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Violencia contra la mujer, la triste historia que no deja de escribirse

La historia de Martha Lucía, una mujer maltratada por su novio, quien hoy está detenido tras la agresión,
muestra el drama de las más de 1.300 mujeres violentadas en la capital santandereana. Debido a los altos
índices de ataques entre parejas, Bucaramanga ocupa el segundo lugar en el país, después de Bogotá, como
la ciudad en la que los hombres más agreden a la mujer.
En la calle solitaria y oscura solo se escuchaban los gritos de un hombre y el llanto de una mujer. Eran las
11:00 de la noche cuando ella se desgonzó y su rostro golpeó el pavimento sucio. Golpe tras golpe, la frágil
figura de esta mujer de 42 años se fue deshojando hasta no responder. Como lo reconoce hoy, la vida la
subió en un ring de boxeo en el que no existían reglas, mucho menos una campana que anunciara el final del
round. Esta vez, como un mes atrás, la lucha a mano limpia le noqueó el cuerpo, el alma y los sueños. “¡Si es
muy macho venga y me pega!”, le gritó un hombre a Carlos*. Como muchos vecinos de esa calle, este salió
esa noche a defender a Martha Lucía. “No me pegue señor, no me pegue”, era lo que le decía Carlos al
valiente vecino que trataba de levantar del piso a Martha, cantante y organizadora de eventos. El coro de
mujeres y hombres indignados que se asomaba por las ventanas de los apartamentos subió su voz. Un
“parche” de consumidores de droga se dio cuenta de lo que ocurría y tomó parte en el asunto. Ella, con la
visión borrosa por la sangre que le salía de las heridas, alcanzó a divisar que los jóvenes “trabados” rodearon
a Carlos buscando detenerlo, pero este huyó. Martha Lucía, como una flor marchita, fue ayudada por varias
mujeres que le limpiaron el rostro y le pusieron hielo para controlar el sangrado. Unas cuadras más adelante,
los ‘bareteros’ detuvieron a Carlos. Lo golpearon y le robaron sus pertenencias. La patrulla de la Policía llegó
e interrogó a Martha.

-¿Quién fue el hombre que le pegó?


- El que iba a ser mi esposo.
- ¿Lo va a denunciar?
- Si, esto irá hasta las últimas consecuencias.

Cuenta la historia que…

Martha buscaba una relación estable, tener una nueva ilusión de hogar y, especialmente, que alguien la
amara y fuera un cómplice en sus planes futuros: tener un negocio propio. Para esta cantante, Carlos era el
hombre ideal. Él, de 32 años, no solo la conquistó, también se ganó el corazón de sus dos hijos, uno de 22
años y otro de 12, quienes un día le dijeron a su mamá: “con él sí te vemos en un futuro”. Un mes después de
iniciada la relación, Martha notó que Carlos se estresaba por cualquier cosa y que le contestaba con frases
hirientes, hasta que la golpeó en medio de una reunión de amigos. “Lo terrible fue que mi hijo mayor se dio
cuenta y Carlos tuvo que marcharse”, recuerda Martha Liliana. ¿Por qué lo perdonó? “Yo también me hago
esa pregunta”, responde esta mujer, en medio una sonrisa nerviosa. “Él me recordó que teníamos un futuro
juntos, por eso lo intentamos”, agrega. Martha asegura que él era un hombre celoso, pero no lo vio como
algo malo. “Me dije, si me quiere, me cela”. Martha siguió a pesar de todo. “No era la primera vez que un
hombre me golpeaba. El papá de mis hijos lo hizo una vez y por poco me ahorca. Mi hijo menor fue el que
me salvó y a pesar de que eso fue hace varios años, él niño no ha podido superarlo y tiene problemas
emocionales por lo ocurrido”, narra esta mamá. Hasta que llegó el día de la pelea en la calle. Carlos invitó a
Martha a salir, porque le debía una celebración de cumpleaños. “Me trató muy mal y no lo soporté. Me paré
y me fui, hasta que él me alcanzó y me golpeó en la calle”, asegura Martha.

La cantante terminó en el Hospital Universitario de Santander, HUS, con la nariz rota, los labios reventados,
varias contusiones en la cabeza y los brazos, que a pesar del paso de los días no sanan.

Fue hasta la Fiscalía, donde instauró la denuncia por violencia intrafamiliar. En la audiencia de imputación de
cargos, la mamá de Carlos, con el corazón destrozado, según cuenta Martha, le pidió que no enviara a su hijo
a la cárcel.

“Le dieron prisión domiciliaria. Desde hace una semana volvió a trabajar, pero sabe que no puede huir de la
justicia, podría ir a la cárcel hasta por 12 años por lo que me hizo, así que es mejor que trabaje. Alguien tiene
que pagar los gastos y todo lo que se me ha generado física y económicamente por la golpiza que me dio”,
dice Martha.

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