Vous êtes sur la page 1sur 4

Estado y religión

Autor
Jorge del Picó Rubio
Referencia
Del Picó. J (2018) Estado y Religión. Journals.openedition.org
Presentación

El desarrollo conceptual de la religión como fenómeno social relevante ha tenido la


sensatez de ampliar los diferentes puntos de vista de los estudios disciplinarios sobre
el fenómeno religioso, incrementando la consistencia cultural y proporcionando una
mayor profundidad analítica de los aspectos juzgados como esenciales en las
dimensiones privada y pública que tiene la sociedad sobre la religión.

Religión: una perspectiva preliminar multidisciplinaria

Describir el concepto de religión a nivel, social, personal, y cultural. Para solucionar


con claridad la significación contemporánea de este tema en general. Desarrollar este
contexto contribuye a la expansión de estudios de las ciencias sociales referidos al
fenómeno de la religión, este proceso permitió profundizar el análisis de aspectos
esenciales que ayudan a su comprensión entre ellos está: el ámbito de identificación
como persona y su expresión individual, para interactuar, en la denominada “esfera
pública” concepto atribuido a Haber-más. Que remite a su consideración como “un
ámbito de debate crítico-racional en que se consideran cuestiones de bien público”
teniendo en consideración los aportes precedentes la pluralidad de sus elementos y
la dificultad para fijar los contornos de una idea de religión sobre una referencia
particular. Las religiones son sistemas de creencias en las cuales los individuos se
rigen por la fe, esto se puede definir como una organización social en la cual los
creyentes depositan sus intereses para ser parte de un grupo, tal y como lo dice Frajio:
“constituyendo una vocación o especie de seguridad que impregna la vida de una
persona, pero que no se puede demostrar.” (1994 pág. 156)”.

El protagonismo renovado del fenómeno religioso en su dimensión pública y su


recepción político-jurídica.

El protagonismo renovado del fenómeno religioso en su dimensión pública y su


recepción político-jurídica, analiza la posición de la religión como fuente material de
derecho y su influencia político- social. Esta institución, que tenía como propósito
principal llevar la palabra de Dios por el mundo y vivir bajo sus preceptos, logró tener
una gran acogida que le otorgó una posición elevada en la sociedad y con ella el
poder, el cual decide manejar la educación e intervenir en la política para mantener al
individuo bajo sus ideales. Esto ha ido cambiando, la religión ha perdido un poco su
lugar como consecuencia del avance académico y desarrollo mundial que ha hecho
cambiar de mentalidad a la población, su percepción frente las ideas y un constante
cuestionamiento por las acciones tomadas por esta organización. Los pensamientos
liberales, que aseguran que el futuro universal, se basa en la educación objetiva y
libre de ideales que alteran la identidad de los individuos y su relación con el entorno.
Además, en el campo jurídico, el tiempo de la religión caducó hace mucho porque,
aunque esta institución fue la primera en tener en cuenta códigos morales y normas
de obligatorio cumplimiento, se han detectado sus fallas y la opresión que esta ha
ejercido por décadas. Así, con constantes avances, el campo del derecho ha
evolucionado, consolidándose como un sistema democrático justo y amplio, que se
separa totalmente de las ideas religiosas y cumple con su labor de regular el orden
social

La inserción de las comunidades de fieles en los ordenamientos seculares

La organización social de los fieles de una religión se ve afectada por razones de


convivencia de esta o por respuesta a una exigencia del poder público. En
consecuencia, se tiene que enfrentar a aplicar las normas del orden secular estatal y
someterse a ellas; una de las razones de convivencia que afecta dicha organización
es el intento de agrandar su ámbito propio y natural, esta decisión puede estar
motivada por necesidad derivada del propio interés, también falla al pretender el
imperio de los no participantes de la comunidad eclesiástica. Por ende, se crea una
división entre las normas jurídicas y las normas religiosas dando como resultado la
adaptación de la iglesia al estado y generando un orden normativo creado por las
organizaciones religiosas con el régimen tutelar de derechos vigente en el ámbito
legal público. “Esta concepción es reforzada por el predominio de la concepción
dualista, que asume las relaciones de las entidades religiosas con la sociedad política
sobre la base de distinguir entre el orden temporal y el religioso, entre la sociedad civil
ya sociedad eclesiástica, concluyendo en la afirmación del principio de autonomía de
los fieles en los asuntos Seculares” (Martín de Agar 2014, Pág. 228 y 238).

El principio de libertad religiosa en sus recientes apreciaciones y aplicaciones

La libertad de religión es un derecho que toda sociedad tiene, sin ser discriminados
por el estado o por otras colectividades que intentan imponer sus convicciones. Este
derecho está conformado por tres niveles: nivel básico, en el cual existe la posibilidad
de creer o no creer; nivel medio en el que no solo se refiere a los derechos
individuales, sino a los sociales en general que el estado garantiza; y por último, un
nivel superior, que conlleva a una participación colectiva en ámbitos públicos y/o
políticos. Paralelamente, el derecho a la libertad de religión, desde un punto de vista
político, acentúa un carácter con respecto a intervenciones estatales. Evidencia de lo
anterior, el autor explica que la importancia que tiene este derecho en asuntos
jurídicos occidentales se debe en gran medida a la separación de funciones del
estado y este mismo al ser neutral religiosa mente. Esto se debe a que, “existe una
incidencia entre lo moral, religión y el derecho lo que produce cambio de paradigma
de la tolerancia estatalmente concedida, a la libertad de culto estatalmente
garantizado” (Starck 2012, pág.63).

El lugar de la religión en el Estado laico

Dentro de una sociedad contemporánea, el lugar que tiene la religión en el Estado


laico se basa en valores como la tolerancia y, en gran medida, la libertad religiosa y
de conciencia. Pero, es necesario diferenciar términos como laicidad y laicismo; el
primero hace referencia a la existencia de una participación política de la religión con
cierta regulación de su doctrina y sin ningún tipo de preferencia del estado, esto con
el fin de tener una libertad armoniosa en la sociedad. Mientras que la segunda, es el
“diseño de un Estado absolutamente falto de relación con el fenómeno religioso”
(Ollero 2009, 16; Palomino 2014, 212-216), marcado por una notable neutralidad,
para de esta forma evitar la contaminación de los pensamientos de las comunidades
plurales. Sin embargo, en la práctica ambos modelos son realmente notorios y con
una clara independencia y separación entre los asuntos religiosos y los estatales,
llevando así a la ciudadanía a ser secularizada. En conclusión, el lugar que ocupa la
religión es el mismo que el de cualquier otro actor democrático, el cual debe
someterse en forma igualitaria al debate ideológico dentro de la racionalidad, tal y
como expresó Habermas, “por el individualismo igualitario del derecho racional y de
la moral universalista de los derechos humanos” (Puyol 2014, Pág. 194).

Conclusiones

 La religión, que por mucho tiempo fue considerada como factor clave del
desarrollo personal y social por formar individuos según la concepción de sus
ideales, ha perdido su poder a causa de los avances mundiales que modifican
la mentalidad humana. Esto llevó a despertar un pensamiento analítico que
cuestionó las acciones de esas organizaciones a lo largo de la historia, lo que
generó disputas con respecto a ideales religiosos absolutistas, de esa manera
obligándolos a ceder su poder en gran medida al Estado.
 El modelo político actual es considerado laico, es decir, la independencia total
de temas religiosos y estatales, brindando así un nuevo inicio en el campo
político-jurídico. Empero, esto no significa que el Estado haya acabado con la
religión, pues este reconoce el papel de la iglesia como creadora de valores
fundamentales; sin embargo, le brinda libertad a la sociedad de elegir sus
ideales morales y religiosos, desarrollar su pensamiento y difundirlo sin
sobrepasar los derechos a la libertad de culto de los demás.

Referencias
Del Picó. J (2018) Estado y Religión. Journals.openedition.org

Integrantes
Mariana Camila De Antonio Castellanos
Christian Camilo Chaparro Casas
Julián Andrés Sandoval Rojas
Laura Valentina Flórez Duarte
Camilo Alexander Mora Vargas

Vous aimerez peut-être aussi