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¿Alguna vez te ha pasado que tienes que hacer varias cosas, y se te olvida algo?
Por ejemplo te vas de viaje y se te olvida meter en la maleta el pijama o el cepillo de dientes. O llegas al
gimnasio y se te ha olvidado la toalla.
Hay muchas tareas comunes del día a día, y otras no tan comunes, que están compuestas de varios
elementos y es relativamente fácil que se nos olvide alguno de ellos.
Para prevenir este tipo de despistes podemos utilizar una herramienta específica: la Checklist.
CONCEPTO:
Una lista de verificación, en inglés: checklist, es una herramienta que se utiliza en diversos ámbitos de la gestión
de las organizaciones para extraer una serie de propiedades de aquello que se somete a estudio.
Se entiende por lista de chequeo (cheks-list) a un listado de preguntas, en forma de cuestionario que sirve para
verificar el grado de cumplimiento de determinas reglas establecidas a priori con un fin determinado.
En otras palabras, se entiende por lista de chequeo (check-list) un listado de preguntas, en forma de cuestionario que
sirve para verificar el grado de cumplimiento de determinadas reglas o actividades establecidas con un fin determinado.
Una Checklist es una lista de tareas predefinida. ¿Cómo? Sí, es una lista de tareas que contiene una serie de
pasos a realizar, y es predefinida porque la lista de tareas no cambia, se mantiene fija cada vez que usamos la
checklist.
La lista de verificación es una de las formas más objetivas de valorar el estado de aquello que se somete a
control. El carácter cerrado de las respuestas proporciona esta objetividad, pero también elimina información que
puede ser útil porque no recoge todos los matices, detalles, y singularidades.
El checklist se pueden utilizar en cualquier área del sistema de gestión, por ejemplo: para evaluar a los
proveedores, para realizar controles del producto, para verificar los productos comprados, o para evaluar la
competencia del personal.
Un checklist se puede utilizar con finalidades de evaluación, de control, de análisis, y cómo no, de verificación.
Del resultado de un checklist se puede deducir el valor de un indicador, o lo podemos utilizar para comparar
entre varias opciones, o establecer una foto fija de la situación actual.
ELABORACIÓN.
Mancera (2008) por su parte, considera que para elaborar una lista de chequeo se debe tener en cuenta:
Paso 1: Definir quien la elaborará y para que se quiere hacer la lista. Determinar claramente el objetivo, es decir que se
busca con la lista. Recomienda tener entre 10 ó 12 items a controlar.
Paso 2: Observar el proceso, actividad, equipo o proyecto a evaluar para convertirlo en los ítems a verificar.
Paso 3: Analizar toda la información e ir haciendo un listado, describiendo los items que conformarán la lista de chequeo.
Paso 4: Filtrar la lista por donde aparecen los items descritos, es decir, anular aquellas que se han repetido o unir en
una, varias que no se requiere que aparezcan individualmente.
La lista debe tener un encabezado con: Nombre de la empresa. Proyecto, trabajo, actividad a controlar, evaluar o
verificar. Fecha. Responsable. Contenido: Definir los ítems a evaluar, de fácil aplicación.
Paso 6: Realizar una prueba piloto con el formato y el manual de instrucciones.
Paso 7: Retroalimentar el equipo de trabajo sobre toda la información, con el fin de hacer ajustes tanto de forma como de
contenido.
Paso 8: Normalizar el formato a utilizar y aplicarlo de acuerdo con el cronograma que se establezca.
Paso 9: Retroalimentar de manera periódica los avances o retrocesos del asunto que se está controlando.
CONCLUSIÓN
Las checklists son unas herramientas útiles con un propósito específico: realizar una serie de pasos sin que se olvide
ninguno de ellos.