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II.

MARCO TEORICO

2.1. PSICOLOGIA CLINICA EDUCATIVA

Para comenzar se considera importante definir qué entendemos por psicología


clínica y psicología educativa, conceptos fundamentales para el desarrollo del
tema.

2.1.1. Psicología Clínica


La psicología clínica se puede definir como una rama de la psicología que
investiga y aplica los principios de la psicología a la situación única y exclusiva del
paciente, para reducir sus tensiones y ayudarlo a funcionar en forma eficaz y con
mayor sentido (Goldenberg, 1973).
La psicología clínica a diferencia de otras ramas estudia podríamos decir
“exclusivamente” la conducta humana, pero no sólo buscando información como
otras ramas sino que constantemente se encuentra tratando de aplicar lo que ha
encontrado como resultado de investigación. Pero cómo anteriormente se ha visto
la psicología clínica es sumamente individualista, dónde principalmente el
psicólogo clínico requiere recoger la información de la persona que se está
observando, para analizarla y confirmar las conclusiones a las que ha llegado,
ayudando con esta investigación a la persona que puede o no (depende del
diagnóstico) tener un problema psicológico.

2.1.2. Psicología educativa


La psicología educativa es una ciencia interdisciplinar que se identifica con dos
campos de estudios diferentes, pero interdependientes entre sí. Por un lado, las
ciencias psicológicas, y, por otro, las ciencias de la educación. EL núcleo central
entre estas dos ciencias es aquello que provee a la psicología educativa de una
estructura científica constitutiva y propia, que viene conformado a través del
estudio del aprendizaje; como fenómeno psicológico que depende básicamente de
las aptitudes, diferencias individuales y del desarrollo mental, y también, como
factor fundamental de la educación, en cuanto objetivo de la enseñanza o relación
maestro-alumno.
La psicología educativa se ocupa de los procesos de aprendizaje de temas
educativos y de la naturaleza de las intervenciones diseñadas para mejorar ese
aprendizaje. No es tanto una rama separada de la psicología sino como un
conjunto de preguntas y preocupaciones que psicólogos con diferentes
formaciones, diferentes métodos y diferentes perspectivas sobre el aprendizaje y
el desarrollo se han planteado de diferentes maneras a lo largo de décadas.

2.1.3. Psicología Clínica educativa


Es el área que aplica los métodos y principios de la psicología para estudiar e
intervenir en el comportamiento de las personas que presentan marcadas
deficiencias o limitaciones en el aspecto físico, sensorial, social, intelectual y/o en
su capacidad de aprendizaje que difiere significativamente de la media y que
requiere de la puesta en marcha de programas de educación especial. También
comprende el estudio de las personas talentosas.
Hace uso de estrategias, métodos y técnicas para efectuar la evaluación, el
diagnóstico y la intervención a fin de lograr la independencia personal y la
integración familiar, educativa, social y laboral de las personas con discapacidad.
Así mismo diseña y ejecuta acciones de prevención dirigidas a la comunidad.

2.2. FUNCIONES DEL PSICÓLOGO

1. Realizar acciones de detección de casos de personas con necesidades


especiales.
2. Realizar evaluación y diagnóstico de los educandos elaborando sus respectivos
informes y perfiles psicológicos.
3. Planificar y ejecutar acciones de intervención.
4. Desarrollar acciones de seguimiento dirigidos a determinar el progreso y/o reajuste
de los programas de tratamiento.
5. Realizar acciones de prevención orientado a disminuir la incidencia de nuevos
casos de discapacidad.
6. Brindar asesoría y orientación psicológica a los docentes y padres de familia.
7. Aplicar programas de integración social educativa y laboral en coordinación con
otros especialistas.
8. Realizar investigación psicológica en aspectos relacionados a la modalidad que
atiende el Centro educativo.

2.3. PERFIL DEL PSICÓLOGO CLÍNICO – EDUCATIVO


2.3.1. PERFIL PERSONAL
a) Estabilidad Emocional: Manejo adecuado de las emociones, seguridad personal,
adecuada autoestima y asertividad.
b) Actitudes: Vocación de servicio, sensibilidad con la problemática de las personas
con necesidades especiales.
c) Disposición: Para escuchar, establecer cordiales relaciones interpersonales,
brindar y recibir asesoramiento y trabajar en grupo.
d) Cualidades Personales: Comunicativo, entusiasta, dinámico, emprendedor,
colaborador, afectuoso, capacidad de empatía, paciencia, tolerancia a la
frustración, perseverante y tener don de mando sin ser autoritario.

2.3.2. CUALIDADES INTELECTUALES Y ACADÉMICAS

a) Competencia: Capacidad de análisis y síntesis, razonamiento y abstracción,


persuaden, motivación, interés y observación aguda.
b) Conocimiento: Dominio teórico y aplicativo de los principales modelos teóricos
del área clínica educativa; conocimiento básico de las disciplinas afines a la
Psicología Clínica Educativa. Cultura general y disposición para una continua
actualización profesional.

2.3.3. ETICA
Responsabilidad, confidencialidad, eficacia, respeto a la integridad y bienestar de
las personas, sinceridad, honestidad y humildad, respeto a la libertad individual,
solidaridad y uso adecuado de las técnicas e instrumentos de evaluación,
diagnóstico e intervención.

2.4. PROBLEMAS DESDE LO CLINICO QUE AFECTA A LA EDUCACION


2.4.1. PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
 Dislexia
se define como dificultad para leer. Cuando los niños están aprendiendo a leer y a
escribir en el jardín infantil y en primer grado, es común que confundan la letra “b”
con la “d”, el número “6” con el “9” y que confundan otros tipos de palabras. Es
importante aclarar que esto no es un problema de visión, sino que el cerebro está
invirtiendo o modificando la secuencia de la información que recibe de los ojos. La
mayor parte de los niños supera este problema antes de los siete años
aproximadamente. Sin embargo, en el caso de los jóvenes disléxicos, los
problemas de lectura persisten.
En otra forma de dislexia, la mente identifica correctamente la palabra que “ve”,
pero tarda en relacionarla con su significado. Estos adolescentes leen muy
despacio y es posible que tengan que releer el material varias veces antes de
comprenderlo. Otras actividades de comunicación también pueden presentar
dificultades, tales como comprender el lenguaje oral y expresarse de forma oral y
escrita
 Digrafía
Digrafía (o agrafía) se define como dificultad para escribir, como resultado de la
dislexia, de una coordinación motora deficiente o de problemas para entender
(interpretar) el espacio. La forma de manifestarse depende de la causa. Un
informe escrito por un adolescente con disgrafía debido a la dislexia tendrá
muchas palabras ilegibles o mal escritas. Por otra parte, la torpeza motora o una
deficiencia en la percepción visual y espacial sólo afecta la letra, no la ortografía
 Discalculia
La discalculia se define como dificultad para hacer cálculos matemáticos. Las
matemáticas son un problema para muchos estudiantes, pero la discalculia puede
hacer que un adolescente no comprenda incluso conceptos matemáticos básicos.
2.4.2. Discapacidad de la memoria y el procesamiento auditivo
Las discapacidades de la memoria y el procesamiento auditivo incluyen la
dificultad para comprender y recordar palabras o sonidos. Es posible que un
adolescente escuche con normalidad y, sin embargo, no recuerde las partes
importantes porque su memoria no está almacenándolas ni descifrándolas de
manera correcta. O tal vez escuche una frase pero no pueda procesarla,
especialmente si se usan palabras complejas, es muy larga o se dice rápidamente,
o si hay ruido de fondo. En el caso de los jóvenes con trastornos de
procesamiento auditivo central (TPAC), el zumbido de un ventilador o los sonidos
típicos de una clase pueden interferir con el aprendizaje.
2.4.3. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad —TDHA
La American Academy of Pediatrics (AAP) ha publicado recomendaciones sobre
las pautas para el diagnóstico y el tratamiento del trastorno por déficit de atención
e hiperactividad. Las pautas, elaboradas por un panel de expertos en medicina, en
salud mental y en educación, están dirigidas a los médicos de atención primaria (y
también a los padres) para ayudar a comprender mejor cómo reconocer y tratar el
TDHA, el trastorno neuroconductual más común de la niñez.
2.4.2. Ansiedad ante los exámenes
 Definición
Podemos definir la ansiedad ante los exámenes como un miedo intenso y
persistente que se experimenta frente a, o ante la anticipación de, situaciones de
evaluación dentro del ámbito educativo. Esta evaluación académica puede
referirse a exámenes escritos, orales, trabajos o informes, responder preguntas en
clase, etc. (José Salvador.)
En un sentido más amplio la ansiedad ante los exámenes forma parte de la
ansiedad de evaluación, que puede aparecer en contextos no académicos como
intervenciones en público, entrevistas de trabajo, oposiciones, etc. En definitiva,
ante cualquier situación donde las capacidades de la persona son evaluadas.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que esta ansiedad debe ser
reconocida por la propia persona como excesiva o irracional, generar reacciones
intensas que interfieren en la vida de la persona de manera significativa, y no
aparecer como consecuencia de no haberse preparado o no haber estudiado
suficiente.
Las personas con ansiedad ante los exámenes experimentan diversas
manifestaciones emocionales, fisiológicas y psicológicas. Sentirán por tanto
emociones como miedo, tensión, inseguridad, inquietud y pánico. Podrán
experimentar síntomas físicos como taquicardia, palpitaciones, mareo, dolor de
cabeza, tensión muscular, sudoración, dificultad para respirar, molestias
digestivas, etc. A nivel mental podrán notar dificultad para concentrarse y pensar,
confusión, dificultad para controlar las preocupaciones, pensamientos negativos
relativos al rendimiento deficiente, a no alcanzar sus expectativas o las de los
demás, a consecuencias negativas de un posible bajo rendimiento, miedo a no ser
capaz y ser menos que los demás, etc. Asimismo, todos estos pensamientos y
sensaciones dificultan la concentración en la tarea. (Fernández, C. 1994 ).
 ¿Cómo se origina?
Existen diversos factores que pueden facilitar la aparición de este problema. Entre
ellos podemos destacar:
- Expectativas demasiado elevadas de los padres.
- Escaso reforzamiento de los logros.
- Comparación con el rendimiento de los compañeros.
- Reacciones negativas ante experiencias de bajo rendimiento (reproches,
castigos, burlas…).
 ¿Cómo se trata?
Para superar la ansiedad ante los exámenes se trabajan en terapia toda una serie
de estrategias y técnicas dirigidas a superar las dificultades que conforman el
problema.
Las estrategias que se han mostrado más efectivas son la reestructuración
cognitiva, la administración de preocupaciones, la regulación de anticipaciones, los
procedimientos de desensibilización frente al miedo, las técnicas para el control de
la activación fisiológica, el entrenamiento en habilidades de estudio y formas
adecuadas de enfrentarse a un examen.( Miralles,F 2011 ).
2.4.3. Autoestima

2.4.4. Las emociones y el estudio

Los adolescentes con comportamientos agresivos, en comparación con sus


compañeros con baja conducta agresiva, tienen mayor probabilidad de percibir las
relaciones con sus padres como negativas, mostrarse poco interesados por las
tareas verbales, ser menos sinceros y tener una autoestima más baja. Asimismo,
pese a que los modelos varían en función del sexo y el curso, en la mayoría de los
casos los estudiantes con alta conducta agresiva también presentan una mayor
probabilidad de percibir de forma negativa sus relaciones con los compañeros del
mismo sexo, estar menos interesados por las materias escolares y ser
emocionalmente más inestables que sus compañeros no agresivos. Por tanto, el
comportamiento agresivo hacia los iguales presenta una influencia claramente
negativa sobre diferentes áreas del autoconcepto.

 ¿cómo afectan las habilidades socioemocionales al aprendizaje?


La escuela es una olla de presión emocional para los niños. En cada minuto de
clase que pasa, los niños constantemente enfrentan diversas presiones
académicas y sociales. Estas emociones van desde sentirse enojado, molesto,
ridiculizado, orgulloso, entre otras, y afectan el aprendizaje porque influyen en la
comunicación, la atención y la memoria, y en todo lo que necesitan para
manejarlas. Las personas enojadas actúan enojadas, lo cual tiene consecuencias,
sobre todo negativas, para el aprendizaje. Si una niña se siente agitada o de mal
humor y no sabe cómo calmarse o reorientar sus sentimientos, le resulta más
difícil concentrarse en el aprendizaje.
 ¿cómo estas se pueden desarrollar?
Las personas no nacen con temperamentos ni agradables ni desagradables. La
capacidad de un niño para afrontar situaciones no es innata; es adaptativa o
entrenable, al menos en teoría. La formación específica en habilidades socio-
emocionales puede establecer vías neurológicas que hacen que los niños sean
menos vulnerables a la ansiedad y les permita recuperarse más rápidamente de
experiencias infelices. La formación en habilidades socioemocionales puede hacer
que los niños sean más inteligentes a través del desarrollo de una parte del
cerebro (corteza prefrontal) que es la responsable de las habilidades académicas
importantes como el control de los impulsos, el razonamiento abstracto, la
planificación a largo plazo y la memoria de trabajo.
Pasar de la teoría a la práctica no es sencillo. Existen pocos datos concretos que
sirvan para estructurar la formación en habilidades socioemocionales, aunque
algunos programas prometedores ofrecen una idea. Por ejemplo, parece que el
entrenamiento tiene que ser intencional y apropiado para la edad de los niños.
Adicionalmente, es necesario canalizar y regular las emociones, no neutralizarlas.
También, la interacción de alta calidad entre adultos y niños es clave porque los
padres y las escuelas juegan un papel importante. En cuestiones de currículo, la
formación docente y las actividades concretas en el aula, la variación es la norma.
No hay receta única.

2.4.5. Conducta agresiva


El estudio llevado a cabo por nuestro equipo de investigación surge con el fin de
aportar mayor información sobre la relación entre conducta agresiva hacia los
iguales y la percepción que los adolescentes tienen de sí mismos. Concretamente,
se analiza la influencia que el comportamiento agresivo hacia los iguales puede
ejercer sobre diferentes áreas del autoconcepto, atendiendo tanto al sexo como al
curso, pues la investigación previa ha puesto de manifiesto que estas variables
sociodemográficas resultan relevantes al analizar tanto el autoconcepto como el
comportamiento agresivo.
los adolescentes que muestran comportamientos agresivos, en comparación con
sus compañeros con baja conducta agresiva, tienen mayor probabilidad de percibir
las relaciones con sus padres como negativas, mostrarse poco interesados por las
tareas verbales, ser menos sinceros y tener una autoestima más baja. Asimismo,
pese a que los modelos varían en función del sexo y el curso, en la mayoría de los
casos los estudiantes con alta conducta agresiva también presentan una mayor
probabilidad de percibir de forma negativa sus relaciones con los compañeros del
mismo sexo, estar menos interesados por las materias escolares y ser
emocionalmente más inestables que sus compañeros no agresivos. Por tanto, el
comportamiento agresivo hacia los iguales presenta una influencia claramente
negativa sobre diferentes áreas del autoconcepto.

2.4.6. Problemas de sueño


Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) revelan que la
falta de horas de sueño o el sueño irregular incide de forma negativa en el
rendimiento académico de los jóvenes
No es posible rendir si no se descansa apropiadamente.
Dormir mal tiene serias consecuencias en el día, y de acuerdo con los
investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) incide
directamente en el rendimiento académico. Este estudio es el primero que analiza
el comportamiento de los jóvenes fuera del laboratorio, y ha determinado que el
desajuste entre las pocas horas de sueño en la semana y las muchas horas del fin
de semana es especialmente perjudicial para las chicas.
Durante el día, la falta de sueño tiene claras consecuencias. Diversos estudios
han ahondado en ellas, y descubierto que algunos de los efectos son la tendencia
a dormirse en todas horas, los cambios espontáneos de humor, una actitud
pesimista y el aumento del estrés y la ansiedad.
Asimismo, después de 3 días sin dormir, esto suele generar alucinaciones y locura
temporal. Además, cuando se tiene problemas crónicos de sueño, las
probabilidades de sufrir una enfermedad psiquiátrica aumentan en un 40%.
La falta de sueño también afecta la habilidad del cuerpo para procesar la glucosa,
que puede provocar altos niveles de azúcar en sangre y favorecer la diabetes o el
aumento de peso. El sueño afecta la memoria a corto plazo y deja espacio para
más información, y se ha comprobado que la falta de sueño genera un descenso
en la capacidad de asimilar los conocimientos hasta en un 40%, y que estas
pérdidas de memoria hacen que la persona se torne lenta y poco precisa, incluso
alterar el habla y la capacidad de aprendizaje.
 Los adolescentes no duermen lo suficiente
Diversos estudios han determinado que los adolescentes no duermen lo
necesario, ya sea porque tienen horarios sobrecargados como porque pasan
demasiado tiempo en sus móviles enviando mensajes o chateando hasta altas
horas de la madrugada. Otros jóvenes quieren acostarse temprano pero no logran
conciliar el sueño.
Si pasan varias noches sin dormir lo suficiente es posible que sufran un déficit de
sueño, y esto afecta su capacidad de concentrarse, estudiar o trabajar de la mejor
manera. Así lo define el estudio de la UCM, que ha analizado patrones de sueño,
habilidades cognitivas y resultados académicos de casi 800 jóvenes de entre 12 y
16 años.
Como explicó el profesor de Psicología Diferencial, Juan F. Díaz-Morales, “Las
adolescentes tienden a dormir más los fines de semana –respecto a los días de
diario y comparadas con los chicos–, por lo que experimentan un mayor jet lag
social". A mayor irregularidad del sueño, peores notas, afirma el estudio, y por
tanto un rendimiento menor en habilidades cognitivas verbales, espaciales, de
razonamiento y numéricas.

2.4.7. El estrés
Clases, trabajos, exámenes. Cada vez más estudiantes desarrollan estrés por sus
obligaciones diarias, una realidad que afecta de pleno al desarrollo académico. Si
no se reduce el ritmo y se toman medidas, el estrés puede llevarnos al
agotamiento crónico. El estrés académico está mucho más presente de lo que
pensamos entre los estudiantes universitarios. Se empieza por una acusada
sensación de cansancio y se puede acabar con agotamiento crónico.
Te enseñamos a prevenir y a detectar a tiempo el estrés académico, para así
poder tomar las medidas adecuadas.
El estrés académico es una reacción cada vez más extendida entre los
estudiantes de todos los grados, especialmente los universitarios. Si bien una nota
normal de nervios ayuda a responder con eficacia a los quehaceres diarios, el
estrés desmedido puede disminuir el rendimiento.
expertos como Caldera, Pulido y Martínez (2007), definen el estrés académico
como "aquel que se genera por las demandas que impone el ámbito educativo. En
consecuencia, tanto alumnos como docentes pueden verse afectados por este
problema. Sin embargo, nos vamos a focalizar en el estrés académico de los
estudiantes universitarios".
Las reacciones frente a esta situación tienen diferentes efectos en el organismo y
las emociones, empezando por una acusada sensación de cansancio. Si una vez
detectada esta realidad no se reduce el ritmo para recuperar fuerzas, se puede
alcanzar un agotamiento crónico.
Cómo detectar el estrés académico
Son las reacciones del cuerpo tras un tiempo prolongado bajo mucho estrés:
 Somnolencia
 Cansancio y fatiga
 Dolores de cabeza
 Dolor de estómago
 Bruxismo
 Dolor de espalda
 Taquicardia o palpitaciones fuertes
 Desajuste del apetito
 Debilidad del sistema inmune
 Dificultades para dormir
 Manifestaciones emocionales
La mente y el estado anímico también acusan los nervios extremos y constantes.
La sintomatología es:
 Inquietud e hiperactividad
 Tristeza
 Ansiedad
 Dificultades para la concentración
 Problemas de memoria
 Irritabilidad frecuente
 Temor a no poder cumplir con las obligaciones
 Baja motivación para actividades académicas

 Cómo prevenir y afrontar el estrés académico


Los expertos insisten en que, ante la aparición reiterada de cualquiera de los
síntomas mencionados, hay que tomar medidas para evitar el descontrol y el
desarrollo de depresiones. Si se detectan en una fase temprana, se pueden poner
medidas que mitiguen los efectos:
 Elaborar una planificación de las tareas
 Apoyarse en técnicas de estudio
 Apostar por una alimentación sana
 Realizar ejercicio físico diario
 Reservar tiempo para descansar
 Dormir 8 horas por la noche
 Incorporar a la rutina técnicas de relajación
 Mantener el sentido del humor

2.4.7. OTROS PROBLEMAS


De acuerdo con la tradición griega de paideia, se pretendía que todos los alumnos fueran
formados bajo un ideal y modelados con base en él para su perfeccionamiento (Yurén,
2000). En cambio, las nuevas propuestas educativas promueven la autonomía y el
desarrollo de las potencialidades de cada sujeto, no sólo las más requeridas por la
sociedad, situación que atañe, en particular, a la educación básica, que debe tender hacia
una formación integral.
Existen variables de personalidad vinculadas con el rendimiento escolar, entre las que se
encuentran la resiliencia, la autoestima y la autoeficacia, las cuales propician que el sujeto
participe, se involucre activamente, resista las adversidades y tenga un mejor desempeño
en la escuela. Al respecto, las investigaciones reportan que los niños con capacidad
resiliente muestran facilidad para establecer relaciones, resolver problemas, desarrollar un
sentido de identidad, hacer planes y determinar expectativas (Werner y Smith, 1992).
Además, son niños que manifiestan mayor introspección, independencia, capacidad de
relacionarse, iniciativa, humor, creatividad, moralidad, autoestima y pensamiento crítico
(Melillo, Suárez y Rodríguez, 2008); poseen mayor tolerancia a la frustración y son
cooperativos (Gordon, 1996). Asimismo, tienen madurez intelectual, son activos, seguros,
competentes, flexibles y expresan interés por nuevos retos, confían en ellos mismos y en
el ambiente que les rodea (Luthar y Zigler, 1991).
Según otros estudios, consideran que su vida tiene un sentido, existen por una misión u
objetivo y pueden controlar su destino; todas ellas, características valoradas por la
sociedad (Henry, 1999). Por otra parte, es indispensable analizar la autoestima, pues los
niños que la poseen en alto grado se identifican por ser cooperativos, creativos, por
mostrar ideas nuevas, estar contentos, con energía, por facilitárseles hablar con los
demás y establecer nuevas relaciones, realizar su trabajo con satisfacción y ejecutarlo en
forma adecuada, valorarse, apreciarse y demostrar confianza en sí mismos y en el
entorno (Rodríguez, Pellicer y Domínguez, 1998, en González-Arratia, 2011b).
En cuanto a la autoeficacia, los niños tienen mayor iniciativa, aceptan nuevos retos,
confían en ellos mismos y se muestran seguros (Pajares, 1996). Múltiples estudios han
puesto de manifiesto que los estudiantes con un desarrollo positivo de tales
características exhiben un mayor rendimiento escolar. Se ha demostrado que la resiliencia
y la autoestima poseen relación significativa y positiva (González-Arratia, 2011b).
Peralta, Ramírez y Castaño (2006) detectaron que hay diferencia significativa entre el
rendimiento escolar (alto y bajo) y los factores resilientes de los alumnos, ya que los
individuos con bajo rendimiento escolar demuestran menor resiliencia. Sin embargo,
dichas investigaciones se efectuaron en contextos y poblaciones distintas: población
universitaria y en otros países, como España y Estados Unidos.
Otra relación documentada es la que existe entre la autoestima y el rendimiento escolar.
Un nivel alto de autoestima condiciona una mayor responsabilidad, compromiso,
seguridad y motivación para el desempeño de tareas y logros escolares (González-
Arratia, 1996).
Respecto de la autoeficacia, se ha corroborado de manera empírica que cuando un
alumno cuenta con un juicio de autoeficacia positiva tiene un elevado rendimiento escolar:
este juicio media el esfuerzo y la persistencia que se empleará (Ortega-Pierres, Palacios y
García, 2010).

2.5. ROL DEL PSICOLOGO CLINICO EDUCATIVO


Podemos englobar la actividad del psicólogo clínico en 3 funciones fundamentales:
la función evaluativa o de diagnóstico, la intervención o tratamiento y la función
preventiva.
2.5.1. Evaluación
Una de las actividades esenciales del psicólogo por la especificidad de sus
técnicas, la preparación necesaria para aplicarlas y la valiosa información que
proporcionan es la Evaluación. Consiste en explorar las capacidades cognitivas,
habilidades, destrezas sociales y características de personalidad que conforman
de manera integrada el funcionamiento psicológico del niño. En esta función
evaluativa, se lleva a cabo una descripción de las conductas y síntomas que
pudieran indicar la presencia de algún cuadro diagnóstico, además se exploran las
características del entorno y se plantean hipótesis explicativas de la situación
problema. Para ello, los principales métodos empleados son la observación, que
comienza desde el primer contacto con el paciente, y la entrevista clínica, en la
cual se recaban datos importantes de la historia personal, familiar y escolar del
niño, así como de la manera en que los personajes interactúan. Adicionalmente,
se utilizan instrumentos psicológicos para medir características del individuo con
base en muestras de conducta.
Los test psicológicos vienen siendo métodos de exploración que aportan una
información relevante, la cual debe integrarse siempre con los resultados de la
entrevista y la observación de la conducta para lograr una impresión global.
Una buena evaluación determinará la elección de un adecuado plan terapéutico,
bien sea centrado en la psicoterapia individual, en la intervención psicoeducativa,
modificación de conducta, la terapia familiar o psicoterapia de grupo.
2.5.2. La Intervención
Una vez establecido cuál es el problema y dónde se debe intervenir, el paso
subsiguiente es ajustar el tratamiento a las demandas del niño. En este sentido, si
la problemática es fundamentalmente académica, como en el caso de un niño con
Dificultad Específica de Aprendizaje, con un entorno familiar favorable, y una
adaptación social satisfactoria; convendrá una Intervención Psicoeducativa, que
generalmente es practicada por un psicopedagogo, un psicólogo o licenciado en
Educación especialista en el área. Mientras que si se detecta una problemática
emocional o la aparición de síntomas (ansiosos, psicóticos, depresivos) que
obstaculizan el aprendizaje teniendo una capacidad intelectual promedio, lo
indicado será la Psicoterapia. Por lo general se incluyen varias sesiones para el
trabajo con los padres, pero cuando la problemática familiar es prominente, deberá
emplearse una Terapia de Familia, a la cual es ideal que asistan todos los
miembros, o en su defecto, la mayor cantidad posible de ellos. En caso de
presentar fallas en las destrezas sociales, por agresividad, impulsividad o
sumisión, será indicada la Terapia de Grupo o bien un taller de destrezas sociales.
Las psicoterapias no pueden corregir trastornos orgánicos, pero pueden disminuir
la aparición de síntomas críticos y permiten canalizar las tensiones emocionales
propias del crecimiento y desarrollo a lo largo del ciclo vital. Las terapias más
utilizadas en niños son la psicoterapia psicoanalítica, la modificación de conducta,
la terapia familiar y la psicoterapia de grupo. La modificación de conducta busca
reforzar las conductas adecuadas, extinguir las desadaptativas y sustituir la
ansiedad por sentimientos placenteros, en un proceso dirigido por el terapeuta. Es
conocida su amplia aplicación en el caso de niños autistas, y con Síndrome de
Down, Trastornos de Estrés Postraumático, y Fobias, además del uso
generalizado de sus principios y técnicas en el quehacer pedagógico cotidiano.
Clásicamente, la psicoterapia psicoanalítica ha alcanzado una amplia aceptación
en la práctica clínica, especialmente cuando se trata de “casos emocionales”
detectados por el psicólogo escolar o el docente de aula (aunque sabemos que
toda condición física, social y familiar viene naturalmente acompañada por las
emociones). Tales casos hacen referencia a la presencia de ciertos síntomas
(como enuresis, agresividad, aislamiento, impulsividad, bajo rendimiento en
ausencia de déficits cognitivos o neurológicos), situaciones de conflicto y duelo
recientes (como divorcio de los padres, muerte de algún familiar, mudanzas, etc.)
así como exposición a hechos violentos o traumáticos.
2.5.3. Prevención
Se enmarca en los niveles de prevención primaria informar y educar a la
población general en materia de salud mental, secundaria y apoyo en áreas
potenciales de riesgo y terciarias acciones terapéuticas a problemas ya instalados
a fin de evitar su progreso, siendo esta última la más practicada en psicología
clínica. En las últimas décadas se ha impulsado la psicología clínica comunitaria,
dando pie al desarrollo de técnicas dirigidas a la colectividad, con mayor empleo
de recursos grupales y de amplio alcance. Sin embargo, permanece el interés
fundamental de la psicología clínica por la comprensión del caso individual, aun
cuando el abordaje sea grupal, familiar o comunitario. Los psicólogos clínicos
también ejercen funciones docentes y de investigación. La función docente implica
la divulgación de los conocimientos adquiridos en el campo de la psicopatología y
la psicología clínica, a través de clases, publicaciones y presentaciones científicas,
así como la organización de cursos, congresos y talleres para complementar la
formación de los profesionales que la ejercen. Esta constituye indirectamente una
forma de prevención (primaria). La función investigativa se dirige a obtener
mayores conocimientos en el área y mantenerse en constante actualización.
El planteamiento inicial sobre cuál es el papel que juega la psicología clínica en la
pedagogía, se enmarca en el modelo de equipo interdisciplinario de trabajo,
basado en la participación de varios especialistas que se ocupan de manera
coordinada para proporcionar una atención integral al niño. En condiciones ideales
toda intervención infantil debería llevarse a cabo de esta manera, haciendo un uso
adecuado de los recursos disponibles en nuestra sociedad. El equipo
interdisciplinario implica la presencia de una comunicación entre sus miembros
(psicólogo escolar, educador, neuropediatra, psicólogo clínico, terapista del
lenguaje, terapista ocupacional, trabajador social, psicopedagogo, orientador) y un
proceso conjunto de toma de decisiones respecto al caso. Después de los padres,
el docente es quien permanece más tiempo en contacto directo con el alumno, por
ende, quien observará su comportamiento dentro del aula. Al detectar la presencia
de conductas llamativas (por exceso o por defecto) usualmente recurre al
psicólogo escolar, quien se encargará de conocer y evaluar la situación con mayor
proximidad.
Muchas veces los psicólogos escolares no pueden tratar en profundidad con toda
la población que atiende la institución educativa y con la gravedad de algunas
situaciones particulares. Es entonces cuando recurren al psicólogo clínico para
llevar a cabo evaluaciones más profundas e intervenciones ajustadas al problema
que el niño presenta.
El psicólogo clínico funge entonces como un consultor en el proceso educativo,
quien, interviniendo sobre el niño y su contexto, va a favorecer una mejor
disposición mental para que participe activamente del proceso de aprendizaje. En
la medida en que el niño deje de concentrar su energía en la formación de
síntomas, no se estanque en una situación traumática, y pueda canalizar sus
fuentes de angustia, dispondrá de mayores recursos personales para emplearlos
eficientemente en conductas más adaptativas, como el aprendizaje escolar y la
socialización propias del contexto educativo.
CENTROS LABORALES
I. Centros de Educación Básica Especial (CEBE)
II. Centros de Educación Básica Regular (EBR)
III. Centro de Educación Técnico Productivo (C ETPRO)
IV. Centros de Educación Básica Alternativa (EBA).

A este proceso se le denomina inclusión educativa y el equipo profesional


responsable de asesorar a estas escuelas para el éxito de la inclusión se
denomina SAANEE (Servicio de Apoyo y Asesoramiento a las Necesidades
Educativas Especiales) todos los CEBES cuentan con este equipo y dentro de
este equipo siempre se cuenta con un Psicólogo Clínico Educativo.

2.6. ACCIONES PRINCIPALES QUÉ SE REALIZAN EN EL ÁREA CLÍNICA-


EDUCATIVA
a) Orientación a Maestros
b) Acompañamiento Psicosocial a la Comunidad Educativa
c) Investigación sobre problemas y Necesidades psicoeducativas-psicológicas de la
población a atender.
d) Atención a la rehabilitación neuropsicológica
e) Administración y Promoción del Servicio Psicológico
f) Investigación de Problemas Psicosociales que influyen en el Desarrollo de la
comunidad del grupo y del individuo.
g) Sistematización de la Práctica
Aportes de la psicología clínica a la psicopedagogía
a) La psicología amplia más el punto de vista del educador guiándolo en ciertos
factores que deben tomarse en cuenta al realizar actividades educativas.
b) Prepara al profesor para crear procedimientos que se enfrenten a condiciones
cambiantes, cuando los métodos tradicionales no son satisfactorios.
c) La psicología da herramientas al educador para tomar decisiones sobre los
valores.
d) Aumenta la claridad de los objetivos educacionales.
e) La psicología identifica y aprueba suposiciones empíricas sobre la educación.
f) La psicología ofrece nuevos puntos de vistas y ayuda a la detección de casos de
conductas y de carácter emocional en los alumnos.
g) Contribuye en la elaboración de programas para modificación de conductas los
cuales serán aplicados al alumno dentro y fuera del aula.
h) Ayuda en la clasificación de conductas humanas.
i) Guía a los profesores a divisar en los alumnos esos puntos de vistas equilibrados.

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