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Hooton, mantenido por estudiosos como Stewart y Angel. Un segundo énfasis relacionado
estrés. Uno de esos indicadores, son las Líneas de Harris, y fue denominado "un nuevo
inespecíficos como las Líneas de Harris, las hipoplasias dentales, las densidades minerales
difícil. La identificación en algunos casos es bastante segura, pero es mucho más común que
los resultados del proceso de enfermedad presenten ambigüedades. Ese hueso tiene un
número limitado de formas en que puede responder al estrés a veces es desalentador, sin
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Campillo, D.
Dentro de la escala filética establecida por Lineo (1758), el hombre pertenece al ORDEN de
los Primates, en la que se encuadran los prosimios, los simios, los antropomorfos, los
homínidos y el hombre. Numerosos representantes del grupo viven en la actualidad, pero
otros muchos se extinguieron y sólo nos son conocidos por sus restos fósiles. Algunas
características particulares de los homínidos son: 1) volumen craneal muy elevado
(Chimpancé proporción 0,5 gr x 1 Kg de peso corporal; hombre 2 gr x 1 Kg); 2) arcada
dentaria parabólica sin diastemas, en que los caninos no sobresalen de la línea dentaria; 3)
columna vertebral erecta con cuatro curvaturas (póngidos sólo tres); 4) pelvis ancha; 5, pies
modificados para el bipedismo.
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Campillo, D.
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Jaén, M.
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Jaén, M. y S. Murillo
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desarrollo y del metabolismo (acromegalia, macrocefalia, osteítis fibrosa, osteomalacia) y
otras de carácter congénito.
En diversos sitios arqueológicos del país se han encontrado esqueletos que marcan
la presencia de sujetos infantiles cuya causa de muerte es muy variada. En algunos casos se
sospecha que pudieron fallecer a causa de enfermedades de tipo respiratorio o infeccioso,
o de manera intencional por abortos provocados. También hay evidencias de esqueletos
pertenecientes a mujeres jóvenes que morían en plena etapa reproductiva y otros de
hombres jóvenes que se sospecha que su causa de muerte fue por accidentes, en la guerra
o caza. Por las condiciones del medio en que vivían y por presiones de muy diversa índole
en las sociedades mesoamericanas muy pocos individuos alcanzaban la etapa de adulto
medio (36 a 55 años) y en mucha menor frecuencia los adultos avanzados y seniles.
Para los antiguos mexicanos, según explican los textos etnohistóricos, los individuos
que tenían algún defecto físico eran considerados como “señalados por los dioses” y
gozaban de ciertos privilegios dentro de su grupo; en muchas ocasiones se menciona que
el propio Tlatoani o los Señores principales tenían algunos de ellos en casas especiales y
eran tratados con mucho esmero y cuidado. También relatan que algunos de estos
personajes eran seleccionados para acompañar a sus Señores en el momento de su muerte
en la pira funeraria. En otros manuscritos encontramos descripciones e imágenes
referentes a algunas de las muchas modalidades que tenían para atender y curar las
enfermedades que más comúnmente los afectaron. Entre éstos, a manera de ejemplo,
encontramos el uso de temazcales, palpaciones, enemas, hierbas, minerales y ciertos
animales que fueron utilizados con fines terapéuticos, ya fuera como emplastos, infusiones
o ungüentos.
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Mandujano, A.
La historia médica estudia la salud y la enfermedad a través de las épocas, así como la
actividad y las relaciones humanas que tendieron a promover la salud, a prevenir la
enfermedad y curar al enfermo. La enfermedad y las prácticas médicas son parte de la
cultura y de la civilización. El historiador médico que consulta el pasado desea conocer las
condiciones de salud de una sociedad dada, en un tiempo específico. ¿Había muchas
enfermedades? ¿Qué enfermedades prevalecían? ¿La gente moría joven o muchos llegaban
a edad avanzada? Las condiciones de vida de una comunidad son determinantes para la
incidencia de la enfermedad. Por lo que conocer cómo vivía la gente, los ricos y los pobres,
los esclavos y los amos, las facilidades para alimentación, vivienda, sus recreaciones.
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Mansilla, J
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Mansilla, J; C. Pijoan y M. Salas
Las primeras poblaciones que llegaron a América lo hicieron procedentes del norte asiático
y a través del estrecho de Bering, hace más o menos 30,000 años, durante la glaciación de
Wisconsin. Las evidencias de morfología dental, análisis lingüístico y los últimos trabajos de
investigaciones genéticas siguieren que el Nuevo Mundo fue poblado a partir de tres
migraciones diferentes. La primera ocurrió hace 30,000 a 15,000 años y los descendientes
ocuparon Suramérica, Centroamérica y parte de Norteamérica. Los indígenas Na-Dene son
descendientes de la segunda migración, hace 15,000 a 10,000 años. La última, ocurrida hace
9,000 a 6,000 años, dio lugar a los aleutianos esquimales. Los estudios de ADN mitocondrial
han revelado cuatro haplotipos principales compartidos entre grupos asiáticos y diferentes
poblaciones aborígenes americanas. Durante miles de años y hasta hace más o menos
50,000, al parecer predominaba la cultura de los cazadores-recolectores.
El primer vestigio de grupos sociales con algún grado de sedentarismo se asocia con
la producción de objetos de alfarería o cerámica. De esta manera, el sedentarismo está
vinculado con la domesticación de plantas, hecho que creó la condición para la aparición de
pueblos agricultores y de organizaciones sociales con algún tipo de estratificación social y
jerarquías especiales. Por lo que hubo en América dos grandes centros de culturas
indígenas: Mesoamérica y los Andes. Y la paleopatología o el estudio de las enfermedades
de los pueblos antiguos, tiene como fuentes el estudio de los restos humanos (momias,
huesos, dientes, coprolitos), las informaciones históricas y la representación de las
enfermedades en las artes pictóricas o escultóricas. La paleopatología moderna enfatiza en
un enfoque ecológico que supera la sola descripción de las enfermedades y la distribución
geográfica, para señalar con fuerza los determinantes de las enfermedades.
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Verano, J. y L. Guido
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Viesca, C. y A. Cruzalta
1997 Las enfermedades reumáticas entre los nahuas prehispánicos. Estudios de Cultura
Náhuatl (27):309-324.
Las enfermedades osteoarticulares son acompañantes de los seres vivos desde aquellas
remotas épocas en que aparecieron sobre la tierra seres provistos de articulaciones. Hace
cientos de millones de años los primeros vertebrados vivieron ya bajo la amenaza de
padecer enfermedades cuyas manifestaciones más sensibles se ubicaban a nivel de sus
articulaciones, y no falta la evidencia de huesos fosilizados, procedentes de dinosaurios, en
cuyas superficies articulares se pueden observar evidencias de lesión. Mucho, mucho
después, cuando la humanidad hubo descubierto el fuego y la vida sedentaria, aprendió a
sistematizar su pensamiento y a diferenciar lo que sucedía en su cuerpo, qué pasaba cuando
tenía dolor y a qué se debía éste, cómo se alteraban superficies y volúmenes ante
agresiones evidentes y ataques invisibles, los hombres pudieron conformar un grupo de
padecimientos que se manifestaba alrededor de sus articulaciones.
Los problemas más frecuentes cuya existencia se puede documentar por el estudio
de esqueletos y huesos son las osteoartritis. Afectando con mayor frecuencia a adultos del
sexo masculino, en ellas se observan picos y rebordes óseos circundando las superficies
articulares, así como aplanamientos, cribas o eburnización de las superficies de las
articulaciones consecutivas a la destrucción del cartílago articular. Las articulaciones
afectadas preferentemente son el codo, la rodilla, el hombro y la cadera, siendo la columna
vertebral igualmente involucrada. Son importantes las lesiones relacionadas con el tipo y
características del quehacer de la persona, siendo notorias, por ejemplo, las osteoartritis de
cadera en las mujeres que permanecían arrodilladas y sentadas sobre las piernas,
semiincorporándose y sentándose nuevamente mientras lavaban o molían alimentos en el
metate.
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