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EL SUJETO
I.- Concepto
II.-Parte y otorgante
1ARAUZ CASTEX, Manuel. Derecho Civil. Parte General, Ed. Empresa Técnicojurídica
Argentina.Bs.As.,1965, Tomo II, pág. 197
2LLAMBIAS, Jorge Joaquín. Tratado de Derecho Civil. Parte General. Ed. Abeledo Perrot. Bs.
As. 1984, 11° edición, Tomo II,pág. 349
3RABINOVICH BERKMAN, Ricardo. D., Derecho Civil,Parte General. Ed. Astrea de Alfredo y
Ricardo Depalma.Bs. As., 2000, pág.596.
sobre la parte a nombre de quien actuó el representante legal, mandatario u
órgano (por ej. el menor, poderdante o persona jurídica).En el caso, los testigos
del acto y el oficial público autorizante que hayan intervenido en el acto no son
parte del mismo. Contrariamente, una parte puede revestir la calidad de parte
en el acto sin haber personalmente otorgado el mismo, sin haber materialmente
participado por haber sido representada en él o por ser sucesor de una de las
partes otorgantes. Si quien otorga el acto jurídico lo hace para sí y ejerciendo
las prerrogativas de las que dispone reviste el carácter de parte y,
simultáneamente, de otorgante.
En caso de que alguien actúe como representante sin serlo o que se exceda en
las facultades conferidas por el representado, será responsable de los
perjuicios que haya sufrido sin culpa suya la otra parte que ha confiado en la
validez del acto.
Ese carácter se adquiere por la ley o por voluntad del individuo en cuyos
derechos suceden.
El heredero, el comprador que ha adquirido el dominio de un bien, el cesionario
de un crédito son sucesores.
V.- Tercero
El principio, pues, que afirma que los efectos de los actos jurídicos se
transmiten a los sucesores de las partes surgía de lo normado en el art. 1195
del Código Civil velezano que ahora aparece incluído expresamente en el art.
1024 del C.C.C.N. que se refiere a los contratos, a pesar de lo cual alcanza a
los actos jurídicos dado que el contrato es una clase de acto jurídico.
La regla general es, pues, que el acreedor debe respetar los actos celebrados
por su deudor dado que le son oponibles. La oponibilidad significa justamente
lo dicho: que los terceros deben respetar las relaciones jurídicas creadas por
las partes, aun en el caso de que sean acreedores de ellas.
Sin embargo, hay algunas excepciones:
1) si el acto se efectuó en fraude de sus acreedores, éstos tienen a su
disposición la acción de declaración de inoponibilidad, antes denominada
revocatoria o pauliana, para que el acto jurídico de disposición que haya
provocado o agravado la insolvencia del deudor no les sea oponible, esto es,
para que ellos puedan obrar como si el acto no hubiere existido.. El estudio de
esta acción se incluye al tratar el vicio de fraude
.2) si el acto celebrado por el deudor es simulado cualquier acreedor puede
interponer la acción de simulación si fuera ilícita para dejarlo sin efecto, o bien,
atenerse al acto aparente.
3) Asimismo no podemos dejar de mencionar el ejercicio de la Acción
subrogatoria por parte de los acreedores.:
Sucede en ocasiones que el deudor remiso o poco diligente no se ocupa de
reclamar el cumplimiento de sus obligaciones a su propio deudor porque el
resultado no va a beneficiarlo a él sino a sus acreedores que resultan
perjudicados. Por ello y para remediar su pasividad, la ley otorga a los
acreedores la denominada acción subrogatoria u oblicua a fin de que ejerciten
los derechos de su deudor y logren aumentar el patrimonio del mismo y de esa
manera puedan satisfacer sus créditos.
El art. 1196 del C.C. de Vélez Sarsfield establecía que los acreedores podían
ejercer todos los derechos y acciones de su deudor con excepción de los que
sean inherentes a su persona. El art. 739 del nuevo Código Civil y Comercial
de la Nación reitera este concepto expresando que el acreedor de un crédito
cierto, exigible o no, puede ejercer judicialmente los derechos patrimoniales de
su deudor si éste es remiso en hacerlo y esa omisión afecta el cobro de su
acreencia.
La doctrina señala que, para ejercer la acción, deben concurrir los siguientes
requisitos: 1) que el subrogante revista la calidad de acreedor del subrogado
2) que haya inacción del subrogado en el ejercicio de un derecho que le
pertenece, abandono o inacción ésta que debe ser demostrada por el
subrogante y 3) debe existir interés legítimo por parte de quien ejerce la
acción, interés éste que dejaría de existir si el deudor ofreciera garantías
suficientes o se probara su solvencia. Por excepción, les cabe a los acreedores
una acción directa en los términos del art. 736 del C.C.C.N.
EL OBJETO.
I.-Concepto
Numerosos son los criterios utilizados por los autores para establecer una
definición del objeto del acto jurídico. Podemos mencionar la existencia de
teorías amplias, intermedias y restringidas al respecto 4. En el primer grupo una
parte de la doctrina considera que el objeto alude a las obligaciones que el
mismo genera (Josserand, Lafaille, Alterini, Ameal, López Cabana) en tanto
para otro grupo son las relaciones jurídicas, los derechos sobre los que incide
a los que denomina objeto inmediato-obligaciones-, y el mediato sería el objeto
de la prestación: la cosa o el hecho (López de Zavalía, Mazeaud) y para otro
Así, pues, siguiendo el último criterio enunciado podemos definir el objeto como
la materia sobre la cual recae o a la cual tiende la voluntad del sujeto. 5
Cifuentes expresa que es la entidad material o inmaterial sobre la cual recae el
interés implicado en la relación6 Es la materia o resultado del intento práctico
de las partes, según De los Mozos7.
El C.C.C.N. se refiere al objeto de los actos jurídicos en el art. 279
comprendiendo a los "hechos" y a los "bienes".
En primer lugar digamos que el objeto debe ser idóneo, esto es, posible, lícito y
determinado o determinable. Para que ello se cumpla, el código enuncia los
requisitos del objeto estableciéndolos en forma negativa.
El art. 279 del C.C.C.N. enuncia que el objeto del acto jurídico puede ser un
hecho o un bien, término éste último que comprende a las cosas y a los
derechos. Recordemos que el art. 953 del C.C. Vélez Sársfield prescribía que
podían ser objeto los hechos y las cosas que ese cuerpo legal conceptuaba
5 LLAMBIAS, Jorge Joaquín. Tratado de Derecho Civil. Parte General..II, Abeledo Perrot,
Bs.As.,1994, 11° edición, pág.325.
7De los Mozos, José Luis.El negocio jurídico, citado por Cobas, Manuel .Derecho Civil.Parte
General. Ed.universidad.
como los objetos materiales susceptibles de valor, con lo cual parecían quedar
fuera de la posibilidad de constituir objeto del acto los inmateriales susceptibles
de valor, por ejemplo los derechos. Sin embargo, la doctrina entendió que el
codificador usó la palabra cosas como sinónimo de bienes que comprendía las
cosas propiamente dichas y los derechos. Este concepto amplio de cosas
parecería surgir de la discutida nota al art. 2311 del C.C.anterior
La actual formulación del art. 279 del C.C.C.N. supera los problemas de
interpretación del art. 953 del C.C. velezano.
Quienes se pronuncian por esta última postura entienden que se trata de una
imposibilidad material porque, si fuera de carácter jurídico, la misma estaría
incluída en los hechos prohibidos por la ley que es otro supuesto mentado por
el art. 279 del C.C.C.N. Así, un hecho imposible materialmente sería la venta
de cosas que no pueden existir o que ya no existen. Es típico el ejemplo de la
venta de un caballo que murió antes de la firma del contrato sin saberlo las
partes.
La imposibilidad debe ser absoluta (no posible de realizar por persona alguna)
ya que si se tratara de imposibilidad que se refiere al deudor en particular por
alguna causa a él imputable, como su falta de aptitud, deberá, obviamente,
responder por los perjuicios irrogados.
El art. 280 del C.C.C.N. dispone que el acto jurídico sujeto a plazo o condición
suspensiva es válido, aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si
deviene posible antes del vencimiento del plazo o el cumplimiento de la
condición, tendiendo de esta forma a resguardar la validez del acto.
8 ALTERINI, Atilio Aníbal, en ALTERINI, Atilio Aníbal, AMEAL, Oscar José, LÓPEZ CABANA,
Roberto M. Curso de Obligaciones.. Tomo I. Ed. Abeledo Perrot,4° edición, primera
reimpresión. Bs.As., 1990, pág.53 /54.
.El ordenamiento jurídico no ampara los hechos contrarios a la moral y las
buenas costumbres. Respecto del significado de la expresión se han sostenido
dos posturas: una primera mayoritaria que afirma que la moral y buenas
costumbres es un concepto de tipo sociológico que alude a la moral media de
una sociedad en un momento determinado, concepto relativo que depende de
la aceptación general de los individuos. Según otra opinión, el concepto de
moral y buenas costumbres se basa en una moral religiosa de base católica y
no laica .Es la sostenida por Llambías quien afirma que ello surge de la nota de
Vélez Sársfield al art. 530 de su código civil en la que se afirma que en el
lenguaje del derecho se entiende por buenas costumbres el cumplimiento de
los deberes impuestos al hombre por las leyes divinas y humanas.
Así, pues, se ha decidido que enfrenta abiertamente a la moral que pueda ser
objeto o causa fin de una obligación contractual el pago de la influencia política
partidaria o por amistad ante funcionarios administrativos o bancarios del
Estado .El convenio que establece el pago por ese servicio es nulo de nulidad
absoluta.9 Se ha sostenido también que es nula la convención que encubre
una contratación ilícita, o por lo menos inmoral, si de las probanzas surge la
firme presunción que con fuerza de certeza moral se impone, la existencia de
una simple venta de influencia. 10 Asimismo la jurisprudencia ha sancionado la
nulidad de la comisión convenida por la intermediación en contratos vinculados
10CNCIV, Sala L, 30/11/1993, Ortega, Roberto c/ Pavitec SRL en Tobías, José Colección de
análisis Jurisprudencial. Derecho civil, Parte General. Ed. La Ley,Bs.As.,2007,2° ed. pág.472
al ejercicio de la prostitución y ha recurrido a las nociones de moral y buenas
costumbres para reducir los intereses convenidos, las cláusulas penales y
sancionar el abuso del derecho. El C. C. no estableció tope para la aplicación
de intereses pero la jurisprudencia ha ido limitando los que resultaban
excesivos cuyo criterio ha ido variando según las distintas épocas. Otro tanto
sucede con la cláusula penal que es justamente eso, una cláusula del contrato
en que las partes estiman anticipadamente los perjuicios por incumplimiento del
acuerdo.
Difícil es dar una noción precisa del concepto de orden público. Podemos decir
que se trata de disposiciones o de instituciones de singular interés e
importancia para la subsistencia de la sociedad..Así, pues, cuando decimos
que la familia es una institución de orden público queremos poner de resalto la
relevancia de la misma en la conformación de nuestra sociedad. En
consecuencia, los hechos que forman el objeto del acto jurídico no deben ser
contrarios a dichos principios , disposiciones o instituciones.
El art. 953 del C.C. de Vélez disponía que el objeto de los actos jurídicos no
podía perjudicar los derechos de un tercero. Solía citarse como ejemplo de
esta situación el acto realizado en fraude a los acreedores que el anterior
código regulaba en los arts. 961 y sig. haciéndolo el nuevo cuerpo legal en los
arts. 338 a 342.
Conforme el art. 279 del CCCN tampoco podrán ser objeto del acto jurídico los
hechos lesivos de la dignidad humana, precepto éste de gran importancia. El
concepto de dignidad alude a un valor esencial, al decir de Ekmedjian
fundamento de los demás valores y de los derechos individuales. Es el derecho
de todo hombre a ser respetado como tal con todos los atributos de su
humanidad que sería como el derecho que tiene todo hombre a ser
considerado un fin en sí mismo y no un medio o instrumento de los demás
hombres.11
Esta mención de la dignidad humana como requisito del objeto del acto jurídico
permitirá la protección del contratante frente a situaciones vergonzantes,
vejatorias o discriminatorias.
Tampoco puede ser objeto del acto jurídico un bien que, por un motivo
especial, se haya prohibido que lo sea.
El término bienes comprende, como dijéramos más arriba, tanto los objetos
materiales-cosas- como los inmateriales.
Dicha nulidad será absoluta cuando el objeto del acto contravenga el orden
público, la moral o las buenas costumbres y de nulidad relativa los actos a los
cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas
personas.
LA CAUSA.
I.- Concepto
La palabra causa tiene significados diferentes en derecho. Por un lado
hablamos de causa fuente y por otro hacemos referencia a la causa fin. En la
primera de las acepciones aludimos al antecedente del cual nace un derecho,
del cual nace un vínculo jurídico obligacional (art. 726 del CCCN) y es
ampliamente utilizada, pues, en el campo de las obligaciones.
Hay una tercera acepción de causa, la llamada causa impulsiva, que alude a
la razón determinante, al fin práctico, a los motivos concretos que han decidido
a las partes a celebrar el acto jurídico. Para el comprador a que antes nos
referíamos puede haber sido causa determinante de la celebración del contrato
de compraventa por el que adquirió un departamento establecer allí su
vivienda porque está próxima a su lugar de trabajo, o instalar allí su estudio
jurídico en la zona de Tribunales.
Para la corriente subjetiva la causa es la razón de ser del acto, los móviles
relevantes jurídicamente que las partes tuvieron para su celebración. Insistimos
en que no se trata de los motivos particulares que decidieron a una parte a
celebrar el acto que no fueron expresados ni que surgen implícitamente. Esos
móviles particulares, contingentes, múltiples, no tienen importancia en Derecho.
Lo que sí tienen relevancia jurídica como causa subjetiva es la finalidad común
a todas las partes que las indujo a celebrar el acto.
Como enseña el maestro Brebbia, nada impide que esos móviles sean
causalizados, elevados a la categoría de causa si las partes le dieron ese
alcance o si era la razón por la que una de ellas celebraba un acto y la otra
sabía fehacientemente que, de no ser por ese motivo, el negocio no se habría
realizado y no manifestó discrepancia. Para que los motivos sean causa tienen
que ser exteriorizados y ser esenciales para ambas partes.
13VIDELA ESCALADA, Federico. La causa final en el derecho Civil Ed. Abeledo Perrot, Bs.As.
1998pág. 99
16C.1°Civ.Com. Mercedes 30/6/63.JA 1964-II-78, citado por RIVERA, Julio César. Instituciones
de Derecho Civil. Parte General, II.- Ed .Abeledo Perrot, reimpresión. Bs.As. 1995.
formación.17 Como ejemplo podemos señalar un caso en que el locatario de un
local ubicado en un shopping reclamó el resarcimiento de daños y perjuicios a
la parte locadora basado en la frustración del fin del contrato, ante el cierre de
numerosos locales de dicho shopping lo que implicaba que no pudiera cumplir
la finalidad del contrato de locación 18
IV.-Presunción de causa
17 Famosos son los llamados "casos de la coronación" que se mencionan como antecedentes
de la teoría de la frustración del fin del contrato originados en la jurisprudencia inglesa.En
ocasión de la coronación del rey Eduardo VII se había organizado un desfile terrestre y
acuático que fue suspendido debido a la enfermedad del futuro rey.-En diversos casos los
propietarios alquilaron los balcones o ventanas sobre el río Támesis para el día y hora
señalados. Los inquilinos habían pagado una parte al contado y el resto debía ser oblado días
después, antes del desfile. En Krell vs. Henry se argumentó que aparecía ostensible la finalidad
tenida en cuenta por las partes que era ver el desfile y no otra diferente. El tribunal decidió que
habiendo resultado frustrado el contrato ambas partes quedaban liberadas de sus futuras
prestaciones, el arrendador nada debió reintegrar y el arrendatario no se vio obligado a pagar
el saldo de precio. Casos mencionados por GASTALDI, José María en: La frustración del fin
del contrato y el nuevo Código. elDial.com 19/01/2015. Fecha de captura 18/05/2015
Los actos abstractos son excepcionales y siempre de creación legal, como por
ejemplo, pagarés, cheques, letras de cambio en los que la falta de expresión
de causa favorece su circulación y la seguridad en el tráfico jurídico, sobre todo
en relación a los terceros ajenos al acto a quienes no se les puede oponer la
falta de causa para evitar sus efectos .Así, pues, un cheque no podrá dejar de
abonarse argumentando en el juicio ejecutivo esa circunstancia de falta de
causa, es decir, que no existe la deuda pero en un juicio posterior de
conocimiento entre las partes podrá discutirse la causa porque los terceros no
serán afectados por ello.
LA FORMA
I.- Concepto
En sentido estricto hay forma cuando la ley (o la voluntad de las partes) impone
una modalidad particular, que puede ser más o menos rigurosa, para que el
acto jurídico produzca los efectos buscados. Es la llamada forma impuesta o
forma legal que consiste en solemnidades o formalidades que se constituyen
en garantías que la ley busca establecer para proteger a los ciudadanos en los
actos que estima trascendentes. Ejemplo de ello, es la exigencia de que los
cónyuges manifiesten su voluntad de contraer matrimonio ante el oficial público
del registro civil .
Así, pues y en el sentido señalado, los actos formales son los que tienen una
forma impuesta por la ley para su validez o para su prueba. Son la excepción
al principio general de la libertad de formas. Actos no formales, entonces, son
aquellos de forma libre en que las partes pueden elegir la que crean
conveniente (mandato, depósito, transporte,etc.).
a) aquellos en que la formalidad está exigida a los fines probatorios (art. 1020
del CCCN) los que no pueden ser probados exclusivamente por testigos(1019
CCCN), salvo los supuestos previstos en el art. 1020 mencionado. Son los
actos formales ad probationem
b) aquellos en que la formalidad es exigida por la ley para producir los efectos
a que están destinados pero cuya inobservancia no es sancionada con la
nulidad del acto. Son la mayoría de los actos que deben otorgarse en escritura
pública o por escrito. Hay una formalidad exigida y se establece que el acto
que no cumpla con la misma no queda concluído como tal pero queda
concluído como acto en que las partes se han obligado a cumplir con la
formalidad exigida (art. 1185 CC Vélez y 285CCCN). Son los denominados
actos formales no solemnes o actos de formalidad relativa porque, si bien no
producen los efectos propios de los mismos, producen otro diferente cual es
habilitar a las partes a exigir judicialmente el cumplimiento de la forma
incumplida. Es el caso, por ejemplo, del contrato de compraventa documentado
en instrumento privado (boleto de compraventa) que no produce el efecto de
transmitir el dominio al comprador pero lo habilita a demandar el otorgamiento
de la escritura respectiva o el caso del instrumento público que por
incumplimiento de las formalidades vale como instrumento privado si reúne sus
exigencias La jurisprudencia había derivado esta consecuencia de la
interpretación del mentado art. 1185 del C.C. de Vélez entendiendo la doctrina
que constituía lo que denominaba "conversión del acto jurídico" . En el
nuevo CCCN este fenómeno está contemplado en el art. 1018. En este nuevo
cuerpo legal no se reiteran otros artículos del código de Vélez que limitaban la
posibilidad de conversión..