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Arquitectura
Almudena Martínez Olmo
Grado en Fundamentos de Arquitectura
Sociología y Geografía Urbana
Tema 2
Las corrientes de pensamiento
históricas
Desde los clásicos hasta el pensamiento urbano reciente
Almudena Martínez Olmo
Profesora
Presentación 3
Objetivos 3
Objetivos
• Conocer y comprender las corrientes teóricas y los pensadores más relevantes que
conforman la consolidación de la disciplina.
Origen y surgimiento
Fuente: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/simmel.htm
Dentro del campo de la sociología urbana, Las Grandes Ciudades y la Vida intelectual (1903) se
presenta como uno de los trabajos más relevantes, no sólo por su trascendencia a la hora de
• ¿De qué manera consiguen sobrevivir los individuos al poder de las grandes
ciudades?
• ¿Qué rasgos diferencian a los individuos de las grandes ciudades con respecto de
los individuos de las pequeñas ciudades y del mundo rural?
Para responder a las mismas, parte de la definición del concepto de ciudad, considerando a la
misma como determinante de la personalidad y de las formas de relación social. De esta forma, el
espacio urbano se conforma así como una variable fundamental para explicar los fenómenos
sociales.
Esto se debe a que Simmel considera que la ciudad representa el culmen de la evolución social en
la que el proceso de industrialización capitalista se materializa, obligando a racionalizar todos los
ámbitos de la vida social. De este modo, la ciudad se interpreta como la máxima expresión de la
racionalidad capitalista y representa las características propias de esta forma de organización
social, basada en la sociedad industrial.
Por otro lado, considera la ciudad como sede del cosmopolitismo de forma que, mientras que la
esfera vital de la pequeña ciudad está cerrada, en la gran ciudad la vida interna se expande
nacional e internacionalmente.
Al mismo tiempo, las ciudades son sedes de la mayor división del trabajo y especialización. A
medida que la ciudad se expande la demanda se multiplica y se complejiza por lo que se produce
una mayor división del trabajo y una mayor especialización de servicios. La concentración de
individuos y su lucha por ganar clientes obligan a la persona a especializarse para poder
sobrevivir. Esta especialización surge así de la competencia por la ganancia pero también como
forma de distinción para atraer a clientes.
De este modo, la nueva personalidad del individuo es definida por Simmel (1903) a través de los
siguientes rasgos:
• Mientras que las relaciones emocionales entre las personas están basadas
en la individualidad, las relaciones racionales del hombre de la gran ciudad
se basan en los números.
• Sólo los logros objetivamente medibles son considerados de interés y es así
como el hombre de la gran ciudad juzgará a sus clientes, sirvientes, etc.
• El hombre adquiera un espíritu calculador reduciendo los valores
cualitativos a los cuantitativos.
• Las relaciones estén basadas en el anonimato, el interés y la
contraprestación de servicios.
• La indiferencia. Se constituye como una de las características más obvias del
hombre de la gran ciudad y es la consecuencia de aquellos estímulos nerviosos
Berlin: Symphony of a Great City (Berlin: Die Sinfonie der Großstadt): Documental
dirigido por Walther Ruttmann, realizado en 1927, que refleja la vida cotidiana en el Berlín
de los años 20 retratando al hombre frío, calculador, indiferente analizado por Simmel.
Ver: https://www.youtube.com/watch?v=0NQgIvG-kBM
Fuente: https://www.kanopystreaming.com/product/berlin-symphony-great-city
Origen y surgimiento
El origen de la Ecología Humana hay que situarlo en los años 20, en Chicago, una ciudad que
pasó repentinamente de ser una aldea a una gran urbe como fruto de un intenso proceso de
industrialización que conduciría, a su vez, a unas fuertes oleadas migratorias a la ciudad
provocándose así un crecimiento de la población descontrolado. La escasa adecuación de la
ciudad ante los abruptos cambios económicos, demográficos y culturales, derivados de este nuevo
contexto, trascendió en una sociedad urbana fuertemente desestructurada y con graves
problemas sociales como son los procesos de exclusión y segregación de las minorías étnicas
llegadas a la ciudad, la falta de servicios básicos como la vivienda, la educación o la salud, el
aumento de la delincuencia, el crimen y las mafias.
Fuente: National Archives Pictures of American Cities, image #74, NARA id 208-PP-20B-2
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lake_michigan_1925.jpg
Fuente: https://www.smore.com/ac8p-industrial-revolution-conflicts
Fuente: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/park_robert.htm
Para conocer y comprender las ideas de este autor resulta clave remitirse al hecho de que es
considerado un sociólogo naturalista por lo que lo que los conceptos propios del darwinismo
social van a ser una constante en toda su obra. De esta forma, el hábitat y el comportamiento
de los individuos se explicaría de acuerdo con el principio de la lucha por la existencia con la
particularidad de que valora la existencia de una solidaridad entre especies que le distancia
del principio de selección propio del darwinismo más ortodoxo. En su propósito por
comprender las respuestas adaptativas de los grupos humanos al medio ambiente introduce
el concepto de comunidad, en torno al cual girará todo su pensamiento. Tal como señala
Martínez (1999), la ‘comunidad’ definida por Park, se caracteriza por ser:
3. con unidades individuales que viven en una relación de mutua interdependencia simbiótica
más que social
En su artículo póstumo, escrito en The City (1925) y titulado “La Ciudad: sugerencias para la
investigación del comportamiento humano en el medio ambiente urbano” (1925), Park analiza
los principales desafíos a los que se enfrenta la sociedad urbana del Chicago del siglo XX
agrupándolos en distintas temáticas referidas a la organización formal de la ciudad, el análisis
del vecindario, la segregación social urbana, la incidencia de la movilidad o la economía en
los grupos sociales urbanos, el control social y la publicidad. En torno a éstas desarrolla una
serie de hipótesis, planteadas en forma de preguntas, que sirven para conformar una guía
sociológica de investigación con un alto valor metodológico.
Concepción de la ciudad: Tal como la define Park (1925) “La ciudad es más que un agregado
de individuos, calles, tranvías, instituciones, etc. Es un estado mental, un cuerpo de
costumbres, tradiciones, sentimientos, etc. Por tanto, la ciudad es un producto de la
naturaleza humana, está implicada en el proceso vital de las personas que la componen por
lo que no es una construcción artificial.” …. “La ciudad es además de una unidad ecológica y
geográfica una unidad económica, basada en la división del trabajo”.
Para identificar los elementos que caracterizan al urbanismo o el modo de vida urbano
elabora una definición de ciudad partiendo previamente de una serie de premisas (Wirth,
1938):
• En primer lugar, considera que caracterizar como urbana una comunidad sólo
sobre la base de su tamaño es arbitrario y relativo. Al respecto se pregunta sobre
los límites a partir de los cuáles se puede considerar que existe un agregado
• En segundo lugar, considera también que definir como urbana una comunidad
sólo sobre la base de su densidad resultaría incompleto y erróneo ya que, de esta
manera, y en el contexto de las ciudades americanas, el centro de la ciudad dónde
vive escasa población sería categorizado como poco urbano.
• Por último, una definición completa tampoco podría prescindir de las grandes
variaciones que se dan entre las ciudades ya que la realidad integra tanto a
comunidades urbanas que conforman pueblos pequeños y precarios como a
florecientes centros metropolitanos mundiales. Estas distinciones resultan básicas
en tanto en cuanto van a condicionar los procesos y tipologías sociales que allí se
encuentren (grado de heterogeneidad)
La reflexión a partir de estas premisas permitirá finalmente al autor elaborar una definición
sociológica de ciudad integral y basada en todo el conjunto de variables que influyen en el
modo de vida urbano incluyendo a aquellos elementos que considera que son comunes a
todas las ciudades, de manera que las abarque a todas (más allá de sus particularidades) y
las diferencie al mismo tiempo de la vida rural. Para ello, el autor considerará básica la
confluencia de tres conceptos:
• El tamaño de la población
• La densidad
• La heterogeneidad
De esta forma, la ciudad quedaría definida sociológicamente, según Wirth (1938), como un
asentamiento relativamente grande (tamaño), denso (cantidad de población en relación a la
superficie), con una población socialmente heterogénea.
Ahora bien, ¿qué implican y a qué hacen referencia los conceptos que integran esta
definición?:
1. Tamaño de la población
Su percepción precisa es variable ya que lo que en el pasado podría considerarse como un
tamaño aceptable para una ciudad hoy en día probablemente parece que es propio de una
aldea. Sin embargo, el tamaño de la población es valorado como muy influyente ya que su
aumento a partir de un punto influye directamente sobre la variedad de tipologías sociales y el
Por otro lado, a mayor tamaño de población, menos gente se conoce, por lo tanto hay un
mayor anonimato de manera que el individuo goza de una mayor libertad (en la ciudad nadie
le conoce) y respeto, aunque pierde el sentido de pertenencia propio de una sociedad
integrada y cuidadosa (sociedad rural) dando así lugar a lo que Durkheim denomina un
estado de anomia o vacío social.
2. Densidad
La ciudad se caracteriza por estar formada por una agrupación de construcciones
suficientemente próximas como para que se produzca una interacción entre los individuos
que las habitan y usan. Dicha densidad de construcciones influye a su vez en los
comportamientos y procesos de segregación de la ciudad que, acontecerán en función de los
gustos, preferencias, necesidades y posibilidades que tengan los habitantes. De este modo,
“la ciudad tiende así a asemejarse a un mosaico de mundos sociales, donde la transición de
uno a otro es abrupta” (Wirth, 1938)
3. Heterogeneidad
Se encuentra referida a la variedad de tipos humanos que se concentra en esa agrupación lo
que, junto con la densidad y el tamaño de población, facilita la interacción y la mezcla social
distinguiéndose así de la homogeneidad social que caracteriza a sociedades más integradas
y en donde la estratificación social es menor.
A partir de estos dos procesos, las distintas funciones se distribuirían en base a una serie de
coronas o círculos concéntricos en torno a un centro urbano en expansión en el que se
ubicarían oficinas y comercios que compiten por una mayor accesibilidad y representatividad.
Los distintos grupos sociales se asentarían de forma separada en esas coronas, que se
caracterizarían de la siguiente manera:
• La quinta corona estaría integrada por los núcleos preexistentes que irían
integrándose en la gran ciudad a medida que esta fuera creciendo. Es el área de
commuters. la clásica ciudad-dormitorio.
Fuente: http://artsweb.bham.ac.uk/citysites/thesouthside/section05.htm
Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Homer_Hoyt
El tema planteado por Burgess tuvo un gran impacto en algunos autores que establecieron
una serie de críticas y plantearon alternativas al esquema inicialmente propuesto. Así surgió
hacia finales de los años treinta la teoría del economista Homer Hoyt (1939) que mantenía
Fuente: http://cronodon.com/PlanetTech/Cities_Structure.html
Fuente: http://www-news.uchicago.edu/releases/03/031231.harris.shtml
http://www.hypergeo.eu/spip.php?article596
Las teorías de Burgess y Hoyt tienen la ventaja de ser enormemente simples, dando una
visión general que difícilmente puede superar un análisis más detallado. Como respuesta a
las mismas se han elaborado otras teorías más amplias pero que son menos claras que las
anteriores, entre ellas podemos mencionar la “teoría de los núcleos múltiples” elaborada por
los geógrafos C.D. Harris y E. Ullmann en 1945. En esta teoría se plantea que las ciudades
tienen una estructura celular de manera que las diferentes funciones y usos del suelo se han
formado a partir del desarrollo de varios núcleos dentro del área urbana. La gran diferencia
respecto a los planteamientos de Burgess es que se atribuye un carácter multinuclear a las
ciudades y se considera su crecimiento a partir de esta característica. Criticarán por tanto los
trabajos de Burgess y Hoyt sobre la base de los siguientes principios:
• El resultado es una especie de mosaico en donde las teselas tienen distintas funciones.
Fuente: http://www.yourarticlelibrary.com/geography/geographical-theories/4-
theoretical-explanations-of-morphological-pattern-of-a-city-with-
diagram/40001
Como conclusión a los planteamientos de la Escuela de Chicago, se puede afirmar que las
diferencias que adquiere el crecimiento en relación con el asentamiento de las clases sociales en
la ciudad, nos hablan de la no existencia de una autonomía de las variables ecológicas y de la
necesidad de estudiar la historia concreta de cada formación social para comprender las
peculiaridades del desarrollo espacial de las ciudades. El intento de establecer modelos
universales en las formas de crecimiento urbano puede ser visto en la actualidad como un
esfuerzo inútil si no se consideran por una parte las circunstancias históricas de cada ciudad y por
otra parte la intervención política en términos de planeamiento urbano y territorial.
La aportación de estas teorías ecológicas del crecimiento urbano está en la descripción de los
procesos y en el establecimiento de ciertas pautas. El problema es el de la limitación que imponen
unas condiciones históricas concretas en las que la homogeneidad de las condiciones
económicas, políticas y sociales, permite la generalización de esa pauta. Habría que avanzar en el
establecimiento de la relación entre esa combinación de elementos con la formación de esos
procesos ecológicos o espaciales para poder progresar en la construcción de una teoría social del
espacio. En esta línea todavía existe un gran campo de desarrollo para la Sociología Urbana, y las
aportaciones de la Ecología Humana son un punto de partida sobre el que hay que construir,
valorando sus elementos positivos.
Algunos de los procesos descritos por Burgess tienen un gran interés, independientemente de su
universalidad, tales como el proceso de degradación de las zonas circundantes al centro urbano, o
la propia suburbanización. En este sentido, una teoría sociológica del espacio tiene que abordar la
concepción de centro y de periferia, en todos sus aspectos, y en concreto en lo que supone para
las ciudades.
Origen y surgimiento
Hacia finales de los años sesenta se produce un replanteamiento de los paradigmas sociológicos
desde perspectivas diferentes y coincidiendo con el declive de los estudios urbanos desde una
perspectiva ecológica, que se aceleró con la crítica a estos planteamientos por parte de los
nuevos sociólogos urbanos. El resultado es el advenimiento de un nuevo paradigma que irá
evolucionando durante la década siguiente hacia posiciones progresivamente más abiertas hasta
llegar a perder en la actualidad una parte de su identidad primitiva.
Este nuevo paradigma se conoce con dos nombres distintos, el primero es el de la “Nueva
Sociología Urbana”, que expresa el carácter de ruptura con lo anterior, y el segundo es el de
El origen del paradigma de la Economía Política Urbana habría que situarlo a finales de la década
de los sesenta, en la Escuela Francesa, en dónde surge con un fuerte ímpetu, que habría que
atribuir a la conjunción de diversas circunstancias, entre las que se encuentra la existencia de un
clima político de ruptura y una búsqueda de alternativas capaces de dar cuenta de las fuertes
convulsiones sociales del momento, caracterizadas por una crisis del modelo económico
capitalista que se expresa a través del crecimiento una sociedad urbana altamente jerarquizada y
desigual (Lezama, 2014)
"La investigación urbana francesa tuvo una década floreciente, en cantidad y calidad, a raíz de los
cambios culturales e intelectuales desencadenados por el movimiento de mayo de 1968. Tres
elementos parecen haber sido decisivos en esta explosión intelectual: el vigor intelectual de las
ciencias sociales en la Francia de los sesenta, finalmente liberado de la estéril tiranía del
pensamiento filosófico que había dominado la investigación social en Francia; la protesta política,
ideológica y cultural que se desarrolló entre los intelectuales durante y después del movimiento de
mayo; la profunda penetración de este desafío en la élite tecnocrática de la gestión urbana en
Francia "
• Una segunda etapa, iniciada en los años 80, en la que comienza a analizar el
impacto de las nuevas tecnologías en la reestructuración de la economía,
acuñando el término “espacio de los flujos’’ para referirse a cómo las tecnologías
de la información han permitido una reducción de las distancias entre el espacio y
el tiempo generando así una economía más competitiva y coordinada.
• Una tercera etapa, ya en los años 90, en la que integra su perspectiva marxista y
sus análisis sobre el espacio de los flujos desembocando en un titánico estudio
titulado La Era de la Información (1997).
Castells consideraba que la Sociología Urbana, tal como se había concebido hasta el
momento, era más ideológica que teórica, es decir, correspondía a planteamientos erróneos
que ocultaban la existencia de clases sociales diferenciadas y en conflicto dentro de la
sociedad. Esta perspectiva planteaba un rechazo total tanto a los planteamientos generales
de la Ecología Humana como a las aportaciones culturalistas de Wirth y en cualquier caso
exigía delimitar adecuadamente el objeto y establecer un nuevo marco teórico si se quería
seguir analizando los fenómenos urbanos.
• Cuando estas dos alternativas no están presentes, podría suceder que se quisiera
mantener la ficción de construcción científica basada en conveniencias
Las críticas de Castells tuvieron un gran efecto. En ellas se marca la ruptura con los
planteamientos ecológicos y culturales que habían sido dominantes en la Sociología Urbana,
pero la construcción de un cuerpo teórico alternativo vendría más adelante, en su primera
etapa, definida a través de su publicación de La Cuestión Urbana (1972) que tuvo una gran
difusión y un gran impacto a escala mundial. En dicho libro se trataba de construir una nueva
Sociología Urbana basada fundamentalmente en los principios del marxismo estructuralista
que había desarrollado Louis Althuser, de forma que una de los principales esfuerzos fue el
de construir una estructura de la ciudad que se correspondiera con las instancias marxistas
de Althuser: la económica, la ideológica y la política.
Pero más allá de ese intento, la aportación de La Cuestión Urbana supuso la fundamentación
de la Sociología Urbana basada en la explicación de los fenómenos urbanos a partir de la
lógica del modo de producción capitalista y dentro del mismo, con una especial atención al
consumo colectivo. La definición del espacio urbano como el espacio de consumo colectivo y
La tesis fundamental era la de considerar lo urbano como una expresión del consumo, frente
al territorio que sería una expresión de la producción. En este sentido los análisis urbanos se
centrarían en los elementos de consumo colectivo (la vivienda, el transporte, la cultura, la
educación, etc.), entendiendo éste como un salario indirecto que quedaba sometido a la
lógica de explotación propia del Capitalismo. Así, los procesos de desigualdad social,
inherentes a una sociedad de clases, se manifestarían a través de la accesibilidad y el
consumo de los bienes colectivos. Desde esta perspectiva, los movimientos sociales eran
concebidos como un rechazo a tal explotación de forma concreta y se podían integrar dentro
de la lucha de clases considerada en un sentido amplio.
Con una serie de años por medio, el propio Castells (1994) hace una síntesis de la aportación
que supuso la introducción de la nueva corriente de pensamiento en la Sociología Urbana:
c) Hemos deconstruido el espacio, es verdad. Pero al mismo tiempo tenemos que reivindicar
su importancia esencial como estructura material fundamental de la organización social. Al
hacerlo, hemos ido más allá de la visión excesivamente subjetiva de la sociología de los
valores, y restablecido la problemática materialista, ingenuamente planteada por la vieja
ecología en términos sociológicos y, por lo tanto, es posible integrar el análisis del espacio y
el análisis del tiempo.”
La desconsideración del espacio por parte de Castells es puesta en relevancia por Peter
Saunders (1981) en un intento renovado de criticar, al igual que lo hizo Castells (1971) años
antes, la inexistencia de un objeto específico para la Sociología Urbana, rechazando la
iniciativa de ver en la ciudad el espacio del consumo colectivo. Saunders plantea que
efectivamente el estudio del consumo colectivo puede ser un objeto relevante de la
Sociología. Desde su visión Weberiana, concibe que las diversas formas de consumo pueden
establecer una estratificación social más aproximada que la que se deduce en las clases
sociales a partir de la inserción diferencial en los procesos productivos. Pero que en cualquier
caso el estudio del consumo colectivo no es equiparable al estudio de la ciudad, porque no es
un objeto espacializado por sí mismo.
El rechazo del consumo como objeto, le lleva a plantear una doble disyuntiva, por un lado se
puede desarrollar lo que denomina una Sociología Urbana no espacial, que en realidad sería
una Sociología del Consumo Colectivo, por otra parte no tiene sentido desarrollar en la
actualidad una Sociología Urbana, porque lo urbano, o si se quiere la ciudad no tiene entidad
para fundamentar una teoría autónoma. En realidad, es como responder a los planteamientos
críticos de Castells con sus mismas armas pero sin llegar a construir una alternativa viable
para la Sociología Urbana.
Fuente: https://www.infoamerica.org/teoria/lefebvre1.htm
https://marxismocritico.com/2017/09/08/el-espacio-y-el-estado/
Henri Lefebvre, que puede considerarse como el otro de los pioneros en la aplicación a la
Sociología de los principios marxistas, es otro de los iniciadores de la nueva corriente. Su
aportación establece la transición del marxismo, considerado únicamente como filosofía, al
marxismo como paradigma teórico de las ciencias sociales. Esa transición le lleva a centrase
en la ciudad como un objeto estratégico para la explicación de la totalidad de los fenómenos
sociales. A diferencia de los planteamientos estructuralistas de los primeros escritos de
Castells, las concepciones de Lefebvre tienen una componente historicista importante y con
frecuencia tiene posiciones que fuerzan los propios conceptos marxistas. Su planteamiento
Los planteamientos de Lefebvre, que serán recurrentes a lo largo de los años siguientes con
perspectivas distintas, tuvieron un cierto rechazo por algunos autores, debido a la ruptura con
planteamientos considerados básicos por el marxismo estructuralista. La crítica de la lucha de
clases como motor de la historia, sustituida por la desigualdad territorial, el escepticismo
sobre el poder político y la desconfianza en la actuación del Estado, llegaron a granjearle un
distanciamiento cuando no una crítica abierta por parte de algunos autores marxistas.
La ambigüedad de gran parte de sus expresiones, así como la ruptura con una buena parte
de los conceptos y de las formas de construcción teórica de los autores marxistas, se unen
efectivamente a su perspectiva heterodoxa marxista. Muchas de sus ideas son recogidas por
los sociólogos urbanos a lo largo de los últimos años, desde su crítica a la modernidad, para
la construcción de una sociología de la vida cotidiana, hasta la propia concepción de la
existencia de los ciclos del capital.
Lefebvre en su libro “La producción del espacio” (1974) trata de construir una teoría sobre el
espacio que vaya más allá de la parcelación disciplinar, pero que responda a las cuestiones
que se han planteado las diversas disciplinas al tratar del espacio. Para ello parte del
concepto de producción, siendo el espacio para él un producto social. En ese sentido es
necesario determinar la función que tienen las relaciones de producción en la formación del
espacio. Esta obra es de un gran valor porque supone el primer gran intento manifiesto de
construir una teoría del espacio pero suscita una serie de cuestiones en su orientación y en
su organización. En cuanto a su orientación, plantea el problema de sostener posiciones que
pueden llegar a ser contradictorias. Su concepción del espacio oscila entre una visión realista,
en la que se le atribuye una entidad física separada y otra relacionista en la que se niega su
Fuente: http://www.lecturalia.com/autor/21370/david-harvey
Entre las aportaciones que establece Harvey en ese libro, en relación con una teoría del
espacio, merecen especial consideración dos de ellas, la primera es que los procesos de
desigualdad tienen fundamentos que van más allá de la propia incorporación al sistema
productivo, de manera que lo que él denomina “renta real”; estaría formada no solo por el
salario, sino por el acceso a los bienes de consumo y por las formas de propiedad de la
vivienda. En este sentido se puede decir que recupera las tesis de los neoweberianos en sus
planteamientos de considerar el acceso a los bienes urbanos como causa de formación de
las desigualdades sociales. Por otra parte, en su análisis de la evolución histórica de las
ciudades establece una consideración especial a las formas de circulación del capital en un
intento de explicar los procesos inmobiliarios. Esto tiene un especial interés en el tratamiento
de los procesos espaciales, ya que viene a expresar como el capital inmobiliario, debido a los
singulares condicionantes que supone su espacialización, tiene comportamientos especiales
que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar la lógica de su actuación.
Harvey basa su análisis sobre todo en la incidencia del capitalismo en los procesos urbanos,
tanto en la formación de las desigualdades como en la formación de las rentas del suelo y en
la consideración de la ciudad como el espacio de la acumulación y circulación del capital.
Como conclusión se puede afirmar que, la importancia de estos tres autores no quita la existencia
de toda una serie de aportaciones que desarrollan de varias formas la corriente de la Economía
Política, ya que en realidad se trata de un movimiento muy amplio con una producción científica
bastante extensa tanto en los aspectos teóricos como sobre todo en la serie de investigaciones a
que dieron lugar. Esta corriente está ligada más por un enfoque de los temas urbanos de los que
tratan y de los enfoques con los que se abordan que por una unidad teórica que nunca tuvo.
Incluso se puede afirmar que su éxito es la causa de su declive, en la medida en que la visión
planteada inicialmente se fue ampliando con posiciones teóricas diferenciadas y se fue
incrementando el número de autores que se sumó a ella de una u otra manera, de forma que a los
planteamientos marxistas iniciales se le sumaron visiones neoweberianas y otras radicales, cuyo
resultado es de una gran dispersión teórica e incluso conceptual.
Castells, M. (1984). La Ciudad y las Masas: sociología de los movimientos sociales urbanos.
Madrid: Alianza Editorial
Castells, M. (1994). L’école française de Sociologie Urbaine, veingt ans après: retour au futur?.
Les annales de la Recherche Urbaine, vol. 64.
Chombart de Lowe, P.H. (1976). Hombres y ciudades. Traducción de Jordi Marfa Puig. Barcelona:
Labor.
Harris, C. y Ullman, E. (1945). “The Nature of Cities” Annals of the American Academy of Political
and Social Science, vol. 242: 7-17
Hoyt, H. (1939). The Structure and Growth of Residential Areas in American Cities. Washington,
DC: Federal Housing. Administration.
Lezama, J.L. (2014). Teoría Social, espacio y ciudad. Mexico D.F.: El Colegio de México.
Park, R.; McKenzie, R.D. y Burgess, E. (1925). The City: Suggestions for the Study of Human
Nature in the Urban Environment. Chicago: University of Chicago Press
Saunders, P. (1981). Social Theory and the Urban Question. London: Hutchinson.
Wirth, L. (1938). “El Urbanismo como Modo de Vida.” American Journal of Sociology, vol. 44: 1-24.