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Novena a Nuestra

Señora de Coromoto

DEL 02 DE SEPTIEMBRE AL 10 DE SEPTIEMBRE


Primer Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo
firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el
perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice: – Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde: – Dame fortaleza contra tus enemigos.

Primer Día
Dios te Salve María, Reina excelsa y elevada por Dios a incomparable grandeza, por haber sido
enriquecida con todos los privilegios del poder del padre, con toda la preferencia del
entendimiento del Hijo, y con todas las gracias y dones del Espíritu Santo, te confesamos como
Emperatriz del Universo, Reina de los ángeles y de los hombres; en los cielos y en la tierra no
hay pura criatura de mayor grandeza y majestad que Tu. Dios te salve, a Ti llamamos los
peregrinos de este valle de lágrimas, para que te dignes aplicarnos tus soberanos favores y nos
hagas dignos servidores de tu Divino Hijo, Jesucristo Nuestro Señor. Ayúdanos, Señora, para
que en las luchas de carne contra el espíritu, salgamos vencedores mediante tu divino y maternal
auxilio, y podamos un día entrar triunfante en la Gloria del Cielo. Amén. (Aquí pedirá cada uno
con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena) Reza una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el m ismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la
corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la
Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Segundo Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo
firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el
perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice: – Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde: – Dame fortaleza contra tus enemigos.

Segundo Día
Dios te Salve, Madre de Misericordia, a quien Dios Padre hizo dispensadora de sus bondades;
Dios Hijo Tesorera de sus merecimientos infinitos y Dios Espíritu Santo, Señora de sus dones y
gracias, para que lo administrase en beneficio del género humano. Salve, Virgen Madre, que
llevaste en tu purísimo seno al Señor de la Creación, al Supremo Ser, de quien los cielos y tierra
no son más que débiles obras de sus omnipotentes manos. Salve María, fuente de gracia, que
alcanzas el perdón de nuestras culpas y eres nuestra fiel protectora en todas las penas y
tentaciones que nos afligen en este valle de amargos dolores. Ruega, Señora, por nosotros.
Acepta las humildes plegarias que te dirigimos en nuestras tribulaciones y necesidades, y haznos
dignos de cantar un día tus santas alabanzas en medio de los bienaventurados en la Gloria
Eterna. Amén. (Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena) Reza
una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo. Mil gracias, Señor, te
repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan altos beneficios,
alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de amor nuestra
voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio con el favor de
tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la corona de doce estrellas
con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la Santísima Trinidad por los privilegios,
gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Tercer Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice: – Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde: – Dame fortaleza contra tus enemigos.

Tercer Día
Dios te Salve, Vida; por quien el mundo alienta y respira, ya que eres Madre del Autor de la Vida.
Por Ti, divina Señora, el hombre culpable, recibió después de su caída la promesa de un
Salvador y por tu augusta mediación, recibimos la vida de la gracia. ¡Ave, Reina de los Cielos!
Eres la alegría y el encanto de los coros celestiales, la Reina de los Patriarcas, la anunciada por
los Profetas, la esperanza de los Santos Padres, la fortaleza del innumerable ejército de los
mártires, la luz gloriosa de los Confesores, la fuente bendita de nuestra vida, la bendita entre
todas las mujeres, la cantada por las grupos de vírgenes y la ensalzada y alabada por todas las
generaciones. Concédenos por la Pasión y Muerte de tu Divino Hijo y por los méritos de tu
bendito Corazón, que no perdamos la vida de la gracia por el pecado y no muramos de muerte
eterna; pero que, viviendo en santo amor de Dios, con fe viva, esperanza firme y ardiente
caridad, nos veamos libres de toda culpa de pecado y merezcamos entrar un día en la Vida
Eterna. Amén. (Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena) Reza
una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el m ismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías y añádase tres Padre Nuestros
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cuarto Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice:
– Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde:
– Dame fortaleza contra tus enemigos.
Cuarto Día
Dios te Salve, dulzura inefable, rico panal de miel celestial de gracia, labrado por la omnipotente
mano de Dios, para ser paraíso de sus deleites; gusto y alegría de los corazones que aman la
tierra y encanto y admiración de los espíritus celestiales.
¡Virgen bendita! Eres Madre dichosísima en cuyo purísimo ser el dulcísimo Creador derramó la
infinita suavidad e inefable dulzura de su divinidad. Con tu bondadoso auxilio suavizas nuestras
penas, nos ayudas a reprimir nuestras pasiones, nos fortaleces en toda tentación y derramas
sobre nuestras almas el suave rocío de tu dulce consuelo.
¡Virgen purísima! En ti puso Dios la plenitud de sus gracias y misericordias, para que fueses
dulzura y alivio de cuantos clamaren a Ti desde este valle de lágrimas y duelo.
Ya que eres la alegría de los que te invocan no nos dejes en el llanto y pesar; más, atráenos con
tu amabilidad y dulzura maternales para que, apartándonos de los embaucadores gustos y
deleites de este mundo, evitemos todo mal y merezcamos entrar un día en el Gozo Eterno.
Amén. (Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena) Reza una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el m ismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías y añádase tres Padre Nuestros
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Quinto Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice: – Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde: – Dame fortaleza contra tus enemigos.

Quinto Día
Dios te Salve, esperanza nuestra; anhelo constante de los Patriarcas, blanco de los ardientes
deseos de los Profetas, sagrario seguro donde se refugian los pecadores para alcanzar el perdón
de Dios, pues tus ruegos aplacan el justo enojo.
Eres, Señora, estrella luminosa que guía al cristiano en la noche borrascosa de esta vida; eres el
faro luminoso que le indica los escollos donde podría zozobrar su alma, y le señalas el puerto de
la segura salvación.
Iris de paz, que anuncias la misericordia divina, intercede por nosotros, a fin de que, por medio
de la recepción del Santo sacramento de la Penitencia y de un verdadero dolor de nuestras
culpas alcancemos de Dios el perdón y misericordia, y seamos admitidos en el Reino de la
Gloria. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena)
Reza una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la
corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la
Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Sexto Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.

Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice: – Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde: – Dame fortaleza contra tus enemigos.

Sexto Día
Dios te Salve, Abogada nuestra, que nos amas tanto que sólo cuidas de nuestro bien y nos
concedes tus innumerables beneficios y nos favoreces con tus constantes auxilios y santas
aspiraciones.
A tus ruegos y divina intercesión se aplaca la Justicia Divina enojada por nuestra culpa. Por tu
mediación, Dios conserva y derrama sus gracias sobre este mundo y nos aplica con eficacia los
méritos infinitos de Jesucristo Nuestro Señor y Salvador.
Derrama, ¡Oh bondadosísima María! En nuestro corazón, tus luces divinas, para que conociendo
y agradeciendo tus inmensos beneficios, podamos cantar tus alabanzas por los siglos de los
siglos, en la Vida Eterna. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena)
Reza una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la
corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la
Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Séptimo Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.

Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice:
– Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde:
– Dame fortaleza contra tus enemigos.

Séptimo Día
Dios te Salve, Virgen Clemente, toda llena de afabilidad; cuyo mirar tierno y compasivo es
consuelo y alivio del alma dolorida.
Eres, María, estrella benignísima que señalas al náufrago el puerto de la salvación; eres el
refugio del pecador, la salud del enfermo, el consuelo del triste, la alegría del desconsolado y la
paz y la esperanza del que muere.
Haznos ¡oh Virgen sacrosanta! Imitadores de tu excelsa clemencia infundiendo en nuestros
corazones la divina caridad con nuestro prójimo.
¡Divina Mediadora nuestra! Acoge propicia nuestras súplicas y despáchalas favorablemente,
pues nadie ha solicitado tu protección sin que no haya recibido de tu bondad y clemencia un
pronto y eficaz socorro.
¡Madre clemente!, después del cautiverio de esta vida, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre, y haz que seamos dignos de gozarte en la eternidad. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena)
Reza una Salve.
Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la
corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la
Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Octavo Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.

Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice:
– Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde:
– Dame fortaleza contra tus enemigos.

Octavo Día
Dios te Salve ¡oh piadosa!, a quien Dios adornó con las más generosa piedad que te inclinaba a
dirigirle todos los pensamientos, deseos y actos de tu vida; te inspiraba un celo ardiente para la
gloria de su culto divino, a la par que llenaba tu corazón de tierna compasión para el alivio y
consuelo de las almas. Ave, piadosa Madre de las consolaciones. Guárdanos siempre bajo el
manto protector de tu misericordia, para que nuestras almas no sean presa de los enemigos de
nuestra eterna salvación.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que con tu divino auxilio, salgamos victoriosos
de toda tentación y vivamos siempre en el servicio y culto del Señor; y que, con el sostén de tu
gracia, merezcamos rendirle eternos cultos de amor y alabanza en la Gloria Celestial. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena)
Reza una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la
corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la
Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Noveno Día de la Novena a Nuestra Señora de Coromoto


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.

Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al
conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y
nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros.
Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los
enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus
costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege
nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una
palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras
verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle
eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice:
– Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde:
– Dame fortaleza contra tus enemigos.
Noveno Día
Dios te Salve, ¡oh siempre dulce Virgen María!, cuya virginidad y nombre fue dulcedumbre
castísima de Dios, delicia suave para los hombre, gustosa suavidad para los ángeles.
¡Oh cándida azucena!, zarza eterna a quien Jesús, -fuego divino-, al nacer de Ti, no ofendió tu
virginal pureza.
Virgen sin semejante, que posees a un tiempo la gloriosa aureola de la virginidad y la
incomparable dignidad de Madre de Dios, por eso, tu excelso nombre, MARÍA, es símbolo de
gracias y purezas.
Purifícanos, Señora, con tu virtud del asqueroso lodo de toda mancha impura. Presérvanos de la
inmunda servidumbre de viles apetitos y colócanos en la apetecible y dulcísima esclavitud de tu
sagrado amor, sirviendo a Jesús en toda pureza y castidad, seamos dignos de alcanzar las
promesas de su divina gracia en la Gloria Eterna. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena)
Reza una Salve.

Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de
la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por
feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy
obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa
Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan
altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de
amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio
con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la
corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la
Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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