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DE LA COMBINACION A LA INTERACCION
REPLANTEAMIENTOS EN LA TESIS DE LA COMBINACION DE TODAS LAS
FORMAS DE LUCHA EN EL PCC Y LAS FARC
1
DE LA COMBINACION A LA INTERACCION
REPLANTEAMIENTOS EN LA TESIS DE LA COMBINACION DE TODAS LAS
FORMAS DE LUCHA EN EL PCC Y LAS FARC
2
FORMATO UNICO PARA ENTREGA DE LOS TRABAJOS DE GRADO
TÍTULO EN ESPAÑOL:
De la combinación a la interacción. Replanteamientos de la tesis de la combinación de
todas las formas de lucha en el PCC y las FARC
TÍTULO EN INGLÉS:
The research seeks to analyze the emergence and development of the thesis of the
combination of all the forms of fight, developed by the PCC and the FARC-EP,
exceptionally everlasting tactics in Latin America. This study interrogates with regard to
the foundation of the thesis in the Marxist theory, the revolutionary experiences and the
analysis of the Colombian reality, and explains the changes in this one across a reading
from the political sociology, too understand the transformation of the FARC-EP of a
guerrilla warfare of self-defense subordinated to a legal party, in a guerrilla army who tries
to be constituted as autonomous party and to be projected there of his military rows across a
clandestine party. The thesis departs from a typology of the social revolutions in contrast
with the Colombian situation, to come to the historical analysis of three moments of the
tactics of the combination of the forms of fight, seeking to find the variations and
continuities in these, constructing for it a characterization so much of the PCC and the
FARC-EP, as of this political tactics.
CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCION 8
4
5
BIBLIOGRAFIA 262
6
CUADROS Y GRAFICOS
7
INTRODUCCION
La comprensión del complejo conflicto armado que vive el país no es solo una
materia pertinente, sino prácticamente un deber de las ciencias sociales en
general y de la sociología en particular. Este trabajo de investigación pretende
aportar elementos al respecto desde una perspectiva poco explotada, que
relaciona a la guerrilla más grande y longeva del país con su pragmática
disposición táctica de la combinación de todas las formas de lucha, enmarcada por
su estrecha y determinante relación con el Partido Comunista Colombiano. No se
encontrará en la presente investigación un intento por hacer una recopilación
histórica absoluta del movimiento insurgente, sino sustancialmente un análisis
sociológico que incorpore referentes teóricos alrededor de las aristas
organizativas, políticas y militares de las FARC.
El punto de partida fue entonces construir un referente teórico que nos permitiera
analizar la combinación precisamente a través de un ejercicio de historia
comparada, con respecto a los procesos revolucionarios triunfantes, en medio de
un fluido diálogo con las elaboraciones sociológicas sobre el Estado, la revolución
y el sujeto. En el primer capítulo, encontraremos este ejercicio en la búsqueda de
8
Estos primeros capítulos serán sin duda un marco conceptual válido para poder
observar en su dimensión los desarrollos propios de la táctica de la combinación
de las formas de lucha y poder apreciar la originalidad de ésta. Como parte de
este proceso de caracterización, realizamos un ejercicio de análisis sociológico
sobre los principales actores de la táctica: el PCC y las FARC, acudiendo a los
referentes conceptuales pertinentes y logrando denotar su atípico carácter, como
una importante pista explicativa de la excepcional política combinatoria. Esta
construcción la encontraremos en el tercer capítulo.
9
Finalmente, sería bueno anotar, que este ejercicio investigativo, para llegar a feliz
puerto, ha debido sortear innumerables dificultades metodológicas que es preciso
mencionar. En primer lugar y por anodino que pueda ser, el estudio de los actores
armados aun se encuentra en Colombia cargado de fuertes prejuicios desde las
diversas orillas ideológicas del debate político. En tal sentido el presente trabajo
10
busca romper con este difundido enfoque y hacer un esfuerzo, antes que desde
los juicios de valor, desde el método de la sociología hacia una comprensión
académica del fenómeno, con resultados que serán inevitablemente polémicos. En
segunda instancia, la información al respecto del problema de investigación se
encuentra en gran medida inaccesible para la academia, por las restricciones
obvias de las fuentes primarias, pero también por la parcialidad y el tinte de
diatriba política o enjuiciamiento ético que inunda muchos estudios y la misma
documentación, salpicada de datos poco verificables. No obstante, el presente
estudio hace un importante esfuerzo por incorporar en su análisis el mayor número
de fuentes cognoscibles hasta el momento, intentando decantar la veracidad de
las mismas mediante su constante comparación.
11
Además de los elementos que puedan extraerse, sobre los casos estudiados por
estos autores, Moore y Skocpol harán un aporte invaluable con el desarrollo de un
método de análisis para acercarnos a las revoluciones: Sociología Comparada o
Historia comparada. El método comparado buscará cerrar la brecha existente
entre el estudio histórico concreto de las revoluciones acaecidas y la teoría de la
revolución, en general poco sólida en las ciencias sociales contemporáneas, al no
haberse sometido a prueba en el análisis empírico.
1
MOORE, Barrington. Los orígenes sociales de la dictadura y de la democracia. El señor y el
campesino en la formación del mundo moderno. Barcelona: Ediciones Península, 1976. 487 p.
2
SKOCPOL, Theda,. Los Estados y las revoluciones sociales. Fondo de Cultura Económica.
México. 1984. 500 p.
12
3
SKOCPOL (1984). Pág. 13.
13
Reconociendo este valioso aporte, para nuestro caso, restringiremos aún más el
concepto de Skocpol a aquellas revoluciones sociales que durante el siglo XX han
4
Ibíd. Pág. 21.
14
5
Skocpol hablará de 4 escuelas que analizan las revoluciones: el marxismo en sus diversas
vertientes; las teorías del agregado psicológico representadas entre otros por T. Gurr; las teorías
del Consenso de los Sistemas de Valores, de estirpe parsoniana y representada por c. Johnson; y
las teorías del conflicto político expresadas en C. Tilly. Ver. Cap. 1. SKOCPOL. (1984)
15
6
Ibíd. Pág. 41.
7
Ibíd. Pág. 42.
16
8
Ibíd. Pág. 49.
9
Ibíd. Pág. 51.
17
10
Ibíd. Pág. 60-61.
18
Aunque el sentido y desarrollo del Estado estará marcado por relaciones sociales
exteriores a su cuerpo mismo, las organizaciones administrativas y de coacción
que lo conforman mantendrán una autonomía relativa en su funcionamiento,
respecto a las clases dominantes. Aunque habrá un marco de armonía entre
clases dominantes y Estado –que hace relativa la autonomía- , las tensiones entre
estos dos actores, desde la perspectiva de Skocpol serán una posibilidad bastante
corriente:
19
12
Ibíd. Pág. 65.
20
El marco conceptual que nos ofrece Skocpol ampliado con los aportes del
marxismo y los estudios de caso de las revoluciones triunfantes en Vietnam y
América Latina comparados con el caso negativo de Colombia son la base de las
reflexiones a presentar como marco estructural para la comprensión y tipificación
del fenómeno de las revoluciones sociales
13
Ibíd. Pág. 75-76.
14
RANGEL SUAREZ, Alfredo. Guerra Insurgente. Intermedio Editores. Bogotá. 2001. 456 p.
21
A la luz del análisis de casos históricos Skocpol nos previene contra cualquier
generalización que ignore las particularidades de los Estados en cuestión:
15
La misma Skocpol, cita como caso negativo a Sudáfrica donde a pesar de la ilegitimidad
generalizada del régimen de apartheid, esta crisis no devino en una revolución social dado los
diversos factores que garantizaban el mantenimiento del sistema político.
16
SKOCPOL. (1984).
17
PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. Insurgencia sin revolución. Tercer Mundo-IEPRI. Bogotá.
1996. Pág. 7.
22
B. Moore Jr nos ofrecerá interesantes reflexiones que hilan las revoluciones con las
sociedades agrarias que las gestaron. En un análisis comparativo de los diversos
modelos de transformación hacia sociedades modernas, serán Rusia y China los
países de mayor protagonismo del campesinado en estos procesos mediados en
sus respectivos casos por la revolución social; igualmente serán estos países
precisamente el arquetipo del fracaso de la clase alta en la adopción de la
agricultura comercial,18 coste que a la postre fue trasladado al campesinado.
Así mismo Moore vincula esta condición objetiva con otros aspectos que
erosionaron la cohesión social en estas naciones como la debilidad de los vínculos
entre el campesinado y su superior inmediato en la estructura de subordinación
política y económica:
18
“La historia indica que un movimiento revolucionario halla muchas mas facilidades para avanzar
y llegar a ser una seria amenaza allí donde la aristocracia rural no ha desarrollado un impulso
comercial poderoso dentro de sus propias filas… es probable que a la vez, la aristocracia trate de
mantener su estilo de vida en un mundo cambiante sacando un excedente mayor del
campesinado. Así sucedió, a grandes líneas en la Francia del siglo XVIII y en Rusia y China.”
MOORE Jr. (1976). Pág. 372.
23
“Hay bastantes hechos favorables a la tesis que allí donde los vínculos
derivados de dicha relación entre la comunidad campesina y su superior
son fuertes, la tendencia a la rebelión y mas tarde a la revolución
campesina es débil. Tanto en Rusia como en China, en cambio, los
vínculos fueron tenues y las convulsiones campesinas endémicas, pese a
que apenas si cabría concebir comunidades campesinas mas diversas.19”
24
Weber será incisivo en distinguir como rasgos del Estado moderno el ejercicio
legítimo del monopolio de la violencia, la codificación del derecho y el desarrollo
de una burocracia profesional como forma de racionalización, identificándolo
históricamente con las naciones de Europa Occidental, que no son escenario de
ninguna de las revoluciones sociales analizadas.22 El proceso de formación de
estos Estados nacionales se hizo mediante la concentración de la fuerza hasta su
monopolización en ejércitos nacionales y la derrota sucesiva a través de la
violencia, a quienes se opusieron al domino del monarca.
20
Ibíd. Pág. 385-386.
21
Para un breve análisis frente a este tópico Ver: PEREZ RIVERA, Hésper Eduardo. Poder y
Nación en los orígenes del Estado nacional europeo. Cuadernos de Trabajo Nº 17. Facultad de
Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia.1997.
22
Como antípoda a la burocracia moderna, Weber pondrá al funcionario letrado chino. WEBER,
Max. Economía y Sociedad. Tomo II. México. FCE. 1974. Pág. 1047 y ss.
25
23
PEREZ RIVERA, Hesper Eduardo y Mary Luz ROBAYO. La insurgencia armada y el Estado en
América Latina. Fondo de Ediciones Sociológicas. Bogotá. 2001.
24
SKOCPOL. (1984). Pág. 121 y ss.
25
WEBER (1974). Pág. 1047
26
26
Podríamos mencionar las rebeliones campesinas de Loto Blanco 1795-1804; la Rebelión del
Reino Celestial de los Taiping 1850-1864; y la Nien 1853-1868. SKOCPOL. (1984)
27
derrumbamiento del poder militar tanto del Imperio como de la posterior república
del Kuomintang.
La caída del Imperio en 1911 antes que morigerar la atomización del uso de la
violencia la agudizará aún más. Los Señores de la Guerra, prácticamente
descuadernarán el Estado tomando control político-militar de importantes
regiones. La alianza inicial de comunistas y nacionalistas buscará precisamente
reunificar China, pero ante su ruptura en 1926 las guerrillas de Mao serán otro
actor en el juego por el control del monopolio de la violencia física. Solo tras la
expulsión de los japoneses y la toma del poder por los comunistas en 1949 se
podrá constituir el escenario apaciguado de uso exclusivo de la fuerza por el
nuevo Estado. No había pues Estado moderno en China, como lo demuestra una
superficial mirada a dos de sus principales componentes: la burocracia y el
ejército.
28
El primer rasgo hizo de la nobleza terrateniente rusa una clase “pobre” comparada
con sus congéneres europeas o asiáticas. Esta debilidad de los terratenientes
redundó en una afirmación del poder del Zar y de la autocracia, que devino en
tensiones. La corona rusa aprovechó las circunstancias a su favor limitando el
desarrollo de la nobleza, desarrollando reformas económicas en contra de esta
clase y manteniendo inamovible la estructura política de la monarquía, pero
socavando así la base económica tributaria sobre la que descansaba el mismo
armazón del Imperio. La nobleza rusa esquilmada por la subordinación a la corona
y por la atrasada agricultura debió vincularse a la burocracia imperial –que le
garantizaba mejores ingresos- aunque sin ningún tipo de beneficio venal.
27
“No sólo una parte del suelo no era fértil, el clima era invariablemente riguroso e impredecible, y
la organización y las técnicas de producción eran primitivas… Los bajos rendimientos y las
frecuentes cosechas fallidas eran los resultados no inesperados de muchas desventajas. En
realidad, los cálculos para la primera mitad del siglo XIX, muestran que los rendimientos eran los
mismos del siglo anterior y, en realidad, comparables a los del siglo XVI y probablemente a los de
antes.” SKOCPOL. (1984) Pág. 141.
28
Entre los conflictos perdidos todos por demás por las tropas de zar cabría mencionar: la Guerra
de Crimen 1854-1855, la guerra ruso-japonesa 1905 y la I Guerra Mundial 1914-1917.
29
La aparente firmeza del Imperio zarista sólo se resquebraja con las sucesivas
derrotas militares internacionales. Se debilita la estructura estatal y se produce el
caos económico, social y burocrático. La I Guerra Mundial despedaza
definitivamente al ejército ruso y convierte buena parte de sus efectivos en punta
de lanza de los bolcheviques, que a la postre garantizan la insurrección de
Octubre. Así aunque en un momento de su construcción el Imperio Ruso lograse
el monopolio de la fuerza en su territorio, este se ilegitima por la crisis social y se
pierde por la descomposición de sus instrumentos básicos: la burocracia y el
ejército, desdibujando para el estallido de la revolución el proto-Estado moderno
existente.
Así pues, más allá de los relatos heroicos, las guerrillas de Mao, así como los
bolcheviques de Lenin no se enfrentaron a verdaderos ejércitos modernos
equipados y tecnificados, sino a restos de guardias imperiales decimonónicas
menguadas por las sucesivas guerras y conflictos en sus Estados en crisis.
Igualmente como lo veremos, los barbudos de Fidel Castro y los guerrilleros
sandinistas derrotaron a guardias pretorianas de fidelidad unipersonal distantes en
su moral, sentido, táctica y técnica a los ejércitos modernos de verdaderos
Estados nacionales29. La excepción en términos estrictamente técnico- militares
será Vietnam donde las tropas comunistas debieron derrotar sucesivamente a los
adelantados ejércitos francés y norteamericano pero en unas condiciones
determinadas por la lucha anticolonial, que le da connotaciones completamente
distintas al ejercicio técnico y político-militar.
29
“Tal como lo declaró K. Chorley, en 1943: Ninguna revolución ganará contra un ejército interior
moderno, cuando tal ejército lance toda su fuerza contra la insurrección. Desde entonces la brecha
ya grande, entre la fuerza oficial controlada por un Estado y los medios de coacción que pueden
aplicar sin ayuda exterior los grupos extraoficiales y populares ha aumentado más aún.” SKOCPOL
(1984) Pág. 446-447.
30
El ejército hacía las veces de guardia personal y a lo sumo policía política, con un
equipamiento básico; el país estaba “protegido” en sus fronteras por el control
ejercido por los marines norteamericanos en todo el Caribe y el desarrollo mismo
de la institución militar fue supervisado cuidadosamente por los norteamericanos
previendo cualquier eventualidad31. El monopolio legítimo de la fuerza estaba
30
RAMOS, J.A. El marxismo de Indias. Citado en PEREZ RIVERA, Hésper Eduardo. (2001)
31
“El ejército cubano carecía de armas modernas y del equipo más indispensable, que hubo de
importarse apresuradamente desde Estados Unidos ante el comienzo de la lucha armada.
Disponía de fusiles y ametralladoras de comienzos del siglo XX. Para completar sufría una fuerte
descomposición moral; según Ramos, el estado de ebriedad, la ineptitud técnica, los actos
31
quebrantado no tanto por los pequeños grupos que desarrollaban acciones contra
el régimen –rasgo típico de las dictaduras caribeñas de aquella época- sino por el
creciente desprestigio de la fuerza armada que era asociada indisolublemente con
el dictador antes que con una autoridad pública.
criminales, las venganzas personales se distribuían las luces y las sombras de las fuerzas
armadas”. Ibíd. Pág. 14.
32
“Hablamos de una organización estatal-patrimonial cuando el soberano organiza en forma
análoga a su poder doméstico el poder político sobre los súbditos políticos… Los dos poderes
específicamente políticos a que nos referimos –el poder judicial y el militar- son ejercidos por el
señor ilimitadamente sobre las personas que le están patrimonialmente sometidas como parte
integrante del poder doméstico” WEBER ( 1974)
33
PIZARRO (1996) Pág. 12.
34
Podrá verse como un indicativo de la debilidad político-militar del Estado nicaragüense que el
mismo William Walker que toma el control del país centroamericano había fracasado en una
intentona similar en la California mexicana y sucumbirá después en su apuesta por invadir
Honduras.
32
De esta Guardia Nacional saldrá el patriarca Anastasio Somoza quien tomará las
riendas del país, heredándolo a sus hijos hasta el triunfo del sandinismo en 1979.
Los reductos del antiguo ejército nicaragüense que se opondrán a la presencia
norteamericana o al manejo del dictador serán perseguidos y exterminados. La
familia Somoza tendrá no solo el control directo del poder político por 40 años,
sino se apropiarán de la mayor parte de las tierras fértiles y los negocios
productivos, al tiempo que manejarán la administración pública como bien
personal sin arreglo a ningún criterio lógico-racional.
Los principales atributos del Estado moderno se encontraban así ausentes de las
naciones latinoamericanas escenario de revoluciones socialista; a manera de
conclusión podemos afirmar con Hésper Pérez que: “En Cuba y Nicaragua, no
puede decirse que existieran propiamente Estados nacionales sino centros
políticos controlados desde los comienzos por minorías y caudillos civiles y
militares, cuyos regímenes autoritarios suplantaron el Estado de Derecho, que no
llegó a ser una realidad.35”
35
PEREZ RIVERA (2001)
33
34
35
económicas y políticas hacia ellas, antes que paliar las dificultades materiales de
las clases dominantes acrecentó el caos en las sucesivas guerras internacionales
que desangraron el país, desvertebraron al ejército y permitieron la rápida
legitimación de los bolcheviques que se expresará en el ascenso de los soviets
como poder alterno al débil Gobierno Provisional, quien tampoco lograba recoger
consenso entre las clases altas. En China la ruptura entre el Estado central y las
cada vez más poderosas aristocracias terratenientes locales, se hizo aun más
grande con el gobierno del Kuomintang quien mantuvo inalteradas las relaciones
sociales de producción en el campo, dejando así mismo intacto el poder de esta
clase, que no se veía bien representada en el caudillismo militar de Chiang y en el
programa reformista de origen urbano de los nacionalistas. La débil resistencia del
gobierno nacionalista contra la invasión japonesa permitió a los comunistas
posicionarse dentro del gigantesco campesinado que representaba más del 80%
del total de la población.
39
PIZARRO (1996). Pág. 10.
36
En Cuba por ejemplo Castro logra la firma de una acuerdo político de un amplio
frente antibatistiano, conocido como el Pacto de Caracas, en el participaba no sólo
el M 26 y el Directorio Revolucionario, sino el Partido Auténtico, el Partido
Socialista Popular, el Partido Demócrata, entre otros.40 En el Gobierno Provisional
de Nicaragua, previo a la insurrección sandinista, tenía participación hasta el
Episcopado católico y el Partido Conservador.41
40
HARNECKER, Martha. Estudiantes, cristianos e indígenas en la revolución. Siglo XXI Editores.
México. 1987. pág. 243.
41
Ibíd. Pág. 247.
37
En ninguno de los países estudiados hubo nunca elecciones libres con sufragio
universal previo a las revoluciones. Aunque con diferencias pasaron por breves
etapas de reformas liberales que buscaron implantar una democracia de este tipo,
en ninguno de ellos el ejercicio republicano se hizo una realidad perecedera.
Muestra de ello es la inexistencia -fuera de las vanguardias revolucionarias- de
verdaderos partidos políticos de corte moderno o -a contraluz para el caso
colombiano -de comunidades políticas de amplio y largo arraigo en la población,
con influencia sobre el manejo del Estado. Incluso formas de participación como
grupos de presión a nivel gremial o empresarial, eran bastante débiles en estos
regímenes, aumentando la fragilidad de la participación política de las clases
dominantes con respecto a los planes concretos de gobierno.
42
SKOCPOL (1984) Pág. 89.
38
39
43
Desde ciertas lecturas del marxismo, la situación revolucionaria que no es manejada por la
vanguardia puede ser capitalizada por un coup de main de tipo bonapartista o cesarista, analizados
por Marx en el Dieciocho Brumario y Gramsci.
40
44
Tilly desarrolla el concepto de Trotsky de “doble poder” existente en el poder alterno al Estado,
en el que se convirtieron los soviet durante el Gobierno Provisional. Citado por PIZARRO (1996)
45
Skocpol hará hincapié para el caso ruso del carácter estratégico en términos cualitativos y
geopolíticos de los sectores influidos por los bolcheviques antes que a lo masivo de su adhesión.
Mientras los mencheviques y liberales tenían mayor presencia en el campesinado mayoritario,
Lenin logra organizar los obreros de las principales capitales –incluidos los del ferrocarril- y los
soldados de sus guarniciones aledañas, que a la postre garantizaron operativamente el asalto al
Palacio de Invierno y sobretodo impidieron la reacción y cualquier retoma del Gobierno Provisional.
41
42
sectores sociales claves con una astuta política de acercamiento a otros sectores
igualmente excluidos por los viejos regímenes.
46
PIZARRO (1996) Pág. 12.
43
A través de un análisis histórico Moore explica como los obreros rusos –junto a
sus “intelectuales orgánicos”, se convirtieron en el aliado natural de la masa
campesina en la primera etapa de la revolución, gracias a unas condiciones
objetivas que determinaban al proletariado como única clase sin ataduras frente la
tierra y por tanto sin contradicción inmediata con los intereses del campesinado.
En China serán los intelectuales, quienes fusionados con el campesinado
formaran la vanguardia revolucionaria.
44
moderno, consigna que hará confluir no sólo al campesinado sino a las capas
medias y la burguesía nacional de los respectivos países.
45
46
48
KALMANOVITZ, Salomón. Evolución de la estructura agraria colombiana. En: OCAMPO, José
Antonio y Santiago PERRY RUBIO. Transformaciones en la estructura agraria. Tercer Mundo
Editores. Minagricultura. Bogotá. 1994. 380 p.
49
“Mientras hubo una notoria disminución de las formas atrasadas de la explotación del trabajo- no
se puede hablar de su extinción, pues incluso se vio el crecimiento del número de campesinos
parcelarios hasta 1964- se incrementó la utilización de la fuerza de trabajo asalariado.” Análisis de
censos rurales 1938-1973. Ibíd. Pág. 44.
50
La agricultura empresarial entre 1950 y 1980 pasa de ocupar el 19.2% al 41.4% del total de la
tierra cultivada y del 16.6% al 39.9% de la producción agropecuaria, acelerado impulso solo
opacado por la permanencia de mas del 60% de la tierra bajo formas de producción distintas a las
de la modernización capitalista. OCAMPO, José Antonio. Historia Económica de Colombia.
Fedesarrollo. Siglo XXI. 1987.
47
51
“La bimodalidad surge en el momento en que la estructura agraria configura un sistema donde se
conforman dos polos de tenencia de la tierra: uno conformado por un gran número de propietarios
con muy poca tierra –mnifundio- y otro donde un porcentaje pequeño de propietarios monopolizan
un alto porcentaje de ella –latifundio-”MACHADO CARTAGENA, ABSALON. De la estructura
agraria al sistema agroindustrial. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2002. pág. 38.
52
GARCIA NOSSA, Antonio. Reforma agraria y Economía empresarial. Citado por MACHADO
(2002)
48
(más de 200
has)
(20 a 50 has)
(5 a 20 has)
( Menos de 5
has)
53
FAJARDO MONTAÑA, Darío. Para sembrar la paz hay que aflojar la tierra. Instituto de Estudios
Ambientales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2002. Pág. 22
49
54
Sobre la pertinencia y postergación de una reforma agraria en Colombia existe una abundante
bibliografía: MESA, Darío. El problema agrario en Colombia. Bogotá : Ediciones El Tigre de Papel,
1972. 114 p. GARCIA NOSSA, Antonio. Reforma Agraria y desarrollo capitalista en América
Latina. Centro de Investigaciones para el Desarrollo. Universidad Nacional de Colombia. 1986.
FAJARDO MONTAÑA, Darío.(2002)
55
“Los grandes propietarios de tierras reaccionaron de inmediato ante la Ley 200 del 36. No sólo
idearon una variada gama de maniobras para demorar la reversión de las tierras incultas; sino que
–asunto todavía mas importante- dedicaron mayormente sus tenencias a la ganadería, porque
según pensaban, cultivarlas sólo traía perturbaciones. De este modo las mejores tierras del país
continuaron firmemente dedicadas a la ganadería extensiva. Pero la inquietud social de los campos
se suavizó perceptiblemente al mismo tiempo que el reformismo de López cedía ante la pausa de
Santos…” MESA, Darío (1972) Pág. 93.
56
“La ley acogió la idea de conformar propiedades tipo familiar, pero no descartó la existencia de
grandes unidades empresariales; el desarrollo vía “junker” se fortaleció, pues la amenaza de la
expropiación hecha a los terratenientes era una manera de lanzarlos a que se convirtieran
rápidamente en empresarios”. MACHADO (1981) PÁG 80.
50
57
Cuadro I-3. Población y concentración urbana 1951-1973. Fuente FLORES, Carmen Elisa;
ECHEVERRY, Rafael y MENDEZ, Regina. “Caracterización de la transición demográfica en
Colombia” Citado por MUNERA (1998)
58
MUNERA RUIZ, Leopoldo. (1998)
59
Aunque la agricultura en general mantiene una baja participación en el PIB, (13.4%) producto de
la crisis de ciertos cultivos, la producción agropecuaria junto a la economía extractiva sigue
generando la inmensa mayoría de las divisas de exportación. Ver LIBREROS CAICEDO, Daniel y
Libardo SARMIENTO ANZOLA. La hegemonía de la oligarquía financiero-terrateniente en
Colombia. Revista CEPA Nº 1. Julio- Diciembre de 2007.
51
60
Para ver un análisis de caso, el estudio clásico de Leal y Dávila sobre don Tiberio Villareal,
gamonal de Rionegro, Santander. Ver LEAL BUITRAGO (1990)
52
61
PEREZ RIVERA, HÉSPER EDUARDO. El transito hacia el Estado nacional en América Latina en
el siglo XIX: Argentina, México y Colombia. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de
Ciencias Humanas. Colección CES. Tercer Mundo Editores Bogotá. 2007. 170 p.
53
Como sombras que mellan el proceso de formación del Estado nacional aparecen
la fragmentación regional acentuada por la dura geografía; la mencionada
incipiencia del desarrollo capitalista y con esta tanto del mercado interno como de
la inserción a la economía mundial –situación aliviada progresivamente durante el
siglo XX-; como consecuencia el sujeto de esta transformación, la burguesía, será
alterado en nuestro país mediante la transfiguración e interpenetración entre
62
“Cabe aclarar que si bien las instituciones liberales funcionaron, estas lo hicieron en el circuito de
un grupo reducido, las élites de los dos partidos, liberal y conservador, partidos de honoratiores (
Weber), que mantendrán su hegemonía a lo largo de la historia del país. En la primera mitad del
siglo XIX esas instituciones coexistieron con la esclavitud y el control del trabajo servil de los
campesinos. Y sobre todo, coexistieron con la concentración de la propiedad de la tierra en unas
pocas familias, dueñas del poder político…Los cargos del Estado se repartían entre los dirigentes y
sus clientelas”. Ibíd. Pág. 114.
54
63
“Lo que realiza en Europa Occidental la nueva clase ascendente, venida de abajo, la burguesía,
en Colombia lo hace la capa alta tradicional, que con el paso del tiempo se acondiciona a su
nuevo papel de burguesía moderna”. Ibíd. Pág.119.
64
PEREZ RIVERA, Hésper Eduardo. Proceso del Bipartidismo colombiano y el Frente Nacional.
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1989. 116 p.
65
Utilizamos el concepto weberiano de dominación legítima: “O sea la posibilidad de hallar
obediencia a un mandato determinado motivado por la creencia de los dominados en el carácter
legítimo de ésta”. WEBER, Max. Economía y Sociedad. Tomo II Fondo de Cultura Económico.
México. 1944. Pág. 704.
55
56
Desde tal perspectiva, es una opción de las élites que dirigen al Estado
colombiano, hacer a éste débil en ciertas aristas, como la infraestructura o las
garantías sociales, pero férreo en cuanto al ejercicio de la fuerza y a la dominación
de clase. Aunque inicialmente el consenso sobre el Estado estaba garantizado por
el inobjetable poder del bipartidismo, ante su constitución como partido único
durante el Frente Nacional y la mella del fervor popular hacia él70, la faceta
represiva del Estado se pronunciará, teniendo para ello una importante base en
las ya fogueadas para aquel entonces FFMM colombianas.
69
MUNERA (1998) Pág. 233-234.
70
Ver PEREZ RIVERA (1989) y LEAL BUITRAGO (1990)
57
58
59
76
LLERAS CAMARGO, Alberto. “Las Fuerzas Armadas”, En Escritos Selectos. Instituto colombiano
de Cultura. Bogotá. 1976. Citado por BORRERO, Armando. Militares, Política y Sociedad. En
Revista Colombiana de Sociología. Nueva Serie- Vol. I: Nº 1- Enero-Junio de 1990. Pág. 77-87.
77
El giro hacia una salida represiva al problema de los remanentes de La Violencia, durante el
gobierno de Valencia (1962-1966) expresa, entre otras, la presión que venía ejerciendo el senador
A. Gómez Hurtado, contra las resistencias armadas campesinas y contra la política de indultos
desarrollada por Lleras Camargo. SILVA LUJAN, Gabriel. Op. Cit.
78
BLAIR TRUJILLO, Elsa. Las Fuerzas Armadas. Una mirada civil. Bogotá. CINEP. 1993.
60
Así pues, pese a sus contradicciones las FFMM del Frente Nacional,
representaban un ejército profesional fortificado, subordinado políticamente al
ejercicio de las élites civiles, pero casi soberano en la órbita militar, que
ensamblaba a la perfección con la ambivalencia del Estado, armando un todo
sólido, que aunque enfrentado a una convulsionada realidad social que desnudaba
sus facetas mas frágiles, estaba lejos de la denominada crisis político-militar,
gracias a su alinderamiento ideológico anti-comunista.
79
BORRERO (1990) Op. Cit. Pág. 80-81.
80
Cabría señalar dentro de estas propuestas modernizadoras de la administración pública
colombiana, las propuestas de los gobiernos de la República Liberal, el Plebiscito de 1957 que crea
la carrera administrativa y todo el paquete de medidas impulsadas desde el gobierno de Lleras
Restrepo, asociadas con la Reforma Constitucional de 1968.
61
En resumen, Colombia era un Estado nacional constituido desde finales del siglo
XIX, con atributos como un ejército y una burocracia, aunque no plenamente
modernos, adaptados a la necesidad propia del monopolio de la fuerza y el
ejercicio de la dominación legítima. Sus debilidades –lugar común de los centros
políticos latinoamericanos- tenían como anverso y complemento la fortaleza de
estos mecanismos sustanciales para la labor de cualquier Estado.
81
“La expansión de la nómina del Estado se apoyó en la obligatoria paridad burocrática de los
partidos tradicionales, y fue altamente funcional para integrar el excedente de mano de obra que
había brotado de las transformaciones sociales que consolidaron el capitalismo. Particularmente,
las nuevas clases medias encontraron en las instituciones del Estado un espacio de ubicación
social.” LEAL y DAVILA. (1990). Pág. 61.
62
82
Notables u honoratiores, definidos así por M. Weber: “Son vecinos de partidos de la nobleza, los
partidos de honoratiores, que se formaron por doquiera con el advenimiento del poder de la
burguesía … Sacerdotes, maestros, profesores, abogados, médicos, farmacéuticos, campesinos
acaudalados y fabricantes- en Inglaterra toda aquella capa que se cuenta entre los gentlemen-
formaron de momento asociaciones ocasionales y, a lo sumo, clubes políticos…La cohesión la
crean únicamente los parlamentarios; deciden acerca de la presentación de cantidades de
honoratiores. Los programas resultan, en parte, de las campañas de propaganda de los
candidatos, y, en parte, de los congresos de honoratiores o de los acuerdos de los partidos
parlamentarios.” WEBER, Max. Economía y Sociedad. Tomo II. Fondo de Cultura Económica. Pág.
1082.
63
“El ingrediente principal que en el siglo XIX da vida a los partidos liberal y
conservador es el prestigio del reducido grupo de individuos que los
dirigen, verdaderos honoratiores en la acepción weberiana, ubicados en la
cúspide de la pirámide social. Pero su prestigio, valga subrayarlo, no
proviene sino en parte de la riqueza, pues no abundan en la Nueva
Granada las grandes fortunas, proviene, más bien, de la ascendencia
española, prolongada en la república como mérito aristocrático en la capa
social criolla….En el siglo pasado estos honoratiores, o notables, que darán
vida a los dos partidos provendrán en su gran mayoría de pequeñas aldeas
y pequeñas ciudades, sedes de la actividad económica básica del país, la
actividad agrícola, y en la que se desenvuelve el comercio, apoyado en
manufacturas rudimentarias83.”
El hermetismo de las élites gobernantes es tal que incluso se logra entretejer una
densa red de consanguinidad entre los principales dirigentes políticos de ambos
partidos, los caudillos militares y jerarquía eclesiástica.84 En términos generales
los nuevos sectores sociales madurados ya entrado el siglo XX -como la
burguesía industrial- emergerán con tan poca firmeza e independencia que
siempre estarán subordinadas políticamente a las capas oligárquicas tradicionales
–o maniatadas por estas-. Pero esta inveterada oligarquía no rayará en
anacronismo como en los imperios decadentes de Rusia o China, sino que como
apreciamos para el sector agropecuario, se remozará constantemente logrando
adaptarse a la modernización capitalista, no sin imprimir un carácter particular
desde sus límites de clase, a la transformación la socio-económica del país:
83
PEREZ RIVERA (1989) Op. Cit. Pág.13.
84
Al respecto Ver PÉREZ RIVERA (2007) Op. Cit.
64
Buena parte de la realidad del sistema político colombiano puede explicarse desde
el régimen bipartidista, que ha jugado el papel de piedra angular, sobre la que se
construye el Estado nacional. Pero antes de analizar a rigor el bipartidismo
colombiano, -que de entrada traza una gran brecha con las realidades políticas de
las revoluciones triunfantes- debemos partir del civilismo, del que se ha valido
como marco necesario para perpetuar su accionar, y que así mismo ha
reproducido durante su predominio político.
85
Ibíd. Pág. 118-119.
65
86
“Para Weber solo pueden existir partidos dentro de comunidades que poseen un ordenamiento
racional y un aparato personal dispuesto a realizarlo ( ed. Cit: 693) Estas condiciones se cumplen
en el caso colombiano: el Estado impone su vigencia mediante leyes con las cuales los partidos
pueden cumplir su función propia. Después de 1850 se observa el desarrollo de los partidos liberal
y conservador en consonancia con un orden legal que se mantiene estable.” PEREZ RIVERA.
(2007) Pág. 126.
87
PEREZ RIVERA, Hésper Eduardo. (2007) Op. Cit. Pág. 109.
66
67
68
94
El ejercicio predominante de los partidos tradicionales se asemeja con gran exactitud a la
descripción de los denominados partidos de cuadros, que Duverger identifica como la forma mas
atrasada e incluso extinta de partidos políticos, sino fuese por su supervivencia en Estados Unido:
Los partidos de cuadros corresponden a los partidos de comités electorales, descentralizados y
débilmente articulados. DUVERGER (1957)
95
“Ni financiera, ni políticamente, la derecha burguesa tenía necesidad de encuadrar a las masas:
poseía sus aportadores de fondos, sus notables, sus élites.” Ibíd. Pág. 97.
96
PEREZ RIVERA (2007) Op.Cit.Pág. 127.
69
Sin embargo, esto no significó que los partidos fueran disciplinadas comunidades
ideológicas o políticas, sino más bien amplias franjas con poca cohesión
ideológica u organizativa, en las que interactuaban diversos grupos. Esta
tendencia se pronunciará durante y después del Frente Nacional con la pérdida de
cohesión partidista, otrora aportada por el conflicto sectario contra el opositor, y
gracias a la seguridad brindada por la milimetría electoral. Los comicios perdieron
su papel propio de un régimen democrático y servían en cambio para dirimir la
competencia entre facciones de un mismo partido que afloraban gracias a este
marco.
70
100
PEREZ RIVERA (2007). Pág. 129
101
“En el decenio comprendido entre 1930-1940 surgieron y actuaron con proyección de partido
político ocho organizaciones , que elaboraron sus programas, conquistaron adherentes, recibieron
y lograron en su mayoría representantes en algunas instancias en los cuerpos de elección popular.
Hacia 1942 de esas organizaciones políticas solo quedaba en pie el PCC.” MEDINA, Medófilo. El
PCC: experiencias y perspectivas. 1989
102
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE COLOMBIA. 30 AÑOS de lucha del
Partido Comunista de Colombia.
71
72
Vale la pena hacer la salvedad que pese a su capacidad para mantener el control
del poder político, por los argumentos ya expuestos, el bipartidismo empezó a
105
“El sistema jerárquico propio del caciquismo le fue cediendo su lugar a un sistema que reposa
sobre la acción de los políticos profesionales , al tiempo que la negociación del voto y de otras
formas de respaldo político por el favor de las decisiones y los recursos públicos, invadió el que
hacer de los partidos tradicionales. En muchos casos, dicho proceso de extensión del clientelismo
transaccional fue animado por los antiguos caciques, que así se adaptaron a la nueva situación
política después de los años de La Violencia. Este clientelismo político mercantil como lo designan
Leal y Dávila, arraigado en una amplia red vertical de lealtades comerciales, sirvió para articular
tanto el sistema oligárquico de poder como la relación entre el Estado y la sociedad civil
colombiana.” MUNERA RUIZ, Leopoldo. Op. Cit. Pág.141.
73
Será hasta finales de los años ochentas del siglo pasado cuando el bipartidismo
colombiano se suma en una aparente crisis. Una serie de cambios en la política
interna desdibujará en apariencia el peso de los partidos tradicionales durante la
década de 1990 y el cambio de siglo. No obstante, lejos de adentrarnos al fin del
bipartidismo estamos nuevamente ante un juego de mimetismo y adaptación de
las dos colectividades. Continuidad al clientelismo y a las maquinarias, salpicada
de algunos elementos novedosos propios de la sociedad mediática, siguen siendo
la base del ejercicio político. Partidos de cuadros, y aun mas de notables, donde
todo su cuadro directivo proviene de la militancia en el bipartidismo tradicional.
Los tres últimos gobiernos presentados como “supra-partidistas” no son más que
una reedición de la vieja tradición de coalición republicana de los partidos
tradicionales, una nueva proyección horizontal de los dos partidos, expresados
ahora también en nuevas siglas.
74
75
Los terceros partidos en Colombia fueron flor de un día con la notable excepción
del Partido Comunista. A diferencia de la mayoría de países latinoamericanos son
más bien escasos y efímeros los intentos populistas o de partidos de clases
medias en nuestro país, durante toda la primera mitad del siglo XX. Pese a que
detrás de muchos de estos experimentos se encontraban grandes pensadores
como Gerardo Molina o Antonio García N. la mella efectiva de estas agrupaciones
–incluyendo al PCC- en el dominio bipartidista fue más bien pequeña.
76
107
Sólo a manera de ejemplo, durante la primera mitad del siglo XX, obreros, estudiantes,
campesinos y/o indígenas inciden decisivamente en cambios de gobierno –cuando no se erigen en
gobierno mismo- en Argentina, México, Cuba, Chile, Bolivia y Venezuela. Aunque en nuestro país
77
Las FARC logran convertirse en poder militar real en muchas zonas del país,
socavando la labor del Estado108, aplicando en la práctica las tácticas de Mao de
la guerra de guerrillas, aunque negándolo discursivamente. Incluso algunos
analistas llegan al extremo de hablar de colapso parcial del Estado para reconocer
el desarrollo de la insurgencia armada de las FARC-EP:
No obstante, el denominado colapso parcial del Estado no pasa de ser una mera
crisis de resultados militares, o un bache operacional del Ejército oficial, ya que no
algunos autores ubiquen tal período como años dorados de la protesta social, su incidencia real
fue bastante menor.
108
La proclamación de las Leyes 002 y 003 por parte de las FARC-EP en su Pleno del Estado
Mayor Central de 2000, es una muestra de la apuesta de esta guerrilla por disputarle el monopolio
de la violencia y de la legalidad al Estado nacional en vastas zonas del territorio nacional.
109
PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. Las FARC-EP: ¿Repliegue, debilitamiento estratégico o
punto de inflexión? En Nuestra guerra sin nombre. Bogotá .IEPRI. 2004.
78
se presenta una verdadera crisis política militar como la definiera Skocpol por las
razones ya expuestas en este capítulo. No sólo se mantiene la unidad de las
clases dominantes y la estructura estatal, sino que incluso no se constituye la
legitimidad necesaria para que el ejercicio militar guerrillero se proyecte como
nuevo Estado. El ejercicio político-militar de las FARC-EP desplegado desde su
VII Conferencia no logra erigirse en verdadera soberanía múltiple ante el desnivel
del desarrollo político, explicado en buena parte durante una larga etapa, por la
debilidad de su partido, el PCC, y posteriormente por su ruptura con éste. El
desarrollo militar de las FARC que puede ser similar o incluso superior a ejércitos
triunfantes como el M 26 o el mismo FSLN, se frustra ante su inconexión con el
grueso de la población, parte esencial de cualquier proceso insurreccional.110
110
“Vale la pena subrayar la particularidad de las guerrillas colombianas, que después de cuarenta
años de actividad, ni son parte activa de una guerra civil ni se han colocado a la cabeza de una
guerra revolucionaria” PEREZ RIVERA (2001) Pág. 24.
111
En términos de Ferro y Uribe, pareciese que el fanatismo y la exclusión van de la mano
alimentándose mutuamente en un círculo vicioso. FERRO MEDINA, Juan Guillermo y URIBE
RAMON, Graciela. El orden de la guerra. Las FARC-EP: Entre la organización y la política. Bogotá:
Centro Editorial Javeriano, 2002. Pág. 150.
79
atacado intereses puntuales del conjunto de las clases poseedoras como los
denominados “impuestos revolucionarios” cobrados por los grupos insurgentes y
las consecuentes acciones armadas que presionan su pago. Así pues la férrea
alianza en el poder se ha fortalecido producto de la acción de las vanguardias
revolucionarias, y aunque recientemente se han presentado importantes tensiones
frente al manejo de ciertas aristas de la política, difícilmente estas diferencias
podrán ser canalizadas hacia una salida revolucionaria, ante la sintonía
estratégica que han demostrado hasta el momento las élites criollas.
80
GRAFICO 1. Tendencias de la Izquierda en Colombia 112
112
Tomado de ARCHILA NEIRA, Mauricio.(2003) Gráfico 9. Pág. 276.
81
113
Frente a la teoría leninista del partido ver entre otros textos: LENIN, V.I. ¿Qué hacer? 1902.
Cualquier edición; LENIN, V.I. Un paso adelante, dos atrás. 1906. Cualquier edición; MANDEL,
Ernest. La teoría leninista de organización. Ediciones Combate. Tomado de International Socialist
Review. New York. Diciembre 1970.
114
MAGRI, Lucio. Problemas de la teoría marxista del partido revolucionario. En CERRONI y
varios, TEORIA MARXISTA DEL PARTIDO POLITICO. Cuadernos de Pasado y Presente #7.
Primera Edición 1969. Buenos Aires.1973. Pág.93.
82
83
Al igual que la clasificación de origen expresa cierta brecha generacional entre los
partidos, su conformación de base también muestra una evolución histórica.
Duverger clasifica los partidos en cuatro de acuerdo a sus elementos de base: los
constituidos por comités electorales, esencialmente de notables, solo activos
durante el período electoral, conformarán los viejos partidos decimonónicos como
los norteamericanos; los estructurados con base en la sección, de amplia
organización local, mas permanente y de cariz mas ideológico que el comité,
que crean un organismo central para coordinar su actividad y limitan en consecuencia sus poderes,
a fin de conservar el máximo su autonomía…. A pesar de todo, la coincidencia general sigue
existiendo entre la creación externa y el carácter centralizado. Por motivos análogos los partidos de
creación exterior son generalmente más coherentes y más disciplinados que los partidos de
creación electoral y parlamentaria. Los primeros, disponen en efecto de una organización ya
existente que relaciona naturalmente a todas sus células de base; los segundos se ven obligados a
establecer sus vínculos totalmente, sin más punto de partida que la coexistencia de algunos
diputados en el seno de un mismo parlamento.
La influencia del grupo parlamentario es muy diferente en ambos tipos. Los de la primera categoría
la sufren profundamente: los diputados desempeñan en ellos un papel esencial, bien porque
constituyan colectivamente el organismo dirigente del partido, bien porque figuren individualmente
en gran número en un comité director distinto en teoría del grupo parlamentario. Esta
preponderancia de los elegidos se explica fácilmente por el mecanismo de nacimiento del partido
en el que los diputados han tenido un lugar preponderante. Los partidos de creación exterior, por el
contrario, se han constituido fuera de su intervención, se comprende pues que su influencia sea
siempre menor.” Ibíd. Pág. 26-27.
84
como los partidos socialistas y algunos otros partidos europeos modernos; los
partidos comunistas organizados a través de células; y los partidos cuyo
organismo esencial es la milicia como en el caso de los partidos fascistas,
expresando cada uno de ellos un momento distinto de la evolución del sistema
político occidental y de los partidos dentro de éste.117.
117
Ibíd. Pág. 47
118
Ibíd. Pág. 57-58.
85
119
Para las masas en efecto, la política no es un lujo, a diferencia de una gran parte de la
burguesía especialmente de los países latinos, que aman las ideas por las ideas…. La sección es
poco favorable a la relación de principios con realidades cotidianas. La política general tiene pocos
lazos directos con los drenajes, los caminos vecinales o las querellas de personas. Tiene estrechos
lazos por el contrario, con el monto de salarios, la estabilidad de la ocupación, o la organización de
la empresa. Estos lazos son todavía más estrechos si se profesa la ideología marxista, para la cual
la política no es más que una superestructura de la economía. Si hace un esfuerzo por relacionar
cada reivindicación particular con un principio general, para relacionar cada problema especial con
la totalidad de la política, dará a sus miembros una formación de una solidez sin igual, tendrá sobre
ellos un dominio incomparable”. Ibíd. Pág. 59.
120
Tesis sobre la estructura, la acción y los métodos de los partidos comunistas. En LOS CUATRO
PIRMEROS CONGRESOS DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA. II PARTE. Cuadernos de
Pasado y Presente. No 47. Ediciones Siglo XXI. Buenos Aires. 1973. Pág. 70-71. Al respecto ver
también las 21 Condiciones de la Internacional Comunista. En CUNHAL, Alvaro. Un partido con
paredes de cristal. Editorial Anteo. Buenos Aires. 1986. Pág. 43
86
87
sin que esto variara en opinión del autor la esencia del armazón del partido. Los
dirigentes comunistas conocedores de lo artificial que puede ser en determinados
casos el sistema de células mantienen la estructura porque juzgan a la célula
como una organización más permanente, regular, apretada y eficaz que la
sección.122
No obstante, existe una razón mas de fondo para que los partidos comunistas
impulsen su organización celular, asociada a su táctica extra-parlamentaria, que a
diferencia de los socialistas no circunscribe su accionar político al régimen
electoral existente:
122
Ibíd. Pág. 65
88
los partidos ha dad o a algunos de ellos una estructura que los separa de las
elecciones del parlamento.”123
123
Ibíd. Pág. 65-66.
124
“A pesar de todo los partidos-milicia no desdeñan las elecciones y los parlamentos en la fase de
conquista del poder, como los partidos-células…Uno y otro participan en los escrutinios, organizan
propaganda electoral intensa, traman complicadas intrigas parlamentarias. Pero esto no es mas
que un aspecto de su acción y no el esencial. Sobre todo emplean los mecanismos electorales y
parlamentarios para destruirlos y no para actuar en su marco. Los partidos-células hacen lo
mismo.” Ibíd. Pág. 69
125
Ibíd. Pág. 70
89
90
128
“El sistema se parece mucho al mecanismo de seguridad utilizado en los navíos, con su división
en compartimentos estancos, aislados herméticamente unos de otros. El mecanismo de los
enlaces verticales no es solo un admirable medio de mantener la unidad y homogeneidad del
partido: le permite pasar muy fácilmente a la acción secreta. Ya que los enlaces verticales y los
compartimentos estancos constituyen la regla fundamental de la clandestinidad: una intervención
policíaca está limitada así a un sector muy estrecho de la organización.” Ibíd. Pág. 79.
129
“Enlaces verticales y horizontales definen modos de coordinación de los elementos de base de
los partidos; centralización y descentralización se refieren a la repartición de poderes entre los
escalones de dirección.” Ibíd. Pág. 82.
91
130
Ibíd. Pág. 86.
92
93
Tal vez en ningún otro partido como el comunista se verá tan claramente
delimitada las categorías de Duverger. El elector es empíricamente mesurable a
través de los datos electorales y se ha convertido después de Duverger en la más
difundida forma de análisis de los partidos. Para los comunistas en general, dada
su esencia extra-parlamentaria, ésta no sería una arista de análisis fundamental,
133
Ibíd. Pág. 96-97.
134
Ibíd. Pág. 100.
94
A través del análisis de los simpatizantes Duverger nos adentra a una dimensión
muy importante para la práctica de los partidos comunistas: su inserción al
movimiento social, “el trabajo de masas”, expresado para Duverger en los
denominados organismos anexos:
135
“La declaración de una preferencia política, el reconocimiento de una simpatía por un partido,
pueden revestir muchas formas y grados…Todo es diferente si se considera ese voto como
habitual y normal. Se da un paso mas si la declaración de simpatía no es puramente pasiva, sino
que se acompaña de un esfuerzo positivo a favor del partido: lectura regular de su prensa,
asistencia a sus manifestaciones y reuniones públicas, donativos a sus suscripciones, actividades
de propaganda.” Ibíd. Pág.132.
136
Ibíd. Pág. 136.
95
96
137
“Para un verdadero comunista, la patria, la familia, el matrimonio, los amigos están
subordinados a los intereses del partido; para un liberal o un conservador, el partido está muy por
detrás de todo eso.” Ibíd. Pág. 149.
138
“El marxismo no es sólo una doctrina política, sino una filosofía completa, un método de
pensamiento, una cosmogonía espiritual. Todos los hechos aislados en todos los campos,
encuentran en él un lugar y una razón de ser. Explica tanto la evolución del estado como la
transformación de los seres vivos, la aparición del hombre, los sentimientos religiosos, los
comportamientos sexuales, el desarrollo de las artes y las ciencias.” Ibíd. Pág. 147-148.
97
logra desfigurar su esencia misma como partido marxista.139, el PCC mantiene los
rasgos fundamentales esbozados por Lenin como deber ser, y descritos con
detalle por Duverger.
98
142
Ibíd
99
El clásico texto para el trabajo obrero del PCC, Historia de las luchas sindicales en
Colombia144, de Edgar Caicedo, nos puede dar una idea de la debilidad del
proletariado clásico en nuestro país. En plena implementación del modelo de
sustitución de importaciones y promoción de la producción fabril, ésta no llegó a
143
Lastimosamente por el hermetismo que caracteriza los censos y demás información
organizativa de los partidos de izquierda en Colombia, es casi imposible hacer un análisis
cuantitativo de la composición social de la militancia del PCC, obligándonos a recurrir a alusiones
bastante generales al respecto. Dentro de los datos conocibles podemos citar la proporción de
delegados al VIII Congreso del PCC en 1958: 31% de zonas de colonización, 43% de zonas
campesinas y pequeños municipios y sólo el 26% de las cinco grandes capitales –sin que esto sea
sinónimo de su extracción obrera-. Citado por ARCHILA (2003) Pág. 278. Una variación importante
–que no obstante no altera la mayoría no obrera-podríamos apreciar en el XI Congreso, donde
según Documentos Políticos Nº 97 los obreros equivalían a un 37% de delegados, los campesinos
a un 24% y las capas medias a un 39%. Los indicadores para la determinación de las proporciones
no es explícito en ninguna de las fuentes.
144
CAICEDO, Edgar. Historia de las luchas sindicales en Colombia. Ediciones Suramericana Ltda.
2da Edición. Bogotá. 1974. 251 p.
100
representar el 20% del PIB ni a ocupar mas del 10% de la fuerza de trabajo.145
Pese a la tendencia urbanizadora que vivirá el país desde La Violencia, seguirá
teniendo mayor peso para la economía nacional, el trabajador rural en sus
múltiples formas.
Sin negar la importancia que pudieron tener los comunistas en sectores como el
cementero o el de trabajadores del plástico, desde los mismos años de la
FEDENAL, el PCC, signado por la formación socio-económica colombiana,
enraizará su presencia dentro del movimiento sindical, en sectores de clases
medias o trabajadores del hoy denominado sector servicios. Artesanos en la
década de 1920, trabajadores del transporte en las décadas de 1930 y 1940,
maestros y empleados públicos en períodos mas recientes, serán la mayoría de
militantes del PCC en el seno del “proletariado”, acompañados durante todos los
períodos por trabajadores del campo. Aunque esta realidad es acorde a la
formación socio-económica del país y no socava el carácter de asalariados o
explotados de estas capas de trabajadores, si representan un esquema distinto al
del Partido Comunista de la industrial Francia descrito por Duverger.
El PCC buscará importantes bases entre los trabajadores del campo, ante su
imposibilidad de constituir una gran base obrera, como la que lograsen otros
congéneres suyos en Chile o Brasil:
“El Partido buscó la gente influyente para tener bases en la incipiente clase
obrera colombiana. Pero al mismo tiempo, empezó a desarrollar un intenso
145
Según Caicedo, basado en estadísticas oficiales los obreros fabriles propiamente dichos, es
decir el proletariado industrial representaba cerca de 300.000 personas, que sumados a
trabajadores de sectores estratégicos como los hidrocarburos, la energía o el transporte podían
sumar 600.000, de los casi 5 millones de trabajadores de l964. Serán mas significativo el casi
millón de proletarios agroindustriales ligados a productos como el banano, la caña de azúcar, el
arroz o el café. Ibíd. Pág. 20-21.
101
146
DELGADO, Alvaro. El horno de los 30. Entrevista a Gilberto Vieira. En VARIOS AUTORES.
Gilberto Vieira Su vida, su obra, sus aportes. Fundación Cátedra Gilberto Vieira White. 2008. Pág.
92.
102
Aún así durante la República Liberal, los comunistas conquistaron una respetable
presencia en el movimiento sindical de la época, que acrisolada con su pacto
político con el gobierno se revertía en un importante poder en la dirección de la
147
La Unión de Trabajadores de Colombia, UTC, representaba al borde de su crisis en 1980 mas
del 30% de los sindicalizados del país, especialmente trabajadores pertenecientes a pequeños
sindicatos de base, de diversas fábricas, presa fácil del corporativismo; mientras tanto la Central
Sindical de Trabajadores de Colombia, CSTC, de orientación comunista sólo llegaba al 10%, pese
a desarrollar junto al radical “Sindicalismo Independiente” mas del 70% de las huelgas. LONDOÑO
BOTERO, Rocío. Crisis y recomposición del sindicalismo colombiano (1946-1980) En Nueva
Historia de Colombia. Tomo III. Editorial Planeta. Bogotá. 1989. Estudios hechos por la misma
CSTC y citados por Caicedo en su texto, estiman para 1971 más de 500.000 trabajadores afiliados
a la central conservadora de un total de 950.000 sindicalizados en el país, mostrando el gran
control de la derecha sobre los sectores organizados de la clase obrera en nuestro país.
CAICEDO, Edgar (1974)
103
104
105
Faltaría en mi opinión una distinción más clara en Duverger entre los organismos
anexos como tal y otros grados de simpatía y organización representados por la
153
En la mayoría de países del mundo las Juventudes Comunistas son organismos anexos y
“amplios” para el trabajo con las nuevas generaciones, pero no tienen la categoría de militantes, ni
sus derechos ni sus deberes. La JUCO de Colombia, aunque con algunas restricciones, son
militantes del PCC y participan en su estructura interna y espacios de decisión. Ver Estatutos del
PCC.
106
154
MUNERA RUIZ, Leopoldo. Rupturas y Continuidades. Poder y Movimiento popular en Colombia
1968-1988. IEPRI. U. Nacional. CEREC. Bogotá. 1998
155
“La idea fundamental que debe guiar nuestra actividad es la de que el trabajo de masas del
partido es un trabajo político para contribuir a la lucha del pueblo por el poder y no simplemente
una labor gremial para mejorar las organizaciones populares a fin de que puedan defender mejor
sus derechos y reivindicaciones diarias. No concebimos ninguna lucha de masas sino partiendo de
las reivindicaciones básicas del trabajador. Pero entendemos que es tarea fundamental del partido
elevare esta lucha reivindicativa a nivel político.” OVIEDO, Álvaro. El movimiento de masas en
Colombia. Fondo Editorial Suramérica. Bogotá. 1985. Pág. 7.
107
Desde esta perspectiva habría que incluir dentro de la dinámica del PCC no
únicamente su expresión electoral u orgánica, sino su influencia en los
movimientos sociales y populares durante su historia, aunque como será obvio
existirá una estrecha relación dialéctica entre las dos facetas del desarrollo del
partido. Las debilidades y/o fortalezas orgánicas del PCC tendrán un parangón en
su influencia de masas.
156
Pese a su composición mayoritariamente campesina y a su gran tradición en las luchas agrarias
el PCC, privilegiará en la práctica el trabajo organizativo en sus zonas de influencia, o la
colonización política de otras y será poco proclive a participar en dinámicas más amplias en las que
deba compartir la conducción de masas con otras expresiones políticas. Su poco peso dentro de la
ANUC sería un síntoma claro del anterior fenómeno.
157
Una buena guía de aproximación a esta dimensión del PCC es el citado manual de Álvaro
Oviedo en cualquiera de sus dos ediciones. OVIEDO (1977) OVIEDO (1985)
108
Pocas veces se encontrará en la historia del mundo un partido que con tanto
ahínco busque el acceso al parlamento y demás espacios de la democracia liberal
–aunque no necesariamente con los más óptimos resultados158- y que con igual
vehemencia los rechace y descalifique:
158
La participación propiamente parlamentaria del PCC será históricamente pequeña como ya se
reseñó, matizando el accionar descrito por Duverger de un PCF de buen caudal electoral,
enmarcado en un fuerte sistema liberal.
109
159
VIEIRA WHITE, Gilberto. La táctica leninista del Partido Comunista de Colombia. En Política y
Revolución en Colombia. La táctica de los comunistas. Ediciones Armadillo. Bogotá. 1977. Pág. 20.
110
“Yo tengo la completa convicción de que los compañeros del PCUS nunca
compartieron la línea política del Partido Comunista Colombiano, sobre
todo el apoyo a la legitimidad de la resistencia popular armada. Estaban
mucho mas concentrados en las relaciones comerciales y la conservación
de las relaciones diplomáticas que estuvieron cortadas durante casi dos
décadas…Entonces, es claro que en el plano nacional el PCC ha
elaborado una línea propia, que ha jugado su papel.162”
160
Entrevista a Gilberto Vieira. En VALVERDE, Umberto. Colombia. Tres vías para la revolución.
Círculo Rojo Editores. Bogotá. 1973. Pág. 57.
161
“ Durante varias décadas la Unión Soviética adoptó una visión esencialmente pragmática de sus
relaciones con los movimientos de liberación radicales y revolucionarios del Tercer Mundo, puesto
que ni se proponía ni esperaba ampliar la zona bajo gobiernos comunistas mas allá de los límites
de la ocupación soviética en Occidente y de la intervención China en Asia. Esto no cambió ni
siquiera durante el período de Kruschev (1956-1964)…Lo que esperaba Kruschev era que el
capitalismo sería enterrado por la superioridad económica del socialismo.” HOBSBAWM, Eric.
Historia del Siglo XX. Editorial Crítica. Cuarta Edición Castellana. Barcelona. 2003. Pág.434-435.
162
Entrevista a Jaime Caicedo T. Secretario General PCC. En HOLGUIN M, Alfredo. Ellos son
grises, nosotros el arco iris. Contacto Editores. Bogotá. 2007. Pág. 68.
111
la lucha armada y la ruptura con la Unión Soviética163. En un caso que sólo tendrá
un parangón en algo similar en el proceso del PC salvadoreño, el PCC mantendrá
su alineación internacional con el PCUS y todas sus políticas, pero desarrollará
una práctica no fácilmente encuadrada en las recientes teorizaciones de los
soviéticos y laS necesidades diplomáticas de Moscú.
163
“El triunfo de la revolución cubana en 1959 es central. Un frente de fuerzas populares muy
grande, animado por un pequeño ejército popular guerrillero derrota la dictadura, abriéndole paso
al desarrollo de un programa radicalmente distinto. Todo esto tienen una gravitación muy fuerte y
muchos sectores vuelven a la vieja idea de que no es sino desenterrar los viejos fusiles de la
Guerra de los Mil Días y lanzarse a la lucha revolucionaria. Una lectura que para el Partido
Comunista parecía apresurada, entendiendo las condiciones particulares de Cuba”. Ibíd. Pág. 64.
164
Al respecto ver la entrevista a los fundadores del PCC provenientes del socialismo
revolucionario Luis Vidales y Rafael Baquero: Medio siglo del PCC. No un partido conspirativo sino
enraizado en la lucha de masas. En Documentos Políticos Nº 142. Bogotá. Mayo-junio 1980. Pág.
11-30.
112
165
HARNECKER, Martha. Combinación de todas las formas de lucha. Entrevista con Gilberto
Vieira. Ediciones Suramericana. 1989. Pág. 78.
113
166
MARIATEGUI, José Carlos. Siete Ensayos sobre la Realidad Peruana. No obstante, Jaime
Caicedo mencionará como trabajos importantes los análisis histórico-económicos de Colombia
realizados por Anteo Quimbaya y Teodosio Varela, entre otros. En HOLGUIN M, Alfredo. (2007)
167
Ejemplo de esta situación podría ser el desarrollo del grupo denominado ARCO (Alianza
Revolucionaria Colombiana) conformada entre otros por Estanislao Zuleta y Mario Arrubla,
dirección política del PCC en Medellín quienes se escinden del partido por debates ideológicos y
organizativos con la dirección central. Aunque se considera que su grupo da origen al trotskismo
colombiano su trasegar tuvo menores éxitos y trascendencia en la vida nacional que el mismo
PCC, pese a la mayor profundidad intelectual de su discurso. Ver DELGADO, Alvaro. Todo tiempo
pasado fue peor.
168
Al respecto ver SHULGOVSKI, Anatoli. Cátedra Bolivariana. El proyecto político de El
Libertador. Ediciones CEIS. Bogotá. 1983. 178 p.; Revista Cuestiones de Historia Nº 11. Moscú.
1956.
114
169
VIEIRA WHITE, Gilberto. Sobre la estela del libertador. En: Dos enfoques marxistas. Ediciones,
Izquierda Viva. Bogotá.
170
Ibíd.
115
116
172
La propuesta del Frente Popular que se convertirá en línea mundial de la Internacional
Comunista ante el ascenso del nazi-fascismo tenía como base la experiencia concreta de los
comunistas búlgaros dirigidos por Jorge Dimitrov. Posteriormente Mao teorizará el papel del Frente
Popular, mas allá de la resistencia anti-fascista, ligándolo con el proceso de toma del poder,
incluyéndolo como uno de sus “tres instrumentos” para la revolución, junto al Partido y al ejército
guerrillero.
173
TIRADO MEJÍA, Alvaro. “López Pumarejo: la Revolución en Marcha”, en: Colcutura. Nueva
Historia de Colombia. Tomo I. Editorial Planeta. Bogotá. 1989. Citado En VARIOS AUTORES
(2008)
174
Hablando del “Frente Popular” previo al estallido de la II Guerra Mundial Jaime Caicedo dirá:
“No es un reflejo mecánico del frente antifascista propuesto por la Internacional Comunista, el que
toma cuerpo en la experiencia colombiana. Convergen allí para darle forma, además, los reclamos
sociopolíticos doblemente aplazados: el reclamos por las libertades públicas reales, derechos
democráticos para las fuerzas que insurgen en la vida política por fuera y en contra del
bipartidismo histórico, la urgencia de reformas democráticas modernizadoras, es decir, la
revolución democrática aplastada y bañada en sangre en la Guerra de los Mil días y la humillación
por la división del país con la separación de Panamá; y las nuevas luchas sociales, obreras,
117
agrarias y estudiantiles”. CAICEDO, Jaime. Gilberto Vieira: Maestro y constructor. En VARIOS
AUTORES (2008) Pág. 25.
118
175
Además de éstas escisiones, valdría la pena señalar como en el proceso de ruptura con el
browderismo de A. Durán surgirán del PCC dos grupos de poca cohesión y perdurabilidad, en
buena medida reabsorbidos por el mismo partido a los pocos años: “Los principios del centralismo
democrático han triunfado definitivamente en el PCC, proclamó la conclusión esencial de este
Congreso (el VI en 1949), después de que sus labores culminaron con la disolución de los dos
grupos antipartido, constituido el uno a raíz del Congreso de Bucargamanga, y poco antes el otro.
El llamado Movimiento reorgánico del PC estaba formado por camaradas expulsados
arbitrariamente antes del V Congreso y tenía en general una posición extremo-izquierdista. Sus
integrantes aceptaban las conclusiones políticas del Congreso de Bucaramanga y al cabo de
algunas semanas de discusión con nuestro comité ejecutivo, decidieron disolver su agrupación y
reincorporarse a las filas del Partido, lo que fue refrendado por el VI Congreso.
El llamado comunismo obrero por el contrario, en los tres años siguientes al congreso de
Bucaramanga había adelantado una lucha encarnizada y venenosa contra el Partido, que en
algunas ocasiones abandonó la persuasión y replicó de manera colérica. Finalmente como fruto de
pacientes gestiones de partidos hermanos, los integrantes del comunismo obrero convinieron en
admitir públicamente lo que ellos llamaron su error sustancial, la violación de los principios del
119
Otros grupos conformados como división del PCC tendrán una vida efímera y un
impacto bastante pequeño en la vida política. La mayoría de debates o bien fueron
conjurados por el centralismo democrático y la progresiva marginación de algunas
posiciones y los cuadros que la encabezaban, o sencillamente cohabitaron en
medio del mayor respeto a la estructura del Partido. Los distanciamientos con la
línea oficial del partido con la excepción del Congreso de Bucaramanga, nunca
derivaron en un abrupto cambio de políticas o directivos, sino se expresarían en el
marginamiento –o retiro- individual de personalidades que aunque expresaban
opiniones colectivas pocas veces se expresaron en un verdadero cisma de la
militancia. Saldrán del PCC sin conformar una verdadera escisión personajes tan
diversos como Diego Montaña Cuellar, Estanislao Zuleta, Darío Mesa, Jaime
Bateman Cayón, Luis Eduardo Garzón o Angelino Garzón176.
120
también influirá mucho una concepción propia de los comunistas que cumple un
importante papel de cohesión, una fusión entre pragmatismo y respeto a la
estructura e ideologías partidarias. Hobsbawm lo expresa en los siguientes
términos:
177
HOBSBAWM, Erick. (2003) Pág. 80.
178
Ver VILLARRAGA, Alvaro y Nelson PLAZAS. Para reconstruir los sueños. Una historia del EPL.
1994
179
“Nuestras relaciones con el Partido legal serán respetuosas y tendrán como fundamento: a) El
reconocimiento de la existencia de dos Direcciones: la Legal y la nuestra…Este debe ser un trabajo
permanente, prudente e inteligente, evitando caer en el anti-partido; por que nosotros somos ante
todo, Comunistas”. MARULANDA, Manuel. Entrevista. Publicada Página Web. http://
www.farcep.org
121
180
“Los revolucionarios sociales del siglo XX descubrieron tardíamente la senda de la revolución a
través de la guerra de guerrillas. Tal vez eso se debe a que históricamente esa forma de actividad
122
clara tipificación el teórico alemán Carl Schmitt en su libro Teoría del Partisano.
Una acotación al concepto de lo político.
123
182
Ibíd. Pág. 69
183
“Para una teoría del partisano, como la intentada aquí, no debemos perder de vista algunos
criterios, pues, de lo contrario, el tema se disolvería en una generalización abstracta. Tales criterios
son: irregularidad, movilidad acentuada de la lucha activa y mayor intensidad del engagement
político. Quisiera afirmar otro síntoma del auténtico partisano al que Jover Zamora llamó carácter
telúrico” Ibíd. Pág. 31-32
184
“Porque el partisano evita precisamente llevar sus armas a la vista; lucha en emboscadas, y
utiliza lo que sea para su camuflaje: el uniforme del enemigo, insignias fijas o sueltas y cualquier
clase de vestimenta civil. Disimulo y oscuridad son sus mejores armas. No puede prescindir de
ellas sin perder el espacio de la irregularidad; es decir, las necesita esencialmente para ser
partisano”. SCHMITT (1966) Pág. 54.
185
“Movilidad, rapidez y cambios bruscos de ataque y retirada, en una palabra, movilidad
acentuada sigue siendo, aún hoy, una característica del partisano. Tecnización y motorización
incluso intensifican la movilidad.” Ibíd. Pág. 27
124
De otra parte, desde una lectura menos académica el sociólogo francés Régis
Debray entrará a plantear una teoría de la guerra de guerrillas basada en el
análisis específicamente de la experiencia cubana, -y no del amplio universo
histórico estudiado por Schmitt-, con la pretensión adicional de querer ser un texto
rector del accionar político de los movimientos revolucionarios latinoamericanos.
Los textos de Debray186, junto a las memorias del Che Guevara, fueron difundidos
por el Partido Comunista de Cuba, dando forma a la denominada teoría del foco,
una forma particular de la comprensión de la guerra de guerrillas:
“En América Latina, serán sin embargo el “Ché” Guevara y Régis Debray,
quienes ejercerán inicialmente una ascendencia mas profunda. Su influjo
nacerá paradójicamente de una lectura equivocada que extrajeron de la
revolución cubana: el énfasis de Mao en la organización popular, fue
considerado superfluo, debido al clima revolucionario ya existente en el
continente, por lo cual sólo se requería de un pequeño motor –el foco
insurgente- para poner en marcha el gran motor de la revolución en toda el
área. Este discurso encontraría un caldo de cultivo en extremo favorable
debido a la impaciencia de los jóvenes radicales frente a la izquierda
tradicional, envuelto a sus ojos en un reformismo improductivo. Por ello, la
herejía de Régis Debray al afirmar que se debía impulsar la guerra de
guerrillas sin la construcción previa de un partido revolucionario- la fuerza
guerrillera es el embrión del partido- ganó adeptos por doquier187”.
186
Revolución en la revolución. Cualquier edición.
187
PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. Insurgencia sin revolución. La guerrilla en Colombia en una
perspectiva comparada. Tercer Mundo. IEPRI. Bogotá.1996. Pág.56.
125
a las estudiadas por Schmitt, si guardaba más relación con esta caracterización ya
expuesta, que con la apuesta del foco de un Estado que se desplomaba ante una
inmensa población politizada sin necesidad de organización política y ante la
acción de un grupo decidido de combatientes188. El PCC nunca ocultó su
distanciamiento con la táctica impulsada por los cubanos, así como La Habana y
sus ideólogos tampoco dejaron de mostrar cierto desdén por el tipo de lucha
armada desarrollada por los comunistas colombianos, como bien lo narra Álvaro
Delgado:
188
“La victoria armada del pueblo cubano sobre la dictadura batistiana ha sido, además del triunfo
épico recogido por los noticieros del mundo entero, un modificador de viejos dogmas sobre la
conducta de las masas populares de la América Latina, demostrando palpablemente la capacidad
del pueblo para liberarse de un gobierno que lo atenaza, a través de la lucha guerrillera.
Consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la Revolución cubana a la mecánica de
los movimientos revolucionarios en América, son ellas: (1) Las fuerzas populares pueden ganar
una guerra contra el ejército. (2) No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones
para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas. (3) En la América subdesarrollada el
terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo.”. GUEVARA, Ernesto. LA
Guerra de Guerrillas. Edición digital. Pág.4.
189
DELGADO, Álvaro. Entrevista a Gilberto Vieira. En VARIOS AUTORES(2008) Pág. 121-122. Un
extenso y detallado relato al respecto, que por demás subraya la particularidad colombiana en
CASTAÑEDA, Jorge (1993) Capítulo III. El Crisol cubano.
126
3.2.2 Las FARC como guerrilla atípica. Esta segunda característica nace
precisamente del no encuadramiento de las FARC en la teoría del foco y su
surgimiento histórico, que hunde sus raíces en un período previo a la revolución
cubana.
Si bien la fundación de las FARC coincidirá con el auge de la teoría del foco y el
surgimiento de los grupos maoístas, siendo un intento de respuesta a dichas
doctrinas, en estricto sentido la práctica de la lucha armada de los comunistas
127
En tal sentido no se puede entender a las FARC como una guerrilla foquista y ni
siquiera parte de esta “primera generación” de la insurgencia latinoamericana.
Sobra decir que tampoco encajará en la segunda generación del foco, de guerrilla
urbana. Las FARC las precede en tiempo y se distancia táctica y estratégicamente
de ellas, aunque obviamente se verá afectada por los debates planteados desde el
foco a la dinámica de los partidos comunistas latinoamericanos.
190
En términos de Eduardo Pizarro esta segunda ola de guerrillas representó una ruptura con el
foquismo y la apuesta por una guerrilla de tipo partisano-societal, pero así mismo un
distanciamiento importantes con los referentes revolucionarios extra-latinoamericanos como Moscú
, Pekin o Tirana. PIZARRO (1996) Pág. 104. Para ver estudio detallado de los casos Ver
CASTAÑEDA (1994) Capítulo IV. La segunda ola.
128
191
Incluso su nominación como FARC significa una ruptura con los típicos nombres de las
guerrillas de la época y fue símbolo de su búsqueda por diferenciarse con las otras agrupaciones
armadas del momento. Así lo testimonia Jaime Guaracas, uno de sus fundadores en la entrevista a
Luis A. Matta. MATTA ALDANA, Luís Alberto. Colombia y las FARC-EP. Origen de la lucha
guerrillera. Testimonio del comandante Jaime Guaracas. España: Txalaparta, 1999.
129
192
Tomado de PIZARRO (1996). Pág. 59.
130
Aunque para el autor las FARC, junto al EPL sería la clásica guerrilla partisana193,
la caracterización soslaya importantes aspectos constitutivos de la guerrilla
comunista. Aunque será innegable el papel del Partido Comunista para el
surgimiento y desarrollo de las FARC, como pretendemos demostrar en esta
investigación la fundación del grupo guerrillero correspondió mas a un
encrespamiento del conflicto agrario en unas zonas determinadas (Sur del Tolima,
Norte del Cauca) que a una decisión planeada de la estructura política. Tal
circunstancia es un puntal importante para el comportamiento de las FARC, casi
como una guerrilla societal194 en ciertas zonas de colonización, como lo reconoce
el mismo Pizarro195. El carácter “societal” de las FARC se refuerza por la
referencia que hace de sí misma la guerrilla comunista, a través del denominado
por algunos “mito fundacional de la agresión a Marquetalia”, desde el cual rige su
accionar196.
193
Así mismo, el ELN en su primera etapa netamente foquista será el mejor representante de la
guerrilla militar y el grupo indigenista Quintín Lame el exponente epónimo de la guerrilla societal.
PIZARRO (1996) Pág. 60.
194
“Consideramos que la guerrilla societal es, ante todo, una guerrilla telúrica, que busca expresar
a un sector social determinado. Es decir una suerte de movimiento social armado, dado que busca
constituirse como un actor social organizado” Ibíd. Pág. 57. La extensión militar de las FARC a
través de las estructuras auxiliares de las Milicias Bolivarianas buscan retomar la experiencia de
autodefensa de masas con el apoyo de la guerrilla. Ver ESTATUTOS MILICIAS BOLIVARIANAS.
Archivo Histórico Documental. FARC-EP. Grupo de Actores Armados. Grupo de Seguridad y
Defensa. DIB. U. Nacional de Colombia. 2008.
195
Ibíd. Pág. 60-61.
196
“Según este mito, las FARC no surgieron por iniciativa propia, sino, como resultado de una
agresión externa. El movimiento guerrillero incipiente no habría sido quien le declaró la guerra al
Estado, sino, por el contrario, fue el Estado quien le declaró la guerra a las organizaciones agrarias
comunistas, las cuales se vieron obligadas a defender su vida mediante las armas. El discurso de
Manuel Marulanda en San Vicente de Caguán se inscribe en la lógica propia de esta lectura de la
historia. Mediante este mito histórico las FARC buscaron siempre desligarse del resto de grupos
guerrilleros de la época, las llamadas “guerrillas de primera generación” (EPL y ELN), las cuales
habrían surgido con base en la iniciativa política de sectores de clase media urbana radicalizadas.
Frente al voluntarismo y al foquismo guevarista, las FARC aparecían, por el contrario, como el
resultado de una agresión del Estado contra la población campesina. Mediante la construcción de
esta visión sobre sus orígenes remotos, las FARC han construido y recreado su justificación
histórica, con total autonomía de los cambios que se han producido tanto en el ámbito internacional
(el fin de la “guerra fría”), como internos (la Constitución de 1991 y la apertura democrática). 196
`PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. Las FARC-.EP. ¿Repliegue, debilitamiento estratégico o
punto de inflexión? En VARIOS AUTORES. Nuestra guerra sin nombre. IEPRI. Universidad
Nacional de Colombia. 2004.
131
De otra parte aunque Pizarro plantea que a la fecha (1996) ninguna guerrilla
colombiana hubiese logrado desplegarse en las tres dimensiones (político, militar y
social) para convertirse en un proto-Estado, otros pondrán hincapié en el
fortalecimiento militar y social de las FARC-EP en algunas zonas del sur del país
durante la década de 1990197, que como veremos coincidió paradójicamente con
su debilitamiento político debido a la ruptura con el PCC. El mismo Pizarro
reconocerá este desdoblamiento de las FARC como poderosa guerrilla militar en
un texto mas reciente, refiriéndose al final del siglo XX.198
197
“De continuar – (las FARC)- con los ritmos de crecimiento y expansión de la última década,
antes de ocho años podría tener cerca de treinta mil hombres en armas y alrededor de trescientos
frentes de combate irregular. De llegar a cifras cercanas a este crecimiento cuantitativo, serían muy
grandes las posibilidades de que la actual guerra de guerrillas dé el salto cualitativo hacia la
generalización de la guerra de movimientos y hacia la guerra de posiciones…” RANGEL SUAREZ,
Alfredo. Colombia: Guerra en el fin de siglo. Uniandes. Tercer Mundo. Bogotá. 1998. Pág. 1.
198
PIZARRO (2004)
132
principal contradictor militar del Estado desde la década de 1990 hasta hoy, pese
a sus recientes reflujos199.
3.2.3 Guerrilla Campesina. En primera instancia las FARC son una guerrilla de
extracción y militancia esencialmente campesina, por su origen y posterior
desarrollo. Así mismo su escenario sustancial de desenvolvimiento ha sido hasta
ahora el campo y sus experiencias de accionar urbano armado han sido poco
estables. Consecuente con ello, su acervo programático se circunscribió
básicamente al problema agrario durante sus primeros 20 años de existencia. Este
elemento hoy de conocimiento público es importante en cuanto diferencia a las
FARC del universo de guerrillas colombianas, formadas y dirigidas en sus
orígenes por intelectuales de las clases medias.200
199
Según cifras del Ministerio de Defensa las FARC-EP lograron agrupar cerca de 17.000
guerrilleros en el año 2001 y hoy día mantendrían cerca de 9.000 combatientes. Las guerrillas de
Castro nunca superaron los 300 hombres. PECAUT, Daniel. Las FARC: ¿Una guerrilla sin fin o sin
fines? Editorial Norma. Bogotá. 2008. Pág. 106.
200
“Salvo en el caso de las FARC, dados sus rasgos particulares ligados a su origen histórico, la
base fundamental de reclutamiento del ELN y del EPL eran estudiantes o profesionales de clase
media, y sólo de manera en extremo marginal sectores populares urbanos o sectores campesinos
e indígenas en las áreas de operaciones insurgentes.” PIZARRO (1996) Pág. 97.
133
201
“Durante los años cincuenta, el Partido Comunista de Colombia logró lo que innumerables
grupos en todo el hemisferio intentaron mas tarde sin conseguirlo: crear una base de masas
campesina. Su fuerza descansaba en dos pilares: la autodefensa campesina y la conformación de
un núcleo guerrillero…El PCC siguió participando en la lucha armada a través de las FARC
creadas en 1966.” CASTAÑEDA (1994). Pág. 90.
202
Entrevista a Julián Garcés. Miembro de las FARC-EP. Cárcel Modelo de Bogotá. 1999. Citado
en FERRO MEDINA, Juan Guillermo y Graciela URIBE RAMON. El orden de la guerra. Las FARC-
EP Entre la organización y la política. Centro Editorial Javeriano. Bogotá. 2002. Pág. 63.
203
Ibíd. Pág. 64. Entrevista al “Cura Camilo”.
134
Así pues, antes que nada, las FARC –como el PCC- son una organización
fundamentalmente campesina. La denominada cultura campesina, le impone las
fortalezas y los limitantes propios: temporalidades, lógica, disciplina, entre otros.
204
Independientemente de la cantidad de campesinos dentro de las FARC –que son de lejos la
mayoría de combatientes- el Secretariado actual, por ejemplo tiene 6 miembros de origen urbano –
de un total de 7-, en su mayoría con estudios universitarios. Importante elemento a comparar en la
transformación histórica llevada a cabo por las FARC. En la primera comandancia de las FARC el
único miembro no-campesino era Jacobo Arenas; ya en la Octava Conferencia existía mayoría
urbana (4:3) y hoy sólo el Comandante Jorge Briceño, (Mono Jojoy) es de extracción claramente
agraria. Ver PECAUT (2008) Pág. 78 y ss.
205
“Sin embargo, el ingreso creciente de miembros de origen urbano a las FARC ha sido tardío y
tímido, y la identidad cultural en las FARC sigue siendo de corte campesino, lo cual constituye una
fortaleza organizativa en la medida en que existe una cierta homogeneidad en las prácticas y
visiones culturales.” FERRO y URIBE (2002) Pág. 65
135
Si bien en sus orígenes las FARC era en el sentido marxista una guerrilla
propiamente campesina –es decir de pequeños propietarios de tierra-, su
desarrollo la abalanzó hacia las zonas de colonización de la frontera agrícola,
donde consiguió la mayoría de sus ingresos a filas. Aunque las FARC lograron
erigirse en una fuerza político-militar de carácter nacional, su mayor desarrollo fue
precisamente en el suroriente del país, en las extensas llanuras de los antiguos
territorios nacionales, siendo los ingresos a filas provenientes de estas zonas, el
componente mayoritariamente cuantitativo del ejército guerrillero206. El
campesinado de esta región, que ha servido de apoyo y ha sido base de los
ingresos a filas de las FARC, está compuesto básicamente por colonos,
desterrados de sus regiones de origen, que entran a articularse en muchos casos
con los cultivos de uso ilícito; desarraigados y casi estacionales, con vínculos poco
fuertes de subordinación dentro de la estructura de poder del campo como lo
caracterizara B. Moore, y por el contrario en abierta rebeldía con el régimen de
propiedad de la tierra como lo diría A. Molano207; campesinos que emigran por
206
En estas regiones de frontera agrícola actúan los Bloques Oriental y Sur de las FARC-EP, los
mas numerosos y con mayor número de frentes: 21 frentes del Oriental y 11 frentes del Bloque
Sur, más la Columna Móvil Estratégica Teófilo Forero y la Compañía Móvil Juan José Rondón. Ver
Cuadro Organización de Bloques y Frentes FARC-EP (2001) FERRO y URIBE (2002) Pág. 52.
207
MOLANO BRAVO, Alfredo. Violencia y colonización. En Revista Foro Nº6. Bogotá. 1988.
136
137
“El colono puede optar por acciones extra-institucionales, si y solo si, se dan
ciertas condiciones: un juego de suma cero por la propiedad, una ausencia de
títulos legales sobre la misma, una ausencia del Estado o una presencia pero
abiertamente comprometida a favor de sus adversarios, etcétera.”210
3.2.4 Guerrilla del “Partido”. Imagen y semejanza del PCC. Aunque pueda
parecer redundante las FARC son una guerrilla expresión del Partido Comunista
Colombiano, a quien hemos caracterizado anteriormente; prácticamente todos sus
atributos se reflejan con algunos matices en la guerrilla por él construida. De
hecho los aspectos ya reseñados: su distanciamiento con el foquismo, su
originalidad dentro del concierto latinoamericano y su esencia campesina, son en
buena parte heredadas del mismo PCC.
Los principales rasgos del PCC se replicarán igualmente en las FARC. Las FARC
siempre se reivindicaron como guerrilla comunista, siendo más restrictivos en su
conformación que otras experiencias armadas de orientación marxista como el
EPL de Mao, por ejemplo211. Para ello incorporaron en sus Estatutos la adopción
de la ideología marxista-leninista como requisito para todos sus combatientes,
desde la interpretación que de ella hacían los soviéticos y el PCC:
210
PIZARRO (1996) Pág.167.
211
“Además, los guerrilleros de las FARC en ningún momento ocultan su filiación comunista. Es
mas, tienen esa característica aparentemente muy restrictiva, dicen que todos son comunistas”.
Entrevista a Gilberto Vieira. HARNECKER(1989) Pág. 28.
138
212
“Nosotros tomamos el marxismo pero no de manera dogmática… Los postulados
fundamentales, las propuestas generales, la metodología del conocimiento de la sociedad y de
evolución histórica, las contradicciones de la sociedad que plantea el marxismo, para nosotros son
vigentes. La filosofía del marxismo, de la lucha de clases, la concepción de lo que es la misma
economía política marxista, lo que es el capitalismo, eso es lo fundamental… Para nosotros eso
está vigente.” Entrevista al Comandante Iván Ríos. FERRO y URIBE (2002). Pág. 122.
213
“La célula política funciona desde la unidad básica de la organización que es la escuadra,
compuesta por doce miembros. Todos los integrantes de las FARC, desde esta unidad hasta el
Estado Mayor Central, forman parte de una célula. Cada célula tiene un secretario político y uno de
propaganda. En su interior no hay rangos, allí se participa como combatiente. Es la instancia donde
se ejerce la democracia primaria. Se reúne cada 15 días y el secretario le propone al comandante
la fecha de reunión…” Entrevista al Comandante Fernando Caicedo. FERRO y URIBE (2002) Pág.
43.
139
Gráfico 1. Analogía estructura Partido Leninista - Estructura FARC-EP
ESTRUCTURA PARTIDO LENINISTA ESTRUCTURA FARC‐EP
CONFERENCIA
CONGRESO
COMITÉ
NACIONAL GUERRILERA
EJECUTIVO
CENTRAL SECRETARIADO
COMITÉ CENTRAL ESTADO MAYOR
CENTRAL
REGIONAL REGIONAL REGIONAL FRENTE FRENTE FRENTE
COLUMNA COLUMNA
ZONAL ZONAL
COMPAÑÍA COMPAÑÍA
RADIO RADIO RADIO RADIO RADIO GUERRILLA GUERRILLA GUERRILLA GUERRILLA GUERRILLA
E E E E E E E E E E
S S S S S S S S S S
C C C C C C C C C C
C C C C C C C C C C C C C C C R R R R R R R R R R
É É É É É É É É É É É É É É É U U U U U U U U U U
L L L L L L L L L L L L L L L A A A A A A A A A A
D D D D D D D D D D
U U U U U U U U U U U U U U U
L L L L L L L L L L L L L L L R R R R R R R R R R
A A A A A A A A A A
A A A A A A A A A A A A A A A
RELACIÓN JERÁRQUICA
DELEGA EN
ENVÍA DELEGADOS A
Otros rasgos marcados del PCC estarán también presentes en las FARC: su
aspiración a proyectarse e influir las luchas de masas214; el alineamiento
internacional con Moscú acompañada por una práctica nacional poco ceñida a sus
dictámenes, característica a la que dedicaremos el siguiente apartado; la
recurrente consigna del Frente Amplio seguida de una política y un lenguaje casi
conciliador –aunque no precisamente de una praxis militar de tal tono-215; y la
férrea unidad interna acorazada de la disciplina propia del centralismo democrático
salpicada de constantes fugas de militancia216.
214
Después de la ruptura con el PCC, las FARC-EP han buscado extender su influencia a través
del PCCC y el MB, organizaciones clandestinas de carácter político, dispuestos esencialmente
para tal fin. No obstante, desde antes y aún hoy, las “Comisiones de Organización” de Frentes y
demás unidades militares han adelantado trabajo directamente entre los sectores sociales para
impulsar movilizaciones y organización comunitaria. Siguiendo una revisión de prensa de las
fuentes oficiales en momentos de movilización social, podríamos corroborar nuestra afirmación. Al
respecto se puede ver también la tesis de Maestría en Estudios Políticos: “El papel del corredor de
movilidad en la guerra irregular: El caso de las FARC-EP en la región del Guavio” de Santos
Alonso Beltrán (IEPRI, Universidad Nacional de Colombia. 2008.)
215
Descuella que la Plataforma política de las FARC-EP aprobada por su Octava Conferencia, sea
básicamente un programa socialdemócrata que incluya pocas medidas de expropiación o
colectivización, como sería propio de un comunismo ortodoxo. No es gratuito que conciban esta
Plataforma de 10 puntos como una propuesta de acuerdo con diversos sectores de la sociedad que
la compartan y por eso la llaman para “Un gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional”.
216
Pese a la creciente deserción según las cifras oficiales, aún éstas están lejos de constituir un
cisma dentro de las FARC. A la fecha, a diferencia del ELN o del EPL, las FARC-EP no reportan
una verdadera fractura con la excepción del Grupo Ricardo Franco, que funcionase en la década
de 1980. Las deserciones se asemejan más a las rupturas individuales que se dieron también en el
PCC por la aplicación del centralismo democrático. Aunque es mucho lo que se puede especular
sobre la actual cohesión del grupo insurgente aún no han habido escisiones significativas que
negocien con el gobierno o desconozcan abiertamente al Secretariado.
141
Al igual que con el PCC el alineamiento internacional con la URSS pareciese ser
una suma de disciplina y pragmatismo, que formaron parte de la familia comunista
colombiana. Disciplina en cuanto no se consideraba pertinente poner en tela de
juicio la orientación de la Meca del movimiento comunista internacional, pero
pragmatismo en cuanto se veía en ella una estéril discusión, que a la postre los
empujaría a una ruptura innecesaria. Pero mayor pragmatismo aún, cuando sin la
requerida discusión se podía mantener sus políticas nacionales que creaban la
tensión.
No obstante, la “línea Moscú” en las FARC, siempre mediada por el PCC, tuvo
pocas implicaciones prácticas para el desarrollo de la guerrilla comunista, además
de la relación con su Partido. Sobra decir que nunca se recibió mayor apoyo para
su accionar armado por parte de la URSS, disonante por demás con la política de
los comunistas pro-soviéticos para la región. La formación y aportes llegaban
refractados a las FARC, a través de los cuadros del PCC, quienes directamente
mantenían la relación con el mundo socialista. Tal independencia, aunque relativa,
mantenida con mayores razones con La Habana217, permitió un buen grado de
autonomía de las FARC, con los diversos polos del movimiento revolucionario, y
dio paso a una táctica y desarrollo muy propios de la guerrilla comunista
colombiana, reivindicado como tal por sus propios comandantes:
217
“Los comunistas cubanos no creían pues, en sus compañeros colombianos…Yo lo vi y lo viví en
mis visitas a Cuba: allá solo había el trato de comandante, comandante tal, comandante cual, y
solo había ojos para los elenos, los del M 19, los comandantes centroamericanos o los
venezolanos del grupo armado disidente del partido encabezado por Douglas Bravo…” DELGADO,
Alvaro. (2007) Pág. 179.
142
“Pero la Unión Soviética nunca nos ayudó para nada, porque en las FARC, no se
a quien se le ocurrió, unos dicen que a Marulanda, que nosotros tenemos todo un
proceso con nuestro pueblo y con nosotros218”
Esta autonomía, blindó en parte a las FARC de los estragos políticos del derrumbe
de la URSS en el conjunto de la izquierda latinoamericana, de la misma forma en
que su independencia no sólo política sino económica y material con Cuba, la llevó
a construirse una infraestructura propia que no se vio afectada sustancialmente
con la crisis del socialismo.
218
Entrevista al Comandante Iván Ríos. FERRO y URIBE (2002) Pág. 124.
219
RAMIREZ GARCÍA, Reinaldo. En VARIOS AUTORES (2008) Pág. 150.
143
220
Los textos de los dos fundadores de las FARC, narran la implementación en Colombia de la
guerra de guerrillas bajo la orientación comunista. Entre ellos cabría mencionar Cuadernos de
Campaña de Manuel Marulanda, Diarios de la Resistencia de Jacobo Arenas y los manuales de
“Don de Mando” e “Instrucción para comandantes”, escritos respectivamente. Al respecto Ver
Archivo Histórico Documental. FARC-EP.
221
Desde la misma fundación de las FARC, el documento caracteriza el conflicto revolucionario
como una guerra revolucionaria de carácter prolongado, al no estar aún la situación revolucionaria.
144
145
146
147
deberá ser quebrantado por las clases subalternas que busquen el acceso al
poder225.
148
En Lenin existirá no sólo una teoría sino si se quiere una praxis de la violencia
revolucionaria a través de una guerra irregular de carácter partisano229. En esta
táctica se combinará la lucha abierta de masas a través de los sóviets de obreros
y campesinos, con la conspiración para la insurrección y el golpe militar. Logrando
sintetizar el acumulado del movimiento marxista, hasta el momento, Lenin
planteará una primigenia tesis de la combinación de las formas de lucha,
acondicionada a la realidad histórica concreta de cada proceso revolucionario:
149
Estas reflexiones de Lenin, serán invocadas por el PCC siempre que se le obliga a
dar respuesta por su desarrollo táctico. No obstante desde esta mirada de Lenin,
la combinación de las formas de lucha no sería un atributo especial de los
comunistas colombianos sino común denominador de la izquierda mundial, por no
decir también de la derecha. Históricamente, como lo demuestra Duverger, en un
sentido general todos los partidos comunistas combinan formas de lucha en la
medida que acompañan su acción parlamentaria institucional con la promoción de
huelgas, movilizaciones, e incluso la propaganda clandestina, cuando no con la
formación de milicias. Su origen extra-parlamentario y su armazón celular los
avocan a seguir este camino, además de su referente teórico en el marxismo.
230230
LENIN, V.I. La guerra de guerrillas (1906) Edición digital. Pág. 1-2.
150
231
HARNECKER, Martha. Entrevista a Gilberto Vieira (1989) Pág. 77.
151
152
153
154
del PCS a la lucha guerrillera salvadoreña, -ya iniciada una década antes-,
respondía a una lectura política que indicaba la existencia de una situación
revolucionara en su país, a la cual el recién creado FMLN, responde con su fallida
“Ofensiva Final” de enero de 1981. Por el contrario, el PCC era claro en afirmar
que la peculiaridad de nuestro país consistía en que la lucha armada existía sin
que hubiese aún situación revolucionaria, que la convirtiese en la principal forma
de lucha.
155
238
LAS FORMAS SUPERIORES DE LUCHA. En: Estudios Marxista Nº 10. Bogotá. 1975. Pág. 3 y
ss.
239
“Ante la calumniosa acusación formulada desde diversos ángulos sobre la responsabilidad del
Partido Comunista en el magnicidio de Gaitán, se agudizó la represión que ya sufría. Las sedes del
Partido fueron ocupadas por la policía, se dictó auto de detención contra su dirección que debió
pasar a la clandestinidad, se prohibió la circulación de su prensa y, en fin, los miembros regionales
del Partido se vieron obligados a dispersarse ante la represión terrorista que vivía el país.”
PIZARRO (1991) . Pág. 43.
240
COMITÉ CENTRAL (1960) Pág. 93 y ss.
241
“En las filas del Partido y aún en su Comité Central se habían presentado brotes de una
tendencia extremo izquierdista , que sostenía que la forma principal y prácticamente única de lucha
156
En tal sentido su VIII Congreso, realizado en 1958 expresará con claridad esta
postura:
en las condiciones del país era la lucha armada…Exponentes de esa tendencia, ya en abierto
desacuerdo con la orientación del Partido, fueron cada vez mas lejos , sosteniendo que bajo la
dictadura reaccionaria no se podía hacer nada en las ciudades; que el CC no debía seguir
empeñado en el trabajo clandestino sino que sus miembros harían mejor dispersándose entre las
guerrillas; que era necesario solicitar armamento para los guerrilleros en la Unión Soviética y otras
peligrosas fantasías.” Ibíd. Pág. 95. Tal postura era expresada entre otros por los futuros maoístas
Pedro León Arboleda y Pedro Vásquez Rendon, ambos de la Juventud Comunista. PIZARRO
(1991) Pág. 47.
242
GOMEZ ROA, Alejandro. Vieira. Esbozo biográfico. Bogotá. Ediciones Suramérica. 1981. 35 p.
243
Al respecto Pizarro trazará una periodización. PIZARRO (1991) Pág. 44
157
244
Tribuna del VIII Congreso PCC. No 1958. Citado por PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. La
Guerrilla en Colombia. En Entre la Guerra y la Paz. Puntos de Vista sobre la crisis colombiana de
los años 80. Controversia 141. CINEP. Bogotá. 1987. 131 p.
245
DECLARACION PROGRAMATICA. VIII Congreso Partido Comunista de Colombia. (1958)
Tercera Edición. Bogotá. 1961. Pág. 24-25.
246
El mismo VIII Congreso preveía la necesidad de esta forma de lucha: “El desarrollo pacífico del
proceso revolucionario no excluye la posibilidad de choques agudos con las fuerzas reaccionarias
si éstas recurren a la violencia, al terrorismo y al golpe de Estado, a los cuales será necesario
oponer la resistencia de masas, la política de autodefensa y la contra-ofensiva popular según las
condiciones concretas.” Ibíd. Pág. 25.
158
159
250
Para observar la teorización que sobre el respecto desarrolla el PCC Ver LOPEZ, Ramón. La
autodefensa de masas. Folleto PCC. 38 p. Sin fecha
160
161
251
Combinar todas las formas de lucha de masas para hacer la revolución. Resolución Política.
Décimo Congreso PCC. En: Por el Frente Patriótico de Liberación Nacional. Documentos del
Décimo Congreso. PCC. Bogotá. 1966 Pág. 65-66.
252
“La práctica revolucionaria colombiana ha demostrado que se puede tomar resueltamente el
camino de la resistencia armada guerrillera en respuesta a la represión terrorista del régimen, sin
renunciar por ello a ninguna de las formas de lucha abiertas y legales, y antes bien, combinándolas
todas de la manera mas adecuada posible.” VIEIRA, Gilberto. Informe al Décimo Congreso Ibíd..
Pág. 36.
253
Combinar todas las formas de lucha de masas para hacer la revolución. Pág. 65
162
Lo que si habrá será una disposición orgánica del Partido para poder atender
todas las formas de lucha, en consonancia con la importancia asignada. La
prioridad para el PCC será siempre la clase obrera y la denominada lucha de
masas, deducible de su apuesta insurreccional. Será demostrativo que el X
Congreso no sólo consagre la táctica de la combinación, sino que además lance la
consigna de la construcción de un partido comunista de masas256.
254
Ibíd. Pág. 38. Al respecto también pueden verse las “Tesis sobre el movimiento guerrillero”
aprobadas por el XXXI Pleno del Comité Central, realizado en 1965, que será la base de la tesis de
la combinación a aprobar en el próximo congreso.
255
“La escogencia anticipada de una vía no significa una adopción irreversible, porque tal cosa
sería de un conservadorismo intolerable ante el camino constante de condiciones que la vida y el
desarrollo de los pueblos imponen. La adopción de una determinada vía hay que considerarla
siempre como una especulación teórica sobre lo que es más probable dentro de estos o aquellos
antecedentes y circunstancias.” HOYOS, José C. Sobre la táctica leninista del Partido Comunista
de Colombia. En VIEIRA Y OTROS. (1977) Pág. 39.
256
Se comprenderá por partido de masas, no la caracterización de Duverger, sino la afiliación
masiva al PCC, en especial en los sectores estratégicos –clase obrera básicamente, al tiempo que
el Partido gana en capacidad de movilización de estos sectores de masas. Al respecto ver
VASQUEZ DEL REAL, Alvaro. Hacia la construcción del Partido Comunista de masas. En
Documentos Décimo Congreso. 1966.
163
164
una “tesis” como tal. Desde esta lógica, el Partido no diseña la táctica sino que es
obligado a tomarla de la dinámica política y social de la lucha de clases:
257
LAFONT, Manlio. LA POLÍTICA Y LA TÁCTICA DEL PARTIDO COMUNISTA. Editorial
Colombia Nueva Ltda. Bogotá. 1967. Pág. 167.
258
VASQUEZ, Alvaro. El leninismo y la vía revolucionaria colombiana. En VIEIRA y OTROS.
(1976) Pág. 29.
259
LAS FORMAS SUPERIORES DE LUCHA. En Estudios Marxistas Nº 10. Pág. 12.
260
HOYOS, José C. Sobre la táctica del Partido Comunista de Colombia. En VIEIRA Y
OTROS(1976
165
166
Habrá en esta argumentación un cierto juego retórico del PCC que da gran valía a
las prácticas de las masas, cuando éstas están acordes a su táctica política, pero
que no dejará de tachar de espontaneísmo o desviación de clase, cuando se
consideran ajenas a su proyecto o definiciones.
264
VASQUEZ (1976).
265
HOYOS (1976)
167
De otra parte creo que entre líneas, se pueden apreciar otra serie de causas
reales –pragmáticas todas- que sustentaron la táctica de la combinación en el
PCC, ligadas al desarrollo organizativo y el debate político del Partido. El PCC se
planteaba como Partido comunista de masas, es decir con masiva presencia en
los sectores estratégicos y la guerrilla campesina era uno de ellos que no podía
perder:
266
VASQUEZ (1976)
267
VASQUEZ (1966)
268
HOYOS (1976)
168
Daniel Pecaút será más incisivo y planteara que la decisión del Partido Comunista
de asumir su particular relación con la lucha guerrillera estará presionada por el
debate político de la izquierda emergente y la radicalización juvenil:
“De hecho, el PCC no da realmente el paso hacia la lucha armada hasta que
toma conciencia de encontrarse en peligro de perder el interés de una
juventud urbana súbitamente radicalizada y, mas aun, hasta haber
constatado que corre el riesgo de perder su monopolio sobre la resistencia
269
Ibíd.
270
MONTAÑEZ, Leandro. La combinación de todas las formas de lucha. En VIEIRA Y OTROS
(1976).
169
271
PECAUT, Daniel. Las FARC ¿Una guerrilla sin fin o sin fines? Editorial Norma. Bogotá. 2008.
Pág. 36.
272
Será muy significativo que todos los fundadores del PCML hubiesen pasado por las filas de la
Juventud Comunista, y que la fracción más grande “fugada” del PCC, haya sido el regional Valle
de la JUCO dirigido por Francisco Garnica. Ver VILLARRAGA y PLAZAS. (1994)
170
De entrada habría que presentar como las caracterizaciones del PCC frente al
Estado colombiano confluyen en una serie de puntos comunes con el marxismo
académico y en cierta medida guardan compostura para el estudio del fenómeno.
En primera medida las interpretaciones del PCC hacen esfuerzos por seguir la
línea de ruptura esbozada por Marx y Lenin, contra la teoría liberal del Estado. En
este sentido la comprensión del Estado como expresión de lo social, instrumento
de dominación de clase, asociado indisolublemente con el ejercicio de la fuerza,
son aciertos conceptuales presentes en las elaboraciones del PCC, aunque en
determinados momentos éstos tomen ribetes no muy fieles al análisis de los
clásicos. En igual sentido la estrecha relación entre la economía y la política es un
aporte de validez, aunque como veremos posteriormente derivó en cierta
deformación.
171
Ahora bien, si es cierto que la estrecha relación trazada por los marxistas entre
sociología y economía representa una virtud metodológica muy acorde a los
clásicos, esconde otra constante de esta escuela en Colombia: la ausencia de una
profunda sociología del Estado y mas allá, un profundo análisis del sistema
político. En términos generales, existiría una excesiva derivación de lo político de
lo económico, que condujo a soslayar los elementos de la especificidad de la
política propiamente dicha en cuanto al análisis del Estado.
273
La caracterización del Estado colombiano como débil frente al monopolio de la fuerza y como
garante de los servicios sociales al conjunto de sus ciudadanos será invocada comúnmente por los
denominados “violentólogos” en especial por Daniel Pecáut como causa facilitadora del desarrollo
del movimiento insurgente en Colombia. Aunque en PCC no existe una definición igual de nítida, su
constante crítica al Estado, confluye en muchos puntos con esta escuela.
172
Para Pizarro, este déficit de elaboración es compartido por el PCC con el conjunto
de los estudios marxistas colombianos. Citando a Lechner dirá: “Esta tendencia
reduccionista se halla íntimamente ligada con la herencia deformante en el
pensamiento marxista de la teoría que considera el estado como un epifenómeno
o simple superestructura del modo de producción…En la noche oscura del
capitalismo todos los estados son pardos274”
“Por una parte, la existencia del Estado tienen una manifestación real,
constatable, por ejemplo en el aparato administrativo y militar, pero, por la
otra, es igualmente real su representación en la mente de los individuos que
comparten un determinado territorio…
En segundo lugar, la legitimidad del Estado se basa en la creencia en esa
legitimidad: el rango de que modernamente disfrutan las asociaciones
políticas-dice Weber- se debe al prestigio que impone en el ánimo de sus
componentes la creencia específica, muy extendida, en un especial carácter
sagrado- la legitimidad de la acción por ellas establecida-, inclusive y
justamente cuando incluye en su seno la coacción física y el poder disponer
274
PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. El marxismo y la ciencia política en Colombia. Balance
Provisional. En: El Marxismo en Colombia. U. Nacional.1983.
173
En tal sentido, de la teoría del Estado del PCC -y de otros actores de izquierda-,
no sólo estaría excluido el importante aporte de Weber alrededor de la legitimidad
como sustento de la dominación del Estado, sino una serie de miradas que
redimensionan el papel del Estado incluyendo la esfera de la ideología, incluso
desde el marxismo mismo, como por ejemplo la visión gramsciana. Aunque en el
discurso del PCC se encontrarán algunas alusiones a “los aparatos ideológicos del
Estado”, no habrá un detallado estudio de la creencia del Estado en Colombia, del
sustento de la hegemonía en términos gramscianos, sino un mero análisis de la
coerción y como ya planteamos anteriormente en términos bastante genéricos.
275
PEREZ RIVERA, Hésper Eduardo y Mary Luz SANDOVAL ROBAYO. La insurgencia y el
Estado en América Latina. Intervención y paz en El Salvador. Fondo de Ediciones Sociológicas.
Fondo Editorial Tropykos. Bogotá. 2001. Pág. 18-19.
174
276
PEREZ RIVERA, Hésper Eduardo. El transito hacia el Estado nacional en América Latina en el
siglo XIX: Argentina, México y Colombia. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias
Humanas. Colección CES. Tercer Mundo Editores Bogotá. 2007. 170 p.
175
277
JARAMILLO VÉLEZ, Rubén. Recepción e incidencias del marxismo en Colombia. En: Colombia
La modernidad postergada. Selene Impresores. II Edición. Bogotá. 1998
278
Solo hasta 1947 se funda el Instituto de Filosofía de la UN –anexo a la facultad de Derecho- que
por mucho tiempo será la única institución laica para el cultivo de la filosofía, hasta entonces
monopolio clerical. A nivel académico las traducciones al español de las obras de Marx eran
escasas. Solo hasta 1946 el Fondo de Cultura Económica edita El Capital en la traducción de W.
Roces y bajo un tiraje ridículo para América Latina (3.000 ejemplares). Su primera reimpresión
será hasta 1963. La Teoría crítica de la Plusvalía se publica en español en 1946 y sólo se
reimprime en 1981; y los Grundrisse solo se traducirán hasta mediados de los 70s. Aunque los 70s
serán la gran irrupción del marxismo en las universidades, éste se sustentará en gran medida en
manuales o comentaristas como M. Harnecker, Althusser o Politzer. Será diciente del atraso
intelectual del marxismo colombiano, que obras angulares del marxismo del siglo XX como las de
Gramsci, Luckacs o la Escuela de Frankfurt, solo llegaran al país a finales de los 70s. JARAMILLO
VÉLEZ, Rubén. (1998).
176
En uno de estos escritos: Treinta Años de nuestra historia (1925-1955). Para una
posición del pueblo279, elaborado por el profesor Darío Mesa en los estertores de
la dictadura de Rojas Pinilla cuando estaba vinculado orgánicamente al PCC,
expresa lo que posteriormente serán tesis distintivas del análisis marxista de la
realidad colombiana. La esencia del análisis sociológico se derivará del estudio de
la transformación económica sufrida por el país en esos años. Partiendo de
reconocer la incipiencia y precariedad del capitalismo de principios del siglo XX,
expondrá un proceso de fortalecimiento de éste que llegará a cierta maduración en
la República Liberal de los años 30.
279
MESA, Darío. Treinta años de nuestra historia (1925-1955) Para una posición del pueblo.
Bogotá. Editorial Tigre de Papel.
177
280
“Consideramos, por eso, que la posición del pueblo en esta crisis ha de ser la de apoyar
ardientemente la lucha dirigida por la burguesía industrial; y, al mismo tiempo, luchar contra todas
las deformaciones que ésta trate de introducir en el frente de oposición con el fin de evitar la
democracia real entre nosotros. El pueblo debe unirse con la burguesía, pero no debe confundirse
con ella. El pueblo debe combatir por la finalidad estratégica de la burguesía, pero ha de pensar
siempre que aquella, para el, es solo un fin táctico en que va a apoyarse para seguir hacia su
propio objetivo estratégico.” Pág. 170.
281
“La clase trabajadora colombiana, a estas horas de su vida y a esta densidad no podrá hacerse
ilusiones sobre el reino de la paz y de la justicia que según le dicen, vendrá con los nuevos
salvadores. Si ha de mejorar su situación actual deberá prepararse para las grandes batallas de
clase que se avecinan; pero habrá de entender que no va a poder pelear en ellas eficazmente y
con todo su vigor sino a condición de que sume a la oposición presente toda su fuerzas combativa
para alcanzar el fin táctico de la democracia política”. Pág. 168.
178
Aunque Mesa inicia su exposición presentando las diversas fuerzas del poder real,
que se mantendrán esencialmente incólumes en la salida burguesa a la dictadura
de Rojas, el grueso de su análisis sociológico se sustenta en examinar la
formación socio-económica del país. En este estudio Mesa desenmascara los
posibles mitos del desarrollo capitalista con innumerables demostraciones
empíricas282, manteniéndose fiel la tradición marxista.
282
¿Cuál era en realidad, la gente próspera? Rafael Baquero ha escrito el estudio tal vez mas
penetrante y franco acerca del enriquecimiento y de la pauperización en esos años. Mientras el
costo de vida subía 80% en Bogotá y 89% en Medellín, el valor real de los salarios disminuía
permanentemente. Los salarios nominales solo aumentaron 38.9% para los trabajadores de
Medellín que ganaban mas de $120 y disminuyeron 13.1% para los que devengaban menos. En
Bogotá el aumento fue de 25.4% y 3.8% respectivamente.” Pág. 148.
283
“ La represión política y social, el papel corruptor de la aristocracia obrera, el esfuerzo de la
burguesía por mantener a la clase trabajadora encuadrada por partidos sin orientación clasista, la
debilidad del aparato sindical, la incapacidad de las vanguardias proletarias: he aquí unos pocos de
los muchos elementos que condicionaron el embotamiento de la conciencia de clase en vastos
sectores de las masas e impidieron que otros llegaran a ella…El Partido Comunista, por su parte,
no había logrado, por motivos muy complejos pero principalmente por la ineficacia ideológica de su
dirección y por su desconocimiento del país, penetrar en las grandes masas; y era solamente una
vanguardia abnegada y a veces heroica, consecuente y fiel con el pueblo , pero demasiado delante
de éste un día, y al otro, por debajo de sus impulsos. El pueblo combatía solo, orgánicamente
deshecho e ideológicamente desarmado. Ibíd. Pág. 146-147.
179
284
LAFONT, Manlio. La política y la táctica del Partido Comunista. Editorial Colombia Nueva Ltda.
Bogotá. 1967. 190 p.
180
Sin embargo, habrá dos ejes de reflexión y propuesta política del PCC en este
texto que merecen ser reseñadas por contener importantes elementos de la
concepción del estado colombiano. En primera instancia la política de lucha por
libertades democráticas y la apertura del régimen, donde se plantea a la
democracia como camino al socialismo:
181
182
Una segunda dimensión, es las reflexiones del momento sobre las FFAA, aspecto
muy interesante ya que las alusiones a éstas se irán desdibujando en el posterior
discurso y reduciendo a análisis bastante genéricos donde simplemente son
asimiladas como monolítico instrumento de dominación. El punto de partida es la
diferenciación entre las FFAA y el militarismo, este último si revestido de toda la
carga negativa que le atribuye el discurso de izquierda a los aparatos de represión
288
Ibíd. Pág. 149-151.
183
289
“El militarismo es el principal instrumento de la opresión imperialista yanqui sobre nuestro país y
el brazo armado de las oligarquías contra el movimiento popular. Por eso nuestro partido ha estado
y está contra los golpes militares regresivos y pone en guardia contra toda la solución militarista de
la crisis política. Pero, al mismo tiempo, nuestro PC establece una diferenciación.” Declaración
Política X Congreso. PCC. 1966. Pág. 67.
184
185
186
187
188
1964, su origen marcará el desarrollo de esta guerrilla sui generis, que durante
una larga etapa conservará características heredadas del período de resistencias
armadas campesinas.
La dinámica de las zonas de resistencia campesina que darán origen a las FARC,
se asemejaba en muchos aspectos a la experiencia de las “zonas rojas” dirigidas
por los comunistas chinos en su guerra prolongada. Las autodefensas campesinas
tenían como uno de sus componentes, pero no el único, la denominada
Autodefensa Regular, es decir los combatientes como tal, que con el apoyo de la
comunidad cumplían las tareas militares. Junto a ella, estaba toda una
organización de tareas sociales propias de la comunidad como la producción, la
educación o la salud, que eran cumplidas por otros “destacamentos” de la
autodefensa de masas, distinto a los “regulares”, a la que los manuales
291
comunistas le asignaban igual importancia que a la estructuración militar.
Pizarro nos permite darnos una idea del funcionamiento de una de éstas
“repúblicas independientes”:
291
Al respecto podemos ver el manual del PCC editado en la época para la organización de las
resistencias campesinas: LOPEZ, Ramón. Autodefensa de masa. 38 p. Sin fecha.
189
292
PIZARRO (1991)
293
En su recopilación histórica de la lucha armada comunista previa a las FARC, Pizarro hablará
de cuatro etapas: 1949-1953 Autodefensa y guerrilla móvil; 1953-1955 Autodefensa; 1955-1958
Guerrilla Móvil; 1958-1964 Autodefensa; en ellas se intercalan e incluso combinan estas
formaciones militares. PIZARRO (1991) y PIZARRO (2004).
190
294
LAS FORMAS SUPERIORES DE LUCHA EN COLOMBIA. (1976) Pág. 6 y ss. El resaltado
proviene del texto original, denotando la importancia asignada a la experiencia como criterio de
orientación política.
191
El IX Congreso del PCC en 1961 previo a los dos cercos sobre Marquetalia,295
seguía pregonando el esquema de autodefensa de masas como muralla de
contención ante el bandolerismo anticomunista que contaba con el guiño de varias
administraciones locales. El salto de autodefensa a una verdadera guerrilla móvil
no era previsto ni planeado como tal por el PCC, o no por lo menos en términos
estratégicos. De hecho, se promovía de acuerdo a las circunstancias regionales
desmovilizaciones de las mismas autodefensas como se implementó en la práctica
en el Sumapaz con los hombres dirigidos por Juan de la Cruz Varela o incluso
como se intentó al inicio del gobierno de Lleras Camargo con las guerrillas del Sur
del Tolima.296
192
“Lo que me quedó claro era que ellos, los de Riochiquito, le temían mas a un
desplazamiento de la guerrilla hacia esa parte del territorio, todavía en paz,
que a la misma amenaza de la agresión del ejército oficial… Y ese que digo
fue el mensaje encubierto que recibí allá para transmitirlo a la dirección
nacional: que no había cosa que más atemorizara ahí que el posible
297
Olga Behar, Las guerras de la paz, Bogotá, Editorial Planeta, 1985, p. 71
193
Las primeras FARC, son ya una ruptura con la lógica de la autodefensa, en cuanto
no están circunscritas a la defensa de un territorio, pero son a su vez una
continuidad de ésta, en cuanto incorporan a la comunidad protegida en su
movilidad: “La dispersión, la huida, dislocan este primer esquema organizativo,
reafirman la movilidad, en busca de una nueva retaguardia. Tras abandonar sus
campamentos iniciales, la guerrilla rodada, para decirlo en sus palabra, predomina
sobre el componente autogestionario adscrito a un territorio muy reducido299”.
298
DELGADO, Álvaro. (2007) Pág. 175.
299
CUBIDES, Fernando. Burocracias armadas. Grupo Editorial Norma. Bogotá. 2004. Pág. 36.
194
300
Marulanda explica con su sencillez característica esta contingencia que le restaba movilidad a la
guerrilla: “No se sentían seguros aislándose de los combatientes armados, esa era la primera
complicación con que los guerrilleros tropezaban al tratar de desprenderse del personal que se
nucleaba en torno suyo ante las represalias del enemigo.” MARULANDA, Manuel. Cuadernos de
Campaña. Ediciones El Abejón Mono. 1973. Pág. 31.
301
LOPEZ, Ramón. Op. Cit. Pág. 14.
302
Ibíd. Pág. 25.
195
“Los peligros de una actitud del todo empírica no son reconocidos como tales,
y aunque el texto de Marulanda tiene algunos ecos de la discusión marxista de
la época, campea a todo lo largo del testimonio el propósito de generalizar
(mediante la retrospección) una experiencia concreta, producir un texto de
valor pedagógico pero no pedante, sencillo, sin arandelas, y que pueda ser
utilizado en la escuela de cuadros.303”
Tal vez el más importante viraje tendrá que ver con el tipo de reivindicaciones y
proyección del naciente movimiento guerrillero, con respecto a las planteadas por
la Autodefensa. Las FARC surgen con un Programa Agrario, que se presenta
como una propuesta de reforma agraria moderna y democrática de carácter
nacional. El Programa Agrario firmado en 1964 tendrá ese doble cariz de significar
una elevación política de la autodefensa que circunscribía sus demandas a
problemáticas locales, pero al mismo tiempo estas exigencias se harán al gobierno
nacional, conservando aún la lógica de movimiento social en armas.304.
303
CUBIDES(2004) Pág. 36. Cabe destacar que la misma teorizaciones de las FARC tendrán un
sentido inmediatamente práctico. Los principales textos que sintetizan la experiencia guerrillera
histórica y operacional, tiene la intención de explicar sencillamente a sus combatientes
campesinos, el ABC del surgimiento y funcionamiento de las FARC. En este sentido ver Cuadernos
de Campaña de Manuel Marulanda, Diarios de la Resistencia de Jacobo Arenas y el Manual para
Mandos, donde se compilan textos de ambos dirigentes. Ver Archivo Histórico Documental. FARC-
EP. Subgrupo Actores Armados. Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa. Universidad
Nacional. Colciencias.
304
Precisamente la Octava Conferencia en 1993 modificará este último aspecto del Programa
Agrario y lo convertirá en al Ley 001, despojándolo de su carácter reivindicativo inicial e
identificándolo nítidamente con el proyecto político partidista y estratégico de las FARC
196
305
Al respecto ver la periodización desarrollada por el Subgrupo de Actores Armados del Grupo de
Investigación en Seguridad y Defensa del Departamento de Ciencia Política de la Universidad
Nacional. Se hablará de tres grandes etapas en la elaboración política de las FARC: Una larga
etapa inicial ceñida estrictamente a la problemática rural que va hasta los acuerdos de paz de La
Uribe, donde se puede leer el inicio de una segunda etapa que incorpora la agenda social y política
nacional. Una tercera etapa incluirá temas relacionados con la problemática global que tocan con el
accionar de esta guerrilla. MEDINA GALLEGO, Carlos. (Compilador) FARC-EP. Temas y
Problemas nacionales. Bogotá: Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Universidad
Nacional de Colombia, 2008. 295 p.
306
PIZARRO (1991)
197
307
CUBIDES, Fernando (2004). Pág. 33.
19
ARENAS, Jacobo.
198
Conferencia de 1982, muy afín por cierto con el carácter subsidiario y auxiliar que
le daba el PCC a la lucha armada.
“Durante este período, sin embargo, las FARC eran concebidas por el
Partido Comunista como una simple reserva estratégica, para el caso de
eventual que se produjera en Colombia un golpe militar y se cerraran
todas las vías para la acción política legal. Por ello, esta organización se
limita a un crecimiento puramente vegetativo, reflejado en un lentísimo
reclutamiento de nuevos miembros y una escasa expansión geográfica.
Los recursos económicos con los cuales cuentan las FARC en esta
época son muy limitados y su poder de fuego se basa ante todo en las
armas que pueden recuperar en el campo de batalla.309”
308
En palabras de unos de sus más virulentos críticos: “El partido, que evidentemente conserva en
sus manos la definición de sus orientaciones políticas, rinde homenaje ritual a la lucha armada.
Pero siempre procura mencionar que ésta no podría obtener resultados decisivos mientras no se
reúnan todas las condiciones objetivas de la revolución y mantiene la mirada fija en las ciudades,
que son el lugar donde dichas condiciones pueden aparecer”. PECAUT (2008).
309
PIZARRO (2004) Esta postura puede evidenciarse en la entrevista de Vieira en 1971: “Y si la
situación política colombiana conduce –como algunos o muchos lo creen- a una dictadura
militarista de carácter reaccionario, los comunistas estamos seguros de que estas agrupaciones
guerrilleras can a jugar un papel muy grande y van a convertirse en foco de atracción para grandes
sectores del pueblo colombiano y en la forma principal de lucha para nuestro pueblo.” VALVERDE (
1973) Pág. 57.
199
La ausencia de una proyección teórica detallada por parte del PCC, si bien lo
exime de las teorías subjetivistas del conflicto armado, que parecieran endosar a
su mera voluntad política la existencia de la guerrilla, no significa negar su papel
cardinal en la construcción de las FARC, reconocido por el mismo Marulanda,
miembro del Comité Central:
Las estructuras internas tanto de la autodefensa como de las FARC eran calcadas
de la organización leninista y de las organizaciones de masas. El Comité Central
desarrollaba una orientación especial para el destacamento armado del Partido y
la relación jerárquica entre Partido y guerrilla era reconocida por parte y parte sin
ambages.311 No obstante, por razones operativas apenas lógicas, las FARC tenían
su propia dirección subordinada obviamente a la conducción política del PCC.
La característica más singular de este proceso será sin duda la no renuncia del
PCC a la exigua legalidad en la que se movía entre las restricciones del Frente
Nacional y el perenne estado de sitio. Por principios312 y por táctica, el PCC creía
310
MARULANDA VELEZ, Manuel (1973) Pág. 84.
311
“Hoy en día, el hecho real es que el Partido Comunista participa en la lucha armada, tiene una
organización, las FARC, y cree que este movimiento tiene perspectivas de crecimiento y
desarrollo.”. Entrevista a G. Vieira VALVERDE (1973) Pág. 57. Así mismo: “Los guerrilleros de las
FARC, en ningún momento ocultan su filiación comunista. Es mas, tienen esa característica,
aparentemente muy restrictiva, dicen que todos son comunistas.” Entrevista a G. Vieira.
HARNECKER (1989) Pág. 28.
312
Incluso en su manual de trabajo clandestino “Preparación para tiempos difíciles”, de quien A.
Delgado se atribuye su autoría, sintetizando sus cursillos en China, el PCC plantea su vocación por
aprovechar cualquier resquicio de acción legal por pequeño que sea: “Las luchas legales son lo
mejor para nosotros. A través de ellas las masas comprenden mas fácilmente los propósitos del
200
En primera instancia, estará claro y así lo reconocen los mismos comunistas que
el advenimiento de la lucha armada en Colombia se desarrolla sin que se halla
desencadenado una situación revolucionaria. El impulso de la lucha guerrillera no
responderá como en Rusia o El Salvador a una lectura que identificaba una
inminente crisis del régimen político, sino básicamente a una contingencia
defensiva en ciertas zonas campesinas:
201
313
TESIS SOBRE EL MOVIMIENTO GUERRILLERO. En Informe Político al X Congreso del PCC.
1966. Pág. 41. Sobre la negación del PVV de la existencia de una situación revolucionaria ver
también el folleto que sustenta la expulsión de Diego Montaña Cuellar. PROBLEMAS
IDEOLOGICOS DE ACTUALIDAD. Editorial Colombia Nueva. 1967. 60 p.
202
203
314
PIZARRO (1991)
315
Específicamente los fundadores del PCML, intentaron aprovechar su vieja relación como
comisarios políticos del PCC con las guerrillas del Tolima, para ganarlas para su proyecto, pero
éstas ya habían cerrado filas con el centralismo democrático y el X Congreso: “Mucha gente siguió
haciéndole el juego a las propuestas de los maoístas y el X Congreso del Partido discutió en
profundidad ese caso y llegó a la conclusión de expulsar toda esa gente de allí. Yo recuerdo entre
ellos a un hombre llamado Garnica, que luego entró a Marquetalia, pero en Marquetalia no tuvo
ninguna acogida. Allí ninguno lo aceptamos con su orientación ni división del movimiento
campesino”. Entrevista a Jaime Guaracas. MATTA ALDANA, Luis Alberto. Colombia y las FARC-
EP. Nafarroa. 1999.Editorial Txalaparta. Pág. 193.
204
205
“Nos interesa destacar que uno de los rasgos de la mas antigua de las
organizaciones guerrilleras es la flexibilidad de su dispositivo, los cambios que
introduce en su esquema según las alternativas de los enfrentamientos en los
que participa y en respuesta a los de su enemigo. Una capacidad para
improvisar, un pragmatismo a despecho de disquisiciones ideológicas o de
formulaciones doctrinarias.316”
316
CUBIDES, Fernando. (2004) Pág. 34.
206
207
“En la Sexta Conferencia se dijo que para crear un ejército era indispensable
capacitar mandos, crecer en hombres, armas, finanzas, crear escuelas
regionales a nivel de frentes, incluso una escuela superior a nivel de Estado
Mayor, a nivel de Secretariado. Un mando de hombres que comprendiera la
tarea que significaba crear un pequeño ejército. Se empieza a comienza a
estructurar la concepción de un ejército guerrillero.318”
208
caracterización del fenómeno político del “EME” será tanto o más complejo que el
análisis de las FARC, y de entrada tal pretensión escapa a este trabajo. Lo
inobjetable es que su accionar urbano, su discurso amplio y poco ortodoxo y sus
acciones militares de cierto tinte intrépido, catapultan al grupo al primer plano del
debate nacional, obligando a varias reflexiones políticas y tácticas a las
sobrevivientes guerrillas de primera generación.
La respuesta por parte del régimen político, será inicialmente arreciar el cierre de
libertades civiles, acompañando el tradicional Estado de Sitio con un Estatuto de
Seguridad y la cesión de mayores poderes a las Fuerzas Militares para el control
del orden público y los delitos políticos, condensadas estas medidas en el
gobierno de Julio Cesar Turbay Ayala320. Paradójicamente el gobierno Turbay será
un verdadero combustible para el movimiento insurgente, especialmente para las
FARC, que crecen exponencialmente durante este período. De 8 frentes
existentes en la VI Conferencia de 1978 se pasa a 24 frentes en 1982.321
320
No obstante, es importante resaltar que pese a la restricción a las libertades civiles el régimen
será profundamente cuidadoso en mantener su forma republicana, manteniéndose fiel a su
tradición civilista sin precipitarse por la salida del golpe militar como ocurriese en el Cono Sur.
321
PIZARRO (1996) Pág. 103. PECAÚT (2008) Pág. 49.
209
En 1982, se convoca entonces la VII Conferencia por parte del Secretariado de las
FARC. Aunque recientemente se había desarrollado el XIII Congreso del Partido,
no existe la analogía entre éste y la Conferencia, como si fue nítida la relación del
X Congreso y la II Conferencia constitutiva de las FARC en 1966. El XIII Congreso
–realizado ya dos años antes- había sido poco elocuente en proyectar las
perspectivas de la lucha armada, que fue el tema principal de la VII Conferencia
desarrollada en el mes de mayo. No obstante, era obvio que el Partido asistía a la
Conferencia y de alguna forma supervisaba ese proceso de discusión. No
obstante, es diciente en el proceso de autonomización de las FARC, que sea la
organización guerrillera, quien convoque el escenario, y que sea éste el que trace
la estrategia principal, así como el que tome la iniciativa al respecto.
322
Frente al desarrollo de las guerrillas centroamericanas Ver HARNECKER, Martha. Pueblos en
Armas. Editorial Nueva Nicaragua. Managua. 1985. 281 p.
210
211
La primera tarea de la VII Conferencia será la constitución como tal del ejército
guerrillero. Por paradójico que parezca se trataba de desarrollar una masiva y
estructura casi regular de la agrupación guerrillera habilitándola así para mas
diversos tipos de acciones militares. Influía pues la experiencia vietnamita donde
los guerrilleros comunistas constituyeron fuerzas regulares como tal,
acompañadas por fuerzas irregulares de carácter miliciano.323 El más cercano
ejemplo salvadoreño, demostraba la importancia de un potencial militar
desarrollado para poder enfrentar a un Estado que no pasase por crisis político-
militar,324 reflexión que tuvo importante eco en las FARC. Como se reconoce en su
misma historia oficial, la inclusión de la sigla EP a su nombre significará grandes
cambios y esfuerzos: “Por primera vez desde que surgió en Marquetalia la
guerrilla revolucionaria, la Séptima Conferencia le dio al movimiento una clara
concepción operacional y estratégica para un ejercito revolucionario, lo que
marcó un reajuste de todos sus mecanismos de dirección y mando”325
212
326
“Las FARC siguen siendo una fuerza militar eminentemente irregular. Elplanteamiento
estratégico aprobado por la VII Conferencia esa para un ejército irregular. Por eso la ubicación de
nuestros frentes puede coincidir con la ubicación de las divisiones, batallones, guarniciones del
ejército oficial, pero no ara una confrontación de ejércitos regulares sino para la de un ejército
revolucionario irregular con el ejército regular oficial” Líneas del Plan Militar a 8 años. FARC-EP.
Pleno del EMC. 1989. Archivo Histórico Documental.
327
Entrevista a Jacobo Arenas. ALAPE (1994).
328
“El llamado “Plan Cisne 3” que combinando inteligencia, planificación, asedio, asalto y
copamiento había permitido capturar a 22 militares y recuperar todo su armamento en unos
combates desarrollados durante el año 1980 en la región de Guayabero (Meta).” PIZARRO (2004)
213
214
“El desdoblamiento de los frentes implicaba una estrategia militar mas amplia que
la simple presencia de las FARC-EP en todo el territorio. En primer lugar es una
lógica de guerra que busca copar territorios importantes en lo militar y en lo
político, pero también en lo económico.331”
“Se deberían crear muchos frentes en todo el país con el fin de dispersar al
ejército y mantenerlo amarrado al territorio, evitando así su concentración en
contra del Secretariado.332”
331
BELTRAN, Santos Alonso. Las FARC-EP: Una reflexión sobre su organización política y militar.
En MEDINA GALLEGO, Carlos y OTROS. FARC-EP. Temas y Problemas Nacionales. Universidad
Nacional de Colombia. 2008.
332
RANGEL SUAREZ, Alfredo. Las FARC-EP. Una mirada actual. Programa de Estudios sobre
Seguridad, Justicia y Violencia. Universidad de Los Andes. 1997. Pág.3.
215
El Plan Estratégico será precisado en el Pleno del Estado Mayor Central, EMC, de
1985- en medio del proceso de paz con Belisario Betancourt-. Allí se definen tres
fases, según Alfredo Rangel, que deben concluir con la ofensiva general y la
insurrección armada sobre la capital. En la primera fase, a realizarse entre 1985 y
1990, se deberían cumplir los desdoblamientos de frentes hasta ascender al
número de 48, con una fuerza de 15 mil guerrilleros y 5 mil milicianos,
garantizando el control sobre la Cordillera Oriental y el cerco a Bogotá. Hacia la
fase final del Plan se debería contar con cerca de 600 compañías de combate,334
un “Comando General” de la revolución –en el que inicialmente se insinuaba la
coordinación con las otras fuerzas insurgentes acorde a su aporte- y un “gobierno
provisional” con estatus de beligerancia. El Comando general dirigiría las
sucesivas ofensivas, conservando el sur del país como retaguardia – de forma en
algo similar a lo sucedido en las extensas guerras populares del Vietnam.335
216
336
“Se determinó entonces que cada frente sería ampliado a dos hasta conseguir la creación de un
frente por departamento y para ello se prioriza la diversificación de las finanzas”. ECHANDÍA
CASTILLA, Camilo. El conflicto armado y la manifestación de la violencia en las regiones de
Colombia. Cf. BELTRAN (2008).
217
pragmatismo político, antes que una denodada proyección con base en el cálculo
mercantil337.
337
“Recientemente se ha buscado mostrar una conexión entre la necesidad rentas extorsivas por
parte de la guerrilla y su presencia territorial. Esta línea de investigación del conflicto armado busca
en buena medida poner en entredicho el carácter político de la confrontación y reducirlo solamente
a un enfrentamiento entre grandes mafias por el control de economías ilegales o muy poco
controladas por el Estado. Esta línea ha hecho carrera entre los analistas del conflicto en
Colombia, que han adoptado un instrumental economicista para desvirtuar el carácter social y
político del conflicto… De cualquier forma la expansión geográfica del conflicto no es reducible a
una cuestión económica, es decir de índole financiero del actor armado; si bien esto tiene
importancia crucial, también consideraciones geopolíticas y geoestratégicas lo asisten.” BELTRAN
(2008) Ibíd.
338
VÉLEZ, María Alejandra (2000). FARC-ELN. Evolución y expansión territorial, Tesis de
Pregrado en Economía, Universidad de los Andes, Bogotá, 2000.
218
“Sin lugar a dudas, buena parte del éxito de las FARC-EP en su crecimiento y
expansión reciente está vinculado a la forma extraordinariamente eficiente
como ha logrado organizar un flujo constante de recursos económicos
cuidando, si, al mismo tiempo de que dicha sustracción no llegue hasta agotar
esas fuentes de ingresos sino, mas bien, permitiendo que sea incorporada
como parte de los costos fijos de los negocios de los distintos sectores
empresariales.
Las FARC-EP han logrado estructurar una política financiera que ella misma
define como un conjunto de normas y comportamientos para la consecución, el
control, el gasto y la inversión con el fin de que todo contribuya al cumplimiento
del plan general. Es un sistema de recolección de recursos basado en la
planificación y el manejo centralizado desde el Secretariado que impone metas
mínimas anuales por cada frente y, simultáneamente, premia el esfuerzo que
excede esas metas básicas. El Secretariado recibe anualmente unas cuotas
predeterminadas a cada frente y fiscaliza de manera rigurosa el manejo que
estos le dan a los recursos. Este control estricto le ha permitido al Secretariado
en particular, consolidar su gran poder político, que es indiscutido en la
organización, y neutralizar eventuales divisiones al interior del grupo guerrillero,
y a las FARC-EP, en general, por primera vez en su historia desarrollar con
éxito sus estrategias políticas y militares. 339”
“-La guerrilla colombiana- ha logrado en este aspecto –el financiero- una gran
autonomía y un fortalecimiento autosostenido, no dependiente de factores
externos ni de terceros. En este punto también existe una gran diferencia con
339
RANGEL SUAREZ (1997) Pág. 18.
219
Los juicios éticos de la hasta hace poco efectiva política de finanzas de las FARC,
es un apartado que escapa a esta investigación. Incluso desglosar
porcentualmente los componentes de sus ingresos o calcular la totalidad de éstos,
es un ejercicio poco preciso, debido a la dificultad de las fuentes341. La acotación
frente al tema financiero es pertinente para nuestra reflexión en cuanto es una
muestra fehaciente del pragmatismo y si se quiere de la “eficiencia” en la
aplicación de ciertos aspectos del Plan. Las finanzas de las FARC, son un
producto del Plan Estratégico, y no viceversa; y en tal sentido su desarrollo está
impregnado de las características de las FARC, su centralismo democrático y su
disciplina campesina, tanto como de las lógicas de los renglones productivos a los
que se encuentran insertados342.
220
343
“Es significativo que esta evolución, -la transformación en EP-, coincide con la incorporación de
cuadros de clase media, que cambia la composición de la vanguardia, hasta entonces casi
totalmente campesina” PEREZ RIVERA y SANDOVAL ROBAYO (2001) Pág. 18. Específicamente,
la VII Conferencia incorpora al Secretariado –compuesto hasta entonces sólo por “marquetalianos”-
a Raúl Reyes y Alfonso Cano, provenientes del PCC y de la JUCO respectivamente, del
movimiento sindical y cívico el primero, y del movimiento estudiantil el segundo.
344
RANGEL SUAREZ (1997) Pág. 4.
221
Expresando una contradicción, este Plan secreto –que por demás cayó
rápidamente en manos del Ejército y fueron publicado apartes en el diario El
Tiempo, recién en 1983346-, debía ser cumplido por un amplio contingente de
comunistas legales, que desconocían su existencia y no habían participado en su
elaboración. Esta contingencia tendió a desbalancear sin necesidad de una gran
345
No sobra recordar que hacia 1982, sólo a nivel sindical, donde la institucionalización siempre ha
sido mas fuerte, existían cuatro centrales nacionales: UTC, CTC, CSTC y CGT, múltiples
federaciones regionales y un creciente sindicalismo independiente. El campo era disputado por
sectores políticos que iban desde el Partido Conservador hasta la extrema izquierda que se
expresaba en un sinnúmero de facciones.
346
ALAPE (1994) Pág. 107.
222
223
347
Ver PIZARRO (1996) Pág. 104 y ss.
348
Ibíd. Pág. 104. Dentro de los otros elementos mencionados por Pizarro como característicos de
la segunda generación de guerrillas, las FARC aplicarán con beneficio de inventario la
“latinoamericanización” ideológica, logrando apropiarse de una peculiar reivindicación de Bolívar,
sin tener que renunciar para ello al marxismo ortodoxo de línea pro-soviética. La construcción de
redes “diplomáticas” propias, será trazada por la VII Conferencia, así como la caracterización de su
táctica como de guerra popular prolongada, y el acento de masas que desde tiempo atrás
invocaban los comunistas, rasgos todos de esta nueva ola guerrillera.
349
Junto al FDR que participaba legalmente en el debate político mientras se le permitía, existía
una Coordinadora Revolucionaria de Masas, compuestas por un sin fin de organizaciones sociales
a fines todas a la guerrilla, lo que fortalecía su poder real sobre El Salvador. De hecho la
Declaración Franco-Mexicana, expresa el reconocimiento político a la organización FMLN-FDR
como un solo cuerpo. Los nicaragüenses en un juego institucional mas cerrado, aunque con un
importante acumulado organizativo de masas, acuden directamente al reconocimiento internacional
de un Gobierno Provisional, que se residenciará en Costa Rica y en el que logran vincular sectores
de la Iglesia y del mismo Partido Conservador.
224
Como es por todos conocidos las FARC siempre subordinaron la CGSB a su Plan
Estratégico y no viceversa, buscando para ello mantener una clara hegemonía
dentro de la Coordinadora, basada en la representatividad y composición del
movimiento armado del momento. En su lógica pragmática la CGSB –como las
elecciones o cualquier otro espacio político- era útil si contribuía a cumplir sus
metas. En términos de Fernando Cubides:
350
CUBIDES (2004) Pág. 131. En la experiencia salvadoreña en cambio, pese al mayor poder real
residente en las FPL y el ERP, formalmente la dirección del FMLN garantizaba igual participación
de los grupos integrantes, posibilitada por demás por la intervención expresa de Managua y La
Habana, y una menor desproporción cuantitativa entre las guerrillas a la existente en Colombia
para aquel momento. Ver RANGEL SUAREZ (2001). Las FARC no sólo eran mayoría sino que
225
226
La misma primacía que tuvo la UP, dentro de las tareas de las FARC, por encima
de las mismas metas militares, deja pensar que dentro del pragmatismo
comunista, no se cerraba la puerta que el desarrollo de la UP pudiese introducir
una importante variable al Plan Estratégico, garantizando la pregonada vía
353
“La convocatoria de las FARC fue recogida por diversos sectores: por el Movimiento
Autodefensa Obrera, el Frente Amplio del Magdalena Medio, FAMM y también ingresaron algunos
sectores relativamente pequeños que se desprendieron del Partido Liberal, como la Nueva Fuerza
Liberal y algunos partidos que tienen un carácter regional como lo son el Movimiento Democrático
Popular y el Movimiento Causa Común”. Entrevista a Bernardo Jaramillo. HARNECKER, Martha.
Entrevista con la Nueva Izquierda. Centro de Documentación y ediciones latinoamericanas.
Managua. 1989. Pág. 13.
227
228
229
357
En términos de Pizarro: “Este hecho-el proceso del M19- condujo a una revolución en la
revolución; la guerrilla estaba haciendo tránsito de la marginalidad, como actor exclusivamente
militar, a su emergencia como un polo político, cuyas propuestas sobre el Estado y el manejo de la
guerra y la paz lo colocaban en un lugar privilegiado en el escenario nacional.” PIZARRO (1996)
Pág. 106.
230
Partido y la JUCO- consideraban necesario pasar a una nueva etapa del proceso
revolucionario para avanzar en el desenlace de la guerra prolongada358.
El Partido quien en aquellos momentos parecía poco enrumbado hacia una salida
insurreccional, y más comprometido con una ampliación democrática, asintió el
Plan Estratégico, sabiendo que era una forma de dar cauce al debate planteado
desde su destacamento armado, que tenía en un cuadro como Jacobo Arenas a
su principal vocero. Como en los años 1960, la desmovilización no era una
posibilidad aceptable para los comunistas, que ahora arriesgaban un contingente
armado más numeroso y calificado, que consideraban útil en el incierto proceso
revolucionario colombiano. Por el contrario aceptar la iniciativa de la guerrilla
significaba prolongar el maridaje, manteniendo la unidad del Partido, y de paso
darle una respuesta desde la acción a las nuevas propuestas revolucionarias que
le competían la hegemonía del movimiento de masas.
El Plan conjunto de FARC y PCC, fue en últimas una astuta salida propia de la
habilidad de los comunistas para abordar discusiones orgánicas y críticas dentro
de la izquierda, buscando enmendar la insostenibilidad de la primera fórmula de la
combinación. No obstante, su coyuntural acierto organizativo no poseía un
sustento teórico e histórico firme que le permitiera proyectarse en el mediano
plazo, dentro de la nueva formulación táctica establecida.
358
En palabras de un observador directo del proceso: “Considere: en los años cincuenta ellos se
lanzaron a la lucha armada porque se convencieron que se habían agotado las vías políticas de
cambio, las vías legales. Y para ellos ha sido muy penoso aguantar cuarenta años sin que esa
fuerza legal que es el Partido dé muestras de que puede encabezar el cambio revolucionario en las
ciudades por las vías legales. Yo diría que han sido muy pacientes y que ahora no están
dispuestos a hacerlo por más tiempo.” DELGADO, Alvaro (2007) Pág. 281-282.
231
Este segundo modelo combinatorio era aun más insostenible que el primero.
Aunque buena parte de los saltos militares proyectados por el Plan Estratégico,
prácticamente debieron esperar hasta la siguiente década, la tregua entre
gobierno y FARC hace aguas y con ella, el proyecto de Unión Patriótica y por
conexidad el Partido Comunista. No obstante, el proceso que obliga el
replanteamiento del segundo modelo combinatorio es mucho mas complejo que la
232
359
MUNERA (1998) Pág. 167.
233
234
235
362
Como muestra de esta aguda tensión entre los comunistas presento apartes de la última carta
de Bernardo Jaramillo Ossa, Presidente de la UP y candidato presidencial asesinado en 1990.
Jaramillo dirigió un connato de división en el seno del PCC, que se plasmó posteriormente en una
tendencia plenamente socialdemocráta salida de la UP que confluirá en la AD-M19: “Cuatro días
antes de su muerte Jaramillo dirige una carta a uno de sus amigos en Europa: “La UP va a lanzar
mañana un importante llamamiento a la generación de un nuevo movimiento político; eso nos va a
agudizar la contradicción con el PCC. Quiero decirte que hoy más que nunca estoy dispuesto a
avanzar en un proyecto de socialismo democrático. Esa es la decisión tomada. Lo que he decidido
es jalonar a este proyecto a otros compañeros del PCC como Angelino Garzón, Banguero, que ha
dado la vuelta definitivamente hacia nosotros, Buenaventura, Arizala, Mondragon, Silva y otros
interesados en el proyecto, así como los dirigentes del Regional Bogotá, sindicalistas, cívicos y
comunales. Vengo trabajando activamente: no podemos dejarles la UP a los ortodoxos aun cuando
algunos de ellos ya hablan de sacar al PCC de allí porque dicen que la UP es otro partido.
…Yo pienso que hay que luchar por el congreso extraordinario, pero para comprometer a la base
en la discusión. Sería sobre cuatro temas: táctica y estrategia, carácter del Partido (contra el
centralismo democrático), el socialismo que queremos y defendemos, y un nuevo partido de
masas. Los ortodoxos aceptarían el congreso solo para discutir el programa. Si el Pleno no acepta
el Congreso o si sólo lo acepta para el programa, voy a proponerles a nuestros compañeros que
salgamos públicamente del PCC, permaneciendo en la UP, y a través de ella propongamos un
congreso de constitución del socialismo democrático, como nuevo partido.
236
237
367
Entrevista al Comandante Fernando Caicedo. FARC-EP. En FERRO y URIBE (2001) Pág. 144-
145.
368
Este parece ser el caso de muchos actuales comandantes de las FARC, que se vincularon a la
guerrilla en medio de la llamada “Guerra sucia” y después de ocupar cargos de representación
popular como Simón Trinidad o Gabriel Ángel, miembros del comité temático en el fallido proceso
de paz del Caguan. “Muchos de los ingresos recientes a las FARC son de personas que se
encuentran imposibilitadas para hacer trabajo político abierto, y entonces se ven obligadas a
enguerrillerarse para salvar su vida. En este sentido la derecha militarista colombiana ha tenido
éxito en la reducción de los espacios políticos de las personas afines a la propuesta
revolucionaria.” FERRRO y URIBE (2001). Pág. 149.
238
Este importante debate político era acicateado por las formas orgánicas en que se
plasmaba. Aunque había fundamentos ideológicos, por el mecanismo mismo del
369
“El punto es que en un determinado momento del crecimiento y la expansión territorial la línea
jerárquica se atenúa, el control se hace mas difícil.” CUBIDES (2004) Pág. 39. Sobre las
correcciones del Pleno de 1989. Ver. Conclusiones Pleno del EMC. 1989. Archivo Histórico
Documental. FARC-EP. Al parecer el fenómeno que hoy día es un punto de crisis en las FARC,
tuvo importantes antecedentes en la década de 1980, facilitado por la distensión militar que generó
la tregua con el gobierno Betancourt.
370
“Aunque la Unión Patriótica ha sufrido un rudo golpe con el asesinato de su presidente, no va a
cesar ni un momento en su tarea por la paz y las reformas democráticas. Sino por el contrario
acrecentará todavía más su actividad estimulada por la inmensa solidaridad nacional e
internacional”. VIEIRA W, Gilberto. El mejor homenaje impulsar una gran convergencia. En Acción
Parlamentaria de la Unión Patriótica. Congreso de la República. Bogotá.1995. Pág. 27
239
371
En este sentido la desventaja de las FARC era evidente como lo testimonia A. Delgado: “Había
inequidad en los derechos: los miembros del Comité Central que estaban en la guerrilla no podían
asistir a las sesiones del organismo, porque se exponían a ser muertos o detenidos, y el CC no
podía ir a ellos porque se exponía y de napa exponía a la guerrilla. Manuel Marulanda, por ejemplo,
ingresó al CC en 1962 junto con este servidor, pero nunca pudo asistir a una reunión del Comité.
En los años setenta los combatientes activos miembros del comité llegaron a ser más de
diez…Representaban una parte muy notable del partido, porque todo el que entraba a la guerrilla
automáticamente se convertía en miembro del Partido. En el CC, pues se decidía sobre asuntos
que afectaban a la guerrilla y ésta no tenia voz ni voto allí. Es posible que este detalle fuera
socavando silenciosamente su identificación con la política partidaria.” DELGADO (2007) Pág. 283.
372
Entre 1989 y 1991 se desmovilizan el M19, la inmensa mayoría del EPL, el Quintín Lame y el
PRT, desarticulando en la práctica el proyecto de la CGSB. Incluso un importante sector del ELN
se unirá a esta ola de entrega de armas en 1994. La reconversión de estos grupos en muchos
casos no fue meramente táctica en términos de revaluar la lucha armada, sino también estratégica
y programática en términos de renunciar al proyecto socialista y a la izquierda misma, de manera
algo similar a como pasaba con muchos partidos “obreros” en Europa Oriental. Como agravante de
240
241
Esta importante fortaleza militar, nunca antes mostrada por ninguna fuerza
insurgente, llevará a muchos analistas a discutir sobre el salto estratégico de
guerra de guerrillas a guerra de movimientos e incluso, guerra de posiciones.
Aunque oficialmente las FARC hayan sido precavidas y negado tal avance militar,
enmarcando todas sus acciones en la genérica lógica de “guerra de guerrillas
móviles” 376, es indiscutible que buena parte de su desarrollo político que marcará
375
MEDINA GALLEGO, Carlos. FARC-EP. Notas para una historia política. 1958-2006. Tesis de
Doctorado. Universidad Nacional de Colombia.2008. Pág. 180
376
En medio de su habitual pragmatismo y recelo ante cualquier filigrana teórica, las FARC
prácticamente ignora la fluida producción de analistas de la guerra que catalogan el conflicto
colombiano en el cambio de siglo, como una guerra de movimientos o incluso de posiciones,
conceptos tomados de la conceptualización maoísta. De alguna manera esto dispensa a las FARC
-hacia su interior claro está- de las actuales discusiones sobre inflexión estratégica, dada su
amplísima comprensión de todas las acciones militares desarrolladas como parte de un mismo
repertorio: la guerra de guerrillas. “Una muestra nítida de tales incertidumbres se puede hallar en
la discusión acerca de guerra de guerrillas, guerra de movimientos o guerra de posiciones.,
Mientras varios de los analistas independientes, con referencia más o menos tácitas a la conocida
gradación que establece Mao en términos estratégicos en guerra de guerrillas, guerra de
movimientos y guerra de posiciones e impresionados por las cifras y por las derrotas que le
propinaron las FARC al ejército en 1998, juzgaban que el paso de la primera a la segunda
modalidad de combate era inminente, tras algunas vacilaciones, por boca de Alfonso Cano las
FARC reafirman la orientación tradicional, aquella con la que adoctrinaba Jacobo Arenas: hasta
que no hayan crecido a tal punto que posean un total control de la retaguardia y un número de
efectivos y de recursos que iguale o supere al ejército regular, optarán por la movilidad, persistirán
242
esta nueva etapa estará influido por una creencia en su posicionamiento dentro el
conflicto interno. Las FARC pretenderán erigirse en sus zonas de influencia como
un nuevo Estado, con institucionalidad, legislación, políticas y administración
pública y demás características propias. Esta lógica impregnará todas sus
propuestas políticas, incluyendo el desarrollo del próximo proceso de paz con el
gobierno Pastrana, y les pondrá nuevamente al orden del día la urgencia de contar
con organizaciones políticas y de masas a fines a su Plan.
Mientras tanto, el debate político y organizativo, cursaba mellado por estas nuevas
circunstancias. Paralela a la convocatoria del XVI Congreso para 1991,
extraordinario por el vendaval de acontecimientos políticos nacionales e
internacionales, corría el llamado de las FARC-EP a su VIII Conferencia. La
muerte de Jacobo Arenas y el posterior ataque a Casa Vede (1990) obliga a que la
Conferencia guerrillera se posponga y permite que las FARC tenga una
participación más bien tímida en el mencionado Congreso del PCC a la espera de
su Conferencia, que se realizará finalmente en 1993377.
en las tácticas probadas de la guerra de guerrillas clásica, ocasionalmente seguida por acciones
de guerra de movimientos, y descarta sine die la guerra de posiciones. Se afirma y reafirma por
ende, la lógica gradual de acumulación, y se hace notoria la habilidad de sus estrategas de hoy
para adoptar, sin detrimento de sus orientaciones estratégicas tradicionales, nuevas pautas
organizativas.” CUBIDES (2004) 133-134. Para ver una postura que expone el salto estratégico de
guerra de guerrillas a guerra de movimientos ver PIZARRO (2004) y RANGEL (1998). Sobre la
caracterización clásica de Mao ver Seis Escritos Militares del Presidenta Mao. Ediciones en
Lenguas Extranjeras. Pekín. 1970. 420 p.
377
No obstante, será polémico el video de saludo de Manuel Marulanda enviado al XVI Congreso
del PCC donde se ratifica en la intención de la toma del poder por las armas. Ver. LA
COMBINACION DE TODAS LAS FORMAS DE LUCHA SE LLAMA HOY NEGOCIACION
POLITICA. Reportaje al XVI Congreso del PCC. En Colombia Hoy Informa. Nº 94. Santafé de
Bogotá. Septiembre de 1991. Pág. 6-10.
243
Los reveses políticos del Partido, eran para las FARC la consecuencia de una
inadecuada concepción política379, contrastada con una postura “acertada”
representada en su Plan Estratégico y los importantes desarrollos que obtenían a
cambio la guerrilla comunista. Sobre esta base la VIII Conferencia Guerrillera por
primera vez, entrará a orientar sobre cuestiones propias del trabajo del Partido. En
términos de Pecaut: “El fenómeno que realmente marca la ruptura con el pasado
es ante todo la inversión de la relación entre partido y organización armada. El
Partido está demasiado debilitado para imponer su línea.380”
378
Discurso de Manuel Marulanda Vélez. Diálogos de paz. Enero 7 de 1999. Archivo Histórico
Documental. FARC-EP. Las tres personas nombradas eran miembros del Comité Ejecutivo del
PCC de aquel momento. Sobra decir que dicho ultimátum precede el ataque a Casa Verde,
precisamente el día de las elecciones a la ANC, 9 de diciembre de 1990.
379
“El Partido cometió un gran error y es que dejó de lado el trabajo de masas y sobredimensionó
las elecciones. Llegaba una época electoral y le metían durísimo al trabajo para ver cuantos votos
y curules sacaban de allí, y por ahí no era el asunto. Si nosotros miramos después de la votación
por Pardo Leal, el PCC se planteaba como una tercera fuerza, pero ha venido en un descenso
enorme Inclusive mucha gente que ha sido por generación del Partido ya no se identifica, y mucho
menos con la contienda electoral.” Entrevista a Julián Garcés. Combatiente FARC-EP. En FERRO
y URIBE. (2001) Pág. 145.
380
PECAUT (2008) Pág. 57.
244
381
PIZARRO (2004) Sera sintomático del avance guerrillero la optimista consigna de la VIII
Conferencia: “Comandante Jacobo Arenas: Estamos cumpliendo”.
382
Aunque como venimos exponiendo serán factores de lectura política los que alejen
sustancialmente a los dos destacamentos comunistas, existirán también una serie de causales
incidentales, que no obstante, contribuyeron en el distanciamiento. La crisis de relaciones políticas
FARC-PCC se arrecia no solo en el momento más álgido del debate sobre vigencia del socialismo,
sino en medio del primer relevo en la Secretaria General del PCC en 40 años. Vieira expresaba
una figura de autoridad inobjetable en el conjunto de los comunistas. El retiro de Vieira por su
avanzada edad en 1991, del timón del PCC, coincidirá además con la muerte de Jacobo Arenas,
representante por excelencia del Partido en las FARC y con el ataque a Casa Verde que derivará
245
en la dispersión del Secretariado por todo el país y dificultará las comunicaciones y discusiones
con la organización armada.
383
Así lo afirma por ejemplo Pecáut: “Las FARC exigen que el Congreso del Partido se celebre en
el monte y ante la negativa del PCC, renuncian a tener representación en él.” PECAUT. Pág. 57.
384
MARULANDA, Manuel. Entrevista. Publicada Página Web. http:// www.farcep.org. Sin fecha.
246
En el año 2000 en medio del proceso de paz con el gobierno nacional, las FARC-
EP realizan un nuevo Pleno del EMC: “Con Bolívar, por la paz y la soberanía
nacional”, donde delinean con mayor elaboración los “nuevos” instrumentos del
Plan Estratégico. Se construyen los Estatutos del PCCC y la Carta de Reunión y el
Llamamiento del Movimiento Bolivariano, e incluso se hace un lanzamiento público
de esta organización clandestina (29 de abril de 2000).
385
PIZARRO (2004)
386
Estatutos. Partido Comunista Clandestino Colombiano. 2000. Archivo Histórico Documental.
FARC-EP. (2008)
247
248
las FARC, blindan orgánicamente el nuevo partido, frente a cualquier giro que
contrariase el Plan Estratégico y la política de la guerrilla.
Conferencia Nacional
Guerrillera
Secretariado Nacional
FARC‐EP
Estado Mayor Central
Contactos
Estado Mayor Bloque
Estado Mayor Frente
C d d U id d
Dirección Regional
389
Tomado de MEDINA GALLEGO, Carlos. (2008) Estatutos del PCCC. Archivo Histórico
Documental FARC-EP.
249
“Artículo 2º. Se rige por el programa de las FARC EP, por el Plan Estratégico, por
las resoluciones de su dirección, las conclusiones de las Conferencias
Guerrilleras y por el presente Estatuto.”390
390
Estatutos PCCC. AHD- FARC-EP.
391
En palabras de A. Delgado: “Ese planteamiento –la combinación- nunca fue rechazado por el
comando de las FARC, que yo sepa. Lo que las FARC puso en duda, en conceptos emitidos de
reserva, es que el Partido Comunista sea capaz de adelantar la fórmula y por eso han impulsado
combinaciones como el Movimiento Bolivariano, el Partido Comunista Clandestino, la propia Unión
Patriótica. Están convencidos de que el factor armado es el adecuado para crear la fuerza política
que lo acompañe en la tarea de organizar la toma del poder por la revolución. Las FARC son una
organización tan capaz y seria como el partido, y no creo que se pongan a jugar con las palabras.
Al final de cuentas, ellos no creen sino en ellos mismos.” DELGADO (2007) Pág. 288-289.
250
PCC aspira ser cubierto por el PCCC, bajo el control directo y estricto de las
FARC. Así mismo el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, MB, en su
calidad de frente amplio pretende reemplazar a la extinta Unión Patriótica en su
papel aglutinante. Ya con anterioridad Jacobo Arenas había probado ciertas
experiencias al respecto, que terminan decantándose en la propuesta del MB a
mediados de la década de 1990:
392
Entrevista a Manuel Marulanda Vélez. Gobierno Samper Pizano. Página web FARC-EP.
251
Organizativamente el MB, por decirlo de alguna manera busca integrar una serie
de expresiones que ni la UP ni mucho menos la izquierda tradicional ha podido
articular. Dicha articulación es fundamentalmente programática:
393
Carta de Reunión. Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. 2000. Archivo Histórico
Documental FARC-EP.
394
Carta de Reunión. Op Cit.
252
subordinación política y orgánica a las FARC-EP, tanto del PCCC como del MB,
no significa la asimilación de éstos como estructuras militares. Los nuevos
organismos cumplen el mismo papel que estaba dispuesto para el PCC y la UP,
sólo que ahora desde la clandestinidad, y mas allá de los obvios lazos conectores
con el desarrollo de la guerra ( formación militar, carácter conspirativo, acción
extraparlamentaria) han sido dispuestos para centrar su labor en la agitación
política y de masas:“La limitación del guerrero pretende ser suplida por las nuevas
organizaciones políticas – PCCC y Movimiento Bolivariano-, cuya principal
responsabilidad estaría en la conformación de organizaciones sociales395.”
“Así que todos y cada uno de los integrantes del nuevo movimiento, tendrá
una actividad dentro del sector social donde viva, trabaje o estudie, sin que
sea de público conocimiento su pertenencia política. Como todos los
bolivarianos, deberá hacer esfuerzos por colocarse al frente de las luchas por
las reivindicaciones del pueblo y solo compartirá su secreto con los pocos
compañeros que le sean asignados para trabajar…Le estamos proponiendo al
país, la construcción del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, como
instrumento civil, alternativa a los partidos tradicionales.396”
395
FERRO y URIBE. (2001) Pág. 150.
396
Discurso de lanzamiento Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. Alfonso Cano. 29 de
abril de 2000. Archivo Histórico Documental. FARC-EP.
253
254
398
Los autores que hablaran de una reciente “inflexión estratégica” señalan como esta reingeniería
significó un verdadero salto cualitativo del Ejército Nacional en su lucha contra-insurgente, que
explica buena parte de las recientes victorias militares contra las FARC-EP.
255
399
En su IX Conferencia realizada en 2007 “Por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el
Socialismo”, las FARC-EP ratifican su llamado a construir y desarrollar el MB y el PCCC.
256
ORGANIZACIÓN INSTANCIA DE
TIPO DE GUERRILLA FRENTE AMPLIO PERÍODO
POLÍTICA DIRECCIÓN
Frente de Liberación
PRIMER Nacional PCC
Guerrilla Defensiva PCC 1964‐1980
MODELO (Inexistente Comité Central
orgánicamente)
Plan Estratégico
Secretariado
SEGUNDO
Guerrilla Ofensiva PCC Unión Patriótica PCC‐ 1982‐1987
MODELO
Secretariado
FARC‐EP
Plan
Movimiento
TERCER Estratégico‐
“Ejército del Pueblo” PCCC‐FARC‐EP Bolivariano por la 1997‐
MODELO Secretariado
Nueva Colombia
FARC‐EP
257
EPILOGO
258
Sólo con base en este análisis podemos explicar las dificultades socio-
estructurales con las que han debido lidiar las apuestas revolucionarias, obligadas
a desarrollar un proyecto político en medio de unas circunstancias
sustancialmente adversas a él, poco previstas por la teoría y poco teorizadas con
rigor por ellos mismos. Es este el contexto en el cual emerge la familia comunista
colombiana: el PCC y las FARC, como figuras realmente atípicas de la izquierda
latinoamericana. Su excepcionalidad, su carácter tan propio, se debe en buena
medida a la forma pragmática, casi coyuntural en que han buscado darle
respuesta a los retos impuestos por el régimen político.
Tal fijación por la respuesta puntual ha derivado en cierto desdén por la teoría, que
los pudiese enmarcar en horizontes más amplios, aunque no por ello más
efectivos políticamente. El foquismo, la socialdemocracia, el alinderamiento con
Pekin, son vistos por los comunistas como modelos lejanos y poco aplicables a la
realidad colombiana, a diferencia de sus probados experimentos tácticos.
259
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