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MODALIDADES O TIPOLOGIAS TEXTUALES

TEXTO 1

El verdugo, A. Koestler

"Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el
reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez
al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás
realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara
sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y
seis, realizó su ambición.

Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa


velocidad; las cabezas rodaban en el polvo.

Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de
su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó
arriba, se dirigió airadamente al verdugo:

—¿Por qué prolongas mi agonía? —le preguntó—. ¡Habías sido tan


misericordiosamente rápido con los otros!

Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su
rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo:

—Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor."

TEXTO 2

Fijémonos en este fragmento entresacado de la obra de Benito Pérez Galdós, Doña


Perfecta:
"Podría decirse de ella que con sus hábitos y su sistema de vida se había labrado una
corteza, un forro pétreo, insensible, encerrándose dentro como el caracol en su casa
portátil. Sus costumbres intachables y la bondad pública que hemos observado en ella
desde el momento de su aparición eran causa de su gran prestigio en Orbajosa. (...) No
sabemos cómo habría sido Doña Perfecta amando. Aborreciendo tenía la inflamada
vehemencia de un ángel tutelar de la discordia entre los hombres. Tal es el resultado
producido en un carácter duro y sin bondad nativa por la exaltación religiosa, cuando
esta, en vez de nutrirse de la conciencia y de la verdad revelada en principios tan
sencillos como hermosos, busca su savia en fórmulas estrechas que solo obedecen a los
intereses eclesiásticos."
TEXTO 1 (SOLUCIÓN)

Observa que, en esta ocasión, el propósito del autor es contar una historia y entretener al
lector con ella. Es, por lo tanto, un texto narrativo. Fíjate en la expresión con la que se
inicia el relato: "Cuenta la historia que había una vez..."; ya sabes que son fórmulas
propias de la tradición oral.

Vamos a analizarlo:

 El narrador, en tercera persona, cuenta los hechos sucedidos demostrando que


conoce todo sobre su protagonista. Es, por lo tanto, un narrador omnisciente.
 Personajes: el texto está centrado en la figura del verdugo, destacando la gran
ambición profesional de este que, finalmente, consigue realizar. Él es el
protagonista. Los demás, sus víctimas, podrían catalogarse como personajes
secundarios.
 Historia: un verdugo era famoso por su gran habilidad para ejecutar a sus
víctimas. Su mayor deseo era conseguir cortar una cabeza con tanta rapidez que
esta siguiera sobre su cuello. Finalmente, lo consiguió.
 Tiempo: en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming.
 Espacio: en algún lugar de Oriente.

En el texto, destaca el uso de los verbos: cuenta, había, vivía, era, cortar, practicó,
realizó, despachaba, rodaban... La mayor parte de ellos están empleados en pretérito
perfecto simple y en pretérito imperfecto, tiempos ambos característicos de los textos
narrativos.

Como puedes ver, el relato está estructurado siguiendo un orden lineal. Podríamos
dividirlo en tres partes:

1. Introducción: presentación de la historia y de los personajes.


2. Desarrollo: cuenta en qué consistía la ambición del protagonista.
3. Desenlace: finalmente, consigue su mayor deseo, lo que le produce una gran
satisfacción.
TEXTO 2 (SOLUCIÓN)

Galdós realiza un magnífico retrato de Doña Perfecta; es, por tanto, un texto descriptivo.
Como sabes, el retrato puede centrarse en la descripción de los rasgos físicos de una
persona, en cuyo caso hablaríamos de prosopografía. Pero también, como es el caso del
texto que nos ocupa, lo importante pueden ser los rasgos psicológicos que definen al
personaje. Se trata, entonces, de una etopeya. Doña Perfecta aparece retratada aquí
como una mujer dura, inflexible, falta de sensibilidad hacia los demás. Es una mujer
religiosa y cumplidora de las buenas costumbres. Sin embargo, como afirma el autor, no
emplea su tiempo en amar a los demás, sino en aborrecerlos.

En cuanto a los rasgos morfológicos, puedes observar la abundante adjetivación: pétreo,


insensible, portátil, intachables, pública, grande, tutelar, duro, sin bondad, religiosa.
Predominan las formas verbales en pasado: había labrado, hemos observado, podría
decirse, eran, habría sido, tenía; así como las oraciones enunciativas.

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