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EL EMPODERAMIENTO DEL ADULTO MAYOR

María Cristina Camelino

En el nuevo escenario mundial en el que se constata un nuevo proceso de envejecimiento


progresivo, es necesario tener en cuenta, para la valorización de la autonomía de este
nuevo grupo etario nuevos elementos.

La Convención Interamericana de Derechos Humanos de las Personas Mayores, que


fuera suscripta con la Argentina en el año 2015, y el dictado subsiguiente de la Ley N°
27.360 en septiembre de 2017, establece la posibilidad de vivir en las mejores condiciones
de autonomía libre de discapacidad y en pleno ejercicio de todos los derechos humanos
con sus correspondientes libertades fundamentales.

La adopción de las leyes para el Adulto Mayor, deben corresponderse a la gran


importancia de la respuesta social de los mismos.

El Adulto Mayor introduce en la sociedad una serie de temáticas nuevas que deben
abordarse para el efectivo ejercicio de sus derechos.

La nueva vejez es una cuestión de agenda y de debate. En la misma hacen centro las
nuevas políticas públicas.

Debemos ser conscientes que en ese debate hay tensiones entre las definiciones y las
conceptualizaciones que se realizan en cuanto ser del adulto mayor; por un lado

1. la mirada tradicional que enfoca al Adulto Mayor desde sus déficits más que desde su
potencial (prejuicios y estereotipos).

2. La nueva mirada en la que se construye poder dentro de la comunidad estableciéndose


empoderamiento por su rol y valor social.

En este punto de la reflexión deberemos considerar a la discriminación y entender que es


una situación en la que torna al Adulto Mayor como parte de un conjunto homogéneo
caracterizado solamente por déficits físicos, psicológicos, en estado de indefensión y
desesperanza aprendida.

El viejismo (prejuicios y estereotipos) goza de amplio consenso y muchas veces no se


corresponde con el debido fundamento científico.

Las creencias, generalmente negativas, basadas en características excepcionales


atribuidas a un grupo en particular, que lo etiqueta de una manera logra muchas veces
vulnerar la autoestima de los Adultos Mayores.
Un “mundo envejecido”, en el buen sentido, es una sociedad que conserva su capital
social, su historia y su experiencia. Es una sociedad más y mejor integrada. La experiencia
de las personas mayores puede aprovecharse a favor del desarrollo de la comunidad.

Para alcanzar este objetivo es necesario una nueva toma de conciencia, el


empoderamiento sobre el envejecimiento.

El tránsito hacia el envejecimiento nos ha demostrado que el acceso a los procesos vitales
es mucho más largo y con etapas diferenciadas y se continúa construyendo un nuevo
proyecto a lo largo de la vida.

Este cambio demográfico debe ser visto como un logro de la humanidad, más allá de los
costos en las políticas públicas que el Estado deberá atender.

Por ello entiendo que la Mediación es un vehículo idóneo para legitimar y valorizar las
diversas etapas vitales de la sociedad. El desarrollo humano depende de este cambio de
mentalidad.

El cambio demográfico impacta en el curso de vida de los individuos y las sociedades,


por ello hay que atender los requerimientos para sostener el desarrollo permanente del ser
humano.

La cultura del envejecimiento debe ser el fruto de un nuevo acuerdo social a partir del
cual las sociedades estarán integradas por diferentes edades enlazándose con nuevos
recursos y una ética compartida.

Las nuevas capacitaciones en el Nuevo Proceso de Envejecimiento relativa a los


mediadores, deberá estar centrada en el respeto, el reconocimiento y el cuidado de los
Adultos Mayores en su empoderamiento.

Los Mediadores deberán ser agentes de cambio, comenzando con un lenguaje nuevo para
construir una nueva imagen social más positiva para los Adultos Mayores.

Las personas que sobrepasan la edad de 80, 90 o 100 años, se transforman en referentes
de sus propias familias, y sus integrantes, las generaciones más jóvenes, se refieren a ellos
mismos como personas pertenecientes a “familias de longevos” como un bien adquirido
muy preciado.

Para concluir es necesario recalcar que necesitamos un profundo cambio colectivo de


representación de lo que significan las personas mayores en nuestras comunidades.

Lo que más limita a las personas mayores no es su edad sino la concepción de la vejez
como obsolescencia.
Las citadas reflexiones fueron objeto de debate en la Charla Abierta a la comunidad
realizada el día 16 de mayo de 2019, en el Colegio de Escribanos de la Provincia de
Buenos Aires.

* María Cristina Camelino


Abogada, Mediadora, Conciliadora de Consumo, Docente.
Ex columnista televisiva "Tarde de Mujer" Cablevisión Canal 5, sobre temas de
Mediación. 2001 al 2011.
Conferencista y expositora en numerosas Jornadas y Congresos.
Co-autora del libro “Stories Mediators Tell”, editado por la American Bar Association.

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