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49-60
© Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero
ISSN: 1577-9033
RESUMEN
Swansea fue uno de los principales centros de la primera Revolución Industrial británica, teniendo lugar en su
territorio una actividad incesante en torno a la minería del carbón y a la metalurgia de los metales no ferrosos, con
especial protagonismo del cobre. De hecho, entre finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, estuvo a la cabe-
za de la producción mundial de este metal, aunque pocas huellas evidencian hoy esto en su paisaje. Este trabajo
es una modesta revisión historiográfica sobre el impacto de este lugar en la historia de la industria del cobre. Para
ello, hemos cruzado parte de las fuentes primarias y secundarias disponibles, tratando de contrastar la información
escrita con el análisis in situ de los restos arqueológicos conservados.
PALABRAS CLAVE: Arqueología industrial, cobre, historia industrial, metalurgia del cobre, Revolución Industrial,
Swansea, Gales.
ABSTRACT
Swansea was one of the first British Industrial Revolution’s main centres, and there the activity around coal min-
ing and metallurgy of non-ferrous metals was incessant, being copper the most important product in that context.
In fact, from the end of the 18th century to halfway of the 19th, Swansea was the leader in the global production
of this metal, although its present landscape does not keep too much about it. This paper is a modest historiograph-
ical review on the impact of Swansea in the copper industry’s history. For this review we have compared primary
and secondary texts between them and with the in situ analysis of the archaeological remains.
KEY WORDS: Copper, industrial archaeology, industrial history, Industrial Revolution, metallurgy of copper,
Swansea, Wales.
Desde finales del siglo XVIII, el Valle de Swansea importante puerto marítimo, especialmente después de
experimentó una industrialización muy intensa -basada, que entraran en funcionamiento North Dock (1852) y
sobre todo, en la minería del carbón, la metalurgia de South Dock (1859), que permitían maniobrar y atracar a
los metales no ferrosos1 y la industria química derivada navíos de gran tamaño. Así, disponer en abundancia de
de esta última-, que ejerció un efecto sobre el territo- carbón y tenerlo además junto al mar fue decisivo en la
rio realmente dramático: uno de los casos más graves de Revolución Industrial de esta zona galesa, aunque no
impacto ambiental y contaminación2 industrial en el menos importantes fuero otros factores: como la proxi-
mundo. Sin embargo, el valle aparece hoy como un midad a la que se encontraban las minas de Cornualles
entorno natural de especial belleza (vid. Beynon y Bet- y Devon, o poder contar con una mano de obra diestra
teridge, 1979, 340), gracias a la desactivación casi total en su trabajo (Kaye, s/a, 1).
de su antigua industria y al desarrollo de un programa Con anterioridad a la aplicación en metalurgia de los
de “restauración” del paisaje conocido como The Lower hornos eléctricos, el éxito de la metalurgia del cobre
Swansea Valley Project. Como contrapartida, poco dependía del uso de combustibles baratos; y el carbón
queda de uno de los centros industriales más importan- mineral, allí donde se podía obtener de manera econó-
tes de la Historia. mica, lo era. Las fundiciones, en general, necesitaban
más combustible que mineral para producir metales,
TERRITORIO: LAS MINAS DE CARBÓN Y EL por lo que resultaba más sencillo y económico transpor-
PUERTO tar la parte más pequeña; mientras que las técnicas
metalúrgicas empleadas requerían con frecuencia el uso
El despegue y gran desarrollo industrial del Valle de de minerales metálicos de distinta naturaleza, por lo
Swansea estuvo en directa relación con sus recursos que las cuencas carboníferas se convirtieron en un
naturales y con su posición geográfica. Swansea se con- punto idóneo para su reunión (Cossons, 1975, 195). En el
virtió en la principal fundición de cobre del planeta por- caso concreto de Swansea, además, los barcos que
que era el espacio ideal para serlo, y porque se produ- transportaban el mineral podían recorrer algo más de
jo, además, una explotación inteligente y exhaustiva una milla del río Tawe adentro, donde era descargado a
del territorio: ricas y numerosas minas de carbón (Fig. mano frente a las fundiciones (Beynon y Betteridge,
2) -junto con lugares donde obtener fundentes- y un 1979, 340) (Fig. 3).
1 En este trabajo nos ocupamos solamente de los aspectos referidos al cobre. Para más información sobre las demás industrias
metálicas de Swansea (plata, zinc, plomo, estaño…): vid. Hughes (2008, Cap. I).
2 Para una amplia revisión de los problemas históricos derivados de la contaminación provocada por la minería y la metalurgia
del cobre -con referencias específicas a Swansea y Riotinto-: vid. Pérez Cebada (2007).
3 Un análisis más exhaustivo de los recursos del territorio de Swansea (disponibilidad de materias primas, sistemas de comunica-
ción y transportes, etc.) en Hughes (2008, Cap. 1).
Figura 3. El río Tawe a su paso por Swansea, con restos del antiguo muelle de la White Rocks Copper Works. A sus orillas se establecieron la
mayor parte de las fundiciones de cobre y fábricas de esta zona industrial (foto del autor).
MATERIAS PRIMAS DE IMPORTACIÓN: LOS Cornualles, Anglesey, Cumberland, Isla de Man, Irlanda)
MINERALES y después también del extranjero (Jamaica, Cuba,
Chile, Perú, Nueva Zelanda, España, Cabo de Buena
En Swansea, que desde finales del siglo XVIII hasta Esperanza, Australia…) (Scoffern et al., 1857, 539; Phi-
mediados del XIX fue el principal centro mundial en la llips, 1852, 350; Kaye, s/a, 1), considerándose Swansea
producción de cobre metálico, no había una sola mina “el mercado natural de todas aquellas minas cuya posi-
de este metal. Los minerales procedían de la importa- ción geográfica permite una exportación económica”
ción, enviados desde el resto de Gran Bretaña (Devon, (Rieken, 1857, 8). Por otro lado, los fundidores galeses
4 Las minas metálicas de Cornualles, al igual que las de carbón de Swansea, estaban junto al mar, por lo que el intercambio de
materias primas entre ambos centros mineros no tardó en producirse (Beynon y Betteridge, 1979, 340).
5 Las minas de cobre de Cornualles comenzaron a debilitarse internacionalmente hacia la década de 1830. Los capitales británi-
cos empezaron a fijarse entonces en Chile, donde las menas eran más ricas y la mano de obra más barata. Como consecuen-
cia, el país sudamericano se convirtió en el primer productor mundial en 1851, puesto que mantuvo hasta 1882. Durante los
primeros años de explotación, las menas chilenas eran mandadas a fundir a Swansea, pero a partir de la década de 1860 los
chilenos comenzaron a fundir sus propios minerales y a producir sus famosos lingotes de cobre (Chili copper bars), que pronto
inundaron Europea en perjuicio de la ciudad galesa, llegando a regular el mercado de este metal (Nadal, 1983, 219; Grilli et
al., 2002, 18). En el último cuarto del siglo XIX, Estados Unidos arrebató el puesto a Chile, y desde 1883 se convirtió en el pri-
mer productor mundial, con el Lago Superior y la Calumet & Hecla Co. (Michigan) -junto con las minas de Butte (Montana)- a
la cabeza (Nadal, 1983, 219-20; Grilli et al., 2002, 18; Derry y Williams, 1960, 492-93). Desde que Estados Unidos se hiciera
con el control mundial de la producción, la idea de fundir los minerales cerca de las minas se iría imponiendo a la de enviar-
los a las cuencas de carbón, lo que acabaría definitivamente con el anterior protagonismo de Swansea (Street y Alexander, 1989,
170-71).
6 Las rutas marítimas seguidas a lo largo del tiempo y las naves empleadas -y especialmente adaptadas- para el transporte del
carbón y de los minerales de cobre constituyen, sin duda, temas de gran interés. Sin embargo, no creemos que sea éste el espa-
cio adecuado para abordarlos (vid. Kaye, s/a).
7 En función de la clase de minerales con los que se trabajara, el método desarrollado podía variar sensiblemente (vid. Phillips,
1852, 350 y ss.).
8 En 1583 ya se habían instalado en Neath, al sur de Gales, unos primeros talleres bajo el patrocinio de las Mines Royal para fun-
dir los minerales de cobre de Cornualles, estableciéndose en 1717 la primera fundición propiamente dicha (vid. C.D.A., 1934,
pp. 36-37).
9 Poco después otro autor (Pepper, 1862, 273) hablaba de 500 hornos, en lugar de 600, aunque mantenía el consumo anual de
carbón en 500.000 toneladas.
10 Funcionamiento, principios y pasos de dicho método en: Phillips (1852, 351 y ss.); Pepper (1862, 272 y ss.); Hiorns (1901, 299
y ss.); Huntington y McMillan (1904, 305 y ss.); Rhead (1907, 163 y ss).
Figura 7. Sección de un horno de reverbero para minerales de cobre: T- tolva de carga; p- agujero de sangrado para
la escoria; u- moldes para recoger la escoria; C- tiro de la chimenea (Huntington y McMillan, 1904, 306, Fig. 64).
dípolo Cornualles-Swansea) en un mismo lugar (Derry y tiempo que crecía el interés por la fundición de minera-
Williams, 1960, 492). les de níquel y zinc, así como por los nuevos métodos de
Al perder el liderato en la producción de cobre metá- extracción de metales preciosos (Derry y Williams, 1960,
lico, Swansea se recicló en la industria de los subproduc- 493). Hasta entonces, los efectos del “copper smoke” en
tos de los minerales cupríferos. El humo del cobre (cop- la vegetación y en la vida en general habían estado lejos
per smoke11) y el dióxido de azufre -que tantos proble- de pasar desapercibidos en un territorio que pronto se
mas habían causado antes (vid. Beynon y Betteridge, resintió de las enormes cantidades de azufre que cien-
1979)- se comenzaron a usar a partir de 1865 -gracias a tos de chimeneas mandaban directamente al aire cada
un nuevo tipo de horno que recogía y aprovechaba el año: 50.000 toneladas, según cálculos contemporáneos
ácido sulfúrico- en una importante industria química, al a los hechos (Pepper, 1862, 271) (Fig. 8).
11 Existen numerosos documentos que nos hablan de los problemas que estos humos generaban: daños en las cosechas y en el
ganado, incomodidad en la vida humana, etc. (vid. Beynon y Betteridge, 1979, 342), muy similares a los que encontramos, por
ejemplo, para Riotinto, donde los humos procedentes de las teleras también fueron un problema (vid. Avery, 1985, p. ej.). En
ambos casos, costó encontrar una solución que no encareciera la producción de cobre hasta hacerla no rentable, por lo que las
compañías prefirieron continuar generando beneficios (económicos) en perjuicio del medioambiente.
Figura 9. Izq.: Restos de Morris Castle -más conocido como Castle Craig-, el primer bloque de pisos construido para trabajadores en toda Gran Bretaña (1768-
1774), que proveía de hogar a cuarenta familias y alojaba también a un sastre y a un zapatero (Beynon y Betteridge 1979, 343; foto: autor). Dcha.: Ladrillos con
la leyenda “Craig Morriston”, procedentes del distrito de Hafod (Swansea) (fotos del autor).
12 Para un análisis mucho más detallado: vid. Hughes (2008, Caps. 3 -ingenieros- y 4 -industriales y masa obrera a su cargo-).
13 S. Hughes (2008), en su magnífica monografía sobre el despegue industrial de Swansea, dedica un importante volumen de pági-
nas a analizar todo lo relativo a la vivienda obrera de aquel lugar (Cap. 4), del mismo modo que ofrece abundante información
sobre otras construcciones para la vida de la comunidad: iglesias, escuelas, edificios comunitarios, etc. (Cap. 5).
14 Más información al respecto en: Hughes (2008, Cap. 3).
15 Dentro de esta masa obrera habría un porcentaje más o menos importante de mujeres y también niños, aunque mayores de
12 años (Gabb, a/a, 8).
Figura 13. Lo que en origen fue una central eléctrica se convirtió después en una cantina para reunión de los obreros. Hoy las llamas han destruido buena parte
de las huellas tanto de lo uno como de lo otro (foto del autor).
EL FINAL DE UNA GRAN INDUSTRIA mineros metálicos. En el sector del cobre, este modelo
(CONCLUSIÓN) fue en muchos casos el dominante hasta aproximada-
mente la llegada del ferrocarril (con la pareja disminu-
El Valle de Swansea materializa de forma excepcional ción de los costes derivados del transporte de com-
un modelo de explotación metalúrgica en el que las bustible) y la entrada en escena, a partir de la segunda
cuencas carboníferas se convierten en receptoras -y mitad del siglo XIX, de los nuevos gigantes mineros
fundidoras- de los minerales enviados desde los distritos (localizados en buena parte en el continente ameri-
Figura 14. Cochera para la locomotora que Vivian & Son usaba en sus Hafod Copper Works. En la pared exterior de la nave puede leerse “V & S Ltd. No.1 Shed”
(foto del autor).
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