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ENERGÍAS RENOVABLES

SISTEMAS FOTOVOLTAICOS
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ENERGÍAS RENOVABLES

SISTEMAS FOTOVOLTAICOS

Ángel Antonio Bayod Rújula


FICHA CATALOGRÁFICA

BAYOD RÚJULA, Ángel Antonio


Sistemas fotovoltaicos / Ángel Antonio Bayod Rújula. — Zaragoza : Prensas
Universitarias de Zaragoza, 2009
336 p. ; 23 cm. — (Textos docentes ; 154. Energías renovables)
Bibliografía: p. 329-330. — ISBN 978-84-92521-94-4
Energía solar
620.97

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la trans-
misión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros
métodos, ni su préstamo, alquiler o cualquier forma de cesión de uso del ejemplar, sin el permiso previo y por
escrito de los titulares del Copyright.

© Ángel Antonio Bayod Rújula


© De la presente edición, Prensas Universitarias de Zaragoza
1.ª edición, 2009

Colabora: CIRCE
Coordinación técnica de la serie: Amaya Martínez Gracia y Eva Llera Sastresa

Colección de Textos Docentes, n.º 154. Serie Energías renovables

Prensas Universitarias de Zaragoza. Edificio de Ciencias Geológicas, c/ Pedro Cerbuna, 12, 50009
Zaragoza, España. Tel.: 976 761 330. Fax: 976 761 063
puz@unizar.es http://puz.unizar.es

Prensas Universitarias de Zaragoza es la editorial de la Universidad de Zaragoza, que edita e impri-


me libros desde su fundación en 1542.

Impreso en España
Imprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de Zaragoza
D.L.: Z-1494/2009
Presentación: Las energías renovables
y tu compromiso con el futuro

La energía solar es la madre de todas las energías renovables. Todos los ciclos
naturales se mueven con ella, y ese movimiento da origen a las diferentes energías
renovables como la energía hidráulica, la eólica, o la biomasa y otras. Aunque mul-
tiplicáramos por mil los consumos humanos actuales, la energía solar disponible
no se agotaría. Es una cuestión de tecnología, economía y voluntad política. Si la
energía solar mantiene la vida en este planeta, ¿por qué no va a poder mantener a
los seres humanos también? El problema es que el ser humano ha hecho trampas con
la naturaleza en el siglo XX y ha preferido quemar los combustibles fósiles que son
energía solar acumulada durante millones de años, en vez de desarrollar tecnológi-
camente las necesidades crecientes de energía conforme se iban necesitando. Hemos
creado un monstruo social que vive de las rentas en vez de vivir de lo que se pro-
duce día a día. Necesitaremos quizás todo el siglo XXI para volver al Sol. Y será
esto o no tendremos futuro como especie en la Tierra. En menos de 50 años habre-
mos agotado todas las reservas o estas estarán en franco declive. La demanda de
energía, agua y materiales no deja de crecer, a pesar de que hoy hemos quemado la
energía fósil que ha sido necesaria para mover todo el siglo XX y la primera década
del XXI. A pesar de la certeza de que queda menos, en vez de moderar el consumo,
lo estamos acelerando. Como no hay agua suficiente, planteamos desalar consu-
miendo más energías fósiles, y la extracción de minerales y combustibles fósiles ne-
cesita cada vez más energía por unidad de material extraído ya que las mejores
minas y pozos se han ido agotando. Y ello solo es una parte del problema; la otra
son los cambios climáticos a los que nos estamos viendo sometidos por esos exce-
sos. Solo volviendo al Sol hay esperanza. Un siglo de excesos en el despilfarro y la
irresponsabilidad energética necesitará quizás más de un siglo de reparaciones. Y no
es seguro que las reparaciones puedan surtir efecto. Algunas pérdidas serán irre-
versibles.
Necesitamos el Sol para reparar el daño, y cuanto antes mejor. Es claro que el
siglo XX nos ha permitido acelerar el desarrollo tecnológico. Muchas cosas, qui-
zás las más básicas como la electricidad o el transporte motorizado, no habrían
sido posibles sin los combustibles fósiles; por ello, un punto de vista conciliador
en la visión del hombre sobre el planeta sería que hemos tomado prestado estas
energías para acelerar el desarrollo, porque, contrariamente a lo que se cree, las
energías renovables, y por ello tradicionales, requieren una tecnología mucho más
8 Antonio Valero

avanzada que las energías convencionales. La oferta energética del Sol es variable,
con la latitud, con la estación, con el día y la noche. Lo mismo pasa con el viento,
la biomasa y todas ellas. Hay que aprender a almacenarla, ya que nuestra demanda
no coincide con la oferta que el Sol directa o indirectamente nos provee. Tenemos
que aprender a integrarlas, a hacer sistemas baratos y ubicuos. Hay que aprender a
mejorar su eficacia. Ello requiere mucha investigación, toda aquella que en el siglo
XX no se ha hecho, y una fabricación masiva que la convierta en económicamente
alcanzable para todo el mundo. Cuanto más tarde se den estas condiciones, más di-
fícil será gestionar los peligros medioambientales y sociales a los que el mundo se
enfrenta en este siglo. Las guerras por los recursos escasos o las catástrofes me-
dioambientales van a ser comunes en este siglo. Aunque parezca poco evidente
hoy invertir masivamente en energías renovables, es la mejor manera de invertir
en la paz y en un futuro sostenible de la humanidad en el largo plazo.
Para ello, es necesario tecnología, economía y liderazgo. Si hay alguna filoso-
fía que subyace más profundamente en el espíritu de las personas que formamos
CIRCE, es la creencia de que podemos contribuir a poner nuestro grano de arena
en crear un mundo más sostenible. Investigamos para mejorar los sistemas energé-
ticos, enseñamos para que el conocimiento se difunda y se multiplique, y contri-
buimos a crear líderes justamente aprendiendo a liderar proyectos, empresas e
iniciativas sociales.
Así que esta colección de libros que tú, lector, tienes en tus manos es producto
de una idea, y es que queremos que seas una pieza clave para cambiar la sociedad
que te ha tocado vivir. Te necesitamos como líder social, como empresario y como
creador. Y estos libros te pasan el testigo.

Antonio VALERO
Director de CIRCE
Prólogo

El Sol nos proporciona una energía sin la cual no sería posible la vida sobre
la Tierra, al menos tal y como la conocemos. Desde siempre hemos aprovechado
su luz y su calor, e incluso ha sido venerado por muchas civilizaciones y religio-
nes. No dejo de asombrarme y admirar la capacidad de científicos y técnicos
cuyos trabajos han contribuido al desarrollo de la energía fotovoltaica, por la cual,
de un elemento estático sometido a la radiación solar, somos capaces de conver-
tir de forma directa la energía del Sol en una fuente de suministro de energía eléc-
trica, esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad.
El objetivo del presente texto docente es servir de introducción al estudio de los
sistemas fotovoltaicos, proporcionando al lector los conocimientos esenciales para
el diseño de instalaciones solares fotovoltaicas aisladas o conectadas a la red eléc-
trica. Se estudian los distintos subsistemas y elementos presentes en una instalación
fotovoltaica, métodos de dimensionamiento y ciertos aspectos legales y administra-
tivos relacionados con la producción de energía eléctrica mediante energía solar fo-
tovoltaica en España. También se expone la situación del sector en el momento de
su publicación, aún a sabiendas de que su rápida evolución va a dejar pequeña, en
pocos años, cualquier indicación de potencia instalada o energía producida.
En la redacción del texto se ha intentado responder, lo más claramente posi-
ble, a las preguntas que formulaban los alumnos, dentro y fuera del aula en los dis-
tintos cursos y máster que se imparten desde el Centro de Investigación en
Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE) de la Universidad de Zaragoza.
Me gustaría dedicar el libro a quienes trabajan en tareas de investigación, fa-
bricación, legislación y administración, promoción, suministro, instalación, forma-
ción y divulgación de la energía solar fotovoltaica y a los que deciden invertir su
dinero en instalaciones fotovoltaicas. En particular a Cristina, Lorena, Silvia, Su-
sana, Luis, Abel, Eva y Amaya, que derrochan día a día esfuerzo en asistir y ayudar
a todo aquel que acude a CIRCE para obtener una formación en energías renovables.
Y por supuesto a ti, que depositas en este libro tu confianza para mejorar tu
formación, en la creencia, que yo comparto, de que un mejor escenario energé-
tico es posible, en el que probablemente la energía fotovoltaica tendrá un papel
muy destacado.

El autor
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1. Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica

1.1. Introducción
El Sol es una fuente de energía formidable. Como todas las estrellas, el Sol es
un gigantesco reactor nuclear (su masa es el orden de 330.000 veces la de la Tie-
rra) en el que la masa se convierte en energía radiante continuamente. Está formada
por diversos elementos en estado gaseoso (hidrógeno, principalmente). Tiene un
diámetro de 1,4 millones de km. En su interior existen elevadas presiones, y tem-
peraturas de varios millones de grados, que hacen que en el seno del Sol se pro-
duzcan, de manera continua, reacciones nucleares mediante las cuales dos átomos
de hidrógeno se fusionan (dando lugar a un átomo de helio) liberando una gran can-
tidad de potencia (del orden de 389 • 1024 W). Este es el origen de la energía solar.
De esta energía, solo una parte llega de manera efectiva a la superficie de la
Tierra en forma de radiación ya que constituye una superficie de captación casi
insignificante, al encontrarse a 150 millones de kilómetros. Aún así, la potencia que
llega es unas 10.000 veces mayor que la que proporcionan todas las fuentes ener-
géticas que el hombre emplea.
No obstante, hemos de tener en cuenta algunas dificultades que se nos presen-
tan a la hora de emplear esta energía. En primer lugar, la energía nos llega a la Tie-
rra de una manera bastante dispersa, y además presenta oscilaciones. Según las
horas del día, las condiciones climatológicas, las coordenadas en que nos encon-
tremos y la estación del año recibiremos cantidades diferentes de radiación solar.
La cantidad de energía solar recibida por unidad de superficie y por unidad de
tiempo (por término medio) sobre una superficie enfrentada al Sol (perpendicular a los
rayos solares), situada en el límite de la atmósfera, a la distancia media entre la Tierra
y el Sol, es de unos 1.353 W/m2, cantidad que se conoce como constante solar. Viene
a indicarnos la energía media que llega a la capa más externa de la atmósfera terrestre.
Esta energía que llega en realidad es una radiación electromagnética (por eso,
la llamamos radiación solar).
Como en la atmósfera se refleja parte de la radiación que llega del sol, y otra
parte se absorbe, a la superficie de la Tierra llega, lógicamente, una cantidad menor
que la que se tiene en el exterior de la atmósfera. Viene a ser de unos 900 W/m2.
Motivados por los problemas ambientales del sector energético, y, concreta-
mente, por los compromisos adquiridos para la reducción de emisiones de CO2, los
gobiernos de la Unión Europea se han lanzado en apoyo decidido de las energías re-
novables. La mayoría de las energías renovables procede de una transformación, di-
recta o indirecta, de la energía solar, como se puede ver en el siguiente esquema.
12 Ángel Antonio Bayod Rújula

El sol

Energía solar Energía solar


indirecta directa

Efecto sobre Efecto sobre Efecto Efecto


la atmósfera la hidrosfera térmico fotónico

Eólica Hidráulica Olas Energía solar Energía solar Biomasa


térmica fotovoltaica

FIGURA 1.1. Esquema de las energías renovables procedentes de la transformación de la energía solar.

Los sistemas de aprovechamiento de la energía solar se clasifican en dos tipos:


! Sistemas solares térmicos, en los que los rayos del Sol se usan para generar
calor en colectores solares (con objeto de obtener agua caliente sanitaria,
por ejemplo, aunque incluso se puede producir vapor para generar elec-
tricidad en las denominadas centrales termosolares). También puede con-
siderarse en este apartado la aplicación de conceptos bioclimáticos en la
construcción de edificios, en donde la radiación solar se aprovecha para
mejorar el confort térmico en un edificio por medio de elementos arqui-
tectónicos bioclimáticos.
! Sistemas solares fotovoltaicos, que se emplean para la obtención de ener-
gía eléctrica directamente.
La palabra fotovoltaica proviene de photos, que significa luz, y voltaica, que
hace referencia a la electricidad (en relación a Alessandro Volta, famoso, entre otras
cosas, por ser el inventor de la famosa pila). Los sistemas fotovoltaicos convierten
la energía solar en energía eléctrica, es decir, se genera electricidad a partir de la luz
mediante el empleo de dispositivos llamados células solares.
En una primera gran división, las instalaciones fotovoltaicas se pueden clasi-
ficar en dos grandes grupos: instalaciones autónomas ―aisladas de la red eléctrica,
en donde la energía generada a partir de la conversión fotovoltaica se utiliza para
cubrir pequeños o moderados consumos eléctricos en el mismo lugar donde se pro-
duce la demanda― e instalaciones conectadas a la red eléctrica. La energía foto-
voltaica está experimentando un auge importante en los últimos años debido a la
construcción de grandes centrales conectadas a red.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 13

FIGURA 1.2. Ejemplos de instalaciones fotovoltaicas, autónoma (izda.) y conectada a red (dcha.).

1.2. Historia de la energía solar fotovoltaica


El efecto fotovoltaico fue descubierto por el francés Edmund Becquerel en
1839, cuando experimentaba con dos electrodos metálicos en una solución con-
ductora, y apreció un aumento de la generación eléctrica con la luz. En 1873, Wi-
lloughby Smith descubre el efecto fotovoltaico en sólidos, en el selenio, y en 1877
W. G. Adams y R. E. Day producen la primera célula fotovoltaica de selenio.
En 1904, Albert Einstein publica su artículo sobre el efecto fotovoltaico, al
mismo tiempo que un artículo sobre la teoría de la relatividad. En 1921, Einstein
gana el premio Nobel por sus teorías de 1904, explicando el efecto fotovoltaico (re-
cibe el premio y lee el discurso en Gotemburgo, Suecia, en 1923).
La tecnología fotovoltaica tuvo un importante desarrollo a finales de los años
cincuenta como parte de los programas espaciales, con la finalidad de desarrollar
una fuente de energía económica e inagotable. En 1954, los investigadores D. M.
Chapin, C. S. Fuller y G. L. Pearson de los Laboratorios Bell en Murray Hill, New
Jersey, producen la primera célula de silicio, publican el artículo «A New Silicon
p-n junction Photocell for converting Solar Radiation into Electrical Power», y
hacen su presentación oficial en Washington (26 abril). En 1955, se le asigna a la
industria americana la tarea de producir elementos solares fotovoltaicos para apli-
caciones espaciales. Hoffman Electronic, empresa de Illinois (EE.UU.), ofrece cé-
lulas del 3% de 14mW a 1.500 $/Wp y en 1957 Hoffman Electronic alcanza el 8%
de rendimiento en sus células, y el 10% en 1959.
14 Ángel Antonio Bayod Rújula

El 17 de marzo de 1958, se lanza el Vanguard I, el primer satélite alimentado


con energía solar fotovoltaica. El satélite lleva 0,1 W, en una superficie aproximada
de 100 cm2, para alimentar un transmisor de respaldo de 5 mW, que estuvo opera-
tivo 8 años. La Unión Soviética muestra, en la Exposición Universal de Bruselas,
sus células fotovoltaicas con tecnología de silicio.
En 1962, se lanza el primer satélite comercial de telecomunicaciones, el Tels-
tar, con una potencia fotovoltaica de 14 W.
En 1963, Sharp consigue una forma práctica de producir módulos de silicio; en
Japón se instala un sistema de 242 W en un faro, el más grande en aquellos tiempos.
En 1964, el navío espacial Nimbus se lanza con 470 W de paneles fotovoltaicos.
En 1966, el observatorio astronómico espacial lleva ya 1 kW de paneles solares.
En 1977, la producción de paneles solares fotovoltaicos en el mundo es de
500 kW. En 1980, ARCO Solar (después Siemens, después Shell Solar) es la pri-
mera empresa con una producción industrial de 1 MW de módulos al año.
Gracias al descenso de los costes y a la mejora del rendimiento, los sistemas fo-
tovoltaicos han extendido su utilización a numerosas aplicaciones, incrementán-
dose sustancialmente la potencia instalada.

1.3. Ventajas e inconvenientes de la energía solar fotovoltaica


La transformación directa de la energía solar en electricidad mediante la con-
versión fotovoltaica presenta como ventajas claras su sencillez, fiabilidad y opera-
tividad. De hecho, algunas de las primeras aplicaciones fueron la alimentación de
equipos en los que se necesitaba una elevada fiabilidad (satélites espaciales, tele-
comunicaciones). Además, el recurso es abundante y gratuito, inagotable a escala
humana (la radiación solar).
Otra de las propiedades de los sistemas fotovoltaicos es modularidad, exis-
tiendo aplicaciones desde milivatios hasta decenas de megavatios de potencia, y
puede ser rápidamente instalado (y desmantelado) en cualquier parte.
La vida útil de las instalaciones fotovoltaicas es elevada. No hay partes móvi-
les y el mantenimiento que se requiere para conservar la instalación en perfectas
condiciones es reducido. En particular, la vida esperada de los módulos es de más
de 40 años, igual que la de los elementos auxiliares que componen la instalación ca-
bleado, canalizaciones, cajas de conexión, etc. La de la electrónica, puede cifrarse
en más de treinta años.
Por otra parte, merecen resaltarse sus buenas propiedades respecto a las consi-
deraciones medioambientales en el punto de utilización ya que no hay combustión,
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 15

no produce ruidos ni emisiones nocivas o gases polucionantes, como se verá en el


siguiente apartado.
Todo ello hace que su campo de aplicación sea muy amplio, desde la utiliza-
ción en productos de consumo, como relojes y calculadoras, hasta las grandes ins-
talaciones de generación eléctrica, pasando por la electrificación de viviendas
aisladas o pequeñas comunidades de vecinos, las señalizaciones terrestres y marí-
timas, las comunicaciones o el alumbrado público.
La tecnología disponible en la actualidad hace que las instalaciones fotovoltai-
cas tengan un interés especial en aquellos lugares alejados de la red eléctrica, de ma-
nera que en muchos casos constituyen la mejor opción en términos económicos, de
operatividad y de fiabilidad de suministro. Se trata de una fuente de energía autóctona
y, por lo tanto, reduce la dependencia energética del exterior. La energía fotovoltaica
contribuye al equilibrio interterritorial porque suele instalarse en zonas rurales.
El principal inconveniente es su elevado coste, que hace que, de momento, la
participación actual de la energía fotovoltaica en el balance energético sea aún re-
ducida. Su coste es hoy en día más elevado que el de las alternativas convenciona-
les, pero experimenta una rápida reducción y se espera que el mercado europeo siga
creciendo a un ritmo entre el 15 y el 35% anual. De hecho, las aplicaciones de elec-
trificación en emplazamientos aislados ya pueden competir con los sistemas clási-
cos de suministro eléctrico, tal como lo demuestran los proyectos de electrificación
rural que se han llevado a cabo en diferentes regiones de Europa.
Existe actualmente un apoyo a la energía solar fotovoltaica basado en la supo-
sición, que hasta ahora se ha mostrado cierta, de que si hay cada vez más volumen
de producción e instalación, más aplicaciones, su coste, y con él el de la electrici-
dad generada, se situará en valores competitivos con el resto de las energías que
constituyen nuestro sistema de generación eléctrica.

1.4. Consideraciones medioambientales


Una de las principales ventajas de la energía solar fotovoltaica es que se trata
de una energía limpia, sin gran incidencia negativa en el medioambiente.
Al no producirse ningún tipo de combustión, no se generan contaminantes at-
mosféricos en el punto de utilización, ni se producen efectos como la lluvia ácida,
efecto invernadero por CO2, etc.
Tampoco se produce alteración de los acuíferos o aguas superficiales ni por
consumo, ni contaminación por residuos o vertidos.
Su incidencia sobre las características fisicoquímicas del suelo o erosionabili-
dad es nula.
16 Ángel Antonio Bayod Rújula

Al ser una energía fundamentalmente de ámbito local, evita pistas, cables, pos-
tes, no se requieren grandes tendidos eléctricos, y su impacto visual es reducido.
Tampoco tiene unos requerimientos de suelo necesario excesivamente grandes
(1 kWp puede ocupar entre 10 y 15 m2).
Prácticamente se produce la energía con ausencia total de ruidos.
Además, no precisa ningún suministro exterior (combustible) ni presencia re-
levante de otros tipos de recursos (agua, viento).
El Silicio, elemento base para la fabricación de la mayoría de las actuales cé-
lulas fotovoltaicas, es muy abundante, no siendo necesario explotar yacimientos de
forma intensiva.
No obstante, hay que considerar que las células solares requieren bastante
energía para su fabricación (en mayor o menor medida, dependiendo del material
y tecnología utilizados) y que también se producen en esa fase restos de dopan-
tes (P, B, As…), disoluciones de metales, aceites, ácidos y bases de limpieza, di-
solventes, etc.
El Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (RA-
MINP), define las características de una actividad para ser considerada como tal:
! Molesta: La que constituye una incomodidad por los ruidos o vibracio-
nes, humos, gases, olores, nieblas, o que, por cualquier otro motivo, mo-
leste a las personas.
! Insalubre: La que eche o evacue productos que puedan resultar directa o
indirectamente perjudiciales para la persona humana (aguas contaminan-
tes, residuos sólidos, humos, polvo, etc.).
! Nociva: La que pueda causar daños a la riqueza agrícola, forestal, pecua-
ria o piscícola.
! Peligrosa: La que fabrique, manipule, expida o almacene productos sus-
ceptibles de originar riesgos graves de explosiones, combustiones, radia-
ciones u otros de análoga importancia para las personas y sus bienes.
Pues bien, una instalación de generación eléctrica fotovoltaica, produce elec-
tricidad por la simple exposición de una superficie al Sol, sin partes móviles, sin rui-
dos, sin producción de humos, efluentes, etc. Los elementos que acompañan a los
módulos generadores son una electrónica, cables, elementos de protección, etc.,
que igualmente no producen molestia o la producen de forma insignificante (pe-
queño zumbido del inversor audible a solo unos pocos metros). No hay base para
calificarla como actividad molesta.
No desprenden ningún producto salvo la electricidad objeto de su actividad
que evacua por cables. No hay nada que pueda justificar calificar esta actividad
como insalubre.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 17

Para una persona ajena a la explotación donde se produce la generación eléc-


trica, no se puede hablar de que se le causen daños, salvo temas medioambientales
como el posible impacto visual a los propietarios de terrenos o instalaciones ane-
xas, reflejos momentáneos de la superficie de paneles, etc. La instalación de los pa-
neles que es removible, no causa daños en ningún caso a la riqueza pecuaria, ni a
la riqueza agrícola o forestal existentes salvo casos excepcionales que igualmente
son controlados, cuando procede, por la evaluación del impacto ambiental. El po-
tencial daño medioambiental se evalúa por normativa independiente específica a
nivel estatal y autonómico. La actividad fotovoltaica se puede decir que, para las
personas y sus propiedades, no es nociva.
Por último, la actividad de generar electricidad no es susceptible de originar
riesgos graves por explosiones, combustiones, radiaciones u otros de análoga im-
portancia para las personas y sus bienes. El peligro para las personas, por ser una
instalación eléctrica, viene controlado, como cualquier otra instalación eléctrica,
por el cumplimiento del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, RD
1663/2000, etc., lo cual es avalado por el proyecto, el permiso de Industria o enti-
dad autonómica competente, las inspecciones de esa entidad, etc. El hecho que sea
una instalación eléctrica no la convierte en actividad peligrosa, según el RAMINP,
por lo que la actividad de generación fotovoltaica tampoco puede calificarse, por su
peligro eléctrico (único factor de riesgo presente), de peligrosa.

1.5. Estado actual y perspectivas


Como se ha indicado, la energía fotovoltaica fue inicialmente usada para apli-
caciones espaciales o para electrificación en lugares remotos. Pero desde la última
década del siglo XX, sin embargo, se ha convertido en una tecnología en creciente
desarrollo, con un aumento anual en la producción (y, por tanto, en las ventas e ins-
talación), desde 1997, de más de un 30% anual.
En 2000, la potencia instalada a nivel mundial superó los 1.000 MWp, y en los
países en vías de desarrollo más de medio millón de hogares se benefician ya de
algún grado de electrificación a partir de sistemas fotovoltaicos.
En 2002, el proyecto de instalación fotovoltaica sobre el tejado más grande del
mundo se realizó en Holanda, donde uno de los edificios de la exhibición hortícola
Floriade contó con un tejado de 2,3 MWp.
Las aplicaciones más prometedoras para la energía FV son, por un lado, del sec-
tor de las grandes instalaciones, de tamaño de MW, y, por otro, las pequeñas insta-
laciones (decenas de millones) de electrificación rural en países en vías de desarrollo,
18 Ángel Antonio Bayod Rújula

denominadas SHS, Solar Home Systems, sin olvidar las instalaciones en edificios,
conectadas a las redes públicas de distribución de electricidad.
Añadido a esto, los sistemas FV pueden aportar más cosas además de la pro-
ducción de electricidad, como son la mejora en aspectos estéticos de los edificios,
la posibilidad de reemplazar materiales tradicionales de construcción (existen, por
ejemplo, tejas fotovoltaicas), mejorar la calidad de suministro local, disminuir o re-
tardar las inversiones requeridas para aumentar la red eléctrica, proporcionar pues-
tos de trabajo, etc., lo que constituye un valor añadido.
Incluso, la energía fotovoltaica encaja bien en la tendencia general de pasar de
una red eléctrica centralizada a un sistema más descentralizado, generación distri-
buida. Además, las instalaciones en edificios alcanzan tamaños que antes se consi-
deraban de gran planta FV.
En el caso de generación a mayor escala ya existen en España grandes instala-
ciones (a menudo propiedad de varios propietarios, en los denominados huertos so-
lares), de incluso de más de 20 MW. En Portugal, concretamente en Amaraleja
(Alentejo), se sitúa la planta fotovoltaica por el momento más grande del mundo,
con una potencia de 46 MWp, que ocupa una superficie de 250 hectáreas.
Por otra parte, la electrificación rural convencional en países en vías de des-
arrollo es de poco interés para las compañías eléctricas, debido al alto coste de las
líneas eléctricas junto con las comparativamente bajas cifras de venta de electrici-
dad (aparte de otros inconvenientes, como por ejemplo medioambientales, de im-
pacto en la construcción de líneas, etc.). Aquí la energía FV tiene también fuertes
posibilidades de crecimiento. No obstante, en este sector el crecimiento del mercado
es inferior al esperado, debido a diversos factores que obstaculizan, como son, la po-
sibilidad de financiación, los servicios post venta poco desarrollados en esas zonas,
falta de información, etc.
Sin pretender realizar un análisis exhaustivo, se muestran a continuación al-
gunos datos del sector.

1.5.1. Situación en el mundo


El crecimiento del mercado fotovoltaico mundial anual (producción de módu-
los fotovoltaicos) en los últimos años es muy elevado, del orden del 40% anual,
como se muestra en la figura 1.3.
Los datos de la potencia instalada en el mundo, mediante sistemas solares
fotovoltaicos, varían según las fuentes consultadas. Greenpeace y la Asociación
Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA) calculan en el informe Solar Gene-
ration V 2008 que la potencia fotovoltaica total instalada alcanzó los 9.162 MWp,
en 2007, resultado de la evolución que se muestra en la figura 1.4.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 19

Producción mundial de células fotovoltaicas (MWp)

4.000
3.500
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
500
0
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
FIGURA 1.3. Evolución de la producción fotovoltaica en el mundo.

10.000
9.162
9.000
8.000
6.770
7.000
6.000
5.167
MWp

5.000
3.847
4.000
2.769
3.000 2.201
1.762
2.000
669 795 945 1.150 1.428
1.000 580
502
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

FIGURA 1.4. Evolución de la potencia fotovoltaica instalada en el mundo. Fuente: Solar Generation V,
Greenpeace, EPIA.

En la Unión Europea se tenía el objetivo de alcanzar los 3 GWp (3.000 MWp),


para el año 2010, objetivo que fue superado en 2006, y en Japón se esperaba su-
perar los 5GWp para esa fecha. Las perspectivas son que este crecimiento va a ser
sostenido.
20 Ángel Antonio Bayod Rújula

Por países, Alemania ha venido liderando el mercado fotovoltaico (a pesar de no


disponer de una radiación solar muy elevada). En segundo lugar se encuentra Japón.
Se muestra, a continuación, la potencia que había instalada en la Unión Euro-
pea en los últimos años según algunas fuentes. Datos de España más precisos, se
mostrarán en el siguiente epígrafe.

Potencia instalada (MWp) en países de la UE


País
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Alemania 277,6 431 794 1.910 2.743,000 3.846,000
España 20,42 26,911 38,696 57,6 174,995 515,815
Italia 22,0 26 30,3 46,3 50,000 100,200
Holanda 26,33 43,44 47,74 50,776 52,705 55,005
Francia 17,05 14,245 20,119 26,273 33,865 46,659
Austria 10,34 16,833 19,833 24,021 25,585 28,600
Luxemburgo 1,57 13 26 23,561 23,696 23,793
Portugal 1,67 2,069 2,275 2,989 3,416 17,870
Reino Unido 4,14 5,903 7,803 10,877 14,260 17,660
Grecia 2,37 3,244 4,544 5,444 6,695 9,170
Bélgica 0,73 0,927 1,461 2,058 4,161 6,161
Suecia 3,30 3,8 4,14 4,237 4,850 6,150
Finlandia 3,05 3,402 3,702 4,002 4,521 5,000
Rep. Checa 3,961
Dinamarca 1,59 1,845 2,245 2,65 2,900 3,12
Chipre 1,700
Resto <MWp (c.u.)
Total UE 392,15 593,584 1.004,063 2.172,826 3.148,292 4.689,496
TABLA 1.1. Potencia fotovoltaica instalada en la Unión Europea (MWp); datos de países con más de
1 MWp (Fuente: Elaboración propia a partir de EurObserv’ER 2004, EurObserv’ER 2005, EurObserv’ER
2007, EurObserv’ER 2008). Datos de 2007 provisionales.

En cuanto a la fabricación, en 2007, se produjo en Europa algo más de la cuarta


parte de las células fotovoltaicas (28,5% del total mundial en 2007). En Japón el
24,6%; en China se produjo el 22%; en Taiwán el 9,96%; un 7,1% en los Estados
Unidos, un 1,1% en India y en el resto del mundo un 6,8%.
Resulta importante conocer cuáles son las compañías líderes a nivel mundial
en la producción de módulos y células fotovoltaicas (ver tabla 1.2).
Existen más fabricantes entre los que se puede citar Schott Solar (RWE, ASE)
(Alemania), Photowatt (Francia), Kanaka, Matsushita, Hoxan, Canon, todos ellos
de Japón, Eurosolar (Italia), Intersolar (UK), Dunasolar (Hungría), Helios (Ita-
lia); Free Energy Europe (Holanda), Konkar (Croacia), R&S (Holanda), ENE
(Bélgica), etc.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 21

Lista de la producción de los principales fabricantes de células solares (MWp)


Fabricante 1999 2000 20012002 2003 2004 2005 2006 2007
Q-cells (Alemania) 9,0 28,2 75 160 253 389
Sharp (Japón) 30,0 50,4 75,02 123,1 198 324 428 434 363
Suntech Power (China) 80/100 158 327
Kyocera (Japón) 30,3 42,0 54,0 60,0 72,0 105 142 180 207
First Solar (USA) 60 207
Motech (Taiwán) 60 102 196
Sanyo (Japón) 13,0 17,0 19,0 30,0 35,0 65 125 155 165
SunPower (USA-Filipinas) 63 150
Boading Yingli (China) 35 143
Siemens Solar 22,2 28,0 39,0
Shell Solar 55,5 62,0 59
Deutsche Cell/Shell (Alemania/USA) 28 38 86
Solar world /Deutsche Solar (Alemania) 130
Mitsubushi (Japón) 12,0 14,0 24,0 42,0 75 100 111 121
BP Solar (UK-USA) 32,5 41,9 54,2 71,4 69,3 85 90 86 102
JA Solar (China) 25 113
Solarfun (China) 25 88
Isofotón (España) 6,1 9,5 18,02 27,4 35,2 53 53 61 85
Otras 640 948
Total Mundial 201,3 287,6 336,2 557,8 763,6 1.256 1.814,7 2.535,6 3.733

TABLA 1.2. Lista de la producción de los principales fabricantes de células solares. Fuente: Elaboración
propia a partir de datos de PV News Marzo 2006, Photon, March 2007, y Prometheus Institute, «Asian
Cell Producers Swamping the Boat: A Look at the First Half of 2007», PVNews, vol. 26, n.º 9 (Septem-
ber 2007), EurObserv’ER 2008.

1.5.2. Situación en España


En España el apoyo normativo ha permitido a la industria solar fotovoltaica dar
un salto cualitativo durante los últimos años. España es uno de los países de Europa
donde el recurso solar es más abundante y homogéneo. Además, destaca entre los pa-
íses en los que social y empresarialmente esta forma de generación está teniendo
una mayor acogida. La versatilidad de la energía solar fotovoltaica, la posibilidad de
acometer proyectos de muy diversos tamaños y emplazamientos son algunas de sus
ventajas. Por ello, presenta unas importantes expectativas de crecimiento.
En España, la situación es, en general, muy favorable, encontrándose la in-
dustria fotovoltaica en pleno proceso de expansión, gracias a la actividad desarro-
llada, tanto por fabricantes autóctonos de proyección internacional, como por
fabricantes foráneos, que ven en nuestro país importantes oportunidades de nego-
cio para su lanzamiento. La actividad empresarial se ve asimismo reforzada por la
presencia de numerosos centros tecnológicos y de investigación.
22 Ángel Antonio Bayod Rújula

Las plantas fotovoltaicas mayores de 1 MW están siendo promovidas por agru-


paciones de distintos titulares en la forma de los denominados “huertos solares”,
conjunto de instalaciones individuales que utilizan la tecnología fotovoltaica, con
potencias individuales no superiores a 100 kW y que comparten todas ellas, directa
o indirectamente, una misma línea de evacuación y punto de conexión con la red de
transporte o distribución. Este tipo de plantas se beneficia de unos precios menores
de instalación y menores costes de operación y mantenimiento, al tener unificada
la gestión y aprovechar el efecto de escala. Estas plantas están incorporando segui-
dores solares que, en el caso de seguidores en un eje, suponen un incremento de la
producción estimado en un 25% medio. Con seguimiento a dos ejes este porcentaje
puede ser superior al 40%.
El Real Decreto 436/2004, sobre Régimen Especial, establecía un régimen eco-
nómico garantizado para toda la vida de la instalación, actualizando y refundiendo
el régimen jurídico que afecta a la energía solar fotovoltaica. El RD 436/2004 li-
mitaba a los primeros 135 MWp las primas y tarifas de la fotovoltaica, lo que se con-
vertía en el primer obstáculo normativo al desarrollo del sector.
En el aspecto económico, podemos decir que, antes de este decreto, los titula-
res de una instalación fotovoltaica en España no tenían una seguridad jurídica de que
recibirían una prima por el kWh fotovoltaico inyectado en red durante los años ne-
cesarios para alcanzar el retorno de la inversión. El mercado necesitaba subven-
ciones importantes que disminuyeran esa inquietud, subvenciones que limitaban el
mercado a los pocos MW al año para los que había ayuda. El RD 436/2004 dio a la
mayoría de los inversores la seguridad de que va a tener una rentabilidad razona-
ble, lo que en los años 2005 y 2006 propició, junto con un interés generalizado por
esta tecnología, por su adecuación medioambiental, sencillez y fiabilidad, un au-
mento del número de proyectos y del tamaño medio de instalaciones, con una media
superior a los 3 kW de hacía solo tres o cuatro años.
Por otro lado, en el RD 661/2007 se estableció la modificación del hito de po-
tencia instalada para la revisión de las tarifas, primas e incentivos, desde 150 MW
―establecido en el RD 436/2004― a 400 MW. Este objetivo fue alcanzado ya en
la segunda mitad de 2007.
Junto con estos Reales Decretos, el Real Decreto 1663/2000, sobre conexión a
la red eléctrica de baja tensión, y la Resolución de 31 de mayo de 2001, de la Di-
rección General de Política Energética y Minas, que contiene el modelo de contrato
tipo con la empresa distribuidora, constituyen el núcleo legislativo referente a las
instalaciones de energía solar fotovoltaica conectadas a red. De manera adicional,
en el plano autonómico, numerosas Comunidades Autónomas han desarrollado sus
propias reglamentaciones, que se suman a las ordenanzas solares que han sido apro-
badas ya por numerosos municipios españoles.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 23

En el año 2008, el sector fotovoltaico experimentó un «boom», multiplicando


hasta por nueve sus propios objetivos, alcanzando los 3.000 MW de potencia insta-
lada, e incluso superando a Alemania como primer mercado fotovoltaico del mundo.
Pero con la publicación del Real Decreto 1587/2008, del 26 de septiembre de 2008,
se ha pasado a un crecimiento mucho más moderado, planificado temporalmente tanto
en la capacidad instalada como en la evolución de las tarifas de retribución del kWh
de origen fotovoltaico. En particular, en 2009 y 2010 se instalarán con conexión a red
unos 500MW cada año, es decir, menos de la cuarta parte de lo instalado en 2008.
Según la CNE, en España, la capacidad instalada y conectada a red y el nú-
mero de instalaciones son los siguiente:
Potencia instalada (MW) Número de instalaciones
2004 22 3.028
2005 46 5.300
2006 146 9.714
2007 692 19.967
2008 2.973 46.730

TABLA 1.3. Capacidad instalada, conectada a red y facturando, y número de instalaciones, según datos
de la CNE.

Puede resultar interesante ver los datos de potencia instalada por comunidades
autónomas y la participación de la energía fotovoltaica en la demanda de comuni-
dad, a fecha de diciembre de 2008.

800 7
700 6
600 5
500
4
MW

400
3
300
2
200
100 1
0 0
Madrid

País Vasco

Galicia

Cantabria

Asturias

Ceuta-Melilla
Castilla-La Mancha

Castilla-León
Andalucía

Extremadura

Aragón

La Rioja

Canarias

Baleares
Murcia

Com. Valenciana

Cataluña

Navarra

FIGURA 1.5. Potencia fotovoltaica (MW) instalada en España (barras) y participación de la energía fo-
tovoltaica en la demanda (%), por CC.AA. Elaboración propia, a partir de datos de la Comisión Nacio-
nal de la Energía y REE, diciembre 2008.
24 Ángel Antonio Bayod Rújula

Potencia Participación
Comunidades en la
instalada
autónomas demanda
(MW)
(%)
Castilla-La Mancha 791 4,64
Andalucía 357 0,6
Castilla y León 354 1,61
Extremadura 344 5,23
Murcia 280 2,25
Comunidad Valenciana 215 0,55
Cataluña 158 0,21
Navarra 156 2,28
Aragón 110 0,48
La Rioja 74 1,44
Canarias 48 0,48
Baleares 36 0,29
Madrid 23 0,07
País Vasco 16 0,04
Galicia 7 0,03
Cantabria 1 0,02
Asturias 0 0,00
Ceuta y Melilla 0 0,01

TABLA 1.4. Potencia fotovoltaica (MW) instalada en España y participación de la energía fotovoltaica en
la demanda (%), por CC.AA. Elaboración propia, a partir de datos de la Comisión Nacional de la Ener-
gía, diciembre 2008.

Como se ve, la potencia no guarda relación con los niveles de insolación, ha-
biendo fuertes diferencias entre comunidades autónomas. La participación de la
energía fotovoltaica sobre la demanda eléctrica a nivel nacional es del 0,88%.
El sector industrial fotovoltaico español está presente en el mercado interna-
cional desde los inicios de la industria fotovoltaica en el mundo. Ha contado siem-
pre con una gran proyección internacional con presencia en todos los continentes,
encontrándose entre los primeros fabricantes en el ranking mundial. Es una in-
dustria en pleno proceso de expansión, como demuestra la continua ampliación
de la capacidad productiva de los fabricantes de módulos fotovoltaicos en nuevas
instalaciones, y la incorporación al mercado español de nuevos fabricantes de mó-
dulos que vienen a reforzar el sector con nuevos productos. Durante los últimos
años, la industria fotovoltaica española, acompañada por centros de investigación
y de apoyo, ha realizado un notable esfuerzo de desarrollo tecnológico, empresa-
rial e industrial.
Aspectos generales de la energía solar fotovoltaica 25

Fotovoltaica de silicio metalúrgico


Fotovoltaica de polisilicio (fut.)
Fotovoltaica de obleas
Fotovoltaica de células y módulos
Fotovoltaica de módulos
Fotovoltaica de inversores
Otras industrias fotovoltaicas

FIGURA 1.6. Distribución geográfica de la industria fotovoltaica española. Fuente: ASIF.

Algunos de los principales fabricantes que han contribuido al crecimiento de


la capacidad de producción de módulos son Isofotón, BP Solar, Atersa, Gamesa
Solar, Siliken, Grupo Solar, Guascor, Solaria, Instalaciones Pevafersa, Ensol, Vi-
dursolar, Grupo Unisolar, T-Solar, Cuantum Solar, Sol3G, etc. Y en el campo de la
electrónica para el sector fotovoltaico se puede citar a Atersa, Ingeteam, Zigor, Ener-
tron, Solener, Fagor, etc. También, gracias a los segmentos de fabricación de siste-
mas (estructuras de soporte y seguimiento, equipos de control, monitorización, etc.),
y de instalación y mantenimiento, el desarrollo del sector ha dado lugar a la crea-
ción de un importante número de empresas de reducido tamaño. Estas empresas
dan servicios auxiliares críticos para la industria y son clave en la creación de em-
pleo, especialmente en las zonas más desfavorecidas. Se estima que la fotovoltaica
ya ha generado más de 25.000 empleos entre puestos directos e indirectos.
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2. Células y módulos fotovoltaicos

2.1. Teoría básica de semiconductores. Efecto fotovoltaico


La conversión fotovoltaica se basa en el efecto fotovoltaico, es decir, en la con-
versión de la energía lumínica proveniente del Sol en energía eléctrica. Para llevar
a cabo esta conversión se utilizan unos dispositivos denominados células solares,
constituidos por materiales semiconductores en los que, artificialmente, se ha cre-
ado un campo eléctrico constante (mediante una unión p-n).
A continuación, vamos a tratar de entender de una forma cualitativa cómo se con-
vierte la luz en electricidad. Esto exige recordar algunos conceptos de física y química.
El material semiconductor por excelencia es el silicio dada su extraordinaria
abundancia, el 60% de la corteza terrestre está compuesto por sílice que tiene un alto
contenido del mismo, además de sus interesantes propiedades electrónicas. El 90%
de las células solares actuales están hechas de silicio, y las otras están gobernadas
por la misma física, por eso vamos a estudiar las de silicio.
No obstante, también se utilizan otros materiales. Cabe citar el arseniuro de
galio con mejores cualidades que el silicio para la producción de energía eléctrica,
pero su escasez en la naturaleza lo hace tan caro, que solo se utiliza en aplicacio-
nes en las que los costes no son relevantes como es el caso de las aplicaciones es-
paciales, en las que es habitual el uso de células solares fabricadas con arseniuro de
galio por su elevada eficiencia.

VIIIA
2
IIIA IVA VA VIA VIIA He
4,003
5 6 7 8 9 10
B C N O F Ne
10,811 12,011 14,007 15,999 18,998 20,183
13 14 15 16 17 18
IB IIB Al Si P S Cl Ar
26,982 28,086 30,974 32,064 35,453 39,948
29 30 31 32 33 34 35 36
Cu Zn Ga Ge As Se Br Kr
63,54 65,37 69,72 72,59 74,922 78,96 79,909 83,80
47 48 49 50 51 52 53 54
Ag Cd In Sn Sb Te I Xe
107,870 112,40 114,82 118,75 121,75 127,60 126,904 131,30
79 80 81 82 83 84 85 86
Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn
196,967 200,59 204,37 207,19 208,980 (210) (210) (222)

FIGURA 2.1. Porción de la tabla periódica de interés en aplicaciones fotovoltaicas.


28 Ángel Antonio Bayod Rújula

Otros materiales son el selenio (Se), el germanio (Ge), el telururo de cadmio (Te
Cd), diseleniuro de cobre e indio (denominado habitualmente CIS), antimoniuro de
indio (Sb In), etc. En la tabla periódica (se muestra, a continuación, la parte de in-
terés) se pueden localizar estos elementos y compuestos de interés para la industria
fotovoltaica. El silicio está en la cuarta columna de la tabla periódica, denominada
Grupo IV.
Las propiedades químicas de los elementos están relacionadas en buena medida
con el número de electrones que tienen los materiales en su última capa, y por cuán-
tos electrones faltan para completarla. Un átomo de silicio tiene 14 electrones. En
la última capa (la 3) tiene cuatro electrones, y le faltan otros cuatro para completarla.
Esos cuatro electrones de su última capa (de valencia), están disponibles para aso-
ciarse con otros átomos.
El silicio cristaliza en una red similar a la del diamante. Mediante enlaces co-
valentes, muy estables y fuertes, cada átomo de silicio comparte uno de sus cuatro
electrones de valencia con otros cuatro átomos (quedando así en una estructura es-
table, con su última capa llena, con 8 electrones). Como los electrones tienden a
ocupar los niveles energéticos más bajos, la mayor parte de ellos están enlazados,
y en el cero absoluto de temperatura, la totalidad. A la temperatura ambiente algu-
nos adquieren suficiente energía para escapar del enlace, y pueden entonces des-
plazarse por el material (conducción). Este comportamiento no es exclusivo de los
semiconductores sino que se manifiesta en todos los materiales; lo peculiar es la
cantidad de energía necesaria para liberar un electrón del enlace.
La teoría cuántica describe las diferencias entre conductores (metales) y se-
miconductores usando diagramas de bandas de energía. Los electrones presentes
en un átomo aislado pueden ocupar únicamente unos niveles energéticos permiti-
dos; existen otros niveles que no pueden ser ocupados y que se denominan nive-
les prohibidos. Cuando un átomo aislado pasa a formar parte de una estructura
cristalina determinada, interacciona con otros átomos próximos del cristal y los
niveles energéticos se ven afectados produciéndose un desdoblamiento de los mis-
mos que da origen a bandas de energía. Los electrones tienen energías que se si-
túan en bandas. De la misma forma que los electrones en un átomo no pueden tener
cualquier energía, los electrones en un cristal tampoco pueden tomar cualquier
energía. Y así como los últimos niveles energéticos en un átomo definen las pro-
piedades químicas del átomo, las últimas bandas de energía definen las propieda-
des electrónicas de un cristal.
En la banda energética más externa los electrones se encuentran libres de mo-
verse entre los distintos átomos. Esta banda más energética se denomina banda de
conducción. Los electrones que se encuentran en esta banda de conducción son los
que contribuyen al flujo de corriente. En los metales, esta banda está parcialmente
Células y módulos fotovoltaicos 29

llena, pero, para semiconductores a temperatura del cero absoluto, está totalmente
vacía. A temperatura ambiente, solo uno de cada 1010 electrones se encuentra en la
banda de conducción.

Banda de conducción

Eg Banda de energía prohibida

Banda de valencia

FIGURA 2.2. Esquema de bandas.

Los electrones de las capas más externas que intervienen en los enlaces quí-
micos, llamados electrones de valencia, ocupan una banda energética (banda de va-
lencia, la anterior a la de conducción en cuanto a niveles energéticos) que puede
solaparse con la banda de conducción o quedar separada de ella.
Los espacios entre bandas permitidas son bandas prohibidas. La más importante
es la que separa la banda de conducción de la banda más energética totalmente llena.
La energía que un electrón debe adquirir para saltar esa banda prohibida se llama ener-
gía del gap, Eg. La unidad que suele usarse es el electrón-Volt (eV), que es la energía
que adquiere un electrón cuando aumenta su voltaje en 1 Voltio (1eV u 1,6 10i19 J).
En función de la anchura (energética) de la banda del gap (anchura del gap), los
materiales exhiben distinto comportamiento eléctrico, dando lugar a:
! Materiales conductores: la banda permitida se solapa con la banda de con-
ducción.
30 Ángel Antonio Bayod Rújula

! Materiales aislantes: la banda prohibida es amplia, del orden de 10 eV.


! Materiales semiconductores: la banda prohibida es del orden de 1 eV.
En definitiva, la cantidad de energía necesaria para liberar un electrón del en-
lace es un valor propio de cada material y se denomina energía de la banda prohi-
bida porque, entre el nivel energético que ocupa el electrón ligado y el electrón
libre, no hay ningún valor de energía permitido.
En el caso de los metales, esta energía es nula, es decir, todos los electrones
están libres para desplazarse por el material. En los materiales aislantes, la energía
requerida es tan elevada que el número de electrones libres es despreciable, aun a
temperaturas elevadas. La cantidad de energía necesaria, en el caso de los semi-
conductores (1,12 eV para el silicio a 25 ºC), permite un control efectivo de los flu-
jos de cargas y es lo que hace a estos materiales tan adecuados para la electrónica
y para la generación de energía eléctrica cuando el semiconductor recibe radiación
solar. ¿De dónde puede provenir esa cantidad de energía capaz de liberar un elec-
trón? Térmicamente, o en el caso del efecto fotovoltaico, de la energía de los rayos
de Sol, de los fotones.
Como ejemplo de interés para nosotros, consideremos que en un cristal de si-
licio a 0 K, los átomos presentan cuatro electrones de valencia (y se representan
por un núcleo iónico con carga eléctrica 4c) y por cuatro electrones que forman en-
laces con átomos vecinos. A temperatura del cero absoluto, el silicio es un aislante
perfecto. No hay electrones libres para moverse como en el caso de los metales.
Conforme aumenta la temperatura (los átomos reciben un aporte de energía
exterior), algunos electrones tienen la energía suficiente para liberarse de su núcleo
y pueden llegar a alcanzar la banda de conducción dejando el correspondiente hueco
en la banda de valencia, haciendo posible un flujo como corriente eléctrica.
Tanto los electrones en la banda de conducción como los huecos en la banda de
valencia son capaces de moverse bajo la acción de un campo eléctrico, debido en este
último caso a que los huecos pueden ser ocupados por electrones de valencia de los
átomos contiguos, produciéndose el movimiento del hueco como si de una carga po-
sitiva se tratara. El número de pares electrón hueco así creados es relativamente bajo
a temperatura ambiente y depende exponencialmente de iEgap/KT, donde K es la
constante de Boltzman y T es la temperatura expresada en grados Kelvin.
Cuanto mayor es la temperatura, más electrones pueden constituir la corriente,
por lo que la conductividad aumenta con la temperatura (en contraste con los me-
tales, en los que la conductividad decrece).
La conductividad del silicio a temperatura ambiente es muy baja (es un mate-
rial semiconductor), pero añadiendo cantidades diminutas de otros materiales (do-
pado), la conductividad puede aumentarse fuertemente.
Células y módulos fotovoltaicos 31

Supongamos que sobre la red cristalina incide una radiación luminosa que en
un análisis atómico del comportamiento se caracteriza mediante cuantos de energía:
fotones, en el caso de la luz, con una energía determinada por su longitud de onda.
La radiación solar que alcanza la Tierra, que se distribuye desde un rango de
longitudes de onda que van desde 300 nm a 4 micras, aproximadamente, es par-
cialmente reflejada por la atmósfera y en parte transmitida a la superficie de la
Tierra. Las aplicaciones fotovoltaicas utilizadas en el espacio, en satélites o naves
espaciales, tienen una radiación solar disponible diferente a la de aplicaciones fo-
tovoltaicas terrestres. La radiación fuera de la atmósfera se distribuye a lo largo
de diferentes longitudes de onda de un modo similar a la radiación de un «cuerpo
negro», de acuerdo con la ley de Planck, mientras que en la superficie de la Tie-
rra la atmósfera selectivamente absorbe la radiación de ciertas longitudes de onda.
Se denomina irradiancia espectral a la potencia (lumínica) recibida por un área
de superficie unidad en una longitud de onda diferencia dλ. Las unidades son
W/m2µm (A la integral de la irradiancia espectral a lo largo de todas las longitudes
de onda de interés se le denomina irradiancia).

2,0

1,8

1,6

1,4
Irradiancia (W/m2)

1,2

1,0

0,8

0,6

0,4

0,2

0
0 500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500 4.000
λ(nm)

FIGURA 2.3. Irradiancia frente a longitud de onda (la línea de puntos corresponde a 1.1 eV), Espectro
AM 1.5.
32 Ángel Antonio Bayod Rújula

Los fotones se caracterizan por su frecuencia o por su longitud de onda, así


como por su energía. Estos tres parámetros están relacionados.

cuλν

donde c es la velocidad de la luz (3 108 m/s), ν es la frecuencia en Hz y λ es la lon-


gitud de onda, en metros. Por otra parte,

E u h ν u hc/λ

donde E es la energía de un fotón (en Julios, J) y h es la constante de Planck,


(6,626 10i34 Js).
La misma ecuación puede expresarse de forma simplificada si se substituyen
las constantes por su valor,

Efotón(eV) u 1.240 / λ(nm)

Las probabilidades de que los fotones interactúen con la red cristalina son muy
elevadas, máxime si se considera que una oblea de silicio, una lámina de espesor in-
ferior a las 500 µm, es opaca a la radiación solar. Cuando un fotón interactúa con
un enlace, transfiere su energía a este. Si la cantidad de energía es igual o superior
a la energía del gap, el electrón se libera del enlace y pasa a ser un portador de carga
libre para desplazarse por el cristal.
Haciendo el cálculo simple podemos deducir que la longitud de onda mínima
para que el fotón pueda comunicar energía a un electrón para crear un par electrón
hueco en el silicio (anchura de banda prohibida de 1,1 eV) es de 1,12 10i6 mu1,12 µm
(micrómetros).
Fotones con longitudes de onda superiores no tienen la suficiente energía
para excitar el electrón, creando pares electrón hueco que contribuyan a crear co-
rriente, por lo que toda la energía se pierde. Por otra parte, fotones con longitu-
des de onda inferiores crean el par electrón hueco pero toda la energía en exceso
se pierde en calor.
La tabla 2.1 muestra los valores de anchura de gap para otros materiales.
Otro parámetro de interés, sobre todo para describir el funcionamiento de las
células solares, y que ya hemos mencionado al discutir los mecanismos de gene-
ración-recombinación radiativos, es el coeficiente de absorción (α).
Este parámetro describe con qué facilidad el semiconductor absorbe un fotón
y crea un par electrón hueco, e-h. Depende del valor del semiconductor y de la na-
turaleza, indirecta o directamente del bandgap.
Células y módulos fotovoltaicos 33

Material Anchura gap (eV)


Si 1,11
SiC 2,60
CdAs2 1,00
CdTe 1,44
CdSe 1,74
CdS 2,42
CdSnO4 2,90
GaAs 1,40
GaP 2,24
Cu2S 1,80
CuO 2,00
Cu2Se 1,40
CulnS2 1,50
CulnSe2 1,01
CulnTe2 0,90
InP 1,27
In2Te3 1,20
In2O3 2,80
Zn3P2 1,60
ZnTe 2,20
ZnSe 2,60
AIP 2,43
AISb 1,63
As2Se3 1,60
Sb2Se3 1,20
Ge 0,67
Se 1,60

TABLA 2.1. Energía del gap de materiales candidatos para células fotovoltaicas.

Podemos decir que en el momento en que se produce la absorción ha empe-


zado, potencialmente, la conversión de luz en electricidad. Solo es necesario que
estos pares e-h puedan extraerse de la célula y circulen por un circuito exterior en
forma de corriente eléctrica.
Hay semiconductores en los que el proceso de absorción es más fácil. Son los
semiconductores denominados de gap directo como el GaAs. Se trata de mate-
riales muy absorbentes y dan lugar a que las capas activas que constituyen la cé-
lula sean muy delgadas (pocas micras) porque con poco material se puede
absorber toda la luz.
En otros, como el silicio, de gap indirecto, este proceso es menos probable.
Son materiales mucho menos absorbentes y las capas activas que constituyen las cé-
lulas fabricadas con estos materiales son muy gruesas (más de 100 micras).
34 Ángel Antonio Bayod Rújula

El coeficiente de absorción, que suele medirse en cmi1, es función del valor de


la longitud de onda, tomando valores de varios órdenes de magnitud de una longi-
tud de onda a otra. El valor del coeficiente de absorción del silicio toma valores
mayores que cero en un rango de longitudes de onda mayores que para células de
GaAs o silicio amorfo.

107

106
Coeficiente de absorción λ(cmi1)

GaAs
105 InP
Germanio
104 Silicio

103

102

101

100
200 400 600 800 1.000 1.200 1.400 1.600 1.800 2.000
Longitud de onda λ (µm)

FIGURA 2.4. Coeficiente de absorción de algunos materiales semiconductores.

Este hecho tiene una enorme importancia en el diseño de las células solares
porque los fotones son absorbidos de acuerdo con la ley de Lambert:

Φ(x) u Φ(0)eiαx

siendo Φ(x) el flujo espectral de fotones a una profundidad x , Φ(0) el flujo espec-
tral de fotones en la superficie del emisor.
Si el valor de α es alto, los fotones son absorbidos dentro de una pequeña dis-
tancia desde la superficie, mientras que si el valor de α es pequeño, los fotones pue-
den viajar largas distancias dentro del material. En el caso extremo de que α sea
cero, los fotones pueden atravesar completamente el material, el cual se puede hacer
ahora transparente para ciertas longitudes de onda. Teniendo en cuenta las diferen-
tes formas y valores del coeficiente de absorción, se puede calcular la longitud de
la trayectoria óptica requerida dentro de un material particular para absorber la ma-
yoría de los fotones que forman parte del espectro del Sol, concluyendo que son
Células y módulos fotovoltaicos 35

necesarios algunos micrómetros si el material es GaAs, en general, mientras que


para el silicio son necesarios algunos cientos de micrómetros. Esto nos permite con-
cluir que, para los diseños de las células solares de silicio modernas, incluyendo el
confinamiento óptico dentro de la célula solar, se realizan para proporcionar largas
longitudes de la trayectoria del fotón para obleas de silicio de unos cientos de mi-
cras aproximadamente.
Resumiendo, en un cristal de silicio puro, cada átomo comparte sus electrones
de valencia con cuatro átomos vecinos en enlaces covalentes. Este enlace bastante
fuerte entre un electrón y los dos átomos que ayuda a unir puede ser roto comuni-
cando suficiente cantidad de energía: 1,1 electronvoltios (eV) o más. Esto corres-
ponde a un fotón de luz de longitud de onda de 1,12 µm o menos (todos los colores
del espectro visible y bastantes en el infrarrojo). Estos electrones liberados se mue-
ven por el cristal de la misma forma que se mueve libremente en un metal, no en-
lazado a ningún átomo. Es libre para acelerarse en presencia de un campo eléctrico,
es decir, toma parte en la conducción de electricidad.
En esta transición deja atrás un «hueco», un lugar en el que falta un electrón.
Los electrones vecinos pueden dejar sus enlaces para llenar el hueco, esencialmente
cambiando la posición. Por tanto, tanto los electrones como los huecos pueden mo-
verse por el cristal. Esto se denomina efecto fotoconductivo.
Si no se hace nada, en un cierto tiempo, t (llamando vida media de los porta-
dores minoritarios), el electrón encontrará otra posición en donde exista un hueco,
por lo que quedará ligado. El electrón ya no se desplazará por el material, y tampoco
existirá ese hueco que ha llenado. Este proceso se denomina recombinación, y pro-
duce otro fotón (calor).
Al proceso de incrementar la energía de un electrón, desde la que tenía en el en-
lace hasta la que le permite desplazarse libremente por el cristal, se le denomina
generación y al proceso inverso recombinación, que se produce cuando un electrón
libre vuelve a formar parte de un enlace y libera la energía en forma de calor.
De un cristal de silicio, como el descrito hasta ahora, no se puede extraer ener-
gía eléctrica cuando se le expone a la radiación solar. La razón es que las cargas eléc-
tricas generadas mediante la radiación luminosa no siguen ninguna dirección
preferencial de movimiento. Se mueven de forma errática por el cristal y son rápi-
damente atrapadas por los enlaces insatisfechos, es decir, se recombinan.
Lo que se necesita es un modo de separar los electrones y los huecos de forma
que no se recombinen en el cristal, y una trayectoria para conducir estos electrones
fuera, para realizar trabajo en una carga. Lo primero se consigue mediante una unión
entre dos semiconductores con diferentes cargas electrostáticas. Lo segundo, sim-
plemente mediante unos contactos metálicos en cada lado de la unión. A continua-
ción, analizaremos el primer punto.
36 Ángel Antonio Bayod Rújula

2.2. Dopado
Para poder construir una célula solar efectiva es necesario impurificar de forma
controlada el cristal de silicio. Se introducen dos tipos de impurezas en muy pe-
queña cantidad, respecto al número total de átomos de silicio, con lo que no modi-
fican sustancialmente la red cristalina.
Cuando en la estructura cristalina de un semiconductor puro (intrínseco) se in-
troducen impurezas de otro elemento con distinto número de electrones de valen-
cia, resulta otro tipo de semiconductor denominado semiconductor extrínseco.
Si añadimos una pequeña cantidad (del orden de una parte por millón) de fós-
foro en el cristal de silicio, de forma que los átomos de fósforo ocupen posición en
la estructura del cristal de silicio, se dice que hemos dopado el cristal con fósforo.
El fósforo es del grupo V del sistema periódico, ya que tiene cinco electrones
de valencia (uno más que el Si). Los núcleos y los electrones interiores de los áto-
mos de P se establecen en las posiciones del cristal, y cuatro de los cinco electro-
nes participan en enlaces covalentes con electrones de los 4 átomos de Si vecinos.
El quinto electrón está muy débilmente unido al átomo de fósforo, tanto que, de
hecho, a temperatura ambiente es excitado térmicamente y liberado.
El dopado con elementos como el fósforo, con un electrón de valencia más que
los átomos del cristal se llama dopado de tipo n (n de negativo), y el dopante se
llama donador porque aporta electrones fácilmente.
Dopando el Si con boro, se consigue exactamente el efecto opuesto. El boro es
del grupo III, es decir, tiene tres electrones de valencia (uno menos que el Si). Se sitúa
en la estructura del cristal de Si (uno por cada 10 millones de átomos de Si) pero solo
tiene electrones para formar tres enlaces covalentes con los átomos vecinos, dejando
un hueco. Este hueco, de forma idéntica al hueco fotogenerado explicado antes, se
mueve por la estructura del cristal fácilmente a la temperatura ambiente.
Para el silicio, el boro es un dopante tipo p (positivo), denominado aceptor por-
que aporta un hueco que captura fácilmente electrones libres.
Los dos elementos que se utilizan para impurificar el silicio tienen 3 y 5 elec-
trones de valencia, respectivamente; es habitual utilizar boro y fósforo para cada
caso porque sus átomos tienen un tamaño similar al del silicio. El procedimiento
de impurificación, denominado dopaje, se realiza sobre un cristal que en su fa-
bricación ya se impurificó con uno de los dos elementos. El otro se añade de
forma que cada lado del cristal en forma de oblea contenga un tipo de impureza,
finalmente.
En la región con fósforo, zona n, abundan los electrones que no están enlaza-
dos y, en consecuencia, los átomos de fósforo se ionizan con facilidad, es decir, los
electrones no enlazados, uno por cada átomo de fósforo, requieren muy poca ener-
Células y módulos fotovoltaicos 37

gía para ser cargas móviles; es suficiente con la temperatura ambiente. En la región
con boro, zona p, lo que faltan son enlaces completos y eso facilita el desplaza-
miento de electrones que ocupan un enlace hacia enlaces no satisfechos. Este com-
portamiento se caracteriza mediante el uso de una partícula ficticia, el hueco, que
tiene carga positiva y permite un análisis físico matemático mucho más sencillo
que el requerido para representar grandes paquetes de electrones en movimiento.
¿Qué es más fácil, analizar el movimiento de una burbuja de aire en un recipiente
con agua o el de las moléculas de agua en torno a la burbuja?

2.3. Diodos
Las células fotovoltaicas son diodos con una gran superficie expuesta al Sol.
Un diodo es una capa tipo n unida a una capa p. El espacio donde se unen las dos
capas se denomina unión. Cada región tiene partículas móviles de distinta carga. En
el instante en que se forma el diodo, los billones de electrones libres cerca de la
unión en el material de tipo n inmediatamente se avalanzan para llenar los huecos
del material tipo p, dejando el lado n (que era electrostáticamente neutro) con una
carga neta positiva. De la misma forma, los huecos del lado p emigran al material
de tipo n, dejando el lado p de la unión con una carga electrostática neta negativa.
Es como si el lado n tuviera una alta presión de electrones y el lado p baja presión
de electrones. Al formarse la unión se abre la válvula para que este gas de electro-
nes fluya de la región de alta a la de baja presión.
Es decir, a medida que los átomos pierden cargas y se ionizan se producen
zonas con cargas que no son móviles. Estas cargas fijas se van a oponer a que sigan
viniendo otras cargas iguales (cargas del mismo signo se repelen; cargas de distinto
signo se atraen).

c i
c i
N P
c i
c i

FIGURA 2.5. Unión pn.


38 Ángel Antonio Bayod Rújula

Este proceso conduce a que haya un equilibrio dinámico entre los movimien-
tos de electrones y huecos y la creación de un dipolo eléctrico, en torno a la zona
de interfase que produce un campo eléctrico en dirección perpendicular a la inter-
fase que desplaza las partículas en sentido inverso. En milisegundos el proceso al-
canza el equilibrio ya que la fuerza estadística que empuja los electrones del lado
n a llenar los huecos del lado p se equilibra con la fuerza del campo eléctrico cre-
ado por los electrones y huecos que se han movido de sus materiales originales.
El campo eléctrico presenta una barrera para que sigan cruzando los portado-
res mayoritarios (electrones en el lado n y huecos en el lado p). Pero la unión no
impide el flujo de portadores minoritarios. Si hay electrones en el lado p (y no
habrá muchos porque hay más huecos ahí) y alcanzan la unión, serán acelerados a
través hacia el lado n. En el lado p junto a la unión no habrá por tanto electrones
(ya que enseguida se llevan hacia el lado n), por lo que vendrán electrones, desde
algo más lejos en la zona p, a cubrir sus huecos. Esta corriente se llama corriente
de difusión. De la misma forma sucede con los huecos, portadores minoritarios en
el lado n.
La descripción anterior explica de forma muy simplista el funcionamiento de
la unión pn, clave para toda la electrónica de estado sólido. Veremos a continuación
que si sobre un dispositivo de esta naturaleza incide una radiación luminosa, las
cargas eléctricas generadas seguirán la dirección impuesta por el campo eléctrico de
tal modo que pueden extraerse por los contactos metálicos del cristal hacia el exte-
rior; este dispositivo electrónico es una célula solar.

2.4. Conversión de luz solar en electricidad


Volvamos al efecto fotoconductor: un fotón choca con un átomo (un átomo de
Si más probablemente ya que hay millones más de ellos, pero también posible-
mente de P o B) y libera un electrón, dejando detrás un hueco. Supongamos que
esta creación de un par electrón-hueco tiene lugar en el lado de material tipo p. El
electrón y el hueco vagan alrededor de la estructura cristalina con una velocidad
determinada por un parámetro dependiente del material denominado movilidad.
El electrón del par electrón-hueco tiene un relativamente corto tiempo en el
que es libre porque es muy probable que se recombine con alguno de los nume-
rosos huecos que hay en ese material p. Sin embargo, si el par electrón-hueco es
creado lo suficientemente cerca de la unión, hay bastante probabilidad de que se di-
funda en la unión, y cuando lo haga será acelerado a su través por el campo eléc-
trico. Si el hueco llega hacia la unión, será repelido.
Células y módulos fotovoltaicos 39

El electrón, una vez ha cruzado la unión, quedará en el lado n ya que rara vez
tiene la energía para volver a saltar la barrera hacia el lado p. Tiene poco peligro de
recombinarse con un hueco porque hay pocos huecos en el lado n.
Una situación similar sucede cuando el par electrón-hueco se crea por la luz en
el lado n. En este caso es el hueco el que se difunde en la unión siendo acelerado
hacia el lado p donde hay muy pocos electrones.
El único trabajo realizado por la luz es la separación de electrones y huecos en
un átomo.
El desequilibrio de carga en una célula iluminada (electrones apilados en el
lado n y huecos en el lado p) crea una diferencia de potencial, y si los dos lados se
conectan mediante un cable exterior, fluirá una corriente de electrones desde el lado
n hacia el p (donde hay menos electrones) realizando trabajo en una carga exterior.

2.5. Estructura básica de una célula solar


Un semiconductor, sin estructura p-n, aunque se ilumine no provoca la circu-
lación de corriente eléctrica. Si lo expusiéramos a la luz lo único que conseguiría-
mos es que el semiconductor se calentase ya que, simplemente, los pares
electrón-hueco que generase la luz desaparecerían, a lo más, en otro punto dentro
del semiconductor. La unión p-n hace posible la circulación de la corriente eléc-
trica gracias a la presencia de un campo eléctrico.

Carga
Fotones Flujo de
electrones

Corriente

Flujo de Luz
«huecos»

Silicio
tipo n
Unión
Silicio
tipo p

FIGURA 2.6. Esquema de generación fotovoltaica.


40 Ángel Antonio Bayod Rújula

Prácticamente todas las células solares disponibles en la actualidad están cons-


tituidas por una unión p n como la descrita anteriormente. En las células de silicio,
que son las más empleadas en la práctica, la unión se consigue difundiendo una
capa de fósforo en una oblea de silicio que originalmente está toda ella impurificada
con boro. La unión es muy superficial, con valores típicos de anchura de la capa di-
fundida (región n) de 0,2 a 0,5 m. Es común denominar emisor a esta capa.
Es necesario fabricar una unión p-n de manera que la red cristalina del semi-
conductor no se interrumpa al pasar de una región a otra. Es necesario, pues, el em-
pleo de tecnologías especiales, por ejemplo, la difusión de dopantes para las células
de silicio y las técnicas de epitaxia en fase líquida y de compuestos metalorgánicos
(MOCVD) para las células de GaAs.
Como se ha indicado, la existencia de la unión p-n hace posible la existencia
de un campo eléctrico en la célula, con la dirección del lado n al lado p que separa
los pares e-h. Este campo dirige los huecos hacia el contacto del lado p lo que pro-
voca la extracción de un electrón desde el metal que constituye el contacto, y dirige
los electrones hacia el contacto del lado n inyectándolos en el metal.

FIGURA 2.7. Malla de metalización frontal y buses colectores.


Células y módulos fotovoltaicos 41

La célula es una lámina de silicio (oblea), de unos 300 µm de espesor, con una
unión pn muy próxima a la superficie ―el mayor número de generaciones se pro-
duce en las primeras micras por lo que conviene que el campo eléctrico de la unión
pn esté próximo a la superficie para conducir las cargas hacia los contactos metáli-
cos con eficiencia―.
El otro concepto importante en la estructura de una célula solar es el que hace
referencia al diseño de lo que denominamos malla de metalización frontal, los con-
tactos metálicos que se han de realizar para extraer la corriente eléctrica de la cé-
lula. No debe olvidarse que un metal es un material absorbente a la luz. La cara
frontal de la célula, la que recibe la radiación solar, tiene un contacto metálico en
forma de rejilla que al mismo tiempo que colecta las cargas tiene que permitir el
paso de los fotones al interior del cristal.
En consecuencia, al menos el contacto que denominamos frontal, el del lado de
la célula que queda directamente expuesto al Sol, no puede recubrir completamente
la superficie de la célula. El porcentaje de superficie que recubre se denomina fac-
tor de recubrimiento o de sombra, FS.
Puede pensarse entonces que ha de ser lo más pequeño posible pero si se hace
excesivamente pequeño, uno de los parámetros de la célula solar cuya influencia es-
tudiaremos más tarde, la resistencia serie, aumenta y eso significa una pérdida de
eficiencia de la célula. Así pues, hemos de llegar a un compromiso en el valor del
factor de recubrimiento de forma tal que sea lo suficientemente bajo como para per-
mitir el paso de la luz del Sol y lo suficientemente alto como para que la resisten-
cia serie de la célula se mantenga en unos niveles tolerables. El diseño de la rejilla
tiene que compatibilizar estos dos objetivos que son contrapuestos: el factor de re-
cubrimiento, superficie ocupada por el metal respecto al área total de la célula, es
del orden del 4%.
La solución de compromiso que suele adoptarse consiste en utilizar contac-
tos en forma de peine. Por contra, el contacto eléctrico sobre la cara no iluminada
cubre toda el área.
Habitualmente la cara iluminada se cubre con una capa de material antirre-
flectante para aumentar el porcentaje de la energía solar absorbida.
La coloración habitual de las células es azul oscuro mate para evitar que los fo-
tones se reflejen en la superficie. Como las obleas de silicio son bastante especula-
res y de color gris metálico claro es necesario aplicar una capa antirreflexiva o,
también, realizar un ataque químico sobre la superficie que produce una capa com-
puesta por tetraedros microscópicos.
Con la aplicación de cualquiera de estas técnicas, en ocasiones con ambas, se
consigue minimizar las pérdidas por reflexión hasta cifras despreciables. Actual-
mente, se están desarrollando otras coloraciones de células para ampliar el catálogo
42 Ángel Antonio Bayod Rújula

de productos destinado a la integración en edificios; aunque la eficiencia de con-


versión disminuye.

Nitruro de silicio Cobre químico


Contacto superior

Nc

Ncc
P

Cobre químico Aluminio


Contacto posterior

FIGURA 2.8. Esquema de célula fotovoltaica de contactos enterrados.

El grosor de la célula es un compromiso entre dos factores: minimizar las pér-


didas de transmisión, asociadas a fotones que no encuentran enlace con el que inter-
accionar, o lo que es lo mismo a la transparencia de la oblea; y minimizar las
recombinaciones, cuanto más largo es el camino que tienen que recorrer las cargas
hasta la metalización, mayor es la probabilidad de que se recombinen. Es de im-
portancia observar que el grosor de las obleas es del mismo orden de magnitud que
el de los útiles usados para cortar el lingote de silicio cristalino en estas. Práctica-
mente el 40% del material se pierde en el corte.

2.6. Principio de funcionamiento de una célula solar


Si se ilumina una célula solar que se encuentra conectada a una carga externa,
se producirá una diferencia de potencial en dicha carga y una circulación de co-
rriente que sale al circuito exterior por el terminal positivo y vuelve a la célula por
el negativo. En estas condiciones de funcionamiento la célula se comporta como un
generador de energía y presenta el máximo interés desde nuestro punto de vista.
Los fenómenos que tienen lugar en el interior del dispositivo pueden describirse de
la siguiente forma:
Los fotones que inciden sobre la célula con energía igual o mayor que el ancho
de la banda prohibida se absorben en el volumen del semiconductor y generan pares
electrón hueco que pueden actuar como portadores de corriente.
Células y módulos fotovoltaicos 43

El campo eléctrico, o la diferencia de potencial, producida por la unión p-n es


la causa de la separación de los portadores antes de que puedan recombinarse de
nuevo y, por tanto, la causa de la circulación de la corriente por la diferencia de po-
tencial externa, suministrando así energía a la carga.
En resumen, la corriente entregada a una carga por un diodo semiconductor ilu-
minado es el resultado neto de dos componentes internas de corriente que se oponen:
a) La corriente fotogenerada o fotocorriente IL debida a la generación de por-
tadores que produce la iluminación.
b) La corriente de diodo o corriente de oscuridad ID debida a la recombina-
ción de portadores que produce la tensión externa necesaria para poder en-
tregar energía a la carga, que es a su vez función de la tensión.

2.7. Características de una célula solar


2.7.1. Característica V-I de iluminación
Admitiendo que la célula responde linealmente a estas excitaciones de ilumi-
nación y voltaje (hipótesis cierta en gran número de células prácticas), la corriente
neta que circula por el exterior vendrá dada por la suma algebraica de las dos com-
ponentes de corriente anteriores.
En la siguiente figura se muestra en trazo discontinuo el lugar geométrico de
los valores de tensión y corriente que pueden presentarse en un diodo. En trazo con-
tinuo, los valores de una célula solar iluminada, resultado de añadir a la corriente
del diodo una cantidad IL, debido a la iluminación.

Idi
Curva
del diodo

Ui

20 V
0,5 V
IL Udi

Curva de la
célula solar
Ii

FIGURA 2.9. Curvas V-I de un diodo y de una célula fotovoltaica iluminada.


44 Ángel Antonio Bayod Rújula

Para el estudio de las células fotovoltaicas es habitual cambiar las referencias


de polaridad, considerando IL como una cantidad positiva (en lugar de negativa
como aparece en la figura). Tomando como positivas las corrientes de generación,
se puede escribir:

I u IL i ID (V)

que es la ecuación característica de la célula solar, válida en todos sus rangos de fun-
cionamiento, incluido cuando el dispositivo actúa como un diodo receptor de ener-
gía porque la recombinación excede a la generación.
El esquema eléctrico equivalente atendiendo a la expresión anterior es el mos-
trado en la figura 2.10.

ID

IL V

FIGURA 2.10. Esquema eléctrico equivalente simplificado de una célula solar.

Matemáticamente, y considerando para simplificar, que la corriente de diodo


puede expresarse mediante el modelo de una sola exponencial, la ecuación carac-
terística del dispositivo es:
eV
I u IL i ID (V) u IL i Io exp i1
mkT

donde e es la carga del electrón, k es la constante de Boltzmann y m es un pará-


metro adimensional que vale entre 0 y 1. (A veces mkT/e se denota como Vt; con
m u 1, Vt (300 ºK) h 25 mV).
Habitualmente, en el estudio de las células fotovoltaicas, se suele considerar
solo la zona en la que la célula produce energía eléctrica.
Esta forma de representación adopta el convenio de signos de considerar posi-
tivas las corrientes de generación (que es el contrario al habitualmente utilizado en
los circuitos electrónicos que utilizan diodos). Con este convenio, el primer cua-
drante del plano I-V corresponde al funcionamiento de la célula entregando co-
rriente a una carga bajo tensión positiva; es decir, corresponde al funcionamiento del
dispositivo como generador de energía.
Células y módulos fotovoltaicos 45

5,0 A

4,0 A

3,0 A
Corriente

2,0 A

1,0 A

0A
i100 mV 0V 200 mV 400 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.11. Curva V-I para una célula fotovoltaica de silicio sometida a una determinada irradiancia.

Cuanto más grande sea la superficie de la célula expuesta al Sol, mayor será la
corriente generada para el mismo valor de irradiancia, como se ve en la figura 2.12.

5,5 A
5,0 A

4,0 A
Corriente

3,0 A

2,0 A A u 150 cm2


A u 140 cm2
A u 120 cm2
1,0 A A u 100 cm2

0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.12. Variación de la curva V-I con el área de la célula.


46 Ángel Antonio Bayod Rújula

35 mA

3 mA

20 mA
Corriente

10 mA
Célula silicio
Célula GaAs

0A
0V 0,2 V 0,4 V 0,6 V 0,8V 1,0V 1,1V
Tensión

FIGURA 2.13. Curvas V-I para una determinada irradiancia para células de silicio y de arseniuro de galio.

Dentro de un amplio margen de funcionamiento, la fotocorriente de las célu-


las solares prácticas es directamente proporcional a la intensidad de la radiación in-
cidente. En la siguiente figura se aprecia el cambio en la curva V-I variando la
intensidad de iluminación. Resulta evidente que con un aumento de la irradiancia
se va a conseguir un aumento de la potencia obtenible.

5,5 A
5,0 A

4,0 A
Corriente

3,0 A

2,0 A Gu1.000 W/m2


Gu800 W/m2
Gu600 W/m2
1,0 A Gu400 W/m2
Gu200 W/m2
Gu100 W/m2
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.14. Variación de la cuva V-I con el valor de irradiancia.


Células y módulos fotovoltaicos 47

Por tanto, dada una célula fotovoltaica, se tendrá una curva V-I para cada valor
de irradiancia a la que se le someta.

2.7.2. Corriente de cortocircuito y tensión de circuito abierto


Como puede observarse en la figura anterior, el mayor valor de la corriente en
la región de generación se obtiene para condiciones de cortocircuito, Vu0. Según
la ecuación anterior, la corriente de cortocircuito Icc (cc de cortocircuito; a veces se
denota como Isc, sc de short circuit) viene dada por:

Icc u I(Vu0) u IL

Si el dispositivo se mantiene en circuito abierto (I u 0), este se autopolarizará


con una cierta tensión, que es la mayor que puede soportar en la región de genera-
ción. Se trata de la tensión de circuito abierto, denotada a veces como Vca o como
Voc (ca: circuito abierto; oc: open circuit) y su valor es tal que la fotocorriente queda
completamente compensada por la corriente de polarización. Esto es, IL u ID(Vca),
en condiciones de circuito abierto y, teniendo en cuenta la ecuación (1) que la de-
fine, resulta:

(I )
kT IL
Vca u m 1n c1
e o

Además, para tener un modelo más cercano a la realidad que la célula ideal
que hemos analizado hasta este momento habría que incluir dos elementos que son
la resistencia serie y la resistencia paralelo, que afectan a la eficiencia de la célula.
La resistencia serie de la célula, Rs, es una resistencia interna debida a factores
como la resistencia del propio semiconductor con que se fabrica la célula. La co-
rriente generada en las células solares circula hacia los contactos a través del ma-
terial semiconductor resistente, circulando por la región de la base, que no se
encuentra demasiado dopada en general y la región de emisión, la cual, aunque se
encuentra en gran medida dopada, es muy estrecha. Además de lo considerado an-
teriormente, la resistencia de los contactos metálicos con el cristal contribuye a las
pérdidas totales de la resistencia serie, además de la resistencia de la malla de me-
talización. Si el recubrimiento tiende a cero (la malla deja pasar más luz), la resis-
tencia serie aumenta (tiende a infinito). Se asume comúnmente en la práctica que
todas estas pérdidas resistentes pueden ser representadas mediante una resistencia
que se denomina resistencia serie de la célula solar, Rs.
48 Ángel Antonio Bayod Rújula

La resistencia paralelo Rp aparece debido a imperfecciones en la calidad de la


unión pn, y es responsable de la existencia de fugas de corriente.
Teniendo en cuenta estas dos resistencias, el modelo equivalente de la célula
queda como muestra la figura 2.15.

Rs I

ID

IL Rp V

FIGURA 2.15. Esquema eléctrico simplificado a 4 elementos equivalente de una célula solar fotovoltaica.

Y la expresión matemática que relaciona corriente y tensión es:


e (V i Rs I) V c Rs I
I u IL i ID (V) u IL i Io exp i1 i
mkT Rp
A continuación se muestran, de forma exagerada, la influencia de los valores
de resistencia serie y paralelo en la cuva V-I para unas condiciones de irradiancia y
temperatura dadas.

4,5 A

4,0 A

3,0 A
Corriente

2,0 A
Rsu0,2 Ω
Rsu0,1 Ω
1,0 A Rsu0,05 Ω
Rsu0,01 Ω
Rsu0,001 Ω
Rsu0,0001 Ω
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.16. Efecto de la resistencia serie en la curva V-I.


Células y módulos fotovoltaicos 49

4,5 A

4,0 A

3,0 A
Corriente

2,0 A Rpu10.000 Ω
Rpu1.000 Ω
Rpu100 Ω
Rpu10 Ω
1,0 A Rpu1 Ω
Rpu0,5 Ω
Rpu0,2 Ω
Rpu0,1 Ω
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.17. Efecto de la resistencia paralelo en la curva V-I.

2.7.3. Curva de potencia. Punto de máxima potencia


Como ya se ha indicado anteriormente, la región de la curva característica com-
prendida entre ISC y VOC corresponde al funcionamiento de la célula como generador.
Para cada punto de la curva V-I, se tiene un valor de tensión y de corriente de trabajo, es
decir una potencia PuVI, que puede representarse como se muestra en la figura 2.18.

Corriente 5,0 A Potencia


Pmax
2,0 W

4,0 A
Ipmp

3,0 A

1,0 W
2,0 A

1,0 A

Vpmp
0A 0W
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.18. Curva V-I y curva de potencia de una célula fotovoltaica.


50 Ángel Antonio Bayod Rújula

Cuando se cortocircuita la célula, el valor de la corriente en este cuadrante de


la curva V-I es el máximo, pero la tensión es cero, por lo que la potencia que se en-
trega es nula. De la misma forma, dejando la célula a circuito abierto (no conec-
tándola a nada), la corriente es nula, por lo que, aún siendo elevada la tensión, la
potencia entregada es cero.
Si la energía es suministrada a una carga con resistencia no nula, la potencia
entregada a la resistencia viene dada por el producto P u I V. Existirá un punto de
funcionamiento (Ipmp, Vpmp) para el que la potencia entregada sea máxima: es el
punto de máxima potencia. Los valores de Ipmp y Vpmp pueden obtenerse de la con-
dición de máximo.

2.7.4. Factor de forma


El producto Ipmp * Vpmp que da la potencia máxima, entregada a la carga, viene
representado en la figura anterior por el área del rectángulo rayado, que es obvia-
mente menor que la del rectángulo que representa el producto IscVoc de la mayor co-
rriente que puede extraerse de la célula Isc por la mayor tensión Voc. Ambos
productos se aproximan más cuanto más pronunciado sea el codo de la curva ca-
racterística. Pero naturalmente en todos los casos reales el parámetro definido por
el cociente

FF u Vpmp * Ipmp/(Vca * Icc)

3,5

3,0 I
cc
Superficie A
Ipmp PMP
2,5
Superficie B
Corriente (A)

2,0

1,5 Superficie B
Factor de forma FF u
Superficie A
1,0

0,5

0
Upmp Uca
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7
Tensión (V)

FIGURA 2.19. Factor de forma.


Células y módulos fotovoltaicos 51

es siempre menor que la unidad. Este cociente, llamado factor de forma o factor de
llenado (fill factor, en inglés), suele utilizarse como cuantificación de la forma de la
curva característica. El factor de forma es un parámetro de gran utilidad práctica, que
varía poco de unos dispositivos a otros y que toma valores que se sitúan alrededor
de 0,7-0,8 para muchas células de semiconductores cristalinos (Si, GaAs, InP, etc.).
Haciendo uso de la definición del factor de forma, la potencia máxima entre-
gada por la célula puede escribirse como

Pmáx u FF * Vca * Icc

2.7.5. Eficiencia de conversión de la célula


La eficiencia de conversión energética de una célula solar se define como el co-
ciente entre la máxima potencia eléctrica que se puede entregar a la carga y la po-
tencia de la radiación G incidente sobre el dispositivo

η u Pmáx/G

Naturalmente, esta eficiencia y la potencia máxima se obtienen únicamente si


la resistencia de carga es la adecuada, dada por Vpmp/Ipmp.
Por ejemplo, cuando se dice que una célula comercial tiene una eficiencia
del 15% significa que si tuviéramos una superficie de célula de 1 m2, por cada
100 W/m2 de radiación incidente se obtendrían únicamente 15 W eléctricos a en-
tregar al resto del circuito.
¿Y cuál sería la máxima eficiencia que se puede esperar? Depende del mate-
rial de la célula. En el caso del silicio, expuesto a la radiación solar (sin concen-
trarla), el 22% de la energía del espectro AM 1.5 no tiene suficiente energía para
crear el par e-h; otro 32% se pierde debido a que los fotones tienen más energía que
1,11 eV. Por tanto, solo se podría convertir el 49,6% de la energía (eficiencia). Ade-
más: pérdidas de eficiencia por reflexión, resistencia interna, procesos de recombi-
nación, etc.
Otras definiciones de interés son:
! Eficiencia de colección: ratio entre el número de electrones que salen
de una célula y el de fotones incidentes, en condiciones de cortocir-
cuito.
! Respuesta (responsivity) espectral: la densidad de corriente de cortocir-
cuito generada por unidad de irradiancia a una longitud de onda particu-
lar, representada en función de la longitud de onda.
52 Ángel Antonio Bayod Rújula

2.7.6. Influencia de la temperatura


Como se ve en la figura, la corriente de cortocircuito aumenta ligeramente con
la temperatura (casi no se aprecia en la figura), pero aparece una disminución fuerte
de la tensión de circuito abierto por lo que el rendimiento de una célula solar decrece
con la temperatura.
La fotocorriente IL aumenta ligeramente con la temperatura debido, en parte,
al aumento de las longitudes de difusión de los minoritarios y en parte al estre-
chamiento de la banda prohibida, que desplaza el umbral de absorción hacia foto-
nes de menor energía. La mejora de la fotocorriente con la temperatura es más
acusada en las células de GaAs que en las de Si pero, en todos los casos, la varia-
ción es pequeña y, en primera aproximación, IL puede considerarse independiente
de la temperatura.
La variación de las características de la célula con la temperatura se manifiesta,
por tanto, de forma explícita en el término exponencial de la ecuación y de forma
implícita a través de I0(T). La dependencia con la temperatura de la corriente inversa
de saturación puede escribirse de la siguiente forma:

EGO
Io (T) u kT3 exp i
kT

siendo K y EGO (ancho de la banda prohibida a 0 ºK) dos constantes aproximada-


mente independientes de la temperatura.
Teniendo en cuenta las ecuaciones anteriores se puede deducir la tensión de
circuito abierto

EGO kT kT3
Vca (T) u i 1n
e e IL

que predice una disminución de Vca con la temperatura. La importancia de esta va-
riación se aprecia mejor mediante la definición del coeficiente de variación con la
temperatura dado por

dVca 1 EGO
u i Vca (T)
dT T e
Células y módulos fotovoltaicos 53

4,5 A

4,0 A

3,0 A
Corriente

T T u 25 ºC
2,0 A
T u 30 ºC
T u 35 ºC
T u 40 ºC
1,0 A T u 45 ºC
T u 50 ºC
T u 55 ºC
T u 60 ºC
0A
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.20. Efecto de la temperatura en la curva V-I de una célula fotovoltaica sometida a una de-
terminada irradiancia.

2,0 W

1,5 W
Potencia

T T u 25 ºC
1,0 W
T u 30 ºC
T u 35 ºC
T u 40 ºC
0,5 W T u 45 ºC
T u 50 ºC
T u 55 ºC
T u 60 ºC
0W
0V 100 mV 200 mV 300 mV 400 mV 500 mV 600 mV
Tensión

FIGURA 2.21. Efecto de la temperatura en la potencia de salida de una célula fotovoltaica a una deter-
minada irradiancia.
54 Ángel Antonio Bayod Rújula

Por tanto, la temperatura de operación de las células solares fotovoltaicas tiene


un efecto muy significativo en la respuesta eléctrica del módulo. Teniendo en cuenta
que, en aplicaciones terrestres, las células solares pueden fácilmente calentarse hasta
los 70 ºC y que en aplicaciones espaciales la temperatura puede ser mayor, nos
obliga a incorporar un adecuado modelado de los coeficientes de temperatura de los
principales parámetros eléctricos.

2.7.7. Influencia de la concentración


Existe una estrategia encaminada a reducir los costes de producción de ener-
gía fotovoltaica en grandes cantidades, que consiste en hacer incidir la luz sobre
la célula después de concentrarla mediante un dispositivo óptico. Esta idea se re-
presenta esquemáticamente en la figura así como algunos sistemas concentrado-
res elementales.
En una primera aproximación, en los sistemas fotovoltaicos un sistema de con-
centración se basa en una óptica que colecte energía en una superficie y la transmita
sobre la superficie de la célula. La idea subyacente en estos sistemas es cambiar
área de célula por área de concentrador supuestamente mucho más económico.

FIGURA 2.22. Dos imágenes de células de concentración y lentes de Fresnel para la concentración.
Células y módulos fotovoltaicos 55

Como consecuencia del uso de un sistema concentrador, la célula se ve some-


tida a una irradiancia X veces superior. El número X se suele designar como número
de soles y mide el nivel de concentración al que trabaja la célula (a veces se denota
como C, índice de concentración).
Como se ha indicado, dentro de un amplio margen de funcionamiento, la foto-
corriente de las células solares prácticas es directamente proporcional a la intensi-
dad de la radiación incidente. Esta proporcionalidad permite el siguiente
planteamiento: Si la fotocorriente al nivel de iluminación definido como unidad
(normalmente Sol u 1.000 W/m2) es IL1, la fotocorriente a un nivel de iluminación
X (factor de concentración: X soles) veces superior es:

IL u X IL1

Ha de tenerse en cuenta que, al trabajar en concentración, la célula va a operar


a temperaturas más elevadas. El desarrollo de estos sistemas requiere prestar espe-
cial atención a los sistemas de refrigeración de la célula.

2.7.8. Condiciones estándar de medida, STC


Hemos visto que el comportamiento eléctrico de una célula fotovoltaica, es
decir, su característica I V, cambia según las condiciones de iluminación y tempe-
ratura. Para permitir la comparación entre células se han establecido unas condi-
ciones estándares de medida (Standard Test Conditions, STC), de uso universal y
definidas como sigue:
! Irradiancia : 100 mW/cm2 (1.000W/m2)
! Distribución espectral : AM 1,5
! Incidencia normal
! Temperatura de la célula : 25 ºC
Respecto a la distribución espectral, ha de considerarse que los rayos de Sol,
al atravesar la atmósfera, sufren una modificación, de modo que parte, la radiación
se refleja, y parte es transmitida. Las capas de aire hacen que parte de la radiación
se disperse y otra se absorba. De este modo, no solo llega menor cantidad de ener-
gía a la superficie de la tierra respecto de la que llega al exterior de la atmósfera, sino
que también cambia su distribución espectral.
Se denomina Air Mass (AM) a la longitud de trayectoria a través de la at-
mósfera terrestre atravesada por el rayo de Sol directo, expresado como múltiplo
de la trayectoria recorrida hasta un punto a nivel del mar con el Sol directamente
encima (adimensional).
56 Ángel Antonio Bayod Rújula

Se calcula como

AM u P/Po (1/senø)

donde P es la presión del aire local (Pa), Po es 1,013 ! 105 Pa (1,013 bar) y ø es
el ángulo de elevación solar.
El espectro cambia con el AM. El espectro AM 0 es el que se tiene en el exte-
rior de la atmósfera (un rayo de Sol no atraviesa nada de masa de aire de la atmós-
fera). AM es igual a 1 al nivel del mar con un cielo sin nubes cuando el Sol está
directamente encima y la presión del aire local es igual a Po. Está generalmente
aceptado que el espectro terrestre más realista para un uso general está proporcio-
nado por un ángulo de altura solar de 41,81º (el cual equivale a AM u 1,5).
Como se ve, para las condiciones estándar de medida (STC) se considera que sobre
el módulo incide una irradiancia de 1 kW/m2, con una distribución espectral AM 1,5.
Para AM 1,5 el 2% de la energía cae en la porción del ultravioleta, 54% en el
visible y el 44% en el infrarrojo.

2.8. Tipos de células


Dentro de la energía solar fotovoltaica generalmente se acepta como método de
clasificación de las diferentes tecnologías que se utilizan el de los materiales que en
la célula solar realizan la conversión energía solar/energía eléctrica.
La tecnología más extendida es la del silicio monocristalino, x-SI (o sc-Si, o m-
Si), seguida por la del silicio policristalino, p SI, el silicio amorfo, a Si, las células
de alto rendimiento, generalmente GaAs o compuestos relacionados InP, InAs,
TeCd, CIS, etc. Finalmente se presentan las células multiunión, las células bifacia-
les y las células de TiO2 y orgánicas.

2.8.1. Células solares de silicio monocristalino


Las células de silicio monocristalino son las células a las que habitualmente
nos referimos como células de silicio. Como su nombre indica, todo el volumen de
la célula es un único cristal de silicio. Es el tipo de células cuya utilización comer-
cial está más ampliamente extendida hoy en día.
El proceso de fabricación de la oblea, toda ella, un único cristal de silicio, que
constituirá la célula, comienza extrayendo el silicio de la arena.
En este primer proceso de extracción, el silicio contiene todavía un gran nú-
mero de impurezas no deseadas y normalmente nos referimos a él como silicio de
grado metalúrgico. El proceso de refinado posterior pasa primero por fabricar con
Células y módulos fotovoltaicos 57

él SiHCl3 (triclorosilano) que en una primera fase todavía contendrá un gran nú-
mero de elementos indeseados. Esto se hace porque el SiHCl3 es un compuesto lí-
quido, siendo los líquidos más fáciles de purificar que los sólidos. Después de este
proceso de purificación se obtiene SiHCl3 de alta pureza. A continuación es nece-
sario «recuperar» la forma sólida del silicio. Mezclando el SiHCl3 con H2 y ca-
lentándolo se obtiene polisilicio (sólido) y HCl. Este polisilicio, si bien está muy
purificado, todavía no constituye un monocristal. La obtención final del mono-
cristal se puede realizar mediante el proceso conocido con el nombre de Czoch-
ralski. El resultado final es una barra circular de silicio (ingot, lingote), que puede
medir varios metros y tener un diámetro de varias pulgadas. Esta barra, mediante
un proceso de corte, es de la que finalmente se extraen las obleas con las que se fa-
brican las células solares de silicio monocristalino. Durante los procesos de corte
del silicio se desperdicia una gran cantidad de material (40 – 50%).

FIGURA 2.23. Célula de silicio cristalino.

FIGURA 2.24. Silicio.


58 Ángel Antonio Bayod Rújula

A modo de ejemplo, la siguiente muestra la estructura básica de la célula solar


de silicio con la que se han conseguido las mayores eficiencias a un sol (24,7%). Ha
sido fabricada por la Universidad de Nueva Gales del Sur y se denomina PERL
(Passivated Emitter Rear Locally Diffused).

Pirámides
invertidas

Dedo de
metalización

Pc Pc
Óxido
n nc

Contacto Óxido
trasero

FIGURA 2.25. Esquema de la estructura de una célula PERL fabricada por la Universidad de Nueva
Gales del Sur.

Comentaremos algunas de sus peculiaridades. La estructura de pirámides in-


vertidas de la cara frontal se crea utilizándose técnicas de fotolitografía y sirve para
disminuir las pérdidas por reflexión y para «atrapar» la luz que entra en la célula.
Los dedos de metalización están depositados sobre una superficie plana, y no que-
brada, como resultaría si se hubiese depositado directamente sobre las pirámides.
De esta forma, su longitud efectiva resulta ser menor y, por lo tanto, también el
valor de la resistencia serie que introduce en la célula. El dopaje n de la superficie
frontal es diferente en las zonas situadas debajo del metal del resto. Se consigue así
una disminución de la recombinación que tiene lugar en el emisor sin sacrificar la
colección de luz.
La parte posterior de la célula está recubierta de óxido de silicio, a fin nueva-
mente de pasivarla, y de la metalización. El metal contacta con el semiconductor a
través de unos pequeños orificios abiertos en el óxido. Además, actúa como reflec-
tor posterior en la célula haciendo posible que esta posea un espesor más delgado
manteniendo su capacidad de absorción de luz lo que, a su vez, permite reducir el
volumen de recombinación no-radiativa en la célula.
Células y módulos fotovoltaicos 59

2.8.2. Células solares de silicio policristalino


La utilización de células de silicio policristalino constituye una estrategia de
abaratamiento de costes mediante la reducción del coste de las obleas de partida
con las que se fabrican las células. El silicio policristalino no es más que silicio
constituido por granos de silicio cristalino. En principio sobre este material se pue-
den utilizar las mismas técnicas de fabricación que las utilizadas para la fabrica-
ción de células de silicio monocristalino aunque es necesario realizar las siguientes
observaciones.
La frontera entre granos del silicio policristalino constituye una fuente adi-
cional de recombinación por lo que es de esperar que la eficiencia de estas células
sea inferior que las de sus homólogas monocristalinas. La pérdida es debida a la
Vca ya que se ha demostrado que, con las células de silicio policristalino se puede
obtener prácticamente la misma corriente de cortocircuito que con las células de
material monocristalino.

FIGURA 2.26. Célula de silicio policristalino.

Las longitudes de difusión más cortas requieren algunas modificaciones en el di-


seño de las células como el que se muestra en la figura en el que la existencia de una
doble unión aumenta la eficiencia de colección de estos dispositivos. El material
multicristalino provoca que algunos de los procesos tecnológicos descritos anterior-
mente tengan alguna dificultad adicional, especialmente aquellos que, como el tex-
turado, dependen de la orientación cristalina del material. En el laboratorio se han
conseguido eficiencias del 16,8% con células de gran área. Al nivel de producción
industrial, las eficiencias límite de este tipo de células se sitúan en torno al 17%.
60 Ángel Antonio Bayod Rújula

n n n

FIGURA 2.27. Estructura de doble unión apropiada para la fabricación de células de silicio multicristalino.

Existe una convención respecto al tamaño de grano:


! >10 cm: Silicio monocristalino.
! 1 mm-10 cm: Multicristalino.
! 1 m-1 mm: Policristalino.
! <1 m: Microcristalino.
Las eficiencias obtenidas están por encima del 14% para células de áreas gran-
des, y alrededor del 12% para módulos comerciales.

2.8.3. Tecnologías de lámina delgada


Se entiende como células solares policristalinas en lámina delgada aquellas en
que el espesor es de entre las décimas y varias micras, no más de 4 ó 5, formadas
por múltiples granos, microcristales del material, agrupadas al objeto de formar la
lámina en cuestión.
El coste de la energía solar fotovoltaica es hoy en día la mayor barrera para su
expansión. El desarrollo de los materiales policristalinos en lámina delgada y su
aplicación en dispositivos fotovoltaicos está claramente dirigido a la reducción de
los costes de producción, con los siguientes objetivos:
! Encontrar materiales semiconductores que puedan absorber la luz solar
en capas extremadamente finas de los mismos, del orden de una micra
frente a los cientos de micras requeridos para el silicio cristalino, por lo
que se deberá reducir el coste asociado a los materiales.
! Poder depositar estas capas finas o láminas delgadas de material sobre
sustratos baratos y asequibles como puede ser el plástico, el vidrio, etc.
! Poder depositar estas láminas delgadas por métodos simples y de fácil
adaptación a procesos industriales en gran escala. Las capas más finas
deben conducir a procesos más rápidos y a menores costes de capital.
Células y módulos fotovoltaicos 61

! Poder fabricar módulos completos durante el proceso de depósito de las


películas delgadas y, de esta manera, reducir los costos de producción.
! Y, por ultimo, poder convertir la luz solar en electricidad de una manera
eficiente manteniendo juntos todos estos objetivos parciales.
Como resultado de más de veinte años de investigación, varios materiales han
emergido como candidatos a cubrir los requerimientos industriales de eficiencia y
coste de una forma competitiva. Estos materiales son el silicio amorfo (a Si), el si-
licio policristalino en lámina delgada, el telururo de cadmio (CdTe), el seleniuro de
cobre e indio (CuInSe2) y el arseniuro de galio (AsGa). Todos estos materiales pue-
den ser depositados sobre sustratos asequibles, por una gran cantidad de métodos
potencialmente aplicables a escala industrial y que van desde las técnicas de vacío
a simples métodos de depósito químico.
Durante los últimos años, diferentes materiales han sido estudiados para su apli-
cación en este tipo de células fotovoltaicas, CdSe, CuO, Cu2O, Zn3P2, Cd1iXHgXTe,
p Si, GaAs, CdTe, CIS..., pero solo los dos últimos han emergido con la fuerza sufi-
ciente, para ser considerados como posible alternativa a la tecnología del silicio mo-
nocristalino en términos de coste de producción, eficiencia y estabilidad. Eficiencias
en torno al 16 ó 17% han sido alcanzadas en ambas tecnologías. Varios procesos y
caminos de reacción han sido identificados como capaces de producir láminas de
alta calidad y, por lo tanto, dispositivos fotovoltaicos también de gran calidad.

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30% 2000
2010
20%
2020
10%
0%
c-Si tf-Si CIS/CdTe DSC

FIGURA 2.28. Evolución prevista de la contribución de diferentes tecnologías al mercado fotovoltaico:


c-Si: silicio cristalino; tf-Si: silicio en capa fina; CIS/CdTe: compuestos semiconductores en capa fina;
DCS: nano-estructuras sensibilizadas. Fuente: PV NET.
62 Ángel Antonio Bayod Rújula

El espesor requerido a la lámina absorbente en un dispositivo depende del


coeficiente de absorción, α, del material utilizado. Valores altos del coeficiente de
absorción significan que la luz es absorbida por el material recorriendo un camino
menor cuanto mayor sea el valor del coeficiente. Es decir, cuanto mayor es el co-
eficiente de absorción, menor es la llamada longitud de absorción efectiva y, por
tanto, menor es el espesor de material requerido. La figura 2.29 representa la va-
riación del coeficiente de absorción para varios semiconductores en función de la
energía de la radiación (x-Si significa silicio cristalino; a-Si, silicio amorfo).

106

105
α (cmi1)

104

103
CIS
CdTe
a-Si
102 x-Si

0,5 1,0 1,5 2,0 2,5


hv (eV)

FIGURA 2.29. Coeficientes de absorción de distintos materiales y tecnologías.

Se observa que en los materiales con muy altos coeficientes de absorción, como
son el CuInSe2, y el CdTe, se absorbe el 90% de los fotones incidentes en menos de
1 µm. de espesor, mientras que en el caso del Si cristalino, con un coeficiente de ab-
sorción inferior, se necesitan decenas, si no cientos, de micras para alcanzar su fo-
tocorriente máxima. Por tanto, el valor del coeficiente de absorción limita el número
de materiales que pueden actuar como absorbentes válidos en lámina delgada.
Una importante propiedad requerida al absorbente de una célula solar es que los
portadores fotogenerados deben tener tiempos de vida, τ que sean lo bastante lar-
gos para permitir a estos portadores salir desde la región absorbente.
En casi todos estos casos, las láminas delgadas son policristalinas. Los crista-
litos individuales son generalmente de buena calidad, pero están interrumpidos por
Células y módulos fotovoltaicos 63

numerosas fronteras de grano. Las fronteras de grano son regiones de desorden con
grandes densidades de defectos estructurales e impurezas segregadas. Generalmente
son también regiones de alta recombinación. Además, el atrapamiento de carga en
los niveles de energía de las fronteras de grano puede formar barreras de potencial
que dificultan o impiden el transporte de portadores.
En muchos casos las fronteras de grano pueden llegar a dominar el funciona-
miento de la célula solar policristalina, llegando a ser la eficiencia obtenida fuerte-
mente dependiente del tamaño de grano del material implicado.

40 Spectrolab
Japan NREL
36 Energy Spectrolab
NREL
32 Spire NREL NREL/
Spectrolab

28
Stanford UNSW UNSW UNSW
Spire UNSW UNSW
% Eficiencia

24
Georgia
ARCO No. Tech UNSW NREL NREL
20 Univ. Varian Georgia Sharp
Carolina Tech NREL
Westinghouse
Solanex NREL NREL
16 Kodak NREL NREL
Proton Univ. So. Florida
Monosolar Energy Euro-CIS United Solar
12 Matsushita ARCO Boeing Univ.
Boeing Boeing ARCOAMETEK Lausana Groningen
United Solar Siemens
8 Univ. Solanex Univ. Princeton
Maine Boeing Cambridge
RCA Lausana NREL
Kodak
4 RCA RCA Univ. Univ. Linz
RCA RCA
RCA RCA UCSB Linz Linz Berkeley
0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005

Concentradores de células solares (3 bandas) Lámina delgada. CIGS


Concentradores de células solares (2 bandas) Lámina delgada. CdTe
Células de silicio cristalino. Monocristalinas Lámina delgada. Silicio amorfo
Células de silicio cristalino. Policristalinas 3.ª generación. Dye cells
3.ª generación. Células orgánicas

FIGURA 2.30. Coeficientes de absorción de distintos materiales y tecnologías.

Para otros materiales de gap directo con más alto coeficiente de absorción,
como son el GaAs y el CuInSe2, o CIS, los tamaños de grano pueden ser pequeños
(hasta dos órdenes de magnitud inferiores a los del Si) y aún así producir eficien-
cias muy aceptables, comparables a la del monocristal correspondiente.
64 Ángel Antonio Bayod Rújula

2.8.4. Células de silicio amorfo


El silicio amorfo carece del ordenamiento de los átomos de silicio en forma de
red cristalina. En consecuencia, debido a esta característica, no cabría esperar de este
material ninguna propiedad semiconductora. Sin embargo, debemos mencionar que
cuando en el contexto de las células solares se habla de silicio amorfo se debe en-
tender que una cierta cantidad de hidrógeno se ha incorporado al material. Se habla
entonces de silicio amorfo hidrogenado y se designa por a Si:H. Las células sola-
res que habitualmente vemos en calculadoras y relojes son de silicio amorfo.

FIGURA 2.31. Silicio amorfo.

En el silicio amorfo cabría esperar una gran densidad de defectos que impedi-
rían que el material exhibiese unas propiedades mínimas de transporte y de recom-
binación para que fuese factible desde el punto de vista fotovoltaico. Sin embargo,
el hidrógeno tiende a incorporarse a aquellos enlaces de silicio que quedan libres y
que son los principales responsables de las malas propiedades de transporte y de re-
combinación del material, disminuyendo su influencia, hasta el punto que el mate-
rial resulta factible para fabricar células con una eficiencia en torno al 10%.
Del carácter amorfo del material tampoco debería derivarse una estructura de
bandas. Sin embargo, la reducción de defectos debida a la incorporación del hidró-
Células y módulos fotovoltaicos 65

geno nuevamente hace posible una estructura de bandas si bien no tan definida
como en el silicio cristalino y que presenta un gap en torno a 1,7 eV.
Comparado con el material cristalino, el silicio amorfo es mucho más absor-
bente (anchura de gap 1,7 eV, en lugar de 1,1eV) siendo necesarios únicamente es-
pesores inferiores a la micra para absorber la mayor parte de la luz solar. En
consecuencia, estas capas necesitan ser apoyadas en un sustrato mucho más ancho,
transparente y opaco. Las células de silicio amorfo se fabrican depositando el sili-
cio directamente sobre un substrato más barato (vidrio, plástico...) siendo posible
la deposición en grandes superficies, del orden de metros cuadrados. Además su
bajo consumo energético durante el ciclo de producción hace que el tiempo de re-
torno energético sea inferior a un año.
Otra de las ventajas del silicio amorfo es que, aleándolo con nitrógeno o car-
bono se puede aumentar el valor de su gap y, con germanio, disminuirlo lo que hace
posible la fabricación relativamente sencilla de células tándem o multigap. Se ha
calculado que con ello debería ser posible una eficiencia del 24% combinado el si-
licio amorfo con aleaciones de germanio que diesen lugar a un gap aproximado de
1,45 eV y con C o N para obtener un gap de 2,0 eV en una estructura de dos termi-
nales y tres uniones p-n.

2.8.5. Células solares de arseniuro de galio y semiconductores III-V


Las propiedades de estos materiales han sido bien estudiadas, pues han sido
muy utilizados en la tecnología de dispositivos ópticos de alta velocidad.
El GaAs es un material de gap directo lo que implica que se trata de un mate-
rial muy absorbente. Bastan unas pocas micras de material para absorber toda la
luz incidente. En consecuencia, las capas fotovoltaicamente activas en esta célula
están situadas en la parte superior del substrato sobre el que han sido crecidas, el
cual, simplemente, desempeña un papel de soporte mecánico.
Dado su elevado coste, las células de GaAs se investigan en el contexto de su
utilización en sistemas de concentración. Desde la perspectiva industrial, las célu-
las solares de GaAs se utilizan frecuentemente en aplicaciones espaciales por su
resistencia a la radiación.
Las células de InP se utilizan en aplicaciones espaciales, también por su resis-
tencia a la radiación. Han sido desechadas sus aplicaciones en tierra debido al alto
coste de preparación del cristal, y el control de sus propiedades. Las eficiencias me-
didas están alrededor del 21% para homounión, 20,5% para AM 1,5, y 18% para ho-
mouniones superficiales, lo que le aparta de aplicaciones terrestres.
66 Ángel Antonio Bayod Rújula

2.8.6. Células solares de telururo de cadmio


En principio el mayor atractivo del telururo de cadmio como candidato a mate-
rial absorbedor de la energía solar es el valor de su energía de separación entre las
bandas de conducción y de valencia, energía del «gap», que es de 1,4 eV y se co-
rresponde con el valor teórico óptimo para el aprovechamiento del espectro solar, por
lo que el interés de la comunidad científica fue grande sobre él, de tal manera que
en pocos años su estudio pasó de la escala de laboratorio al desarrollo preindustrial.

FIGURA 2.32. Vista parcial de una planta fotovoltaica de 100kW de TeCd situada en Aragón.

La primera célula basada en el telururo de cadmio que consiguió una eficien-


cia mayor al 10% fue desarrollada por Kodak en 1982. Desde entonces varios gru-
pos han trabajado intensivamente en el desarrollo de estas células, Ametek, Arco
Solar, British Petroleum, Matsushita, etc.; habiéndose conseguido eficiencias su-
periores al 15%.
En los últimos años los mayores logros en el desarrollo de células solares ba-
sadas en el CdTe han sido conseguidos por los investigadores de la Universidad del
Sur de Florida (USF), los cuales han alcanzado eficiencias del 15,8%, lo que sig-
nifica obtener las primeras células solares no basadas en monocristales que sobre-
pasan la barrera del 15% de eficiencia lo que se considera el límite para hablar de
células de alta eficiencia.
Células y módulos fotovoltaicos 67

hv hv

Vidrio
SnO2 0,4 µm
CdS 0,25 µm

CdTe 3,0 µm

Grafito 10 µm

Metal 1,5 µm

FIGURA 2.33. Sección transversal de una célula dorsal de CdTe/CdS.

2.8.7. Células solares de seleniuro de cobre e indio


El seleniuro de cobre e indio (CulnSe2 o CIS) fue uno de los primeros mate-
riales en lámina delgada en alcanzar eficiencias superiores al 10%. La primera cé-
lula monocristalina de CulnSe2 con un 12% de eficiencia fue construida en los
Laboratorios Bell en 1974.
La utilización de monocristales no es útil, para su aplicación práctica, por lo que
una vez demostrada la validez del material comenzó el desarrollo de dispositivos
CIS en lámina delgada.
La primera célula preparada por evaporación térmica fue desarrollada por Grin-
dle en 1980 y alcanzó un rendimiento del 5%. Pero el desarrollo que definitivamente
lanzó la carrera hacia la obtención de células CIS de alta eficiencia fue el realizado
por Mickelsen y Chen en la empresa Boeing. Este dispositivo conocido como célula
Boeing fue preparado por evaporación y obtuvo una eficiencia del 10%.
Las características de la mayoría de los dispositivos de CuInSe2, con eficien-
cias superiores al 10%, son el haber sido fabricados con una disposición donde el
CIS es depositado sobre vidrio o alúmina recubierto de una capa metálica de Mo,
y el poseer una capa ventana compuesta generalmente por sulfuro de cadmio, CdS,
o sulfuro de cadmio y zinc, CdxZn1ixS, en combinación con un óxido conductor
transparente. Habiendo sido preparada la mayor parte de estas células por evapo-
ración térmica o por selenización de aleaciones de cobre indio o de los precursores
binarios, lnxSey, CuxSe,...
68 Ángel Antonio Bayod Rújula

Un grupo líder actualmente en la tecnología CIS fue la compañía Siemens Solar


Industries (SSI) que desarrolló un módulo de 0,4 m2 de área y una eficiencia del
9,7%. Este desarrollo representó la más alta eficiencia conocida para un módulo
basado en la tecnología de láminas delgadas. Por otro lado, la estabilidad de estos
módulos fue contrastada por el NREL durante cuatro años, no habiéndose observado
ninguna degradación en las características de los mismos.
La posibilidad de producción de módulos fotovoltaicos basados en la tecnolo-
gía CIS, con los requerimientos necesarios de bajo coste que los hagan competiti-
vos frente a otras tecnologías fotovoltaicas, ha requerido de una mejora en la
utilización de los materiales, simplificación de los procesos de producción, pro-
ducción sobre substratos de gran área, incremento de la velocidad de los procesos
y eliminación de los materiales potencialmente peligrosos durante la producción y
en el producto terminado.

2.8.8. Células multiunión


En las células basadas en un solo gap, no pueden absorberse los fotones cuya
energía es menor que el valor de este gap y, por lo tanto, se pierde. Las células mul-
tiunión constituyen una estrategia para aprovechar estos fotones.

1,0

0,8
Intensidad relativa

0,6

0,4

0,2

0
300 400 500 600 700 800 900
Longitud de onda en nm

Respuesta espectral total de la célula triple.


Célula absorbedora entre 300 y 650 nm.
Célula absorbedora entre 400 y 850 nm.
Célula absorbedora entre 500 y 1.000 nm.

FIGURA 2.34. Esquema de funcionamiento de células multiunión.


Células y módulos fotovoltaicos 69

Mientras que las células de un solo gap tienen el potencial de alcanzar efi-
ciencias del 40,7% (suponiendo al Sol como un cuerpo negro a 5.759 K y máxima
concentración), los sistemas de dos gaps tienen un potencial del 55,5% y los de
tresgaps, del 63,4%. El proceso puede continuarse hasta considerar un número
infinito de gaps obteniéndose entonces el límite de la eficiencia de conversión fo-
tovoltaica, 86%.

100

90
86,8%
80
Eficiencia (%)

68,3%
70
63,4%
60
55,5%
50
40,7%
40

30
1 2 3 4
Número de células

FIGURA 2.35. Eficiencia y número de células en configuración tándem.

Existen dos tipos de configuraciones para los sistemas tándem o multigap:

a) Sistemas apilados
En estos sistemas, las células se sitúan unas detrás de otras en orden decre-
ciente de su gap. Los fotones que no son absorbidos por las células precedentes
pueden absorberse en las células siguientes. Se dice que el apilamiento es monolí-
tico cuando todas las células se fabrican en la misma oblea y mecánico, cuando las
células se fabrican por separado y después se unen, por ejemplo, utilizando un ad-
hesivo especial.
Uno de los mayores problemas que aparecen asociados a los sistemas mono-
líticos es el de cómo realizar la conexión eléctrica de las células. Para solucio-
narlo, uno de los procedimientos consiste en fabricar un diodo túnel (un diodo
apenas rectificante) entre las dos células (figura 2.36a).
Sin embargo, esta interconexión, a pesar de todo, introduce a menudo un valor
de resistencia serie que resulta excesivo para la operación de la célula en concen-
tración. Otra estrategia consiste en la utilización de una interconexión (figura 2.36b).
70 Ángel Antonio Bayod Rújula

Capa de frenado
de ataque químico
Célula superior
pcc

Célula inferior

ni i Capa conductora

(a) (b)

FIGURA 2.36. Diferentes procedimientos para interconectar las células en un sistema multigap: (a) Dos
terminales mediante diodo túnel, (b) dos o tres terminales mediante interconexión metálica.

Con este procedimiento, la base de la célula superior se conecta con el emisor


de la célula inferior mediante una sucesión controlada de ataques químicos y pro-
cesos de metalización. El mayor inconveniente de este método procede del incre-
mento en el factor de sombra que resulta de la existencia de una segunda malla de
metalización. Con esta técnica pueden fabricarse también dispositivos de tres ter-
minales aunque son difíciles de aplicar en la práctica de forma inmediata en los sis-
temas fotovoltaicos actuales que están pensados para dispositivos de dos terminales.

b) Sistemas de desdoblamiento espectral


En un sistema de desdoblamiento espectral, la luz procedente del Sol se separa
en diferentes componentes espectrales y se distribuye hacia las células por medio
de una serie de filtros. Una de las ventajas de estos sistemas es que es compatible
con la utilización de células de un gap ya existentes. Por ejemplo, se han conse-
guido eficiencias del 29,4% a 170 soles, mediante un sistema que utilizaba con-
juntamente células de GaAs y Si de estructura convencional.

Lente

Splitter

FIGURA 2.37. Desdoblamiento espectral.


Células y módulos fotovoltaicos 71

Los resultados con células tándem de GaInP/GaAs dieron en un primer trabajo


con una célula de gran área (1 cm2,) resultados del 21,8% de eficiencia. El campeón
en estos dispositivos ha tenido eficiencias del 29,5% (AM 1,5) y 30,2 (180 soles).
Su estructura es la mostrada en la figura.

Au: 3 µm
Red de metalización frontal
n -GaAs: 0,5 µm
cc
Capa de contacto
n-AlInP: 0,025 µm
n-GaInP: 0,1 µm Capa ventana

p-GaInP: 0,6 µm Célula superior


p-GalnP (alto Eg): 0,05 µm
pcc-GaAs: 0,01 µm Campo posterior
ncc-GaAs: 0,01 µm Unión túnel
n-GaInP: 0,1 µm
Capa ventana
n-GaAs: 0,1 µm Célula inferior

p-GaAs: 3,5 µm Campo posterior


p-GaInP: 0,07 µm

pc-GaAs: sustrato Contacto trasero

FIGURA 2.38. Estructura de células tándem de GaInP/GaAs.

2.8.9. Células bifaciales


Son células con las dos caras habilitadas para la transformación de energía.
Tienen grandes ventajas en dispositivos de concentración estáticos aunque no ha
sido muy aceptada de momento, debido sobre todo al complejo desarrollo de la es-
tructura bifacial. Obviamente, para ello, requieren de la existencia de una rejilla de
metalización en su cara posterior. En principio, su primera ventaja sobre las célu-
las solares monofaciales residiría en su capacidad para recoger la radiación de al-
bedo (radiación solar reflejada en el suelo) una vez instaladas en módulos
adecuados. Otra de sus potenciales ventajas reside, sin embargo, en su utilización
en concentradores planos como el que se muestra en la figura. Como se aprecia en
la figura, el concentrador plano dirige los rayos luz que inciden sobre la parte de su
superficie que no está recubierta por célula hacia la parte posterior de esta. De este
modo concentra la luz, dependiendo de su diseño concreto, en un factor de 2 a 4.
72 Ángel Antonio Bayod Rújula

Rayo de luz
Reflexión interna
Célula bifacial

Reflector

FIGURA 2.39. Célula bifacial situada en un concentrador plano.

2.8.10. Células de TiO2 nanoestructurado sensitivizado por colorante


y células orgánicas
Las células solares basadas en materiales nanoestructurados, tanto orgánicos
como inorgánicos, representan una alternativa de bajo coste con un significativo
potencial para superar el rendimiento de las células convencionales de unión p-n.
Estas células se pueden formar combinando semiconductores nanoestructurados,
polímeros conjugados, moléculas de colorante y electrolitos redox. Este tipo de cé-
lulas basa su interés en su potencial de producción a bajo coste tanto por los mate-
riales a emplear como por los métodos posibles. La idea general es la creación de
nanodominios dentro de la estructura de diferentes materiales que incrementen el
área de contacto en las interfases fotoactivas, promoviendo la generación de foto-
portadores y su recolección.
El primer avance significativo fue publicado por Grätzel en 1991 con la utili-
zación de películas mesoporosas de nanopartículas de dióxido de titanio (TiO2). El
esquema de las llamadas células de Gräztel se muestra en la figura, las eiciencias
actuales de estos dispositivos están alrededor del 11%.
La célula solar de Graetzel está compuesta de cristales nanoscópicos de óxido
de titanio (TiO2) recubiertos de un colorante orgánico (el sensibilizador).
El TiO2 es un óxido semiconductor de gap grande (3,2 eV). Por su amplia banda
prohibida, el TiO2 solo absorbe la parte ultravioleta de la emisión solar y, por lo
tanto, se consigue muy poca eficiencia de conversión.
Células y módulos fotovoltaicos 73

Se sumerge el TiO2 en un electrolito líquido conteniendo una pareja redox


(Ii/Ii3). Los granos de TiO2 están en contacto los unos con los otros y aseguran la
conducción de los electrones hasta el electrodo.

Trabajo

Corriente
Nanoestructurado
TiO

Solución
de electrolito

r
ola
zs
Lu

Electrodo Electrodo
Negativo Positivo

FIGURA 2.40. Principios de operación de las células solares fotoelectroquímicas basadas en dióxido de
titanio nanoestructurado sensitivizado con colorante.

Bajo iluminación, el colorante absorbe los fotones incidentes y acumula una


energía suficiente para poder inyectar un electrón en la banda de conducción de
TiO2 que se difunde por la matriz nanoestructurada de dióxido de titanio y es diri-
gido hasta el contacto con el circuito exterior, generando fotocorriente.
El colorante se regenera con especies disueltas en el electrolito que transpor-
tan huecos hasta el contraelectrodo. Después de la inyección, la forma reducida de
la pareja redox en solución, regenera el colorante oxidado, mientras que la forma
oxidada de la pareja redox es reducida al contra-electrodo, cerrando así el proceso
74 Ángel Antonio Bayod Rújula

de regeneración. El contraelectrodo está cubierto de platino para catalizar la re-


ducción del electrolito.
El proceso se inspira en la fotosíntesis, proceso químico que permite a las plan-
tas alimentarse consumiendo la energía luminosa. La clorofila situada en la super-
ficie de las hojas absorbe la luz solar y distribuye los electrones, cuya energía se
utiliza en otras partes de la planta.
En su estado actual, las células solares sensitivizadas no pueden competir en
cuanto a la eficiencia o durabilidad con otras alternativas del mercado de ener-
gía solar. Se han planteado dudas sobre la estabilidad del colorante, cuya degra-
dación, aunque ocurra muy lentamente, inutilizaría la célula solar a medio o largo
plazo. Otro inconveniente es la fase líquida, entre otras cosas porque no resulta
fácil sellar perfectamente el disolvente orgánico, con lo que la célula se puede
secar paulatinamente y quedar inservible. Por ello, muchas de las investigacio-
nes actuales tienen como objeto simplificar el proceso de producción y, a la vez,
conseguir mejores propiedades mecánicas, por ejemplo, dotar a la célula de fle-
xibilidad. Otro objetivo consiste en realizar una célula sólida con semiconduc-
tor TiO2 nanoestructurado sensitivizado y un medio sólido que substituya al
líquido como transportador de huecos. Se han realizado células de estado sólido
con CuI como substituto del electrolito y, en principio, son estables, pero su efi-
ciencia es menor, en particular porque no se puede evitar la formación de vacíos
en la estructura.
Otra aproximación a este concepto son los dispositivos basados completamente
en materiales orgánicos conocidos como de heterounión masiva donde estos están
dispuestos de manera desordenada a nivel macroscópico pero con nanodominios
fotovoltaicamente eficientes.

2.9. Eficiencias récord


A continuación, se muestran unas tablas con valores récord de eficiencia en
distintos tipos de células y módulos fotovoltaicos.
La tabla 2.2 muestra valores de células y submódulos para aplicaciones te-
rrestres (no en el espacio), bajo condiciones STC, 1.000 W/m2, espectro AM 1,5
y temperatura de célula de 25 ºC.
Para módulos, se tiene la tabla 2.3 de eficiencias, también bajo condiciones
STC, 1.000W/m2, espectro AM 1,5 y temperatura de célula de 25 ºC.
Por último, se muestra la tabla 2.4 con valores récord de eficiencia medidos,
con concentración bajo espectro AM 1,5 y temperatura de célula 25 ºC.
Células y módulos fotovoltaicos 75

Eficiencia Áreab Voc Joc FFc Centro de testd


Clasificacióna (mA/cm2) (%) Descripción
(%) (cm2) (V) (fecha)
Células de silicio
Si (cristalino) 24,7±0,5 4,00 (da) 0,706 42,2 82,8 Sandia (3/99) UNSW PERL
Si (multicristalino) 29,8±0,5 1,09 (ap) 0,654 79,5 82,8 Sandia (2/98) UNSW/Eurosolare
Si (thin film) 16,6±0,4 4,017 (ap) 0,645 32,8 78,2 FhG/ISE (7/01) Uni. Stuttgart, 45 µm de espesor
Células III-V
GaAs (cristalino) 25,4±0,8 3,91 (t) 1,022 28,2 87,1 NREL (3/90) Kopin, AlGaAS
GaAs (thin film) 23,3±0,7 4,00 (ap) 1,011 27,6 83,8 NREL (4/90) Kopin, 5 mm CLEFT
GaAs (multicristalino) 18,2±0,5 4,011 (t) 0,994 23,0 79,7 NREL (11/95) RTL, sustrato Ge
InP (cristalino) 21,9±0,7 4,02 (t) 0,878 29,3 85,4 NREL (4/90) Spix, epitaxial
Policristalino (thin film)
CIGS (célula) 18,4±0,5 1,04 (ap) 0,669 35,7 77,0 NREL (2/01) NREL, CIGS vidrio
CIGS (submódulo) 16,6±0,4 16,0 (ap) 2,643 8,35 75,1 FhG/ISE (3/00) Uni. Uppsala, 4 células en serie
CdTe (célula) 16,5±0,5 1,032 (ap) 0,845 25,9 75,5 NREL (9/01) NREL, de vidrio
Si nanocristalino amorfo
Si (nanocristalino) 10,1±0,1 1,199 (ap) 0,539 24,4 76,6 JQA (12/97) Kareka, 2 µm de vidrio
Fotoquímico
Nanocristalino dye 8,2±0,3 2,36 (ap) 0,726 15,8 71,2 FbG/ISE (7/01) ECN
Nanocristalino dye (submódulo) 4,7±0,2 141,4 (ap) 0,795 11,3 59,2 FbG/ISE (2/98) INAP
Células multiunión
GaInP/GaAs 30,3 4,0 (t) 2,488 14,22 85,6 JQA (4/96) Japan Energy, monolítico
GaInP/GaAs/Ge 32,0±1,5 3,989 (t) 2,622 14,37 85,0 NREL (1/03) Spectrolab, monolítico
GaAs/CIS (thin film) 25,8±1,3 4,0 (t) NREL (11/89) Kopin/Boeing, 4 terminal
a-Si/CIGS (thin film) 14,6±0,7 2,4 (ap) NREL (6/88) ARCO, 4 terminal

TABLA 2.2. Valores de eficiencias en células y submódulos para aplicaciones terrestres (no en el es-
pacio), bajo condiciones STC. Fuente: UNWS.

Eficiencia Áreab Voc Joc FFc Centro de test


Clasificacióna (mA/cm2) (%) Descripción
(%) (cm2) (V) (fecha)
Si (cristalino) 22,7±0,6 778 (da) 5,60 3,93 80,3 Sandia (9/96) UNSW/Gochermann
Si (multicristalino) 15,3±0,4 1017 (ap) 14,6 78,6 80,3 Sandia (10/94) Sandia/HEM
Si (thin film) 8,2±0,2 661 (ap) 25,6 0,318 68,0 Sandia (7/02) Pacific Solar, 1-2 µm de vidrio
CIGSS 13,4±0,7 3459 (ap) 31,2 2,16 68,9 NKEL (8/02) Showa Shell, Cd-free
CdTe 10,7±0,5 4874 (ap) 26,21 3,205 62,3 NKEL (4/00) BP Solarex
a-Si/a-SiGe/a-SiGe (tándem) 10,4±0,5 905 (ap) 4,353 3,285 66,0 NKEL (10/98) USSC, a-Si/a-Si/a-SiGe

TABLA 2.3. Valores de eficiencias en módulos para aplicaciones terrestres, bajo condiciones STC.
Fuente: UNWS

Notas tablas 2.2 y 2.3:


a. CIGS: CuInGaSe2; a-Si: aleación de silicio amorfo/hidrógeno.
b. (ap): área de apertura; (t): área total; (da): área de iluminación designada.
c. FF: fill factor.
d. FhG-ISE: Fraunhofer-Institut für Solare Energiesysteme; JQA: Japan Quality Assurance.
76 Ángel Antonio Bayod Rújula

Eficiencia Áreaa Intensidadb Centro de test


Clasificación Descripción
(%) (cm2) (suns) (fecha)
Células individuales
GaAs 27,6±0,8 0,160 (da) 255 Sandia (5/91) Spire
GaInAsP 27,5±0,4 0,075 (da) 171 NREL (2/91) NREL, cubierta Entech
Si 26,8±0,8 1,60 (da) 96 FhG-ISE (10/95) SumPower, volver contacto
InP 24,3±1,2 0,075 (da) 99 NREL (2/91) NREL, cubierta Entech
CIGS (thin film) 21,5±1,5 0,102 (da) 14 NREL (2/01) NREL
Pilas de dos células
GaAs/GaSb (4 terminales) 32,6±1,7 0,053 (da) 100 Sandia (10/89) Boeing, mecánica de pila
InP/GaInAs (3 terminales) 31,8±1,6 0,063 (da) 50 NREL (8/90) NREL, monolítico
GaInP/GaInAs (2 terminales) 30,2±1,2 0,1326 (da) 300 NREL/FhG-ISE (6/01) Fraunhofez, monolítico
GaInP/GaAs (2 terminales) 30,2±1,4 0,103 (da) 180 Sandia (3/94) NREL, monolítico
GaAs/Si (grande) (4 term.) 29,6±1,5 0,317 (da) 350 Sandia (9/88) Varian/Stanford/Sandia, mecánica de pila
Pilas de tres células
GaInP/GaInAs/GaSb (4 term.) 33,5±1,7 0,1326 (da) 308 FhG-ISE (6/01) Fraunhofez, mecánica de pila
GaInP/GaAs/Ge (2 terminales) 32,4±2,0 0,1025 (da) 414 NREL (6/00) Spectrolab, monolítico
GaInP/GaAs/Ge (grande) 30,6±1,5 1,050 (da) 234 NREL (9/00) Spectrolab, monolítico
Submódulos
GaAs/GaSb 25,1±1,4 41,4 (ap) 57 Sandia (3/93) Boeing, 3 unidades mecánica de pila
GaInP/GaAs/Ge 27,0±1,5 34 (ap) 10 NREL (5/00) ENTECH
Módulos
Si 20,3±0,8 1875 (ap) 80 Sandia (4/89) Sandia/UNSW/ENTECH, 12 células
Espectro AOD bajo
GaInP/GaAs/Ge (2 terminales) 35,2±1,5 0,266 (da) 663 NREL (2/03) Spectrolab, espectro AOD bajo
Excepciones importantes
Si (grande) 21,6±0,7 200 (da) 11 Sandia (9/90) UNSW, láser acanalado
GaAs (sustrato Si) 21,3±0,8 0,126 (da) 237 Sandia (5/91) Spire
InP (sustrato GaAs) 21,0±1,4 0,075 (da) 85 NREL (2/91) NREL, cubierta Entech
Notas tabla:
a. (da): área de iluminación designada; (ap): área de apertura.
b. Un sun correponde a una intensidad de 1.000 W/m2.

TABLA 2.4. Valores récord de eficiencia medidos con concentración, Tc u 25 ºC. Fuente: UNWS.

2.10. El módulo fotovoltaico


Para su empleo práctico, las células solares se asocian eléctricamente en dife-
rentes combinaciones que permiten obtener los valores de corriente y tensión ne-
cesarios para una aplicación determinada y se encapsulan entre materiales que las
protegen de los efectos de la intemperie, las aísla eléctricamente del exterior y, por
último, da rigidez mecánica al conjunto. El conjunto de células, conexiones, pro-
tecciones, soportes, etc., constituye lo que llamaremos el generador fotovoltaico.
Células y módulos fotovoltaicos 77

Cuando se conectan en serie dos o más células fotovoltaicas, el conjunto se


comporta con otra curva V-I equivalente. Al estar en serie, todas las células son re-
corridas por la misma intensidad de corriente, pero la tensión en los terminales del
conjunto es la suma de las tensiones existentes en cada célula.

120

100
1 célula
2 células
80
3 células
Corriente I (A)

60

40

20

0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)

FIGURA 2.41. Curva V-I equivalente a la conexión de varias células iguales en serie.

120

100
1 célula
2 células
80
3 células
Corriente I (A)

60

40

20

0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)

FIGURA 2.42. Curva V-I equivalente a la conexión de varias células iguales en paralelo.
78 Ángel Antonio Bayod Rújula

Por el contrario, cuando se conectan varias células en paralelo, todas ellas que-
dan sometidas a la misma tensión, siendo la corriente a la salida del conjunto igual
a la suma de las corrientes generadas por cada una de las células.
Como puede verse, la corriente de cortocircuito y la tensión a circuito abierto
de un módulo se pueden calcular a partir de las expresiones sencillas,

Icc módulo u Icc célula ! NP

Vca módulo u Vca célula ! Ns

donde Ns y Np el número de células asociadas en serie y paralelo, respectivamente.

Ns

Np

FIGURA 2.43. Disposición de células en serie y en paralelo en módulos fotovoltaicos.

En las conexiones del mismo número de células, sea en serie o en paralelo, se


tiene el mismo valor de potencia máxima. Lo que cambia son los valores de tensión
y corriente a los que se obtiene dicha máxima potencia. Las conexiones se realizan
mediante cintas conductoras.
Células y módulos fotovoltaicos 79

12

10
36s!1p
8 18s!2p
46 W 13s!3p
Corriente (A)

6
46 W

4
46 W
2

0
0 5 40 15 20 25
Tensión (V)

FIGURA 2.44. Curvas V-I para la conexión de 36 células iguales. s= conectadas en serie; p= conectadas
en paralelo.

FIGURA 2.45. Parte posterior y frontal de una célula de silicio monocristalino.

Un módulo fotovoltaico es el conjunto más pequeño, completo medioambien-


talmente protegido, de células interconectadas.
El tiempo de vida de los módulos, en condiciones normales de operación, debe
ser superior a 25 años y viene determinado por la duración del encapsulado que
debe ser impermeable al agua y resistir la fatiga térmica y la abrasión.
80 Ángel Antonio Bayod Rújula

Encintado

Cinta de Cu/Sn

Formación de cadenas

Matriz de células

FIGURA 2.46. Formación de matriz de células fotovoltaicas.

Otras características de interés son la facilidad de instalación y limpieza, la di-


sipación de calor de las células y el bajo coste.
El mercado ofrece diferentes tipos de módulos. En la actualidad, con la amplia
gama de aplicaciones fotovoltaicas existentes y el incremento de nuevas aplicacio-
nes como sistemas fotovoltaicos en edificios, el tamaño y características de los mó-
dulos presenta una gran variación, pudiendo encontrarse desde el módulo
convencional con cubierta frontal transparente y con 36 células de silicio cristalino
conectadas en serie (72 cuando existen dos series), todas de igual tamaño, y en-
capsuladas entre una lámina de vidrio y otra de tedlar que cubre la cara posterior
(véase la figura) hasta módulos semitransparentes coloreados especialmente dise-
ñados para su integración en edificios.
Células y módulos fotovoltaicos 81

FIGURA 2.47. Células fotovoltaicas de colores.

Los detalles del ensamblado mecánico de un panel varían con cada fabricante.
A pesar de ello existen puntos comunes para todas las realizaciones. Para proteger
las células, estas son inmersas en un material encapsulante (habitualmente EVA,
acetato de etilen-vinilo), formando una estructura tipo «sandwich». Tras una fase de
laminado (curado), las células quedan totalmente embebidas en el encapsulante sin
contacto posible con el aire o humedad y sin burbujas de aire.
El frente del panel (zona expuesta a la luz solar), tiene un vidrio templado (re-
sistente al impacto) que protege a las celdas de los agentes meteorológicos (lluvia,
granizo, nieve, polvo) y los golpes. El vidrio usado tiene un bajo contenido de
plomo, para no reducir la transmitividad de la luz a través del mismo.
La parte posterior tiene una capa de material dieléctrico de protección (habi-
tualmente Tedlar) o bien otra lámina de vidrio (en los paneles vidrio-vidrio que se
utilizan en aplicaciones en la edificación).
En los paneles sin vidrio posterior, un marco de aluminio suele servir para dar
rigidez mecánica al conjunto, facilitando a su vez el montaje del panel al soporte.
El marco exterior es de aluminio para evitar su deterioro por oxidación. Varios agu-
jeros, ubicados en distintas partes de su perímetro, hacen innecesario el uso de má-
quinas de perforar, evitando el riesgo de dañar, accidentalmente, el panel FV.
82 Ángel Antonio Bayod Rújula

Perfil de goma
Cristal frontal

Material encapsulante

Célula solar

Lámina posterior

Marco

FIGURA 2.48. Esquema de las partes componentes de un módulo fotovoltaico.

En la parte trasera del panel se encuentran los contactos eléctricos, con una o
dos cajas de conexiones de plástico, con tapa removible y agujeros laterales para la
entrada y salida de los cables de conexión.

FIGURA 2.49. Ejemplo de caja de conexión que se coloca en la parte de atrás de un módulo fotovol-
taico, con uno de los cables de conexión.
Células y módulos fotovoltaicos 83

También hay espacio para permitir la instalación de diodos de protección cuya


utilidad analizaremos más adelante. Tanto la tapa como los agujeros laterales están
diseñados para brindar protección ambiental y permitir un mejor anclado mecánico
para los cables de conexión. Dentro de la caja se hallan dos bornes de salida. El ter-
minal positivo tiene el símbolo (c), o una marca de color rojo; el negativo tiene el
símbolo (i), o una marca de color negro.

2.11. Características de un módulo fotovoltaico


Como se ha indicado, un generador fotovoltaico está constituido de muchas
células solares asociadas eléctricamente entre sí. Tales células no son, en general,
idénticas por lo que la determinación exacta de la característica I V del conjunto, aun
en el supuesto de conocer las características de cada célula individual, puede llegar
a convertirse en un problema de cálculo muy complejo. Sin embargo y afortunada-
mente, la resolución de la mayoría de los problemas prácticos no precisa de tal exac-
titud y puede recurrirse al sencillo modelo que resulta de aceptar como válidos los
supuestos siguientes:
a) Los efectos de la resistencia paralela son despreciables.
b) La corriente generada, IL, y la corriente de cortocircuito, Icc, son iguales.
c) exp(VcIRs)/ mkT) > 1 en cualquier condición de trabajo.
d) Todas las células de un mismo generador son idénticas y trabajan igual-
mente iluminadas y a la misma temperatura.
e) Las caídas de tensión en los conductores que interconexionan las células
son despreciables.
El comportamiento eléctrico de un módulo fotovoltaico, es decir, su caracte-
rística V-I, bajo unas determinadas condiciones de iluminación y temperatura, puede
obtenerse a partir de la información característica que, conjuntamente con el mó-
dulo, debe suministrar el fabricante y que está constituida por varios parámetros
obtenidos en unas condiciones estándares de medida (Standard Test Conditions,
STC), ya citadas, de uso universal y definidas como sigue:
! Irradiancia : 100 mW/cm2 (1000 W/m2).
! Distribución espectral : AM 1,5.
! Incidencia normal
! Temperatura de la célula : 25 ºC.
En estas condiciones se miden, al menos, la potencia máxima que puede en-
tregar el módulo, PMÁX, la corriente de cortocircuito, Icc y la tensión de circuito
abierto, Vca.
84 Ángel Antonio Bayod Rújula

La caracterización del módulo se completa con la medida de la Temperatura de


Operación Nominal de la Célula, TONC, definida como la temperatura que alcan-
zan las células solares cuando se somete al módulo a las siguientes condiciones de
operación:
! Irradiancia : 80 mW/cm2 (800 W/m2)
! Distribución espectral : AM 1,5
! Incidencia normal
! Temperatura ambiente : 20 ºC
! Velocidad del viento : 1 m/s

Existen otras condiciones, denominadas Standard Operation Conditions, que


corresponden a 1.000 W/m2 de irradiancia sobre el plano, temperatura del disposi-
tivo igual a la temperatura de operación nominal de la célula (TONC) o módulo, y
masa de aire AM u 1,5.
A continuación, se enumeran los parámetros que podemos encontrar en las
hojas de características de distintos fabricantes.

2.11.1. Parámetros eléctricos


Punto de máxima potencia
El punto de máxima potencia es el punto donde el producto de tensión por co-
rriente da una potencia máxima bajo unas condiciones de operación especificadas.
En particular interesa saber el valor de la tensión y la intensidad en ese punto (a
unas condiciones dadas), Tensión en el punto de máxima potencia (Vpmp), e Inten-
sidad en el punto de máxima potencia (Ipmp). En particular, los fabricantes suelen
proporcionar estos valores en las condiciones STC.

Corriente de cortocircuito (Icc)


Es la corriente de salida con los terminales cortocircuitados a una temperatura
e irradiancia particulares, Icc.
En particular, bajo condiciones STC se denomina IccSTC.

Tensión a circuito abierto (Vca)


Es la tensión con corriente cero en un dispositivo (abierto o descargado) a una
temperatura e irradiancia particulares, Vca. Bajo condiciones STC: VcaSTC.

Potencia máxima nominal (Pmáx)


Es la máxima potencia bajo condiciones estándar de medida, STC. La unidad
que se utiliza es el Wp, (leído: vatio pico), aunque no es una unidad recomendada.
Células y módulos fotovoltaicos 85

La terminología correcta es «la potencia pico es 50 W» y no «la potencia es 50 Wp».


No obstante, en el sector está ampliamente extendido el uso del Wp.

Mínima potencia (Pmín)


Es la potencia mínima garantizada por el fabricante para un módulo (de entre
los valores de potencia máxima), en condiciones STC. Algunos fabricantes indi-
can la banda de tolerancia entre la que puede estar la potencia máxima. Su medida
está dada en Wp. Esta medida está dada para condiciones de pruebas estándar. Al
no ser la temperatura de trabajo real de la célula la de esta prueba, aunque este
valor es cercano al valor real de potencia que nos entrega el módulo, todavía este
es menor.

Curva V-I
Como sabemos, la característica tensión-corriente nos muestra la corriente de
salida de un generador fotovoltaico como función de la tensión de salida, a una tem-
peratura e irradiancia determinadas, I u f(V).
Algunos fabricantes indican la curva V-I estándar solamente. Otros indican va-
rias entre ellas la de funcionamiento en condiciones de medida de la TONC, mucho
más realista, aunque todavía por encima de sus parámetros reales de trabajo.
Se echa de menos una curva de trabajo en condiciones medias reales aproxi-
madas, o sea, TONC e irradiación media del lugar a comercializar el panel o una fa-
milia de curvas en distintas condiciones de trabajo (TONC y distintas irradiaciones),
que sí estaría cercana a las posibilidades reales de trabajo y permitiría ajustar más
fácilmente el diseño real de potencia de la instalación.
En la figura 2.50 se muestra el resultado de una medida, realizada en los labo-
ratorios del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Zaragoza,
de la curva V-I de un determinado panel fotovoltaico, y la curva V-I extrapolada a
condiciones STC.
También suelen aparecer valores como el Fill factor, relación entre la máxima
potencia de salida del dispositivo al producto de la tensión de circuito abierto y la
corriente de cortocircuito. FF u Pmáx/(VcaIcc), y que se usa a veces para indicar la
calidad, o la resistencia serie es una característica de las células solares, indepen-
diente de las condiciones particulares de operación.
Otro parámetro de relevancia es la eficiencia de conversión, relación (adimen-
sional, habitualmente expresada como porcentaje) entre la potencia eléctrica gene-
rada por un dispositivo a su irradiancia, medida bajo Condiciones de Medida
Standard (STC).
86 Ángel Antonio Bayod Rújula

FIGURA 2.50. Resultado de la medida de un módulo fotovoltaica mediante un dispositivo de medida de


curvas V-I.
Células y módulos fotovoltaicos 87

2.11.2. Parámetros térmicos


TONC
Se define como la temperatura media de equilibrio de la célula dentro de un mó-
dulo bajo condiciones de referencia de 800 W/m2 de irradiancia, 20 grados de tem-
peratura ambiente, velocidad de viento de 1 m/s, a circuito abierto, montado en
open rack y con incidencia normal, al mediodía.

Coeficiente temperatura para corriente cortocircuito


El Coeficiente corriente-temperatura se define como el cambio de la corriente
de cortocircuito de un dispositivo por unidad de cambio de temperatura. Pueden
usarse valores absolutos o relativos. Símbolo: α.

Coeficiente temperatura para la tensión de circuito abierto


Es un coeficiente que nos indica la variación de la tensión a circuito abierto de
un dispositivo por unidad de cambio de la temperatura de la célula. Símbolo: β.

Coeficiente de variación de la máxima potencia con la temperatura


Cambio de la máxima potencia de una célula por unidad de cambio de tempe-
ratura. Símbolo: γ. A veces se hace referencia a él simplemente como coeficiente de
temperatura (aunque es más preciso utilizar su denominación completa).

140

120
Icc
Icc, Vca y Pm normalizados (%)

100

Pm Vca
80

60

40

20

0
i50 i25 0 25 50 75 100
Temperatura de la célula (ºC)

FIGURA 2.51. Variación normalizada de los parámetros de corriente de cortocircuito Icc, tensión a cir-
cuito abierto, Vca y potencia máxima Pm para un determinado módulo.
88 Ángel Antonio Bayod Rújula

La figura 2.51 muestra cómo varían la potencia máxima, la tensión de circuito


abierto y la corriente de cortocircuito frente a la temperatura. La gráfica está sa-
cada de un catálogo de fabricante.

2.11.3. Parámetros físicos


Estos son parámetros máximos o rangos para los cuales no se degradan sus
condiciones iniciales.
! Temperatura admisible módulo: Rango de temperaturas de trabajo (ºC).
! Humedad relativa máxima (%).
! Tensión máxima del sistema: es la tensión eléctrica máxima que puede so-
portar, dado su aislamiento.
! Presión superficial (N/m2).
! Torsión máxima: Ángulo de torsión soportado (º).
! Granizo: Tamaño de grano (mm) y velocidad de impacto (m/s) que puede
soportar.
! Dimensiones: Longitud (mm), Anchura (mm), Espesor (mm).
! Peso (kg).
A veces se habla también del factor de empaquetado (Module packing factor),
que es la relación entre el área total de células al área del módulo (en %).

2.11.4. Otras especificaciones


Características de las cajas de conexión
Resulta de interés mirar las características de la Caja de conexión (junction
box) en donde se conectan eléctricamente los circuitos y donde pueden colocarse
dispositivos de protección. Algunos fabricantes especifican las conexiones posibles
del panel a distintas tensiones así como algún dibujo de estas conexiones. Por ejem-
plo, existen en el mercado módulos que pueden trabajar en sistemas a 6 V y a 12V
sin más que realizar una conexión dentro de la caja de conexiones.

Materiales y construcción
No todos los fabricantes especifican los materiales de construcción del panel,
y otros lo hacen de manera exhaustiva.

Garantía
Se distingue dos clases de garantía, la posterior a la instalación, durante un año
normalmente, que cubre los defectos de instalación o materiales defectuosos, y la
que garantiza la producción del módulo en las condiciones especificadas (la poten-
Células y módulos fotovoltaicos 89

cia máxima en condiciones STC), que suele ser entre diez y veinticinco años, según
los fabricantes. Hoy en día es común encontrarse garantías de 25 años. La extensión
de las garantías hasta los 25 años se basa en los excelentes resultados de campo
para módulos con 10 años de garantías y con pruebas de aceleración extensivas.
Las publicaciones sobre fiabilidad de sistemas fotovoltaicos suelen indicar que los
módulos fotovoltaicos son la parte más fiable del sistema. La fiabilidad de los mó-
dulos así como los periodos de garantías de módulos que ofrecen los fabricantes
aumentaron rápidamente en los últimos años ochenta y en la década de los noventa.
Antes del 87, los períodos de garantía de los módulos de silicio cristalino estaban
en 5 años. Se fue ampliando a 10 años (1987-1993), 20 (1993-1999) y, desde en-
tonces, se sitúa en 25 años.
El aumento de los periodos de garantía se basó en los datos que indicaban que
los módulos podían resistir este tiempo. El comportamiento en campo de los mó-
dulos así lo indicaba. No obstante, debido a la larga duración de tiempo implicado,
la mayor parte de los datos vienen de pruebas de aceleración del envejecimiento.

Usos y aplicaciones
Debido a la variedad de aplicaciones de estos elementos, a veces especifican
estas.

2.11.5. Comportamiento en condiciones cualesquiera de operación


Es frecuente que los catálogos de los fabricantes incluyan otra información adi-
cional como, por ejemplo, la curva V-I a varias iluminaciones y temperaturas, etc.
No obstante, bajo los supuestos establecidos, el conocimiento de los cuatro pará-
metros mencionados es suficiente para calcular la curva V-I del módulo en cual-
quier condición de operación definida por un valor de irradiancia, G, y un valor de
temperatura ambiente, Ta.
Para abordar este cálculo, un buen compromiso entre sencillez y exactitud con-
siste en aceptar como válidas las siguientes hipótesis:
! La corriente de cortocircuito de una célula solar depende exclusiva-
mente de la irradiancia y a través de una función lineal. Es decir:

Icc (G) u C1G

donde C1 es una constante de valor:


Icc (100 mW/m2)
C1 u
100 mW/m2
90 Ángel Antonio Bayod Rújula

Esta hipótesis supone despreciar los efectos, sobre Icc, de la temperatura


de la célula y de la distribución espectral de la radiación. En condiciones
reales de operación, el error que ello supone es inferior al 0,5%.
! La tensión de circuito abierto de un módulo depende exclusivamente de
la temperatura de sus células solares, Tc, y en el margen de condiciones
reales de operación:

β u dVca/dTc

Esta hipótesis supone despreciar los efectos sobre Vca de la iluminación.


Sin embargo, la fuerte variación de Io con la temperatura, hace que el error
debido a no considerar la variación de Icc sea típicamente inferior al 1%.
De forma análoga se tiene una variación de potencia dP/dTc.
! La temperatura de trabajo de las células depende exclusivamente de la
irradiancia y de la temperatura ambiente, según la función lineal.

Tc i Ta u C2G

donde C2 es una constante de valor:

TONC (ºC) i 20
C2 u
80 mW/cm2

Esta hipótesis supone despreciar los efectos sobre Tc, de la velocidad


del viento, o lo que es lo mismo, pensar que la disipación del calor desde
las células al ambiente está dominada por los mecanismos de conduc-
ción a través del encapsulado, frente a los de convección en la superfi-
cie de este último. Existe una amplia evidencia experimental de que esto
es verdad.
El valor de TONC de los módulos que constituyen el mercado actual,
oscila entre 42 y 47 ºC, con lo que el valor de C2 lo hace entre 0,27 y
0,34 ºC/(mW/cm2). Una aproximación razonable, cuando no se conoce el
valor de TONC, es suponer C2 u 0,3 ºC/(mW/cm2) aunque lo habitual es
que el fabricante proporcione el valor de TONC.
Por tanto, conocido el valor de potencia nominal de un generador foto-
voltaico en condiciones STC, Pn, (y prescindiendo de considerar otro tipo
de pérdidas que se estudiarán en el capítulo 4), para cada valor de irra-
diancia global incidente en la superficie del módulo fotovoltaico G, y tem-
Células y módulos fotovoltaicos 91

peratura ambiente, Ta, el generador presentará una potencia máxima Pm


(potencia del punto de máxima potencia) que se puede obtener aplicando
la siguiente expresión:
G
Pm u Pn 1 i γ (Tc i 25)
GSTC

TONC i 20
donde Tc es la temperatura de célula, Tc u Tac G, TONC
800
es la temperatura nominal de operación, e s el coeficiente de variación con
la temperatura de la potencia máxima y GSTC es la irradiancia en STC,
1.000 W/m2.
A continuación, se presenta cómo varía la curva V-I en función de la irra-
diancia (manteniendo la temperatura de la célula a 25 grados centígra-
dos). La gráfica ha sido extraída de hojas de catálogo de fabricante.

6 180
1.000 (W/m2)

5 150
800 (W/m2)

4 120
600 (W/m2)
Potencia (W)
Corriente (A)

3 90

2 60

1 30
Corriente vs. Tensión
0 0 Potencia vs. Tensión
i50 i25 0 25 50 75 100
Tensión (V)

FIGURA 2.52. Variación de la curva V-I frente a la irradiancia, Tc u 25 ºC.

En la gráfica siguiente, se muestra cómo cambia la curva V-I (y la po-


tencia máxima) en función de la temperatura. La gráfica ha sido extraída
de hojas de catálogo de fabricante.
92 Ángel Antonio Bayod Rújula

7,5

7,0

6,5

6,0

5,5 260 W

5,0 226 W

4,5 200 W
Corriente (A)

4,0 175 W

3,5

3,0

2,2

2,0

1,5 0 ºC
25 ºC
1,0
45 ºC
0,5
60 ºC

0
0 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40 44 48
Tensión (V)

FIGURA 2.53. Variación de la curva V-I de un módulo con la temperatura de la célula, irradiancia
G u 1000 W/m2.

2.12. Punto de trabajo de un panel fotovoltaico


Vamos a analizar la tensión y corriente de trabajo en la conexión directa de un
módulo o conjunto de módulos a una carga de corriente continua tal y como mues-
tra la figura. Por simplicidad, la carga que vamos a considerar es una resistencia R.
El punto de trabajo se puede obtener matemáticamente, resolviendo el sistema de
ecuaciones compuesto por las ecuaciones de definición de los dos elementos exis-
Células y módulos fotovoltaicos 93

tentes en el circuito eléctrico, es decir, la expresión i u f (V) (característica V-I) del


panel fotovoltaico y la ecuación de definición de la carga, V u RI en el caso de la
resistencia. Gráficamente resulta muy intuitivo encontrar el resultado, haciendo la
intersección de la característica I (V) del módulo y la recta de la corriente por la re-
sistencia en función de la tensión entre sus terminales (recta de pendiente R).
c

Módulo Cargas
FV CC

i
FIGURA 2.54. Conexión directa de un módulo fotovoltaico a una carga de corriente continua.

En la figura se muestra la curva V-I de un determinado módulo para unas con-


diciones de irradiancia y temperatura dadas, y la recta correspondiente a una resis-
tencia (de 3 Ω). El punto de operación al conectar estos dos elementos es el punto
donde intersectan ambas curvas ( I u 4,4685 A y V u 13,405 V en la figura). Esta
será la tensión común para la carga y el módulo FV para la temperatura e irradian-
cia definidas.

13,405 V - 4,4685 A
5

4
Corriente (A)

4 Punto de máxima
potencia del módulo
2

0
0 4 8 12 16 20 22
Tensión (V)

FIGURA 2.55. Curva V-I equivalente a la conexión de varias células iguales en paralelo.
94 Ángel Antonio Bayod Rújula

La carga resistiva establece el punto de operación del módulo fotovoltaico,


siendo en general, y como ocurre en este caso, un punto diferente al punto de ope-
ración del que proporciona la máxima potencia del módulo o sistema para esas con-
diciones (punto de máxima potencia).
A lo largo del día, las condiciones de irradiancia y temperatura cambiarán, por
lo que, aún estando el módulo o sistema de generación conectado a una misma
carga, el punto de operación (intersección entre la curva V-I del sistema de genera-
ción fotovoltaica y la resistencia) va a cambiar. En la figura se muestra cómo la ten-
sión y corriente de trabajo variarán conforme cambie la irradiancia (se ha mantenido
constante la temperatura de célula), y por tanto la cantidad de potencia entregada a
la carga e incluso la eficiencia en la transferencia de la potencia puesto que nos ale-
jamos o acercamos del punto de máxima potencia a esas condiciones.

3,0

2,5

2,0
Corriente (A)

1,5

1,0

0,5

0
0 100 200 300 400 500 600 700 800
Tensión (V)

FIGURA 2.56. Evolución del punto de trabajo ante variaciones de irradiancia.

De la misma forma, si cambia la carga conectada directamente al sistema de ge-


neración fotovoltaica, cambiará el punto de trabajo, y con él, la tensión de trabajo,
la intensidad de la corriente y la potencia.
Células y módulos fotovoltaicos 95

3,0

2,5

2,0
Corriente (A)

1,5

1,0

0,5

0
0 100 200 300 400 500 600 700 800
Tensión (V)
FIGURA 2.57. Evolución del punto de trabajo para varias cargas resistivas.

Como resultado se puede concluir que en el caso general de conexión directa,


puede no trabajarse en el punto de máxima potencia, y no encontrarse optimizada
la transferencia de potencia del generador fotovoltaico a la carga. Para mejorar esta
situación se conectan ciertos circuitos intermedios entre estos dos componentes (sis-
temas de seguimiento del punto de máxima potencia).

2.13. Asociación de células con distinta iluminación.


El problema del punto caliente
Los cálculos descritos en los anteriores apartados se basan en la presunción de
que todas las células y módulos de un generador fotovoltaico son iguales, y traba-
jan en idénticas condiciones de operación. La realidad, sin embargo, no es tan sen-
cilla y las células y módulos exhiben una cierta dispersión en sus características.
Existen, al menos, dos razones para ello: por un lado, la natural dispersión de
parámetros, propia de cualquier proceso de fabricación y, por otro, las diferentes
condiciones de operación que, simultáneamente, pueden producirse dentro del ge-
nerador. Ejemplos de esto último son una zona sombreada por una nube, mientras
que otra está totalmente al Sol, o una zona más sucia que otra, en la que, por ello,
las células reciben menos radiación.
96 Ángel Antonio Bayod Rújula

Esta dispersión tiene dos efectos significativos:


! La potencia máxima que puede entregar el generador es inferior a la
suma de las potencias máximas de los módulos que lo constituyen. Cabe,
por lo tanto, hablar de una pérdida por dispersión. Se denomina Pérdidas
por desacoplo en módulos a la diferencia entre la potencia máxima total
de los dispositivos conectados en serie o paralelo y la suma de cada dis-
positivo medido separadamente bajo las mismas condiciones. Es debido
a diferencias en las características de V-I de cada dispositivo individual.
Una forma de reducir las pérdidas de dispersión, relativamente sencilla de
implementar, consiste en clasificar, primero, todos los módulos destina-
dos a un generador en diferentes categorías establecidas en función del
valor de Icc y construir, después, cada rama en serie con módulos perte-
necientes a una sola categoría.
! En determinadas circunstancias, algunas células pueden llegar a conver-
tirse en «cargas» y disipar la energía generada por las demás, para lo que
se ven obligadas a elevar de forma notable su temperatura. Si esta llega a
sobrepasar un cierto valor (entre 85 y 100 ºC) los materiales encapsulan-
tes se dañan de forma irreversible y el módulo puede llegar a quedar in-
servible. Este fenómeno se conoce con el nombre de punto caliente.
Cuando dos o más elementos de un circuito eléctrico se encuentran en serie, se
encuentran recorridos por la misma corriente, y la tensión del conjunto es la suma
de las tensiones en cada uno de ellos. Supongamos que tenemos dos células foto-
voltaicas idénticas. Bajo condiciones normales, es decir, las dos células igualmente
iluminadas, la curva equivalente a las dos tendría como intensidad de corriente de
cortocircuito la misma que presentan cada una de las dos células, pero la tensión de
circuito abierto es la suma de las tensiones de circuito abierto de las dos, es decir,
dos veces la de cada una de ellas.
Pero consideremos el caso en el que alguna de las células solares conectadas
en serie exhibe un valor de corriente de cortocircuito significativamente inferior a
las demás, bien porque la célula en cuestión adolezca de un defecto de fabricación,
o bien porque esté parcialmente sombreada, es decir, no recibe el mismo nivel de
irradiancia. Esta es una situación común, debido a, por ejemplo, la presencia de su-
ciedad en una de las células solares. Como se verá, la célula menos iluminada pro-
porciona una corriente, pero puede comportarse como una carga si se le aplica una
tensión inversa, absorbiendo parte de la energía generada por las células que se en-
cuentran iluminadas y conectadas en serie, pudiendo llegar a la ruptura térmica de
la célula (fenómeno del punto caliente).
Células y módulos fotovoltaicos 97

En la figura se muestran las curvas V-I (claramente deformadas con el fin de


entender mejor el fenómeno) de dos células fotovoltaicas sometidas a distinto nivel
de irradiancia, y en línea discontinua, la del conjunto equivalente a la asociación en
serie. Puede verse, la tensión de circuito abierto de la asociación, serie de dos cé-
lulas solares sometidas a distinta irradiancia, suma de las tensiones de circuito
abierto de ambas.

B A IccA

2 VG2 u VA2 c VB2 u 0 VA2 u iVB2


P

IccB 1 VG1 u VA1 c VB1

VB2 VB1 VA1 V1

VG u VcaA c VcaB

VcaB VcaA

FIGURA 2.58. Curva V-I de la asociación, serie de dos células distintas o sometidas a distinta irradiancia.

Cuando se conecta una carga, por ejemplo una resistencia R, al conjunto, el


punto de trabajo será el de la intersección de la curva V-I equivalente y la recta co-
rrespondiente a la carga. Así, al conectar una resistencia tal que el punto de trabajo
sea el punto 1, ambas células se encuentran recorridas por la misma intensidad de
corriente, pero sometidas a distinta tensión, VA1 y VB1, respectivamente.
Supongamos el caso límite en el que las células en serie están cortocircuitadas
(R u 0).
En estas condiciones, la corriente que circula por el circuito es la corriente de
cortocircuito de la curva V-I del conjunto (tensión cero, punto 2). Para este valor
de corriente, la tensión que genera la célula parcialmente sombreada, VB2, es igual
en valor absoluto a la tensión de la otra célula, VA2, pero de valor negativo (ten-
sión inversa). Recordemos que R u 0, y por tanto, la tensión en la resistencia es
V u RI u 0, y como, por la segunda Ley de Kirchhoff, Vilum c Vsombr u VR u 0,
se tiene que Vsombr u iVilum.
98 Ángel Antonio Bayod Rújula

I
Vilum
Ru0 VR u 0

Vsombr

FIGURA 2.59. Esquema eléctrico equivalente a dos células fotovoltaicas en serie, una de ellas parcial-
mente sombreada, conectadas a una resistencia de valor cero.

Si en lugar de 2 células en serie, tuviéramos n células, la tensión de la célula


en sombra sería de un valor negativo igual en valor absoluto a la suma de las ten-
siones generadas por las (ni1) células iluminadas.
Es decir, por la célula en sombra existe circulación de corriente positiva (está
algo iluminada) pero tensión negativa, por lo que absorbe potencia, en este caso
igual a la potencia que generan todas las células iluminadas.
Si la resistencia no es nula, en ella habrá una caída de tensión, V u RI no nula.
La tensión en la célula sombreada será la diferencia entre la de la resistencia y la ten-
sión de todas las células iluminadas.

Vsombr u VR i ∑V ilum
ni1

Habrá un valor de R, Rlim para el que Vsombr u 0, es decir, la célula en sombra


no disipa energía. Gráficamente esto se produce en el punto en el que se cortan la
curva V-I del conjunto total y la curva V-I del conjunto de las células iluminadas
(punto P en la figura).
Para valores de resistencia superiores a Rlim, la célula sombreada también ge-
nera energía (lógicamente una cantidad menor que el resto, dado que se encuentra
menos iluminada), que se aportará a la carga. Para valores de resistencia inferiores
a Rlim, la energía generada en las células iluminadas se disipa tanto en la resisten-
cia como en la célula sombreada. La disipación de potencia por parte de una célula
solar simple hace que aumente su temperatura de operación. Se denomina punto
caliente (hot spot) al sobrecalentamiento intenso y localizado en un punto de una cé-
Células y módulos fotovoltaicos 99

lula. Se crea un daño que, a su vez, produce una pequeña y localizada trayectoria a
través de la cual fluye una gran cantidad de la corriente del módulo. Este efecto de
punto caliente es de vital importancia en módulos fotovoltaicos.
Es posible calcular las condiciones extremas bajo las cuales se produce algún
daño en la célula solar o en el material de aislamiento.
Se ha visto que la célula peor (o peor iluminada) se comporta como carga para
las demás, por lo que se calienta, alcanzando una temperatura, TCP, dada por la ex-
presión:

TCP u Ta c ξm PDIS

donde PDIS representa la potencia que disipa la célula peor y ξm, es una constante que
puede estimarse de forma aproximada como:

TONC (ºC) i 20
ξm (ºC/mW/cm ) u 2

S ! 80 (mW/cm2)

siendo S el área de la célula.


Si el valor de TCP supera los 85 ºC se corre el riesgo de dañar irreversiblemente
el módulo. Siguiendo con este ejemplo, para células cuadradas de 10 cm de lado y
TONC u 45 ºC, tal temperatura se alcanza con un valor de PDIS u 16 W que típi-
camente corresponde a una irradiancia en el orden de los 40 mW/cm2.
El calentamiento uniforme en una célula (hot cell) en un módulo es causado por
una tensión de inversa resultante de la baja corriente de salida de esa célula. Esta
baja salida puede ser debida a un total o parcial sombreado o por rotura de la célula.

FIGURA 2.60. Imagen termográfica de un módulo fotovoltaico con una célula caliente (hot cell).
100 Ángel Antonio Bayod Rújula

Como se ha indicado, una célula sombreada tiene la curva V-I desplazada hacia
valores inferiores de corriente (respecto de las no sombreadas). En el caso límite (cé-
lula totalmente cubierta) la célula se comporta como un diodo.
Supongamos la asociación en serie de dos células idénticas en la que una de
ellas no recibe nada de luz, y que se encuentran conectadas a una determinada carga
que consideraremos resistiva, R.

Iu0
Vilum
R VR u 0

Vsombr

FIGURA 2.61. Esquema eléctrico equivalente a dos células fotovoltaicas en serie, una de ellas total-
mente tapada, conectadas a una resistencia de valor cero.

Por la segunda ley de Kirchhoff,

VR u Vilum c Vdiodo u 0

La célula en oscuridad se comporta como un diodo polarizado en inversa no de-


jando pasar nada de corriente (en realidad pasará una pequeña cantidad de corriente,
la corriente de difusión inversa). Es decir, la corriente que circula por el circuito es
(prácticamente cero), por lo que no hay caída de tensión en la resistencia (V u RI),
y en la célula iluminada, por la que tampoco pasa corriente, es decir está trabajando
en circuito abierto (prácticamente), por lo que genera la tensión de circuito abierto
Vca. Por lo tanto el diodo (esto es, la célula tapada), está sometido a una tensión ne-
gativa igual a la de la célula generadora.

Vdiodo u iVilum u iVca

Si en lugar de dos células, tuviéramos un módulo con, por ejemplo, 36 células,


de las cuales solo una está tapada, razonando de la misma manera concluiríamos que
la célula tapada estará soportando una tensión negativa de valor absoluto igual a la
Células y módulos fotovoltaicos 101

tensión a circuito abierto de las 35 células iluminadas, es decir, una tensión inversa
de 35 veces la tensión a circuito abierto, Vca. Si esta tensión es superior a la tensión
de ruptura inversa (Vrup) de la célula, se estropeará. Si por el contrario es menor, una
vez destapada seguirá funcionando sin problemas.
Esto nos da un criterio para determinar el máximo número n de células en serie
que se pueden conectar sin riesgo de ruptura.

|Vrup|
|Vrup| > |(n i 1) Vca|, n< c1
Vca

Por tanto, como resumen, cuando alguna de las células está totalmente tapada
puede deteriorarse por tensión inversa. Cuando alguna célula está sombreada, es
decir, cuando le llega solo parte de la radiación (generalmente solo componente di-
fusa de la radiación), sigue siendo capaz de generar tensión pero la corriente es
mucho menor, y puede sufrir el fenómeno del punto caliente. La ruptura térmica de-
pende de la duración e intensidad, pero el caso de ruptura por tensión inversa es
prácticamente inmediato. Estos problemas pueden reducirse con el empleo de dio-
dos de paso (o de by-pass).

2.14. Empleo de diodos de paso


La práctica más extendida para evitar el fenómeno de sobrecalentamiento in-
deseado y el denominado punto caliente consiste en conectar diodos de paso en pa-
ralelo con grupos de células asociadas en serie.

Diodos de
by-pass

FIGURA 2.62. Esquema de colocación de los diodos de paso o by-pass.


102 Ángel Antonio Bayod Rújula

Diodo de paso o de by-pass es un diodo conectado en paralelo con una o más


células en el sentido de la dirección de la corriente positiva (forward current), para
permitir que la corriente del módulo tenga un camino alternativo en el caso de exis-
tir células rotas o en sombra, para impedir daños por puntos calientes o célula ca-
liente resultantes de la tensión inversa por otras células en ese módulo.
Como la polaridad del diodo es opuesta a la de las células, cuando estas se po-
larizan inversamente aquel lo hace positivamente. Esto proporciona un fácil camino
de paso a la corriente debida a los otros grupos de células del generador y limita la
máxima potencia a disipar por una célula a, aproximadamente, la generada única-
mente por las que componen su propio grupo.

IL1 ID1
Diodo Icélula1 u Icélula2
VD1 by-pass

IL2 ID2
VD2 Diodo
by-pass

Diodo
by-pass

12,0

10,0
1 célula
2 células
8,0 3 células
Sombreada con by-pass
Corriente I (A)

6,0

4,0

2,0

0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)

FIGURA 2.63. Esquema de funcionamiento del diodo de paso y Curvas V-I características para cone-
xión de tres células en serie, y con una de ellas totalmente tapada.
Células y módulos fotovoltaicos 103

Si en lugar de encontrarse la célula totalmente tapada se encuentra sombreada,


esta determina el comportamiento de toda la configuración, reduciendo drástica-
mente la potencia de salida y pudiendo producirse la disipación de energía en ella.
En cambio, con la conexión del diodo de paso, se tendría la curva V-I que se
muestra en la figura 2.64 marcada con triángulos

IL1 ID1
Diodo Icélula1 u Icélula2
VD1 by-pass

IL2 ID2
VD2 Diodo
by-pass
20%
IL3
Diodo
by-pass

12,0

10,0
1 célula
2 células
8,0 3 células
Sombreado con by-pass
Corriente I (A)

Sombreado sin by-pass


6,0

4,0

2,0

0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Tensión V (V)

FIGURA 2.64. Esquema de funcionamiento del diodo de paso y Curvas V-I características para cone-
xión de tres células en serie, y con una de ellas parcialmente sombreada.
104 Ángel Antonio Bayod Rújula

Los fabricantes dotan a sus módulos de tomas intermedias que permiten la ins-
talación de diodos de paso. Como idea general, estos dispositivos serán siempre ne-
cesarios si la tensión es superior a 24 V. Pero sería excesivamente caro y difícil de
implementar en un módulo el conectar un diodo de paso en paralelo con cada cé-
lula, por lo que habitualmente suelen colocar dos o tres diodos de paso. Como se ha
dicho, un módulo fotovoltaico no es más que un caso particular de la asociación en
serie y/o paralelo de células solares simples.

FIGURA 2.65. Diodo de paso colocado en una caja de conexión.

En aplicaciones terrestres, el número de células solares en serie es habitual-


mente 36 ó 72, aunque otros tipos de configuraciones son posibles. Los módulos for-
mados por 36 células, normalmente, se encuentran conectados todos en serie
mientras que en los compuestos por 72 células existen dos configuraciones princi-
pales: una en la que todas las células se conectan en serie y otra en la que se conectan
36 conjuntos en serie de dos células en paralelo cada conjunto. Vamos a analizar el
caso del módulo de 36 células en serie.
La figura 2.66 muestra dos configuraciones diferentes para la colocación de
dos diodos de by-pass en este tipo de módulos.
Células y módulos fotovoltaicos 105

c i c i
D1 D2

1 18 19 36 1 18 19 36

2 17 20 35 2 17 20 35

3 16 21 34 3 16 21 34

4 15 22 33 4 15 22 33

5 14 23 32 D1 5 14 23 32 D2

6 13 24 31 6 13 24 31

7 12 25 30 7 12 25 30

8 11 26 29 8 11 26 29

9 10 27 28 9 10 27 28

Configuración 1 Configuración 2

FIGURA 2.66. Dos posibles configuraciones para la colocación de dos diodos de by-pass en un módulo
de 36 células en serie.
106 Ángel Antonio Bayod Rújula

Redibujándolo de otro modo, se tiene:

c
2

1 8

2 9
D1
D1
10
17

11
18

19
26

20
27
D2

28
35 D2

29
36

i
35

36

Configuración 1 Configuración 2

FIGURA 2.67. Otra forma de representar las configuraciones 1 y 2.


Células y módulos fotovoltaicos 107

Es interesante observar que la configuración 2 ofrece la ventaja sobre la 1 de


no producir cortocircuitos, en caso de confusión de polaridad del módulo.
Evidentemente, el comportamiento será uno u otro dependiendo de dónde co-
loquemos la sombra en los módulos. Supongamos que la célula n.º 1 se encuentra
totalmente tapada.

c c

1 1

2 2

D1 (on) D1 (off)

17 8

18 9

19 10

20 11

D2 (off) 28

35 D2 (on)

35
36

36

i i

Configuración 1

FIGURA 2.68. Funcionamiento de los diodos de by-pass en la configuración 1.


108 Ángel Antonio Bayod Rújula

Configuración 1
Al estar la célula 1 tapada, la corriente que circule por las células de la 1 a la
18 será prácticamente cero, al estar limitada por la corriente generada por la célula
menos iluminada. Sin embargo, por la rama que abarca al resto de células (la otra
mitad, de la 19 a la 36), al estar todas completamente iluminadas podrá circular la
corriente máxima generada, gracias a la operación de los diodos de by-pass. En este
caso, el diodo 1 estará conduciendo, permitiendo «salvar» la corriente generada por
la mitad de las células del módulo, mientras que el diodo 2 estará en corte.
Es como si tuviésemos un módulo de 18 células en serie completamente ilu-
minado. Lógicamente la tensión en circuito abierto se ha reducido a la mitad, y lo
mismo ocurre con la potencia máxima.
Algo similar ocurre cuando la célula tapada es, por ejemplo, la 28, pero ahora
el diodo que conduce es D2 y el D1 se comporta como un circuito abierto.

Configuración 2
La célula 1 en la configuración 2 solo está abarcada por el diodo 1, de tal ma-
nera que al sombrearse esta célula, todas las células que abarque este diodo queda-
rán inutilizadas. El diodo 1 estará conduciendo (al ser su tensión de ánodo mayor
que la de cátodo) y el diodo 2 estará en corte (su tensión es negativa).
Por ello, únicamente se podrá obtener del módulo la corriente generada por las cé-
lulas de la 28 a la 36, que se derivará por el diodo 1 hacia la salida positiva del módulo.
Como estas células útiles son solo la cuarta parte de las totales del módulo, la
tensión en circuito abierto también y la potencia disponible será la cuarta parte de
la total del módulo sin sombras. Por tanto, para este caso y atendiendo a la poten-
cia generada, la configuración 1, es mejor que la configuración 2, ya que se obtiene
más potencia. Algo similar sucede si la célula tapada es la número 28.
Pero si la célula tapada es alguna entre la número 10 y la 27, el comportamiento
es diferente. Supongamos que es, por ejemplo, la número 10. Tanto el diodo 1 como
el diodo 2 abarcan a la célula 10, y ambos están conduciendo, al ser la tensión que so-
portan positiva y mayor que la tensión de conducción. El diodo 1 permite la circula-
ción hacia el Terminal positivo del módulo de la corriente generada por las células de
la 28 a la 36 (1/4 del total). El diodo 2 permite la circulación de la corriente generada
por las células de la 1 a la 9 (1/4 del total). De esta forma se consigue recuperar la ener-
gía generada por 2/4 de las células totales del módulo, es decir, la mitad de la poten-
cia que se tendría con el módulo totalmente iluminado. Pero la disposición de los
diodos hace que, en realidad, lo que obtenemos al estar la célula 10 sombreada es un
módulo con dos ramas en paralelo de 9 células en serie cada rama. Luego en este mo-
mento se tiene una corriente de cortocircuito el doble que la que tiene el módulo sin
sombras y una tensión en circuito abierto 1/4 de la del módulo sin sombras.
Células y módulos fotovoltaicos 109

c c c

1 1 1

2 2 2

8 8 8

9 9 9

D1 D1 D1
(on) 10 (on) 10 (on) 10

11 11 11

26 26 26

27 27 27

28 28 28
D2 D2 D2
(off) (off) (off)
29 29 29

35 35 35

36 36 36

i i i

Configuración 2

FIGURA 2.69. Funcionamiento de los diodos de by-pass en la configuración 2.


110 Ángel Antonio Bayod Rújula

c c

D1

1 2 47 48 49 50 1 2 47 48 49 50

3 4 45 46 51 52 3 4 45 46 51 52

5 6 43 44 53 54 5 6 43 44 53 54

7 8 41 42 55 56 7 8 41 42 55 56

9 10 39 40 57 58 9 10 39 40 57 58

11 12 37 38 59 60 11 12 37 38 59 60
D1 D3
13 14 35 36 61 62 13 14 35 36 61 62

15 16 33 34 63 64 15 16 33 34 63 64

17 18 31 32 65 66 17 18 31 32 65 66

19 20 29 30 67 68 19 20 29 30 67 68

21 22 27 28 69 70 21 22 27 28 69 70

23 24 25 26 71 72 23 24 25 26 71 72

D2
D2

i i
Configuración 1 Configuración 2

FIGURA 2.70. Dos posibles configuraciones, con dos y tres diodos de by-pass en un tipo de módulo de
72 células.
Células y módulos fotovoltaicos 111

Actualmente, dado que el tamaño de los módulos crece, y los requerimientos ante
efectos de punto caliente se vuelven más exigentes, se comercializan módulos con más
de 2 diodos de by-pass. Por ejemplo, en una configuración de 72 células por módulo,
pueden plantearse diversas posibilidades de unión de las células (asociaciones serie/pa-
ralelo) y de colocación de diodos de by-pass. En la figura se muestran dos de ellas, con
dos y tres diodos, respectivamente, a modo de ejemplo. Se deja al lector que analice la
operación de dichos diodos cuando se encuentran tapadas alguna o varias células.

2.15. Módulos en paralelo. Diodos de bloqueo


En la asociación de células y módulos en paralelo también es posible imaginar
ocurrencias de punto caliente, debidas esta vez a diferencias de tensión entre los
elementos de una asociación paralelo.
En la figura 2.42 se muestra la curva V-I de tres células en paralelo con un
cierto grado de irradiancia. Como se puede observar en la característica V-I, la co-
rriente de cortocircuito total es la suma de la corriente de cortocircuito de cada cé-
lula por separado. Es por ello que mediante la asociación de células en paralelo
podemos aumentar la corriente de nuestro sistema total, adaptándola a las necesi-
dades requeridas. La figura describe el caso de dos módulos con diferentes valores
de tensión a circuito abierto, asociados en paralelo.

Corriente

Vca2 Vca1
I1

0 Tensión

I2

FIGURA 2.71. Punto de trabajo de módulos asociados en paralelo con distintas tensiones a circuito
abierto (Vca1>Vca2).
112 Ángel Antonio Bayod Rújula

Un análisis similar al realizado para el apartado anterior muestra que, en esta


condición, el módulo con menor tensión de circuito abierto se comporta como una
carga que disipa la potencia generada por el otro para puntos de trabajo con tensión
entre los valores de las dos tensiones de circuito abierto. Tal disipación se traduce
en un incremento de temperatura que, de superar los 85 ºC, puede dañar el módulo.
Para evitarlo, puede recurrirse a la instalación de diodos de bloqueo en serie con
cada elemento de la asociación paralelo. No obstante, hay que señalar que la apa-
rición de diferencias significativas entre las tensiones de los elementos módulos o
grupos de módulos asociados en serie de una asociación paralelo es un fenómeno
muy poco probable y, en consecuencia, la necesidad de tales diodos dista mucho de
ser evidente. Como idea general, no son necesarios en generadores cuya tensión de
operación sea inferior a 120 V.

FIGURA 2.72. Diodos de bloqueo (más oscuros) y diodos de paso en un generador fotovoltaico.
Células y módulos fotovoltaicos 113

Los diodos de bloqueo tienen otra aplicación cuando los generadores están co-
nectados a un sistema de acumulación con baterías. Durante la noche, el generador
fotovoltaico no está iluminado. Su tensión puede ser inferior al de la batería y ello
proporciona una teórica vía de descarga de esta a través de aquel. Una práctica muy
extendida para evitar esta descarga nocturna, consiste en intercalar un diodo de blo-
queo entre generador y batería.

2.16. Normas relativas a dispositivos fotovoltaicos


En la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC), el comité técnico TC 82 se
encarga de elaborar, modificar o aceptar las normas relativas a los sistemas de ener-
gía solar fotovoltaica (existen grupos de trabajo sobre nomenclatura, módulos, sis-
temas conectados a red, sistemas autónomos, y bombeo fotovoltaico)
A continuación, se citan algunas normas relativas a dispositivos fotovoltaicos:
! UNE-EN 206001EX:97. Módulos fotovoltaicos: Criterios ecológicos.
! UNE-EN 60891:94. Procedimiento de corrección con la temperatura
y la irradiancia de la característica I-V de dispo-
sitivos fotovoltaicos de silicio cristalino.
! UNE-EN 60904-1:94. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 1: Medida de
la característica intensidad-tensión de los módu-
los fotovoltaicos.
! UNE-EN 60904-2:94. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 2: Requisitos de
células solares de referencia.
! UNE-EN 60904-2/A1:98.Dispositivos fotovoltaicos. Parte 2: Requisitos de
células solares de referencia.
! UNE-EN 60904-3:94. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 3: Fundamentos
de medida de dispositivos solares fotovoltaicos
(FV) de uso terrestre con datos de irradiancia es-
pectral de referencia.
! UNE-EN 60904-5:96. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 5: Determina-
ción de la temperatura de la célula equivalente
(TCE) de dispositivos fotovoltaicos (FV) por el
método de la tensión de circuito abierto.
! UNE-EN 60904-6:97. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 6: Requisitos
para los módulos solares de referencia.
114 Ángel Antonio Bayod Rújula

! UNE-EN 60904-6/A1:98. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 6: Requisitos


para los módulos solares de referencia.
! UNE-EN 60904-7:99. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 7: Cálculo de
error introducido por desacoplamiento espectral
en las medidas de un dispositivo fotovoltaico.
! UNE-EN 60904-8:99. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 8: Medida de la
respuesta espectral de un dispositivo fotovoltaico
(FV).
! UNE-EN 60904-10:99. Dispositivos fotovoltaicos. Parte 10: Métodos de
medida de la linealidad.
! UNE-EN 61173:98. Protección contra las sobretensiones de los siste-
mas fotovoltaicos (FV) productores de energía.
Guía.
! UNE-EN 61194:97. Parámetros característicos de los sistemas foto-
voltaicos (FV) autónomos.
! UNE-EN 61215:97. Módulos fotovoltaicos (FV) de silicio cristalino
para aplicación terrestre. Cualificación de diseño
y aprobación de tipo.
! UNE-EN 61277:00. Sistemas fotovoltaicos (FV) terrestres generado-
res de potencia. Generalidades y guía.
! UNE-EN 61646:97. Módulos fotovoltaicos (FV) de lámina delgada
para aplicaciones terrestres. Cualificación de di-
seño y aprobación de tipo.
! UNE-EN 61724:00. Monitorización de sistemas fotovoltaicos. Guía
para la medida, el intercambio de datos y el aná-
lisis.
! UNE-EN 61725:98. Expresión analítica para los perfiles solares diarios.
! UNE-EN 61727:96. Sistemas fotovoltaicos (FV). Características de
la interfaz de conexión a la red eléctrica.
! Technical report 61836. Sistemas de energía solar fotovoltaica: términos
y símbolos.
Existen otras en fase de elaboración. Estas normas no son, en general, de obli-
gado cumplimiento. Sin embargo, constituyen una excelente garantía de durabili-
dad y, por ello, es fuertemente aconsejable el empleo de módulos homologados.
3. Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica

En este capítulo se analizan otros elementos y subsistemas necesarios para la


electrificación fotovoltaica, distintos de los elementos de generación fotovoltaica
(células y módulos). Estos son:
! Subsistema de almacenamiento: Necesario para almacenar la energía
cuando sea necesario consumirla en los momentos en los que no existe su-
ficiente producción energética por parte del sistema de captación, ya que
la radiación solar no está disponible continuamente (ciclos día-noche, va-
riaciones estacionales, variaciones meteorológicas).
! Subsistema de regulación: Necesario para regular la entrada de la energía
procedente del campo de captación dentro de la instalación.
! Subsistema de adaptación de corriente: Su función es adecuar las carac-
terísticas de la energía a las demandadas por las aplicaciones.
Además de estos subsistemas, las instalaciones fotovoltaicas incluyen otros
equipamientos como pueden ser el cableado o los sistemas de protección y, por su-
puesto, los elementos de consumo de la energía obtenida, denominados también
cargas y que se revisan en el capítulo 5.

3.1. El subsistema de almacenamiento energético


En muchas ocasiones, debido a la variabilidad cíclica de la radiación solar (va-
riabilidad diaria y estacional), la energía instantánea generada en el generador fo-
tovoltaico es distinta de la requerida por el sistema. Se necesita algún dispositivo
que acumule energía cuando la generada es mayor que la consumida, y que de-
vuelva esa energía cuando la demanda supere a la producción.
El elemento que se encarga de esto es el acumulador. En los sistemas fotovol-
taicos se utilizan acumuladores electroquímicos: baterías recargables (salvo en sis-
temas fotovoltaicos de bombeo, donde la forma de acumular la energía puede ser
acumulando agua bombeada a un depósito de agua situado a una cota más elevada).
Además de cubrir la necesidad de acumular la energía suministrada por los pa-
neles fotovoltaicos para su utilización posterior, debido a que la distribución tem-
poral del consumo no es totalmente coincidente con las horas de insolación, la
batería puede cumplir otras dos importantes misiones:
! Suministrar potencia (y energía, por tanto) en los periodos de tiempo en
los que la demanda es superior a la que el campo de paneles puede gene-
116 Ángel Antonio Bayod Rújula

rar en ese instante (por ejemplo, en el arranque de un motor se absorbe una


corriente que puede ser del orden de 6 veces la corriente nominal del
mismo).
! Mantener un nivel de tensión estable: La tensión de salida del panel varía en
función de la intensidad radiante, lo cual puede no ser adecuado para el fun-
cionamiento de los aparatos. El acumulador proporciona una tensión esta-
ble y constante independiente de las condiciones de incidencia luminosa.
Una batería está constituida por uno o varios elementos electroquímicos que tie-
nen la propiedad de convertir energía química en eléctrica. Cuando las reacciones
químicas que se producen son irreversibles, la batería puede usarse solo una vez y
recibe el nombre de primaria o pila. Una vez fabricadas no requieren ninguna carga
inicial o proceso de activación y pueden suministrar energía eléctrica directamente.

FIGURA 3.1. Batería monoblock de plomo-ácido constituida por seis vasos.

Si las reacciones químicas son reversibles y se puede recargar el elemento con-


virtiendo la energía eléctrica en química, la batería es denominada secundaria. Las
baterías secundarias no pueden suministrar directamente energía eléctrica y es ne-
cesario someterlas inicialmente a un proceso de carga. Pertenecen a este grupo todas
las baterías recargables, conocidas también como acumuladores, como las de
plomo-ácido y las de níquel-cadmio.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 117

A pesar de estar construidas de diferente forma y de tener un comportamiento


diferente, desde el punto de vista químico están basadas en los mismos principios
y componentes básicos.
La clasificación de las baterías se suelen clasificar en función del uso:
! Baterías o acumuladores estacionarios: Suelen estar en una posición fija
y están destinados para producir una corriente permanente o esporádica
baja y nunca para grandes corrientes en breves periodos de tiempo. Son
las más utilizadas en instalaciones fotovoltaicas.
! Baterías o acumuladores de arranque (baterías de automóvil): su misión es
proporcionar gran intensidad en pocos segundos. Tiene una construcción
especial por el hecho de tener que entregar esas grandes corrientes. Las
placas de los electrodos son más gruesas que las de las baterías de las es-
tacionarias. También tienen una menor duración.
! Baterías o acumuladores de tracción (pequeños vehículos eléctricos de
transporte de equipaje de los aeropuertos): Su misión es proporcionar co-
rrientes moderadamente altas durante varias horas.
Otra clasificación, atendiendo a sus características y sus elementos constitu-
yentes.
! De electrolito ácido. Dominan en el mercado las de plomo. Así se deno-
minan plomo-ácido. Destacan las de placas tubulares. Este tipo de acu-
muladores son muy adecuados para las condiciones de trabajo de las
instalaciones fotovoltaicas.
! De electrolito alcalino. Destacan las de níquel-cadmio y las de níquel-hierro.

En los sistemas fotovoltaicos las baterías más usadas son las de plomo-ácido
(Pb-ácido); y las de níquel-cadmio (Ni-Cd). En la actualidad son de aplicación ge-
neralizada las de plomo-ácido, debido al precio, varias veces menor. Por otra parte,
las de níquel-cadmio son más fiables y resistentes, además no precisan de regula-
dor, siendo posible que permanezcan durante largos periodos en un bajo estado de
carga, suministrando un valor de tensión bastante estable, y necesitando menos
mantenimiento que las de plomo-ácido.
Entrando en más detalle en su funcionamiento interno, podemos empezar re-
cordando que cualquier reacción química de oxidorreducción es capaz de generar
una corriente eléctrica, siempre que el intercambio de electrones se efectúe por un
circuito exterior al sistema químico
Para conseguir este circuito externo, la reacción de oxidorreducción se des-
compone en dos reacciones parciales separadas en el espacio alrededor de unos
electrodos que se utilizarán como bornes de conexión exterior. En uno de los elec-
118 Ángel Antonio Bayod Rújula

trodos la reacción dará lugar a la captura de electrones y, en el otro, a la liberación


de electrones. El intercambio de estos electrones se efectuará por un conductor ex-
terior en forma de corriente eléctrica.
Para cerrar el circuito es necesario establecer un camino para las cargas en el
interior del sistema. Esta función es efectuada por el electrolito, que consiste en un
medio sólido o líquido interpuesto entre los electrodos y que posibilita un movi-
miento iónico. El electrodo donde se efectúa la oxidación se convierte en negativo
y es el terminal catódico. El electrodo donde se realiza la reducción se convierte en
positivo y es el terminal anódico.
El electrolito completa el circuito eléctrico entre los dos electrodos mediante
la conducción iónica. En algunos casos reacciona con los materiales de los electro-
dos y en otros no, por lo que su constitución variará según los pares de electrodos
que se utilicen.
Aunque la mayoría de los electrolitos utilizados son líquidos, cuando las bate-
rías los utilizan embebidos en formas gelatinosas o semisólidas, estas reciben el
nombre de baterías secas. Las pilas o baterías primarias se han efectuado siempre
en forma seca, mientras que las baterías secundarias han sido siempre húmedas.
Sin embargo, actualmente estas últimas se fabrican con electrolitos gelatinosos o so-
portados por estructuras absorbentes, recibiendo el nombre de secas o, más apro-
piadamente, herméticas.
El desarrollo de las reacciones químicas que se producen en los elementos de-
pende del nivel de difusión iónica, la temperatura, la superficie de los electrodos y
la carga conectada en bornes de la batería.
Cuando la batería llega al final de su vida útil, el electrolito se debilita progre-
sivamente y los electrodos están parcialmente consumidos.
La batería diseñada para el almacenamiento de la energía solar fotovoltaica
debe tener un buen comportamiento frente a los ciclos de carga y descarga y una
larga duración. Otras características necesarias son un mínimo mantenimiento,
buena aceptación de la corriente, mínima autodescarga y alta fiabilidad.

3.1.1. La batería de plomo-ácido


Una batería está formada por la asociación en serie de varios elementos, lla-
mados vasos o celdas. En una batería de plomo-ácido cada uno de estos vasos consta
de un electrodo de plomo (cátodo, electrodo negativo) y otro electrodo de óxido de
plomo (ánodo, electrodo positivo), inmersos en una disolución electrolítica o elec-
trolito (ácido sulfúrico diluido en agua destilada).
Su funcionamiento está basado en los siguientes procesos:
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 119

! Cátodo de plomo (electrodo i):

descarga
Pb c SO42i R r PbSO4 c 2ei
carga

! Ánodo de óxido de plomo (electrodo c):

descarga
Pb c SO42i c 4Hcc 2ei R r PbSO4 c 2H2O
carga

El producto de reacción tanto en el ánodo como en el cátodo es el mismo: sul-


fato de plomo.

Carga

c i c i

2e 2e 2e 2e
2H2O SO42i
PbO2 Pb PbSO4 PbSO4
4Hc SO42i
SO42i
Pb2 4Hc
Pb2 Pb2 Pb2
SO42i
2H2O
PbSO4 2H2SO4 PbSO4 PbO2 Pb

FIGURA 3.2. Procesos de descarga y carga de una batería de plomo-ácido.

Globalmente,
descarga
PbO2 c Pb c 2SO4H2 r 2SO4 c 2H2O
2SO4Pb c 2H2O carga r PbSO4 c Pb c 2SO4H2

Es decir,
descarga
PbO2 c Pb c 2H2SO4 R r 2PbSO4 c 2H2O
carga
120 Ángel Antonio Bayod Rújula

En el modo de carga, la corriente Ibat fluye hacia la batería al terminal positivo,


esto produce que la tensión de la batería Vbat aumente lentamente y el nivel de carga
se incremente. Por el contrario, en el modo de descarga, la corriente fluye fuera del
terminal positivo y la tensión de la batería, Vbat, se reduce al igual que el nivel de
carga, al suplir la batería las necesidades de las cargas. Entre los electrodos se es-
tablece una diferencia de potencial que tiene un valor próximo a los 2 V, depen-
diendo del valor instantáneo del estado de carga de la batería. Las baterías más
utilizadas en aplicaciones fotovoltaicas son de 12 ó 24 V de tensión nominal, es
decir, constan de 6 ó 12 vasos en serie.
Cuando la batería está cargada, el electrodo positivo tiene un depósito de dió-
xido de plomo y el negativo es plomo (como se ha mencionado antes). Al descar-
garse, la reacción química que toma lugar hace que, tanto la placa positiva como
la negativa, tengan un depósito de sulfato de plomo. La figura siguiente ilustra
estos dos estados.

Tapón de Tapón de
ventilación ventilación

Ánodo Cátodo Ánodo Cátodo

Nivel del
Alta electrolito Baja
Densidad Densidad

Dióxido Pb Sulfato Sulfato


de Pb de Pb de Pb

FIGURA 3.3. Esquema del estado de la batería cargada y descargada.

Como el proceso químico libera gases (hidrógeno y oxígeno) se necesita que


el conjunto tenga ventilación al exterior. El diseño de las tapas de ventilación per-
mite la evacuación de estos gases, restringiendo al máximo la posibilidad de un de-
rrame del electrolito.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 121

Aunque con prestaciones excelentes, el acumulador de plomo no carece de in-


convenientes:
! Corrosión debida al ácido sulfúrico.
! Autodescarga apreciable.
! Funcionan mal a bajas temperaturas.
! Su capacidad depende grandemente del régimen de descarga.

Para mejorar sus características se han desarrollado diversos sistemas como


son los acumuladores de plomo-antimonio (Pb-Sb) y los acumuladores plomo-
calcio (Pb-Ca).

3.1.1.1. Plomo-antimonio
Los electrodos de la batería se construyen con una aleación de plomo y anti-
monio, este último necesario para dar la adecuada consistencia al material y garan-
tizar la adherencia a la matriz de acero en que se deposita. Ahora bien, este
antimonio es también responsable de las pérdidas de agua, la corrosión de los ter-
minales y pérdidas de capacidad de almacenamiento. Admite descargas moderada-
mente altas, aunque el número de ciclos de carga y descarga y, por lo tanto, la vida
útil será mayor cuanto menor sea la profundidad de descarga a la que se vea regu-
larmente sometido.
Las baterías estacionarias de Pb - Sb suelen suministrarse en celdas o elemen-
tos de un par de voltios de tensión. Uniendo en serie 6 ó 12 de estos elementos, me-
diante atornillado, se consiguen baterías de 12 ó 24 voltios.

3.1.1.2. Plomo-calcio
Semejantes a las anteriores pero sustituyendo el antimonio por calcio. Esta
aleación plomo-calcio permite la fabricación de baterías de plomo herméticas y
sin mantenimiento. Presenta además la ventaja de tener una baja autodescarga,
aunque al ser de ciclo superficial no admite gran número de ciclos por debajo del
15% de la capacidad y en ningún caso aguanta profundidades de descarga supe-
riores al 40%.
Se venden en estructuras compactas tipo «monoblocs» y su reducido tamaño
permite un transporte cómodo lo que, unido a su precio relativamente moderado,
hace que sea bastante utilizada en pequeñas instalaciones.

3.1.2. Elementos constructivos


Una batería típica de 12 V consta de 6 celdas de 2 V. Cada celda o vaso de una
batería consta de los siguientes elementos constructivos:
122 Ángel Antonio Bayod Rújula

3.1.2.1. Rejillas
Son los elementos sobre los que se cubre con el material activo (óxido de plomo
en el electrodoc y plomo en el i) construyendo así las placas o electrodos. Están
formadas por una aleación de plomo. El antimonio o el calcio se suelen utilizar
como elementos de aleación para fortalecer la rejilla y definen las diferentes ca-
racterísticas de la batería, como el ciclado y el gaseo. Dependiendo de la forma de
la rejilla se diferencian entre baterías tubulares y planas.
3.1.2.2. Placas o electrodos
Son rejillas con material activo (óxido de plomo en el electrodo c y plomo en
el i). Generalmente, en cada celda hay un número de placas conectadas en paralelo
a un bus situado en la parte superior de las placas, tanto positiva como negativa.

3.1.2.3. Separadores
Son elementos de un material poroso y aislante a la vez, que separa el elec-
trodo positivo del negativo, evitando el cortocircuito, y permite el flujo del elec-
trolito y los iones entre los electrodos. En algunos casos suelen ser envolventes
evitando el cortocircuito debido a la deposición de materia activa en el fondo del
contenedor.

3.1.2.4. Tapones
Durante la carga de la batería se producen gases que salen al exterior por los
tapones. Existen tapones que son autorrecombinantes, disminuyendo la pérdida de
agua en el gaseo.

3.1.2.5. Carcasa o contenedor


Suele ser de plástico o goma dura y contiene todos los elementos de la batería.
Los contenedores transparentes facilitan el control del nivel del electrolito.

3.1.3. Parámetros característicos


3.1.3.1. Capacidad nominal, CB
Es la cantidad de electricidad que puede obtenerse mediante la descarga total de
una batería inicialmente cargada al máximo. La capacidad de un acumulador se mide
en Amperios-hora (Ah) para un determinado tiempo de descarga. Se habla del régi-
men de descarga como el número de horas que la batería puede dar una cierta co-
rriente hasta que se descarga completamente. Por ejemplo, si una batería de 120 Ah
tiene un régimen de descarga de 20 horas, dando 6 A, se denota por I20 u 6 A.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 123

En la práctica esto no es así, sino que la capacidad de una batería varía según
el régimen de descarga: aumenta a medida que la descarga es más lenta, y dismi-
nuye cuando esta es más rápida.
Por esta razón, el valor de C debe venir referenciado con el tiempo de descarga.

180
160
140
% de capacidad nominal

120
100
80
60
40
20
0
20 40 60 80 100 120
horas

FIGURA 3.4. Variación de la capacidad según el régimen de descarga.

La capacidad real también depende de la temperatura: Un incremento de la


temperatura, dentro de unos límites, aumenta la actividad de los procesos químicos
y, por lo tanto, la capacidad de la batería. Por el contrario, a bajas temperaturas la
actividad química es menor y la capacidad disminuye considerablemente.

120
110
100
90
% capacidad

80
70
60
50
40
30
i20 i10 0 10 20 30 40 50
Temperatura (ºC)

FIGURA 3.5. Variación de la capacidad según la temperatura.


124 Ángel Antonio Bayod Rújula

Para acumuladores fotovoltaicos es usual referirse a tiempos de descarga de


100 horas, I100. Las baterías usadas en sistemas fotovoltaicos son estacionarias, pre-
paradas para suministrar intensidades relativamente pequeñas durante mucho
tiempo, a diferencia de las baterías de arranque, las cuales suministran grandes in-
tensidades en segundos.

3.1.3.2. Tensión
Al igual que para módulos solares, puede definirse la tensión de circuito abierto
y la tensión en carga. Las baterías tienen una tensión nominal que suele ser de 2, 6,
12 ó 24 V, aunque siempre varíe durante los distintos procesos de operación. Es im-
portante la tensión de carga, definido por la tensión necesaria para vencer la resis-
tencia que opone el acumulador a ser cargado.
Una batería de 12 V de tensión nominal, en función de su estado de carga,
puede presentar algunos voltios por encima o por debajo de dicho valor (11-14 V).
Al conectar los paneles a la batería, la tensión viene determinada por la batería, por
lo que la curva I-V del panel determinará la corriente. Para cargar correctamente una
batería de 12 V hacen falta unos 14,5 V, por ello, los paneles suelen ser capaces de
proporcionar unos 17 V, así se asegura la carga en un amplio margen de funciona-
miento (margen de seguridad), ya que cuando la temperatura aumenta la tensión en
bornes del panel disminuye, lo cual podría dar lugar a valores inferiores a los pre-
cisos para la carga de las baterías.

i i i
2,1 V 6,3 V
90 Ah 90 Ah
c c c

i i i
2,1 V 2,1 V
90 Ah 270 Ah
c c c

FIGURA 3.6. Acumuladores asociados en serie y en paralelo.


Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 125

Como se ha dicho, una batería puede considerarse como la asociación de va-


rios acumuladores conectados bien en serie, bien en paralelo, combinados para dar
la tensión de salida y la capacidad de almacenamiento deseadas.
Por ejemplo: Tres acumuladores de plomo-ácido de 90 Ah y 2,1 V pueden co-
nectarse en serie para obtener una batería de 6,3 V y de 90 Ah. Los mismos ele-
mentos pueden conectarse en paralelo para producir una batería de 2,1 V y 270 Ah.

3.1.3.3. Autodescarga
Pérdida de carga de la batería cuando esta permanece en circuito abierto. De-
pende del tipo de batería y muy directamente de la temperatura, aumentando con
esta. Habitualmente se expresa como porcentaje de la capacidad nominal, medida
durante un mes, y a una temperatura de 20 °C.
La autodescarga hay que considerarla como un consumo adicional, que de-
manda un cierto porcentaje de energía almacenada. Su valor es aproximadamente
de un 0,5 a un 1% diario en baterías de Pb-ácido.

3.1.3.4. Profundidad de descarga (PD)


Es el valor, en tanto por ciento, de la energía que se ha extraído de un acumu-
lador plenamente cargado en una descarga. Como ejemplo, si tenemos una batería
de 100 Ah y la sometemos a una descarga de 20 Ah, esto representa una profundi-
dad de descarga del 20%.
A partir de la profundidad de descarga podemos encontrarnos con descargas su-
perficiales (de menos del 20%) o profundas (hasta el 80%).
La profundidad de descarga máxima (PDmax) es el valor en tanto por ciento de
energía que se puede extraer sin dañar la batería. La capacidad útil de la batería (Ah
que puede dar realmente) es:

Cútil u CB * PDmáx

3.1.3.5. Rendimiento
Es la relación entre la energía suministrada durante la descarga y la que se ne-
cesita para cargar plenamente la batería. Las pérdidas en una batería se deben so-
bretodo a una producción de energía calorífica en los procesos químicos que tienen
lugar durante la carga y descarga.

3.1.3.6. Vida útil


La vida útil de una batería no se mide en años, sino por la cantidad de ciclos
de carga-descarga que es capaz de realizar. Así, si se la somete a un régimen de
trabajo de muchos ciclos diarios, probablemente solo durará unos meses, mientras
126 Ángel Antonio Bayod Rújula

que si el régimen es de un ciclo al día o incluso más lento (como ocurre en el caso
de iluminación de viviendas con energía solar) la batería puede durar al menos
diez años.

3.1.3.7. Densidad del electrolito


En una batería de Pb-ácido el electrolito interviene en forma activa en el pro-
ceso electroquímico, variando la proporción de ácido en la solución con el estado
de carga del acumulador. Cuando la batería está descargada, la cantidad de ácido en
la solución disminuye. Si la batería está cargada, la cantidad de ácido en la solución
aumenta. Este mecanismo tiene una derivación práctica: monitoreando la concen-
tración del ácido se puede determinar el estado de carga de la batería.
La mejor indicación del estado de carga nos la da, por lo tanto, la densidad del
electrolito. La medición de la densidad se hace mediante densímetros, que utilizan
el principio de Arquímedes.
Para baterías totalmente cargadas, está entre 1,2 y 1,28 g/cm3. Esto equivale a
una tensión interna de la batería entre 2,04 y 2,12 V.

3.1.3.8. Resistencia interna


Formada por la resistencia óhmica de sus componentes (terminales, electro-
dos, soportes y electrolito) y por una resistencia virtual variable en función del es-
tado de carga y de las distintas polarizaciones y concentraciones. Aumenta con las
bajas temperaturas, con la descarga de la batería y con el envejecimiento. Es difí-
cil de determinar con exactitud. Depende del envejecimiento y de las condiciones
de trabajo, pero ronda las décimas de ohmio.

I carga

c
I descarga

Ri
V

Vi

FIGURA 3.7. Esquema eléctrico en la carga y descarga de la batería.


Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 127

La tensión en bornes de la batería depende por tanto de la resistencia interna,


así como de la corriente que entra o sale y de la tensión a circuito abierto, según la
expresión

Vbornes u Vi n Ri

El signo más se aplica en la carga y el menos en la descarga de la batería.

3.1.4. Factores que afectan al comportamiento de la batería


3.1.4.1. Ciclos de carga y descarga
La tensión proporcionada por una batería de acumulación es de continua. Para
cargarla se necesita un generador de corriente continua, que deberá ser conectado
con la polaridad correcta: positivo del generador al positivo de batería y negativo
del generador al negativo de batería. Para poder forzar una corriente de carga la
tensión deberá ser algo superior de la batería.
La corriente de carga provoca reacciones químicas en los electrodos, que con-
tinúan mientras el generador sea capaz de mantener esa corriente, o el electrolito sea
incapaz de mantener esas reacciones. El proceso es reversible. Si desconectamos el
generador y conectamos una carga eléctrica a la batería, circulará una corriente a tra-
vés de esta, en dirección opuesta a la de carga, provocando reacciones químicas en
los electrodos que vuelven el sistema a su condición inicial.
El acumulador estacionario en una instalación fotovoltaica está sometido a una
serie de ciclos de trabajo. Cada ciclo comprende la descarga del acumulador, bajo
un determinado régimen, seguido de la subsiguiente recarga. El acumulador esta-
cionario debe estar diseñado para soportar el máximo número posible de ciclos de
carga-descarga.
En teoría el «ciclo» de carga-descarga puede ser repetido indefinidamente. En
la práctica existen limitaciones para el máximo número de ellos, ya que los elec-
trodos pierden parte del material con cada descarga. La diferencia funcional entre
diferentes tipos de baterías obedece al uso de diferentes electrolitos y electrodos
metálicos. Dentro de un mismo tipo de batería, la diferencia funcional es el resul-
tado del método de fabricación.
Los ciclos continuos de trabajo de una batería (carga y descarga) hacen que
esta pierda capacidad con el tiempo, debido a que se va perdiendo material activo.
Se llega a la muerte de la batería cuando la capacidad se ha reducido al 80% de la
nominal. Cuanto menor sea el régimen de descarga (mayor corriente implicada en
el proceso de descarga durante menos horas), más rápidamente pierde la batería su
capacidad. En la figura puede verse que una batería descargándose en régimen de
128 Ángel Antonio Bayod Rújula

I20 tiene menor vida útil que si se descarga a régimen de I100 (los ciclos son cargas
y descargas equivalentes a la capacidad útil).

1,0

0,8

0,6
CB/CBinicial

I100
0,4 I40
I25
0,2

0
0 1.500 3.000 4.500 6.000
Número de ciclos

FIGURA 3.8. Vida útil vs. Régimen de descarga.

Los ciclos de carga y descarga provocan la estratificación del electrolito, es


decir, la densidad en el fondo de la batería es mayor que en la parte superior. Esto
se produce debido a la resistencia de las rejillas, que hace que la corriente sea mayor
en la parte superior de la rejilla (cerca de los bornes) que en la inferior, absorbién-
dose más electrolito en la zona de arriba. Además, la tendencia natural de los lí-
quidos a caer agrava la estratificación.
Cuando un tipo de energía es convertido en otro, la eficiencia del proceso nunca
alcanza el 100%, ya que siempre existen pérdidas (calor). La doble conversión ener-
gética que toma lugar dentro de una batería obedece esta ley física. Habrá, por lo
tanto, pérdidas de energía durante el proceso de carga y el de descarga.
3.1.4.2. Influencia de la temperatura
Al realizar la descarga a baja temperatura la caída de tensión es mucho más
severa que la que se observa, para la misma corriente, a 25 ºC. La baja temperatura
retarda la reacción química, lo que se traduce en un brusco aumento de la resisten-
cia interna de la batería, lo que provoca una mayor caída de la tensión. Estas cur-
vas confirman la experiencia que tenemos con baterías para automóvil durante el
invierno. Se observa, asimismo, que si se mantiene constante la temperatura del
electrolito, la caída de tensión es siempre mayor (aumento de la resistencia interna)
cuando la corriente de descarga aumenta.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 129

Temperatura (ºC) Capacidad (%)


30 105
25 100
16 90
4 77
i7 63
i18 49
i29 35
i40 21
i51 9
TABLA 3.1. Capacidad en función de la temperatura.

Para la carga, se observa que la tensión correspondiente a un dado estado y co-


rriente de carga, es siempre menor cuando la temperatura disminuye. Al aumentar
la temperatura, aumenta la movilidad del electrolito, disminuyendo la resistencia
interna de la batería. Esta disminución de la resistencia con la temperatura implica
que la tensión en bornes de la batería a la que ocurre la sobrecarga disminuye. La
tensión de corte del regulador por sobrecarga se deberá corregir en i5 mV por ºC
y elemento.
Es conveniente cargar una batería con un nivel de corriente que no exceda el
máximo dado por el fabricante. El tiempo de carga, multiplicado por la corriente de
carga debe ser un 15% mayor al número de Ah de la batería, para compensar por
las pérdidas durante el proceso de carga.
La temperatura también puede influir en la vida útil de una batería. Si es de-
masiado alta, la reacción química que tiene lugar en el acumulador se acelera de-
masiado y la vida se acorta. Si la temperatura es baja, la vida se prolonga, pero si
baja demasiado puede correr el riesgo de congelación. En este caso, lo mejor será
mantener la batería en un nivel de carga alto, ya que cuanto mayor sea la concen-
tración del electrolito el punto de congelación será más bajo.

3.1.4.3. Punto de congelación


Un problema que suele presentarse cuando la temperatura del electrolito al-
canza los 0 °C está relacionado con el estado de carga de la batería. Si esta está
prácticamente descargada, la cantidad de agua en la solución electrolítica es mayor,
como indicamos anteriormente. Al bajar la temperatura del electrolito existe la po-
sibilidad de que el agua se congele. Si esto ocurre, su volumen aumenta. La fuerza
de esta expansión distorsiona los electrodos, pudiendo dañar las celdas o quebrar la
caja. El ácido del electrolito actúa como anticongelante, de manera que es extre-
madamente importante mantener la carga de las baterías cuando la temperatura de
130 Ángel Antonio Bayod Rújula

trabajo disminuye. Una batería solar del tipo Pb-ácido, totalmente descargada, se
congela alrededor de los i10 °C. Si está totalmente cargada, el punto de congela-
ción se alcanza alrededor de los i58 °C. Veamos la siguiente tabla.

Temperatura
Estado carga congelamiento
(%) electrolito
(°C)
100% i58,0
75% i34,4
50% i20,0
25% i15,0
Descargada i10,0

TABLA 3.2. Temperaturas de congelación en función del nivel de carga.

Para evitar la congelación en climas fríos, se deben usar elevadas densidades


de electrolito. Se recomienda mantener la batería cargada con una disolución al
40% de H2SO4. Así, se consigue que el punto de congelación esté en i60 ºC.

3.1.4.4. Elevadas temperaturas


Si las bajas temperaturas causan tantos problemas, alguno puede concluir que
las temperaturas ambientes elevadas son las ideales. La conclusión es errónea,
pues al aumentar la temperatura, la velocidad de las reacciones químicas aumenta,
con lo cual la corrosión llega antes. Así la mayor actividad química se traduce en
una reducción en la vida útil de una batería de Pb-ácido, como lo muestra la tabla
dada a continuación.

Temperatura Reducción
electrolito vida útil
(ºC) (%)
25 0
30 30
35 50
40 65
45 77
50 87
55 95

TABLA 3.3. Reducción de la vida útil en función de la temperatura del electrolito.


Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 131

Para compensar este problema, en zonas cálidas se utilizan densidades de elec-


trolito bajas, de entre 1,20 y 1,22 g/cm3 para baterías totalmente cargadas.

3.1.4.5. Gasificación
Cuando una batería de plomo-ácido está próxima a alcanzar el 100% de su
carga, la cantidad de agua en el electrolito ha sido severamente reducida. Los iones
que esta provee se hacen más escasos, disminuyendo la posibilidad para el ion de
hidrógeno (electrodo negativo) y para el ion de oxígeno (electrodo positivo) de re-
accionar químicamente, formando plomo y dióxido de plomo, respectivamente. Si
la corriente de carga continúa al mismo nivel, el exceso de gases escapa del elec-
trolito produciendo un intenso burbujeo, el que se conoce como «gasificación».
Si el proceso de carga no es controlado, el exceso de oxígeno comienza a oxi-
dar los sostenes de plomo de las celdas, pudiendo causar el derrumbe de los mis-
mos. Este fenómeno es conocido como la «muerte súbita» de la batería, ya que
ocurre sin dar aviso previo. Una gasificación excesiva arrastra parte del electrolito,
el que es expulsado fuera de la batería, a través de los tapones de respiración. Este
material contiene ácido sulfúrico, dañando los terminales de salida y disminuyendo
la cantidad de ácido dentro de la batería. El proceso de carga de una batería de Pb-
ácido debe minimizar la gasificación del electrolito. Algo de gasificación es útil,
pues contribuye a homogeneizar la solución electrolítica y ayuda a evitar el fenó-
meno de la estratificación, debida a los continuos ciclos de carga y descarga que
sufre la batería, que produce que el ácido tienda a concentrarse en el fondo, pu-
diéndose corroerse las partes bajas de las rejillas y dañarse la batería. Las burbujas
de la gasificación pueden evitar este fenómeno.
Esta función de gasificación es efectuada por el regulador. Si la batería ha sido
descargada en profundidad y si está activada la función de gasificación, el regula-
dor mantendrá la tensión de gasificación hasta que esta haya sido alcanzada (La
función de gasificación no es recomendable para baterías de electrolito absorbido
o de gel, y por esta razón se la puede desactivar). La tensión de gasificación de-
pende la temperatura externa, el regulador, automáticamente, hace las correcciones
que corresponde.
Para una batería solar de Pb-ácido de 12V nominales, trabajando alrededor de
los 25 °C, una tensión de carga de 14,28V proporciona un nivel tolerable de gasi-
ficación. Una tensión más elevada provoca un nivel de gasificación excesivo.

3.1.4.6. Sulfatación
Hemos visto que la descarga de las baterías de plomo-ácido trae aparejado un
depósito de sulfato de plomo en ambas placas. Normalmente este depósito está
constituido por pequeños cristales, que se descomponen fácilmente durante el pro-
132 Ángel Antonio Bayod Rújula

ceso de carga. Si, por el contrario, la batería ha sido descargada repetidas veces por
debajo del mínimo especificado, es pobremente cargada, o permanece descargada
por largo tiempo, el tamaño de los cristales de sulfato de plomo es grande, lo que
se traduce en una disminución de la superficie activa del electrodo. Debido a su
gran tamaño, buena parte de los cristales ni intervienen ni dejan que los electrodos
intervengan en las reacciones químicas, reduciendo así la materia activa y con ello
la capacidad de la batería, pudiendo dejarla inservible. Este fenómeno se conoce con
el nombre de sulfatación de la batería. En lugares donde los períodos nublados son
de larga duración las baterías pueden permanecer en estado de baja carga, por largo
tiempo, induciendo la sulfatación de las placas. Si la sobredescarga es muy pro-
nunciada se puede llegar a la situación peligrosa de agotamiento pudiéndose dañar
seriamente la batería. Una carga a régimen de corriente elevado puede disolver esta
formación cristalina (proceso de ecualización).

3.1.5. Otros tipos de baterías solares


3.1.5.1. Baterías solares de gel (VRLA)
Existe una batería solar de Pb-ácido donde el electrolito no es líquido sino ge-
latinoso (Gel battery, en inglés). Su costo es alrededor de tres veces mayor que el
de la versión con electrolito líquido, pero tiene características técnicas que la hacen
muy útiles en aplicaciones especializadas.
La literatura técnica suele identificar a este tipo de baterías con la abreviatura
VRLA, que corresponde a la abreviación de cuatro palabras inglesas cuyo signifi-
cado es: «Pb-ácido regulada por válvula». Como esta batería no requiere ventilación
al exterior durante el proceso de carga, la caja exterior es hermética. La válvula
constituye un dispositivo de seguridad en caso de cortocircuito o sobrecarga. Esta
hermeticidad evita el derrame del electrolito, lo que disminuye el riesgo en su ma-
nejo, y la convierte en la solución ideal para instalaciones marinas (boyas o em-
barcaciones). Como no requieren mantenimiento (agregado de agua), se las usa en
instalaciones donde la supervisión es infrecuente o nula, como es el caso en siste-
mas fotovoltaicos de iluminación de carteles de propaganda en carreteras, repeti-
dores de comunicaciones, o en sistemas fotovoltaicos portátiles («listos para ser
usados»). El tipo de electrolito usado en esta batería permite su uso a bajas tempe-
raturas con mayor eficiencia que las de electrolito líquido.
La autodescarga semanal es de 1,1%, a 25 ºC y aumenta a un 3% cuando la tem-
peratura se eleva a 40 ºC. Pueden obtenerse en versiones de 6 y 12V, con capaci-
dades entre 6 y 180 Ah (20hrs).
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 133

3.1.5.2. Baterías solares de níquel-cadmio (Ni-Cd)


No podemos concluir sin mencionar este tipo de batería de ciclo profundo. De-
bido a su alto costo inicial (6 a 8 veces el de una batería equivalente de Pb-ácido),
este diseño no ha podido suplantar al tipo Pb-ácido con electrolito líquido. Sin em-
bargo, el costo operacional (largo plazo) es mucho menor que el de una batería de
igual capacidad del tipo Pb-ácido debido a su larga vida útil y bajo mantenimiento.
En este caso los elementos están constituidos por unas placas positivas (áno-
dos) de hidróxido de níquel, unas placas negativas (cátodos) de cadmio y un elec-
trolito de hidróxido de potasio que no reacciona con las placas. La reacción química
aproximada es la siguiente:
descarga
2NiO(OH) c Cd c 2H2O r 2Ni(OH)2 c Cd(OH)2

2Ni(OH)2 c Cd (OH)2 carga r 2NiO(OH) c Cd c 2H2O

El hidróxido potásico diluido (KOH), que es el electrolito, no aparece en la


fórmula, aunque debe tenerse en cuenta que durante la carga se forma agua y que
ésta es absorbida por el electrolito durante la descarga.
Existen dos métodos de fabricación para estas baterías, pero el recomendado
para una batería solar es el llamado de «bolsillos en la placa» (pocket plate, en in-
glés). Este tipo de batería usa placas de acero inoxidable, las que poseen depre-
siones donde se coloca el material activo. El electrolito de estas baterías es una
solución de agua e hidróxido de potasio, el que requiere una capa de aceite pro-
tector, para evitar su oxidación por el oxígeno del ambiente. En términos genéri-
cos, una batería de Ni-Cd que usa este método de fabricación tolera más
exigencias que su equivalente de Pb-ácido. Sus características más salientes son:
pueden soportar, sin daño, cargas y descargas fuertes, así como una mayor pro-
fundidad de descarga (cerca del 100%). Tienen una mayor eficiencia con baja
temperatura ambiente y soportan, sin problemas, una alta combinación de tem-
peratura y humedad ambiente. Esta última característica la convierte en la solu-
ción ideal para climas tropicales.
Otras ventajas asociadas con este tipo de batería es la ausencia de problemas
similares al de la «sulfatación» de las placas o la congelación del electrolito. Una
batería de Ni-Cd puede trabajar con bajo estado de carga sin deteriorarse.
La autodescarga es inicialmente elevada, pero disminuye con el tiempo, per-
mitiendo largos períodos de almacenamiento con una retención considerable de la
carga inicial. La vida útil es más de dos veces la de una Pb-ácido. Uno de los fa-
bricantes de baterías solares de Ni-Cd (SAFT-NIFE) las garantiza por 20 años.
134 Ángel Antonio Bayod Rújula

Pero dado que ningún componente es perfecto, enumeraremos a continuación


alguna de las características de la batería de Ni-Cd que pueden ser consideradas
como inconvenientes en un sistema fotovoltaico. Una de ellas es su característica
de descarga. Como la resistencia interna de esta batería es diez (10) veces menor que
la de Pb-ácido, la tensión de salida permanece prácticamente constante hasta el mo-
mento en que su capacidad de almacenaje de energía se ve agotada. Es entonces
cuando este cae en forma vertiginosa. Esta característica no permite al usuario tener
un «aviso previo», como en el caso de las baterías de Pb-ácido, donde la resisten-
cia interna se incrementa con el tiempo, bajando su tensión de salida en forma con-
tinua. Si se quiere medir la tensión de salida, se requiere el uso de un voltímetro que
tenga la suficiente resolución y precisión para que la lectura contenga dos decima-
les significativos, ya que los cambios, como se ha dicho, son muy pequeños.
El electrolito de una batería de Ni-Cd tiene un rol pasivo. Solo actúa como
transportador de cargas. No existe variación alguna en la densidad del mismo entre
carga y descarga, impidiendo el uso de un densímetro.
El instrumento más recomendable es un medidor de energía, como el que mide
el número de Wh. La tensión de una celda es cercana a 1,4V cuando la batería está
cargada, y disminuye a 1,1V cuando está descargada. Para obtener tensiones cer-
canas a los 12V (o múltiplos de este) se necesitan más celdas por batería. Si se
usan estas baterías en un sistema FV, el control de carga deberá ser elegido de ma-
nera que sea compatible con este tipo de baterías. Un medidor de estado de carga
diseñado para baterías de Pb-ácido no puede ser utilizado para monitorizar este
tipo de acumulador.

3.1.6. Condicionantes del Pliego de Condiciones Técnicas


de Instalaciones Aisladas de Red
A continuación se reproduce los condicionantes que con respecto a las baterías
figuran en el Pliego de Condiciones Técnicas del IDAE para aplicaciones aisladas.
Las baterías del acumulador serán de plomo-ácido, preferentemente estacio-
narias y de placa tubular. No se permitirá el uso de baterías de arranque.
Para asegurar una adecuada recarga de las baterías, la capacidad nominal del
acumulador (en Ah) no excederá en 25 veces la corriente (en A) de cortocircuito en
Condiciones Estándar de Medida (STC) del generador fotovoltaico. En el caso de
que la capacidad del acumulador elegido sea superior a este valor (por existir el
apoyo de un generador eólico, cargador de baterías, grupo electrógeno, etc.), se jus-
tificará adecuadamente.
La máxima profundidad de descarga (referida a la capacidad nominal del acu-
mulador) no excederá el 80% en instalaciones donde se prevea que descargas tan
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 135

profundas no serán frecuentes. En aquellas aplicaciones en las que estas sobredes-


cargas puedan ser habituales, tales como alumbrado público, la máxima profundi-
dad de descarga no superará el 60%.
Se protegerá, especialmente frente a sobrecargas, a las baterías con electrolito
gelificado, de acuerdo a las recomendaciones del fabricante.
La capacidad inicial del acumulador será superior al 90% de la capacidad no-
minal. En cualquier caso, deberán seguirse las recomendaciones del fabricante para
aquellas baterías que requieran una carga inicial.
La autodescarga del acumulador a 20 ºC no excederá el 6% de su capacidad no-
minal por mes.
La vida del acumulador, definida como la correspondiente hasta que su capacidad
residual caiga por debajo del 80% de su capacidad nominal, debe ser superior a 1.000
ciclos, cuando se descarga el acumulador hasta una profundidad del 50% al 20 ºC.
El acumulador será instalado siguiendo las recomendaciones del fabricante. En
cualquier caso, deberá asegurarse lo siguiente:
! El acumulador se situará en un lugar ventilado y con acceso restringido.
! Se adoptarán las medidas de protección necesarias para evitar el corto-
circuito accidental de los terminales del acumulador, por ejemplo, me-
diante cubiertas aislantes.
Cada batería, o vaso, deberá estar etiquetado, al menos, con la siguiente infor-
mación:
! Tensión nominal (V).
! Polaridad de los terminales.
! Capacidad nominal (Ah).
! Fabricante (nombre o logotipo) y número de serie.

3.1.7. Mantenimiento
El plan de mantenimiento debe contemplar inspecciones periódicas del sis-
tema, así como el registro e historial de algunas de las mediciones hechas en el
mismo. Este plan debe dar prioridad a los componentes más susceptibles de sufrir
deterioro. La frecuencia de las inspecciones estará dictada por las condiciones de
uso, la edad del sistema, los problemas potenciales que se hayan identificado, o por
situaciones fortuitas (tormentas o períodos de baja insolación).
Desde el comienzo del proceso de instalación, y continuando más tarde con el
servicio de mantenimiento, se requiere el uso de instrumentos eléctricos de medida
que nos permitan conocer las tensiones y corrientes en el sistema, o determinar si
una conexión está abierta o cerrada. Estos instrumentos se conocen, respectiva-
mente, con el nombre de voltímetro, amperímetro y medidor de continuidad.
136 Ángel Antonio Bayod Rújula

Es recomendable la incorporación, en forma permanente, de un voltímetro y un


amperímetro en el sistema, pues sus lecturas facilitan la evaluación rápida y diná-
mica del funcionamiento del mismo. Sin embargo, durante la instalación y el man-
tenimiento es imprescindible efectuar mediciones en diversos puntos del sistema.
Es importante que las tareas de inspección sean hechas teniendo en conside-
ración la seguridad de quien las lleva a cabo. Al respecto debe recordarse que las
herramientas a usarse (pinzas, destornilladores, etc.) pueden, accidentalmente,
producir un cortocircuito de batería al tocar el terminal opuesto. Para minimizar
esta posibilidad ha de cubrirse con cinta aislante las superficies metálicas que no
son utilizadas.
Se ha de evitar utilizar anillos, cadenas de oro o un reloj pulsera con malla me-
tálica mientras trabaja con las baterías (la tendión de salida de un inversor puede
causar la muerte por electrocución). A veces la reacción incontrolada que provoca
un cortocircuito inesperado puede causar un accidente imprevisible. Se han de uti-
lizar guantes, botas y delantal de goma al trabajar con baterías de Pb-ácido.
La inspección visual es la más fácil de llevar a cabo. Si se realiza en forma de-
tallada podrá detectarse el deterioro prematuro de los componentes expuestos a los
rigores del clima (temperatura, radiación ultravioleta, lluvia, granizo, etc.), el ata-
que de los roedores, la oxidación o el aflojamiento de los tornillos utilizados para
conectar cables o amarrar sostenes. Si el sistema tiene algún tipo de medidor (vol-
tímetro, amperímetro o medidor de Ah) o simplemente luces indicadoras, la ins-
pección visual de los mismos dará una rápida evaluación dinámica del sistema.
En el caso del banco de baterías la inspección visual deberá determinar si hay
pérdidas excesivas del electrolito. Estas se manifiestan como depósitos en el con-
tacto positivo, residuos ácidos en las bandejas plásticas o en el deterioro de la base
de sostén. Dos veces al mes las baterías deberán ser agitadas, con suavidad, para evi-
tar la estratificación del electrolito.
Algunas acciones son:
! Comprobar que las bancadas, el interior de los contenedores y, sobre todo,
la parte superior de los acumuladores no presenta restos de suciedad
(polvo, humedad, salpicaduras de electrolito, condensaciones de gases, etc.)
que pueda provocar autodescargas parásitas o derivaciones eléctricas. En su
caso, limpiar la suciedad y el polvo con un paño humedecido en agua lim-
pia. En los acumuladores de electrolito líquido, eliminar los restos de ácido
con un paño humedecido en la disolución neutralizante, enjuagar con un
paño humedecido en agua limpia y secar con un paño limpio.
! Comprobar que los terminales de conexión no muestran signos de co-
rrosión o sulfatación que reduzcan el área efectiva de contacto entre el
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 137

terminal y el borne del acumulador. En su caso, desconectar el terminal,


limpiarlo convenientemente (principalmente la superficie de contacto)
y limpiar también el borne del acumulador. Para ello se puede proceder
de forma análoga a la limpieza de la parte superior de los acumulado-
res. En ocasiones puede ser necesaria la utilización de utensilios espe-
ciales de limpieza (cepillo de alambre, escariador, etc.). Una vez
limpios, se aplicará de forma uniforme en el terminal y en el borne una
fina capa de grasa especial (de conductividad adecuada) para preservar
la conexión. La aplicación (en su caso) de vaselina neutra o grasa de si-
licona debe limitarse a proteger el exterior de la conexión (no la super-
ficie de contacto).
! Comprobar que los tapones cerámicos de los acumuladores de electro-
lito líquido no están obstruidos parcialmente por las salpicaduras del
mismo. En su caso, lavarlos con abundante agua y secarlos agitándo-
los vigorosamente o aplicando una corriente de aire para eliminar toda
el agua.
Antes de efectuar cualquier tarea de limpieza hay que asegurarse de que los
orificios de reposición de agua (en los acumuladores de electrolito líquido) están
bien cerrados para evitar la entrada de suciedad o disolución neutralizante en el in-
terior de las celdas.
La utilización de disoluciones neutralizantes a base de amoníaco puede dañar
permanentemente el material plástico de los acumuladores.
La aplicación excesiva de grasa protectora puede provocar autodescargas pa-
rásitas al derretirse por efecto de la temperatura.
Una vez cada mes, o con mayor frecuencia si se nota algún problema, deberá
medirse la densidad del electrolito en cada una de las celdas que componen el banco
de baterías y archivar los resultados. La comparación de los resultados con medi-
das hechas con anterioridad permitirá detectar el comienzo de problemas en una
determinada célula. Bruscas variaciones en la densidad o el nivel del electrolito,
ayudan a determinar el envejecimiento de una batería de Pb-ácido o el uso inco-
rrecto del sistema fotovoltaico.
La medición de la densidad del electrolito en una celda se lleva a cabo con un
densímetro
La escala del flotador solo es válida para una temperatura del electrolito cer-
cana a los 27 ºC. Para otros valores de temperatura se necesita corregir los valo-
res leídos. La medición de la densidad debe hacerse con una batería en reposo, sin
llenar excesivamente el tubo de prueba, lo que evitaría la libre flotación del bulbo
de medida.
138 Ángel Antonio Bayod Rújula

La Tabla siguiente muestra la relación aproximada entre la densidad del elec-


trolito y el estado de carga

Porcentaje de carga Densidad del electrolito Voltaje (bat. 12V)


100% 1.260 12,60 (o mayor)
75% 1.220 12,36
50% 1.185 12,18
25% 1.150 11,94
Descargada 1.120 11,85 (o menor)

TABLA 3.4. Relación aproximada entre estado de carga y densidad del electrolito y tensión de salida.

La comprobación del nivel del electrolito en los acumuladores traslúcidos se


puede realizar por mera inspección visual. Obsérvese en la imagen el nivel corres-
pondiente y las marcas de nivel máximo y mínimo que determinan la reserva de
electrolito.

3.2. Subsistema de regulación de carga


Las prestaciones y el tiempo de vida útil de un acumulador eléctrico depen-
den en gran medida, como se ha visto, del modo en que se lleven a cabo los pro-
cesos de carga y descarga del mismo. En particular, las baterías deben protegerse
contra sobrecargas y sobredescargas para prolongar su vida útil. El regulador de
carga es el dispositivo encargado de proteger a la batería frente a sobrecargas y
sobredescargas.
Durante la noche la tensión de salida de los paneles fotovoltaicos es nula. Al
amanecer, atardecer o en días nublados, el nivel de insolación es bajo y los paneles
quizá no puedan cargar las baterías. Si la demanda de consumo eléctrico de la ins-
talación provoca un estado de carga en la batería demasiado bajo, de mantenerse esta
situación durante tiempo prolongado, resulta perjudicial para la misma. En este caso
el regulador cumple la misión de evitar la descarga de la batería.
Cuando la insolación aumenta, la tensión de los paneles supera a la del banco
de baterías y el proceso de carga se reanuda. Como la tensión que puede propor-
cionar el panel es mayor que la tensión que presenta la batería a plena carga, si no
se controla el proceso de carga, continuaría produciéndose este y puede dar lugar a
una sobrecarga de la batería. Si no se evita la sobrecarga de las baterías, se produce
gasificación y calentamiento, dando lugar a una disminución de la vida útil. Tam-
bién para evitar dicha sobrecarga se utiliza el regulador.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 139

FIGURA 3.9. Reguladores de carga.


140 Ángel Antonio Bayod Rújula

3.2.1. Características del regulador


Un regulador funciona generalmente por control de la tensión (relacionada con
el estado de carga) en los terminales de la batería. Existen otros reguladores que
utilizan diferentes estrategias de regulación atendiendo a otros parámetros, como por
ejemplo, el estado de carga del acumulador. En cualquier caso, debe asegurarse una
protección equivalente del acumulador contra sobrecargas y sobredescargas.
El regulador debe ser configurado específicamente en función del tipo de ba-
tería, aplicación y condiciones climáticas.
Sus principales características son:
! Tensión nominal: igual a la del sistema, usualmente 12, 24 ó 48 V.
! Intensidad máxima que permite que circule a través de él: debe ser al menos
un 25% mayor a la máxima corriente del generador fotovoltaico, puesto
que en ocasiones la irradiancia puede llegar a superar los 1.250 W/m2.
Otras características son los valores de tensión de corte por alta (sobrecarga) y
tensión de corte por baja (sobredescarga).
Algunos reguladores pueden incluir también las siguientes funciones:
! Existencia de compensación con la temperatura. Las tensiones que indi-
can el estado de carga de la batería varían con la temperatura, por eso al-
gunos reguladores miden la temperatura y corrigen, basándose en ello,
las tensiones de sobrecarga.
! Ajuste del procedimiento de carga según el tipo de batería (especialmente
importante en el caso de las baterías de gel).
! Protección contra polaridad inversa.
! Protección contra cortocircuito.
! Protección frente a sobretensiones debidas a descargas atmosféricas
(rayos).
! Indicación de la función de carga en cada momento, así como indicación
de la intensidad y de la tensión.
! Regulación automática de gaseo: cada 15 días las baterías se cargan du-
rante unas 3 horas con una tensión por encima de la tensión de gaseo. De
este modo, con los gases en el electrolito de la batería se produce una
mezcla de las capas del mismo. De lo contrario, a lo largo de la vida de la
batería se producirá una estratificación indeseada del electrolito.
! Seguimiento de punto de máxima potencia.
Algunos reguladores incorporan diversos equipos de Instrumentación de me-
dida e indicadores, que proporcionará al usuario una información básica sobre el
funcionamiento de la instalación:
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 141

! Voltímetros.
! Amperímetros
! Contadores.
! Alarmas luminosas o sonoras que indican bajo estado de carga, descone-
xión del generador, entre otros.
! Función antidescarga nocturna (descarga de la batería a través del gene-
rador cuando no hay irradiación).
! Conexión con ordenador.
Los métodos usados para controlar la tensión en la batería son el regulador
serie (cortando el suministro mediante circuito abierto) y el regulador paralelo (di-
sipando la corriente generada por el generador mediante un dispositivo electrónico).
Generalmente se usan los reguladores serie por sus ventajas frente a los paralelo, que
solo se usan para sistemas de muy baja potencia.
Tanto en el control paralelo, como en el serie, el máximo valor de la corriente
de carga está determinado por la diferencia entre la tensión de salida de los paneles
y la de baterías.

3.2.2. Reguladores serie


Son de utilización generalizada, la mayoría de los sistemas fotovoltaicos autó-
nomos incorporan un regulador del tipo serie.
Estos reguladores se caracterizan por un elemento interruptor que es conec-
tado en serie entre el módulo fotovoltaico y la batería, y otro entre la batería y el
consumo.

Carga

FIGURA 3.10. Regulador serie.


142 Ángel Antonio Bayod Rújula

Cuando el interruptor tras los módulos está en conducción, dirige la corriente


eléctrica hacia la batería. En los primeros días de la fotovoltaica este interruptor era
a menudo implementado por un relé que accionaba el interruptor on y off en los
puntos establecidos de tensión de la batería, como sucede en los reguladores de
muy bajo coste. En el día de hoy, los reguladores son mucho más sofisticados, con
elementos semiconductores de conmutación rápida como MOSFETs, que ofrecen
una mejor carga de la batería mediante la liberación de la corriente procedente de
los paneles en rápidos pulsos de longitud variable (técnica denominada modula-
ción de anchura de pulso, PWM, Pulse Width Modulation. Los dispositivos más
avanzados utilizan, incluso, algoritmos especiales que adaptan los intervalos de los
pulsos de carga al estado de carga de la batería (SOC, State Of Charge).
Cuando la tensión de la batería indica que va a pasar a sobrecarga (tensión de
corte por alta), se desconecta la batería del generador. Cuando la tensión de la ba-
tería indica que va a pasar a sobredescarga (tensión de corte por baja), se desconecta
la batería del consumo.

3.2.3. Reguladores paralelo


Este tipo de regulador, el elemento conmutador es conectado en paralelo al mó-
dulo. Al detectar que la tensión en la batería supera el valor correspondiente a plena
carga (batería completamente cargada), el módulo es cortocircuitado por el inte-
rruptor y así no puede fluir corriente a la batería. En esta configuración, la integra-
ción de un diodo de bloqueo es obligatoria ya que, de otra manera, la batería
quedaría en cortocircuito. Así el paso de corriente es posible únicamente en un sen-
tido. Con este diodo se evita que los paneles se puedan comportar como cargas noc-
turnas que consuman potencia de la batería. Sin embargo, los diodos de bloqueo
consumen potencia (presentan caída de tensión) cuando se carga la batería, y genera
una caída de tensión. En cambio, los reguladores serie pueden evitar la descarga
nocturna sin gasto de energía.
Como los controladores en serie, la mayoría de los dispositivos de maniobra
modernos también trabajan con regulación PWM y supervisión del estado de carga,
SOC, de la batería. Los partidarios de estos reguladores a menudo sostienen que
estos dispositivos consiguen eficiencias más altas en la carga de la batería que los
reguladores en serie, en los que se producen pérdidas de potencia en los elementos
conmutadores colocados en serie. Como desventaja, los MOSFETs o transistores de
potencia de los reguladores en paralelo requieren grandes disipadores de calor con
el propósito de superar las elevadas corrientes del generador FV de forma segura.
Algunos críticos de estos dispositivos alegan también que el cortocircuitado fre-
cuente no es algo beneficioso para un generador FV, afirmando que las elevadas
corrientes de cortocircuito llevarían a una degradación de los módulos solares y,
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 143

algunas veces, incluso inducirían puntos calientes. Este argumento es correcto para
módulos de baja calidad que hayan sido ensamblados con células defectuosas. Ele-
vadas corrientes internas fluyendo a través de los módulos podrían, realmente, so-
brecalentar las células defectuosas y disparar casos de punto caliente. Desde un
punto de vista técnico, no hay argumentos en contra de los reguladores en paralelo,
pero necesitan funcionar con módulos estándar de cierta calidad contrastada.

Carga

FIGURA 3.11. Regulador paralelo.

3.2.4. Regulador/seguidor del punto de máxima potencia


El elemento central de un regulador MPPT es un convertidor DC-DC que trans-
forma la tensión de salida del módulo a la tensión requerida para cargar las baterías.

Carga

FIGURA 3.12. Esquema de regulador/seguidor del punto de máxima potencia.


144 Ángel Antonio Bayod Rújula

El elemento central de un regulador MPPT es un convertidor DC-DC que trans-


forma la tensión de salida del módulo a la tensión requerida para cargar las baterías.
Hay dos tipos de convertidores de continua a continua. Los convertidores de-
nominados step-up converters o también boost converters elevan la tensión de en-
trada a un nivel de salida mayor. Los convertidores step-down converters o buck
converters realizan la acción opuesta y empujan la tensión hacia un nivel inferior.
Para aplicaciones fotovoltaicas los convertidores buck son más empleados, ya que
debido al gran desarrollo de la fotovoltaica de conexión a red, la mayor parte de mó-
dulos en el mercado tiene tensiones de salida que son demasiado elevadas para la
carga de baterías, así que tienen que ser reducidas, además de poder conectarse en
serie. Sin embargo, la verdadera cuestión en un regulador MPPT no es esta trans-
ferencia de tensión, sino cómo encontrar el punto de máxima potencia del campo
solar. Para este propósito, la unidad DC-DC debe ser equipada con un algoritmo
capaz de medir la curva V-I del módulo e identificar la tensión del punto de máxima
potencia. La forma de lograrlo depende de los fabricantes de seguidores. En la ma-
yoría de los casos, los dispositivos trabajan con un seguimiento electrónico conti-
nuo del punto de máxima potencia que es interrumpido de tiempo cada cierto tiempo
por un barrido de tensión a lo largo de toda la curva V-I buscando asegurar que el
mecanismo está siguiendo el MPP real y no una máxima potencia local.
En otro apartado de este capítulo se analizan los seguidores del punto de má-
xima potencia con más detalle.

3.2.5. Tensiones de regulación


Los niveles de tensión a los que el regulador realiza el control o los cortes son
las tensiones de regulación. Los reguladores serie (los más usados) incorporan cua-
tro valores de tensión de regulación:
3.2.5.1. Tensión de corte por sobrecarga (Vsc)
Máxima tensión que el regulador permite que alcance la batería. Cuando se de-
tecta que la tensión de la batería llega a Vsc, se desconecta el generador o comienza
a limitar la cantidad de corriente que se suministra a la batería.
En algunos casos se utilizan dos valores para Vsc. El mayor se utiliza para cada
ciertos ciclos proporcionar una cierta sobrecarga, lo que implica gasificación (para
evitar la estratificación) y ecualización (para evitar la dispersión de las caracterís-
ticas de los elementos que componen la batería). El valor menor se utiliza para el
resto de ciclos, evitando la sobrecarga.
La selección de la tensión de regulación depende de muchos factores, como el
tipo de batería, el diseño, el tamaño del generador y la batería, la temperatura de ope-
ración, etc. Normalmente los reguladores incluyen compensación por temperatura.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 145

3.2.5.2. Tensión de rearme de carga (Vrc)


Es la tensión a la cual se vuelve a conectar el generador para cargar de nuevo
la batería. De esta forma hasta que no se supera Vsc no se desconecta el generador,
y hasta que no se baja de Vrc no se vuelve a conectar (histéresis) evitando recone-
xiones demasiado frecuentes.

3.2.5.3. Tensión de corte por sobredescarga (Vsd)


Es el valor mínimo de tensión al que la batería está conectada al consumo.
Cuando se baja de esta tensión, se desconecta la batería del consumo. En algunos
casos se puede establecer una jerarquía de prioridades en la desconexión de los con-
sumos críticos.

3.2.5.4. Tensión de rearme de descarga (Vrd)


Es la tensión a la cual el regulador vuelve a conectar la batería al consumo. En
este caso también se realiza un ciclo de histéresis: hasta que no se baja del valor de
Vsd no se desconecta el consumo de la batería, y hasta que no se supera el valor de
Vrd no se vuelve a conectar.
Las tensiones de regulación utilizados para baterías de plomo-ácido recomen-
dados están alrededor de los siguientes valores:
! Tensión de corte por sobrecarga: Vsc u 2,45 V/elemento, a 25 ºC. Se debe
corregir en i5 mV/ºC.
! Tensión de rearme de carga: Vrc u 2,2 V/elemento.
! Tensión de corte por sobredescarga: Vsd u entre 1,9 y 1,95V/elemento.
! Tensión de rearme de descarga: Vrc u 2,1 V/elemento.
Algoritmos de control utilizados:
! Control ON/OFF: Abriendo y cerrando el interruptor cuando se sobrepa-
san los voltajes de regulación.
! Control PWM (modulación de anchura de pulsos): De esta forma se puede
mantener constante la tensión de carga de la batería.
A continuación se muestran algunos requerimientos que aparecen en el pliego
de condiciones técnicas para sistemas aislados para los reguladores.
Los reguladores de carga que utilicen la tensión del acumulador como refe-
rencia para la regulación deberán cumplir los siguientes requisitos:
! La tensión de desconexión de la carga de consumo del regulador deberá
elegirse para que la interrupción del suministro de electricidad a las car-
gas se produzca cuando el acumulador haya alcanzado la profundidad má-
xima de descarga permitida.
146 Ángel Antonio Bayod Rújula

! La precisión en las tensiones de corte efectivas respecto a los valores fi-


jados en el regulador será del 1%.
! La tensión final de carga debe asegurar la correcta carga de la batería.
! La tensión final de carga debe corregirse por temperatura a razón de
i4mV/°C a i5mV/°C por vaso, y estar en el intervalo de n 1% del valor
especificado.
! Se permitirán sobrecargas controladas del acumulador para evitar la es-
tratificación del electrolito o para realizar cargas de igualación.
Los reguladores de carga deben estar protegidos frente a cortocircuitos en la
línea de consumo.
El regulador de carga se seleccionará para que sea capaz de resistir sin daño una
sobrecarga simultánea, a la temperatura ambiente máxima, de:
! Corriente en la línea de generador: un 25% superior a la corriente de cor-
tocircuito del generador fotovoltaico en condiciones STC.
! Corriente en la línea de consumo: un 25% superior a la corriente máxima
de la carga de consumo.
El regulador de carga debería estar protegido contra la posibilidad de desco-
nexión accidental del acumulador, con el generador operando en las STC y con
cualquier carga. En estas condiciones, el regulador debería asegurar, además de su
propia protección, la de las cargas conectadas.
Las caídas internas de tensión del regulador entre sus terminales de generador
y acumulador serán inferiores al 4% de la tensión nominal (0,5 V para 12 V de ten-
sión nominal), para sistemas de menos de 1 kW, y del 2% de la tensión nominal para
sistemas mayores de 1 kW, incluyendo los terminales. Estos valores se especifican
para las siguientes condiciones: corriente nula en la línea de consumo y corriente
en la línea generador-acumulador igual a la corriente máxima especificada para el
regulador (A veces las caídas de tensión son superiores, por ejemplo, si el regula-
dor incorpora un diodo de bloqueo).
Las caídas internas de tensión del regulador entre sus terminales de batería y
consumo serán inferiores al 4% de la tensión nominal (0,5 V para 12 V de tensión
nominal), para sistemas de menos de 1 kW, y del 2% de la tensión nominal para
sistemas mayores de 1 kW, incluyendo los terminales. Estos valores se especifi-
can para las siguientes condiciones: corriente nula en la línea de generador y co-
rriente en la línea acumulador-consumo igual a la corriente máxima especificada
para el regulador.
Las pérdidas de energía diarias causadas por el autoconsumo del regulador en
condiciones normales de operación deben ser inferiores al 3% del consumo dia-
rio de energía.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 147

Las tensiones de reconexión de sobrecarga y sobredescarga serán distintas de


las de desconexión, o bien estarán temporizadas, para evitar oscilaciones descone-
xión-reconexión.
El regulador de carga deberá estar etiquetado con al menos la siguiente infor-
mación:
! Tensión nominal (V).
! Corriente máxima (A).
! Fabricante (nombre o logotipo) y número de serie.
! Polaridad de terminales y conexiones.

3.3. Subsistema de acondicionamiento de potencia


Los convertidores son elementos capaces de alterar la tensión y característi-
cas de la corriente eléctrica que reciben, transformándola de manera que resulte
más apta para los usos específicos a que vaya destinada en cada caso.

FIGURA 3.13. Ejemplos de convertidores.

Los convertidores que reciben la corriente continua a un determinado vol-


taje y la transforman en corriente continua, pero a un voltaje diferente, reciben la
denominación de convertidores continua/continua, cc/cc (corriente continua-co-
rriente continua, o más habitualmente dc/dc en inglés) y los que transforman la co-
rriente continua en alterna se denominan convertidores continua alterna, cc/ca
(dc/ac en inglés) o inversores.
148 Ángel Antonio Bayod Rújula

3.3.1. El convertidor continua/continua


En ocasiones (poco frecuentes) no se puede hacer coincidir la tensión de la ba-
tería con la requerida por algunos elementos de continua del sistema (por ejemplo,
si tenemos cargas de corriente continua con dos niveles de tensión nominales). Esto
se resuelve conectando un convertidor dc/dc a la salida de la batería. Por otro lado,
estos convertidores dan una salida de tensión muy estable, lo cual es beneficioso
para las cargas.

Ii Io
c c

Vi Vo

i i

FIGURA 3.14. Esquema de un convertidor continua/continua.

Otra aplicación muy importante de los convertidores continua/continua o dc/dc


está en el seguimiento de potencia máxima del generador, forzándolo a trabajar en
el punto de potencia máxima y de esta forma aumentando la eficiencia energética
del sistema. Son los seguidores del punto de máxima potencia (suelen estar incor-
porados al regulador en el caso de sistemas autónomos y al inversor en el caso de
sistemas conectados en red).

3.3.1.1. Funcionamiento de un convertidor continua/continua


El procedimiento normal de funcionamiento de un equipo dc/dc es convertir
previamente, mediante un dispositivo electrónico inversor, la corriente continua de
entrada en corriente alterna, la cual es elevada o reducida de tensión mediante un
simple transformador, volviéndose posteriormente a convertirla en continua, pero
ya al voltaje requerido.
Todos estos procesos comportan una cierta pérdida de rendimiento que debe ser
tenida en cuenta.
Este tipo de convertidores tienen poco uso en las instalaciones fotovoltaicas,
aunque son usados, a veces, para acoplar la tensión de salida de la batería.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 149

Presentan la ventaja de conseguir una tensión estable, que beneficiara al ele-


mento de consumo de la corriente.
No hay que confundir un convertidor continua/continua con un estabilizador
de tensión, que reduce la tensión que recibe a costa de un desperdicio de poten-
cia muy considerable.
Las especificaciones mínimas a acompañar a un convertidor dc/dc son:
! Tensiones de entrada y de salida.
! Rendimiento.
! Sobrecarga admisible.
! Resistencia a corto.
Un convertidor dc/dc que queramos utilizar para hacer coincidir la tensión de
la batería con la requerida por algunas cargas, deberá ser elevador de tensión si
la tensión de la batería es menor que la nominal de las cargas a la que queremos
conectar, y reductor si ocurre lo contrario.
Si lo que queremos es un seguidor del punto de máxima potencia, habrá casos
en que será necesario elevar la tensión y otros en que será necesario reducirla.

3.3.1.2. Seguidores del punto de máxima potencia (pmpt)


El punto de operación de un sistema fotovoltaico está compuesto por la intersección
de la característica del generador I u f(V) con la recta de carga que ve el generador.

I (A) 40
35
30
25
20
15
10
5
0
0 6 12 18 24 30 36 42 48 V (V)

Pto. operación: Pto. operación:


P u 906,15 W; I u 37,29 A; V u 24,3 V P u 431,75 W; I u 18,65 A; V u 23,15 V
Irradiancia u 1.000 W/m2; T.ª ambiente u i5 ºC Irradiancia u 500 W/m2; T.ª ambiente u 20 ºC
Pot. máx u 1.196,27 W; Pot. máx u 600,03 W;
Ipmáx u 35,22 A; Vpmáx u 33,97 V Ipmáx u 17,65 A; Vpmáx u 34,01 V

FIGURA 3.15. Curvas del generador y recta de carga.


150 Ángel Antonio Bayod Rújula

La carga que ve el generador está compuesta por la batería, el consumo de po-


tencia (continua más alterna) y las resistencias del cableado y conexiones. La recta de
carga se obtendrá mediante el equivalente Thevenin que ve el generador (Veq y Req).
En la figura 3.15 se han representado las curvas del generador para dos situa-
ciones distintas de irradiancia y temperatura ambiente, y la recta de carga, para unas
determinadas condiciones de tensión en la batería, resistencia de la batería, y con-
sumo. Se puede ver que los puntos de corte en ambos casos no coinciden con los
puntos de máxima potencia.
En un sistema normal, sin seguimiento del punto de máxima potencia, casi
nunca se consigue del generador la potencia máxima, ya que el corte de la caracte-
rística del generador y la recta de carga depende de estas (temperatura, irradiancia,
consumo instantáneo, carga de la batería,...), y dicho corte no suele ocurrir en el
punto de máxima potencia.
Los seguidores del punto de máxima potencia son convertidores continua/con-
tinua que fuerzan al generador a trabajar en el punto de máxima potencia (para las
condiciones de temperatura e irradiancia instantáneas), de forma que el rendimiento
energético del sistema aumenta.
Si suponemos que entre el generador y el convertidor continua no se pierde
potencia, y que este tiene una eficiencia del 100%, el punto de operación será el
corte de la recta de carga con la hipérbola de potencia constante que pasa por el
punto de máxima potencia del generador (para esas condiciones de temperatura e
irradiancia), I u Pmáx /V.
6A

5A

4A
Corriente

3A

2A

1A

0A
0V 10 V 20 V 30 V 40 V 45 V
Tensión

FIGURA 3.16. Curvas V- I para distinta irradiación y curvas de isopotencia.


Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 151

En la figura 3.16 se muestran las características V-I de un módulo fotovoltaico


para diferentes valores de irradiancia con sus hipérbolas de potencia máxima. Las
hipérbolas de potencia máxima se trazan a partir de la potencia máxima del mó-
dulo para cada uno de los niveles de irradiancia señalados.
Si la recta de carga tiene una pendiente elevada (resistencia equivalente de
carga pequeña), el punto de corte de la recta de carga con la hipérbola de potencia
máxima será para tensión menor que la de potencia máxima del generador. Por
tanto, el convertidor continua/continua trabaja como un reductor de tensión. En fun-
ción de la irradiancia de la tensión de salida del convertidor será la correspondiente
a los puntos A1, B1 o C1. Puede observarse que la potencia de salida del converti-
dor es la misma que la del punto de máxima potencia (suponiendo que no hay pér-
didas entre el generador y la salida del convertidor). En estos casos la tensión de
salida del convertidor es menor que la de máxima potencia.
Si la pendiente de la recta de carga es pequeña (resistencia equivalente grande),
el punto de corte de la recta de carga con la hipérbola de potencia máxima es para
un valor de tensión mayor que el de potencia máxima, con lo que el convertidor
dc/dc debe trabajar como elevador de tensión (puntos A2, B2 y C2).

8A
A1

B1
6A

G u 1.000 W/m2 C1
Corriente

G u 800 W/m2
4A A2
G u 600 W/m2
B2
C2
2A

0A
0V 10 V 20 V 30 V 40 V 45 V
Tensión

FIGURA 3.17. Seguimiento del punto de máxima potencia.


152 Ángel Antonio Bayod Rújula

El incremento de energía generada puede llegar al 15% para sistemas con ba-
terías. En sistemas directamente acoplados el incremento puede ser mayor.
Se suelen utilizar con reguladores de carga, con consumos directamente co-
nectados al generador, como bombas de continua, con inversores de frecuencia va-
riable para bombeo o con inversores de sistemas en conexión a red. Algunos
reguladores e inversores lo llevan incorporado.
Los métodos que se utilizan para el seguimiento del punto de máxima poten-
cia pueden clasificarse en directos e indirectos.
Los métodos directos miden la corriente y la tensión de salida del generador y
variando el punto de trabajo del generador (aumentando o disminuyendo la tensión
de la carga) determinan el valor del punto de máxima potencia.
Los métodos indirectos miden una o varias señales externas y con ellas estiman
el punto de potencia máxima. Estas señales suelen ser la irradiancia, la temperatura
del módulo, o el voltaje en circuito abierto de una célula de referencia.
Un método aproximado es fijar la tensión de trabajo del generador al 80% de
la tensión de circuito abierto. De esta forma no se consigue exactamente el punto
de máxima potencia, pero da buenos resultados y es sencillo de implementar.

3.3.2. El inversor (convertidor continua/alterna)


Los inversores son circuitos electrónicos de potencia que transfieren energía
desde una fuente de continua a una fuente de alterna.
Como sabemos, la tensión producida por el generador fotovoltaico es de co-
rriente continua. En aplicaciones fotovoltaicas autónomas (aisladas de la red con-
vencional) el objetivo es crear una tensión alterna a partir de la fuente de tensión
continua disponible (baterías o sistema de generación fotovoltaica). En el caso de
pequeñas instalaciones, lo ideal sería que todas las cargas funcionasen en corriente
continua pero cuando el usuario desea utilizar los aparatos de corriente alterna (ge-
neralmente más baratos y con mayor gama en el mercado) resulta necesario el in-
versor. En algunas aplicaciones las cargas son necesariamente de alterna, como por
ejemplo el accionamiento de motores de cierta potencia (los motores de alterna
tienen menor mantenimiento, son más baratos...). Para instalaciones y cargas de
elevada potencia, el dimensionado de los cables en continua (12, 24 ó 48 V nor-
malmente) puede resultar de secciones demasiado grandes, lo cual se evita utili-
zando alterna, 230 V. En todas estas situaciones se necesitarán equipos
convertidores continua/alterna, es decir, inversores.
Por otra parte, en sistemas fotovoltaicos conectados en red (donde la energía
que se produce se vende a la red) la tensión de la red es alterna y la forma de la ener-
gía final tiene que ser, por tanto, alterna siendo obligado el uso de inversores.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 153

Los inversores de sistemas autónomos suelen conectarse a la batería (a través


del regulador), con una tensión de entrada bastante estable (varía poco). Hay in-
versores especiales que pueden conectarse directamente al generador fotovoltaico,
con lo cual la tensión de entrada es muy variable (suelen usarse por ejemplo en sis-
temas de bombeo sin baterías). Algunos inversores van en un mismo bloque junto
con el regulador de carga. Hay un tipo especial de inversores que se utilizan en apli-
caciones de bombeo, que dan una frecuencia de la onda de salida proporcional a la
irradiancia, de forma que la velocidad de las bombas (y por tanto el caudal) varía
proporcionalmente a la irradiancia.
Los inversores para conexión de la instalación fotovoltaica a la red eléctrica
son los que suelen requerir mayores exigencias (bajo nivel de distorsión armónica,
desconexión en caso de pérdida de red, protecciones, estabilidad de tensión de
salida, etc).
Según la forma de la onda característica de la corriente que el convertidor pro-
duce, se habla de convertidores de onda cuadrada, de onda senoidal modificada
(cuyo nombre no debe llevar a error, porque la tensión dista mucho de ser senoidal)
y de onda senoidal o sinusoidal.

FIGURA 3.18. Ejemplos de inversores de onda senoidal modificada.

Los convertidores sinusoidales son aptos para todos los consumos aunque son
más caros e innecesario para muchas aplicaciones (iluminación, ordenadores, equi-
pos de música y televisores, etc,..), bastando utilizar uno de onda cuadrada, que re-
sulta mucho más económico.
154 Ángel Antonio Bayod Rújula

Existen en el mercado inversores monofásicos y trifásicos. La frecuencia de la


tensión de salida es de 50Hz (en Europa).

FIGURA 3.19. Ejemplos de inversores de conexión a red.

Los inversores utilizan interruptores semiconductores estáticos (electrónica de


potencia). En general puede distinguirse entre inversores guiados por red y auto-
conmutados. Los inversores utilizados en aplicaciones fotovoltaicas son de tipo au-
toconmutado, es decir, que puede controlarse tanto el instante de encendido como el
de apagado del interruptor. Los inversores autoconmutados pueden ser a su vez de
dos tipos: fuente de tensión y fuente de corriente. En el tipo fuente de tensión, la en-
trada se conecta a una fuente de tensión continua, pudiendo obtener a la salida una
forma de onda de tensión de amplitud y frecuencia variables. En el tipo fuente de co-
rriente, se obtiene a la salida una forma de onda de corriente, de amplitud variable y
frecuencia determinada. En realidad un mismo convertidor puede funcionar de un
modo u otro, sin más que variar la política de control de los interruptores estáticos.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 155

Operando en la modalidad de fuente de tensión, se utiliza como referencia la


tensión que se desea a la salida y el esquema de control permite obtener la forma
de onda correspondiente a esa referencia.

3.3.2.1. Principio de funcionamiento del inversor tipo puente


Sin intención de profundizar demasiado en los tipos de inversores posibles y
el análisis de su modo de operación, se puede decir que el inversor en puente (mo-
nofásico o trifásico) es el circuito básico que se utiliza para convertir continua en
alterna. A partir de una entrada de continua Vi se obtiene una salida del alterna ce-
rrando y abriendo los interruptores S en una determinada secuencia. Los interrup-
tores suelen ser transistores de potencia (habitualmente IGBT en instalaciones
fotovoltaicas de cierta potencia, pero también podrían ser MOSFET, o para po-
tencias elevadas tiristores). La tensión de salida Vo puede ser cVi, iVi o cero, de-
pendiendo de qué interruptores se encuentran cerrados. El puente monofásico
consta de 4 interruptores con sus respectivos diodos en antiparalelo (en el caso de
MOSFET ya los llevan incorporados).
En la figura se muestra la configuración monofásica y en la tabla la tensión de
salida para cada secuencia de interruptores cerrados.

Ii
c

S1 D1 S3 D3

Io

Vi
Vo

S4 D4 S2 D2

FIGURA 3.20. Inversor tipo puente monofásico.


156 Ángel Antonio Bayod Rújula

Interruptores Tensión de
cerrados salida Vo
S1 y S2 cVi
S3 y S4 iVi
S1 y S3 0
S2 y S4 0
TABLA 3.5. Tensión de salida para diferentes secuencias de estado de los interruptores.

Obsérvese que S1 y S4 no deberían estar cerrados al mismo tiempo, ni tampoco


S2 y S3. De otra manera abría un cortocircuito en la fuente de continua. Los inte-
rruptores reales, no se abren y se cierran instantáneamente. Por lo tanto deben de te-
nerse en cuenta los tiempos de transición de la conmutación al diseñar el control de
los interruptores.
La tensión de salida dista en algunos casos mucho de ser senoidal. El armónico
que interesa es el fundamental (el primero). Para eliminar el resto de armónicos se
suelen usar filtros LC. Los filtros consumen potencia lo cual conlleva disminuir el
rendimiento total del sistema. Además son voluminosos y pesados. Cuanto más se-
noidal es la salida, menor necesidad de uso de filtros.
Existen tres tipos de control fundamentales:
! Control de onda cuadrada.
! Control de fase (cancelación de tensión).
! Control PWM senoidal (bipolar y unipolar).
Pasamos a describir cada uno de estos tipos de control.

Inversor en puente monofásico con control de onda cuadrada


El esquema de conmutación más sencillo del convertidor en puente de onda
completa genera una tensión de salida en forma de onda cuadrada. Los interrupto-
res conectan la carga a cVi cuando S1 y S2 están cerrados y a –Vi cuando S3 y S4
están cerrados. La conmutación periódica de la tensión de carga entre cVi y iVi
genera en la carga una tensión con forma de onda cuadrada. Aunque esta salida al-
terna no es sinusoidal, puede ser una onda de alterna adecuada para determinadas
aplicaciones.
La tensión de salida, Vo, es una onda cuadrada de frecuencia fs. Con este tipo
de control solo se puede variar la frecuencia de la tensión de salida, no es posible
variar la amplitud.

Inversor en puente monofásico con control de fase (cancelación de tensión)


Se puede generar una salida controlada modificando el esquema de conmuta-
ción. Una tensión de salida como la forma de onda mostrada en la figura tiene inter-
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 157

valos en que la salida es cero, así como cVi y iVi. Se puede controlar esta tensión
de salida ajustando el intervalo α a cada lado del pulso donde la salida es cero.

Vo

cVi

α/2 α α

ϖ 2ϖ 3ϖ

iVi

Cerrado
S1 Abierto

S2

S3

S4

Interruptores S2 S1 S1 S3 S2 S1 S1
Cerrados S4 S2 S3 S4 S4 S2 S3
Vo 0 Vi 0 iVi 0 Vi 0

FIGURA 3.21. Forma de onda y señales de control para el inversor con control de fase.

El contenido armónico también puede controlarse ajustando α. (El control de


amplitud y la reducción de armónicos puede que no sean compatibles).
El esquema de conmutación que se precisa para generar debe proporcionar in-
tervalos en los que la tensión de salida sea cero así como cVi y iVi. La secuencia
de conmutación de la figura es una manera de implementar la forma de onda de sa-
lida que se precisa. Tiene menor contenido de armónicos que el caso de control de
onda cuadrada.
158 Ángel Antonio Bayod Rújula

Inversor en puente monofásico con control PWM


La modulación por anchura de impulsos (PWM, Pulse Width Modulation) pro-
porciona un método de disminuir la tasa de distorsión. Una salida de un inversor
PWM, con algo de filtrado, en general cumple las especificaciones de THD con
más facilidad que el esquema de conmutación de onda cuadrada. La salida PWM
sin filtrar tendrá un factor THD relativamente elevado, pero los armónicos tendrán
unas frecuencias mucho más altas que las de onda cuadrada, haciendo más senci-
llo el filtrarlos.
En la modulación PWM, la amplitud de la tensión de salida se puede contro-
lar por medio de las formas de onda moduladoras. Dos ventajas de la modulación
PWM son la reducción de los requerimientos de filtro para reducir los armónicos y
el control de la amplitud de la salida. Entre las desventajas se puede citar que los
circuitos de control de los interruptores son más complejos, y que hay unas mayo-
res pérdidas debidas a una conmutación más frecuente.
El control de los interruptores para la salida sinusoidal PWM requiere:
1. Una señal de referencia, llamada a veces señal de control o moduladora,
que en este caso es una sinusoide.
2. Una señal portadora, que es una onda triangular que controla la frecuen-
cia de conmutación.
A continuación vamos a analizar los sistemas de conmutación unipolar y bi-
polar.
! Conmutación bipolar. La figura 3.22 muestra el principio de la modula-
ción por anchura de impulsos bipolar sinusoidal. En esta figura se mues-
tra una señal sinusoidal de referencia y una señal portadora triangular.
Cuando el valor instantáneo de la sinusoide de referencia es mayor que la
portadora triangular la salida está en cVi, y cuando la referencia es menor
que la portadora, la salida está en iVi:

Vo u cVi para vseno > vtri


Vo u iVi para vseno < vtri

Esta versión PWM es bipolar ya que la salida toma valores alternos


entre más y menos la tensión de la fuente de continua.
El esquema de control que permitirá implementar la conmutación bipo-
lar, utilizando el puente inversor de onda completa de la Figura 3.20, se
determina comparando las señales instantáneas de referencia y portadora:
! S1 y S2 están conduciendo cuando vseno > vtri
! S3 y S4 están conduciendo cuando vseno < vtri
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 159

vseno (referencia) vtri (portadora)

Vo

cVi

iVi

FIGURA 3.22. Señal de la onda de referencia, portadora y tensión de salida con control PWM bipolar.

! Conmutación unipolar. En un esquema de conmutación unipolar para la


modulación por anchura de impulsos, la salida se conmuta de nivel alto a
cero, o de nivel bajo a cero, en lugar de entre niveles alto y bajo, como en
la conmutación bipolar. Un esquema de conmutación bipolar tiene los si-
guientes controles de interruptores:
! S1 conduce cuando vseno > vtri
! S2 conduce cuando ivseno < vtri
! S3 conduce cuando ivseno > vtri
! S4 conduce cuando vseno < vtri
Obsérvese que los pares de interruptores (S1, S4) y (S2, S3) son comple-
mentarios: cuando un interruptor de uno de los pares está abierto en otro
está cerrado y viceversa. Las tensiones va y vb de la figura oscilan entre
cVi y cero. La tensión de salida vo u vab u va i vb es tal y como se
muestra en la figura 3.23.
160 Ángel Antonio Bayod Rújula

Ii
c

S1 D1 S3 D3

Io

Vi
Vo

c c
Va
Vb

S4 D4 S2 D2

vseno vtri ivseno

Va
cVi

Vb
cVi

Vab
cVi

iVi

FIGURA 3.23. Esquema, señales de control y forma de la tensión de salida en el control PWM unipolar.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 161

Cabe señalar algunas definiciones y consideraciones que resultan de utilidad al


utilizar PWM.
! Índice de modulación de la frecuencia mf: la serie de Fourier de la tensión
de salida PWM tiene una frecuencia fundamental que es la misma que la
de la señal de referencia. Las frecuencias armónicas existen en y alrede-
dor de los múltiplos de la frecuencia de conmutación. Los valores de al-
gunos armónicos son bastante grandes, a veces mayores que la componente
fundamental. Sin embargo, como estos armónicos se encuentran en fre-
cuencias altas, para eliminarlos puede bastar con un simple filtro paso bajo.
El índice de modulación de frecuencia mf se define como la relación entre
las frecuencias de las señales portadora y de referencia:
fportadora ftri
mf u u
freferencia fseno

Al aumentar la frecuencia de la portadora (aumento de mf) aumentan las


frecuencias a las que se producen los armónicos. Una desventaja de las
elevadas frecuencias de conmutación son las mayores pérdidas en los in-
terruptores utilizados para implementar el inversor.
! Índice de modulación de amplitud ma: El índice de modulación de am-
plitud ma se define como la relación entre las amplitudes de las señales
de referencia y portadora:

Vm, referencia Vm, seno


ma u u
Vm, portadora Vm, tri

Si ma ≥ 1, la amplitud de la frecuencia fundamental de la tensión de sa-


lida V1, es linealmente proporcional a ma. Es decir,

V1 u maVi

De esta manera, la amplitud de la frecuencia fundamental de la salida


PWM está controlada por ma. Esto resulta importante en el caso de una
fuente de tensión continua sin regular, porque el valor de ma se puede
ajustar para compensar las variaciones en la tensión continua de la fuente,
produciendo una salida de amplitud constante. Por otra parte, ma se puede
variar para cambiar la amplitud de la salida. Si ma es mayor que 1, la am-
162 Ángel Antonio Bayod Rújula

plitud de la salida aumenta al incrementarse el valor de ma, pero no de


forma lineal.
! Inversores de conexión a red: La principal diferencia es que son tipo
fuente de corriente.

1,5

1,0

0,5
i (pu)

0i

i0,5

i1,0

i1,5
0,0 0,002 0,004 0,006 0,008 0,01 0,012 0,014 0,016 0,018 0,02
t (s)

Histéresis admitida

Intensidad real Senoide de referencia

FIGURA 3.24. Estrategia de control de corriente con banda de histéresis.


Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 163

Algunos inversores incluyen transformadores en su estructura interna, eli-


minando cualquier componente continua que se pudiese inyectar a la red.
Las ventajas de eliminar las componentes continuas que se puedan in-
yectar a la red son principalmente la mejora en la seguridad personal, evi-
tar las perturbaciones en la red de distribución en baja tensión y los efectos
de la saturación en los transformadores de distribución, y finalmente pre-
venir la saturación de las cargas inductivas.
Los inversores PWM en fuente de corriente son ampliamente usados en
el control de máquinas asíncronas trifásicas, rectificadores, y como acon-
dicionadores de energía para fuentes de continua que operen en paralelo
con la red, como es el caso de los sistemas fotovoltaicos. Dado que la red
será la carga del inversor, la mejor estrategia es controlarlo en fuente de
corriente. La estrategia de control se basa en el error de corriente. Sobre
una señal senoidal de referencia, réplica de la tensión de red, se disparan
los interruptores tratando de que la corriente, que lógicamente se ha de
medir, no se aleje de dicha referencia. Suele permitirse una banda de his-
téresis, como se muestra la figura 3.24. Una etapa de filtrado permite que
el rizado de la corriente se mantenga por debajo de límites establecidos.

3.3.2.2. Características de los inversores


Las principales características de un inversor son:
! Rango de la tensión de entrada: es el rango de los valores de la tensión
continua de entrada aceptables para la operación nominal del inversor.
! Tensión nominal de salida.
! Potencia de salida máxima y nominal: es el valor máximo y el nominal de
la potencia alterna de salida que puede ser suministrada por el inversor.
Otros aspectos a considerar en la operación de los inversores son:
! El inversor debe asegurar una correcta operación en todo el margen de
tensiones de entrada permitidas por el sistema.
! El inversor será capaz de entregar la potencia nominal de forma conti-
nuada, en el margen de temperatura ambiente especificado por el fabri-
cante.
! Estabilidad de la tensión: La tensión de salida debe ser lo más estable po-
sible, independientemente de la carga y de la tensión de entrada. Los de
control PWM senoidal suelen tener variaciones de la tensión de salida del
orden del 5%, mientras que los de onda cuadrada del 10%. Para conexión
a red la regulación del inversor debe asegurar que la tensión y la frecuen-
164 Ángel Antonio Bayod Rújula

cia de salida estén, en cualquier condición de operación, dentro de los már-


genes de tensión nominal n5%, siendo la tensión nominal de 220 VRMS
ó 230 VRMS y frecuencia igual a 50Hz n2%. Algunos inversores para sis-
temas de bombeo adaptan la tensión y frecuencia de salida en función de
la potencia de entrada.
! Eficiencia (rendimiento del inversor): Es la relación entre la potencia de
salida y la potencia de entrada del inversor. Depende de la potencia y de
la temperatura de operación, así como de la tensión de continua. Debe ser
lo más elevada posible, para todo el rango de potencias de salida.

100%

98%

96%

94%

92%

90%

88%

86%

84% UDC u 350 V


UDC u 415 V
82% UDC u 550 V
80%
0 1.000 2.000 3.000 4.000 5.000 6.000 7.000 8.000 9.000 10.000
Potencia de salida (V)

FIGURA 3.25. Curvas de rendimiento de inversor fotovoltaico para distintos valores de tensión de con-
tinua. Extraído de un fabricante de inversores.

Los de control PWM senoidal suelen tener un rendimiento del 90% o


mayor para el 70% de la potencia nominal de salida. Para potencias bajas
el rendimiento cae.
Un parámetro de interés es el denominado rendimiento europeo, que se
define como:

ηEU u 0,03η5%c0,06η10%c0,13η20%c0,10η30%c0,48η50%c0,20η100%
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 165

y que viene a ser como un factor que indica el rendimiento en el conjunto


de los estados de operación habitual del inversor.
Los convertidores (fundamentalmente los inversores) afectan en gran me-
dida al comportamiento del sistema fotovoltaico. Los inversores en los
sistemas fotovoltaicos (a diferencia de lo que comúnmente ocurre en otras
aplicaciones industriales) suelen operar con cargas que en promedio tie-
nen una potencia inferior de su potencia nominal. En estas condiciones,
el autoconsumo del inversor juega un papel importante en la eficiencia a
lo largo de un periodo de tiempo (p. ej., anual). El autoconsumo del in-
versor sin carga conectada será menor o igual al 2% de la potencia nomi-
nal de salida y las pérdidas de energía diaria ocasionadas por el
autoconsumo del inversor serán inferiores al 5% del consumo diario de
energía. Se recomienda que el inversor tenga un sistema de «stand-by»
para reducir estas pérdidas cuando el inversor trabaja en vacío (sin carga).
Pero la eficiencia del inversor por sí sola, normalmente dada como fun-
ción de la potencia de salida, no es suficiente. La calidad de la forma de
onda de salida debe también conocerse. Por ejemplo, cuando se conecta
un inversor a una carga inductiva (motor eléctrico, lámpara fluorescente
convencional de reactancia magnética, etc.), debe analizarse la eficiencia
del conjunto inversor/carga. Conviene advertir que un inversor con forma
de onda no sinusoidal pura puede tener por sí mismo una buena eficien-
cia, pero la eficiencia del motor (al margen de otras consideraciones, ca-
lentamientos, transitorios, etc.) con una tensión de alimentación no
sinusoidal es inferior al caso de alimentación con onda sinusoidal.
! Baja distorsión armónica: La distorsión armónica da idea de lo que se
asemeja una onda a la forma senoidal.
Resulta útil describir la calidad de la tensión o corriente de salida alternas.
Cualquier onda periódica de periodo T (frecuencia f), por compleja que
sea, se puede descomponer en una serie (infinita) de ondas sinusoidales,
de distinta amplitud, y de frecuencias múltiplo de la fundamental f deno-
minadas componentes armónicas o simplemente armónicas. Es lo que se
conoce como desarrollo en series de Fourier.

Vo (t) u V0 c ∑V n sen (nω0t c θn)


nu1
166 Ángel Antonio Bayod Rújula

donde V0 es el valor de la componente continua de la tensión, V1 es el


valor eficaz de la primera componente del desarrollo en series de Fourier
(componente fundamental) de la tensión y Vn es el valor eficaz de la ten-
sión del armónico de orden n-ésimo (θn son los valores de la fase inicial
de cada componente armónica).
Como lo que nos interesa es tener una onda sinusoidal, la calidad de una
onda no sinusoidal pude expresarse en términos del factor denominado
tasa de distorsión armónica global (THD). Suponiendo que no hay com-
ponente de continua, en la tensión de salida, la tasa de distorsión armónica
global de una tensión se puede escribir:

∑ (V ) n
2

nu2
THDv u
V1

La THD de la corriente se calcula sustituyendo la tensión por la corriente


en la expresión anterior. La THD de la corriente de carga suele ser de
más interés que la corriente de salida especialmente en sistemas de co-
nexión a red.
Otras medidas de la distorsión, como el factor de distorsión, también pue-
den aplicarse para describir las formas de onda de salida de los inversores.
! Capacidad para resistir potencia punta: En situaciones como los arran-
ques de motores, la potencia en los primeros instantes puede ser muy ele-
vada (varias veces la nominal). El inversor debe poder aguantar estos
picos. El inversor debe arrancar y operar todas las cargas especificadas en
la instalación, especialmente aquellas que requieren elevadas corrientes de
arranque (TV, motores, etc.), sin interferir en su correcta operación ni en
el resto de cargas.
! Elevado rango de temperaturas de trabajo: Suelen estar entre i5 y 40 ºC.
! Posibilidad de ser combinado en paralelo: En el caso de que se quiera
ampliar la instalación, deberá poder ponerse otro inversor en paralelo.
! Arranque y desconexión automáticos: Cuando no hay demanda energé-
tica por parte del sistema, el inversor debe pasar a OFF (en funciona-
miento, aunque no haya carga, el inversor consume potencia). En el caso
de que se detecte carga (a partir de un cierto umbral) debe ponerse ON
automáticamente.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 167

! Señalización adecuada: Deben llevar alarmas ante cortocircuitos.


! Seguridad: Deben llevar protección contra cortocircuitos, sobrecargas e
inversión de polaridad. Los inversores suelen estar protegidos frente a las
siguientes situaciones:
! Tensión de entrada fuera del margen de operación.
! Desconexión del acumulador.
! Cortocircuito en la salida de corriente alterna.
! Sobrecargas que excedan la duración y límites permitidos.
Algunas protecciones pueden estar incorporadas en el propio inversor o
se realizarán con un regulador de carga, en cuyo caso el regulador debe
permitir breves bajadas de tensión en el acumulador para asegurar el
arranque del inversor.
A continuación se reproducen las exigencias que aparecen en el pliego de con-
diciones técnicas del Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético en sis-
temas aislados. Los siguientes requisitos técnicos se aplican a inversores
monofásicos o trifásicos que funcionan como fuente de tensión fija (valor eficaz de
la tensión y frecuencia de salida fijos). Para otros tipos de inversores se asegurarán
requisitos de calidad equivalentes.
Los inversores serán de onda senoidal pura. Se permitirá el uso de inversores
de onda no senoidal, si su potencia nominal es inferior a 1 kVA, no producen daño
a las cargas y aseguran una correcta operación de estas.
Los inversores se conectarán a la salida de consumo del regulador de carga o
en bornes del acumulador. En este último caso se asegurará la protección del acu-
mulador frente a sobrecargas y sobredescargas. Estas protecciones podrán estar in-
corporadas en el propio inversor o se realizarán con un regulador de carga, en cuyo
caso el regulador debe permitir breves bajadas de tensión en el acumulador para
asegurar el arranque del inversor.
El inversor debe asegurar una correcta operación en todo el margen de tensio-
nes de entrada permitidas por el sistema.
La regulación del inversor debe asegurar que la tensión y la frecuencia de sa-
lida estén en los siguientes márgenes, en cualquier condición de operación:

VNOM n 5%, siendo VNOM u 220 ó 230 V

50 Hz n 2%

El inversor será capaz de entregar la potencia nominal de forma continuada, en


el margen de temperatura ambiente especificado por el fabricante.
168 Ángel Antonio Bayod Rújula

El inversor debe arrancar y operar todas las cargas especificadas en la instala-


ción, especialmente aquellas que requieren elevadas corrientes de arranque (TV,
motores, etc.), sin interferir en su correcta operación ni en el resto de cargas.
Los inversores estarán protegidos frente a las siguientes situaciones:
! Tensión de entrada fuera del margen de operación.
! Desconexión del acumulador.
! Cortocircuito en la salida de corriente alterna.
! Sobrecargas que excedan la duración y límites permitidos.
El autoconsumo del inversor sin carga conectada será menor o igual al 2% de
la potencia nominal de salida.
Las pérdidas de energía diaria ocasionadas por el autoconsumo del inversor
serán inferiores al 5% del consumo diario de energía. Se recomienda que el inver-
sor tenga un sistema de «stand-by» para reducir estas pérdidas cuando el inversor
trabaja en vacío (sin carga).
El rendimiento del inversor con cargas resistivas será superior a los límites es-
pecificados en la tabla.

Tipo inversor Rendimiento al 20% Rendimiento a


de la potencia nominal potencia nominal
Onda PNOM ≤ 500 VA > 80% > 70%
senoidal* PNOM > 500 VA > 85% > 80%
Onda no senoidal > 85% > 80%
* Se considerará que los inversores son de onda senoidal si la distorsión armónica total de la tensión de salida es inferior
al 5% cuando el inversor alimenta cargas lineales, desde el 20% hasta el 100% de la potencia nominal.

TABLA 3.6.

Los inversores deberán estar etiquetados con, al menos, la siguiente infor-


mación:
! Potencia nominal (VA).
! Tensión nominal de entrada (V).
! Tensión (VRMS) y frecuencia (Hz) nominales de salida.
! Fabricante (nombre o logotipo) y número de serie.
! Polaridad y terminales.
Para sistemas de conexión a red se recomienda lo siguiente:
Serán del tipo adecuado para la conexión a la red eléctrica, con una potencia
de entrada variable para que sean capaces de extraer en todo momento la máxima
potencia que el generador fotovoltaico puede proporcionar a lo largo de cada día.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 169

Las características básicas de los inversores serán las siguientes:


! Principio de funcionamiento: fuente de corriente.
! Autoconmutados.
! Seguimiento automático del punto de máxima potencia del generador.
! No funcionarán en isla o modo aislado (de todos modos, con el requeri-
miento de soportar huecos de tensión que introduce el RD 1578/2008 esto
ha de cambiar).
Los inversores cumplirán con las directivas comunitarias de Seguridad Eléc-
trica y Compatibilidad Electromagnética (ambas serán certificadas por el fabri-
cante), incorporando protecciones frente a:
! Cortocircuitos en alterna.
! Tensión de red fuera de rango.
! Frecuencia de red fuera de rango.
! Sobretensiones, mediante varistores o similares.
! Perturbaciones presentes en la red como microcortes, pulsos, defectos de
ciclos, ausencia y retorno de la red, etc.
Cada inversor dispondrá de las señalizaciones necesarias para su correcta ope-
ración, e incorporará los controles automáticos imprescindibles que aseguren su
adecuada supervisión y manejo.
Cada inversor incorporará, al menos, los controles manuales siguientes:
! Encendido y apagado general del inversor.
! Conexión y desconexión del inversor a la interfaz CA. Podrá ser externo
al inversor.
Las características eléctricas de los inversores serán las siguientes:
El inversor seguirá entregando potencia a la red de forma continuada en con-
diciones de irradiancia solar un 10% superiores a las condiciones estándar de me-
dida. Además soportará picos de magnitud un 30% superior a las STC durante
períodos de hasta 10 segundos.
Los valores de eficiencia al 25% y 100% de la potencia de salida nominal de-
berán ser superiores al 85% y 88% respectivamente (valores medidos incluyendo
el transformador de salida, si lo hubiere) para inversores de potencia inferior a 5 kW,
y del 90% al 92% para inversores mayores de 5 kW.
El autoconsumo del inversor en modo nocturno ha de ser inferior al 0,5% de
su potencia nominal.
El factor de potencia de la potencia generada deberá ser superior a 0,95, entre
el 25% y el 100% de la potencia nominal.
A partir de potencias mayores del 10% de su potencia nominal, el inversor de-
berá inyectar en red.
170 Ángel Antonio Bayod Rújula

Los inversores tendrán un grado de protección mínima IP 20 para inversores en


el interior de edificios y lugares inaccesibles, IP 30 para inversores en el interior de
edificios y lugares accesibles, y de IP 65 para inversores instalados a la intemperie.
En cualquier caso, se cumplirá la legislación vigente.
Los inversores estarán garantizados para operación en las siguientes condi-
ciones ambientales entre 0 °C y 40 °C de temperatura y entre 0% y 85% de hu-
medad relativa.

3.4. Otros subsistemas


3.4.1. La estructura soporte
Como es sabido, el aprovechamiento óptimo de la energía solar requiere que los
elementos captadores de la misma, en este caso los módulos fotovoltaicos, dispon-
gan de la inclinación y la orientación adecuadas. Esto, unido a consideraciones
como la superficie ocupada por el número de módulos necesarios en la aplicación,
la dificultad de su integración directa en edificaciones existentes (actuando los mó-
dulos como elementos estructurales y de cerramiento) y los efectos perjudiciales
que el sombreado (incluso parcial) de los módulos ejerce sobre la generación foto-
voltaica, hace necesaria la inclusión en el sistema de una estructura soporte.
3.4.1.1. Funciones
Las principales funciones de la estructura soporte son la de servir de soporte y
fijación segura de los módulos, facilitando el montaje de los mismos y la formación
de los paneles; y dotar a los módulos de la inclinación y orientación adecuadas.
La inclinación que se recomienda (siempre mirando al Sur) es la siguiente:
! 20º mayor que la latitud para instalaciones de función prioritaria en in-
vierno, como la de servicios eléctricos o albergues de montaña.
! l5º mayor que la latitud para instalaciones de funcionamiento más o menos
uniforme durante todo el año, como por ejemplo la de electrificación de
viviendas, bombas de agua, repetidores de TV, etc.
! Igual que la latitud para instalaciones de funcionamiento prioritario en
primavera o verano, como la de campings y campamentos.
Evitar sombras en los módulos, arrojadas por elementos artificiales, o natura-
les, existentes en las proximidades de los mismos.
El bastidor que sujeta al panel, la estructura soporte del mismo, y el sistema de
sujeción son tan importantes como el propio panel, pues un fallo en estos elemen-
tos conlleva la inmediata paralización de la instalación.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 171

La utilización de una estructura de soporte adecuada facilita las labores de ins-


talación y mantenimiento, minimiza la longitud del cableado, evita problemas de co-
rrosión y hace agradable la vista del generador en su conjunto.

3.4.1.2. Características
Deben ser aptas para su colocación a la intemperie, con materiales protegidos
contra fenómenos de corrosión, principalmente. Los materiales más habituales em-
pleados son el acero galvanizado, el acero y el aluminio.
Deben estar bien ancladas para soportar las cargas máximas producidas por el
viento previstas en el lugar.
Las estructuras soporte deberán cumplir las especificaciones de este apartado
y en todos los casos se dará cumplimiento a lo obligado por la NBE y demás nor-
mas aplicables. El instituto de diversificación y ahorro energético recomienda lo
siguiente:
a) La estructura soporte de módulos ha de resistir, con los módulos instala-
dos, las sobrecargas del viento y nieve, de acuerdo con lo indicado en la
normativa básica de la edificación NBE-AE-88.
b) El diseño y la construcción de la estructura y el sistema de fijación de mó-
dulos, permitirá las necesarias dilataciones térmicas, sin transmitir cargas
que puedan afectar a la integridad de los módulos, siguiendo las indica-
ciones del fabricante.
c) Los puntos de sujeción para el módulo fotovoltaico serán suficientes en
número, teniendo en cuenta el área de apoyo y posición relativa, de forma
que no se produzcan flexiones en los módulos superiores a las permitidas
por el fabricante y los métodos homologados para el modelo de módulo.
d) El diseño de la estructura se realizará para la orientación y el ángulo de
inclinación especificado para el generador fotovoltaico, teniendo en
cuenta la facilidad de montaje y desmontaje, y la posible necesidad de
sustituciones de elementos.
e) La estructura se protegerá superficialmente contra la acción de los agen-
tes ambientales. La realización de taladros en la estructura se llevará a
cabo antes de proceder, en su caso, al galvanizado o protección de la es-
tructura.
f) La tornillería será realizada en acero inoxidable, cumpliendo la norma
MV-106. En el caso de ser la estructura galvanizada, se admitirán torni-
llos galvanizados, exceptuando la sujeción de los módulos a la misma,
que serán de acero inoxidable.
g) Los topes de sujeción de módulos y la propia estructura no arrojarán som-
bra sobre los módulos.
172 Ángel Antonio Bayod Rújula

h) En el caso de instalaciones integradas en cubierta que hagan las veces de


la cubierta del edificio, el diseño de la estructura y la estanquidad entre
módulos se ajustará a las exigencias de las Normas Básicas de la Edifi-
cación y a las técnicas usuales en la construcción de cubiertas.
i) Se dispondrán las estructuras soporte necesarias para montar los módulos,
tanto sobre superficie plana (terraza) como integrados sobre tejado. Se in-
cluirán todos los accesorios y bancadas y/o anclajes.
j) La estructura soporte será calculada según la norma MV-103 para sopor-
tar cargas extremas debidas a factores climatológicos adversos, tales como
viento, nieve, etc.
k) Si está construida con perfiles de acero laminado conformado en frío,
cumplirá la norma MV-102 para garantizar todas sus características me-
cánicas y de composición química.
l) Si es del tipo galvanizada en caliente, cumplirá las normas UNE 37-501
y UNE 37-508, con un espesor mínimo de 80 micras para eliminar las ne-
cesidades de mantenimiento y prolongar su vida útil.
También debe estar eléctricamente unida a una toma de tierra que cumpla con
las especificaciones del Reglamento de Baja Tensión, asegurar un buen contacto
eléctrico entre el marco del módulo y la tierra, para permitir la protección de las per-
sonas frente a posibles pérdidas de aislamiento en el generador, y favorecer la in-
tegración estética del generador en el medio en el que funciona.
Según los casos y las características de la instalación, los paneles fotovoltaicos
pueden instalarse en estructuras que descansen sobre el suelo, sobre un paramento
vertical, sobre el tejado o terraza, etc.
En general se pueden distinguir dos tipos de estructuras:
! Apoyadas directamente sobre el suelo (o superficie): Las características
principales de estas estructuras son:
! Precisan varios puntos de apoyo y considerable superficie de ci-
mentación y obra civil.
! Su diseño es modular, facilitando la colocación de gran número de
paneles.
! La fijación de los módulos suele ser sencilla, sin necesidad de me-
dios mecánicos auxiliares.
! La variación de altura para evitar problemas de sombreado puede
suponer modificaciones considerables en el diseño.
! Las filas inferiores de módulos pueden tener un acceso incómodo
durante las tareas de interconexionado.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 173

! Generalmente ofrecen una inclinación y orientación fijas, o bien, en


el caso de estructuras pequeñas, se permite la variación manual de
la inclinación.

FIGURA 3.26. Estructura soporte para módulos fotovoltaicos en suelo o terraza.

En terrazas o suelos la estructura deberá permitir una altura mínima


del panel de 30 cm, la cual, en zonas de montaña o donde se pro-
duzcan abundantes precipitaciones de nieve deberá ser superior, a
fin de evitar que los paneles queden parcial o totalmente cubiertos
por las sucesivas capas de nieve depositadas en invierno.
! Apoyadas en un mástil: En este caso, las características principales son:
! El anclaje y cimentación de la estructura se reducen al punto de
apoyo del mástil.
! Están diseñadas para albergar a un número determinado de mó-
dulos.
! La fijación de los módulos requiere la elevación de estos, o de pa-
neles premontados, siendo necesario el uso de medios mecánicos
auxiliares.
! La altura de la estructura es fácilmente modificable en fase de di-
seño, actuando simplemente sobre el mástil.
! Todos los módulos disponen de un acceso similar.
! Son especialmente aptas para dotarlas de un sistema de seguimiento
solar.
174 Ángel Antonio Bayod Rújula

FIGURA 3.27. Estructura soporte sobre mástil.

3.4.2. Sistemas de seguimiento


Con el fin de mejorar los rendimientos del sistema de captación, puede dotarse
de movimiento a los soportes, denominándose a este tipo de sistemas de soporte
sistemas con seguimiento. Mediante el seguimiento solar se consigue aumentar la
cantidad de energía solar que se pone a disposición de los paneles permitiendo por
tanto un aumento de la producción (con la consiguiente mejora también desde el
punto de vista medioambiental) e ingresos anuales, que compensan la mayor in-
versión inicial. También permite al instalador y mantenedor la obtención de unos
mayores beneficios empresariales (mayor inversión inicial, mayor necesidad de
mantenimiento). Uno de los factores que influye decisivamente en su coste es el
diseño para soportar vientos elevados. Además ha de estar diseñado para durar al
menos tanto como los módulos fotovoltaicos. Las instalaciones con seguimiento
solar están teniendo gran auge en España, mayor que en otros países de la UE,
Japón o USA.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 175

FIGURA 3.28. Fase de montaje de seguidor solar, donde puede verse la parrilla, donde se instalarán
los módulos. Véase también la zapata y las zanjas para el cableado eléctrico.

El movimiento puede realizarse sobre uno o dos ejes. Básicamente existen


cinco tipos de seguimiento: en dos ejes, un eje Norte-Sur horizontal, un eje Norte-
Sur inclinado y un eje Este-Oeste horizontal y un eje acimutal. La elección de un
determinado sistema de seguimiento se realiza según las necesidades, en función de
los costes, precisión, etc.
El seguimiento en dos ejes permite la libertad total de movimiento, por lo que
la superficie de paneles puede mantenerse perpendicularmente a los rayos del Sol,
(la inclinación de la superficie ha de ser igual al ángulo cenital del Sol y la orien-
tación ha de ser igual al acimut solar), lo que asegura la máxima captación de ener-
gía, de incluso más de un 50% superior a la que se tendría sobre superficie
horizontal. El porcentaje concreto dependerá de la distancia entre seguidores (es
decir, las sombras que se proyecten en determinadas horas y días del año) y las ca-
racterísticas del emplazamiento (latitud, índice de claridad).
El seguimiento solar a dos ejes es imprescindible en el caso de sistemas de con-
centración, en los que se sustituye área de célula FV por sistemas ópticos de espe-
jos o lentes. En estos casos, en lo referente al sistema de seguimiento, es necesario
ajustar la precisión de seguimiento (grado de exactitud del ángulo de apuntamiento
176 Ángel Antonio Bayod Rújula

al Sol) en función del nivel de concentración. A mayores niveles de concentración,


se requiere un menor error de apuntamiento. Para el caso de módulo plano, esto es,
sin concentración, errores de 1 ó 2 grados en el seguimiento, no tienen una in-
fluencia significativa en la generación de energía eléctrica. Esto permite una mayor
simplicidad en el diseño mecánico del seguidor solar.
Una configuración muy utilizada también es el denominado seguimiento en eje
polar (seguimiento con el eje Norte-Sur inclinado a la latitud del lugar). De esta
forma el eje de rotación del sistema es paralelo al eje de la Tierra. Los paneles siguen
el movimiento diario que realiza el Sol de Este a Oeste. El seguimiento polar consi-
gue aproximadamente un 96% de captación, comparado con el sistema de dos ejes.

E N O

Sobre un eje Sobre dos ejes

FIGURA 3.29. Sistemas de seguimiento solar.

En los sistemas con seguimiento solar las pérdidas energéticas son inferiores
que en los sistemas fijos, salvo las originadas por paradas o fallos por tener partes
móviles (que en el mejor de los casos serán equivalentes a las de los sistemas fijos).
Esta reducción comparativa de pérdidas se debe a que las pérdidas por reflectancia
angular son muy inferiores debido a que la incidencia de los rayos solares es nor-
mal al módulo FV, reduciéndose las pérdidas de un 3-4% a un 1%. También las pér-
didas por polvo y suciedad suelen reducirse debido al movimiento de la estructura
de seguimiento solar.
También puede considerarse que las células FV operan a menor temperatura de-
bido a la mayor aireación de los módulos. En un sistema bien dimensionado, los in-
versores trabajan un mayor número de horas en las zonas de mayor rendimiento, por
lo que puede obtenerse un rendimiento ponderado superior al rendimiento europeo
definido para sistemas fijos. Para un mismo inversor las pérdidas pueden reducirse
entre el 1% y el 3%.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 177

FIGURA 3.30. Ejemplo de seguidores solares a dos ejes.

En conjunto, las pérdidas pueden reducirse entre un 4% y un 8%, según los


casos.
El accionamiento puede realizarse mediante motores eléctricos, de corriente
continua o de corriente alterna, mediante sistemas hidráulicos o mediante sistemas
pasivos o gravitacionales. En general, el mercado está evolucionando hacia siste-
mas eléctricos accionados por motores asíncronos de corriente alterna, aunque tam-
bién se pueden encontrar algunos con motores de corriente continua.
En el caso de accionamientos eléctricos el control puede ser en lazo abierto,
(mediante sensores de irradiancia), o en lazo cerrado. También se pueden utilizar sis-
temas mixtos, en los que un primer enfoque del seguidor se realiza por coordena-
das calculadas y el ajuste de apuntamiento fino mediante un sensor de irradiancia.
Los sistemas más avanzados y complejos utilizan métodos de autoaprendizaje54
que regulan el apuntamiento al Sol, en función de la optimización de otras variables
de salida del sistema (como, por ejemplo, la potencia de salida del sistema).
El control en lazo abierto se basa en la utilización de sensores de radiación que
a través de una eléctrónica adecuada específicamente desarrollada indica a los mo-
tores el sentido y el tiempo de giro. El sensor suele estar compuesto por células so-
lares, fotorresistencias o sensores de infrarrojo. Por cada eje suele haber una pareja
de sensores separados con distinta orientación, como se ve en la figura 3.31, en los
que la señal de error es proporcional al ángulo de apuntamiento.
178 Ángel Antonio Bayod Rújula

FIGURA 3.31. Detalle de un seguidor donde se aprecia una de las denominadas «pirámides», sensor
utilizado para el seguimento solar.

El control en lazo abierto por sensor de irradiancia permite alcanzar precisio-


nes de seguimiento de 0,1º en situaciones óptimas. Son relativamente sencillos de
implementar a bajo coste.
Se puede añadir alguna etapa electrónica que ponga el seguidor horizontal (o
inhiba el seguimiento), en caso de cielo totalmente cubierto o bajas irradiancias, y
otras que hagan regresar al Este al seguidor todas las noches.
En el caso de lazo cerrado se necesita un sistema de control con un reloj en
tiempo real y algoritmos matemáticos de cálculo trigonométrico para calcular la
posición del Sol.
Se dispone además de un sensor de posición por cada eje, que puede ser un en-
coder o un sensor de proximidad (instalado generalmente entre el motor de accio-
namiento y la reductora, y cuya función es proporcionar una señal al sistema de
control de un determinado número de pulsos por revolución), para conocer en todo
momento la posición del seguidor.
El cálculo de la posición del Sol puede ser implementado con elevada precisión
(n0,0003º). No obstante para aplicaciones que no requieran tan elevadas precisio-
nes puede ser suficiente con utilizar las ecuaciones simplificadas.
Otros subsistemas de una instalación fotovoltaica 179

3.4.3. Cableado y protecciones


Un cableado adecuado debe limitar las caídas de tensión y aislar eléctrica-
mente a las células y contactos del exterior, para evitar la posibilidad de contactos
fortuitos que pueden ser peligrosos con voltajes elevados. Para ello, debe satisfa-
cer las condiciones siguientes:
a) Disponer de cables incluidos en alguno de estos casos:
! Estar aislados de la intemperie por un tubo protector.
! Tener una funda aislante constituida por algún material cuya tem-
peratura de servicio alcance los 90 ºC. En particular, el PVC sim-
ple no está recomendado.
! Estar enterrado sobre un lecho de arena y en una zanja de, al
menos, 40 cm de profundidad.
b) Disponer de cables con una sección tal que asegure que la caída de ten-
sión en el conjunto del generador y entre este y la entrada de la siguiente
tapa de la instalación (regulador, inversor, etc.), no supere el 1% de la ten-
sión nominal, en cualquier condición de operación.
Aunque no esté estrictamente relacionado con el generador, conviene
mencionar que esta misma regla de limitar al 1% las caídas de tensión,
debe triplicarse, y con mayor rigor, si cabe, al cableado que une el regu-
lador a la batería. Este cableado debe incluir, además, un fusible en uno
de los cables de salida de la batería, para evitar que se produzcan daños
en esta última, en la eventualidad de un cortocircuito en alguna parte de
la instalación.
c) Disponer de cajas de conexión estancas y situadas a más de 50 cm sobre
el nivel del suelo.
Las pérdidas de potencia en el cableado de un generador fotovoltaico son pro-
porcionales al producto I2R, y de ello deriva la idea general de intentar trabajar con
corrientes lo más bajas posibles. En generadores de cierta entidad, ello supone uti-
lizar tensiones elevadas, lo que, a su vez, conlleva problemas de seguridad.
Los módulos fotovoltaicos actuales están, en principio, diseñados para soportar,
sin fugas de corriente significativas, tensiones de hasta 500 V entre marco y célula
por lo que, en generadores con tensiones de circuito abierto inferiores a esta cifra,
cabe utilizar una configuración flotante, es decir, con ambos polos aislados de tierra.
Si, por el contrario, se desea operar con tensiones por encima de ese valor, es acon-
sejable recurrir a una configuración bipolar con el punto intermedio unido a tierra.
A pesar de ello, en generadores de gran tamaño (>100 kW) conviene contem-
plar la posibilidad de que se produzcan pérdidas de aislamiento, o derivaciones a
tierra, e incluir elementos de control capaces de detectar tal eventualidad.
180 Ángel Antonio Bayod Rújula

Por otro lado, conviene tener en cuenta que, en general, los generadores foto-
voltaicos implican la existencia de bucles conductores de gran tamaño, por lo que
todos los aspectos relativos a sobretensiones y sobrecorrientes inducidas por des-
cargas atmosféricas deben contemplarse con especial cuidado.
A la recomendación de poner a tierra marcos de módulos y estructuras de so-
porte, hay que añadir la de un generoso empleo de descargadores de sobretensión
(varistores, diodos supresores, etc.), para proteger adecuadamente a los equipos
electrónicos que trabajan asociados al generador. La utilización de pararrayos está,
en general, desaconsejada, en la medida en que significan un elemento de atracción
para los rayos con el consecuente incremento de los problemas de inducción.
En el capítulo 4 se analizan los requerimientos de cableado y protecciones
con mayor amplitud.
4. Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red

4.1. Introducción
Las aplicaciones de la energía solar fotovoltaica son variadas, pudiendo sepa-
rarse, como se indicó en el capítulo 1, en dos grandes grupos:
! Instalaciones aisladas de la red (sistemas autónomos).
! Instalaciones conectadas a la red.
Los sistemas fotovoltaicos conectados a la línea eléctrica, han sido objeto de
un interés creciente durante los últimos años en todos los países industrializados.
Actualmente solo un porcentaje muy pequeño de la electricidad se utiliza en insta-
laciones aisladas de las redes eléctricas.
Un sistema fotovoltaico de conexión a red es un tipo de instalación en la que
intervienen tres elementos: los módulos fotovoltaicos, el inversor y la línea eléctrica.
En este tipo de sistemas, la energía generada por los módulos fotovoltaicos pasa
directamente a un inversor DC/AC que convierte la tensión continua en alterna, in-
yectando la energía producida en la red eléctrica.
Las instalaciones fotovoltaicas son instalaciones eléctricas de baja tensión (que
posteriormente pueden conectarse a sistemas de alta tensión), y por tanto están su-
jetas a lo establecido en el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión. La instruc-
ción técnica complementaria ITC 40 «Instalaciones generadoras de baja tensión» se
aplica a las instalaciones generadoras, entendiendo como tales, las destinadas a
transformar cualquier tipo de energía no eléctrica en energía eléctrica. En dicha ins-
trucción, las Instalaciones Generadoras se clasifican, atendiendo a su funciona-
miento respecto a la Red de Distribución Pública, en:
a) Instalaciones generadoras aisladas: aquellas en las que no puede existir co-
nexión eléctrica alguna con la Red de Distribución Pública.
b) Instalaciones generadoras asistidas: aquellas en las que existe una cone-
xión con la Red de Distribución Pública, pero sin que los generadores
puedan estar trabajando en paralelo con ella. La fuente preferente de su-
ministro podrá ser tanto los grupos generadores como la Red de Distri-
bución Pública, quedando la otra fuente como socorro o apoyo. Para
impedir la conexión simultánea de ambas, se deben instalar los corres-
pondientes sistemas de conmutación. Será posible, no obstante, la reali-
zación de maniobras de transferencia de carga sin corte, siempre que se
cumplan los requisitos técnicos descritos en el apartado 4.2.
182 Ángel Antonio Bayod Rújula

c) Instalaciones generadoras interconectadas: aquellas que están, normal-


mente, trabajando en paralelo con la Red de Distribución Pública.
A los efectos de esa Instrucción se entiende por «Redes de Distribución Pú-
blica» a las redes eléctricas que pertenecen o son explotadas por empresas cuyo fin
principal es la distribución de energía eléctrica para su venta a terceros.

4.2. Marco legislativo de la conexión a red en España


En la actualidad se están desarrollando en nuestro país las instalaciones inter-
conectadas en mucha mayor medida. Esto es debido principalmente a la favorable
legislación existente.
En España tenemos desde hace años una legislación favorable a la implantación
y conexión a la red eléctrica de unidades de generación eléctrica, procedente de
fuentes renovables, y en particular de energía solar fotovoltaica. Se parte del reco-
nocimiento de que, en una sociedad moderna y avanzada como la española, el pro-
greso científico y tecnológico va naturalmente acompañado de una cada vez mayor
sensibilidad social hacia el medio ambiente. La actividad de producción de energía
eléctrica, como los demás sectores industriales, no puede ser ajena a estos plantea-
mientos. El agua de nuestros ríos, la fuerza del viento o el calor proveniente del Sol
son fuentes limpias e inagotables de producción de energía eléctrica que deben ser
fomentadas por los estamentos públicos.
La sociedad española actual, en el contexto de la reducción de la dependencia
energética exterior, de un mejor aprovechamiento de los recursos energéticos dis-
ponibles y de una mayor sensibilización ambiental, demanda cada vez más la utili-
zación de las energías renovables y la eficiencia en la generación de electricidad,
como principios básicos para conseguir un desarrollo sostenible desde un punto de
vista económico, social y ambiental. Además, la política energética nacional debe
posibilitar, mediante la búsqueda de la eficiencia energética en la generación de
electricidad y la utilización de fuentes de energía renovables y la reducción de gases
de efecto invernadero.
La Ley 54/1997, de 27 de noviembre, del Sector Eléctrico, tiene como fin bá-
sico establecer la regulación del sector eléctrico, con el triple y tradicional objetivo
de garantizar el suministro eléctrico, garantizar la calidad de dicho suministro y ga-
rantizar que se realice al menor coste posible, todo ello sin olvidar la protección
del medioambiente, aspecto que adquiere especial relevancia dadas las caracterís-
ticas de este sector económico. Esta ley establece los principios de un nuevo mo-
delo de funcionamiento que, en lo que se refiere a la producción, están basados en
la libre competencia, pero hace compatible este fundamento con la consecución de
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 183

otros objetivos tales como la mejora de la eficiencia energética, la reducción del


consumo y la protección del medio ambiente, por otra parte necesarios en función
de los compromisos adquiridos por España en la reducción de gases productores del
efecto invernadero. Así establece para su consecución la existencia de un régimen
especial de producción de energía eléctrica, como régimen diferenciado del ordi-
nario. Es decir, la vigente Ley 54/1997, de 27, parte de la diferenciación de un con-
junto de instalaciones de producción de energía eléctrica que conforman el
denominado «régimen especial», las cuales disfrutan de una cierta singularidad ju-
rídica y económica frente al resto de instalaciones de producción integrantes del
llamado «régimen ordinario». La creación del régimen especial de generación eléc-
trica supuso un hito importante en la política energética de nuestro país.
El Real Decreto 2818/1998, de 23 de diciembre, sobre producción de energía
eléctrica por instalaciones abastecidas por recursos o fuentes de energía renovables,
residuos y cogeneración, desarrolló la Ley en este aspecto, estableciendo un nuevo
marco de funcionamiento para este tipo de fuentes energéticas, entre las que se en-
cuentra la energía solar fotovoltaica. En ese Real Decreto se recogían, entre otros
aspectos, el procedimiento de inclusión de una instalación de producción de ener-
gía eléctrica en el régimen especial, su régimen económico o las condiciones de en-
trega de la energía eléctrica producida en esas instalaciones.
Posteriormente se han ido aprobando nuevos reales decretos que establecían y
adaptaban la regulación. Estos decretos son concretamente el Real Decreto
436/2004, de 12 de marzo, por el que se establece la metodología para la actuali-
zación y sistematización del régimen jurídico y económico de la actividad de pro-
ducción de energía eléctrica en régimen especial y el Real Decreto 661/2007, de
25 de mayo, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en
régimen especial.
Desde el punto de vista de la retribución, la actividad de producción de ener-
gía eléctrica en régimen especial se caracteriza por la posibilidad de que su régimen
retributivo se complemente mediante la percepción de una prima (en los términos
que reglamentariamente se establezcan), para cuya determinación pueden tenerse en
cuenta factores como el nivel de tensión de entrega de la energía a la red, la contri-
bución efectiva a la mejora del medioambiente, al ahorro de energía primaria y a la
eficiencia energética y los costes de inversión en que se haya incurrido. El titular de
la instalación, que puede optar por vender su producción (o excedentes) de energía
eléctrica al distribuidor, percibiendo por ello una retribución en forma de tarifa re-
gulada, o bien por vender dicha producción o excedentes directamente en el mer-
cado diario, en el mercado a plazo o a través de un contrato bilateral, percibiendo
en este caso el precio negociado en el mercado, más un incentivo por participar en
él y una prima, si la instalación concreta tiene derecho a percibirla.
184 Ángel Antonio Bayod Rújula

Las instalaciones que pueden acogerse al régimen especial se clasifican en ca-


tegorías, grupos y subgrupos, en función de las energías primarias utilizadas, de las
tecnologías de producción empleadas y de los rendimientos energéticos obtenidos.
Pertenecen a la categoría a) aquellos productores que utilicen la cogeneración u
otras formas de producción de electricidad a partir de energías residuales; a la ca-
tegoría b) las instalaciones que utilicen como energía primaria alguna de las ener-
gías renovables no consumibles, biomasa, o cualquier tipo de biocarburante,
siempre y cuando su titular no realice actividades de producción en el régimen or-
dinario; y finalmente, a la categoría c) aquellas instalaciones que utilicen como
energía primaria residuos con valorización energética no contemplados en la cate-
goría b).
Estas categorías se clasifican a su vez en grupos y subgrupos. En particular, la
categoría b) se clasifica a su vez en ocho grupos:
1.º Grupo b.1. Instalaciones que utilicen como energía primaria la energía
solar. Dicho grupo se divide en dos subgrupos:
Subgrupo b.1.1. Instalaciones que únicamente utilicen la radiación solar
como energía primaria mediante la tecnología fotovoltaica.
Subgrupo b.1.2. Instalaciones que utilicen únicamente procesos térmi-
cos para la transformación de la energía solar, como energía primaria, en
electricidad. En estas instalaciones se podrán utilizar equipos que utilicen
un combustible para el mantenimiento de la temperatura del fluido tras-
misor de calor para compensar la falta de irradiación solar que pueda
afectar a la entrega prevista de energía. La generación eléctrica a partir
de dicho combustible deberá ser inferior, en cómputo anual, al 12 o al 15
por ciento de la producción total de electricidad según la opción de venta
escogida.
2.º Grupo b.2. Instalaciones que únicamente utilicen como energía primaria
la energía eólica. Dicho grupo se divide en dos subgrupos:
Subgrupo b.2.1. Instalaciones eólicas ubicadas en tierra.
Subgrupo b.2.2. Instalaciones eólicas ubicadas en el mar territorial.
3.º Grupo b.3. Instalaciones que únicamente utilicen como energía primaria
la geotérmica, la de las olas, la de las mareas, la de las rocas calientes y
secas, la oceanotérmica y la energía de las corrientes marinas.
4.º Grupo b.4. Centrales hidroeléctricas cuya potencia instalada no sea su-
perior a 10 MW.
5.º Grupo b.5. Centrales hidroeléctricas cuya potencia instalada sea supe-
rior a 10 MW y no sea superior a 50 MW.
6.º Grupo b.6. Centrales que utilicen como combustible principal biomasa
procedente de cultivos energéticos, de residuos de las actividades agrí-
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 185

colas o de jardinerías, o residuos de aprovechamientos forestales y otras


operaciones selvícolas en las masas forestales y espacios verdes, en cier-
tos términos establecidos. Dicho grupo se divide en tres subgrupos:
Subgrupo b.6.1. Centrales que utilicen como combustible principal bio-
masa procedente de cultivos energéticos.
Subgrupo b.6.2. Centrales que utilicen como combustible principal bio-
masa procedente de residuos de las actividades agrícolas o de jardinerías.
Subgrupo b.6.3. Centrales que utilicen como combustible principal bio-
masa procedente de residuos de aprovechamientos forestales y otras ope-
raciones selvícolas en las masas forestales y espacios verdes.
7.º Grupo b.7. Centrales que utilicen como combustible principal biomasa
procedente de estiércoles, biocombustibles o biogás procedente de la di-
gestión anaerobia de residuos agrícolas y ganaderos, de residuos biode-
gradables de instalaciones industriales o de lodos de depuración de aguas
residuales, así como el recuperado en los vertederos controlados, en cier-
tos términos establecidos. Dicho grupo se divide en tres subgrupos:
Subgrupo b.7.1. Instalaciones que empleen como combustible principal
el biogás de vertederos.
Subgrupo b.7.2. Instalaciones que empleen como combustible principal
el biogás generado en digestores empleando alguno de los siguientes re-
siduos: residuos biodegradables industriales, lodos de depuradora de
aguas urbanas o industriales, residuos sólidos urbanos, residuos ganade-
ros, agrícolas y otros para los cuales se aplique el proceso de digestión
anaerobia, tanto individualmente como en co-digestión.
Subgrupo b.7.3. Instalaciones que empleen como combustible principal
estiércoles mediante combustión y biocombustibles líquidos.
8.º Grupo b.8. Centrales que utilicen como combustible principal biomasa
procedente de instalaciones industriales, en los términos establecidos.
Dicho grupo se divide en tres subgrupos:
Subgrupo b.8.1. Centrales que utilicen como combustible principal bio-
masa procedente de instalaciones industriales del sector agrícola.
Subgrupo b.8.2. Centrales que utilicen como combustible principal bio-
masa procedente de instalaciones industriales del sector forestal.
Subgrupo b.8.3. Centrales que utilicen como combustible principal lico-
res negros de la industria papelera.
Por tanto, en particular las instalaciones de energía solar fotovoltaica quedan
incluidas en la categoría b, grupo b1, subgrupo b.1.1.
Para salvaguardar la seguridad y calidad del suministro eléctrico en el sistema,
así como para minimizar las restricciones de producción a aquellas tecnologías con-
186 Ángel Antonio Bayod Rújula

sideradas hoy por hoy como no gestionables, se establecen en el RD 661/2007 unos


objetivos de potencia instalada de referencia, coincidente con los objetivos del Plan
de Energías Renovables 2005-2010 y de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Ener-
gética en España (E4), para los que será de aplicación el régimen retributivo esta-
blecido en ese real decreto. En particular, el objetivo de potencia instalada de
referencia para el subgrupo b.1.1. (energía solar fotovoltaica) era de 371 MW adi-
cionales, para alcanzar una potencia de 400 MW en 2010.
Pero el crecimiento de la potencia instalada experimentado por la tecnología
solar fotovoltaica está siendo muy superior al esperado. Según la información pu-
blicada por la Comisión Nacional de Energía (CNE), en agosto de 2007 (es decir,
tan solo 3 meses después de su publicación), se superó el 85 por ciento del objetivo
de potencia instalada fotovoltaica para 2010 y en el mes de mayo de 2008, se han
alcanzado ya los 1.000 MW de potencia instalada. Esta rápida evolución ha com-
portado numerosas inversiones industriales relacionadas con la tecnología solar fo-
tovoltaica, desde la fabricación de polisilicio, obleas y módulos hasta los seguidores
o los inversores, de manera que actualmente en España se pueden producir todos los
elementos de la cadena que interviene en una instalación solar fotovoltaica.
Según el Real Decreto 1578/2008, de 26 de septiembre, de retribución de la ac-
tividad de producción de energía eléctrica mediante tecnología solar fotovoltaica para
instalaciones posteriores a la fecha límite de mantenimiento de la retribución del Real
Decreto 661/2007, para dicha tecnología, se hacía necesario dar continuidad y ex-
pectativas a estas inversiones, como también definir una pauta progresiva de implan-
tación de este tipo de tecnología, que además puede contribuir al cumplimiento de
los objetivos del Plan de Energías Renovables 2005-2010 y de los que fije el nuevo
Plan de Energías Renovables 2011-2020, a partir de los objetivos asignados a España
en la nueva Directiva de Energías Renovables. Por ello se consideró oportuno elevar
el objetivo de 371 MW de potencia instalada conectada a la red, recogido en el Real
Decreto 661/2007. A tal fin, se propuso un objetivo anual de potencia que evolucio-
nará al alza de manera coordinada con las mejoras tecnológicas, en lugar de utilizar
la potencia total acumulada para fijar los límites del mercado de esta tecnología, así
como un nuevo régimen económico que estimule la evolución tecnológica y la com-
petitividad de las instalaciones fotovoltaicas en España a medio y largo plazo.
Pero así como una retribución insuficiente haría inviables las inversiones, una
retribución excesiva podría repercutir de manera significativa en los costes del sis-
tema eléctrico y desincentivaría la apuesta por la investigación y el desarrollo, dis-
minuyendo las excelentes perspectivas a medio y largo plazo para esta tecnología.
De ahí que se considere necesaria la racionalización de la retribución y, por ello, el
real decreto 1579/2008 modifica el régimen económico a la baja, siguiendo la evo-
lución esperada de la tecnología, con una perspectiva a largo plazo.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 187

El nuevo régimen económico también pretende reconocer las ventajas que ofre-
cen las instalaciones integradas en edificios, ya sea en fachadas o sobre cubiertas,
por sus ventajas como generación distribuida, porque no aumentan la ocupación de
territorio y por su contribución a la difusión social de las energías renovables.

4.3. Tipología de las instalaciones fotovoltaicas


conectadas a la red
Las instalaciones fotovoltaicas conectadas a red (subgrupo b.1.1 del artículo 2
del Real Decreto 661/2007) se clasifican en dos tipos a partir de la publicación del
Real Decreto 1578/2008:
a) Tipo I. Instalaciones que estén ubicadas en cubiertas o fachadas de cons-
trucciones fijas, cerradas, hechas de materiales resistentes, dedicadas a
usos residencial, de servicios, comercial o industrial, incluidas las de ca-
rácter agropecuario. O bien, instalaciones que estén ubicadas sobre es-
tructuras fijas de soporte que tengan por objeto un uso de cubierta de
aparcamiento o de sombreamiento, en ambos casos de áreas dedicadas a
alguno de los usos anteriores, y se encuentren ubicadas en una parcela
con referencia catastral urbana. Las instalaciones de este tipo se agrupan,
a su vez, en dos subtipos:
Tipo I.1: instalaciones del tipo I, con una potencia inferior o igual a 20 kW.
Tipo I.2: instalaciones del tipo I, con un potencia superior a 20 kW.
b) Tipo II. Instalaciones no incluidas en el tipo I anterior.

4.4. Régimen económico


Mucho ha evolucionado el régimen económico desde el RD 2818/98 en el que
por primera vez se establecían primas para la producción de energía fotovoltaica.
En particular, para las instalaciones fotovoltaicas con potencia instalada de hasta
5 kW, la prima era de 60 pesetas el kWh, siempre que la potencia instalada nacional
de este tipo de instalaciones no supere la potencia de 50 MW, tal como indicaba el
Real Decreto (¡!). Para el resto de instalaciones, la prima era de 30 pesetas el kWh.
En el Real Decreto 436/2004 se diferenciaba entre instalaciones de hasta
100 kW, y las de más de 100 kW. Para las primeras, se estableció una tarifa del
575% de la tarifa eléctrica media o de referencia (que en 2004 tenía un valor de
7,2072 céntimos de euro por kWh), para los primeros 25 años desde la puesta en
188 Ángel Antonio Bayod Rújula

marcha de la instalación, y un 460% a partir de entonces. Para las instalaciones de


más de 100 kW, 300% durante los primeros 25 años y 240 a partir de entonces, si
se decide tomar esta opción de retribución.
Por su parte, en el Real Decreto 661/2007 cambiaba el modo de retribución de
las instalaciones. Para las instalaciones que han sido conectadas a la red con ante-
rioridad al 28 de septiembre de 2008, la tarifa (enero de 2009) es, de acuerdo con
la Orden Ministerial ITC/3801/2008, de 26 de diciembre, por la que se revisan las
tarifas eléctricas a partir de 1 de enero de 2009, la siguiente:
! Para instalaciones de potencia menor o igual a 100 kW, 47,0181 cénti-
mos de euro, para los primeros 25 años, 37,6144 céntimos de euro a par-
tir de entonces.
! Para instalaciones de 100 kW < P ≤ 10 MW, 44,5751 céntimos de euro,
para los primeros 25 años, 35,6301 céntimos de euro a partir de entonces.
! Para instalaciones de 10 < P ≤ 50 MW, 24,5311 céntimos de euro, para los
primeros 25 años, 19,6249 céntimos de euro a partir de entonces.
Para garantizar un mercado mínimo para el desarrollo del sector fotovoltaico
y, al mismo tiempo, asegurar la continuidad del sistema de apoyo, se establece en
el RD 1578/2008 un mecanismo de asignación de retribución mediante la inscrip-
ción en un Registro de preasignación de retribución (sub-sección de la sección se-
gunda del Registro administrativo de instalaciones de producción de energía
eléctrica), en un momento incipiente del desarrollo del proyecto, que dé la necesa-
ria seguridad jurídica a los promotores respecto de la retribución que obtendrá la ins-
talación una vez puesta en funcionamiento.
Para tener derecho a retribución recogida en el real decreto 1578/2008, será
necesaria la inscripción, con carácter previo, de los proyectos de instalación o ins-
talaciones en el Registro de preasignación de retribución. Las inscripciones en el Re-
gistro de preasignación de retribución, irán asociadas a un periodo temporal que se
denomina convocatoria, dando derecho a la retribución que quede fijada en dicho
periodo temporal.
Para cada convocatoria de inscripción en el Registro de preasignación de re-
tribución se establecen unos cupos de potencia por tipo y subtipo que estarán cons-
tituidos por las potencias base, y en su caso, las potencias adicionales traspasadas
o incorporadas.
Para las convocatorias del primer año se establecieron las siguientes poten-
cias base:
a) Tipo I: 267/m MW, con el reparto siguiente: 10 por ciento para el subtipo
I.1 y 90 por ciento para el subtipo I.2.
b) Tipo II: 133/m MW.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 189

siendo m, el número de convocatorias por año para los que se establezca la ins-
cripción en el Registro de preasignación de retribución.
Para el tipo II, se establecieron unos cupos de potencia adicional extraordina-
rios para las convocatorias correspondientes a los años 2009 y 2010, de 100/m MW
y 60/m MW, respectivamente por convocatoria, siendo m el número de convocato-
rias anuales que se convoquen.
Las potencias base correspondientes a las convocatorias del segundo año y su-
cesivos se calcularán, tomando como referencia las potencias base, de cada tipo y
subtipo, de las convocatorias correspondientes al año anterior incrementándolas o
reduciéndolas en la misma tasa porcentual acumulada que se reduzca o incremente,
respectivamente, la retribución correspondiente a las convocatorias celebradas du-
rante el año anterior.
Existe un mecanismo de traspaso de potencia adicional a la potencia base para
la convocatoria siguiente, cuando no se cubra alguno o todos los cupos de potencia
de una convocatoria.
La potencia máxima de los proyectos o instalaciones que sean inscritos en el
Registro de preasignación de retribución no podrá superar los 2 MW o los 10 MW
para instalaciones de tipo I o II.
A los efectos de la determinación del régimen económico establecido en el real
decreto, se considerará que pertenecen a una única instalación o un solo proyecto,
según corresponda, cuya potencia será la suma de las potencias de las instalaciones
unitarias de la categoría b.1.1, las instalaciones o proyectos que se encuentren en re-
ferencias catastrales con los catorce primeros dígitos idénticos. A estos efectos, los
titulares de las instalaciones suministrarán la referencia catastral de los inmuebles
en los que se ubiquen las mismas.
Del mismo modo, a los efectos de la inscripción, en una convocatoria, en el Re-
gistro de preasignación de retribución, se considerará que pertenecen a un solo pro-
yecto, cuya potencia será la suma de las potencias de las instalaciones unitarias,
aquellas instalaciones que conecten en un mismo punto de la red de distribución o
transporte, o dispongan de línea de evacuación común.
Se establece por tanto una nueva definición de potencia. Con ello se consigue
mayor precisión en el procedimiento de cómputo de la potencia de cada instalación
fotovoltaica, a efectos de la aplicación de la retribución correspondiente. Se pretende
racionalizar la implantación de grandes instalaciones en suelo pertenecientes a una
multiplicidad de titulares, de tal forma que se evite la parcelación de una única ins-
talación en varias de menor tamaño, con el objetivo de obtener un marco retribu-
tivo más favorable.
190 Ángel Antonio Bayod Rújula

Los valores de la tarifa regulada correspondientes a las instalaciones del sub-


grupo b.1.1 del artículo 2 del Real Decreto 661/2007, de 25 de mayo, que sean ins-
critas en el registro de pre-asignación asociadas a la primera convocatoria serán los
siguientes:
! Tipo I:
! Subtipo I.1: 34,00 c€/kWh.
! Subtipo I.2: 32,00 c€/kWh.
! Tipo II: 32,00 c€/kWh.

Los valores de la tarifa regulada correspondientes a las instalaciones que sean


inscritas en el registro de preasignación asociadas a la convocatoria n, se calcula-
rán en función de los valores de la convocatoria anterior n i 1, de la siguiente forma:

Si P ≥ 0,75 ! P0, entonces Tn u Tni1 [(1 i A) ! (P0 i P) / (0,25 × P0) c A]

Si P < 0,75 ! P0, entonces: Tn u Tni1

Siendo:
P : La potencia pre-registrada en la convocatoria ni1.
P0 : El cupo de potencia para la convocatoria ni1.
Tni1 : La tarifa para las instalaciones pre-registradas asociadas a la convo-
catoria ni1.
Tn : La tarifa para las instalaciones pre-registradas asociadas a la convo-
catoria n.
A : El factor 0,91/m y m el número de convocatorias anuales.

Si durante dos convocatorias consecutivas no se alcanzara el 50 por ciento del


cupo de potencia para un tipo o subtipo, se podrá incrementar, mediante Resolución
de la Secretaría General de Energía, la tarifa para la convocatoria siguiente en el
mismo porcentaje que se reduciría si se cubriera el cupo, siendo necesario, que du-
rante dos convocatorias adicionales no se volviera a alcanzar el 50 por ciento del
cupo para realizar un nuevo incremento.
La tarifa regulada de las instalaciones del subtipo I.1, no podrá nunca ser infe-
rior a la de las instalaciones del subtipo I.2. En el caso en el que, de acuerdo con el
mecanismo previsto en este artículo, el valor de la tarifa regulada para el subtipo I.1
pudiera resultar inferior a del subtipo I.2, se considerará exclusivamente el meca-
nismo de modificación de la tarifa para el subtipo I.2, y se hará la tarifa regulada
para el subtipo I.1, igual a la anterior.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 191

4.5. Condiciones técnicas de las instalaciones fotovoltaicas


conectadas a la red en baja tensión
En la configuración de un sistema fotovoltaico de conexión a red intervienen
distintos factores que determinan la selección y diseño del sistema. A continuación,
se describen los principales elementos que se deben utilizar en una primera fase del
diseño del sistema de conexión a la red.
Las características del lugar del emplazamiento (longitud, latitud, altura, cli-
matología), la disposición de los módulos fotovoltaicos (orientación e inclinación
de los módulos en sistemas fijos, o el tipo de seguimiento) y el análisis de sombras
correspondiente, determinan la cantidad de energía que puede ser generada por el
sistema y posteriormente inyectada a la red eléctrica. Si se trata de una instalación
sobre tejado, la superficie disponible, inclinación y orientación del mismo son pa-
rámetros muy importantes para el diseño del sistema FV.
Los principales parámetros para una instalación determinada son:
! El emplazamiento.
! La potencia del campo de paneles.
! La potencia y características del inversor o inversores.
! Los niveles de tensión y corriente elegidos.
! Protecciones y cableado.
! Las características de la red eléctrica.

En relación con el funcionamiento y conexión a las redes eléctricas, se esta-


blecía en el artículo 20.1 del RD 2818/98 que las instalaciones que únicamente uti-
licen como energía primaria, energía solar, tendrían normas administrativas y
técnicas para el funcionamiento y conexión a las redes eléctricas específicas res-
pecto de las restantes instalaciones de régimen especial.
De acuerdo con ello, se publicó el Real Decreto 1663/2000, de 29 de septiem-
bre, sobre conexión de instalaciones fotovoltaicas a la red de baja tensión, con ob-
jeto de efectuar el desarrollo de la Ley 54/1997, en el que se establecieron las
condiciones administrativas y técnicas básicas de conexión a la red de baja tensión
de las instalaciones solares fotovoltaicas, teniendo en cuenta sus especiales carac-
terísticas y con la finalidad de establecer una regulación específica que permita el
desarrollo de esa actividad.
El Real Decreto 1663/2000 es de aplicación a las instalaciones fotovoltaicas de
potencia nominal no superior a 100 kVA y cuya conexión a la red de distribución
se efectúe en baja tensión. A estos efectos, se entiende por conexión en baja tensión
aquella que se efectúe en una tensión no superior a 1 kV.
192 Ángel Antonio Bayod Rújula

FIGURA 4.1. Esquema unifilar para instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red de baja tensión como
aparece en el anexo de la resolución de 31 de mayo de 2001, de la Dirección General de Política Ener-
gética y Minas.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 193

El Real Decreto 1663/2000, indica, con carácter general, que el funcionamiento


de las instalaciones fotovoltaicas no deberá provocar en la red averías, disminu-
ciones de las condiciones de seguridad ni alteraciones superiores a las admitidas
por la normativa que resulte aplicable. Asimismo, el funcionamiento de estas ins-
talaciones no podrá dar origen a condiciones peligrosas de trabajo para el personal
de mantenimiento y explotación de la red de distribución.
En el caso de que la línea de distribución se quede desconectada de la red, bien
sea por trabajos de mantenimiento requeridos por la empresa distribuidora o por
haber actuado alguna protección de la línea, las instalaciones fotovoltaicas no de-
berán mantener tensión en la línea de distribución.
En el anexo de la resolución de 31 de mayo de 2001, de la Dirección General
de Política Energética y Minas, por la que se establecen modelo de contrato tipo y
modelo de factura para instalaciones solares fotovoltaicas conectadas a la red de
baja tensión, se presentaba el esquema unifilar tipo de las instalaciones fotovoltai-
cas conectadas a la red, que se reproduce a continuación.
Como puede verse, y tal y como se indica en el RD 1663/2000, en el circuito
de generación hasta el equipo de medida no podrá intercalarse ningún elemento de
generación distinto del fotovoltaico, ni de acumulación o de consumo.
Se define la potencia de la instalación fotovoltaica o potencia nominal como la
suma de la potencia de los inversores de la instalación en condiciones nominales de
funcionamiento. En el caso de instalaciones trifásicas es la suma de la potencia de
los inversores que intervienen en las tres fases de la instalación en condiciones no-
minales de funcionamiento.
Se pueden interconectar instalaciones fotovoltaicas en baja tensión siempre
que la suma de sus potencias nominales no exceda de 100 kVA. Además, la suma
de las potencias de las instalaciones en régimen especial conectadas a una línea de
baja tensión no podrá superar la mitad de la capacidad de transporte de dicha línea
en el punto de conexión, definida como capacidad térmica de diseño de la línea en
dicho punto. En el caso de que sea preciso realizar la conexión en un centro de
transformación, la suma de las potencias de las instalaciones en régimen especial co-
nectadas a ese centro no podrá superar la mitad de la capacidad de transformación
instalada para ese nivel de tensión.
Esto está de acuerdo con lo especificado en el REBT, ITC 40, que indica que la
potencia máxima de las centrales interconectadas a una Red de Distribución Pública,
estará condicionada por las características de esta: tensión de servicio, potencia de
cortocircuito, capacidad de transporte de línea, potencia consumida en la red de baja
tensión, etc., y que indica que, con carácter general la interconexión de centrales ge-
neradoras a las redes de baja tensión de 3!400/230 V será admisible cuando la
suma de las potencias nominales de los generadores no exceda de 100 kVA, ni de
194 Ángel Antonio Bayod Rújula

la mitad de la capacidad de la salida del centro de transformación correspondiente


a la línea de la Red de Distribución Pública a la que se conecte la central. En redes
trifásicas a 3!220/127 V, se podrán conectar centrales de potencia total no supe-
rior a 60 kVA ni de la mitad de la capacidad de la salida del centro de transforma-
ción correspondiente a la línea de la Red de Distribución Pública a la que se conecte
la central. En estos casos toda la instalación deberá estar preparada para un funcio-
namiento futuro a 3!400/230 V.
Las condiciones de conexión a la red se fijarán en función de la potencia de la
instalación fotovoltaica, con objeto de evitar efectos perjudiciales a los usuarios
con cargas sensibles.
Para establecer el punto de conexión a la red de distribución se tiene en cuenta
la capacidad de transporte de la línea, la potencia instalada en los centros de trans-
formación y las distribuciones en diferentes fases de generadores en régimen espe-
cial provistos de inversores monofásicos.
Si la potencia nominal de la instalación fotovoltaica a conectar a la red de dis-
tribución es superior a 5 kW, la conexión de la instalación fotovoltaica a la red debe
ser trifásica. Dicha conexión se podrá realizar mediante uno o más inversores mo-
nofásicos de hasta 5 kW, a las diferentes fases, o directamente un inversor trifásico.
En la conexión de una instalación fotovoltaica, la variación de tensión provo-
cada por la conexión y desconexión de la instalación fotovoltaica no podrá ser su-
perior al 5 por 100 y no deberá provocar, en ningún usuario de los conectados a la
red, la superación de los límites indicados en el Reglamento electrotécnico para
baja tensión.
El factor de potencia de la energía suministrada a la empresa distribuidora debe
ser lo más próximo posible a la unidad. Las instalaciones fotovoltaicas conectadas
en paralelo con la red deberán tomar las medidas necesarias para ello o, en su caso,
llegar a un acuerdo sobre este aspecto con la empresa distribuidora.
En el caso de que una instalación fotovoltaica se vea afectada por perturba-
ciones de la red de distribución se aplicará la normativa vigente sobre calidad del
servicio.
En el Reglamento Electrotécnico de Baja tensión (punto 4.3.3. Equipos de ma-
niobra y medida a disponer en el punto de interconexión), se especifica para las ins-
talaciones generadoras que en el origen de la instalación interior y en un punto único
y accesible de forma permanente a la empresa distribuidora de energía eléctrica, se
instalará un interruptor automático sobre el que actuarán un conjunto de proteccio-
nes. Estas deben garantizar que las faltas internas de la instalación no perturben el
correcto funcionamiento de las redes a las que estén conectadas y en caso de defecto
de estas, debe desconectar el interruptor de la interconexión que no podrá reponerse
hasta que exista tensión estable en la Red de Distribución Pública.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 195

A) Inversor monofásico
N L1 L2 L3

p
d

B)
p
d N L1 L2 L3

p
d

p
d

C) Inversor trifásico N L1 L2 L3

p
d

FIGURA 4.2. Posibilidades de conexión de inversores a la red eléctrica.

Las protecciones y el conexionado del interruptor serán precintables y el dis-


positivo de maniobra será accesible al autogenerador.

4.5.1. Módulos fotovoltaicos


Todos los módulos deberán satisfacer las especificaciones UNE-EN 61215 para
módulos de silicio cristalino, o UNE-EN 61646 para módulos fotovoltaicos capa
delgada, así como estar cualificados por algún laboratorio reconocido, lo que se
acreditará mediante la presentación del certificado oficial correspondiente.
El módulo fotovoltaico llevará de forma claramente visible e indeleble el mo-
delo y nombre o logotipo del fabricante, así como una identificación individual o
número de serie trazable a la fecha de fabricación.
196 Ángel Antonio Bayod Rújula

Los módulos deberán llevar los diodos de derivación para evitar las posibles
averías de las células y sus circuitos por sombreados parciales y tendrán un grado
de protección IP65.
Los marcos laterales, si existen, serán de aluminio o acero inoxidable.
Debe rechazarse cualquier módulo que presente defectos de fabricación como
roturas o manchas en cualquiera de sus elementos así como falta de alineación en
las células o burbujas en el encapsulante.
Si se opta por instalación fija, sin seguimiento solar, el ángulo óptimo de in-
clinación del generador fotovoltaico se puede relacionar con la latitud de un deter-
minado lugar, mediante la siguiente ecuación donde ambos ángulos se expresan en
grados y φ es la latitud del lugar:

βopt u 3,7 c 0,69φ

Como se menciona en el capítulo anterior, también pueden utilizarse sistemas


de seguimiento solar con objeto de aumentar la captación.
La tensión máxima del sistema se alcanza en la situación de circuito abierto del
campo de módulos fotovoltaicos. Esta tensión es importante, ya que define el valor
de la tensión máxima existente en el generador y que debe soportar el inversor.
Como se verá, la forma de conectar los módulos entre sí (número de paneles
en serie y número de ramas en paralelo) está determinada por las condiciones de va-
lores de tensión y corrientes que se quieran alcanzar, por las características de cada
módulo, ya que existen módulos de diferentes tensiones, por la influencia de los
elementos de sombreamiento, y por el tipo de inversor o de inversores que se re-
quieran. La configuración del sistema y de las conexiones debe corresponder con
la potencia y características técnicas del inversor.

4.5.2. Inversor
Recordemos que la potencia de los inversores va a definir la potencia nominal
de la instalación fotovoltaica. Teniendo como base la potencia total del campo de
generación fotovoltaica (en base, por ejemplo, a la superficie disponible) y del tipo
de configuración seleccionada, se puede determinar la potencia del inversor. O vi-
ceversa, si se decide en primer lugar la potencia del inversor, se puede determinar
la potencia del campo de generación.
Los valores de potencia del generador FV y del inversor deben corresponder
óptimamente entre sí. Si el campo fotovoltaico es demasiado grande, se perderá
energía debido a la función limitadora de corriente en condiciones de sobrecarga del
inversor. En el caso de sistemas fotovoltaicos fijos orientados no óptimamente o
sistemas con sombreamientos parciales, es recomendable desde el punto de vista
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 197

técnico y económico realizar el dimensionamiento del inversor con una menor po-
tencia. Por el contrario, en sistemas con seguimiento, puede elegirse un inversor de
mayor potencia.
En general, la potencia nominal del inversor puede ser un 20% inferior a la po-
tencia del generador FV bajo STC (Standard Test Conditions), dependiendo de la
clase de inversor, del tipo de módulos, de las características de radiación solar del
lugar y de la disposición del campo de generación (orientación e inclinación de pa-
neles fijos, o sistema de seguimiento). En sistemas con seguimiento y, dependiendo
de la localización, el ratio entre la potencia del campo fotovoltaico fijo y la potencia
del inversor suele descender hasta valores en torno a 1,05 e incluso inferiores. Esto
es debido principalmente a los siguientes aspectos importantes del funcionamiento:
! La potencia pico de un generador se alcanza en ocasiones puntuales, por
lo que normalmente el inversor trabaja en valores de potencia inferior al
70% de su potencia máxima. La utilización de un inversor de hasta un
20% de potencia menor proporciona un ajuste más adecuado de la poten-
cia de funcionamiento real, así como una reducción en el coste del inver-
sor que no representa reducción de potencia obtenida.
! La potencia pico del generador fotovoltaico que proporciona el fabricante
se obtiene a 25 ºC, lo que responde a una situación poco probable en Es-
paña ya que con una radiación solar de 1.000 W/m2, sería necesario estar
a una temperatura ambiente en el exterior entre i10 ºC y 0 ºC para en-
contrar la célula a 25 ºC. La caída de tensión del módulo debido a la tem-
peratura, hace que la potencia de salida sea sensiblemente inferior a la
potencia pico proporcionada por el fabricante.
! Existen pérdidas de potencia por desacoplo de módulos en las series,
caídas de tensión en conductores y otros factores que reducen la potencia
disponible a la entrada del inversor.
! También debe tenerse en cuenta el proceso de degradación que sufren los
módulos con el paso del tiempo. Algunos tipos de módulos pueden pre-
sentar hasta un 15% más de potencia funcionando durante los primeros
meses, después comienzan a sufrir un proceso de «envejecimiento» de-
bido a la exposición solar, alcanzando el valor de potencia nominal des-
pués de dicho proceso.
Si el inversor va a funcionar a la intemperie o en el tejado, se puede presentar
un factor menor debido a la mayor temperatura de operación.
Se debe tener cuidado de no subdimensionar el inversor, ya que sobrecargas
permanentes reducen rápidamente su vida útil. En ningún caso se debe sobrepasar
198 Ángel Antonio Bayod Rújula

la máxima corriente de entrada del inversor, por lo que el dimensionamiento co-


rriente es muy importante, como se verá más adelante.
Es muy importante tener en cuenta que solamente módulos bajo condiciones si-
milares de orientación y sombreamiento deben ser conectados al mismo string. En
strings muy largos, se pueden presentar pérdidas de potencia considerables, ya que
el módulo con menor radiación determina la corriente de todo el string.
Para sistemas en los que el generador FV tenga los módulos divididos en dife-
rentes secciones, debido a diferencias de inclinación o de sombreamiento entre sí,
se tienen que instalar varios inversores o uno de tipo descentralizado o multistring.

4.5.2.1. Inversor tipo string y generador particionado


Los inversores tipo string (string inverter), son normalmente conectados a sis-
temas con potencias de hasta 3 kW. En la mayoría de los casos, todo el generador
FV conforma un solo string. En sistemas medianos es normal conectar dos o tres
strings a un inversor, formando así una configuración de generador FV por partes,
o particionado. Para sistemas FV en los que los módulos tengan diferencias de orien-
tación o de sombreamiento, la implementación de inversores tipo string o de in-
versores para configuración de generador particionado, se convierte en la mejor
solución para adaptar el sistema a las distintas condiciones de radiación solar en las
que se encuentra el sistema. En este caso, se debe conectar un inversor por cada
string o por cada particion del generador FV, como se aprecia en la siguiente figura.

1 string 2 string 3 string 4 string

Generador FV Generador FV
parte 1 parte 2

p p
d d
p p p p
d d d d
F
F
Conexión por partes Conexión por strings

FIGURA 4.3. Inversor conectado al generador particionado y a los strings.


Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 199

4.5.2.2. Configuración maestro-esclavo


Para grandes sistemas fotovoltaicos generalmente se utiliza la configuración
maestro-esclavo. En este caso, se usan varios (típicamente tres) inversores, entre los
cuales se reparte la potencia total del sistema. Uno de los inversores trabaja como
maestro, y funciona individualmente mientras hay baja radiación solar. Al aumen-
tar la radiación, el inversor maestro se acerca a su límite de potencia, por lo que
uno de los inversores esclavo es activado. Cuando la potencia de generación se
acerca al valor de la suma de potencias de los dos inversores se conecta un tercero
y así sucesivamente. Para equilibrar la carga entre los inversores, se activa un ciclo
de rotación, en el que el trabajo de inversor maestro es realizado por todos secuen-
cialmente. La siguiente figura muestra esta configuración:

Esclavo 1 p
d

Generador
fotovoltaico
p
Maestro
d F

Esclavo 2 p
d

FIGURA 4.4. Configuración maestro-esclavo.

La ventaja de esta configuración es que, como ante baja radiación solo trabaja
un inversor (el maestro), se obtiene una eficiencia mayor en comparación a la ob-
tenida al usar un solo inversor central de gran capacidad. Sin embargo, su desven-
taja radica en los mayores costes de inversión comparado con la configuración de
un solo inversor central.
200 Ángel Antonio Bayod Rújula

FIGURA 4.5. Inversores maestro/esclavo en una planta fotovoltaica de gran potencia.

4.5.2.3. Inversor individual para cada modulo FV


Existe también la posibilidad, no muy extendida de utilizar un inversor indi-
vidual para cada modulo FV. El inversor obviamente es de muy baja potencia
(100-200W).
Una condición para obtener un alto rendimiento con este tipo de configura-
ción, es la adaptación optima de las características del inversor al modulo. Si es po-
sible, es recomendable configurar el inversor para que trabaje constantemente en el
MPP, esto se consigue cuando el modulo FV y el inversor son concebidos como un
solo elemento. La siguiente figura muestra esta configuración:
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 201

p p p p p p p p
d d d d d d d d

p p p p p p p p
d d d d d d d d

p p p p p p p p
d d d d d d d d

FIGURA 4.6. Diagrama de conexión de inversores individuales a cada módulo FV.

4.5.3. Elección del número de paneles en serie


Se debe tener en cuenta que la conexión de los módulos formando ramas o
strings debe corresponder óptimamente con las características técnicas del inversor.
En cada string deben conectarse módulos con las mismas características téc-
nicas y que capten el mismo nivel de radiación solar.
El valor de la tensión en el inversor se determina atendiendo la cantidad de
módulos en serie conectados en un string. Como se comentóo en el capítulo 3, la
tensión registrada en los módulos y en el generador FV depende fuertemente de
la temperatura de funcionamiento, por tal razón, el dimensionamiento de tensión
del inversor debe realizarse teniendo en cuenta las condiciones extremas de fun-
cionamiento en invierno y en verano. La zona de operación del inversor debe co-
rresponder con la curva característica del generador FV. La zona del punto MPP
del inversor debe incluir puntos MPP del generador a diferentes temperaturas,
además se debe tener en cuenta la tensión de desconexión del inversor, así como
su rigidez eléctrica.
Si el número de paneles en cada rama es pequeño, se trabajará con valores de
tensión bajos, lo que significa mayores intensidades de corriente para un valor dado
de potencia. Por el contrario, un número elevado de paneles en serie presentará va-
lores de tensión altos y de corriente reducidos.
202 Ángel Antonio Bayod Rújula

Conectar un número bajo de módulos en serie, además del trabajo con tensio-
nes moderadas, presenta la ventaja de esta forma de conexión frente a la conexión
de strings más largos, de que los efectos causados por el sombreamiento pueden ser
menores. Cuando un panel entra en sombra, entra la corriente de todos los paneles
de la misma rama. Por tanto, las pérdidas dependen de la cantidad de strings som-
breados y no de la cantidad de módulos. Cuantos menos strings estén sombreados,
menores serán las pérdidas.

Generador
fotovoltaico

p
d
F

FIGURA 4.7. Conexión con bajo número de paneles en serie.

Una desventaja de esta configuración es que, al generarse corrientes altas, se


deben utilizar cables de mayor sección para reducir las pérdidas. Por esta razón,
esta configuración no se usa frecuentemente.
Normalmente se conectan módulos en serie, generando tensiones más elevadas
(más de 200 ó 300V por ejemplo). Esta configuración requiere un cable de menor
sección debido al menor valor de la corriente circulante. Sin embargo, su desven-
taja está en las altas pérdidas que pueden producirse en el caso de sombreamientos
al tener un string más largo.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 203

Generador
fotovoltaico

p
d F

FIGURA 4.8. Conexión con número elevado de módulos en serie.

4.5.3.1. Optimización de la tensión


Para optimizar el dimensionamiento del sistema, se debe tener presente que el
rendimiento del inversor es dependiente de la tensión. Para tal fin, algunos fabri-
cantes de inversores, introducen en las hojas técnicas de sus equipos diagramas y
curvas características que permiten determinar el rendimiento del equipo en dife-
rentes valores de tensión. Dicha información debe ser tenida en cuenta para obte-
ner un funcionamiento del sistema con mayor calidad.
Un ajuste óptimo entre las características del generador FV y del inversor per-
miten obtener mejor porcentaje de ganancia. El sobre coste de un inversor con una
mejor eficiencia, trabajando en la zona del generador FV puede amortizarse rápi-
damente, especialmente si se tiene en cuenta que el coste de un inversor es de solo
un 10% del coste del generador FV.

4.5.3.2. Cantidad máxima de módulos en un string


El valor límite se determina en invierno, con una temperatura de i10 °C. A
bajas temperaturas aumenta la tensión de los módulos. La máxima tensión que
puede presentarse en el funcionamiento de generador FV, es la obtenida al hacer
funcionar el sistema en circuito abierto (sin cargas) a bajas temperaturas, como en
un día soleado de invierno. Dicha máxima tensión de salida del generador FV debe
204 Ángel Antonio Bayod Rújula

ser menor que la máxima tensión de entrada DC del inversor, pues con esta medida
se protege el funcionamiento de este equipo. Teniendo en cuenta este aspecto, se
puede determinar la cantidad máxima de módulos en serie a conectarse Ns máx, como
el cociente entre la tensión máxima de entrada del inversor y la tensión de circuito
abierto del módulo a i10 ºC, así:

Ns máx u Umáx(inversor) / Uca(módulo a i10 ºC)

En las hojas técnicas de los fabricantes de paneles se indica siempre la tensión


en circuito abierto del módulo en condiciones STC y se encuentra también la in-
formación sobre la variación de tensión con la temperatura (coeficiente β) en por-
centaje por cada aumento de grado centígrado respecto a 25 ºC (%/ºC), o en
milivoltios por cada aumento de grado centígrado, mV/ºC.
Esta variación de tensión aparecerá siempre con signo negativo, puesto que
por cada aumento de temperatura de célula se produce una disminución en la ten-
sión de circuito abierto.
De lo anterior se puede concluir que la tensión de circuito abierto a la tempe-
ratura de i10 ºC se puede calcular a partir del valor de las condiciones STC
[Uca(STC)] de la siguiente forma:
! Si β viene expresado en % por ºC:

Uca (módulo a i10 ºC) u (1c(i10i25)!β/100)!Uca(STC) u (1i35 x β/100)!Uca(STC)

! Si β está expresado en mV por ºC:

Uca (módulo a i10 ºC) u Uca(STC) i 35 x β

Se debe tener en cuenta que el valor de β tiene signo negativo.


Por ejemplo, si β u i0,4%/ºC, a i10 ºC se presenta un aumento de cerca del
14% de la tensión al funcionar en circuito abierto, respecto a la tensión obtenida bajo
condiciones STC.

4.5.3.3. Cantidad mínima de módulos en un string


En el verano los módulos instalados sobre el tejado pueden alcanzar hasta 70
ó 75 °C de temperatura. En disposiciones abiertas (buena ventilación) es común al-
canzar valores cercanos a 65 ºC. Partiendo de estos valores es posible determinar
la cantidad mínima de módulos por string.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 205

Debido a las altas temperaturas alcanzadas en un día de verano con alta radia-
ción solar, un módulo FV registra una tensión inferior a la obtenida bajo condicio-
nes STC. Cuando la tensión de trabajo del sistema disminuya por debajo de la
mínima tensión de seguimiento del punto de máxima potencia MPP del inversor,
este no alcanzará a inyectar la máxima cantidad posible de potencia, o incluso, se
llegue a apagar en el peor de los casos. Por esta razón, se debe dimensionar de ma-
nera que la mínima cantidad de módulos conectados en serie en una cadena o string
sea determinada por el cociente entre la tensión mínima de entrada del inversor en
el punto de máxima potencia (PMP) y la tensión generada por el módulo en el punto
de máxima potencia a la temperatura de operación más desfavorable (70 °C por
ejemplo). La siguiente expresión determina el valor mínimo de la cantidad de mó-
dulos FV en serie:

Ns mín u Umín PMPinversor / UMPP (módulo a 70 ºC)

De forma análoga a lo mostrado antes, se puede determinar el valor de la ten-


sión a la temperatura más alta de operación a partir del dato de la variación de ten-
sión con la temperatura, β y del valor de tensión en el punto MPP bajo las
condiciones STC (UPMP(STC)), a través de las siguientes ecuaciones:
! Si β está expresado en % por ºC:

UPMP(módulo a 70 ºC) u (1c(Tci 25)!β/100)!UL (STC) u


u (1c(70i 25)!β/100)!UPMP(STC) u
u (1c45!β/100)!UMPP (STC)

! Si β viene en mV por °C:

UPMP (módulo a 70 ºC) u UPMP (STC) c 45 x β

Con el dato del ejemplo anterior a 70 ºC se presenta una disminución de cerca


del 18% de la tensión en el punto de máxima potencia, respecto a la tensión obte-
nida bajo las condiciones STC.

4.5.3.4. Determinación de la cantidad de strings


También se debe verificar que la máxima cantidad de corriente entregada por
el generador FV no sobrepase la máxima corriente de entrada del inversor. La can-
tidad de strings está determinada por el cociente entre la cantidad máxima permi-
tida de corriente DC de entrada del inversor y la corriente máxima por string, así:
206 Ángel Antonio Bayod Rújula

Npmáx ≤ Imáx(inversor) / Istring

En el caso de un subdimensionamiento del inversor se debe verificar, con qué


frecuencia este se encuentra trabajando en la zona de sobrecorriente. Con esto se
puede determinar si el equipo está poco o muy sobrecargado. Esto también es po-
sible de determinar con la ayuda de algún programa de simulación (PV Syst, Sunny
Design, PV*Sol), los cuales pueden mostrar el resultado de los cálculos en forma
gráfica para una mejor interpretación. Gracias a esto, es posible prever un enveje-
cimiento prematuro del equipo o posibles daños en sus componentes electrónicos.

4.5.4. Dimensionamiento del cableado


En el dimensionamiento del cableado se deben tener en cuenta básicamente
tres criterios esenciales:
! La tensión de aislamiento o tensión asignada (V): es la tensión máxima del
sistema eléctrico al que el cable puede estar conectado, es decir, el má-
ximo valor de tensión que puede soportar un cable sin que su aislamiento
pierda sus propiedades dieléctricas.
! La corriente admisible permanente (A): es el valor máximo de la corriente
que circula permanentemente por un conductor, en condiciones específi-
cas, sin que su temperatura supere la máxima admisible asignada de los
materiales que se utilizan para el aislamiento del cable. Esta temperatura
se especifica en las normas particulares de los cables y suele ser de 70 ºC
para cables con aislamiento termoplástico (PVC) y de 90 ºC para cables
con aislamientos termoestables. El aumento de temperatura que experi-
menta el cable es debido al efecto Joule, relacionado con su propia resis-
tencia eléctrica y la intensidad de corriente que lo recorre. También
influyen el tipo de canalización y montaje (al aire, bajo tubo, bandeja me-
tálica, bandeja de plástico, canal prefabricada, etc.), la forma y cantidad
de cables con la que está agrupado formando una misma línea de con-
ducción, la disposición de los conductores (juntos, separados, en capas,
número de cables por fase, etc.) y las influencias externas (la temperatura
del medio ambiente al que está expuesto, humedad, efecto del Sol, etc.).
Hay que tener presente que los cables y módulos pueden estar expuestos
a una temperatura ambiente elevada (montados sobre el tejado de 70 °C),
por lo tanto, el cable utilizado en los módulos y strings debe tener capa-
cidad de funcionar óptimamente a dicha temperatura, además de tener
protección contra radiación UV. Existen diversos factores de corrección
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 207

a estos valores dependiendo de la temperatura ambiente, de la agrupación


de los cables, etc. En particular, en los cables con instalación expuesta di-
rectamente al Sol, se deberá tener en cuenta el calentamiento de la super-
ficie de los cables con relación a la temperatura ambiente, por lo que en
estos casos se aplica un factor de corrección 0,9 o inferior, tal como re-
comiendan las normas de la serie UNE 20435 y lo establece el REBT.
! La caída de tensión: la circulación de corriente a través de los conducto-
res ocasiona una caída de tensión o diferencia entre las tensiones en el
origen y extremo de la canalización. Esta caída de tensión debe ser infe-
rior a los límites marcados por el reglamento en cada parte de la instala-
ción, con el objeto de garantizar el funcionamiento de los receptores
alimentados por el cable. Este criterio suele ser el determinante cuando las
líneas son de larga longitud. Se recomienda que, para cualquier condición
de trabajo, los conductores de la parte de corriente continua deberán tener
la sección suficiente para que la caída de tensión sea inferior del 1,5% y
los de la parte CA, para que la caída de tensión sea inferior del 1,5%, te-
niendo en ambos casos como referencia las tensiones correspondientes a
cajas de conexiones.
Resulta también de interés la evaluación de pérdidas por conducción.

4.5.4.1. Cálculo de las corrientes


Tramo de corriente continua
La intensidad máxima transportada en cada rama o string corresponde a la de
cortocircuito del módulo escogido. Se tomará un valor para los cálculos de un 125%
de esta corriente, cumpliendo con lo indicado en la ITC-BT 40 para instalaciones
generadoras. Esta corriente debe ser inferior a la máxima admisible por el cable en
todo el trazado. En la agrupación de varias ramas, la corriente de diseño será 125%
el valor de la suma de las corrientes de cortocircuito de cada rama.

Tramo de corriente alterna


En el caso de instalaciones monofásicas, la intensidad máxima transportada
estará dada por la siguiente expresión:

P
Iu
U cos φ
208 Ángel Antonio Bayod Rújula

siendo P la potencia nominal (la del inversor). La tensión U se suele aproximar por
la tensión nominal (230 V). El valor del factor de potencia (cos φ) de la corriente
inyectada por el inversor es aproximadamente la unidad.
En el caso de instalaciones trifásicas, la intensidad máxima transportada estará
dada por la siguiente expresión:
P
Iu
M3U cos φ

donde P es la máxima potencia (trifásica) generada por el inversor seleccionado,


valor límite de la potencia inyectada en red y U la tensión de línea, es decir 400 V.
De nuevo, el valor del factor de potencia (cos φ) de la corriente inyectada por el in-
versor se considera la unidad.
En cualquier caso, la corriente debe ser inferior a la máxima admisible por el
cable en cada tramo del trazado. Las intensidades máximas admisibles para redes
aéreas de distribución en baja tensión se indican en la instrucción ITC-BT-06 del Re-
glamento Electrotécnico de Baja Tensión. Para redes subterráneas se atenderá a lo
dispuesto en las tablas de la instrucción ITC-BT-07, distinguiendo entre redes en-
terradas y al aire en galerías. Para instalaciones interiores se utilizarán directamente
las tablas de la norma UNE 20.460-5-523. Hay que tener en cuenta las condiciones
y tipo de montaje de los conductores y los factores de reducción por agrupación de
varios circuitos que se indican en la norma UNE 20460-5-523 y el Reglamento.

4.5.4.2. Cálculo de la caída de tensión


Cuando por un cable conductor de longitud L y sección S, fabricado con un
material de resistividad (a una determinada temperatura) ρ, es recorrido por una co-
rriente eléctrica de intensidad I, se produce entre sus extremos una caída de tensión
que viene dada por la siguiente expresión:

L
∆V u ρ I
S

Se suele emplear el inverso de la resistividad, denominado conductividad (γ, en


m/Ω mm2)
1 L
∆V u I
γ S

donde la conductividad γ se puede tomar de la tabla:


Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 209

Material γ20 (S m/ mm2) γ70 (S m/ mm2) γ90 (S m/ mm2)


Cobre 56 48 44
Aluminio 35 30 28
TABLA 4.1. Valores de conductividad de cobre y aluminio para distintas temperaturas de operación.

Por ejemplo, para cables de cobre (a 20 ºC) esa expresión se puede reescribir,

L
∆V u I
56 S

El valor de ∆V vendrá en voltios si L viene dado en metros, S en mm2 e I en


Amperios.
La caída máxima en la parte de corriente continua debe ser inferior al 1,5% y
en la parte AC inferior al 1,5% (del valor de tensión nominal) en cualquier condi-
ción de trabajo.
Tanto en el tramo de continua o en el caso de monofásica en alterna es habi-
tual usar la expresión
2L
∆V u I
56 S

en donde la intensidad en continua es la del punto de máxima potencia y la inten-


sidad en alterna la del inversor a potencia nominal (se ha considerado cos φ u 1,
por ser en la práctica muy cercano a este valor. En la práctica, para instalaciones
de baja tensión interiores e instalaciones de enlace también es admisible despre-
ciar los efectos piel y proximidad, que harían variar la expresión), y la longitud L
es la del tramo de ida (o de vuelta) del cable conductor, por lo que aparece el 2 en
la expresión.
De esta expresión se puede despejar el valor de sección mínimo a utilizar para
satisfacer el criterio de máxima caída de tensión admisible.
Para el caso de sistemas trifásicos, la expresión a utilizar es

M3 L
∆V u I
56 S

De nuevo, el valor de L es la longitud del tramo de ida. Teniendo en cuenta el


plano con las medidas y características del tejado realizado en la visita técnica al
210 Ángel Antonio Bayod Rújula

lugar del montaje, es posible determinar de manera aproximada la longitud de los


cables requeridos para la conexión del sistema. Deberán tener la longitud necesa-
ria para no generar esfuerzos en los diversos elementos ni posibilidad de enganche
por el tránsito normal de personas.
Realizando una adecuada disposición del cableado, a través de los módulos, es
posible reducir las pérdidas de transmisión y sobretensiones causadas por los aco-
plamientos. La siguiente figura muestra diferentes formas de tender el cableado
para el mismo sistema. La figura de la derecha muestra la mejor forma de hacerlo,
pues optimiza la longitud del cableado y reduce las sobretensiones de acoplamiento.

p p p
d d d

Incorrecto Bien Óptimo

FIGURA 4.9. Ejemplo de formas de tendido del cableado.

Un plano detallado en el que se identifiquen los componentes interconectados


del sistema, especificando las distancias, la sección y el tipo de cables a instalar es
necesario para realizar un montaje adecuado. En este caso, la calidad y precisión en
los detalles de los planos generados por programas como AutoCAD, hacen que su
uso sea una de las herramientas más indicadas para esta finalidad.
En la parte de corriente continua, los cables de cada polo se conducirán inde-
pendientemente (los positivos, por un tubo, y los negativos, por otro). En la parte
de alterna, se utilizará cableado tetrapolar en los tramos trifásicos.
Todo el cableado de continua será de doble aislamiento y adecuado para su uso
en intemperie, al aire o enterrado, de acuerdo con la norma UNE 21123. Los colo-
res de los conductores aislados estarán de acuerdo con la norma UNE 21089.
Se utilizarán canalizaciones para todos los tramos de cableado de sección su-
ficiente y disposición según normativa vigente.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 211

4.5.5. Medida de la energía inyectada a la red. Contadores


Cuando existan consumos eléctricos en el mismo emplazamiento que la insta-
lación fotovoltaica, estos se situarán en circuitos independientes de los circuitos
eléctricos de dicha instalación fotovoltaica y de sus equipos de medida. La medida
de tales consumos se realizará con equipos propios e independientes, que servirán
de base para su facturación. El contador de salida tendrá capacidad de medir en
ambos sentidos, y, en su defecto, se conectará entre el contador de salida y el inte-
rruptor general un contador de entrada. La energía eléctrica que el titular de la ins-
talación facturará a la empresa distribuidora será la diferencia entre la energía
eléctrica de salida menos la de entrada a la instalación fotovoltaica. En el caso de
instalación de dos contadores no será necesario contrato de suministro para la ins-
talación fotovoltaica.
Todos los elementos integrantes del equipo de medida, tanto los de entrada
como los de salida de energía, serán precintados por la empresa distribuidora.
El instalador autorizado solo podrá abrir los precintos con el consentimiento es-
crito de la empresa distribuidora.
No obstante, en caso de peligro pueden retirarse los precintos sin consenti-
miento de la empresa eléctrica; siendo en este caso obligatorio informar a la empresa
distribuidora con carácter inmediato.
La colocación de los contadores y de los equipos de medida y en su caso de los
dispositivos de conmutación horaria que se pudieran requerir y las condiciones de
seguridad estará de acuerdo a la MIE BT 016.
Los puestos de los contadores se deberán señalizar de forma indeleble, de
manera que la asignación a cada titular de la instalación quede patente sin lugar
a confusión.
Además, se indicará, para cada titular de la instalación, si se trata de un conta-
dor de entrada de energía procedente de la empresa distribuidora o de un contador
de salida de energía de la instalación fotovoltaica.
Los contadores se ajustarán a la normativa metrológica vigente y su precisión
deberá ser como mínimo la correspondiente a la de clase de precisión 2. Los con-
tadores serán seleccionados entre las marcas homologadas por la compañía eléctrica
distribuidora, siendo, además, certificados por la misma.
Las características del equipo de medida de salida serán tales que la intensidad
correspondiente a la potencia nominal de la instalación fotovoltaica se encuentre
entre el 50 por 100 de la intensidad nominal y la intensidad máxima de precisión de
dicho equipo. Es decir,

0,5 Inominal de precisión ≤ Inominal FV ≤ Imáx de precisión


212 Ángel Antonio Bayod Rújula

4.5.6. Protecciones
Para la protección de las personas se toman dos tipos de medidas, contra con-
tactos directos y contra contactos indirectos.
La protección de las personas contra contactos directos queda asegurada me-
diante un aislamiento apropiado de todas las partes activas de la instalación, según
establece el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión de 2002 en la instruc-
ción ITC-BT-24.
Las partes activas están cubiertas de un aislamiento que solo se puede eliminar
destruyéndolo.
En la parte de continua de la instalación se protege a las personas de los con-
tactos indirectos mediante la utilización de módulos con clase de aislamiento II.
La estructura y marco de los módulos fotovoltaicos estarán conectadas a tierra
de acuerdo con el REBT (Instrucción técnica complementaria ITC-BT-40: Apar-
tado 8.2.3).
En la protección contra contactos indirectos en la parte de corriente alterna se
utiliza protección diferencial y puesta a tierra, según la instrucción ITC-BT-24 del
Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión de 2002. Incluirá una combinación
de tres tipos de protecciones: Alejamiento de las partes activas de la instalación
junto con una interposición de obstáculos que impiden todo contacto accidental
con las partes activas y recubrimiento de las partes activas con aislamiento apro-
piado. Los conductores poseerán un aislamiento superior a 1.000 V. Se utilizarán
cajas aislantes e inaccesibles para todos los conexionados. Los conductores están
aislados mediante tubo de cualquier contacto. Las partes metálicas utilizadas para
impedir cualquier contacto accidental con las partes activas están protegidas con-
tra contactos indirectos.

4.5.6.1. Tramos en corriente continua


Cortocircuitos: el cortocircuito es un punto de trabajo no peligroso para el ge-
nerador fotovoltaico, ya que la corriente está limitada a un valor muy cercano a la
máxima de operación normal del mismo. El cortocircuito puede, sin embargo, ser
perjudicial para el inversor. Como medio de protección se suelen incluir fusibles de
tipo gG normalizados según EN 60269 en cada polo, que actúan también como pro-
tección contra sobrecargas, como se comenta a continuación.
Para las personas es peligrosa la eliminación (o realización) de un cortocircuito
franco en el campo generador, por pasar rápidamente del cortocircuito al circuito
abierto, lo que produce un elevado arco eléctrico, por la variación brusca en la co-
rriente. Como medida de protección a las personas frente a este caso es, por tanto,
recomendable la conducción separada del positivo y del negativo. Así se evita la
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 213

realización o eliminación accidental de un cortocircuito producido por daños en el


aislamiento del cable.
El valor de corriente máxima debe ser menor o igual al valor de la capacidad
de conducción eléctrica del cable o que la corriente del fusible (I fusible), así:

Imáx ≤ Ifusible

Sobrecargas: aunque el inversor obliga a trabajar al generador fotovoltaico


fuera de su punto de máxima potencia cuando la potencia de entrada es excesiva,
el fusible introducido en el sistema en cada polo sirve de protección contra sobre-
cargas y, adicionalmente, facilita las tareas de mantenimiento. Para que cumpla esta
función, se debe cumplir la siguiente condición, general para cualquier dispositivo:

Idiseño de la línea ≤ Iasignada dispositivo de protección ≤ Iadmisible de la línea

Además, para fusibles gG normalizados, debe cumplirse que:

1,6 ! Iasignada dispositivo de protección ≤ 1,45 ! Iadmisible de la línea

Con lo que existe un margen que permite que puedan elegirse de forma que se
eviten fusiones no deseadas.
Contactos directos e indirectos: El generador fotovoltaico puede conectarse en
modo flotante, proporcionando niveles de protección adecuados frente a contacto
directo e indirecto, siempre y cuando la resistencia de aislamiento de la parte de
continua se mantenga por encima de unos niveles de seguridad y no ocurra un pri-
mer defecto a masas o a tierra. En este último caso, se genera una situación de
riesgo, que se soluciona mediante el aislamiento clase II de los módulos fotovol-
taicos, cables y cajas de conexión. Estas últimas contarán además con llave y esta-
rán dotadas de señales de peligro eléctrico y la presencia de un controlador
permanente de aislamiento, integrado en el inversor, que detecte la aparición de un
primer fallo, cuando la resistencia de aislamiento sea inferior al valor que garantice
que la corriente de defecto va a ser inferior a 30 mA, que marca el umbral de riesgo
eléctrico para las personas. El inversor detendrá su funcionamiento y se activará
una alarma visual en el equipo.
Sobretensiones: Sobre el generador fotovoltaico, se pueden originar sobreten-
siones de origen atmosférico de cierta importancia. Por ello, se protegerá la entrada
de corriente continua del inversor mediante dispositivos bipolares de protección
clase II. Estos dispositivos tienen por ejemplo un tiempo de actuación bajo < 25 ns
y una corriente máxima de actuación de 15 kA, con una tensión residual inferior a
214 Ángel Antonio Bayod Rújula

2 kV. El dispositivo tendrá una tensión de operación marcada por el diseño del sis-
tema concreto, rango definido entre la tensión de serie para la menor tensión en el
punto de máxima potencia, y la tensión mayor de circuito abierto para los módulos
elegidos, en ambos casos considerando el efecto de la temperatura. No se hace ne-
cesaria la protección de cables, tubos, contadores, etc., por permitir estos valores
más altos de tensión residual (4-6 kV).

4.5.6.2. Tramos en corriente alterna


Con carácter general el REBT establece que, en las instalaciones de genera-
ción que puedan estar interconectadas con la Red de Distribución Pública, se dis-
pondrá un conjunto de protecciones que actúen sobre el interruptor de interconexión,
situadas en el origen de la instalación interior. Estas corresponderán a un modelo ho-
mologado y deberán estar debidamente verificadas y precintadas por un laborato-
rio reconocido.
Las protecciones mínimas a disponer serán las siguientes:
! De sobreintensidad, mediante relés directos magnetotérmicos o solución
equivalente.
! De mínima tensión instantáneos, conectados entre las tres fases y neutro
y que actuarán, en un tiempo inferior a 0,5 segundos, a partir de que la ten-
sión llegue al 85% de su valor asignado.
! De sobretensión, conectado entre una fase y neutro, y cuya actuación debe
producirse en un tiempo inferior a 0,5 segundos, a partir de que la tensión
llegue al 110% de su valor asignado.
! De máxima y mínima frecuencia, conectado entre fases, y cuya actua-
ción debe producirse cuando la frecuencia sea inferior a 49 Hz o supe-
rior a 5 Hz durante más de 5 períodos.
En particular, en el RD 1663/2000, se especifican las protecciones que se citan
a continuación.
El sistema de protecciones deberá cumplir las exigencias previstas en la regla-
mentación vigente. Este cumplimiento deberá ser acreditado adecuadamente en la
documentación relativa a las características de la instalación que debe acompañar
a la solicitud de conexión a la red que se entrega a la empresa distribuidora, inclu-
yendo lo siguiente:
1. Interruptor general manual, que será un interruptor magnetotérmico con
intensidad de cortocircuito superior a la indicada por la empresa distri-
buidora en el punto de conexión. Se trata de un dispositivo de seguridad
y maniobra que permite separar la instalación fotovoltaica de la red de la
empresa distribuidora. Este interruptor será accesible a la empresa distri-
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 215

buidora en todo momento, con objeto de poder realizar la desconexión


manual. Si este interruptor, que se ubica en el cuadro de contadores de la
instalación fotovoltaica accesible solo a la empresa distribuidora, esta in-
accesibilidad al mismo obliga a introducir un segundo magnetotérmico
omnipolar en la instalación, de menor intensidad nominal, que sea el que
realmente proteja a la instalación de las sobrecargas y cortocircuitos. Así,
este segundo magnetotérmico actuará antes que el interruptor general ma-
nual, salvo cortocircuitos de cierta importancia provenientes de la red de
la compañía. Asimismo, con el fin de dar cierta independencia a las lí-
neas propias de cada inversor, se utilizará un magnetotérmico para cada
inversor de menor corriente asignada, de forma que no se paralice el con-
junto de la instalación por problemas en solo uno de los inversores. Se
utilizarán magnetotérmicos tipo C, los utilizados cuando no existen co-
rrientes de arranque de consumo elevadas. Según norma EN 60269, para
protección contra sobrecargas, debe cumplir:

Idiseño de la línea ≤ Iasignada dispositivo de protección ≤ Iadmisible de la línea

2. Interruptor automático diferencial, con el fin de proteger a las personas en


el caso de derivación de algún elemento de la parte continua de la insta-
lación (fallos a tierra) en los sistemas de corriente continua puestos a tie-
rra, y mediante la detección de pérdida de aislamiento en los sistemas
aislados de tierra. En la parte de corriente alterna se colocará también un
interruptor automático diferencial.
La protección diferencial se trata de un relé diferencial que detecta corrien-
tes de fugas residuales que puedan producirse mediante el toriodal y manio-
bra de apertura del interruptor automático, al que está asociado, cuando esta
corriente rebasa su umbral de sensibilidad In, generalmente de 300 ó 30 mA
de sensibilidad. Con el fin de que solo actúe por fallos a tierra, será de
una corriente asignada superior a la del magnetotérmico de protección.
3. Interruptor automático de la interconexión, para la desconexión-conexión
automática de la instalación fotovoltaica en caso de pérdida de tensión o
frecuencia de la red, en caso de pérdida de tensión o frecuencia de la red,
junto a un relé de enclavamiento. y sin perjuicio del cumplimiento de los
requisitos que se puedan establecer mediante procedimiento de operación
para soportar huecos de tensión. Es un dispositivo de corte automático
sobre el cual actúan las protecciones de la interconexión. El interruptor au-
tomático de la interconexión impide el funcionamiento en isla, peligroso
para el personal de la compañía distribuidora.
216 Ángel Antonio Bayod Rújula

4. Protección para la interconexión de máxima y mínima frecuencia (51 y 49


Hz, respectivamente) y de máxima y mínima tensión (1,1 y 0,85 Um, res-
pectivamente).
Todas estas protecciones podrán ser precintadas por la empresa distribuidora,
tras las verificaciones que esta puede realizar a los elementos de la instalación que
pueden afectar a la regularidad y seguridad en el suministro.
El rearme del sistema de conmutación y, por tanto, de la conexión con la red
de baja tensión de la instalación fotovoltaica será automático, una vez restablecida
la tensión de red por la empresa distribuidora.
Podrán integrarse en el equipo inversor las funciones de protección de má-
xima y mínima tensión y de máxima y mínima frecuencia y en tal caso las manio-
bras automáticas de desconexión-conexión serán realizadas por este. En este caso
solo se precisará disponer adicionalmente de las protecciones de interruptor gene-
ral manual y de interruptor automático diferencial, si se cumplen las siguientes
condiciones:
a) Las funciones serán realizadas mediante un contactor cuyo rearme será au-
tomático, una vez se restablezcan las condiciones normales de suministro
de la red.
b) El contactor, gobernado normalmente por el inversor, podrá ser desacti-
vado manualmente de forma directa (interruptor en el inversor), o indi-
recta (interruptor anexo en el circuito de potencia).
c) El estado del contactor («on/off»), deberá señalizarse con claridad en el
frontal del equipo, en un lugar destacado.
d) En caso de que no se utilicen las protecciones precintables para la inter-
conexión de máxima y mínima frecuencia y de máxima y mínima tensión
mencionadas, el fabricante del inversor deberá certificar:
! Los valores de tara de tensión.
! Los valores de tara de frecuencia.
! El tipo y características de equipo utilizado internamente para la
detección de fallos (modelo, marca, calibración, etc.).
! Que el inversor ha superado las pruebas correspondientes en cuanto
a los límites de establecidos de tensión y frecuencia.
Mientras que, de acuerdo con la disposición final segunda del Real De-
creto 1663/2000, no se hayan dictado las instrucciones técnicas por las
que se establece el procedimiento para realizar las mencionadas pruebas,
se aceptarán a todos los efectos los procedimientos establecidos y los cer-
tificados realizados por los propios fabricantes de los equipos.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 217

e) En caso de que las funciones de protección sean realizadas por un pro-


grama de «software» de control de operaciones, los precintos físicos serán
sustituidos por certificaciones del fabricante del inversor, en las que se
mencione explícitamente que dicho programa no es accesible para el usua-
rio de la instalación.

4.5.7. Condiciones de puesta a tierra de las instalaciones fotovoltaicas


La puesta o conexión a tierra es la unión eléctrica directa, sin fusibles ni pro-
tección alguna, de una parte del circuito eléctrico o de una parte conductora no per-
teneciente al mismo, mediante una toma de tierra con un electrodo o grupos de
electrodos enterrados en el suelo.
Mediante la instalación de puesta a tierra se deberá conseguir que en el conjunto
de instalaciones, edificios y superficie próxima del terreno no aparezcan diferencias
de potencial peligrosas y que, al mismo tiempo, permita el paso a tierra de las co-
rrientes de defecto o las de descarga de origen atmosférico.
Las puestas a tierra se establecen principalmente con objeto de limitar la ten-
sión que, con respecto a tierra, puedan presentar en un momento dado las masas
metálicas, asegurar la actuación de las protecciones y eliminar o disminuir el riesgo
que supone una avería en los materiales eléctricos utilizados.
Es decir, la puesta a tierra de la instalación se diseña para cumplir principal-
mente dos objetivos, que son los siguientes:
! La seguridad del personal que se encuentre en la instalación.
! La provisión de una buena unión eléctrica con tierra, que pueda garanti-
zar el correcto funcionamiento de las protecciones, proporcionando fia-
bilidad a las instalaciones, al disponer de un circuito que permita el retorno
de las corrientes de desequilibrio al terreno.
Según el REBT, las centrales de instalaciones generadoras deberán estar pro-
vistas de sistemas de puesta a tierra que, en todo momento, aseguren que las ten-
siones que se puedan presentar en las masas metálicas de la instalación no superen
los valores establecidos en la MIE-RAT 13 del Reglamento sobre Condiciones Téc-
nicas y Garantías de Seguridad en Centrales Eléctricas, Subestaciones y Centros de
Transformación.
Los sistemas de puesta a tierra de las centrales de instalaciones generadoras
deberán tener las condiciones técnicas adecuadas para que no se produzcan trans-
ferencias de defectos a la Red de Distribución Pública ni a las instalaciones priva-
das, cualquiera que sea su funcionamiento respecto a esta: aisladas, asistidas o
interconectadas.
218 Ángel Antonio Bayod Rújula

La conexión a tierra de la estructura soporte ofrecerá, por un lado, una buena


protección contra sobrecargas atmosféricas y, por otro lado, una superficie equi-
potencial que previene ante contactos indirectos (en el caso de que uno de los
polos activos del campo fotovoltaico presente un contacto de defecto con la es-
tructura, si esta está puesta a tierra se evitan daños por contacto de una persona
con la estructura).
Las nuevas instalaciones deberán disponer de una separación galvánica entre el
punto de conexión y la instalación fotovoltaica (incluido el inversor), por medio de
un transformador de baja frecuencia colocado en la parte de alterna, interno o externo
al inversor. Cualquier otro medio basado en el desarrollo tecnológico deberá de-
mostrar, a juicio de la administración competente para la autorización de la instala-
ción, que proporciona idénticas funciones que el transformador de baja frecuencia.
Todas las masas de la instalación fotovoltaica, tanto de la sección continua
como de la alterna, estarán conectadas a una única tierra. En los casos que las ins-
talaciones fotovoltaicas se ubiquen en edificios o zonas donde exista toma de tie-
rra, las masas de la instalación fotovoltaica se pondrán a tierra directamente a la
borna de tierra existente, con conductores de protección independientes de las masas
del resto del suministro o entorno en el que se ubiquen. En el caso en que la insta-
lación fotovoltaica no se ubique en zona que tuviera red de tierra, la toma de tierra
de la instalación fotovoltaica será independiente de la del neutro de la empresa dis-
tribuidora, de acuerdo con el reglamento electrotécnico de baja tensión.
Se considerará independiente una toma de tierra respecto a otra, cuando una
de las tomas de tierra, no alcance, respecto a un punto de potencial cero, una ten-
sión superior a 50 V cuando por la otra circula la máxima corriente de defecto a
tierra prevista.
El conjunto de puesta a tierra en la instalación estará formado por:
1. Tomas de tierra, estas a su vez estarán constituidas por:
! Electrodos artificiales, a base de «placas enterradas» de cobre con
un espesor de 2 mm o de hierro galvanizado de 2,5 mm y una su-
perficie útil de 0,5 mm2, «picas verticales de barras de cobre o de
acero recubierto de cobre de 14 mm de diámetro y 2 m de longitud,
o «conductores enterrados horizontalmente» de cobre desnudo de
35 mm2 de sección o de acero galvanizado de 95 mm2 de sección,
enterrados a una profundidad de 50 cm. Los electrodos se dimen-
sionarán de forma que la resistencia a tierra «R» no pueda dar lugar
a tensiones de contacto peligrosas, estando su valor íntimamente
relacionado con la sensibilidad «I» del interruptor diferencial:
! R≤ 50/I, en locales secos.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 219

! R≤ 24/I, en locales húmedos.


! Línea de enlace con tierra, formada por un conductor de cobre des-
nudo enterrado de 500 mm2 de sección.
! Punto de puesta a tierra, situado fuera del suelo, para unir la línea
de enlace con tierra y la línea principal de tierra.
2. Línea principal de tierra, formada por un conductor lo más corto posible
y sin cambios bruscos de dirección, no sometido a esfuerzos mecánicos,
protegido contra la corrosión y desgaste mecánico, con una sección mí-
nima de 35 mm2.
3. Derivaciones de la línea principal de tierra, que enlazan esta con los cua-
dros de protección, ejecutadas de las mismas características que la línea
principal de tierra.
4. Conductores de protección, para unir eléctricamente las masas de la
instalación a la línea principal de tierra. Dicha unión se realizará en las
bornas dispuestas al efecto en los cuadros de protección. Estos con-
ductores serán del mismo tipo que los conductores activos, y tendrán
una sección mínima igual a la fijada por la tabla 2 de la ITC-BT-18, en
función de la sección de los conductores de fase o polares de la insta-
lación; únicamente se permite disponer de un dispositivo de corte en los
puntos de puesta a tierra de forma que permita medir la resistencia de
toma de tierra.
Los circuitos de puesta a tierra formarán una línea eléctricamente continua en la
que podrán incluirse en serie masas o elementos metálicos. Tampoco se intercalarán
seccionadores, fusibles o interruptores; únicamente se permite disponer un dispositivo
de corte en los puntos de puesta a tierra, de forma que permita medir la resistencia de
la toma a tierra.
La resistencia de un electrodo depende de sus dimensiones, de su forma y de la re-
sistividad del terreno en el que se establece. Esta resistividad varía frecuentemente de
un punto a otro del terreno, y varía también con la profundidad.
La tabla 3 muestra, a título de orientación, unos valores de la resistividad para un
cierto número de terrenos. Con objeto de obtener una primera aproximación de la re-
sistencia a tierra, los cálculos pueden efectuarse utilizando los valores medios indica-
dos en la tabla 4.
Aunque los cálculos efectuados a partir de estos valores no dan más que un valor
muy aproximado de la resistencia a tierra del electrodo, la medida de resistencia de
tierra de este electrodo puede permitir, aplicando las fórmulas dadas en la tabla 5, es-
timar el valor medio local de la resistividad del terreno. El conocimiento de este valor
puede ser útil para trabajos posteriores efectuados, en condiciones análogas.
220 Ángel Antonio Bayod Rújula

Naturaleza del terreno Resistividad (Ohm.m)


Terrenos pantanosos de algunas unidades a 30
Limo 20 a 100
Humus 10 a 150
Turba húmeda 5 a 100
Arcilla plástica 50
Margas y arcillas compactas 100 a 200
Margas del Jurásico 30 a 40
Arena arcillosas 50 a 500
Arena silícea 200 a 3.000
Suelo pedregoso cubierto de césped 300 a 500
Suelo pedregoso desnudo 1.500 a 3.000
Calizas blandas 100 a 300
Calizas compactas 1.000 a 5.000
Calizas agrietadas 500 a 1.000
Pizarras 50 a 300
Roca de mica y cuarzo 800
Granitos y gres procedente de alteración 1.500 a 10.000
Granito y gres muy alterado 100 a 600

TABLA 4.2. Valores orientativos de la resistividad en función del terreno.

Valor medio de la resistividad


Naturaleza del terreno
(Ohm.m)
Terrenos cultivables y fértiles,
50
terraplenes compactos y húmedos
Terraplenes cultivables poco fértiles
y otros terraplenes 500
Suelos pedregosos desnudos,
arenas secas permeables 3.000

TABLA 4.3. Valores medios aproximados de la resistividad en función del terreno.

Electrodo Resistencia de tierra


(Ohm)
Placa enterrada R u 0,8 ρ / P
Pica vertical Ruρ/L
Conductor enterrado horizontalmente Ru2ρ/L
TABLA 4.4. Fórmulas para estimar la resistencia de tierra en función de la resistividad del terreno y las
características del electrodo. Ρ: resistividad del terreno (Ohm.m), P: perímetro de la placa (m); L, longi-
tud de la pica o del conductor (m).

La red de tierras se suele hacer a través de cable de cobre desnudo enterrado


de 35 mm2 de sección y picas de cobre de 2 m de longitud y 14 mm de diámetro
mínimo. La configuración de las mismas debe ser redonda y de alta resistencia,
asegurando una máxima rigidez para facilitar su introducción en el terreno. Hay que
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 221

tratar de evitar que la pica se doble a la hora de su colocación. Para la conexión de


los dispositivos al circuito de puesta a tierra será necesario disponer de bornas o
elementos de conexión que garanticen una unión perfecta, teniendo en cuenta los es-
fuerzos dinámicos y térmicos que se producen en caso de cortocircuito.
El tipo y la profundidad de enterramiento de las tomas de tierra deben ser tales
que la posible pérdida de humedad del suelo, la presencia del hielo u otros efectos
climáticos, no aumenten la resistencia de la toma de tierra por encima del valor pre-
visto. La profundidad nunca será inferior a 0,50 m.
Los materiales utilizados y la realización de las tomas de tierra deben ser tales
que no se vea afectada la resistencia mecánica y eléctrica por efecto de la corrosión
de forma que comprometa las características del diseño de la instalación.
Las canalizaciones metálicas de otros servicios (agua, líquidos o gases infla-
mables, calefacción central, etc.) no deben ser utilizadas como tomas de tierra por
razones de seguridad.
Por la importancia que ofrece desde el punto de vista de la seguridad la insta-
lación de toma de tierra deberá ser obligatoriamente comprobada por el Director de
la Obra o Instalador Autorizado en el momento de dar de alta la instalación para su
puesta en marcha o en funcionamiento.
Personal técnicamente competente efectuará la comprobación de la instalación
de puesta a tierra, al menos anualmente, en la época en la que el terreno esté más
seco. Para ello, se medirá la resistencia de tierra, y se repararán con carácter ur-
gente los defectos que se encuentren.
En los lugares en que el terreno no sea favorable a la buena conservación de los
electrodos, estos y los conductores de enlace entre ellos hasta el punto de puesta a
tierra, se pondrán al descubierto para su examen, al menos una vez cada cinco años.

4.6. Estimación de la producción de sistemas fotovoltaicos


conectados a la red

4.6.1. Evaluación del comportamiento de sistemas fotovoltaicos


conectados a red
Los sistemas fotovoltaicos conectados a la red pueden diferir en diseño, tamaño,
tecnología o localización geográfica, por tanto, pueden tener distinta producción, recurso
solar y pérdidas. La utilización de parámetros que permitan una comparación entre va-
rios sistemas fotovoltaicos resulta de gran interés para la detección de problemas en la
operación, o para guiar la inversión a la hora de elegir entre diversas tecnologías, etc.
222 Ángel Antonio Bayod Rújula

En la norma «UNE-EN 61724, Monitorización de sistemas fotovoltaicos. Guías


para la medida, el intercambio de datos y el análisis (Abril 2000)» se definen tres
parámetros que permiten evaluar el comportamiento del sistema:
! el índice de producción final del sistema,
! el índice de producción de referencia,
! el performance ratio.
Estos parámetros pueden servir para validar modelos de estimación de pro-
ducción y facilitan la comparación del comportamiento operacional y fiabilidad de
sistemas fotovoltaicos de distinto tamaño, localización, tecnología, etc.

4.6.1.1. Índice de producción final del sistema (Final System Yield), Yf


Es la salida neta de energía E (kWh, en alterna) dividida por el valor de Po-
tencia de la placa de características del campo de paneles (Po). Representa el número
de horas que el generador FV necesitaría estar operando a la potencia nominal para
proporcionar la misma energía. Las unidades son horas, o mejor, kWh/kWp (en esta
última se deja constancia de la cantidades usadas para obtener el parámetro).

Yf u E / Po

Se trata de una normalización de la energía producida con respecto al tamaño


del campo de captación y, por tanto, resulta conveniente para comparar la energía
producida por sistemas de distinto tamaño (y cuantificar beneficios de diseño, com-
ponentes o localizaciones). (Pero, al no tener en cuenta la variabilidad en la radia-
ción solar no resulta útil para identificar problemas operacionales).
Conviene recordar por ejemplo que al comprobar la curva V-I de módulos se
ve que la precisión de los valores de Po varían con el fabricante e incluso dentro de
un fabricante con el producto.
4.6.1.2. Índice de producción (o productividad) de Referencia (Reference Yield) Yr
Es la irradiación total sobre el plano del generador H(kWh/m2) dividida por la
irradiancia de referencia, G.
Representa el número de horas de la irradiancia de referencia, equivalentes a
la que se tiene sobre el generador. Si G es 1 kW/m2, Yr es el número de horas de Sol
pico (o la radiación en unidades de kWh/m2).
Yr u H / G (horas)

Yr define el recurso de radiación solar en el sistema. Es función de la localiza-


ción, orientación del campo de captación y de la variación mensual e incluso anual
de la climatología.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 223

4.6.1.3. Performance ratio


También denominado índice de relación de comportamiento, factor de rendi-
miento o rendimiento global del sistema, es el cociente entre la productividad final
o Final Yield, y la productividad de referencia o Referente Yield.

PR u Yf / Yr

Es un parámetro adimensional. Al normalizar respecto a la irradiancia, expresa


el efecto global de las pérdidas sobre la salida. Esas pérdidas pueden ser debidas a
ineficiencias del inversor, cableado, desacoplo de módulos y otras pérdidas en la
conversión dc/ac, temperatura del módulo, uso incompleto de la irradiación debido
a reflexión de la superficie frontal del propio módulo, suciedad, nieve, sombreados,
indisponibilidades del sistema y fallo de componentes. La selección de los compo-
nentes y la ingeniería de diseño e instalación tienen un efecto no despreciable en la
producción energética de los sistemas fotovoltaicos conectados a la red eléctrica.
Por tanto, el performance ratio viene a ser una medida de lo bien dimensionada y
mantenida que está la instalación, y de cuánto la producción se acerca a la idealidad.
El PR no representa la cantidad de energía producida, porque un sistema con
bajo PR en una localización de alto recurso solar podría producir más energía que
otro con valor alto de PR pero en una localización menos favorable.

Fijo
Móvil
1,0

0,8
PR

0,6

0,4
01-01-2007
05-01-2007
29-01-2007
12-02-2007
26-02-2007
12-03-2007
26-03-2007
09-04-2007
23-04-2007
07-05-2007
21-05-2007
04-06-2007
18-06-2007
02-07-2007
16-07-2007
30-07-2007
13-08-2007
27-08-2007
10-09-2007
24-09-2007
08-10-2007
22-10-2007
05-11-2007
19-11-2007
03-12-2007
17-12-2007
31-12-2007

Días

FIGURA 4.10. Evolución de los valores de PR de una instalación, a lo largo de un año.


224 Ángel Antonio Bayod Rújula

Se puede evaluar en periodos mensuales o anuales. Debido a las pérdidas por


temperatura del módulo, los valores de PR son superiores en invierno que en verano.
Si el ensuciamiento de los módulos es también estacional también se reflejará. Los
valores habituales de PR suelen estar entre 0,6 y 0,8.
Si se calcula para intervalos de tiempo más cortos (semanales o diarios) puede
ser útil para identificar fallos de componentes por ejemplo (fallos de diodos, som-
breado, ensuciamiento, nieve, fallos en la soldadura en las cajas de conexión, dis-
paro de fusibles o interruptores, problemas en el control del seguimiento del punto
de máxima potencia, de los sistemas de seguimiento solar, etc.). Lógicamente se
detecta que existe un problema, no la causa. Problemas como ensuciamiento o de-
gradación de los módulos solo se ven cuando se mira comportamiento respecto a
otros meses similares u otros años, etc.
Si los valores de PR decrecen anualmente puede indicar una degradación per-
manente del comportamiento. Por ejemplo, puede mostrar la degradación de los
módulos. Para esto se deben eliminar los datos obtenidos cuando el sistema no es-
taba disponible (no operaba). (Si en lugar de la degradación del módulo con el
tiempo se quisiera ver el comportamiento total del sistema, esos datos no se ex-
cluirían).
El Performance Ratio se puede descomponer (y calcular) como el producto de
factores de pérdidas energéticas existentes en la instalación.
Se podría distinguir aquí entre causas evitables (tales como la selección del
inversor, el dimensionado del cableado, el control de la potencia fotovoltaica
instalada, sombreado, etc.) y causas inevitables (pérdidas por temperatura, som-
breado, etc.).

4.6.2. Pérdidas energéticas existentes en una instalación fotovoltaica


La energía producida por una instalación FV es directamente proporcional a la
irradiación incidente en el plano del generador FV, pero existen más factores que
afectan a la producción.
Se podría pensar que un sistema con un generador FV de potencia nominal
1 kWp instalado en una determinada localización y con una orientación e inclina-
ción tales que reciba una irradiación anual de 1.800 kWh/m2 produciría 1.800 kWh,
pero la experiencia muestra que la energía inyectada a la red es sensiblemente in-
ferior. Esto es debido a que existen diversas pérdidas energéticas e ineficiencias
(ópticas, térmicas y eléctricas) presentes en mayor o menor grado en cualquier ins-
talación fotovoltaica, que se presentan a continuación.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 225

4.6.2.1. Pérdidas por no cumplimiento de la potencia nominal


Un parámetro de gran importancia en la descripción de un módulo fotovoltaico
es su potencia nominal. Debido al proceso de fabricación industrial, los módulos fo-
tovoltaicos de un determinado fabricante y modelo no son todos idénticos, sino que
sus valores de potencia referidos a las condiciones estándar de medida, STC, pre-
sentan una determinada dispersión. En general los fabricantes garantizan que la po-
tencia de un módulo está dentro de una banda que oscila entre n3%, n5% ó
n10% del valor de la potencia nominal, debido a la tolerancia de fabricación. La-
mentablemente, en algunas ocasiones suele acontecer que la potencia de cada uno
de los módulos FV se sitúa en los valores inferiores de esa banda de potencias ga-
rantizadas por el fabricante. Por tanto, la producción será inferior a la que se ob-
tendría si los paneles rindieran con una potencia real igual a la nominal. Esta
disminución de producción respecto al caso ideal se suele considerar como una pér-
dida respecto de las condiciones ideales, denominada pérdida por no cumplimiento
de la potencia nominal.
Actualmente se venden módulos denominados de potencia garantizada (con
un coste ligeramente superior), en los que la tolerancia es, por ejemplo, i0 /c2,5%.
Es decir, como mínimo la potencia de cualquier panel será la declarada como po-
tencia nominal; las desviaciones de la potencia real respecto del valor de potencia
nominal son siempre al alza. Se trata de una buena práctica que debería exigirse
cada vez en mayor medida, para poder realizar estimaciones de la producción (y, por
tanto, de la viabilidad económica) más ajustadas.
Por otra parte, los módulos sufren una degradación a lo largo del tiempo que
hace que la potencia vaya reduciéndose progresivamente. En el caso del silicio cris-
talino esta degradación suele ser del orden de un 0,7% anual.
4.6.2.2. Pérdidas por polvo y suciedad
Tienen su origen en la disminución de la potencia de un generador FV por la
deposición de polvo y suciedad en la superficie de los módulos FV. Cabría desta-
car dos aspectos, por un lado, la presencia de una suciedad uniforme da lugar a una
disminución de la corriente y tensión entregada por el generador FV y, por otro
lado, la presencia de suciedades localizadas (como puede ser el caso de excremen-
tos de aves) da lugar a un aumento de las pérdidas de mismatch y a las pérdidas por
formación de puntos calientes.
Las pérdidas por polvo y suciedad dependen del lugar de la instalación y de
la frecuencia de lluvias, pueden estimarse por inspección visual o mediante medi-
das específicas.
Las pérdidas por polvo en un día determinado pueden ser del 0% al día si-
guiente de un día de lluvia y llegar al 8% cuando los módulos se «ven muy sucios».
226 Ángel Antonio Bayod Rújula

Estas pérdidas dependen de la inclinación de los módulos, cercanías a carreteras, etc.


Una causa importante de pérdidas ocurre cuando los módulos FV que tienen marco
tienen células solares muy próximas al marco situado en la parte inferior del mó-
dulo. Otras veces son las estructuras soporte que sobresalen de los módulos y ac-
túan como retenes del polvo. Valores típicos anuales son inferiores al 4% para
superficies con un grado de suciedad alto.

4.6.2.3. Pérdidas angulares y espectrales


La potencia nominal de un módulo FV suele estar referida a unas condiciones
estándar de medida, STC, que, además de 1.000 W/m2 de irradiancia y 25 ºC de tem-
peratura de célula, implican una incidencia normal y un espectro estándar AM1.5G.
No obstante en la operación habitual de un módulo FV ni la incidencia de la radia-
ción es normal, ni el espectro es estándar durante todo el tiempo de operación.
El que la radiación solar incida sobre la superficie de un módulo FV con un
ángulo diferente de 0º implica unas pérdidas adicionales (mayores pérdidas a ma-
yores ángulos de incidencia). Las pérdidas angulares se incrementan con el grado
de suciedad.
Por otro lado, los dispositivos fotovoltaicos son espectralmente selectivos. Esto
es, la corriente generada es diferente para cada longitud de onda del espectro solar
de la radiación incidente (respuesta espectral). La variación del espectro solar en
cada momento respecto del espectro normalizado puede afectar la respuesta de las
células FV dando lugar a ganancias o pérdidas energéticas. En la bibliografía se
pueden encontrar modelos más detallados que predicen estos tipos de pérdidas.
Las pérdidas por reflectancia angular y espectral pueden despreciarse al me-
diodía solar (n2 h) y también cuando se mide la radiación solar con una célula ca-
librada de tecnología equivalente (CTE) al módulo FV. Las pérdidas anuales son
mayores en células con capas antirreflexivas que en células texturizadas. Son ma-
yores en invierno que en verano. También son mayores en localidades de mayor la-
titud. Pueden oscilar a lo largo de un día entre un 2% y un 6%.

4.6.2.4. Pérdidas de mismatch o de conexionado


Son pérdidas energéticas originadas por la conexión de módulos fotovoltaicos
de potencias ligeramente diferentes para formar un generador fotovoltaico. Esto
tiene su origen en que si conectamos dos módulos en serie con diferentes corrien-
tes, el módulo de menor corriente limitará la corriente de la serie. De modo seme-
jante ocurre para la tensión de la conexión de módulos en paralelo. Resultando que
la potencia de un generador FV es inferior (o en un caso ideal, igual) a la suma de
las potencias de cada uno de los módulos FV que lo componen. Las pérdidas de
mismatch se pueden reducir mediante una instalación ordenada en potencias (o en
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 227

corrientes en el punto de máxima potencia) de los módulos FV, así como la utiliza-
ción de diodos de bypass.
Las pérdidas energéticas de mismatch suelen estar en el rango del 1% al 4%,
si los módulos FV son preclasificados anteriormente a su instalación.

4.6.2.5. Pérdidas por temperatura de operación de la célula


Cuando se da el valor de potencia nominal de un panel, este se refiere a las
condiciones STC, en las que la temperatura de la célula es de 25 ºC. Pero la tem-
peratura de operación de los módulos FV depende de los factores ambientales de
irradiancia, temperatura ambiente, del tipo de célula y encapsulado, velocidad del
viento, y de la refrigeración (aireación) de los módulos por la parte posterior. Las
pérdidas por temperatura dependen de la diferencia de temperatura en los módulos
y los 25 °C de las condiciones STC, y del viento. Si los módulos están convenien-
temente aireados por detrás, esta diferencia es del orden de 30 °C sobre la tempe-
ratura ambiente, para una irradiancia de 1000 W/m2. Para el caso de integración de
edificios donde los módulos no están separados de las paredes o tejados, esta dife-
rencia se podrá incrementar entre 5 °C y 15 °C.
Como sabemos, un módulo fotovoltaico presenta una potencia menor cuanto
mayor sea su temperatura de operación. Esto implica que a igualdad de irradiación
solar incidente un mismo sistema fotovoltaico producirá menos energía en un lugar
cálido que en un clima frío, o sobre tejado menos que sobre una estructura que per-
mita una mejor ventilación de los módulos, lo que supone una pérdida respecto al
cómputo que podría hacerse considerando que se trabaja en condiciones STC. De-
tectar un calentamiento excesivo indicará, seguro, mala eficiencia.
La variación de la potencia frente a la temperatura es función de la tecnología.
En el caso de silicio cristalino suele ser del orden de un 4 ó 5% por cada 10 ºC de
variación de temperatura. En el caso de silicio amorfo este porcentaje se sitúan entre
el 2 y el 3. Las pérdidas por temperatura de operación suelen constituir una parte
importante del total de las pérdidas de la instalación.

4.6.2.6. Pérdidas por sombreado sobre el campo de captación


En muchas ocasiones es inevitable la presencia de sombras en determinadas horas
del día sobre el generador FV que conducen a unas determinadas pérdidas energéti-
cas causadas en primer lugar por la disminución de captación de irradiación solar y
por los posibles efectos de mismatch a las que puedan dar lugar. También pueden pro-
ducirse sombras importantes de unos paneles fotovoltaicos sobre otros que se en-
cuentran en una estructura o seguidor situado en la parte posterior (más al Norte).
El efecto del sombreado de una planta fotovoltaica depende básicamente del
número de ramas o strings sombreados y la intensidad, tiempo y recorrido de las
228 Ángel Antonio Bayod Rújula

sombras. También pueden influir el tamaño del inversor y su protocolo de puesta en


marcha del sistema y su desactivación. Si previsiblemente van a existir sombras
sobre las placas una parte importante del año, se instale un inversor por rama, y no
uno centralizado para toda la instalación.
Edificios cercanos al lugar donde se ubica la instalación fotovoltaica (o edifi-
cios muy altos aunque no estén tan cerca), árboles, el vallado de la instalación, las
casetas prefabricadas de los inversores, etc., pueden proyectar sombras con un
efecto muy negativo en la generación de electricidad en el sistema. Las sombras
cercanas son causantes de grandes pérdidas de energía. Cuanto más cerca está el ob-
jeto que produce la sombra, más intensa es la sombra y mayor la pérdida energética.
Una sombra directa puede reducir la intensidad de Sol recibida entre un 60 y un
80%. Por ello, las sombras cercanas deben ser minimizadas al máximo. En parti-
cular, en instalaciones en entornos urbanos se deben tratar con especial cuidado las
sombras producidas por el propio edificio en donde se sitúa la instalación, puesto
que pueden ser intensas. Por ejemplo, sombras producidas por chimeneas, antenas,
pararrayos, antenas satelitales, bordes de tejados, muros, etc. Algunas sombras se
pueden evitar ubicando los paneles en diferente lugar o corriendo de lugar el ele-
mento que produce la sombra.
Los sombreamientos se pueden dividir en temporales y permanentes. Nieve,
hojas secas, excremento de pájaros, polvo y otras suciedades son ejemplos típicos
de sombras temporales. La nieve se convierte en un factor importante a tener en
cuenta en zonas montañosas principalmente, donde el nivel alcanzado tras una ne-
vada es considerable. Las hojas secas son normales en zonas boscosas. El polvo y
el smog juegan un papel importante en zonas industriales. Todos estos componen-
tes se ubican sobre el generador FV, lo ensucian y producen sombra.
Si los módulos tienen una inclinación a partir de 12° el agua de la lluvia lim-
pia sin problemas todas las impurezas presentes. Una inclinación de 30° logra
que los módulos se limpien automáticamente con el agua de lluvia. Pero las im-
purezas se pueden controlar mediante limpieza, bien manual o con un limpiador
automático.
Los módulos se pueden lavar de forma manual con agua y una esponja, sin adi-
cionales de detergentes o productos abrasivos, y nunca en seco, para evitar rayar
los cristales
Para el cálculo de las distancias entre obstáculos sombreadores y el campo de
generación se sigue el criterio establecido en el PCT-IDAE, donde se establece que
la distancia d, medida sobre la horizontal, entre una fila de módulos obstáculo, de
altura h, y la fila siguiente de módulos, debe garantizar un mínimo de 4 horas de Sol
en torno al mediodía del solsticio de invierno, tal y como se indica en él. Dicha dis-
tancia será superior al valor obtenido por la expresión:
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 229

h
du
tan (61º i latitud)

donde h es la altura que sobre sale del obstáculo sombreador respecto del array
sombreado.

h
d h
d

FIGURA 4.11. Parámetros para el cálculo de la distancia entre paneles fotovoltaicos.

Para poder evaluar con precisión los diferentes tipos de sombra, y sus efectos
sobre los módulos, se debe realizar un análisis de sombras en el lugar de la insta-
lación.
La toma de datos del sombreamiento en el lugar del montaje se puede realizar
con un analizador de sombras, constituido por una cámara digital especial y el soft-
ware correspondiente, o con sistemas más sencillos basados en un diagrama de
banda solar horaria impresa sobre un folio transparente, un plano del lugar y el
plano del recorrido del Sol.
Las pérdidas energéticas por sombreado son difíciles de calcular. Se trata de
plantear y resolver un problema geométrico (proyección de los rayos solares sobre
superficies arbitrarias), y además se han de considerar otros aspectos tales como
configuración del conexionado serie x paralelo del generador fotovoltaico y ubica-
ción de los diodos de bypass.
Están apareciendo en el mercado programas de ordenador que permiten reali-
zar cálculos detallados de las pérdidas por sombreado.
El programa PVSYST ofrece la posibilidad de dividir la superficie del segui-
dor solar en series de módulos, de modo que cuando la sombra toca uno de los mó-
dulos FV, este módulo lo considera inactivo para generar.
El pliego de condiciones técnicas del IDAE de sistemas de conexión a red des-
cribe un método de cálculo de las pérdidas de radiación solar que experimenta una
230 Ángel Antonio Bayod Rújula

superficie debidas a sombras circundantes. Tales pérdidas se expresan como por-


centaje de la radiación solar global que incidiría sobre la mencionada superficie de
no existir sombra alguna. El procedimiento consiste en la comparación del perfil de
obstáculos que afecta a la superficie de estudio con el diagrama de trayectorias del
Sol. Los pasos a seguir son los siguientes:
1. Obtención del perfil de obstáculos:Localización de los principales obs-
táculos que afectan a la superficie, en términos de sus coordenadas de
posición azimut (ángulo de desviación con respecto a la dirección Sur)
y elevación (ángulo de inclinación con respecto al plano horizontal). Para
ello puede utilizarse un teodolito.
2. Representación del perfil de obstáculos: Representación del perfil de obs-
táculos en el diagrama de la figura, en el que se muestra la banda de tra-
yectorias del Sol a lo largo de todo el año, válido para localidades de la
Península Ibérica y Baleares (para las Islas Canarias el diagrama debe
desplazarse 12º en sentido vertical ascendente). Dicha banda se encuen-
tra dividida en porciones, delimitadas por las horas solares (negativas
antes del mediodía solar y positivas después de este) e identificadas por
una letra y un número (A1, A2,..., D14).

Elevación (º)
80

60

40

20

0
i120 i90 i60 i30 0 30 60 90 120
Acimut (º)

FIGURA 4.12. Diagrama de trayectorias del Sol. Extraído del PCT IDAE.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 231

3. Selección de la tabla de referencia para los cálculos: Cada una de las por-
ciones de la figura representa el recorrido del Sol en un cierto período de
tiempo (una hora a lo largo de varios días) y tiene, por tanto, una determi-
nada contribución a la irradiación solar global anual que incide sobre la su-
perficie de estudio. Así, el hecho de que un obstáculo cubra una de las
porciones supone una cierta pérdida de irradiación, en particular aquella que
resulte interceptada por el obstáculo. Deberá escogerse como referencia para
el cálculo la tabla más adecuada de entre las que se muestran a continuación.

Tabla V-1 Tabla V-2

Tabla V-3 Tabla V-4


232 Ángel Antonio Bayod Rújula

Tabla V-5 Tabla V-6

Tabla V-7 Tabla V-8


Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 233

Tabla V-9 Tabla V-10

Tabla V-11

TABLA 4.5. Porcentaje de irradiación solar global anual que se perdería si la porción correspondiente
queda cubierta.
234 Ángel Antonio Bayod Rújula

Las tablas incluidas se refieren a distintas superficies caracterizadas por


sus ángulos de inclinación y orientación (β y α, respectivamente). Deberá
escogerse aquella que resulte más parecida a la superficie de estudio. Los
números que figuran en cada casilla se corresponden con el porcentaje de
irradiación solar global anual que se perdería si la porción correspondiente
(véase la figura 4.13) resultase interceptada por un obstáculo.
4. Cálculo final: La comparación del perfil de obstáculos con el diagrama de
trayectorias del Sol permite calcular las pérdidas por sombreado de la irra-
diación solar global que incide sobre la superficie, a lo largo de todo el año.
Para ello se han de sumar las contribuciones de aquellas porciones que resul-
ten total o parcialmente ocultas por el perfil de obstáculos representado. En el
caso de ocultación parcial se utilizará el factor de llenado (fracción oculta res-
pecto del total de la porción) más próximo a los valores: 0,25, 0,50, 0,75 ó 1.
A continuación se muestra un ejemplo concreto de utilización del método
descrito extraído del Pliego de Condiciones Técnicas, Sistemas conecta-
dos a la red, IDAE. Se trata de establecer las pérdidas por sombreado de
una superficie de generación fotovoltaica situada en Madrid, inclinada
30º y con una inclinación de 10º hacia en Sudeste. En la figura se mues-
tra el perfil de obstáculos.

80

60
Elevación (º)

40

20

0
i120 i90 i60 i30 0 30 60 90 120
Acimut (º)

FIGURA 4.13. Perfil de Obstáculos. Extraído del Pliego de Condiciones Técnicas, Sistemas conectados
a la red, IDAE.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 235

Al tratarse de Madrid, la tabla que más conviene es la que se muestra a


continuación, en donde aparecen sombreados los sectores afectados.

TABLA 4.6. Sectores afectados en el caso ejemplo.

Por tanto, las pérdidas por sombreado (% de irradiación global incidente


anual) pueden calcularse, teniendo en cuenta el cubrimiento de cada por-
ción,

Pérdidas por sombreado u


u0,25!B4c0,5!A5c0,75!A6cB6c0,25!C6cA8c0,5!B8c0,25!A1u
u 0,25!1,89c0,5!1,84c0,75!1,79c1,51+0,25!1,65c0,98c0,5!0,99c
c0,25!0,11 u 6,16%

4.6.2.7. Pérdidas eléctricas en el cableado


Tanto en la parte de continua como en la parte de alterna de una instalación fo-
tovoltaica se producen unas pérdidas energéticas originadas por el denominado efecto
Joule que se produce siempre que circula corriente por un conductor de un material
y sección determinados y son proporcionales al cuadrado de la intensidad.
Es debido a que con el establecimiento de la corriente eléctrica a través de los
conductores metálicos, los electrones van desplazándose por los orbitales externos de
los átomos. El desplazamiento de electrones produce roces y choques entre ellos, que
236 Ángel Antonio Bayod Rújula

dan lugar a un calentamiento del conductor. Este calentamiento es mayor cuanto


mayor es la corriente que circula, y cuanto mayor es la oposición (resistencia) que
ofrecen los electrones a ser desplazados.
La diferencia de potencial entre dos puntos en un circuito es, por definición, el
trabajo por unidad de carga positiva moviéndose de un punto del circuito a otro.

u u dW / dq

Una carga eléctrica q, al pasar de un potencial V1 a otro V2, desarrolla un tra-


bajo (o bien que aporta un trabajo) de valor W u (V1 i V2) q.
Si pasa una corriente de intensidad I, la carga que atraviesa la sección de un
conductor en un tiempo ∆t es

q u I ∆t

Si el conductor presenta una resistencia R, la diferencia de potencial u entre los


extremos vale, de acuerdo a la ley de Ohm,

(V1 i V2) u R I

y la energía consumida durante ese tiempo es, sustituyendo,

W u R I I ∆t u R I2 ∆t

expresión que se conoce como Ley de Joule.


La energía consumida en un circuito aparece en forma de calor, y este es pro-
porcional al tiempo, a la resistencia y al cuadrado de la intensidad

Q u k R I2 ∆t

siendo k una constante, que vale 0,24 si la cantidad de calor Q viene en calorías y
1 si en Julios, la resistencia en ohmios, la intensidad en Amperios, y el tiempo trans-
currido en segundos.
Estas pérdidas se minimizan dimensionando adecuadamente la sección de los
conductores en función de la corriente que por ellos circula ya que así se reduce la
resistencia eléctrica, ya que la expresión de la resistencia en continua es
L
Ruρ
S
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 237

Siendo ρ la resistividad del material del conductor. Cabe citar también que
dicha resistividad es a su vez función de la temperatura del propio conductor. Se
suele tomar como referencia la temperatura de 20 ºC (en las tablas suelen aparecer
los valores de resistividad a esta temperatura).
En particular, en el caso del cobre (o el aluminio), la variación de la resistivi-
dad con la temperatura es prácticamente lineal, pudiéndose escribir la siguiente ex-
presión que expresa el valor de la resistividad a una temperatura T’.

ρT’ u ρ20 [1 i α20 (T’ i 20)]

En concreto para el cobre, la resistividad a 20 ºC es 20 u 0,01785 Ω mm2mi1


y el coeficiente de variación de resistividad con la temperatura (a esa temperatura
de referencia de 20º) es α20 ; 4 • 10i3 ºCi1 (de forma más precisa, 0,00393) lo que
significa que un incremento de 10 ºC hace que la resistencia varíe en un 4%.
Las caídas en el cableado pueden ser muy importantes cuando son largos y se
opera a baja tensión en corriente continua. En porcentaje, las pérdidas por cableado
suelen ser inferiores en plantas de gran potencia que en plantas de pequeña poten-
cia. El valor máximo admisible para la parte de continua es del 1,5%.

4.6.2.8. Pérdidas en el inversor


a) Pérdidas por rendimiento de la conversión dc/ac: El inversor fotovoltaico
se puede caracterizar por la curva de rendimiento en función de la poten-
cia de operación. Es importante seleccionar un inversor de alto rendi-
miento en condiciones nominales de operación y también es importante
una selección adecuada de la potencia del inversor en función de la po-
tencia del generador FV (por ejemplo, la utilización de un inversor de una
potencia excesiva, en función de la potencia del generador FV, dará lugar
a que el sistema opera una gran parte del tiempo en valores de rendimiento
muy bajos, con las consecuentes pérdidas de generación).

b) Pérdidas por rendimiento de seguimiento del punto de máxima potencia


del generador FV: El inversor fotovoltaico de conexión a red opera di-
rectamente conectado al generador FV y tiene un dispositivo electrónico
de seguimiento del punto de máxima potencia del generador FV (este
punto de máxima potencia cambia con la irradiancia y la temperatura),
cuyos algoritmos de control pueden variar, entre diferentes modelos y fa-
bricantes. Se puede caracterizar al inversor por una curva de rendimiento
de seguimiento del punto de máxima potencia definida como el cociente
entre la energía que el inversor es capaz de extraer del generador FV y
238 Ángel Antonio Bayod Rújula

la energía que se extraería en un seguimiento ideal. Un problema adicio-


nal puede surgir cuando hay sombras sobre el generador FV. En este caso
puede haber escalones en la curva IV y el inversor operar en un punto que
no es el de máxima potencia.
En sistemas fotovoltaicos conectados a la red eléctrica de media tensión ha-
bitualmente se dispone de un transformador que también añade unas pérdidas de-
terminadas.
Además de las pérdidas consideradas anteriormente puede haber otras espe-
cíficas para cada instalación, como pueden ser: los tiempos de paradas del inver-
sor por mantenimiento, averías o mal funcionamiento, los efectos de la
disminución del rendimiento de los módulos FV a bajas irradiancias, etc. Nor-
malmente las pérdidas en conmutadores, fusibles y diodos son muy pequeñas y no
es necesario considerarlas.

4.6.3. Método simplificado de estimación de la producción


Existen numerosos métodos y programas de simulación, para la estimación de
la energía generada por los sistemas fotovoltaicos conectados a la red eléctrica.
Dicha estimación se puede realizar de forma simplificada, considerando los datos
de radiación y temperatura de un año meteorológico típico, y considerando las ca-
racterísticas de los paneles (medidas con los valores teóricos ofrecidos por el fa-
bricante), y demás elementos de la instalación.
Las características del lugar del emplazamiento (longitud, latitud, altura, cli-
matología), la disposición de los módulos fotovoltaicos (orientación e inclinación
de los módulos en sistemas fijos, o el tipo de seguimiento) y el análisis de sombras
correspondiente, determinan la cantidad de energía que puede ser generada por el
sistema y posteriormente inyectada a la red eléctrica. Si se trata de una instalación
sobre tejado, la superficie disponible, inclinación y orientación del mismo son pa-
rámetros muy importantes para el diseño del sistema FV.
Se parte de los datos horarios de temperatura ambiente y de irradiancia solar in-
cidente en el plano del generador FV.
Conocido el valor de potencia nominal de un generador fotovoltaico en condi-
ciones STC, Pn, para cada valor de irradiancia global incidente en la superficie del
módulo fotovoltaico G, y temperatura ambiente, Ta, el generador presentará una
potencia máxima Pm (potencia del punto de máxima potencia) que se puede obte-
ner tras aplicar la siguiente expresión ya vista
G
Pm u Pn [1 i γ (Tc i 25)]
GSTC
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 239

TONC i 20
donde Tc es la temperatura de célula, Tc u Ta c G, TONC es la
800
temperatura nominal de operación, γ es el coeficiente de variación con la tempera-
tura de la potencia y GSTC es la irradiancia en STC, 1.000 W/m2.
Es necesario resaltar que existe una incertidumbre asociada a la variabilidad de
los datos de radiación solar que se tomen como referencia 36. Existen numerosas
fuentes de datos de radiación solar (METEONORM, NASA, PVGIS, Atlas Euro-
peo de radiación solar, SATEL-LIGHT, ISPRA-GIS, INM, etc.) que no solo varían
en cuanto a la irradiación disponible sobre superficie horizontal, sino también en
cuanto a los resultados de la aplicación de los diferentes métodos de cálculo de la
irradiación disponible sobre superficies inclinadas o con seguimiento solar. En ge-
neral, en el mejor de los casos, los datos de radiación solar disponibles son datos de
irradiancia global horaria sobre superficie horizontal. Para estimar la irradiancia
global sobre superficies inclinadas es necesaria la utilización de modelos matemá-
ticos. En primer lugar es necesario descomponer la irradiancia global horizontal en
sus componentes directa y difusa horizontales. En la literatura se pueden encontrar
numerosos modelos para ello, consistentes básicamente en ajustes polinómicos de
los índices de claridad global y difuso. Los modelos más utilizados son los de Erbs
y Pérez. Una vez que se tienen los datos de irradiancia directa y difusa horizonta-
les, la irradiancia directa sobre superficies inclinadas se puede calcular por geome-
tría. Para ello es necesario conocer con exactitud la hora (solar u oficial), siendo muy
crítica para superficies en seguimiento, especialmente en las horas de salida y puesta
del Sol. La irradiancia difusa inclinada se estima de nuevo utilizando modelos ma-
temáticos, siendo dos de los más referenciados los de Hay y Pérez, ambos aniso-
trópicos. En ocasiones también se utiliza el modelo isotrópico de Liu y Jordan. La
utilización de los diferentes modelos da como resultado ligeras variaciones, que se
ven acentuadas en el caso de superficies con seguimiento solar. La irradiancia re-
flejada se suele obtener aplicando un coeficiente de albedo (habitualmente ρ u 0,2)
a la irradiancia global horizontal. La irradiancia global inclinada se obtiene de la
suma de la directa, difusa y albedo o reflejada.
Una vez obtenida del modo que se ha expuesto, para cada hora, la potencia dis-
ponible a la salida del generador, se multiplican esos valores horarios de potencia
por la irradiancia sobre el plano del generador G en esa hora, para todas las horas
de año, se obtendrá una energía producida anual de referencia.
A la energía anual producida de referencia obtenida se le aplica un porcentaje
general de pérdidas obtenido como el producto de las pérdidas porcentuales que se
tienen debido a los distintos factores de pérdidas. Por ejemplo, si consideramos que
las pérdidas por polvo y suciedad son del 4%, Lps u 4%, (100iLps) u 96%. Es
240 Ángel Antonio Bayod Rújula

decir, debido a este factor, el campo de generación producirá sólo el 96% de lo que
produciría con una superficie totalmente limpia. Se considera la contribución de
todos los factores de pérdidas, resultando unas pérdidas totales

L u 100 i Π (100 i L )
i
i

siendo Li el porcentaje de pérdidas al que dará lugar cada uno de los factores de
pérdidas i; LM, pérdidas por desacoplo de módulos o Mismatch; Lps por la influen-
cia del polvo y suciedad; LAE, Angulares y Espectrales; Ls, sombrado; Lohm, Ohmi-
cas, y potencia nominal, LPN, por seguimiento del punto de máxima potencia en el
inversor, LSPMP y conversión en el inversor, pérdidas en el cableado AC, LOhm,AC, en
el transformador, etc.

4.7. Fotovoltaica en la edificación


Las instalaciones conectadas a la red en edificios suelen estar asociadas a con-
sumidores de energía eléctrica, tanto en usos domésticos como de servicios.
Los módulos fotovoltaicos ofrecen una gran versatilidad para ser montados o
integrados a casi cualquier superficie de una edificación. Prácticamente todas las
partes de una edificación se pueden adecuar para instalar algún tipo de módulos
FV, como se aprecia en la siguiente figura:

Tejados inclinados Tejados planos Fachadas

Sobre Integrado Sobre Integrado Delante de Integrada


el tejado al tejado el tejado al tejado la fachada en fachada

Como sistema de sombreamineto Montaje campo abierto

Tejado Toldos y
del edificio cortinaje metálico

FIGURA 4.14. Sistemas de montaje para módulos fotovoltaicos.


Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 241

Se denomina superposición cuando los módulos son adicionados mediante es-


tructuras metálicas al tejado o a la fachada del edificio. En este caso, el sistema FV
es técnicamente un componente adicional de la edificación, cuyo único objetivo es
la producción de electricidad.

FIGURA 4.15. Ejemplos de instalación fotovoltaica superpuesta a un edificio.


242 Ángel Antonio Bayod Rújula

Cuando los módulos fotovoltaicos cumplen una doble función, energética y ar-
quitectónica (revestimiento, cerramiento o sombreado) y, además, sustituyen a ele-
mentos constructivos convencionales se denomina Integración Arquitectónica. En
este caso, el sistema FV se convierte técnicamente en parte de la edificación, ad-
quiriendo otras funciones a parte de la generación de electricidad, tales como pro-
tección ante las condiciones climáticas, el ruido, generación de sombra, aislante
térmico, o funciones de estilo arquitectónico y de seguridad.
Se habla de revestimiento cuando los módulos fotovoltaicos constituyen parte
de la envolvente de una construcción arquitectónica y de cerramiento, cuando los
módulos constituyen el tejado o la fachada de la construcción arquitectónica, de-
biendo garantizar la debida estanquidad y aislamiento térmico.
Cuando los módulos fotovoltaicos protegen a la construcción arquitectónica
de la sobrecarga térmica causada por los rayos solares, proporcionando sombras en
el tejado o en la fachada del mismo se habla de elementos de sombreado.

FIGURA 4.16. Aleros de sombreado fotovoltaico.

FIGURA 4.17. Instalación fotovoltaica sobre fachada.


Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 243

FIGURA 4.18. Instalación de paneles semitransparentes en el techo de un edificio.

Aunque los sistemas integrados son estéticamente más atractivos, son también
más costosos, debido a que los módulos FV y algunos otros componentes del sis-
tema utilizados en este caso son especiales según el tipo de edificación en particu-
lar; además se requiere mayor trabajo en su concepción e instalación. Otra
desventaja de los sistemas integrados es que pueden llegar a ser menos eficientes
que los sistemas aditivos, ya que los módulos pueden trabajar a mayor temperatura
al no contar con ventilación natural.
Aunque existe gran variedad de formas y materiales utilizados en la construc-
ción de tejados, la mayoría de ellos ofrece la posibilidad de soportar la estructura
metálica y los módulos fotovoltaicos.
Existen estructuras metálicas específicamente diseñadas según la forma y ma-
terial de la teja que soportara los módulos. Debido a la variedad, calidad, precio, ser-
vicio, oferta en el mercado y facilidad en montaje.
En el caso de edificios conectados a la red, el tamaño del campo de generación
está limitado por las dimensiones del área susceptible de alojar los módulos solares.
Aunque en muchos casos se siguen empleando módulos convencionales insta-
lados sobre los tejados de los edificios, cada día es más habitual la integración de
los sistemas de captación en el propio edificio, recurriéndose en muchos casos a
módulos de diseño específico y características variables (módulos en forma de tejas
244 Ángel Antonio Bayod Rújula

o ladrillos, módulos sin marco, módulos de silicio amorfo semitransparentes em-


pleados en lugar de cristales,...). Aunque la integración pueda suponer una cierta
pérdida del rendimiento de los paneles (al no ser las óptimas condiciones de orien-
tación o inclinación), este se ve compensado por el aumento de las posibilidades de
instalación y la apariencia final del conjunto edificio/instalación.

4.7.1. Tejados inclinados


Mientras que las características de los tejados planos dan libertad en la dispo-
sición de los módulos FV, los tejados inclinados merecen especial atención debido
a su orientación y ángulo de inclinación. Estos datos se deben determinar muy bien,
como se explicará posteriormente. Normalmente los módulos FV a montarse sobre
un tejado inclinado requieren de una estructura metálica fijada a la estructura del te-
jado (a veces de madera) por medio de tornillos y ganchos especialmente fabrica-
dos para tal fin. En el mercado existe una gran variedad de perfiles, ganchos y demás
accesorios requeridos para tal fin. Algunas empresas instaladoras de sistemas FV de-
ciden construir por sí mismas dichas estructuras utilizando las partes necesarias en
el mercado. La otra posibilidad es adquirir la estructura de soporte lista y a la me-
dida del tejado en cuestión.
La construcción del tejado debe estar en capacidad de soportar el peso de los
módulos FV y de la estructura que los soporta. En la mayoría de los casos no se pre-
senta ningún problema de estática, sobre todo si se trata de edificaciones nuevas.
Las principales fuerzas que actúan sobre los módulos montados sobre tejados
inclinados, son las fuerzas debidas a la presión y fuerzas de succión. La presión que
actúa sobre los módulos es el resultado de la carga causada por el peso de la nieve,
la presión de impacto del viento y el propio peso de los módulos y de la estructura.
La fuerza de succión es causada también por la acción del viento. En este tipo de
montajes existen las mismas fuerzas que actúan en el ala de un avión.
Los siguientes aspectos se deben tener en cuenta en la fase de diseño para mi-
nimizar las fuerzas resultantes en el generador:
! La distancia entre la superficie de los módulos y la del tejado no debe ser
muy grande. Sin embargo, debe ser lo suficientemente grande para ga-
rantizar una ventilación posterior a los módulos y no causar obstruccio-
nes en el flujo descendente del agua de lluvia debida a hojas caídas u otros
cuerpos pequeños.
! Los bordes del tejado no deben ser sobrepasados por los módulos en nin-
guna parte. La distancia mínima del borde del tejado al del generador FV
debe ser cinco veces mayor a la distancia que hay entre la superficie del
tejado y la de los módulos.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 245

FIGURA 4.19. Ejemplos de instalaciones fotovoltaicas sobre tejados y marquesinas.

! La superficie de los módulos debe tener la misma inclinación que el techo


Otro factor que se debe tener en cuenta para garantizar la estabilidad del mon-
taje es la calidad de los materiales usados en los perfiles de la estructura y en los ac-
cesorios (normalmente de aluminio o acero de calidad V2A). Es de gran importancia
la protección contra la corrosión que posea la estructura, la cual debe ser superior
a 20 años, así como la calidad de los ganchos y sistemas de fijación.

4.7.2. Tejados planos


Los tejados planos ofrecen un gran potencial para la instalación de sistemas
FV debido a que existe mayor libertad en el diseño y montaje de la estructura que
soporta los módulos. Normalmente el generador FV se monta sobre estructuras que
están completamente orientadas hacia el sur (ángulo acimut 0), y con el ángulo, o
los ángulos de inclinación más adecuados para recibir la mayor radiación posible.
Sin embargo, los tejados planos son, por lo general, más delicados que los in-
clinados, debido a los materiales con que están construidos. Se pueden presentar
problemas de infiltración de agua lluvia al interior de la edificación debido a ro-
turas en su capa aislante, causadas principalmente por los trabajos realizados para
el montaje de la estructura. Si el material de la capa aislante es algún tipo de brea
o alquitrán, sensible a altas temperaturas, es posible que en el verano, se presen-
ten derretimientos del material en los puntos donde el peso de la estructura hace
mayor presión, dejándolos a mayor profundidad que los otros puntos. En el mer-
cado existen muchos tipos de estructuras para tejados planos, según los requeri-
mientos de cada caso.
246 Ángel Antonio Bayod Rújula

Para la correcta disposición final de los módulos sobre el tejado, se deben aten-
der a consideraciones como:
! Debe existir una correspondencia entre la longitud y la anchura del tejado con
la de los módulos, determinando así la cantidad final de módulos a montar.
! La distancia entre el borde del tejado y los módulos debe ser tres veces la
distancia vertical que hay entre la superficie de los módulos y el tejado.
! Se debe dejar un espacio entre los módulos de 6 mm a 10 mm.
! Se deben considerar las sombras generadas por elementos ubicados sobre
el tejado, tales como chimeneas, antenas, tubos de ventilación, etc.
! Considerar otros objetos alrededor del tejado que puedan generar sombras.

4.7.3. El Código Técnico de la Edificación y la energía fotovoltaica


Cuando la instalación fotovoltaica constituye alguno de los cerramientos del edi-
ficio (parte del tejado o parte de alguna de las fachadas) se habla de integración ar-
quitectónica. En estas circunstancias, pese a tratarse de una solución energéticamente
interesante, no siempre se obtienen las mejores condiciones de trabajo, ya que exis-
ten restricciones en cuanto a inclinación, orientación y refrigeración de los paneles.
Lo más habitual es encontrar la instalación fotovoltaica en alguna de las terra-
zas del edificio o bien colocada mediante unos soportes sobre el tejado ya existente.
Es la solución más cómoda y rentable, ya que existen más grados de libertad para
la optimización.
Según el apartado HE 5 del nuevo código técnico de la edificación, se pretende
ampliar la cantidad de instalaciones fotovoltaicas en España, y para ello lanza unas
exigencias que se refieren exclusivamente a aquellos tipos de uso especificados en
la siguiente tabla, y siempre que tengan una superficie mayor o igual a la que mues-
tra su límite de aplicación:

Tipo de uso Límite de aplicación


Hipermercado 5.000 m2 contruidos
Multitienda y centros de ocio 3.000 m2 contruidos
Nave de almacenamiento 10.000 m2 contruidos
Administrativos 4.000 m2 contruidos
Hoteles y hostales 100 plazas
Hospitales y clínicas 100 camas
Pabellones de recintos feriales 10.000 m2 contruidos

TABLA 4.7. Tipo de uso y límite de aplicación de edificios sujetos a las exigencias fotovoltaicas del Có-
digo técnico de la edificación.

Cabe destacar que existen casos en los que aunque no se superen estos límites
se deben instalar sistemas de aprovechamiento fotovoltaico, ya que en el caso de dis-
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 247

tintos usos de un mismo edificio, de los establecidos en la tabla anterior, se aplica-


rán a las superficies construidas correspondientes, la expresión que se detallará más
adelante para calcular la potencia a instalar. Si la potencia pico mínima a instalar
(que será la suma de las potencias picos de cada uso), es superior a 6,25 kWp, que
como se detallará más adelante es la mínima para cualquier caso, se deberá insta-
lar el sistema fotovoltaico.
La potencia eléctrica mínima a instalar que resulte de la aplicación del HE 5
podrá disminuirse o suprimirse justificadamente, en los siguientes casos:
a. Cuando se cubra la producción eléctrica estimada que correspondería a la
potencia mínima mediante el aprovechamiento de otras fuentes de ener-
gías renovables.
b. Cuando el emplazamiento no cuente con suficiente acceso al Sol por ba-
rreras externas al mismo y no se puedan aplicar soluciones alternativas.
c. En rehabilitación de edificios, cuando existan limitaciones no subsana-
bles derivadas de la configuración previa del edificio existente o de la
normativa urbanística aplicable.
d. En edificios de nueva planta, cuando existan limitaciones no subsanables
derivadas de la normativa urbanística aplicable que imposibiliten de forma
evidente la disposición de la superficie de captación necesaria.
e. Cuando así lo determine el órgano competente que deba dictaminar en
materia de protección histórico-artística.
En edificios para los cuales sean de aplicación los apartados b), c), d) se justi-
ficará, en el proyecto, la inclusión de medidas o elementos alternativos que pro-
duzcan un ahorro eléctrico equivalente a la producción que se obtendría con la
instalación solar mediante mejoras en instalaciones consumidoras de energía eléc-
trica tales como la iluminación, regulación de motores o equipos más eficientes.
4.7.3.1. Aplicación del HE 5
En la aplicación de la sección HE5 del CTE, el primer paso es la determinación
de la potencia fotovoltaica mínima a instalar.
La potencia pico a instalar depende de la zona climática donde se ubique el edi-
ficio, del tipo de uso que se le dé al mismo y de la superficie construida, y se calcu-
lará mediante la siguiente expresión:
P u C · (A · S c B)
siendo P, potencia pico a instalar (kWp); A y B, los coeficientes definidos en fun-
ción del uso del edificio (tabla 4.8 del HE-5); C, coeficiente definido en función de
la zona climática (tabla 4.9) (las zonas climáticas son las que se muestran en la fi-
gura 4.19); S, superficie construida del edificio (m2).
248 Ángel Antonio Bayod Rújula

Tipo de uso A B
Hipermercado 0,001875 i3,13
Multitienda y centros de ocio 0,004688 i7,81
Nave de almacenamiento 0,001406 i7,81
Administrativos 0,001223 1,36
Hoteles y hostales 0,003516 i7,81
Hospitales y clínicas 0,000740 3,29
Pabellones de recintos feriales 0,001406 i7,81

TABLA 4.8. Coeficientes de uso.

Zona climática C Zona climática MJ/m2 kWh/m2


I 1 I H < 13,7 H < 3,8
II 1,1 II 13,7 ≤ H < 15,1 3,8 ≤ H < 4,2
III 1,2 III 15,1 ≤ H < 16,6 4,2 ≤ H < 4,6
IV 1,3 IV 16,6 ≤ H < 18,0 4,6 ≤ H < 5,0
V 1,4 V H ≥ 18,0 H ≥ 5,0
TABLA 4.9. Coeficiente climático. TABLA 4.10. Radiación solar global de las zonas climáticas.

A Coruña Santander

Lugo
Oviedo
I Bilbao
Vitoria
San Sebastián

Pontevedra Orense
León II Burgos
Pamplona
Logroño
Gerona
III Palencia
Soria
Huesca
Lérida
Valladolid Barcelona
Zaragoza
Zamora
Segovia IV Tarragona II
Salamanca Guadalajara
Avila
Madrid II II
Teruel
Castellón
Toledo Cuenca
Cáceres
III IV Valencia Palma de
Mallorca
IV
Badajoz V Ciudad Real
Albacete

V Alicante
Córdoba Murcia
IV
Huelva
Sevilla
V Jaén
Granada
IV
Málaga Almería
Cádiz

Ceuta V
Sta. Cruz V Melilla V
de Tenerife
Las Palmas

FIGURA 4.20. Zonas climáticas.


Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 249

Zonas climáticas Zonas climáticas


Provincia Municipio Zona Provincia Municipio Zona
A Coruña Arteixo I Badajoz Don Benito V
Carballo I Mérida V
A Coruña I Villanueva de la Serena V
Ferrol I Barcelona Badalona II
Narón I Barberá del Vallés II
Riveira I Barcelona II
Santiago Compostela I Castelldefels II
Álava Álava-Gasteiz I Cerdanyola del Vallés II
Albacete Albacete V Cornellá de Llobregat II
Almansa V Gavá II
Hellín V Granollers III
Villarrobledo IV L’Hospitalet de Llobr. II
Alicante Alcoy IV Igualada III
Alicante V Manresa III
Benidorm IV El Masnou II
Crevillent V Mataró II
Denia IV Mollet del Vallés II
Elche V Montcada II
Elda IV El Prat de Llobregat II
Ibi IV Premiá de Mar II
Javea IV Ripollet II
Novelda IV Rubí II
Orihuela IV Sabadell III
Petrer IV S. Adriá de Besos II
S. Vicente del Raspeig V S. Boi de Llobregat II
Torrevieja V S. Cugat del Vallés II
Villajoyosa IV S. Feliú de Llobregat II
Villena IV S. Joan Despí II
Almería Adra V S. Pere de Ribes II
Almería V Sta. Coloma de Grama. II
El Ejido V Terrassa III
Roquetas de Mar V Vic II
Asturias Avilés I Viladecans II
Castrillón I Villafranca del Penedés II
Gijón I Vilanova i la Geltrú II
Langreo I Burgos Aranda de Duero II
Mieres I Burgos II
Oviedo I Miranda de Ebro II
S. Martín del Rey Aur. I Cáceres Cáceres V
Siero I Plasencia V
Ávila Ávila IV Cádiz Algeciras IV
Badajoz Almendralejo V Arcos de la Frontera V
Badajoz V Barbate IV
250 Ángel Antonio Bayod Rújula

Zonas climáticas Zonas climáticas


Provincia Municipio Zona Provincia Municipio Zona
Cádiz Cádiz IV Guadalajara Guadalajara IV
Chiclana de la Frontera IV Guipúzcoa Arrasate o Mondragón I
Jerez de la Frontera V Dosnostia-S. Sebastián I
La Línea de la Concep. IV Eibar I
El Puerto de Sta. María IV Huelva Huelva V
Puerto Real IV Huesca Huesca III
Rota V Illes Balears Calviá IV
San Fernando IV Ciutadella de Menorca IV
San Roque IV Eivissa IV
Sanlúcar de Barrameda V Inca IV
Cantabria Camargo I Llucmajor IV
Santander I Mahon IV
Torrelavega I Manacor IV
Castellón Burriana IV Palma de Mallorca IV
Castellón de la Plana IV Santa Eulalia del Río IV
La Vall d’ Uixo IV Jaén Alcalá la Real IV
Vila-Real IV Andújar V
Vinaroz IV Jaén IV
Ceuta Ceuta V Linares V
Ciudad Real Alcázar de S. Juan IV Martos IV
Ciudad Real IV Úbeda V
Puertollano IV La Rioja Logroño II
Tomelloso IV Las Palmas Arrecife V
Valdepeñas IV Arucas V
Córdoba Baena V Galdar V
Cabra V Ingenio V
Córdoba IV Las Palmas G. Canaria V
Lucena V S. Bartolomé Tirajana V
Córdoba Montilla V Santa Lucía V
Priego de Córdoba V Telde V
Puente Genil V León León III
Cuenca Cuenca III Ponferrada II
Girona Blanes III S. Andrés Rabanedo III
Figueres III Lugo Lugo II
Girona III Lleida Lleida III
Olot III Madrid Alcalá de Henares IV
Salt III Alcobendas IV
Granada Almuñécar IV Alcorcón IV
Baza V Aranjuez IV
Granada IV Arganda del Rey IV
Guadix IV Colmenar Viejo IV
Granada Loja IV Collado Villalba IV
Motril V Coslada IV
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 251

Zonas climáticas Zonas climáticas


Provincia Municipio Zona Provincia Municipio Zona
Madrid Fuenlabrada IV Ourense Ourense II
Getafe IV Palencia Palencia II
Leganés IV Pontevedra Cangas I
Madrid IV A Estrada I
Majadahonda IV Lalín I
Móstoles IV Marín I
Parla IV Pontevera I
Pinto IV Redondela I
Pozuelo de Alarcón IV Vigo I
Rivas-Vaciamadrid IV Vilagarcía de Arousa I
Las Rozas de Madrid IV Salamanca Salamanca III
S. Fernando de Henares IV Sta. C. Tenerife Arona V
S. Sebastián de Reyes IV Icod de los Vinos V
Torrejón de Ardoz IV La Orotava V
Tres Cantos IV Puerto de la Cruz V
Valdemoro IV Los Realejos V
Málaga Antequera IV S. Cristóbal V
Benalmádena IV Sta. Cruz de Tenerife V
Estepona IV Tarcoronte V
Fuengirola IV Segovia Segovia III
Málaga IV Sevilla Alcalá de Guadaira V
Marbella IV Camas V
Mijas IV Carmona V
Rincón de la Victoria IV Coria del Río V
Ronda IV Dos Hermanas V
Torremolinos IV Écija V
Vélez-Málaga IV Lebrija V
Melilla Melilla V Mairena del Aljarafe V
Murcia Águilas V Morón de la Frontera V
Alcantarilla IV Palacios y Villafranca V
Caravaca de la Cruz V La Rinconada V
Cartagena IV S. Juan de Aznalfarache V
Cieza V Sevilla V
Jumilla V Utrera V
Lorca V Soria Soria III
Molina de Segura V Tarragona Reus IV
Murcia IV Tarragona III
Torre-Pacheco IV Tortosa IV
Totana V Valls IV
Yecla V El Vendrell III
Navarra Barañain II Teruel Teruel III
Pamplona II Toledo Talavera de la Reina IV
Tudela III Toledo IV
252 Ángel Antonio Bayod Rújula

Zonas climáticas Zonas climáticas


Provincia Municipio Zona Provincia Municipio Zona
Valencia Alaquas IV Valencia Valencia IV
Aldaia IV Xátiva IV
Algemesí IV Xirivella IV
Alzira IV Valladolid Medina del Campo III
Burjassot IV Valladolid II
Carcaixent IV Vizcaya Barakaldo I
Catarroja IV Basauri I
Cullera IV Bilbao I
Gandía IV Durango I
Manises IV Erandio I
Mislata IV Galdakao I
Oliva IV Getxo I
Ontinyent IV Ieoia I
Paterna IV Portugalete I
Quart de Poblet IV Santurzi I
Sagunto IV Sestao I
Sueca IV Zamora Zamora III
Torrent IV Zaragoza Zaragoza IV

TABLA 4.11. Zonas climáticas.

En cualquier caso, la potencia pico mínima a instalar será de 6,25 kWp y el in-
versor tendrá una potencia mínima de 5 kW (lo cual cumple el 80% de potencia
nominal en relación con la potencia pico, indicado anteriormente).
La orientación e inclinación del generador fotovoltaico y las posibles sombras
sobre el mismo serán tales que las pérdidas sean inferiores a los límites de la tabla
I. Se considerarán tres casos: general, superposición de módulos e integración ar-
quitectónica. En todos los casos se han de cumplir tres condiciones: pérdidas por
orientación e inclinación, pérdidas por sombreado y pérdidas totales inferiores a
los límites estipulados respecto a los valores óptimos.
Orientación e inclinación (OI) Sombras (S) Total (OIcS)
General 10% 10% 15%
Superposición 20% 15% 30%
Integración arquitectónica 40% 20% 50%

TABLA 4.12. Porcentaje máximo de pérdidas admisibles.

Cuando, por razones justificadas, y en casos especiales en los que no se pue-


dan instalar de acuerdo con la tabla anterior, se evaluará la reducción en las presta-
ciones energéticas de la instalación.
Las pérdidas por sombras se calculan como se han indicado en un apartado anterior.
A continuación se muestra cómo calcular las pérdidas por orientación e inclinación.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 253

4.7.3.2. Determinación de las pérdidas de radiación por orientación e inclinación


Estas pérdidas se calculan en función de los ángulos de inclinación de los pa-
neles (β) y de acimut (α).
Como se ha indicado, de forma ideal la instalación debería estar en todo mo-
mento orientada en inclinada de forma que la incidencia de los rayos solares fuese
perpendicular. Las opciones para conseguirlo pasan por instalar sistemas de segui-
miento. Sin embargo, no es este el caso habitual en las instalaciones en edificios, ya
que estructuralmente es más viable colocar instalaciones fijas o con variación en in-
clinación mediante soportes adecuados una vez al año (en Zaragoza, por ejemplo,
sería una buena opción colocar las placas a 30º en primavera y cambiarlas a 60º en
octubre si la instalación lo permite).
La posición de un panel viene dada por dos ángulos:
! Ángulo de inclinación β, definido como el ángulo que forma la superfi-
cie de los módulos con el plano horizontal. Su valor es 0° para módulos
horizontales y 90° para verticales.
! Ángulo de azimut α, definido como el ángulo entre la proyección sobre el
plano horizontal de la normal a la superficie del módulo y el meridiano del
lugar. Valores típicos son 0° para módulos orientados al sur, i90° para
módulos orientados al este y c90° para módulos orientados al oeste.

Perfil del módulo

O E
β
α

S
FIGURA 4.21. Definición de los ángulos de inclinación y orientación.

Habiendo determinado el ángulo de azimut del generador, se calcularán los lí-


mites de inclinación aceptables de acuerdo a las pérdidas máximas respecto a la in-
clinación óptima establecidas en el Pliego de Condiciones Técnicas del IDAE. Para
ello se utilizará la figura 4.22, válida para una latitud de 41º N, de la siguiente forma:
! Conocido el azimut, determinamos en la figura los límites para la inclinación
en el caso de N u 41º. Para el caso general, las pérdidas máximas por este con-
cepto son del 10%; para superposición, del 20%, y para integración arquitec-
tónica del 40%. Los puntos de intersección del límite de pérdidas con la recta
de azimut nos proporcionan los valores de inclinación máxima y mínima.
254 Ángel Antonio Bayod Rújula

! Si no hay intersección entre ambas, las pérdidas son superiores a las per-
mitidas y la instalación estará fuera de los límites. Si ambas curvas se in-
tersectan, se obtienen los valores para latitud Ф u 41º y se corrigen los
límites de inclinación aceptables en función de la diferencia entre la lati-
tud del lugar en cuestión y la de 41º, de acuerdo a las siguientes fórmulas:

165º N i165º
150º i150º
135º i135º

120º i120º
100%
105º i105º 95% - 100%
90% - 95%
80% - 90%
W E 70% - 80%
10º
60% - 70%
75º 30º 50% - 60%
i75º
50º 40% - 50%
30% - 40%
60º 70º i60º < 30%
90º i45º
45º
30º i30º
15º i15º
Ángulo S
de inclinación (β)
c i
Ángulo de acimut (α)

FIGURA 4.22 Porcentaje de pérdidas en función de inclinación y orientación, latitud 41º N.

Inclinación máxima u Inclinación máxima (Фu41º) i (41º i latitud)


Inclinación mínima u Inclinación mínima (Фu41º) i (41ºi latitud)
siendo 0º su valor mínimo.
En casos cerca del límite, y como instrumento de verificación, se utilizará la si-
guiente fórmula (Ф indica la latitud del lugar):
Pérdidas (%) u 100 • [1,2•10i4 (β iФc10)2c3,5•10i5•α2] para 15° < β < 90º
Pérdidas (%) u 100 • [1,2 × 10–4 (β iФc10)2] para β ≤ 15°

Los ángulos α, β y Ф se expresan en grados.


4.7.3.3. Ejemplo de aplicación
Se analiza una nave industrial de 11.800 m2 construidos, dedicada al almace-
namiento de la madera, situada en la ciudad de Zaragoza.
A continuación, se describen los pasos a seguir para el diseño de la instalación:
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 255

1) Determinación de la potencia pico mínima a instalar


Consultando la sección 6.3, se comprueba que el HE 5 exige la instalación de
energía fotovoltaica mínima en el emplazamiento, ya que el límite para naves de al-
macenamiento se encuentra en los 10.000 m2 construidos.
Dado que en este ejemplo estamos considerando una nave de almacenamiento,
los coeficientes A y B tomados de la tabla correspondiente son: A u 0,001406 y
B u i7,81. Por otro lado, como Zaragoza se encuentra en la zona climática IV, se
tiene C u1,3.
Aplicando la fórmula, la potencia pico mínima a instalar será de 11,41 kWp.

2) Determinación del número de paneles y de la potencia nominal de la instalación


Supongamos que decidimos instalar paneles fotovoltaicos con las siguientes
características técnicas:

Potencia máxima 130 W


Tolerancia de potencia máxima c/i 5%
Voltaje a potencia máxima 17,8 V
Corriente a potencia máxima 7,39 A
Voltaje de circuito abierto 21,9 V
Corriente de circuito abierto 8,02 A
Longitud 1.425 mm
Anchura 852 mm
Profundidad con marco 35,7 mm
Profundidad caja de conexión 58 mm
Peso 12,2 Kg
TABLA 4.13.

Teniendo en cuenta que la potencia unitaria es de 130 Wp, sería necesario ins-
talar 88 paneles como mínimo. Por otro lado, atendiendo a la relación exigida entre
la potencia pico y la potencia nominal de la instalación (la del inversor), la potencia
del inversor (o combinación de inversores) debería ascender, al menos, a 9,13 kW.

3) Configuración de la instalación
Como la potencia nominal de la instalación es mayor de 5kW, de acuerdo a lo
especificado en el RD1663/2000, la conexión a la red deberá realizarse en trifásica.
Esto significa que podemos optar por instalar un inversor trifásico (por ejemplo, de
unos 10 kW), o bien instalar tres inversores monofásicos (por ejemplo, de 3,3 kW
cada uno). Una vez seleccionado el modelo del inversor y de acuerdo a sus carac-
terísticas, se decidirá el número exacto de paneles a instalar, así como el modo de
conexión (serie-paralelo) de los paneles entre sí.
256 Ángel Antonio Bayod Rújula

Supongamos que decidimos tomar la primera opción, y elegimos el inversor tri-


fásico de 10 kW de potencia nominal, cuyas características se muestran en la hoja
de catálogo que aparece abajo.

Entrada CC Salida CA
Potencia máxima del generador solar 12.000 Wp Potenc. nominal salida en continuo Pn 10.000 W
Potencia nominal de entrada 11.000 W Potencia pico Pp 10.000 W
Consumo en modo standby 20 W Frecuencia nominal 50 Hz
Consumo nocturno < 0,3 W Tensión de red 400 V
Inyección a red desde 7W Margen de tolerancia tensión de red i20% a c15%
Tensión nominal 400 V Intensidad nominal por fase 14,5 A
Rango de tensión nominal UMPP 350-750 V Intesidad máxima por fase 18,2 A
Tensión de vacío 850 V Factor distorsión con Pn < 3%
Tensión de conexión 420 V Factor potencia inductivo (cos φ) aprox. 1
Tensión de desconexión 340 V Forma de onda Sinusoidal
Intensidad máxima 10 A por cada Control de tensión de red Trifásico según
entrada MPP DIN VDE 0126-1-1
9 A por cada AFI (de corriente
Intensidad nominal entrada MPP Control de defecto de tierra universal) DIN
VDE 0126-1-1
1 por cada
Número de entradas entrada MPP, según
3 en total Cont. aislamiento, frecuencia y corr. cont. DIN VDE 0126-1-1

Eficacia máxima 96,4% Características de salida Fuente de corriente

Eficiencia europea (ponderada) 95,9% Dimensionado de fusibles conex. red 3 ! 25 A


Fases de conexión a red necesarias 3
N.º de fases de inyección (230 V una fase) 3
Interfases de datos R5232, R5485, USB, relé de aviso sin potencial
Interfases para sensores Radiación, temperatura
Pantalla LCD, 2!16 posiciones, formato de ventana 100!25 mm
Protección contra influencias ambientales IP 54
Humedad relativa máxima 95%
Refrigeración Ventilador en el panel trasero, sistema de dos cámaras
Temperatura ambiente (ºC) de i25 ºC a 40 ºC
Dimensiones (Al!An!F) 805!500!175 mm
Peso 30 kg (sin bastidor de montaje)
Garantía estándar/opcional 5 años/10 años

TABLA 4.14.

El número de paneles que podría tomarse es 90 paneles, agrupados en tres filas


de 30 paneles en serie cada una. La potencia pico de la instalación resultaría así ser
de 11.700 Wp.
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red 257

En el caso de la segunda opción, inversores monofásicos, se conectarían como


mínimo 30 paneles a cada uno de los inversores. Por ejemplo, si el inversor elegido
es de potencia nominal 3.300 W, cuyas características técnicas se muestran a con-
tinuación, se optaría por la conexión en paralelo de dos filas de 15 paneles en serie,
resultando así en una potencia pico de 3.900 Wp por inversor, es decir, 11.700 Wp
la instalación total.

Parámetros de entrada
Potencia máxima de CC (PCC, máx.) 3.820 W
Tensión máxima de CC (UCC, máx.) 500 V
Rango de tensión fotovoltaica, MPPT (UMPP) 200 V - 500 V
Máx. corriente de entrada (IFV, máx.) 20 A
Factor de distorsión de CC (USS) < 10%
Número máx. de strings (en paralelo) 3
Dispositivo separador de CC Conector, ESS
Varistores con control térmico Sí
Vigilancia de contacto a tierra Sí
Protección contra polarización inversa Diodo de cortocircuito
Salida
Potencia máxima de CA (PCA, máx.) 3.600 W
Potencia nominal de CA (PCA, máx.) 3.300 W
Coeficiente de distorsión no lineal de corriente de red < 4%
Tensión nominal de CA (UCA, nom.) 220 V - 240 V
Frecuencia nominal de CA (fCA, nom.) 50 Hz / 60 Hz
Factor de potencia (cos φ) 1
Resistencia al cortocircuito Sí, regulación de corriente
Conexión a red Conector de CA
Coeficiente de rendimiento
Coeficiente de rendimiento máximo 95,2%
Rendimiento europeo 94,4%
Grado de protección
Según DIN EN 60529 IP65
Parámetros mecánicos
Ancho/alto/fondo mm 450/352/236
Peso 41 kg

TABLA 4.15.

4) Inclinación máxima de los paneles


El código técnico especifica que las pérdidas por orientación en inclinación en
el caso general no deben superar el 10%, como se ha indicado en apartados ante-
riores.
258 Ángel Antonio Bayod Rújula

En este ejemplo, la óptima inclinación considerando latitud u 41,7º y orien-


tación sur estaría en torno a los 30º.
No obstante, la máxima inclinación que podrían tener los paneles para cumplir
esa restricción, atendiendo a la expresión vista anteriormente, es de 60,56º.

5) Distancia entre filas de paneles


Los paneles van a colocarse sobre una terraza sin sobras de suficiente super-
ficie. Suponiendo que se les dota de una inclinación de 32º, la altura h resulta de
75 cm por lo que la distancia entre filas (latitud u 41,7º) deberá ser de, al menos,
2,15 m.
El Código Técnico de la Edificación puede suponer un punto de inflexión en
el desarrollo de la energía fotovoltaica en núcleos de población, estableciendo un
mínimo de potencia fotovoltaica a instalar en ciertos edificios. Va a permitir que el
sector de la construcción y la arquitectura cuente con la energía fotovoltaica de
forma más generalizada, y su uso no se limite a unos pocos edificios singulares. La
energía fotovoltaica estará presente en edificios administrativos, de oficinas, cen-
tros comerciales, centros de ocio, hospitales, hoteles, pabellones y recintos feriales,
lo cual acercará esta fuente de generación aún más a los ciudadanos, permitiendo
una mayor divulgación y la mentalización de las ventajas inherentes a la producción
fotovoltaica. No obstante, quedan por resolver algunas cuestiones que mejorarían
su potencialidad, como las condiciones técnicas de conexión que hoy por hoy pue-
den suponer alguna ineficiencia. Por otra parte, para el desarrollo del sector foto-
voltaico no ha supuesto un gran impulso en el aspecto cuantitativo (potencia total
instalada) puesto que el fuerte aumento de la capacidad instalada está ocurriendo en
las aplicaciones de moderadas o grandes instalaciones (huertos solares). De todas
formas, como algunos estudios apuntan, el potencial de la energía fotovoltaica en
la edificación es impresionante, llegando a poder cubrir un buen porcentaje de nues-
tro consumo eléctrico.
5. Sistemas fotovoltaicos autónomos

5.1. Introducción
Los sistemas fotovoltaicos autónomos son aquellos que tratan de cubrir una
determinada energética a partir de la energía solar por medio de la conversión fo-
tovoltaica, sin estár conectados a la red eléctrica. La energía solar fotovoltaica ha
sido empleada en multitud de aplicaciones que pueden ir desde los satélites artifi-
ciales hasta las calculadoras de bolsillo.
Así, las aplicaciones principales de la energía solar fotovoltaica en sistemas
autónomos se pueden clasificar en:
! Electrificación de viviendas y edificios.
! Alumbrado autónomo.
! Aplicaciones agropecuarias.
! Bombeo y tratamiento de agua.
! Señalización y comunicaciones.
! Otras aplicaciones específicas.

FIGURA 5.1. Ejemplo de instalación fotovoltaica en aplicaciones agrícolas.


260 Ángel Antonio Bayod Rújula

La electrificación fotovoltaica de viviendas y edificios también denominada


electrificación rural fotovoltaica incluye viviendas de uso permanente en emplaza-
mientos aislados, viviendas de uso temporal, instalaciones en emplazamientos tu-
rísticos como parques o áreas naturales, refugios de montaña, abastecimiento a
escuelas, hospitales, centros sanitarios y otras instalaciones comunitarias, etc.
En los sistemas de alumbrado fotovoltaico la iluminación pública se realiza
mediante farolas autónomas. El empleo de sistemas de alumbrado basados en la
energía solar evita la realización de las operaciones derivadas de la necesidad de co-
nexión a la red eléctrica (zanjas, canalizaciones, derechos de paso). Al funcionar de
modo autónomo no se ve afectada por las interrupciones de la red eléctrica con-
vencional. No tiene costes significativos de operación.
Las aplicaciones agrícolas y ganaderas pueden asociarse o no a la electrifica-
ción de la vivienda rural e incluyen el bombeo de aguas, sistemas de riego, ilumi-
nación de invernaderos, iluminación de granjas y el suministro eléctrico a sistemas
de ordeño, refrigeración, depuración de aguas, etc.
Los sistemas fotovoltaicos de señalización y comunicaciones constituyen un
sector en constante crecimiento. La electrificación de balizas es una de las aplica-
ciones de la energía solar fotovoltaica más extendida, en la cual se demuestra la
alta fiabilidad de los equipos. Las balizas pueden ser señalizaciones marítimas
(faros, boyas), aéreas (señales de altura, señalización de pistas) o de carretera (in-
dicaciones de peligro, señales luminosas). En muchos casos, los equipos fotovol-
taicos (paneles, baterías) están sometidos a condiciones ambientales extremas de
humedad o salinidad (como en el caso de señalizaciones marítimas), sin que se
hayan registrado problemas importantes en su funcionamiento.

FIGURA 5.2. Ejemplo de instalaciones fotovoltaicas de señalización y comunicación.


Sistemas fotovoltaicos autónomos 261

En cuanto a sistemas de comunicaciones que pueden aprovechar las ventajas


de la electrificación fotovoltaica autónoma se pueden citar repetidores y reemiso-
res de radio y televisión, repetidores de telefonía (últimamente con un desarrollo es-
pectacular en el campo de la telefonía móvil), estaciones de toma de datos,
dispositivos de señalización de alarma, postes SOS, telefonía rural, etc. En este
caso, los sistemas fotovoltaicos sirven para alimentar a los equipos de telefonía en
situaciones en las que se suma el problema de la acometida de la energía eléctrica
al coste de enlace por cable con la red telefónica.

FIGURA 5.3. Ejemplos de parquímetros fotovoltaicos.

Todas estas instalaciones suelen encontrarse en lugares de difícil acceso hasta


los cuales es complejo y, muchas veces, antieconómico acercar una línea eléctrica.
Uno de los sistemas empleados para la electrificación de estas estaciones repetido-
ras era el empleo de baterías que eran sustituidas periódicamente, lo que obligaba
a frecuentes visitas a la estación para realizar el cambio de acumuladores. La vida
media de los acumuladores se veía limitada al trabajar con ciclos de descarga muy
acentuados. En este caso, la energía solar fotovoltaica ha servido para mejorar la fia-
bilidad de los sistemas y reducir drásticamente los costes de operación, haciendo ne-
cesarias únicamente las visitas rutinarias de mantenimiento.
262 Ángel Antonio Bayod Rújula

Dentro de las aplicaciones específicas, cabe citar aplicaciones medioambien-


tales en oxigenación de aguas, protección catódica de gasoductos, aplicaciones es-
paciales, producción de hidrógeno o alimentación de vehículos eléctricos, entre
otras muchas, ya que la versatilidad de los sistemas fotovoltaicos permite su utili-
zación en un número creciente de aplicaciones.

FIGURA 5.4. Barcos propulsados con energía fotovoltaica.

Por ejemplo, sistemas fotovoltaicos de cloración de aguas: Estos sistemas se


componen de módulos fotovoltaicos, acumuladores y una bomba pequeña conec-
tada a un depósito de hipoclorito sódico, y están preparados para operar en modo
autónomo, en lugares generalmente de difícil acceso o de electrificación dificul-
tosa, con el fin de adecuar el suministro del agua potable a poblaciones.
ç.
En la figura siguiente se muestran los distintos subsistemas que pueden estar
presentes en un sistema fotovoltaico autónomo. La complejidad del sistema, e in-
cluso los distintos subsistemas componentes del mismo, es muy dependiente de la
aplicación y condicionamientos concretos de cada instalación.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 263

Cargas
en corriente continua

Subsistema Subsistema
de generación de regulación
Cargas
Inversor en corriente alterna

Subsistema
de acumulación

FIGURA 5.5. Esquema general de las instalaciones fotovoltaicas autónomas.

Las instalaciones de electrificación fotovoltaica son modulares en la mayoría


de los casos, existiendo la posibilidad de realizar ampliaciones o modificaciones
en las mismas con posterioridad a su ejecución. Esta posibilidad permite plantear
instalaciones que aumenten su tamaño con el tiempo, satisfaciendo las distintas ne-
cesidades que puedan surgir, si bien es cierto que en los casos en que esta amplia-
ción sea previsible deben intentar emplearse equipamientos compatibles con las
sucesivas ampliaciones previstas.
Además de la generación fotovoltaica, en los denominados sistemas híbridos,
se pueden tener combinaciones de sistemas eólico y solar, solar-diesel, etc.
Además existirán sistemas de protección para las personas, animales e instala-
ciones (interruptores, fusibles, puesta a tierra, etc.), sistemas de monitorización y
control (reguladores, sistemas de control de la demanda, contadores, sensores y vi-
sualizadores o registradores de datos).
La disponibilidad de un grupo electrógeno o un pequeño generador de gasolina
que opere bajo demanda permite mayor flexibilidad. Algunas razones para arrancar
el grupo son la recarga periódica de las baterías para mantenimiento, ecualización,
o la recarga imperativa de las mismas debido a su descarga excesiva, y por supuesto
la necesidad del usuario de disponer de energía en los instantes en que no existe la
suficiente capacidad de generación y/o acumulación.
264 Ángel Antonio Bayod Rújula

5.2. Electrificación de viviendas


La electrificación doméstica sigue siendo una aplicación muy importante de la
energía solar fotovoltaica.
La radiación solar es una fuente energética muy distribuida por lo que resulta
muy adecuada para un aprovechamiento de forma descentralizada. La superficie de
la Tierra recibe una cantidad de energía solar equivalente a varios miles de veces el
consumo energético mundial. En los países desarrollados, las mayores posibilida-
des de implantación de la energía fotovoltaica se sitúan en las instalaciones conec-
tadas a red. Aún así, en Europa existen zonas de difícil acceso a las cuales no resulta
rentable extender la red eléctrica convencional debido al elevado coste de las líneas
frente a los comparativamente muy bajos ingresos por ventas de electricidad. La
electrificación rural mediante sistemas autónomos o aislados (no conectados a la red
pública de suministro eléctrico) está especialmente indicada para satisfacer la de-
manda en puntos (áreas rurales) que no pueden conectarse fácilmente desde un
punto de vista técnico-económico a la red nacional. Por ejemplo en Italia el 72% de
las casas aisladas tienen una distancia a la red eléctrica de más de 2 km.
Por otra parte, se estima que la población en el mundo sin acceso a la electri-
cidad se sitúa por encima de los 2.000 millones de personas, y las previsiones apun-
tan a que para el año 2020 serán 3.500 millones. Evidentemente la mayor parte de
esta población se encuentra en países en vías de desarrollo, donde se considera
que hay entre 300 y 400 millones de hogares sin electricidad. La electrificación de
pequeños núcleos rurales permite el progreso en el bienestar general de sus habi-
tantes, mejorando sus posibilidades de desarrollo económico, salubridad, educa-
ción, desarrollo personal, comodidades cotidianas, etc. La contribución de la
energía fotovoltaica al suministro energético en algunas partes del globo a nivel
local resulta de gran importancia. En estos casos, además del correcto diseño de la
instalación, la gestión adecuada de la energía disponible, la financiación y el man-
tenimiento de las instalaciones son aspectos fundamentales. Es necesario desarro-
llar prácticas que, una vez realizada la inversión inicial, permitan la correcta y
eficiente utilización de las instalaciones durante los largos periodos para los que
inicialmente se encuentran capacitados.
Es necesario escoger la topología más adecuada, dimensionar el sistema de
forma óptima según las necesidades, actuales o futuras, con criterios realistas, utili-
zar elementos fiables y eficientes sujetos a normas, y algo no menos importante,
pero que suele ser más problemático, asegurar la correcta operación y mantenimiento
del sistema, para que pueda funcionar eficientemente a lo largo del tiempo.
El tamaño de las instalaciones fotovoltaicas de electrificación rural se ha ido in-
crementando con el tiempo, tanto por causas económicas (reducción de los precios
Sistemas fotovoltaicos autónomos 265

de los equipos) como por el interés en mejorar las condiciones de utilización de las
instalaciones. Los sistemas fotovoltaicos deben ser instalados, modificados y man-
tenidos por personal competente y procurar una correcta gestión de la energía por
parte de los usuarios.
Debe tenerse siempre en cuenta que la instalación fotovoltaica es un elemento
más de la vivienda, por lo que los ocupantes deben ser conscientes, en todo mo-
mento, de las posibles limitaciones que existen en las disponibilidades de energía,
así como de los principios de funcionamiento de la misma, con el fin de prevenir
problemas de suministro o daños a los distintos elementos que componen la insta-
lación. La energía disponible no es ilimitada, y, por tanto, no debe utilizarse inne-
cesariamente. Para el caso de que los usuarios de la instalación no sean habituales
(visitantes ocasionales, casas de campo arrendadas, usuarios de turismo rural...), es
especialmente importante advertirles de esta característica.
En la medida de lo posible, la energía debe consumirse coincidiendo con los
momentos de mayor insolación. Se recomienda, sobre todo en el caso doméstico,
aprovechar las horas centrales del día para realizar las tareas que requieran un mayor
consumo de energía. Con ello se aprovechará mejor la energía producida por los pa-
neles y se alargará la vida de las baterías.
Aunque la instalación estará dimensionada para disponer de energía en cual-
quier época del año, se debe ser especialmente cuidadoso en las épocas de menor
insolación.
Es necesario extremar las medidas de ahorro energético (que, en muchas oca-
siones, no son más que medidas racionales) tales como apagar las luces cuando no
haya nadie en las habitaciones, encender el televisor solo cuando alguien lo esté
utilizando realmente y, en general, utilizar la electricidad únicamente cuando sea
preciso. Se recomienda utilizar electrodomésticos de alta eficiencia.
Con el fin de prevenir gastos energéticos superfluos, es necesario asegurarse de
que los elementos de consumo están desconectados totalmente cuando no son utili-
zados, ya que existen cada día más electrodomésticos (equipos de música, televiso-
res, vídeos) que, al apagarlos, quedan en situación de espera, o están provistos de
relojes, presentando consumos ininterrumpidos a lo largo de todo el día. Cuando la
desconexión sea imposible, se proveerá a la línea de alimentación de un interruptor.
En un sistema FV el precio inicial de los elementos de consumo no debe ser el
argumento para su elección. A largo plazo el uso de elementos de alta eficiencia re-
dundará en reducción de costes y mejora de la operación de la instalación. Además
este tipo de dispositivos suelen tener una mayor vida útil, lo que redunda en dismi-
nución de costes.
Para los sistemas FV de localizaciones remotas, pueden existir problemas para
conseguir elementos de consumo de alta eficiencia, por lo que es recomendable que
266 Ángel Antonio Bayod Rújula

estos formen parte del proyecto FV inicial. En el caso de que ya existan elementos
de consumo (y sean de baja eficiencia) es conveniente plantearse su sustitución (por
ejemplo una lámpara de alta eficiencia consume 5 veces menos que una de incan-
descencia de los mismos lúmenes, o un frigorífico clase A puede consumir 1,5 veces
menos que uno convencional clase C de la misma capacidad).
Las cargas que no son puramente resistivas suelen consumir energía reac-
tiva, lo que significa que por las líneas y dispositivos deben circular intensidades
de corriente superiores a las que serían estrictamente necesarias para una deter-
minada función (potencia activa). Esto significa mayores caídas de tensión, ma-
yores calentamientos y, por tanto, pérdidas en las líneas y puede resultar en una
sobrecarga del sistema. Así pues, se deben limitar lo máximo posible los reque-
rimientos de reactiva.
Algunos dispositivos absorben fuertes puntas de corriente en los periodos de
arranque, originando caídas de tensión e incluso pudiendo llegar a producir alguna
desconexión. Por eso, en el caso de sistemas de corriente alterna es necesario que
los inversores soporten picos de potencia de corta duración varias veces superiores
a su potencia nominal. En el caso de arranques simultáneos de varios equipos es re-
comendable el arranque progresivo. También es conveniente dotar a estas cargas de
dispositivos de arranque suave.
En la fase de diseño puede plantearse el dimensionamiento más adecuado por
ejemplo seleccionando una bomba de agua de menor potencia nominal que opere
durante mayores periodos de tiempo. El tamaño de las baterías puede reducirse con
la decisión de permitir restricciones en ciertos consumos, o en ciertas horas o pe-
riodos. La gestión de la batería tiene un impacto muy elevado en la vida útil de la
misma, en la eficiencia y en el coste del ciclo de vida. Además los inversores (si los
hay) también pueden resultar de distinto tamaño si se adoptan restricciones de con-
sumo, y/o se acepta jerarquización de cargas.
Todas las instalaciones deberán cumplir con las exigencias de protecciones y
seguridad de las personas, y entre ellas las dispuestas en el Reglamento Electrotéc-
nico de Baja Tensión. Como principio general, se tiene que asegurar, como mínimo,
un grado de aislamiento eléctrico de tipo básico (clase I) para equipos y materiales.
Se incluirán todos los elementos necesarios de seguridad para proteger a las perso-
nas frente a contactos directos e indirectos, especialmente en instalaciones con ten-
siones de operación superiores a 50 VRMS o 120 VCC. Se recomienda la utilización
de equipos y materiales de aislamiento eléctrico de clase II. Se incluirán también
todas las protecciones necesarias para proteger a la instalación frente a cortocircui-
tos, sobrecargas y sobretensiones.
Los materiales situados en intemperie se protegerán contra los agentes am-
bientales, en particular contra el efecto de la radiación solar y la humedad. Todos
Sistemas fotovoltaicos autónomos 267

los equipos expuestos a la intemperie tendrán un grado mínimo de protección IP65,


y los de interior, IP20.
Los equipos electrónicos de la instalación cumplirán con las directivas comu-
nitarias de Seguridad Eléctrica y Compatibilidad Electromagnética (ambas podrán
ser certificadas por el fabricante).
Los enchufes y tomas de corriente para corriente continua deben estar prote-
gidos contra inversión de polaridad y ser distintos de los de uso habitual para co-
rriente alterna.
A continuación, se presentan algunas consideraciones específicas para varios
tipos de cargas.

Elementos de iluminación
La necesidad de minimizar el consumo hace que sea preciso elegir las lumina-
rias que más rendimiento proporcionen, descartando las clásicas bombillas de in-
candescencia, cuya eficiencia luminosa es muy baja, pues aunque resulten más
caras, son siempre más rentables al exigir menos potencia eléctrica. Será, por tanto,
la eficacia luminosa, relación entre el número de lúmenes que produce una lámpara
y el número de vatios que consume, la característica de las lámparas más importante
a la hora de la elección.
Los circuitos de alumbrado de corriente continua permiten alimentarlos direc-
tamente de las baterías sin necesidad del convertidor, evitando las pérdidas de po-
tencia y posibles averías de este. En contrapartida, el emplear una tensión continua
de 12 ó 24 V nos obligará a emplear conductores de mayor sección que al emplear
corriente alterna de 220 V.
Existen en el mercado lámparas de bajo consumo para prácticamente todas las
necesidades y aplicaciones domésticas. A las ventajas de su bajo consumo estas
lámparas añaden la de que no desprenden calor. A continuación se proporciona una
tabla orientativa para mostrar el ahorro energético que se produce al emplear este
tipo de lámparas frente a las clásicas de incandescencia.

Potencia Potencia de la lámpara Energía ahorrada


de la lámpara incandescente de bajo consumo que da misma luz durante la vida la lámpara
40 W 9W 248 kWh
60 W 11 W 392 kWh
75 W 15 W 480 kWh
100 W 20 W 640 kWh
150 W 32 W 944 kWh

TABLA 5.1. Comparación energética entre lámparas de incandescencia y de bajo consumo.


268 Ángel Antonio Bayod Rújula

El IDAE recomienda que, en ausencia de un procedimiento reconocido de cua-


lificación de lámparas fluorescentes de continua, estos dispositivos verifiquen los
siguientes requisitos:
! El balasto debe asegurar un encendido seguro en el margen de tensiones
de operación, y en todo el margen de temperaturas ambientes previstas.
! La lámpara debe estar protegida frente a inversión de la polaridad de la
tensión de entrada, cortocircuito en la salida del balasto u operación sin
tubo.
! La potencia de entrada de la lámpara debe estar en el margen de ±10% de
la potencia nominal.
! El rendimiento luminoso de la lámpara debe ser superior a 40 lúmenes/W.
! La lámpara debe tener una duración mínima de 5.000 ciclos cuando se
aplica el siguiente ciclado: 60 segundos encendido/150 segundos apagado
y a una temperatura de 20 ºC.
! Las lámparas deben cumplir las directivas europeas de seguridad eléc-
trica y compatibilidad electromagnética. Se utilizarán lámparas que ten-
gan corregido el factor de potencia.

Electrodomésticos
Como se ha indicado, resulta conveniente utilizar electrodomésticos de alta
eficiencia (por ejemplo, un frigorífico clase A puede consumir 1,5 veces menos que
uno convencional clase C de la misma capacidad), así como evitar dispositivos
stand-by que consumen una pequeña cantidad de energía aún estando en reposo
(pero no desconectados, claro está). Por ejemplo, los relojes de un vídeo, o de dis-
positivos de música, etc., aunque consumen pocos watios, al estar permanentemente
conectados suponen a la larga una parte significativa del consumo total.
! Lavadoras: Existen equipos no automáticos de pequeña capacidad y tra-
bajando con corriente continua. Sin embargo, la calidad del lavado y la co-
modidad que proporcionan son inferiores, por lo que es recomendable ir
a lavadoras automáticas convencionales evitando el uso de programas de
lavado que incluyan calentamiento de agua y centrifugado.
La lavadora consume el 90% de electricidad para calentar al agua y solo
el 10% para mover el tambor. Mediante un lavado en frío, suficiente en
muchas ocasiones, se puede conseguir ahorros de electricidad de hasta
un 90%.
Si se desea realizar lavados con agua caliente se puede acudir a equipos con
dos tomas de agua utilizando una fuente de energía térmica. En estas con-
Sistemas fotovoltaicos autónomos 269

diciones con una lavadora de 300 W y un lavado de una hora de duración


cada dos días, la energía diaria consumida será de 150 Wh. Las lavadoras de
carga frontal gastan normalmente menos energía y agua que las de carga su-
perior. Hay que recordar la conveniencia de disponer de un ciclo económico
y corto, y la posibilidad de elegir distintas temperaturas para el lavado.
! Frigoríficos: Existen equipos apropiados para energía solar fotovoltaica,
trabajando en corriente continua y baja tensión desde 70 a 250 litros de ca-
pacidad. Sus requerimientos energéticos son difíciles de valorar ya que
depende de gran variedad de factores tales como la temperatura exterior,
llenado, rotación de los alimentos,... Sin embargo en general su consumo
es elevado (aproximadamente 1000 Wh/día) para su alimentación me-
diante paneles fotovoltaicos, y en algunas ocasiones puede ser más inte-
resante económicamente utilizar un frigorífico de la misma capacidad
funcionando con gas butano.
! Televisores: Comparativamente existe un aumento de potencia significa-
tiva entre los televisores de gran tamaño respecto a los de pequeño ta-
maño (12-16 pulgadas). Por otra parte, los televisores de color consumen
más del doble que los de blanco y negro. La energía consumida diaria-
mente puede oscilar entre 100 y 360 Wh.
! Radio-cassette: Su utilización suele ser complementaria con el televisor
con potencias sensiblemente inferiores. La potencia típica de estos apa-
ratos es del orden de 6W.
! Pequeños electrodomésticos: Cada uno de ellos con potencia menor de
150 W. En este caso, para determinados equipos (batidoras, molinillos de
café, máquinas de afeitar, herramientas eléctricas...) es más difícil en-
contrarlos para corriente continua y su precio puede ser elevado.
! Bombeo de agua: En lo que se refiere a aplicaciones domésticas existen
equipos en corriente continua, aunque con bastantes divergencias en lo
que se refiere a su calidad. Por ello y antes de proceder a su elección deben
estudiarse detenidamente las características de las bombas, especialmente
en lo que se refiere a la eficiencia y par de arranque. Para aplicaciones de
mayor tamaño es mejor disponer de un sistema generador independiente,
sin baterías y almacenando en un depósito el agua extraída en las horas de
radiación solar, actuando el agua ya bombeada como elemento acumula-
dor de energía.
! Cargas térmicas: Los sistemas FV no son apropiados para producir calor.
Los dispositivos térmicos suelen producir consumos muy elevados que
pueden provocar el agotamiento de la energía, lo que supone cortes en el
270 Ángel Antonio Bayod Rújula

suministro, o que las baterías trabajen casi permanentemente con bajo es-
tado de carga, que pueden resultar dañadas por producirse descargas pro-
fundas en las mismas.
No es recomendable la energía solar fotovoltaica en aparatos electrodomésti-
cos que la transforman en energía térmica, mediante el calentamiento de una resis-
tencia, como por ejemplo una plancha, debido al bajo rendimiento energético
característico de esta utilización. Si se dispone de un sistema de alimentación au-
xiliar (diesel, por ej.), producen mayores costes de explotación. Por tanto, los dis-
positivos térmicos deben reemplazarse por otros que utilicen gas, combustibles
fósiles o colectores solares térmicos.
En particular no resulta conveniente utilizar la energía fotovoltaica para ca-
lentar agua. Cualquier otro sistema como energía solar térmica o el butano, obten-
drá los mismos resultados con muchísimo menor coste.
Los aparatos eléctricos convencionales para cocinar, así como los calentadores
ambientales y de agua, usan una cantidad prohibitiva de electricidad. La estufa eléc-
trica consume hasta 1.500W por cada quemador. Por eso el gas natural o propano
envasado en tanques, es una alternativa más económica para cocinar.
La potencia de un horno microondas es similar a la de una estufa eléctrica,
pero se puede cocinar más rápido con microondas y por eso la cantidad de kilova-
tio-hora no es tan grande. El gas propano y la leña son alternativas económicas para
la calefacción en una casa. Un buen diseño y un aislamiento eficiente reduce la ne-
cesidad de calefacción en la casa de una manera excesiva.
El aire acondicionado necesita una capacidad extremadamente alta pero no está
totalmente fuera de lo posible en un sistema fotovoltaico. Una gran ventaja de los
sistemas de enfriamiento es el hecho de que durante el período de calor el sistema
fotovoltaico es capaz de proveer la mayor energía de sus módulos.

5.2.1. Elección de la topología: Instalaciones centralizadas


y descentralizadas
Cuando se plantea electrificar un grupo de aplicaciones como, por ejemplo, vi-
viendas cercanas, se pueden considerar dos posibilidades: instalaciones descentra-
lizadas o centralizadas.
! Instalación descentralizada, en la que cada vivienda o aplicación está ali-
mentada por un generador fotovoltaico independiente. Cada sistema de
producción abastece a un único consumidor o a una electrificación co-
lectiva en donde un único sistema de generación abastece diversos con-
sumidores, cada uno con sus requerimientos específicos y su perfil de
demanda, ubicados en las cercanías.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 271

Debido a las características en cuanto a emplazamientos dispersos y re-


motos en los que suelen tener lugar las aplicaciones fotovoltaicas domés-
ticas, en muchos casos es necesario atender a una vivienda individual o a
un grupo de viviendas para las que no es posible efectuar, de forma eco-
nómica, una línea que distribuya la energía generada en un punto con-
creto. Por este motivo, un gran número de instalaciones domésticas se
realiza de forma descentralizada.
Una instalación descentralizada puede tener como ventaja, en algunas
ocasiones, la independencia en el diseño, operación y mantenimiento, ya
que estos aspectos recaen muy directamente sobre la responsabilidad del
usuario.
! Instalación centralizada, en la que un único generador fotovoltaico ali-
menta a todos los consumidores del grupo.

A) Instalación centralizada B) Instalación descentralizada

Sistema de captación Sistema de acumulación


Inversor Línea CA
Regulador Línea CC

FIGURA 5.6. Esquema de instalaciones fotovoltaicas centralizada y descentralizada.


272 Ángel Antonio Bayod Rújula

Técnicamente, la centralización ofrece ciertas ventajas que la hacen deseable,


entre las que se pueden destacar las siguientes:
! En general, si el diseño de la planta fotovoltaica se realiza de un modo
adecuado, se puede disminuir el número de paneles y baterías.
! Si se va a utilizar corriente alterna, un solo inversor puede atender a todo
el conjunto.
! Se facilitan los trabajos de limpieza y mantenimiento por la concentra-
ción y menor número de los elementos.
! El aumento del tamaño de la instalación puede beneficiarse de la econo-
mía de escala.
Por el contrario, la centralización presenta como inconvenientes la necesi-
dad de una línea de distribución, lo que resulta un factor de encarecimiento de la
instalación.
Por otra parte, una instalación centralizada necesita para su correcto funciona-
miento de una gestión adecuada, lo que implica el cumplimiento de los siguientes
objetos de actuación:
! Mantener los niveles de consumo dentro de los márgenes para los que la
instalación ha sido diseñada (evitar consumos no previstos).
! En el caso de utilizar corriente alterna, distribuir el consumo diario de
forma que se adapte a las características del inversor de corriente. Este
puede ser el caso de un grupo de viviendas con seis lavadoras; solo es ne-
cesario que la potencia sea la correspondiente a una de ellas utilizando
programadores horarios y evitando que dos lavadoras funcionen simultá-
neamente.
! Determinar claramente quién tiene la propiedad y la responsabilidad ope-
rativa y económica del mantenimiento, así como el reparto de los gastos
entre los diferentes usuarios de la instalación. Así mismo, en instalacio-
nes en las cuales los usuarios no formen parte de la propiedad (en plan-
tas de propiedad municipal, por ejemplo), se recomienda su implicación
en las distintas labores de gestión y mantenimiento. Con el fin de con-
cienciar a los usuarios, también es recomendable incluir un pago aso-
ciado a la cantidad de energía consumida, con el fin de promover el
ahorro energético.
! Para prevenir la aparición de problemas de convivencia (originados por el
abuso en el consumo de energía), es necesario definir claramente el modo
de operación del sistema y recurrir siempre que se pueda a limitadores,
contadores de energía y programadores.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 273

El éxito de un sistema centralizado pasa, en primer término, por contar con la co-
laboración de los usuarios en el diseño y gestión de la instalación, proporcionando así
una información mínima sobre el funcionamiento y correcta utilización del equipo.
El equipamiento para llevar la energía (en corriente continua o alterna), desde el
sistema de producción hasta los puntos de demanda (denominado subsistema de dis-
tribución, y que comprende cables, protecciones, armarios, canalizaciones, acometidas,
apoyos, equipo de instrumentación, etc.), debe ser efectuado con la mayor eficiencia
posible (mínimas pérdidas), sin degradación en el nivel de calidad y proporcionando
la protección para personas y cosas ante eventos como cortocircuitos o sobrecargas.
Habitualmente la red suele ser radial en los sistemas colectivos, con una o va-
rias ramas principales de las que pueden partir otras secundarias, pero pueden pen-
sarse en la opción de anillo abierto u otras. En función del número de usuarios, sus
potencias, consumo energético y distancias, se determina la opción más adecuada
bajo criterios perfectamente establecidos clásicamente como seguridad de sumi-
nistro, minimización de caídas de tensión, calidad, optimización de pérdidas y coste
global. También existe la posibilidad de dejar un cierto número de puntos de aper-
tura para aislar alguna parte de la red.
Existen por otro lado restricciones topográficas, sociológicas, medioambien-
tales, cuestiones relacionadas con la facilidad de instalación de mantenimiento, de
desmantelamiento en un futuro, de facilidad de expansión de la red, etc., que pue-
den condicionar la decisión final.
Los sistemas individuales suelen ser más apropiados para regiones de población
dispersa, en los que el coste de una red de distribución local (microrred) puede re-
sultar prohibitivo. Una característica de los sistemas individuales es que el con-
sumo es gobernado por el propio usuario, y por tanto puede determinarlo de un día
para otro. Como inconveniente, en caso de una gestión inadecuada el usuario puede
quedarse sin suministro con más facilidad, al ser instalaciones habitualmente más
pequeñas y dotadas de menos sistemas de medida y vigilancia. No obstante, el usua-
rio rápidamente aprende a cómo usar la energía disponible de su sistema correcta-
mente. En los colectivos, si el sistema central falla, todos los usuarios se ven
afectados. Además suelen requerir más mantenimiento in situ. Por otra parte, deben
tomarse medidas para preservar la energía almacenada en beneficio de la mayoría.

5.2.2. Corriente continua/corriente alterna


Determinar si los equipos de consumo trabajarán a corriente continua o co-
rriente alterna supone analizar factores técnicos y económicos, procurando optimi-
zar la eficiencia y costes del sistema conjunto generador-carga, los cuales se
encuentran íntimamente relacionados con el nivel de electrificación y, por lo tanto,
con las prestaciones que son factibles con la instalación.
274 Ángel Antonio Bayod Rújula

El empleo de corriente alterna implica las siguientes ventajas:


! Los equipos de consumo tienen un mercado mucho más desarrollado.
Suelen ser más fiables, baratos y fáciles de encontrar en comercios.
! La instalación precisa, en general, menor sección en cables y, por tanto,
menor coste por este concepto.
Por el contrario, la utilización de corriente alterna tiene el inconveniente de la
necesidad de emplear un inversor cuya utilización supone una reducción de la efi-
ciencia global del sistema, además de añadir coste al sistema.
Las ventajas de la corriente continua son, principalmente, la sencillez y la efi-
cacia de las instalaciones, pero con el inconveniente de que no existen, o son más
caros, los equipos de consumo.
En general, es posible establecer dos situaciones diferenciadas en función del
nivel de electrificación y de las prestaciones de las instalaciones fotovoltaicas, que
serían instalaciones básicas de electrificación e instalaciones de electrificación de
altas prestaciones.
Se puede entender por instalaciones básicas de electrificación aquellas que solo
permiten disponer de iluminación, una toma para televisión o radio y posibilidades
limitadas de utilización de pequeños electrodomésticos o máquinas herramientas.
En este caso, se debe utilizar corriente continua tanto si se trata de una vivienda
aislada como si se trata de un grupo de viviendas (en el caso de tratarse de más de
una vivienda, es conveniente valorar económicamente la alternativa de instalación
centralizada antes de tomar una decisión).
Una instalación de electrificación de altas prestaciones será la que haga posi-
ble utilizar cualquiera de los elementos de consumo doméstico descritos anterior-
mente, aunque teniendo en cuenta las recomendaciones y salvedades recogidas en
el apartado correspondiente. Por tanto, se contará, en general, con una línea de co-
rriente alterna.
Dependiendo del número de viviendas y proximidad, normalmente resultará
más interesante una instalación centralizada. Dependiendo de los mismos paráme-
tros, habrá que valorar si es más conveniente disponer de una línea de corriente
continua y otra de alterna (220 V c.a.), o si compensa por el tamaño de la instala-
ción acudir a una solución de una única línea de corriente alterna.
En el caso de que la distancia entre viviendas tenga cierta importancia, la cen-
tralización de la línea de corriente continua puede traducirse en un coste excesi-
vamente alto como consecuencia de la gran sección de los cables necesarios para
evitar pérdidas. En estas ocasiones, la posibilidad de utilizar una combinación de
instalación centralizada para el suministro de corriente alterna y descentralizada
Sistemas fotovoltaicos autónomos 275

para el suministro de corriente continua puede ser la opción económica y técnica-


mente más acertada.
También para viviendas aisladas se plantea la posibilidad de realizar dos ins-
talaciones independientes, una en corriente continua para las aplicaciones básicas
como, por ejemplo, la iluminación, dejando una línea de corriente alterna para el
resto de las aplicaciones. Con este diseño se consigue mejorar la fiabilidad de las
aplicaciones básicas, al no depender de los posibles fallos que pudieran afectar al
inversor, se hace posible la desconexión del inversor cuando no hay ningún elec-
trodoméstico funcionando y permite la desconexión de la línea de alterna cuando
las reservas de energía se encuentren bajo mínimos. Como desventaja, se encuen-
tra la necesidad de realizar dos sistemas de cableado dentro de la vivienda.
El nivel de electrificación también condiciona la tensión de trabajo en co-
rriente continua. Como aproximación pueden estimarse los siguientes valores, los
cuales deberán ser modificados en función de las necesidades particulares de cada
instalación:

Potencia (Wp) Tensión C.C. (V)


Menor de 400 12
400 - 5.000 24 - 48
Mayor de 5.000 48 - 110

TABLA 5.2. Relación entre la potencia instalada y la tensión de trabajo en una instalación fotovoltaica
(orientativa).

5.3. Dimensionamiento de sistemas autónomos


El dimensionado es el proceso por el cual se determina el tamaño de las insta-
laciones, atendiendo a dos parámetros fundamentales: por una parte, la demanda
energética a cubrir, y por otra la energía disponible para satisfacer esta demanda
(es decir, la radiación solar disponible). La necesidad de garantizar un suministro
constante, aún en las peores condiciones (ya que, en la mayoría de los casos, no se
puede acceder a fuentes energéticas de apoyo que suplan los fallos del sistema), y
el elevado coste de los equipos son factores de capital importancia.
En electrificación rural, además de los requerimientos técnicos y económicos,
ha de prestarse atención a las regulaciones nacionales y locales, y tener en cuenta
aspectos sociales y sociológicos tales como actividad económica de la comunidad
y sus prioridades de desarrollo, nivel de educación, resultados de otros proyectos si-
milares en el entorno, posibles fuentes de financiación. El objetivo es disponer de
sistemas fotovoltaicos seguros, fiables y duraderos.
276 Ángel Antonio Bayod Rújula

Radiación solar Necesidades Equipos comerciales


disponible energéticas disponibles

Dimensionado

Coste Demanda Características


de la instalación cubierta de la instalación

FIGURA 5.7. Esquema general de dimensionado.

Un adecuado dimensionado de las instalaciones supone, además, asegurar la


fiabilidad de las mismas y su utilización a lo largo del tiempo, evitando que que-
den inservibles al cabo de pocos años al utilizarse para fines para los cuales no ha-
bían sido concebidas. Una vez más hemos de recordar que la funcionalidad en el
medio o largo plazo depende, además del correcto diseño, dimensionado e insta-
lación, de la adecuada operación y mantenimiento, por lo que la posibilidad de
contar con personal de la comunidad capaz de realizar esas tareas con garantías es
también imprescindible.
Para un correcto diseño que garantice una posterior utilización fiable, el usua-
rio debe expresar sus necesidades en cuestión de demanda energética, para poder es-
tablecer los requerimientos del sistema. Es imprescindible la perfecta comprensión
de las necesidades y deseos de los usuarios finales de la instalación.
Lo ideal, aunque no siempre fácil de lograr, es conocer los consumos en el
tiempo de modo preciso, con indicación de cargas específicas, frecuencias de uso,
duraciones, día a día. Es decir, un detallado perfil de la carga. Pero la estimación co-
rrecta de la energía consumida por el sistema fotovoltaico solo es sencilla en aque-
llas aplicaciones en las que se conocen exactamente las características de la carga
(por ejemplo, sistemas de telecomunicación). Sin embargo, en otras aplicaciones,
como puede ser la electrificación de viviendas, la tarea no resulta fácil pues inter-
vienen multitud de factores que afectan al consumo final de electricidad: tamaño y
Sistemas fotovoltaicos autónomos 277

composición de las familias (edad, formación), hábitos de los usuarios y capacidad


para administrar la energía disponible. Las demandas individuales pueden variar
entre las pocas decenas de Wh al día a pocos kWh por día.
Se requiere también especificar el tipo de receptores, consumos en continua,
consumos en alterna, la calidad requerida, como formas de onda (armónicos indi-
viduales y THD), huecos, variaciones de frecuencia, factor de potencia y variacio-
nes de tensión admisibles, rizado en la tensión de continua... Algunas características
influyen directamente en el tamaño y calidad del convertidor o generador a utilizar.
En ocasiones se puede saber el consumo diario, con la proporción de consumo noc-
turno frente a consumo en hora de Sol, o consumo en días laborales y en fines de
semana. Otras veces el diseño se basa en datos de consumo medio mensual.
Los métodos de dimensionado más utilizados son los siguientes:
! Método del mes peor: Se realiza un balance de energía seleccionando el
mes en el que se dan las condiciones más desfavorables del sistema. La
idea es que si el sistema funciona en este mes, funcionará también los
demás meses del año. Presenta el inconveniente de que, al trabajar con
un solo mes, no optimiza energéticamente la instalación ni cuantifica la
fiabilidad.
! Método de la probabilidad de fallo en el consumo: Realiza balances ener-
géticos mensuales o diarios a lo largo de un número de años significati-
vos, con el fin de calcular el tamaño de los módulos y de batería que
garantice el consumo con una fiabilidad dada. Permite optimizar energé-
ticamente la instalación y, lo que es más importante, permite introducir el
concepto de fiabilidad energética.

5.4. Método del mes peor


En este método se supone que, si la instalación es capaz de asegurar el sumi-
nistro en el período en el cual la relación de la radiación disponible y el consumo de
energía es más crítica, no habrá problemas en el suministro durante el resto del año.
Es un método de dimensionamiento mucho más sencillo e intuitivo que otros,
utilizando valores medios mensuales de radiación global y valores medios diarios
de carga, con las limitaciones que ello conlleva. La hipótesis básica de dimensio-
nado para instalaciones aisladas de la red eléctrica, según el «método del mes
peor», es la de abastecer en su totalidad las necesidades definidas en el mes de
menor relación entre los consumos y la radiación, contando con la seguridad de una
capacidad de acumulación necesaria para cubrir un cierto número de días de bajo
278 Ángel Antonio Bayod Rújula

nivel de radiación (días de autonomía). Este número máximo de días de autonomía


previstos para la instalación estará definido en función de las características clima-
tológicas de la zona y del uso o finalidad de la instalación.

Aplicación
Ubicación
Consumo de los equipos en corriente continua

Descripción Potencia (W) Número de equipos Horas/día Consumo


del equipo P N de función (Wh/día)
H P*N*H

Total Tcc
Consumo de los equipos en corriente alterna

Descripción Potencia (W) Número de equipos Horas/día Consumo


del equipo P N de función (Wh/día)
H P*N*H

Total Tac

Margen de seguridad de captación (Eb) %

Eficiencia del inversor (Ei) %

Consumos en corriente continua (Cc u (100cEb)*Tcc/100) Wh/día

Consumos en corriente alterna (Ca u (100cEb)*Tac/Ei) Wh/día

Consumos totales (Ct u CccCa) Wh/día

Hoja de dimensionado n.º 1: Evaluación de la energía necesaria.


Sistemas fotovoltaicos autónomos 279

Con objeto de ayudar en el seguimiento y realización del método, se puede


realizar una serie de cuadros que recojan, por una parte, una evaluación de la
energía necesaria a partir de la descripción de los distintos elementos de consumo
(bombillas, electrodomésticos), su potencia y sus horas de funcionamiento, con
el fin de evaluar los consumos requeridos. Este proceso debe realizarse tanto para
los aparatos de corriente continua como para los de corriente alterna.
A continuación, se recogen de modo más detallado los pasos necesarios.

5.4.1. Evaluación de la energía necesaria


Para la estimación de la energía consumida por la instalación se habrá de eva-
luar, por separado, la aportación al consumo total de los equipos de corriente al-
terna y continua. A la hora de realizar esta estimación deben tenerse en cuenta las
variaciones estacionales, ya que la incidencia de determinadas aplicaciones (espe-
cialmente los bombeos de agua) es muy importante frente a los consumos en otros
usos, por lo que deben calcularse los consumos para varios meses diferentes. En el
caso de que se trate de sistemas de electrificación con consumos idénticos a lo largo
de todo el año, bastará con realizar una única estimación.
El cálculo de la energía consumida debe incluir las pérdidas diarias de energía
causadas por el autoconsumo de los equipos (regulador, inversor, etc.).
La energía que la aplicación considerada necesita consumir cada mes va a de-
pender, exclusivamente, del tipo de equipos que componen la carga, así como el
tiempo de utilización de los mismos.
Los datos necesarios que habrán de conocerse de cada equipo serán:
1. La potencia, tomada como la nominal de los equipos, y que aparece en las
características de los mismos.
2. El número de horas de funcionamiento diario.
Como orientación, se incluyen en la tabla 5.3 datos sobre potencia y número de
horas de funcionamiento típicos en instalaciones fotovoltaicas. No obstante, dada
la gran cantidad de equipos electrodomésticos de corriente alterna para diversas
aplicaciones disponibles en el mercado sería prácticamente imposible establecer la
potencia de cada uno de ellos. Por lo tanto, en cada caso es necesario recurrir a los
datos que suministra el fabricante del electrodoméstico en cuestión. El número de
horas de utilización depende del usuario, siendo imprescindible atender a sus hábi-
tos de consumo.
La energía necesaria para el consumo del equipo en cuestión será el producto
del número de equipos iguales por la potencia y por el número de horas diarias de
funcionamiento (P * N * H).
280 Ángel Antonio Bayod Rújula

Equipo Potencia (w) Funcionamiento


(horas/día)
Iluminación 10 - 20 1
Iluminación intensa 20 - 40 3
Televisor B/N 20 - 30 3
Televisor color 50 - 100 3
Radiocassette 5 - 15 1
Vídeo 50 1
Lavadora 400 0,5
Plancha 600 - 1200 0,25
Ordenador 200 0,5
Frigorífico 70 - 120 4
Congelador 90 - 150 5
Pequeños electrodomésticos 50 - 200 0,25
Máquinas herramientas 200 - 500 0,25

TABLA 5.3. Potencia nominal usual en equipos de consumo frecuentes en instalaciones fotovoltaicas y
ejemplo de horas de funcionamiento diario (orientativa).

Lo consignado como elementos generales en los párrafos anteriores es de apli-


cación tanto en el caso del consumo de los equipos de corriente continua como de
corriente alterna.

Evaluación del consumo total (Gt)


Para la evaluación del consumo total se considerará un margen de seguridad de
captación (Eb): Corresponde a las pérdidas en el cableado, variaciones en los con-
sumos previstos inicialmente, consumo del regulador y ciclado de la batería, etc. En
principio puede estimarse en un 15% para la mayoría de los casos.
Los consumos en continua (Cc) serán, por tanto, el producto de (100cEb) / 100
por lo calculado para el conjunto de los equipos de consumo (Tcc):

Cc u (100 c Eb) * Tcc / 100

En el caso de los consumos en alterna, ha de tenerse también en cuenta, la efi-


ciencia del inversor (Ei): que es la relación entre la energía que se aporta al inver-
sor y la realmente disponible para el consumo. Como ya se mencionó en el capítulo
dedicado a los elementos que componen la instalación, el inversor tiene un con-
sumo propio constante y un rendimiento variable en función de la carga a la que su-
ministre. En principio, y salvo disponer de informaciones más precisas, puede
tomarse como valor medio el 85%.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 281

Por tanto, los consumos en corriente alterna (Ga) serán el resultado de la ope-
ración siguiente:

Ca u (100 c Eb) * T2 / Ei

El consumo diario total de los equipos será:

Ct u Cc c Ca

5.4.2. Evaluación de la radiación solar disponible


La energía que capta un panel solar fotovoltaico va a depender tanto de la cli-
matología del lugar como del ángulo de inclinación que el panel posea respecto a
los rayos solares, como ha sido explicado anteriormente.
Los valores de radiación solar, tanto directa como difusa, que afectan a una de-
terminada ubicación pueden medirse físicamente mediante unos instrumentos de-
nominados piranómetros.
El cálculo exacto de la energía solar incidente en una determinada ubicación
es un complicado problema estadístico y físico. Sin embargo, se pueden realizar
aproximaciones suficientemente aceptables suponiendo que la energía recibida
es la correspondiente a la media de la provincia en la que se instala el sistema fo-
tovoltaico.
Los paneles deben estar orientados perfectamente hacia el Sur, aunque en casos
excepcionales (sombras por montañas, edificaciones, etc.) puede ser conveniente
variar ligeramente esta orientación.
El IDAE indica que el ángulo óptimo, cuando el periodo de diseño es el mes
de diciembre, es la latitud más 10 grados. Cuando el mes de diseño es el de julio,
la inclinación óptima es la latitud menos 20 grados. Si lo que se desea es maxi-
mizar la producción anual, recomienda una inclinación igual a la latitud menos
10 grados.
Se denomina factor de irradiación (FI) al porcentaje de radiación incidente para
un generador de orientación e inclinación (α y β, respectivamente) respecto a la co-
rrespondiente para una orientación e inclinación óptimas (α u 0°, βopt). Las pér-
didas de radiación respecto a la orientación e inclinación óptimas vienen dadas por
(1 i FI).
Cuando no sea posible orientar e inclinar el generador de forma óptima, el fac-
tor de irradiación para la orientación e inclinación elegidas es el dado por las si-
guientes expresiones aproximadas:
282 Ángel Antonio Bayod Rújula

FI u 1 i [1,2 c 10i4(β i βopt)2 c 3,5 * 10i5 α2] para 15º < β < 90º

FI u 1i [1,2 c 10i4(β i βopt)2] para β ≤ 15º


(α y β se expresan en grados)

En ocasiones, en lugar de trabajar con una inclinación fija durante todo el año
se trabaja con dos inclinaciones a lo largo del año con objeto de aumentar la ener-
gía incidente. Por ejemplo, puede pensarse en trabajar con ángulos de inclinación
sobre la horizontal de 15º durante los meses entre abril y septiembre, ambos in-
cluidos, y de 60º durante el resto del año.
En las tablas de radiación que se muestran a continuación se tienen los valores
medios de la energía recibida durante un día y por unidad de superficie horizontal
(en MJ), correspondientes a las diferentes provincias españolas para los distintos
meses del año, así como los factores de corrección k para superficies inclinadas
para las latitudes de zonas en España. Estos factores representan el cociente entre
la energía total incidente en un día sobre una superficie orientada hacia el Ecuador
e inclinada un determinado ángulo, y otra horizontal.
La energía sobre superficie horizontal puede ser expresada en forma de
kWh/m2/día dividiendo por 3,6. Para calcular la energía que incide sobre un panel
con una inclinación determinada basta con multiplicar la energía sobre superficie
horizontal por el factor de corrección k correspondiente a la latitud del emplaza-
miento e inclinación del panel.

ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC. AÑO
1 ÁLAVA 4,6 6,9 11,2 13 14,8 16,6 18,1 17,3 14,3 9,5 5,5 4,1 11,3
2 ALBACETE 6,7 10,5 15 19,2 21,2 25,1 26,7 23,2 18,8 12,4 8,4 6,4 16,1
3 ALICANTE 8,5 12 16,3 18,9 23,1 24,8 25,8 22,5 18,3 13,6 9,8 7,6 16,8
4 ALMERÍA 8,9 12,2 16,4 19,6 23,1 24,6 25,3 22,5 18,5 13,9 10 8 16,9
5 ASTURIAS 5,3 7,7 10,6 12,2 15 15,2 16,8 14,8 12,4 9,8 5,9 4,6 10,9
6 ÁVILA 6 9,1 13,5 17,7 19,4 22,3 26,3 25,3 18,8 11,2 6,9 5,2 15,1
7 BADAJOZ 6,5 10 13,6 18,7 21,8 24,6 25,9 23,8 17,9 12,3 8,2 6,2 15,8
8 BALEARES 7,2 10,7 14,4 16,2 21 22,7 24,2 20,6 16,4 12,1 8,5 6,5 15
9 BARCELONA 6,5 9,5 12,9 16,1 18,6 20,3 21,6 18,1 14,6 10,8 7,2 5,8 13,5
10 BURGOS 5,1 7,9 12,4 16 18,7 21,5 23 20,7 16,7 10,1 6,5 4,5 13,6
11 CÁCERES 6,8 10 14,7 19,6 22,1 25,1 28,1 25,4 19,7 12,7 8,9 6,6 16,6
12 CÁDIZ 8,1 11,5 15,7 18,5 22,2 23,8 25,9 23 18,1 14,2 10 7,4 16,5
13 CANTABRIA 5 7,4 11 13 16,1 17 18,4 15,5 13 9,5 5,8 4,5 11,3
14 CASTELLON 8 12,2 15,5 17,4 20,6 21,4 23,9 19,5 16,6 13,1 8,6 7,3 15,3
15 CEUTA 8,9 13,1 18,6 21 24,3 26,7 26,8 24,3 19,1 14,2 11 8,6 18,1
Sistemas fotovoltaicos autónomos 283

ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC. AÑO
16 CIUDAD REAL 7 10,1 15 18,7 21,4 23,7 25,3 23,2 18,8 12,5 8,7 6,5 15,9
17 CÓRDOBA 7,2 10,1 15,1 18,5 21,8 25,9 28,5 25,1 19,9 12,6 8,6 6,9 16,7
18 LA CORUÑA 5,4 8 11,4 12,4 15,4 16,2 17,4 15,3 13,9 10,9 6,4 5,1 11,5
19 CUENCA 5,9 8,8 12,9 17,4 18,7 22 25,6 22,3 17,5 11,2 7,2 5,5 14,6
20 GERONA 7,1 10,5 14,2 15,9 18,7 19 22,3 18,5 14,9 11,7 7,8 6,6 13,9
21 GRANADA 7,8 10,8 15,2 18,5 21,9 24,8 26,7 23,6 18,8 12,9 9,6 7,1 16,5
22 GUADALAJARA 6,5 9,2 14, 17,9 19,4 22,7 25 23,2 17,8 11,7 7,8 5,6 15,1
23 GUIPÚZCOA 5,5 7,7 11,3 11,7 14,6 16,2 16,1 13,6 12,7 10,3 6,2 5 10,9
24 HUELVA 7,6 11,3 16 19,5 24,1 25,6 28,7 25,6 21,2 14,5 9,2 7,5 17,6
25 HUESCA 6,1 9,6 14,3 18,7 20,3 22,1 23,1 20,9 16,9 11,3 7,2 5,1 14,6
26 JAÉN 6,7 10,1 14,4 18 20,3 24,4 26,7 24,1 19,2 11,9 8,1 6,5 15,9
27 LEÓN 5,8 8,7 13,8 17,2 19,5 22,1 24,2 20,9 17,2 10,4 7 4,8 14,3
28 LÉRIDA 6 9,9 10 18,8 20,9 22,6 23,8 21,3 16,8 12,1 7,2 4,8 15,2
29 LUGO 5,1 7,6 11,7 15,2 17,1 19,5 20,2 18,4 15 9,9 6,2 4,5 12,5
30 MADRID 6,7 10,6 13,6 18,8 20,9 23,5 26 23,1 16,9 11,4 7,5 5,9 15,4
31 MÁLAGA 8,3 12 15,5 18,5 23,2 24,5 26,5 23,2 19 13,6 9,3 8 16,8
32 MELILLA 9,4 12,6 17,2 20,3 23 24,8 24,8 22,6 18,3 14,2 10,9 8,7 17,2
33 MURCIA 10,1 14,8 16,6 20,4 24,2 25,6 27,7 23,5 18,6 13,9 9,8 8,1 17,8
34 NAVARRA 5 7,4 12,3 14,5 17,1 18,9 20,5 18,2 16,2 10,2 6 4,5 12,6
35 ORENSE 4,7 7,3 11,3 14 16,2 17,6 18,3 16,6 14,3 9,4 5,6 4,3 11,6
36 PALENCIA 5,3 9 13,2 17,5 19,7 21,8 24,1 21,6 17,1 10,9 6,6 4,6 14,3
37 LAS PALMAS 11,2 14,2 17,8 19,6 21,7 22,5 24,3 21,9 19,8 15,1 12,3 10,7 17,6
38 PONTEVEDRA 5,5 8,2 13 15,7 17,5 20,4 22 18,9 15,1 11,3 6,8 5,5 13,3
39 LA RIOJA 5,6 8,8 13,7 16,6 19,2 21,4 23,3 20,8 16,2 10,7 6,8 4,8 14
40 SALAMANCA 6,1 9,5 13,5 17,1 19,7 22,8 24,6 22,6 17,5 11,3 7,4 5,2 14,8
41STA.C.TENERIFE 10,7 13,3 18,1 21,5 25,7 26,5 29,3 26,6 21,2 16,2 10,8 9,3 19,1
42 SEGOVIA 5,7 8,8 13,4 18,4 20,4 22,6 25,7 24,9 18,8 11,4 6,8 5,1 15,2
43 SEVILLA 7,3 10,9 14,4 19,2 22,4 24,3 24,9 23 17,9 12,3 8,8 6,9 16
44 SORIA 5,9 8,7 12,8 17,1 19,7 21,8 24,1 22,3 17,5 11,1 7,6 5,6 14,5
45 TARRAGONA 7,3 10,7 14,9 17,6 20,2 22,5 23,8 20,5 16,4 12,3 8,8 6,3 15,1
46 TERUEL 6,1 8,8 12,9 16,7 18,4 20,6 21,8 20,7 16,9 11 7,1 5,3 13,9
47 TOLEDO 6,2 9,5 14 19,3 21 24,4 27,2 24,5 18,1 11,9 7,6 5,6 15,8
48 VALENCIA 7 ,6 10,6 14,9 18,1 20,6 22,8 23,8 20,7 16,7 12 8,7 6,6 15,3
49 VALLADOLID 5,5 8,8 13,9 17,2 19,9 22,6 25,1 23 18,3 11,2 6,9 4,2 14,7
50 VIZCAYA 5 7,1 10,8 12,7 15,5 16,7 17,9 15,7 13,1 9,3 6 4,6 11,2
51 ZAMORA 5,4 8,9 13,2 17,3 22,2 21,6 23,5 22 17,2 11,1 6,7 4,6 14,5
52 ZARAGOZA 6,3 9,8 15,2 18,3 21,8 24,2 25,1 23,4 18,3 12,1 7,4 5,7 15,6

TABLA 5.4. Energía incidente sobre un metro cuadrado de superficie horizontal en un día medio de
cada mes (MJ /m2/día). Fuente: IDAE.
284 Ángel Antonio Bayod Rújula

LATITUD u 28º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,05 1,04 1,03 1,01 1 1 1 1,02 1,03 1,05 1,06 1,06
10 1,1 1,08 1,05 1,02 1 ,99 1 1,02 1,06 1,1 1,12 1,12
15 1,14 1,11 1,07 1,02 ,99 ,98 ,99 1,03 1,08 1,13 1,17 1,17
20 1,17 1,13 1,08 1,02 ,97 ,95 ,97 1,02 1,09 1,16 1,21 1,21
25 1,2 1,15 1,08 1 ,95 ,93 ,95 1,01 1,09 1,19 1,25 1,24
30 1,22 1,15 1,07 ,98 ,92 ,89 ,92 ,99 1,09 1,2 1,27 1,27
35 1,23 1,16 1,06 ,96 ,88 ,85 ,88 ,96 1,08 1,21 1,29 1,29
40 1,24 1,15 1,04 ,92 ,84 ,8 ,84 ,93 1,06 1,21 1,3 1,3
45 1,23 1,14 1,01 ,89 ,79 ,75 ,79 ,89 1,04 1,2 1,3 1,3
50 1,22 1,12 ,98 ,84 ,73 ,69 ,73 ,84 1 1,18 1,3 1,3
55 1,2 1,09 ,94 ,79 ,68 ,63 ,67 ,79 ,96 1,15 1,28 1,28
60 1,18 1,05 ,9 ,73 ,61 ,57 ,61 ,73 ,92 1,12 1,26 1,26
65 1,14 1,01 ,85 ,67 ,55 ,5 ,54 ,67 ,86 1,08 1,22 1,23
70 1,1 ,97 ,79 ,61 ,48 ,42 ,47 ,6 ,81 1,03 1,18 1,19
75 1,06 ,91 ,73 ,54 ,4 ,35 ,39 ,53 ,74 ,97 1,14 1,15
80 1 ,86 ,66 ,47 ,33 ,27 ,32 ,46 ,67 ,91 1,08 1,1
85 ,94 ,79 ,59 ,39 ,25 ,19 ,24 ,38 ,6 ,84 1,02 1,04
90 ,88 ,72 ,52 ,32 ,17 ,11 ,16 ,31 ,53 ,77 ,95 ,98

LATITUD u 29º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,05 1,04 1,03 1,02 1 1 1 1,02 1,03 1,05 1,07 1,06
10 1,1 1,08 1,05 1,02 1 ,99 1 1,03 1,06 1,1 1,12 1,12
15 1,15 1,11 1,07 1,03 ,99 ,98 ,99 1,03 1,08 1,14 1,18 1,17
20 1,18 1,14 1,08 1,02 ,98 ,95 ,98 1,03 1,1 1,17 1,22 1,22
25 1,21 1,15 1,08 1,01 ,95 ,93 ,95 1,01 1,1 1,2 1,26 1,25
30 1,23 1,16 1,08 ,99 ,92 ,9 ,92 1 1,1 1,21 1,28 1,28
35 1,24 1,17 1,07 ,97 ,89 ,86 ,89 ,97 1,09 1,22 1,3 1,3
40 1,25 1,16 1,05 ,93 ,85 ,81 ,85 ,94 1,07 1,22 1,32 1,31
45 1,24 1,15 1,02 ,9 ,8 ,76 ,8 ,9 1,05 1,21 1,32 1,32
50 1,23 1,13 ,99 ,85 ,75 ,71 ,74 ,85 1,02 1,19 1,31 1,31
55 1,22 1,1 ,95 ,8 ,69 ,64 ,68 ,8 ,98 1,17 1,3 1,3
60 1,19 1,07 ,91 ,75 ,63 ,58 ,62 ,75 ,93 1,14 1,28 1,28
65 1,16 1,03 ,86 ,69 ,56 ,51 ,55 ,69 ,88 1,1 1,24 1,25
70 1,12 ,98 ,8 ,62 ,49 ,44 ,48 ,62 ,82 1,05 1,2 1,22
75 1,07 ,93 ,74 ,55 ,42 ,36 ,41 ,55 ,76 ,99 1,16 1,17
80 1,02 ,87 ,68 ,48 ,34 ,28 ,33 ,48 ,69 ,93 1,1 1,12
85 ,96 ,81 ,61 ,41 ,26 ,21 ,25 ,4 ,62 ,87 1,04 1,06
90 ,9 ,74 ,54 ,33 ,18 ,13 ,17 ,32 ,54 ,79 ,97 1
Sistemas fotovoltaicos autónomos 285

LATITUD u 35º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,06 1,05 1,04 1,02 1,01 1,01 1,01 1,03 1,04 1,06 1,08 1,07
10 1,12 1,1 1,07 1,04 1,02 1,01 1,02 1,04 1,08 1,12 1,15 1,14
15 1,17 1,14 1,09 1,05 1,02 1 1,02 1,05 1,11 1,17 1,21 1,21
20 1,22 1,17 1,11 1,05 1,01 ,99 1,01 1,06 1,13 1,22 1,27 1,26
25 1,25 1,2 1,12 1,05 ,99 ,97 ,99 1,05 1,15 1,25 1,32 1,31
30 1,28 1,21 1,13 1,04 ,97 ,94 ,97 1,04 1,15 1,28 1,36 1,35
35 1,31 1,22 1,12 1,02 ,94 ,91 ,94 1,02 1,15 1,29 1,39 1,38
40 1,32 1,23 1,11 ,99 ,9 ,87 ,9 1 1,14 1,3 1,41 1,4
45 1,33 1,22 1,09 ,96 ,86 ,82 ,86 ,97 1,13 1,3 1,42 1,41
50 1,32 1,21 1,07 ,92 ,81 ,77 ,81 ,93 1,1 1,3 1,43 1,42
55 1,31 1,19 1,03 ,87 ,76 ,72 ,76 ,88 1,07 1,28 1,42 1,41
60 1,29 1,16 ,99 ,82 ,7 ,66 ,7 ,83 1,03 1,25 1,41 1,4
65 1,27 1,12 ,95 ,77 ,64 ,59 ,64 ,77 ,98 1,22 1,38 1,38
70 1,23 1,08 ,9 ,71 ,57 ,52 ,57 ,71 ,93 1,18 1,35 1,35
75 1,19 1,03 ,84 ,64 ,5 ,45 ,5 ,64 ,87 1,13 1,31 1,31
80 1,14 ,98 ,78 ,57 ,43 ,37 ,42 ,57 ,8 1,07 1,26 1,26
85 1,09 ,92 ,71 ,5 ,35 ,29 ,34 ,5 ,73 1 1,2 1,21
90 1,02 ,85 ,64 ,42 ,27 ,21 ,26 ,42 ,66 ,93 1,13 1,15

LATITUD u 36º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,05 1,04 1,02 1,01 1,01 1,01 1,03 1,05 1,07 1,08 1,08
10 1,13 1,1 1,07 1,04 1,02 1,01 1,02 1,05 1,08 1,13 1,15 1,15
15 1,18 1,14 1,1 1,05 1,02 l,01 1,02 1,06 1,12 1,18 1,22 1,21
20 1,22 1,18 1,12 1,06 1,01 ,99 1,01 1,06 1,14 1,22 1,28 1,27
25 1,26 1,2 1,13 1,05 1 ,98 1 1,06 1,16 1,26 1,33 1,32
30 1,29 1,22 1,13 1,04 ,98 ,95 ,98 1,05 1,16 1,29 1,37 1,36
35 1,32 1,23 1,13 1,02 ,95 ,92 ,95 1,03 1,16 1,31 1,4 1,39
40 1,33 1,24 1,12 1 ,91 ,88 ,91 1,01 1,16 1,32 1,43 1,41
45 1,34 1,23 1,1 ,97 ,87 ,84 ,87 ,98 1,14 1,32 1,44 1,43
50 1,34 1,22 1,08 ,93 ,82 ,78 ,82 ,94 1,12 1,31 1,45 1,44
55 1,33 1,2 1,05 ,89 ,77 ,73 ,77 ,9 1,08 1,3 1,44 1,43
60 1,31 1,17 1,01 ,84 ,71 ,67 ,71 ,84 1,05 1,27 1,43 1,42
65 1,29 1,14 ,96 ,78 ,65 ,6 ,65 ,79 1 1,24 1,41 1,4
70 1,25 1,1 ,91 ,72 ,59 ,53 ,58 ,73 ,95 1,2 1,37 1,37
75 1,21 1,05 ,85 ,66 ,52 ,46 ,51 ,66 ,89 1,15 1,33 1,33
80 1,16 1 ,79 ,59 ,44 ,39 ,44 ,59 ,82 1,09 1,28 1,29
85 1,11 ,94 ,73 ,52 ,37 ,31 ,36 ,51 ,75 1,03 1,23 1,23
90 1,05 ,87 ,65 ,44 ,29 ,23 ,28 ,44 ,68 ,96 1,16 1,17
286 Ángel Antonio Bayod Rújula

LATITUD u 37º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,04 1,03 1,01 1,01 1,02 1,03 1,05 1,07 1,08 1,08
10 1,13 1,1 1,08 1,05 1,02 1,01 1,02 1,05 1,09 1,13 1,16 1,15
15 1,18 1,15 1,1 1,06 1,02 1,01 1,02 1,06 1,12 1,19 1,23 1,22
20 1,23 1,18 1,12 1,06 1,02 1 1,02 1,07 1,15, 1,23 1,29 1,28
25 1,27 1,21 1,14 1,06 1 ,98 1 1,07 1,16 1,27 1,34 1,33
30 1,3 1,23 1,14 1,05 ,98 ,96 ,98 1,06 1,17 1,3 1,38 1,37
35 1,33 1,24 1,14 1,03 ,96 ,93 ,96 1,04 1,17 1,32 1,42 1,41
40 1,35 1,25 1,13 1,01 ,92 ,89 ,92 1,02 1,17 1,34 1,44 1,43
45 1,35 1,25 1,11 ,98 ,88 ,85 ,88 ,99 1,15 1,34 1,46 1,45
50 1,35 1,24 1,09 ,94 ,84 ,8 ,84 ,95 1,13 1,33 1,47 1,46
55 1,35 1,22 1,06 ,9 ,78 ,74 ,78 ,91 1,1 1,32 1,47 1,45
60 1,33 1,19 1,02 ,85 ,73 ,68 ,73 ,86 1,06 1,3 1,45 1,44
65 1,31 1,16 ,98 ,8 ,67 ,62 ,66 ,8 1,02 1,26 1,43 1,42
70 1,27 1,12 ,93 ,74 ,6 ,55 ,6 ,74 ,97 1,22 1,4 1,4
75 1,23 1,07 ,87 ,67 ,53 ,48 ,53 ,68 ,91 1,17 1,36 1,36
80 1,19 1,02 ,81 ,6 ,46 ,4 ,45 ,6 ,84 1,12 1,31 1,31
85 1,13 ,96 ,74 ,53 ,38 ,32 ,38 ,53 ,77 1,05 1,26 1,26
90 1,07 ,89 ,67 ,46 ,3 ,25 ,3 ,45 ,7 ,98 1,19 1,2

LATITUD u 38º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,04 1,03 1,02 1,01 1,02 1,03 1,05 1,07 1,08 1,08
10 1,13 1,11 1,08 1,05 1,02 1,02 1,03 1,05 1,09 1,14 1,16 1,16
15 1,19 1,15 1,11 1,06 1,03 1,01 1,03 1,07 1,13 1,19 1,23 1,22
20 1,24 1,19 1,13 1,07 1,02 1,01 1,02 1,07 1,15 1,24 1,3 1,29
25 1,28 1,22 1,14 1,07 1,01 ,99 1,01 1,08 1,17 1,28 1,35 1,34
30 1,31 1,24 1,15 1,06 ,99 ,97 ,99 1,07 1,18 1,31 1,4 1,38
35 1,34 1,25 1,15 1,04 ,96 ,94 ,97 1,05 1,19 1,34 1,43 1,42
40 1,36 1,26 1,14 1,02 ,93 ,9 ,93 1,03 1,18 1,35 1,46 1,45
45 1,37 1,26 1,13 ,99 ,89 ,86 ,89 1 1,17 1,36 1,48 1,47
50 1,37 1,25 1,1 ,95 ,85 ,81 ,85 ,97 1,15 1,35 1,49 1,48
55 1,36 1,23 1,07 ,91 ,8 ,75 ,8 ,92 1,12 1,34 1,49 1,48
60 1,35 1,21 1,04 ,86 ,74 ,69 ,74 ,87 1,08 1,32 1,48 1,47
65 1,33 1,18 ,99 ,81 ,68 ,63 ,68 ,82 1,04 1,29 1,46 1,45
70 1,29 1,14 ,94 ,75 ,61 ,56 ,61 ,76 ,98 1,25 1,43 1,42
75 1,25 1,09 ,89 ,69 ,54 ,49 ,54 ,69 ,93 1,2 1,39 1,39
80 1,21 1,04 ,83 ,62 ,47 ,42 ,47 ,62 ,86 1,14 1,34 1,34
85 1,15 ,98 ,76 ,55 ,4 ,34 ,39 ,55 ,79 1,08 1,29 1,29
90 1,09 ,91 ,69 ,47 ,32 ,26 ,31 ,47 ,72 1,01 1,22 1,23
Sistemas fotovoltaicos autónomos 287

LATITUD u 39º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,04 1,03 1,02 1,01 1,02 1,03 1,05 1,07 1,09 1,08
10 1,14 1,11 1,08 1,05 1,03 1,02 1,03 1,06 1,1 1,14 1,17 1,16
15 1,19 1,16 1,11 1,07 1,03 1,02 1,03 1,07 1,13 1,2 1,24 1,23
20 1,25 1,2 1,14 1,07 1,03 1,01 1,03 1,08 1,11 1,25 1,31 1,29
25 1,29 1,23 1,15 1,07 1,02 1 1,02 1,08 1,18 1,29 1,36 1,35
30 1,33 1,25 1,16 1,07 1 ,97 1 1,08 1,19 1,33 1,41 1,4
35 1,35 1,27 1,16 1,05 ,97 ,94 ,98 1,06 1,2 1,35 1,45 1,43
40 1,37 1,27 1,15 1,03 ,94 ,91 ,94 1,04 1,19 1,37 1,48 1,46
45 1,38 1,27 1,14 1 ,9 ,87 ,9 1,01 1,18 1,37 1,5 1,48
50 1,39 1,26 1,12 ,97 ,86 ,82 ,86 ,98 1,16 1,37 1,51 1,5
55 1,38 1,25 1,09 ,93 ,81 ,77 ,81 ,94 1,13 1,36 1,51 1,5
60 1,37 1,22 1,05 ,88 ,75 ,71 ,75 ,89 1,1 1,34 1,51 1,49
65 1,35 1,19 1,01 ,83 ,69 ,65 ,69 ,83 1,05 1,31 1,49 1,47
70 1,32 1,15 ,96 ,77 ,63 ,58 ,63 ,77 1 1,27 1,46 1,45
75 1,28 1,11 ,91 ,7 ,56 ,51 ,56 ,71 ,95 1,23 1,42 1,41
80 1,23 1,06 ,84 ,64 ,49 ,43 ,48 ,64 ,88 1,17 1,37 1,37
85 1,18 1 ,78 ,56 ,41 ,35 ,41 ,56 ,81 1,11 1,32 1,32
90 1,12 ,93 ,71 ,49 ,33 ,28 ,33 ,49 ,74 1,04 1,25 1,26

LATITUD u 40º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,05 1,03 1,02 1,01 1,02 1,03 1,05 1,08 1,09 1,09
10 1,14 1,11 1,08 1,05 1,03 1,02 1,03 1,06 1,1 1,14 1,17 1,16
15 1,2 1,16 1,12 1,07 1,03 1,02 1,04 1,08 1,14 1,21 1,25 1,24
20 1,25 1,2 1,14 1,08 1,03 1,02 1,03 1,09 1,17 1,26 1,32 1,3
25 1,3 1,23 1,16 1,08 1,02 1 1,02 1,09 1,19 1,3 1,38 1,36
30 1,34 1,26 1,17 1,07 1,01 ,98 1,01 1,09 1,2 1,34 1,43 1,41
35 1,37 1,28 1,17 1,06 ,98 ,95 ,98 1,07 1,21 1,37 1,47 1,45
40 l,39 1,29 1,16 1,04 ,95 ,92 ,95 1,05 1,21 1,39 1,5 1,48
45 1,4 1,29 1,15 1,01 ,91 ,88 ,92 1,03 1,2 1,39 1,52 1,5
50 1,41 1,28 1,13 ,98 ,87 ,83 ,87 ,99 1,18 1,39 1,54 1,52
55 1,4 1,27 1,1 ,94 ,82 ,78 ,82 ,95 1,11 1,38 1,54 1,52
60 1,39 1,24 1,07 ,89 ,77 ,72 ,77 ,9 1,12 1,36 1,53 1,51
65 1,37 1,21 1,03 ,84 ,71 ,66 ,71 ,85 1,07 1,34 1,51 1,5
70 1,34 1,17 ,98 ,78 ,64 ,59 ,64 ,79 1,02 1,3 1,49 1,47
75 1,3 1,13 ,92 ,72 ,57 ,52 ,57 ,73 ,97 1,25 1,45 1,44
80 1,25 1,08 ,86 ,65 ,5 ,45 ,5 ,66 ,9 1,2 1,41 1,4
85 1,2 1,02 ,8 ,58 ,43 ,37 ,42 ,58 ,84 1,14 1,35 1,35
90 1,14 ,95 ,73 ,5 ,35 ,29 ,34 ,5 ,76 1,07 1,29 1,29
288 Ángel Antonio Bayod Rújula

LATITUD u 41º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,07 1,06 1,05 1,03 1,02 1,02 1,02 1,03 1,05 1,08 1,09 1,09
10 1,14 1,12 1,09 1,06 1,03 1,02 1,03 1,06 1,1 1,15 1,18 1,17
15 1,21 1,17 1,12 1,07 1,04 1,03 1,04 1,08 1,14 1,21 1,26 1,24
20 1,26 1,21 1,15 1,08 1,04 1,02 1,04 1,09 1,17 1,27 1,33 1,31
25 1,31 1,24 1,17 1,09 1,03 1,01 1,03 1,1 1,2 1,32 1,39 1,37
30 1,35 1,27 1,18 1,08 1,01 ,99 1,02 1,09 1,21 1,35 1,44 1,42
35 1,38 1,29 1,18 1,07 ,99 ,96 ,99 1,08 1,22 1,38 1,49 1,47
40 1,4 1,3 1,18 1,05 ,95 ,93 ,96 1,06 1,22 1,4 1,52 1,5
45 1,42 1,3 1,16 1,03 ,93 ,89 ,93 1,04 1,21 1,41 1,55 1,52
50 1,42 1,3 1,14 ,99 ,88 ,84 ,88 1,01 1,19 1,41 1,56 1,54
55 1,42 1,28 1,12 ,95 ,83 ,79 ,84 ,97 1,17 1,41 1,57 1,54
60 1,41 1,26 1,08 ,91 ,78 ,73 ,78 ,92 1,14 1,39 1,56 1,54
65 1,39 1,23 1,04 ,85 ,72 ,67 ,72 ,87 1,09 1,36 1,54 1,53
70 1,36 1,19 ,99 ,8 ,66 ,61 ,66 ,81 1,04 1,32 1,52 1,5
75 1,32 1,15 ,94 ,73 ,59 ,54 ,59 ,74 ,99 1,28 1,48 1,47
80 1,28 1,1 ,88 , 67 ,52 ,46 ,52 ,67 ,93 1,23 1,44 1,43
85 1,23 1,04 ,82 ,6 ,44 ,39 ,44 ,6 ,86 1,16 1,38 1,38
90 1,17 ,98 ,74 ,52 ,36 ,31 ,36 ,52 ,78 1,09 1,32 1,32

LATITUD u 42º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,08 1,06 1,05 1,03 1,02 1,02 1,02 1,04 1,06 1,08 1,09 1,09
10 1,15 1,12 1,09 1,06 1,04 1,03 1,04 1,06 1,11 1,15 1,18 1,17
15 1,21 1,17 1,13 1,08 1,04 1,03 1,04 1,09 1,15 1,22 1,26 1,25
20 1,27 1,21 1,15 1,09 1,04 1,03 1,05 1,1 1,18 1,28 1,34 1,32
25 1,32 1,25 1,17 1,09 1,04 1,01 1,04 1,1 1,21 1,33 1,4 1,38
30 1,36 1,28 1,19 1,09 1,02 1 1,02 1,1 1,23 1,37 1,46 1,44
35 1,39 1,3 1,19 1,08 1 ,97 1 1,09 1,23 1,4 1,51 1,48
40 1,42 1,31 1,19 1,06 ,97 ,94 ,97 1,08 1,24 1,42 1,54 1,52
45 1,43 1,32 1,18 1,04 ,94 ,9 ,94 1,05 1,23 1,43 1,57 1,54
50 1,44 1,31 1,16 1 ,89 ,86 ,9 1,02 1,21 1,44 1,59 1,56
55 1,44 1,3 1,13 ,97 ,85 ,8 ,85 ,98 1,19 1,43 1,59 1,57
60 1,43 1,28 1,1 ,92 ,79 ,75 ,8 ,93 1,15 1,41 1,59 1,57
65 1,41 1,25 1,06 ,87 ,74 ,69 ,74 ,88 1,11 1,39 1,57 1,55
70 1,38 1,21 1,01 ,81 ,67 ,62 ,67 ,82 1,07 1,35 1,55 1,53
75 1,35 1,17 ,96 ,75 ,6 ,55 ,6 ,76 1,01 1,31 1,52 1,5
80 1,3, 1,12 ,9 ,68 ,53 ,48 ,53 ,69 ,95 1,25 1,47 1,46
85 1,25 1,06 ,83 ,61 ,46 ,4 ,46 ,62 ,88 1,19 1,42 1,41
90 1,19 1 ,76 ,54 ,38 ,32 ,38 ,54 ,81 1,12 1,36 1,35
Sistemas fotovoltaicos autónomos 289

LATITUD u 43º
Inclinación (º) ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. OCT. NOV. DIC.
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
5 1,08 1,07 1,05 1,03 1,02 1,02 1,02 1,04 1,06 1,08 1,1 1,09
10 1,15 1,12 1,09 1,06 1,04 1,03 1,04 1,07 1,11 1,16 1,19 1,18
15 1,22 1,18 1,13 1,08 1,05 1,03 1,05 1,09 1,15 1,23 1,27 1,26
20 1,28 1,22 1,16 1,09 1,05 1,03 1,05 1,1 1,19 1,29 1,35 1,33
25 1,33 1,26 1,18 1,1 1,04 1,02 1,04 1,11 1,22 1,34 1,42 1,4
30 1,37 1,29 1,2 1,1 1,03 1 1,03 1,11 1,24 1,38 1,48 1,45
35 1,41 1,31 1,2 1,09 1,01 ,98 1,01 1,1 1,25 1,42 1,52 1,5
40 1,43 1,33 1,2 1,07 ,98 ,95 ,98 1,09 1,25 1,44 1,56 1,54
45 1,45 1,33 1,19 1,05 ,95 ,91 ,95 1,06 1,24 1,45 1,59 1,57
50 1,46 1,33 1,17 1,02 ,91 ,87 ,91 1,03 1,23 1,46 1,61 1,58
55 1,46 1,32 1,15 ,98 ,86 ,82 ,86 1 1,21 1,45 1,62 1,59
60 1,45 1,3 1,12 ,94 ,81 ,76 ,81 ,95 1,17 1,44 1,62 1,59
65 1,43 1,27 1,08 ,89 ,75 ,7 ,75 ,9 1,13 1,41 1,61 1,58
70 1,41 1,23 1,03 ,83 ,69 ,64 ,69 ,84 1,09 1,38 1,58 1,56
75 1,37 1,19 ,98 ,77 ,62 ,57 ,62 ,78 1,03 1,34 1,55 1,53
80 1,33 1,14 ,92 ,7 ,55 ,49 ,55 ,71 ,97 1,28 1,51 1,49
85 1,28 1,08 ,85 ,63 ,47 ,42 ,47 ,64 ,9 1,22 1,45 1,44
90 1,22 1,02 ,78 ,56 ,4 ,34 ,39 ,56 ,83 1,16 1,39 1,38

TABLA 5.5. Factor de corrección k para superficies inclinadas para las latitudes de zonas en España.
Fuente: IDAE.

5.4.3. Cálculo de la relación consumos/radiación


En este paso se relacionarán los consumos (en Wh/día) para cada uno de los
meses del año (que pueden ser variables en función de los equipos utilizados, por
la mayor incidencia de la iluminación, las necesidades de bombeo, etc., en las dis-
tintas épocas de año) con la radiación disponible. A partir de la relación entre estos
dos parámetros se establece el tamaño de la instalación para los equipos de capta-
ción y acumulación.
En el caso de una instalación concreta, se habrá de rellenar la fila con los va-
lores de consumo, así como la fila titulada Radiación Disponible (Rd), donde se irán
consignando para cada mes los distintos valores de energía incidente sobre los pa-
neles (en kWh/m2/día), una vez conocida la localización geográfica de la instalación
y se haya decidido entre las dos opciones de inclinación posibles.
La relación de consumos/radiación disponible (C/R) se calcula según:

C / R u Ct / Rd
290 Ángel Antonio Bayod Rújula

Relación consumos/radiación disponible

Consumos totales Ct (Wh/día)

Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept Octubre Nov Dic

Radiación disponible Rd (kWh/día)

Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept Octubre Nov Dic

Relación consumos/radiación C/R u Ct/Rd

Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept Octubre Nov Dic

Dimensionado del campo de captación

Potencia de captación del panel elegido (Pp) Wp

Número de paneles (Np u 1,1 * Pmáx/Pp) Paneles

Potencia de captación a instalar (Pp * Np) Wp

Dimensionado del sistema de acumulación

Días de autonomía (D) Días

Profundidad de descarga máxima (Mpd) %

Tensión de trabajo de la instalación (V) V

Capacidad del sistema de acumulación (Q) Ah


(Q u (110 * Ct * D) / (V * Mpd))

Hoja de dimensionamiento n.º 2: Relación consumos/radiación.


Sistemas fotovoltaicos autónomos 291

De las distintas estimaciones de consumos comparadas con la radiación dis-


ponible, se tomará el valor mayor de la fila de consumos/radiación, que denomina-
remos C/Rmáx.

5.4.4. Tamaño del campo de captación


En primer lugar se elige el panel con el que se desean realizar los cálculos. A
partir de la potencia de captación del panel elegido (Pp), en watios-pico (Wp), y del
mayor valor de C/R (C/Rmáx) se calcula el número de paneles necesario, Np, uti-
lizando la expresión

Np u 1,1 * C / Rmáx /Pp

El factor 1,1 se aplica para compensar posibles pérdidas debidas a errores en


la orientación, la limpieza de los paneles, mismacht, etc. El número de paneles
será, entonces, el primer número entero mayor que el Np calculado según la fór-
mula anterior.

Potencia del campo de captación

Potencia de captación del panel elegido (Pp) Wp

Número de paneles (Np u 1,1 * Pmáx/Pp) Paneles

Potencia de captación a instalar (Pp * Np) Wp

Hoja de dimensionamiento n.º 3: Potencia del campo de captación.

5.4.5. Dimensionamiento del sistema de acumulación


Para evaluar el tamaño del sistema de acumulación es necesario definir pre-
viamente los siguientes factores:
! Días de autonomía (D): Corresponden al tiempo que podrá funcionar la
instalación sin recibir radiación solar en condiciones adecuadas. Este pa-
rámetro está fuertemente condicionado por las características climáticas
del emplazamiento y por las necesidades de fiabilidad del suministro.
Habitualmente, para instalaciones de electrificación rural este factor
puede ser de 4 ó 6 días, mientras que para aplicaciones profesionales
puede superar los 10. El pliego de condiciones técnicas del IDAE reco-
mienda que como norma general, la autonomía mínima de sistemas con
acumulador sea de 3 días. En aplicaciones especiales, instalaciones mixtas
292 Ángel Antonio Bayod Rújula

eólico-fotovoltaicas, instalaciones con cargador de baterías o grupo elec-


trógeno de apoyo, etc., podrá reducirse el número de días de autonomía.
! Máxima profundidad de descarga (Mpd): Corresponde al límite de des-
carga que puede alcanzar la batería, sin perjudicarla de cara a sus presta-
ciones. Para los casos más habituales de electrificación rural, puede
tomarse este valor como de un 70%. Las baterías empleadas en otro tipo
de sistemas pueden permitir profundidades de descarga superiores al 90%.
! Tensión de trabajo de la instalación (V): Elegida en función de las ca-
racterísticas de la instalación, lo más usual son tensiones de 12 ó 24 V en
el caso de instalaciones de electrificación rural.
La capacidad de acumulación (Q), en amperios-hora (Ah), se calcula con la si-
guiente fórmula:

Q u (110 * Ct * D) / (V * Mpd)

Sistema de almacenamiento

Días de autonomía (D) Días

Profundidad de descarga máxima (Mpd) %

Tensión de trabajo de la instalación (V) V

Capacidad del sistema de acumulación (Q) Ah


(Q u (110 * Ct *D)/(V * Mpd))

Hoja de dimensionamiento n.º 4. Sistema de acumulación.

El Pliego de Condiciones Técnicas del IDAE de Instalaciones Aisladas de red


especifica que para asegurar una adecuada recarga de las baterías, la capacidad no-
minal del acumulador (en Ah) no excederá en 25 veces la corriente (en A) de cor-
tocircuito en STC del generador fotovoltaico. No obstante, cuando se tenga el apoyo
de un generador eólico, cargador de baterías, grupo electrógeno, etc., la capacidad
del acumulador elegido puede ser superior a este valor.
También indica que la máxima profundidad de descarga (referida a la capaci-
dad nominal del acumulador) no debe exceder el 80% en instalaciones donde se
prevea que descargas tan profundas no sean frecuentes. En aquellas aplicaciones
Sistemas fotovoltaicos autónomos 293

en las que estas sobredescargas puedan ser habituales, tales como alumbrado pú-
blico, la máxima profundidad de descarga no superará el 60%.
Se protegerá, especialmente frente a sobrecargas, a las baterías con electrolito
gelificado, de acuerdo a las recomendaciones del fabricante.
La autodescarga del acumulador a 20 °C no debe superar el 6% de su capaci-
dad nominal por mes.
El acumulador se situará en un lugar ventilado y con acceso restringido y se
adoptarán las medidas de protección necesarias para evitar el cortocircuito acci-
dental de los terminales del acumulador, por ejemplo, mediante cubiertas aislantes.

5.4.6. Elección del regulador de carga


Como se vio, existen en el mercado reguladores de carga con diferentes grados
de complejidad. Los hay que tan solo indican el estado de la batería, y los que in-
dican los amperios que en cada instante vienen desde los paneles, los que circulan
desde o hacia la batería, los que consumen las cargas, con contadores de energía, etc.
Desde el punto de vista eléctrico, lo principal es que su tensión nominal de opera-
ción coincida con la del sistema (ej., 12 V dc o 24 V dc, o 48 V dc, etc.) y que sea
capaz de soportar las corrientes que ha de gestionar. Es decir los parámetros son la
tensión y la corriente que gestiona (se mira la corriente que envían los paneles en
condiciones estándar y la corriente que absorben las cargas). Se recomienda que la
corriente nominal del regulador sea un 25% superior a la corriente que proviene de
los paneles o absorbe la carga. Así, por ejemplo, en función de la corriente se ele-
girá un regulador de, por ejemplo, 24 V, 12 A, o de 20 A, 30 A, etc.

5.4.7. Elección del inversor o inversores


La potencia de salida del inversor debe calcularse según la simultaneidad en el
uso de las diferentes cargas. El efecto del arranque de los motores eléctricos tam-
bién es especialmente importante, y debe ser tenido en cuenta a la hora de deter-
minar la potencia del inversor.
Para la elección de inversor(es) hay que atender a la potencia de las cargas que
debe alimentar simultáneamente. Por supuesto, es necesario que la tensión de en-
trada (continua) se corresponda con la tensión de trabajo de los paneles y la batería
(por ejemplo, 12 V dc nominales, o 24 V dc), y la de salida (alterna) corresponda a
la operación de las cargas que se quieren operar (por ejemplo, 230 V ac).
Si tan solo debe alimentar una carga de potencia P, se dimensionará con una po-
tencia nominal igual a dicha potencia P. Debe preverse que en los arranques quizá
la carga absorba una potencia superior a P. El inversor debe soportar esa punta de
potencia. Habitualmente indican unos valores de sobrecarga admisible durante un
294 Ángel Antonio Bayod Rújula

tiempo limitado, con objeto de soportar esos picos de arranque. Existen inverso-
res con sobrecargas admisibles durante unos segundos del 200 y 300% de su po-
tencia nominal.
Si son varias las cargas de ac que han de alimentarse desde el inversor, hay que
prever la simultaneidad entre ellas. De esta forma se establece cuál es la potencia
que debe realmente proporcionar el inversor en un instante determinado. Por ejem-
plo, si es probable que dos cargas se utilicen simultáneamente, hay que prever la po-
tencia P1cP2. Pero si se cuenta con 10 equipos (alumbrado, lavadora, equipos de
música, etc.), es poco probable que todos ellos funcionen simultáneamente. Se hará
una previsión de lo que es razonable que funcione a la vez.
Debe tenerse en cuenta que si alimentamos una carga de poco consumo con
un inversor de mucha potencia, el inversor operará con baja eficiencia, es decir,
tendrá un autoconsumo elevado en relación con la carga a accionar. Lo ideal es que
se ajuste lo mejor que se pueda.
Una posible opción es que algunos equipos cuenten con su propio pequeño in-
versor, que solo se enciende cuando se enciende la carga. Por ejemplo, que el TV
tenga su propio pequeño inversor (de 200 W, por ejemplo), que se encienda cuando
se quiere ver la televisión, y permanezca apagado el resto del tiempo.
El coeficiente de simultaneidad que aparece en el REBT (instrucción técnica
complementaria ITC-BT-10) puede utilizarse en el caso de instalaciones centrali-
zadas que alimenten a varias viviendas.

5.4.8. Dimensionamiento del cableado


Es muy importante que la sección de los cables empleados sea la adecuada.
En la parte de corriente continua de la instalación se suele trabajar con muy baja
tensión (12 V, 24 V) pero con intensidades de corriente relativamente altas. En
estas condiciones, si la sección del conductor no es la adecuada, las pérdidas po-
drían ser elevadas. Estas pérdidas, derivadas de la resistencia, se producen en
forma de calor y pueden dar problemas en la instalación, destruir los cables o, in-
cluso, originar incendios.
En cualquier caso, la instalación eléctrica en su conjunto debe atenerse a las
normas fijadas por el Ministerio de Industria en el Reglamento de Baja Tensión.
Es necesario minimizar en lo posible la longitud de los cables. Para ello hay que
procurar reducir lo que se pueda la distancia entre los módulos solares, el regula-
dor y las baterías.
La sección de los cables se ha de elegir de forma que las caídas mínimas de
la tensión, comparadas con la tensión de trabajo, estén por debajo de los siguien-
tes valores:
Sistemas fotovoltaicos autónomos 295

! Caídas de tensión máxima entre generador y regulador/inversor: 3% de la


tensión nominal de trabajo.
! Caídas de tensión máxima entre regulador y batería: 1%.
! Caídas de tensión máxima entre inversor y batería: 1%.
! Caídas de tensión máxima entre regulador e inversor: 1%.
! Caídas de tensión máxima entre inversor/regulador y cargas: 3%.
Se incluirá toda la longitud de cables necesaria (parte continua y/o alterna)
para cada aplicación concreta, evitando esfuerzos sobre los elementos de la ins-
talación y sobre los propios cables.
Si se trata con conductores de cobre, puede aplicarse la siguiente fórmula
para el cálculo de la sección mínima en la parte de corriente continua (para la
parte de altern, ver lo indicado en el capítulo de conexión a red):

S u 3.448 ! L !I / (V ! ∆V)

donde:
S : Sección mínima del cable, en mm2.
L : Longitud del cable (solo ida), en metros.
I : Intensidad máxima, en amperios.
V : Tensión de trabajo, en voltios.
∆V : Caída de tensión, en tanto por ciento.
La sección así obtenida deberá adecuarse a la sección de los distintos tipos
de cable existente en el mercado.
Todo el cableado cumplirá con lo establecido en la legislación vigente.
Los positivos y negativos de la parte continua de la instalación se conduci-
rán separados, protegidos y señalizados (códigos de colores, etiquetas, etc.), de
acuerdo a la normativa vigente.
Los cables de exterior estarán protegidos contra la intemperie.
Por otra parte, todas las instalaciones con tensiones nominales superiores a
48 voltios contarán con una toma de tierra a la que estará conectada, como mí-
nimo, la estructura soporte del generador y los marcos metálicos de los módulos.
El sistema de protecciones asegurará la protección de las personas frente a
contactos directos e indirectos. En caso de existir una instalación previa no se al-
terarán las condiciones de seguridad de la misma.
La instalación estará protegida frente a cortocircuitos, sobrecargas y sobre-
tensiones. Se prestará especial atención a la protección de la batería frente a cor-
296 Ángel Antonio Bayod Rújula

tocircuitos mediante un fusible, disyuntor magnetotérmico u otro elemento que


cumpla con esta función.

5.4.9. Ejemplos
5.4.9.1. Ejemplo 1: Electrificación de un equipo de telecomunicaciones en Huesca
Se desea electrificar, por medio de un sistema fotovoltaico, un equipo de teleco-
municaciones as 12 V en corriente continua situado en Huesca. En estado de espera
el equipo consume 12 W, mientras que en estado de transmisión consume 132 W.
Por término medio el equipo se encuentra 20 horas al día en posición de espera
y 4 en transmisión.

Solución
Buscamos en primer lugar la latitud del emplazamiento, que en nuestro caso re-
sulta ser de 42,1º Norte.
! Elección de la inclinación de los paneles: Como se quiere optimizar para
el mes peor, que será un mes de invierno, la inclinación será aproxima-
damente la latitud más diez. Para mejor resultado se puede repetir el ejer-
cicio con otros valores de inclinación hasta encontrar el óptimo, es decir,
el que exige menor potencia instalada (Wp). Elegimos en nuestro caso un
valor de 50 grados de inclinación. (Orientación Sur).
! Estimación de consumos: En nuestro caso tan solo existen consumos de
corriente continua:

Aparato Número de equipos Potencia (W) Tiempo (h/día) Energía (Wh/día)


Equipo en espera 1 12 20 240
Equipo en transmisión 1 132 4 528
Consumo cc 768
Margen de seguridad 15%
Total consumos cc 883,20

Al no haber consumo de equipo en corriente alterna.

Consumo total 883,20 Wh/día

! Evaluación del recurso disponible: Buscamos en la tabla de radiación los


valores. Como aparecen en MJ/m2/día, lo convertimos en kWh/m2/día (di-
vidiendo por 3,6).
Sistemas fotovoltaicos autónomos 297

Posteriormente buscamos los valores de k para la latitud e inclinación ele-


gidas. Multiplicando este factor k (para cada mes) por la radiación sobre
superficie horizontal, hallamos el valor de la radiación global incidente
sobre la superficie de los paneles.
Todo ello se muestra en la siguiente tabla.

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
H horiz (MJ/m /día)
2 6,10 9,60 14,30 18,70 20,3 22,1 23,1 20,9 16,9 11,3 7,2 5,1
H horiz (kWh/m2/día) 1,69 2,67 3,97 5,19 5,64 6,14 6,42 5,81 4,69 3,14 2,00 1,42
k (42º lat y 50º incl) 1,44 1,31 1,16 1 0,89 0,86 0,9 1,02 1,21 1,44 1,59 1,56
Radiación incidente
2,44 3,49 4,61 5,19 5,02 5,28 5,78 5,92 5,68 4,52 3,18 2,21
(kWh/m2/día)

! Dimensionamiento del campo de captación: Consiste en buscar el valor


máximo de la relación consumos/radiación.

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Radiación incidente
2,44 3,49 4,61 5,19 5,02 5,28 5,78 5,92 5,68 4,52 3,18 2,21
(kWh/m2/día)
Consumo (Wh/día) 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20 883,20
Relación
361,94 252,80 191,66 170,01 175,97 167,28 152,92 149,14 155,47 195,38 277,71 399,61
Consumos/Radiación

El valor máximo de relación consumos/radiación es de 399,61, corres-


pondiente al mes de diciembre (mes peor).
Este valor numérico es coincidente con la potencia mínima de captación
(en condiciones STC) para el sistema.
Por tanto se requiere, al menos, una potencia (en condiciones STC) de
399,61 Wp (400 Wp).
! Número mínimo de paneles a conectar: En este momento se escoge el
panel del fabricante o distribuidor (este paso puede repetirse tantas veces
como diferentes módulos se deseen probar).
Por ejemplo: Supongamos que elegimos un panel de 75 Wp de una de-
terminada marca.
El número de paneles necesarios será:

1,1 ! 399,61 / 75 u 5,86 paneles


298 Ángel Antonio Bayod Rújula

Por tanto, con este panel, el número mínimo de paneles será de 6, con lo
que la potencia total del campo de paneles es de 6 ! 75 u 450 Wp.
Si elegimos un panel de 110 Wp, el número mínimo de paneles será:

1,1 ! 399,61 / 110 u 4 paneles

La potencia del campo será de 400 Wp.


(Ambas superiores a la mínima requerida, pero en el primer caso, el sis-
tema está algo dimensionado, y el coste será superior).
! Elección de la tensión de trabajo: El equipo a utilizar es de 12V, por lo
que la tensión de trabajo será de 12V.
! Características del banco de baterías requerido: El banco de baterías
queda determinado de forma básica indicando la tensión de banco y la ca-
pacidad en amperios-hora.
La tensión ha de ser la misma que los consumos (y la configuración de pa-
neles), en nuestro caso, 12 V.
Para la determinación de la capacidad debe decidirse el número de días de
autonomía y la profundidad máxima de descarga a la que deseamos so-
meter. Supongamos en este caso 10 días y profundidad del 80%.

Q u 110 ! 883,2 ! 10 / (12!80) u 1.012 Ah C100

! Características del regulador requerido: El regulador viene determinado


eléctricamente por su tensión nominal y la intensidad de corriente que es
capaz de gestionar desde los paneles y hacia la carga (aparte de los nive-
les de conexión/desconexión, instrumentos de medida y aviso, capacida-
des de gestión de información y alarmas, etc.).
En nuestro caso debemos elegir un regulador cuya tensión nominal sea la
del banco de baterías, 12 V.
La carga absorbe un valor máximo de 132 W, a la tensión de 12 V, es
decir, una corriente de 132/12 u 11A. Se requerirá un regulador que tenga
una capacidad de gestionar una corriente hacia las cargas mayor de esa
cantidad.
Por otra parte, hemos de ver la cantidad de corriente que como máximo
provendrá de los paneles. En el caso de elegir los paneles de 110 W, hemos
visto que hacían falta 4 paneles. Supongamos que dichos paneles tienen
una corriente de cortocircuito de 6,76 A y una tensión a circuito abierto
Sistemas fotovoltaicos autónomos 299

de 21 V (son datos de catálogo, en este caso imaginarios). Con esta ten-


sión de panel, y 12 V de tensión de baterías, la única posibilidad lógica es
tener los 4 paneles en paralelo, por lo que la máxima corriente que llegará
al regulador es de:

4 ! 6,76 u 27,04 A

Por tanto el regulador a elegir deberá tener una capacidad de gestionar


corriente procedente de los paneles superior a 27 A; por ejemplo, 30 A. A
veces se multiplica la intensidad de corriente obtenida por 1,25 para dar
un cierto margen de sobredimensionamiento.
Así pues, escogeríamos un regulador de 12 V, 30 A (o un valor superior
de corriente).

5.4.9.2. Ejemplo 2: Electrificación de una vivienda unifamiliar en Zaragoza


Se desea electrificar por medio de un sistema fotovoltaico una vivienda unifa-
miliar situada en Zaragoza.
A continuación se muestran los valores de los equipos y la estimación de horas
de utilización tanto en corriente continua como en alterna.
Equipos de corriente continua:
Aparato Número Potencia (W) Tiempo (h/día)
Iluminación habitaciones 4 20 2
Luz salón 1 40 4
Luz cocina 1 20 1
Nevera 1
La nevera, de corriente continua, se estima consume al día aproximadamente
unos 480 Wh.
Equipos de corriente alterna:

Aparato Número Potencia (W) Tiempo (h/día)


Lavadora 1 450 0,5
Televisión 1 100 3
Vídeo 1 60 1
Otros 1 200 0,3

Solución
Los consumos, tanto en continua como en alterna, son los que se muestran a
continuación:
300 Ángel Antonio Bayod Rújula

Aparato Número de equipos Potencia (W) Tiempo (h/día) Energía (Wh/día)


Ilum. habitaciones 4 20 2 160
Luz salón 1 40 4 160
Luz cocina 1 20 1 20
Nevera 1 480
Consumo cc 820
Margen de seguridad 15%
Total consumos cc 943

Aparato Número de equipos Potencia (W) Tiempo (h/día) Energía (Wh/día)


Lavadora 1 450 0,5 225
Televisión 1 100 3 300
Vídeo 1 60 1 60
Otros 1 200 0,3 60
Consumo cc 645
Margen de seguridad 15%
Eficiencia inversor 85%
Consumo ac real, incl. margen 741,75
Total consumos ac 872,65

El consumo total diario se puede estimar en 1.815,65 Wh/día.

Consumo total 1.815,65 Wh/día

La latitud del emplazamiento es de 41,7º Norte.


! Elección de la inclinación de los paneles: Como se quiere optimizar para
el mes peor, que será un mes de invierno, la inclinación será aproxima-
damente la latitud más diez. Para mejor resultado se puede repetir el ejer-
cicio con otros valores de inclinación hasta encontrar el óptimo, es decir,
el que exige menor potencia instalada (Wp). Elegimos en nuestro caso un
valor de 50 grados de inclinación (Orientación Sur).
! Evaluación del recurso disponible: Buscamos en la tabla de radiación los
valores. Como aparecen en MJ/m2/día, lo convertimos en kWh/m2/día.
Posteriormente buscamos los valores de k para la latitud e inclinación ele-
gidas. Multiplicando este factor k (para cada mes) por la radiación sobre
superficie horizontal, hallamos el valor de la radiación global incidente
sobre la superficie de los paneles.
Todo ello se muestra en la siguiente tabla:
Sistemas fotovoltaicos autónomos 301

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
H horiz (MJ/m2/día) 6,3 9,8 15,2 18,3 21,8 24,2 25,1 23,4 18,3 12,1 7,4 5,7
H horiz (kWh/m2/día) 1,75 2,72 4,22 5,08 6,06 6,72 6,97 6,50 5,08 3,36 2,06 1,58
k (42º lat y 50º incl) 1,44 1,31 1,16 1 0,89 0,86 0,9 1,02 1,21 1,44 1,59 1,56
Radiación incidente
2,52 3,57 4,90 5,08 5,39 5,78 6,28 6,63 6,15 4,84 3,27 2,47
(kWh/m2/día)

! Dimensionamiento del campo de captación: Consiste en buscar el valor


máximo de la relación consumos/radiación.

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Radiación incidente
2,52 3,57 4,90 5,08 5,39 5,78 6,28 6,63 6,15 4,84 3,27 2,47
(kWh/m2/día)
Consumo (Wh/día) 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,65 1815,.65 1815,65 1815,65
Potencia campo
720,44 509,10 370,68 357,15 336,86 314,04 289,32 273,83 295,16 375,10 555,48 735,02
paneles (W)

El valor máximo de relación consumos/radiación es de 735,02, corres-


pondiente al mes de diciembre (mes peor).
Este valor numérico es coincidente con la potencia mínima de captación
(en condiciones STC) para el sistema.
Por tanto se requiere, al menos, una potencia (en condiciones STC) de 735 Wp.
! Número mínimo de paneles a conectar: En este momento se escoge el
panel del fabricante o distribuidor (este paso puede repetirse tantas veces
como diferentes módulos se deseen probar).
Por ejemplo: Supongamos que elegimos un panel de 150 Wp de una de-
terminada marca. El número de paneles necesarios será:

1,1 ! 735 / 150 u 5,39 paneles

Por tanto, con este panel, el número mínimo de paneles será de 6, con lo
que la potencia total del campo de paneles es de 6 !150 u 900 Wp.
! Elección de la tensión de trabajo: Deberíamos saber la tensión de trabajo
de los equipos de cc, si no quiere instalarse un convertidor cc/cc. Los equi-
pos de ca se conectarán a un inversor cuya salida será 230V ca.
Para este ejercicio continuaremos suponiendo la tensión de trabajo 48V.
! Características del banco de baterías requerido: El banco de baterías
queda determinado de forma básica indicando la tensión de banco y la ca-
pacidad en Amperios-hora.
302 Ángel Antonio Bayod Rújula

La tensión en nuestro caso es de 48 V.


Para la determinación de la capacidad debe decidirse el número de días de
autonomía y la profundidad máxima de descarga a la que deseamos so-
meter. Supongamos en este caso 6 días y profundidad del 70%.

Q u 110 ! 1815,65 ! 6 / (48!70) u 356,64 Ah C100

! Características del regulador requerido: El regulador viene determinado


eléctricamente por su tensión nominal y la intensidad de corriente que es
capaz de gestionar desde los paneles y hacia la carga (aparte de los nive-
les de conexión/desconexión, instrumentos de medida y aviso, capacida-
des de gestión de información y alarmas, etc.).
En nuestro caso debemos elegir un regulador cuya tensión nominal sea la
del banco de baterías, 48 V.
Hemos de ver la cantidad de corriente que como máximo provendrá de los
paneles. En nuestro caso hemos elegido paneles de 150 W, y hemos visto
que hacían falta 6 paneles como mínimo. Supongamos que en el catálogo
de dichos paneles aparece que tienen una corriente de cortocircuito de
9,81 A y una tensión a circuito abierto de 21,6 V (tensión en el punto de
máxima potencia de 17,4 V, lo que hace que el fabricante ponga en el ca-
tálogo que su tensión nominal es de 12 V). Como queremos trabajar en un
sistema de 48 V, necesitaremos poner 48/12 = 4 paneles en serie para tener
la tensión de trabajo adecuada. Como el mínimo número de paneles es 6
(no múltiplo de 4) deberemos conectar 8 paneles (dos agrupaciones —de
4 paneles en serie— conectadas en paralelo).
Cada agrupación serie tiene una corriente de cortocircuito de 9,81 A. Al
haber dos en paralelo, la máxima corriente que llegará al regulador es de:

2 ! 9,81 u 19,62 A

(a veces se multiplica esta cantidad por 1,25 para dar un cierto margen
de sobredimensionamiento). Por lo tanto un regulador de 48V, 25 A será
adecuado.
Del mismo modo se actuará con el lado de consumo. Hay que calcu-
lar los amperios que en un momento dado debe gestionar el regulador
(teniendo en cuenta que no todas las cargas suelen funcionar simultá-
neamente.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 303

Supongamos que en un momento dado, la potencia de todos los equipos


que funcionan simultáneamente (suma de potencia de las lámparas de ilu-
minación, más lavadora, nevera, TV, etc.) es de 1.000 W. Traducido a co-
rriente, 1.000 W / 48 V u 20,83 A.
De nuevo un regulador de corriente nominal de 25 A es adecuado.
Por tanto elegiremos un regulador de 48 V, 25 A (o corriente superior).
! Características del inversor requerido: Vamos a ver las características
del inversor conveniente en esta instalación. En nuestro caso se requiere
un inversor cuya tensión de entrada sera 48 V en continua, y la de salida
230 V en alterna, monofásico, de forma de onda sinusoidal pura.
Solo nos falta indicar la potencia. De nuevo, hay que estimar qué cargas
(de alterna, esta vez) pueden funcionar simultáneamente. Supongamos
que en nuestro caso, todas las cargas de alterna pueden operar a la vez
(simultaneidad u 1).
La suma de las potencias que ha de alimentar el inversor es, por tanto,
810 W (suma de las potencias de la lavadora, TV, vídeo y otros). Por lo
tanto, podríamos escoger un inversor de 1.000 W.

5.5. Otros métodos de dimensionamiento


de sistemas fotovoltaicos autónomos
La tarea de dimensionar un sistema fotovoltaico consiste en encontrar la mejor
solución de compromiso entre coste y fiabilidad. Resulta evidente que el coste de
una instalación se incrementa con el tamaño de los subsistemas de captación y acu-
mulación; sin embargo, los parámetros de fiabilidad de una instalación fotovoltaica
autónoma no siempre se ven mejorados por un aumento del tamaño del sistema de
captación o acumulación. El objetivo de un buen dimensionado es, por lo tanto, en-
contrar el tamaño de instalación con el cual se obtenga el valor más deseado de fia-
bilidad con el mínimo coste posible.

5.5.1. Parámetros de fiabilidad


Una forma de medir la fiabilidad es mediante el concepto de probabilidad de
pérdida de carga, LOLP (loss of load probability), es decir, la probabilidad de que
en un momento determinado el sistema no sea capaz de realizar el suministro eléc-
trico a la carga. Matemáticamente se define como la relación existente entre el dé-
ficit de energía (energía no suministrada) y la demanda, considerando ambos en la
304 Ángel Antonio Bayod Rújula

carga y durante todo el tiempo de funcionamiento (o simulación) de la instalación,


sin considerar fallos en el sistema. Es decir:

∫ déficit de energía
t
LOLP u
∫ demanda de energía
t

Debido a la naturaleza aleatoria de la radiación solar, el valor de LOLP es siem-


pre mayor o igual a cero, incluso en el caso de que el sistema fotovoltaico no pre-
sente averías propiamente dichas.
Resulta muy útil relacionar las dimensiones del campo de generación y del sis-
tema de almacenamiento con la carga y en un período de referencia de un día. La
capacidad del generador (CA) se define como la relación existente entre los valores
medios de la energía producida por el generador y la energía consumida por la carga.
La capacidad del acumulador (CS) se define como la máxima energía que puede
extraerse de él, dividida por el valor medio de la energía consumida por la carga.

η G AG Gd CU
CA u ; CS u
L L

donde AG y ηG son, respectivamente, el área y la eficiencia de conversión del ge-


nerador fotovoltaico, Gd es el valor medio de la irradiación diaria sobre el plano del
generador, L es el valor medio de la energía diaria consumida por la carga y CU es
la capacidad utilizable del acumulador. Interesa hacer notar que el valor de CA de-
pende de las condiciones meteorológicas del lugar; es decir, un mismo generador
fotovoltaico, para una misma carga, puede ser «grande» en un lugar y «pequeño»
en otro de menor radiación.
Para un lugar y una carga determinada hay dos ideas que resultan intuitivas: la
primera, que es posible encontrar diferentes pares de valores de CA y CS que condu-
cen al mismo valor de LOLP; la segunda, que cuanto mayor es el tamaño del sistema
fotovoltaico es mayor su fiabilidad (menor valor de LOLP), pero mayor es su coste.
La tarea de dimensionar un sistema fotovoltaico consiste en encontrar la mejor
solución de compromiso entre coste y fiabilidad. Con gran frecuencia la fiabilidad
es un requisito apriorístico de la carga, con lo que el problema del ingeniero foto-
voltaico se formula de la siguiente manera: ¿cuál es el par de valores de CA y CS
que conducen al mínimo coste para un valor dado de LOLP? El cuadro resume los
valores de LOLP de uso más corriente:
Sistemas fotovoltaicos autónomos 305

Aplicación LOLP
Doméstica: iluminación 10i2
Doméstica: electrodomésticos 10i1
Telecomunicación 10i4

TABLA 5.6. Valores de LOLP de uso más frecuente.

Puede representarse la combinación de valores de CA y CS que dan lugar a la


misma fiabilidad. Cada punto del plano CA-CS representa un tamaño de un sistema
fotovoltaico. Ello permite establecer una representación de la fiabilidad como indica
la figura (obsérvese que la definición de CA y CS hace que esta gráfica dependa ex-
clusivamente de la localidad y no de la carga):

1,6

1,4

1,2 LOLP u 0,01


LOLP u 0,05
Capacidad del generador

1,0 LOLP u 0,1

0,8

0,6

0,4

0,2

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Capacidad de almacenamiento

FIGURA 5.8. Curvas de isofiabilidad.

Las líneas son el lugar geométrico de todos los puntos correspondientes a un


mismo valor de LLP y, por ello, se denominan líneas isofiables o curvas de isofia-
bilidad. Como se observa, las líneas isofiables resultan ser, aproximadamente, hi-
pérbolas de asíntotas paralelas a los ejes x e y, respectivamente.
Por otro lado, la representación del coste de todos los sistemas correspondien-
tes a una línea isofiable es, también aproximadamente, una parábola cuyo mínimo
define la solución óptima del problema del dimensionado, como indica la figura.
306 Ángel Antonio Bayod Rújula

1,4
Capacidad del generador

1,0

Coste del sistema


0,6

0,2
0 5 10 15
Capacidad de almacenamiento

FIGURA 5.9. Representación del coste de los distintos sistemas de una curva de isofiabilidad.

Volvamos de nuevo a la relación del tamaño de los subsistemas de captación y


almacenamiento con la fiabilidad del sistema. Una instalación con un subsistema de
captación de gran tamaño y un pequeño subsistema de acumulación permitirá ali-
mentar correctamente a la carga, en los periodos de fuerte insolación, e incluso re-
alizar de una forma rápida la carga y descarga de las baterías. Sin embargo, cuando
el nivel de insolación sea escaso o nulo, las pequeñas baterías del sistema podrían
no alimentar correctamente a la carga.
Además, al tratarse de baterías con pequeña capacidad de acumulación, las ba-
terías alcanzarán pronto un estado de carga (SOC) del 100%. En momentos de re-
curso solar superior a la demanda, existe un excedente en la energía solar captada
por el sistema fotovoltaico y convertida en energía eléctrica que no se utiliza ni
puede almacenarse en el subsistema de acumulación. Se dice que se tiene Energía
No Aprovechada (ENA) cuyo valor puede cuantificarse y que puede tomarse como
un indicativo de que el sistema fotovoltaico está sobredimensionado.
Por otra parte, una instalación con un subsistema de acumulación de tamaño pe-
queño y un gran subsistema de acumulación podría causar una carga y descarga de
las baterías muy lenta. La alimentación podría estar asegurada gracias a la energía
acumulada en estas, y gran parte de la energía generada por vía fotovoltaica se in-
vertiría en recargarlas, lo que proporcionaría bajos valores de Energía No Aprove-
chada. Sin embargo, una utilización excesiva del subsistema de acumulación para
Sistemas fotovoltaicos autónomos 307

el suministro eléctrico durante un período de baja insolación haría descender el es-


tado de carga del mismo y, debido al pequeño tamaño del subsistema de captación,
podría no elevar el SOC de una manera fiable, desembocando en períodos en los que
el sistema no puede satisfacer la demanda.
Las Horas de Pérdida de Carga (LOLH) son el número de horas en las que la
carga que requiere ser alimentada eléctricamente por vía fotovoltaica no recibe todo
el suministro necesario y, por lo tanto, no puede funcionar correctamente. Se refie-
ren, normalmente, a un período específico de tiempo (usualmente, un año), durante
el cual el sistema fotovoltaico cumple las exigencias de la carga con excepción de
ese número de horas.
La cantidad de Energía No Aprovechada por un sistema fotovoltaico puede ser
reducida o, idealmente, evitada, mediante una correcta elección del tamaño de los
paneles y baterías que conforman la instalación. Se puede redimensionar el sis-
tema disminuyendo el número de paneles fotovoltaicos y/o su potencia de gene-
ración, o aumentando la capacidad de las baterías. Ahora bien, haciendo esto se
corre el riesgo de que el sistema no pierda energía pero existan horas en las que la
carga no sea alimentada correctamente, es decir, desembocando en valores de
LOLH mayores que cero.
Ante el dimensionado de un sistema fotovoltaico, debe establecerse un com-
promiso entre estos dos parámetros, ENA y LOLH, en cuanto a qué es lo más inte-
resante para el funcionamiento de la instalación. Puede ocurrir que el dimensionado
de un sistema determinado permita obtener valores aceptables de un cierto pará-
metro, mientras que los del otro parámetro no lo sean, y viceversa. Aunque la prin-
cipal exigencia es que ambos parámetros tomen valores mínimos, puede darse el
caso de que sea preferible obtener valores mayores de los usualmente considerados
como fiables. En cualquier caso, este compromiso dependerá siempre del tipo de sis-
tema utilizado y de la aplicación que se desee darle al mismo.

5.5.2. Método de probabilidad de pérdida de carga horaria LOLH


En el método del mes peor no se establece una relación cuantitativa entre CA,
CS y LOLP. El generador se dimensiona asegurando que el valor medio de la ener-
gía producida durante el mes peor excede a la consumida por la carga en un factor
de seguridad que el diseñador fija guiándose exclusivamente de su experiencia. Un
procedimiento similar se utiliza para dimensionar el acumulador.
Los métodos numéricos ofrecen la ventaja de ser precisos y de posibilitar refi-
namientos, incorporando modelos más completos para los diferentes elementos del
sistema. De esta manera, permiten analizar aspectos adicionales al dimensionado
como, por ejemplo, los beneficios de utilizar o no un seguidor del punto de máxima
potencia, la necesidad de utilizar un regulador de carga, etc.
308 Ángel Antonio Bayod Rújula

Los inconvenientes de estos métodos están en el largo tiempo de cálculo y en


la necesidad de disponer de largas secuencias de datos de irradiación. En los casos
en los que no exista disponibilidad de estos últimos puede recurrirse a generar se-
cuencias con similares propiedades estadísticas.
En el «Método LOLH» el modelo de simulación realiza un proceso de eva-
luación de los distintos balances energéticos que tienen lugar cada hora, dentro de
un período temporal determinado, en los distintos subsistemas que constituyen el
sistema (captación, acumulación y carga). Este proceso se realiza con la intención
de optimizar la operación de los distintos aspectos constituyentes de un sistema fo-
tovoltaico. Su objetivo es evaluar el impacto del tamaño de la instalación (número
de paneles, potencia de generación de cada panel, capacidad de acumulación de
las baterías...) en los correspondientes parámetros de fiabilidad (LOLH y Energía
No Aprovechada), considerando para ello la naturaleza aleatoria de la radiación
solar y de la demanda energética por parte de la carga. La simulación del sistema
se realiza aplicando un balance energético global a la instalación a nivel horario;
es decir, cada hora del período de funcionamiento del sistema se evalúa la energía
captada, generada, suministrada y consumida en la instalación, permitiendo ob-
servar el comportamiento de la misma y su evolución temporal. La simulación
suele realizarse para períodos de tiempo relativamente largos; de esta forma, los pa-
rámetros de fiabilidad obtenidos como resultado del proceso expresarán valores
esperados a lago plazo.
A continuación, se comentarán los pasos básicos a seguir en la simulación me-
diante el «Método LOLH».

1) Obtención de la radiación solar disponible en el instante simulado y,


a partir de ella y de las características del subsistema de captación energética
de la instalación, conocer la energía captada por cada panel (ECP)
y la energía generada por el conjunto de todos ellos
La radiación solar y el consumo demandado se modelizan como variables es-
tocásticas utilizando, para ello, los datos históricos existentes y la propia experi-
mentación. Una vez se posean estos datos, se simula el comportamiento del sistema
para la operación de distintos sistemas fotovoltaicos, comparando los resultados
obtenidos para elegir, consecuentemente, el sistema más adecuado para su im-
plantación.
Se suelen utilizar modelos estadísticos para representar el comportamiento
aleatorio de la radiación solar. Las colecciones de datos históricos recogidos durante
largos períodos de tiempo pueden ser utilizadas para caracterizar el comportamiento
probabilístico de la insolación disponible en una localización geográfica particu-
lar. La aplicación de análisis estadísticos (tests 2) muestra que los mejores ajustes
Sistemas fotovoltaicos autónomos 309

para la insolación horaria durante un día son las distribuciones log-normal y Beta.
Teniendo identificada la distribución apropiada y sus parámetros característicos,
las actuales técnicas estadísticas pueden ser utilizadas para generar los valores de
insolación existentes durante el proceso de simulación.

2) Obtener la demanda energética de la carga, conociendo previamente


el comportamiento de los equipos eléctricos constituyentes de la misma
Las cargas específicas de un sistema fotovoltaico autónomo, estarán constitui-
das, en general, por equipos diferentes. Para la estimación de la energía consumida
cada hora por la instalación, se habrá de evaluar, por separado, la aportación al con-
sumo total de los equipos de corriente alterna y continua.
Los datos necesarios que habrán de conocerse de cada equipo serán, la poten-
cia, tomada como la nominal de los equipos, y que aparece en las características de
los mismos, pero también la distribución temporal, a lo largo de un año y para cada
día, de las horas de funcionamiento del equipo (es decir, qué horas son las que el
equipo está en funcionamiento). La energía necesaria para el consumo del equipo
en cuestión durante una hora de funcionamiento, será el producto del número de
equipos iguales por la potencia.
En la figura se muestran los consumos horarios correspondientes a un día, tanto
en corriente continua (trazo continuo) como en corriente alterna (trazo disconti-
nuo), para una carga constituida por los equipos que se relacionan:

Consumo de los equipos en corriente continua

Descripción del equipo Potencia (W) Número de equipos Horas de funcionamiento

Puntos de luz 20 10 18
Puntos de luz 40 2 18, 21
TV Color 60 1 12, 15, 20-22
Frigorífico 60 1 9-14, 19-22

Consumo de los equipos en corriente alterna


Descripción del equipo Potencia (W) Número de equipos Horas de funcionamiento

Lavadora 275 1 9
Pequeños electrodomésticos 10 1 9-10, 12-15, 19-22

Margen de seguridad de captación (Eb) 15%

Eficiencia del inversor (Ei) 85%


310 Ángel Antonio Bayod Rújula

300
275
250
225
200
175
150
Wh

125
100
75
50
25
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
horas

FIGURA 5.10. Ejemplo de consumos horarios ac / cc de una carga.

En la figura 5.11 se muestran los consumos horarios totales correspondientes


a un día para la carga definida anteriormente.

1.000
900
800
700
600
500
Wh

400
300
200
100
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
horas

FIGURA 5.11. Consumos horarios totales de la carga.


Sistemas fotovoltaicos autónomos 311

3)Hallar la diferencia existente entre la generación y el consumo (suministro),


y recalcular el estado de carga (SOC) del subsistema de acumulación energética
de la instalación de la forma que se comenta a continuación
El estado de carga del subsistema de acumulación se modeliza mediante la evo-
lución temporal (horaria) del parámetro denominado SOC (state of charge). El SOC
correspondiente al subsistema totalmente cargado será del 100%, y la energía eléc-
trica correspondiente a dicho estado vendrá dada por la expresión siguiente:
Energía100% u N V Q
El SOC correspondiente al estado de máxima profundidad de descarga será
(100 i M)%, y la energía correspondiente a dicho estado será:
(100 i M)
Energía(100 i M)% u NVQ
100
Así pues, la máxima energía que puede suministrar el subsistema de acumula-
ción energética, sin ser cargada por medio del subsistema de captación, será

M
EnergíaM% u N V Q u Energía100% i Energía(100-M)%
100

El subsistema de acumulación suministrará energía a la carga, cuando sea ne-


cesario, haciendo que su SOC disminuya, hasta que este llegue al valor correspon-
diente de (100 i M)%, momento a partir del cual el sistema de baterías no conviene
que suministre energía a la carga.
Análogamente, si el sistema fotovoltaico presenta un exceso de energía gene-
rada por vía fotovoltaica, este exceso se invertirá en cargar el subsistema de acu-
mulación, haciendo que su SOC aumente.
El SOC se recalcula cada hora de la siguiente forma:
a) Si la generación es mayor que la demanda energética de la carga en el ins-
tante considerado:
! Cargar las baterías si el SOC actual es menor del 100%, obteniendo
el nuevo SOC del subsistema.
! Obtener la cantidad de energía perdida (Energía No Aprovechada)
si el SOC actual es del 100%.
b) Si la generación es menor que la demanda de la carga en el instante con-
siderado:
! Suplir el déficit energético mediante el suministro por parte del sub-
sistema de acumulación, siempre que el SOC del mismo esté por
312 Ángel Antonio Bayod Rújula

encima de la máxima profundidad de descarga de las baterías. Cal-


cular el nuevo SOC del subsistema. Si el SOC actual es menor que
la máxima profundidad de descarga de las baterías, se tiene una
hora de pérdida de carga, por lo que LOLH aumenta en 1 hora.

(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fecha inicial Fecha final
(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fecha inicial Fecha final
(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fecha inicial Fecha final

FIGURA 5.12. Ejemplos de evolución horaria del SOC.


Sistemas fotovoltaicos autónomos 313

En la figura 5.12 se muestran como ejemplo los valores horarios del SOC de
varios subsistemas de acumulación, donde se pueden observar las sucesivas cargas
y descargas de las baterías según el déficit o exceso de energía generada por el sub-
sistema de captación (principalmente, ciclos día-noche):

5.6. Bombeo de agua con energía solar fotovoltaica


El bombeo de agua es una aplicación bastante extendida de la energía fotovol-
taica. Actualmente hay miles de sistemas de bombeo con energía fotovoltaica en
operación en granjas ganaderas y agrícolas alrededor del mundo. Son sistemas fia-
bles, requieren de poco mantenimiento y no usan combustible. Son económica-
mente competitivos para el productor rural pudiendo satisfacer un amplio rango de
necesidades que van desde 1.000 litros diarios para consumo humano, hasta 50.000
litros diarios para irrigación de parcelas. Además son modulares, con lo cual pue-
den optimizarse para las características específicas de cada proyecto.
Como inconveniente cabe citar su alto costo inicial en comparación con siste-
mas de bombeo a base de motores de combustión. Por consiguiente, debe conside-
rarse cuidadosamente la opción solar antes de tomar una decisión.
Los sistemas fotovoltaicos son competitivos, con respecto a los sistemas con-
vencionales, cuando:
! se requieren cantidades pequeñas de energía
! el lugar es remoto o de difícil acceso
! se prefiere alta fiabilidad y bajo mantenimiento
! se dispone de recurso solar suficiente
! se prefiere bajo impacto ambiental

Su bajo coste de operación y mantenimiento, hace que los sistemas fotovoltai-


cos de bombeo sean en ocasiones la opción más certera, pese a su alto costo inicial.

Componentes y operación de un sistema fotovoltaico de bombeo de agua


Un sistema solar de bombeo es similar a los sistemas convencionales excepto
por la fuente de potencia. Su operación es muy sencilla. Los componentes princi-
pales que lo constituyen son:
! módulos fotovoltaicos
! controlador (regulador)
! motor acoplado a una bomba
! tanque de almacenamiento
314 Ángel Antonio Bayod Rújula

Las necesidades de agua requieren del uso de un tanque de almacenamiento. Se


recomienda almacenar el agua para tres días de abastecimiento. Almacenar agua en
depósitos es mucho más económico que almacenar energía en baterías. Después de
algunos años de uso, las baterías necesitan reemplazarse, mientras que la vida útil
de un tanque de almacenamiento bien construido es de varias décadas.
Se pueden emplear motores de corriente alterna o de corriente continua, y las
bombas pueden ser centrífugas (superficiales o sumergibles) o volumétricas (tam-
bién llamadas de desplazamiento positivo).
El IDAE recomienda que los sistemas de bombeo con generadores fotovoltai-
cos de potencia nominal superior a 500 W tengan un contador volumétrico para
medir el volumen de agua bombeada.
Las bombas estarán protegidas frente a una posible falta de agua, ya sea me-
diante un sistema de detección de la velocidad de giro de la bomba, un detector de
nivel u otro dispositivo dedicado a tal función.
Las pérdidas por fricción en las tuberías y en otros accesorios del sistema hi-
dráulico serán inferiores al 10% de la energía hidráulica útil proporcionada por la
motobomba.
La potencia que producen los paneles es directamente proporcional a la inten-
sidad del Sol. Es decir, a medida que varía la intensidad solar durante el día, tam-
bién cambia la disponibilidad de potencia para la bomba.
Muchos fabricantes (Grundfos, Solarjack, A.Y. McDonald, Dankoff, Shurflo,...)
suministran equipos para bombeo solar diseñados especialmente para trabajar en
estas condiciones de potencia variable.
El tipo de sistema a emplear en cada caso está fuertemente condicionado por
las características de la fuente de agua a la que está destinado. A continuación des-
cribimos los casos más usuales que nos vamos a encontrar. Los pozos abiertos con
medios artesanales alcanzan las capas de agua más superficiales. Típicamente, tie-
nen una profundidad entre 5 y 20 metros, su capacidad para dar agua es inferior a
10 m3/día y exhiben un comportamiento fuertemente estacional, llegando a secarse
totalmente al final de la época seca, precisamente cuando la necesidad de agua es
más perentoria. Estas características, más bien pobres, no justifican su equipamiento
con medios de extracción que representen inversiones económicas muy elevadas,
por lo que únicamente tiene sentido pensar en pequeños sistemas de continua.
Los sondeos, mayoritariamente de unos 15 cm de diámetro y sobre capas de
agua con una profundidad de entre 15 y 70 metros. El rango de capacidades varía
entre 2.000 y 15.000 litros por hora. Se trata, en general, de fuentes de agua de muy
buena calidad y con escasas variaciones estacionales. Los sistemas fotovoltaicos
en continua representan una alternativa especialmente interesante en el rango de
300 a 1.500 m3/día.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 315

Deberá asegurarse la compatibilidad entre la bomba y el pozo. En particular, el


caudal bombeado no excederá el caudal máximo extraíble del pozo cuando el ge-
nerador fotovoltaico trabaja en condiciones STC. Es responsabilidad del instalador
solicitar al propietario del pozo un estudio de caracterización del mismo.

5.6.1. Bombas
Existen tres criterios de clasificación para las bombas de extracción. El pri-
mero toma en consideración la manera en que el agua es movida entre los dos ni-
veles. Usando este criterio, se tienen las bombas centrífugas y las volumétricas (o
de desplazamiento positivo). El segundo criterio, la ubicación de la bomba respecto
a la fuente de agua, clasifica las bombas como de superficie o sumergidas. Por úl-
timo, si el criterio de selección está basado en el tipo de motor eléctrico requerido,
se tienen las bombas de corriente continua y las de corriente alterna. En la práctica
un modelo en particular queda definido por una combinación de los tres criterios.
En aplicaciones de baja potencia (≤ 200 Wp) se utiliza una gran diversidad de
bombas: centrífugas, de diafragma, de pistón, etc. Para aplicaciones de mayor po-
tencia, la oferta del mercado se reduce a una única solución: la bomba centrífuga
multietapa. Tecnológicamente muy desarrollada, esta solución conlleva bombas
muy fiables y que pueden emplearse en un amplio abanico de alturas y caudales.
Hoy en día el mercado ofrece una diversidad tal de materiales en los diseños
de las bombas, que se hace posible la adaptación de bombas fiables y duraderas a
cada circunstancia y tipo de agua a extraer.

5.6.1.1. Bombas centrífugas


Las bombas centrífugas tienen un impulsor que, por medio de la fuerza centrí-
fuga de su alta velocidad, arrastra agua por su eje y la expulsa radialmente. Estas
bombas pueden ser sumergibles o de superficie y son capaces de bombear agua a
60 metros o más, dependiendo del número y tipo de impulsores. Están optimizadas
para un rango estrecho de cargas dinámicas totales y la salida de agua se incrementa
con su velocidad rotacional.

Bombas centrífugas superficiales


Estas bombas se recomiendan para aplicaciones que requieran grandes volú-
menes de agua (20.000 a 40.000 litros por día) a baja carga dinámica total, de 1 a
10 metros. Se caracterizan por
! Fácil acceso para reparaciones y mantenimiento.
! Están limitadas en términos de capacidad de succión, 7 metros máximo.
! Bajo coste.
316 Ángel Antonio Bayod Rújula

! Gran variedad en el mercado.


! Larga durabilidad.
! Toleran cierta cantidad de arena y otros sedimentos.

Bombas centrífugas sumergibles


Son las más comunes en sistemas de bombeo fotovoltaico. Hay una gran va-
riedad de modelos. Algunas tienen el motor acoplado directamente a los impulso-
res y se sumergen completamente. Otras tienen el motor en la superficie mientras
que los impulsores se encuentran completamente sumergidos.
Generalmente, las bombas centrífugas sumergibles tienen varios impulsores y
por ello se les conoce como bombas de paso múltiple. Todas las bombas sumergi-
bles están selladas y tienen el aceite de lubricación contenido para evitar contami-
nación del agua.
Se recomiendan para bombear cantidades moderadas de agua (5.000 a 20.000
litros por día) a carga dinámica total media de 20 a 35 metros. No deben operarse
en seco porque sufren daños por sobrecalentamiento. Son seguras y fiables, pu-
diendo durar más de 10 años en servicio continuo, aunque su coste inicial es mayor
que el de las bombas superficiales.

5.6.1.2. Bombas volumétricas


Son adecuadas para el bombeo de bajas cantidades de agua, entre 1.000 y 5.000
litros por día, y/o donde la profundidad es grande.
Algunas de estas bombas usan un cilindro y un pistón para mover el agua; otras
utilizan diafragmas. Cada ciclo mueve una pequeña cantidad de líquido hacia arriba.
El caudal es proporcional al volumen de agua, lo cual se traduce en un funciona-
miento eficiente en un amplio intervalo de cargas dinámicas.
Cuando la radiación solar aumenta también aumenta la velocidad del motor y,
por lo tanto, el flujo de agua bombeada es mayor.
Son más eficientes que las bombas centrífugas, especialmente mayor para
mayor carga dinámica total, pero son menos resistentes a la arena. Los diafragmas
y sellos se desgastan y deben ser reemplazados periódicamente. Existen modelos su-
mergibles y no sumergibles.

Bombas volumétricas de cilindro


Las bombas de cilindro han sido muy populares en aplicaciones de bombeo
mecánico activadas por el viento, tracción animal o humana. Su principio consiste
en que cada vez que el pistón baja, el agua del pozo entra a su cavidad y, cuando
este sube, empuja el agua a la superficie.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 317

La energía eléctrica requerida para hacerla funcionar se aplica solo durante una
parte del ciclo de bombeo. Las bombas de esta categoría deben estar siempre co-
nectadas a un controlador de corriente para aprovechar al máximo la potencia otor-
gada por los paneles fotovoltaicos.

Bombas de diafragma
Las bombas de diafragma desplazan el agua por medio de diafragmas de un ma-
terial flexible y resistente. Comúnmente los diafragmas se fabrican de caucho re-
forzado con materiales sintéticos. En la actualidad, estos materiales son muy
resistentes y pueden durar de dos a tres años de funcionamiento continuo antes de
requerir reemplazo, dependiendo de la calidad del agua. Los fabricantes de estas
bombas producen un juego de diafragmas para reemplazo que pueden adquirirse a
un precio razonable.
Las bombas de diafragma son económicas. Cuando se instala una bomba de este
tipo siempre se debe considerar el gasto que representa el reemplazo de los diafrag-
mas una vez cada dos o tres años. Más aún, muchas de estas bombas tienen un motor
de corriente continua con escobillas. Las escobillas también deben cambiarse perió-
dicamente. Los juegos de reemplazo incluyen los diafragmas, escobillas, empaques
y sellos. La vida útil de este tipo de bomba es, aproximadamente, 5 años de uso.

5.6.1.3. Selección de la bomba


Cada fabricante ofrece varios modelos de bombas y cada una tiene un rango óp-
timo de operación. El proceso de selección se complica debido a la gran variedad
de marcas disponibles.

75

de
60 cilindro
Carga diaria total (m)

45 centrífuga sumergible
(pasos múltiples)

30

15 de centrífuga superficial
diafragma (succión < 8 m)
0
0 10 20 30 40 50 60
Volumen diario bombeado (m3)

FIGURA 5.13. Dominio de los distintos tipos de bomba.


318 Ángel Antonio Bayod Rújula

A grandes rasgos, el gráfico anterior indica el tipo de bomba recomendado


según la carga dinámica total del sistema de bombeo y el volumen de agua reque-
rido. En cada caso particular es necesario consultar las recomendaciones de los fa-
bricantes.

5.6.2. Motor
En cuanto al motor, los motores de corriente alterna son más adecuados para
cargas grandes en el rango de diez o más caballos de fuerza. Estos son más bara-
tos que los motores de corriente continua, pero requieren de un inversor conti-
nua/alterna, que se agrega a los gastos iniciales y gastos potenciales de
mantenimiento.
Los sistemas de corriente alterna son ligeramente menos eficientes que los sis-
temas de continua debido a las pérdidas de conversión. Los motores de alterna pue-
den funcionar por muchos años con menos mantenimiento que los motores de
corriente continua.
Los sistemas de continua son, en general, de pequeño tamaño y están consti-
tuidos por un generador fotovoltaico que ataca directamente a un motor DC aco-
plado a una bomba de superficie. Al variar la irradiancia incidente sobre el
generador, varía la tensión del punto de trabajo que resulta del cruce de las carac-
terísticas del generador y de la motobomba y, con ello, varía la velocidad de giro del
motor y el caudal de agua que proporciona la bomba. En algunos casos, depen-
diendo de las características de las bombas, estos sistemas incorporan un converti-
dor dc/dc (caso de bombas de desplazamiento positivo, no siendo necesario para las
bombas centrífugas).
Los sistemas de alterna están constituidos por un generador fotovoltaico que
actúa sobre una motobomba sumergida AC, a través de un inversor de frecuencia
variable o variador de velocidad. Al variar la irradiancia sobre el generador varía la
frecuencia y la tensión a su salida y, con ello, la velocidad de giro del motor y el cau-
dal bombeado.
Por otro lado, hay que considerar los convertidores electrónicos, que pueden
mejorar el rendimiento de un sistema de bombeo solar bien diseñado del 10 al 15%.
Los convertidores se usan con frecuencia en áreas con niveles de agua y/o
condiciones atmosféricas fluctuantes. Consumen del 4 al 7% de la potencia del
sistema.
Es común que las bombas fotovoltaicas se vendan junto con el controlador ade-
cuado para operarlas eficientemente. Generalmente se usan convertidores de se-
guimiento del punto de potencia máxima (operan el sistema cerca de su punto de
potencia máxima).
Sistemas fotovoltaicos autónomos 319

5.6.3. Dimensionado de sistema de bombeo


por el método del mes peor
Para el cálculo de la potencia consumida por las bombas ha de tenerse en cuenta
la potencia eléctrica real absorbida (que debe ser especificada en el correspondiente
catálogo) y no limitarse a determinar la potencia teórica (multiplicando el caudal por
la altura manométrica), ya que el rendimiento de las pequeñas bombas es muy bajo.
Es de vital importancia hacer una estimación del consumo de agua que va a tenerse.
Por ejemplo, en instalaciones en países en desarrollo, la demanda hídrica en po-
blaciones menores de 2.000 habitantes se estima en unos 300 litros por persona y
día, distribuidos de la forma que se indica en la tabla.

Consumo doméstico 145


Uso comercial 87
Uso público 44
Uso industrial 15
Otros usos 9
Poblaciones de menos de 500 hab. 100
TABLA 5.7. Demanda hídrica en poblaciones menores de 2000 habitantes.

En poblaciones de menos de 500 habitantes, las necesidades se estiman en unos


100 litros por persona y día.
En aplicaciones ganaderas, si el propietario de la instalación no conoce con
certeza el consumo, puede realizarse una aproximación mediante la siguiente tabla
de necesidades típicas de agua (en litros/día).

Caballo 45
Ganado vacuno, en general 55
Vaca de leche 150
Cerdo 15
Oveja 10
Pavo 0,5
Pollo 0,15
Gallina 0,3

TABLA 5.8. Consumos de agua diarios (litros) (valores orientativos).

Una vez calculada la cantidad de agua diaria necesaria, el caudal medio que
la bomba debe suministrar se determina dividiendo el volumen de agua reque-
rido diariamente entre el tiempo de funcionamiento (coincidente o no con el nú-
mero de HSP).
320 Ángel Antonio Bayod Rújula

Qmedio u Vagua requerido diariamente / HSP

Finalmente, examinando las curvas de las bombas suministradas por el fabri-


cante, se elegirá el modelo que sea capaz de suministrar el caudal deseado, ven-
ciendo la altura manométrica requerida (diferencia de alturas entre el nivel al que
hay que elevar el agua y el nivel mínimo del pozo del cual se extrae).
La energía hidráulica requerida viene dada por la expresión:

EupgVh

donde p es la densidad del agua, g la aceleración de la gravedad y V el volumen a


bombear y h la altura (sumando las pérdidas por fricción, etc.).
Sustituyendo valores se puede utilizar la expresión de:

E u V H /367

donde V debe venir expresado en litros y h en metros.


La energía eléctrica requerida es el cociente de la energía partido por rendi-
miento de la bomba. Hay que contar que la bomba suele trabajar con rendimientos
bajos, del orden de 0,4.
De nuevo se puede utilizar el método del mes peor, buscando el mes de peor
relación entre energía eléctrica requerida (similar a los datos de consumo en las ins-
talaciones autónomas) y la radiación disponible.
En instalaciones de bombeo, dependiendo de la localidad y disponibilidad de
agua, el «mes peor» corresponde a veces con el verano.
La potencia eléctrica que necesita el motor viene determinada por su eficien-
cia en «traducir» potencia eléctrica en potencia hidráulica, por el caudal de agua que
se quiere extraer, Qd, y por la altura a la que se quiere elevar, HT. Conviene definir
y conocer estos dos últimos factores antes de proceder con el método de diseño.

Caudal diario requerido, Qd (m3/día)


Este parámetro corresponde a la cantidad de agua que debe ser bombeada dia-
riamente por el sistema fotovoltaico. Por lo tanto hay que cuantificar las necesida-
des de agua, las cuales dependen obviamente del uso final de las mismas: consumo
humano, ganado o irrigación de terrenos, etc.
El agua utilizada con fines de irrigación se caracteriza por grandes variacio-
nes entre los distintos meses, y es asimismo dependiente de la naturaleza de los cul-
tivos, el régimen de lluvias y la eficiencia del sistema de riego. Valores entre 50 y
300 m3 por hectárea y día son frecuentes.
Sistemas fotovoltaicos autónomos 321

No hay que olvidar que si el agua va a ser empleada para el consumo humano
o de ganado deben asegurarse unas condiciones sanitarias adecuadas. Se han de
emplear tuberías de material que no degrade la potabilidad del agua, se ha de sellar
el pozo con hormigón, y, en algunos casos, y bajo la supervisión de personal sani-
tario cualificado, se ha de tratar el agua con algún producto potabilizador, cuidando
no variar excesivamente el sabor.

Altura total, HT(m)


Durante el proceso de bombeo, el nivel de agua en el interior del pozo tiende
a bajar, hasta que la velocidad con la cual se filtra agua a través de las paredes del
mismo llega a equilibrar aquella a la que se bombea al exterior (véase la Figura).
Consecuentemente, cuanto mayor sea la tasa de extracción, mayor será la caída del
nivel del agua en el interior del pozo. En realidad, el descenso de dicho nivel de-
pende de un cierto número de factores, como el tipo y permeabilidad del suelo, y el
espesor del acuífero.

Nivel del suelo

Nivel original del agua Superficie del agua HST


Nivel
estático

HDT
Nivel
dinámico

Estratos
contenedores de agua

QT

Cono de depresión
del agua en la tierra

FIGURA 5.14. Niveles de agua en pozo.


322 Ángel Antonio Bayod Rújula

Es necesario efectuar una prueba de bombeo para determinar el descenso de


nivel del agua en el pozo. Esta suele consistir en la extracción de agua con una
bomba portátil, a un determinado caudal, acompañada de la medición del descenso
que experimenta el nivel del agua una vez que este se ha estabilizado. Por lo tanto,
tres son los datos que caracterizan a un pozo después de la prueba de bombeo:
! El Nivel estático del agua: HST (m): Distancia vertical entre el nivel del
suelo y el nivel del agua antes de la prueba de bombeo.
! El Nivel dinámico del agua: HDT (m): Distancia vertical entre el nivel del
suelo y el nivel final del agua después de la prueba de bombeo.
! El Caudal de prueba: QT (m3/ h). Caudal de agua extraído durante la
prueba de bombeo.
El sistema debe ser capaz de bombear agua desde el nivel dinámico del pozo
hasta la salida de la bomba en el punto de almacenamiento o sistema de distribución.
Pero, además, debe vencer las pérdidas de fricción en la tubería, debidas a la resis-
tencia al flujo del agua causada por la viscosidad del agua, turbulencias en las tu-
berías, etcétera. Estas pérdidas se modelan haciéndolas equivalentes a una altura
adicional que el agua bombeada debe vencer, y su consideración en los cálculos del
sistema se suele realizar incluyendo un factor de seguridad. En consecuencia, la
potencia PEL que se ha de suministrar a la bomba es tal que le permita bombear
agua, a un caudal QD determinado, a una altura neta de trabajo o altura total HT.
La potencia, el caudal y, por tanto, la altura total no son constantes, sino que
varían con el tiempo, debido a la variación de la irradiancia. Ello hace que el
cálculo exacto del volumen de agua bombeado a partir de estas variables sea com-
plejo. Es por ello por lo que se define una altura total equivalente, HTE, altura fija
(constante ficticia) a la que se habría tenido que bombear el volumen diario de agua
requerido. De esta forma, el cálculo se independiza del pozo en cuestión y de las ca-
racterísticas de las tuberías, interviniendo solo las condiciones climatológicas y las
características de la bomba fotovoltaica.
Los fabricantes generalmente prueban el comportamiento de sus bombas foto-
voltaicas en diferentes condiciones de trabajo, y proporcionan herramientas gráfi-
cas que relacionan los valores de Qd, HTE, Gdm y PEL.
Se estimará la energía eléctrica consumida por la motobomba como:

EH (Wh/día) 2,725 Qd (m3/día) • HTE (m)


EMB (Wh/día) u u
ηMB ηMB
Sistemas fotovoltaicos autónomos 323

donde:
EMB (Wh/día) : Es la energía eléctrica consumida por la motobomba
EH (Wh/día) : Energía hidráulica, es la energía necesaria para bombear el
volumen diario de agua requerido.
ηMB : Eficiencia de la motobomba, cociente entre la energía hidráu-
lica y la energía eléctrica consumida por la motobomba.

Para sistemas de bombeo de corriente alterna, la eficiencia de la motobomba


es un parámetro que suele estar incluido en el rendimiento del conjunto inversor-
motobomba. Habitualmente, el fabricante proporciona herramientas gráficas para el
cálculo del rendimiento global del sistema, incluyendo el propio generador foto-
voltaico. Por defecto, puede utilizarse un rendimiento típico ηMB u 0,4 para bom-
bas superiores a 500 W.
La altura equivalente de bombeo, HTE, es un parámetro ficticio que incluye las
características físicas del pozo y del depósito, las pérdidas por fricción en las tube-
rías (contribución equivalente en altura) y la variación del nivel dinámico del agua
durante el bombeo. Para su cálculo puede utilizarse la fórmula siguiente:

HTE u HD c HST c (H DT

QT
i HST
)Q AP c Hf

Depósito
HD

Nivel del suelo


HST
Nivel estático del agua HDT

Nivel dinámico del agua

FIGURA 5.15. Esquema de los niveles estático y dinámico y altura del depósito.
324 Ángel Antonio Bayod Rújula

donde:
HTE (m) : Altura total equivalente, es la altura fija (constante ficticia) a la
que se habría tenido que bombear el volumen diario de agua re-
querido.
HD (m) : Altura del depósito es la altura entre el depósito de agua y el suelo.
HST y HDT : Son los niveles estáticos y dinámicos con el caudal de prueba QT.
QAP (m3/h) : Caudal medio o aparente, es el valor medio del volumen diario
de agua requerido (QAP u Qd / 24).
Hf (m) : Altura de fricción es la contribución equivalente en altura de las
pérdidas por fricción en las tuberías para un caudal determinado.
La suma de los dos primeros términos es la altura desde la salida de la bomba en
el depósito hasta el nivel estático del agua. El tercer término es una corrección para
tener en cuenta el descenso de agua durante el bombeo y el cuarto es la contribución
equivalente en altura de las pérdidas por fricción en las tuberías y en otros accesorios
del sistema hidráulico (válvulas, codos, grifos, etc.). Estas pérdidas, de acuerdo con
el PCT, serán inferiores al 10% de la energía hidráulica útil (es decir, Hf < 0,1HTE).
QAP tiene el significado de un caudal aparente cuyo cálculo mostraremos en el
apartado siguiente, Hf son la contribución equivalente en altura de las pérdidas por
fricción en las tuberías para un caudal determinado. Dichas pérdidas son función del
caudal medio QAP, tal y como se muestra en la Tabla, que recoge los valores de las
pérdidas de carga en tuberías, expresadas en metros por cada 100 metros de tube-
ría recta y para distintos valores del caudal en litros/hora.
Además de las tuberías, un sistema de transporte y distribución del agua consta
de otros accesorios (válvulas, codos, etcétera) que producen nuevas pérdidas en la
presión total del líquido. Por simplicidad, se ignoran estas pérdidas, suponiéndo-
las despreciables frente a las pérdidas totales, sin que por ello se cometa un error
importante.
Dos consideraciones más de interés:
! Existe un peligro asociado a la utilización de grandes bombas en peque-
ños pozos, derivado de la posibilidad de provocar una disminución del
nivel del agua hasta el que corresponde a la entrada de la misma en la
bomba, momento en el cual la bomba comienza a extraer una mezcla de
aire y agua del pozo, se dice entonces que la bomba «cavita». Una bomba
que «cavite» puede dañarse con rapidez. Además, caudales excesivamente
grandes de extracción pueden dañar la superficie interna del pozo bajo el
manto del acuífero, causando la formación de vacíos que conllevan un
eventual derrumbamiento de la perforación. Consecuentemente, para cada
Sistemas fotovoltaicos autónomos 325

pozo existe un caudal máximo que no puede superarse, QMÁX(m3/h). La in-


formación de las pruebas realizadas a los pozos, suele estar referida al
caudal máximo del pozo (QT u QMÁX). Y, además, los fabricantes de bom-
bas fotovoltaicas suelen proveer información sobre extracción instantánea
de agua por parte de la bomba, para una potencia y altura total determi-
nadas. En cualquier caso, las bombas deben llevar un detector de funcio-
namiento en seco, para parar el sistema.

Pérdidas de carga en tuberías de acero


Diámetros interiores de tuberías en mm.
19 26 32 38 50 63 75 89 100 125 150
Caudal litros/hora Metros de altura manométrica por cada 100 metros de tubería recta
500 2,30 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ----
1000 9,30 2,3 0,45 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ----
2000 44,80 10,60 32,85 1,10 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ----
3000 ---- 19,8 5,00 2,00 1,00 0,35 ---- ---- ---- ---- ----
4000 ---- 32,50 9,10 4,00 1,65 0,75 0,28 ---- ---- ---- ----
5000 ---- ---- 12,9 5,20 2,30 0,95 0,34 ---- ---- ---- ----
6000 ---- ---- 18,50 8,60 3,10 1,15 0,40 ---- ---- ---- ----
7000 ---- ---- 25,70 10,90 4,00 1,35 0,50 0,25 ---- ---- ----
8000 ---- ---- 33,20 15,00 5,00 1,80 0,60 0,30 ---- ---- ----
9000 ---- ---- ---- 18,90 6,10 2,25 0,80 0,40 ---- ---- ----
10.000 ---- ---- ---- 25,00 8,50 2,80 1,15 0,50 0,25 ---- ----
12.000 ---- ---- ---- 30,90 10,90 3,80 1,50 0,60 0,45 ---- ----
15.000 ---- ---- ---- 47,00 16,20 6,00 2,35 0,75 0,65 ---- ----
18.000 ---- ---- ---- ---- 22,60 8,20 3,00 1,00 0,85 0,25 ----
20.000 ---- ---- ---- ---- 28,80 10,00 4,00 1,40 0,95 0,30 ----
25.000 ---- ---- ---- ---- 41,50 14,40 6,10 1,80 1,40 0,45 ----
30.000 ---- ---- ---- ---- ---- 20,60 8,35 2,40 2,10 0,60 0,30
35.000 ---- ---- ---- ---- ---- 27,85 11,40 3,20 2,90 0,95 0,40
40.000 ---- ---- ---- ---- ---- 36,90 14,50 4,20 3,60 1,15 0,45
45.000 ---- ---- ---- ---- ---- 40,60 18,30 5,60 4,50 1,45 0,55
50.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- 21,90 6,90 5,40 1,85 0,80
60.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- 30,50 9,60 7,60 2,55 1,05
70.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 12,10 9,80 3,25 1,40
80.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 16,30 12,40 4,00 1,80
90.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 20,00 16,20 5,45 2,20
100.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 19,90 6,65 2,70
125.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 9,10 3,75
150.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 13,65 5,65
175.000 ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- ---- 8,10

TABLA 5.9. Pérdidas de carga en tuberías. Expresiones en m por cada 100 m de tubería recta.
326 Ángel Antonio Bayod Rújula

! Finalmente, debe mencionarse que la compatibilidad entre el pozo y la


bomba fotovoltaica está asegurada si la toma de agua de la bomba se co-
loca por debajo del nivel dinámico del pozo HDT, y el caudal extraído por
la bomba, a una potencia de continua de 0,8 veces la PNOM y a una altura
HT u HDT, es menor que QMÁX. Esta última condición refleja el hecho de
que la potencia nominal del generador está referida a condiciones están-
dares, que son diferentes de las condiciones reales de operación.

5.7. Sistemas híbridos


Un sistema híbrido cuenta con dos o más fuentes energéticas. Es el caso de un
sistema eólico fotovoltaico, en donde además de paneles fotovoltaicos se dispone
de un generador eólico, o combinado con grupos diesel, energía hidráulica, etc.
Existen sistemas en los que las fuentes energéticas se diseñan para trabajar si-
multáneamente y otros para trabajar de forma alternativa. Por ejemplo, podríamos
pensar en un sistema FV que, cuando no hay radiación solar y las baterías están en
muy bajo estado de carga, se recargue con un generador acoplado a un motor ali-
mentado con gasolina, fuel, gas natural, etc.

FIGURA 5.16. Generador de gasolina de pequeño tamaño.


Sistemas fotovoltaicos autónomos 327

Evidentemente los datos de consumo son los mismos que hasta ahora. La única
diferencia es que la energía generada puede extraerse de los paneles, el generador
eólico, etc. Su dimensionamiento puede depender solo de criterios económicos (un
generador eólico es más barato, por ejemplo) o técnicos (en un lugar donde hay
poco viento, o por el contrario mucho, y se plantea su utilización).
Si se dice que el grado de penetración de eólica es del 40% y el de FV el 60,
se quiere decir que el 40% de la energía (anual, mensual...) proviene del aerogene-
rador y el 60 restante de los paneles.
A la hora del dimensionamiento de la parte FV, por tanto, se considerará que
se quiere cubrir tan solo el 60% (en este caso ejemplo) de los consumos previstos
en la instalación, dejando el resto al diseño del aerogenerador. Las baterías son co-
munes, pero al contarse con dos (o más) fuentes independientes, puede disminuirse
el número de días de autonomía previstos, y con ello disminuir el tamaño (Ah) de
las baterías y por ende su coste.
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Índice

Presentación ...................................................................................................... 7
Prólogo .............................................................................................................. 9

1. ASPECTOS GENERALES DE LA ENERGÍA SOLAR


FOTOVOLTAICA ........................................................................................ 11
1.1. Introducción ........................................................................................... 11
1.2. Historia de la energía solar fotovoltaica ................................................ 13
1.3. Ventajas e inconvenientes de la energía solar fotovoltaica .................... 14
1.4. Consideraciones medioambientales ....................................................... 15
1.5. Estado actual y perspectivas .................................................................. 17
1.5.1. Situación en el mundo ................................................................. 18
1.5.2. Situación en España ..................................................................... 21

2. CÉLULAS Y MÓDULOS FOTOVOLTAICOS ........................................... 27


2.1. Teoría básica de semiconductores. Efecto fotovoltaico ......................... 27
2.2. Dopado ................................................................................................... 36
2.3. Diodos .................................................................................................... 37
2.4. Conversión de luz solar en electricidad ................................................. 38
2.5. Estructura básica de una célula solar ..................................................... 39
2.6. Principio de funcionamiento de una célula solar ................................... 42
2.7. Características de una célula solar ......................................................... 43
2.7.1. Característica V-I de iluminación ................................................ 43
2.7.2. Corriente de cortocircuito y tensión de circuito abierto .............. 47
2.7.3. Curva de potencia. Punto de máxima potencia ........................... 49
2.7.4. Factor de forma ........................................................................... 50
2.7.5. Eficiencia de conversión de la célula .......................................... 51
2.7.6. Influencia de la temperatura ........................................................ 52
2.7.7. Influencia de la concentración ..................................................... 54
2.7.8. Condiciones estándar de medida, STC ........................................ 55
2.8. Tipos de células ..................................................................................... 56
2.8.1. Células solares de silicio monocristalino..................................... 56
2.8.2. Células solares de silicio policristalino ....................................... 59
2.8.3. Tecnologías de lámina delgada ................................................... 60
332 Índice

2.8.4. Células de silicio amorfo ........................................................... 64


2.8.5. Células solares de arseniuro de galio y semiconductores III-V. 65
2.8.6. Células solares de telururo de cadmio ....................................... 66
2.8.7. Células solares de seleniuro de cobre e indio ............................ 67
2.8.8. Células multiunión .................................................................... 68
2.8.9. Células bifaciales ...................................................................... 71
2.8.10.Células de TiO2 nanoestructurado sensitivizado por colorante
y células orgánicas .................................................................... 72
2.9. Eficiencias récord ................................................................................. 74
2.10.El módulo fotovoltaico ......................................................................... 76
2.11.Características de un módulo fotovoltaico ........................................... 83
2.11.1. Parámetros eléctricos ................................................................ 84
2.11.2. Parámetros térmicos .................................................................. 87
2.11.3. Parámetros físicos ..................................................................... 88
2.11.4. Otras especificaciones .............................................................. 88
2.11.5. Comportamiento en condiciones cualesquiera de operación .... 89
2.12.Punto de trabajo de un panel fotovoltaico ............................................ 92
2.13.Asociación de células con distinta iluminación. El problema
del punto caliente .................................................................................. 95
2.14.Empleo de diodos de paso .................................................................... 101
2.15.Módulos en paralelo. Diodos de bloqueo ............................................. 111
2.16.Normas relativas a dispositivos fotovoltaicos ...................................... 113

3. OTROS SUBSISTEMAS DE UNA INSTALACIÓN FOTOVOLTAICA .. 115


3.1. El subsistema de almacenamiento energético ...................................... 115
3.1.1. La batería de plomo-ácido ........................................................ 118
3.1.1.1. Plomo-antimonio ........................................................ 121
3.1.1.2. Plomo-calcio ................................................................ 121
3.1.2. Elementos constructivos ........................................................... 121
3.1.2.1. Rejillas ......................................................................... 122
3.1.2.2. Placas o electrodos ....................................................... 122
3.1.2.3. Separadores .................................................................. 122
3.1.2.4. Tapones ........................................................................ 122
3.1.2.5. Carcasa o contenedor ................................................... 122
3.1.3. Parámetros característicos ........................................................ 122
3.1.3.1. Capacidad nominal, CB ............................................... 122
3.1.3.2. Tensión ........................................................................ 124
3.1.3.3. Autodescarga ............................................................... 125
3.1.3.4. Profundidad de descarga (PD) ..................................... 125
Índice 333

3.1.3.5. Rendimiento ................................................................... 125


3.1.3.6. Vida útil ......................................................................... 125
3.1.3.7. Densidad del electrolito ................................................. 126
3.1.3.8. Resistencia interna ......................................................... 126
3.1.4. Factores que afectan al comportamiento de la batería ................ 127
3.1.4.1. Ciclos de carga y descarga ............................................. 127
3.1.4.2. Influencia de la temperatura .......................................... 128
3.1.4.3. Punto de congelación ..................................................... 129
3.1.4.4. Elevadas temperaturas ................................................... 130
3.1.4.5. Gasificación ................................................................... 131
3.1.4.6. Sulfatación ..................................................................... 131
3.1.5. Otros tipos de baterías solares ..................................................... 132
3.1.5.1. Baterías solares de gel (VRLA) ..................................... 132
3.1.5.2. Baterías solares de níquel-cadmio (Ni-Cd) .................... 133
3.1.6. Condicionantes del Pliego de Condiciones Técnicas
de Instalaciones Aisladas de Red ................................................. 134
3.1.7. Mantenimiento ............................................................................. 135
3.2. Subsistema de regulación de carga ....................................................... 138
3.2.1. Características del regulador ...................................................... 140
3.2.2. Reguladores serie ....................................................................... 141
3.2.3. Reguladores paralelo ................................................................... 142
3.2.4. Regulador/seguidor del punto de máxima potencia .................... 143
3.2.5. Tensiones de regulación ............................................................. 144
3.2.5.1. Tensión de corte por sobrecarga (Vsc) ........................... 144
3.2.5.2. Tensión de rearme de carga (Vrc) ................................... 145
3.2.5.3. Tensión de corte por sobredescarga (Vsd) ...................... 145
3.2.5.4. Tensión de rearme de descarga (Vrd) .............................. 145
3.3. Subsistema de acondicionamiento de potencia ..................................... 147
3.3.1. El convertidor continua/continua ................................................ 148
3.3.1.1. Funcionamiento de un convertidor continua/continua .. 148
3.3.1.2. Seguidores del punto de máxima potencia (pmpt) ......... 149
3.3.2. El inversor (convertidor continua/alterna) .................................. 152
3.3.2.1. Principio de funcionamiento del inversor tipo puente ... 155
3.3.2.2. Características de los inversores .................................... 163
3.4. Otros subsistemas .................................................................................. 170
3.4.1. La estructura soporte ................................................................... 170
3.4.1.1. Funciones ....................................................................... 170
3.4.1.2. Características ................................................................ 171
3.4.2. Sistemas de seguimiento .............................................................. 174
334 Índice

3.4.3. Cableado y protecciones ............................................................. 179

4. INSTALACIONES FOTOVOLTAICAS CONECTADAS A LA RED ........ 181


4.1. Introducción ........................................................................................... 181
4.2. Marco legislativo de la conexión a red en España ................................ 182
4.3. Tipología de las instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red .......... 187
4.4. Régimen económico .............................................................................. 187
4.5. Condiciones técnicas de las instalaciones fotovoltaicas
conectadas a la red en baja tensión ....................................................... 191
4.5.1. Módulos fotovoltaicos ................................................................. 195
4.5.2. Inversor ....................................................................................... 196
4.5.2.1. Inversor tipo string y generador particionado ................ 198
4.5.2.2. Configuración maestro-esclavo ..................................... 199
4.5.2.3. Inversor individual para cada módulo FV ...................... 200
4.5.3. Elección del número de paneles en serie ..................................... 201
4.5.3.1. Optimización de la tensión ............................................ 203
4.5.3.2. Cantidad máxima de módulos en un string ................... 203
4.5.3.3. Cantidad mínima de módulos en un string .................... 204
4.5.3.4. Determinación de la cantidad de strings ........................ 205
4.5.4. Dimensionamiento del cableado .................................................. 206
4.5.4.1. Cálculo de las corrientes ................................................ 207
4.5.4.2. Cálculo de la caída de tensión ....................................... 208
4.5.5. Medida de la energía inyectada a la red. Contadores .................. 211
4.5.6. Protecciones ................................................................................. 212
4.5.6.1. Tramos en corriente continua ......................................... 212
4.5.6.2. Tramos en corriente alterna ............................................ 214
4.5.7. Condiciones de puesta a tierra de las instalaciones fotovoltaicas .. 217
4.6. Estimación de la producción de sistemas fotovoltaicos
conectados a la red ................................................................................ 221
4.6.1. Evaluación del comportamiento de sistemas fotovoltaicos
conectados a red .......................................................................... 221
4.6.1.1. Índice de producción final del sistema
(Final System Yield), Yf ................................................. 222
4.6.1.2. Índice de producción (o productividad)
de Referencia (Reference Yield) Yr ................................ 222
4.6.1.3. Performance ratio .......................................................... 223
4.6.2. Pérdidas energéticas existentes en una instalación fotovoltaica ... 224
4.6.2.1. Pérdidas por no cumplimiento de la potencia nominal .. 225
4.6.2.2. Pérdidas por polvo y suciedad ....................................... 225
Índice 335

4.6.2.3. Pérdidas angulares y espectrales .................................... 226


4.6.2.4. Pérdidas de mismatch o de conexionado ....................... 226
4.6.2.5. Pérdidas por temperatura de operación de la célula ...... 227
4.6.2.6. Pérdidas por sombreado sobre el campo de captación .. 227
4.6.2.7. Pérdidas eléctricas en el cableado ................................. 235
4.6.2.8. Pérdidas en el inversor ................................................... 237
4.6.3. Método simplificado de estimación de la producción ................ 238
4.7. Fotovoltaica en la edificación ................................................................ 240
4.7.1. Tejados inclinados ....................................................................... 244
4.7.2. Tejados planos ............................................................................. 245
4.7.3. El Código Técnico de la Edificación y la energía fotovoltaica ... 246
4.7.3.1. Aplicación del HE 5 ....................................................... 247
4.7.3.2. Determinación de las pérdidas de radiación
por orientación e inclinación .......................................... 253
4.7.3.3. Ejemplo de aplicación .................................................... 254

5. SISTEMAS FOTOVOLTAICOS AUTÓNOMOS ........................................ 259


5.1. Introducción ........................................................................................... 259
5.2. Electrificación de viviendas ................................................................... 264
5.2.1. Elección de la topología: Instalaciones centralizadas
y descentralizadas ........................................................................ 270
5.2.2. Corriente continua/corriente alterna ............................................ 273
5.3. Dimensionamiento de sistemas autónomos ........................................... 275
5.4. Método del mes peor ............................................................................. 277
5.4.1. Evaluación de la energía necesaria .............................................. 279
5.4.2. Evaluación de la radiación solar disponible ................................ 281
5.4.3. Cálculo de la relación consumos/radiación ................................. 289
5.4.4. Tamaño del campo de captación ................................................. 291
5.4.5. Dimensionamiento del sistema de acumulación ......................... 291
5.4.6. Elección del regulador de carga .................................................. 293
5.4.7. Elección del inversor o inversores .............................................. 293
5.4.8. Dimensionamiento del cableado ................................................. 294
5.4.9. Ejemplos ...................................................................................... 296
5.4.9.1. Ejemplo 1: Electrificación de un equipo
de telecomunicaciones en Huesca ................................. 296
5.4.9.2. Ejemplo 2: Electrificación de una vivienda
unifamiliar en Zaragoza ................................................. 299
5.5. Otros métodos de dimensionamiento de sistemas
fotovoltaicos autónomos ....................................................................... 303
336 Índice

5.5.1. Parámetros de fiabilidad ............................................................. 303


5.5.2. Método de probabilidad de pérdida de carga horaria LOLH ...... 307
5.6. Bombeo de agua con energía solar fotovoltaica .................................... 313
5.6.1. Bombas ........................................................................................ 315
5.6.1.1. Bombas centrífugas ....................................................... 315
5.6.1.2. Bombas volumétricas .................................................... 316
5.6.1.3. Selección de la bomba .................................................. 317
5.6.2. Motor .......................................................................................... 318
5.6.3. Dimensionado de sistema de bombeo por el método
del mes peor ................................................................................. 319
5.7. Sistemas híbridos ................................................................................... 326

Bibliografía ...................................................................................................... 329


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