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Obra sobre la colaboración (4 personajes)

Título: “Distinta educación, distinto resultado”


Autora: Clara Pérez

4 Personajes:

1. Madre: Consentidora y con un favoritismo marcado por su hijo menor.


2. Padre: Mediador entre las disputas de la familia.
3. Juan José: Hijo menor que se aprovecha de toda la familia.
4. Enrique: Hijo mayor quien carga con las consecuencias del favoritismo de su
madre.

ACTO I

Ambientación: Salón de la casa, donde se encuentra un sofá al lado en el piso se


encuentra varios vasos, tazas y platos sucios apilados.

Introducción: Juan José está recostado en el sofá, al lado de todos los utensilios
sucios mientras come despreocupado.

Enrique (entrando al salón): Juan José otra vez comiendo en el sofá y dejando
todo tirado, levanta todo eso y llévalo a la cocina que mamá y papá están por llegar.

Juan José (burlándose de su hermano): ¿Yo? Si te molesta recoge todo, yo no me


pienso mover de aquí, y apúrate que si mamá llega y consigue todo este desorden
tendrás problemas.

Enrique (molesto): ¿y yo por qué? El desorden es tuyo.

Juan José (sin dejar de burlarse): Tú sabes que a ella no le importa, si el


desorden está, tu siempre eres el responsable, voy a mi cuarto, apúrate con eso que
ya falta muy poco para que lleguen.

Juan José sale del salón y Enrique se queda mirando el desorden, decidiendo salir a
la cocina sin recoger nada, en ese momento entran los padres.
Mamá (alegre hablando en voz alta para que sus hijos la escuchen): ¡Chicos, ya
llegamos!

Papá (caminando lento con las manos en los bolsillos): no están aquí al parecer

Mamá (impresionada): ¡Enrique! Dios mío pero ¿Qué es esto? ¿Qué es todo este
desorden ¡Enrique!

Enrique (entrando al salón): ¿Qué pasa mamá?

Mamá (Irritable y sin dejar de hablar en un tono alto): ¿Quieres explicarme que
es todo esto?

Enrique (despreocupado): No sé, pregúntale a Juan José, cuando llegué todo esto
estaba así

Mamá (aun histérica): ¿Vas a culpar a Juan José? Si lo dejó ahí es porque no tuvo
tiempo de recogerlo ¿no podías hacerlo tú?

Papá (intrigado): ¿Él? Si Juan José hizo el desorden él debe recogerlo.

Mamá (molesta y mirando al padre): No justifiques la falta de colaboración de


Enrique, si el niño no pudo recogerlo, su hermano debe ayudarlo, para eso son
hermanos ¿no?

Enrique (sintiéndose impotente): Lo siento mamá, pero esta vez no voy a


complacerte, siempre es lo mismo, justificas las cosas que hace Juan José y termino
pagando las consecuencias, no voy a recoger nada, me voy a mi cuarto y tú llámalo
y pídele que recoja todo.

Enrique sale del salón y la madre sorprendida comienza a hablar sola pero
tratando de martirizar al padre.

Mamá: No es posible que Enrique sea así, siempre lo mismo, peleando porque no
quiere hacer nada, no sé porque no aprende de su hermano, tan lindo mi niño.

Papá (en tono de desaprobación): Estás equivocada, no le das responsabilidades a


Juan José y lo justificas por todo, tenemos un hijo muy seguro, competente y a
Juan José que no sabe hacer nada, lo estás dañando con ese favoritismo.
Mama (molesta): Yo no tengo favoritismo por mis hijos, para mí los dos son
iguales.

ACTO II

Ambientación: Sofá de la casa, ya todo limpio y organizado.

Mamá (entrando al salón mientras se quejaba): ¡Ay, Ay, Ay!

Juan José (Sorprendido y acercándose a su mama para ayudarla): ¿Qué pasa


mamá?

Mamá (caminando doblada y sin dejar de quejarse): Ayúdame hijo, me duele


mucho ¿Dónde está tu padre y tu hermano?

Juan José (ayudando a su madre a sentarse): Ellos salieron de viaje muy


temprano mamá ¿No lo recuerdas? No regresan hasta mañana.

Mamá (recostándose en el sofá): Es cierto, no recordaba, bueno hijo ya veremos


cómo nos arreglamos los dos, prepárame un té a ver si se me pasa este dolor por
favor.

Juan José (comenzando a preocuparse): Mamá yo nunca he hecho un té, vas a


tener que llamar a papá, yo no puedo cuidarte, no me haré cargo de la casa y de ti
hasta que ellos vengan.

Mamá (sintiéndose decepcionada): Juan José, tu padre no puede regresar, tú


tienes que ayudarme hijo.

Juan José (molesto): No mamá, lo siento, aquí los esclavos son papá y Enrique, si
no los vas a llamar arréglatelas como puedas.

Juan José sale del salón y la madre queda sola, hablando en voz alta…- tenían
razón mi esposo y Enrique, no enseñé a Juan José a colaborar, ni a pensar en los
demás y ahora fui víctima de mi propio error.

FIN

OTRA OBRA
Obra sobre conversaciones cibernéticas (2 personajes)

Esta es una obra de teatro para 2 personajes. La misma nos deja una gran reflexion
sobre la importancia de no revelar información a desconocidos en las redes
sociales.

Título: “Amor on line”


Autora: Clara Pérez

2 personajes:

1. Karina: Chica que se enamora a través de una página en internet de manera


prudente.
2. Sofía: Chica imprudente.

ACTO I

Ambientación: Habitación de Karina, sentada frente a su computador.

Introducción: Dos chicas hablan en la habitación de una de ellas sobre su


experiencia en una página de internet donde se inscribieron para conocer chicos,
una de ellas es muy centrada y la otra muy relajada.

Sofía (Entrando a la habitación de Karina): ¡Hola! Ayer te mandé un mensaje


para que fueras a mi casa y no me respondiste.

Karina (concentrada en el monitor de su computador): Hola, disculpa, cuando


me escribiste estaba chateando con Francisco.

Sofía (con una sonrisa pícara en los labios): ¿Y quién es Francisco, no me digas
que ya conociste a alguien en la página?

Karina (Devolviendo la sonrisa y levantando la mirada hacia su amiga): Así es y


es un chico maravilloso, respetuoso, con muy buena conversación, muy agradable,
¡Me encanta!
Sofía (acercándose a su amiga entusiasmada): ¿Y ya lo viste, como es, le
mandaste fotos, te envió alguna?

Karina (riendo de buena gana): Cálmate Sofía, estas sobresaltada, hablas como
un loro, nada de fotos, solo estamos conociéndonos, no puedo mandar información
a alguien que no sé quién es.

Sofía (mirando a su amiga con cara de desaprobación): ¿Pero no dices que te


encanta? ¿Entonces? Yo conocí a un chico lindo, parece un galán de telenovelas, ya
nos intercambiamos fotos, números de teléfono y pronto nos vamos a conocer.

Karina (asombrada): ¡Sofía estás loca! ¿Cómo le das tanta información a alguien
que no sabes si realmente es quien dice ser? No debiste hacer eso amiga.

Sofía (molesta): Ay tu siempre con esa moral tan estricta. Relájate amiga, son
chicos y lo único que va a pasar es una historia de amor muy emocionante

Sofía sale de la habitación de su amiga sin despedirse, y Karina se queda


pensativa pero luego vuelve a distraerse en su computador.

ACTO II

Ambientación: Patio de la casa de Sofía

Karina llega alarmada respondiendo al llamado de su amiga, Sofía se encuentra


sentada en el piso, llorando disimuladamente.

Karina (Asustada por el llanto de su amiga): ¡Sofía! ¿Qué pasa amiga? ¿Por qué
lloras?

Sofía (poniéndose la mano en la boca para indicar a Karina que baje la voz y
hablando en un tono apenas audible): Ay amiga, es horrible, no sabes lo que ha
pasado. El chico que conocí por internet me dijo que quería verme, estuvo
preguntándome sobre mi casa, la ventana de mi cuarto, la entrada al jardín, mi
dirección, y yo pensé que realmente quería conocerme. Le conté todo lo que
preguntó y ayer debía venir en la tarde, nunca llegó, pero anoche entraron por el
jardín y forzaron una ventana, se llevaron cosas de valor de mis padres y yo
sospecho que él tiene que ver con eso. ¿Ahora como se lo cuento a mi mamá y mi
papá?
Karina (boquiabierta): Odio decir esto, pero te lo dije Sofía, y ahora voy a odiar lo
que te voy a decir, pero no puedes callártelo, tienes que decírselo a tus padres,
cuéntale todo.

Sofía (negando con la cabeza): Me van a castigar, no puedo decírselo, nunca más
voy a encender esa computadora, es horrible lo que puede pasar ahí.

Karina (acercándose a su amiga y tomando su mano): No es horrible amiga, si se


toma con precaución y responsabilidad. Yo sigo chateando con el chico que conocí
y todo va bien, no hablamos de cosas personales, cuido mis datos y pasamos el
tiempo muy bien, pueden pasar cosas buenas y malas, todo depende de cómo
manejes tú la información. Ya pasó, espero que hayas aprendido la lección y ahora
levántate del piso que debemos ir a contarle a tus papás, asume la responsabilidad
de lo que hiciste.

Sofía (Levantándose del piso): Tienes razón amiga, merezco el castigo por
imprudente, si aprendí la lección, no debo dar mi información personal a nadie por
internet, ni enviar fotos a desconocidos, vamos a hablar con mis padres.

Karina toma del brazo a Sofía en señal de apoyo y juntas salen de escena
caminando a contar todo a los padres de Sofía.

FIN

OTRA OBRA
Obra corta sobre malos comportamientos (6 personajes)

Esta es una obra para 6 personajes. La misma nos deja una gran enseñanza sobre la
importancia de escuchar a nuestros padres y tomar consciencia de las amistades
que elegimos y como nos comportamos con ellas.

Título: “Problemas de juventud”


Autor: Manuel Martínez
6 personajes:

1. PEPE- 16 años, atrevido, intenta ser más popular y se deja llevar por su mejor amigo El
Kinki.
2. EL KINKI.- 18 años, rebelde y repetidor, se busca la vida y se salta toda norma
establecida es una mala influencia para Pepe.
3. PROFESOR LORENZO.- 38 años, Profesor de Pepe y El Kinki.
4. MADRE DE PEPE.- 45 años, sufre apenada como su la conducta de su hijo no es buena.
5. PADRE DE PEPE.- 47 años, se irrita al ver como su hijo se está haciendo malo por las
malas compañías.
6. AGENTE DE POLICÍA.- 36 años.

ACTO I

(Personajes que intervienen en este acto Pepe, El kinki y el Profesor León)

Pepe y El Kinki esperan en el aparcamiento del colegio. Ambos están apoyados en


un coche viejo.

Pepe: Y que lo digas, el León me tiene harto, ayer tuvo la brillante idea de llamar a
mi casa para decir que llevaba sin ir a su clase dos semanas. Total para qué, si
siempre dice las mismas cosas y siempre me acaba suspendiendo lo haga como lo
haga.

El Kinki: Que tío, te lo dije desde el principio, es gentuza. Yo lo tengo calado


desde el primer día, sólo hay que ver cómo nos mira cuando nos ve en los pasillos,
no puede ni vernos. A mí, desde que un día se la líe en clase me la tiene guardada.
Pero vaya que se va a enterar el tío este.

Pepe: ¿Y eso?, ¿Qué piensas hacerle?

El kinki: ¿Yo?, Nada de nada.

Pepe:¿Entonces?

El kinki: Entonces nada, lo vas a hacer tú

(Dice El Kinki entre risas)

Pepe:¿Yo?, ¿Qué se supone que voy a hacerle?


El Kinki golpea con una mano el coche sobre el que están apoyados los dos. Pepe
mira el coche sorprendido.

Pepe:¿Qué ocurre con el coche?

El kinki: ¿No sabes de quién es?

Pepe: No fastidies, es el coche del León.

El kinki: Bingo.

Pepe: Y ¿qué quieres, que le raye el coche?

El kinki:Mejor.

El Kinki saca una navaja del bolsillo

El kinki: Toma. Para que le quites presión a sus ruedas, que las veo muy
hinchadas.

Pepe:Pero tío, y ¿si nos ve alguien?

El kinki :A esta hora no nos ve nadie. Además, no le tienes tanta rabia al León.
Venga va, hazlo ya.

El kinki le pone la navaja en la mano a Pepe. Este la mira dubitativo. Tras un


momento se agacha y pincha una de las ruedas del coche.

Profesor león:¡Eh!, ¡Alto!, ¿Qué hacéis?

Pepe se asusta, deja caer la navaja al suelo y sale corriendo con El Kinki.

El kinki: Corre Pepe, jaja. Pásate esta noche detrás del híper.

ACTO II

(Personajes que intervienen en este acto Pepe, La Madre y El Padre)


Pepe asustado, entra corriendo en el salón de su casa. Su madre tiene el teléfono
en la mano. Su padre al lado mira furioso a Pepe.

Madre:Acaba de llegar. Sí, Sí y vuelvo a repetirle lo lamentamos mucho. Por


supuesto, nosotros correremos con los gastos de su coche, sí.

El Padre y la Madre miran enfadados a Pepe, que permanece temeroso en la


puerta.

Padre:Estarás contento, ¿no? ¿Sabes quién era? Tu profesor, no te puedes hacer


una idea de la vergüenza tan grande que hemos pasado.

Madre:Se puede saber qué te pasa. ¿Qué te hemos hecho?

Pepe: Nada. No me pasa nada.

Madre: Entonces, ¿qué te ocurre?

Padre:Yo te diré lo que le ocurre, que es tonto. Que tiene malas juntas y hace todo
lo que hacen los demás.

Pepe: Eso no es así.

Padre: Ah, ¿no? Pues desde que te juntas con el niñato ese del Kinki, no haces más
que tonterías.

Pepe: Papá déjalo ya.

Padre: No, no lo dejo, porque si sigues así. Vas a acabar fatal

Pepe: Claro, claro, porque tú lo sabes todo. No hay nada que tú no sepas. Siempre
igual.

Padre: Pues sí, algo más que tú sí que sé. Y si no acabas en la cárcel, acabarás
muerto con esas juntas.

Madre: Por Dios.

Pepe: Estoy harto de que siempre estéis controlándome. Dejadme tranquilo.


Pepe sale corriendo dando un portazo.

Madre: ¡Pepe!, ¡Pepe!, no te vayas hijo.

ACTO III

(Personajes que intervienen en este acto Pepe, El Kinki y el Policía)

Callejón trasero de un hipermercado. El sonido de un disparo rompe el silencio, a


lo lejos se oye una sirena de policía. El Kinki herido en el estómago entra en el
callejón jadeante hasta echarse en el suelo apoyado en la pared.

El kinki: Joder, que mierda.

Pepe entra en el callejón asustado. Se acerca rápidamente a El kinki.

El kinki: Pepe, menos mal que has venido, ayúdame a ponerme de pie.

Pepe: Kinki no te muevas, estás herido, tenemos que llamar a una ambulancia,
pedir ayuda.

El kinki: No, espérate. Si llamas me pillarán.

Pepe: Y qué más da, estás herido, necesitas ayuda.

El kinki: Si la dependienta, me hubiera dado el dinero, sino hubiera llamado a


nadie no habría pasado nada. No tendría que haberla herido.

(El Kinki se queja de la herida, cada vez jadea más)

Pepe: Kinki la policía está cerca deja que hable con ellos para que te ayuden.

El kinki: ¿Ayudarme?, no me hagas reír.

(Cada vez le cuesta más hablar)

Un policía entra en el callejón.


Policía:¡Quietos!, no os mováis.

Pepe: Por favor ayúdenos, él está herido.

El Kinki fallece. El policía se acerca a El Kinki y le toma el pulso.

Policía: Lo siento chico, no tiene pulso.

Pepe:No, no, no puede ser.

Policía: La chica del Híper también ha muerto. Él la había apuñalado en el robo.


Acompáñame hijo, llamaremos a tus padres.

Pepe se va llorando con el policía.

Fin.

OTRA OBRA
Obra de teatro sobre el trabajo (4 personajes)

Esta es una obra para 4 personajes. La misma nos muestra la historia de 4 personas
que están trabajando en una oficina, se realizan algunas interrogantes e imaginan
lo que pasaría en los supuestos casos.

Título de la obra: “El imaginario de un lunes”


Texto basado en la rutina de cuatro trabajadores de oficina.

Autora: Leslye Rivera Casanoba

4 personajes:

1. ACTOR 1
2. ACTOR 2
3. ACTOR 3
4. ACTOR 4

ESCENARIO: Al centro del escenario se ubican cuatro mesas y cuatro sillas


simulando escritorios de oficina. Una de las sillas debe tener ruedas. Sobre cada
mesa se ubica un computador y una taza de té. Los actores se ubican en cada
escritorio redactando un informe. De vez en cuando cada actor mira la pantalla de
su computador o toma la taza para beber. De fondo se escuchan voces de personas,
teclas y ruidos de oficina.

PRIMERA ESCENA:

ACTOR 1: (Sale de su escritorio y camina hacia el centro del


escenario). ¿Qué pasaría si dejo de hacer lo que suelo hacer? (Pausa) ¿Qué
ocurriría si en este momento guardo silencio y dejo mi cuerpo paralizado? (Mira
hacia los demás actores. Los tres se paralizan al mismo tiempo
mirando fijamente al público) Trataré de hacerlo para ver qué pasa (Vuelve
a su ubicación y se une a los demás. Todos siguen paralizados).

ACTOR 2: (Sale de su escritorio y camina hacia el centro del


escenario). En dos horas, Bárbara, mi compañera de oficina, haría preguntas
sobre lo cotidiano y nadie le respondería. Probablemente, al no escuchar mi voz,
repetiría mi nombre más de dos o tres veces y preguntaría ¿Estás bien? ¿Te pasa
algo? (Pausa) Sí, de seguro lo preguntaría. Después, se acercaría a mi
oficina (Camina hacia los actores) y me vería quieta, sin pestañar. Pensaría tal
vez sobre la aparición de una parálisis corporal a mitad de tarde, la recepción de
una mala noticia o que simplemente enloquecí pensando en las compras de
navidad. Me apoyaría a duras penas en su hombro… ¡mejor que eso! me llevaría en
la misma silla del computador hasta el estacionamiento (Mueve al actor que
está sentado en la silla con ruedas y comienza a moverlo por el
escenario. El actor que va sentado sigue paralizado). Dentro de todo,
resultaría mucho más cómodo para ella. Ahora sí (Lo ubica nuevamente en su
posición) me cargaría a duras penas para entrar al auto y nos dirigiríamos al
centro médico más cercano. Si lo pienso bien, estaría en buenas manos (El actor
vuelve a su escritorio y todos comienzan a teclear nuevamente).

ACTOR 3: (Sale de su escritorio y camina hacia el centro del


escenario). ¿Qué pasaría si de golpe dejo de hacer lo que regularmente
hago? (Los tres actores sentados se paralizan nuevamente mirando
fijamente al público). En media hora, o menos, tomaría conciencia de mi
respiración (Respira profundo tres veces) viviría el momento presente e
identificaría a la perfección mis sensaciones corporales, acción que deberíamos
hacer constantemente según los sabios del yoga y la meditación. (Sigue
caminando) Reflexionaría sobre los motivos de hacer esto, de la vida que llevo,
de mis logros y de lo que deseo alcanzar. Me sentiría una persona relajada, creativa
e innovadora. Diferente a los demás. Tendría mayor agudeza visual. Desarrollaría
mi poder de concentración (Mira fijamente al público) e intentaría cambiar la
música de youtube con el poder de mi mente. Escucharía atentamente los sonidos
del exterior y las conversaciones de personas, amigas o enemigas, que caminan por
la calle. (Pensando) Quizás mi nombre estaría registrado en los records guinness
por mantener la inmovilidad por tanto tiempo (Reflexiona) Suena bastante
interesante… (El actor vuelve a su escritorio y todos comienzan a teclear
nuevamente).

ACTOR 4: (Sale de su escritorio y camina hacia el centro del


escenario). ¿Qué sucedería si dejo de enviar correos electrónicos y permanezco
estático en la silla de mi oficina? (Los tres actores sentados se paralizan
nuevamente mirando fijamente al público). En una hora, mis piernas y
brazos estarían totalmente adormecidos. Intentaría cambiar de posición, pero esa
regla no estaría permitida. Me dolería el cuello, los hombros y la espalda. Tendría
la boca seca y unas ganas enormes de ir al baño. (Comienza a sentir
angustia) Mis ojos comenzarían a arder al no poder pestañar, las lágrimas
comenzarían a caer y me picarían las mejillas al sentir las gotas bajar desde mis
ojos. En definitiva, mi cuerpo estaría a punto de bajar la guardia. Mi mente
divagaría. Pensaría que hago el ridículo, que soy una persona demasiado aburrida,
ociosa y que a nadie se le ocurriría hacer algo así un lunes en la tarde. (Con cierto
alivio) Probablemente pensaría en lo afortunada que soy de tener la oportunidad
de hacer esta proeza sin ser interrumpida. No. Los pensamientos positivos a estas
alturas ya se hubiesen esfumado. (Reflexivo) Pensaría quizás en el costo de un
masaje corporal y en todo lo que haría después de finalizada mi gran estúpida
hazaña… (Pausa) Comería algo dulce sí o sí. (El actor vuelve a su escritorio
y todos comienzan a teclear nuevamente).

ACTOR 1: (Sale de su escritorio y comienza a caminar hacia el centro


del escenario). ¿Qué pasaría si en este segundo me detengo y dejo de hacer mi
trabajo habitual? (Los tres actores sentados se paralizan nuevamente
mirando fijamente al público). Probablemente no me importaría. Lo tomaría
con naturalidad. Después de todo, tendría tiempo suficiente para hacerlo. No tengo
hijos, plantas ni mascotas de que preocuparme. No tengo obligaciones laborales
importantes ni trámites pendientes. No tengo mayores desafíos. Mis padres
mantendrían su rutina diaria y mis hermanas seguirían entusiasmadas por el
reencuentro familiar, los estudios, becas y viajes por planificar. Mis amigos en sus
cosas… En definitiva…

ACTOR 2-3-4: (Al unísono) Todo seguiría igual.

ACTOR 1: (Suspira) Si les confieso algo… realmente me sentiría desilusionado al


pensar que este insólito desafío no fuese conocido por el mundo. Ah!… (Toma la
taza de té) y el té se enfriaría. (El actor vuelve a su escritorio y todos
comienzan a teclear nuevamente. Vuelve el ruido ambiente).

Luces apagadas. Música de fondo. Cierre de Telón.

OTRA OBRA

Obra de teatro sobre el valor de la familia (4 personajes)

Esta es una obra de teatro para 4 personajes. La misma nos deja una gran
enseñanza sobre lo valiosa que es la familia y que debemos disfrutar lo que
tenemos antes de que sea tarde y tengamos que lamentarnos por lo que hemos
perdido.

Título de la obra: “La Gran Alegría de Josué”


Autora: Nathalie Marin

4 Personajes:

1. Josué (anciano abandonado en el asilo)


2. Matilda (Bella joven que aviva el alma de Josué)
3. Martha (hija de Josué)
4. Narrador (voz en off)

Acto I

Narrador: Un anciano de 63 años edad llamado Josué, se encontraba un domingo


por la mañana sentado en el porche del viejo asilo de la ciudad, cuando de pronto
sin razón alguna llega su hija Martha con afán y con denuedo, para hacerle una
ligera pero misteriosa visita.
(Martha estaciona su auto cerca de la casa de Josué)

Josué: Pero, ¿Qué estará haciendo Martha por estos lares en un día entre
semana?.

(Martha se aproxima a Josué)

Martha: Bendición papá, ¿cómo está?, ¿cómo sigue de salud?.

Josué: Bien hija, un tanto deprimido por esta soledad que me inunda.

Martha: Papá, pero si nos tienes a nosotros tus hijos.

Josué: ¡Sí, lo sé!, pero como ustedes me visitan nada más que dos veces al año.

Martha: Papá tú no sabes las ocupaciones que todos tenemos, que si llevar a los
niños a la escuela, preparar el desayuno, almuerzo, cena, más las largas horas en la
oficina, y pare de contar.

Josué: Está bien hija, lo comprendo.

Narrador: Josué se entristece enseguida, y su hija sin prestarle atención alguna,


se despide y se va rápidamente para sumergirse en los afanes cotidianos de la vida.

Acto II

(Josué se levanta de su silla e inmediatamente se dirige a la capilla situada dentro


de aquel asilo)

Josué: ¡Señor!, ¿dime qué puedo hacer para sanar este corazón que se ha
marchitado durante estos largos años?.

Narrador: Mientras Josué realizaba esta plegaría, justo a las afueras de la capilla
estaba una bella joven llamada Matilda, dedicada al servicio de ayuda
desinteresada al prójimo, la cual al ver el llanto imparable del desventurado
anciano, decide caminar presurosamente para consolarle con un fuerte y caluroso
abrazo.

(Matilda mira fijamente a Josué)

Matilda: ¡No temas dice el Señor!. Así que mi estimado, de ahora en adelante
recuerda siempre estas palabras: Detrás de cada situación hay una bella bendición.

Josué: ¡Gracias bella joven!, por tan dulces y reconfortantes palabras.

(Josué inclina su cara y su dorso ante el Cristo en señal de agradecimiento a Dios)

Matilda: ¡Ven!, acompáñame a tomar un sabroso té de limón, es muy bueno para


la digestión ¿sabías?.

(Josué sonríe ante Matilda).

Josué: ¡Que maravilla! no, no lo sabía, y muchas gracias por considerar a este
viejo que hasta los dientes le duelen para hablar (Risas).

(Matilda se ríe muy sutilmente)

Matilda: Tranquilo, si algo he aprendido es que debemos disfrutar cada momento


de la vida.

Josué: ¡Así es jovencita!, y que sabia eres para tan corta edad.

(Matilda conversa durante largo rato con Josué)

Matilda: Y cuéntame Josué, ¿tienes hijos?

Josué: Sí, tres, pero los veo solo dos veces al año.

(Josué coloca rostro de tristeza)


Matilda: ¡No te preocupes!, de seguro pronto vendrán a compartir contigo.

Josué: ¡Dios te oiga bella joven!

Acto III

Narrador: Después de aquella tarde, Matilda se queda pensativa y decide


prepararle una sorpresa a Josué.

(Matilda llama por teléfono a los hijos de Josué)

Matilda: ¡Hola!, ¿hablo con la familia Sánchez Montilla?

Martha: Sí, ¿quién habla?

Matilda: Hablo del centro hospitalario asilo para ancianos “Casa de Jesús”.

Martha: Ajá, dígame, ¿pasó algo?

Matilda: Es que queremos decirle que su padre está pasando por una situación
muy difícil, y requerimos de la presencia de toda la familia.

Martha: ¡Oh por Dios!, ¡vamos para allá!

Narrador: Ante tales palabras, la familia de Josué solo podía pensar que se
trataba de su estado de salud, y deciden comprarle una bellas rosas y contratar
mariachis, a fin de hacer de sus últimos momentos un instante inolvidable.

Acto IV

(Llegada de la familia Sánchez Montilla al asilo)

Matilda: ¡Hola! Bienvenidos.

Martha: ¡Hola! venimos a ver a nuestro padre, nos dijeron que estaba pasando
por una situación difícil, y queremos despedirnos de él.

Matilda: Su padre no está muriendo, pero si está muy mal del corazón.
Martha: ¿Es muy grave?

Matilde: Les explico, el problema de su papá va más allá de lo físico.

(Los tres hijos inmediatamente colocan un gesto de tristeza en su rostro)

Martha: ¡Por favor, llévanos a verlo!

Matilda: Está bien, pero antes debo decirles algo: Su padre no está aquí.

Martha: ¡Que!, pero nos dijiste que estaba vivo.

(La familia Sánchez Montilla coloca cara de asombro)

Matilda: Tranquilos su padre está bien, lleno de mucha salud gracias a Dios, justo
ahora está con la señora Juana en la cocina tomando el cafecito de la tarde.

Martha: Que susto nos diste, pero ¿por qué nos mentiste?

Matilda: A veces nosotros no aprovechamos ni valoramos a quién tenemos a


nuestro lado, mas cuando perdemos a ese ser querido nos lamentamos por no
haber compartido con él lo suficiente. Ahora yo les insto a todos que amen a su
padre y compartan con él todos los días, como si fuera el último de su vida.

Narrador: Al escuchar detenidamente todas estas fuertes pero verdaderas


palabras, la familia Sánchez Montilla se queda perpleja reconociendo a su vez la
sabiduría expresada.

Martha: ¡Tienes toda la razón!, y muchas gracias por quitarnos las vendas de
nuestros ojos, a causa de los inevitables afanes de la vida.

(Todos se miran e inclinan su cabeza abajo)

Matilde: No se preocupen, ¡Ahora es el tiempo perfecto de vivir!. ¡Josué! te


buscan…

Josué: ¡Voy!
Narrador: Ante tan conmovedor momento, Josué cae de rodillas en llanto
agradeciéndole a Dios Todopoderoso por la gran dicha de ver a su familia reunida
nuevamente.

(La familia Sánchez Montilla se abraza)

Matilda: (mensaje al público) Estimados, después de lo visto y representado, los


invito ahora a disfrutar del tesoro más preciado que Dios les ha dado, y que
siempre será una perla irremplazable que les alumbrará y apoyará en todo su
camino: “la familia”.

OTRA OBRA

Obra de teatro sobre la hermandad (3 personajes)

Esta es una obra de teatro para 3 personajes que trata sobre la hermandad. La
misma nos deja la enseñanza de que los hermanos deben estar unidos, ser amigos,
no enemigos y apoyarse en los mejores y peores tiempos, pues al fin y al cabo son
hermanos.

Título de la obra: “Hermanas”


Autora: Janet Mora

3 personajes:

1. Mamá (40 años)


2. Ela (7 años)
3. Helena (9 años).

AMBIENTACIÓN: En una tienda de ropa, vemos a dos niñas y su madre


escogiendo algunas prendas.
INTRODUCCIÓN: Ela y Helena están dentro de los probadores midiéndose
algunos vestidos. Vemos a Mamá sentada en frente de los probadores con varias
piezas de ropa en la mano, esperando por Ela y Helena.

ACTO 1

Helena: (saliendo del probador con una alegría notoria) Oh mamá, mírame,
mira qué hermoso se me ve este vestido! Su color rosado resalta mi piel canela.

Mamá: Si Helena, de verdad que ese vestido te sienta muy bien. Por qué no te
pruebas este y así vemos más opciones? (entregándole uno de los vestidos que
sostenía en la mano).

Helena: En seguida vuelvo…

Se abre la puerta del otro probador y sale Ela.

Ela : (con cara de decepción) Mamá, este vestido verde no me gusta nada. Creo
que el color resalta mucho mi pancita haciéndome ver como una rana gorda.

Mamá: Pero qué cosas dices, Ela! Te ves bien. Y el verde hace resaltar tus ojos
marrones.

Ela: (con una lágrima bajándole de un ojo) No estoy segura de eso.

Se abre de golpe la puerta del otro probador y sale Helena bailando.

Helena: (gritando de emoción) Mamá, Mamá, este vestido verde sin duda alguna
me gusta más, que buena elección que me has hecho ¡tu sí que me conoces!

Ela: (la expresión de su cara se torna molesta mientras sus cachetes


enrojecen) ¿Mamá, por qué le diste a Helena un vestido del mismo color del mío?

Mamá: Porque las dos son hermanas y quiero que lleven un color parecido.

Helena: (Riendo) Jajaja ¿Qué te sucede Ela? ¿No te gusta como el verde resalta tu
panza de regordeta?
Ela: ¡MAMÁ!

Mamá: Ya basta muchachitas! ¿Qué pasa?

Ela: (dirigiéndose hacia Helena) Espero que en la fiesta te caigas y seas la burla de
todos.

Helena: La burla serás tú Ela, luciendo como una rana con ese vestido verde.
Jajaja.

Ela se le va encima a Helena y comienzan a pelear. La gente de la tienda se queda


sorprendida al ver a las dos hermanas pelear con tanta agresividad.

Mamá: (tratando de separar a Ela y Helena) ¡NIÑAS,NIÑAS! ¡YA BASTA!


¿CÓMO ES POSIBLE QUE SE DIGAN COSAS TAN HORROROSAS LA UNA A LA
OTRA?

Helena: (sacándole la lengua a Ela) La verdad suele ser horrorosa.

Ela: Mamá!

Mamá: Niñas, ustedes son hermanas. Tienen que apoyarse la una a la otra. No
pelearse y burlarse entre ustedes de esa manera. ¿Qué pasa?

Ela: (con lágrimas en los ojos) Lo siento mamá. Pero me da mucha rabia ser
gorda. Luzco como una rana con este vestido verde y no soporto la idea de ser la
burla de todos en la fiesta y más aún cuando Helena luce tan delgada y bonita con
el mismo color.

Helena: Ela, lo siento mucho. De verdad dije todo lo que dije para molestarte.
Eres mi hermana y jamás sería capaz de burlarme de ti a propósito.

Ela: Me invadió un sentimiento extraño. No sé cómo explicarlo. Eres la hermana


bonita y popular y yo no soy nadie. Eso me hace sentir con mucha rabia por dentro.

Mamá: Ela. Eso que sientes se llama envidia. Y no es bueno. La sentimos cuando
una persona quiere algo que otra sí tiene, y eso le produce una irritación que
produce malos pensamientos y hace decir cosas que no queremos. Tanto así, que
no te has permitido observar lo hermoso que se te ven los ojos con el color del
vestido.

Ela: (mirándose al espejo y secando sus lagrimas) Tienes razón mamá. De verdad
que el verde resalta su brillo. Mamá, Helena, lo siento mucho. De verdad no quiero
volver a sentir envidia ni reaccionar de la manera en que lo hice.

Mamá (abrazando a Ela): Descuida tesoro. La mejor manera de aprender es


equivocándonos. Y debemos trabajar muy duro por lo que queremos en la vida, así
no sentimos ese sentimiento hacia otras personas. La envidia daña la capacidad de
gozar y de apreciar lo que posee uno mismo. También le hace daño al corazón.

Helena: (se acerca abrazando a mamá y a Ela) Como hermana mayor prometo
siempre guiarte, Ela. Y también prometo no volver a burlarme de ti, sé que eso
aumentó tu rabia.

ACTO 2

Vemos a Ela y Helena bailando juntas con los vestidos verdes en una fiesta repleta
de niños y niñas. Aunque la diferencia de tamaño entre ambas es obvia, las dos se
ven felices por igual.

FIN.

OTRAOBRA

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