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Estímulos de aprendizaje

Estímulo incondicionado
Este tipo de estímulos son incondicionados por el hecho de que son natos, es decir
no deben ser aprendidos para su correcta reacción. Muchos de estos estímulos se
ven cuando nace un niño, por ejemplo, el estímulo que lo lleva a llorar ni bien sale
de la panza es incondicionado.
Recibe el nombre de estímulo incondicionado todo aquel estímulo o elemento que
posea la capacidad de generar una respuesta autónoma y de manera regular a una
persona o forma de vida, siendo dicho estímulo algo biológicamente relevante para
este.
Dicho estímulo incondicionado puede ser tanto apetitivo como aversivo, pudiendo
suponer tanto un beneficio como un perjuicio para el sujeto a ser que lo experimenta.
La respuesta que generan en el organismo o ser vivo, por ejemplo la activación de
algunos sistemas corporales o el movimiento reflejo, también reciben el nombre de
incondicionados. Es importante tener en cuenta que estas respuestas se dan a nivel
innato, no siendo producto de la reflexión o la valoración subjetivas de si algo nos
es agradable o desagradable.
Si bien son muchos los estímulos que pueden considerarse incondicionados, lo
cierto es que por lo general están vinculados con procesos básicos para nuestra
supervivencia: el dolor o la respuesta de lucha/huida ante un ataque, la presencia
de alimentos o la presencia de estímulos sexualmente atractivos. Sin embargo hay
que tener en cuenta que el estímulo concreto puede variar enormemente en función
de la especie o incluso de la configuración cerebral.
El estímulo incondicionado, el cual genera una respuesta incondicionada y natural,
no es sólo es importante por sí mismo sino que es además la base (según la
perspectiva conductista) que permite la creación de asociaciones, las cuales son a
su vez la base de la aparición del aprendizaje y la conducta según el conductismo
clásico.
Y es que en el medio existen una gran cantidad de estímulos que no nos generan
una reacción directa, que en principio nos son neutros. Pero que si se asocian
repetida y consistentemente con un estímulo incondicionado pueden asociarse a él
y hacer que generen una respuesta idéntica o semejante a la que genera el estímulo
incondicionado en sí.
Así, la asociación entre estímulos incondicionados y neutros, que pasan a
convertirse en condicionados, son una base de la capacidad de aprendizaje y
adquisición de conductas simples. Este proceso es el que se denomina
condicionamiento (ya que uno, el incondicionado, condiciona al otro) que en lo que
respecta a la simple asociación entre estímulos y respuestas se denomina
condicionamiento clásico.
Estímulo condicionado
Este tipo de estímulo surge del aprendizaje, es decir en un principio la acción de
este externo era inerte, es decir no generaba respuesta alguna. Con el aprendizaje
se relaciona este estímulo con una reacción.
Un estímulo condicionado es todo aquel estímulo interno o externo que en un
principio no provoca ninguna reacción en un organismo. Sin embargo, mediante un
proceso de condicionamiento clásico, se consigue que cree una respuesta. El
estímulo condicionado es la contraparte del estímulo incondicionado.
El estudio de cómo se relacionan ambos elementos es la base del condicionamiento
y la psicología conductista. Fue estudiado por primera vez por el científico Ivan
Pavlov, en su célebre experimento salivación en unos perros haciendo sonar una
campana.
Entender cómo funcionan los estímulos condicionados y cómo crearlos tiene una
gran importancia para gran cantidad de disciplinas. Por ejemplo, este conocimiento
se utiliza en marketing y publicidad, en aprendizaje y en psicología.

Estímulo motivacional
Este tipo se genera a partir de estímulos externos que generan respuestas positivas
en el accionar de la persona o en el cuerpo. Con el estudio y la modificación de los
mismos es que trabaja la psicología conductual o motivacional, en la actualidad
muchas empresas implementan sistemas que generen estímulos motivacionales
(como mayor cantidad de vacaciones o premios por objetivos cumplidos) para lograr
mejorar la productividad del personal.

Estímulos externos
Los estímulos de este tipo generan reacciones y son recibidos del exterior, es decir
involucran objetos, personas o aspectos del exterior que nada tienen con el cuerpo
en sí.
Estímulos internos
Los estímulos de este tipo se generan dentro del cuerpo, por lo general se deben a
las reacciones químicas naturales. Muchos de estos estímulos guían las acciones
de las personas, es así como si el cuerpo emite un estímulo interno donde comunica
al cerebro que está agotado, el individuo sentirá la necesidad de dormir para reponer
el desgaste físico.
¿Qué estímulos pueden alimentar la motivación de un trabajador en las
empresas?
Uno muy importante: el reconocimiento. Por diferentes que seamos las personas, en el
fondo, existen necesidades de estima que todos tenemos.
Ser parte de un equipo también es un estímulo que alimenta tu motivación. Pero un equipo
lo es simplemente cuando existe un espíritu colectivo fuerte detrás.
El horario de trabajo es otro estímulo para los trabajadores que agradecen la flexibilidad
para poder conciliar mejor trabajo y familia.
El sueldo es otra forma de reconocimiento para un trabajador, pero no es la única.
La seguridad laboral también es una fuente de motivación, sin embargo, esta seguridad
cada vez es más difícil de alcanzar ante la destrucción constante de puestos de trabajo.
Para finalizar, en otras ocasiones, como refleja la Inteligencia Emocional, la fuente de
motivación parte de uno mismo.

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