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Figura 4.

Integridad sistema ligamentario: ligamentos gleno-humerales (superior,


medio e inferior), ligamento coracohumeral. Matsen (2006), expone que tanto la
cápsula como los ligamentos gleno-humerales en el rango medio del arco articular
son laxos y no ejercen efectos de centrado de la cabeza humeral sobre la
glenoides, pero en los extremos de movimiento se convierten en importantes
contribuyentes en la centralización de la cabeza humeral.

Figura 5. Integridad del labrum: rodete glenoideo que incrementa la profundidad de


la glenoides. El labrum y la cavidad glenoidea sellan la cabeza del humero,
dándole más estabilidad. En forma conjunta estas dos estructuras colaboran con
la estabilidad. Cuando existe una lesión, principalmente del labrum, la estabilidad
se ve comprometida significativamente.

Figura 6. Integridad capsular: está diseñada en pos de la movilidad, por ende su


papel, como estructura per se, en la estabilidad es menor, pero garantiza el
mecanismo mecánico de compresión intracavital. Esto permite que dentro de la
articulación halla presión negativa respecto a la atmosférica “Succión” lo que evita
la distracción de las superficies articulares. Se pierde ante efusión articular,
hemartrosis, reemplazo articular y disrupción capsular.

Estabilizadores Dinámicos

Los principales estabilizadores dinámicos son como los músculos que pertenecen
a la articulación glenohumeral, es decir intrínsecos, y aquellos que la atraviesan o
si bien no forman parte de ella, actúan directamente en el funcionamiento de la
articulación y principalmente en su estabilización.

Músculos intrínsecos

Estos son los músculos que comprenden el denominado manguito de los


rotadores o “rotador cruff”. Estos músculos son el subescapular, supraespinoso,
infraespinoso, redondo menor.

Músculos extrínsecos

Son aquellos que por su acción directa sobre la escápula presentan una acción
directa sobre el posicionamiento de la cavidad glenoidea en relación con la cabeza
humeral, y su disfunción trae aparejado problemas en esta articulación. Esos son
el serrato mayor, trapecio, romboide, angular y pectoral menor.

Estos músculos participan en los movimientos de báscula del omoplato en torno a


un eje perpendicular a su plano y situado algo por debajo de la espina del mismo.
Estos movimientos de bascula posicionan la cavidad glenoidea hacia arriba o
Hacia abajo, acompañando por ende la abducción y así evitar las compresiones
subacromiales. Por otro lado presentan un papel importante en el soporte de
cargas a través del miembro superior o la estabilización del complejo articular del
hombro en los movimientos de empuje con el mismo.

Figura 7. Integridad del sistema muscular: Subescapular es el principal compresor


anterior. Supraespinoso es el principal compresor superior. Infreaspinoso y
redondo menor son los compresores posteriores. Los músculos del manguito
rotador se relacionan con la capsula articular a la que envuelven, funcionan en
sinergia, estabilizando la articulación ya que la contracción de estos, coapta la
cabeza humeral a la glenoides.

En el complejo articular del hombro existen cuplas de fuerza. Las cuplas son
acciones musculares aplicadas sobre un mismo segmento óseo pero en
direcciones opuestas lo que genera sobre el mismo y movimiento de rotación
sobre su eje.

Figura 8. Cuplas de fuerza en la gleno humeral: En el plano frontal entre el


deltoides y el supraespinoso que tienden a luxar la cabeza hacia arriba y afuera
debido a su dirección ascendente y el resto del M.R. quese opone deprimiendo la
cabeza humeral. En el plano horizontal entre el infraespinoso junto con el redondo
menor por detrás y el subescapular por delante.

Figura 9. Cupla en el omoplato: por un lado el Trapecio con sus fibras superiores e
inferiores junto al angular del omoplato versus el Serrato Anterior.

Resumiendo, dejamos en claro que, cuando alguno de los factores que


analizamos como participantes de la estabilidad articular en este mismo modulo se
encuentra dañado o presenta una disfunción secundaria a un traumatismo o
congénita, la estabilidad de la articulación glenohumeral se ve comprometida. A su
vez, si están alteradas las cuplas de fuerza, la articulación rota hacia posiciones
donde los músculos son menos eficientes para proveer fuerzas compresivas
adecuadas para estabilizar la articulación. Esta alteración del eje de rotación
predispone a lesiones como el Síndrome de Fricción Subacromial.

Un capítulo aparte merece todo lo relacionado al movimiento coordinado de la


articulación gleno humeral con la escapulo torácica. Esto, llamado ritmo escapulo
humeral, es entre otros temas, lo que desarrollaremos en el próximo blog.

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