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Emilse Figueroa

María Fernanda Pérez Salazar


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¿Es el poder político simplemente un poder organizado para oprimir a otros?

Se utilizó esta frase, para designar la lucha entre ricos y pobres, en realidad, la división de
clases propuesta por él, se desvanece en la realidad social, pues, tanto ricos como pobres,
tienen que habitar en el mismo territorio, compartir dentro del Estado, un destino común y
tener las mismas aspiraciones en diferentes magnitudes, iguales aspiraciones y problemas,
propios de sus actividades particulares, formando siempre, una sola red social. En la realidad,
las únicas clases que existen, claramente definidas, son las del gobernado y la del gobernante.
En nuestro sistema, el gobernado es el pueblo salvadoreño y el gobernante, es la clase
política, revoluciones, que han estallado en los países coloniales y semicoloniales y no en los
altamente industrializados como había previsto Marx-, tienen por característica principal, que
se han realizado en países de baja concentración obrera y no han sido hasta el momento
conducidas únicamente por el proletariado industrial. Está demostrado que dichas
revoluciones han sido dirigidas por vanguardias políticas con alto apoyo del campesinado y
otras capas del pueblo, pero lo relevante, es que esas vanguardias, han dirigido la revolución,
con una ideología y una concepción proletaria, en cuanto a los objetivos estratégicos de la
revolución.

La utilización del Gobierno para el beneficio de una clase política, ya ha sido explicada
repetidamente, mediante el concepto de cleptocracia , que es el Gobierno que corrompe a la
sociedad, para lograr un beneficio, a diferencia de la corrupción común, la cual se da, cuando
el individuo, corrompe las estructuras de Gobierno, en el sistema cleptocrático, los partidos
políticos, coaligados en defensa de sus intereses, corrompen todo aquello que se les opone,
comenzando por el ordenamiento jurídico, pues éste es, el que en nuestro sistema, establece
el sistema de contralorías necesarias, para el buen desempeño del Estado.

En segundo lugar, pero no menos importante, son los círculos de discusión política que se
han creado como consecuencia de esta crisis política, sin signo partidario, sino teniendo como
referente, únicamente, La Constitución Política y, el deseo ciudadano, de crear un mejor
país, Estos círculos que continúan formándose y, que fueron el ente gestor de la marcha de
azul y blanco del doce de agosto del corriente año, giran en derredor de un principio básico
de la democracia, todos estamos interesados en opinar sobre la política nacional, el ciudadano
quiere ser escuchado, debatir sobre lo que piensa y, no ser llamado para escuchar únicamente
y, pedirle formar parte de una estructura partidaria, en momentos de elección; y, ser
convocados a escuchar las palabras de los candidatos para conocer sus plataformas, pero sin
posibilidad alguna, de influir en estas.

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