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UNIVERSIDAD DE COLIMA

FACULTAD DE ECONOMÍA
LA EDUCACIÓN SUPERIOR COMO INSTRUMENTO PARA EL DESARROLLO
ECONÓMICO: UNA PERSPECTIVA GLOBAL, NACIONAL Y DEL ESTADO DE
COLIMA 2000-2017

TESINA
PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN GESTIÓN DEL DESARROLLO

PRESENTA
PEDRO MAYORAL GONZÁLEZ

ASESOR
DR. JUAN GONZÁLEZ GARCÍA

VILLA DE ÁLVAREZ, COLIMA. ENERO DE 2019.


AGRADECIMIENTOS.

En primera instancia quiero agradecer a mi asesor de tesina, Dr. Juan González


García; gracias a su asesoría, consejos y apoyo, me fue posible realizar este
proyecto académico.

De igual forma, quiero expresar mi agradecimiento a la Dra. Oriana Zaret Gaytán


Gómez, así como al Dr. José Manuel Orozco Plascencia; cuyas observaciones y
opiniones han contribuido favorablemente a mejorar la calidad de este trabajo de
tesina.

A todos ellos ¡muchas gracias!


DEDICATORIA.

A Santiago y a todos los de su generación…


Índice temático Págs.

Resumen. 1
Abstract. 2
Introducción. 3
Capítulo I. Marco conceptual de la educación. 12
Introducción. 12
1.1. Clásicos de la economía. 13
1.2. Pensamiento económico Neoclásico y de la Escuela Austriaca. 18
1.3. Teoría del Capital Humano. 21
Conclusiones del capítulo I. 27
Capítulo II. Contextualización de la educación en el ámbito internacional. 29
Introducción. 29
2.1. Antecedentes de la educación a nivel internacional. 30
2.2. Panorama actual de la educación superior en el mundo. 35
Conclusiones del capítulo II. 48
Capítulo III. Retos de la educación superior en México en el siglo XXI. 51
Introducción. 51
3.1. Conformación del sistema de educación superior en México: retos y desafíos
en el siglo XXI. 52
Conclusiones del capítulo lll. 74
Capítulo IV. La educación superior en Colima 2000-2017. 76
Introducción. 76
4.1 Planteamientos del Plan Estatal de Desarrollo y la educación superior en el
estado de Colima. 77
4.2 Evolución de la educación superior por áreas y disciplinas en el Estado de
Colima 2000-2018. 82
4.3. Vinculación del empleo con la educación superior. 93
Conclusiones del capítulo IV. 98
Conclusiones generales. 100
Bibliografía. 106
Anexos. 113
Anexo 1. Siglas y acrónimos. 113
Índice de cuadros, gráficas y figuras Págs.
Cuadro 1. Marco conceptual de la educación. 26
Cuadro 2. Campos de estudio en el ámbito internacional. 39
Cuadro 3. Economías avanzadas grandes. 41
Cuadro 4. Economías emergentes grandes. 42
Cuadro 5. Economías de América Latina. 43
Cuadro 6. Integración del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). 56
Cuadro 7. Licenciatura universitaria y tecnológica (miles de alumnos). 58
Cuadro 8. Porcentajes de absorción y cobertura del nivel superior (nacional). 62
Cuadro 9. Asignación de subsidios. 73
Cuadro 10. Porcentaje de absorción y cobertura en el estado de Colima. 91
Gráfico 1. Matrícula escolar terciaria 2000-2016 (% Bruto mundial). 35
Gráfico 2. Gasto público en educación de México
1990-2015 (años seleccionados). 44
Gráfico 3. Especialización científica en economías avanzadas grandes. 45
Gráfico 4. Especialización científica en economías emergentes. 46
Gráfico 5. Especialización científica en economías emergentes. 47
Gráfico 6. Matrícula nacional. 60
Gráfico 7. Gasto federal en educación. 71
Gráfico 8. Matrícula de licenciatura y tecnológica del estado de Colima. 83
Gráfico 9. Distribución de la matrícula en el estado de Colima 2010-2017. 84
Gráfico 10. Profesiones con mayor matrícula del Tecnológico de Colima 2010-
2017 85
Gráfico 11. Profesiones con mayor matrícula en la Universidad de Colima 2010-
2017. 86
Gráfico 12. Matrícula por campo de formación en el estado de Colima
2010-2017. 87
Gráfico 13. Escuelas públicas / particulares de licenciatura y tecnológica
en el estado de Colima. 92
Gráfico 14. Población ocupada en el estado de Colima. 96
Gráfico 15. Nivel de ingreso de la población ocupada en el estado de Colima. 97
Figura 1. Calidad educativa de la educación superior. 37
Resumen

En este trabajo se realiza una investigación que plantea la importancia de la


educación superior en cuanto a su aspiración para el desarrollo de los individuos y
los países. Se analizan los planteamientos de los estudiosos sobre la relación que
hay entre la economía y el desarrollo, a partir del estudio de sus propuestas
principales en torno a las causas y efectos de contar o no contar con un nivel
educativo que dé respuesta a las necesidades de la sociedad, gobierno y sector
productivo.

El desarrollo teórico sustenta el enfocarse a analizar a la educación superior desde


la perspectiva internacional, nacional y estatal. Como hallazgo principal se destaca
que México aún está alejado de los estándares establecidos para hacer de la
educación superior un factor de desarrollo; mientras que en el estado de Colima se
observan ciertas limitaciones que impiden su óptimo desempeño.

1
Abstract

In this document raises the importance of higher education in terms of its aspiration
for the development of individuals and countries. The researchers approach to the
relationship between economics and development are analyzed, based on the study
of their main proposals regarding the causes and effects of having or not having an
educational level that responds to the needs of the population society, government
and productive sector.

The theoretical development supports the focus on analyzing higher education from
the international, national and state perspective. The main finding is that Mexico is
still far from the established standards to make higher education a factor of
development; while in the state of Colima there are certain limitations that impede
its optimal performance.

2
Introducción.

La importancia de la educación, y en especial, la educación superior, es un tema


de vital importancia en el marco del desarrollo y el avance de las naciones. El
presente trabajo de investigación surge del interés por analizar el papel de la
educación superior en el desarrollo desde la perspectiva de la teoría económica.
Para ello, se abordará una investigación documental y exploratoria, considerando
analizar y exponer la información disponible de diversas instituciones, así como de
autores referentes que analizan la problemática de la presente investigación.

Se parte de un análisis conceptual sobre la educación y su injerencia en el


desarrollo, haciendo una revisión de los principales pensadores clásicos de la teoría
económica; posteriormente, se analiza de manera general la panorámica de la
educación superior en el ámbito internacional; finalmente, se aborda en el contexto
nacional y local los retos y desafíos de la educación superior en el marco temporal
2000-2017.

El punto de partida de esta investigación inicia con la siguiente interrogante: ¿cómo


es la vinculación entre la educación superior con la esfera económica y social? La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO, por sus siglas en inglés), considera que “la educación es un derecho
humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe
ir acompañado de la calidad” (UNESCO, 2018: 1). De igual forma, la organización
sostiene que “la educación desempeña un papel clave para erradicar la pobreza,
ya que ayuda a las personas a conseguir trabajo decente, incrementa sus ingresos
y genera una mayor productividad que sirve de motor para el desarrollo económico”
(UNESCO, 2015: 27).

Con base en lo anterior, se entiende que la educación es un proceso primordial en


la vida de las personas y las naciones (UNESCO, 2015: 27); debe ser un proceso
continuo y de calidad, cuyo acceso debe de ser equitativo y pleno. La educación es
la llave para el desarrollo y progreso, en el ámbito personal y social.

“Proporcionar educación de buena calidad mejora los conocimientos y las


competencias de toda una población y obtener un mayor impacto que el de los

3
sistemas tradicionales o informales podrían conseguir. A nivel de las empresas, los
trabajadores formados y altamente cualificados aumentan la productividad e
impulsan el cambio tecnológico, ya sea a través de la innovación o a través de la
imitación de procesos desarrollados en otras partes” (UNESCO, 2016: 55).

Cuando se hace énfasis a la pertinencia de la educación superior; o la pertinencia


de las universidades, se hace énfasis a este concepto en cuanto a que “la
pertinencia constituye el fenómeno por medio del cual se establecen las múltiples
relaciones entre la universidad y el entorno” (Plata, 2003: 14).

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior


(ANUIES), define la importancia de la pertenencia de la educación superior desde
una perspectiva más amplia:

“La integración de un sistema de educación superior a partir de orientaciones


programáticas que promuevan la unidad y la complementariedad de sus
instituciones es condición necesaria para que su desarrollo permita responder
satisfactoriamente a las necesidades de la sociedad. En esta perspectiva, es
imprescindible que los fines de la educación superior tengan coherencia con los
establecidos para los demás tipos de educación y con los que orientan el desarrollo
económico y social del país. Dado que los fines educativos y los del desarrollo
responden a necesidades identificadas en un ámbito espaciotemporal determinado,
su formulación precisa y clara resulta ser el punto de partida de la planeación de la
educación superior” (ANUIES, 1998: 33).

A este respecto, la vinculación con los elementos (social-económico) del sistema


educativo, viene sustentado mediante órganos de planeación, así como preceptos
y leyes constitucionales que delimitan el campo de acción de la política educativa;
además de configurar los modelos educativos de acuerdo con las necesidades del
desarrollo.

En el caso particular de México, el paradigma del desarrollo económico vino


marcado por la política neoliberal adoptada a finales del siglo XX. En este contexto,
el modelo nuevo de sociedad está vinculado a los factores de producción y
competitividad, así como el progreso técnico (Villaseñor, 1997: 26-29).

4
“La formación del ciudadano implica, pues, una ética y una axiología, no como
sustitutos de contenidos de calidad, se dice, sino como elementos de transmisión
de una responsabilidad social dentro del modelo social al que pretende acceder, y
también implica el desarrollo de habilidades y destrezas para lograr un buen
desempeño en los diferentes ámbitos de la vida social” (Villaseñor, 1997: 24).

Las aspiraciones sociales conforman un eje central para el desarrollo de la


educación superior, considerando las necesidades de ésta, en un impulso de
generar un nuevo marco social, integro, capaz y preparado profesionalmente.

“Establecer la relación con la situación económica y social, marco en el que se


mueve el sistema educativo. Lo más prudente a este respecto es realizar un
diagnóstico general socioeconómico, dando especial énfasis a la mano de obra,
sus características, empleo, desempleo, subempleo y escolaridad” (ANUIES, 1982:
12).

El armado de las estrategias y modelos educativos se sugiere que vengan ligados


a los diagnósticos de las tendencias futuras de la mano de obra, su cantidad y
calificación. En este punto, una de las críticas planteadas en cuanto a la adecuación
de la oferta de educación a la demanda del trabajo, se observa en el trabajo de
Planas. En este trabajo, Planas (2014) plantea una postura que va en contra del
enfoque adecuacionista, el cual ha sido la piedra angular en los trabajos de
planificación educativa y su paso a la era de la evaluación. La Teoría del Capital
Humano (TCH) ha sido el sustento teórico del enfoque adecuacionista, lo cual
propicia a que sea el mercado el que equilibre la oferta y la demanda entre
educación y empleo (Planas, 2014: 19-25).

La formación o educación formal, argumenta Planas (2014), brinda los


conocimientos e ideas necesarias para formar recursos humanos capaces y
competentes, y es en la educación profesional donde surgen los perfiles específicos
los cuales se insertan en las demandas del mercado laboral; considerando los
enfoques adecuacionistas y el de competencias laborales, cada uno de ellos explica
las dinámicas y funciones de los mercados educativos y laborales; así como las
funciones de las instituciones y agentes que le dan vida a estos mercados.

5
Por otra parte, el síntoma de privatización de la educación en los años noventa hizo
operar de forma empresarial a las universidades públicas; haciéndolas actuar en
forma de prestadoras de servicios educativos. De ahí que el modelo neoliberal
influyera en una visión de mercado el actuar de las universidades (Colado, 2006:
123-133).

El concepto de empleo o puesto de trabajo atiende a una noción en concreto, la


cual nos dice que el recurso humano tiene que “aprender” los conocimientos,
habilidades y competencias para ocupar dicho empleo. Todos estos
requerimientos, en parte, son suministrados por la educación formal; y en parte, por
experiencias generales en el transcurso de la vida que van formando al recurso
humano dotándolo de competencias específicas y necesarias para el empleo.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT):

“Los recursos humanos son un ingrediente indispensable y central para el logro de


un crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible con empleo pleno y productivo y
trabajo decente para todos. Sin recursos humanos con habilidades actualizadas y
sin capacidades institucionales sólidas y efectivas para actualizar esas habilidades,
el tránsito hacia una economía de alta productividad con empleo productivo y
trabajo decente para todos es imposible” (OIT, 2017: 13).

Analizar el impacto de la educación superior en el contexto del desarrollo a partir


de las definiciones anteriores, es un ejercicio que demanda un análisis riguroso y
extenso; que trasciende diversas disciplinas científicas y teóricas. La hipótesis que
se pretende responder con esta investigación es, si la educación superior favorece
al desarrollo individual y colectivo. Lo anterior nos lleva a una reconfiguración del
papel y del rol de las Instituciones de Educación Superior (IES) en la generación
del conocimiento, lo cual conduce al planteamiento de otra interrogante: ¿qué tipos
de profesionistas se requieren en la actualidad? El cambio en el paradigma
productivo que se dio a nivel mundial a inicios del siglo XXI trajo consigo una nueva
propuesta en la forma de crear e implementar el conocimiento.

Leyva (2001) denomina ciudades de la ciencia a aquellos complejos industriales


que se han venido desarrollando en diferentes ciudades y partes del mundo, cuyas
características culturales y económicas son diferentes; sin embargo, una de las

6
características esenciales en el desarrollo del conocimiento en estas ciudades de
la ciencia, está propiciada por las universidades; de igual forma se han realizado
cambios sustanciales en la forma de operar de las empresas (Leyva, 2001: 1-13).

El planteamiento en cuanto a la generación del conocimiento en las universidades


y en las IES, toma mayor relevancia cuando analizamos, en primera instancia, el
concepto de “economía del conocimiento” o “sociedad del conocimiento”. Un
significado para este concepto lo brinda Olivé:

“Se refieren a fenómenos como el incremento espectacular del ritmo de creación,


acumulación, distribución y aprovechamiento de la información y del conocimiento,
así como al desarrollo de las tecnologías que lo han hecho posible, entre ellas de
manera importante las tecnologías de la información y de la comunicación que en
buena medida han desplazado a las tecnologías manufactureras” (Olivé, 2005: 50).

Este incremento en la generación de conocimiento y aprovechamiento de la


información viene acompañado e impulsado por una cultura científica y tecnológica.
Dicha cultura es fomentada por la educación formal e informal, sostiene Olivé
(2005). Además, argumenta que la novedad de la sociedad del conocimiento es la
creación de un mercado del conocimiento, en el cual participan la iniciativa pública
como privada. “La sociedad del conocimiento como una sociedad cuyas formas de
organización en la economía, la educación y la cultura son diferentes a las
desarrolladas en las sociedades industriales, y por tanto se le considera como la
sucesora de la sociedad industrial” (Olivé, 2005: 51).

Desde una perspectiva histórica, son dos hechos académicos los que reivindican
el peso de la universidad en la generación y propagación del conocimiento.

“La primera está referida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando se
introdujo la investigación como una actividad sustantiva de la universidad, a las
actividades de transmisión y conservación del conocimiento se agrega la de
producción de éste. La segunda revolución académica se inicia en la década de los
ochenta del siglo pasado y se caracteriza porque el conocimiento es el elemento
central, la universidad, además de producirlo, se encarga de realizar ciertas
aplicaciones comerciales del mismo” (Leyva, 2001: 13).

7
Leyva (2001) analiza lo que es el surgimiento del modelo denominado “triple
hélice”, en este modelo el Estado, universidades y empresas conforman la
producción y comercialización del conocimiento, instaurando un sistema nacional
de innovación tecnológica (Leyva, 2001: 1-13).

Esta triple alianza busca del desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como
entender la importancia del proceso de vinculación; en primera instancia, desde la
universidad con los demás actores. “Las actividades de vinculación buscan, entre
otros objetivos, hacer frente a la generación de experiencias y oportunidades
laborales para los jóvenes que se están formando, buscan y deben buscar crear
espacios curriculares donde las vivencias en el sector productivo sean parte de la
formación” (Padilla & Marúm, 2004: 3).

“La vinculación universidad-sector productivo tiene sentido en tanto contribuya a


solucionar los problemas nacionales y a combatir los fuertes rezagos sociales, pero
también en tanto se convierta en un medio para que los alumnos y profesores
aprendan, consoliden y apliquen sus conocimientos, fortalezcan y actualicen su
formación” (Padilla & Marúm, 2004: 5). El trabajo vinculativo entre universidad y
sector productivo radica esencialmente en beneficios mutuos; pasando de la teoría
académica hacia la aplicación empírica del conocimiento en las empresas.

“Esta condición hace que la universidad transite por dos estrategias básicas de
vinculación; una que consiste en dar respuesta a las necesidades y solicitudes del
sector productivo, de manera reactiva, adecuándose a estas solicitudes y
requerimientos; y otra que consiste en utilizar su capacidad visionaria para
adelantarse a estas necesidades y solicitudes y proponer avances e innovaciones
para prever problemas y necesidades futuras, de manera proactiva o anticipatoria”
(Padilla & Marúm, 2004: 5).

Una última interrogante que se pretende responder mediante esta investigación es


la concerniente a saber ¿cuál es la problemática que enfrenta la educación superior
en México y en el estado de Colima?

La concepción de la universidad como factor de aporte al desarrollo, viene marcada


por dos acontecimientos surgidos en el siglo pasado: la revolución académica
propiciada por la Universidad Humboldtiana alemana, la cual combina la enseñanza

8
con la investigación; la Universidad Empresarial surgida en los Estados Unidos, la
cual añade a la enseñanza y a la investigación, la función de capitalizar el
conocimiento para el desarrollo económico (Arocena & Sutz, 2016: 1-16).

Una de las críticas centrales respecto a los modelos de universidad alemana y


norteamericana, se centra en que no ofrecen soluciones a los problemas de
sustentabilidad, desigualdad y subdesarrollo. Una alternativa de propuesta para la
universidad a nivel Latinoamérica, la encontramos en la Declaración de Cartagena,
en los que se instruye a través de la Reforma de Córdoba, una inclusión de alcances
más incluyentes y democráticos del papel de las universidades (Arocena & Sutz,
2016: 1-16).

“La Universidad para el Desarrollo se caracteriza por la práctica conjunta de la


enseñanza, la investigación y la extensión y otras actividades en el medio,
apuntando a sumar esfuerzos con muy diversos actores sociales en pro del
Desarrollo Humano Sustentable, lo que implica en particular contribuir a: la
generalización de la educación avanzada y permanente; la creación original de
cultura y conocimiento socialmente valioso; la solución de problemas colectivos,
priorizando a los sectores más postergados, mediante la colaboración de actores
universitarios y de otros ámbitos en procesos interactivos donde todos aprenden y
se desempeñan no como pacientes sino como agentes” (Arocena & Sutz, 2016: 8).

En esta propuesta de universidad, se anticipa un desarrollo humano más íntegro;


con una vinculación enfocada en lo social, aspecto primordial del quehacer de las
universidades.

Es necesario esclarecer cuál es el sentido social de las universidades en México,


más aún considerando los cambios que han influenciado las políticas neoliberales,
la globalización y el avance de las tecnologías de la comunicación.

A este respecto es necesario hacer una distinción entre la función social de la


universidad y la función social de las IES. Para esto, se recurre a la distinción que
hace Colado (2006).

“La legitimidad de la universidad como institución social, descansaría en el eje del


conocimiento, de la libertad de pensamiento, de la capacidad reflexiva para
interpretar el mundo y propiciar su transformación. En el caso de las escuelas de

9
educación superior, su legitimidad descansaría en el servicio a la sociedad,
comprendido con amplitud como el conjunto de acciones destinadas a atender las
necesidades de la nación, pero también a satisfacer aquellas más específicas
relacionadas con el desarrollo económico y social” (Colado, 2006: 123).

Con base en la opinión de Colado (2006), que la universidad tiene como función
social mantener el pensamiento crítico del mundo, de las ideas, de los
conocimientos, etc. Un espacio legitimado para el pensamiento autónomo y libre.
En cambio, las IES tienen como responsabilidad social preparar capital humano,
capaz y con conocimientos adecuados para cumplir las demandas y las
necesidades sociales.

La función social de la universidad, así como de las IES, es un tema que requiere
de un análisis más profundo; puesto que son varios los factores y las fuerzas que
entran a debate para definir o redefinir el sentido social de dichas instituciones.
Además, son muchas la preguntas que rodean al tema de la relación entre
formación y empleo, pero una de las principales sería el cómo pretender y adecuar
esta relación, lo cual nos llevaría a analizar con mayor detenimiento las
necesidades, prioridades y objetivos de las instituciones y agentes que se ven
involucrados en esta relación.

Dicho lo anterior, la principal propuesta que se analiza es la de ofrecer una


panorámica general en cuanto a la pertinencia de la educación superior en el
desarrollo, que sirva de inspiración para futuros análisis de la educación superior y
su influencia en el ámbito internacional, nacional y local, que es siempre el interés
principal de todo trabajo de investigación de esta naturaleza.

Para llegar al propósito anteriormente mencionado, este trabajo académico se


compone de un total de cuatro capítulos: en el primero, se aborda el marco
conceptual de la educación superior; en el cual se analizan las aportaciones de los
principales teóricos de la economía y escuelas del pensamiento económico en torno
a su relación con la educación superior.

En el capítulo segundo se contextualiza a la educación superior en el ámbito


internacional, de esta forma se analiza el papel que desempeñan las instituciones
internacionales y los desafíos que imperan en torno a la educación superior; así

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mismo, se ofrece un análisis de las áreas del conocimiento y de los campos de
estudio desarrollados en los diferentes bloques económicos contemporáneos.

Respecto al capítulo tercero, aborda los principales retos y desafíos de la educación


superior desde una perspectiva nacional; también se expone un análisis sobre la
estructura de las profesiones en el ámbito nacional, de tal forma que se identifique
hacia dónde ha evolucionado la demanda en la formación de profesionistas en este
ámbito.

Por último, en el cuarto capítulo, se analiza los retos y desafíos que enfrenta la
educación superior en el estado de Colima; desde la perspectiva política,
económica y académica, se examina la importancia que guarda la educación
superior en la entidad. De igual forma se expone la matrícula de profesiones que
se ha venido desarrollando en el estado a principios de siglo, lo cual indica en qué
áreas y profesiones se ha formado el capital humano en la entidad.

11
Capítulo I. Marco conceptual de la educación superior.

Introducción.

El presente capítulo tiene como objetivo realizar una retrospectiva de la importancia


de la educación desde la ciencia de la economía. Analizar la importancia que
guarda la educación desde el enfoque económico, permite tener un conocimiento
más certero de cómo la educación contribuye al desarrollo económico, tanto del
individuo como de las naciones. La principal interrogante que se pretende
responder en este capítulo es: ¿Cuál es la importancia que tiene la educación para
la economía?

Para lograr el propósito antes mencionado, se analizan las obras de los principales
teóricos de la economía. De esta forma, se divide el presente capítulo en tres áreas
del pensamiento económico. En primera instancia, se analiza las obras de los
economistas clásicos, iniciando con quien es considerado el padre de la ciencia de
la economía, Adam Smith. Cabe mencionar que es a partir de su obra “La riqueza
de las naciones (1776)” donde se inicia el análisis de este capítulo.

Posteriormente, se hace referencia a las principales obras del pensamiento


Neoclásico y de la Escuela Austriaca. Ambos pensamientos también marcan una
notable aportación respecto a la importancia de la educación para el desarrollo
económico. Finalmente se analiza la Teoría del Capital Humano (TCH), debido a
que sus promotores y autores marcan un proceso de reflexión y análisis más
riguroso y afondo respecto a la influencia de la educación en la remuneración y
aportación de ésta a la producción.

Con base en el análisis anterior, se da respuesta de igual forma a las siguientes


interrogantes: ¿cómo ha sido la evolución de la educación desde los diferentes
enfoques de la teoría económica? Así como esclarecer si efectivamente la
educación cumple su rol de aportar a la economía: ¿es realmente pertinente la

12
educación para el desarrollo económico de las familias, las empresas, las regiones
y en general del país?

1.1 Clásicos de la Economía.

Desde la perspectiva de los economistas pertenecientes a los clásicos de la


economía, respecto a su opinión en cuanto a la relevancia o importancia de la
educación y su injerencia en el desarrollo económico, se inicia este capítulo
destacando las opiniones al respecto de Adam Smith (1776). En su extensa obra
titulada “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones (1776)”, Smith realiza un análisis minucioso respecto al origen y creación
de la riqueza de las naciones, para lo cual, hace un gran énfasis en lo que él nombra
“la división o especialización del trabajo” como uno de los principales factores que
incrementan la producción.

Producto de esta división del trabajo, Smith argumenta en el capítulo diez de su


mencionada obra, la existencia de una desigualdad en la naturaleza del empleo.
Esta desigualdad, menciona el economista, se debe a cinco diferencias claras: 1.-
Lo agradable o desagradable del empleo; 2.- Si el aprender el empleo resulta fácil
y barato, o difícil y complicado; 3.- Si el empleo es permanente o temporal; 4.- La
confianza que se deposita en aquellos que efectúan el trabajo es grande o pequeña;
y 5.- Si el éxito en el empleo es probable o improbable (Smith, 1776 (2018): 89-
121).

Ahora bien, de acuerdo con esta desigualdad en la naturaleza del trabajo, Smith
(1776) menciona que también existe una diferencia en el salario que se percibe por
ocupar determinado empleo. Y es aquí en este punto de especialización en el
empleo, donde Smith hace énfasis en el aspecto de la educación.

“Una persona que se ha educado con la inversión de mucho tiempo y trabajo en


cualquier ocupación que requiere una destreza y habilidad extraordinarias puede
ser comparada con una de esas costosas máquinas. La labor que aprende a realizar
le repondrá, más allá y por encima de los salarios normales, el gasto total de su

13
educación, con al menos los beneficios comunes para un capital igualmente valioso”
(Smith, 1776 (2018): 90).

Para el economista Smith (1776), el hecho de invertir en educación es una


inversión prodigiosa para lograr un desarrollo en el capital invertido en ella; además
que permite, en algún punto, mejorar los procesos de producción. Es aquí donde
surge el principio de trabajo cualificado y trabajo ordinario.

Cabe señalar que, en esa época, los procesos de educación y aprendizaje eran
efectuados por gremios especializados (herreros, sastres, etc.) que posteriormente
se convertirían en centros universitarios de educación. Aunque Smith (1776) no
profundiza en este aspecto considerando el punto central de análisis de su obra.
Aun así, es válida la reflexión de Smith respecto de la influencia de la educación en
la generación de recursos humanos especializados en el trabajo y la producción.

Otro de los economistas clásicos que hablan o hacen alusión respecto a la


educación y su impacto en el desarrollo, es el inglés Thomas Robert Malthus. En
su obra “Principios de economía política (1820)” Malthus también hace un análisis
respecto a la creación de la riqueza, y la relaciona en alguna forma con el trabajo.
A diferencia de Smith (1776), Malthus (1820) hace un análisis respecto a la
medición de la riqueza en un nivel de abstracción un peldaño más arriba.

Si bien es cierto que Malthus (1820), al igual que Smith (1776), hace énfasis en el
trabajo como factor de riqueza y producción de esta, Malthus va un paso más allá
y nos dice que la riqueza se puede medir a partir de la suma no solo de los
productos materiales, sino también, de los inmateriales. Los economistas han
limitado la riqueza o las riquezas al producto neto derivado de la tierra (definición
acotada); mientras que todo lo que el hombre desea, por serle útil y agradable
(definición ampliada) dice Lauderdale, es también riqueza (Malthus, 1946: 20).

Esta distinción de calcular la riqueza considerando los productos materiales e


inmateriales, tiende a definir a la educación, desde la perspectiva de Malthus, de la
siguiente forma:

“Todo el saber adquirido por una educación e inteligencia superiores, habida cuenta
de una susceptibilidad similar, tendrá mayor derecho a ser incluido en el cálculo.

14
Los poseedores de conocimientos religiosos y morales, aunque los hayan obtenido
sin ninguna intención de enseñarlos a otros a cambio de una remuneración
pecuniaria, estarían dispuestos a vender esta enseñanza en caso de un revés de
fortuna. Lo mismo puede decirse de un conocimiento de literatura clásica,
matemáticas, historia, filosofía natural, química, geología, mineralogía, botánica,
etc. Según el mismo principio, los que han aprendido a bailar, a cantar o esgrimir
para su diversión, pueden, más o menos imperfectamente, enseñar por dinero el
baile, el canto, o la esgrima” (Malthus, 1946: 22).

Con base a lo anterior, Malthus (1946) y otros economistas de su época, esgrimen


en diferenciar el valor que aporta a la riqueza la suma de los conocimientos y
aprendizajes productos de la educación.

Malthus (1946) también hace una distinción entre la forma en la cual se ejerce el
trabajo. Éste se divide en dos clases: trabajo productivo y servicios personales. El
primero es el productor de riqueza material que puede calcularse en cantidad o
valor del objeto producido sin la presencia del productor. Servicios personales es
aquella clase de trabajo que no se manifiesta en ningún objeto que pueda valorarse
y transferirse sin la presencia de la persona que ejecuta dicho servicio, no se puede
hacer un cálculo de la riqueza nacional. El capital da la pauta en la división del
trabajo. Los gastos de educación, se emplea para adquirir la pericia necesaria para
la producción y distribución de objetos materiales, como en el caso de la mayoría
de los aprendizajes, aplicando valor a los objetos así producidos (Malthus, 1946:
30-32).

Otro de los economistas clásicos que abordan el tema de la especificidad del


trabajo, es John Stuart Mill. En su obra “Principios de economía política (1848)”,
dentro de su primer libro “La producción”, Mill también aborda la distinción entre el
trabajo productivo e improductivo. Para Mill (1943), el trabajo no crea objetos, sino
utilidades. Por tanto, la riqueza ha de incluir en ella sólo los productos materiales o
todos los productos útiles.

Las utilidades producidas por el trabajo son tres: 1.- Utilidades fijadas e
incorporadas en objetos exteriores mediante el trabajo aplicado. 2.- Utilidades
fijadas e incorporadas en los seres humanos; en este caso el trabajo se emplea en

15
conferir a seres humanos cualidades que los hacen útiles para ellos mismos y para
los demás. A esta clase pertenece el trabajo de todo lo concerniente a la educación.
3.- Utilidades no fijadas o incorporadas en ningún objeto, consiste sencillamente en
la concesión de un servicio, un placer acordado (Mill, 1943: 64-65).

Para Mill (1943), el conocimiento es vital y provechoso para la productividad del


trabajo. La implementación de maquinaria en las facetas productivas es un indicio
del aumento de la especialización. Nuevas brechas de conocimientos se requieren
para la formación de nuevos bloques de trabajos y empleos. Aquí también nos
habla de un proceso de especialización en el trabajo, brecha alcanzable mediante
un proceso de educación y aprendizaje. Por lo tanto, el economista Mill le da gran
importancia a la ampliación del conocimiento en la población, cuestión que no se
calcula el valor económico de esta implementación (Mill, 1943: 115-120).

Por otra parte, en su obra “Principios de economía política y tributación (1817)”,


David Ricardo no hace una alusión directa o en específico a la educación en sí en
su obra; sin embrago, donde hace un acercamiento indirecto en cuanto a la
importancia o función de la educación en el desarrollo, se percibe en el capítulo
quinto, en el cual nos habla sobre los salarios.

Aquí Ricardo (1959) hace una distinción en cuanto al precio de la mano de obra,
diferenciando entre el precio natural y el precio del mercado. El precio natural de la
mano de obra depende del precio de los alimentos, de los productos necesarios y
de las comodidades para el sostén del trabajador y de su familia. Mientras que “…
el precio de mercado de la mano de obra es el precio que realmente se paga por
ella, debido al juego natural de la proporción que existe entre la oferta y la demanda;
la mano de obra es costosa cuando escasea, y barata cuando abunda” (Ricardo,
1959: 71). Para Ricardo, el aumento entre ambos precios de la mano de obra
depende de la inversión del capital.

Como bien se percibe de momento, los economistas clásicos resaltan la


importancia de la educación y el aprendizaje, ligado a una mejora en la
especialización del trabajo; lo cual es percibido como una mejoría en el aspecto
social (prestigio) y económico (mejor salario). También se percibe que existía en
algunos de los clásicos de la economía polémica en cuanto a considerar a la

16
educación como un trabajo improductivo o servicio personal, que aportara a la
economía de las naciones algún valor cuantificable.

En ese orden de ideas, el economista francés Jean Baptiste Say, dedica en su obra
“Tratado de economía política o simple exposición del cómo se forman, distribuyen
y consumen las riquezas (1816, tomo tres)”, un capítulo titulado “De los consumos
públicos (VI)”, en el cual habla “De los gastos relativos a la enseñanza pública”.
Aquí el autor plantea dos cuestiones relativas al interés público por cultivar los
ramos del conocimiento, y a su vez, que a su costa se enseñe todo lo que le puede
ser útil.

Say (1816) dice que los adelantos de las artes y las ciencias aumentan la felicidad
de la sociedad.

“Toda nación pues que sabe apreciar cómo es justo las utilidades que resultan del
desarrollo y ejercicio de las facultades humanas, tiene por bien empleados los
gastos hechos en academias y sociedades de sabios, y en un número corto de
buenas escuelas, en que no solo se conserve el depósito de los conocimientos y
los buenos métodos de enseñanza, sino que se ensanche y extienda el dominio de
las ciencias. Más es menester que estas academias y escuelas estén de tal modo
concertadas y dirigidas que no atajen los progresos de la luz en vez de favorecerlos,
ni acaben con los buenos métodos de enseñanza en vez de difundirlos” (Say, 1816
(2018): 133).

Claramente hace saber Say (1816) de la necesidad oportuna por el desarrollo de


las ciencias y de los aprendizajes; además de hacer una reflexión en torno a la
pertinencia de los centros de estudios y enseñanzas de la época.

El economista continúa argumentando en la necesidad de que, a nivel social, todas


las clases se favorezcan con la educación; siendo el obrero el más pobre e
ignorante que no pueda brindarle los gastos de estudio a sus hijos, es donde la
sociedad debe de costear la enseñanza de dichas personas. Para el economista
francés, existen algunos principios de educación que ayudan a civilizar a toda
nación. Estos principios son: leer, escribir y contar. De igual forma, menciona que
existen concepciones morales y lógicas que abonan al bienestar social; que
algunas de ellas pueden ser innatas y otras más aprendidas.

17
El análisis realizado por Say (1816) en cuanto a la pertinencia de la educación,
según se comprende, tiene un trasfondo más social en cuanto a su practicidad para
civilizar a las naciones en un entorno general; no hace alusión a una especialización
en el trabajo como factor principal de la educación, más bien es en relación con el
aspecto del bienestar social.

1.2 Pensamiento económico Neoclásico y de la Escuela


Austriaca.

Uno de los principales economistas y fundador de la Escuela Austriaca de


Economía es Carl Menger. En sus “Principios de economía política (1871)”, Menger
habla de una nueva perspectiva del valor de los bienes, que dista en algunos
aspectos diferencias respecto a los teóricos clásicos de la economía.

A grandes rasgos, Menger (1871) en sus principios de economía política, describe


la teoría general del bien. Para él, un bien es “aquellas cosas que tienen la virtud
de poder entrar en relación causal con la satisfacción de las necesidades humanas,
las llamamos utilidades, cosas útiles. En la medida en que reconocemos esta
conexión causal y al mismo tiempo tenemos el poder de emplear las cosas de que
estamos hablando en la satisfacción de nuestras necesidades, las llamamos
bienes” (Menger, 1871 (2018): 30).

En este sentido, Menger (1871) dice que cualquier objeto que sirva para satisfacer
una necesidad humana, es un bien. Destaca el economista que no sólo existe un
tipo de bien; sino que hay bienes de primer orden, segundo orden, tercer orden,
etc.

Los bienes de primer orden son aquellos que satisfacen de forma directa alguna
necesidad; mientras que los bienes de orden superior (medios de producción)
tienen que pasar un proceso de trabajo, tiempo y recursos para llegar a ser un bien
de primer orden. Como ejemplo, Menger (1871) menciona al pan como un bien de
primer orden, ya que su uso directo satisface la necesidad humana del hambre; en

18
cambio, el trigo con el cual se fabrica el pan es un bien de segundo orden; la tierra
donde se siembra el trigo, un bien del tercer orden, y así sucesivamente según las
transformaciones que requieran los bienes hasta llegar a satisfacer directamente
las necesidades humanas.

Todo bien, argumenta Menger (1871), lleva implícita una dependencia de


causalidad. Para Menger, el origen de la economía humana y de los bienes
económicos surge a partir de, en principio, la disponibilidad de estos: es decir, si
las necesidades superan a los bienes, es cuando adquieren la connotación de
bienes económicos; en cambio, si las necesidades son menos que la disponibilidad
de los bienes, estamos hablando de bienes no económicos. La alta o baja
necesidad de los bienes de primer orden dan la pauta al valor de los bienes de
orden superior.

Desde la perspectiva de Menger, existen tres motivos por los cuales aumentaría la
demanda de un bien:

• El aumento de la población.

• El desarrollo de las necesidades humanas.

• “Los progresos humanos en el conocimiento de la conexión causal entre las


cosas y su bienestar, a través del cual surgen nuevas aplicaciones utilitarias de
estos bienes” (Menger, 1871 (2018): 70).

Es precisamente en este último punto en donde el economista hace un


acercamiento “indirecto” al proceso de progreso mediante la ampliación del
conocimiento humano.

Aunque Menger (1871) no menciona a la educación formal directamente como un


factor de este progreso, sí lo hace mediante la connotación del avance de la cultura.

“No es preciso insistir en que se trata, en todos los casos, de fenómenos


concomitantes del paso de los hombres de niveles inferiores de cultura a niveles
superiores. De donde se sigue naturalmente que, aun con la elevación de la cultura,
los bienes no económicos muestran tendencia a adquirir el carácter de bienes
económicos, debido sobre todo a que uno de los factores que ejercen aquí su

19
influencia, a saber, la necesidad humana, aumenta con la evolución cultural”
(Menger, 1871 (2018): 70).

El adelanto cultural como factor determinante del progreso humano, se entiende


esta evolución cultural como un factor propiciado por la educación, la cual
modificaría y ampliaría las relaciones causales entre vienes no económicos y
económicos; es decir, un adelanto en los conocimientos permitiría hacer un
aprovechamiento más útil y razonable de los bienes, ya que darían pauta a la
solución de nuevas necesidades humanas a satisfacer.

Alfredo Marshall (1949), economista inglés, realiza un breve análisis en cuanto a la


importancia de la educación primaria o elemental y a la educación superior; en
específico, al área de estudios enfocada a los negocios. Dentro de sus obras de
economía política, aborda el tema sobre el bienestar social; hace alusión al tema
de la educación del pueblo.

Marshall dice que, los estudios más adecuados para el desarrollo de las
capacidades son aquellos “que logran despertar el máximo de actividades de que
es capaz en tal fase de su desarrollo” (Marshall, 1949: 225). Argumenta que, desde
la fase de la niñez, se van desarrollando las destrezas y habilidades que van
conformando las capacidades individuales; de tal forma que el proceso educativo
tiende a ser gradual, que pueda llegar a comprender las diferentes áreas del
conocimiento.

Para Marshall (1949), la educación superior se ha organizado para el ejercicio de


las profesiones considerando siempre los servicios que debiera de prestar el
Estado, de tal forma que, desde su punto de vista, se requería formar profesionistas
u hombres de negocios.

“Cada estudio precisa del ejercicio, en grados diferentes, de la observación, de la


imaginación y de la razón. Las dotes de la observación deben ser entrenadas desde
la infancia. La imaginación se manifiesta apenas llegado el hombre a la juventud, y
es la principal de sus facultades; ella forma el gran soldado, el gran artista, el
investigador que ensancha el campo de la ciencia y el gran hombre de negocios.
La razón no opera en problemas complejos hasta que el hombre no ha entrado en
su edad madura” (Marshall, 1949: 228).

20
Hasta cierto punto el análisis realizado por Marshall (1949), en cuanto al desarrollo
de las habilidades del hombre conforme crece y se educa, tiene tintes pedagógicos.
Aun así, cuenta con la certeza de afirmar la pertinencia de la educación para la
formación de profesionistas y hombres de bien. No hace un análisis preciso en
cuanto al alcance y/o beneficios económicos que desempeña la educación en el
valor o la riqueza de las naciones, ni tampoco analiza a la educación como un factor
de especialización del trabajo/empleo. El economista muestra un interés más
notable por el prototipo ideal de formar a un mayor número de profesionistas
especialistas en los negocios. De esta forma, Marshall (1949) hace un significativo
análisis del alcance y pertenencia de la educación como factor de bienestar social.

1.3 Teoría del Capital Humano.

El crecimiento económico se puede definir como el aumento de la renta y servicios


finales producidos en una economía en un periodo determinado. Dentro del proceso
de producción intervienen los siguientes factores: tierra, trabajo y capital (Vargas &
García, 2017: 188).

Desde el análisis de los economistas clásicos, se ha venido definiendo los factores


que intervienen en la producción; cada uno de los teóricos y escuelas de la teoría
económica aportaron definiciones y explicaciones que en su momento matizaron la
importancia de estos factores. La TCH hace un énfasis en el factor capital: “el capital
es fundamental para el crecimiento económico. Este es el resultado de la
acumulación de la producción humana y a través del cual se obtendrán bienes y
servicios productivos que servirán para generar riqueza y elevar la calidad de vida
de una sociedad” (Vargas & García, 2017: 189).

Así mismo, Vargas & García (2017) argumentan que el capital puede ser dividido
en tres clases:

• Capital físico

• Capital humano

21
• Capital financiero

Es precisamente el capital humano el cual se define como:

“Los conocimientos, talentos, habilidades y capacidades en las que el individuo


invierte a lo largo de su vida para satisfacer su bienestar personal y aumentar su
productividad en el mercado laboral. Esta inversión se realiza principalmente en
educación. Además de aumentar sus ingresos en el mercado de trabajo, contribuye
con mejoras en términos de salud, cultura, mayor estatus social y prestigio” (Vargas
& García, 2017: 189).

Otra definición del significado de capital humano, la ofrecen Brito, Cardona, Montes,
Vázquez y Villegas (2007): “puede definirse como los conocimientos en calificación
y capacitación, la experiencia, las condiciones de salud, entre otros, que dan
capacidades y habilidades, para hacer económicamente productiva y competente
las personas, dentro de una determinada industria” (Brito et al., 2007: 5).

El concepto de capital humano viene a cobrar mayor relevancia en el análisis


económico a partir de los años de 1950, en donde el ser humano se considera como
“factor decisivo en la producción empresarial y en el crecimiento económico” (Brito
et al., 2007: 5).

A partir de lo anterior, se diferencia que, para la TCH, la educación es un “bien”


adquirido mediante la inversión del individuo para la adquisición de nuevos
conocimientos y habilidades.

Esta inversión en conocimientos tendrá mejores réditos en el mercado laboral, por


lo cual, el individuo mejorará sus estándares de calidad de vida. Cabe mencionar
que es a partir de la TCH, cuando el proceso educativo adquiere otro significado.

“La inversión en educación eleva la productividad del individuo en su área de


trabajo, es decir, mientras más años de escolaridad tenga acumulados el aumento
en su ingreso será mayor en comparación con aquel individuo que no haya
estudiado o su nivel de ingresos sea menor. La inversión en educación se dará
hasta el punto donde el individuo note que el rendimiento marginal de esta inversión
sea mayor o igual a la tasa de rendimiento de inversiones alternativas, es decir, que
los beneficios por estudiar sean mayores que dedicarse a otras actividades” (Vargas
& García, 2017: 190).

22
Dentro de los teóricos que desarrollaron la TCH, están Theodore Schultz (1961),
Gary Becker (1964) y Jacob Mincer (1974).

“El desarrollo del concepto de educación se consolidó en la teoría del capital


humano, destacando la inversión en la gente como un factor fundamental para el
crecimiento y el bienestar de los países. El capital humano se consolida entonces
como un segmento en el análisis económico, que ha demostrado ser contribuyente
en el crecimiento económico, al tener en cuenta que la educación le da la posibilidad
al trabajador de acceder a puestos de trabajo mejor remunerados y de aumentar su
calidad de vida” (Brito et al., 2007: 7).

Schultz (1972) fue uno de los principales gestores que desarrolló la TCH. Derivado
de la problemática para calcular los beneficios en cuanto a la inversión en capital
humano, Schultz propone lo siguiente:

“Calcular la inversión humana a través de su rendimiento más que a través de su


coste. Mientras que cualquier aumento de la capacidad producida por la inversión
humana se convierte en una parte del agente humano y por lo tanto no puede ser
objeto de venta, está, sin embargo, “en relación con el mercado” al afectar a los
sueldos y salarios que puede percibir el agente humano. El aumento resultante de
los ingresos es el rendimiento de la inversión” (Pedroza & Villalobos, 2009: 275).

Por su parte Becker (1946), otro de los autores estudiosos de la TCH, expone su
ideal a mediados del siglo XX. Desde su perspectiva, considera que para el
desarrollo de una nación la utilización de los conocimientos, de las técnicas y de
los hábitos forma parte esencial de este desarrollo. Becker continúa ampliando los
estudios de Schultz, de tal forma que destaca:

“(…) El individuo incurre en gastos de educación al mismo tiempo que en un costo


de oportunidad por permanecer en la población económicamente inactiva y no
recibir renta actual; sin embargo, en el futuro su formación le otorgará la posibilidad
de obtener unos salarios más elevados, pero la productividad de los empleados
depende no sólo de su aptitud y de la inversión que se realiza en ellos, tanto dentro
como fuera del puesto de trabajo, sino también de su motivación y de la intensidad
de su esfuerzo” (Brito et al., 2007: 14).

Becker (1993) considera que la educación y la capacitación son las inversiones más
importantes en el humano. Demostró cómo la educación secundaria y universitaria

23
en los Estados Unidos generaron gran aumento en los ingresos de las personas.
Es claramente comprobable que en los países que han logrado un crecimiento en
los ingresos, han tenido un crecimiento exponencial en educación (Becker, 1993:
15-25).

Otro de los autores pioneros en el estudio de la TCH es Jacob Mincer (1974). El


economista analiza al capital humano de la siguiente forma:

“Como las capacidades adquiridas que son desarrolladas a través de la educación


formal e informal, el entrenamiento, la experiencia y la movilidad en el mercado
laboral; estas actividades no solo transmiten y realizan a las personas con
conocimientos disponibles, sino también producen nuevos conocimientos que son
la fuente de innovación y de cambio tecnológico que impulsan todos los factores de
producción” (Vargas, 2018: 11).

De acuerdo con lo anterior, es notable que Mincer (1974) adhiere a la TCH la


experiencia como un complemento adicional a los años de educación recibidos por
la persona. De esta forma, el economista diseña una ecuación a partir de la cual se
puede generar un cálculo aproximado que indique el nivel de significación de la
educación y la experiencia en los ingresos.

“La ecuación de regresión de Mincer, llamada “función de ingresos”, incluye el


logaritmo del ingreso como variable explicada y la escolaridad y los años de
experiencia como variables explicativas, y como un modelo estadístico. Esta función
ha proporcionado las bases para un amplio conjunto de investigación empírica en
relación con el nivel y distribución del ciclo vital de ingresos y los rendimientos de la
educación” (Brito et al., 2007: 16).

lnY = β0 + β1 S + β2 X + β3 X 2 + ε

La función Minceriana está basada en los siguientes supuestos:

1) los ingresos capturan los beneficios totales de la inversión educativa, lo que


implica que no se contabilizan ni externalidades ni ventajas no pecuniarias de los
trabajos que requieren educación, 2) la economía es un estado estacionario, sin
ningún crecimiento salarial y de productividad.

24
3) sólo una función puede ser utilizada para modelar los ingresos de toda la vida,
lo que se traduce en: 3.1) la escolaridad precede al trabajo, 3.2) no hay interacción
sobre los ingresos entre la contribución de la escolaridad y la experiencia, 3.3) no
existe distinción entre la experiencia laboral inicial y madura, 3.4) cuando se estudia
no se trabaja, y cuando se trabaja, la dedicación es de tiempo completo, 3.5) no se
adquiere experiencia mientras se estudia, 3.6) no hay períodos después del estudio
que no se trabaje y, por lo tanto, que no se adquiera la experiencia, 3.7) La duración
del ciclo vital laboral es la misma, independientemente de la duración de los
estudios (Brito et al., 2007: 16).

Se observa que, con los autores mencionados, se formalizó TCH, con la cual en las
últimas décadas se han desarrollado varios estudios sobre el capital humano donde
se da evidencia de las relaciones directamente proporcionales entre educación y
productividad, nivel de educación e ingresos. Se acepta la idea de que la educación
aporta a la solución de problemas socioeconómicos como la pobreza y el
desempleo, así como al crecimiento económico con reducción de las
desigualdades.

En el cuadro 1 se simplifica a manera de resumen, las ideas principales expuestas


por los teóricos clásicos de la economía, neoclásicos y de la escuela austriaca, así
como los teóricos del capital humano.

25
Fuente: elaboración propia con la información y el análisis de lo desarrollado en capítulo.

26
Conclusiones del capítulo I.

La importancia de la educación en la ciencia de la economía ha sido de vital


importancia en cuanto a su implicación para el desarrollo económico desde el
surgimiento de la ciencia económica. Desde la perspectiva de los clásicos de la
economía, la educación fue vista como una forma de especialización para la
división del trabajo y también como una forma de prestigio social. Además, ya
desde entonces se anticipaba que una mayor educación propiciaría una mejora en
los salarios de los empleados.

Los autores clásicos de la economía reconocieron que la educación genera un


“valor agregado” que se ve reflejado en la producción de cada individuo; de igual
forma, se consideró también que el conocimiento genera y aporta a la generación
de la riqueza. El pensamiento clásico económico también considera a la educación
como herramienta de bienestar social; aunque su análisis no se enfoca en ese
sentido social.

Por otra parte, las aportaciones de la educación para los teóricos del pensamiento
Neoclásico y de la Escuela Austriaca, consideran a la educación no sólo como un
ingrediente del desarrollo económico, sino también como una forma de civilizar a
las naciones y dotarlas de sabiduría y conciencia para su desarrollo. De esta forma
se patenta un impacto no sólo en la esfera económica, sino también en el aspecto
del desarrollo social.

Se consideró a la educación como generadora y descubridora de nuevos bienes


económicos; los cuales llegarían a satisfacer las nuevas necesidades que el
desarrollo de la sociedad, la ciencia y la tecnología fueran evolucionando. La
escuela austriaca enfocaría la organización de la educación superior con base a los
servicios que brindara el Estado a la sociedad.

Finalmente, la TCH viene a reforzar las aportaciones que guarda la educación


respecto al desarrollo económico, quedando patentado y en evidencia mediante
diversos estudios y análisis econométricos, que la educación sí aporta al desarrollo
económico y productivo. Tomando relevancia no sólo el potencial físico y las

27
habilidades del hombre para desarrollar un determinado trabajo; aquí la educación
adquiere una connotación de valor en el sentido del saber y del hacer.

Para la THC la inversión en educación es la mejor forma de generar y mejorar los


estándares de producción; ésta funciona en paralelo al factor de la experiencia,
dicha mejora se vería reflejada en un aumento salarial, y, por ende, en un aumento
en la calidad de vida de los individuos. La THC refuerza la evidencia científica y
teórica de que la inversión en el capital humano mediante la educación es
parámetro de crecimiento económico: a mayores años de educación, mayor
remuneración económica.

La educación, como se expone a lo largo del presente capítulo, sí tiene relevancia


para la ciencia de la economía, y ha sido analizada de alguna manera como una
fuente de especialización para el trabajo, de estatus social y de desarrollo para
civilizar a las naciones. Finalmente es considerada la educación como un “bien”
pertinente para consumar el desarrollo económico del hombre y sociedad.

Diversas escuelas y autores del pensamiento económico, determinan un papel


relevante a la educación y al aprendizaje en el juego del desarrollo económico;
quizás las principales discrepancias entre los pensadores de la economía en cuanto
a la delimitación de la pertenecía de la educación en el desarrollo económico, se
diferenciaba en cuanto a la forma de contabilizar dicho aporte de la educación a la
riqueza, y no en si la educación favorece o no al desarrollo de la economía individual
o colectiva.

28
Capítulo II. Contextualización de la educación en el ámbito
internacional.

Introducción.

En el presente capítulo se aborda brevemente los antecedentes de la educación en


el ámbito internacional. Se explora la evolución de las instituciones internacionales
que han dado soporte y desarrollo a la educación en el mundo, así como la
importancia de la educación en el entorno internacional, y en específico, la referente
a la educación superior. El objetivo del presente capítulo es el de exponer las
prioridades de la educación superior en el ámbito internacional.

La pregunta por responder en el presente capítulo es referente a ¿cuáles son las


prioridades educativas del nivel superior en el ámbito internacional por resolver en
la actualidad? A nivel global se revisa la información más actual publicada por las
principales instituciones mundiales encargadas de medir el avance internacional de
la educación superior, resaltando su importancia, así como su repercusión en el
desarrollo de las naciones.

Por otra parte, se visualiza el panorama de los campos de estudio en el ámbito


internacional, lo cual permite analizar hacia qué rumbo se están enfocando las
principales potencias económicas y las economías en desarrollo, lo cual nos lleva
a la siguiente interrogante: ¿cuáles son los campos de estudio y las áreas
científicas en las que se están enfocando las economías grandes y en desarrollo?
La inversión en educación, así como en ciencia, tecnología e innovación (CTI),
marca una trascendencia para el desarrollo en general y el desarrollo del capital
humano; lo anterior es con base a los documentos e información consultada.

La inversión pública en educación, ciencia y tecnología en el ámbito internacional


nos muestra el interés y la preocupación por el mejoramiento y la preparación de
su capital humano; lo cual da indicios de la importancia y preocupación de los
gobiernos por impulsar el desarrollo de la educación en su espectro más amplio

29
como factor esencial del desarrollo, con lo anterior surge la siguiente cuestión: ¿hay
evidencias que justifiquen la influencia de la educación superior en el desarrollo de
los países? La pertinencia de la educación superior en el ámbito internacional es
un tema que exige reflexión y análisis.

2.1 Antecedentes de la educación a nivel internacional.

En este apartado se retoma brevemente los antecedentes históricos de la


educación en el ámbito internacional. Dada la extensión y profundidad que requiere
analizar la historia de la educación, cuya materia es análisis y estudio de otras
ciencias, se hace una breve reseña histórica enfocada básicamente en los hechos
sobresalientes durante el siglo XX y XXI.

En el preámbulo histórico del siglo XX, uno de los eventos históricos que forman
parte de la articulación como base para el desarrollo de la educación a nivel
internacional, fueron los hechos derivados de la primera guerra mundial (1914-
1918). Posteriormente a estos eventos bélicos, una de las principales acciones
iniciales fue la de reconstruir el sistema educativo; para ello, en el año de 1920, la
Sociedad de las Naciones celebró una reunión con el afán de establecer una
cooperación intelectual paralela a la actividad política de los gobiernos. Sería el 4
de enero de 1922 cuando se crea la Comisión Internacional de la Cooperación
Internacional, integrada por trece miembros (UNESCO, 2018: 1).

Dos años más tarde, el 24 de septiembre de 1924 sería creado en París el Instituto
Internacional de Cooperación Intelectual, el cual estaría financiado con apoyo de
los gobiernos. Durante su periodo de trabajo, el instituto realizaría las siguientes
acciones en materia educativa:

• 1926 a 1930: evaluación de los medios disponibles, recogida y


ordenación de documentación y establecimiento de relaciones.

30
• 1930 a 1936: el Instituto estudia los medios para luchar contra el
paro intelectual de los jóvenes y se ocupa de la coordinación de las
enseñanzas de grado medio.
• A partir de 1936: se interesa por la educación de adultos, el papel
de la radio y cine en la enseñanza rural, la enseñanza cívica y,
especialmente, la enseñanza de la paz.
• Para la enseñanza superior: se creó un Centro de Documentación
Universitaria, cuyos trabajos alimentaban periódicamente la crónica
universitaria del "Boletín del Instituto” (UNESCO, 2018: 2).

Las prioridades internacionales respecto a la reconstrucción de la educación, del


rescate de los jóvenes y su aprovechamiento educativo, así como el de la
educación para los adultos, fueron acciones primordiales para el Instituto
Internacional de Cooperación Intelectual. De igual forma, la relevancia de la
educación superior tomaba forma nuevamente; aunque no sería hasta llegar al
periodo de 1936-1940, en donde tomaría mayor relevancia la educación superior,
con base a las siguientes acciones:

“El Instituto creó, entre 1936 y 1940, varios centros y comités cuyos temas
preferentes de estudio fueron los siguientes: la organización de la enseñanza
superior; las condiciones de admisión en la enseñanza superior; la equivalencia de
títulos y diplomas; los intercambios universitarios (profesores, estudiantes, becas);
los cursos de vacaciones en Europa; el paro de los titulados universitarios; el
sanatorio universal internacional (especialmente reservado para estudiantes
tuberculosos); la prensa de los estudiantes; la coordinación de las enseñanzas de
grado medio; la educación de adultos; las bibliotecas populares; el cine, la radio y
la prensa; las encuestas sobre los sistemas de enseñanza en los países; y la
revisión de los manuales de Geografía e Historia” (UNESCO, 2018: 2).

Después de las actividades realizadas en favor de la reconstrucción de la educación


en el ámbito internacional, el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual se
ve obstaculizado por el estallido de la segunda guerra mundial en 1940. Al terminar
el conflicto armado, nuevamente se mantiene latente la necesidad por reconstituir,
a mayor escala, las instituciones educativas de carácter internacional. Sería en1945
cuando en Londres se da el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas

31
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cuya sede sería la ciudad de
París, Francia (UNESCO, 2018: 2).

En el contexto internacional, las labores de la nueva institución rectora de la


reconstrucción y funcionamiento de la educación en el mundo, la agenda
internacional en materia educativa requería de una intervención oportuna en varias
vertientes. De manera resumida, se exponen los siguientes puntos medulares de la
agenda implementada por la UNESCO hasta finales del siglo XX:

Lucha contra el analfabetismo, educación para adultos, educación de la mujer,


establecimiento de un nivel mínimo de educación base, creación de la Oficina
Internacional de Universidades (1949), atención a todos los Estados miembros en
todos los continentes, así como diversos foros y publicaciones mundiales. Para el
año de1960, se fomentó la cooperación internacional para desarrollo y
mejoramiento de las instituciones de enseñanza superior y la educación
permanente (UNESCO, 2018: 5-7).

Es en los inicios del siglo XXI cuando en el ámbito internacional, se da la articulación


necesaria para que los gobiernos nacionales, instituciones mundiales, sociedad
civil y sector privado, trabajen en mutuo acuerdo para superar los retos y desafíos
que enturbian el desarrollo económico y social de las naciones. Como parte de la
agenda de trabajo internacional establecida, la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), establece los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los
cuales se incluye el fomento a una asociación mundial para el desarrollo (ONU,
2018: 1).

Por otra parte, la UNESCO establece en el 2000 los seis objetivos de la educación
para todos. Mediante El Marco de Acción de Dakar, se establecen los objetivos y
metas a cumplir para cubrir la necesidad de educación básica y de calidad en las
poblaciones más pobres del mundo, aumentar el número de adultos alfabetizados,
la preparación activa de los jóvenes, así como mejorar los aspectos cualitativos de
la educación (UNESCO, 2000: 8-10).

En un plano más actual, en el 2015 la Asamblea General de la ONU pone en acción


la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En dicha agenda, se establecen los

32
diecisiete objetivos en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. El cuarto
objetivo es, precisamente, el que se enfoca a la educación de calidad (ONU, 2018:
1).

Como parte del seguimiento y cumplimiento del cuarto objetivo, se pone en marcha
la agenda de trabajo “Educación 2030 Declaración de Incheon. Hacia una
educación inclusiva, equitativa y de calidad y un aprendizaje a lo largo de la vida
para todos”. La novedad de esta nueva agenda de trabajo radica en que “se centra
en el afianzamiento y ampliación del acceso, de la inclusión y la equidad, y de la
calidad y los resultados del aprendizaje en todos los niveles, como parte de un
enfoque de aprendizaje a lo largo de la vida” (UNESCO, 2015: 23).

En cuanto al desarrollo de la educación superior, la UNESCO define a ésta como


“la piedra angular del desarrollo sostenible” (UNESCO, 2018: 1). De esta forma la
meta 4.3 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 para el 2030, los países deberán
de brindar las mismas oportunidades de acceso a la educación superior, siendo
asequible y de calidad.

“Para hacer que la enseñanza superior sea un catalizador de la creación de


sociedades sostenibles, innovadoras y equitativas, los gobiernos y las
universidades tienen que concebir políticas que hagan que las escuelas superiores
y las universidades sean asequibles e inclusivas” (UNESCO, 2018: 1). Es prioridad
de los gobiernos y de las instituciones de educación superior, propiciar las políticas
adecuadas según las capacidades y necesidades de la población.

La problemática principal que considerada la UNESCO pertinente acatar, es la


referente hacia un modelo educativo de calidad y con vistas al desarrollo sostenible.
Para lograr lo anterior, se proponen dos enfoques claves que atienden este
problema:

“El primero tiende a centrarse en la adquisición y la retención de las competencias


básicas en lectoescritura o en los conocimientos específicos necesarios para
suscitar un cambio de comportamiento, lo que demuestra que la educación puede
propiciar cambios en los valores, las visiones del mundo y los comportamientos a
nivel del individuo, la comunidad y la sociedad en su conjunto” (UNESCO, 2016:
13).

33
El primer enfoque tiene un componente mayoritariamente social; la educación tiene
que ser vista desde un punto de vista de valores humanos y morales, más allá de
sus repercusiones técnicas en el favorecimiento del desarrollo económico.

“El segundo enfoque se centra en el fortalecimiento de la capacidad de iniciativa,


las competencias y la participación, lo que demuestra que la educación puede
facilitar el aprendizaje reflexivo o crítico, la adquisición de conocimientos y
aptitudes, así como una mayor capacidad de iniciativa para hacer frente a
problemas de sostenibilidad complejos como, por ejemplo, crear una escuela
sostenible o una ciudad neutral en emisiones de carbono” (UNESCO, 2016: 13).

Los dos enfoques anteriores, forman una perspectiva general de las características
cualitativas que deben propiciar los sistemas educativos de las naciones afines a la
UNESCO.

En cuanto a la perspectiva general de la educación superior, encontramos que


guarda muchas diferencias entre los países, principalmente en los aspectos de
calidad y asequibilidad. “En cuanto al acceso, los sistemas de educación superior
comprenden distintas fases: la preinscripción, el acceso, la progresión y la
graduación” (UNESCO, 2016: 266).

Así mismo, la tasa de matriculación en el nivel de educación superior se ha visto


incrementada sustancialmente; en el 2000 se tenía una matrícula de 100 millones,
pasando a ser 207 millones para el 2014; de igual forma, la tasa de graduados se
ha visto aumentada en 94 países, siendo una media de 79% de los graduados del
grado superior que obtuvo un título de licenciatura o máster (UNESCO, 2016: 266-
268).

En cuanto a la asequibilidad en la educación superior, el determinante general son


los ingresos generales de la familia, así como de la política gubernamental en
cuanto a la asistencia financiera para hacer más asequible la educación superior.
Lo anterior tiene notables variables en todos los países, ya que estos determinantes
son diferentes en los países miembros de la UNESCO. En cuanto a la medición de
la calidad de la educación superior, ésta se hace mediante las clasificaciones de
las universidades y de los resultados de los estudiantes: encuestas sobre

34
motivación y satisfacción, evaluaciones del aprendizaje y de acreditación
profesional (UNESCO, 2016: 271-275).

2.2 Panorama actual de la educación superior en el mundo.

Una vez visto brevemente el antecedente histórico sobre la educación y sus


instituciones durante el siglo XX- XXI, al igual que la agenda internacional sobre la
educación, sus retos y expectativas; se analiza de igual forma en el contexto
internacional, cuál es la importancia de la educación superior, así como la demanda
en las diferentes áreas o campos de estudio en el contexto internacional.

El panorama internacional de la educación superior nos muestra un incremento


considerable en cuanto a la demanda. De acuerdo con la UNESCO, en el año 2000
se tenía un registro de 100 millones; para el año 2014 la tasa de registro en este
nivel educativo ascendió a 207 millones (UNESCO, 2018: 2). Dicho incremento se
ha evidenciado mayormente en los países de economías consolidadas, así como
en los países de ingresos medios altos y medios bajos.

Gráfico 1. Matrícula escolar terciaria 2000-2016 (% Bruto mundial).


40

35

30

25

20
%

15

10

0
2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016
AÑO

Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial (2018).

35
Es notable la relevancia que ha tenido el aumento en la matrícula en el nivel
superior, lo cual denota una amplia demanda por parte de los cursantes del tercer
nivel educativo, como se aprecia en el gráfico 1. La pregunta rectora que surge,
como primera instancia para describir este interés generalizado por matricularse en
la educación superior, es ¿qué motivó este aumento en la demanda por la
educación superior a nivel internacional?

Con base en un estudio de análisis del Banco Mundial (BM), la educación superior
se encuentra en un punto medular para el crecimiento, el empleo y la
competitividad, así como un fuerte catalizador para la transformación económica.
En este estudio del BM, también destaca la demanda de los empleadores por
encontrar trabajadores calificados y profesionales, así como una mayor importancia
en las economías modernas para la investigación y desarrollo para incrementar la
competitividad (World Bank Group, 2017: 8-10).

Esta visión utilitarista respecto a la educación superior que analiza el BM entra o se


encauza en los estudios realizados por la TCH. Bajo esta perspectiva, el análisis
realizado por el BM puntualiza y realza el conocimiento adquirido en la educación
superior. En términos generales, los graduados deben tener conocimientos
técnicos relevantes, habilidades cognitivas y no cognitivas para satisfacer las
demandas de su empleador. Los empleadores en las empresas impulsados por la
eficiencia requieren graduados con la capacidad de aplicar sus conocimientos;
mientras que los que promueven he impulsan la innovación, estas empresas
requieren de un nivel mayor de cognición para desarrollarlas (World Bank Group,
2017: 14).

36
Figura 1. Calidad educativa de la educación superior.

Fuente: elaboración propia con información de Higher education in development: trends and challenges, 2017: (pág. 15).
Pirámide hacia el logro de la innovación mediante la educación superior.

En un ambiente constante de innovación, competitividad y desarrollo, la economía


basada en el conocimiento requiere del dominio de ciertos conocimientos y
habilidades, para los cuales la educación superior tiene que brindar los
requerimientos mínimos que satisfagan dichas necesidades. Para ello, y como
parte de las responsabilidades de los gobiernos nacionales, se requiere que actúen
y atiendan los puntos medulares que propicien un óptimo desarrollo de la educación
superior: la creciente demanda de la educación superior; acceso, calidad, equidad,
así como la calidad de la enseñanza y sus aplicaciones para la empleabilidad; el
papel de la investigación y el desarrollo en la educación superior; y las reformas
pertinentes dentro del sistema de educación superior (World Bank Group, 2017: IX).

La pertinencia de la educación superior para el desarrollo queda una vez más


patentada en el cúmulo de factores que intervienen en el crecimiento del capital
humano, y en mayor escala, para el desarrollo de las economías nacionales. En la
figura 1 se representa el valor de la calidad educativa desde la perspectiva del BM.

Teichler (2005) señala algunas imperfecciones y límites entre los vínculos de la


educación con el empleo. Si bien reconoce que la educación es guiada por los
requerimientos del sistema de empleo, la dinámica ocupacional cambia a ritmos

37
constantes y acelerados, lo cual desafía la visión para una preparación específica;
la identificación de competencias respecto a un trabajo altamente especializado; el
ajuste curricular para identificar el tipo de competencias que requieren los
empleadores; la rivalidad entre el paradigma educativo generalista contra el
especialista; así como la educación vocacional contra la educación recurrente
(Teichler, 2005: 25-36).

Respecto a las áreas o campos de estudio en el marco internacional, y con base


en la información de los países miembros de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE), los campos de estudio en los cuales se dividen
las áreas educativas del nivel terciario (nivel superior) son los siguientes:

• Negocios, administración y leyes.


• Ingeniería, construcción y manufactura.
• Ciencias Naturales, matemáticas y estadística.
• Artes y humanidades.
• Educación
• Ciencias sociales, periodismo e información.
• Tecnologías de la información y comunicación (TIC).
• Salud y bienestar (OCDE, 2018: 1).

38
Cuadro 2. Campos de estudio en el ámbito internacional.

Fuente: elaboración propia con datos de (OCDE, 2018).

De la información presentada en el cuadro 2, se destaca el impulso y el crecimiento


que ha tenido el campo de estudio perteneciente a ingeniería, manufactura y
construcción en México. Lo cual es signo para darle seguimiento a esta pauta de
crecimiento a este campo de estudio, considerando la pertinente necesidad de
contar con un mayor porcentaje de ingenieros para atender los retos y desafíos que
enfrenta el desarrollo en aristas generales (UNESCO, 2010: 1).

Dentro de estos campos de estudio, las profesiones cuyos salariaos a nivel mundial
son los mejores pagados, con base a un estudio realizado en Estados Unidos,
Reino Unido, Alemania y Canadá, son los siguientes (Murray, 2018: 1):

• Anestesiólogo
• Cirujano
• Médico
• Ortodontista
• Dentista
• CEO
• Director de ingeniería

39
• Gerente de sistemas de tecnologías de Información
• Abogado Corporativo
• Gerente de márquetin

Se observa que, con base en la encuesta anterior, las profesiones mejor


remuneradas son aquellas que tienen que ver con el campo de la medicina y la
salud. Resaltando que la encuesta hace alusión a la remuneración anual (en
dólares) percibida por estas profesiones en los países encuestados. Desde luego
que se requieren de más investigaciones respecto a este tema, que brinden
mayores perspectivas de análisis.

A finales del siglo XX producto de la globalización de las economías y de los


mercados, el sector de los servicios creció considerablemente durante las últimas
décadas; de tal forma que la revolución tecnológica y científica se impulsó por el
crecimiento de dicho sector. De esta forma se concibió una expansión de los
servicios profesionales de carácter internacional, lo cual favoreció la movilidad de
recursos humanos y capitales (Sánchez, 1998: 24-30).

Desde la perspectiva de la OIT, el salario tiene un significado muy particular,


independientemente del perfil personal, competencias personales y años de
antigüedad. Ante esta perspectiva, la OIT considera que la cuestión de los salarios
representa la mayor fuente de ingreso en los hogares, lo cual repercute fuertemente
en el nivel de vida de la población (OIT, 2017: 1).

Partiendo de la premisa anterior del salario, el punto central del cual surge o se
propicia éste, es través del trabajo. A este respecto, la misma OIT lo define no como
una mercancía, y que también éste no se determine simplemente mediante la regla
de oferta y demanda (OIT, 2017: 2).

Es entonces en el tema de salario y trabajo, cuando surge desigualdad de los


salarios. Los estudios iniciales que analizaban estas diferencias salariales se
centraban en el aspecto del perfil de los trabajadores (educación o formación), así
como la distinción entre trabajadores calificados y sin calificación. A este respecto,
desde la TCH, como se analizó en el capítulo primero, se observa que la educación
sí es un factor que determina una mejora en la producción y en el rendimiento de

40
los salarios; aunque también es cierto que el perfil personal sólo explica una parte
y no la totalidad de los factores que influyen en el salario (OIT, 2017: 36).

Algunos de los datos que permiten tener una visión general en cuanto al impulso
de la educación que han implementado los países en el mundo, se aprecian en el
cuadro 3. Aquí se evidencia cuál es la tendencia general y su perspectiva para
mejorar la inversión en educación, ciencia, tecnología y capital humano.

Cuadro 3. Economías avanzadas grandes.

País *Promedio de años **% PIB en ***% PIB en


de escolaridad educación ciencia y
tecnología
EE.UU. 13.2 6.2 0.76
Alemania 13.2 4.3 0.85
Canadá 13.1 6.2 0.57
Reino Unido 13.3 6.6 0.44
Francia 11.6 5.3 0.78
Japón 12.5 4.4 0.60
Fuente: elaboración propia con datos del (UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAMME, 2018), (OCDE, 2018) y
(UNESCO, 2015).

*Promedio de años de educación recibida por personas de 25 años o más (2015).

**Porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) invertido en educación (2014).

***Porcentaje del PIB en ciencia y tecnología (2013), países miembros de la OCDE.

En promedio, se aprecia que en los países cuyas economías han sido consideradas
“grandes”, su población mantiene entre los 11 y 13 años de escolaridad, como se
muestra en el cuadro 3; lo cual pone en contexto el potencial de capital humano
que puede aportar y desarrollar dichas economías. En cuanto al porcentaje de
inversión del PIB que destinan al rubro educativo, se observa que oscila entre el 4
y 6 por ciento; siendo Japón el país que menos porcentaje destina para la educación
de las economías avanzadas. En contraparte, Reino Unido es la economía
avanzada que menos destina recursos en ciencia y tecnología.

41
Cuadro 4. Economías emergentes grandes.

País *Promedio de años **% PIB en ***% PIB en


de escolaridad educación ciencia y
tecnología
China 7.6 N.A. N.A.
Fed. De Rusia 12.0 3.3 0.76
Brasil 7.8 4.9 N.A.
India 6.3 3.8 N.A.
Rep. De Corea 12.2 6.3 0.95
Sudáfrica 10.3 6.1 0.33
Fuente: elaboración propia con datos del (UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAMME, 2018), (OCDE, 2018) y
(UNESCO, 2015).

*Promedio de años de educación recibida por personas de 25 años o más (2015).

**Porcentaje del PIB invertido en educación (2014).

***Porcentaje del PIB en ciencia y tecnología (2013), países miembros de la OCDE.

En comparación con las economías avanzadas del cuadro 3, los países


pertenecientes al bloque de economías emergentes grandes del cuadro 4, algunos
de ellos mantienen en promedio menos años de escolaridad; sólo Rusia y la
República de Corea mantienen un promedio elevado comparado con las economías
avanzadas del cuadro 3; de igual forma, el gasto destinado para la educación, solo
la República de Corea junto a Sudáfrica, mantienen un porcentaje comparado al de
las economías avanzadas. Resalta notablemente el porcentaje de inversión que
dedica la República de Corea en cuanto a ciencia y tecnología, lo cual da una pauta
del interés de este país por la innovación.

42
Cuadro 5. Economías de América Latina.

País *Promedio de años **% PIB en ***% PIB en


de escolaridad educación ciencia y
tecnología
México 8.6 5.4 0.38
Argentina 9.8 5.6 0.44
Chile 9.9 5.2 N.A.
Colombia 7.6 5.8 N.A.
Venezuela 9.4 N.A. N.A.
Guatemala 6.3 2.8 N.A.
Fuente: elaboración propia con datos del (UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAMME, 2018), (OCDE, 2018) y
(UNESCO, 2015).

*Promedio de años de educación recibida por personas de 25 años o más (2015).

**Porcentaje del PIB invertido en educación (2014).

***Porcentaje del PIB en ciencia y tecnología (2013), países miembros de la OCDE.

En comparación con los bloques económicos anteriores de los cuadros 3 y 4, se


observa que, en las economías de América Latina del cuadro 5, hay variaciones
muy notables.

En principio, el promedio de años de escolaridad para las economías del cuadro 5,


oscila entre los 9 y 6 años de escolaridad, siendo el país de Chile quien mejor
promedio de escolaridad tiene en este indicador. Por contraparte, Guatemala
muestra un rezago educativo considerable. En el caso particular de México,
lasituación educativa muestra un panorama de notable diferencia si lo comparamos
con el resto de las economías avanzadas; aun así, se considerar que el porcentaje
del PIB destinado para la educación es relativamente alto en la misma comparación
con los cuadros 3 y 4. En contraparte, el gasto público destinado a la ciencia y
tecnología es muy discreto.

Una mirada más detallada respecto al desempeño de México en cuanto a la


inversión pública en el rubro educativo, con base en los datos ofrecidos por el BM,
el comportamiento de inversión se muestra de la siguiente forma:

43
Gráfico 2. Gasto público en educación de México 1990-2015 (años
seleccionados).

Gasto público en educación de México (% del PIB)


6

4
% del PIB

0
1990 1995 2000 2005 2010 2015
Año

Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial (BM, 2018).

Se aprecia en el gráfico 2 superior la inversión pública destinada a la educación en


México. Muestra una tendencia al alza en cuanto al gasto en educación. A finales
del siglo pasado, el porcentaje del PIB destinado a la educación superaba el 2%;
mientras que, para inicios del siglo XXI, la inversión llegó al 4% hasta llegar al 5.4%
en el año 2015.

México, de acuerdo con la información proporcionada por el BM, (BM, 2018: pág.
1). Cuenta con ingresos mediano-altos, con lo cual y de acuerdo con la información
de la UNESCO, se mantiene en aumento la demanda y el alza de matriculación en
educación superior en todas las regiones económicas.

El panorama internacional que guarda la Ciencia, Tecnología e Información (CTI),


mantiene una amplia relevancia para el sistema educativo de la educación superior.
En la actualidad, la gran mayoría de los países reconoce la importancia de la CTI
para un crecimiento sostenible a largo plazo. Los países de ingresos bajos y
medianos bajos esperan poder utilizarla para aumentar los niveles de ingresos, y
los países más ricos para mantener sus propios niveles en el contexto de un
mercado internacional cada vez más competitivo. Además, la investigación básica
no sólo genera nuevos conocimientos, sino que también contribuye a la calidad de
la educación universitaria (UNESCO, 2015: 8).

44
De acuerdo con la UNESCO (2015), para ese año se registró un total de 7,8
millones de científicos e ingenieros contratados en actividades de investigación en
todo el mundo, un aumento del 21% desde el 2007. La inversión pública y privada
en investigación y desarrollo favorecen al crecimiento nacional y al bienestar,
aunque sus objetivos sean diferentes.

Los países formulan políticas para atraer y retener a emigrantes altamente


cualificados y de otros países. En Europa y Asia, los programas tanto nacionales
como regionales animan activamente a los estudiantes de doctorado a estudiar en
el extranjero, lo cual muestra una activa movilidad de estudiantes en el nivel de
educación superior desde 1975 (0,8 millones) hasta llegar al 2013 (4,1 millones).
Dichas políticas contribuyen para la divulgación científica, quienes, a este respecto,
es la Unión Europea quien lidera las publicaciones científicas con un 34%,
siguiendo EUA con 25%, mientras que China ha venido invirtiendo más en ciencia
generando ya un 25% de publicaciones científicas (UNESCO, 2015).

Si en líneas superiores se analiza de forma superficial la composición de los


campos de estudio de los países miembros de la OCDE, a continuación, se
muestran las áreas científicas en las cuales están invirtiendo las principales
economías en el mundo; lo cual es un indicador interesante puesto que delinea
hacia dónde se está enfocando el desarrollo del capital humano.

Gráfico 3. Especialización científica en economías avanzadas grandes.

Fuente: elaboración propia con datos de la UNESCO (2015)

45
El gráfico 3 muestra el interés de los países miembros del Grupo 7 (G7) en cuanto
a su inversión en las diferentes áreas de la ciencia, cuyo periodo de registro
comprende los años 2008 y 2014. Existe un notable interés por la inversión en
ciencias sociales, así como la psicología; hay un sensible retroceso en cuanto a la
generación de ingenieros en todas las economías del G7. Alemania y Japón
sobresalen en el área de la física, así como en química. En matemáticas sobresale
Francia. La astronomía es de alto interés para el Reino Unido y Alemania; mientras
que E.U.A. y Canadá destacan en la inversión en ciencias biológicas y médicas. En
cuanto a las Ciencias agrícolas, las naciones del G7 no muestran gran interés en
esta área científica.

Gráfico 4. Especialización científica en economías emergentes.

Fuente: elaboración propia con datos de la UNESCO (2015)

En referencia a las economías emergentes del gráfico 4, aquí se diferencia una


mayor disparidad en cuanto a las inversiones realizadas en las diferentes áreas de
la ciencia. La Federación de Rusia despunta en la ciencia de física, astronomía,
química, geociencia y matemáticas; mientras que China también despunta en su
interés por la física, matemáticas, ingeniería y la informática, mostrando un declive

46
considerable en ciencias sociales, psicología y las ciencias biológicas, al igual que
Rusia.

La República de Corea invierte y sobresale en la ingeniería al igual que en física,


también con interés en la informática; en psicología y geociencia muestra poca
actividad. Brasil tiene un alto interés por la ciencia agrícola y las ciencias biológicas.
Mientras que Sudáfrica tiene una tendencia intensa hacia la astronomía y las
ciencias sociales; por su parte, India demuestra interés por las ciencias duras como
física y química, así como las ingenierías.

Gráfico 5. Especialización científica en economías emergentes.

Fuente: elaboración propia con datos de la UNESCO (2015)

En cuanto a las economías del gráfico 5, México tiene una inversión a menos en
cuanto a las ingenierías, lo cual contradice la perspectiva de la demanda en cuanto
a la matriculación en las profesiones de ingeniería en el país. Se observa que
muestra poca inversión en ciencias como matemáticas y química; por contraparte,
hay un aumento en gasto en física y en las ciencias agrícolas y la astronomía. Una

47
tendencia casi similar muestra en general América Latina en comparación con
México respecto a las inversiones en las áreas de la ciencia.

Como se puede apreciar, la dinámica en cuanto a la inversión en CTI es


diferenciada en los tres bloques de economías, así como su interés por las
diferentes áreas científicas. Lo que más llama la atención en el interés de las
grandes economías por invertir en las ciencias sociales; sin despegar el renglón en
ciertas ciencias duras que mantienen un gran interés por seguir innovando e
investigando.

Cabe señalar que afínales del siglo XX:

“En los países de la macrorregión existe una visión clara respecto al rol que los
sectores gubernamentales y privado desempeñan en la formulación y estrategias
de las políticas educativas y de formación de recursos humanos, y hacia ellas
dirigen sus políticas de ahorro e inversión pública y privada, así como de gasto
público, en México aún no se ha logrado trascender el mero marco discursivo, para
propiciar la emergencia de una política educativa y de formación de recursos
humanos que involucre activamente tanto al sector público como al privado, a los
factores sociales inmersos en estos rubros, careciéndose hasta la fecha de una
línea de acción integral-integradora de dichas políticas” (González, 1995: 78).

Cuestión que se aborda en el siguiente capítulo.

Conclusiones del capítulo II.

El desarrollo de la educación en el ámbito internacional durante el siglo XIX fue


marcado por los hechos bélicos surgidos por la primera y segunda guerra mundial.
En este contexto temporal, la creación de la UNESCO fue un factor decisivo para
enmarcar la agenda internacional de la educación; misma que tendría como ejes
fundamentales la educación de los niños, la erradicación del analfabetismo
mediante la educación de los adultos, así como la relevancia por la educación
superior y su desarrollo. Ya en los inicios del XXI, se mantienen los mismos ejes
educativos establecidos por la UNESCO, haciendo un énfasis especial en la
48
educación y el desarrollo sustentable, así como una educación superior de calidad
y equitativa, en un marco de educación continua con visión a los objetivos del
desarrollo del 2030.

Respecto a los campos de estudio en el ámbito internacional, se distinguen claras


fortalezas e inclinaciones hacia la demanda de algunas carreras en específico;
destacando que, con base en la información de la OCDE, en México se ha iniciado
una tendencia hacia el estudio de profesiones relacionadas con las ingenierías,
cuyos resultados se analizan en el siguiente capítulo.

De igual forma, el interés por el aumento de la educación superior en el ámbito


internacional, así como los retos que deben de asumir los Gobiernos mundiales
para fomentar y fortalecer a la educación superior. Es de igual forma notorio el
avance y el impulso que dan las economías grandes al desarrollo de la CTI; como
uno de los ejes fundamentales para el desarrollo económico y de capital humano.
La atención en cómo las economías pertenecientes al bloque del G7, han cobrado
cierto interés por las ciencias sociales, sin perder de vista la especialización de las
ciencias duras como lo son las matemáticas, física y la química.

Existen disparidades en cuanto los promedios de escolaridad y los porcentajes de


inversión en educación, ciencia y tecnología. Los países que integran economías
consolidadas, sus habitantes tienen en promedio 12 y 13 años de escolaridad, lo
cual nos habla de su compromiso con la educación. También estos países suelen
hacer una mayor inversión en educación, ciencia y tecnología, destinando un mayor
porcentaje del PIB; de igual forma el sector privado juega un papel importante en
cuanto a inversión en estos rubros.

En contraste, las economías emergentes grandes muestran signos de crecimiento


en cuanto al promedio educativo de su población, sin embargo, aún persisten
diferencias significativas en cuanto a inversión en educación, ciencia y tecnología.

En México y en algunos de los países de América Latina, el promedio de


escolaridad de la población tiende a ser entre 8 y 9 años, promedio menor respecto
al de las economías consolidadas. Si bien es cierto que, en cuanto a inversión en
educación, no hay gran diferencia respecto al resto de las economías, sí hay una

49
diferencia significativa en cuanto al porcentaje de inversión en ciencia y tecnología.
Además, existe una gran disparidad en cuanto a la especialización en las áreas del
conocimiento; aun así, cabe hacer énfasis al incremento de la matrícula en el área
de ingeniería, manufactura y construcción, sin embargo, las otras áreas del
conocimiento están muy despobladas, como se verá en el siguiente capítulo.

50
Capítulo III. Retos de la educación superior en México en el siglo
XXI.

Introducción.

El presente capítulo tiene como propósito analizar la conformación del sistema de


educación superior en México. De igual forma, se aborda de manera general los
retos y desafíos que enfrenta la educación superior en el ámbito nacional; de tal
forma que permita identificar las áreas de oportunidad que enfrenta dicho nivel
educativo.

Los temas de la agenda nacional para el desarrollo de la educación superior


guardan como punto de partida las siguientes aristas: gobernanza, cobertura,
calidad educativa, responsabilidad social y financiamiento. Los anteriores temas
guardan un importante punto de partida para el análisis de la situación actual de la
educación superior; son los principales retos y desafíos que se buscan superar.

Otro de los puntos paralelos que se desarrollan en este capítulo, es concerniente a


la estructura de las profesiones de la educación superior. Lo anterior, es con la
finalidad de brindar una perspectiva de hacia dónde se ha enfocado la demanda de
profesiones en el máximo nivel de estudios; esto también servirá para adentrar en
el conocimiento del capital humano que se ha venido formando desde inicios del
siglo XXI.

Un análisis respecto a los perfiles profesionales permite comprobar, hasta qué


grado, se han venido acoplando a las necesidades del mercado laboral con la
formación del capital humano; con lo anterior, no se pretende profundizar en el
análisis de la actividad económica desarrollada a nivel nacional, pero sí inferir
superficialmente hacia dónde se están perfilando las profesiones y su distribución
de la matrícula en el ámbito nacional a partir del presente siglo.

51
3.1 Conformación del sistema de educación superior en México:
retos y desafíos.

Desde la perspectiva de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Gobierno


Federal identifica siete problemas en la educación superior: Fortalecimiento de la
escuela; Infraestructura, equipamiento, y materiales educativos; desarrollo
profesional docente; planes y programas de estudio; equidad e inclusión; educación
y mercado laboral; así como una reforma administrativa (SEP, 2018: 1-29).

En términos generales, la anatomía del Sistema Educativo Nacional de México se


conforma a partir de la siguiente estructura: 1.- Educación básica, que comprende
la educación preescolar, primaria y secundaria. 2.- La Educación Media Superior,
que comprende el bachillerato, estudios técnico profesional o equivalentes. 3.-
Educación Superior, en ella se integran los estudios de técnico superior o
profesional asociado, de licenciatura y de posgrado (especialización, maestría y
doctorado).

“El nivel superior comprende aquella educación que se imparte después del
bachillerato o sus equivalentes y las funciones que realizan las instituciones, en lo
sustantivo, se refieren a la formación de recursos humanos en los distintos campos
de la ciencia, la tecnología y las humanidades” (ANUIES, 2000: 52).

Las IES se integran a su vez en los siguientes subsistemas: El subsistema de


universidades públicas federales y estatales, el subsistema de educación
tecnológica, el subsistema de otras instituciones públicas, el subsistema de
universidades tecnológicas públicas, subsistema de universidades públicas
interculturales, instituciones de formación docente, subsistema de centros públicos
de investigación, el subsistema de instituciones particulares y el subsistema de la
educación normal (ANUIES, 2000: 53-54).

La organización académica interna de las IES mexicanas muestra dos vertientes


de organización reconocidos por su particular enfoque de llevar a cabo las labores
académicas.

52
“En términos de organización académica las instituciones siguen dos modelos, uno
tradicional, fundado en escuelas o facultades separadas entre sí y que están
comprometidas mayormente con la docencia y en menor medida con la
investigación –que en el caso de existir es desarrollada en otros espacios
institucionales–; y el departamental, que funciona como la unidad básica de
organización para el trabajo académico y que idealmente integra docencia e
investigación. En la actualidad coexisten ambos modelos, pero puede sostenerse
que las instituciones de nueva creación –públicas y privadas– así como las que
generan procesos de innovación han incorporado el modelo departamental como
forma de organización” (Cardiel, 2018: 8).

En cuanto al marco normativo que regula las competencias y organización del


sistema de educación superior, tenemos los siguientes documentos:

1. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

2. Ley General de Educación.

3. Ley para la Coordinación de la Educación Superior.

4. Reglamentaria del Artículo 5to. Constitucional.

5. Leyes estatales de educación superior.

6. Reglamento Interior de la SEP.

7. Leyes orgánicas de las universidades públicas autónomas y no autónomas.

8. Decretos gubernamentales de las universidades no autónomas.

9. Acuerdos 93, 243, 279, 286 y 328 de la SEP.

10. Convenios de coordinación, operación y apoyo financiero entre la Federación,


estados e instituciones.

11. Ley Federal del Trabajo que rige las relaciones de trabajo en las IES (Cruz &
Cruz, 2018: 296).

También es preciso destacar las instituciones que intervienen en la educación


superior que coadyuvan a generar los procesos del desarrollo de la misma:
Secretaría de Educación Pública (SEP), Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

53
(CONACYT), Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior (ANUIES), la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de
Educación Superior (FIMPES), la Coordinación Nacional para la Planeación de la
Educación Superior (CONPES) (Cardiel, 2018: 7-8).

Todo lo anterior se basa en la organización administrativa, institucional y legal en


la cual se desarrolla el sistema educativo mexicano en la actualidad. Una mirada
retrospectiva referente a la visión educativa que ha imperado en México en el
contexto nacional, la ofrece el Plan Nacional de Desarrollo (PND).

En el PND 2001-2006 se asumió el rol de ofrecer una educación equitativa e


incluyente, sobre todo en el nivel básico. Hace énfasis en la educación de calidad,
la cual incluye aspectos como el desarrollo de capacidades y habilidades
intelectuales, así como fomentar los valores, la competitividad y exigencias del
mundo del trabajo; desarrollar programas educativos, contenidos, procesos y
tecnologías apegadas a las necesidades del desarrollo (Gobierno de la República,
2001: 1-169).

Se hace énfasis en la importancia del conocimiento, en cuanto a la sociedad y


economía basadas en el mismo; fijando la importancia en el desarrollo del
aprendizaje y el aprovechamiento del conocimiento por toda la sociedad. De esta
forma, el PND de inicios de siglo XXI propuso la formación de profesionistas,
especialistas e investigadores con capacidad para crear, innovar y aplicar nuevos
conocimientos que aporten al beneficio social; así como el involucramiento con la
industria y el desarrollo de infraestructura científica y tecnológica.

Respecto al PND 2007-2012, parte de la premisa de que la educación es motor


para el crecimiento económico, la competitividad e impulso de la innovación. Así
mismo, debe de hacer uso de las tecnologías y el desarrollo científico que avanza
a ritmos acelerados. En esa visión educativa de la administración federal, también
consideró importante el acceso equitativo a la educación; la vinculación entre el
sistema de educación media superior y superior y el sistema productivo
(Presidencia de la República, 2007: 1-323).

54
La cobertura en el nivel superior es uno de los énfasis a destacar, siendo la
demanda educativa una de las principales necesidades a resolver. De esta forma,
el documento señala que para el 2007 la matrícula muestra una concentración
dispareja en cuanto a las áreas del conocimiento, ya que el 50% se inscribe en las
áreas de las ciencias sociales y administrativas, en comparación con las ciencias
agropecuarias, naturales y exactas, cuya matrícula, para para ese año, registró
tendencias a la baja. También se destaca una aglomeración de la matrícula en tan
solo siete estados, la cual acapara la mitad de la matrícula; fenómeno que nos habla
de la mala distribución de la oferta educativa de este nivel. La eficiencia terminal
del nivel superior para el 2007 era de 53% y 63%, lo cual habla de un foco de
atención en este aspecto (Presidencia de la República, 2007: 179).

Otro de los problemas que menciona el documento de la planeación federal, es el


concerniente a la falta de vinculación entre el nivel superior y el mercado laboral,
ya que el hecho de titularse en el máximo nivel educativo no garantizaba acceder
a un puesto de trabajo en condiciones aceptables. Para ello se propuso un sistema
educativo de calidad, cuyos contenidos y programas curriculares se enfocarían al
mercado laboral. La educación de calidad fue una constante a considerar para el
desarrollo de la educación en todos los niveles, para lo cual se implementaron
acciones de evaluación (alumnos y maestros), capacitación de profesores y
renovación curricular de los contenidos educativos.

En la actual administración del gobierno federal, se encontró dentro de las políticas


públicas establecidas en el PND 2013-2018, el objetivo de concretar la calidad
educativa en todos los niveles, además de vincularlos al desarrollo tecnológico,
científico y con el sector productivo (Gobierno de la República, 2013: 1-184). Un
aspecto importante que destacar es la idea firme de “transitar” hacia la Sociedad
del Conocimiento mediante la educación, así fue el planteamiento respecto a la
política educativa del Gobierno Federal.

Se reconoce un déficit en la generación del conocimiento científico, tecnológico y


de investigación, procesos necesarios para transitar hacia la sociedad del
conocimiento. Además, se retoma nuevamente la necesidad de vincular los planes

55
y programas de estudio con las necesidades sociales y los requerimientos del
sector productivo.

Cuadro 6. Integración del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) 2000-2017


(años seleccionados).
Total de miembros
Año Candidato a investigador Nivel l Nivel ll Nivel lll
del SIN
2000 7 466 1 220 4 345 1 279 622
2005 10 904 1 876 5 981 2 076 971
2006 12 096 2 109 6 558 2 306 1 123
2007 13 485 2 386 7 567 2 429 1 103
2008 14 681 2 589 8 165 2 814 1 113
2009 15 565 2 706 8 567 3 057 1 235
2010 16 600 3 048 8 972 3 172 1 408
2011 17 639 3 390 9 577 3 135 1 537
2012 18 554 3 604 10 059 3 311 1 580
2013 19 747 3 712 10 758 3 576 1 701
2014 21 358 3 991 11 673 3 852 1 842
2015 23 316 4 574 12 775 3 964 2 003
2016 25 072 5 044 13 708 422 2 098
2017 27 186 5 817 14 662 4 452 2 255
Fuente: elaboración propia con datos del (Gobierno Federal, 2018) y (CONACYT, 2018).

Si bien es cierto que en el transcurso de los años se ha venido incrementando el


número de investigadores a nivel nacional como se muestra en el cuadro 6, todavía
se encuentra la estadística por debajo del promedio internacional de investigadores
por habitantes, si lo comparamos con los países miembros de la OCDE; además
se tiene que hay una concentración de investigadores en el área de las ciencias
sociales y humanidades, en comparación con otras áreas del conocimiento
científico (La Jornada, 2018: 1).

En el cuadro 6 se muestra la estadística de los miembros del SNI durante el periodo


2000-2017; en dicho periodo, hubo un incremento del 72.5% aproximadamente en
cuanto al total de miembros del SNI. Así mismo, es notable que la gran mayoría de
los investigadores se ubica en el nivel I dentro del rango de investigadores
nacionales.

56
En términos relativos a la educación superior, el PND 2013-2018 enfatiza el alto
desequilibrio que existe entre la oferta y la demanda educativa en este nivel; ya que
solamente la matrícula muestra una alta concentración en las áreas del
conocimiento enfocadas a las ciencias sociales y administrativas.

Como se ha venido visualizando en los anteriores diagnósticos del PND, la política


pública educativa de la actual administración continúa impulsando la educación
inclusiva y equitativa en todos los niveles educativos; además mantiene un régimen
estricto en los procesos de evaluación (plasmado de mejor forma en la última
Reforma Educativa), en la cual la evaluación docente pasó a ser el tema central.

Cabe señalar que, en este punto concerniente a la evaluación docente que se


estableció la reforma educativa del 2013, existe un componente que atañe al
aspecto laboral docente; si bien es cierto que el alcance de la evaluación docente
se centra en los niveles básicos educativos, es necesario afirmar los puntos de
controversia que establece dicha reforma.

(Díaz Barriga, 2018) señala que, en principio, la Ley de Servicio Profesional


Docente confunde las habilidades requeridas para ejercer la profesión con la
aprobación de un examen de conocimientos; de esta forma cualquier egresado de
educación superior puede obtener una plaza docente, eliminando así la formación
inicial docente.

Otro de las controversias que presenta la reforma educativa de acuerdo con Díaz
(2018), es concerniente a los derechos laborales de los docentes de educación
obligatoria; independientemente de los años de antigüedad de los docentes, éstos
deben de presentar la evaluación de desempeño cada cuatro años, lo cual modifica
la certidumbre laboral.

Además, las leyes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)
se confunden con las leyes del Servicio Profesional Docente, dando como resultado
una evaluación docente que confunde el concepto de medir y evaluar, “quedando
explicito el mal manejo técnico de la evaluación como disciplina de las ciencias de
la educación” (Díaz, 2018).

57
Cuadro 7. Licenciatura universitaria y tecnológica 2000-2015 (miles de alumnos).
Ciclo escolar
2000- 2001- 2002- 2003- 2004- 2005- 2006- 2007- 2008- 2009- 2010- 2011- 2012- 2013- 2014-
Concepto
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Por tipo de
control
Federal 296.8 308.9 319.4 332.3 334.0 339.2 346.5 354.0 361.6 366.8 385.1 397.8 414.1 423.5 437.1
Estatal 100.3 120.8 149.9 173.1 197.3 214.6 233.9 254.3 279.7 359.5 410.9 456.8 508.9 540.4 591.9
Particular 525.1 577.2 620.9 648.8 662.2 683.5 717.0 748.9 767.3 787.2 804.3 850.1 875.7 901.9 925.3
Autónomo 795.9 823.6 841.5 869.5 894.2 913.2 932.9 959.7 979.3 1 008.7 1 043.8 1 093.7 1 137.2 1 192.1 1 227.2
Por áreas de la
ciencia
Exactas y
53.5 55.1 55.8 41.9 45.0 45.5 46.1 49.8 53.1 66.7 69.0 178.0 177.0 175.7 182.9
naturales
Salud 154.4 162.0 174.6 184.9 192.3 193.9 208.9 217.0 236.5 244.5 265.7 277.5 303.0 338.2 351.7
Agropecuarias 46.3 45.9 45.6 46.2 49.8 54.4 55.3 58.5 59.8 62.1 66.4 63.9 69.3 74.2 77.2
Sociales y
839.0 881.6 927.5 947.3 975.3 1 008.4 1 042.0 1 073.2 1 085.7 1 112.2 1 161.0 1 225.7 1 237.9 1 273.0 1 324.1
administrativas
Ingeniería y
541.2 591.1 623.5 686.2 700.3 714.8 738.6 770.1 800.4 874.6 907.8 803.0 853.6 894.5 931.1
tecnología
Educación y
83.7 94.8 104.7 117.0 125.0 133.6 139.4 148.5 152.3 162.2 174.2 250.3 295.3 302.4 314.5
humanidades
Por tipo de
servicio
Universitaria 1 130.5 1 193.5 1 262.5 1 291.2 1 337.6 1 381.4 1 436.4 1 488.4 1 527.7 1 585.6 1 669.9 1 931.6 2 013.2 2 089.3 2 173.2
Tecnológica 587.5 637.0 669.1 732.4 750.1 769.2 793.9 828.6 860.2 936.7 974.3 866.9 922.9 968.7 1 008.3
TOTAL
(Millones de 1 718.0 1 830.5 1 931.6 2 023.6 2 087.7 2 150.6 2 230.3 2 317.0 2 387.9 2 522.2 2 644.2 2 798.5 2 936.0 3 058.0 3 181.5
alumnos)
Fuente: elaboración propia con datos del Gobierno Federal, 2018.

Como se aprecia en el cuadro 7, la mayoría de la matrícula se concentra en las


áreas de sociales y administrativas, seguida por el área de ingeniería y tecnología;
mientras que las áreas de ciencias exactas y naturales junto con agropecuarias
concentran la menor matrícula de estudio. Los perfiles profesionales que se han ido
formando en su mayoría desde inicios del siglo XXI, se desprenden de las áreas
sociales y administrativas. Aquí es donde se tiene que generar el análisis dentro
del campo de la educación superior; ya que, para entrar en la dinámica del mercado
laboral actual, la sociedad del conocimiento, la innovación y el desarrollo
tecnológico; la distribución de la matrícula se tendría que reconfigurar hacia las
áreas del conocimiento más prácticas y de alta cualificación.

58
De igual forma, el cuadro 7 muestra que la matrícula universitaria es superior a la
matrícula registrada en los tecnológicos; aproximadamente es doblemente superior
la matrícula universitaria en cada ciclo escolar

Es trascendente y notable el marco de importancia y la pertinencia de la educación


para el desarrollo social, político y económico de México, de acuerdo con el enfoque
que muestra el Gobierno Federal. Aun así, los retos y desafíos siguen presentes, y
más aún en el nivel superior, como se verá a continuación.

Una forma de articular el marco legal junto con la relación de vinculación con los
sectores sociales y productivos, así como la coordinación administrativa y
académica interna dentro de cada IES, se engloba bajo el concepto de gobernanza,
la cual se refiere a:

“Los medios, procesos e instancias que procuran la articulación entre los


subsistemas e instituciones que forman parte del sistema de educación superior,
sus relaciones con los poderes públicos, en particular con las autoridades
educativas de nivel federal y estatal, así como los procesos de interlocución e
interacción con grupos y partes interesadas de los sectores productivo y social,
involucradas en el desarrollo de la educación superior del país” (ANUIES, 2018: 32).

A este respecto, Rodríguez (2003), citado en el trabajo de Cardiel (2009), menciona


que la coordinación de la educación superior a inicios del siglo XXI muestra signos
de una mejor articulación con los actores externos involucrados en el proceso del
desarrollo de la educación superior.

“En la última década, las modalidades de coordinación de la educación superior en


México han experimentado importantes transformaciones en su estructura y en sus
procesos. La conformación de las políticas en materia de educación superior que
involucra a actores externos de carácter público –los distintos órdenes de la
administración pública, los poderes legislativos, los órganos que median entre la
administración pública y las universidades–, a actores internos –directivos
universitarios, académicos, estudiantes–; ha sumado también y, aunque de manera
incipiente, a actores relacionados con los mercados estudiantil, profesional y de
financiamientos complementarios (fondos públicos y privados para proyectos
específicos)” (Cardiel, 2018: 7).

59
Si se analiza el desarrollo y el crecimiento demográfico que se ha experimentado
en el contexto nacional durante las últimas décadas, existe una constante demanda
de espacios educativos en el máximo nivel.

“La educación superior es un fenómeno eminentemente urbano. No es de extrañar


que sus desequilibrios correspondan en gran medida a los desequilibrios del
crecimiento y distribución de la población del país. La concentración de la población
en las grandes urbes ha determinado la concentración de la matrícula de educación
superior, por lo que el desarrollo futuro de las ciudades será determinante en la
evolución de la educación superior en las próximas décadas” (ANUIES, 2000: 26).

Con base en los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se
muestra que, por una parte, hay un crecimiento de la población urbana: si en 1950
el porcentaje de la población que vivía en esta zona era del 42.6%, para el 2010
dicho porcentaje llegó a 77.8%; en cuanto a la población rural, ésta se ha mantenido
a la baja: en 1950 el porcentaje era de 57.4%, mientras que en el 2010, el
porcentaje disminuyó a 22.2% (INEGI, 2018: 1).

Gráfico 6. Matrícula nacional 2000-2018 (años seleccionados).

Fuente: elaboración propia con datos de la (SEP, 2018).

60
Los datos mostrados en el gráfico 6, muestran como la tendencia de la matrícula
nacional del nivel superior ha ido al alza en cada ciclo escolar. En el ciclo 2000-
2001 la matrícula era superior al millón y medio de estudiantes.

Para el ciclo escolar 2017-2018, la matrícula en el nivel superior ascendió a más de


3 millones y medio de estudiantes.

Este aumento demográfico representa una presión en cuanto a la demanda de


servicios educativos.

“La situación de la educación superior derivada principalmente del cambio en la


estructura por edades de la población mostrará efectos relevantes en la demanda
de educación superior, tanto de la población tradicionalmente demandante (grupo
de 18-24 años), como de la población de mayor edad. Uno de los retos
fundamentales a enfrentar en los próximos años será, por tanto, el de desarrollar la
infraestructura necesaria para atender a la creciente población escolar en este el
nivel” (CESOP, 2005: 3).

De igual forma, la equidad es vital dentro del sistema de educación superior. La


ampliación del máximo nivel educativo se requiere que cubra a sectores de la
población indígenas, marginados económicamente. Es necesario incrementar la
cobertura sin demeritar la calidad educativa (Cruz & Cruz, 2018: 301).

“México tiene que hacer frente de manera simultánea a cuatro retos: ampliar
significativamente su cobertura; realizar cambios en los modelos educativos
tradicionales con que aún operan amplios segmentos de la educación superior en
nuestro país; fortalecer la inversión en la formación avanzada, ciencia, tecnología
e innovación y cerrar las brechas de cobertura y de calidad existentes” (ANUIES,
2018: 47).

61
Cuadro 8. Porcentajes de absorción y cobertura del nivel superior 2000-2018
(años seleccionados).
Porcentaje de absorción y cobertura del nivel superior nacional
Ciclo escolar % de absorción % de cobertura
2000-2001 87.2 19.2
2001-2002 87.2 20.2
2002-2003 86.1 21.1
2003-2004 83.5 21.9
2004-2005 79.2 22.4
2005-2006 79.9 23
2006-2007 78.7 23.6
2007-2008 80.1 24.2
2008-2009 74.9 24.6
2009-2010 82.5 25.6
2010-2011 83 26.4
2011-2012 84.6 27.6
2012-2013 85.9 28.6
2013-2014 74.8 29.4
2014-2015 76.4 30.1
2015-2016 72.9 31.2
2016-2017 73 32.1
2017-2018 72.9 33.1
Fuente: elaboración propia con datos de la SEP, 2018.

En el cuadro 8 se aprecia cómo el porcentaje de absorción muestra variaciones


irregulares en cada ciclo escolar, en tanto que la cobertura nacional del nivel
superior nacional muestra un incremento anual del 1% aproximadamente; cifras
muy inferiores si consideramos la demanda de espacios por parte de la población
objetivo del nivel superior.

Una baja cobertura en la educación superior tiene consecuencias negativas en el


presente y futuro para el desarrollo económico, social y cultural. De igual forma, la
cobertura también incluye la permanencia y terminación de los estudios
satisfactoriamente; el acceso a infraestructura educativa óptima y opciones
económicas suficientes (Fernández, 2018: 1).

Para Gil (2009) la cobertura educativa en el máximo nivel, es más que un tema
estadístico, es un proceso de inclusión:

62
“ (…) la ampliación de la cobertura en la educación superior nacional es un proceso
de inclusión social: el incremento de jóvenes que más allá de ser parte de una
estadística, mucho más allá, enriquecen el conjunto de mexicanos que acceden al
saber fundado, a los hábitos de la reflexión y crítica de lo conocido y establecido, a
la habilitación en una parcela del saber humano y fortalecen, por ello, sus
condiciones ciudadanas y reafirman la corresponsabilidad en la construcción de una
sociedad diversa, sí, pero sin los grados de desigualdad que hoy son afrenta para
todos” (Gil et al, 2009:III)

La calidad de la educación superior es también un elemento que condiciona los


retos y desafíos a los cuales hace frente el máximo nivel de educación en México.
Un aspecto en el cual se ha hecho énfasis es el referente a la evaluación; ésta se
ha tomado como un indicador de salud respecto a la calidad que guarda el sistema

educativo de educación superior. Diversas estrategias y programas se han


implementado para darle una mayor profundidad al sistema de evaluación; la cual
se ha venido realizando en ambos sentidos: evaluación del alumno, personal
docente y administrativo de las IES.

Aun así, no se han abatido algunos aspectos primordiales, como lo explica


Fernández (2018):

“(…) los índices de abandono escolar, el rezago o la eficiencia terminal no han


mejorado, la oferta de contenidos y la organización curricular tampoco se ha
actualizado sistemáticamente. El posgrado nacional ha mostrado también un
agotamiento similar al de los programas e instrumentos de evaluación y
aseguramiento de la calidad. Además de que las diferencias de calidad entre la
diversidad de instituciones de educación superior son cada vez más notorias. La
excesiva articulación entre la evaluación y la asignación de recursos fiscales
extraordinarios a concurso ha desvirtuado sus objetivos iniciales, es decir, que ya
no es un asunto entre pares, sino que se han generado estructuras de poder que
obstaculizan el necesario dinamismo que deben tener los procesos de evaluación
de la calidad educativa” (Fernández, 2018: 1).

El planteamiento que se ha venido explorando para elevar la calidad educativa, es


implementando el concepto de innovación en la educación superior, de acuerdo
con la ANUIES “la innovación en el contexto de la educación superior, representa

63
un cambio favorable e intencional en el proceso educativo, lo que involucra los
contenidos, métodos, prácticas y medios de transmisión del saber; transforma la
gestión de la docencia, la formación docente y la organización institucional, con el
propósito de atender con calidad y pertinencia a la creciente población estudiantil”
(Ramírez, 2018: 9).

Los organismos específicos creados con la finalidad de evaluar el desempeño de


la educación superior, son los siguientes: Comisión Nacional de Evaluación de la
Educación Superior CONAEVA (1989), Comités Interinstitucionales para la
Evaluación de la Educación Superior CIEES (1991), Centro Nacional para la
Evaluación de la Educación Superior CENEVAL (1994); por otra parte, el Consejo
para la Acreditación de la Educación Superior COPAES (2000), quien se encarga
de acreditar los programas académicos públicos y privados (Cardiel, 2018: 10).
Dichas instituciones tienen la encomienda de supervisar las acciones de la calidad
del sistema de educación superior en México.

Cabe mencionar que también existen otros organismos públicos autónomos como
el INEE, cuya función es evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del
Sistema Educativo Nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y
educación media superior (INEE, 2019). En cuanto a las universidades y demás
IES que la ley les confiere autonomía, en el artículo 4 de la Ley del Instituto Nacional
para la Evaluación de la Educación, señala que dichas instituciones educativas
podrán suscribir convenios con el INEE en los términos que esa ley señala.

Otro de los aspectos que en las últimas décadas ha tomado relevancia entorno a la
calidad educativa, es el concerniente a la inserción de las tecnologías de
información y comunicación (TIC), retos que también encuentra las IES y en general
el sistema de educación superior. El avance de la ciencia, tecnología, e información,
marcan las pautas del avance en las sociedades de la información y del
conocimiento.

El papel que desempeñan las TIC en el proceso de aprendizaje facilita las


actividades didácticas, de acceso a la información y facilidad de comunicación,
creación de contenidos y plataformas de información; lo anterior muestra un nuevo
escenario en la faceta de aprendizaje, siendo permanente y en constante

64
renovación, en donde el reto es discernir y aprovechar las bases de información
disponibles, siendo el alumno el punto central de la enseñanza. De esta forma, la
implementación de las TIC favorece al acceso universal de la educación, el
desempeño de la enseñanza y un mejor aprendizaje, la formación docente y una
mejor administración de las instituciones educativas, así como una mayor eficiencia
(García et al, 2017: 1-18).

Si bien es cierto que la educación (en todos los niveles educativos) en México
enfrenta retos y desafíos a superar, “la educación de calidad implica inversiones no
sólo en alfabetización y enseñanzas tradicionales, sino en la investigación y el
desarrollo. En nuestros días, la estabilidad y la autonomía son el conocimiento que
sirve para ascender a una categoría esencial: pensar” (Saldaña, 2002: 359).

En términos generales, la calidad de la educación superior puede medirse en varias


dimensiones. De acuerdo con la ANUIES, la primera sería la eficacia educativa,
esto es, el logro de los aprendizajes esperados en un periodo de tiempo; otra
dimensión de calidad educativa es la referente a la relevancia de los contenidos de
aprendizaje como forma de satisfacer las expectativas y necesidades de los
interesados, de tal forma que potencialicen su desarrollo y desempeño profesional.
Por último, la dimensión de calidad concerniente a la organización, la normativa,
planes y programas de estudio, calidad y capacidad de la plantilla docente, así
como la infraestructura y equipamiento disponible (ANUIES, 2018: 61).

Una consideración básica y necesaria que también se incluye dentro del proceso
de la calidad educativa en la educación superior, es aquella referente a la ciencia
de la pedagogía. Según Herrera (2001), existe un diseño didáctico que atiende las
necesidades de enseñanza y aprendizaje en este nivel: La Didáctica Universitaria.
De acuerdo con el autor, esta didáctica conceptualiza el conocimiento y la
comunicación del arte de enseñar en la universidad (Olivos, 2011: 28-29).

La Didáctica Universitaria plasma las reformas requeridas del sistema educativo


profesional, de tal forma que, considerando las demandas formativas que involucra
la sociedad del conocimiento, la práctica de enseñanza-aprendizaje requiere de
ajustes pertinentes en este ámbito educativo. La reforma pedagógica de la nueva
Didáctica Universitaria contempla cambios en diversas áreas del proceso

65
educativo: diversidad del alumnado, currículum universitario fragmentado,
condiciones laborales del profesorado, el contenido (desarrollo de competencias y
conocimientos), estrategias metodológicas (gestión del proceso de enseñanza-
aprendizaje), medios didácticos (tecnologías de la información), así como el
rediseño de los sistemas de evaluación (Olivos, 2011: 39-46).

Otra propuesta pedagógica que hace referencia el fortalecimiento del aprendizaje


en la educación superior se encuentra en la investigación de Orozco (2009). Para
el autor, el proceso del aprendizaje en la educación superior tiene que ser una
constante que va más allá del desarrollo de la ciencia o materia de estudio, cuyo
propósito no solo debe de ser el acreditar un proceso evaluativo, sino que se tiene
que incentivar el cambio cognitivo y emocional del alumno. Para ello, es preciso
documentar y sistematizar los casos de éxito de los docentes que implementan
didácticas y procesos de aprendizaje que van más allá de la pedagogía (Orozco,
2009: 24-32).

Otro enfoque pedagógico basado de alguna forma en la calidad educativa es el


referente al desarrollo de las capacidades humanas. “El argumento base es que la
búsqueda de la equidad en la educación superior y el aprendizaje de por vida
involucra el fomentar las capacidades del estudiante para funcionar” (Walker, 2007:
103). La máxima de esta cuestión es, el entender cómo la educación superior
enfrenta los impedimentos del logro estudiantil, así como el desarrollo del individuo.
En este enfoque de capacidades, el aprendizaje es visto como el catalizador de las
capacidades individuales, de tal forma que el individuo escoja y lleve a cabo el tipo
de vida que mejor valore.

Para lograr el desarrollo de las capacidades humanas, la educación superior tiene


que desarrollarse en un ambiente de equidad y justicia, es decir, bajo la consigna
de que todos los seres humanos merecen igual respeto y consideración; la justicia
social es aquella que lima las asperezas en cuanto a las desigualdades, por
ejemplo, las económicas.

Jonathan (2001), resume el rol de la educación superior de la siguiente forma:

66
“La idea es contribuir a una conversación generadora sobre la enseñanza y el
aprendizaje en la educación superior en la cual se indague sobre si una universidad
está permitiéndoles adquirir el conocimiento, las habilidades y el entendimiento que
los estudiantes requieren para que puedan incrementar al máximo su libertad como
buscadores de empleo, así como para el desarrollo de su personalidad individual,
como ciudadanos seguros de sus respectivos países y a su vez como ciudadanos
globales informados” (Walker, 2007: 104).

Se dice que, en la sociedad del conocimiento, la escuela debe de cambiar hacia un


entorno que brinde información y aptitudes que necesita el estudiantado, así como
de las expectativas de lo que el estudiante aprenderá en el aula. Se da por
descontado que el currículum y la escuela se deben de transformar para dar paso
a nuevas formas de aprendizaje (Scott, 2015: 1-18).

Scott (2015) argumenta que hay tres cuestiones fundamentales en torno al nuevo
aprendizaje: “lo que realmente se aprende en la escuela, la información y aptitudes
que se necesitarán para abrirse camino en el futuro y el modo de fomentar nuevas
aptitudes” (Scott, 2015: 2). Así mismo, la autora sostiene que, dentro de quince
años, los objetivos del aprendizaje serán las competencias en vez de los
conocimientos.

Lo anterior son algunos ejemplos del enfoque pedagógico que influye en el aspecto
de la calidad educativa, lo cual no deja de ser prioritaria y requiere de atención,
puesto que se aleja de los enfoques administrativos, políticos y económicos, los
cuales norman y acaparan en lo general, la agenda y el desarrollo de la educación
superior.

A la par de la calidad educativa, el sistema de educación superior tiene que atender


las demandas y necesidades del entorno social en el cual se desarrollan. La
desigualdad económica, social y política marcan problemas en los cuales las IES
tienen que asumir un rol de solución a las demandas sociales. Se dice que la
educación superior y sociedad, deben de emparejar las prácticas educativas con
las prácticas sociales, atendiendo a la diversidad cultural de México, dando la pauta
para formar oportunidades de desarrollo para todos los mexicanos.

67
Además, la educación superior deberá de contribuir mediante la investigación de
más alto nivel, así como en la formación de científicos, profesionales y técnicos a
la creación de conocimientos y valores para una mejor convivencia social. Para ello
es necesario diseñar un esquema enfocado a la descentralización de la educación
superior; esto implica atender la diversidad socioeconómica y cultural que existe en
el país, con lo cual se requieren diseñar diversos programas de formación,
actualización, investigación, creación cultural; así como la pertinencia de los
programas académicos. De esta forma, las IES forman una pieza clave para
generar los cambios sociales y del desarrollo de una manera más equitativa y
equilibrada (ANUIES, 2000: 46-47).

En un escenario ideal, la educación superior en México debería de cubrir un amplio


espectro de las necesidades de la sociedad en la cual se desarrolla, en la práctica
no siempre ha sido así. “La educación superior ha tenido contacto casi
exclusivamente con el Estado y con el sector académico, mientras que los diversos
grupos sociales sean empresarios, movimientos, grupos políticos o asociaciones
se han vinculado esporádica, discontinua o desigualmente con los practicantes y
productos de ésta” (Saldaña, 2002: 362).

“En este sentido la transformación de las IES se tendría que orientar hacia la
creación de un sistema abierto, flexible, innovador y dinámico, con una intensa
colaboración interinstitucional y por la operación de redes para el trabajo académico
que cubran amplios circuitos de los ámbitos estatal, regional, nacional e
internacional. Además de fomentar la movilidad de profesores y alumnos entre
instituciones, así como la búsqueda permanente de nuevas formas de enseñanza-
aprendizaje” (Cruz & Cruz, 2018: 306).

Inclusive, se habla ya de un cambio en el paradigma en cuanto a los objetivos de


las IES en general; la vinculación con el sector productivo y el mercado laboral
parecería ya no ser la única vía o alternativa respecto a la formación de recursos
humanos en el nivel máximo de educación, se requiere también crear nuevas
fuentes de empleo, así como expertos en nuevos campos científicos y tecnológicos.
En cuanto a los desafíos y retos de la educación superior en México, se señala que
el trasfondo de la transformación descansa en una política de estado en materia de

68
educación superior. Lo anterior, a partir de las especificidades estructurales de los
países en desarrollo (García et al, 2017: 1-18).

“En consecuencia, un reto importante para las IES es su adaptación a los cambios
en el entorno y la atención a las demandas de la sociedad, tanto en la transmisión
del conocimiento para la formación de recursos humanos altamente calificados,
como en la generación, aplicación y transferencia del conocimiento con un sentido
social y una contribución significativa para el desarrollo nacional” (ANUIES, 2018:
71).

Todos los retos y desafíos a los cuales hace referencia el sistema de educación
superior guardan una fuerte relación con la variable del financiamiento de las
instituciones educativas de este nivel. Como bien se señaló en el apartado
introductorio de este trabajo, uno de los principales retos que enfrentan el sistema
de educación superior, las universidades y las IES en México, es el referente a la
generación del conocimiento y el rol que asumen dichas instituciones para sumarse
a la inserción de la sociedad del conocimiento.

“Las condiciones financieras en que operan las Instituciones Públicas de Educación


Superior (IPES) están relacionadas tanto con el proceso presupuestario de orden
general en los ámbitos federal y estatal como con los esquemas y políticas
establecidos por la SEP para la asignación del presupuesto, de acuerdo con la
naturaleza jurídica y subsistema al que pertenezcan las instituciones: universidades
federales, universidades públicas estatales y con apoyo solidario, universidades
tecnológicas y politécnicas, universidades interculturales, institutos tecnológicos,
escuelas normales y centros públicos de investigación…”. Con base en lo anterior,
el presupuesto público para las IPES depende principalmente de las erogaciones
del gobierno federal y en parte, de los gobiernos locales.

“Cada uno de estos conjuntos institucionales enfrenta problemas específicos, si


bien todos ellos comparten el hecho que el esquema de financiamiento y la
legislación vigente no otorgan certidumbre jurídica y presupuestal para una
adecuada planeación con visión de mediano y largo plazos que les permitan
desarrollar sus funciones y programas académicos con elevados niveles de calidad”
(ANUIES, 2018: 82).

69
Para lograr una mejor eficiencia de los recursos económicos, se requiere de realizar
una mejor planeación de las instituciones correspondientes, así como de las
mismas IES respectivamente. Lo anterior lograría elevar la calidad de la docencia
e investigación, establecer objetivos y fines concretos; dejando de centrar la
planeación en meros datos estadísticos. Además, la planeación incluye aspectos
de vinculación con el sector social y productivo, la administración interna de las
instituciones, diagnóstico de recursos financieros, perfiles docentes y de
investigación, extensión y difusión de las instituciones, etc. (Castañeda, 2002: 265-
266).

Por otra parte, uno de los principales problemas que dificulta la correcta planeación
de la educación superior, es el concerniente al aspecto económico. Diversos
factores como las crisis económicas, la falta de un crecimiento económico estable
con solides futura, ponen en un escenario de incertidumbre a las IES públicas
debido a la insuficiencia de recursos económicos (ANUIES, 2000: 29).

“El objetivo es que la educación superior participe activamente para generar un


ambiente de oportunidades que apoyen las estrategias de equidad que deben
complementar la apertura económica del país. Los criterios para su financiamiento,
por tanto, no descansan más en el número de alumnos o maestros, sino en las
medidas para mejorar la calidad de los recursos humanos mediante sistemas de
innovación y evaluación académica definidos institucionalmente. Cada universidad
tendrá que realizar esfuerzos distintos, no sólo para competir por los recursos, sino
para mejorar notablemente la calidad de la educación. Es por ello que, la definición
de parámetros de calidad académica y la inducción de cambios de actitud son los
retos inmediatos de las universidades mexicanas” (Castellón et al, 2018: 238).

Como se observó en el capítulo anterior, uno de los condicionantes que abonan al


mejoramiento de la educación superior, lo encontramos en la inversión pública
destinada al desarrollo de ésta. Aranda (2004) menciona que la falta de recursos
económicos puede no ser el problema, sino la forma en la que se invierten
(Bobadilla et al, 2015: 1-16).

“En términos generales las instituciones públicas reciben del Gobierno Federal un
subsidio anual ordinario para el desarrollo de sus funciones. El subsidio de las
universidades públicas estatales se integra con aportaciones diversas, resultado de

70
las negociaciones entre el Gobierno Central y de los gobiernos del estado en el que
se encuentra ubicada la institución. El subsidio de los institutos tecnológicos
federales se asigna por la SEP con base en un conjunto de lineamientos y criterios
previamente establecidos. En el caso de las universidades tecnológicas,
politécnicas, interculturales e institutos tecnológicos estatales, el subsidio que
reciben es 50% federal y 50% estatal. El mismo esquema se aplica a las
universidades públicas no autónomas estatales creadas a partir de 1977” (Cruz &
Cruz, 2018: 302).

Desde el punto de vista de Fernández (2018):

“El actual modelo de financiamiento tiene importantes carencias y efectos


negativos: no brinda condiciones de certeza jurídica para destinar los recursos
necesarios para abatir los rezagos más urgentes de las instituciones, no genera
certidumbre para la planeación de mediano y largo plazo, no estimula la
corresponsabilidad de todos los actores involucrados y tampoco promueve la
eficiencia, transparencia y rendición de cuentas en la aplicación de los recursos
públicos” (Fernández, 2018: 1).

Gráfico 7. Gasto federal en educación 2000-2014 (años seleccionados).

Fuente: elaboración propia con datos de la (SEP, 2018)

71
La inversión efectuada para el ramo de la educación por parte del Gobierno Federal
ha ido en aumento anualmente, como se aprecia en el gráfico 7. Sin embargo, dada
la gran necesidad de inversión que requiere el sistema educativo en general, así
como las necesidades por resolver en cada uno de los niveles educativos, los
recursos financieros otorgados parecieran no ser suficientes para resolver las
necesidades en el nivel superior; considerando que la mayor parte de los recursos
destinados a la educación se destinan para la educación básica (Gobierno Federal,
2018: 1).

El modelo de asignación del subsidio para las universidades públicas federales,


estatales, así como las tecnológicas, se fundamenta en el subsidio federal y estatal.
Para el primer caso, se cuenta con subsidios de carácter ordinario, extraordinario;
los primeros son recursos de carácter irreductible, cuyo propósito está calculado
para los gastos de operación y servicios personales, principalmente.

Mientras que el subsidio extraordinario, se compone de diversos fondos se


financiamiento establecidos en el Presupuesto de Egresos de la Federación. De
esta forma, se constituyen programas propios concursables, regulados mediante
convocatorias y reglas de operación propia (UNAM, 2019).

El gobierno federal a través de la Dirección General de Educación Superior tiene


como función:

“Participa en la elaboración y gestión de las políticas públicas vinculadas a la


educación superior para orientar e impulsar el desarrollo integral de las
universidades públicas estatales y de apoyo solidario a través de la gestión y
distribución del subsidio federal, del diseño y operación de diversos programas
relacionados con la oferta y asignación de recursos extraordinarios al presupuesto;
el fortalecimiento institucional basado en la planeación estratégica de las
instituciones, así como el mejoramiento de la calidad de los programas académicos,
del personal docente y de la infraestructura educativa de nivel superior” (SEP,
2019).

Los programas de educación superior tienen como objetivo mejorar la calidad


educativa, planes y programas de estudios, así como la de los profesores de tiempo

72
completo e investigadores. La competitividad, evaluación, cumplimiento de metas
y objetivos son los pilares fundamentales de estos programas.

Cuadro 9. Asignación de subsidios.


Asignación del subsidio público para universidades públicas e IES
Irreductible
Incremento en costostos
*Ordinario
Servicios personales
Gastos de operación
Programa de Fortalecimiento de Calidad Educativa
Fondo de Apoyo para el Saneamiento Financiero y la Atención a Problemas Estructurales
Programa de Apoyo al Desarrollo de la Educación Superior
Programa para el Desarrollo Profesional Docente, para el tipo superior
Subsidio federal
Programa de Expanción de la Educación Media Superior y Superior
Programa de Apoyo a Centros y Organizaciónes de Educación
*Extraordinario
Programa de Carrera Docente en Universidades Públicas Estatales
Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa para el Tipo Superior
Programa de Fortalecimiento de la Calidad en Instituciones Educativas
Fondo para Elevar la Calidad de la Educación Superior
Fondo de Aportaciones Múltiples
Subsidios Federales para Organismos Descrentralizados Estatales
Irreductible
Incremento en costostos
Subsidio estatal *Ordinario
Servicios personales
Gastos de operación
Fuente: elaboración propia con datos de la (SEP 2019)

En el cuadro 9 se establecen las modalidades de subsidios del ámbito federal y


estatal para la educación superior. Respecto al Gobierno Federal, los subsidios se
dividen en ordinarios y extraordinarios; en estos últimos, se contemplan los
programas y fondos concursables enfocados a mejorar la calidad educativa y
académica de las IES públicas, así como para organizaciones e instituciones
descentralizadas enfocadas en la educación superior.

En síntesis, los retos y desafíos que enfrenta la educación superior en el ámbito


nacional son un lastre para mejorar la calidad general de la educación superior.
Como se puede observar, son varios los temas que se relacionan y vinculan, de tal
forma que es necesario implementar los tratamientos y medidas pertinentes para
superar los planteamientos abordados.

73
Conclusiones del capítulo III.

Un análisis certero respecto a la educación superior en México llevará claramente


ante un cúmulo de retos y desafíos que enfrenta este nivel. Cada uno de los actores
que intervienen en la superación y mejoría de la educación superior, juega un papel
decisivo al momento de llevar a cabo los tratamientos pertinentes para su óptimo
desempeño.

Por una parte, se tiene que existe un gran marco legal que sustenta el desarrollo
de la educación superior; así mismo, también se han creado variadas y diferentes
instituciones cuyo trabajo es el de evaluar, financiar e impulsar la educación
superior. Aun así, persisten los retos y desafíos que limitan el verdadero despegar
de la educación superior.

Las universidades y las IES, por otra parte, tienen su forma de organización en
cuanto a su estructura interna, elaboración y diseño de su currículum, así como la
calidad y pertinencia de los planes de estudio que determinan la calidad educativa.
De igual forma, la generación de conocimiento e investigación, son parte del trabajo
de estas instituciones educativas; así como propiciar su acercamiento y solución a
las demandas sociales en las cuales se desarrollan.

Los datos expuestos indican que, en el ámbito nacional, la matrícula de la


educación superior ha ido en aumento en cada ciclo escolar; lo cual señala que uno
de los principales desafíos de este nivel educativo es la falta de cobertura. Este
déficit en la cobertura educativa por parte de la iniciativa pública ha dado pauta para
la intervención y generación de escuelas privadas que cada vez van aumentando
su matrícula y oferta educativa.

La distribución de la matrícula de la educación superior también nos ofrece una


radiografía en la cual se aprecia una concentración en ciertas áreas del
conocimiento: la matrícula se aglomera en las áreas del conocimiento de las
ciencias sociales y administrativas; seguida de las áreas de ingeniería, manufactura
y construcción. Muy por debajo se ubica la matrícula de las áreas de salud, ciencias
exactas y agropecuarias. Esta distribución de la matrícula indica los perfiles de

74
capital humano que se han están formando, con lo cual debería de existir cierta
relación ante la oferta y demanda que necesita el mercado laboral nacional.

Si se añade también la poca generación de conocimiento e investigación en las


universidades, nos encontramos en un escenario de amplia desventaja en
comparación con otras naciones. Esto es una limitante, puesto que como se
observa en esta investigación, la sociedad del conocimiento, el desarrollo
tecnológico y científico tienen como principales insumos la investigación y el
desarrollo del conocimiento. En este punto, México está en desventaja.

Otro de los puntos medulares respecto a la educación superior, gira en torno a la


calidad educativa y la pertinencia de los programas educativos, así como el
currículum de las universidades e IES. Aquí depende de la propia organización y
lectura de las dinámicas sociales y económicas por parte de las instituciones
educativas, en cuanto a la pertinencia y desarrollo de ciertas profesiones.

Existe una tentativa en cuanto a la relación futura de la educación superior con el


mercado laboral. Aquí se vislumbra cierta preferencia por la especialización y la
cualificación en cuanto a la formación de recursos humanos. Las áreas de estudio
que mayor influencia tendrán con el cambio tecnológico del panorama laboral serán
aquellas que mejor relación tengan con el desarrollo de tecnología y procesos de
producción más eficientes.

Un vistazo a la matrícula y a los perfiles que se están formando en el nivel superior,


indica que existe una disparidad entre la oferta y demanda de espacios laborales,
cuestión que se agudizará en un futuro no muy lejano; lo anterior habla de generar
una mayor vinculación entre gobierno, universidades, sector productivo y la
sociedad en general. La sinergia tendría que ser más precisa y vinculada, plasmada
en proyectos de largo plazo que permita un paso gradual de las IES en cuanto a la
formación de capital humano y su vinculación con el sector productivo, propiciando
así el desarrollo económico y social en México.

75
Capítulo IV. La educación superior en Colima 2000-2017.

Introducción.

El panorama en cuanto a los retos y desafíos que enfrenta la educación superior a


nivel nacional, en algunos aspectos muestra similitudes con los retos y desafíos
que enfrenta la educación superior en el estado de Colima.

Un indicio claro respecto al desarrollo y evolución de la educación superior en la


entidad se ofrece en estudios y análisis surgidos tanto del enfoque político como
económico, así también del académico. En primera instancia se analiza el enfoque
político, un repaso general del PED diseñado por las diferentes administraciones
locales desde inicios de siglo, aporta nociones tangibles respecto a la política
educativa implementada, en específico, la referente al nivel superior.

La coyuntura de la educación superior se expande hasta localizar parte de la


literatura académica realizada en la entidad, permitiendo visualizar los
antecedentes y las áreas de oportunidad que ha enfrentado el máximo nivel
educativo, atendiendo a principios de calidad educativa y de formación de recursos
humanos; influencia y pertinencia de la educación superior en la dinámica del
desarrollo local; así como el mercado laboral y su congruencia con la formación de
profesionistas.

El análisis de la matrícula, los perfiles profesionales que se han venido formando,


así como la condensación de las áreas del conocimiento en el nivel superior,
muestran parte de la dinámica y la realidad que se ha venido desarrollando en la
entidad.

La congruencia entre los promotores del desarrollo de la educación superior en el


estado de Colima muestra hasta qué punto existe una sincronización que ayude a
subsanar y superar las áreas de oportunidad que enfrenta el máximo nivel
educativo en la entidad.

76
4.1 Planteamientos del Plan Estatal de Desarrollo y la educación
superior en el estado de Colima 2000-2017.

La agenda de la educación superior para el siglo XXI inició de forma crítica para las
IES públicas: indicios de privatización de la educación superior debido a los recortes
en el presupuesto asignado para la educación pública, procesos administrativos
tipo empresariales en las IES públicas, así como la estimulación de los estudiantes
e instituciones educativas hacia una visión mercantilista y de mercado de la
educación superior. Por lo cual, los procesos docentes, administrativos y
curriculares se vieron trastocados con vistas a los cambios del paradigma educativo
de inicios de siglo (Santos, 2002: 15-176).

La Ley de Educación del Estado de Colima establece que la educación es un


elemento fundamental para el desarrollo en el ser humano, así como para dotarlo
de valores éticos, cívicos y morales en los educandos, por lo cual se considera a la
educación como un derecho humano de acceso universal. De igual forma, dicha ley
establece las competencias y responsabilidades de los diferentes ámbitos de
gobierno en materia educativa; haciendo gran énfasis en establecer que la
educación básica sea gratuita y de calidad, para impulsar el desarrollo humano y
social; impulsa la evaluación de competencias de alumnos, docentes y personal
directivo; así como el impulso a la investigación científica y tecnológica (H.
Congreso del Estado de Colima, 2014).

Respecto a la Ley de Profesiones del Estado de Colima, la cual tiene como objeto
normar y regular el ejercicio profesional en la entidad, reconoce la demanda social
de profesionales con un elevado nivel cultural, científico, técnico y con formación
permanente a lo largo de la vida.

La Ley de Profesiones establece la siguiente definición sobre el concepto de


profesión:

“conocimiento de una ciencia o disciplina que se adquiere para realizar una


actividad con motivo de la terminación de estudios de tipo superior y de formación
terminal o bivalente en el tipo medio superior, realizados en las instituciones

77
educativas pertenecientes al Sistema Educativo Nacional o que hayan sido
acreditados mediante otro procedimiento previsto por las disposiciones jurídicas
aplicables” (H. Congreso del Estado de Colima, 2006: 5).

Por lo anterior, el profesionista ocupa un lugar distintivo dentro del espectro social
al cual pertenece, cuyo conocimiento y habilidades se han forjado a base de un
proceso educativo formal y la experiencia empírica de su aprendizaje.

Cabe mencionar que la Ley de Profesiones establece de igual forma la certificación


profesional, “la cual se define como el proceso de evaluación a que voluntariamente
se somete un profesionista, con el objeto de determinar su nivel de competencia y
grado de actualización con relación a los conocimientos propios de la Profesión o
Rama Profesional, así como las habilidades, aptitudes y destrezas que posee para
el ejercicio profesional” (H. Congreso del Estado de Colima, 2006: 4).

Aparte del marco legal de la educación básica y profesional en el estado de Colima,


las metas y objetivos que en política educativa emprende la administración pública
local, queda plasmado dentro del Plan Estatal de Desarrollo (PED). De esta forma
se revisa cuáles fueron los alcances en cuanto a la educación en el estado de
Colima, en específico, la educación superior. Una mirada en retrospectiva permite
observar la política pública implementada a inicios del presente siglo en cuanto a la
educación pública en la entidad.

Dentro del marco del PED 1998-2003, se estableció a la educación como un


derecho social fundamental, tendiente a ser equitativa y obtener el máximo
aprovechamiento de esta. También se consideró que la educación se inserta en la
política del desarrollo económico. Durante ese periodo, la matrícula de la educación
superior se encontraba conformada por los subsistemas tecnológico, universitario
y pedagógico. La matrícula distribuida por municipios, en ese entonces, se
encontraba así: Colima 50.6%, Villa de Álvarez 19.1%, Coquimatlán 11.4%,
Tecomán 10.8% y Manzanillo 8.1% (Gobierno del estado de Colima, 1998: 1-142).

El subsistema de educación tecnológica contaba con una distribución de la


matrícula de la siguiente forma: Tecnológico de Colima 76%, Instituto Tecnológico
de Monterrey 7.6% y el Instituto Autónomo de Educación Superior de Tecomán
16.2%. Los servicios de educación universitaria eran ofrecidos en un 99.3% por la
78
Universidad de Colima; mientras que la educación pedagógica se impartía en el
Instituto de Educación Normal de Colima y por la Universidad Pedagógica Nacional.

La problemática por resolver en el nivel superior para el PED 1998-2003, se delimitó


en dos puntos estratégicos. 1.- Académico: concerniente a la integración del cuerpo
académico en cuanto a las actividades docentes complementarias, así como la
transformación de los modelos educativos y la flexibilización curricular; hace alusión
a la intensificación del idioma inglés. 2.- Económico: este punto se caracteriza por
una alta deserción de alumnos, debido a que no pueden mantener los gastos
económicos que se requieren para seguir estudiando en el nivel superior, cuestión
que se agrava por la falta de becas que coadyuven a disminuir la problemática.

Las perspectivas que engloba el PED 1998-2003 en términos educativos, radica en


indicadores generales positivos. Respecto a la educación superior, menciona
potencialidades en cuanto a la calidad del personal docente; también se visualizó
una mejora en la oferta educativa de mayor calidad, enfocada hacia disciplinas
relevantes para el desarrollo del estado y la región. También se mencionó la
importancia de los proyectos de investigación en este nivel. Los objetivos
educativos se enfocaron a mejorar la calidad educativa en todos los niveles, así
como elevar la calidad de los servicios de educación tecnológica agropecuaria
mediante innovaciones científicas y tecnológicas.

Dentro de las estrategias que se implementaron durante ese periodo, se procuró la


mejora en los recursos económicos para la educación en todos los niveles, la
formación de cuadros profesionales y de investigación en las diversas áreas del
conocimiento, así como la implementación de apoyos a proyectos emprendedores
en el nivel superior; además de fortalecer los vínculos de la educación superior con
el sector productivo.

De forma concreta se observa que en el PED 1998-2003, se planteó una


restructuración curricular y una mejoría en la oferta educativa, enfocada a las
nuevas necesidades del conocimiento que se planteaban en la educación superior
en los inicios del presente siglo. Una de las prioridades sería la de incentivar la
reestructuración de la matrícula y una mejor vinculación con el sector productivo,

79
adecuando los contenidos y los procesos de aprendizaje requeridos para los retos
en cuanto a la modernización del capital humano del siglo XXI.

Para la siguiente administración estatal, el PED 2004-2009 mantiene el


reconocimiento estratégico del nivel media superior y superior, en la formación de
capital humano que satisfaga las necesidades del desarrollo del estado. En ese
periodo de gobierno, se planteó el mejorar la calidad de la educación media superior
y superior. Se previó un incremento en la demanda de servicios educativos del nivel
superior, previendo absorber un 23% de la población escolar correspondiente. Se
hizo énfasis en la importancia de la educación tecnológica para el desarrollo
industrial del estado (Gobierno del estado de Colima, 2004: 1-160).

La equidad y la eficiencia terminal fue parte de los retos y desafíos por superar en
el niel media superior y superior en el estado. En el caso particular de las IES en la
entidad, una de las principales limitantes que adujo el ejecutivo estatal, es con
respecto al factor económico que limitó el buen funcionamiento y desarrollo de las
instituciones educativas. Por ese motivo, el objetivo central de la política educativa
consistió en garantizar una oferta educativa equitativa y de calidad, con
permanencia en los subsistemas de educación media superior y superior.

Las estrategias a desarrollar para mejorar la equidad, calidad y la eficiencia terminal


en el nivel superior, se enfocó en apoyar a las IES para que impulsaran procesos
de aprendizaje para la vida y a lo largo de la vida; el mejoramiento y ampliación de
becas para el nivel superior; fortalecimiento de la planta docente, infraestructura,
certificación y acreditación del profesorado; concretar un sistema de evaluación de
la calidad educativa en las IES, de forma que se certifique y reconozca la calidad
de clase mundial institucional.

Ya para la siguiente administración estatal, el PED 2009-2015 contempló una


educación superior amplia y con una cobertura en crecimiento constante. En ese
periodo inicial de gobierno, se identificaron un total de 18 instituciones de educación
superior, de las cuales 13 eran privadas y 5 públicas; ofreciendo clases en
modalidad escolarizada, semiescolarizada, abierta y a distancia. El planteamiento
y la visión que se tuvo en la planificación de la educación superior adquirió diversos
campos de aplicación (Gobierno del estado de Colima, 2010: 1-217).

80
Algunas de las estrategias que se incluyeron en este plan para la educación
superior, fue el de dotar de infraestructura para el acceso a internet en todas las
instituciones de educación superior; instrumentar programas para el apoyo de
estudiantes con dificultades financieras; programas de capacitación para los
docentes; movilidad de los docentes y el alumnado; la creación del sistema estatal
de educación superior; instalación de 4 laboratorios en coordinación con las
instituciones de educación superior para la investigación de los sectores
estratégicos del desarrollo en la entidad: agro-biotecnología, energías renovables,
logística y tecnologías de información.

Para la promoción de la inversión, se planificó que, junto con las IES, se llevaran a
cabo estudios de vocacionamiento económico para cada municipio. Así mismo,
vincular a las IES en diversos sectores estratégicos en los que intervienen gobierno
y sociedad civil.

Los planteamientos que se abordaron en el PED 2009-2015 para la educación


superior, hablan de estrategias para generar una mayor vinculación de las IES con
el gobierno, empresa y sociedad civil. Sin embargo, no especifica un diagnóstico a
fondo de los problemas y desafíos de la educación superior en la entidad; no se
mencionan cambios o modificaciones tentativas para el mejoramiento en la calidad
de la educación superior. Tampoco se generó un planteamiento estratégico que
realce la importancia de la educación superior, más allá de expandir los lazos de
vinculación de las IES.

En cuanto a la administración estatal actual en su PED 2016-2021, diagnostica un


panorama educativo cuyos indicadores son favorables en comparación con el resto
de las entidades federativas; sin embargo, se reconocen ciertas fallas estructurales
y ciertas áreas de oportunidad que limitan el óptimo desempeño educativo.
Respecto a la educación superior, se continúan mostrando desafíos en cuanto al
mejoramiento de la cobertura y de absorción en la población objetivo. El documento
señala que, el principal problema de la educación superior en la entidad es la falta
de adaptación de las IES a las nuevas exigencias del mercado laboral, así como
una deficiencia en los planes de estudio y rezago en cuanto a la oferta educativa

81
vinculada a las necesidades del mercado (Gobierno del estado de Colima, 2016: 1-
214).

Los retos y desafíos que enfrenta la educación superior en Colima no escapan a la


problemática del panorama nacional, es decir, persisten rezagos en la cobertura,
absorción, eficiencia terminal, así como insolvencia económica dentro de las IES
para enfrentar la problemática expuesta.

Los tratamientos implementados por las administraciones locales en materia de


política educativa han mostrado énfasis en el mejoramiento de infraestructura
(sobre todo en los niveles de educación elemental) como lo documentan los
informes de gobierno del estado de Colima (Gobierno del Estado de Colima, 2019);
así también se documenta la preponderancia en cuanto a elevar el nivel de la
plantilla docente en todos los niveles educativos. Sin embargo, persisten grandes
brechas aún en la educación superior, como lo es la absorción y ciclo de
terminación generacional; además, es evidente la falta de vinculación y
coordinación que existe entre la formación de profesionistas y el mercado laboral
en la entidad. Cuestión que se analiza en el siguiente capítulo.

4.2. Evolución de la educación superior por áreas y disciplinas en


el estado de colima, 2000-2018.

Tan pronto se inició el siglo XXI la matrícula de la educación superior en el estado


de Colima ya venía mostrando indicadores de crecimiento acelerado,
concentrándose mayoritariamente la matrícula en la capital de estado. Se observa
que es a partir del ciclo escolar 2005-2006 cuando el crecimiento de la matrícula
tiende a ser ascendente, para llegar a casi los 20 mil alumnos en el ciclo escolar
2017-2018, como se muestra en el siguiente gráfico 8:

82
Gráfico 8. Matrícula de licenciatura y tecnológica del estado de Colima 2000-2018
(años seleccionados).
25,000

20,000

15,000
Alumnos

10,000

5,000

Ciclo escolar

Fuente: elaboración propia con datos de la SEP, 2018

En el estado de Colima, una de las IES que ha venido desempeñando un rol


preponderante en cuanto a la formación educativa del capital humano, ha sido,
desde sus inicios, la Universidad de Colima (UDC). Atendiendo a gran parte de la
demanda educativa del nivel medio superior y superior, la UDC se define a sí misma
como “una instancia formadora de profesionales de calidad, creadora, promotora

de investigación y de extender la cultura a todos los sectores sociales” (Aguayo,


2008: 22). Para ello, la UDC ha venido evolucionando en cuanto a su modelo
curricular educativo, con la finalidad de conseguir y mantener los estándares de
calidad en cuanto a la formación de profesionistas.

La caracterización del modelo educativo de la UDC promueve las siguientes


características en los estudiantes: formación con identidad integral (intelectual,
humana, social, profesional), competencias, calidad, liderazgo, aprendizaje;
curriculum flexible y en función del contexto y dimensión internacional; dimensión
ambiental y con participación docente (Aguayo, 2008: 30-54).

83
Gráfico 9. Distribución de la matrícula en el estado de Colima 2010-2017 (años
seleccionados).

Fuente: elaboración propia con datos de la ANUIES 2018.

La gráfica 9 muestra cómo se ha distribuido la matrícula de educación superior en


la entidad. Cabe señalar que la mayoría de la matrícula es absorbida por la UDC,
lo que equivale aproximadamente a un 70% de la matrícula de la educación
superior durante los últimos años. La segunda institución que alberga otra buena
parte de la matrícula en el estado es el Tecnológico de Colima; finalmente, el resto
de la matrícula se reparte entre otras instituciones educativas tanto públicas como
privadas.

Se observa en la matrícula de las dos principales instituciones de educación


superior en el estado de Colima, la siguiente tendencia en cuanto a su distribución
por profesiones:

84
Gráfico 10. Profesiones con mayor matrícula del Tecnológico de Colima 2010-
2017 (años seleccionados).

Fuente: elaboración propia con datos de la ANUIES 2018.

El Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos principalmente se enfoca en la


formación de técnicos e ingenieros, de tal forma que gran parte de las profesiones
que ofrecen los institutos tecnológicos son ingenierías. Por lo anterior, en el gráfico
10 se observa cómo la matrícula en el Tecnológico de Colima se reparte
principalmente entre las profesiones de ingeniería, manufactura y construcción;
aunque también son visibles en la matrícula profesiones de licenciaturas,
especialmente la referente a administración, la cual cuenta con una matrícula en
crecimiento.

85
Gráfico 11. Profesiones con mayor matrícula de la Universidad de Colima 2010-
2017 (años seleccionados).

Fuente: elaboración propia con datos de la ANUIES 2018.

En cuanto a la matrícula de educación superior en la Universidad de Colima, el


gráfico 11 expone la distribución de profesiones con mayor matrícula, salta a la vista
que son las licenciaturas las que acaparan la mayoría de los alumnos; si bien es
cierto que únicamente sobresalen dos profesiones del campo de salud; así como
también hay dos profesiones que sobresalen del campo de ingeniería y
construcción.

Las profesiones de licenciatura que se insertan en los campos de formación de las


ciencias sociales, administrativas y del derecho, son las que muestran mayor
aglomeración de la matrícula dentro de los programas ofrecidos por la Universidad
de Colima, como se muestra en el gráfico 11; lo cual es un claro indicio de la mala
distribución de la matrícula hacia otros campos de formación, de tal manera que se
genera una sobresaturación de profesionistas en la entidad.

86
Gráfico 12. Matrícula por campo de formación en el estado de Colima 2010-
2017(años seleccionados).
9000
8000
7000
6000
Alumnos

5000
4000
3000
2000
1000
0

2010-2011 2011-2012 2012-2013 2013-2014 2014-2015 2015-2016 2016-2017

Fuente: elaboración propia con datos de la (ANUIES, 2018).

El gráfico 11 muestra cómo en los últimos años, la matrícula en educación superior


en la entidad se ha concentrado únicamente en los campos de estudio de las
ciencias sociales, sobrepasando por mucho la matrícula que se ubica en las
disciplinas de la ingeniería, manufactura y construcción; todavía son más notorias
las diferencias si se observa la matrícula de los otros campos de estudio, como lo
son el de salud, ciencias naturales y exactas.

Lo anterior es un panorama que se repite a escala nacional, como se vio en líneas


superiores; este escenario en el cual la matrícula se aglomera principalmente en un
campo de formación requiere la intervención tanto de las IES, gobiernos, así como
del sector productivo, de tal forma que los cuadros nuevos de profesionistas tengan
mejores referencias en cuanto a la oferta y demanda de profesiones en la entidad,
87
evitando así la sobrepoblación de profesionistas de un solo campo del conocimiento
en la entidad. Además, como se ha visto anteriormente, las necesidades de la
sociedad del conocimiento, involucra profesiones cuya cualidad tienden a ser más
prácticas en su función y aplicación apegados al principio de la producción.

Un ejemplo de la importancia de la educación superior y su influencia en el


crecimiento económico en el estado de Colima se encuentra en el trabajo de
Cárdenas y Moreno (2000). En su investigación realizada, exponen mediante un
trabajo econométrico y estadístico la importancia de la educación superior para el
desarrollo económico en el estado de Colima durante el periodo 1988-1999.

Los autores argumentan lo siguiente entorno a la pertinencia de la educación


superior para el desarrollo económico en la entidad:

“En el estado de Colima la inversión en educación superior no se basa en estudios


econométricos o de rentabilidad que sustenten el porqué de la inversión, además
existe la ausencia de estudios que marquen los resultados al sector productivo de
participar en actividades académicas y de investigación por medio de la integración
de los estudiantes a la producción, pues se considera que las inversiones se han
de hacer en forma racional, asignando recursos hacia los proyectos con mayor
responsabilidad económica y social, esto en el marco de políticas de evaluación
que marca un nuevo modelo de competitividad que se relaciona estrechamente con
la calidad, pertinencia, eficiencia y cobertura” (Cárdenas & Moreno, 2000: 82).

La investigación concluye resaltando la importancia de la educación superior en el


desarrollo de la entidad a corto plazo, favoreciendo a su hipótesis planteada en
principio. El trabajo realizado es importante, ya que destaca la pertinencia de la
educación superior como factor de crecimiento económico.

En el trabajo realizado por Mendoza (2000), analiza y propone un Modelo de


Calidad con aplicación en la educación superior, tomando como referencia el
trabajo de investigación realizado en la Facultad de Contabilidad y Administración
(FCA) de la Universidad de Colima. De esta forma, Mendoza aborda la problemática
en torno a la calidad, analizada y explicada desde el enfoque humano, institucional,
la globalización, el factor víctima y beneficiario, el estudiantado cautivo, etc.
(Mendoza, 2000: 1-167).

88
Posterior a la realización de una matriz de diagnóstico en la cual se identificaron los
problemas, causas, efectos y soluciones respecto al proceso de la calidad de
enseñanza y aprendizaje, Mendoza (2000) realiza tres prácticas en las cuales
identifica la problemática de la FCA. En la primera práctica se identifican los
procesos de enseñanza-aprendizaje: especificaciones de calidad (requerimientos)
y no-conformidades (fallas de calidad). Aquí se expusieron, desde el punto de vista
del estudiantado, los diez puntos que favorecen y limitan el proceso de enseñanza
y aprendizaje.

En la segunda etapa procedió a dividir en tres subsistemas (aprendizaje,


enseñanza y administración) en las cuales se jerarquizaron los diez términos más
comunes en cada uno de los subsistemas que impulsan o restringen el proceso de
enseñanza y aprendizaje. En la tercera práctica se aplicó una encuesta general a
toda la comunidad de la FCA, para saber la opinión respecto a la implementación
de un Modelo de Calidad, con el propósito de mejorar los resultados de toda la
facultad.

En síntesis y a través de su investigación, Mendoza (2000) confirma su hipótesis


respecto al Modelo de Calidad, sustentado mediante los supuestos de aceptación,
ventajas y requerimientos para lograr un Modelo de Calidad en la Educación
Superior.

En un trabajo más reciente, González, Tinoco y Torres (2016), realizaron una


encuesta a 2348 egresados de las licenciaturas y posgrados de la Universidad de
Colima en 2015. Dicha encuesta tuvo como objetivo estimar los determinantes de
satisfacción educativas de los egresados, mediante el empleo de métodos
estadísticos y modelos de regresión (González et al, 2016: 59-84).

Con lo anterior, se pretendió generar un espacio para el debate al enterarse sobre


la satisfacción educativa, empleabilidad, el fomento y desarrollo de competencias
de los egresados. El cuestionario empleado se dividió en 5 secciones: identidad del
estudiante, situación económica y familiar, experiencia de empleo, experiencia
universitaria y satisfacción con la formación académica (desempeño docente,
desarrollo de competencias y servicios y programas universitarios). El resultado de
este trabajo de investigación resalta que, efectivamente, la satisfacción de la

89
calidad académica y de la experiencia universitaria están asociadas con la
empleabilidad de los egresados. También se hace énfasis en la diferencia respecto
a la percepción de la satisfacción de la experiencia universitaria, ya que es diferente
para los grupos de carrera; lo cual indica la heterogeneidad de los servicios
generales, administrativos y académicos, así como el desarrollo de competencias
en las facultades y campus de la UDC. Cabe destacar que no existe diferencia de
opinión sobre la satisfacción tanto de hombres y mujeres, o factores de movilidad,
participación o no en proyectos de investigación, así como el hecho de contar o no
con un empleo al momento de egresar, o haber recibido alguna beca como
estudiante.

En cuanto a la satisfacción del ambiente académico, se muestra una mayor


variación entre los grupos de carreras; así mismo, factores como si el alumno
realizó intercambio académico o si proviene de familias con padres con alto nivel
educativo, disminuye la probabilidad de satisfacción.

Lo anterior es parte de la literatura local en cuanto a la injerencia de la educación


superior en los aspectos del desarrollo en la entidad; así como la importancia de la
calidad educativa y la satisfacción de los profesionistas en cuanto a su experiencia
educativa. Aspectos que se han identificado como restos locales y nacionales de la
educación superior.

90
Cuadro 10. Porcentaje de absorción y cobertura en el estado de Colima 2000-
2018 (años seleccionados).
Porcentaje de absorción y cobertura del nivel superior en el estado
de Colima
Ciclo escolar % de absorción % de cobertura
2000-2001 92 24.3
2001-2002 90.3 42.1
2002-2003 97.5 24.4
2003-2004 89.4 24
2004-2005 89.5 23.9
2005-2006 90.9 26.1
2006-2007 89.3 26.4
2007-2008 96.4 27.6
2008-2009 99 27.4
2009-2010 104.6 29
2010-2011 105.2 29.6
2011-2012 101.7 30.5
2012-2013 100.6 32.4
2013-2014 79.9 33.5
2014-2015 86.1 34
2015-2016 80.9 33.5
2016-2017 74.5 32.6
2017-2018 74.6 31.8
Fuente: elaboración propia con datos de la SEP, 2018.

Algunos de los indicadores respecto a la educación superior en el estado de Colima


indican que, si bien es cierto que sus indicadores están por encima del promedio
nacional, la realidad es que persisten bajos índices de cobertura que atiendan a la
demanda de espacios en este nivel, como se muestra en el cuadro 9.

Es visible, de igual forma, cómo la iniciativa privada ha venido aumentando en


cuanto a la oferta de espacios educativos en licenciatura, fungiendo como receptora
de nuevos espacios educativos para aquellos que no pudieron ocupar un lugar en
las instituciones públicas. Lo anterior se muestra en el gráfico 13.

91
Gráfico 13. Escuelas públicas / particulares de licenciatura y tecnológica en el
estado de Colima 2000-2018 (años seleccionados).
45
40
35
30
Escuelas

25
20
15
10
5
0

Ciclo escolar

Público Particular

Fuente: elaboración propia con datos de la SEP, 2018.

Como se puede constatar, en el gráfico 12 se observa que en el estado de Colima


continúa la tendencia en cuanto a la formación de perfiles enfocados en las ciencias
sociales y administrativas; similar al historial que se observa en la matrícula
nacional del cuadro 7. Lo cual nos indica que hay una concentración de la matrícula
hacia esta área de la ciencia; si bien es cierto que la matrícula enfocada a la
ingeniería, manufactura y construcción ha mostrado un incrimento en la matrícula
los últimos siete años del ciclo escolar; aunque en las ciencias naturales, salud y
agropecuarias el crecimiento de la matrícula ha sido muy discreto.

Lo anterior da una panoramica general y puntual de la educación superior en la


entidad, algunos de sus desafíos y retos que guarda este nivel en la formación de
recursos humanos, así como sus efectos y la calidad educativa que se genera a
nivel local. Lo que se ha visto y abordado en el presente trabajo, puede generar
algunas nociones encuanto a la educación superior y el impacto para lograr el
desarrollo económico y social.

Acontinuación se verá cuales son las perspectivas respecto a la vinculación de la


educación superior con el sector productivo; se aborda de manera general y breve,

92
pero con suficiente criterio para indicar esta relación futura tan crucial en para el
ámbito nacional como local.

4.3 Vinculación del empleo con la educación superior.

“La evaluación de la eficacia o el funcionamiento de un sistema educativo debe


comprender los factores sociales que condicionan, obstaculizan o facilitan su
quehacer. El aparato escolar no es una variable que opere en solitario, al margen
del contexto” (Yáñez, 2018: 1). Lo anterior indica que, desde un entorno global, el
sistema educativo no es ajeno a los aspectos sociales, políticos y económicos en
los cuales se desarrolla.

La retórica actual en torno al futuro de los empleos o el trabajo del futuro se ciñe
bajo la modalidad del cambio tecnológico, lo cual indica que el mercado del trabajo
modificará los tipos de empleo, así como la forma de ejecutarlos.

El cambio tecnológico genera empleos altamente calificados, teniendo un mayor


impacto y demanda de trabajadores en software, tecnologías de comunicación e
información, lo cual implica empleos altamente calificados y remunerados,
desplazando a los empleos escasamente calificados y de baja remuneración. Lo
anterior implica que los países que presenten mayores niveles de educación
terciaria y universitaria sostendrán un mayor porcentaje de ocupación (ADEC, 2017:
1-63).

“Es necesario que las universidades y las instituciones de formación técnica y


profesional se adapten continuamente a la naturaleza cambiante de los empleos, y
que formen un capital humano que permita a los trabajadores del futuro mantener
su pertinencia en el mercado de trabajo y ser lo suficientemente flexible para
adaptarse a la cambiante situación de empleo” (OIT, 2017: 12).

Lo anterior nos habla sobre los cambios que enfrentan las IES en cuanto al mercado
laboral, de tal forma que se adapten al continuo evolucionar de las dinámicas

93
laborales; así también nos habla de una mejor vinculación con el sector productivo
y gobiernos.

Como se ha visto a lo largo de esta investigación documental, la educación superior


juega un papel determinante en el proceso del desarrollo económico. En la

actualidad, la dinámica del mercado de trabajo en México muestra evidencias de


cambios sustanciales en cuanto a los conocimientos y competencias requeridos
para ocupar los puestos de trabajo ofertados. Un ejemplo de ello es el impacto que
ha generado el cambio tecnológico en el mercado laboral en México.

De acuerdo con recientes investigaciones, el trabajo calificado es visto como un


factor productivo complementario y no sustitutivo de las tecnologías actuales. En
los países desarrollados el cambio tecnológico va acompañado de una inversión en
capital humano, lo cual aumenta la demanda y los salarios de los trabajadores.
Caso inverso sucede en México en donde la desigualdad y reducción de salarios
afecta, inclusive, hasta al personal altamente cualificado (Huesca & Camberos,
2015: 11-20).

Lo anterior surge bajo la hipótesis del llamado cambio tecnológico sesgado, el cual
consiste en una alta demanda de trabajo calificado, implementando herramientas y
equipo sofisticados. Sin embargo, la precarización del salario ya no solamente
afecta a los trabajadores asalariados no calificados, sino también a los trabajadores
con mayor nivel de calificación y grado académico.

La evidencia sugiere que, en México, la diferencia salarial se explica en mayor


medida por el cambio tecnológico, debido a que hay ocupaciones con mayor
vinculación al sector tecnológico en comparación con los sectores con poca o nula
intensidad tecnológica. Aunque en ambos sectores se observa una reducción
salarial del trabajo calificado (Huesca & Camberos, 2015: 13).

En una investigación en la cual analizan la manufactura mexicana (con datos del


año 2001 y 2009), los autores Llamas y Garro (2015) concluyeron que los índices
de eficiencia económica de las ramas manufactureras se explican principalmente
por el valor de los activos fijos totales por trabajador y por el número de trabajadores
por establecimiento. Exponen que las variables de capital humano (años de

94
escolaridad, horas de capacitación y experiencia laboral) tienen un débil poder
explicativo en dichos índices (Garro & Llamas, 2015: 21-44).

Factores que intervienen en el poco o nulo impacto del capital humano cualificado
en la manufactura mexicana, tiene que ver con el hecho de que en México no existe
un Sistema Nacional de Innovación, en el cual se acentúe un sistema científico,
técnico y productivo eficiente que genere un cambio tecnológico. “La cultura
productiva mexicana y en general la latinoamericana, se ha estabilizado como
importadora de tecnología: los productores importan lo que necesitan para
satisfacer la demanda de mercancías” (Garro & Llamas, 2015: 25). Una eficiente
inversión en Investigación y Desarrollo (I&D) por parte de la iniciativa pública y
privada, limitaría la importación de tecnologías, lo cual pone en énfasis el modelo
de desarrollo mexicano.

Por último, la investigación señala que en México el cambio tecnológico no ha


favorecido a un aumento salarial en los trabajadores con más escolaridad, tanto en
las ramas eficientes como en las ramas ineficientes de la manufactura mexicana; a
diferencia de los países desarrollados en donde el cambio tecnológico es intensivo
en el capital humano, aumentando la demanda del trabajador cualificado y sus
ingresos.

Siguiendo el hilo respecto a los ingresos percibidos en México, con base en la


información difundida por el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento
Económico (IDIC), se estima que en México solamente el 0.9% de la población
ocupada percibe más de 10 salarios mínimos; en contraste con el 42% de la
población ocupada que percibe hasta 2 salarios mínimos. Entre el 2012 y el 2017,
la ocupación y empleo que paga entre 3 y 5 salarios mínimos disminuyó en 713 mil
plazas; de igual forma, en el mismo periodo de tiempo, más de 1.49 millones de
empleos cuyos ingresos eran de 5 salarios mínimos se extinguieron (IDIC, 2018: 1-
15).

La precariedad salarial atañe un grave problema de equidad e igualdad para la


clase trabajadora en el país.

95
Gráfico 14. Población ocupada en el estado de Colima 2005-2014 (años
seleccionados).

Fuente: elaboración propia con datos de la ENOE (STPS, 2018).


Nota: sólo se considera la información del último trimestre por año.

La evolución de la actividad económica indica que el estado de Colima es una


entidad en donde el sector terciario acapara la mayoría de la población ocupada,
como se observa en el gráfico 14. Lo anterior muestra que la vocación económica
de la entidad se especializa en ese sector, en comparación con los otros dos
sectores cuya ocupación es mucho menor. Quizás sea producto de los alcances
del desarrollo económico que se ha venido implementando a través de los años en
la entidad.

Considerando a la Población Económicamente Activa (PEA) del estado de Colima,


se tiene que “… el 36.5% se ocupa en otros servicios; el 18.12% en comercio y el
11.56% en actividades agropecuarias. EL restante 33.74% de la PEA, se distribuye
en la industria manufacturera; construcción; gobierno y transportes y en
comunicaciones, principalmente” (González & Orozco, 2014: 33).

96
Gráfico 15. Nivel de ingreso de la población ocupada en el estado de Colima
2005-2014 (años seleccionados).
90,000
80,000
70,000
60,000
Población

50,000
40,000
30,000
20,000
10,000
0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Año

Hasta un salario mínimo Más de 1 hasta 2 salarios mínimos


Más de 2 hasta 3 salarios mínimos Más de 3 hasta 5 salarios mínimos
Más de 5 salarios mínimos No recibe ingresos
No especificado

Fuente: elaboración propia con datos de la ENOE (STPS,2018).


Nota: sólo se considera la información del último trimestre por año.

En cuanto al ámbito local de la evolución salarial, el gráfico 15 muestra el


comportamiento y la distribución del salario mínimo en la entidad. Marcando una
gran diferencia entre la población cuyo ingreso es superior a 5 salarios mínimos y
quienes perciben menos de 5 salarios mínimos o menos.

Durante el 4 trimestre del 2017 en el estado de Colima se tenía una población total
de 747,801 habitantes, de los cuales sólo 366,836 pertenecían al sector de
población ocupada. Únicamente el 1.2% de la población ocupada percibía más de
10 salarios mínimos, lo cual representó el 0.6% de la población total. En contraste,
se tiene que, para el mismo año, el 37% de la población ocupada percibía 2 salarios
mínimos como pago por su trabajo (IDIC, 2018: 1-15).

La evolución de los ingresos en el estado de Colima no ha escapado de la


precariedad que señala el análisis del IDIC; un vistazo superficial nos indica cómo
éstos han venido aumentando o disminuyendo en el transcurso de los años. A

97
simple vista, pareciera que es mucha más la población ocupada que percibe menos
de 3 salarios mínimos por su trabajo.

Considerando el nivel de estudios de la PEA del estado de Colima, se tiene que


para el año 2014, el 46.8% contaba con instrucción secundaria y media superior;
28.4% primaria; 21.1% educación superior y el 3.6% sin instrucción educativa.

“Si suponemos que hay coincidencias en las variables de actividad principal, ingreso
salarial, escolaridad e inserción en la corriente económica como empleado o
empleador, sería lógico esperar que, a mayor instrucción, mayor salario, mejor
modalidad en la dotación del factor trabajo y, por ende, buena ocupación.
Lamentablemente este supuesto no se cumple y lo que se encuentra cada vez más,
es que la instrucción, no se corresponde ni con el salario ni con la actividad
económica principal” (González & Orozco, 2014: 34).

Lo anterior es tema de una análisis más profundo y concreto, de tal forma que nos
permita analizar con mayor precisión tanto el perfil como el nivel educativo de la
población ocupada en la entidad, y ver qué tanto corresponde el ingreso con su
nivel académico y experiencia laboral, cómo lo han hecho otras investigaciones en
este tema.

Conclusiones del capítulo IV.

La dinámica e inercia en cuanto a los retos y desafíos que enfrenta la educación


superior en el ámbito nacional, en parte también son registrados en el estado de
Colima. Son dos los puntos medulares en los cuales han venido identificando los
gobiernos locales en aras de mejorar el desarrollo de la educación superior: por
una parte, se observa un déficit en cuanto a la cobertura, si bien es cierto que,
comparado a nivel nacional, el estado de Colima muestra índices bajos en este
indicador, aunado al hecho de que su población es menor en comparación al resto
de las entidades federativas. En este punto, si bien es cierto que los gobiernos
estatales han invertido en la creación y mejoramiento de la infraestructura del nivel

98
superior, es principalmente en los niveles de educación básica en donde se ha
ejercido mayor presupuesto.

El otro punto de inflexión es el referente a la disparidad en cuanto al


emparejamiento de la actividad económica con la formación de recursos humanos;
una alta concentración en las profesiones enfocadas a las áreas de las ciencias
sociales ha propiciado una mal distribución de la matrícula en la entidad. Lo anterior
es muestra de la falta de articulación con los actores políticos, económicos y las
IES; pone en escena la necesidad de incrementar los lazos y proyectos de
desarrollo local en un mismo plan a mediano y largo plazo.

La información documentada respecto al mercado laboral local expone de igual


forma la precariedad y el rezago que se arrastra en términos de salarios, así como
la infravaloración que se da a los profesionistas en cuanto a remuneraciones se
refiere; faltando a la constante de que, a mayor grado de educación, mejor
remuneración salarial. Considerando aun las investigaciones que avalan el hecho
de que un capital humano con mejor educación, conocimientos y experiencia
laboral, favorecen al desarrollo económico y al bienestar social.

El trabajo y la agenda que desarrollar entre los actores que intervienen en el


desarrollo de la educación superior es de alguna forma, intensa y de largo plazo,
tanto en el ámbito nacional como lo es en el local.

99
Conclusiones generales.

Desde el nacimiento de la ciencia y la teoría económica, el análisis sobre la


influencia de la educación en el proceso del desarrollo y la producción queda
patentado a partir de la obra de Adam Smith. En su análisis, Smith plantea el inicio
del concepto del capital humano y su especialización en los procesos de
producción, así como la división del trabajo cualificado y trabajo ordinario. Estos
conceptos surgen bajo el implemento de la educación y su vinculación con el trabajo
(Smith, 1776 (2018): 89-121).

Otros autores pertenecientes a los clásicos de la economía amplían las


percepciones sobre la influencia de la educación en el desarrollo. Malthus explica
que la riqueza no solo es la suma de los productos materiales, sino también de los
inmateriales (Malthus, 1946: 20-32). La anterior explicación radica
fundamentalmente en el proceso de la educación como factor de la riqueza, así
como su aplicación para el trabajo; ya que ésta brinda los conocimientos necesarios
para darle valor a los objetos producidos.

Por otra parte, Stuart Mill hace énfasis en que la educación es la adquisición de los
conocimientos necesarios para la producción y la distribución de los objetos; explica
que la educación es factor de riqueza, pero que no es tan fácil de calcular su valor
como lo es el hecho de calcular el valor de los objetos producidos. También explica
que la educación genera nuevas brechas de conocimientos requeridos para la
formación de nuevos trabajos y empleos, es decir, la especialización del capital
humano (Mill, 1943: 64-120)

David Ricardo habla también sobre la diferencia del salario en la mano de obra. En
su análisis, nos habla de cómo el valor de la mano de obra puede incluso cambiar
por la inversión del capital, y éste a su vez por la capacidad del obrero en el trabajo,
la cual puede cambiar por la educación (Ricardo, 1959: 71).

Juan Batista Say retoma la importancia de la ciencia y las artes como factor de
felicidad de las sociedades, argumentando que la educación beneficia a todas las
clases sociales por igual. Además, la educación ayuda a civilizar a los pueblos, lo

100
que da un enfoque social al concepto de educación, más que de producción o
especialización en el trabajo (Say, 1816 (2018): 133).

Partiendo de las investigaciones realizadas por los autores clásicos de la economía,


el planteamiento de la hipótesis de nuestra investigación se ve aceptada y
comprobada; ya que se parte del principio que la educación es propicia para el
desarrollo económico, vinculado este al aumento de la producción, que a su vez
aumenta mediante la especialización del obrero. Se parte también de la
comprobación de que la educación es un “bien” favorecedor al desarrollo individual
y colectivo de las sociedades.

Dichas aseveraciones se ven reforzadas por el pensamiento neoclásico económico


y la Escuela Austriaca. Bajo las premisas de que la educación para la sociedad es
elemental, favoreciendo el desarrollo de las destrezas y habilidades individuales.
Así mismo, la educación es impulsora para la creación de nuevos “bienes”, los
cuales satisfacen las necesidades humanas. Se vislumbra una configuración de la
educación superior diseñada con base a los servicios que preste el estado.

Los avances de las teorías enfocadas al análisis de la educación y su efecto en el


desarrollo se evidencian en cuanto al cálculo real de la educación en el recurso
humano. Producto de la aplicación de los instrumentos econométricos, podemos
estimar cuanto es el aporte que la educación suma a la producción, y en general al
desarrollo. La Teoría del Capital humano determina que la inversión en las
personas es factor de crecimiento económico, y que la educación es el insumo para
la formación del capital humano.

El marco teórico de la educación viene a confirmar la pertinencia de la educación


en los procesos del desarrollo. Ahora bien, como se ha visto a lo largo de los
capítulos de esta investigación, el desarrollo de la educación no ha sido un proceso
homogéneo a través del espacio-tiempo. Diversas variables de índole económica,
política y social han influido en su crecimiento o decremento dentro del marco
histórico de las naciones y civilizaciones.

Tomando como base el desarrollo y evolución de la educación superior en el ámbito


internacional durante los siglos XX y XXI, se observó cómo se ha configurado una

101
agenda internacional que propicie la igualdad y equidad del máximo nivel educativo.
Si bien es cierto que el éxito en cuanto al mejoramiento y el acceso a los espacios
educativos no ha sido del todo exitoso, se observa un creciente interés en cuanto
el aumento de la matrícula en las diversas naciones y bloques económicos. Dicho
incremento en la demanda nos permitió corroborar cómo se sitúa el panorama
actual de la educación superior en el mundo. Partiendo de la premisa de los efectos
producidos por el modelo económico y los efectos de la globalización de los
mercados, se identifica plenamente los objetivos de la educación superior y sus
efectos en el desarrollo.

La dinámica del análisis en torno a la educación superior en el ámbito internacional


nos lleva al enfoque de la TCH. Bajo la dinámica utilitarista del vínculo generado
entre el graduado y el empleador, nos lleva al reduccionismo de vincular los
conocimientos prácticos aplicables a la empleabilidad de estos.

Respecto a los campos y áreas de especialidad, existen diferencias considerables


en cuanto al impulso y especialización de ciertos perfiles profesionales. Se pudiera
inferir hasta cierto punto, que dichas especializaciones van encaminadas con base
en los planes y modelos de desarrollo encaminados por los diferentes países.

Hay países cuya especialización pasa por las áreas de las ciencias naturales e
ingenierías; campos de estudio en los cuales se potencializan los avances
científicos y tecnológicos más relevantes. Aunque también es evidente, con base a
la información consultada, cómo también han ido ganando terreno las ciencias
sociales y de psicología en las naciones más desarrolladas, pero guardando un
crecimiento más heterogéneo en los diversos campos de estudio.

De igual forma, la relevancia en cuanto a inversión pública y privada en favor del


desarrollo de la educación, la ciencia y la tecnología, nos muestra un panorama con
disparidades considerables. Se encuentra que, si bien es cierto que las naciones
cuyas economías están consolidadas, muestran un mayor promedio de escolaridad
de sus habitantes; así mismo, los índices de inversión para el estímulo educativo,
la ciencia y la tecnología, guarda una suma importante de su PIB nacional para el
sostenimiento y mejoramiento de estas.

102
Aunado a ello, se infiere superficialmente el motivo por el cual su calidad de vida e
índices de desarrollo se mantienen en niveles estable y óptimos de crecimiento.

Se observa de igual forma, un efecto de interés por incrementar los promedios de


escolaridad de la población perteneciente a las economías grandes emergentes; la
proactividad en el impulso a la ciencia y a la tecnología es muestra del interés de
consolidar proyectos intensivos de innovación.

En lo que respecta a México y a los países de Sudamérica, encontramos


semejanzas en cuanto a los promedios de escolaridad de sus poblaciones e
inversiones públicas y privadas en torno al desarrollo científico y tecnológico. Aun
así, es evidente la diferencia que existe entre los países cuyos proyectos
educativos, científicos y tecnológicos, muestran una mayor consolidación con el
sector productivo.

La complejidad que entrama el análisis del sistema educativo mexicano va más allá
en lo que se refiere a aspectos meramente de inversión económica, implica también
el enfoque de los actores que intervienen en el diseño de la política educativa
establecida. En lo que respecta a la educación superior, los retos y desafíos que se
expusieron a través de esta investigación, su raíz radica principalmente en la
imperfecta coordinación de los actores involucrados.

Si bien es cierto que existe un marco legal funcional y operativo que delimita los
derechos y obligaciones del sistema educativo, al igual que el establecimiento de
instituciones públicas que garanticen el óptimo desarrollo de la educación en
México, los principales problemas identificados no se han superado en la totalidad
de los casos.

Aspectos como la carencia de infraestructura suficiente, así como el correcto


equipamiento de materiales educativos; el desarrollo del personal docente que
permita una mejoría en los procesos de enseñanza y aprendizaje; la organización
y administración interna de las universidades e IES; la pertinencia de los planes de
estudio y el diseño del currículo, son algunos de los principales problemas que
enfrenta la educación superior en México.

103
Cabe señalar que, en la planeación del desarrollo implementado por los gobiernos
federales, se identificaron las principales debilidades de la educación superior a
inicios del siglo XXI; señalando la importancia de la globalización de los mercados
y los conocimientos. La importancia de fortalecer un sistema de profesionistas
vinculados con las necesidades productivas y el desarrollo científico como el
tecnológico, también formó parte del diagnóstico sobre la educación superior. Si
bien es cierto que se han diagnosticado los desafíos de la educación superior, los
tratamientos implementados no han sido los más efectivos.

Con base en la información expuesta y analizada, en principio cabe señalar que,


en cuanto al impulso al desarrollo científico y tecnológico, los avances desde inicios
de siglo han sido muy discretos; ya que no se cuenta con el nivel, ni el número de
capital humano necesario que incursione en proyectos de investigación científica y
tecnológica. Una de las causas puede ser, como ya vimos, la falta de inversión.

Un gran déficit de cobertura es también uno de los grandes retos por los que transita
la educación superior, ya que gran parte de la población objetivo que está en
condiciones de ocupar un espacio en la educación superior no puede acceder por
falta de infraestructura.

El crecimiento de la matrícula está conformado de tal forma que se nota un


desequilibrio en cuanto a la formación de los perfiles profesionales. La información
analizada indica que gran parte de la matrícula se ha ido aglomerando en las áreas
de las ciencias sociales y administrativas, en comparación con las áreas de
ingeniería, manufactura y construcción; más diferencia hay aún, si analizamos la
matrícula que estudia los campos de las ciencias naturales, salud y agropecuarias.

El fenómeno anterior no sólo se vislumbra en la matrícula nacional, ya que en el


estado de Colima se mantiene esa semejanza en la distribución de la matrícula. Lo
anterior es de trascendental importancia, ya que nos da cierta idea en cuanto a la
proyección de hacia donde se está encausando la formación de recursos humanos;
de esta forma, si vemos y analizamos la dinámica del mercado laboral,
encontraremos quizás, grandes rezagos en el desempleo y falta de espacios
laborales en ciertos perfiles profesionistas.

104
De este modo, la calidad y pertinencia de la educación superior reposa sobre la
calidad de los conocimientos generados, los métodos del saber, los métodos
didácticos implementados, así como el desarrollo de las competencias, así como
empleo de las habilidades desarrolladas por los profesionistas y su inserción en las
nuevas tecnologías de la información.

El rol que juegan las IES en el proceso de formación de capital humano pasa por la
articulación que se llama cambio tecnológico. La literatura consultada que aborda
esta temática infiere en los constantes cambios que se vislumbran en el mercado
laboral; el enfoque hacia la especialización en áreas tecnológicas y científicas.

No cabe duda de que la educación superior es factor esencial para el desarrollo, el


progreso y la superación de las civilizaciones; la teoría y la práctica así lo
demuestran. Cabe señalar que, en el caso mexicano, faltaría centrar y definir
proyectos de largo alcance, en los cuales, se consagre a la educación desde el
nivel básico hasta el nivel superior como el elixir del progreso y el bienestar de la
sociedad.

105
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Anexos.
Anexo 1. Siglas y acrónimos.
Siglas y acrónimos Significado
ANUIES Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.
BM Banco Mundial.
CENEVAL Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior.
CESOP Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
CIEES Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior.
CONACYT Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología .
CONAEVA Comisión Nacional de Evaluación de la Educación Superior.
CONPES Coordinación Nacional para la Planeación de la Educación Superior.
COPAES Consejo para la Acreditación de la Educación Superior.
CTI Ciencia, tecnología e Innovación.
FCA Facultad de Contabilidad y administración.
FIMPES Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior.
G7 Grupo 7.
I&D Investigación y Desarrollo.
IDIC Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.
IES Instituciones de Educación Superior.
INEE Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
INEGI Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
IPES Instituciones Públicas de Educación Superior.
OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
OIT Organización Internacional del Trabajo.
ONU Organización de las Naciones Unidas.
PEA Población Económicamente Activa
PED Plan Estatal de Desarrollo.
PIB Producto Interno Bruto.
PND Plan Nacional de Desarrollo.
SEP Secretaría de Educación Pública.
SNI Sistema Nacional de Investigadores.
TCH Teoría del Capital Humano.
TIC Tecnologías de Información y Comunicación.
UDC Universidad de Colima.
UNESCO United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization.

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