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ADÁN EL HOMBRE ROJO

René Schwaller de Lubicz


y la Estación Experimental Suhalia

“Adán el Hombre Rojo”,


re-edición a cargo de Éditions Slatkine, Ginebra, 2014.
Estudio preliminar de Emmanuel Dufour-Kowalski.
Traducción en curso a cargo la C:A:S:

A continuación deslizamos algunos fragmentos del estudio preliminar de Dufour-


Kowalski, a fin de situar esta singular obra del hermetista y alquimista francés.
En entradas posteriores iremos publicando secciones del texto de Schwaller.
[Toda vez que en el prefacio se mencione “Suhalia”, habrá que entenderlo como la
“Estación Experimental Suhalia”, fundada por el matrimonio Isha Schwaller de Lubicz y
René Schwaller de Lubicz, en Saint-Moritz, Suiza, con carácter de falangsterio hermético,
colectivo experimental activo durante buena parte de los años veinte.]

***

La Sulamita
Ven, dirijamos nuestros pasos hacia mi morada…
que tu mano izquierda sostenga mi cabeza,
que tu derecha rodee mi talle.

El Bienamado
4 Os conjuro, hijas de Jersualén,
que no llaméis ni inquietéis a la amada,
hasta que el Amor la despierte.

“El Cantar de los Cantares”

(...)
Las dos tiradas de Adán el Hombre Rojo datan de Septiembre de 1926 y de Abril de
1927, de 200 ejemplares cada una.

1
(...)
Una parte de los documentos de Suhalia que reproducimos, permiten ubicar la obra
“Adán el Hombre Rojo” en un contexto preciso: aquél de la estación “científica” Suhalia
(1923-1928) en Engadina, Saint Moritz, Suiza.
Éstos documentos ofrecen un testimonio indiscutible sobre uno de los falangsterios
más originales de la época (concurrentemente con el Goetheanum de Dornach, fundado en
1914 por Rudolf Steiner (1861-1925) y con la “Escuela de Conocimiento” animada por
Herman von Keyserling (1880-1946), en Darmstadt, luego en Innsbruck, apenas antes de la
Segunda Guerra Mundial.

(...)

El autor ofrece una reflexión interesante sobre la vocación primordial y mística de la


pareja humana, por medio de una exploración erótica (...) En términos generales se trataría
de propiciar la tensión erótica hasta una forma de transmutación de las energías polarizadas,
teoría que ya fuera explicitada por el autor en “La Doctrina” (tres conferencias, Navidad de
1926), donde René Schwaller adhiere al mystés de los fermentos psico-fisiológicos del
deseo.
Si fuera tributario de alguna escuela, la gran cultura esotérico-bibliófila de nuestro
autor parece coincidir con aspectos de la corriente anglosajona de la Fraternidad Hermética
de Luxor.

(...)

Lo que resulta determinante en esta obra es el retorno al sentido sagrado de Eros, en


función del rol primordial que tiene en el seno de la pareja como un factor de maduración y
transmutación de las energías.
Si bien ciertas tonalidades de orden teórico pueden vincularlo a la magia erótica de
las escuelas anglosajonas de P.B.Randolph (1825-1875), así como a los rituales e
instrucciones de la Fraternidad Hermética de Luxor, en cambio René Schwaller tendrá muy
escasos vínculos con la gesta erótico-catártica de Aleister Crowley (1875-1947). A su vez,
aquél parece haber ejercido cierta influencia sobre la doctrina luciferiana y erótica de María
de Naglowska (1883-1936), respecto a la acción mágica de la pareja, en el seno de su
cenáculo de Montparnasse (1931), que verá desplegar su ritual sexual de la Misa de Oro,
sobre el que volveremos.
Para la Sacerdotisa rusa se trata de preparar el advenimiento del Espíritu Santo o la
llegada mística de la Gran Madre --Tercer Término de la Trinidad-- que hará nacer la Nueva
Mujer: “la mujer reencontrará sus pulsiones profundas (...) El sacerdocio de las Sofiales
será el encargado de reestablecer la nuevas polaridades de la pareja”.

(...)

2
La Flecha (1930-1935) será el órgano de prensa del cenáculo de Madame de
Naglowska, consagrado exclusivamente a la sexualidad sagrada para una rehabilitación de
la mujer hetaira e iniciadora.
En cuanto a P-B Randolph (de quien María de Naglowska será la portavoz
francófona), su Manifiesto de la unión alquímica del hombre y la mujer, si bien tendrá
lugar, como en Schwaller, a través de la identidad metafísica y alquímica de la sicigia
original, Randolph propondrá una visión paradójicamente inversa a la praxis de Schwaller
en Suhalia: vale decir: un incremento y no un Solve de la polaridad que operará al nivel de
la esfera creativa durante el acto sexual.
Nada de esto aparecerá así en el Adán Rojo de Schwaller. Será, a la manera
alquímica, una cierta tierra arcillosa, tierra ocre y adánica por excelencia, un baño de barro
vivificador, en el que el hombre y la mujer deberán sumergirse carnalmente aunque también
intelectualmente para lograr la elevación mercurial.

(...)

La manera tan meticulosa de Schwaller de hacer madurar la vida íntima de sus


discípulos en Suhalia, deja a Isha –su esposa, y autora de una obra acotada y genial-- a
cargo de la formación de las mujeres y de sus jóvenes hijas, reunidas en torno a ella,
llamadas las Nevitas. Podría hacerse un paralelo entre las jóvenes Nevitas que presiden los
ágapes amorosos en Suhalia, y las “sofiales” [o “sofías”] de María de Naglowska, así como
con las iniciaciones sexuales descritas por Julius Evola en su experiencia bereber y sufí [ver
su libro “Metafísica del sexo”].
(...)
Sin embargo no podría hablarse de un recurso a las hieródulas antiguas, ya que éstas
estaban consagradas a la diosa. En cambio podría hacerse un paralelo con las prácticas
sexuales místicas de procedencia sufí, teniendo en cuenta que una congregación de sufís
(que obsequiarán dos caballos pura sangre árabes a la familia Schwaller en Suhalia),
durante un viaje a Saint-Moritz, habría aportado su contribución secreta dentro del plan
iniciático.

(...)

Cabrá subrayar que “Adán el Hombre Rojo” es la penúltima obra de una suerte de
tríptico a través del cual nuestro hermetista alsaciano expresó los elementos de aquello que
hoy llamaríamos “su primera doctrina”. El segundo período se vinculará a elementos más
sutiles que formarán una escuela de simbolismo de acentos “templarios”.
Así, precediendo a Adán el Hombre Rojo, el 8 de Septiembre de 1925 aparece en
Engadina “El Llamado del Fuego”, obra de sesgo apocalíptico, de 144 páginas, escrita bajo
el dictado de un cierto daimon, AOR, nombre de iniciado adoptado por René, que significa

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“luz” en hebreo. (...) Se trata efectivamente de una escritura inspirada, que en muchos
aspectos se relaciona con la “escritura automática” que los surrealistas utilizaron por
aquellos años para liberar la esfera imaginal. (...) La tercera y última obra de este período es
su ya mencionada “Doctrina”, destinada exclusivamente a los miembros del falangsterio
hermético (...) obra igualmente teñida por un mesianismo apocalíptico inspirado en los
seguidores de tradiciones gnósticas antiguas, alejandrinas, que se remontan a los antiguos
adeptos de Elías y Enoch, por lo cual se autodenominarán bajo el mote místico de
“Hermanos de Elías”.
[Carlos Larronde, poeta y teósofo integrante del círculo íntimo de Suhalia, se hará
bautizar como Santiago Elías; un tal Allanguillaume como Piedra de Elías; René Schwaller
mismo será Sophia de Elías, etc.]

(...)

[Cabrá mencionar, a manera de anticipo de próximos fragmentos, la vinculación y


simpatía de todo un arco de intelectuales y artistas de vanguardia de aquél entonces, como
ese el caso de Jean Cocteau (más André Breton o Jean Arp, entre otros), simpatía manifiesta
por el Adán Rojo u otras de sus obras (sean librescas o directamente experienciales, como
la Estación Suhalia misma), al punto que Jean Cocteau, tras un viaje a Egipto (estando el
matrimonio De Lubicz en Luxor, estudiando, por aquél entonces, los jeroglíficos del
Templo), toma partido por nuestro matrimonio hermético en lo que fue la polémica
egiptológica por su interpretación de los símbolos y jeroglíficos egipcios del período
faraónico.
[En siguiente fragmento, irán ciertos detalles respecto a la inspiración más o menos
sesgada u orbital que este libro suscitara en otros vanguardistas franceses.]

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