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Danowski, Déborah y Viveiros de Castro, Eduardo


¿Hay mundo por venir? Ensayo sobre los miedos
DÉaORAH DANOWSKI
y los _fines - la ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: EDUARDO VIVEIROS DE CASTRO
Caja Negra, 2019. 224 p.; 20 x 13 cm.
(Futuros próximos; 23)

Traducción de Rodrigo Álv~rez


ISBN 978-987-1622-.73-3

1. Antropología. 2. Etnología. 3. Estudios Culturales


I. Viveiros de Castro, Eduardo II. Álvarez, Rodrigo, trad.
III. Títu lo.
CDD 301.01

Título original: Há mundo por vir? Ensaio sobre


os medos e os jins
¿HAY MUNDO POR VENIR?
© Déborah Danowski
© Eduardo Viveiros de Castro
© Caja Negra Editora, 2019 Ensayo sobre Los miedos y Los fines

Obra publicada con el apoyo de la Fundación Biblioteca


Naciomil de Brasil! Ministerio de Ciudadanía
Obra publicada com o apoio da Funda¡;;ao Biblioteca
Nacional! Ministério da Cidadania

PÁTRIA AMADA
FUNDA.;.Ii.o
BIBLIOTECA NACIONAL
MINISTÉRIO DA
CIDADANIA ~!?B!:\~L~
Traducción / Rodrigo Álvarez

Caja Negra Editora

Buenos Aires 1 Argentina


info@cajanegraeditora.com.ar
www.cajanegraeditora.com.ar

Dirección Editorial:
Diego Esteras 1 Ezequiel Fanego
Producción: Malena Rey CAJA
Diseño de Colección: Consuelo Parga NEGR~
Maquetación: Julián Fernández Mouján FU:\UROS
Corrección: Renata Prati PROXIMOS
ÍNDICE

13 Agradecimientos
15 Prefacio a la segunda edición
19 Prefacio a la presente edición

21 ¿Qué escabrosa bestia ...

33 ... llegada al fin su hora,

57 ... se arrastra hasta Belén para nacer?

6.5 El afuera sin pensamiento


· o la muerte del otro

85 Por fin solos


1· ~~
~
119 Un mundo de gente

149 Humanos y terrícolas


en la guerra de Gaia

197 El mundo en suspenso

;
Para Irene, terrícola del mundo por venir.
-Orfeo, Dante, Eneas al infierno
Descendieron; el Inca ha de subir..:
= Ogni sp'ranza lasciate,
Che entrate ...
-Swedenborg, ¿hay mundo por venir?
Joaquim de Sousandrade, El infierno de Wall Street

Pero si nosotros, que somos los reyes de la naturaleza,


no hemos de tener miedo, ¿quién ha de tenerlo?
Clarice Lispector, La legión extranjera

1
.i
AGRADECIMIENTOS

El primer esbozo de este texto fue una exposición oral he-


cha el 21 de diciembre de 2012 (el día del Fin del Mundo,
según un supuesto "calendario maya") en la Universidad
de Toulouse-Le Mirail, por invitación del Équipe de Recher-
che sur les Rationalités Philosophiques et les Savoirs (ERRA-
PHis) y, algunas semanas más tarde, en un seminario del
módulo "Expérimentation Arts et Politiques" (sPEAP), en el
Institut d'Études Politiques (Sciences Po) de París. Agrade-
cemos respectivamente a Jean-Christophe Goddard y a Bru-
no Latour, así como a los oyentes de las conferencias, por
la acogida y los comentarios. Jean-Christophe, Gwen-Elen y
Jeanne Goddard nos recibieron en Toulouse con un cariño
nada menos que emocionante. Bruno Latour, amigo de larga
data, merece agradecimientos especiales por haber sido nues- 1

tro mayor incentivador, y, como quedará evidenciado, nuestro


principal interlocutor. Nos gustaría agradecer también al va-
liente pueblo terrícola, nuestros "coterrícolas" de la #ATOA: 1

1. Ajunda9áo Taba Oswald de Andrade. Núcleo de pensamiento y acción


D
A
N
o Alexandre Nodari, Flávia Cera, Marcos de Alrneida Matos y
w Rondinelly Gornes Medeiros, que están con nosotros desde el
S
K inicio, y muy especialmente desde el "antropolérnico" even-
I to terraterra, actividad de la Cúpula de los Pueblos paralela' PREFACIO A LA
1 a la Río+20; a Idelber Avelar, por la recomendación del ar- SEGUNDA EDICIÓN
tículo de Dipesh Chakrabarty y pór su siempre generoso
V
apoyo a la causa 'terrícola; a Rodrigo Nunes, por diversas
I
V indicaciones relativas al "aceleracionisrno" y sus alrede-
E dores; a Felipe Sussekind, Alyne de Castro Costa, Juliana
I Fausto, Marco Antonio Valentirn, Cecilia Cavalieri, André
R
Vallias e Moysés Pinto Neto, por la complicidad y ayuda
o
S decisivas en más de una escaramuza en la actual guerra de
los mundos. Venceremos.

fines es una versión actualizada y ligeramente ampliada


del texto "L'arret de monde", traducido del portugués por
Oiara Bonilla (a quien agradecernos la paciencia) y publi-
cado en junio del 2014 en la antología De l'univers clos aú "Las cosas cambiaron tan rápido que resultó difícil acom-
monde infini, compilada por Érnilie Hache. A Érnilie Hache, pañarlas", dice Bruno Latour en un texto que citarnos en
que no,s invitó a incluirlo en el libro, le estarnos agradeci- las líneas iniciales del segundo capítulo de este libro. La
dos por la decisión de preservarlo en su integridad y por declaración de Latour se aplica también, perfectamente,
sus valiosas sugerencias editoriales (agradecimientos que a ¿Hay mundo por venir? Ensayo sobre los miedos y los
se extienden aquí a Élie Kongs). A Michael Housernan, fines. Desde su primera edición a fines de 2014, la mar-
finalmente, que dedicó una fría tarde de enero de 2012 a cha implacable del calentamiento global, por un lado, y
comentar una de las primeras versiones orales del texto, la acumulación de discursos (en sentido amplio) sobre
y que tantas veces, a lo largo de tantos años, nos hospe- el "fin del mundo" y sobre el Antropoceno, junto con la
dó en su casa, él y Marika Moisseeff, con incondicional nube de ternas que este último término resume de modo
y generosísima amistad; cabe finalizar aquí una lista de conveniente aunque polémico, por el otro, fueron de tal
agradecimientos que debería extenderse mucho más. magnitud que intentar actualizar de fÓrrna adecuada los
argumentos formulados en aquel año, al fin y al cabo tan
reciente, sería una tarea extremadamente difícil, a menos
que pretendiésemos escribir un nuevo libro. Recuérden-
que actualiza y profundiza la metafísica cósmico-política propuesta en el se tan solo algunos hitos relevantes, acontecidos desde
Manifiesto Antropófago de Oswald de Andrade y en la Revista de Antropo- aquella primera edición, y que tal vez debieran llevarnos
fagia (1928-1929). ·Ajunda¡;ao es un neologismo derivado del entrecruza- a desarrollar varios de sus pasajes: el encuentro Los Mil
miento entre ajundar (afondar, hundirse) y jundat;üo (fundación); Taba,
en portugués, significa "aldea indígena". [N. del T.] Nombres de Gaia: Del Antropoceno a la Edad de la Tierra
D PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN
A
N
o (Río de Janeiro, septiembre de 2014), que orgamzamos del negacionista Donald Trurnp como Presidente de los
w 1
S junto con otros colegas y que reunió a varios de los princi- Estados Unidos.
1< pales pensadores de distintos países alrededor del tema; la De un punto de vista que llamaríamos dialógico an-
I publicación de la encíclica papal Laudato Si', que marcó la tes que crítico, no obstante, el fenómeno más importante
1 impactante entrada del Vaticano en el debate; la aparición que modificaría virtualmente el contexto de recepción del
(es el término qu~ conviene) del Manifiesto Ecomodernista presente libro es la publicación de Face a Gai"a, de Bruno
V
I
(An Ecomodernist Manijesto), documento capitaneado por Latour. Ese trabajo, una versión bastante modificada de
V el Breakthrough Institute y firmado por diversas celebri- las Gifjord Lectures on Natural Religion dictadas por el
E dades pro-capitalistas, que radicaliza aún más las posicio- autor en Edirnburgo en 2013 -que fueron una especie de
I nes defendidas por ese think tank que comentamos aquí; hilo conductor de la marcha argumental de ¿Hay mundo
R
o diversos textos haciéndose eco de la Laudato Si' y otros por venir?-, fue escrito, además, teniendo en cuenta -en-
S tantos criticando despiadadamente el Manifiesto Ecomo- tre muchos otros textos- nuestro ensayo "L'Arret de mon-
dernista, algunos de ellos firmados por autores presentes de". Incorporar el nuevo libro de Latour en esta edición
en nuestro libro; el estudio Capitalism .in the Web of Lije . . implicaría, en rigor, escribir un nuevo trabajo. Tampoco
Ecology and the Accumulation of Capital, de Jasan Moore, podernos dejar de mencionar, entre otros trabajos publi-
que desarrolla una narración de inspiración histórico-ma- cados desde 2014, las recientes obras de Donna Haraway
terialista sobre (contra) el "Antropoceno"; la verdadera
explosión de eventos, textos, y manifiestos de la corrien-
te "aceleracioni:;;ta", que parece haber perdido algo de su 1. No podemos dejar de mencionar algunos estudios divulgados en los últi-
triunfalismo -impresión reforzada por la constatación de . mos años, que tuvieron gran impacto en la comunidad científica y también
que un poco de agua viene siendo discretamente colocada en la opinión pública: el artículo de Richard E. Zeebe, Andy RidgweU y Ja-
mes C. Zachos "Anthropogenic carbon release rate unprecedented during
en su espeso vino prometeico-; el Acuerdo de París, docu- the past 66 million years" (Nature Geoscience, no 9, 2016), que concluye,
mento producido en diciembre de 2015 en la coP21, con- por medio de una nueva metodología de cálculo, que la velocidad del
ferencia que supo, tal vez más que todas las otras veinte aumento de la emisión antropogénica de carbono no tiene precedentes en
cumbres climáticas anteriores, provocar en la mayor par- los último.s 66 millones de años; el artículo de James Hans en et. al., "Ice
melt, sea level rise and superstorms: Evidence frorn paleoclimate data, di-
te de los ecologistas y científicos una mezcla en partes mate modeling, and modern observations that 2 °C global warming could
iguales de esperanza y decepción -por haber logrado la be dangerous" (Atmos. Chem. Phys., no 16, 2016), una estimación de los
aprobación unánime de los distintos países miembros para probables efectos futuros del aumento en el derretimiento del hielo de la
limitar el aumento de la temperatura global a 2 oc, en Antártida y de Groenlandia; la reversión de la situación del área ocupada
por el hielo marino en la Antártida, que parece haber entrado en una ten-
lo posible a 1,5 °C, pero sin explicitar ninguna medida dencia de declive (lo que ya venía sucediendo en el Ártico hace algunas
concreta que permita hacer real, o al menos probable, ese décadas), como señala una noticia del National Snow and Ice Data Center
objetivo (no hace ninguna mención a los combustibles (Nsmc) de noviembre de 2016 (nsdic.org) comentada por Alexandre Araújo
fósiles, por citar tan solo un ejemplo), dejando la amarga Costa (oquevocefariasesoubesse.blogspot.com.br); y, last but not least, el
estudio de Sunke Schmidtko, Lothar Stramma & Martin Visbeck "Decline
sospecha de que el espectro de la inevitabilidad del "Plan in global oceanic oxygen content during the past five decades", (Nature,
B" de la geoingeniería subyace al texto del acuerdo-. Y no 542, 2017), que presenta un cálculo preciso de la caída del nivel global
. finalmente, huelga decirlo, la reciente y ominosa elección de oxigeno disuelto en los océanqs desde 1960, estimada en 2,1%.
D
A
N
o (Staying with the Trouble. Making Kin in the Chtulhucene),
w
S Elizabeth Povinelli (Geontologies. A Requiem to Late Libe-
1( ralism), Marisol de la Cadena (Earth -Beings. Ecologies oj
I Practice across Andean Worlds), y Anna Tsing (The Mushroom
and the End of the World. On the Possibilzty of Lije in Capi- PREFACIO A LA
1
talism Ruins), cada una de las cuales explora caminos que PRESENTE EDICIÓN
V
apenas pudimos vislumbrar en nuestro ensayo.
I
V Si decidimos, finalmente, publicar una nueva edición
E de ¿Hay mundo por venir? sin tomar debida cuenta de to-
I dos esos desarrollos posteriores, fue porque creemos que
R
las constataciones aquí presentadas, las posiciones cues-
o
S tionadas y las defendidas no requieren ninguna corrección
o elaboración que modifique los análisis y las tesis centra-
_les del libro. En suma, la pregunta que da título a la obra
se mantiene, más que nunca, radicalmente abierta.
Nada de eso nos impidió, sin duda, hacer algunas pe-
queñas actualizaciones y alteraciones en esta nueva edi-
ción, algunas de las cuales aprovechan sugerencias hechas Es!e libro fue escrito en 2014, cuando Brasil aún se encon-
por Rodrigo Nunes en ocasión de su traducción de nuestro traba gobernado por el Partido de los Trabajadores (PT), un
libro al inglés, en 2016. Y, por último, hicimos algunas partido de centro-izquierda cuyo fuerte sesgo desarrollista
correcciones y actualizaciones de última hora en lo que lo llevó a menospreciar toda preocupación acerca de los
concierne a los hechos y a la ciencia del clima, gracias a pueblos (humanos y no-humanos) cuyas formas de vida son
la generosa ayuda del físico Alexandre Araújo Costa, cuyo incompatibles con el evangelio de la modernización. Esto
excelente blog O que voce faria se soubesse o que eu sei no significa que neguemos la importancia de esos años de
es un instrumento imprescindible para quien quiera com- gobierno que sacaron de la miseria a treinta millones de bra-
prender la actual crisis ecológica, tanto como sus contex- sileños, pero lamentamos que no hayan logrado realizarlo
tos sociales, económicos y políticos en el Brasil actual. de un modo más inventivo que el de la aceleración de la
devastación de la Amazonia y del Brasil Central, con el fo-
mento del agronegocio de exportación de commodities, la
explotación minera y la construcción de gigantescas centra-
les hidroeléctricas para alimentar la industria extractivista.
En 2016, Dilma Rousseff, por entonces presidenta elec-
ta por la fórmula del PT, sufrió un golpe parlamentario a
manos de la derecha vernácula, que impuso la implemen-
tación de una agenda fuertemente neoliberal, ahora lleva-
da a extremos grotescame11:te caricaturescos con la llegada
D
A
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o al poder de un gobierno de ultraderecha. Odio hacia las
w
S poblaciones indígenas y afrodescendientes; intención de
1( privatización de la: mayoría de tierras y empresas públicas;
I ataque a las minorías LGTB y a los derechos reproductivos
de las mujeres; negacionisrno cínico ante los cambios cli- ¿QUÉ ES,CABROSA BESTIA •••
1
máticos y destrucción de los sistemas de protección am-
V
I
biental; diseminación de un discurso paranoico sobre el
V "comunismo" que amenazaría a Brasil, con la consecuente
E persecución de toda expresión opositora; implantación de
I censura ideológica en escuelas y universidades ... -en fin,
R
la receta que vernos aplicada en diversos países en la pre-
o
S sente y siniestra coyuntura mundial exhibe en Brasil una
versión especialmente ainemizante-.
Frente a esta nueva situación, las críticas al desarrollo
ecocida y etnocida de los gobiernos anteriores al golpe de
2016 presentes en nuestro libro se vuelven exiguas; para
caracterizar el Brasil actual sería necesario incrementar la
o
N intensidad de ,nuestros reclamos. And what rough beast, its hour come round and last,
Slouches towards Bethlehem to be born?
W.B. Yeats

El fin del mundo es un terna aparentemente interminable ...


por lo menos, claro está, hasta que acontezca. El registro
etnográfico consigna una variedad de maneras por las que las
culturas humanas imaginaron la desarticulación de los mar-
cos espacio-temporales de la historia. Algunas de esas imagi-
naciones cobraron nueva vida a partir de los años noventa del
siglo pasado, cuando se formó el consenso científico respecto
de las transformaciones en curso del régimen termodinámi-
co del planeta. Los materiales y los análisis sobre las causas
(antrópicas) y las consecuencias (catastróficas) de la "crisis"
planetaria vienen acumulándose con extrema rapidez, movi-
lizando tanto la percepción popular -con la debida mediación
de los medios de comunicación- corno la reflexión académica.
D ¿QUÉ ESCABROSA BESTIA ...
A
N
o Conforme se va tornando cada vez más evidente la gra- lo que se refiere, a saber, la intensificación de los cambios
w
S vedad de la presente crisis ambiental y civilizatoria, 1 pro- en el macroambiente terrestre.
1< liferan nuevas versiones y se actualizan viejas variaciones Toda esta floración disfórica se ubica a contracorrien-
I de una antiquísima idea que llamaremos, en una simpli- te del optimismo "humanista" predominante en los úl-
1 ficación que este ensayo pretende complicar un poco, "el timos tres o cuatro siglos de la historia de Occidente.
2
fin del mundo". Son blockbusters del género fantástico, .Preanuncia, si es que no refleja ya, algo que parecía estar
V
I
"docuficciones" del History Channel, libros de divulgación excluido del horizonte de la historia en cuanto epope-
V científica de variados niveles de complejidad, videojuegos, ya del Espíritu: la ruina de nuestra civilización global
E obras musicales y artísticas, blogs sintonizados en todas en virtud de su hegemonía indiscutible, un ocaso que
I las franjas del espectro ideológico, reuniones científicas, podrá arrastrar consigo a considerables porciones de la
R
o revistas académicas y redes de información especializadas, población humana. Aunque comenzando, claro está, por
S informes y pronunciamientos de las más diversas organiza- las masas miserables que viven en los guetos y basureros
ciones mundiales, las invariablemente frustrantes Cumbres geopolíticos del "sistema mundial", por su naturaleza el
Climáticas, simposios de teología, ensayos de filosofía, ce- colapso inminente alcanzará a todos, de una u otra forma.
remonias de la Nueva Era y de otros movimientos neopaga- Por eso, no son solo las sociedades que integran la civili-
nos, un número exponencialmente creciente de manifiestos zación dominante, de matriz occidental, cristiana, capita-
políticos; todo tipo, en suma, de textos, contextos, vehícu- lista-industrial, sino toda la especie humana, la idea mis-
N
lo~, e·nunciadores, públicos. La presencia del tema en la
(V)
N ma de especie humana, la que está siendo interpelada por N

cultura contemporánea no ha hecho más que aumentar, y la crisis; incluso, por lo tanto, y especialmente, aquellos
de forma cada vez más rápida, exactamente corn,o aquello a pueblos, culturas y sociedades que no están en el origen
de dicha crisis. Eso por no hablar de los muchos millares
de linajes de vivientes que se encuentran en peligro de
1. Ver, por ejemplo, los últimos informes del Panel Intergubernamental de extinción, o que ya desaparecieron de la faz de la tierra,
Cambios Climáticos (rpcc), disponibles en ipcc.ch. La primera parte del 5° debido a las modificaciones ambientales causadas por las
informe (con la fundamentación científica del cambio climático, prepa- 3
actividades "humanas".
rado por el Grupo de Trabajo I) se dio a conocer en septiembre de 2013,
la segunda y tercera partes (de los Grupos de Trabajo II, sobre impactos,
Tal desastre civilizatorio y demográfico es imaginado
adaptación y vulnerabilidad y III,sobre las opciones de mitigación), fue- a veces como el resultado de un evento "global", a sa-
ron presentadas, respectivamente, en marzo y abril del 2014. Como es ber, como una extinción súbita de la especie humana, o
sabido, las proyecciones del IPcc tienden a ser de las más moderadas entre incluso de toda la vida terrestre, desencadenada sea por
aquellas que circulan en la comunidad científica, en lo que concierne a la
intensidad y al ritmo de los cambios climáticos.
2. Sobre la cinematografía apocalíptica, el lector puede consultar Peter
Szendy, L'Apocalypse cinéma. 2012 et autresfins du monde, París, Capricci,
2012, que comenta trece films sobre el fin-del-mundo y trae referencias 3. El problema de la pertinencia o no del concepto de especie humana o
instructivas sobre decenas de otros. Para un análisis de esa proliferación "humanidad" para encuadrar la reflexión y la acción de las colectivida-
en el curioso caso de las fantasías distópicas dirigidas a un público de ado- des políticas actualmente existentes frente a la crisis ambiental (Estados,
lescentes del sexo femenino, ver Amanda Craig, "The Hunger Garues and pueblos, partidos, movimientos sociales) será retomado en la conclusión
teenage craze for dystopian fiction", The Telegraph, 14 de marzo de 2012. de este e-nsayo. ·
D ¿QUÉ ESCABROSA BESTIA •••

A
N
o un "acto de Dios" -un supervirus letal, una explosión vol- que Isabelle Stengers llamó "la barbarie que viene", y que
5
w
S cánica gigantesca, el choque con un cuerpo celeste, una será, por lo que todo indica, tanto más bárbara confor-
1< . rnegatorrnenta solar-, sea por el efecto acumulativo de in- me el sistema tecno-econórnico dominante (el capitalismo
I tervenciones antrópicas sobre el planeta, corno en el film · mundial integrado) continúe su fui te en avarit.
1 The Day Ajter Tomorrow (El día después.de mañana, 2004), No son solo las ciencias naturales y la cultura de ma-
de Ro land Ernrnerich, sea, finalmente, por una gran guerra sas que se alimenta de ellas las que están registrando la
V
I
nuclear a la vieja usanza. Otras veces, el desastre tiende deriva del mundo. La inquietud generalizada comienza a
V a ser descripto de forma más realista (sobre todo si obser- sentirse incluso en la metafísica, notoriamente la más eté-
E varnos los sucesivos escenarios que vienen proponiendo rea de las especialidades filosóficas. En los últimos años
I las ciencias que estudian las interacciones entre la geós- hemos asistido, por ejemplo, a la elaboración de nuevos y
R
o fera, la hidrósfera, la atmósfera y la biósfera: el llamado sofisticados argumentos conceptuales que se proponen a
S "Sistema Tierra") 4 corno un proceso de degradación ya ini- 6
su modo "acabar con el rnundo": sea acabar con el mundo
ciado, extremadamente intenso, que se acelera de forma corno ineludiblemente mundo-para-el-hombre, de modo de
creciente y que es en muchos aspectos irreversible, de las justificar el acceso epistémico pleno a un "mundo-sin-no-
condiciones ~rnbientales que presidieron la vida humana sotros" que se articularía de forma absoluta antes de la
durante el Holoceno (época del período Cuaternario que jurisdicción del Entendimiento; sea acabar con el mun-
sucede al Pleistoceno, a partir de los 11.700 años a.C.), do-como-sentido, de modo de determinar el Ser corno pura
..,..,
con la alternancia entre sequías y huracanes e inunda- exterioridad indiferente; corno si el mundo "real", en sus N
1·-
ciones, pérdidas masivas de cosechas agrícolas seguidas radicales contingencia e insignificancia, debiera ser "rea-
de pandernias humanas y animales, guerras genocidas en lizado" contra la Razón y el Sentido.
medio de extinciones biológicas que alcanzan a géneros, Es cierto que muchos de estos ·fines-del-mundo meta-
familias e incluso linajes enteros, en una secuencia de físicos tienen apenas una relación de motivación indirecta
perversos efectos de retroalimentación que empujarían con el evento físico de la catástrofe planetaria; pero no
paulatinamente a la especie, en un proceso de "violen- por eso dejan de expresarlo, o de reflejar la vertiginosa
cia lenta" -al parecer, cada vez menos lenta-, hacia una sensación de incompatibilidad -si no de incomposibilidad-
existencia material y políticamente sórdida, hacia aquello entre el humano y el mundo, pues son pocas las áreas de
la imaginación contemporánea que no se vieron afectadas
por la violenta reentrada de la noósfera occidental en la
4. Sin embargo, nótese por ejemplo que el reciente estudio de Giovani).i
Sgubin, Didier Swingedouw et al., "Abrupt cooling over the North Atlantic
in modern climate models" (Nature Communications, no 8, 2017), proyecta
como un escenario posible aún en este siglo el enfriamiento abrupto (en 5. Rob Nixon, Slow Violence and the Environmentalism of the Poor, Cam-
un período de diez años) del Atlántico Norte, debido a la perturbación de bridge, Harvard University Press, 2011, y también Isabelle Stengers, En
la circulación termohalina de la corriente del Golfo, lo que hace que el tiempos de catástrofes. Cómo resistir a la barbarie que viene, Buenos Aires,
argumento del film de Emmerich tal vez ya no pueda ser descripto como Futuro Anterior/Ned, 2017.
tan absolutamente fantasioso. Ver también Alex Kirby, "Drastic cooling in 6. Por acabar "a su modo", entiéndase demoler los conceptos de mundo elabora-
North Atlantic beyond worst fears, scientists warn", The Guardian, 24 de dos por la filosofía moderna, de Kant a Derrida y más allá; ver Sean Gaston, The
febrero de 2017. Concept of World from Kant to Derrida, Londres, Rowman & Litterfield, 2013.
o ¿QUÉ ESCABROSA BESTIA ••.
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N
o atmósfera terrestre, en un verdadero e inaudito proceso lo que ellos entienden es la nueva época geológica que si-
w
S de "transdescendencia". Nos creíamos destinados al vasto· guió al Holoceno, y que se habría iniciado con la Revolución
1( océano sideral y henos aquí de vuelta rechazados en el Industrial e intensificado tras la Segunda Guerra Mundial.
I puerto del que partirnos ...
1 Las distopías proliferan; y un cierto pánico perplejo § Sobre la relación algo paradójica entre la emergencia de una
(peyorativamente tildado de "catastrofisrno"), cuando no conciencia "biosférica", la perspectiva a partir del espacio ex-
V
I
un entusiasmo algo macabro (recientemente popularizado terior, la consolidación de la teoría del cambio climático y la
V bajo el nombre de "aceleracionisrno"), parece sobrevolar el carrera armamentista de la Guerra Fría (incluido el programa
E - espíritu del tiempo. De repente, el famoso no future del Star Wars de Reagan), el lector encontrará de interés los tra-
I movimiento punk se ve revitalizado -si es este el término 9
bajos de Joseph Masco y el libro reciente de Peter Szendy,
R
o que conviene-, a la vez que reernergen profundas inquie- Kant chez les extraterrestres. Philosofictions cosmopolitiques. 10
S tudes de dimensiones comparables a las presentes, corno En una conferencia TED del 2012, titulada "¿Por qué tengo que
aquellas suscitadas por la carrera nuclear de los años -no hablar del cambio climático?" y que trataba sobre el desequi-
tan distantes- de la Guerra Fría. Por ello, resulta imposi- librio energético temporario del Sistema Tierra causado por la
ble no recordar la conclusión seca y sombría de Günther acumulación de gases de efecto invernadero (la diferencia entre
Anders, en un texto capital sobre la "metamorfosis meta- la cantidad de energía o calor que entra en el sistema y la can-
física" de la humanidad después de Hiroshirna y Nagasaki: tidad reflejada de vuelta al espacio), James Hansen sugirió una
. d e f uturo ya cornenzo'". 7
" La ausencia elocuente equivalencia entre el c;;alor que se acumula diaria-
Ese futuro-que-acabó llegó, una vez más, lo que sugiere mente en los "reservorios" del planeta (el océano, los glaciares
que tal vez nunca haya cesado de corn(;!nzar: ¿en el Neolíti- y la tierra), a saber, 0,58 W/m2, y el calor de la explosión de
co?, ¿en la Revolución Industrial?, ¿a partir de la Segunda cuatrocieJ;ltas mil bombas atómicas. Acerca de esto, véase tam-
Guerra Mundial? Si la· amenaza de la crisis climática es me- bién el excelente blog Skeptical Science, creado por John Cook,
nos espectacular que la de los tiempos del peligro nuclear según el cual nuestro clima ha acumulado una cantidad de calor
(que no dejó de existir, cabe resaltar), su ontología es más equivalente a la explosión de cuatro bombas de Hiroshima por
compleja, en lo que respecta a las conexiones tanto con la segundo, alcanzando un total de 2.115.122.800 bombas desde
agencia humana corno con su paradójico cronotopo. 8 Su ad- 1998 hasta el "presente" (esto es, hasta el 2 de julio de 2014 a
venimiento recibió "nuestro" nombre, Antropoceno, desig- las 14:45, hora de :arasilia, cuando consultamos por última vez
nación propuesta por Paul Crutzen y Eugene Stoerrner para 11
el widget 4hiroshimas.com). El físico Alexandre Araújo Costa

7. Günther Anders, Le temps de la fin, París, L'Herne, 2007, pp. 112-113. 9. Joseph Masco, "Bad weather: on planetary crisis", Social Studies of
8. "Una guerra nuclear habría sido una decisión consciente por parte de Science, 2010, y "The end of ends", Anthropological Quarterly, 2012.
quienes detentan el poder. Los cambios climáticos son una consecuencia 10. Peter Szendy, Kant chez les extraterrestres. Philosojictions cosmopoliti-
no intencional de las acciones humanas, y solo el análisis científico pue- ques, París, Minuit, 2011.
de mostrar que son el efecto de nuestras acciones corno especie"; Dipesh 11. Ver skepticalscience/4-Hiroshirna-bornbs-worth-of-heat-per-second.html
Chakrabarty, "The Climate of History: Four Theses", Critical Inquiry, no 35, y skepticalscience.corn/4-Hiroshirna-bornbs-per-second-widget-raise-aware-
2009, p. 221. ness-global-warrning.html. Un comentario al posteo de John Cook recuen~.a
¿QUÉ ESCABROSA BESTIA •.•
D
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N
o hizo un cálculo semejante, específicamente pata el forzamiento de la Comisión Internacional de Estratigrafía o de la Unión In-
w radiactivo antrópico, y llegó a un resultado mucho mayor: 18,5 ternacional de las Ciencias Geológicas sobre esa cuestión tan
S 12
bombas de Hiroshima por segundo. En suma; el viejo proyecto importante, así como tampoco sobre cuál será el golden spik.e
1<
I occidental de aumentar continuamente la ~antidad de energía adoptado, ni sobre la fecha de inicio de la nueva época geo-
disponible por habitante, 13 a partir de la aceleración de los pro- lógica, en caso de que esta sea aceptada. Los candidatos más
1 probables, no obstante, parecen ser los residuos radioactivos
cesos de obtención de esa energía con la Revolución Industrial,
V parece estar aproximándose a un muro contra el cual la especie y los años de posguerra, con el inicio de los test nucleares.
I
V
corre el riesgo de colisionar espectacularmente.
E
El Antropoceno (o cualquier otro nombre que se le quie-
15
I § Aunque en el siglo pasado (e incluso un poco antes) ya se ra dar) es una época en el sentido geológico del térmi-
R hubieran propuesto términos como "Antro ceno", "Antropósfe- no, pero apunta hacia el fin ·de la "epocalidad" como tal,
o ra", o incluso "Antropoceno", se cuenta que fue durante una en lo que concierne a la especie. Aunque haya comenzado
S
discusión en un encuentro del International Geosphere-Bios- con nosotros, muy probablemente terminará sin nosotros:
phere Programme (IGBP) cerca de la Ciudad de México, en el el Antropoceno solo podrá dar lugar a otra época geológica
2000, que elquímico atmosférico (y ganador del premio No- mucho después de que hayamos desaparecido de la faz de la
bel) Paul Crutzen propuso el concepto por primera vez, publi- tierra. Nuestro presente es el Antropoceno; este es nuestro
r tiempo. Pero este tiempo presente se va revelando como
cándalo ¡r riemora junto con su colega Eugene Stoermer en
14
00
N una newsletr.er, y luego en el artículo "Geology of Mankind". un presente sin porvenir, un presente pasivo, portador de
La propuesta aún está siendo examinada por la comunidad un karma geofísico cuya anulación está enteramente fuera
científica. Durante el último encuentro del Congreso Inter- de nuestro alcance, lo cual hace más urgente e imperativa la
nacional de Geología, en agosto de 2016, el Grupo de Tra- tarea de mitigarlo: "La revolución ya sucedió ... los eventos
bajo sobre el Antropoceno, coordinado por Jan Zalasiewicz, con que tenemos que lidiar no están en el futuro, sino en
recomendó la adopción formal de la nueva nomenclatura; sin gran parte·en el pasado [ ... ] sea lo que sea que hagamos, la
embargo, aún no se cuenta con una posición oficial por parte amenaza permanecerá con nosotros por siglos, o milenios". 16

METAFÍSICA Y MITOFÍSICA
que John Lyman (Universidad de Hawái) ya había usado la referencia a la
bomba de Hiroshima en el caso de la temperatura del océano, en entrevistas
posteriores a su estudio "Robust warming of the global upper ocean" (Natu- Este texto es un intento de analizar seriamente los dis-
re, n° 465, 2010); ver, por ejemplo, lives-science.com. cursos actuales sobre el "fin del mundo", entendiéndolos
12. Para una ilustración de la relación fuertemente simbólica -la "vaci-
lación prolongada entre el sonido y el sentido", como dice Paul Valéry-
entre los nombres "Hiroshima" y "Katrina", ver "Climate change like-
ned to heat of bomb blasts", The Sydney Morning Herald, 23 de junio
15. Veremos, más adelante, algunas razones de disenso en cuanto al uso
de 2013.
13. Claude Lévi-Strauss, Raza y cultura, Madrid, Cátedra, 1993, p. 71. de este concepto.
14. Paul Crutzen y Eugene Stoermer, "The Anthropocene", IGBP Newsletter, 16. Bruno Latour, Face a Gai"a. Huit conférences sur le nouveau régime
2000; Paul Crutzen, "Geology of mankind", Nature, no 415, 2002. climatique, París,. La Découverte, 2015.
D ¿QUÉ ESCABROSA BESTIA ..•

A
N
o como experiencias de pensamiento acerca del viraje de la Unas palabras más sobre la noción de "mito". Un es-
w aventura antropológica occidental hacia su declive, esto tímulo importante, aunque contingente, para el presen-
S
1( es, como intentos, no necesariamente· deliberados, de in- te ensayo fue una obra filosófica, el ya célebre Después
I vención de una mitología adecuada para el presente. El de la finitud, de Quentin Meillassoux (2006). Junto con
1 "fin del mundo" es uno de esos famosos problemas que se- escritos de otros pensadores contemporáneos asociados
gún Immanuel Kant la razón no puede resolver, pero tam- al así llamado "realismo especulativo", nos pareció que
V
I
poco dejar de plantearse. Y se los plantea necesariamente el proyecto de Meillassoux reanudaba, nolens volens, los
V bajo la forma de la fabulación mítica o, como se acostum- lazos entre la especulación metafísica y las matrices mi-
E bra decir hoy en día, de "narrativas" que nos orientan y tológicas del pensamiento (que el criticismo kantiano lla-
I motivan. El régimen semiótico del mito, indiferente a la maría "dogmáticas"). Tuvimos la impresión, al cabo de la
R
o verdad o falsedad empírica de sus contenidos, se instaura lectura de Después de la finitud -y, más tarde, de Nihil
S siempre que la relación entre los humanos como tales y desencadenado, de Ray Brassier (2007), otra obra influ-
sus condiciones más generales de existencia se impone yente del movimiento-, de que ese estilo de reflexión se
como un problema para la razón. Y si toda mitología puede insertaba no solo en la serie que va, digamos, de Platón
ser descripta como una esquematización de condiciones a Alain Badiou, sino también en un vasto universo dis-
trascendentales en términos empíricos -como una retro- cursivo que abarca desde el tesoro de ideas que se acu-
proyección validante de ciertas razones suficientes ima- mula hace milenios en la especulación cosmológica de los
o
M ginadas ("narrativizadas") _corito causas eficientes-:-, en- pueblos indígenas del mundo hasta Melancolía, el film de
tonces el corriente impasse se torna tanto más trágico, o Lars von Trier (2011), y La carretera, la novela de Cor-
irónico, conforme somos capaces de ver el problema de la mac McCarthy (2006), pasando por la extensa tradición
Razón recibiendo el aval del Entendimiento. Pues estamos mítico-literaria occidental sobre el tema del pays gaste,
~quí frente a un problema esencialmente metafísico, el fin la tierra devastada, 18 sin olvidar la vitalidad persistente,
del mundo, formulado en los términos rigurosos de esas si no incluso creciente, de ese género "menor" que es la
ciencias en extremo empíricas que son la climatología, ficción científica. La conocida frase de Jorge Luis Bor-
la geofísica, la oceanografía, la bioquímica, la ecología. ges, que clasificaba a la metafísica como una rama de la
Tal vez, como observara Claude Lévi-Strauss en repetidas
oportunidades, la ciencia, que comenzó a separarse del
mito cerca de tres mil años atrás, terminará incluso por
reencontrarlo, al cabo de una de esas dobles torsiones que to Morphodynamics, Toronto, University of Toronto Press, 2001; Mauro
William Barbosa de Almeida, "A fórmula canonica do mito", en Ruben
entrelazan la razón analítica con la razón dialéctica, la Caixeta de Queiroz y Renarde Freire Nobre (comps.), Lévi-Strauss. Leitu-
combinatoria anagramática del significante con las vicisi- ras brasileiras, Belo Horizonte, UFGM, 2008; Eduardo Viveiros de Castro,
tudes históricas del significado. 17 Metafísicas caníbales, Buenos Aires, Katz, 2011.
18. Ver Jessie Weston, From Ritual to Romance, 1920. Eduardo Sterzi ha
realizado importantes exploraciones sobre el tema (cursos, artículos), des- 1

de sus orígenes europeos hasta la literatura brasileña contemporánea; ver,


17. Sobre la "doble torsión" como fórmulaprinceps de la transformación es- por ejemplo, "O reino e o deserto. A inquietante medievalidade do moder- 1 ¡
tructuralista, ver Pierre Maranda (comp.), The Double Twist. From EthnC?graphy no"; Letterature d~merica (Brasiliana), no 125, 2009. 1

1 ¡
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!;!
D
A
N
o literatura fantástica, 19 no solo terminaría exigiendo la
w
S reciprocidad -la literatura fantástica y la ficción cientí-
1< fica son las metafísicas pop, las "mitofísicas" de nuestra
I época-, sino que anticipaba la interdigitación a la que
... LLEGADA AL
1 asistimos entre ciertos experimentos de la vertiente más
FIN SU HORA,
creativa de la filosofía contemporánea y auto'res como
V
H.P. Lovecraft, Philip K. Dick, Ursula K. Le Guin, William
I
V Gibson, David Brin o China Miéville.
E Nuestro objetivo, entonces, es hacer un balance preli-
I minar de algunas de las principales variantes del tema del
R
"fin del mundo", tal como hoy se presenta en el imaginario
o
S de la cultura mundializada. Comencemos evocando breve-
mente los términos objetivos -por así decirlo- del problema.

This is really happening


happening
happening
Thom Yorke

GAIA Y ANTHROPOS

Recordando una antigua maldición chína, se puede decir


que realmente vivimos tiempos interesantes. Uno de los as-
pectos más interesantes de estos tiempos es, como se ha
observado hasta el cansancio, su aceleración descontrolada.
El tiempo está fuera de eje, y marcha cada vez a mayor
velocidad. "Las cosas cambiaron tan rápido que resultó di-
fícil acompañarlas", constataba hace poco Bruno Latour en
Face a Gara. Se refería al estado del conocimiento científico
19. "Los metafísicos de Tlon no buscan la verdad ni siquiera la verosi-
militud: buscan el aso:¡nbro. Juzgan que la metafísica es una rama de la
respecto del problema; 1 pero, de un tiempo a esta parte, es
literatur9- fantástica"; Jorge Luis Borges, "Tlon, Uqbar, Orbis Tertius", en
Ficciones, Buenos Aires, Emecé, 1956, p. 23. 1. Conocimiento que, justamente, no para de sorprendernos. Ver, por ejemplo,

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·~
D LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o el propio tiempo, como dimensión de la manifestación del
w el Mundo, por lo tanto, como el último y vacilante bastión
S. cambio (el tiempo como "número del movimiento", como de la metafísica. 3
1< diría Aristóteles), el que parece estar· no solo acelerándo- La historia humana ya conoció varias crisis, pero la así
I se, sino cambiando cualitativamente y "todo el tiempo". llamada "civilización global" -nombre arrogante para la eco-
1 Prácticamente todo lo que puede ser diého sobre la crisis nomía capitalista basada en la tecnología de los combusti-
climática se vuelve por definición anacrónico y desfasado; bles fósíles- jamás enfrentó una amenaza como la presente.
V
y todo lo que debe ser hecho al respecto es necesariamente No estamos hablando solo del calentamiento global y de los
I
V muy poco, y llega demasiado tarde: too little, too late. Esa cambios climáticos. En septiembre de 2009, la revista Na tu re
E inestabilidad meta-temporal se conjuga con una súbita in- publicó un número especial, coordinado por Johan Rocks-
I suficiencia del mundo -recordemos el argumento de las cin-
R trom, del Stockholm Resilience Centre, en el que diversos
co Tierras que serían necesarias para sustentar la extensión científicos identificaron nueve· procesos biofísicos del Siste-
o
S pan-humana del nivel de consumo de energía de un ciuda- ma Tierra y buscaron establecer límites para esos procesos,
dano norteamericano promedio-, y genera en todos noso- límites cuya transgresión acarrearía alteraciones ambienta-
tros algo así como la experiencia de una descomposición del les insoportables para distintas especies, la nuestra entre
tiempo (el fin) y del espacio (el mundo), y la sorprendente ellas: cambios climáticos, acidificación de los océanos, de-
degradación de las dos grandes formas condicionantes de pleción del ozono estratosférico, uso de agua dulce, pérdida
la sensibilidad al estatuto de formas condicionadas por la de biodiversidad, interferencia en los ciclos globales de ni-
acción humana. 2 Este es uno de los sentidos, y no el menos trógeno y fósforo, cambio en el uso del suelo, polución quí-
importante, en que se puede decir que nuestro mundo está mica, tasa de aerosoles atmosféricos. Los autores advertían,
dejando de ser kantiano. Es curioso observar que todo suce- a modo de conclusión, que "no podemos darnos el lujo de
de como si, de las que para Kant son las tres grandes ideas concentrar nuestros esfuerzos en ninguno de esos [procesos]
trascendentales, a saber, Dios, el Alma y el Mundo (objetos aisladamente. Si un solo límite fuera traspasado, los otros
respectivamente de la teología, la psicología y la cosmolo- también correrían serio riesgo". Sucede que, al menos segÚ.n
gía), estuviéramos asistiendo al derrumbe de la última idea; los autores, podríamos encontrarnos ya fuera de la zona de
visto que Dios murió entre los siglos XVIII y XIX, el Alma un seguridad de tres de estos procesos -la tasa de perdida de
poco más tarde (su avatar semi-empírico; el Hombre, tal vez la biodiversidad, la interferencia humana en el ciclo del ni-
haya resistido hasta mediados del siglo XX), solo quedaría trógeno (la tasa con que el N2 es removido de la atmósfera
y convertido en nitrógeno reactivo para uso humano, prin-
cipalmente como fertilizante) y los cambios climáticos-, y
el caso de los estudios sobre el derretimiento acelerado de gigantescos gla- cerca del límite de otros tres -uso del agua dulce, cambio en
ciares en la Antártida y en Groenlandia, que se hicieron públicos apenas el uso de la tierra, y acidificación de los océanos-. 4
semanas después de la publicación de la última parte del último informe
del IPCC en abril de 2014.
2. Anders observó ese decaimiento de la posición de condición a la de
3. Sean Gastan, The Concept of World from Kant to Derrida, op. cit.
condicionado a propósito de lo que él llamaba "tiempo del fin", el kairos
4. Sobre los nueve parámetros, ver Johan Rockstrom et al., "A safe opera-
posnuclear definido por la posibilidad inminente del "fin de los tiempos";
ting space for humanity", Nature, no 461, pp. 472-475, 2009, disponible en
ver G~nter Anders, Le temps de la fin, op·. cit., p. 82.
nature.com. Los autores publicaron posteriormente una segunda versión,
LLEGADA AL FIN SU HORA,
D
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o § La acidificación de los océanos ha sido frecuentemente nom- dejado exclusivamente en manos (y en los presupuestos de in-
w brada como el hermano. gemelo de los cambios climáticos, por vestigación ... ) de los dentistas naturales. Tanto más porque las
S distinciones entre "ambientado" y "ambientante", naturaleza
K
compartir con estos últimos las mismas· causas ·y por ser com-
I parablemente grave para la vida futura en el planeta. Es impor- y cultura, se vuelven teórica y .empíricamente cada vez más
tante subrayar que los límites propuestos por Rockstrom Y sus problemáticas. Es imposible no acordar con ese alegato y con
1 colegas tienen un carácter experimental; no había (no sabemos ese pleito, en particular con el argumento de que, si las ciencias
V si eso cambió), entre los propios científicos que participaron "naturales" del Sistema Tierra son capaces de parametrizar y
I modelar cuantitativamente la evolución geofísica de la crisis
del estudio, una completa seguridad acerca de la cuantificación
V
de algunos de los parámetros analizados. Para tener una no- planetaria, la contribución de las ciencias humanas, por su par-
E
I ción de la discusión en curso, véanse, por ejemplo, el artículo de te, es indispensable para que se ·comprendan las consecuencias
R Anthony D. Barnosky et al. ("Approaching a state shift in Ear- sociopolíticas, se articulen las'respuestas posibles y se firmen
o th's biosphere", Nature, no 486, 2012), que refuerza la idea de los compromisos aceptables por parte de una "humanidad" que
S
un abrupto punto de viraje (tipping point) de la atmósfera te- se presenta inmediatamente dividida en colectivos dotados de
rrestre, y el de Barry W. Brook et al. ("Does the terrestrial bios- intereses y entendimientos variables y opuestos respecto a los
phere have planetary tipping points?", Trends in Ecology & Evo- valores vitales, y cuya situación futura en general será proba-
lution, 2013), que cuestiona la existencia del tal tipping point blemente tan diferente del capitalismo mundial integrado de
en el caso específico de la pérdida de la biodiversid~d. Para un hoy como del mundo medieval o de las sociedades paleolíticas
serio y estimulante intento de relectura crítico-optimista (los (lo cual, quisiéramos advertir, no es necesariamente una pre-
autores parecen creer en la posibilidad de un "buen Antropo- visión optimista). No nos entusiasma demasiado, sin embargo,
. ceno"") del tema de los límites planetarios desde el punto de el cliché crítico que funciona como leitmotiv en el texto de
vista de los saberes antropológicos (lato sensu), ver el artículo Pálsson et al.: "es importante historizar y contextualizar las
de Gilsi Pálsson et al. ("Reconceptualizing the 'Anthropos' in afirmaciones sobre límites y fronteras" (ibíd., p. 7). Pero eso
the Anthropocene: Integrating the social sciences and huma- es evidente ... incluso es imperativo; siempre que no nos lleve
nities in global environmental change research", Environmen- a la desesperanzadora conclusión, más o menos subrepticia, de
tal Science & Policy, no 28, 2013, disponible en sciencedirect. que "límites y fronteras" son otra "construcción social". Otra
com), quienes reivindican la urgencia de una consideración de advertencia fundamentalmente sensata que encontramos en el
la competencia propia de las ciencias humanas en general (de texto y que merece un comentario semejante es, por ejemplo:
aquello que en inglés llaman, utilizando un hesitante conector,
the humanities and the social sciences) para el enfrentamiento Es necesario prestar más atención a la distribución social de los
teórico y práctico de la catástrofe ambiental. La "naturaleza" impactos planetarios, que no siempre son fácilmente cuantifica-
o "ambiente", en suma, sería algo demasiado serio para ser bles. La desigualdad en la disponibilidad de agua potable, por
ejemplo, difícilmente podrá ser solucionada por una redistribu-
ción global, y esto es algo que suscita problemas específicos de
gobernabilidad. Un "espacio operativo seguro para la humani-
revisada y actualizada, de su estudio. Ver Will Steffen et al., "Planetary
dad" puede ser un instrumento útil a escala global, pero es una
boundaries: Guiding human development on a changing planet". Science,
vol. 347, no 6223, 2015. ficción en escalas menores.
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o "Gobernabilidad", "recursos", "servicios ambienta- parece necesario, en suma, entender la noción de ecología
w les" ... Al margen de que no nos agrada el lenguaje geren-
S política como un pleonasmo meramente enfático, no como
K cial que puntúa el texto, asociado además a la noción de un compromiso conceptual híbrido, un "arreglo" entre una
I "sustentabilidad" (para la que, diríamos. de nuestra parte, naturaleza y una cultura que, de esa forma, continuarían
1 vale la idea de que "puede ser un instrumento útil a es- repartiendo las cartas, solo qUe ahora por debajo de la
cala local, pero es una ficción en escalas mayores"), no mesa. Pero tal vez estemos leyendo de modo excesivamente
V
podemos dejar de llamar la atención sobre la naturalidad poco comprensivo el importante call to arms de Pálsson y
I
V con que se mantiene la imagen dicotomizante de "lo local sus colegas, y nos disculparnos si lo comprendernos mal.
E versus lo global", que es justamente uno de los aspectos
I más fuertemente cuestionados, en un sentido objetivo, § Uno de los "canarios en la mina" de los cambios climáticos
R
por la crisis planetaria. 5 Sería lamentable si, una vez más, es el derretimiento de las principales capas de hielo de la Tie-
o
S termináramos asistiendo a la reconstitución del dualismo rra. El 4° informe del IPcc, lanzado en el 2007, estimaba que
naturaleza/ cultura a través de los mismos gestos que lo el hielo del Ártico podría desaparecer durante el verano hacia
denuncian como insubsistente, con los dentistas naturales el fin de siglo. En agosto del 2012, no obstante, el récord de
hipnotizados por los "parámetros geofísicos" y equipados deshielo de la región fue quebrado. Algunos científicos ya se
con una noción de "humanidad" vaga y de escasa eficacia arriesgan a prever para esta década un verano sin hielo en el
política, m~entras los dentistas sociales simplemente re- Ártico. El resumen del Grupo de Trabajo I del 5° informe, lan-
00
M bautizaR como "justicia ambiental" a la perenne e inevita- zado en el 2013, clasifica como "probable" la casi total ausen-
ble lucha por los derechos de los desheredados de la Tierra, cia de hielo marino en el Ártico, en los' meses de septiembre,
esto es, la "justicia social". Pero, como rezaba uno de los hacia mediados de siglo. Las últimas novedades en las áreas
lemas de la campaña de fundación del Instituto Socioam- polares, por cierto, son posteriores al informe del IPcc, como
biental (IsA), 6 "socioambiental se escribe todo junto". Nos ya mencionamos; ellas hacen referencia a la temible velocidad·
del derretimiento de glaciares monumentales en la Antárti-
da y en Groenlandia, lo que modifica considerablemente las
previsiones (temporales y espaciales) de elevación del nivel
5. Puede ser instructivo comparar las consideraciones antedichas con el
argumento de los "ecopragmatistas" del notorio Breakthrough Institute (del
de los océanos. Parafraseando at Mani.fiesto comunista, todo
cual hablaremos más adelante) para mostrar la inadecuación de la apli- lo que es sólido -comenzando por el hielo más antiguo de la
cación de la noción de límites planetarios a escala global, lo que podría Tierra- se deshace en el mar. .. 7
· bloquear "oportunidades" de crecimiento a nivel local; según estos autores,
solo los cambios climáticos y la acidificación de los océanos constituirían
sistemas con límites planetarios. VerTed Nordhaus, Michael Shellenberger y
Linus Blomqvist, The Planetary Boundary Hypothesis. A Review ofthe Eviden- 7. Ver Dady Chery, "Antarctica's Accelerating Ice Collapse", Climate & Capi-
ce, Oakland, Breakthrough Institute, 2012, pp. 6, 12 y 15. talism, 19 de mayo de 2014, disponible en climateandcapitalism.com. John
6. Organización de la sociedad civil brasileña, fundada en 1994, que Abraham, "Global warming and the vulnerability of Greenland's ice sheet",
se dedica a la defensa del medioambiente, el patrimonio cultural y los Skeptikal Science, 30 de mayo de 2014, disponible en skepticalscience.com;
derechos humanos y sociales de los pueblos, como así también al desa- Y Andrew Freedman, "Are We Totally Screwed? What Antarctica's 'Collapsing'
rrollo de modelos participativos de sustentabilidad socioambiental. Ver Ice Sheet Means for Us", Mashable, 20 de mayo de 2014, disponible en
socioambiental.org. [N. del T.] mashable.com.
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o Estamos, en suma, prestos a entrar -o ya entramos, Y Vivimos en el tiempo de los puntos catastróficos y de
w esta misma incerteza ilustra la experiencia de un caos tem- la reversión de las curvas. 10 Récords de altas temperaturas
S
1< poral- en un régimen del Sistema Tierra que es completa- son seguidos cada vez con mayor frecuencia por récords
I mente diferente a todo lo que conocemo~. El futuro próximo de bajas temperaturas, aunque la tendencia global sea a·
1 en la escala de algunas pocas décadas, no solo se vuelve la alta. Casi a diario, se discute acerca de la velocidad del
imprevisible, sino también inimaginable por fuera del mar- aumento en la concentración de co 2 (lo que, por ejemplo,
V co de la ficción científica o de las escatologías mesiánicas. implica toda una discusión sobre la economía de los países
I
V
Existen varios íconos impresionantes de ese fenóme- emergentes); se discute la ''sensibilidad" del Sistema Tie-
E no de aceleración de las alteraciones ambientales en una rra y el consecuente grado de elevación en la temperatura
I tasa perceptible en el intervalo de una o dos generaciones global en función de la duplicación del co 2 acumulado en
R 8
humanas, como los gráficos en forma de palo de hockey el sistema. Por otro lado, la disminución global en el volu-
o
S
que muestran el aumento vertiginoso de diversos paráme- men de hielo no impide el aumento (¿provisorio?) 11 de su
tros críticos -temperaturas medias globales, crecimiento extensión en algunas regiones del planeta, y se conjuga
poblacional, consumo de energía per cápita, tasa de extin- con el cambio en su consistencia, en su color y en su con-
ción de especies, etc.- a partir de finales del siglo XIX, o secuente capacidad de reflejar la luz. ¿Cuál es la velocidad
como la curva de Keeling, que describe la evolución de la y la proporción de elevación del nivel del mar, y a qué
tasa de concentración de co 2 en la atmósfera desde 1960, se debe, por ejemplo, la misteriosa caída en la elevación
la cual alcanzó por primera vez la marca de 400 ppm el día global ocurrida entre 2010 y 2011 ?12 ¿Cómo dar cuenta del
g de mayo de 2013. 9 Por lo tanto, no se trata únicamente problema de la atribución? ¿Cómo hablar de desvío de la
de la magnitud de los cambios en relación a algún valor de
referencia (por ejemplo, los 280 ppm de co 2 de antes de la
Revolución Industrial), sino de su aceleración creciente;
10. La curva de Keeling es uno de los pocos gráficos que no presentan
esto es, la int~nsificación de la variación, y la consecuente oscilaciones negativas, salvo aquellas diurnas y estacionales. Así, aunque
pérdida de cualquier valor de referencia. las mediciones de las temperaturas globales muestren una clara tendencia
al aumento a lo largo de períodos más extensos (sobre todo en los grá-
ficos hockey stick que incluyen temperaturas anteriores a la Revolución
Industrial), muchas veces disminuyen puntualmente, durante intervalos
8. El hockey stick graph, concebido por Michael Mann para representar más cortos de tiempo. Un eventual aumento más lento de la temperatura
los cambios en la temperatura de la Tierra desde 1000 a.C., apareció por global, prontamente celebrado por los negacionistas del clima como prue-
primera vez en el 2001, en el Summary for Policy Makers del tercer informe ba de la falsedad de la "hipótesis del calentamiento", es explicado por los
del IPCc; para el debate que suscitó, ver Michael Mann, The Hockey.Stick and climatólogos como un aumento más acentuado en otros parámetros, por
the Climate Wars. Dispatches from the Front Lines, Nueva York, Columbia ejemplo, en la temperatura de las capas profundas de los océanos.
University :Press, 2012. 11. Ver, más arriba, la nota 1 al prefacio a la segunda edición.
9. Esas mediciones fueron extendidas hasta períodos más lejanos del pa- 12. Algunos trabajos la atribuyen a las monumentales inundaciones acaeci-
sado, con base en observaciones empíricas (anillos de crecimiento de los das en Australia en el mismo período, fenónemo que "sustrajo grandes canti:-
árboles, muestras de hielo polar), y algunas retroceden hasta 11.000 a.C., dades de agua de los océanos sin devolver después esa agua, como un usuario
como es el caso de la "anomalía de la temperatura". La extensión de la de biblioteca que acumula multas por atraso cada vez más grandes"; Andrew
cobertura cronológica reforzó la excepcionalidad del momento presente, Freedman, "Australia's Flooding Rains Briefly Slowed Sea Level Rise", Climate
én lo que concierne al ambiente en el cual evolucionó la especie humana. Central, 21 de agosto de 2013, disponible en climatecentral.org.
D
... LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o
w
norma si la norma cambia cada año, si como única norma · de .la ~poca contemporánea, acabó por pasar, baj~ una forma
S posible solo queda la anormalidad misma? 13 Más caliente obJetivamente paradójica, de la historia social a la historia
1( o más frío, más seco o más húmedo, más o menos rápido, · biogeofí:ica. Se trata de ese pasaje que Dipesh Chakrabarty,
I más o menos sensible, mayor o menor r.eflectividad, más en su pwnero artículo "The Climate of History", descri-
1 claro o más oscuro. La inestabilidad afecta al tiempo, las be como. la_ t:ansformación de nuestra especie de simple
cantidades, las calidades, las mediciones mismas· y las es- agente bwlog1co en una fuerza geológica. 15 Este es el fe-
V
I
calas en general, y corroe también al espacio. Lo local y lo nóme~~' más significativo del presente siglo: "la intrusión
V global se yuxtaponen y se confunden: la elevación global de Ga1a , brusca y abrupta, en el horizonte de la historia
E del nivel del mar no se refleja de manera uniforme en su humana, el sentido del retorno definitivo de una forma de
I elevación local; los cambios climáticos son un fenómeno trascendencia que creíamos haber trascendido, y que aho-
R
global, pero los eventos extremos inciden cada· vez más ra reaparece más fuerte que nunca. La transformación de
o
S en un punto diferente del planeta, lo que vuelve cada vez los humanos en fuerza geológica, es decir, en un fenóme-
más difícil su previsión y la prevención de sus consecuen- no "objetivo", en un objeto "natural", en un "contexto" 0
cias. Todo lo que hacemos localmente tiene consecuencias "ambiente" condicionante, se paga con la intrusión de Gaia
sobre el clima global pero, por otro lado, nuestras peque- en el mundo humano, que le da al Sistema Tierra la forma
ñas acciones individuales de mitigación parecen no surtir amenazadora de un sujeto histórico, un agente político,
16
ningún efecto observable. En definitiva, estamos presos una persona moral. En una inversión irónica y mortífera
en un devenir-loco generalizado de las cualidades exten- (por su contradictorie_dad· recursiva) de la forma y del fon-
sivas e intensivas que expresan el sistema biogeofísico de do,.el ambientado se vuelve el ambiente (el "ambientante")
la Tierra. No es llamativo que algunos climatólogos ya se· Y VIceversa; se trata de la crisis, en efecto, de un cada vez
refieran al actual sistema climático como "la bestia del más ambiguo ambiente, que ya no sabemos dónde está en
clima" ( the climate beast) . 14 relación a nosotros, ni nosotros en relación a: él.
Lo que todo esto sugiere es que esa aceleración del Esa súbita colisión de los humanos con la Tierra la
tiempo -y la correlativa compresión del espacio-, vista terro~ífica comunicación de lo geopolítico con lo geofísfco,
usualmente como una condición existencial y psicocultural contnbuye de manera decisiva al desmoronamiento de .la
!
distinción que era fundamental para la episteme moderna:
la distinción entre los órdenes cosmológico y antropológico,
13. Ver James Hansen, Makiko Sato y Reto Ruedi, "The New Climate Dice: separados desde "siempre" (vale decir, desde por lo menos
Pub lic Perception of Climate Change", Science Briefs, NASA/Goddard Insti- el siglo XVII) por una doble discontinuidad, de esencia y de
tute for Space Studies,. 2012, disponible en giss.nasa.govjresearch/brie-
fs/hansen_17. escala. De un lado, la evolución de la especie, y del otro,
14. "De tanto en tanto [ ... ], la naturaleza decide darle un buen puntapié
a la bestia del clima. Y la fiera respondé, como las fieras acostumbran
hacerlo, de manera violenta y un tanto imprevisible"; Wallace Broecker y .
Robert Kunzig, Fixing Climate. The Story of Clim'ate Science and How to Stop 15. Dipesh Chakrabarty, "The Climate of History: Four Theses", op. cit.,
Global Warming, Londres, Profile, 2008, p. 122. Ver también cómo Dipesh pp. 97-2_22. .
Chakrabarty retoma ese pasaje en su contribución a Émilie Hache (ed.), De 16. Ver Isabelle Stengers, En tiempos de catástroFes, op • c1"t ., y Bruno
'J'
l'univers clos au monde infini, Bellevaux, Dehors, 2014. Latour, Face d Gai'a, op. cit.
D ••. LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o la historia del capitalismo (a largo plazo, estaremos todos 19
a d esmoronarse ". La 1"d ea d e que nuestra especie
· es de
w muertos); a fin de cuentas todo es termodinámica, pero es
S aparición reciente en el planeta, que la historia tal como
1< en la dinámica del mercado de acciones donde se hacen la conocemos (agricultura, ciudades, escritura) es más re-
I las cuentas que cuentan; la mecánica cuántica fluctúa en ciente aún, y que el modo de vida industrial, basado en
1 el corazón de la realidad, pero son las incertezas de lapo- el uso intensivo de combustibles fósiles, se inició menos
lítica parlamentaria las que movilizan nuestros corazones de un segundo atrás según el conteo del reloj evolutivo
V
y nuestras mentes ... en otras y pocas palabras, naturaleza del Hamo sapiens, parece conducir a la conclusión de que
I
V y cultura. 17 Pero hete aquí que, una vez roto el techo que la humanidad misma es una catástrofe, un evento súbito
E al mismo tiempo nos separaba y nos elevaba infinitamente y devastador en la historia del planeta, que desaparecerá
I por encima de la Naturaleza infinita "allá afuera", nos en- mucho más rápidamente que los cambios que habrá sus-
R
contramos en el Antropoceno, la época en que la geología citado en el régimen termodinámico y en el equilibrio
o
S entró en resonancia geológica con la moral, tal como fuera biológico de la Tierra. En las narrativas de esa "historia
anunciado por los célebres videntes Gilles Deleuze y Félix profunda" que está siendo construida por historiadores,
Guattari, veinte años antes de Crutzen; esto, subrayamos, paleontólogos, climatólogos y geólogos, 20 los humanos
no moraliza la geología (la responsabilidad humana, la in- desempeñan un papel crucial, al mismo tiempo que tardío
18
tencionalidad, el significado), pero sí geologiza la moral. y muy probablemente efímero.
La bella estratificación sociocosmológica de la modernidad
comienza a implosionar frente a nuestros ojos. Imaginába- § Sobre el probable error científico y la conveniente maniobra I.C)

mos que el edificio podía apoyarse solo sobre su planta baja


. "'"
política de retrotraer el inicio del Antropoceno hasta el Neolí-
-la economía-, pero resulta que nos habíamos olvidado de tico (declarando inoc~ntes de este modo a los ·actuales intere-
los cimientos. Y el pánico sobreviene cuando se descubre ses tecnoeconómicos que cubren la atmósfera con co 2 , o por lo
que la última instancia de determinación era apenas la pe- menos atenuando la gravedad de sus crímenes), ver el artículo
21
núltima ... de Clive Hamilton), quien, más allá de objetar tal retroceso,
No solo la modernidad se globalizó, sino también recuerda que existen paleoclimatólogos respetados, como Wa-
el globo se modernizó, y todo esto en un intervalo de Uy Broecker, que prefieren hablar de una nueva era geológica
tiempo muy corto: "solo muy recientemente la distin- . ") 22 mas que d e ·una s1mp
(la " era An t ropozo1ca . l e epoca
' ( el
ción entre las historias humana y natural [ ... ] comenzó

19. Dipesh Chakrabarty, "The Climate of History: Four Theses", op. cit.,
17. Ver Bruno Latour, Nunca fuimos modernos. Ensayos de antropología p. 207.
simétrica, Buenos Aires, Siglo XXI, 2007, y Eduardo Viveiros de Castro, 20. Ver al respecto la monumental síntesis de John Brooke, Climate chan-
"Transformac;ao na antropología, transformac;ao da antropología", Mana, ge and the course of global history, Cambridge, Cambridge University
vol. 18, no 1, 2012, pp. 151-171. Press, 2014.
18. Ver el capítulo "10.000 a J.C. -La geología de la moral", en Gilles De- 21. Clive Hamilton, "The new environmentalism will lead us to disaster",
leuze y Félix Guattari, Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, Valencia, Scientific American, 2014, disponible en scientificamerican.com.
Pre-Textos, 2002. La fecha del título evidentemente se refiere a la Revolu- 22. El término ya habría sido sugerido en 1873 por el geólogo y paleon-
ción Neolítica y el comienzo del Holoceno. tólogo italiano Antonio Stoppani (ver Gisli Pálsson et al., op. cit., p. 4).
D LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o Antropoceno), lo que resulta en un aumento de la escala cro- § Veremos más adelante que el término "Antropoceno", si no
yí¡
S
nológica y de la significación geofísica del evento iniciado con su referencia geofísico-antropológica, no despierta exactamente
K la Revolución Industrial y sus etapas sucesivas de intensifica- un entusiasmo unánime entre los especialistas de las "humani-
I ción en por lo menos un orden de magnitud. Recordemos tam- dades". Evóquese aquí, por ahora, solo la propuesta -bastante
1 bién que la idea de una congénita vocación ecocida del Horno típica de una de las principales vertientes de la crítica al con-
sapiens es evocada con frecuencia -y a veces con la·mejor de cepto- de rebautizar al Antropoceno como "Capitaloceno", cuyo
V
las intenciones (ahora que sabemos ser, además de mortales, principal defensor es el sociólogo Jason Moore, coordinador de
I
V mortíferos, podemos y debemos hacer algo al respecto, como la World-Ecology Research Network. Moore entiende que la Re-
E sugiere George Monbiot, apoyándose en la literatura reciente volución Industrial, iniciada a comienzos del siglo XIX, es una
I 23
sobre la extinción de la megafauna del Pleistoceno ) para ex- mera consecuencia de la mutación socioeconómica que generó
R
plicar el presente desmoronamiento antropocénico. Pero talar- el capitalismo en el "largo siglo XVI", y que por lo tanto el ori-
o
S gumento ha sido recibido con escepticismo, al menos por parte gen de la crisis reside, en última instancia, en las relaciones de
de algunos paleo-ecólogos adeptos a la "teoría de la resilien- producción antes que en (y antes de) las fuerzas productivas,
cia"24 que, por el contrario, sugieren larguísimos períodos de por decirlo así. (¿Con que entonces no fue el molino de viento
estabilidad ecológica y sociopolítica en las sociedades arcaicas, que nos dio el señor feudal, ni el motor a vapor del capitalista
25
puntuados por obstáculos ambientales exógenos (catástrofes industrial?) No obstante, como contraargumentó Chakrabarty,
no-malthusianas, de origen tectónico o astronómico). En un
razonamiento similar al de Monbiot sobre el Horno destructor, algunos académicos afirman que no es la agencia humana como
Pálsson y sus colegas sugieren que lo que distingue al Antro- tal la que se volvió una fuerza planetaria, ya que el cambio
poceno de modo más notable (striking) es que se trata de la climático es simplemente resultado del desarrollo capitalista.
primera época geológica en la que una fuerza geológicamente Su refrán es: "¡Es el capitalismo, estúpido!". Si argumentáramos
determinante es "activamente consciente de su papel geológi- que una modernización global de tipo soviético habría produci-
co", y que esto modifica potencialmente la naturaleza misma do consecuencias muy similares, la mayoría de ellos comenzaría
de la geología. ¿Pero no sería eso más o menos equivalente a a hacer toda suerte de acrobacias teóricas para probar que el
decir que, después de Darwin, las leyes de la evolución fueron socialismo soviético era, en verdad, ¡el capitalismo bajo otra
"potencialmente" modificadas, esto es, que ahora tenemos la forma! Naturalmente, no se puede especular sobre un "verdadero
capacidad de infringirlas? Curioso argumento. ¿Ser activamen- . l"1smo , que nunca na d"1e vw
soc1a . ... 26
te consciente de su papel geológico es siempre lo mismo que ser
activamente capciz de modificar ese papel? Después de todo, Ciertamente, la finitud empírica de la especie es algo
somos "activamente conscientes" de nuestra mortalidad desde que la inmensa mayoría de las personas letradas aprendió
hace varios milenios, tal vez cientos, y no por ello ...

25. No sabemos si específicamente él tenía las agresivas críticas de Moore


23. Georg e Monbiot, "Destroyer of worlds", 2'014, disponible en monbiot.com. en mente.
24. John Brooke, Climate Change and the Course of Global History, op. cit., 26. Dipesh Chakrabarty, "Human Agency in the Anthropocene", Perspec-
pp. 8-9, 267-268. tives on History, 1 o de diciembre de 2012, disponible en historians.org.
- - - ----------¡

D J LLEGADA AL FIN SU HORA,


A
N
o a admitir, por lo menos, desde Darwin. Sabernos que "el como el calentamiento global y los cambios ambientales que
w mundo comenzó sin el hombre y terminará sin él", según
S le seguirán, y que deberán durar millares o millones de años
1( la tan recordada y plagiada frase de· Lévi-Strauss. Pero antes de que las condiciones que hoy conocemos puedan ser
I cuando las escalas de la finitud colectiva y la finitud in- reestablecidas. Cabe señalar que autores como Hans Jonas y
1 dividual entran en una trayectoria de convergencia, esa Günther Anders ya habían antiCipado hace tiempo esa idea
verdad cognitiva se vuelve súbitamente una verdad afec- de una desproporción radical, suscitada por la potencia tec-
V
tiva difícil de administrar. Una cosa es saber que la Tierra ,_ nológica moderna, entre causas y efectos, acciones y conse-
I
V e incluso todo el Universo desaparecerán de aquí a millo- cuencias, en un proceso de deslocalización·y perennización
E nes de años, o que -mucho antes de eso pero en un futuro de las acciones humanas, del punto de vista, claro está, de
I aún indeterminado- la especie humana se extinguirá (por nuestra experiencia e imaginación. 27
R
lo demás, este último saber es frecuentemente neutraliza-
o
S do por la esperanza de que "nos transformaremos en otra Corno observa Latour cuando, en Face a Gai"a, inten-
especie" -idea quE¡! carece de todo sentido preciso-); pero ta caracterizar los diversos aspectos del sentimiento de
otra cosa muy diferente es imaginar la situación que el "desconexión" que nos paraliza frente a los eventos ac-
conocimiento científico actual coloca en el plano de las tuales, nada está en la escala justa. No solo se trata,
posibilidades inminentes: la de que las próximas genera- entonces, de una "crisis" en el tiempo y en el espacio,
ciones (las generaciones próximas) tengan que sobrevivir sino de una confusión feroz del tiempo y del espacio. 28
~n un medio empobrecido y sórdido, un desierto ecológi- Este fenómeno de un colapso generalizado de las escalas
co y un infierno sociológico. Una cosa, en otras palabras, espaciales y temporales (el interés contemporáneo por
es saber teóricamente que vamos a morir, pero otra es los fractales no parece ser accidental) anuncia el surgi-
recibir de nuestro médico la noticia de que padecernos miento de una continuidad o una convergencia crítica
una enfermedad gravísirna, con pruebas radiológicas y de entre los ritmos de la naturaleza y de la cultura, señal
diverso tipo frente a nuestros ojos.

§ Un agravante de esa dificultad de pensar la catástrofe es 27. Ver Timothy Morton, El pensamiento ecológico, Barcelona, Paidós,
el carácter "hiperobjetivo" de los cambios climáticos. "Hi:- 2018, y del mismo autor, Hiperobjetos. Filosofía y ecología después del fin
del mundo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2018; ver también las tajantes
perobjetos" fue el nombre dado por Timothy Morton a un páginas de Anders sobre el "paralogismo de la sensación", la indiferencia
tipo relativamente nuevo de fenómenos y/ o entidades, que personal al Apocalipsis debido al hecho de que, como "todo el mundo se
desafían nuestra percepción del tiempo y del espacio por- va a morir al mismo tiempo", no me concierne a mí en cuanto tal; Günther
que, entre otras características, se distribuyen por el globo Anders, Le temps de la fin, op. cit., pp. 40-51.
28. Sobre la aceleración del tiempo, ver el denso artículo de Jacques De-
terrestre de tal modo que no pueden ser aprehendidos por rrida, "No apocalypse, not now (a toda velocidad, siete misiles, siete misi-
nosotros de forma inmediata, o porque persisten y produ- vas", en Cómo no hablar y otros textos, Barcelona, Anthropos, 2017. Para
cen efectos cuya duración excede con creces las escalas de una exposición de la crítica derridiana al concepto metafísico de "mundo"
la vida individual, de la vida colectiva y, verosímilmente, y otros conceptos correlacionados, ver Sean Gastan, The Concept of World
from Kant to Dérrida, op. cit., como así también para una defensa de dicho
de la duración de la especie. Ejemplos de hiperobjetos son filósofo frente a las críticas hechas por los que Gastan denomina "eco-po-
los materiales radioactiyos y otros desechos industriales, así lemistas" (ibíd., pp. 151 y ss.).
D •.• LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o de un inminente ''cambio de fase" en la experiencia his- LA PERSPECTIVA DEL FIN DEL MUNDO
w
S tórica humana. De este modo, nos vemos forzados a re-
1( conocer (una vez más la doble torsión·lévistraussiana) el De ese choque hablan los discursos apocalípticos encima
I advenimiento de otra continuidad, una "posterioridad" mencionados, cuyos efectos de conjunto sobre el imagina-
1 cuasi freudiana, o mejor, una continuid.ad por venir del rio contemporáneo por fin pasamos ahora a analizar.
presente moderno con el pasado no-moderno: una con- Eljin del mundo, entonces. Comencemos por elfi.n. La
V
tinuidad mitológica o, en otras palabras, cosmopolítica. , fórmula nos coloca en una situación paradójica, semejan-
I
V Así, el tiempo histórico parece estar a punto de volver te a la deformación en los parámetros espacio-temporales
E a entrar en resonancia con el tiempo meteorológico o que mencionamos recién, en la cual nos vemos arrastrados
I "eco lógico", 29 pero ahora ya no en los términos arcaicos por un doble movimiento, a la vez en dirección a un pa-
R
o de los ritmos estacionales, sino por el contrario en los sado y un futuro también dobles, con una cara "empírica"
S tiempos de la disrupción de los ciclos y la irrupción de y una "trascendental": el pasado oscuro y violento de la
los cataclismos. El espacio psicológico se va volviendo generación material ( cosmogénesis, antropogénesis) y el
coextensivo con el espacio ecológico, pero ahora ya no futuro doloroso de la decadencia y la corrupción, o espera
como control mágico del ambiente, sino como "el pánico de la muerte; pero también un pasado de pura plenitud
frío" (Stengers) suscitado por la enorme distancia entre existencial (que nunca sucedió como presente, pues es
conocimiento científico e impotencia política, esto es, su idea reguladora y por lo tanto su inversión mítica) y
entre nuestra capacidad (científica) de imaginar el fin un futuro de inexistencia absoluta (que, por así decir, ya
del mundo y nuestra incapacidad (política) de imaginar sucedió desde siempre, pues la inexistencia absoluta es
el fin del capitalismo, por evocar la tan citada boutade "espiritualmente" retroactiva). 31 Así, todo pensamiento
de Fredric Jameson. Aparentemente, entonces, no solo del fin del mundo expone la cuestión del comienzo del
estamos al borde del retorno a una "condición premoder- mundo y la cuestión del tiempo de antes del comienzo,
na", sino que también, frente al choque con Gaia, nos la cuestión del katechon (el tiempo del fin, esto es, el
veremos todavía más desamparados de lo que lo estaba tiempo del antes-del-fin) y la cuestión del eschaton (el fin
el así llamado uhombre primitivo" frente al poder de la de los tiempos), la desaparición ontológica del tiempo: el
Naturaleza, ya que al menos aquel "se encontraba pro- fin del fin.
tegido -y en cierta medida liberado- por el almohadón En segundo lugar, el mundo. Pensar el fin del "mundo"
amortiguan te de sus sueños". 30 Nuestras pesadillas, por nos sitúa en un registro tanto sustractivo como duplicativo:
el contrario, nos aterrorizarían en plena vigilia ... aun-
que la sensación de estar despiertos quizás sea solo una
pesadilla más. 31. Sobre "el kairos de la ontología", momento creado por el riesgo del apo-
calipsis, y por lo tanto fin de la época del "no-ser para nosotros" y adveni-
miento del "no-ser para nadie", el "verdadero no-ser" de la extinción que
abolirá -que ya-siempre abolió- el pasado como tal, ver Günther Anders, Le
temps de lafin, op. cit., pp. 18-27. La conexión entre lo que -medio siglo
29. Edward Evans-Pritchard, Los nuer, Barcelona, Anagrama, 1992. después de las reflexiones de Anders- vino a ser apodado "giro ontológico"
30. Claude Lévi-Sttauss, Tristes trópicos, Barcelona, Paidós, 1988, p. 445. Y la perspectiva del fin del mundo nos parece fundamental.
D LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o el mundo es puesto para ser eliminado, puesto corno "ya" destronarla de su centralidad o desrealizarla pura y simple-
w eliminado por un pensamiento que está implicado él mismo
S mente- es aquella entre la "mundanidad" y la "humanidad".
1< en esa eliminación, ya que es un aspecto, propiedad o di- En las páginas que. siguen, el fin del mundo será tornado
I mensión (esencial o accidental, aquí da lo mismo) del mundo corno algo que es necesariamente pensado a partir de otro
1 que al mismo tiempo se anticipa a este al representar -o me- polo, el de un nosotros que incluye el sujeto (sintáctico o
jor, "pre-presentar"- el evento del fin. El pensamiento del fin pragmático) del discurso sobre el fin. Y llamaremos "huma-
V
del mundo suscita· necesariamente el problema del correlato nidad" o "nosotros" a la entidad para la cual el mundo es
I
V del fin del pensamiento, esto es, el fin de la relación (interna mundo, o mejor, de quién el mundo es rnundo. 34 Un punto
E o externa, poco importa ahora) entre pensamiento y mundo.· crucial, sin embargo, y muy poco notado por los discur-
I Por lo tanto, adoptarnos operativarnente (es decir, sin sos instalados en la perspectiva del occidente moderno -ya
R
compromisos metafísicos), y por ahora, la trivial posición sean de inspiración "naturalista", "humanista" o "poshuma-
o
S "correlacionista" de que el fin del mundo es un problema nista"- es que la cuestión de saber quién es el "nosotros",
puesto por y para el pensamiento, pues solo el pensamiento eso que se entiende por "humano" o "persona" en otros
problernatiza (y esto no significa, lo cual sería menos trivial, colectivos consensualmente considerados (por "nosotros")
que solo los humanos piensen, esto es, que solo ellos tengan corno humanos, raramente es planteada, y en ningún caso
un mundo para perder). Constatamos, de hecho, que todos traspasa el límite de la especie en cuanto categoría taxonó-
los conceptos de ''mundo" presentes en los discursos apoca- mica extensiva. El abordaje de esta cuestión es una tarea
N
t.n lípticos examinados movilizan un interlocutor conceptual de estratégica, para la cual creernos que la teoría etnográfica M
t.n

la familia del "Otro" deleuziano: Otro corno la estructura a está mucho mejor preparada que la -metafísica o la antropo-
priori que es la condición de todo mundo "objetivo" posible, logía filosófica, disciplinas que casi siempre parecen saber
32
y por lo tanto de la posibilidad objetiva de su extinción. El perfectamente qué tipo de entidad es el anthropos y, sobre
"fin del mundo" solo tiene un sentido determinado en estos de todo, quién está hablando cuando se dice "nosotros". 35
discursos -solo se vuelve pensable corno posible-, si al mis- El problema del fin del mundo se formula, entonces,
mo tiempo se determina para quién este mundo que termina siempre corno una separación o divergencia, un divorcio o
es mundo, quién es el mundano o el "rnundanizado" que de- una viudez, que resulta de la desaparición de uno de los
fine eljin. El mundo, en suma, es una perspectiva objetiva. 33 polos de la dualidad entre el mundo y su habitante, el ente
La relación (o correlación) central en todas las variantes para el cual el mundo es mundo -y que en nuestra tradición
míticas del fin del mundo aquí consideradas -relación cuyo
fin parece ser el problema, incluso cuando "el problema" es
34. Para la distinción entre el concepto "relativista" de mundo-para-un-su-
jeto y el concepto "perspectivista" de mundo-de-un-sujeto, ver Eduardo
32. Otra vez, ver Sean Gastan, The Concept of World from Kant to Derrida, Viveiros de Castro, Cosmological Perspectivism in Amazonia and Elsewhere,
op. cit., pp. 99 y ss., para un análisis de la afirmación de Derrida de que HAU Masterclass Series, 2012, disponible en haubooks,org.
la muerte del Otro es el fin del mundo. 35. Sobre esta diferencia en el modo de determinar las condiciones de articu-
33. "Recordemos que la expresión 'mundo real' es como 'ayer' o 'mañana', lación de un "nosotros", ver el comentario a una frase de Rorty en Eduardo
ya que su sentido se altera de acuerdo al punto-de-vista [standpoint]"; Viveiros de Castro, "Zero and the art of arithropology", Common knowledge, [,:
Alfred Whitehead, Proceso y realidad, Buenos Aires, Losada, 1956. vol. 17, n° 1, 2011. 1
'
D .•. LLEGADA AL FIN SU HORA,
A
N
o metafísica tiende a ser el "ser humano", ya sea que respon-
w o corno un puñado de miserables sobrevivientes en un pla-
S da al mote de Horno sapiens o al de Dasein-. Esta desapa- neta devastado, y así sucesivamente. 36
I< rición puede deberse a su extinción física o a su absorción En verdad, sin embargo, el cuadro tiene muchos más
I metafísica por el término correlativo, lo que lleva a la re- matices, por el mero hecho de que el sentido y la refe-
1 determinación del término que subsiste: De manera muy rencia de "mundo" y "humanidad" varían bastante en
simple, podernos partir de la oposición entre un mundo sin las diferentes fabulaciones míticas, artísticas, científicas
V
I
nosotros, esto es, el mundo después del fin de la existencia o filosóficas sobre el fin del mundo. El polo "sujeto~' o
V de la especie humana, y un nosotros sin mundo, como una "persona" parece casi siempre referirse, como vimos, a la
E humanidad desrnundanizada o desarnbientada, la subsis- totalidad de la humanidad como especie; pero bien puede
I tencia de alguna forma de humanidad o subjetividad tras el reducirse a la "verdadera" humanidad, esto es, a alguna
R
fin del mundo. Pero, corno vimos, al pensar la disyunción encarnación sociocultural específica de la excelencia hu-
o
S futura de los términos es difícil no evocar el origen de su mana (nosotros, por ejemplo), o por el contrario expandir-
conjunción presente, y precaria. El fin del mundo retropro- se a una virtualidad antropomórfica universal, una especie
yecta un inicio del mundo; en el mismo paso, el destino fu- de fondo de humanidad como prima materia. En cuanto al
turo de la humanidad nos transporta hacia su emergencia. "mundo" cuyo fin es imaginado, puede referirse al conjun··
La existencia del "mundo antes de nosotros", aunque sea to de la biosfera terrestre; puede designar el cosmos como
considerada por algunos corno un desafío filosófico (volve- un "todo" (la colección de entidades y procesos espacio-
remos sobre esto), no parece un estado de cosas tan difícil - temporales, esto es, el "mundo" de la física), inclusive la
de imaginar para el hombre común. Pero la posibilidad de realidad en su sentido metafísico, o también el Ser como
un "nosotros antes del mundo", la preexistencia ontocos- tal; pero puede designar también el Umwelt socionatural
rnológica del humano al mundo, es una figura menos usual humano, o, más precisamente, cierto modo de vida visto
en la vulgata mitológica occidental. Como veremos, se trata como el único digno para los verdaderos seres humanos
de una posibilidad largamente explorada en cambio ·por el (¿acaso podemos vivir sin aviones y sin computadoras,
p ensarniento arnerindio. sin plástico y sin antibióticos?). 37 Esas fluctuaciones o
La dualidad mítica entre humanidad y mundo, pensa- equivocaciones no le quitan relevancia ni pregnancia a
da a partir de su disolución por la sustracción de uno de la idea del "fin del mundo"; por el contrario, la difractan
sus polos, nos coloca de este modo frente a cuatro casos y multiplican en una variedad de fines y de mundos que,
básicos, que surgen de considerar su proyección hacia el
futuro o hacia el pasado. Pero enseguida esta simple ma-
triz se desdobla en ocho casos, si considerarnos el tono 36. En vista de la intención política del presente ensayo, no habrá de
asombrar al lector que consideremos más interesantes ("mejores para pen-
afectivo o el valor atribuido a cada una de estas resolu- sar", diría Lévi-Strauss) los casos de gente-sin-mundo que los de mun-
ciones sustractivas. El mundo después de nosotros puede dos-sin-gente, y que por lo tanto nos detengamos más en los primeros.
ser visto como una nueva edad de oro para la vida, o, 37. No discutiremos aquí los matices técnicos de los diversos conceptos
alternativamente, como un desierto silencioso y muerto; de mundo desarrollados históricamente "dentro" de la filosofía en cuanto
disciplina. Para un análisis parcial de esta historia, centrado en la serie
la humanidad tras el fin del mundo puede ser vista como formada por Kant, Hegel, Hu~serl, Heidegger y Derrida, ver el libro, ya
una raza de superhombres cuyo destino es el cosmos infinito, citado, de Sean Gastan. . -
D
A
N )
o no obstante, parecen expresar todos una misma intuición
w
S histórica fundamental: que nos ha sido revelado que las
1< cosas están cambiando, cambiando rápidamente, y no para
38
I el bien de la vida humana "tal corno la conocernos". Por •.. SE ARRASTRA HASTA
1 último, y sobre todo, que no tenernos la menor idea de BELÉN PARA NACER?
qué hacer al respecto. El Antropoceno es el apocalipsis, en
V
I
ambos sentidos, etimológico y escatológico. Son tiempos
V interesantes, ciertamente.
E
I
R
o
S

,......
=
LO
We have lost the cosmos LO

D.H. Lawrence

EL MUNDO ANTES DE NOSOTROS

El primer caso que elegirnos para comenzar nuestro reco-


rrido tiene su expresión canónica en·la idea del Edén, la
imagen propiamente paradisíaca de la infancia del mundo:
el mundo tal corno existía hasta el sexto día de la crea-
ción, esto es, corno un escenario montado a la espera del
actor principal, el "hombre". El Edén es un mundo-sin-hu-
manos que es un mundo-para-los-humanos; los humanos
son los últimos en llegar y son, en ese sentido, el "fin"
38. La fórmula "el fin de X tal como lo conocemos" {X= el mundo, la vida (la finalidad) del mundo. De manera alternativa, podernos
humana, la civilización, el Estado-nación, etc.) es cada vez más recurrente imaginar este mundo ya en la semana siguiente a la de
en el discurso contemporáneo, y merecería un análisis detallado. En su la creación, pero antes del pecado original -antes, por lo
aparente inocencia de mera expresión {entendemos que se difundió a par-
tir de traducciones desde el inglés), es rica en sobreentendidos filosóficos. ta:r:tto, que Adán y Eva se separaran de él- objetivándolo
.•. SE ARRASTRA HASTA Bq.ÉN PARA NACER?
D
A )
N
o como su antagonista. El mundo previo a la caída es el exterioridad anti-edénica lo que Adán y Eva tuvieron que
w mundo preobjetivo de una humanidad presubjetiva.
1
enfrentar al ser expulsados de la tierra natal, y que solo
S
1(
El rniterna del mundo edénico persiste conternporá- con mucho trabajo y sufrimiento, en ese nuestro afán sin
I nearnente en la idea de wilderness, aquellos espacios -cada descanso, fueron logrando humanizar.
vez menos- de una naturaleza pura, no corrompida por la La concepción positiva de wilderness como "mun-
1
presencia humana, horti conclusi que dan testimonio de do-sin-nosotros" estuvo en el centro de algunos movi-
V un pasado que habría logrado sobrevivir "intocado". des- mientos arnbientalistas contemporáneos, corno el preser-
I
V
de tiempos primigenios hasta el presente, pero que hoy vacionisrno radical, que tuvo su actuación más expresiva
E estaría en riesgo de desaparecer corno resultado de la ac- en la segunda mitad del siglo XX. Esa variante del am-
I ción ciegamente predatoria de la civilización occidental. bientalisrno considera la existencia de los seres humanos
R Corno mostró Williarn Cronon, fue solo después de que se corno esencialmente desnaturalizante, sin vacilar por lo
o apagaran las luces del siglo XVIII -en parte por la in-
S tanto en proponer la expulsión, hacia afuera de los es-
fluencia sobre el imaginario norteamericano de nociones pacios "naturales", de toda y cualquier colectividad hu-
corno lo "sublime" y del terna de la "última frontera"- que mana allí localizada (por lo general, pueblos indígenas o
la wilderness pasó a ser asociada con afectos positivos, poblaciones "tradicionales", es de'cir, con débil inserción
a sentimientos cercanos a lo sagrado, despertados por la en el mercado capitalista). 4 Tal percepción poslapsar:i,a de
"experiencia" de contemplación de una naturaleza gran- toda y cualquier comunidad humana contrasta o, mejor,
00
Ln diosa, anterior y s:upeiior al humano. 2 Antes de aquella convive de forma confusa en nuestro imaginario con una
época, el término wilderness sugería paisajes desérticos, percepción adánica de las poblaciones indígenas, según la
estériles o salvajes, que despertaban mucho más la deses- cual estas vivirían "en armonía con la naturaleza" (lo que
peración, la confusión y el miedo de caer bajo el poder de significa decir que tienen poco J/irnpacto" sobre los pará-
lo demoníaco que la admiración estética o la religiosidad. metros biofísicos de un ambiente definido por sustracción
En El paraíso perdido de John Milton, wilderness es el pai- de lo humano). A la inversa, cualquier transformación de
saje que encerraba y protegía al Jardín del Edén de todo esas sociedades que conlleve la introducción en sus modos
acceso exterior. 3 Es ese reverso ecotópico del paraíso, esa

4. Aunque difícilmente se encuentren hoy movimientos ambientalistas que


l. Déborah Danowski, en uno de los textos que inspiran el presente ensa- reivindiquen la expulsión de poblaciones tradicionales de sus tierras en
yo, propone la lectura de ciertas ficciones recurrentes en la obra de David favor de la preservación de sus ecosistemas, existen iniciativas internacio-
Hume (entre ellas la de Adán) como configurando la concepción de una nales como el REDD (Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degra-
humanidad "antes" del mundo y de una humanidad "después" del mundo dación Forestal) e incluso el REDD+ (el signo+ hace referencia al "papel de la
(el mundo entendido no como totalidad, sino como "experiencia" que, en el conservación, del manejo sustentable y del aumento de stocks de carbono
caso de esas ficciones, o aún no existiría, o ya no existiría más); ver Débora en los bosques, más allá de la deforestación evitada y la recuperación de
Danowsld, "David Hume, o comec;o e o fim", Kriterion, no 124, pp. 331-343. bosques"; ver al respecto "Entenda o que é red", en oeco.org.br), muchas
2. William Cronon, Uncommon Ground. Rethinking the Human Place in veces financiadas por el Banco Mundial, que han recibido innumerables crí-
Nature, Nueva York, Norton, 1995. ticas por acabar teniendo el mismo efecto. Ver, por ejemplo, "Kenya Evicts
3. John Milton, El paraíso perdido, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2005, Indigenous People For Forest Offset Scam", 16 de marzo de 2014, disponible
libro IV. en climateandcapitalism.com, y la No REDD in Africa Netwoik.
D ••. SE ARRASTRA HASTA BELÉN PARA NACER?
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o de vida de objetos o técnicas industriales basta para jus- ·
w tonio. Esta visión paradójicamente optimista de la desapa-
S tificar su exclusión de esa posición adánica privilegiada y, rición de la humanidad -optimista porque el punto de vista
1( por lo tanto, sirve de argumento para -su expulsión de las adoptado es, obviamente; el de la vida- fue expuesta en
I tierras "salvajes" que a duras penas consiguen mantener, el best seller del periodista, escritor y arnbientalista Alan
1 lo que favorece invariablemente a poderosos intereses que Weisrnan, El mundo sin nosotros (2007), que inspiró más
6
nada tienen de preservacionistas. No es necesario recordar de una serie de televisión. El libro de Weisrnan es una
V
I la frecuencia con la que en Brasil el fantasma del "indio de versión más "extrema" del clásico de ficción científica de
V jeans", que por lo tanto "ya no es indio" y que "no nece- George R. Stewart, La tierra permanece (1949), en el que
E sita tierra sino la asistencia del Estado", es conjurado por uno de los pocos sobrevivientes de una epidemia causada
I
los latifundistas del agronegocio, con el apoyo siempre por un virus letal decide observar -puesto que es naturalis-
R
o entusiasta de los grandes medios corporativos, al mismo ta de profesión- cómo evoluciona la vida no-humana tras
S tiempo socios interesados y clientes serviles del capital. la dramática reducción de la humanidad a un puñado de
El mundo edénico de wilderness es por consiguiente individuos dispersos por el rnundo. 7 El mundo sin nosotros,
un mundo orgánico y plural que se construye en torno a por el contrario, es un texto especulativo no-ficcional, que
una oposición fundamental entre la vida, concebida corno describe el destino del planeta luego del fin absoluto de la
inagotable profusión de formas y sutil equilibrio de fuer- especie (el libro no especifica qué tipo de evento habría
zas, y la humanidad (ya sea corno especie "antinatural", acarreado tal extinción), mostrando cómo nuestras huellas
o
1.0
o en su variedad moderno-industrial), imaginada· corno materiales se irán borrando poco a poco, hasta desaparecer
un factor que mancilla, disminuye y desequilibra la vida, por completo en un período comparativamente muy corto,
cuantitativa y cualitativamente. 5 de algunas décadas a unos pocos milenios. El fin del Horno
sapiens junto con las ruinas de su orgullosa civilización
permitirá, después de una fase de transición (ya que aún
EL MUNDO DESPUÉS DE NOSOTROS será necesario que la "naturaleza" absorba los efectos de
la explosión de muchas bombas del tiempo tecnológicas
Un segundo modo de pensar la oposición entre la vida y que dejaremos tras nuestro paso), el restablecimiento y
la humanidad consiste en proyectarla hacia el futuro. La
vida resurgirá, invencible, en su variedad y abundancia, y
reconquistará el territorio (la Tierra) que la humanidad, al 6. Alan Weisman, El mundo sin nosotros, Barcelona, Debate, 2007. En
actuar corno un impiadoso invasor alienígena, habrá trans- cuanto a las series, ver, por ejemplo, el documental Aftermath. Population
formado en un desierto.de concreto, asfalto, plástico y plu- Zero (2008). El libro de Weisman no debe confundirse con el film The World
Without US (donde US remite a los Estados Unidos), documental-ficción de
Mitch Anderson y Jasan Tomaric, también lanzado en 2008.
7. George R. Stewart, La tierra permanece, Barcelona, Minotauro, 1995.
El protagonista termina por encontrarse con otros raros sobrevivientes y
5. "Pienso que en el siglo XX, cuando nuestra población se cuadruplicó, lidera un intento -que fracasa- de reconstrucción de la civilización. Ya
llegamos a un punto en que redefinimos el pecado original: solo por haber en plena vejez, viéndose obligado a abandonar dicho sueño, finalmente
nacido somos parte del problema"; Alan Weisman, "Crowed Planet", Orion acepta como un nuevo comienzo esperanzador la regresión de sus des-
Magazine, 2013, disponible en orionmagazine.orgjarticle/crowded-planet. cendientes y de los demás humanos a un estado de primitividad cultural.
..• SE ARRASTRA HASTA BELÉN PARA NACER?
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o el despertar de la Tierra en una inmensa wilderness, un rico para estar en pos1c10n de irnaginarlo". 10 El futuro deja de
w tapiz de ecosistemas donde aflorarán incontables especies. estar constituido por la misma materia que el pasado, se
S
1< Weisrnan torna en consideración la irreversibilidad de ciertas vuelve radicalmente otro, no-nuestro, un tiempo que para
I transformaciones antrópicas del ambiente que ya han sido aparecer exige nuestra desaparición. La historia se degrada
desencadenadas; pero su experimento mental se concentra metafísicamente y se vuelve pasajera, como cualquier fe-
1
en la capacidad de la naturaleza para obliterar la coraza ma- nómeno, justamente, histórico: es la historia toda, o mejor,
V
terial de la civilización y revitalizar un planeta sofocado por ella misma, la que en breve ingresará en la categoría de las
I "aguas pasadas". Günther Anders, hace ya algunas décadas,
V la acumulación de nuestros artefactos y desechos. 8
E observaba que el derrumbe de la cosmología geocéntrica se
I § Esta misma idea de una substracción del elemento humano vio rápidamente compensado, en el pensamiento moderno,
R por una absolutización antropocéntrica de la historia, esto
que haga posible un restablecimiento edénico del planeta está
o es, por el"relativisrno histórico". Sin embargo, prosigue, la
S en el corazón del Movimiento para la Extinción Voluntaria de
9
los Humanos, creado a comienzos de los años noventa por perspectiva del fin del mundo inaugurada con la era atómi-
el activista norteamericano Les U. Knight, que en parte se ca relativiza de forma absoluta esta absolutización: el "fin
inspira en la ecología profunda y que pregona nuestra gradual de la Historia" se vuelve un acontecimiento meteorológico,
desaparición por la vía de la abstención reproductiva. Los un accidente con fecha y hora de llegada ya marcadas (al
últimos -y_ ya raros- humanos tendrán la suerte de disfrutar menos de jure).
N
\.0 de ese .mundo edénico.
La Historia-que-ya-no-es será una especie de ya-no-ser funda-
Dipesh Chakrabarty abre su artículo "The Clirnate of-His- mentalmente diferente de los acontecimientos históricos indivi-
tory" con una mención a El mundo sin nosotros, observando duales que, una vez pasados, ya no son. Ella ya no será "pasado":
que el experimento mental de Weisrnan muestra cómo nues- será una cosa que habrá existido bajo tal forma (es decir, que "no
11
tro propio sentido de la historia se ve amenazado por el quie- habrá existido" bajo tal forma) como si jamás hubiese existido.
bre de la continuidad entre pasado y futuro, sin la cual la ex-
periencia del presente pierde su sentido. La crisis ecológica, En suma: jamás habremos sido, y punto final.
tornada corno preanuncio de la extinción empírica de la hu- El aparente optimismo con que Weisrnan encara su
manidad, encierra la perspectiva histórica en una paradoja "mundo sin nosotros", por lo tanto, se revela profundamen-
pragmática: "Si seguirnos el experimento de Weisrnan, nos te irónico, por cuanto que introduce, bajo el modo paradó-
vernos obligados a insertarnos en un futuro 'sin nosotros', jico de su substracción, un nuevo actor histórico global: la
humanidad como "especie humana" o mankind, una entidad
biológica transformada en fuerza geofísica capaz de deses-
8. Nótese una vez más que la perspectiva de Weismanes la de la resiliencia tabilizar las condiciones límite de su propia existencia.
de la vida en general, y no la de la sobrevivencia humana.
9. The Voluntary Human Extinction Movement; ver vhemt.org. Weisman,
dicho sea de paso, también evoca en una entrevista de 2008 una hipoté-
tica interrupción de la procreación humana como modo "no-violento" de 10. Dipesh Chakrabarty, "The Climate of History", op. cit., pp. 197-198.
retornar al statu qua ante. 11. Günther Anders, Le temps de la fin, op. cit., p. 22.
EL AFUERA
SIN PENSAMIENTO O
LA MUERTE DEL OTRO

LO
Inside, outside, it really doesn't matter \.0

Don Juan Matus

UN CIERTO PUEBLO SIN MUNDO DEL PASADO RECIENTE

Desde hace mucho tiempo se observa que la percepción


cultural de la modernidad tiene (o, mejor dicho, tuvo)
corno uno de sus elementos fundamentales un sentimiento
de pérdida del mundo, y una consecuente crisis espiri-
tual de la humanidad (occidental, desde luego); gracias
justamente a tal crisis liberadora, la humanidad pasó a
la condición inédita de "sujeto autónomo"~ La revolución
científica del siglo XVII, que nos habría rescatado de un
"mundo cerrado" y jerárquico e introducido al "universo
infinito" y democrático, se vio al mismo tiempo racionali-
zada y alterada por el golpe palaciego que fue la filosofía
crítica. Eso que Kant llamó su "revolución copernicana"
D EL AFUERA SIN PENSAMIENTO
O LA MUERTE DEL OTRO
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o es, como se sabe, el origen oficial de la concepción mo- anterioridad puede ser vista, por un lado, como una pre-
w derna del hombre (mantengamos aquí la forma masculina)
S
rrogativa -manifiesta en la negatividad creadora presente
1(
como poder constituyente, legislado-r autónomo y sobera- en todo proyeCto de "transformación del mundo"-·, puede
I no de la naturaleza, único ente capaz de elevarse más allá también ser denunciada y lamentada como una enferme-
del orden fenomenal de la causalidad que su propio enten- dad degenerativa: fin de la bellá inmanencia pagana, du-
1
dimiento condiciona: el "excepcionalismo humano" es un plicación fantasmática de la realidad, traición de la Tierra,
V auténtico estado de excepción ontológico, y se funda en la
I
olvido del ser, sentimiento del absurdo, relativismo, nihi-
V
separacíón autofundante entre naturaleza e historia. La lismo. Sobre todo en su fase posromántica, primero con
E traducción militante de ese dispositivo mítico es la imagen los existencialismos y, más tarde, con los (de) construccio-
I prometeica del hombre como conquistador de la naturale- nismos posmodernos, la separación entre el hombre y el
R
za: el hombre como aquel ser que, emergiendo de su des- mundo se vuelve -como argumentó decisivamente Latour
o
S amparo animal originario, se perdió del mundo solamente en Nunca fuimos modernos- una inconmensurabilidad on-
para retornar a él mejor, como su señor. Pero este privile- tológica absoluta, que se expresa en dos figuras míticas
gio es profundamente ambivalente, como lo sabemos des- complementarias: la de la desaparición del mundo al ser
de por lo menos el Romanticismo. La apropiación racional absorbido por el sujeto y transformado en su objeto (en
y la economización instrumental del mundo llevarían a. su una construcción social, una figura retórica, un fantasma
"desencantamiento" (Weber), y el Dasein, ese "configu- del deseo), pero también la de la desaparición del sujeto
rador de mundos" (Heidegger), termina revelándose una al ser absorbido por el mundo y transformado en cosa en-
víctima de su propio éxito, al descubrirse absolutamente tre cosas, un artefacto orgánico montado por un relojero
solitario en su "claro", en esa Lichtung abierta en medio ciego. Lo que más tarde vendría a ser llamado "correla-
del bosque (la naturaleza) que le da el monopolio del ser, cionismo" comenzó a entrar en crisis mucho antes de su
de la verdad y de la muerte. A despecho de toda su aper- identificación nosológica. 2
tura, ese claro no puede dejar de parecer una imagen in- No creemos exagerado decir que el Antropoceno, al
trovertida de su doble exterior, la.vasta y feroz wilderness presentarnos la perspectiva de un "fin del mundo" en el
que circunscribía al paraíso. sentido lo más empírico posible, es decir, como un cam-
Así, el antropocentrismo o humanismo modernos co- bio radical de las condiciones materiales de existencia de
rresponden al esquema de un "nosotros antes del mundo", la especie, viene suscitando una auténtica angustia me-
esto es, a la posición de una anterioridad trascendental tafísica. Esa angustia, muchas veces casi pánico, se ha
del humano al mundo, la cual se afirma mucho más "cons- expresado en una desconfianza ante todas las figuras del
titutiva" de este mundo de lo que el humano, en cuanto antropocentrismo, desde la de una ideología prometeica
ser empírico, se muestra "constituido" por él. 1 Y si tal

2. Ver Emmanuele Coccia, "Mente e materia o u a vida das plantas", Landa,


1. Recordemos la definición de este hombre de la episteme moderna como vol. 1, no 2, 2013, disponible en revistalanda.ufsc.br, sobre los "filósofos
"doble [doublet] empírico-trascendental"; ver Michel Foucault, Las pala- siri mundo", o sea, el abandono de la filosofía de la naturaleza por el hu- i
bras y las cosas, México, Siglo XXI, 1968. ,¡
manismo epistemológico y el historicismo. ,,
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1
EL AFUERA SIN PENSAMIENTO
O LA MUERTE DEL OTRO
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N
del progreso de la humanidad en dirección a un Milenio con mayor o menor pertinencia, por los buques insignia
o 3
w sociotécnico, hasta el pesimismo posmoderno que celebra del movimiento. Más allá de sus diferencias, nada pe- }
S irónicamente el poder constituyente· del Sujeto al.denun- queñas por lo demás, todos comparten una misma deci-
1< sión de retomar cuestiones clásicas de la metafísica, una
I
ciarlo como inagotable matriz de ilusiones. La conciencia
de que el grandioso proyecto de una construcción social de disposición antikantiana y antihumanista de intensidad
1 la realidad se realizó bajo la forma desastrosa de una des- variable pero inequívoca, una marcada indiferencia por la
V trucción natural del planeta suscita una (casi) unanimidad filosofía del lenguaje, y una común Jlpasión por lo ~eal".
I en torno a la necesidad de declarar como parte del pasado Algunos de ellos han prestado especial atención a los se-
V res, objetos y cuasi-objetos no-humanos, a la materialidad
E
(esto es, de hacer pasar) el mundo de los hombres sin mun-
I do que es (que fue) el mundo de los modernos. Pero las como dimensión propiamente ontológica, a la tecnología
R transformaciones de ese esquema mítico que están en cur- y a las ciencias naturales. Y, en general, las cuestiones de
o so parten en direcciones diversas; algunas de ellas incluso filosofía política o de antropología sociocultural no son el
S
buscan invertir el signo negativo que marca esta destruc- fuerte del grupo. 4
ción, abogando por la abolición radical del mundo como la Lo que nos interesa aquí es un aspecto en particular
única salida para la transfiguración final que emancipe al del realismo especulativo (o del materialismo especulati-
humano. En una época en que la exuberancia maníaca y la vo: el Jl-ismo" varía, el adjetivo se mantiene constante)
depresión melancólica parecen disputarse las riendas del que podríamos identificar como una variante del esquema
psiquismo colectivo, todo discurso sobre el fin del mundo mítico del u mundo sin nosotros", aunque mucho más ex-
suscita un discurso opuesto que pregona la perennidad trema que la simple imaginación de un cosmos del que la
humana, su. capacidad de superación y sublimación, y que especie humana estaría ausente, como en el experimento
tiende a tomar cualquier mención a ideas de ocaso o fin de Weisman. 5 El mundo sin nosotros" que veremos aquí
JI

como· irreales, fantasiosas, incluso supersticiosas. Veamos.

3. El término "realismo especulativo" tiene mayor circulación en el mundo


anglosajón; aparte de Meillassoux, que participó de la conferencia origi-
EL ARGUMENTO TANATOLÓGICO nal que dio nombre al movimiento, los filósofos franceses en general son
"cooptados" un poco contra su voluntad. Los tres últimos autores citados
Es en contra del mundo-de-hombres-sin-mundo de la mo- además, fueron traducidos y ampliamente comentados por Harman, Brassie;
dernidad que se orienta, por ejemplo, una cierta voluntad y ot~os realistas especulativos de habla inglesa.
4. Para una de las presentaciones más claras del suelo común que com-
explícita de u renovación de la metafísica", también lla-
parten los principales filósofos del realismo especulativo, así como de las
mada Jlgiro ontológico" del pensamiento contemporáneo; líneas de divergencia que los separan, ver Steven Shaviro, "Panpsychism
este movimiento o tendencia incluye a pensadores cuyos andjor Eliminativism", 2011, disponible en shaviro.com. Ver también Levi
nombres se encuentran asociados a la problemática más ·Bryant, Nick Srnicek y Graham Harman (eds.), The Speculative Turn. Conti-
nental Materialism and Realism, Melbourne, re.press, 2011.
conocida por el rótulo de u realismo especulativo", como
5. La "simplicidad" de esa imaginación científicamente argumentada de la
Ray Brassier e Iain H. Grant, Graham Harman y Levy Bryant, extinción física de la especie, al modo de Weisman, no le impide, en nues-
y algunos otros, como Quentin Meillassoux, Bruno Latour tra opinión, ser una de las principales fuerzas que motivan la inquietud
o Tristan Garcia, que son eventualmente reivindicados, filosófica contemporánea.
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O LA MUERTE DEL OTRO
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o es un mundo independiente de cualquier experiencia, pre- el mundo al volvernos hacia nosotros mismos, en lo que
w . vio a toda descripción, actual o virtual. Un mundo sin ob- podríamos calificar como un verdadero brote psicótico de
S servador, que se constituye de forma esencial -que no se nuestra metafísica. El sujeto éonstituyente moderno es una
1< alucinación narcisista, el entendimiento legislador es un
I define solo por accidente- como ausencia de perspectiva.
O sea, un mundo radicalmente muerto. Napoleón de manicomio de provincias.
1 Esa visión de un mundo como pura materialidad indi- El problema del correlacionismo es, según sus crí-
V ferente, asubjetiva o incluso antisubjetiva, se encuentra ticos, la primacía de la relación sobre los términos; es
I defendida de forma convincente en las obras por demás necesario separar el ser del pensar (pensar el ser corno
V separado del pensamiento) para alcanzar los cimientos de
E influyentes de Meillassoux y de Brassier. El primero, en su
I brillante Después de la finitud, propone lo que él entiende la realidad material, el mundo de las cualidades primarias
R como el único antídoto especulativo contra el creacionis- extrasubjetivas. Nótese que lo que parece interesar a Mei-
o mo bíblico y, de un modo más amplio, contra las concep- Uassoux -o a la mayoría de los realistas especulativos- no
S son ambos términos tomados aisladamente; es el mundo
ciones religiosas que volvieron a amenazar la hegemonía
de la imagen científica de la realidad. El enemigo interno en cuanto exterior al pensamiento lo que realmente les
aludido en el libro, esto es, la gran tesis filosófica que preocupa, y no el pensamiento (el lenguaje, la sociedad,
habría dejado la fortaleza de la razón vulnerable a las la cultura, etc.) corno tal, término sobre el cual Meillas-
huestes fideístas, es aquello que MeiUassoux denomina soux no afirma mucho, más allá de que señalar su capaci-
correlacionismo, a saber, la afirmación de una relación dad de acceder a la realidad extra-experiencial por.medio
de presuposición recíproca entre el pensamiento y el ser, de las matemáticas. 8
"la idea según la cual no tenemos acceso más que a la
correlación entre pensamiento y ser, nunca a alguno de
6
esos términos tomado aisladamente". Naturalmente, el y las contrapondría de forma característica con el afuera saturado de vida,
responsable original por tal idea es Kant, quien desde· intencionalidad y agencia de otras tradiciones intelectuales, como observó
entonces habría conducido a la filosofía por un camino Casper Jensen, "Two forros of the outside: Castañeda, Blanchot, ontology".
Hau. Joumal of Ethnography Theory, vol. 3, no 3, 2013, pp. 309-335.
que la alejó infinitamente del "gran afuera", encerrándola 8. "Somos materialistas en la medida en que obedecemos a los dos princi-
en la jaula dorada del sujeto. 7 Con Kant, en suma, perdimos pios de todo materialismo: el ser no es el pensamiento, y el pensamiento
puede pensar el ser"; Quentin Meillassoux, "Iteration, Reiteration, Repe-
tition: A Speculative Analisis of the Meaningless Sign", conferencia en la
6. Quentin Meillassoux, Después de la finitud. Ensayo sobre la necesidad de Freie Universitiit de Berlín, 2012. Tal declaración no contempla la cuestión
la contingencia, Buenos Aires, Caja Negra, 2015, p. 29. (materialista) del ser real del pensamiento, es decir, el hecho de que, inclu-
7. Le grand dehors o the great outside son expresiones frecuentes en fran- so si el ser no es ("solo") pensamiento, el pensamiento es o tiene ("algún")
cés y en inglés para designar el aire libre, la "naturaleza", la vida salvaje, ser. El pensamiento en su dimensión óntica de fenómeno interior al mundo,
la wildemess, el mundo ajeno a las aglomeraciones humanas. Meillassoux y por lo tanto ontológicamente exterior a sí mismo -lo cual, entre muchas
aprovecha la idea, de modo casi jocoso, para designar la realidad indepen- otras cosas, es la condición de relevancia de la antropología como disciplina
diente del pensamiento, o el ser "descorrelacionado". La alusión tal vez empírica- es algo que no parece interesar al autor. Ver, en este sentido, la
irónica al dehors de Maurice Blanchot, Michel Foucault y otros pensadores crítica de Markus Gabriel, "The mythological being ofreflection", en Markus
de referencia del postestructuralismo es igualmente probable. Esto acercaría Gabriel y Slavoj Zizek, Mythology, Madness, and Laughter. Subjectivity in
todas esas ontotanatologías tardoeuropeas (que no poco le deben a Freud) German Idealism, Londres, Continuum, 2009, pp. 81-88.
El AFUERA SIN PENSAMIENTO
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o La maniobra correlacionista es identificada por de cosas que suponemos (o sabemos) ocurrieron antes del
w · Meillassoux en el idealismo trascendental kantiano, en la advenimiento de la especie humana y de su aparato simbó-
S
fenomenología, en el escepticismo ·posmodernista y en lico (lenguaje, cultura, etc.). 10 Ejemplos de tales estados de
K
I otros antiabsolutismos; pero está presente también, y a jui- cosas son eventos como el origen del universo, la formación
cio del autor de modo todavía más virulento, en todas las del sistema solar, la emergencia de la vida en la Tierra, la
1 aparición de las primeras especies del género Hamo, etc.
filosofías "subjetalistas" que absolutizarían u óntologiza-
V rían la correlación (todavía solo epistémica o crítica en el Estos eventos generan los "archifósiles", vestigios materiales
I de realidades y eventos anteriores al advenimiento del hu-
correlacionismo clásico y sus descendientes), como sería
V
E el caso del idealismo objetivo hegeliano, del voluntarismo mano y no obstante accesibles al conocimiento, que proba-
I nietzscheano, y de aquellos diversos sistemas que el autor rían la ilegitimidad de la hipótesis correlacionista. Y de este
R incrimina como "hiperfísicos" (es decir, las filosofías de modo se anularía el vergonzoso divorcio entre la ciencia mo-
o 9
perfil espiritualista, vitalista o panpsiquista). Meillassoux derna -que da testimonio de un acceso efectivo a una reali-
S
entiende que la actitud correlacionista implica el relativis- dad independiente del sujeto- y la filosofía moderna -que
mo (verdadero Judas de la metafísica) y que el relativismo insistiría en subordinar el pensamiento del ser al ser del
nos quita el mundo, entregándolo en bandeja al "fideísrilo" pensamiento, o mejor, al esencial no-ser del pensamiento-.
y al irracionalismo. Contra esa gente-sin-mundo que son La afirmación de la realidad del mundo y de la subsis-
los correlacionistas y su prole hegeliana o wittgensteiniana, tencia del ser, entonces, parece depender, en Meillassoux,
heideggeriana o bergsoniana, él defiende entonces la pree- de una previa desrealización del pensamiento. Y n9 solo del
minencia absoluta de un mundo-sin-nosotros como garantía pensamiento humano, o de la forma-sujeto del pensamien-
última de todo materialismo autentico. to, sino de· toda forma de cognición, percepción, sintiencia
El experimento mental del que Meillassoux echa mano o experiencia, humana o no humana. La vida debe excluirse
para sustentar su razonamiento es curiosamente semejante de la estructura última de la realidad y, más aún, cualquier
al de Weisman, con la diferencia de que él pone en escena dependencia de la existencia en relación a la experiencia
realidades retóricamente distantes en el tiempo y/o en .el debe ser negada. Según Meillassoux, en efecto, la vida en
espacio. Se trata del ''argumento de la ancestralidad", a sa- general y la noósfera humana en particular son el resultado
ber, la cuestión del estatuto de verdad que podemos (y qui- de una emergencia ex nihilo, un milagro sin Dios (toda-
zás debemos) conferir a enunciados que describen estados vía ... ).11 Son la afirmación de una "absurdidad superior del

9. "Llamo 'hiperfísica' a toda teoría que postula otra realidad que 'aque- 10. Ver Rodrigo Nunes, "Ancestrality", en Peter Gratton y Paul J. Ennis (eds.),
lla investigada por l¡1 ciencia, en cuanto explicación heurística de los The Meillassoux Dictionary, Edimburgo, Edinburgh University Pres, 2014,
componentes supuestamente últimos de nuestro mundo, siendo él mismo pp. 22-24; y Markus Gabriel, "The mythological being of reflection", op. cit.
considerado como un mundo contingente entre otros realmente posibles"; 11. Esto se vincula con un complejo argumento sobre la necesaria con-
Quentin Meillassoux, "Iteration, Reiteration, Repetition", op. cit., p. 13. tingencia absoluta del orden cósmico, los temas del "hipercaos" y de la
E:n esta "hiperfísica" el autor incluye toda forma de metafísica vitalista "inexistencia divina", que no podemos abordar aquí. Este argumento in-
o panexperiencialista, como las de G.W. Leibniz, William James, Alfred cluye, entre sus consecuencias, la posibilidad de que la divinidad pase a
Whitehead,· Henri Bergson y Gilles Deleuze. existir en cualquier momento en el futuro.
El AFUERA SIN PENSAMIENTO
D O LA MUERTE DEL,OTRO
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o tiempo" que excluye del mundo no solo el principio de la del pensamiento, la posición física o metafísica del uno-
w vida como el sentido de cualquier principio, a saber, el sotros" se vuelve epifenomenal e inerte como la materia.
S
1<
prin~ipio de razón suficiente. Únicamente queda a sal- Para Brassier, es necesario extinguir el sentido, radicalizar
I vo el principio de no-contradicción, requerido para que se el desencantamiento del mundo iniciado por la Ilustración,
pueda afirmar la necesidad de la contingencia. Por eso, y para ''abrir camino hacia la inteligibilidad de la extinción.
1
si nos permiten el juego de palabras, no es "contingente" La falta de sentido y de finalidad no son meramente priva-
V -para el pensamiento de Meillassoux, naturalmente- que tivas; ellas representan un plus de inteligibilidad". Si para
I
V
el Tiempo (con T mayúscula) sea puesto como el señor del Meillassoux no existe principio de razón, para Brassier la
E absurdo: el fin del mundo, se vuelve, de este modo, tanto razón no tiene principio. Pero la inteligibilidad es, estima
I inminente (pues no hay ninguna razón para que el mundo él, mejor que la ignorancia ...
R no acabe de aquí a un segundo) como insignificante. Es digna de mención la frecuencia con que la palabra
o El mundo-sin-nosotros que propone Ray Brassier, a su
S "muerte" aparece en los escritos de MeiUassoux y Brassier.
vez -y no haremos aquí más que aludir a su Nihil desen- Meillassoux habla de un estado de "existencia muerta" y
cadenado, obra densa y compleja-, se sitúa en el futuro, de una "materia muerta" como sustancia última del cos-
como el de Weisman, pero un futuro tan remoto cuanto mos, a los cuales sobrevienen luego los fenómenos de la
remoto es el mundo ancestral d~ Meillassoux, un "tiempo vida y del pensamiento metafísicamente ex nihilo, como
cosmológico profundo" 12 que contrasta decisivamente con realidades infundadas en el sustrato inorgánico del cos-
el "tiempo antropológico" del correlacionismo. El "hecho" mos. Brassi_er, por su parte, echa abundante mano de la Ln
r--
empírico que pone en movimiento el argumento hiper-ni- pulsión de muerte freudiana como principio cosmológico,
hilista de Brassier es la aniquilación inexorable de la espe- e identifica un tropismo tanatológico de la vida y del pen-
cie humana, seguida de la vida en general, de la Tierra y fi- samiento. El potencial emancipador de esa atracción fat~l
nalmente del universo. A largo plazo, como se dice;estare- (emancipador para los humanos, claro está; no se pidió l<i
mos todos muertos; esto hace que, de acuerdo con Brassier, opinión de los demás vivientes) debe, a su entender, ser
ya estemos todos muertos: en palabras del autor, "todo ya estimulado políticamente; el nihilismo de Brassier es una
está muerto"). 13 Más que desrealizar el pensamiento para posición militante, no qui~tista.
afirmar el ser, en Brassier la tarea es aniquilarlo, elimi- Mientras que en el experimento de Weisman y en los
narlo no solo en el futuro sino sempiternamente: el pen- motivos edénicos del mundo-sin-nosotros la oposición per-
samiento es "radicalmente desvalorizado en el presente" tinente era entre vida y humanidad, en el esquema antian-
(como dice Shaviro), y se ve excluido in tato del ser, el cual tropocéntrico de esta yariante del realismo especulativo
lo excede de forma absoluta. Al mismo tiempo, el sujeto que estamos examinando la oposición sería más bien entre
vida (humana o no humana) y mundo, entendido como rea-
lidad sustantiva o materia del ser. Es preciso negar la vida
12. Seguirnos aquí una lúcida exposición de Paul Ennis en un manuscrito en cuanto agencia, sintiencia y significación para poder
inédito titulado "The clairn that we are already dead", tanto coino el texto
ya mencionado de Steven Shaviro, "Panpsychisrn andjor Elirninativisrn".
afirmar la verdad autónoma del ser como "ensimismidad".
13. Ray Brassier, Nihil desencadenado. Ilustración y extinción, Segovia, El grand dehors es una tierra devastada y glacial, la exte-
Nateria Oscura, 2017. rioridad radical está absoluta y espantosamente muerta.
-:rf::::

EL AFUERA SIN PENSAMIENTO


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o Diríase que, para estos pensadores, hablar del "fin del mun- Por último, nos parece que el establecimiento de una
w do", lejos de ilustrar una contradicción pragmática (como discontinuidad máxima entre una perspectiva sublunar y
S
1<
lo sugiere Chakrabarty para el caso ·del experimento de una perspectiva supralunar es esencial para estas dos na-
I Weisman), significa por el contrario enunciar una simple rrativas del mundo-sin-nosotros, porque ambas requieren
tautología metafísica, un banal pleonasmo ontológico: el -de hecho, defienden- una "bifurcación de la naturaleza"
1
fin es el modo de JJexistencia" del mundo. en el sentido consagrado por Whitehead. 15 Paul Ennis su-
V Concordamos con Shaviro cuando observa que la su- braya la oposición entre el cosmocentrismo cientificista
I
V
posición de Meillassoux y Brassier de que la materia, para "noir" de Brassier y el geocentrismo "relativista" de la filoso-
E poder existir en sí (fuera de la correlación), deba ser fía continental ilustrado, por ejemplo, en el arca originaria
I inerte y JJmuerta" termina por reintroducir el excepcio- de Edmund Husserl, el Geviert o cuaternidad de Martin
R nalismo humano que, justamente, se trataba de eliminar. Heidegger( o la Tierra (la gran desterritorializada) de
o
S La decisión antiantropocéntrica en la raíz de estas dos Deleuze y Guattari; y agregaríamos a esta lista, claramente,
versiones del tema del mundo-sin-nosotros se revela, a la Gaia (o mejor dicho, las Gaias) de Latour y Stengers. Pero
fin de cuentas, totalmente obcecada por el punto de vista ese distanciamiento entre el orden cosmológico y el orden
humano. Todo sucede como si la negación de este punto antropológico, entre un tiempo cosmológico profundo y un
de vista fuese un requisito que el mundo necesita para tiempo histórico humano (distanciamiento en el que, a fin
existir; curioso idealismo negativo, extraño subjetalismo de cuentas, resuena la distinción caduca entre naturaleza
\.0
r-- cadavérico. (El antivitalismo más abarcador defendido por y cultura, precisamente por cuanto que afirma la preemi-
los autores, que fundaría tal antiantropocentrismo, pare- nencia englobante de una naturaleza muerta sobre algo que
ce ser sobre todo una medida de precaución, una jugada "no debería estar allí" -la experiencia-), es justo lo que
táctica que garantice la neutralización de lo que real- está siendo objetado empíricamente por el colapso de las
mente incomoda metafísicamente,. a saber, la vida "tal escalas y estratos de la realidad planetaria, esto es, por la
como la conocemos" por dentro, la experiencia humana metamorfosis de la especie humana en un agente geofísi-
hipervalorizada por el cuidado mismo con que se la inva- co mayor. Al desplazar la polémica del anticorrelacionismo
lida.) Pero un antropocentrismo al revés no deja de ser un hacia el plano "ecológico" de lo sublunar, formulando la
antropocentrismo, tal vez incluso el único antropocen- cuestión de la relación entre pensamiento y ser en términos
trismo realmente radical, así como en la grotesca comedia de humanidad y mundo, y al reducir así la distancia entre
de enredos colonialista los europeos quemadores de ídolos la realidad como universo y la realidad como Gaia, podemos
eran los únicos fetichistas, al creer en la irrealidad de percibir cuán irónica es nuestra presente situación, marca-
los fetiches del mismo modo como consideraban -de for- da por una catastrófica objetivación terrestre de la correla-
ma poco realista- que los "salvajes" creían en la realidad ción, es decir, por el hecho de que el pensamiento humano,.
trascendente de los mismos. 14
15. La famosa denuncia hecha por Whitehead respecto a la bifurcación
de la naturaleza en cualidades primarias y secundarias es repetidamente
14. Bruno Latour, Sur le culte des dieuxfaitiches suivi de Iconoclash, París, recordada por Latour, Shaviro y otros "hiperfísicos" en el sentido explici-
La Découverte, 2009. tado por Meillassoux.
(">''.

EL AFUERA SIN PENSAMIENTO


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o materializado como megamáquina de impacto planetario, sorda lucha de clases), y el cosmos-sin-nosotros, el austero
w efectiva y destructivamente correlaciona el mundo, recu- ballet de las esferas que evoluciona sublime en los grandes
S
K briendo los archifósiles del pasado remoto con espesas ca- planos del sistema solar y más allá. A excepción de algunos
16
I pas de suelo antropocénico -concreto, plástico, asfalto-, elementos puntuales que sugieren posibles mediaciones en-
ricas en lo que serán los antropofósiles de un futuro tal vez tre las dos dimensiones, 17 estas parecen ser incomunicables
1
no tan distante. El anticorrelacionismo de Meillassoux -y hasta la llegada de su encuentro fatal. John, el cuñado cien:-
V de otros metafísicos materialistas de su generación- suena tífico que posee el único instrumento capaz de dar acceso
I
V
por lo tanto, tal vez en contra de sus intenciones explícitas, objetivo al mundo exterior, acaba prefiriendo el suicidio, al
E como un patético grito de protesta (si no como una fórmula descubrir que su ciencia era falible e impotente. Como él,
I de exorcismo, o una denegación) contra el poder sinies- que muere dentro de su bella propiedad, ninguno de los
R tramente realizante del pensamiento, al menos en nuestra otros personajes principales (lo que incluye a los caballos)
o parece poder atravesar el riacho que lleva hacia afuera. No
S modesta morada terrestre.
hay salida. 18
Tal vez más que en cualquier otra película de desas-
"NADIE LA E)(TRAÑARÁ" tres en la historia del cine, la destrucción escenificada
en lVIelancolía no es simplemente un intervalo de crisis
No nos parece que sea un· despropósito comparar el nihi- o la interrupción por la muerte del curso de la vida de
,....
co
lismo militante de Brassier -y otros argumentos filosóficos un grupo de personas (el incendio de un rascacielos, el
análogos sobre el fin del mundo y del pensamiento- con el naufragio de un transatlántico), o un accidente situado
escenario que proyectan films como Melancolía, de Lars dentro de la historia de la civilización occidental (el fin
von Trier (2011), o 4:44 El último día en la tierra, de Abel de los Estados Unidos, por ejemplo), ni aun una parábola,
Ferrara (2011), en los que se imagina un fin instantá-
neo de toda la vida terrestre, o de la vida universal, en el
caso de Von Trier. 17. Por ejemplo, la melancolía profunda de Justine (la protagonista), su
Melancolía muestra el choque de la Tierra con el afuera exposición extática (¿reconciliadora?) a la fría luz del planeta Melanco-
lía; el telescopio y el tosco instrumento fabricado por su cuñado (John),
absoluto, materializado en un gigantesco planeta azul que que le permiten al sobrino (Leo) y después a su hermana (Claire) ver la
inesperadamente se cruza en nuestra ruta, proveniente de aproximación del planeta; la frágil y transparente cabañita construida
1,'
las profundidades del cosmos. El film escenifica el contraste para proteger no solo a Leo sino también a Claire y a la propia Justine; y
entre el mundo humano, con sus interminables melodramas finalmente, claro, el choque (la "mediación inmediata") con Melancolía.
18. No hay salida, desde luego, dentro del capitalismo, como queda claro
y contradicciones (la familia, la empresa, la fiesta de casa- en la primera parte del film (ver Steven Shaviro, "Melancholia, or the ro-
miento, la magnífica casa de campo de la alta burguesía, la mantic anti-sublime", Sequence, no 1, 2012, disponible en reframe.sussex.
ac.uk). Pasa aquí un poco como en El ángel exterminador de Luis Buñuel,
película que también encierra a un grupo de personas de la alta burguesía
en un lugar lujoso del cual no consiguen salir por motivos tan inesperados
16. Sverker Sollin y Paul Warde (eds.), Nature's End. History and the Envi- como los del film de von Trier. (Contrástese, además, los metafóricos car-
ronment, Londres, Palgrave MacMillan, 2011; Gisli Pálsson et al., "Recon- neros burgueses del final del film de Buñuel con los metonímicos caballos
ceptualizing the 'Anthropos' in the Anthropocene", op. cit., p. 5. apocalípticos de Von Trier.)
EL AFUERA SIN PENSAMIENTO
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o como las hay tantas, de la extinción del Hamo sapiens, 11
encuentro, ya dentro de la Caverna mágica" -el simulacro
w sino una presentación del fin del fin. El choque con el de cabaña indígena19 que eUa misma construyó junto con
S
1( planeta Melancolía es el evento que acaba con todos los su sobrino-, vemos en su rostro cómo la melancolía da
I eventos, y con el propio tiempo, en el mismo exacto sen- lugar a lo que nos pareció una fugacísima crispación de
tido con el que Anders se refería al ap·ocalipsis nuclear: miedo. Una mera contracción refleja tal vez, pero, por eso
1
no sobra nadie, no hay ninguna voz en off que comente mismo, una (in)equívoca señal de vida. Es justamente ese
V el fin del mundo; el tiempo real desaparece a tal punto momento de miedo y conmoción que, pensamos, parece
I.
V que no se puede siquiera imaginar en qué tiempo verbal marcar la diferencia entre Melancolía y el apocalipsis pre-
11
E se podría narrar lo inenarrable, a no ser en un presente" conizado por Brassier. Recordemos que, antes de ser el fin
I mudo (no sobra nadie, no hay ninguna voz). Al choque de todo, la catástrofe es precisamente un choque, un en-
R
con Melancolía le sigue la oscuridad, o más bien la pan- cuentro, un acontecimiento, y que, entre la perspectiva del
o
S taHa negra, la ausencia de imagen, el silencio, la nada. fin inminente y el propio fin, se interponen algunas déci-
El fin del mundo es el fin del film, y el fin del film es el mas o centésimas de segundo de un afecto de intensidad
fin del mundo. máxima. No es solo para aliviar la desesperación de Claire y
'
De todos los personajes del film, la melancólica Jus- el miedo de Leo que Justine ayuda a su sobrino a construir
11
tine es la única que Sabe cosas" (pero las sabe de mane- el escuálido armazón de ramas secas. La Caverna mági- 11

ra diferente a John, su cuñado científico). Es eUa quien ca", sin paredes materiales, puede no ser una fuga -pues
o
00 desde el inicio mira hacia el cielo estrellado y percibe que no hay hacia dónde huir- pero es una salida encontrada
algo está mal; es eUa también quien aceptará la perspec- por los tres personajes para enfrentar el acontecimiento
tiva del desastre con mayor facilidad. Son suyas las pala- y contraefectuarlo trascendentalmente, en aquellos pocos
bras más duras del film: que el fin de "la vida en la Tierra instantes de pensamiento hiperconcentrado.
es el fin de toda vida en el universo, pero que eso no nos Steven Shaviro, en su detallado y excelente análisis
debe entristecer. del film de von Trier, advertía sobre la coexistencia aHí
entre un tratamiento metafórico del fin del mundo, que
Justine: La Tierra es mala. No necesitamos lamentar su muerte. representa la ausencia de alternativa a aquello que Mark
11
Claire: ¿Qué? Fisher llamó realismo capitalista ( el impasse catastrófico
Justine: Nadie la extrañará. de una sociedad de la cual se drenó todo futuro, y de
Claire: ¿Pero dónde crecería Leo? cuyas posibilidades la mayor parte fue excluida") y un
Justine: Todo lo que sé es que la vida en la Tierra es mala. tratamiento completamente literal y cosmológico, un co-
Claire: Puede haber vida en otro lugar. rrelato objetivo de la catástrofe, ~~aquello que el filósofo
Justine: Pero no la hay. Ray Brassier Uama 'la verdad de la extinción"'. En la opi-
nión de Shaviro, la depresión de Justine es /luna especie
Su disforia es ontológica y absoluta, independiente
de un motivo externo circunstancial, bastante diferente,
también en eso, de la desesperación que se apoderará de 19. Una especie de tipi cónico como el de los indios de las praderas nortea-
Claire. Sin embargo, en los últimos segundos previos al mericanas, pero reducido a su esqueleto mínimo y sin cobertura.
EL AFUERA SIN PENSAMIENTO
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o · de interiorización [ ... ] de la verdad cósmica deflacionaria de creernos, para Peter Szendy- los planos finales del film son
w 20
·la extinción planetaria". . por el contrario absolutamente aterradores. Quién sabe; en
S
J(
La "verdad de la extinción" de la que habla Brassier en el fondo, quizá sea también por la misma razón que, en otro
I Nihil desencadenado es deducidá por medio de lo que hoy artículo, Shaviro simpatiza con la "hipótesis de Medea" que
se imagina corno una proyección científica (en lugar de la el biólogo Peter Ward plantea corno alternativa a la teoría
1
tradicional profecía mítica) del evento rnacrocósrnico que de Gaia de James Lovelock. 23 Según Ward, la historia de la
V absorberá no solo a la Tierra sino al mundo-universo, de vida y de las extinciones en masa ocurridas en la Tierra
I
V
aquí a algunos trillones de años. Es solo al hacer .el camino demuestra que los procesos vitales tienen sobre el ambien-
E inverso, en una "regresión tanatotrópica" 21 realizada por el te efectos antes desestabilizadores que horneostáticos. "La
I pensamiento, y en un tiempo "infinitamente" más corto que vida en la Tierra ya estaba condenada a la extinción mu-
R los trillones de años proyectados en el futuro, que el discur- cho antes de que el calentamiento y la expansión del sol
o so del filósofo constata la falta de sentido de nuestra vida
S tornasen la Tierra demasiado caliente para la vida", resume
presente. Ahora bien, así corno Brassier, también Shaviro, en Shaviro. Recordemos, sin embargo, que lo que condujo a
su análisis de Melancolía -aunque mencione al pasar el cam- Lovelock hasta Gaia fue justamente la extrañeza y fragilidad
bio climático corno un evento que nos recuerda la "autono- de ese nicho de neguentropía que es la Tierrá viva, la cual,
mía" del mundo-sin-nosotros, el caos que subyace a todo el sin duda, puede dejar de existir, en su forma actual, en cual-
cosrnos-, 22 nos parece que pasa demasiado rápido del mundo quier momento. Corno "narrativiza" maliciosamente Latour
N
00 humano (la historia demasiado humana del capitalismo) a en magníficos párrafos de Pace a Gai'a, Lovelocl~ asumió un C'()
00

ese mundo cósmico o, más bien, caótico. ¿Será esa tal vez la punto de vista exterior a la Tierra y, mirando de vuelta hacia
!azón por la cual él repite tantas veces en su artículo que el esta, percibió algo que no debería estar allí (aquí), un apax
film de Lars von Trier es -en contraste con la mayoría de las cos·rnológico: la estabilización de la atmósfera terrestre con
películas de desastres- "deflacionario", y que la visión del concentraciones inmensamente improbables de ciertos gases
cosmos y del propio choque nos deja indiferentes, excepto fundamentales para la vida. Y es justamente porque la vida
tal vez por el placer estético que sentirnos al observar aque- está aquí, aunque no "debies_e" hacerlo, que los cambios
llas bellas y distantes imágenes? Para nosotros -y también, climáticos son un acontecimiento-para-nosotros. Corno ya
argumentamos a partir de Chakrabarty, ellos trajeron el co-
lapso de las tres historias que antes parecían tan separadas
20. Steven Shaviro, "Melancholia, or the romantic anti-sublime", op. cit. corno los dos mundos de Melancolía: la historia de la Tierra,
Para un sugerente análisis de Melancolía que, entre otras cosas, abre la historia de la vida en la Tierra, y "nuestra historia". Es por
toda una nueva posibilidad de interpretación del objeto focal del film -la
cabaña mágica en cuyo "interior" los personajes acogen el acontecimien-
eso, creernos, que Justine siente miedo, aun cuando sepa
to-, ver Marie Gil y Patrice Maniglier, La conversation des images, París, que la catástrofe ya sucedió.
Bayard, 2014.
21. La expresión es de Brassier, quien sin embargo la usa en otro contexto
y con un sentido primariamente psicoana~ítico.
22. En este contexto, ver las referencias de Shaviro a los trabajos de Eu- 23. Steven Shaviro, "Against Self-Organization", 2009, disponible en
. gene Thacker, donde este distingue el "mundo para nosotros", el "mundo shaviro.com; Peter Ward, The Medea Hypothesis. Is Life On Earth mtimately
en sí" y el "mundo sin nosotros". Self-Destructive?, Princeton, Princeton University Press, 2009.
POR FIN SOLOS

U")
This is the way the world ends 00

This is the way the world ends


This is the way the world ends
Not with a bang but a whimper.
T.S. Eliot

CECI N'EST PAS UN MONDE

La experiencia estético-filosófica de Lars van Trier, por su-


puesto, carece de "realismo". Es poco probable que un me-
gadesastre cósmico o incluso ecológico venga a poner fin
de forma tan abrupta, y en tan corto plazo, a nuestra forma
de vida. La verdad alegórica del film estaría, más bien, en el
carácter súbito (para la escala biográfica humana) de nues-
tra toma de conciencia de la intrusión de Gaia, y de la con-
vicción rápidamente creciente de la irreversibilidad o irre-
vocabilidad de esa intrusión: Gaia ha llegado para quedarse,
¡~,-:.

POR FIN SOLOS


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1
o y cambiará nuestra historia para siempre. Por eso, Gaia se mundo presto a terminar de una sola vez: un árbol siendo
w parece mucho rná~ al planeta Melancolía que a la Tierra que cortado, un perro recibiendo alimento de su dueño pacien-
S
1<
es alcanzada por él; Melancolía es una.irnagen de la trascen- temente, en lo que parece ser la última comida de los dos.
I dencia gigantesca y enigmática de Gaia, una entidad que se Pero el mundo, por el contrario, puede ir ausentán-
abate sobre nuestro mundo, que se ha tornado súbitamente dose poco a poco. La perspectiva de la crisis ambiental
1
demasiado humano, de modo devastador. planetaria parece exponer a la especie no tanto al riesgo
V I;l film 4:44 El último día en la tierra, de Abel Ferrara, de una muerte súbita corno al agravamiento de una enfer-
I
V
si por un lado es el más "verosímil" de todos los filrns apo- medad degenerativa, cuyo solapado inicio no habríamos
E calípticos recientes ·(por el retrato que hace de la verda- detectado. Si las cosas continuaran en el rumbo en el que
I dera Babel que viene siendo la torna de conciencia de los están, la narrativa más verosímil nos dice que, efectiva-
R peligros de los cambios climáticos causados por la acción mente, todos -o los pocos que resten- viviremos cada vez
o
S
humana), por otro lado condensa, corno Melancolía, toda peor, en un mundo cada día más parecido a aquellos con-
la complejidad e hiperobjetividad de los cambios climáti- cebidos por la gnosis distó pica de Philip K. Dick. 3 Mundos
cos y de la degradación ambiental en un único evento apo- o, corno explica Dick, "pseudornundos" donde el espacio y
calíptico, con hora exacta prevista para acontecer (a las el tiempo comienzan a pudrirse y desintegrarse, donde las
4:44), 2 una conflagración planetaria desencadenada por la acciones se interrumpen a medio camino y tornan cursos
desaparición súbita de la capa de ozono. Pero aquí no hay incomprensibles, donde los efectos anteceden erráticos a
......
<O
00 un punto de vista cósmico. El mundo todo que acaba es . las causas, las alucinaciones se materializan en ontolo- 00

visto desde dentro de "nuestro mundo", el mundo patéti- gías contradictorias, la vida y la muerte se vuelven tec-
ca, trivial y anodi;narnente humano de un ·barrio bohemio nológicamente indiscernibles; donde misteriosos Mesías
de Nueva York (pero también a partir de lo que allí llega, hipercapitalistas administran religiones rnediáticas a las
a través de la televisión, de los preparativos para la hora masas hipnotizadas (debidamente dopadas· por aparatos
final de otros pueblos del planeta). Tenernos que esforzar- de ajustamiento del humor); y donde intentar mantener la
nos para encontrar los raros elementos no humanos de ese lucidez en medio de una entropía que corroe la propia es-
critura, que hace enloquecer la lógica diegética -los libros
de Dick no describen, más bien inscriben la fragmentación
1. Isabelle Stengers, En tiempos de catástrofes, op. cit. Como observaron de lo real-, es la única ocupación posible -y en última
con razón Cristophe Bonneuil y Jean-Baptiste Fressoz en L'évenement an- instancia imposible- de los personajes. Corno decía Leibniz
thropocene, París, Seuil, 2013, la "toma de conciencia" del deterioro eco- al exponer el esquema piramidal de los mundos posibles
lógico del planeta causado por la acción humana no fue súbita, ni puede
hacia el final de los ensayos de Teodicea, el número de
servir para caracterizar el pasaje de una era de ingenuidad y ceguera al
advenimiento de una "modernidad reflexiva" en lo que atañe a las cues- mundos peores que cualquier otro donde podamos estar es
tiones ecológicas. Entretanto, nos parece innegable que la acumulación de
las modificaciones antrópicas del equilibrio termodinámico planetario se
volvió fenomenológicamente, o mejor, catastróficamente palpable recién
en las ultimas décadas del siglo XX. 3. Ver, por ejemplo, sus novelas Ubik (1969), ¿Sueñan los androides con
2. Aunque toda la acción parezca desarrollarse en el curso de un único día, ovejas eléctricas? (1968), Fluyen mis lágrimas, dijo el policía (1974) o El
no se especifica con exactitud la fecha. mundo contra reloj (1967).
POR FIN SOLOS
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o infinito. El peor de los mundos no existe, pero hay solo un Pero tal vez ·el mejor ejemplo de una situación de
w mejor mundo posible: el nuestro. En la época de Leibniz, humanidad desmundanizada sea la novela La carretera
S 4
1<
eso todavía podía sonar optimista. (2006), de Corma:c McCarthy, donde el estilo lacónico y
I Hay muchos ejemplos recientes, en la literatura y en el el tema más que sombrío se armonizan admirablemente.
cine, de la representación pesimista e incluso algunas veces El mito apocalíptico que se elabora allí puede ser resu-
1
en un modo celebratorio) de un futuro correspondiente al mido con una simple formula: en el final no habrá nada,
V esquema de "nosotros-sin-mundo", esto es, de una huma- solo seres humanos ... y no por mucho tiempo. El libro
I
V
nidad que ha visto sustraerse sus condiciones fundamenta- cuenta el recorrido de un padre y un hijo por una tierra
E les de existencia. Enseguida nos viene a la mente lVlad lVlax muerta, plomiza y putrefacta, tras un desastre planetario
I (1979, dirigida por George Miller), p~ro podríamos también de causas desconocidas. Con los ecosistemas destruidos,
R incluir aquí lVlatrix (1999, dirigida por las hermanas Wa- sin animales, plantas o agua. limpia, los pocos humanos
o chowski), si aceptamos una cierta equivalencia entre un
S restantes subsisten sórdidamente de los restos de la civi-
mundo ecológicamente desértico, como el del primer film, lización (latas de comida, ropas y utensilios recolectados
y un mundo de puros espejismos, como el del segundo, sus- en centros comerciales) o del canibalismo practicado sobre
citados como se sabe por el "desierto de lo real". 5 En ambos otros sobrevivientes.
casos, estamos frente a un "fin del mundo'', en el senti- La carretera describe el curso de un proceso irrefre-
do de mundo humano, el fin como resultado de un proceso nable de decaimiento -un poco a la manera de Ubik, de
en
00
00 de desvitalización ontológica del ambiente (devastación o Dick- en que los objetos a nuestro alreP,edor van enveje- 00

artificialización integrales del planeta) que tiene efectos ciendo a un ritmo cada vez más rápido, hasta finalmente
"deshumanizadores" para los sobrevivientes. percibir que la muerte no es, como pensábamos, un ene-
migo externo contra el cual luchamos en enorme desigual-
dad de condiciones, sino un principio interno: nosotros ya
4. Gottfried W. Leibniz, Teodicea. Ensayos sobre la bondad de Dios, la estamos muertos y la vida es lo que pasó para el lado de
libertad del hombre y el origen del mal, Buenos Aires, Biblioteca Nueva, afuera. 6 Podemos decir que hay aquí algo así como un cam-
2018, § 416. Para una lectura del optimismo leibniziano desde el punto bio de perspectiva/ en el sentido amerindio del término:
de vista de la crisis actual, ver Déborah Danowski, "Ordern e desordern na
Teodicéia de Leibniz", Indice, vol. 3, no 1, pp. 41-55. Sobre la capacidad
humana de vivir en condiciones ambientales indefinidamente peores, ver
la interesante (y deprimente) hipótesis sobre la Isla de Pascua de Terry 6. Tal vez ya hayamos estado muertos desde la conferencia Eco92, que tuvo
Hunt y Carl Lipa, The Statues That Walked. Unraveling the Mystery of Easter lugar en Río de Janeiro en junio de 1992. Por lo menos, eso es lo que sugiere
Island, Nueva York, Free Press, 2011, y las lecciones extraídas de James Ubik (novela publicada en 1969), que comienza con estas palabras: "A las 3
Bernard MacKinnon, The Once and Future ·World. Nature As It Was, As It Is, y media de la madrugada del cinco de junio de 1992, el mejor telépata del
As It Could Be, Nueva York, Houghton Mifflin Harcourt, 2013 (referencias Sistema Sol cayó del mapa situado en las oficinas de la firma Runciter Aso-
obtenidas de Robert Krulwich, "What Happened On Easter Island. A New ciados en Nueva York"; Philip K. Dick, Ubik, Barcelona, Minotauro, 2011. El
(Even Scarier) Scenario", 2013, disponible en npr.org). día 5 de junio, por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
5. Welcome to the desert ofthe real, corno le dice farnosarnente Morpheus a fue establecido (en 1972) como el Día Internacional del Medioarnbiente.
Neo. Sobre Matrix como "film de acción intelectual" (es así corno las her- 7. Eduardo Viveiros de Castro, "Exchanging perspectives: the transforrnation
manas Wachowski describieron su obra), ver Alain Badiou et. al., Matrix. of objects into subjects in Amerindian ontologies", Common Knowledge,
Machine philosophique, París, Ellipses, 2003. vol. 10, n° 3, 2004, pp. 463-484.
POR FIN SOLOS
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o mientras creíamos ser los defensores del mundo de los Otro ejemplo de un mundo que se vacía poco a poco, y
w vivos, hacía mucho que habíamos sido ya capturados por deja así a los humanos patéticamente desamparados, es el
S
1< el punto de vista de los cadáveres. ·("¡Ya estarnos muer- esplendido film de Béla Tarr y Ágnes Hranitzky, El caballo
I tos!" es también la frase que dice a los gritos -aunque, a de Turín. 9 Los protagonistas -íbamos a decir "la pareja",
pesar de su sonoridad estentórea, suena mucho más corno como en La carretera o 4:44, pero aquí son tres- son un
1
el whimper, el gemido quejoso del poema de Eliot- el hombre mayor parcialmente inválido, su hija adulta y el
V personaje de Willern Dafoe en 4:44, frente a aquellas per- caballo que empuja la carreta de la familia (¿el caballo
I
V sonas que, intentando ejercer por última vez su humana que desencadena la crisis de Nietzsche en Turín?), quie-
E libertad frente a la muerte anunciada, .se suicidan arro- nes habitan un terreno minúsculo y miserable, perdido
I jándose desde lo alto de sus departamentos.) En la novela en una estepa barrida por el viento. El fin del mundo
R
de McCarthy, en efecto, la muerte todo el tiempo amenaza de los campesinos de Tarr es antes un desecamiento que
o
S con capturar a los pocos seres vivos que restan, substra- un pudrimiento. Es el viento áspero y estéril que ulula
yéndoles el mundo: ocultándoles los objetos, erosionan- sin cesar, soplando hojas muertas y polvo contra la ca-
do la memoria humané]. de sus significados, corroyendo el baña de piedra; es el pozo que se agota, del que el agua
propio lenguaje, devastando sus cuerpos por el hambre y deja de manar; es el caballo que inexplicablemente deja
las enfermedades, transformándolos en comida de preda- de alimentarse -el caballo, bestia apocalíptica, como en
dores caníbales, ex humanos que perdieron su alma, es Melancolía-; es la escasa luz que se apaga, por falta de
decir, justamente su "humanidad". Afasia y antropofagia. 8 coJ.Tibústible; es la comunicación que insidiosamente se va
Es difícil leer este libro sin tener la angustiante sensación extinguiendo entre el padre y la hija, quienes lentamen-
de que ya estarnos en el mundo de los muertos; de que el te van dejando de hablarse, de mirarse, prefiri,endo con-
"fuego" metafórico que algunos pocos personajes cargan templar, estáticos y mudos, el mundo desecado. Es, sobre
consigo no pasa de una especie de sernivida (tal corno la todo, la repetición de las acciones cotidianas, repetición
que guardan los recién-muertos en Ubik) que pronto se desnuda, ciega, maquinal, inútil en su pura instrumenta-
apagará. El mundo entero está muerto, y estarnos dentro lidad misma, la que va desanimando, en el sentido más
de él. El padre del niño muere; el niño sigue andando literal posible, a los personajes. Primero el caballo y luego
con personas que encuentra en el camino, y que parecen también el anciano y su hija se quedan inmóviles, los dos
de buena índole. Pero ellas no tienen adónde ir. Quienes últimos sentados a la mesa en la cabaña oscura, frente
caminan por la ruta no llegarán a ningún lugar, por el a su invariable comida: dos papas, una para cada uno,
simple motivo de que ya no hay ningún lugar al que lle- ahora crudas, por falta de agua y fuego, que permanecen
gar. No hay salida. intactas mientras el film termina en un lento Jade out.
Como en Melancolía (y en El Ángel Exterminador), el tema
del fracaso para salir del círculo mágico de la depresión
8. Otro clásico de ficción científica que debe ser recordado aquí es el cuen-
to de 1983 "El sonido de las palabras", de Octavia Butler, que se desarrolla
en un mundo (una ciudad) en el que los humanos perdieron el lenguaje,
debido a una misteriosa enfermedad, y se volvieron fieras asesinas deam- 9. Béla Tarr y Ágnes Hranitzky, A Torinói ló, 2011 (nótese que es del mis-
bulando en un mundo material arruinado. mo año que Melancolía).
POR FIN SOLOS
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1'1
o marca un viraje hacia la (in)acción. Frente al agotamiento DESPUÉS DEL FUTURO: EL FIN COMO COMIENZO
w · del pozo, los personajes parten, arrastrando ellos mismos
S
1< la carreta y el caballo sin fuerzas,· en busca de la ciu- Pero existe quien es capaz de ver con entusiasmo la pers-
I dad vecina, 10 pero retornan, inexplicablemente, después pectiva de la pérdida del mundo, tornándolo corno el sim-
de algunos minutos (¿horas?, ¿días?), para entregarse de ple descarte de un andamiaje provisorio, una estructura
1
forma definitiva a una parálisis que va propagándose y de apoyo que ya no es necesaria para los humanos, por
V entender que el fin del mundo, como fin de una "natu-
contaminándolo todo (recordemos que el viejo padre ya
I
V tiene un brazo paralizado), vencidos por un mundo él raleza" no-humana o anti-hurnana, se dará bajo la forma
E mismo catatónico. del cumplimiento de nuestro deseo manifiesto. El genio
I Podría decirse que El caballo de Turín despliega un tecnológico de la especie le permitirá vivir en un Umwelt
R
equivalente cosmológico del tema de la banalidad del configurado a medida, por ella y para ella. Es esa versión
o
S mal. El fin del mundo, para Tarr, no será un espectáculo literalmente constructivista de la humanidad-sin-mundo
dantesco, sino un decaimiento fractal, incremental, 11 una la que informa la visión de un hiperprogreso que habrá de
desaparición lenta e imperceptible, pero tan completa que liberar a los seres humanos (¿tal vez solo al 1%, para co-
logra hacerse desaparecer a sí misma frente a nuestros menzar?) de su "sustrato biológico", primero prolongando
ojos que van encegueciendo poco a poco: la longevidad de los individuos, para finalmente alcanzar la
trascendencia de la corporalidad orgánica, nuestro wetware,
El apocalipsis es un gran evento. Pero la reaÜdad no es así. En para decirlo con Rudy Rucker. _ ,,
¡¡,
1'
mi película, el fin del mundo es muy silencioso, muy débil. Así La idea de una autofabricación del hombre del futuro
que el fi.nal del mundo se acerca como lo veo en la vida real - y de su ambiente por la eugenesia y por la síntesis tec-
lenta y silenciosamente. La muerte es casi siempre la escena nológica de una nueva naturaleza es pregonada por los
más terrible y cuando ves a alguien morir -:un animal o una defensores de la tesis de la "singularidad", liderados por
persona- es algo terrible. Y lo más terrible es que parece que no pensadores pop, como Vernor Vinge y Ray Kurzweil, que se
12
ha pasado nada. sitúan en la frontera entre la tecnología (en el doble sen-
Nada ha pasado: solo estamos muertos. tido de maestría técnica y de pensamiento de la técnica)
y el universo de ficción científica. 13 La singularidad es el

10. Pero la ciudad vecina ha sido devastada por obra conjunta de los 13. Ver el libro-manifiesto de Ray Kurzweil, La singularidad está cerca.
hombres y de ·Dios, como les cuenta con aire taciturno un vecino que Cuando los humanos trascendamos la biología, Berlín, Lola Books, 2012, y el
se acercó a comprar aguardiente: "Hemos destruido el mundo y la culpa excelente artículo de Abou Farman, "Re-enchantment cosmologies: mastery
también es de Dios". and obsolescence in an intelligent universe", Anthropological Quarterly,
11. La acción de El caballo de Turín se desarrolla exactamente en el de- vol. 85, no 4, pp. 1069-1088. Para una idea de cómo el tema ha sido popu-
curso de siete días, escenificando una verdadera descreación del mundo: larizado, ver por ejemplo Julian Sonny, "The Ten Things Technology Will
un Génesis narrado de adelante hacia atrás, la desoladora inversión de un Allow You ToDo in the Next 50 Years", Elite Daily, 9 de mayo de 2013. La
comienzo espectacular. mitología tecnoteológica de Kurzweil y sus camaradas (Vernon Vinge, Hans
12. Béla Tarr, "Simple y puro", entrevista con Vladan Petkovic, 2011, dis- Moravec, William Bainbridge, Frank Tipler, John Barrow y otros científicos
ponible en cineuropa.org. . "transhumanistas") es la transformación más actual, algunos dirían r:nás
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N
o nombre de una discontinuidad antropológica, un súbito y literalmente en aquellos configuradores de mundo caros
w arrebatamiento cibernético que viene siendo preparado a Heidegger (irónicamente, por vía de la técnica). La cul-
S
I< por el aumento exponencial de la capacidad 'de procesa- minación del Antropoceno traerá consigo la obsolescencia
I miento de la red mundial de computadoras. Este aumento de lo humano pero "hacia arriba", esto es, por la vía de su
alcanzará, dentro de aproximadamente veinte años, un transfiguración gloriosa: en el reino del hombre, la mun-
1
punto de inflexión catastrófico (acordémonos del "punto danidad será absorbida por una humanidad técnicamente
V omega" de Theilhard de Chardin), al rebasar por fin la magnificada, emancipada del mundo. Ya no necesitaremos
I
V capacidad conjunta de toda la materia gris del planeta. rendir cuentas al mundo, ya no tendremos que lidiar con
E La biología y la tecnología humanas entrarán en una fase ningún límite, porque nos habremos vuelto mundo, al vol-
I crítica, y al hacerlo crearán una forma superior de con- verse el mundo mismo, el cosmos en su totalidad, una "for-
R ciencia maquínica que sin embargo permanecerá al ser- ma de inteligencia magníficamente sublime": Hombre-Uni-
o
S vicio del designio humano (permitiendo, en particular, la verso.14 En el futuro, en suma, todo será humano. O, dirían
transmigración de las almas, esto es, la codificación de los más maliciosos, todo será californiano. 15
la conciencia en aplicaciones disponibles en un número Los singularitanos (corno se los llama) parecen poco
indefinido de plataformas materiales y su carga en la red preocupados con la cuestión de saber si los límites de los
para la eventual encarnación posterior en cuerpos pura- parámetros del Sistema Tierra serán lo suficientemente ge-
mente sintéticos -o genéticamente "personalizados" hasta nerosos corno para conceder el tiempo necesario para el
el más mínimo detalle-). La muerte, a la que le debemos gran salto adelante. La crisis ambiental ya instalada direc-
la idea misma de la necesidad, se volverá por fin opcional. tamente no entra en sus especulaciones, o se da por resuel-
Esta versión del esquema· de "humanos sin mundo", ta gracias a la inminencia del arrebatarn,iento tecnológico y
que lo entiende como una superación de la condición orgá- de la autornutagénesis humana. Ciertos parientes cercanos
nica o mundana de la especie, expresa la creencia, y sobre a la familia de la singularidad, sin embargo; han prestado
todo el deseo, de que, de modo inexorable -aunque pueda atención al problema, preguntándose acera de las condi-
ser titánicamente acelerado o cobardemente retardado-, la ciones tecnológicas inmediatas para la supervivencia del
tecnología nos llevará a un mejoramiento esencial del hom- capitalismo y de sus principales conquistas -la libertad y la
bre, un estado übermenschlich, una Nueva Era poshumana seguridad- en un marco de consumo energético creciente
en la que "nosotros" nos habremos transformado definitiva y de persistente dependencia de los· combustibles fósiles.
El Breakthrough Institute, un think tank norteamericano
(californiano, corno los singularitanos) de incierta localiza-
delirante, del viejo proyecto del colonialismo cósmico, proyecto que aún
no fue abandonado: ver Peter Szendy, Kant chez les extraterrestres, op. cit.;
David Valentine, "Exit strategy: profit, cosmology, and the future of humans
in space", Anthropological Quarterly, vol. 85, no 4, 2012, pp. 1045-1068; 14. Ray Kurzweil, La singularidad está cerca, op. cit. Sobre el "cosmos in-
Alex Williams y Nick Srnicek, "Manifiesto por una política aceleracionista", teligente" y la obsolescencia humana, ver Abou Farman, "Re-enchantment
en Armen Avenassian y Mauro Reis (conips.), Aceleracionismo. Estrategias cosmologies", op. cit.
para una transición hacia el postcapitalismo, Buenos Aires, Caja Negra, 15. El tema de la singularidad (el "futurismo de la Costa Oeste", como dice
2017. En otras palabras, la expansión extraplanetaria que tornará a la espe- Farman) está asociado a la cultura high-tech del Silicon Valley. Kurzweil es
cie independiente de cualquier mundo en particular. hoy uno de los directo!es de ingeniería de Google.
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N
o ción en el espectro político, 16 es quizás el nombre más des- -significativamente titulado "Grandeza"- en el que Nordhaus
w tacado entre los defensores de ese capitalismo verde que
S y Shellenberger plantean, por decirlo de algún modo, una
I< confía en soluciones centralizadas, capaces de implementar lectura inventiva de Nietzsche, en particular de su llamado
I ambiciosos proyectos de tecnoingeniería a cargo del gran ca- a la creación de nuevos valores adecuados a nuestra época,
1 pital, con fuerte inversión material, orgánicamente (si cabe valores que vendrían a sustituir las filosofías del resenti-
aquí el adverbio) enraizados en la Big Science: "fracciona- miento, el pesimismo y los límites por una "filosofía de la
V
miento hidráulico de rocas para la obtención de combustible gratitud, la superación y la posibilidad". Los autores imagi-
I
V fósil, expansión y perfeccionamiento de las usinas nucleares, nan así un alucinante contubernio de Nietzsche con Poll-
E grandes proyectos hidroeléctricos (las represas en la cuenca yanna, de cuya copulación abominable emergería una hija
I amazónica, por ejemplo), generalización del monocultivo de monstruosa, una Barbie ecopolítica que podríamos bautizar
R
vegetales transgénicos, geoingeniería ambiental, etcétera. como Gratitud de los Ricos:
o
S Ted Nordhaus y Michael Shellenberger, los dos fundado-
res del instituto y autores del premiado Break Through. From Aquellos de nosotros que tenemos la suerte de tener satisfechas
the Death of Environmentalism to the Politics of Possibility nuestras necesidades materiales y posmateriales más básicas no
(2007), son un buen ejemplo de esa corriente que Patiick debemos sentir culpa ni vergüenza por nuestra prosperidad, liber-
Curry denominó corno "tecnófilos cornucopianos". 17 Su libro tad y privilegio, sino más bien gratitud. Mientras la culpa nos lleva
es un anuncio publicitario en pro de un "capitalismo postin- a negar nuestra prosperidad, la gratitud nos inspira a compartirla.
dustrial y vibrante", capaz de sustentar con holgura a los 10
mil millones de personas que poblarán la Tierra hacia media- Esto suena a uno de esos discursos evangelistas que
dos de siglo. Big is beautiful: esta consigna de los autores 18 pueden verse en la televisión, que anuncian ceremoniosa-
se encuentra fundamentada en un capítulo de Break Through mente a sus ovejas la prosperidad que les espera, más que
a una tesis nietzscheana rigurosa. En la visión que tienen
los fundadores del instituto, todos los teóricos del decreci-
16. No tan incierta. "Es de un texto del Breakthrough Institute que extra- miento, todos los ecologistas que osan hablar de la necesi-
jimos la afirmación de que "la libertad y la seguridad" son las mayores dad de reducción del consumo, todos los científicos que in-
conquistas del capitalismo. Y la presencia como fellow del instituto en 2014
de Pasc'al Bruckner, ese viejo nouveau philosophe de la derecha, enemigo sisten en la idea de límites biogeofísicos del planeta, todas
autodeclarado del "tercermundismo" y del "multiculturalismo" y autor de estas Casandras trafican una mezcla tóxica de mezquindad
un libro reciente titulado Le fanatisme de l'apocalypse que se explaya en maltusiana, nihilismo metafísico y mala conciencia histó-
contra de "la propaganda del miedo", nos parece una evidencia más que rica; en suma, representan un conjunto de "fuerzas reacti-
circunstancial de las inclinaciones del instituto.
17. Patrick Curry, Ecological Ethics. An Introduction, Cambridge, Polity, 2011. Los vas" que niega a los pueblos del planeta (solo los pueblos
propios fundadores del Instituto se definirian, más bien, como "modernistas" humanos son tomados en cuenta, de más está decir) la vida
o "ecopragmáticos", como "ecologistas" ferozmente antiambientalistas. Fueron, de abundancia que es nuestro destino. 19
por otra parte, definidos por la revista Time como "héroes del ambiente". En su
segunda edición, de 2009, el libro-manifiesto del instituto pasó a llamarse Break
Through. Why We Can't Leave Saving the Planet to Environmentalists.
18. Lanzan la consigna en 2011, una conferencia en la Yale School of 19. Pero la Casandra troyana, como recuerda oportunamente Stengers,
Forestry and Environmental S1tudies. tenía razón ...
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N
o El problema de los arnbientalistas, según Nordhaus y sustentado, solo por sí mismo, rodeado por su inmensa
w Shellenberger, es la falta de imaginación: ellos deberían
S acumulación de mercancías, energizado por sus nuevas y
K haber "imaginado" que la solución ·para el calentamiento segurísirnas centrales nucleares (provistas de reactores de
I global reside no en la restricción, sino en la liberación de fusión en frío, en lo posible) y relajado por amplias y ame-
1 la actividad económica y del desarrollo tecnológico. En nas áreas de ocio ecológicas, pobladas, desde luego, por
lugar de disminuir, debernos aumentar todavía más, debe- una selecta flora. genéticamente mejorada. 20
V
rnos producir, innovar, crecer y prosperar, para finalmente Las cosmologías de la singularidad y del Breakthrou-
I
V incluir en esa abundancia a los que ahora están privados gh Institute se ubicarían entre los evangelios del reen-
E de ella. En pocas palabras, es necesario hacer crecer la cantarniento capitalista, en la medida en que anuncian
I torta para luego repartirla, e incluso es necesario hacerla una mutación interna del presente sistema económico,
R
crecer aceleradamente. en la que las fuerzas productivas de la hiperrnodernidad
o
S Antes que una singularidad catastrófica corno la profe- generarán un orden ecopolítico fundado en el acceso uni-
tizada por la vanguardia visionaria de la futurología cali- versal de la humanidad a la nueva abundancia material
forniana, el ideario del Breakthrough Institute no imagina (al menos tal es la promesa). Pero existe v.na curiosa va-
que ningún breakthrough muy dramático vaya a suceder. riante de izquierda de la escatología singularitano-cor-
Al contrario, sus fundadores creen en un progreso conti- nucopiana que viene ganando importancia en los últimos
nuo, en una "modernización de la modernización", para años bajo el rótulo de "aceleracionisrno", nombre inicial-
00
O\ decirlo con Ulrich Beck, un perfeccionamiento del disposi-. mente aplicado a ella de modo irónico pero poco a poco
tivo técnico de la civilización capitalista de forma tal que asumido por sus defensores. Los teóricos aceleracionistas,
esta sea capaz de absorber o, mejor aún, de tornar pro- en su mayoría instalados en la vieja Europa, manifiestan
ductivas las consecuencias destructivas que va sembrando en general un sofisticado desencantamiento metafísico,
a lo largo de su camino; en otras palabras, que sea capaz en el límite de aquello que Deleuze y Guattari llama-
de obtener suculentos lucros con una tal Aufhebung téc- rían "pasión de abolición", que llega algunas veces al
nica. El esquema proyectado por la ideología del instituto elogio de cierta jouissance necrofílica. Todo esto dentro
puede ser visto así corno una variante del mítico terna
de "humanidad sin mundo", en el sentido de que, en el
"buen Antropoceno" por venir, ya no habrá un ambiente 20. Bruno Latour se mostró en más de una ocasión afín al ideario del
externo a la humanidad. No tanto porque el hombre habrá Breakthrough Institute (ver, por ejemplo, Brurto Latour, "Love your mons-
sido transfigurado por la técnica, corno sueñan los sin- ters", en Ted Norhaus & Michael Shellenberger, Lave Your Monsters. Pos-
gularitanos, sino porque la antigua naturaleza habrá sido environmentalism and the Ar¡.thropocene, Oakland, Breakthrough Institute,
2011; ver también la crítica que le dirigió Clive Hamilton, "Love your sca-
recodificada (o mejor, reaxiornatizada) por la máquina ca- pegoats", 2012, disponible online). Tenemos la impresión de que, más
pitalista corno un simple problema de gestión de recursos, recientemente, el efecto "gravitacional" de Gaia -o, en otras palabras,
de gobernabilidad ambiental. Y todo dentro de las -¿cómo una valoración más realista de los marcos temporales en que se desarrolla
se dice?- "mejores prácticas". Se vería así realizado el sue- la crisis ambiental- lo ha hecho rever en alguna medida esta posición. En
cuanto a Hamilton, su oposición a los profetas del "buen Antropoceno" no
ño antrópico de los modernos, o de un postarnbientalisrno ha hecho más que aumentar (ver Clive Hamilton, "The new environmenta- il
donde el hombre se vería circundado, contextualizado y lism willlea9- us to disaster", op. cit.). 11
·1_,
1 !i

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N
o del horizonte de una intensificación paroxística del nue- -ya que Noys comparte algunas premisas con los autores
w vo espíritu del capitalismo, capaz de llevar a una ruptura
S criticados- al movimiento. 21
(( tecnopolítica violenta, con una transformación estructu-
I ral en las relaciones de producción. Si los singularitanos La intuición básica de los aceleracionistas es que un
1 expresan un optimismo tecnológico de perfil geek, los cierto mundo, que ya terminó, debe terminar de terminar,
pensadores de la aceleración se alinean con las posiciones debe alcanzar por· fin su inexistencia. Ese mundo que los
V
estéticas y políticas del movimiento cyberpunk, afirman- otros (los ingenuos de siempre, los soñadores, los abra-
I
V do altivamente el poder de lo negativo y manifestando, zadores-de-árboles, los hippies) imaginaban que existía
E en algunos casos, una fuerte nostalgia por la versión so- en todo su esplendor bucólico antes del advenimiento del
I viética del front de modernización. capitalismo, y que hoy subsistiría disminuido, maltratado,
R
o sofocado por la cortina de humo de los dark satanic mills,
S § Benjamin Noys acuñó el término "aceleracionismo", ma- no es más que una ilusión romántica, una matriz retro
peó las referencias culturales del movimiento (la ficción que distorsiona la percepción del mundo real del presen-
científica de los años ochenta, la Black Metal Theory, el te. Pues el mundo real es este, nuestro mundo desértico
Manifiesto Cyborg de Donna Haraway, el post-obrerismo íta- del capitalismo tardío, en el que la "segunda naturaleza"
lo-británico, entre muchos otros), y trazó su genealogía fi- de la economía política ejerce una indiscutible soberanía.
losófica; ver sus artículos "Accelerationism", 2008, disponi- metafísica -incluso física- sobre la "primera naturaleza",
o
o,--1 ble en leniency.blogspot.com, y "Cyberpunk Phuturism: The la vieja physis siempre demasiado ecológica, orgánica y
22
Politics of Acceleration", 2010, disponible academia.edu. vitalista. La subsunción real se extendió de forma uni-
Esta genealogía se remontaría a ciertos textos de Deleuze y versal, el sistema capitalista se volvió absolutamente he-
Guattari, Lyotard y Baudrillard, tal como fueran reinterpre- gemónico, su capacidad de absorción de cualquier foco de
tados por la mediación tan carismática como semi-delirante, resistencia se muestra ilimitada, la realidad se volvió un
y para muchos francamente embarazosa, de Nick Land, ex- corolario irrisorio de su propio simulacro. Ya no hay -por
profesor de Warwick y mentor de dos de los principales re- lo tanto, nunca habrá habido- un "afuera" del capitalis-
presentantes del "realismo especulativo" (Ruy Brassier, Iain mo, un exterior que le sea anterior, una wilderness más
Grant), así como de un influyente bloguero tecnomarxista, allá de su historia, una concrescencia arcaica que este no
Mar k Fisher (k-punk). Land muestra puntos de contacto con haya vaporizado con su incandescencia implacable: todo
el singularitanismo californiano, pero su futurología, apar- lo que es sólido, etc. Así, la única forma de hacer adve-
te de estar filosóficamente mucho mejor referenciada, es nir este afuera es produciéndolo desde adentro: colocar la
profúndamente "gótica" o "luciferina". Land alude, en uno
de sus textos más famosos ("Colapso"), a una compresión
creciente de los ciclos temporales de crisis, que estarían 21. Nick Land, "Colapso", en Armen Avenassian y Mauro Reis (comps.),
convergiendo rumbo a una terrestrial meltdown singularity, Aceleracionismo, op. cit., p. 51 y Benjamín Noys, Velocidades malignas.
una "singularidad de catástrofe terrestre". Un libro reciente Aceleracionismo y capitalismo, Segovia, Materia Oscura, 2018.
22. Sobre la "segunda naturaleza" y la "primera naturaleza", ver el capí-
de Noys brinda un inspirado análisis de los antecedentes del tulo 14 de Bruno Latour, Investigación sobre los modos de ·existencia. Una
aceleracionismo, como también la más sagaz.crítica interna ·antropología de los modernos, Buenos Aires, Paidós, 2013.
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o rnegamáquina capitalista en overdrive, acelerar la acelera-
w el otro contra la zombificación del hombre, proceso encarnado
S ción que la define, potenciar la destrucción creativa que por las bandas de antropófagos sin rostro que se alimentan
1< la mueve hasta que ella termine por autodestruirse y nos de los sobrevivientes más débiles (aquellos que todavÍa no
I recree (en) un mundo radicalmente nuevo. Después del· se deshumanizaron del todo). En Ubik, vamos descubriendo
1 apocalipsis, el reino. a lo largo de la historia que el ácelerado decaimiento de los
En cuanto a la humanidad que habita ese mundo-uni- que se encuentran en la condición crepuscular de ,,semivida"
V
verso sin ventanas del capitalismo tardío, hace mucho se debe a la fuerza ejercida por un único personaje, Jory
I
V tiempo que ella ya no es humana. Lejos de imaginar una (muerto en la infancia y ahora también en semivida), que li-
E (trans)hurnanización ,,caliente" del cosmos, los acelera- teralmente devora las semividas ajenas; estas transcurren en
I cionistas profesan un posthurnanisrno ,,frío" que consta- una realidad construida mentalmente, hasta el más mínimo
R
ta la deshominización asubjetivante del hombre a manos detalle, por el propio Jory. Los protagonistas de El caballo de
o
S del tecnocapitalisrno desterritorializado, y celebran una Turín, por último, parecen vivir de una sustancia que no los
,,infiltración tecnológica de la agencia humana" capaz de alimenta, lo que los desvitaliza poco a poco hasta que dejan
inducir cambios en la anatomía cerebral de la especie de "funcionar", como si hubiesen sido devorados por dentro
y disolver por fin la vieja cultura antrópica y provin- y no quedara de ellos más que la mera cáscara hueca de sus
ciana dentro de una nueva naturaleza cósmica, austera cuerpos dentro de un mundo él mismo vaciado. 24
y estéril, caótica y exigua, impersonal y elemental. 23 El
N
o
.,__, operario-máquina cognitiva conectado a la red, zombifi- El aceleracionismo es una de las encarnaciones con- (Y)
o
rl
cado por la administración continua de drogas químicas y temporáneas de la filosofía de la historia de cuño marxista
semióticas, productor-consumidor perennemente endeu- (lato sensu). Esta fue ganando irnpúlso con las crisis de
dado con lo inmaterial y que goza ávidamente con la 1968, 1989, 2001 y 2008, entre otras fechas emblemáticas
propia explotación, es el nuevo anti-sujeto heroico de de los sucesivos ,,finE)S del pasado" que marcan el discur-
ese pos-mundo frenéticamente desvitalizado, esta disto- 25
SO de la izquierda con señales, ominosas o promisorias,
pía jubilosa. del "comienzo del futuro". Tal filiación lo caracterizaríá,
en principio, corno una posiciÓn anticapitalista, pero el
§ · En muchas representaciones contemporáneas de la gente
sin mundo del futuro encontramos la figura macabra del zom-
bi, en la que se combinan la multiplicidad y la impersonali- 24. Para un análisis de las figuras de los zombis, vampiros y antropófagos
dad, la omofagia caníbal y la putrefacción. Como vimos, en en el imaginario actual, ver Alexandre Nodari y Flávia Cera, "A horda
La carretera se daba una doble lucha: por un lado contra la zumbi", Rastros, no 6, 2013, pp. 1-4.
25. También se podría mencionar el año 1977, momento dramático para la
descomposición del mundo en un lodo plomizo y tóxico y por
autonomía italiana y apogeo de lo que Guattari llamó los "años de plomo".
Para Franco "Bifo" Berardi, ese año marcaría el "fin de siglo" y el "punto
de inflexión de la modernidad"; entre otros prodigios de ese annus horri-
23. Sobre la "visión" de Nick Land y su teoría de un "derretimiento" o "co- bilis, enumera la fundación de Apple, la muerte de Charles Chaplin y el no
lapso" [meltdown] de tipo apocalíptico-singularitano, ver Jon Lindblom, future de Johnny Rotten y Sid Vicious; Franco "Bifo" Berardi, Generación
"Techno-Cultural Acceleration: A Few Initial Remarks", 2012, disponible Post-Alfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Buenos Aires,
en academia.edu. Tinta Limón, 2007.
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N
o prefijo más adecuado para él realmente parece ser el de peuple debout, "Somos el pueblo de pie", el pueblo sublevado,
w upost", en vista de su concepción resolutamente te leo ló-
S el pueblo en pie de guerra, el pueblo con un pie en el suelo
1< gica y unilineal de la historia humana y, agreguemos, de (en el lodazal en que se convierte la región en invierno) pero
I su hostilidad virulenta hacia la versió:n de fin-del-pasado· con la espalda derecha y la cabeza erguida. La ocupación de
1 asociada a la convulsión utópica de 1968. la zona comenzó en 2008 y resiste hasta hoy, y ha logrado
El aceleracionismo acostumbra reivindicarse como el sustraer del control del Estado un área de casi dos mil hectá-
V
I
legítimo heredero del espíritu de la izquierda, y concentra reas, tras haber enfrentado una dura represión por parte del
V así sus energías en polémicas con posiciones anticapita- gobierno francés, ejercida por medio de sus modernos instru-
E listas alternativas; al menos en este sentido es en verdad mentos de "violencia legítima" (tropas de choque, gases la-
I un auténtico heredero del viejo espíritu de la izquierda. crimógenos, balas de goma, terrorismo jurídico, etc.). El mo-
R
o Su mayor enemigo ideológico parece ser el ambientalis- vimiento de ocupación de la ZAD de Notre-Dame-des-Landes es
S mo, junto con otros discursos ureterritorializadores" de la tan solo un ejemplo entre los muchos movimientos de recupe-
misma laya que soñarían con el retorno a condiciones de ración de la Tierra que van emergiendo y conectándose en red
existencia menos artificiales, supuestamente más fieles a en distintos puntos del planeta. Ellos parecen señalar que lo
la indiscernibilidad ontológica entre la especie, la vida y que está en juego es menos un retorno a un lodo "ancestral"
el mundo (continuidad, horizontalidad, correlación mate- que un proceso de descubrimiento (también en el sentido de
rial). La defensa de la urgencia de frenar a la descontrola- quitar las capas, del desasfaltamiento) de la superficie de la
da locomotora del crecimiento económico no lograría ocul- Tierra y de revelación de sus potencias telúricas, inventando
tar, piensan los aceleracionistas, el objetivo de rescatar los un futuro donde "poner el pie en el lodo" ya no significará
valores y relaciones vigentes en el pasado precapitalista, verse postrado frente a un patrón ni sometido bajo el yugo de
un pasado que es no solo irrecuperable, sino totalmente algún soberano. 26
fantasioso y, en última instancia, sórdido. Como pregunta
ácidamente Mark Fisher en su blog k-punk, ¿qué trabaja- En 2013, Alex Williams y Nick Srnicek, dos jóvenes in-
dor de hoy querría volver a la condición campesina y al telectuales, redactaron un umanifiesto aceleracionista" de
"lodo orgánico" de sus ancestros? perfil más solar, pero no menos agresivo, que la versiÓn ni-
hilista del aceleracionismo de fin de siglo representada por
§ Sobre eso de volver al lodo orgánico, cabe recordar el lema Nick Land. El manifiesto tiene cierto éxito en la blogosfera
de los ocupantes -squatters venidos de distintas partes de filosófica de vanguardia (la red es el nicho ecológico favo-
Francia y Europa, además de los campesinos que se negaron rito de los pensadores del realismo especulativo). El tex-
a vender sus tierras- de la zona destinada a convertirse el to defiende "una política prometeica de máximo dominio
"Aeropuerto del Gran Oeste", en Notre-Dame-des-Landes en [mastery] sobre la sociedad y su entorno" como la única
la región de Nantes (Francia). El lema, que se lee en las dis-
tintas barricadas que interrumpen y colorean los caminos de
laZAD la "zona a defender") de Noti-e-Dame-des:-Landes, reza:
26. Para más información, ver el sitio del movimiento de Notre-Da-
Nous sommes le peuple de boue, esto es, literalmente, "Somos me-des-Landes en zad.nadir.org, así como el artículo "Projet d'aéroport du
el pueblo de lodo", frase que suena igual a Nous sommes le Grand Ouest", disponible en fr.wikipedia.org.
D POR FIN SOLOS
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o forma de derrotar al Capital. 27 Esa mastery tiene por objeto si no exactamente la misma fe en las capacidades rege-
w
S u preservar las conquistas del capitalismo tardío", evitando neradoras del capitalismo por lo menos una misma espe-
K destruir la JJbase material del neolibe·ralismo". Se trata, en ranza en el progreso, los aceleracionistas acusan (lo que
I suma, de JJdesencadenar" (unleash) las fuerzas producti- les sobra en fe y esperanza les falta en caridad ... ) a la iz-
1 vas que el capitalismo, conforme el diagnóstico clásico de quierda actual -o más precisamente, a lo que aún persiste
Marx y Engels, al mismo tiempo moviliza y atrofia, suscita del espíritu del '68 en lo que todavía queda de la izquier-
V
y restringe. Pero, para tal fin, es imperativo que volvamos da- de una JJasombrosa [staggering] falta de imaginación".
I
V a confiar en el plan (=el Estado), recuperando un sentido Sin embargo, sus propios propósitos imaginativos no están
E positivo de la trascendencia que nuestra creencia ingenua menos orientados hacia el pasado que los devaneos bucó-
I en las virtudes inmanentes de la red(= el mercado) nos ha licos que le imputan a esa JJotra" izquierda: a fin de cuen-
R
llevado a despreciar. El planeamiento económico central tas se trata, dicen, de JJla recuperación de los sueños que
o
S y la autoridad política vertical recobran de este modo su fascinaron a muchos desde mediados del siglo XIX hasta
ciudadanía en la imaginación confusa de una izquierda sin los albores de la era neoliberal". En otras palabras, se trata
complejos, "a gusto" (at ease) en el ambiente mesiánico de completar el proyecto de autofundación del Hombre
del modernismo. O, como otros tal vez dirían, en la imagi- con el proyecto decimonónico del control técnico absoluto
nación confusa de una izquierda seriamente afectada por del mundo: de consumar el proyecto del siglo de la Razón
un síndrome de Estocolmo. con la recuperación y el cumplimiento de las promesas del
r-- 1

Como el Breakthrough Institute, con el que comparten siglo del Progreso. La _historia se repite; pero, como puede ~ 'i
verse, lo hace a los saltos.

27. Alex Williams y Nick Srnicek, "Manifiesto por una política aceleracio- § Y por lo visto, los ambientalistas estamos condenados o a
nista", en Armen·Avenassian y Mauro Reis (comps.), Aceleracionismo, op. la falta de imaginación, o a un exceso de la misma. Véase,
cit., p. 46. La retórica del "Manifiesto" sugiere un curioso falocentrismo
macho-adolescente, con sus repetidas referencias a una maximal mastery, por ejemplo, esta declaración que la entonces presidenta de
a un futuro que debe ser cracked open, a un hard-edged anti-humanism, Brasil, Dilma Rousseff, hizo en 2012, poco antes de la Confe-
etc. (Ver, a propósito, el breve posteo de Allison Ordnung, "Touching on rencia Río+20, sobre los activistas que se oponían al represa-
14.12.13 at Kraupa-Tuskany Zeidler", 23 de diciembre de 2013, disponible miento de los ríos amazónicos para la construcción de mega-
en aqnb.com.) No hay cómo no darle la razón a Isabelle Stengers cuando,
frente a una pregunta de Heather Davis y Etienne Turpin ("¿Le preocupan centrales hidroeléctricas: "Nadie en una conferencia de estas
las resonancia.s éticas del lenguaje empleado por el aceleracionismo polí- acepta tampoco, discúlpenme, discutir la fantasía. En ella no
tico, estético u ontológico? ¿Cómo definiría la cosmopolítica en oposición hay espacio para la fantasía. No estoy hablando de la utopía,
a ese heroísmo nihilista y su indiferencia frente a su propia posición
esa se puede tener, estoy hablando de la fantasía"; "Pessoas
privilegiada?"), reacciona con la tajante réplica: "Me niego a contrastar
Cosmopolíticas, sean cuales fueran sus insuficiencias, con esa basura: ellos contrárias a hidrelétricas na Amazonia vivem 'fantasía', diz
son cerdos chauvinistas, y punto. Solo lamento el hecho de que estén Dilma", Estadao, 5 de abril de 2012, disponible en estadao.
mancillando la memoria de Félix Guattari"; Isabelle Stengers, "Matters of com.br. Un año después, en mayo de 2013, la ministra de la
cosmopolitics: Isabelle Stengers in conversation with Heather Davis and
Casa Civil, Gleisi Hoffmann, calificó de ''minorías con pro-
Etienne Turpin on the provocations of Gaia", en Etienne ·Turpin (ed.),
Architecture in the Anthropocene. Encounters among Design, Deep Time, yectos ideológicos irreales" a los defensores de los derechos
Science, and Philosophy, Ann Arbor, Open Humanities Press, 2013, p. 179. constitucionales de los indígenas a sus tierras. En cambio, el
POR FIN SOLOS
o
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o lector podrá leer lo que pensaba de la inteligencia ambiental nece completamente al dominio de nuestra "elección"; no
w de aquel gobierno un "ex gurú" de Dilma Rousseff (la defini- solo se encuentra adelante nuestro, como parecen suponer
S
1( ción es de ella misma), Apolo Heringer Lisboa, profesor de la los autores del "Manifiesto", sino, en buena medida, atrás
I Universidad Federal de Minas Gerais y fundador del Partido de de nosotros: ya ha comenzado y no puede ser revertido,
los Trabajadores brasilero, del que se distanció en 1988. tan solo es posible disminuir su aceleración. El sustrato
1
infraeconómico del 'capitalismo -las condiciones materia-
V El manifiesto concluye con una nota grave: "La elec- les de las actuales "condiciones materiales"- se está mo-
I
V ción que afrontamos es crítica: o un postcapitalismo glo- dificando más deprisa que las superestructuras técnicas y
E balizado o una fragmentación lenta hacia el prirnitivismo, políticas de la civilización dominante. No existe dialéctica
I la crisis perpetua y el colapso ecológico planetario". La que brinde solución a ese enredo. La aceleración "inten-
R cional'' de la máquina capitalista, puesta corno solución
introducción en el horizonte especulativo aceleracionista
o para nuestra miseria antropológica actual, se encuentra
S de la perspectiva del "colapso ecológico", o por lo menos
su mención, es algo nuevo e indiscutiblemente bienveni- en una situación de contradicción objetiva con otra ace-
do;28 pero nos parece igualmente indiscutible que indica leración nada intencional: la del implacable proceso de
también una crisis en las teorías aceleracionistas de la retroalimentación positiva de las transformaciones am-
crisis. El "dominio prometeico" parece afirmarse como un bientales deletéreas para el Umwelt de la especie. Existen
grito de aliento a las acorraladas tropas de los modernos, poderosas razones, en sumá, para temer que un postcapi-
00
O,
..-. como una bandera agitada para levantar la moral de los talismo mundializado no llegue lo suficientemente rápido
combatientes, ahora que la "primera naturaleza" ha reac- como para detener el "lento" colapso ecológico planetario.
cionado traicionera contra la bella progresión autopropul- Noys observa que el programa del manifiesto acele-
sada de la "segunda", y que la temporalidad de la crisis racionista no llega a ser demasiado original. Aparte de
ecológica ha entrado en una resonancia catastrófica con la reiterar con insistencia ciertos puntos centrales del vene-
temporalidad de la crisis económica. El motivo de la ace- rable manifiesto comunista de 1848, repite mucho de la
leración gana con esto un sentido totalmente inesperado. plataforma gramsciana, con el defecto, señala Noys, de no
Pues ahora ya no se trata -o casi no- de una aceleración proponer ninguna estrategia concreta para controlar dia-
liberadora de las fuerzas productivas, sino del ímpetu cre- lécticamente la abstracción que al mismo tiempo denuncia
ciente de las fuerzas destructivas que han sido desencade- y elogia. No obstante, nos parece que el programa acele-
nadas por la interacción física entre el sistema capitalista racionista hace más que simplemente ofrecer un upgrade 1

y el sistema Tierra. Por ese motivo, el "colapso ecológi- tecno de la vulgata marxista. Es una versión potente de '¡'

co planetario" difícilmente pueda ser caracterizado con aquello que en 1950 Oswald de Andrade llamaba "filosofía
el adjetivo de "lento" ("la fragmentación lenta hacia el mesiánica", a saber, la milenaria narrativa patriarcal, re-
primitivismo", etc.). Como ya vimos, tal colapso no perte- presiva, trascendental, racista y falocrática que atraviesa
como un hilo rojo la historia de Occidente, de san Pablo a
Marx, Husserl, Heidegger y más allá. Y aquí, mucho más
28. Ver McKenzie Wark, "#Celerity: a Critique of the Manifesto for an que los astutos Williams y Srnicek, es en cambio un viejo
Accelerationist Politics", disponible en speculativeheresy. wordpress.com. pontífice de lo Universal quien expresa a la perfección lo
D POR FIN SOLOS
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o que realmente mueve a los aceleracionistas, y explica la lizada y desamparada frente a una Naturaleza omnipotente
w
S hostilidad de estos para con lo que denominan "primíti- e imprevisible. La convergencia del discurso de los acele-
I< vismo". Es pues Alan Badiou quien afirma lo siguiente: racionistas (y de sus gurús) con el de los singularitanos y
I con aquel otro de los ideólogos del capitalismo vibrante del
1 No tengo recelo de afirmarlo: la ecología es el nuevo opio del Breakthrough Institute es -no tenemos "recelo de afirmar-
pueblo. Y como siempre, ese opio tiene su filósofo de turno, lo"- asaz inquietante.
V
I
que es Sloterdijk. Ser afirmacionista es también ir más allá de Los aceleracionistas consideran que "nosotros" debe-
V las maniobras de intimidación hechas en nombre de la "natura- mos elegir entre el animal que fuimos y la máquina que
E leza". Es necesario afirmar claramente que la humanidad es una seremos. Con su angelología materialista proponen, en
I especie animal que intenta superar su animalidad, un conjunto suma, un mundo sin nosotros ... pero hecho por nosotros.
R 29
o natural que intenta desnaturalizarse. be forma recíproca, imaginan una especie posthumana, re-
S creada por una //base material" hipercapitalista, pero sin
Es difícil ser más claro, o más afirmativo (tres veces capitalistas. Sueñan con una humanidad extracorpórea, un
en cuatro o cinco líneas, en verdad), y a la vez estar tan mundo extraterrestre. Una naturaleza desnaturalizada por
equivocado. Ahora bien, lo que Badiou denomina "ecolo- el des-hombre. Un materialismo, ¡al fin!, espiritualizado. 31
gía", y que en verdad es el nombre de una pérdida de fe
en el destino manifiesto de la especie y en las delicias de
la sublimación comunista, es lo que él demoniza como una EL GRAN INTERIOR: LA ESPELEOLOGÍA ESPECULATIVA
especie de movimiento reaccionario, supersticioso, que DE GABRIEL TARDE
, disemina una religión del miedo (Alan Badiou, Luc-Ferry
y Pascal Bruckner, meme combat?), y que -colmo de la Terminemos entonces esta seccwn sobre la futurología
osadía- tiene la pretensión de definir el contenido de la antropológica contemporánea con una vuelta a un texto
política y la forma de lo político. 30 Hete aquí, entonces, del pasado, que nos parece sin embargo bastante actual.
que los ecofreaks quieren arrastrarnos de vuelta -pero no
pasarán- a los terrores primarios de una humanidad anima-
31. Como en el cielo de santo Tomás de Aquino, en el infierno futurista
descripto en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, o en la tierra de
los muertos de los wari', pueblo de la Amazonia occidental, tampoco en
29. Alain Badiou, "'L'hypothese communiste', interview a Pierre Gaultier". el mundo postcapitalista existen animales. (En el caso wari', no los hay
Le Grand Soír, 6 de agosto de 2009, disponible en legrandsoir.info. porque los muertos son ellos mismos animales -son los propios animales, ..

1
1

30. Tal vez Badiou tuviese en mente esta frase de Sloterdijk (que es, ade- en su versión de caza: son cerdos salvajes, la forma típica, favorita, de la
más, uno de los epígrafes de Face a Gai"a, de Latour): "El destino no es ya carne y de la comida-; otros muertos, de otros pueblos, serán por ejemplo 1¡,1 ,i
la política sin adjetivo alguno, sino la política climática"; Peter Sloterdijk, jaguares, el otro polo de la animalidad, la versión cazadora o caníbal.) .·.
11
1
'

Esferas II. Globos. Macrosferología, Madrid, Siruela, 2017. El hecho de que Ver también Anders, quien repite un viejo cliché humanista: "Si la re- '1'
:(·
Badiou elija al idiosincrático Sloterdijk como "el" filósofo de la ecología gión prehumana de donde vinimos es la de la animalidad total, la región ~ i! 1
nos parece un caso de desplazamientofreudiano (donde dice "Sloterdijk", posthumana, que estamos ahora en vías de alcanzar, es la de la instru- '1¡
tal vez deba leerse "Serres", o "Guattari", o "Latour", o "Stengers" ... ), si mentalidad total. El humano parece destacarse como un intermezzo entre ¡;:,
no de pura ignorancia respecto a lo que sucede fuera de su mundo inte- esas dos fases de inhumanidad (que se asemejan al menos por su carácter 1:¡:,
lectual inmediato. negativo)"; Günther Anders, Le temps de la fin, op. cit., p. 75. · 1'
!.
1
o POR FIN SOLOS
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o El ensayo de filosoficción Fragmento de historia futura, de -sol, ríos, vientos, mareas-, lengua única, etc.), sobreviene
w Gabriel Tarde, aporta una de las versiones más interesantes el "feliz desastre". El sol se vuelve "anémico", colapsa, se
S
1< del terna de la pérdida del mundo, por su delirante inven- apaga; la superficie del planeta se congela, millones pere-
I ción conceptual y su sutil mezcla de lirismo y sarcasmo. cen, la civilización se ve obligada a rernodelarse de cabo a
1 Tiene la virtud de llevar al absurdo el progresismo tecnofí- rabo, "por el bien del hombre".
lico que tiñe las versiones singularitanas y aceleracionistas El desastre es anunciado, pero la reacción se demora:
V
arriba esbozadas, al mismo tiempo que nos hace reflexionar "al público no le inquietaba mucho eso, corno suele suce-
I
V de forma directa sobre nuestra relación con la Tierra. der con todo aquello que es gradual y no súbito". Hasta
E El Fragmento es uno de los primeros escritos de Tarde, que un día de primavera, un sombrío sol rojizo anuncia
I en el que bosqueja algunas ideas clave de su obra posterior. el crepúsculo final: "los prados ya no eran verdes, el cielo
R '1
Se trata de un ejercicio imaginativo que pretende -o qui- ya no era azul, los chinos ya no eran amarillos". Pero,
o
S zás, mejor dicho, finge que pretende, pues el tex~o moviliza lejos de transformarse en una aventura interplanetaria de
capas superpuestas de ironía- exhibir la quintaesencia de colonización del gran afuera, la narrativa -procediendo
la sociedad. En él se describe la emergencia de una ''huma- ab exterioribus ad interiora- rumbea hacia una delirante
nidad completamente humana" (une humanité toute hu- especulación espeleológica. 34 Milcíades, el genio salvador
maine) como resultado inesperado de un accidente cósmico de la humanidad, la convence de adentrarse en la Tierra,
que acarreó la "eliminación completa de la naturaleza viva, olvidando al sol que se extingue y confiando en la abun-
sea animal, sea vegetal, exceptuando solo al ·hombre". 32 El dante energía que ofrece el ígneo corazón del globo: "in-
narrador del Fragmento de historia futura es un historiador terioricérnonos". El descenso a un ambiente cavernícola
que describe el pasado y el presente de una gran trans- es calificado, corno una "¡repatriación profunda del alma
formación que habrá tenido lugar en nuestro futuro, una exiliada!", lo que hace de Milcíades un sabio antiplatóni-
monumental catábasis antropológica: la interiorización de , co, un platonista invertido, y del Fragmento una alegoría
la humanidad (blanca y europea, se nos hace suponer) en - 35 Grac1as
d e l a caverna al reves. . a una po d erosa retonca
- .
el corazón del planeta, en respuesta a una catástrofe climá- proféticamente latouriana, este mesías de la transdescen-
tica. 33 Tras una larga era de tediosa prosperidad, marcada dencia logra entusiasmar a la audiencia y obtener su
por un progreso algo sirnilár al profetizado por el Break- adhesión: "Ya no es por este gesto (El· orador levanta el
through Institute (fin de las guerras, consolidación de un
gobierno mundial ''perfectamente burgués, correcto, neutro
y castrado", economía con una base energética inagotable 34. Recordemos que el Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne, data de
1864, y que Tarde comenzó a escribir el Fragmento en 1879.
35. La alusión irónica a la alegoría de la caverna es prácticamente trans-
parente en el siguiente pasaje del libro de Tarde: "No existe [ ... ] una
32. Gabriel Tarde, Fragmento de historia futura, Barcelona, Abraxas, 2002. ciudad, pero hay una gruta de filósofos [ ... ] una gruta espaciosa con
33. Para un pequeño ensayo que intenta una experiencia semejante prestigiosas cristalizaciones amorosamente destiladas, que simulan vaga-
(pero con resonancias metafísicas) partiendo de nuestro futuro de ca- mente, bastando un poco de buena voluntad para verlos, toda suerte de
tástrofe climática, ver Naomi Oreskes y Erik M. Conway, The Collapse bellos objetos [ ... ]. Semejante, por lo tanto, bajo todos los aspectos a la
of Western Civilization. A View From the Future, Nueva York, Columbia filosofía que abriga, esa amplia caverna"; Gabriel Tarde, Fragmento de
University Press, 20i4. historia futura, op. cit. ·
D POR FIN SOLOS
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o dedo al cielo) que la esperanza de salvación se debe ex-
w de contradicciones vivas", como dice. Tarde, será dejada
S presar de ahora en adelante; es por este: (Apunta su ma,no. atrás, transformada en mera proteína congelada; las in-
1< derecha hacia la tierra ... ) [ ... ] . Ya no se debe decir: ¡Allá numerables carcasas animales presas en el hielo de la su-
I en lo alto! sino: ¡Abajo!". 36 perficie sustentarán a la humanidad por siglos, hasta que
1 Contrariamente al esquema edénico ·de la wilderness, la la química logre fabricar alimento a partir de las piedras.
oposición entre vida y humanidad planteada por el Frag- Tan solo los tesoros de la cultura y de la técnica nos
V
I
mento coloca del lado positivo de la ecuación a la huma- acompañarán, bajo la forma de una gigantesca biblioteca
V nidad y al mundo inorgánico, mientras que la vida no hu- y de un vasto museo que permitirán el florecimiento de
E mana es puesta en el lado negativo, JJantisocial". La verdad una nueva civilización refinada, purificada. 37 El troglodi.,.
I del hombre está en su dimensión social y autopoiética, no
R
tismo poscatástrofe no es un retroceso a una condición de
en su dimensión orgánica, alopoiética; y la sociabilidad se primitividad natural sino, por el contrario, una suprema
o
S afirma en efecto como el fondo de la gran naturaleza, como artificialización emancipatoria, una interiorización física
la condición ontológica universal. La psicología y la quími- en el mundo que es una interiorización técnica del mun-
ca, ciencias supremas de la asociación, se fundirán en un do. La naturaleza, que ya no se experimenta como una
único saber sociomonadológico (JJnuestros químicos [ ... ] traba a la libertad humana, se ve completamente estetiza-
nos hacen así la psicología del átomo, nuestros psicólogos da, y se vuelve un mito, al adquirir JJel encanto profundo
nos exponen la atomología del yo; por poco no digo la e íntimo de una vieja leyenda, pero una leyenda en la
sociólogía del yo"), el hombre se reflejará en los peñones, cual creemos".
~~ los metales y en los átomos antes que en una flora y El Fragmento es un texto rico en provocaciones socio-
fauna extintas hace tiempo, y participará así de, la vitalidad lógicas, ácido en su sarcasmo contra el culto socialista ·del
no-orgánica elemental que lo liberará definitivamente de la trabajo, y provocador en su asociación entre un estado de
idea de la muerte, ese fantasma biocéntrico. estatización total de la vida y la realización plena del amor
La gran migración hacia adentro, en busca del espace como sentimiento fundan te del lazo socio cósmico (¿ecos
du dedans (Michaux), se hará en total contradicción con de Fourier?). A diferencia del imperio de la carencia, de la
la historia de Noé: esta vez no llevaremos con noso- célebre imagen hobbesiana de una vida JJsolitaria, pobre,
tros .á ningún otro ser vivo; la Naturaleza, ese JJcúmulo sórdida, bruta y breve" que evocan evo·can distopías como
Mad Max o La carretera, en el mundo abiótico de Tarde las
necesidades se encuentran ampliamente satisfechas y se
36. Íbid. Este pasaje evoca varias figuras de la pluma de Latour, como la
oposición supralunar/sublunar que en Face a Gai"a subyace al concepto
vuelven invisibles: la humanidad puede obtener todo de sí
de "terrícola", el pueblo de Gaia orientado hacia la tierra y en guerra misma, excepto JJsus recursos alimentarios". 38 Lo superfluo
contra los humanos/modernos enfocados en el cielo, o el contraste entre
el discurso de lo "distante" (lontain) propio de la ciencia y el acceso
religioso a lo "próximo" (prochain): "cuando se habla de Ciencia, hay que 3 7. "De ahí, por decir así, una purificación de la sociedad"; Gabriel Tarde,
elevar la mirada al cielo y cuando se hal:¡la de Religión, hay que bajar los Fragmento de historia futura, op. cit.
ojos hacia la Tierra. [ ... ] ¿Cuándo volveremos, nosotros los Terrícolas, a 38. Como en toda narrativa en la que se enfrentan la humanidad y una
la Tierra?"; Bruno Latour, Investigación sobre los modos de existencia, op. ausencia de mundo, en el Fragmento la sugerencia del recurso al caniba-
cit., pp. 312-313. lismo se insinúa una y otra vez.
D POR FIN SOLOS
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o artístico predomina con creces sobre el utilitarismo eco- forma fatal a un relevamiento progresivo y generalizado
w nomicista, y el "intercambio de reflejos" amoroso puede_
S de las costumbres, o sea, a la catástrofe maltusiana: la
1< por fin florecer sin la ilusión instrumental del "intercam-· explosión poblacional. En suma, incluso el fin de la His-
I bio de servicios". toria terminará por llegar a su fin. 41
1 Pero, a nuestro entender, la clave del libro está en
sus páginas finales, que funcionan como una especie
V
de anti-cabaña mágica de esta fantasía que es, a fin de
I
V cuentas, profundamente melancólica: el entusiasmo un
E tanto macabro del historiador de la civilización posta-
I pocalíptica cede lugar a una inquietud creciente frente
R
a un núcleo "rebelde", un irreductible impulso anti-so-
o
S cial de la humanidad. El contra-Edén tecnificado no logra
emanciparnos de todos los atavismos. La sociedad perfec-
ta pero "exagerada y forzada" (a outrance et jorcée) del
futuro posee también "sus refractarios", que se aburren
con la homogeneidad monótona del ambiente artificial
(el aceleracionismo no cae bien a todo el mundo ... ). 39 Y
lo que es peor, esta sociedad se ve periódicamente ame-
nazada por la irrupción del más natural de los instintos,
el celo primaveral, 4 ~ que no solo desencadena impulsos
suicidas de "transascendencia" en dirección a la super-
ficie gélida del planeta, como, asociado a la afluencia
económica de la que goza esa nueva humanidad, lleva de

39. Sería interesante comparar la monotonía de la sociedad perfecta de


puros humanos sin naturaleza de Tarde con la monotonía del mundo per-
fecto de puros espíritus sin cuerpos que Leibniz considera en su Teodicea,
en respuesta a una sugerencia de Pierre Bayle. Al contrario de lo que
este último imaginaba, dice Leibniz, un mundo compuesto de ángeles o
dioses (metafísicamente imposible, por cierto) sería menos perfecto -y
mucho más aburrido- que el nuestro, al ser un mundo sin diversidad en
sus esencias, sin contrastes en sus cualidades, y sin nada para hacer o
pensar; un mundo, en suma, abstracto e irreal. Ver al respecto Déborah
Danowsld, "Indiferen~a, simetría e perfei~ao segundo Leibniz", Kriterion,
vol. 42, n° 104, 2001, pp. 67-69. 41. Vale la pena también comparar el Fragmento de historia futura con Le
40. El amor troglodítico era fuertemente sublimado y reproductivamente temps de la fin, de Anders, al que podríamos pensar como un "Fragmento
. estéril, y el control de la natalidad, por escrito y meritocrático. del no-futuro de la Historia".
UN MUNDO DE GENTE

Cuando el cielo aún estaba muy cerca de la tierra,


no había nada en el ~~ndo, solo gente y jabutís. 1
Mito Aikewara

Hay, en el Fragmento, una excepción importante a la extin-


ción de toda otra forma de vida que no sea la civilización
del narrador: se trata de la "pequeña tribu de chinos ex-
cavadores", descubierta durante una de las exploraciones
intestinas llevadas a cabo por los nuevos Terrícolas. 2 Estos
chinos, que tras la catástrofe se interiorizaron disimula-
damente por las antípodas, habían. logrado llevar hacia las

1. Tortuga terrestre de caparazón negro y achatado. [N. del T.]


2. Tarde parece obcecado por los chinos, y muestra una propensión extra-
ña a imaginarlos como puros objetos sensibles. Ya vimos, más arriba, la
mención a este pueblo como prototipo del color amarillo; y recordemos el
desconcertante párrafo sobre la altura media de China en su Monadología
y sociología.
UN MUNDO DE GENTE
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o profundidades una especie de naturaleza en miniatura': la apokatástasis ecológica de Weisman,. la desaparición
w "pequeñas legumbres [ ... ] en pequeños canteros de tierra del humano como restitución del mundo. Recorrimos, a
S
1< transportados, pequeños puercos, pequeños perros". De- continuación, visiones de un futuro donde todo habría ·
I sistiendo de exterminar o someter a esa tribu de "seres de volverse "humano", sea porque el mundo habría sido
1 degradados", que además se entregaban -"sin la más míni- disminuido o aniquilado por un colapso ambiental -y los
ma vergüenza a la antropofagia atávica", los seguidores de humanos se habrían convertido, en consecuencia, en mons-
V
Milcíades al final deciden volver a cerrar la pared divisoria truosos predadores de su propia especie, como en La carre-
I
V entre la civilización subterránea y la "verdadera América". tera, o en presas hipnotizadas, última fuente de energía
E De este modo, Tardé compara de forma directa a los chinos viva para un nuevo orden mecanocósmico, como en Ma-
I caníbales con los habitantes indígenas de América, con- trix-, sea porque el mundo se habría visto transmutado
R
tinente alrededor del cual, como mostró Antonello Gerbi y absorbido por la humanidad como especie triunfante,
o
S en un estudio clásico, tuvo lugar una extensa polémica la cual se re-trasciende a sí misma, mediante proezas de
histórico-filosófica sobre su naturaleza raquítica y sobre antropo-ingeniería, en una sublime entidad posthumana a
la humanidad no menos abortiva -además, notoriamen- la altura de ese futuro de "abstracción, complejidad, glo-
te dada al canibalismo- que ·abrigaría. 3 Veamos entonces balidad y tecnología" (en su versión gobernanza capitalis-
cómo los habitantes de la América verdadera formulan el ta o en la de soviets + cyborgs). Vimos también algunas
problema de la relación entre la humanidad, el mundo y la imágenes opuestas, creadas por la sustracción del polo del
C>
,.....
N
historia; ya que será con las rnitocosmologías amerip.dias "sujeto" de la oposición humanidad/mundo: la idea de
que concluiremos este intento de sobrevolar, por cierto de un mundo donde nada está en esencia vivo y menos aún
modo aún demasiado esquemático, a través de los rnuc~os es humano, como en l~ hipótesis de un pasado remoto o
imaginarios del fin del mundo que todavía (y vaya uno a "fósil", abiótico y extra-experiencial, o corno en el razo-
saber por cuánto tiempo más) pueblan nuestro mundo. namiento que conduciría a una desvalorización radical del
presente a partir de la premisa de un futuro de extinción
cósmica en cuanto verdad y destino del Ser (la muerte
EL FIN DE LAS TRANSFORMACIONES, como argumento ontológico). Hemos señalado, además,
O EL PRIMER ANTROPOCENO la ambigüedad central que marca la condición metafísi-
ca propiamente moderna, a saber, la figura "correlacio-
Hemos visto ejemplos de imágenes míticas de un mundo nista" de una anterioridad trascendental o constituyente
literalmente prehistórico, plenamente vivo pero todavía del humano con respecto a un mundo que sin embargo
desprovisto de humanos, un mundo previo al menos a la lo precede empíricamente, situación que acarrea -entre
separación entre el hombre y el mundo -la historia del otras- una importante consecuencia desde el punto de
Edén y de la caída-; hemos visto su imagen simétrica en vista de la civilización: la necesidad manifiesta de una
redeterminación del mundo empírico -de lo humano empí-
rico también, y tal vez principalmente- por el ser humano
3. Antonello Gerbi, La disputa del Nuevo Mundo. Historia de una polémica, en cuanto negatividad trascendental, mediante la poten-
1750-1900, México, FCE, 1982. c~a taumatúrgica del trabajo -y la violencia emancipadora
T
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o de la revolución (piénsese en el dominio prometeico del primordial (ya sea mero fruto de una presuposición o fa-
w manifiesto aceleracionista, o en la vocación autodesnatu,... bricada por un demiurgo) como la única sustancia o ma-
S
1(
ralizante y biofóbica del hombre badiousiano). teria a partir de la cual el mundo vendría a ser formado.
I Resta, por cierto, la posibilidad de otra versión mi- Se trata de narrativas sobre un tiempo anterior al inicio
tocosmológica: aquella en la cual el mundo se sustrae de los tiempos, una era o un eón que podríamos llamar
1
de la correlación con el humano en el comienzo de los "pre-cosmológico". 7 Tras una serie de peripecias, algunas
V tiempos, antes que en el fin. Una versión, en suma, en la fracciones de la humanidad originaria (aunque no com-
I
V
que el humano es colocado como empíricamente anterior pletamente humana, ya que, aunque antropomorfa y do-
E al mundo. tada de facultades mentales idénticas a las nuestras, esa
I Esta hipótesis es explorada en numerosas cosmogo- raza primigenia poseía una enorme plasticidad anatómi-
R
nías amerindias. Ella se encuentra convenientemente ca y cierta propensión a conductas inmorales -incesto,
o
S resumida en el comentario a un mito de los yawanawa, canibalismo-), algunas fracciones de esa "primigente" se
pueblo de lengua pano de la Amazonia occidental, reco- van transformando -de modo espontáneo o, una vez más,
gido por Miguel Carid: "La acción [del mito] transcurre como resultado de la acción de un demiurgo- en las es-
en un tiempo en el cual 'aún no había nada, pero ya pecies biológicas, accidentes geográficos, fenómenos me-
existían las personas'". 4 La versión citada en el epígrafe
1
teorológicos y cuerpos celestes que componen el cosmos 1,'

de este capítulo, que pertenece a los aikewara, tupís que actual. La parte que no se transformó, que permaneció
esencialmente igual a sí misma, 8 es la humanidad históri-
N
,.....
N viven en el otro extremo de la Amazonia, acrecienta esa
curiosa excepción: no había nada en el mundo, solo gen- ca, o contemporánea.
te ... ¡y jabutís! 5 Una de las mejores ilustraciones -tal vez la mejor- de
En el origen, en suma, todo era humano o, mejor di- ese tipo general de cosmogonía se encuentra expuesta con
cho, nada no era humano (jabutís aparte, según nuestros gran detalle y elegancia en la autobiografía de Davi Kope-
aikewara). 6 En un· número considerable de mitos amerin- nawa, el chamán y líder político yanomami. 9 Pero también
dios y, en menor medida tal vez, de otras diversas regiones podríamos recordar, de forma más sucinta, ciertas ideas de
etnográficas, se imagina la existencia de una humanidad los ashaninka (campa), pueblo aruaque geográficamente
alejado y culturalmente distinto de los yanomamis:

4. Miguel Carid, Yawanawa: da guerra d festa, tesis de maestría, Florianó-


polis, 1999; citado en Osear Calavia, "El rastro de los pecaríes. Variaciones 7. Eduardo Viveiros de Castro, "The crystal forest: notes on the ontology
míticas, variaciones cosmológicas e identidades étnicas en la etnología of Amazonian spirits", Inner Asia, vol. 9, no 2, pp. 153-172.
pano", Journal de la Société des Americanistes, no 87. 8. Con alguna mejora en el campo de la moralidad; el canibalismo literal,
5. Orlando Calheiros, Aikewara: esbOfOS de urna sociocosmologia tupí-gua- por ejemplo, se vuelve objetivamente innecesario (aunque, en ciertos ca-
raní, tesis de doctorado, Río de Janeiro, 2014, p. 41. . sos, haya seguido siendo subjetiva, esto es, socialmente imperativo) una
6. En la inmensa mayoría de las lenguas amerindias (al menos en América vez que, con el advenimiento de la era cosmológica, surgen animales y
del Sur), existe una misma palabra que puede ser traducida ya sea como plantas más adecuados para la alimentación humana.
"humano", ya sea como "pueblo" o "persona", y que con frecuencia desem- 9. Davi Kopenawa y Bruce Albert, La chute du ciel. Faroles d'un chaman
peña el papel sintáctico o pragmático de un pronombre ("nosotros") más yanomami, París, Plon, 2010; ver también Bruce Albert, Temps du sang,
que el de un sustantivo. temps des cendres, tesis de doctorado, París, 1985.
UN MUNDO DE GENTE
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o La mitología campa es, en gran medida, la historia de cómo diversas especies y otros fenómenos naturales; y "los que
w los campa primordiales fueron, uno por uno, irreversiblement~ fueron dejados de lado se transformaron en los ancestros
S de los seres humanos".
1(
transformados en los primeros representantes· de las diversas es-
I pecies de animales y plantas, así como de cuerpos celestes o de Así es como, en el pensamiento amerindio, la humani-
características del ambiente. [ ... ] El desarrollo del universo fue dad o personitud es tanto la semilla como el fondo o el sue-
1 lo primordial del mundo. 12 El Hamo sapiens no es el perso-
esencialmente un proceso de diversificación, con. la humanidad
V como sustancia primordial a partir de la cual muchas -si no naje que viene a coronar la gran cadena del ser, al agregar
I una nueva capa ontológica, de naturaleza espiritual (o, en
todas- las categorías de seres y cosas del universo vinieron a la
V
E existencia. Los campa contemporáneos son los descendientes de el lenguaje moderno, "cognitiva"), sobre una capa orgáni-
I aquellos campa ancestrales [es decir, la humanidad primordial] ca previa, la cual, a su vez, habría emergido de un subs-
R que escaparon a l .a trans f ormacwn.
" 10 trato de materia "muerta". En la tradición mito-filosófica
o occidental, en general tendemos a concebir la animali-
S
O podríamos mencionar también la cosmogonía de los dad y la JJnaturaleza" por medio de una remisión esencial
luiseño de California -evocada por Lévi-Strauss en La alfa- al pasado. Los animales son "archifósiles" vivos, no solo
rera celosa_. en la que Wyiot, el héroe cultural, identifica porque en su carácter de bestias andaban por la Tierra
a la comunidad humana originaria en las muchas especies mucho antes que nosotros (y esas bestias arcaicas eran
de seres actuales. El tema se encuentra asimismo en al- como versiones magnificadas de los animales actuales),
Ln

gunas culturas no amerindias: los kaluli de Papúa Nueva sino porque la especie humana "anatómicamente moder- N
.......
..
i

Guinea, por ejemplo, cuentan que "en aquel tiempo [de na" tiene su origen en especies ancestrales cada vez más
los orígenes] ... no había árboles o animales o riachos o próximas, cuanto más retrocedemos en el tiempo, a una
comida. La tierra estaba completamente cubierta de gente condición de animalidad pura. 13 Mediante una feliz in-
[people]". 11 Entonces un hombre de autoridad (big man) novación -bipedestación, neotenia, cooperación, lenguaje
decide transformar a diferentes grupos de personas en las sintáctico, etc.-, el gran relojero (ya ciego u omnividente)
nos confirió una capacidad que nos transformó en seres
más-que-orgánicos (en el sentido de lo "superorgánico" de
10. Gerald Weiss, "Campa cosmology", Ethnology, vol. 9, no 2, pp. 169-170; Kroeber), dotados de aquel suplemento espiritual que es
"muchas -si no todas- las categorías": compárese con la excepción ai-
kewara de los jabutís, arriba, en la caracterización del estado panhumano
de la realidad precosmológica. Esas salvedades son importantes porque
hacen resaltar una dimensión esencial de las mitocosmologías amerin- 12. Es preciso matizar esta afirmación, distinguirla para los casos de mu-
dias: expresiones como "nada", "todo" o "todos" funcionan en verdad chas cosmologías amerindias y, ocasionalmente tal vez, exceptuar a algu-
corrio "calificadores" (o mejor aÜn "cuasificadores") mucho más que como na de ellas. Existe un debate en curso sobre la extensión y la comprensión
cuantificadores. No podemos profundizar aquí en esta discusión; pero ella de este mito-filosofema sobre una "humanidad" primordial o infraestruc-
posee implicancias obvias para una adecuada comprensión de los concep- tural en la América indígena, debate que se vincula a aquellos acerca de
tos indígenas de "cosmos" o de "realidad". Todo, inclusive "el todo", es los conceptos de "animismo" y de "perspectivismo", sobre los cuales no
imperfectamente totalizable: la excepción, el resto y la laguna son (casi nos detendremos aquí.
siempre ... ) la regla. 13. Recuérdese un pasaje ya citado de Anders: "La región prehumana de
11. Edward Schieffelin, The Sorrow of the Lonely and the Burning of the donde provenimos es aquella de la animalidad total"; Günther Anders, Le
Dancers, Nueva York, St. Martin Press, 1976, p. 94. · temps de la fin, o p. cit.
UN MUNDO DE GENTE
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o "lo propio del hombre", la preciosa propiedad privada de cuyos protagonistas no humanos no son animales (ya no hay
w la especie. El excepcionalismo humano, en suma: lengua- animales en ese futuro distópico, solo réplicas artificiales)
S
1<
je, trabajo, ley, deseo; tiempo, mundo, muerte. Cultura.· sino máquinas humanoides.
I Historia. Futuro. Los humanos pertenecen al futuro como
los animales al pasado; esto es, a nuestro pasado, ya que Pues bien, no es así corno suceden las cosas para esos
1
en lo que les concierne están encerrados -suponemos- en otros humanos que son los arnerindios y otras humanida-
V un presente inmóvil y en un mundo exiguo. des no modernas. Una de las características que los vuel-
I
ven "otros" consiste, precisamente, en el hecho de que
V
E § La excepción corre aquí, una vez más, por cuenta de la sus conceptos de "humano" son otros que los nuestros.
I ficción, como en la serie de films El planeta de los simios, El mundo tal corno nosotros lo conocernos, o mejor, el
R producida por Arthur P. Jacobs, en la que la civilización hu- mundo tal corno los indios lo conocían, el mundo actual
o mana da lugar a la civilización de los simios, que repite los que existe (o existía) en el intervalo entre el tiempo de
S
mismos defectos y "pecados" de sus antiguos dominadores: los orígenes y el fin de los tiempos -el tiempo intercalado
una sociedad militarizada y totalitaria, que esclaviza, humi- que podríamos llamar "presente etnográfico" o presente
lla y tortura (inclusive usándolos como cobayos en estudios del ethnos, en contraposición al ~~presente histórico" del
científicos) a sus otros, los humanos, ahora sin voz y sin Estado-nación-, ese mundo es concebido en algunas cos-
lenguaje, o simplemente callados. Los dos primeros films de mologías arnerindias corno la época que se inició cuando
la serie, El planeta de los simios (1968) y Regreso al planeta los seres precosrnológicos interrumpieron su incesante_de-·
de los simios (1970), sitúan la narrativa en ese futuro distó- venir-otro (metamorfosis erráticas, plasticidad anatómi-
pico. (distó pico para los humanos, entiéndase bien), pero los ca, corporalidad ~~desorganizada") en favor de una mayor
14
dos siguientes, Huida del planeta de los simios (1971) y La univocidad ontológica. Con la clausura del "tiempo de
rebelión de los simios (1972), así como el reciente El origen
del planeta de los simios (de 2011), cuentan la historia de la
rebelión de los simios y su fuga, lo que habría dado origen 14. "Presente etnográfico" es el nombre que los antropólogos le dan a
a la inversión de las dos posiciones. El acontecimiento con- esta, hoy con intención casi siempre censoria (para una importante ex-
cepción, sin embargo, ver Kirsten Hastrup, "The Ethnographic Present:
tingente que explicaría al mismo tiempo el éxito en la fuga A Reinvention", Cultural Anthropology, vol. 5, no 1, 1990), en el estilo
y esa posterior inversión es un inesperado efecto colateral narrativo siempre clásico de la disciplina, que sitúa las descripciones de
de una droga experimental que le fuera inyectada al simio las monografías en un presente atemporal mas o menos contemporáneo al
protagonista, César, con vistas a encontrar una cura para la testimonio del observador, o que "finge" ignorar los "cambios históricos"
(como el colonialismo) que justamente hicieron posible la observación
enfermedad de Alzheimer: el efecto colateral es el aumento
etnográfica. Empero, aquí usaremos la expresión en un sentido doble-
de su inteligencia, que lo lleva a la adquisición del lenguaje. mente opuesto a ese, para designar la actitud de las "sociedades contra el
El animal situado en el futuro del humano es aquí, por lo Estado" frente a la historicidad. El presente etnográfico es el tiempo de
tanto, un híbrido, un organismo genéticamente modificado las "sociedades frías" de Lévi-Strauss, sociedades contra el aceleracionismo
o sociedades lentas (así como se habla de slow food o slow science -Sten-
que se venga de su creador. Esto no deja de recordar el film
gers-), que entienden que todos los cambios cosmopolíticos necesarios
de Ridley Scott, Blade Runner (1982), basado en el libro de para la existencia humana ya acontecieron, y que la tarea del ethnos es
Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, asegurar y reproducir ese "siempre-ya".
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o las transformaciones" -la expresión es usual en las cul- más que su complemento femenino: surge el mundo todo,
w turas amazónicas-, los inestables seres antropomorfos de el resto infinito del mundo. Y los nombres en su infinita
S
1< los orígenes adoptaron las formas y hábitos corporales de variedad existían, corno vimos, antes y a la par de las
I aquellos animales, plantas, ríos, montañas, etc. que ellos cosas (los yanornarnis pecaris, el pueblo jaguar, la gente
vendrían a ser, como por otra parte esfaba prefigurado en canoa, etc.): estas no esperaron a un archinornbrador hu-
1
los nombres que ya portaban en ese pasado absoluto. Así mano para saber que eran, y qué eran. Todo era humano,
V se dio, por ejemplo, que los uyanomamis pecaríes", en pero todo no era uno. La humanidad era una multitud
I
V otras palabras, la tribu de primigente que tenía el nom- polinómica; ella se presentó desde el inicio bajo la forma
E bre de "pecarí" (~~gente" se dice yanomami en la lengua de la multiplicidad interna, cuya externalización morfoló-
I del pueblo homónimo), "se volvieron pecaríes", es decir, gica, esto es, la especiación, es precisamente la materia de
R los cerdos salvajes que los cazamos y comemos hoy. El la narrativa cosmogónica. Es la naturaleza la que nace o
o
S "mundo entero" (tal vez, de nuevo, no los jabutís u otra se ''separa" de la cultura y no al revés, corno sostienen en
excepción cualquiera) está virtualmente incluido en esta cambio nuestra antropología y nuestra filosofía.
protohumanidad originaria; la situación precosmológi- La subsunción del mundo por la humanidad en las
ca puede ser así descripta por igual como una humani- cosmologías arnerindias opera, así, en la dirección opues-
dad-aún-sin-:mundo o corno un mundo-en-forma-humana, ta al mito de la singularidad tecnológica. Remite al pa-
un rnultiverso antropomórfico que da lugar a un mundo sado, no al futuro; su énfasis está puesto en la estabili-
00
,.....
N
concebido como el resultado de la estabilización (siem- zación de las transformaciones que ·-vinieron a diferen-
pre inacabada) del potencial de transformabilidad infinita ciar a los animales de aquellos humanos que continuaron
contenido en la humanidad corno sustancia, o más bien, -siéndolo, y no en la aceleración .de las transformaciones
como "actancia" universal originaria y persistente. 15 de los a:r:tirnales que "fuimos" en las máquinas que "sere-
Aquí puede verse una múltiple inversión de los esce- mos". El énfasis de la praxis indígena reside. en la produc-
narios canibalescos o zornbiformes descriptos en La carre- ción reglada de transformaciones capaces de reproducir
tera y en narrativas semejantes: en la mitología indígena, el presente etnográfico (rituales de ciclo de vida, gestión
el alimento de los humanos consiste en humanos que fue- metafísica de la muerte, charnanisrno corno diplomacia
ron transformados en animales y plantas; la humanidad cósmica) y así impedir la proliferación regresiva y caóti-
es el principio activo que está en el origen de la prolife- ca de transformaciones. El control es necesario porque el
ración de formas vivas en un mundo rico y plural. Pero el potencial transformativo del mundo, corno lo demuestran
esquema indígena también invierte el mito del jardín del los omnipresentes índices de actividad de una intenciona-
Edén. En el caso arnerindio, los humanos son los primeros · lidad antropomorfa universal, manifiesta una rernanencia
en llegar, el resto de la creación procede de ellos. En este peligrosa pero necesaria. El peligro reside en el hecho de
caso, es como si de la "costilla de Adán" surgiese mucho que los ex humanos mantienen una virtualidad humana
por debajo de su actual apariencia animal, vegetal, as-
tral, etc., un poco al modo (pero a la inversa de) corno
15. Un metafísico amazónico podría llamar a este argumento "ancestrali- acostumbrarnos fantasear que, en el fondo, por debajo de
dad humana" o "evidencia del antropofósil". nuestra vestimenta civilizada, seguirnos siendo animales
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UN MUNDO DE GENTE
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o " r ces. La arcaica latencia humanoide de los no humanos Las especies animales y otras son concebidas como otros )
Ie o . d • tantos tipos de "gentes" o "pueblos", esto es, como en-
w -la humanidad como el inconsciente del amma1, se po na
S decir- amenaza constantemente con irrumpir a través de tidades políticas. No es "el jaguar" el que es "humano";
1(
los rasgaduras que se abren en la trama del mundo co- son los jaguares individuales los que adquieren una di-
I
tidiano (sueño, enfermedad, incidentes de caza), Y _con mensión subjetiva (más o menós pertinente, conforme
1 hacer que los humanos sean violentamente reabsorbidos el contexto práctico de la interacción con ellos) al ser
V por el substrato precosmológico donde todas las diferen- percibidos como teniendo "detrás de ellos" una sociedad,
16
I cias continúan comunicándose caóticamente entre sí. una alteridad política colectiva. 18 Por cierto, también
V nosotros (nos referimos aquí a los occidentales, lo que,
E
La necesidad de esa remanencia, a su vez, radica en el
I hecho de que la actualización del presente etnográfico por mera convención, incluye a los brasileños de cultura
R presupone una recapitulación o contraefectuación d~l es- europea) pensamos, o nos gustaría pensar que pensamos,
o tado precosmológico, pues allí se halla el reservona de que únicamente se puede ser humano en sociedad, que
S el hombre es un animal político, etc. Pero los amerindios
toda diferencia, de todo dinamismo y por tanto de toda
posibilidad de sentido. El multiverso antropomórfico, en piensan que entre el cielo y la tierra existen muchas más
su virtualidad originaria, es suscitado-conjurado, bajo la sociedades (y por lo tanto muchos más humanos) de lo
forma de una animalización del humano -la máscara te- que sueñan nuestras antropologías y filosofías. Lo que
riomórfica del bailarín-espíritu, el devenir-fiera del gue- llamamos "ambiente,; es para ellos una sociedad de so-
rrero- que es recíprocamente una humanización mítica - ciedades, una arena internacional, una cosmopoliteia. No
del animal. 17 Es de tal doble movimiento que emerge sin existe por lo tanto una diferencia absoluta de estatuto
cesar el ethnos. El presente etnográfico no es en modo entre sociedad y ambiente, como si la primera fuese el
alguno un tiempo inmóvil; las sociedades lentas conocen "sujeto" y el segundo, el "objeto". Todo objeto es siempre
velocidades infinitas, aceleraciones extra-históricas, en otro sujeto, y es siempre más de uno. Aquella expresión
una palabra, devenires, que hacen del concepto indígena común en boca de quienes recién se inician en una mi-
del buen vivir algo metafísicamente mucho más parecido litancia de izquierda, "todo es político", adquiere en el
a un deporte extremo que a un sosegado retiro campestre. caso amerindio una literalidad extrema (inclusive en la
Lo que llamaríamos mundo natural, o "mundo" en indeterminación de ese "todo" -los jabutís ... -) que tal
general, es para los pueblos amazónicos una multipli- vez ni siquiera el manifestante más entusiasta de las
cidad de multiplicidades intrincadamente conectadas. calles de Copenhague, Río de Janeiro o Madrid esté pre-
parado para admitir.

16. Aquellos seres de las cosmologías indígenas que clasificamos con la


categoría heteróclita de los "espíritus" son, por lo general, entidades que
preservaron la labilidad ontológica propia de la primigente, Y que por eso 18. La diferencia entre "animismo" y totemismo" es, a este respecto, contra
oscilan característicamente entre determinaciones humanas Y determina- Descola y con Sahlins, poco clara y tal vez carente de sentido; ver Philippe
ciones animales, vegetales, etc. Descola, Más allá de la naturaleza y la cultura, Buenos Aires, Amorrortu,
17. Eduardo Viveiros de Castro, "Os pronomes cosmológicos e o perspecti- 2012; MarshaU Sahlins, "On the ontological scheme of Beyond nature and
vismo amerindio", Mana, vol. 2, no 2, pp. 115-144. culture", Hau: Journal of Ethnographic Theory, vol. 4, no 1, 2014 . -
D UN MUNDO DE GENTE

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o ANTROPOMORFISMO CONTRA ANTROPOCENTRISMO para designar una noción muy difundida en la América indí-
w gena, según la cual cada especie de existente se ve a sí mis-
S
1( Si el concepto arnerindio de "naturaleza", cuando se lo torna ma corno humana (anatómica y culturalrnente) pues lo que
I para designar la esfera de los existentes no humanos, es dis- ella ve de sí misma es su "alma", una imagen interna que es
tinto del nuestro -pues los no humanos son ex humanos que corno la sombra o el eco del estado hurnanoide ancestral de
1
preservan un lado humano latente o secreto, imperceptible todos los existentes. El alma, siempre antropomorfa, es el
V para nosotros en condiciones normales-, su concepto de hu-
I
aspecto de los existentes que estos perciben cuando miran a
V
manidad o de "cultura" forzosamente también lo será. Los o interactúan con los seres de la misma especie; es eso, en
E arnerindios forman parte de aquella gigantesca minoría de verdad,- lo que define la noción de "misma especie". La forma·
I pueblos que jamás fueron modernos, porque nunca tuvieron corporal externa de una especie es, por lo tanto, el modo en
R una naturaleza y por lo tanto jamás la perdieron, ni tampo-
o que las otras especies la ven (esa forma es frecuentemen-
S co necesitaron liberarse de ella. Nótese que, entre nuestra te descripta corno una "ropa"). Así, cuando un jaguar mira
humanidad y la de ellos, corno entre nuestro mundo y el de a otro jaguar, ve un hombre, un indio; 20 pero cuando mira a
ellos, no hay una simple diferencia de visiones culturales de un hombre -lo que los indios ven corno un hombre-, ve un
un mismo mundo natural (el mundo tal corno es descripto pecarí o un mono, ya que estas son algunas de las cazas más
por las ciencias modernas de forma más o menos completa); apreciadas por los indios amazónicos. Así, todo existente en
ni ta~poco de diferentes mundos culturales imaginados por el cosmos se ve a sí mismo corno humano, pero no ve a las
una misma humanidad corno especie natural. Ambos lados otras especies corno tales (y esto, es inútil subrayarlo, se
de la ecuación antropocosrnológica necesitan ser modifica- aplica también a nuestra especie). La "humanidad" es así
dos a la vez, lo cual desplaza el problema; no porque las dos al mismo tiempo una condición universal y una perspectiva
variables de la ecuación estén en "correlación", sino por- estrictamente deíctica y autorreferencial. Especies diferen-
que la correlación misma tal corno la imaginarnos -sea para tes no pueden ocupar al mismo tiempo el punto de vista del
afirmarla o para negarla metafísicamente- pierde sentido "yo", debido a la restricción deíctica: en toda confrontación
cuando se la traduce a los "términos" arnerindios. aquí y ahora entre dos especies, es forzoso que una termine
Estamos hablando, entiéndase bien, del llamado "pers- por imponer su humanidad, es decir, que termine por hacer
pectivisrno arnerindio", sobre el cual temernos sea inevitable "olvidar" a la otra su propia humanidad. 21
decir algunas palabras, aunque corramos el riesgo de hacer Nosotros humanos (esto es, nosotros arnerindios) no
huir a aquellos lectores que ya han oído en exceso sobre él. vernos a los animales corno humanos, por lo tanto ellos no
Pero en fin; "perspectivisrno arnerindio" fue el nombre que
Tania Stolze Lima y Eduardo Viveiros de Castro 19 eligieron
20. Como un conciudadano humano pero significativamente ornamentado
con los distintivos del pueblo-jaguar: collares de diente de pantera, pintas
19. Ver Tania Stolze Lima, "O dais e seu múltiplo: reflex5es sobre o perspec- negras de pintura corporal. ..
tivismo em urna cosmología tupi", Mana, vol. 2, no 2, 1996, pp. 21-47 , y Um 21. Si un ser humano (en este sentido autorreferencial) comienza a per-
peixe olhou para mim. O pavo Yudjá e a perspectiva, San Pablo/Río de Janeiro, cibir a un existente de otra especie como humano, esto significa que el
UNESP/ISA/NUTI, 2005; Eduardo Viveiros de Castro, "Os pronomes cosmológicos e primero está en vías de abandonar su posición de sujeto y volverse un
o perspectivismo amerindio", op. cit., y Metafísicas caníbales, op. cit.· objeto, una presa potencial para el otro existente vuelto sujeto-predador.
UN MUNDO DE GENTE
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1\l
o son humanos-para-nosotros; pero nosotros sabemos que debería ser utilizado peyorativamente corno con frecuencia
w ellos son humanos-para-sí.
22
Sabemos del mismo modo lo hacemos cuando lo aplicamos complacientes a los pue-
S
K que nosotros no somos humanos-para-ellos, que ellos nos blos uprimitivos" y a los espíritus usl.mples" en general. Por
I ven· como animales de caza o fieras ¡>redadoras, o como · el contrario, más allá de que sea una presuposición prácti-
poderosas tribus enemigas (cuya uhumanidad" meramente co-ontológica ampliamente difundida en la especie epóni-
1
taxonómica es irrelevante, cuando no activamente nega- ma (es sabido el trabajo que le costó a la ciencia moderna
V da), o espíritus caníbales, conforme la posición respectiva restringir su legitimidad a dominios específicos), pensamos
I
V
que nosotros y ellos ocupamos en la cadena alimentaria. que el antropomorfismo merece tener una ciudadanía filo.:.
E Cuando un indio interactúa con un existente de u otra sófica plena, que apunte hacia posibilidades conceptuales
I especie" -lo cual, repetimos, incluye a los miembros de todavía inexploradas.
R otros colectivos que nosotros llamaríamos uhumanos" -, Definiremos entonces las ontologías (o, tal vez, con-
o
S sabe que está tratando con una entidad que es humana tra-ontologías) uanirnistas" de los amerindios y pueblos
en su propio departamento. Así se da entonces que toda congéneres a partir del principio antropomórfico que mani-
interacción entre especies en los mundos amerindios es fiestan, de modo de contrastarlas con el principio antropo-
una intriga internacional, una negociación diplomática o céntrico que nos parece constituye uno de los pilares más
una operación de guerra que debe ser conducida con la firmemente fijados de la metafísica occidental, tanto en
máxima circunspección. Cosmopolítica. sus versiones #dogmáticas" o #especulativas" corno, evi-
LO
Como todos los seres humanos, como todo animal, a dentemente, en la filosofía crítica y demás derivas ucorre-. (V)
rl
23
fin de cuentas, los arnerindios necesitan comer, o destruir lacionistas". En este sentido, el antropomorfismo es una
de alguna manera a otras formas de vida para vivir. Saben inversión irónica completa (¿dialéctica?) del antropocen-
que la acción humana inevitablemente deja una uhuella trismo. Decir que todo es humano equivale a decir que los
ecológica" en el mundo. La diferencia reside en que el sue- humanos no son una especie especial, un evento excep- ·
lo en el que dejan sus huellas también está vivo y alerta, cional que vino a interrumpir de forma magnífica o trágica
y que es, con frecuencia, el dominio celosamente vigila- la trayectoria monótona de la materia en el universo. El
do de algún super-sujeto (el espíritu-maestro de la selva, antropocentrismo, por el contrario, hace de los humanos
por ejemplo). Lo cual requiere, por lo tanto, prestar mucha una especie animal dotada de un suplemento transfigura-
atención a dónde se pisa. Pues, corno diría el santo pa- dar; los entiende corno seres atravesados por la trascen-
trono del perspectivisrno occidental (Leibniz), uhay almas dencia como por una flecha sobrenatural, marcados por un
por todas partes". En suma, el postulado fundamental de la estigrnq, una abertura o una falta privilegiada (felix culpa)
cosrnopolítica arnerindia es lo que se suele designar corno indeleble que los distingue en el seno -en el centro- de
antropomorfismo, un concepto que, a nuestro entender, no la Naturaleza. Y cuando la filosofía occidental se critica a
sí misma y se empeña en atacar al antropocentrismo, su !,¡
1•
ir:

22. La cuestión de saber si los animales saben que nosotros lo sabemos


es objeto de cierta controversia entre los etnógrafos, y de una posible 23. Pero no, nótese bien, en muchas de esas filosofías que Meillassoux
variación cultural. llamaría "subjetalistas".
D UN MUNDO DE GENTE
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o forma usual de negar el excepcionalisrno humano es afir-
w de su ser-en-cuanto-otro; todo ser es ser-por, ser-para,
25
S mar que en un nivel fundamental somos animales, o seres ser-relación. La exterioridad está en todas partes. El
I< vivos, o sistemas materiales como todo el resto: la reduc- gran afuera es corno la caridad: también empieza por casa.
I ción o eliminación "materialista" es el :m,étodo favorito de Invirtiendo la fórmula (y el énfasis) de Brassier, el
1 equiparación de lo humano con el mundo preexistente. El · filósofo arnerindio debería entonces concluir que "todo ya
26
principio antropomórfico, por el contrario, afirma que son está vivo". Esto no impide -sino todo el contrario- que la
V
los animales y demás entes los que son humanos como no- muerte sea un motivo y un motor fundamental de la vida,
I
V sotros; aquí, la generalización o expansión "parnpsiquista" en particular de la vida humana. 27 Y desde este punto de
E es el método básico de equiparación del mundo con el vista, los indios coinciden, curiosamente, con el nihilismo
I humano preexistente. especulativo y con la necesidad de salir del círculo narci-
R
Podría objetarse que, en rigor, los animales son "hu- sista de la correlación: ·
o
S manos-para-sí" para nosotros, ya que somos "nosotros"
(los arnerindios) los que sabemos eso y actuamos de acuer- Lo~ blancos nos tratan como ignorantes solo porque somos gente
do a ese saber. Sin duda. Pero no sabernos -todo lo que diferente a ellos. Pero su pensamiento es corto y oscuro; no logra
los animales ·saben, y menos aún todo lo que ellos son. 24 ir más allá y elevarse, porque quieren ignorar la muerte. [ ... ] Los
De cualquier modo, esto no significa que exista, escondi- blancos no sueñan lejos como nosotros. Ellos duermen mucho, i
do en las profundidades del mundo, un humano-en-sí o pero solo sueñan consigo mismos. 28 1
1

un animal-en-sí; en las cosmologías amerindias no existe· ,_


(V)
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1

....... 1:¡;
distinción -y aquí se trata de una tesis etnográfica, no 1,.
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una teoría metafísica general- entre el "mundo-en-sí" y
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la serie indeterminada de existentes en cuanto centros 25. Ver Bruno Latour, Investigación sobre los modos de existencia, op. cit. El li·
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de perspectiva o, si se prefiere, en cuanto mónadas. Cada ser en cuanto otro de Latour es como la expresión metafísica de la célebre 1;
máxima antropofágica "solo me interesa lo que no es mío", como recuerda lj
objeto o aspecto del universo es una entidad híbrida, al Alexandre Nodari. Aquí no cabe -literalmente- adentrarnos en la ontología
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mismo tiempo humano-para-sí y no-humano-para-otro, o de la diferencia que permite tender un puente entre la especulación oswal-
mejor, por-otro. En este sentido, todo existente, y el mun- diana sobre el "matriarcado de Pindorama", el pensamiento amerindio so-
do co'rno agregado abierto de existentes, es un ser fuera de bre la alteridad inmanente y ciertos desarrollos filosóficos y antropológicos
contemporáneos, entre los cuales se incluyen las propuestas de Latour; ver
sí. No existe ser-en-sí, ser-en-cuanto-ser, que no dependa Eduardo Viveiros de Castro, Metafísicas caníbales, op. cit.
26. Ver Casper Jensen, "Two forros of the outside: Castañeda, Blanchot,
ontology", op. cit.
27. Los seres del "pasado" absoluto que describe el mito -como los espí-
24. "Los kwakiutl consideran a la substancia humana como el patrón ritus, los maestros de los animales, las divinidades y otras entidades nor-
(standard) de todo viviente. Pero al postular esa consubstancialidad de malmente invisibles que forman el substrato intencional del mundo- son
base humana, no por ello transforman el mundo animal en una Disneylandia imperecederos, y por lo tanto omnipresentes, en sentido tanto espacial
poblada de personajes de juguete. Ellos atribuyen a los animales la fa- como temporal. Ver Daniel Pierri, O perecível e o imperecível. Lógica do
cultad de la palabra, un interés social por el intercambio y la práctica de sensible e corporalidade no pensamento guaranimbyá, tesis de maestría,
las Ceremonias de Invierno; pero también toda una vida diferente de la San Pablo, 2014.
nuestra, y secreta"; Irving Go ldman, The Mouth of Heaven. An Introduction 28. Davi Kopenawa y Bruce Albert, La chute du ciel, op. cit., pp. 411-412;
to Kwa Kiume Religious Thought, Nueva York, Wiley, 1975, p. 208). el subrayado es nuestro.
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o El vano deseo de ignorar la muerte está ligado, según Es interesante destacar, por una parte, que en el diag-
w Kopenawa, a la fijación de los blancos en la relación de nóstico de Kopenawa hay algo profundamente pertiüente
S
1( propiedad y en la forma mercancía. Ellos son "apasionados" desde un punto de vista psicoanalítico -su Traumdeutung
I por las mercancías, en las que su pensamiento permane- relativa a los blancos es la envidia de cualquier pensador
ce completamente "aprisionado": "Así," ellos sueñan con freudomarxista- y, por otra parte, que este diagnóstico
1
sus coches, sus casas, con su dinero y todos ·sus otros nos paga con nuestra propia moneda falsa: la acusación de )
1

V bienes ... ". 29 Recordemos que los yanomamis no solo va- una proyección narcisista del ego sobre el mundo es algo
I
V
loran al extremo la liberalidad y el intercambio no mer- a lo que los modernos siempre recurrieron para definir la
E cantil de bienes, sino que también destruyen todas las pose- característica antropológica de los pueblos "animistas"; en
I siones de los muertos. 30 efecto, Freud fue, como se sabe, uno de los más ilustres
R Los blancos duermen mucho, pero solo sueñan consi- defensores de esta tesis. 32 A juicio de aquellos a quienes
o
S go mismos. Este es, quizás, el juicio más cruel y preciso llamamos animistas, por el contrario, somos nosotros, los
jamás enunciado sobre la característica antropológica de modernos, los que al adentrarnos en el espacio de la ex-
los "blancos": aquellos a quienes La tour llamaría "mo- terioridad y de la verdad -el sueño- solo logramos ver re-
dernos" o, más perversamente, ''humanos". La desvalori- flejos y simulacros obsesivos de nosotros mismos, en lugar
zación epistémica del sueño por parte de los blancos iría de abrirnos a la inquietante extrañeza del comercio con la
a la par de su autofascinación solipsista -su incapacidad infinidad de agencias, al mismo tiempo inteligibles y ex-
para discernir la humanidad secreta de los existentes no tremadamente otras, que se encuentran diseminadas por
humanos- y su avaricia "fetichista", tan ridícula como el cosmos. Los yanomamis, o la política del sueño contra
incurable. Los blancos, en suma, sueñan con lo que no el Estado: no nuestro "sueño" de una, sociedad contra el
tiene sentido. 31 Estado, sino el sueño tal como él es soñado en una soCie-
dad contra el Estado.

29. Íbid, pp. 437-439; el subrayado es nuestro.


30. La muerte para los yanomamis es el fundamento, en el sentido de EL FIN DEL MUNDO DE LOS INDIOS
razón, de la "economía del intercambio simbólico" (ver Jean Baudrillard,
El intercambio simbólico y la muerte, Caracas, Monte Ávila, 1980). Todo
esto se encuentra desarrollado en el seminal artículo de Albert· sobre la El mismo chamán, en su libelo contra el vértigo eco-sui-
"crítica chamánica de la economía política de la naturaleza" vehiculizada cida de la civilización que va sofocando el "mundo-sel-
en el discurso de Kopenawa, crítica que incluye una apreciación sarcástica va" de los yanomamis, profetizaba lo siguiente: "Los
del fetichismo de la mercancía propio de los blancos, tanto como de su
blancos no temen, como nosotros, ser aplastados por la
relación intrínseca con el canibalismo; ver Bruce Albert, "L'Or cannibale
et la chute du ciel. Une critique chamanique de l'économie politique de la caída del cielo. Pero un día tendrán miedo, ¡tal vez tanto
nature", L'Homme, no 126-128, 1993, pp. 349-378.
31. El sueño, en particular el sueño chamánico inducido por el consumo
de alucinógenos, es la vía regia hacia el conocimiento de los fundamentos 32. Así como Marx tomó prestado del imaginario colonialista el térmi-
invisibles del mundo, para los yanomamis como para muchos otros pueblos no "fetichismo", y (re)abrió con ello -y de una forma que pasó tal vez
amerindios; ver Eduardo Viveiros de Castro, "The crystal forest: notes on inadvertida- un rico filón analítico sobre las profundas relaciones entre
the ontology of Amazonian spirits", op. cit. economía y teología en la metafísica o·ccidental.
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o como nosotros!". 33 Aparentemente ese día ya comienza La profecía del desmoronamiento del cielo, desarrolla-
w a despuntar en el horizonte. En un pasaje inusualmente da con excepcional elocuencia en la declaración de Kope-
S
"primitivista" de su tratado· de antropología de los mo- nawa, es un tema recurrente en distintas escatologías ame-
1<
I dernos, Latour observa que "la multiplicidad de los no-hu- rindias. Por lo general, esos desmoronamientos, que pue-
manos que las crisis ecológicas agitan en todos los sec- den estar asociados a cosmografías superpuestas en las que
1 varios "cielos" y "tierras" se apilan unos sobre otros, son
tores de la economía" reinstala de modo angustiante }
V
la cuestión, indisolublemente "económica" y "ética", de la fenómenos periódicos, parte de grandes ciclos de destruc-
I ción y recreación de la humanidad y del mundo. Es común
V relación de los medios y de los fines; y, llamativamente,
E respecto a esto se va observando entre nosotros, conclu- que tales reordenamientos estratigráficos sean atribuidos
I ye Latour, un "retorno progresivo a las cosmologías an- al envejecimiento del cosmos y al peso creciente de los
R
tiguas y a sus inquietudes que, de pronto; descubrimos muertos (sea de sus cuerpos pentro de la tierra, sea de sus
o almas sobre la capa celeste). Lo cual puede producir (es el
S no tan mal fundadas". 34
caso de la cosmología yanomami) la caída en cascada de las
capas celestes, que vienen a ocupar el lugar de las antiguas
capas terrestres, convertidas en estratos subterráneos, con
33. Davi Kopenawa y Bruce Albert, La chute du ciel, op. cit., p. 540. "Lo
que ellos [los blancos] denominan 'la naturaleza' es, en nuestra lengua sus habitantes (nosotros, los vivientes de hoy) transfor-
muy antigua, urihi a, la tierra-selva" (ibíd., p. 514). Comparar con el mados en monstruos caníbales del inframundo, mientras
bello libro de Ursula le Guin, El nombre del mundo es bosque, Buenos.Aí- las almas celestes de los muertos se vuelven la humani-
res, Minotauro, 1976: "También había aprendido a gustar de los nombres dad de la nueva capa terrestre. En otras escatologías, la
que los atlishianos daban a sus territorios y poblados: sonoras palabras
bisilábicas: Sornol, Tuntar, Eshreth, Eslisen -que ahora era Centralville-, destrucción del mundo es causada por los métodos harto
Endtor, Abtan y sobre todo Athshe, que significaba el Bosque, y el Mundo. clásicos -pero todavíá eficaces, considerando la presente
De modo que tierra, terra, tellus significaba a la vez el suelo y el planeta, crisis climática- del cataclismo (diluvio) o de la conflagra-
dos significados y uno. Pero para los atlishianos el suelo, la tierra, no era
ción (incendio) universales. En el caso de los guaraníes del
el lugar adonde vuelven los muertos y el elemento del que viven los vivos:
la sustancia del mundo no era la tierra sino el bosque. El hombre terrá- sur de Brasil y de la cuenca de los ríos Paraná y Paraguay,
queo era arcilla, polvo rojo. El hombre atlishiano era rama y raíz. Ellos no sucesivas tierras y sus respectivas humanidades fueron (y
esculpían imágenes de sí mismos en la piedra; solo tallaban la madera ... ". serán) creadas y destruidas por los dioses, por medio del
34. Bruno Latour, Investigación sobre los modos de existencia, op. cit.,
agua o del fuego, o incluso por el repliegue de la estruc-
p. 432. No pretendernos aquí especular sobre las razones de esta "pres- 35
ciencia" de los pueblos no modernos, que progresivamente va dejando tura de sustentación de la capa terrestre. En la próxima
la esfera de las alegorías edificantes para asumir una perturbadora li-
teralidad ecológica. Pero entre esas razones está, ciertamente, la multi-
milenaria aprehensión reflexiva por el "pensamiento salvaje" de ciertas
constantes de enorme generalidad en la experiencia, constantes que en el 35. Ciertos humanos de la primera Tierra, en virtud de su comportamiento
siglo XIX aprendimos a llamar termodinámicas, y cuyo "olvido" está en la antisocial o anticipatorio del habitus del animal futuro, fueron trans-
raíz de las mutaciones económicas (en todos los sentidos de la noción de formados en los animales de la Tierra actual (sin perder sin embargo sus
economía, del teológico al contable) ocurridas en crisis sucesivas a lo lar- imágenes imperecederas, antropomorfas, que habitan el estrato celeste);
go de la historia de Occidente. Tampoco se debe descartar, por supuesto, la otros, al contrario, alcanzaron un estado de "maduración" o "perfección"
tendencia a un cierto carácter circular o recornbinatorio de la imaginación que los transformó en seres idénticos a las divinidades celestes. Para una
rnitopoética, en el tiempo y en el espacio. detallada discusión de las escatologías guaraníes, especialmente de los
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o destrucción del mundo, que es inminente, la escatología vida, o sea, de experiencia y perspectiva; y como ya vimos,
w de los guaraníes ñandéva -descripta célebremente por Curt la forma de toda vida es "humana". En el mismo sentido,
S
1( Nimuendaju- prevé el descenso del cie.lo de un gigantesco en estas cosmologías la idea de una destrucción última Y
I jaguar azul que vendrá a devorar a la humanidad, mientras definitiva del mundo y de la vida es rara, si es que existe.
1 los pilares de la tierra se deshacen y todo lo que existe se La humanidad es consustancial al mundo o, mejor dicho,
hunde en el abismo eterno. 36 es objetivamente "correlacional" con el mundo, relacional )
V como el mundo. No hay "correlación" entre epistemología
No es necesario detenernos en las bien conocidas cos-
I
V mologías mesoamericanas que imaginan una sucesión de y ontología, pensamiento y ser, sino inmanencia real entre
E eras o "soles", sucesión caracterizada por la deposición y existencia y experiencia en la constitución de un multi-
I reposición de mundos, dotados cada uno de sus respec- verso relacional.
R Ese mundo que procede ontológicamente de los hu-
tivas humanidades (fabricadas por los dioses a partir de
o
S diferentes sustancias: arcilla, madera, trigo ... ), ni en su manos (es decir, de los indios) incluye, aclarémoslo, a los
convicción sobre la fragilidad esencial del presente y la blancos y su civilización material. Estos en general son
responsabilidad humana en la manutención del precario concebidos como los descendientes de un grupo de gente
equilibrio cósmico, convicción que se traduce en la exi- que, en el inicio de los tiempos, fue expulsado del centro
gencia de alimentación sacrificial incesante de un mundo del mundo por el demiurgo, en razón de su comporta-
destinado inapelablemente a la entropía. miento agresivo o avaro, y que retornó inesperadamente
Lo que parece se-r una constante en las mitologías in- muchos siglos después. 37 Su llegada a América dio lugar,
dígenas del fin del mundo es el carácter impensable de un y continúadándolo, a una inmensa perplejidad metafísica
mundo sin gente, sin una humanidad, por más diferente por parte de los indígenas. Perplejidad casi siempre acom-
que esta sea de la nuestra; en general, además, las sucesi- pañada, aun hoy (después de cinco siglos de traiciones y
vas humanidades de cada era cósmica son completamente matanzas), de muc,:ha indignación y aprehensión y que, en
ajenas entre sí, como especies distintas. La destrucción el plano práctico-especulativo, acostumbra desdoblarse en
del mundo es destrucción de la humanidad y viceversa; la una variedad de agenciamientos contra-históricos, tales
recreación del mundo es la recreación de alguna forma de como el profetismo, la insurrección autonomista, la espe-
ra de la renovación cósmica por medio de una catástrofe
(como el pachakuti quechua), la reformulación estratégica
mbyás, ver Daniel Pierri, "Como acabará essa terra? Reflex6es sobre a ca- del chamanismo nativo en lenguaje ecopolítico ... En todos
taclismologia Guarani-Mbya, a luz da obra de Nimuendaju", Tellus, no 24,. los casos, se trata de afirmar el presente etnográfico, de
2013; y "O dono da figueira e a origem de Jesus: urna crítica xamánica ao conservarlo o recuperarlo, no de "crecer", "progresar" o
cristianismo", Revista de Antropología, 2013.
36. Curt Nimuendaju Unkel, Los mitos de creación y de destrucción del
mundo como fundamentos de la religión de los Apapokuva-Guaraní, Lima,
Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica, 1978. Para un 37. Los mitos no tardaron en "siempre haber previsto" este regreso (ver
panorama ya desactualizado, pero todavía útil, de las cosmogonías yesca- Claude Léví-Strauss, Historia de Lince, Barcelona, Anagrama, 1992). En
tologías de la América del Sur indígena, ver Lawrence Sullivan, Icanchu's otras variantes, los blancos se fueron en razón de un error de juicio de los
Drum. An Orientation to Meaning in South American Religions, Nueva York, propios indios, que absurdamente los expulsaron o los dejaron ir llevándo-
MacMillan, 1988. se consigo los instrumentos de su potencia tecnológica futura.
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o "evolucionar". Corno profesan los pueblos andinos en su los minerales de "tierras raras") al debilitamiento y putre-
w hoy célebre lema cosrnopolítico; vivir bien, no mejor. facción de la capa terrestre, tanto corno a la liberación de
S
1( La regla en las mitologías arnerindias, decíamos, son efluvios patogénicos que diseminan epidemias y extincio-
I los apocalipsis periódicos. Pero cuando estos se cruzan, en nes biológicas. 39 Ellos entienden que la ignorancia de los
la imaginación de los pueblos actuales,· con las múltiples blancos (apodados tatús gigantes o pecaríes monstruosos,
1
informaciones sobre la catástrofe climática en curso que por su incesante actividad de excavación y remoción de la )
V les llegan de todos lados, cuando a estas informaciones se tierra) con relación a la agencia de los espíritus y de los
I
V suman las observaciones aún más preocupantes, obtenidas charnanes que sustentan el statu quo cosmológico ya desen-
E por la experiencia directa, de una desincronización de los cadenó una venganza sobrenatural, que viene provocando
I ritmos estacionales y de los ciclos hidrológicos, y de una sequías e inundaciones en diversos puntos del planeta. En
R consecuente perturbación de las interacciones biosernióti- breve, con la muerte de los últimos charnanes yanornarnis,
o
_s cas características de los habitantes tradicionales de estos · los espíritus maléficos se apoderarán del cosmos, el cielo se
pueblos, 38 y cuando a todo eso se le agrega la destrucción desmoronará y todos seremos aniquilados. Kopenawa inclu-.
generalizada, creciente y violenta de estos ambientes a so admite corno posible que otra humanidad sobrevenga de
manos de los "programas de aceleración del crecimiento" aquí a mucho tiempo, pero los actuales "blancos comedores
promovidos por Estados-nación rehenes del capitalismo de tierra" van a desaparecer junto con los indígenas.
mundial integrado, por no hablar de la penetración ya an- Los rnbyá guaraníes, por su parte, desarrollaron recien-
tigua, pero ahora mucho más acelerada, de las_ escatologías temente una escatología en la cual la recreación del mundo
apocalípticas diseminadas por las sectas misioneras evan- y de la humanidad tras la catástrofe no incluirá, como in-
gélico-fundarnentalistas ... en estas condiciones, entonces, cluyó la recreac_ión anterior, a los blancos. La Tierra actual
hoy cada vez más presentes en la América indígena, las no será exactamente destruida, corno la primera vez, solo
"inquietudes" en cuanto a la imposibilidad patente de re- sufrirá una limpieza completa: la espesa capa de suelo que
producir el presente etnográfico adquieren un sentido de recubre los imperecederos cimientos de piedra del nivel
urgencia decididamente pesimista. terrestre será raspada por Nhanderu (la divinidad princi-
Los yanornarnis, corno otros pueblos próximos (por pal de los rnbyás) y arrojada al mar, limpiando el mundo
ejemplo, los wajapi), asocian las actividades extractivistas de toda la basura, el veneno y la maldad que los blancos
en sus territorios (oro, casiterita, a las cuales se les viene fueron depositando en la tierra. La humanidad entera pe-
sumando, en otras regiones de la Amazonia, la explotación recerá en esta barrida purificadora; los rnbyás, sin embar-
industrial de petróleo y gas y, en breve, del niobio y de go, serán recreados por Nhanderu, para repoblar un mundo

38. Ver, por ejemplo, Erika Mesquita, "Ver de perta para contar de certo': 39. Ver Bruce Albert, "La fumée du métal: histoire et représentations
As mudanr;as climáticas sob os olhares dos moradores da floresta, tesis de du contact chez les Yanomami (Brésil)", L'Homme, no 106-107, 1988,
doctorado, ·campinas, 2013; Patricia J. Hammer, "Patsa Puqun: ritual and pp. 87-119; "L'Or cannibale et la chute du ciel", op. cit.; Davi Kopenawa
climate change in the Andes", ReVista. Harvard Review of Latin America, y Bruce Albert, La chute du ciel, op. cit.; Dominique Gallois, "O discur-
2014, así como los artículos bajo la categoría "A cosmopolitica das mu- so waiapi sobre o ouro: um profetismo moderno", Revista de Antropologia,
danc;as (climáticas e outras)" en el sitio web del ISA, pib.socioambiental.org. vol. 30/31/32, 1987, pp. 457-467.
D UN MUNDO DE GENTE
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o renovado, mientras que los blancos perecerán definitiva- habían puesto a cantar sistemáticamente fuera. de hora, y
w mente: esta vez no quedará nadie de esa especie maldita que -el signo más grave de todos- había sorprendido a las
S
1( para recomenzarla. 40 ' Entre algunos ·guaraníes del litoral gallinas conversando "como gente". Sabemos que cuan-
I sudeste de Brasil, a su vez, fue registrada una profecía li- do el mundo acabe los animales volverán a ser humanos,
gada al riesgo de accidentes en la usina.nuclear situada en como eran en los tiempos míticos: los perros, las gallinas,
1
su territorio. Un chamán evocó el cataclismo que destruyó los animales de la selva, todos volverán a hablar nuestra )
V a la primera humanidad para prever el segundo, presto a lengua~ en una desespeciación regresiva que nos traerá
I
V suceder: "El primero [mundo] terminó con agua, este aquí de vuelta el caos originario, hasta que, imaginamos, un
E determinaron sea con fuego [ ... ]. El blanco estudió, sabe nuevo plano de inmanencia sea trazado, un nuevo recorte
I escribir, ya sabía que el mundo iba a terminar con fuego, o tajada (coupe) del caos sea seleccionado, y un nuevo
R
entonces dijo, 'vamos a hacer la usina nuclear cuanto antes mundo pueda surgir. O, justamente, no.
o
S para que todo termine precisamente con fuego"'. 41 Observemos, para terminar, que la aparente imposi-
El hecho es que, para muchos pueblos amerindios que bilidad de concebir el fin del mundo como implicando la
nunca parecen haber imaginado que el mundo fuese a du- desaparicion definitiva de todo tipo de humanidad o de
rar para siempre, ni que su presente etnográfico pudiese vida -la imposibilidad de separar la idea de mundo de la
de hecho volverse eterno, ni menos aún transformarse de idea de vida, y esta de la idea de agencia, perspectiva o
forma progresiva en un futuro glorioso, la destrucción del experiencia- es una simple transposición hácia al futuro
mundo .actúal es vista cada vez más como algo inmin~nte. de la noción fundamental de un origen antropomórfico
En verdad, es algo que ya comenzó. Oiara Bonilla relata del existente. Puede haber habido una humanidad antes del
una conversación que mantuvo en noviembre de 201.3 con mundo, pero no puede haber un mundo de después de la
una rezadora guaraní kaiowá del estado de Mato Grosso del humanidad; no puede haber un mundo, en suma, despro-.
Sur, cuyo territorio, de una extensión equivalente a la de visto de relación y de alteridad.
Polonia, fue literalmente devastado por el agrocapitalismo Pero eso no es todo. Veremos que, en lo que respecta
industrial para la implantación del monocultivo de soja al fin del mundo, los amerindios tienen algo más para
y de caña. La rezadora le explicaba que distintas señales enseñarnos.
habían comenzado a anunciar el fin del mundo. Además de
las fuertísimas tempestades que se habían abatido sobre
su aldea en los últimos meses, le contó que los gallos se

40. Esto recuerda un episodio del mito guáraní de la creación del mundo,
en el cual los gemelos míticos exterminan, por ahogamiento, a toda lapo-
blación de jaguares caníbales que dominaba la Tierra, pero dejan escapar
una hembra embarazada, que da origen a los jaguares actuales, felizmente
menos numerosos que sus arquetipos originarios.
41. Aldo Litaiff, As divinas palabras. Identidade étnica dos Guardni-Mbya.
Florianópolis, UFSC, 1996, p. 116.
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
EN LA GUERRA DE GAlA
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What do you do, after you stop pretending?


Dougald Hine, The Darle Mountain Project

Como vimos al inicio de este ensayo, existe un crecien-


te sentimiento en la cultura contemporánea -lo que de
ninguna manera quiere decir una convicción unánime ni
sobre todo consistente- de que los dos actuantes de nues-
tra mito-antropología, la "humanidad" y el "mundo" (la
especie y el planeta, las sociedades y sus ambientes, el
sujeto y el objeto, el pensamiento y el ser, etc.) han entra-
do en una conjunción cosmológica nefasta, que se asocia
a los controvertidos nombres de "Antropoceno" y "Gaia".
El primer nombre designa un nuevo "tiempo", o mejor, un
nuevo tiempo del tiempo -un nuevo concepto y una nue-
va experiencia de la historicidad-, en el cual la diferencia
de magnitud entre la escala de la historia humana y las
escalas cronológicas de la biología y de la geofísica ha
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
D EN LA GUERRA DE GAIA
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o disminuido dramáticamente, incluso ha tendido a invertir- que se retome el concepto, rechazado con estruendo por las
w se: el ambiente cambia más rápidamente que la sociedad, teorías críticas de la mundialización capitalista, de "huma-
S.
1< y el futuro próximo se vuelve así no solo cada vez más im- nidad" en cuanto "especie humana". Esto porque, decía él,
I previsible sino, tal vez, cada vez más imposible. El segundo las consecuencias de la catástrofe climática solo son com-
nombre, Gaia, designa una nueva manerá de experimentar prensibles cuando pensamos a los humanos como una forma
1
el "espacio" alertando sobre el hecho de que nuestro mun- de vida, y a su trayectoria más reciente ("holocénica" en el )
V do, la Tierra -que de repente se ha vuelto, por un lado, estricto sentido etimológico) como parte de la larga historia
. I
V
exigua y frágil y, por otro lado, susceptible e implacable-, de la vida en la Tierra. Esto no significa, ciertamente, que
E ha asumido la apariencia de una potencia amenazadora que se deba suscribir un esencialismo especista predarwiniano,
I evocq. aquellas divinidades indiferentes, imprevisibles e in- o algún tipo de teleologismo sociotécnico, ignorando el
R comprensibles de nuestro pasado arcaico. Imprevisibilidad, carácter históricamente contingente del capitalismo y de
o
S incomprensibilidad, se;nsación de pánico frente a la pérdida su dependencia del uso intensivo de combustibles fósiles.
del control, si no también pérdida de esperanza: he aquí Mientras tanto, sin la comprensión de aquello que, fuera
lo que ciertamente son desafíos inéditos para la orgullosa de los estrechos límites de la historia como disciplina aca-
seguridad intelectual de la modernidad. démica, pertenece a la llamada "historia profunda", 2 esto
Tres pensadores nos han sirvido hasta aquí de guías en es, las mutaciones genético-culturales que, desencadenadas
nuestro análisis, no solo porque reconocieron la magnitud y por oscilaciones. y derivas multicíclicas o catastróficas en
la gravedad de es.as transformaciones actuales, sino por su el comportamiento del sistema Tierra, crearon a la especie
insistencia en la necesidad de una reinvención metafísica hace cientos de miles de años, no podremos darnos cuen-
-una reconceptuación yjo refiguración- de las nociones de ta de cuánto dependemos, como una forma de vida entre
humanidad y de mundo suscitadas por la entrada en escena otras, de las otras especies existentes en la Tierra, y por
1
del Antropoceno y de Gaia: Chakrabarty, Anders y Latour. lo tanto de las condiciones termodinámicas planetarias que
sustentan la biosfera presente (y que están, como sabemos,
recíprocamente condicionadas por ella, al menos en parte).
LA ESPECIE IMPOSIBLE El calentamiento global, como ya señalamos más de una
vez en este ensayo, traerá alteraciones que permanecerán
Dipesh Chakrabarty, en "The Climate of History", llamaba la durante muchas decenas de siglos, tal vez incluso varios
atención sobre el hecho de que el Antropoceno parece exigir cientos de miles de años. Ni el capitalismo mismo puede
durar tanto (lo cual no deja de ser un alivio).
Que la responsabilidad por el colapso ambiental no pue-
1. Los escritos de Günther Anders, como vimos, buscan extraer las impli- da ser uniformemente distribuida -es evidente cuáles son las
cancias de la entrada de la humanidad en la "era atómica", pero son ricos
en lecciones para nuestra caída en el "Antropoceno", dada la densidad de
la relación, tanto epistemológica como ontológica, entre estas dos balizas
temporales; ver Joseph Masco, "Bad Weather: On Planetary Crisis", Social 2. Andrew Shryock y Daniel Lord Smail (eds.), Deep History. The Archi-
Studies ojScience, vol. 40, no 1, 2010, pp. 7-40; "The End ofEnds",Anthro- tecture of Past and Present, Berkeley, University of California Press, 2011,
pological Quarterly, vol. 85, no 4, 2012, pp. 1107-11_24. John Brooke, Climate Change and the Course of Global History, op. cit.
D HUMANOS Y TERRÍCOLAS
EN LA GUERRA DE GAlA
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o regiones geográficas, las formaciones y los segmentos socia- El punto polémico de "The Climate of History" es la
w les que históricamente se beneficiaron con los procesos que afirmación de que la historia (la historicidad) del cambio
S
1( lo desencadenaron- no implica que sus consecuencias no va- climático no cabe dentro de la historia (y de la historio-
I yan a serlo: "el Antropoceno";advierte Chakrabarty, "apunta · grafía) de la mundialización, y que debido a ello la crítica
1 hacia una catástrofe compartida". Además, no debemos per- usual al capitalismo corre el riesgo de subestimar trágica-
der de vista los cambios en curso en el escenario geopolítico, mente el verdadero problema: )
'
'
V con la emergencia de China, India y Brasil, entre otros, como
I
V potencias económicas con un promisorio futuro ecotóxico; 3 La problemática de la mundialización nos hace leer el cambio
E en conjunción con la inercia, la codicia y la intransigen- climático como una mera crisis de gerenciamiento capitalista. Es
I cia de los países centrales, ese equivalente a la carrera ar- innegable que el cambio climático tiene que ver profundamente
R
mamentista en el plano de la aceleración del crecimiento con la historia del capital; pero una crítica que sea solo una crí-
o
S viene colaborando para el agravamiento de los momentos tica del capital no es suficiente para dar cuenta de las cuestiones
de impasse diplomático sobre la "cuestión" ambiental. Todo relativas a la historia humana [ ... ] una vez que el Antropoceno
sucede como si ciertas víctimas quisiesen compartir también comienza a despuntar en el horizonte de nuestro presente.
la hoy envidiable condición de futuros culpables, dentro de la
catástrofe compartida (cuí bono?, ¿quién se beneficia?). Esto implica que la conciencia biocosmopolítica re-
querida por el nuevo tiempo exigiría un tipo de sujeto
histórico que, paradójicamente, Chakrabarty estima im-
3. Aunque el American way of lije siga siendo el campeón en la carrera de posible: la humanidad como especie, precisamente. El
las emisiones per cápita, en 2007 China superó a los Estados Unidos al ga- autor argumenta que el concepto de especie, que natura- 1

nar el podio del mayor emisor mundial de dióxido de carbono en términos listas como Edmund O. Wilson movilizan en términos polí-
absolutos. Para una desoladora proyección del aumento de las temperatu-
ras globales en un escenario que toma en cuenta el rápido crecimiento de ticos, "desempeña un papel cuasi-hegeliano [ ... ] análogo
las emisiones en países como China e India, ver Kevin Anderson y Alice al que la multitud o las masas desempeñan en los escritos
Bows, "Beyond 'dangerous' climate change: emission scenarios for a new marxistas", pero que (¿al contrario de las masas marxis-
world", Philosophical Transactions of the Royal Society, vol. 369, 2012, tas?) se trataría de una identidad colectiva fenomenoló-
pp. 20-24. Los autores muestran que, considerándose esas emisiones, las 4
metas de reducción establecidas para los llamados países del Anexo I son gicamente vacía. Los seres humanos, dice Chakrabarty,
irrisorias e incapaces de evitar un aumento muy superior a los 2°C, el jamás se experimentan como una· especie, sino que solo
cual, por otra parte, está lejos de ser un límite "seguro", como ya se pueden aprehenderse intelectualmente como un ejemplar
creyó. En el escenario mundial, hasta hace poco Brasil estuvo cosechando del concepto:
los laureles por la reducción de sus emisiones resultante de la caída de la
deforestación entre 2004 y 2012; sin embargo, más allá de retornar a un
aumento de la deforestación a partir de 2013 (gracias, entre otros factores,
a la implementación del nuevo Código Forestal), las emisiones oriundas 4. Edward O. Wilson, el célebre entomólogo, padre de la sociobiología y
del sector energético vienen asumiendo una importancia relativa cada vez hoy militante en la lucha contra el calentamiento global, puede ser consi-
más grande; ver el sitio del Observatorio del Clima en observatoriodoclima. derado como uno de los sumos sacerdotes del culto de aquella "naturale-
eco.br. El acuerdo de París no emplea la clasificación de los países en Ane- za" de la epistemología -de la que habla Latour en la primera conferencia
í
xo I y Anexo Il, sino que simplemente se refiere a "paises desarrollados" de Face a Gai'a- definida por los atributos de la exterioridad, unidad,
y "menos desarrollados". des-animación e indiscutibilidad.
1
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HUMANOS Y TERRÍCOLAS
D EN LA GUERRA DE GAIA
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o Incluso si pudiésemos identificarnos emocionalmente con una ontológica de la "especie humana" (el ethnos de referen-
vv palabra como humanidad [mankind], no sabríamos lo que es ser cia) con los demás pueblos, colectivos e intereses que ha-
S
una especie, 5 ya que, en la historia de·las especies, los humanos bitan, disputan y constituyen la Tierra no es, para muchos
1<
I son solo un ejemplo del concepto de especie, como cualquier otra pueblos no modernos, la consecuencia inerte (conceptual)
6
forma de vida. Pero nunca nadie experime.nta ser un concepto. de una historia natural, sino un dato activo ( experiencial)
1 de la historia social del conjunto del viviente en cuanto )
V Confesamos nuestra dificultad para seguir el razo- actualización diferenciada de la potencia antropomorfa
I
namiento del autor en este paso crucial. Es posible que precosmológica. En suma, nos parece que el concepto de
V
E a Chakrabarty le falte aquí, por así decirlo, una mayor Antropoceno de Chakrabarty carece de comparativismo et-
I atención justamente sobre aquellos pueblos y discursos nológico y de curiosidad traductiva. 8
R subalternos que tan bien supo analizar en otra parte. 7 Y así ese texto capital -que, a nuestro entender, tiene
o Tal vez le faltó algo, un analogon conceptual que pudiese como uno de sus méritos la admisión de la insuficiencia de
S
hacer las veces de aquella naturaleza preespecífica ori- la crítica del capitalismo para dar cuenta de la crisis pla-
ginaria, genérica y prehistórica de la "humanidad" que netaria- 9 termina con una sorprendente confesión de per-
encontramos en las mitologías indígenas, genericidad que plejidad. La especie humana, concluye Chakrabarty, quizás
en efecto vuelve posible para la humanidad de referencia pueda ser el nombre provisorio del sujeto en una "nueva
(el ethnos como "universal concreto") una aprehensión historia universal de los humanos". Pero, agrega, "nosotros
fenomenológica, tan intensa como se quiera, de su pro- jamás podremos comprender este universal", un universal'
pia y precaria especificidad en cuanto bloque de afectos,
corporalidad vivida, subjetividad perspectiva en tensic)n
cosmopolítica perpetua con las otras humanidades ocultas 8. Pensemos en las "tablas de traducción" teonomásticas de las que ha-
bla Jan Assmann para el antiguo Oriente Medio, y que Latour evoca en
bajo las corporalidades de las otras esp'ecies. La solidaridad la primera conferencia de Face d Gai"a. Es curioso, dígase de paso, que
Chakrabarty, al discutir la vacuidad fenomenológica del concepto de espe-
cie, no se refiera al concepto de Gattungswesen, el "ser genérico" -esto es,
uníversal- del hombre tematizada en los Manuscritos de 1844, el cual dio
5. O "qué tipo de ser es una especie", what being a species is. margen, en los buenos viejos tiempos, a una intensa discusión al interior
6. Dipesh Chakrabarty, "The Climate of Change", op. cit., p. 220. Ver tam- del marxismo. En las versiones en inglés de los Manuscritos, el concepto
bién el párrafo del Libro del desasosiego de Bernardo Soares/Fernando es traducido como species being.
Pessoa, donde se encuentra la meditación: "He considerado que Dios, 9. Para Chakrabarty, la constatación de la insuficiencia de la sociología
siendo improbable, podría ser; pudiendo, pues, ser adorado; pero que la crítica del capitalismo no significa de modo alguno que sea superflua, y,
Humanidad, siendo una mera idea biológica, y ·no significando más que menos aún, errónea. Pero es indiscutible que tal diagnóstico implica una
la especie animal humana, no era más digna de adoración que cualquier sacudida ideológica, por no decir una herida narcisista, Útfligida a las di-
otra especie animal"; Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, Barcelona, ferentes versiones de la izquierda que se pretenden fieles al "materialismo
Seix Barral, 1997. histórico", una vez que todo el problema con la sociología de la mundia-
7. Un reciente artículo de Idelber Avelar, que abre un dialogo entre las lización, a fin de cuentas, es justamente su carencia de materialismo y su
propias cosmopolíticas del Antropoceno (a partir de Chakrabarty) y el estrecho provincianismo histórico. Para una estimulante crítica reciente
perspectivismo amerindio, es de gran pertinencia para la discusión; ver al uso de la noción de "especie humana" o "humanidad" como agente del ::i
íij
Idelber Avelar, "Amerindian Perspectivism and Non-Human Rights", Alter/ colapso ambiental que busca evitar el simplismo economicista, ver Cristo- 1¡'1
1'
nativas, vol 1, no 1, 2013, disponible en alternativas.osu.edu. ];Jhe Bonneuil y Jean-Baptiste Fressoz, L'évenement anthropocene, op. cit. ¡,;
11

1''
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
D EN LA GUERRA DE GAIA
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o que emerge del sentimiento compartido de una catástrofe, que parece dejar un espacio a la esperanza: la esperanza de
w es decir, de la inminencia de un apocalipsis desnudo, sin que nuestra voluntad, esa instancia supuestamente neutra,
S
1< reino (como diría Anders), en lugar de la transfiguración púdiese ejercer el papel de árbitro, y tomar la buena de-
I gloriosa del apocalipsis revolucionario que prepara el rei- cisión siempre debidamente informada por la razón. Pero
1 no, al modo cristiano y marxista. 10 Este es un universal que Anders, muy por el contrarió, piensa que no tenemos dere-
no puede subsumir positivamente los particulares, y que así cho a disimular la existencia, en ese tiempo del fin inau- )
V solo merece el nombre de "historia universal negativa". ¿Qué gurado por el advenimiento de la era nuclear, de· dos lados
I
V significa decir que la únicajinalidad común de la humanidad distintos e inconciliables, el de los culpables y el de las
E es su fin, su extinción? En efecto, mientras a la expresión víctimas. No se trata de suicidio, sino de asesinato de una
I "historia universal" le sea sumado -como autoevidente- el parte de esa especie por otra parte de esa misma especie. 12
R
ambiguo complemento genitivo (y restrictivo) "de los huma- Al mismo tiempo, dadas las características de ta tecnología
¡,¡ o
S nos", nos parece que será difícil salir del Antropoceno, tanto nuclear, la aniquilación habrá de alcanzar en última instan-
intelectualmente como "fenomenológicamente", y prestar cia a todos los humanos sin distinciones, de manera que,
toda la atención necesaria a la intrusión de Gaia. dice él, dialécticamente la fisión dará lugar a una fusión
Günther Anders, aunque recurre a la noción de especie ("el efecto de la guerra nuclear ya no conservará ningún
(o genre, por lo menos en la versión francesa. de la obra que trazo de dualidad, pues los enemigos formarán una única y
trabajamos aquí) en su reflexión sobre la mutación sufrida misma humanidad vencida"). Entonces, para Anders como
por la humanidad con el advenimiento de la era nuclear para Chakrabarty, parece que solo habrá una humanidad
-pasamos de la condición de un "género de mortales" a cuando ya no haya humanidad alguna, cuando desaparezca
la de un ''género mortal", una especie cuyo fin se tornó el último ser humano de la faz de la tierra. 13
metafísicamente inminente-, insiste sobre el carácter equí- En la presente situación de catástrofe climática que
voco de expresiones como "amenaza de la humanidad por sí define al Antropoceno, la distinción entre culpables y víc-
misma" o "suicidio atómico", que sugieren una imagen de timas, como vimos, es históricamente clara desde un punto
la humanidad como entidad dotada de una esencia única y
universal, con el alma trágicamente desgarrada entre dos
acciones posibles, la de cometer y la de no cometer el acto 12. No sería absurdo argumentar que la imagen de la humanidad corno
de "apretar el botón" del holocausto nuclear. El combate esencia única y universal ya dejó de tener "sentido metafísico" desde el
entre esas dos posibilidades se daría, por lo tanto, en lo programa nazi de exterminio de los judíos, por lo tanto antes de Hiroshi-
íntimo de cada uno de nosotros, como un conflicto para- rna. Si la guerra nuclear total significa el fin de la humanidad "por medio"
del fin del mundo, la Shoah significó 'el fin del "mundo de la humanidad",
dójico entre dos inclinaciones opuestas de nuestra alma o o del mundo humanista europeo iniciado en el Renacimiento. El fin de la
esencia específica. 11 Esa concepción tiene como atractivo humanidad, en este sentido, comenzó con Auschwitz, así como el fin del
futuro comenzó con Hiroshirna.
13. Como en la inmensa mayoría de los discursos antinucleares del tiempo
10. "Desde la perspectiva actual de una catástrofe total, Marx y Pablo de la Guerra Fría, también en el texto de Anders la ú.nica especie cuya ex-
parecen haberse vuelto contemporáneos"; Günther Anders, Le temps de tinción parece estar en juego en el apocalipsis atómico es la humana; ver
lajin, op.cit., p. 92. Déborah Danowski, "O hiperrealisrno das rnudan~as climáticas e as várias
11. Sobre el concepto de Gattungswesen, ver la nota 8 a este capítulo. faces do negacionisrno", Sopro, n° 70, 2012, pp. 2-11.
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
o EN LA GUERRA DE GAIA
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o de vista colectivo o societario, pero más difícil de trazar Anders defiende lo que llama "apocaliptismo profilác-
w desde el punto de vista de la acción individual, dado que tico". En un razonamiento algo semejante a lo que adelan-
S
K
hoy somos, muchos de nosotros (nosotros los humanos y taría su amigo Hans Jonas en el argumento de la "heurís-
I los diversos no humanos que esclavizamos o colonizamos), tica del miedo" / 6 aclara:
culpables y víctimas "al mismo tiempo", en cada acto que
1
practicamos, en cada botón que apretamos, cada bocado de Si nos distinguimos de los apocalípticos judeocristianos clásicos,
V comida o de ración animal que devoramos -aunque sea tan no es solo por temer el fin (que ellos, de su parte, esperaban),
I
V
obvio como esencial no confundir a la cadena McDonald's con sino sobre todo porque nuestra pasión apocalíptica no tiene otro
E el adolescente condicionado a consumir comida chatarra, a objetivo que el de impedir el apocalipsis. Solo somos apocalípti-
I Monsanto con el pequeño agricultor obligado a pulverizar cos para poder estar equivocados. 17
R glifosato sobre su trigo genéticamente modificado, y me-
o nos aún a la industria farmacéutica con el ganado atiborra- La profecía del "fin del mundo", en este sentido, debe
S
do de antibióticos y hormonas-. 14 De cualquier forma, si, ser performativarnente anunciada para que no se vuelva
18
como en el caso del apocalipsis nuclear, todos acabaremos, realidad. Y esto sugiere, dicho sea de paso, toda otra ma-
unos antes que otros, siendo víctimas de la ruptura de nera de interpretar la noción de "historia universal negati-
los planetary boundaries, eso no impide que se puedan y va" de Chakrabarty. Tenemos el deber de ser pesimistas, ese
deban identificar los lados enemigos, como sugerirá La- es el mensaje fundamental de Anders, que anticipa un ar-
00
L!1
....... tour y como ya escribía el propio Anders: "El tiempo del gumento deClive Hamilton sobre la presente crisis ambien-
fin en que vivimos ... contiene dos tipos de hombres: tal y contradice la posición expresada por Latour en una
los culpables y las víctimas. Debemos tener en cuenta entrevista reciente ("tengo el deber qe ser optimista") . 19
esa dualidad en nuestra reacción: nuestra tarea tiene por
nombre 'combate"'. 15
16. Hans Jonas, El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para
la civilización tecnológica, Barcelona, Herder, 1995.
14. Además de forzado a volverse caníbal; ver Claude Lévi-Strauss, "La 17. Günther Anders, Le temps de la fin, op. cit., pp. 29-30; el subrayado
le¡;:o;n de ·sagesse des vaches folles", Études rurales, no 157-158, 2001, es nuestro.
pp. 9-14. 18. Entre algunos pueblos amerindios, las pesadillas deben ser narradas
15. Günther Anders, Le temps de la fin, op. cit., p. 33. Eso no le impidió públicamente al despertar, para que los eventos prefigurados en ellas no
subrayar también una cierta zona imprecisa en la línea divisoria entre las se actualicen.
dos "humanidades", ya que, en el caso de la carrera atómica, el hecho de 19. Bruno Latour, "Antropólogo frances Bruno Latour fala sobre natureza
que un país poseyera la bomba creaba una inseguridad. interna igual o e política", O Globo, 28 de diciembre de 2013. Notemos de paso que el
mayor que aquella en la que se encontraban los países que no la poseían, propio Latour había recurrido al argumento de Hamilton -mientras no
al volverlo un blanco prioritario de las otras potencias atómicas (op. cit., perdamos toda esperanza, no haremos nada-, en Pace d Gai"a, entre otros ·
pp. 39-40) En el caso del Antropoceno, por el contrario, la desigualdad lugares. Recordemos, también, la advertencia con que Steven Shapin, con-
de condiciones es, por lo menos inicialmente, mucho más clara: los países trariando una exhortación al optimismo hecha por Noam Chomsky, con-
que más contribuyen al calentamiento global son aquellos que se encuen- cluye su reciente reseña de un libro sobre Thomas Malthus: "el pesimismo
tran, al menos temporariamente, en situación de mayor seguridad, debido respecto a la naturaleza, al alcance y a la gravedad de nuestros problemas
a su mayor capacidad económica para mitigar los efectos devastadores de puede ser mucho más productivo que un opthnismo complaciente. Si la
los ~ambios climáticos sobre sus propios territorios. necesidad es la mad~e de la invención, el miedo es la· abuela. Tengan
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
EN LA GUERRA DE GAIA
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o Anders, en suma, clama por un verdadero combate político, nuclear total. El fin de la guerra atómica sería el fin abso-
w una "guerra" en el sentido que Latour, a su vez, toma pres- luto del mundo y el fin absoluto de la humanidad.
S tado de un pensador "tóxico", en las antípodas ideológicas Anders se refiere así a un combate librado en el"tiem-
1< po del fin" para hacer retroceder "el fin de los tiempos",
1 del autor de Le temps de la fin, a saber: Carl Schmitt; la
guerra como confrontación estrictamente inmanente, sin un combate político por la paz, para evitar esa guerra,
1 que paradójicamente (otro paralelo más con el Antro po- J
posibilidad de intervención de un árbitro externo o de una
V autoridad superior, en la cual es necesario confrontar al ceno) ya comenzó, ya había comenzado a existir desde
1 enemigo en un escenario donde la aniquilación física (la que la primera bomba atómica pasó a ser fabricable, y
V que, recordemos, todavía no terminó, por la misma razón.
E
"negación existencial") del otro es una posibilidad real.
I Para Chakrabarty, como vimos, los actores conjurados por el Bruno Latour, a su vez, habla de una guerra que, aunque
R Antropoceno son la especie humana y la Tierra, pe!o, aun- también ya haya comenzado, debe ser "oficialmente" de-
o que los humanos se hayan transformado en una megafuerza clarada para que las conversaciones de paz puedan ser
S iniciadas, y para que con ello no solo se evite el fin del
natural, y el "sistema Tierra" haya asumido un comporta-
miento imprevisible como el que atribuimos a las fieras (the mundo (por la generalización del ecocidio que acompaña
climate beast... ), el conflicto parece tener a primera vista el avance del frente de modernización), sino también para
un árbitro claro, la ciencia: la climatología, la geofísica, la que se cree o instaure un mundo, y más precisamente, un
historia natural. Si queremos sobrevivir al Antropoceno, "mundo común", un modus vivendi entre los habitantes
parece decir Chakrabarty, es esa la instancia trascendente de un planeta puesto de ahora en adelante bajo la égida
a la que debemos escuchar y obedecer. En el apocalipsis de Gaia, un "personaje divino" (the6teros) muy diferente de
nuclear de Anders, al contrario, si es posible ·decir que no la naturaleza o de la divinidad del período moderno. Un
habrá una instancia exterior a las partes interesadas, es personaje, sobre todo, que no tiene ningún interés en ser-
porque todas están ya del lado de los asesinos o del lado de vir de árbitro exterior en un conflicto entre dos pueblos,
las víctimas, pero también porque, al mismo tiempo, todos entre los dos demoi enemigos que se oponen hoy en un
serán víctimas, incluso el mundo donde el conflicto se de- combate mortal en torno del nomos (orden/ distribución/
sarrollará; en otras palabras, como en Melancolía, no habrá apropiación) de la Tierra. 20
ninguna voz en off que narre el fin de la historia. Así, la Desde hace mucho tiempo Latour viene presentando
ausencia de una entidad transcendente que pudiese salvar- las pruebas del desmoronamiento histórico objetivo de
nos del apocalipsis (marcianos benevolentes preocupados la distinción fundadora de la Modernidad, aquella entre
por la evolución de la Guerra Fría, por ejemplo) se redobla naturaleza y política. Más recientemente, señaló el colap-
por la ausencia absoluta de mundo tras la conflagración so ambiental planetario como el resultado más real y, al
mismo tiempo, la prueba más elocuente de la irrealidad
de tal distinción; con ello, se configura una situación que
miedo [Be afraid]"; Steven Shapin, "Libel on the Human Race", London .
Review ofBooks, vol. 36, no 11, 2014, p. 29. Para una defensa elocuente Y
no poUyanesca de la esperanza como principio de la acción política, ver,
en cambio, el bello libro de Rebecca Solnit, Esperanza en la oscuridad, 20. La tríada demos, theos y nomos estructura la exposición de la "teología
Madrid, Capitán Swing, 2017.
1 política de la naturaleza" en Face a Gai"a.

1
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HUMANOS Y TERRÍCOLAS
A EN LA GUERRA DE GAIA
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o podríamos llamar como falla múltiple de los órganos del
w zo, entonces, a la unificación precoz del multiverso (o
S
gobierno cosmopolítico (el nomos) de los modernos. En sea, rechazo a la unificación del "mundo", ese espacio
1< las conferencias reunidas en Pace a Gai"a, lá relación entre multinatural de coexistenéia de los planos de inmanencia
I los polos de "humanidad" (el anthropos como demos) y·
trazados por los innumerables colectivos que lo recorren
1 "mundo" (la "naturaleza" como theos, pero también el
y animan); rechazo a la precedencia del hecho al valor,
mundo en cuanto ordenado-apropiado por los· Modernos)
V de lo dado a lo construido, de la naturaleza a la cultura· )
es sometida a un análisis detallado y reconstruida en tér- rechazo al poder de policía atribuido a la ciencia como eÍ
I
V minos que pretenden, antes que nada, subrayar el carác- intermediario autorizado exclusivo de la primera natura-
E ter fracturado, dividido, no totalizable, polémico, con- leza; rechazo al único "verdadero" fetichismo, a saber, la
I tingente -en una palabra, político- de ambos actuantes,
R presunta referencialidad de la economía como ciencia de
cada uno por su lado, y de la consecuente imposibilidad
o la segunda naturaleza (pretensión de medir valores ins-
S de repartirlos, en cuanto tales, en dos campos homogé- ·tituidos por la propia actividad mensuradora). Rechazo,
neos y opuestos. Los dos personajes míticos de nuestro finalmente, a la idea del anthropos como entidad prema-
ensayo forman aquí una figura de un solo lado; la huma- turamente unificada, figura que, en nombre una vez más
nidad no está del otro lado del ser, ella no es el reverso o de una naturaleza -la "naturaleza humana", esa extraña
el negativo del mundo, así como el mundo no es el ~'con­ amalgama de la primera y de la segunda naturalezas dis-
texto" (el "ambiente") de un sujeto que lo contra-define tinguidas en la Investigación-, eclipsa la contradictoria y
como objeto. No es esta la dualidad que cuenta, ni esta.la heterogénea pluralidad de condiciones e intereses de los
negatividad que se impone. colectivos que se ven frente a la terrible teofanía de Gaia.
No obstante, es exactamente por esa razón que es ne- Para seguir el argumento, de "teología política" desa-
cesario reconocer que estamos en guerra. Si la "constitu- rrollado en esas conferencias que son una suerte de pos-
ción" moderna a todas luces ya venía colapsando, como fado a la Investigación, comencemos por la relectura del
lo evidencia la propuesta de reforma ontológica de los polo "mundo" de nuestro macroesquema mítico. El autor
modernos que Latour gestó por largo tiempo, y finalmen- nos exhorta a reconocer una transición histórica en cur-
te presentó en su Investigación sobre los modos de exis- so (y a luchar para que se complete) entre dos imágenes
tencia, la crisis climática (que atraviesa dicho libro de del mundo: la Tierra moderna de la ciencia galileana, una
modo discreto pero insistente, y que se trae al primer esfera celeste entre otras, vagando en un universo'isotró-
plano en sus páginas finales) dio a esa guerra un carác- pico e infinito, en conformidad con las leyes eternas de la
ter de urgencia, al colocarnos a todos frente al imperativo matemática, por un lado; y la Gaia de Lynn Lovelock y Ja-
de determinar en la práctica quiénes son esos "todos", mes Margulis, región local excepcional dentro del universo,
contra quiénes exactamente ·se está librando la guerra, accidente cósmico creado por la agencia geomórfica de la
y de qué lado estamos "nosotros". El camino hacia una vida, cuya contribución fisicoquímica para la constitución
anhelada paz universal futura solo podrá ser transitado, de un sistema lejos del equilibrio fue y es determinante
entiende el autor, si comenzamos por un múltiple y com- para la manutención de la vida misma. La agencia micro-
binado rechazo al presente agenciamiento cosmopolítico física de los humanos sobre la cual insiste Chakrabarty -y
(demos-theos-nomos) instaurado por los modernos. Recha- con razó:n- es, por lo tanto, para los humanos y muchos de !
1 ·.
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A HUMANOS Y TERRÍCOLAS
EN LA GUERRA. DE GAIA
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o los d emas , v1·Vl·entes de la presente época geológica,
d d solo
w ·
un eJemp lo , - particularmente desastroso
. en verda - e esad
elección de la que hablaba Paul Ennis al oponer el cosrno-
S centrismo de los realistas especulativos, "desterritorializa-
\( inseparabilidad ontológica universal entre forma Y .fon o,
dores" firmemente reterritorializados en la Big Science -el
I el " VlVl
· ·ente" y su "ambiente". Lo que Isabelle .Stengers
, Ha-
11
mó de forma tan acertada la intrusión de Ga1a .. marca un saber físico-matemático y el dispositivo tecnoeconórnico de
1
evento decisivo dentro de ese apax ~?e e~ l~ ~a1a de Love- acceso a lo lejano-, al geocent~isrno de la filosofía conti-
V lock, el advenimiento de una situac10n .h1sto:1~a n.ueva, e~ nental, en el caso de Latour represéntado por su pasión por )
I
la que definitivamente dejó de ser pos1ble VlVH sm consi- las ~~ciencias menores", las ciencias terrícolas, en el doble
V
E derar el sentido de esa inseparabilidad. sentido de ciencias "con los pies en la tierra", saberes de
I La Tierra-Gaia se separa así de la Tierra-cuerpo cel~ste, l~ pr~ximo (el suelo, el clima, la ecología, la ciudad), y de
R lo sublunar vuelve a distinguirse de lo supralunar, la 1dea c1enc1as seculares, saberes que involucran a la naturaleza
o corno el correlato interno, múltiple, animado, controver-
S de ~~mundo" recupera un sentido extremadamente cerrado,
lo que significa también un sentido inmanente: ~:rr~:tre, tido y perpetuamente in fieri de la actividad concreta de
local, próximo, secular, no unificado. La expres10n este los científicos, esta elección o esta decisión, decíamos ad-
mundo sublunar nuestro" 21 aparece repetidas veces en Face quiere aquí toda su significación política. Una signific;ción
a Gai"a, siempre .en contextos donde el auto: d~st~n;ue en- que Isabelle Stengers, por cierto, sabrá explicitar quizás
tre la situación de legalidad universal (qwd )Urzs.• ) de la en términos mucho más radicales que los de Latour, con su
naturaleza, tal como es afirmada por la t~oría de la rela- noción de slow sc;ience. Pues la única cosa que es necesario
tividad o por la mecánica quántica (legabdad .~ue L~t~ur
22 acelerar, en vista de la proximidad creciente de la ~~barbarie
no recusa en cuanto tal, sino solo como emanac10n m1st1ca por venir", es precisamente el proceso de desaceleración de
de un modelo desencarnado de una ciencia puesta como las ciencias y de la civilización que, en más de un sentido,-
vive a costa de ellas. 24
árbitro supremo, oráculo místico de una naturaleza que,
supuestame~te, vino a destronar~ las vieja.s divinidad~s) y Pero la Tierra-Gaia de Latour, puesto que es en esencia
animada -como en un cuento de hadas, en que todo puede
la situación de imbricación empínca, esenc1~lment~ pra::l-
ca (quid jacti?) entre la humanidad y esta !1erra,. ~1tuac10n salir del escenario para volverse un actor en el proscenio-,
que podríamos dar el nombre, esta vez con mtenc10n ~o pe- no es una entidad superanirnada al modo de una misterio-
yorativa, de excepcionalismo terrícola. 23 Y en este sentido, la s~ eminencia omnipotente, algo así como un superorga-
msrno dotado de una forma misteriosa de intencionalidad
que fuese la resultante equilibrada de todas las fuerzas
que actúan en su seno, lo cual supondría un ingeniero
21. [T]his sublunary realm oj ours, sublunar oilws oj ~aia, e~c. . 0
gobernador al mando, que solo distribuyese los papeles y
22. Aunque, cabe señalarlo, la temporalidad y la umvers~hdad. de tales
leyes estén hoy en discusión: véase el trabajo de Lee Smolm, qmen reto-
ma parcialmente ideas de Peirce (que también son, pero tal.vez el autor
lo ignore, ideas de Tarde y Nietzsche) sobre la hist~rici~ad de las fuerzas br~no-latour.fr, en la q~e la distinción sublunarjsupralunar aparece por
cósmicas (ver t·ambién los trabajos de Elizabeth ~ovmelli). . pnmera vez, tal vez denvada de la serie de Sloterdijk sobre las "esferas".
23. Ver también Bruno Latour, "Waiting for Ga1a: com~os1~g th~ com- . 24. Ver -además de su ya citado En tiempos de catástrofes- Isabelle Sten~
mon world through arts and politics", 2011, conferencia d1spomble en gers, Une autre science est possible! Manifeste pour un ralentissement des
sciences, París, La Découverte, 2013.
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
EN LA GUERRA DE GAIA
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funciones a las "partes" previamente existentes, coor- radamente con la geohistoria, sino la Tierra-Gaia la que
o l as . . - 25 E se vuelve historicizada, narrativizada 26 como la historia
w dinándolas a través de circuitos de retroa11mentacwn. ~
S la re lectura de Lovelock que hace Latour (en su portrazt humana, y que comparte con esta, además -y la aclara-
1< científico, diría con un guiño un deleuz;i.ano), Gai~ es un ción es esencial-, la ausencia de cualquier intervención
I de ·una providencia. .·
gigantesco acuerdo discordante, mutable Y conb_ng~nte )
1 (un desastre, a mess) de las intencionalidades ~ultlples Resta saber quién es el demos de Gaia, el pueblo que
y distribuidas de todos los agentes. Cada. orgams~o m~­ se siente reunido y convocado por esa entidad, y quién es
V
I nipula a sus vecinos ''para volver su prop1a superv1v:n.c,1a su enemigo. Es necesario, decíamos, rechazar en principio
V un poco menos improbable", lo que disuelve la opos1c10n cualquier candidato único a la (in)dignidad de ser el epó-
E nimo del Antropoceno. La noción wilsoniana de especie
I entre adentro y afuera, organismo y ambiente, ya que el
ambiente de cada organismo, y por lo tanto de todos los se deja de lado no tanto por su evanescencia fenomenoló-
R
o organismos, son los demás organismos (¿el ambiente .en gica, al modo de Chakrabarty, sino por ser ella tributaria
S
cuanto sociedad de sociedades, como en el mundo amenn- de la naturaleza apocalíptica y ahistórica de la moderni-
dio?), sus intencionalidades entrelazadas formando "on- dad, así como del poder arbitral absoluto de la ciencia.
das de acción" que se superponen (¿como las mónadas de Pero las masas revolucionarias de la izquierda clásica, otra
Tarde?) en ciclos perpetuos de flujo y reflujo, e~p~nsión reencarnación recurrente del universal moderno, tampo-
y contracción. Si Gaia, al igual que el mundo edem~o de co darían cuenta del mensaje, una vez que su victoria
la wilderness del que hablábamos arriba, también es un continúa dependiendo -si confiamos en los más recientes
mundo vivo y plural, no se trata sin embargo de un mundo corifeos de la filosofía de la praxis- de una generalización
armonioso, o equilibrado, ni mucho menos dependiente, e intensificación del frente de modernización, tanto en el
para su persistencia, de la exclusión de la humanidad, plano práctico (destrucción ambiental) como en el técnico
como si esta fuese un invasor extraterrestre llegado para (culto á la Naturaleza y a la Razón). Lo que el Antropo-
estragar un idilio pastoril.. El mundo edénico es un mun- ceno pone en jaque es, justamente, la propia noción de
do sin historia (esta solo comienza, justamente, con la anthropos, de un sujeto universal (especie, pero también
expulsión del paraíso), mientras que Gaia está antes que clase o multitud) capaz de actuar como un solo pueblo.
nada hecha de historia, ella es historia materializada, una La situación propiamente etnopolítica del "humano" como
secuencia contingente y tumultuosa de eventos más que multiplicidad intensiva y extensiva de pueblos debe re-
el desarrollo de una casualidad "supralunar" obediente a conocerse como directamente implicada en la crisis del
leyes temporales. Así, en la concepción de Latour, no es Antropoceno. Si no existe un interés universal humano
tanto la historia humana la que viene a fundirse inespe~ positivo, es porque existe una diversidad de alineamien-
tos políticos de los distintos pueblos o "culturas" mun-
diales con muchos otros actuantes y pueblos no-humanos
(formando lo que Latour denomina "colectivos") contra
25. Por el mismo motivo -esto es, por no ser una obra de arquitectura o
ingeniería-, Gaia tampoco puede ser re-engineered, lo cual s':gier~ que. el
autor no alberga grandes esperanzas respecto a proyectos de geOingeme-
26. Gaia es el agente de una geostory antes que el paciente de una geohistory.
ría del clima".
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
EN LA GUERRA DE GAlA
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N condiciones; el segundo es la "irrupción de Gaia", esa naturaleza:
o los autoproclamados portavoces de lo universal. El mul-
hipersensible del Antropoceno, un extraño enemigo cuya exis-
w tiverso, el estado ante-nómico o pre-cósmico de fondo,
S tencia necesitamos reconocer si queremos tener alguna chance
permanece no unificado, tanto del lado de la humanidad
1< de sobrevivir como civilización. En Face d Gafa, Latour, como
I
como del mundo. Toda unificación está (bajo un modo que
vimos, redefine los dos lados ehemigos como "humanos" (los
podríamos llamar múltiplemente hipotético) en el futuro,
1 modernos que creen poder continuar viviendo en la naturaleza )
y dependerá de la capacidad de negociación una vez decla-
unificada e indiferente del Holoceno) y "terrícolas" (el pueblo
V rada la guerra, la "guerra de los mundos" como la nombró
I 27 de Gaia), aunque algunas veces se refiera a la guerra de los hu-
Latour en otro texto. manos contra Gaia, de manera tal que esta última aparece como
V
E el enemigo de los humanos.
I § La guerra de los mundos, en ese texto más antiguo, hacía
R referencia sobre todo a las relaciones entre los modernos y los
o La guerra de Gaia es una guerra de mundos, y no un
otros pueblos en el llamado front de modernización. Seguros de
S conflicto sobre el estado presente y futuro del mundo,
su acceso privilegiado a la naturaleza, los modernos se atribu-
porque no estamos discutiendo si existe o no el calen-
yeron el rol de civilizadores, aquellos que convencerían a todos
tamiento· global, o si hay o no un colapso ambiental en
los pueblos reticentes a ellos para reunirse bajo el m~nto de un
curso, visto que este es uno de los fenómenos mejor "re-
mundo común (un régimen ontológico y cosmopolítico único)
ferenciados"28 de la historia de las ciencias. No se trata de
que, no por casualidad, era también el, mundo de los moder-
un matter ·a¡ fact, una cuestión fáctica, una vez que no
nos. Frente a las señales cada vez más evidentes del él.esmoro-
existe controversia significativa entre los científicos res-
namiento de la "constitución" (la cosmopolítica) que los guió
pecto al origen antrópico de la catástrofe climática. Esto
durante trescientos años, Latour se presentaba entonces como el
no impide que ciertos sectores de la opinión pública, de la
diplomático de los modernos, aquel que los ayudaría a componer
academia inclusive -por no hablar de los gobiernos, de las
una verdadera paz, una verdadera unidad por venir, a condición
grandes corporaciones y sus "mercaderes de la duda"- 29
de que reconociesen la existencia de una verdadera guerra allí
donde veían solo una cuestión policial de "resocialización" de
cuestionen tal consenso e insistan en una política del bu-
delincuentes ontológicos (los no modernos). Trece años después,
siness as usual, o en el optimismo verde-capitalista de la
"crisis como oportunidad". 30 Esto se· da porque la teoría
en las páginas finales de la Investigación sobre los modos de
existencia, nuestro autor habla del surgimiento de dos nuevos
e imprevistós fronts de guerra, que tal vez ayuden a convencer 1
28. En el sentido de Latour en el capítulo 3 de su Investigación sobre los i '
a los modernos acerca de la necesidad de negociar la paz: el modos de existencia.
primero es la constatación de que otros pueblos, en Oriente y en 29. Nao~i ~r~skes y Erik K. Conway, Mercaderes de la duda. Cómo un puña-
el sur, han aprendido muy bien su lección y han hecho suya la do de czentífios ocultaron la verdad sobre el calentamiento global, Madrid
Capitán Swing, 2018. '
voluntad de modernizarse, pero según sus propias (y temibles)
30. Incluso las personas que aceptan el consenso, dice Latour, demasiadas
veces no se sienten capaces de hacer nada concreto e inmediato para
que podamos escapar de la catástrofe. Somos negacionistas prácticos en
nuestro quietismo egoísta o fatalista, como constata consternado nuestro
27. Bruno Latour, War of the Worlds. What about Peace?, Chicago, Prickly
autor hablando por muchos, aunque no, vale aclarar, por todos ...
Paradigm Press, 2002
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EN LA GUERRA DE GAIA
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o racionalista de la acción (establecer los hechos -> discutir Esto no significa, creemos, que informarse correcta-
w las medidas a tomar ~ pasar a la acción) no funcionó en mente acerca del conocimiento que las ciencias pertinen-
S tes vienen produciendo sobre el calentamiento global no
1(
el caso de la crisis nuclear de la Guerra· Fría, donde mat-
I ters of fact y matters of concern se mostraban indisoluble- sea un factor de peso capaz de traer a muchos "humanos"
mente imbricados. Las que se enfrentan en la controversia para el lado "terrícola" -como de hecho está sucediendo-.
1 ambiental son posiciones donde los actores están política- ¿Pero si los terrícolas del Antropoceno no se confun- J
V mente implicados, donde algunos tienen todo por perder y den con la especie humana como un todo, esto signifi-
I caría que el pueblo de Gaia es una parte de esta especie,
otros mucho para ganar, y donde por lo tanto la distinción
V
entre "hecho" y "valor" no tiene, en concreto, ningún va- y exclusivamente de ella? Los terrícolas son el partido
E
I lor. 31 Se trata de una situación de guerra civil, y no de por el que Latour parece inclinarse, 33 aquel que busca
R una operación policial ejecutada a partir de un lugar de suscitar en sus conferencias de teología política. Liga-
o autoridad legítima (traer a los delincuentes "de vuelta a la dos ontológica y' políticamente a la causa de la Tierra,
S
razón", por medio de la aplicación de la ley). Se trata, en hoy los terrícolas se alzan en guerra (pero, repitiendo
suma, de decidir en qué mundo queremos vivir nosotros: extrañamente a Carl Schmitt, Latour espera que "ellos
pueden llegar a ser los artesanos de la paz") contra los
¿serán los enunciados sobre los conflictos ecológicos más del ambiguos y traicioneros humanos, que son, entiéndase
tipo "el punto de ebullición del agua" o más del estilo "la ame- bien, los modernos, esa raza -originalmente occidental
naza de la Guerra Fría"? En otras palabras, ¿estamos lidiando y del norte, pero cada vez menos europea y más china,
aquí con un mundo constituido por hechos [matters of fact] dis- india, brasileña- que negó a la Tierra dos veces, tanto al
tantes, o con un mundo compuesto de preocupaciones [matters afirmarse tecnológicamente liberada de los retos· de la na-
of concern] altamente sensibles? Esa es otra clara divisoria de turaleza, como al definirse como la única civilización que
aguas, pues los que se encuentran de un lado y del otro de la escapó del mundo cerrado (pero peligroso e imprevisible)
frontera, literalmente, no habitan el mismo mundo. Para decirlo de los animismos arcaicos y que supo abrirse al universo
crudamente: algunos de nosotros se están preparando para vivir infinito (pero saturado de imperturbable necesidad) de la
como terrícolas en el Antropoceno; otros han decidido permane- materia inanimada.
32
c'er como humanos en el Holoceno.

33. El pasaje citado recién es, si no nos equivocamos, el extremo de ra-


dicalidad y de compromiso asumido por Latour, quien mantiene cierta
31. Para el perenne debate en torno a la tesis de Malthus, ver la reseña ambigüedad en cuanto a su posición en esta guerra entre dos mundos.
citada de Shapin: "Los debates maltusianos conciernen a la investigación Aunque en distintas oportunidades se haya declarado (o confesado) di-
científica, pero a una investigación que se encuentra ella misma envuelta plomático de los modernos, no es dificil ver que nuestro autor tiende cada
en debates en curso, de naturaleza moral; y difícilmente podemos esperar vez más a ubicarse del lado opuesto, pareciendo querer actuar, como dijo

que de tal tipo de debate pueda emerger un consenso"; Steve Shapin, Alyne Costa, "como un terrícola infiltrado junto a los humanos", con la : í

"Libel on the Human Race", op. cit., p. 29. misión de convertirlos y finalmente ayudarlos a juntarse con el pueblo de
32. Bruno Latour, "War and Peace in an Age of Ecological Conflicts", Revue Gaia; Alyne de Castro Costa, Guerra e paz no Antropoceno. Uma análise da
Juridique de l'Environnement, vol. 1, 2014, pp. 5l-63, disponible en crise ecológica segundo a obra de Bruno Latour, tesis de maestría, Río de
Janeiro, 2014.
bruno-latour.fr.
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o Sin embargo, el autor de Nunca fuimos modernos no El clima, cosa variable e inconstante por excelencia, se
w parece saber muy bien qué pensar de sus terrícolas. Algu- vuelve el elemento de sincronización histórico-política de
S
1( nas veces los concibe como una red emergente de científi- interés para todos los pueblos del mundo. El "tiempo que
I cos latourianos independientes (en oposición a los cientí- hace", el tiempo-clima, se vuelve lo que cuenta (en el)
ficos modernistas y sus patrones corporativos), que prac- "tiempo que pasa", el tiempo-historia. El mundo común
1
tican una ciencia "plena:q¡ente encarnada", dinámica, po- latouriano es lo opuesto del "mundo sin nosotros" en el )
V litizada y orientada hacia nuestro mundo sublunar; ellos sentido del universo sin nadie, el cosmos unificado por la
I
V
representan la "pequeña, minúscula fuente de esperanza" ausencia de experiencia, por la irrealidad de todo lo que
E que el autor no está muy seguro si todavía conviene man- no sea figura y movimiento.
I tener ("es mi deber ser optimista" ... ). Otras veces, los te- Pero, corno dijimos, nuestro autor duda en la identifi-
R rrícolas aparecen bajo el nombre de una causa común, que cación de sus terrícolas. En las conferencias de Edirnbur-
o
S concierne a todos los colectivos del planeta pero que úni- go, Latour traduce el terriens francés por earthlings o, más
camente podría consolidarse si los futuros ex-modernos frecuentemente, corno earthbound people, jugando con las
realizaran su ansiosamente esperado voto de humildad y múltiples connotaciones de esta palabra compuesta: el pue-
abriesen el espacio de interlocución cosmopolítica: blo que se destina a la Tierra, que está preso en la Tierra,
que se encuentra hechizado por la Tierra... En la quinta
Si el multiverso fuese reintroducido y si la.s ciencias naturales conferencia, identifica este "pueblo preso en la tierra"
fuesen resituadas dentro de él, sería por fin posible permitir que con el dúo humano de El caballo de Turín (el caballo del
los otros colectivos cesaran de ser "culturas" y tuvieran acceso título, personaje crucial, desaparece corno terrícola en el
36
pleno a la realidad, dejándolos componer, usando otras claves, análisis de Latour), condenado .a sobrevivir -sería más
otros modos de extensión que aquel único admitido por la pro- exacto poder decir "subvivir"- por toda la eternidad en
34
ducción de conocimiento [científico]. Tal reinterpretación es es- una Tierra que va perdiendo su condición de mundo. Esta
pecialmente relevante en los días que corren, porque, aunque la aproximación~ confesarnos, nos resulta terriblemente enig-
naturaleza no es universal, los climas siempre fueron importantes mática. Sin duda sería razonable, por ejemplo, tornar lamo-
para todos los pueblos. La reintroducción de climas y atmósferas notonía mortal que aplasta a los protagonistas del film de
como la nueva preocupación cosmopolitica da toda una nueva ur- Tarr corno una imagen elocuente de la· condición de tantos
35
gencia a esta comunalidad [communality] entre los colectivos. pueblos indígenas del planeta después del paso del frente
. . , por sus Vl"d as, 37 o t al vez, corno preten-
d e rno d ern1zac10n
La tirada de dados del "mundo común" jamás abolirá den algunos, corno una alegoría del vergonzoso fracaso del
el rnultiverso. Este es una cuestión menos de universali- socialismo. Pero entonces, en este caso, no deberíamos dejar
dad teórica que de interés práctico, una cuestión de sub-
sistencia, en el sentido más fuerte posible del término.
36. Ver Juliana Fausto, "Terranos e poetas: 'o pavo de Gaia' como 'pavo que
falta"', Landa, vol. 2, no 1, 2013, pp. 165-181.
34. Los términos "clave" (dé, en sentido musical) y "modo de extensión" 37. Sobre el tedio que se percibe "en las escuelas misioneras, en los campa-
remiten al vocabulario de la Investigación sobre los modos de existencia. mentos de refugiados y, a veces, en aldeas 'aculturadas"', ver Roy Wagner,
35. Bruno Latour, Face ci Gai"a, op. cit. The Invention of Culture, Chicago, University of Chicago Press, 1981, p. 89.
1
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o de mencionar que una solitaria e incongruente promesa de EL FIN DEL MUNDO COMO ACONTECIMIENTO FRACTAL
w alegría atraviesa por algunos minutos el film, traída y lle-
S
1( vada por la carreta de los gitanos que .pasan ruidosamente Yo no quiero-morir de nuevo.
I por la propiedad pidiendo agua, para luego seguir adelan- Davi Kopenawa
1 te, no sin dejar en manos de la protagonista femenina un
misterioso libro que habla del cierre y demolición de las )
V 38
I
iglesias. Tal vez sean ellos la verdadera imagen anticipa- Más adelante en las conferencias, Latour se pregunta si no
V toda de la vanguardia de los terrícolas, aquellos capaces de sería posible aceptar la candidatura "de aquellos pueblos
E llevar la guerra contra los humanos hasta sus momentos de- que pretenden estar reunidos bajo la égida, por ejemplo, de
I cisivos. Pues es difícil concebir al pueblo de Gaia como una la Pachamama, la diosa de la Tierra". Se refiere claramente a
R
o mayoría, como la universalización de una buena conciencia los pueblos amerindios y sus ¡;:ongéneres no modernos, que
S "europea"; los Terrícolas no pueden no ser un pueblo "irre~ vienen adaptando cada vez más la retórica ambientalista
mediablemente menor" (por más numerosos que lleguen occidental a sus cosmologías, vocabularios conceptuales y
a ser), un pueblo que jamás confundiría el territorio con proyectos existenciales, y retraduciendo estos últimos a un
39
la Tierra. Ellos se parecen, tal vez, antes que al "público lenguaje modernizado de inequívoca intención política, y
fantasma" de las democracias occidentales, 40 mucho más a que con esto pretenden hacer que la civilización que consi-
aquel pueblo que falta del que hablan Deleuze y Guattari, dera haber inventado la política, y que cree que tal inven-
el pueblo menor de Kafka y Melville, la raza inferior de ción la distingue, entienda que la política es solo un depar- ,..._.
l.!""l
,....,
Rimbaud, el indio en que ef filósofo deviene ("tal vez 'para tamento de la cosmopolítica, y que esto la iguala a todas
que' el indio que es indio devenga él mismo algo más y se las otras civilizaciones. La voz de esos pueblos empieza a
libere de su agonía"): el pueblo por venir, capaz de oponer ser oída por lo menos en algunos sectores de las sociedades
una "resistencia al presente" y así crear "una tierra nueva", privilegiadas del "norte global", aquellos que ya se dieron
el mundo por venir. 41 . cuenta de que, esta vez, las cosas pueden terminar mal
para todo el mundo, en todas partes, de un modo u otro.
Pero sucede que Latour no cree que esa "gente de la
38. El libro es una "anti-biblia" nietzscheana, como explica el director en la
entrevista citada más arriba (Béla Tarr, "Simple y puro", op. cit.). La prota- Pachamama" esté a la altura del desafío:
gonista recusa la invitación de los gitanos, que dicen estar yendo a América.
Ni ellos sabían lo que irían a encontrar allá, hoy ... Pensemos también, por Si al menos, duda él, pudiésemos estar seguros de que aquello
otro lado, en lo que significa actualmente ser un gitano en Hungría. que pasa por respeto por la Tierra no se debe solo al pequeño
39. "El territorio es alemán, la tierra es griega"; Gilles Deleuze y Félix
Guattari, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, Valencia, Pre-Textos, número poblacional y al carácter relativamente rudimentario
2002, p. 343.
40. Ver Walter "tippmann, El fantasma público, Madrid, Genueve, 2011;
Bruno Latour, "Le fantome de l'esprit public. Des illusions de la démocra- "pueblo que falta" nos fue sugerida por el artículo citado de Juliana Fausto,
tie aux réalités de ses aparitions", en Walter Lippmann, Le public fantome, y Alexandre Nodari nos recordó el pasaje de La hora de la estrella, de Lispec-
París, Demopolis, pp. 3-49. tor, en que Macabea es definida como una representante de la "resistente
41. Ver Gilles Deleuze y Félix Guattari, ¿Qué es la filosofía?, Barcelona, raza enana obstinada que tal vez un día reivindique el derecho al grito";
Anagrama, 1993, pp. 110-111. La aproximación entre los terrícolas y el Clarice Lispector, La hora de la estrella, Madrid, Siruela, 1989, p. 75.
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
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o [the relative weakness] de la tecnología de esos pueblos. Ningu- La oposición latouriana entre modernos y no modernos,
w no de esos pueblos llamados "tradicionales", cuya sabiduría ad- desarrollada en Nunca fuimos modernos, su libro seminal de
S
1< miramos con frecuencia, está preparado para ampliar la escala 1991, se apoyaba extensamente en una "diferencia de es-
I de sus modos de vida hasta las dimensiones de las gigantescas cala", esto es, en la diferencia de longitud de las redes so-
metrópolis técnicas en las que hoy se amontona más de la mi- ciotécnicas en estos dos regímenes de los colectivos. En su
1
tad de la raza humana. propuesta de una nueva constitución, el autor afirmaba la )
V deseabilidad de que se preservasen las "redes largas" de los
I
V Nos parece que Latour no considera la posibilidad de colectivos modernos, por constituir estas, en su opinión, un
E que las en general pequeñas poblaciones, y la tecnología avance histórico innegable. Pero ya vimos cómo la definición
I "relativamente rudimentaria" de los pueblos indígenas y misma del Antropoceno consiste en el fenómeno del colapso
R de tantas otras minorías sociopolíticas de la Tierra, pue- de las magnitudes escalares. Cuando la especie-agente bioló-
o
S dan transformarse en un ejemplo, un "recurso" y una ventaja gico se vuelve la espe~ie-fuerza geofísica (por la mediación
cruciales en un futuro poscatastrófico o, si se prefiere, en histórica de la especie-ingeniera), cuando la economía políti-
un mundo humano permanentemente disminuido. Nuestro ca se encuentra con la entropía cósmica, son las mismas ideas
autor no parece estar preparado para enfrentar la situación de escala y de dimensión las que parecen fuera de escala. Y al
altamente probable de que seamos nosotros, los pueblos del final de cuentas, ¿no es el propio Latour, en sus conferencias
centro, con· nuestras sociedades de tecnología "avanzada", de Edimburgo, quien observa que "ya nada está en la escala
......
pobladas por autómatas obesos, mediáticamente teleguiados, justa"? ¿Qué sabemos con certeza sobre las ampliaciones o ..........
psicofarmacológicamente estabilizados, dependientes de un reducciones de escala que tendremos que sufrir a lo largo de
42
consumo (de un desperdicio) monumental de energía, vi- este siglo? No mucho.· El futuro es cada vez más incierto, o
viendo como enfermos heteronómicamente sustentados por mejor (o peor), lo que con seguridad se puede saber de él es
aparatos de delicada y carísima manutención, en suma, de que que, como en la canción, "nada será como antes". 43
seamos nosotros los que a la mayor brevedad tengamos En cuanto al pequeño número poblacional de los pue-
que poner un freno y la magnitud de nuestros confortables blos "llamados tradicionales", según una estimación recien-
modos de vida. En efecto, si hay alguien que necesita "estar te de la oNU, 44 existen cerca de 370 millones de personas
prepar:ádo" para algo, ese alguien somos nosotros, los que
nos amontonamos en las "gigantescas metrópolis técnicas".
43. No podemos aquí sino recomendar la lectura de las ingeniosas críticas
que Marilyn Strathern dirigió a la idea latouriana de las "redes largas" de
los modernos, así como de las reflexiones de la misma autora sobre la esca-
42. "[Este] 'anthropos' cuya civilización ya es movida hoy a 12 terawatts, laridad como un instrumento (y/o efecto) de la teoría antropológica antes
y que se encamina para 100 TW si el resto del mundo se desarrolla hasta el que una propiedad de fenómenos observables, por así decir, a simple vista.
nivel de consumo de energía de los Estados Unidos; un número espantoso, Ver Marilyn Strathern, O ejeito etnográfico e outros ensayos, San Pablo,
si consideramos que las fuerzas envueltas en el movimiento de las placas Cosac Naify, 2014, una antología de sus artículos realizada en Brasil, que
tectónicas no generan más que 40 TW de energía"; ver Bruno Latour, Pace a incluye varios textos sobre estos temas, como también su esencial libro
Gai"a, op. cit. Varias fuentes indican, en verdad, un consumo global mayor, Partial Connections, Walnut Creek, Altamira Press, 2004.
del orden de 15 TW, y especifican que los Estados Unidos, con el 5% de la 44. United Nations Permanent Forum on Indigenous Issues, "Fifth Session,
población mundial, consumen el 26% de esa energía total. Fact Sheet 1: Indigenous Peoples and Identity", 2006, disponible en un.org.
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
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o indígenas -es decir, miembros de pueblos que no se re- . po de las grandes navegaciones -las cuales, no olvidemos,
w conocen ni son reconocidos como ciudadanos comunes de instituyeron el moderno "nomos de la Tierra" de acuerdo
S
1( los Estados que los engloban y que, .frecuentemente, los ·con Schmitt, nomos que necesitó del genocidio americano y,
I dividen- repartidas en setenta países del mundo. Por cier- más en general, del exterminio de muchos millones de seres
to, ese número no llega ni cerca de los 3,5 mil millones de humanos que se encontraban fuera del espacio del derecho
1
personas (= mitad de la especie humana) que se encuen- de gentes europeo, a partir del postulado de apropiabilidad )
V tran amontonadas en nuestras metrópolis técnicas -cerca total de las "zonas libres" del mundo. 47 Es imperativo aho-
I
V de mil millones de las cuales, por cierto, vive en suburbios ra, según Latour, reconocer la existencia de límites ("Los
E no especialmente "técnicos"- 45 pero es, a fin de cuentas, terrícolas deben explorar la cuestión de sus límites": esta
I mayor que la población de los Estados Unidos (314 millo- declaración, osamos decir, es un verdadero tipping point en
R nes) y Canadá (35 millones) sumadas, lo cual debe signi- la visión del mundo latouriana ... ), convencerse de la idea
o ficar algo. Pero sobre todo, y una vez más, ¿qué sabemos
S de que, en este mundo sublunar nuestro, toda acción tie-
acerca de las transiciones demográficas que le esperan a la ne un costo, esto es, tiene consecuencias que reconducen
humanidad hacia fines de este siglo, o incluso mucho antes inevitablemente sobre el agente. 48 La máxima de Latour nos
de eso, si consideramos que la temperatura media global parece, evidentemente, más que sensata. (Tarde, como vi-
46
podría alcanzar los 4°C de aumento ya en 2060 o 2070? mos, ya había propuesto en su Fragmento una versión en
Sin olvidar, por cierto, el ya mencionado argumento de verdad extrema del plus intra ... ) No obstante, nosotros la
que, si todos los siete mil millones de personas del mundo entendemos como una_ exhortación a prepararnos para una
adoptasen el American way of lije -la extraña versión ame- intensificación no material de nuestro "modo de vida", 49
ricana del buen vivir- serían necesarias cinco Tierras. Esto
significa que el país al norte de México le está debiendo
47. Bruno Latour, Face a Gai"a, op. cit. Agradecemos a Alexandre Nodari
como mínimo cuatro mundos al resto del mundo, en una
las aclaraciones sobre la noción schmittiana del moderno nomos o par-
transformación inédita del tema mítico de la "humanidad tición de la Tierra, inaugurado con la invasión a América y a la India,
sin mundo". Más allá de que haya demasiada gente en el y su finalización (siempre según Schmitt) con el ascenso de los Estados
mundo (infelizmente, no hay racionalización que destruya Unidos y la creación de la Sociedad de las Naciones. Nodari sugiere que el
nomos contemporáneo sería algo así como la división entre Estados-nacio-
esa evidencia), hay ante todo muy poca gente con dema-
nes "legítimos" y los rogue states, el "eje del mal" (al que sumaríamos a
siado mundo y demasiada gente con muy poco mundo, y es los "vándalos", los casseurs, los black blocs, los zapatistas, los pueblos en
ahí que la cosa se complica. estado de insurrección), y que un futuro nomos de la Tierra emergeria del
Plus intra es el llamado que hace Latour contra ese peli- escenario de la catástrofe ambiental imaginado por Stengers en el que un
Estado mundial, autorizado por la "urgencia" (la excepción) a intervenir
gro, corrigiendo y actualizando el viejo plus ultra del tiem-
donde, como y cuando quiera, ejercería su dominación universal.
48. Ver el concepto de loop (circuito, vuelta, retorno, retroacción) como
constitutivo de la "terricolidad" en la cuarta conferencia; Bruno Latour,
45. Ver Mike Davis, Planeta de ciudades miseria, Madrid, Akal, 2014; ver Face a Gai"a, op. cit.
también John Vidal, "Every third person will be a slum dweller within 30 49. Proyecto que uno de los autores de este libro denominó en otra parte
years, UN agency warns", The Guardian, 4 de octubre de 2003. "suficiencia intensiva"; ver Eduardo Viveiros de Castro, "Desenvolvimento
46. Richard Betts et. al., "When could global warning reach 4°C?", Philoso- econéimico e reenvolvimento cosmopolítico: da necessidade extensiva a
phical Transactions ofthe Royal Society, vol. 369, n° 1934, 2011, pp. 67-84. suficiencia intensiva", Sopro, no 51, 2011, pp. 1-11.
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o esto es, para una total transformación de dicho modo en un de los movimientos de protesta altermundistas, desde las
w proceso que imperativamente tome distancia de toda fanta- nuevas formas de producción, circulación, movilización y
S
1( sía de "dominio prometeico", de control gerencial sobre el comunicación creadas por la Internet, 50 hasta las organiza-
I mundo tomado como otro de la humanidad: ha llegado la ciones de protección e intercambio de semillas y cultivos
hora de transformar la enkrateia, el dominio o maestría de. sí tradicionales en distintas zonas de resistencia campesina
1
mismo, en un proyecto colectivo de re-civilización ("civilizar por todo el mundo, los eficientes sistemas de transferencia
V las prácticas modernas", escribe Stengers) o, quién sabe, en financiera informales del tipo hawala, la arboricultura dife-
I
V un proyecto -tal vez más "molecular", menos titánico- de rencial· de los indfgenas amazónicos, la navegación estelar
E incivilización. 50 El plus intra debe significar, de ese modo, polinesia, los "agricultores experimentadores" del semiári-
51
I una tecnología de frenado, una deseconomía liberada de la do brasileño, hasta, en suma, ciertas innovaciones hiper-
R contemporáneas como el movimiento. de las ecovillas, la
alucinación del crecimiento continuo, y una insurrección
o
S cultural (si se nos permite la expresión) contra el proceso psicopolítica del tecnochamanismo o las economías descen-
de zombificación del ciudadano-consumidor. tralizadas de las monedas comunitarias, del bitcoin y del
Una palabra sobre la técnica. Así como Latour viene crowdfounding. 52 No toda innovación técnica crucial para
buscando disolver la fatídica amalgama entre la ciencia y la "resiliencia" de la especie necesita pasar por los canales
las ciencias, pensamos que es necesario hacer lo mismo en corporativos de la Big Science o por las larguísimas redes de
lo que concierne a la relación entre la técnica y las técnicas, humanos y no-humanos movilizadas por la implementación
o .......
co
....... rechazando una interpretación unidireccional y modernista de "tecnologías de punta". Latour, además, lo reconoce per-' co
.......
de la técnica que la toma como una esencia ontoantro- fectamente en un pasaje de su reciente Investigación sobre
pológica que florece triunfal en la ·historia (los tecnófilos los modos de existencia:
al estilo del Breakthrough Institute son tan esencialistas
como sus enemigos retro-heideggerianos). Existen técnicas Los aborígenes australianos cuya caja de herramientas no com-
terrícolas como existen técnicas humanas, diferencia que prendía más que algunos pobres artefactos -de piedra, cuerno
no se reduce, nos parece, a la mera cuestión del largo de sus o piel- supieron, sin embargo, establecer con los seres técnicos
redes. La guerra entre los terrícolas y los humanos habrá relaciones de una complejidad que continúa asombrando 'a los ar-
de librarse esencialmente en este plano, sobre todo cuan- queólogos: los diferenciales de resistencia que manejaban los iban
do incluimos en la categoría ampliada y pluralizada de las a buscar más bien en el tejido de los mitos y la sutil textura de
técnicas toda una gama de agenciamientos sociotécnicos y
de inventos institucionales, algunos muy antiguos, otros
50. Ver McKenzie Wark, Un manifiesto hacker, Barcelona, Alpha Decay, 2006.
más recientes, que van desde los sistemas de parentesco y 51. Ver "3° Encontro Nacional de Agricultoras e Agricultores Experimenta-
los mapas totémicos de los aborígenes australianos hasta dores termina celebrando a partilha e a uniao", AS PTA, 1 o de noviembre de
la organización horizontal y la táctica defensiva black bloc 2013, disponible en aspta.org.br.
52. Latour· clasificaría esos ejemplos como otros tantos casos de entre-
cruzamiento del modo de existencia de la técnica [TEC] con otros diversos
modos de existencia ([REP] reproducción, [ORG] organización, [PoL] política,
50. Para la idea de incivilización (uncivilisation), ver el manifiesto del etc.); ver Bruno Latour, Investigación sobre los modos de existencia, op.
Dark Mountain Project, disponible en dark-mountain.net. cit. No tenemos nada para objetar sobre esto.
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o los vínculos de parentesco y de los paisajes. Que su materialidad tares mejorados en que nos (des)encarnaremos en aquella
w sea débil a los ojos de los colonizadores no dice nada sobre la in- fusión tecnomística generadora del hombre cósmico, mues-
S
1( ventiva, la resistencia y la durabilidad de su funcionamiento. Para tren una ~'inteligencia artificial" lo suficientemente perspicaz
I conservar las oportunidades de negociación sobre los sucesores de para resistir la estupidez natural de los humanos, optando
los dispositivos actuales de producción, es esencial restituir a los por una mecanopolítica de la suficiencia intensiva:
1 )
seres de la técnica una capacidad de combinación que los libere
V por completo de la pesada instrumentalidad. Libertad de maniobra Llámase Test de Mauldin: una señal para saber si una entidad
I
V indispensable para inventar los dispositivos que habrá que instalar artificial es realmente inteligente puede ser cuando ella deci-
E en su lugar cuando haya que desmantelar el imposible frente de de, abruptamente, dejar de cooperar con la aceleración de la
I modernizacion. Si el verbo "ecologizar" debe transformarse en la rA (Inteligencia Artificial). No programar su sucesor. Frenar. Lo
R suficiente para vivir. Solo vivir.
54
alternativa al verbo "modernizar", tendremos necesidad de es-
o 53
S tablecer con los seres técnicos transacciones muy diferentes.
Como si al final las máquinas se hubiesen vuelto capa-
En una versión electrónica de la misma Investigación, ces de resintetizar motu propio la visión profética de Cae-
el autor agrega una nota sobre esa relación inesperada tano Veloso sobre la figura por venir del terrícola, a saber,
entre la tecnología ~'neolítica" de los aborígenes y el des- el indio, aquel que es -porque será, porque· siempre fue-
mantelamiento por venir del frente de modernización, o lo ~'más avanzado que la más avanzada de las tecnologías".
N M
co
,-1 que llamamos intensificación no material de nuestro modo A las técnica~ terrícolas, finalmente, es necesario agre- co
,-1

de vida. Deja así en claro el significado de su pl'us intra gar el inmenso repertorio de détours téchniques, las impro-
como afirmación de una posición no aceleracionista, no visadas soluciones que moviliza la evolución darwiniana de
tecno-triunfalista acerca del nuevo nomos de la Tierra: los organismos. No pensamos, por lo tanto, al contrario de
lo que defiende Latour en el capítulo 8 de su Investiga-
La antropología de las técnicas, la etnotecnología, la etnoar- ción, que las técnicas precedan histórica y ontológicamente
queología, cada cual a su modo, han multiplicado las descrip- al humano solo por haberlo hecho (y por haberlo hecho
ciones álternativas que permiten separar la técnica del estrecho como Horno faber). La solución improvisada, el remiendo
repertorio etnocéntrico de la producción, del trabajo, de la "base o la maña técnica, es antropogenética porque es inherente
material", sin perder con ello nada de la objetividad tan particu- al viviente. Para usar el lenguaje de la Investigación, el en-
lar que el encuentro con los seres de TEC facilita. trecruzamiento REP-TEc viene siendo practicado hace cientos
de millones de años por los seres vivos; incluso tal vez sea
Eso para no evocar la interesante posibilidad, por ahora lo que permita diferenciar, dentro del modo ui:üversal [REP],
tan ficcional como los sueños de los singularitanos, de que entre las trayectorias de los existentes animados e inanima-
las propias máquinas meta-universales del futuro, los ava- dos. De forma recíproca, sabemos que varias ~'elecciones téc-
nicas" humanas provocaron o podrán provocar la extinción

53. Bruno Latour, Investigación sobre los modos de existencia, op. cit.,
p. 227; el subrayado es nuestro. 54. David Brin, Existence, Londres, Orbit, 2012, p. 4~8.
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o de la especie (evento pertinente al modo [REP]) sin ninguna del aparato digestivo humano, las bacterias definitivamen-
w posibilidad de "recomenzar varias veces" (tal reanudación te resistentes a los antibióticos, 57 las armas ató.micas que
S
1< correctiva es definidora de [TEc], según Latour). La tecno- en silencio aguardan su hora en silos subterráneos y en
I logía bélica nuclear es el ejemplo más obvio, pero ni de submarinos en movimiento perpetuo, la· incontable legión
1 lejos el único. ¿Qué es la presente catástrofe ambiental y la- de animales confinados y torturádos en campos de extermi-
amenaza que ella representa para todos los humanos, si no nio para la extracción de proteína, 58 las poderosas fábricas }
V
la consecuencia de un sinnúmero de "elecciones técnicas"? de metano instaladas en los estómagos de los millones de
I
V ¿Y cuántas de ellas permiten, o permitirán, un "comenzar rumiantes "creados" para el agronegocio, las devastadoras
E de nuevo", otra "chance"? 55 inundaciones y sequías causadas por el calentamiento glo-
I Una vez que se acepta esa definición ampliada de "téc- bal, el mar de Aral que se volvió un desierto, las dece-
R
nica" o "tecnología", es posible ver de modo más claro que nas de millares de especies que se extinguen cada año (a
o
S la división entre humanos y terrícolas no es solo inherente una tasa como mínií:no mil veces mayor que la tasa media
a nuestra especie (esto es algo, creemos, con lo que Latour de desaparición en la escala evolutiva), 59 la deforestación
fácilmente coincidiría). La guerra de Gaia opone dos campos acelerada de la Amazonia y de Indonesia, el represamiento
o partidos poblados de humanos y no-humanos: animales, de la cuenca amazónica para la generación de energía hi-
plantas, máquinas, ríos, glaciares, océanos, elementos quí- droeléctrica (con efectos macrorregionales probablemente
micos, en fin, toda la gama de existentes que se encuen- muy nefastos, si no catastróficos), la saturación de los sue- 1.<)

tran involucrados en el advenimiento del Antropoceno, y los agrícolas por los pesticidas de Bayer y de BASF (dos de 00
......
cuya persistencia (con sus "trayectorias", "hiatos", "pases" las honorables sucesoras de la IG Farben, cuya historia no
y "condiciones de felicidad"·específicas) se sitúa, virtual o es necesario recordar aquí), el bravo Amaranthus palme-
actualmente, como "negando" el campo opuesto o "negada" .ri, el "amaranto inca" resistente al herbicida RoundUp de
por él y, por consiguiente, en la situación schmittiana de Monsanto que invade las plantaciones de soja transgénica
enemigo político. 56 Los virus letales que se propagan jun- en los Estados Unidos, las semillas Terminator impuestas a
to con el igualmente devastador turismo intercontinental, los agricultores por esa misma maldita corporación, a las
la numerosísima fauna simbiótica que evolucionó a la par cuales se oponen los cultivos tradicionales de trigo, man-
dioca, arroz, sorgo o mijo cuidadosamente preservados por
los campesinos en las zonas de resistencia a la agroindus-
55. La distinción REP-TEC de la Investigación nos parece, en suma, marcada tria, los numerosos y misteriosos (para el consumidor) adi-
por un cierto antropocentrismo de los modernos, como así también -no
podría ser de otra manera- toda la ontología de los modernos descripta en
el libro, mismo en la versión pluralizada y reconstruida por Latour de esa
ontología. Al contemplar el cuadro de los quince modos de existencia con el 57. ¿Quién dijo que la historia no va hacia atrás? Ver Fergus Walsh,
que se cierra la Investigación, no podemos dejar de constatar que -parafra- '"Golden Age' of antibiotics 'set to end"', BBC News Health, 8 de enero de
seando a un conocido filósofo- los animales y otros vivientes son "pobres" 2014; y el igualmente, preocupante -si no más- artículo de Lynn Peeples,
en modos de existencia, mientras los humanos (y mucho más los modernos) "The stomach bacteria that could prolong your life", Huffington Post, 21
aparecen como eminentes "configuradores" de modos de existencia. de mayo de 2014.
56. Aquí estamos siguiendo a Latour, pero no se necesita a Schmitt para 58. Ver Jonathan Safran Foer, Comer animales,- Barcelona, Seix Barral, 2011.
saber lo que es un enemigo político. 59. Ver Elizabeth Kt?lbert, La sexta extinción, Barcelona, Crítica, 2015.
D
HU~\MIOS Y TERRÍCOLAS
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o
w tivos químicos de los alimentos, los animales domésticos A fin de cuentas, para comenzar, solo noventa .grandes
S y los perros policías, los osos que pierden la paciencia con compañías son responsables por dos tercios de las emisio-
1< aquellos humanos que no saben respetar la diferencia entre nes de gases de efecto invernadero en la atmósfera terres-
I especies, el insustituible pueblo de abejas en peligro de tre: Chevron, Exxon, BP, Shell, Saudi Arameo, GazProm,
1 extinción debido a una sinergia de factores de origen an- la Statoil noruega, la brasileña Petrobrás, las estatales
V
trópico, los drones asesinos, las omnipresentes cámaras de de explotación minera. de carbón de países como China, )
I vigilancia, el permajrost que derrite, Internet, los satélites Rusia, Polonia ... 60 Les siguen nombres como Monsanto,
V del sistema GPS, la parafernalia de instrumentos, modelos Dupont, Syngenta, Bayer, Cargill, Bunge, 61 Dow, "nues-
E y experimentos científicos que permiten evaluar la evolu._
I
tra" Vale, Rio Tinto, Nestlé, las empresas de los siniestros
R
dónde los "límites planetarios", en fin, esos innumerables hermanos Koch y muchas otras que también merecen ser
o agentes, agencias, actores, actuantes, acciones, fenómenos, señaladas por sus variadas contribuciones a la conversión
S o como mejor se los quiera llamar, se ven automáticamente del "mononaturalismo" cosmológico de los modernos en
convocados por la guerra de Gaia -nótese que algunos, tal una megaeconomía agrícola de monocultivos, a la pertur-
vez varios de ellos, pueden cambiar de campo (de efecto y bación duradera de los ciclos geoquímicos de los suelos y
de función) de las maneras más inesperadas- y se articu- de las aguas, a la colosal polución ambiental, a la distribu-
lan con diferentes pueblos, colectivos, y organizaciones de ción de alimentos perjudiciales para la salud humana ... 62
individuos de la especie Horno sapiens, los cuales a su vez Reparemos también en la lista de los 147 bancos y demás
se oponen entre sí en la m_edida misma en que mantienen corporaciones conectadas en una superred tentacular que
alianzas con tal multitud de no-humanos, esto es, en la .
envuelve al planeta en un abrazo mortal... 63
Y no nos ol -
'•
.!
misma medida de los intereses vitales que los unen a ellos. videmos de mencionar a los gobiernos de países como Ca-
Si no es muy difícil enumerar a los no-humanos que . nadá, Australia, los Estados Unidos, Brasil y tantos otros
están implicados en la guerra de Gaia, ya vimos que que vienen promoviendo prácticas de extracción de com-
identificar quiénes son, dentro de la especie humana, los bustibles y minerales de alto potencial contaminante, ha-
terrícolas y sus enemigos "humanos" no es tan fácil. Vimos ciendo la vista gorda ante la deforestación, represando los
que Latour asocia a estos últimos de manera un tanto ge-
nérica con los "modernos", esto es, con todos aquellos
agentes, de corporaciones a países e individuos, que se 60. Ver "Which fossil fuel companies are most responsible for climate chan-
encuentran comprometidos de un modo u otro (las dife- ge?", The Guardian, 20 de noviembre de 2013, disponible en theguardian.
rencias en esos "modos" es, no hace falta repetirlo, abso- · com. Para una lista más reciente de las doscientas principales compañías
lutamente esencial) con el avance implacable del frente de estatales, clasificadas en función de las potencia~es emisiones de carbono
de sus reservas de combustibles fósiles declaradas, ver "The Carbon Un-
modernización. Pero no es una tarea imposible, ni inútil, derground 200", en fossilfreeindexes.com; así como también el sitio de la
nombrar al menos a algunos de los representantes de la lí- Carbon Tracker Initiative en carbontracker.org.
nea de frente del ejército "humano", los responsables más 61. Ver "The world's top 10 seed companies: who owns Nature?", GM Watch,
inmediatos por el agravamiento creciente de la catástrofe 31 de enero de 2009, disponible en gmwatch.org.
62. Ver "Food Processing's Top 100", en foodprocessing.com.
antropogénica y los interesados más directos (¿o debería- 63. Andy Coghlan y Debora MacKenzie, "Revealed: the capitalist network
mos decir desinteresados?) en la derrota de los terrjcolas. that·runs the world", New Scientist, 2011, disponible en newscientist.com.
D HUMANOS Y TERRÍCOLAS
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o ríos, trabando las negociaciones en torno de la catástrofe "vacíos" o lagunas que permitieron la diversificación de
w climática ... En fin, la lista es larga pero no es infinita. No la humanidad en pueblos, tribus y clanes categorialmente
S
1( es en contra de la "civilización", el "progreso", la "histo- distintos.
I ria", el "destino" o la "humanidad", concretamente, que Aunque se pueda lamentar la necedad de nuestros an-
1 los terrícolas están luchando, sino en contra de estas en- cestros, nada de eso es visto como absolutamente negativo.
tidades mencionadas. Son ellas las que actúan en nombre Después de todo, dicen los indios, si las personas no murie- )
V
de los "humanos". sen no habría espacio donde criar y alimentar a las futu-
I
V Pero volvamos a nuestros misteriosos terrícolas. Vol- ras generaciones. "¿Cómo podríamos tener hijos, si viviése-
E vamos por un breve instante a las cosmogonías y las es- mos para siempre y el mundo estuviese saturado de gente?
I catologías amerindias que evocábamos algunas páginas ¿Dónde vivirían, qué comerían?", acostumbran comentar los
R
o atrás, cuando hablábamos de su antropomorfismo estético narradores de esos mitos. Ahora, si los amerindios, como
S y su pampsiquismo metafísico, dos caras de una misma muchísimos otros pueblos no modernos, comparten algún
ontología "animista". En un mundo en el que "todo ya objetivo cultural fundamental, este es el de tener hijos,
está vivo", es necesario dar cuenta de la muerte, esto es, constituir cuerpos de parientes, aliarse por casamiento a
justificarla. Los mitos indígenas ven el origen de la cul- otros cuerpos de parientes, distribuirse y diseminarse en
tura y de la sociedad como algo intrínsecamente ligado a descendientes; porque las personas viven en otras personas,
la vida de los humanos, a la mortalidad como condición con otras personas, por otras personas. 64 En fin, los indios
00
00
""' existencial. E.~ta ·es imaginada, por lo general, como el prefieren mantener una población relativamente estable en
resultado no de un crimen o pecado cometido contra una lugar de aumentar la "productividad" y "perfeccionar" la
divinidad, sino de un engaño, un descuido, una cierta es- . tecnología de modo de crear las condiciones (el "exceden-
tupidez inexplicable de nuestros antepasados. Los huma- te") para que pueda haber siempre más gente, más necesi-
nos arcaicos, cuando se enfrentaron con ciertas alterna- dades y mas preocupaciones. El presente etnográfico de las
tivas ofrecidas por el demiurgo, erraron en su elección y sociedades lentas contiene una figuración de su futuro.
terminaron envejeciendo y muriendo de prisa, en lugar de No se sabe con absoluta seguridad si esos mitos "mal-
vivir para siempre como otros existentes (piedras, árboles tusianos" preceden a la conquista, pero todo indica que
de madera dura) o de permanecer perpetuamente jóvenes sí. La imaginación indígena ya había pensado la reduc-
mediante periódicos cambios de piel, como las serpientes ción o retardamiento de su Antropoceno, pero colocando
y distintos invertebrados. Agréguese a esto que, así como el proceso en el origen antes que en el fin del mundo.
la especiación posmítica derivó de un continuum intensi- No imaginaban, tal vez, que su mundo llegaría a ser bru-
vo originario de consistencia "humana", las distinciones talmente tomado por los europeos, esos alienígenas confi-
inter e intraculturales en los humanos actuales suelen ser guradores y desfiguradores de mundos. En cualquier caso,
explicadas como el resultado del empobrecimiento demo- lo que decíamos más arriba acerca de que los indios tenían
gráfico de la humanidad primigenia, en pocas palabras, de
la mortandad (extinción por una catástrofe, exterminio
por una divinidad) sufrida por una población excesiva- 64. Ver Marshall Sahlins, What kinship is- and is not, Chicago, University
mente numerosa y demasiado homogép.ea, creando así los of Chicago Press, 2013.
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o algo más para enseñarnos en materia de apocalipsis, de Evidentemente, estos fines de mundo provocados por
N pérdidas de mundo, catástrofes demográficas y fines de el avance del frente (en el sentido bélico) de moderniza-
S
K la historia, es simplemente lo siguiente: ·para los pueblos ción, que se inicia, precisamente, con el ¡plus ultra! de la
I nativos de las Américas, el fin del mundo y~ sucedió, cin- expansión europea del siglo XVI, continúan sucediendo en
co siglos atrás. Para ser más precisos, la primera señal del distintas escalas, en varios lugares más o menos remotos
1
fin se manifestó el 12 de octubre de 1492. (Como posteó del planeta, en los tiempos que corren. No es preciso in- )
V alguien en Twitter alguna vez, "el primer indio que en- sistir sobre lo que sucede hoy en África, en Nueva Guinea
I
V contró a Colón hizo un pésimo descubrimiento" ... ) Lapo- y en la Amazonia o, para situarnos más al norte, en los
E blación indígena del continente, mayor que la de Europa territorios indígenas de los Estados Unidos y de Canadá
I en aquella misma época, puede haber perdido (por la ac- "impactados" por los proyectos de fracking hidráulico. La
R
ción combinada de los virus -la viruela fue espantosamen- palabra "fracking", en verdad, no podría ser más apropia-
o
S te letal-, del hierro, de la pólvora y del papel -los trata- da: pues es corno si el fin del mundo fuese un aconteci-
dos, las bulas papales, las encomiendas y, por supuesto, la miento fractal, que se reproduce indefinidamente en di-
Biblia-) hasta el 95% de su efectivo a lo largo del primer ferentes escalas, desde las guerras etnocidas en distintas
siglo y medio de la conquista, lo que correspondería, de partes de África al asesinato sistemático de líderes indíge-
acuerdo con algunos dernógrafos, a 1/5 de la población nas o de militantes arnbientalistas en la Amazonia, desde
65
del planeta. Así, podríamos dar el nombre de Primera la compra de gigantescos territorios de países pobres por
Gran Extinción Moderna a ese evento americano en el parte de potencias hiperindustriales a la apropiación y
que el Nuevo Mundo fue alcanzado por el Viejo corno si se deforestación de tierras indígenas en función de intereses
tratase de un planeta .gigantesco, que proponernos llamar tanto mineros corno del agronegocio, a la expulsión de
Mercancía, en analogía con el planeta Melancolía de Lars familias campesinas para la ampliación de un campo de
von Trier. En materia de concursos de apocalipsis, es cierto soja transgénica ... Eso por no hablar de la "fractalización"
que el genocidio americano de los siglos XVI y XVII -lama- del fin que atraviesa de arriba abajo a la Gran Cadena del
yor catástrofe demográfica de la historia hasta el presente, Ser, 66 con la desaparición de los innumerables Umwelten
con la posible excepción de la peste negra- causado por el de los vivientes. Gaia es "solo" el nombre de la surnatoria
choque con el planeta Mercancía siempre tendrá garanti- final -en todos los sentidos de este adjetivo- de todas
zado su lugar entre las primeras posiciones, por lo menos esas figuras del fin: Gaia, en suma, es el punto máximo
en lo que concierne a la especie humana, e incluso si con- que podernos alcanzar.
siderarnos las grandes posibilidades futuras de una guerra Si la América indígena de los siglos XVI y XVII repre-
nuclear o del rnegacalentarniento global. sentó, para los humanos que la invadieron, un mundo sin

66. Ver "Extinction crisis continues space", IUCN, 3 de noviembre de 2009,


65. Para un resumen del acalorado debate sobre la dimensión del impacto disponible en iucn.org, así corno el ya mencionado libro de Elizabeth Kol-
demográfico de la invasión de América, ver el bien documentado libro-re- bert, La sexta extinción, op. cit., y el increíble sitio de David Ulansey, The
portaje de Charles Mann, 1491. Una nueva historia de las Américas antes Current Man Extinction, en mysteriurn.com/extinction.html, que desde
d~ Colón, Madrid, Taurus, 2006. 1998 acumula noticias sobre la actual extinción en masa.
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o hombres -ya sea porque ellos la despoblaron objetivamente, go de los siglos VII a X a.C., probablemente debida a
w ya porque los hombres que encontraron allí no cuadraban una combinación de conflictos sociopolíticos (rebeliones
S
1( en la categoría de los ''humanos"-, los indios sobrevi- y guerras) y un prolongado estrés ambiental (sequías
I vientes, los terrícolas de pleno derecho de aquel Nuevo relacionadas a períodos de El Niño, agotamiento de los
Mundo, se vieron, a la inversa, corno hombres sin mundo, suelos), que finalmente llevó al colapso de la sociedad,
1
náufragos, refugiados, inquilinos precarios de· un mundo al abandono de todas aquellas pirámides y templos ma- )
V al que ya no podían pertenecer, pues ya no les perte- jestUosos y, muy probablemente, de la cultura científica
I
necía. Y, no obstante, inesperadamente, muchos de ellos y artística que florecía en aquellas ciudades de la selva.
V
E sobrevivieron. Pasaron a vivir en otro mundo, un mundo Primer JJfin del mundo", por lo tanto, del período preco-
I de otros, sus invasores y señores. Algunos de esos náu- lornbino/7 que nos puede servir de ejemplo y llamado de
R fragos se adaptaron y se ~~modernizaron", pero en general atención frente a los procesos contemporáneos en los que
o la economía y la ecología entran en un colapso recípro-
S lo hicieron de formas que poco tienen que ver con lo que
los modernos entienden por eso; otros luchan por mante- camente retroalirnentado, al mismo tiempo que estallan
ner lo poco de mundo que les quedó, con la esperanza de ~~eventos insurreccionales" en distintas partes del planeta.
que, mientras tanto, los blancos no acaben por destruir su A continuación, con la invasión de América en el siglo
propio mundo, el de los ]Jlancos mismos, ahora convertido XVI, los mayas -corno los demás pueblos del continente-
en el JJrnundo común" -en un sentido nada latouriano- de fueron sometidos y esclavizados, además de devastados
todos los seres vivos. por_ las· epidemias que trajo el invasor. 68 El genocidio de
Nos resulta fuertemente simbólico que una de las re- los pueblos arnerindios -el fin del mundo para ellos- fue el
cientes versiones del fin del mundo que logró entusiasmar inicio del mundo moderno en Europa: sin la expoliación de
-¡.
a la nueva generación de espectadores planetarios -la vas- América, Europa jamás habría dejado de ser el patio trase-
11
ta platea globalizada de la red- haya sido el así llamado ro de Eurasia, continente que abrigaba, durante la Edad
~~Apocalipsis Maya", anunciado para el 21 de diciembre de Media", a civilizaciones inmensamente más ricas que las
2012. Corno podemos constatar, el mundo no acabó, lo que
además, corno se sabe, no estaba previsto, en estos térmi-
nos, en ninguna tradición escrita u oral de los mayas. Aun 67. ¿O tal vez solo eso que es aún más impensable que el fin del mun-
así, a pesar del equívoco, no nos parece un despropósito do, el colapso de un Estado, el fin del Estado, con la recuperación de la
vincular el nombre de los mayas a la idea de JJfin del mun- autodeterminación de los pueblos a él sometidos? Si, como decía Walter
do"; al fin y al cabo, no es menor el hecho de que la única Benjamin, todo documento de cultura es al mismo tiempo un documento
de barbarie, entonces eso se aplica también a los grandes trabajos, monu-
fecha del calendario de origen supuestamente arnerindio mentos y conocimientos de las civilizaciones mesoamericanas y andinas.
que se ve incorporada a la cultura pop mundial se refiera 68. He aquí lo que pensaba el gran teórico del nomos de la Tierra sobre ese
a un apocalipsis. proceso: "La superioridad espiritual se encontraba tan plenamente del lado
En verdad, la historia de los mayas . conoció varios europeo, y de un modo tan radical, que el Nuevo Mundo pudo ser 'tomado"';
Carl Schmitt, El nomos de la Tierra en el Derecho de Gentes del "Jus publicum
JJfines". En primer lugar, la poderosa civilización rnesoa- europaeum", Buenos Aires, Struhart & Cía., 2005, p. 124. ¿Será un eco de
mericana que nos legó monumentos corno Chichén Itzá, la perversa formulación hegeliana, según la cual la civilización americana
~' 1
Tikal o Copán sufrió una progresiva decadencia a lo lar- "tenía que sucumbir tan pronto se a~ercase a ella el espíritu"?
HUMANOS Y TERRÍCOLAS
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o europeas (Bizancio, China, India, el mundo árabe). Sin hoy cómo es posible vivir después del fin del mundo; cómo,
w el saqueo de las Américas, no existiría el capitalismo, ni en suma, es posible desafiar al Estado y al mercado, y hacer
S
1< hubiese existido, más tarde, la revolución industrial; por valer el derecho de los pueblos a la autodeterminación.
I lo tanto, tal vez, tampoco existiría el Antropoceno. Este Verdaderos especialistas en fines del mundo, los mayas
fin del mundo que alcanzó a todos los pueblos arnerindios -y todos los demás pueblos indígenas de las Américas-
1 J
es incluso más emblemático, en el caso de los mayas, en tienen mucho para enseñarnos, ahora que estarnos en el
V vista del hecho de que el libelo inaugural contra el geno- inicio de un proceso de transformación del planeta que
I
V
cidio americano proviene del puño del obispo de Chiapas, en algo se parece a la América del siglo XVI: es un mundo
E Bartolorné de las Casas, corajudo campeón de los derechos invadido, arrasado y diezmado por bárbaros extranjeros.
I indígenas, opresor tempranamente arrepentido del brutal Imagínese el lector69 que esté viendo (o actuando en) una
R tratamiento que los muy católicos europeos infligían a los de esas películas clase B de ciencia ficción en las que la
o Tierra es invadida por una raza de alienígenas, que se ha-
S indios de su obispado.
A pesar de todo esto, a pesar de haber pasado por su- cen pasar por humanos para dominar el planeta y así uti-
cesivos fines-del-mundo, de haberse visto reducidos a un lizar sus recursos, porque su mundo de origen ya se agotó.
campesinado pobre y oprimido, de tener su territorio divi- En general, en esos filrns los alienígenas se alimentan de
dido y administrado por distintos Estados nacionales (Mé- los propios humanos: de su sangre, su energía mental,
xico, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador), los mayas o algo por el estilo. Ahora, imagine que esa historia ya
continúan existiendo, su población aumenta, su lengua sucedió. Imagine que la raza alienígena somos, en ver-
florece, su mundo resiste, disminuido pero irredento. dad, nosotros mismos. Hemos sido invadidos por una raza
Pues son justamente los mayas quienes nos ofrecen, disfrazada de humanos, y descubrirnos que ellos ganaron:
hoy, el mejor ejemplo quizás de una insurrección popu- nosotros somos ellos. ¿O se tratará tal vez de dos especies
lar exitosa (en el sentido de no haberse transformado en de humanos, corno sugiere Latour? ¿Una alienígena y otra
otra cosa) contra el monstruo bicéfalo Estado-mercado que indígena? O tal vez sean todos y cada uno de los humanos
oprime a las minorías del planeta: el único alzamiento de los que estarían partidos al medio, con una mitad alie-
un pueblo indígena de América Latina que logró mante- nígena cohabitando con una mitad indígena dentro del
nerse sin degenerar en otro proyecto estatal nacionalista mismo cuerpo; un ligero desajuste de la sensibilidad nos
y, lo que es por demás importante, que rápidamente dejó habría llevado a percibir esta autocolonización. De este
de apoyarse en la vieja escatología revolucionaria "mar- modo, seríamos, nosotros todos, indígenas, o sea, todos te-
xista" (en verdad cristiana de cabo a rabo), con que Euro- rrícolas, indios invadidos por los europeos, los "humanos";
pa, por medio de sus insoportables intelectuales-clérigos, todos nosotros, inclusive, claro, los europeos (que fueron
continúa queriendo controlar las luchas de liberación de uno de los primeros pueblos terrícolas en ser invadidos).
los pueblos, para trazar un camino cosrnopolítico propio.
Estarnos refiriéndonos, claro está, al movimiento zapatista,
esa singular rebelión que es un modelo de "sustentabili- 69. Ver Eduardo Viveiros de Castro, "Desenvolvimento economico e reen-
dad"; sustentabilidad política también y sobre todo. Los volvimento cosmopolítico: da necessidade extensiva a suficiencia inten-
mayas, que vivieron varios fines-del-mundo, nos muestran siva", op. cit.
D
A
N
o Una perfecta duplicación en intensidad (¡plus intra!~, fin
w de las divisiones en extensión: los invasores. son los mva-
S
1(
didos, los colonizados son los colonizadores. Despertamos
I de una pesadilla incomprensible. Y, como. decía Oswald de EL MUNDO EN SUSPENSO
Andrade, solamente el hombre desnudo comprenderá.
1 )

V
I
V
E
I
R
o
S

Desear la guerra contra las guerras futuras


y pasadas, la agonía contra todas las muertes,
y la herida contra todas las cicatrices, en nombre
del devenir y no de lo eterno.
Gilles Deleuze y Félix Guattari

Hablamos de tres nombres que nos guiaron en buena


parte de nuestro recorrido hasta aquí, pero faltó hacer
hincapié sobre un último y no menos esencial,. el de Isa-
belle Stengers. Hace algunos años, por lo menos desde
En tiempos de catástrofes, esta filósofa viene trayendo a
escena, junto c.on Latour/ la figura ambigua y compleja
de Gaia, puesta como el personaje-clave para la comprensión

1. Este lo hace, creemos, desd,e su "An Attempt ata 'Compositionist Mani-


festo"', New Literary History, no 41, 2010, pp. 471-490.
El MUNDO EN SUSPENSO
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A
1\l
o del significado del "tiempo de las catástrofes" que es Aquí Stengers destaca al gran divisor que durante los
w el nuestro. La Gaia de Stengers, sin embargo, no es la últimos siglos opuso a los "pueblos" que vivirían una re-
S lación onírica y fantasmática con la Tierra y a un "noso-
misma entidad que la Gaia de Latour. En primer lugar,
l<
I ella es el nombre de un evento, la cara de la "intru- tros" que creía ser un "se" (on) impersonal, una tercera
sión" en nuestras historias de un tipo de "trascendencia" persona abstracta, punto dé vista anónimo desde donde se
1 )
que nunca más podremos dejar de tener en cuenta en aprehendía la esencia real de la naturaleza, de la cual los
V nuestras vidas: el horizonte cataclísmico definido por el modernos éramos atentos guardianes. "Gaia" nos concier-
I ne, entonces, ante todo a "nosotros los hombres", aquellos
calentamiento global antropogénico. Gaia es el evento
V
que pone a nuestro mundo en peligro, al único mundo que se tomaron por los sabios de la humanidad y que se
E
I que nosotros tenemos, por lo tanto ... Como veremos, es dieron por misión civilizar, modernizar y, sin duda, tornar
R justamente aquí, en este "por lo tanto", que se trata lucrativos a los otros pueblos del mundo. Stengers parece
o de parar para pensar, pensar en las consecuencias que estar diciendo -en una formula que cruzaría los términos
S
pueden esperarse sacar de ese "por lo tanto" y que están de Latour y una distinción crucial de Deleuze y Guattari-
estrechamente ligadas a la extensión política que debe- que es tiempo de hacer que los humanos reconozcan que
mos dar al "nosotros". no son responsables por los terrícolas,· sino responsables
Gaia es la trascendencia que responde, de modo bru- ante ellos. No existe negociación posible sin esa admisión;
talmente implacable, a la trascendencia tan indiferente no exis~irá composición inevitable con Gaia si no nos con-
como brutalmente irresponsable del capitalismo. Si el An- vencemos primero de que no existe composición posible
tropoceno, en el sentido de Chakrabarty o Latour, era el con la lógica absolutamente no civilizable del capitalismo.
nombre de un efecto que alcanzaba a todos·los habitantes Tal vez más importante que esa primera diferencia de
del planeta, la Gaia de Stengers es el nombre de una ope- Stengers en relación a la Gaia latouriana sea aquello que
ración, 2 esto es, del. efecto que ese efecto debe suscitar en es sugerido por el subtítulo de su En tiempo de catástro-
aquellos que lo causaron: fes: el recordatorio de que para siempre deberemos prestar
atención a Gaia y, al mismo tiempo, un llamado para que
El desorden climático, y el conjunto de los procesos que envenenan resistamos a la barbarie que viene. Tanto el verbo "resistir"
la vida sobre la Tierra y que tienen como origen común aquello que como el empleo en presente del complemento qui vient
· se [on] llamó desarrollo, conciernen ciertamente a todos, desde los pueden ser contrapuestos a la idea latouriana de que esta-
peces hasta a los hombres, los que la habitan. Pero nombrar a Gaia mos frente a una guerra que puede llevarnos a la paz. Gaia,
es una operación que se dirige a "nosotros" [los modernos], que para Stengers, no es "lo que debe unir a todos· los pueblos
3
busca suscitar un "nosotros" en lugar del "se" [on]. de la Tierra", no es un nombre que genere pertenencia y
unión, sino intrusión y malestar. Gaia es el llamado a resis-
tir al Antropoceno, esto es, a aprender a vivir con él pero en
contra de él, ·o sea, contra nosotros mismos. El enemigo,
2. Pero también la Gaia latouriana, en cuanto theos del nuevo agencia- en suma, somos "nosotros": nosotros los humanos. Como
miento cosmológico bajo cuya bandera debe colocarse el pueblo que falta
en su guerra contra los Humanos, puede ser considerada una "operación".
ya había observado Latour en las conferencias· citadas, el
3. Isabelle Stengers, Une autre science est possible!, op. cit., p. 115. Antropoceno marca en verdad. el fin de lo humano, y el inido
D
1 El MUNDO EN SUSPENSO

A 1

N
o de la obligación -y ahora quien habla es Stengers- "de terrícolas, esto es, a todos los existentes en cuanto partes
w soñar otros sueños": del mundo, a aquellos innumerables puntos de vista cuyo
S
1<
entrecruzamiento constituye el mundo, y que en cuanto
I Mientras estemos obsesionados -sea para _promoverlo o para de- tales (si es que es posible pensarlos "en cuanto tales") son
construirlo- con el modelo ideal de un saber racional, objetivo, expresiones rnonadológicas discordantes de un mundo que
1
capaz de poner de acuerdo a todos los pueblos de la Tierra, se- no tiene antónimo. ni antagonista, porque no es un obje- . )
V guiremos siendo incapaces de establecer con esos otros pueblos to a la espera de un sujeto que le confiera cierta unidad
I
V relaciones dignas de ese nombre. sintética de una perspectiva trascendente. El mundo "sin
E el hombre" de ese Antropocerio vivido bajo el modo de la
I Observemos que, para Stengers, el uso de "Gaia" se resistencia se encontraría así con el mundo "hecho de gen-
R te" de las cosmogonías arnerindias: las trascendencia de-
mostró importante como antídoto para el concepto de An-
o finitiva de Gaia se vuelve indistinguible de la inmanencia
S tropoceno, posición que la emparenta con autoras como
Donna Haraway o Elizabeth Povinelli, para quienes el antropogeornórfica originaria postulada por los "pueblos
segundo concepto trae. aparejado el peligro de pasar de de la Pacharnarna".
contrabando, por debajo de su significado de mera época
geológica -cuya realidad amenazante, justamente, nin- § Pachamama, la "madre del mundo-tiempo", es una divi-
guna de las autoras pone en cuestión-, una metafísica nidad que, al menos en principio, no poseía atributos que
antropocéntrica (Haraway) o incluso indebidamente bio- pudiésemos considerar típicamente "maternales", como tam-
céntrica (Povinelli), lo que daría al Horno sapiens un poder poco los tenía casi ninguna de las divinidades terrestres de
"destinal'' sobre la historia ·del planeta (poco importa -¿o las culturas andinas y mesoamerJ.canas. Tras la conquista, se
tanto mejor?- que se trate de un poder destructivo), ha- la fue domesticando por medio de una asimilación a la virgen
ciendo ab~tracción de las participaciones que involucran a María; con la Nueva Era, su imagen de "Buena Madre Tierra"
nuestra especie con innumerables otras, pero que también se consolidó, no sin cierta perplejidad yjo adhesión meta-
se desarrollan en otra parte, esto es, en redes, lugares, es- cultural (¿un pachamamismo estratégico?) por parte de los
calas y dimensiones muy distantes de nuestra jurisdicción indígenas de las tierras altas del continente. El destino de
epistemológica y de nuestra imaginación tecnológica. En la noción en el imaginario político oficial de los países andi-
este sentido, la Gaia de Stengers y los conceptos de staying nos actuales ha sido comentado de sobra. (Para todo eso, ver
with the trouble o becoming with, de Haraway, así corno las el libro, riquísimo etnográficamente pero con una intención
"geontologías" de Povinelli inspiradas en los mundos abo- "desmitificadora" un poco incómoda, de Jacques Galinier y
rígenes australianos, pueden ser definidas corno transfor- Antoinette Molinié, Les néo-Indiens, une religion du IIIeme
maciones ·innovadoras del esquema mítico de un "mundo millénaire). A pesar de todos los equívocos, sin embargo, una
sin humanos": ya sea en el sentido de que el mundo está de las virtudes -admitimos que insuficiente para batallar a su
él mismo, en cuanto rnultiverso atravesado por múltiples favor- de la Pachamama sobre Gaia es que ella, al menos, no
ontologías no humanas, implicado en un devenir que nos habla griego. Al final, se trata de un esfuerzo más por abrir
exige aprender a seguirlo; ya sea en el sentido de que los espacio a los otros. No es por cierto una mera casualidad que
humanos deben dar lugar a esos a quienes Latour llamó todo el vo_cabulario movilizado por la presente crisis del planeta
D El ~lUNDO EN SUSPENS(

A
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o provenga, como esos dos últimos sustantivos (crisis, plane- Quien está del "otro lado", esto es, quien se pretende
w ta), de nuestra antigua lengua mítica: Antropoceno, Gaia, afuera de la superficie única humanidad-mundo, es quien
S
1< catástrofe, cataclismo, apocalipsis ... .(En este punto, Bruno se ve imbuido de la misión de cortar esa banda de Moebius
I Latour exagera de lo lindo con su trinidad demos; nomos, con la tijera modernista de la "vocación desnaturalizante
1 theos.) Llegará el día en que el calentamiento global, habien- de la humanidad"; estos son los enemigos. El problema,
do alcanzado los incendiarios +8°C,. sea llamado ekpyrosis en ya lo vimos, es que tales enemigos se encuentran, por lo )
V
I
lugar del viejo término latino "conflagración" ... menos en lo que concierne a los buenos viejos modos de
V ordenar el espectro político, tanto en la izquierda como
E Distanciándose de los "eliminativismos" fisicalistas y en la derecha. Nuevamente proliferan hoy -aunque al fin
I los dualismos "espiritualistas", pero también -¿por qué y al cabo siempre fue el caso- las acusaciones recíprocas
R
o no?- de la dialéctica denominada "correlacionista", la re- entre aquellos que se pretenden herederos del sueño po-
S lación entre humanidad y mundo comienza a poder ser lítico clásico que define a la izquierda, a saber, el de que
pensada aquí como la relación que une el lado único de la "otro mundo es posible". No vamos a privarnos del placer
banda de Moebius consigo mismo, a-saber, como figura no de jugar este juego acusatorio también aquí. Si el presen-
orientable donde la inseparabilidad del pensamiento y del te ensayo pretende ser, antes que nada, una descripción
ser, de lo animado y de lo inanimado, de la cultura y de inicial de lo que vemos como el gigantesco trabajo de la
la naturaleza no es semejante a la inseparabilidad lógica imaginación contemporánea para producir un pensamien-
N
o
N o formal del anverso y revers~ dé una misma moneda (¿de to y una mitología adecuados a nuestro tiempo, eso no "e
C'

qué estaría hecha tal moneda, además?), sino que es, por nos impide -no nos impidió, como ya debe quedar sobra-
el contrario, una consubstancialidad o unicidad completa damente claro- tomar partido por algunas versiones de
y real, como la de la superficie de una banda de Moebius. 4 estos últimos.
Humanidad y mundo están, literalmente, del mismo lado; Uno de los debates más apasionantes de la actualidad
la distinción entre los dos "términos" es arbitraria e intan- gira en torno de la velocidad de la historia y de su varia-
gible: si se empieza el recorrido a partir. de la humanidad ción. Se trata de la discrepancia entre aquella corriente
(desde el pensamiento, la cultura, el lenguaje, el "aden- filosófica (metafísica, política, estética) que propone una
tro") se llega necesariamente al mundo (al ser, a la materia, economía política de la aceleración, y aquella que es par-
a la naturaleza, al "gran afuera") sin cruzar ninguna fronte-
ra, y viceversa. "Pluralismo = Monismo", la formula mágica
buscada por Deleuze y Guattari, se escribe también, como
innovador, como Galen Strawson, cuya consistente defensa de la tesis
releída por un hechicero tardeano o un chamán amerindio, pampsiquista como corolario necesario del "realismo fisicalista" está dando
"Pampsiquismo = Materialismo". 5 que hacer a distintos defensores del materialismo, para entretenimiento de
aquellos antropólogos que intentan, hace años, que la tradición filosófica
hegemónica tome en serio el animismo y el pampsiquismo -recuperados
del basurero de la historia de la filosofía-, aceptándolos como posiciones
4. Extrapolamos aquí a partir de una breve alusión de la Investigación de metafísicas cada vez más preñadas de futuro; ver Galen Strawson, Anthony
Latour. Freeman et al., Consciousness and its Place in Nature. Does Physicalism
5. Y también al ser releída por algún filósofo analítico excéntricamente Entail Panpsychism?, Exeter/Charlottesville, Imprint Academic, 2006.
EL MUNDO EN SUSPENSO

tidaria de una ecología política la desaceleración (ralentis- ve como retrógrada y preservacionista, mientras que la
sement), sobre el cual ha insistido Isabelle Stengers cada segunda sería la única capaz de conducirnos al paraíso
vez más, y que se desdobla en los temas,· comunes a ella postindustrial, donde las lanzaderas 9 no solo trabajarán
y a Latour, de la Nhesitación", de la "atención", de la "di- solas sino también, aparentemente, sin ningunas externa-
plomacia" y de la necesidad de "hacer lugar para los otros" lidades concretas; a fin de cuentas, la época se define por
[{aire la place aux a u tres]. 6 .la abstracción. La tecnología proveerá. )
En el primer manifiesto aceleracionista, ya citado más Como ya dijimos, nos parece que es precisamente esa
arriba, 7 los autores hacen una observación que nos pél.rece "política aceleracionista", explícitamente inspiradá por la
de suma importancia: escatología eurocéntrica del Progreso, la que se muestra
nostálgica de un pasado racionalista, imperialista y triun-
Creemos que la división más importante en la izquierda de hoy falista -"la izquierda debe r:econectarse con sus raíces en
se da entre los que se atienen a una política folle, acción directa las Luces", dice la nueva versión del manifiesto-, y que la
y horizontalismo intransigente, y los que conforman una polí- persistencia de su fe en las virtudes liberadoras de la "au-
tica que podríamos llamar aceleracionista, sin subir de abstrac- tomatización" y del progreso técnico en general implica
8
ción, complejidad, globalidad y tecnología. un gigantesco "punto" ciego, situado bien en el centro de
su visión futurológica: la intrusión de Gaia, justamente.
Por nuestra parte, nosotros también creemos que el Los manifiestos insisten sobre las virtudes de la acele-
LO
diagnósti,co ·es correcto, grosso modo: en efecto, es esta ración tecnológica sin decir palabra sobre las condiciones o
N

la fractura más importante de la "izquierda". Lo que, sin materiales -energéticas, ambientales, geopolíticas, etc.-
duda, no consideramos para nada correcto es el obviojui- de tal proceso, que según los autores conduciría "automá-
cio de valor contenido en el párrafo, y desarrollado en el ticamente" a la reducción de la jornada laboral (¿también
manifiesto, según el cual la primera opción, caracterizada en Bangladesh?, ¿cuándo?), el aumento de las horas de
peyorativamente como "política folk", localista, etc., se ocio (¡la sociedad del espectáculo sale del clóset!), 10 la
renta universal, etc.:

Contra aquellos que, a lo largo del todo el espectro político, se


6. Estos tenias, en particular aquel de la hesitación, acercan a los dos
filósofos a una antropóloga como Marilyn Strathern. Ellos configuran lo deleitan con la fantasía de soluciones locales, de pequeña escala,
que podríamos denominar correlato ético-afectual de la. operación de "de-
legación ontológica", en el sentido que le confirió Gildas Salmon en su
brillante intervención en un coloquio de Cérisy, "De la délégation ontolo-
gique: naissance de l'anthropologie néo-classique", Coloquio "Métaphysi- 9. Alusión a lo formulado por Aristóteles respecto a la esclavitud: "Si
ques comparées", Cérisy, 2013. cada instrumento pudiese, en virtud de una orden recibida o, si se quiere,
7. Decimos el primero porque ya existe una nueva versión, que repite adivinada, trabajar por sí mismo, [... ) si las lanzaderas tejiesen por sí
los mismos puntos; ver Nick Srnicek, Alex Williams y Armen Avanessian, mismas; [ ... ] los empresarios prescindirían de los operarios y los señores
"#Accelerationism: remembering the future", Critical Legal Thinking, 10 de los esclavos"; Política, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1941. [N. del T.]
de febrero de2014, disponible en criticallegalthinking.com. 10. Sobre el "modo de producción cinemática", ver Jonathan Beller, The Cine-
8. Alex Williams y Nick Srnicek, "Manifiesto por una política aceleracio- matic Mode of Production. Attehtion Economy and the Sodety of the Spectacle,
nista", op. cit., p. 39. Lebanon, Dartmouth College Press/University Press of New England, 2006.
EL MUNDO EN SUSPENSO

para nuestras muchas crisis, [la situación] requiere que someta- observar que los aceleracionistas, que se jactan de haberse
mos nuestro mundo complejo, abstracto y multiescalar a una re- inspirado principalmente en un pasaje de El anti Edipo sobre
ingeniería, sin buscar simplificarlo mediante .algún esquema pre- la necesidad de un tensionamiento explosivo del capitalis-
concebido. En vez de soluciones políticas folle, deberíamos estar mo en dirección a una desterritorialización todavía mayor
luchando por la automatización integral del trabajo; la reducción y una absoluta decodificación de los flujos, hayan al mismo
del número de días hábiles, y por la renta bási~a universal.-
11
tiempo optado por una concepción inequívocamente mayor )
y mayoritaria de la política, de la economía y, sobre todo,
La otra aceleración, a saber, aquella que se refiere a de los destinatarios virtuales de su mensaje. Sus discursos,
los procesos de adelantamiento de los valores críticos de en general, no movilizan ninguna categoría sociopolítica
los parámetros ambientales (¿cuándo llegaremos a +4°C, que no sea "el capitalismo", "el trabajador", "la civilización
que tal vez sean +6°C u +8°C?, ¿cuándo se llegará al fin global", "la humanidad", "las masas". La existencia y la
de los stocks de pesca?, ¿cuándo se transformará la sel- resistencia de otros colectivos por fuera del circuito narci-
va amazónica en una sabana seca de fácil combustión?, sista del "nosotros" es ignorada (o tal vez clasificada bajo
¿cuántos millones de ·refugiados climáticos tendrán que la categoría de "folk"); acaso porque, según entienden los
invadir la Fortaleza Europa?), 12 recibe como máximo una aceleracionistas, la alteridad haya desaparecido de la faz de
mención que orilla la frivolidad, por no decir un puro y la tierra, y tales pueblos ya no existan como polos de arti-
simple negacionismo: "Hoy en día, es de sentido común culación de otros "nosotros", o quizás porque, de cualquier
presumir que el cambio climático y sus efectos van a de:.. forma, lo que de ellos resta perecerá en las llamas de la
vastar el ambiente ... ". 13 conflagración redentora que "nos" precipitará en dirección
Como diría St~ngers, "nuestros sueños de liberación nos al milenio poscapitalista.
enfrentan unos a otros". En efecto ... No deja de ser curioso
El abrumador privilegio de la democracia-como-proceso debe ser
dejado atrás. La fetichización de la apertura, la horizontalidad y
la inclusión de gran parte de la izquierda "radical" contemporá-
11. Nick Srnicek, Alex Williams y Armen Avanessian, "#Accelerationism: nea sientan las bases de la ineficacia. El secretismo, la verticali-
remembering the future", op. cit. Contra las improvisadas soluciones del
pensador salvaje, que opera con lo que tiene a mano, resignificando incan-. dad y la exclusión también tienen su lugar (aunque, claro, no de
14
sable el mundo dentro de los límites -a partir de los límites- del mundo naturaleza exclusiva). en la acción política efectiva.
realmente existente, el ingeniero político aceleracionista (que a duras penas
dudará frente a las extravagantes promesas de la geoingeniería propiamente
dicha) pretende así crear el mundo ideal por medio del poder racional del
concepto. Resulta claro, por lo tanto, lo que está en juego en la confronta- 14. Alex Williams y Nick Srnicek, "Manifiesto por una política aceleracionis-
ción (ver Claude Lévi-Strauss, El pensamiento salvaje, México, FCE, 1964). ta", op. cit., pp. 43-44. La admisión inconveniente del carácter "fetichista"
12. Nótese que no estamos preguntando si esas cosas van a suceder, por- de las libertades democráticas sugiere que su suspensión es vista como con-
que ya están sucediendo. Solo preguntamos cuándo se volverán tan evi- dición para una "acción política" que permitirá al Hamo sapiens expandirse
dentes que los manifiestos futurológicos del futuro tengan que volverse "más allá de los límites del planeta y de nuestras formas corporales inme-
un poco más -cómo decirlo ... - atentos a su presente. diatas" (¡sic!; íbid., p. 47). La impresión que se tiene es que los autores
13. Nick Srnicek, Alex Williams y Armen Avanessian, "#Accelerationism: ocultan mal su terror metafisico frente a la situación terrestre y mortal de
remembering the future", op. cit.; el subrayado es nuestro. la especie bajo una capa de optimismo autoritario, casi histérico.
El MUNDO EN SUSPENSO
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N
o Con esta política vanguardista medio illuminati de Los aceleracionistas, en fin, pretenden que una con-
w "exclusión no exclusiva", los autores de los manifiestos ciliación con el capitalismo lleve a trascenderlo, quieren
S
1< aceleracionistas no solo guardan silencio acerca de todos ser, por así decir, más astutos que él, de modo de po-
I aquellos numerosos colectivos-sujeto que permanecen der escapar a su poder propiamente espiritual de captura
1 otros, aquellos pueblos para los cuales la subsunción real (hechizo, vampirismo, zornbificación). 16 El problema, si
universal todavía no se transformó en una sumisión moral seguirnos la argumentación de Stengers, es que no tiene
V incondicional, sino que demuestran también un olvido, sentido conciliarse con el capitalismo, solo luchar contra
I
V a fin de cuentas completamente humanista, de las innu- él. Al contrario, contra Gaia -un agenciarniento material
E merables entidades, linajes y sociedades no humanas que indiferente antes que un poder espiritual maligno- no tie-
I constituyen el planeta. ¿Acaso habr~a animales acelera- ne ningún sentido luchar, sino solo, aquí sí, conciliarse,
R
cionistas, fuera de aquellos que esperan su hora en los porque su trascendencia intrusiva, de ahora en adelante,
o
S mataderos y en las fábricas de extracción de leche o de ha tornado ridículas las versiones épicas o heroicas de la
huevos? No lo creernos. A la inversa, constatamos la abun- historia humana, obligándonos a pensar esta situación inédita
dante existencia, en este vasto mundo, de máquinas fo lk en la modernidad que es la ausencia de elección:
lentas pero muy eficaces, que funcionan de manera com-
pletamente "local" (incluso la famosa máquina universal Y tal vez la primera prueba de fuego sea el abandono sin nostal-
de Alan Turing y John Van Neurnann necesita "realizarse" gia de la herencia de un siglo XIX fascinado por el progreso de
00
o
N materialmente, por lo tanto localmente, para funcionar). las ciencias y las técnicas, con la ruptura, del lazo establecido en
Que ellas no son ni de lejos suficientes para sustentar los aquella época entre emancipación y aquello que llamaré versión
procesos sociotécnicos corrientes; de eso no tenernos la "épica" del materialismo, una versión_que tiende a substituir
menor duda. La cuestión es saber si ellas son, por im- la fábula del hombre "creado para dominar la naturaleza" por la
perativos de otro orden -aquellos, precisamente, que se epopeya de una conquista de esa misma naturaleza por medio
encuentran reunidos bajo el nombre de Gaia-, cada vez del trabajo humano. Definición conceptual seductora, pero que
más viables, cada vez más indispensables, y si no· se en- implica una apuesta por una naturaleza "estable", disponible
cuentran cada vez más adelante que atrás nuestro. 15 para esa conqms . t a. 17

La aspiración siempre legítima (¿cómo no?) a la "eman-


15. Para una crítica bien argumentada de la idea tan repetida de que un cipación" debe ser radicalmente desvinculada del machis-
refinamiento cada vez más grande de la tecnología "de punta" (la "alta mo antropológico implícito en la idea de una conquista
tecnología") vendría a sacarnos de la crisis, ver Philippe Bihouix, L'iige des
low tech. Vers une civilisation techniquement soútenable, París, Seuil, 2014.
épica de la naturaleza, así corno de los sentidos que el
El autor propone, en cambio, la tesis "iconoclasta" de que necesitamos con siglo XIX atribuyó a la noción de "progreso", sentidos que
urgencia orientarnos "hacia una sociedad [ ... ] basada en bajas tecnologías,
sin duda más rígidas y básicas, tal vez un poco menos eficientes, pero níti-
damente más económicas en recursos y controlables localmente" (ibíd., p.
10). Esto no deja de recordarnos a la frase de Oswald de Andrade, respecto 16. Ver Isabelle Stengers y Philippe Pignarre, La brujería capitalista, Bue-
de que la antropofagia es el "único sistema capaz de resistir cuando se acabe nos Aires, Hekht, 2018.
en el mundo la tinta de escribir". 17. Isabelle Stengers, En tiempos de catástrofes, op. cit.
D El MUNDO EN SUSPENSO

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o los aceleracionistas, como nostálgicos incorregibles, quieren tecno-angelical. Cabe preguntar entonces, quién es el que
w preservar. Al pensar el mundo como trascendentalmente anda fumando opio en estos últimos tiempos. .
S
J( heterogéneó al hombre, los modernos lo .pensaron empíri- Por último, pasemos brevemente sobre la cuestión de la
I camente como "gratuito", como cosa infinitamente apro- urgencia, o en otras palabras, de la rapidez que se impone
1 piable e inagotable. El costo material de la libertad no se a la acción en el presente, en,vista de lo ya acontecido en
les pasó por la cabeza; tal vez pensasen que bastaba con el pasado. Vimos que Stengers dudaba justamente frente a
V
cortar las de algunos capitalistas ... Como observó Chakra- las consecuencias (el por lo tanto ... ) que se deben sacar del
I
V barty, mientras tanto, en "The Climate of History", hecho de que Gaia es una amenaza urgente y global. El sen-
E tido de urgencia se deja convertir con facilidad, piensa ella,
I Ninguna discusión sobre la libertad, desde el período de las Lu- en una macropolítica de unificación prematura y autorita-
R
o ces hasta el presente, tuvo en cuenta la capacidad de agencia ria del mundo y del anthropos. La posibilidad que la autora
S geológica que los seres humanos estaban adquiriendo al mismo teme es que las ciencias, en particular, sean movilizadas
tiempo que iban conquistando su libertad, ni tampoco el hecho una vez más para legitimar una especie de "ecología de
de que los dos procesos estaban íntimamente ligados. Los filó- guerra", un estado de excepción decretado por alguna ins-
sofos de la libertad se preocupaban ante todo -y de forma muy tancia supranacional, por supuesto bajo el control del esta-
comprensible- por la cuestión de cómo los humanos podrían es- blishment geopolítico, que venga a acoplar de modo todavía
capar de la injusticia, la opresión, la desigualdad o incluso de la más firme la investigación científica contemporánea a la
o
,...., ,....,
,....,
N uniformidad que otros humanos o_ sistemas de factura humana máquina devoradora de energía que mueve a la economía N

les imponían. [ ... ] El período que tengo en mente, de 17SO al planetaria; más allá o por detrás, dicho sea de paso, de los
presente, fue también el período en el que los seres humanos ~ueños de la universalización liberadora que sería promo-
pasaron del uso de· la leña y otros combustibles renovables al uso vida por el advenimiento de una "economía inmaterial".
en gran escala de combustibles fósiles (primero el carbón, luego Apelar a la urgencia podría sencillamente venir a enmas-
el petróleo y el gas). La mansión de las libertades modernas se carar un prodigioso florecimiento del evangelio satánico
asienta sobre un consumo permanentemente creciente de com- del "desarrollo" (ahora verde, sustentable, de alta inver-
bustibles fósiles. La mayoría de nuestras libertades, hasta ahora, sión de capital cognitivo y material, claro está), 18 con el
dependió del uso intensivo de energía.

He aquí por qué el nombre de Gaia es una provoca- 18. La utilización creciente de las "energías renovables" o no contaminan-
ción antimodernista, una forma de poner al desnudo la tes (energía eólica, solar, mareas, y aquellas fuentes mucho más contro-
vertidas como la hidroelectricidad obtenida por el represamiento de cuen-
posición "cuasi negacionista" (como dice Stengers) de los
cas fluviales enteras -con deforestación en gran escala y desplazamiento
portavoces de la "aceleración por izquierda"; o sea, de de poblaciones-, la conversión de tierras agrícolas para la producción de
esa posición que Badiou calificaba curiosamente de "afir- biocombustibles y, desde ya, la energía nuclear) se revela, infeliz pero pre-
macionista", que teme que la intrusión de Gaia pertur- · '· visiblemente, más como un suplemento que como un sustituto para el uso
de combustibles fósiles de efecto invernadero. El fraccionamiento hidráu-
be el sueño de la perfecta libertad, la libertad resultante
lico y la perforació~ en aguas profundas (en breve en el Ártico) marchan
del dominio prometeico capaz de llevarnos a un estado · a toda velocidad y se expanden por todas partes, al mismo tiempo que se
antológicamente desencarnado, a una transfiguración construyen ambiciosos dispositivos de captación de energía solar o eólica.
D El MUNDO EN SUSPENSO

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O· mercado apoyado por los decretos y los ejércitos de un Esta- y por lo tanto "responde a un problema que es nuestro, a
w do mundial, por medio de la imposición de un silenciarnien- las consecuencias atroces que la realización de Gaia podría
S
1< to político todavía más absoluto a todos aquellos--pueblos, suscitar, en caso de que tal respuesta se produzca bajo el
I personas, países- que sufrirán las "consecuencias infelices modo de la urgencia". 19
1 pero necesarias" de ·las decisiones tornadas en nombre de Reconozcamos que, de cualquier forma, los humanos
la urgencia. Stengers advierte: ''Es evidentemente legítimo (en el sentido de La tour) ya perdieron la guerra; su mun-
V experimentar el sentimiento de urgencia, pero lo peligroso do ya acabó. Los terrícolas, en cambio, no pueden perder
I
V es dejar de lado, en nombre de la urgencia, la cuestión de lo la guerra; en los dos sentidos, imperativo y constativo, de
E que sucederá cuando esa urgencia sea finalmente recono- este "no poder". Resta ver cuántos humanos (en el sentido
I cida". Por eso es que insiste tanto -y con justa razón- so- de Linneo) quedarán en el campo terrícola, en las décadas
R por venir.
bre la "desaceleración cosrnopolítica" del proceso político,
o
S que nos parece el correlato o inclusive la condiCión de una
no menos obligatoria (¡y ·urgente!) frenada de la economía
mundial (o para decirlo mejor, de una redistribución radical CREER EN EL MUNDO
de las tasas de "<::recimiento" legítimamente objetivadas -o
no- por las diferentes economías nacionales), de una reo- Un topos que se repite con curiosa frecuencia en los dis-
rientación profunda del modelo de evolución tecnológica cursos sobre la crisis ambiental, tanto entre aquellos que
N M
,-1
N de las "fuerzas pr_odrictivas", y de una apertura dialógica ponderan los caminos para enfrentar la catástrofe que ya ,-1
N

amplia, una conversación literalmente diplomática entre está entre nosotros, como entre quienes creen (los acelera-
los pueblos humanos y no-humanos que observan ansiosos cionistas de izquierda y de derecha) en la inminente pre-
la llegada de las consecuencias implacables de la irrespon- cipitación hacia una nueva fase ontológica, corno también,
sabilidad de los modernos. Ese ralentissement, esa desace- por último, entre los adeptos al business as usual y el drill,
leración cosrnopolítica, dice Stengers, "pertenece al mismo baby, drill, es el de que "la historia no va hacia atrás", que
mundo que inventó la política corno una cuestión exclusi- "no podemos volver a la Edad de Piedra" (o a la Edad Media,
vamente humana" (ya vimos que este no es el caso de mu- al momento adánico, etc.). ¿Por qué tantos, de un lado y
chos otros mundos "humanos" que la antropología reveló), del otro (y del otro ... ) parecen estar de acuerdo al menos
sobre este punto, sobre que "no se puede ir hacia atrás"?
Visto que aquí no se está discutiendo la palpitante cuestión
física del sentido de la "flecha del tiempo", y que es más
Y, aunque sea muy improbable que los proyectos de geoingeniería hoy
concebibles lleguen a funcionar -en el sentido de estabilizar el sistema que obvio que no se puede ir cronológicamente hacia atrás
climático-, y sobre todo que lo hagan sin causar enormes daños colatera- (por lo menos según la vulgata ontológica en vigor, que
les, su mera idea (pues aún se encuentran en estadio de "plan B", por lo no vernos motivo para cuestionar en este contexto), cabe
menos a nivel de los acuerdos internacionales) puede estar contribuyendo
para proporcionar argumentos a favor del mantenimiento del presente
padrón de emisiones de co 2 • Ver Daniel Tanuro, "The specter of geoengi-
neering haunts the París Climate Agreement", Climate and Capitalism, 25 19. Isabelle Stengers, Une autre science est possible!, op. cit., p. 141; el
enero de 2016, disponible en climateandcapitalism.com. subrayado es nuestro.
EL MUNDO EN SUSPENSO
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o preguntar: ¿qué hay de no obvio en esa frase tan repetida; un bricolage magistral, una solución de emergenc~a, un con-
w qué la vuelve tan atrayente, o mejor, qué hace que sea tan cepto-objeto salvaje que expresa una percepción aguda de
S
J( ofensivo cuestionar su pertinencia? la naturaleza esencialmente técnica, tecnológiCa, del gesto
I Tenernos dos cosas para decir sobre esto, para finali- ritual eficaz; la cabaña es, en aquel momento, lo único ca-
1
zar nuestra incursión en las mitologías actúales sobre los paz de transformar el efecto ineludible del choque (el por
fines del mundo y de la humanidad. En primer lugar, que lo tanto ... de Stengers) en un acontecimiento, en el sentido
V la incapacidad para cumplir el duelo de lo que ya está que Deleuze y Guattari otorgan a ese concepto: "la parte en
I
V muerto es terrible; más precisamente, es mortal. Cada día todo lo que se sucede de lo que escapa a su propia actuali-
21
E que pasa vernos confirmada la impresión de· que ya esta- zación". Allí, en aquella cabaña .casi puramente virtual, se
I rnos viviendo, y cada vez más, en un mundo disminuido vuelven indistinguibles el interior y el exterior, y confluyen
R al extremo. Corno dijimos antes, es muy probable que, en el pasado, el presente y el futuro, corno en la máquina del
o
S breve, reducir la escala de nuestras proezas y ambiciones tiempo del libro homónimo de H.G. Wells (otro gran mito
no será solo una opción. sobre los hombres sin mundo del futuro). Mejor aun, en la
En segundo lugar, eso no significa que estemos aquí cabaña, lo que pasa es una operación de desaceleración que
simplemente para constatar que el mundo ya acabó, está permite extraer la dimensión paradójica del tiempo, suscitar
acabando o vaya a acabar. Existen muchos mundos en el un cambio en el orden del sentido, "tal corno el tiempo se
mundo. 20 Decíamos hace poco que tenernos mucho que interrumpe para reanudar en otro plano". 22 Tiempo muerto,
Ln
aprender de esos pueblos menores que resisten en un mun- corno el de El caballo de Turfn, donde nada pasa, pero por ,--!
N

do empobrecido, en un mundo que ya ni siquiera es el suyo. donde pasa la carreta de los gitanos, en un plano comple-
Recordemos una vez más, la fragilidad y transparencia de tamente otro (Crisipo: "dices un carro, luego un carro pasa
la cabañita de la Aunt Steelbreaker en Melancolía, de Lars por tu boca"), 23 el plano del acontecimiento y del devenir.
.,'
von Trier. Tal vez nada parezca más inútil y patético que Así corno ya tuvimos un día horror a lo vacuo, hoy
ese abrigo puramente formal, ese precario esbozo de tipi sentirnos repugnancia al pensar en la desaceleración, en
indígena, y el pequeño ritual que se desarrolla allí duran- el regreso, en el retroceso, 24 en la limitación, el frenado, el
te algunos segundos. Sin embargo, eso que transcurre allí, decrecimiento, el descenso ... en la suficiencia. Cualquier
mucho más que un "mero" ritual inútil y desesperado, es cosa que recuerde alguno de esos movimientos en busca de
una suficiencia intensiva de mundo (más que en un ade-
lantamiento épico de "límites" en busca de un hipermundo)
20. "Advirtiendo contra la tentación de tratar este mundo de cohabita-
ción como una simple unidad o una pérdida de diferencia, Derrida insiste
que realmente no se puede afirmar 'que el mundo es una sola y misma 21. Gilles Deleuze y Féliz Guattari, ¿Qué es lafilosofía?, op. cit., p. 157.
cosa' para dos seres humanos, menos aún para animales y humanos. [ ... ] 22. Fran¡;;ois Zourabichvili, El vocabulario de Deleuze, Buenos Aires, Atuel,
Dentro del mundo de cohabitación, dirá Derrida, existe siempre más de 2007, p. 22.
un mundo"; Sean Gastan, The Concept of World from Kant to Derrida, op. 23. Gilles Deleuze, Lógica del sentido, Bimelona, Paidós, 2005, p. 35.
cit., p. 132. La frase de Derrida citada por Gastan se encuentra en Jacques 24. Sobre un retroceso asaz real, ver Brad Plumer, "Should we try to fight
Derrida, La bestia y el soberano. Volumen II (2002-2003), Buenos Aires, rising sea levels - or retreat from the coasts?", Vox, 22 de mayo de 2014,
Manantial, 2011, p. 323. disponible en vox.com.
D . EL MUNDO EN SUSPENSO
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o es rápidamente acusada de localismo ingenuo, primitivis- criminales- de los grandes propietarios rurales -y de sus
w mo, irracionalismo, mala conciencia, sentimiento de culpa
S socios, y sus clientes, y sus patrones- contra los indios y
1< o incluso, sin tapujos, de inclinación fadstoide. 25 Para casi demás pueblos tradicionales del país.
I todas las formas asumidas por el pensamiento hoy domi- . Así se da, pues, que solo es posible (y deseable) para
1 nante entre ~'nosotros", solo una dirección es pensable un individuo o comunidad dejar de ser indio; es imposible
y deseable: la que lleva de lo ~'negativo" a lo ~'positivo", (y repulsivo) volver a ser indio: ¿cómo alguien puede desear
V del menos al más, de la posesión de poco a la propiedad
I
el atraso como futuro? Bien, tal vez el escándalo tenga su
V de mucho, de la ~'técnica de subsistencia" a la ~'tecnología razón de ser; quizás sea imposible volver históricamente a
E de punta", del nómade paleolítico al ciudadano cosmopolita ser indio, pero es perfectamente posible y, más que eso,
I moderno, del indio salvaje al trabajador civilizado. 26 Así, está efectivamente dándose, un devenir indio, tanto local
R
en todas las ocasiones en que comunidades campesinas como global, particular como general, un incesante redeve-
o
S ~'en vías de modernización" han deCidido volver a ser in- nir indio que va tomando por asalto a importantes secto-
dígenas, demostrando frerite a la justicia su continuidad res de la ~'población" brasileña de un modo completamente
histórica con pueblos nativos oficialmente extintos como inesperado. Este es uno de los acontecimientos políticos
tantas poblaciones rurales lo vienen haciendo en Brasil más importantes del que se tenga noticia en Brasil hoy, y
desde la promulgación de la Constitución de 1998 -la cual que va contaminando lentamente a muchos otros pueblos
dio derechos colectivos de posesión de la tierra a los indios brasileños más allá de los pueblos indígenas. Brasil es una
y desce1:1.dientes de esclavos implantados en el campo-, la gigantesca Aldea Maracaná; aquí todo el mundo es indio,
escandalizada y furibunda reacción de las clases dominan- excepto quien no lo es. Y todos sabemos bien quiénes son
tes ha sido un espectáculo imperdible. Lamentable:r_nen- los que no lo son, y dónde están. 27
te, no se puede considerar gracioso por mucho tiempo a Es en este sentido, finalmente, que los indios, el~'pue­
quien continúa con el látigo en la mano; la furia, sumada blo de la Pachamama" para hablar en el modo gentilmente
a la codicia, de los que necesitan de la inexistencia de la irónico de Latour, aunque no son los únicos terrícolas, sin
alteridad, se viene traduciendo en una concertada ofen- duda tienen pleno derecho de compartir tal título. Los
siva -por vías legales e ilegales, tanto legislativas como

27. La izquierda tradicional, hasta hace poco aliada de las "élites" que nos
25. La genial lección de Winnicott sobre la gaod enough mother; la madre gobiernan, solo logra ver (siempre solo logró" ver) en el indio un tipo de
lo suficientemente buena para criar un hijo normal (si fuese "demasiado "pobre", un futuro miembro de la clase trabajadora destinada a la emanci-
buena" el hijo no sería suficientemente normal), parece no haber llegado pación. Es tiempo de imaginar al "pobre" desde la posición estructural del
a los oídos de aquellos a quienes inquieta en qué tipo de mundo nosotros indio -después de todo, la matriz étnica y vastas porciones del inconsciente
queremos, y podremos, vivir. Para la idea de una "suficiencia intensiva", cultural de la población pobre de Brasil son de origen predominantemente
ver Eduardo Viveiros de Castro, "Desenvolvimento econ6mico e reenvolvi- indígena y africano-, esto es, como alguien a quien no se trata de liberar, de
mento cosmopolitico: da necessidade extensiva a suficiencia intensiva", mejorar, de transformar en una versión "menos pobre" de nosotros mismos,
op. cit., y también Anne Ryan, Enough Is Plenty. Public and Private Poli- y a la vez acompañar y testimoniar su transformación autodeterminada en
des jor the 21st Century, Winchester, Zero Books, 2009. otra cosa que nosotros mismos, en otro pueblo; el pueblo, finalmente, que
26. Déborah Danowski, "Karacrrpo<pr'¡, o fim e o comec;o", coloquio terra- Darcy Ribeiro tan bellamente soñó como "el pueblo brasileño", pueblo por
terra, Río de Janeiro, 2012. venir, si es que jamás hubo uno que lo fuese y adviniese.
D EL MUNDO EN SUSPENSO

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o pueblos autóctonos del continente americano -los colec- Hablar del fin del mundo es hablar de la necesidad de
w tivos humanos y no-humanos cuya historia se remonta a imaginar, antes que un nuevo mundo en el lugar de este
S
1< milenios antes del choque ·con el planeta Mercancía- son mundo presente nuestro, un nuevo ·pueblo; el pueblo que
I solo una pequeña parte de la resistencia terrícola contem- falta. Un pueblo que crea en el mundo que deberá crear
1 poránea, ese amplio movimiento clandestino que recién con lo que le dejamos de mundo. Y concluyamos con Gilles
comienza a hacerse visible en el planeta invadido· por los Deleuze, ese sobrino uterino de Oswald de Andrade:
V
modernos: en África, en Oceanía, en Mongolia, en los ca-
I
V llejones, los sótanos y los terrenos baldíos de la fortaleza L.o que más falta nos hace es creer en el mundo, así como susci-
E Europa. En verdad, no están en posición de liderar ningún tar acontecimientos, aunque sean mínimos, que escapen al con-
I combate final, ninguna Armagedón cosmopolítica; y sería trol, hacer nacer nuevos espacio-tiempos, aunque su superficie
R
o ridículo imaginarlos como la semilla de una nueva mayo- o su volumen sean reducidos. Esto es lo que usted llama píelas.
S ría. No esperemos sobre todo que ellos, si pudiesen, co- La capacidad de resistencia o, al contrario, la sumisión a un
rran a salvarnos -a redimirnos o justificarnos-, a nosotros control, se deciden en el curso de cada tentativa. Necesitamos al
los "humanos" que hace cinco siglos que los perseguimos .
mismo . ' y pue bl o. 30
t•1empo creac10n

implacables. Cansados de una larga historia de pérfidas y


sucesivas traiciones, tal vez no se dispongan a "negociar"
ninguna paz cosmopolítica, y nos manden merecidamente
,....,
C()

N al diablo. De cualquier modo, más allá del hecho de que


ellos continúan siendo un componente crucial de. la me-
gacultura popular de las tres Américas, y por tanto capa-
ces de originar poderosas e inesperadas líneas de fuga de
impacto mundial, una cosa es cierta: los colectivos ame- 'nosotros"'; Isabelle Stengers, Une autre science est possible!, op. cit., p.
rindios, con sus poblaciones comparativamente modes- 180, el subrayado es nuestro. Ver también Marilyn Strathern, Property,
tas, sus tecnologías relativamente simples pero abiertas Substance and Effect. Anthropological Essays on Persons and Things, Lon-
a agenciamientos sincréticos de alta intensidad, son una dres, Athione Press, 1999, p. 246: "Bajo ciertos aspectos, las sociedades
melanesias 'tradicionales' se sitúan mucho más cómodamente en algunas
"figuración del futuro" / 8 no una sobrevivencia del pasa- de las visiones que se han vuelto posibles por los desarrollos socioeco-
do. En verdad, como maestros del bricolage tecnoprimiti- nómicos ocurridos en Europa desde los años ochenta, que en los mundos
vista y de la metamorfosis político-metafísica, ellos son del comienzo y mediados del siglo XX". Pero ver, sobre todo, la poderosa
una de las posibles chances de subsistencia del futuro. 29 reflexión que se va construyendo sobre el concepto político-metafísico de
Antropofagia (y sobre uno de sus componentes, la antropológicamente
subversiva ciencia de la "Errática") que le debemos a Oswald de Andrade,
el nombre filosófico más importante del modernismo brasileño, por parte
28. Stine Knzlijer, "Figurations of the Future: on the form and temporality de Alexandre Nodari y otros pensadores latinoamericanos contemporá-
'1
of protests among left radical activists in Europe", Social Analysis, vol. 54, neos, reflexión sobre la cual, por desgracia, no nos podemos extender
n° 3, 2010, pp. 139-152. aquí, pero que nos parece indispensable para que el sentido del presente
29. "Nosotros debemos darle al presente el poder de resistir al pasado. ensayo pueda, literalmente, extenderse.
Esto significa también revitalizar el pasado, darle el poder de escapar 30. Gilles Deleuze, Futur antérieur, no 1, primavera de 1990, entrevista
de su clasificación como piute de la historia progresiva que lo lleva a con Toni Negri, en Conversaciones, Valencia, Pre-Textos, 1995.
fU\UROS PRÓXlMOS

la corriente de eventos que conforman nuestra vida cotidiana


adquirió en el último tiempo un nuevo y exótico tono. Cada vez
con más frecuencia nos. sorprendemos desenvolviéndonos en es-
cenarios cuyas características parecen pertenecer más al mundo
de La ciencia ficción que a Lo que habitualmente interpretamos
como realidad, y cuyas claves de comprensión parecieran venir a
nosotros desde La proximidad de un futuro inminente antes que
del pasado. EL modo en que el.trabajo y el consumo abandona-
ron su Lugar y tiempo tradicionales para colonizar la totalidad
de nuestras vidas, incluyendo aquellos momentos más íntimos y
solitarios; el hecho de que la abrumadora mayoría de las preguntas
que te hacemos al mundo tienda a resolverse en la superficie de
contacto entre la yema de nuestros dedos y el teclado de nues-
tras computadoras; La inquietante mutación de la subjetividad en
un perfil que cotidianamente rediseñamos y compartimos con Los
demás, y tantas otras manifestaciones del presente, nos invitan a
reconsiderar Las categorías con las que tradicionalmente pensamos
a la sociedad, la política y el arte, y a crear nuevos conceptos allí
donde aquellas hayan entrado en una suerte de desfasaje teórico
respecto de los fenómenos que intentamos comprender.
EL propósito de nuestra colección de nuevos ensayos, Futuros
Próximos, es promover una escritura experienciat y cargada de afec-
to que extraiga sus formas de la íntima proximidad que mantiene
con su objeto. Un tipo de crítica cultural expandida, de cualidad
elástica, con flexibilidad para recibir materiales de fuentes diver-
sas como La teoría política y la música pop, la filosofía y la cultura
digital, el pensamiento sobre La técnica y Las artes visuales, con
el objetivo de elaborar un repertorio de recursos criticas que nos
ayude a leer Las transformaciones del mundo que nos rodea. Y, por
sobre todas las cosas, a sobrevivir en él.

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