kg
TABLA 4.15.
5.1. Introducción
Los sistemas fotovoltaicos autónomos son aquellos que tratan de cubrir una
determinada energética a partir de la energía solar por medio de la conversión fo-
tovoltaica, sin estár conectados a la red eléctrica. La energía solar fotovoltaica ha
sido empleada en multitud de aplicaciones que pueden ir desde los satélites artifi-
ciales hasta las calculadoras de bolsillo.
Así, las aplicaciones principales de la energía solar fotovoltaica en sistemas
autónomos se pueden clasificar en:
! Electrificación de viviendas y edificios.
! Alumbrado autónomo.
! Aplicaciones agropecuarias.
! Bombeo y tratamiento de agua.
! Señalización y comunicaciones.
! Otras aplicaciones específicas.
Cargas
en corriente continua
Subsistema Subsistema
de generación de regulación
Cargas
Inversor en corriente alterna
Subsistema
de acumulación
de los equipos) como por el interés en mejorar las condiciones de utilización de las
instalaciones. Los sistemas fotovoltaicos deben ser instalados, modificados y man-
tenidos por personal competente y procurar una correcta gestión de la energía por
parte de los usuarios.
Debe tenerse siempre en cuenta que la instalación fotovoltaica es un elemento
más de la vivienda, por lo que los ocupantes deben ser conscientes, en todo mo-
mento, de las posibles limitaciones que existen en las disponibilidades de energía,
así como de los principios de funcionamiento de la misma, con el fin de prevenir
problemas de suministro o daños a los distintos elementos que componen la insta-
lación. La energía disponible no es ilimitada, y, por tanto, no debe utilizarse inne-
cesariamente. Para el caso de que los usuarios de la instalación no sean habituales
(visitantes ocasionales, casas de campo arrendadas, usuarios de turismo rural...), es
especialmente importante advertirles de esta característica.
En la medida de lo posible, la energía debe consumirse coincidiendo con los
momentos de mayor insolación. Se recomienda, sobre todo en el caso doméstico,
aprovechar las horas centrales del día para realizar las tareas que requieran un mayor
consumo de energía. Con ello se aprovechará mejor la energía producida por los pa-
neles y se alargará la vida de las baterías.
Aunque la instalación estará dimensionada para disponer de energía en cual-
quier época del año, se debe ser especialmente cuidadoso en las épocas de menor
insolación.
Es necesario extremar las medidas de ahorro energético (que, en muchas oca-
siones, no son más que medidas racionales) tales como apagar las luces cuando no
haya nadie en las habitaciones, encender el televisor solo cuando alguien lo esté
utilizando realmente y, en general, utilizar la electricidad únicamente cuando sea
preciso. Se recomienda utilizar electrodomésticos de alta eficiencia.
Con el fin de prevenir gastos energéticos superfluos, es necesario asegurarse de
que los elementos de consumo están desconectados totalmente cuando no son utili-
zados, ya que existen cada día más electrodomésticos (equipos de música, televiso-
res, vídeos) que, al apagarlos, quedan en situación de espera, o están provistos de
relojes, presentando consumos ininterrumpidos a lo largo de todo el día. Cuando la
desconexión sea imposible, se proveerá a la línea de alimentación de un interruptor.
En un sistema FV el precio inicial de los elementos de consumo no debe ser el
argumento para su elección. A largo plazo el uso de elementos de alta eficiencia re-
dundará en reducción de costes y mejora de la operación de la instalación. Además
este tipo de dispositivos suelen tener una mayor vida útil, lo que redunda en dismi-
nución de costes.
Para los sistemas FV de localizaciones remotas, pueden existir problemas para
conseguir elementos de consumo de alta eficiencia, por lo que es recomendable que
266 Ángel Antonio Bayod Rújula
estos formen parte del proyecto FV inicial. En el caso de que ya existan elementos
de consumo (y sean de baja eficiencia) es conveniente plantearse su sustitución (por
ejemplo una lámpara de alta eficiencia consume 5 veces menos que una de incan-
descencia de los mismos lúmenes, o un frigorífico clase A puede consumir 1,5 veces
menos que uno convencional clase C de la misma capacidad).
Las cargas que no son puramente resistivas suelen consumir energía reac-
tiva, lo que significa que por las líneas y dispositivos deben circular intensidades
de corriente superiores a las que serían estrictamente necesarias para una deter-
minada función (potencia activa). Esto significa mayores caídas de tensión, ma-
yores calentamientos y, por tanto, pérdidas en las líneas y puede resultar en una
sobrecarga del sistema. Así pues, se deben limitar lo máximo posible los reque-
rimientos de reactiva.
Algunos dispositivos absorben fuertes puntas de corriente en los periodos de
arranque, originando caídas de tensión e incluso pudiendo llegar a producir alguna
desconexión. Por eso, en el caso de sistemas de corriente alterna es necesario que
los inversores soporten picos de potencia de corta duración varias veces superiores
a su potencia nominal. En el caso de arranques simultáneos de varios equipos es re-
comendable el arranque progresivo. También es conveniente dotar a estas cargas de
dispositivos de arranque suave.
En la fase de diseño puede plantearse el dimensionamiento más adecuado por
ejemplo seleccionando una bomba de agua de menor potencia nominal que opere
durante mayores periodos de tiempo. El tamaño de las baterías puede reducirse con
la decisión de permitir restricciones en ciertos consumos, o en ciertas horas o pe-
riodos. La gestión de la batería tiene un impacto muy elevado en la vida útil de la
misma, en la eficiencia y en el coste del ciclo de vida. Además los inversores (si los
hay) también pueden resultar de distinto tamaño si se adoptan restricciones de con-
sumo, y/o se acepta jerarquización de cargas.
Todas las instalaciones deberán cumplir con las exigencias de protecciones y
seguridad de las personas, y entre ellas las dispuestas en el Reglamento Electrotéc-
nico de Baja Tensión. Como principio general, se tiene que asegurar, como mínimo,
un grado de aislamiento eléctrico de tipo básico (clase I) para equipos y materiales.
Se incluirán todos los elementos necesarios de seguridad para proteger a las perso-
nas frente a contactos directos e indirectos, especialmente en instalaciones con ten-
siones de operación superiores a 50 VRMS o 120 VCC. Se recomienda la utilización
de equipos y materiales de aislamiento eléctrico de clase II. Se incluirán también
todas las protecciones necesarias para proteger a la instalación frente a cortocircui-
tos, sobrecargas y sobretensiones.
Los materiales situados en intemperie se protegerán contra los agentes am-
bientales, en particular contra el efecto de la radiación solar y la humedad. Todos
Sistemas fotovoltaicos autónomos 267
Elementos de iluminación
La necesidad de minimizar el consumo hace que sea preciso elegir las lumina-
rias que más rendimiento proporcionen, descartando las clásicas bombillas de in-
candescencia, cuya eficiencia luminosa es muy baja, pues aunque resulten más
caras, son siempre más rentables al exigir menos potencia eléctrica. Será, por tanto,
la eficacia luminosa, relación entre el número de lúmenes que produce una lámpara
y el número de vatios que consume, la característica de las lámparas más importante
a la hora de la elección.
Los circuitos de alumbrado de corriente continua permiten alimentarlos direc-
tamente de las baterías sin necesidad del convertidor, evitando las pérdidas de po-
tencia y posibles averías de este. En contrapartida, el emplear una tensión continua
de 12 ó 24 V nos obligará a emplear conductores de mayor sección que al emplear
corriente alterna de 220 V.
Existen en el mercado lámparas de bajo consumo para prácticamente todas las
necesidades y aplicaciones domésticas. A las ventajas de su bajo consumo estas
lámparas añaden la de que no desprenden calor. A continuación se proporciona una
tabla orientativa para mostrar el ahorro energético que se produce al emplear este
tipo de lámparas frente a las clásicas de incandescencia.
Electrodomésticos
Como se ha indicado, resulta conveniente utilizar electrodomésticos de alta
eficiencia (por ejemplo, un frigorífico clase A puede consumir 1,5 veces menos que
uno convencional clase C de la misma capacidad), así como evitar dispositivos
stand-by que consumen una pequeña cantidad de energía aún estando en reposo
(pero no desconectados, claro está). Por ejemplo, los relojes de un vídeo, o de dis-
positivos de música, etc., aunque consumen pocos watios, al estar permanentemente
conectados suponen a la larga una parte significativa del consumo total.
! Lavadoras: Existen equipos no automáticos de pequeña capacidad y tra-
bajando con corriente continua. Sin embargo, la calidad del lavado y la co-
modidad que proporcionan son inferiores, por lo que es recomendable ir
a lavadoras automáticas convencionales evitando el uso de programas de
lavado que incluyan calentamiento de agua y centrifugado.
La lavadora consume el 90% de electricidad para calentar al agua y solo
el 10% para mover el tambor. Mediante un lavado en frío, suficiente en
muchas ocasiones, se puede conseguir ahorros de electricidad de hasta
un 90%.
Si se desea realizar lavados con agua caliente se puede acudir a equipos con
dos tomas de agua utilizando una fuente de energía térmica. En estas con-
Sistemas fotovoltaicos autónomos 269
suministro, o que las baterías trabajen casi permanentemente con bajo es-
tado de carga, que pueden resultar dañadas por producirse descargas pro-
fundas en las mismas.
No es recomendable la energía solar fotovoltaica en aparatos electrodomésti-
cos que la transforman en energía térmica, mediante el calentamiento de una resis-
tencia, como por ejemplo una plancha, debido al bajo rendimiento energético
característico de esta utilización. Si se dispone de un sistema de alimentación au-
xiliar (diesel, por ej.), producen mayores costes de explotación. Por tanto, los dis-
positivos térmicos deben reemplazarse por otros que utilicen gas, combustibles
fósiles o colectores solares térmicos.
En particular no resulta conveniente utilizar la energía fotovoltaica para ca-
lentar agua. Cualquier otro sistema como energía solar térmica o el butano, obten-
drá los mismos resultados con muchísimo menor coste.
Los aparatos eléctricos convencionales para cocinar, así como los calentadores
ambientales y de agua, usan una cantidad prohibitiva de electricidad. La estufa eléc-
trica consume hasta 1.500W por cada quemador. Por eso el gas natural o propano
envasado en tanques, es una alternativa más económica para cocinar.
La potencia de un horno microondas es similar a la de una estufa eléctrica,
pero se puede cocinar más rápido con microondas y por eso la cantidad de kilova-
tio-hora no es tan grande. El gas propano y la leña son alternativas económicas para
la calefacción en una casa. Un buen diseño y un aislamiento eficiente reduce la ne-
cesidad de calefacción en la casa de una manera excesiva.
El aire acondicionado necesita una capacidad extremadamente alta pero no está
totalmente fuera de lo posible en un sistema fotovoltaico. Una gran ventaja de los
sistemas de enfriamiento es el hecho de que durante el período de calor el sistema
fotovoltaico es capaz de proveer la mayor energía de sus módulos.
El éxito de un sistema centralizado pasa, en primer término, por contar con la co-
laboración de los usuarios en el diseño y gestión de la instalación, proporcionando así
una información mínima sobre el funcionamiento y correcta utilización del equipo.
El equipamiento para llevar la energía (en corriente continua o alterna), desde el
sistema de producción hasta los puntos de demanda (denominado subsistema de dis-
tribución, y que comprende cables, protecciones, armarios, canalizaciones, acometidas,
apoyos, equipo de instrumentación, etc.), debe ser efectuado con la mayor eficiencia
posible (mínimas pérdidas), sin degradación en el nivel de calidad y proporcionando
la protección para personas y cosas ante eventos como cortocircuitos o sobrecargas.
Habitualmente la red suele ser radial en los sistemas colectivos, con una o va-
rias ramas principales de las que pueden partir otras secundarias, pero pueden pen-
sarse en la opción de anillo abierto u otras. En función del número de usuarios, sus
potencias, consumo energético y distancias, se determina la opción más adecuada
bajo criterios perfectamente establecidos clásicamente como seguridad de sumi-
nistro, minimización de caídas de tensión, calidad, optimización de pérdidas y coste
global. También existe la posibilidad de dejar un cierto número de puntos de aper-
tura para aislar alguna parte de la red.
Existen por otro lado restricciones topográficas, sociológicas, medioambien-
tales, cuestiones relacionadas con la facilidad de instalación de mantenimiento, de
desmantelamiento en un futuro, de facilidad de expansión de la red, etc., que pue-
den condicionar la decisión final.
Los sistemas individuales suelen ser más apropiados para regiones de población
dispersa, en los que el coste de una red de distribución local (microrred) puede re-
sultar prohibitivo. Una característica de los sistemas individuales es que el con-
sumo es gobernado por el propio usuario, y por tanto puede determinarlo de un día
para otro. Como inconveniente, en caso de una gestión inadecuada el usuario puede
quedarse sin suministro con más facilidad, al ser instalaciones habitualmente más
pequeñas y dotadas de menos sistemas de medida y vigilancia. No obstante, el usua-
rio rápidamente aprende a cómo usar la energía disponible de su sistema correcta-
mente. En los colectivos, si el sistema central falla, todos los usuarios se ven
afectados. Además suelen requerir más mantenimiento in situ. Por otra parte, deben
tomarse medidas para preservar la energía almacenada en beneficio de la mayoría.
TABLA 5.2. Relación entre la potencia instalada y la tensión de trabajo en una instalación fotovoltaica
(orientativa).
Dimensionado
Aplicación
Ubicación
Consumo de los equipos en corriente continua
Total Tcc
Consumo de los equipos en corriente alterna
Total Tac
TABLA 5.3. Potencia nominal usual en equipos de consumo frecuentes en instalaciones fotovoltaicas y
ejemplo de horas de funcionamiento diario (orientativa).
Por tanto, los consumos en corriente alterna (Ga) serán el resultado de la ope-
ración siguiente:
Ca u (100 c Eb) * T2 / Ei
Ct u Cc c Ca
FI u 1 i [1,2 c 10i4(β i βopt)2 c 3,5 * 10i5 α2] para 15º < β < 90º
En ocasiones, en lugar de trabajar con una inclinación fija durante todo el año
se trabaja con dos inclinaciones a lo largo del año con objeto de aumentar la ener-
gía incidente. Por ejemplo, puede pensarse en trabajar con ángulos de inclinación
sobre la horizontal de 15º durante los meses entre abril y septiembre, ambos in-
cluidos, y de 60º durante el resto del año.
En las tablas de radiación que se muestran a continuación se tienen los valores
medios de la energía recibida durante un día y por unidad de superficie horizontal
(en MJ), correspondientes a las diferentes provincias españolas para los distintos
meses del año, así como los factores de corrección k para superficies inclinadas
para las latitudes de zonas en España. Estos factores representan el cociente entre
la energía total incidente en un día sobre una superficie orientada hacia el Ecuador
e inclinada un determinado ángulo, y otra horizontal.
La energía sobre superficie horizontal puede ser expresada en forma de
kWh/m2/día dividiendo por 3,6. Para calcular la energía que incide sobre un panel
con una inclinación determinada basta con multiplicar la energía sobre superficie
horizontal por el factor de corrección k correspondiente a la latitud del emplaza-
miento e inclinación del panel.
ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC. AÑO
1 ÁLAVA 4,6 6,9 11,2 13 14,8 16,6 18,1 17,3 14,3 9,5 5,5 4,1 11,3
2 ALBACETE 6,7 10,5 15 19,2 21,2 25,1 26,7 23,2 18,8 12,4 8,4 6,4 16,1
3 ALICANTE 8,5 12 16,3 18,9 23,1 24,8 25,8 22,5 18,3 13,6 9,8 7,6 16,8
4 ALMERÍA 8,9 12,2 16,4 19,6 23,1 24,6 25,3 22,5 18,5 13,9 10 8 16,9
5 ASTURIAS 5,3 7,7 10,6 12,2 15 15,2 16,8 14,8 12,4 9,8 5,9 4,6 10,9
6 ÁVILA 6 9,1 13,5 17,7 19,4 22,3 26,3 25,3 18,8 11,2 6,9 5,2 15,1
7 BADAJOZ 6,5 10 13,6 18,7 21,8 24,6 25,9 23,8 17,9 12,3 8,2 6,2 15,8
8 BALEARES 7,2 10,7 14,4 16,2 21 22,7 24,2 20,6 16,4 12,1 8,5 6,5 15
9 BARCELONA 6,5 9,5 12,9 16,1 18,6 20,3 21,6 18,1 14,6 10,8 7,2 5,8 13,5
10 BURGOS 5,1 7,9 12,4 16 18,7 21,5 23 20,7 16,7 10,1 6,5 4,5 13,6
11 CÁCERES 6,8 10 14,7 19,6 22,1 25,1 28,1 25,4 19,7 12,7 8,9 6,6 16,6
12 CÁDIZ 8,1 11,5 15,7 18,5 22,2 23,8 25,9 23 18,1 14,2 10 7,4 16,5
13 CANTABRIA 5 7,4 11 13 16,1 17 18,4 15,5 13 9,5 5,8 4,5 11,3
14 CASTELLON 8 12,2 15,5 17,4 20,6 21,4 23,9 19,5 16,6 13,1 8,6 7,3 15,3
15 CEUTA 8,9 13,1 18,6 21 24,3 26,7 26,8 24,3 19,1 14,2 11 8,6 18,1
Sistemas fotovoltaicos autónomos 283
ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC. AÑO
16 CIUDAD REAL 7 10,1 15 18,7 21,4 23,7 25,3 23,2 18,8 12,5 8,7 6,5 15,9
17 CÓRDOBA 7,2 10,1 15,1 18,5 21,8 25,9 28,5 25,1 19,9 12,6 8,6 6,9 16,7
18 LA CORUÑA 5,4 8 11,4 12,4 15,4 16,2 17,4 15,3 13,9 10,9 6,4 5,1 11,5
19 CUENCA 5,9 8,8 12,9 17,4 18,7 22 25,6 22,3 17,5 11,2 7,2 5,5 14,6
20 GERONA 7,1 10,5 14,2 15,9 18,7 19 22,3 18,5 14,9 11,7 7,8 6,6 13,9
21 GRANADA 7,8 10,8 15,2 18,5 21,9 24,8 26,7 23,6 18,8 12,9 9,6 7,1 16,5
22 GUADALAJARA 6,5 9,2 14, 17,9 19,4 22,7 25 23,2 17,8 11,7 7,8 5,6 15,1
23 GUIPÚZCOA 5,5 7,7 11,3 11,7 14,6 16,2 16,1 13,6 12,7 10,3 6,2 5 10,9
24 HUELVA 7,6 11,3 16 19,5 24,1 25,6 28,7 25,6 21,2 14,5 9,2 7,5 17,6
25 HUESCA 6,1 9,6 14,3 18,7 20,3 22,1 23,1 20,9 16,9 11,3 7,2 5,1 14,6
26 JAÉN 6,7 10,1 14,4 18 20,3 24,4 26,7 24,1 19,2 11,9 8,1 6,5 15,9
27 LEÓN 5,8 8,7 13,8 17,2 19,5 22,1 24,2 20,9 17,2 10,4 7 4,8 14,3
28 LÉRIDA 6 9,9 10 18,8 20,9 22,6 23,8 21,3 16,8 12,1 7,2 4,8 15,2
29 LUGO 5,1 7,6 11,7 15,2 17,1 19,5 20,2 18,4 15 9,9 6,2 4,5 12,5
30 MADRID 6,7 10,6 13,6 18,8 20,9 23,5 26 23,1 16,9 11,4 7,5 5,9 15,4
31 MÁLAGA 8,3 12 15,5 18,5 23,2 24,5 26,5 23,2 19 13,6 9,3 8 16,8
32 MELILLA 9,4 12,6 17,2 20,3 23 24,8 24,8 22,6 18,3 14,2 10,9 8,7 17,2
33 MURCIA 10,1 14,8 16,6 20,4 24,2 25,6 27,7 23,5 18,6 13,9 9,8 8,1 17,8
34 NAVARRA 5 7,4 12,3 14,5 17,1 18,9 20,5 18,2 16,2 10,2 6 4,5 12,6
35 ORENSE 4,7 7,3 11,3 14 16,2 17,6 18,3 16,6 14,3 9,4 5,6 4,3 11,6
36 PALENCIA 5,3 9 13,2 17,5 19,7 21,8 24,1 21,6 17,1 10,9 6,6 4,6 14,3
37 LAS PALMAS 11,2 14,2 17,8 19,6 21,7 22,5 24,3 21,9 19,8 15,1 12,3 10,7 17,6
38 PONTEVEDRA 5,5 8,2 13 15,7 17,5 20,4 22 18,9 15,1 11,3 6,8 5,5 13,3
39 LA RIOJA 5,6 8,8 13,7 16,6 19,2 21,4 23,3 20,8 16,2 10,7 6,8 4,8 14
40 SALAMANCA 6,1 9,5 13,5 17,1 19,7 22,8 24,6 22,6 17,5 11,3 7,4 5,2 14,8
41STA.C.TENERIFE 10,7 13,3 18,1 21,5 25,7 26,5 29,3 26,6 21,2 16,2 10,8 9,3 19,1
42 SEGOVIA 5,7 8,8 13,4 18,4 20,4 22,6 25,7 24,9 18,8 11,4 6,8 5,1 15,2
43 SEVILLA 7,3 10,9 14,4 19,2 22,4 24,3 24,9 23 17,9 12,3 8,8 6,9 16
44 SORIA 5,9 8,7 12,8 17,1 19,7 21,8 24,1 22,3 17,5 11,1 7,6 5,6 14,5
45 TARRAGONA 7,3 10,7 14,9 17,6 20,2 22,5 23,8 20,5 16,4 12,3 8,8 6,3 15,1
46 TERUEL 6,1 8,8 12,9 16,7 18,4 20,6 21,8 20,7 16,9 11 7,1 5,3 13,9
47 TOLEDO 6,2 9,5 14 19,3 21 24,4 27,2 24,5 18,1 11,9 7,6 5,6 15,8
48 VALENCIA 7 ,6 10,6 14,9 18,1 20,6 22,8 23,8 20,7 16,7 12 8,7 6,6 15,3
49 VALLADOLID 5,5 8,8 13,9 17,2 19,9 22,6 25,1 23 18,3 11,2 6,9 4,2 14,7
50 VIZCAYA 5 7,1 10,8 12,7 15,5 16,7 17,9 15,7 13,1 9,3 6 4,6 11,2
51 ZAMORA 5,4 8,9 13,2 17,3 22,2 21,6 23,5 22 17,2 11,1 6,7 4,6 14,5
52 ZARAGOZA 6,3 9,8 15,2 18,3 21,8 24,2 25,1 23,4 18,3 12,1 7,4 5,7 15,6
TABLA 5.4. Energía incidente sobre un metro cuadrado de superficie horizontal en un día medio de
cada mes (MJ /m2/día). Fuente: IDAE.
284 Ángel Antonio Bayod Rújula
LATITUD u 28º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,05 1,04 1,03 1,01 1 1 1 1,02 1,03 1,05 1,06 1,06
10 1,1 1,08 1,05 1,02 1 ,99 1 1,02 1,06 1,1 1,12 1,12
15 1,14 1,11 1,07 1,02 ,99 ,98 ,99 1,03 1,08 1,13 1,17 1,17
20 1,17 1,13 1,08 1,02 ,97 ,95 ,97 1,02 1,09 1,16 1,21 1,21
25 1,2 1,15 1,08 1 ,95 ,93 ,95 1,01 1,09 1,19 1,25 1,24
30 1,22 1,15 1,07 ,98 ,92 ,89 ,92 ,99 1,09 1,2 1,27 1,27
35 1,23 1,16 1,06 ,96 ,88 ,85 ,88 ,96 1,08 1,21 1,29 1,29
40 1,24 1,15 1,04 ,92 ,84 ,8 ,84 ,93 1,06 1,21 1,3 1,3
45 1,23 1,14 1,01 ,89 ,79 ,75 ,79 ,89 1,04 1,2 1,3 1,3
50 1,22 1,12 ,98 ,84 ,73 ,69 ,73 ,84 1 1,18 1,3 1,3
55 1,2 1,09 ,94 ,79 ,68 ,63 ,67 ,79 ,96 1,15 1,28 1,28
60 1,18 1,05 ,9 ,73 ,61 ,57 ,61 ,73 ,92 1,12 1,26 1,26
65 1,14 1,01 ,85 ,67 ,55 ,5 ,54 ,67 ,86 1,08 1,22 1,23
70 1,1 ,97 ,79 ,61 ,48 ,42 ,47 ,6 ,81 1,03 1,18 1,19
75 1,06 ,91 ,73 ,54 ,4 ,35 ,39 ,53 ,74 ,97 1,14 1,15
80 1 ,86 ,66 ,47 ,33 ,27 ,32 ,46 ,67 ,91 1,08 1,1
85 ,94 ,79 ,59 ,39 ,25 ,19 ,24 ,38 ,6 ,84 1,02 1,04
90 ,88 ,72 ,52 ,32 ,17 ,11 ,16 ,31 ,53 ,77 ,95 ,98
LATITUD u 29º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,05 1,04 1,03 1,02 1 1 1 1,02 1,03 1,05 1,07 1,06
10 1,1 1,08 1,05 1,02 1 ,99 1 1,03 1,06 1,1 1,12 1,12
15 1,15 1,11 1,07 1,03 ,99 ,98 ,99 1,03 1,08 1,14 1,18 1,17
20 1,18 1,14 1,08 1,02 ,98 ,95 ,98 1,03 1,1 1,17 1,22 1,22
25 1,21 1,15 1,08 1,01 ,95 ,93 ,95 1,01 1,1 1,2 1,26 1,25
30 1,23 1,16 1,08 ,99 ,92 ,9 ,92 1 1,1 1,21 1,28 1,28
35 1,24 1,17 1,07 ,97 ,89 ,86 ,89 ,97 1,09 1,22 1,3 1,3
40 1,25 1,16 1,05 ,93 ,85 ,81 ,85 ,94 1,07 1,22 1,32 1,31
45 1,24 1,15 1,02 ,9 ,8 ,76 ,8 ,9 1,05 1,21 1,32 1,32
50 1,23 1,13 ,99 ,85 ,75 ,71 ,74 ,85 1,02 1,19 1,31 1,31
55 1,22 1,1 ,95 ,8 ,69 ,64 ,68 ,8 ,98 1,17 1,3 1,3
60 1,19 1,07 ,91 ,75 ,63 ,58 ,62 ,75 ,93 1,14 1,28 1,28
65 1,16 1,03 ,86 ,69 ,56 ,51 ,55 ,69 ,88 1,1 1,24 1,25
70 1,12 ,98 ,8 ,62 ,49 ,44 ,48 ,62 ,82 1,05 1,2 1,22
75 1,07 ,93 ,74 ,55 ,42 ,36 ,41 ,55 ,76 ,99 1,16 1,17
80 1,02 ,87 ,68 ,48 ,34 ,28 ,33 ,48 ,69 ,93 1,1 1,12
85 ,96 ,81 ,61 ,41 ,26 ,21 ,25 ,4 ,62 ,87 1,04 1,06
90 ,9 ,74 ,54 ,33 ,18 ,13 ,17 ,32 ,54 ,79 ,97 1
Sistemas fotovoltaicos autónomos 285
LATITUD u 35º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,06 1,05 1,04 1,02 1,01 1,01 1,01 1,03 1,04 1,06 1,08 1,07
10 1,12 1,1 1,07 1,04 1,02 1,01 1,02 1,04 1,08 1,12 1,15 1,14
15 1,17 1,14 1,09 1,05 1,02 1 1,02 1,05 1,11 1,17 1,21 1,21
20 1,22 1,17 1,11 1,05 1,01 ,99 1,01 1,06 1,13 1,22 1,27 1,26
25 1,25 1,2 1,12 1,05 ,99 ,97 ,99 1,05 1,15 1,25 1,32 1,31
30 1,28 1,21 1,13 1,04 ,97 ,94 ,97 1,04 1,15 1,28 1,36 1,35
35 1,31 1,22 1,12 1,02 ,94 ,91 ,94 1,02 1,15 1,29 1,39 1,38
40 1,32 1,23 1,11 ,99 ,9 ,87 ,9 1 1,14 1,3 1,41 1,4
45 1,33 1,22 1,09 ,96 ,86 ,82 ,86 ,97 1,13 1,3 1,42 1,41
50 1,32 1,21 1,07 ,92 ,81 ,77 ,81 ,93 1,1 1,3 1,43 1,42
55 1,31 1,19 1,03 ,87 ,76 ,72 ,76 ,88 1,07 1,28 1,42 1,41
60 1,29 1,16 ,99 ,82 ,7 ,66 ,7 ,83 1,03 1,25 1,41 1,4
65 1,27 1,12 ,95 ,77 ,64 ,59 ,64 ,77 ,98 1,22 1,38 1,38
70 1,23 1,08 ,9 ,71 ,57 ,52 ,57 ,71 ,93 1,18 1,35 1,35
75 1,19 1,03 ,84 ,64 ,5 ,45 ,5 ,64 ,87 1,13 1,31 1,31
80 1,14 ,98 ,78 ,57 ,43 ,37 ,42 ,57 ,8 1,07 1,26 1,26
85 1,09 ,92 ,71 ,5 ,35 ,29 ,34 ,5 ,73 1 1,2 1,21
90 1,02 ,85 ,64 ,42 ,27 ,21 ,26 ,42 ,66 ,93 1,13 1,15
LATITUD u 36º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,05 1,04 1,02 1,01 1,01 1,01 1,03 1,05 1,07 1,08 1,08
10 1,13 1,1 1,07 1,04 1,02 1,01 1,02 1,05 1,08 1,13 1,15 1,15
15 1,18 1,14 1,1 1,05 1,02 l,01 1,02 1,06 1,12 1,18 1,22 1,21
20 1,22 1,18 1,12 1,06 1,01 ,99 1,01 1,06 1,14 1,22 1,28 1,27
25 1,26 1,2 1,13 1,05 1 ,98 1 1,06 1,16 1,26 1,33 1,32
30 1,29 1,22 1,13 1,04 ,98 ,95 ,98 1,05 1,16 1,29 1,37 1,36
35 1,32 1,23 1,13 1,02 ,95 ,92 ,95 1,03 1,16 1,31 1,4 1,39
40 1,33 1,24 1,12 1 ,91 ,88 ,91 1,01 1,16 1,32 1,43 1,41
45 1,34 1,23 1,1 ,97 ,87 ,84 ,87 ,98 1,14 1,32 1,44 1,43
50 1,34 1,22 1,08 ,93 ,82 ,78 ,82 ,94 1,12 1,31 1,45 1,44
55 1,33 1,2 1,05 ,89 ,77 ,73 ,77 ,9 1,08 1,3 1,44 1,43
60 1,31 1,17 1,01 ,84 ,71 ,67 ,71 ,84 1,05 1,27 1,43 1,42
65 1,29 1,14 ,96 ,78 ,65 ,6 ,65 ,79 1 1,24 1,41 1,4
70 1,25 1,1 ,91 ,72 ,59 ,53 ,58 ,73 ,95 1,2 1,37 1,37
75 1,21 1,05 ,85 ,66 ,52 ,46 ,51 ,66 ,89 1,15 1,33 1,33
80 1,16 1 ,79 ,59 ,44 ,39 ,44 ,59 ,82 1,09 1,28 1,29
85 1,11 ,94 ,73 ,52 ,37 ,31 ,36 ,51 ,75 1,03 1,23 1,23
90 1,05 ,87 ,65 ,44 ,29 ,23 ,28 ,44 ,68 ,96 1,16 1,17
286 Ángel Antonio Bayod Rújula
LATITUD u 37º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,04 1,03 1,01 1,01 1,02 1,03 1,05 1,07 1,08 1,08
10 1,13 1,1 1,08 1,05 1,02 1,01 1,02 1,05 1,09 1,13 1,16 1,15
15 1,18 1,15 1,1 1,06 1,02 1,01 1,02 1,06 1,12 1,19 1,23 1,22
20 1,23 1,18 1,12 1,06 1,02 1 1,02 1,07 1,15, 1,23 1,29 1,28
25 1,27 1,21 1,14 1,06 1 ,98 1 1,07 1,16 1,27 1,34 1,33
30 1,3 1,23 1,14 1,05 ,98 ,96 ,98 1,06 1,17 1,3 1,38 1,37
35 1,33 1,24 1,14 1,03 ,96 ,93 ,96 1,04 1,17 1,32 1,42 1,41
40 1,35 1,25 1,13 1,01 ,92 ,89 ,92 1,02 1,17 1,34 1,44 1,43
45 1,35 1,25 1,11 ,98 ,88 ,85 ,88 ,99 1,15 1,34 1,46 1,45
50 1,35 1,24 1,09 ,94 ,84 ,8 ,84 ,95 1,13 1,33 1,47 1,46
55 1,35 1,22 1,06 ,9 ,78 ,74 ,78 ,91 1,1 1,32 1,47 1,45
60 1,33 1,19 1,02 ,85 ,73 ,68 ,73 ,86 1,06 1,3 1,45 1,44
65 1,31 1,16 ,98 ,8 ,67 ,62 ,66 ,8 1,02 1,26 1,43 1,42
70 1,27 1,12 ,93 ,74 ,6 ,55 ,6 ,74 ,97 1,22 1,4 1,4
75 1,23 1,07 ,87 ,67 ,53 ,48 ,53 ,68 ,91 1,17 1,36 1,36
80 1,19 1,02 ,81 ,6 ,46 ,4 ,45 ,6 ,84 1,12 1,31 1,31
85 1,13 ,96 ,74 ,53 ,38 ,32 ,38 ,53 ,77 1,05 1,26 1,26
90 1,07 ,89 ,67 ,46 ,3 ,25 ,3 ,45 ,7 ,98 1,19 1,2
LATITUD u 38º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,04 1,03 1,02 1,01 1,02 1,03 1,05 1,07 1,08 1,08
10 1,13 1,11 1,08 1,05 1,02 1,02 1,03 1,05 1,09 1,14 1,16 1,16
15 1,19 1,15 1,11 1,06 1,03 1,01 1,03 1,07 1,13 1,19 1,23 1,22
20 1,24 1,19 1,13 1,07 1,02 1,01 1,02 1,07 1,15 1,24 1,3 1,29
25 1,28 1,22 1,14 1,07 1,01 ,99 1,01 1,08 1,17 1,28 1,35 1,34
30 1,31 1,24 1,15 1,06 ,99 ,97 ,99 1,07 1,18 1,31 1,4 1,38
35 1,34 1,25 1,15 1,04 ,96 ,94 ,97 1,05 1,19 1,34 1,43 1,42
40 1,36 1,26 1,14 1,02 ,93 ,9 ,93 1,03 1,18 1,35 1,46 1,45
45 1,37 1,26 1,13 ,99 ,89 ,86 ,89 1 1,17 1,36 1,48 1,47
50 1,37 1,25 1,1 ,95 ,85 ,81 ,85 ,97 1,15 1,35 1,49 1,48
55 1,36 1,23 1,07 ,91 ,8 ,75 ,8 ,92 1,12 1,34 1,49 1,48
60 1,35 1,21 1,04 ,86 ,74 ,69 ,74 ,87 1,08 1,32 1,48 1,47
65 1,33 1,18 ,99 ,81 ,68 ,63 ,68 ,82 1,04 1,29 1,46 1,45
70 1,29 1,14 ,94 ,75 ,61 ,56 ,61 ,76 ,98 1,25 1,43 1,42
75 1,25 1,09 ,89 ,69 ,54 ,49 ,54 ,69 ,93 1,2 1,39 1,39
80 1,21 1,04 ,83 ,62 ,47 ,42 ,47 ,62 ,86 1,14 1,34 1,34
85 1,15 ,98 ,76 ,55 ,4 ,34 ,39 ,55 ,79 1,08 1,29 1,29
90 1,09 ,91 ,69 ,47 ,32 ,26 ,31 ,47 ,72 1,01 1,22 1,23
Sistemas fotovoltaicos autónomos 287
LATITUD u 39º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,04 1,03 1,02 1,01 1,02 1,03 1,05 1,07 1,09 1,08
10 1,14 1,11 1,08 1,05 1,03 1,02 1,03 1,06 1,1 1,14 1,17 1,16
15 1,19 1,16 1,11 1,07 1,03 1,02 1,03 1,07 1,13 1,2 1,24 1,23
20 1,25 1,2 1,14 1,07 1,03 1,01 1,03 1,08 1,11 1,25 1,31 1,29
25 1,29 1,23 1,15 1,07 1,02 1 1,02 1,08 1,18 1,29 1,36 1,35
30 1,33 1,25 1,16 1,07 1 ,97 1 1,08 1,19 1,33 1,41 1,4
35 1,35 1,27 1,16 1,05 ,97 ,94 ,98 1,06 1,2 1,35 1,45 1,43
40 1,37 1,27 1,15 1,03 ,94 ,91 ,94 1,04 1,19 1,37 1,48 1,46
45 1,38 1,27 1,14 1 ,9 ,87 ,9 1,01 1,18 1,37 1,5 1,48
50 1,39 1,26 1,12 ,97 ,86 ,82 ,86 ,98 1,16 1,37 1,51 1,5
55 1,38 1,25 1,09 ,93 ,81 ,77 ,81 ,94 1,13 1,36 1,51 1,5
60 1,37 1,22 1,05 ,88 ,75 ,71 ,75 ,89 1,1 1,34 1,51 1,49
65 1,35 1,19 1,01 ,83 ,69 ,65 ,69 ,83 1,05 1,31 1,49 1,47
70 1,32 1,15 ,96 ,77 ,63 ,58 ,63 ,77 1 1,27 1,46 1,45
75 1,28 1,11 ,91 ,7 ,56 ,51 ,56 ,71 ,95 1,23 1,42 1,41
80 1,23 1,06 ,84 ,64 ,49 ,43 ,48 ,64 ,88 1,17 1,37 1,37
85 1,18 1 ,78 ,56 ,41 ,35 ,41 ,56 ,81 1,11 1,32 1,32
90 1,12 ,93 ,71 ,49 ,33 ,28 ,33 ,49 ,74 1,04 1,25 1,26
LATITUD u 40º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,05 1,03 1,02 1,01 1,02 1,03 1,05 1,08 1,09 1,09
10 1,14 1,11 1,08 1,05 1,03 1,02 1,03 1,06 1,1 1,14 1,17 1,16
15 1,2 1,16 1,12 1,07 1,03 1,02 1,04 1,08 1,14 1,21 1,25 1,24
20 1,25 1,2 1,14 1,08 1,03 1,02 1,03 1,09 1,17 1,26 1,32 1,3
25 1,3 1,23 1,16 1,08 1,02 1 1,02 1,09 1,19 1,3 1,38 1,36
30 1,34 1,26 1,17 1,07 1,01 ,98 1,01 1,09 1,2 1,34 1,43 1,41
35 1,37 1,28 1,17 1,06 ,98 ,95 ,98 1,07 1,21 1,37 1,47 1,45
40 l,39 1,29 1,16 1,04 ,95 ,92 ,95 1,05 1,21 1,39 1,5 1,48
45 1,4 1,29 1,15 1,01 ,91 ,88 ,92 1,03 1,2 1,39 1,52 1,5
50 1,41 1,28 1,13 ,98 ,87 ,83 ,87 ,99 1,18 1,39 1,54 1,52
55 1,4 1,27 1,1 ,94 ,82 ,78 ,82 ,95 1,11 1,38 1,54 1,52
60 1,39 1,24 1,07 ,89 ,77 ,72 ,77 ,9 1,12 1,36 1,53 1,51
65 1,37 1,21 1,03 ,84 ,71 ,66 ,71 ,85 1,07 1,34 1,51 1,5
70 1,34 1,17 ,98 ,78 ,64 ,59 ,64 ,79 1,02 1,3 1,49 1,47
75 1,3 1,13 ,92 ,72 ,57 ,52 ,57 ,73 ,97 1,25 1,45 1,44
80 1,25 1,08 ,86 ,65 ,5 ,45 ,5 ,66 ,9 1,2 1,41 1,4
85 1,2 1,02 ,8 ,58 ,43 ,37 ,42 ,58 ,84 1,14 1,35 1,35
90 1,14 ,95 ,73 ,5 ,35 ,29 ,34 ,5 ,76 1,07 1,29 1,29
288 Ángel Antonio Bayod Rújula
LATITUD u 41º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,05 1,03 1,02 1,02 1,02 1,03 1,05 1,08 1,09 1,09
10 1,14 1,12 1,09 1,06 1,03 1,02 1,03 1,06 1,1 1,15 1,18 1,17
15 1,21 1,17 1,12 1,07 1,04 1,03 1,04 1,08 1,14 1,21 1,26 1,24
20 1,26 1,21 1,15 1,08 1,04 1,02 1,04 1,09 1,17 1,27 1,33 1,31
25 1,31 1,24 1,17 1,09 1,03 1,01 1,03 1,1 1,2 1,32 1,39 1,37
30 1,35 1,27 1,18 1,08 1,01 ,99 1,02 1,09 1,21 1,35 1,44 1,42
35 1,38 1,29 1,18 1,07 ,99 ,96 ,99 1,08 1,22 1,38 1,49 1,47
40 1,4 1,3 1,18 1,05 ,95 ,93 ,96 1,06 1,22 1,4 1,52 1,5
45 1,42 1,3 1,16 1,03 ,93 ,89 ,93 1,04 1,21 1,41 1,55 1,52
50 1,42 1,3 1,14 ,99 ,88 ,84 ,88 1,01 1,19 1,41 1,56 1,54
55 1,42 1,28 1,12 ,95 ,83 ,79 ,84 ,97 1,17 1,41 1,57 1,54
60 1,41 1,26 1,08 ,91 ,78 ,73 ,78 ,92 1,14 1,39 1,56 1,54
65 1,39 1,23 1,04 ,85 ,72 ,67 ,72 ,87 1,09 1,36 1,54 1,53
70 1,36 1,19 ,99 ,8 ,66 ,61 ,66 ,81 1,04 1,32 1,52 1,5
75 1,32 1,15 ,94 ,73 ,59 ,54 ,59 ,74 ,99 1,28 1,48 1,47
80 1,28 1,1 ,88 , 67 ,52 ,46 ,52 ,67 ,93 1,23 1,44 1,43
85 1,23 1,04 ,82 ,6 ,44 ,39 ,44 ,6 ,86 1,16 1,38 1,38
90 1,17 ,98 ,74 ,52 ,36 ,31 ,36 ,52 ,78 1,09 1,32 1,32
LATITUD u 42º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,08 1,06 1,05 1,03 1,02 1,02 1,02 1,04 1,06 1,08 1,09 1,09
10 1,15 1,12 1,09 1,06 1,04 1,03 1,04 1,06 1,11 1,15 1,18 1,17
15 1,21 1,17 1,13 1,08 1,04 1,03 1,04 1,09 1,15 1,22 1,26 1,25
20 1,27 1,21 1,15 1,09 1,04 1,03 1,05 1,1 1,18 1,28 1,34 1,32
25 1,32 1,25 1,17 1,09 1,04 1,01 1,04 1,1 1,21 1,33 1,4 1,38
30 1,36 1,28 1,19 1,09 1,02 1 1,02 1,1 1,23 1,37 1,46 1,44
35 1,39 1,3 1,19 1,08 1 ,97 1 1,09 1,23 1,4 1,51 1,48
40 1,42 1,31 1,19 1,06 ,97 ,94 ,97 1,08 1,24 1,42 1,54 1,52
45 1,43 1,32 1,18 1,04 ,94 ,9 ,94 1,05 1,23 1,43 1,57 1,54
50 1,44 1,31 1,16 1 ,89 ,86 ,9 1,02 1,21 1,44 1,59 1,56
55 1,44 1,3 1,13 ,97 ,85 ,8 ,85 ,98 1,19 1,43 1,59 1,57
60 1,43 1,28 1,1 ,92 ,79 ,75 ,8 ,93 1,15 1,41 1,59 1,57
65 1,41 1,25 1,06 ,87 ,74 ,69 ,74 ,88 1,11 1,39 1,57 1,55
70 1,38 1,21 1,01 ,81 ,67 ,62 ,67 ,82 1,07 1,35 1,55 1,53
75 1,35 1,17 ,96 ,75 ,6 ,55 ,6 ,76 1,01 1,31 1,52 1,5
80 1,3, 1,12 ,9 ,68 ,53 ,48 ,53 ,69 ,95 1,25 1,47 1,46
85 1,25 1,06 ,83 ,61 ,46 ,4 ,46 ,62 ,88 1,19 1,42 1,41
90 1,19 1 ,76 ,54 ,38 ,32 ,38 ,54 ,81 1,12 1,36 1,35
Sistemas fotovoltaicos autónomos 289
LATITUD u 43º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,08 1,07 1,05 1,03 1,02 1,02 1,02 1,04 1,06 1,08 1,1 1,09
10 1,15 1,12 1,09 1,06 1,04 1,03 1,04 1,07 1,11 1,16 1,19 1,18
15 1,22 1,18 1,13 1,08 1,05 1,03 1,05 1,09 1,15 1,23 1,27 1,26
20 1,28 1,22 1,16 1,09 1,05 1,03 1,05 1,1 1,19 1,29 1,35 1,33
25 1,33 1,26 1,18 1,1 1,04 1,02 1,04 1,11 1,22 1,34 1,42 1,4
30 1,37 1,29 1,2 1,1 1,03 1 1,03 1,11 1,24 1,38 1,48 1,45
35 1,41 1,31 1,2 1,09 1,01 ,98 1,01 1,1 1,25 1,42 1,52 1,5
40 1,43 1,33 1,2 1,07 ,98 ,95 ,98 1,09 1,25 1,44 1,56 1,54
45 1,45 1,33 1,19 1,05 ,95 ,91 ,95 1,06 1,24 1,45 1,59 1,57
50 1,46 1,33 1,17 1,02 ,91 ,87 ,91 1,03 1,23 1,46 1,61 1,58
55 1,46 1,32 1,15 ,98 ,86 ,82 ,86 1 1,21 1,45 1,62 1,59
60 1,45 1,3 1,12 ,94 ,81 ,76 ,81 ,95 1,17 1,44 1,62 1,59
65 1,43 1,27 1,08 ,89 ,75 ,7 ,75 ,9 1,13 1,41 1,61 1,58
70 1,41 1,23 1,03 ,83 ,69 ,64 ,69 ,84 1,09 1,38 1,58 1,56
75 1,37 1,19 ,98 ,77 ,62 ,57 ,62 ,78 1,03 1,34 1,55 1,53
80 1,33 1,14 ,92 ,7 ,55 ,49 ,55 ,71 ,97 1,28 1,51 1,49
85 1,28 1,08 ,85 ,63 ,47 ,42 ,47 ,64 ,9 1,22 1,45 1,44
90 1,22 1,02 ,78 ,56 ,4 ,34 ,39 ,56 ,83 1,16 1,39 1,38
TABLA 5.5. Factor de corrección k para superficies inclinadas para las latitudes de zonas en España.
Fuente: IDAE.
C / R u Ct / Rd
290 Ángel Antonio Bayod Rújula
Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept Octubre Nov Dic
Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept Octubre Nov Dic
Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept Octubre Nov Dic
Q u (110 * Ct * D) / (V * Mpd)
Sistema de almacenamiento
en las que estas sobredescargas puedan ser habituales, tales como alumbrado pú-
blico, la máxima profundidad de descarga no superará el 60%.
Se protegerá, especialmente frente a sobrecargas, a las baterías con electrolito
gelificado, de acuerdo a las recomendaciones del fabricante.
La autodescarga del acumulador a 20 °C no debe superar el 6% de su capaci-
dad nominal por mes.
El acumulador se situará en un lugar ventilado y con acceso restringido y se
adoptarán las medidas de protección necesarias para evitar el cortocircuito acci-
dental de los terminales del acumulador, por ejemplo, mediante cubiertas aislantes.
tiempo limitado, con objeto de soportar esos picos de arranque. Existen inverso-
res con sobrecargas admisibles durante unos segundos del 200 y 300% de su po-
tencia nominal.
Si son varias las cargas de ac que han de alimentarse desde el inversor, hay que
prever la simultaneidad entre ellas. De esta forma se establece cuál es la potencia
que debe realmente proporcionar el inversor en un instante determinado. Por ejem-
plo, si es probable que dos cargas se utilicen simultáneamente, hay que prever la po-
tencia P1cP2. Pero si se cuenta con 10 equipos (alumbrado, lavadora, equipos de
música, etc.), es poco probable que todos ellos funcionen simultáneamente. Se hará
una previsión de lo que es razonable que funcione a la vez.
Debe tenerse en cuenta que si alimentamos una carga de poco consumo con
un inversor de mucha potencia, el inversor operará con baja eficiencia, es decir,
tendrá un autoconsumo elevado en relación con la carga a accionar. Lo ideal es que
se ajuste lo mejor que se pueda.
Una posible opción es que algunos equipos cuenten con su propio pequeño in-
versor, que solo se enciende cuando se enciende la carga. Por ejemplo, que el TV
tenga su propio pequeño inversor (de 200 W, por ejemplo), que se encienda cuando
se quiere ver la televisión, y permanezca apagado el resto del tiempo.
El coeficiente de simultaneidad que aparece en el REBT (instrucción técnica
complementaria ITC-BT-10) puede utilizarse en el caso de instalaciones centrali-
zadas que alimenten a varias viviendas.
S u 3.448 ! L !I / (V ! ∆V)
donde:
S : Sección mínima del cable, en mm2.
L : Longitud del cable (solo ida), en metros.
I : Intensidad máxima, en amperios.
V : Tensión de trabajo, en voltios.
∆V : Caída de tensión, en tanto por ciento.
La sección así obtenida deberá adecuarse a la sección de los distintos tipos
de cable existente en el mercado.
Todo el cableado cumplirá con lo establecido en la legislación vigente.
Los positivos y negativos de la parte continua de la instalación se conduci-
rán separados, protegidos y señalizados (códigos de colores, etiquetas, etc.), de
acuerdo a la normativa vigente.
Los cables de exterior estarán protegidos contra la intemperie.
Por otra parte, todas las instalaciones con tensiones nominales superiores a
48 voltios contarán con una toma de tierra a la que estará conectada, como mí-
nimo, la estructura soporte del generador y los marcos metálicos de los módulos.
El sistema de protecciones asegurará la protección de las personas frente a
contactos directos e indirectos. En caso de existir una instalación previa no se al-
terarán las condiciones de seguridad de la misma.
La instalación estará protegida frente a cortocircuitos, sobrecargas y sobre-
tensiones. Se prestará especial atención a la protección de la batería frente a cor-
296 Ángel Antonio Bayod Rújula
5.4.9. Ejemplos
5.4.9.1. Ejemplo 1: Electrificación de un equipo de telecomunicaciones en Huesca
Se desea electrificar, por medio de un sistema fotovoltaico, un equipo de teleco-
municaciones as 12 V en corriente continua situado en Huesca. En estado de espera
el equipo consume 12 W, mientras que en estado de transmisión consume 132 W.
Por término medio el equipo se encuentra 20 horas al día en posición de espera
y 4 en transmisión.
Solución
Buscamos en primer lugar la latitud del emplazamiento, que en nuestro caso re-
sulta ser de 42,1º Norte.
! Elección de la inclinación de los paneles: Como se quiere optimizar para
el mes peor, que será un mes de invierno, la inclinación será aproxima-
damente la latitud más diez. Para mejor resultado se puede repetir el ejer-
cicio con otros valores de inclinación hasta encontrar el óptimo, es decir,
el que exige menor potencia instalada (Wp). Elegimos en nuestro caso un
valor de 50 grados de inclinación. (Orientación Sur).
! Estimación de consumos: En nuestro caso tan solo existen consumos de
corriente continua:
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
H horiz (MJ/m /día)
2 6,10 9,60 14,30 18,70 20,3 22,1 23,1 20,9 16,9 11,3 7,2 5,1
H horiz (kWh/m2/día) 1,69 2,67 3,97 5,19 5,64 6,14 6,42 5,81 4,69 3,14 2,00 1,42
k (42º lat y 50º incl) 1,44 1,31 1,16 1 0,89 0,86 0,9 1,02 1,21 1,44 1,59 1,56
Radiación incidente
2,44 3,49 4,61 5,19 5,02 5,28 5,78 5,92 5,68 4,52 3,18 2,21
(kWh/m2/día)
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Radiación incidente
2,44 3,49 4,61 5,19 5,02 5,28 5,78 5,92 5,68 4,52 3,18 2,21
(kWh/m2/día)
Consumo (Wh/día) 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20
Relación
361,94 252,80 191,66 170,01 175,97 167,28 152,92 149,14 155,47 195,38 277,71 399,61
Consumos/Radiación
Por tanto, con este panel, el número mínimo de paneles será de 6, con lo
que la potencia total del campo de paneles es de 6 ! 75 u 450 Wp.
Si elegimos un panel de 110 Wp, el número mínimo de paneles será:
4 ! 6,76 u 27,04 A
Solución
Los consumos, tanto en continua como en alterna, son los que se muestran a
continuación:
300 Ángel Antonio Bayod Rújula
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
H horiz (MJ/m2/día) 6,3 9,8 15,2 18,3 21,8 24,2 25,1 23,4 18,3 12,1 7,4 5,7
H horiz (kWh/m2/día) 1,75 2,72 4,22 5,08 6,06 6,72 6,97 6,50 5,08 3,36 2,06 1,58
k (42º lat y 50º incl) 1,44 1,31 1,16 1 0,89 0,86 0,9 1,02 1,21 1,44 1,59 1,56
Radiación incidente
2,52 3,57 4,90 5,08 5,39 5,78 6,28 6,63 6,15 4,84 3,27 2,47
(kWh/m2/día)
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Radiación incidente
2,52 3,57 4,90 5,08 5,39 5,78 6,28 6,63 6,15 4,84 3,27 2,47
(kWh/m2/día)
Consumo (Wh/día) 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,.65 1815,65 1815,65
Potencia campo
720,44 509,10 370,68 357,15 336,86 314,04 289,32 273,83 295,16 375,10 555,48 735,02
paneles (W)
Por tanto, con este panel, el número mínimo de paneles será de 6, con lo
que la potencia total del campo de paneles es de 6 !150 u 900 Wp.
! Elección de la tensión de trabajo: Deberíamos saber la tensión de trabajo
de los equipos de cc, si no quiere instalarse un convertidor cc/cc. Los equi-
pos de ca se conectarán a un inversor cuya salida será 230V ca.
Para este ejercicio continuaremos suponiendo la tensión de trabajo 48V.
! Características del banco de baterías requerido: El banco de baterías
queda determinado de forma básica indicando la tensión de banco y la ca-
pacidad en Amperios-hora.
302 Ángel Antonio Bayod Rújula
2 ! 9,81 u 19,62 A
(a veces se multiplica esta cantidad por 1,25 para dar un cierto margen
de sobredimensionamiento). Por lo tanto un regulador de 48V, 25 A será
adecuado.
Del mismo modo se actuará con el lado de consumo. Hay que calcu-
lar los amperios que en un momento dado debe gestionar el regulador
(teniendo en cuenta que no todas las cargas suelen funcionar simultá-
neamente.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 303
∫ déficit de energía
t
LOLP u
∫ demanda de energía
t
η G AG Gd CU
CA u ; CS u
L L
Aplicación LOLP
Doméstica: iluminación 10i2
Doméstica: electrodomésticos 10i1
Telecomunicación 10i4
1,6
1,4
0,8
0,6
0,4
0,2
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Capacidad de almacenamiento
1,4
Capacidad del generador
1,0
0,2
0 5 10 15
Capacidad de almacenamiento
FIGURA 5.9. Representación del coste de los distintos sistemas de una curva de isofiabilidad.
para la insolación horaria durante un día son las distribuciones log-normal y Beta.
Teniendo identificada la distribución apropiada y sus parámetros característicos,
las actuales técnicas estadísticas pueden ser utilizadas para generar los valores de
insolación existentes durante el proceso de simulación.
Puntos de luz 20 10 18
Puntos de luz 40 2 18, 21
TV Color 60 1 12, 15, 20-22
Frigorífico 60 1 9-14, 19-22
Lavadora 275 1 9
Pequeños electrodomésticos 10 1 9-10, 12-15, 19-22
300
275
250
225
200
175
150
Wh
125
100
75
50
25
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
horas
1.000
900
800
700
600
500
Wh
400
300
200
100
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
horas
M
EnergíaM% u N V Q u Energía100% i Energía(100-M)%
100
(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fecha inicial Fecha final
(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fecha inicial Fecha final
(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fecha inicial Fecha final
En la figura 5.12 se muestran como ejemplo los valores horarios del SOC de
varios subsistemas de acumulación, donde se pueden observar las sucesivas cargas
y descargas de las baterías según el déficit o exceso de energía generada por el sub-
sistema de captación (principalmente, ciclos día-noche):
5.6.1. Bombas
Existen tres criterios de clasificación para las bombas de extracción. El pri-
mero toma en consideración la manera en que el agua es movida entre los dos ni-
veles. Usando este criterio, se tienen las bombas centrífugas y las volumétricas (o
de desplazamiento positivo). El segundo criterio, la ubicación de la bomba respecto
a la fuente de agua, clasifica las bombas como de superficie o sumergidas. Por úl-
timo, si el criterio de selección está basado en el tipo de motor eléctrico requerido,
se tienen las bombas de corriente continua y las de corriente alterna. En la práctica
un modelo en particular queda definido por una combinación de los tres criterios.
En aplicaciones de baja potencia (≤ 200 Wp) se utiliza una gran diversidad de
bombas: centrífugas, de diafragma, de pistón, etc. Para aplicaciones de mayor po-
tencia, la oferta del mercado se reduce a una única solución: la bomba centrífuga
multietapa. Tecnológicamente muy desarrollada, esta solución conlleva bombas
muy fiables y que pueden emplearse en un amplio abanico de alturas y caudales.
Hoy en día el mercado ofrece una diversidad tal de materiales en los diseños
de las bombas, que se hace posible la adaptación de bombas fiables y duraderas a
cada circunstancia y tipo de agua a extraer.
La energía eléctrica requerida para hacerla funcionar se aplica solo durante una
parte del ciclo de bombeo. Las bombas de esta categoría deben estar siempre co-
nectadas a un controlador de corriente para aprovechar al máximo la potencia otor-
gada por los paneles fotovoltaicos.
Bombas de diafragma
Las bombas de diafragma desplazan el agua por medio de diafragmas de un ma-
terial flexible y resistente. Comúnmente los diafragmas se fabrican de caucho re-
forzado con materiales sintéticos. En la actualidad, estos materiales son muy
resistentes y pueden durar de dos a tres años de funcionamiento continuo antes de
requerir reemplazo, dependiendo de la calidad del agua. Los fabricantes de estas
bombas producen un juego de diafragmas para reemplazo que pueden adquirirse a
un precio razonable.
Las bombas de diafragma son económicas. Cuando se instala una bomba de este
tipo siempre se debe considerar el gasto que representa el reemplazo de los diafrag-
mas una vez cada dos o tres años. Más aún, muchas de estas bombas tienen un motor
de corriente continua con escobillas. Las escobillas también deben cambiarse perió-
dicamente. Los juegos de reemplazo incluyen los diafragmas, escobillas, empaques
y sellos. La vida útil de este tipo de bomba es, aproximadamente, 5 años de uso.
75
de
60 cilindro
Carga diaria total (m)
45 centrífuga sumergible
(pasos múltiples)
30
15 de centrífuga superficial
diafragma (succión < 8 m)
0
0 10 20 30 40 50 60
Volumen diario bombeado (m3)
5.6.2. Motor
En cuanto al motor, los motores de corriente alterna son más adecuados para
cargas grandes en el rango de diez o más caballos de fuerza. Estos son más bara-
tos que los motores de corriente continua, pero requieren de un inversor conti-
nua/alterna, que se agrega a los gastos iniciales y gastos potenciales de
mantenimiento.
Los sistemas de corriente alterna son ligeramente menos eficientes que los sis-
temas de continua debido a las pérdidas de conversión. Los motores de alterna pue-
den funcionar por muchos años con menos mantenimiento que los motores de
corriente continua.
Los sistemas de continua son, en general, de pequeño tamaño y están consti-
tuidos por un generador fotovoltaico que ataca directamente a un motor DC aco-
plado a una bomba de superficie. Al variar la irradiancia incidente sobre el
generador, varía la tensión del punto de trabajo que resulta del cruce de las carac-
terísticas del generador y de la motobomba y, con ello, varía la velocidad de giro del
motor y el caudal de agua que proporciona la bomba. En algunos casos, depen-
diendo de las características de las bombas, estos sistemas incorporan un converti-
dor dc/dc (caso de bombas de desplazamiento positivo, no siendo necesario para las
bombas centrífugas).
Los sistemas de alterna están constituidos por un generador fotovoltaico que
actúa sobre una motobomba sumergida AC, a través de un inversor de frecuencia
variable o variador de velocidad. Al variar la irradiancia sobre el generador varía la
frecuencia y la tensión a su salida y, con ello, la velocidad de giro del motor y el cau-
dal bombeado.
Por otro lado, hay que considerar los convertidores electrónicos, que pueden
mejorar el rendimiento de un sistema de bombeo solar bien diseñado del 10 al 15%.
Los convertidores se usan con frecuencia en áreas con niveles de agua y/o
condiciones atmosféricas fluctuantes. Consumen del 4 al 7% de la potencia del
sistema.
Es común que las bombas fotovoltaicas se vendan junto con el controlador ade-
cuado para operarlas eficientemente. Generalmente se usan convertidores de se-
guimiento del punto de potencia máxima (operan el sistema cerca de su punto de
potencia máxima).
Sistemas fotovoltaicos autónomos 319
Caballo 45
Ganado vacuno, en general 55
Vaca de leche 150
Cerdo 15
Oveja 10
Pavo 0,5
Pollo 0,15
Gallina 0,3
Una vez calculada la cantidad de agua diaria necesaria, el caudal medio que
la bomba debe suministrar se determina dividiendo el volumen de agua reque-
rido diariamente entre el tiempo de funcionamiento (coincidente o no con el nú-
mero de HSP).
320 Ángel Antonio Bayod Rújula
EupgVh
E u V H /367
No hay que olvidar que si el agua va a ser empleada para el consumo humano
o de ganado deben asegurarse unas condiciones sanitarias adecuadas. Se han de
emplear tuberías de material que no degrade la potabilidad del agua, se ha de sellar
el pozo con hormigón, y, en algunos casos, y bajo la supervisión de personal sani-
tario cualificado, se ha de tratar el agua con algún producto potabilizador, cuidando
no variar excesivamente el sabor.
HDT
Nivel
dinámico
Estratos
contenedores de agua
QT
Cono de depresión
del agua en la tierra
donde:
EMB (Wh/día) : Es la energía eléctrica consumida por la motobomba
EH (Wh/día) : Energía hidráulica, es la energía necesaria para bombear el
volumen diario de agua requerido.
ηMB : Eficiencia de la motobomba, cociente entre la energía hidráu-
lica y la energía eléctrica consumida por la motobomba.
HTE u HD c HST c (H DT
QT
i HST
)Q AP c Hf
Depósito
HD
FIGURA 5.15. Esquema de los niveles estático y dinámico y altura del depósito.
324 Ángel Antonio Bayod Rújula
donde:
HTE (m) : Altura total equivalente, es la altura fija (constante ficticia) a la
que se habría tenido que bombear el volumen diario de agua re-
querido.
HD (m) : Altura del depósito es la altura entre el depósito de agua y el suelo.
HST y HDT : Son los niveles estáticos y dinámicos con el caudal de prueba QT.
QAP (m3/h) : Caudal medio o aparente, es el valor medio del volumen diario
de agua requerido (QAP u Qd / 24).
Hf (m) : Altura de fricción es la contribución equivalente en altura de las
pérdidas por fricción en las tuberías para un caudal determinado.
La suma de los dos primeros términos es la altura desde la salida de la bomba en
el depósito hasta el nivel estático del agua. El tercer término es una corrección para
tener en cuenta el descenso de agua durante el bombeo y el cuarto es la contribución
equivalente en altura de las pérdidas por fricción en las tuberías y en otros accesorios
del sistema hidráulico (válvulas, codos, grifos, etc.). Estas pérdidas, de acuerdo con
el PCT, serán inferiores al 10% de la energía hidráulica útil (es decir, Hf < 0,1HTE).
QAP tiene el significado de un caudal aparente cuyo cálculo mostraremos en el
apartado siguiente, Hf son la contribución equivalente en altura de las pérdidas por
fricción en las tuberías para un caudal determinado. Dichas pérdidas son función del
caudal medio QAP, tal y como se muestra en la Tabla, que recoge los valores de las
pérdidas de carga en tuberías, expresadas en metros por cada 100 metros de tube-
ría recta y para distintos valores del caudal en litros/hora.
Además de las tuberías, un sistema de transporte y distribución del agua consta
de otros accesorios (válvulas, codos, etcétera) que producen nuevas pérdidas en la
presión total del líquido. Por simplicidad, se ignoran estas pérdidas, suponiéndo-
las despreciables frente a las pérdidas totales, sin que por ello se cometa un error
importante.
Dos consideraciones más de interés:
! Existe un peligro asociado a la utilización de grandes bombas en peque-
ños pozos, derivado de la posibilidad de provocar una disminución del
nivel del agua hasta el que corresponde a la entrada de la misma en la
bomba, momento en el cual la bomba comienza a extraer una mezcla de
aire y agua del pozo, se dice entonces que la bomba «cavita». Una bomba
que «cavite» puede dañarse con rapidez. Además, caudales excesivamente
grandes de extracción pueden dañar la superficie interna del pozo bajo el
manto del acuífero, causando la formación de vacíos que conllevan un
eventual derrumbamiento de la perforación. Consecuentemente, para cada
Sistemas fotovoltaicos autónomos 325
TABLA 5.9. Pérdidas de carga en tuberías. Expresiones en m por cada 100 m de tubería recta.
326 Ángel Antonio Bayod Rújula
Evidentemente los datos de consumo son los mismos que hasta ahora. La única
diferencia es que la energía generada puede extraerse de los paneles, el generador
eólico, etc. Su dimensionamiento puede depender solo de criterios económicos (un
generador eólico es más barato, por ejemplo) o técnicos (en un lugar donde hay
poco viento, o por el contrario mucho, y se plantea su utilización).
Si se dice que el grado de penetración de eólica es del 40% y el de FV el 60,
se quiere decir que el 40% de la energía (anual, mensual...) proviene del aerogene-
rador y el 60 restante de los paneles.
A la hora del dimensionamiento de la parte FV, por tanto, se considerará que
se quiere cubrir tan solo el 60% (en este caso ejemplo) de los consumos previstos
en la instalación, dejando el resto al diseño del aerogenerador. Las baterías son co-
munes, pero al contarse con dos (o más) fuentes independientes, puede disminuirse
el número de días de autonomía previstos, y con ello disminuir el tamaño (Ah) de
las baterías y por ende su coste.
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Prólogo .............................................................................................................. 9