Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Kuhn
Este controvertido físico y filósofo norteamericano nació el 18 de julio de 1922 en
Cincinnati - Ohio. Sus padres, Samuel L. Kuhn y Minnette Stroock, eran judíos no
practicantes que tenían una posición económica acomodada. Desde su infancia recibió
una esmerada educación en diversas escuelas privadas, caracterizadas por sus métodos
de enseñanza poco convencionales y por sus ideas liberales y progresistas [Baltas,
Gavroglu, Kindi 2000: 255-259].
En 1940 inició sus estudios de física en Harvard. En 1943 obtuvo su grado de bachelor
y este mismo año se enroló en la Fuerza Aérea, en la que colaboró como empleado civil
de la Oficina de Investigación Científica y Desarrollo. Su participación en la Segunda
Guerra Mundial lo marcó profundamente, llevándolo a decidir abandonar la Física. Sin
embargo, una vez terminada la Guerra volvió a Harvard para continuar sus estudios. En
1949 obtuvo el doctorado, el tema de su tesis fue The Cohesive Energy of Monovalent
Metals as a Function of Their Atomic Quantum Defects.
De 1951 hasta 1956 fue profesor asistente del curso de General Education and History
of Science en la Universidad de Harvard. Esta época estuvo marcada por sus estudios
historiográficos y culminó en 1957 con la publicación de The Copernican Revolution.
Ese mismo año terminó su contrato en Harvard y se trasladó a Berkeley donde ocupó el
puesto de Assistant Professor de historia de la ciencia para los departamentos de historia
y filosofía, como parte de un proyecto experimental de enseñanza e investigación. En
estos años se dedicó a trabajar sobre el problema del descubrimiento científico.
Durante el curso 1958-1959 fue miembro del Center of Advanced Study in the
Behavioral Sciences de Stanford. En este período estudió el tema de la influencia de la
sociología en el desarrollo de la ciencia. Posteriormente regreso a Berkeley, donde
escribió el borrador de The Structure of Scientific Revolutions. Esta obra fue publicada
en 1962, simultáneamente como un fascículo de la International Encyclopedia of
Unified Science, y como un libro editado por The University of Chicago Press.
En 1964 se trasladó a Princeton donde estuvo afiliado al Institute for Advanced Study y
ocupó la cátedra M. Taylor Pine de historia y filosofía de la ciencia. Entre 1962 y 1965
publicó su obra histórica más importante: Archive for the History of Quantum Phisics
en colaboración con John Helbron y Paul Forman.
En 1965 se llevó a cabo en Londres, en el Bedford College, el famoso debate con Karl
Popper, en el que Kuhn confrontó su teoría con el racionalismo crítico popperiano. A
partir de este momento, la tesis de Kuhn, que hasta entonces había sido acogida
principalmente por historiadores y científicos, se empezó a difundir enormemente en el
ambiente filosófico, llegando a colocarse en el centro mismo de las discusiones
epistemológicas.
Nueve años más tarde se trasladó al Massachusetts Institute of Technology (MIT), como
profesor de historia y filosofía de la ciencia. En este período se dedicó a estudiar la
importancia de los procesos cognitivos y lingüísticos para la epistemología, y el influjo
del lenguaje en el desarrollo de la ciencia. El objetivo último de estos trabajos de
investigación era la redefinición de la noción de inconmensurabilidad. En 1983 se le
confirió la cátedra de filosofía Laurance S. Rockefeller, que ocupó hasta 1991, cuando
se retiró de la docencia académica.
Dentro de este movimiento filosófico, que ha sido identificado como “nueva filosofía de
la ciencia”, se encuentra Thomas S. Kuhn, quien es uno de los más destacados
defensores del carácter revolucionario del desarrollo científico, y de la importante
función que otras ciencias, como la historia, la sociología y la psicología, cumplen en el
análisis epistemológico.
Los estudios históricos de Kuhn sobre el desarrollo de la ciencia le llevaron a afirmar
que el papel de la historia en el análisis epistemológico trasciende la clásica función de
fuente de ejemplos y situaciones previamente verificadas, convirtiéndose en uno de sus
aspectos esenciales [Kuhn 1996: 1-9].
Las lecciones que aprendí leyendo Aristóteles me guiaron más tarde hacia la lectura de
científicos como Boyle y Newton, Lavoisier y Dalton o Boltzmann y Planck. En pocas
palabras, estas lecciones son dos. La primera consiste en que hay muchas maneras de
leer un texto y que las más accesibles al investigador moderno suelen ser impropias al
aplicarlas al pasado. La segunda dice que la plasticidad de los textos no coloca en el
mismo plano todas las formas de leer, pues algunas de ellas (…) poseen una plasticidad
y coherencia que falta en otras. Cuando trato de explicarles estas lecciones a los
estudiantes, les digo esta máxima: al leer las obras de un pensador importante, busca
primero los aparentes absurdos del texto y luego pregúntate cómo pudo haberlos
escrito una persona inteligente. Cuando tengas la respuesta, prosigo, cuando estos
pasajes hayan adquirido sentido encontrarás que los pasajes primordiales, esos que ya
creías haber entendido, han cambiado de significado [Kuhn 1977: XI].
Siguiendo esta metodología, Kuhn definió la ciencia como una actividad humana, un
producto social en el que interactúan factores internos y externos. Y el conocimiento
como un acto intra-paradigmático, cuyo resultado no es una representación de la
realidad, sino la realidad captada a la luz de las categorías perceptivas propias de cada
tradición. Dichas categorías se asimilan por medio de un proceso educativo, que
convierte al estudiante o al científico en miembro de una determinada comunidad de
especialistas. La comunidad funciona dentro de un esquema conceptual o marco de
investigación, que no sólo condiciona la formulación de las teorías, sino, también, la
percepción de la experiencia y la clasificación de los fenómenos. Por tanto, no hay una
única forma de organizar conceptualmente los datos de experiencia, ya que ésta siempre
depende de una estructura teórica previa. Para Kuhn, ni teoría, ni experiencia, ni la
relación entre ambas puede darse al margen de un contexto histórico-social.
http://www.philosophica.info/voces/kuhn/Kuhn.html
Sin embargo, y dado que los paradigmas pierden validez históricamente, Kuhn explica
que cuando se multiplican las anomalías (cuando son más los casos en que no se da lo
previsto que aquellos en los que sí se cumple) hasta el punto de que ya no se las puede
obviar, el paradigma queda inservible de modo que se hace necesaria una nueva forma
de validez. La naturaleza del conocimiento científico tal y como queda descrito por
Kuhn hace comprensible el hecho de que en determinados momentos históricos
coexistan dos o más paradigmas.
El progreso científico consiste así en un proceso discontinuo que se lleva a cabo a través
de revoluciones, y en el que la instauración de un nuevo conjunto de temas
fundamentales, que pone en crisis al precedente, se produce a través de una interacción
entre realidad social y estructura conceptual de la ciencia. La explicación de este
proceso es posible, según Kuhn, haciendo la distinción entre fases normales de la
investigación científica, caracterizadas por la aceptación y aplicación de algunos
paradigmas dominantes, y fases revolucionarias, en las que son estos mismos
fundamentos teóricos los que se ponen en cuestión a causa de las anomalías que
manifiestan. Kuhn sostiene, además, la existencia de una intensa compenetración entre
la evolución científica y el ambiente socio-psicológico, así como la inexistencia de
principios que no dependan de la precedente aceptación de una particular estructura
paradigmática.
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/kuhn.htm