Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Resumen
Introducción
Ser militante popular y pensar Argentina después del diciembre próximo es volver a
debates tan longevos como necesarios, justamente porque el escenario que se
avizora nos “huele” a conflictividad social en aumento, como transitamos hace no
tantos años. En la Argentina de hoy todavía hay debates pendientes de ayer, pero
uno tiene mayor peso específico que el resto: ¿alcanza con la lucha por el Estado?
Para pensar esto pongo algunas reflexiones sobre la mesa.
Volver al viejo debate sobre Estado y poder en las organizaciones para intentar
diagramar la política sin hacer balances colectivos de las experiencias
contemporáneas, es un error tan grande como pretender encontrar respuestas sólo
en la teoría. En las organizaciones populares que decidimos abiertamente ser
opositoras a Cambiemos, poniendo por delante el objetivo común, entendemos que
en política “no hay modelo, se hace modelo al andar”, es decir, nuestras tradiciones
políticas convergen en que no reproducimos una lógica doctrinaria, de manual,
rígida, incontingente al momento político que atravesamos. Nuestros instrumentos
políticos cambian en la medida que el momento político también lo hace.
Se podría inducir a pensar que sólo las clases subalternas, económicamente más
empobrecidas y socialmente excluidas, responden a sus intereses corporativos y se
manifiestan a través de las movilizaciones callejeras. Pero lo cierto es que ésta
práctica social también es utilizada como instrumento político por fracciones
dominantes, vale aclarar que con otra escala de soporte mediático -mayor impacto-,
que también tensionan y reconfiguran la relación-Estado 5.
31)
4
- Perspectiva del Estado propuesta por el sociólogo francés, Pierre Bordieu.
5
- “Yo quisiera recoger este debate, entendiendo al Estado, por una parte, como una correlación
política de fuerzas entre bloques y clases sociales con capacidad de influir, en mayor o menor
medida, en la implementación de decisiones gubernamentales o, si se prefiere, como construcción de
una coalición política dominante; por otra como una máquina donde se materializan esas decisiones
en normas, reglas, burocracias, presupuestos, jerarquías, hábitos burocráticos, papeles, trámites, es
decir, como institucionalidad. Estos dos primeros componentes hacen referencia al Estado como
relación material de dominación y conducción política. Finalmente, en tercer lugar, el Estado como
idea colectiva, como sentido común de época que garantiza el consentimiento moral entre
gobernantes y gobernados. Con este tercer elementos nos referimos al Estado como relación de
legitimación política o, en palabras del profesor Pierre Bourdieu, como monopolio del poder simbólico.
”(Linera 2008; 392-393)
conquistar el poder del Estado ya que no logramos traducir fuerza social en fuerza
política. Debemos llevar las calles al Estado y el Estado a las calles desde las
instituciones que tenemos para prefigurar la democracia que queremos, y esto no
sólo lo vamos a lograr siendo mayoría electoral.
El Estado en cuestión
También “[...] puede decirse que el Estado “es” en sus agencias burocráticas de
reproducción sistémica, tanto como “es” en las reglas, procedimientos y cargos
resultantes de la acción política propiamente dicha, gubernamental.[...]” (Thwaites
Rey, 2010). Entonces el Estado es una relación social dialéctica: burocracia como
límites que se le impone a un gobierno, y gobierno como ejercicio estatal. Pero tanto
los límites y el ejercicio estatal no son monolíticos, sino que pueden alterarse las
bases materiales7 que le dan sustento por presiones externas.
En este sentido, recupero a Álvaro García Linera (2010) cuando resume la tensión
entre poder monopólico del Estado y riqueza democrática y participativa de los
movimientos sociales -poder popular- afirmando que: “Si Estado es por definición
monopolio, y movimiento social es democratización de la decisión, hablar de un
gobierno de los movimientos sociales es una contradicción. Pero la única salida es
aceptarla y vivir la contradicción. Porque si se prioriza el ámbito del Estado, la
7
- “[…] la clase trabajadora se integra al momento de la reproducción social en la forma de capital, al
cual se subordina. Esta sustantiva contradicción que se plantea al ser el trabajo una función esencial
e insustituible del capital, se expresa en la materialidad estatal […] Así, en los aparatos estatales no
solo se materializa la violencia represiva, sino también las respuestas del capital a las demandas del
trabajo [...]” (Thwaites Rey, M. - Ouviña, H. 2012; 58)
consecuencia es que pueda afirmarse una nueva elite, una nueva burocracia
política. Pero si se prioriza solamente el ámbito de la deliberación en el terreno de
los movimientos sociales, se corre el riesgo de dejar de lado el ámbito de la gestión
y del poder del Estado. La solución está en vivir permanentemente en y alimentar
esa contradicción dignificante de la lucha de clases, de la lucha social”
Conclusiones
Bibliografía consultada