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Sinopsis histórica del conflicto islamita-israelí: una problemática

polifacética y milenaria.

Introducción.

Este trabajo procura ser una descripción sumaria de los acontecimientos


históricos más relevantes sucedidos durante el desarrollo social, político, religioso
y cultural de las naciones judía e islámica, redactado de forma tal que procure
reflejar los hechos tal y como se sucedieron en su momento, respetando en
sendos casos la veracidad de lo sucedido, a partir de los datos históricos
reunidos e integrados en fuentes de información reconocidamente acreditadas,
aunque esto no implica en modo alguno la infalibilidad de las mismas. Lo
complejo de la temática implica cumplir con un máximo esfuerzo de análisis y
síntesis, objetivo y sistemático, que permita reducir a un mínimo aceptable el
incurrimiento involuntario en sesgos e inferencias que puedan reflejar parcialidad
en el enfoque aplicado, al momento de las narraciones.

Inevitablemente, al describir algunos elementos a lo largo de todo el ensayo, en


particular los asociados a asuntos de naturaleza política y religiosa, es posible
provocar alguna desavenencia, dubitación o incluso hasta malestar por el
contenido de la narración, en el tanto contraríe nuestra creencia o nos demuestre
limitación de conocimientos sobre un punto en particular; si así fuere, el rumbo a
seguir es muy simple: fortalecemos nuestra convicción original o nos informamos
mejor en los medios convencionales. Se procura, eso sí, evitar las simples o
fáciles interpretaciones de un hecho como un milagro divino, en contraposición
total con lo establecido por la madre natura.

Por otra parte, en el apartado final de este trabajo, esto es, en el capítulo tercero y
en el sector de conclusiones, sí es posible hallar algún grado de subjetividad
durante la descripción y el análisis de los acontecimientos, en particular de los
más recientes, que alcanzan alguna responsabilidad a cualquiera de las partes
involucradas, o a terceras partes, pues el ser humano de nuestros días, así como
los de tiempos ancestrales, siempre ha procurado sobrevivir valiéndose de los
medios que le sean más afines y favorables, sin importar que para ello haya sido
necesario recurrir a las armas, a la violencia, a las negociaciones, a la diplomacia
o al engaño: esto no implica en modo alguno justificar los medios y los
resultados, la historia es la jueza por excelencia de sus actores y de sus roles
jugados en cada escenario.

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Moisés, escultura renacentista hecha Miguel Ángel Buonarroti en 1515.
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Primera parte: el judaísmo.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que


te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la
gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste! *

Elaborar una sinopsis con determinismo histórico, con un enfoque amigable y en


un contexto imparcial, sobre un conflicto ancestral entre dos naciones, como lo
es el caso de la islámica y la judía, no es una tarea sencilla dada la multiplicidad
de circunstancias y escenarios que la caracterizan. Sin embargo, si la intención
es describir hechos documentados y provenientes de fuentes fidedignas, que
puedan permitir una sana y consistente discusión, este esfuerzo puede tener
sentido y, en lo posible, alguna utilidad.

Es factible que un buen comienzo del trabajo supra citado se inicie con una
abreviada revisión de la génesis de sendas culturas, se consideren los hechos
más relevantes de su desarrollo histórico y se concluya con la determinación del
escenario real, en el tiempo y espacio actuales.

*Jesús contemplando el Monte de los Olivos. Mateo 23-37. Apréciese que este es un
versículo del Nuevo Testamento, destacado en el evangelio de Mateo, el cual platea una
acusación muy fuerte contra los judíos y he aquí que el contenido de este es un ejemplo
fehaciente de las diferencias históricas entre el cristianismo y el judaísmo, mismas que
han provocado rivalidades que han ido más allá del contexto religioso, al punto de que en
el seno de la iglesia judía se califica a los evangelios sinópticos y otros libros contenidos
del Nuevo Testamento como libros de cuentos o fábulas, de historia o medios para llamar
la atención. A este respecto, podría ser interesante conocer cómo calificaría esa misma
iglesia lo descrito en Jonás 1:17. “Pero Jehová tenía dispuesto un gran pez para que se
tragara a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches. Incluso por
qué no citar también Josué 3.13 “Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el
Arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se mojen en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se
dividirán, porque las aguas que vienen de arriba se detendrán formando un muro” ; y
Josué 10: 11-14: “Sol, detente en Gabaón, y tu, luna en el valle de Ajalón”. Y el sol se
detuvo, y la luna se paró,…”. Y sobre el diluvio universal (Génesis 7:2) cuál versión es la
correcta, aparte de la descrita en el AT, de entre: la hindú, la griega, la chibcha o muisca,
la mapuche, la maya, la mexicana, la inca, la kawésaar, la taino, la guaraní, la pascuense
o la moussaye. Lo anterior porque igualmente estas otras culturas también tienen su
propia versión sobre el diluvio universal.

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Antecedentes del judaísmo.

El judaísmo es la primera religión monoteísta* de la historia y se refiere


precisamente a la religión, la tradición y la cultura del pueblo judío; del judaísmo
se derivaron las otras dos religiones monoteístas principales: el cristianismo y el
islamismo. Es una religión elitista que fomenta la idea de que los judíos son el
pueblo elegido por Dios y esto implica que ellos consideren que son mejores que
el resto de los seres humanos. Su mitología religiosa los coloca en la cúspide de la
humanidad, no son nada proselitistas, esto es, no busca nuevos adeptos sino que
tiene una membrecía muy cerrada, al punto que los grupos principalmente
ortodoxos condenan las relaciones de judíos con gentiles (no judío o goyim).

El contenido dogmático del judaísmo se basa en las enseñanzas de la Torá, el


núcleo doctrinario más sagrado; corresponde a los cinco primeros libros de la
Biblia, iguales para cristianos y judíos, aunque los llaman con nombres
diferentes: para los cristianos la Torá se llama Pentateuco, palabra griega que
significa “cinco rollos”. El primer libro se llama Bereshit o Génesis, que narra el
origen del mundo y la vida de Abraham y los patriarcas hasta el cautiverio en
Egipto. El segundo es Shemot o Éxodo, que describe la partida de los israelitas de
Egipto, guiados por Moisés, y su peregrinaje por el desierto hasta llegar al Monte
Sinaí, hasta terminar con la llegada de las doce tribus de Israel a la tierra de
Canaán. El tercero es Vayikrá o Levítico, que es básicamente un código de
conducta y estatuto de los sacerdotes. El cuarto es Bemidbar o Números, el cual
vuelve a repasar la vida en el Sinaí y la llegada de los judíos a la tierra palestina.
El quinto y último es Debarim o Deuteronomio, donde se definen las obligaciones
religiosas, las oraciones y los mandamientos que comprometen a los seguidores
de la Biblia.

Estos cinco libros, igualmente, son considerados como tratados históricos y de


hecho han servido para trazar un perfil evolutivo parcial de la nación judía en sus
orígenes pues, como se precisará más adelante, no existe suficiente evidencia
arqueológica que corrobore lo descrito en los textos supra citados.

La característica principal de la fe judía es la creencia en un Dios omnisciente,


omnipotente y providente, que eligió al pueblo judío para revelarle la ley
contenida en Los Diez Mandamientos. Otra característica del judaísmo es que se
considera no solo una religión, sino una tradición, una cultura y una nación; las
otras religiones trascienden varias naciones y culturas, mientras que el judaísmo
considera la religión y la cultura concebidas para un pueblo específico.

*Por no ser objeto de este trabajo, no se entra en la descripción ni análisis de otras


religiones como el mazdeísmo, el brahmanismo, el zoroastrismo persa, el jainismo, el
hinduismo, el budismo, el chamanismo, el sintoísmo, el taoísmo y el cristianismo.
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Síntesis de los fundamentos del judaísmo.

-El judaísmo se basa en el Tanak, también llamada la Biblia Judía, o bien el


Antiguo Testamento que comprenderá la Toráh e incluye también preceptos
religiosos, éticos, morales, jurídicos, filosofía, profecías y poesía.

-Los preceptos religiosos, éticos, morales y religiosos que emanan de la Toráh, y


que junto a la explicación de la Mishná y la Guemarah, conforman el cuerpo
jurídico principal del judaísmo, el Talmud y se conoce como la ley judía o Halajá.

-La plegaria más solemne de la religión judía aparece en el quinto y último libro
de la Toráh (Deuteronomio).

-El símbolo judío por excelencia es la Estrella de David y el más conocido es el


candelabro ritual de siete brazos llamado Menoráh. También están el León de
Judá, el shofar (cuerno de carnero) y el lulav (ramas de palma).

-La festividad judía más venerada es el Shabat (reposo, cese de actividades); es


sagrado y solo superado por el Día del Perdón o Yom Kipur.

-El liderazgo de la comunidad judía tradicional está en manos del Rabino, quien
ejerce la autoridad moral y es el líder de su comunidad.

-El culto judío se celebra en la sinagoga, la cual en la realidad sustituye al


Templo de Jerusalén.

-La religión y el pueblo judío consagraron siempre la tierra de Israel, la tierra


sagrada, como uno de sus ejes principales; el mundo se divide entre Tierra Santa
y todo el resto.

-La Cábala (Kabbaláh) representa la doctrina judaica transmitida oralmente,


primero en secreto y luego condensada en dos libros: Yezirah o Libro de la
Creación y Zohar o Libro del Esplendor.

-El pueblo judío se identificó desde un principio con la lengua hebrea, lengua
sagrada; fue recuperada como lengua hablada y modernizada con el resurgir del
sionismo y adoptada como lengua oficial del Estado de Israel.

Por estimar que no es objeto de este trabajo, no se hace ninguna descripción


sobre el origen y la calidad de contenidos del Talmud.; aclárese solamente que es
una lectura obligada y está dividido en dos libros: el Talmud Yerushalmi o de
Jerusalén, y el Talmud Bavli o de Babilonia, siendo este último el más autorizado
y reconocido. Sus contenidos reflejan un contexto absolutamente medieval, típico
de los tiempos del oscurantismo que caracterizó parte de esa época; constituyen
treinta y seis tomos de enseñanzas judías del odio y del rencor contra los gentiles,
goyims o no judíos. Solo a título de ejemplo, el Dr. Peter Schafer, autor de un
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texto denominado “Jesús en el Talmud”, basado en uno de los textos originales
del Talmud, describió a Jesucristo como el resultado de un adulterio, fue hijo
bastardo de María y de un centurión romano llamado Pantera; además precisa
que pasó su juventud en Egipto, donde aprendió magia negra, idolatría y
hechicería. María es descrita, sin pudor alguno, como una prostituta. Para
algunos judíos, el Talmud fue inspirado por Dios, luego es palabra de Dios.

En este mismo contexto, tampoco se entra en detalles acerca de este símbolo, la


estrella de seis puntas o hexagrama, usada desde tiempos ancestrales en la
magia, el ocultismo, la brujería, la astrología y hasta se ha hallado en el escenario
de numerosos crímenes. La estrella de David no es de origen judío; se asocia con
la Estrella Remphan o Chium. Sin embargo, según el judaísmo y las tradiciones
hebreas, tiene su fuente de inspiración en el Cantar de los Cantares. Adolph
Hitler, quien fue un fiel creyente de las prácticas citadas, forzó su uso durante el
holocausto, ordenando que todo judío usara una estrella amarilla de seis puntas
antes de ser enviado a los crematorios. En otra época, una estrella similar fue
llamada el sello del rey Salomón, cuando este entró en la práctica de la magia y la
brujería, luego de desposarse con la egipcia hija del faraón en el año 922 a.C. (1
Reyes 3:1) La idolatría de Salomón provocó que el reino de Israel se partiera en
dos; las prácticas que Salomón introdujo a los hijos de Israel hicieron que más
tarde la casa de Israel tuviera que ir al exilio en el Cáucaso y que la casa de Judá
tuviera que entrar en el cautiverio de Babilonia. Agréguese solo que el
hexagrama es usado también en el judaísmo mesiánico, el Islam, el mormonismo,
el hinduismo, la cábala, la mándala, el cristianismo, la magia, el esoterismo, la
teosofía, el misticismo, la iconografía y en libro I Ching de literatura china.

La Cábala, en hebreo Kabbaláh, es una doctrina esotérica, teosófica, ocultista,


que constituye una interpretación mística de la Toráh, constituida por dos libros:
el Zohar o Libro del Esplendor, que con el tiempo pasó a ser la Biblia de los
cabalistas; y el Yezirah o Libro de la Creación. Son enseñanzas, conocimientos o
tradiciones alusivas a un conjunto de reflexiones místicas y esotéricas sobre el
Antiguo Testamento. En el Talmud se ha empleado para remarcar el fundamento
de algunas costumbres religiosas y para testimoniar la continuidad espiritual de
la historia judía. Los cabalistas admiten que la cadena de esta tradición se ha
roto y que la revelación original se ha alterado y degradado a consecuencia de
influencias extranjeras. Desde el siglo XIII esta se convirtió en una teología, en
una doctrina típicamente judía. Abraham, hace unos 3800 años, escribió el Libro
de la Creación supra citado, que es el primer libro sobre la sabiduría de la Cábala
y lo siguieron sus hijos y sus nietos, hasta la segunda revelación de la sabiduría
con Moisés durante el éxodo de Egipto; fue escrito en la “lengua de las ramas”. El
Libro del Resplandor está escrito como ficción, en sentido imaginario y poético.
En la Edad Media aparece el Rabí Isaac Luria (el Arí) y aquí se marcó el inicio de
la Cábala contemporánea.
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Profetas y Escritos.

Algunas autoridades académicas refieren el espacio temporal de la historia de la


nación judía a poco más de tres milenios antes de Cristo (a. C). El primer libro del
Antiguo Testamento (AT), Génesis o Bereshit, se ocupa de ofrecer al lector una
descripción detallada de los principales acontecimientos que caracterizaron el
devenir histórico de la nación judía, en particular de 11:26 a 25:18. Es preciso
destacar a Abraham (Ibrahim), primer patriarca del pueblo de Israel y del pueblo
árabe, fundador del judaísmo, padre de Ismael y de Isaac, esposo de Sara. Ismael
fue hijo de Agar, la egipcia sierva de Sara y tuvo doce hijos (Génesis 25: 12 a 16).
Isaac y Rebeca engendraron a Esaú y Jacob* y este tuvo doce hijos, los cuales
fundaron las doce tribus de Israel. El pueblo judío se considera descendiente de
Judá y de Benjamín; de la tribu de Judá descendieron David y Salomón; Moisés
descendió de la tribu de Leví y nació en Egipto (Éxodo 2.1; 6.20).

El escenario histórico que protagonizan Abraham, Sara, Agar, Ismael e Isaac, es


algo confuso. En Génesis 16:3 Sara tomó a Agar, su sierva egipcia, y se la dio por
mujer a su marido Abraham para que este tuviera hijos con ella. Mujer es
equivalente a esposa. Así nació Ismael, teniendo Abraham ochenta y seis años.
Pero trece años más tarde, Sara concibió a Isaac y Abraham habría tenido cien
años. Parece haber una confusión en los escritos bíblicos con respecto a las
edades de Abraham, al momento del nacimiento de sus hijos y por lo tanto de las
edades de estos. En Génesis 22.2 Dios le ordena a Abraham: “Toma ahora a tu
hijo, a tu único hijo, Isaac, a quien amas, vete a la tierra de Moriah y ofrécelo allí en
holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. Pero en Génesis 21:5 dice:
“Tenía Abraham cien años cuando nació su hijo Isaac”. Por lo tanto, al momento
del sacrificio, Abraham solo tenía un hijo y este sería Ismael y no Isaac. En el
Corán, aunque no se mencionan nombres, da a entender que era Ismael y todos
los eruditos islámicos así lo consideran. Sin embargo, a pesar de la primogenitura
de Ismael, Dios le aclara a Abraham que el destinatario de su pacto y heredero de
la tierra prometida sería Isaac (Génesis 17:21). Por otra parte, los árabes
(agarenos) consideran a Agar la verdadera mujer de Abraham y se definen
descendientes de esta a través de Ismael. Apréciese desde dónde y cuándo viene
el conflicto. Aclárese también que con el tiempo todos los escritos bíblicos fueron
sujeto de traducciones diversas y de eventuales cambios en su redacción original,
según así conviniere a alguna de las partes. En la página siguiente se hace un
breve comentario al respecto. Curiosamente, la “historia” de Ismael es muy poco
descrita, lo cual puede provocar serias dudas sobre la verdadera causalidad.

*En Génesis 32. 22-32 se describe la lucha de Jacob con el ángel de Peniel, personaje
misterioso que resulta ser el mismo Dios. Jacob sale de la lucha transformado en un
hombre nuevo, ya no será más Jacob, sino Israel, padre de las doce tribus y seguirá la
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senda trazada por Abraham e Isaac. Jacob y Esaú eran gemelos, el primogénito fue Esaú
y por ello Jacob engañó a su padre Isaac, quien estaba ciego, para que lo ungiera a él en
vez de Esaú, quien era un experto cazador. Jacob huye ante el temor de ser asesinado por
su hermano, desposó a dos hermanas Lea y Raquel hijas de Labán, pese a ser prohibida
la poligamia cuando se tratara de hermanas. Jacob compró la primogenitura a Esaú con
comida; se narra que Jacob soñó con una escalera que iría de la tierra al cielo. Raquel fue
su preferida y murió de parto al nacer Benjamín. Jacob vivió muchos años más y fue
enterrado en Hebrón, junto con Isaac y Abraham.

Todos los detalles sobre la vida del patriarca Moisés están en Éxodo o Shemot y
parte en Números o Bemidbar (13-36) y en Deuteronomio o Debarim (1-34).
Mención especial merece Melquisedec, sacerdote de Dios, rey de Salem, rey de
Justicia, rey de Paz, de quien se dice que fue el primer sacerdote cristiano.
Ismael, hijo de Abraham y de Agar, sierva de Sara, engendró doce príncipes que
se convertirían en una gran nación. Curiosamente, en muchos relatos preparados
por autores judíos sobre este tema, no se menciona a Ismael y ello no parece ser
por un desconocimiento de la familia de Abraham sino más bien es
evidentemente deliberado; más adelante se amplía este detalle.

Para concluir este apartado, es preciso hacer referencia a lo expuesto por Hecateo
de Abdera, historiador griego que vivió en Alejandría los quince años finales del
siglo IV a.C., el cual contradice la historia bíblica sobre los orígenes del judaísmo.
Muchos historiadores juzgan el texto de Hecateo de Abdera como imaginario o
falso, dado que estudia a los judíos como si se tratara de griegos y a Moisés como
un jefe colonizador a la griega, es decir, fundador de ciudades y constructor de
templos, algunos de sus planteamientos provocan serias dudas del relato bíblico*.
Hoy día, existe una corriente de arqueólogos e historiadores israelíes que están
replanteando la veracidad de los reinados de David y Salomón. Parten de la base
de que no hay restos fehacientes de los mismos en los registros arqueológicos y
defienden la idea de que los relatos bíblicos serían muy recientes y habrían
reinventado o retocado una historia para que resaltase la identidad judía. Una
situación similar caracteriza a los libros contenidos en el Nuevo Testamento, en el
tanto fueron escritos, no por los evangelistas citados como autores, sino por otras
personas muchas décadas después de la muerte de aquellos.

*Cuando en el pasado se produjo una peste en Egipto, la gente buscaba la razón en las
divinidades, porque, como había muchos extranjeros, se había descuidado el culto a los
dioses de los antepasados y se habían incluido costumbres extrañas. Por lo tanto,
decidieron echar a los extranjeros, algunos a Grecia y una gran parte a una tierra llamada
Judea, que no está muy lejos de Egipto y que en aquellos tiempos estaba totalmente
deshabitada. Al frente de la colonia estaba el llamado Moisés, que destacaba por su

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inteligencia y su valor. Se apoderó de la tierra y fundó ciudades, y la más famosa, llamada
ahora Jerusalén. Construyó el templo más sagrado para ellos y les enseñó la religión,
estableciendo las leyes y las instituciones políticas. Los repartió en doce tribus por
considerar que era el número perfecto y por coincidir con la cantidad de meses que hay en
el año….Escogiendo a los más capaces de gobernar al pueblo los designó como
sacerdotes…..y los nombró jueces de las disputas y les confió la vigilancia de las leyes y
las costumbres. Y como no habían tenido reyes nunca los judíos, la protección del pueblo
recaía en el que, entre los sacerdotes, estimaban al más destacado en inteligencia y virtud,
al que llamaban sumo sacerdote…Al final de las leyes se ha añadido incluso que Moisés,
habiendo escuchado las palabras del dios, las transmitió a los judíos”.

El anterior es una parte del texto atribuido a la autoría del historiador griego Hecateo de
Abdera, mismo que demuestra las dificultades habidas para conocer esas remotas épocas
de la historia judía y es un ejemplo de la variedad de hipótesis que los investigadores se
plantean sobre ellas.

Compendio histórico.

La historia real de la nación judía es difícil de determinar con precisión pues los
estudios arqueológicos han tendido a verse a través del relato bíblico, haciendo
muy complejo ver la historia de esta zona dentro del contexto arqueológico de la
totalidad del Oriente Medio. No existen pruebas científicas que ofrezcan absoluta
veracidad de una buena cantidad de acontecimientos descritos en diversos libros
del Viejo Testamento. En la actualidad, por ejemplo, casi ningún arqueólogo y
estudioso de la materia, cree en la historia de Josué y la caída de los muros de
Jericó, tienden más a considerarlo como un mito pero si han determinado que
Jericó, que era un pueblo y no una ciudad amurallada, estaba asentada en una
zona de alta sismicidad. Además, se han presentado numerosas dificultades
alrededor de la traducción de algunos vocablos, que han provocado serias
dificultades de aceptar como correcta la descripción de muchos pasajes bíblicos.

Se puede partir de las viejas tradiciones bíblicas posteriores al diluvio. De los


hijos de Noé, Sem engendró a los semitas* de Oriente Próximo, Cam a los camitas
de África y Jafet a los jafetitas del resto del mundo. Abraham recibió la orden de
Yahvéh de trasladarse y asentarse en la tierra de Canaán, y así partió de Ur en
Mesopotamia. Sus descendientes fueron empujados por el hambre a la tierra de
Gosén, en el delta del Nilo, y de ahí el faraón de Egipto, viendo que los judíos se
hacían muy poderosos, los redujo a la esclavitud. En su momento Moisés, que
significa “venido de las aguas”, ungido como líder de su pueblo, lo dirigió a
Canaán, la tierra prometida; eso fue un peregrinaje de cuarenta años, que
terminó con el establecimiento de los judíos en Canaán, donde la tierra fue
dividida entre las doce tribus. Este pasaje bíblico se halla descrito en el libro de
Éxodo. Al igual que otros pasajes bíblicos, muchos científicos dudan de su

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ocurrencia por no existir evidencia científica que así lo compruebe. Sin embargo,
existe un importante consenso en la explicación de las diez plagas descritas como
enviadas por Dios a Egipto. Por ejemplo, las aguas teñidas de sangre se explica
por haber sido mareas rojas en las cuales un microorganismo de color rojo acabó
con los peces y esta plaga preparó el terreno para la siguiente, que fueron las
ranas y al morir estas surgieron los piojos, los que en realidad fueron unos
organismos hematófagos llamados cunicoides. Estos originaron las moscas que
provocaron úlceras en personas y ganado, viniendo después los granizos y con
estos la plaga de langostas que devoró cualquier cosa comestible. Las tinieblas se
explican como grandes tormentas de arena que oscurecieron los cielos y opacaron
el sol. La muerte de más egipcios que judíos se explica por los hábitos de
alimentación de estos últimos, favorecidos por la prohibición de comer carne de
cerdo. Y finalmente, la muerte de los primogénitos parece deberse a una tradición
egipcia seguida en épocas de hambruna, según la cual el primogénito comía doble
ración que el resto de la familia, y esos alimentos estaban cargados de mohos
tóxicos virulentos. Esta es tan solo una explicación científica muy resumida que
no pretende en modo alguno eliminar o desacreditar las propias contenidas en
otros documentos.

*Los semitas son pueblos descendientes de Sem (Génesis 10:1-32). Los antiguos pueblos
de habla semita comprenden a los habitantes de Aram, Asiria, Babilonia, Siria, Canaán
(incluyendo a los hebreos) y Fenicia (hoy Líbano); las lengua semitas son el acadio, el
amhárico, el árabe, el arameo, el fenicio, el hebreo, el maltés, el yehén, entre otras. La
relación entre los pueblos semitas se debe exclusivamente a su origen lingüístico y
cultural, por lo que el uso de “semita” debe circunscribirse a esos ámbitos. Es pues
impropio hablar de razas semitas, sino que debe hablarse de pueblos que hablaron
alguna de esas lenguas. Por otra parte, el semitismo se refiere al conjunto de doctrinas
morales, instituciones y costumbres propias de los semitas. Es una cualidad que puede
aplicarse a los pueblos y lenguas semitas; el árabe, el hebreo y el arameo originario de
Palestina son lenguas semitas. La gran mayoría de los judíos no son semitas, solo
aproximadamente un ocho por ciento o menos, ya que estos (los judíos) proceden de
Europa central y oriental. Antisemitismo es un neologismo, surgido hacia finales del siglo
XIX, transcrito en panfletos que exhortaban a la hostilidad ideológica y racial contra los
judíos. Ese ha sido y sigue siendo el significado exclusivo del término; en la práctica,
antisemita sería como decir también antipalestino, antiárabe, antifenicio o antihebreo.
Curiosamente, el movimiento sionista logró impulsar reformas jurídicas en Alemania y
Francia, las cuales penalizan el manifestarse antisemita, así como declarar que el
holocausto contra el pueblo judío durante la II Guerra Mundial no existió. En conclusión,
referir antisemitismo como una consideración de rechazo u hostilidad hacia la nación
judía es un error conceptual que ha sido completamente manipulado, principalmente por
judíos pro sionismo.

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Con el tiempo, la nación judía modificó su administración pasando de una
teocracia a una forma de gobierno monárquica, siendo los reyes más conocidos
Saúl, David y Salomón, con su capital en Jerusalén.

El momento del reino unificado de David y Salomón fue la época dorada para los
judíos. Tenían una tierra y un reino próspero e independiente de los imperios de
Mesopotamia y Egipto. Estos signos de independencia se produjeron en un
momento en que los grandes imperios vecinos de Palestina estaban debilitados y
no imponían su control sobre la zona. Frente a David, el gran guerrero, Salomón
fue el prototipo del hombre de sabiduría, un monarca capaz de impartir
verdadera justicia y cuya fama llegaba más allá de los límites de su reino. Al
llegar al ocaso de su vida, el desempeño de Salomón como rey de Israel fue un
verdadero caos, dejando para la historia una imagen de idólatra de dioses falsos,
totalmente contraria a como lo fue mucho tiempo atrás.

Luego del reino de Salomón, la nación se dividió en dos: el reino de Israel en el


norte con capital en Samaria y el de Judá en torno a Jerusalén en el sur; el reino
de Israel fue conquistado por el rey asirio Sargós II, al final del siglo VIII a.C., y el
reino de Judea, pese a su mayor estabilidad, sufrió lo mismo en el año 586 al
mando de Nabucodonosor II, rey de Babilonia. Ese año se destruyó por la vez
primera el Templo de Jerusalén y muchos judíos fueron desterrados o llevados
como esclavos a Babilonia, lo que significó la primera diáspora judía*; de esa
época surgieron el Talmud de Babilonia y el Talmud de Jerusalén, cuya redacción
se prolongó por cientos de años.

*Diáspora es un vocablo griego que significa “dispersión”; tuvo su origen en las derrotas
militares que provocaron un proceso de exilio de los judíos de la zona palestina. Se
produjo en diferentes momentos y hacia diversos lugares.

La comunidad judía de Israel fue dominada por varios reinos antiguos; luego de
los asirios siguieron los babilonios, luego los persas y por último los griegos. En
el año 70 d.C. estalla una nueva rebelión y es destruido por la vez segunda el
Templo de Jerusalén, lo cual provocó que muchos judíos fueran vendidos como
esclavos y esparcidos por todo el imperio romano (diáspora). Además, este
acontecimiento originó la pérdida de numerosos libros (textos sagrados) con
información de supremo valor para los intereses del judaísmo. Esto también
implicó que buena parte del conocimiento de la tradición judía, dependería de la
transmisión oral de sus registros históricos, con sus consecuentes vacíos en lo
que sería la verdadera historia de esta nación. He aquí otra duda de la
autenticidad de los libros del Antiguo Testamento.

No se conoce suficiente acerca de los jázaros o circasianos; se sabe que eran


tribus turcas que se situaron entre el Mar Negro y el Caspio en el siglo VII d.C.
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Rodeados de reinos cristianos y musulmanes, en el siglo VIII d.C., el rey, la clase
gobernante y buena parte del pueblo optaron por convertirse al judaísmo, para
así marcar su independencia frente a los vecinos gracias a la diferencia religiosa.
Ante las persecuciones que sufrieron los judíos medievales en la Europa Central,
el reino de los jázaros fue considerado una lejana y casi mítica esperanza de
seguridad y de un gobierno propio, en el que los judíos no fueran perseguidos. A
partir del siglo XI d.C., la presión de los rusos y de los mongoles fue aumentando
y terminó destruyendo este reino, que es ejemplo de la riqueza y diversidad del
judaísmo en el oriente medieval. En calidad de complemento a la corta narración
precedente, agréguese que los jázaros se constituyeron en un pueblo ubicado
geográficamente en lo que hoy es la Rusia europea, el Cáucaso ruso, Azerbaiyán,
la parte europea de Kazajistán, Ucrania y la península de Crimea; las religiones
predominantes eran el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Los jázaros
constituían uno de los principales imperios de la época y según fuentes históricas
absolutamente fidedignas los judíos genuinos provienen de la región de Khazaria.

Se tiene por entendido que los judíos provienen de Israel pero la historia dice otra
cosa; los judíos son una etnia que proviene del Cáucaso y esa etnia judía era una
mezcla de varias etnias como por ejemplo búlgaros, eslavos, tribus regionales y
otras minorías. En aquella época, el Israel de hoy día, era el pueblo palestino que
estaba bajo el dominio del califato Omeya, el cual se extendía desde la actual
Argelia hasta Asia Central, pasando cerca de Turquía y por el Golfo Pérsico. Como
puede apreciarse, el canato jázaro de religión judía, cristiana e islámica estaba
ubicado en el Cáucaso Norte y no en Palestina, donde la religión islámica estaba
debidamente establecida. Entre los siglos IX y X los jázaros fueron decayendo
debido al desmoronamiento político que experimentó; la población se fue
distribuyendo, los búlgaros emigraron al Norte por el río Volga y otros se
desplazaron hacia los Balcanes; los eslavos emigraron hacia Europa Oriental en
lo que hoy es Bielorrusia, Rusia y Polonia; las personas de etnia turca se
movieron a Asia Central y otros permanecieron en la región. Tiempo después, con
las apariciones de nuevos imperios tales como el Carolingio, luego el imperio
Austro-húngaro, el imperio Alemán y posteriormente con la unificación de los
pueblos germanos y prusianos, y el surgimiento de otros países como Francia,
Inglaterra y Rusia, la distribución y asentamiento de lo que serían judíos se fue
consolidando.

En la Temprana Edad Media, el reino Kházaro (en las estepas del Volga) adoptó el
judaísmo como religión. Sin embargo, la hegemonía del cristianismo en Europa
implicó numerosas persecuciones contra los judíos, las cuales terminaron en
reiteradas expulsiones; e incluso muchas comunidades judías tuvieron que vivir
en barrios segregados o guetos. Durante el Medioevo, los mercaderes eran judíos
y estos practicaban el comercio de especies y telas preciosas que importaban de
Siria, Egipto y Bizancio. En los textos de historia de la Economía, se reconoce a
12
los judíos como los gestores de la mercadotecnia, así como del uso primigenio de
documentos que respaldaban el depósito de oro aplicable en las transacciones
comerciales; ese metal era guardado por familias de reconocida honorabilidad, el
mercader cancelaba sus obligaciones con los documentos citados y estos eran
liquidados en la casa familiar referida, aplicándose un descuento por el costo de
la transacción. Esa es la génesis de las instituciones bancarias.

Hubo momentos en que la diferencia judía no se entendió en un mundo que


buscaba la homogeneidad, lo que desembocó en expulsiones y persecuciones
organizadas contra las comunidades judías. Por ejemplo, durante los años 1348 y
1350 se produjo en Europa Central la aniquilación de casi trescientas
comunidades judías, lo que provocó la emigración de los judíos centroeuropeos
hacia Europa Oriental, Ucrania, Rusia y Polonia.

Los judíos españoles, establecidos en España (Sefarad, en hebreo) cuando fue


destruido el segundo templo de Jerusalén por Tito en el año 70 d.C. y conocidos
como sefardíes, fueron obligados a convertirse en cristianos, verbigracia, debían
ser bautizados y asistir a la Sagrada Eucaristía o ser expulsados donde quiera
que residían, sin derecho a reclamar absolutamente nada por el valor del
patrimonio que hubiesen hecho durante los casi mil quinientos años que vivieron
en España, dedicados principalmente al cultivo de la tierra. Valga la observación
que ya desde los primeros siglos de nuestra era y antes de las invasiones
visigodas, existían importantes asentamientos judíos en Toledo, Mérida, Granada,
Córdoba, Tarragona, Sevilla e Islas Baleares. Y para 1391, sin rey ni arzobispo en
Toledo, se suceden una serie de asesinatos de cuanto judío se resistía al
bautismo y por primera vez se destruyen sinagogas y juderías, dando muerte a
millares de judíos, siendo este un crimen que quedaría históricamente impune.
En 1480 se creó el Tribunal de la Inquisición, mismo que se ocuparía de ejecutar-
entre otros crímenes de lesa humanidad- la persecución y matanza de judíos
supuestamente convertidos al cristianismo pero que practicaban sus ritos en lo
privado, pues eran llamados herejes. En 1492, mediante el Edicto de Granada y
por disposición de los Reyes Católicos, los sefardíes fueron expulsados de
España. Algunos siglos después, volvieron a establecerse comunidades judías en
tierras españolas. Se estima que salieron, en aquel momento, unas 36000
familias, que se dispersaron por diferentes partes de Europa.

Todavía en la actualidad perduran dos grupos judíos surgidos en la época


medieval y que se diferencian por la lengua de culto y la forma de llevar a cabo
sus ritos: los sefardíes o sefarditas y los asquenazíes. Como ya se indicó, los
sefardíes eran judíos que vivían en Sefarad, cuya lengua era el sefardí o ladino,
una variante del castellano antiguo que incluía palabras hebreas. Los
asquenazíes eran los judíos centroeuropeos y tenían como lengua el yidish,
mezcla de alemán antiguo y hebreo, que hoy día tiene pocos hablantes.

13
Shlomo Sand, judío anti sionista y Catedrático de Historia Universal en la
Universidad de Tel Aviv, escribió el libro La Invención del Pueblo Judío (The
invention of the Jewish People), donde demuestra que no existe nada
cromosómico ni genético diferencial entre un judío y cualquier ser humano, y que
los judíos que hoy habitan en Israel no descienden de ninguna casa de David ni
nada que se le parezca, sino que proceden de los Bereberes del Norte de África y
de las estepas del Cáucaso y otras zonas circunvecinas. No existe una etnia judía
única, el judío sefardita y el judío asquenazi no tienen nada en común.

A mediados de 1914 se inició la I Guerra Mundial y los judíos habían


evolucionado demográficamente, estando presentes en casi toda Europa. Claro
que para ese entonces ya existía en Palestina una importante comunidad judía,
así como otros judíos se habían desplazado a América Latina, EE.UU. y Canadá.
Concluida la I Guerra Mundial, las potencias victoriosas Inglaterra y Francia se
repartieron las posesiones en Oriente Medio del imperio otomano, entre ellas Siria
y Líbano, así como Mesopotamia, que hoy día es Irak, Kuwait y Jordania; hay que
sumar el mandado británico sobre Palestina. Luego vinieron la II Mundial y esta
vez victoriosos los EE.UU. e Inglaterra, decidieron dividir Palestina en dos
Estados, uno judío y otro árabe. La actuación de la ONU en esa ocasión fue
mucho mejor que una presentación irrisoria y burlesca de Arlequín y Polichinela,
personajes cómicos de la Commedia dell’ Arte italiana.

No existió un Estado judío en Israel sino hasta mayo de 1948, cuando así lo
decidió la ONU. Y llama la atención cómo, desde ese año, muchos judíos –
políticos, rabinos, escritores, académicos y otros- se han manifestado totalmente
en contra por la forma en que se hizo, así como por la protección a ultranza de
esa concesión que han hecho muchos países de oriente y occidente, incluyendo
las superpotencias mundiales. Durante una entrevista hecha al rabino David
Yisroel Weiss, a escasos días de esa decisión, expresaba que hay muchos judíos
en muchos países que se oponen a la ocupación, que claman por la devolución de
lo robado a Palestina, que se consideran víctimas de una trampa a que fueron
inducidos, que el actual Estado de Israel no es un Estado judío, es un Estado
sionista y que constantemente hacen creer al mundo de que son judíos y no lo
son, que se oponen a los sionistas porque ellos no tienen nada que ver con lo
judíos, que el sionismo creó el antisemitismo como una forma de manipular a la
opinión pública mundial, cuando en realidad tan solo un ocho por ciento o menos
de los judíos son semitas. Como dato interesante, un año después de la
ratificación del Estado de Israel por la ONU, el jefe de los rabinos de Palestina se
presentó en la ONU para expresarle o señalarle su oposición hacia la constitución
de un Estado judío en cualquier parte de Palestina; obviamente no tuvo ningún
impacto, constituyó un esfuerzo inútil que desde su inicio se podría presumir que
jamás daría un resultado favorable para sus promotores.

14
Compendio de referencias bibliográficas y su vínculo histórico.

Aparte de los cinco primeros libros canónicos escritos por Moisés (Pentateuco), se
consideran también libros históricos Josué, Jueces, Rut, I-II Samuel, I-II Reyes, I-
II Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester. Fueron profetas del Reino de Israel Elías,
Eliseo, Amós, Oseas; lo fueron del Reino de Judá Joel, Isaías, Miqueas, Sofonías,
Nahum, Jeremías, Ezequiel y Habacuc.

En un esfuerzo por rescatar información relevante, puede citarse el Período


Cananeo que iría del III milenio a.C hasta el siglo XVI a.C, como un lapso en el
cual se sucedieron importantes acontecimientos. La existencia de la ciudad de
Ourousalim (Jerusalén), está certificada en escritos que datan del siglo XXI a.C y
las guerras internas entre los reyes cananeos era una constante, implicando con
ello importantes desigualdades económicas y sociales. Y es que precisamente un
factor a destacar a lo largo y ancho del desarrollo histórico de esta nación, son las
frecuentes luchas a muerte entre los representantes de un pueblo y otro, y aún al
interior de las mismas familias, como lo fue el caso de la familia del rey David;
son tantas, en tanto tiempo, que difícilmente este documento que pretende ser
una síntesis alcance tal calidad.

Importante también destacar el así llamado Cautiverio Babilónico de los Judíos


en el cual, en el año 605 a.C se llegó a la primera diáspora: los nobles del pueblo
judío se vieron forzados a vivir en tierras imperiales y, en 586 a.C, Babilonia
conquistó Judá y su capital Jerusalén; buena parte de la población y la nobleza
es deportada a Babilonia. Murieron muchos judíos, otros huyeron a Egipto, Siria,
Mesopotamia y Persia. En 559 a.C. Ciro II el Grande se convirtió en Rey de Persia,
permitiendo que salieran muchos judíos de Babilonia hacia Israel; en 331 a.C.
Alejandro Magno derrotó a los persas, en cuyo imperio estaba Israel.

En 332 a.C., el ejército de Alejandro Magno conquistó Tierra Santa; en 323 a.C.
murió Alejandro Magno y el imperio helénico se repartió entre sus herederos –los
diadocos- y Palestina se unió al territorio gobernado por lo tolomeos, parte de una
provincia de Siria y Fenicia. A Judea, la tierra de los judíos, se le concedió un
estado de autonomía y el Sumo Sacerdote del Templo de Jerusalén se convirtió en
el líder político. Pero el destino de Palestina dependía del equilibrio de las guerras
entre tolemaicos y seléucidas. Y en las luchas internas por el poder, Israel cambió
de manos por lo menos cinco veces en veinte años. Babilonia y Siria fueron
gobernadas por los seléucidas y Egipto por los tolomeos. En 198 a.C., Antíoco III
consiguió el control de Judea. Su sucesor, Antíoco IV, se mostró menos tolerante
con el tradicional mandato judío y duplicó los impuestos, nombró sacerdotes
helenísticos en vez de judíos y saqueó el tesoro del Templo. La gota que colmó el
vaso se produjo con el decreto de Antíoco que prohibía a los judíos practicar su
religión y que provocó la rebelión de los macabeos. Las continuas rebeliones
internas y las invasiones extranjeras se llevaban a cabo en el contexto de la
15
creciente influencia del estilo de vida griego, o helenístico, sobre el pueblo y la
religión judía. Durante el reinado de Ptolomeo II se produjo la Septuaginta* en
Alejandría y comenzaron a tomar importancia algunas sectas como los fariseos,
saduceos y esenios. Surge el reino Osmoneo en 164 a.C.; en este mismo año, el
Templo había sido recuperado para el culto judío, aunque los seléucidas
mantuvieron el control sobre Acra, la ciudad que dominaba el Templo y con la
caída del imperio seleúcida en 129 a.C., el estado judío adquirió plena
autonomía.

Se experimentó la ocupación romana en 63 a.C, Pompeyo conquistó la región


convirtiéndola en reino tributario de Roma. En 40 a.C. Herodes el Grande fue
designado Rey de los Judíos por el Senado Romano; fue sucedido por Herodes
Antipas nombrado como Tetrarca de Galilea y Perea en el año 4 a.C. En el año
26 d.C. fue nombrado Poncio Pilatos como Gobernador de Judea y en el año 18
d.C. Caifás fue nombrado Sumo Sacerdote.

*Es la Biblia griega o Biblia de los 70 (también Biblia LXX), traducida de textos hebreos y
arameos. Fue el texto utilizado por las comunidades judías de todo el mundo antiguo más
allá de Judea y luego por la iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griegas. Junto
con la Biblia hebrea, constituye la base y fuente del Antiguo Testamento (AT); la
clasificación, partición, orden y nombres de los libros del AT provienen de los códices
judíos y cristianos de la Septuaginta.

En Palestina habían tres grupos humanos que representaron corrientes de


pensamiento bien definidas: los fariseos, los saduceos y los esenios. Los saduceos
fueron destruidos por los romanos con todo su acervo de conocimientos; los
fariseos fueron extremadamente legalistas y no experimentaron la suerte de los
saduceos. Los esenios empezaron a conformar una nueva religión en Alejandría
que se denominó gnosticismo, evolución del cabalismo, a partir de un sincretismo
entre el judaísmo, el cristianismo y las religiones paganas prevalecientes,
principalmente la griega y la egipcia, pero teniendo como base al cristianismo.
Esta corriente religiosa pronto salió de Egipto hacia Palestina, donde fue acogida
por los herederos de los antiguos esenios. Ya en la era del catolicismo, los
gnósticos fueron rechazados y perseguidos, y su teología fue declarada anatema
por la Iglesia Ortodoxa. Este movimiento siguió activo clandestinamente en las
sombras de una sociedad secreta; sus protocolos, métodos y formas de trabajo se
desarrollaron bajo un contexto que no se diferenció mayor cosa de lo que poco
tiempo después se llamaría “masonería”.

Las primeras guerras judeo romanas comenzaron en el año 66; los judíos les
hicieron frente hasta la llegada del General Vespasiano en 67; en 69 fue
16
nombrado emperador y su hijo Tito, en 70, arrasó Jerusalén y destruyó su
templo, del cual solo se mantiene en pie la pared occidental conocida hoy día
como el muro de los lamentos. También destruyó Masada, que era un conjunto
de palacios y fortificaciones sito en la cumbre de una montaña aislada en la
región oriental del desierto de Judea, en 73. Hubo dos guerras más, en 113 y en
132; Jerusalén fue arrasada otra vez, se construyó la ciudad de Aelia Capitolia.
En el siglo IV, el rey Constantino el Grande permitió que los judíos regresaran a
Jerusalén. Si bien no tiene que ver con festividades judías, pero valga la ocasión
para citar que los romanos honraban a Saturno en una festividad llamada
saturnalia, que se celebraba el día 25 de diciembre de cada año y en el
transcurso de tal fiesta se realizaban sacrificios de sangre, se preparaban grandes
banquetes, orgías y entre la gente se daban regalos; Saturno era el dios de la
agricultura, es el sexto planeta del sistema solar y el día sábado –sexto de la
semana- se estableció en su honor. En el polo norte del planeta se ha encontrado
un hexagrama, de suerte que el 666 está tan claro como en la estrella de David.

El judaísmo en el mundo actual.

Los judíos actuales no son descendientes de aquellos judíos míticos cuyas


circunstancias están narradas en los textos bíblicos ya citados. Estudios
recientes han demostrado que los judíos actuales tienen sus raíces en el Cáucaso
y, es más, ni siquiera son puramente judíos en el sentido étnico de la palabra. Su
material genético es un mosaico de genes donde predominan los antiguos pueblos
caucásicos, mesopotámicos y europeos, además de los propiamente semíticos
que son una representativa minoría. Otro estudio ha determinado que algunos
grupos de judíos fueron llegando de tierras sitas entre el Mar Negro y el Mar
Caspio, hasta que el imperio Kházaro se convirtió al judaísmo. Por estos y otros
detalles debidamente documentados, se puede indicar que los judíos actuales
tienen más elementos en común con los pueblos caucásicos que con sus
antepasados bíblicos y son judíos por religión, no por origen étnico que es otra
cosa diferente. Esta aseveración ya está reforzada en la referencia a la obra de
Shlomo Sand, La Invención del Pueblo Judío, hecha en página anterior.

Ahora bien, aparte de las anteriores consideraciones de naturaleza evolutiva, es


preciso hacer una breve referencia al Sionismo. El sionismo es un movimiento
político internacional orientado, desde sus inicios, al restablecimiento de una
patria para el pueblo judío en la tierra de Israel. Fue, a su vez, el promotor y
responsable en buena medida de la fundación del moderno Estado de Israel. Este
movimiento político laico fue establecido oficialmente por el periodista austro-
húngaro de origen judío Theodor Herzl, a finales del siglo XIX. Su objetivo
fundamental es fomentar la migración judía a la tierra prometida y fue exitoso en
la fundación del Estado de Israel en 1948, siendo actualmente el único Estado
17
judío del mundo. Descrito como un nacionalismo de la diáspora, el sionismo se
define como un movimiento político de liberación nacional, cuyo propósito es la
libre autodeterminación del pueblo judío.

El vocablo sionismo se deriva de la palabra Sion, que es uno de los nombres


bíblicos de Jerusalén. El nacimiento del sionismo está ligado a la aparición súbita
de los nacionalismos en el siglo XIX europeo, mismos que tuvieron como bandera
común la idea de un pueblo, un Estado y que está en el origen del concepto de
Estado-nación. A tenor de esta idea se formaron distintos Estados europeos,
surgidos por el desmembramiento de los imperios o por la unificación de Estados
con lengua y cultura similar, como los casos de Italia, España y Alemania.

El sionismo tiene varias ideologías y algunas de ellas conforman partidos políticos


en el actual Estado de Israel, como son el sionismo: socialista, revisionista,
general, religioso, político, realizador, sintético, espiritual. Hace varias décadas
existió un sionismo progresista, el cual defendía que el Estado judío debía
asentarse sobre un modelo económico socialista; hoy día, el sionismo autoritario
defiende un modelo capitalista militarizado, con un componente fascista cada vez
más evidente. Muchos judíos, como el rabino Meir Hirsh, son declaradamente
anti sionistas, ya que plantean que la fundación artificial de un nuevo país sobre
bases étnica-religiosas derivará inevitablemente en posturas ideológicas
xenófobas. Defienden que la fundación de este Estado artificial se volverá en
contra de los propios judíos, socavando la universalidad inherente a la Torá. Por
eso están orgullosos de declararse judíos-iraníes, judíos-estadounidenses, judíos-
canadienses, judíos-españoles y hasta judíos-palestinos. Plantean que la
fundación de un nuevo Estado, con unos límites territoriales muy estrechos, hará
que el judaísmo se repliegue sobre sí mismo, empobreciendo gravemente al
renunciar a su ethos* transnacional y transcultural. Aclárese que anti sionismo
no es, en extremo alguno, equivalente a antisemitismo; así como antisemitismo
no tiene que ver, absolutamente en nada, con anti-judaísmo, como se ha querido
hacer ver desde hace muchas décadas.

*Se refiere a la forma de describir las creencias que guían o la ideas que caracterizan una
comunidad, nación o ideología.

Existen también otras formas de pensamiento en torno a la compleja ideología del


judaísmo, surgida del reto mismo de la modernidad. Son los casos del judaísmo
secular, según la cual muchos judíos negaron no solamente la observancia, sino
también la propia herencia cultural, demasiado difícil de deslindar de la religiosa.
Intelectuales de origen judío como Marx y Freud potenciaron un pensamiento
formalmente libre de la divinidad, aunque al final no se desvincularon de la
ideología religiosa en forma plena. El sionismo, aunque sustentado en un anhelo

18
religioso, presenta rasgos seculares que son primordiales. En muchos casos los
dirigentes sionistas han utilizado la religión como pretexto para consolidar su
posición y justificar sus acciones a pesar de ser ateos. El nacionalismo judío y el
judaísmo ortodoxo, según el cual algunos judíos niegan el marco teóricamente
igualitario propugnado por los estados laicos, porque consideran que propicia la
conversión de la religión en una mera y difusa seña de identidad individual. El
terrible genocidio que exterminó un tercio de la población judía fue diseñado por
las autoridades nazis en los años cuarenta del siglo XX y ha tenido una profunda
incidencia en el judaísmo actual, al punto de consolidar la fuerza moral de las
posiciones ortodoxas. Pese a estas posiciones, existen paralelamente otras que
califican el holocausto como un evento planeado por la élite sionista, masónica y
cabalística para poder crear su ansiado Estado de Israel. Este tema es ampliado
en el capítulo tercero del presente trabajo.

Sin embargo, esto no ha conseguido minar completamente las actitudes de


prepotencia y racismo que algunas autoridades políticas del Estado de Israel han
demostrado con respecto al sometimiento de los palestinos.

Por otra parte, es preciso referir los Protocolos de los Sabios de Sión, que es un
documento redactado en el Primer Congreso Sionista Mundial en 1897 y filtrado
a la vista pública en 1905. En el mismo se describe de manera directa cómo la
élite sionista planeaba controlar el mundo; son veinticuatro protocolos que
detallan cómo se controlaría la política, el dinero, las poblaciones, los medios de
comunicación, así como también se describen los futuros planes para el
establecimiento del nuevo orden mundial gobernado por el anti-Cristo, el que
ellos llaman el rey universal. Ya veremos, en la parte final de este ensayo, cómo
por aquí andan las especulaciones sobre la III Guerra Mundial.

Puede resultar de mucho interés citar en caso de los falashas, como un caso
particular de emigración protagonizado por judíos etíopes, falashas, que se
diferencian bastante de otros, tanto en las prácticas religiosas como en el aspecto
físico, y que sufrieron discriminaciones en Israel. Este ejemplo de segregación fue
impulsado por consideraciones racistas, al ser Etiopía un Estado Africano.

Para empezar es oportuno citar brevemente a quien fuera la reina de Saba


(Sheba, en hebreo), como un personaje legendario referido en los libros de Reyes y
Crónicas (1 Reyes 10:1 y 2 Crónicas 9: 1-12), en el Corán y en la historia de
Etiopía; fue gobernante de Saba, que comprendía territorios en Etiopía y Yemen.
Según el Kebra nagast, libro sagrado de la Iglesia Ortodoxa Etíope, el rey
Salomón tuvo un hijo con ella llamado Menelik I, quien sería el futuro rey de
Etiopía y quien sacaría el Arca de la Alianza de Israel llevándosela a su reino.
Salomón le dejó su anillo con el sello del León de Judá, como prueba de su
reconocimiento. Aquí se inició el capítulo de los falashas, luego falashmoras. Su
Majestad Imperial de Etiopía, el Ras Tafari Hailé Sellasie I es descendiente directo
19
de la estirpe de Salomón y de la reina de Saba. Por cientos de años se ha dicho
que el Arca de la Alianza permanece oculta en algún monasterio en Addis Abeba,
capital de Etiopía, y que solo un monje rigurosamente seleccionado cuida de ella;
después de él, nadie ha tenido oportunidad de verificar este hecho. Los rastas
africanos que migraron en su momento a Jamaica, parece que provienen de este
escenario histórico.

En abril de 1975, los judíos etíopes gozaron plenamente de la Ley del Retorno, la
cual permitía a todo judío en el mundo a inmigrar a Israel. El nombre de esta ley,
“del retorno”, no deja de ser algo curioso, pues cualquiera podría preguntarse
¿cuál retorno? Acaso había un Estado de Israel antes de 1948, del cual hubieran
salido ciudadanos israelitas a quienes se les invitaba a “retornar”. La vuelta de
los judíos negros de Etiopía a Tierra Santa cumplía con la antigua profecía
bíblica según la cual el Dios de Israel haría volver su pueblo, exiliado en Etiopía,
al país de sus antepasados, o sea el Estado actual de Israel (Amos 9.7).

En 2005, el Jerusalén Post publicó que el 43% de los israelíes no querían que
uno de los suyos esposara a un miembro de la comunidad falasha. En 2012, el
periódico israelí Haaretz reveló otro escándalo sin precedentes que afectó al
aludido grupo y fue que las autoridades de Tel Aviv obligaron a las mujeres
falashas a que tomaran un anticonceptivo con efectos a largo plazo si querían
acceder al territorio. A pesar de ser, o de manifestarse al menos, tan puritanos,
tan ortodoxos e integristas prohibiendo el aborto y el control de la natalidad, no
parece haberse oído nunca protestas de los rabinos, estudiosos y practicantes de
la Tora y del Talmud, sobre estas prácticas ni en sus sinagogas ni mucho menos
frente al muro de los lamentos.

Los falashas ya no son bienvenidos a la tierra de sus antepasados, si es que en


algún momento lo fueron. La última aliyah (regreso)* colectiva de estos cristianos
etíopes que habían podido comprobar sus orígenes judíos, ya se completó. Su
entrada a Tierra Santa es ahora prohibida.

En todo caso, el judaísmo es uno de los ejemplos históricos más fehacientes del
racismo y esto es posible hallarlo en los contenidos del Talmud y en el caso
concreto de los judíos falashas.**

*Aliyah es un concepto cultural judío y un componente fundamental del sionismo. Está


consagrada en Israel la Ley del Retorno, que otorga a cualquier judío, considerado como tal
por la halayah o la Ley Secular de Israel, y los no judíos elegibles (hijo, nieto, cónyuge de
un judío) tienen el derecho legal a la inmigración asistida y al asentamiento en Israel, así
como a la ciudadanía israelí. En virtud de esta legislación, el Presidente Obana es judío.

**“Golpear a un judío es como abofetear la cara de Dios” (Sanhedrin 58 b). “Gracias Dios
por no haberme hecho un gentil, una mujer o en esclavo” (Menahoth 43b – 44 a). “Está
permitido mantener relaciones sexuales con una niña desde que esta tenga tres años de

20
edad” (Yebhamoth, 11b). “Solo Israel justifica la creación de la tierra” (Abramo Sebe, Zeror
hammar, fol. 6, c.4). “Está prohibido prestar a los no judíos sin usura” (Talmud Sanhedrín,
fol. 76, c.2). “El no judío es una basura, un excremento” (Schulkhan Aruk, con las
palabras del Rabí Josef Caro). “Las muchachas gentiles están en un estado de niddah
(suciedad) desde su nacimiento” (Abodah Zarah, 36b).

Las anteriores son algunas de las enseñanzas del Talmud contenidas en sus treinta y seis
libros. El Rabí Leo Abrami explica que el Talmud, la ley oral, el libro sagrado de los judíos,
fue dado a los setenta ancianos que llegaron a la base del monte Sinaí pero que no se les
permitió avanzar más; es una recopilación de los grandes debates que tuvieron lugar
durante siglos, no fue escrito por una sola persona, fueron cientos de estudiosos, cientos
de autores (aquí parece haber una contradicción). Pero sobre todo, el Talmud fue
inspirado por Dios, dicen los judíos. Y afirma el Rabí Irwin Wiener que cualquier cosa que
tenga que ver con la escritura es considerada palabra de Dios. Luego, agrega, el Talmud
es palabra de Dios. (Amén).

En días recientes, un corto artículo sobre el libro Mein Kamph (mi guerra) de
Adolfo Hitler, fue subido a la Internet e indicaba que, tras la derrota de los nazis
en 1941, los Aliados otorgaron los derechos de autor del libro referido al estado
de Baviera en Alemania, en donde se ha tratado de impedir su reedición. Pero en
virtud de la ley alemana sobre la propiedad intelectual, a partir del 1 de enero de
2016, el libro podrá reproducirse sin restricción alguna. El presidente de la
comunidad judía en Alemania, Joseph Schuster, expresó públicamente que “…la
obra de propaganda antisemita debería seguir prohibida…”.

Podría ser oportuno citar, a guisa de conclusión, el Proyecto Andinia, que tiene
que ver con los planes de Israel para asentarse en la Patagonia, tanto en la parte
territorial argentina como chilena, en una amplia zona que comprende más de
un millón de kilómetros cuadrados de extensión y rico en mantos acuíferos. Ya
han realizado una importante compra de tierras, así como han recibido la
asistencia miles de militares vestidos de mochileros, quienes han levantado
mapas, estudios de suelo y otros de tipo ambiental, y en algunas ciudades
chilenas hasta tienen calles y negocios bautizados con nombres hebreos. Y este
proyecto, como es de esperar, ha contado con la viabilidad política de las
autoridades de turno en ambos países, así como muy escasa divulgación por los
medio de comunicación internacionales, siguiendo muy probablemente
instrucciones de los sionistas dueños de estos.

Salmo 122: 6-8.

Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean prosperados los que te aman!

¡Sea la paz dentro de tus muros y el descanso dentro de tus palacios!

Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: ¡La paz sea contigo!

21
Conclusiones relativas a este capítulo.

-Al describir la historia de una Nación, de un Estado, de un pueblo o de una


cultura, necesariamente entran en juego un considerable número de variables
que se relacionan mutuamente y que no siempre se precisan todas en la supra
dicha descripción; ello puede estar condicionado por el conocimiento del escritor
sobre la materia, su disponibilidad de recursos informativos, así como de la
cantidad y calidad de los mismos, el método aplicado en el proceso de narración,
el interés que eventualmente pueda despertar en el lector meta y del enfoque que
use para la estructuración y presentación del documento.

-No existe temática fácil de trabajar en un ensayo; de repente unas serán más
complejas que otras, pero todas tienen su grado específico de dificultad. Y el
asunto de la religión puede ser, quizá, uno de los más difíciles por no decir el
mayor. Por lo general, las personas nacemos en un núcleo familiar con una
ideología ya posicionada y sustituir esta por otra, con valores, creencias, dogmas
o ritos diferenciados a los arraigados, no es nada sencillo, por no decir imposible.

-Y peor es el impacto en cada quien cuando nos presentan un escenario cargado


de correcciones con referencia a nuestro conocimiento primigenio u original y
empezamos a crear barreras de resistencia a ese nuevo conocimiento,
justificándolo como incierto, sesgado, erróneo o sencillamente inverosímil,
negándonos tan siquiera a verificar –per se- todo lo se nos informa. O bien,
cuando observamos en medios de comunicación colectiva, documentales que
versan sobre temas hasta ese instante desconocidos y que nos transportan
inevitablemente hacia un escenario ahora sobrecargado de dudas.

-En otro tiempo no muy lejano, negar la existencia del Infierno, del Purgatorio, de
“nuestros primeros padres” Adán y Eva, del Paraíso Terrenal o la ocurrencia del
primer crimen de la humanidad, era sencillamente una herejía, que tiempo más
atrás implicaba el pase directo del hereje o anatema a la incineración. Pero no
solo este caso, igualmente con solo contrariar la opinión del señor cura, contando
con los mejores argumentos teológicos o con el mejor sentido común, se obtenía
una mega penitencia o un pase directo a la ex comunión.

22
-“Para verdades, el tiempo” expresa un decir popular; cuánta manipulación ha
existido y cuánto daño ha provocado en toda nuestra constitución espiritual, en
particular cuando ese método de engaño se ha desarrollado con intenciones
deliberadas y perversas, y peor aún con conocimiento de la ausencia de verdad en
lo que se ha sido predicado. La creación y el funcionamiento del Tribunal d la
Inquisición en su momento histórico, se queda corto frente a los métodos ideados
y practicados por otras instituciones modernas amparadas por los intereses del
movimiento sionista.

-Dichosamente, hoy día, es factible recurrir a muy diversos medios y formas para
comprobar la certeza o la mentira de lo que se nos ofrece como descripción e
interpretación de un fenómeno histórico, social, religioso, político o económico, y
tan solo se precisa de un poco de tiempo y de una buena dosis de voluntad para
satisfacer nuestra duda o, por qué no, curiosidad.

-Por la naturaleza tan singular del tema, es posible que llame la atención a algún
lector las limitadas referencias hechas sobre el Talmud o la ley oral de los judíos.
Algunos rabinos han declarado que no es posible para una persona común y
corriente, que no haya sido entrenada, leer simplemente el Talmud y entender la
ley oral. Declaran que los judíos siempre han sabido, a través de toda la historia,
que si los cristianos supieran lo que está escrito en el Talmud, se enojarían, de
tal manera que los judíos han sido capaces de ocultar sus afirmaciones más
blasfemas y odiosas referencias sobre Jesucristo, porque las personas no hablan
hebreo. Pero el Rabino que hizo esta declaración, deliberadamente parece haber
olvidado que no solo Jesucristo es referido sino también su madre, la Virgen
María, de la cual se expresan los calificativos más soeces sin consideración ni
respeto alguno. Hasta en su lengua parecen ser selectivos los judíos y no solo en
que son el pueblo elegido de Dios. (Evenu shalom eleichen, mazel tov).

-El desarrollo histórico de la Nación judía, considerando los distintos escenarios


que en forma abreviada son narrados hasta acá, difícilmente tendrá dos o tres
parecidos, si se consideran los propios de otras naciones en el contexto general
de la historia de la Humanidad. La historia del pueblo judío es una historia de
lucha permanente por la sobrevivencia, para cuyo logro habrían ideado y aplicado
métodos tan variados en forma y contenido, como las circunstancias del tiempo y
espacio se lo habrían permitido; estos métodos han sido, son y serán juzgados

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por la historia en su debido momento. Y este juicio comenzó, obviamente, hace
muchos cientos de años.

El hexagrama es uno de los símbolos más utilizados en distintas culturas a lo


largo del tiempo. Como se indicó no es de origen judío; sin embargo, en la
actualidad es el símbolo de los judíos sionistas por todas partes. En la Alquimia,
los dos triángulos simbolizan el fuego y el agua; algunos antropólogos interpretan
que el triángulo inferior representa el sexo femenino y que el triángulo hacia
arriba es el sexo masculino, y que su combinación constituye la unidad y la
armonía. También es un símbolo mándala, llamado satkona yantra que puede ser
visto en los antiguos templos hindúes ubicados en el sur de la India y
construidos hace miles de años; simboliza el nara-narayana, o estado de
meditación con un balance perfecto ente el hombre y la divinidad. El libro I
Ching, de la literatura y filosofía chinas, se compone de 64 hexagramas. En la
religión judaica, se indica que al necesitarse un símbolo similar a la cruz del
cristianismo para fortalecer el posicionamiento de aquella, se optó por acuñar el
hexagrama por todas partes. Para lograr una conveniente justificación,
interpretaron que las doce puntas del hexagrama corresponden a las doce tribus
del pueblo judío, siendo el centro el Santuario de los Levitas y de los Sacerdotes
del templo; esta es una de un número grande de interpretaciones de pasajes
bíblicos que los judíos han hecho, muchos siglos después de la supuesta
ocurrencia de los hechos descritos.

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Alá es tu Dios y Mahoma es tu Profeta.

Segunda parte: el islamismo.

¡Oh, Jerusalén, tierra elegida de Alá y patria de Sus servidores! ¡A


partir de tus murallas, el mundo se ha convertido en mundo! ¡Oh,
Jerusalén, el rocío que cae sobre ti cura todos los males, porque
procede de los jardines del Paraíso!*

*El Hadith, palabras del profeta Mahoma.

El Islam: religión universal y civilización.

La palabra islam significa literalmente en árabe “entrega (sometimiento o


sumisión) a Dios”, concretamente a un único Dios, Alá. La fe en Alá y en el
profeta Mahoma como su enviado, quien transmitió su mensaje a la humanidad,
une a los musulmanes de todo el mundo, o llámese mejor a la nación
musulmana. El libro sagrado del Islam es el Corán y todo musulmán practica la
devoción que impone el libro y está sometido a la voluntad de Alá. La umma es la
comunidad de fieles del Islam, organizada por Mahoma, con las características de
ser única e igualitaria (todos los creyentes son iguales ante Dios), laica (sin
jerarquías) y teocrática (está regida por el Corán).

Las creencias pueden resumirse de la siguiente manera: 1. Creencia en un solo


Dios, único, omnipotente, omnisciente y misericordioso. No existen ídolos ni
santos, se rechaza cualquier politeísmo. 2. Creencia en los ángeles, ministros de
Dios, organizados jerárquicamente; cada hombre tiene dos ángeles protectores y
dos ángeles malignos que lo tientan. 3. Creencia en el libro revelado, el Corán. 4.
Creencia en que Dios se manifiesta por medio de los profetas, entre los que
figuran Abraham, Moisés y Jesús, siendo Mahoma el último y definitivo. Y 5.
Creencia en el día del juicio final: los hombres hallados buenos gozarán del
paraíso de frescos jardines, los malos irán al infierno de siete pisos.

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Los Cinco Pilares del Islam son las obligaciones comunes de todo musulmán y se
detallan así: 1. Recitar la profesión de fe “solo hay un Dios, que es Alá, y Mahoma
es su profeta” (chahada). 2. Observar la oración ritual, el salat, cinco veces al
día: al alba, al mediodía, a media tarde, al ocaso y por la noche. 3. Pagar la
limosna legal que se destina a los pobres (el zakat). 4. Ayunar durante el
Ramadán, desde el alba hasta la puesta del sol. 5. Realizar, si las condiciones
físicas se lo permiten, la peregrinación mayor a La Meca, por lo menos una vez en
la vida. La gran guerra santa o gran yihad, “el esfuerzo en el camino de Dios”, es
la que debe llevar a cabo todo creyente en su intención para perfeccionarse.
Cuando se utilizan armas se llama pequeña yihad. La circuncisión es una
práctica muy común. Está prohibida la violencia, el comer carne de cerdo, la
ingesta de bebidas alcohólicas, la práctica de la usura y los juegos de azar.

El cumplimiento de esos cinco deberes principales o pilares del Islam, así como la
utilización del idioma árabe clásico en todos los asuntos religiosos, forman el
vínculo de culto de la comunidad musulmana. El Islam es el conocimiento de la
omnipresencia de Dios; la persona se entrega a su protección y confía en su
misericordia, ya que Dios es justo y bondadoso.

La sharia es la ley divina del Islam, ordena todos los ámbitos de la vida y todas
las actividades del hombre. Las cuatro fuentes de la sharia son: el Corán; la
tradición, basada en las costumbres (sunna) primitivas de la comunidad de
creyentes y en los dichos (Hadith) de Mahoma; la deducción analógica; y el
consenso común.

El Islam es la religión universal más reciente, aunque ella misma se considera la


restitución de una antigua religión monoteísta que ya existía en tiempos
primitivos. Su éxito inicial y su rápida difusión inmediatamente después de la
muerte de Mahoma, incluso más allá del círculo cultural árabe, no tienen
precedente en la historia de las religiones.

Con la adhesión de religiones afines, desde sus inicios se desarrollaron múltiples


particularidades locales, culturales y étnicas, pues el Islam recogía regularmente
elementos de las culturas conquistadas para su provecho. También se produjeron
una y otra vez cismas, entre los cuales los más importantes y de mayores
consecuencias fueron los de los suníes (o sunitas, que son la mayoría) y los
chiítas (son minoría, pero en algunos países son mayoría como en Irak,
Azerbaiyán, Yemen, Bahréin, Líbano e India). Entre Zagreb al oeste, partes de
China y del sudeste asiático al este, toda la zona árabe-persa y partes del norte
de África, así como una presencia en Europa cada día más importante, la cultura
islámica constituye un conglomerado de uniformidades que la mantiene dinámica
y viva, y le concede un lugar significativo dentro de las religiones y culturas de
todo el mundo.

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Para una mejor ubicación contextual, se define como Islam Sunita la rama del
Islam que comprende a la mayoría de los musulmanes. En la definición de su
carácter, el Islam Sunita destaca el apego al Corán y a la sunna (mensaje, legado,
ejemplo) de Mahoma, así como la adhesión a la tradición. Los sunitas obedecen la
Sharia (código jurídico que regula el comportamiento diario, las relaciones
sociales y los asuntos referidos a la propiedad y el comercio. Creen que, tras la
muerte de Mahoma, no ha habido ningún otro intermediario entre Alá y la
humanidad, y por lo tanto rechazan la glorificación del imán Alí, propia de la fe
chiita. Por otra parte, el Islam Chiíta es la segunda rama del Islam y son
seguidores o partidores del iluminado imán Alí. Consideran que este y sus
descendientes son los únicos sucesores legítimos del Profeta. Formaron una
comunidad religiosa-política en la segunda mitad del siglo VII; juzgan la práctica
de la yihad y la santificación del martirio como pilares de la fe. La autoridad
suprema está en manos de los ulemas.

Suníes y chiítas: califas contra imanes.

La mayoría de los musulmanes se designan a sí mismos suníes o sunitas; la


palabra viene del árabe sunna, “costumbre”, y se refiere a la conducta de
Mahoma y de sus compañeros como figura descrita en los hadiths (dichos del
profeta). El Corán y la Sunna constituyen modelos de conducta equivalentes en la
vida en los actos del musulmán. La mayoría de los musulmanes, esto es, aquellos
que siguieron la tradición de los cuatro califas legítimos y de sus sucesores, se
llamaron a sí mismos “la gente de la Sunna y de la comunidad”.

El origen de los chiítas se remonta a la época de la disputa por la sucesión


legítima del profeta, allá por el siglo VII d.C. Los chiítas constituyen una minoría
en el Islam, pero desde siempre han influido en la vida espiritual y política del
Islam. Alí, primo y cuñado de Mahoma, y un partido de seguidores constituido
por este, defendían como única sucesión legítima del profeta a Alí y a Fátima, la
hija de Mahoma. Este grupo ha sido una y otra vez refugio de las variadas
corrientes apocalípticas revolucionarias –sociales, místicas y fanáticas- contra la
ortodoxia tradicional. Además, el comportamiento de los combatientes de la fe
chiítas está enmarcado por el ansia de gloria y por una impaciencia
revolucionaria. La génesis de todos los conflictos al interior de la Nación
musulmana se encuentra precisamente aquí, en esta disputa por el poder entre
sunitas y chiítas, y de ahí el sempiterno desconocimiento de este particular que
provoca la identificación, por igual o sea sin diferencia alguna, de todos los
musulmanes del mundo, y nada más incorrecto que esto.

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El contexto cultural del islamismo.

Debido a las extremas condiciones climáticas y culturales, antes de Mahoma,


Arabia no era el ámbito de la cultura sino la periferia de los grandes centros
culturales, donde se la consideraba una tierra salvaje de beduinos, de cuyos
escasos recursos intentaba aprovecharse quien pudiera. Pero la difusión de la
cultura de Iraq, Palestina y Siria propició también el desarrollo de una vida
intelectual en la zona árabe, en particular del judaísmo y del cristianismo.

Gran cantidad de familias judías emigraron a Arabia después de la conquista de


Jerusalén por los romanos y nuevamente después de la rebelión de Bar-Kojba en
135 d.C. Allí formaron una cultura propia y estaban muy representados en
algunas ciudades, como Medina, donde antes de la aparición de Mahoma la
mitad de la población era judía. Los judíos asimilaron las formas de vida árabes,
pero no así su religión. Se mantuvieron firmes en su monoteísmo y en el
convencimiento de ser el pueblo elegido por Dios, a pesar del entorno politeísta
que en su momento de transformaría.

Por otra parte, la influencia del cristianismo en la zona árabe fue aún mayor,
sobre todo por la dominación de Bizancio sobre Siria, Palestina y Egipto. El
cristianismo de Oriente estaba bajo la soberanía eclesiástica siria y tenía
importantes diferencias con el cristianismo de Occidente. Buena cantidad de
manifestaciones de Mahoma, pueden interpretarse como una prueba de que este
había conocido el cristianismo a través de los coptos egipcios y de otros
monofisitas (partidarios del dogma de una naturaleza única de Cristo). Como la
antigua creencia árabe politeísta ya había perdido fuerza, Arabia estuvo a punto
de convertirse al cristianismo durante los primeros años de Mahoma.

Mahoma y el Corán.

Mahoma nació en el año 570 en La Meca en el seno de una familia aristocrática,


pero quedó huérfano a corta edad. Fue educado por su tío Abu Talib. A los
veinticuatro años entró al servicio de una viuda rica, Jadiya, con quien luego se
casará y tuvo con ella cuatro hijas y dos hijos, aunque estos dos últimos
murieron en la infancia. Fátima, la primogénita, es la más conocida. Tras la
muerte de Jadiya, Mahoma tuvo otras esposas, siendo la más famosa Aisha, hija
de Abu Bakr, uno de las más influyentes aristócratas de La Meca. Mahoma era
un devoto practicante de la religión, hacía retiros para orar y meditar, y a los
cuarenta años comenzó a tener visiones y revelaciones.

Se cuenta que una noche del año 610, se le apareció en sueños el arcángel
Gabriel y le anuncio que, a partir de ese momento, sería el profeta de Alá y

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recibiría sus enseñanzas, mismas que debía transmitir a todos. Sus primeros
seguidores fueron Jadiya y Alí, y poco a poco fue ganando seguidores, puesto que
señalaba que Alá no quería las injusticias ni la opresión de los ricos contra los
pobres, y que era misericordioso recompensando a los justos, pero también
implacable para con los que no lo fueran. Habla Abraham rogando a Alá ¡Señor.
Haz que surja entre ellos (los árabes) un enviado de su estirpe que les recite tus
aleyas* y les enseñe la escritura y la sabiduría y les purifique. (Corán 2, 129).

* Aleyas son los versículos del Corán.

El Corán.

Es el libro sagrado de los musulmanes que significa recitación. Recoge la


predicación de Mahoma y consta de ciento catorce azoras o suras,* es decir,
capítulos, que varían en extensión, y que a su vez se dividen en aleyas o
versículos. Tiene seis mil versos. Según la tradición, a los cuarenta años Mahoma
tuvo su primera experiencia profética en una cueva, ubicada en las afueras de La
Meca. Mahoma aseguraba que el mensaje divino le fue revelado durante los casi
cuarenta y dos años de su vida profética, hasta 632, año en que murió.

Por tratarse de una recopilación de discursos, el Corán no presenta un orden


sistemático. No fue redactado como un libro, sino que durante una generación se
transmitió oralmente entre los seguidores de Mahoma. Estos fueron memorizando
o escribiendo sus recuerdos en diferentes soportes, como trozos de cerámica,
piedras lisas y huesos anchos de animales. Posteriormente se compilaron
aquellas experiencias y hubo varias versiones hasta la edición definitiva ordenada
por el califa Osmán.

En lo atinente a las figuras claves del cristianismo, Jesús y María, el Corán


presenta no solo como una mujer relevante, sino como la mejor de todas las
mujeres (Corán 3, 42-43), haciendo de ella un ejemplo a seguir por todos los
creyentes, porque ella creyó en la veracidad de la palabra de Dios (Corán, 66, 12).
Por esto Dios la escogió para ser la madre de Jesús, el profeta de la bondad. De
las 114 suras del Corán, solo ocho llevan en el título el nombre de algún
personaje, y la sura 19 está consagrada a María, y a narrar sus virtudes. Explica
el texto sagrado, que la madre de María, Hannah, se consagró al servicio del
templo de Jerusalén, tal como correspondía a los descendientes del linaje de
David. Cuando concibió (Hannah) un hijo, se entristeció porque era una niña y no
un varón, pero Dios le relevó que esa niña estaba consagrada a Dios (Corán 3,
35-36. Por esto, el Islam proclama que María y Jesús eran exentos de pecado.

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*Dos azoras, la primera y la antepenúltima, son probablemente las más importante del
Corán, ya que se exponen en ellas las ideas sobre el poder y las características de Alá. La
primera se aplica en muchos momentos de la vida de un musulmán para sacralizar sus
actividades. De la 112, llamada “la fe pura” dice la tradición islámica que su recitación
equivale a la de un tercio del Corán y dice: <En el nombre de Alá, el compasivo, el
misericordioso. Di: “El es Dios, uno, Dios el eterno. No ha engendrado ni ha sido
engendrado. No tiene par”>

Educada por Zacarías en el Templo de Jerusalén, María ya destacaba desde muy


joven por su piedad y los ángeles la alimentaban (Corán 3, 37) y le anunciaron
que sería la madre del Mesías (Corán 3, 45-48; 19, 17-19). María entonces es,
para los musulmanes, la verdadera Sayyida o Señora. Su único posible rival en
su credo será la hija del mismo Profeta Mahoma, cuyo nombre es Fátima. Pero
después de la muerte de Fátima, Mahoma escribió: “Tú serás la más bendita
entre todas las mujeres del Paraíso, después de María”. María no es solamente un
ejemplo y un símbolo a seguir por los cristianos, sino también en el Corán.
También, María es un símbolo y un modelo a seguir para todos los creyentes
musulmanes. La calificación de María, descrita en diferentes apartados de los
treinta y seis tomos del Talmud, es totalmente distinta a la propia del Corán; en
el capítulo anterior se hizo una abreviada indicación al respecto.

La hégira y la victoria de Mahoma.

Al aumentar el número de sus seguidores y situarse como intérprete único de la


voluntad de Alá, Mahoma se convirtió en una amenaza para los gobernantes de
La Meca. El 16 de julio de 622, Mahoma y sus seguidores huyeron de La Meca y
se refugiaron en la ciudad de Medina. Este viaje se conoce como la hégira palabra
árabe que significa en español emigración. La importancia de este evento es que
desde ahí se inicia el calendario islámico, mismo que se sigue hasta hoy en los
países con mayoría musulmana. A partir de ese momento, Mahoma proclamó que
toda persona, fuera cual fuera su raza o el color de su piel, podía unirse al Islam.
No se dirigió solo a los árabes, sino que predicó un mensaje universalista y
personal. La relación entre Alá y sus fieles es directa, sin más intermediarios que
el profeta. Mahoma y sus seguidores vivieron diez años en el exilio, al cabo de los
cuales entró victorioso en La Meca. Mahoma murió en Medina en 632, sin haber
quedado clara su sucesión y esto llegaría a originar una cantidad y calidad de
implicaciones negativas en el devenir del islamismo, que aún hoy día son
imposibles de superar y que crecen en proporciones exponenciales.

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La extensión del Islam.

A lo largo de la historia, muchos gobernantes y dinastías tomaron el titulo de


califas, pero los que en mayor medida expandieron el Islam fueron los primeros
de ellos. El califato ortodoxo, que se extendió de 632 a 660, estaba constituido
por los cuatro primeros sucesores de Mahoma que, desde su capital en Medina,
dirigieron la conquista de un territorio que incluía buena parte del norte de
África, Mesopotamia, Siria y Persia. El califato Omeya, de 660 a 750, con capital
en Damasco, llevó a cabo las conquistas desde la península ibérica hasta la India.
El califato Abasida trasladó la capital a Bagdad. Entre 750 y 1258, la dinastía
abasida intentó consolidar las conquistas, desarrollando el comercio y una
administración eficaz.

El último gran califato fue el turco, de 1517 a 1919. Los monarcas turcos
tomaron el título de califas a partir de 1517, cuando Selim I conquistó Medina y
La Meca. Antes ya habían derrotado al imperio bizantino y habían conseguido
extender el Islam por el centro de Europa. En su máximo esplendor, entre los
siglos XVI y XVII, se expandía por tres continentes: llegaba desde Argelia a
Hungría, pasando por Egipto, Arabia y Mesopotamia. Estuvo en el centro de las
interacciones entre el Este y el Oeste por seis siglos, teniendo a Constantinopla
como capital; el imperio otomano fue en muchos aspectos el sucesor islámico de
los antiguos imperios clásicos.

La gran conquista musulmana de los dos primeros siglos del Islam la lideraron
árabes que, junto con su libro sagrado, el Corán, llevaban también su lengua y su
cultura. La expansión islámica por el occidente, que recibe el nombre en árabe de
magreb, tuvo como consecuencia la arabización de esos territorios. El Islam
árabe tiene el prestigio de ser el más antiguo, aunque no es el más numeroso.
Además, hay que tener en cuenta la existencia de poblaciones árabes que no son
musulmanas. Por ejemplo, en todo Oriente Medio hay diferentes grupos de
cristianos árabes.

El Islam no árabe es el más numeroso, aglutina a una gran diversidad de grupos


culturales con lenguas muy variadas que incluyen turcos, iraníes, afganos e
indios en Pakistán, India y Bangladesh, malayos, indonesios y javaneses,
africanos, europeos en Albania y Bosnia, afroamericanos e incluso chinos. Las
diferencias culturales entre unos y otros se traducen en modos distintos de vivir
la religión, y también en la adaptación de algunas prácticas a las particularidades
y a las costumbres ancestrales de los distintos pueblos y territorios. Aunque se
tiende a pensar que todos los musulmanes son iguales, y se toma como modelo al
árabe, el Islam es muy variado y las generalizaciones son incorrectas.

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Por último, en el Islam se desarrollaron algunos movimientos que planteaban una
búsqueda espiritual interior. A los seguidores de estas creencias se les llamaba
sufíes, quizá porque iban vestidos con ropas de lana llamada suf en árabe, que
simbolizaban su renuncia al mundo. A partir del siglo XII, los sufíes se
organizaron en cofradías con reglas de vida muy estrictas y programas que les
ejercitaban para alcanzar la unión mística con Alá. Consistían en meditaciones,
oraciones, cantos y bailes.

Puede ser preciso recalcar o insistir que el Islam es una religión pacífica y
tolerante; los actos terroristas, atribuidos a seguidores del Islam, son totalmente
contrarios a las enseñanzas del Corán. Actuar en contra de esos principios es
profanar los fundamentos mismos de esa gran religión, en cuyo nombre se
escudan para actuar: los terroristas son eso, terroristas, y como ya fue
explícitamente citado, muchos también se amparan en otras religiones y hasta
han sido galardonados con premios mundiales por la paz.

Las divisiones doctrinales en el Islam.

A las diferencias culturales y territoriales, deben agregarse las doctrinales y de


interpretación, que se iniciaron en una época muy antigua.

La sucesión de Mahoma parece ser un punto de iniciación. Al morir sin hijos


varones, se presentó el problema de quién debía ser su sucesor o califa en árabe.
El primer elegido fue Abu Bakr, padre de Aisha, la esposa favorita de Mahoma; a
su muerte, le siguió Omar, también suegro de Mahoma, y luego Utman, yerno del
profeta. Hasta aquí, curiosamente, había quedado relegado Alí, primo y yerno de
Mahoma, esposo de Fátima, su hija mayor, y que era su seguidor más antiguo y
el pariente más cercano. Tras el asesinato de Utman, Alí fue elegido califa, pero
Aisha y Muawiya, cuñado de Mahoma y gobernador de Siria, se le enfrentaron y
levantaron un ejército contra él. Estaba en juego el modelo de sucesión que se
seguiría en adelante, ya que Alí tenía dos hijos, Hasan y Husein, que eran nietos
de Mahoma, y por lo tanto sus parientes varones más cercanos o directos.

Sunitas, chiitas y jariyitas.

En el año 657, en la batalla de Siffin, se dividió la comunidad musulmana en tres


grupos que perduran hasta el presente. Los partidarios de Alí creían que solo
aquellos que tuviesen directamente la sangre de Mahoma podían ser califas. A
estos se les denominó chiitas.

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Por otra parte estaban los sunitas, quienes pensaban que el califato debía recaer
en la persona que tuviese el mayor poder o influencia, y que eran partidarios de
Muawiya. Y por último, estaban los jariyitas, quienes sostenían que cualquier
persona podía ser califa siempre que fuese el mejor de los musulmanes, sin
importar ni siquiera que fuese esclavo. Defendían que era la comunidad la que
tenía que elegir al califa y no los poderosos y los notables, y que estaba justificado
matar a un mal califa.

En 661 un jariyita asesinó a Alí y Muawiya quedó como califa inaugurando la


dinastía omeya. Sus seguidores, los sunitas, se convirtieron en la opinión
mayoritaria y en la actualidad presentan más del ochenta y cinco por ciento de
los musulmanes en todo el mundo.

Por su parte, los chiítas siempre han sido minoritarios, y hoy día son cerca del
doce por ciento de los musulmanes. Tienen una muy importante representación
en Irán, Irak y Asia Central. El chiismo ha sido en muchos momentos una opción
para marcar la identidad cultural de ciertos territorios por medio de la diferencia
religiosa. En este contexto, es oportuno citar la ciudad de Kerbala, ubicada al sur
de Irak, la cual constituye una de las ciudades más sagradas para los chiitas. En
ella se produjo una batalla en 680 que marcó la historia del chiismo: los
seguidores de los olmeyas masacraron a Husein, segundo hijo de Alí y último
nieto de Mahoma que quedaba con vida, por cuanto su hermano Hasan había
muerto en 669. Este día estableció para los chiitas el comienzo de una historia de
persecuciones, simboliza el triunfo de la injusticia, y se recuerda todos los años
en un día de duelo que es la fiesta más importante del calendario religioso chiita.

Los alidas.

Los alidas son los descendientes de Alí y Fátima y, consecuentemente, parte de


los familiares más directos del profeta. El asesinato de Husein por los olmeyas
demostró el poco respeto que tenían los califas de Damasco por esta familia. Por
el contrario, para los chiítas, los alidas son los únicos que tienen derecho a
ostentar el poder sobre la comunidad musulmana y les dan el nombre de imanes.
Para los chiítas, los imanes no son solo líderes políticos, sino que tienen un
conocimiento sobrenatural, son capaces de ofrecer la correcta interpretación en
los asuntos de religión y están más cerca de Alá que ninguna otra persona. En la
actualidad los chiítas gobiernan en Irán desde 1979, y fueron liderados, hasta su
muerte en 1989, por el Ayatola Jomeini, un título religioso que significa signo de
Alá.

34
La República Islámica de Irán.

Si bien el capítulo tercero y final de este breve ensayo procurará ocuparse de la


situación actual del conflicto, pero al hacer referencia a Irán en las últimas líneas
del anterior apartado, puede imponerse una abreviada observación al respecto.
En la revolución islámica de Irán de 1979, el Shah Muhammad Reza Pahlavi fue
derrocado y su régimen sustituido por la República Islámica, aprobado en
referéndum, al igual que una nueva Constitución que consagró el régimen
teocrático basado en la carismática figura de Jomeini. Este era el máximo líder de
la revolución islámica y había permanecido en el exilio durante los últimos años
del gobierno del Shah. Cuando se instauró Jomeini, designó a Medi Bazargan
como Primer Ministro. Se trataba de un movimiento popular que propugnaba la
estricta aplicación del Corán y de arcaicas costumbres islámicas a la vida
política y social del país. Al cabo de algunos años, perdió parte de su radicalismo,
sobre todo a partir de 1989 con Hashemi Rafsanjani en el poder. En noviembre
de 1979, la embajada de los Estados Unidos de América fue asaltada y sus
miembros retenidos como rehenes, lo cual originó un grave conflicto
internacional. Bazargan dimitió por estar en desacuerdo con el asalto.

La crisis económica se agudizó y las principales industrias fueron nacionalizadas.


En enero de 1980 Bani Sadr fue elegido presidente. Irak reivindicó zonas
fronterizas y penetró con sus tropas en Irán, lo que originó la guerra entre ambos
países en noviembre de 1980. Después de las ofensivas iraníes en enero de 1985
y febrero de 1986, Irán acordó un alto al fuego en octubre de 1988. La paz
definitiva se firmó en 1990, tras la invasión de Kuwait por Irak, al aceptar este
país las condiciones de Teherán.

La República Islámica de Irán es un ejemplo fehaciente de un estado basado en el


fundamentalismo religioso.

Posiciones occidentales frente al Islam.

Desde hace más de 1300 años los europeos vienen considerando al Islam como
una amenaza. Los cristianos piadosos se han sentido retados por una fe, que
reconocía a un Dios como creador del Universo, pero que negaba la doctrina de la
Trinidad; una fe que aceptaba a Cristo como un profeta nacido de una virgen,
pero que negaba su condición divina y que hubiese sido crucificado (Corán 2, 87
y 3, 45-47); que creía en el día del juicio, en el cielo y el infierno, pero que parecía
hacer del sexo la clave de las recompensas celestiales.*

*Las huríes son cada una de las hermosísimas mujeres que, según la religión
musulmana, serán las compañeras de los bienaventurados en el Paraíso. Cada quien
poseería su propio harén o serrallo.
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Los Estados cristianos se sintieron amenazados por el éxito del poderío
musulmán que penetró hasta el corazón de Europa en el siglo VIII, sondeó las
profundidades de la Europa central de los siglos XVI y XVII y durante casi mil
años patrulló los flancos meridional y oriental de la cristiandad. Hechos como
estos han condicionado la actitud de Europa frente al mundo islámico,
fomentando un permanente antagonismo y una desgana a simpatizar con la
visión islámica de la vida y de la forma en que debía vivirse.

Desde el comienzo, las posturas continentales fueron fundamentalmente hostiles.


Los primeros europeos, separados de los centros principales de la civilización
musulmana por el imperio bizantino, se trazaron una imagen vaga y fantástica
del Islam partiendo de fuentes bizantinas: se trataba de una herejía derivada de
las enseñanzas cristianas, que el monje Bahira se vio forzado a revelar a
Mohama; el Corán había sido entregado al pueblo sobre los cuernos de un toro
blanco; el Profeta era un hechicero, cuyo éxito se debió a su proclamada
revelación de que Dios aprobaba las licencias sexuales. Sin embargo, desde los
comienzos del siglo XII y coincidiendo con la primera cruzada, se difunde un
apreciación más seria, condicionada por la versión del Corán al latín que en 1143
hizo el inglés Robert de Ketton. En los siglos XIII y XIV los europeos hacen
hincapié en dos aspectos de su concepto del Islam más erudito. El primero era la
importancia que el Corán podía tener como confirmación del Evangelio; el
segundo fue un ataque a la condición de Mahoma como profeta. ¿Cómo puede ser
posible que un hombre, que no hizo milagro alguno y que, según la leyenda
cristiana, había vivido y se había revolcado en el libertinaje, cómo un hombre así
pudiera ser profeta de Dios? Y dos eran los aspectos claves de su mensaje que se
destacaban como blanco de la polémica cristiana: el pretendido apoyo que el
Islam daba al uso de la fuerza (guerras santas) y la libertad sexual que gozaban
los musulmanes en vida, junto con el éxtasis sensual que se les prometía para el
mundo futuro. Recuérdese que la poligamia es una práctica aceptada.

Dante ideaba un destino terrible para Mahoma, el falso profeta. En el infierno solo
algunos musulmanes, como los filósofos Avicena y Averroes así como Saladino, el
gran héroe kurdo de la caballería medieval, figuraban entre los paganos virtuosos
a los que, como Héctor, Sócrates y Aristóteles, solo se les atormentaba con un
castigo moderado en el círculo primero de aquél. Pero el Profeta del Islam estaba
destinado en el noveno de los diez fosos tenebrosos que rodean la fortaleza de
Satán.

Buena parte de la polémica medieval contra el Islam continuó desarrollándola el


Renacimiento y la Reforma, hasta el siglo XVIII. Polidoro Virgilio, representante
por antonomasia del historiador renacentista, se ocupó de repetir las acusaciones
medievales: Mahoma fue un mago, que había sido adoctrinado por un monje
cristiano; su herejía se había difundido gracias a la violencia y a la promesa de

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que Dios perdonaba los excesos sexuales; que Mahoma había sido un impostor y
otras cosas más. Tan irrecusable resultaba la imagen estereotipada del Profeta,
que llegó a convertirse en una metáfora para esgrimirla en la polémica europea.
Así, Lutero ponía en el mismo saco a la Iglesia católica-romana y la herejía de
Mahoma como la obra del diablo en el cristianismo. Y hasta Voltaire, en su
ataque a todas las religiones reveladas a través del ejemplo del Islam, hacía caer
el telón sobre su tragedia El fanatismo, o Mahoma el Profeta, con un Mahoma
moribundo que rogaba a su sucesor ocultase su mal los musulmanes, no fuera a
destruir su fe.

A partir del siglo XVIII empezó a perfilarse una comprensión mayor del Islam. La
actitud de las potencias europeas hacia las naciones del mundo islámico fue
evolucionando desde un temor real a la amenaza otomana hasta una igualdad
confiada, si no precisamente en los otomanos, sí en los imperios safávida
(dinastía iraní) y mongol, ambos en decadencia. Pero, a finales del siglo XVIII,
estaban seguras de sí mismas en sus relaciones con las potencias musulmanas;
cambio este simbolizado en la dramática invasión y ocupación de Egipto por los
franceses en 1789, y en la conquista británica de Mysore, último reducto activo y
hostil de la India islámica en 1799. Esta confianza continuó creciendo a lo largo
del siglo XIX, cuando rusos y holandeses se unieron a los franceses e ingleses
para poner bajo su control a distintos pueblos musulmanes, hasta que por el
tratado de San Remo, en 1920, tres cuartas partes del mundo musulmán estaban
bajo dominio europeo. Entonces, cuando los europeos empezaron a liberarse de
su visión cristiana medieval, cuando los encuentros con los musulmanes fueron
más frecuentes y se conoció mejor su civilización, fue posible una comprensión
más profunda del Islam.

Sin embargo, nada tiene de extraño que el administrador colonial se viera


sorprendido por los aspectos violentos del Islam, preocupado como estaba por las
guerras santas en que los musulmanes siempre aparecían como librando una
batalla contra el gobierno europeo. De ahí que los términos “musulmán” y
“fanático” resultasen casi sinónimos a los ojos de los europeos que afrontaban la
resistencia muslímica en zonas tan alejadas como Argelia, la India o Indonesia; y
a lo largo de la gran expansión europea del siglo XIX la imagen del Islam como
una religión de violencia fue ganando terreno a medida que los musulmanes
oponías la más vigorosa resistencia al dominio europeo sobre la tierra.

No puede darse un contraste mayor frente a la actitud del antagonismo cristiano,


que la manera con que Napoleón Bonaparte asumió la postura de un musulmán
y manipuló las instituciones islámicas como parte de sus propósitos imperialistas
en Egipto. “Yo respeto a Dios, a su Profeta y al Corán”, declaró al
desembarcar en 1798; y después procedió a actuar como un gobernante
musulmán, honrando públicamente al Profeta, empezando la redacción de sus

37
cartas a los potentados musulmanes del área con el islámico basmala y ganando
para su causa a los dirigentes políticos y religiosos del país. Bonaparte, según
escribió Víctor Hugo, apareció a los ojos de las tribus deslumbradas como un
Mahoma de Occidente, manifestaba frente al Islam un pragmatismo del que hasta
entonces los europeos no habían sido capaces de revelar. A posteriori, otros
políticos lo imitarían, aunque nunca de manera tan notable.

Desde la II Guerra Mundial, los estudios islámicos han experimentado una


constante expansión, a medida que el tema ha ido ganando interés en algunas
súper potencias como los EE.UU. y también porque los estudiosos han empezado
a aplicar los métodos de las ciencias sociales, en particular los de la antropología.
Consecuentemente, los estudios islámicos han adquirido nuevas dimensiones
debido en parte a que los antropólogos han extendido su investigación para
conocer desde las comunidades antiguas y urbanas de los países islámicos
centrales hasta las tribus y poblados de África y del sur y sureste asiáticos, y
porque al ser capaces de ver los compromisos múltiples que el Islam ha traído y
su adaptación a las culturas locales, se ha podido aprender las diferentes
maneras que existen de ser musulmán.

Por otra parte, si bien las fuentes tradicionales de la hostilidad al Islam proceden
de la polémica medieval cristiana hasta que desembocan en una forma secular,
son los cristianos devotos los que parecen haber ahondado más en la inteligencia
del Islam otrora odiado. La vieja objeción que se centraba en el disfrute del sexo y
en la sensualidad se ha trocado en una objeción nueva a la posición que ocupan
las mujeres. El tema de la violencia se ha convertido en rechazo de los castigos
inhumanos y de la política sanguinaria de algunas sociedades musulmanas. El
miedo del poderío muslímico que, tras la expansión de Occidente, había dado
paso a un sentimiento de superioridad, resurge cuando el petróleo otorga a los
musulmanes la capacidad de influir en la vida occidental y una nueva energía les
infunde la voluntad de hacerlo así. Además, si a los occidentales ya no les
preocupa la idea de la impostura de Mahoma, sí que siguen inquietos por lo que
ahora aparece a sus ojos como una herejía: el deseo de muchos musulmanes de
subordinar la vida de su sociedad y las realizaciones del Estado moderno a la ley
santa. En efecto, un rechazo del Islam, que a veces equivale a una hostilidad
cerrada, parece estar profundamente arraigado en la cultura secular de
Occidente. Por otra parte, las autoridades cristianas ya no son hostiles ni desean
seguir haciendo hincapié en lo que les separa de la gran fe monoteísta rival. Así,
el Concilio Ecuménico Vaticano II, al tiempo que no se pronuncia en si “el Corán
es palabra de Dios”, exhorta a los cristianos a que procuren mirar al Islam con
comprensión, y declara: “La Iglesia (católica) mira también con aprecio a los
musulmanes que adoran al único Dios viviente y subsistente,
misericordioso y todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra, que ha
hablado a los hombres y a cuyos ocultos decretos procuran someterse con
38
toda el alma, como se sometió a Dios Abraham, de quien la fe islámica
gusta hacer referencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo
reconocen como Dios; honran a su madre virginal, María, y a veces también
la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios
recompensará a todos los hombres una vez que hayan resucitado.
Aprecian, por tanto, la vida moral y honran a Dios, sobre todo con la
oración, las limosnas y el ayuno”.

Conclusiones de esta segunda parte.

-El Profesor Roberto Marín Guzmán, catedrático de la Universidad de Costa Rica


y una autoridad nacional en la materia, en su obra El fundamentalismo islámico
en el Medio Oriente contemporáneo, página 369, inicia el capítulo de conclusiones
en los siguientes términos: “El Islam no plantea una división entre religión y
política y ha sido, desde sus inicios, una fuerza ideológica muy poderosa,
capaz de cambiar el curso de la historia y fundar nuevos Estados, reinos e
imperios. Debido a la corrupción, debilidad, falta de seguir estrictamente
la Sharia, a la incorporación de nuevas leyes, a la traición de las
autoridades gubernamentales a los principios del Islam y al secularismo
que ha caracterizado a muchos de los gobiernos de los países donde
habitan los musulmanes, han surgido en el siglo XX numerosos grupos
fundamentalistas. Las injusticias sociales y la desigual distribución de la
riqueza han sido también causas del surgimiento de estos grupos. Los
fundamentalistas pretenden acabar con los gobiernos seculares a los que
consideran también corruptos y enemigos del Islam. Para ello se valen de
cualquier medio, incluyendo la violencia, con el propósito de fundar
Estados islámicos.” *

*Marín Guzmán, Roberto. El fundamentalismo islámico en el Medio Oriente


contemporáneo. Editorial de la Universidad de Costa Rica. Ciudad Universitaria Rodrigo
Facio. Octubre 2001. Segunda edición.

-La anterior conclusión del Profesor Marín, misma que en la obra supra citada es
mucho más extensa, sintetiza en forma magistral la realidad actual, no solo de la
identidad supra nacional de todos los musulmanes con una sola entidad –la
Nación Islámica-, sino también la identidad sub nacional referida a las relaciones
de sangre -clanes, tribus, familias,- que han dominado la vida cotidiana de los
musulmanes a lo largo de la historia. Ambas identidades, en alguna medida,
están narradas en este capítulo segundo.
39
-La industria mundial de la comunicación, que está casi en su totalidad en
manos de una de las partes del conflicto – el sionismo para ser preciso- y que a la
sazón es la entidad financiera más poderosa de la Tierra, se ha ocupado
históricamente de posicionar en la opinión pública –sobre todo en occidente- una
imagen incierta del islamismo en casi todos sus extremos. Lamentablemente, el
método del extremismo, dirigido y conducido por una minoría fanática que parece
descargar en cada acción terrorista toda su adrenalina criminal, ha sido y es
manipulado por la citada industria para sus particulares intereses.

-En su momento, también, esa misma entidad opuso una férrea resistencia a la
instalación de la Internet y a todos los servicios que se generarían con esta, tales
como las redes sociales, los sitios web y demás, en el tanto percibían que en el
corto y mediano plazos, la población mundial tendría acceso a toda la
información que podría subirse a los sistemas informáticos y, siendo así,
alcanzaría a conocer la historia que antes no tenía con tanta facilidad. Ese temor
no estuvo tan mal fundado, solo que no pasó la aludida oposición.

-Ahora bien, ¿cuáles han sido los factores condicionantes y determinantes de la


evolución de la Nación islámica desde su nacimiento hasta nuestros días? Es
más, ¿cuáles han sido los propios de la Nación judía? Paradójicamente, se tiene
en frente a dos Naciones que son coetáneas, que las caracteriza un origen común,
que tienen un arraigo religioso muy profundo, fundamentado en dos libros
sagrados. Entonces, ¿Por qué ha pasado, lo que ha pasado?

-Para facilitar el hallazgo de los razonamientos que intenten servir como


respuesta a las anteriores interrogantes, se inicia la tercera parte de este ensayo
con una locución latina atribuida al poeta romano Virgilio. Sí, por supuesto, “feliz
quien pudo conocer las causas de las cosas”. Pero la felicidad no se adquiere en
cualquier tienda de suministros varios, es intangible y hay que buscarla con
denuedo para que, una vez hallada, pueda incorporarse y posicionarse en el ser y
actuar de cada quien.

40
La luna creciente y la estrella.

La dualidad luna creciente y la estrella eran monogramas de Tanit, una diosa


semita del imperio romano que se islamizó. Según la tradición, “en 339 a.C. una
luna radiante salvó a Bizancio de un ataque perpetrado por el rey Felipe de
Macedonia. En agradecimiento Bizancio adoptó la luna creciente, símbolo de la
diosa Diana, como emblema de la ciudad. Cuando Bizancio se transformó en
Constantinopla, la luna creciente se transformó en el símbolo de la Virgen María”.

41
La guerra: la industria económica por excelencia de las grandes
potencias mundiales.

42
Tercera parte: el conflicto.

Felix qui potuit rerum cognoscere causas (feliz quien pudo conocer
las causas de las cosas).

Virgilio, Georgicas, 11, 489.

Antecedentes del conflicto.

El 15 de agosto de 1871, Albert Pike* (Boston 1809 – Washington 1891), activista


francmasón y satanista, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de
grado 33, dirigió una carta a Giuseppe Mazzini, también francmasón de grado
33, cabeza de los Illuminati en Europa y fundador de la mafia italiana en 1860,
en la cual le hablaba sobre el procedimiento metódico de las tres grandes guerras
mundiales. La carta en referencia establecía lo siguiente:

1. La I Guerra Mundial debe producirse para permitir a los Illuminati derrocar el


poder de los Zares de Rusia y hacer de ese país una fortaleza de ateísmo
comunista. Las divergencias causadas por los agentes de los Illuminati entre
los imperios británico y alemán, se usarán para fomentar esta guerra. Al final
de la guerra, el comunismo se erigirá y usará para destruir a otros gobiernos
y para debilitar a las religiones.

2. La II Guerra Mundial debe fomentarse aprovechándose de las diferencias


entre los fascistas y los sionistas políticos. Esta guerra debe fomentarse para
que el Nazismo sea destruido y el Sionismo político sea suficientemente fuerte
para crear un estado soberano de Israel en Palestina. Durante la II Guerra
Mundial, el comunismo internacional debe hacerse suficientemente fuerte
para contrarrestar a la cristiandad, que entonces será constreñida y
controlada hasta el tiempo que la necesitemos para el cataclismo social final.

3. La III Guerra Mundial se fomentará aprovechando las diferencias causadas


por los agentes de los Illuminati entre los sionistas políticos y los líderes del
mundo islámico. La guerra debe conducirse de modo que el Islam (el mundo
árabe musulmán) y el sionismo político (el Estado de Israel) se destruyan
mutuamente. Mientras tanto, las otras naciones, una vez más divididas sobre
este asunto, se verán obligadas a luchar hasta el punto de la completa
extenuación física, moral, espiritual y económica. Desataremos a los nihilistas
y a los ateístas, y provocaremos un cataclismo social formidable que en todo
su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del ateísmo absoluto,
origen de la crueldad y de los disturbios más sangrientos.

43
*Albert Pike fue el Gran Maestro de un grupo luciferino conocido como la Orden del
Palladium (o el Consejo Soberano de la Sabiduría), que había sido fundado en París en
1737. Históricamente, el Palladismo fue llevado a Grecia desde Egipto por Pitágoras en el
siglo VI a.C. y fue este culto de Satanás el introducido en el círculo interno de las logias
masónicas. En 1801, Isaac Long, judío, llevó una estatua de Baphonet (Satán) a
Charleston, Carolina del Sur, EE.UU. Pike fue el sucesor de Long. Tanto Pike como Lord
Henry Palmerston en Inglaterra, Otto von Bismark en Alemania y Giuseppe Mazzini en
Italia, esperaban usar el rito Palladium para crear el grupo satánico que uniera a todos
los grupos masónicos.

Qué tan verdaderas son estas referencias históricas e igualmente, caso de ser
verídicas, qué tan acertadas han sido al menos hasta el caso de la II Guerra
Mundial y todas las implicaciones mundiales habidas desde la conclusión de
este conflicto en 1945 hasta nuestros días; el lector puede tener una mejor
respuesta.

Síntesis histórica de Oriente Medio en el contexto del conflicto.

Las primeras décadas del Siglo XX.

La historia del Medio Oriente contradice el viejo adagio que dice: “los que no
comprenden su historia, están condenados a repetirla”. Este decir popular
encaja a la situación de marras, por cuanto se repiten las mismas batallas una y
otra vez.

Es fundamental en la historia de Oriente Medio del siglo XX la búsqueda del


destino de dos pueblos: 1- el judío, que lo persigue para establecer una patria
donde poder vivir como judíos libres de persecuciones, y 2- el árabe, que lo hace
anhelando una identidad y una categoría de Nación como pueblo independiente.

En la I Guerra Mundial el Imperio Británico se enfrentó al turco, que durante


siglos había dominado Oriente Medio. Los británicos hicieron alianzas con el
pueblo árabe, a cambio de rebelarse contra los turcos, creando confusión en el
imperio del Sultán, los británicos ofrecieron a los árabes su independencia. Fue
una elección humillante para los árabes, combatir contra la única potencia
musulmana basándose en promesas hechas por un imperio occidental. Fue aquí
cuando surgió Lawrence de Arabia, quien se convirtió en leyenda, ayudando a
organizar, armar y dirigir a las tropas de las tribus árabes que peleaban junto a
las británicas.*

44
*En su obra “Los Siete Pilares de la Sabiduría “, T.E. Lawrence de Arabia, describió en la
Introducción las bases de la rebelión en los siguientes términos: Algunos ingleses,
principalmente Kitchner, creyeron que una rebelión de los árabes contra los turcos
permitiría que Inglaterra, mientras luchaba contra Alemania, derrotara a la aliada a esta,
Turquía. Su conocimiento del espíritu, del poder y de la configuración de los pueblos de
lengua árabe les hizo pensar que tal rebelión tendría éxito. Procedieron así a indicar su
carácter y su método…”.

Al mismo tiempo, buscando un aliado en la I Guerra Mundial, los británicos


prometieron a los judíos un hogar nacional dentro de las fronteras de la antigua
tierra de Israel, una tierra llamada entonces Palestina, una provincia del enemigo
turco. Hicieron la promesa al Movimiento Sionista Internacional, una
organización que estaba preparando la inmigración de judíos a la antigua y
sagrada tierra prometido por Dios. Esa tierra que los judíos deseaban llevaba más
de cincuenta generaciones habitada por árabes musulmanes y cristianos.

La visión de una gran nación árabe que los británicos habían creado, ahora la
subvertían y pervertían para crear y dominar un imperio de Medio Oriente propio;
los británicos dividieron y gobernaron a los árabes creando una serie de
pequeños estados, en la que líderes tradicionales, emires y jeques, jefes de tribus
y familias extendidas, se convirtieron en gobernantes de territorios, hombres que
habían iniciado sus vidas como patriarcas en tiendas nómadas, se convirtieron
en reyes con palacio. La historia suele definir o reconocer esos estados como
monarquías anglo-árabes. Estos pequeños reyes y sus reinos estaban ligados al
Reino Unido mediante tratados; sus gobiernos tenían consejeros británicos y sus
ejércitos mandos británicos. La idea de la gran nación árabe que los británicos
habían planteado no desaparecería; los judíos vieron que el Reino Unido tomaba
Palestina para sí como orgullosa anexión al Imperio Británico. Al principio habían
permitido inmigrar a ella a cuantos judíos así lo desearan, pero en la década de
los treinta el Reino Unido consideró la amistad árabe más importante, en caso de
una futura segunda guerra mundial, que un hogar nacional judío y comenzó a
limitar la inmigración sionista. Sionista y árabes calificaron a los británicos como
incumplidores de promesas.

La década de los treinta vio cómo Palestina se convertía en una zona de extrema
violencia. Los británicos enfrentaron primero a una revuelta árabe contra lo que
consideraban una invasión extranjera de los colonos judíos. Los judíos que
llegaban a Palestina eran extranjeros, eran europeos sofisticados, cultos y a
menudo adinerados. El movimiento sionista desafió a los británicos haciendo
entrar ilegalmente a cientos de miles de judíos en Palestina.

A medida que los judíos se hacían más fuertes y más confiados, también se
rebelaron agresivamente, exigiendo al Reino Unido que cumpliera su promesa. El
Reino Unido ofreció a los pueblos de Palestina una sucesión de particiones,

45
dividiendo un ya reducido país en diminutos estados que ni árabes ni judíos
podían aceptar. Tras la II Guerra Mundial, con el conocimiento de los horrores del
holocausto y ante la presión internacional y el implacable, despiadado e
intransigente terrorismo judío, el Reino Unido abandonó Palestina y nació Israel.

Gamal Abdel Nasser: líder y visionario político.

Producto de una guerra, el nuevo Estado Judío se enfrentó a una inminente


invasión de fuerzas árabes decididas a aniquilarlo por completo. La victoria de
Israel en esa primera guerra de 1948-49, humilló a los países árabes vecinos y
desató poderosas fuerzas políticas de nacionalismo árabe. La revolución acabó
con los reyes de Egipto y presentó un carismático e inspirador líder a todo el
pueblo árabe, una figura de primera línea mundial. Las modernas naciones
árabes habían creado a Gamal Abdel Nasser. Su filosofía e ideario político, y su
apasionada retórica entusiasmaron a los árabes. Durante las crisis de Suez en
1956, Nasser humilló a las antiguas potencias colonialistas del Reino Unido y de
Francia. Nasser exportó su revolución, derribando a la monarquía anglo-árabe de
Irak y sacudiendo el trono de Jordania. Los pueblos árabes encontraron en
Nasser, por primera vez, a un líder que no solía hacer tratos con los viejos amos
imperiales. Por la vez primera, aparecía un hombre al que los enemigos de los
árabes temían. Sin embargo, a Nasser el triunfo le llegó como un regalo de
América. La América de la guerra fría, temiendo que las naciones árabes fueran a
caer en manos del comunismo, acabó con la invasión franco-británica que había
sido un completo éxito militar. Ahora, la línea del tiempo de la historia del Medio
Oriente sería tratada por las nuevas superpotencias mundiales: Estados Unidos
de América y la Unión Soviética.

No obstante, en 1960, era un hecho ineludible que el pueblo árabe estuviera en el


umbral de hallar su destino. Nunca existió la paz entre Israel y las naciones
árabes, solo treguas, altos al fuego, historia y guerra, todas ellas en estado de
pausa. Las naciones árabes afirmaban no poder llegar a un acuerdo de paz con
un país que legalmente no existía. Algunos analistas afirman que la competencia
por los recursos es la causa de todas las guerras. Durante los años 60 la tensión
entre Israel y sus vecinos aumentó y el mundo empezó a esperar una guerra; una
serie de escaramuzas fronterizas amenazó con convertirse en una guerra total.

En 1963, Siria y Jordania intentaron desviar las aguas del río Jordán, impidiendo
a Israel disponer del más valioso de los recursos, el río, que era su frontera
compartida. La guerra árabe-israelí que estalló en 1967 fue un acontecimiento
decisivo de la década de los sesenta; esta guerra, usualmente llamada la guerra

46
de los seis días, fue una guerra esperada e incluso ansiada. Israel había triunfado
en 1949 porque las naciones árabes estaban divididas, separadas y
desorganizadas; ahora el mundo árabe tenía en Nasser a un líder carismático,
pero que el peso de la expectación entre la gente de la calle del mundo árabe lo
presionaba, todo el mundo árabe quería la derrota de Israel y que se restableciera
el honor árabe. Siria, Egipto y Jordania se aliaron formalmente, y Nasser volvió a
imponer un bloqueo naval al puerto de Israel en el Mar Rojo, acto similar que
había provocado un conflicto bélico en 1956.

En la primavera de 1967, los discursos de Nasser se hicieron cada vez más


sangrientos, amenazando a Israel con la destrucción total. Las fuerzas egipcias
comenzaron a concentrarse en el Sinaí. Por otra parte, mientras que las naciones
árabes se concentraban para la guerra, el Estado Judío tomó la iniciativa y el 5
de junio de 1967, la fuerza aérea israelí lanzó ataques sorpresivos contra las
fuerzas egipcias, y para horas después se lanzaron contra Siria y Jordania. En
muy poco tiempo, 400 aviones árabes de los 700 disponibles fueron destruidos y
sus bases inutilizadas. Nasser calificó el éxito de la aviación judía, gracias a la
asistencia directa de la aviación de los EE.UU. y del Reino Unido. Israel expulsó a
los egipcios hasta el otro lado del Canal de Suez.

La guerra de los seis días.

La guerra de 1967 no fue simplemente una guerra del desierto; la ciudad de


Jerusalén, dividida entre Israel y Jordania desde 1949, y en Cisjordania, la punta
del territorio jordano que penetra en Israel, la guerra de los seis días fue una
guerra de infantería, una guerra calle por calle, casa por casa, colina por colina,
campo por campo. La supremacía de la fuerza aérea israelí, provocó que
Jordania no pudiera apoyar a sus fuerzas y que se replegaran en retira más allá
del Jordán.

La guerra de los seis días fue una carrera contra reloj para obtener el botín de la
victoria. Israel sabía que en cualquier momento podía llegar una resolución de la
ONU o una restricción de EE.UU., que implicaría que las fuerzas judías quedaran
a un paso de la victoria total. A dos días de comenzada la guerra, ya la ONU
había ordenado la detención de la guerra, pero Nasser se había aferrado a la idea
de que podría arrancarle un triunfo a la derrota y siguió luchando. Pero esto solo
significó su fracaso en el intento por salvar a su ejército de la destrucción total;
quince mil soldados egipcios murieron mientras eran expulsados del Sinaí, con
tan solo setecientas setenta y siete bajas en el bando israelí. Israel se detuvo en la
orilla oriental del Canal de Suez; cuando el 8 de junio Egipto aceptó el alto al

47
fuego, fue demasiado tarde para las reclamaciones. Si bien Israel había
combatido intensamente contra Egipto y Jordania, no había habido combates en
la frontera con Siria. Los cañones ya no retumbaban ni en el sur ni en el este
cuando las fuerzas israelíes atacaron el Golán, unas tierras altas, importantes y
estratégicas, desde las cuales Siria podía dominar por completo el norte de Israel.

Los sirios también fueron puestos en fuga; el 10 de junio se pidió un alto al fuego
en los altos del Golán. El alcance de la victoria de Israel fue asombroso y los
sueños de Nasser se hicieron añicos.

Los soldados que lucharon en la guerra de los seis días se quejaron del mito que
había nacido sobre la imbatibilidad israelí y la ineptitud árabe, mitos que
oscurecerían las verdaderas lecciones de la historia. Israel había ganado con
osadía, iniciando la guerra antes de que fuera atacado y por primera vez en la
historia Israel tenía unas fronteras seguras. Ahora sería muy difícil para las
guerrillas árabes entrar en el país para atacar, la artillería israelí estaba instalada
en los altos del Golán y era capaz de amenazar a Siria. Pero la victoria de 1967
trajo muchos problemas a Israel que persistieron toda una generación.

En 1948 Israel había iniciado una limpieza étnica de la población palestino-


árabe, pero ahora en 1967 no podía expulsar por la fuerza a más de un millón de
palestinos que vivían en Cisjordania y en la Franja de Gaza, en lo que se
llamaban territorios ocupados. Israel inició la ocupación de estos territorios con
la idea de ser un gobernante iluminado, creyendo que podría conseguir que los
palestinos creyeran que era una buena medida. En realidad, Israel a través de su
victoria se ganó un enemigo interior, una población rebelde y mal dispuesta, así
como igualmente los territorios ocupados incrementaron las dificultades. Ahora,
el moderno Israel ocupaba las fronteras del Israel bíblico y la línea dura de los
religiosos judíos ultra ortodoxos se mostraba poco dispuesta a entregar este
territorio. Derrotados en el campo de batalla, los árabes optaron por el terrorismo
y la guerra de guerrillas.

En la década de los sesenta, varios grupos guerrilleros árabes se unieron bajo el


nombre de Organización para la liberación de Palestina (OLP), con su brazo
armado Al Fatah, acrónimo árabe que significa “victoria” y bajo el liderazgo de un
hombre que se convertiría en un símbolo de la política en Oriente Medio, Yasser
Arafat. El terrorismo de la OLP ofrecía a los palestinos la única vía para golpear a
Israel. Con los ataques dirigidos directamente al Estado Judío, la OLP es más
recordada por sus acciones fuera de Israel, por la destrucción de aviones
comerciales y la más grave sin duda lo fue el asesinato de atletas israelíes que
participaban en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972.

La búsqueda del futuro en Oriente Medio se había visto enmarañada con la


guerra fría y con el destino de las dos súper potencias. Nasser en algún momento
48
se vio unido a la URSS; al morir en 1970 fue sucedido por Anwar el-Sadat, quien
intentó conseguir el favor de los EE.UU., con la expulsión de los consejeros
soviéticos pero eso no aportó ningún cambio en el apoyo norteamericano a Israel.
En 1973, el-Sadat reinició la guerra contra Israel, con el propósito de recuperar el
Sinaí, controlar el Canal de Suez y cumplir con la causa árabe. En este mismo
año, Egipto disfrutó de la ventaja de una sorpresa; en un intrépido ataque, los
egipcios cruzaron el Canal de Suez durante la celebración judía del Yom Kipur,
que es la más sagrada de sus efemérides y al mismo tiempo los sirios atacaban a
las fuerza judías en la Siria ocupada. Los egipcios superaban en número a los
israelíes y más que intentar penetrar en el Sinaí y volver a capturar el territorio,
prefirieron librar una batalla destruyendo a los israelíes lentamente,
provocándole muchas bajas. Los egipcios usaron nuevos misiles antiaéreos que
neutralizaron el poder aéreo israelí. Sin embargo, los israelíes resistieron y
absorbieron la presión egipcia mientras obligaban a los sirios a retroceder. Luego,
gracias a la inspiración y a la osadía de sus estrategas militares, los paracaidistas
israelíes cruzaron el Canal de Suez y se colocaron a la retaguardia de los egipcios,
provocándoles un fracaso absoluto.

La guerra del Yom Kipur: 1967.

La guerra del Yom Kipur fue uno de los episodios más peligrosos de la guerra fría;
tanto los EE.UU. como la URSS, alimentaron la contienda con el suministro
masivo de armamento e incluso hubo un peligro real de que las fuerzas bélicas de
esas súper potencias pasaran a ser parte del conflicto. EE.UU. puso sus fuerzas
en estado de alerta roja y la URSS mandó aviones de combate a Siria.

Cuando la guerra comenzaba a decantarse a favor de Israel, con fuerzas


amenazando a El Cairo y Damasco, una resolución de la ONU, respaldada por las
súper potencias, acabó con la guerra. La guerra del Yom Kipur demostró que
Israel nunca tuvo el monopolio absoluto de la destreza militar. La guerra significó
un momento decisivo cuando por primera vez los árabes utilizaron el petróleo
como un arma efectiva; los países productores de petróleo tenían ahora una
organización internacional (OPEP), que sería utilizada para preparar una
campaña contra Israel. Los miembros árabes de la OPEP decidieron reducir la
explotación de petróleo en un cinco por ciento cada mes, hasta que Israel se
retirara de los territorios árabes ocupados. A finales de 1971, el crudo costaba
dos dólares americanos por barril y un año después el precio se había
cuadruplicado y esto hizo entrar en recesión a la economía mundial. EE.UU.
estaba espantado de que las naciones árabes que consideraba amigas, ya no se

49
mostraban tan cercanas, como el caso de Arabia Saudita que estaba entre las
más combativas a favor, obviamente, de la causa islámica.

Los acuerdos de Camp David: Muhammad Anwar el-Sadat.

Las naciones árabes empezaban a encontrar por fin una especie de unión y a ser
tomadas en serio por las grandes superpotencias del mundo. Mientras tanto,
Israel encontró que perdía amigos, una nación tras otra rompía relaciones con
ellos, o se manifestaba neutral, sin dejar de expresar una simpatía abierta por la
causa palestina. Los países árabes productores de petróleo inundaron sus arcas
de dinero y fueron absolutamente conscientes de que podían derribar la
estructura económica mundial a su alrededor. Pero el petróleo originó nuevas
desintegraciones en el mundo árabe, que se dividió entre los que tenían petróleo
y entre los que no lo poseían. Egipto dispone de muy poco petróleo, era pobre y
necesitaba con urgencia la paz. En 1978 se firmaron una serie de acuerdos entre
Anwar el-Sadat y el Primer Ministro Israelí Menagen Begín, siendo el anfitrión de
esas conversaciones el ex Presidente de los EE.UU. Jimmy Carter; tales
instancias se denominaron los Acuerdos de Camp David. Egipto reconoció el
derecho de Israel a existir y habría paz, no una tregua entre los dos países; Israel
se retiró del Sinaí. Camp David restó importancia al futuro de Cisjordania en la
Franja de Gaza y esta siguió siendo territorio ocupado por Israel. El acuerdo por
medio del cual Egipto reconocía la existencia de Israel como Estado se firmó el 23
de marzo de 1979. Ante tal acuerdo, los países árabes reunidos en Trípoli, capital
de Libia, rechazaron el acuerdo con Israel y consideraron que Egipto había
traicionado la causa árabe. En virtud del citado acuerdo y dadas las
circunstancias que lo precedieron, el Comité Noruego de la Fundación Nobel
decidió otorgar el Premio Nobel de la Paz a Menagen Begín y a Anwar el-Sadat.

Independientemente de todo lo anterior, es preciso citar que Menagen Begín era


un ex terrorista sionista que había asesinado a británicos y árabes en los años
1940 y se negaría a entregar territorios que consideraba que pertenecían a la
antigua Israel de la Biblia. Menagen Begín, quien era ciudadano polaco, había
pertenecido a la organización paramilitar Irgún Tzevaí Leuní y, siendo líder de
Irgún, condujo el atentado al Hotel Rey David en julio de 1946, en el cual se
infiltraron judíos vestidos de lecheros que colocarían explosivos de muy alta
potencia; en este acto terrorista murieron noventa y una personas, de las cuales
diecisiete eran judíos. A pesar de semejante calidad de antecedente terrorista, le
fue concedido el premio supra citado; más adelante se citará a otro ex Primer
Ministro Israelí, igualmente criminal y terrorista, a quien le fue concedido otro
Premio Nobel de la Paz. Un acontecimiento de naturaleza aproximadamente
similar, en el sentido de involucrar a milicianos del Irgún y del Leji, se conoce
como la masacre de Deir Yassin, ocurrida entre el día 9 al 11 de abril de 1948, en
50
una pequeña aldea palestina ubicada estratégicamente entre Tel Aviv y
Jerusalén. Sucedió que, luego de rendirse los residentes de esa aldea, grupos
terroristas judíos comenzaron a echar de sus casas a la gente, entraban
disparando sus ametralladoras al interior de las mismas, lanzaban granadas
explosivas por las ventanas, le destripaban el estómago a las mujeres
embarazadas, arrojaban a los sobrevivientes a pozos y quienes lograron sobrevivir
fueron exhibidos desnudos en camiones por las calles de Jerusalén occidental
como trofeo de guerra. Es posible que la justificación de estos asesinatos, sea
consistente con una disposición del Talmud que dice: “Considera al goyim (un no
judío) como un animal bestial y feroz, y trátalo como tal. Pon tu celo y tu ingenio en
destruirle” (Tomo 3, libro 2, capítulo 4, artículo 5).

Jimmy Carter, un hombre moralista, se lamentaría de que los egipcios habían


sido engañados. Israel trasladó colonos judíos militantes a los territorios
ocupados, que a la sazón eran tierras árabes confiscadas por el Israel bíblico.

Israel avanzó decididamente hacia el norte, invadió Líbano y atacó las bases
desde las que la OLP había lanzado ataques contra la zona septentrional israelí.
Esta invasión provocó una guerra civil en el Líbano, un país donde árabes,
cristianos y musulmanes, había compartido un gobierno en frágil coalición.
Beirut fue sitiada y la artillería israelí bombardeó la ciudad. Como dato
complementario a esta abreviada descripción, es oportuno citar al Hezbollah (o
Hizbullah, que significa Partido de Dios), que fue un movimiento chiita libanés,
creado como un brazo armado para combatir la invasión israelí a Líbano desde
1982. Su financiamiento estuvo a cargo de Irán. En 1985, Hezbollah hace público
su primer manifiesto en el cual describe sus objetivos y su ideología, entre los
que destacaba la implantación de una República Islámica en el Líbano, objetivo
que es redefinido en su segundo manifiesto, donde omite toda referencia al
establecimiento de un orden islámico en su país y establece como meta una
democracia mayoritaria y secular. Esto fue anunciado por el Secretario General
de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en diciembre de 2009.

Los árabes habían luchado durante casi un siglo por la premisa de que debía
existir una gran nación árabe unificada, sin perjuicio de mantener un odio
profundo por quienes eran considerados como traidores a su causa. En
occidente, Anwar el-Sadat era considerado como un estadista grande y noble,
pero el mundo árabe opinaba en contrario y lo acusaba de traidor, de modo tal
que en 1981 unos extremistas islámicos lo asesinaron durante un desfile militar
en El Cairo. Es oportuno citar que el 9 de noviembre de 1977, Sadat propuso que
él llevaría personalmente las conversaciones para la paz en visita a Jerusalén, lo
51
cual cumplió entre el 19 y el 21 de noviembre. Anwar el-Sadat corrió la misma
suerte que, años después, alcanzó a Yitzhak Rabín, ex Primer Ministro y ex
Secretario de Defensa de Israel. Presidiendo este una reunión multitudinaria, la
noche del 4 de noviembre de 1995, con más de cien mil personas presentes, fue
asesinado por un terrorista sionista de extrema derecha, perteneciente a una
secta llamada “Irgún lehudí Noken”, que significa “organización judía vengadora”.
El asesino fue un ex estudiante de derecho involucrado en la ocupación de
asentamientos palestinos en Cisjordania. Rabin, junto con Bill Clinton y Yasser
Arafat firmaron los Acuerdos de Oslo en la Casa Blanca en septiembre de 1993.
La Academia Noruega del Premio Nobel para la Paz le concedió, junto con Yasser
Arafat y Shimon Peres, el Premio Nobel de la Paz en 1994.En la aludida reunión,
Rabin manifestaba: “Siempre he creído que la mayoría del pueblo quiere la paz, el
pueblo está preparado para la paz y vosotros aquí, con vuestra presencia en esta
manifestación, sois la prueba, junto a otros que no están aquí, que el pueblo de
verdad quiere la paz”. Curiosamente, para este año 1994, la Academia Noruega
vuelve a conceder un Premio Nobel para la Paz para otro terrorista judío, Shimon
Peres, quien ha sido quizá el mayor terrorista y criminal de guerra de entre Begin,
Dayan, Sharon, Dov Hoz y otros; tiene la más larga historia del terrorismo (1941-
2009), fue miembro activo del Haganá y es apodado el Verdugo de Qana por su
responsabilidad como Primer Ministro del bombardeo de la sede de las fuerzas de
la ONU en Qana, al sur de Líbano, donde murió mucha gente, incluyendo judíos.
Estuvo muy vinculado con el sindicato del crimen compuesto por gánsteres
judíos como Meyer Lansky, Frank Rosenthal y Gus Greenbaum, y solían trabajar
en el Copacabana Club de Nueva York. La escritora judía Livia Rokach, autora del
libro El Terrorismo Sagrado de Israel, así como Moshé Sharett, político judío y
sionista moderado, dejaron patente en sus trabajo que Shimon Peres era algo así
como “el más sutil y nefasto de todos los terroristas”.

Para los espectadores del mundo occidental, una imagen característica de Oriente
Medio es el fundamentalismo islámico, una palabra que conjura imágines de
multitudes fanáticas en un frenesí de histeria religiosa, de estados regidos por un
clero de opinión y de sentimientos intransigentes. Durante su larga historia, el
Islam ha sido una religión política capaz de una unificación internacional; como
ejemplo puede citarse la resistencia árabe al dominio británico en Palestina,
mismo que fue organizado por un clérigo, el gran Mufti de Jerusalén. *

*Mufti es el intérprete de la Sharia o Ley Islámica; el Mufti es la mayor autoridad legal en


un determinado territorio. Sus resoluciones se llaman “fatwas”.

En los años de la postguerra el nacionalismo de Nasser, que fue una forma de


pensamiento moderno y laico, pareció que desplazaba a la religión. Occidente
siempre dio por sentado que los países islámicos se modernizarían y que la
52
religión sería relegada a un plano puramente espiritual y personal. Eso fue un
gran error, la guerra de 1967 implicó un importante punto de inflexión en la
historia del Islam. En esa guerra, Israel conquistó la zona este de Jerusalén,
apoderándose de los antiguos santos lugares de lo que es la tercera ciudad santa
musulmana. Israel anunció que la ciudad constituiría la capital de forma
permanente. A diferencia de otros territorios ocupados Jerusalén no era
negociable, razón por la cual los musulmanes de todo el mundo se indignaron.

Irán entra en el escenario.

El fracaso del naserismo, producto de la guerra de 1967, parecía probar que los
árabes progresistas se habían, de algún modo, equivocado completamente. Los
pensadores musulmanes afirmaron que el camino para adelante estaba en el
retorno hacia los tradicionales valores islámicos. Las fuerzas políticas y religiosas
que se desataron, hallaron su expresión más radical no en un país árabe sino en
Irán, que aunque geográficamente es un país de Oriente Medio y es un país
musulmán, no forma parte de la tradición árabe, es más los iraníes no son árabes
sino que hablan su lengua. Irán se había convertido en un fiel aliado de
occidente, era una monarquía gobernada por el Sha. Los enormes beneficios del
petróleo y las organizaciones militares de occidente, permitieron al Sha gobernar
su país con mano de hierro y mantener una agresiva política exterior, con una
fuerza militar que intimidaba a sus vecinos árabes. El Sha era hijo de un militar
de origen humilde que había usurpado el poder en los años veinte; su gobierno
era una dictadura militar disfrazada de monarquía tradicional. A comienzos de
los años 1950, el Sha había conspirado con la CIA para derrocar a un gobierno
nacionalista popular que pretendía conseguir para Irán una participación justa
en su riqueza petrolera, cruelmente aprovechada por los EE.UU. e Inglaterra.
Muchos iraníes consideraban al Sha como un traidor a su país, un hombre que
se había vendido a los EE.UU. En Oriente Medio muchos veían a Irán e Israel a
dos agentes que controlaban la región, actuando como sus vigilantes e
intimidando a los países árabes.

La política interior del Sha pretendía crear una sociedad moderna al estilo
occidental, razón por la cual desmanteló muchas estructuras tradicionalistas
islámicas. Los iraníes de religión conservadora rechazaron instintivamente sus
reformas y modernizaciones, el clero despreció la emancipación de las mujeres
impuesta por el Sha y también su reforma agraria, que reducía el tamaño de las
propiedades pertenecientes a los religiosos. Los iraníes cultos de clase media que
se beneficiaban con la creciente riqueza de Irán y que pudieron haber apoyado las
reformas del Sha, rechazaron su militarismo y sus métodos autocráticos. En
1979 el Sha fue destronado mediante una rebelión popular, un estallido de
desobediencia generalizada y manifestaciones que hicieron a Irán ingobernable.
53
En los años 1950 el Sha se había mantenido en el poder gracias a la intervención
directa de los EE.UU. pero ahora, una Norte América que se recuperaba del
escándalo Nixon, Watergate, Vietnam y Camboya, era incapaz de hacer una
llamada a la acción. El ex Presidente Jimmy Carter fue incapaz de elegir entre su
fe personal y la moralidad de la reforma, y las necesidades prácticas de la política
norteamericana. El resultado fue un gobierno iraní dominado por el Ayatola
Jomeini, quien introdujo una estricta república islámica basada en la ley del
Corán, que censuró a los EE.UU. como el gran Satán y se convirtió en su
implacable enemigo. Los iraníes tomaron a los diplomáticos de EE.UU. como
rehenes, generando una crisis diplomática que acabó con Jimmy Carter y que
elevó directamente a Ronald Reagan al poder. Casi de inmediato, Irán se vio
envuelto con su vecino Irak, el líder iraquí Saddam Hussein ordenó el ataque a
Irán, esperando con esto lograr el control de sus pozos de petróleo y
asegurándose una salida al mar que no estuviera dominada por su vecino árabe.
Los gobiernos occidentales y muchos regímenes árabes apoyaron a Irak,
esperando utilizarlo como un agente para hacer retroceder la marea del
fundamentalismo de Jomeini.

La guerra Irán-Irak se convirtió en una versión del frente occidental de 1915 y


quedó atrapada en una estrecha franja de territorio, donde la enorme infantería
iraní, animada con fervor patriótico y religioso, cargo con un intenso fuego con
espantosos resultados. También se recurrió con sadismo al armamento químico
contra la población civil. La guerra se alargó casi diez años hasta que, enfrentado
a un colapso total, Irán aceptó por fin un acuerdo de la ONU.

La historia de Oriente Medio muestra una repetición continua de


acontecimientos. A finales de la década de los ochenta, se inició un nuevo ciclo
histórico, cuando los palestinos árabes de los territorios ocupados por Israel se
sublevaron, en una rebelión que se conocería como la intifada. Intifada es una
palabra árabe que significa “levantamiento”. La intifada sorprendió a Israel y a la
misma OLP, fue una rebelión espontánea de gente que vivía entre la pobreza y la
ocupación militar, y que llegó a involucrar a toda la población palestina. La
intifada fue una campaña de huelgas, de desobediencia civil e impago de
impuestos; se apedreaba a los soldados, se levantaban barricadas en las zonas de
acceso prohibido y se ondeaba la bandera de Palestina ante las mismas narices
de los israelíes.

Intifada es el nombre popular de dos rebeliones de los palestinos de Cisjordania y


de la Franja de Gaza contra Israel. Los objetivos de estos levantamientos no
parecen estar del todo claros: unos indican que tenían como propósito combatir
la usurpación de los territorios palestinos ocupados por Israel, otros opinan que
su objetivo de fondo era la destrucción total de Israel y de su fe. Ambas intifadas
empezaron como campañas de resistencia de los palestinos, seguidas de

54
represalias de los judíos, produciéndose un ciclo de violencia inercial de muy
difícil solución. La primera intifada comenzó en 1987 con la famosa “guerra de las
piedras”; los palestinos atacaban con piedras a los soldados israelíes y estos
respondían con balas. Esto acabó en septiembre de 1993 con la firma de los
Acuerdos de Oslo en la Casa Blanca, EE.UU. y la creación de la Autoridad
Nacional Palestina. La segunda intifada abarcó 2000-2005.

Israel estaba acostumbrado a enfrentarse con pequeños grupos de guerrilleros


que realizaban ataques militares a través de sus fronteras, no así a controlar
amotinamientos y masas de civiles. Los israelíes estaban perplejos ante la
intifada, los medios internacionales mostraban imágines de jóvenes israelíes
asustados apaleando a civiles en las calles. Por cierto, unas imágines muy
parecidas a las de los soldados británicos enfrentándose a manifestantes árabes y
judíos en las mismas calles algo más de medio siglo antes.

La década de los 80: Moammar el-Gaddafi.

La década de los 80 ha sido descrita como la más desalentadora de la historia de


Oriente Medio. Los territorios ocupados se sumieron en la anarquía, bajo una
dominación israelí de creciente dureza. La intifada surgió también a través del
caos de la guerra civil libanesa; en las contiendas, surgieron nuevos grupos
armados que emplazaron a la OLP, como una amenaza armada contra Israel. El
Hezbollah, el Hammas o la Yihad Islámica, surgieron como instancias terroristas
animadas por el fanatismo religioso. Fueron años de aprehensión de rehenes, de
ataques suicidas con bombas, y en donde todas las partes estaban involucradas
en ciclos de violencia intransigentes. El total de árabes que murieron por manos
de otros árabes tan solo por el crimen de intransigencia, fue mayor que el de los
israelíes muertos por las mismas causas.

En los años 80, Libia surgió como una protagonista importante en la política del
mundo árabe. Bajo el liderazgo de Moammar al-Gaddafi y con la riqueza
proporcionada por el petróleo, Libia pudo defender las quejas del mundo árabe,
apoyando el terrorismo y proporcionando un punto de conexión a los inconformes
y desposeídos. Totalmente opuesto a los EE.UU. y a cualquiera del mundo árabe
que aceptara transigir con occidente o Israel, Gaddafi fue calificado de “perro
rabioso” por los líderes de occidente. Gadaffi es un heredero de la tradición de
Gamal Abdel Nasser, quien fue un líder carismático con una filosofía de
nacionalismo árabe. Gadaffi era adorado por las masas, un hombre que gustaba
reírse de las cóleras de las grandes potencias. Se dice que siendo Ronald Reagan

55
presidente de EE.UU., se intentó liquidar al líder libio con un ataque aéreo
sorpresivo sobre su residencia en Trípoli.

La guerra del Golfo: Saddam Hussein.

En Oriente Medio la historia se funde con el presente. En 1991 se desplegó la


mayor concentración militar jamás vista, cuando una coalición multinacional
libró una guerra en el desierto arábigo; la que fue históricamente la guerra del
Golfo, solo puede ser comprendida como la búsqueda de su destino por el Medio
Oriente. Cómo se inició esta guerra, parece sencillo de determinar. Irak había
invalido a su pequeño vecino del sur, Kuwait, en una guerra de conquista. Irak
pretendía dominar los yacimientos de petróleo y a los pequeños estados del Golfo
como Bahréin, Catar y los Emiratos Árabes Unidos. La guerra de 1991 contempló
enormes formaciones de brindados norteamericanos, cruzando el desierto en
cantidades nunca vistas desde la II Guerra Mundial. Las poderosas naves de
guerra de los EE.UU. volvieron a usar sus destructores cañones, y el gobierno
británico se manifestó otra vez encantado con el uso de los símbolos y los
nombres asociados a sus grandes victorias en el desierto durante la II Guerra
Mundial y se vio de nuevo el emblema de las ratas del desierto. Los militares
ingleses volvieron a usar la indumentaria al mejor estilo del Lawrence de Arabia.

La guerra del Golfo utilizó la tecnología de la comunicación satelital y la cobertura


de televisión durante veinticuatro horas al día, a cargo de la CNN. Fue una guerra
donde los soldados estaban familiarizados con los medios de comunicación; se
utilizó un armamento muy sofisticado para el momento, armas capaces de
detectar los blancos más insignificantes desde una gran distancia. El misterioso
avión Still F-117, el cual puede penetrar en el espacio aéreo enemigo y destruir
centros vitales de comunicación, voló envuelto en su invisibilidad. La guerra del
Golfo fue una guerra de alta tecnología moderna, que llegó poco después de la
caída del comunismo al final de la guerra fría. Enormes ejércitos armados y
fuerza aérea ahora podían combatir en una gran guerra, demostrando su
verdadera identidad y capacidad en una acción militar. Saddam Hussein, como
un verdadero dios y dictador, ocultó las verdaderas causas históricas de la guerra
del Golfo. La invasión a Kuwait fue considerada en occidente como una agresión
de una dictadura fascista con la que no se podía contemporizar. Irak
representaba el movimiento del secular nacionalismo árabe iniciado por Nasser.
De la forma más simple, el régimen de Saddam Hussein se puede definir como el
lado oscuro de la fuerza histórica que fue el naserismo. A pesar de su liderazgo,
Irak era un Estado que permitía trabajar a las mujeres, vestir como quisieran y
tener una educación. Un Estado en el que los adulterios no se castigaban con
56
apedreamientos y no se amputaban manos, donde la religión y el Estado estaban
separados. Las fuerzas iraquíes que invadieron a su vecino del sur en 1991,
estaban reafirmando antiguas reclamaciones y reanudando viejas querellas. Las
fronteras que Irak afirmaba que no existían, habían sido trazadas por los
británicos al finalizar la I Guerra Mundial, cuando el imperio turco fue tomado
como botín de guerra. Inglaterra había creado una pequeña cantidad de estados
árabes para dividir y gobernar la región. Irak quedó debilitado con la existencia
de Kuwait.

En 1990 Irak acusó a Kuwait de haberle robado petróleo, extrayéndolo a gran


profundidad y de confabular con los EE.UU. en un plan para hundir el precio del
petróleo mediante la sobre producción. Saddam Hussein fue y es un héroe para
las populares masas árabes de a pie; él supo expresar el resentimiento de
millones de árabes pobres hacia las pequeñas poblaciones de los países del Golfo
ricos en petróleo y que nadaban en la opulencia. Hussein se miraba como un
líder que podía vengar las humillaciones de su pueblo; los gobiernos árabes
opuestos a Irak se aterrorizaban al ver que su población se manifestaba en apoyo
para él. Cuando un gobierno saudí, visiblemente asustado, pidió ayuda a los
EE.UU., abriendo a ejércitos cristianos las puertas del fundamentalismo islámico,
evidenció que Hussein tenía razón.

Los iraquíes cruzaron las fronteras de Kuwait en julio de 1990; al mes siguiente,
los EE.UU. enviaron tropas aéreo-transportadas a Arabia Saudí para prevenir
una expansión de la fuerza iraquí. Hussein unió entonces la retirada de sus
fuerzas a la de las fuerzas israelíes de sus territorios ocupados y exigió que tropas
árabes reemplazaran a las de los EE.UU. y de otros países occidentales
destacados en Arabia Saudita. En enero de 1991, las fuerzas aéreas aliadas
empezaron a bombardear Irak con la intención de destruir su fuerza aérea; Irak
trasladó sus aviones de combate a países neutrales para preservar su fuerza
aérea del futuro. Una invasión terrestre aliada ocupó inmediatamente Kuwait y el
sur de Irak; desde el desierto llegaron imágenes de victoria y de una horrible
derrota, revelando las verdaderas capacidades de destrucción de las armas
militares. El inicio de este evento fue transmitido a todo Occidente, en el mismo
momento de su ocurrencia, por la cadena norteamericana de televisión CNN.

Los iraquíes improvisaron armas de destrucción masiva con el propósito de


intimidar la sensibilidad de Occidente y de sus medios de comunicación. Es difícil
imaginar a alguien durante la II Guerra Mundial horrorizado por el terrorismo
ecológico, preocupado por la enorme marea negra provocada por el petróleo
vertido al mar por Irán, o por gigantescas nubes de humo procedentes de los
incendiados pozos petrolíferos de Kuwait. Las monarquías árabes se pusieron
del lado de Kuwait, los regímenes revolucionarios como el de Libia del lado de
Iraq, regímenes que rivalizaban con Irak por el liderazgo del pueblo árabe como

57
Egipto y Siria, países con sus propias ambiciones, no dejarían de lado sus
diferencias y se aliarían a los EE.UU. y a occidente.

Saddam Hussein utilizó a Israel para separar y dividir a sus enemigos; los misiles
skut de largo alcance comenzaron a caer sobre Tel Aviv. El gran temor era que
Irak pudiera cargar sus misiles con armas biológicas. Hussein sabía que si Israel
entraba en combate, fracturaría a los Estados Árabes alineados contra él y la
guerra del Golfo se convertiría en una guerra de Occidente e Israel contra los
árabes. Es bien conocido que Hussein terminó la guerra destrozado militarmente,
completamente derrotado y, sin embargo, permaneciendo en el poder, riéndose de
sus enemigos y proclamándose victorioso.

Curiosamente, durante el período en que Saddam Husein permaneció prisionero


en Bagdad, el cual se prolongó por muchos meses mientras duraba su juicio y el
de otros militares allegados, una de sus esposas más cercanas había solicitado
varias veces que le permitieran visitarlo; al producirse reiteradas negativas a su
petición por parte de los EE.UU., ella recurrió a autoridades políticas rusas y,
gracias a la intervención de estas y la propia de Amnistía Internacional, pudo
lograr su propósito. Pero esto no fue todo, al salir de la prisión a menos de cinco
minutos de haber ingresado, manifestó a diferentes medios de comunicación que
el prisionero visitado no era su marido, esto es, no era Saddam Hussein, sino uno
de los cinco “dobles”; y tampoco esta historia termina aquí, pues otra “esposa”,
que solicitó y logró la visita, igualmente manifestó que el prisionero no era
Hussein, sino un “doble”. Personal de la fuerza aérea de los EE.UU. habrían
informado, mediante declaración jurada, que el “verdadero Hussein” fue sacado
por ellos vía aérea la misma noche que llegaron a Bagdad, en compañía de
familiares y que los pozos de petróleo supuestamente incendiados por Hussein
esa noche, fueron ellos mismos (los militares de la FA aludidos) quienes lo
hicieron. Esto, si se considera la siempre dudosa veracidad de las declaraciones
militares de los EE.UU., de extraño no tiene absolutamente nada.

Oriente Medio es un lugar con una historia demasiado larga, con un pasado
demasiado grande, con un antes que supera a un después, plagado de muchas
preguntas y de pocas respuestas. En esta historia no existen héroes o villanos
absolutos. Sin embargo, Oriente Medio es un lugar en que resulta difícil describir
la historia sin tomar partido; solo desde occidente se llama a Oriente Medio como
Oriente Medio. La tragedia de Oriente Medio es que sigue siendo un lugar en
donde las grandes potencias extranjeras llevan a cabo la búsqueda de su destino.
Mientras los misiles iraquíes caían sobre las ciudades judías, Israel fue obligado
por los EE.UU. a no defenderse, el Estado Judío debió ponerse bajo la protección
de los misiles patriot para que la frágil alianza que los EE.UU. había construido,
no se hiciera añicos con la entrada de Israel en la guerra.

58
Algunos historiadores creen en el ciclo de la historia; la búsqueda de Oriente
Medio y de su destino, solo acabara cuando sus pueblos sean libres para
buscarlo. Oriente Medio es un lugar donde algunos creen que el tiempo finalizará.
Armagedón, el lugar donde la Biblia ubica la batalla del fin del mundo, es un
lugar real, a menos de una hora de Jerusalén. Oriente Medio podría provocar una
guerra de destrucción total. Oriente Medio siempre será el centro de una
búsqueda de su destino.

En su obra Bin Laden, el hombre que declaró la guerra a Estados Unidos,


Yossef Bodansky, Introducción. La lucha inevitable, página 25, escribió: “Para
los islamitas de línea dura, la lección que dejó la Guerra del Golfo Pérsico –que
Occidente puede obligar y derrotar a los países musulmanes- encuentra su opuesto
en el legado de Afganistán, donde la Unión Soviética fue notoriamente derrotada, y
el de Somalia, donde los estadounidenses fueron expulsados por las fuerzas
islamitas. Dado que el mundo musulmán carece de la capacidad científica y
tecnológica para enfrentarse a Occidente, la única manera de hacerle frente es
mediante el terrorismo internacional.”

Al Qaeda

Al Qaeda (La Base) es una organización paramilitar y yihadista, que emplea


prácticas terroristas y se plantea como un movimiento de resistencia islámico
alrededor del mundo, pero que es calificado como una red de terrorismo
internacional. Su fundador y líder fue Osama bin Laden. Su estructura
organizacional se basa en células de militantes y redes de contactos clandestinos,
que corresponde a una forma muy similar usada por los narcotraficantes. Su
líder actual es Aymán al-Zawahirí.

La visión de la ideología de Al Qaeda es una forma extrema del Islam, la yihad,


ante países o gobiernos que supuestamente actúan contra el Islam, las
comunidades religiosas y los grupos étnicos. Creen que existe una conspiración
de varias partes del mundo contra el Islam. Como justificación de sus acciones,
Al Qaeda utiliza varias enseñanzas religiosas y mensajes tomados del Corán. Para
esto se basa principalmente en la llamada forma primitiva del Islam, en la cual se
interpreta que el enfoque se sitúa en la guerra contra los infieles, su conversión y
la unificación de todos los musulmanes del mundo bajo un califato común. Al
Qaeda considera la violencia como un medio para unir a los muslimes estimados
como colaboradores o víctimas del terrorismo. En sus orígenes, Al Qaeda fue
fundada por la CIA el 10 de setiembre de 1980 para combatir contra los rusos en
la guerra contra Afganistán y tuvo toda la asistencia militar de la Secretaría de
Defensa de los EE.UU.; en ese momento, su fundador Osama bin Laden estuvo al

59
frente de esa organización y recibió jugosas ganancias económicas por su
participación.

Hoy día, Al Qaeda ha sido reducida en su asistencia y apoyo de otros gobiernos


como Pakistán, Indonesia y Arabia Saudita. Ahora el apoyo lo tiene ISIS.

El Estado Islámico (ISIS).

El Estado Islámico, ISIS, acrónimo de Islamic State of Irak and Syria, es un grupo
terrorista insurgente de naturaleza fundamentalista yihadista wahabita, que se
ha proclamado como califato, y está asentado en un amplio territorio de Irak y
Siria. El grupo es controlado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi, que se
ha auto proclamado como el califa de todos los musulmanes. El grupo se
organiza como un Estado no reconocido, pues controla de facto varias ciudades
como Mosul, Faluya y Al Raqa, esta última definida como su capital.

ISIS surgió como una organización terrorista próxima a Al Qaeda para hacer
frente a la invasión de Irak en 2003, siendo dirigida en ese entonces por Abu
Musab al-Zarqaui; tras su muerte, entró en escena un nuevo líder, Rashid al-
Baghdadi, bajo la tutela de Osama bin Laden. El Estado Islámico de Irak fue
responsable por la muerte de miles de civiles iraquíes, así como de miembros del
gobierno iraquí y de aliados internacionales. Debido al apoyo militar de EE.UU. al
gobierno de Nuri al-Maliki, el grupo experimentó varias bajas, incluida la muerte
de Rashid al-Baghdadi. Sin embargo, la organización se renovó durante la Guerra
Civil Siria y pasó a ser conocida como Estado Islámico de Irak y el Levante. El
siguiente y actual líder, Bakr al-Baghdadi cortó la relación con Al Qaeda y
declaró, en 2014, la independencia de su grupo y su soberanía sobre Irak y
Siria, auto proclamándose califa con el nombre de Ibrahim (que es equivalente a
Abraham).

El califato proclamó la autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del


mundo y tiene como objetivo declarado unir todas las regiones habitadas por
musulmanes bajo su control, comenzando por Irak y la zona del Levante
mediterráneo, que cubre aproximadamente los actuales Estados de Siria,
Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Chipre y la parte sur de Turquía; otras
milicias que controlan parte del territorio en la península egipcia del Sinaí, el este
de Libia y Pakistán han jurado lealtad a esta organización. El grupo se
caracteriza por una interpretación fundamentalista del Islam y su violencia brutal
contra los no musulmanes y los considerados falsos musulmanes.

En los territorios dominados por la organización, se impone la interpretación


extremista de la Sharia (la ley divina del Islam), llevando a cabo ejecuciones
públicas, destruyendo templos y mezquitas; se han realizado decapitaciones
60
masivas de cristianos en público, que se han negado a la conversión, incluyendo
niños. En diciembre de 2014, las tropas de ISIS eran de unos treinta mil
efectivos, nativos de noventa países; tiene un ingreso promedio de dos millones de
euros diarios como producto del comercio del petróleo, tráfico de órganos
humanos, la industria del secuestro y la extorsión, el tráfico de antigüedades, las
exacciones (cobros violentos e injustos) y otros.

El 11/S: un ataque de falsa bandera.

Si bien los acontecimientos ocurridos en la ciudad de Nueva York el día 11 de


septiembre de 2001 no tienen una relación directa con el tema central de este
trabajo, si puede provocar una serie de dudas y conjeturas sobre la participación
de personajes y hechos claves antes, durante y después de los sucesos en esa
fecha.

En opinión del Sr. Paul Craig Roberts, PhD y Subsecretario del Tesoro de los
EE.UU. durante la administración Ronald Reagan, la versión oficial sobre el
colapso de los edificios del World Trade Center (WTC) es falsa. El informe del
Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), indicó que: “El derrumbe
fue provocado por el efecto combinado del impacto de los aviones y de los
incendios”. La redacción de esta conclusión, luego de mucho tiempo de
“investigación” la hubiera presentado mejor –a título de tarea escolar- un
estudiante de primaria de cualquier centro educativo rural. El Sr. Frank De
Martini, Gerente de la construcción del WTC, dijo que: “Proyectamos los edificios
para resistir el impacto de uno o más aviones de pasajeros”.

Durante la construcción del inmueble, se utilizaron doscientas mil toneladas de


acero reforzado, el cual cumplía con la norma internacional (ASTM) denominada
E-119, a prueba de fuego, de forma que puede soportar hasta mil cien grados
Celsius por varias horas sin verse afectado. Además se requirieron trece
manzanas del sector de Manhattan para la construcción del complejo de siete
edificios; el núcleo de cada torre era una sólida estructura de mil metros
cuadrados, con cuarenta y siete columnas de acero, que representaba
literalmente un edificio dentro de otro, que contenían los noventa y siete
elevadores que daban servicio a cada torre. Su altura era de cuatrocientos
diecisiete metros y contaban con ciento diez pisos. El edificio No. 7 sito a unos
cien metros de las torres se derrumbó veintiséis minutos después de la caída de
la segunda torre; el tiempo y la forma de derrumbe de los edificios solo es posible
mediante un proceso de demolición controlada. Ese edificio No. 7 no tenía daños,

61
producto del impacto de los aviones en las torres, que pudieran haber provocado
su derrumbe.

Curiosamente, varios ejercicios militares habían sido programados para la


semana de los ataques y, otra rareza, en mayo de 2001 el presidente Bush
entregó el control de todos los ejercicios militares al vicepresidente Cheney.
Entonces, bajo el control de Cheney, durante el 11/S se desarrolló varios
ejercicios militares como: 1)- Vigilant Warrior, que consistía en un avión
comercial en el aire simulando ser secuestrado; 2)- Vigilant Guardian, que era
una guerra aérea simulada originada por un ataque –también aéreo- contra los
EE.UU.; 3)- Global Guardian, que permitía medir la capacidad de respuesta a un
ataque nuclear; 4)- Tripod II, que consistía en una simulación de ataque
bioquímico programado para que empezara el 12/S en Nueva York; 5)- northern
vigilance, que era una operación militar para despegar aviones caza desde
Canadá y Alaska, para monitorear un ejercicio militar ruso. Dos de estos
ejercicios militares estaban dirigidos por el comando de defensa aéreo-espacial
NORAD, agencia encargada de proteger el espacio aéreo de los EE.UU. NORAD
era capaz de inyectar señales falsas en radares simulando ataques en masa, sin
que el operador del radar pudiera establecer la diferencia entre señales falsas y
verdaderas. De esta manera, el día 11/S, el día en que cuatro aviones serían
secuestrados y se produciría el ataque, las pantallas de los controladores estaban
llenas de aviones fantasmas y la confusión estaba generalizada.

El lunes 10/S ya había llegado a Nueva York el personal para el manejo de


emergencias (FEMA) e instalaron su base en el muelle 29 donde, al día siguiente,
sería el puerto de atención o centro de respuesta a los ataques de las torres. Todo
fue estrictamente planificado.

El Sr. William Christianson, con veintinueve años de trabajar para la CIA,


expresó: “Todas las características de estos colapsos (se refiere a las dos torres)
indican que se deben haber producido por demoliciones controladas”. Muchas
personas informaron haber escuchado explosiones en el interior de los edificios, e
insistieron que estos jamás hubieran podido desplomarse sin el uso de bombas
previamente colocadas en puntos específicos dentro de las dos torres. Otros
opinaron: “La versión de los hechos del 11/s que el gobierno nos ha ofrecido es
una absoluta tomadura de pelo, ni más ni menos”; el Capitán Russ Wittemberg,
piloto con treinta años de trabajar en la Fuerza Aérea de los EE.EE, en Pan Am y
United, señaló: “Imaginar que ese presunto avión ha hecho todas las maniobras
con un aficionado en los mandos es sencillamente ridículo”.

Por otra parte, el avión que se estrelló contra una de las entradas del Pentágono
sencillamente “se pulverizó”; se supone que el avión tendría una longitud de
treinta y ocho metros de ancho, y entró por un agujero de tan solo cinco metros,
sin quebrar ninguna de las múltiples ventanas distribuidas en la pared frontal de
62
dicha entrada. Además, debió volar por lo menos un kilómetro a cinco metros del
suelo y esto es, aéreo dinámicamente imposible. Las alas y el tren de aterrizaje se
pulverizaron, pues no se encontraron indicios de estos; los motores que son
hechos a partir de una aleación de titanio y acero se “gasificaron”, lo cual solo es
posible lograrlo con temperaturas superiores a los 3286.85 grados Celsius. De los
ochenta y seis vídeos recogidos durante el “impacto”, solo uno fue mostrado al
público sin apreciarse absolutamente nada. Por otra parte, los expertos indicaron
que no es posible que hubiera solo un impacto porque el tipo de avión que se
supone impactó (Boeing 757) tiene dos motores y a la velocidad que llevaría
hubiera traspasado el edificio. Entonces, la pregunta cae por su propio peso:
¿qué impactó en el Pentágono? Y otra duda: “¿no es acaso el espacio aéreo del
Pentágono, el Congreso y la Casa Blanca el más seguro del mundo? Entonces,
¿cómo fue violado ese espacio aéreo? También, ¿qué pasó con los protocolos de
defensa que deben seguir los aviones caza F-16 y F-18?

El Coronel George Nelson, investigador de accidentes aéreos de la Fuerza Aérea


de los EE.UU. dijo: “Ante todas las pruebas halladas inmediatamente en el lugar
del impacto del Pentágono, cualquier investigador imparcial y racional solo podría
concluir que un Boeing 757 no se estrelló en el Pentágono”. Cuando un avión se
desvía de su rumbo, o se pierde el contacto por radio con él, o su emisora de
radar no funciona, el avión debe ser interceptado; en el caso del 11/S se dieron
estas tres cosas y, sin embargo, nada se cumplió al respecto.

El periodista del rotativo El Independiente, Robert Fisk, escribió: viendo las


imágines de Nueva York la semana pasada, me preguntaba si bin Laden no
estaría tan asombrado como yo; esto en el supuesto que vea la televisión, escuche
la radio o lea los periódicos”. Esto, en el entendido de que estaba vivo, pues
fuentes fidedignas han afirmado que murió en 1997, de un problema renal
severo. Es más, hasta podría agregarse que el aludido asombro acaso no sería
mayor al verse en fotos y videos con un anillo de oro (absolutamente prohibido
por el Islam), o fotos donde entre más antigua sea esta, más joven aparece.

Un dato interesante es que unos cuantos funcionarios de alto nivel de la


Secretaria de Defensa, a quienes les habría alcanzado alguna responsabilidad por
los atentados, lejos de ser llamados a cuentas, fueron promocionados a puestos
de mayor rango. Fueron los casos de W. Montague Wisfield (ascendido a General
Mayor), Charles Leidig (ascendido a Almirante y Director de Operaciones de la
Sexta Flota de las Fuerzas Navales en Europa), General de Brigada David F.
Wherley, Jr. (ascendido General Mayor del Comando General de la Guardia
Nacional en el Distrito de Columbia), Richard Myers (ascendido a Jefe de Estado
Mayor).

Y la mayor muestra de la eficiencia del FBI se dio cuando el 14/S, esto es tres
días después del atentado, Robert Mueller, Director del FBI, declaró que ya lo
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sabía todo acerca de los nombres y demás detalles de los secuestradores, sin
aportar prueba alguna de que estuvieran en los aviones. Según él, quince de los
diecinueve eran de Arabia Saudita, fueron entrenados en Afganistán y eran
fundamentalistas. Uno de ellos era Mohammed Atta, el problema que ese nombre
era muy común y pertenecía a varias personas. Otro fue Abdulrahman al-Omani,
piloto activo de las aerolíneas de Arabia Saudita, quien se presentó el 16/S al
consulado de EE.UU en Jeddah (lugar donde se expedían pasaportes a terroristas
para ingresar a los EE.UU.) para protestar; otro fue al-Shagedí, quien hizo lo
mismo pero desde Marruecos, lo mismo que al-Ghamdi; Salem al-Hazmi no había
salido de Arabia Saudita en dos años; y así otros por estilo. No vamos a suponer
que eran almas en pena. Entonces, quién hizo esa lista y obedeciendo a
instrucciones giradas por quién.

El 12/S el Fiscal General de los EE.UU., Sr. Ashcroft, al mejor estilo de la serie
del detective Barnaby Jones en la televisión de hace muchas décadas, declaró que
se encontró el pasaporte de uno de los secuestradores a pocas manzanas del
lugar del impacto y así lo mostró a la prensa local; qué extraño, la temperatura
originada en el impacto fue capaz de derretir el acero de la columnas pero no así
el material con que se hacen los pasaportes. Lo curioso es que dicho pasaporte,
hallado a los pocos minutos de la colisión del primer avión contra una de las
torres, pertenecía a un joven saudita supuestamente involucrado en el ataque,
fue encontrado y recogido por un ciudadano que hasta hoy no se conoce de su
paradero, se lo entregaría a un policía que estaría cerca pero, aunque parezca
extraño, ese policía no se lo entregó a un superior de él sino a un miembros de la
FBI. Dicho documento, confeccionado en papel, pertenecía a Satam M.A.
Alsuqami y estaba en perfecto estado físico.

El tema de las cajas negras de ambos aviones es también muy extraño. Cada
avión portaba dos de estas cajas, en una se grababa los datos del avión y la otra
registraba todo lo que se sucedía dentro de la cabina de los pilotos, lo que hace
inferir que si el avión fue secuestrado toda la información quedaría debidamente
grababa en la caja respectiva. El bombero Nicolas de Mazzi informó que solo se
encontraron tres de las cuatro cajas, las cuales desaparecieron sin rastro alguno,
aunque la versión oficial indicó que aquellas nunca aparecieron.

Sabil Edmonds, dos días después del atentado, fue contratada por la FBI como
traductora especialista en lenguas de oriente, con el propósito de traducir los
mensajes llegados a dicha oficina en alguna de las lenguas señaladas. Al empezar
su trabajo, se dio inmediatamente cuenta de que los mensajes que le fueron
entregados estaban allí desde abril de 2001 y en ellos se advertía de que habría
un atentado contra las torres y, además advirtió, que por el estilo o forma de
escritura, no habían sido redactados por árabes. Luego de presentar su primer
informe a sus superiores, fue despedida sin motivo alguno y además fue obligada

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a firmar un documento legal que la obligaba a callar sobre el contenido de esos
mensajes y advertida de que si lo hiciere, sería procesada.

Unos días antes del 11/S, hubo una serie de movimientos inusuales en la Bolsa,
particularmente provocados por líneas aéreas involucradas en el atentado.
William Cooper “profetizó” los sucesos del 11/S en su programa de radio en junio
de 2001; dijo que sucedería un ataque devastador del que culparían a Osama bin
Laden, pero que sería obra del gobierno; tras los atentados, Cooper insistió en
que él lo había profetizado y, también curiosamente, en noviembre de 2001 murió
abatido a tiros por la policía, quien justificaría el crimen debido a la resistencia
del susodicho a un arresto. Y, para cerrar con broche de diamante, Larry
Silverstein, alquiló las torres gemelas dos meses antes del atentado, pese a las
advertencias de problemas de sanidad interna en las mismas; el 18 de agosto de
2001 se le ocurrió asegurar ambas torres, justo contra ataques terroristas y
colisión de aviones. El seguro fue por un monto de 3500 millones de dólares,
suma que en su momento recibió. ¿Sería Silverstein uno más del Movimiento
Sionista?

Algunas declaraciones pueden ser, no solo patéticas, pero también terroristas: “es
difícil imaginar para los ciudadanos de los EE.UU. lo malo que son estas
personas”. Esto lo dijo George Bush, Jr., días después del 11/S. Obviamente,
cuando el Sr. Bush daba estas declaraciones, no tenía de cerca un buen espejo.
El abuelo de “Babe” Bush, Prescott Bush, fundador de la cofradía “Huesos de
calavera” en la Universidad de Yale, junto con algunos banqueros integrantes
del movimiento sionista, financiaron buena parte de las necesidades
económicas destinadas a la guerra del más célebre personaje de la II Guerra
Mundial: Adolfo Hitler. Entonces, ¿quiénes fueron los culpables del holocausto?

Sin tener ningún tipo de vínculo o relación con el 11/S, es posible que algún
lector recuerde el atentado de Wall Street (Wall Street bombing) sucedido el 16 de
mayo de 1920 en Manhattan, Nueva York y en el cual, luego de los fracasos en
las investigaciones del FBI, fueron imputados dos inmigrantes italianos, Nicola
Sacco y Bartolomeo Vanzetti, quienes no tuvieron nada que ver con el atentado
pero para hacer prevalecer la justicia de los EE.UU. el Fiscal General Palmer del
Departamento de Justicia, se esforzó para que los tribunales condenaran a
muerte y ejecutaran en la silla eléctrica a los citados migrantes en 1927, pese a
los protestas mundiales que se dieron en demasía. El 23 de agosto de 1977, el
gobernador del estado de Massachusetts, Michael Dukakis, aceptó públicamente
que Sacco y Vanzetti habían sido tratados en forma injusta, llamando a limpiar
sus nombres.

Ante la descripción de todos estos antecedentes, la pregunta que cualquiera


podría hacerse sería algo así como: ¿el 11/S fue un ataque terrorista, o fue una
operación militar debidamente programada? Y para hacer la pregunta de mayor o
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menor complejidad en su respuesta: ¿De quién es…la mano que mece la cuna?
Algunos analistas políticos estiman que el libreto del 11/S, fue elaborado en
Hollywood, la Meca del cine, junto con los especialistas afines; y que, no costaría
mayor cosa, porque en todo caso la aludida organización cinematográfica es
propiedad dl movimiento sionista.

Conclusiones de esta tercera parte.

-La imaginación de mi buen amigo el Ingeniero Róger Miranda B., en el


sentido de insertar la figura de una paloma que no mira la paz a través de
un ojo sino de una bomba a punto de explotar, es absolutamente explícita
y hace posible derivar de ella cualquier cantidad de inferencias con
respecto a lo descrito en el capítulo. El recurso por excelencia para lograr
la paz es la provocación de los conflictos bélicos y su garantía de éxito es la
mejor tecnología armamentista. Así ha sido siempre y así siempre lo será.

-La industria de la guerra es el negocio más lucrativo del mundo y el que


atrae, sin límite de piedad ni miramiento alguno, los intereses políticos de
las superpotencias. La ciencia es infalible cuando se trata de encontrar
alternativas que permitan incrementar el acervo tecnológico dirigido a la
destrucción masiva, y la Nación o Estado que disponga de mayor
capacidad financiera para invertir en este recurso, se asegura el poder
sobre las demás. Se sabe, de fuentes de información fidedignas, que Israel
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cuenta con al menos cuatrocientas bombas nucleares, adquiridas en forma
clandestina por cuanto no ha firmado ningún tratado que así lo autorice,
mientras que ningún país de Oriente Medio posee ninguna. Sobre este
particular, tanto los EE.UU. como el Consejo de Seguridad de la ONU, han
ignorado esta situación, pues estos son fieles íntegramente a la causa
sionista. Esto es vox populi.

-Por razones que la historia podrá explicar con más y mejor propiedad, o
bien que el lector podría colegir de las abreviadas narraciones que en este
trabajo se presentan, una de las dos naciones protagonistas del conflicto
ha tenido mayores ventajas que la otra en su respectivo desarrollo. En
efecto, la Nación judía ha logrado posicionarse como una de las más
poderosas del mundo, merced al dominio financiero internacional y a la
seguridad de que con este poder puede “comprar lo que quiera” y “a quien
quiera”.

-La Nación musulmana tiene, en muchos de los Estados que la conforman,


un recurso que, por una parte le ha favorecido en esta vorágine de
acontecimientos pero que también cuenta con otra que ha sido fuente de
desigualdad distributiva de la riqueza: el petróleo. Pero también ha sido,
por esta circunstancia, el origen de buena cantidad de guerras, por la
defensa a ultranza que han hecho algunas superpotencias de ese recurso
para sus intereses económicos, independientemente de las muertes de
tantos inocentes habidas o bien de las justificaciones inventadas o
imaginadas para penetrar en los espacios geográficos que fueren, donde la
soberanía del territorio es un chiste de mal gusto.

-El conflicto judío-islámico concluirá algún día: no; disminuirá de alguna


forma su intensidad: no. Acabarán, o mejor aún, cesarán los atentados
terroristas judíos: nunca. Concluirá la adipsia y el hambre de Israel por
disponer de nuevas tierras en otras latitudes del mundo: no. (Ver el caso
de la Patagonia o Proyecto Andinia). Terminará, o al menos se reducirá, el
poder financiero del movimiento sionista en la economía mundial: jamás.
Desaparecerá, de una vez por todas, la influencia del sionismo en los
centros de poder político en todos los gobiernos del mundo: nunca.
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-Por otra parte, continuarán los atentados terroristas de los yihadistas
extremistas: si. Seguirán las superpotencias mundiales, principalmente los
EE.UU., produciendo armas de destrucción masiva: si. Se respetarán los
convenios internacionales para cesar la producción de armamento nuclear:
no. Permanecerá, como fiel aliada, para los países islámicos la explotación
y exportación de petróleo: hasta que se agoten las reservas. Mejorará la
distribución de la riqueza en los países islámicos: no. Será Palestina, algún
día, un Estado libre y soberano: no. Continuarán los “ataques terroristas
de falsa bandera”: si. Seguirá los EE.UU. interesado y necesitado de tener
siempre un enemigo para justificar sus intervenciones militares: si.

-¿Cuáles son y dónde están, en definitiva, los grupos globales dominantes?


Son grupos de poder cristiano-sionistas, que constituyen una mezcla de
fundamentalismo evangelista con el sionismo radical de los conservadores
estrausianos, y los judeo-masónicos, que emplean toda su fuerza
provocadora, de choque de civilizaciones para perfilarse hacia la
implementación de su nuevo orden mundial. Grupos que operan en el
contexto de la así llamada Doctrina del destino manifiesto, razón por la
cual se consideran elegidos por Dios para gobernar el mundo, siguiendo en
esta “misión” la estrategia hegeliana de crear primero la problemática, el
caos (tesis), luego la propuesta de solución (antítesis) y posteriormente
provocar la expectativa de que el pueblo, la gente, acepte su agenda oculta
que llevaban de antemano (síntesis).

-Y ante semejante estado de cosas, tan axiomáticas todas como la claridad


del día, la interrogante de más difícil respuesta podría ser si, aunque fuere
en el mediano plazo, logrará la opinión pública mundial comprender y
aceptar que ha sido históricamente manipulada por los más elevados
intereses políticos, sociales y económicos, representados por algunas
ideologías y movimientos políticos, que con extraordinario fililí y no poca
demagogia, la han sabido orientar por el subyacente escenario del engaño
y la mentira, aunque sus actores muestren semblanza de santidad en
apariencia debidamente canonizada: quiera Dios que sí.

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“Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y ninguna ciudad o
casa dividida contra sí misma permanecerá.”

Mateo 12: 25.

Presentación.

La idea de redactar este trabajo se originó durante algunas discusiones que


sobre la temática sustantiva de su contenido, en las que tuve la oportunidad de
participar así como de inferir importantes errores de naturaleza histórica,
provocados –estoy muy seguro de ello- por el conocimiento limitado e involuntario
de muchos acontecimientos sucedidos durante la compleja evolución de las
naciones judía e islámica, pero que marcaron un hito clave en su desarrollo.

La síntesis de los hechos principales es la norma durante toda la narración y el


ordenamiento del contenido en tres capítulos, así como la distribución de los
temas específicos en cada uno de ellos, sigue el principio de facilidad en el
proceso de redacción, eso sí respetando el orden cronológico en que se sucedieron
los acontecimientos.

Es posible que en algún apartado se origine alguna duda sobre la veracidad de lo


descrito, se suscite alguna disconformidad por el estilo de redacción, o bien se
genere algún malestar por la forma de presentación de los sucesos; de ninguna
manera debe inferirse que ello es deliberado pero sí es preciso tener claro que lo
pasado es pretérito, perfecto o imperfecto, pero es pasado.

Agradezco a mis ex compañeros del Seminario Menor de Nuestra Señora de los


Ángeles sus manifestaciones de aliento y apoyo durante la realización de este
trabajo, y en particular al Ingeniero Róger Miranda Barrantes su contribución en
asuntos que son propios de su especialidad profesional.

Róger Prendas Lépiz

Heredia, 10 de enero de 2016.

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